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Preguntarse cuál es la función de la división del trabajo es, pues, buscar a qué necesidad corres- pande_; cuando hayamos resuelto esta cuestión, podremos ver si esta necesidad es de la misma clase que aquellas a que responden otras reglas de conducta cuyo carácter moral no se discute. 19 LE:jos de servir 8 los progresos de ia moral, en los graneles centres industriales es donde 10.:, ccirnenes y suicidios so:1 más nur-11i:::rn:::-:os: en tocio caso es evidente que 11c1 pn::issnta signo;::, D>:ter 10;-e~; en lo:::; et 1a!es se reconoz.. c¡;ir·1 los hechos morales. Por el contrario, la mor al es el mínimum indispensable, lo estrictamente necesario, el pan cotidiano sin el cuai las sociedades no pueden vivir. El arte responde a la necesidad qtie ter1ernos de expansionar nuestra actividad sin fin, por e! placer de extenderla, mientras que la rnoral nos constriñe a seguir un camino determinado hacia un fir1 clefiniclo; quien dice obligación dice coacción. Nadie está obligado a ser ni un sabio ni un artista. La ciencia está, pues, como el arte y la industria, fuera de la moral (2). Si tantas controversias han tenido lugar sobre el carácter moral de la civilización, es que, con gran frecuencia, los moralistas no han tenido un criterio objetivo para distinguir los hechos morales de los hechos que no lo son. Es costumbre calificar de moral a todo lo que tiene alguna nobleza y algún precio, a todo lo que es objeto de aspiraciones un tanto elevadas, y gracias a esta extensión excesiva de la palabra se ha introducido la civilización en la moral. Pero es preciso que el dominio de la Ética sea tan indeterminado; comprende todas las reglas de acción que se imponen imperativamente a la conducta y a las cuales está ligada una sanción, pero no va más allá. Puesto que aumenta a la vez la fuerza productiva y

apunte 1 - malinowski notas de antropología

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malinowski notas de antropología

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Preguntarse cul es la funcin de la divisin del trabajo es, pues, buscar a qu necesidad corres-pande_; cuando hayamos resuelto esta cuestin, podremos ver si esta necesidad es de la misma clase que aquellas a que responden otras reglas de conducta cuyo carcter moral no se discute. 19

LE:jos de servir 8 los progresos de ia moral, en los graneles centres

industriales es donde 10.:, ccirnenes y suicidios so:1 ms nur-11i:::rn:::-:os: en tocio caso

es evidente que 11c1 pn::issnta signo;::, D>:ter 10;-e~; en lo:::; et 1a!es se reconoz.. c;ir1 los

hechos morales.

Por el contrario, la mor al es el mnimum indispensable, lo

estrictamente necesario, el pan cotidiano sin el cuai las sociedades no pueden

vivir. El arte responde a la necesidad qtie ter1ernos de expansionar nuestra

actividad sin fin, por e! placer de extenderla, mientras que la rnoral nos constrie a

seguir un camino determinado hacia un fir1 clefiniclo; quien dice obligacin dice

coaccin.

Nadie est obligado a ser ni un sabio ni un artista. La ciencia est, pues,

como el arte y la industria, fuera de la moral (2). Si tantas controversias han tenido

lugar sobre el carcter moral de la civilizacin, es que, con gran frecuencia, los

moralistas no han tenido un criterio objetivo para distinguir los hechos morales de

los hechos que no lo son. Es costumbre calificar de moral a todo lo que tiene

alguna nobleza y algn precio, a todo lo que es objeto de aspiraciones un tanto

elevadas, y gracias a esta extensin excesiva de la palabra se ha introducido la

civilizacin en la moral. Pero es preciso que el dominio de la tica sea tan

indeterminado; comprende todas las reglas de accin que se imponen

imperativamente a la conducta y a las cuales est ligada una sancin, pero no va

ms all.

Puesto que aumenta a la vez la fuerza productiva y

la habilidad del trabajador, es la condicin necesaria para el .desE;lnvolvimiento

intelectual y material de las sociedades; es la fuente de la civilizacin 19

el arte, la industria y las ciencias estn fuera de la moral (porque nadie est obligado a adquirirla).

Su papel, en todos esos casos, .no es simplemente embellecer o

mejorar las sociedades existentes, sino hacer posibles sociedades que sin ella no

existiran. Si se retrotrae ms all de un cic;rto punto la divisin del trabajo sexual,

la sociedad cqnyugal se desvanece para no dejar subsistir ms que relaciones

sexuales eminentemente efmeras; mientras los sexos no se hayan separado, no

srgir toda una forma de la vida social. Es posible que la utilidad econmica de la

divisin del trabajo influya algo en ese 'resultado, pero, en todo caso, sobrepasa

infinitamente. la esfera de interses puramente econmicos, pues consiste en el

establecimiento de un orden social y moral sui generis 19