64

Arrivederci amor mío

Embed Size (px)

DESCRIPTION

novela espitolar escrita en el 2011

Citation preview

Page 1: Arrivederci amor mío
Page 2: Arrivederci amor mío
Page 3: Arrivederci amor mío

Arrivederci amor mío

Page 4: Arrivederci amor mío
Page 5: Arrivederci amor mío

Agustín González

Arrivederci amor mío

ediciones IVAN ROSADO

Page 6: Arrivederci amor mío

González, Agustín. Arrivederci amor mío. 1° edición, Rosario: Ivan Rosado, 2012.

64p.; 13,5 x 21 cm

Este libro está publicado bajo una Licencia Creative Commons Atribución - No Comercial - Compartir Derivadas Igual 2.5 Argentina

Maquetería y diseño de cubierta: Ivan RosadoDibujos en tapa e interior: Pauline FondevilaCorrección de textos: Julia Enriquez y Agustín González

Ediciones Ivan [email protected], Argentina

Page 7: Arrivederci amor mío

A la Puna,

Page 8: Arrivederci amor mío
Page 9: Arrivederci amor mío

Porque cuando uno carece de centro de gravedad,

de profesión, de amor, de familia, de renta, es decir,

cuando uno no puede oponerse al mundo en las co-

sas más importantes (sin mayores pretensiones de

éxito, naturalmente) cuando uno no puede engañarlo

hasta cierto punto mediante un vasto complejo de

posesiones, entonces tampoco puede uno protegerse

de esas pérdidas que momentáneamente lo destruyen.

Franz Kafka

ARRIVEDERCI AMOR MÍO

(9)

Page 10: Arrivederci amor mío

AGUSTÍN GONZÁLEZ

(10)

Page 11: Arrivederci amor mío

Rosario, 12 de marzo de 2008

Querido Franco,

Por primera vez en mucho tiempo volví a pensar en vos. Estaba almorzando en mi casa y no sé muy bien cómo, me golpeé la rodilla contra el pie de la mesa, que no sé si te acor-dás, es un capitel de columna que hice hacer igual al que tenían tus padres en Roma. La cosa es que el golpe me adormeció la pierna y cuando quise pararme, me caí sobre la alfombra apoyan-do las manos y los codos, recostando el cuerpo. Fue una caída medio tonta porque pasó como en cámara lenta. Me quedé un tiempo echada en la alfombra (iba a escribir que me quedé unos minutos pero ya no sé de qué manera pasó el tiempo) recordán-dote. Hace mucho tiempo que me escribiste por última vez. Vos estás muerto, lo sé porque unos siete u ocho años atrás volví a Spoleto y te llamé por teléfono. Una señora me dijo que habías muerto. No hubo más que quisiera decirme, si había sido el año anterior o hacía diez años, pero para mí te moriste en ese momen-to. Le dije que yo era una amiga de Argentina que estaba de paso nuevamente por Italia. Yo estaba con Pirueta, una amiga mía que no conociste, y las dos supusimos que esa señora al teléfono era tu esposa. Yo me la fi guré elegante y te recordé hermoso, y me recordé joven. Cuando me levanté de la alfombra, me puse a ca-minar un rato por el living para que se me fuera el entumecimien-to de la pierna y en eso me decidí a escribirte. ¡Me gustaba tanto

ARRIVEDERCI AMOR MÍO

(11)

Page 12: Arrivederci amor mío

escribirte! Tu última carta la recibí para un cumpleaños, hace más de cuarenta años, y quedó sin respuesta. Yo estaba muy triste y aproveché las cosas de la escuela para mantenerme ocupada, para olvidarte, y a los meses, el remordimiento de no haberte escrito antes y el enojo que ya había pasado, la tristeza que comenzaba a ceder, me dijeron que era mejor así, que cualquier cosa que te escribiera ya no iba a importar. Después pensé que con el tiem-po podríamos retomar contacto, como amigos, y por ejemplo recuerdo una noche que estaba lavando los platos (el plato y el vaso) en la cocina e imaginé que cuando terminaba, me secaba las manos y me sentaba a la mesa del comedor, la que es igual a la de tus padres en Roma, y te escribía tomándome un cafecito… Se ve que me bastaba sólo con imaginarlo, las cosas dulces que te escribiría, porque en vez de hacerlo, me secaba las manos y me sentaba a tejer en la mecedora mirando la televisión un rato antes de irme a dormir. Me puse a releer esta carta y ni yo misma sé por qué la estoy escribiendo. Supongo que me da mucha pena haber perdido contacto con vos y que eso sea irrecuperable. Nadie, a excepción de Pirueta, sabe cuánto te amé. Igual no te preocupes, no voy a mandar la carta, la recibiría tu esposa, si aún vive, y no tendría sentido. No sé si ella supo que la preferiste a mí. La sinceridad no siempre halla casa en el amor. Y además a nosotros nos separaba un océano. Bueno, esto me está resultando un poco tonto así que voy a dejar de escribir y me voy a ir a acostar. Quiero decirte que comencé a extrañarte de nuevo. Cariños, Susana

AGUSTÍN GONZÁLEZ

(12)

Page 13: Arrivederci amor mío

Rosario, 14 de marzo de 2008

Franco

¡Qué loca estoy! No puedo creer que te haya escrito después de tanto tiempo, y para decirte semejantes des-varíos. La verdad es que me estoy sintiendo muy sola desde que murió mi hermano, y estar jubilada no es lo que parece. Una se imaginó que iba a tener todo el tiempo que quisiera para hacer cualquier cosa, al principio es así, pero después el tiempo se hace cada vez más pausado y menos intenso porque es el cuerpo el que se va pausando, y una mente cansada dentro de un cuerpo cansado ya no sabe muy bien por qué está viviendo. Hay mucho tiempo para una persona como yo, pero es cada vez menos y más largo. Sin embargo no me siento cerca de la muerte. ¿Vos por qué te moriste? Yo no me quiero morir, pero hay días que sí. Siento que pierdo la coherencia de la vida a causa del tiempo. No puedo creer que alguna vez fui joven, pero cuando era joven me ima-ginaba como soy ahora y no podía esperar a tener tanto tiempo para hacer lo que quisiera. Ahora me gustaría volver a ser joven. La gente me dice que no parezco de mi edad y yo sé que es cierto porque siempre hice mis propias cremas. Nunca creí en las cre-mas comerciales. Igualmente me vendría bien una lustradita. No tengo remedio. Volví a leer tus cartas, todas. Quiero que sepas que las conservo. Volví a leerlas e intenté re-cordar qué pude haberte escrito, qué cosas te contaba de mi vida

ARRIVEDERCI AMOR MÍO

(13)

Page 14: Arrivederci amor mío

(por supuesto no te contaba todo). Hay muchas cosas que men-cionás que no recuerdo. Es muy extraño leer la primera carta que me escribiste. Estabas muy entusiasmado y me dieron ganas de volver a recibirla y de escribir mi respuesta lo más igual posible. Pero no se puede escribir la misma carta dos veces. Además, esta es la segunda que te escribo y ninguna de las dos es parecida a las primeras dos que te mandé, estoy segura. En tu carta mencionás la descripción de mi viaje de vuelta, y no me acuerdo qué te habré escrito, pero para mí fue el viaje más triste que hice en la vida porque no sabía si te iba a volver a ver. Y tenía razón en estar triste. Viendo tus cartas sobre la mesa, me pongo a pen-sar dónde estarán las que yo te escribí, adónde las habrás escon-dido; si las guardaste, tu esposa las habría encontrado. Supongo que nunca voy a saberlo. O algún día puede que reciba una carta de alguien que las encontró por la calle. Hoy estoy de mejor ánimo. A las siete me pasan a buscar Pirueta con María Estela y Ángela María para ir al bar. Ya te voy a contar de ellas. En Rosario ya no está haciendo tanto calor, pero los días siguen siendo largos, así que se puede salir a la tardecita.

Cariños, Susana

AGUSTÍN GONZÁLEZ

(14)

Page 15: Arrivederci amor mío

Spoleto, 26 de marzo de 1960

Susy,

Cuando ya estaba perdiendo toda esperanza de tener noticias tuyas, recibo las cartas (deliciosas) del 2 y el 3, cuya lectura resultó, para mí, sumamente encantadora. La úni-ca cosa que me entristeció fue saberte tan mal de ánimo, con el corazón infl ado de preguntas… sin respuestas. Espero y deseo que el tiempo atenúe esta sensación de desaliento para que los re-cuerdos europeos vuelvan a las proporciones justas y puedas traer una nueva savia que te ayude, que te fortalezca para superar más fácilmente las pruebas cotidianas de la existencia. Así concibo la vida, enardecida y sostenida por el fuego de un ideal (incluso si por razones ajenas a nosotros no siempre se puedan alcanzar). Esto no puede sino fortalecernos y hacernos mejores aunque en un primer momento nos parezca que todo se derrumba a nuestro alrededor. Cualquier cosa que yo pudiera hacer por ti en este sentido, estoy dispuesto a ayudarte y permanecer cerca tuyo hasta cuando lo desees.

A este punto, visto que me mandaste tu direc-ción, tu que… “sólo quería saber cómo te encuentras”, respondo enseguida que estoy muy bien de salud y que en este momento me encuentro en el estudio (o mejor dicho “el escritorio”) ese con tantos libros en las paredes. ¿Te acuerdas? No sé si hago bien o

ARRIVEDERCI AMOR MÍO

(15)

Page 16: Arrivederci amor mío

mal, pero recordando tu deseo de tener alguna foto (¡especial-mente esa con las ovejas!) te mando algunas de las que mejor salieron. Si tengo tu aprobación, te mandaré algunas más. Te agradezco infi nitamente tu amorosa descrip-ción del viaje de vuelta y por tus consejos sobre las operaciones de aduana. Te agradecería me precisaras con cuánto arreglaste con el changador. Aquí todos te recuerdan y saludan cariñosa-mente. El domingo próximo -3 de abril- haré con Alberto un viajecito a Génova, y… seguramente por el relato de Giovannino reviviré tus últimas horas de vida italiana. Recuérdalo, el 3 de abril el mar de Génova te llevará, a través del océano y más allá hasta el río Paraná, mi saludo de enamorado. ¡Arriba Susy! El amor y la vida son dos cosas inseparables y cuando recibas esta carta te darás cuenta que estás viva y que la tuya es una dulce realidad.

Franco

AGUSTÍN GONZÁLEZ

(16)

Page 17: Arrivederci amor mío

Rosario, 03 de abril de 2008

Querido Franco,

No exagero si te digo que tu carta alivia mi dolor pero me estremece el alma… Hermoso… saber que estás en Génova. Recibí tus cariñosos besos mediterráneos los otros días apenas leí la carta del 26 de marzo, que apareció cerrada sobre la mesa capitel, no sé cómo, separada del resto, al instante abrí las ventanas de mi departamento, se armó un ventarrón que casi que no me desnuda pero que me despeinó mucho, y recordé el viento de las costas italianas sobre nosotros y tus brazos abrazándome. Pareciera que puedo recordar nuestros besos y abrazos más que nuestras conversaciones. Me acuerdo que eras una persona muy alegre y que siempre nos divertíamos, me acuerdo de la tarde en que fuimos al bar donde tomamos un helado y después unos cafés (¿o eso fue en otro bar?) y que nos robamos los platitos porque nos gustaban mucho. ¡Cómo nos reímos! Después, esa complicidad se hizo costumbre. No sé si ya te lo habré contado, pero los tengo colgados sobre una pared, todos esos platitos que nos robamos. Son diecisiete… Hace muchos años que me acom-pañan. También conservo la canastita de porcelana rebasada de fl ores que me regalaste el último día, aún descoloridas siguen siendo hermosas. Me dijiste que la habías robado de una tienda. ¿Te acordás lo que lloré ese día? No podía parar de llorar porque no quería separarme de vos.

ARRIVEDERCI AMOR MÍO

(17)

Page 18: Arrivederci amor mío

Puse la foto con las ovejas sobre la mesita de luz. Aunque duermo muy bien de noche, me gusta contar ovejas para recordarte. Creo que de ese día sólo recuerdo esa imagen. ¿En dónde estábamos? ...en casa de una tía en Spoleto… o en algún pueblito de tu mágica Umbria, cuando fuimos en auto a pasar unos días… Tengo muy poca memoria de lo que viví esa primera vez allá; porque fue mucho, tanto que pienso que nunca pude procesarlo del todo, y que por eso siempre volví. Volví como veinte veces en los últimos cincuenta años. Te pido perdón por no haberte llamado antes. No voy a pedirte que me envíes más fotos porque sé que no las voy a recibir… Siempre quise vivir en Italia pero me quedé en Rosario por mi mamá, que era una señora muy buena pero que nunca nos aprobó… y eso que no le dije que estabas comprome-tido… Ella vino de Italia con sus padres y nunca entendí por qué se opuso tanto a que yo partiera la primera vez, en el 58… ¿A qué? me preguntó… y yo le dije: a estudiar mamá, a perfeccio-narme… pero ella sabía que me iba a enamorar y quería evitarme el sufrimiento de dejar un país que uno no quiere dejar por amor. Con el tiempo el mundo me pareció un lugar muy chiquito, y además los aviones se hicieron cada vez más accesibles, y por suerte no volví a viajar en barco. No me casé, Franco, y pude ahorrar e invertir mi dinero. Sólo compraba ropa para ir bien a la escuela, porque era la vicedirectora, pero no me compraba ropa para mí, sino que reformaba las que ya tenía o me las hacía yo. Prefería traerme ropa de allá, que es mucho más económica y que acá no se ve. Me resigné a vivir en Rosario, lejos de todo lo

AGUSTÍN GONZÁLEZ

(18)

Page 19: Arrivederci amor mío

que añoraba, pero siempre me aseguré de tener plata para poder viajar. Respecto de la aduana, ya ni me acuerdo con cuánto fue que le pagué al changador del puerto y creo que ya no tiene importancia. Besitos,

Susana

ARRIVEDERCI AMOR MÍO

(19)

Page 20: Arrivederci amor mío

13 de junio de 2008

Querido Franco,

No me asombra no haber recibido más noticias tuyas, pero algo en mí se resistía a pensar que eso podía pasar, fui yo quien puso la primera carta sobre la mesa, debo haber estado medio ida cuando lo hice porque no lo recuerdo muy bien. No puede haber otra explicación. Y ahora que empecé a escribirte otra carta, pienso que no puedo parar, no me importa que sea una locura, escribo luchando contra una idea que me dice que soy pa-tética. Pero no puedo creer que llegué a pensar que respondieras. Está empezando a hacer frío en Rosario, por suerte estuve tejiendo bastante, unas bufandas para mis sobrinos y unos pulóveres. Empecé a releer el libro sobre el emperador Adriano, que no sé si te lo envié yo a vos o vos a mí hace tiempo, porque habíamos hablado de él cuando fuimos a la villa Adriana y alguno de los dos no lo había leído. No sé si fi nalmente lo leís-te. Yo sí, pero me cuesta pasar la mitad. No sé por qué decimos que leímos libros que en realidad no leímos. A veces me enojo muchísimo conmigo por estar haciendo esto; escribirte me hace sentir una idiota, me digo que me estoy volviendo loca, pero aún así te estoy escribiendo, ne-cesito contártelo, ahora que volviste a mi cabeza sos en lo único que pienso.

AGUSTÍN GONZÁLEZ

(20)

Page 21: Arrivederci amor mío

Escribime pronto por favor… Susana

ARRIVEDERCI AMOR MÍO

(21)

Page 22: Arrivederci amor mío

27 de junio de 2008

Bueno parece que no voy a recibir más noticias tuyas. Estoy muy enojada y no sé con quién ni por qué, sólo sé que tengo una bronca bárbara. Por lo menos me gustaría saber cómo te moriste. No me animé a preguntárselo por teléfono a tu señora, o si me lo dijo no me lo acuerdo. Parece que mejor está una cuanto más lejos está de saber las cosas.

AGUSTÍN GONZÁLEZ

(22)

Page 23: Arrivederci amor mío

09 de julio de 2008

Querido Franco:

Se me pasó la bronca. Hoy es un día patrio en Argentina, uno de los más lindos de cuando trabajaba en la escuela, porque les hablaba a los chicos sobre la importancia de la independencia, la verdadera, la que hay que conquistar empu-jando los límites. No me daba nervios hablar en público, porque preparaba bien lo que iba a decir, sentía ese deber, o ese privile-gio. No sé si en Italia yo podría haber sido quien fui acá. Siempre fuiste muy generoso conmigo, quiero que sepas que lo reconozco y que me enseñaste esa generosidad. Siempre tenemos algo para dar. Te pido perdón por la bronca de los otros días, no la merecés. Cariños, Susana.

ARRIVEDERCI AMOR MÍO

(23)

Page 24: Arrivederci amor mío

Spoleto, 14 de julio de 1960

Mi querida, romántica Susy,

Eres tú quien debe perdonarme por no haber respondido antes a tus últimas cartas, pero… el verano –como las golondrinas- nos llevan lejos, desordenadamente, y nos conduce a una vida llena de imprevistos. Puedo asegurarte, de todos modos, que tus cartas son y serán siempre para mí oasis celestiales en el desierto de la vida. Me gustan tanto, Susy, que no creo que pue-das imaginarlo. Cuando las leo me siento abstraído del resto del mundo, luchan dentro de mí, alma y cuerpo, a causa de las tantas queridas, dulces cositas que sabes decir simplemente pero con tanta efi cacia. Estuve muy ocupado también aprendiendo alemán y holandés, ya que me has prohibido frecuentar “nuestros” lugar-citos con muchachas argentinas!... Sin embargo, soy un cabeza dura y no he hecho demasiados progresos. Si vieras, mi querida Susy, nuestros bosques, nuestras playas, qué llenas están de verde y de azul, sumado al color de los cielos de Italia en esta estación. No me creerás, pero aún en medio de tanta maravilla no puedo evitar pensar en la romántica maestra santafesina que conoció mi país, enardecida por un afecto que vale más que un sol. Gracias por el libro, querida mía, llegó justo en estos días y me gustó muchísimo recibirlo. Con respecto a tu existencia, te comprendo, Susy, te comprendo perfectamente, porque también yo me doy cuenta

AGUSTÍN GONZÁLEZ

(24)

Page 25: Arrivederci amor mío

de cuán diferente puede ser la vida, incluso más simple, entre la Argentina y la Italia, especialmente para una muchacha culta, romántica y dulce como tú. Me duele sinceramente y… quizás la única medicina sea… que vuelvas pronto a estos puertos. ¿Qué dices? Pero hablaremos de eso con calma. Por ahora te mando muchos pequeños besos y un puñado de espuma y de azul.

Franco

P.S: Te mando propaganda de la pensión Stella, si tienes algún amigo para aconsejar en tal sentido. Gracias.

ARRIVEDERCI AMOR MÍO

(25)

Page 26: Arrivederci amor mío

Rosario, 15 de julio 2008

Querido Franco,

Me había olvidado que en otra parte del mundo podía ser verano… acá hace tanto frío y el frío me hace doler la cabeza. A veces me pasa que voy caminando y es en lo único que puedo pensar, que me duele la cabeza, y el otro día me tropecé. Las baldosas por calle Corrientes están todas sueltas y me di un golpazo tremendo. Por suerte me ayudaron unos hombres que me acompañaron al departamento. Espero que comprendas la impaciencia de mis cartas, te escribo siempre esperando una respuesta, pero a veces las cartas aparecen y otras veces no, sólo me llegan impuestos debajo de la puerta. ¿Sabés que ahora no recibo ni una postal? Debo tener bolsas y bolsas y valijas llenas de postales que recibía hasta no hace más de cinco años (una postal de María Ema desde Viena, que fue la última). Es verdad que ahora mis amigas ya no viajan tanto... Hablando de viajes, ¿vendrás pronto? Estoy aho-rrando para hacer un viaje con mi sobrino nieto, que es un chico muy bueno. Vamos a estar en Calabria, pero quizás te interese visitarnos. Me gusta que me cuentes sobre tus viajes, siempre me anima, es lindo saber de alguien que está en otro lugar; disfruto de los viajes ajenos, pero no para viajar junto a ellos con la imaginación, sino todo lo contrario, para reconocer

AGUSTÍN GONZÁLEZ

(26)

Page 27: Arrivederci amor mío

mi lugar. Yo era maestra de Geografía, ¿te acordás? Y los mapas, los planisferios siempre me gustaron por eso, porque el mundo se mueve y todos hacemos nuestro viaje en él. El mundo es grande, y disfruto de esa grandeza. Vos viniste varias veces a Argentina por nego-cios, ¿no? Tampoco me llamaste… Me dieron ganas de irme a Mar del Plata o a Córdoba unos días, voy a hablar con Pirueta a ver si me acompaña. Te extraño mucho.

Susana

ARRIVEDERCI AMOR MÍO

(27)

Page 28: Arrivederci amor mío

Marina di Spoleto, 19 de agosto del ´60

Mi pequeña Susy,

Cuando sepas desde dónde te escribo no podrás no hacer -estoy seguro- una exclamación de maravilla. ¿Recuer-das uno de esos campings… desiertos… que visitamos a lo largo de la Via Aurelia? Bueno, con la nueva casa rodante fi nalmente estoy en uno de esos, cerca de la Vía Aurelia y precisamente en la Marina dil Peccatore, como a 150 km de Roma. Estoy aquí desde hace una semana con Antonieta y Laura. El camping es magní-fi co y tranquilo, en medio de pinos altísimos, y con el mar a dos pasos. La vida (por lo menos para mí) resulta maravillosa, porque el contacto con la naturaleza es íntimo y continuo. Ayer fuimos a Siena (la Antonieta se quedó en el camping), que yo no conocía (¡increíble!). Pensé mucho en ti en el Seniolere, cerca de tantas obras maravillosas y algunas veces me parecía tenerte cerca… con el librito de explicaciones en la mano. ¿Sabes que el púlpito del Duomo fue hecho por el mismo Pisano que hizo también el del San Sebastiano? ¿Recuerdas qué hermoso era? Sobre el hecho de volver y encontrarnos no tengo dudas, dado que (casi siempre) querer es poder. Volvemos a Spoleto el 25 del corriente. Ciao mi nena, te mando un besito… con fragancia a pinos. Franco.

AGUSTÍN GONZÁLEZ

(28)

Page 29: Arrivederci amor mío

Rosario 1° de septiembre de 2008

Franco Franco Franco amore mio, yo también fui a esos campings, en el ´83, y me acordé de cuando los vimos juntos desde la vía Aurelia y dijimos “tenemos que venir”. ¿Por qué no paramos y pasamos unos días? Ay, ¡ya no importa! Tu muerte invalida cualquier reproche. Ya me había olvidado de los campings… no sé por qué surge esta amargura cuando te escribo. Quiero limpiar en mi cabeza las buenas cosas que nos pasaron de las que no lo fueron, pero al pasarles el plumero, las primeras se caen al piso como un fl orero tumbado con el codo y me quedan los malos recuerdos, bien limpios. Quisiera escribirte una poesía o hacerte un dibujo, pero no sé hacer ninguna de esas dos cosas. Puedo tejerte una bufanda o un chaleco que no usarías. Una vez te escribí una poesía, pero era tan cursi… No soy buena escribiendo. Lo mío siempre fueron las Ciencias Naturales, que no tienen nada de poético. La naturaleza es observación objetiva, experimentación y punto. No digo que se contradigan, digo que para algunas per-sonas una es más fácil que la otra. Fue muy complicado formar mi cabeza, estudiando a escondidas, buscando siempre la exacti-tud en el funcionamiento de las cosas, porque mi papá se oponía; él era un hombre para el que las mujeres eran exclusivamente para el matrimonio. Franco, vos fuiste el hombre de mi vida, italiano como mi papá y mi mamá, como yo lo hubiera querido ser. Por

ARRIVEDERCI AMOR MÍO

(29)

Page 30: Arrivederci amor mío

eso te quise tanto, no sé por qué me quisiste vos…

Cariños de Susana

AGUSTÍN GONZÁLEZ

(30)

Page 31: Arrivederci amor mío

Spoleto, 12 de septiembre de 1960

Querida Susy,

Tus cartas, siempre tan hermosas y dulces, tienen el poder de hacerme revivir las horas pasadas en compañía tuya. Si supieras cuántas veces pienso en ti y me digo, si estuviera Susy, cuánto mejor… yo sabría ilustrarme las trampas de la vida, los valores y los defectos de alguna obra… te puedo imaginar a mi lado, indicándome con el dedo o con las cejas. Ansío volver a ver tu hermosa cara confi gurándome nuevamente el mundo. Leí la poesía que me mandaste, cuánta dulzura en un concepto fantásticamente simple. Yo también lamento ha-berte dicho que en poco tiempo visitaría la Argentina. Por ahora no es probable. Divertidas, muy divertidas tus decisiones para los festejos. Si quieres que te mande más guirnarlas, avísame. Mientras la Argentina se está cubriendo de verde, acá las prime-ras hojas caen murmurando tristemente y muere lánguidamente la estación de los viajes tan felices. Si haré algún otro no dejaré de narrártelo. No sé cuánto habrán costado las olimpíadas. He asistido a muchísimos espectáculos y puedo asegurarte que estas han sido gloriosas. Pienso que además de los estadios ultramo-dernos, han querido y podido usar escenarios (para algunas com-peticiones que particularmente se prestaban) como las deliciosas

ARRIVEDERCI AMOR MÍO

(31)

Page 32: Arrivederci amor mío

Termas de Carcalla, el Arco de Constantino, donde tuvo lugar el epílogo triunfal del Maratón. Roma parecía una ciudad glorio-sa invadida por decenas de ejércitos extranjeros, armados con pantalones cortos y cámaras fotográfi cas, camisas multicolores y alegría. Te digo, un espectáculo inolvidable, que hace pensar que podría renovarse cada año y podría infl uir para eliminar en el mundo el pensamiento de nuevas guerras. Cuando hagan la película, mírala, valdrá la pena. Me preguntas “¿por qué me quieres?” No lo sé pero te beso.

Franco.

AGUSTÍN GONZÁLEZ

(32)

Page 33: Arrivederci amor mío

Rosario, 13 de septiembre de 2008

Franco, ¡Qué risa me dio tu carta! Me acuerdo de las Olimpíadas cuando se festejaron en Roma en el 60, porque en la Dante hicimos una representación sobre las mismas. Los chicos se dividieron los ejercicios deportivos y estaban los que hicieron carreras por el boulevard, otros lanzaban platos de madera en el patio, también se recitó poesía en el teatro y se representó la lucha en el escenario. Algunos alumnos querían hacer de caballos usando las sillas y los pupitres pero sonaba bastante peligroso así que no se lo permitieron. Finalmente, en la puerta del colegio, se realizó el podio y la entrega de medallas y ramos de olivos. Me acuerdo que había muchas guirnaldas griegas muy hermosas. Me había olvidado que las habías mandado vos. Las competiciones olímpicas, tal vez por lo antiguas, me hacen pensar en los vencedores y en los derrotados de todas las competiciones pasadas, toda esa gloria y esa humi-llación sentida y ahora perdida, olvidada, siglos después. Por eso cuando estoy triste, sé que va a pasar. Te extraño, te espero aún, te beso.

Susana.

P.S: Hoy me sentí acompañada por vos, como si fueras un ángel.

ARRIVEDERCI AMOR MÍO

(33)

Page 34: Arrivederci amor mío

Hice una lista de las veces en que me acompañaste y otras en las que no sé por qué, te ibas.

AGUSTÍN GONZÁLEZ

(34)

Page 35: Arrivederci amor mío

Rosario, 7 de noviembre de 2008

Franco:

¡Estoy organizando un nuevo viaje! Fui a la agencia de Turismo con mi sobrino nieto, estoy contentísima. Después fui a la peluquería, me hice el tratamiento completo. Sa-limos el 2 de enero y volveremos el 2 de febrero. Recorreremos París, Roma y seguiremos hacia el sur en colectivo. Por supuesto pasaré frente a la casita con el número 2 en la calle del Duomo, en Perugia, y recordaré todas las veces que pasé frente a esa puer-ta, que no son muchas, pero dado que queda en otro continente, son bastantes. Pasaré frente a la casa y no voy a golpear… Quizás tu Antonieta aún viva allí y me reciba. Saqué turno para el médico, me duele la cabeza muy fuerte y muy seguido, no sé si es el calor o qué, por mo-mentos tengo la impresión de haber tomado una siesta en la que sueño despierta, como en una especie de emborrachamiento, que a veces sí, lo sé, lo producen las horas de encierro entre las fl ores del empapelado; pero otras no, otras estoy ida haciendo cosas, lo siento, hablo sola o con personas en la calle pero no me respon-den y ya me pasó que no supe cómo volver a casa. Y después no recuerdo cómo llegué al balcón y estoy regando las plantas, o limpiando el horno en la cocina, o haciendo nada, mirando el empapelado.

ARRIVEDERCI AMOR MÍO

(35)

Page 36: Arrivederci amor mío

Viajar me va a hacer bien… Cambiar de aire devuelve las energías, desplazarse por el planeta, hacia sus rinco-nes, su gente. Sería hermoso que pudiéramos vernos una vez más y que fuera realidad. Te besa,

Susana

AGUSTÍN GONZÁLEZ

(36)

Page 37: Arrivederci amor mío

Spoleto, 16 de noviembre de 60

Queridísima Susy:

Tu carta del 7 de noviembre me llenó de alegría, seguida por una tristeza velada. Sí, mi querida, porque yo en mayo del año próximo debo ir improrrogablemente a Argentina, a Buenos Aires, por cuestiones de trabajo. No puedo decirte hoy si me quedaré mucho, depende de varios factores. Mi idea sería volver a fi nes de junio, pero, sabes… el hombre propone y Dios dispone. Lo lamento, lamento infi nitamente obstaculizar tus programas, aún sabiendo que Italia, sin Franco, es igualmen-te linda. ¿No puedes eventualmente posponer tu viaje? Hazmesaber en tu próxima carta lo que has decidido. En este momento yo también estoy pasando períodos de infi nita tristeza. No sé bien a causa de qué, ni creo, exista una causa precisa. Quizás son muchas pequeñas pero tantas que se juntan para deprimirme. Una, por ejemplo, es el tiempo. Otra es el cielo: hace semanas y semanas que el cielo está pesado y gris como el plomo, oprimen-te, es un cielo profundo. A veces me encuentro pensando con intensa nostalgia en los Jacarandás en fl or de tu país, los bulevares azules del cielo y de la tierra, y quisiera encontrarme allí, sumergirme en aquel azul y olvidar todo. Es quizás este el destino de quien, como yo, vive un poco a caballo entre dos continentes, o de quien

ARRIVEDERCI AMOR MÍO

(37)

Page 38: Arrivederci amor mío

no tiene nada por haber querido todo. Perdón, querida, si esta carta no es adecuada para quien, como tú, se dispone con ánimo a emprender un viaje de placer. Quizás mañana habrá pasado todo. Quizás todo se acomodará y podré ver yo también los bulevares de Jacarandás, fl otando entre el perfume y el color, tú y yo de la mano.

Franco

AGUSTÍN GONZÁLEZ

(38)

Page 39: Arrivederci amor mío

Rosario, 16 de Noviembre 2008

Franco mi hombre estoy muy perturbada. Esta tarde vi un hombre saltando por el balcón que entró a mi casa y ahora no sé dónde se metió. Me asomé y hay cables todos desba-ratados y el televisor está movido de lugar y no encuentro el mo-nedero ni las llaves. Creo que salió por la puerta. Tengo mucho miedo, ahora la parte no cierra bien y hay sombras en la alfombra de barro por todas partes en los balcones. No quiero llamar a nadie de la familia porque me van a decir que estoy loca. Voy a llamar a la policía, voy a cerrar la parte, ahora me parece que ya se fue, había entrado por la ventana. No sé cómo hizo para subirse hasta el décimo piso con esos cables tan fi nitos. Son unos hijos de puta. Voy a hablar con la portera, ella fue la que me dijo que no deje entrar a nadie. Ahora no está la portera y le golpié la puerta a la señora de enfrente y tampoco no me atiende, me dijo el señor del otro lado que era de madrugada y que me fuera dormir o que iba a llamar a la policía y le dije que la llame, así me revisaban la casa, pero después no quiso entrar a mi casa porque me dijo que no había nadie. ¡¿Cómo, cómo, Franco, cómo?! Revisé todo el departamento y cómo me va a decir así, que no había nadie, si yo lo vi entrar, ahora voy a atar las partes con una tela para cerrarlas bien me parece que es lo bien de las cosas para una señora mayor como yo. Susana

ARRIVEDERCI AMOR MÍO

(39)

Page 40: Arrivederci amor mío

Spoleto, 6 de diciembre de 1960

Mi pequeña Susy,

Como siempre tu carta ha tenido el poder de serenarme. Nubes y lluvia han desaparecido de mi horizonte aun-que he debido constatar con profunda pena que, para consolarme, pusiste al desnudo todo el fervor encerrado en tu pensamiento, inquieto e insatisfecho. Yo te comprendo, Susy querida, te comprendo perfectamente, sobre todo porque, como habrás visto, también en mí suceden esas luchas internas. Te podría decir que yo, como hombre, si qui-siera, podría sanar inmediatamente ese vacío y poner fi n a tu soledad. Sí, querida, en teoría es así, pero cuán lejana está la realidad. Ves, Susy, no sé quién es más infeliz frente a sí mismo. El que sabe que para hacer una cosa importantísima depende de la voluntad de otro o el que sabe que no depende de nadie pero no lo hace igualmente, porque hay algo internamente que siempre se rebela, que lo retiene a uno o que quiere la nada. Quizás me creas un loco pero te juro que es así. El hecho de moverme de un continente al otro, como vos, traspasar los meridianos, contribuyó de manera determinante a crear en nosotros esta especie de doble personalidad, esta conocida incapacidad de detenerse defi nitiva-mente, esta conciencia de tener que detenerse y que, seguramen-te, daría fi n a nuestra soledad.

AGUSTÍN GONZÁLEZ

(40)

Page 41: Arrivederci amor mío

Pero no pensemos en esto, mi niña, hoy hay un sol que hace brillar todas las montañas, desde las cimas nevadas de mi dulce Umbria hasta la cordillera de los Andes. El lunes próximo iré a Francia, hasta Cannes, para vender (me estoy secando una lágrima) mi amado, bello au-tomóvil. Estoy seguro que un pedacito de mí quedará allí dentro, hasta que no tenga ya más vida. ¿Cuáles son las novedades de tu viaje? ¿Partirás fi nalmente? ¿No puedes posponerlo? Ciao Susy querida, te manda un dulce besito,

Franco.

ARRIVEDERCI AMOR MÍO

(41)

Page 42: Arrivederci amor mío

22 de diciembre de 2008

Querido Franco:

Hoy hice una cosa terrible. Salí a la calle en ca-misón. En pleno centro, en la esquina de Corrientes y Urquiza, no sé cómo, pienso que quería ir al supermercado pero daba vueltas en la esquina, sin saber si cruzar la calle o volver a casa, pensan-do que era un sueño. Había un perro al lado mío que tampoco sabía dónde ir, como el que yo tenía en Yrigoyen, que me acom-pañaba a la escuela y se quedaba esperando hasta que saliera y después me acompañaba devuelta a casa. No me acuerdo cómo se llamaba, pero este perro era igual y también como yo estaba solo. Finalmente me acompañó a la casa la portera y me hizo entrar. Por Urquiza los Jacarandás tienen fl ores, ahora las veo fl otando desde el balcón. Cuando me cambié, ya era el mediodía. Nunca fui tan tarde al supermercado como hoy y estuve muy boleada por la tarde, como si hubiera tomado vino. Después lloré un tiempo, porque pude recono-cer lo que me pasó. Si tuviera a mi hombre franco a mi lado me cuidaría. Me siento muy perdida y muy sola. Pronto es Navidad, Franco, mi ángel, necesito tu ayuda para poder viajar a verte.

Susana

AGUSTÍN GONZÁLEZ

(42)

Page 43: Arrivederci amor mío

Spoleto, 26 de diciembre de 1960

Queridísima Susy,

Recibí, muy agradecido, los queridos deseos que te renuevo y devuelvo multiplicados por cien: pueda el nuevo año traer paz, la verdadera paz espiritual en nuestros corazones afl igidos por los mismos problemas. Tienes razón al decir que yo, como hombre, no tengo verdadera ventaja sobre quien “ha nacido mujer”; en efecto, estas ventajas son solamente aparentes y mate-riales, mientras que el espíritu es aquello que debemos cuidar en nosotros. Y el espíritu no tiene sexo. Tu última carta me pareció linda como siempre, pero velada de nostálgicos adioses. Si esto es señal de una recon-quista espiritual, lo acepto sin parpadear, llegando al extremo de alegrarme con vos, aunque diciendo esto te podré parecer malo. ¡Arriba entonces querida Susy! Que el año que comienza sea teatro y testimonio de la felicidad que mereces y que te deseo con todo el corazón.

Franco

P.S. En la Pensión Stella estarán muy felices de hospedarte, siem-pre que les hagas saber con tiempo el período en el que pensás venir. Sobre Peruggia me voy a informar: he perdido un poco los contactos… hace trece años que me gradué. Chau tesoro.

ARRIVEDERCI AMOR MÍO

(43)

Page 44: Arrivederci amor mío

Rosario, 1° de enero de 2009

Querido Franco,

Cuando pienso en el viaje que estoy por hacer, me largo a cantar y a bailar de alegría. Viajar es como volver a amar. Italia… puede que esta sea la última vez… quién sabe. Llevo muy poca ropa para este viaje, después de mucho aprendí que lo mejor es viajar ligero, llevar la mayor cantidad de plata posible, lo que no quiere decir gastarla toda, y comprar lo que uno quiere cuando lo ve, porque más barato o más caro, no se sabe si se lo volverá a encontrar. Vamos a Calabria, el sur, la tierra de los etruscos, los griegos y los romanos, tuya y mía. Tengo miedo de morir en el avión, no digo en un accidente aéreo, sino dormida sentada tan cerca de las nubes, con la cena lista en la bandejita plástica. Sería horrible para mi so-brino que me acompaña. Por él voy a hacer el esfuerzo. Por más ganas que tenga, voy a hacer el esfuerzo de no morirme en Italia. Te beso mucho mucho mucho cada vez más cerca.

Susana

AGUSTÍN GONZÁLEZ

(44)

Page 45: Arrivederci amor mío

Spoleto, 28 de febrero de 1961

Querísima Susy, Estoy apenado por no haber hecho tiempo hoy para mandarte las 8.000 liras por medio de un giro postal (la única forma de retirarlo sin problemas). Pasó que yo creía que el correo cerraba a las 19:30, en cambio, Antonietta me informa que los giros postales cierran a las 17:30. Lo peor es que mañana (San Fedro) el correo va a estar cerrado todo el día, por eso no me queda otra que mandártelas el viernes por la mañana, quizás en la forma más urgente que haya. En ciertas situaciones, lo sé, 8.000 liras vienen bien. ¿Ninguna noticia de Exprinter? Te repito que si te encuentras en apuros mandame un telegrama. ¿Entendido? Gracias y lo siento nuevamente. El viaje de regreso de Francia fue más bien triste y solitario y las densas nubes que cubrían los luminosos contor-nos de la Riviera me lo hicieron más pesado. Comí en nuestro lugarcito y también descansé un momento como a la ida, pero el bosque de Migliarino parecía sin refl ejo y sin cuento. Sólo des-pués del Trasimeno, el cielo se abrió y mientras el sol desaparecía detrás de una cortina de densas nubes, una luna inmensa ocupó su lugar. ¡Si hubieras visto, Susy, qué bella era! Así mi querida Umbria me recibió, con su mejor “toilette” y supo calmar con su encanto el ardor que tenía en el corazón. En este corazón mío sin esperanza y sin paz.

ARRIVEDERCI AMOR MÍO

(45)

Page 46: Arrivederci amor mío

Lo que más temo, Susy, es haberte herido en algo que no logro entender, en algo que siento pero que no puedo penetrar ni hacerlo mío. Es quizá el verdadero problema de mi vida, aquel que no lograré resolver jamás. De cualquier modo, perdóname Susy. No puedo darte lo que no tengo. ¿Lo entiendes, verdad? Quizás te pareceré más egoísta aún repitiéndote que fui feliz, infi nitamente feliz junto a ti. No importa. Quiero que lo leas todavía una vez más y que esta certeza te acompañe siempre y doquier. Arrivederci amore mio.

Franco

AGUSTÍN GONZÁLEZ

(46)

Page 47: Arrivederci amor mío

Spoleto, 1° de marzo de 1961

Queridísima Susy, Espero hayas recibido el giro que ayer por la ma-ñana te mandé directamente al hotel. También espero que hayas recibido mi carta del 28. ¿Qué noticias tienes de Exprinter? Sé que en estos días estarás muy ocupada con los preparativos, y te deseo de todo corazón que los mismos se desarrollen con tranqui-lidad… sino moral, al menos material. Te agradecería me escribas -si no es mucha molestia- la dirección en Roma de los impermea-bles de terciopelo, y en Torino la del negocio “de los milagros”. Ayer estuve en Roma con Antonietta e hice tiempo para hacer una escapadita a “La stanza”: tienen las mis-mas camisas para hombres que tanto me gustaban. ¿Te acuerdas? Compré una para probarla, si resultan buenas, compraré muchas. Deseo de todo corazón que el buen clima impe-rante en nuestra Italia en estos días haya contribuido a devolverte -al menos parcialmente- serenidad y confi anza. Por mi parte, te aseguro, soy el Franco de siem-pre, el Franco malo, con tantos defectos, pero que sabe abrazarte amorosamente para desearte un felicísimo viaje y tanta paz en el corazón.

Franco

ARRIVEDERCI AMOR MÍO

(47)

Page 48: Arrivederci amor mío

Soverato, 15 de abril de 2009

Franco amore mio, ¡Cómo me sienta bien viajar! El agua del Medite-rráneo es tan limpia que me puedo ver los pies, y las piedras blan-cas en el fondo que parecen panes y los pececitos son hermosos. El sol, la arena, el aire de la costa, siento que tengo ocho años de nuevo, pero no sé por qué, cuando tenía esa edad sólo conocía el campo y la playita en la laguna de Yrigoyen. No conocí ni el mar ni el amor hasta que tuve veintipico que vine por primera vez acá. Me estremece pensar que aún en Italia estamos muy lejos, y pienso con mucha amargura y risa los desencuentros que tuvimos y pienso también que el destino fue el destino cuan-do nos separó en partes. Cuarenta años después, las iglesias y los museos me parecen aburridísimos. Ya no tolero más poner un pie en esos lugares que solo están para almacenar cosas. Prefi ero la playa, un jardín, el sol, o dormir una siesta a la sombra. Puedo decirte orgullosa que sigo nadando tan bien como antes, cuando no hay olas, pero hace dos días que el mar está bastante oleado y entonces no me meto. Il mare il mare fa bene fa bene.

Besos de Susana

AGUSTÍN GONZÁLEZ

(48)

Page 49: Arrivederci amor mío

Buenos Aires, 20 de abril de 1961

Susy,

Con tanta alegría recibí tu carta del 7 del corrien-te, alegría aún más grande saber que estás en mi Umbria, la ver-de, la mística. No sabes con cuánto placer te habría acompañado en este viaje, para hacerte conocer los rinconcitos más escondidos de una región que, solamente quien ha nacido ahí puede conocer profundamente. Con tu sensibilidad y mi amor tan grande por la tierra que me vio nacer, habríamos formado un binomio per-fecto, gozado a fondo las bellezas naturales y espirituales de un pedacito de mundo en donde las almas, aún las más alborotadas, encuentran la paz. Dios quiera, Susy querida, que un día, mirando hacia Asís desde el balcón bajo el palacio de la Prefectura, sientas en tu interior que algo se derrite dulcemente y una gran paz te sacude el alma. Sobre la baranda de ese balcón hay un verso de mi Carducci (desde hace tiempo perdoné a los perusinos por ha-bérnoslo robado a nosotros los espoletinos, dado que es un verso de la Oda a las fuentes del Clitunno) que dice: “Desde las monta-ñas circulares… ¡la Umbria observa!” Y quizás nunca en ningún lugar fue situado un verso más apropiado; si tendrás la suerte de encontrarte con ese balcón en un esplendoroso día de primavera (como es muy probable), tendrás la sensación de escucharla, a

ARRIVEDERCI AMOR MÍO

(49)

Page 50: Arrivederci amor mío

esta Umbria, hablarle a tu alma en un mensaje místico de amor y de paz. Sonreirás con Francisco, te acariciará Vanucci el perusi-no, te abrazarás con Rita, Clara y Benedicta y serás sumergida por el tierno verde de las montañas sin precipicios y por el perfu-me oleáceo de los valles del Clitunno. No sabría aconsejarte otra cosa desde acá, pero créeme, será ya demasiado si todo esto sucede. Por lo demás, no puedo decirte “espérame Susy, iré enseguida, no dejes mi tierra sin habernos encontrado”. Tengo el pasaje de regreso para el 31 de Mayo. El 1 de Junio tendría que estar en Roma. Digo “tendría” porque el hombre propone y… ¿Para esa fecha estarás todavía en Italia? Espero que todavía tengas tantas pero tantas cosas que aprender. Afectuosamente,

Franco

AGUSTÍN GONZÁLEZ

(50)

Page 51: Arrivederci amor mío

Soverato, 7 de Mayo de 2009

Franco,

Hoy vimos un perrito ahogarse en el mar. Era anaranjado y estuvo fl otando así toda la tarde, pobre perrito. Des-pués tomamos unos mates mientras mi amigo hacía piruetas en la arena, y yo tejía un chalequito debajo de una sombrilla. ¡El sol está fuertísimo! Pero el aire y el sonido de las olas que se meten en las piedras me hacen sentir en el paraíso. Ahora estoy en el hotel, el chico se fue a dar unas vueltas y seguro va a volver para la cena, yo ya me voy preparando, me baño, me maquillo y me peino. Después de la cena seguramente vamos a ir a dar una vuelta por el pueblo, nos gusta ver las plantas en los balco-nes de la gente, los malvones y las nomeolvides, y cuando nos sentamos a tomar algo en un barcito le cuento sobre vos, pero macaneo para que la historia sea más interesante, y porque hay cosas que prefi ero no contar. Ni siquiera a vos. Si estuvieras vivo me las sacaría de encima, pero ahora no tiene sentido, todas estas cartas recibidas y mandadas, me angustian más de lo que me calman. Ahora que estoy en la habitación, busqué y bus-qué mis documentos pero no los encuentro, no sé dónde los metí o si me los afanaron. La desesperación que me dio, pero después volvió mi sobrino-nieto y me ayudó a buscar. Estaban en la funda

ARRIVEDERCI AMOR MÍO

(51)

Page 52: Arrivederci amor mío

de la almohada con toda la plata. Ahora nos vamos a recorrer un poco el pueblo. Sé que no te voy a encontrar por la calle.

Saludos de Susana

AGUSTÍN GONZÁLEZ

(52)

Page 53: Arrivederci amor mío

Buenos Aires, 15 de Mayo de 1961

Queridisima Susy,

Recibí tu dulce cartita y no puedes imaginar lo feliz que he sido al enterarme que el alma verde de mi Umbria se ha abierto a la tuya y que tu la has podido penetrar hasta los más sublimes y recónditos aspectos. Noté enseguida, desde los co-mienzos de nuestro histórico viaje, que pocas personas no criadas en Italia hubieran sido capaces de captar e interpretar la italiani-dad -en sus variadas formas y aspectos- como tu fuiste capaz de hacerlo, no solamente por tu directa descendencia, sino también y sobre todo, por tu envidiable y exquisita sensibilidad. Sé, lo sé bien, que esta sensibilidad ayuda mucho a apreciar los valores espirituales, esencia imprescindible de la vida misma, pero que también, en general, activa los vértices del sufrimiento, haciéndolos expandir hasta el espanto. Pero créeme, Susy, el mundo de hoy necesita de mucha gente que piense, sien-ta y sufra como tú lo sabés hacer. Tengo muchos deseos de verte en Italia, sólo que, por razones laborales, tuve que posponer mi partida diez días, así que partiré de Ezeiza el 10 de junio y estaré en Roma el 11 por la tarde. Vos, para esa época, escríbeme a Spoleto, hazme saber dónde podré reubicarte, si en Italia o en Argentina. ¿Está bien? ¿Sabes que en Spoleto tengo la casa rodante? Si todavía estás, haremos un paseo. ¿Te pondría contenta?

ARRIVEDERCI AMOR MÍO

(53)

Page 54: Arrivederci amor mío

Ciao Susy querida, hasta pronto y muchos besos de Franco.

AGUSTÍN GONZÁLEZ

(54)

Page 55: Arrivederci amor mío

Roma, 4 de Julio 61

Queridísima Susy,

Solamente hoy pude recuperar tus documentos y me alegro de corazón que estén a salvo. Me da vértigo pensar en todas las vueltas que han dado. Tú que dices que el consulado italiano es el más querido del mundo, sabes que en este caso le ganó el argentino… Espero que tu y tu mamá hayan tenido un buen viaje y que volver a caer en tu Rosario no sea muy pesado. Me asombra un poco no haber sabido más nada de ti, pero segu-ramente te habrás trazado un programa en relación a mí. Quizás es mejor así. Lamentablemente también mis vacaciones están llegando a su fi n y ya pienso con terror en el regreso al trabajo. El otro día volví de un paseo que hice en la casa rodante con mis sobrinos. Estuvimos por Nápoles, Salerno, Paestrum, Cosenza, Taranto, Alberobello, Castellano (las grutas), Bari, Pescara, Pesaro, Riccione, en fi n, toda la bota desde nuestra casa para abajo. Saludos a tu mamá y a ti afectuosos abrazos.

Franco

ARRIVEDERCI AMOR MÍO

(55)

Page 56: Arrivederci amor mío

Spoleto, 15 de Agosto de 1961

Susy,

Te escribo tan sólo para desearte un feliz cum-pleaños, aunque no sé lo bien que pueda hacerte recibir noticias mías, puesto que, ahora puedo confi rmarlo, te has trazado el duro plan de alejarte de mí. No sabes cuánto lo lamento, querida Susy, haber sido un cobarde frente a una muchacha valiente como tú, y mayor pena siento porque esa cobardía mía te hirió irremediable-mente. A veces pienso que soy un monstruo, cruel y egoísta, que se piensa atractivo para todas, mientras que mejor sería acabar con esta neurastenia mía que me aleja de todo lo maravilloso que me sucede en la vida. Como tú, por ejemplo, Susy. Si supieras, querida, cómo siento ahora el océano que hay entre nosotros, un océano real, desolador, que más que de agua está hecho de sal. Lamento las veces que te hice llorar sin razón, aún sabiendo que me amabas. Quiero decirte la verdad. Hace unos meses cono-cí a una muchacha de Nápoles, que también es profesora y muy simpática. Nos hemos visto varias veces ya y si todo va bien, pienso que en breve me iré a Nápoles o ella vendrá a Spoleto de-fi nitivamente. Son cosas que todavía no hemos decidido. Quiero que tengas una buena vida, Susy, que me escribas si lo necesitas, no seas testaruda, yo seré el Franco de siempre, y quizás algún día, muchos años después, nos volvamos a encontrar. No quiero

AGUSTÍN GONZÁLEZ

(56)

Page 57: Arrivederci amor mío

que respondas a esta carta si no lo deseas, pero me haría muy fe-liz volver a saber de ti, saber que estás bien, que reparaste tu vida del daño que le hice.

Arrivederci Susy

ARRIVEDERCI AMOR MÍO

(57)

Page 58: Arrivederci amor mío

AGUSTÍN GONZÁLEZ

(58)

Page 59: Arrivederci amor mío

ARRIVEDERCI AMOR MÍO

(59)

NOTA

Page 60: Arrivederci amor mío

AGUSTÍN GONZÁLEZ

(60)

Page 61: Arrivederci amor mío

ARRIVEDERCI AMOR MÍO

(61)

En esta novela se cifra más de un corazón roto.

Franco y Puna se conocieron en un barco a Italia en 1958. Él había estado en Buenos Aires por negocios y regresaba a su país. Ella viajaba por primera vez, con 23 años, para estudiar historia del arte. Estuvieron juntos el año que duró su formación y se separaron con la promesa de volver a verse. Al poco tiempo de llegar a Rosario, comenzó la correspondencia entre ellos.

En el 2010 encontré las cartas escritas por Franco en el ropero de Puna. En ese entonces ella tenía 82 años y una de-mencia senil avanzada. Durante un tiempo guardé esas cartas. No me animaba a leerlas. Las abría de vez en cuando pero sentía que estaba invadiendo la intimidad de una chica que para mí siempre había sido vieja. Un tiempo después me encontré atravesando el fi n de una hermosa relación y fue a partir de esa experiencia que de-cidí retomar las cartas y escribir las respuestas de Puna cincuenta años después.

La cita de Kafka con la que comienza el libro era lo único subrayado en un ejemplar de los Diarios (1910-1923) que pertenecía a Puna.

Traduje las cartas de Franco con ayuda de una amiga, María Flavia Rubí. La voz de Franco en la novela fue re-construida a partir de ese material. La Susana que le responde en el

Page 62: Arrivederci amor mío

2008 fue recreada por mí a partir de lo poco que un nieto puede sa-ber de su tía abuela. No quise reconstruir la historia original sino, por anacronía, darle a ella la posibilidad de hablar nuevamente con su amor y despedirse del mundo. En defi nitiva yo hacía mi duelo junto al suyo.

Me gusta pensar que esta novela es, como dijo Damián Ríos, clásica y extraña. Clásica porque se ajusta a una tradición literaria como lo es el género epistolar, y extraña porque se restablece el diálogo entre dos voces que, por la muerte o la enfermedad, ya no pertenecen a nuestro tiempo.

A.G.

AGUSTÍN GONZÁLEZ

(62)

Page 63: Arrivederci amor mío

ARRIVEDERCI AMOR MÍO

Page 64: Arrivederci amor mío

*Rosario

Argentina*