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Algo más que una entrevista: la Díaz-Creelman, 1908 Mauricio Tenorio Trillo Es hábito que las historias nacionales cuenten guerras, catástrofes natura- les, actos heroicos o la escritura de constituciones. Pero hay pocas como la historia mexicana que hayan hecho de una entrevista un pasaje que no puede dejar de contarse. Así ha sido la entrevista otorgada a fines de 1907 por el entonces presidente mexicano, Porfirio Díaz, al periodista James Creelman, publicada en Nueva York en marzo de 1908 en la revista Pearsons Magazine ("El Presidente Díaz: Héroe de las Américas"). Poco después, extractos de la entrevista fueron traducidos al español y publica- dos en México por el periódico ElImparáal, un diario favorable al régimen. Se sabe lo que dijo Díaz a través de la traducción al inglés, no por la trans- cripción de las frases exactas del añoso general que nunca habló tal lengua. Pero fue en esa entrevista en la que unas cuantas frases, soltadas entre las casi cincuenta páginas a doble columna, causaron revuelo en México entre 1908 y 1910. Desde entonces, la entrevista y sus célebres frases han sido historia nacional como pocas cosas. Éstas eran las frases: "No importa lo que digan mis amigos y mis segui- dores, me retiro cuando finalice mi presente periodo presidencial y no serviré otra vez. Tendré ochenta años entonces". Se refería a la elección de 1910, y añadía: ''I welcomean oppositionparty in theMexican Republic" ("doy por bienvenido un partido de oposición en la República mexicana"); si aparece, lo consideraré una bendición, no un mal. Y si puede desarrollar poder, no para explotar sino para gobernar, estaré a su lado, lo apoyaré, lo aconsejaré y me olvidaré de mismo en la inauguración exitosa de un gobierno completamente democrático en el país". El resto es historia: la aparición del libro de Francisco I. Madero {La sucesión presidencial de 1910\ 117

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  • Algo ms que una entrevista: la Daz-Creelman, 1908

    Mauricio Tenorio Trillo

    Es hbito que las historias nacionales cuenten guerras, catstrofes natura- les, actos heroicos o la escritura de constituciones. Pero hay pocas como

    la historia mexicana que hayan hecho de una entrevista un pasaje que no puede dejar de contarse. As ha sido la entrevista otorgada a fines de 1907 por el entonces presidente mexicano, Porfirio Daz, al periodista James Creelman, publicada en Nueva York en marzo de 1908 en la revista Pearsons Magazine ("El Presidente Daz: Hroe de las Amricas"). Poco despus, extractos de la entrevista fueron traducidos al espaol y publica- dos en Mxico por el peridico ElImparal, un diario favorable al rgimen. Se sabe lo que dijo Daz a travs de la traduccin al ingls, no por la trans- cripcin de las frases exactas del aoso general que nunca habl tal lengua. Pero fue en esa entrevista en la que unas cuantas frases, soltadas entre las casi cincuenta pginas a doble columna, causaron revuelo en Mxico entre 1908 y 1910. Desde entonces, la entrevista y sus clebres frases han sido historia nacional como pocas cosas.

    stas eran las frases: "No importa lo que digan mis amigos y mis segui- dores, me retiro cuando finalice mi presente periodo presidencial y no servir otra vez. Tendr ochenta aos entonces". Se refera a la eleccin de 1910, y aada: ''I welcomean oppositionparty in theMexican Republic" ("doy por bienvenido un partido de oposicin en la Repblica mexicana"); si aparece, lo considerar una bendicin, no un mal. Y si puede desarrollar poder, no para explotar sino para gobernar, estar a su lado, lo apoyar, lo aconsejar y me olvidar de m mismo en la inauguracin exitosa de un gobierno completamente democrtico en el pas". El resto es historia: la aparicin del libro de Francisco I. Madero {La sucesin presidencial de 1910\

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    publicado tambin en 1908, la contienda electoral de 1910, el levantamien- to de Madero... la Revolucin mexicana. Esta es, pues, la entrevista que hizo historia. Cul es la historia de la entrevista.''

    ENTREVISTA.!'

    Dos personajes forman esta escena de la historia nacional: James Creelman y Porfirio Daz. El escenario fue puesto por una revista de amplia circula- cin, Pearson'sMagazine, de origen ingls, pero que a partir de 1899 empe- z a ser publicada en Nueva York con una mezcla de artculos de poltica, artes y literatura, as como ensayos de difusin cientfica, literatura del mundo y, sobre todo, reportajes sobre lugares lejanos (China o India), sobre el vecino (Mxico) o sobre zonas de conflicto mundial. Era una revista que en su momento supo combinar varias innovaciones: no slo buenos escri- tores, sino tambin periodistas viajeros que mandaban informes de prime- ra mano y el uso intensivo de la fotografa no como simple testimonio de veracidad sino como composicin grfica de ideas complejas.

    James Creelman naci en Canad pero hizo su carrera de periodista en Nueva York, muy ligado al nuevo tipo de periodismo de investigacin que se haba vuelto popular en Estados Unidos a fines del siglo xix. Muy joven se lig a los crculos del Partido Republicano, el cual fue transformado, primero en Nueva York y luego en el pas entero, por uno de los polticos ms importantes de la historia de Estados Unidos, Theodore Roosevelt. No se comprende la famosa entrevista sin este dato: Creelman fue uno los cronistas y seguidores de la transformacin "Roosevelt" del republicanis- mo estadounidense.

    En la poltica estadounidense, Roosevelt apersonaba dos importantes impulsos polticos de principios del siglo xx: el primero, dar rienda suelta a Estados Unidos como potencia imperial mundial -en competencia sobre todo con Espaa, Inglaterra, Francia, Alemania, Rusia y Japn-; y el segun- do fortalecer el gobierno federal ante los estados y, sobre todo, ante el po- dero de las grandes compaas surgidas a lo largo de la segunda mitad del XIX (fortunas hechas con el petrleo, los ferrocarriles, las cadenas comercia- les, la minera y la industria). En esos aos Estados Unidos se embarca en la guerra con Espaa (1898), en la cual particip Roosevelt como hroe

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    militar, y acaba en la ocupacin estadounidense de Cuba, Puerto Rico y las Filipinas. Tambin son los aos de la independencia panamea apoyada por Roosevelt para construir el canal de Panam con control estadouniden- se. Este republicanismo, adems, ostentaba una nada sutil superioridad racial: la de los "orgenes anglosajones" de la democracia estadounidense. En fm, en 1908 este republicanismo era popular y haba tenido xitos im- periales. Creelman haba sido el reportero a cargo de contar estos triunfos en Cuba, en Filipinas y en el Pacfico. Y como tal haba dado noticia tanto de las victorias militares estadounidenses como de la inferioridad de las razas derrotadas.

    Para 1908, el otro protagonista de la entrevista, Porfirio Daz, ya no pa- reca el caudillo oaxaqueo que a travs de un golpe de Estado haba llega- do al poder en 1875, como tantos otros caudillos a lo largo del siglo xix. Para propios y extraos, Daz haba adquirido perfil de estadista, de hombre de Estado, aunque hubiera renegado del lema que lo llevara al poder ("no reeleccin").

    Hasta donde es posible saber, Creelman fue llamado por Porfirio Daz, acaso por intermediacin del poderoso empresario y poltico de Chihuahua, Enrique Creel, buen conocedor de Estados Unidos. Daz esperaba que Creelman no slo le hiciera una entrevista sino que escribiera un libro en ingls dedicado al progreso de Mxico para as mejorar la imagen interna- cional de Mxico. Comprar periodistas era y es costumbre de todo tipo de polticos, no slo de dictadores. Pero el caso de Creelman fue ms que una compra. No fue slo el dinero lo que llev a Creelman a venir a Mxico a fines de 1907. Por eso, la famosa entrevista fue ms que una simple entre- vista: fue un largsimo ensayo, parte entrevista, parte anlisis racial de los mexicanos, parte reporte del progreso de Mxico, parte ensayo fotogrfico y parte de un libro de 442 pginas, 12 fotografas, publicado en 1911 en Nueva York y Londres: Daz Master of Mxico (algo as como Daz el amo o el domador o el educador de Mxico).

    Lo publicado por Pearson'sMagazineem, as, una entrevista que enmas- caraba las claras intenciones del reportero, las cuales hacen de la entrevista tres textos simultneos: un informe antropolgico, un laurel a la figura mundial de Daz y, finalmente, un panfleto a favor de la reeleccin de T. Roosevelt en 1908. Daz se prest a estas intenciones, las busc, no porque

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    compartiera del todo la visin de Creelman sino porque tena, como vere- mos, su propia agenda para un artculo publicado en ingls que necesaria- mente sera conocido en Mxico y en Estados Unidos en un ao clave para la poltica mexicana y estadounidense: 1908.

    ROSTROS o CRNEOS?

    Como informe antropolgico, la entrevista iniciaba con una composicin fotogrfica que mostraba uno de los primeros automviles al lado de una recua de muas cargadas de lea. "El encuentro de dos civilizaciones en el Mxico de hoy", rezaba la leyenda al pie de la fotografa. Y ste era el tono antropolgico de todo el largo ensayo; es decir, un detallado reporte de cmo Mxico era el encuentro de la modernidad con la tradicin, de las razas inferiores con las razas superiores, de la barbarie y la civilizacin. Daz resultaba as el apersonamiento de la mezcla racial aceptable, en una poca en la que el matrimonio entre razas distintas estaba prohibido en gran par- te del territorio estadounidense.

    La idea de Daz como mezcla racial aceptable tambin era una manera de depositar un laurel en la figura mundial de Porfirio Daz: no era un semi Dios o un semi santo, sino un hbrido racial capaz de amansar la naturaleza salvaje de los mexicanos. Por eso, como ha mostrado Claudio Lomnitz, el ensayo de Creelman inclua largas descripciones del crneo, el rostro, los ojos, la quijada, el bigote o las manos del dictador, as como el perfil racial de los mexicanos y la naturaleza indomable del paisaje mexicano. Tambin inclua fuertes dosis de anti hispanismo estadounidense, una tendencia que llevaba un siglo de ver en Espaa nada ms que la inquisicin, el cato- licismo anti moderno, los toros, el autoritarismo y la crueldad.

    As, para Creelman, Daz era la mezcla del "mixteco primitivo" y del "espaol invasor". La vida de Daz, crea Creelman, superaba las mejores pginas de escritores consagrados como Alexandre Dumas: la mano de hierro de Daz, deca, "ha convertido a las conflictivas,' supersticiosas y empobrecidas masas de Mxico, oprimidas por siglos de crueldad y avaricia

    ' "\Vamn' en ingls, que es como decir que produce conflictos pero que es un conflicto por ser la unin de dos opuestos.

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    espaolas, en una nacin fuerte, estable, pacfica, pagadora de sus deudas y amante del progreso". Daz, por supuesto, no se opona a la caracteriza- cin, pero daba una de cal por otra de arena: para el viejo presidente, en efecto, Mxico no era democrtico pero ello no era un problema de raza sino de educacin. Daz explicaba que si en 1876 lo importante haban sido sus soldados, en 1908 lo esencial eran las aulas de clase. El Daz de la en- trevista sostena que sin duda las masas eran ignorantes, pero su problema no era que fueran indios sino pobres; si se creara una clase media en Mxi- co, deca Daz, el pas funcionara democrticamente. Creelman no tena empacho en preguntar: "Usted cree que la vasta poblacin india de Mxico es capaz de un alto desarrollo.^" Y Daz daba una respuesta tan ra- cial como la pregunta de Creelman, pero tambin una respuesta poltica: el problema no eran los indios, sino los indios que eran sus enemigos:

    Lo creo [que la poblacin indgena es capaz de un alto desarrollo]. Los indios son bondadosos y agradecidos, todos excepto los yaquis y algunos mayas. Po- seen las tradiciones de su antigua civilizacin. Se cuentan entre los abogados, ingenieros, doctores, miliares y otros profesionales.

    Creelman utilizaba el paisaje mexicano en el que suceda la entrevista para apoyar sus teoras sobre Mxico. Le sealaba a Daz una plaza de toros desde el balcn del Castillo de Chapultepec, y le comentaba: "sa es la nica institucin espaola superviviente que se puede ver en el paisaje"; Daz daba una de cal para la arena de Creelman: "Usted no ha notado los Montes de Piedad. Espaa nos trajo los Montes de Piedad, y tambin las plazas de toros...". El viejo dictador habitaba a su manera los prejuicios de Creelman, porque l tena su propia agenda.

    Lo de Creelman tambin era un reporte econmico de los avances de una suerte de tribu (Mxico) que pareca incapaz de lograr ferrocarriles o inversin extranjera. Pero, para el periodista, la economa no tena ningn sentido sin la consideracin antropomtrica. Todo personaje mencionado por Creelman, ya fuera Justo Sierra o Jos Yves Limantour, inclua un perfil racial.

    Era exagerado el laurel que Creelman depositaba ante la figura mundial de Daz. Pero era slo uno ms de los muchos que varias veces el propio

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    Roosevelt o Bismarck en Alemania o el rey Alfonso XIII en Espaa haban donado a Daz. "El Presidente Daz", haba dicho Roosevelt, "es el ms grande hombre de Estado hoy vivo y ha hecho por su pas lo que ningn otro hombre vivo ha hecho por ningn otro pas, y sta es la prueba supre- ma del valor del sentido de Estado {statemanshipTLo mismo opinaban no slo los paleros de Daz, sino tambin hombres de Estado y opositores como Justo Sierra, Andrs Molina Enrquez y el propio Madero en La suce- sin presidenal de 1910.

    LAS ELECCIONES DE MXICO EN 1910 O LAS DE ESTADOS UNIDOS EN 1908?

    Como panfleto a favor de Roosevelt, el ensayo de Creelman fue un "te digo Juan para que me entiendas Pedro" a cuatro manos: Daz hablando a Mxico a travs de Estados Unidos, y Creelman hablando de Mxico para hablar de Estados Unidos. Fue el espejo mexicano ante el cual se vea a s misma la faccin republicana que quera la reeleccin de Roosevelt en 1908. Es ms, la entrevista era un intento de hacer de Roosevelt y Daz dos personajes con vidas paralelas: ambos presidentes reelegidos, ambos hom- bres de Estado antes que caudillos, ambos machos (Roosevelt era conocido como gran cazador, militar y hombre de familia y el artculo de Creelman inclua fotos de Daz: de cacera, a caballo con la indumentaria de General y de abuelo de familia).

    Para 1908, el republicanismo de Teddy Roosevelt enfrentaba un gran reto: Roosevelt haba sido reelegido en 1904 bajo la promesa personal de que no volvera a correr por la presidencia en 1908. Pero en 1908 Roosevelt era popular como pocos debido a sus xitos imperiales y por sus leyes en contra de los monopolios econmicos. Durante los primeros meses de 1908, cuando la entrevista fue publicada, an era incierto si Roosevelt ce- dera a la tentacin de reelegirse. Y es en este caldo que debe entenderse el viaje de Creelman a Mxico para entrevistar al maestro de las promesas rotas de no reeleccin.

    El ensayo de Creelman, as, fue una metfora poco sutil: vean a un h- roe que sabe de esto de las reelecciones y cree que el hombre de Estado ha de sacrificar su propia voluntad ante la del pueblo. Creelman transcriba lo dicho por Daz: "las teoras abstractas de la democracia y su aplicacin

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    prctica son con frecuencia necesariamente diferentes". Es decir, Creel- man y Daz decan a coro, para Mxico y para Estados Unidos, por qu tanto apego a la teora, por qu tanta tirria contra las reelecciones si son a veces lo mejor para las naciones? Creelman explicaba a Daz el miedo es- tadounidense ante un tercer periodo de Roosevelt. Utilizando los paralelos Daz-Roosevelt establecidos por Creelman, Daz hizo de la entrevista la justificacin de sus reelecciones, apoyando a Roosevelt en su reeleccin pero advirtindole que tena que domar sus excesos imperiales. Responda no slo apoyando la reeleccin del popular presidente estadounidense, sino criticando los intereses estadounidenses que Daz mismo tema en Mxico:

    No alcanzo a ver ninguna buena razn para que el presidente Roosevelt no sea reelegido otra vez si la mayora del pueblo americano desea que contine en la presidencia. Creo que l ha pensado ms en su pas que en s mismo. Ha he- cho y est haciendo un gran trabajo por Estados Unidos, una labor que le causar, sea o no nuevamente reelegido, ser recordado en la historia como uno de los grandes presidentes. Veo en los monopolios al verdadero poder de los Estados Unidos, y el presidente Roosevelt ha tenido el patriotismo y el coraje de desafiados. La humanidad entiende el significado de esta actitud y su im- portancia para el futuro. El presidente Roosevelt se levanta ante el mundo como el estadista cuyas victorias han sido victorias morales.

    As, Creelman cumpla su agenda, pero al mismo tiempo daba espacio a la de Daz que era la de hacer ver a Roosevelt los peligros que podra causar su actitud imperialista y la avaricia de las compaas estadounidenses. Diaz, de esta forma, se converta en el asesor no solicitado de Roosevelt, atacando a los monopolios que el propio Roosevelt haba desafiado. Era una manera de decir al presidente estadounidense: no nada ms en casa hay que controlar a las compaas, sino tambin en el extranjero, por- que su avaricia traer el desprecio de las poblaciones locales y eso podra regresar a Estados Unidos como antagonismo a lo que entonces Roosevelt consideraba parte de su expansin mundial: el panamericanismo, el apoyo y colaboracin de las Amricas para formar un bloque comercial, militar y poltico en contra de los crecientes intereses imperiales europeos y asiti-

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    COS. De hecho, el ttulo y las fotos del ensayo de Creelman reflejaban la agenda panamericana del Creelman seguidor de Roosevelt: de ah "El presidente Daz: hroe de las Amricas" y de ah que se reprodujera la foto de John Barrett, director del Bur de las Repblicas Americanas de la administracin Roosevelt (que se haba entrevistado con Daz en 1907).

    Por ello, Daz hablaba de que haba dejado entrar a las compaas petro- leras estadounidenses, pero las compaas tendran que entender que ha- bran de responder a las necesidades de desarrollo local, como haba pasado con los ferrocarriles, una inversin esencialmente estadounidense que Daz puso despus bajo el control del Estado mexicano.

    El otro tema que preocupaba a Daz era el imperialismo estadouni- dense en Cuba y Filipinas, que cualquier da le poda tocar a Mxico. No tenemos manera de saber exactamente lo que dijo Daz, pero lo que se tradujo al ingls suena a irona. Dijo Daz: hay sentimientos anti ame- ricanos en Mxico, como hay sentimientos anti mexicanos en Guatemala, y la nica forma de controlarlos, al menos en Mxico, era con un buen comportamiento de Estados Unidos en Amrica. Deca que los estado- unidenses eran demasiado patriticos y podan fcilmente convertirse en soldados. Afirmaba cosas como que las Filipinas, entonces con casi diez aos de dominio estadounidense a raz de la guerra contra Espaa, pron- to haran de Estados Unidos otra Inglaterra. Esto era insulto para odos estadounidenses, y Daz saba cmo tocar el corazn nacionalista estado- unidense. Creelman se curaba en salud, haca ver al viejo General que pronto seran retiradas las tropas estadounidenses de Filipinas. Con iro- na, Daz responda: cuando Estados Unidos haga eso "habr ganado el respeto del mundo", pero estaba claro que en 1908 Estados Unidos no slo no haba retirado las tropas de Filipinas sino que no pareca intere- sado en hacerlo.

    No hay que creerle ni a Creelman ni a Daz. El viejo cedi a los intere- ses estadounidenses ms de lo que da entender, pero tambin tema al expansionismo estadounidense, y por ello con la entrevista trataba de lo- grar una buena y respetuosa relacin con Roosevelt. No sorprende, pues, que, al renunciar Roosevelt a la reeleccin y nombrar como su candidato en el Partido Republicano a William Howard Taft, lo primero que hicieron Taft, no obstante su peso (casi 200 kilos), y Daz, no obstante su edad, fue

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    viajar hasta El Paso y Ciudad Jurez para encontrarse. Esto era sellar la di- fcil relacin que la entrevista haba dejado entrever.

    ERROR, FALSA PROMESA, CAUSA DE LA REVOLUCIN O DAZ TAN PORFIRIO

    COMO SIEMPRE.^

    Por qu prometi Daz dejar el poder.'' Por qu no cumpli su pro- mesa.'' stas son las dos preguntas esenciales que la historia nacional hace a la entrevista Daz-Creelman. Ha habido varias respuestas a estas pregun- tas. Para muchos la entrevista fue un error poltico del dictador que, con- vencido de su popularidad, solt el pico ante un periodista extranjero. Para otros, todo fue parte de las farsas democrticas que el rgimen de Daz siempre mantuvo, pero la verdad era que el caudillo nunca pens llevar a cabo elecciones libres. Otros ms han sostenido que sencillamente el viejo caudillo chocheaba.

    Imposible saber con exactitud por qu dijo lo que dijo, seguro un poco de cada una de estas explicaciones jug su parte en lo dicho en la entrevis- ta. Sin embargo, leda con cuidado, la propia entrevista revela algunas cla- ves para entender por qu Daz se aventur a decir algo tan arriesgado para su propio rgimen. Primero, en la entrevista Daz menciona varias veces su edad, 77 aos, incluso para criticar a los monopolios econmicos estadouni- denses: dice a Creelman que a pesar de sus aos tiene fortaleza: "no la cambiara por todos los millones de sus varones petroleros estadouniden- ses". Segundo, su conviccin de estar viejo se mezcla con sus referencias a la preocupacin de lo que pasar con la clase poltica cuando l no est: "Mi mandato viene del pueblo que no me deja ir, si me enfermo en Cuer- navaca, bajan los acciones mexicanas once puntos". Claramente lo dice: "quiero estar vivo para ayudar a mi sucesor". Y, finalmente, Daz utiliza la entrevista en ingls -muy importante- como una suerte de testamento poltico, en el cual pone en claro sus ideas y su prctica polticas para que las entienda Mxico y el mundo.

    As, Daz explicaba por qu haba mantenido todas las instituciones de una repblica democrtica durante treinta aos, aunque aceptaba que no funcionaban democrricamente: "Recib el gobierno de un ejrcito, dividi- do por el ejercicio de los principios extremos del gobierno democrtico.

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    Haber puesto todo el peso de la responsabilidad de gobernar en las masas hubiera producido inmediatamente condiciones que hubieran desacredi- tado las causas de un gobierno libre". Por tanto, explicaba el dictador:

    Preservamos la forma de gobierno republicano y democrtico. Defendimos la teora y la mantuvimos intacta. Sin embargo, adoptamos una poltica paternalis- ta' en nuestra administracin de los asuntos de la nacin. Guiando y restringien- do las tendencias populares con una fe firme en que una paz impuesta permitira a la educacin, a la industria y al comercio desarrollar elementos de estabilidad y unidad en un pueblo por naturaleza inteligente, bondadoso y entraable.

    Su testamento poltico no ocultaba nada, lo deca con todas sus letras: su gobierno haba sido duro, "duro hasta el extremo de la crueldad". Hablan- do en 1908, deca que los resultados haban justificado la "poca sangre de- rramada y mala" a favor de lo que hubiera sido mucho ms sangre y buena. Esta visin de la poltica lo llevaba a concluir en 1908 que la paciente espe- ra haba dado sus frutos: el pueblo mexicano estaba preparado para elegir a su gobierno "sin el riesgo de una revolucin y sin afectar el crdito nacional y sin interferir en el progreso nacional".

    De esta forma, la entrevista no era una simple fachada democrtica sino una explicacin histrica y poltica de la falta de democracia, al mismo tiempo que, en vista de su edad y del progreso de la nacin, un llamado a inaugurar una nueva poltica en el pas. Quedaba claro que se senta presio- nado por "sus amigos y seguidores" para continuar en el poder, as como que l estaba al tanto de las dificultades de reelegirse a los ochenta aos. Se puede aventurar, pues, otra explicacin.

    Lo que Daz poda estar haciendo con la entrevista era lo que haba hecho durante muchos aos: antes que imponer a la fuerza un poder central basado en su persona, apropiarse de los poderes ya establecidos que pudieran man- tener el equilibrio de poder que l representaba. Lo que haca en cada elec- cin de gobernador era explorar la fortaleza a nivel local y nacional de distintos grupos para saber quines eran los fuertes y negociar con ellos. Daz conoca la existencia de grupos poderosos que estaban a favor de la reeleccin, entre

    ' Patriarchalen ingls, que es patriarcal en espaol, pero que es poco probable que Daz haya dicho.

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    los que se contaban los Cientficos, pero tambin saba de la existencia del grupo de seguidores del general Bernardo Reyes, tambin fieles a su gobierno pero listos para dirigir el pas. Y haba partidos liberales y grupos ms radicales. Necesitaba negociar cmo sera el porfirismo sin Porfirio Daz.

    La entrevista, en suma, puede ser vista cual un documento que muestra cmo una clase poltica se daba cuenta de que sus propios xitos haban aumentado la demanda de acceso al poder por parte de diversas lites; lites tambin al tanto de las presiones sociales y de la edad del dictador. As, la entrevista de Creelman adquiere otra racionalidad -tan inverifcable como el celo y la estupidez de Daz- Es decir, la entrevista fue "Daz como siempre", el Bismarck mexicano haciendo lo que siempre hizo: que sus gallos mostraran las plumas no para imponer su omnipotencia sino para, como siempre, mantener al Estado, sancionando los poderes constituidos pero que no son visibles hasta que se pavonean; poderes que el dictador estaba dispuesto a sancionar, controlar o eliminar dependiendo del balance de poder, de la capacidad de esos poderes para ser aceptados a nivel local y nacional, manteniendo as el Estado que Daz haba creado, en vista a su edad, los peligros de la inestabilidad ante un vecino como Estados Unidos, y el despertar del len, como llamaba Daz a la reaccin popular.

    A lo largo de 1908 y hasta 1910, Daz se neg a hablar ms de la entre- vista. Como mostr el historiador Eduardo Blanquel, Daz dio vueltas al asunto cada vez que fue cuestionado sobre el tema (deca que slo haba sido "un simple deseo personal"). Los porfiristas acrrimos expresaban en debates parlamentarios y en peridicos su miedo a la salida de Daz. El gobernador de Guanajuato, Joaqun Obregn Gonzlez, lo pint claro: "El pueblo mexicano desea, quiere, suplica, exige que Usted siga en el poder el prximo periodo y ante la voluntad del pueblo y el patriotismo de Usted, toda argucia con la ciencia, con la filosofa y la historia debe enmu- decer". Madero, en La sucesin presidencial de 1910, o Molina Enrquez, en Los glandes problemas nacionales (1909), rendan honores al dictador pero lo llamaban a cumplir su palabra. En privado, gente muy cercana a Daz como Justo Sierra le peda cumplir su promesa. Nunca sabremos qu pas, pues las negociaciones se hicieron tras bambalinas.

    Pero en esencia lo que Daz hizo con la entrevista funcion: los gallos sacaron las plumas y se alinearon reyistas, maderistas y cientficos. Daz

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    concluy que la cosa tena que ser ms gradual. No se ira, se reeligira, pero la clave estaba en la seleccin del vicepresidente, la cual dara la sea de qu grupo haba ganado. Lo que sigui fue muestra del pacto logrado: Reyes obedece, ha perdido, se va a Japn mandado por Daz, los reyistas ofrecen obediencia, pero nunca sabremos qu se le garantiz al General Reyes. Qued claro que la transicin ai porfiriato sin Daz -que era lo que estaba en juego- estara comandada por los Cientficos, especialmente por el vicepresidente Corral y por el ministro de finanzas, Limantour. Todos saban que era improbable que Daz terminara su mandato en 1914. Pacto logrado, y ni siquiera el maderismo era un problema serio para fines de 1910. Se manej todo entre familias, se respet la vida de Panchito -como llamaba "la gente bien" a Francisco I. Madero-. Del pacto se esperaba una leve apertura pacfica del sistema poltico. Las cosas cambiaron con la toma de Ciudad Jurez, pero eso es harina de otro costal.

    En suma, bien vista, la entrevista Daz-Creelman merece su lugar en la historia mexicana, que es -la entrevista lo atestigua-, por fuerza, tambin estadounidense. Supuso algo ms que las promesas incumplidas de un dictador que dieron origen a la Revolucin mexicana. Fue el patriarca, ante el ocaso, moviendo sus fichas no slo en el tablero de la sucia poltica de cada da, sino tambin en el tablero de la historia, fj

    REFERENCIAS MNIMAS:

    Blanquel, Eduardo, "Setenta aos de la entrevista Daz-Creelman", Vue/ta, nm. 17, (abril 1978), pp. 28-33.

    Creelman, James, "President Daz, Hero of the Americas", Pearson's Magazine, vol. 19, nm. 3 (marzo 1908), pp. 231-277. Edicin facsimi- lar, con traduccin en http://vkfww.bibliotecas.tv/zapata/bibliografia/ indices/entrevista_diaz_creelman.html Creelman, James, Daz, Master of Mxico, Nueva York, Londres, D. Appleton and Company, 1911.

    Lomnitz, Claudio, "The Transnational Production of a Dystopic Na- tion: Chronotopes from Late Porfirian Mxico", trabajo presentado en la conferencia "Land, Politics, and Revolution: A Conference in Honor of Friedrich Katz", Universidad de Chicago, septiembre 28- 29, 2007.

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