Antología a manera de cuento

8/7/2019 Antologa a manera de cuento...

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La espada pacfista

El len afnico

Brodek el dragn del da y de la noche

El origen de la felicidad


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La espada pacifistaTomado de Cuentos para dormirhttp://cuentosparadormir.com/infantiles/cuento/la-espada-pacifista

Haba una vez una espada preciosa. Perteneca a ungran rey, y desde siempre haba estado en palacio,

partipando en sus entrenamientos y exhibiciones,

enormemente orgullosa.Hasta que un da, una gran

discusin entre su majestad y el rey del pas vecino,

termin con ambos reinos declarndose la guerra.

La espada estaba emocionada con su primera


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participacin en una batalla de verdad. Demostrara atodos lo valiente y especial que era, y ganara una

gran fama. As estuvo imaginndose vencedora de

muchos combates mientras iban de camino al frente.

Pero cuando llegaron, ya haba habido una primera

batalla, y la espada pudo ver el resultado de laguerra.Aquello no tena nada que ver con lo que haba

imaginado: nada de caballeros limpios, elegantes y

triunfadores con sus armas relucientes; all slo haba

armas rotas y melladas, y muchsima gente sufriendo


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hambre y sed; casi no haba comida y todo estaballeno de suciedad envuelta en el olor ms repugnante;

muchos estaban medio muertos y tirados por el suelo y

todos sangraban por mltiples heridas...

Entonces la espada se dio cuenta de que no le

gustaban las guerras ni las batallas. Ella prefera estaren paz y dedicarse a participar en torneos y concursos.

As que durante aquella noche previa a la gran batalla

final, la espada buscaba la forma de impedirla.

Finalmente, empez a vibrar. Al principio emita un


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pequeo zumbido, pero el sonido fue creciendo, hastaconvertirse en un molesto sonido metlico. Las espadas

y armaduras del resto de soldados preguntaron a la

espada del rey qu estaba haciendo, y sta les dijo:

- "No quiero que haya batalla maana, no me gusta la

guerra".- "A ninguno nos gusta, pero qu podemos hacer?".

- "Vibrad como yo lo hago. Si hacemos suficiente ruido

nadie podr dormir".

Entonces las armas empezaron a vibrar, y el ruido fue


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creciendo hasta hacerse ensordecedor, y se hizo tangrande que lleg hasta el campamento de los

enemigos, cuyas armas, hartas tambin de la guerra,

se unieron a la gran protesta.

A la maana siguiente, cuando deba comenzar la

batalla, ningn soldado estaba preparado. Nadiehaba conseguido dormir ni un poquito, ni siquiera los

reyes y los generales, as que todos pasaron el da

entero durmiendo. Cuando comenzaron a despertar al

atardecer, decidieron dejar la batalla para el da


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siguiente.Pero las armas, lideradas por la espada del rey,

volvieron a pasar la noche entonando su canto de paz,

y nuevamente ningn soldado pudo descansar,

teniendo que aplazar de nuevo la batalla, y lo mismo

se repiti durante los siguientes siete das. Al atardecerdel sptimo da, los reyes de los dos bandos se

reunieron para ver qu podan hacer en aquella

situacin. Ambos estaban muy enfadados por su

anterior discusin, pero al poco de estar juntos,


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reyes, comprendiendo que eran muchas ms las cosasque los unan que las que los separaban.

Autor.. Pedro Pablo Sacristn


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El len afnicoTomado de cuentos para dormir http://cuentosparadormir.com/infantiles/cuento/el-leon-

afonicoHaba una vez un len afnico. Era afnico desde

siempre, porque nunca haba podido rugir, pero nadie

en la sabana lo saba. Como desde muy pequeohaba visto que no poda rugir, haba aprendido a

hablar sosegadamente con todo el mundo y a

escucharles, y convencerles de sus opiniones sin tener

que lanzar ni un rugido, ganndose el afecto y


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confianza de todos.Pero un da, el len habl con un puerco tan bruto y

cabezota, que no encontraba la forma de hacerle

entrar en razn. Entonces, sinti tantas ganas de rugir,

que al no poder hacerlo se sinti en desventaja. As

que dedic unos meses a inventar una mquina derugir que se activase slo cuando l quisiera. Y poco

despus de tenerla terminada, volvi a aparecer por

all el puerco testarudo, y tanto sac al len de sus

casillas, que lanz un rugido aterrador con su mquina


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de rugir.- GRRRRROAUUUUUUUUUUUU!!!

Entonces, no slo el puerco, sino todos los animales, se

llevaron un susto terrible, y durante meses ninguno de

ellos se atrevi salir. El len qued tan triste y solitario,

que tuvo tiempo para darse cuenta de que nonecesitaba rugir para que le hicieran caso ni para

salirse con la suya, y que sin saberlo, su afona le haba

llevado a ser buensimo hablando y convenciendo a

los dems. As que poco a poco, a travs de su tono


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amable y cordial, consigui recuperar la confianza detodos los animales, y nunca ms pens en recurrir a sus

rugidos ni a sus gritos



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Brodek, el dragn delda y la noche

Tomado de cuentos para dormir http://cuentosparadormir.com/infantiles/cuento/brodek-el-

dragon-del-dia-y-la-nocheLleg el da. El joven dragn Brodek tendra que elegirsu bando, y convertirse en un dragn de la noche o en

un dragn de la luz. Ambos grupos, enemigos

naturales, se odiaban a muerte, y cada dragn, al


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llegar su tiempo, tena que escoger uno de los bandosy formar parte de su ejrcito.

Casi todos se decidan siendo an pequeos, y se

entrenaban durante aos, antes del cambio definitivo.

Pero Brodek no lo tena claro. Y ya no le quedaba

tiempo. Al amanecer, sus alas se cubriran con el azulde la noche o el dorado del sol, y permaneceran as

para siempre, y todo su ser odiara al sol o a la luna sin

poderlo remediar. Era el precio del mgico y funesto

don de escupir fuego.


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Por eso Brodek haba ido a pensar al bosque, dondeesperaba encontrar una respuesta. Pero all, sentado,

en el silencio de la noche, no haba respuestas. Slo

una luna llena blanca y preciosa, con plidos brillos de

plata. Y el viento en las hojas de los rboles, ms suave

y fro que de costumbre, como despidindose deljoven dragn. Y la noche, una noche profunda llena de

estrellas lejanas... Por nada del mundo quera Brodek

convertirse en un dragn de la luz para odiar toda esa

maravilla, y sinti cmo sus alas comenzaban a teirse


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lentamente con el color de la noche.Pero la noche fue perdiendo fuerza para dar paso a las

primeras luces del alba. Era ese uno de los momentos

favoritos del dragn, y disfrut de los tonos rosados del

cielo, del suave calor del primer rayo de sol en la cara,

de los brillos de cristal y fuego en las aguas y de laalegra que despertaban en el bosque los primeros

cantos de los pajarillos... No, tampoco quera ser un

dragn de la noche para odiar tantsima belleza.Y

antes de que las lgrimas inundaran sus ojos, antes


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incluso de saber cul era el color definitivo de sus alas,Brodek vol hasta la laguna, se sumergi cuanto pudo

en ella para calmar su sed de paz, y vol hacia el

cielo, tan alto como pudo, como tratando de escapar

de la injusta tierra y de su cruel destino. Y cuando

estuvo tan lejos que el fro le impeda mover las alas,abri la boca para soltar su gran llamarada, como

queriendo gastarla completamente, o no haberla

tenido nunca. Pero en lugar de fuego, de su boca

surgi una finsima capa de escarcha que cubri los


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campos, como si su deseo de paz y el agua de lalaguna hubieran obrado un milagro. Y slo entonces

descubri que no sera un dragn de la noche, ni un

dragn de la luz, pues una de sus alas perteneca a la

luna, y la otra la sol.

Y cada cierto tiempo, Brodek vuelve a decorar loscampos con su mgico aliento escarchado, como

queriendo recordar al mundo que no es necesario

elegir entre el da y la noche cuando no se sabe odiar.



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El origen de la felicidadTomado de cuentos para dormir http://cuentosparadormir.com/cuaderno-de-los-valores

Haba una vez un nio que era muy feliz, , aunque notena muchos juguetes ni dinero. l deca que lo que le

haca feliz era hacer cosas por los dems, y que eso le

daba una sensacin genial en su interior. Pero

realmente nadie le crea, y pensaban que no andaba

muy bien de la cabeza. Dedicaba todo el da a ayudar

a los dems, a dar limosna y ayuda a los ms pobres, a


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cuidar de los animales, y raras veces haca nada paras mismo.

Un da conoci a un famoso mdico al que extra

tanto su caso, que decidi investigarlo, y con un

complejo sistema de cmaras y tubos, pudo grabar lo

que ocurra en su interior. Lo que descubrieron fuesorprendente: cada vez que haca algo bueno, un

millar de angelitos diminutos aparecan para hacerle

cosquillas justo en el corazn.

Aquello explic la felicidad del nio, pero el mdico


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sigui estudiando hasta descubrir que todos tenemosese millar de angelitos en nuestro interior. La pena es

que como hacemos tan pocas cosas buenas, andan

todos aburridos haciendo el vago.

Y as se descubri en qu consiste la felicidad, y

gracias a ese nio todos sabemos qu hay que hacerpara llegar a sentir cosquillitas. Autor. Pedro Pablo

Sacristn

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