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URUGUAY PROGRAMA DE COHESIÓN SOCIAL Y TERRITORIAL PRESIDENCIA REPÚBLICA ORIENTAL DEL URUGUAY Oficina de Planeamiento y Presupuesto PROYECTO FORMACIÓN EN TERRITORIO Guía de transversalización de género en las políticas públicas departamentales y municipales: una contribución a la igualdad entre hombres y mujeres

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  • URUGUAY

    PROGRAMA DE COHESIN SOCIAL Y TERRITORIAL

    PRESIDENCIAREPBLICA ORIENTAL DEL URUGUAY

    Oficina de Planeamiento y Presupuesto

    PROYECTO

    FORMACIN EN TERRITORIO

    Gua de transversalizacin

    de gnero en

    las polticas pblicas

    departamentales y municipales:

    una contribucin a la igualdad

    entre hombres y mujeres

  • Gua de transversalizacin de gnero en las polticas pblicas departamentales y municipales: una contribucin a la igualdad

    entre hombres y mujeres

    Comisin interdepartamental de GneroConGreso de intendentes

  • Proyecto FORTE Programa URUGUAY INTEGRA OPP/UE

    2011, Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP) Presidencia de la Repblica, Uruguay.

    2011, Comisin Interdepartamental de Gnero del Congreso de Intendentes, Uruguay.

    Autoras: Soc. Mara Bonino y Soc. Nicole Bidegain, CIEDUR.

    Las posiciones expresadas en esta publicacin son las de las autoras, y no reflejan necesariamente las opiniones de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP) ni de la Comisin Interdepartamental de Gnero del Congreso de Intendentes.

    1ra. Edicin, julio 2011

    Impreso en Montevideo, Uruguay

    Diseo y diagramacin: Gliphosxp

    Depsito Legal 355.450/11

  • Oficina de PlaneamientO y PresuPuestO

    Gabriel Frugoni Director

    Jernimo Roca Sub Director

    Enrique Cabrera Coordinador de Polticas Territoriales

    PrOgrama uruguay integra OPP/ue

    Carlos Fagetti Coordinador General

    Fernando Burjel Coordinador Proyecto FORTE

    delegacin unin eurOPea en uruguay y Paraguay

    Embajador Geoffrey Barrett Jefe de Delegacin de la C. Europea

    Alejandro Montalban Jefe de Cooperacin Internacional

    Bo Hjalmefjord Gerente de Proyectos Sector Cooperacin

    cOngresO de intendentes

    Presidente: Wilson Ezquerra Intendente de Tacuaremb

    1 Vicepresidente: Marcos Carmbula Intendente de Canelones

    2 Vicepresidente: Germn Coutinho Intendente de Salto

    cOmisin interdePartamental de gnerO

    Presidenta: Elena Ponte Intendencia de Montevideo

    1ra Vice Presidenta: Teresa Di Plito Intendencia de Colonia

    2da Vice Presidenta: Araceli Delgado Intendencia de Canelones

  • 5 ndice

    Introduccin .................................................................................... 7

    Prefacio ........................................................................................... 9

    1. Qu son las desigualdades de gnero? .....................................11Las desigualdades en los espacios privados .................................15Las desigualdades en los espacios pblicos .................................17

    2. Cmo contribuir a la igualdad de gnero? ............................... 20Las polticas especficas de gnero .............................................21La transversalizacin de las polticas generales........................... 22

    3. Por qu transversalizar polticas y programas? ..........................26Equidad, democracia y derechos humanos .................................26Equidad, eficacia y desarrollo .................................................... 28Equidad y Transparencia ............................................................ 28Calidad de vida para las nuevas generaciones ............................ 29

    4. Cmo transversalizar polticas y programas? .............................31Algunas preguntas clave a la hora de planificar ..........................31Estructura para transversalizar el enfoque de gnero ................. 34Elementos clave para una propuesta exitosa .............................. 38Algunas herramientas para la transversalizacin ........................ 44

  • 65. Dificultades para la transversalizacin ........................................ 53Ceguera de gnero ............................................................... 53Dificultades de comprensin de conceptos sobre gnero y transversalizacin .............................................. 54Cultura organizacional y resistencias al cambio .......................... 54Falta de apropiacin, y percepcin de que es una agenda impuesta ................................................ 56

    6. Ejemplos de transversalizacin de gnero en programas departamentales ................................................. 57

    reas en las cuales las desigualdades son ms visibles ............... 57reas en las cuales las desigualdades son menos visibles .......... 60Tipo de actividades donde integrar el enfoque de gnero .......... 63

    Glosario ......................................................................................... 66

    Documentos y sitios web de referencia ............................................71

  • 7La presente publicacin se enmarca en el Proyecto Forte (Formacin en territo-rio) del Programa UrUGUay inteGra OPP UE. Este Programa de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP) de la Presidencia de la Repblica y la Unin Europea tiene como objetivo fortalecer los procesos de cohesin social y des-centralizacin territorial en nuestro pas.

    Este Proyecto pretende aportar a la formacin y actualizacin de los respon-sables polticos y funcionarios del Gobierno nacional, los Gobiernos Departa-mentales, los Municipios y otros actores locales de cara al diseo, articulacin y gestin de las polticas pblicas, a travs de diversos cursos y materiales de formacin y actualizacin.

    Considerando que la incorporacin de la dimensin de gnero en las polticas pblicas desarrolladas por los Gobiernos Departamentales constituye uno de los pilares que contribuyen a la equidad entre hombres y mujeres y por ende a la cohesin social, el Proyecto ha dado respuesta a esta iniciativa planteada por la Comisin Interdepartamental de Gnero del Congreso de Intendentes, la cual viene realizando desde hace varios aos importantes esfuerzos en este campo.

    Introduccin

  • 8El Programa UrUGUay inteGra OPP UE realiz un llamado a Instituciones de Capacitacin de cuyo proceso result ganador CiedUr. Como parte de los requisitos del llamado, CiedUr ha generado la presente publicacin, que pre-tende ser una contribucin a la mejora de las capacidades de los Gobiernos De-partamentales para transversalizar el conjunto de sus polticas pblicas desde una perspectiva fundamental de gnero.

    Esperamos por tanto que los aportes aqu planteados sean tiles para los Direc-tores, tcnicos y funcionarios de los Gobiernos Departamentales, as como para todos aquellos interesados en conocer ms acerca de esta desafiante temtica.

  • 9 Prefacio

    La igualdad de oportunidades era, hasta hace unos aos, considerada como un asunto que concerna bsicamente a las mujeres. Hoy en da, la percepcin de esta realidad se ha modificado y la igualdad de oportunidades es una tarea de trascendental importancia y aspiracin de hombres y mujeres que trabajan por la construccin de una sociedad democrtica, justa y plural. Para lograrlo es ne-cesario disear polticas de igualdad desde un nuevo enfoque transversal que consiste en aprender a analizar, interpretar, y transformar la realidad desde la perspectiva de gnero.

    La transversalidad de la perspectiva de gnero constituye una estrategia parti-cipativa e integradora a mediano y largo plazo. Demanda incluir el principio de equidad en todos los procesos de toma de decisiones, de manera que la igual-dad de gnero se incorpore a todas las polticas, a todos los niveles y en todas las etapas, por jerarcas, mandos medios y agentes normalmente involucrados en el diseo e implementacin de polticas pblicas. Provoca por ende, un efecto multiplicador que no slo debe ser desarrollado desde los mecanismos especficos a favor de las mujeres, sino que debe extenderse y permear a todos los operadores con capacidad de decisin y ejecucin de acciones que afecten a toda la sociedad.

    Desde el Proyecto Forte de UrUGUay inteGra implementado por el Gobierno Nacional y la Unin Europea, la Comisin Interdepartamental de Gnero del

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    Congreso de Intendentes hace llegar esta herramienta indispensable para el avance las polticas de igualdad de gnero en el territorio, que forma parte de los materiales elaborados en apoyo del Programa de Capacitacin que se realizar en este campo.

    Esta primera Gua de Transversalidad de Gnero en el pas cubre una necesi-dad a la hora de aterrizar en el mbito departamental y municipal programas y acciones en cumplimiento del Plan Nacional de Igualdad de Oportunidades y Derechos y de los Planes de Igualdad departamentales.

    Finalmente queremos destacar nuestro reconocimiento a CIEDUR, por la elabo-racin de esta Gua de Transversalidad de Gnero que ha plasmado en el texto, en forma concisa y accesible, conceptos que facilitan una rpida comprensin y aplicacin prctica de los mismos.

    Comisin interdepartamental de Gnero

    ConGreso de intendentes

    Montevideo, julio de 2011

  • 11

    Mientras que el trmino sexo refiere a las diferencias biolgicas entre hom-bres y mujeres, la categora gnero refiere a las diferencias que son social, histrica y culturalmente determinadas. Son aquellas vinculadas a lo que una determinada sociedad, en un determinado tiempo histrico considera qu es lo masculino y lo femenino.

    Estas construcciones socioculturales han restringido libertades y generado si-tuaciones de inequidad muy fuertes para ambos sexos, aunque las mujeres se han visto especialmente perjudicadas por la lgica de poder que conllevan. Algunas de sus caractersticas centrales son las siguientes.

    1. En primer lugar, se han construido estereotipos de lo que significa lo femenino y lo masculino y por lo tanto los comportamientos esperados de mujeres y varones:

    1. Qu son las desigualdades de gnero?

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    Lo femenino es: Lo masculino es:

    Subjetivo Objetivo

    Emotivo Racional

    Dependiente/Pasivo Independiente/Activo

    Frgil Fuerte

    Como puede verse, este tipo de mandatos culturales deja a la mujer en un lugar de mayor dependencia respecto al hombre y condiciona sus oportunidades de insercin laboral y participacin en el espacio pblico. Pero tambin perjudica al hombre, quitndole la posibilidad de mostrar su subjetividad, su emotividad. Por ltimo, restringe a ambos la posibi-lidad de elegir libremente si quieren ser o mostrarse pasivos o activos, fuertes o frgiles.

    2. Una segunda caracterstica de esta construccin sociocultural ha sido la adjudicacin de espacios y roles femeninos y masculinos.

    A las mujeres se les asign el espacio privado y el rol reproductivo. As se crey natural y no cultural que las mujeres se dedicaran a la ma-ternidad, al cuidado de los miembros de la familia y todas las tareas aso-ciadas a la reproduccin de la especie (alimentacin, salud, vestimenta, etctera).

    A los varones se les asign el espacio pblico y el rol principal en la pro-duccin para el mercado. De la misma manera se consider natural y no cultural que fueran los proveedores de los hogares, que estudia-ran y se capacitaran para el trabajo, se movieran en la esfera poltica y cultural produciendo bienes materiales y culturales. Las mujeres fueron

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    las principales perjudicadas al asignrseles tareas no valoradas, no remu-neradas, y al cercenrseles el mundo de afuera de la produccin y la creacin.

    3. Por ltimo, las diferencias de gnero se construyen jerrquicamente, donde lo masculino tiene mayor estatus y valor que lo femenino. Por lo tanto, esta distincin cultural y no natural entre lo femenino y lo masculino, que est muy asociada a la divisin entre lo pblico y lo privado, implica una relacin de poder desigual.

    Hasta mediados del siglo XX las mujeres no votaban, no administraban sus bienes, no tenan ingresos propios (o los mismos eran muy bajos) no hacan las leyes ni participaban en las decisiones pblicas; en sntesis, dependan, estaban subordinadas a la voluntad de los varones. Esto ge-ner relaciones de dependencia y falta de autonoma de las mujeres en la sociedad.

    Recin en el siglo XX y despus de largas luchas las mujeres van con-quistando los espacios pblicos. Sin embargo, los estereotipos y la so-cializacin de gnero contribuyen a que las mujeres tiendan a insertarse en el mercado laboral en actividades vinculadas a la esfera reproductiva (educar, cuidar, limpiar), actividades que suelen representar los segmen-tos menos valorizados del mercado laboral. Por su parte, los varones se insertan en mltiples actividades y asumen cargos de jerarqua y mejor remunerados que las mujeres. Por lo tanto, las desigualdades de gnero en los espacios pblicos como privados siguen presentes hasta hoy en da.

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    En algunos espacios se utiliza el trmino gnero y mujer indistintamente, dando lugar a confusiones.

    Cuando hablamos de gnero, nos referimos a una ca-tegora relacional que permite identificar y analizar las desigualdades entre hombres y mujeres y tomar ac-ciones para revertirlas. Incluye a hombres y mujeres ya que los atributos y estereotipos de gnero se aplican a ambos.

    Las mujeres han sido las ms perjudicadas y es por ello que se enfatiza en la importancia de subvertir el orden de gnero para alcanzar la igualdad. Pero los varones tambin se ven perjudicados por los roles estereotipa-dos cuando, por ejemplo, se les exige ser los principales proveedores y quedan desempleados, o sus compae-ras tienen mayores ingresos y se sienten en inferioridad de condiciones por esa razn; asimismo cuando por el peso de los estereotipos, no se permiten a s mismos disfrutar de la crianza de sus hijos/as. En estos casos pueden disearse polticas de gnero dirigidas a ellos, promoviendo la corresponsabilidad en las tareas del cuidado.

    Tambin pueden llevarse adelante polticas que benefi-cien por igual a varones y mujeres como por ejemplo, las polticas de salud sexual y salud reproductiva pro-moviendo el acceso a la informacin y a mtodos anti-conceptivos, al control preventivo ginecolgico en las mujeres y de prstata en los varones.

    Gnero = mujeres? Y los varones?

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    Las desigualdades en los espacios privadosEl ejemplo ms contundente de que las relaciones de gnero entraan relacio-nes de poder es el de la violencia domstica. Hoy las mujeres siguen murien-do en nuestro pas a manos de novios, maridos y exmaridos. Desde el 2001 hasta el 2010, fueron 300 las mujeres que murieron por esta causa. Entre las denuncias recibidas por la polica, los casos de violencia domstica se encuen-tran en el segundo lugar (13.709 para el ao 2009), luego de las denuncias por hurto. A la violencia fsica y psicolgica se agrega la violencia sexual y la violacin por la pareja o por miembros de la familia.

    El aumento en las denuncias que se ha registrado en los ltimos aos muestra no necesariamente un aumento del fenmeno, sino que las mujeres se animan cada vez ms a denunciar la situacin. Recurdese que hasta hace pocos aos la violencia domstica no estaba tipificada como delito era un problema privado.

    Otro mbito de desigualdades tiene que ver con el trabajo domstico no remunerado que fue considerado siempre como parte de las habilidades na-turales de las mujeres y por tanto responsabilidad suya. Esto tiene consecuen-cias a la hora de salir al mercado de trabajo, en lo que se ha llamado la doble jornada, tanto en sobrecarga de trabajo como en menores posibilidades de acceder a empleos mejor remunerados o con beneficios sociales. Tiene efecto tambin en la autopercepcin de las mujeres, en su autoestima, aumentando sus dificultades para salir al mundo pblico.

    Dentro del trabajo no remunerado se encuentra el trabajo de cuidados que realizan fundamentalmente las mujeres para aquellas personas que estn en si-tuacin de dependencia: nios y nias, personas enfermas, con discapacidades, y personas adultas mayores. Es un trabajo especializado, que desgasta a quienes lo realizan y que las personas que pueden pagarlo lo resuelven en el mercado.

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    f Las encuestas de uso del tiempo que se comienzan a desarrollar en el mundo y recientemente en nuestro pas, ponen en evidencia y cuantifican estas des-igualdades. La encuesta del INE de 2008 seala al respecto que las mujeres dedican en promedio unas 28.6 horas semanales al trabajo domstico no re-munerado, mientras los varones dedican 12.5. Al desagregar la informacin por grupo de edades se ve la brecha mayor en las edades entre 30 y 59 aos: las mujeres dedican 41.9 horas y los varones 16.6. Esta edad que coincide con la plena insercin de las personas en el mundo del trabajo muestra muy claramente la sobrecarga de trabajo de las mujeres.

    f En algunos pases se ha logrado cuantificar el aporte al producto bruto interno que significa este trabajo gratuito que aportan las mujeres a la repro-duccin social. En Uruguay se realiz un estudio que calcul la valoracin econmica del trabajo no remunerado. Para el ao 2007 el valor de ste se ubica entre un 26.6% y un 30% del Producto Bruto Interno. Este trabajo no es valorado, ni reconocido por el mercado ni por los sistemas de seguridad social. Segn el estudio, este porcentaje es muy significativo ya que ningn otro sector de la economa de nuestro pas aporta un nivel tan elevadol.

    l Salvador Soledad, La valorizacin econmica del trabajo no remunerado en Aguirre, R. (ed) Las bases invisibles del bienestar social. El trabajo no remunerado en Uruguay, Montevideo, 2009.

    Visibilizando el trabajo domstico no remunerado

    Con la salida de la mujer masivamente al mercado del trabajo, es cada vez mayor la preocupacin por que el Estado otorgue los servicios de cuidado (ins-titucionalizados o a domicilio, de transporte, de prestaciones, etc.) y controle la calidad de los servicios privados. De manera las personas dependientes podrn tener servicios de calidad y las mujeres no debern hacerse cargo totalmente de estas poblaciones. Es importante, asimismo, que las polticas de cuidado promuevan la corresponsabilidad entre varones y mujeres en el hogar.

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    Las desigualdades en los espacios pblicosUn mbito donde se evidencian claramente las desigualdades de gnero lo constituye el que refiere al acceso al poder poltico. En Uruguay, la plena participacin poltica de las mujeres es una materia pendiente.

    f En la actual administracin de gobierno, solo dos mujeres ocupan cargos ministeriales en un total de trece ministerios.

    f A nivel parlamentario, la proporcin de bancas ocupadas por mujeres no supera el 15% y esta tendencia se mantiene constante a lo largo del tiempo.

    f A nivel departamental se destaca que por primera vez en 2010 fueron electas tres intendentas por los departamentos de Artigas, Lavalleja y Montevideo, en un total de 19 intendencias.

    f En relacin al poder legislativo departamental, el porcentaje de edilas se increment de 15.3% en el perodo 2005-2010 a 17.1% para el actual perodo de gobierno.

    Estas cifras demuestran que a todo nivel se est lejos de alcanzar la paridad.

    Otro ejemplo sobre la persistencia de la desigualdad refiere a la participacin de las mujeres en el mercado laboral.

    f Mientras que la tasa de actividad masculina es 73%, la tasa de actividad femenina es de 54%. Es decir, solo 54% de las mujeres en edad de tra-bajar estn empleadas o buscan empleo.

    f En relacin al desempleo en nuestro pas, se constata una cada constan-te desde el ao 2003, pero, esta es ms pronunciada para los varones

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    que para las mujeres. A su vez, en 2010, en promedio, la tasa de desem-pleo del Uruguay alcanza un valor histrico de 6.8%, sin embargo este nmero esconde brechas de gnero y edades.

    f Las y los jvenes y las mujeres siguen presentando tasas de desempleo superiores a las de otros grupos, que determinan que de los 112.000 desocupados registrados en promedio en 2010, casi la mitad fueran me-nores de 25 aos mientras que aproximadamente 67.500 eran mujeres1.

    El principio de igualdad entre las personas es clave para una sociedad que se considere democrtica. Si bien nuestras leyes declaran la igualdad de jure de las personas ms all de su condicin social, sexo, raza, religin, orientacin sexual, etc. sta no necesariamente es una igualdad de facto, como se ha visto en ejemplos anteriores.

    1 Instituto Cuesta Duarte, Informe de Coyuntura Primer Trimestre de 2011, PITCNT, Montevideo, 2011.

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    El enfoque de gnero nos permite identificar las asime-tras y desigualdades entre mujeres y varones as como ubi-car las causas de stas y proponer alternativas. Como se ha visto a travs de este enfoque, aparecen desigualdades que limitan el desarrollo de las personas, especialmente de las mujeres, a diferentes niveles:

    f en las caractersticas estereotipadas de lo que es ser mujer o ser varn;

    f en los roles estereotipados que asignan lugares y tra-bajos desiguales a mujeres y varones;

    f en la subordinacin en los espacios privados que con-llevan a trabajos no remunerados, a situaciones de violencia, etc.;

    f en la subordinacin de las mujeres en los espacios pblicos que conlleva a trabajos peor remunerados, escasa representacin poltica, etc.

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    2. Cmo contribuir a la igualdad de gnero?

    Para promover cambios que permitan el desarrollo autnomo de las personas, sin condicionantes de gnero, es necesario considerar una estrategia dual donde se combinen polticas especficas para mujeres o varones y polti-cas generales transversalizadas con un enfoque de gnero. En ambos casos importa sealar que no se busca solamente que las mujeres se integren sino que importa que desarrollen su autonoma y tengan capacidad de enfrentar toda forma de subordinacin.

    Un primer paso de esta estrategia es tener informacin sobre el objeto de la poltica o del programa desagregado por sexo. Aunque constituye un procedimiento sencillo es, sin embargo, relativamente nuevo en el mundo. En efecto, recin a partir de la Primera Conferencia Mundial de la Mujer de Na-ciones Unidas llevada a cabo en Mxico en 1975 se comenz a desagregar por sexo el acceso de las mujeres al empleo y a los ingresos. A partir de entonces se pudo identificar y comenzar a corregir las distintas formas de discriminacin y segregacin que sufran las mujeres en este mbito. An hoy en nuestro pas existen organismos pblicos que no tienen desagregado por sexo sus planillas de trabajadores/as.

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    Cuando se decide otorgar crditos de bajo inters a microempresarios o pequeos productores, cuando se resuelve exonerar de ciertos im-puestos a personas de bajos ingresos, u otorgar beneficios especiales a productores rurales afectados por la sequa, se est discriminando positivamente a favor de estas poblaciones. Son polticas, en principio temporales, para dar igualdad de oportunidades a quienes tienen de-terminadas carencias frente a otros que no las tienen.

    Polticas de discriminacin positiva no solo en temas de gnero

    Las polticas especficas de gnero

    Cuando hablamos de polticas de gnero podemos referirnos, por un lado, a las polticas pblicas que atienden necesidades especficas de las mujeres (por ej. servicios de atencin a vctimas de violencia de gnero). Esto no signi-fica que no haya que involucrar a los varones en las polticas de prevencin de violencia domstica, pero los datos indican que quienes necesitan mayoritaria-mente un servicio que las apoye en esas circunstancias son las mujeres.

    Por otro lado estn las polticas que buscan proporcionar igualdad de opor-tunidades. En estos casos se parte del supuesto de que las mujeres, si bien la ley las declara iguales, en los hechos tienen impedimentos de distinto tipo para acceder a diferentes mbitos. Estas polticas se llaman tambin de discri-minacin positiva, se trata de dar ms a quienes de partida tienen menos de manera de equiparar las oportunidades. Ejemplo de esto es la capacitacin es-pecfica en participacin poltica que se dio al comienzo del proceso de descen-tralizacin a edilas y concejalas en Montevideo pues se saba que tenan menos experiencia que los varones para trabajar polticamente en el espacio pblico.

  • 22

    Otro ejemplo de estas polticas son las polticas de cuotas. A nivel poltico (en cargos electivos, por ejemplo) la experiencia en diversos pases demuestra que sin polticas de discriminacin positiva, es difcil lograr mayor proporcin de mujeres en la representacin poltica o alcanzar la paridad. En general se considera que las cuotas deberan ser transitorias, hasta que la igualdad de oportunidades sea real para ambos sexos.

    Las cuotas pueden establecerse tambin para acceder a oportunidades labo-rales o de formacin. En algunos proyectos, por ejemplo, se busca favorecer a mujeres jefas de hogar entonces se establece un porcentaje que el programa debe contemplar. Lo mismo ocurre con otros grupos que sufren discriminacin como pueden ser las personas discapacitadas o afrodescendientes.

    En algunos pases se han establecido cuotas para varones en mbitos laborales feminizados, como el educativo, ya que se considera provechoso para la edu-cacin de nias y nios que exista un cuerpo docente integrado con personas de ambos sexos.

    La transversalizacin de las polticas generales

    Fue en la Cuarta Conferencia Mundial de la Mujer de Naciones Unidas llevada a cabo en Beijing en 1995 que se comenz a hablar del mainstreaming, tradu-cido al espaol por transversalizacin, que alude a que el enfoque de gnero debe permear el conjunto de polticas e instituciones gubernamentales. Sus fundamentos se vinculan a la idea de que no existen polticas neutras, sino que stas afectan en forma diferente a varones y mujeres y que por lo tanto, es necesario estar alerta a que las polticas no solamente no perjudiquen a las mujeres sino que por el contrario, busquen promover la igualdad de oportuni-dades y de resultados.

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    Los impactos diferentes en varones y mujeres no solamente refieren a las polti-cas y programas (y a las diferentes fases de estos) sino tambin a las estructuras organizativas y normativas de las instituciones.

    Generalmente se considera que un programa, una estructura organizativa o las normativas institucionales no afectan ni para bien ni para mal a un determina-do sexo. No obstante, un programa o una determinada accin pueden afectar de forma diferente a varones y mujeres ya que por su condicin, por lo lugares asignados socialmente, van a tener diferentes necesidades o diferentes posibili-dades de aprovechar y beneficiarse del programa o de la accin.

    Pueden afectar:

    f en forma positiva si contribuyen a equilibrar o acortar las desigualdades existentes y desarrollar la autonoma de las personas;

    f en forma negativa si aumenta las desigualdades o disminuye las posibili-dades de desarrollo de las personas;

    f en forma perpetuadora de la desigualdad si contribuye a mantenerla.

    Para que efectivamente un programa contribuya a la equi-dad es necesario preguntarse sobre las necesidades diferen-tes de las personas a quines est dirigido, buscar que estas necesidades diferentes estn contempladas en los objetivos y tambin que los efectos o impactos del programa coadyu-ven de alguna manera a que las personas puedan desarro-llarse ms libre y autnomamente.

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    ejemplo de transversalizaCin de Un proGrama plaza de deportes en Un Barrio o Un pUeBlo

    Programa Con enfoque de gneroSin enfoque de gnero

    Objetivo general

    Crear una plaza de deportes para las mujeres y varones de la zona.

    Crear una plaza de de-portes.

    Objetivo especfico

    Que atienda las necesidades di-ferentes de varones y mujeres y contribuya a romper estereoti-pos de gnero.

    Que se beneficien la mayor cantidad posible de jvenes de la zona.

    Actividades de infraestructura

    Establecer iluminacin y ho-rarios para que ambos sexos puedan concurrir y baos sepa-rados.

    Establecer infraestruc-tura adecuada: bao, iluminacin.

    Actividades deportivas

    Intentar que varones y mujeres participen indistintamente en los diferentes deportes.

    Organizar actividades de ftbol para varones y de gimnasia para mu-jeres.

  • 25

    Es incluir la perspectiva de equidad de gnero de forma sistem-tica en todas las etapas de las polticas y en todos los niveles de gobierno. Esto es, analizar las implicaciones que tienen las polti-cas para hombres y mujeres con el objetivo de, no solo mitigar los posibles impactos negativos de estas en alguno de los gneros, sino revertir las condiciones que generan desigualdades.

    Es un proceso tcnico porque implica hacer diagnsticos, ana-lizar alternativas de poltica y sus impactos. Pero tambin es un proceso poltico porque se identifican injusticias y se realizan acciones para revertir desigualdades y promover el ejercicio pleno de los derechos humanos.

    Es un proceso hacia el interior de la institucin, que a nivel de las intendencias implica promover una poltica de recursos hu-manos que garantice la igualdad de oportunidades entre funcio-narios/as y una cultura organizacional en pro de la equidad. Es a su vez, un proceso hacia afuera, ya que debe permear todas las reas y los servicios que brindan las intendencias a la ciudadana.

    Qu entendemos por transversalizacin de gnero?

  • 26

    3. Por qu transversalizar polticas y programas?

    Equidad, democracia y derechos humanos

    Desde la Revolucin Francesa y la Declaracin de los Derechos del Hombre hasta nuestros das donde la nocin de Derechos Humanos se contina am-pliando y se integra a las constituciones de cada vez ms pases, las mujeres, que constituyen la mitad de la poblacin mundial, han conseguido poco a poco ser reconocidas como ciudadanas con igualdad de derechos.

    Hoy da es impensable que un pas democrtico no considere la igualdad como un pilar bsico de su organizacin social y no prohba toda forma de discrimi-nacin por raza, sexo, edad, discapacidad, orientacin sexual o cualquier otra condicin personal o social.

    Por tanto, los estados democrticos deben velar especialmente por que sus po-blaciones no sufran diferentes formas de discriminacin y por que sus polticas contribuyan a que sus ciudadanos y ciudadanas crezcan en el ejercicio cada vez mayor de sus derechos. No es posible entonces que las mujeres vean como se cercenan sus derechos a no sufrir violencia de ningn tipo, a decidir sobre de su

  • 27

    El estado uruguayo ha ratificado la Convencin sobre la Elimina-cin de todas las formas de Discriminacin contra la Mujer (CE-DAW), el Pacto Internacional de Derechos Econmicos, Sociales y Culturales y la Convencin Interamericana para Prevenir, Sancio-nar y Erradicar la Violencia contra la Mujer (Convencin de Belem do Par). Estos instrumentos son vinculantes, es decir, de cum-plimiento obligatorio por parte de los pases. Tambin el estado uruguayo se ha comprometido a implementar las plataformas de accin de diferentes conferencias de Naciones Unidas tales como la IV Conferencia Mundial de la Mujer (Beijing) y la Conferencia Internacional sobre Poblacin y Desarrollo (Cairo).

    La Ley de Igualdad de Derechos y Oportunidades entre Hombres y Mujeres aprobada en 2007, encomienda la implementacin del Plan Nacional de Igualdad de Oportunidades y Derechos con me-didas especficas a fin de dar cumplimiento a los compromisos contrados por el pas a nivel internacional relativos a la igualdad de gnero.

    Estas normativas deben ser conocidas y tomadas en cuenta a la hora de planificar e implementar las polticas de gnero a nivel de-partamental. Asimismo, los logros y los obstculos a nivel local y departamental en relacin a la equidad de gnero, deben ser in-cluidos en los informes pas que presenta el estado uruguayo a los organismos de derechos humanos de Naciones Unidas.

    Compromisos a cumplir

    cuerpo y su sexualidad, a participar en igualdad de condiciones que los varones en la vida poltica o a trabajar y recibir ingresos de manera similar a como lo hacen los varones.

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    Equidad, eficacia y desarrollo

    La no incorporacin o la incorporacin parcial de las mujeres al trabajo, a la in-vestigacin, al quehacer poltico, tiene consecuencias directas en la eficacia de las polticas y el desarrollo de los pases ya que subutiliza las inteligencias, capa-cidades, habilidades y destrezas existentes en la sociedad. Una investigacin de Naciones Unidas realizada en diferentes pases plantea que las desigualdades en el acceso al estudio y al empleo entre varones y mujeres tiene un impacto significativo en el crecimiento econmico de dichos pases.2 Estos pases no pueden darse el lujo de ignorar las contribuciones econmicas e intelectuales que puedan brindar tanto varones como mujeres.

    Si la incorporacin de las mujeres tiene efectos a nivel macro en el desarrollo global de un pas, la incorporacin de sus necesidades y caractersticas tiene efectos a nivel micro en la eficacia de los resultados de ciertos programas y proyectos. As, por ejemplo, en proyectos para la generacin de ingresos de las familias, si no se apoya de determinada manera a las mujeres para que participen y accedan a ingresos en forma autnoma, los resultados no van a ser los esperados. Las mujeres tienen especificidades materiales y psicosociales que les dificultan ms que a los varones la participacin plena. Asimismo se ha probado mundialmente que el ingreso monetario de las mujeres derrama di-rectamente a las familias, hecho que no ocurre con los ingresos de los varones.

    Equidad y TransparenciaLa rendicin de cuentas de los gobiernos a sus poblaciones es una prctica que contribuye a la transparencia, credibilidad, desarrollo de ciudadana y mayor

    2 UNDP, Gender Mainstreaming in Practice, Bratislava, Slovak Republic, 2007.

  • 29

    democracia de las sociedades. Si stas no incluyen las acciones realizadas para eliminar las desigualdades de gnero, una parte de la poblacin, por lo menos las mujeres ms concientes, se van a sentir no tomadas en cuenta a la hora de definir las polticas y programas. Informar sobre las actividades realizadas para lograr mayor equidad, sobre los recursos humanos y materiales invertidos, so-bre los resultados esperados y los alcanzados, contribuye significativamente a la credibilidad de los gobiernos.

    Calidad de vida para las nuevas generacionesMujeres ms educadas, con mejores ingresos, con mayor autoestima, van a tener ms posibilidades de que estas caractersticas se transmitan a sus hijos. El nivel educativo de la madre ha sido comprobadamente una variable decisiva en la reproduccin o no de la pobreza. Una mujer con ingresos propios es ms factible que no est dispuesta a sufrir violencia y tambin a no reproducir la violencia hacia sus hijos/as. Los ingresos de las mujeres, como ya fue dicho, derraman directamente al bienestar familiar mientras que el de los varones no necesariamente. Una mujer conocedora de sus derechos va a tener ms capaci-dad de decidir cuntos hijos/as y en qu momentos tenerlos. La inversin as en las mujeres tiene un impacto directo en la no reproduccin intergeneracional de la pobreza.

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    1. El enfoque de gnero debe ser integrado en todas las polticas: las desigualdades de gnero estn presentes en diferentes estratos so-cioeconmicos, edades, razas/etnias, por lo tanto las polticas de gnero estn vinculadas con otras polticas sociales que se implementan desde las intendencias dirigidas a estas poblaciones.

    2. La pobreza impacta en mayor medida a las mujeres: las mujeres estn ms desempleadas, tienen menos acceso a los recursos productivos como la tierra, el crdito que los hombres y estn sobrecargadas de trabajo no remunerado. Por lo tanto, las polticas de erradicacin de la pobreza tienen que tomar en cuenta las diferencias de poder as como las restric-ciones y vulnerabilidades especficas que tienen las mujeres.

    3. El enfoque de gnero hace ms eficientes las polticas de reduc-cin de la pobreza: en primer lugar porque responde a las necesidades especficas de mujeres y varones. En segundo lugar porque promover po-lticas de empoderamiento econmico de las mujeres tiene mayores pro-babilidades de redundar en el beneficio de toda la familia. Sin embargo, es importante no caer en una visin instrumental ya que las mujeres no son medios para superar la pobreza sino sujetos de derechol.

    4. Ejemplo: un ejemplo de inclusin del enfoque de gnero en polticas de erradicacin de la pobreza puede ser el caso de las transferencias de ingre-sos condicionadas. En el diseo de las contrapartidas se puede fomentar la participacin de los varones en el cumplimiento de los controles de salud y educacin de los hijos/as, en vez de reforzar el rol tradicional de las mu-jeres como responsables de dichas tareas.

    l Valds Teresa, Gua para la Transversalizacin de Gnero en el PNUD de Chile, Santiago, 2006.

    No hay otros temas ms importantes de los cuales ocuparse por ejemplo, la pobreza?

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    4. Cmo transversalizar polticas y programas?

    Algunas preguntas clave a la hora de planificar

    A quin est dirigida la poltica o el programa?

    Una primera recomendacin que surge de la experiencia consiste en identifi-car las poblaciones que se van a beneficiar con el programa o la actividad, especialmente en aquellos programas donde dichas poblaciones no aparecen directamente como beneficiarias. As equivocadamente se considera que las intervenciones recaen sobre recursos y no sobre personas.3 Por ejemplo:

    f Si se invierte en educacin se piensa en mejorar infraestructura o crear determinadas normas sin analizar los/as nios/as que se van a beneficiar de esto.

    3 Valds Teresa, Gua para la Transversalizacin de Gnero en el PNUD de Chile, Santiago, 2006.

  • 32

    f Si se invierte en infraestructura se piensa en construccin de caminera o en sistema de transporte, nuevamente sin pensar en los varones y muje-res que se van a beneficiar de estas mejoras.

    El segundo paso consiste en desagregar por sexo a la poblacin beneficiaria u objeto del programa: cuntos varones y cuntas mujeres. Algo aparentemen-te tan sencillo u obvio sin embargo puede abrir diferencias muy grandes a la hora de disear un programa o una actividad. Veamos algunos ejemplos:

    f Identificar cuntas mujeres y varones participan en una empresa y en qu cargos nos permite saber si existe segregacin ocupacional en esa rama de actividad o discriminacin de gnero para acceder a cargos de jerarqua.

    f Tener informacin desagregada por sexo de la planilla de trabajadores en el Departamento de RRHH nos permite saber quines toman ms licencias y por qu motivos lo hacen.

    En ambos casos la informacin nos permite tomar medidas apropiadas para mayor eficiencia y equidad en la gestin.

    Qu necesidades diferentes pueden tener varones y mujeres?

    Otro aspecto a encarar en la planificacin es preguntarse por las necesidades diferentes que puedan tener los varones y las mujeres beneficiarias del servicio o programa en gestin. Estas diferencias se asocian generalmente a los roles tradicionales que cumplen. Por ejemplo:

    f Un estudio que desagreg por sexo los movimientos que hacan los/las usuarios/as del servicio de transporte pblico en Montevideo, permi-ti ver que las mujeres realizan mayores recorridos a diferentes lugares, mientras los varones usan lneas rectas de ida y vuelta. Esto permite una planificacin del transporte ms adecuada a las necesidades diferentes.

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    f Las mujeres tienen ms dificultades para participar en reuniones de co-misiones vecinales por el cuidado de sus hijos. La preocupacin por su participacin en un gobierno local de Brasil hizo que se organizara a la hora de esas reuniones un espacio de cuidado donde las mujeres podan dejar a sus hijos. Esto hizo que aumentara y se mantuviera la participacin.

    Qu impactos diferentes puede tener en varones y mujeres?

    Otra forma de contemplar necesidades especficas es pensar en los resultados del programa y qu impacto diferente pueden tener en varones y mujeres. En un punto anterior se haba dicho que las polticas pueden tener un impacto que favorece la desigualdad, que favorece la igualdad o que es neutro al tema de la igualdad de gnero.

    f Un ejemplo de lo anterior podra ser la iluminacin de algunas calles en un barrio o un pueblo. Algunas de stas son especialmente transitadas por mujeres que regresan de trabajar despus de la puesta del sol. La iluminacin de estas calles las va a favorecer, la no iluminacin de stas y s de otras las puede perjudicar. Si las calles ms transitadas por mujeres de noche ya estuvieran iluminadas y se resuelve iluminar otras ms ale-jadas, sta ltima medida ni las perjudica ni las beneficia especialmente.

    Cmo contribuye el programa a combatir la desigualdad?

    Finalmente esta pregunta es importante porque a veces un pequeo insumo en un programa le otorga un plus en trminos de no solamente no contribuir a la desigualdad sino contribuir especialmente a que sta vaya desapareciendo. Dos ejemplos.

    f En un primer ejemplo veamos cmo un programa de apoyo a empren-dimientos productivos puede contribuir a que las mujeres que participan

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    en l crezcan en autonoma y autoestima. Esto es factible si a la capaci-tacin que se brinda al grupo que realizar el emprendimiento (mixto o de mujeres) se le incluye un mdulo donde las mujeres pueden analizar sus dificultades para participar, sus dificultades para dejar a sus hijos al cuidado de otros/otras, sus dificultades para disponer de sus ingresos libremente.

    f En un segundo ejemplo vemos cmo un llamado o licitacin a un deter-minado cargo segn el lenguaje que use ese llamado invitar o facilitar a que se presenten mujeres o no, o que se presenten varones o no. Si se solicitan Jefe de Personal o Director de Departamento estamos estimulando a que se presenten varones; si se solicitan Maestras para Escuela o Enfermeras para Centro Asistencial estamos estimulando que se presenten mujeres. En cambio si solicitamos Jefe/Jefa de Per-sonal o Maestro/Maestra para Escuela estamos buscando romper estereotipos y estamos as contribuyendo a eliminar una de las causas de las desigualdades y la segregacin laboral.

    Estructura para transversalizar el enfoque de gnero

    Tal como se ha venido planteando en esta Gua, la incorporacin a las polticas y programas de una mirada o enfoque de gnero que sea capaz de pro-mover en los mismos la equidad, implica voluntad poltica y ciertas capacidades analticas. Las desigualdades de gnero an no son percibidas por todas las personas. Por esta razn se hace necesaria la existencia de lo que se ha venido llamando un mecanismo de gnero. Por esto vamos a entender:

    f La existencia de un rea que tenga por cometido expreso la promocin de la equidad de gnero hacia adentro y hacia fuera de la institucin.

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    f Que dicha rea (puede ser una oficina, un departamento, una divisin, y estar compuesto por una o muchas personas) tenga una determinada normatividad, es decir que haya sido creada y reconocida como tal por las autoridades correspondientes.

    f Que tenga un lugar definido dentro del organigrama institucional.

    f Que cuente con recursos humanos y financieros para ejecutar acciones y potestades para coordinar con otras dependencias que asimismo eje-cuten acciones.

    Diversos estudios4 que analizan la situacin en Amrica Latina de los mecanis-mos de gnero identifican un claro progreso en la institucionalidad de gnero en el continente. En algunos casos, se valora especialmente la existencia de leyes de igualdad que dan un marco jurdico estable a los mecanismos y a las polticas de gnero en reas especficas y se reconoce el avance en los niveles jerrquicos alcanzados (en un alto porcentaje su autoridad participa a nivel del gabinete ministerial).

    Se seala en otros, sin embargo, que la ubicacin heterognea dentro del apa-rato estatal muestra que stos se crearon donde se encontraron ventanas de oportunidades surgidas de la negociacin entre el movimiento de mujeres y los partidos polticos ms que de una visin racional acerca del lugar que debe tener el mecanismo dentro de la estructura. Se seala un caso extremo donde un mecanismo debi compartir su mandato con la gestin de un zoolgico.

    4 CEPAL, Panel de Expertas Polticas de fortalecimiento institucional de los mecanismos nacionales de gnero, Santiago, 2007 (ponencias de Virginia Guzmn y de Sonia Montao). En este caso el trmino mecanismo de gnero refiere al organismo nacional responsable de la promocin de polticas de gnero.

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    En nuestro pas, el organismo rector de las polticas de equidad de gnero surgi en el primer gobierno democrtico con una institucionalidad muy dbil, sin presupuesto propio o con presupuesto muy reducido, ocupando lugares de escasa jerarqua dentro del Ministerio de Educacin y durante mucho tiempo con el nombre de Instituto de la Mujer y la Familia. Esta asociacin a la fami-lia se ha dado en otros pases del continente y forma parte de la imagen y rol tradicional asignado a la mujer, es decir, ms que organismo para la equidad pareceran haber sido organismos para sostener un orden desigual.

    Un cambio cualitativo ocurre a partir del ao 2005 donde se abandona el con-cepto de familia en la denominacin del mecanismo, se le otorga un lugar de mayor jerarqua en el aparato estatal y presupuesto propio. Pero, por sobre todo se aprueba la ley 18.104 de Promocin de Igualdad de Derechos y Opor-tunidades entre Hombres y Mujeres.

    Esta ley le otorga un sustento jurdico a dicho mecanismo y encomienda la ela-boracin de un Plan Nacional de Igualdad de Derechos y Oportunidades que comienza a implementarse en el ao 2006 como poltica de estado. Es decir, todo el estado uruguayo, as como los sucesivos gobiernos, quedan compro-metidos a promover dicha igualdad.

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    Dos estudiosl relevan la situacin de los mecanismos de g-nero en los gobiernos departamentales en el Uruguay: uno estudia esta realidad en 2006 y otro en 2009. La compa-racin entre ambos permite identificar avances: en el ao 2006 siete departamentos tienen nombres que refieren solamente a las Mujeres o al Gnero, en 2009 son ya diez. En el resto an el nombre est ligado a la Familia u a otras temticas. En cuanto a los lugares que ocupan en las estructuras en la mayora de los casos (en los dos aos estudiados) dependen de las reas sociales.

    El lugar en la estructura es clave ya que de l depende la par-ticipacin o no en el Gabinete Municipal y por tanto el ac-ceso a informacin sobre polticas y programas para poder coordinar acciones y transversalizar el enfoque. Asimismo la dependencia de las reas sociales le quita a los mecanismos la posibilidad de acceso directo a las dems reas municipa-les asociadas a la infraestructura, produccin, etc. Por estas razones el mecanismo de gnero debera tener un lugar au-tnomo y equivalente a las dems divisiones de manera de poder interactuar directamente con el resto de la institucin.

    l Bonino Mara, La Institucionalidad de Gnero en el Uruguay, Inmujeres, 2007, y Balance y Desafos para la Institucionalidad de Gnero en los Gobiernos Departamentales, Congreso de Intendentes, Comisin Inter-departamental de Gnero, Montevideo, 2010.

    La existencia de mecanismos de gnero se puso en cuestin cuando se comen-z a promover la estrategia de transversalizar todas las polticas frente a una

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    estrategia de promover polticas especficas. Sin embargo el tiempo y la expe-riencia han demostrado que responsabilidad de todos puede implicar de nadie en especial. En uno de los departamentos del Uruguay incluso se cre una Comisin con representantes de las diferentes dependencias pero sta al no tener un lugar propio en el organigrama, al no tener presupuesto propio ni responsable no ha podido sostenerse con la eficacia deseada.

    Si los mecanismos de gnero son claves, es cierto que tambin se hace necesa-rio contar con aliados/as en las diferentes divisiones que tengan la voluntad y capacidad para transversalizar el enfoque en sus reas. Estos/as referentes en el caso de Montevideo forman parte de la Comisin de Equidad y Gnero que tiene por cometido implementar el Plan de Igualdad Departamental. Esta u otras modalidades de coordinacin resultan claves para que la perspectiva de gnero pueda efectivamente introducirse en las diferentes divisiones, niveles, polticas y programas.

    Elementos clave para una propuesta exitosa

    Voluntad poltica

    Si bien existe un marco jurdico a favor de la equidad, la cultura predominante, que persiste en ocultar las formas sutiles y otras no tanto de discriminacin que sufren las mujeres, parece ser ms fuerte. A veces no es solamente que estas desigualdades no sean visibles por haberse considerado siempre como natu-rales, sino que existe tambin un problema de poder. Para que las mujeres ejerzan todos sus derechos implica que en algunos casos los varones deban ceder espacios de poder.

    Los logros que se han ido alcanzando han sido de hecho conquistas de los movimientos de mujeres en sus versiones autnoma, dentro de los partidos polticos o dentro de los aparatos de gobierno. Por eso tambin la equidad

  • 39

    de gnero no va a surgir por s sola en las polticas y programas sino que va a requerir de la voluntad poltica de que esto ocurra por parte de las diferentes jerarquas institucionales.

    Es importante entonces que dichas jerarquas comprendan que si bien promo-ver la equidad de gnero implica ceder espacios de poder y trabajar con pa-radigmas culturales nuevos que pueden generar inseguridades, los beneficios, tanto desde el punto de vista tico y poltico, como de eficacia de las polticas compensarn ampliamente las posibles dificultades.

    Los recursos financieros, materiales y humanos

    No existe poltica o programa que no implique recursos para su implementa-cin. Una de las ventajas que suelen mencionarse en relacin a la transversa-lizacin de gnero en las polticas es que implican escasos o ningn recurso adicional para los programas ya existentes.

    Supongamos un llamado a cubrir cargos tradicionalmente masculinos re-dactado en un lenguaje inclusivo que estimula a las mujeres a presentarse al mismo. El costo del llamado es el mismo con un lenguaje que con otro.

    Sin embargo, esto no es totalmente cierto ya que hay un elemento a tener en cuenta y que es el recurso humano. La institucin que hace el llamado o el Departamento de Comunicacin del mismo, tiene necesariamente que haber contado con un/a tcnico/a capaz de ver la importancia de redactar ese llama-do de esa forma y de saber cmo hacerlo.

    Otro ejemplo. Un programa que promueve la formacin de microempresarios/as, tiene como prioridad que una parte de los recursos sean destinados a for-mar a jefas de hogar de bajos recursos. Puede establecerse una cuota y en ese caso no va a tener costos adicionales. Pero si efectivamente se quiere que esas mujeres puedan sostenerse y ser exitosas en sus emprendimientos requerir

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    una capacitacin especfica que las ayude a sortear barreras asociadas a su condicin de gnero. Aqu se requerirn recursos humanos adicionales a los pensados para un pblico masculino.

    Una crtica que se ha hecho a la transversalizacin de gnero ha sido justa-mente en el sentido en que se puede considerar que se est cumpliendo con el cometido de lograr la equidad a travs de pequeos agregados a programas ya existentes.

    Por esta razn es importante recordar que la estrategia de transversalizacin no implica dejar de trabajar en programas especficos para mujeres, aquellos que atiendan sus necesidades especficas como pueden ser los programas de prevencin y atencin a la violencia de gnero. Estos programas especficos son por supuesto ms costosos, requieren no solamente recursos humanos califica-dos sino tambin recursos materiales y financieros propios.

    La sensibilizacin y capacitacin de recursos humanos

    La existencia de recursos humanos capacitados en gnero es fundamental para:

    f Identificar el lenguaje institucional inclusivo o excluyente5.

    f Detectar la manera como la estructura organizativa opera contra la par-ticipacin de las mujeres.

    f Reconocer que detrs de objetivos aparentemente neutros hay intere-ses y necesidades diferentes de varones y mujeres.

    f Integrar organismos de manera equitativa (por ejemplo jurados de con-cursos).

    5 Ver Gua de Lenguaje Inclusivo, Congreso de Intendentes, Comisin Interdepartamental de Gne-ro, Montevideo, 2010.

  • 41

    f Identificar la manera en que las polticas y programas pueden potenciar las capacidades y la autonoma de las mujeres.

    Todo lo anterior requiere tener incorporada una cierta sensibilidad hacia la temtica y determinada capacidad y experiencia en el manejo de la misma. Ninguna de estas dos caractersticas son innatas, se adquieren a travs de la capacitacin y la prctica. Por eso la experiencia indica que no existe posibili-dad de promover la equidad de gnero sin programas de formacin, reflexin, sensibilizacin permanentes.

    Una sola instancia de reflexin puede comenzar un proceso de sensibilizacin, pero las instituciones requieren de mltiples recursos humanos formados que puedan incorporar el enfoque de gnero a lo largo y ancho de las mismas: en sus programas, en su estructura organizativa, en sus sistemas de recursos hu-manos, en sus polticas de comunicacin.

    La participacin de la sociedad civil

    Parecera que el xito o no de polticas y programas de promocin de equidad de gnero dependieran exclusivamente de la voluntad y capacidad de las ins-tituciones gubernamentales. Sin embargo se ha comprobado6 que all donde hay grupos de mujeres organizadas vinculadas a los municipios, stos desarro-llan ms y mejores programas asociados a la equidad de gnero.

    Los grupos y organizaciones de mujeres:

    f Demandan y presionan a las autoridades para que stas implementen programas que las beneficien.

    6 Un estudio comparativo entre municipios de Brasil y Uruguay mostr el impacto diferencial de las polticas municipales de gnero cuando exista o no participacin de las organizaciones de muje-res. Bonino y Bruera, Las Mujeres en los Presupuestos Participativos, REPEM, Montevideo, 2005.

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    Se ha llamado as muchas veces al trabajo voluntario que realizan las mujeres, generalmente de sectores populares, cuando gestio-nan servicios de cuidado infantil, de salud, de alimentacin, que les son necesarios pero que no los pueden obtener por otras vas. No todas las formas de participacin social de las mujeres son necesariamente una sobrecarga para ellas del tipo del trabajo do-mstico: invisible, no remunerado, no valorado. Muchas veces a travs de esta participacin logran salir de su entorno domstico, relacionarse con otras temticas y otros sectores de la sociedad, tambin capacitarse y acceder a espacios de poder. Por estas ra-zones es que las polticas de promocin de la participacin de las mujeres a nivel local deberan cuidar que stas las favorecieran en su desarrollo ms que implicarles horas extras de trabajo no pago.

    Tercera jornada o espacios de desarrollo?

    f Tienen capacidad de propuesta y por tanto retroalimentan y colaboran con las referentes de gnero de los gobiernos municipales y departa-mentales.

    f Piden cuentas de lo realizado, hecho que obliga a las autoridades a cum-plir con las promesas realizadas generalmente en tiempos electorales.

    f Aportan recursos humanos muchas veces gratuitos para implementar programas, hecho que en algunos casos no es beneficioso para las pro-pias mujeres pero que en otros les significa una posibilidad de capacitar-se y relacionarse a otros niveles superando el entorno domstico.

    Desde los gobiernos locales es posible promover la participacin de mujeres incluso en aquellos casos en que no existan organizaciones ya constituidas:

  • 43La participacin activa de las mujeres en un papel propo-sitivo y evaluativo, no instrumental, de lo realizado por el gobierno local no solamente potencia las polticas y progra-mas realizados sino que coadyuva al crecimiento y desarro-llo ciudadano de esas mujeres en el ejercicio de sus dere-chos.

    f Citando a vecinas a reuniones vinculadas a temas de su inters ya sea por la infraestructura barrial o especficos de mujeres como la salud sexual, la violencia, etc.

    f Consultando a vecinas sobre planes y programas y pidiendo colabora-cin en las convocatorias e invitaciones.

    f Invitndolas a presentar iniciativas en torno a necesidades.

    f Solicitndoles su participacin en las rendiciones de cuentas de lo ac-tuado.

    f Creando organizaciones de consulta y rendicin de cuentas vinculadas al gobierno y con apoyo en infraestructura de ste.

  • 44

    Algunas herramientas para la transversalizacin

    Diagnsticos , Planificacin y Evaluacin con enfoque de gnero

    En puntos anteriores se ha hecho mencin a los aspectos bsicos para asegurar que los diagnsticos que se realizan de la realidad cuenten con un enfoque de gnero, a saber:

    f Que la informacin que se recoja se encuentre desagregada siempre por sexo.

    f Que al analizar los diferentes problemas se tomen en cuentan las ca-ractersticas especficas asociadas al gnero (los estereotipo de roles, la divisin sexual del trabajo, las relaciones de poder inequitativas).

    f Que las necesidades y posibilidades de ambos sexos sean considerados.

    A continuacin se presenta a ttulo de ejemplo, una propuesta de cmo realizar un diagnstico participativo para evaluar dnde y cmo se desarrolla la violen-cia urbana hacia las mujeres.

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    diaGnstiCo de violenCia UrBana haCia las mUjeresl

    Conocimiento de la Violen-cia que sufren las mujeres en la localidad

    f Lugares donde se produce violencia: vivienda, calles, trans-porte, espacio pblico en general de su barrio, de otros sec-tores de la ciudad.

    f Percepcin de inseguridad diferenciada por sexo, distin-guiendo lugares y momentos del da.

    Acciones positivas para las mujeres en los Planes de De-sarrollo Local

    f Porcentaje de mujeres vctimas de violencia incorporadas como beneficiarias de programas para el mejoramiento eco-nmico.

    f Porcentaje de mujeres vctimas de violencia priorizadas en planes de vivienda.

    Uso de espacios pblicos dis-criminado por sexo

    f Accesibilidad: Conocimiento de los espacios pblicos en el propio barrio y en la ciudad, distancia a los mismos, medio de transporte utilizado, existencia de obstculos fsicos par su acceso.

    f Uso: Actividades que realizan las mujeres en los espacios p-blicos sociabilidad desarrollada, horarios y frecuencia de uso.

    Contexto social e institucio-nal receptivo a las necesi-dades de las mujeres y a su participacin

    f Institucionalizacin de la participacin de las mujeres en con-sultas pblicas sobre planificacin y seguridad ciudadana.

    f Acciones del gobierno local destinadas a mejorar la partici-pacin de mujeres en los Planes de Desarrollo Urbano (Ej. Adecuacin de horarios, servicios de cuidado infantil, etc.).

    Conocimiento y sensibiliza-cin de funcionarios y equi-pos tcnicos sobre la segu-ridad de las mujeres en la ciudad

    f Porcentaje de propuestas de las mujeres incorporadas en los programas y proyectos de los Planes de Diseo Urbano o Desarrollo Local.

    f Modificaciones realizadas en los proyectos iniciales a partir de las propuestas de las mujeres.

    l UNIFEM, AECID, CISCSA, Herramientas para la promocin de Ciudades Seguras desde una Perspectiva de Gnero, Crdoba, 2006.

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    Asimismo, para la planificacin de gnero, se plantearon una serie de aspectos clave:

    f Considerar la poblacin a que est dirigido el programa y no solamente la infraestructura.

    f Desagregar por sexo la poblacin beneficiaria considerando sus necesi-dades diferentes.

    f Qu impactos diferenciales tendr el programa en los dos sexos.

    f Cmo contribuye el programa a combatir las desigualdades.

    Si los objetivos de un programa son acompaados desde un comienzo por metas y/o indicadores de evaluacin, esto facilitar y clarificar el rumbo del mismo. Veamos un ejemplo:

    proGrama de CapaCitaCin de edilas

    Objetivo MetaIndicadores del Objetivo

    Medios de verificacin

    Fortalecer la participacin de las nuevas edilas depar-tamentales.

    En este ao se capacitar en tres talleres al total de nuevas edilas en temas de gestin y gnero.

    Al final del ao al me-nos 70% de las nue-vas edilas participarn activamente en las instancias colectivas.

    Al final del ao al me-nos 70% de nuevas edilas evaluarn posi-tivamente el proceso seguido.

    Registros de las in-tervenciones en las reuniones.

    Consulta evaluativa al final del proceso de capacitacin.

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    En el ejemplo anterior resulta ms claro apreciar qu se entiende por fortale-cer la participacin y se facilita la evaluacin del objetivo as como la rendicin de cuentas al finalizar el programa. Como puede verse el indicador refiere al resultado esperado con el objetivo ms que a la actividad en s. Suele muchas veces considerarse a la meta (que es una traduccin cuantitativa y en el tiem-po del objetivo) con el indicador. Las evaluaciones suelen hacer referencia al nmero de personas o al nmero de instancias de capacitacin, aspectos ms relacionados con la meta que con el objetivo. En el caso mencionado el indica-dor hace referencia al concepto de fortalecer.

    Las listas de comprobacin

    En nuestro pas no suele usarse este tipo de instrumento, ms difundido en agencias de cooperacin internacionales. Es un instrumento de evaluacin ms sencillo que el diseo de metas o indicadores de evaluacin que se menciona-ron anteriormente. A continuacin un ejemplo.

    lista de ComproBaCin de presenCia de enFoqUe de Gnero en Un proGrama

    En todo el programa Se utiliza lenguaje inclusivo?

    En el diagnstico Aparecen datos desagregados por sexo?

    Se incorpora enfoque de gnero para explicar proble-mas?

    En los objetivos Se desagrega por sexo la poblacin beneficiaria?

    Se contemplan necesidades especficas de gnero?

    En la ejecucin/con-tratacin

    Se prev equilibrio de sexo entre tcnicos/as?

    La ejecucin toma en cuenta limitaciones de las muje-res para participar?

    En la evaluacin Se toman en cuenta impactos diferentes en ambos sexos?

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    Como puede verse es un instrumento que simplemente sirve de gua a quienes disean el programa para que posteriormente la evaluacin que se haga del mismo resulte positiva.

    Los Planes de Igualdad de Oportunidades y Derechos

    Este es sin duda el instrumento ms adecuado para la transversalizacin del enfoque de gnero. Estos planes suelen comprometer a un conjunto de institu-ciones cuando es a nivel nacional, o a un conjunto de departamentos o reas cuando es a nivel departamental o de una sola institucin. Por esta razn de que el conjunto acuerda llevar adelante acciones que favorezcan la equidad de gnero, es que ya parte importante del trabajo de transversalizacin est hecho. Existe ya cierto nivel de voluntad poltica, se han acordado objetivos, en algunos casos metas, en otros incluso indicadores para su evaluacin7.

    El primer Plan de Igualdad de Oportunidades se realiz en el Gobierno Depar-tamental de Montevideo en el ao 2002. En el ao 2006 se realiz el Primer Plan Nacional y en 2007 Montevideo lanz su Segundo Plan. El departamento de Canelones realiz el suyo en el ao 2009. De esta manera ya dos gobier-nos departamentales cuentan con sus planes. Tanto el Plan Nacional como los Planes Departamentales siguieron una metodologa parecida de consulta a la sociedad civil para recoger las necesidades de las mujeres. Luego de un trabajo de negociacin a la interna de cada institucin, se definieron compromisos en pro de la igualdad en cada una de sus reas de polticas prioritarias.

    La virtud de estos planes es que obligan a diferentes reas y departamentos que generalmente consideran que no tienen cmo aportar a la equidad de gnero a que puedan incorporar un enfoque diferente, y reconocer que efec-tivamente pueden aportar de diversas maneras a este proceso. Los Planes por

    7 Este es el caso del Segundo Plan de Igualdad de Oportunidades de la ciudad de Montevideo.

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    lo tanto deben ser realizados en forma participativa con quienes los tienen que implementar de manera de plasmar objetivos realizables y comprometidos efectivamente. Implican por tanto una ardua tarea previa de negociacin y articulacin intrainstitucional.

    Asimismo los planes recogen las expectativas de las mujeres. En todos los ca-sos mencionados en el pas, se generaron instancias de consulta previa, a nivel nacional y departamental asegurndose as no solamente que los objetivos respondieran efectivamente a las necesidades reales sino tambin reconocer el papel de las organizaciones de mujeres y las ciudadanas en el monitoreo de las polticas pblicas.

    Los presupuestos sensibles al gnero

    Generalmente los presupuestos pblicos son percibidos como instrumentos tcnicos y neutrales. Sin embargo, al no considerar las inequidades que es-tructuran la sociedad, las asignaciones presupuestales pueden perpetuar la inequidad entre hombres y mujeres y entre distintos grupos de poblacin, de-pendiendo de factores como la edad, la raza/etnia y el nivel socioeconmico. Por lo tanto, adems de ser una herramienta tcnica, los presupuestos son una herramienta poltica porque implican tomar decisiones sobre los sectores, acti-vidades y grupos a priorizar.

    En muchas oportunidades, a nivel del gobierno la planificacin estratgica no se articula eficientemente con la planificacin presupuestal, esto tiene con-secuencias en el cumplimiento de los objetivos trazados y en la eficiencia de la gestin pblica. Por ejemplo, es fundamental que los planes de igualdad tengan una efectiva asignacin de recursos ya que de lo contrario se pone en riesgo la implementacin de la transversalizacin de gnero.

    Por lo tanto, los Presupuestos Sensibles al Gnero (PSG) son otra herramienta de transversalizacin que permite determinar si existen necesidades o inte-

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    reses similares o diferentes de la poblacin beneficiaria por sexo, edad y/o condicin frente al acceso a los servicios, y asignar, consecuentemente los recursos. Es decir, a necesidades diferentes, asignaciones diferentes. Por lo tanto, es fundamental revisar la priorizacin del gasto y reorientar la ayuda dentro de los sectores, as como hacer seguimiento de los ingresos y gastos del gobierno para asegurar que la brecha de desigualdad entre mujeres y hombres se reduzca8.

    Para elaborar PSG se debe incluir la mirada de gnero en todas las etapas del ci-clo presupuestario (diagnstico, elaboracin, aprobacin, ejecucin, rendicin de cuentas y modificaciones presupuestarias).9

    Los presupuestos sensibles al gnero contribuyen:

    f A la coherencia entre los objetivos de gobierno y la implementacin de las polticas.

    f A la institucionalizacin y sostenibilidad de la transversalizacin de g-nero.

    f A la eficiencia ya que optimiza el gasto.

    f A la transparencia sobre la utilizacin de los recursos pblicos y la rendi-cin de cuentas.

    8 Cobo Rosa. et. al. Cuadernos de gnero: Polticas y acciones de gnero. Materiales de forma-cin, Universidad Complutense de Madrid, 2009.

    9 Por ms informacin consultar: IDM (2010) El presupuesto departamental: una herramienta fun-damental para la equidad de gnero.

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    Luego de 15 aos de que la Plataforma de Accin de Beijing hicie-ra el llamado a la profundizacin de la estrategia de transversa-lizacin de la perspectiva de gnero a los programas, proyectos y presupuestos de todos los sectores, existen algunas evaluaciones crticas a la implementacin de dicha estrategia.

    1. Falta de coherencia y de estrategia a largo plazo: Se ha criticado el riesgo que supone incluir la perspectiva de gnero en instituciones sin cuestionar su orientacin para intentar transformarlas en pro de la equidad social y de g-nero. Por ejemplo, en algunos casos, no se han cuestionado los objetivos ltimos de las polticas y simplemente se aa-de el trmino gnero o mujer a las polticas existentes. En otros casos, s se han realizado programas con perspectiva de gnero, pero a la interna de las instituciones no se han re-visado las normas y las prcticas para revertir las desigual-dades de gnero.

    2. Uso instrumental: Se ha llevado adelante un proceso de tecnocratizacin, que supone uso instrumental de la herramienta en las instituciones y su vaciado de contenido transformador.

    3. Escasa implementacin: La crtica ms importante refie-re a que a pesar del avance en el reconocimiento legal, en la elaboracin de planes de igualdad y el avance discursivo, la voluntad poltica se diluye a la hora de asignar recursos e im-plementar las acciones.

    En la evaluacin realizada por Moser y Moser (2005) de las po-lticas de transversalizacin de gnero en organismos internacio-

    Algunas crticas a la estrategia de transversalizacin

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    nales de desarrollo se destaca que la mayora de estas institucio-nes slo se han apropiado parcialmente de ella. Esto en tanto han adoptado la terminologa y han dado lugar a una poltica expl-cita de Transversalizacin de gnero, pero tienen serias falencias en la fase de implementacin de la poltica, ya que generalmente los esfuerzos son inconsistentes e involucran slo algunas acti-vidades ms que reflejar un proceso integrado y coherente. Las evaluaciones realizadas muestran que los esfuerzos por trans-versalizar el gnero frecuentemente se diluyen en el proceso de planificacin e implementacin.l

    l Fritz, Heidi. y Valds Teresa. Igualdad y equidad de gnero: Aproximacin teri-co-conceptual. Una Herramienta de Trabajo para las Oficinas y Contrapartes del UNFPA, Santiago, 2006.

    Algunas crticas a la estrategia... [cont.]

  • 53

    5. Dificultades para la transversalizacin

    Ceguera de gnero

    La mayora de las autoridades y funcionarios/as de la administracin pblica, consideran que las polticas implementadas son neutras, es decir, que su traba-jo no perjudica ni beneficia en especial ni a hombres ni a mujeres. Se considera que las polticas estn destinadas a la poblacin en general, a los vecinos, bajo el supuesto de que no hay necesidades diferentes entre hombres y mujeres o posibilidades de aprovechar los programas en forma diferente. Por ejemplo, en programas que buscan la participacin de los/las vecinos/as se puede eva-luar que las mujeres no participan porque no quieren. Sin embargo, como ya se mencion, la no participacin de las mujeres puede explicarse de otra for-ma, por ejemplo, pueden estar operando barreras simblicas y restricciones de tiempo por la sobrecarga de tareas domsticas. Es por ello que, sin una mirada de gnero se pueden perpetuar desigualdades de acceso a servicios pblicos, aunque esto no haya sido intencional.

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    Dificultades de comprensin de conceptos sobre gnero y transversalizacin

    Para muchas intendencias, la nocin de transversalizacin o enfoque de gnero no forma parte del corpus de conceptos manejados normalmente por los funcionarios/as de la institucin. Son nuevos temas que poco a poco van ganando presencia en los discursos de autoridades departamentales y nacio-nales, pero muchas veces no se comprende a qu se refieren ni por qu son importantes. Adems del hecho de ser nuevos, esta dificultad se puede deber tambin a la falta de recursos humanos capacitados en gnero en las diversas reas.

    De todas formas, no todas las reas de trabajo o personas tienen el mismo tipo de resistencia o falta de comprensin. Algunas dependencias, tales como las vinculadas a la planificacin o asuntos econmicos, suelen ser ms reticentes a la transversalizacin de gnero que por ejemplo, otras reas, como las vincula-das con las polticas sociales.

    Por lo tanto, sin una estrategia de sensibilizacin y capacitacin sostenida so-bre qu significa y por qu hacer polticas pblicas con enfoque de gnero, la transversalizacin de gnero se torna dificultosa.

    Cultura organizacional y resistencias al cambio

    Una efectiva transversalizacin de gnero implica una nueva forma de analizar la realidad y de disear las polticas pblicas. Por lo tanto, se debe adoptar nuevas perspectivas de anlisis, adquirir un nuevo conocimiento y cambiar las formas tradicionales de planificar y ejecutar programas. Para algunos/as fun-cionarios/as esto es agregar una complicacin ya que se generan cambios

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    en la forma que tradicionalmente se realizaba el trabajo y esto sin duda implica resistencias.

    Otra dificultad que suelen presentar los departamentos y reas de las institu-ciones para transversalizar gnero est asociada al temor a que se reduzcan sus asignaciones presupuestarias al tener que compartirlas con otras tem-ticas10.

    Tambin existen otro tipo de resistencias (implcitas o explcitas) que derivan de creencias y valores discriminatorios y se traducen normas, reglas y prcticas institucionales. La falta de comprensin o sensibilidad sobre las temticas de gnero retroalimenta este proceso. Dentro de las implcitas se puede men-cionar desde el uso de un lenguaje no inclusivo a los horarios o los espacios solamente masculinos extra-oficina donde muchas veces se toman las de-cisiones. Dentro de las explcitas se encuentran aquellas (que ya no ocurren a nivel del estado uruguayo pero s de empresa privada) donde no se contratan mujeres embarazadas o no se dan los beneficios de licencias correspondientes.

    Asimismo se ha constatado que a mayor presencia y capacidad de accin de los mecanismos para la transversalizacin de gnero, mayores son las resisten-cias11. Es decir, mientras los mecanismos realizan acciones marginales o espe-cficas con mujeres, existe poca resistencia ya que estas acciones tienen poca incidencia en la estructura organizacional, pero en la medida en que los meca-nismos van realizando acciones de mayor envergadura, estas resistencias sola-padas aparecen en mltiples formas (retiro de fondos o de recursos humanos, pedido de mayores informes para justificar la pertinencia de las acciones, etc.).

    10 Kabeer Naila Lugar preponderante del gnero en la erradicacin de la pobreza y las metas de desarrollo del milenio, 2003.

    11 Bonino Mara Balance y Desafos para la Institucionalidad de Gnero en los Gobiernos Depar-tamentales, Congreso de Intendentes, Comisin Interdepartamental de Gnero, Montevideo, 2010.

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    Por ltimo, los retrocesos en las polticas de gnero son frecuentes cuando se produce un cambio en las autoridades o funcionariado. Por ello, es fundamen-tal trabajar en el cambio de la cultura organizacional y en la institucionalizacin y normatividad de los mecanismos y las polticas que se crean, para asegurar la sostenibilidad de las acciones.

    Falta de apropiacin, y percepcin de que es una agenda impuesta

    Ya sea por la ceguera de gnero, la falta sensibilizacin, las resistencias or-ganizacionales o las debilidades de los mecanismos de la mujer, en ocasiones, existe una escasa apropiacin de las polticas de gnero como polticas que son responsabilidad de toda la institucin. En muchos casos, las polticas pblicas con enfoque de gnero se conciben como un proceso separado de las polticas principales de las intendencias. Este factor ha sido potenciado en ocasiones cuando se cuenta con apoyo de la cooperacin internacional. En muchos casos, este apoyo ha sido fundamental para el avance en temas de gnero. Sin em-bargo, dada la falta de apropiacin sobre la temtica, la transversalizacin se concibe como una imposicin o una agenda externa en vez de ser un objetivo tico central de la institucin. Por otro lado, sin una estrategia para obtener recursos genuinos de las intendencias, las polticas de gnero corren riesgo de no ser sostenibles luego de que el financiamiento de la cooperacin se termine.

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    6. Ejemplos de transversalizacin de gnero en programas departamentales

    Si bien se presentaron ejemplos de transversalizacin a lo largo de esta gua, a efectos meramente ilustrativos, se desarrollan a continuacin algunos casos de transversalizacin de gnero a nivel departamental, en diferentes reas tem-ticas y modalidades.

    reas en las cuales las desigualdades son ms visiblesViolencia de gnero

    La violencia de gnero se basa en el poder ya sea fsico, econmico, psicolgico que ejerce el varn sobre la mujer y esta violencia puede desarrollarse a nivel domstico, en la calle o el trabajo. Este tipo de violencia incluye la violacin y el acoso sexual. La violencia domstica incluye no solamente violencia hacia la mujer sino tambin hacia adultos/as mayores y nios/as.

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    Los gobiernos departamentales tienen un papel de prevencin y atencin en los tres mbitos: el domstico (por la cercana territorial que facilita el mbito de atencin), en la calle (por las medidas preventivas que pueda realizar una Comuna) y en el mbito laboral, al interior de la institucin. A continuacin ejemplos de tres tipos de programas para la prevencin y atencin de la vio-lencia de gnero.

    Programa especfico para mujeres

    Programa dirigido a mujeres y varones

    Programa transversal a otro

    Programa

    Servicios de atencin a vctimas de violencia en asesora psicolgica y ju-rdica.

    Campaas externas e in-ternas a la institucin de prevencin del acoso se-xual.

    Programa de vivienda con cuota para mujeres vcti-mas de violencia.

    Casa Refugio para mu-jeres vctimas de violencia que deben dejar la pro-pia.

    Marcha de varones con-tra la violencia domstica y de gnero el 25 de No-viembre.

    Inclusin de un taller de prevencin de violencia de gnero en el progra-ma de apoyo a personas adultas mayores.

    Salud sexual y salud reproductiva

    El autocuidado, la salud sexual y la salud reproductiva son derechos que poco a poco las mujeres van descubriendo y ejerciendo. El poder sobre el cuerpo ha sido considerado uno de los pilares de la subordinacin de la mujer. De aqu la importancia de que las mujeres ejerzan su derecho a tener una sexualidad placentera y libremente elegida, el derecho a decidir si tener hijos/as, cuntos y en qu momento, y a acceder a servicios ginecolgicos de calidad. Tambin los varones comienzan a comprender la importancia de la corresponsabilidad en la reproduccin y del autocuidado tanto en la prevencin de infecciones de transmisin sexual como en aquellas que con controles se pueden evitar.

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    Programa especfico para mujeres

    Programa dirigido a mujeres y varones

    Programa transversal a otro Programa

    Servicio ginecolgico que ofrece informacin y ca-pacitacin en derechos sexuales y derechos repro-ductivos.

    Servicio de salud que ofrece informacin sobre mtodos anticonceptivos, en salud para mujeres y varones.

    Programa de guardera in-fantil que ofrece a padres y madres encuentros o ta-lleres sobre sexualidad.

    Participacin poltica

    Si bien las mujeres han sido tradicionalmente las ms activas cuando se trata de demandar o gestionar algn servicio bsico en un barrio o localidad, cuando se trata de acceder a cargos de representacin o espacios de poder poltico aparecen las llamadas barreras externas (organizativas, de horarios, de mo-dalidades y lenguajes que les son ajenos) o internas (inseguridades, falta de autoestima, culpas). De aqu la importancia de crear programas que trabajen estas barreras de manera de lograr equilibrios en las representaciones.

    Programa especfico para mujeres

    Programa dirigido a mujeres y varones

    Programa transversal a otro

    Programa

    Talleres para edilas y concejalas sobre dificul-tades de la participacin femenina en espacios de poder.

    Estudio sobre proporcin de mujeres y varones en cargos de jerarqua y di-vulgacin del mismo.

    Programa de capacitacin al personal que ingresa a la institucin con un m-dulo sobre gnero.

    Programas de promocin de empleo ingresos

    Desde los gobiernos departamentales se suelen apoyar programas de este tipo ya que son demandados por la poblacin. Es de todas maneras importante

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    recordar aqu que si bien cualquier programa que brinde la posibilidad de in-gresos a las mujeres colabora en que stas adquieran mayor autonoma, esto es una condicin necesaria pero no suficiente para que dicha autonoma sea real.

    Las mujeres tienen que poder participar de forma sostenida en el programa y conciliarlo con sus tareas domsticas, por ejemplo, negociando con los otros miembros de la familia, buscando alternativas que le permitan sin culpas salir de sus casas el tiempo necesario. Asimismo tienen que sentir que pueden dis-poner autnomamente de sus ingresos, tienen que poder defender su derecho a un trabajo de calidad en trminos de horarios y acceso a seguridad social.

    Programa especfico para mujeres

    Programa dirigido a mujeres y varones

    Programa transversal a otro

    Programa

    Programa de capacita-cin y crdito para pe-queas empresarias jefas de hogar con mdulo so-bre dificultades asociadas al gnero para el trabajo.

    Programa de capacita-cin y crdito para pe-queos/as empresarios/as con mdulo sobre dificul-tades asociadas al gnero para el trabajo.

    Programa de atencin a vctimas de violencia con mdulo de capacitacin para empleo y dificulta-des asociadas al gnero para el trabajo.

    reas en las cuales las desigualdades son menos visibles

    Vialidad

    El trazado de calles, el mejoramiento de las mismas, al igual que otros servicios como el alumbrado o el saneamiento hacen a la calidad de vida de las perso-nas. Estas personas pueden tener hbitos y necesidades diferentes. Son las mujeres, por ejemplo, quienes suelen mayoritariamente acompaar a sus hijos/

  • 61

    as a la escuela o a los jardines infantiles, o las que suelen realizar la compra de alimentos. Para ellas la existencia o no de un trazado adecuado tiene un impacto directo es sus posibilidades de acudir o no a ciertos lugares, de invertir mucho o poco tiempo en estos traslados, de poder realizarlos con o sin sus hijos/as, etc.

    ProgramaCon enfoque de

    gneroSin enfoque de

    gnero

    Asfaltado de 3 calles en determinado barrio peri-frico.

    Se consulta a la poblacin, se ven necesidades espec-ficas de traslados.

    No se consulta a la pobla-cin.

    Trasporte

    En un punto anterior se mencion el estudio que se realiz en Montevideo sobre los recorridos que realizan mujeres y varones donde aparecen las diferen-cias y por tanto las necesidades especficas. Tambin en el mismo organismo se desagreg por sexo el nmero y tipo de accidentes registrados donde aparece que aquellos debido a la alcoholemia corresponden a varones generalmente jvenes. Esto permite elaborar polticas preventivas ms especficas.

    Programa Con enfoque de gnero

    Sin enfoque de gnero

    Se desarrolla un progra-ma de prevencin de ac-cidentes de trnsito.

    Se realiza una campaa dirigida especialmente a varones jvenes sobre la incidencia del consumo de alcohol en los acciden-tes.

    Se realiza una campaa no diferenciada por sexo, edad o causa, para preve-nir accidentes.

  • 62

    Cultura

    Al igual que en otras reas, es difcil ver que algunos programas, pensados para todos de hecho, por sus caractersticas, estn dejando fuera a algu-nas personas. Asimismo desde las actividades culturales se puede trabajar en forma ms directa y clara el tema de las relaciones de gnero y su construccin cultural.

    ProgramaCon enfoque de

    gneroSin enfoque de

    gnero

    Se desarrolla un programa para festejar los 200 aos de la Independencia.

    Se investiga y se inclu-ye la participacin de las mujeres en la lucha por la Independencia.

    Se relata exclusivamente la gesta de los hroes de la Independencia.

    Comunicacin

    La importancia de usar un lenguaje inclusivo est asociada no solamente a los Llamados a cargos y por tanto a las oportunidades laborales. En toda la co-municacin hacia fuera y hacia dentro de los gobiernos departamentales o de cualquier institucin, el uso de este lenguaje impacta en la imagen institucional y en las decisiones de poltica que se puedan tomar.12

    Uso de Lenguaje Inclusivo No inclusivo

    Hacia fuera de la insti-tucin.

    rea de Personas Adultas Mayores.

    rea del Adulto Mayor.

    Hacia dentro de la ins-titucin.

    Se cita a todos/as los Direc-tores/as de Departamento.

    Se cita a todos los Direc-tores de Departamento.

    12 Gua de Lenguaje Inclusivo, op.cit.

  • 63

    Tipo de actividades donde integrar el enfoque de gneroEn las normativas y reglamentaciones institucionales

    Crear o modificar normativas de manera de que resulten ms equitativas (en trminos de gnero o de otro tipo de desigualdades) es un tipo de accin que no solamente no implica costos especficos sino que tiene la ventaja de generar una nueva institucionalidad, permanecer en el tiempo ms all de los vaivenes poltico-administrativos. Estas acciones implican s un trabajo de convencimien-to y argumentacin y fuerza frente a las jerarquas para introducir dichos cam-bios. Veamos algunos ejemplos:

    f Llamados a ocupar nuevos cargos: lenguaje de las publicaciones, crite-rios de adjudicacin (proporcin por sexo segn aspirantes, existencia de cuotas), conformacin de los jurados segn sexo.

    f Reglamentaciones en relacin al acoso laboral: mecanismos de denun-cia, atencin y sancin.

    f Normativas en relacin a adjudicacin de viviendas, tierras, prstamos u otros beneficios materiales: criterios que tomen en cuenta las desigual-dades y cmo contribuir a eliminarlas.

    f En los mecanismos institucionales que promuevan la participacin de las mujeres (horarios, servicios de cuidado infantil).

    En los estudios, sistemas de informacin, diagnsticos

    Las instituciones suelen tener sus sistemas de informacin sobre recursos hu-manos, sobre poblaciones atendidas, sobre programas implementados. Asi-

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    mismo suelen realizar diagnsticos o estudios previos a la realizacin de obras o evaluaciones posteriores a las mismas. En cuntos de estos casos se desa-grega por sexo la informacin y se analizan las diferencias?

    f Registros de los recursos humanos desagregados por sexo y su relacin con los cargos ocupados, los salarios percibidos, las ausencias laborales y licencias solicitadas, las carreras administrativas, etc.

    f Estudios previos a la elaboracin de programas de infraestructura, de vivienda, de salud, desagregados por sexo y necesidades asociadas.

    f Evaluaciones de los resultados de los programas realizados desagregan-do por sexo los/las beneficiarios/as y el impacto en stos de los progra-mas.

    En las actividades de comunicacin y capacitacin

    Como se ha dicho a lo largo de este trabajo, comprender qu son las des-igualdades de gnero y a qu se aspira con la equidad, constituye una nue-va manera de ver el mundo, una nueva cultura que permea todas relaciones personales, laborales, las estructuras organizativas y las acciones. Este cambio debe ser impulsado, no deviene solo, debe ser argumentado, justificado. Por eso son de vital importancia las actividades que se realicen de sensibilizacin y capacitacin sobre el tema de gnero.

    f En los mensajes emitidos a travs del lenguaje inclusivo pero tambin de las imgenes de mujeres y varones en roles no estereotipados, mujeres en cargos de jerarqua, varones en actividades vinculadas a los cuidados familiares, etc.

    f En la capacitacin a los/las funcionarios/as sobre la temtica de gnero y cmo introducirla en sus funciones. Esta capacitacin puede ser espe-

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    Quiz sea la formacin de recursos humanos en la temtica de gnero donde se ponga en juego con mayor fuerza el xito de la implementacin de polticas de equidad. Por un lado porque implica un fuerte compromiso poltico por parte de las jerarquas institucionales traducido en recursos finan-cieros, humanos y en tiempos dedicados a sta tarea. Por otro porque sern stos recursos humanos los que podrn llevar a lo largo y ancho de la institucin las propuestas de transversalizacin de polticas y programas.

    cfica o vinculada a otros temas, sin embargo para ser efectiva debera ser sistemtica.

    Sin recursos humanos capacitados no hay recursos financieros eficaces, en cambio con recursos humanos capacitados es factible obtener los recursos fi-nancieros necesarios para la implementacin de las polticas y programas a favor de la equidad de gnero.

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    Glosario13

    Acciones afirmativas o Discriminacin positiva: Son medidas de carcter temporal, que favorecen a un grupo particular en desventaja, para suprimir o prevenir la discriminacin o compensar las desventajas derivadas de las es-tructuras, conductas y actitudes existentes. Cuand