Albergue de alojamientos de la UVa - Construcción con Tierra … · 2019-05-26 · 383 VII Congreso de Tierra en Cuenca de Campos, Valladolid, 2010 PATRIMONIO EN LA RUTA DE LA SEDA

Construcción con Tierra Tecnología y arquitectura Congresos de Arquitectura de Tierra en Cuenca de Campos 2010/2011. Coordinadores: Félix Jové Sandoval, José Luis Sáinz Guerra. ISBN: 978-84-694-8107-3 D.L.: VA673-2011 Impreso en España Septiembre de 2011 Publicación online.

Para citar este artículo: MERAZ QUINTANA, Leonardo. “Patrimonio en la Ruta de la Seda”. En: Construcción con tierra. Tecnología y Arquitectura. Congresos de arquitectura de tierra en Cuenca de Campos 2010/2011. [online]. Valladolid: Cátedra Juan de Villanueva. Universidad de Valladolid. 2011. P. 383-396. Disponible en internet: http://www5.uva.es/grupotierra/publicaciones/digital/libro2011/2011_9788469481073_p383-396_meraz.pdf URL de la publicación: http://www5.uva.es/grupotierra/publicaciones.html

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VII Congreso de Tierra en Cuenca de Campos, Valladolid, 2010

PATRIMONIO EN LA RUTA DE LA SEDA

Resumen

Estudio que describe la historia y el patri-monio (sobre todo en tierra) de la Ruta de la Seda que cruza por el centro de Asia. En particular se centra en el tramo que abar-ca el extremo occidental de China, donde se caracteriza y analiza la problemática de ejemplos relevantes y típicos de la arquitec-tura en tierra de esa región.

Introducción

Con sus 9,6 millones de kilómetros cua-drados y sus 1.314 millones de habitantes aproximadamente, China es un universo en

sí misma. Posee una cultura milenaria que se refl eja en un patrimonio igualmente vasto, diverso y complejo. Una idea de su riqueza patrimonial nos la proporciona el número de localidades que China tiene inscritas en el listado del Patrimonio Mundial: 41 sitios, de los cuales 29 son de tipo cultural, 8 naturales y 4 mixtos; sólo Italia y España pasan esta cifra al contar con 45 y 42 sitios respectiva-mente. Sin embargo, China tiene en espera de ser corroborados o en la “lista indicativa” otros 52 sitios 1. A pesar de ello, China expe-rimenta cambios sustanciales en su econo-mía, y ha iniciado una meteórica carrera con la que pretende modernizar y mejorar la vida de su extensa población. Fenómeno que,

Leonardo Meraz Quintana*, Dr. Arquitecto

Universidad de Autónoma Metropolitana, UAM. Xochimilco, México


PALABRAS CLAVE: patrimonio en tierra, determinación, Ruta de la Seda, China.

Construcción con Tierra. Tecnología y arquitectura. http://www5.uva.es/grupotierra/publicaciones.html ISBN: 978-84-694-8107-3

CONSTRUCCIÓN CON TIERRA.

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el mar Mediterráneo en su extremo occiden-tal. Tenía múltiples ramifi caciones, incluso tramos marítimos, aunque no todas sus sec-ciones tenían el mismo tráfi co, ni la misma importancia. Para efectos de su estudio, se ha defi nido un tramo central, de aproximada-mente 7000 km, como el de mayor jerarquía, pues en éste se encuentran las ciudades y monumentos más importantes. La Ruta atraviesa en la actualidad muchos países, su estudio abarca múltiples temas y puntos de vista. Dicha abundancia de información muestra la importancia histórica y cultural del comercio que se estableció en esa par-te del mundo (donde la seda exportada por China era el bien más preciado, aunque no el único), y fl oreció por miles de años 2. Para los objetivos que persigue este documento, citaremos los hechos históricos, geográfi cos y culturales más importantes que nos permi-tan apreciar el signifi cado y riqueza patrimo-nial del tramo que cruza por China, mayor-mente por el enorme territorio de la región Autónoma de Xinjiang (Sinkiang en castella-no) 3. La sección china de la Ruta abarca menos de la mitad de la cifra arriba mencio-nada, unos 2000 km aproximadamente; se divide, a su vez, en dos partes: la que va de Xian a Dunhuang, siendo esta última ciudad el límite aproximado de la China histórica, y la que desde ahí atraviesa Xinjiang donde se ramifi ca. La primera parte de las fértiles me-setas del área de la antigua Xian, y se dirige hacia el llamado “Corredor de Gansu”, atra-viesa territorios cada vez más secos, hasta alcanzar Dunhuang, que era una de las ciu-dades más importantes, plenamente ubica-da en el desierto. Este primer tramo posee, como toda China, una considerable riqueza histórica y patrimonial que no abordaremos 4 para centrarnos en el segundo tramo. Como veremos, Dunhuang y su región poseen un especial signifi cado en la Ruta, no sólo por-que ahí coincidían todas sus ramas y era el límite de la China tradicional, sino también porque posee un rico patrimonio artístico y cultural, del que nos interesa resaltar el que se relaciona con la arquitectura en tie-rra. Es así que la mayoría de los sitios tanto arqueológicos como los ubicados en zonas habitadas, muestran esta característica “te-rrosa”. La riqueza patrimonial de Dunhuang se extiende por el territorio de Xinjiang y se va transformando y vinculando con la cultu-ra y arte musulmanes. Por todo el recorrido de la Ruta encontramos destacados ejem-plos de patrimonio en tierra. Entre ellos po-

entre muchas consecuencias, pone en peli-gro la conservación de su extenso patrimo-nio y la forma de vida tradicional, en conso-nancia con el medio geográfi co que muchas de sus poblaciones aún presentan. Son bien conocidas, también, las graves secuelas de contaminación que el impresionante de-sarrollo de la industria y la construcción ha generado, y que, de acuerdo a instituciones internacionales, infl uye en el calentamien-to global. También ha causado polémica la destrucción directa de grandes zonas histó-ricas en las principales ciudades, en pos de una modernidad (auto) impuesta, si bien, en este aspecto, la información fuera de China es escasa.

En China, como en muchos otros países del mundo, se ha dado una mayor atención a los grandes monumentos, de los que el gobier-no se aprovecha en campañas de exaltación nacionalista o propaganda para enviar una imagen positiva al mundo. Piénsese en la famosa Ciudad Prohibida de Beijing, o en los famosos “Guerreros de terracota”, que atraen a enormes cantidades de visitantes, a tal punto que su número, en vacaciones de verano, los hace lugares casi imposibles de ser apreciados, y su conservación se ve amenazada. Por contraste, la arquitectura histórica civil de carácter modesto no mere-ce ninguna consideración; en lugares menos conocidos como en Kashgar, en Xinjiang, donde dicha arquitectura está siendo arra-sada.

En este sentido, la conocida Ruta de la Seda, en su sección china, cuenta con un rico patrimonio que presenta tanto los es-fuerzos por su correcta conservación, como los problemas de abandono y destrucción que se aprecian en otras partes de China. Una diferencia fundamental del patrimonio de la Ruta es que, en gran medida, sus edi-fi cios, ya sean ruinas, templos o estructuras murarias, han sido construidos en tierra, fac-tor que, como veremos, lo convierte en un rico tema de estudio pero que, a la vez, lo vuelve más vulnerable y difícil de apreciar y proteger.

La Ruta de la Seda

La llamada Ruta de la Seda abarca diversas vías, que unían en su extremo oriente la ciu-dad de Xi’an (Sian en castellano, Changan en la antigüedad, al centro de China), con


TECNOLOGÍA Y ARQUITECTURA

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Figura 1. La mezquita de Sugong, en la ciudad de Trufan, es un ejemplo sobresaliente del patrimonio en la Ruta de la Seda. (Foto: L. Meraz).


cual las construcciones de la región han res-pondido a condiciones climáticas hostiles a casi cualquier forma de vida. Por otra par-te, en esta región desértica, como en tantas otras en el mundo, la arquitectura en tierra es una respuesta lógica a dicho medio por el bajo grado de humedad imperante y la abun-dancia de buena arcilla, lo cual hace que la tierra sea el material idóneo de construcción, además de su accesibilidad y sencillez de uso. Así, milenariamente, se ha construido en tierra todo tipo de estructuras, de las que analizaremos dos casos de ciudades históri-cas; analizaremos igualmente dos ejemplos de casa-habitación de tipo tradicional que han subsistido, seguramente con cambios de un modelo original, y que se encuentran en el campo y las áreas periféricas de las pequeñas y grandes ciudades. Por lo men-cionado en la introducción, la casa tradicio-

demos señalar: desde ciudades completas hasta conjuntos religiosos (sobre todo bu-distas, que por estar construidos en acanti-lados, junto a corrientes de agua y parcelas, se asocian a cuevas o cavidades naturales o excavadas y que son el ejemplo local del llamado “arte de caverna”, por la riqueza de su pintura mural y sus esculturas); fuertes y palacios militares; tramos de la Gran Muralla y murallas defensivas; arcos y puertas mo-numentales; pagodas y otra clase de tem-plos al interior de ciudades, y varios tipos de casas de habitación.

Antes de abordar casos específi cos de pa-trimonio en tierra en el tramo propuesto, es necesario resaltar la infl uencia del medio ambiente: se trata de la sección de la Ruta que atraviesa uno de los desiertos más ári-dos del mundo: el gran Gobi. Razón por lo




fundación de la ciudad de Turfan (40 km al sudoeste) propició su abandono total.

La antigua ciudad cubrió un área de 2 millo-nes de metros cuadrados en un área plana enmarcada, hacia el norte, por las llamadas “montañas fl amígeras (o de fuego)”, por su relieve y color al atardecer; en este punto la depresión de Turfan llega a los 40 m bajo el nivel del mar. La gran escala del actual sitio arqueológico que contiene a la antigua ciudad, sin árboles ni cultivos, y con enor-mes ruinas y amplias áreas abiertas, inten-sifi can el duro calor que, en verano, alcanza los 50 grados centígrados. A pesar de ello, se encuentra rodeada de grandes áreas de campos verdes donde el clima es más con-fortable. Goachang estaba contenida por un sistema de grandes murallas construidas en tapial que alcanzaban hasta 12 m de altura, y esta altura era posible dada la calidad de la arcilla en ese lugar. Su forma, aunque irregu-lar, es aproximadamente rectangular. Tenía doce puertas de acceso, talleres, templos, mercados y casas. Se calcula que la habita-ban unos 30.000 habitantes y 3000 monjes. Urbanísticamente se divide en la ciudad in-terna con sus propias murallas, y la exter-na. La primera, contenía la residencia de los militares y nobles, lo mismo que conjuntos de templos y monasterios. Se cree que la ciudad externa fue construida después del poblamiento uigur. La ciudad estaba cons-truida en su totalidad en tierra: se detecta el uso de enormes tapiales mayormente; razón por la cual, después de cientos de años de abandono, erosión y saqueo, es difícil imagi-nar la forma de sus edifi cios o establecer el sistema de calles. Los trabajos de recupera-ción de las ruinas y su adecuación para que puedan ser visitadas aún son incipientes: los grandes conjuntos, ya sean palacios, cuar-teles, templos o monasterios (con pagodas, estupas, dormitorios, torres), han sido par-cialmente excavados y consolidados, y se han adecuado algunos andamios peatonales de madera y caminos adoquinados; estos conjuntos principales presentan plantas ar-quitectónicas con patios y edifi cios de forma regular, pero en conjunto da la impresión de que existía un orden de vías principales y se-cundarias irregular. Los restos de las casas habitacionales se han perdido mayormente. Sin embargo, es sorprendente observar la magnitud de las ruinas y la gran escala del uso de la tierra como material predominante, y se aprecia un uso predominante del tapial

nal de la región, en mayor medida que otros monumentos, está amenazada por los nue-vos planes de crecimiento de las ciudades, principalmente las más grandes, por lo que es necesario su estudio, documentación y re-valoración por parte de profesionales y auto-ridades, antes de su probable desaparición.

Los restos de dos ciudades milenarias: Goachang y Jiaohe

Existen dos sitios arqueológicos de escala urbana ligados a la Ruta de la Seda en su paso por la Región Autónoma de Xinjiang que, como lo señalamos, es la sección chi-na más occidental. Se trata de los restos de las ciudades de Goachang y Jiaohe que, por su construcción totalmente en tierra, son ejemplos extraordinarios que muestran las posibilidades de uso de este material en la antigüedad. Por su gran importancia en la historia de la región inmediata y de la Ruta de la Seda, los analizamos como ejemplos que nos permiten determinar pautas de con-servación y adecuación, entre otros, en si-tios arqueológicos de gran escala.

Las ciudades de Goachang y Jiaohe

Las ruinas de Goachang (Figura 2) se ubi-can en una de las regiones más inhóspitas del desierto, en la depresión de Turfan que puede alcanzar 100 m bajo el nivel del mar, por lo que la temperatura fácilmente alcanza los 50 grados centígrados en verano, y los inviernos son igualmente duros. Empero, se fundó hacia el siglo I a. C. durante la dinastía Han (206 a.C.-219 d.C.), por la necesidad de establecer un puesto militar, como muchas otros sitios de la región, para dar seguridad al comercio de la Ruta de la Seda y consoli-dar el dominio chino en esa región. Eventual-mente se convirtió en la capital de un peque-ño reino y prosperó. Aunque se conoce poco de la historia de la ciudad, muchas crónicas antiguas hacen importantes referencias que poco a poco van esclareciendo su devenir. Por ejemplo, en la ciudad había templos tan-to budistas como taoístas, lo mismo que del culto zoroastriano; o bien, se sabe que, hacia el siglo IX d.C., en la ciudad se estableció un grupo uigur que prosperó por los siguientes 400 años. La arqueología ha revelado parte de su historia, pero aún queda mucho por explorar. Goachang fue destruida por tropas mongolas, en el siglo XIV de nuestra era, y desde entonces inició su ruina. Más tarde, la



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Figura 2. Vista del gran monasterio budista en la ciudad de Goachang, (Foto: L. Meraz).


Blanco”, en la cercana ciudad de Turfan, con sus aplanados y su gracioso remate en madera, podemos imaginar que los edifi cios de Goachang ostentaban ricas decoracio-nes con madera u otros materiales.

La ciudad de Jiaohe (Figura 3) presenta no-tables paralelismos con Goachang, aunque se conoce con mayor detalle su historia: se ubica en la cercanía de Turfan, a 10 km; su cronología se remonta al siglo II a.C., con el asentamiento en este lugar del pueblo Ches-hi; durante la dinastía Han Occidental (206 a.C.-8 d.C.)se desarrolló como puesto mili-tar de gran importancia y magnitud 5; poste-riormente, durante la dinastía Tang (618-906 d.C.), la ciudad se consolidó, creció con la edifi cación de notables edifi cios que se rela-cionaban con la actividad militar, tales como murallas, torres de vigilancia, ofi cinas, aca-demias, bodegas, hospederías, talleres para el mantenimiento de equipo militar, y otras más comunes como mercados y talleres ar-tesanales; sobresalen, como en Goachang,

y muy pocos bloques de adobe, lo cual po-dría deberse a que las partes de los edifi -cios que requerían mayor detalle se cons-truían con bloques, mientras que la base de los gruesos muros se hacía de tapial. Con el tiempo, los bloques han desaparecido y sólo quedan las bases de tapial. Subsisten ruinas, que usan ambos elementos, de has-ta 20 m de altura. Existe la posibilidad, por ejemplo, de visitar el recientemente interve-nido monasterio budista, donde se observa el uso alternativo de ambos elementos de tierra. En este monasterio también se apre-cia el acabado o revoque de algunos mu-ros con fragmentos de pintura mural, una capa delgada de tierra a la que se añade otra capa de cal-arena y color para decorar. Ninguno de estos elementos presenta fi bras vegetales como refuerzo, o si las tenían han desaparecido. Seguramente, cuando la ciu-dad existía, muchos de estos edifi cios eran complementados con otros materiales, se-gún su jerarquía, para embellecerlos: a par-tir de la aún existente “Pagoda del Caballo




irregular, donde sólo los grandes edificios, regulares, ordenan su área inmediata. Empero, existe una recta vía principal, al centro de la traza, que parte del área sur y remata con una pagoda que tenía más de 10 m. de altura, y más atrás hay un gran templo budista ubicado donde comienza el área libre, hacia el norte de la “isla”. Re-sulta una vía espectacular por su longitud y la vista en perspectiva desde sus extre-mos, provocada por las construcciones que la flanquean, y por la pagoda y el enorme monasterio budista que la remata. A lo lar-go de los acantilados que limitan la ciudad, en sus largas partes oriente y poniente, se situaban varias entradas, algunas han sido reconstruidas para su mejor visita y com-prensión. Jiaohe conserva mayor propor-ción de los muros de sus edificios, lo cual permite adivinar, con más facilidad, cómo era la ciudad, su gran escala y su compleji-dad que, además, producen un gran atrac-tivo volumétrico. Ya se mencionó la diversi-dad de tipos de edificios que existían. A ello habría que añadir que, muchos de ellos, se presentan semi enterrados formando habi-taciones como cavernas; o bien con áreas excavadas sobre montículos arcillosos. Características que hacen a la arquitectura de la ciudad más compleja y rica en calidad espacial. Por lo mismo, es difícil adivinar qué parte de los edificios fue excavada a la gruesa y resistente capa de arcilla, y cuál otra le fue añadida pues, aparentemente, el uso del tapial fue el sistema constructi-vo imperante, y se confunde con la prime-ra. Estas características se presentan con mayor frecuencia en los edificios habita-cionales; en los grandes conjuntos, princi-palmente militares, públicos o religiosos, el uso del block de adobe y tapiales más re-gulares es común, por las mismas razones que ya mencionamos para Goachang.

En lo concierne a la adecuación del sitio para su visita, se ha construido una estruc-tura de pasillos y calles más efi ciente y or-ganizada que en Goachang, lo mismo que una mejor señalización; cuenta también con un museo de sitio introductorio. Se perci-ben numerosos trabajos de consolidación y mantenimiento en las ruinas. Estos trabajos se explican por la intención del gobierno de China de incluir a ambas ciudades dentro de la Lista del Patrimonio Mundial, aunque se encuentran entre los sitios que aún están siendo evaluados.

los conjuntos religiosos, sobre todo budis-tas. Su carácter militar y religioso no exclu-ye su relación con la Ruta de la Seda, por el contrario, la actividad comercial que ésta representaba dio pie a la fundación y desa-rrollo de estas ciudades. Hacia el siglo IX d.C. arribaron pobladores uigures, quienes reconstruyeron la ciudad; a pesar de que su historia no ha sido del todo establecida, se sabe que la ciudad quedó abandonada en el siglo XIII d.C., poco antes de la caída de Goachang, por lo que es probable que en el abandono de Jiaohe haya tenido las mismas causas: invasiones y el surgimiento de Tur-fan como centro de poder.

Por otra parte, encontramos en Jiaohe dos notables diferencias con Goachang: su dra-mático emplazamiento topográfi co y sus destacadas características urbano-arquitec-tónicas. Sobre el primero tenemos que esta ciudad se extiende en una especie de “isla” o plataforma semiplana de fuertes arcillas y poca piedra, formada por el paso de un río que en este punto recibe hasta tres escurri-mientos de aguas venidas de lejanas monta-ñas; ahí la corriente ha erosionado el terreno que en este punto tiene leves colinas, y es por ello que la “isla” está limitada en todo su perímetro por acantilados de 30 m de altura, característica que le brindaba seguridad. Se considera que la “isla” tiene forma de “hoja de sauce llorón” (delgada y larga), se ex-tiende del noroeste al sureste por 1,700 m, y presenta un ancho de 300 m que decrece en sus extremos; abarca una superfi cie de 500,000 metros cuadrados, más pequeña y compacta que Goachang. A lo largo del río, a su nivel, existen verdes parcelas bordeadas de altos árboles conformando un atractivo marco verde a la ciudad; esta última pecu-liaridad le proporciona mayor frescura en medio del ambiente extremo del desierto, contrasta fuertemente con la hostilidad del calor de la planicie de Goachang.

En lo que corresponde al aspecto urbano, la ciudad ocupa un 80 por ciento de la su-perficie de la “isla”, de sur a norte (donde es un poco más ancha y ahí estaba limitada por una muralla); a su vez, el área al sur de la “isla” se dividía por una zona densamen-te construida y otra abierta; esta última, al norte, contiene sólo algunos conjuntos religiosos, de los que destaca un especial “jardín de estupas”6. El área densa exhibe un sistema de calles, o vías, mayormente



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siglo veinte en un área de 120 km cuadra-dos, que tienen una forma circular, varios ni-veles y son un ejemplo destacado de arqui-tectura en tierra 9. La “casa de patio” repite un esquema arquitectónico que combina los espacios abiertos con los cerrados, en un eje compositivo lineal, a menudo orientado para recibir vientos refrescantes en verano o combatir el frío invernal 10.Entre otros im-portantes conceptos que rigen el diseño de este tipo de casa encontramos los siguientes (Yanxin, 2010):

- La casa es el contenedor y símbolo de la fa-milia y su descendencia, que habitan el mis-mo lugar desde varias generaciones atrás.

- En su cotidianidad impera una ideología patriarcal, basada en el mutuo respeto entre padres e hijos, de donde se derivan princi-pios morales tales como el respeto a los ma-yores (ly en chino), o las diferencias entre hombres y mujeres y su sitio en la casa.

Dos ejemplos de vivienda vernácula cons-truidas en tierra

La “casa de patio”

A pesar de que en el enorme territorio chi-no se presentan diferentes tipos de vivien-da, la casa más característica y abundante es la denominada “casa de patio”, o patios. Dicho tipo presenta variaciones que van de la casa citadina a la rural; o de la casa para una familia acaudalada a una humilde para campesinos u obreros. También presenta variaciones en cuanto a si se trata de casas aisladas o en grupo. Dentro de esta última categoría entran los famosos conjuntos de las ciudades de Ping Yao o el de Lijang 7. Por supuesto que también existen otros ti-pos de vivienda, si bien de manera minori-taria, como las famosas casa de varios ni-veles de Diaolou de carácter defensivo en la provincia de Kaiping 8; o los 46 edifi cios de Toulou, construidos entre el siglo quince y el

Figura 3. Vista de la avenida principal en la ciudad de Jiaohe. (Foto: L. Meraz).




atravesarlo por arriba y por abajo, siguiendo cadenas montañosas que surten de agua, proveniente del deshielo de sus cumbres, a los oasis que permiten la vida en él. Lo mis-mo ocurre en el área de los otros desiertos, donde se sitúa la región de Dunhuang. La ciudad de Dunhuang ha sido considerada el punto más occidental de infl uencia cultural china 12. En Dunhuang coincidían las diver-sas ramas de la Ruta provenientes del me-diterráneo, de la India y el Tíbet. Resultaría muy extenso tratar de resumir la rica historia de esta región y los numerosos conjuntos patrimoniales que ahí se encuentran, baste mencionar que cerca de Dunhuang se en-cuentra el famoso conjunto de las Cuevas de Mogao, considerado como uno de los mejores exponentes de pintura mural budis-ta 13. Como lo mencionamos líneas arriba, la arquitectura en tierra ha sido y es la mejor respuesta para lidiar con las duras condi-ciones de vida en estas latitudes. La casa tradicional que encontramos en Dunhuang está construida en su casi totalidad en tierra y, como veremos, representa un tipo que se desarrolla hasta la actual frontera occidental de China; en ello radica una diferencia prin-cipal entre la “casa de patio” oriental y las casas de esta región, pues la primera basa sus sistemas constructivos en el habitual ladrillo gris tan distintivo de la arquitectura china.

En segundo término, debemos considerar la infl uencia de las distintas culturas que habi-taron y usaron la Ruta de la Seda, es decir la infl uencia tanto de los grupos nómadas de origen mongol, hindú, tibetano, uigur, persa, entre otros. En este sentido, en su disposi-ción la casa tradicional de la Ruta de la Seda presenta rasgos similares a la casa china más oriental pero, a medida que se avanza hacia la frontera occidental (actualmente la Región Autónoma de Xinjiang), va revelando rasgos más afi nes a los grupos que habitan dicha zona.

La vivienda tradicional de Dunhuang la en-contramos, entonces, tanto en las zonas agrícolas de los oasis, a lo largo de los ríos y sistemas de riego (antiguos y modernos), como en los pueblos y ciudades. El ámbito inmediato de la casa de esta región se rela-ciona con áreas verdes que en el campo son predominantes y las casas pueden encon-trarse aisladas o en pequeños pueblos. En las ciudades conforman barrios compactos,

- En su diseño se aplica la doctrina del Yin-yang y los cinco elementos 11, de donde sur-ge el famoso Feng Shui, o consideraciones de tipo geomántico que permiten ubicar la casa y sus componentes en orden de asegu-rar el buen desarrollo, bienestar y prosperi-dad de sus habitantes.

- Es el lugar donde se honra a los antepa-sados, de lo cual se desprende la posición primordial del “altar a los ancestros” en una casa, o el templo en un conjunto de casas o barrio.

Estos conceptos se presentan diferenciados de acuerdo a la región o grupo étnico de Chi-na de que se trate, en su entendimiento y aplicación. Cabe destacar que el denomina-do Siheyuan, (literalmente “casa de patio”) pekinés, es el prototipo más reconocido, aunque, para los intereses de este texto, no abundaremos más. Habría también que señalar que la “casa de patio” incluye tipos tan distintivos como las casas construidas junto a cuevas, o parcialmente soterradas, o las famosas casas del estilo Huizhou (con su juego de muros elevados para evitar la propagación del fuego), en el sur de China, donde los pueblos de Xidi y Hongcun sobre-salen y están incluidos en la Lista del Pa-trimonio Mundial (2008). Existen numerosos rasgos constructivos, espaciales y decorati-vos de este tipo de vivienda tradicional; no los revisaremos ahora pero algunos estarán descritos más adelante, cuando analicemos ejemplos de otras regiones.

La casa de Dunhuang

Ahora bien, en la región de Dunhuang en-contramos una versión de “casa de patio” que varía de aquella del este del país. Para comprender la diferencia habría que consi-derar, en primer lugar, la infl uencia del me-dio ambiente: como lo mencionamos se trata del gran desierto del Gobi, que se divide en varios desiertos correspondientes a mesetas rodeadas por cadenas montañosas. Como ya lo informamos, la Ruta de la Seda atravie-sa varias provincias de China y una región autónoma. En su tramo por la actual provin-cia de Gansu, la ruta sigue la parte baja del desierto de Badain Jara que, al poniente se convierte en el Kumtag y posteriormente en el famoso, por enorme y hostil, Taklamakan, en la Región Autónoma de Xinjiang. Al inicio de este último desierto la ruta se bifurca para



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Figura 4. Entrada principal a una casa tradicional en Dunhuang. (Foto: L. Meraz).


ciones de paisajes al estilo chino y con cali-grafías14. Existen otros elementos de tabique cocido que más adelante describiremos. (Fi-gura 4). Al interior, los distintos cuartos de la casa se ubican alrededor del patio sobre un eje central de manera simétrica; algunas veces el patio se extiende hasta el fondo del predio y los cuartos simplemente se ubican a los lados. La mayoría de las casas tienen sólo un nivel; los patios casi siempre están techados con estructuras rústicas de madera que se elevan considerablemente sobre éste y a menudo se cubren con ramas u otro ele-mento vegetal (paja, carrizo, etc.) de manera que dejen pasar la luz pero que protejan del fuerte sol o bien del frío en invierno. Volu-métricamente, los cuartos de la casa mani-fi estan plantas rectangulares o cuadradas y sus techos tienen pendientes más leves que aquéllas que se encuentran al este de China. Los techos con pendiente inclinada también pueden estar ligeramente ondulados, deta-lle que les confi ere un atractivo extra. Las casas de habitantes más prósperos pueden contener una o varias de las siguientes ca-racterísticas: pasillos cubiertos sostenidos

en manzanas regulares. Se cultivan cerea-les, vid, hortalizas y fl ores, y se encuentran varios tipos de árboles de los cuales el arce, el abedul y algunos frutales son los más no-torios. Al interior de los oasis y áreas agríco-las modernas el desierto es menos aparente, sin embargo se percibe siempre en la lejanía con sus montañas peladas y sus dunas. Cu-riosamente el agua siempre está presente, en sistemas de acequias antiguas, canales modernos, presas y lagos.

Espacial y volumétricamente la casa de Dunhuang se asemeja a la “casa de patio” del este del país de varias maneras: se de-sarrolla en un predio rectangular con el lado menor hacia la calle y el largo hacia el fondo del solar; tiene un patio central al que se ac-cede directamente de la calle por un portón a la mitad del predio; dicho portón, rectan-gular, sobresale de la fachada al enmarcase con pilastras y un remate que le da sombra. Tanto las pilastras como el remate están construidos en tabique cocido formando un marco que se recubre de azulejos y, arriba del portón, generalmente presenta decora-




cubre de gruesos revoques de cal-arena en interiores, y en el exterior se usan aplana-dos de tierra, es común terminarlos con una capa más fi na de cal y arena.

Es importante mencionar que la casa, cuan-do está en el campo, incluye dos elementos singulares: el primero es una letrina, también construida en tierra y bambú (u otro material similar) y se encuentra fuera de la casa, pero adosada a ésta; el otro elemento es un cu-rioso invernadero de planta rectangular que se compone de un largo muro, de aproxi-madamente diez metros y sesenta centíme-tros de espesor, y dos cortos laterales, de aproximadamente tres metros y medio, que decrecen desde lo alto del muro largo hacia el piso, formando un semicírculo; todos los muros están hechos de tapial. El techo del invernadero, que inicia sobre el muro largo, es una gruesa losa de tierra reforzada con elementos vegetales que se extiende aproxi-madamente un metro desde el muro largo y se continúa con varas largas y delgadas hasta el piso, siguiendo parcialmente la for-ma curva de los muros menores; la sección de varas se cubre con plásticos en la actua-lidad, pero originalmente presentaba una enramada, para crear un ambiente contro-lado al interior. Otro elemento característico de esta zona, son postes de madera que se desplantan de la tierra y se elevan de forma diagonal al piso, para recibir las ramas de los viñedos, cubren grandes áreas de mane-ra escultórica y complementan a los inverna-deros. Esta forma de hacer crecer el viñedo cambia hacia el oeste, donde los viñedos se cultivan sobre ramas horizontales.

La casa de Xinjiang

Otra interesante derivación de la “casa de patio” china, la encontramos en la región au-tónoma de Xinjiang, si bien ya mezclada con tipos más propios del Asia central. En este territorio existe la casa denominada Aywang, de origen y cultura uigur, que es el prototipo de casa local. Si bien puede ser un ejemplo sobresaliente de arquitectura en tierra tam-bién, nos interesa analizar la casa de carácter rural que se encuentra, como lo señalamos, desde el área de Dunhuang y se extiende hasta la frontera (occidental) con Kazajistán, Tayikistán y Pakistán. Aunque la casa deno-minada Aywang presenta también un patio o patios, se caracteriza por la existencia de un salón principal profusa y elegantemente

con columnas de madera hacia los patios, otros elementos del mismo material como las delicadas celosías en vanos, o techos con complicados artesonados coloreados, incluso elaborados techos de tejas de ce-rámica; elementos todos característicos de las casas del este, pero que en estas casas no abundan, son más comunes a edifi cios públicos, como templos, escuelas o edifi cios de gobierno.

El sistema constructivo de la casa en la región de Dunhuang está basado en la tierra, que se utiliza tanto en muros como en techos. Los muros presentan en sus bases arranques, y quizás cimientos, de piedra o de tabique cocido. Los muros utilizan bloques de adobe y algunas veces tapiales; cuando se utilizan bloques, los aparejos varían: algunas veces presentan bloques perpendiculares al muro en su interior y tangenciales en el exterior, de manera que conformen un muro ancho que permita su aislamiento térmico; también aparecen en hiladas con bloques puestos diagonalmente, una hilada sobre otra, y has-ta existen hiladas de bloques simplemente parados con poca mezcla para unirlos. Los techos se componen de gruesas capas de tierra que se sostienen con delgadas vigas de madera, que a su vez se refuerzan con vigas de mayor diámetro; inmediatamente sobre las vigas se colocan tapetillos de fi bra vegetal (paja, carrizo, pasto), que reciben la capa de arcilla que también se refuerza con zacate o paja. Algunas casas muestran, aún, sobre este terrado, las pequeñas tejas redondas que se usan en el este, pero en general se observan las losas de tierra sen-cillas. Otro rasgo similar que comparte esta casa con la del este es el uso del tabique cocido para reforzar esquinas y cabeceras de muros; este refuerzo se convierte tam-bién en un elemento decorativo. De hecho, con frecuencia, de la fachada en el área del portón central, el marco de tabique que lo rodea se extiende sobre el portón y forma un gracioso remate a manera de ménsula (Figura 4). El tabique también remata las es-quinas de los muros y en su parte alta, a ma-nera de cornisa, para prevenir desgastes y como decoración. Por otra parte, es notable observar varias chimeneas en cada casa, da la impresión de que existe una por cuarto; sobresalen mínimamente de los techos, se construyen con tabique cocido, tienen un tiro de poco grosor y se les remata con tabiques cocidos puestos diagonalmente. La casa se



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Figura 5. Casa en Xinjiang que muestra el cuarto con celosías, dedicado a la maduración de la vid. (Foto: L. Meraz).


forma barrios más o menos constituidos por manzanas semi regulares, aunque a medida que se viaja hacia el oeste dentro del terri-torio se relaciona más con la trama de “pla-to roto”, típica del mundo islámico. La casa se conforma por varios volúmenes de forma cuadrada, de techos planos, que no pare-cen presentar un orden, sino que se unen, e incluso se sobreponen, de acuerdo a las necesidades de habitar, guardar la cosecha o laborar; de entre estos volúmenes destaca uno por estar constituido de muros formados por celosías a base de tabiques de barro no cocido o adobes (Figura 5). Puede presen-tar un patio o varios, pero éstos no rigen u ordenan los volúmenes. Generalmente se accede a la casa por un zaguán o vestíbulo techado, cruzando un gran portón de made-ra elegantemente trabajada con entablados y una celosía en la parte alta que, a veces, está pintado con moderación, más del gus-to musulmán. El portón se sostiene con un marco de tabique de barro cocido, es el úni-

decorado, se encuentra mayormente en es-pacios urbanos y hace un intensivo uso de la madera, el azulejo y el tabique. Por contras-te, la casa que nos concierne es de carácter modesto, y se relaciona más con el ámbito rural, con los agricultores y su forma de vida y se estructura y decora con tierra no coci-da en su casi totalidad. Entre las diferencias con la casa del área de Dunhuang, la casa de la región de Xinjiang tiene un nexo más directo con la producción de la vid y con la cultura musulmana, en tanto que la anterior se relaciona con la producción de otros culti-vos y con la cultura china.

Si se le encuentra en el campo (generalmen-te en oasis, como en la vecina provincia de Gansu), aislada o en pequeños conjuntos formando una calle, se rodea de viñedos, árboles frutales, barreras de arces y cana-les de riego; también se halla en las riberas de los ríos estacionales a lo largo de acan-tilados. En ciudades o poblaciones mayores




sos. Otra característica de la casa es el uso de celosías formadas por adobes en hileras como remates en muros o como aberturas para la ventilación en donde se requiera. Al interior y en fachadas principales las casas están cubiertas por revoques o aplanados de cal y arena y son mayormente blancos.

Refl exiones fi nales

La arquitectura en tierra posee una sabia relación con el medio donde se produce; re-presenta la voluntad del hombre por impo-nerse y aprovechar los materiales disponi-bles en las duras condiciones del desierto. Tiene una enorme importancia en el patrimo-nio de todas las regiones (especialmente las desérticas). Los monumentos y casas que hemos revisado son ejemplos únicos cons-truidos en tierra. Ofrecen una lección histó-rica que muestra convivencia de culturas y etnias que surgió y evolucionó con la Ruta de la Seda; son un refl ejo de la economía y la religión como instancias que se crearon y desarrollaron recíprocamente, como un fenómeno único en el mundo, por su esca-la y sus peculiaridades. Además, poseen numerosos obras de arte en pintura mural, escultura, arquitectura y urbanismo, igual-mente notables y originales que deben ser incluidos en planes de desarrollo democráti-cos, que busquen el equilibrio ecológico y la continuidad cultural.

Existe una urgente necesidad de proteger dicho patrimonio, conservarlo y ligarlo a la educación y economía de los habitantes de los diversos sitios. Se impone buscar formas de aprovechamiento, que incentiven su co-nocimiento y visita, pero que también ofrez-can un mensaje educativo, edifi cante, de tal manera que su conservación sea una priori-dad social. Es urgente su revaloración antes de que el progreso mal entendido lo destru-ya, posibilidad muy cercana tratándose de la actual tendencia en China de moderniza-ción acelerada. La inversión necesaria para conservar y adecuar dicho patrimonio a la vida moderna podría ser mucho menor a los enormes recursos dirigidos a la sofi sticada infraestructura que dicho gobierno construye actualmente por todo su territorio.

co sitio donde se aprecia este elemento, el resto de la casa se construye en tierra no cocida en forma de adobe o tapial, o una mezcla de ambos. Los espacios para habitar al interior se conforman por un salón para comer y compartir en familia, o socialmen-te, y están decorados con sencilla pintura mural y cuentan con una altura mayor; otros cuartos se usan como dormitorio; en ambos espacios se construyen plataformas de poca altura a lo largo de uno o varios muros a ma-nera de muebles sobre los que se descansa, se come o se duerme. Dichas plataformas se pueden encontrar también en los patios para dormir al exterior durante el ardiente verano.

El tapial se usa mayormente para bardear la propiedad o para los muros del primer piso, cuando la casa se compone de más de uno, lo cual es usual. El aparejo de adobe más común que conforma los muros consiste en la colocación de adobes perpendiculares al muro en su interior y tangenciales en el exterior (como en Dunhuang), a manera de conformar un muro ancho que permita su aislamiento térmico, y la posibilidad de crear nichos internos para el guardado de ense-res. Al igual que en otras partes de China, tanto el tapial como el adobe presentan en su composición elementos vegetales como la paja o el pasto, como refuerzo.

El adobe, de dimensiones ligeramente ma-yores a las de un tabique cocido, es usado para muros divisorios, muros de pisos su-periores o para formar las muros-celosías del volumen que destaca. Este último es el elemento característico de esta casa y, de-bido a su uso como cuarto donde se madu-ra la vid, siempre sobresale no sólo por su atractiva apariencia sino que se sitúa en lo alto para captar los vientos necesarios en el proceso de maduración. Los techos de los distintos cuartos se sostienen con elemen-tos de madera, ya sean vigas regulares o ramas menos trabajadas o una combinación de ambas; el uso de la madera es restringi-do y muy racional dada su escasez por tra-tarse de un ámbito desértico, de hecho es sorprendente observar cómo se acumulan hasta las varas más pequeñas fuera de las casas para su eventual uso, nada se des-perdicia. Se aprecian también chimeneas de tiro pequeño pero en menor cantidad que en otras regiones que, algunas veces, atravie-san desde la planta baja los siguientes pi-



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7. Ambos en la Lista del Patrimonio Mundial (1997). 8. Lista del Patrimonio Mundial (2007).

9. También en la Lista del Patrimonio Mundial (2008).

10. En gran medida este orden es el mismo para los grandes edifi cios monumentales, ya sean pala-cios o templos, aunque a una escala mucho mayor y con más elementos tales como arcos conmemo-rativos o jardines.

11. Agua, fuego, viento, aire y tierra.

12. Si bien, desde tiempos ancestrales, los diver-sos imperios dinásticos han asegurado y contro-lado militarmente el territorio que abarca el área de los desiertos mencionados hasta la región de Xinjiang. Aún en la actualidad se fomenta la colo-nización de los chinos Han (la etnia mayoritaria y dominante), y otros, de esta enorme región.

13. El ejemplo más destacado de “arte de caver-na”. Resume miles de años de infl uencia artística occidental y china, en cuya elaboración se utiliza-ron revoques de tierra con agregados o refuerzos de paja, pastos o carrizo, típicos de la arquitectura tradicional.

14. Estos azulejos decorados son distintos en cada casa y representan a la familia que ahí habita, ade-más de recibir al visitante con buenos augurios. Su diseño y características también muestran las po-sibilidades económicas, gusto de sus habitantes, lo mismo que la antigüedad de la morada.

Notas

* Leonardo Meraz Quintana, Dr. Arquitecto. Pro-fesor e investigador Titular. Universidad de Autó-noma Metropolitana, Xochimilco, México. <[email protected]>

1. En tanto que México tiene inscritos 27 culturales y cuatro naturales pero, como China, ha inscrito muchos sitios en lista indicativa: 31.

2. Un hecho sobresaliente de su historia es que por la Ruta se estableció y difundió el budismo, desde la India, hasta China, Corea y Japón, pasando por el Asia Central, hecho que promovió la convivencia de diversos grupos y culturas, y promovió el desa-rrollo de distintas artes, las cuales se enriquecieron con estilos venidos de lejanas tierras.

3. Más adelante detallaremos los principales cami-nos incluidos en este tramo.

4. Como ejemplo sobresaliente que da idea de este rico patrimonio, se encuentra el enorme sitio ar-queológico del Mausoleo del emperador Quin Shi-huang (259 a.C.- 206 a.C.), donde las excavacio-nes de los famosos “Guerreros de Terracota” son conocidos y celebrados mundialmente, inscritos en la Lista del Patrimonio Mundial desde 1987.

5. Como lo atestiguan importantes viviendas, cue-vas y tumbas de militares destacados, en valles cercanos.

6. Conjunto de monumentos en forma de torre, considerados relicarios por el Budismo, de tamaño variable. En china devinieron “pagodas”.


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