Amanda y El Libro Magico Hans Kruppa (47 Pag)

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AMANDA Y EL LIBRO MGICOEl Camino mgico hacia uno mismo

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Haca una maana magnfica. El cielo azul de la India reluca sin ni siquiera una nube. El aire era limpio y suave. Rodeada de este ambiente, a Amanda le resultaba fcil hacer su trabajo. Tras ms o menos una hora, la joven arqueloga dio con algo en la tierra hmeda y marrn de las tumbas; algo que desde luego no esperaba encontrar en aquel lugar: un libro delgado con tapas blancas que pareca recin encuadernado. Amanda se qued perpleja, porque no era normal que aquel libro estuviera en tan buenas condiciones. Asombrada an, lo cogi de la tierra y lo hoje. Todas sus pginas estaban en blanco, igual que las cubiertas. Sus manos, sucias por el trabajo, no obstante, ninguna huella en el papel. A Amanda le empez a dar vueltas la cabeza y se le aceleraron los latidos del corazn. Cmo era posible que un libro blanco, hecho de papel y cartn, pudiera estar tan limpio despus de haber permanecido enterrado en aquella tierra hmeda de color marrn? Y despus, adems, de haberlo cogido con las manos sucias de trabajar en esa tierra! Qu clase de misterio guardaba? Quin lo haba dejado en aquel lugar? Cundo y por qu? De repente y como por encanto, en una de las pginas del libro aparecieron escritas con tinta negra las siguientes palabras: Por qu se entierra un tesoro? Para protegerlo. Pero lo que se guarda muy bien puede caer en el olvido. Sin embargo, aquello que sobrevive al tiempo est por encima de las leyes del mundo y hasta incluso de sus elementos. Aparece en el mundo, pero no pertenece a l. Est dispuesto a darlo todo, pero no necesita nada tuyo, durante siglos permaneci inservible enterrado en la tierra oscura. Ahora vuelve a la luz del mundo y est entre tus manos. T lo has despertado y l te despertar a ti. Amanda reprimi un grito y luch por mantener el dominio de s misma. Ley por segunda vez una palabra tras otra, lo que estaba escrito en aquel papel con fina caligrafa. De pronto, las letras escritas, palidecieron de forma tan repentina e inexplicable como haban aparecido antes. Amanda sinti un nudo en la garganta. Su mente se rebelaba contra todo aquello que vean sus ojos, aunque no trataba de convencerla de que hubiera sido vctima de una alucinacin. Confi pues en sus ojos: lo que acababa de ver lo haba visto de verdad. Una profunda sensacin de felicidad recorri su cuerpo de la cabeza a los pies. La cara se le ilumin, Haba encontrado un libro mgico! Cuando era una nia, con frecuencia soaba con encontrar, alguna vez, en algn sitio perdido, algo fantstico, maravilloso, mgico en ese cofre de los tesoros que para ella era la tierra. Algo que hiciese al entendimiento dudar de s mismo, pero que a la vez fascinase al corazn y llenase el alma de una alegra 2

arrolladora. A los catorce aos tom la firme decisin de hacerse arqueloga, y se imaginaba otra vez descubriendo secretos y tesoros ocultos en la tierra que desvelaban la historia de la Humanidad. Daba la impresin de que en aquel momento estaba haciendo realidad sus sueos. Amanda mir a ambos lados, pero nadie la observaba. El colega americano se encontraba arrodillado en el suelo diez pasos a su derecha y trabajaba ensimismado y con extremo cuidado en la limpieza de un plinto budista de piedra. La colega francesa se hallaba en el otro extremo y le daba la espalda. Como por pura intuicin, Amanda tom la decisin de realizar algo que nunca haba hecho antes en toda su vida profesional: se abri la chaqueta que llevaba puesta e introdujo el libro en un bolsillo interior. La substraccin de un objeto en una excavacin no slo iba contra la tica de todo arquelogo, sino que adems era un delito desde el punto de vista jurdico. Sin embargo, una voz interior le deca a Amanda que la ocultacin de aquel libro mgico no era nada reprobable. O acaso la aparicin repentina de la escritura en l no significaba que estaba en las manos correctas? Amanda era ahora la responsable de ese tesoro que pareca proceder de otro mundo, pero que, sin embargo, exista en ste. Amanda se levant, apret el libro contra su corazn, que lata a toda velocidad, y le grit al colega americano que estara de regreso al cabo de un rato, a lo que ste respondi con un movimiento de la cabeza. Se dirigi hacia las caravanas en que vivan los arquelogos, situadas en el campamento instalado desde haca ya tres meses al norte de la India, con el fin de excavar las ruinas de un importante monasterio budista que databa de una poca anterior a Cristo. Amanda se quit las botas de goma y entr en su caravana. Se lav las manos y cerr las puertas. No te puedo ofrecer ninguna comodidad, Amanda, le advirti el director del proyecto, su colega y amigo Gerd, cuando la llam dos semanas atrs desde la Indica; tan slo una pequea caravana que acaba de quedar libre, porque el compaero italiano del equipo ha tenido que marcharse antes de tiempo. T siempre has estado muy interesada en el budismo, Amanda. Aqu puedes examinar una de sus races histricas. Estamos excavando uno de los monasterios budistas ms antiguos de toda la India y ya hemos encontrado cosas increbles. Te unes a nosotros? Amanda llevaba tan slo una semana en la zona y haca unos minutos haba hallado efectivamente algo increble. Tras recibir la llamada inesperada de Gerd, Amanda no necesit mucho tiempo para pensrselo; al da siguiente reserv un pasaje de avin a Nueva Delhi. Este viaje le brindaba la oportunidad nica de unir su inters profesional con una fascinacin personal, puesto que el budismo la haba cautivado desde los veinte aos, momento en que haba ledo un buen libro sobre el tema. Desde entonces continu con la lectura de libros que hablaban de la vida y las enseanzas de Buda; aprendi yoga y empez a meditar, hasta que un da su padre le pregunt, con tu tpico parpadeo, si estudiaba de verdad arqueologa o budismo. Sin descuidar sus estudios, Amanda fue profundizando cada vez ms en el variado mundo del budismo, en el que se senta a salvo de una forma mgica. Y una voz interior le deca que su camino a travs de la vida sera budista, lleno de meditacin y creciente entendimiento, de trabajo en su propia persona y de amor hacia los dems. Y sobre todo, de bsqueda de la iluminacin. Amanda sac el delgado libro del bolsillo de la chaqueta y lo dej con sumo cuidado sobre la mesa. Despus se sent, lo abri y pas las yemas de los dedos por el papel. Aunque resultara difcil de creer, era evidente que ese libro blanco como el jazmn llevaba siglos enterrado en la tierra sobre la que se haba asentado el monasterio budista; quiz dejado all por unas manos que buscaban su proteccin. De repente, en una de sus pginas tomaron forma las siguientes palabras: Este libro est al servicio de la paz de los hombres consigo mismos y con los dems. Sin embargo, su posesin 3

origin una dura batalla, que lo dej arrinconado en el olvido. Amanda sinti escalofros en la espalda. Ahora estaba segura: aqul libro poda leerle los pensamientos! Y poda contestarle incluso en su propia lengua! Los ojos de Amanda empezaron a brillar con fuerza. Ley aquellas palabras por segunda vez y se pregunt si volveran a desaparecer de inmediato, tal como lo haban hecho la primera vez.

En la siguiente pgina apareci lo siguiente: Estas palabras desaparecern, igual que desaparece todo lo efmero: la felicidad y la desgracia, la alegra y el dolor, el xito y el fracaso, la risa y el llanto. No hay nada que puedas retener; todo acaba perteneciendo al pasado y se convierte en historia. De todo eso slo queda el recuerdo, que no puede satisfacer tu alma; de la misma forma que el pan que comiste ayer no puede calmar el hambre que sientes hoy. En el mismo instante en que Amanda acab de leer esta segunda masiva, empez a borrarse poco a poco, al tiempo que lo haca la anterior, volvindose cada vez menos ntida hasta desaparece por completo y dejar ambas pginas en blanco. Amanda cogi la grabadora y meti una cinta en ella. Libro misterioso, voy a grabar tus prximas palabras que no se las lleve el viento, - le explic -. Me gustara conservarlas. No te importa verdad?

Amanda mir el libro abierto. Sus pginas continuaron vacas. As que no contesta a todas las preguntas! Libro mgico, este silencio he de interpretarlo como un acuerdo o un desacuerdo?

Amanda se ech a rer involuntariamente. Acababa de hablarle a ese libro que contravena todas las leyes de la naturaleza como a una persona. A un libro que pareca salido de un cuento de Las mil y una noches, y que haba aterrizado en el norte de la India; a un sueo hecho realidad, a una realidad hecha magia. Cmo poda haberse originado esta maravilla? Amanda ley la respuesta salida de la nada: Procede de un hombre que vio brillar en s mismo la luz de la ms alta sabidura, y que abandon de un salto el carrusel en permanente movimiento que es el teatro del mundo. 4

La magia de su iluminacin vol a este libro que sostena en las manos en el momento de su definitiva liberacin. Desde entonces, el libro habla desde el alma de la vida. al alma del hombre que lo mantenga en su mano. De nuevo, mientras estas palabras aparecan en el papel, Amanda las fue grabando en el dictfono. Despus rebobin la cinta de casete y contempl cmo desapareca la escritura. Al querer reproducir otra vez aquellas palabras en el magnetfono, slo oy, para su asombro, el ruido del mecanismo de arrastre de aquel aparato, que hasta ese mismo da siempre haba funcionado bien. Para comprobar que lo segua haciendo, presion las teclas de grabacin y dijo una corta frase; volvi a rebobinar. Qu pasa aqu? escuch su propia voz insegura saliendo del altavoz de la grabadora intacta.

Aparto el dictfono. Era una evidencia que el libro no deseaba que sus palabras quedaran atrapadas, y para conseguir dicho fin, tena la capacidad de dejar sin potencia los aparatos electrnicos. Qu otras capacidades sobrenaturales poseera? Cerr el libro y acarici con las yemas de los dedos su sencilla encuadernacin. Pareca un simple diario. Sin embargo, era una maravilla! Un autntico libro mgico, creado por un hombre, seguramente budista, en el momento de su iluminacin, que traspasaba todas las leyes mundanas. Amanda volvi a abrir el libro y le dijo: Cuando an era una nia, crea en las maravillas. De alguna forma, perd esa creencia con el paso del tiempo. Pero ahora, a mis treinta y cinco aos, me he encontrado con una.

El libro mgico respondi de la siguiente manera: Est bien volver a creer en las maravillas que habitan en el alma del nio. Pero an es mejor no llegar nunca a perder esa creencia. Amanda intent escribir estas frases en su cuaderno de notas, pero el papel no aceptaba la tinta de su pluma estilogrfica, aquella que vena usando desde haca mucho tiempo. Esta vez ya no se sorprendi tanto con lo sucedido. Empez a entender lo incomprensible: el libro, cuya apariencia era la de un diario en blanco, tena el poder de producir fenmenos sobrenaturales en todo procedimiento tcnico y mecnico, y manipularlos a su antojo. Amanda desech la idea de tomar fotos de su escritura o de grabarla en vdeo. Estaba claro que tanto las fotos como las cintas apareceran en blanco. Como a manera de explicacin, sobre el papel tomaron forma estas palabras: Este momento no el pasado ni el futuro 5

este momento irrepetible es la nica puerta a la vida verdadera. La abres ahora o no la abres nunca. Como en anteriores ocasiones, estas frases se borraron. Amanda asinti con la cabeza, indicando que comprenda. Las palabras del libro mgico eran slo para aquel determinado momento en que se las lea, porque todo lo esencial slo puede suceder en el ahora. En el momento maravilloso en que todo el ser se sumerge en el presente sin la menor distraccin y se hace uno con l. Cuando ni una sola fibra del alma se desva de dicho instante. Entonces todo puede ser posible: el milagro, la magia, la iluminacin. La iluminacin. No slo los budistas hablan de ella, tambin lo hacen muchos artistas, e incluso algunos cientficos; sin embargo, cada uno parece entender una cosa distinta. Pero, cmo es de verdad la iluminacin? En el papel apareci la respuesta: El Yo se da cuenta de repente de que no es una gota, sino todo el ocano. Se diluye en la felicidad del entendimiento y se hace uno con el alma de la vida. Y cmo se alcanza la iluminacin? musit Amanda.

La respuesta no se hizo esperar ni un instante: Ve de lo aparente a lo esencial, del palabreo a lo indecible, de lo trivial a lo autntico. Ve de la oscuridad a la luz, de lo pesado a lo ligero, de la ilusin a la realidad. Pero, de qu manera, pens Amanda, se es iluminado? Cmo se experimenta tal cosa? De nuevo, la escritura hizo su aparicin: El que era sordo por fin puede or. El que era mudo puede por fin hablar. El que era ciego por fin puede ver. Lo que estaba preso queda por fin libre. Para Amanda fue como si un manto de nubes, que hasta ahora le haba nublado la luz de su consciencia, se disipara de golpe. Los rayos de sol de un entendimiento profundo le acariciaron con una suave intensidad. Y se dio cuenta de la existencia de un presente luminoso de gran fuerza, de una sabidura sobrenatural frente a la cual el entendimiento no cuenta, como la luz de una vela a pleno sol. Y el libro mgico percibi lo que estaba pasando: 6

sta es la sabidura que va ms all del muro del entendimiento, que te conducir a la iluminacin, siempre que la sigas con total confianza. Amanda respir profundamente, dej el libro abierto sobre la mesa y lo contempl durante un largo rato. Sus pensamientos callaron, su consciencia se qued vaca. Sin embargo, ese vaco estaba lleno de vida, reluca, vibraba, traspasaba todas las fibras de su ser. Era una sensacin grandiosa que, con su luminoso silencio mgico, le regalaba una profunda confianza. Cuando ese sentimiento desapareci, al tiempo que lo hicieron las palabras en el libro mgico. Amanda sinti el fuerte deseo de seguir experimentando ese maravilloso vaco, de sentirlo an ms profundamente, para llegar a lo ms hondo de l. A Amanda nunca le haba bastado un concepto de la vida como algo que se agota con la aceptacin de lo evidente. Tena el presentimiento de que su vida gozaba de un sentido oculto ms alto, que no se poda percibir con los ojos del entendimiento. Amanda haba buscado trabajosamente durante aos ese misterioso sentido, pero no lo haba encontrado, para acabar, decepcionada, refugindose en su trabajo, en el mundo de la arqueologa. Su tendencia innata a buscar en el fondo de la vida la llev en el pasado a seguir las huellas de culturas ya perdidas. Sin embargo, el sentido de la vida slo se poda percibir en el presente. Lo haba estado buscando en un tiempo equivocado. Amanda cogi de nuevo el libro mgico entre sus manos con sumo cuidado, e impulsivamente lo bes. Los trabajos de excavacin haban terminado para ella. Haba hallado una autntica maravilla, que ya haba empezado a transformar su vida. El descubrimiento de este libro mgico fue un acontecimiento tan formidable que iba a necesitar tiempo para comprender toda su trascendencia. Tambin iba a necesitar a alguien a quien poder mostrarle su hallazgo y con quien poder hablar de ello. Alguien en quien poder confiar, con quien compartir ese secreto que le resultaba demasiado grande y fascinador. Amanda decidi tomar el primer avin que saliera de vuelta a Alemania. Se levant y volvi a esconder el libro en el bolsillo interior de su chaqueta, con el mismo cuidado que empleara si se tratara de un sensible y delicado ser vivo. Se dirigi hacia el lugar donde se hallaba Gerd, el director del proyecto, para comunicarle su decisin. Seguramente se sentira decepcionado, al saber que Amanda les dejaba al cabo de tan slo una semana. Ella saba que Gerd, aunque tmido de carcter, la respetaba desde haca muchos aos, y que su decisin de invitarla a ir a la India la haba tomado llevado por la esperanza de que Amanda aceptara acompaarle durante aquellos trabajos de excavacin. Lo encontr junto a la estatua de piedra de tamao sobrenatural de Buda, situada en la sala de meditacin del antiguo monasterio, el hasta entonces ms espectacular hallazgo del equipo internacional de arquelogos. Cuando Gerd vio que Amanda se acercaba a l, sali a su encuentro con su habitual sonrisa insegura. Una pieza de lujo! No te parece? le pregunt lleno de entusiasmo mientras sealaba con la mano aquella impresionante obra artstica que representaba a Buda, y que haba permanecido inalterada a travs de los siglos, ajena a los influjos del medio Ambiente.

Amanda hizo un movimiento afirmativo con la cabeza y la baj. Odiaba defraudar a las personas agradables que haban depositado su confianza en ella y Gerd era una de esas personas; ni siquiera era capaz de transmitirle sus sentimientos. Y por qu no? Se trataba de un brillante arquelogo, un buen hombre y un solcito amigo, pero nada ms. Qu pasa Amanda? 7

Amanda suspir profundamente y mir a Gerd a los ojos. tengo que volver de inmediato a Alemania. Voy a hacer ahora mismo las maletas.

Gerd trag saliva, apret los labios y baj la vista. Carraspeo y dijo con voz ronca: Eso es inesperado!

Amanda le cogi suavemente por el hombro y contest: Si tambin lo es para m! Gerd, te agradezco mucho que me invitases a venir a la India. Este viaje ha supuesto un enriquecimiento para mi vida. Y no obstante, ests decidida a marcharte enseguida? Qudate unos das ms!

Amanda sacudi la cabeza negativamente. Tengo que regresar a Alemania por razones muy personales. Por favor, no lo tomes a mal.

Gerd, quiso poner buena cara, pero no le sali muy bien. Bueno, pues si tienes que irte, vete! le contest a Amanda mientras dibujaba una sonrisa forzada-. Suena triste esto que acabo de decir. Como el estribillo de una cancin de moda. Es igual! Ha sido magnfico que hayas podido estar con nosotros una semana, a pesar de no haber tenido tiempo el uno para el otro. Quizs haya ms suerte en mayo en el congreso de Pars. Iras, verdad?

Amanda se ech a rer, dio un paso hacia delante y abraz a Gerd, cosa que an no haba hecho hasta ese momento. Era su forma de agradecerle la oportunidad que le haba dado de encontrar el libro mgico y que, sin l, no habra tenido nunca. Amanda se separ de l y se dirigi con pasos presurosos a su caravana. Amanda! Te puedo llevar al aeropuerto? le grit Gerd.

Ella se volvi e inclin la cabeza en seal de aprobacin. El vuelo fue largo y cansado. Cuando Amanda despert a primera hora de la tarde en su casa y ech un vistazo al despertador, comprob que haba dormido diecisis horas seguidas. Resultaba agradable despertarse en su propia cama y saber que todas las fatigas e incomodidades del largo viaje de vuelta haban quedado atrs. Un rayo de luz que se filtraba entre las cortinas caa sobre el libro blanco que haba encima de la mesilla de noche. Al verlo, Amanda se despert de golpe. Se sent en la cama, lo cogi y lo observ con ojos fascinados. Tena un libro mgico en las manos que se haba trado de la India a Alemania, y nadie saba nada de aquello excepto ella misma. Amanda lo abri y lo hoje. Como siempre, todas sus pginas estaban tan blancas como la nieve recin cada. Probablemente, esta maravilla no dure mucho, pens Amanda. Hasta el momento, Amanda siempre haba credo que las maravillas tenan una corta vida, que la realidad las cambiaba de forma incomprensible y desaparecan en la niebla del pasado, hasta convertirse en una leyenda, un cuento que se les contaba a los nios. Este libro blanco era la manifestacin imperecedera de una consciencia iluminada. Segn pareca, su sentido se basaba en contestar cariosamente a las ardientes preguntas de los hombres. Pero, si su misin era la de servir a los hombres, por qu llevaba una eternidad enterrado en el suelo de aquel monasterio de la India? 8

Este libro puede mover a los hombres pero no puede moverse a s mismo. Permanece all donde est, hasta que una mano lo coge. Una vez ms, Amanda se vio invadida por el mismo sentimiento de felicidad rebosante que haba sentido al contemplar por primera vez la escritura del libro mgico. Fue maravilloso, aunque tambin asustaba un poco, que el libro pudiera leer sus pensamientos y, seguramente, no solamente los suyos. En el papel aparecieron estas palabras. Este libro slo puede leer los pensamientos de los hombres que lo abren. T lo has abierto porque tu anhelo de un conocimiento ms alto te ha llevado a l. Amanda cerr el libro y sali a comprar algo de comida, porque recin llegada del viaje, no tena nada en la despensa. Subi las compras a su espaciosa buhardilla. Mientras se tomaba aquel desayuno tardo, pens con quin poda compartir su secreto. Se le pasaron por la cabeza varias personas pero, al final, tan slo haba unas pocas que pudieran ser candidatas. E incluso ellas, podan participar de verdad en aquel secreto? Eran totalmente dignas de confianza? Cuanto ms reflexionaba sobre este respecto, ms claro le pareca que slo haba una persona a la que poder confiar con seguridad su secreto. Se llamaba Roland, y era su padre. No obstante, antes de ponerse en camino para visitarlo, quiso preguntarle algunas cosas al libro mgico. Preguntas que haban aflorado a su conciencia desde siempre. Preguntas a las que antes no haba conseguido encontrar respuesta; ni en los libros, ni en otras personas, ni en s misma. Amanda fue a su dormitorio, se sent en la cama, cogi el libro mgico de la mesilla de noche y lo abri. Siempre le haba inquietado saber el valor de su vida. En ocasiones, senta que era muy valiosa y la idea de la muerte la asustaba. Y es que Amanda amaba la vida, incluso aunque, en ocasiones, hubiera horas y das en los que dudase de su valor, tiempos difciles de tristeza, desesperanza, tiempos de profundo vaco interior.

Involuntariamente ech un vistazo al libro mgico y vio cmo se formaban algunas frases en l: Existen dos clases de vaco interior. El uno es el fruto insoportable del dolor en la vida. El otro es el fruto valioso del pleno presente, Cuando los pensamientos cesan y el alma se ha consciente de su radiante libertad. 9

Amanda se dio cuenta de que conoca esos valiosos momentos en que la vida empezaba a refulgir de repente y el presente se cargaba de significado y de magia, mientras la existencia cotidiana actuaba como una especie de sueo en la plena consciencia. Esos tiempos de mxima felicidad tenan tres caractersticas en comn: un presente perfecto, un cesar de los pensamientos y el vaco iluminador, a sus treinta aos, estando en la cama poco antes de dormirse. En aquella ocasin le sucedi algo completamente desconocido, pero que, curiosamente, le resultaba familiar. Estaba acostada en la cama inmersa en la oscuridad de su habitacin, pensando alegremente que pronto llegaran las vacaciones de verano. Al instante, sus pensamientos desaparecieron de un plumazo, como si nunca hubieran existido. En el silencio Amanda escuchaba su propia respiracin atentamente. Era capaz de or el silencio de la noche; vea una luz tenue en la oscuridad y senta que dentro de ella haba algo todava superior y ms grande que sus mejores sentimientos y pensamientos, algo que reluca, que era libre e ilimitado. Desde aquella noche, Amanda experiment esa especie de encantamiento varias veces: en el amor, en la msica, en el silencio, en la naturaleza y en s misma. Sin embargo, la magia se le escapaba de las manos en cada ocasin. Casi siempre lo atribua a su forma de ser inestable, a su carcter difcil, continuamente oscilando entre la felicidad y la tristeza, entre la euforia y la resignacin, entre la rutina y la aventura. Se sinti encantada de poder volar hasta lo ms alto, aunque eso significara caer de vez en cuando en lo ms profundo. Pero siempre apareca dentro de ella una fuerza fiable que hasta entonces la haba ayudado a levantarse tras cada cada, una vitalidad al parecer indestructible, sin la cual no hubiera podido vencer fcilmente las debilidades, en ocasiones extremas, de su disposicin de nimo. No obstante, aquellos valiosos momentos del encantamiento en que su vida despertaba del sueo cotidiano, no se haban repetido con frecuencia en los ltimos tiempos. Amanda intent compensar esta carencia con un fuerte compromiso profesional, aunque nunca se haba sentido del todo bien en esa situacin. Pero precisamente su profesin haba hecho posible su encuentro con el libro mgico, con la llave que abra la puerta del reino de lo maravilloso. Con qu intensidad y durante cunto tiempo haba ansiado aquella sensacin que se adueaba de su persona por completo, y que volva a experimentar al ver aparecer la escritura en las pginas del libro: la sensacin de un encantamiento total. En ese instante, Amanda decide hacerle al libro una pregunta que le haba rondado por la cabeza durante mucho tiempo, una pregunta decisiva: quiere saber el significado de su vida. Y sta es la respuesta del libro: En la inabarcable inmensidad del Universo existe todo tipo de significados, adecuados para cada hombre, ya sea ste un jefe de estado o un mendigo. Todos los hombres son simples partculas de polvo en el interminable viento del Universo. Amanda asinti involuntariamente con un movimiento de cabeza. S, a la vista de la ilimitada extensin del Universo, el significado de la propia persona, al que por otra parte, a veces se le da tanta importancia, es algo diminuto, apenas reconocible. El ser consciente de la propia futilidad dentro del juego sin fin del Universo tiene algo de provechoso. Ayuda cuando la tristeza nubla el cielo de la vida, hasta que el sol de la esperanza vuelve a hacer su aparicin. Brinda consuelo cuando los aos han pasado demasiado rpido y

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la aoranza no ha recibido aquello que necesitaba. Es una buena medicina contra la certeza de la llegada de la muerte y la incertidumbre que sta trae consigo. Qu pasa con los hombres despus de la muerte? le pregunt Amanda al libro.

Las palabras no se hicieron esperar: Las almas de los hombres regresan tras su muerte corporal nuevamente al mundo, sin recordar Su vida anterior, para comenzar una nueva existencia en un nuevo cuerpo. Pero quien conozca este proceso y no desee estar inmerso en l durante ms tiempo, puede liberarse. Puede vivir si haber nacido. Puede vivir sin tener que morir. Ser un alma liberada en un Universo ilimitado. Esta liberacin se llama iluminacin. Cuando la escritura mgica despareci, a Amanda le vino a la memoria una escena de una pelcula que haba visto unos das antes de iniciar su viaje hacia la India. En ella, una mujer mayor le deca a una jovencita: Morir es mejor que nacer! Aprende a odiar la vida. Porque est llena de sufrimientos e inutilidades. Amanda pens, haciendo un gesto de desagrado, que era la filosofa de vida de una vieja amargada. No obstante, su paz interior se vio perturbada, porque no poda evitar pensar que aquellas palabras de la mujer, que le haban desagradado, contenan una verdad a la que no se poda sustraer. Y es que muchas cosas en la vida ocasionaban sufrimiento y muchas otras resultaban intiles; la absoluta certeza de la muerte haca que los sufrimientos, las tribulaciones y los castigos de la vida, y tambin todo lo que se aprende de ellos, pareciesen intiles. Pero la mujer haba olvidado los momentos de felicidad, a los pequeos y a los grandes amigos; haba ignorado el amor, la amistad, la naturaleza, la msica, la poesa, la pintura y la danza. Y tambin haba olvidado el reluciente vaco y el presente ilimitadamente libre. Quiz este ltimo fuera un nivel previo a la iluminacin desde el que no faltara ms que un ltimo paso para la liberacin total. Amanda crea en la existencia de la iluminacin. Y adems crea que no slo la haba alcanzado Buda, sino tambin otros hombres de todos los tiempos y de todas partes del mundo. Hombres que no haban hablado de ello, y de quienes la historia no tena noticia alguna. En principio, todo hombre que busca de verdad la iluminacin, puede alcanzarla siempre y cuando su anhelo de ella sea suficientemente grande, y tambin lo sea su madurez, y siempre que su alma no slo sea libre sino que adems, desee ser libre. Amanda conoca a algunas personas que se extraaran enormemente si les transmita estos convencimientos. Gente que juzgara como una locura el simple pensamiento de una forma de existencia superior a la vida del ser humano. Gente a la que jams confiara su idea de que el sentido de la vida consiste en ltimo trmino en vencer esta ltima y llegar a una existencia superior, para que el alma inmortal quede liberada para siempre del peso de cada nuevo cuerpo mortal. Cuerpos que quieren vivir una y otra vez, amar, disfrutar y permanecer jvenes y que, sin embargo, padecen tanto dolor y 11

sufrimiento, heridas, decepciones y enfermedades y, por ltimo, la inevitable vejez, el abandono de las fuerzas vitales y la amenazante cercana de la muerte. Y no obstante, a veces la vida es tan bonita, tan valiosa, que uno se olvida del lado oscuro. Amanda ech un vistazo al libro mgico y observ cmo se dibujaban estas palabras: Por encima de las nubes del pensamiento hay un cielo de silencio maravilloso, que slo conoce el alma, pues sta no siente ningn miedo a volar. Mi alma no tiene ningn miedo a volar, pens Amanda. No hay nada ms bonito. El momento en que ms alto he volado ha sido cuando he amado. Acaso se puede volar sin amar? El libro mgico le dio la respuesta: Qu es la libertad sin amor? Qu es la belleza sin amor? Qu la magia sin amor? Una libertad sin sentido, una belleza hueca, una magia falsa. el amor es la fuerza que da sentido y tambin la vida a todo. El amor es el camino hacia la iluminacin. Es una pena, pens Amanda, que sea tan difcil encontrar el amor y tan fcil perderlo. De lo contrario, haba ms hombres llenos de amor. Amanda ley: En el mar del amor slo puede nadar aquel que est preparado para olvidar sus miedos, sobre todo el miedo a ahogarse. Entonces, son los miedos los que nos impiden llegar al amor y en ltimo trmino a la iluminacin, reconoci Amanda. El miedo al rechazo, a la decepcin, a ser heridos y a la tristeza. El miedo al sufrimiento. La escritura apareci de nuevo: El anhelo de experimentar el amor tiene que ser ms fuerte que el miedo a fracasar en l.

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Anhelo frente a miedo, pens Amanda. La eterna lucha de la que sale vencedor el miedo en la mayora de los hombres. Y en mi caso, qu? Acaso no tengo tambin miedo al amor? Y quin no tiene en realidad miedo al amor? Quin no ha sufrido ya, quin no se ha sentido herido y engaado? Quin no conoce la amargura de la decepcin o la tristeza del fracaso? Quin no ha aprendido de sus experiencias? Amanda mir al libro y ley: Las experiencias pueden ser tiles pero tambin peligrosas. Tienes que aprender de ellas, pero tambin has de saber olvidarlas, para poder sentir la magia del presente. T pasado est muerto. No puede llevarte a lo ms profundo de la vida. Cuando estas palabras desaparecieron del papel, Amanda cerr el libro. Era hora de enserselo a su padre! Ya no poda guardar este secreto para s por ms tiempo. Las preguntas que an guardaba en su alma se las hara al libro ms tarde. Se levant impulsivamente, y con cuidado guard el libro en el bolso. Se par a pensar si deba llamar a su padre para anunciarle su visita, pero decidi darle una sorpresa.

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Amanda manifest a su padre su alegra en el mismo momento en que ste le abri la puerta. Se abrazaron y l le acarici el pelo con cario, igual que lo haca cuando era una nia. Amanda! Pensaba que an estabas en la India. Ya estoy de vuelta. Tan pronto? Tenas la idea de quedarte un mes.

Amanda sac el libro mgico del bolso. sta es la razn.

Su padre arrug la frente. No te entiendo. Ven, vamos a sentarnos. Quieres beber algo? Un poco ms tarde, Roland. Este libro es mucho ms de lo que parece a simple vista. Lo encontr en las excavaciones y lo he trado de la India. Eh, Amanda, no me mientas. Pretendes que crea que este libro completamente limpio ha estado enterrado durante siglos? Da la impresin de que lo acabas de comprar. No, no te miento. Creo que ha permanecido mucho tiempo all y que verdaderamente tiene un valor inapreciable dijo Amanda. Bueno, pero es que te piensas quedar ah todo el rato? le pregunt su padre mientras la agarraba de la mano y tiraba de ella hacia dentro de la casa.

Se dirigieron al saln y se sentaron. Amanda le entreg el libro mgico a su padre. Toma Convncete por ti mismo!

Su padre lo cogi y lo hoje. Es ms bien un cuadernillo en blanco para apuntar notas o quiz un diario con las cubiertas de cartn, - constat su padre -, sin nada impreso en l ni nada escrito. En suma, ninguna razn para que una arqueloga abandone un lugar de excavaciones tan interesante antes de tiempo. S, si hay razones suficientes para hacer tal cosa, Roland. Hazle una pregunta al libro, al mismo tiempo que miras las pginas que has pasado! Qu dices? Hazle una pregunta! Simplemente hazlo, aunque suene a locura. Vale. Si es tu gusto.

Amanda hizo esperanzada un gesto afirmativo con la cabeza. El padre mir el libro abierto que tena en las manos y le pregunt: 14

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Se ha vuelto loca mi hija?

Amanda sonri y se sent en el sof al lado de su padre para poder leer junto a l la respuesta del libro, pero no apareci ninguna. El libro no me contesta, Amanda, lo que por otra parte tampoco me sorprende. Es que le has hecho una pregunta equivocada, Roland. Sabes perfectamente que no estoy loca y el libro tambin sabe que t lo sabes. As pues, considera que no es necesario una respuesta.

Roland mir a su hija sorprendido. Y cmo sabe el libro que yo lo s? Porque puede leer tus pensamientos tan pronto como lo abres. Hazle una pregunta que realmente te sea importante y observa sus pginas.

Aunque el padre de Amanda no lograba entender el sentido del juego, no tena ninguna intencin de ser un aguafiestas, as que, tras una corta reflexin, le pidi al libro lo siguiente: Nmbrame una de las cualidades ms importantes a la que hay que aspirar en la vida.

Acto seguido, Roland se sobresalt asustado, pues vio cmo en una de las pginas del libro hind apareca una escritura que pareca provenir de la nada: Una de las cualidades ms importantes a la que se debe aspirar en la vida es la serenidad. Se origina en el conocimiento del carcter transitorio de la vida. Toda vez que la serenidad ha arraigado en el hombre, Se convierte en una gran ayuda en su camino hacia la luz. Eh! De repente ha aparecido algo escrito, Amanda. Lo ves t tambin?

Amanda se inclin sobre el libro, pero slo divis dos pginas vacas. Y ahora se borra todo, Amanda Increble! Era la respuesta a mi pregunta; una respuesta nada usual por otra parte. Qu clase de libro es ste? Es un libro mgico, padre. Una maravilla en un mundo real. Ha estado enterrado en la tierra durante una eternidad sin sufrir ni un solo rasguo. Es un desafo a las leyes de la naturaleza. Es capaz de leer los pensamientos de las personas que lo abren y responder a sus preguntas. Quin sabe de qu ms es capaz!

Roland miro a su hija a los ojos. Le brillaban con un fulgor perdido desde haca mucho tiempo. Volvi a mirar el libro y le pregunt: Cmo es un hombre en el que ha arraigado la serenidad?

Las palabras aparecieron de nuevo: Calla, cuando otros se lamentan. Comprende cuando otros preguntan. Nacido para morir, se da cuenta de que cada nuevo da 15

le puede traer algo valioso; algo que slo con la mirada clara de la serenidad puede descubrir. Qu te dice el libro, Roland?

El padre lee en voz alta lo que est escrito en el libro. No puedo entenderlo! He visto muchas cosas en la vida pero este libro y las palabras vuelven a desaparecer, como siempre! Por qu no lo puedes ver t? Solamente puede leerlo aqul a quien va dirigido, Roland. Y siempre se borra, porque nicamente est escrito para el instante en el que se lee. As que, entiendes el significado de sus palabras en ese preciso momento o no.

Roland dej el libro sobre la mesa, se levant e intranquilo, empez a dar paseos por la habitacin. Quiz el libro me hable de serenidad, porque la necesito urgentemente dijo al cabo de un rato -. Amanda, es imposible que exista un libro as! Mi entendimiento se niega a creer lo que han visto mis ojos. A m tambin me pas lo mismo, Roland, cuando descubr el libro. Es una maravilla. Ya sabes que yo crea en las maravillas cuando era una nia.

Roland volvi a sentarse al lado de Amanda. S, creas en las maravillas y ahora resulta que has encontrado una! Ests pues convencida de que este libro puede leer los pensamientos de un hombre?

Amanda asinti con la cabeza. Los mos los lee y responde a mis preguntas. Increble! Tengo que averiguar si tambin puede leer los mos decidi Roland y abri el libro.

Entonces le hizo al libro la primera pregunta que se le vino a la cabeza e intrigado, mir el papel Pero esta vez no hizo su aparicin ninguna escritura, sino una imagen que cubra ambas pginas. Mostraba el rostro de una mujer, Esther, muerta haca ya cinco aos, tal como era cuarenta aos atrs, cuando la vio por primera vez y se enamor de ella. Le sonrea igual que lo hizo aquel da. Todo era tal como haba sido cuarenta aos antes: su fisonoma, sus gestos, su peinado y su encantadora sonrisa. Tras algn tiempo, aquella imagen se borr. Roland respir profundamente, cerr el libro y lo dej con sumo cuidado sobre la mesa. Despus mir a su hija a los ojos y dijo en voz baja: Acabo de ver la cara de tu madre. Tal como era el da que la conoc, hace cuarenta aos. En aquel momento tena treinta y dos aos, estudiaba biologa, estaba sentada en un banco del parque y lea un libro. El sol brillaba. Cuando pas por delante de ella, nuestras miradas se encontraron y yo me qued parado. Ella me lanz su encantadora sonrisa, que ahora acabo de volver a disfrutar. Le haba preguntado al libro por las etapas ms importantes de mi vida, y me las ha mostrado. Has visto una imagen de Esther? No, no era exactamente una imagen, ms bien como una escena de una pelcula. La cara de Esther estaba all, viva, sonrea y echaba la cabeza un poquito hacia un lado, exactamente igual que el da que la conoc. Tambin mis sentimientos era iguales. Ha sido como si hubiera vuelto a vivir aquel instante. No puedo creerlo. As es que el libro tambin puede reproducir imgenes afirm Amanda fascinada -. Quiz ha tomado las imgenes de Esther de tus propios pensamientos y ante tus ojos las ha vuelto a traer a la vida. 16

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Ya veo lo que puede hacer este libro y me pregunto qu es lo que en realidad no puede conseguir. No puede moverse del lugar en el que est por s mismo. Si nadie lo levantara de esta mesa, se quedara aqu para siempre. Ests segura de eso? murmur Roland. Me lo ha dicho l mismo. De hecho me ha dicho muchas cosas importantes y, entre ellas, la que ms importante me parece: que lo haba despertado y que l me despertara a m. Eso suena a promesa, Cundo te ha dicho eso el libro? Poco despus de encontrarlo en la tierra. Por qu no le preguntas lo que ha querido decir? le propuso Roland a su hija, mientras le tenda el libro -. As interpretaras sus palabras con exactitud. Qu he de entender con eso de que me despertars? pregunt Amanda al libro mgico tras unos segundos de vacilacin.

Y l le dio la respuesta: Casi todos los hombres creen que duermen slo durante la noche y que estn despiertos durante el da, Pero se equivocan. Duermen continuamente. T sueas con despertarte. T sueo se har realidad. Qu ha escrito el libro, Amanda? Que sueo con despertarme y que mi sueo se har realidad. Vaya, un mensaje muy potico susurr Roland -. Qu ms sabes sobre este libro? Cmo se ha originado? Hace mucho, mucho tiempo, vivi un hombre en la India que alcanz el estado al que los budistas llaman Iluminacin. Durante el momento de su iluminacin tena este libro en las manos por casualidad o de forma deliberada, y la magia de su liberacin fluy a este libro. Conoce alguien aparte de nosotros dos la existencia de esta maravilla?

Amanda dijo que no. Muy bien. As debe seguir. Pero, Roland, este libro es para todo el mundo, no slo para nosotros dos. No debemos contemplarlo como algo de nuestra propiedad. Me dijo que hablaba desde el alma de la vida al alma de los hombres. Tenemos que compartir este tesoro con los dems.

El padre de Amanda arrug la frente y se pas las manos por el pelo, que ya se haba vuelto gris. Amanda, no debemos obrar con precipitacin. Este libro es una bendicin, pero tambin podra llegar a ser una maldicin si cayera en manos equivocadas.

Amanda asinti con un movimiento de cabeza. Una vez en la India, hubo una lucha por la posesin de este libro, que acab ocasionando su completo olvido quiz una lucha sangrienta. Esa lucha sera hoy exactamente igual de sangrienta que lo que fue entonces. Hay gente que pasara por encima de los cadveres que fueran necesarios para aduearse de este libro. Tenemos que ser muy conscientes de nuestra responsabilidad en este asunto. Amanda, este secreto debe quedar entre nosotros, al menos por ahora.

Amanda call pensativa. 17

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Amanda, cmo he de interpretar tu silencio? En tu opinin, a quin deberamos ensear esta maravilla? A nuestros mejores amigos, quiz? El intento de poseer este libro puede convertir a un amigo en un ladrn. Cunto crees t que sera capaz de pagar un hombre rico para conseguir algo que en realidad es impagable?

Amanda baj la vista. y Cunta gente no perdera la vida antes de que la lucha por la posesin de este libro terminara? Acaso este libro debera producir voracidad, violencia, traicin y derramamiento de sangre, para al final desaparecer durante dcadas entre el tesoro de un rico desalmado y falto de escrpulos, que no sepa reconocer su verdadero valor?

Amanda levant la vista hacia su padre y asinti. S, tienes razn, desgraciadamente! No hay ms remedio que esconder este tesoro para que no se convierta en el objeto de caza de los ricos y los poderosos. No necesitaramos hacerlo nosotros, Amanda. l sabe ocultarse por s mismo muy bien. No muestra a primera vista lo valioso que es. Ms bien parece un simple cuadernillo. Basta con que nadie, excepto nosotros, lo abra. Acaso conoces a alguien con quien compartir nuestro secreto sin vacilar?

Amanda se recost en el sof y busc una respuesta a la pregunta de su padre. Primero pens en Eric, su anterior pareja con la que convivi durante tres aos. Tras la separacin, haca un ao, continuaron siendo amigos. Se vean de vez en cuando y compartan lo que an quedaba entre ellos. En esas ocasiones, Amanda se senta muchas veces como si ambos se encontraran en medio de las ruinas de lo que en otro tiempo haba sido una bonita casa. Por otra parte, estaba su amiga de tantos aos, Sophie, que tena un gran corazn e irradiaba ternura y alegra de vivir all por donde iba, y que, adems, tocaba muy bien el violn. Sophie tena muchas y muy buenas cualidades y gozaba de varios puntos fuertes, pero entre ellos, desde luego, no se encontraba el de la discrecin. Tambin estaba Claudia, con quien poda hablar de todo, pues saba callar muy bien. Entre ellas se haba creado una profunda armona que, por otra parte, poda desaparecer de forma tan inesperada como haba surgido. Amanda ya le haba confiado a Claudia algunos secretos. Pero la idea de ponerle el libro entre las manos le produca un extrao malestar. Por ltimo, estaba David, con quien haba comenzado una relacin haca apenas tres meses, tan intensa como inconstante. David la fascinaba, pero algunas veces tena la impresin de que le ocultaba algo importante. De hecho, en alguna ocasin se haba visto tentada de romper su relacin con l. No, Roland dijo Amanda -, por desgracia, no conozco a nadie, excepto a ti, a quien mostrar este libro sin vacilar, plenamente convencida.

Roland puso la mano sobre el libro, como si quisiera protegerlo. Entonces ser un secreto entre nosotros de momento, no? S -, le confirm Amanda. De acuerdo, Puedo hacerle an algunas preguntas al libro?

Amanda le tendi el libro a su padre. Haba decidido dejar a solas con l durante un rato, de modo que se march al jardn y se sent en un banco de madera situado junto al pequeo estanque. Amanda se sinti aliviada. Haba sido una buena idea ensearle el libro a Roland y poder compartir con l su secreto.

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El padre de Amanda siempre se haba tenido por afortunado, hasta el da en que su mujer muri en un accidente de coche. Desde haca cinco aos lloraba la muerte de su esposa, y lo seguira haciendo, porque no crea ese dicho de que el tiempo cura todas las heridas. Era consciente de que su amor por Amanda, que haba heredado muchas cosas de su madre, le haba protegido de una afliccin mayor. A travs de su hija Amanda continuaba queriendo a su mujer. Cuando Amanda rea, vea rer a Esther. Y por un momento, Esther recobraba la vida. Haba enseado Historia en la universidad, pero llevaba ya tres aos jubilado. Su vida, llena de experiencias, le haba puesto en contacto con personas muy diversas, y como que era un oyente comprensivo, muchas le haban hablado acerca de sus vidas. As, con el paso del tiempo, haba llegado a la conclusin de que la mayora de los hombres no eran felices. Algunos incluso eran manifiestamente desgraciados. 19

Las humillaciones y las enfermedades, las decepciones y los miedos, los deseos insatisfechos, los fracasos, las privaciones y los dolores los haban atormentado desde la cuna hasta la sepultura. Y las pequeas alegras y los raros momentos de felicidad apenas podan hacer olvidar levemente el hecho de que su vida transcurriera de muy distinta manera a como haban soado en su juventud. Prcticamente todos tenan que trabajar hasta su vejez, para asegurarse la subsistencia. A muchos les haca desgraciados su propio trabajo. A otros lo haca el hecho de no encontrar trabajo. Haba muchas posibilidades de que un hombre fuera desgraciado. Y muy pocas de que fuera feliz. Por qu era la vida de tal ndole que apenas ningn hombre consegua amarla con toda su alma? El padre de Amanda abri el libro mgico y ley: Por qu son los hombres de tal ndole que no consiguen amar la vida con toda su alma? Porque la unin de su alma inmortal con el cuerpo perecedero y frgil es una fuente permanente de sufrimiento. Pero, por qu se une el alma al cuerpo, quiso saber Roland, si esto slo le proporciona sufrimiento? Ley la respuesta: El alma se une al cuerpo por costumbre, por miedo a lo desconocido, miedo a su verdadero ser. Pero este miedo le ocasiona siempre un sufrimiento, y este dolor le obliga a aprender que puede vivir sin un cuerpo. Es la muerte la separacin definitiva entre el alma y el cuerpo? murmur Roland. Slo la muerte que precede al despertar del alma. Cualquier otra muerte lleva a un nuevo nacimiento. Pero, por qu tiene que aprender el alma que puede existir sin el cuerpo? Se pregunt Roland. Por qu no lo sabe desde un principio? Al principio, el alma es ignorante como un nio pequeo, y el cuerpo la induce una y otra vez a nuevas uniones y diestramente la ata a s misma. El alma tiene que ser capaz de buscar su libertad; nadie se la va a regalar. Aunque Roland no se senta necesariamente un hombre religioso, le vino a la cabeza la imagen de un alma liberada de toda preocupacin y sufrimiento. Y cmo debera ser la vida de un alma liberada? Mir al libro y ley: Es una vida sin guerra, Sin odio, sin miedo, sin necesidades. No existe la desgracia, 20

ni la mentira, ni el engao. Tampoco la violencia ni el dolor; no hay ningn nacimiento ni ninguna muerte. En qu esfera se halla el alma liberada? pregunt Roland. Se sita por encima de las oposiciones, ms all de las contradicciones. El alma individual entiende su sentido en el gran juego del alma universal. La fantasa alcanza aqu la realidad y no puede suceder nada malo, porque slo se despiertan las alma. Que no encierran nada oscuro dentro de s, por ello, despertar significa tambin iluminacin. Entonces me pasar el resto de mi vida, dijo Roland para s, aportando luz a los lugares ms ocultos de mi alma. No ser fcil, pero lo intentar. Por primera vez tras la muerte de su mujer dej de sentir la carga que soportaba su alma desde haca aos. Cuando transcurrido un tiempo, Amanda entr en el saln, su padre la mir con los ojos brillantes. Amanda, hada buena dijo con voz suave -, has descubierto una maravilla y esa maravilla es efectiva! Este libro me ha mostrado el camino hacia la luz. Por primera vez desde la muerte de tu madre vuelvo a sentir una seguridad absoluta. Ven y djame darte un abrazo!

Haba llegado la hora de que Amanda se marchara. Sali de casa de su padre con el libro mgico y subi al tranva. Estaba anocheciendo y ya lucan las farolas de la calle. La verdad es que tena la intencin de dirigirse directamente a casa, pero, al pasar por el centro de la ciudad, se baj del tranva de forma espontnea para pasear un rato por sus calles. Se qued parada ante el escaparate de una librera en el que se vean un montn de textos interesantes recin publicados. Involuntariamente, toc el bolso de piel con la mano para palpar el libro mgico. Qu valor tenan todos aquellos libros del escaparate en comparacin con el que tena en el bolso? Por supuesto que haba libros maravillosos, pero ella haba encontrado algo ms, haba encontrado una autntica maravilla.

Aquella mujer especial con el pelo moreno y rizado llam la atencin de Florin de inmediato, nada ms verla bajarse del tranva con pasos presurosos. Pas por delante de l sin darse cuenta de su presencia. Florin le lanz una mirada inquisitiva al rostro, la ropa y el bolso, e impulsivamente la sigui. 21

Tras recorrer unos cien metros, la mujer se qued parada ante el escaparate de una librera y durante un rato se dedic a mirar en su interior. Era evidente que llevaba algo de valor en aquel bolso de cuero negro, porque incluso en una ocasin lo acarici como si quisiera asegurarse de que segua all. Florin pens que la mujer echara a andar de nuevo rpidamente. Se acerc a ella en silencio y se qued a dos pasos por detrs. Estaba tan concentrada contemplando el escaparate, que no not la presencia del hombre. ste mir a derecha e izquierda para comprobar la presencia potencial de algn perseguidor. La situacin era favorable. Florin se subi el cuello del jersey hasta los ojos, sac unas tijeras y cort con un rpido movimiento las asas del bolso. Antes de que la mujer pudiera darse cuenta de lo que pasaba, el hombre le quit el bolso por el hueco formado entre el brazo y la cadera y se dio a la fuga. Florin siempre haba sido el ms rpido en las clases de gimnasia en la escuela y, gracias al entrenamiento regular, se mantena en forma. Todas las mujeres a las que haba robado y que haban intentado seguirle, no contaron con ninguna posibilidad de alcanzarle desde el principio. Y tampoco la tuvieron los hombres que vinieron en su ayuda. De hecho, no eran muchos los que se aventuraban a seguir a un ladrn de bolsos que corra como un huracn por las calles, para recuperar el dinero de una desconocida. Florin ya estaba al otro lado de la calle, cuando la mujer reaccion. sta grit y su grito hiri a Florin en lo ms profundo de su ser, porque sonaba como el lamento de una madre a la que le hubieran robado el nio. Pero por otra parte, aquel grito despert la curiosidad de Florin acerca del contenido del bolso, una curiosidad mucho mayor de la que haba sentido nunca. Tampoco esta mujer le haba visto la cara, al igual que sus predecesoras. Lo nico que saba era que se trataba de un hombre delgado que corra a gran velocidad. Florin ocult el bolso debajo de su chaqueta y se intern rpidamente en una calle adyacente. Despus dio la vuelta a una esquina y, por ltimo, torci a la derecha. Llegado este punto puso fin de golpe a la vertiginosa carrera, liber su rostro del cuello del jersey y continu su camino como un ciudadano normal. Mir hacia atrs. Nadie le haba seguido. Se resisti a la tentacin de abrir el bolso all mismo. El examen del botn le proporcionaba una sensacin parecida a la que tena de nio cuando abra los regalos de su cumpleaos. Y la alegra anticipada era una vez ms la mayor de las alegras. Cuando Florin lleg a casa, dej el bolso encima de una mesa y se sent. Cunto dinero habra dentro? El cario con que la mujer lo haba acariciado, haca pensar que quiz hubiera una importante suma de dinero. Cogi pues el elegante bolso negro y pas la mano por su suave piel. Despus, decidido, lo abri y vaci su contenido en la mesa. En lo primero que se fijaron sus ojos fue en el monedero. Lo abri y sac las monedas: una de cien, una de cincuenta, tres de veinte, dos de diez. En total haba slo doscientos treinta marcos. Florin se qued decepcionado. Esperaba encontrar ms y se pregunt por qu aquella mujer, aparentemente bien situada, haba gritado de aquel modo por una suma de dinero tan pequea. Despus se fij en el billetero. Lo abri y comprob su contenido. Retir las tarjetas de crdito y los cheques. No quera tener nada que ver con el dinero de plstico. Sac el carn de identidad. Te llamas Amanda murmur -, y naciste el diez de febrero! Vaya, has nacido el mismo da que yo!

Dio la vuelta al carn.

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Y vives muy cerca de aqu! Quiz te haya visto en el supermercado de la esquina. Tienes los ojos azules. Y una cara especial. Siento haberte asustado tanto, pero no era nada personal, sabes? Es mi trabajo.

Florin dej el carn y sigui inspeccionando el billetero. Slo encontr otras tarjetas de crdito y dos tarjetas de visita con la direccin y el nmero de telfono de su vctima. Adems, haba un puado de llaves que no le interes lo ms mnimo porque no se dedicaba a forzar cerraduras. No se senta seguro dentro de las casas. Su zona de actuacin era la calle abierta; slo en ella poda aprovechar su rapidez y agilidad. Resultaba sorprendente todo lo que Florin haba llegado a encontrar en los bolsos de las mujeres. Esta vez, aparte del monedero, el billetero y el puado de llaves haba un libro completamente en blanco que pareca bastante sencillo. Seguramente sera e diario de Amanda. Con la esperanza de poder enterarse de algunas cosas interesantes de la vida de aquella mujer, Florin abri el libro y lo hoje, para comprobar decepcionado que todas sus pginas estaban en blanco. Florin se sent en el sof y hoje otra vez el libro con detenimiento, para comprobar si quiz dentro poda haber guardado algn billete entre las pginas; no tuvo suerte. De mal humor, hizo una mueca con la boca y se pregunt nuevamente por qu aquella mujer haba gritado de una manera tan horrible, al darse cuenta de que le haban robado el bolso. Los doscientos treinta marcos no era ms que calderilla para alguien como ella. De repente, se sobresalt de miedo y abri los ojos por completo, pues en una de las pginas del libro abierto que tena en las manos aparecieron las palabras: La mujer ha gritado tan horriblemente porque el reconocimiento de que nada es seguro en la vida resulta doloroso. Sin embargo, necesitaba ese conocimiento para iniciar su camino al despertar, T la has ayudado en ese aspecto, as que tambin sers ayudado a encontrar el conocimiento que necesitas. Las manos del ladrn empezaron a temblar. La cabeza se le mova sin querer de un lado a otro, mientras volva a leer aquellas palabras. Despus se borraron tan inesperadamente como haban aparecido, y la pgina se qued nuevamente en blanco. Florin cerr aquel inquietante libro y, perplejo, lo dej otra vez sobre la mesa. Se levant, fue a la cocina y se prepar un combinado de vodka y limn con hielo. Al hacerlo se dio cuenta de que an le temblaban las manos. Vaci el vaso de un solo trago, se sirvi un segundo, encendi un cigarrillo y se sent a la mesa de la cocina. Conforme se fumaba el cigarrillo se fue tranquilizando. Haba tenido una alucinacin. Ese tipo de cosas pasan. Haba visto aparecer y luego desaparecer un escrito en una pgina en blanco. Un escrito que era capaz de leer sus pensamientos y contestar a sus preguntas. O sea, algo imposible. Estaba claro que sus ojos le haban hecho una jugarreta. Florin se sirvi un tercer vaso de vodka y sinti que su estado volva a normalizarse. Haba tenido una alucinacin totalmente loca. Mucha gente tena esa clase de experiencias, alucinaciones, sueos diurnos, visiones. Ahora l era uno de ellos. Poda soportarlo con tal de que no se repitiera nunca ms. Tras el tercer vodka y el segundo cigarrillo, Florin tuvo claro que ni el alcohol ni la nicotina le iban a ayudar a olvidar lo que haba vivido. No tena ms remedio que volver a probar. De modo que se puso en pie y se dirigi de nuevo al saln. Encima de la mesa estaba aquel libro blanco y delgado. Se senta 23

indispuesto, por lo que pens que quiz sera mejor irse a la cama sin ms. Sin embargo, tena la certeza de que no conseguira dormir sin antes averiguar si lo ocurrido haba sido real o no. Y es que poda no haber sido una alucinacin. As pues dej de lado su indisposicin, fue hacia la mesa y tom el libro entre sus manos. Lo abri y contempl las pginas en blanco. Si volva a aparecer algn escrito en l, es que no se trataba de ninguna alucinacin. Florin dese que no ocurriera. Pero s apareci, como creado por una mano insegura. Y ley: El que huye de la verdad, huye de s mismo. Qudate parado y esprate! Este libro te har compaa mientras tanto. Florin not que se le aflojaban las rodillas y se hundi en el sof con el libro en las manos. Las frases desaparecieron. Observ la pgina en blanco. Ahora s, pens, por qu grit la mujer. Por este libro increble. De dnde lo habra sacado? Cul sera su procedencia? Durante muchos siglos estuvo en manos de un alma que haba iniciado el camino al despertar y fue encantado por la luz que sta irradiaba, Y as ha permanecido protegido de las fuerzas de la naturaleza, Para obrar en el mundo intemporalmente. Ahora est en manos de un ladrn de bolsos. No s si comprendo, pens Florin, pero estoy muy impresionado. He ledo algunos libros y, desde luego, t eres muy especial. Entonces, dices que tengo que pararme y esperar. Y por qu tendra que hacer tal cosa? Para que puedas decirte a ti mismo la verdad que no quieres or, Y que, sin embargo, debes escuchar para preservarte de grandes daos. Bien, de acuerdo, pens Florin, voy a participar de este juego. Me quedar parado y esperar y adems escuchar lo que tengo que decirme. Entretanto, t me hars compaa. Es muy amable de tu parte. Al fin y al cabo no soy ms que un ladrn de bolsos. A los ojos de la sociedad soy un delincuente, un elemento daino. Y t quieres protegerme de grandes daos! Pero quin eres en realidad? De este libro sale la voz del espritu de la iluminacin, para llevar luz a la oscuridad 24

de las ilusiones. Entonces, Vivo en la oscuridad de las ilusiones? Sueas que vives, y slo puedes despertar con la muerte. Sin embargo, existe un despertar antes de la muerte.

Tambin para un ladrn? murmur Florin. Lo que un ladrn roba a los dems habr de serle robado a l mismo por otros, para que pueda alcanzar un conocimiento ms alto. Todo lo que haces a los dems, te lo han de hacer otros, para que puedas entenderlo por completo. Porque slo cuando lo comprendes totalmente, eres capaz de deshacerte de ello para siempre. Florin lanz un quejido. Aquello no presentaba muy buenas perspectivas. Le apeteca levantarse a beber otro vaso de vodka, pero esto tampoco sera de mucha ayuda. Haba robado un libro encantado que le hablaba directamente a su conciencia, lo que le haca sentirse a medio camino entre la fascinacin y el malestar. De modo que al ladrn le robarn todo aquello que l previamente ha usurpado? Y quin se ocupa de realizar tal acto de justicia? Quin lleva la cuenta de los daos de los que ha sido responsable? Florin slo les haba quitado un poco de dinero a algunas mujeres de buena posicin. Es que eso era tan malo? Mir al libro y ley: Tienes que reconocer y cuidar a los dems en ti mismo. No causes daos a los dems para no daarte a ti mismo. No robes a los dems para no robarte a ti mismo. Porque lo que tomas te ser arrebatado. y lo que das te ser dado. Eso no puede ser verdad murmur Florin.

Haba robado un libro con el que se poda conversar sin siquiera pronunciar una palabra. Una cosa as tena que ser nica en el mundo! Seguramente se podra vender a un precio desorbitante, con lo que Florin tendra la vida asegurada econmicamente hasta el final de sus das. En este mundo, cada vez ms material, todo tiene su precio, incluso una maravilla. Pero quien desee vender una verdadera maravilla, deber tener mucho cuidado para no ser engaado. 25

El malestar de Florin fue en aumento. Este asunto le vena grande. l no era ms que un ladronzuelo de piernas rpidas, que se haba especializado en los bolsos de las seoras. No reuna los requisitos necesarios para hacer negocios de esta magnitud. Florin lanz un quejido y se pas las manos por el pelo. Haba tenido la suerte de robar un libro mgico que se supona gozaba de un gran valor, pero no tena ni de lejos la oportunidad de convertirlo en dinero sin jugarse el todo por el todo en la operacin. La vida era injusta. Y el mundo, mala cosa. Dime, libro sabio musit -, por qu es tan malo el mundo?

Y ley: El mundo es tan malo o tambin tan bueno como lo experimente el hombre. Para el desesperado es un valle de lgrimas, para el feliz es un paraso. Pero todos se equivocan. Para el iluminado es un enigma que ha adivinado. Eso no me basta, pens Florin. Yo no soy el nico que siente que el mundo es malo. Hay mucha gente que piensa como yo. El mundo es injusto y gris; est lleno de violencia y odio, de guerra y enfermedad. Los criminales comercian con hombres indefensos como si fueran mercancas. Los asesinatos estn a la orden del da. Los ricos con su codicia se ren en la cara de los hambrientos. La honradez no es ms que una palabra. Incluso las parejas se mienten entre s y los amigos se traicionan. El honrado es en la mayora de los casos el tonto. Yo solo soy un ladrn de poca monta que asusta a las mujeres. Los hay peores que yo, mucho peores. En este preciso momento, aparecieron las siguientes frases: No debes compararte con los que son an peores, sino que debes dirigir tus ojos a los mejores. De lo contrario cmo podras mejorar? Florin pens involuntariamente en Amanda seguro que ella era mejor persona que l. Lo ms probable, es que se sintiera muy triste en aquellos momentos. Entonces y para su gran sorpresa, la vio en las pginas del libro como si apareciera en una pequea pantalla. Y tambin la poda escuchar. Tena la cabeza agachada y lloraba. Junto a ella estaba un hombre mayor de pelo gris y rizado que la consolaba. La abrazaba y deca: Por favor, Amanda, no te hagas ningn reproche. As no solucionars nada. Por qu no me fui en el tranva directa a casa? oy Florin que deca Amanda entre sollozos. No podas imaginarte que un ladrn te iba a robar el bolso!

Despus la imagen se borr de las pginas del libro. Florin sinti pena por Amanda y volvi a escuchar el grito desgarrador. El libro mgico haba dicho que con aquel robo, Amanda tendra el doloroso conocimiento de que nada es seguro en la vida, y que es necesario reconocer tal cosa para poder tomar el camino al despertar, sea esto lo que fuera. Por lo tanto, la haba ayudado con su robo, de tal manera que de lo malo se haba originado lo bueno.

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El libro haba afirmado que la vida era un sueo, aunque existe un despertar antes de la muerte. Cmo sera ese despertar? Cmo podra conseguirlo el hombre? Sera un regalo o habra que ganrselo a fuerza de trabajar? En una de las pginas del libro mgico apareci lo siguiente: Para aquel que lo aora con toda su alma ser un regalo. Todo lo esencial sucede por s mismo, cuando llega la hora. El pelo no crece ms deprisa porque se tire de l. Un esfuerzo disparatado puede incluso ser perjudicial en el camino hacia la luz. Y en qu consiste esa luz misteriosa, le pregunt al libro con sus pensamientos.

Apareci la respuesta: No es el cuidado de los propios intereses, el silencio ante el error, el derroche de fuerza y tiempo. No es presin y dificultad, estrechez y necesidad, enfermedad y sufrimiento, engao y decepcin. Vale, pens Florin, no es nada de eso. Pero, qu es? Es la liberacin Del alma de las cadenas del engao. Es el alegre reconocimiento de haber sido siempre feliz sin haberlo sabido. Es el fin de la incertidumbre, la consecucin del crculo de los renacidos, la despedida del ser humano. Ah, pens Florin, eso s que es fuerte! La despedida del ser humano! Y entonces, en qu se convierte uno cuando deja de ser un ser humano? Ya no es ola por ms tiempo, sino ocano. No se es parte, sino el todo. 27

No se es Yo, sino Nosotros. No se es temporal, sino eterno. Todo eso suena muy imponente, se dijo Florin, pero tambin muy abstracto. Podras ser quiz algo ms concreto? De repente, las pginas del libro se volvieron an ms blancas, como si en ellas despertara una luz que hubiera permanecido dormida hasta entonces. Florin mir embelesado aquella luz que sala a chorros del libro, y que cada vez se haca ms brillante y reluciente. Sinti como flua en su interior a travs de sus ojos abiertos y cmo se extenda por l. Y aquella luz continuaba hacindose ms y ms magnfica y mgica. Pareca contener en s misma todo lo que era fuerte, bello y bueno. Florin olvid todo lo que le rodeaba, se olvid de s mismo. Lo nico que importa era aquella maravillosa luz. Sinti fuerza, armona y una paz dentro de s que no haba experimentado nunca antes. Su conciencia estaba clara y no pareca conocer ninguna frontera. Se not ligero como una pluma. Pero, de pronto, la luz fluy de nuevo al libro blanco. Florin no saba cunto tiempo haba permanecido aquella luz en su interior, pero se dio cuenta de que algo esencial dentro de l haba cambiado, y que ese cambio era un regalo del cielo. Haba comprendido que exista una vida ms alta, con cuya belleza y magnificencia nunca habra osado soar. Imposible de detener, la luz sali de l y regres a su foco de procedencia. La tristeza que esto le produca se vio superada por la alegra que senta Florin de haber podido experimentar aquella luz celestial. Ahora saba que haba algo que haca que la vida fuera no slo valiosa, sino adems interesante, llena de sentido e intensa: La bsqueda de la luz del libro mgico. De golpe, Florin se vio afectado por un cansancio insoportable; se tumb en el sof y cay en un sueo profundo que le sumi en una pesadilla que nunca olvidara. En aquel sueo, Florin se vio a s mismo sentado en una silla de madera a la que estaba atado, en una habitacin vaca con una puerta cerrada. No poda mover ni las piernas ni los brazos. Mientras se preguntaba cmo haba podido acabar en aquella desagradable situacin, la puerta se abri. Una mujer elegantemente vestida entr en la habitacin, se dirigi directamente hacia Florin, estir una mano y le rob un ojo. Extraamente no le hizo ningn dao y tampoco sangraba. Pero Florin estaba muerto de miedo. Cuando la mujer sali de la sala, lanz un grito de desesperacin. Despus entr una segunda mujer. Se acerc a Florin con risa maliciosa, le arranc la nariz en un instante y desapareci con pasos rpidos. Aterrado, sinti que no poda respirar por la nariz, as que, necesariamente, tuvo que abrir la boca. Cuando Florin vio que entraba una tercera mujer, le grit suplicante: Por favor, no me quites la boca! Me sera imposible respirar y morira.

La mujer que iba vestida tan elegante como sus predecesoras, se qued parada ante l. No tengas miedo! No te voy a quitar la boca. No pretendamos matarte. Si te mueres, no puedes sufrir. Y si no sufres, no sers capaz de entender, comprendes?

Se ech a rer, extendi los brazos y tir con un fuerte tirn de las manos de Florin. l grit, aunque no senta dolor. Tampoco esta vez sangr. nicamente se qued sin manos como si, de hecho, no las hubiera tenido nunca. La mujer hizo una mueca y se tap los odos. Debera haberte robado la voz. Pero estaba interesada en tus manos. Sin ellas te ser imposible robar. Un ladrn sin manos es un ladrn acabado.

Entonces entr la cuarta mujer. Tampoco demostr ninguna compasin. Se acerc a Florin con pasos rpidos y le arranc de un fuerte tirn las dos orejas. Ya no poda or, ni siquiera sus propios gritos. 28

Por ltimo entr en la sala una quinta mujer. Llevaba un traje negro, con mucho estilo. A Florin le pareci haberla visto ya antes en algn lugar. Tambin las anteriores cuatro mujeres le resultaban conocidas. De golpe cay en la cuenta de qu las conoca: Eran cinco de las vctimas a las que haba robado el bolso! La quinta mujer no hizo ningn gesto mientras se acercaba a Florin; se qued parada ante l, estir la mano y le quit el otro ojo. Florin aullaba de terror y desesperacin. Ahora todo estaba oscuro, era un espacio sin fin, inquietante y profundamente negro. Florin dej de ver, or y oler; respiraba jadeante a travs de la boca. Haba cado en unas terribles tinieblas que amenazaban con devorarle. Perdonadme! grit, sin or su voz, sin saber si alguien le entenda -. Por favor, perdonadme todas a quienes os haya robado. No saba lo que haca. Lo siento. Nunca ms volver a robar! Nunca ms!

Cuando entr la sexta mujer, pens que al menos a sta no la vea, ni oa sus pasos ni poda oler su perfume. Seguramente me quitar algo. Si es la boca, morir. A Florin empez a temblarle todo el cuerpo. Senta autntico pnico de la muerte y de quedar encerrado para siempre por ella en aquella oscuridad espantosa que no tena salida. De repente, Florin sinti que unos labios se posaban en su boca. Unos labios clidos que le besaban con ternura. Y, despus, como por arte de magia, otra vez poda ver, oler y or y las manos volvieron a su lugar. El beso de aquellos labios le haba devuelto todo lo que antes le haban robado. La mujer, a la que Florin devolvi el beso, le sonro y las ataduras de las manos y de los tobillos se cayeron. Se levant y mir a su salvadora a la cara. Era la mujer a la que haba sustrado el libro mgico, Amanda. Por qu le haba besado, si le haba robado una maravilla? Estara loca? O acaso le gustaba? No, por qu le iba a gustar alguien como Florin? Un miserable ladrn de bolsos que atacaba por detrs, ocultando la cara y huyendo como una liebre! Pero ella le sonrea sin moverse del sitio, y l era incapaz de comprender que aquella mujer le acabara de devolver la vida. Con su beso le haba salvado de un infierno y le estaba eternamente agradecido, aunque no alcanzaba a comprender cmo poda demostrrselo. Y precisamente entonces ella le dice: Gracias!

Su perplejidad era tan grande que se despert baado en sudor. Reflexion largamente sobre aquel sueo del que poda recordar hasta el ltimo detalle. Se le pasaron por la mente los tres ltimos aos de su vida; aos durante los cuales haba asustado terriblemente y robado a un sinnmero de mujeres, mientras tranquilizaba su conciencia y su vergenza con el argumento de que no era ms que un ladronzuelo, que los verdaderos criminales haca cosas mucho peores que sustraerles el bolso a las seoras de buena posicin. Sin embargo, en aquel momento Florin comprendi que haba hecho dao a muchas personas y que no era una disculpa que en el mundo existiera gente mucho peor que l. Saba que no poda ocultar por ms tiempo su culpa y, sobre todo, saba que no poda seguir aumentndola con sus actos; muy al contrario, era la hora de remediar los daos. Se propuso empezar de inmediato. En su sueo haba prometido a la mujer que no volvera a robar, y mantendra su palabra. Su carrera como ladrn se haba terminado en aquel punto. Nada ms tomar esta decisin, Florin cay en un sueo profundo y durmi tan bien como no lo haba hecho desde haca muchos aos. 29

Amanda se qued paralizada por el espanto, al darse cuenta de que alguien le haba robado el bolso en el que llevaba el libro mgico. Era como si no pudiera seguir respirando. Despus, el horror y la parlisis se descargaron en un grito involuntario. Se volvi y divis a un hombre que se alejaba corriendo por la otra acera de la calle. Llevaba el bolso en la mano, pero corra a tal velocidad que a Amanda no se le ocurri ni siquiera tratar de perseguirle. Justo en aquel momento, el hombre se meti por una calle adyacente y ya no se le vio ms. Una seora mayor se acerc a Amanda. Qu ha pasado? pregunt -. Por qu ha gritado usted? Un ladrn me ha robado el bolso. Entonces tiene que ir a la polica y denunciar a ese tunante! Hay que impedir que esos pcaros sigan repitiendo estos actos. Ni siquiera s el aspecto que tena. Ah, no? Pues en ese caso, jovencita, me temo que no volver a ver el bolso. Llevaba mucho dinero?

Amanda hizo un gesto negativo con la cabeza. No. Pero si haba algo que no se puede pagar con dinero. Lo siento mucho respondi la mujer -. A veces la vida es dura. 30

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S susurr Amanda y ech a andar.

Camin por las calles del centro de la ciudad sin rumbo fijo. Las lgrimas le cegaron los ojos. Un hombre se dirigi a ella y le pregunt si poda ayudarle de alguna forma. Amanda contest que no con la cabeza y continu su camino. Al final comprendi que sin darse cuenta se diriga a casa de su padre. Adnde iba a ir si no? Las llaves de su apartamento estaban en el bolso. Por segunda vez en el mismo da, se hallaba frente a la puerta de su padre; se sec las lgrimas del rostro y llam al timbre. Cuando Roland abri y vio la cara de su hija, asustada, pregunt: Amanda! qu te ha pasado? No fui directa a casa. Me baj del tranva en el centro, porque me apeteca pasear un poco por las calles. Me par ante el escaparate de una librera y un ladrn aprovech la ocasin para robarme el bolso con el libro dentro.

Su padre se mordi los labios, tom a Amanda de la mano sin decir ni una palabra y la llev al saln. Encontr un libro mgico y lo he perdido enseguida. No lo he sabido proteger bien. No he cumplido con mi obligacin.

Su padre la abraz: Por favor, Amanda, no te hagas ningn reproche. As no solucionars nada. Por qu no me fui en el tranva directa a casa? se deca Amanda entre sollozos. No podas imaginarte que un ladrn te iba a robar el bolso! Quiz deba suceder as admiti Amanda. Qu quieres decir? Si el libro mgico no lo hubiese querido, quiz no habra ocurrido. Tena la intencin de hacerle an muchas preguntas, pero es posible que haya perdido mi oportunidad. Pensaba que podra preguntarle maana y pasado maana. A lo mejor lo que pretenda ensearme es que no hay nada en lo que se pueda confiar. Que todo puede pasar de repente y que por eso, necesariamente, hay que aprovechar el momento. Pero, por qu tena que ensermelo de una forma tan amarga?

Amanda comenz a llorar otra vez. Su padre le acarici el pelo con cario. Amanda, lo mejor es que vayamos a la polica y denunciemos el robo. Seguramente te ensearn fotos de ladrones y quiz puedas reconocerle. Eso no tendra sentido, Roland. No le he visto la cara. Ni siquiera s si tena el pelo claro u oscuro. No s absolutamente nada de l. No tenemos ms remedio que aceptar que hemos perdido el libro mgico para siempre.

Roland quiso replicar a su hija, pero no era de esa clase de hombres a los que les gustara dar falsas esperanzas, y mucho menos a alguien a quien quera. Saba que Amanda tena razn. Lo ms probable es que el ladrn no se diera cuenta del significado de aquel libro blanco, y lo tirara directamente a una papelera. En el caso de que comprendiera que haba robado un libro mgico, intentara venderlo al precio ms alto posible. En ambos casos, las posibilidades que Amanda tena de recuperar el libro eran nulas. Quieres quedarte aqu a pasar la noche? le pregunt.

Amanda se solt de los brazos de su padre y respondi: No Roland. Gracias. Es muy amable de tu parte, pero ya sabes que prefiero estar sola cuando estoy triste. Me dejas las llaves de mi apartamento que guardo aqu y algo de dinero para el tranva? 31

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Ahora no te vas en tranva! Yo te llevo a tu casa en coche, Amanda. Y si me necesitas para algo ms, me llamas e ir de inmediato.

Amanda asinti y trat de sonrer pero no lo consigui. Cuando su padre la dej en casa, Amanda se dej caer en la cama y se hundi en un mar de tristeza en el que no prosperaba ninguna esperanza. Haba encontrado un libro mgico slo para perderlo poco despus y no lo iba a encontrar nunca ms. No tena ms remedio que aceptarlo. Por qu aquel maldito ladrn la haba elegido a ella precisamente? A lo mejor el propio libro mgico quera castigarla de esta manera, por no estar dispuesta a compartirlo con nadie ms que con su padre. Preguntas absurdas! Pens Amanda. Lo que ha pasado no tiene vuelta de hoja. Amanda se sec los ojos llorosos. Necesitaba dormir, simplemente dormir, pero el sueo no llegaba y la tristeza se le haca insoportable. Se hizo tan fuerte que Amanda abandon la lucha, como el ahogado que ya sin fuerzas se entrega al agua que le quiere tragar. En ese preciso instante desapareci su desesperacin de forma mgica. Cuando Amanda estaba dispuesta a abandonarse por completo, su dolor se disolvi en el aire dejando lugar a una inesperada tranquilidad que le llen todo su ser. Una tranquilidad que le hizo entender que todo lo que suceda tena un sentido. Una desgracia poda ser una felicidad enmascarada y una felicidad poda convertirse en una desgracia con el tiempo. No haba nada seguro; muchas cosas aparecan disfrazadas. Haba que traspasar los disfraces. La mirada deba ir a lo esencial. Se necesitaba sabidura y paciencia, y tranquilidad, tanto al ganar como al perder, pues haba algo que no se perda nunca, que no se ganaba, porque siempre estaba presente y siempre lo estara. Pronto aquella tranquilidad que Amanda haba encontrado tan sorprendentemente le trajo el sueo que aoraba.

Amanda se despert a la maana siguiente con el sonido del telfono. Somnolienta contest con un susurrante: Dgame! Es usted Amanda? pregunt una voz que no reconoci y que segn pareca perteneca a un hombre joven. S. Quin es usted? Me llamo Florin. Soy el hombre que le rob el bolso ayer por la noche.

Al instante, Amanda se despert. 32

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Quisiera pedirle disculpas. Si hubiese sabido lo que le robaba, no lo habra hecho. La asust y la puse muy triste, y lo siento de verdad. Intentar remediar el agravio. Quisiera devolverle el libro y, por supuesto, tambin el monedero, el billetero y las llaves. Tambin le dar un bolso nuevo que acabo de comprar y que apenas se puede diferenciar del suyo. Cundo puedo darle todas esas cosas? La direccin que est en su carn de identidad sigue siendo correcta, verdad?

Al cabo de unos segundos, Amanda se oy a s misma decir: S, es correcta. Cundo le viene bien a usted? Preferira que fuera ahora mismo. Es posible? S. Muy bien. Pues, de acuerdo dijo el joven y colg el telfono.

Los sentimientos y los pensamientos de Amanda se arremolinaron como las hojas de una tormenta de otoo. A qu loco juego estaba jugando la vida con ella? Se levant, se ase rpidamente y se visti. Acababa de peinarse cuando son el timbre. Abri la puerta del apartamento. All se encontr con un joven delgado de unos treinta aos, que le tenda un bolso negro con una sonrisa insegura. Est todo dentro murmur, y baj la cabeza. Pase, por favor! respondi Amanda.

El hombre pareci alegrarse de la invitacin y la sigui hasta el saln. Sintese, Florin! Le apetece beber un zumo de naranja? S, muchas gracias.

Mientras Amanda serva un par de vasos de zumo, el joven sac el libro del bolso de piel y lo dej cuidadosamente sobre la mesa. Sabe lo que es? le pregunt Amanda.

Florin asinti. Algo que parece imposible que exista. Es una maravilla. De dnde lo ha sacado? De las excavaciones de un monasterio budista al norte de la India. Un hombre, supuestamente un budista hind, que hace muchsimo tiempo busc un conocimiento ms alto y consigui encontrarlo, lo impregn para siempre de la magia de su iluminacin. Est por encima de las leyes materiales de este mundo. As es como ha podido permanecer intacto una eternidad bajo la tierra de aquel pas. Ya no me sorprende nada explic Florin.

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Amanda le mir a los ojos y le pregunt: Por qu me devuelve este libro? Podra haber hecho una fortuna con l. Hay cosas ms importantes en la vida que hacer fortuna. Sobre todo, cuando se ha vivido como yo lo he hecho en los ltimos aos. Este conocimiento se lo debo a este libro mgico. Me ha convertido en otro hombre; un hombre que tiene muchos agravios por deshacer.

Amanda respir profundamente. Sinti que la tristeza que le haba impedido dormir durante mucho tiempo, empezaba a desaparecer, dejando paso a la luz de la alegra que la invada, pues haba encontrado aquel tesoro que ya daba por perdido para siempre. Saba que en aquel momento estaba aprendiendo algo esencial que no acertaba a nombrar. Entonces, Est decidido a devolverme el libro? S. Y me gustara contarle una cosa, si me lo permite. S? Le escucho. 33

Florin busc las palabras correctas. Bueno, anoche so con usted. En este sueo me encontraba desamparado en manos de seis mujeres a las que rob una vez en la realidad. Esas mujeres estaban furiosas conmigo, muy furiosas, y se vengaron de m. La primera me quit un ojo; la segunda, la nariz; la tercera se llev mis manos, la cuarta, las orejas, y la quinta, el otro ojo. La sexta mujer era usted. Yo? Y qu le quit yo? Usted me bes en la boca. Perdn, qu dice que hice? S. Me bes y todo volvi a mi cuerpo: los ojos, las orejas, la nariz, las manos y la vida. Usted me salv de un infierno de miedo y desesperacin. Precisamente a m que le haba robado su libro mgico. Y despus, usted hizo algo totalmente incomprensible. Me dio las gracias. Eso me sorprendi tanto que me despert. Y cmo entiende ese sueo? pregunt Amanda. Yo creo que usted se compadeci de m, al ver como me mutilaban las otras mujeres. Su compasin era ms fuerte que su ira hacia m. Usted venci el asco que provocaba mi rostro desfigurado y me bes en los labios. Y con ese acto me cur. Esto lo puedo entender, pero por qu me dio las gracias? Quiz porque su curacin me mostr lo que la compasin es capaz de hacer. No obstante, no debe olvidar que yo slo era una figura de su sueo.

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Los ojos de Florin recayeron en el libro mgico. Tengo la impresin dijo -, de que este libro me mand ese sueo. Por la tarde me haba enseado un paraso de luz y, por la noche, me lanz a un infierno de oscuridad. Le mostr un paraso de luz?

Florin se ech a rer. S. Una sensacional luz blanca sali del libro, fluy dentro de m y me llen de un brillo indescriptible. Nunca antes en mi vida me haba sentido tan maravillosamente. Despus, la luz volvi al libro. Siempre haba credo que saba lo que quera. Pero me equivocaba. Ahora s lo que busco en realidad: la magia, la belleza y la paz de esa luz.

Amanda sonri a Florin. Le costaba creer que aquel joven de rostro interesante y de ojos alegres fuera un ladrn. De verdad que le ha robado usted el bolso a muchas mujeres?

Florin baj la vista. S, a bastantes. Y a qu se dedicaba antes de ser ladrn? Se va a rer, hice una carrera: filosofa, porque buscaba el sentido de la vida. Pero los libros que lea, no me ayudaban mucho a decir verdad. Cada filsofo tena su propio concepto del mundo, pero ninguno de ellos me convenca verdaderamente. Cada vez me fui sintiendo ms decepcionado. Empec a descuidar los estudios; no obstante, consegu terminarlos. Pero tuve poco xito por que con una formacin como sa, hoy en da, apenas existe ninguna salida profesional, incluso para la gente que los acaba con un buen expediente, cmo fue mi caso. Me present a muchos puestos de trabajo al finalizar la carrera, pero me rechazaron en todos. Y de qu ha vivido todo este tiempo? quiso saber Amanda. Me he ido manteniendo con trabajos ocasionales y temporales durante tres aos. En su mayora eran actividades que no tenan nada que ver conmigo. Preferira ahorrarme los detalles. No me gusta acordarme de esa poca; fueron los peores aos de mi vida. Al cabo de un tiempo encontr un empleo aceptable, y me enamor de una mujer fascinante. Medio ao despus perd el trabajo y a mi novia en la misma semana, como si hubiera sido obra del diablo. Fue demasiado golpe, y tom un camino equivocado. Estaba tan desesperado que Dgame, de verdad le interesa lo que le cuento? 34

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S, mucho le contest animada Amanda a Florin asintiendo a la vez con la cabeza -. Por favor, siga contando!

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De acuerdo. Durante semanas permanec tumbado en el sof, baado en desesperacin y autocompasin. Dej de comer apropiadamente, fumaba un cigarrillo tras otro y beba muchsimo vodka. Econmicamente tambin estaba en las ltimas. Ya no poda pagar el alquiler. El dueo de la casa me amenaz con echarme a la calle. Mi orgullo me impeda pedir ayuda social o pedir limosna. Justo entonces vi. en una pelcula en la televisin como un hombre le robaba el bolso a una mujer. Cort las asas con unas tijeras, agarr el bolso y se larg corriendo. Pareca bastante sencillo, as que pens que yo tambin poda hacerlo llevado por la necesidad. Decid pues convertirme en un ladrn de bolsos. Y la moral? Al fin y al cabo, usted haba estudiado filosofa. Lo primero es poder comer, despus viene la moral. El frigorfico estaba vaco, el banco no me prestaba dinero, el casero me amenazaba con echarme. Estaba con el agua al cuello y en una situacin as se puede llegar a tomar tales decisiones, comprende? Y sus padres o parientes no podan ayudarle? Mi madre muri hace ya muchos aos respondi Florin en voz baja -. Ella me quera. Mi padre, no. Lo puedo decir as de claro. Me pag los estudios, porque la ley le obligaba a ello. Cuando acab, nunca ms me dio ni un solo marco, aunque le sala el dinero hasta por las orejas. Nos peleamos hace un ao y desde ese da no nos hemos vuelto a hablar. Le he decepcionado; soy muy diferente a como es l. El resto de mis parientes o estn muertos o han hecho lo posible para que yo no los volviese a ver. Pero eso no es ninguna justificacin para cometer robos.

Florin asinti. Desde luego. Ahora tambin yo soy consciente de ello. Pero entonces cuando empec, lo vea de otra manera. Estaba deprimido, desesperado y tena miedo de ser un fracasado. Tampoco quera volver a los humillantes y mal pagados trabajos temporales. La solucin fue robarle el bolso a las seoras de buena posicin. Con ello consegu solucionar rpidamente mis problemas financieros. Lo haca bien; nunca me dej sorprender. Hubiera llegado el da en que le pillaran dijo Amanda. S probablemente admiti Florin -. Enseguida me hubiese fabricado una justificacin para aplacar mi mala conciencia. Claro que slo me habra engaado a m mismo. Ahora s que he causado dao y que debo repararlos. Espero ser capaz de ello. En el sueo que tuve anoche, usted me salv; sin embargo, esto es la realidad. Puede de verdad perdonarme que le robara?

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Amanda respir profundamente, cogi el libro mgico y se puso de pie. Se dirigi hacia la ventana con pasos lentos y abri el libro. Aunque no alcanzaba a comprender lo que le pasaba, sinti en lo ms profundo de su interior que era as como deba suceder. Y despus, llena de alegra, vio que aparecan las siguientes palabras en una de las pginas: El que no ha permanecido hundido en el infierno de la desesperacin, no puede subir al cielo de la liberacin. Amanda comprendi. Todo haba sido obra del libro mgico. En su sabidura, se haba hecho robar por un ladrn para unir los destinos del uno con el otro. A Amanda no le gustaban los ladrones, pero acaso no haba actuado ella misma como un ladrn al ocultar el libro mgico en su chaqueta en las excavaciones en la India? Este libro perteneca al estado 35

hind y ella se lo haba adueado como propio. Cmo poda entonces censurar a un ladrn, al que la necesidad y el orgullo le haban llevado por un camino equivocado? Ella misma no era mejor que l. Amanda cerr el libro mgico y se acerc a Florin, que se levant sin pensar. Se qued a un paso suyo, le mir a los ojos y le dijo: Usted ha.. no, no puedo seguir tratndote de usted. Me has preguntado si te perdono. No tengo nada que perdonarte. Tanto t como yo slo obedecemos la voluntad de este libro. Nos ha unido para ayudarnos el uno al otro a encontrar conocimientos importantes, que no hubisemos hallado solos.

Cuando Amanda vio el alivio reflejado en el rostro de Florin, avanz hacia l y le dio un beso en los labios. Gracias le dijo en voz baja.

Florin se toc los labios mientras dibujaba un gesto de incredulidad en la cara, como si no pudiera creer que Amanda le hubiera besado de verdad. Ha sido como en mi sueo musit.

Amanda sonri y se sent de nuevo. Florin sigui su ejemplo. Dijiste que seguramente a este libro le impregn con la magia de su iluminacin un budista. No s demasiado sobre el budismo. No existe un nico budismo le explic Amanda -, sino una gran variedad de tipos, escuelas y tradiciones. Por ejemplo, el budismo tibetano concede un gran valor a la expresin de la compasin. El budismo japons, tambin llamado Zen, intenta traspasar el entendimiento ms all de sus lmites, porque la iluminacin slo se puede conseguir ms all del pensamiento. Los pensamientos son una gruesa capa de nubes, que hay que disolver para que los rayos del sol de la iluminacin puedan alcanzar el alma. Suena potico dijo Florin. S, pero detrs de esas imgenes existen verdaderas experiencias que, nosotros los europeos, apenas conocemos, porque no nos tomamos las molestias ni el tiempo necesarios, para llegar a ellas. Se nos manda a las escuelas donde nos transmiten saber y donde se nos distrae del hecho de que nadie nos proporciona verdadera sabidura. Llevamos a cabo una formacin, elegimos una profesin e intentamos ocupar una buena posicin dentro de la sociedad. Nuestros continuos esfuerzos por tener xito profesional y felicidad en nuestra vida privada agota todas nuestras energas y ni siquiera lo notamos. Slo en ciertos momentos sentimos un vaco inquietante, como si todo aquello que nos hemos creado tan trabajosamente no nos proporcionase ninguna satisfaccin real. S. Conozco esa sensacin confes Florin. Prcticamente todo el mundo la conoce aadi Amanda -. La gente se agarra a la vida y consigue todo lo que puede y, sin embargo, se siente vaca. Le falta algo. De hecho, le falta lo ms importante, lo esencial: La satisfaccin del alma. Y empieza a buscar a sus semejantes. Algunos vuelven sus ojos al budismo. Y el budismo pregunt Florin -, les ayuda?

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Amanda asinti. Para algunos puede ser una gran ayuda. Otros necesitan una ayuda diferente. A m me ha sido muy til de distintas formas.