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Ana María Fores Tamayo 7 octubre de 2013 Su Santidad, el Papa Francisco PP. 00120 Via del Pellegrino Citta del Vaticano Estimado Santo Padre Francisco: No sé cómo comenzar esta carta, así que le diré lo que está pasando, en general, con los profesores universitarios aquí en los Estados Unidos como creo pasa en el resto del mundoy luego le comentaré el caso particular que me ha traído a pedirle su intervención. Como persona criada en la tradición católica, pero que últimamente ha estado perdiendo la fe, le pido que me ayude a restaurarla en mí, luego de la franca desilusión que me trae presenciar la inacción y a veces hasta nefastas intervenciones contra la justicia social de entidades adscritas a la Iglesia Católica de los Estados Unidos. Mi nombre es Ana María Fores Tamayo, y he estado trabajando a medio tiempo para el periódico católico del norte de Texas, North Texas Catholic, desde 2007, ayudándoles con sus traducciones y la sección en español. Al mismo tiempo, soy profesora universitaria, aunque no tengo trabajo regular y por eso necesito trabajar en cualquier cosa que encuentro. Fui expulsada de mi puesto que pagaba una miseria, $1800 por curso, o $14,400 al año sin beneficio alguno, como seguro de saludaunque estaba comenzando mi cuarto año. Lo hacía porque quería a mis estudiantes, y me gustaba impulsarlos a explorar, expandir su intelecto, averiguar, informarse. Mi despido no tuvo nada que ver con mi manera de enseñar; como profesora, la administración estaba contenta conmigo. En gran parte mi destitución fue debida a mi activismo. Estaba tratando de crear conciencia pública sobre la difícil situación de los profesores universitarios a medio tiempo: hoy en día, el profesorado universitario a tiempo parcial en los Estados Unidos llega a más de 1 millón de trabajadores. El 75% de nosotros no tenemos contrato fijo, y muchos no recibimos un salario digno (como era el caso mío que relato arriba); no podemos sobrevivir así. Cuando el nivel salarial de profesores debería tomar en cuenta nuestra formación académica y experiencia profesional, en muchos casos nos pagan, arbitrariamente, un salario mínimo o peor. El promedio nacional para un profesor ambulante” es $2.700 por curso, sin seguro de salud ni cualquier otro beneficio. En casi ningún área metropolitana en los Estados Unidos se puede vivir así. Por esto le digo que estamos en crisis en este país; no vemos luz. Como miembro de la junta directiva del New Faculty Majority, una organización sin fines de lucro que aboga por el profesorado a tiempo parcial, sigo este activismo, inspirada por un idealismo basado en lo que creo debe ser equidad profesional para todo profesor.

Adjunct Justice: Carta Del Papa :

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Ana M Fores' letter (in Spanish) to Pope Francis about adjunct academic labor in the US and asking for social justice in US Catholic Universities,

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Page 1: Adjunct Justice: Carta Del Papa :

Ana María Fores Tamayo

7 octubre de 2013

Su Santidad, el Papa Francisco PP. 00120 Via del Pellegrino Citta del Vaticano

Estimado Santo Padre Francisco:

No sé cómo comenzar esta carta, así que le diré lo que está pasando, en general, con los profesores universitarios aquí en los Estados Unidos —como creo pasa en el resto del mundo— y luego le comentaré el caso particular que me ha traído a pedirle su intervención.

Como persona criada en la tradición católica, pero que últimamente ha estado perdiendo la fe, le pido que me ayude a restaurarla en mí, luego de la franca desilusión que me trae presenciar la inacción y a veces hasta nefastas intervenciones contra la justicia social de entidades adscritas a la Iglesia Católica de los Estados Unidos.

Mi nombre es Ana María Fores Tamayo, y he estado trabajando a medio tiempo para el periódico católico del norte de Texas, North Texas Catholic, desde 2007, ayudándoles con sus traducciones y la sección en español. Al mismo tiempo, soy profesora universitaria, aunque no tengo trabajo regular y por eso necesito trabajar en cualquier cosa que encuentro. Fui expulsada de mi puesto —que pagaba una miseria, $1800 por curso, o $14,400 al año sin beneficio alguno, como seguro de salud— aunque estaba comenzando mi cuarto año. Lo hacía porque quería a mis estudiantes, y me gustaba impulsarlos a explorar, expandir su intelecto, averiguar, informarse. Mi despido no tuvo nada que ver con mi manera de enseñar; como profesora, la administración estaba contenta conmigo.

En gran parte mi destitución fue debida a mi activismo. Estaba tratando de crear conciencia pública sobre la difícil situación de los profesores universitarios a medio tiempo: hoy en día, el profesorado universitario a tiempo parcial en los Estados Unidos llega a más de 1 millón de trabajadores. El 75% de nosotros no tenemos contrato fijo, y muchos no recibimos un salario digno (como era el caso mío que relato arriba); no podemos sobrevivir así. Cuando el nivel salarial de profesores debería tomar en cuenta nuestra formación académica y experiencia profesional, en muchos casos nos pagan, arbitrariamente, un salario mínimo o peor. El promedio nacional para un “profesor ambulante” es $2.700 por curso, sin seguro de salud ni cualquier otro beneficio. En casi ningún área metropolitana en los Estados Unidos se puede vivir así. Por esto le digo que estamos en crisis en este país; no vemos luz. Como miembro de la junta directiva del New Faculty Majority, una organización sin fines de lucro que aboga por el profesorado a tiempo parcial, sigo este activismo, inspirada por un idealismo basado en lo que creo debe ser equidad profesional para todo profesor.

Page 2: Adjunct Justice: Carta Del Papa :

Pero esta labor de abogacía se hace difícil cuando las universidades — ¡aún las católicas! — no hacen caso, y los medios de comunicación se quedan callados. ¿Quién nos escucha?

Sin embargo, no es por esto, directamente, que le escribo.

He recibido una devastadora noticia sobre otra profesora, a quien no conocía, pero una de las nuestras, quien aún cuando había dedicado los últimos 25 años de su vida profesional a una universidad católica en el área metropolitana de Pittsburgh, Pennsylvania – Duquesne University – murió indigente, de un ataque al corazón. Esta universidad católica, que debería seguir los principios de justicia promulgados por la doctrina social de la Iglesia, la abandonó; incluyo al final de esta carta una reseña periodística sobre este caso. Margaret Mary Vojtko era una mujer católica que fue destituida, negada por esa misma universidad católica a la que le dedicó los mejores y más productivos años de su vida. Una y otra vez he leído de dichos casos, rechazos luego de largos años de servicio, pero me niego a creer que una institución católica pueda ser tan cruel. Y aunque la Universidad de Duquesne no sea la única responsable por el sufrimiento causado a esta mujer — ya que todas las universidades son culpables del tratamiento que nos hacen, al igual que un sistema socioeconómico que no provee la seguridad social necesaria — nosotros como católicos debemos hacer algo inmediato y radical para parar esta devastación. Tal vez sea demasiado tarde para Margaret Mary Vojtko, pero hay más de 1 millón de profesores ambulantes y precarios hoy en día en los Estados Unidos, y los números siguen creciendo. Este profesorado comprende ahora, como expresé anteriormente, el 75% de la fuerza laboral académica en la educación superior. Muchos profesores están envejeciendo, y muchos no tienen recursos de salud, no tienen ahorros, no tienen ningún tipo de ayuda. Si quiere ver muestras de lo que digo, lea los muchos comentarios sobre el tema en el sitio de internet de mi petición, pidiendo justicia para los “profesores ambulantes”: http://petitions.moveon.org/sign/better-­‐pay-­‐for-­‐adjuncts

¿Qué se supone debemos hacer como seres misericordiosos? ¿Dónde está nuestra Caritas? ¿Hay algo más que silencio para respondernos?

Espero —con la noticia que se ha extendido por los Estados Unidos y muchas otras partes del mundo sobre la vida y muerte de Margaret Mary Vojtko, y por lo tanto del tratamiento mezquino que estamos sufriendo la mayoría de los profesores— que Usted, Santísimo Padre, halle lugar en su corazón para ayudarnos. Con su gran respeto a la justicia social, tengo fe que encontrará ocasión para poner en relieve no solamente el sufrimiento de Margaret Mary Vojtko y otros como ella, sino de todos los profesores sin contratos fijos. Por favor, ¡necesitamos su ayuda! Confío en que su muestra de apoyo, sus palabras de fe para seguir adelante en nuestra lucha por la igualdad de pago, será una manera de llevar la justicia y la redención a toda persona como Margaret Mary Vojtko. Su palabra nos traería esperanza; y tal vez, pronto, algún día, con su mensaje, comprendamos que sí podemos recibir esa igualdad que ahora nos aparece tan falsa.

Hace unos días leí lo que dijo sobre la juventud de hoy día, Gran Padre: que ellos no tienen esperanza, y que ese es el problema más urgente que confronta la Iglesia. Pero yo me pregunto, y respetuosamente le pregunto a usted, Santo Padre: ¿Cómo pueden tener los jóvenes esperanza, si sus profesores no la tienen? Por favor, ayúdenos en tan ardua situación. Como dijo el 16 de marzo de este año, no se olvide de los pobres…

En sol(idaridad),

Ana M. Fores Tamayo Adjunct Justice [email protected] [email protected] Petition: http://signon.org/sign/better-­‐pay-­‐for-­‐adjuncts.fb1?source=c.fb&r_by=426534 Facebook Page: https://www.facebook.com/AdjunctJustice New Faculty Majority, Board of Directors http://www.newfacultymajority.info/equity/

Page 3: Adjunct Justice: Carta Del Papa :

*Reseña periodística por Daniel Kovalik: http://www.post-­‐gazette.com/stories/opinion/perspectives/death-‐‐

of-­‐an-­‐adjunct-­‐703773/

P.D. A continuación, las siguientes personas integrantes del directorio del New Faculty Majority añaden sus firmas expresando su apoyo a esta carta, al igual que el autor del artículo original sobre Margaret Mary Vojtko. (Han habido muchos artículos posteriores desde su publicación el 18 de septiembre de 2013.)

Vanessa Vaile, ABD Mountainair NM; retired adjunct; active New Faculty Majority Board member,

education, community and advocacy blogger; social media specialist, https://www.vizify.com/vcv

Peter D.G. Brown, Ph.D. Distinguished Service Professor Emeritus, State University of New York;

New Paltz Chapter President, United University Professions; Board of Directors, New Faculty Majority

Betsy Smith, Ph.D. Adjunct Professor, ESL/Cape Cod Community College, New Faculty Majority, Board of Directors

Karen Lentz Madison, Ph.D. MLA Committee on Contingent Labor in the Profession, Chair, OMNI UA,

Faculty Advisor, Department of English Honors Undergraduate Advisor, University of Arkansas, New Faculty Majority, Board of Directors

Maria Consuelo Maisto President, New Faculty Majority, Executive Director, NFM Foundation Alan Trevithick, Ph.D. Adjunct Professor, Anthropology and Sociology, Fordham University,

Westchester Community College (SUNY), and Laguardia Community College (CUNY), and Board member, New Faculty Majority

Judy Olson, Ph.D. Vice President, New Faculty Majority; Chair, National Education Association

Contingent Faculty Caucus; Lecturer, English, California State University Los Angeles; Lecturer Representative, California Faculty Association Los Angeles

William J. Lipkin Adjunct professor of History and Political Science Secretary/Treasurer United Adjunct Faculty of New Jersey Treasurer, New Faculty Majority and NFM Foundation Outstanding Older Worker of New Jersey, 2004

Joe Berry, Ph.D. City College of San Francisco and University of Illinois, retired. New Faculty

Majority, Board of Directors and COCAL International Advisory Committee

Robin J. Sowards, Ph.D. Adjunct Lecturer, Duquesne University and University of Pittsburgh Daniel Kovalik Senior Counsel, United Steelworkers