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Apariencias y realidades

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Cora Díaz

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Jesús Ancer RodríguezRector

Rogelio G. Garza RiveraSecretario General

Rogelio Villarreal ElizondoSecretario de Extensión y Cultura

Celso José Garza AcuñaDirector de Publicaciones

Camilo GarzaJoel Antonio Estrella D.Corita N. Estrella DíazFotografía

Ana González BriseñoDiseño editorial

Padre Mier No. 909 poniente, esquina con Vallarta, Monterrey, Nuevo León, México, C.P. 64000

Teléfono: (52-81) 8329 4111 / Fax: (52-81) 8329 4095 e-mail: [email protected]

Página web: www.uanl.mx/publicaciones

Primera edición, 2014

© Universidad Autónoma de Nuevo León

© Cora Díaz

ISBN: 978-607-27-0187-8

Reservados todos los derechos conforme a la ley.

Prohibida la reproducción total y parcial de este texto sin previa autorización.

Impreso en Monterrey, México

Printed in Monterrey, Mexico

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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE NUEVO LEÓN

Aparienciasy realidades

Cora Díaz

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Índice

Presentación

Apariencias y realidades. Xavier Moyssén Lechuga

Serie Retratos

La figuración de Cora Díaz. Jorge García Murillo

Serie Murallas Vivas

Cora y la realidad aparente. Jorge Hidalgo Pimentel

Serie Baile de Máscaras

Cora Díaz. Guy Gilsoul

Serie Sueño y Realidad

Arte y Ciencia. Xavier Moyssén Lechuga

Serie Renacer

Cora Díaz. Anita Nardon

Currículum

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Presentación

Cora Díaz es una artista de pulida técnica e inteligente conceptualización. Sensible, sí, pero su fundamento estéti-co es el conocimiento. El conocimiento de la realidad y de la técnica artística, pictórica, con la que se aproxima a esa realidad para reproducirla, interpretarla, valorarla y transformarla en otra realidad: la realidad del arte.

Este libro es un testimonio y un reconocimiento a su talento y su trayectoria. Porque para la Universidad Autónoma de Nuevo León es una manera de agradecer todas sus aportaciones a la institución, que le ha con-ferido ya la máxima distinción que se otorga a los creadores artísticos: el Premio a las Artes UANL.

Generosa, Cora Díaz ha colaborado con la máxima casa de estudios de múltiples maneras, con la impartición de cursos y talleres y la presentación de muestras de sus trabajos artísticos, ya sea a través de sus pinturas o de sus célebres libros-objeto. Pero su más notable aportación está en las obras de gran escala elaboradas expre-samente para los espacios de la Biblioteca de Ciencias Agropecuarias y Biológicas, el Centro de Investigación y Desarrollo de Ciencias de la Salud, y el reciente mural: “Paisaje universal: una armonía de lo diferente” en el Centro de Internacionalización.

Nuestra institución está profundamente agradecida con sus creadores artísticos que, como Cora Díaz, con-tribuyen a darle forma y color al espíritu humanista de esta casa de cultura superior que es la Universidad Autónoma de Nuevo León.

Jesús Ancer RodríguezRECTOR DE LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE NUEVO LEÓN

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Apariencias y Realidades

Las tensiones de la vida, sus alegrías ysus dolores, el éxito y el fracaso, el deseo,

la pasión son vivencias que experimentadascon la profunda sensibilidad del artista

conmueven su ánimo y contribuyenpoderosamente a su formación espiritual.

El artista vive principalmente por elsentimiento, resalta más el lado

subjetivo en sus reacciones, porque su vidainterior es más intensa que en otros hombres.

Samuel Ramos(Filosofía de la vida artística)

El espectacular evento que debió haber sido el Encuentro de dos Mundos tuvo, entre otras muchas, tres conse-cuencias que me parece pertinente señalar aquí. En primer lugar, fuera de toda duda, dio vida a una raza y cultura como nunca antes se había visto. En seguida, inflamó la imaginación y ánimo del antiguo occidente al grado de hacerle desear extender aún más sus horizontes. Y, finalmente, impuso un modelo de desarrollo que lejos de ser copiado buscó su aclimatación. Esto último, no es ningún secreto, ha sido y es la alegría y la tristeza, el éxito y el fracaso, la esperanza y la frustración de la historia postcolombina de este lado del Atlántico.

Del primer caso, la evidencia es tal que sale sobrando dar ejemplos. De la segunda de estas consecuencias hagamos mención al incesante ir y venir, por mar y tierra, de arrojados exploradores, Vasco Núñez de Balboa, Fernando de Magallanes, Tasman Janzoon, que presentan ante los ojos asombrados de sus contemporáneos las maravillas naturales de nuevos mundos, o bien hacen llegar a sus oídos las noticias de fabulosas y recónditas tierras que están a la espera de la llegada del hombre blanco para brindarle, generosas, toda suerte de bienes y satisfacto-res; El Dorado, Cibola, las Amazonas, son sólo algunos de los nombres que contribuyeron a la creación de mitos y cuentos fantásticos que con harta frecuencia se vieron trasladados a la imagen gracias a las placas de un De Bry o de un Picart.

Sobre la imposición de un modelo cultural —y por tanto de representación pictórica— que prácticamente desde un principio se vio alterado por su necesaria adaptación a las manos de otros actores y artífices, los ejemplos menudean, desde las primeras construcciones conventuales y religiosas (Actopán, Santa María Tonanzintla) hasta las majestuosas fábricas catedralicias de las capitales virreinales (Lima, México), de la pintura de una Baltasar de Echave Orio a la de un Francisco Eduardo Tresguerras. Mas quizás sea a la vuelta de la Independencia donde en-contramos los casos más patéticos de esta tendencia, la obra de José Obregón, Isidro Martínez, Félix Parra, Leandro Izaguirre, Joaquín Gutiérrez, si bien pretende exaltar el pasado prehispánico a través de la temática que aborda, sus formas denuncian la dependencia que aún sostiene con los principios de la pintura Neoclásica. Férrea dirección ésta que volvemos a ver, años mas tarde y a nivel popular, en los hermosos cromos de Jesús Helguera.

¿Cómo conciliar las raíces propias con formas que nos vienen de lejos, si lo nativo parece pertenecer al pasa-do y lo ajeno al futuro?, ¿cómo vestir nuestros temas con ropajes que no les resultaran extraños? Las respuestas a

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estas interrogantes van, como lo ha planteado Jorge Alberto Manrique, de la necesidad de construir una identidad a la de no verse marginados del desarrollo mundial, de la búsqueda de la modernidad a mantenerse fiel al pasado territorial, de mirar al exterior o hacia adentro como vía de conciliación de nuestro doble origen. Respuestas como las ofrecidas por Orozco, Rivera y Siqueiros, Lam, Matta, Guayasamín, Torres García, Portocarrero y Portinari, mien-tras se mantuvieron vigentes, parecieron dar en el blanco, lograron, en ese entonces, presentar ante el mundo los felices resultados de un periplo ya demasiado largo.

Circunstancias de todo tipo hicieron que las propuestas de aquellos pronto se fueran estrechando al grado de hacer renunciar a las nuevas generaciones a la ruta por ellos abierta. No será, según me parece, sino hasta entrada la segunda mitad de este siglo en que la plástica latinoamericana —de la mano del famoso “boom” de la literatura— vuelva a vivir un nuevo auge, vuelva llamar la atención de propios y extraños al mostrar otras vetas de la inagotable cantera que es nuestra propia realidad. Es a esta corriente a la que pertenece el trabajo de Cora Díaz.

Cora Díaz, oriunda del Perú, avecindada en México en una de las provincias del estado de Nuevo León, es una de esos artistas que calzados con las botas de siete leguas, recorre incansablemente ambos lados del Atlántico tras la meta que le ha marcado su destino, su vocación. Escuchar y atender esa voz secreta e íntima, es reaccionar, como dice el maestro Ramos, por el lado subjetivo, es vivir en función de un sentimiento, aquel que le dicta qué debe volcar sobre sus lienzos.

¿Cómo no entender la obra de Díaz y su trayectoria de artista, madre, esposa y compañera, sino a través de lo apuntado por el filósofo mexicano?, ¿acaso no es verdad que en sus pinturas se encuentran las tensiones de la vida, sus alegrías y dolores, el éxito y el fracaso, el deseo y la pasión?, ¿no es la vivencia de todos estos elementos los que contribuyen a su terca e indomable motivación, a su temple emocional y espiritual, lo que le permiten acercarse a nuestra realidad y, ahí, encontrar un motivo que exaltar, que denunciar, que transformar?.

En el mejor sentido de la palabra, la pintura de Cora Díaz, es triplemente engañosa. La primera reacción que tenemos frente a su trabajo es que nos refleja, casi fotográficamente, la realidad; los rostros, las ropas y hasta los ambientes en que nos presenta a sus personajes, así parecen denunciarlo. Sin embargo, un análisis más atento nos revela que esa realidad no es, ni con mucho, el fin de la pintura, por el contrario, no es más que el punto de partida desde el cual la imaginación y fantasía de la artista se va desenvolviendo para mostrarnos un mundo casi mágico, en el borde entre el paraíso y la cruda realidad, son momentos congelados por la memoria, instantes que es necesario mantener vivos, pues al siguiente momento habrán desaparecido para siempre.

Esta temática, precisamente por su naturalismo, nos lleva a creer ver en ella, el mundo familiar e íntimo de la pintora, que los niños pintados son efectivamente SUS niños, y que los recuerdos que representan, son, sin más, SUS propios recuerdos. Claro que así es, pero se trata de un “engaño”, en verdad, estos niños, estos lugares, estas experiencias, que viven en la sensibilidad de Cora Díaz, al ser puestos sobre el lienzo se transforman en los niños de todos, en momentos y lugares que todos hemos vivido o hemos deseado vivir, en imágenes que todos hemos visto.

Cuidado, ese plácido mundo al que nos llevan estas pinturas, encierra una “trampa” más. Mirar con dete-nimiento sobre ellas, pronto nos revela una sutil pero firme denuncia; sus imágenes y lo que ellas comportan se encuentran permanentemente acechadas, amenazadas, paradójicamente, por la realidad real. Si vale la pena conservarlas, si los niños individuales y sus actividades simbolizan lo mejor del futuro colectivo, lo es para mostrar lo mucho que se pierde al actuar, de este lado de la pintura, en función de intereses y motivos egoístas, de materia-lismos de todo signo, de abusos y expoliaciones en nombre de una sociedad ciega y voraz, insensible a la inocencia y la belleza.

Creo que la pintura de Cora Díaz no podía ser de otra forma. Como todos los artistas de estas tierras, desde que occidente se nos dio a conocer, ha aprendido un modelo de trabajo, una técnica y un modo de representar.

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Ha asimilado teorías y posturas, ha aprendido a interpretar sus sentimientos y dar cauce a sus necesidades de expresión y comunicación , mas ha encontrado en la realidad de su experiencia, en su ser latinoamericano, en su visión del mundo que ya no es éste pero tampoco aquél, sino el de todos, un motivo, una razón y una imagen que únicamente a ella pertenecen, y en el largo, arduo y complicado camino que va de su reconocimiento a su materia-lización en cada una de las telas que aborda, radica su verdad y el valor implícito en ellas.

Dr. Xavier Moyssén Lechuga

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SerieRetratos

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Bajo la sombra del omnipotente, 90 x 60 cm, 1995. Óleo sobre tela.

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¡Pssst, escúchame!, 80 x 60 cm, 1995. Óleo sobre tela.

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Jeysson, 48 x 40 cm, 1996. Óleo sobre tela.

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Firmeza y seguridad, 48 x 40 cm, 1996. Óleo sobre tela.

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Inocencia, 48 x 40 cm, 1996. Óleo sobre tela.

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Ventanas del alma, 48 x 40 cm, 1996. Óleo sobre tela.

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Federico, 48 x 40 cm, 1996. Óleo sobre tela.

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Ingenuidad, 48 x 40 cm, 1999. Óleo sobre tela.

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Felice, 50 x 60 cm, 1999. Óleo sobre tela.

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Beto, 90 x 60 cm, 2013. Óleo sobre tela.

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La figuración de Cora Díaz

Dentro de las tendencias del Arte Latinoamericano Contemporáneo, Cora Díaz elige el realismo para plasmar sus percepciones sobre el entorno que la rodea, sin duda es en el retrato en donde alcanza su máximo nivel de expresividad; firmemente apoyada en un extraordinario talento dibujístico, la artista a través del óleo imprime en sus personajes - por lo general niños - la carga emotiva necesaria y suficiente para plasmar en sus telas aquello que pueda simbolizar aspectos de una realidad social en la que a pesar del compendio de crisis que la amenazan, se muestren rasgos de esperanza, de ilusiones, de la inocencia que alimenta la posibilidad para un futuro mejor.

El lenguaje estético de Cora Díaz es pleno de propuestas alentadoras, sin dejar de lado sus preocupaciones sobre una realidad que lastima es a través de los niños donde la artista cifra las esperanzas de sociedades marginales donde aún no han llegado los beneficios de una sociedad justa. De manera sencilla y directa podemos constatar en la obra de esta pintora una orientación sincera hacia la superación de los seres humanos a partir del goce estético.

No le son ajenos a la autora los problemas sociales y culturales de su tiempo, véase: « Ayer ... mañana y siem-pre » en donde los personajes del primer plano sonríen mientras que en el fondo están los límites que agresiva-mente marcan los alambres de púas y la fuerza militar que está detrás de ellos, los personajes dan la espalda a esa realidad y sonríen al espectador con la frescura que solo la infancia es capaz de producir.

Trazo firme, conocimiento de sus materiales, certidumbre en sus formatos y gama colorística bien trabajada son algunos de los soportes de donde Cora Díaz parte para su expresión.

El realismo le ha permitido iniciar en su imaginación tareas mas complejas: incursiona en el surrealismo, en donde ya se apuntan ciertos elementos que aspiran a la universalidad de su arte, ejemplo de ello son : « Paisaje negro » y «  A pesar de todo ... se apagó » aquí encontramos que la artista acude a la conjunción de otras realidades para ofrecernos significados arquetípicos que fueron desatados a principios de siglo por los seguidores de los postulados de André Bretón.

Cora Díaz es un ejemplo de que aún prevalecen los principios clásicos del quehacer pictórico en la agitada vida del arte contemporáneo. Le auguramos muchos éxitos a esta artista que, sin duda, persistirá en un desarrollo creciente dentro de su estética.

Jorge García Murillo

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SerieMurallas

Vivas

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Confianza y seguridad, 80 x 60 cm, 1995. Óleo sobre tela.

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Lluvias de gracia, 86 x 66 cm, 1997. Óleo sobre tela.

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Bella, frágil e indefensa, tríptico, 102 x 156 cm, 1996. Óleo sobre tela.

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¿Feliz Navidad?, 86 x 66 cm, 1996. Óleo sobre tela.

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Inquietud, 80 x 65 cm, 1996. Óleo sobre tela.

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¡Puedo sola!, 61 x 82 cm, 1996. Óleo sobre tela.

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Ayer … mañana y siempre, 109 x 108 cm, 1996. Óleo sobre tela.

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Escalera hacia el cielo, 118 x 98 cm, 1996. Óleo sobre tela.

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Janitzio, pescador de sentimientos,82 x 107 cm, 1996. Óleo sobre tela.

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Sosteniendo el futuro, 90 x 60 cm, 1996. Óleo sobre tela.

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Paisaje en negro, díptico,104 x 142 cm, 1996. Óleo sobre tela y mixta.

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Encrucijada, díptico. 104 x 186 cm, 1996. Óleo sobre tela.

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Murallas vivas (boceto), 28 x 20, 1996. Óleo sobre tela montado en madera.

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Curiosidad, 120 x 100 cm, 1997. Óleo sobre tela.

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A pesar de todo se apagó, 140 x 100 cm, 1997. Óleo sobre tela.

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Ayudándote a crecer (díptico), 120 x 98 cm, 1997. Óleo sobre tela.

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Desesperación, 140 x 100 cm, 1999, Óleo sobre tela.

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Encrucijada 2, 120 x 100 cm, 1999, Óleo sobre tela.

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Cora y la realidad aparente

Acercarse a la obra artística con el superficial sentido de la epidermis es negar la historia del arte. Hoy, que modas y modos invaden la visualidad, el retorno al oficio constituye la aseveración de que solo la magia poética puede tejer la urdimbre que ante todo pasa por el corazón del hombre. El trabajo plástico de Cora subraya este criterio. Quien intente catalogarla como hiperrealista caerá en el abismo nebuloso de la realidad aparente. En última instancia lo usa como pretexto, para dar lo que en ella es esencial: su propia realidad marcada por lo cotidiano, que en este gigante ingenuo que es Latinoamérica donde sucede la maravilla como pan diario.

La expresión de un artista legítimo no puede ser de otra manera. En lo formal Cora trabaja sus primeros planos con preciosismo de orfebre para terminar diluyendo la atmósfera en golpes de color que mucho recuerdan a los sagrados abuelos que habitaron ese camino.

El mérito del hiperrealismo se realiza a partir del apelativo de la reproducción exacta hasta trasformar la propuesta inicial del objetivo en una otra realidad cuya temperatura nos cala hasta zonas del alma que por comunes abandonamos.

Aplausos a Cora. Nuestro Raúl Martínez hizo del Pop art una proposición cubana que ha sido paradigma de asunción. Cora trabaja a su manera, desde ella misma, en esa realidad aparente de sus telas, como en esa casa de espíritus, pastan y sobreviven duendes bondadosos, yerbas del día, espacios del secreto que todos conocemos y muy de vez en vez, aunque usted no lo vea, un cóndor atraviesa el cuadro.

Lic. Jorge Hidalgo PimentelProfesor de Estética Visual del Instituto Superior de Arte

Presidente del Comité Provincial de la Unión Nacionalde Escritores y Artistas de Cuba.

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SerieBaile de máscaras

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Baile de máscaras 2, 80 x 65 cm, 2000. Óleo sobre tela.

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Baile de máscaras 4, 65 x 80 cm, 2000. Óleo sobre tela.

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Baile de máscaras 3, 65 x 80 cm, 2000. Óleo sobre tela.

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Baile de máscaras 5, 65 x 80 cm, 2000. Óleo sobre tela.

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Baile de máscaras 1, 65 x 80 cm, 2000. Óleo sobre tela.

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Ella duerme, 65 x 80 cm, 2000. Óleo sobre tela.

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Cora Díaz

Son bébé dans le bras. Cora Diaz se retourne une dernière fois au moment de passer la frontière. Elle laisse à la forêt de son Pérou natal, le soin de recouvrir ses colères, aux grands fleuves de l’Amazone ou de l’Ucayali auprès desquels elle a grandi, celui de noyer ses regrets. Quand elle entre dans l’antique Tenochtitlan, son regard croise d’un enfant des rues. Figure obsessionnelle. Mexico violence. Cora Peinture. Les années passent.

Les œuvres évoquent d’emblée la patience des métiers de la terre. Celui, par exemple, de la femme lorsqu’elle tisse et entrecroise les fils dont un jour prochain, dans les accords chromatiques fruités du monde amérindien, on fera un vêtement, une couverture, un linceul ou une poupée. Au fils du faire, la technique picturale enserre la spontanéité du dessin préparatoire et fixe une image troublante de réalisme tactile et populaire. Cependant, aux bordures de cette figure d’enfant qui revient, lancinante, Cora coupe l’illusoire reflet de l’icône. A l’abri d’une ruelle qui sert de décor, le dallage évoque une carapace animale. Dans le ciel, à la manière d’une apparition religieuse, une fenêtre grillagée laisse deviner la présence d’une mère. A l’arrière, une poupée gît, démembrée, à même la terre. Mexique solaire, sacrificiel, surréaliste disait André Breton. Mexico de Frida Kahlo, femme de toutes les femmes, initiatrice.

Et puis, il y a les dessins et leurs seuls accords qui, des noirs aux blancs, libèrent une parole nouvelle, inatten-due et révélatrice.

De surfaces en fusain aux bribes à l’encre, des éclats de papiers froissés aux grilles de pierre noire, le corps est bien là, de femme, de vie. Morcelé mais puissant et parfois blanc, réserve, nu du seul papier comme le cercle de ciel que laisse entrevoir la clairière du côté Pucallpa, il impose sa présence. Les muscles se tendent, le sein s’offre, comme la cuisse ou le dos, le sexe ou le genou. S’il y a repli, c’est pour mieux dire le désir de jaillissement. S’il y a torsion, détournement, c’est pour mieux affirmer l’énergie du déploiement prochain. Alors que dans les peintures, on aurait pu évoquer le principe du collage, les juxtapositions inscrites cette fois dans le détail des surfaces, le choix des fragments de corps ou les variations d’écritures, révèlent plus justement l’antique esthétique des céramiques Huari. Comme si, par ces compositions nouvelles, Cora renouait avec l’imaginaire culturel de son Pérou natal et ce, jusque dans ses fondements, son espace archétypique.

Or, ce recours aux seuls gris est venu en un temps où l’exil aura été, comme pour Chagall et tant d’autres, suffisamment destructeur que pour provoquer une renaissance, des retrouvailles en quelque sorte.

Le corps est donc désormais celui de la femme des limons et des terres rouges péruviennes, femme-mère souterraine et puissante que les Incas vénéraient sous le nom de Pachamama. D’autres indices nous invitent à suivre cette piste. L’impression par exemple de perte de contrôle d’une quelconque hiérarchisation plastique qui, après tout, désigne avant tout une veille habitude mentale, très machiste. En lieu et entrelacés, piquetages, glisse-ments, plis, vallonnements. La totalité qui s’en dégage, rebelle aux apaisements de la conscience, trouverait donc son origine dans le souvenir enfoui et soudain surgissant d’un lieu où la hauteur des arbres trace, dans le psyché, des perspectives vertigineuses.

Fermez les yeux. Voilà l’énergie dévorante des lianes et des bambous, les entrelacements de fougères et les ravissements d’orchidées ? Voilà le dessin de Cora.

Mais, direz-vous, est-ce son corps que l’on voit là ? Peut-être mais aussi celui de l’enfance, celui du village ou de la rue où vit le petit mendiant en Mexico. Ou encore de cette autre femme qui, dit-on, « court après le loups »

Guy GilsoulAssociation Internationale des Critiques d’art. Belgique.

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SerieSueño

o realidad

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Añoranzas, 76 x 60 cm, 1996. Óleo sobre tela.

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Orienta al niño en sus caminos, 60 x 90 cm, 1997. Óleo sobre tela y mixta.

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Acosada, Tríptico, 45 x 112 cm, 1997. Óleo sobre tela.

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Alegría, 100 x 140 cm, 1997. Óleo sobre tela.

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Sueño o realidad 1, 98 x 118 cm, 1997. Óleo sobre tela.

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Jaque y mate, 120 x 100 cm, 1998. Óleo sobre tela.

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Sueño o realidad 2, 140 x 100 cm, 1999. Óleo sobre tela.

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Sueño o realidad 3, 140 x 100 cm, 1999. Óleo sobre tela.

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Sueño o realidad 4, 140 x 100 cm, 1999. Óleo sobre tela.

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Sueño o realidad 5, 140 x 100 cm, 1999. Óleo sobre tela.

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Sueño o realidad 6, 140 x 100 cm, 1999. Óleo sobre tela.

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Sueño o realidad 7, 140 x 100 cm, 1999. Óleo sobre tela.

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Jugar o trabajar, 140 x 100 cm, 1999. Óleo sobre tela.

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Tejiendo mi nueva América, 60 x 80 cm, 2000. Óleo sobre tela.

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Reflexión e inquietud, 150 x 100 cm, 2010. Óleo sobre tela.

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Reposo, 200 x 120 cm, 2013, Óleo sobre tela.

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¡Honor a quien honor merece, mi madre!, 180 x 120 cm, 2013. Óleo sobre tela.

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Arte y ciencia

Las pinturas de Cora Díaz, son, sin duda alguna, un excelente ejemplo del espíritu que ha animado la mejor pintura pública moderna de nuestro país. Inicio por aclarar por qué he dicho que su función es la de adornar este espacio. Una obra sólo puede cumplir con esta tarea, uno, cuando se adapta al lugar, se funde en él, y dos, cuando lo enaltece. Para cumplir con esto último ha de ser capaz de llevar hasta el espectador el mensaje del sitio en que se encuentra, es más, ha de hacerlo comprensible, ha de ser capaz de transformar un concepto, una función, una actividad, en imágenes que sean su materialización, su representación.

Aquí se investigarán los secretos de la vida contenidos en el ADN, los estudios más avanzados intentarán conocer las leyes que rigen esas partículas elementales que llevan consigo la información necesaria para que, en los procesos a los que se ven sometidas, vayan configurando, dando forma a la vida, desde los organismos unicelulares más pequeños hasta la compleja maravilla que es el ser humano. Esta que es la finalidad para la cual fue ideado este conjunto arquitectónico, es, precisamente, lo que Cora Díaz, ofrece en sus trabajos. Es obvio que el lenguaje de la ciencia y el del arte no son equivalentes, pero sí son semejantes en cuanto que ambos se valen de símbolos precisos para comunicar y avanzar en sus operaciones. Los resultados a los que el estudio científico llegue ya están prefigurados en estas pinturas, el camino recorrido del origen de la vida a su plena manifestación, ha sido seguido y retratado por la artista a través de estas imágenes que simbolizan los aspectos y los actores más importantes de este proceso.

Es esta capacidad narrativa otra de las facetas que acercan a Díaz a la mejor tradición de la pintura pública de México. Pienso en los murales del cárcamo del río Lerma (1951) de Diego Rivera, o los del Hospital de Oncología del Centro Médico Nacional (1958) de David Alfaro Siqueiros. En todos los casos el arte de la pintura presta sus recursos a la ciencia para expresar, en y con imágenes, sus principios, sus leyes, sus descubrimientos y saberes. Préstamo de incalculable valía si tomamos en cuenta de que sólo de esta manera muchos podemos entender el trabajo de la ciencia y más en campos tan especializados como los que se trabajarán aquí.

Pero antes que moléculas, células u órganos vitales las pinturas de Cora Díaz son estas esplendidas selvas y bosques que contemplamos, la naturaleza desplegada en toda su variedad, exoticidad y exuberancia, y sin serlo, por supuesto, pero al verlas no puedo menos que recordar los dibujos botánicos e históricos que llevara a cabo José María Velasco en el ya lejano siglo XIX, en ellos también buscaba aprehender un ambiente original, primigenio, dador de vida. Un aspecto más a través del cual esta incansable artista se une a la tradición de la pintura monumental mexicana.

Un último aspecto. La Universidad Autónoma de Nuevo León, a través de su Facultad de Medicina, en mucho puede enorgullecerse de contar en su acervo artístico con este par de obras; así, por su parte, se convierte igualmente en participe y asegura la continuidad de esa otra tradición que es inseparable de la pintura mural o de gran formato y que no es otra que la del patrocinio a las artes por parte de las instituciones públicas del país. Así pues, pinturas, espacio e institución crean una unidad que, sin duda, será orgullo para la ciudad.

Xavier Moyssén Lechuga

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SerieRenacer

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Renacer 1, 500 x 150 cm, 2012. Óleo sobre tela.

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Renacer 2, 500 x 150 cm, 2012. Óleo sobre tela.

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Renacer 3, 244 x 825 cm, 2012. Óleo sobre tela.

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¡No grites, por favor!, 100 x 120 cm, 2014. Óleo sobre tela.

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¡Que bien se duerme, cuando hay paz!, 100 x 150 cm, 2014. Óleo sobre tela.

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Cora Díaz

Un nom qui fait désormais partie de la longue histoire d’amour entre la Belgique et les artistes sud-américaines. Au fils des années, qu’ils viennent de l’un ou l’autre pays de ce vaste continent, ils apportent un souffle différent. Nourris aux sources de hautes civilisations disparues, ils ont d’autres références que celles de la vieille Europe.

Après avoir quitté le Pérou, son pays natal, Cora Díaz a poursuivi ses études au Mexique. Ce cycle supérieur sera complété par trois années à l’Académie Royale des Beaux-arts de Bruxelles où elle reprend, dans une autre langue, des matières qui lui sont déjà connues. Néanmoins, la différence est fort importante pour elle car il s’agit d’aborder la pensée créatrice et sa philosophie par des voies différentes.

La réflexion profonde qu’elle développe au cours de son travail est très apparente dans ses dessins. Tout élément faisant partie de ses recherches graphiques est sagement pensé et situé. Ses grands papiers ont un remarquable équilibre. Les éléments figuratifs n’apparaissent pas au premier regard, occultés par le côté somptueux de la matière. Crayon, fusain et travail du bout des doigts nus, la recette est ancienne est pas facile à dominer.

Cora Díaz est véritablement maître de son ouvrage et ses œuvres en noir et blanc ont du relief, on pourrait presque dire de la couleur car l’artiste exploite les différentes nuances du noir.

Sa peinture relève d’un tout autre défi, dénoncer et faire savoir ce qui ne va pas dans le monde. Rien de plus spontané ni de plus naturel en ce cas que de parler des enfants. Ils sont face à leur avenir et déjà ils doutent. Un gamin hésitant entre son jeu et un travail imposé par les adultes, un autre grimpant sur un canon, traité ici comme le seul jouet disponible, voila de quoi faire réfléchir au vécu quotidien de cette fin de siècle toute en violence.

Derrière les enfants, même rieurs, même effrontés, il y a des traces de désastre, des ruines, des flammes et des forêts jonchées de cadavres. L’enfant à l’avant-plan attire le regard et conduit le spectateur ̀avoir au-delà des apparences.

Le destin réservé aux petites filles est exprimé de manière autre. Elles ont la fragilité et la douceur des fleurs et des papillons qui le entourent. Demain, elles seront mères ou veuves des martyrs de toutes les guerres. Aujourd’hui, elles sont représentées dans la fraîcheur d’une enfance qui sera toujours trop brève dans les pays où l’on se bat.

Le constat social de Cora Díaz n’a pas la cruauté que l’on trouve parfois chez Frida Kahlo car sa manière d’aborder la maternité est radicalement différente. Elle n’a pas non plus l’attitude de force d’un Diego Rivera pour qui les paysans sont des êtres rudes et déterminés. Les enfants des campagnes chez Cora Díaz ont le regard franc mais ils ont aussi une certaine fragilité.

Quant au travail purement technique, il est aussi fouillé dans la peinture que dans le dessin. Toile de qualité montée sur châssis solide, la base parle déjà d’elle-même. Vient ensuite la « mise en couleur ». La peinture est lisse et mate, aucune brillance de vernis ne vient troubler le regard qui peut aller au-delà de la surface car les bords de la toile sont peints, ils contribuent à étendre la vision mais ils représentent aussi un grand souci de présentation d’un travail fini avec soin.

Utilisant des filets légers en guise de collage, l’artiste crée des ruptures dans le maillage là où se situe le point du tableau sur lequel elle veut insister tout particulièrement. C’est une sorte de dérive des grandes peintures car ces toiles à collage sont nettement plus petites que les autres. Il faut dire que Cora Díaz s’exprime en grand format avec beaucoup d’aisance.

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En 1998, elle a tenté pour la première fois sa chance dans un concours réputé en Belgique, le Prix Louis Schmidt, où être sélectionnée représentait déjà un exploit vu le grand nombre de refusés. Encouragée par cet essai, elle a décidé de ne pas rester là. Son regard sur l’avenir est aussi franc que celui des enfants qu’elle peint, raison de plus pour noter et retenir son nom.

Anita Nardon

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Cora Leticia Díaz Flores

TÍTULOS PROFESIONALES Y POSGRADOS

Licenciatura en Artes Plásticas Visuales y del Espacio:Escuela Nacional Superior de Artes Visuales LA CAMBRE, Bruselas, Bélgica.

Artes Plásticas y Aplicadas con Especialidad en Dibujo: Academia Real de Bellas Artes de Bruselas, Bruselas, Bélgica.

Licenciatura en Artes Visuales con Especialidad en Pintura. U. M., N. L. México.

POSGRADOS

Creación textil, Escuela Nacional Superior de Artes Visuales LA CAMBRE, Bruselas, Bélgica.

Litografía y Grabado: Academia R. HOK, Bruselas, Bélgica.

Arte del Libro, encuadernación y dorado. Academia de Bellas Artes Jean-Jacques Gaillard, Bruselas, Bélgica.

Arte en Castilla y León. Universidad de Valladolid. Valladolid, España.

EXPOSICIONES INDIVIDUALES Sueño o Realidad – Cora Díaz, Corredor del Arte – Televisa Monterrey, Monterrey, N. L., México.

Ciclo de la Sabiduría. Intervención a la naturaleza. Preparatoria #16, Sensibilización a través del Arte, Universidad Autónoma de Nuevo León, Monterrey, N. L. México.

Hojas y Pliegues. Corredor del Arte – Televisa Monterrey. Monterrey, N. L., México. Reflejos. Cora Díaz. Colegio Civil Centro Cultural Universitario, Universidad Autónoma de Nuevo León, Monterrey, N. L. México. Libro de Artista. Cora Díaz. Festival Alfonsino 2011, Colegio Civil Centro Cultural Universitario, Universidad Autónoma de Nuevo León, Monterrey, N. L. México. Murales: “Renacer 1”, “Renacer 2” y “Renacer 3”. El Centro de Investigación y Desarrollo de Ciencias de la Salud. Universidad Autónoma de Nuevo León, en Monterrey, México. Mural “Cimientos de una Esperanza”. Biblioteca en Ciencias Agropecuarias y Biológicas. Universidad Autónoma de Nuevo León, Escobedo, N. L., México.

Sueño o Realidad. Cora Díaz. Museo de Linares, N. L., México. Hojas y Pliegues, obra de Cora Díaz. Pinacoteca del Estado de Nuevo León, Monterrey, N. L., México.

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Cuerpo y superficie, obra de Cora Díaz. Museo Metropolitano de Monterrey, Monterrey, N. L., México.

El viaje del libro, Cora Díaz. Biblioteca de la Universidad Autónoma de Nuevo León, Escobedo, N. L., México.

Hojas y pliegues, Cora Díaz. Museo Internacional de Artes y Ciencias, Mc Allen, Texas, Estados Unidos de Norteamérica.

Libro – arte – objeto. Galería E. Jackson: Universidad de Montemorelos, Montemorelos, N. L., México.

Retorno a casa, Hojas y Pliegues, Iquitos, Loreto, Perú.

Hojas y pliegues. Museo de Linares, N. L., México.

Cora Díaz: Obra gráfica y Libros de artista. Biblioteca Magna Raúl Rangel Frías, Universidad Autónoma de Nuevo León, Monterrey, N. L. México.

Feuilles et plis Pinturas. Castillo de Seneffe, Seneffe, Bélgica.

El viaje del libro. Museo Harold Pape, Monclova, Coahuila, México.

Feuilles et plis. Facultad de Arquitectura, Universidad Autónoma de Nuevo León, Monterrey, N. L. México.

Feuilles et plis Pinturas. Galería de Arte Orly Oeste, Aeropuerto de París, París, Francia.

Feuilles et plis. Embajada de Venezuela, Bruselas, Bélgica.

Feuilles et plis. Bicentenario de la Cámara de Industria y Comercio de Bruselas, Bélgica.

Métaphore. Galería Artimundo, Bruselas, Bélgica.

Apparitions / dés-apparitions. Galería Passage 44, Bruselas, Bélgica.

Couleur et mouvement. Galería de Arte Orly Sur, Aeropuerto de París, París, Francia.

Rêve ou réalité. Casa de México. París, Francia.

Cora Díaz. Skillteam, Bruselas, Bélgica.

Cora Díaz. Galería Thuillier, París, Francia.

Cora Díaz. Galería Minke Lipsch, Hulsberg, Holanda.

Hier … demain et toujours. Casa de la America Latina, Bruselas, Bélgica.

Cora Díaz. Galería “Saint Nicholas”, Remich, G.D. de Luxemburgo.

Peinture Contemporaine au Luxembourg. Galería de Arte del Castillo Bettembourg, G.D. de Luxemburgo.

Cora Díaz. Galería “Klubbrum”, Varberg, Suecia.

Bruxelles, ma découverte. Bruselas, Bélgica.

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Murailles Vivantes. Castillo de Schauwembourg, Bertrange, G.D. de Luxemburgo.

Murallas Vivas. Casa de la Cultura de Nuevo León, Monterrey, N. L., México.

Les Ouvres de Cora Díaz. Maison Communale d’Etterbeek, Bruselas, Bélgica.

Sentimientos. Galería “E. Jackson” Universidad de Montemorelos, N. L. México.

Sentimientos. Fondo Cubano de Bienes Culturales, Holguín, Cuba.

Sentimientos. Asociación de la Plástica del Noreste, Monterrey, N. L., México.

EXPOSICIONES COLECTIVAS (SELECCIÓN)

Exposición Fotográfica Patrimonio Cultural de la Universidad Autónoma de Nuevo León. Centro Cultural Colegio Civil, Universidad Autónoma de Nuevo León. Monterrey, N. L., México.

Mujeres Expotour 2013. Museo Metropolitano de Monterrey, N. L., México.

R-evolución. Museo Metropolitano de Monterrey, N. L., México.

Cruz Roja de Monterrey. Centro Banamex, Monterrey, N. L., México.

Colección Pinacoteca de Nuevo León. Pinacoteca del Estado de Nuevo León, Monterrey, N. L. México.

V Bienal Nacional de Artes Visuales de Yucatán. Museo de Yucatán, Mérida, México.

Visión y Reflejos. Museo de Linares, Linares, N. L., México

50 Artista un impulso. Centro Cultural Plaza Fátima – Andares ABP, Monterrey, N. L., México.

No Tóxico, Encuentro Internacional de Grabado 2009. Museo Nacional de la Estampa MUNAE, México, D. F., México.

50 artistas un impulso. CONARTE, Andares ABP, Monterrey, N. L., México.

1era Bienal Regional de Pintura y Grabado “Angel Zárraga” 2010. Museo de Arte Contemporáneo Angel Zárraga, Durango, México.

No Tóxico Encuentro Internacional de grabado 09. Centro de las Artes, Parque Fundi-dora, Monterrey, N. L., México.

Retrato. Pinacoteca del Estado de Nuevo León, Monterrey, N. L., México.

Paisajes. Pinacoteca del Estado de Nuevo León, Monterrey, N. L., México.

Un grito por la Paz. Museo Metropolitano de Monterrey, Monterrey, N. L., México.

MARCO móvil. Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey, MARCO, Monterrey, N. L., México.

Entre siglos. Museo Metropolitano de Monterrey, Monterrey, N. L., México.

8éme Biennale Mondiale de la Reliure d’Art. Saint Remy les Chevreuse, Francia.

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Premio Bernardo Elosúa Farías. Arte A.C. Salón de la gráfica y originales sobre papel, Monterrey, N. L., México.

The 11th International Biennial Print and Drawing 2003. Taipei Fine Arts Museum, Taiwan, República de China.

Marché du livre. Museo de Mariemont, Mariemont, Bélgica.

Prix de la Gravure. Museo del Grabado, La Louvière, Bélgica.

Century to Century Rotary International. St. Pietersabdij te Gent, Bélgica.

The 10th International Biennial Print and Drawing 2001. Taipei Fine Arts Museum, Taiwan, República de China.

Retrospective Fondation P. Hamesse. Hôtel de Ville Saint Gilles, Bruselas, Bélgica.

Le Nue. K Gallery, Le Sablon, Bruselas, Bélgica.

The Art of Anaesthesia. The European Society of Anaesthesiologists, Gothenburg, Suecia.

Les voyages du livre. Muséum: Mundaneum, Mons, Bélgica.

Peintures. Galerie Ransbeck, Bélgica.

5ème Biennal Rencontre de l’art Bruxellois. Bruselas, Bélgica.

Salon International de l’art: Libr’Art. Galerie Internationale. Libramont, Bélgica. Latino América. Parcours d’artistes Schaerbeek 2000, Bruselas, Bélgica.

17ème Salon de Mai 2000, Fondation Pierre Paul Hamesse. Bruselas, Bélgica.

Lineart, Foire d’art Internationale 20ième siècle. Galerie Internationale, Gent, Bélgica.

Salon International de l’art: Libr’Art. Libramont, Bélgica.

1ere Biennal “Art en Wallonie”. Palace des Expositions, Namur, Bélgica.

51 International. Espace Sculfort, Mabeuge, Francia.

49éme Prix Louis Schmidt. Salle Salvador Allende, Université Libre de Bruxelles, Bruselas, Bélgica.

La Mémoire. Salle Salvador Allende, Université Libre de Bruxelles, Bélgica.

Magritte 98. Lessines, Bélgica.

Ekegardh Galerie. Augustinesse Klooster, Maastricht, Holanda.

Prix artistique de la Ville Antoing. Hainaut, Bélgica.

Prix des Arts de Woluwé Saint Pierre 1997. Bruselas, Bélgica.

5 Days Art. Grœnendael, Bélgica.

Reseña de la Plástica de Nuevo León 1997. Casa de la Cultura de Nuevo León, Monterrey, N. L., México.

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Los niños a las puertas del tercer milenio. Galería Villa Amadeus, Monterrey, N. L., México.

Salón de Otoño. Centro Cultural de Garza García, N. L., México.

Reseña de la Plástica de Nuevo León 1996. Casa de la Cultura de Nuevo León, Monterrey, N. L., México.

Romerías de Mayo. Centro de Arte de Holguín, Cuba.

XIV Arte encuentro. Auditorio San Pedro, Garza García, N. L., México.

25th International Art Show. Fine Art Museum, Brownsville, Texas, E.U.A.

Símbolo de Mexicanidad. Secretaría de Gobierno y TELAP, Monterrey, N. L., México.

Festival Internacional Diego de Montemayor. Museo de Historia Mexicana Monterrey, N. L., México.

CRÍTICAS Y PUBLICACIONES DE LA OBRA DE CORA DIAZ

Le reflet en soi de l’image. Jean-Luc Nancy. Estrasburgo, Francia.

Libros de Artista. Miguel Covarrubias. Monterrey, N. L., México.

Arte y Ciencia. Xavier Moyssen. Monterrey, N. L., México.

Cora Díaz: Leer el paisaje. Lucien Massaert. L’Académie Royale des Beaux Arts de Bruxelles, Bélgica.

Corpus Cora. Jean-Luc Nancy. Estrasburgo, Francia.

Plier les Fleurs. Jean-Luc Nancy. Estrasburgo, Francia.

Un arte en evolución. Jorge García Murillo, Monterrey, N. L., México.

Libro, Arte, Objeto. Xavier Moyssen. Monterrey, N. L., México.

Hojas y Pliegues. Xavier Moyssen. Monterrey, N. L., México.

El Arte Objetual de Cora Díaz. Jorge Bibriezca, Monclova, Coahuila, México.

Libro: Piron: Dictionnaire des artistes plasticiens de Belgique de XIXe et XXe Siecles. Paul Piron, Editions Art in Belgium. Ed. 2003. Bruselas, Bélgica.

Libro: Artistes & Galeries, 4ème édition, Editions Art in Belgium 2000.

Cora DÍAZ. Guy Gilsoul, Asociación Internacional de Críticos de Arte, Bélgica.

Cora Díaz. Anita Nardon, Asociación Internacional de Críticos de Arte, Bélgica.

Apariencias y Realidades. Xavier Moyssén, Asociación Internacional de Críticos de Arte. México.

La Figuración de Cora Díaz. Jorge García Murillo, Monterrey, N. L., México. Cora y la Realidad Aparente. Jorge Hidalgo Pimentel, Profesor de Estética Visual del Instituto Superior de Arte à Cuba.

Cora Díaz, Artista Latinoamericana. Rodrigo Ledesma Gómez, Monterrey, N. L., México.

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CATÁLOGOS CON LA OBRA DE CORA DÍAZ

Ciclo de la Sabiduría, Sensibilización a través del arte. Preparatoria # 16, Universidad Autónoma de Nuevo León, Monterrey, N. L., México.

Patrimonio Cultural de La Universidad Autónoma de Nuevo León, Tomo 1. Universidad Autónoma de Nuevo León, Monterrey, N. L., México

Reflejos, Cora Díaz. Universidad Autónoma de Nuevo León. Monterrey, N. L., México.

Colección Pinacoteca de Nuevo León, CONARTE, primera edición, Monterrey, N. L., México.

Cora Díaz, Libro de Artista. Universidad Autónoma de Nuevo León. Colegio Civil, Centro Cultural Universitario. Monterrey, N. L., México.

Primera Bienal Regional de Pintura y Grabado Angel Zárraga. Fondo Regional para la Cultura y las Artes del Noreste. Durango, México.

Acervo de obras plásticas. Centro de Investigación y Desarrollo de Ciencias de la Salud. UANL. Monterrey, N. L., México.

Corpus Cora. Jean – Luc Nancy, Ed. Montemorelos, Museo Metropolitano de Monterrey, Monterrey, N. L., México.

El viaje del Libro. Imprenta Universitaria de la Universidad Autónoma de Nuevo León. Monterrey, N. L., México.

Plier les Fleurs. Jean-Luc Nancy, Ed. Montemorelos, México 2006, Museo Internacional de Artes y Ciencias, Mc Allen, Texas, E.U.A.

Club des Orchidophiles Wallons. Bruselas, Bélgica.

The 11th International Biennial Print and Drawing. Taipei Fine Arts Museum. Taiwan, República de China.

Quatrième Marché du livre de Mariemont. Museo de Mariemont, Bélgica.

Prix de la Gravure 2002. Muséum de la Gravure, La Louvière, Bélgica.

The 10th International Biennial Print and Drawing. Taipei Fine Arts Museum. Taiwan, República de China.

Fondation Pierre Paul Hamesse 1981 – 2001. Bruselas, Bélgica.

The Arts of Anaesthesia. Gothenburg, Suecia.

Parcours d’artistes Schaerbeek 2000. Bruselas, Bélgica.

Lineart, Foire d’art Internationale 20ième siècle. Gent, Bélgica.

Salon International de l’art: Libr’Art. Libramont, Bélgica.

1ere Biennale Art en Wallonie. Namur, Bélgica.

Cora Díaz: Murailles Vivantes. Bruselas, Bélgica.

5 Days arts. Grœnendael, Bélgica.

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XVII Reseña de la Plástica Neoleonesa. Consejo para la Cultura de Nuevo León, Monterrey, N. L., México.

XVI Reseña de la Plástica Neoleonesa. Consejo para la Cultura de Nuevo León, Monterrey, N. L., México.

DISTINCIONES, SELECCIONES Y NOMINACIONES

Premio de las artes UANL 2013, Artes Visuales. 80 aniversario de la Universidad Autónoma de Nuevo León, Monterrey, N. L., México.

Nominación: Miembro del Consejo para la Adquisición y Conservación del Patrimonio Cultural de la UANL. Monterrey, N. L., México.

Selección: Patrimonio Cultural de la Universidad Autónoma de Nuevo León. Monterrey, N. L., México.

Selección: Patrimonio Cultural del Estado de Nuevo León. N. L., México.

Selección: V Bienal Nacional de Artes Visuales Yucatán 2011, Instituto de Cultura de Yucatán, Mérida, México.

Selección: Primera Bienal Regional de Pintura y Grabado “Angel Zárraga”. FORCAN, CONACULTA, Instituto de Cultura del Estado de Durango, México.

Selección: Octava Biennale Mondiale de la Reliure d’Art, Saint Remy les Chevreuse, Francia.

Distinción: Arts Plastiques, Visuels et de l’espace :Image Imprimée: Gravure. École Nationale Supérieure des Arts Visuels La Cambre, Bruselas, Bélgica.

Seleccionada en XI Bienal Internacional de Dibujo y Grabado. Fine Arts Museum en Taipei, República de China.

Selección para: “Le Prix de la Gravure 2002”. Muséum de la Gravure, La Louvière, Bélgica.

Distinción en artes plásticas y aplicadas: dibujo. L’Académie Royale des Beaux - Arts de la Ville de Bruxelles, Bélgica.

Seleccionada en X Bienal Internacional de Dibujo y Grabado. Fine Arts Museum en Taipei, República de China.

Prix du Ministre – Président de la Communauté Française de Belgique. Salón de mayo de Bruselas, Bélgica.

La Première Mention du Prix Pierre Paul Hamesse 2000. Fondation Pierre Paul Hamesse, Bruselas, Bélgica.

Gran distinción en dibujo. Académie des Arts Woluwé Saint Pierre, Bruselas, Bélgica.

Nominación para la Paleta de Cristal:1ere Biennale d’Art en Wallonie, Bélgica.

Segundo Lugar en Arte Encuentro. San Pedro Garza García, N. L., México.

Ganadora del Concurso : Logo de La Carrera de Medicina. Universidad de Montemorelos, N. L., México.

Premio de Excelencia Académica. Licenciatura en Artes Visuales Federación de Colegios Profesionales de Nuevo León, México.

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COLECCIONES PUBLICAS Y PRIVADAS (SELECCIÓN)

Fine Arts Museum of Taipei, República de China.

Pinacoteca de las Artes de Nuevo León, México.

Museo Harold Pape, Monclova. Coahuila, México.

Universidad Autónoma de Nuevo León, N. L., México.

Centro de Investigación y Desarrollo de Ciencias de la Salud, UANL. Monterrey, N. L., México.

Universidad de Monterrey, Monterrey, N. L. México.

Embajada de Venezuela, Bruselas, Bélgica.

Múltiples colecciones privadas en: Francia, Suecia, Bélgica, Luxemburgo, Italia, España, Suiza, Austria, Holanda, México, Perú, Filipinas, Estados Unidos de Norte América, Venezuela.

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Cora Díaz. Apariencias y realidadesterminó de imprimirse

en junio de 2014, en los talleresde Serna Impresos, S.A.

La edición consta de 1 000 ejemplares.

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