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1 ANEXO I: LOS CONTENIDOS DE LAS MATERIAS DEL ÁREA DE FILOSOFÍA Para propiciar la reflexión sobre los contenidos de nuestra área y proporcionar al profesorado participante en la mesa distintos enfoques de acercamiento al problema, proponemos la lectura de cuatro textos que nos parecen interesantes. El primero de ellos forma parte de un artículo que José Solana, de la Universidad de Zaragoza, publicó en una publicación colectiva del ICE de dicha universidad. Defiende un acercamiento relativista a la filosofía como medio de superación del rechazo que los contenidos de la misma suelen provocar en los profanos. El segundo de ellos es un artículo de Irene de Puig, profesora de filosofía implicada en el proyecto educativo filosofía 6/18, también conocido como el proyecto de filosofía para niños. Atiende, más que a los contenidos en sí, a la finalidad que debe perseguirse con los mismos y el método que debe impregnar su manejo. Estimamos, sin embargo, que plantea algunas cuestiones interesantes para la problemática relativa a los contenidos. El tercero es un análisis que realiza José M. Gutiérrez González, profesor de filosofía en bachillerato e universidad, sobre la enseñanza de la historia de la filosofía en el bachillerato. En él se hace una revisión de distintos enfoques y se apuesta por uno de ellos, el cual se estudia en detalle. El último de los textos es un fragmento sobre los contenidos del libro de didáctica de la filosofía que realizó César Tejedor para la editorial SM en el contexto de la Ley de Educación de 1.970. A pesar de no tomar como referencia la legislación actual no está “caducado” y creemos que puede ser de utilidad su lectura para una reflexión sobre los contenidos.

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    ANEXO I: LOS CONTENIDOS DE LAS MATERIAS DEL REA DE FILOSOFA

    Para propiciar la reflexin sobre los contenidos de nuestra rea y proporcionar al profesorado participante en la mesa distintos enfoques de acercamiento al problema, proponemos la lectura de cuatro textos que nos parecen interesantes.

    El primero de ellos forma parte de un artculo que Jos Solana, de la

    Universidad de Zaragoza, public en una publicacin colectiva del ICE de dicha

    universidad. Defiende un acercamiento relativista a la filosofa como medio de

    superacin del rechazo que los contenidos de la misma suelen provocar en los

    profanos.

    El segundo de ellos es un artculo de Irene de Puig, profesora de

    filosofa implicada en el proyecto educativo filosofa 6/18, tambin conocido

    como el proyecto de filosofa para nios. Atiende, ms que a los contenidos en

    s, a la finalidad que debe perseguirse con los mismos y el mtodo que debe

    impregnar su manejo. Estimamos, sin embargo, que plantea algunas

    cuestiones interesantes para la problemtica relativa a los contenidos.

    El tercero es un anlisis que realiza Jos M. Gutirrez Gonzlez,

    profesor de filosofa en bachillerato e universidad, sobre la enseanza de la

    historia de la filosofa en el bachillerato. En l se hace una revisin de distintos

    enfoques y se apuesta por uno de ellos, el cual se estudia en detalle.

    El ltimo de los textos es un fragmento sobre los contenidos del libro de

    didctica de la filosofa que realiz Csar Tejedor para la editorial SM en el

    contexto de la Ley de Educacin de 1.970. A pesar de no tomar como

    referencia la legislacin actual no est caducado y creemos que puede ser de

    utilidad su lectura para una reflexin sobre los contenidos.

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    Texto 1: LOS CONTENIDOS DE LA FILOSOFA: APORTACIONES A UNA DISCUSIN. Jos SOLANA DUESO, Universidad de Zaragoza

    Extrado de:

    A. Longs, S. Martn, J. Solana y A. Uriel, Aspectos didcticos de filosofa, 4,

    ICE de la Universidad de Zaragoza, 1.997, pgs. 89-100

    1. PROBLEMAS Y ARGUMENTOS 1.1. Rasgos inmediatos del discurso filosfico

    En mi experiencia docente, he visto cmo ao tras ao los alumnos

    reproducan dos tipos de respuestas constantes en sus primeros encuentros

    con las reflexiones y discusiones filosficas. La primera consiste en una

    sensacin de desconcierto, que se impone inevitablemente desde las primeras

    explicaciones sobre el elemento material entre los presocrticos o sobre la

    caracterizacin del saber filosfico. La segunda consiste en el fcil recurso a

    la locura de los filsofos cuando el alumno se halla ante planteamientos que

    desafan lo que entiende como sentido comn.

    La tarea docente exige responder adecuadamente a estos dos Juicios

    inmediatos que en s mismos tienen la virtualidad de descubrir algunos rasgos

    significativos del discurso filosfico. Podramos pensar que el alumno llega a la

    clase de filosofa prisionero de la dogmtica imperante de las asignaturas, lo

    que es cierto en gran medida. Podemos ante tal situacin reflexionar sobre los

    modos de transmisin de los saberes e, incluso, podemos convencer al alumno

    de que las verdades que ha recibido y las unanimidades que ha credo ver en

    las disciplinas no lo son tanto. Pero ello no evita que el profesor de filosofa

    deba responder a la sensacin de desconcierto y lejana que los alumnos

    sienten ante los textos filosficos.

    Responder a las citadas impresiones diciendo que el discurso filosfico

    es un discurso plural, complejo y abierto puede parecer trivial. En efecto, no es

    tanto una respuesta explicativa cuanto una descripcin de lo que se presenta

    como filosofa. Es ste el primer esfuerzo metodolgico que se le exige al

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    profesor de filosofa: contar con el panorama, el paisaje, los escenarios en una

    amplitud suficiente.

    La pluralidad filosfica viene determinada, en un primer nivel, por los

    ejes de espacio y tiempo. Ahora bien, si tales ejes no han de quedar reducidos

    a meros parmetros para fijar sucesiones, ser necesario entender los

    conceptos en el contexto de su nacimiento y desarrollo para evitar la

    fosilizacin El concepto es una parte que remite a un todo teorico-prctico y,

    desgajado del mismo, ya no tiene en comn ms que el nombre. MacIntyre

    (Tras la virtud, p. 25) denuncia con razn el tratamiento uniformemente

    ahistrico de la filosofa moral, mas tal denuncia debera extenderse a todo el

    espectro de discursos filosficos. Pues no slo conceptos como virtud,

    obligacin, deber han dejado de ser lo que eran; tambin cosmos,

    verdad, idea, teora han experimentado cambios de significado al

    integrarse en nuevas totalidades. Dar cuenta de tales cambios exige del

    profesor de filosofa sintonizar con las diversas sensibilidades culturales

    creadoras de conceptos.

    Hay otra fuente importante de pluralidad que depende de la ubicacin

    del filsofo en el escenario social. Platn se interesa por una gran cantidad de

    problemas filosficos como tambin Protgoras y no son lejanos ni en el tiempo

    ni en el espacio, pero su distinta ubicacin en el escenario social origina

    soluciones muy distintas a preguntas no muy diferentes. El escenario social

    proporciona al filsofo mltiples estmulos y condicionamientos de los que

    derivan preguntas muy diversas y ofrece, asimismo, mltiples pautas de

    solucin. La propia historia de la filosofa es una incesante fuente de

    retroalimentacin, por la que viejas soluciones emergen en espacios nuevos.

    Pero con ello no queda descrito el panorama completo. El efecto de

    desconcierto no slo tiene como condicin la pluralidad, sino, sobre todo, la

    diafona. La filosofa es una expresin de conflictos, en la que ninguna posicin

    se ve plenamente descartada No han faltado pensadores dedicados a poner

    orden definitivo (Kant y el Wittgenstein del Tractatus son dos buenos

    ejemplos) en la discordia, pero sus intentos han quedado reducidos a mera

    propuesta y, por fuerte y dominante que apareciera en algn momento su voz,

    al fin ha llegado a convertirse en una entre muchas.

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    El lamento contra la diafona es una constante en la filosofa moderna.

    Kant lo expresa en una terminologa manifiestamente belicista: Por lo que toca

    a la unanimidad de lo que sus partidarios afirman, est an tan lejos de ser un

    hecho, que ms bien es un campo de batalla realmente destinado, al parecer, a

    ejercitar las fuerzas propias en un combate donde ninguno de los

    contendientes ha logrado jams conquistar el ms pequeo terreno ni fundar

    jams sobre su victoria una posesin duradera (Crtica de la razn pura, p. 19.

    ed. de P. Ribas).

    Ms dramtico y pesimista es Hume: Me he expuesto a la enemistad de

    todos los metafsicos, lgicos, matemticos y hasta telogos: podra

    extraarme entonces de los insultos que debo recibir? he dicho que

    desaprobaba sus sistemas: deber extraarme entonces de que ellos odien el

    mo y tambin a mi persona? Cuando miro a mi alrededor presiento por todas

    partes disputas, contradicciones, ira, calumnias y difamacin (Tratado de la

    naturaleza humana p. 414, ed. de F. Duque).

    La larga historia de diafonas y discordias ha quedado reflejada en

    conceptos desnudos y fros: racionalismo-empirismo, materialismo-idealismo,

    vitalismo-mecanicismo, elitismo-igualitarismo, naturaleza-espritu, y as otros

    muchos. Son las escisiones del pensamiento occidental, a las que se refera

    Hegel. A poco que hurgue, el historiador hallar, tras los fros conceptos,

    pasiones y preferencias, amores y odios; hallar los escenarios y sus actores,

    sus motivos y sus ideales; hallar el espacio de la vida, en el que unas razones

    y pasiones, juntas, se enfrentan a otras razones y pasiones. La filosofa no es,

    por tanto, como algunos proclaman, un producto del puro pensamiento.

    Preguntarse por la diafona es, en consecuencia, lo mismo que

    preguntarse por el conflicto. As pues, esta impresin inmediata que surge ante

    la filosofa nos conduce a un terreno propicio para la reflexin: la historia de

    los hombres es, acaso, una historia de conflictos? Agripa, un escptico entre

    Enesidemo y Sexto Emprico, enumera cinco tropos de la epoj. El primero, el

    de la diafona, nos lleva a suspender el juicio acerca de un determinado tema

    debido a la interminable disputa tanto entre la gente ordinaria como entre los

    filsofos. Estamos por ello abocados al escepticismo?

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    La segunda impresin inmediata ante la filosofa expresa un sentimiento

    de lejana y extraeza ante determinados planteamientos filosficos, como el

    mundo platnico de las ideas, el espacio-tiempo de Kant o la reduccin de

    Berkeley del ser a ser percibido. Qu hacer ante ese sentimiento de

    extraeza?

    La filosofa espontnea, sea como filosofa popular, como filosofa los

    cientficos o, incluso, de los alumnos, no puede ser una regin ignorada si la

    filosofa acadmica desea mantenerse como algo ms que una actividad para

    iniciados. La visita a esta regin podra ser un buen remedio para las malignas

    fiebres metafilosficas, que, al decir de Muguerza, son intermitentes.

    La aproximacin a la filosofa espontnea, adems del saludable efecto

    pedaggico, tiene la virtualidad de situar a la filosofa acadmica en un terreno

    comn de problemas.

    Consideremos, por ejemplo, los adagios, medio de expresin por

    antonomasia de la filosofa popular. En ellos encontramos un buen nmero de

    problemas de permanente inters para los filsofos, entre ellos, la objetividad

    de nuestros conocimientos y el papel del sujeto, las contradicciones entre

    teora y prctica, las complejas relaciones entre apariencia y realidad.

    Si analizamos el lenguaje, no hallaremos un inocente y neutral medio de

    comunicacin, sino un sedimento de concepciones filosficas con siglos de

    vida. Nuestras palabras hablan un lenguaje aristotlico sobre el espacio y

    cabra preguntarse si el lenguaje ha asimilado la concepcin aristotlica o si

    Aristteles ha incorporado a su fsica nociones preexistentes del sentido

    comn. Y no es slo el plano semntico (por qu hablarnos de patria en lugar

    de matria, corno se preguntaba Unamuno?), tampoco el sintctico es inocente.

    Podemos recurrir a las tesis de Whorf, para quien la gramtica es un patrn

    mediante el que se asimila la experiencia, o las reflexiones de Nietzsche sobre

    las redes de la gramtica (La gaya ciencia, pargr. 354) o, en un terreno ms

    inmediato, comprobar en las reglas de funcionamiento de gnero el predominio

    que se da al masculino.

    Si hallamos un terreno comn de problemas, el efecto de lejana ante el

    discurso filosfico se atena y se est en una adecuada disposicin para entrar

    en el anlisis y el debate.

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    1.2. La persistencia de los problemas filosficos

    La idea de progreso la encontramos ya en los primeros filsofos griegos. La inicia Jenfanes y la desarrollan Denicrito y Protgoras, entre otros. Tuvo, corno sabemos, sus detractores. Para esta tradicin del pensamiento griego, el progreso se entiende extendido a todas las esferas de la vida humana y muy en particular al progreso moral. Protgoras replica a Scrates:

    De igual modo, piensa ahora que, incluso el que le parece el hombre

    ms injusto entre los educados en las leyes, se mismo sera justo y un

    entendido en ese asunto, si hubiera que juzgarlo en comparacin con personas

    cuya educacin no conociera tribunales ni leyes ni necesidad alguna que les

    forzara a cuidarse de la virtud, es decir que fueran unos salvajes, como los que

    nos present el ao pasado el poeta Fercrates en las Lencas. En verdad que

    si te encontraras entre tales gentes, como los misntropos de aquel coro, bien

    desearas toparle con Eurbato y Frinondas y te quejaras echando de menos la

    maldad de los tipos de aqu (Prol. 327c-e).

    Con la revolucin cientfica del XVII, la idea de progreso se renueva e

    impregna toda nuestra cultura hasta el siglo XX, convirtindose en una fe ms

    que una idea. Nietzsche y Schopenhauer se quedaron en minora. Pero la idea

    de progreso en la modernidad descansaba en una pobre premisa: la confianza

    en el valor del crecimiento econmico y el progreso tecnolgico.

    Protgoras haba sentado la distincin entre valores tcnicos, incapaces

    de garantizar la pervivencia de la especie humana, y valores polticos. El

    progreso humano deba medirse, en consecuencia, por los segundos y la

    filosofa tiene sobre ello mucho que decir.

    Ya Kant sufra desasosiego al comprobar el estancamiento de la

    Filosofa y la discordancia pertinaz entre filsofos, cuando las ciencias

    experimentaban notables progresos y los cientficos lograban acuerdos. Parece

    que las ciencias elaboran un discurso lineal mientras el filosfico regresa

    siempre al punto de partida. Muchos filsofos de nuestras das llaman a la

    retirada del campo de batalla ante la imposibilidad de concluir viejos debates.

    Es sintomtico de esta situacin el predominio del emotivismo en nuestra

    cultura, por referirme al tema de la filosofa prctica. Quiz una va para

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    entender la persistente presencia de los problemas filosficos sea partir de la

    hiptesis de que (...) las races de algunos de los problemas que centran la

    atencin especializada de los filsofos acadmicos y las races de algunos de

    los problemas centrales sociales y prcticos de nuestras vidas cotidianas son lo

    mismo (Maclntyre, o.c., p.57).

    La historia de la filosofa occidental sera una coleccin de fragmentos

    de un drama inacabado, donde, con el coro de la Antgona se podra decir que

    (...) muchas son las maravillas,/ pero el hombre es la mejor./ ... as como mal

    puede usar/ de su arte sutil e increble,/ le es posible aplicarlo a lo bueno. (v v.

    333 y ss.). El arte sutil e increble del hombre, del que infinitos son los

    recursos con que afronta el futuro, es un arma de doble filo, proclama

    Sfocles, porque su buen uso depende de la sabidura poltica, de cumplir la

    ley de su pas de acuerdo con los dioses.

    La ideologa del progreso, sustentada en el desarrollo tecnolgico y

    cognoscitivo, muestra as una doble debilidad. Entiende, primeramente, slo de

    la problemtica humana que gira en torno a las relaciones hombre-naturaleza y

    olvida las relaciones sociales o cree ingenuamente que las segundas se

    solucionarn por aadidura. En segundo lugar, parte de una nocin reducida de

    ser humano como mero sujeto cognoscente.

    Si esto es cierto, la reflexin del filsofo tiene, entre otros, dos puntos

    fundamentales en nuestros das: combatir el reduccionismo racionalista, la

    ficcin del hombre como un mero ser racional, indagar las bases terico-

    prcticas de esta ficcin, sus races histricas, y poner en primer plano las

    cuestiones de la filosofa prctica o, dicho de otro modo, de las relaciones

    sociales.

    Para ello contamos con un rico material en la historia de la filosofa que,

    desde esta perspectiva, en su continuo volver sobre sus pasos, ilumina la

    historia del hombre y su situacin en nuestro tiempo, revela la insuficiencia del

    modelo de progreso tcnico-econmico, cuyo error radica en su parcialidad, y

    permite comprender la circularidad de su propio discurso.

    En este sentido, es sintomtico del estado actual de la filosofa su

    abandono, ante los repetidos fracasos, de viejas ambiciones que se proponan

    contribuir a una mejora del mundo humano. Qu otro sentido tienen las

    proclamas sobre la inexistencia de un objeto propio de la filosofa, su

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    incapacidad para transformar el mundo o la imposibilidad de hallar justificacin

    racional alguna de la accin moral? Si no hubiramos convertido a Platn en un

    fsil, tendramos mayor estima por su propsito de reflexionar sobre la

    manera de poder introducir una mejora en la vida poltica (Carta VII, 325e)

    que por las soluciones y modos concretos que l consider convenientes para

    tal fin; sin embargo, la historia de la filosofa confirma que los filsofos, mientras

    quedan atrapados en sus erradas reflexiones, tienden a olvidar su impulso

    transformador.

    1.3. El sustrato de la reflexin filosfica Es cosa admitida que los griegos son un polo de referencia obligada

    para el filsofo y no mera erudicin, y ello por su capacidad para iluminarnos en

    problemas que nos afectan. Si, por otra parte, la gran mayora de los

    profesores de filosofa tendemos a comenzar el estudio de Historia de la

    Filosofa con los presocrticos, aunque no estn incluidos en los programas, es

    porque nuestro instinto filosfico funciona mejor que el razonamiento

    administrativo.

    En efecto, la filosofa y la actual magnitud de sus textos constituyen un

    paisaje de apariencia inabarcable. Un viaje por las costas de Jonia y las

    ciudades de la Magna Grecia de hace veinticinco siglos, con estancia final en la

    Atenas de Pericles, tiene la ventaja de permitirnos contemplar la filosofa en su

    estado de nacimiento. Ganamos en simplicidad sin perder por ello ninguna de

    sus potencialidades.

    Una sntesis de este viaje permite concluir que la filosofa queda

    constituida tan pronto como se perfilan tres reas tericas: la teora de la

    Physis (Milesios y los fsicos posteriores), la teora del Logos

    (Jenfanes-Herclito-Parmnides) y la teora de la Polis (Demcrito-Protgoras

    y los sofistas).

    Probablernente ya en el Liceo y con seguridad en la poca helenstica, la

    filosofa qued dividida en tres reas: fsica, lgica o cannica y tica. La

    escolstica medieval da su propia versin de los tres conceptos presocrticos:

    Mundo-Hombre-Dios.

    La modernidad cambiar el orden, pero mantendr los tres conceptos en

    las llamadas tres sustancias del racionalismo: Yo-Mundo-Dios. Y el sistema

    hegeliano se dividir en Lgica-Filosofa de la Naturaleza-Filosofa del Espritu.

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    Las actuales reas administrativas de las universidades se corresponden

    igualmente con esta trada: Filosofa/Metafsica-Lgica y Filosofa de la

    ciencia-Filosofa del Derecho, Moral y Poltica.

    Desde el punto de vista del contenido, la filosofa gira, por tanto, en torno

    a tres conceptos: ser (ontologa), verdad (epistemologa) y bien (tica). Ha sido

    la propia historia del pensamiento que es historia de hombres y mujeres, la que

    ha configurado este trpode regional -conceptual que, en mi opinin, debe

    seguir configurando hoy lo esencial de nuestros programas.

    Si esto es as y analizarnos los libros de texto, observaremos un

    fenmeno curioso, a saber: es frecuente recurrir a la metfora del rbol cuando

    se quiere ofrecer una descripcin del desarrollo histrico de los saberes; se lee

    que la filosofa es el tronco originario del que se han ido desprendiendo ramas

    que luego han reivindicado para s su propio estatuto de autonoma. Dicho

    proceso habra llegado a dejar a la filosofa en un estado precario, hasta el

    punto de reducirla a mera actividad y, en todo caso, a cuestionar la existencia

    de un campo propio.

    Pues bien, los libros de texto y los programas oficiales se confeccionan

    siguiendo justamente el proceso inverso y as podemos encontrar en ellos

    temas sobre la percepcin, la motivacin, la evolucin, la lgica formal o la

    sociologa. En realidad, si excluyramos de los libros de texto de filosofa todo

    este tipo de temas, muy poco es lo que quedara y daramos con ello la razn a

    quienes predican la liviandad de la filosofa. Parece como si existiera la

    conviccin de que o bien elaboramos un programa mediante la recuperacin de

    los viejos dominios perdidos o bien debemos renunciar sin ms a esta tarea. Y

    eso es justamente andarse por las ramas, siguiendo con la metfora del rbol.

    La primera propuesta, por tanto, es que nuestros programas de filosofa,

    sea en su desarrollo sistemtico o en el histrico, deben anclarse en los tres

    conceptos bsicos antes citados. De otro modo, la filosofa se convertir en un

    florilegio de cuestiones dispersas, frecuentemente arbitrarias y dependientes

    del gusto del profesor, lo que parece insuficiente por buenos que sean los

    gustos de los profesores.

  • 10

    Refirindonos de nuevo a la filosofa en su nacimiento, la presocrtica,

    hallamos un segundo aspecto, de carcter metodolgico, aparte de los

    contenidos. Si hay alguna caracterstica que define el discurso filosfico sobre

    el mitolgico es que, en su mismo origen, el discurso filosfico es abierto, esto

    es, indefinidamente sometido a cuestionamiento. De ah que las crticas, las

    rplicas, formen parte sustantiva de cada posicin filosfica. La tradicin

    dialgica y antilgica, que originar tanto las antilogas protagricas como el

    dilogo filosfico (el platnico es slo una muestra, aunque excelente) tiene

    que ver con esta nota del discurso filosfico griego, que supone una innovacin

    radical sobre el discurso mitolgico, mucho ms que el contenido, las

    preguntas o los problemas, ya presentes en los poemas de Hornero y Hesodo.

    Por tanto, si eliminamos la apertura del discurso filosfico, volvemos sin

    ms al mito. En la historia del pensamiento, tal eliminacin ha constituido y

    constituye una tentacin permanente. Es como si, desamparados al salir del

    nicho mitolgico, quisiramos regresar al mismo aunque, ciertamente, por otros

    caminos, la revelacin (en forma revisada), el silogismo o la verificacin. Sea

    como sea, lo importante. sera hallar el punto arquimdico. En consecuencia, el

    grueso de la tradicin se ha desarrollado en torno a la disyuntiva certidumbre

    o naufragio, lo que ha contribuido a que la historiografa haya descrito la

    historia del pensamiento corno una pugna entre dogmticos y escpticos.

    A esta disyuntiva, demasiado persistente en nuestra tradicin filosfica,

    parece que le ha llegado la hora del cuestionamiento, lo que exige iniciar una

    travesa que nos permita ganar un territorio conceptual nuevo que en las

    ltimas dcadas se configura bajo el nombre de relativismo. Para ello hay,

    entre otras, diversas reservas energticas que contribuirn a impulsar nuestra

    tarea y que yo enumerar por orden de exigencia para el filsofo:

    a) Lo que podramos llamar los indicadores de nuestro tiempo, que J.

    Margolis (The Truth about Relativisim, p. 6) resume en los siguientes: fuerte

    adherencia a la intrasparencia cognitiva del mundo; sentido progresivamente

    radicalizado de la naturaleza histrica y de las condiciones de la existencia

    humana; insistencia sobre la orientacin horizontalizada y fragmentaria de la

    vida humana, sesgada cognitiva y afectivamente; reconocimiento de esquemas

    conceptuales divergentes y moderadamente inconmensurables compatibles

  • 11

    con la sobrevivencia de la raza; la verosimilitud de que nuestro conocimiento

    perceptual y crtico con el mundo ha sido y contina siendo fuertemente

    sobredeterminado en respectos tericos y conceptuales; la conciencia de que

    no podemos en principio distinguir entre la naturaleza construida de nuestro

    mundo inteligible y la estructura independiente del mundo bruto; y,

    finalmente, la admisin de la imposibilidad de juzgar, excepto bajo

    constricciones endgenas, si realmente nos estamos acercando a un

    conocimiento de todos los posibles esquemas conceptuales o, usando este o

    aquel esquema, a la Verdad fijada sobre el mundo.

    Desde el punto de vista de la Filosofa (le la Ciencia, y convergiendo con

    los planteamientos de Margolis, hay dos argumentos cruciales que hablan en

    favor del relativismo: el primero, de origen kantiano, se refiere a la carga terica

    de la observacin, es decir, al hecho de que nuestra percepcin depende tanto

    de las impresiones sensoriales como de nuestros conocimientos, prejuicios y

    deseos previos. El segundo parte de la infradeterminacin emprica de las

    teoras, es decir, del hecho de que nunca existe evidencia emprica suficiente

    como para imponer una explicacin terica concreta frente a otras posibles.

    (Una exposicin ms detallada de estas dos tesis se encuentra en M. I.

    Gonzlez Garca, J. A. Lpez Cerezo y J. L. Lujn Lpez, Ciencia, tecnologa y

    sociedad, pp. 39-46. Madrid, 1996. Tecnos.)

    b) La segunda reserva nos la ofrece la propia historia de la Filosofa siempre y

    cuando decidamos bucear en la letra menuda de la historiografa o en sus

    lagunas. Sobre esto, algo dir en la segunda parte.

    c) Finalmente, recurrir a las disciplinas pioneras, entre las que cabe mencionar,

    en primer lugar y con toda justicia, a la antropologa. Por citar algn ejemplo,

    los trabajos de M. J. Herskovits o de C. Geertz son muy ilustrativos para el

    estudio del relativismo, que en tiempos recientes ha sido considerado como la

    hereja de los antroplogos, posiblemente la idea ms absurda que se haya

    definido jams en filosofa moral (B. Williams, Introduccin a la tica, p. 33).

  • 12

    Nuestra propuesta presupone, por tanto, trabajar en una nueva disyuntiva que

    implica a su vez una disyuntiva en los presupuestos, lo que, en trminos de

    Nietzsche, supondra oponer el egipticismo (el convencimiento de que hay que

    buscar algo fijo y estable, nico objeto de conocimiento y, por tanto, nico lugar

    de la verdad, tras la apariencia cambiante) al devenir, el heraclitano panta rei.

    El relativismo proporcionara una alternativa a los conceptos ms

    habituales y persistentes de nuestra tradicin. Y lo que es ms importante, (...)

    tendra el ms profundo efecto sobre asuntos de poltica prctica y pblica,

    especialmente en lo que toca a la direccin autoritaria de los asuntos humanos

    y la reputacin conceptual de toda verdad supuesta invariante sobre la que

    descansa tal direccin (J. Margolis, The Truth about Relativism, P. 5).

    Texto 2: LA FILOSOFA EN EL BACHILLERATO: EL DILOGO COMO OBJETIVO Y COMO MTODO Irene de Puig Profesora de Filosofa del IREF (instituto responsable del

    proyecto educativo Filosofa 6/18).

    Extrado de:

    Iber Didctica de las Ciencias Sociales Geografa e Historia, n. 20 - abril 1999,

    pgs 63-70

    En primer lugar creo que la filosofa como materia de la ESO y del bachillerato

    tiene como finalidad importante ayudar a formar ciudadanos para que piensen y

    acten razonablemente, elementos estos esenciales para la participacin

    democrtica.

    Si bien una educacin filosfica debe desarrollar las habilidades cognitivas

    de los estudiantes, ayudndolos a comprender las materias de estudio, tambin

    debe hacerlos ms conscientes de la riqueza del bagaje intelectual heredado y

    prepararlos en la razonabilidad para la participacin en un mundo democrtico.

  • 13

    El hombre, adems de ser conocedor y capaz de grandes descubrimientos

    cientficos, es un ser complejo que ama, decide, acta, produce, convive; esto

    hace que el conocimiento le plantee problemas que van ms all de la

    especulacin, problemas que se refieren a su vida prctica. El saber prctico,

    pues, se ocupa del hacer del hombre y, en estrecha relacin con el hacer se

    hallan la intencin, los afectos, los valores y los ideales que impulsan a la

    accin.

    Para que la civilizacin cientfica sea una buena civilizacin es necesario

    que el aumento de conocimientos se acompae del aumento de sabidura.

    Entiendo por sabidura una concepcin justa de la finalidad de la vida.

    Esto es algo que la ciencia por s mismo no proporciona1.

    En ese sentido la filosofa es una disciplina humanstica adecuada porque a

    travs de su contenido y de su mtodo permite al estudiante reflexionar sobre

    aquellos temas que, latentes en todas las materias, no son tratados de forma

    especfica en ninguna de ellas: la realidad, la verdad, el bien, la bondad, la

    belleza, etc.

    La tradicin filosfica ha tratado siempre un cuerpo especfico de

    conceptos que se han considerado importantes para la vida humano o

    relevantes para el conocimiento humano. Ejemplos de estos conceptos

    pueden ser: justicia, verdad, bondad, belleza, mundo, identidad personal,

    tiempo, amistad, libertad y comunidad2.

    Desde este punto de vista la filosofa debe ser, en primer lugar, una materia

    que colabore en la preparacin de los futuros profesionales y que forme

    tambin la dimensin humana y ciudadana de los estudiantes de hoy, en una

    sociedad que se percibe competitiva a nivel laboral, compleja y multicultural a

    nivel de convivencia.

    En segundo lugar, la filosofa es una disciplina que hace del mtodo, del

    proceso, un contenido de reflexin. Por ello, el filsofo y pedagogo John

    Dewey atribuye el fracaso de la enseanza a un grave error categoral: se

  • 14

    pretenda que los estudiantes llegasen a conocer las soluciones pensadas

    por otros antes de plantearse los interrogantes que las haban provocado. Se

    negaba la investigacin, el proceso, para llegar cuanto antes al producto

    final. Ese salto que no tiene en cuenta el camino andado es como un salto al

    vaco, produce vrtigo pero no tiene inters por s mismo.

    Segn Dewey, la filosofa debe procurar despertar una actitud

    interrogativa, alejada del dogmatismo tanto de las ciencias como de las

    creencias. La preocupacin por el mtodo, por los criterios y por las alternativas

    debe de ser al menos tan importante como la suma de los contenidos.

    La relacin entre educacin y comprensin debera ser incuestionable,

    como dice Lipman. Para comprender, entender y captar las ideas y el mundo

    es necesario que stos tengan sentido. la experiencia de la falta de significado

    puede resultar divertida en un puzzle pero es dramticamente angustiosa en la

    vida intelectual.

    La comprensin es un proceso gracias al cual una situacin o hecho

    desconocido pasa a ser conocido y por tanto ante el cual sabemos reaccionar.

    Esta transformacin mental se efecta mediante diversas conexiones,

    relacionando una idea con otra, comparando conceptos entre s hasta que la

    situacin por conocer encaja o se refleja en alguna situacin que es familiar.

    Comprendemos cuando nos podemos explicar la perplejidad.

    Pero cuando queremos aplicar estos principios en la escuela nos

    encontramos con que los significados no se pueden ensear, no se pueden

    ofrecer, es necesario que cada uno los descubra, deben captarse, no se

    pueden dar. Por esto, debemos crear las condiciones que permitan a los

    jvenes adquirir las claves de interpretacin para encontrar sentido a las cosas

    y a las explicaciones sobre las cosas. Debemos ensearles a pensar por ellos

    mismos porque pensar es la actividad que permite captar significaciones.

    Y el pensamiento se expresa en el lenguaje.

  • 15

    El acto de pensar est tan unido a/ lenguaje que podemos sospechar con

    fundamento que aprender a hablar, a pensar y a razonar son actividades

    estrechamente unidos entre si3.

    La filosofa en el bachillerato trata de casi todas las cuestiones que forman

    parte de la historia del pensamiento, algunas de ellas an hoy son materia de

    debate y provocan controversia; nos referimos a los aspectos lgicos, ticos,

    estticos, de teora del conocimiento o polticos que hay implcitos en las

    asignaturas que conforman los curriculums tanto en la enseanza bsica como

    en la secundaria.

    Desde esta perspectiva, la filosofa no se entendera como la mera

    explicacin de doctrinas y autores. Los alumnos deberan ser protagonistas de su propia formacin. Las cuestiones problemticas pueden ser detectadas por

    los estudiantes a partir de la lectura de unos textos o de un comentario de

    actualidad y analizadas posteriormente en el aula. En estas discusiones,

    evidentemente disciplinadas, los estudiantes desarrollan las disposiciones

    crticas, interiorizndolas, para aplicarlas ms tarde a otros aspectos de sus

    vidas.

    Los estudiantes necesitan formar conceptos, razonar y comprender en

    cada una de las disciplinas. Estas habilidades son importantes para sus

    estudios y para su formacin futura, en la participacin en instituciones sociales

    y en sus vidas personales.

    Estos ltimos aos proliferan las quejas, tanto en la enseanza bsica

    como en secundaria, de que los niveles han bajado, y hay una preocupacin

    creciente por recuperar las habilidades de pensamiento. Todos somos

    conscientes de que es esencial poseer estas habilidades; y confiamos en su

    desarrollo espontneo, o bien en su adquisicin a travs de la instruccin

    especfica de las diversas disciplinas. Sin embargo, consideramos que la

    filosofa, como ejercicio de reflexin, puede ser un buen medio para desarrollar

    habilidades de pensamiento.

  • 16

    Grandes objetivos Los grandes objetivos que debera guiar la enseanza de la filosofa, a nuestro

    parecer son los que se indican a continuacin.

    Ensear a los alumnos a pensar por s mismos

    Una de las finalidades de una asignatura como la filosofa es convertir al

    alumno en un ser ms atento al discurso, ms reflexivo, ms razonable, es

    decir, proporcionarle los instrumentos para mejorar su capacidad de juicio. No

    se pretende formar pequeos filsofos, sino formar ciudadanos que puedan

    hablar y pensar razonablemente y, en consecuencia, sean ms creativos y

    felices.

    Ensear a pensar que no es lo mismo que ensear sobre el pensar.

    Ensear el funcionamiento del pensamiento no asegura la mejora de las

    habilidades cognitivas. Ensear a pensar, en cambio, sirve para que los

    jvenes sean autnomos, para que piensen por s mismos, para que exploren

    alternativas a sus puntos de vista, para que descubran los propios prejuicios y

    encuentren razones para sus creencias.

    Educacin para la razonabilidad para la democracia

    El segundo de los objetivos de la educacin en una sociedad democrtica

    debe ser la promocin de la democracia misma. Si pasamos revista a los

    panoramas educacionales del mundo entero nos damos cuenta de que slo

    unas cuantas sociedades son democrticas y slo unas cuantas de stas se

    ocupan de que el propio sistema educativo y la metodologa respondan a este

    ideal.

    Puede parecer que la respuesta de mejorar las habilidades no tenga nada

    que ver con una educacin para la democracia. Pero nosotros creemos que

    justamente la educacin para la democracia pasa por la razonabilidad. La

  • 17

    argumentacin como forma de razonamiento debe estar presente en el aula

    para poder garantizar la capacidad de aceptacin de otras posturas, el

    reconocimiento de la variedad de alternativas.

    Una sociedad democrtica exige instituciones, prcticas y mtodos

    democrticos y la escuela debera ser el espejo.

    Preparacin para la vida

    El ltimo objetivo que remarcaremos es el de ayudar a los alumnos en la

    bsqueda del sentido de la propia existencia, de contribuir al desarrollo

    personal de forma integral, sin separar la escuela de la vida. Por esto debe

    drseles la oportunidad de escoger alternativas, distinguir la realidad de los

    espejismos, tener criterios para sus opiniones, procurarse argumentos

    consistentes para las creencias, etc.

    Uno de los fines que debe conseguir un programa de habilidades de pensamiento debe ser la mejora del juicio y de la argumentacin, ya que sta

    es la unin entre razonamiento y accin. La finalidad no es convertir a los nios

    en pequeos o grandes filsofos sino en individuos que sepan tomar

    decisiones, que prevean las consecuencias de sus acciones, que sean en la

    vida activa ms reflexivos, considerados y razonables; teniendo en cuenta en

    sus determinaciones los intereses de los dems tanto como los propios.

    El mtodo adecuado

    La experiencia socrtica explicada por Platn ha sido considerada una forma

    importante de estructurar las interacciones educativas. la dialctica socrtica es

    un buen ejemplo de cmo el profesor y los estudiantes exploran conceptos y

    descubren errores. El fundamento del dilogo filosfico consista en discutir

    sobre los principios y justificar los argumentos para que emergiera la verdad.

    Vctor Santiuste distingue entre lo que l denomina la mera discusin, la buena discusin y la discusin filosfica.

  • 18

    La mera discusin se caracteriza por ser un conjunto de comentarios e

    intervenciones de individuos presentes en lo clase sin llegar a un encuentro de

    las mentes Se suelen expresar en este tipo de discusin las creencias o las

    perspectivas desde los que se perciben los contenidos. Es lineal y episdica.

    La bueno discusin se caracteriza porque los resultados del intercambio

    de puntos de vista marcan un progreso definido como contraste con las

    condiciones existentes cuando comenz el episodio. Es acumulativa, cada

    contribucin es una lnea de fuerza o vector que converge con otros, se

    orquesta con ellos y se refuerzan mutuamente, reflejando los incrementos

    sucesivos de entendimiento que los participantes han adquirido.

    La discusin filosfica aade a las caractersticas reseadas en relacin

    con el modelo anterior el hecho de ocuparse de clasificar significados y

    presuposiciones, de analizar conceptos, de considerar la validez de los

    procesos de razonamiento, de investigar los implicaciones de las ideas y

    las consecuencias que puedan derivarse y finalmente de obtener ideas

    nuevas.

    A diferencia de los clsicos debates, el dilogo filosfico no implica adhesin de

    los otros, ni es competitivo ni parte de posiciones marcadamente diferentes y a

    diferencia de lo que sucede en las asambleas, aqu no hay que tomar

    decisiones; las votaciones o los acuerdos sobre opiniones y actitudes que no

    se cuantifican, simplemente se explicitan y se reafirman o se matizan, pero no

    hay mviles de accin inmediata como en algunas experiencias escolares (muy

    interesantes por ende), con carcter de asamblea. Toda la filosofa es dilogo,

    pero no todo el dilogo es filosofa, advierte Lipman.

    Hablamos de propiciar el dilogo como mtodo fundamental en la materia

    de filosofa desde tres perspectivas que se indican a continuacin:

    Desde uno mismo

  • 19

    Es decir partiendo de lo que se sabe y siente, preguntndose y

    escuchndose para situarse, para saber dnde se encuentra uno y cules son

    las expectativas y las posibilidades de avanzar. Este dilogo consigo mismo

    permitir interiorizar conceptos, plantear preguntas, encontrar caminos propios

    que encajan con el objetivo de la autonoma.

    Pero seguramente este ejercicio de introspeccin ser ms fecundo si se

    lo estimula, si se lo motiva con el contraste de otras ideas y con objeciones. As

    este dilogo interior, inevitable y propiciado, debe nutrirse con el dilogo

    compartido.

    En el aula

    Este aprendizaje debe alimentarse en el marco de una enseanza

    cooperativa a travs de la comunidad de investigacin por ser un mbito

    comunicativo que se ha revelado eficaz para potenciar la vida cognitiva de los

    estudiantes.

    La enseanza cooperativa es un modelo de relacin educativa que se

    opone al modelo individual y al modelo competitivo y que, en s mismo,

    conlleva un gran nmero de valores ticos polticos.

    En primer lugar, ayuda a los participantes a ser conscientes de sus

    creencias e ideologas y a darse cuenta de que sus valores no son los nicos.

    En segundo lugar, se barajan propuestas distintas y alternativas nuevas.

    En este sentido potenciar el respeto mutuo pasa por comprender mejor las

    perspectivas de los dems.

    En tercer lugar, en esta comunidad se provoca y acepta como hecho

    normal hacer del error una virtud, en el sentido de que la autocorreccin de

    nociones, opiniones es un valor en s mismo.

  • 20

    Y, en cuarto lugar, los participantes son animados a usar la razonabilidad

    como herramienta habitual.

    Gracias a estas consideraciones podemos ver ms claramente cmo la

    comunidad de investigacin es tambin una comunidad tica y poltica que

    contribuye a la educacin prctica integral y abierta, y rechaza por completo

    cualquier tentacin a la indoctrinacin de algunas creencias particulares de

    forma dogmtica.

    El dilogo organizado y disciplinado permite a los estudiantes expresarse y

    comprender; desarrollar las propias habilidades cuando hablan. Pero, para

    poder hablar, deben aprender a ser buenos oyentes y a prestar atencin a la

    argumentacin del otro. El poder de razonamiento y el respeto hacia el otro se

    dan la mano en este proceso.

    Siguiendo el ejemplo socrtico, el dilogo que proponemos debe ser el

    motor del pensamiento y por ello hace falta:

    Escuchar atentamente al otro como condicin previa para un dilogo

    fructfero.

    Utilizar la intervencin del otro para explorar las posibilidades, buscar

    alternativas y reconocer otras perspectivas.

    Someter las propias ideas, antes o despus de haberlas expresado, a anlisis

    de consistencia interna.

    Explorar nuevas alternativas a las actitudes y opiniones planteadas, tanto las

    propias como las ajenas.

    Procurarse un razonamiento creativo, generador de nuevas ideas.

    El profesor en estas clases debe hacer, como decimos, de comadrona, en el ms estricto sentido socrtico, de conductor de debate; debe

  • 21

    dotarse de los recursos recopilados a lo largo de la historia de la filosofa para reconocer y discernir la amplitud de los temas que se proponen para poder garantizar la mejora de las capacidades de razonamiento y de crtica.

    A partir de los pensadores

    La fuente de las discusiones sern evidentemente los problemas filosficos de

    hoy y de ayer, y nos serviremos de la voz de los filsofos que ya pensaron

    sobre ellos. Las lecturas y los textos escogidos en forma de antologa sern los

    detonantes del dilogo, donde se debatirn las ideas en vivo.

    El trato con los pensadores es una forma de potenciar las habilidades

    cognitivas y las capacidades de aprendizaje, lo que quiere decir hacer a los

    alumnos ms capaces de:

    Comprender e interpretar un texto.

    Expresarse con claridad y precisin.

    Distinguir lo que es esencial y lo que no lo es.

    Saber seleccionar y utilizar informacin.

    El dilogo en clase sirve para practicar las habilidades de forma integrada, no

    de forma aislada y arbitraria. En la conversacin, las habilidades se trabajan

    simultneamente, dominando ahora un matiz y luego otro, pero tirando

    conjuntamente como si se tratara de una red. El dilogo es el motor de uso de

    las habilidades, ya que se utilizan para aclarar el propio pensamiento y el de los

    dems en una situacin natural, de contexto, no a travs de ejercicios

    puramente formales, descontextualizados y planteados como ejercicios

    escolares de correccin con plantilla.

  • 22

    Con esta propuesta aunamos una educacin intelectual con una

    educacin cvica, una actitud activa, participativa y responsable de las propias

    ideas y creencias.

    Notas bibliogrficas

    1. B. RUSSELL: Assaigs impopulars. ,Barcelona. Ed. Selecta, 1990.

    2. M. LIPMAN: Philosophy in the Classroom traducido al cataln como Filosofa

    a lescola, ed. Eumo, Vie, 1995.

    3. M. LIPMAN: Philosophy in...

    Texto 3: ENSEAR Y APRENDER HISTORIA DE LA FILOSOFA EN EL BACHILLERATO Jos M. Gutirrez Gonzlez,Catedrtico de Filosofa del IES Joan dAustria.

    Profesor asociado a la Universitat de Barcelona

    Extrado de:

    Iber Didctica de las Ciencias Sociales, Geografa e Historia - n. 20 - pp. 51-62

    - abril 1999

    En el presente artculo se analizan brevemente diversos enfoques didcticos de

    la historia de la Filosofa en la educacin secundaria. Se seala que, si bien

    hasta ahora los condicionamientos acadmicos y curriculares no han permitido

    demasiadas innovaciones didcticas, el nuevo ordenamiento curricular de la

    asignatura permite una cierta flexibilidad en el enfoque didctico desde la

    perspectiva de la historia de la filosofa como historia de las ideas o como

    historia de las concepciones del mundo, ms centrado en los intereses

    individuales y sociales de alumno.

  • 23

    El punto de partida La historia de la filosofa ha sido durante estos ltimos veinte aos una

    asignatura comn obligatoria para todos los alumnos del COU y en las pruebas

    de acceso a la universidad. Si bien ha habido algunas tentativas de renovacin

    en cuanto a su enseanza stas han sido escasas y en general la uniformidad

    de contenidos y mtodos ha sido la tnica1.

    La presencia de la asignatura en la prueba de selectividad ha

    condicionado el trabajo del COU y condicionar, inevitablemente, la labor

    didctica en el nuevo bachillerato. El profesorado se ha visto prcticamente

    obligado a seguir las directrices de los coordinadores de las PAAU, que suelen

    girar sobre el comentario de texto y las preguntas clsicas al respecto. La

    seleccin que se efecta de autores y pocas rompe la continuidad histrica y

    muchos de los textos propuestos resultan excesivamente tcnicos o de difcil

    comprensin para los alumnos de bachillerato. De este modo, el profesorado a

    menudo concentra sus energas didcticas en una agotadora labor

    hermenutica, que el alumno vive como extraa, lejos de sus intereses y

    dificulta la introduccin del dilogo y la reflexin filosfica en el seno de la

    propia historia de la filosofa.

    Por otro lado, tampoco ha existido, ni parece que vaya a existir, una

    continuidad acadmica entre la introduccin a la filosofa (antes 3 BUP, en la

    actualidad la de Bachillerato)2 y la historia de la filosofa y, adems, ahora

    habr que aadir el agravante de la ausencia de un rea especfica de filosofa

    en el curriculum de la educacin secundaria3.

    El nuevo marco legal La consolidacin definitiva de la historia de la filosofa, como materia optativa

    de modalidad en el actual bachillerato de humanidades y ciencias sociales es el

    resultado del desarrollo legal y poltico de un largo proceso. Desde sus inicios,

    all por los aos ochenta, hasta nuestros das, la lnea educativa de la Reforma

    experimental ha sido zigzagueante, ha sufrido vaivenes diversos y ha

  • 24

    terminado por afectar de forma restrictiva la presencia de las materias

    filosficas en la educacin secundaria, especialmente, a la historia de la

    filosofa4.

    El Real Decreto 1178/19925 fija definitivamente las materias mnimas

    comunes y las materias mnimas propias de cada modalidad. En el anexo

    adjunto se justifican los objetivos generales, los contenidos y los criterios de

    evaluacin de cada materia comn y propia de la modalidad del bachillerato. La

    historia de la filosofa aparece incluida en el segundo curso de bachillerato,

    como asignatura especfica en la modalidad de humanidades y ciencias

    sociales. Es una materia de libre eleccin a la que el alumno puede optar entre

    otras seis, de las cuales slo puede cursar tres6.

    No es el momento de debatir la situacin de la historia de la filosofa en

    este nuevo marco legislativo, pero es evidente que los condicionamientos

    restrictivos a los que se ve sometida afectarn cualitativamente su enseanza.

    No faltan quienes ya acusan de incoherente dicho marco: Cmo ser posible,

    argumentar, consolidar y dar continuidad a las competencias de conocimiento,

    accin y procedimientos de las materias filosficas sin un rea propia de

    filosofa?7.

    Pluralidad de enfoques didcticos

    Aunque hasta el presente, como he indicado, los condicionamientos

    acadmicos y curriculares de la historia de la filosofa no hayan permitido

    demasiadas innovaciones didcticas, la nueva ordenacin curricular de sus

    objetivos, contenidos y mtodos, permite una cierta flexibilidad en el enfoque

    didctico y adaptarlo, si cabe, a la modalidad de la que provienen los alumnos.

    No es posible analizar aqu las tendencias ms importantes, sin embargo, an

    a riesgo de ser demasiado simplista en la exposicin voy a intentar realizar un

    breve resumen de algunas de ellas.

    Historia de la ciencia

  • 25

    Una de las aproximaciones consiste en conectar el discurso filosfico con

    el cientfico y convertir la historia de la filosofa en una historia de la filosofa

    cientfica o en una historia y filosofa de la ciencia (Hull, Farrington, etc.). Es

    decir, frente a la especulacin meramente metafsica, el punto de partida sera

    el de aquellos pensadores que filosofaron desde y para la ciencia.

    Profesores e historiadores de la filosofa (Kuhn, Lakatos, Loyre, Burtt ... ), bajo

    la influencia del positivismo y el neopositivismo, han centrado su inters en las

    implicaciones filosficas de la ciencia y del mtodo cientfico.

    Durante los primeros aos de la reforma, esta propuesta tuvo cierto

    sentido como alternativa para estructurar el curso segn el modelo de

    bachillerato hacia los aspectos ms cientficos o hacia contenidos ms

    tradicionalmente filosficos8. Hoy da parece haberse zanjado esta cuestin al

    fijar la historia de la filosofa como asignatura del bachillerato de humanidades

    y ciencias sociales. Sin embargo, creo que sigue siendo importante dejar

    abierto un espacio en el curriculum de bachillerato que permita al alumno

    integrar la ciencia en el conjunto de la cultura occidental desde la reflexin

    filosfica9.

    Historia social de la filosofa

    Adems, desde la perspectiva del materialismo histrico, algunos

    profesores han centrado el inters del estudio de la historia de la filosofa en el

    anlisis de las condiciones socio-econmicas en las que surgen las ideas

    filosficas y en el papel determinante de stas en la sociedad. Un anlisis

    socioeconmico de la historia y de la filosofa que trata de ser totalizador,

    dialctico, integrador, dinmico, y cuyo estudio ha de incidir en el avance

    progresista de la sociedad10.

    Es evidente que, en trminos generales, nadie discute hoy las tesis del

    materialismo histrico sobre la incidencia de la infraestructura econmica

    (modo de produccin social) en la superestructura ideolgica (filosofa y cultura

    en general) y viceversa. Y aunque algunos no niegan la validez y fecundidad de

    este enfoque, se seala que al practicarse un reduccionismo metodolgico

  • 26

    economicista, la especificidad de la filosofa queda diluida en un mero

    epifenmeno del desarrollo histrico e ideolgico. La historia de la filosofa, se

    dice, corre el riesgo de convertirse en una asignatura claramente

    adoctrinadora11.

    Filosofa acadmica

    La filosofa acadmica es el enfoque clsico de la historia de la filosofa,

    basado en el concepto escolstico de la Philosophia perennis y centrado en el

    desarrollo histrico de los problemas internos de la propia filosofa, en la

    estructura lgica de un filsofo o corriente filosfica determinada, es decir, en lo

    que se podra denominar los filsofos y sus filosofas.

    Lo importante, para esta posicin, es discernir el contenido, el rigor y

    precisin conceptual de autores y corrientes a travs de los cuales se van

    clarificando nuestra comprensin de la verdad y los valores, y cuya validez

    histrica encontrara justificacin por s misma. Una historia de la filosofa

    erudita y esotrica, centrada en lo que Kant denominaba conocimiento por los

    datos, ante la cual el alumno slo puede asentir. De ah la importancia del

    profesor como experto transmisor de conocimientos, como traductor del

    complejo lenguaje de los textos filosficos y cuyo inters didctico parece

    centrarse ms en el producto que no el proceso.

    La historia de las ideas

    La orientacin didctica de la historia de la filosofa prescrita para el

    bachillerato es claramente favorable al enfoque de la historia de la filosofa

    como historia de las Ideas o como historia de las concepciones del mundo. Es

    la lnea progresista, reformista, que sostiene que la filosofa ha de estar en

    funcin de los intereses individuales y sociales del alumno, centrndose sobre

    todo en el proceso de enseanza/aprendizaje para obtener unos buenos

    resultados.

  • 27

    La normativa vigente formula diez objetivos generales que abarcan dos

    aspectos fundamentales: por un lado, partir de una seleccin de los problemas

    ms destacados de la historia del pensamiento occidental para que los

    alumnos comprendan mejor el mundo actual que les rodea y sus supuestos

    culturales; por otro, disponer de los elementos y recursos procedimentales

    necesarios para penetrar mejor en su propia realidad y orientar de modo

    correcto sus acciones12. Aspectos que slo pueden alcanzarse rebasando la

    tradicional historia de la filosofa centrada slo en el anlisis y comprensin los

    filsofos y corrientes filosficas ms importantes.

    Caractersticas de este enfoque

    Dejando de lado el debate sobre la precisin de los trminos13, las

    principales caractersticas de la historia de las ideas son entre otras:

    comprensin global, contextualizacin, interdisciplinariedad y especificacin

    filosfica.

    Comprensin global

    La historia de las ideas es un saber que profundiza en el contexto

    histrico en el que se forjan y desarrollan las aspiraciones, sentimientos,

    expresiones culturales e ideas de determinados grupos humanos. Es una visin

    del mundo (Weltanschauung), que rebasa el campo meramente filosfico y

    puede detectarse en la literatura, en el arte, en la ciencia y, en general, en las

    ms diversas manifestaciones culturales del ser humano a lo largo del tiempo.

    Contextualizacn

    Asimismo, las ideas no son simples entidades atemporales y ahistricas,

    independientes del contexto histrico en el que surgieron. Las ideas son hijas

    de su tiempo, son expresin de intereses sociales determinados, forman parte

    de campos semnticos que varan segn el objeto de aplicacin; se enrazan

  • 28

    en estructuras profundas, en hbitos mentales o esquemas inconscientes que

    dan unidad al modo de pensar y hacer de una determinada poca.

    Por consiguiente, es imposible entender los hechos si los escindimos de la

    realidad social, de la totalidad de la que forman parte y con la que mantienen

    una relacin dialctica. De ah que, de cara a los alumnos, una buena seleccin

    de los temas que ms han orientado la vida de las personas a lo largo del

    tiempo puede ser el marco ideal para la comprensin global de la realidad

    humana y para profundizar en el entramado especfico de algunas pocas

    histricas de nuestra cultura occidental14.

    Interdisciplinariedad

    Una historia del pensamiento entendida de este modo implica abrir la

    filosofa a otras esferas del conocimiento, supone una formacin interdisciplinar

    y se convierte en el autntico eje sobre el que pivotan los diversos

    conocimientos de las materias que cursa el alumno. Esta funcin articuladora

    del saber ha de permitir que el alumno vincule lo que sabe, por ejemplo, de

    matemticas, fsica, historia o literatura, con la radical problemtica del mundo

    y del ser humano15.

    Especificidad filosfica

    La historia de las ideas ha de situar, como he dicho, al alumno en el

    tiempo y, por encima de las divergencias histricas, ver la actualidad de los

    problemas y las soluciones aportadas; labor de reconstruccininterpretacin de

    los hechos que ha de ser lo ms objetiva y fidedigna posible. Pero el punto de

    partida no ser tanto las ideas en s mismas como los problemas humanos que

    las generaron, los conflictos sociales, los enigmas del conocimiento, la vida en

    sus mltiples manifestaciones. Y un pensamiento global, contextual,

    interdisciplinar y significativo ha de ser tambin necesariamente filosfico.

  • 29

    Desde esta perspectiva, la especificidad filosfica de la asignatura se

    impone por s misma como reflexin de segundo orden a la que el alumno llega

    tras su propio estudio y trabajo de investigacin. Funcin reconstructiva que

    garantiza de este modo la relevancia intelectual de los problemas tericos

    planteados16.

    El tratamiento didctico de la historia de las ideas

    Es evidente que el tratamiento didctico de la historia de la filosofa como

    historia de las ideas est condicionado a los objetivos, contenidos y

    metodologa, propuestos por la normativa vigente.

    Como antes he indicado, a travs de los objetivos se pretende ofrecer al

    alumno una seleccin de los problemas ms destacados de la historia del

    pensamiento y los recursos procedimentales pertinentes a travs de los cuales

    el alumno pueda construir su propio pensamiento, entender mejor el mundo

    actual y orientar mejor su propia actuacin.

    Los contenidos conceptuales han de cumplir, por tanto, tres condiciones

    fundamentales: contextualizacin histrica y social en que aparece la reflexin

    filosfica, visin dinmica de los modelos de pensamiento descritos y,

    actualizacin de los temas estudiados17.

    Aspectos que slo pueden ser alcanzados, como he dicho, si se rebasa la

    tradicional historia de la filosofa centrada en los filsofos y sus filosofas. Es

    decir, por medio de una historia de las ideas que trate de reconstruir el pasado

    filosfico para entender el presente, que ayude al alumno a detectar aquellas

    cuestiones importantes que lo largo de los tiempos han preocupado y

    preocupan todava a los seres humanos.

    Tanto el profesor como el alumno protagonizan el acto de

    enseanza/aprendzaje, pero la labor del profesor es procurar que el

    aprendizaje sea significativo y facilitarlo. Los alumnos deben saber y disponer

    al inicio de cada tema cules son los objetivos a alcanzar, los conocimientos a

  • 30

    adquirir, las actividades que han de desarrollar y los recursos disponibles para

    este fin.

    Los temas y cuestiones que se plantean en cada unidad didctica son los

    que han de servir al alumno para situarse en un tiempo y espacio concreto.

    Pero la introduccin gradual de una serie de preguntas clave a nivel

    tecnoeconmico, cmo se ha enfrentado el hombre con el medio?; a nivel

    sociopoltico, cmo se ha organizado la convivencia humana?, y nivel cultural,

    cul es el sentido y significado de la vida y accin humana?, permitir ordenar

    y clarificar metodolgicamente el estudio de cualquier etapa de la humanidad18.

    A la reflexin filosfica corresponde principalmente el nivel cultural, pero el

    alumno slo podr acceder a ella tras haberse introducido en las dos

    anteriores. No se ha de olvidar que las formas de pensar y las valoraciones no

    han de ser el punto de partida del trabajo escolar, sino el punto de llegada del

    mismo. De este modo la historia de la filosofa podr ser entendida por el

    alumno como expresin de la reflexin humana en todos los mbitos de la

    existencia.

    La metodologa concreta de cada unidad didctica variar en funcin de

    los objetivos y contenidos propuestos. Sin embargo, la profundizacin en los

    temas, la adquisicin de conocimientos por parte del alumno, no se ha de

    limitar a la exposicin magistral del profesor, sino que se ha de iniciar a travs

    de una serie de actividades de tipo motivacional, continuar con actividades de

    formacin en las que prime lo conceptual y terminar en actividades operativas

    de organizacin y aplicacin de lo aprendido19.

    Entre la amplia gama de actividades y recursos que el profesor puede

    aplicar en la enseanza de la historia de la filosofa destacamos algunas que

    recoge el citado Real Decreto 1178/1992 sobre el bachillerato:

    Dilogo experto con textos filosficos. Dialogar significa no slo recoger

    informacin, sino sobre todo producir y compartir conocimiento. Investigar,

    consiste tambin en preguntar e intentar dar respuesta a los interrogantes; se

  • 31

    piensa discutiendo, argumentando, dialogando con los otros en el plaza

    pblica, en la calle, en el aula, en la absoluta publicidad de un pensamiento

    compartido20. Ahora bien, aunque se han de incluir determinados textos

    filosficos que sirvan de hilo conductor de la reflexin de una determinada

    poca, no deben descartarse textos y documentos de otros mbitos

    culturales, como la literatura, el arte, o la ciencia, ms cercanos al nivel y

    conocimientos del alumno de bachillerato.

    El comentario de textos. Es sin duda uno de los ejes centrales de la

    metodologa que proporciona al alumno las habilidades intelectuales

    analticas (trminos, argumentacin, tesis) y sintticas (esquemas,

    recopilaciones, resmenes) de cara a su madurez intelectual.

    Actividades de vocabulario, la comprensin del texto implica tambin como

    actividad fundamental la identificacin y comprensin de los trminos

    especialmente significativos. Ello significa que el alumno ha de ejercitarse en

    definir, clasificar, relacionar y comparar los trminos adecuadamente en

    funcin del autor y contexto utilizados.

    La discusin filosfica. Esta actividad constituye el puente que une a dos o

    ms personas para exponer unos determinados informes o interpretaciones

    de las cosas. Una discusin superficial puede conducir a una discusin

    profunda y una discusin profunda puede ser el inicio de un dilogo filosfico,

    de esta forma el propio discurso determinar su conclusin. En dicha

    situacin, la funcin mediadora del profesor es importante, pero los alumnos

    pueden, si argumentan su necesidad y relevancia, derivar el discurso hacia

    otros campos de su inters.

    Anlisis de dilemas. Aunque este tipo de actividad fue propuesto por L.

    Kohlberg para ser aplicado en el mbito de la educacin moral, su aplicacin

    tambin puede ser posible en el mbito de la enseanza de la historia de la

    filosofa donde afloran constantemente los dilemas: cuerpo/mente,

    racionalidad/irracionalidad, tesmo/atesmo, etc.

  • 32

    Finalmente, tambin pueden incluirse actividades no tan acadmicas que

    hayan sido pensadas y organizadas adecuadamente: pelculas, diapositivas,

    salidas de campo, etc.

    La evaluacin La evaluacin de la historia de la filosofa no puede reducirse a las

    calificaciones del alumno21 y, aunque los objetivos terminales propuestos han

    de ser el punto de referencia, es preciso evaluar los resultados obtenidos por

    los alumnos en su triple vertiente de los contenidos mnimos conceptuales,

    procedimentales y actitudinales.

    La evaluacin de los contenidos conceptuales mnimos desarrollados en

    las unidades didcticas pueden realizarse a travs de pruebas objetivas que

    permitan comprobar si dichos contenidos conceptuales han sido integrados

    desde sus esquemas previos y, hasta qu punto stos han sido modificados.

    Dicha prueba puede centrarse, tal como propone la propia normativa, en un

    comentario de texto pautado con cuestiones que permitan el anlisis de la

    estructura del texto, su contextualizacin histrica, la evolucin de las ideas

    presentadas y su actualizacin, una composicin sinttica sobre alguna

    cuestin nuclear, o preguntas que traduzcan el grado de asimilacin de los

    conceptos estudiados. A su vez, este tipo de pruebas deberan estar diseadas

    de forma que no se limiten a reflejar informaciones genricas, sino en las que el

    alumno pueda exponer su capacidad de interpretar el texto contextualizandolo,

    relacionndolo con la cultura de la que emerge y a la que representa.

    La evaluacin de los contenidos procedimentales mnimos puede

    efectuarse a travs de un amplio abanico de actividades individuales o de

    grupo: fichas de trabajo, resmenes, esquemas, presentacin y exposicin de

    lecturas efectuadas, vocabulario, anlisis de texto, los debates filosficos, la

    discusin de dilemas, trabajos de investigacin, material utilizado, etc.

    Los contenidos actitudinales mnimos. Resultan ms difciles de evaluar,

    pero tambin han de estar presentes en la enseanza de la historia filosofa y

  • 33

    por tanto han de ser evaluados. Evidentemente es mucho ms fcil evaluar si

    un alumno capta e integra en sus esquemas cognitivos los conceptos mito,

    polis, hedonismo, materialismo, etc., pero tambin se han de evaluar actitudes

    como tolerancia, el respeto, la solidaridad, la responsabilidad, etc.

    Por ltimo, el profesor ha de incorporar procesos de socio-evaluacin y de

    observacin cualitativa. Para ello puede servirse de determinadas guas de

    observacin al uso, del cuaderno-dosier del alumno, diario del profesor,

    anotaciones puntuales, entrevistas, etc. Es evidente que todo ello exige un

    esfuerzo aadido pero creo que este puede verse compensado por los

    resultados obtenidos.

    Notas bibliogrficas

    1. Los intentos de renovacin pedaggica se han centrado principalmente en el

    comentario de textos filosficos. Al respecto podra mencionarse la importancia

    que tuvieron algunos grupos de trabajo como el Grup Panta Rei de Barcelona.

    Tambin la colaboracin conjunta de profesores de bachillerato y universidad

    en los distritos universitarios de Madrid y Santander para mejorar y modificar el

    programa de COU.

    2. Es muy importante que el desarrollo de la filosofa en el bachillerato tenga

    una relacin de continuidad entre los contenidos de los dos cursos l y 2. Los

    cuatro grandes ncleos temticos del programa de la filosofa (el ser humano,

    el conocimiento, la accin y la sociedad), deben ser su hilo conductor. De este

    modo, podra superarse la vieja polmica de la filosofa como cajn de sastre

    donde cabe todo y nada, y en el primer curso podran anticiparse de forma

    histrica algunas de los temas y cuestiones de la historia de la filosofa.

    3. El problema de la filosofa y su enseanza en el marco de la enseanza

    secundaria ha sido y sigue siendo un problema abierto, que va ms all de lo

    acadmico y se sita, como muchos otros del mbito de lo educativo, en un

    inters poltico, institucional y social.

    4. M.BERGES: La filosofa una nueva programacin o un nuevo talante? Por

    un nuevo discurso filosfico en BERGES, M. y otros: Aspectos didcticos de

    filosofa. 3. Zaragoza. ICE de la Universidad de Zaragoza, 1994, pp. 9-45.

  • 34

    ESCANDELL, J.J., BAIGORRI, J.A. y BLZQUEZ, E: La filosofa en el nuevo

    bachillerato en Padea, 1994, 27, pp. 367-382.

    5. Real Decreto 117811992, de 2 de octubre, por el que se establecen las

    enseanzas mnimas del bachillerato. BOE, 21 de octubre de 1992.

    6. En Catalua, la historia de la filosofa se contempla tambin como una

    materia optativa de modalidad y de libre eleccin en el bachillerato de

    humanidades y ciencias sociales. Esta materia vale tres crditos (3 horas

    semanales) dentro del total de crditos que ha de cursar el alumno. Puede ser

    ofertada en el primer curso o en el segundo de bachillerato segn el centro

    considere ms oportuno. Vase Decreto 82/1986 de 5 marzo, por el cual se establece la ordenacin de las enseanzas del bachillerato. Diari Oficial de la

    Generalitat de Catalunya, n. 2181, 13-3-1996. Artculo 10.2. Materias propias

    de modalidad.

    7. ARROYO, J.: Materiales de historia de la filosofa en CIFUENTES, L.M. y

    GUTIRREZ, J.M.: Ensear y aprender filosofa en la educacin secundaria.

    Barcelona. ICE-Horsori, 1997, pp.1 57-158.

    8. La filosofa figuraba como materia comn de los bachilleratos propuestos

    (Tcnico Industrial, lingstico, Ciencias de la Naturaleza, Administracin y

    Gestin, y Artes Plsticas y Diseo) y era impartida en el 4 curso del Plan para

    la Reforma Experimental de las Enseanzas Medias. Se ofertaban diez pares

    de autores de los cuales el alumno deba seleccionar uno (Ej.:

    Newton/Descartes, Hegel/Freud, Darwin/Marx ... ), sin embargo, aunque la

    asignatura poda resultar atractiva, al primar un autor sobre otro desvirtuaba el

    sentido global de la misma.

    9. La nueva asignatura de ciencia, tecnologa y sociedad en cierto modo parece

    ocupar dicho espacio.

    10. G. Lukacs apunta que El conocimiento de los hechos no es posible como

    conocimiento de la realidad ms que en el contexto que articula los hechos

    individuales de la vida social en una totalidad como momentos del desarrollo

    social. De ah que sea preciso partir de las determinaciones inmediatas para

    avanzar desde ellas al comienzo de la totalidad concreta como reproduccin

    intelectual de la realidad. Por no tener esto en cuenta el idealismo confunde

    este proceso mental de la reproduccin intelectual con el proceso de

    construccin misma. Pues en el pensamiento aparece como resultado, no

  • 35

    como punto de partida. G. LUKACS: Historia y consciencia de clase. Mxico.

    Ed. Grijalbo. 1969, pp.38-39.

    11. GARCA M., GARCA F., PEDRO, l.: Introduccin en Investgacin

    histrica. Madrid. Ed. de la Torre, 1995, p. 17.

    12. Real Decreto 117811992 de 2 de octubre.

    13. A.O. Lovejoy, en los aos treinta, fue uno de los pioneros al respecto con

    su obra The Great Chain of Being. Otras aportaciones posteriores han sido la

    de los franceses Mandrou, Duby y Vovelle en el marco de la denominada

    Historia de los mentalidades; la de J.A. Maravall con su Teora del saber

    histrico en el mbito de las ideas polticas; en terreno de la historia del arte,

    E.Panofsky con su Idea. Contribucin a la historia de la teora del arte y P.

    Francastel con La realidad figurativa.

    14. En el Real Decreto 1178/1992, el M.E.C. afirma que Esta dimensin

    historiogrfica ha de generar en el alumno lector la debida conciencia del

    carcter histricamente situado de las teoras filosficas esclareciendo as las

    condiciones sociales de su gnesis, y sus relaciones de similitud o diferencia

    respecto a otros productos culturales.

    15. Segn el Real Decreto 1178/1992: La funcin artculadora de la historia

    intelectual que cabe atribuir a la historia de la filosofa cubre un mbito

    importante en el currculo del Bachillerato en relacin a la historia de las ideas (

    ... ) sin las cuales no es inteligible ni la sociedad y el momento en que el

    alumno vive, ni el propio sistema de los saberes que se transmiten.

    16. Real Decreto 1178/1992.

    17. Segn el Real Decreto 1178/1992, el programa de historia de la filosofa se

    estructura siguiendo la presentacin histrica de tres pocas: Pensamiento

    antiguo y medieval; p. moderno y p. contemporneo. A su vez cada poca

    puede ser subdividida en diferentes apartados y unidades didcticas que

    caracterizan a las distintas etapas histricas. Asimismo, la normativa seala

    que los contenidos quedan abiertos a diversos tratamientos, especialmente en

    cuanto a los autores que se elijan para ilustrar su desarrollo.

    18. MARTNEZ, LL. y CASTIEIRA, A.: La Historia de la Filosofa en el nou

    sitema educatiu en ButIlet del Col-legi de Doctors i Llcenciots en Filosofa i

    Lletres i en Cincies de Catalunya, n. 96, 1996. pp. 7-10.

  • 36

    19. En todo caso se ha de tener presente que Ley Orgnica 1/1990 de 3 de

    octubre, de Ordenacin General del Sistema Educativo, seccin segunda,

    artculo 27, punto 5, seala lo siguiente:La metodologa didctica del

    bachillerato favorecer la capacidad del alumnado para aprender por s mismo,

    para trabajar en equipo y para aplicar los mtodos apropiados de

    investigacin.

    20. E. Lled seala que toda dialctica de lo pensado acaba objetivamente en

    la lgica de lo dicho, aunque lo dicho permanece siempre como la nica

    posibilidad de alzarse hasta un sentido, de llegar hasta un pensamiento, o sea

    hasta otro lenguaje en la mente del lector con quien lo dicho, de algn modo,

    tiene que dialogar. E. LLED: Introduccin general, en Platn. Dilogos.

    Madrid. Gredos, 1982, pp.10-29.

    21. No obstante, en el bachillerato de cara a la evaluacin de nuevo se opta por

    las calificaciones numricas, lo que puede volver a tener resultados negativos.

    Referencias bibliogrficas

    ABELLN, J.: Historia crtica del pensamiento espaol. Madrid. Espasa Calpe,

    1980, Vol. 1.

    CIFUENTES, L. y GUTIRREZ, J.M.: Ensear y aprender filosofa en la

    educacin secundaria. Barcelona. ICE/Horsori., 1997.

    CHATELET, F.: Historia de las ideologas. Bilbao. Zero, 1988, 2 vols.

    ESCANDELL, J.J.; BAIGORRI, J.A. y BLZQUEZ, E.: La filosofa en el nuevo

    Bachillerato, en Paideia, 1994, 27, pp.367-382.

    FOUCAULT, M.: La arqueologa del saber. Mxico. Siglo XXI, 1970.

    FRANCASTEL, P.: La realidad figurativa. Vol. 1: El marco imaginario de la

    expresin figurativo; Vol. 2: El objeto figurativo y su testimonio en la historia.

    Barcelona. Paids, 1988.

    GADAMER, H.-G.: El problema de la conciencia histrica. Madrid. Tecnos,

    1993.

    GARCA M., GARCA F., PEDRO, l.: Introduccin en Investigacin histrica.

    Madrid. Ed. de la Torre, 1995.

    GAOS, J.: Historia de nuestra idea del mundo. Mxico. F.C.E., 1992.

    GELLNER, E.: El orador, la espada y el libro. La estructura de la historia

    humano. Barcelona, Edicions 62, 1994.

  • 37

    IZUZQUIZA, l.: La clase de filosofa como simulacin de la actividad filosfica.

    Madrid. Anaya, 1982.

    KOSELLECK, R.: Futuro pasado. Para una semntica de los tiempos

    histricos. Barcelona. Paids, 1993.

    LE 1 GOFF, J.: Pensar la historia. Modernidad, presente progreso. Barcelona.

    Paids, 1991.

    LOVEJOY, A.O.: The Great Chan of Being Cambridge. Harvard. Harvard

    University Press, 1964.

    MARAVALL, J.A.: Teora del saber histrico. Madrid. Revista de Occidente,

    1967.

    MARTENS, E.: Introducci a la didctica de la filosofa. Valencia. Servei de

    Publicacions de la Universitat de Valncia, 1991.

    MARTINEZ, LL. y CASTINEIRA, A.: La histria de la filosofia en el nou

    sistema educatiu en Butllet Col-legi de Doctors i Llicenciots en Filosofa i

    Lletres i en Cincies de Catalunyo, n. 96, 199 , pp. - .

    PANOFSKY, E.: Idea. Contribucin a la historia de la teora del arte. Madrid.

    Ctedra, 1989.

    REALE, G.; ANTISERI, D.: Historia del pensamiento filosfico. Barcelona.

    Herder, 1988.

    RICOEUR, P. (1955): Historia y verdad. Madrid. Encuentro, 1990.

    RORTY, R.; SCHEEWIND, J.B. y SKINNER, 0.: La filosofa en la historia.

    Barcelona. Paids, 1990.

    VALVERDE, J.M.: Vida y muerte de los ideas. Pequeo historia del

    pensamiento occidental. Barcelona. Ariel, 1985.

    VOVELLE, M.: Ideologas y mentalidades. Barcelona. Ariel, 1985.

    Texto 4: LOS CONTENIDOS

    Extrado de Csar Tejedor Campomanes, Didctica de la filosofa. Perspectivas

    y materiales. Madrid, SM, 1.984, pgs.64-68

    Los objetivos generales nos conducen a los contenidos: stos se deberan

    elegir en funcin de los objetivos generales. Ahora bien, de la aplicacin de los

  • 38

    objetivos generales a los contenidos surgen los objetivos especficos, que nos

    indican qu hacer con los contenidos temticos; el cmo hacerlo surgir de la

    aplicacin de los mtodos. Por ello, el orden lgico de exposicin es

    precisamente ste:

    Objetivos generales

    Contenidos

    Objetivos especficos

    Mtodos

    El problema de los mtodos ser tratado en el apartado siguiente. Ahora

    hemos de abordar cuestiones respecto a los contenidos, aunque slo de un

    modo general y muy brevemente. Fundamentalmente se trata de saber qu

    criterios se han de seguir para seleccionar los contenidos. La respuesta es, en

    principio, evidente: esos criterios son los objetivos generales. Pero ello no nos

    excusa de abordar el problema.

    La llamada Escuela activa concibe los contenidos como un medio de

    provocar con un mnimo de erudicin un mximo de habilidades, capacidades y

    alegra de trabajo (Kerschensteiner). La concepcin opuesta pretendera, al

    contrario, un mximo de conocimientos, es decir, un mximo de erudicin. Un

    buen profesor en este ltimo sentido es el que ensea mucho ms de lo que

    pone el libro de texto: sus alumnos saben ms. Pero si de lo que se trata es

    de ensear a filosofar, y no de ensear filosofa, hay que estar de acuerdo

    con lo que dice Morrison: El alumno no aprende de los contenidos, sino por lo

    que hace con los contenidos.

    La cosa no es tan sencilla. B. Rotger Amengual dice al respecto:

    La estructuracin de los contenidos plantea siempre el mismo problema:

    Cmo armonizar los intereses y necesidades del alumno (criterio psicolgico)

    con las exigencias propias de la ciencia y la cultura organizada (criterio lgico)?

  • 39

    Posiblemente, si aplicamos el criterio lgico nos encontraremos con

    unidades de materia en las que se van distribuyendo una serie de temas

    alrededor de un eje principal que normalmente es el ncleo temtico que les da

    sentido.

    Si, por el contrario, mantenemos el criterio psicolgico, el resultado ser la

    estructuracin de unas unidades de experiencia cuyo ncleo es siempre una

    necesidad, un propsito, un inters del alumno, que le obliga a investigar y a

    buscar informacin.

    El proceso programador en la escuela. Madrid, Escuela Espaola, 1978, p.

    52.

    Con todo, esta disyuntiva es, en parte, artificial: se puede dar mayor

    importancia a uno de los dos aspectos, pero no es posible prescindir de

    ninguno de ellos. Si elegimos el punto de vista de la experiencia, o el criterio

    psicolgico, no podemos olvidar que las actividades del pensar no se ejercen

    en el vaco, sino sobre contenidos de conocimiento (Lafourcade). En cualquier

    caso, el problema ser determinar cul es el contenido adecuado en cada caso

    para alcanzar los objetivos propuestos.

    B. Rotger Amengual distingue tres niveles de trabajo. Esta distincin es

    esclarecedora:

    0 Primer nivel: Estructura interna de la ciencia

    Cada ciencia posee una estructura propia, una metodologa de investigacin

    y unos modos propios de exposicin. Esta estructura ha de ser respetada

    necesariamente.

    De aqu se sigue lo siguiente: que hay que investigar, ante todo, la

    estructura propia de cada ciencia para respetar sus caractersticas y buscar las

    vas de conocimiento ms idneas de acuerdo con esas caractersticas.

    0 Segundo nivel: Seleccin de los contenidos

  • 40

    Este nivel presupone el anterior, naturalmente. Se trata de substituir el

    encclopedismo de los programas por el principio de seleccin de las nociones

    fundamentales,

    K. Stker (Principios de didctica moderna. Buenos Aires, 1961) seala

    como criterios para la seleccin los siguientes:

    - Realismo y significacin vital de los temas para la vida actual y futura de los

    alumnos. Se tratar de encontrar unos contenidos que desafen

    intelectualmente al alumno, que tengan sentido en su vida, que pueda

    relacionar con lo que ya sabe o que pueda usar en la solucin de problemas

    nuevos (Ragan).

    - Valor remanente de los contenidos en s mismos. Este criterio no es siempre

    fcil de utilizar, a nuestro modo de ver: cmo sabemos que determinados

    contenidos mantienen un valor permanente? Pero al menos puede valer

    como criterio negativo: eliminar los temas que en la actualidad carecen de

    valor o inters, substituyndolos por los que se han revelado al menos en el

    momento actual- como de mayor vigencia. Este criterio obliga, naturalmente,

    a una revisin peridica de los programas.

    - Principio de aprendizaje simplificado (o ejemplificado). Supone la eleccin de

    una serie de casos y situaciones representativas en cada materia que

    permitan un estudio ms profundo de la misma.

    - Principio de condensacin, que implica la seleccin de unos temas tpicos,

    conservndose la visin total.

    0 Tercer nivel: Orientacin de los contenidos

    Est en funcin de los objetivos generales y supone la aplicacin de una

    metodologa propia y operativa. En la escuela primaria, este nivel se manifiesta

    fundamentalmente en la organizacin en reas, unidades temticas, etc.

    A partir de estos principios de carcter general, se pueden establecer ahora

    algunos criterios acerca de la seleccin de contenidos en filosofa.

  • 41

    1 La filosofa no es un saber acumulativo. En este sentido se debe

    rechazar la pretensin de una filosofa perenne, entendiendo por tal una filosofa que fuera acumulando los logros de los diversos sistemas en un saber

    comprehensivo y progresivo. De hecho, los sistemas filosficos se suceden y

    substituyen histricamente de acuerdo con las mismas circunstancias histricas

    y las diversas concepciones del mundo de los individuos y los pueblos. Sin

    embargo, los diversos sistemas filosficos -en especial los ms significativos-

    constituyen un acervo cultural irrenunciable de la humanidad, por cuya razn

    deben ser transmitidos y asimilados en sus lneas ms fundamentales. Del

    mismo modo, algunos problemas filosficos -y la terminologa en que han sido

    formulados- tienen un cierto carcter de permanencia o vigencia permanente.

    En el momento de hacer una seleccin de contenidos, hay que tener muy en

    cuenta este primer criterio. El platonismo, por ejemplo, puede ser considerado

    como una explicacin caduca de la realidad -o no!-, pero, en cualquier caso,

    no se puede prescindir de su estudio, aunque no sea ms que para

    comprender el origen de determinadas ideas de mayor actualidad y vigencia.

    2 La filosofa trabaja fundamentalmente como actividad que es sobre la

    base de las experiencias vitales del momento. La filosofa es necesariamente

    actual e histrica, y, al mismo tiempo, prctica. Segn este criterio, se trata de

    seleccionar problemas que surjan de la experiencia actual del hombre

    contemporneo. De hecho, el valor de una filosofa se mide precisamente por

    su capacidad de responder a esos problemas.

    3 Pero la filosofa es tambin un quehacer personal, individual. En este

    sentido, como dice Fichte, la filosofa que se hace depende de la clase de

    hombre que se es. Segn este criterio, la seleccin de problemas debe

    hacerse teniendo en cuenta la situacin concreta de nuestros alumnos. Sin

    embargo, no se trata necesariamente de consultar a los alumnos acerca de los

    temas que les interesan, ya que esta consulta suele resultar empobrecedora y

    no hace sino reflejar un reducido campo de inters debido a la presin social.

    El profesor debe analizar l mismo la situacin de sus alumnos -contando, por

    supuesto, con ellos directamente o mediante estudios sociolgicos- y llevarles

  • 42

    a tomar conciencia de sus propios problemas, es decir, de los problemas que

    plantea su propia experiencia. Esto ya constituye una entrada en la filosofa. En

    cualquier caso, se puede partir de una seleccin de problemas y tratar de

    sensibilizar acerca de ellos a los alumnos.

    4 De acuerdo con esta seleccin de problemas se seleccionarn los

    contenidos filosficos tradicionales -conceptos, teoras, obras, sistemas y

    cualquier otro dato que pueda resultar til- que puedan ser utilizados como

    instrumentos de reflexin o bien como instrumentos de expresin. Esta

    seleccin debe huir del enciclopedismo: no se trata de dar a conocer todo lo

    que se ha dicho sobre la materia, sino nicamente lo que pueda ser

    significativo o valioso para lo que se pretende. En cualquier caso, siempre es

    mejor no dar mucha materia: los alumnos pierden el tiempo asimilndola, y

    no pasan a utilizarla como instrumento para la reflexin.

    5 De hecho, los programas oficiales determinan ya una seleccin de

    contenidos, o, al menos, de temas. El programa de Tercero de BUP permite,

    sin duda, un planteamiento por problemas, y en principio est bastante bien

    seleccionado como para interesar a los alumnos. En cambio, la Historia de la

    filosofa presenta problemas ms serios: es excesivamente extenso,

    prcticamente inasimilable; por otro lado, algunos de los autores a estudiar

    resultan lejanos.

    Caben, entonces, varias posibilidades. Por ejemplo:

    - 0 bien limitarse a estudiar unos pocos autores fundamentales, aunque

    situndolos en el contexto de la Historia de la filosofa (lo cual permitira

    dar una breve visin de conjunto).

    - 0 bien hacer un estudio global de la Historia de la filosofa a partir de

    problemas fundamentales (por ejemplo: el tema de la naturaleza en la

    filosofa griega; el tema de Dios en la filosofa medieval; el tema del

    conocimiento en la filosofa moderna; el tema de la Historia en Hegel y

    Marx; el tema del hombre en la filosofa contempornea).

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    En cualquier caso, se trata de estudiar y destacar aquellos aspectos que

    tienen una real actualidad. El caso de Kant es sintomtico: reducirlo a la

    Crtica de la razn pura es completarriente equivocado.

  • 44

    BIBLIOGRAFA Y MATERIALES

    BIBLIOGRAFA BSICA:

    * Historia de la filosofa Jess Mostern

    * Lecturas para estrenarse en tica Somos dignos de ser libres? Ana

    Estupa Snchez

    * El existencialismo es un humanismo J. P. Sastre

    * Psicologa de la adolescencia J. Piaget

    * La filosofa en el aula Lipman

    * El arte de ensear Marland

    * Teora de la enseanza y desarrollo del currculo J. Gimeno

    * Didctica de la filosofa. Perspectivas y materiales. Csar Tejedor

    Campomanes

    * La interpretacin de los sueos Sigmund Freud

    * Escritos sobre la histeria Sigmund Fred

    * El capital Karl Marx

    * Manuscritos de economa y filosofa Karl Marx

    * Q