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AnimAl Político AnimAl Pol í tico FÁBULAS SOBRE: FABULAS POL Í TICAS Publicaciones de Foro Republicano www.fororepublicano.com NºXXIII, Año IV, Julio 2010 La sociedad argentina está encerrada por un muro. No es el muro de Berlín, pero la priva de su libertad de la misma manera. Es el muro de la tergiver- sación de la historia, de los conceptos, de las ideologías. Las fábulas políticas nos acorralan, nos dividen, y nos privan de la verdad, creando confusión y malestar. Como ya nos advertía Alber- di, “acostumbrado a la fábula, nuestro pueblo no quiere cambiarla por la historia. Toma la verdad como insul- to.” Si los mitos políticos, económicos y sociales no son desenmascarados, no podremos solucionar los problemas argentinos. .UN SISTEMA MONETARIO... . LA BÚSQUEDA DE LA FELICIDAD .EL PECADO DE LA HISTORIA .LO POLÍTICAMENTE INCORRECTO .DEL ESTADO DE MALESTAR AL ESTADO... .REFLEXIONES DEL BICENTENARIO . LA ÉTICA LA LIBERTAD malpolíticoanimalpolíticoanimalpolíticoanimalpolíticoanimalpolíticoanimalpolíticoanimalpolíticoanimalpolíticoanimalpolíticoanimalpolíticoanimalpolíticoanimalpolíticoanimalpolíticoanimalpolíticoanim D E T R á S D E L M U R O D E L A S

Animal Político - Julio 2010

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Número de Animal Político de Julio de 2010

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FÁBULAS SOBRE:

FABULAS POLÍTICAS

Publicaciones de Foro Republicano

www.fororepublicano.com

NºXXIII, Año IV,

Julio 2010

La sociedad argentina está encerrada por un muro. No es el muro de Berlín,

pero la priva de su libertad de la misma manera. Es el muro de la tergiver-

sación de la historia, de los conceptos, de las ideologías. Las fábulas

políticas nos acorralan, nos dividen, y nos privan de la verdad,

creando confusión y malestar. Como ya nos advertía Alber-

di, “acostumbrado a la fábula, nuestro pueblo no quiere

cambiarla por la historia. Toma la verdad como insul-

to.” Si los mitos políticos, económicos y sociales

no son desenmascarados, no podremos

solucionar los problemas argentinos.

.UN SISTEMA MONETARIO...

.LA BÚSQUEDA DE LA FELICIDAD

.EL PECADO DE LA HISTORIA

.LO POLÍTICAMENTE INCORRECTO

.DEL ESTADO DE MALESTAR AL ESTADO...

.REFLEXIONES DEL BICENTENARIO

.LA ÉTICA LA LIBERTADmalpolíticoanimalpolíticoanimalpolíticoanimalpolíticoanimalpolíticoanimalpolíticoanimalpolíticoanimalpolíticoanimalpolíticoanimalpolíticoanimalpolíticoanimalpolíticoanimalpolíticoanimalpolíticoanim

d e t r á s d e l m u r o d e l a sd e t r á s d e l m u r o d e l a s

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2 ANIMAL POLÍTICO NºXXIII Año IV Julio 2010 Una publicación de Foro Republicano - www.fororepublicano.com

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No puede haber crédito sin ahorro y sin una moneda que tenga la función de reserva del valor.

En el discurso que dio Cristina Fernández de Kir-chner para conmemorar los 75 años de la crea-ción del Banco Central de la República Argentina (BCRA) hubo, a mi entender, una ensalada de con-ceptos que confirma la audacia de la presidenta para hablar de temas tan complejos como el siste-ma monetario y financiero. Su ejemplo de los once cachorritos que había tenido su perrita bóxer y la lucha por comer de los cachorritos, donde los más fuertes sacaban “a los codazos” (sic) a los más débi-les, derivó en la teoría darwiniana para, posterior-mente, terminar justificando la intervención del Estado en la economía, los problemas de la Unión Europea con sus economías, el libre comercio y, fi-nalmente, la conclusión de que el BCRA no puede ser independiente del poder político y que su úni-ca misión no puede ser la de preservar el valor de la moneda. Digamos que con su particular estilo de hablar, terminó enlazando los “codazos” de los perritos por comer con su teoría monetaria.

Llama la atención que siendo una mujer que impro-visa sus discursos sobre cualquier tema, no haya apelado a su memoria. Digo esto porque Cristina Fernández es una mujer de algo más de 50 años y vivió la época del Banco Central subordinado al po-der político con la consecuente destrucción de 4 signos mone-tarios, inflación alta, megainfla-ción e hiperinfla-ción. Puesto en otras palabras, no puede igno-rar que el mode-lo de BCRA al cual ella pretende volver destruyó la moneda en la Argentina. Si estuvo en el BCRA para dar su discurso, bastaba con que previamente re-corriera el salón en el cual están todos los signos monetarios que tuvo el país, y se hubiese encon-trado con billetes de 1.000.000 de pesos argenti-nos o de 500.000 australes. Este solo dato le hubie-ra permitido advertir la capacidad de destrucción monetaria que tuvo el modelo de BCRA que ella propone. Es más, con los actuales pesos ya vamos por la serie K (lo de la serie K no es una ironía) de los billetes de 100 pesos. ¿Por qué tantas series para los billetes de 100 pesos? Porque siguen emi-tiendo billetes de 100 que no alcanzan para nada y no se animan a emitir billetes de mayor denomi-nación para no dejar en evidencia la destrucción monetaria que estamos teniendo y la elevada tasa de inflación que tenemos.

¿Qué impacto político tendría en la población si emitieran billetes de 200 o 500 pesos? Esta es la pregunta que debería haber formulado Cristina Fernández en vez preguntarle a un auditorio com-placiente si en serio creían que el presidente de la Reserva Federal dependía del poder político.

Cristina Fernández dice que el BCRA no tiene que tener como única función de-fender el valor de la moneda, sino tam-bién contribuir al crecimiento económi-co. Como si la sola impresión de billetes permitiera crear de la nada ahorro que se traduzca en crédito. El ahorro no se inven-ta ni se imprime, se genera consumiendo una parte menor al ingreso percibido. Y ese ahorro se transforma en crédito cuan-do es volcado por la gente al mercado de capitales. El ingreso que tuve y no con-sumí se lo presto a otro bajo la forma de crédito para que ese otro pueda consumir o invertir. Y solo fugo mis ahorros cuando no tengo confianza en la seguridad jurídi-ca de la Argentina. Cuando creo que el Es-tado va a confiscar mis ahorros para financiar sus gastos, como ocurrió con los ahorros de la gente en las AFJP, o para generar fenomenales transfe-rencias patrimoniales. Estos son los dos puntos que Cristina Fernández evidentemente no entien-de. No puede haber crédito sin ahorro y no puede haber crédito sin moneda.

No puede haber crédito sin ahorro previo por lo ex-puesto más arriba. El crédito surge del ingreso no consumido. Y, a su vez, para poder otorgar crédito debe haber cierto grado de estabilidad monetaria o, si se prefiere, no tiene que haber inflación en

los niveles que tenemos actual-mente, porque con inflación, el que presta sus ahorros corre el riesgo de que sean licuados por la inflación. ¿Dónde vivía Cristina Fernán-

dez en 1975 cuando se produjo el rodrigazo? ¿En qué país estaba cuando la inflación llegaba a los 3 dígitos anuales o en 1989 cuando estalló la hipe-rinflación? Esos desastres monetarios se produje-ron gracias al modelo de Banco Central que viene a proponer bajo la teoría darwiniana de sus cacho-rritos a los “codazos” para comer.

Ningún banco central en el mundo puede crear crédito de la nada. Ni la Reserva Federal, ni el Banco Central Europeo ni el Banco Central de la Argentina. Lo máximo que puede conseguir los banco centrales es, justamente, lo que Cristina Fernández no quiere: limitarse a preservar el va-lor de la moneda, que dicho sea de paso no es un invento de los gobiernos sino que la moneda es descubrimiento del mercado. Fue la gente la que descubrió que ciertas mercaderías servían como medio de intercambio y reserva de valor. Y fueron los gobiernos los que, al monopolizar la emisión de moneda, crearon la inflación, inventaron cré-dito artificial y generaron grandes fluctuaciones económicas y crisis como las de 1929 o la actual. Basta con ver la evolución de la tasa de Reserva Federal para advertir el auge artificial que impulsó

dicha institución, la aparición del los créditos hi-potecarios a quienes no podían pagarlos y el pos-terior colapso.

Es más, en su precaria teoría keynesiana, el matri-monio sigue creyendo que impulsando el aumen-to del gasto público van a generar crecimiento, mientras señalan con el dedo acusador a la UE. Si Grecia, España, Hungría y otros países están en serios problemas de endeudamiento fue, precisa-mente, porque se fueron de pista con el aumen-to del gasto y lo financiaron con crédito público basado en ahorro que no existía, sino en tasas de interés artificialmente bajas.

Pero tal vez esto sea demasiado complicado para que sea entendido por gente que sigue creyendo que imprimir billetes en cantidades industriales es sinónimo de ahorro. No hay atajos para el creci-miento que eviten la producción, la generación de ingreso en base a la producción, el ahorrar parte de esos ingresos y la disposición de la gente a prestar parte del fruto de su trabajo. El crédito nunca va a aparecer en Argentina mientras no exista una mo-neda que tenga la función de reserva del valor y mucho menos vamos a tener crédito mientras le pasen por arriba a la propiedad privada y las reglas de juego sean cambiadas de acuerdo al humor o las necesidades políticas con que el matrimonio se levanta cada día.

Hacer en un discurso sobre teoría monetaria es mucho más complicado que ser conocedor de los diferentes modelos de las carteras Louis Vuitton. No cualquiera está capacitado para conocer sobre semejantes lujos, así como no cualquiera puede hablar de teoría monetaria con cierto grado de coherencia. En definitiva, no es lo mismo elegir un modelo de cartera Louis Vuitton, que elegir un modelo de sistema monetario. Son dos temas muy diferentes y con complejidades también di-ferentes. Las carteras se las eligen porque gustan. El diseño de un sistema monetario requiere algo más de elaboración intelectual y profundos cono-cimientos que no se necesitan para optar por una cartera u otra de la afamada marca.

UN SISTEMA MONETARIO NO SE ELIGE COMO UNA CARTERA LOUIS VUITTON*

escribe Roberto Cachanosky**

“El crédito nunca va a aparecer mien-tras no exista una moneda que tenga la función de reserva del valor, le pa-sen por arriba a la propiedad privada y las reglas de juego sean cambiadas.”

* Publicado en “Economía para todos”** Master de Economía y Administración

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ANIMAL POLÍTICO NºXXIII Año IV Julio 2010 3

LA BÚSQUEDA DE LA FELICIDAD

escribe Agustín Etchebarne*

Si tomamos una perspectiva histórica para alejarnos de la crisis coyuntural podemos afirmar que el mundo occidental jamás ha

conocido una prosperidad mayor a la actual. La cantidad de bienes y servicios en ninguna época ha sido tan abundante y jamás llegó a un sector tan amplio de la población. Los avances de la medicina han permitido alargar la esperanza de vida hasta los 74 años en países latinoame-ricanos y hasta 85 años en los países nórdicos. Sin embargo, el mundo sería aburrido si con el mero hecho de alcanzar cierto grado de bienestar todos fuéra-mos “felices”. Por el contrario los hombres toman por sentado la baja de la mortalidad infantil, el crecimiento de la expectativa de vida al nacer y el acelerado creci-miento de la productividad y permanecen siem-pre críticos, mirando la parte del vaso medio vacío. Esa insatisfacción natural del hombre es el motor del progreso.

La felicidad no es tema sencillo, ha ocupado siem-pre un lugar central en las reflexiones de los filó-sofos sin que hayan logrado ponerse de acuerdo ni en su definición ni en cómo se consigue. Tal vez toda la tarea de la filosofía sea ayudarnos a ser feli-ces. Aristóteles la veía como el objetivo central del ser humano, aquella única cosa que elegimos por sí misma y no como medio para lograr un bien ul-terior. Sócrates creía que para alcanzarla la única vía era la virtud, la búsqueda del conocimiento, del bien y la justicia. Los hedonistas la buscan a través del placer y el goce. Más específicos, los tántricos la buscan por medio de ritos sexuales. Del lado casi opuesto, o tal vez complementario, los estoi-cos, los budistas y Compte de Sponville pretenden encontrar la felicidad aceptando la realidad tal cual es, apagando en lugar de satisfaciendo los deseos del “ego” y cultivando la desesperanza. Wit-genstein creyó encontrar la solución cuando en sus “Cuadernos de guerra” escribió “Sólo un hom-bre que vive no en el tiempo sino en el presente puede ser feliz”. El tiempo sería el enemigo de la felicidad, pensar en el futuro o en el pasado puede ser causa de infelicidad. No muy lejos de ese sen-timiento se encuentra el concejo romano Carpe Diem. … y así el debate sigue abierto.

Tan importante resulta el tema que la “búsqueda de la felicidad” es incluída junto con el derecho a la “vida” y la “libertad” en la Declaración de Indepen-dencia de los EE.UU.. La sabiduría de la declaración deja en claro que cada individuo tiene el derecho de buscar, a su manera, tan preciado y esquivo bien. Es decir, no tenemos derecho a ser felices sino a actuar buscando la felicidad. “We hold these truths to be self-evident, that all men are created equal, that they are endowed by their Creator with certain unalienable Rights, that among these are Life, Liberty and the pursuit of Happiness.”

Al escribirlo en el idioma inglés original pode-mos percibir una nueva veta de matices. “Happi-ness” tiene una raíz diferente de la que “Felicity” comparte con “felicidad” o con la palabra “fe”. El

adjetivo “happy” tiene la misma raíz que el verbo “happen”, que marca una acción en el tiempo. Es decir, “happiness” estaría referido a la felicidad que produce el resultado de determinadas acciones, las realizaciones combinados con los eventos que

ocurren. Según el Oxford En-glish Dictio-nary, en inglés antiguo la raíz “Hap” significa “suerte” o “for-tuna”, y puede ser buena o mala. Entonces su “happiness” depende de la p r o s p e r i d a d

o el éxito de las acciones, que tanto dependen del esfuerzo y la creatividad como de la buena (o mala) suerte. Así Enrique VIII, de Shakespeare dice: “I am glad I came this way so happily.”

En cambio, “felicidad” comparte la misma raíz que la palabra “fe”. Hace algunos miles de años los in-doeuropeos crearon la palabra dhe o dhe(i) (pro-nunciada fei) que significa chupar, amamantar; y de la cual derivan palabras como fecundo, fértil, feto, fémina, hijo (filius). Si bien en nuestra len-gua corriente la palabra fe significa “creer sin ver” como contraposición a algo racional, Tresmontant demuestra que no existe tal contra-dicción ya que b í b l i c a m e n t e la palabra he-brea original era “emounah”, que precisamente tie-ne el mismo senti-do de amamantar.

De allí, entonces “fe” y “felicidad” derivan del mis-mo sentimiento de plenitud, sa-ciedad, confianza ciega, protección, certeza absoluta, que tiene un bebé al momento de ser amamantado.

Tal vez, esa dife-rente concepción hizo que los pue-blos anglosajones persigan la feli-cidad por medio de sus creaciones, sus inventos, su producción, sus realizaciones. Tal vez por eso sean pueblos muy ce-losos de su liber-tad, indispensable para que cada uno

busque la felicidad a su manera y pueda cantar “I did it my way”…

Mientras que con una visión más latina de “feli-cidad” se ha creado una nueva religión que po-demos llamar el “Estatismo”, donde el Estado es en quien el pueblo confía ciegamente para ser alimentado, vestido; y protegido frente al desem-pleo, las enfermedades, la vejez, las fluctuaciones de la economía, la competencia extranjera, etc.

Volviendo a la coyuntura, tal vez esta interpreta-ción de la felicidad ya ha penetrado en toda Euro-pa y hasta en los Estados Unidos, y explica que sus pueblos tengan exageradas exigencias y expecta-tivas sobre sus gobernantes. Y que a su vez, éstos las estimulen en sus campañas electorales, y que la consecuencia natural sea que gastan mucho más de lo que recaudan por impuestos y como resultante crezca la deuda hasta niveles que los empujen a sucesivas crisis.

Tal vez, explique también el porqué se generan grandes revueltas en cuanto cualquier gobierno intenta, con lo que le queda de racionalidad, ajus-tar el gasto público a un nivel capaz de ser solven-tado con su propia recaudación.

Tal vez, la historia de las civilizaciones no sea más que la diferencia de matiz de una misma palabra.

“una nueva religión que podemos llamar el “Es-tatismo”, donde el Esta-do es en quien el pueblo confía ciegamente para ser alimentado, vestido y protegido.”

* Economista - Foro Republicano

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Una publicación de Foro Republicano - www.fororepublicano.com4 ANIMAL POLÍTICO NºXXIII Año IV Julio 2010

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(sigue en página 5)

escribe Federico Perazzo**

Sin dudas es pecaminoso hablar de historia cuan-do solo se toman fragmentos de ella para ser contada. Dependiendo de quien sustraiga un de-terminado suceso pasado para manifestarlo en el presente, la historia será una u otra e inevitable-mente quien la cuente se convertirá en víctima de su genio y en consecuencia aportara una cuota de subjetividad sobre aquello que esta trasmitiendo.

Por ello es que es válido hacer mención, en prime-ra instancia, que el historicismo trae consigo infini-dad de flaquezas al momento de mostrarse como una herramienta útil que nos permita aprender en un término amplio los sucesos pasados.

Así es como el profesor Ludwig Von Mises hace una distinción entre dos métodos completamen-te antagónicos. Por un lado aparece su afamada Praxeología, que estudia de manera de manera formal, abstracta, ana-lítica y general los pro-cesos de interacción humana que consti-tuyen la sociedad. En la vereda opuesta se encuentra la doctri-na historicista, cuyas conclusiones son ho-lísticas y rechazan el apriorismo miseano.

Vale decir, en pocas y sencillas palabras, que la Praxeología nace, queriendo o sin quererlo, como un método que contrarrestó la naturaleza subjetiva de aquellos resultados que propiciaran los análisis históricos y estadísticos. La premisa de la que parte es que el hombre es un ser de acción capaz de pensar lógicamente.

Habida cuenta de la complejidad que compone la esencia humana es que éste capacitado econo-mista rechace sobremanera el uso de la observa-ción de meros hechos, alegando que no podría re-ducirse al hombre a sus componentes debido a su sistema complejo. Por ello es que la observación y los estudios del ser humano a través del tiempo van a verse contaminados por factores que van a ser inevitablemente desatendidos.

Es menester hacer una pequeña parada en la me-todología de Von Mises: el dualismo metodológi-co. Es mediante esta idea que se afirma la existen-cia de dos “especies” distintas, la de los objetos y la de la acción. Se hace sustancial decir que hay una diferencia de clase entre el estudio que se hace de los fenómenos naturales y biológicos con respec-to del que se encarga de la acción humana.

El dualismo metodológico parte de la idea de que no pueden explicarse las valoraciones y/o deseos e intenciones de los seres humanos a partir de los hechos físicos o químicos. El fundamento estriba en que un mismo hecho físico, por ejemplo, pue-de tener diferentes impactos en los hombres de-pendiendo de cada individuo.

Por supuesto que desde vieja data que la visión ilustradora de la historia se ha transformado en

una frase hecha para las gentes del mundo y de ahí que infinidad de temas se abordaran según esta idea, dañando así innumerables aportes. A su vez, hay muchos otros factores que han con-vergido en la eliminación de los mismos, como ser: poca difusión de la idea; desinterés político; cuestiones idiomáticas; etc. Un caso puntual que denota este tipo de omi-siones, es la que ha hecho el mundo académico a la corrección que hiciere el insigne economista austrohúngaro y fundador de la escuela austríaca Eugen von Böhm-Bawerk a la obra de Karl Marx. Hasta ahora son pocos quienes recabaron en la concepción de “valor” de Marx para ver como aborda el tema de la explotación.

Marx sostiene que el “valor” es la cantidad de tra-bajo contenida en una mercancía y “precio” es su

expresión monetaria. Por esto es que era indispensable en la cabeza de este pen-sador alemán la no confusión entre de la palabra valor para no perder su significa-ción cuando quisiese traducirse a precio, porque de lo contra-rio no podría demos-trarse que el bene-ficio capitalista y la idea de explotación no serían sinónimos.

Böhm-Bawerk detecta la primera inconsistencia y se devela así que el valor no es intrínseco a las cosas, sino que parte de las valoraciones subjeti-vas de quienes demandan dichas cosas. En efecto, todo intercambio se llevará a cabo en tanto y en cuanto quienes son parte de ese acto valoran me-nos aquello que ceden que lo que obtienen, de lo contrario no habría voluntad de intercambiar ni necesidad.

Visto que Marx parte de una premisa errónea para formular su idea global, es que llega a otro puerto inseguro: la plusvalía. Este es su punto de partida para sentenciar que el coste de producción no es ni más ni menos que el coste de supervivencia del trabajador. Así es como incurre en gruesos errores de concepto que luego terminarían por derribar su idea. Bawerk lo evidencia arguyendo que el empresario no puede explotar al trabajador por la sencilla razón que los bienes o mercaderías no se valoraban por su costo de producción sino por lo que la gente esta dispuesta a pagar por ellas.

Prosigue su refutación denotando el problema temporal que no concibió el alemán a la hora de formular su desafortunada teoría. Se hace eviden-te que el empresario restringe sus gastos a bienes de consumo y ahorra e invierte sus fondos para la obtención de factores de producción en aras de vender los productos que vaya a fabricar, con lo cual el pago a los trabajadores se da por adelanta-do incluso antes que lleguen los bienes produci-dos al mercado. De esa diferencia de tiempo en la que se ve envuelto quien produce es que nace el

interés del que gozará éste y que se denominará “beneficio capitalista”.

Ya habiendo notado las contradicciones que tuvo en su primer volumen de Das Kapital (1867), Marx confiesa sobre la plusvalía: “Esta ley se halla; ma-nifiestamente, en contradicción con toda la ex-periencia basada en la observación vulgar”. Así es como el autor daba por concluido que la plusva-lía no se originaba a partir del capital en giro tal como creía.

Por supuesto que los arquitectos de la historia han hecho caso omiso de esto porque son las “lindas” palabras de Karl Marx las que consiguen apaciguar a las masas. Les dan su razón de ser y su sentido: la confrontación.

No caben dudas que la historia se ha vendido desde siempre como una mercancía más y de ahí que carezca de rigor su estudio sobre el hombre. Es por esto que nada tiene que ver el historicismo con la perspectiva evolucionista con la que se la quiso mostrar.

La diferencia entre las distintas miradas de la his-toria estriba, sin dudas, en un debate metodológi-co (Methodenstreit) que se ha dado por años.

Con el historicismo desechando la idea que pue-da existir una teoría económica abstracta y uni-versal se hace difícil salir del relativismo y del em-pirismo que dificultan una mirada más eficaz a la hora de querer ampliar el conocimiento. Por ello, bajo la metodología positivista en donde todo es susceptible a ser experimentado, vamos a seguir siendo víctimas de daños sociales graves por me-dio de omisiones como las que se plantearan aquí o, mismo, falsificaciones históricas como las que pueden encontrar en cualquier librería. Así es que seguiremos creyendo algo que no somos: un ob-jeto experimentable.

Es justamente contrariando esta visión que la Praxeología de Mises encuentra su éxito, dado que es una ciencia a priori que no se construye a través de la experiencia sino a través del razona-miento discursivo.

Sin embargo, actualmente nos encontramos con dilemas “morales” debido a la fuerte injerencia que ha tenido el relativismo epistemológico en la vida social, que desea imponer su ética y detracta las leyes universales que propone la Praxeología. Juzgan a la historia en base a preceptos que ellos mismos han decretado por inobjetables y así es como la idea de propiedad privada o de genera-ción de riqueza se vuelven ideas demoníacas.

La historia trae consigo un mal innato, que es el de prejuzgar permanentemente a ciertos con-ceptos que no son malos en absoluto y en base a eso dictaminar que es lo virtuoso. Lo que no en-tienden, sin embargo, es que tratar de modificar la conducta humana y volcarla a ciertos “valores” aprendidos es imposible, porque implica cambiar su sustancia y convertirlo en algo que no es.

* Desarrollado en www.fororepublicano.wordpress.com** Estudiante de Economía de la UCES y

agente de Bolsa - Foro Republicano.

EL PECADO DE LA HISTORIA(resumen) *

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PARTICIPÁ:i n f o @ f o r o r e p u b l i c a n o. c o m

t e l : 0 1 1 - 5 2 5 2 - 0 6 2 2 / 2 3 / 2 4

w w w. fo ro re p u b l i c a n o. c o m

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Estas ideas, las que

fundaron la Argentina, se

difunden gracias al vali-

oso aporte de nuestros

anunciantes.

FORO REPUBLICANO:

*Publicado en www.segundarepub-lica.blogspot.com

escribe Dr. Marcelo Castro Corbat

Si una madre pone en penitencia a su hijo por no estudiar,

cuando lo que él quiere es jugar, los psicólogos “científicos” decretan que es humanamente incorrecto y que lo traumatiza. Son falsedades. Los políticos tienen pánico de decir algo que pueda sonar polí-ticamente a “inco-rrecto”, como: que el progreso perso-nal depende del esfuerzo personal; que el exceso de regulaciones limitan la libertad, crea-tividad y prosperidad del hombre; que siempre existirán desequilibrios sociales; que los decre-tos no producen rique-za; que la evolución y

mejora social es un lento proceso de construcción; que el Estado es incapaz de resolver las caren-cias sociales y de cubrir las crecientes necesida-des del hombre; que la

corporación sindical es un centro de poder, co-rrupción y empobrece al pueblo; que los valores éticos sustentan la armo-nía social; que el estado de bienestar, el populis-mo y la justicia social son perversiones ideológi-

cas; que la mejora so-cial requiere el respeto a la ley y a los derechos y dignidad del hombre. Esos conceptos son de sentido común, no po-líticamente “incorrec-

tos”. La mentira políti-camente “correcta”, convierte a los ciu-dadanos en esclavos. A los argentinos hay que hablarles como a adultos: la Repú-blica está enferma; se necesitarán más de veinte años para

sanarla, combatir los centros de corrupción y evitar la repetición de políticas que paraliza-ron el país.

DECIR LO POLÍTICAMENTE “INCORRECTO”*

“La mentira polí-ticamente “correc-ta”, convierte a los ciudadanos en esclavos.”

Es un centro de pensamiento cr í -t ico (think tank) e invest igación de pol ít icas públ icas, apl icadas a resol-ver los problemas de la c iudadanía, promoviendo los valores y pr inci-pios de la Repú-bl ica Representa-t iva Federal.

E s u n a a s o c i a -

c i ó n c i v i l s i n f i n e s

d e l u c r o, p r i v a d a

e i n d e p e n d i e n -

t e d e t o d o g r u p o

p o l í t i c o, r e l i g i o -

s o, e m p r e s a r i a l o

g u b e r n a m e n t a l .

N o a c e p t a d i n e r o

d e l E s t a d o.

Busca generar “el cambio desde adentro”. Partici-pando activamen-te en la vida pú-blica. Acercando propuestas a nues-tros representan-tes en el Congreso. Tendiendo puen-tes para acercar la política al ciuda-dano común.

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Una publicación de Foro Republicano - www.fororepublicano.com6 ANIMAL POLÍTICO NºXXIII Año IV Julio 2010

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W W W . E T I C G R O U P . N E T

escribe Armando Ribas*

DEL ESTADO DE MALESTAR AL BIENESTAR DE LA LIBERTAD

Fue Hegel quien en su Filosofía de la Historia dijera: “Como la sociedad civil es la liza del inte-

rés privado individual de todos con-tra todos, así aquí también tiene su sede el conflicto del mismo con los comunes negocios particulares y de estos junto con aquel, contra los más elevados puntos de vista y mandatos del Estado”. Consecuentemente para Hegel la burocracia representaba la eticidad de la sociedad frente a la

concupiscencia de las corporaciones y sigue: “El Estado sabe lo que quiere y lo sabe en su universalidad como algo pensado”.

Evidentemente en esta concepción se ignora el pensamiento de Adam Smith respecto a la mano invisible, que dijo: Al perseguir su propio in-terés el frecuentemente promueve el de la sociedad más efectivamente que cuando realmente intenta pro-moverlo. Nunca he conocido mucho bien hecho por aquellos que preten-dan el actuar por el bien público”.Aún el propio Marx en su crítica a la Filo-sofía del Derecho reconoce: “Para el burócrata individual el propósito del Estado se convierte en su propósito

particular de buscar posiciones más elevadas y hacer una carrera para sí,… En la burocracia la identidad del interés del Estado y el propósito privado particular se establece en tal forma que el interés del estado se convierte en un propósito privado opuesto a otros propósitos privados”.

No obstante esta sagaz observación propuso la dictadura del proletariado como un interés burocrático univer-

sal para destruir al sistema capitalis-ta, ignorando sus propias palabras. Y así en la Filosofía Alemana concluyó que al terminar la dictadura del pro-letariado, pues se había expropiado a los expropiadores (capitalistas) se alcanzaría el nirvana de la anarquía según la cual: “En la sociedad comu-nista, donde nadie tiene una exclusi-va esfera de actividad sino que cada uno puede estar satisfecho en cual-quier línea de actividad que desee, la sociedad regula la producción ge-neral y así hace posible para mi hacer una cosa hoy y otra mañana, cazar en la mañana, pescar al mediodía, arrear ganado en la tarde, y criticar después de la comida, tal como yo tenga en la mente, sin que jamás me convierta

en cazador, pescador, pastor o críti-co”. Pero el socialismo no quedó en esta payasada que ignora el crimen de la dictadura leninista–stalinista, sino que llegó la “sabiduría” de Edward Bernstein para crear la social demo-cracia. O sea el mismo proyecto me-diante el voto ciudadano. Así llegó una y otra vez el estado de bienestar en Europa que está causando el ma-lestar de la crisis. Crisis que ya pode-mos ver que es ideológica y la econó-mica su consecuencia. He hecho este análisis filosófico, pues por más que se pretenda ig-norar los principios éticos filosóficos prevalecientes, y se desconozcan vulgarmente sus raíces, éstos se en-

cuentran en la base de todo proyec-to político. Por ello si bien hace poco manifesté mi preocupación por el riesgo político de la crisis america-na, hoy tengo la esperanza de que la crisis europea ponga de manifiesto, que una estupidez por más que la vote una mayoría, sigue siendo una estupidez. Y la esencia del sistema de libertad donde impera la justicia es que la mayoría no tiene el dere-cho de violar los derechos de las mi-norías. En otras palabras e insisto la libertad reside en el límite al poder político, en la creencia de que los hombres son como son y no como deben ser, y el respeto de los dere-chos individuales, que no son los hoy llamados derechos humanos.

** abogado, profesor de Filosofía Política, periodista, y escritor - Foro Republicano

“el estado de bienestar en Euro-pa está causando el malestar de la crisis. Crisis que ya podemos ver que es ideológica y la econó-mica su consecuencia.”

(resumen) *

* Ver texto completo en www.fororepublicano.com

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ANIMAL POLÍTICO NºXXIII Año IV Julio 2010 7Una publicación de Foro Republicano - www.fororepublicano.com

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Después de los ruidos que dejó la puesta en escena y el espectáculo de la conme-moración del Bicentenario organizado

por la Presidencia de la Nación, y a medida que la vida va tomando lentamente la rutina habitual, es necesario ir sacando algunas conclusiones de lo que hemos sido protagonistas.

La ideología de quienes detentan hoy el poder, inspirada en ideas de Michel Foulcault, en cuanto que el ejercicio del poder determina cuáles son los contenidos que los individuos deben asu-mir como “verdaderos”, ha instalado ahora una nueva“verdad”. En efecto, la Presidente ha deci-dido quienes son los Patriotas Latinoamericanos que tendrán un lugar reservado en una sala de la Casa de Gobierno. Si bien no nos extraña quienes son los habitantes de esta sala, conviene romper esta lógica foulcaultiana y hacer justicia con al-gunos verdaderos patriotas olvidados.

Cabe hacer previamente una aclaración de qué es ser patriota. En términos generales, diríamos que es aquella persona que, a la luz del juicio histórico de varias décadas, su acción en la vida pública trajo, sin lugar a ambigüedades, enormes beneficios a las generaciones venideras de sus connacionales.

En primer lugar mencionamos a Juan Bautista Alberdi. La ideología presidencial omitió aún la referencia del propio historiador oficialista, Feli-pa Pigna, quien señala que Alberdi fue “el inspira-dor de la Constitución Nacional y uno de los más grandes pensadores argentinos”. Alberdi, perte-neció a la generación del 37 junto con Esteban Echeverría, la cual tuvo la virtud de difundir las modernas ideas republicanas. Más tarde tras la Batalla de Caseros escribió Las Bases y puntos de partida para la organización política de la Repú-blica Argentina obra que sería una de las fuentes de nuestra Constitución Nacional sancionada el 1º de mayo de 1853. Finalmente, Alberdi escribe el “Sistema económico y rentístico de la Confe-deración Argentina y De la integridad argen-tina bajo todos los gobiernos”. El propio Pigna sostiene que “defendía las teorías liberales de Adam Smith y David Ricardo y se oponía al mo-nopolio, al trabajo parasitario, abogando por un orden que garantizara al productor el fruto de

sus esfuerzos y elevara el nivel de vida en ge-neral”.

El segundo patriota olvidado es Julio Ar-gentino Roca. Es im-posible pensar en la Argentina moderna sin tener presente a Roca. Como militar en su Campaña al De-sierto que incorporó definitivamente a la Patagonia al territorio nacional y como pre-sidente al establecer casi definitivamente las fronteras del territorio nacional, organizar un ejército nacional que hasta entonces eran mili-cias provinciales y sentar las bases de un nuevo modelo económico basado en la incorporación de una moderna tecnología agropecuaria.

Contrariamente, hay que aclarar que cuatro de los presuntos patrio-tas elegidos por la Presidente merecen una bolilla negra. Estos son: Hipólito Irigoyen, Juan Perón, Eva Perón y Ernesto “Che” Guevara. Res-pecto de Irigoyen habría que decir simplemente que sus presidencias no podrían comparar-se con (por no estar a la altura de) otros grandes presidentes como Mitre, Sarmiento, Avellaneda y Roca. Con respecto al matrimonio Perón, jamás podrían considerarse como patrio-tas a quienes sin lugar a dudas fueron los mento-res y ejecutores de ideas que repudian el orden republicano de la división de poderes, limitación al poder y respeto a los derechos más sagrados del individuo como la libertad y la propiedad. Fi-nalmente, el “Che” Guevara, a quien la Presidente no consideró un patriota argentino sino uno de otros trópicos latinoamericanos. Este presunto

“patriota” tuvo en miras abolir las libertades re-publicanas mediante la lucha armada para insta-lar un sistema totalitario y opresivo.

Queremos ser justos y exponer los hechos que reflejan la verdad según ésta se muestra con-forme se consolida nuestra historia. Nos rebela que pretenda imponerla el poder de turno. Las

deliberadas omisiones y forzadas inclusiones no son casuales ni capri-chosas. Forman parte de la revolución que Hugo Chávez, Rafael Correa y Evo Morales han puesto en marcha en sus respec-tivos países. A diferencia de la metodología que practicaron en los años 70 mediante las armas, esta revolución preten-de ingresar en pequeñas dosis a través de la cultu-

ra y educación masiva. Así lo imaginó Gramsci, que el inconsciente co-lectivo asuma como verdades reveladas false-dades que no tienen fundamento. El objetivo es claro y non sancto: destruir las bases de nuestra sociedad libre y republicana e instalar un sistema masificador y fachista.

R E F L E X I O N E S D E LB I C E N T E N A R I O

escribe Juan Pablo Aita Tagle*

“Alberdi se oponía al mono-

polio, al trabajo parasita-

rio, abogando por un orden

que garantizara al produc-

tor el fruto de sus esfuerzos

y elevara el nivel de vida en

general.”

* MSc in Development Management, London School of Economics - Foro Republicano.

“Las deliberadas omi-

siones y forzadas inclu-

siones no son casuales

ni caprichosas.”

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“El tamaño del presupuesto federal no es un barómetro adecuado para me-dir la conciencia social o el interés

caritativo.”Ronald Reagan. Si llevamos a la máxima algunos conceptos generales de la intervención o control del gobierno en la econo-mía, podríamos llegar a la conclusión de cuanto más grande es el gobierno o más regula al mercado es un mejor gobierno. Que cuanta mayor asistencia social da un gobierno muestra que se preocupa más por los necesitados. Que de cuanto más refrena los perver-sos intereses individuales o regula la economía, para defender a unos de otros, es mejor. Llegaríamos a la conclusión que el Gobier-no con mejores intensio-nes es el más grande y en todo caso el comunismo es el sistema que más se pre-ocupa por el bienestar de las personas. Teniendo esto en cuenta es interesante ver cómo y por qué los jóvenes que en general defienden las libertades civiles, la libertad de expresión, la libertad religiosa, libertad artística, no defienden o no les interesa la libertad económica. Han separado libertad económica de lo civil, de las perso-nas. Si les preguntas a alguien si quiere que el Gobier-no regule su vida diría que no, pero si quiere que regu-le la economía la respuesta sería distinta.

La pregunta es por qué los jóvenes están lejos de las ideas de la libertad económica. En primer lugar, por-que los que defendemos estas ideas hemos sido pé-simos comunicadores. Esto hace que los principales informantes y comunicadores no sean cercanos a la libertad: Prensa, medios y educación. En la mayoría de las universidades al enseñar economía el abanico va desde Keynes a Marx, pero solo por arriba han oído hablar de los autores liberales. Pero más importante aún es que no hemos dado la batalla ética. Los liberales nos hemos concentrado de-

masiado en los aspectos económicos sin mostrar como afecta a la socie-dad. Es decir, nos enfocamos en de-fender el superávit fiscal, o hablamos de inflación o de la deuda, mientras que del otro lado, hablan de las nece-sidades de la gente. En Argentina, solo digo que soy libe-ral cuando tengo media hora para explicar que no soy un ser malvado al que solo le importa la plata y no me preocupa lo que le pasa al otro.

Se asocia a los liberales como fríos insensibles (todos economistas o banqueros) y los socialistas con buenos tipos, pero no muy eficientes. Churchil decía: “Si a los 20 años no eres socialista, no tienes corazón; si a los 40 lo seguís siendo, no tienes cerebro”. Y una amiga mía decía “Mi corazón es socia-lista, mi cabeza liberal”. Por lo que básicamente pen-saba: “soy inteligente como un liberal, y “bueno” como

un socialista”. Y por último he escuchado a varios estu-diantes decir “el socialismo es lo ideal, lástima que es una utopía”. En todas las frases se muestra, de manera implícita, al socialismo como lo “bueno” o bondadoso, pero no eficiente. Acá debemos dar la batalla ética, de que la libertad individual que defendemos es superior que un régi-men colectivista donde el Estado rige tu vida. Que podemos tener ideas distintas sobre cuál es el mejor sistema económico social, y porqué la Sociedad Libre es superior éticamente al modelo de intervención es-tatal. A mi amigo, le diría, se ve que muy inteligente no es si piensa que ser socialista implica ser más “bondadoso”. A los que piensan que el socialismo es una utopía, les respondería, menos mal. Menos mal que no funciona. ¿Y que utopía? Donde un gobierno te diga qué tenés que hacer, qué comprar, qué decir, donde no puedas elegir la educación de tus hijos, ni progresar, ni tener sueños ni poder viajar. No es una utopía. Todos los intentos de socialismo han mostrado su rotundo fracaso y no ha mejorado la vida de su gente. Tenemos que hablar del sueño de la liber-tad. Una sociedad abierta y libre. ¿Cómo lo logramos? Hablando, hablando y hablan-do. Con convicción y pasión, de que creemos que con mayor libertad no solamente la gente va a vivir mejor, sino que también es lo más ético. Hay que defender la libertad económica, la artística, literaria, la libertad en su conjunto. Mostrar que con mayor libertad también se benefician los que menos tienen. Que nos importa cómo viven los que menos tienen y que tenemos un mensaje para darles. Mien-tras los socialistas les dicen, ustedes son pobres y no pueden hacer nada para salir así que el Estado te va a mantener en la pobreza, pero dándote dádivas para que puedas sobrevivir. Nosotros les decimos que creemos que cada persona tiene valor, que confiamos en que pueden trabajar y estudiar y que son capaces no sólo de sobrevivir sino también de progresar. Que estamos en contra de la inflación que pega a los que menos tienen, que queremos que compren bienes baratos de cualquier lado del mundo. Que con mayor libertad económica pueden estar mejor. Y que el Es-tado no debe impedirles progresar por medio de los altos impuestos y el exceso de regulación. Debemos defender los derechos individuales, la liber-tad y la propiedad para todos. La libertad de hablar, para periodistas, para educadores, deportistas, em-presarios... Pero para volver a entusiasmar debemos estar convencidos de que el tamaño del Estado no es un buen indicador para medir la conciencia social.

LA DEFENSA ÉTICA DE LA LIBERTAD*

*escribe Marcos Hilding Ohlsson, Consejal de San Isidro y miembro de Foro Republicano.

“por qué los jóvenes que en general defienden las liber-tades civiles, la libertad de expresión, la libertad reli-giosa, libertad artística, no defienden o no les interesa la libertad económica. “