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“A medida que avanza la frontera agrícola disminuyen las posibilidades de conservar nuestra biodiversidad”El biólogo Javier Nori junto a un grupo de investigadores estudia cómo afecta el avance de la
frontera agrícola a las áreas prioritarias de conservación de la herpetofauna en Córdoba. Nori
explica que a medida que la frontera agrícola avanza y las decisiones en conservación se
posponen disminuyen las posibilidades y aumentan los costos para conservar la biodiversidad.
Asimismo, señala que la distribución de las áreas protegidas no representa de manera equitativa
los distintos ambientes de la provincia. Ilustra su afirmación con el hecho de que en
Córdoba existen grandes áreas protegidas donde el valor de la tierra es muy bajo, como en las
Salinas Grandes, mientras que menos del 1% de la superficie de áreas protegidas se ubica en la
región pampena del sur de Córdoba, donde el valor de la tierra es alto y esta puede ser usada para
realizar cultivos intensivos. [19.12.2012
El biólogo Javier Nori del Centro de Zoología Aplicada de la UNC estudia, junto con otros
investigadores, cuáles serían las áreas de conservación prioritarias para la herpetofauna en la
provincia de Córdoba, a partir de la distribución estimada de las especies de anfibios y reptiles.
La posibilidad de establecer áreas prioritarias de conservación está en tensión con el avance de la
frontera agrícola que hace que se vayan perdiendo los lugares donde existen ecosistemas
naturales.
“A medida que la frontera agrícola avanza y las decisiones en conservación se posponen
disminuyen las posibilidades y aumentan los costos para conservar de manera adecuada nuestra
biodiversidad”, explica Nori.
En su investigación, Nori determinó áreas prioritarias de conservación de acuerdo a estimaciones
de distribución de 70 especies de reptiles y anfibios. El suyo es un trabajo de cartografía, donde se
superponen mapas para cruzar la información entre escenarios posibles y finalmente determinar
las áreas prioritarias para la conservación.
Para su estudio, Nori y sus colaboradores plantearon cómo sería el sistema ideal de áreas
protegidas bajo tres objetivos de conservación diferentes. En el primer objetivo para conservar el
5% de la distribución de las especies. En el segundo objetivo para conservar el 15% de la
distribución de especies amenazadas, el 10% de especies vulnerables, el 7% de especies poco
conocidas y el 5% de las restantes. En el tercer objetivo, el más ambicioso, se plantea proteger el
25% especies amenazadas, el 15% especies vulnerables, el 10% especies poco conocidas y el 5%
de las restantes.
En el mapa, las áreas actualmente protegidas de la provincia se indican en negro. Las zonas azul representan las áreas prioritarias que sería necesario conservar adicionalmente para alcanzar un objetivo de conservación propuesto por los investigadores.
Luego, para estudiar la influencia del avance de la frontera agrícola en las áreas prioritarias, estos
tres objetivos se aplican a tres escenarios de uso de suelo distintos: una situación ideal donde toda
la provincia estuviera disponible, un escenario real de 2004 y otro de 2009.
“Lo que vemos es que a medida que pasa el tiempo es más difícil cumplir con los objetivos de
conservación. Habría que proteger cada vez perímetros mayores y zonas más fragmentadas para
poder cumplir con los objetivos. Y mientras mayor es el perímetro menos efectivas son las
reservas. Asimismo, mientras más fragmentado, menor eficiencia en términos generales. Además,
la distribución es importante ya que cuando se interponen áreas sembradas en medio de sus
ecosistemas, los anfibios y reptiles tienen que moverse entre zonas no conectadas y se pierden
especies, servicios ecosistémicos y el flujo de agua”.
Los resultados de esta investigación señalan que las áreas prioritarias para la conservación se ven
afectadas significativamente por el avance de la frontera agrícola. Además, los investigadores
aportan datos para discutir la situación actual: “Muchas de las áreas hoy protegidas no han sido
elegidas en función de los patrones de distribución de la biodiversidad. Un criterio que prevalece
es el valor y la productividad de la tierra. Se protegen grandes extensiones donde el valor de la
tierra es bajo, como las Salinas Grandes, mientras que casi no hay superficie protegida en la
región pampena, donde el valor de la tierra es alto y esta puede ser usada para cultivos intensivos.
No es casualidad que en Córdoba, sólo el 1% de la superficie protegida está situada en ambientes
altamente productivos”.
El trabajo sobre “Áreas prioritarias para la conservación de la herpetofauna” forma parte del
proyecto general "Analizando los patrones de distribución espacial de la herpetofauna del Chaco
de Córdoba desde diferentes escalas jerárquicas" que dirige Gerardo Leynaud y en el cual
participan como investigadores Javier Nori, Julián Lescano, Paola Carrasco y Nicolás Frutos.
Colaboraron además para la realización de este trabajo los doctores Mario Cabrera de la UNC y la
investigadora mexicana Patricia Illoldi-Rangel, especialista en los análisis de detección de áreas
prioritarias para conservación. El trabajo ya fue aceptado para ser publicado en la revista
Biological Conservation.
El cielo de los inmigrantesUn trabajo de investigación en astronomía cultural refleja las relaciones que establecían con el
cielo los inmigrantes europeos que se asentaron en el norte de la provincia de Santa Fe. Además,
da cuenta de las configuraciones que creaban con las estrellas y los usos que le daban en el área
de la agricultura y la meteorología. [28.08.2012]
Familia de colonos en el norte de Santa Fe
Armando Mudrik es estudiante de astronomía en la Facultad de Matemática, Astronomía y Física
de la UNC y en el marco de su tesis de grado realizó un estudio sobre la cultura astronómica de
colonos europeos asentados en el norte de la provincia argentina de Santa Fe. El trabajo es
resultado de una serie de entrevistas etnográficas entre hijos y nietos de inmigrantes en zonas
rurales.
Los inmigrantes de la zona estudiada llegaron al país en la segunda mitad del siglo XIX y la
primera del siglo XX mediante una política de colonización desarrollada por el Estado para poblar
algunas zonas donde era posible practicar la agricultura y la ganadería. Particularmente, la idea
del Estado era que los europeos actuaran como “fuerza civilizadora”. Se trataba tanto de familias
campesinas que escapaban de la pobreza, como familias judías, predominantemente mercaderes y
profesionales, que huían del hostigamiento y fueron traídos por la empresa colonizadora Jewish
Colonization Association.
“Algunos datos nos dejan en claro que las condiciones de vida al comienzo eran paupérrimas. En
principio, aproximadamente el 30 por ciento de los inmigrantes que ingresaron a Santa Fe entre
1880 y 1888 era analfabeto y la mortalidad infantil era aproximadamente 150 por ciento superior
a la de adultos”, comenta Mudrik, y agrega: “Además hay que pensar en la situación de estas
personas que cambian de hemisferio, con todo lo que implica, hasta el cielo les cambia de
apariencia, ya que el cielo del hemisferio sur es distinto al del norte y también cambia el ciclo de
las estaciones durante el año”.
En ese marco, Mudrik comenta: “Me pongo en el lugar de esas personas. Algunas venían del
invierno ruso por ejemplo y llegaron acá en verano, a una zona que ellos denominaban virgen,
monte, chañar. Trato de imaginar eso, cómo fue y me impacta”.
Los usos del cielo
Un aspecto de la cultura astronómica al que Mudrik le dio importancia en la investigación son los
asterismos; es decir los dibujos que crea un pueblo en el cielo y que son distintos a las
constelaciones que conocemos tradicionalmente y que provienen de la antigua cultura griega.
“Los asterismos creados por los colonos nos permiten conocer cual era su relación con el nuevo
cielo del hemisferio sur”, cuenta Mudrik y en su investigación comenta el caso de una familia de
lituanos judíos que formaban las letras del alfabeto hebreo con estrellas y formaban frases con las
letras que veían en el cielo. El padre de esa familia era un escriba de textos sagrados de la Torah.
Por otra parte, una familia de piamonteses asignaba un nombre a cada una de `las tres marías´.
“Obtuvimos el nombre de dos de ellas `la niña´ y `la pinta´, los cuales aluden probablemente a las
carabelas de Colón, un hecho que da la idea de una construcción cosmológica de los cielos muy
dinámica”, comenta Mudrik.
Documental realizado sobre la investigación
Algo relevante para el investigador fue la consideración de la luna en el momento de la realización
de tareas agrícolas. Según su estudio, ciertas tareas agrícolas eran realizadas en determinadas
fases lunares. El cuarto creciente era considerado por polacos, ucranianos, piamonteses y
alemanes del Volga para cultivar todo aquello que se desarrolle “por arriba de la tierra”, como
lechuga, perejil, repollo, maíz, etcétera. También el comienzo del cuarto creciente era utilizado por
suizos, suizo-alemanes y alemanes del Volga para faenar animales, ya que consideraban que en
este periodo el animal “tiene menos sangre”.
“Sobre el uso de la luna podemos concluir que los colonos y sus descendientes establecen una
relación entre el desarrollo vegetal y el brillo lunar o la variación de superficie lunar iluminada y,
por otra parte, que la luna llena está relacionada con una mayor actividad biológica”, explica
Mudrik.
Ver con otros ojos
Los trabajos en astronomía cultural intentan plasmar la concepción que tienen del espacio celeste
los distintos pueblos. Tienen que pensar al cielo como un objeto plástico y estudiar las
regularidades más que las leyes. El resultado de estos estudios no es un manual que dice cómo
veía el cielo un pueblo sino que da cuenta de las distintas construcciones que pueden realizarse en
torno al espacio celeste y las transformaciones que sufren. “Un ejemplo de esto nos lo dio un
entrevistado. Resulta que la empresa colonizadora Jewish Colonization Association, fundadora de
las colonias judías que abordamos, se encargaba de repartir eucaliptos a los colonos para ser
plantados en sus chacras y en la parte urbana de cada colonia. Es así que una familia de lituanos
judíos colonizados, interpretaban a un conjunto de manchas sobre la superficie de la luna como un
eucalipto. Esto nos muestra a las claras que el proceso de creación en la cultura astronómica no es
algo estático y también nos muestra cómo los inmigrantes plasmaron en el cielo su nuevo entorno
natural de las colonias”, concluye Mudrik.
Las enfermedades de las encías en embarazadas constituyen un factor de riesgo para la gestación saludableUna investigación de la UNC llevada a cabo con 257 embarazadas de dos hospitales de la Ciudad
de Córdoba concluyó que ciertas infecciones bucales maternas constituyen un verdadero factor de
riesgo de prematuridad y ruptura temprana de membranas. Destacan la importancia de la consulta
y el seguimiento odontológico en embarazadas. [11.10.2011]
La periodontitis es una infección crónica que se caracteriza por la destrucción progresiva de los
tejidos que sostienen al diente y afecta entre el 50 al 100 por ciento de las mujeres embarazadas.
Se ha determinado que las embarazadas poseen un mayor riesgo para desarrollar estas
enfermedades debido a una respuesta exagerada de los tejidos a la infección bacteriana por
causas hormonales, altos niveles de estrógenos y progesterona.
La investigación llevada a cabo por Fabiana Wolff, bajo la dirección de Estela Ribotta de Albera y
Manuel Enrique Jofré, como tesis del Doctorado en Odontología de la UNC, tuvo como objetivo
evaluar en nuestro medio el riesgo de prematuridad, ruptura temprana de membranas y bajo peso
al nacer, en los embarazos de mujeres con periodontitis moderada a severa.
El estudio involucró en principio a 257 embarazadas de dos hospitales universitarios y se realizó en
conjunto con la Cátedra de Obstetricia y Odontología de la Facultad de Ciencias Médicas. Las
embarazadas que al examen clínico demostraron patologías bucales fueron derivadas al servicio
de odontología de los hospitales. Sólo aquellas mujeres que por decisión propia o por diversas
circunstancias no acudieron a recibir atención, formaron parte de la investigación. Así, la muestra
final quedó conformada por 66 mujeres.
De la totalidad de embarazadas seleccionadas, el 28% tuvo su parto antes de término. Según la
autora, este fenómeno expresa que la duración de la gestación fue inversamente proporcional a la
severidad de las lesiones periodontales, comprobando la incidencia de esta enfermedad en el
desencadenamiento de partos prematuros y ruptura temprana de membranas.
Con respecto a otro factor que se estaba analizando (bajo peso al nacer), la autora concluyó que el
estado periodontal materno no pareció estar reflejado en el peso del neonato.
La boca como registro
“La cavidad bucal es un registro de la salud y de la enfermedad de la mujer embarazada. Las
infecciones bucales y otras enfermedades afectan gravemente la salud de la embarazada por eso
nosotros insistimos en que la mujer embarazada debe ser evaluada y tratada por el odontólogo. Es
un mito que no puedan hacerse tratamientos durante el embarazo, existen las medidas de
protección necesarias para llevarlos a cabo” afirma la odontóloga Perla Hidalgo, de la Facultad de
Odontología de la UNC.
Un proyecto de extensión que atiende la problemática
La odontóloga Carolina Calafell, dirigida por la dra. Mirta Moreno de Calafell lleva adelante un
proyecto de extensión universitaria de la UNC trabajando en prevención de la enfermedad
periodontal.
El trabajo está dirigido al equipo de salud del Centro de Salud N° 34 de Villa Nueve de Julio de la
ciudad de Córdoba y a mujeres embarazadas y en edad reproductiva que viven el sector.
En principio, las odontólogas realizaron un relevamiento en este Centro de Salud para ver
necesidades de tratamiento periodontal de embarazadas de 14 a 40 años que concurrían para su
control. Se encontró una alta prevalencia de enfermedad periodontal, tanto en las adolescentes
embarazadas como en las de mayor edad. “ Por eso y porque creemos necesario compartir el
conocimiento científico para mejorar la calidad de vida de la población, surgió el trabajo”, explica
Moreno de Calafell y agrega: “Nos propusimos reunir en un mismo espacio a diferentes actores
sociales a través un planteo activo y participativo de todos los miembros involucrados para lograr
la formación de agentes multiplicadores que den continuidad al trabajo de promoción y prevención
en los grupos de riesgo de la comunidad a la cual pertenecen”.
Las autoras comentan que el número de embarazadas que asisten a los talleres va en aumento.
“Hemos logrado muy buena concientización en los miembros del Equipo de Salud, quienes están
muy motivados y colaboran ampliamente. Por otro lado, la cantidad de adolescente y
embarazadas que asisten va en aumento, cosa que nos alienta a continuar”, señalan.
Un láser de luz infrarroja abriría nuevas posibilidades para el uso del material más delgado del universoUn grupo integrado por científicos de la Facultad de Matemática, Astronomía y Física de la UNC, e
instituciones de Alemania y España, calculó la respuesta eléctrica del grafeno –cuyo espesor es de
apenas un solo átomo– ante la incidencia del haz lumínico. Concluyeron que el láser puede
interrumpir la conductividad eléctrica de este material, un efecto que la comunidad científica ha
buscado largamente, utilizando diversos métodos. De comprobarse experimentalmente, el
descubrimiento tendría un impacto tecnológico significativo, ya que abriría nuevas perspectivas
para dispositivos optoelectrónicos, entre los cuales la pantalla de plasma es el más popular.
[19.06.2011]
El grafeno es, por la potencialidad implícita en sus propiedades, uno de los materiales más
promisorios en el horizonte de la innovación tecnológica. Se trata, en rigor, de una lámina de
átomos de carbono unidos formando una malla de celdas hexagonales, como un panal de abejas.
En este esquema, los átomos de carbono se ubican en los vértices y permanecen unidos mediante
enlaces químicos a través de los cuales comparten electrones.
Se lo denomina material bidimensional porque su espesor es de sólo un átomo, pero eso no impide
que sea unas 200 veces más fuerte que el acero. Aunque fue aislado y caracterizado recién en
2004, el grafeno está presente, junto a otros componentes, en las minas de los lápices. Un
milímetro de grafito contiene tres millones de capas de grafeno apiladas. Como la energía que las
mantiene juntas es bastante débil, el grafito se desgrana fácilmente al dibujar un trazo sobre el
papel. Una forma de imaginar el grafito es como una resma de papel, donde cada hoja representa
una lámina de grafeno: no requiere demasiado esfuerzo desarmar la pila desplazando
horizontalmente las páginas.
El grafeno es flexible y traslúcido –absorbe apenas el 2,3 por ciento de la luz–, pero quizás su
propiedad más promisoria tecnológicamente radique en su extraordinaria capacidad para conducir
electricidad a temperatura ambiente, incluso mejor que el cobre. Esto se debe a la perfección con
que los átomos de carbono constituyen la estructura hexagonal plana, donde los electrones
pueden desplazarse a una velocidad de un millón de metros por segundo, sin perturbaciones.
Hasta el presente, esta increíble conductividad también constituyó su principal debilidad, por la
imposibilidad de “detenerla” o interrumpirla adrede. Todo esto podría cambiar si experimentos
futuros comprueban las predicciones teóricas realizadas por un equipo de científicos de la Facultad
de Matemática, Astronomía y Física (FaMAF) de la UNC y el Conicet, en colaboración con colegas
del Institut für Theorie der Statistischen Physik, (RWTH Aachen University, Alemania), del Catalan
Institute of Nanotechnology (Universidad Autónoma de Barcelona, España) y de la Institució
Catalana de Recerca i Estudis Avançats (España).
El estudio, publicado on line el 7 de junio en la prestigiosa revista Applied Physics
Letters [http://link.aip.org/link/?APL/98/232103] y destacado en su portada digital en las
Highlights, fue realizado por Hernán Calvo –quien comenzó el proyecto como posdoctorado en
Córdoba y ahora se encuentra en RWTH Aachen–, Horacio Pastawski (FaMAF), Stephan Roche
(Barcelona) y Luis Foa Torres (FaMAF). Se trata de un trabajo donde se hace un cálculo atomístico
de la respuesta eléctrica que presenta una lámina de grafeno al ser iluminada por un láser de luz
infrarroja. Los resultados predicen que al recibir ese haz lumínico, el material puede volverse
aislante. Esto permitiría “prender y apagar” su conducción.
El descubrimiento constituye un avance crucial para la aplicación del grafeno en ciertos
dispositivos electrónicos que combinen propiedades ópticas y eléctricas como por ejemplo, las
pantallas de plasma.
“Imaginemos que al encender la luz, la conducción se apaga o viceversa: de esa manera es posible
traducir señales ópticas en eléctricas”, explica Foa Torres (33), un científico repatriado que volvió
a Argentina a fines de 2009, en el marco del Programa de Recursos Humanos-UNC impulsado por
un convenio entre el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación y la
Casa de Trejo [Más información:http://archivo.lavoz.com.ar/08/02/13/secciones/sociedad/nota.asp?
nota_id=161849].
“Nuestro trabajo predice que mediante la iluminación con un láser en el infrarrojo medio es posible
generar una brecha de energía –o “gap”, como se la conoce en física de materiales– en el grafeno,
de manera que pase de un estado ‘con corriente’ a otro ‘sin corriente’. En la práctica, estos
estados con o sin corriente son los se utilizan por ejemplo para codificar información bajo la forma
de ceros y unos”, completa el investigador.
Actualmente este tipo de láser se está volviendo más común. De hecho, uno de los grupos
experimentales que colaboró con los investigadores de FaMAF está en proceso de adquirir uno.
Según el científico, la colaboración con grupos experimentales de otros países fue crucial ya que el
conocimiento compartido les permitió descartar rápidamente parámetros y focalizarse en aquello
que sus colegas les habían señalado como realizable. Ahora, es su turno, ya que deberán
corroborar los resultados del estudio.
Uno de los datos distintivos del estudio radica en que se evaluaron porciones de grafeno
relativamente “grandes”, del orden de los micrómetros, donde se podrían encontrar hasta mil
millones de átomos de carbono.
La simulación de la respuesta del material ante el láser fue realizada en un conjunto de servidores
(los mismos que alojan páginas web), a través de un software diseñado por los propios
investigadores. “Creamos el código porque no existen herramientas para este tipo de cálculo
computacional. Además, con algunos trucos de en el diseño del código de cálculo logramos
acelerar el proceso y obtener en un par de días resultados que nos hubieran demandado dos o tres
meses”, señala Foa Torres.
Sobre las implicancias de sus resultados, Foa Torres agrega: “El problema de la interacción del
grafeno con la luz es interesante también para entender otras propiedades más exóticas de la
materia. En particular, se espera que en ciertas condiciones, mientras permanezca iluminado por
el láser, el material se comporte como un ‘aislante topológico’, es decir, que no conduzca
electricidad en su interior pero sí a través de su superficie. Esto serviría por ejemplo para una
nueva generación de memorias”.
De la cinta Scotch al Nobel
Aunque actualmente se sabe que los nanotubos son planchas de grafeno enrolladas sobre sí
mismas, desde que estas estructuras cilíndricas fueron reconocidas en 1991, nadie había
intentado buscar –menos aun aislar– el grafeno. Simplemente se pensaba que tal hazaña no sería
posible ya que un material de esas características sería altamente inestable.
Quien lo logró fue Andre Geim, un físico ruso formado en su país natal que luego se radicó en Gran
Bretaña, donde investiga en la Universidad de Manchester. Junto a Konstantin Novoselov, un
compatriota con quien trabaja en la misma área, Geim publicó los resultados del estudio “Electric
field effect in atomically thin carbon films"
[www.condmat.physics.manchester.ac.uk/pdf/mesoscopic/publications/graphene/
Science_2004.pdf], en la revista Science, el 22 de octubre de 2004. En reconocimiento de su
aporte –el aislamiento y la caracterización del nuevo material–, ambos recibieron el Premio Nobel
de Física en 2010.
Lo singular radica en el ingenioso método que Geim y Novoselov pusieron en práctica para obtener
una única lámina de grafeno. Según reconoció Geim, en una entrevista años atrás, en su
laboratorio ordenó a un estudiante de doctorado obtener la capa más fina posible a partir de una
pieza de grafito. El joven utilizó un aparato y obtuvo una diminuta pieza de aproximadamente 0,01
milímetros, que equivalen a un millar de láminas de grafeno.
¿Cómo logró Geim, entonces, obtener una capa aun más delgada del material? Con uno de los
insumos más baratos del planeta: cinta Scotch. Colocó la banda sobre el grafito y la despegó. De
esa forma, diminutas películas quedaron adheridas a la cinta. La plegó sobre sí misma y volvió a
separarla. Repitió este paso una veintena de veces. En cada ciclo, las capas se iban separando
cada vez más. Al final del proceso, el experimento les permitió alcanzar un mínimo espesor. Luego
transfirieron las láminas a un sustrato de silicio y con observaciones mediante microscopios
ópticos, lograron detectar que algunas de las láminas tenían un espesor de apenas un átomo y, a
pesar de todo, eran químicamente estables a temperatura ambiente.
“Lo que hizo muy popular al grafeno es que Geim y Novoselov lograron ponerlo al alcance de
prácticamente cualquier laboratorio en el mundo, porque el equipamiento necesario para aislarlo
es mínimo y el grafito es relativamente barato. Es un mensaje revolucionario, porque demuestra
los avances que se pueden lograr con recursos materiales relativamente modestos”, explica Foa
Torres.
Desde entonces, el grafeno estuvo bajo la lupa de la comunidad científica internacional. Es un
campo de estudio que avanza a una velocidad sin precedentes. Sus posibles aplicaciones son
innumerables: transistores ultra rápidos, pantallas táctiles, celdas solares, dispositivos electrónicos
flexibles y sensores de gases. Hasta el presente mediante métodos cuasi-industriales se han
logrado crear planchas de más de medio metro de ancho de grafeno [Más
información: www.nature.com/nnano/journal/v5/n8/abs/nnano.2010.132.html]
El paper original que Geim y Novoselov publicaron en Science ha sido citado en más de 6.000
oportunidades, además de ser uno de los trabajos que les valió el máximo reconocimiento
científico. Para ponerlo en perspectiva, un típico trabajo en Science recibe, a grosso modo, entre
30 y 50 citas. Otro estudio señala que del total de papers publicado en la prestigiosa America
Physical Society, en los últimos 110 años, cerca del 70 por ciento no colecta más de diez citas en
su historia [http://citeseerx.ist.psu.edu/viewdoc/download?
doi=10.1.1.73.6511&rep=rep1&type=pdf].
Nada mal para Geim, un científico oriundo de Sochi, una localidad rusa sobre la costa este del Mar
Negro, cuyo primer reconocimiento internacional le llegó en 2000 por haber hecho levitar una rana
en un campo electromagnético. Con ese trabajo Geim y otros colegas ganaron un Ig Nobel en
2000, una distinción que parodia el premio que concede la Real Academia de las Ciencias de
Suecia, y busca reconocer trabajos que primero provocan sonrisas, pero luego ayudan a la gente a
pensar.
Geim es el único que hasta el presente ostenta el exclusivo mérito de haber ganado un Ig Nobel
(2000) y un Nobel una década después.
El estudio sobre ballenas más largo del mundoCada año, Mariano Sironi estudia las ballenas francas que llegan a la Península de Valdés. El suyo
es un trabajo de observación y paciencia, que implica mirar a los animales durante horas en su
ambiente natural. En sus observaciones ha bautizado a algunas de estas ballenas y tiene
registrados muchos días de sus vidas. Este trabajo minucioso le ha permitido entender por ejemplo
el comportamiento y desarrollo social de las ballenas francas juveniles y observar fenómenos
como el aumento de la mortandad de estos animales y un intervalo cada vez mayor entre
pariciones. [12.12.2011]
Mariano Sironi es profesor adjunto en la Cátedra de Diversidad Animal II de la Facultad de Ciencias
Exactas, Físicas y Naturales de la UNC, y Director Científico del Instituto de Conservación de
Ballenas, organismo desde el cual hace más de 40 años se viene monitoreando a la ballena franca
austral en Península Valdés.
“Nuestro trabajo en ballenas es el estudio de mayor continuidad en el mundo basado en la foto
identificación de individuos. Los relevamientos empezaron en 1970 y tenemos una muy buena
base de datos para saber cuándo empezaron los procesos, comparar situaciones, entender
cambios. Con respecto a la mortalidad de ballenas en Península Valdés sabemos que el primer pico
se dio en 2005 y en los años siguientes hubo mayor número de individuos muertos, hasta 100 en
el año 2008. Eso fue muy llamativo. Encontramos tres veces más ballenas muertas que las que
veníamos observando”, explica Sironi y agrega: “Esas mortandades elevadas llamaron la atención
de la Comisión Ballenera Internacional que regula todo lo que tiene que ver con la cacería y
conservación de ballenas en el mundo; está formada por más de 80 países. En 2010 se hizo una
reunión con especialistas en ballenas de todo el mundo, y surgieron tres hipótesis para explicar las
mortandades. Una tiene que ver con la baja en la disponibilidad de alimento, como el krill, que
puede hacer que las hembras estén desnutridas. La otra es que existan enfermedades infecciosas
que se estén transmitiendo en la población, virales o bacterianas, y que muchas veces son difíciles
de detectar. Por último, la tercera hipótesis es la relacionada con biotoxinas producidas por ciertas
algas que están creciendo más que antes por el aumento de la temperatura del mar y los residuos
que a él se arrojan. Estamos estudiando estos procesos para comprenderlos mejor”.
3.000 fotografías
El trabajo de observación del comportamiento de las ballenas se realiza desde un acantilado con el
uso de un telescopio y se complementa con un relevamiento fotográfico aéreo. Cada año se toman
unas 3.000 fotografías de alrededor de 400 ballenas. Durante los vuelos, también se registran
diversas variables como el número de ballenas fotografiadas, su edad, su distribución a lo largo del
perímetro de la Península y la
presencia de ballenas muertas
en las playas.
Durante las horas que Sironi
pasa mirando hacia el mar
para estudiar las ballenas,
realiza seguimientos focales
continuos, es decir sigue a un
individuo con un telescopio, registrando cada instante en que cambia de comportamiento. “Tenés
categorías de comportamientos que se pueden clasificar de distintas formas. Y lo vas registrando
con el momento en que se producen, anotando la hora. Para mi tesis doctoral utilicé un programa
donde estaban codificados los comportamientos en una minicomputadora. Entonces para cada
comportamiento como `natación´, `salto´ se usan distintas teclas y luego se genera un resumen
del tiempo que cada ballena pasó en diferentes comportamientos; por ejemplo, `pasó el 27% del
tiempo sola; del tiempo que pasó con otros, pasó el 30% con adultos´, y así. Esto permite hacer
una descripción bastante detallada del comportamiento animal”, explica el científico.
En esos largos días de observación, cuenta Sironi que algunos animales generan más apego por
parte del investigador que otros, y se va estableciendo un vínculo con ellos: “Todos los que
laburamos en el campo tenemos eso. En algún momento tenés una interacción especialmente
intensa con alguno de los animales –de cerca o de lejos– y será algo que te une a ese ejemplar de
manera particular. En mi caso, esa ballena se llama Mochita, nació en 1999 cuando estaba
empezando mi tesis doctoral sobre el comportamiento de ballenas francas juveniles y fue una de
las que más observé durante esa etapa. Le puse ese nombre porque le falta la punta derecha de la
cola. Yo subía al acantilado para hacer las observaciones y cada día pensaba `a ver si aparece
Mochita hoy´… Eso te va generando una relación que uno siente, aunque el animal no se dé
cuenta que estás ahí”, relata Sironi.
En ese trabajo Sironi concluyó, por ejemplo, que las hembras juveniles pasan más tiempo con
hembras adultas y jugando con las crías, probablemente como un modo de aprender el
comportamiento maternal, mientras que los machos juveniles pasan más tiempo entre ellos,
creando vínculos sociales que quizás serán relevantes durante sus vidas como ballenas adultas.
La pregunta: cuánto vive una ballena
franca austral
Aunque parezca sencilla la pregunta acerca de
la longevidad de la ballena franca austral es
difícil de contestar al día de hoy. “Todavía no
tenemos esa información porque nuestro
proyecto tiene 40 años y las ballenas viven
más que ese tiempo. En el Atlántico norte, hay
un caso puntual de una ballena franca del
norte, que es similar a la austral, que fue
fotografiada en los años 30´ y luego nuevamente en los 90´. Como al momento de la primera foto
ya tenía una cría, se supone que ya tenía al menos 10 años; entonces esa ballena tendría al menos
70 años cuando se la fotografió por última vez, ése es el registro actual de mayor longevidad de
una ballena franca. Otros estudios sobre ballenas de Groenlandia han determinado que algunos
machos pueden vivir hasta 211 años”, explica Sironi.
La conservación
“Desde el Instituto, hacemos mucho trabajo a nivel regional en Latinoamérica, somos un bloque de
40 ONGs que hemos formado un grupo con fuerte impronta conservacionista, presionando a
nuestros gobiernos para que mantengan esta postura ante la Comisión Ballenera Internacional.
Representamos un problema para países somos Japón, Noruega, Islandia, que tienen otra posición.
Por ejemplo, Japón caza ballenas disfrazando la cacería con un programa de pseudo ciencia que
consiste en cazar unas 900 ballenas por año con fines supuestamente científicos. El verdadero
objetivo es vender su carne”, comenta Sironi.
El Instituto de Conservación de Ballenas lleva adelante un programa de adopción de ballenas, en el
que los usuarios que colaboran pueden seguir sus comportamientos e historias de vidas, así como
los estudios de los que son parte. Más información sobre el programa puede obtenerse en
Por qué el universo tiene menos galaxias enanas de las que deberíaLa teoría astronómica predice la existencia de miles de galaxias enanas, pero las observaciones
sólo alcanzan a visualizar unas decenas. Científicos del IATE-UNC, junto a colegas de Alemania,
Israel, Canadá y España, propusieron una innovadora explicación para esta paradoja, uno de los
mayores problemas de la astronomía actual. [06.12.2012]
Formación estelar en la galaxia enana NGC 1569 / NASA
Matías se asoma por la ventana y observa. Gira y dispara la pregunta: “¿Y el sol?”. “Se fue a
dormir”, contesta su mamá pensando una explicación que satisfaga la curiosidad de sus tres años.
“Hizo noche”, dice a medio camino entre la afirmación y la pregunta, y vuelve a interrogar
mirando al cielo: “¿Y la luna? En estas frases, el pequeño parece resumir –con su simpleza infantil–
las inquietudes que, desde el hombre más primitivo a nuestros días, motivaron a la humanidad a
observar el cielo en busca de respuestas a múltiples interrogantes.
Esa búsqueda continúa y adquiere características cada vez más complejas, a medida que los
astrónomos van encontrando algunas explicaciones. Uno de los problemas actuales que intenta
resolver la Astronomía y que lleva más de una década sin solución, radica en que los modelos
teóricos predicen la existencia de miles de galaxias enanas en el universo, pero las observaciones
astronómicas sólo visualizan algunas decenas. Esta contradicción quedó establecida en 1999 como
el "problema de las galaxias faltantes".
Alejandro Benítez-Llambay y Mario Abadi, científicos del Instituto de Astronomía Teórica y
Experimental (UNC-Conicet) y el Observatorio Astronómico de Córdoba (UNC), junto a colegas de
Alemania, Israel, Canadá y España, propusieron una innovadora explicación.
En pocas palabras, los astrónomos plantean que durante su desarrollo, estas galaxias enanas
atravesaron zonas de alta densidad de polvo y gas en el universo, en ese proceso perdieron el gas
que necesitaban para formar estrellas, y eso detuvo su crecimiento. ¿Cómo perdieron su gas? “Por
la fricción que se da entre dos medios gaseosos que se mueven uno a través del otro”, explica
Benítez-Llambay.
Galaxias en la mira
Por definición, las galaxias poseen mil millones de estrellas aproximadamente. Las "enanas", en
cambio, apenas cuentan entre diez y cien millones de astros en su interior. El trabajo de los
científicos argentinos se enfocó sobre estas últimas, particularmente aquellas que se encuentran
desparramadas en el universo y sin relación gravitacional con la Vía Láctea.
El estudio implicó fabricar un universo virtual. En una supercomputadora ubicada en España, se
simuló la evolución de un sector del universo, desde el Big Bang hasta la actualidad, algo así como
13.700 millones de años. El software que debió resolver las ecuaciones trabajó varios meses. La
idea fue "comprimir" toda la vida del universo y poder mirarla bajo el formato de animación.
Ello les permitió observar que si bien el universo surgió de un punto inicial donde la distribución de
la materia era homogénea, con el tiempo comenzaron a aparecer pequeñas irregularidades o
“grumos”, donde la fuerza de gravitación (atracción) fue mayor que la de expansión. Estas
singularidades fueron aislándose y tornándose más densas. Así fueron formándose las estrellas y
luego las galaxias.
El dato es que las galaxias se fueron formando en una región privilegiada, de alta densidad.
Algunas de ellas, aisladas y todavía en fases embrionarias, atravesaron esa zona de alta
concentración de polvo y gas, y “la fricción generó un efecto túnel de viento que le sopló todo el
gas”, explica Mario Abadi.
"Si se observa en detalle (la simulación), se ven las galaxias y una especie de colas, como los
cometas. Dejaron una estela. Pasaron de largo por esta zona de alta densidad y todo su material
les fue robado. A largo plazo, la consecuencia es que estas galaxias quedaron despojadas de todo
el gas, el combustible necesario para crear estrellas. No se pudieron formar los astros y quedó lo
que llamo 'galaxias frustadas', porque nunca llegaron a convertirse en tales", agrega.
Esto explicaría por qué teóricamente se espera la existencia de cierto número de galaxias y en
realidad sólo se ven unas pocas.
Hasta el presente, la hipótesis de los científicos del IATE no había sido explorada. "Se había
pensado en fenómenos similares, pero en regiones del universo con una densidad muchísimo más
elevada, en los cúmulos de galaxias, donde existen miles de galaxias que interactúan entre sí y
están en constante movimiento", aclara Abadi. De hecho, él junto a colegas de Inglaterra fueron
uno de los equipos que había estudiado este fenómeno en los cúmulos de galaxias.
DATOS DEL ESTUDIO
Título: “Galaxias enanas y la red cósmica”
Equipo científico: Alejandro Benítez-Llambay y Mario Abadi del Instituto de Astronomía Teórica y
Experimental y el Observatorio Astronómico de Córdoba de la Universidad Nacional de Córdoba;
Julio F. Navarro del Departamento de Física y Astronomía de la Universidad de Victoria (Canadá);
Stefan Gottlöber y Matthias Steinmetz del Instituto Leibniz de Astrofísica (Alemania), Gustavo
Yepes del Departamento de Física Teórica de la Universidad Autónoma de Madrid (España); y
Yehuda Hoffman del Instituto de Física Racah de la Universidad Hebrea de Jerusalem.
GALAXIAS FRUSTRADAS | POR MARIO G. ABADI
A veces espirales, otras elípticas, pero siempre majestuosas, las galaxias son
sistemas monstruosos formados por miles de millones de estrellas, gas y polvo. Conocidas también
como universos islas, su condición monstruosa no proviene, precisamente, por ser contrarias al
orden de la naturaleza, sino por sus tamaños inmensos y su cualidad de objetos extraordinarios.
Nuestra galaxia, la Vía Láctea, es sólo una de las cientos de miles de millones de galaxias que
pueblan el universo y nuestro Sol, es una de las innumerables estrellas que la habitan. Está
rodeada de una veintena de galaxias mucho más pequeñas que la orbitan de manera análoga a
como la Luna orbita alrededor de la Tierra. De tamaños considerablemente más pequeños, estas
galaxias se denominan galaxias enanas, o también galaxias satélites ya que orbitan alrededor de
una galaxia principal.
Al igual que muchas de las poesías de Edgar Alan Poe, las galaxias, están rodeadas de un halo de
misterio. Literalmente. A partir de la década de 1970, los astrónomos comenzaron a acumular
evidencia observacional de que las galaxias están rodeadas de enormes cantidades de un extraño
material no luminoso, conocido en la jerga científica como materia oscura.
Lea la columna completa en esta página.
Galaxias frustradasPOR MARIO G. ABADI | A veces espirales, otras elípticas, pero siempre majestuosas, las
galaxias son sistemas monstruosos formados por miles de millones de estrellas, gas y polvo.
Conocidas también como universos islas, su condición monstruosa no proviene, precisamente, por
ser contrarias al orden de la naturaleza, sino por sus tamaños inmensos y su cualidad de objetos
extraordinarios.
Formación estelar en la galaxia enana NGC 1569 / Nasa
Nuestra galaxia, la Vía Láctea, es sólo una de las cientos de miles de millones de galaxias que
pueblan el universo y nuestro Sol, es una de las innumerables estrellas que la habitan. Está
rodeada de una veintena de galaxias mucho más pequeñas que la orbitan de manera análoga a
como la Luna orbita alrededor de la Tierra. De tamaños considerablemente más pequeños, estas
galaxias se denominan galaxias enanas, o también galaxias satélites ya que orbitan alrededor de
una galaxia principal.
Al igual que muchas de las poesías de Edgar Alan Poe, las galaxias, están rodeadas de un halo de
misterio. Literalmente. A partir de la década de 1970, los astrónomos comenzaron a acumular
evidencia observacional de que las galaxias están rodeadas de enormes cantidades de un extraño
material no luminoso, conocido en la jerga científica como materia oscura.
Este material de naturaleza aun desconocida, es fundamentalmente diferente de la materia común
y corriente (átomos) que compone cualquier objeto que conozcamos. De manera similar a los
icebergs, que flotan a la deriva en los océanos, dejando visible sobre la superficie del mar sólo la
octava parte de su volumen total, el halo de materia oscura que envuelve a cada galaxia es mucho
más masivo que ella misma, llegando a tener varias veces la masa de la galaxia que habita en su
centro. Estos halos de materia oscura juegan un papel fundamental en la vida de una galaxia ya
que sin ellos, las estrellas se escaparían de las galaxias debido a las altas velocidades a las que se
mueven.
La existencia de esta materia oscura ha cambiado radicalmente no sólo la idea que tenemos de las
galaxias, sino también la cosmología misma, es decir, las ideas sobre el origen y la evolución
pasada y futura del Universo entero.
El modelo cosmológico más aceptado actualmente establece que la materia oscura está
distribuida espacialmente en halos que rodean a cada una de las galaxias individuales que se
observan. Sin embargo, utilizando supercomputadoras poderosísimas para generar universos
virtuales, los teóricos predicen que la cantidad de halos que deben existir son mucho más que la
cantidad de galaxias que los observadores detectan.
Esta tensión entre la teoría y las observaciones es uno de los conflictos más acuciantes que
enfrenta el área de formación de las galaxias. Se lo conoce como el problema de las “galaxias
satélites faltantes” porque la diferencia entre el número de galaxias observadas y el número de
halos de materia oscura predicho por los modelos teóricos es especialmente dramática si se
consideran particularmente galaxias de baja masa. La magnitud de esta diferencia es muy notable.
Los trabajos teóricos predicen que en el halo de materia oscura de una galaxia como nuestra Vía
Láctea deberían existir alrededor de unos miles de halos más pequeños. Esto contrasta
enormemente con la escasa veintena de galaxias satélites que tiene nuestra Galaxia y que han
sido detectadas con enorme esfuerzo, incluso utilizando los telescopios más poderosos ubicados
sobre la superficie terrestre o en órbita alrededor de la Tierra.
Utilizando simulaciones de formación de galaxias de muy alta resolución, hemos propuesto
recientemente una solución plausible a este problema que lleva más de una década sin descifrar.
Las galaxias están distribuidas en el Universo formando estructuras colosales, lejos de tener una
distribución homogénea. Por el contrario, están distribuidas en estructuras de tamaños colosales
en una distribución intrincada y laberíntica de tipo esponja con grandes cantidades de gas en el
espacio entre las galaxias.
Esta distribución está caracterizada por montones de filamentos, puentes, túneles y huecos que se
tuercen y entrecruzan. A medida que estas estructuras se forman, otras galaxias que no
pertenecen a las mismas, las atraviesa a velocidades altísimas del orden de 300 kilómetros por
segundo. El gas de una galaxia fricciona con el gas que está en estos filamentos generándole un
efecto similar a un túnel de viento. Las galaxias enanas no poseen la fuerza gravitacional
suficiente para retener su gas y por lo tanto escapa de la galaxia formando una cola gaseosa en
dirección opuesta a su movimiento. Una vez que han perdido el gas, estas galaxias malogradas ya
no cuentan con el combustible para formar estrellas dejando sus halos de materia oscura vacíos
de gas y estrellas. Huérfanos de material luminoso, los halos de materia oscura vagan,
indetectables sin luz y sin brillo, por la inmensidad del universo.
Este trabajo ha sido llevado a cabo, como parte de una colaboración internacional, en el
Observatorio Astronómico y en el Instituto de Astronomía Teórica y Experimental (IATE) por el Lic.
Alejandro Benitez-Llambay y el Dr. Mario G. Abadi astrónomos de la Universidad Nacional de
Córdoba y del CONICET.
Todo sobre la lluviaCon el objetivo de analizar qué elementos están presentes en el agua de lluvia de Córdoba, un
grupo de investigadores del Laboratorio de Física de la Atmósfera de la Facultad de Matemática,
Astronomía y Física colectó muestras de agua de lluvia durante tres años. Luego, las analizaron
mediante la técnica de fluorescencia de rayos x. Ahora, por primera vez, existe una radiografía
completa de la lluvia cordobesa. [10.12.2012]
Un grupo de investigadores del Laboratorio de Física de la Atmósfera de la Facultad de Matemática
Astronomía y Física de la UNC colectó 280 muestras de agua de lluvia entre los años 2009 y 2012
para hacer un análisis de los elementos, especialmente de los contaminantes, que pudieran estar
presentes en el agua de lluvia. En diálogo con el periódico digital Hoy la Universidad, los
investigadores María Laura López, María Lila Asar y Eldo Ávila cuentan los detalles y resultados del
trabajo.
¿Cómo fue la recolección de agua de lluvia para analizar?
María Lila Asar (MLA): - Primero hicimos una colecta de toda el agua de lluvia que cae en un
evento, esas muestras las llamamos “de lluvias totales” porque es una muestra de todo lo que
cayó en un día completo. Después hicimos una colecta de lluvia secuencial, juntamos por separado
en una misma lluvia los primeros 4 milímetros y los siguientes y los siguientes, esas se llaman
“muestras secuenciales”, nos permiten ver cómo en la misma lluvia va cambiando la
concentración de contaminantes que puede haber en la atmósfera y que son barridos por la lluvia.
Tenemos así dos tipos de muestras, un muestreo fue para la lluvia completa y otro para
“pedacitos” de lluvias. En total son 280 muestras tomadas entre septiembre de 2009 y abril del
2012, durante tres períodos estivales de lluvia, en tres puntos de Córdoba, Centro, Arguello y
Ciudad Universitaria. Las muestras se filtran y se concentran por evaporación, para luego ser
analizadas.
¿Y cómo hicieron el análisis de las muestras?
María Laura López (MLL): - además de los análisis que hacemos aquí, presentamos un proyecto de
trabajo al Laboratorio Nacional de Luz Sincrotrón (LNLS) en Campinas, Brasil, explicando la
importancia del tema de estudio y accedimos a analizar las muestras en el sincotrón. La técnica
sincrotrón es muy interesante. Un sincrotrón mantiene electrones en movimiento. Mediante
campos magnéticos se altera varias veces la trayectoria de los electrones, hasta que terminan
circulando en una especie de anillo. La radiación sincrotrón se genera cuando la trayectoria de los
electrones es alterada; así se detectan los diferentes elementos.
¿Y qué elementos encontraron?
MLA: Nosotros ya habíamos medido aquí el pH y la conductividad del agua que son medidas
básicas y dan una idea de la acidez que tiene el agua. Si en la atmósfera hay gases, que provienen
en general de emisiones industriales, esos gases se disuelven en el agua y la hacen ácida. En
nuestra lluvia, el pH en todos los casos se mantiene neutro eso indica que no tenemos “lluvia
ácida”, no tenemos problemas de ese tipo. El otro estudio que hicimos fue la conductividad, que
era medirle la concentración de sales, la concentración total que está disuelta en el agua de lluvia.
Mayoritariamente lo que encontramos parece ser elementos del suelo: manganeso, titanio, azufre,
calcio que están presentes en cantidades normales. Eso va vía viento, el polvo en suspensión
muchas veces es capturado por las gotas de lluvia, las gotas se forman sobre esas partículas y las
atrapan, igual que pasa con los gases. Por eso la lluvia nos muestra todo lo que hay en la
atmósfera de una región.
Y la técnica sincotrón, ¿que les permitió medir?
MLL: - Es el mejor método porque permite detectar concentraciones muy pequeñas de los
elementos. Analizamos potasio, calcio, azufre, titanio, vanadio, cromo, manganeso, hierro, cobalto,
niquel, cobre y zinc; lo que se vio es todo dentro de lo normal, son concentraciones dentro de los
valores recomendados por la Organización Mundial de la Salud para consumo de agua potable,
incluso por debajo de esos valores. Además medimos elementos más peligrosos como rubidio,
estroncio, selenio, plomo y arsénico y no se encontró nada de eso. La técnica de fluorescencia de
rayos x no permite detectar elementos muy livianos, tales como el fósforo, presentes en los
pesticidas, así que estos contaminantes quedaron fuera del análisis.
En la misma lluvia, ¿va cambiando la concentración de los elementos que pudieron
medir?
MLA: En los primeros cuatro milímetros se presentan las mayores concentraciones y luego la caída
de los valores de concentración es exponencial. La limpieza de la atmósfera que hace la lluvia es
muy efectiva.
¿Y hubo diferencias entre las lluvias de 2009 y las actuales?
MLA: - No hubo variación temporal de las lluvias totales y tampoco hubo variación entre las
muestras tomadas en el Centro, en Arguello y en Ciudad Universitaria porque el aire se mueve y se
homogeniza; la lluvia no es específicamente del lugar donde cae, sino de la región.
Además de constituir una base para futuras investigaciones, ¿cuál es la trascendencia
de este análisis?
Eldo Ávila: - Además de poder seguir la evolución de contaminantes en la atmósfera, esta
investigación nos va a llevar a estudiar cuáles son las partículas que actúan como nucleantes de
gotas en la producción de nubes. Hay emisiones que pueden formar más nucleantes y cambiar el
régimen de precipitaciones. Las partículas que producen mayor nucleación pueden ser las que son
producto de la combustión, de la quema de bosques. Entonces aumenta la cantidad de gotas, hay
muchas gotas chiquitas y livianas, que no caen. Está muy nublado y no llueve porque las que caen
son las gotas más grandes, a las otras se las puede llevar el viento. En Amazonas se observó este
fenómeno y se relacionó las quemas con la sequía. Hay más nubes y llueve menos. Esto no afecta
el aumento de temperatura pero sí el régimen de precipitaciones y así se influye en el clima. La
trascendencia de este estudio está dada en la posibilidad de estudiar a nivel local factores que
influyen en el cambio climático.
Los anfibios de Córdoba padecen el deterioro del paisajeEl biólogo Julián Lescano espera las lluvias del verano para ir a las lagunas a estudiar las especies
de anfibios que las habitan. En la noches posteriores a la lluvias, los adultos de la especie se
reproducen y lo hacen cantando. Lescano puede entonces observarlos o reconocerlos por su canto
y saber así cuántos y de qué especie son. Su investigación señala que debido a la degradación
ambiental, en algunas lagunas donde debiera haber diez especies de anfibios, en la actualidad hay
sólo tres. [03.10.2012]
Phyllomedusa sauvagii
En el marco de su tesis de doctorado, Lescano investiga cuáles son los efectos que tiene la
modificación de los hábitats locales sobre algunas especies y cómo afecta la degradación del
paisaje a la diversidad de anfibios del bosque del Chaco árido de Córdoba. Su estudio se desarrolla
en el noroeste provincial, entre las Salinas Grandes y Villa Dolores. “Cuando llueve, los anfibios se
reproducen explosivamente. Entonces lo que hacemos es ir de noche a las charcas y lagunas a
contar cuántos individuos hay y de qué especie son. Se trabaja en tres o cuatro lagunas cada
noche, con altas temperaturas y vamos planillando lo que vemos. También registramos lo que
escuchamos porque cada especie tiene un canto distinto. Además se caracteriza el ambiente, la
laguna, el bosque circundante y la composición físico – química del agua”, cuenta Lescano.
En Córdoba hay 70 especies de reptiles y unas 35 de anfibios. El conjunto faunístico conformado
por estos dos grupos se denomina hepterofauna y tiene problemas de conservación a nivel
mundial. “Los anfibios tienen un ciclo de vida y una biología complejos y muchas veces no son
tomados en cuenta por las políticas de conservación. Su piel es muy fina y húmeda, y dependen de
los ambientes acuáticos así como del entorno terrestre alrededor de los mismos, por eso son tan
sensibles a la degradación ambiental”, explica Gerardo Leynaud, director del grupo de
investigación en el que trabaja
Lescano, y agrega: “En
nuestro grupo estudiamos los
factores que afectan a la
hepterofauna a escala de
hábitat local, de paisaje y a
escala regional. En el trabajo
de Julián se abordan los
anfibios de la región del
noroeste de Córdoba que ha sido reconocida como una prioridad en términos de necesidad de
conservación. Esta región sufre uno de los niveles de degradación más altos del país debido a la
tala, el fuego y el sobrepastoreo. Por todo esto, en algunos sectores la cubierta boscosa original se
ha reducido a menos del 20 por ciento”.
La investigación realizada a partir de datos obtenidos en 50 cuerpos de agua del noroeste de
Córdoba señala que a escala de paisaje, la pérdida y degradación de las masas boscosas afecta
negativamente a la diversidad de los ensambles de anfibios.
“Lo que vemos es que lo que más afecta a la diversidad de anfibios es la composición del hábitat
en las lagunas y particularmente la cobertura de bosques en el entorno terrestre. Mientras menos
bosque en kilómetros a la redonda, menos diversidad de anfibios en las charcas. Además, mientras
más separadas están las lagunas, también hay menos diversidad. A grandes rasgos, vemos que en
las charcas aisladas que están en zonas muy degradadas suele haber tres o cuatro especies y
debería haber diez”, comenta Lescano a modo de síntesis.