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TEMA 1: La Generación de fin de siglo. Valle-Inclán Las corrientes de fin de siglo El siglo XX se inicia con la crisis de fin de siglo. Es mucho más que un movimiento literario, se trata en realidad de la actitud que se extiende a toda una época (1888 y 1916) y que se caracteriza por la rebeldía, la protesta contra las ortodoxias vigentes. La generación de fin de siglo en España engloba a los autores nacidos entre 1860 y 1890. Sus principales componentes fueron: Pío Baroja, Ramiro de Maeztu, Miguel de Unamuno, Jacinto Benavente, Ramón del Valle-Inclán, Rubén Darío, Azorín y Antonio Machado. Las tendencias - Impresionismo e irracionalismo. La percepción del mundo es un fenómeno subjetivo, de modo que importan más los estados íntimos y la intuición. - El prerrafaelismo. Exaltación de la Edad media por considerar que implicaba una vuelta a los valores ingenuos y naturales, de búsqueda de pureza. - El parnasianismo. Corriente de origen Francés, defiende el arte por el arte. Se fija en las culturas antiguas o exóticas. El exotismo y la búsqueda de la belleza formal son sus rasgos más destacados. - Exaltación de comportamientos antisociales, que son una manifestación individual de protesta contra las formas instituidas. Aparición de la BOHEMIA considerada una forma o la única de llegar a la perfección artística. Rasgos en común Edad similar, vivencias históricas, formación intelectual, comunicación entre ellos, presencia de un guía, lenguaje propio y rechazo de la generación anterior. Época de ateísmo. Problemas existenciales y escepticismo. - Preocupación por los problemas de España. Planteamiento desde el plano de sus ideas, creencias y valores. Rechazan el sistema político de la restauración y denuncian el espíritu de la sociedad. Su antecedente fue el Regeneracionismo (grupo de escritores que propugnaban un patriotismo constructivo en busca de soluciones). La renovación del estilo literario La generación de fin de siglo, rechaza el lenguaje grandilocuente, reniega de la retórica, busca la sencillez, deseo por ir al fondo de las ideas. Enriquecen la lengua con un léxico regional y adoptan algunos modismos. Intentos por renovar los géneros literarios, abarcando desde la novela hasta el ensayo. Espíritu de protesta y profundo amor al arte. El concepto “modernismo” es una época en las letras y “G98” es una reacción política y social de pensadores frente a la situación del momento. Por lo tanto, forman una misma generación histórica, con más puntos en común que divergencias. Literariamente la estética de fin de siglo se define esencialmente por la libertad creadora. El autor se aleja de las normas estilísticas impuestas. Los escritores de fin de siglo también desean distanciarse de sus antecesores en el estilo de la escritura. Rasgos característicos :

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TEMA 1:La Generación de fin de siglo. Valle-Inclán

Las corrientes de fin de siglo

El siglo XX se inicia con la crisis de fin de siglo. Es mucho más que un movimiento literario, se trata en realidad de la actitud que se extiende a toda una época (1888 y 1916) y que se caracteriza por la rebeldía, la protesta contra las ortodoxias vigentes.La generación de fin de siglo en España engloba a los autores nacidos entre 1860 y 1890.

Sus principales componentes fueron: Pío Baroja, Ramiro de Maeztu, Miguel de Unamuno, Jacinto Benavente, Ramón del Valle-Inclán, Rubén Darío, Azorín y Antonio Machado.

Las tendencias

- Impresionismo e irracionalismo. La percepción del mundo es un fenómeno subjetivo, de modo que importan más los estados íntimos y la intuición.

- El prerrafaelismo. Exaltación de la Edad media por considerar que implicaba una vuelta a los valores ingenuos y naturales, de búsqueda de pureza.- El parnasianismo. Corriente de origen Francés, defiende el arte por el arte. Se fija en las culturas antiguas o exóticas. El exotismo y la búsqueda de la belleza formal son sus rasgos más destacados.- Exaltación de comportamientos antisociales, que son una manifestación individual de protesta contra las formas instituidas. Aparición de la BOHEMIA considerada una forma o la única de llegar a la perfección artística.

Rasgos en comúnEdad similar, vivencias históricas, formación intelectual, comunicación entre ellos, presencia de un guía, lenguaje propio y rechazo de la generación anterior.

Época de ateísmo. Problemas existenciales y escepticismo.- Preocupación por los problemas de España. Planteamiento desde el plano de sus ideas, creencias y valores. Rechazan el sistema político de la restauración y denuncian el espíritu de la sociedad. Su antecedente fue el Regeneracionismo (grupo de escritores que propugnaban un patriotismo constructivo en busca de soluciones).

La renovación del estilo literarioLa generación de fin de siglo, rechaza el lenguaje grandilocuente, reniega de la retórica, busca la sencillez, deseo por ir al fondo de las ideas. Enriquecen la lengua con un léxico regional y adoptan algunos modismos. Intentos por renovar los géneros literarios, abarcando desde la novela hasta el ensayo. Espíritu de protesta y profundo amor al arte.El concepto “modernismo” es una época en las letras y “G98” es una reacción política y social de pensadores frente a la situación del momento. Por lo tanto, forman una misma generación histórica, con más puntos en común que divergencias.

Literariamente la estética de fin de siglo se define esencialmente por la libertad creadora. El autor se aleja de las normas estilísticas impuestas.

Los escritores de fin de siglo también desean distanciarse de sus antecesores en el estilo de la escritura. Rasgos característicos:

Empleo de la frase corta. Frases breves separadas por comas o puntos, sin nexos de unión entre ellas. La totalidad se va creando en la mente del lector.

Concisión y agilidad. Precisión expresiva para obtener el efecto comunicativo, lo que NO implica falta de imaginación o de descripciones.

Aumento del léxico literario. Debido a la presencia de mundos ajenos a lo cotidiano. La expresión de estas realidades ajenas exige recuperar el patrimonio léxico del propio idioma caído en desuso o importar términos de otras lenguas.

La expresión de la subjetividad del escritor, la importancia que toman los mundos espirituales e íntimos conduce a que las imágenes sean cada vez más subjetivas llegando incluso a alejarse de la lógica.

Renovación aplicada a la métrica. Volviendo a formas que habían caído en desuso y experimentando con la adaptación de estrofas y versos de otras lenguas. Ejemplo: versos de 14 y 12 silabas. También se presta gran atención al ritmo del verso y a la musicalidad.

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Ramón del Valle-Inclán (1866-1936)

Creador en todos los géneros, novelas, cuentos, teatro o poesía. Estilo modernista. Lenguaje musical y armonioso. Su obra de divide en varias etapas:

-Primera Etapa (modernismo) 1918-1909.- Femeninas fue su primera obra en prosa. Armónica. Perfecta y refinada con influencias francesas recibidas a través de Rubén Darío. Sonatas de las 4 estaciones, narra las memorias del Marqués de Bradomín, ambiente aristocrático, haciendo homenaje a la belleza literaria.

-Etapa intermedia 1910-1919.- Se divide en 2 ciclos, ambos ambientados en entornos campesinos:En teatro destaca la trilogía Comedias Bárbaras desarrollada en ámbito rural gallego con personajes extraños en entornos decadentes. No se corresponde el orden cronológico con la acción. Y en Novela la trilogía La guerra Carlista mostrando el entendimiento de la guerra, el fanatismo y su brutalidad.En esta etapa, mantiene el lenguaje brillante y musical. Se empieza a percibir el cambio de tomará su obra, su estilo se torna algo rústico, en tono desgarrador.

-Etapa Esperpéntica 1920-1936.- Se publican 4 piezas teatrales de suma importancia:Farsa italiana de la enamorada del Rey, Farsa y licencia de la Reina castiza, Divinas palabras y Luces de bohemia. Las dos primeras, muestran una deformación degradada del presente histórico y la última, muestra la técnica del “Esperpento”, consistente en mezclar lo trágico y lo burlesco, la ironía y el sarcasmo. Esta técnica la cultivará en novela (Tirano Banderas, El ruedo Ibérico…) y teatro (Luces de Bohemia, Los cuernos de D. Friolera….) Valle- Inclán optó por desafiar los límites del teatro, optando por varios escenarios.

La técnica que utiliza para conseguir esta finalidad son distanciamiento y deformación

Distanciamiento. Consiste en adoptar un punto de vista alejado desde arriba, de modo que la realidad se ve empequeñecida deformada y el autor no se siente implicado en la misma ni identificado con la tragedia que viven sus personajes.

Deformación de los personajes. Se hace una caricaturización de los personajes, que se degradan el compararlos con animales o con objetos, con lo que pierden su carácter humano.

Deformación de las situaciones. Una situación trágica se convierte en grotesca o absurda por medio del contraste con los acontecimientos que se describen como parte de la misma

El ESPERPENTO es un intento de profundizar en la vida miserable de España, de modo que resalten sus contradicciones y sus problemas, enfocados desde una perspectiva crítica.

TEMA 2:Pío Baroja (1872-1956)

Liberal, individualista y anárquico. Ataca a la iglesia y el estado. Contrapone ciencia y religión. Hombre solitario de carácter sincero. No se preocupa por el estilo y aboga por la claridad y la precisión. Estilo antiacadémico, antiretórico, lenguaje sencillo, espontáneo y fresco. Baroja ve la novela como un género que abarca todo, la aventura, lo filosófico lo épico… Se autodefine como un narrador intuitivo, incluso desorganizado.

La técnica narrativa de Baroja es sobre todo realista, basada en la observación de ambientes, situaciones y personajes de la vida real, pero vistos a través del particular subjetivismo del autor, lo que confiere a su obra un carácter impresionista.

La novelística de Baroja . Características

Disgregación de la trama en cuadros. Desarrolla el argumento en cuadros sucesivos que están enlazados por la existencia de personajes comunes, sin necesidad de explicar narrativamente las transiciones. La novela con esta técnica no es cerrada, sino abierta como la propia vida, a la que intenta parecerse.

Uso de la técnica folletinesca de suspender la linealidad de la acción.

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Multitud de personajes.

Abundancia de diálogo. El diálogo y la acción son los principales elementos de las novelas de Baroja, a través de los cuales se definen los personajes y sus motivos, más que por medio de la descripción de sus caracteres.

La ambientación está tomada de la realidad, pero expresada con una técnica impresionista, por lo que elige los rasgos más característicos. Los lugares más frecuentes en su obra son el País Vasco (ámbito rural) y Madrid (ámbito urbano por los general degradado)

Estilo antirretórico. Estilo directo y espontáneo, lo que no quiere decir que no utilice recursos estilísticos.

La novela como vehículo de la ideología. Baroja utiliza sus novelas para exponer a través de sus personajes ideas científicas, filosóficas o morales que preocupan al autor y a la sociedad de su tiempo.

La técnica narrativa de Baroja es sobre todo realista, basada en la observación de ambientes, situaciones y personajes de la vida real, pero vistos a través del particular subjetivismo del autor, lo que confiere a su obra un carácter impresionista.

Clasificación de sus novelas

Etapas:

Desde sus inicios hasta 1904. Un tanteo hasta encontrar su propio estilo y definir su técnica novelística. Es asentamiento se produce con la publicación de la trilogía la lucha por la vida que marca el momento en el que obtiene su estilo personal.

1904-1913. Período central, donde alcanza sus mejores logros, plantea los temas fundamentales de su obra y utiliza en plenitud los rasgos que son definitorios de su obra.

1914-1936. Su universo novelesco no evoluciona, no se renueva, de modo que repite los mismos temas y moldes narrativos.

Clasificación por temas:

Novelas de aventura

Uno de los personajes más característicos de las novelas de Baroja es, el hombre de acción que vive una existencia fuera de lo común al margen de los convencionalismos sociales. Las novelas protagonizadas por personajes de este tipo, todos ellos vascos, son Zalacaín el aventurero(1909), y sobre todo la tetralogía El mar formada por Las inquietudes de Shanti Andía (1911), El laberinto de las sirenas(1923), Los pilotos de altura (1929), La estrella de capitán Chimista (1930).

La trilogía Tierra Vasca formada por La casa de Aizgorri(1900), el Mayorazgo de Labraz (1903)y Zalacaín el aventurero(1909).

Novelas de la actualidad española

- La lucha por la vida: La busca (1904), Mala hierba (1904) y Aurora Roja (1905). La primera es para muchos la obra más intensa del autor.

- La raza: A ella pertenece El árbol de la ciencia, La dama errante y La ciudad de la niebla.

- Las ciudades agrupa tres libros publicados con gran distancia cronológica: Cesar o nada (1910), el mundo es ansí (1912) y la sensualidad pervertida (1920). Remiten a viajes de Baroja por Francia e Italia; los personajes principales muestran un deseo de satisfacción afectiva finalmente frustrado; que sus vidas se desarrollan en contraposición entre la gran ciudad y el pueblo.

En estas obras la realidad española aparece en contraste con la europea.

Novelas de tema histórico

La novela histórica atrajo a los escritores de esta época, que buscaban en el pasado una explicación a las lacras del presente español.Baroja escribió una extensa serie titulada Memorias de un hombre de acción.

Antonio Machado (1875-1939)

Obra poética. Los rasgos más destacados de su poesía :

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1) De la poesía le interesa lo más esencial del ser humano, su intimidad, que es a la vez lo más personal y lo más universal, y que surge en contacto con el mundo.

2) La poesía debe atender a lo esencial que es el ser humano en su propia realidad, en su historia. Por tanto, sus temas serán los de su época y los problemas que le afectan, bien al poeta como hombre (temas metafísicos, amorosos, religiosos) bien a la sociedad en la que vive (temas sociales).3) Otro de los rasgos con que Machado caracterizó su poesía es el diálogo. En sus poemas dialoga con otros (amada, amigos, gentes de su entorno), pero sobre todo el diálogo que establece A. Machado consigo mismo.

El conjunto de la obra de A. Machado tiene una impronta muy personal que se observa desde sus primeros poemas. Esto se puede distinguir tres etapas:

Etapa inicial de intimismo simbolista, que abarca las obras Soledades (1902) y su revisión en Soledades, galerías y otros poemas (1907); también llamada "etapa de afirmación del yo".

Etapa regeneracionista, donde hay que encuadrar Campos de castilla en sus ediciones de 1912 y 1917; también llamada "etapa del tú".

Etapa del nosotros: Nuevas canciones (1924), De un cancionero apócrifo (1926-1936). Poesía filosófica. Buen número de escritos en prosa.

“Etapa del Yo” Soledades, galerías y otros poemas (1907)

En Soledades, refleja las emociones íntimas del poeta, de su ensimismamiento, de la exploración de su alma . Obra de su etapa intimista.Para expresar estos temas recurre a símbolos, es decir, alude a realidades tangibles, que en su poesía se convierten en símbolos de lo intangible o espiritual.Machado concedió al AGUA la representación de la VIDA: las fuentes (nacimiento e infancia), los ríos (transcurrir del tiempo), el mar (la muerte). La tarde que representa cansancio y vejez espiritual, melancolía y tristeza; la noria es el reflejo del paso del tiempo; y sobre todo el camino, bien como galerías del alma por las que se adentra para conocerse así mismo, bien como nostalgia de la vida que discurre o como tristeza sin consuelo.Antonio Machado es un poeta de su tiempo, seguidor de las corrientes estéticas que circulaban a fin de siglo. En particular del simbolismo, del impresionismo y de ciertos rasgos del parnasianismo. Esta influencia se manifiesta en la métrica, en la importancia que da a los efectos musicales de la expresión y en la atención el adorno expresivo.

“Etapa del Tú” Campos de Castilla

Obra de su etapa regeneracionista. La gestación de Campos de Castilla durara varios años. Concretamente se prolongará entre 1912 y 1917, años decisivos, durante los que la vida sentimental de Machado sufre un gran cambio que afectará al libro. La primera versión fue compuesta durante sus años de profesor en Soria, tiempo en que conoció el amor y se casó; la segunda en gran medida fue escrita en Baeza, a donde se trasladó después de enviudar. Este cambio se notará en la variación en los temas y en los paisajes, porque suma los andaluces con los castellanos. Preocupación por los problemas de España. El tema de la muerte toma importancia en recuerdo de su esposa muerta. Métrica más sencilla y tradicional. Estilo menos estético.

Etapa del nosotros: Nuevas canciones (1924) y últimas obras poéticas

El último libro de poemas independiente que publicó Machado es Nuevas canciones (1924). La principal característica del libro es que está formado por textos de difenrente calidad e inspiración, en los que mantiene temas que ya había desgranado en obras anteriores.El "nosotros" con que se conoce esta etapa responde a la creación que hace Machado de otros poetas ficticios. En su obra Los complementarios, que redactó a lo largo de muchos años y no se publicó en vida del autor, habla de que pretende crear un gran conjunto de poesía atribuido a estos poetas y filósofos imaginados. Al final se resumen en dos nombres: Abel Martín y su discípulo Juan de Mairena.En De un cancionero apócrifo (1926) une verso y prosa con total libertad, empleando para la expresión a estos dos filósofos a través de los cuales dialoga sobre los temas de interés.

Junto a su hermano, Manuel Machado, escribe teatro:Las adelfas, La Lola se va a los puertos, La duquesa de Benamejí.

TEMA 3:Novecentismo y Vanguardia. Juan Ramón Jiménez.

Novecentismo (1914-1925)

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A la generación de fin de siglo que veíamos en los temas precedentes, le siguió un grupo de autores que se engloban dentro del movimiento llamado Novecentismo. Su delimitación se establece sobre la diferencia con los autores precedentes, que pertenecen a la época de surgimiento y eclosión del modernismo; y quienes les siguen, que se engloban dentro de las vanguardias. La función de los novecentistas sin pertenecer a ni a unos ni a otros, es esencial por su valor de puente.

Características del Novecentismo literario:

Las características más destacadas de los autores del Novecentismo están relacionadas sobre todo con su formación intelectual.

Son autores que coinciden en sus edades pero que no tienen conciencia de formar parte de un grupo diferenciado.

Se alejan del subjetivismo, separando la vida y la literatura. Esta actitud de distanciamiento racional puede llevar a lo que se ha llamado deshumanización del arte.

La claridad racional es uno de sus objetivos, persiguen el equilibrio clásico en la forma, con una preocupación fundamental por un estilo depurado, muy cuidado, lo más alejado posible del descuido o de la forma fácil. En síntesis, su preocupación ésta en la obra bien meditada, hecha en rigor.

Emplean el simbolismo depurándolo de su sentimentalismo.

En su ideología se decantan por el europeísmo y lo universal frente a lo local. Para estos autores el conocimiento intelectual une a los hombres en el ámbito objetivo, lo racional y la ciencia, de modo que a través de ese conocimiento España podrá entrar en la modernización con los demás países europeos y sumarse a ellos.

El género literario característico de esta etapa es el ensayo, como manifestación de su interés intelectualista. A su vez, esta lección les aleja del público mayoritario, de modo que su literatura es para minorías, elitista.

Autores novecentistas:

Algunos de los autores novecentistas más destacados de este período son los pensadores José Ortega y Gasset, Eugenio d" Ors o Manuel Azaña; los novelistas Ramón Pérez de Ayala, Ramón Gómez de la Serna, Benjamín Jarnés o Gabriel Miró; y poetas como León Felipe o Juan Ramón Jiménez. Entre ellos no se puede afirmar en ningún caso que formen un grupo compacto, sino que comparten un clima intelectual propio, que en algunos casos se aproxima a las vanguardias, pero sin una ruptura tan radical o violenta.

Las Vanguardias

La vanguardia es un movimiento artístico que se desarrolla en el período de entreguerras, es decir, entre 1914 y 1939. Ideológicamente responde al rechazo que el arte siente por los principios de una sociedad burguesa cuyo fracaso se manifiesta en no haber sabido evitar la guerra, por eso los artistas se sitúan contra las convenciones que consideran fracasas e inútiles. Esta actitud de rechazo se manifiesta por medio de la adopción de opciones estéticas de ruptura con lo anterior. Las vanguardias quieren destacar el espíritu de lucha, de confrontación con el arte anterior y la sociedad que representan.

Movimientos de vanguardia:

El futurismo surgió en Italia, a partir del manifiesto de Marinetti, que propugna la libertad de la palabra para traducir la velocidad de la vida moderna, lo que en literatura se debía expresar con la supresión de las reglas de la sintaxis y de la puntuación, que sustituye por signos matemáticos; el valor absoluto de la imaginación del autor para las imágenes; o alteración de la tipografía. En sus temas exaltan la máquina, la velocidad y la técnica.

El cubismo surgió con pintores como Picasso, aunque luego pasó a la literatura de la mano del escritor francés Apollinaire. Su propuesta consiste fundamentalmente en descomponer la realidad, que se observa a la vez desde distintas perspectivas, en la fusión de las artes. De ahí la aparición del género del caligrama, que une la pintura con la literatura; o del collage donde se mezclan pintura y escultura con la literatura.

El Dadaísmo fue un movimiento creado por el suizo Tristan Tzara durante la primera guerra mundial. Su propuesta es aún más transgresora que las anteriores, que quiere hacer tabla rasa de todo lo anterior, valorando la expresión de la palabra por su sonido y no por su significado. Su aportación más relevante es el descubrimiento del absurdo como medio de expresión literaria.

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El Surrealismo es el más importante de los movimientos de vanguardia, por su duración en influencia en el arte. Sus planteamientos quieren desvelar "el funcionamiento real del pensamiento", con "ausencia de toda vigilancia ejercida por la razón", según dijo André Bretón su fundador. Para eliminar la razón acuden a subconsciente y al sueño, donde los seres humanos tienen un lenguaje común, por lo que se trata de una arte que atiende a la colectividad y no sólo a la elite intelectual. La forma en se consigue expresar este mundo subconsciente es la escritura automática, que le permite al escritor ser el puente entre los planos de lo suprarreal y lo real. Con esta técnica surgen asociaciones libres e inesperadas que no responden a la razón.

Rasgos comunes de la vanguardia:

Voluntad de ruptura y rechazo por lo anterior, traducido en una búsqueda de originalidad extrema y novedad explorando caminos absolutamente inéditos para el arte. Se trata por lo tanto de un arte experimental.

Antirrealismo radical, que huye de las representaciones tradicionales de la realidad, mantenidas en la cultura occidental desde el Renacimiento. La consecuencia será un alejamiento del público amplio, ya que es un arte difícil de comprender, lo que convierte las vanguardias en elitistas.

Deshumanización que evita las formas vivas y la anécdota, así como las emociones, por lo que muchas veces al arte se reduce a un simple juego intelectual o formal.

Internacionalismo del arte, que huye de lo local para buscar lo universal.

Relación, combinación y dependencia de las distintas artes: influencia de la música en el verso, de la literatura en la pintura y viceversa, etc.

Alejamiento de toda voluntad de trascendencia para el arte, es decir, la obra de arte es gratuita, inútil más allá de sí misma.

La literatura además de compartir las características anteriores tiene rasgos específicos como los dos siguientes:

Uso de metáforas cuyos términos tienen poca o ninguna relación aparente.

Libertad incluso para romper con los moldes de la lengua.

Las vanguardias españolas:

Parte de sus planteamientos fructificarán y pesarán estéticamente con los autores del grupo del 27

Dan lugar a la creación de dos movimientos vanguardistas españoles: el Creacionismo y el Ultraísmo.

El Creacionismo y el Ultraísmo se desarrollan entre 1918-1923, como reflejo español de futurismo y el dadaísmo, así en ellos se dan señas de identidad y renovación parecidas: la exaltación de la máquina, la renovación de las metáforas, la ruptura de la tipografía tradicional, la autonomía de la obra artística, rechazo de lo subjetivo, lo íntimo y lo emocional.

Precursor: Ramón Gómez de la Serna y seguidor de grupo del 27 Gerardo Diego.

Juan Ramón Jiménez (1881-1958)

Nació en Moguer (Huelva) en 1881 y fallece en Puerto Rico en 1958. Premio Nobel de Literatura. Ocupa un destacado lugar en nuestra literatura por su gran aportación, por la búsqueda de la belleza, por su estudio de la palabra y por la exigencia de su obra.

Trayectoria poética

En 1918, Juan Ramón Jiménez hace una síntesis de su trayectoria, donde reconoce tres fases: la inocencia o sencillez inicial, la poesía del ornato o la complicación y la poesía desnuda o pura.

En 1932 escribe una poética donde habla de seis etapas y concreta las influencias que recibió:

La poesía clásica y tradicional española, entre otros Bécquer o el romancero.

El modernismo de la generación de fin de siglo, en particular de Rubén Darío.

La poesía francesa, en especial del simbolismo, que será uno de los pilares de su creación.

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La crítica, ha distinguido tres etapas para englobar toda su extensísima obra:

Sensitiva (1898-1915)

Intelectual(1916-1936)

Verdadera(1937-1958)

Sus obras siempre están sometidas a una constante revisión y corrección por parte del poeta.

Primera época o sensitiva (1898-1915)

Comprende desde sus poemas iniciales hasta el Diario de un poeta recién casado. El tema fundamental es la sensibilidad del poeta expresados en torno a distintos temas: la naturaleza, el amor, la muerte; todo ello con un tono melancólico e intimista y un lenguaje musical.

Hay en su poesía una influencia de Rubén Darío, del parnasianismo y del simbolismo.

Obras: Arias tristes, Soledad sonora, Jardines lejanos, Platero y Yo.

Segunda época o Intelectual (1916-1936)

Se inicia con el Diario de un poeta recién casado, tal como indica el título, el libro es un diario en sentido real, porque podemos seguir las etapas del viaje incluso con fechas.

Trata de experiencias íntimas ante lo que le sucede, unas veces en verso y otras en prosa. Sus contenidos son heterogéneos, pero se puede señalar algunos temas fundamentales que se repiten dando la unidad a la obra. Entre ellos el más importante es el mar, que lo empleara como uno de los símbolos fundamentales de su poesía.

Los rasgos que definen esta segunda época son los siguientes:

El intelectualismo que comparte con otros escritores del Novecentismo, ya que busca una obra depurada y muy elaborada, que la hace apta para las minorías.

Ausencia de la anécdota. Busca la trascendencia de las cosas y de la belleza.

Uso sistemático del verso libre, que tendrá una influencia decisiva en la poesía posterior.

Uso de formas métricas experimentales: mezcla de verso y prosa, verso blanco, collage.

Condensación de la palabra poética, con eliminación de adjetivos coloristas y sensoriales. El adjetivo será escaso, predominara siempre el sustantivo.

Obras: Diario de un poeta recién casado, En piedra y cielo y La estación total (aquí recoge los últimos poemas antes de marcharse al exilio).

Tercera época o verdadera ( 1937 – 1958 )

Pertenece a la época suficiente o verdadera todo lo escrito durante su exilio americano. Juan Ramón continúa replegado en sí mismo en busca de la belleza y la perfección. Su ansia por la trascendencia lo lleva a una cierta mística e identificarse con Dios y la belleza en uno. Su lengua poética se transforma en una especie de idiolecto poblado de múltiples neologismos (ultratierra, deseante...). Tras un período de relativo silencio, publica Animal de fondo (1949), Tercera antología poética (1957), En el otro costado (1936–42) y Dios deseado y deseante (1948–49).

TEMA 4:El grupo poético del 27. Pedro Salinas.

Influencias comunes:

Las influencias que los autores del 27 reciben en sus obras son variadas y muy diversas:

Futurismo. Leve influencia en los miembros del grupo, aunque se puede destacar a Pedro Salinas y Rafael Alberti.

Creacionismo. Movimiento literario de vanguardia desarrollado por Huidobro, tiene como principal representante dentro de este grupo a Gerardo Diego. Las palabras se convierten en el centro de atención, no su significado.

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Ultraísmo.

Surrealismo. Gran influencia en casi todos los miembros del grupo.

Juan Ramón Jiménez y Antonio Machado son tomados como modelos y respetados, a pesar de las diferencias estéticas de sus obras. También algunos autores franceses, introductores de las vanguardias en España.

Seleccionaron lo mejor de nuestra literatura, admirando a Góngora, Jorge Manrique, Lope de Vega, Quevedo o Bécquer.

Alberti o Lorca, se inspiraron en la poesía popular auque le dieron un giro culto y fue denominado “neopopularismo”

Características de la poesía del 27:

Intentan la renovación estética de nuestra poesía. Para ello, toman las innovaciones que aportan las vanguardias, aunque sin olvidar la importancia de la tradición literaria española.

En sus poemas, cuidan y renuevan la forma a través de la utilización de léxico culto, palabras coloquiales, términos alejados hasta entonces de la poesía, etc.

La metáfora se convierte en el recurso literario más importante. Se trata de una figura muy adecuada para expresar los contenidos surrealistas.

En cuanto a la métrica, utilizaron estrofas clásicas como el soneto, el romance o el villancico, pero también innovaron con la utilización de versos blancos, versos libres y versículos. En cualquier caso, la libertad métrica es uno de los rasgos característicos de este grupo.

Evolucionan desde el punto de vista temático. Al principio la preocupación principal era la forma del poema, el arte por el arte, pero poco a poco (bajo la influencia del Surrealismo) los autores del 27 desarrollan una poesía humanizada, más preocupada por el dolor, la alegría o los recuerdos. La Guerra Civil acentúa esta visión humanizada de la poesía, hasta el punto de que muchos autores se decantan por los temas comprometidos. Observamos que un autor como Alberti por ejemplo, pasará de la poesía aséptica y pura de Marinero en tierra (1924) al compromiso más profundo en El poeta en la calle (1936).

ETAPAS:

1ª Etapa: hasta 1927 “Deshumanización”

Literatura intelectual, abstracta, para minorías. Lenguaje cuidado, ausencia de sentimiento, deseo de perfección. Uso de la metáfora.También está presente la lírica popular y los cancioneros.

2ª Etapa: hasta 1936 “Rehumanización”

Se produce un cambio estético producido en primer lugar por el exceso de formalismo anterior y por la limitación de los temas a tratar y en segundo lugar, por las condiciones políticas, la llegada de la Republica. Cambia la actitud del poeta, se une al pueblo y le pone voz a través de su poesía solidaria.Los poetas de la generación del 27 se posicionan políticamente y muchos de ellos serán militantes.

3ª Etapa: A partir de 1936 “Dispersión”

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Con la guerra civil el grupo se separa, Lorca es asesinado, algunos se quedan en España y la gran mayoría se marcha al exilio. La poesía humana cala hondo en todos los componentes que aún siguiendo caminos diferentes, estará presente en sus obras a lo largo de su trayectoria.

Autores del G-27:

Entre los miembros indiscutibles de la generación del 27 se suele citar a Pedro Salinas, Jorge Guillén, Federico García Lorca, Rafael Alberti, Gerardo Diego, Luis Cernuda y Vicente Aleixandre. A esta lista suelen añadirse unos nombres más: Dámaso Alonso, Juan José Domenchina, Emilio Prados y Manuel Altolaguirre.

Pedro Salinas (1892-1951)

Obtuvo la cátedra de Literatura Española en la Universidad de Sevilla. Ante el conflicto civil español fijó su residencia en Estados Unidos.

Poesía amorosa: Salinas ha sido siempre considerado el poeta de amor por excelencia. En sus composiciones trata este tema en todas sus variantes: amor doloroso, confidencial, íntimo, reflexivo, triunfante, etc.

Etapas de la obra poética:

Etapa inicial (1923-31): Está marcada por la influencia de la poesía pura de Juan Ramón. La idea de depuración y perfección poéticas y el protagonismo que van cobrando en ella los temas amorosos perfilan lo que será su etapa de plenitud. Pertenecen a esta etapa “Presagios”, “Seguro Azar” y “Fábula y Signo”.

Etapa central o “ciclo verdadero” (1933-1938): Esta etapa está formada por la trilogía amorosa:

“La Voz a ti debida”: La voz del amor surge porque la amada existe. Ella es origen de su poesía y la fuente de su amor. La obra presenta la historia de una pasión amorosa, desde su nacimiento hasta el final.

“Razón de Amor”: Examina lo que queda del amor cuando éste se acaba. La intensa pasión y el dolor de la separación son los temas centrales del libro.

“Largo Lamento”: Continúa la línea marcada en las obras anteriores. Poemas breves con lenguaje casi coloquial.

Etapa de exilio (1940-51). En su exilio americano compone sus dos últimas grandes obras: El contemplado (1946) y Todo más claro (1949). La evolución temática es plena en Salinas: de los poemas de amor, pasa a la desesperación y la desolación por la situación de España, inmersa en las terribles consecuencias de la guerra. Expresa su situación personal como exiliado y no olvida el estado en el que se encuentra el mundo que le rodea.

TEMA 5

Federico García Lorca (1898-1936)

Nacido en Fuentevaqueros (Granada) en 1898, hijo de labrador acomodado y de madre maestra. Estudia en la facultad de derecho. Vivió en la residencia de estudiantes donde entabla amistad con otros escritores. Apoya la causa de la República, motivo que le llevará a ser asesinado en 1936 en plena guerra civil.

Obra poética:

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En él aúna la tradición, el popularismo y la fuerza trágica, tanto en poesía como en teatro. Fue uno de los autores más marcados por el drama de la guerra. El carácter llano de algunas composiciones y la pasión dramática de sus poemas y obras teatrales lo han convertido en una de las figuras cumbre de la literatura española que mejor ha llegado a las masas populares.

La obra poética de Lorca sigue una clara evolución, que va de la sencillez de sus primeros poemas de “Canciones” a la fuerza del romancero y al atrevimiento vanguardista de “Poeta en Nueva York”. En “Libro de Poemas” perfila los temas y los géneros de su obra posterior.

Los dos caracteres más marcados de su arte son la musicalidad y la nota infantil.

En “Poema de Cante Jondo”, Lorca recrea la poesía popular del cancionero y da entrada al folclore andaluz. En “Romancero Gitano” mezcla lo popular y lo culto, lo espontáneo y lo reflexivo. Muestra su solidaridad por los marginados, en este caso por la etnia gitana. En esta obra se plasman todos los símbolos de su producción; lo verde, el mar, el caballo, la sangre, la muerte…

“Llanto por Ignacio Sánchez Mejías” muestra un largo lamento por la muerte de su amigo y compañero el torero Sánchez Mejías.

“Poeta en Nueva York” fue una obra publicada póstumamente. Comprende los poemas surrealistas de denuncia social escritos durante su estancia en Nueva York. Agobiado por la gran ciudad americana, protesta y se revela contra la civilización materialista y mecanizada, la esclavitud y la injusticia. Se pueden ver rasgos surrealistas.

Obra dramática:

Dejó un gran legado de teatro dramático. Sus temas principales, el deseo, la esterilidad femenina, la frustración, el entorno social, el orgullo de clase… Su primera obra fue“María Pineda”. Algunas de sus obras cumbres fueron: “Bodas de Sangre”, “Yerma” y “La casa de Bernarda Alba”.

Rafael Alberti (1902-1999)

Nació en Puerto de Santa María (Cádiz). Familia humilde. De carácter independiente, tuvo una infancia difícil. No le gustaba estudiar, despertó su vocación de pintor y dejara los estudios de bachillerato. En 1917 se traslada a Madrid, este cambio tan radical le produce una gran tristeza al separarse de su amado mar. Cae enfermo y en su gran reposo durante la enfermedad, se interesara por la literatura. A través de Lorca, ingresara en la residencia de estudiantes. La amplia obra de Alberti comprende poesía, teatro y prosa. Su gusto por el clasicismo, la novedad vanguardista y su posterior compromiso político, por razones históricas, marcan la línea de pensamiento y la estética del poeta gaditano. Con la guerra civil, tuvo que marcharse al exilio.

La obra poética suele dividirse en cinco apartados:

Poesía neopopularista: Los primeros libros de Alberti intentan revalorizar la poesía popular española. “Marinero en Tierra” obtuvo el Premio Nacional de Literatura. Popularismo depurado con nueva voz y nueva sensibilidad. Lírica de los cancioneros populares. Obras: Marinero en tierra, La amante y El alba del alhelí.

Poesía neogongorista y vanguardista: Evolución hacia una poesía culta y barroca dónde está presente la influencia de Góngora. Intervino activamente en los actos de celebración en memoria de Góngora. El afán neogongorino que irrumpió en torno a 1927 influyó directamente en el poeta gaditano. El clasicismo, el hermetismo y la belleza formal, fueron sus señas de identidad. Obras: Cal y Canto, Yo era un tonto y lo que he visto me ha hecho dos tontos.

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Poesía surrealista: Dos hechos explican el cambio radical que experimenta su poesía: la adhesión al surrealismo y una profunda crisis personal. En este contexto aparece “Sobre los Ángeles”.

Poesía civil y política: Temas civiles y políticos. Se afilia al Pc y su poesía se acerca al pueblo en aire de combate, denuncia… Obras: Capital de Gloria y El poeta en la calle.

Poesía del exilio: En el exilio, continúa la poesía cívica y política iniciada en España, al tiempo que escribe nuevos poemas marcados por la evocación de la niñez, la juventud y el paisaje. Obras: Entre el clavel y la espada y Canciones del Paraná.

TEMA 6La Literatura del exilio

La narrativa del exilio. Autores y tendencias

Los temas en la novela del exilio son: la infancia, y juventud, la guerra civil, el pasado inmediato y el amor a la tierra que les acoge. La novela de los años treinta, como la poesía, había tendido hacia la rehumanización y el compromiso social, tras abandonar la deshumanización de los años veinte. En esta línea se encuentra la literatura de Ramón J. Sender, Max Aub, Francisco Ayala, Rosa Chacel, etc., quienes, al acabar la guerra, marchan al exilio por su apoyo a la República. Su obra se realiza al margen de la literatura que se hace en España y, en general, tratan con insistencia sobre el tema, de la guerra. Otros narradores escriben toda su obra en el exilio, como Manuel Andujar.Con el paso del tiempo, los autores se dan cuenta que no pueden cerrarse en su mundo y deben crear nuevos proyectos. Toman conciencia de la soledad que sufren y de las raíces hacia su patria. Hay una inclinación hacia lo abstracto y el simbolismo, las obras pasan a un etapa más intelectual y se cargan de reflexiones, se supera así la etapa de transición.Otro tema que les preocupa, es el regreso, el miedo a no reconocer a esa España idealizada, obras que los muestran como El regreso de Francisco Ayala y El retorno de Serrano Poncela.

  El teatro en el exilio. Diversidades estéticas

La Guerra Civil hará que muchos de nuestros dramaturgos interrumpan su trabajo. Se producen grandes diferencias entre los autores que permanecieron en la Península y los que se vieron obligados a sufrir el exilio.El teatro de evasión, carente de interés y enfocado a la comedia burguesa con lenguaje cuidado y brillante, tuvo su máximo representante en Alejandro Casona, su inclinación por el género de comedia, fue visto por la crítica como una falta de interés por los problemas de España.La otra cara del teatro fue la política. Desde el exilio trataban de contar las experiencias vividas, se hizo un teatro político con mucha presencia poética con aires populares como demuestra la obra de Rafael Alberti, se utilizó la farsa con tintes vanguardistas con mucha narrativa y lenguaje realista, elementos patentes en la obra de Max Aub. Censura rigurosa que mermaba en todos los aspectos la creatividad de los autores, tanto del interior como del exilio.

El teatro español, en la España de posguerra, era poco proclive a las nuevas corrientes de pensamiento europeo y muchos menos a las nuevas innovaciones escenográficas.

Las técnicas vanguardistas, no parecían gustar al excelente público aburguesado.

Mucho menos iban a gustar las obras con temas sexuales (la homosexualidad), de fuertes críticas políticas al conservadurismo ideológico (monarquía más Iglesia Católica) y de propaganda de nuevas teorías políticas (marxismo).

Antes de la Guerra Civil existían autores vinculados a dos tendencias principales: la comercial y el teatro experimental.

Tras el estallido del conflicto, se produjo una ruptura en el desarrollo y evolución naturales del escenario español.

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En la guerra el teatro se dividió en ideologías (conservadora y republicana). Una sección del bando republicano montó la asociación Nueva escena. En el bando conservador destacaban figuras como José María Pemán que escribió en verso El divino impaciente; esta obra fue tildada de aburrida e irrepresentable.

Diversidad estética

Otros autores tuvieron que marcharse al exilio como Max Aub, Alejandro Casona, Pedro Salinas y Rafael Alberti.

Max Aub estuvo en el exilio a partir de 1939. Pasó por los campos de concentración en Vernet y Djelfa. Se instaló en México en 1942. A partir de ese momento escribió un teatro que se puede dividir en teatro mayor, donde se da importancia al “colectivo humano”, (El Cerco) y teatro menor, donde se da importancia a lo “individual humano” (Morir por cerrar los ojos).

Alejandro Casona tuvo que exiliarse en 1937. Su teatro en el exilio se torna hacia el simbolismo como La dama del alba, 1944, o Los árboles mueren de pie, 1949. Siempre buscaba el aplauso del público de clase media y evitaba los conflictos políticos en la medida de lo posible.

El poeta Pedro Salinas atrajo hacia sí un teatro de corte muy personal y extenso que se resume en Judit y el tirano y El Director. Mezcló elementos del costumbrismo español, el simbolismo y la más tradicional literatura española de temas de Siglo de Oro.

Por su parte, Rafael Alberti escribió un teatro de corte político como Fermín Galán o De un momento a otro. Entre su teatro poético destaca El trébol florido o El adefesio, donde roza lo más grotesco del alma española.

El teatro cómico y comercial permaneció inalterable en las manos de Jardiel Poncela (Eloísa está debajo de un almendro; Los ladrones somos gente honrada; El sexo débil hace gimnasia) y el teatro del absurdo de Miguel Mihura (Tres sombreros de copa), que tuvo un mayor éxito en la década de los 50.

Max Aub (1902-1972)

Nació en París, de padre alemán y madre francesa. Se estableció en Valencia desde 1914 y trabajó como representante comercial. Afín al grupo de 1927, sirvió como soldado a la República, durante la Guerra Civil; fue cautivo en Francia y África, de donde escapa (1942) a México.

Primera Etapa: Su obra anterior a la guerra civil fue su época dramática. Mezclaba elementos clásicos y modernos. Su obra más representativa fue “Narciso”.

Segunda Etapa: Su obra posterior a la guerra civil tuvo como principal tema de interés la tragedia colectiva, el sufrimiento de las gentes entre la guerra española y la europea. Denunciaba la falta de valores como la solidaridad, responsabilidad… que fueron apartados por el egoísmo. Sus obras más destacadas de esta etapa fueron “San Juan” y “Morir por cerrar los ojos”.

El propio autor calificó su obra en cinco series según su temática: Los Transterrados, Teatro de la España de Franco, Teatro Policíaco, Teatrillo y Diversiones. La poesía del exilio. Temas y nombres relevantes

Grandes figuras de la poesía española anterior a la guerra, como Juan Ramón Jiménez o León Felipe, marchan al exilio y continúan allí su actividad. Lo mismo ocurre con la mayoría de los poetas de la generación del 27, cuyas obras del exilio más significativas son El contemplado, Todo más claro y Confianza, de Salinas; Clamor, de Guillén; Retornos de lo vivo lejano o Baladas y canciones del Paraná, de Alberti, o Como quien espera el alba, de Cernuda. La ausencia de España en ellos se manifiesta en diversos grados, como el recuerdo nostálgico,

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el sentimiento desgarrador o el intento de dotar de sentido al sufrimiento pasado mediante la esperanza:

Junto a todos ellos figuran poetas que apenas habían iniciado su obra antes de la guerra, como Juan Gil-Albert, autor de Las ilusiones. Otra de las grandes voces del destierro es Pedro Garfias.

TEMA 7

La poesía 1936-1975

Panorama poético desde 1936

El compromiso del poeta no es nuevo y se había convertido en la inclinación dominante de un amplio sector de nuestra lírica durante los crispados años de la República. Esa línea se acentuó desde el estallido de la contienda y se convirtió en la meta fundamental de los contendientes en uno y otro bando.

En los dos bandos se encuentran rasgos formales y temáticos semejantes, aunque de significación contraria. Se hallan también notas externas coincidentes, como el amplio número de escritores ocasionales, hombres urgidos por una necesidad comunicativa inmediata, que utilizan el verso para liberar el odio al enemigo o para exaltar sus propias creencias. Debido a todo esto, la calidad estética se resiente y esta poesía queda como testimonio histórico y no como obra de arte estimable.

El corpus fundamental de esta poesía de guerra está constituido por esos millones de poemas y poetas ocasionales, pero también contribuyeron escritores de renombre (como Antonio Machado, Rafael Alberti y Miguel Hernández).

La denominada Generación del 36 . Características literarias

La generación de 1936, promoción de 1936 o primera generación de posguerra es un movimiento literario formado en España por los escritores, poetas y dramaturgos de la época de la Guerra Civil Española que se dio entre los años 1936 y 1939.

Padecen las consecuencias de la dura España de la autarquía y la división entre vencedores y vencidos, la censura y las penurias y miserias morales y materiales que imponía la situación. Son los años de pujanza del existencialismo.

Los poetas de la generación, serían: Miguel Hernández, Luis Rosales, Leopoldo Panero y Juan Panero, Luis Felipe Vivanco, Ildefonso-Manuel Gil, Germán Bleiberg, José Antonio Muñoz Rojas, José María Luelmo, Pedro Pérez Clotet, Rafael Duyos, Gabriel Celaya, Arturo Serrano Plaja, José Herrera Petere y, en cierta manera, Juan Gil-Albert.

Las principales características literarias son: Tema principal: la guerra. El modelo a seguir fue Garcilaso de la Vega. Métrica regular. Lirismo tierno. Lenguaje sencillo, pulcro y prosaico. Afán de búsqueda y experimentación. Su poesía es más humana, toca temas religiosos. Las dos revistas más importantes fueron: "Hora de España" de la fracción republicana

y "Jerarquía" de la falangista. Exalta la vida familiar. Preocupación por el hombre y su realidad.

Miguel Hernández (1910-1942)Su obra como ejemplo de síntesis de los fundamentos estéticos del grupo del 27.

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Miguel Hernández nace el 30 de octubre de 1910 en Orihuela, un pequeño pueblo del Levante español. Familia humilde. Poca formación académica. A través de la lectura se enamora de la poesía. Ramón Sijé, le orienta en sus lecturas, le guía hacia los clásicos y la poesía religiosa, le corrige y le alienta a proseguir su actividad creadora. Desde 1930 Miguel Hernández comienza a publicar poemas. Viaja a Madrid y esta experiencia le inspirará para escribir Perito en Lunas. Conoce a Josefina Manresa y el amor por ella inspirará El rayo que no cesa, con algunas publicaciones más, vuelve a Madrid en 1934.

El estallido de la Guerra Civil en julio de 1936 le obliga a tomar una decisión por la República. No solamente entrega toda su persona, sino que también su creación lírica se convierte en arma de denuncia, testimonio e instrumento de lucha.

En la primavera de 1939, ante la desbandada general del frente republicano, Miguel Hernández intenta cruzar la frontera portuguesa y es devuelto a las autoridades españolas. Así comienza su larga peregrinación por cárceles. Cae enfermo con una "tuberculosis pulmonar aguda". Fallece en 1942 a los treinta y un años de edad.

Su obra:

Al igual que los poetas del G27, Miguel Hernández fue capaz de conjugar las técnicas clásicas y las vanguardistas con la tradición popular.

Perito en lunas es su primera obra, de difícil comprensión, hermética y muy culta. Rasgos neogongoristas. El rayo que no cesa es una obra depurada en plenitud, dominio del soneto. El compromiso político se hace patente en obras como Viento del pueblo, y El hombre que acecha, su poesía comprometida, el lenguaje es más directo y claro, la ética se impone a la estética.

Desde la cárcel, escribe Cancionero y romancero de ausencias, se acerca a la copla popular mezclada con elementos complejos. Los temas son, el presidio, la sepración de la esposa y el hijo y las consecuencias de la guerra.

Hernández escribió también obras dramáticas como Quién te ha visto y quién te ve, y varias piezas recogidas en Teatros de la guerra.

Comparte con el G27 ciertas tendencias e influencias y como ellos se aleja del arte deshumanizado acercando la poesía al hombre. Su poesía social será decisiva en los poetas de la “generación del 50”.

La poesía de la dictadura. Primer grupo de posguerra

Década de los 40.

Nada más acabar la guerra nos encontramos con la plena actividad poética de unos nombres que marcan algunos rumbos de los primeros años cuarenta. Se trata de poetas con interesante obra anterior o más incipiente, que deben considerarse como la primera promoción de posguerra.

Las tendencias poéticas de los años cuarenta son:-La poesía neoclásica (grupo Escorial y revista Garcilaso).-La poesía existencial y desarraigada (revista Espadaña).-La poesía modernista (revista Cántico).-La poesía surrealista (revista Postismo).

Según la afinidad al régimen, la poesía se divide en, “arraigada” (poetas afines a la dictadura) o “desarraigada” (poetas en lucha social contra el régimen).

Poesía arraigada.- Fue un grupo de poetas que se proclamaron juventud creadora, contraria al enfoque de los poetas del momento. También fueron llamados Garcilistas por la

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revista “Garcilaso”. Sus formas son clásicas, sonetos, tercetos…y los temas que tratan son, la religión, los paisajes, el amor y las cosas bellas.

Destacan autores como Dionisio Ridruejo, Leopoldo Panero o Luis Rosales.

Poesía desarraigada.- Al contrario que los anteriores, para estos poetas el mundo era un caos, lejos de toda armonía. Dámaso Alonso, marcará la línea de esta escuela con la publicación de Hijos de la ira. Todos ellos se agruparan bajo la revista “Espadaña”. Su punto de vista trágico y caótico tiene también un velo de esperanza y duda, de ahí que sea vista como Poesía existencialista. Su estilo es directo, sencillo y menos preocupado por la estética.

Destacan autores como, Carlos Bousoño, Jose Luis Hidalgo, Vicente Gaos o Gabriel Celaya.

Década de los 50. La poesía social o comprometida

Blas de Otero

Etapas de su obra:

La poesía en la década de los 50:- Poesía social, testimonial y política.- Humanismo desgarrador.- Rechazo de la estética para minorías, uso de lenguaje cercano al coloquial, claro y

directo para llegar al público.

Algunos de sus representantes fueron Blas de Otero, José Hierro, Carlos Bousoño…

Etapas de la obra de Blas de Otero:

Primera Etapa. Obra de firme fe católica. Poesía religiosa, humana y agónica. Preocupación por la razón del ser humano. Intimismo. Lenguaje dramático y violento. Predominio de las formas clásicas. Excelente uso del soneto.

Segunda Etapa. Poesía social, política e histórica. Preocupación por el hombre dentro de sus circunstancias. Intento por llegar a todos los sectores de la sociedad usando para ello un lenguaje casi coloquial. Presencia de la lírica popular. El tema principal de esta segunda etapa, será España contemplada entre el dolor sufrido y la esperanza.

Tercera Etapa. Influencias surrealistas. Uso de formas métricas libres. Enriquecimiento de la lengua poética. Prosa densa y a veces hermética.

Segundo grupo de posguerra. La superación de lo social

Década de los 60

Fueron autores que no participaron en la guerra. Hay en ellos una voluntad por superar lo social pero teniendo en cuenta al hombre en la historia. Para ellos el poema no es un estado de ánimo, es una concepción del cosmos y exige la recuperación de la palabra y la expresión comunicativa. La experiencia personal, como la infancia, el paisaje natal, el amor, el erotismo… será el tema principal para la mayoría de ellos.

El resultado son obras de calidad, como Moralidades de Gil de Biedma, Descrédito del héroe de Caballero Bonald o Claridad de Agustín Goytisolo.

En la preocupación por recuperar la palabra, enlazan con algunos poetas del 27, como Cernuda o Aleixandre y con sus predecesores como Bousoño, Otero o Hierro.

Los autores mas destacados fueron, Ángel Gónzalez, José Ángel Valente, Claudio Rodríguez, José Manuel Caballero Bonald, Jaime Gil de Biedma, José Agustín Goytisolo, Carlos Barral y Francisco Brines.

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Los Novísimos. Rasgos peculiares de su poesía

Los autores mas destacados fueron, Manuel Vázquez Montalban, Pedro Gimferrer, Félix de Azúa, Martínez Carrión, José María Álvarez, Vicente Molina Foix, Guillermo Carnero, Ana María Moix y Leopoldo María Panero.

Rasgos literarios:

Despreocupación hacia las formas tradicionales Libertad de creación

Uso de la escritura automática

Irracionalismo por influjo surrealista

Incorporación de la técnica de “collage”

Continuas referencias hacia otras artes

Manifiestan su escepticismo y defienden la ineficacia de la poesía social

Concepción lúdica de la poesía

Todos estos elementos hacen en ocasiones que sea una poesía “elitista”, culta y hermética y por tanto de difícil comprensión.

TEMA 8

La novela 1936-1975

La narrativa de interior. Década de los 40

En los años cuarenta, la producción está dominada por autores que conocieron la Guerra Civil: Camilo José Cela, Carmen Laforet, Gonzalo Torrente Ballester y Miguel Delibers. Los nuevos narradores pusieron de manifiesto la amargura, la desorientación y la incertidumbre de aquellos años de posguerra; sus personajes son individuos marginados, desarraigados o angustiados (NOVELA EXISTENCIAL) ; en cuanto a técnicas narrativas, conectaron con el realismo del XIX. Dos fechas suelen señalarse como el inicio de recuperación de la novela: 1942, con “La familia de Pascual Duarte” de Cela, y 1944, con “Nada” de Carmen Laforet (Se habla de temática existencial, porque en ella aparecen unos personajes angustiados e insatisfechos). Algunos críticos ven en estas dos novelas el anuncio de lo que va a ser el realismo social de años posteriores.

Camilo José Cela

En 1942 publica “La familia de Pascual Duarte”. El relato se centra en Pascual Duarte, un campesino extremeño condenado a muerte por una serie de asesinatos. En 1948 publica “Viaje a la Alcarria”, que él mismo definió como “libro de andar y ver”. El narrador se echa a andar por los pueblos de esta comarca de la provincia de Guadalajara, admirando su paisaje y hablando con sus gentes,En 1951 publica “La colmena”, que refleja la vida del Madrid de posguerra durante tres días de 1942. Unos trescientos personajes aparecen y desaparecen de las páginas de una novela sin desenlace. Los protagonistas son “los miles de hombres sin historia”. Todos viven sometidos a los problemas cotidianos y vencidos por la miseria y la desesperación, aislados en las celdillas de la inmensa colmena que simboliza la ciudad de Madrid.La Colmena se estructura en múltiples secuencias o viñetas, de longitud variable. En estas secuencias se salta de unos personajes a otros y de unos sitios a otros, de modo que asistimos a hechos que acaecen a veces de modo simultáneo en lugares distintos (técnica del “contrapunto” que mezcla y alterna historias distintas). La historia transcurre en poco

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más de dos días y los espacios son siempre los centros típicos de relaciones sociales de la época: cafés, casas de vecindad, burdeles, la calle. Se ha hablado del objetivismo de la novela (considerar en la narración sólo lo que podía ser percibido por un observador externo; típico de la novela conductista que debía limitarse a registrar los comportamientos (lo que hacen, lo que dicen) de los personajes sin penetrar en su interior), pero aunque los personajes son meras formas de conducta que reaccionan ante estímulos del entorno –el sexo, el hambre- Cela intervienen como narrador omnisciente haciendo observaciones y comentarios sobre situaciones y personajes.OTRAS OBRAS de Cela: “San Camilo 1936” (1969), “Oficio de tinieblas, 5 (1973), “Mazurca para dos muertos” (1987) y, la última, “Madera de boj”.

El realismo social de los años cincuenta. Características formales y autores representativos

Para muchos, “La colmena” de Cela, publicada en 1951, es un precedente de la novela social. Hacia mediados del decenio se dan a conocer una serie de escritores que, con una intención crítica, cuyos temas fundamentales serán las injusticias y las desigualdades sociales (literatura comprometida).

Autores destacados: Ignacio Aldeoca, Carmen Martín Gaite, Jesús Fernández Santos, Juan Benet, Rafael Sánchez Ferlosio, Juan García Hortelano, Alfonso Grosso, los hermanos Juan y Luis Goytisolo, Juan Marsé y Francisco Umbral. Recibieron la denominación de “Generación del 55” o “del medio siglo”.

Se distinguen dos tendencias:a) El neorrealismo. Que se centra en los problemas del hombre como ser individual (la soledad, la frustración...): Ana Maria Matute, Ignacio Aldecoa, (“El fulgor y la sangre”), Rafael Sánchez Ferlosio (“El Jarama”, 1956; novela conductista; crónica de un día de domingo de un grupo de jóvenes junto al río Jarama) y Carmen Martín Gaite (“Entre visillos”).

b) Novela social (realismo social): se centra en los problemas de los grupos sociales. Jesús Fernández Santos (“Los bravos”, 1954), Jesús López Pacheco (Central eléctrica), Juan García Hortelano ( “Nuevas amistades”, 1959, “Tormenta de verano”); Armando López Salinas (“La mina”)

TEMASLos temas capitales de estos novelistas son la infructuosidad, la soledad social y la guerra como recuerdo y sus consecuencias. La sociedad española se convierte en tema narrativo, la dura vida del campo, el mundo del trabajo, el mundo urbano, la burguesía…En general predominan los ambientes de intemperie: campo, mar, aldeas, arrabales...El estilo:

La técnica narrativa es el objetivismo-behaviorismo (desaparece el narrador, el relato se basa en el diálogo de los personajes)

El tiempo de la acción suele ser la actualidad en el intento de representar el presente

Estructura del relato sencilla. Narración lineal.

Personajes colectivos, desplazando al individual.

Sencillez, claridad, lenguaje directo. Lenguaje cercano al coloquial.

Formas populares y vulgarismos frecuentes.

Se antepone la importancia del contenido a la belleza estética.

Se rechaza la experimentación

Los años sesenta. Innovaciones formales en el campo de las técnicas narrativas. Tiempo de silencio de Luis Martín Santos como hito renovador

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El realismo comienza a decaer hacia 1960. Algunos autores empiezan a necesitar una renovación formal. En 1962 se publica Tiempo de silencio de Luis Martín Santos y con ella se estrenan las nuevas corrientes. La novela es un fiel reflejo de la realidad nacional en un marco concreto, el Madrid de fines de los 40. Esta novela devolvió al género su origen culto frente al populismo del realismo.

Planteamiento subjetivo Monólogo interior

Personajes humanizados e individualizados, fuera del carácter colectivo

Incorporación de la 2ª persona narrativa

Prosa barroca, cultismos y términos científicos

Alargamiento de la frase

El experimentalismo. Nombres relevantes.

Al mismo tiempo que se producen las innovaciones anteriores, surgen algunos narradores que harán sus publicaciones a finales de los 60 y principio de los 70. Se trata de una novela minoritaria, culta, hermética y experimental, cuya preocupación es el lenguaje.

Autores a destacar como Ramón Hernández, Germán Sánchez Espeso, Antonio F. Molina, Raúl Guerra Garrido, José Leyva…

Rasgos:

Rechazan la novela de argumento El relato no es lineal

Diálogo del personaje consigo mismo perdiendo el sentido. Estilo Indirecto libre

Narración en 2ª persona

Se añaden páginas en blanco y se usa el “collage”

Buscan la originalidad

Estructura abierta

Compleja sintaxis

Muchas novelas de reflexión sobre el propio género “metanovela”

Esta corriente fue efímera y desapareció a mediados de los 70.

TEMA 9

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El Teatro 1936-1975

El teatro bajo la dictadura. La década de los 40

Recién acabada la guerra, autores nuevos y dramaturgos de experiencia en el pasado conviven en los escenarios con argumentos que evaden la realidad, que frivolizan los conflictos sentimentales, que resuelven amablemente dramas de honra y honor, o que hacen un teatro atento a provocar la risa gratuita.

El teatro convencional (con unos mínimos de dignidad artística y literaria) se desarrolla también desde el fin de la guerra, y aunque no alcance cotas estéticas elevadas, rehuye las torpes formas del populismo sentimental, convirtiéndose en el género característico de las clases medias desde los años cuarenta.

El género dramático se mermó y la censura aumentó por lo que dificultaba la creación teatral. Sufre un empobrecimiento temático con el teatro heroico-patriótico.

Autores: Gonzalo Torrente Ballester, Luis Rosales, Felipe Vivanco o José María Pemán, cultivaron este género teatral.

Los dramaturgos de los 50

La tendencia al teatro de humor, hizo que muchos autores tuvieran que moldear su estilo. Se impone la comedia. La crítica reconoció en este tipo de obras un dominio total de la técnica, se pudo realizar una producción dramática monotemática en cuanto a forma y contenido. Los temas eran los propios de la comedia burguesa; honor, celos, infidelidades… Temas intrascendentes todos ellos con buena base de diálogos y dosis de ingenio.

Autores destacados: José María Pemán, Claudio de la Torre, Ruiz Iriarte, José López Rubio y Edgar Neville, se encuadran en la “comedia de ilusión”. Juan Ignacio Luca de Tena y Joaquín Calvo Sotelo, en la “comedia de costumbres”.

El teatro cómico

Enrique Jardiel Poncela

Enrique Jardiel Poncela (1901-1952) Su teatro antes y después del conflicto no ofrece cambios significativos y se presenta como un todo continuo y coherente, con algunas de sus mejores obras situadas antes de 1936 y otras después de esa fecha. Tras la guerra civil estrenó obras como Eloisa está debajo de un almendro (1940), El amor sólo dura 2000 metros (1941), Los ladrones somos gente honrada (1941), Blanca por fuera y Rosa por dentro (1943), Tu y yo somos tres (1945) y Como mejor están las rubias es con patatas (1947).

La novedad del teatro de Jardiel Poncela procede de su insobornable propósito de regeneración escénica y se realiza no tanto en la temática cuanto en el tratamiento que da a ésta, y en la libre concepción del espacio escénico. En lo que respecta a los temas, destaca la escasa variedad de motivos y su preferencia por asuntos amorosos.

Miguel Mihura

Miguel Mihura (1905-1979) fue siempre un hombre de teatro, aunque sus estrenos sólo adquieren regularidad a partir de los años cincuenta. Tres sombreros de copa (1932) fue la primera obra de Mihura, y merece una consideración completamente independiente del resto de sus obras.

Sus siguientes obras fueron escritas en colaboración con otros autores: ¡Viva lo imposible! (1939), Ni pobre ni rico sino todo lo contrario (1943) y El caso de la mujer asesinadita (1946). En estas obras escritas como colaborador de otros autores, Mihura explora las posibilidades de un nuevo humor y apunta hacia formas del teatro del absurdo, por lo que no tiene el éxito necesario para instalarse en una línea vanguardista e innovadora.

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En 1953 reanuda su labor de escritor (en esta ocasión en solitario) con una insobornable actitud de renovación, intentando conciliar con ciertas concesiones al público y a los empresarios, lo que le impide seguir el tono teatralmente revolucionario de Tres sombreros de copa. En este periodo publicó las obras El caso de la señora estupenda (1953), A media luz los tres (1953), Sublime decisión (1955), Mi adorado Juan (1956), Melocotón en almíbar (1958), Maribel y la extraña familia (1959), La bella Dorotea (1963), Ninette y un señor de Murcia (1964) y La decente (1968).

El realismo existencial y social

Antonio Buero Vallejo. Trayectoria dramática

Antonio Buero Vallejo (1916-2000) lucho durante la guerra civil en las filas republicanas, siendo encarcelado y condenado a pena de muerte (pena que finalmente fue conmutada).

Sus obras se clasifican en tres periodos diferenciados:

Obras actuales (la acción transcurre en la actualidad): Historia de una escalera (1949), Las palabras en la arena (1949), En la ardiente oscuridad (1950),Hoy es fiesta (1956), Madrugada (1953), Las cartas boca abajo (1957).

Obras de tema literario(la leyenda):La tejedora de sueños (1952), Casi un cuento de hadas (1953), Irene o el tesoro (1954).

Obras históricas: Un soñador para mi pueblo (1958), Las meninas (1960), El concierto de San Ovidio (1962). La evocación del pasado permite eludir la censura.

Como dramaturgo social ha sabido dar testimonio de crudas realidades de nuestro tiempo, pero no ha utilizado una estricta estética de realismo crítico o socialista. Para dar una visión de la naturaleza humana ha acudido con frecuencia a limitaciones físicas (ceguera, sordera) y a espacios reales (escalera, sótano) aunque simbólicos. Ha acudido a la historia no porque le interese el drama, sino porque puede recrear un problema intemporal. Sus variaciones técnicas y formales, además de sus diferentes temas y motivos, remiten a una consideración humanista del hombre.

Dramaturgos posteriores a 1960. Última etapa del teatro bajo el franquismo

El grupo realista

Alfonso Sastre tiene una obra dotada de técnica y fuerza dramática, antepone los valores sociales a los artísticos. De su primera época vanguardista, Ha sonado a muerte y Comedia sonámbula. En su segunda época dónde trata los dramas de la revolución, Escuadra hacia la muerte, Prólogo patético, La mordaza… La imposición del teatro comercial y la censura, le han mantenido alejado del público.

Laura Olmo, Alfonso Paso, Fernando Arrabal, José María Rodríguez Mendez y Manuel Andujar, son algunos de los autores realistas de la época.

El Nuevo Teatro Español. Francisco Nieva. Transgresión y experimentación

Nuevo Teatro fue el nombre bajo el cual se realizó en 1966 el Festival y Congreso de Valladolid, que intentaba aglutinar a aquellos grupos de teatro acogidos a una modalidad estética que podríamos calificar de vanguardia. Aunque no se precisaba, había en aquellos grupos de teatro independiente una actitud antirrealista, manifestada en la a veces complicada simbología de su forma de expresión. Por esa razón se ha llamado también

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generación simbolista a ese grupo de autores que desde los años sesenta ha eludido las formas realistas, influidos por la estética del teatro del absurdo y las técnicas experimentales de los grupos de teatro europeos y americanos.

Se trata de un teatro alimentado por un ansia de originalidad. La provocación, la desintegración del lenguaje, el ataque a la lógica, la ambigüedad sistemática, los procesos de abstracción y la manifestación en todos sus términos de un estado permanente de profunda crisis, a través del cual se llega a un nuevo concepto de teatro, serán los modos de las nuevas formas escénicas.

Hay, pues, en estas generaciones que conviven en nuestra postguerra -me refiero a las generaciones realista y simbolista- comunidad de objetivos, por muy diferentes que sean sus procedimientos, entre los que no existe una frontera de absoluta impermeabilidad.

En España, la asociación vanguardia/burguesía ha prevalecido en la opinión de los realistas, pese a que toda ella está inspirada en una actitud antiburguesa.

1. Teatro de autor.

1.1. El absurdo. El Teatro del Absurdo, que durante algún tiempo monopolizó el apelativo de vanguardia teatral, dejó su secuela en casi todos los teatros cultos de un mayor o menor desarrollo.

Autores :Fernando Arrabal y Manuel Pedrolo.

Hay, un hecho que no podía ser ignorado: La existencia del régimen bajo el cual se desarrollaba su reprimida creación. La dificultad para la publicación o el estreno de una serie de obras provocó la reiteración temática.

2. Teatro colectivo.

Los grupos de Teatro Independiente, que eran a la vez taller de teatro, optaron a menudo por la creación colectiva para el montaje de las obras previamente escritas, o para creaciones propias, en las que el colectivo a través de motivaciones comunes logra una unidad dramática o un collage configurado por vivencias personales de cada miembro del grupo. En este caso, la improvisación va generando material que, una vez decantado, cristaliza en el espectáculo.

Grupos como Els Joglars o Tábano han conseguido creaciones autónomas de éxito indiscutible.

El desarrollo de este teatro, en cierto modo continuador y heredero de aquél que surgió de las profundas crisis de las primeras vanguardias. A partir de los años ochenta, el autor, más o menos encubierto en el grupo, ha salido definitivamente a la palestra, lo que no supone la resolución de la crisis, que por la propia naturaleza de la vanguardia tiene que ser permanente.

Todo ello afecta profundamente al lenguaje escénico y ha producido verdaderas rupturas del sistema lingüístico.

Francisco Nieva

Tuvo dificultades para poder representar sus obras. No tenían el mensaje de denuncia social de los realistas y su escenografía era demasiado compleja. Escribió un teatro irrealista.Los temas en los dramas de Francisco Nieva son la represión de la sociedad, la liberación sexual y la religión. Teniendo como base el lenguaje popular y con técnicas del surrealismo y del absurdo consigue un estilo muy particular.

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Su obra se agrupa en dos grandes tendencias:-Teatro de farsa y calamidad: La acción es menos esquemática, más novelesca y los personajes más complicados. A esta tendencia pertenecen sus obras Tórtolas, crepúsculo y… telón (1972), El rayo colgado y peste de loco amor (1975), El paño de injurias (1975) y El baile de los ardientes (1975).

-Teatro furioso: Va contra todo y contra nada, a favor de todo y a favor de nada. A esta tendencia pertenecen sus obras Es bueno no tener cabeza (1971), Pelo de tormenta (1973), La carroza de plomo candente (1973), El combate de Opalos y Tasia (1973), El fandango asombroso (1973), Nosferatu (1975) y Coronada y el toro (1975).

-Teatro de crónica y estampa: La única obra de este género es Sombra y quimera de Larra. No marcó tendencia.

TEMA 10

La literatura actual. La poesía a partir de 1975

A finales de los 70, se abandona la estética “novísima” y los poetas más jóvenes buscan una poesía más sencilla y clara, más íntima y menos culturalista o formalista.Tendencias:

Neosurrealista, que recupera la influencia de la poesía irracional de poetas del 27 que habían estado prohibidos y ahora se leen como Alberti, Lorca o Cernuda. A esta línea de poesía pertenecen, Blanca Andreu, Ana Rosseti y Leopoldo María Panero.

Neoexistencial, Amalia Iglesias y Luisa Castro.

Neopurista, se recupera la influencia de Juan Ramón Jiménez y Jorge Guillén, tendencia muy objetiva y fría, en poetas como Sánchez Robayna o Julia Castillo. También es neopurista la poesía del silencio, al estilo de José Ángel Valente, poesía difícil que reduce el lenguaje a lo imprescindible, como la de Amparo Amorós o la de Ildefonso Rodríguez.

Clasicistas y simbolistas, con una poesía trascendente, difícil porque siempre se refiere a una segunda realidad, poetas como Julio Llamazares, Francisco Castaño y Juan Borja.Y recuperan la poesía clásica, el soneto y el estilo barroco poetas como Antonio Carvajal o Fernando de Villena.

Pero la línea poética más seguida en los años 80 y 90 ( y que sigue de moda hoy en día) es la Poesía de la Experiencia que encontramos en Luis García Montero( Habitaciones separadas), Carlos Marzal, Joaquín Sabina( Ciento volando de catorce)…Esta poesía trata temas cotidianos y verosímiles, cercanos al lector pues el poeta es un hombre normal, cotidiano, frecuentemente urbano, que nos habla de su intimidad ,de su vida cotidiana y sus experiencias o del paso del tiempo con un estilo sencillo, cercano, coloquial ,a veces jergal, donde juega con refranes o frases hechas que trasforma mediante el uso de la metáfora o el cambio sorprendente, por influencia de poetas de la generación del 50, como Jaime Gil de Biedma o anteriores ,como Blas de Otero.

Poesía en la década de los 80

Poesía figurativa, poesía metafísica, irracionalismo

Luis García Montero se ha convertido en el mayor representante de esta corriente de poesía llamada “poesía de la experiencia”. El jardín extranjero (1982), Diario cómplice (1988), Las flores del frío (1991), y La intimidad de la serpiente (2003) La mayor parte de sus poemas son de tema amoroso, especialmente en escenarios nocturnos, aunque también abundan los de reflexión existencial.

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Felipe Benítez Reyes es otro representante destacado de este grupo. Sus temas preferidos, además del amoroso, son la memoria, el paso del tiempo y la propia literatura. Es autor de, entre otros, Los vanos mundos y Vidas improbables..

Carlos Marzal Metales Pesados (2001).Desde una poesía realista, escéptica e irónica, meditativa sobre el amor o la amistad, pasa, a una menos figurativa y más cuidada.

Jon Juaristi se aleja levemente de estos planteamientos, ya que en él predomina un tono melancólico y desengañado ante la realidad y ante él mismo, cubierto con una sutil ironía. Destacan su reinterpretación de los clásicos y su preocupación por el problema vasco. Es autor de obras como Diario de un poeta recién cansado o Tiempo desapacible.

Otros autores cercanos a estos planteamientos son Francisco Bejarano, José Mateos, Javier Salvago, Abelardo Linares, Juan Lamillar y José Antonio Mesa Toré, andaluces todos ellos, que hablan del amor y la nostalgia con lenguaje sencillo y directo y con métrica tradicional. Poeta intimista y amigo de las formas es Justo Navarro.

Andrés Trapiello, en poemarios como La vida fácil, defiende una poesía tradicional, de tono sereno y basada en modelos como Unamuno o los Machado. También leonés, Julio Llamazares se encuentra a medio camino entre un simbolismo y una serenidad similar a la de Trapiello, y una nueva poesía épica del mundo rural de Castilla, que recuerda la intrahistoria.

A mediados de la década, un conjunto de autores que se agruparon bajo lo que ellos mismos denominaron Poesía de la Diferencia, reivindicaron la independencia y libertad literarias, frente a la poesía de la Experiencia, que consideraban tendencia dominante, protegida, tal y como afirmaban en sus poéticas y textos teóricos, por los poderes públicos. Dentro de esta corriente de la Diferencia destacan los escritores Antonio Enrique, José Lupiañez y Fernando de Villena.

Aunque en un principio cualquier desmarcamiento del paradigma oficial validaba las propuestas de esta corriente, sus autores fundacionales fueron derivando hacia un tipo de poesía formalmente más exigente, lejos de la lengua coloquial y las temáticas urbanas. Dicha estética, propugnaba una mayor consistencia verbal en orden a la atención de los recursos estilísticos, dentro de un lenguaje más figurativo, esto es permeable a los símbolos y metáforas, ya que consideraban el cultivo de la imagen esencial al discurso poético, así como una preocupación temática que excedía los ámbitos de la cotidianeidad. Frente a una sociedad cada vez más uniformada, tal y como afirmaban en su teoría poética, en sus hábitos y pensamiento, el objetivo de estos autores fue la diversidad y la disidencia.

La poesía épica, destacan los nombres de Julio Martínez Mesanza, Julio Llamazares y Juan Carlos Suñén. En ellos domina el trasfondo moral. Mesanza, a través de endecasílabos, recrea en su poemario Europa los temas de la valentía y el honor, con escenarios clásicos o medievales pero con un reflejo en la vida moderna. Suñén es autor de Un hombre no debe ser recordado, Premio Rey Juan Carlos.

La poesía irracionalista, alejada de los postulados de la poesía de la experiencia. Dentro de este grupo destacan poetas como el leonés Juan Carlos Mestre, autor de poemarios como Antífona de otoño en el valle del Bierzo, premio Adonais, La poesía ha caído en desgracia o En la tumba de Keats; o Blanca Andreu, ganadora del Adonais con De una niña de provincias que se vino a vivir en un Chagall, poemario que justifica su neosurrealismo y su postura irracional con las constantes alusiones a la droga. Otro lugar importante lo ocupa Fernando Beltrán, cuyo "Aquelarre en Madrid", accésit del premio Adonais el año que lo gana Luis García Montero, supone un claro ejemplo de poesía rupturista con el pasado culturalista y una apuesta por la vanguardia poética. Posteriormente su poesía se orientará también por el lado social, aunque sin abandonar nunca un cierto irracionalismo y surrealismo. Otros nombres asociados a la corriente irracionalista son Luisa Castro, Amalia Iglesias o Ángel Petisme.

Otra corriente sería la poesía metafísica o del silencio, representada por autores como Miguel Casado, Esperanza López Parada, Andrés Sánchez Robayna, Álvaro Valverde, Vicente Valero,

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Olvido García Valdés, Pedro Provencio, Ada Salas y Amparo Carballo Blanco que defienden una poesía minimalista en la que cobran suma importancia los espacios entre palabras.

Es notable la proliferación de poemarios sobre el erotismo desde un punto de vista femenino, escritos por autoras como Ana Rosetti (Los devaneos de Erato), Almudena Guzmán (Poema de Lida Sal, Usted, Calendario, El príncipe rojo) o Aurora Luque (Hiperiónida, Problemas de doblaje, Camaradas de Ícaro).

La poesía en los 90. Más allá de realismo y metafísica

Algunos poetas tienden a una cierta conciliación de posturas. Entre otros, Jorge Riechmann, Eduardo García, los últimos libros de Carlos Marzal y Vicente Gallego. Riechmann evoluciona desde una poesía metafísica y hermética (Cántico de la erosión) hasta una comprometida con la sociedad (El día que dejé de leer El País). Gallego comenzó con un periodo reflexivo (La luz, de otra manera) al que fue incorporado meditaciones sobre la vida actual y las relaciones de pareja (La plata de los días). Fernando Beltrán, tras su manifiesto en favor de una "poesía entrometida", orientará parte su voz poética a un lado social, sin abandonar el estilo que comenzó con "Aquelarre en Madrid". Fruto de esta conciliación son también las voces de Antonio Moreno Guerrero, Miguel Ángel Velasco, Luis Muñoz, Álvaro García, Lorenzo Oliván, Lorenzo Plana y Carlos Pardo. En un plano más abierto al experimentalismo y a una relectura irónica de la vanguardia, se hallan las obras de Jorge Gimeno y Javier Codesal.

Por otro lado, recogiendo la herencia del realismo sucio, surge una poesía centrada en explorar emociones que redundan en el hastío y el desengaño. Los autores principales en esta línea son Roger Wolfe, Karmelo C. Iribarren y Pablo García Casado.

Una nueva tendencia, a la que parte de la crítica ha venido a denominar poesía de la conciencia, se forma en una poesía de fuerte raigambre social, alrededor tanto de los encuentros poéticos organizados en Moguer con el nombre de Voces del extremo como a través de diversos movimientos de izquierda anticapitalista. Autores en esta línea serían Antonio Orihuela, Isabel Pérez Montalbán, Jorge Riechmann, Antonio Méndez, David González y Enrique Falcón.

TEMA 11

La literatura actual. La novela desde 1975

La novela es en esta época el género favorito del público, la que logra grandes éxitos comerciales, a veces en detrimento de su calidad. Los nuevos narradores siguen luchando contra la competencia de la fantasía y genialidad de las novelas hispanoamericanas y buscan enganchar al público español abandonando el experimentalismo y la dificultad, con argumentos de intriga, policíacos o históricos, y estructuras sencillas, regreso al narrador omnisciente o en primera persona, orden cronológico, presencia del protagonista.

Por otra parte, no se puede decir que en la narrativa actual haya una línea definida, debido al gran número de novelas que se publican cada año, y a que cada autor tiene su línea personal.Destacan novelistas como Soledad Puértolas. Su primera novela es de intriga, El bandido doblemente armado, pero después escribe novelas más intimistas y existenciales, como Burdeos.También ha escrito novela negra o policíaca Antonio Muñoz Molina (Beltenebros, Plenilunio). Su novela más famosa es El jinete polaco. Es miembro de la Real Academia, como Arturo Pérez Reverte, famoso por sus novelas históricas y de intriga o aventuras que tanto enganchan al lector como La tabla de Flandes o El capitán Alatriste, ambas llevadas al cine.Otros novelistas con éxito son Luis Mateo Díez (La fuente de la edad), Javier Marías (Mañana en la batalla piensa en mí), Luis Landero (Juegos de la edad tardía), Rosa Montero (Te trataré como a una reina), Julio Llamazares (La lluvia amarilla), Javier Cercas (Soldados de Salamina).Todos ellos son bien conocidos por los premios recibidos o por las versiones cinematográficas de sus novelas, y también por su colaboración en periódicos o por sus colecciones de cuentos, género también de gran éxito en los últimos años.Cabe destacar, ya en el siglo XXI, el éxito editorial de Carlos Ruiz Zafón con su novela La

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sombra del viento, de ambientación histórica (en la postguerra) y cargada de misterio, o la moda por la búsqueda de reliquias cristianas por parte de sociedades secretas, que ha dado éxito, no solo a novelistas extranjeros (Dan Brown) sino también a Julia Navarro por La hermandad de la Sábana Santa (2004). No son las novelas de mayor calidad literaria pero sí, en cambio, las de mayor éxito comercial.

Para terminar, hay también que citar el éxito y el prestigio del género ensayístico en estos años, ya que la libertad ha permitido que traten abiertamente sobre distintos temas éticos, filosóficos, políticos… Destacan sobre todo José Antonio Marina y Fernando Savater con su famoso título Ética para Amador.

Manuel Vázquez Montalban (1939-2003)

Fue un escritor español famoso, ante todo, por sus novelas policiales protagonizadas por el detective privado Pepe Carvalho. Personalidad casi inabarcable, se definió a sí mismo como "periodista, novelista, poeta, ensayista, antólogo, prologuista, humorista, crítico, gastrónomo, culé y prolífico en general", campos todos en los que destacó.

Serie Carvalho

Montalbán creó una de las series de novela negra más exitosas y prolíficas de la literatura española. Esta serie, protagonizada por el detective Pepe Carvalho, fue un vehículo expresivo del autor para legar una crónica sociopolítica, histórica y cultural de los últimos 40 años.

Así, cada novela está claramente ambientada en el contexto histórico en el que fue escrita. Por ejemplo, en Asesinato en el Comité Central 1981 se consuma el asesinato de un dirigente comunista en plena crisis del eurocomunismo del PCE, mientras que en 1993 serán los fastos de la Barcelona olímpica lo que centre las aventuras del detective en Sabotaje olímpico.

Las novelas sirven al mismo tiempo para dar rienda suelta a la pasión desatada del escritor por la gastronomía. Diferentes personajes, algunos creados ex-profeso como Fuster, sirven al autor de excusa para disertar sobre las virtudes del asado argentino o la contundencia del ajoarriero.

Eduardo Mendoza. La verdad sobre el caso Savolta

El cambio se produce en 1975 a partir de la publicación de la primera novela de Eduardo Mendoza, La verdad sobre el caso Savolta. En la primera parte de la novela, Mendoza emplea el experimentalismo, el desorden temporal, el perspectivismo y la separación en breves secuencias y el lector no entiende nada. Pero en la segunda parte deja sólo un narrador, emplea un orden cronológico y al ir atando cabos sobre los hechos del asesinato, a la vez que recrea muy bien la época histórica del final de la primera guerra mundial, el autor consigue enganchar al lector. Su éxito animó a otros escritores y el propio Mendoza asegura esta línea, al recuperar el placer de narrar una historia. Y así, Mendoza escribe novelas de aventuras (con mucho humor) como El misterio de la cripta embrujada y El laberinto de las aceitunas. Su gran novela es La ciudad de los prodigios, ambientada en Barcelona. Hoy sigue escribiendo novelas divertidas como Sin noticias de Gurb , e históricas, sin perder nunca su sentido del humor, como El asombroso viaje de Pomponio Flato ( 2008).

La tendencia metaficticia

La metaficción es una forma de literatura o de narrativa autorreferencial que trata los temas del arte y los mecanismos de la ficción en sí mismos.

Es un estilo de escritura que de forma reflexiva o autoconsciente recuerda al lector que está ante una obra de ficción, y juega a problematizar la relación entre ésta y la realidad. Dentro de un texto de metaficción, la frontera realidad-ficción y el pacto de lectura de ésta se ven quebrantadas, llamando el texto la atención sobre su propia naturaleza ficcional y su condición de artefacto. Asociado en general a literatura modernista y posmoderna, se pueden encontrar ejemplos anteriores en el Quijote de Cervantes, en los Cuentos de Canterbury de Chaucer, en algunos relatos de Jorge Luis Borges y en algunas obras de

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Stanisław Lem como Un vacío perfecto y Un valor imaginario siendo acertado citar como uno de los más fuertes ejemplos en el uso de la metaficción cual recurso estilístico la novela Niebla, de Miguel de Unamuno.

El concepto de metaficción se presenta desde su tradición interna como una serie abierta y dinámica, sujeta a una constante crítica y revisión por parte de teóricos y críticos del arte y la literatura.

Realismo sucio

"En 1994, el premio Nadal tuvo como finalista a José Ángel Mañas (1971), cuya novela Historias del Kronen alcanzó un éxito singular y fue llevada al cine. Era la obra de un escritor joven, con temas protagonizados por adolescentes -el trío mítico de "sexo, drogas y rock and roll"-, y cuyos lectores fueron en su mayoría también adolescentes. El relato, en primera persona, estaba escrito en un lenguaje marginal pero fluido, y rendía un evidente homenaje al cine y la literatura del realismo sucio. Se habló de la conexión con las obras de Mariano Antolín Rato, pero los antecedentes más claros de Mañas eran Casavella y Loriga. Francisco Casavella (1963) había publicado El triunfo (1960), un monólogo jergal en que los recursos de la novela negra y la acción perdían peso bajo el costumbrismo y el exceso de descripción; y Quédate (1993), una novela juvenil fallida que volvía a presentar la vida como una sensación de vacíos. Por su parte, Ray Loriga (1967) había acudido a un lenguaje desgarrado y marginal para hablar de sexo, violencia y drogas, en las novelas Lo peor de todo (1992) y Héroes (1993).

Eran obras generacionales y contraculturales, de fácil lectura, amenas y provocadoras, en las que el monólogo y el diálogo suplantaban muchas veces el papel del narrador.

Mientras tanto, los autores ya mencionados siguieron publicando narraciones centradas en jóvenes sin esperanzas ni escrúpulos. Se logró mayor fluidez en la novela juvenil y destreza narrativa.

Se unieron autores como José Machado y Pedro Maestre. A la tendencia se añadieron, además, otros escritores menos jóvenes, como Eduardo Iglesias.

La repetición de parecidos recursos, lenguaje y temas hizo que los relatos del realismo sucio, que a principios de los años noventa se consideraban frescos y originales, pronto se manifestaran monótonos y demasiado simplistas. La crítica convino en que les faltaba valor literario, y los lectores dejaron de prestarles la atención que les habían dispensado poco tiempo atrás.

TEMA 12

La literatura actual. El teatro desde 1975

El teatro sufre una grave crisis de calidad y de éxito de público en los últimos años del siglo XX, ya que tiene que competir con el cine, la televisión, el vídeo etc. Sólo se sostiene gracias a la creación de organismos como el Centro Dramático Nacional y otros similares en las Comunidades Autónomas que apoyan con subvenciones a los dramaturgos. Sin embargo, al empezar el siglo XXI, el teatro vive un renacer, con propuestas originales y con éxito de público.

Siguen funcionando los grupos de teatro independiente o alternativo, como Els Joglars, La fura dels baus, Tricicle, La Cubana que se basan en la creación colectiva y en la importancia del espectáculo por encima del texto.Por otra parte, siguen estrenando autores consagrados que se ven liberados de la censura como Antonio Buero Vallejo, Antonio Gala y autores que habían estado prohibidos como Arrabal o Francisco Nieva.También triunfan ahora dramaturgos más jóvenes, que habían empezado a triunfar en los 70, como Ana Diosdado (Los ochenta son nuestros) o Sanchis Sinisterra (¡Ay,Carmela!).

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Destacan sobre todo, a partir de los 80, dos autores que crean un teatro costumbrista para reflejar la realidad de esta época: Fermín Cabal (Esta noche, gran velada) Y José Luis Alonso de Santos , con obras como La estanquera de Vallecas y Bajarse al moro.

José Sanchis Sinisterra (1940)

Dramaturgo y director teatral español, es uno de los autores más premiados y representados del teatro español contemporáneo y un gran renovador de escena española. Sanchis Sinisterra es también conocido por su labor docente y pedagógica en el campo teatral. Vinculado al estudio y a la enseñanza de la literatura, ha reivindicado siempre la doble naturaleza –literaria y escénica–, del texto dramático. Además de sus obras, en su faceta de investigador y divulgador, ha escrito numerosos artículos sobre teatro y participado en diversos coloquios y congresos dedicados al arte dramático.

OBRA

La obra de Sanchis Sinisterra siempre presenta una dinámica entre la tradición y las líneas dramáticas contemporáneas. La experimentación y la investigación son constantes. Esta investigación comprende, entre otros aspectos:

las fronteras de la teatralidad (lo intertextual, la implicación del espectador en la ficción, el metateatro, el cuestionamiento de la fábula y del personaje tradicional, lo no dicho, lo enigmático, etc.);

el despojamiento de los elementos constitutivos de la teatralidad tradicional la modificación de los mecanismos perceptivos del espectador.

A partir de los años 80 cruza con frecuencia las fronteras entre los géneros narrativo y teatral creando dramaturgias a partir de obras de autores del siglo XX pero también a partir de autores del Siglo de Oro español.

Defiende la necesidad de acercar el teatro a otras artes o a la ciencia y participa de la defensa de lo que este autor denomina una «teatralidad menor»: un tipo de teatro muy distinto al espectacular y comercial.

Algunas de sus obras más relevantes son ¡Ay, Carmela!, Ñaque, o de piojos y actores.

Primera generación de dramaturgas

Al iniciarse la década de los 80, hace su aparición un numeroso grupo de autoras dramáticas. La forma Ana Diosdado (1938), conocida desde Olvida los tambores (1970), Dora Sedano, Julia Maura o María Suárez de Deza, entre otras veteranas de las letras, como Lidia Falcón, Carmen Martín-Gaite, Concha Romero, etc.

Algunas de las que componen este panorama ya habían comenzado años atrás la búsqueda del espacio donde poderse expresar. Es el caso de Carmen Resino, quien en 1969 publica su primer drama, El presidente. Es una de las dramaturgas de más densa escritura de los últimos años, pero el no haber pasado habitualmente por los escenarios comerciales la ha mantenido oculta para el gran público.En 1983 se publica Un olor a ámbar, primera obra de Concha Romero, considerada como una de las autoras que más se ha enfrentado con el tema de la mujer en la sociedad actual; así mismo es, junto con Carmen Resino, una de las más asiduas cultivadoras del teatro de tema histórico. En 1985 se estrena en Madrid, La llamada de Lauren, de Paloma Pedrero. A partir de ese momento, la joven dramaturga inicia una imparable carrera, llena de dificultades y obstáculos, para alcanzar el lugar que por derecho le corresponde. Pilar Pombo comienza su escritura dramática en 1988. Con Una comedia de encargo y una serie de monólogos con nombre de mujer, hace introspecciones en el alma femenina, radiografías de otros tantos sectores de la sociedad actual. Aunque su conocimiento queda casi exclusivamente restringido al ámbito de los estudiosos, Pombo no ha perdido su impulso

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para la creación dramática; en los últimos años ha llevado a cabo un incansable labor, de la que sin duda es el máximo exponente una pieza inédita titulada En igualdad de condiciones, en la que se habla de condición femenina, de tolerancia y de amistad entre dos mujeres muy distintas, con el telón de fondo de la guerra civil española de 1936.

Paloma Pedrero (1957)

La actividad de Paloma Pedrero es polifacética. Gran dramaturga, destaca igualmente como actriz, en el teatro y en el cine; también por su labor como directora de obras teatrales y como ensayista por sus colaboraciones en El Mundo, ABC, La Razón, entre otras publicaciones. Desde sus primeras obras, Pedrero añade un rasgo femenino aplicado al teatro que surge renovado después de la dictadura de Franco. Se trata de un rasgo de subversión de los papeles tradicionales asignados a la mujer. Es además una lucha por hacer del teatro, una plataforma donde las mujeres podían expresarse dramáticamente.

Los temas fundamentales sobre los que trata el teatro de Paloma Pedrero, como ella misma nos dice, son: “El amor, la ceguera, el triunfo y el fracaso. El primero, el amor, a veces unido al desamor, a esa dificultad de los seres humanos para las relaciones, la identidad sexual. El otro gran tema, la ceguera, se manifiesta en personajes confusos. Seres humanos perdidos en la noche. El triunfo y el fracaso, dudas, búsquedas, finales abiertos”. Estos temas están tratados con un lenguaje realista con el que se identifica el público, y con frecuencia usando las técnicas del metateatro (teatro dentro del teatro).

Su formación como directora de obras teatrales y, especialmente, su experiencia como actriz, le proporcionan a Pedrero una perspectiva global de la representación teatral y del impacto que se desea que cause en el público. Sus temas se desarrollan a partir de historias experiencia personal, en algunos casos, y de la observación en otros. Intenta escribir siempre desde los personajes, porque es la mejor forma de hacerlo con pasión.

Paloma Pedrero se inaugura como dramaturga con una obra excepcional por su contenido, por su estructura, por su teatralidad, La llamada de Lauren... (1984), que cuestiona los tabúes de identidad sexual de la época, mediante un uso magistral de diversos niveles de metateatro. Su segunda obra, Resguardo personal (1985), presenta los conflictos de la incomunicación, del egoísmo profesional. Ambas obras inician una carrera profesional que en nuestros días establecen a Paloma Pedrero como una de las dramaturgas más destacadas del teatro español contemporáneo.