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APROPIACIONES TERRITORIALES Y USO DE LA BIODIVERSIDAD DE LOS NÜKAK EN SITUACIÓN DE DESPLAZAMIENTO
RESILIENCIA SOCIAL Y CONFLICTO SOCIOAMBIENTAL
CAROLINA BARBERO CÁRDENAS
PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA FACULTAD DE ESTUDIOS AMBIENTALES Y RURALES
MAESTRÍA EN CONSERVACIÓN Y USO DE LA BIODIVERSIDAD BOGOTÁ, 2015
! 2!
APROPIACIONES TERRITORIALES Y USO DE LA BIODIVERSIDAD DE LOS
NÜKAK EN SITUACIÓN DE DESPLAZAMIENTO RESILIENCIA SOCIAL Y CONFLICTO SOCIOAMBIENTAL
CAROLINA BARBERO CÁRDENAS
Monografía para optar al título: Magistra en conservación y uso de la biodiversidad
DIRECTOR DE TESIS:
Carlos Luis del Cairo Silva
PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA
FACULTAD DE ESTUDIOS AMBIENTALES Y RURALES MAESTRÍA EN CONSERVACIÓN Y USO DE LA BIODIVERSIDAD
BOGOTÁ, 2015
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TABLA%DE%CONTENIDO%
!
TABLA!DE!CONTENIDO!.............................................................................................................................!3!
AGRADECIMIENTOS!..................................................................................................................................!5!
RESUMEN!......................................................................................................................................................!6!
2.!ESCOPETAS!CONTRA!CERBATANAS!.................................................................................................!7!
ANÁLISIS!DE!LOS!CONFLICTOS SOCIO-AMBIENTALES ENTRE LOS NÜKAK Y LOS CAMPESINOS DE LA ZONA DE PRESERVACIÓN SERRANÍA DE LA LINDOSA EN SAN JOSÉ DEL GUAVIARE!...................................................................................................................!7!2.1.!RESUMEN!................................................................................................................................................................!7!2.2.!INTRODUCCIÓN!......................................................................................................................................................!7!2.3.!LA!ECOLOGÍA!POLÍTICA!DE!LOS!CONFLICTOS!SOCIOAMBIENTALES!INTERCULTURALES!...........................!9!2.4.!NÓMADAS!VERDES,!CAMPESINOS!ECOLÓGICOS!E!INSTITUCIONES!AMBIENTALES!...................................!13!2.5.!POLÍTICAS!PÚBLICAS!Y!DESARROLLO!HISTÓRICO!DEL!CONFLICTO!............................................................!25!2.6.!CONCLUSIONES!...................................................................................................................................................!37!2.7.!BIBLIOGRAFÍA!.....................................................................................................................................................!39!
2.!ESCOPETAS!CONTRA!CERBATANAS!..............................................................................................!44!
ANÁLISIS!DE!LOS!CONFLICTOS SOCIO-AMBIENTALES ENTRE LOS NÜKAK Y LOS CAMPESINOS DE LA ZONA DE PRESERVACIÓN SERRANÍA DE LA LINDOSA EN SAN JOSÉ DEL GUAVIARE!................................................................................................................!44!2.1.!RESUMEN!.............................................................................................................................................................!44!2.2.!INTRODUCCIÓN!...................................................................................................................................................!44!2.3.!LA!ECOLOGÍA!POLÍTICA!DE!LOS!CONFLICTOS!SOCIOAMBIENTALES!INTERCULTURALES!........................!46!2.4.!NÓMADAS!VERDES,!CAMPESINOS!ECOLÓGICOS!E!INSTITUCIONES!AMBIENTALES!...................................!50!2.5.!POLÍTICAS!PÚBLICAS!Y!DESARROLLO!HISTÓRICO!DEL!CONFLICTO!............................................................!62!2.6.!CONCLUSIONES!...................................................................................................................................................!74!2.7.!BIBLIOGRAFÍA!.....................................................................................................................................................!76!
! 4!
! 5!
AGRADECIMIENTOS%
!
Agradezco! todos! los! instantes que han influido mi pensar y sentir, las motivaciones que
vienen y se van, las charlas, discusiones, libros y momentos compartidos con personas que
han dejado huella en mi forma de pensar, ya que un poco de aquellas experiencias quedan
plasmadas en el presente trabajo.
Agradezco principalmente a las y los Nükak, por permitirme conocerlos y compartir con
ellos y ellas rutinas, jornadas de trabajo, tiempos de ocio, alegrías y tristezas, por dejarme
hacer parte de sus vidas y convertirse en parte de la mía. A mi director Carlos Luis del
Cairo, por su dedicación, buenos consejos, guías pero ante todo por su paciencia. A mi
familia por ser incondicional.
Este viaje no hubiese sido el mismo sin mis queridos amigos y amigas de Casa Estudio,
quienes me acompañaron en mis ires y venires durante el desarrollo de mi investigación,
cada uno puso su granito de arena, y agradezco especialmente a Álvaro por ayudarme a
revisar los textos y por sus sugerencias y buenos consejos.
Agradezco a los profesores y profesoras de la maestría por la dedicación en cada clase, a
mis compañeras y compañeros, por los momentos de risa, de catarsis, y a aquellas
amistades encontradas.
Quiero agradecer a Socios para la conservación de la Amazonía Colombiana pues nada de
esto hubiera sido posible sin el apoyo financiero que me brindaron a través de la beca
Por último, agradezco a Felipe mi compañero de vida y soporte incondicional, pues esto es
algo que logramos juntos…
!
! %
! 6!
RESUMEN%
!
La presente investigación explora las percepciones, representaciones y significados sobre la
naturaleza y el medio ambiente de los Nükak que se encuentran en situación de
desplazamiento y la relación de estas representaciones con las dinámicas ambientales,
económicas y políticas locales, regionales y globales. De este modo los resultados del
trabajo de campo etnográfico se desarrollan en dos artículos autosuficientes y
complementarios. El primero de ellos Movilidad y resiliencia: Apropiaciones territoriales
de los nükak en situación de desplazamiento, se centra en analizar las estrategias de
adaptación de los Nükak desde el enfoque teorico de las ontologías relacionales. En este
articulo, se evidencia su resiliencia social de los Nükak manifiesta en estrategias para
enfrentar y asumir la situación de desplazamiento forzado. El segundo articulo Escopetas)
vs)cerbatanas:Análisis)del)conflicto)Socio6Ambiental)entre)los)Nükak)y)los)campesinos)de)
la) Zona) de) Preservación) Serranía) de) la) Lindosa) en) San) José) del) Guaviare, explora el
conflicto socioambiental que se genera en la relación cotidiana de los Nükak con los
campesinos, a partir del enfoque multiescalar, multitemporal y multisituado de la ecología
política.
!
! !
! 7!
2.%ESCOPETAS%CONTRA%CERBATANAS%
Análisis%de%los%conflictos Socio-Ambientales entre los Nükak y los
campesinos de la Zona de Preservación Serranía de la Lindosa
en San José del Guaviare
2.1.%Resumen%
Este artículo analiza los conflictos socio-ambientales que se presentan entre el pueblo
indígena Nükak y los campesinos de la zona de Preservación Serranía de la Lindosa
aplicando perspectivas de la ecología política. Con el objetivo de entender los factores que
devienen en una confrontación entre dos grupos poblacionales, el artículo utiliza los
enfoques multiescalar, multisituado y multitemporal, para mostrar que la exacerbación
violenta de las tensiones entre indígenas y campesinos es producto de procesos
sociohistóricos, que se articulan con políticas y discursos globales, nacionales y locales de
protección/explotación de la naturaleza, los cuáles en diferentes momentos estimulan o
desestimulan formas disimiles de apropiar y utilizar la naturaleza.
Palabras clave: Nükak, ecología política, conflicto socioambiental
2.2.%Introducción%
En el mes de marzo de 2015 un campesino de la Zona de Preservación Serranía de La
Lindosa en el área rural de San José del Guaviare, resultó gravemente herido por un disparo
de escopeta que un indígena Nükak le propinó durante una jornada grupal de cacería. El
indígena respondió al tiro al aire que segundos antes había disparado el campesino para
evitar que los indígenas ingresaran a su predio. Este evento, que años atrás habría sido
interpretado en la localidad como accidental, ha resultado el punto más álgido de una serie
de confrontaciones, amenazas, robos, querellas y denuncias interpuestas por unos y otros,
como resultado de la convivencia a la que se han visto obligados estos dos grupos
poblacionales tras la ubicación en una finca cercana al casco urbano de San José del
! 8!
Guaviare de un grupo local Nükak desplazado de su resguardo. Lo que comenzó como una
serie de quejas aisladas de unos y otros ha escalado a acciones violentas que ponen en
riesgo la integridad de todos.
En este artículo analizaré los conflictos entre campesinos y Nükak en esta localidad, como
un caso de estudio en clave de ecología política de conflictos socio-ambientales, que
permite demostrar cómo en diferentes momentos de la configuración regional del Guaviare,
sectores institucionales han instrumentalizado la imagen de indígenas y colonos-
campesinos para delimitar el tipo de población convergente con los intereses locales,
regionales, nacionales y supranacionales de explotación/conservación de la naturaleza. Al
entender la naturaleza como una dimensión imbricada en relaciones de poder, en la que no
es posible aislar sus dimensiones ecológica y social (Escobar, 2012), es posible entender
que la violencia interétnica es sólo la punta del iceberg (Maya, Ramos, Acevedo, Garrido,
Tobón, & Rojas, 2009) que oculta las confrontaciones políticas, económicas y sociales que
se tejen sobre la naturaleza como sujeto-objeto de poder.
A mediados de la década de 2000, miembros del grupo territorial Wayari muno 1 ,
perteneciente al pueblo Nükak fueron ubicados en la ZPSLL tras ser desplazados de sus
territorios como consecuencia del conflicto armado (Barbero, et al, 2012). La ubicación de
los grupos Wayari muno en esta zona genera una serie de conflictos, que, como me
propongo demostrar en este artículo, son sólo la parte visible de un problema estructural y
manifestación de una problemática compleja de múltiples causas, en variados ámbitos,
escalas de procesos socio-históricos.
En la primera parte del artículo desarrollo la idea de cómo la ecología política puede ayudar
a entender el entramado de actores y tensiones que se involucran en este escenario, así !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!1Los Nükak se dividen en grupos de acuerdo a su ubicación ancestral en le territorio as: Wayari muno “gente del Guaviare”, Mipa muno o “gente del Inírida”, Taka yudn muno “gente del centro o pecho del territorio”, Meu muno “gente de las cabeceras de los caños o de la coronilla” y Juu muno o Düi muno “gente de las desembocaduras de los ríos y caños, o gente de río abajo” (Cabrera et al, 1999). Al llegar a San José del Guaviare los miembros de este grupo local se ubicaron junto a los Meo muno, otro grupo local, que había sido objeto de desplazamiento forzado un par de años atrás. Luego de las tensiones que ocasionó la competencia de recursos entre los Meo muno y los Wayari muno estos últimos fueron re-ubicados por la alcaldía local de San José del Guaviare en un asentamiento “temporal” localizado en la vereda Altos de Agua Bonita, en el área rural del municipio de San José del Guaviare, a quince minutos del casco urbano del mismo. Desde ese entonces, los miembros de este grupo han encontrado zonas de cacería y recolección en los relictos de bosque de la Zona de Preservación Serranía de la Lindosa ZPSLL (Gutiérrez, 2012; Barbero, 2015).
! 9!
como de procesos y relaciones que se tejen en torno a la naturaleza cuando convergen
formas diferentes de apropiar la naturaleza en un mismo espacio socio-histórico En el
segundo aparte elaboro una caracterización de los elementos visibles del conflicto.
Posteriormente, operacionalizaré el enfoque de la ecología política para analizar el devenir
histórico del caso de los Nükak y los colonos-campesinos en el área de estudio. Finalmente,
avanzaré algunas interpretaciones que contribuyen a caracterizar, comprender y gestionar
conflictos socio-ambientales de carácter intercultural.
2.3.%La%ecología%política%de%los%conflictos%socioambientales%interculturales%
Para entender cualquier problema ambiental es necesario considerar las relaciones sociales
de producción y la distribución del poder. En este sentido, la conservación y el manejo de
los recursos naturales involucran una multiplicidad de actores con sus propias percepciones
e intereses, los cuales interactúan entre sí. Estas interacciones emergen en un ámbito
político, en donde juegan un papel fundamental las relaciones de poder entre los actores,
quienes de acuerdo a su posición particular confieren valores, significados y usos
determinados a la naturaleza y el entorno (Ulloa, 2001).
Los conflictos socio-ambientales de carácter intercultural2 se han agudizado en Colombia
como resultado de los procesos de reconfiguración territorial resultantes de la dinámica
desplazamiento-colonización-conflicto-desplazamiento (Fajardo, 1989). Ésta dinámica ha
forzado la localización de población campesina desplazada en territorios tradicionales de
grupos étnicos. Así mismo, el conflicto armado ha forzado el desplazamiento de grupos
étnicos indígenas y afrodescendientes a territorios rurales y urbanos no resguardados3,
algunos de estos territorios habían sido previamente colonizados por poblaciones
campesinas migrantes en procesos anteriores de desplazamiento.
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!2 Conflicto causado por el relacionamiento de formas diferentes de entender y apropiar el mundo. 3 Así lo señala la Corte Constitucional en los Autos 004 y 005 de 2009 en los cuales se señala el riesgo de extinción física y cultural de los pueblos indígenas y de las poblaciones afrodescendientes, negras y raizales.
! 10!
En este orden de ideas, en los últimos años se han configurado tres factores fundamentales
que son causa del incremento de los conflictos socio-ambientales entre grupos étnicos: En
primer lugar, el desplazamiento forzado ha transformado el mapa político del
multiculturalismo (Jaramillo, 2014, Salcedo, 2015) y ha enfrentado a poblaciones de
diferentes grupos étnicos y culturas que entran en tensión4.
En segundo lugar, el cambio en las prácticas económicas locales en áreas en las que se
había consolidado la siembra de cultivos de uso ilícito, resultado de la política mundial de
lucha contra las drogas ha provocado cambios en el uso de la tierra (i.e. sustitución por
pastos para ganadería), luchas legales y movilizaciones sociales para el reconocimiento de
derechos territoriales en zonas colonizadas, así como puesta en marcha de prácticas
políticas y ecológicas para legitimar la ocupación territorial.
Por último, la puesta en marcha de las locomotoras de la economía -minera, hidrocarburos,
biocombustibles- ha transformado los ecosistemas y ha dinamizado el mapa extractivo de
recursos naturales del país. En este orden de ideas, una mirada a la cartografía de la
explotación de recursos naturales en el país, evidencia claramente que en territorios étnicos
sea de comunidades indígenas o afro descendientes se concentra gran parte de los intereses
de explotación para el desarrollo económico nacional. Si bien los derechos diferenciales de
los pueblos indígenas los hace sujetos colectivos del derecho a consulta previa5, el volumen
de los reclamos legales frente a estos procesos en los estrados judiciales, demuestra su
inoperancia como garante del derecho a la autonomía territorial. Por otra parte, mientras los
grupos étnicos cuentan con las herramientas legales y jurisprudenciales para garantizar la
autonomía territorial a los campesinos no se les involucra en la toma de decisiones sobre
estos procesos, razón por la cual se incrementan las tensiones.
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!4 A esto se suma que el Estado como respuesta al fenómeno del desplazamiento, ha tenido que generar jurisprudencia (Auto 004 de 2009, Auto 005 de 2009; Auto 008 de 2008, Auto 092 de 2008, Auto 173 de 2012) y legislación (Ley 1448 de 2011, Decreto con fuerza de ley 4633) para la atención diferencial a las poblaciones victimizadas, dándole prioridad sobre otros proyectos de interés nacional, regional y municipal. Para ello ha invertido grandes cantidades de recursos públicos en procesos de asistencia y reubicación -temporal y permanente- en zonas de interés para los grupos poblacionales previamente asentados en las regiones más seguras. 5 La ley 21 de 1991 aprobó para Colombia el convenio 169 de la OIT por el cual se reconoce el derecho a la consulta previa, libre e informada a grupos étnicos
! 11!
Los dos primeros factores afectan directamente a los pueblos indígenas, comunidades
negras, raizales y palenqueras en el marco del conflicto armado colombiano y de los
procesos de colonización de territorios para producción de cultivos ilícitos especialmente el
de la coca para la producción de cocaína. El tercer factor corresponde en general a las
dinámicas de la economía mundial en el marco de los procesos de la globalización. Sin
embargo, el conflicto colombiano y las dinámicas del narcotráfico están igualmente
imbricados en mercados (armas y estupefacientes), políticas (capitalismo-comunismo,
antinarcóticos) y redes de carácter global.
Este fenómeno socio-histórico de desplazamiento ha localizado en un mismo espacio
tiempo a un grupo territorial del pueblo indígena Nükak con un segmento de población
campesina, lo que a la postre a devenido en un conflicto socio-ambiental que analizo en el
presente artículo instrumentalizando la ecología política. Abordar este caso de estudio
desde la ecología política siguiendo la propuesta de Del Cairo, Montenegro-Perini y Vélez
(2014), permite analizar los conflictos socio-ambientales como producto de diferentes
procesos históricos enmarcados en una geopolítica y en una diversidad de escenarios y de
actores. En las últimas décadas la ecología política se ha configurado como un campo de
análisis interdisciplinario (Escobar, 2010; Biersack, 2011), que permite caracterizar y
articular relaciones sociales, políticas, económicas y de conocimiento, modos de uso del
espacio, condiciones biofísicas y diferentes modos de entender y apropiar el entorno
(Delgado, 2013).
Los conflictos socioambientales son el resultado de una multiplicidad de factores y
procesos que se han dado en el tiempo y que han generado una serie de subjetividades que
entran en tensión dadas las diferentes concepciones de naturaleza que se encuentran en una
localidad determinada. Así, para el caso concreto de los Wayari muno y de los campesinos
de Serranía de la Lindosa, la configuración de unos como “nómadas verdes” y de otros
como “campesinos ecológicos”, es el resultado de diferentes procesos socio-históricos, con
causas y efectos en diferentes partes del globo, en la cual intereses económicos y políticos
han movilizado vastos segmentos de población campesina, que al igual que los indígenas
! 12!
desarrollan estrategias político-ambientales para acceder a derechos de los cuales muchas
veces son excluidos.
En este punto es posible intuir en el caso de estudio la convergencia de dos tipos de
conflictos: Uno producto de las políticas económicas globales que han construido diferentes
nociones sobre el territorio amazónico de acuerdo a los intereses de explotación de cada
época. El otro referido a la conveniencia e instrumentalización de subjetividades
ambientales de acuerdo a interés políticos de conservación-explotación de la selva tropical.
Así mismo, la singularidad de este caso de estudio me permite abordar analíticamente las
complejidades que comporta la articulación de los discursos supranacionales de la
diversidad ecológica y cultural en contextos donde los procesos de colonización han
materializado diferentes formas de gobernanza sobre la naturaleza y los grupos
poblacionales. Al respecto, Suarez y Ruggerio (2012) engloban los factores de conflictos
socio-ambientales en dos grandes grupos: los que son producto de las políticas de
desarrollo y aquellos que surgen como producto de la consolidación del paradigma de la
sustentabilidad (2012, p. 2)En este ejercicio relacional podemos ubicar aquellos factores
generados por el surgimiento entrecruzado de políticas públicas para la protección de la
diversidad ecológica y la diversidad cultural, y analizar que muchas veces entran en
contradicción con aquellas que promueve el desarrollo económico regional y nacional.
Maya et al. (2009. P. 33) siguiendo a Fischer (1988) plantean una propuesta para la
elaboración de un diagnóstico de conflictos socio-ambientales con los siguientes pasos:
identificar tipo de conflicto; especificar los contenidos del conflicto y los intereses de los
involucrados; identificar relaciones y alianzas existentes; definir las fases del desarrollo del
conflicto; describir la historia del conflicto, para finalmente identificar la posición de los
interesados en manejar el conflicto. Por su parte del Cairo, et al. (2014, p.17) proponen un
análisis desde la ecología política no procesual sino interrelacional de sus diferentes
dimensiones. Si bien, la primera herramienta analítica permite caracterizar el conflicto
desde sus manifestaciones visibles, en la cotidianidad local y en la experiencia de los
actores por medio de los cuales se manifiesta, la segunda nos permite analizar las causas
! 13!
estructurales que subyacen a estas manifestaciones. No obstante, para poder objetivar el
conflicto y entender sus dimensiones multitemporal, multisituada, multiescalar, y
multiagente se hace necesario partir del análisis en sus manifestaciones visibles y
progresivamente develar las múltiples dimensiones que convergen en la materialización del
conflicto.
El conflicto entre los Nükak y los colonos- campesinos de la Serranía de la Lindosa puede
ser analizado en clave de ecología política a partir de una perspectiva etnográfica, que
permita tal como lo manifiesta Ulloa “un acercamiento cuidadoso a cómo se dan las
construcciones culturales y ambientales, los conflictos, las luchas y los consensos sobre los
significados y las prácticas ambientales” (2011, p. 210). De este modo, los procesos
relacionales alrededor del conflicto y sus causas objetivas y subjetivas son el centro de la
investigación. Por tanto en lo que sigue presento esa caracterización contextual del
conflicto, permitiendo al lector entender las dinámicas, tensiones, así como acercarse a los
actores que construyen el referido conflicto.
2.4.%Nómadas%verdes,%campesinos%ecológicos%e%instituciones%ambientales%
El presente aparte busca contextualizar al lector sobre la forma en la que se ha generado un
conflicto socio-ambiental en la región noroccidental de la Amazonía colombiana conocida
como Guaviare. Específicamente en un área del municipio de San José del Guaviare que ha
sido históricamente objeto de diferentes políticas de incorporación a la geografía nacional.
En menos de menos de un siglo este lugar pasó de ser considerado como territorio baldío a
espacio para la promoción de la colonización y posteriormente a zona de preservación
ambiental.
La Zona de Preservación Serranía de la Lindosa hace parte del Distrito de Manejo
Integrado Ariari-Guayabero “que se caracteriza por el afloramiento rocoso, el cual brinda
particularidades paisajísticas, ambientales, culturales y especialmente de producción de
agua” (CDA-Cindap, 2007). Según la delimitación hecha en el marco del proyecto
“Formulación e Implementación de una propuesta de Comanejo comunitario e
interinstitucional para la recuperación y conservación de la Zona de Preservación y Reserva
! 14!
Forestal de la Serranía de La Lindosa (ZPSLL) en el municipio de San José, departamento
del Guaviare” (CDA-CINDAP 2007) esta zona comprende un área de 36.607 hectáreas en
las que se encuentran 18 veredas, con 1737 personas, que corresponden aproximadamente a
347 familias; dentro de las cuales, 146 familias tienen sus predios con algún porcentaje de
su terreno en la Zona de Preservación de la Serranía de La Lindosa. De acuerdo con
Cárdenas, Castaño, Zubieta y Jaramillo (2008) las primeras familias de colonos llegaron a
la región sobre la década de 1950 y entre 1957 y 1986 se asentaron en este territorio un
total de 133 familias (p. 46). Los mismos autores manifiestan que:
“La Serranía de La Lindosa ha tenido una histórica intervención antrópica que hoy en día ha
puesto en riesgo gran parte de sus elementos naturales. La transformación de las coberturas
naturales por pastoreo ha compactado el suelo e introducido especies foráneas que en muchos
casos compiten y desplazan las especies nativas. El creciente desarrollo de la región ha
requerido de materiales de construcción que tradicionalmente han sido abastecidos a través
de actividades de minería a cielo abierto en la Serranía, que han generado además graves
problemas de erosión. Por último, las quemas en la región cobran día a día un mayor número
de hectáreas destruidas y en los últimos años han alcanzado los sectores rocosos más altos de
la Serranía, generando una transformación de algunos de los ecosistemas más vulnerables”
(2008, p. 46)
Las diferentes formas de apropiar y entender el territorio de los Nükak y colonos-
campesinos ha intensificado las disputas entre estos dos grupos poblacionales. Este
contexto de creciente tensión social y presión sobre los recursos del área, permite analizar
cómo surgen un entramado de tensiones que se dan por la cohabitación forzada de dos
grupos que no sólo difieren en sus aspiraciones políticas y culturales sino que también
tienen concepciones diferentes de territorio que fluyen entre el lugar y la propiedad (Jacob
Levi en Kolers, 2009). En particular me propongo tomar este caso de estudio para ahondar
en cómo se ha configurado histórica y políticamente el territorio que hoy se conoce como
San José del Guaviare y cómo ocurre su integración a las dinámicas políticas y económicas
nacionales e internacionales. En ese proceso se produce una afectación diferenciada de las
relaciones entre naturaleza y cultura, una coexistencia de formas diferentes de aprehender
! 15!
esta naturaleza que se ha materializado recientemente en un conflicto socio ambiental. Este
tipo de conflictos es aquél:
“donde la controversia de información, intereses o valores se refieren a aspectos
relacionados con el acceso, disponibilidad y calidad de los recursos naturales y de las
condiciones ambientales del entorno que afectan la calidad de vida de las personas”
(CIPMA, 1995 en Maya et al., 2009).
.
Uno de los principales actores de este conflicto es el grupo Wayari muno del pueblo
Nükak, Este pueblo indígena es altamente reconocido a nivel nacional por haber sido el
último pueblo indígena contactado en Colombia (Cabrera, Franky & Mahecha, 1999).
Precisamente, un factor determinante en el devenir histórico del conflicto es que en 1988,
momento en el que se da el contacto oficial de este pueblo nómada, el relacionamiento
político de los pueblos indígenas y el estado colombiano se soportaba en la noción del
“nativo ecológico” (Ulloa 2001) promoviendo la idea de los indígenas como guardianes
tradicionales de la biodiversidad. Dado que, como lo señala del Cairo (2011) el viraje a las
políticas de preservación ambiental en el gobierno de Virgilio Barco (1986- 1990),
transformó la imagen política de los indígenas de habitantes de tierras baldías en aliados de
la protección ambiental. En este sentido, el contacto con un pueblo, que vivía en
“equilibrio” con la selva tropical hizo famosos a los Nükak internacionalmente como los
últimos nómadas verdes de la Amazonía6.
El mismo año que los Wayari muno se ubican en Agua Bonita comenzaron a establecer
rutas de movilidad para encontrar relictos de bosque que les permitan acceder a los algunos
productos de su dieta tradicional (Gutiérrez 2012, Barbero 2015). La orografía y
especialmente la dureza de los afloramientos rocosos se convirtieron en las principales
dificultades para que los Nükak accedan a las áreas boscosas en los primeros años de la
situación de desplazamiento. No obstante, los Wayari muno se movilizan en jornadas de
varios días buscando las áreas menos afectadas por la tala de los bosques nativos y
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!6 Tras la producción de un documental etnográfico sobre el contacto (Rendon & Lamy, 1993) los Nükak fueron ampliamente reconocidos como “los últimos nómadas verdes de la Amazonía” (Del Cairo, 2012).
! 16!
accediendo a zonas donde encuentran micos, frutos de palmas, miel y otros elementos
indispensables para los Nükak.
Tras la ubicación de los Nükak desplazados en ZPSLL, las tensiones con los campesinos
habitantes de ZPSLL no tardaron en surgir. La vocación cazadora y recolectara de los
Nükak afectó las posesiones de los colonos. La ruptura de cercas, el robo de gallinas, la
tumba de palmas para la producción de artesanías, se hicieron frecuentes, así como los
reclamos de los campesinos ante las instituciones del Estado. A su vez, los campesinos
compran los mercados entregados como ayuda humanitaria de emergencia a los Nükak, han
robado tejas y otros insumos destinados para la construcción del albergues temporales, y
permiten que el ganado paste en la finca de los Nükak y defeque en las fuentes de agua de
los indígenas. Así, con el tiempo el conflicto se ha intensificado y se pasó de las quejas a
las autoridades a las amenazas directas entre grupos poblacionales.
“A nosotros al principio si nos gustó que los makuses se estuvieran por aquí. Ellos llegaban
como de a 50 o más y en tres días se comían todos los micos maiceros. El problema es que
después comenzaron a robar la comida de la fincas, eso no se llevaban una o dos matas de
yuca sino que le arrasaban con toda la yuquera, las matas de plátano y los árboles de fruta los
dejaban pelados, pelados” (Entrevista, María Eugenia Montenegro, vereda El Capricho,
Notas de Campo Junio de 2013).
“El problema es que apenas llega el camión con la remesa, llega el colono de los helados en
su bicicleta, vienen y cambian la remesa por un helado, los niños, los niños entregan el arroz,
la pasta, los frijoles y la panela, por un helado de quinientos pesos … También se robaron el
zinc y sacaron el mercado de la escuela” (Entrevista Dajadath Nijbé, asentamiento de
desplazados Nükak de la vereda Agua Bonita, Agosto de 2013)
En los reclamos, denuncias, querellas y discursos en reuniones los campesinos apelaron a
que ellos estaban conservando la Serranía de la Lindosa para que los “Makuses” (Nükak)
lleguen a destruirla. En este orden de ideas, es importante mencionar que Altos de Agua
Bonita ha sido reconocida en los últimos 15 años como una de las veredas en la cual los
campesinos de la Zona de Preservación han transformado sus prácticas económicas para
! 17!
reducir el impacto que estas generan al medio ambiente de la Serranía de la Lindosa (Del
Cairo et al., 2014). La emergencia de procesos de eco-turismo, grupos de ganaderos
ecológicos y organizaciones campesinas ambientales da cuenta de cómo los colonos que
llegaron a la región desde la década de 1950, medio siglo después han transformado sus
prácticas de explotación- deforestación por unas de producción agrícola y ganadera de
mayor sostenibilidad ecológica.
Como señala la señora Montenegro, secretaria de la extinta Asociación de Campesinos
Ambientales del Ariari y Guayabero -Acarigua-, una organización campesina que en la
primera década del siglo XXI reivindicó derechos territoriales en función de la
protección ambiental de los afluentes hídricos, los campesinos al principio vieron con
buenos ojos la presencia de los Nükak. De igual manera, en estos primeros años los
dueños de plantaciones de coca valoraban altamente la habilidad de los Nükak como
recolectores de hoja o raspachines. Además, para la época eran pocas las personas
dedicadas a este oficio dado el inicio del proceso de erradicación manual de coca de La
Macarena, por lo que la mano de obra era escasa y costosa mientras los Nükak eran
mano de obra especializada a bajo costo.
Esta relación económica en las veredas retiradas del asentamiento comenzaba a afectar a
las familias Nükak de Agua Bonita. Mientras los padres trabajaban en las chagras
coqueras los niños jugaban a atrapar pollos, gallinas y cerdos de los vecinos. Las
mujeres que habían aprendido de las Meo muno el comercio de manillas de fibra de
palma, enviaban a los jóvenes a buscar materias primas por lo que estos ingresaban a las
fincas, tumbando la palma y dejando abierto el broche por donde salía el ganado. La
queja más común, sin embargo, era por el envenenamiento de las fuentes de agua para el
ejercicio de la pesca tradicional. Así lo señala un funcionario de la corporación CDA:
“Eso era un problema, porque a un campesino se le enfermaba una vaca por tomar
esa agua y venía aquí a decir que se le habían muerto tres o cuatro vacas, que para
evitar el olor tenían que enterrarla así que no habían pruebas y que tocaba pagársela
por que quién iba a comprar la carne de un animal embarbascado, como no se podía
hacer nada al otro día salían por la radio diciendo que la Corporación (CDA) no
! 18!
servía a para nada”. (Diálogo personal funcionario de la CDA, Notas de campo
Marzo de 2015)
En 2007, la consolidación del Plan de Manejo Ambiental de ZPSLL se convirtió en un hito
histórico de este proceso. Los campesinos de la zona aprovechan lo que consideran la
publicación inconsulta del documento para organizar procesos que les permitan usos
económicos más convenientes en el área preservada. Bajo la figura de organizaciones
campesinas ecológicas como Corpolindosa se convierten en detractores del plan de manejo
y promueven procesos de zonificación más convenientes, respaldados por figuras de
comanejo entre la autoridad ambiental y los propietarios de las fincas. La emergencia de
estas subjetividades ambientales7 se contrapone a la presencia de los Nükak, que algunas
instituciones y defensores de derechos humanos promueven como los legítimos dueños de
la zona, confrontando ambas poblaciones.
En las reuniones comunitarias para la construcción participativa del Plan de Manejo de la
ZPSLL en 2006, los campesinos comenzaron a quejarse del impacto generado por los
Nükak en la Serranía. Según el coordinador del Proyecto de fortalecimiento de Acarigua
para la implementación del Plan de Manejo de la ZPSLL, los campesinos “se quejaban por
que los Nükak tumbaron una palma que antes ni siquiera sabían que estaba en su finca”
Los líderes campesinos manifiestaron “conservar para qué… para que vengan los guajibos
y ellos si pueden tumbar, a ellos si los dejan cazar” (Notas de campo junio de 2015).
Los reclamos de los campesinos sobre la consulta del Plan de Manejo hacen eco en la
Autoridad Ambiental. Como estrategia para la implementación del plan de la CDA8 la
corporación CINDAP crea el documento de comanejo comunitario e institucional para la
recuperación y protección de la ZPSLL. Esta figura hace que suba el tenor de los discursos.
Para el 2008, el presidente de Corpolindosa manifiesta, en el marco de una Mesa Nükak
organizada por la Alcaldía de San José del Guaviare, “que los antropólogos les dicen a los
Nükak que ellos son los legítimos dueños, pero eso no es verdad ellos tienen su resguardo
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!7 Las subjetividades ambientales se entienden como formas de entender, apropiar y relacionarse con el medio ambiente que se definen en la relación entre la agencia de las poblaciones locales y un contexto sociohistórico más amplio. 8 Corporación Para el Desarrollo Sostenible del Norte y Oriente Amazónico.
! 19!
allá en la montaña, los legítimos dueños de la Serranía somos nosotros que tenemos los
títulos” (Acta de reunión 16 de septiembre de 2008- Realizada por Ramón Rodríguez de
Acción Social. Archivo Acción Social). Para este momento los Wayari muno se encuentran
desmoralizados por la situación de desplazamiento y la cohabitación con los campesinos.
Así lo señala el documento entregado por el antropólogo Héctor Mondragón el 31 de mayo
de 2007 en el que refiere que los Nükak se encuentran cansados de que los colonos los
regañen por salir a cazar y a buscar comida. (Mondragón, Héctor, Informe de la comisión
realizada entre el 16 y 24 de marzo 2008, Archivo Dirección de Patrimonio Ministerio de
Cultura).
En diciembre de 2009 la Corte Constitucional se pronunció a favor de los pueblos
indígenas víctimas del desplazamiento forzado. La sanción del Auto 004 de 2009 visibiliza
la amenaza de extinción física y cultural de 34 pueblos indígenas que enfrentan dicho
riesgo. La inclusión de los Nükak dentro del Auto incrementa la atención institucional
prestada para los pueblos indígenas. Es mismo año el PNUD y la Universidad Nacional de
Colombia habían generado procesos de concertación con los grupos Wayari y Meo muno en
los que señalaron las tensiones que se presentaban con los colonos. Señalaron que a los
Nükak les era muy difícil moverse porque los campesinos y colonos los restringían. En
2010 en el marco del proyecto realizado por la CDA con financiación de la Unión Europea,
algunos líderes manifestaron “los colonos tienen muchas cosas y no les gusta compartir,
por eso nosotros les quitamos, para que aprendan que deben compartir” (Diálogo personal
con Felipe Cabrera. Junio de 2015. Notas de campo). En esta afirmación encontramos un
primer detonante de la situación de conflicto socio-ambiental. Por supuesto mientras para
los campesinos la tierra es de quien la trabaja, la explota, para los Nükak, la tierra es un
bien común que se puede explotar conjuntamente, en las justas proporciones para el
mantenimiento de la familia, pero siempre regulado por la capacidad de compartir con los
demás miembros del grupo local.
Ahondar en esta idea del conflicto entre territorialidades nos obliga a entender un poco
sobre la apropiación simbólica del espacio de los Nükak. Desde la cosmología de este
pueblo indígena el universo se divide en tres niveles. Un nivel de arriba /Jea/, un nivel de
! 20!
abajo /Bak/ y un nivel medio /Yee/ donde habitan actualmente los Nükak. La movilidad
entre estos niveles es permitida para aquellos individuos que alcanzan la capacidad de ver
de verdad, o llegan a ser Nükak verdaderos, Nükak Baka´ (Franky, 2011). En oníricos
viajes chamánicos, los Nükak Baka pueden moverse entre un nivel y otro para visitar
parientes, los cuales han pasado a otro nivel después de la muerte física o siempre han
habitado allí, y así acompañarse y compartir. El vínculo entre los niveles y el equilibrio del
cosmos se mantiene por el complimiento de las actividades cotidianas y rituales de todas las
personas de los grupos. Como señala Franky (2011) el acompañarse, el compartir tiempo,
espacio y bienes permite el mantenimiento del equilibrio ecológico del universo Nükak9. La
ruptura de este equilibrio genera, como ya ocurrió alguna vez según las historias de los
Nükak, que se queme o se inunde el mundo. Este principio ecológico regula por ende las
relaciones con la naturaleza de cada individuo Nükak (Franky, 2011, Barbero et al, 2012) .
Dado que compartir es el punto de equilibrio ecológico de los Nükak, un sistema
económico soportado en la acumulación de capitales y territorios como el capitalista resulta
contradictorio para su modo de vida. Por otro lado, para un modelo económico y ecológico
acumulativo, en el que el tema ambiental se vincula directamente con la productividad del
suelo, una ecología de libre recolección resulta una amenaza latente para el mantenimiento
del orden social. Este tipo de conflicto por valores, como señala Walter (2009) se vinculan
con una disputa en torno de distintos sistemas de creencias. En este sentido, se evidencia
que donde existen conflictos ambientales irresueltos, existe discrepancia entre sistemas de
valoración que muchas veces son inconmensurables (Martínez-Alier 2001).
En este orden ideas, el conflicto enfrenta dos formas de apropiar y significar el territorio,
dos territorialidades distintas. Sack (1986) afirma que “la territorialidad está incrustada en
las relaciones sociales (y) es siempre socialmente construida (...) en un acto de voluntad
que involucra múltiples niveles de razones y significados” (Sack, 1986: 5). De esta manera,
afirma el autor, “la territorialidad es el telón de fondo de las relaciones humanas espaciales
y las concepciones del espacio” (Sack, 1986: 5). Así el concepto de territorio está vinculado
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!9 Por ejemplo al cernir las pepas recolectadas para hacer jugos en /Jea/ se logra que llueva en /Bak/, lo mismo ocurre en /Jea/ cuando cuelan los frutos en /Bak/ y consecuentemente, la lluvia que cae en /Yee/ es producto de la elaboración de jugos en /Jea/ (Franky, 2011; Barbero et al, 2012).
! 21!
a lo que los actores sociales proyectan sobre el y a las reglas sociales que lo regulan, estas
últimas pueden entrar en tensión entre diferentes grupos poblacionales generando conflictos
(Bottaro, 2012).
Las disputas entre campesinos y Nükak se incrementaron considerablemente entre 2011 y
2013. El aumento de robos en las fincas de los campesinos se evidencia por el número de
denuncias que estos colocan en la inspección de policía, de 3 reportadas en 2011 se pasa a
más de 25 para agosto de 2013. Así lo hizo saber el inspector de policía en una reunión de
emergencia citada por la Alcaldía, la Unidad de Víctimas y el Ministerio del Interior en el
marco de una reunión con líderes de todos los asentamientos Nükak. Los campesinos,
mostraron fotos de una vaca apuñaleada, una señora de la vereda Agua Bonita manifestó
haber perdido más de 200 gallinas, otro vecino señala que un grupo de Nükak lo amenazó
por pedirles que no tumbaran las palmas. El presidente de la Junta de Acción Comunal, en
vocería de los habitantes de la vereda manifiestó: “… Vamos a seguir poniendo denuncias
hasta que hagan algo… nosotros pagamos impuestos y también tenemos derechos, los
derechos de ellos son allá en la tierra que tienen, no aquí” . En la reunión con los Nükak,
estos se defendieron explicando que habían herido la vaca por que intentaron ahucharla
para que no defecara en el reservorio de agua, “ siempre pedimos a los colonos que no
pongan a pastar el ganado dentro de la finca, pero es que ellos lo hacen de adrede para
provocarnos si hay que pelear nosotros también sabemos” (Notas de campo. Agosto de
2013).
A lo largo de 2014 las peleas, amenazas, querellas señaladas por uno y otro grupo se
volvieron recurrentes. La alcaldía de San José del Guaviare citó a diferentes espacios en los
que el grupo de resolución de conflictos del Ministerio del Interior y el equipo del Auto
acompañaronlas reuniones. Se lograron algunos acuerdos para pagar los perjuicios
ocasionados por los daños en las fincas de los colonos. No obstante, las amenazas
continúan. El presidente de Corpolindosa señala ser un hombre pacífico, pero que ha sido
amenazado varias veces, sus hijos tienen miedo de ir a la escuela y encontrarse con un
Nükak, pues ellos saben que es él quien ha puesto las denuncias. “Si alguien de mi familia o
de la vereda resulta herido o muerto por este problema ustedes qué van a hacer, nada,
! 22!
porque a los Nükak nunca les hacen nada” (Acta de reunión, vereda altos de Agua Bonita.
Mayo de 2014) sentenció. En efecto ocho meses después de la reunión se presentó el
incidente en el que resultó herido de bala el campesino de ZPSLL.
Como estrategia para buscar una solución pacífica de los conflictos el grupos de resolución
de conflictos del Ministerio del Interior y la oficina de la gestora social del municipio,
realizaron una serie de reuniones en San José del Guaviare para hacer una tipología de los
conflictos que se presentaban desde la llegada de los Wayari muno. Luego de una análisis
de los conflictos, el Ministerio del Interior dictaminó que estos tenían como causa
estructural la desarticulación de las formas tradicionales de resolución de conflictos
internos de los Nükak luego del contacto, además de la ambigüedad de las relaciones de
estos con campesinos-colonos. Se evidenció que el Estado había sido incapaz de generar
un modelo de gestión de los conflictos, por lo que no existe ninguna ley ni consuetudinaria
ni ordinaria que regulara las relaciones de los Nükak con otros grupos poblacionales.
Además de esto el Ministerio generó una tipología dentro de la que incluyó “Presencia de
colonos en el territorio Nükak, presencia de Nükak en zonas ajenas a su territorio, robos
recíprocos, representaciones recíprocas sesgadas, relaciones interculturales conflictivas,
realización de prácticas tradicionales de caza, pesca, recolección en fronteras de colonos
que reaccionan a las mismas” (DAIRM, 2012, Documento de trabajo)10.
Para rastrear los actores y las tensiones que se generan en el conflicto es posible seguir los
discursos que se tejen en torno al conflicto entre los Nükak y los colonos campesinos y
analizar los contextos, las posiciones asumidas, y las referencias al conflicto que se
presentan entre unos y otros en los diferentes espacios donde se ha abordado el tema. Así
por ejemplo en el comité de justicia transicional ampliado del día 13 de abril de 2015, que
se citó de urgencia tras el incidente del cruce de disparos algunos líderes Nükak y el
presidente de la junta de acción de la vereda Altos de Agua Bonita tuvieron el siguiente
debate:
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!10 Documento de trabajo elaborado por el profesional Carlos Ariel Ruiz en el marco del proceso de resolución de conflictos liderado por la Alcaldía de San José del Guaviare y el ministerio del Interior
! 23!
-Monika Nükak: -Cuando uno quiere coger un mico, los colonos lo critican pero ellos tienen
ganado. Que creativos de ellos. No nos dejan recolectar, ni pescar, ni conseguir miel, antes si
podíamos, muchos problemas, no se puede vivir como antes. Una vez fuimos a cacería y un
colono hace cosas malas a nosotros. Nos sacan con su escopeta. A mi me sacó un señor en la
Lindosa, y no aguanto perdonar y le hacemos mal a él. No es culpa de nosotros. ¿Quien era
primero los nükak o los kawene11?. Ustedes pueden matarnos y si nos morimos nos morimos-
-Arnulfo León- Presidente JAC: - Nosotros no queremos que pesquen y cacen, es verdad, que
no acaben la fauna y la flora. Pero es que a nosotros también las entidades nos han dicho que
nos amonestan, que hay que conservar y una cosa y la otra… Este territorio era de indígenas
pues si, pero desde el descubrimiento de América todo es de pueblos indígenas. No es verdad
que la tierra es de ellos, nosotros tenemos títulos legales. El Estado nos cobra, las palmas en
están zona están en peligro, nosotros entendemos la forma de ser de ellos, pero cuando yo los
conocí en Charras ellos bajaban las pepas sin tumbar la palma y porque hoy si lo tumban,
ellos no tienen la culpa, la culpa es de las entidades que les han traído esos machetes. Y
donde está lo de la cultura, hablan de cultura pero hacen cosas que no son ciertas. Ellos
pueden subirse, tienen la capacidad. Subirse a la palma es cultura. Tanta publicidad que se les
hace a los Nükak Makú, eso tiene que ser un negocio para alguien. Los Nükak que los
nómadas pero ya no tienen nada de eso. Hoy día están en casa igual a la de nosotros, estamos
totalmente equivocadas con la cultura de ellos (Grabación del Comité de justicia
Transicional, 13 de abril de 2015).
La intervención del presidente veredal en respuesta a los Nükak permite intuir a un grupo
de actores que va más allá de los Nükak y las familias campesinas que habitan ZPSLL. Un
primer grupo son las instituciones locales, que deben priorizar la atención a los grupos por
grados de vulnerabilidad. Así el papel desplegado por la Corporación de Desarrollo
Sostenible -CDA- que ha instado a los campesinos a cuidar las palmas y especies nativas
por medio de medidas regulatorias y sancionatorias. Por otro lado, es importante ver que las
manifestaciones políticas de los campesinos de la zona las hacen por medio de las juntas de
acción comunal, convirtiendo a los líderes en la primera autoridad para gestionar y dar
solución a conflictos interétnicos. Esta autoridad tramita los conflictos a la autoridades
correspondientes. No obstante, dado que en temas étnicos por temor a sanciones por no
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!11 Esta es la denominación que los Nükak dan a las personas no Nükak y que no pertenecen a otros pueblos indígenas.
! 24!
aplicar la jurisdicción especial indígena, casi nunca encuentra una respuesta efectiva.
Cuando los conflictos llegan a las autoridades civiles, se activa una red de actores
defensores de uno u otro grupo. Mientras las autoridades policiales exigen a las civiles se
defina un mecanismo de sanción, los defensores de derechos y las instituciones de atención
a exigen que antes de definir una sanción se garantice las condiciones reales para el
desarrollo de la vida material y espiritual de los Nükak, que hasta entonces no se proceda a
generar ningún castigo.
Hasta el momento he reseñado a grandes rasgos las manifestaciones visibles de la
confrontación por la divergencia entre las territorialidades de los indígenas y campesinos de
ZPSLL. No obstante, como señala Gutiérrez Puebla (2011) la adopción de distintas escalas
espaciales en una investigación es la clave para entender la realidad en toda su complejidad.
En este orden de ideas argumentaré en lo que sigue, que este conflicto socio-ambiental se
encuentra arraigado en una complejidad de relaciones multiescalares que han insertado de
forma desigual a ambas poblaciones en una geopolítica económica contingente, para la cual
se han instrumentalizado políticas públicas para la configuración de subjetividades
ambientales de acuerdo a intereses económicos y políticos regionales, nacionales y
supranacionales en diferentes momentos de la historia colombiana reciente.
La emergencia del conflicto entre estos dos grupos poblacionales ha llevado a que otros
actores intervengan en la tensión que se desarrolla. Así, la institucionalidad local ha
reaccionado pretendiendo encontrar una solución pacífica por medio del diálogo, y lograr
así una coexistencia entre ambos grupos poblacionales. No obstante, la desarticulación
institucional, la variedad de intereses políticos y/o la falta de constancia y continuidad en
las acciones, terminan por incrementar las tensiones y llevarlas a un punto de desborde de
la capacidad institucional.
Otro factor fundamental para entender el conflicto es la diferencia de los intereses en las
políticas públicas de origen local y aquellas definidas desde los centros de poder político
nacional. Así, por un lado, se pretende garantizar a los campesinos las condiciones para la
producción sostenible, y por el otro se busca la salvaguarda física y cultural de los pueblos
! 25!
indígenas, siguiendo la jurisprudencia de la Corte Constitucional. Sin embargo, en un
contexto como este ambos paquetes de políticas no logran conciliarse en la realidad.
Pero más que interesarme en los actores del conflicto, me llama la atención que los
discursos de los campesinos de prevención y cuidado de la naturaleza, reducir las
actividades de cacería y el cuidado de las palmas, no está de acuerdo con las descripciones
sobre el impacto generado por los colonos a la serranía, las prácticas de praderización, o la
introducción de especies invasoras. Así mismo la imagen que se promueve de los Nükak en
San José del Guaviare como nómadas, sujetos ecológicos por naturaleza y pacíficos,
contrasta con la de los indígenas rencorosos, vengativos y destructores de la naturaleza.
Estas contradicciones tienen un sustrato histórico en las relaciones de poder sobre la
naturaleza como lo exploro en el siguiente aparte.
2.5.%Políticas%públicas%y%desarrollo%histórico%del%conflicto%
En los apartados anteriores presenté de manera general las manifestaciones visibles del
conflicto socioambiental que existe entre colonos-campesinos de la ZPSLL y los Nükak
Wayari muno en situación de desplazamiento. Sin embargo, para lograr una comprensión
integral de este conflicto es menester considerar su carácter multicausal a partir de las
cuatro perspectivas de análisis propuestas por Del Cairo, et al (2014): histórica, política,
económica y de las subjetividades. La articulación de estas dimensiones permite consolidar
una estrategia más compleja y crítica para analizar el conflicto, la cual propende por
evidenciar los procesos que subyacen a las manifestaciones visibles de las relaciones entre
campesinos y Nükak para este caso de estudio particular.
En este orden de ideas, es clave entender que esta relación ha estado marcada por las
formas en las que se ha configurado el territorio en el departamento del Guaviare histórica
y políticamente y la forma como ambos grupos se han visto involucrados en estos procesos
de conformación territorial. El conflicto socio-ambiental evidencia, entonces, un cambio en
la interpretación institucional y social de los campesinos y los indígenas del Guaviare que
parece denotar una trayectoria contradictoria: mientras que los colonos pasaron de ser
representados como héroes del proceso civilizador a ser la principal amenaza para la
! 26!
conservación de la Amazonia y luego aliados estratégicos en la conservación de las áreas
protegidas; los Nükak, dejaron de ser los habitantes no conocidos “aislados” de territorios
baldíos, a ser los indios prístinos o en términos de Astrid Ulloa los “nativos ecológicos”
(sensu Ulloa, 2005) para posteriormente, convertirse en amenaza a las áreas de protección
ambiental.
Ese complejo movimiento de representaciones evidencia la forma en que las políticas
públicas ambientales y sociales han configurado espacios políticos y formas de generar
poblaciones en función de la preservación ambiental. En lo que sigue propongo que una de
las principales razones por las que se ha complejizado progresivamente este conflicto es
que en la búsqueda de soluciones que intentan identificar diferentes instituciones del orden
territorial y nacional a este conflicto, sólo se le ha caracterizado como un conflicto de
intereses. A partir de esa concepción que simplifica las causas de este conflicto
socioambiental, es difícil reconocer las causas multidimensionales y estructurales que se
han forjado históricamente y que están asociadas a unas estrategias geopolíticas que
resultan oponiendo de manera radical en el contexto local dos formas de apropiar la
naturaleza, desconociendo la agencia que los diferentes actores despliegan para controlar y
legitimar dicha apropiación.
Entender que una de las múltiples causas del conflicto socio-ambiental se encuentra
relacionada con las divergencias entre los ideales de configuración y explotación de los
territorios entre los órdenes nacional y regional en la construcción de las políticas de
estado, resulta fundamental para un análisis real de las dimensiones del conflicto.
Para abordar el tema en su complejidad debemos analizarlo en diferentes escalas o
contextos (local, regional, nacional, internacional). Justamente en cada nivel las relaciones
que se establecen entre los actores van a cambiar, de allí la necesidad de mirar la escala
también como una forma de analizar las relaciones (Reboratti, 2001). Así por ejemplo, en
los últimos años en el municipio de San José y el departamento del Guaviare se han elegido
alcaldes y gobernadores respectivamente que han promovido el desarrollo regional en
función de la apertura de mercados y negocios para los colonos-campesinos. Por ejemplo,
los planes de gobierno y de gestión política del actual alcalde (2011- 2015) se titula
! 27!
“abriendo campo para el desarrollo”, mientras que en el mismo periodo la gobernación
denomina su plan de gobierno “así marcamos huella”. Esta idea del progreso es
contradictoria con los objetivos nacionales de integración de esta región en la economía
nacional, en la que más que verse como un municipio o un departamento productor de
alimentos, se percibe como una reserva natural, un área selvática que puede aportar a la
economía en tanto desarrolle las empresas turísticas y la oferta de servicios ambientales.
Mientras la racionalidad ecológica como fundamento del desarrollo regional planteado
desde lo nacional da cumplimiento a varios de los acuerdos internacionales de protección
de la Amazonía, la racionalidad política local y regional de producción agrícola da
cumplimiento a lo ordenado por la población en el ejercicio democrático de elección de
autoridades locales. Esta última se plantea a partir de las necesidades que se generan en los
procesos de colonización de la región como resultado de diferentes procesos sociales,
económicos y políticos por los que transitó la nación colombiana en el siglo XX, y que
generaron diferentes oleadas de colonización en la región12. Rastrear este proceso histórico
es fundamental para identificar el por qué de la dicotomía entre la producción política del
espacio dadas las dos racionalidades en la formulación de políticas públicas se convierten
en el factor determinante para el incremento de las tensiones entre los Nükak y los colonos-
campesinos. Por supuesto, esto hace necesario un recorrido por la progresividad de las
políticas públicas y su relación con estos dos grupos poblacionales13. La comprensión de
que el hecho de un cruce de disparos es producto de un devenir histórico contingente en
tanto producto de relaciones interculturales enmarcadas en luchas de poder, es fundamental
para la comprensión total del conflicto.
Así, la violencia bipartidista que inició a mediados de la década de 1940 generó oleadas de
campesinos desplazados desde diferentes regiones del país. La presencia de terratenientes
latifundistas para la producción pecuaria, en su mayoría conservadores, incrementó las !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!12 Los primeros poblamientos de colonos se produjeron como consecuencia de economías extractivistas en la región. Tras esto, se presentó una migración masiva de campesinos hacia diferentes regiones del país producto de las disputas bipartidistas en la época conocida como “La Violencia”. En la Amazonía, estas oleadas migratorias se concentraron principalmente en el piedemonte, y significaron transformaciones en la estructura económica y social de la región (Molano, 1987). Para la década de 1960 se da la colonización “dirigida”, impulsada desde el Gobierno central como parte de programas de ocupación rural y urbana, la fundación y desarrollo de cabeceras municipales y el regreso al campo después de la Violencia (Molano, 1987). 13 Por política pública se entiende “un conjunto conformado por uno o varios objetivos colectivos considerados necesarios o deseables… que se condensan en programas y proyectos que impactan poblaciones particulares, y son instrumentos de transformación o mantenimiento del orden social” (Roth, 2010)
! 28!
tensiones con los colonos minifundistas liberales de tradición agrícola. Estos
desplazamientos sucesivos impactaron de manera dramática el medio ambiente de los
territorios colonizados. Para 1959, las oleadas migratorias en diferentes regiones obligan al
Estado a crear medidas de gobernanza territorial en estas áreas, generando una primera
política de regulación medio ambiental por medio de la ley segunda de este año14.
Diez años después, los impactos sociales de la violencia han transformado el mapa político
del país, por lo que las políticas medio ambientales son reformuladas en función de la crisis
social desatada. Por esto en 1971 el Inderena sustrajo 181.200 hectáreas de la Reserva
Forestal de La Amazonía (Arcila, et al, 1999). La política de colonización de baldíos se
difundió con rapidez por medio de programas radiales desde la década de 1960, en los que
se garantizó transporte aéreo para movilizar personas a la región amazónica motivados con
la promesa de créditos para agricultura y ganadería otorgados por hectáreas de bosque
tumbado y praderizado. Por este motivo la frontera agrícola y ganadera se ensanchó con
rapidez sin contar con el acompañamiento estatal prometido.
Un elemento común en varios de los relatos de vida de los colonos hoy habitantes de las
veredas cercanas a San José del Guaviare, tiene que ver con el carácter heroico en el
proceso civilizatorio para la construcción de nación en estos territorios “baldíos”. La
colonización de estas zonas como un objetivo dentro del proyecto de nación mestiza,
reduccionista de indios y selvas que no contribuían al desarrollo nacional, y por tanto el
estatus de héroes y heroínas que tenían los colonos de la época puede ser entendida como la
legitimación de la colonización del departamento del Guaviare. Esto repercutió en el
gobierno que por medio del decreto 1926 de 197515 comenzara a administrar los territorios
nacionales, promoviendo y auspiciando la colonización. Es claro, que al asegurar la
propiedad estatal de los territorios denominados baldíos se negó la titularidad de posesión
colectiva de los territorios tradicionalmente habitados por pueblos indígenas y que no
tenían títulos de propiedad. Así, en este momento desde los discursos moralizantes de
acuerdo al modelo económico, los campesinos eran asumidos como los encargados de !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!14 Por el cual se dictan normas sobre economía forestal de la Nación y conservación de recursos naturales renovables. 15 Artículo 4. Corresponde al Gobierno Nacional, en relación con las Intendencias y Comisarías: Literal. b) Auspiciar su colonización; promover la construcción, conservación y mejora de las vías y la mejor prestación de los servicios públicos; impulsar la fundación y el establecimiento de nuevas poblaciones y orientar el desarrollo de las ya fundadas.
! 29!
llevar el desarrollo a zonas alejadas del país, mientras los pueblos indígenas y su estilo de
vida eran percibidos como un obstáculo para este desarrollo.
La promesa incumplida de créditos para los colonos, sumada al abandono por parte del
Estado abrió la selva a la incursión del negocio de la marihuana. Los campesinos alistaron
el terreno para la siembra de la planta, no obstante, los compradores comercializadores del
producto no llegaron en la cantidad esperada por lo que la tierra quedó lista para una
siembra más prometedora (Molano, 1987). Para la segunda mitad de la década de 1970 el
boom de la coca explota en el Guaviare. El alistamiento de tierras hecho para la marihuana
facilitó la siembra de la coca, se configuró una importante red de comercio y oferta de
trabajadores e inversores de diferentes partes del país, quienes comenzaron a abrir trochas y
a fundar veredas para la siembra de hoja, producción de cocaína y el tráfico del
estupefaciente. La tupida selva sirvió de camuflaje para los cultivos del producto, que
tenían salida por los ríos Guayabero, Ariari y Güejar, Orinoco (Arcila et al, 1999).
Durante la década de 1980 el negocio llegó a su máxima producción. En veredas remotas se
conseguía la revista Times de la semana, para hacer seguimiento al precio del dólar. Los
billetes por su volumen no se contaban sino que se pesaban en balanzas romanas y el
comercio llevó a algunos caseríos de no más de 30 casas a albergar una población flotante
superior a las 2000 personas. Para Toño, habitante de la vereda el Raudal del Guayabero:
“Para ese entonces era mucha la vida que tenía este caserío. Todas las noches había
peleas de gallos y por lo menos tres locales de venta de trago abiertos. Venía gente
vendiendo joyas de oro, ropa de marca y hasta televisores, equipos de sonido y radios,
la residencia siempre estaba llena… Cómo mi hermano y yo éramos paceros bravos
(motorista del río quienes conocen el raudal y lo pueden navegar) hacíamos al menos
cuatro cruces por día, de esas falcas de cuatro toneladas, subíamos insumos (para
producción coquera) y bajábamos con la pasta base por kilos… Aquí en el Raudal,
había mucho chichipato (compradores de pasta base) dispuestos a comprar de acuerdo
a la calidad del producto, y esto parecía siempre un hormiguero, con gente
moviéndose todo el día y toda la noche” (Notas de campo. Junio de 2013).
! 30!
Este proceso incrementó la frontera agrícola hasta las áreas de movilidad de los grupos
Nükak. Aquellos grupos habitantes de la parte occidental del territorio tradicional, fueron
los primeros en entrar en un contacto prolongado con los colonos (Cabrera et al, 1999). La
presencia de los Kawene, denominación que dan los Nükak a las personas no Nükak se
incluye en los relatos de apropiación territorial, dotándolos de poderes chamanísticos que
les permiten afectar a los Nükak, por lo que enfermedades como la gripe, y la alta
mortalidad de personas que esta ocasionó se incorporaron dentro de la tradición oral del
pueblo.
En el nivel nacional la segunda mitad de la década de 1970 y a lo largo de la de 1980
representó el cambio en las políticas gubernamentales para los territorios Amazónicos.
Como lo señala Arcila et al, (1999), por medio del programa Proradam (1974-1979)16,
enmarcado en las investigaciones científicas ordenadas por la ley segunda del 1959 se
inician los procesos para el aprovechamiento del área amazónica. El programa recomendó
en su momento “la no utilización de suelos para la producción agrícola, dada su baja
calidad para la producción” (p:72). De igual manera tal como lo evidencian Del Cairo et al
(2014) Proradam al clasificar la economía de los campesinos como extractivista, evidencia
cómo desde el discurso cientificista se generó la imagen del sujeto campesino como
depredador del medio ambiente, entre tanto, las prácticas de los indígenas fueron
catalogadas como compatibles con la conservación. De esta manera se evidencia un cambio
en la representación de estas dos poblaciones que permea el discurso estatal, a lo que se
suma los prejuicios que se generan con la incursión de los campesinos al negocio de la
coca, siendo percibidos así como depredadores del medio ambiente e ilegales (Del Cairo,
2014). Todos estos procesos económicos y políticos configuran diferentes subjetividades y
agencias entre los habitantes de un espacio geográfico determinado, lo que lleva a una
confrontación política de instrumentalización de dichas agencias.
También, en el ámbito de lo medio ambiental desde 1978 se da la iniciativa financiada por
el gobierno de los Países Bajos, encaminada a la investigación científica en territorios
Amazónicos conocida como Corporación Araracuara. Por otra parte, de acuerdo con Del
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!16 Programa Radargramétrico para la Amazonía.
! 31!
Cairo (2012) el presidente Virgilio Barco Vargas (1986-1990) profundizó en la estrategia
de su predecesor, Belisario Betancur (1982-1986), quien cambio la confrontación por la
negociación en los procesos de relacionamiento con pueblos indígenas. Por su parte Barco
da inicio a una transformación legal y simbólica sobre los pueblos indígenas, y
específicamente para el caso amazónico vincula asuntos ambientales con étnicos como eje
de una propuesta de desarrollo integral para la región (p. 164). Un legado de esto fue la
formulación de La política de protección de la diversidad cultural y biológica de la
Amazonia, con las directrices de esta política se crearon 44 resguardos indígenas, y se
constituyeron varios parques naturales nacionales; además de esto se hizo gran énfasis en la
importancia que tienen los conocimientos ancestrales de los pueblos indígenas en la
comprensión de las dinámicas territoriales y la conservación de la biodiversidad (Giraldo,
2011).
Este punto de quiebre en las políticas públicas de protección del medio ambiente representa
también un importante paso en el reconocimiento de derechos de la diversidad cultural. Así,
en palabras de Ulloa (2004) “las representaciones sobre los indígenas han sido
transformadas del “sujeto colonial salvaje” en el “actor político- ecológico””(2004, p. 2).
Para el pueblo Nükak, referente de mutualismo ecológico con el ecosistema, esto representa
que sean reconocidos a nivel nacional como “los últimos nómadas verdes” avocándoles esta
connotación de sujetos ecológicos. No obstante, la transformación política de lo indígena en
el imaginario nacional, en el ámbito regional los pueblos indígenas siguen siendo
percibidos desde el punto de vista económico, como un “obstáculo” para materializar las
políticas de desarrollo hegemónicas, al requerir grandes cantidades de territorio para la
producción y reproducción de su vida material y espiritual. Esto se complejiza, si se
consideran las tensiones regionales por el uso y el control de los recursos, y las diferentes
lógicas de uso del medio que se entrecruzan en contextos tan diversos como el del
departamento del Guaviare.
Caso contrario ocurre con los colonos que pasan de ser los héroes de la colonización a
amenaza para el ecosistema, mientras que los ingresos del mercado de narcóticos son la
base de la economía local de la época. Así, en palabras de Chaves (2002) “los indígenas
! 32!
entran en el juego político que les permite su representación como sujetos étnicos
poseedores de derechos, protectores del medio ambiente, mientras los campesinos son
sujetos no étnicos, carentes de cultura y depredadores de los recursos naturales” (2002, p.
168)
Las movilizaciones campesinas de 1986 logran una segunda sustracción del área de reserva
forestal, esta vez una extensión de 221.000 hectáreas. Para 1987 por medio del acuerdo 030
de 1987 se reconoce la presencia de colonos en las cuencas de los ríos Guayabero y
Guaviare. Las dos sustracciones del área protegida, dinamizan la colonización así como el
mercado de tierras en el Guaviare: antes de la segunda sustracción el porcentaje de tierras
en manos de colonos fundadores era de 47% frente a 52% de propiedad de nuevos colonos,
posterior a la reducción del área protegida el porcentaje es de solo el 3% contra el 97%
restante. Estos colonos no retornan a sus lugares de origen, sino que en su mayoría se
dedican a abrir nuevos fundos ensanchando la frontera de colonización al margen
occidental del casco urbano de San José (Arcila et al. 1999). Estos elementos de
organización y movilización, comienzan a manifestar un cambio en el interés en la
propiedad de la tierra, y una búsqueda de los campesinos por entablar negociaciones con las
autoridades civiles nacionales que permita obtener títulos legales a cambio de dejar las
actividades ilegales.
En este sentido se puede decir que los movimientos sociales, la guerra contra los cárteles de
la droga, el surgimiento de grupos paramilitares, y especialmente la movilización de
campesinos entre las diferentes regiones del país reconfiguraron el mapa político nacional.
Como señala Margarita Chaves (2002): “en los años ochentas y noventas tuvo lugar la
generación de discursos indigenistas y ambientalistas en círculos técnicos, políticos,
académicos e institucionales, y su apropiación por parte de comunidades y dirigentes
indígenas en el contexto de su lucha por los derechos culturales y territoriales” “(2002, p.
171). Sin embargo, para el caso específico del Guaviare, estos discursos sólo aterrizaban en
esporádicos programas y proyectos, que generalmente se quedaron en el centro poblado de
San José. Sin desconocer el carácter ilegal de la producción cocalera los colonos de la zona
se aferraron a utopías reforzadas por las dos sustracciones al área de reserva. En este
! 33!
sentido, los caseríos y veredas se organizaron y fueron adentrándose cada vez más en áreas
boscosas para el camuflaje de los cultivos ilícitos. En ese contexto se da en 1988 el
contacto oficial de los Nükak con la sociedad mayoritaria.
La reforma constitucional de 1991, fue sin lugar a dudas el hecho político de la última
década del siglo XX. No solo por el reconocimiento como nación pluriétnica y
multicultural que elevó a la máxima categoría legal el convenio 169 de la OIT, suscrito en
Colombia por medio de la ley 21 de marzo del mismo año. La constitución del 1991
modificó el concepto de planificación territorial que hasta la fecha se venía trabajando e
introdujo el esquema de ordenamiento territorial articulándolo a procesos de división
político administrativa para la conformación de provincias y regiones. En la nueva
legislación el proceso de ordenamiento territorial dejó de ser el arreglo de espacios físicos,
y fue redefinido en función de las actividades y relaciones humanas sobre un territorio,
producto de acuerdos y concertaciones al interior de las comunidades y en relación con el
Estado (Sinchi, 2004. P:53-7). Para los pueblos indígenas significó el reconocimiento legal
de los resguardos como entidades autónomas jurídica y judicialmente.
Para el caso de Colombia las políticas multiculturales han estado ligadas a la representación
del indígena como sujeto ecológico. Esta nueva concepción del indígena dentro del estado
multicultural, ha sido analizada desde diferentes enfoques. Según Del Cairo (2012) existen
tres puntos de vista al respecto. En primer lugar, se ubican investigadores que asumen que
las reformas multiculturales en Colombia se constituyen como formas de alienar los
objetivos de los grupos étnicos para adaptarlos a las lógicas, necesidades e intereses del
Estado. En segundo lugar se encuentran aquellos para quienes estas reformas son resultados
positivos de las luchas de los mismos movimientos sociales. Y por último, se encuentra una
posición intermedia que si bien reconoce la ambigüedad de las reformas multiculturales,
también reconoce su potencialidad para empoderar a las minorías étnicas.
En cualquiera de los casos, se evidencia como la construcción de indígena como sujeto
político ecológico ha tenido fuerte influencia en el discurso multicultural, y al mismo
! 34!
tiempo ha sido apropiado por los pueblos quienes han creado subjetividades ambientales en
relación con el imaginario sobre su relación con la naturaleza. Sin embargo, en contextos
específicos, como el amazónico, la realización de dichas subjetividades ambientales se
restringe por el impacto de procesos políticos y económicos a diferentes escalas que inciden
en las dinámicas ambientales. En muchos contextos prácticas de subsistencia o cosmologías
se contraponen al discurso de desarrollo que impone unas formas particulares de
relacionamiento con la naturaleza ligadas a las lógicas del mercado. Para el caso especifico
de pueblos amazónicos, el sistema de relaciones políticas y económicas trasgrede su
autonomía y les obliga a adoptar formas ajenas de explotación de los recursos naturales a
partir de unas lógicas no sostenibles (Del Cairo, 2012).
El papel de los indígenas dentro de las políticas ambientales adquiere un carácter dual, así
por ejemplo en la constitución política de 1991 se reconoce la autonomía política de las
poblaciones indígenas en sus territorios formalmente reconocidos como resguardos,
situándolos como portadores de formas amigables de subsistencia acordes con las
pretensiones de conservación de la biodiversidad pero al mismo tiempo estos no pueden ser
la autoridad ambiental en su territorio, y su incidencia en la toma de desiciones es exigua
(Ulloa, 2004).
En el nivel regional la inclusión de la parte norte del Guaviare dentro del Distrito de
Manejo Integral –DMI- del Área de Manejo Especial de la Macarena -AMEM- definió una
primera figura legal de protección sobre el territorio de ocupación campesina mediante el
decreto 1989 de 1989. En este sentido y buscando una mejor gobernanza de lo ambiental en
regiones de ocupación reciente se expidió la ley 160 de 1994 que creo las zonas de reserva
campesina. En el artículo 81, la ley señala “Salvo lo dispuesto en el artículo 83 de la
presente Ley, las Zonas de Colonización y aquellas en donde predomine la existencia de
tierras baldías, son Zonas de Reserva Campesina”17 . Los procesos de organización
campesina surgen como actores político-ecológicos, bajo la esperanza de legalización de
territorios y apoyos económicos para superar la dependencia de la economía de la coca.
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!17 Solo hasta el año 2014 el artículo fue declarado exequible bajo el condicionamiento de la no existencia de territorios indígenas, casos para los cuales se debe realizar la consulta previa.
! 35!
Durante el gobierno de Álvaro Uribe Vélez (2002-2006 y 2006-2010) la política bandera
fue la “Seguridad Democrática” con los respectivos plan Colombia y Plan Patriota. Esta
política se centró en diezmar la capacidad de grupos armados ilegales, direccionando los
recursos al tema de defensa y al fortalecimiento de las fuerzas militares. A esta política
subyace un ideal de desarrollo motivado por visiones extractivistas que responden a
algunos intereses de capitales privados (Barbero, 2014). Desde esta perspectiva las zonas de
reserva quedaron al margen, y muchos líderes de movimientos sociales fueron asesinados o
amenazados por los grupos paramilitares. Del mismo modo, las políticas antinarcóticos
como sustitución de cultivos ilícitos y las fumigaciones contravienen las pretensiones de
conservación ambiental, con consecuencias en el medio ambiente que afectan el bienestar
de poblaciones tanto campesinas como indígenas
El incremento de recursos nacionales e internacionales para auspiciar la lucha contra el
terrorismo18 y la producción de narcóticos, sumado a la arremetida paramilitar en la región,
implicó fuertes enfrentamientos por ganar el control militar del medio río Guaviare. Las
acciones hostiles perpetradas incluyeron acciones contra la población civil, como la que se
presentó en la localidad de la Charrasquera, que presenciaron los Nükak Meo muno en
2003, y que fue la causa principal del desplazamiento de este grupo. Un par de años más
tarde por amenazas del grupo subversivo de las FARC se produce el desplazamiento de tres
grupos locales Wayari muno los cuales desplazan por rutas diferentes a San José, donde son
ubicados inicialmente con los Meo muno, para luego re-ubicarse en la finca propiedad de la
alcaldía de San José en la vereda Altos de Agua Bonita.
Los cambios políticos, económicos y sociales generan estrategias de agencia de los
campesinos, quienes empiezan a adaptar sus discursos y a afianzar modelos de
organización en función de legitimar su ocupación territorial acorde a procesos económicos
y ecológicos sostenibles. Así, surgen la Asociación de Productores Agropecuarios por el
Cambio Económico en el Guaviare -ASOPROSEGUA- en 2001, la Asociación de
campesinos Ambientales del Ariari y Guayabero –ACARIGUA- en 2004, Asociación de
Ganaderos Ecológicos –ASOGEC-, y Corpolindosa en 2006, corporación de protección a la !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!18 La Política de Seguridad Democrática no reconoció como conflicto político el enfrentamiento entre la guerrilla y las fuerzas armadas del Estado.
! 36!
Serranía de la Lindosa, que entre otros procesos articula ofertas de turismo ecológico,
preservación ambiental y manejo sostenible de fincas (ver Del Cairo et al, 2014). Todas
estas estrategias, manifestación latente de la agencia de los campesinos, transforman
progresivamente la idea del colono degradador de la selva al campesino productor
sostenible, que articula acciones con las instituciones en defensa de los relictos de bosque
amazónico e incluso promueve procesos de turismo ecológico sustentable.
Entretanto, la activación de la agencia de los Nükak los lleva a conseguir nuevas zonas de
cacería, pesca y recolección de alimentos en las veredas cercanas al asentamiento. Tras los
primeros años, los Wayari muno acomodan los calendario ecológicos con la oferta de
servicios institucionales supliendo con productos del bosque aquellos meses en los que la
ayuda humanitaria de emergencia y los alimentos de las instituciones no llegan (ver
Barbero, 2015; Gutiérrez, 2012). Para llegar a estos lugares se debe cruzar fincas de
campesino y colonos encontrando en algunas de ellas los relictos de bosque que se han
preservado. En época de pesca los Nükak han embarbascado19 caños generando tensiones
con los vecinos que los acusan de la muerte de algunos bovinos. Por su parte los jóvenes,
salen con regularidad a los caseríos o al pueblo donde encuentran alcohol y sustancias
psicoactivas, y ocasionalmente incursionan en las viviendas de los campesinos tomando sin
permiso bienes, lo que genera dificultades y malas relaciones. Todas estas situaciones se
han acumulado por el lapso de una década llevando a acciones hostiles de ambos grupos
poblacionales, y recientemente devienen en un cruce de disparos en los que resulta herido
uno de los campesinos fundadores de la vereda, promotor del ecoturismo y líder de una de
las organizaciones campesinas más sólidas en la región.
Las diferentes formas en que estas dos poblaciones entienden y apropian el medio han
generado tensiones que se han ido acrecentando con el transcurrir del tiempo
principalmente porque no se ha logrado de parte del Estado una real mediación que permita
la resolución de los conflictos generados. Analizar este caso desde las perspectivas política,
económica, histórica y de subjetividades, permite comprender como las situaciones
estructurales se manifiestan en lo local y cotidiano y se relacionan en contextos sociales,
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!19 Los Nükak utilizan tradicionalmente como técnica de pesca el uso de veneno –barbasco-
! 37!
políticos, económicos complejos donde diferentes escalas juegan un papel fundamental en
la manera en que los grupos poblacionales establecen relaciones entre ellos, con otros
grupos y con el medio.
2.6.%Conclusiones%
A partir del caso de estudio analizado con un enfoque antropológico etnográfico de la
ecología política se evidencia la forma en que las dinámicas ambientales y sociales son
influidas por procesos políticos y económicos a diferentes escalas.
Mientras, por un lado, los Nükak eran percibidos como indígenas ecológicos, símbolo de la
diversidad cultural del país y razón de las políticas multiculturales, por el otro la imagen de
los colonos-campesinos, degradadores del medio ambiente, productores de cocaína y
auspiciadores de grupos guerrilleros era mostrada como una amenaza para el nuevo orden
social promovido en la nueva constitución política. Como un mecanismo de agencia los
colonos crearon organizaciones donde el apelativo a lo ecológico recobró gran importancia.
Así el surgimiento de las Asociaciones Campesinas permitió la consolidación su sistema de
producción como motor del desarrollo económico regional. En este punto es importante
mencionar no solo el que se hayan reconocido como ecológicos, sino que comenzasen a
dejar a tras el apelativo de colonos y plantean la durabilidad de su locación, los mecanismos
ecológicos de apropiación territorial y el trabajo articulado con instituciones del Estado,
como la forma de generar agencia a partir de una ubicación espacial de subjetivación
Aquí uno de los fenómenos interesantes es que si bien se ha entendido que la disputas entre
los indígenas y campesinos de ZPSLL se da por el interés en el mismo espacio territorial, es
observable que mientras los Nükak se interesan por acceder a los parches de bosque estas
áreas son de menor importancia para los campesinos que ya no encuentran interés en su
explotación. Por su parte los jóvenes Nükak roban en su mayoría objetos materiales como
tecnologías o herramientas en vez de robar comidas producida por los campesinos. Analizar
esto con una perspectiva de ecología política podría contribuir al desarrollo de estrategias
de prevención articulada de los conflictos. Por ejemplo dado que el agua es un elemento
! 38!
vital para todos, trabajos mancomunados para la protección de fuentes hídricas servirían de
soporte para la disminución de las tensiones. Un ejemplo de que esto es posible es la
iniciativa de ASOPROCEGUA que con apoyo del SINCHI y la CDA ha iniciado un
proceso de consecución de productos del bosque, en la que pagan a los Nükak por
recolección de pepas de Asaí y Seje que son procesados por la organización campesina y
vendidos en los mercados de las grandes ciudades.
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2.7.%Bibliografía%
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! 44!
2.%ESCOPETAS%CONTRA%CERBATANAS%
Análisis%de%los%conflictos Socio-Ambientales entre los Nükak y los
campesinos de la Zona de Preservación Serranía de la Lindosa
en San José del Guaviare
2.1.%Resumen%
Este artículo analiza los conflictos socio-ambientales que se presentan entre el pueblo
indígena Nükak y los campesinos de la zona de Preservación Serranía de la Lindosa
aplicando perspectivas de la ecología política. Con el objetivo de entender los factores que
devienen en una confrontación entre dos grupos poblacionales, el artículo utiliza los
enfoques multiescalar, multisituado y multitemporal, para mostrar que la exacerbación
violenta de las tensiones entre indígenas y campesinos es producto de procesos
sociohistóricos, que se articulan con políticas y discursos globales, nacionales y locales de
protección/explotación de la naturaleza, los cuáles en diferentes momentos estimulan o
desestimulan formas disimiles de apropiar y utilizar la naturaleza.
Palabras clave: Nükak, ecología política, conflicto socioambiental
2.2.%Introducción%
En el mes de marzo de 2015 un campesino de la Zona de Preservación Serranía de La
Lindosa en el área rural de San José del Guaviare, resultó gravemente herido por un disparo
de escopeta que un indígena Nükak le propinó durante una jornada grupal de cacería. El
indígena respondió al tiro al aire que segundos antes había disparado el campesino para
evitar que los indígenas ingresaran a su predio. Este evento, que años atrás habría sido
interpretado en la localidad como accidental, ha resultado el punto más álgido de una serie
de confrontaciones, amenazas, robos, querellas y denuncias interpuestas por unos y otros,
como resultado de la convivencia a la que se han visto obligados estos dos grupos
! 45!
poblacionales tras la ubicación en una finca cercana al casco urbano de San José del
Guaviare de un grupo local Nükak desplazado de su resguardo. Lo que comenzó como una
serie de quejas aisladas de unos y otros ha escalado a acciones violentas que ponen en
riesgo la integridad de todos.
En este artículo analizaré los conflictos entre campesinos y Nükak en esta localidad, como
un caso de estudio en clave de ecología política de conflictos socio-ambientales, que
permite demostrar cómo en diferentes momentos de la configuración regional del Guaviare,
sectores institucionales han instrumentalizado la imagen de indígenas y colonos-
campesinos para delimitar el tipo de población convergente con los intereses locales,
regionales, nacionales y supranacionales de explotación/conservación de la naturaleza. Al
entender la naturaleza como una dimensión imbricada en relaciones de poder, en la que no
es posible aislar sus dimensiones ecológica y social (Escobar, 2012), es posible entender
que la violencia interétnica es sólo la punta del iceberg (Maya, Ramos, Acevedo, Garrido,
Tobón, & Rojas, 2009) que oculta las confrontaciones políticas, económicas y sociales que
se tejen sobre la naturaleza como sujeto-objeto de poder.
A mediados de la década de 2000, miembros del grupo territorial Wayari muno20,
perteneciente al pueblo Nükak fueron ubicados en la ZPSLL tras ser desplazados de sus
territorios como consecuencia del conflicto armado (Barbero, et al, 2012). La ubicación de
los grupos Wayari muno en esta zona genera una serie de conflictos, que, como me
propongo demostrar en este artículo, son sólo la parte visible de un problema estructural y
manifestación de una problemática compleja de múltiples causas, en variados ámbitos,
escalas de procesos socio-históricos.
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!20Los Nükak se dividen en grupos de acuerdo a su ubicación ancestral en le territorio as: Wayari muno “gente del Guaviare”, Mipa muno o “gente del Inírida”, Taka yudn muno “gente del centro o pecho del territorio”, Meu muno “gente de las cabeceras de los caños o de la coronilla” y Juu muno o Düi muno “gente de las desembocaduras de los ríos y caños, o gente de río abajo” (Cabrera et al, 1999). Al llegar a San José del Guaviare los miembros de este grupo local se ubicaron junto a los Meo muno, otro grupo local, que había sido objeto de desplazamiento forzado un par de años atrás. Luego de las tensiones que ocasionó la competencia de recursos entre los Meo muno y los Wayari muno estos últimos fueron re-ubicados por la alcaldía local de San José del Guaviare en un asentamiento “temporal” localizado en la vereda Altos de Agua Bonita, en el área rural del municipio de San José del Guaviare, a quince minutos del casco urbano del mismo. Desde ese entonces, los miembros de este grupo han encontrado zonas de cacería y recolección en los relictos de bosque de la Zona de Preservación Serranía de la Lindosa ZPSLL (Gutiérrez, 2012; Barbero, 2015).
! 46!
En la primera parte del artículo desarrollo la idea de cómo la ecología política puede ayudar
a entender el entramado de actores y tensiones que se involucran en este escenario, así
como de procesos y relaciones que se tejen en torno a la naturaleza cuando convergen
formas diferentes de apropiar la naturaleza en un mismo espacio socio-histórico En el
segundo aparte elaboro una caracterización de los elementos visibles del conflicto.
Posteriormente, operacionalizaré el enfoque de la ecología política para analizar el devenir
histórico del caso de los Nükak y los colonos-campesinos en el área de estudio. Finalmente,
avanzaré algunas interpretaciones que contribuyen a caracterizar, comprender y gestionar
conflictos socio-ambientales de carácter intercultural.
2.3.%La%ecología%política%de%los%conflictos%socioambientales%interculturales%
Para entender cualquier problema ambiental es necesario considerar las relaciones sociales
de producción y la distribución del poder. En este sentido, la conservación y el manejo de
los recursos naturales involucran una multiplicidad de actores con sus propias percepciones
e intereses, los cuales interactúan entre sí. Estas interacciones emergen en un ámbito
político, en donde juegan un papel fundamental las relaciones de poder entre los actores,
quienes de acuerdo a su posición particular confieren valores, significados y usos
determinados a la naturaleza y el entorno (Ulloa, 2001).
Los conflictos socio-ambientales de carácter intercultural21 se han agudizado en Colombia
como resultado de los procesos de reconfiguración territorial resultantes de la dinámica
desplazamiento-colonización-conflicto-desplazamiento (Fajardo, 1989). Ésta dinámica ha
forzado la localización de población campesina desplazada en territorios tradicionales de
grupos étnicos. Así mismo, el conflicto armado ha forzado el desplazamiento de grupos
étnicos indígenas y afrodescendientes a territorios rurales y urbanos no resguardados22,
algunos de estos territorios habían sido previamente colonizados por poblaciones
campesinas migrantes en procesos anteriores de desplazamiento.
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!21 Conflicto causado por el relacionamiento de formas diferentes de entender y apropiar el mundo. 22 Así lo señala la Corte Constitucional en los Autos 004 y 005 de 2009 en los cuales se señala el riesgo de extinción física y cultural de los pueblos indígenas y de las poblaciones afrodescendientes, negras y raizales.
! 47!
En este orden de ideas, en los últimos años se han configurado tres factores fundamentales
que son causa del incremento de los conflictos socio-ambientales entre grupos étnicos: En
primer lugar, el desplazamiento forzado ha transformado el mapa político del
multiculturalismo (Jaramillo, 2014, Salcedo, 2015) y ha enfrentado a poblaciones de
diferentes grupos étnicos y culturas que entran en tensión23.
En segundo lugar, el cambio en las prácticas económicas locales en áreas en las que se
había consolidado la siembra de cultivos de uso ilícito, resultado de la política mundial de
lucha contra las drogas ha provocado cambios en el uso de la tierra (i.e. sustitución por
pastos para ganadería), luchas legales y movilizaciones sociales para el reconocimiento de
derechos territoriales en zonas colonizadas, así como puesta en marcha de prácticas
políticas y ecológicas para legitimar la ocupación territorial.
Por último, la puesta en marcha de las locomotoras de la economía -minera, hidrocarburos,
biocombustibles- ha transformado los ecosistemas y ha dinamizado el mapa extractivo de
recursos naturales del país. En este orden de ideas, una mirada a la cartografía de la
explotación de recursos naturales en el país, evidencia claramente que en territorios étnicos
sea de comunidades indígenas o afro descendientes se concentra gran parte de los intereses
de explotación para el desarrollo económico nacional. Si bien los derechos diferenciales de
los pueblos indígenas los hace sujetos colectivos del derecho a consulta previa24, el
volumen de los reclamos legales frente a estos procesos en los estrados judiciales,
demuestra su inoperancia como garante del derecho a la autonomía territorial. Por otra
parte, mientras los grupos étnicos cuentan con las herramientas legales y jurisprudenciales
para garantizar la autonomía territorial a los campesinos no se les involucra en la toma de
decisiones sobre estos procesos, razón por la cual se incrementan las tensiones.
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!23 A esto se suma que el Estado como respuesta al fenómeno del desplazamiento, ha tenido que generar jurisprudencia (Auto 004 de 2009, Auto 005 de 2009; Auto 008 de 2008, Auto 092 de 2008, Auto 173 de 2012) y legislación (Ley 1448 de 2011, Decreto con fuerza de ley 4633) para la atención diferencial a las poblaciones victimizadas, dándole prioridad sobre otros proyectos de interés nacional, regional y municipal. Para ello ha invertido grandes cantidades de recursos públicos en procesos de asistencia y reubicación -temporal y permanente- en zonas de interés para los grupos poblacionales previamente asentados en las regiones más seguras. 24 La ley 21 de 1991 aprobó para Colombia el convenio 169 de la OIT por el cual se reconoce el derecho a la consulta previa, libre e informada a grupos étnicos
! 48!
Los dos primeros factores afectan directamente a los pueblos indígenas, comunidades
negras, raizales y palenqueras en el marco del conflicto armado colombiano y de los
procesos de colonización de territorios para producción de cultivos ilícitos especialmente el
de la coca para la producción de cocaína. El tercer factor corresponde en general a las
dinámicas de la economía mundial en el marco de los procesos de la globalización. Sin
embargo, el conflicto colombiano y las dinámicas del narcotráfico están igualmente
imbricados en mercados (armas y estupefacientes), políticas (capitalismo-comunismo,
antinarcóticos) y redes de carácter global.
Este fenómeno socio-histórico de desplazamiento ha localizado en un mismo espacio
tiempo a un grupo territorial del pueblo indígena Nükak con un segmento de población
campesina, lo que a la postre a devenido en un conflicto socio-ambiental que analizo en el
presente artículo instrumentalizando la ecología política. Abordar este caso de estudio
desde la ecología política siguiendo la propuesta de Del Cairo, Montenegro-Perini y Vélez
(2014), permite analizar los conflictos socio-ambientales como producto de diferentes
procesos históricos enmarcados en una geopolítica y en una diversidad de escenarios y de
actores. En las últimas décadas la ecología política se ha configurado como un campo de
análisis interdisciplinario (Escobar, 2010; Biersack, 2011), que permite caracterizar y
articular relaciones sociales, políticas, económicas y de conocimiento, modos de uso del
espacio, condiciones biofísicas y diferentes modos de entender y apropiar el entorno
(Delgado, 2013).
Los conflictos socioambientales son el resultado de una multiplicidad de factores y
procesos que se han dado en el tiempo y que han generado una serie de subjetividades que
entran en tensión dadas las diferentes concepciones de naturaleza que se encuentran en una
localidad determinada. Así, para el caso concreto de los Wayari muno y de los campesinos
de Serranía de la Lindosa, la configuración de unos como “nómadas verdes” y de otros
como “campesinos ecológicos”, es el resultado de diferentes procesos socio-históricos, con
causas y efectos en diferentes partes del globo, en la cual intereses económicos y políticos
han movilizado vastos segmentos de población campesina, que al igual que los indígenas
! 49!
desarrollan estrategias político-ambientales para acceder a derechos de los cuales muchas
veces son excluidos.
En este punto es posible intuir en el caso de estudio la convergencia de dos tipos de
conflictos: Uno producto de las políticas económicas globales que han construido diferentes
nociones sobre el territorio amazónico de acuerdo a los intereses de explotación de cada
época. El otro referido a la conveniencia e instrumentalización de subjetividades
ambientales de acuerdo a interés políticos de conservación-explotación de la selva tropical.
Así mismo, la singularidad de este caso de estudio me permite abordar analíticamente las
complejidades que comporta la articulación de los discursos supranacionales de la
diversidad ecológica y cultural en contextos donde los procesos de colonización han
materializado diferentes formas de gobernanza sobre la naturaleza y los grupos
poblacionales. Al respecto, Suarez y Ruggerio (2012) engloban los factores de conflictos
socio-ambientales en dos grandes grupos: los que son producto de las políticas de
desarrollo y aquellos que surgen como producto de la consolidación del paradigma de la
sustentabilidad (2012, p. 2)En este ejercicio relacional podemos ubicar aquellos factores
generados por el surgimiento entrecruzado de políticas públicas para la protección de la
diversidad ecológica y la diversidad cultural, y analizar que muchas veces entran en
contradicción con aquellas que promueve el desarrollo económico regional y nacional.
Maya et al. (2009. P. 33) siguiendo a Fischer (1988) plantean una propuesta para la
elaboración de un diagnóstico de conflictos socio-ambientales con los siguientes pasos:
identificar tipo de conflicto; especificar los contenidos del conflicto y los intereses de los
involucrados; identificar relaciones y alianzas existentes; definir las fases del desarrollo del
conflicto; describir la historia del conflicto, para finalmente identificar la posición de los
interesados en manejar el conflicto. Por su parte del Cairo, et al. (2014, p.17) proponen un
análisis desde la ecología política no procesual sino interrelacional de sus diferentes
dimensiones. Si bien, la primera herramienta analítica permite caracterizar el conflicto
desde sus manifestaciones visibles, en la cotidianidad local y en la experiencia de los
actores por medio de los cuales se manifiesta, la segunda nos permite analizar las causas
! 50!
estructurales que subyacen a estas manifestaciones. No obstante, para poder objetivar el
conflicto y entender sus dimensiones multitemporal, multisituada, multiescalar, y
multiagente se hace necesario partir del análisis en sus manifestaciones visibles y
progresivamente develar las múltiples dimensiones que convergen en la materialización del
conflicto.
El conflicto entre los Nükak y los colonos- campesinos de la Serranía de la Lindosa puede
ser analizado en clave de ecología política a partir de una perspectiva etnográfica, que
permita tal como lo manifiesta Ulloa “un acercamiento cuidadoso a cómo se dan las
construcciones culturales y ambientales, los conflictos, las luchas y los consensos sobre los
significados y las prácticas ambientales” (2011, p. 210). De este modo, los procesos
relacionales alrededor del conflicto y sus causas objetivas y subjetivas son el centro de la
investigación. Por tanto en lo que sigue presento esa caracterización contextual del
conflicto, permitiendo al lector entender las dinámicas, tensiones, así como acercarse a los
actores que construyen el referido conflicto.
2.4.%Nómadas%verdes,%campesinos%ecológicos%e%instituciones%ambientales%
El presente aparte busca contextualizar al lector sobre la forma en la que se ha generado un
conflicto socio-ambiental en la región noroccidental de la Amazonía colombiana conocida
como Guaviare. Específicamente en un área del municipio de San José del Guaviare que ha
sido históricamente objeto de diferentes políticas de incorporación a la geografía nacional.
En menos de menos de un siglo este lugar pasó de ser considerado como territorio baldío a
espacio para la promoción de la colonización y posteriormente a zona de preservación
ambiental.
La Zona de Preservación Serranía de la Lindosa hace parte del Distrito de Manejo
Integrado Ariari-Guayabero “que se caracteriza por el afloramiento rocoso, el cual brinda
particularidades paisajísticas, ambientales, culturales y especialmente de producción de
agua” (CDA-Cindap, 2007). Según la delimitación hecha en el marco del proyecto
“Formulación e Implementación de una propuesta de Comanejo comunitario e
interinstitucional para la recuperación y conservación de la Zona de Preservación y Reserva
! 51!
Forestal de la Serranía de La Lindosa (ZPSLL) en el municipio de San José, departamento
del Guaviare” (CDA-CINDAP 2007) esta zona comprende un área de 36.607 hectáreas en
las que se encuentran 18 veredas, con 1737 personas, que corresponden aproximadamente a
347 familias; dentro de las cuales, 146 familias tienen sus predios con algún porcentaje de
su terreno en la Zona de Preservación de la Serranía de La Lindosa. De acuerdo con
Cárdenas, Castaño, Zubieta y Jaramillo (2008) las primeras familias de colonos llegaron a
la región sobre la década de 1950 y entre 1957 y 1986 se asentaron en este territorio un
total de 133 familias (p. 46). Los mismos autores manifiestan que:
“La Serranía de La Lindosa ha tenido una histórica intervención antrópica que hoy en día ha
puesto en riesgo gran parte de sus elementos naturales. La transformación de las coberturas
naturales por pastoreo ha compactado el suelo e introducido especies foráneas que en muchos
casos compiten y desplazan las especies nativas. El creciente desarrollo de la región ha
requerido de materiales de construcción que tradicionalmente han sido abastecidos a través
de actividades de minería a cielo abierto en la Serranía, que han generado además graves
problemas de erosión. Por último, las quemas en la región cobran día a día un mayor número
de hectáreas destruidas y en los últimos años han alcanzado los sectores rocosos más altos de
la Serranía, generando una transformación de algunos de los ecosistemas más vulnerables”
(2008, p. 46)
Las diferentes formas de apropiar y entender el territorio de los Nükak y colonos-
campesinos ha intensificado las disputas entre estos dos grupos poblacionales. Este
contexto de creciente tensión social y presión sobre los recursos del área, permite analizar
cómo surgen un entramado de tensiones que se dan por la cohabitación forzada de dos
grupos que no sólo difieren en sus aspiraciones políticas y culturales sino que también
tienen concepciones diferentes de territorio que fluyen entre el lugar y la propiedad (Jacob
Levi en Kolers, 2009). En particular me propongo tomar este caso de estudio para ahondar
en cómo se ha configurado histórica y políticamente el territorio que hoy se conoce como
San José del Guaviare y cómo ocurre su integración a las dinámicas políticas y económicas
nacionales e internacionales. En ese proceso se produce una afectación diferenciada de las
relaciones entre naturaleza y cultura, una coexistencia de formas diferentes de aprehender
! 52!
esta naturaleza que se ha materializado recientemente en un conflicto socio ambiental. Este
tipo de conflictos es aquél:
“donde la controversia de información, intereses o valores se refieren a aspectos
relacionados con el acceso, disponibilidad y calidad de los recursos naturales y de las
condiciones ambientales del entorno que afectan la calidad de vida de las personas”
(CIPMA, 1995 en Maya et al., 2009).
.
Uno de los principales actores de este conflicto es el grupo Wayari muno del pueblo
Nükak, Este pueblo indígena es altamente reconocido a nivel nacional por haber sido el
último pueblo indígena contactado en Colombia (Cabrera, Franky & Mahecha, 1999).
Precisamente, un factor determinante en el devenir histórico del conflicto es que en 1988,
momento en el que se da el contacto oficial de este pueblo nómada, el relacionamiento
político de los pueblos indígenas y el estado colombiano se soportaba en la noción del
“nativo ecológico” (Ulloa 2001) promoviendo la idea de los indígenas como guardianes
tradicionales de la biodiversidad. Dado que, como lo señala del Cairo (2011) el viraje a las
políticas de preservación ambiental en el gobierno de Virgilio Barco (1986- 1990),
transformó la imagen política de los indígenas de habitantes de tierras baldías en aliados de
la protección ambiental. En este sentido, el contacto con un pueblo, que vivía en
“equilibrio” con la selva tropical hizo famosos a los Nükak internacionalmente como los
últimos nómadas verdes de la Amazonía25.
El mismo año que los Wayari muno se ubican en Agua Bonita comenzaron a establecer
rutas de movilidad para encontrar relictos de bosque que les permitan acceder a los algunos
productos de su dieta tradicional (Gutiérrez 2012, Barbero 2015). La orografía y
especialmente la dureza de los afloramientos rocosos se convirtieron en las principales
dificultades para que los Nükak accedan a las áreas boscosas en los primeros años de la
situación de desplazamiento. No obstante, los Wayari muno se movilizan en jornadas de
varios días buscando las áreas menos afectadas por la tala de los bosques nativos y
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!25 Tras la producción de un documental etnográfico sobre el contacto (Rendon & Lamy, 1993) los Nükak fueron ampliamente reconocidos como “los últimos nómadas verdes de la Amazonía” (Del Cairo, 2012).
! 53!
accediendo a zonas donde encuentran micos, frutos de palmas, miel y otros elementos
indispensables para los Nükak.
Tras la ubicación de los Nükak desplazados en ZPSLL, las tensiones con los campesinos
habitantes de ZPSLL no tardaron en surgir. La vocación cazadora y recolectara de los
Nükak afectó las posesiones de los colonos. La ruptura de cercas, el robo de gallinas, la
tumba de palmas para la producción de artesanías, se hicieron frecuentes, así como los
reclamos de los campesinos ante las instituciones del Estado. A su vez, los campesinos
compran los mercados entregados como ayuda humanitaria de emergencia a los Nükak, han
robado tejas y otros insumos destinados para la construcción del albergues temporales, y
permiten que el ganado paste en la finca de los Nükak y defeque en las fuentes de agua de
los indígenas. Así, con el tiempo el conflicto se ha intensificado y se pasó de las quejas a
las autoridades a las amenazas directas entre grupos poblacionales.
“A nosotros al principio si nos gustó que los makuses se estuvieran por aquí. Ellos llegaban
como de a 50 o más y en tres días se comían todos los micos maiceros. El problema es que
después comenzaron a robar la comida de la fincas, eso no se llevaban una o dos matas de
yuca sino que le arrasaban con toda la yuquera, las matas de plátano y los árboles de fruta los
dejaban pelados, pelados” (Entrevista, María Eugenia Montenegro, vereda El Capricho,
Notas de Campo Junio de 2013).
“El problema es que apenas llega el camión con la remesa, llega el colono de los helados en
su bicicleta, vienen y cambian la remesa por un helado, los niños, los niños entregan el arroz,
la pasta, los frijoles y la panela, por un helado de quinientos pesos … También se robaron el
zinc y sacaron el mercado de la escuela” (Entrevista Dajadath Nijbé, asentamiento de
desplazados Nükak de la vereda Agua Bonita, Agosto de 2013)
En los reclamos, denuncias, querellas y discursos en reuniones los campesinos apelaron a
que ellos estaban conservando la Serranía de la Lindosa para que los “Makuses” (Nükak)
lleguen a destruirla. En este orden de ideas, es importante mencionar que Altos de Agua
Bonita ha sido reconocida en los últimos 15 años como una de las veredas en la cual los
campesinos de la Zona de Preservación han transformado sus prácticas económicas para
! 54!
reducir el impacto que estas generan al medio ambiente de la Serranía de la Lindosa (Del
Cairo et al., 2014). La emergencia de procesos de eco-turismo, grupos de ganaderos
ecológicos y organizaciones campesinas ambientales da cuenta de cómo los colonos que
llegaron a la región desde la década de 1950, medio siglo después han transformado sus
prácticas de explotación- deforestación por unas de producción agrícola y ganadera de
mayor sostenibilidad ecológica.
Como señala la señora Montenegro, secretaria de la extinta Asociación de Campesinos
Ambientales del Ariari y Guayabero -Acarigua-, una organización campesina que en la
primera década del siglo XXI reivindicó derechos territoriales en función de la
protección ambiental de los afluentes hídricos, los campesinos al principio vieron con
buenos ojos la presencia de los Nükak. De igual manera, en estos primeros años los
dueños de plantaciones de coca valoraban altamente la habilidad de los Nükak como
recolectores de hoja o raspachines. Además, para la época eran pocas las personas
dedicadas a este oficio dado el inicio del proceso de erradicación manual de coca de La
Macarena, por lo que la mano de obra era escasa y costosa mientras los Nükak eran
mano de obra especializada a bajo costo.
Esta relación económica en las veredas retiradas del asentamiento comenzaba a afectar a
las familias Nükak de Agua Bonita. Mientras los padres trabajaban en las chagras
coqueras los niños jugaban a atrapar pollos, gallinas y cerdos de los vecinos. Las
mujeres que habían aprendido de las Meo muno el comercio de manillas de fibra de
palma, enviaban a los jóvenes a buscar materias primas por lo que estos ingresaban a las
fincas, tumbando la palma y dejando abierto el broche por donde salía el ganado. La
queja más común, sin embargo, era por el envenenamiento de las fuentes de agua para el
ejercicio de la pesca tradicional. Así lo señala un funcionario de la corporación CDA:
“Eso era un problema, porque a un campesino se le enfermaba una vaca por tomar
esa agua y venía aquí a decir que se le habían muerto tres o cuatro vacas, que para
evitar el olor tenían que enterrarla así que no habían pruebas y que tocaba pagársela
por que quién iba a comprar la carne de un animal embarbascado, como no se podía
hacer nada al otro día salían por la radio diciendo que la Corporación (CDA) no
! 55!
servía a para nada”. (Diálogo personal funcionario de la CDA, Notas de campo
Marzo de 2015)
En 2007, la consolidación del Plan de Manejo Ambiental de ZPSLL se convirtió en un hito
histórico de este proceso. Los campesinos de la zona aprovechan lo que consideran la
publicación inconsulta del documento para organizar procesos que les permitan usos
económicos más convenientes en el área preservada. Bajo la figura de organizaciones
campesinas ecológicas como Corpolindosa se convierten en detractores del plan de manejo
y promueven procesos de zonificación más convenientes, respaldados por figuras de
comanejo entre la autoridad ambiental y los propietarios de las fincas. La emergencia de
estas subjetividades ambientales26 se contrapone a la presencia de los Nükak, que algunas
instituciones y defensores de derechos humanos promueven como los legítimos dueños de
la zona, confrontando ambas poblaciones.
En las reuniones comunitarias para la construcción participativa del Plan de Manejo de la
ZPSLL en 2006, los campesinos comenzaron a quejarse del impacto generado por los
Nükak en la Serranía. Según el coordinador del Proyecto de fortalecimiento de Acarigua
para la implementación del Plan de Manejo de la ZPSLL, los campesinos “se quejaban por
que los Nükak tumbaron una palma que antes ni siquiera sabían que estaba en su finca”
Los líderes campesinos manifiestaron “conservar para qué… para que vengan los guajibos
y ellos si pueden tumbar, a ellos si los dejan cazar” (Notas de campo junio de 2015).
Los reclamos de los campesinos sobre la consulta del Plan de Manejo hacen eco en la
Autoridad Ambiental. Como estrategia para la implementación del plan de la CDA27 la
corporación CINDAP crea el documento de comanejo comunitario e institucional para la
recuperación y protección de la ZPSLL. Esta figura hace que suba el tenor de los discursos.
Para el 2008, el presidente de Corpolindosa manifiesta, en el marco de una Mesa Nükak
organizada por la Alcaldía de San José del Guaviare, “que los antropólogos les dicen a los
Nükak que ellos son los legítimos dueños, pero eso no es verdad ellos tienen su resguardo
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!26 Las subjetividades ambientales se entienden como formas de entender, apropiar y relacionarse con el medio ambiente que se definen en la relación entre la agencia de las poblaciones locales y un contexto sociohistórico más amplio. 27 Corporación Para el Desarrollo Sostenible del Norte y Oriente Amazónico.
! 56!
allá en la montaña, los legítimos dueños de la Serranía somos nosotros que tenemos los
títulos” (Acta de reunión 16 de septiembre de 2008- Realizada por Ramón Rodríguez de
Acción Social. Archivo Acción Social). Para este momento los Wayari muno se encuentran
desmoralizados por la situación de desplazamiento y la cohabitación con los campesinos.
Así lo señala el documento entregado por el antropólogo Héctor Mondragón el 31 de mayo
de 2007 en el que refiere que los Nükak se encuentran cansados de que los colonos los
regañen por salir a cazar y a buscar comida. (Mondragón, Héctor, Informe de la comisión
realizada entre el 16 y 24 de marzo 2008, Archivo Dirección de Patrimonio Ministerio de
Cultura).
En diciembre de 2009 la Corte Constitucional se pronunció a favor de los pueblos
indígenas víctimas del desplazamiento forzado. La sanción del Auto 004 de 2009 visibiliza
la amenaza de extinción física y cultural de 34 pueblos indígenas que enfrentan dicho
riesgo. La inclusión de los Nükak dentro del Auto incrementa la atención institucional
prestada para los pueblos indígenas. Es mismo año el PNUD y la Universidad Nacional de
Colombia habían generado procesos de concertación con los grupos Wayari y Meo muno en
los que señalaron las tensiones que se presentaban con los colonos. Señalaron que a los
Nükak les era muy difícil moverse porque los campesinos y colonos los restringían. En
2010 en el marco del proyecto realizado por la CDA con financiación de la Unión Europea,
algunos líderes manifestaron “los colonos tienen muchas cosas y no les gusta compartir,
por eso nosotros les quitamos, para que aprendan que deben compartir” (Diálogo personal
con Felipe Cabrera. Junio de 2015. Notas de campo). En esta afirmación encontramos un
primer detonante de la situación de conflicto socio-ambiental. Por supuesto mientras para
los campesinos la tierra es de quien la trabaja, la explota, para los Nükak, la tierra es un
bien común que se puede explotar conjuntamente, en las justas proporciones para el
mantenimiento de la familia, pero siempre regulado por la capacidad de compartir con los
demás miembros del grupo local.
Ahondar en esta idea del conflicto entre territorialidades nos obliga a entender un poco
sobre la apropiación simbólica del espacio de los Nükak. Desde la cosmología de este
pueblo indígena el universo se divide en tres niveles. Un nivel de arriba /Jea/, un nivel de
! 57!
abajo /Bak/ y un nivel medio /Yee/ donde habitan actualmente los Nükak. La movilidad
entre estos niveles es permitida para aquellos individuos que alcanzan la capacidad de ver
de verdad, o llegan a ser Nükak verdaderos, Nükak Baka´ (Franky, 2011). En oníricos
viajes chamánicos, los Nükak Baka pueden moverse entre un nivel y otro para visitar
parientes, los cuales han pasado a otro nivel después de la muerte física o siempre han
habitado allí, y así acompañarse y compartir. El vínculo entre los niveles y el equilibrio del
cosmos se mantiene por el complimiento de las actividades cotidianas y rituales de todas las
personas de los grupos. Como señala Franky (2011) el acompañarse, el compartir tiempo,
espacio y bienes permite el mantenimiento del equilibrio ecológico del universo Nükak28.
La ruptura de este equilibrio genera, como ya ocurrió alguna vez según las historias de los
Nükak, que se queme o se inunde el mundo. Este principio ecológico regula por ende las
relaciones con la naturaleza de cada individuo Nükak (Franky, 2011, Barbero et al, 2012) .
Dado que compartir es el punto de equilibrio ecológico de los Nükak, un sistema
económico soportado en la acumulación de capitales y territorios como el capitalista resulta
contradictorio para su modo de vida. Por otro lado, para un modelo económico y ecológico
acumulativo, en el que el tema ambiental se vincula directamente con la productividad del
suelo, una ecología de libre recolección resulta una amenaza latente para el mantenimiento
del orden social. Este tipo de conflicto por valores, como señala Walter (2009) se vinculan
con una disputa en torno de distintos sistemas de creencias. En este sentido, se evidencia
que donde existen conflictos ambientales irresueltos, existe discrepancia entre sistemas de
valoración que muchas veces son inconmensurables (Martínez-Alier 2001).
En este orden ideas, el conflicto enfrenta dos formas de apropiar y significar el territorio,
dos territorialidades distintas. Sack (1986) afirma que “la territorialidad está incrustada en
las relaciones sociales (y) es siempre socialmente construida (...) en un acto de voluntad
que involucra múltiples niveles de razones y significados” (Sack, 1986: 5). De esta manera,
afirma el autor, “la territorialidad es el telón de fondo de las relaciones humanas espaciales
y las concepciones del espacio” (Sack, 1986: 5). Así el concepto de territorio está vinculado
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!28 Por ejemplo al cernir las pepas recolectadas para hacer jugos en /Jea/ se logra que llueva en /Bak/, lo mismo ocurre en /Jea/ cuando cuelan los frutos en /Bak/ y consecuentemente, la lluvia que cae en /Yee/ es producto de la elaboración de jugos en /Jea/ (Franky, 2011; Barbero et al, 2012).
! 58!
a lo que los actores sociales proyectan sobre el y a las reglas sociales que lo regulan, estas
últimas pueden entrar en tensión entre diferentes grupos poblacionales generando conflictos
(Bottaro, 2012).
Las disputas entre campesinos y Nükak se incrementaron considerablemente entre 2011 y
2013. El aumento de robos en las fincas de los campesinos se evidencia por el número de
denuncias que estos colocan en la inspección de policía, de 3 reportadas en 2011 se pasa a
más de 25 para agosto de 2013. Así lo hizo saber el inspector de policía en una reunión de
emergencia citada por la Alcaldía, la Unidad de Víctimas y el Ministerio del Interior en el
marco de una reunión con líderes de todos los asentamientos Nükak. Los campesinos,
mostraron fotos de una vaca apuñaleada, una señora de la vereda Agua Bonita manifestó
haber perdido más de 200 gallinas, otro vecino señala que un grupo de Nükak lo amenazó
por pedirles que no tumbaran las palmas. El presidente de la Junta de Acción Comunal, en
vocería de los habitantes de la vereda manifiestó: “… Vamos a seguir poniendo denuncias
hasta que hagan algo… nosotros pagamos impuestos y también tenemos derechos, los
derechos de ellos son allá en la tierra que tienen, no aquí” . En la reunión con los Nükak,
estos se defendieron explicando que habían herido la vaca por que intentaron ahucharla
para que no defecara en el reservorio de agua, “ siempre pedimos a los colonos que no
pongan a pastar el ganado dentro de la finca, pero es que ellos lo hacen de adrede para
provocarnos si hay que pelear nosotros también sabemos” (Notas de campo. Agosto de
2013).
A lo largo de 2014 las peleas, amenazas, querellas señaladas por uno y otro grupo se
volvieron recurrentes. La alcaldía de San José del Guaviare citó a diferentes espacios en los
que el grupo de resolución de conflictos del Ministerio del Interior y el equipo del Auto
acompañaronlas reuniones. Se lograron algunos acuerdos para pagar los perjuicios
ocasionados por los daños en las fincas de los colonos. No obstante, las amenazas
continúan. El presidente de Corpolindosa señala ser un hombre pacífico, pero que ha sido
amenazado varias veces, sus hijos tienen miedo de ir a la escuela y encontrarse con un
Nükak, pues ellos saben que es él quien ha puesto las denuncias. “Si alguien de mi familia o
de la vereda resulta herido o muerto por este problema ustedes qué van a hacer, nada,
! 59!
porque a los Nükak nunca les hacen nada” (Acta de reunión, vereda altos de Agua Bonita.
Mayo de 2014) sentenció. En efecto ocho meses después de la reunión se presentó el
incidente en el que resultó herido de bala el campesino de ZPSLL.
Como estrategia para buscar una solución pacífica de los conflictos el grupos de resolución
de conflictos del Ministerio del Interior y la oficina de la gestora social del municipio,
realizaron una serie de reuniones en San José del Guaviare para hacer una tipología de los
conflictos que se presentaban desde la llegada de los Wayari muno. Luego de una análisis
de los conflictos, el Ministerio del Interior dictaminó que estos tenían como causa
estructural la desarticulación de las formas tradicionales de resolución de conflictos
internos de los Nükak luego del contacto, además de la ambigüedad de las relaciones de
estos con campesinos-colonos. Se evidenció que el Estado había sido incapaz de generar
un modelo de gestión de los conflictos, por lo que no existe ninguna ley ni consuetudinaria
ni ordinaria que regulara las relaciones de los Nükak con otros grupos poblacionales.
Además de esto el Ministerio generó una tipología dentro de la que incluyó “Presencia de
colonos en el territorio Nükak, presencia de Nükak en zonas ajenas a su territorio, robos
recíprocos, representaciones recíprocas sesgadas, relaciones interculturales conflictivas,
realización de prácticas tradicionales de caza, pesca, recolección en fronteras de colonos
que reaccionan a las mismas” (DAIRM, 2012, Documento de trabajo)29.
Para rastrear los actores y las tensiones que se generan en el conflicto es posible seguir los
discursos que se tejen en torno al conflicto entre los Nükak y los colonos campesinos y
analizar los contextos, las posiciones asumidas, y las referencias al conflicto que se
presentan entre unos y otros en los diferentes espacios donde se ha abordado el tema. Así
por ejemplo en el comité de justicia transicional ampliado del día 13 de abril de 2015, que
se citó de urgencia tras el incidente del cruce de disparos algunos líderes Nükak y el
presidente de la junta de acción de la vereda Altos de Agua Bonita tuvieron el siguiente
debate:
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!29 Documento de trabajo elaborado por el profesional Carlos Ariel Ruiz en el marco del proceso de resolución de conflictos liderado por la Alcaldía de San José del Guaviare y el ministerio del Interior
! 60!
-Monika Nükak: -Cuando uno quiere coger un mico, los colonos lo critican pero ellos tienen
ganado. Que creativos de ellos. No nos dejan recolectar, ni pescar, ni conseguir miel, antes si
podíamos, muchos problemas, no se puede vivir como antes. Una vez fuimos a cacería y un
colono hace cosas malas a nosotros. Nos sacan con su escopeta. A mi me sacó un señor en la
Lindosa, y no aguanto perdonar y le hacemos mal a él. No es culpa de nosotros. ¿Quien era
primero los nükak o los kawene30?. Ustedes pueden matarnos y si nos morimos nos morimos-
-Arnulfo León- Presidente JAC: - Nosotros no queremos que pesquen y cacen, es verdad, que
no acaben la fauna y la flora. Pero es que a nosotros también las entidades nos han dicho que
nos amonestan, que hay que conservar y una cosa y la otra… Este territorio era de indígenas
pues si, pero desde el descubrimiento de América todo es de pueblos indígenas. No es verdad
que la tierra es de ellos, nosotros tenemos títulos legales. El Estado nos cobra, las palmas en
están zona están en peligro, nosotros entendemos la forma de ser de ellos, pero cuando yo los
conocí en Charras ellos bajaban las pepas sin tumbar la palma y porque hoy si lo tumban,
ellos no tienen la culpa, la culpa es de las entidades que les han traído esos machetes. Y
donde está lo de la cultura, hablan de cultura pero hacen cosas que no son ciertas. Ellos
pueden subirse, tienen la capacidad. Subirse a la palma es cultura. Tanta publicidad que se les
hace a los Nükak Makú, eso tiene que ser un negocio para alguien. Los Nükak que los
nómadas pero ya no tienen nada de eso. Hoy día están en casa igual a la de nosotros, estamos
totalmente equivocadas con la cultura de ellos (Grabación del Comité de justicia
Transicional, 13 de abril de 2015).
La intervención del presidente veredal en respuesta a los Nükak permite intuir a un grupo
de actores que va más allá de los Nükak y las familias campesinas que habitan ZPSLL. Un
primer grupo son las instituciones locales, que deben priorizar la atención a los grupos por
grados de vulnerabilidad. Así el papel desplegado por la Corporación de Desarrollo
Sostenible -CDA- que ha instado a los campesinos a cuidar las palmas y especies nativas
por medio de medidas regulatorias y sancionatorias. Por otro lado, es importante ver que las
manifestaciones políticas de los campesinos de la zona las hacen por medio de las juntas de
acción comunal, convirtiendo a los líderes en la primera autoridad para gestionar y dar
solución a conflictos interétnicos. Esta autoridad tramita los conflictos a la autoridades
correspondientes. No obstante, dado que en temas étnicos por temor a sanciones por no
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!30 Esta es la denominación que los Nükak dan a las personas no Nükak y que no pertenecen a otros pueblos indígenas.
! 61!
aplicar la jurisdicción especial indígena, casi nunca encuentra una respuesta efectiva.
Cuando los conflictos llegan a las autoridades civiles, se activa una red de actores
defensores de uno u otro grupo. Mientras las autoridades policiales exigen a las civiles se
defina un mecanismo de sanción, los defensores de derechos y las instituciones de atención
a exigen que antes de definir una sanción se garantice las condiciones reales para el
desarrollo de la vida material y espiritual de los Nükak, que hasta entonces no se proceda a
generar ningún castigo.
Hasta el momento he reseñado a grandes rasgos las manifestaciones visibles de la
confrontación por la divergencia entre las territorialidades de los indígenas y campesinos de
ZPSLL. No obstante, como señala Gutiérrez Puebla (2011) la adopción de distintas escalas
espaciales en una investigación es la clave para entender la realidad en toda su complejidad.
En este orden de ideas argumentaré en lo que sigue, que este conflicto socio-ambiental se
encuentra arraigado en una complejidad de relaciones multiescalares que han insertado de
forma desigual a ambas poblaciones en una geopolítica económica contingente, para la cual
se han instrumentalizado políticas públicas para la configuración de subjetividades
ambientales de acuerdo a intereses económicos y políticos regionales, nacionales y
supranacionales en diferentes momentos de la historia colombiana reciente.
La emergencia del conflicto entre estos dos grupos poblacionales ha llevado a que otros
actores intervengan en la tensión que se desarrolla. Así, la institucionalidad local ha
reaccionado pretendiendo encontrar una solución pacífica por medio del diálogo, y lograr
así una coexistencia entre ambos grupos poblacionales. No obstante, la desarticulación
institucional, la variedad de intereses políticos y/o la falta de constancia y continuidad en
las acciones, terminan por incrementar las tensiones y llevarlas a un punto de desborde de
la capacidad institucional.
Otro factor fundamental para entender el conflicto es la diferencia de los intereses en las
políticas públicas de origen local y aquellas definidas desde los centros de poder político
nacional. Así, por un lado, se pretende garantizar a los campesinos las condiciones para la
producción sostenible, y por el otro se busca la salvaguarda física y cultural de los pueblos
! 62!
indígenas, siguiendo la jurisprudencia de la Corte Constitucional. Sin embargo, en un
contexto como este ambos paquetes de políticas no logran conciliarse en la realidad.
Pero más que interesarme en los actores del conflicto, me llama la atención que los
discursos de los campesinos de prevención y cuidado de la naturaleza, reducir las
actividades de cacería y el cuidado de las palmas, no está de acuerdo con las descripciones
sobre el impacto generado por los colonos a la serranía, las prácticas de praderización, o la
introducción de especies invasoras. Así mismo la imagen que se promueve de los Nükak en
San José del Guaviare como nómadas, sujetos ecológicos por naturaleza y pacíficos,
contrasta con la de los indígenas rencorosos, vengativos y destructores de la naturaleza.
Estas contradicciones tienen un sustrato histórico en las relaciones de poder sobre la
naturaleza como lo exploro en el siguiente aparte.
2.5.%Políticas%públicas%y%desarrollo%histórico%del%conflicto%
En los apartados anteriores presenté de manera general las manifestaciones visibles del
conflicto socioambiental que existe entre colonos-campesinos de la ZPSLL y los Nükak
Wayari muno en situación de desplazamiento. Sin embargo, para lograr una comprensión
integral de este conflicto es menester considerar su carácter multicausal a partir de las
cuatro perspectivas de análisis propuestas por Del Cairo, et al (2014): histórica, política,
económica y de las subjetividades. La articulación de estas dimensiones permite consolidar
una estrategia más compleja y crítica para analizar el conflicto, la cual propende por
evidenciar los procesos que subyacen a las manifestaciones visibles de las relaciones entre
campesinos y Nükak para este caso de estudio particular.
En este orden de ideas, es clave entender que esta relación ha estado marcada por las
formas en las que se ha configurado el territorio en el departamento del Guaviare histórica
y políticamente y la forma como ambos grupos se han visto involucrados en estos procesos
de conformación territorial. El conflicto socio-ambiental evidencia, entonces, un cambio en
la interpretación institucional y social de los campesinos y los indígenas del Guaviare que
parece denotar una trayectoria contradictoria: mientras que los colonos pasaron de ser
representados como héroes del proceso civilizador a ser la principal amenaza para la
! 63!
conservación de la Amazonia y luego aliados estratégicos en la conservación de las áreas
protegidas; los Nükak, dejaron de ser los habitantes no conocidos “aislados” de territorios
baldíos, a ser los indios prístinos o en términos de Astrid Ulloa los “nativos ecológicos”
(sensu Ulloa, 2005) para posteriormente, convertirse en amenaza a las áreas de protección
ambiental.
Ese complejo movimiento de representaciones evidencia la forma en que las políticas
públicas ambientales y sociales han configurado espacios políticos y formas de generar
poblaciones en función de la preservación ambiental. En lo que sigue propongo que una de
las principales razones por las que se ha complejizado progresivamente este conflicto es
que en la búsqueda de soluciones que intentan identificar diferentes instituciones del orden
territorial y nacional a este conflicto, sólo se le ha caracterizado como un conflicto de
intereses. A partir de esa concepción que simplifica las causas de este conflicto
socioambiental, es difícil reconocer las causas multidimensionales y estructurales que se
han forjado históricamente y que están asociadas a unas estrategias geopolíticas que
resultan oponiendo de manera radical en el contexto local dos formas de apropiar la
naturaleza, desconociendo la agencia que los diferentes actores despliegan para controlar y
legitimar dicha apropiación.
Entender que una de las múltiples causas del conflicto socio-ambiental se encuentra
relacionada con las divergencias entre los ideales de configuración y explotación de los
territorios entre los órdenes nacional y regional en la construcción de las políticas de
estado, resulta fundamental para un análisis real de las dimensiones del conflicto.
Para abordar el tema en su complejidad debemos analizarlo en diferentes escalas o
contextos (local, regional, nacional, internacional). Justamente en cada nivel las relaciones
que se establecen entre los actores van a cambiar, de allí la necesidad de mirar la escala
también como una forma de analizar las relaciones (Reboratti, 2001). Así por ejemplo, en
los últimos años en el municipio de San José y el departamento del Guaviare se han elegido
alcaldes y gobernadores respectivamente que han promovido el desarrollo regional en
función de la apertura de mercados y negocios para los colonos-campesinos. Por ejemplo,
los planes de gobierno y de gestión política del actual alcalde (2011- 2015) se titula
! 64!
“abriendo campo para el desarrollo”, mientras que en el mismo periodo la gobernación
denomina su plan de gobierno “así marcamos huella”. Esta idea del progreso es
contradictoria con los objetivos nacionales de integración de esta región en la economía
nacional, en la que más que verse como un municipio o un departamento productor de
alimentos, se percibe como una reserva natural, un área selvática que puede aportar a la
economía en tanto desarrolle las empresas turísticas y la oferta de servicios ambientales.
Mientras la racionalidad ecológica como fundamento del desarrollo regional planteado
desde lo nacional da cumplimiento a varios de los acuerdos internacionales de protección
de la Amazonía, la racionalidad política local y regional de producción agrícola da
cumplimiento a lo ordenado por la población en el ejercicio democrático de elección de
autoridades locales. Esta última se plantea a partir de las necesidades que se generan en los
procesos de colonización de la región como resultado de diferentes procesos sociales,
económicos y políticos por los que transitó la nación colombiana en el siglo XX, y que
generaron diferentes oleadas de colonización en la región31. Rastrear este proceso histórico
es fundamental para identificar el por qué de la dicotomía entre la producción política del
espacio dadas las dos racionalidades en la formulación de políticas públicas se convierten
en el factor determinante para el incremento de las tensiones entre los Nükak y los colonos-
campesinos. Por supuesto, esto hace necesario un recorrido por la progresividad de las
políticas públicas y su relación con estos dos grupos poblacionales32. La comprensión de
que el hecho de un cruce de disparos es producto de un devenir histórico contingente en
tanto producto de relaciones interculturales enmarcadas en luchas de poder, es fundamental
para la comprensión total del conflicto.
Así, la violencia bipartidista que inició a mediados de la década de 1940 generó oleadas de
campesinos desplazados desde diferentes regiones del país. La presencia de terratenientes
latifundistas para la producción pecuaria, en su mayoría conservadores, incrementó las !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!31 Los primeros poblamientos de colonos se produjeron como consecuencia de economías extractivistas en la región. Tras esto, se presentó una migración masiva de campesinos hacia diferentes regiones del país producto de las disputas bipartidistas en la época conocida como “La Violencia”. En la Amazonía, estas oleadas migratorias se concentraron principalmente en el piedemonte, y significaron transformaciones en la estructura económica y social de la región (Molano, 1987). Para la década de 1960 se da la colonización “dirigida”, impulsada desde el Gobierno central como parte de programas de ocupación rural y urbana, la fundación y desarrollo de cabeceras municipales y el regreso al campo después de la Violencia (Molano, 1987). 32 Por política pública se entiende “un conjunto conformado por uno o varios objetivos colectivos considerados necesarios o deseables… que se condensan en programas y proyectos que impactan poblaciones particulares, y son instrumentos de transformación o mantenimiento del orden social” (Roth, 2010)
! 65!
tensiones con los colonos minifundistas liberales de tradición agrícola. Estos
desplazamientos sucesivos impactaron de manera dramática el medio ambiente de los
territorios colonizados. Para 1959, las oleadas migratorias en diferentes regiones obligan al
Estado a crear medidas de gobernanza territorial en estas áreas, generando una primera
política de regulación medio ambiental por medio de la ley segunda de este año33.
Diez años después, los impactos sociales de la violencia han transformado el mapa político
del país, por lo que las políticas medio ambientales son reformuladas en función de la crisis
social desatada. Por esto en 1971 el Inderena sustrajo 181.200 hectáreas de la Reserva
Forestal de La Amazonía (Arcila, et al, 1999). La política de colonización de baldíos se
difundió con rapidez por medio de programas radiales desde la década de 1960, en los que
se garantizó transporte aéreo para movilizar personas a la región amazónica motivados con
la promesa de créditos para agricultura y ganadería otorgados por hectáreas de bosque
tumbado y praderizado. Por este motivo la frontera agrícola y ganadera se ensanchó con
rapidez sin contar con el acompañamiento estatal prometido.
Un elemento común en varios de los relatos de vida de los colonos hoy habitantes de las
veredas cercanas a San José del Guaviare, tiene que ver con el carácter heroico en el
proceso civilizatorio para la construcción de nación en estos territorios “baldíos”. La
colonización de estas zonas como un objetivo dentro del proyecto de nación mestiza,
reduccionista de indios y selvas que no contribuían al desarrollo nacional, y por tanto el
estatus de héroes y heroínas que tenían los colonos de la época puede ser entendida como la
legitimación de la colonización del departamento del Guaviare. Esto repercutió en el
gobierno que por medio del decreto 1926 de 197534 comenzara a administrar los territorios
nacionales, promoviendo y auspiciando la colonización. Es claro, que al asegurar la
propiedad estatal de los territorios denominados baldíos se negó la titularidad de posesión
colectiva de los territorios tradicionalmente habitados por pueblos indígenas y que no
tenían títulos de propiedad. Así, en este momento desde los discursos moralizantes de
acuerdo al modelo económico, los campesinos eran asumidos como los encargados de !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!33 Por el cual se dictan normas sobre economía forestal de la Nación y conservación de recursos naturales renovables. 34 Artículo 4. Corresponde al Gobierno Nacional, en relación con las Intendencias y Comisarías: Literal. b) Auspiciar su colonización; promover la construcción, conservación y mejora de las vías y la mejor prestación de los servicios públicos; impulsar la fundación y el establecimiento de nuevas poblaciones y orientar el desarrollo de las ya fundadas.
! 66!
llevar el desarrollo a zonas alejadas del país, mientras los pueblos indígenas y su estilo de
vida eran percibidos como un obstáculo para este desarrollo.
La promesa incumplida de créditos para los colonos, sumada al abandono por parte del
Estado abrió la selva a la incursión del negocio de la marihuana. Los campesinos alistaron
el terreno para la siembra de la planta, no obstante, los compradores comercializadores del
producto no llegaron en la cantidad esperada por lo que la tierra quedó lista para una
siembra más prometedora (Molano, 1987). Para la segunda mitad de la década de 1970 el
boom de la coca explota en el Guaviare. El alistamiento de tierras hecho para la marihuana
facilitó la siembra de la coca, se configuró una importante red de comercio y oferta de
trabajadores e inversores de diferentes partes del país, quienes comenzaron a abrir trochas y
a fundar veredas para la siembra de hoja, producción de cocaína y el tráfico del
estupefaciente. La tupida selva sirvió de camuflaje para los cultivos del producto, que
tenían salida por los ríos Guayabero, Ariari y Güejar, Orinoco (Arcila et al, 1999).
Durante la década de 1980 el negocio llegó a su máxima producción. En veredas remotas se
conseguía la revista Times de la semana, para hacer seguimiento al precio del dólar. Los
billetes por su volumen no se contaban sino que se pesaban en balanzas romanas y el
comercio llevó a algunos caseríos de no más de 30 casas a albergar una población flotante
superior a las 2000 personas. Para Toño, habitante de la vereda el Raudal del Guayabero:
“Para ese entonces era mucha la vida que tenía este caserío. Todas las noches había
peleas de gallos y por lo menos tres locales de venta de trago abiertos. Venía gente
vendiendo joyas de oro, ropa de marca y hasta televisores, equipos de sonido y radios,
la residencia siempre estaba llena… Cómo mi hermano y yo éramos paceros bravos
(motorista del río quienes conocen el raudal y lo pueden navegar) hacíamos al menos
cuatro cruces por día, de esas falcas de cuatro toneladas, subíamos insumos (para
producción coquera) y bajábamos con la pasta base por kilos… Aquí en el Raudal,
había mucho chichipato (compradores de pasta base) dispuestos a comprar de acuerdo
a la calidad del producto, y esto parecía siempre un hormiguero, con gente
moviéndose todo el día y toda la noche” (Notas de campo. Junio de 2013).
! 67!
Este proceso incrementó la frontera agrícola hasta las áreas de movilidad de los grupos
Nükak. Aquellos grupos habitantes de la parte occidental del territorio tradicional, fueron
los primeros en entrar en un contacto prolongado con los colonos (Cabrera et al, 1999). La
presencia de los Kawene, denominación que dan los Nükak a las personas no Nükak se
incluye en los relatos de apropiación territorial, dotándolos de poderes chamanísticos que
les permiten afectar a los Nükak, por lo que enfermedades como la gripe, y la alta
mortalidad de personas que esta ocasionó se incorporaron dentro de la tradición oral del
pueblo.
En el nivel nacional la segunda mitad de la década de 1970 y a lo largo de la de 1980
representó el cambio en las políticas gubernamentales para los territorios Amazónicos.
Como lo señala Arcila et al, (1999), por medio del programa Proradam (1974-1979)35,
enmarcado en las investigaciones científicas ordenadas por la ley segunda del 1959 se
inician los procesos para el aprovechamiento del área amazónica. El programa recomendó
en su momento “la no utilización de suelos para la producción agrícola, dada su baja
calidad para la producción” (p:72). De igual manera tal como lo evidencian Del Cairo et al
(2014) Proradam al clasificar la economía de los campesinos como extractivista, evidencia
cómo desde el discurso cientificista se generó la imagen del sujeto campesino como
depredador del medio ambiente, entre tanto, las prácticas de los indígenas fueron
catalogadas como compatibles con la conservación. De esta manera se evidencia un cambio
en la representación de estas dos poblaciones que permea el discurso estatal, a lo que se
suma los prejuicios que se generan con la incursión de los campesinos al negocio de la
coca, siendo percibidos así como depredadores del medio ambiente e ilegales (Del Cairo,
2014). Todos estos procesos económicos y políticos configuran diferentes subjetividades y
agencias entre los habitantes de un espacio geográfico determinado, lo que lleva a una
confrontación política de instrumentalización de dichas agencias.
También, en el ámbito de lo medio ambiental desde 1978 se da la iniciativa financiada por
el gobierno de los Países Bajos, encaminada a la investigación científica en territorios
Amazónicos conocida como Corporación Araracuara. Por otra parte, de acuerdo con Del
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!35 Programa Radargramétrico para la Amazonía.
! 68!
Cairo (2012) el presidente Virgilio Barco Vargas (1986-1990) profundizó en la estrategia
de su predecesor, Belisario Betancur (1982-1986), quien cambio la confrontación por la
negociación en los procesos de relacionamiento con pueblos indígenas. Por su parte Barco
da inicio a una transformación legal y simbólica sobre los pueblos indígenas, y
específicamente para el caso amazónico vincula asuntos ambientales con étnicos como eje
de una propuesta de desarrollo integral para la región (p. 164). Un legado de esto fue la
formulación de La política de protección de la diversidad cultural y biológica de la
Amazonia, con las directrices de esta política se crearon 44 resguardos indígenas, y se
constituyeron varios parques naturales nacionales; además de esto se hizo gran énfasis en la
importancia que tienen los conocimientos ancestrales de los pueblos indígenas en la
comprensión de las dinámicas territoriales y la conservación de la biodiversidad (Giraldo,
2011).
Este punto de quiebre en las políticas públicas de protección del medio ambiente representa
también un importante paso en el reconocimiento de derechos de la diversidad cultural. Así,
en palabras de Ulloa (2004) “las representaciones sobre los indígenas han sido
transformadas del “sujeto colonial salvaje” en el “actor político- ecológico””(2004, p. 2).
Para el pueblo Nükak, referente de mutualismo ecológico con el ecosistema, esto representa
que sean reconocidos a nivel nacional como “los últimos nómadas verdes” avocándoles esta
connotación de sujetos ecológicos. No obstante, la transformación política de lo indígena en
el imaginario nacional, en el ámbito regional los pueblos indígenas siguen siendo
percibidos desde el punto de vista económico, como un “obstáculo” para materializar las
políticas de desarrollo hegemónicas, al requerir grandes cantidades de territorio para la
producción y reproducción de su vida material y espiritual. Esto se complejiza, si se
consideran las tensiones regionales por el uso y el control de los recursos, y las diferentes
lógicas de uso del medio que se entrecruzan en contextos tan diversos como el del
departamento del Guaviare.
Caso contrario ocurre con los colonos que pasan de ser los héroes de la colonización a
amenaza para el ecosistema, mientras que los ingresos del mercado de narcóticos son la
base de la economía local de la época. Así, en palabras de Chaves (2002) “los indígenas
! 69!
entran en el juego político que les permite su representación como sujetos étnicos
poseedores de derechos, protectores del medio ambiente, mientras los campesinos son
sujetos no étnicos, carentes de cultura y depredadores de los recursos naturales” (2002, p.
168)
Las movilizaciones campesinas de 1986 logran una segunda sustracción del área de reserva
forestal, esta vez una extensión de 221.000 hectáreas. Para 1987 por medio del acuerdo 030
de 1987 se reconoce la presencia de colonos en las cuencas de los ríos Guayabero y
Guaviare. Las dos sustracciones del área protegida, dinamizan la colonización así como el
mercado de tierras en el Guaviare: antes de la segunda sustracción el porcentaje de tierras
en manos de colonos fundadores era de 47% frente a 52% de propiedad de nuevos colonos,
posterior a la reducción del área protegida el porcentaje es de solo el 3% contra el 97%
restante. Estos colonos no retornan a sus lugares de origen, sino que en su mayoría se
dedican a abrir nuevos fundos ensanchando la frontera de colonización al margen
occidental del casco urbano de San José (Arcila et al. 1999). Estos elementos de
organización y movilización, comienzan a manifestar un cambio en el interés en la
propiedad de la tierra, y una búsqueda de los campesinos por entablar negociaciones con las
autoridades civiles nacionales que permita obtener títulos legales a cambio de dejar las
actividades ilegales.
En este sentido se puede decir que los movimientos sociales, la guerra contra los cárteles de
la droga, el surgimiento de grupos paramilitares, y especialmente la movilización de
campesinos entre las diferentes regiones del país reconfiguraron el mapa político nacional.
Como señala Margarita Chaves (2002): “en los años ochentas y noventas tuvo lugar la
generación de discursos indigenistas y ambientalistas en círculos técnicos, políticos,
académicos e institucionales, y su apropiación por parte de comunidades y dirigentes
indígenas en el contexto de su lucha por los derechos culturales y territoriales” “(2002, p.
171). Sin embargo, para el caso específico del Guaviare, estos discursos sólo aterrizaban en
esporádicos programas y proyectos, que generalmente se quedaron en el centro poblado de
San José. Sin desconocer el carácter ilegal de la producción cocalera los colonos de la zona
se aferraron a utopías reforzadas por las dos sustracciones al área de reserva. En este
! 70!
sentido, los caseríos y veredas se organizaron y fueron adentrándose cada vez más en áreas
boscosas para el camuflaje de los cultivos ilícitos. En ese contexto se da en 1988 el
contacto oficial de los Nükak con la sociedad mayoritaria.
La reforma constitucional de 1991, fue sin lugar a dudas el hecho político de la última
década del siglo XX. No solo por el reconocimiento como nación pluriétnica y
multicultural que elevó a la máxima categoría legal el convenio 169 de la OIT, suscrito en
Colombia por medio de la ley 21 de marzo del mismo año. La constitución del 1991
modificó el concepto de planificación territorial que hasta la fecha se venía trabajando e
introdujo el esquema de ordenamiento territorial articulándolo a procesos de división
político administrativa para la conformación de provincias y regiones. En la nueva
legislación el proceso de ordenamiento territorial dejó de ser el arreglo de espacios físicos,
y fue redefinido en función de las actividades y relaciones humanas sobre un territorio,
producto de acuerdos y concertaciones al interior de las comunidades y en relación con el
Estado (Sinchi, 2004. P:53-7). Para los pueblos indígenas significó el reconocimiento legal
de los resguardos como entidades autónomas jurídica y judicialmente.
Para el caso de Colombia las políticas multiculturales han estado ligadas a la representación
del indígena como sujeto ecológico. Esta nueva concepción del indígena dentro del estado
multicultural, ha sido analizada desde diferentes enfoques. Según Del Cairo (2012) existen
tres puntos de vista al respecto. En primer lugar, se ubican investigadores que asumen que
las reformas multiculturales en Colombia se constituyen como formas de alienar los
objetivos de los grupos étnicos para adaptarlos a las lógicas, necesidades e intereses del
Estado. En segundo lugar se encuentran aquellos para quienes estas reformas son resultados
positivos de las luchas de los mismos movimientos sociales. Y por último, se encuentra una
posición intermedia que si bien reconoce la ambigüedad de las reformas multiculturales,
también reconoce su potencialidad para empoderar a las minorías étnicas.
En cualquiera de los casos, se evidencia como la construcción de indígena como sujeto
político ecológico ha tenido fuerte influencia en el discurso multicultural, y al mismo
! 71!
tiempo ha sido apropiado por los pueblos quienes han creado subjetividades ambientales en
relación con el imaginario sobre su relación con la naturaleza. Sin embargo, en contextos
específicos, como el amazónico, la realización de dichas subjetividades ambientales se
restringe por el impacto de procesos políticos y económicos a diferentes escalas que inciden
en las dinámicas ambientales. En muchos contextos prácticas de subsistencia o cosmologías
se contraponen al discurso de desarrollo que impone unas formas particulares de
relacionamiento con la naturaleza ligadas a las lógicas del mercado. Para el caso especifico
de pueblos amazónicos, el sistema de relaciones políticas y económicas trasgrede su
autonomía y les obliga a adoptar formas ajenas de explotación de los recursos naturales a
partir de unas lógicas no sostenibles (Del Cairo, 2012).
El papel de los indígenas dentro de las políticas ambientales adquiere un carácter dual, así
por ejemplo en la constitución política de 1991 se reconoce la autonomía política de las
poblaciones indígenas en sus territorios formalmente reconocidos como resguardos,
situándolos como portadores de formas amigables de subsistencia acordes con las
pretensiones de conservación de la biodiversidad pero al mismo tiempo estos no pueden ser
la autoridad ambiental en su territorio, y su incidencia en la toma de desiciones es exigua
(Ulloa, 2004).
En el nivel regional la inclusión de la parte norte del Guaviare dentro del Distrito de
Manejo Integral –DMI- del Área de Manejo Especial de la Macarena -AMEM- definió una
primera figura legal de protección sobre el territorio de ocupación campesina mediante el
decreto 1989 de 1989. En este sentido y buscando una mejor gobernanza de lo ambiental en
regiones de ocupación reciente se expidió la ley 160 de 1994 que creo las zonas de reserva
campesina. En el artículo 81, la ley señala “Salvo lo dispuesto en el artículo 83 de la
presente Ley, las Zonas de Colonización y aquellas en donde predomine la existencia de
tierras baldías, son Zonas de Reserva Campesina”36 . Los procesos de organización
campesina surgen como actores político-ecológicos, bajo la esperanza de legalización de
territorios y apoyos económicos para superar la dependencia de la economía de la coca.
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!36 Solo hasta el año 2014 el artículo fue declarado exequible bajo el condicionamiento de la no existencia de territorios indígenas, casos para los cuales se debe realizar la consulta previa.
! 72!
Durante el gobierno de Álvaro Uribe Vélez (2002-2006 y 2006-2010) la política bandera
fue la “Seguridad Democrática” con los respectivos plan Colombia y Plan Patriota. Esta
política se centró en diezmar la capacidad de grupos armados ilegales, direccionando los
recursos al tema de defensa y al fortalecimiento de las fuerzas militares. A esta política
subyace un ideal de desarrollo motivado por visiones extractivistas que responden a
algunos intereses de capitales privados (Barbero, 2014). Desde esta perspectiva las zonas de
reserva quedaron al margen, y muchos líderes de movimientos sociales fueron asesinados o
amenazados por los grupos paramilitares. Del mismo modo, las políticas antinarcóticos
como sustitución de cultivos ilícitos y las fumigaciones contravienen las pretensiones de
conservación ambiental, con consecuencias en el medio ambiente que afectan el bienestar
de poblaciones tanto campesinas como indígenas
El incremento de recursos nacionales e internacionales para auspiciar la lucha contra el
terrorismo37 y la producción de narcóticos, sumado a la arremetida paramilitar en la región,
implicó fuertes enfrentamientos por ganar el control militar del medio río Guaviare. Las
acciones hostiles perpetradas incluyeron acciones contra la población civil, como la que se
presentó en la localidad de la Charrasquera, que presenciaron los Nükak Meo muno en
2003, y que fue la causa principal del desplazamiento de este grupo. Un par de años más
tarde por amenazas del grupo subversivo de las FARC se produce el desplazamiento de tres
grupos locales Wayari muno los cuales desplazan por rutas diferentes a San José, donde son
ubicados inicialmente con los Meo muno, para luego re-ubicarse en la finca propiedad de la
alcaldía de San José en la vereda Altos de Agua Bonita.
Los cambios políticos, económicos y sociales generan estrategias de agencia de los
campesinos, quienes empiezan a adaptar sus discursos y a afianzar modelos de
organización en función de legitimar su ocupación territorial acorde a procesos económicos
y ecológicos sostenibles. Así, surgen la Asociación de Productores Agropecuarios por el
Cambio Económico en el Guaviare -ASOPROSEGUA- en 2001, la Asociación de
campesinos Ambientales del Ariari y Guayabero –ACARIGUA- en 2004, Asociación de
Ganaderos Ecológicos –ASOGEC-, y Corpolindosa en 2006, corporación de protección a la !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!37 La Política de Seguridad Democrática no reconoció como conflicto político el enfrentamiento entre la guerrilla y las fuerzas armadas del Estado.
! 73!
Serranía de la Lindosa, que entre otros procesos articula ofertas de turismo ecológico,
preservación ambiental y manejo sostenible de fincas (ver Del Cairo et al, 2014). Todas
estas estrategias, manifestación latente de la agencia de los campesinos, transforman
progresivamente la idea del colono degradador de la selva al campesino productor
sostenible, que articula acciones con las instituciones en defensa de los relictos de bosque
amazónico e incluso promueve procesos de turismo ecológico sustentable.
Entretanto, la activación de la agencia de los Nükak los lleva a conseguir nuevas zonas de
cacería, pesca y recolección de alimentos en las veredas cercanas al asentamiento. Tras los
primeros años, los Wayari muno acomodan los calendario ecológicos con la oferta de
servicios institucionales supliendo con productos del bosque aquellos meses en los que la
ayuda humanitaria de emergencia y los alimentos de las instituciones no llegan (ver
Barbero, 2015; Gutiérrez, 2012). Para llegar a estos lugares se debe cruzar fincas de
campesino y colonos encontrando en algunas de ellas los relictos de bosque que se han
preservado. En época de pesca los Nükak han embarbascado38 caños generando tensiones
con los vecinos que los acusan de la muerte de algunos bovinos. Por su parte los jóvenes,
salen con regularidad a los caseríos o al pueblo donde encuentran alcohol y sustancias
psicoactivas, y ocasionalmente incursionan en las viviendas de los campesinos tomando sin
permiso bienes, lo que genera dificultades y malas relaciones. Todas estas situaciones se
han acumulado por el lapso de una década llevando a acciones hostiles de ambos grupos
poblacionales, y recientemente devienen en un cruce de disparos en los que resulta herido
uno de los campesinos fundadores de la vereda, promotor del ecoturismo y líder de una de
las organizaciones campesinas más sólidas en la región.
Las diferentes formas en que estas dos poblaciones entienden y apropian el medio han
generado tensiones que se han ido acrecentando con el transcurrir del tiempo
principalmente porque no se ha logrado de parte del Estado una real mediación que permita
la resolución de los conflictos generados. Analizar este caso desde las perspectivas política,
económica, histórica y de subjetividades, permite comprender como las situaciones
estructurales se manifiestan en lo local y cotidiano y se relacionan en contextos sociales,
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!38 Los Nükak utilizan tradicionalmente como técnica de pesca el uso de veneno –barbasco-
! 74!
políticos, económicos complejos donde diferentes escalas juegan un papel fundamental en
la manera en que los grupos poblacionales establecen relaciones entre ellos, con otros
grupos y con el medio.
2.6.%Conclusiones%
A partir del caso de estudio analizado con un enfoque antropológico etnográfico de la
ecología política se evidencia la forma en que las dinámicas ambientales y sociales son
influidas por procesos políticos y económicos a diferentes escalas.
Mientras, por un lado, los Nükak eran percibidos como indígenas ecológicos, símbolo de la
diversidad cultural del país y razón de las políticas multiculturales, por el otro la imagen de
los colonos-campesinos, degradadores del medio ambiente, productores de cocaína y
auspiciadores de grupos guerrilleros era mostrada como una amenaza para el nuevo orden
social promovido en la nueva constitución política. Como un mecanismo de agencia los
colonos crearon organizaciones donde el apelativo a lo ecológico recobró gran importancia.
Así el surgimiento de las Asociaciones Campesinas permitió la consolidación su sistema de
producción como motor del desarrollo económico regional. En este punto es importante
mencionar no solo el que se hayan reconocido como ecológicos, sino que comenzasen a
dejar a tras el apelativo de colonos y plantean la durabilidad de su locación, los mecanismos
ecológicos de apropiación territorial y el trabajo articulado con instituciones del Estado,
como la forma de generar agencia a partir de una ubicación espacial de subjetivación
Aquí uno de los fenómenos interesantes es que si bien se ha entendido que la disputas entre
los indígenas y campesinos de ZPSLL se da por el interés en el mismo espacio territorial, es
observable que mientras los Nükak se interesan por acceder a los parches de bosque estas
áreas son de menor importancia para los campesinos que ya no encuentran interés en su
explotación. Por su parte los jóvenes Nükak roban en su mayoría objetos materiales como
tecnologías o herramientas en vez de robar comidas producida por los campesinos. Analizar
esto con una perspectiva de ecología política podría contribuir al desarrollo de estrategias
de prevención articulada de los conflictos. Por ejemplo dado que el agua es un elemento
! 75!
vital para todos, trabajos mancomunados para la protección de fuentes hídricas servirían de
soporte para la disminución de las tensiones. Un ejemplo de que esto es posible es la
iniciativa de ASOPROCEGUA que con apoyo del SINCHI y la CDA ha iniciado un
proceso de consecución de productos del bosque, en la que pagan a los Nükak por
recolección de pepas de Asaí y Seje que son procesados por la organización campesina y
vendidos en los mercados de las grandes ciudades.
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