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EDUCACIÓN, POLÍTICA GUBERNAMENTAL Y POLÍTICAS PÚBLICAS
EDUCATIVAS
Por: Dr. Heriberto Dante Santos Lozano
Catedrático Escuela de Ciencias de la Educación
Resumen
La escuela rural, se convirtió en el eje del sistema educativo posrevolucionario, la
educación laica que estableció el Constituyente de 1916-1917, se transformó en una
educación de corte socialista en la reforma de 1934. En lo que concierne al aspecto técnico
pedagógico de la educación, los diversos regímenes presidenciales se han distinguido por
importar planes educativos que le son ajenos al medio ambiente y contexto de México.
Como ejemplo, se pueden señalar: el método de complejos traído de la URSS, la Pedagogía
social de Alemania, las Competencias de Suiza, etc.
A su vez, una política gubernamental, es aquella, en la cual, el gobierno actúa por sí solo,
mientras que, una política pública, es una consecuencia de propuestas políticas, que surgen
de un proceso de análisis, en el cual intervienen además del gobierno, diversos actores
interesados en la materia de que se trate. Por lo tanto, es aconsejable que en el aspecto
educativo, se privilegie la construcción de una política pública, que venga a desvanecer el
dictado de órdenes y recomendaciones de carácter vertical.
Palabras clave: Políticas, gubernamentales, públicas, educativas.
Introducción
Este ensayo al cual hemos denominado, “Educación, Política Gubernamental y Políticas
Públicas Educativas”, es una respuesta a la invitación a escribir en el No. 5 de la Revista
Digital de la ECE. Al examinar la educación, partimos del contexto del México
posrevolucionario, de ahí que al revisar el antecedente histórico de las decisiones
gubernamentales en esta materia, encontramos, que después de la lucha revolucionaria de
1910-17 y el caudillismo como secuela, el país quedó devastado literalmente. México era
un país de campesinos y su población en una proporción 80-20 se distribuía en el campo y
en las zonas urbanas. Alfabetizar a los mexicanos, sí que era un gran desafío para los
gobiernos posrevolucionarios.
Es así, que durante el Régimen del Presidente Álvaro Obregón se funda la
Secretaría de Educación Pública en septiembre de 1921, quedando al frente de la misma el
filósofo oaxaqueño José Vasconcelos Calderón. Para este pensador a juicio de Carlos
Ornelas (1999) “un pueblo sin educación y sin cultura, será siempre esclavo y víctima de
unos cuantos dictadores y plutócratas sin moral”. En la óptica vasconceliana tener pueblos
educados, civilizados, conscientes de su pasado, con fe en el porvenir y culturalmente
homogéneo, es la base de la nacionalidad y el mejor antídoto contra la opresión. Por lo
tanto, es de necesidad para conseguir cierta inmunidad contra la opresión, enseñar en
primer término a leer a las masas.
Para tal efecto, el fundador de la SEP organizó las misiones culturales y las casas
del pueblo. Sin embargo, se puede leer en el texto de Carlos Ornelas (1999, p. 104) que la
parte de la polémica tanto de la obra como de la visión de Vasconcelos, radicó en la
educación para los indios y en su concepto de la raza cósmica. El autor del “Ulises Criollo”
insistía que el Departamento de Enseñanza Indígena era transitorio y que solamente era
para castellanizar a los indios, pero que, en cuanto éstos dominaran el español, serían
enviados a la escuela rural para que se fundieran con los mestizos sin distinción de razas.
Castellanizar sería entonces una condición indispensable para que los indios se asimilaran a
la nacionalidad mexicana.
Por otra parte, en octubre de 1931, es designado Narciso Bassols, Secretario de Educación
Pública, por el Presidente Pascual Ortiz Rubio. Para este ideólogo marxista, la escuela
debía enseñar al pueblo mejores métodos de producción con el propósito de satisfacer las
necesidades económicas de los campesinos y los proletariados rurales. En la
conceptualización del valor económico de la educación Bassols enuncia que la “división del
trabajo exige diferenciar los conocimientos de las aptitudes, pero que, por encima de esa
diversidad, la obra educativa tiende a asimilar a los nuevos elementos humanos dentro de
las formas de organización y de trabajo del grupo”. Y en consonancia con lo precedente, en
la óptica de Bassols, en el aspecto económico de la educación, se espera incorporar a los
jóvenes al proceso de producción de la riqueza, sumando unidades de refresco en los
cuadros de la estructura económica y social.
A su vez, en el sexenio del Presidente Manuel Ávila Camacho, hubo tres Secretarios de
Educación Pública. El segundo de ellos, Octavio Véjar Vázquez, además de combatir a la
educación socialista y a las escuelas rurales, impulsó la “pedagogía del amor”, como
estrategia para acentuar la armonía social y acabar con la lucha de clases.
Sin embargo, a pesar de que esta propuesta ideológica del segundo de los secretarios
de educación ávilacamachista, hacía llamados a la bondad y demás virtudes del hombre,
para acabar con la desigualdad y hacer del país una gran nación. Sin embargo, a la hora de
llevarla a la práctica, intentó imponerla de una manera tan arbitraria y autoritaria, que lo
único que resultó, fue una gran resistencia, sobre todo de los maestros, a cumplir con las
instrucciones oficiales. Defenestrado Véjar Vázquez, fue designado para sustituirlo Jaime
Torres Bodet (1943-1946) y una de las primeras tareas que le encargó el Presidente Ávila
Camacho, fue la de llamar a la unidad del magisterio, que se encontraba atemorizado,
confrontado, perseguido y reprimido por el Secretario de Educación que había sido
sustituido por Torres Bodet.
El resultado de la instrucción presidencial, fue la celebración del Congreso que
fundó al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, el 30 de diciembre de 1943.
Si bien es cierto, que Torres Bodet con solamente 6 días de haber asumido el cargo de
Secretario de Educación Pública, acudió a la parte formal de la unificación del magisterio,
en lo que concierne a la reforma del art. 3º constitucional que establecía la educación
socialista desde 1934, tuvo una participación relevante en la 2ª reforma al art. 3º
constitucional. Esta segunda reforma le quita el concepto de socialista a la educación al ser
publicada en el Diario Oficial de la Federación el 30 de diciembre de 1946, es decir, un mes
después de haber concluido el sexenio ávilacamachista.
Complementariamente a lo anterior, en este ensayo también se aborda, la obra
realizada por Jaime Torres Bodet, en su segundo ejercicio como Secretario de Educación
Pública, durante el sexenio del Presidente Adolfo López Mateos (1958-1964). Aparece
también en el cuerpo de esta investigación etnográfica, las aportaciones de dos educadores
sobresalientes: Rafael Ramírez y Moisés Sáenz Garza, así como, la primera reforma al art.
3º constitucional, para darle un sesgo socialista a la educación. En esta acrobacia
ideológica, se pretendía que la escuela organizara sus enseñanzas y actividades, de tal
forma, que le permitiera crear en la juventud un concepto racional y exacto del universo y
de la vida social.
Al final del ensayo, se aborda la sustancia del mismo, es decir, la diferencia entre
una política gubernamental y una política pública. En este contexto se adopta y define a la
política pública, como las propuestas de política, que surgen de un proceso de análisis en el
que participan, además del gobierno, varios actores que tienen distintas respuestas a un
mismo problema y sugieren o en su caso, presionan al gobierno en un sentido determinado.
Al final de este documento aparecen las conclusiones y que hacen la función de síntesis del
mismo.
1. Fundamentación teórica
Hay un mandato constitucional que obliga a los mexicanos, ha que sus hijos o
pupilos concurran a las escuelas públicas o privadas, para que obtengan la educación básica
obligatoria que incluye: el preescolar, la primaria, la educación media básica y la media
superior. Sin embargo, para que los padres o tutores estén en condiciones de cumplir con
este imperativo educativo, es de necesidad que el Estado mexicano, cumpla a su vez, con el
mandato que la misma constitución establece, que esta institución estatal en sus tres niveles
de gobierno, debe impartir educación y adicionalmente, que ésta debe ser gratuita. Por lo
tanto, esta correlación entre el mexicano y el Estado en cuanto a la prestación del servicio
educativo se refiere, representa un elemento relevante, en la fundamentación teórica, que
nos permite examinar las decisiones de los gobiernos mexicanos posrevolucionarios, en las
diferentes formas que los regímenes políticos han implementado para cubrir las necesidades
de educación de la población escolar.
Por otra parte, a la educación se le considera dentro del universo de los derechos
humanos, lo que hace, que el Estado mexicano no pueda permanecer indiferente, a un
derecho que también es tutelado por diversos organismos internacionales como la
Asamblea General de la ONU, en su Declaración Universal de los Derechos Humanos, del
10 de dic. de 1948, así como, la UNICEF o el Pacto de San José, etc. A propósito de estos
organismos internacionales, su normativa establece el derecho que tienen los padres de
familia a escoger para sus hijos el tipo de educación que deseen. En síntesis, en lo que
concierne a la educación, es recomendable atender las opiniones y sugerencias de todos los
actores y agentes que participan en el hecho educativo.
2. Estrategias educativas de los gobiernos posrevolucionarios
En el texto que coordinó Fernando Solana et al, “Historia de la educación pública en
México” (2004) se afirma que al tiempo en que se crea la Secretaría de Educación Pública
en 1921, ya había en el país 25,312 maestros de educación primaria. Esta cifra es muy
considerable, si se atiende que dos años antes, en 1919, apenas si existían 9,560. Es decir, el
incremento de maestros del nivel de primaria representa un 164.76%.
En lo que concierne a la educación y sus contenidos, la Escuela rural, se convirtió
en el eje del sistema educativo posrevolucionario. A su vez, las Misiones Culturales, así
como las escuelas normales rurales y urbanas, las tecnológicas, las centrales agrícolas y
regionales campesinas, etc. le dieron complemento a la educación rural. Dos educadores
sobresalen en la cruzada por la educación rural: Rafael Ramírez y Moisés Sáenz. Para
aquél, la escuela rural mexicana es una institución genuinamente socializante, y también
una escuela es socializada cuando su programa de trabajo tiene un contenido social
realmente integrador.
Por su parte, para Moisés Sáenz, “quizás no haya lección que más necesitemos
aprender en México que ésta de la socialización, porque nuestra tierra es, por una parte,
país de individualistas, y por otra, de organismos autocráticos…dice el maestro Sáenz –La
iglesia, el Estado y el capitalismo autoritario y centralistas los tres, se han aliado para
dominar y explotar”.
En 1934, al reformarse por primera vez el art. 3º constitucional, el gobierno
mexicano realiza una acrobacia ideológico educativa de cierta audacia. Por una parte, queda
establecida explícitamente la educación socialista en la reforma constitucional y por
consecuencia, la escuela organizaría sus enseñanzas y actividades en forma que permita
crear en la juventud un concepto racional y exacto del universo y de la vida social. En
cuanto a lo que corresponde estrictamente a lo técnico pedagógico, se trajo de la Unión
Soviética el método de complejos. El plan de acción de la primaria adoptó este método
globalizador que fracasó al igual que en el decenio anterior lo había hecho el método de
proyectos y otros más de origen norteamericano. La importación de estos programas
educativos estuvo a cargo del Instituto de Orientación Socialista. (Jesús Sotelo Inclán, p.
287).
En la parte final del sexenio de Manuel Ávila Camacho, siendo el Secretario de
Educación Pública, Jaime Torres Bodet (1943-1946), se emprendió la campaña nacional
contra el analfabetismo (había en el país un 48% de analfabetos absolutos). Es de llamar la
atención que en virtud a la ley que se expidió por el Ejecutivo para ese efecto (1944), todos
los mexicanos residentes en territorio nacional, sin distinción de sexo u ocupación, mayores
de 18 años y menores de 60 años que supieran leer y escribir y no estuvieran incapacitados,
tenían la obligación de enseñar a leer y escribir cuando menos a otro habitante de la
República, entre los 6 y 40 años que no supiera hacerlo.
Otra decisión educativa relevante, fue la fundación en 1944 del Instituto Federal de
Capacitación del Magisterio (IFCM). El propósito de la creación de este instituto fue para
capacitar a los maestros en servicio, porque solamente existían 9 mil de ellos que habían
terminado la primaria, otros tres mil que tenían estudios parciales de secundaria y otros 3
mil que habían egresado de escuelas normales rurales. En esta gestión de Torres Bodet el
presupuesto que se destinó a la educación pasó de los casi 79 millones de pesos, a 208
millones.
A su vez, en el régimen de Miguel Alemán Valdez, el Secretario de Educación,
Manuel Gual Vidal, se apoyó en los conceptos y recomendaciones de la pedagogía social o
escuela unificada, como guía principal de su política educativa. Al respecto escribe Raúl
Cardiel Reyes (2004), que el profesor normalista y doctor en filosofía Francisco Larroyo, al
realizar sus estudios de posgrado en Alemania, se trajo de aquel país para implementarla en
México la pedagogía Social, creada por el representante de la filosofía neokantiana de
Marburgo, Paul Natorp. Esta doctrina se funda en una filosofía de la cultura, que a su vez,
se apoya en una teoría de los valores. En esta circunstancia, la educación se concibe
solamente como una función formativa de la cultura. Esto quiere decir, que educar significa
ayudar al alumno a asimilar el mundo objetivo de valores que es la cultura de su tiempo.
Jaime Torres Bodet, en su segundo período como Secretario de Educación Pública,
a lo largo del sexenio (1958-1964) del Presidente Adolfo López Mateos, concibió e
implementó el “Plan para el Mejoramiento y la Expansión de la Educación Primaria en
México”. Este plan cuyo propósito era la expansión de la enseñanza primaria, es mejor
conocido como el “Plan de once años”. Como una pequeña digresión se puede hacer notar,
que este plan de mejora y expansión de la educación primaria, comprende el siguiente
sexenio por el número de años que requiere para su cumplimiento, sobre todo, por la
cantidad de dinero que había que invertir… 9 mil millones de pesos en los 11 años.
Otro gran acierto del régimen lopezmateísta, fue la creación del libro de texto
gratuito. Tan sólo en su primera edición en el año de 1960 se hizo un tiraje de más de 15
millones de ejemplares. Sin embargo, escribió Arquímedes Caballero, et al (2004) los
grupos reaccionarios y opositores sistemáticos al gobierno, desataron una ofensiva contra el
libro de texto gratuito. En este combate al libro de texto gratuito, además de la
manifestación que se organizó en la Cd. de Monterrey, en la Cd. de León, Guanajuato en el
mes de enero de 1963, frente al Presidente López Mateos, un grupo de niños mostró un
cartel que decía: “El texto único es una vergüenza para México”.
Durante el sexenio de Luis Echeverría (1970-1976), se emprendieron una serie de
reformas técnico pedagógicas que le provocaron un serio quebranto a la enseñanza
aprendizaje de niños y adolescentes, que trajo como resultado una visible baja en el
aprovechamiento escolar. Por ejemplo, en el paradigma que se adoptó en la reforma de
1972 en la enseñanza del español, el centro en el cual giraba la reforma era la “gramática
estructural”.
Con este modelo tanto el maestro como el educando fueron llevados a la confusión,
porque con el “estructuralismo” como paradigma oficial se incurría en una contradicción
flagrante. Por un lado, en la fundamentación teórica que hacía la SEP, argumentaba que los
seres humanos en todo momento expresan sus ideas o deseos por medio de estructuras
lingüísticas más o menos complejas. Sin embargo, a la hora de enseñar o examinar las
partes o elementos de cada estructura gramatical o sintagma, la reforma educativa le
complicó las cosas, tanto al profesor como al alumno. Para ilustrar lo precedente, diremos
que los programas oficiales de español en su lista de elementos que había que estudiar
incluía entre otros: al núcleo nominal del sujeto, modificador del mismo, núcleo verbal,
modificadores directos del núcleo nominal del objeto, etc.
No es difícil apreciar el grado de dificultad que se le adicionó al proceso de
enseñanza aprendizaje de la gramática de nuestro idioma y sin ningún beneficio que se
pueda percibir. Y por supuesto, todo este diseño de la reforma educativa, concebido y
dictado verticalmente desde los cubículos de la SEP. En lo que concierne a las matemáticas,
en la reforma de 1972, en un intento por mejorar el aprovechamiento escolar, se pretendió
sustituir la antigua forma de enseñanza aprendizaje de la operaciones fundamentales, por
una teoría de conjuntos que nunca fue explicada a nadie.
La concepción epistemológica predominante era la denominada “realismo
matemático”, en el cual se concibe la separación de un sujeto cognoscente, del objeto por
conocer. En esta concepción epistemológica, se parte de la idea central, que los objetos de
la matemática y sus correspondientes relaciones ya están dados, y que su existencia no
depende del sujeto que quiere conocerlos, ya que la existencia de estos objetos es previa al
sujeto. Esta manera de concebir y definir los objetos de las matemáticas, desemboca en una
didáctica de la enseñanza de las matemáticas en donde el docente es el que sabe y enseña,
y el alumno es el que recibe el conocimiento y aprende de una manera un tanto pasiva.
Por otra parte, pero en la misma línea de decisiones verticales del aparato
gubernamental en materia educativa, el sistema educativo nacional está inmerso en el
aspecto técnico pedagógico en un nuevo modelo o paradigma que se denomina “enfoque
por competencias”. Este paradigma llegó a México (viene de Suiza) primero a la educación
superior y media superior. En lo que se refiere a la educación básica y obligatoria, primero
se oficializó este enfoque en la educación preescolar (2004) y acto seguido a la educación
secundaria (2006). Sin embargo, en una decisión que nunca fue explicada, se dejó a la
educación primaria y por partes, hasta el final, para implementar este modelo educativo.
Al respecto, escribimos en la revista de la Escuela de Ciencias de la Educación,
“Nuevos Saberes y Actores en la Educación” (2011), que no debe sorprendernos que la
SEP, le haga llegar a los docentes este nuevo enfoque didáctico de una manera un tanto
sigilosa y casi furtiva. Escribimos también que esta conducta de la autoridad educativa
obedecía a nuestro parecer, a que el enfoque por competencias al ser utilizado en primera
instancia por las instituciones educativas superiores del país, dejaba a la educación básica
obligatoria en un evidente rezago en cuanto a estar a la moda y al día en las estrategias
didácticas. Y en cuanto al rol del docente, éstos profesionales de la educación volvieron a
jugar el mismo papel, el de meros recipientes de las decisiones técnico pedagógicas
dictadas obviamente, desde la verticalidad de los cubículos de la SEP.
3. Políticas Públicas
Para algunos estudiosos de las ciencias políticas, uno de sus dilemas esenciales en el
examen del concepto de “políticas públicas”, es el de establecer si hay o no, alguna relación
o vínculo entre éstas y la política propiamente dicha (2000). A su vez, Meny y Thoening,
citados por Canto Chac (p. 587), se preguntaban: ¿la política es la fuente de las políticas
públicas? O es a la inversa, ¿las políticas públicas hacen la política? Al responder ambas
interrogantes desde una perspectiva teórica, encontramos que al dar como afirmativa la
respuesta a la primera pregunta nos instalaremos en el paradigma racional-secuencial,
según el cual las políticas públicas son la consecuencia de la decisión política.
Por el contrario, si la respuesta es afirmativa a la segunda pregunta, nos remitiría a
la dimensión confrontativa-discontinua, que suele ubicar a las políticas públicas, como una
de las arenas fundamentales en las cuales se libra la lucha política.
Sin embargo, en lo que concierne al Estado mexicano, el enfoque de políticas
públicas fue visto inicialmente con cierta desconfianza, al privilegiar el análisis de
fenómenos aislados y particulares y a su vez, tomar cierta distancia de la planeación total.
Esta suspicacia hacia las políticas públicas se acentuó, cuando éstas fueron ubicadas como
parte del paquete intelectual con el que entraron en nuestro país, las reformas que ponían al
mercado en el centro de la vida social. Pero, ni con este viraje ideológico del gobierno
mexicano, no ha sido capaz de dar respuestas convincentes del todo, no sólo a los
problemas sustantivos de carácter socioeconómico de un país determinado, sino que
tampoco a los asuntos de carácter práctico. En síntesis, en el análisis de las políticas
públicas, se suele destacar la relación de mercado, ubicando al ciudadano, como un cliente
o consumidor que debe ser satisfecho por parte de quienes detentan el poder.
4. Diferencia entre una Política gubernamental y una Política Pública
Los teóricos y estudiosos de las “políticas públicas”, afirman que su diseño y
configuración, implica diferenciar con claridad lo que es una política gubernamental de una
política pública (2006). Aquélla es, cuando el gobierno por sí mismo, detecta un problema,
lo analiza, define las acciones con las que pretende resolverlo, las implementa y finalmente,
evalúa los resultados obtenidos. Por el contrario, las políticas públicas, son aquellas
propuestas de política, que surgen de un proceso de análisis en el que participan, además
del gobierno, varios actores que tienen distintas respuestas a un mismo problema y
sugieren, o en su caso, presionan al gobierno en un sentido determinado.
De lo anterior, Víctor Carreón (2006), hace notar que una de las bondades de las
políticas públicas, es que al tener elementos o ingredientes de discusión y evaluación que
adicionalmente se construye un cierto consenso social en términos generales, es la de tener
una probabilidad muy considerable de trascender en el tiempo a un sexenio gubernamental.
5. Políticas Públicas Educativas
El derecho a una educación de calidad, es un desafío de dimensiones considerables
si pretende el gobierno mexicano enfrentarlo solo. Por el contrario, es altamente
recomendable que se fomente y promueva, el diseño y la construcción de políticas públicas
educativas en las cuales, participen los diversos actores vinculados con la educación, tales
como: el propio sector gubernamental en sus diferentes niveles (federal, estatal y
municipal), los padres de familia, el sector privado, los maestros y su organización sindical
y demás instituciones. Asuntos pendientes que reclaman recursos y atención lo son sin
duda, la deficitaria infraestructura física, la escasa tecnología al servicio de la educación,
una jornada escolar que necesita ser ampliada y bien aprovechada. Adicionalmente, hay que
considerar la formación docente con los nuevos perfiles que el mundo actual exige y
necesita.
Si la contradicción es una constante que se encuentra en cualquier capítulo de la
historia de la humanidad, el Estado mexicano no puede ser la excepción. Nos referimos, a
que durante el sexenio de Miguel de la Madrid (1982-1988) y consolidado en el régimen de
Carlos Salinas de Gortari, el gobierno mexicano adopta las recetas económico ideológicas
que recomienda el neoliberalismo. Es decir, el abandono paulatino de algunas
responsabilidades del Estado, a favor de los grupos privados y empresas transnacionales. Y
la contradicción se encarna, al reformarse la Constitución Política del País, para establecer
la rectoría del Estado (art. 25) y la planeación democrática del desarrollo nacional (art. 26).
Sin embargo, desde la definición de políticas públicas que se adopta en este ensayo,
es de sumo interés lo que prescribe el texto constitucional en el ya citado numeral 26,
cuando establece que la planeación será democrática, mediante la participación de los
diversos sectores sociales, así como, la elaboración de un Plan Nacional de Desarrollo, al
que se sujetarán obligatoriamente los programas de la administración públicas federal. En
consecuencia, el contenido de los artículos 25 y 26 constitucionales, constituyen el
fundamento político constitucional, para que todas aquellas partes interesadas en cualquiera
de los sectores productivos, sustentables o educativos, como sería este caso, a participar en
el diseño y construcción de las políticas públicas.
Conclusiones
1. El caudillismo posrevolucionario, funda la Secretaría de Educación Pública en
septiembre de 1921 y emprende una amplia campaña para combatir el alto porcentaje
de analfabetos, organizando para tal propósito, misiones culturales y casas del pueblo.
2. Para Narciso Bassols, designado Secretario de Educación Pública en octubre de 1931,
por el Presidente Pascual Ortiz Rubio, la escuela debía enseñar al pueblo mejores
métodos de producción, con el propósito de satisfacer las necesidades económicas de
los campesinos y los proletarios rurales. Y en cuanto al valor económico de la
educación, la división del trabajo exige diferenciar los conocimientos de las aptitudes y
que la obra educativa tiende a asimilar a los nuevos elementos humanos dentro de las
formas de organización y de trabajo.
3. La escuela rural, se convirtió en el eje del sistema educativo posrevolucionario. El
complemento de esta escuela rural lo fueron, las misiones culturales, las escuelas
normales rurales y urbanas, las tecnológicas, así como, los centros agrícolas y
regionales campesinas.
4. La educación laica que estableció el constituyente de 1916-1917, pasó a ser una
educación socialista con la reforma de 1934 y la cual, prescribió que la escuela
organizaría sus enseñanzas y actividades de tal forma, que permitiera crear en la
juventud, un concepto racional y exacto del universo y de la vida social.
5. En lo que concierne al aspecto técnico pedagógico, los diversos regímenes
presidenciales se distinguieron por importar planes educativos, que le eran ajenos al
medio ambiente y contexto de México. Se pueden señalar entre otros: el método
globalizador o método de complejos, traído de la Unión Soviética, el cual fracasó igual,
que el método de proyectos de origen norteamericano. Otro tanto hizo Francisco
Larroyo, durante el sexenio de Miguel Alemán, al implementar la Pedagogía social o
escuela unificada, traída de Alemania. Esta doctrina se funda en una filosofía de la
cultura, en donde la educación se concibe solamente como una función formativa de
ésta.
6. En consonancia con la conclusión anterior, se puede señalar que en el sexenio de Luis
Echeverría, se emprendió una serie de reformas técnico pedagógicas que le provocaron
un gran quebranto a la enseñanza aprendizaje, que tuvo como resultado una visible baja
en el aprovechamiento escolar. Esta reforma, puso en el centro en la enseñanza del
español a la “gramática estructural”. Y en las matemáticas, el “realismo matemático”
como paradigma, fue sustituido por una “teoría de conjuntos” que no le fue explicada a
nadie.
7. Siguiendo en la misma línea de decisiones verticales del aparato gubernamental en
materia educativa, el sistema educativo se trae del exterior (Suiza ), el “enfoque por
competencias”, como un nuevo paradigma a utilizar en la educación básica obligatoria.
Y en cuanto a los operadores de este estrategia de enseñanza, es decir, a los docentes y
directivos escolares, volvieron a jugar el mismo rol, es decir, el de meros recipientes de
las decisiones técnico pedagógicas que se toman en los cubículos de la SEP.
8. La entrada del concepto de políticas públicas, fue recibido en México con cierta
desconfianza y suspicacia, porque con este enfoque gubernamental, situaban al mercado
en el centro de la vida social. Sin embargo, aún y con este viraje ideológico el gobierno
mexicano, no ha sido capaz de dar respuestas convincentes, no sólo a los problemas
sustantivos de carácter socioeconómico del país, sino que tampoco a los asuntos de
carácter práctico.
9. Una política gubernamental es aquella, en la cual el gobierno actúa por sí mismo. Es
decir, detecta un problema, lo analiza y define las acciones con las que pretende
resolverlo. Adicionalmente, el gobierno implementa estas acciones y finalmente, evalúa
los resultados obtenidos.
10. La política pública, es una construcción teórica del pensamiento político, que solamente
florece en un contexto democrático, porque las políticas públicas son una consecuencia
de propuestas políticas, que surgen de un proceso de análisis, en el cual intervienen,
además del gobierno, diversos actores que tienen distintas respuestas a un mismo
problema y sugieren, o en su caso, presionan al gobierno en un sentido determinado.
11. Por todo lo anterior, se colige que el sector gubernamental mexicano, debe convocar en
materia educativa a los diversos sectores que tienen interés en el tema, o que la
educación es su materia de trabajo. Nos referimos por supuesto, a los padres de familia,
al sector privado y a los maestros y su organización sindical.
Referencias
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