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UPIICSA. Investigación Interdisciplinaria, ISSN: 2448-4784 vol. 2, núm.2, julio-diciembre 2016. UPIICSA IPN, México
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Aproximación a los indicadores de la
economía del conocimiento de los
municipios de San Luis Potosí
Critical approach to the knowledge economy indicators of the
municipalities of San Luis Potosi
Hernández García Patricia / Facultad de Contaduría y Administración
Universidad Autónoma de San Luis Potosí /México
Cortés Mendoza Rosa Araceli / Facultad de Contaduría y Administración
Universidad Autónoma de San Luis Potosí /México
Hernández García Vicente / Facultad de Ingeniería
Universidad Autónoma de San Luis Potosí / México
Recibido: 22 de mayo de 2016
Aceptado: 22 de junio de 2016
Resumen
El conocimiento es un referente importante dentro de la globalización de la economía, ya que es
a través de él como las organizaciones y los países pueden generar riqueza, por lo que su
medición permite conocer el grado de desarrollo económico de cada entidad. El objetivo de la
presente investigación es calcular el índice de educación y recursos humanos, así como el índice
de tecnologías de la información y comunicación, como parte del índice de la economía del
conocimiento a nivel municipal en el Estado de San Luis Potosí, para conocer su situación y
contribuir a la generación de información que favorezcan la toma de decisiones para la aplicación
de programas gubernamentales que posibiliten la mejora del entorno. La metodología empleada
se retomó de la propuesta hecha por el Banco Mundial en 2012, para calcular el índice de
economía del conocimiento. Los resultados mostraron que en ninguno de los municipios de San
Luis Potosí se tiene un adecuado acceso a tecnologías de la información y comunicación, y el
nivel educativo es bajo de acuerdo a la edad de los habitantes, lo cual representa una desventaja
por no tener el acceso requerido para lograr una mejor educación e incorporarse a la dinámica
requerida por la sociedad del conocimiento.
Palabras clave: Economía del conocimiento, sociedad del conocimiento, municipios, tecnologías
de la información y comunicación.
Aproximación a los indicadores de la economía del conocimiento de los municipios de San Luis Potosí
UPIICSA. Investigación Interdisciplinaria, ISSN: 2448-4784 vol. 2, núm. 2, julio-diciembre 2016. UPIICSA IPN, México 38
Abstract
Knowledge is an important point of reference within the globalization of the economy, since through it
the organizations and countries can generate wealth, so that its measurement will know the degree of
progress that each entity has. The objective of this research is to calculate the index of education and
human resources as well as the index of information and communications technologies as part of the
index of the knowledge economy, at the municipal level in the state of San Luis Potosi to know that
their situation, as well as giving a decision support for the implementation of government programs in
order to improve the environment; the methodology used is returned to the proposal made by the
World Bank, to calculate index of a knowledge based economy. The results showed that in none of the
municipalities of San Luis Potosi has adequate access to information and communication technologies,
and the educational level is low according to the age of the inhabitants, which represents a
disadvantage for not having the required access to achieve a better education and incorporated into
the dynamic implanted by the knowledge society.
Keywords: Knowledge economy, knowledge society, municipalities
Introducción
En nuestros tiempos, los recursos como la tierra, el trabajo y el capital ya no son elementos
esenciales de la producción (Toffler, 2006, en Ramírez, 2007), ahora los conductores de la
riqueza son la información y el conocimiento (Díaz, Contreras & Rivero, 2009); esto ha
permitido el desarrollo de un nuevo enfoque denominado: economía con base en el
conocimiento (Rodríguez, Pedraja, Delgado & Rodríguez, 2010). En ese sentido, autores como
Pérez y Coutin (2005), Uribe, Aristizábal, Barona y López (2009) y Baptista (2010), coinciden
en que los cambios ocurridos en la economía, han hecho del conocimiento y de la información
las fuentes más importantes de la ventaja competitiva y del éxito que pueda tener una
compañía o una nación. Por lo anterior, aquellos países que aspiren a competir con éxito en
este nuevo entorno deberán desarrollar e implementar los procesos pertinentes, con el
propósito de que los ciudadanos accedan al conocimiento que se está generando en todas las
áreas del saber humano (Spender, 1996), para que puedan usarlo con creatividad e iniciativa en
los ámbitos de educación, trabajo y de crecimiento personal (Martí & Hernández, 2006;
Portuondo, 2005). De esta manera, la tecnología, la información y el conocimiento se
convertirán en un aspecto estratégico para las naciones que desean que sus organizaciones y
trabajadores logren ventajas competitivas, al revitalizar, crear o innovar nuevos productos,
servicios o procesos, a través de una adecuada gestión de conocimientos
(Adams & Lamont, 2003; Alavi, & Leidner, 2001).
Como se ha mencionado, en la sociedad actual el conocimiento es la base del
desarrollo (Darín & Pérez 2008), por lo que el capital humano y el uso de la tecnología son los
factores clave para tener mejor avance en el futuro (Nonaka & Takeuchi, 1999). La
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), considera que hoy en
día el conocimiento es el tercer factor productivo que facilita el desarrollo de economías
primarias, y para ello ha desarrollado un índice que le permite identificar la forma en que se va
creando el conocimiento en dichas economías (Bhattacharya & Sharma, 2007).
De esta manera el aumento del conocimiento, las habilidades y las capacidades son
elementos de la formación principal del capital humano (Calderón, Álvarez & Naranjo 2006;
Darín & Pérez 2008); sin embargo, esa formación se ve afectada por cuestiones externas como
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la inversión de los gobiernos en educación (Unesco, 2009); a pesar de que estudios como el del
Banco Mundial que han demostrado que el desarrollo económico general se refuerza
especialmente con la educación. Sumado a ello, podemos decir que la tecnología posibilita que las
personas puedan elevar su nivel de educación y así disminuir su pobreza, pues es una herramienta
que apoya el desarrollo del conocimiento (Bhattacharya & Sharma, 2007).
Es aquí donde se identifica el problema de investigación, pues considerando que tanto
la educación del recurso humano (Schmelkes, 2011; Minakata, 2009), así como
el uso de tecnologías para crear, transferir y almacenar el saber son la base para el
desarrollo de la economía del conocimiento como es requerido en épocas actuales
(Morales, 2013; Vieira, 2011), no se cuenta con una base para identificar en forma estratégica los
puntos en los que deben enfocarse los gobiernos a fin de desarrollar programas sostenibles que
mejoren en forma directa y efectiva a los municipios y en especial hacer que los programas no sólo
tengan incidencia social, sino que además perduren a través de las futuras administraciones
(Martínez, Lara-Navarra & Beltrán, 2006, Ibarra & Robles, 2015).
Por lo anterior, el objetivo de la presente investigación es calcular el índice de educación y
recursos humanos, así como el índice de tecnologías de la información y comunicación, como parte
del índice de la economía del conocimiento a nivel municipal en el Estado de San Luis Potosí, para
identificar el nivel en el que estos se ubican, desde la perspectiva de la economía del conocimiento.
Para ello, se implementa la metodología desarrollada por el Banco Mundial en 2012.
De acuerdo al Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), (2015) en
San Luis Potosí 6.3% de las personas de 15 años y más, no sabe ni leer ni escribir, lo que los ubica
debajo de la media nacional. Con este análisis, se presenta una alternativa para que los gobiernos
puedan desarrollar programas gubernamentales adicionales enfocados en la educación. El complejo
y extenso sistema educativo mexicano, dentro de una tendencia de desarrollo económico y social,
envuelto en la globalización y la economía del conocimiento; ha generado una importante
inclinación hacia las evaluaciones del aprendizaje alcanzado por los alumnos, enfocándose de esta
manera a mejorar la calidad, la cual se deriva de las políticas que orientan su desarrollo para
responder a la situación nacional. Así, después de conseguir el acceso a la educación y evitar su
abandono; en el camino hacia la mejora se expresa en casos como el de la búsqueda de la equidad y
el mejoramiento de la calidad, como elementos recurrentes de las políticas, dando como resultado
una acción pedagógica de cada evaluación (Amador–Hernández, 2008).
En el presente documento se expone una revisión de la literatura, se continúa con la
descripción de la metodología y con el cálculo de los índices a nivel municipal para presentar su
situación actual con relación a la economía del conocimiento y finalmente se exponen las
conclusiones.
Marco teórico
La economía del conocimiento es aquella en donde el activo más importante que genera
riqueza es precisamente el conocimiento; el cual tiene la capacidad de intervenir en las
actividades económicas y sociales, y con ello generar un mayor desarrollo en la sociedad
(Sánchez & Ríos, 2011; Gallego & Ongallo, 2004; Gómez, Pérez & Curbelo, 2005;
Marsal & Molina, 2002). Por lo tanto, este nuevo esquema requiere prestar atención a
aquellos procesos que generan valor y favorecen el desarrollo de escenarios innovadores
que contribuyan en el avance económico y social de una nación. Considerando como
concepto de modelo, aquellos que ofrecen soluciones respaldadas por las teorías y estudios
empíricos de los investigadores de las ciencias sociales (Kuhn, 2004)
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Martí & Hernández (2006), Portuondo (2005) y Jonguitud, Cortés & García (2012)
señalan que el capital humano constituye actualmente uno de los factores determinantes
para la obtención de valor agregado. Calderón, Álvarez & Naranjo (2006), añaden que se
debe ser cuidadoso en el enfoque de las formas de trabajo y la formación del personal, ya
que las prácticas de manejo del recurso humano se han modificado significativamente en
comparación con las realizadas en el siglo anterior.
Liquidano (2006:23), coincide con ese punto de vista, ya que considera que
dependiendo de la concepción que se tenga sobre la forma de administrar al personal serán
los resultados que pueden ser alcanzados. Para explicar lo anterior, la autora hace una
descripción sobre las diferentes fases evolutivas de la administración del recurso humano
(RH), y señala características específicas para cada una de ellas, las cuales se describen a
continuación:
a) Fase administrativa; en donde se identifica que la actividad principal de la
administración de RH es minimizar los costos al optimizar el trabajo manual, con una
orientación predominante hacia la producción y el control, en donde las circunstancias
personales del trabajador no eran relevantes; al individuo se le concibe como un ser
perezoso, pasivo, que sólo reacciona ante el dinero y que no tiene autocontrol.
b) Fase de gestión; en la que las prácticas de RH evolucionan hacia una concepción de
«hombre social», que responde más a las fuerzas de grupos a los que pertenece.
En este punto el administrador visualiza al trabajador como capaz de tomar iniciativa y
responsabilizarse de su vida y su trabajo. La relación laboral se extiende a factores
retributivos y psicológicos.
c) Fase de desarrollo; en ella, el principal enfoque es el del hombre que se «auto-realiza»,
por lo que el administrador de RH busca que la persona despliegue en cierto grado sus
capacidades, autonomía y autocontrol para lograr una motivación para el trabajo, sin
embargo, la orientación es hacia la eficiencia de la empresa.
d) Fase estratégica; en esta etapa el administrador visualiza al personal como un factor
determinante para mejorar la posición competitiva de la empresa, por ello busca
armonizar la visión, misión, propósitos, valores y objetivos de la organización con
los objetivos individuales y con estrategias sociales que sean congruentes
con los trabajadores.
e) Fase de gestión por competencias; en la cual se busca identificar, describir y
desarrollar las competencias individuales del personal para alinearlas con los resultados
de la empresa a fin de lograr una ventaja competitiva. La relación laboral es hacia
el desarrollo, evaluación y certificación de las competencias en el trabajo y para
el trabajo.
f) Fase de gestión del conocimiento; en ella, la orientación de la empresa es la de animar
a los trabajadores hacia el aprendizaje, generación del conocimiento e innovación a fin
de lograr mejoras y una ventaja competitiva en la organización. En esta fase
la concepción del hombre es que es el «talento clave para la empresa» y una fuente de
«riqueza intangible» que debe ser administrado para motivar y retener a las personas
que lo poseen dentro de la organización. Por lo cual, se puede considerar
que la administración del conocimiento es actualmente una forma de evolución de la
administración de recursos humanos. Encontrar maneras de impulsar la expansión de
habilidades y conocimiento, y recompensar a los empleados por su valor agregado
en la organización, se convertirá cada vez más en un aspecto importante.
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De esta forma, autores como Pérez & Coutin (2005), Ramírez (2007), Uribe,
Aristizábal, Barona & López (2009), Baptista (2010) y Villasana, Hernández & Borjas (2015),
coinciden en que estos cambios han hecho del conocimiento y de la información las fuentes
más importantes de la ventaja competitiva y del éxito que pueda tener una compañía o
una nación, tomando como elemento básico dinamizador el mayor capital con que cuentan:
las personas.
En este sentido y de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la
Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco por sus siglas en inglés), en el capítulo siete de la
Quinta Conferencia Internacional sobre la Educación de las Personas Adultas, celebrado
en Hamburgo, Alemania, en 1997, las tecnologías de la información y comunicación (TIC)
son un instrumento poderoso que permite a cualquier ciudadano apropiarse del
conocimiento que es producido en las diferentes áreas del saber humano para transformarlo
en mejoras e innovaciones.
En este caso, la información es el factor clave que se transforma en un bien de
consumo (Crovi, 2002), lo que sin duda ha influido en un cambio multidimensional que
traspasa todas las actividades diarias: de entretenimiento, educativas, culturales, de servicios,
comerciales, industriales y gubernamentales, y que ha dado origen a nuevas formas de
integración social y cultural que inciden no sólo en el comportamiento de las personas, sino
también en la actividad empresarial, de producción, comercial, económica y financiera de
todos los países (Darin & Pérez, 2008).
Sin embargo, se debe de reconocer que existe una gran diferencia en el acceso a
estas tecnologías entre los países y entre los individuos de esos países, lo cual genera una
brecha digital (Crovi, 2002; Colle, 2014).
Los componentes básicos para tener acceso a la información son contar con el
equipo, el software y las vías de transferencia de comunicación, que generalmente son
producidos por países altamente desarrollados,1 lo cual limita a los países pobres y a grupos
sociales marginados a tener la oportunidad de incorporarse a esta revolución tecnológica, ya
sea por falta de infraestructura tecnológica o porque no han recibido la capacitación para
manejar el equipo (alfabetización digital) (Bravo, 2012; Vargas,2007). Todo esto incrementa
la desigualdad de la población, lo que a su vez afecta los ingresos, la calidad de vida, la
inseguridad, y la sanidad; por lo que no hacer nada para mejorar la situación, es una decisión
política que tendrá consecuencias a largo plazo para el país (Stiglitz, 2012).
Por lo tanto, no todos los ciudadanos de un país tienen acceso a las TIC, lo cual
bloquea su acercamiento a la información y al conocimiento, y desde la perspectiva de
Martínez y Serrano (2003), propicia una separación entre las personas, comunidades, y
países. En este mismo sentido, Cabero (2004) advierte que existe un gran riesgo de que se
pase de una exclusión tecnológica a una exclusión social, personal y educativa, y por lo tanto
a una exclusión del sistema. Es por ello que cualquier país que se quiera incorporar a una
economía de conocimiento debe buscar acercar las TIC a todos los ciudadanos, facilitar el
uso de los equipos, proporcionar las condiciones de conexión digital y enseñar la utilización
de estos recursos (Arias & Aristizábal, 2011).
1 Como se menciona en las Naciones Unidas (2016) los países altamente desarrollados son aquellos países con altos
ingresos medidos en función del producto interno bruto per cápita; con recursos humanos calculados en función al
índice de calidad material de vida (esperanza de vida, consumo de calorías, matrícula en primaria, secundaria y
alfabetización); y la información derivada del índice de diversificación económica (producto interno bruto por
manufactura, población activa en la industria, consumo de energía comercial y concentración de exportaciones).
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La Unión Europea define la inclusión social de la siguiente manera
(European Council 2004, citado por Ortoll, 2007):
Proceso que garantiza que aquellos que están en riesgo de exclusión social obtengan las
oportunidades y los recursos necesarios para participar de manera plena en la vida
económica, social y cultural y que puedan gozar de un estilo de vida que se considera normal
en la sociedad en que viven. Eso garantiza que tengan más participación en las decisiones que
afectan a sus vidas y en el acceso a sus derechos fundamentales (p. 31).
Por su parte, Clarke (2001) señala que la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económico (OCDE), establece que las naciones deben preocuparse por la
creación de conocimiento en todas las áreas, particularmente por la educativa (Rodríguez &
Palma, 2010; Trujillo, Jiménez & Rivera, 2010). Esta iniciativa comenzó con la Conferencia
Mundial sobre Educación para Todos (Jomtien, Tailandia, 1990), en la que se hizo hincapié en
que la educación es un derecho humano, por lo que todos los países del mundo se han
comprometido a realizar esfuerzos para proporcionar educación básica de calidad a todos
los niños, jóvenes y adultos.
En el año 2000, la comunidad mundial estableció el compromiso de alcanzar las
metas de la Educación para todos y los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Este esfuerzo
está proyectado con una visión a largo plazo que incluye la reducción de la pobreza y el
hambre, la mejora de la salud y la educación y la creación de modos de vida sostenible.
Los sistemas de educación tanto formal como no formal, han cobrado especial
significado con el uso de la tecnología para el crecimiento económico
(López, 2008; Ríos, 2005; Torres, 2007). El uso de internet ha acelerado el desarrollo y ha
favorecido la modernización y la capacidad de aplicar el conocimiento para resolver
problemas. Derivado de lo anterior, la educación a distancia, la educación asincrónica y el
aprendizaje en línea han ganado relevancia en el proceso de formación profesional (Bermejo,
2006; Medina, Llorent & Llorent, 2013; Morón-Marchena, 2014; Tünnermann, 2010),
proporcionando grandes beneficios a los usuarios como la flexibilidad en el tiempo, la
eliminación de barreras geográficas, el ajuste a las necesidades de los usuarios en situaciones
de trabajo y atención a la problemática de la dispersión demográfica
(Bhattacharya & Sharma, 2007).
Erosa (2007:52) señala que la indiscutible transformación del modelo educativo
implica un reto que incluye la rápida y constante adopción de nuevos desarrollos
tecnológicos y la transformación de la práctica educativa ahora habilitada en un
ambiente tecnológico (figura 1).
Este nuevo ambiente, implica cuatro dimensiones que interactúan entre ellas,
facilitando el despliegue de un nuevo modelo de educación sustentado en la tecnología;
las cuales son la innovación tecnológica (disposición de una buena plataforma de
tecnologías de la información); contar con un área de administración de la tecnología que
la haga eficiente y de fácil utilización; la innovación en modelos alternativos de educación,
que implica la utilización de diferentes formas de interacción profesor-alumno, entre los
que se encuentran videoconferencias, uso de información multimedia accesible en la web,
exámenes en línea, espacios de consulta a profesores, entrenamiento, solución de
problemas y soporte de toma de decisiones, etc., y, la innovación de la práctica educativa
la cual se enfoca a crear ámbitos de aprendizaje que atiendan las necesidades de tiempo y
espacio del estudiante, así como también la definición de requerimientos de contenido en
el manejo de técnicas didácticas orientadas al autoestudio.
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Figura 1. El Ambiente tecnológico de la práctica educativa
Fuente: Erosa, M. (2007)
De esta manera, el aprendizaje electrónico (e-learning) es considerado una herramienta
de apoyo para el proceso de creación de conocimiento, que modifica el paradigma de la
educación y logra llenar los vacíos del propio conocimiento (figura 2). Por otro lado, hay dos
factores que deben transformarse en la educación; en primer lugar, las instituciones
tradicionales cuentan con infraestructura que ayudan a ofrecer la enseñanza tradicional; pero
en una economía globalizada dicha infraestructura crea un resultado diferente en un ambiente
virtual; por otro lado, el conocimiento ya no es sólo de personas y libros, el uso de internet
permite que este sea público y de fácil acceso (Bhattacharya & Sharma, 2007).
Figura 2. Relación entre aprendizaje y tecnología
Fuente: Bhattacharya, I. & Sharma, K. (2007)
INNOVACIÓN TECNOLÓGICA
Plataforma de tecnologías de información
INNOVACIÓN EN MODELOS ALTERNATIVOS DE
EDUCACIÓN
Modelos de transmisión de modelos educativos,
videoconferencias, interacción vía correo electrónico,
materiales en cd, simuladores, procesos administrativos
en línea, plataformas en red, programas en línea e-
learning, aulas y universidades virtuales, instituciones
‘click’, modelo compartidos
INNOVACIÓN DE LA PRÁCTICA EDUCATIVA
Diseño de programas para transmisión por medios
electrónicos, plataforma de administración de recursos
humanos, materiales en red, uso de apoyos
complementarios habilitados en tecnología, interacción
en línea, orientación al aprendizaje del estudiante,
formación de comunidades de aprendizaje, creación de
conocimiento
ÁREA DE ADMINISTRACIÓN DE LA
TECNOLOGÍA
Transferencia de tecnología, planeación
tecnológica, estrategia tecnológica,
administración del cambio tecnológico,
programa de administración de la
tecnología
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Chen y Dahlman (2005) proponen un esquema con 12 variables clave para medir el
nivel que tiene un país dentro de la economía del conocimiento (figura 3), estas variables a su
vez, se organizan en cuatro partes denominadas por los autores como pilares de la economía
que miden el conocimiento de los países o knowledge index (KI) y la economía del
conocimiento o knowledge economy index (KEI). Estos pilares son:
Incentivos económicos y régimen institucional: todos aquellos incentivos de tipo
legal o fiscal que los países establecen para incentivar el desarrollo económico.
Educación y recursos humanos: grado de actualización continua y de adaptación de las
habilidades para crear y utilizar eficientemente el conocimiento.
Sistemas de innovación: incorpora la producción de artículos en revistas técnicas
o científicas escritas por los investigadores de cualquier área del conocimiento y,
el número de patentes que se registran en el país.
Tecnologías de información y comunicación (TIC): indica la forma moderna y adecuada
de infraestructura informática que facilite la comunicación efectiva, distribución y
procesamiento de información y de conocimiento
Figura 3. Índices del conocimiento
Fuente: Chen, D. & Dahlman, C. J.; (2005)
Con base en los índices propuestos por Chen y Dahlman (2005), el Banco Mundial
utilizó la información que posee de los países a nivel mundial para obtener un índice que mide
el avance que cada nación alcanza con base en la utilización del conocimiento. En la tabla I se
muestran los resultados de dicho cálculo para los primeros diez países que encabezan la lista;
en ella se puede apreciar que Suecia obtuvo el índice de economía del conocimiento más
alto, 9.43, y con registros para tecnologías de la información y comunicación de 9.49,
y para educación y recursos humanos de 8.92, aunque en este último índice lo aventaja
Nueva Zelanda con un registro de 9.81.
Índices del conocimiento
• Años
promedio de
escolaridad
• Matriculación
secundaria
• Matriculación
preparatoria
• Pagos de regalías
y licencias
• Patentes
• Artículos
técnicos y
científicos
• Teléfonos/1000
personas
• Computadoras/
1000 personas
• Usuarios de
internet/1000
personas
ÍNDICES DEL CONOCIMIENTO
Índice de
educaciónÍndice de régimen
económico y social
• Barreras arancelarias y no
arancelarias
• Leyes de calidad
• Aplicación de las leyes
Índice de
innovaciónÍndice de
TIC
Índice de economía del
conocimiento
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ÍNDICE DE EDUCACIÓN Y RECURSOS HUMANOS (KE)
KE= Promedio (tasa de alfabetización + tasa de matrícula en secundaria +
tasa de matrícula en preparatoria)
ÍNDICE DE TECNOLOGÍAS DE LA INFORMACIÓN Y COMUNICACIÓN (KTIC)
KTIC= Promedio (Índice de tecnologías de información y comunicación
+ número de computadoras por cada 1000 personas + número de usuarios
de internet por cada 1000 personas)
Tabla I. Índice de Economía del conocimiento 2012
Puesto País KEI KI
Régimen de
Incentivos
Económicos
Innovación Educación TIC
1 Suecia 9.43 9.38 9.58 9.74 8.92 9.49
2 Finlandia 9.33 9.2 9.65 9.66 8.77 9.22
3 Dinamarca 9.16 9 9.63 9.49 8.63 8.88
4 Países Bajos 9.11 9.22 8.79 9.46 8.75 9.45
5 Noruega 9.11 8.99 9.47 9.01 9.43 8.53
6 Nueva Zelanda 8.97 8.93 9.09 8.66 9.81 8.3
7 Canadá 8.92 8.72 9.52 9.32 8.61 8.23
8 Alemania 8.9 8.83 9.1 9.11 8.2 9.17
9 Australia 8.88 8.98 8.56 8.92 9.71 8.32
10 Suiza 8.87 8.65 9.54 9.86 6.9 9.2
Fuente: Banco Mundial
Para esta investigación se utilizó la metodología elaborada por el Banco Mundial con el
propósito de ayudar a los países a identificar su capacidad y uso de conocimiento en cuatro
dimensiones básicas que fueron descritas en la sección anterior. Para este trabajo, según se
muestra en la figura 4, se consideraron sólo dos de los cuatro indicadores empleados por el
Banco Mundial: el índice de educación y recursos humanos y el índice de tecnologías de
información y comunicación.
Figura 4. Cálculo de índices de conocimiento
Fuente: elaboración de los autores con base en datos del Banco Mundial
Para esta investigación también se utilizaron los datos del Censo de población y
vivienda 2010 del Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (INEGI) obtenidos a
través del Sistema para la consulta de información censal (SCINCE Versión 05/2012). Para ello,
se tomaron las variables que forman el índice de educación y recursos humanos y el índice
de tecnologías de la información y comunicación. Los datos se obtuvieron únicamente de
los municipios del Estado de San Luis Potosí, según lo mostrado en la tabla II.
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Tabla II. Fórmulas utilizadas para calcular cada índice
Índice de educación y recursos humanos
Promedio en
cada municipio:
Personas alfabetas/
población total
(tasa de
alfabetización)
+
Personas
estudiando
secundaria/
población total
(tasa de matrícula
en secundaria)
+
Personas
estudiando
preparatoria/
población total
(tasa de matrícula
en preparatoria)
Índice de tecnologías de la información y comunicación
Promedio en
cada municipio:
Número de
teléfonos por cada
1.000 personas
+
Número de
computadoras por
cada 1.000 personas
+
Número de
usuarios de
internet por cada
1.000 persona
Fuente: elaboración de los autores, 2013
Con la información censal (SCINCE Versión 05/2012), las variables consideradas para
el índice de educación y recursos humanos fueron las siguientes:
Proporción de la población alfabeta de 15 años y más, respecto del total del municipio.
Proporción de la población con educación básica completa de 15 años y más, respecto
al total en igual edad en el municipio.
Población con al menos un grado aprobado en educación media superior de 18 años y
más, respecto al total en igual edad en el municipio.
Población total del municipio.
Para el índice de tecnologías de la información y comunicación se utilizaron las
siguientes variables:
Número de ocupantes en viviendas particulares
Número de viviendas particulares habitadas que disponen de computadora
Número de viviendas particulares habitadas que disponen de línea telefónica fija
Número de viviendas particulares habitadas que disponen de teléfono celular
Número de viviendas particulares habitadas que disponen de internet
Presentación de resultados
Los resultados para 58 municipios del estado de San Luis Potosí se presentan en la tabla III, en
donde se identifica que los índices de educación y recursos humanos y de TIC son menores a
1, lo cual muestra un nivel muy bajo de los índices calculados.
Tabla III. Cálculo del índice de educación y de TIC por municipio de San Luis Potosí.
Posición Nombre Índice de
educación
Índice de
TIC
Índice
promedio
1 San Luis Potosí 0.3221 0.1845 0.2533
2 Soledad de Graciano Sánchez 0.3221 0.1524 0.2372
3 Ciudad Valles 0.3163 0.1250 0.2207
4 Matehuala 0.3117 0.1262 0.2190
5 Cerro de San Pedro 0.3091 0.1014 0.2052
6 Cárdenas 0.3035 0.1006 0.2020
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Posición Nombre Índice de
educación
Índice de
TIC
Índice
promedio
7 Cerritos 0.2996 0.1014 0.2005
8 Villa de la Paz 0.3030 0.0883 0.1956
9 Ébano 0.2999 0.0891 0.1945
10 Rioverde 0.2860 0.0968 0.1914
11 Charcas 0.3060 0.0746 0.1903
12 El Naranjo 0.2995 0.0796 0.1896
13 Ciudad Fernández 0.2858 0.0929 0.1894
14 Cedral 0.2883 0.0901 0.1892
15 Tamuín 0.2940 0.0839 0.1890
16 Tanquián de Escobedo 0.2842 0.0771 0.1806
17 Villa Hidalgo 0.2934 0.0552 0.1743
18 Mexquitic de Carmona 0.2891 0.0518 0.1704
19 San Vicente Tancuayalab 0.2807 0.0592 0.1700
20 Venado 0.2813 0.0576 0.1695
21 Villa Juárez 0.2706 0.0656 0.1681
22 Salinas 0.2637 0.0663 0.1650
23 San Ciro de Acosta 0.2425 0.0874 0.1649
24 Axtla de Terrazas 0.2818 0.0421 0.1620
25 Rayón 0.2597 0.0625 0.1611
26 Armadillo de los Infante 0.2721 0.0491 0.1606
27 Santa María del Río 0.2643 0.0568 0.1606
28 Ciudad del Maíz 0.2750 0.0444 0.1597
29 Catorce 0.2808 0.0360 0.1584
30 Villa de Reyes 0.2704 0.0461 0.1583
31 Santo Domingo 0.2634 0.0529 0.1582
32 Ahualulco 0.2670 0.0482 0.1576
33 Villa de Arriaga 0.2596 0.0514 0.1555
34 Zaragoza 0.2661 0.0443 0.1552
35 Moctezuma 0.2603 0.0502 0.1552
36 San Nicolás Tolentino 0.2683 0.0413 0.1548
37 Villa de Arista 0.2633 0.0429 0.1531
38 Tamasopo 0.2616 0.0435 0.1525
39 Tierra Nueva 0.2458 0.0581 0.1519
40 Tamazunchale 0.2564 0.0471 0.1517
41 Vanegas 0.2796 0.0236 0.1516
42 Tampacán 0.2737 0.0181 0.1459
43 Tancanhuitz 0.2596 0.0303 0.1450
44 Coxcatlán 0.2672 0.0222 0.1447
45 Huehuetlán 0.2619 0.0256 0.1438
46 Tampamolón Corona 0.2546 0.0324 0.1435
47 Xilitla 0.2572 0.0252 0.1412
48 Villa de Ramos 0.2438 0.0383 0.1410
49 San Martín Chalchicuautla 0.2470 0.0332 0.1401
50 Villa de Guadalupe 0.2476 0.0309 0.1392
51 Guadalcázar 0.2515 0.0248 0.1381
52 Lagunillas 0.2415 0.0316 0.1365
53 Alaquines 0.2528 0.0185 0.1357
54 Tanlajás 0.2514 0.0159 0.1337
55 San Antonio 0.2561 0.0092 0.1327
56 Matlapa 0.2280 0.0296 0.1288
57 Aquismón 0.2077 0.0134 0.1105
58 Santa Catarina 0.1752 0.0035 0.0893
Fuente: elaboración de los autores (2013)
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Para una mayor claridad, en la tabla IV se muestran los resultados para los nueve
municipios con índices más altos y al final, el municipio que está en última posición; aquí
podemos identificar que en San Luis Potosí y en Soledad de Graciano Sánchez se muestran los
índices más altos en educación y en TIC, sin embargo, no superan el 0.5, lo cual demuestra que
se tiene un alto rezago en estos rubros.
Tabla IV. Índices de educación y de TIC de los municipios de San Luis Potosí
Posición Nombre Índice de
educación Índice de TIC
Índice
promedio
1 San Luis Potosí 0.3221 0.1845 0.2533
2 Soledad de Graciano Sánchez 0.3221 0.1524 0.2372
3 Ciudad Valles 0.3163 0.1250 0.2207
4 Matehuala 0.3117 0.1262 0.2190
5 Cerro de San Pedro 0.3091 0.1014 0.2052
6 Cárdenas 0.3035 0.1006 0.2020
7 Cerritos 0.2996 0.1014 0.2005
8 Villa de la Paz 0.3030 0.0883 0.1956
9 Ébano 0.2999 0.0891 0.1945
58 Santa Catarina 0.1752 0.0035 0.0893
Fuente: elaboración de los autores, 2013
Conclusiones y discusión
De acuerdo a los objetivos establecidos y como parte del índice de la economía
del conocimiento, en este trabajo se presentó el índice de educación y de recursos humanos,
y el índice de tecnologías de la información y comunicación a nivel municipal en el Estado de
San Luis Potosí; los resultados evidencian que el caso de los municipios de San Luis Potosí
están muy lejos de obtener un índice de apenas 1, por lo que se debe hacer un esfuerzo en el
área educativa para mejorar no sólo el nivel, sino la calidad de vida de las personas.
Por otro lado, si revisamos el índice de tecnologías de la información y comunicación
vemos que presenta la misma situación que el índice de educación, pues dista de alcanzar un
índice uno, por lo que las personas no logran tener, de forma individual, un medio de acceso
a la tecnología si se considera teléfono, internet y equipo de cómputo. Con los resultados
anteriores los programas gubernamentales y de política pública pueden
enfocarse a incrementar el acceso a las TIC, con una mayor penetración a todos los municipios
e incentivar el desarrollo e implementación de programas de aprendizaje a distancia, con lo
que se puede aumentar en forma directa el nivel de educación de los habitantes y el
grado de conocimiento que en un futuro puede incidir en una mejor vida laboral y
personal de los habitantes.
Aunado a ello, es fácil identificar exactamente qué municipios necesitan de más apoyo
y el tipo de apoyo que necesitan; esto si se parte de la idea de acortar la brecha para ser una
sociedad de conocimiento y lograr ser parte de las economías del conocimiento en el futuro.
Para futuras investigaciones se puede realizar esta medición considerando no sólo un
periodo de gestión municipal (tres años) sino de cinco años anteriores para saber cómo se ha
modificado el indicador. Además, es conveniente compararlo con los programas
gubernamentales propuestos para confirmar que dichos programas realmente han tenido
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incidencia en sociedad y que de igual forma pueden tener un efecto de
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