AntiguoTestamento. Problemas Historiograficos

Embed Size (px)

Citation preview

  • 8/10/2019 AntiguoTestamento. Problemas Historiograficos

    1/72

    Espacio, Tiempo y Forma, Serie II, Historia Antigua, t. 17-18, 2004-2005, pgs. 57-128

    UNED.Espacio, Tiempo y Forma 57Serie II, Historia Antigua, t. 17-18, 2004-2005

    Algunos problemas historiogrficos entorno a los libros del Antiguo Testamento

    y la investigacin moderna(nuevas aportaciones)

    Some historiographic problems about Old Testaments texts andthe modern investigation (new contributions)

    J.M. BLZQUEZMARTNEZReal Academia de la Historia. Madrid

    J. CABREROPIQUEROUniversidad Nacional de Educacin a Distancia. Madrid

    RESUMEN

    En este artculo se examinan una serie de

    trabajos, de diferentes autores, publicados en 2003 bajo la direccin de W.G. Dever y S. Gittin en una obra de conjunto:

    Symbiosis, Symbolism and the Power ofthe Past. Canaan, Ancient Israel and Their

    Neighbors from the Late Bronce AgeThrough Roman Palestina. Estos trabajos

    complementan las tesis de Finkelstein y de Liverani, editadas ya en esta revista.

    Se tratan los siguientes problemas: El reino de Salomn; las provincias de

    Salomn; el reino patromonial; el asentamiento; la monarqua unida; el impacto de las invasiones asirias;

    Yahweh, El y la familia astral divina; los dioses en Israel; los cultos israelitas y filisteos; el origen fenicio de los cultos

    cananeos; la relacin entre el Egeo y el Oriente; la naturaleza del culto fenicio, sus

    smbolos y pervivencia; ; la comparacin con el culto de Jud; el culto de Astart en

    Chipre; el xodo y la ocupacin de Palestina; Tambin se examinan las teoras propuestas sobre el primitivo

    Israel.

    ABSTRACT

    In this article we a series of works, from

    different authors, published in 2003 under the direction of W.G. Dever and S. Gittin in a group work: Symbiosis, Symbolism and the Power of the Past. Canaan, Ancient Israel and Their Neighbors from the Brass Beats Age Through Roman Palestine.These articles complete the theses of Finkelstein and of Liverani, commented in this journal. They are the following problems: Salomns Kingdom; Salomns counties; the Patrimonial Kingdom; the settlement; the united monarchy; the impact of the Assyrian invasions; Yahweh,El and the divine astral family; the goddess of Israel; the Israel rites and Philistines; the phoenician source of Palestinian cults; the relationship between the Aegean and the East; the nature of the phoenician cults, their symbols and prevalence; the comparison with the cult of Judah; the cult of Astarte in Cyprus; the Exodus and the occupation of Palestine; examining the proposal theories about the primitive Israel.

  • 8/10/2019 AntiguoTestamento. Problemas Historiograficos

    2/72

    En este trabajo vamos a continuar la serie ya iniciada en trabajos anteriores1 enlos que venimos revisando la historicidad de algunos libros delAntiguo Testa- mento , tema candente en la investigacin de los ltimos aos.

    En los trabajos anteriores comentamos los libros de Finkelstein2, arquelogo is-raelita de reconocido prestigio internacional del Instituto Nadler de Arqueologa dela Universidad de Tel Aviv, y Silberman, director del Centro para la Arqueologa y laHerencia de Blgica; y el de Liverani3, conocido historiador del Oriente Antiguo que

    desarrolla su trabajo en la Universidad de Roma.En el presente trabajo continuaremos la serie de aportaciones examinando dos

    nuevos estudios de extraordinaria importancia. El primero de ellos es un congresodel W.F. Albright Institute of Arhaeological Research y de la American Schools ofOriental Research en mayo del ao 2000, celebrado en Jerusalem y que fue edi-tado por W.G. Dever y S. Gitin4; y el de W.G. Dever5.

    Del simposio vamos a comentar algunas comunicaciones que interesan direc-tamente a la historia ms antigua de Israel y hemos procurado sintetizar el pen-samiento de los autores lo ms exhaustivamente posible.

    L.E. Stager6, profesor del Departamento de Lenguas y Civilizaciones del Pr-ximo Oriente de la Universidad de Harvard, estudia el reino de Salomn y empieza

    J. M. BLZQUEZ MARTNEZ YJ . CABRERO PIQUERO

    58 UNED.Espacio, Tiempo y Forma Serie II, Historia Antigua, t. 17-18, 2004-2005

    1 BLAZQUEZ, J. M., CABRERO, J. 2004: La arqueologa israelita y la historicidad de los libros del Anti-guo Testamento, en Boletn de la Asociacin Espaola de Orientalistas , pp. 17-57. Edit. Universidad Au-tnoma de Madrid.Id., 2005 : La historicidad de los relatos del Antiguo Testamento segn la modernahistoriografa, enBoletn de la Asociacin Espaola de Orientalistas , pp. 23-73. Edit. Universidad Au-tnoma de Madrid. Este mismo tema lo hemos tratado tambin en: BLAZQUEZ, J. M., CABRERO, J. 2004:Ms mito que historia. Nuevas investigaciones sobre la Biblia, enLa Aventura de la Historia , 72, Oc-tubre, pp. 92-96.Id . 2005, La historicidad de los libros del Antiguo Testamento a la luz de las nuevasaportaciones de la arqueologa, en Vestnik Drevnej Istorii 5 , Mosc (en ruso) (en prensa).

    2

    FINKELSTEIN, I, SILBERMAN, N. A. 2002:The Bible Unearthed. Archaeologys New Vision of Ancient Is- rael and the Origin of Its Sacred Texts,Edit. The Free Press, Nueva York, con traduccin espaolaLa Bi- blia desenterrada: una nueva visin arqueolgica del Antiguo Israel y de los orgenes de sus textos sa- grados . Edit Siglo XXI, Madrid 2003.

    3 LIVERANI, M. 2003:Oltre la Bibia. Storia antica di Israel . Edit. Laterza, Bari, con traduccin espao-la, Ms all de la Biblia . Edit. Crtica, Barcelona, 2004.

    4 DEVERW. G., GITINS. (eds) 2003: Symbiosis, Symbolism and the Power of the Past. Canaan, An- cient Israel and Their Neighbors from the Late Bronce Age Through Roman Palestina: Proceedings of the Centennial Symposium W.F. Albright Institute of Arhaeological Research y de la American Schools of Oriental Research . Edit. Eisenbrauns, Indiana.

    5 DEVER, W. G. 2003:Who where the Israelitas and where did they come from? Edit. Wm B. ErdmansPublishing Company, Cambridge. Para el presente trabajo hemos utilizado la edicin francesa:Aux ori- genes dIsral: quand la Bible dit vrai . Edit. Bayard, Pars 2005.

    6 STAGER, L. E. 2003: The Patrimonial Kingdom of Salomon, en DEVER W. G., GITINS. (eds)2003, op. Cit., 63-72.

    PALABRAS CLAVE: Israel, Palestina, Jud, Biblia, Reino

    Unido, xodo, Religin Fenicia, Moiss,Patriarcas, Jueces, Yahweh, El, Aserah,

    Astart, Pentateuco.

    KEYWORDS: Israel, Palestine, Judah, Bible, United Monarchy, Exodus, Phoenician Cults,Moses, Patriarches, Judges, Yahweh, El,Aserah, Astarte, Pentateuco.

  • 8/10/2019 AntiguoTestamento. Problemas Historiograficos

    3/72

    Algunos problemas historiogrficos en torno a los libros del Antiguo Testamento

    UNED. Espacio, Tiempo y Forma 59Serie II, Historia Antigua, t. 17-18, 2004-2005

    recogiendo las teoras de unos pocos arquelogos de la Universidad de Tel Aviv, I.Finkelstein, D. Ussishkin y Zeev Herzog, que han intentado desplazar la culturamaterial del s. X a.C., colocndola un siglo despus en el reino del norte de Israel.El reino de Jud no existi como estado hasta mucho despus, hasta el ltimocuarto del s. VIII a.C., durante el reino de Ezequas (727-698 a.C.). Jerusalem, ca-pital de una inexistente monarqua unida, hasta el reinado de Ezequas era unasimple aldea. Por otro lado, T. Thompson y N. Lemches, de la Universidad de Co-penhague, hicieron una revisin radical. Segn estos investigadores, la Biblia he-brea es totalmente irrelevante para conocer aspectos de la historia poltica y cul-tural de Israel durante la Edad del Hierro, dado que este texto fue escrito enpoca helenstica. Thompson escribe que las historias de la Edad de Oro de la mo-narqua unida reflejan la fantasa y ambiciones de Jerusalem de tiempos de los Ma-cabeos. David (1044-965 a.C.) y Salomn (965-908 a.C.) tienen caracteres ficticiosacuados despus de Juan Hicarnio (134-94 a.C.) y de Alejandro Magno respec-tivamente. Piensa L.E. Stager que, como historiadores, estamos obligados a tomaren serio la intencionalidad de muchos de los escritores bblicos que se refieren alpasado. Si los investigadores bucean en las fuentes, bblicas, arqueolgicas, y enlas inscripciones, convencidos de que el periodo de la monarqua unida es unacompleta fantasa, y de que sus reyes no han existido, eliminan algunas eviden-cias, como la lista de los oficiales de Salomn y las provincias de su reino, un do-cumento que gran nmero de los biblistas han considerado en todo o en parte au-tntico. Fuentes extrabblicas, como la estela de Tell Dan 7 mencionan la Casa deDavid, con referencia al reino de Jud.

    Pasa el profesor de Harvard a estudiar las relaciones del faran Shishak y Sa-lomn, examinando la lista de Egipto y los listados de los archivos de Jerusalem,que se fecharan despus de Salomn, que pertenecen a los tiempos de Shishak ode Sheshonq, y que refieren las campaas militares contra Israel en torno al 925a.C. segn 1Re 15.25 y 2Cr 12; la invasin tuvo lugar el ao 5 del reinado de Ro-boam (928-907 a.C.), que pag tributo al faran egipcio entregando los tesoros deltemplo y del palacio real lo que libr a Jerusalem de la destruccin. Se puede co-nocer la lista de las ciudades existentes pocos aos antes de la destruccin deShishak que coincidi con los aos del reinado de Salomn, de las destruccionessincrnicas en las ciudades excavadas mencionadas en la lista de Shishak, re-cordada en el templo de Amn en Karnak, donde aparecen los nombres de las for-talezas y de las ciudades palestinas. El problema, segn L. Stager, estriba en quehay muchos lugares con niveles de destruccin sincrnica, en el periodo que va del1000 al 840 a.C., algo que los arquelogos que aceptan la cronologa tradicional,podra atribuir a Shishak, s. X a.C. Finkelstein y otros pocos incluyendo a Naaman

    7 Tres fragmentos de basalto encontrados en 1993 y 1994 por Avraham Briran, en la actualidad en elIsrael Museum de Jerusalem, fechados entre los siglos IX y VII a.C. Vid . AVRAHAM, B y N EVEH , J. 1994: AnAramaic Stele Fragment from Tel Dan, en Israel Exploration Journal 43, 81-98; id . 1995 The Tel DanInscripcion. A New Fragment en Israel Exploration Journal 45, 1-18. En la lnea 9 del fragmento A se leeL. BYTDWD. W SM. [... , texto interpretado como casa de David.

  • 8/10/2019 AntiguoTestamento. Problemas Historiograficos

    4/72

    lo atribuyen a robos del jefe arameo Hazael en torno al 840 a.C., lo que tradicio-nalmente se considera una destruccin fechada en torno al ao 1000-980 a.C.Finkelstein la atribuye a Shishak en torno al 925 a.C. Arad XII representa el asen-tamiento conocido como el Gran Arad en la lista de Shishak, o una fortaleza en elNegev. Varios nombres de la lista de Shishak han sido borrados o estn borrosos.No se mencionan en la lista Gezer ni otras ciudades de Jud. Los nombres de Beth-Shean y el valle del Jezreel parecen ms claros que los nombres de Megiddo, Taa-nach, Shunem, Beth-Shean y Rehob. En Meggido, Shishak dej una estela comoseal de su victoria. La arqueologa ha demostrado que Meggido VIA y MeggidoVA-IVB fueron grandes ciudades y ambas destruidas en parte por una conflagracingeneral. Tradicionalmente, la destruccin parcial de Meggido VA-IVB se atribuye aShishak. Meggido posea magnficos edificios de sillares monumentales, con pala-cios y otras construcciones pblicas, seis puertas de seis cmaras, semejantes a laspuertas de Hazor y de Gezer. Finkelstein y otros arquelogos rebajan la fecha dedestruccin de la ciudad y, para Meggido VIA dan la cronologa de 625 a.C., y el fi-nal de ella, Meggido VA-IVB, lo hacen coincidir con la muerte de Jezreel.

    Recientemente Finkelstein, Zimhoni y Kafri escriben que Meggido VIB, que tie-ne cermica bicnica filistea ypithoi de borde en el cuello, podan datarse en el s.XIa.C., mientras que el estrato VIA poda colocarse en el s.X a.C. Segn Ben-Tor,la mayora de las cermicas presentan las caractersticas tipolgicas locales de fi-nales de la Edad del Bronce. El segundo grupo comprende cermicas que son cla-ramente fenicias. El tercer grupo est formado por cermicas filisteas, parecidas alos vasos que se han hallado al sur de Israel y en la llanura costera. Si se hallaraun palacio Bithilani , similar a los de Meggido VA-IVB en una ciudad siria, conms probabilidad se encontrara un templo en las proximidades. Esto es algo queno sucede ni en Meggido ni en ninguna otra capital provincial en el s.X a.C. La ra-zn es muy sencilla: el nico lugar, durante la monarqua unida, que tena palacioy templo, fue la capital, Jerusalem, el centro simblico ritual regio, del reino y delcosmos.

    La ciudad regia ritual no proporcionaba el lugar en el que diariamente se ha-can rituales, se celebraban las festividades de las estaciones y otras ceremonias,y poda ser elegida para asegurar la participacin de lo divino y de lo humano en

    los asuntos divinos. Piensa E. Stager que la Jerusalem anterior al s.VIIIa.C., erauna ciudad muy pequea, de no ms de 12 Ha, con una poblacin de unos 3000habitantes. No poda calificarse de centro urbano, como centro simblico, la capi-tal del cosmos, sera la encarnacin de lo sagrado en la sociedad.

    Con el descubrimiento del templo de Am Dara en Siria, parece claro que eltemplo de Salomn, tal y como lo describe el libro primeros de los Reyes8, no es, niuna narracin anacrnica basada en un arquetipo de templo posterior, ni unacreacin literaria.

    J. M. BLZQUEZ MARTNEZ YJ . CABRERO PIQUERO

    60 UNED.Espacio, Tiempo y Forma Serie II, Historia Antigua, t. 17-18, 2004-2005

    8 1Re 6-7.

  • 8/10/2019 AntiguoTestamento. Problemas Historiograficos

    5/72

    Algunos problemas historiogrficos en torno a los libros del Antiguo Testamento

    UNED. Espacio, Tiempo y Forma 61Serie II, Historia Antigua, t. 17-18, 2004-2005

    Figura 1: Terracota representando a un templo fenicio procedente del Lbano. Museo Arqueolgico Nacional de Beirut.

    El plano, las dimensiones, los detalles arquitectnicos del templo de Salo-mn, se adaptan completamente a las tradiciones de la arquitectura sagrada co-nocida en Siria y, probablemente, en Fenicia, desde el s. X al VIII a.C. El complejotemplo-palacio de Jerusalem no excluye instalaciones ms pequeas de culto.Ejemplos idnticos se han hallado dentro de la puerta de Meggido VA-IVB, y enuna estructura de culto en Taanach IIB con habitaciones llenas de altares de in-cienso con mesas de culto y con cuencos llenos de astrgalos de ovejas y de ca-bras. El nivel de destruccin de Taanach, solamente poda ser atribuido a Shishak,pues no hay cermica filistea en el lugar. Los otros niveles de destruccin son an-teriores. El estrato IB fue destruido, segn la cronologa tradicional, en torno al1100 a.C. Finkelstein ha comparado Meggido VIA, con cermica filistea, con Taa-nach IB, con cermica prefilistea. Ha rebajado la fecha de destruccin de ambasciudades a los tiempos de Shishak. lo que es verdadero para Meggido y para Taa-nach, es tambin verdad para Beth-Shean. En Rehob citado igualmente en la listade Shishak, hay tres niveles de conflagracin, los estratos VII-V, uno de los cualeses atribuido con seguridad a Shishak.

    Gezer VIII, con una puerta de seis cmaras y edificios administrativos prxi-mos, sufri destrucciones por el mismo tiempo. Lo mismo se documenta en Yoq-neam. Hazor X-IX puede aadirse a la lista de ciudades que sufrieron una mayor

    transformacin en el s. X a.C. La lista de Shishak menciona asentamientos del de-

  • 8/10/2019 AntiguoTestamento. Problemas Historiograficos

    6/72

    sierto de Negev. Principalmente son fortalezas, conocidas comohagarim . En res-puesta a la amenaza enemiga se estableci un sistema de fortalezas en el inter-land de Negev, durante el s. X a.C., aproximadamente entre los aos 975 y 925a.C. Despus de la campaa de Shishak y de la divisin de la monarqua unida, elborde de Jud se contrajo al Valle de Beersheba.

    L.E. Stager, apoyndose en la cronologa de las actividades de Shishak en elvalle de Jezreel y en el interland de Negev, en relacin con los lugares contempo-rneos del sigloX a.C., no tiene reparos en involucrar la noticia de 1Re 9.15, en laque se afirma que Salomn haba reclutado trabajadores para construir el templo,el palacio, el Mil-lo, y la muralla de Jerusalem, de Hazor, de Meggido y de Gezer.Puntualiza el profesor de Harvard que la comparacin que Yadin hizo de las puer-tas de seis cmaras de Hazor, Meggido y Geza, y la cronologa que propona, sigloX a.C., ha aguantado la prueba del tiempo. El hecho de que en 1Re 9.15 se omitala noticia de un ejemplo de la filistea Ashdod del sigloX a.C., y otro de Laquish delsigloIXa.C., vuelve todo ms probable.

    LAS PROVINCIAS DE SALOMN

    La lista de archivo de 1Re 4, en todo o en parte ha sido atribuida al reinado deSalomn por excelentes historiadores de laBiblia . Los biblistas, que niegan la exis-tencia de la monarqua unida, tienen dificultad en aceptar tal atribucin. Esta listacae de plano en el estado patrimonial de Weber, tipo ideal basado en la compara-cin de culturas. 1Re 4 afirma:

    1Rein, pues, el rey Salomn sobre todo Israel.2Y estos fueron los jefes quetuvo: Azaras hijo del sacerdote Sadoc;3Elihoref y Ahas, hijos de Sisa, secretarios;Josafat hijo de Ahilud, canciller;4Benaa hijo de Joiada sobre el ejrcito; Sadoc yAbiatar, los sacerdotes;5Azaras hijo de Natn, sobre los gobernadores; Zabud hijode Natn, ministro principal y amigo del rey;6Ahisar, mayordomo; y Adoniram hijode Abda, sobre el tributo.7Tena Salomn doce gobernadores sobre todo Israel, loscuales mantenan al rey y a su casa. Cada uno de ellos estaba obligado a abaste-cerlo por un mes en el ao.8Y estos son los nombres de ellos: el hijo de Hur en elmonte de Efran;9el hijo de Decar en Macaz, en Saalbim, en Bet-semes, en Eln y

    en Bet-hann;10

    el hijo de Hesed en Arubot; ste tena tambin a Soco y toda la tie-rra de Hefer;11el hijo de Abinadab en todos los territorios de Dor; ste tena por mu- jer a Tafat hija de Salomn;12Baana hijo de Ahilud en Taanac y Meguido, en todaBet-sen, que est cerca de Saretn, ms abajo de Jezreel, desde Bet-sen has-ta Abel-mehola, y hasta el otro lado de Jocmeam;13el hijo de Geber en Ramot deGalaad; ste tena tambin las ciudades de Jair hijo de Manass, las cuales esta-ban en Galaad; tena tambin la provincia de Argob que estaba en Basn, sesen-ta grandes ciudades con muro y cerraduras de bronce;14Ahinadab hijo de Iddo enMahanaim;15Ahimaas en Neftal; ste tom tambin por mujer a Basemat hija deSalomn. 16Baana hijo de Husai, en Aser y en Alot;17Josafat hijo de Para, en Isa-car; 18Simei hijo de Ela, en Benjamn;19Geber hijo de Uri, en la tierra de Galaad, latierra de Sehn rey de los amorreos y de Og rey de Basn; ste era el nico go-bernador en aquella tierra.20Jud e Israel eran muchos, como la arena que est

    J. M. BLZQUEZ MARTNEZ YJ . CABRERO PIQUERO

    62 UNED.Espacio, Tiempo y Forma Serie II, Historia Antigua, t. 17-18, 2004-2005

  • 8/10/2019 AntiguoTestamento. Problemas Historiograficos

    7/72

    Algunos problemas historiogrficos en torno a los libros del Antiguo Testamento

    UNED.Espacio, Tiempo y Forma 63Serie II, Historia Antigua, t. 17-18, 2004-2005

    junto al mar en multitud, comiendo, bebiendo y alegrndose.21Y Salomn seore-aba sobre todos los reinos desde el ufrates hasta la tierra de los filisteos y el lmitecon Egipto; y traan presentes, y sirvieron a Salomn todos los das que vivi.22Y laprovisin de Salomn para cada da era de treinta coros de flor de harina, sesentacoros de harina, 23diez bueyes gordos, veinte bueyes de pasto y cien ovejas; sin losciervos, gacelas, corzos y aves gordas.24Porque l seoreaba en toda la regin aloeste del ufrates, desde Tifsa hasta Gaza, sobre todos los reyes al oeste del Eu-frates; y tuvo paz por todos lados alrededor.25Y Jud e Israel vivan seguros,cada uno debajo de su parra y debajo de su higuera, desde Dan hasta Beerseba,todos los das de Salomn.26Adems de esto, Salomn tena cuarenta mil caballosen sus caballerizas para sus carros, y doce mil jinetes.27Y estos gobernadoresmantenan al rey Salomn, y a todos los que a la mesa del rey Salomn venan,cada uno un mes, y hacan que nada faltase. 28Hacan tambin traer cebada y pajapara los caballos y para las bestias de carga, al lugar donde l estaba, cada unoconforme al turno que tena.29Y Dios dio a Salomn sabidura y prudencia muygrandes, y anchura de corazn como la arena que est a la orilla del mar.30Era ma-

    yor la sabidura de Salomn que la de todos los orientales, y que toda la sabidurade los egipcios.31Aun fue ms sabio que todos los hombres, ms que Etn ezrata,y que Hemn, Calcol y Darda, hijos de Mahol; y fue conocido entre todas las na-ciones de alrededor. 32Y compuso tres mil proverbios, y sus cantares fueron mil cin-co. 33Tambin disert sobre los rboles, desde el cedro del Lbano hasta el hisopoque nace en la pared. Asimismo disert sobre los animales, sobre las aves, sobrelos reptiles y sobre los peces.34Y para or la sabidura de Salomn venan de todoslos pueblos y de todos los reyes de la tierra, adonde haba llegado la fama de susabidura9.

    El autor bblico da la lista de los 12 distritos o provincias. Muchos de estos cen-tros provinciales, como Taanach, Meggido, Beth-Sean, Jezreel, Dor, Beeth-She-mesh y Yoknean. Antes de la campaa de Shishak del 925 a.C., cada lugar habasufrido una radical transformacin y se haba convertido en un centro regio con edi-ficios monumentales. Muchas de estas transformaciones son contemporneasdel reinado de Salomn.

    Las recientes excavaciones de Beth-Shemesh han demostrado una mayortransformacin del asentamiento desde el estrato III al II. Fue la posterior capitalprovincial bien planeada de la segunda provincia de Salomn (1Re. 4.9), con el pa-lacio del gobernador, con fortificaciones, conreservoir bajo tierra, de una capacidadde unos 795.000 litros para abastecer de agua a toda la poblacin. Esta instalacinde agua es un buen ejemplo de un proyecto hidrogrfico regio, conocido comoSwh en la estela Mesha o en la piedra Moabita. La cermica de Beth-Shemesh IIes contempornea de la de Arad XII y se fecha en el sigloX a.C. La capital de latercera provincia de Salomn, Arubboth (1Re. 4.10), se ha identificado con Khirbetel-Hamam, en Samara, y la tierra de Hepher con su centro en Tell Muhaffar. Latercera provincia estara en el territorio de Manases. Una vez ms se demuestraque estas provincias, con excepcin de los territorios recientemente conquistados,

    9 Los textos bblicos del presente trabajo han sido tomados de la traduccin de la Biblia realizada porCipriano Valera y Casiodoro Reina.

  • 8/10/2019 AntiguoTestamento. Problemas Historiograficos

    8/72

    como Dor en la cuarta provincia y el Valle de Jezreel en la quinta provincia, co-rresponden a los lmites de los viejos territorios tribales.

    L. E. Stager recoge la opinin de Wright segn la cual la reorganizacin del

    campo hecha por Salomn, ha tenido efecto beneficioso para reponer las lealta-des familiares anteriores, con otras regias, y de distribuir por igual las cargas delas tasas de cada provincia, de acuerdo a las regiones. Por lo tanto, a cada unade las doce ciudades se les peda suministrar anualmente los gastos de manu-tencin de un mes, para sufragar as los gastos del monarca y costear el ritual enJerusalem.

    Que tal sistema burocrtico jams ha existido en el antiguo Israel, y que el clananterior a la monarqua y el reparto tribal permaneci intacto, estn, parcialmente,demostrados por losostraca de Samaria, datados en el sigloVIIIa.C., hallados en

    el norte de la capital, que mencionan la recoleccin de tasas familiares de aceite deoliva y de vino, que fueron ofrecidas al rey por los notables o por los jefes del clan.Estos ostraca proceden del territorio tribal de Manases, y representan varios dis-tritos del clan en el territorio, todava intacto, de la tercera provincia, un siglo o sigloy medio despus del establecimiento de la monarqua. Recoge el profesor deHarvard la nocin de Wright y de otros historiadores bblicos, segn la cual la mo-narqua israelita fue una especie de institucin de origen extranjero, cananeo, in- jertada en una sociedad de base familiar, igualitaria, que con el paso del tiempo lle-g a ser una sociedad dividida por una lite, opresiva y explotadora. Un esquemacomn hace a las sociedades ir a travs de una lnea de progresin, desde el clan

    a la tribu, a la jefatura y, finalmente, al estado, en el que las divisiones de clase yde patronazgo desplazan la relacin de parentesco.

    La aproximacin objetiva a los restos materiales seala una variedad de ante-salas cuantitativas para cada escaln de la evolucin. En el caso de Israel se haentendido que los israelitas no tenan el concepto de estratificacin social a travsde lneas de clases y que no exista el concepto de clase. Las relaciones verticalesde superior con el inferior fueron de un orden diferente y ms abigarradas que elconcepto de clase permita.

    EL REINO PATRIMONIAL

    De los tres tipos de autoridad de Weber: carismtico, tradicional y racional-le-gal, el tipo tradicional expresado en trminos de un dominio patrimonial parece elms apropiado para los smbolos primarios de la cosmovisin israelita. La analogacreativa del cosmos, entre los finito y lo infinito, se expresa a travs de los smbo-los de la familia. La cosmovisin israelita es un cosmos basado en una serie de fa-milias. En la base de esta jerarqua de orden est la casa ancestral o patriarcal, lacasa del padre. Las huellas fsicas de este smbolo se pueden hallar en el trazado

    de las casas con columnas y sus grupos de la Edad del Hierro. A nivel de estado o

    J. M. BLZQUEZ MARTNEZ YJ . CABRERO PIQUERO

    64 UNED.Espacio, Tiempo y Forma Serie II, Historia Antigua, t. 17-18, 2004-2005

  • 8/10/2019 AntiguoTestamento. Problemas Historiograficos

    9/72

    Algunos problemas historiogrficos en torno a los libros del Antiguo Testamento

    UNED. Espacio, Tiempo y Forma 65Serie II, Historia Antigua, t. 17-18, 2004-2005

    reino tribal, el rey funcionaba como un pater familias , del que los sbditos espera-ban proteccin y ayuda. El rey preside su casa, que comprende familias y casas. Aeste nivel de simbolismo, los arameos y los moabitas en Tell Dan y en la estela deMesha, aluden, al referirse al reino del norte de Jud, a la casa de David, al igualque los asirios se refieren al reino del norte, como la casa de Omri (882-871a.C.). L.E. Stager es de la opinin que estas dos citas, fechadas en el s. IX a.C., re-lativas al reino de Jud, son bastante expresivas en s mismas para demostrar queJud fue un pleno estado a los ojos de sus vecinos antes de finales del siglo VIIIa.C. El rey no representa la cumbre de la autoridad en la cosmovisin israelita.Esta posicin la ocupa Yahweh, que reina como supremo seor patrimonial, auto-ridad suprema sobre el rey y sobre los hijos de Israel, vinculados a l por un pactocomo su pariente.

    L.E. Stager concluye en su exposicin, que hemos seguido detenidamente, que

    hay una gran cantidad de evidencias sacadas de las fuentes bblicas, de las ar-queolgicas, inscripciones y teora poltica que apoyan la nocin de la cosmovisinisraelita, en la que los miembros de la comunidad participan en la transformacindesde una confederacin tribal a un reino tribal en el siglo X a.C. Con la cronologamuy ajustada establecida por las fuentes egipcias referentes a las campaas deShishak en Palestina en el ao 925 a.C., la adecuada composicin de que elvnculo de estado a travs de las tipologas, de los smbolos de las fuentes bblicasy arqueolgicas, y los restos arqueolgicos de estos smbolos, permiten concluirque el reino unido de Israel ya exista en el s. X a.C. y que floreci despus de susubdivisin.

    I. Finkelstein 10 estudia el paso de la sociedad estado al estado, con la dinmi-ca poltica en los siglos X-IX a.C. Comienza el conocido arquelogo israelita, re-cordando que se suele aceptar que el sistema egipcio-cananeo de final de laEdad del Bronce de ciudades-estado termin en la segunda mitad del siglo XII a.C.Se pregunta qu sucedi despus. Vino el colapso de la Canan del segundo mi-lenio? Con anterioridad el sistema urbano de la primitiva Edad del Bronce y delBronce Medio haba sufrido mayores sacudidas y se recuper despus de uncorto periodo de tiempo. Se contina preguntando Finkelstein si conocemos cun-do y cmo el sistema de ciudad-estado acab en Canan.

    Al comienzo de la investigacin las lneas no fueron deducidas de la arqueo-loga, sino de acuerdo con dos consideraciones histricas: la narracin bblica de laconquista de Canaan, y el subsiguiente asentamiento israelita; y los textos egipciosalusivos a la invasin de los pueblos del Mar. En teora se poda argir que la cul-tura de Canan, poda haber sido recuperada por las migraciones de los Pueblosdel Mar. El ao 1200 a.C., poda ser el punto crucial en la historia de Canan. Lainvestigacin arqueolgica ha demostrado con claridad que Canan no fue borra-

    10 FINKELSTEIN , I. 2003: City States to States: Polity Dynamics in the 10th-9th Centuries B.C., en D E-VER W. G., G ITIN S. (eds) 2003, op. Cit. , 75-83.

  • 8/10/2019 AntiguoTestamento. Problemas Historiograficos

    10/72

    da por una campaa militar y el primitivo Israel y sus vecinos salen de una pobla-cin autctona, del sur del Levante.

    La idea de ciudades-estado de Canan arrasados, de la desaparicin de la po-

    blacin indgena y de la emergencia del joven Israel de las ruinas, ha desapareci-do. Se acepta, generalmente, entre los investigadores, que las narraciones bblicasno se pusieron por escrito antes del sigloVIIa.C. Aunque los textos conservan al-gunos materiales ms antiguos, en la mayora de los casos estn, adems, reto-cados, porque el escritor que redact elDeuteronomio , los adapt a su ideologa,y las present de tal manera, que podan ser utilizados para adelantar su objetivopoltico. Una lectura de la descripcin bblica de la conquista debe ser conscientede que est redactada con la ideologa del final de la monarqua de Jud, no en larealidad de la Edad del Bronce Final, o de la Edad del Bronce. La descripcin de laconquista de Galilea, que puede basarse en un autntico cuento folklorstico, fuepropuesta para demostrar que Jud fue el nico heredero de los territorios del rei-no del norte. La lista de las ciudades que no fueron conquistadas, todas en el nor-te, no es ms que una fbula teolgica del fracaso del reino del norte, para erra-dicar la cultura cananea. La gran conquista de David es una construccinideolgica que declara la aparicin del ltimo y nuevo David (Josas, 639-609a.C.) y de la agenda para la reconstruccin de una mtica Edad de Oro.

    El arquelogo israelita considera que no tiene ya actualidad la reconstruccindel final de la Edad del Bronce Cananeo que se hizo en los aos 1920 y 1930. Hayque plantear el problema a una nueva luz.

    Al estudiar el final de la Edad del Bronce cananeo se llega a la conclusin deque los hallazgos en lugares como Meggido, Beth-Shean, Laquish y Ashdod, re-flejan asentamientos de los principales centros, ciudades-estados, puertos y for-talezas egipcias. Recientes descubrimientos de campo indican que la pintura es di-ferente. Las excavaciones de Tell Menonrah en el valle de Beth-Shean, de Tellel-Wawiyat y de Ein Zippori en la Baja Galilea, demuestran que el campo no sufridao alguno. Los lugares demuestran una continuidad geogrfica y cultural durantela transicin del Bronce Final-Hierro I. Los valles del norte estaban densamente po-blados al final de la Edad del Bronce y Hierro I. No hay seales de una crisis ma-yor. En el Valle de Jezreel, en el nmero de asentamientos, en su situacin y en surea de edificacin no se detectan cambios en el paso de estos periodos. Lo mis-mo de documenta en el valle de Beth-Shean, al este.

    Poco despus de la destruccin, los principales centros fueron reocupados. Elcaso mejor conocido es Meggido. En el sigloXIa.C., despus de un vaco de ocu-pacin de pocas dcadas, Meggido se reasienta en el estrato VIB. Fue una pobrey pequea aldea a lo largo de unas dcadas gradual e ininterrumpidamente se de-sarroll con prosperidad en el estrato VIA, fechado en el sigloX a.C.

    La ciudad del estrato VIA es muy semejante a la del estrato VIIA, datado ste

    ltimo en el sigloXIIa.C. No es menos importante sealar que la siguiente ciudad

    J. M. BLZQUEZ MARTNEZ YJ . CABRERO PIQUERO

    66 UNED.Espacio, Tiempo y Forma Serie II, Historia Antigua, t. 17-18, 2004-2005

  • 8/10/2019 AntiguoTestamento. Problemas Historiograficos

    11/72

    Algunos problemas historiogrficos en torno a los libros del Antiguo Testamento

    UNED. Espacio, Tiempo y Forma 67Serie II, Historia Antigua, t. 17-18, 2004-2005

    de Meggido es totalmente diferente. La extensin de las dos ciudades (VIIA y VIA)es igual; ambas abarcan el tell superior de la terraza baja, un rea de 11 Ha. Laciudad del Hierro II ocupaba slo el tell superior. Ambas tenan un palacio alnorte, prximo a la puerta. En el estrato V los palacios estn situados en otra par-te. La cermica prueba una continuidad cultural. La cermica del estrato V siguela tradicin del Hierro II. Los objetos de bronce del estrato VIA son una continui-dad de tradiciones de final de la Edad del Bronce. La cermica del ltimo suelo deltemplo, Migdal, prueba una continuidad en la funcin hasta la destruccin del es-trato VIA.

    Se ha debatido muy acaloradamente la identidad de los habitantes de esta ciu-dad. Algunos investigadores apuntan a poblaciones con caractersticas cananeaso filisteas en su cultura.

    Para I. Finkelstein es muy dudoso que Meggido VIA fuera una ciudad cananea.Los habitantes, posiblemente, proceden de las aldeas prximas. Al parecer, Meg-gido VIA funcionaba como centro de una comunidad-estado controlando los terri-torios vecinos, pero se carece de fuentes. El anlisis de los hallazgos no nos per-miten una interpretacin alternativa. Los hallazgos apuntan a una ciudad muyprspera, embarcada en un comercio a larga distancia, con claros indicios de es-tratificacin social, situada en el centro de un territorio rural. Al menos el norte, quesoport una severa catstrofe en la mitad del siglo CII a.C., se rehizo de las cenizasa finales del siglo XI y a comienzos del siglo X a.C.

    Meggido fue no slo el eslabn en este nuevo Canan. Existan otras ciudadesparecidas, como Tell Kinneret, Tell Rehov en el valle del Jordn, Tell Dor y, pro-bablemente, Tell Keisan, en la costa.

    El Hierro I de Kinneret reemplaz al Hazor de finales de la Edad del Broncecomo centro del valle superior del Jordn. Una ciudad bien fortificada, de unas 10Ha de extensin, se desarroll en Tell Kinneret en un corto periodo de tiempo. Laciudad no alcanz nunca tal prosperidad como en el Hierro I.

    Tell Rehov, una ciudad contempornea de Meggido VIA, cubra toda la colinadel tell superior y de la terraza baja, con una extensin de unas 10 Ha. Rehov fuela mayor ciudad estado al final de la Edad del Bronce. Fue la principal ciudad delValle de Beth-Shean durante el Hierro, en este tiempo un establecimiento relati-vamente pequeo. De ello se puede deducir que la Rehov del Hierro I funcionabacomo centro de un territorio que se extenda por Beth-Shean y por el Valle de Jez-reel al este. Acco decay a finales de la Edad del Bronce, pero Tell Keisan, pro-bablemente la Achshaph del Bronce Final, continuaba prspera. Parece que era elprincipal centro de la llanura norte de la costa, con su puerto situado en Tell AbuHawam. Su territorio comprenda, tambin, Acco al final del Bronce.

    Dor era prspera en este tiempo. Tena una extensin de 7-8 Ha. Sus habi-tantes comerciaban con Fenicia y con Chipre. El edificio monumental excavado al

    sur de la colina prueba la riqueza y la naturaleza urbana de la ciudad del Hierro I,

  • 8/10/2019 AntiguoTestamento. Problemas Historiograficos

    12/72

    que debi controlar la llanura costera de la cadena montaosa del Carmelo. Es po-sible que Dor sustituyera a la Gath del Bronce Final, como principal centro en estaregin, pero los hallazgos del Hierro I, de Gath son tan escasos, que no podemossacar conclusiones. Durante el Bronce Final y la transicin al Hierro I, la regin dePhilistia conserva huellas de continuidad y de cambio.

    Estudios recientes demuestran que la emigracin de miles desde el oeste esaltamente improbable y que la poblacin de Philistia en el Hierro I tiene un impor-tante componente local. Al parecer, una lite minoritaria dictaba los rasgos cultu-rales a una poblacin mezclada. Desde el punto de vista de la demografa territo-rial, los principales cambios fueron la total eliminacin de la ciudad-estado delBronce Final de Laquish y sus aldeas, La ascensin de Ekrom del Hierro I, el cre-cimiento significativo de las ciudades del centro y la disminucin del sector rural.

    La continuidad se deduce del desarrollo ininterrumpido de muchas aldeas, y deldominio continuado de Gaza, Ashkelon, Ashdod y Gath.

    La mayora de las principales ciudades-estado del Bronce Final Cananeo se re-cuperaron en el sigloXIa.C.; de hecho, slo dos ciudades del Bronce Final en lastierras Bajas, Hazor y Laquish, fueron aniquiladas y reemplazadas por las ciudadesvecinas, Kinneret en el norte y Ekrom en el sur. Un mayor cambio se documentapor este tiempo slo en las montaas, donde hubo fuertes oleadas de asenta-miento. An entonces, se desconoce bastante el status de los dos antiguos centrosdel Bronce Final, Jerusalem y Siquem. En el norte, la prosperidad del nuevo Ca-nan proviene de la estabilidad del sector rural y del intenso comercio con Fenicia,con Chipre y ms lejos an. Las ciudades del norte, probablemente, comerciabancon productos secundarios en los lugares, como hortalizas en las montaas, sir-viendo como comunidades de transito para estos productos. Algunospithoi en Dorproceden de las montaas. La actividad metalrgica es bien patente en muchas delas principales ciudades de los valles de Jezreel y del Jordn. Al parecer el cobreproceda del sur. Se ha sugerido que el cobre del valle del Arabah remplaz al mi-neral chipriota despus del hundimiento de la economa del Bronce Final en WadiFeinan en el Hierro I.

    El nuevo Canan se colaps. Destrucciones violentas se documentan en todoslos principales centros. Toda la ciudad de Meggido fue abrasada, Kinneret no serecuper. Aunque en este tiempo el hundimiento del sistema cananeo estaba lle-gando al final, el sector rural no se interrumpi. Los principales centros fueron arrui-nados al mismo tiempo. Finkelstein propone que para identificar a los destructoreses necesario conocer la fecha de la destruccin. El arquelogo israelita suguiere lafecha del sigloX a.C., para Meggido, pues los anlisis del radio-carbono paraMeggido, Dor, Tell Hadar y Kinneret, todos apuntan a esa fecha.

    Finkelstein presenta dos posibilidades para explicar la destruccin de los cen-tros cananeos del norte en el sigloX a.C. Segn la primera, el sistema de asenta-

    miento expansivo en las montaas da a las ciudades de las tierras bajas. El ar-

    J. M. BLZQUEZ MARTNEZ YJ . CABRERO PIQUERO

    68 UNED.Espacio, Tiempo y Forma Serie II, Historia Antigua, t. 17-18, 2004-2005

  • 8/10/2019 AntiguoTestamento. Problemas Historiograficos

    13/72

    Algunos problemas historiogrficos en torno a los libros del Antiguo Testamento

    UNED. Espacio, Tiempo y Forma 69Serie II, Historia Antigua, t. 17-18, 2004-2005

    quelogo israelita no ve claro si la primitiva poltica seguida en las montaas fuemotivo de destruccin en las ciudades-estado de las tierras bajas. Segn la se-gunda posibilidad, el nuevo Canan fue atacado por el faran Sheshonq I en la se-gunda mitad del siglo X a.C.

    Rehov y Meggido se mencionan en la lista de Sheshonq I, y un fragmento deuna estela de Sheshonq I se hall en Meggido, por desgracia en un estrato sin es-tratigrafa. Segn esta hiptesis Egipto desencaden en Canan un ataque de-vastador. Egipto se retir despus de aniquilar el viejo sistema, creando un vacoque abri el camino a los jefes de la regin norte montaosa, para expansionarsea las tierras bajas y establecer un estado territorial multitnico.

    Finkelstein se plantea el problema porqu Sheshonq I destruy estas ciudadessi l pensaba continuar la dominacin de Canan, y porqu levant una estela en

    una ciudad destruida. Las dos hiptesis son igualmente atractivas. El arquelogoisraelita se pregunta qu papel desempe la monarqua unida en esta historia.Finkelstein deduce que no existe evidencia arqueolgica para una prspera mo-narqua unida, que se extenda a todo el territorio de Palestina, de la nueva inter-pretacin que ha propuesto para los hallazgos del norte; de los palacios de Meg-gido y de otros estratos del siglo X al IX a.C., de los hallazgos fechados en el sigloX a.C., hallados en Jerusalem; de los escasos hallazgos del siglo X a.C., recogidosen las montaas de Jud, y de la postura general, que indica que los estados te-rritoriales no emergieron antes del siglo IX a.C. En la historia del Deuteronomio decarcter altamente teolgico, no hay evidencia textual para sospechar la existencia

    de una monarqua unida.La sola evidencia para una monarqua unida es el llamamiento del Deutero-

    nomio a la memoria colectiva del pueblo de Jud en su tiempo, prometiendo el res-tablecimiento de una edad de oro pasada. Se puede mantener que en el siglo VIIa.C., Jud conservaba una vaga memoria de que los fundadores de la dinasta da-vdica, mandaron sobre un territorio en las montaas, que fue ms extenso que eltradicional territorio de la monarqua de Jud, y que su territorio incorporaba reasque despus fueron aadidas al reino del norte. La naturaleza de esta evidencia enJerusalem y en el pas montaoso al sur sugieren que hasta el siglo IX a.C., el pas

    montaoso del sur todava representaba una tpica formacin semejante a Amarna.Para conocer en qu grado la cada del nuevo Canan afect al curso de la histo-ria y el desarrollo cultural en el levante, es necesario observar el reino del norte deIsrael. Jud no emergi como un estado hecho hasta el siglo VIII a.C. Edom no apa-reci hasta la entrada de los asirios. Moab y Ammon eran unas entidades peque-as. Las construcciones monumentales de los Omridas en Samaria, Jezreel yHazor proporcionan datos sobre la naturaleza de su estado. La arquitectura omri-da se caracteriz por la creacin de plataformas para los palacios y de puertas bientrabajadas. La mejor demostracin de esta tcnica se encuentra en Samara. Losbloques de tamao enorme y la construccin de Kievra slo admite comparacin

    con el templo de Herodes en Jerusalem, casi 1000 aos despus. Jezreel ofrece

  • 8/10/2019 AntiguoTestamento. Problemas Historiograficos

    14/72

    unas caractersticas parecidas, que se encuentran tambin en Hazor. El plano deMeggido es diferente, pero no menos elaborado. Los omridas construyeron dosmagnficos palacios de sillares, uno de ellos parecido al palacio de Samara.

    Algunas innovaciones constructivas introducidas por los omridas son conocidasen Palestina en centurias anteriores. Ms significativa es la concepcin de una for-taleza de mando en manos de una limitada clase de jefes, que controlaba ampliosterritorios, es una reminiscencia de las fortalezas para la lite de mitad de la Edaddel Bronce, en los lugares montaosos como Siquem y Siloh. Para conocer el fe-nmeno es necesario recordar que el reino del norte fue un estado muy variado,que comprenda una poblacin muy heterognea. Las montaas y Samara esta-ban habitadas por israelitas descendientes de las poblaciones de las montaas delsegundo milenio pastoriles y al mismo tiempo sedentarias. Las tierras bajas del sur.Tenan muchos elementos locales, es decir, cananeos.

    La arquitectura de estas pequeas aldeas no cambi mucho y no absorbi lascaractersticas arquitectnicas israelitas de las montaas. Los mayores centros ad-ministrativos israelitas en los valles seguan modelos de las ciudades-estado delBronce Final.

    Desde el punto de vista conceptual y funcional, el trazado del Meggido del si-glo IX a.C., no es diferente de su trazado en la Edad del Bronce Final. Grandes zo-nas de la colina fueron dedicadas a edificios pblicos y espacios abiertos. Ciertasreas eran barrios domsticos. La poblacin estaba compuesta principalmente poruna elite de gobernantes, que controlaba el hinterland rural. En el noreste Israel li-mitaba con territorios de Aram-Damasco. La poblacin era parcialmente aramea,como lo prueba el nmero importante de inscripciones redactadas en arameo, ha-lladas en muchos lugares del Hierro II. Las montaas de Galilea y la llanura de lacosta norte estaban habitadas por grupos vinculados con las ciudades de la costafenicia. Piensa Finkelstein que la divinidad tnica y cultural del reino del norteparece proporcionar la base para la arquitectura monumental de los omridas. Supropaganda se diriga a los habitantes de su propio pueblo y a los habitantes de losnuevos territorios. Los omridas necesitaban pacificar su territorio y asegurar su le-altad. Ello era fundamental desde que un fuerte estado emergi, en este tiempo, enlas proximidades: Damasco. La construccin de recintos fortificados y de algunosbarrios con palacios en el valle de Jezreel y en los lmites de Damasco, podan res-ponder a estos objetivos. Fueron construidos como centros administrativos paracontrolar a poblaciones no israelitas del estado recin establecido. Servan depropaganda y legitimacin de una dinasta que mandaba en las montaas; se hasugerido que Jezreel, en medio de un valle cananeo, serva para intimidar a las po-blaciones locales. La actividad constructiva fue completada por una poltica mo-derada con la poblacin rural de la Edad del Hierro.

    La notable estabilidad de los asentamientos en el valle de Jezreel durante laEdad del Hierro indica claramente que los reyes israelitas no inquietaron el sistema

    rural cananeo en las tierras bajas del norte.

    J. M. BLZQUEZ MARTNEZ YJ . CABRERO PIQUERO

    70 UNED.Espacio, Tiempo y Forma Serie II, Historia Antigua, t. 17-18, 2004-2005

  • 8/10/2019 AntiguoTestamento. Problemas Historiograficos

    15/72

    Algunos problemas historiogrficos en torno a los libros del Antiguo Testamento

    UNED. Espacio, Tiempo y Forma 71Serie II, Historia Antigua, t. 17-18, 2004-2005

    El estado Omrida demostr tambin un cambio y una continuidad. Hubo cam-bio en el sentido de que los omridas crearon un estado territorial que cubra unagran rea de las montaas y las tierras bajas. Se mantuvo la continuidad del viejosueo de los jefes del pas montaoso. La Samara del siglo IX a.C. no era muy di-ferente arquitectnicamente de Siquem.

    Piensa Finkelstein que la real solucin en la dinmica poltica vino slo en el si-glo VIII a.C., con la integracin del reino del norte dentro de la hegemona econ-mica asiria y la aparicin de un verdadero estado nacional en Jud. El estado na-cional produjo una saga histrica muy poderosa.

    A. Mazar 11 del instituto de arqueologa de la Universidad Hebrea de Jerusalem harealizado una serie de observaciones sobre las tradiciones bblicas y arqueolgi-cas. Evidencias referidas al Israel primitivo. Comenta el autor mencionado las dosposturas ante la Biblia : un extremado fundamentalismo y un extremo revisionismo.

    Los seguidores de la corriente revisionista rechazan los datos fiables histricospara los textos bblicos en la Edad del Hierro y niegan su validez para una re-construccin histrica de la mayora de los textos referente a los tiempos prexlicos.Revisionistas ms moderados argumentan que, mientras los textos bblicos fueroncompuestos durante el siglo VII a.C., tienen mnimo valor para reconstruir los pe-riodos primitivos de la historia de Israel, principalmente los referentes a la divisinde la monarqua. Tales puntos de vista han sido expresados por historiadores y ar-quelogos israelitas, entre otros Finkelstein, Herzog y Zakovitch. Otros investiga-dores importantes objetan que, aunque los textos se hayan escrito en el siglo VIIa.C., sin embargo han incorporado materiales primitivos anteriores a los de su re-daccin, y contienen ncleos de datos histricos vlidos. Esta afirmacin dejauna ventana abierta muy ancha, a diferentes interpretaciones. Mazar parte de laposicin de un arquelogo, que es lo que es.

    PERIODO DE ASENTAMIENTO

    La discusin comienza con el periodo del asentamiento, que es el primer pe-riodo para el que los datos pueden ser cotejados con documentos escritos extra-bblicos y con la evidencia arqueolgica.

    En opinin de Mazar, tal comparacin muestra que las narraciones bblicas re-lativas al periodo de los jueces y a la primitiva monarqua proporcionan un vlidoarmazn para la historia de Israel. La gran influencia que tuvieron la lengua cana-nea, la literatura y la mitologa, en la literatura bblica, indica un continuo desarro-llo desde el segundo al primer milenio antes de nuestra era en el antiguo Israel, yla incorporacin de elementos cananeos en la cultura israelita. Los portadores de

    11 MAZAR, A. 2003: Remarks on Biblical Traditions and Archaeological Evidence concerning Early Is-rael, en D EVER W. G., G ITIN S. (eds) 2003, op. Cit. , 85-98.

  • 8/10/2019 AntiguoTestamento. Problemas Historiograficos

    16/72

    estas tradiciones literarias cananeas, podan ser los habitantes cananeos de las lla-nuras de la costa y los del norte del territorio de Israel, como sugiere la investiga-cin arqueolgica. Israel poda haber asimilado a estos cananeos en el sigloX a.C.,segn indicacin de la evidencia arqueolgica y de los textos bblicos como 1Re9.20-21. Las excavaciones en varias localidades de los valles del norte prueban lacontinuidad de las tradiciones cananeas y, posiblemente, de la poblacin en el si-glo X a.C. Esta continuidad ha quedado bien demostrada en Tell Rehor en el Vallede Beth-Shean. Hay varios puntos de inters que A. Mazar brevemente enumera.Estos puntos prueban que alguno de los textos bblicos concuerdan con la primiti-va evidencia textual externa y arqueolgica y que, difcilmente pueden inventarseen el sigloVIIa.C., o despus.

    Estos puntos, segn el arquelogo israelita son los siguientes:

    1. Las narraciones bblicas de la conquista y, concretamente la narracin deJosue 12 y la lista de las ciudades citadas13, demuestran la existencia de ciu-dades-estado en el Canan preisraelita. Tal conocimiento de la estructurageopoltica de Canan al final de la Edad del Bronce juda, no pudo haber-se inventado en el sigloVIIa.C. Debi existir una tradicin continua, queconserv esta memoria del final de la Edad del Bronce a la Edad del Hierro.Al igual, las divisiones territoriales del final de la Edad del Bronce, fueronconservadas por extenso, segn refleja la descripcin de los lmites tribalesy los distritos de Salomn.

    2. La definicin de Hazor en Josu14

    como antigua cabeza de todos estos rei-nos, refleja el status de Hazor en el segundo milenio a.C. y poda no haber

    J. M. BLZQUEZ MARTNEZ YJ . CABRERO PIQUERO

    72 UNED.Espacio, Tiempo y Forma Serie II, Historia Antigua, t. 17-18, 2004-2005

    12 Jos. 1-11.13 Jos. 12: 1Estos son los reyes del pas que los israelitas derrotaron y despojaron de su territorio en

    la parte oriental del Jordn, desde el torrente Arnn hasta el monte Hermn, con toda la Arab oriental: 2 Sijn, rey de los amorreos que resida en Jesbn y dominaba desde Aroer a orillas del torrente Arnn hasta el torrente laboc que sirve de frontera con los amonitas incluyendo la cuenca del torrente Arnn,la mitad de Galaad, 3 y el lado oriental de la Arab, hasta el mar de Genesaret por un lado, y hasta el mar de la Arab o mar de la Sal por el otro, llegando por el este hasta Bet Ha Iesimot, y por el sur hasta ms abajo de las laderas del Pisg. 4 Y Og, rey de Basn uno de los ltimos sobrevivientes de los Gigan- tes que resida en Astarot y en Edrei 5 y dominaba en el monte Hermn, en Salc, en todo el Basn

    hasta las fronteras de los guesuritas y de los maacatitas, y en la mitad de Galaad hasta las fronteras de Sijn, rey de Jesbn. 6 Moiss, el servidor del Seor, y los israelitas haban derrotado a estos reyes, y Moiss haba dado el territorio en propiedad a los rubenitas, a los gaditas y a la mitad de la tribu de Ma- nass. 7 Estos son los reyes que Josu y los israelitas derrotaron en el lado occidental del Jordn des- de Baal Gad, en el valle del Lbano, hasta la montaa Desnuda, que sube hacia Seir cuyos territorios Josu entreg en posesin a cada una de las tribus de Israel, 8 en la Montaa, en la Sefel, en la Arab,en las pendientes, en el desierto y en el Ngueb, donde habitaban hititas, amorreos, cananeos, perizitas,

    jivitas y jebuseos: 9 el rey de Jeric y el rey de Ai, junto a Betel; 10 el rey de Jerusaln y el de Hebrn; 11 el rey de Iarmut y el rey de Laqus; 12 el rey de Egln y el rey de Guzer; 13 el rey de Debir y el rey de Gu- der; 14 el rey de Jorm y el rey de Arad; 15 el rey de Libn y el rey de Adulm; 16 el rey de Maqued y el rey de Betel; 17 el rey de Tapaj y el rey de Jfer; 18 el rey de Afec y el rey de Sarn; 19 el rey de Madn y el rey de Jasor; 20 el rey de Sirmn Meron y el rey de Acsaf; 21el rey de Taanac y el rey de Meguido; 22 el rey de Quedes y el rey de Iocneam, en el Carmelo; 23 el rey de Dor, en la regin de Dor; 24 el rey de los Gom, en Galilea, y el rey de Tirs. En total, fueron treinta y un reyes.

    14 Jos. 11.20.

  • 8/10/2019 AntiguoTestamento. Problemas Historiograficos

    17/72

    Algunos problemas historiogrficos en torno a los libros del Antiguo Testamento

    UNED. Espacio, Tiempo y Forma 73Serie II, Historia Antigua, t. 17-18, 2004-2005

    sido inventada en el siglo VII a.C., o despus. El incendio de Hazor, men-cionado en Josue 15 , est apoyado por la evidencia arqueolgica de la granconflagracin que destruy el palacio y del templo de la ciudad. Se ha su-puesto que los asaltantes eran israelitas o protoisraelitas. A. Mazar calificala descripcin de Josue 16 como la reflexin de un recuerdo, vivo durantemucho tiempo entre los habitantes locales, de un suceso traumtico queacab con Hazor. Tal acontecimiento poda haber sido retenido entre la po-blacin canana, que permaneci en el pas durante los siglos XII-XI a.C. Alfin fueron asociados a la comunidad israelita de tiempos de la monarqua,con el resultado de que el suceso fue atribuido a Josu en la historiografaposterior.

    3. La base econmica y ambiental de la aparicin de asentamientos, junto consu cultura material, refleja el asentamiento muy extendido de un pueblo con

    un especfico estilo de vida socioeconmico que, en opinin de A. Mazar,coincide con la sociedad premonrquica israelita, tal como la describenlas narraciones bblicas. La continuidad entre muchas de estas localidadesy las posteriores aldeas y ciudades israelitas de la monarqua permitencalificar estos asentamientos como israelitas. Mazar considera superfluo eltrmino protoisraelita inventado por Dever en 1992 y aceptado por otros in-vestigadores.

    4. Las tradiciones bblicas relativas al papel de los madianitas en el origen dela religin israelita y el texto que menciona a Yahweh viniendo a Seir 17 , que

    puede relacionarse con Yahweh en el pas Sham y la relacin entre Sham yel pas de Seir, probablemente el sur de Tranjordania, mencionado en do-cumentos egipcios del siglo XV a.C. Se han asociado a los madianitas loshallazgos arqueolgicos datados en el siglo XIII y XII a.C., de Hazor y de Ara-ba. Esta equiparacin es una mera hiptesis.

    5. Las citas de Edm, Moab e Israel en los textos egipcios, fechados en el si-glo XIII a.C., tienen una gran significacin, aunque estos trminos no se re-fieran a pueblos asentados o a estados establecidos. La referencia a Israelen la estela de Meneptah ha sido valorada de diferentes modos. Reciente-mente, 1998, se ha propuesto que esta mencin se refiere a un importantegrupo de poblacin de Canan. Se est tentado de identificar el Israel de laestela de Meneptah con el proceso de asentamiento en gran escala en lasmontaas de Cisjordania, como en el norte de Transjordania, que comenzal final del siglo XIII a.C.

    6. Varias localidades en estas regiones proporcionan datos ms concretos. Unbuen ejemplo es A, partiendo de la suposicin de que A es et-Tell. La

    15 Jos. 11.11.16 Jos. 11.17 De. 33.2; Ju. 5.4.

  • 8/10/2019 AntiguoTestamento. Problemas Historiograficos

    18/72

    conquista de Josue18 puede explicarse por la evidencia arqueolgica dellugar donde se fund un asentamiento de la Edad del Hierro I, encima delas ruinas de una ciudad fortificada de comienzos de la Edad del BronceIII. Posiblemente la historia de la conquista de A fue una creacin de loscolonos de la Aldea de la Edad del Hierro I, como una explicacin etiol-gica de las minas del lugar. La explicacin etiolgica deba tener ya variossiglos cuando fue integrada en los textos bblicos.

    17. Los resultados de las excavaciones de Shiloh apoyan la tradicin bblicareferentes a su historia.

    18. El caso del monte Ebal es ms complicado. La identificacin de la principalestructura del lugar, como el altar construido por Josu19, remonta a laidentificacin de Lamaseba del templo cananeo de Siquem, como la granpiedra de Sechem mencionada en Josu20. Estas dos propuestas son dis-cutibles. Algunos de los que rechazan la identificacin de la principal es-tructura como un altar, admiten la funcin del Monte Ebal como lugar deculto. An no aceptando esta identificacin, la evidencia del lugar puede in-dicar que era un lugar de culto en una primitiva fase de asentamiento en lamontaa. Recuerdos del periodo del asentamiento referentes al lugar po-dan haber constituido la base para las tradiciones referentes a la ceremo-nia del pacto en el Monte Ebal. Esta tradicin poda haberse introducido enla historiografa israelita en fecha muy posterior.

    19. La investigacin sobre la cultura filistea ha trazado una postura que pare-ce adecuarse a la concepcin bblica sobre el origen de los filisteos, susasentamientos, la identificacin y la naturaleza de las principales ciudadesfilisteas de la Pentpolis. Esta descripcin no se pudo inventar en el sigloVIIa.C.

    10. La reciente investigacin en Transjordania ha probado la existencia deasentamientos fortificados durante los siglosXIIy XIa.C., desde la reginde Amn al Moab Central. Las excavaciones ms importantes son las deTell el-Umayri al sureste de Amn; las de Lahun, Khirbet al-Mudayna al-Aliya y Khirbet al-Mudayna al-Muarraya, en las orillas del ro Arnon. Estos

    nuevos datos dan valor a la tradicin bblica referente a Transjordania enel periodo de la Edad del Hierro. Los hallazgos en los lugares asentados alo largo del ro Arnon pueden referirse a tradiciones bblicas referentes aMoab durante la Edad del Hierro I.

    11. La lista de las ciudades que no fueron conquistadas21 concuerda con lasciudades que han sido excavadas: Beth-Shean, Gezer, Megiddo, posible-

    J. M. BLZQUEZ MARTNEZ YJ . CABRERO PIQUERO

    74 UNED.Espacio, Tiempo y Forma Serie II, Historia Antigua, t. 17-18, 2004-2005

    18 Jos. 8.19 Jos. 8.30-35.20 Jos. 24.27.21 Ju. I, 27-36:27 Tampoco Manass arroj a los de Bet-sen, ni a los de sus aldeas, ni a los de Ta-

    anac y sus aldeas, ni a los de Dor y sus aldeas, ni a los habitantes de Ibleam y sus aldeas, ni a los que

  • 8/10/2019 AntiguoTestamento. Problemas Historiograficos

    19/72

    Algunos problemas historiogrficos en torno a los libros del Antiguo Testamento

    UNED. Espacio, Tiempo y Forma 75Serie II, Historia Antigua, t. 17-18, 2004-2005

    mente Acco y Tell Keisan. En estas ciudades la cultura cananea continuprspera hasta el final del siglo XI a.C., salvo en Taanach, donde la cultu-ra material de comienzos del siglo XII a.C., recuerda a la de los asenta-mientos israelitas montaosos del centro.

    La mayora de las historias de la conquista, excepto el caso de Hazor, no tie-nen confirmacin arqueolgica. Los hallazgos de Taanach sugieren que no fueconquistada. La cultura material de la Edad del Hierro I, de Beth-shemesh, difcil-mente puede definirse como israelita, en contraste con la tradicin bblica. Edm noexista como estado hasta el siglo VIII a.C.

    Aparentemente los textos bblicos referentes a Israel, anteriores a la monar-qua, contienen ncleos de realidades histricas y fueron introducidos en la narra-tiva literaria mucho despus. Estos puntos pueden ser confirmados por la arqueo-

    loga y por los textos extrabblicos. Confirman la hiptesis de que estos ncleosresultan de memorias histricas que han pervivido durante mucho tiempo, la trans-misin de las tradiciones y, quiz, la primitiva historiografa escrita. Mazar se pre-gunta si la historia detallada del primitivo Israel puede ser escrita basada en tradi-ciones bblicas.

    Es aceptable la presencia de una entidad israelita en el pas a finales del sigloXIII a.C. El status socioeconmico de los israelitas se adapta a la narracin bblica.No se puede resolver todas las cuestiones de los orgenes de Israel y de su pro-tohistoria.

    LA MONARQUA UNIDA

    Algunos investigadores han negado o minimizado la existencia de un verda-dero estado de Israel durante el siglo X a.C. Los textos bblicos relativos a David ya Salomn seran creaciones literarias del tipo de sagas nacionales. Se tratara denarraciones noveladas, historias motivadas por la ideologa, que pretenden glorifi-car una supuesta edad de oro en Israel. Todava hay un largo camino que recorrerpara negar totalmente la historicidad de la monarqua unida.

    habitan en Megiddo y en sus aldeas; y el cananeo persista en habitar en aquella tierra.28 Pero cuando Is- rael se sinti fuerte hizo al cananeo tributario, mas no lo arroj.29 Tampoco Efran arroj al cananeo que habitaba en Gezer, sino que habit el cananeo en medio de ellos en Gezer. 30 Tampoco Zabuln arroj a los que habitaban en Quitrn, ni a los que habitaban en Naalal, sino que el cananeo habit en medio de l, y le fue tributario.31Tampoco Aser arroj a los que habitaban en Aco, ni a los que habitaban en Sidn,en Ahlab, en Aczib, en Helba, en Afec y en Rehob.32 Y mor Aser entre los cananeos que habitaban en la tierra; pues no los arroj.33 Tampoco Neftal arroj a los que habitaban en Bet-semes, ni a los que ha- bitaban en Bet-anat, sino que mor entre los cananeos que habitaban en la tierra; mas le fueron tribu- tarios los moradores de Bet-semes y los moradores de Bet-anat.34 Los amorreos acosaron a los hijos de Dan hasta el monte, y no los dejaron descender a los llanos.35 Y el amorreo persisti en habitar en el monte de Heres, en Ajaln y en Saalbim; pero cuando la casa de Jos cobr fuerzas, lo hizo tributario.36 Y el lmite del amorreo fue desde la subida de Acrabim, desde Sela hacia arriba.

  • 8/10/2019 AntiguoTestamento. Problemas Historiograficos

    20/72

  • 8/10/2019 AntiguoTestamento. Problemas Historiograficos

    21/72

    Algunos problemas historiogrficos en torno a los libros del Antiguo Testamento

    UNED. Espacio, Tiempo y Forma 77Serie II, Historia Antigua, t. 17-18, 2004-2005

    excavacin estratigrfica podra dar a conocer la historia de toda la ocupa-cin. Los clculos sobre el nmero de asentamientos de los siglos X y IXa.C., estn sujetos a errores importantes, que distorsionan los resultados.Se ha calculado que durante el siglo X a.C., haba 200 Ha construidas enJud, con una poblacin de unos 50.000 habitantes. En el siglo VIII a.C., es-tas cifras se triplicaron en vsperas de la invasin de Senaquerib (704-681a.C.). Si estas cifras son aceptables para los siglos X-IX a.C., Jud tena unnmero suficiente de asentamientos y una poblacin numerosa para serconsiderada un estado pequeo.

    Los lugares excavados en Israel y en Juda, como Beersheba, Tell Beit,Mirsim, Beth-Shean, Beth-Shemesh, Tell el-Farah, Hazor, Tel Kinneret,Megiddo, Tell en-Nasbeh, Tel Rehov y otras, prueban la evidencia de un co-mienzo de urbanizacin en Israel durante el siglo X a.C. Fue el primer es-

    labn de un desarrollo que continu en los siglos sucesivos. La urbaniza-cin fue acompaada de un cambio en la cultura material que se caracterizpor la terminacin de la cermica de tradicin cananea, de la metalurgia,etc., y la aparicin de nuevas tradiciones que se desarrollaron durante laEdad del Hierro II.

    4. La ausencia de los hallazgos fechados en el siglo X a.C. en Jerusalem se hapresentado por algunos investigadores como argumento para disminuir lahistoricidad de los relatos bblicos referentes a la monarqua unida de Davidy de Salomn. La arqueologa de Jerusalem plantea numerosos problemas.

    La ausencia de hallazgos por un periodo de ms de 800 aos que va desdela Edad del Bronce Medio hasta el siglo VIII a.C., en Jerusalem planteaproblemas y se llega a interpretaciones diferentes. La explanacin, la fuer-te erosin y la posterior construccin podan haber destruido los restosms antiguos.

    Aproximadamente, la mitad de la supuesta ciudad del siglo X a.C. se en-cuentra debajo del monte del templo actual, que es desconocido arqueol-gicamente. La estructura de bloques de piedra en el rea G en la ciudad deDavid es el nico vestigio arqueolgico de la Edad del Hierro. Se trata deuna muralla excepcionalmente larga que, probablemente, pertenece a unagran construccin. Este edificio fue levantado, probablemente, entre lossiglos XIII y X a.C. Seguramente se trata de la ciudadela de Zin que Davidconquist e incorpor a su propia ciudadela 22 . Otros lugares de Shilo haproporcionado cermica de los siglos X-IX a.C., en nmero pequeo que ex-cluye que se califique a Jerusalem como una gran ciudad. Sin embargo, nose puede afirmar que la ciudad no exista, o que no tena estructuras mo-numentales.

    22 2Sam. 5.7.

  • 8/10/2019 AntiguoTestamento. Problemas Historiograficos

    22/72

    5. La opinin del arquelogo Yadin sobre los hallazgos de Gezer, de Hazor yde Megiddo, aludidos en 1Re 9.1523, ha sido aceptada por unos y negadapor otros investigadores. Recientemente, basado en las excavaciones deHazor, la fecha de la Edad del Hierro II es aceptada. El estrato IVB-VA deMegiddo, con monumentales palacios, en la actualidad se tiende a aceptarque pertenece a los tiempos de Salomn. No es improbable que la puertacon seis cmaras pertenezca a este estrato.

    6. No puede ser invencin del sigloVIIa.C., o de fecha posterior, la referenciaa la campaa de Shishak del ao 925 a.C., mencionada en 1Re. 14.25-28:25Al quinto ao del rey Roboam subi Shishak rey de Egipto contra Jeru- saln, 26y tom los tesoros de la casa de Jehov, y los tesoros de la casa real, y lo saque todo; tambin se llev todos los escudos de oro que Sa- lomn haba hecho. 27Y en lugar de ellos hizo el rey Roboam escudos de

    bronce, y los dio a los capitanes de los de la guardia, quienes custodiaban la puerta de la casa real. 28Cuando el rey entraba en la casa de Jehov, los de la guardia los llevaban; y los ponan en la cmara de los de la guardia .Las varias campaas egipcias a Canan durante finales de la Edad delBronce, todas siguieron las rutas de la llanura de la costa y de los valles delnorte. El ejrcito de Shishak atraves la regin montaosa situada al nortede Jerusalem. Debi existir en el centro un poder poltico importante paraobligar a los egipcios a no seguir la ruta corriente. Slo poda ser el estadode Salomn. La invasin de Shishak poda obedecer a la situacin creada ala muerte de Salomn.

    7. Los 70 lugares, que menciona la lista de Shishak en Negev deben asociar-se a la ola de corta duracin de asentamientos en la zona montaosa delNegev y en la regin de Beersheba/Arad, incluyendo 50 construcciones bienplaneadas y fortificadas, cuya cultura material indica una simbiosis entre loshabitantes locales y de Jud. A. Mazar data estos lugares en el sigloX a.C.,y los vincula con la expansin de la monarqua israelita en este periodo. Lacampaa de Shishak pretenda, seguramente, acabar con la penetracin is-raelita en la regin.

    8. Los hallazgos de Horbat Rosh Zayit y su posible identificacin y su identifi-cacin con la bblica Cabul concuerdan con la historia bblica de la tierra deCabul contra el corazn de las relaciones fenicio-israelitas en poca de Sa-lomn y posterior.

    9. La decadencia de la ciudad filistea de Ekron durante el sigloX a.C., puedeser el resultado de la expansin israelita hacia el oeste en el valle de Sorek,durante la monarqua unida, como queda claro en Tel Batash y en Beth-Shemesh. El incremento de la localidad de Ashdod durante este periodo

    J. M. BLZQUEZ MARTNEZ YJ . CABRERO PIQUERO

    78 UNED.Espacio, Tiempo y Forma Serie II, Historia Antigua, t. 17-18, 2004-2005

    23 Esta es la razn de la leva que el rey Salomn impuso para edificar la casa de Jehov, y su pro- pia casa, y Milo, y el muro de Jerusaln, y Hazor, Meguido y Gezer .

  • 8/10/2019 AntiguoTestamento. Problemas Historiograficos

    23/72

    Algunos problemas historiogrficos en torno a los libros del Antiguo Testamento

    UNED. Espacio, Tiempo y Forma 79Serie II, Historia Antigua, t. 17-18, 2004-2005

    puede ser el resultado de un movimiento de poblacin de Ekron a Ashdod,como resultado de la presin israelita en Shephelah al oeste.

    10. La incorporacin de ciudades y de aldeas cananeas a la esfera de in-

    fluencia israelita durante el siglo X a.C., puede detectarse en Jokneam,Megiddo y Tel Rehov. Mantuvieron su carcter cananeo hasta finales delsiglo XI o hasta las comienzos del siglo X a.C. Su cultura material es muyparecida a la de otros lugares israelitas de este periodo.

    11. La descripcin del templo de Salomn es un recuerdo de templos del le-vante del segundo milenio a.C., como, tambin, de templos de los siglosIX-VIII a.C., de Tell Tainat y de Aim Dara, en el norte de Siria, pero no deposteriores. Esta descripcin no se pudo inventar en el siglo VII a.C., o des-pus.

    12. La referencia a la Casa de David en la estela aramea de Tel Dan, como elnombre del reino de Jud en el siglo IX a.C., se data un siglo y medio des-pus. David era reconocido en la regin, tanto como fundador de la ni-nasta, como soberano de Jud. El papel de David en la ideologa y en lahistoriografa puede ser negado.

    A. Mazar deduce de su exposicin que la existencia de la monarqua unida nopuede ser negada. Su evolucin no es lineal. David y Salomn desempearon unpapel importante en la historia. Lderes carismticos podan crear pequeos esta-dos con expansin territorial importante y poder militar y poltico. Si se admite lacronologa tradicional, la arqueologa puede revelar mucho sobre la monarqua uni-da, que parece haber contribuido al comienzo de una nueva era, que alcanz supunto culminante en los siglos IX-VIII a.C.

    Se puede aceptar que gran parte de la narracin bblica sobre David y Salo-mn, es friccin, incluso que las descripciones de las campaas y de la expansinterritorial, parecen estar exageradas por los escritores posteriores, como la con-quista de Transjordania y de Siria. La no construccin de la monarqua unida quehoy est de moda en algunos crculos se basa, segn A. Mazar, en una inacepta-ble interpretacin de los datos arqueolgicos. Este autor cree que el texto bblico

    conservara hechos sacados de antiguos documentos escritos y tradiciones localesbasadas en la memoria, que han perdurado mucho tiempo. Muchas de estas tra-diciones contienen un ncleo histrico y algunas pueden ser examinadas con la ar-queologa. Conjugando la literatura, los estratos ideolgicos y teolgicos de los tex-tos y con el uso inteligente y crtico de los datos arqueolgicos, los textos puedenser evaluados como un material puro para la extraccin de los datos histricos.

    S. Parpola 24 , miembro del Instituto de Estudios Asiticos y Africanos de laUniversidad de Helsinki, ha tratado la repercusin de las invasiones asirias en Oc-

    24 P ARPOLA , S. 2003: Assyrias Expansission in the 8 th-7Th centuries and its Longe-Term Repercus-sions in the West, en D EVER W. G., G ITIN S. (eds) 2003, op. cit. , 103-111.

  • 8/10/2019 AntiguoTestamento. Problemas Historiograficos

    24/72

    cidente. Tan slo nos referimos a su pensamiento sobre el efecto de estas inva-siones en Jud.

    Jud permaneci como un reino semidependiente no incorporado dentro de las

    provincias asirias. Sin embargo la influencia asiria se increment, principalmente enel reinado de Manass (692-638 a.C.) como se desprende de las fuentes bblicasy de la arqueologa. El impacto religioso e ideolgico asirio se detecta en los sellosde fundacin local y en los objetos de culto. La arqueologa prueba que la econo-ma de Jud, al menos indirectamente, obtuvo provecho del nuevo orden interna-cional creado por los asirios.

    Manass y sus sucesores pagaron tributos, participaron en las campaas y enlos proyectos constructivos. S. Parpola seala una diferencia importante entre Lidiay Jud en sus relaciones con Asiria. Mientras Giges, aparentemente busc la

    proteccin de Asiria voluntariamente, el vasallaje de Jud a Asiria no fue una op-cin, sino un medio para evitar una total aniquilacin. El destino del reino del nor-te y el sitio de Jerusalem por Senaquerib fueron una leccin para Manass. Algu-nos autores gan detectado paralelos entre el Deuteronomio y los tratadosneoasirios, principalmente el tratado de Esarhaddn (680-669 a.C.). El paraleloslo se detecta en dos puntos: en las relaciones entre las partes del tratado y en eldestino despiadado de los que violan los trminos del tratado.

    No slo el rey de Jud, sino toda la clase dirigente era conocedora de los tr-minos del tratado con Asiria. El hecho de que el lenguaje estuviera cercano a fr-mulas de leyes en elDeuteronomio 13, tiene implicaciones trascendentales. Pareceque el concepto deuteronmico de Dios es fundamental para el judasmo posteriory se debe a la religin asiria y a la ideologa regia. Esta conclusin est apoyadapor los desarrollos paralelos en otros lugares dentro del rea del imperio neoasirio.Anu, el dios del cielo en Uruk en tiempos post-asirios se transform en un dios uni-versal a travs de su equiparacin con Assur, cuyo culto pas a Uruk en tiemposde Sargn. El dios Sin de Harran, dios lunar, fue promovido a dios universal por elrey babilonio Nabnido (555-539 a.C.), e identificado con Assur ya en el ImperioAsirio. Posiblemente se cre un dios imperial ms aceptable para las masas quehablaban arameo. El supremo dios del Imperio Aquemnida, Ahura Mazda, fueidentificado con Assur, como lo prueba la adopcin por la dinasta aquemnida deldisco alado de Assur como emblema de Ahura Mazda.

    Es difcil separar estos desarrollos de las transformaciones contemporneasdel concepto de Dios delDeuteronomio , particularmente enEzra 1.2. El supremodios del Imperio se identifica con Yahweh, el dios del cielo.

    S. Parpola se pregunta qu hubiera sucedido si Asiria no se hubiera extendidohasta las playas del Egeo y del Mar de Galilea. Este proceso no hubiera sucedidosin los cruciales estmulos de Asiria. Las condiciones econmicas, intelectuales ypsicolgicas permitieron la cristalizacin de la imagen bblica de dios, que no su-

    cedi antes de la llegada de los asirios.

    J. M. BLZQUEZ MARTNEZ YJ . CABRERO PIQUERO

    80 UNED.Espacio, Tiempo y Forma Serie II, Historia Antigua, t. 17-18, 2004-2005

  • 8/10/2019 AntiguoTestamento. Problemas Historiograficos

    25/72

    Algunos problemas historiogrficos en torno a los libros del Antiguo Testamento

    UNED. Espacio, Tiempo y Forma 81Serie II, Historia Antigua, t. 17-18, 2004-2005

    M. S. Smith 25 , profesor en el Departamento de Estudios Hebreos y Judos dela Universidad de Nueva York, analiza a Yahweh, El y a la Familia Astral Divina enla Jud de la Edad del Hierro II. Comienza su trabajo indicando que desde hacetres dcadas hay un debate sobre los fundamentos de la religin astral en la Judde la Edad del Hierro II. Revisa las teoras de Cogan expuestas en un importantelibro sobre el imperialismo y religin 26 , donde el autor examina exhaustivamentelos textos acadios que sugieren una libertad en materia de cultos locales, contra-ria a la reputacin negativa atribuida por los investigadores a la poltica del ImperioNeoasirio.

    A parte del carro del sol mencionado en 2Re. 23.11, Cogan encuentra pococlaro la influencia neoasiria en los cultos astrales de Jud. Tiende a considerar loscultos astrales como un aumento de tradiciones locales, arraigado popularmente.Sorprende que discutiendo la reina del cielo 27 , Cogan utiliza porco las tortas dedi-

    cadas a su culto.En la Biblia se encuentran pocos rasgos que parezcan ser neoasirios: el culto

    a Tamuz 28 y las referencias al mazzelt/mazzart 29 .

    Se ha mencionado que el comercio y la influencia econmica podan haber ju-gado un papel imortante en el imperio neoasirio con la administracin poltica. Lacontribucin de Cogan parece zanjar el problema de la imposicin del culto neoa-sirio en Jud durante el Hierro II.

    Spieckermann sugiere una imposicin neoasiria de la poltica religiosa y de la

    prctica en el Hierro II en Jud, incluyendo el culto de Ishtar, bajo la capa de la Rei-na del Cielo. Un culto neoasirio astral hubo bajo la forma del sol, de la luna y delejrcito del cielo, aadiendo los caballos y el carro del sol. De influencia neoasiriaseran varias prcticas religiosas en Jud, orculos, observacin del cielo y de lospresagios, observacin del tiempo y del calendario, oracin, ritual y profeca fe-menina. Spieckermann considera instrumentos de la imposicin religiosa neoasirialos templos locales, incluyendo el templo de Jerusalem. Esta hiptesis de trabajoencuentra un dbil apoyo en las fuentes escritas. Cuando las fuentes bblicasidentifican la influencia mesopotmica, mencionan Sakkuy y Kaiwan 30 en Amos, yTammuz en Ezequiel 31 , o los dioses mesopotmicos.

    Stli se detiene en los mosaicos judos de las sinagogas, como la de Beth Alp-ha, con elementos astrales. Recoge una amplia variedad de textos y sugiere una

    25 S MITH, M. S. 2003: When the Heaven Darkened. Yahweh, El and the Divine Astral Family in IronAge II. Judah, en D EVER W. G., G ITIN S. (eds) 2003, op. Cit. , 265-276.

    26 COGAN , M. 1974: Imperialism and religion Assyria Judah and Israel in the Eight and Seventh Cen- turies BCE , Misoula.

    27 Jer. 7 y 44.28 Ez. 8.29 2Re. 23.5 y Job. 38.22.30 Am. 5.31 Ez. 8.

  • 8/10/2019 AntiguoTestamento. Problemas Historiograficos

    26/72

    variada capa de elementos solares en la religin tradicional israelita32 y en los nom-bres de lugares y de personas. Este autor no se plantea la influencia neoasiria,pero apoya las posturas de McKay y de Cogan.

    Keel y Vehlinger estudian la iconografa de los dioses en el antiguo Israel y de-muestran la posible coherencia entre la iconografa y los documentos escritos. Elaumento importante de los cultos astrales en Jud, con sus astrales imgenes desmbolos celestes, resulta de la influencia asirio-aramea, como consecuencia de lapresencia imperial neoasiria. Aunque existan viejos elementos astrales en la reli-gin israelita. M.S. Smith se pregunta si la astralizacin fue conforme al viejo cultoastral de los semitas occidentales, incluyendo las viejas deidades astrales indge-nas. Dioses astrales que eran parte de las tradiciones religiosas semitas occiden-tales siempre estuvieron presentes. Finalmente Thener analiza la devocin lunar enla religin sirio-palestina, notando la evidencia en Ugarit del dios lunar, as como elaumento del culto lunar en la Jud del Hierro II, bajo influencia asirio-aramea, enparticular debido al culto lunar de Harrn.

    La ltima religin de Israel pudo tener un culto de El, que inclua un nmero m-nimo de deidades astrales. La familia astral de El puede subyacer a la divinacuestin propuesta a Job33. Este texto se ha relacionado con los cuerpos astrales.La asociacin astral de Dios aparentemente, yace detrs de la polmica en Isaas34contra el rey de Babilonia que intent al cielo y elevar su trono por encima de lasestrellas de El.

    Yahweh es identificado a El y asociado con deidades astrales en la forma delejrcito del cielo. Yahweh poda aparecer como el gran monarca sobre todos loscuerpos celestes. Taylor indica algunos pasajes35, como prueba de la evidencia dela asociacin del dueo del cielo con el culto a Yahweh. ElLibro de los Reyes 36 menciona la construccin de altares para todos los ejrcitos del cielo en los dosatrios de la Casa de Yahweh. Otro texto, probablemente relacionado con el sol y laluna, como parte del ejrcito de Yahweh37. En sueo de Jos38, con el sol, la lunay las estrellas caen en este contexto. Estos textos son suficientes para propagar lascreencias astrales en Israel. Es particularmente importante la mencin delLibro de los Reyes 39 que presupone el concepto astral de ejrcito del cielo, por ser anterioral influjo del imperialismo neobabilonio.

    M.S. Smith recuerda que se ha aducido un nmero de sellos fechado en el si-glo VIIa.C., que pintan, probablemente, a Yahweh como el celestial/lunar El.

    J. M. BLZQUEZ MARTNEZ YJ . CABRERO PIQUERO

    82 UNED.Espacio, Tiempo y Forma Serie II, Historia Antigua, t. 17-18, 2004-2005

    32 A este respecto: Mal. 3.20 y Salm. 84.33 Job. 38.6-7.34 Is. 14.1335 1Re. 22.19; Zac. 1.5.36 2Re. 21.5.37 Jos. 10.12.38 Ge. 37.9.39 1Re. 22.19

  • 8/10/2019 AntiguoTestamento. Problemas Historiograficos

    27/72

    Algunos problemas historiogrficos en torno a los libros del Antiguo Testamento

    UNED. Espacio, Tiempo y Forma 83Serie II, Historia Antigua, t. 17-18, 2004-2005

    Figura 2: Detalle de una estela de Ugarit representando al rey haciendo una ofrendaal dios supremo El. Museo Arqueologico Nacional de Alepo.

    Quiza, en la ltima fase en la carrera de los dioses astrales en la religin de Is-rael, los textos bblicos critican las deidades astrales dentro del culto de Yahweh,bajo el ttulo de sol, luna y estrellas. M.S. Smith cree posible este criticismo repre-sentado por las prohibiciones de la amenaza del culto astral neoasirio durante elHierro II, pero esto no disminuye el carcter indgena de la devocin al sol, a la

    luna y a las estrellas.Este investigador ha analizado, tambin, a El y a Yahweh, y el desplazamien-

    to de la religin astral en Israel. La identificacin de Yahweh y de El en el interior deIsrael, quiz tiene ramificaciones para la continuacin de otras deidades.

    Se ha supuesto que Asherat es la compaera de Yahweh como resultado desu identificacin con l. Esta identificacin ha podido aceptar a la historia de losdioses astrales en el antiguo Israel. Quiz, los dioses astrales asociados en origencon El, llegaron a ser parte de la divina asamblea subordinada a Yahweh, y la ima-ginera asociada a Yahweh lleg a dominar el discurso religioso israelita y quiz el

    desplazamiento del lenguaje astral. M.S. Smith se pregunta si El fue el originario

  • 8/10/2019 AntiguoTestamento. Problemas Historiograficos

    28/72

    dios de Israel; como Yahweh vino a ser el dios principal de Israel e identificado conEl. Este autor encuentra posibles tres desarrollos hipotticos:

    1. El fue el dios original del primitivo Israel. El nombre de Israel podra apuntara esta etapa, como indicaran algunas referencias a El como figura sepa-rada de Dios que emergera como dios nacional de Israel40.

    2. El fue la cabeza de un primitivo panten israelita con Yahweh como diosguerrero. Los textos, que mencionan a ambos, El y Yahweh, pero no como lamisma figura41, sugieren una primitiva acomodacin de los dos en una pri-mitiva forma de politesmo israelita. Si el salmo 82 refleja un antiguo modelode una asamblea politesta israelita, El poda haber sido su cabeza, con Yah-weh guerrero como miembro de segundo grado. Este salmo emplea un len-guaje familiar, los otros dioses han dicho ser los hijos del ms alto. Yahweh

    debe haber sido el primero comprendido como padre de estos hijos.3. El y Yahweh son identificados como un slo dios. Si El fue el dios original

    de Israel, su fusin con Yahweh tuvo lugar de diferentes formas, en dife-rentes partes del antiguo Israel. Muchos investigadores colocan enJueces 5 en el periodo premonrquico y, quiz, el culto de Yahweh, se extendims lejos en las montaas de Israel en este periodo, infiltrndose en los lu-gares de culto de El y acomodndose a la teologa de El. Las referencias aEl de elLibro de los Nmeros 42 y, probablemente en Job 43 parecen ser in-dicaciones ms lejanas de una supervivencia separada del culto de El en

    Transjordania. Quiz como parte de esta identificacin, Yahweh, dios de latormenta, asimil la mitologa astral de El. Esta mitologa astral ocup un lu-gar detrs de la imaginera ms dominante de la tormenta asociada con eldios nacional israelita.

    Si el trazado general de este desarrollo tiene cierta posibilidad de validez,que puede sospechar que la religin astral de Jud del Hierro II no implicaba unaimposicin imperial. Implicaba una prctica de larga duracin con cierta influencianeoasiria ms lejana.

    El prestigio poltico y econmico del Imperio Neoasirio, poda sugerir algunaspistas de influencia. M.S. Smith se inclina por la teora de Cogan, contra la opininde Taylor, que ve influencia neoasiria detrs de los caballos del sol en elLibro de los Reyes 44 . Planteada la discusin en estos trminos, se podra sugerir que algu-nos monarcas y el pueblo de Jud en el Hierro II casaron la tradicional poltica conanalogas neoasirias recientes.

    J. M. BLZQUEZ MARTNEZ YJ . CABRERO PIQUERO

    84 UNED.Espacio, Tiempo y Forma Serie II, Historia Antigua, t. 17-18, 2004-2005

    40 Ge. 49; Salm. 82.41 Ge. 49; Num. 23-24; Salm. 82.42 Num. 23-24.43 Job. 5.17; 6.4.44 2Re. 23.11.

  • 8/10/2019 AntiguoTestamento. Problemas Historiograficos

    29/72

    Algunos problemas historiogrficos en torno a los libros del Antiguo Testamento

    UNED. Espacio, Tiempo y Forma 85Serie II, Historia Antigua, t. 17-18, 2004-2005

    El influjo asirio difcilmente pudo entrar en conflicto con la vieja devocin reli-giosa. Esta situacin no fue nica en Jud durante el Hierro II. Una situacin pa-recida, el culto de divinidades indgenas, sobrevivi en el Ekron filisteo, a pesar delestatus de vasallo. En Jud, su vieja prctica cananea poda necesitar una revita-lizacin. La evidencia existente permite la conclusin de que tales prcticas eran to-talmente funcionales y no en oposicin a la influencia neoasiria.

    M.S. Smith concluye su importante estudio con la afirmacin que los investi-gadores han comparado El o Baal con Yahweh. Athtar y Yahweh son dioses de zo-nas relativamente ridas. Athtar y Yahweh, podan haber compartido caracters-ticas ms prximas que Baal y Yahweh, como se supone frecuentemente. Yahwehfue en origen un dios del sur de Edm, posiblemente del noroeste de Arabia Sau-dita, conocido por los nombres bblicos de Edm, Midiam. Teman y Sinai. Esterea general del viejo culto yahwishta est atestiguada no slo por la Biblia 45 sino

    tambin por las inscripciones. Las inscripciones de Kinkillet Ajrd mencionan aYahweh de Temar. El movimiento del culto de Yahweh de la zona sur de Edm/Si-nai/Temar atestiguado en fuentes polticas poda concordar con una segunda asi-milacin de Yahweh con Baal, de aqu un impresionante dios de la tormenta, de lacosta, exactamente como Yahweh fue secundario en los lugares de culto de El enlas tierras altas, tales como Sichem, Shiloh y Bethel. El Salmo 29 se poda leercomo un himno dirigido a Baal, reescrito a Yahweh.

    M.S. Smith propone considerar las siguientes posibilidades tericas:

    1. En Ugarit, la familia astral de El fue desplazada por el culto a Baal.2. En Israel sucedi algo parecido Yahweh fue en origen no un dios de la tor-

    menta, sino una deidad cuyo carcter de desierto y astral (?) pudo habersido desplazado por una religin de la costa y de las montaas del dios dela tormenta, presentado en origen en la tradicin bblica como dios na-cional de Israel. Si el conflicto entre Baal y Athar de los textos de Ugarit fueparalelamente ms tarde al conflicto entre Baal y Yahweh, la solucin deeste conflicto religioso en la forma de atribuir la monarqua de la costa aYahweh, debi haber oscurecido el perfil que Yahweh pudo compartir conuna figura, como Athar, incluyendo una asociacin astral.

    M.S. Smith concluye que Jud durante el Hierro II, tuvo un desarrollo general yun desplazamiento de las viejas caractersticas religiosas tradicionales.

    Esta dislocacin, en la forma de la crtica bblica a los dioses astrales, pudo os-curecer, no slo la tradicin astral en general, sino toda posible caracterstica astralde Yahweh. El perfil original del dios bblico, al menos en parte, puede perderse to-talmente. Parece evidente que muchas fuentes bblicas reflejan secundariamentedesarrollados el perfil especfico de Yahweh.

    45 Dt. 32.2; Ju.5.4-5; Salm. 68.9.18; Ha. 3.3.

  • 8/10/2019 AntiguoTestamento. Problemas Historiograficos

    30/72

    S. Gitin46 del W.F. Albright Institute of Archaeological Research de Jerusalemha estudiado el culto israelita y filisteo y el documento arqueolgico en la Edad delHierro II.

    Las prcticas religiosas del antiguo Israel y de sus vecinos se han analizadomucho desde comienzos del siglo pasado.En algunos casos los datos arqueolgicos fueron empleados para probar la au-

    tenticidad de las prcticas religiosas bblicas. Un ejemplo son los altares de cuatrocuernos fechados en el Hierro II y hallados en contextos arqueolgicos israelitas,que se acomodan a la descripcin de los altares de incienso con cuatro cuernos enla Biblia; esto ha sido aducido por ciertos investigadores para demostrar la validezde las pr