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8/19/2019 Actividades Neoclasicismo y Romanticismo
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A n to lo g ia
F iesta de taros en M ad rid
adrid, cas tillo famoso M ucho Ie pesa a A liatar ; Pero ya Rodr igo e s pe ra,que al r ey m or o alivia e l m iedo, pero Zaida dio r es pu es ta, el pu e blo mud o y atento:
arde en fiestas en su coso diciendo que puede ent r ar , con heroico atrevimiento,
po r ser el natal dichoso por q ue en tan solemne fies ta se engalla el toro y altera ,
de Alimen6n de To ledo . na da se de be negar . [' .. J y finge acometimiento.
Su bravo alcaide Aliatar , M as, cuando en medio se pa r a La ar ena es carba, of endido;
de la hermosa Zaida amante, y d e mas cerca Ie m ira , sobre la espalda la ar roja
las ordena cele br ar la cristiana e s clava Aldara con el hueso retorcido:
po r si Ie puede a blandar co n su senora se encar a el suelo huele y Ie moja
el c or az6n de diamante. y asi Ie d ice, sus pi ra : en ardien te r es oplido. [... J
Pas6 vencida a sus r ueg os, "Senora, suenos no son ; M as, jay, qu e Ie embiste, horrendo,
des de Aravaca a M adrid; as i los c ielos, ven cidos el a nimal es pa ntoso!
hubo pandorgas y fuegos, de mi ruego y aflicci6n, Jam as pena sco tremendocon otros nocturnos juegos, ac er q uen a mis oidos del Caucaso cavernoso
qu e dis pu so el a da lid . [' .. J las campanas de Le6n, se de sga ja, es trago haciendo,
El ancho circo se llena como ese donce l, q ue, uf ano, ni llama as i fulminante
de m ul tit ud clamorosa, tanto asom bro viene a dar cruza en neg ra oscuridad
qu e at ien de a ver en la ar ena a todo el pueblo africano, co n relampago s delante,
la san grienta lid dudosa, es Rodrigo de V ivar, al estr e pi to tron an te
y to do en torno resuena. [... J el so berbio ca stellano." [... J de sonora tempestad,
Sali6 el toro del tor il Suena un r umor placentero co mo el bruto se ab alanz a,
y al Tarf e tir 6 po r t ierra , en tr e el vulgo d e M adr id : co n ter rible lige r eza ;
y lueg o a Bena lgualcil; " No habr a mejor cab aller o mas, rota con gran pujanz a
despues con Hamete cierr a, -dicen- en el mundo entero", la alta nuca, la fiereza
el tomer6n de C onil. [... J y algunos Ie ll aman Cid. y el ultimo aliento lanz a.
Dio vuelta hiriend o y m atand o Cr ec e la alga zar a, y el , La co nf usa vocerf a
a los d e a pie q ue encontrara, to r ciendo las riend as de or o, qu e en ta l instan te s e oy6
el c irco desocupand o, mar cha al com bate cruel: fue tanta , qu e par ecia
y, e mplaz andose, se para, alza el galo pe, y al toro que honda mina revent6,
con la vista am enazando. bu sca en sonoro tropel. [... J o el monte y valle se hundia.
Nad ie se atr eve a sa lir : Cual flech a se dis par6, A c a ba llo , com o esta ba,
la ple be grita , ind igna da; des pedida de la cu erda, R odr igo ellazo alcanz 6
las damas se q uier en ir , de ta l suerte Ie embisti6: co n qu e el tor o se adornaba:
po r qu e la fiesta empezada detr as de l a or eja izq ui erda en su lanza Ie c lav6
no puede ya proseguir . [... J la ag uda lanz a Ie hiri6. y a los balcones llegaba.
Sobr e un cab allo alaza no, Br ama la fiera burlada; Y , alzand ose en los es tr ibos,
cu bier to de galas yor o, segunda vez acomete, Ie alar ga a Zaida, di ciend o:demand a lic enc ia, ur bano, de es pu ma y s udor ban ada, "Sul tan a, aunque bien ent iend o
pa ra alan ce ar a un toro y segun da ve z Ie m ete se r favor es exc esivo s,
un cab allero cr istiano . sutil la punta ace r ada. mi corto don admitiendo;
~ S A N T I L L A N A 103
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no os dignaredes ser
on el benigna, advertid
ue a m i me basta saber
ue no Ie debo ofrecer
otra persona en Madrid."
Ella, el rostro placentero,
dijo, y turbada: "Senor,
yo Ie admito y Ie venero,
po r co ns erva r el favo r
de tan gentil caballero."
La lechera ,
" " _ .:z I
J J\?
levaba en la cabeza - J ,una lechera el cantaro al mercado ,
con aquella presteza,
aquel aire sencillo, aquel agrado, i- ; -"~ue va diciendo a todo el que 1 0 advierte:.;
Yosi que estoy contenta con mi suerte!" , > -orque no apetecia
as compaiiia que su pensamiento,~
ue, alegre, Ie ofrecia ;
ocentes ideas de contento,
archaba sola la feliz lechera,
de cia entre si de esta manera:
Esta leche, vendida, limpio me dara tanto dinero,
con esta partida
n canasto de huevos comprar quiero,
ra sacar cien pollos, que al estio
e rodeen cantando el pia , pia.
el importe logrado
e tanto polIo, mercare un cochino;
n bellota, salvado,
rza, castana, engordara sin tino:
nto, que puede ser que yo consiga
er como se Ie arrastra la barriga.
04 0
Y, be sand o el ric o do n,
pa ra ag radar al do nc el ,
Ie prende con aficion
allado del corazon
po r br inqu ino y por joyel.
Ni co la s F e r nadez d e Morat in
(T ex t o abreviad o)
Llevarelo al mercado;
sacare de el sin duda buen dinero:
comprare de contado
una robusta vaca y un ternero,que salte y corra toda la campina,
hasta el monte cercano a la cabana."
Con este pensamiento
enajenada, brinca de manera
que, a su saIto violento,
el cantaro cayo. jPobre lechera!
iQue compasion! Adios leche, dinero,
huevos, pollos, lechOn, vaca y ternero.
jO h, loca fantas ia ,que palacios fabricas en el viento!
Modera tu alegria;
no sea que, saltando de contento,
al contemplar dichosa tu m udanza,
quiebre su cantarillo la esperanza.
No seas am biciosa
de mejor 0 mas prospera fortuna;
que viviras ansiosa,
sin que pueda saciarte cosa alguna.
N o a nhele s im pac ie n te el b ien futuro:
mira que ni el present e esta segura .
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Letrilla
e amor es me muerO: Y,luego, en mi pecho, Me mira, Ie miro;mi madre , acud id ; una voz o i, si me vio, Ie vi
si no l legais pronto , cual cosa de encanto, ponerse mas rojo
vereisme morir. que em pez6 a decir: que el m ism o carm in;
"La niiia soltera y si esto Ie pasa
Catorce aiios tengo; ~de que ha de servir? al pobre, decid:
ayer los cum pH, La vieja casada ~que quereis, mi madre
que fue el primer dia aun es mas feliz." que me pase ami?
del florido abril, De amores me muero:
y chicas y chicos De amores me muero:
me suelen decir : mi madre , acud id ; mi madre , acud id ;
"~ Por que no te casan, s i no l legais pronto , si no llegais pronto,
Mariquilla? Di." ver e is me morir. ver e isme morir.
De amores me muero: Si por ese mundo Enfrente vive otro,
mi madr e , a cudid ; no quisiereis ir taimado y sutil,
si no llega is pronto , buscandome un novio que suele de paso
ver e isme morir . dejadmelo ami, mirarme y reir ,
que yo hallare tantos y, disimulado,
Ya se, madre mia, que pueda elegir, se viene tras mi,que alIa, en el jardin, y de nuestra calle y aver d6nde l lego
estando a mis solas, yo no he de salir. me suele seguir.
des pac io me viDe amor es me muero:en el espejito De amores me muero:
que m e dio en Madrid mi madr e , acudid ; mi madre , acudid;
las ferias pasadas si no llegais pronto , si no llegais pronto ,
mi primo Luis. ver e is me morir. ver e isme morir .
De amores me muero: Allado vive uno Otro hay que pasea
mi madre , acud id ; como un serafin, con aire gentilsi no llegais pronto, que la misma misa la calle cien veces,
vereisme morir. que yo suele oir . y aunque diga mil,
Si voy sola, llega y a nuestra criada
Mireme y mireme muy cerca de mi, Ie suele decir:
cien veces y mil, y se pone lejos " jB on ita es tu am a!
y dije, llorando: si tambien venis. ~Tehablade mi?"
"jAy, pob re de milDe amores me muero:~Por que se malogra D e amores me muero:
mi dulce r ei r mi madr e , acudid ; mi madre , acudid ;
y tiernas miradas? si no l legais pronto , si no llegais pronto ,
jA y,niiia inf eliz!" ver e isme morir. ver e isme morir.
De amores me muero:
mi madr e , acudid ;
si no ll ega is pronto ,
ver e isme morir.0
J os e G adalso
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O da ana c re 6 n tic aa D or i la
t C 6mo se van las ho ras,I
y tras ell as los df as,
y los f lor idos afios
de nu est ra f nigil vida!
La V e jez lu ego viene
-del Amor enemiga-,
y entre funebres som br asla muerte se avecina,
q ue, escualida y temblando,
fea, informe, amarilla,
nos aterra y apaga
nuestros juegos y dichas.
El cuerpo se entor pec e,
los ayes nos fatigan,
nos huyen los p laceres
y d eja la alegria.
Si esto, pues, nos aguarda,w ara q ue, mi Dorila,
son los f lor idos afiosde nuestra fragil vida?
Para juegos y b ai les ,
y ca ntares y r isas
no s los dier on los cielos,
las gr acias los des tinan.
Ven, jay!, ~ q ue te detiene?
Ven..., ven ..., paloma mfa,
de bajo de estas parras
do leve viento aspira.Y entre brindis suaves
y mimosas delicias
de la nifiez gocemos,
pues vuela tan aprisa .
En coro las m uchachas
se juntan para ofrme,
y al punto mis cantares
con nuevo ar dor re piten.
Pues Baco y el de Venu s
me dieron que, felice ,
ce lebre en dulce s himnos
sus glorias y festines .
A m or , na tura leza y do lor
(0 la Natura le za e n d e sc r ipci6n,a l m odo de F r ay Luis .)
(0 la Natura le za sen tim e n ta l ydolo r osa .)
Los animales tfmidos hu ye ndo
bus ca n las ho ndas gru tas; yace el
mund o
El co ngo jado p ec ho
te ador a humilde; su afl icci6n t e
cu enta
y en muda so ledad contigo alien ta
cu and o con voz doliente
en lag r imas des hech o
. se lastim a ...Consolado ra dios a
Lu na, jcalma mis males !
Y vuelve al alma mfa
a paz, la blanda paz que antes tenfa.
en silenc io med roso,
o co n chillido horr end o
solo alglin aye f unebr e el prof undo
duelo interrum pe y eter na l repo so . [ ...J
Tu rayo, celes tial Filosofia,
me alum br e en el abismo misterioso
de m aravilla tanta .
M uestrame l a Armonfa
de este gran Todo y su Or den
milagroso.
Y plac ido en tus alas me levanta ,
do estatica se encuentra
la inquieta vista en el inmenso cielo.
Allf , en su luz clarfsima embr u jado ,halla r e el bien q ue ellloroso suelo
bu sq ue ciego, de som br as fasc inado.
Ju a n M ele n d e z Vald es
(T e xt o a br eviad o J
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E llazari l lo
de c iegos cam ina n tes
alen varios toros vestidos de glase, de plata y oro, y
con much as estrellas de plata fina clavadas superfi-
cialmente en su piel, y e stos son los m as infelices , por -
q ue todos tiran a matarlos para conseguir sus des po -
jos. To da la nobleza del C uzco sa le a la plaza en bu enos ca-
ba llos, ricamente enjaezados de terciopelo bordado de r eal-
ce d e oro y plata. Los vestidos de los caballeros son de las
me jor es telas que se f a br ic an en Le 6n de Francia y en el
pais, pero cu bren esta grandeza con un manto que llamanpo ncho, he cho con Iana de alpaca, a listas de varios colores.
R o pa je v erdaderamente grosero para funciones de tan to lu-
cimiento. Estos caballeros forman sus cuadrillas acompa-
iiando al corr egidor y alcaldes, que se apostan en las bocas
de las calles para vel' las corridas de los toros y correr a
un a y otra par te para defender se de sus acometidas y vel'
sus suertes , como asimismo para saludar alas damas y a
recoger sus favores en gr a jeas y agu as olorosas, que arro-
jan desde los balcones, a que corres po nd en segU n la pulid ez
de cada uno, pero 1 0 regular es cargar se de unos grandesca r tu chos d e confite grueso para arrojar a la gente del bronce ,
q ue corresponde con igual munic i6 n 0 m etralla , qu e r ecoge
del suelo la ge nte ple beya y vue lve a vender a la caballeria .
AI fin de la funci6n, que es cuando suena la campana para
la salutaci6n angelica, sue ltan do s 0 t res toros encoheta-
dos, a dis parand o vario s ar tificios de fuego, y al mismo
tiempo tremolando los paiiuelos de las damas y varias ban-
der as de los balcones, se oye un victoreode una confusi6n
agradable, aunque en parte seme jante al tirot eo de los
gansos de la Andalucia, porque del uno y o tr o r esul tan con-
tusiones y her idas con pocas muertes. PO I'las noches hay
en las casas del corr egidor y a lcaldes agr adables se r ena tas ,
que concluyen e n opi pa ra s cenas , hasta la ultima noche de
carnestolenda s, en que todos se recogen casi al amanecer
del Miercoles de Ceniza.
C oncol o r cor uo ( Alo nso C arri6 d e l a V and era )
(F ra gme nt o)
Ser em os libres
s i e s tam os un id o s
a prosperidad de esta republica vecina ha sido y esta
siendo, el disparador de nuestra America porque no
se ha ponderado bastante la inmensa distancia que
media entre ellos y no sotros. Ellos eran ya Estados
se par ado s e independientes unos de otros, y se federaron
para unirse contra la opresi6 n de Inglate rra : federarnos
nosotros estando u nidos, es dividirnos y atraernos los ma-
les que ellos procuraron remedial' con esa federaci6n. Ellos
habian vivido bajo una constituci6n que con solo suprimir el nombre de reyes la de una republica: nosotros encorva-
do s 300 arios bajo el yugo de un monarca absoluto, apenas
acertamos a dar un paso sin tropiezo en el estudio desco-
nocido de la libertad. Somos como niiios a quienes poco ha
se han quitado las fajas, a como esclavos que acabamos de
largar cadenas inveteradas. Aquel era un pueblo nuevo,
homogeneo, industrioso, laborioso, i lustrado y lleno de v ir-
tudes sociales, como educado pOI'una naci6n libre: noso-
tro s som os un pueblo viejo, heterogeneo, sin industria,
enemigos del trlt ba jo y qu eriend o vivir de em pleos comolos espaiioles, tan ignorante en la masa general como
nu estro s padres, y carcomido de los vicios anexos a la es-
clavitud de tres centurias. Aquel es un pueblo pesado, se-
sudo, tenaz; no sotros una naci6n de veletas, si se me per-
mite esta expresi6n; tan vivos como el azogue y tan movi-
bles co mo e1. Aquellos Estados forman a : a orilla del mar una faja litoral, y cada uno tiene los puertos necesarios a
su comercio;entre nosotros solo en algunas provincias hay
algunos puertos 0 fondeaderos, y la naturaleza misma, pO l'
decirlo asi, nos ha centralizado.
S er u a n d o T ere sa d e M ier E n P R O F E C i A SO B RE L A F E DE R AC I 6 N M E X I C AN A.
D I SC UR S O DE L 13 DE DI C I EMBRE DE 1823.
(F ra gm ent o)
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F r a y G erund io
c ilense a pasear F r a y B la s y F ra y G erundio , y d e la s
r id£cul as reg las para p re d ic ar q ue le d io a qu el can to-
d o s su s c inco sentidos. -"Sea siem pre el estilo crespo,
hinch ado de latin 0 de griego, altisonante , y si pudie-r a ser , cadencioso. Huye cuanto pudieres de voces v ulgares
y comunes , aunque sean propias ; porque si el predica dor
habla desde mas alto y en voz alta, es raz6n q ue tambien
sean altas las ex pr es iones. Insigne modelo tienes en el au-
tor del famoso Flor ilogio, y solo con e studiar bien sus fra-
ses hanis un estilo que aturrulle y atolondr e a sus audito-
rios. A l silen cio llam ale taciturnidades della bio; al alabar,
panegirizar ; al vel', atigencia visual de los o bjetos; nunc a
digas ha bitaci6n, q ue 10dice cualquier pay o; di ha bitaculo,
y de jalo pOI'mi cuen ta; ex istir es vulgaridad; existencial
naturaleza es cosa g r and e.
... G uar date bien de decir n unca la vara de Aar6n, por-
qu e juzgaran q ue es la vara de algun alcalde de aldea; en
diciendo la aaronitica vara, se conci be una vara de las In-
dias , y se eleva la im ag inaci6n. Ce cuciente natur aleza es
clar o que suena mejor q ue natur aleza corta de vista, por-
qu e esta ultima expresi6n parece q ue esta pidiendo de li-
mosna unos anteo jos de vista cansada. Sobre todo "ignitas
aras del deseo", p OI'deseo ar diente y encendido, es locu-
ci6n q ue embelesa. Basten estos ver bigracias para q ue se-
pas las frases q ue h as de estudiar , 0 a 10menos imitar, enel Florilogio sacro, y con esto solo haras un es tilo cultisim o
pOI'el camino m as f aci!o
"~~1""-"~:",
El Pad r e de·G eru nd io . ( I mitaci6 n d e l " Q uijo t e" , l ibro I ,cap. 1 .)
"Era Ant6n Zotes un labrador d e una mediana pasad a;
hombr e de machorra, cecina y pan mediano los dias ordi-narios con cebolla 0 puerro pOI' po stre; vaca y chorizo los
dias de fie sta, su torr ezn o co r r iente pOI'almuerzo y ce na,
aun q ue esta tal vez era un salpic6 n de vaca; des pensa 0
ag ua-ple su bebida usual, meno s cu ando tenia en ca sa al-
gun fraile, qu e entonces se sacaba a la mesa vino de Villa-
manano del Par am o.
Los maes t r os d e Gerundio . E l co jo d e V il laornate .
Era un si no es muchisim o extr avagante. Ley6 tres tra-
tados de ortogr afia y par eci61e que el tenia tanto caudal
co mo cualq uier a p ara ser inventor , f un dador y patriarca
de un nuevo sistem a or tografico q ue fuese mas "r acional" y
mas justo q ue todos los d escu biertos ...
Asi -d ecia-, cuand o yo concibo un a cosa pequena la de-
bo escribir con letr a peq ueiia, y cuan do gr ande con letra
grande.
E l D6mine. ( I mitaci6n que vedesca . J
Era este un hombre al to, derecho, seco, cejijunto y po-
puloso; de ojos hundidos, nar iz adunca y pr olongad a, bar-
ba negra, voz s onor a, grave, pausada y p onder ativa, furio-so tabaq uista ...
Su conver saci6n era taraceada de latin y de romance
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ci tan do a cada pas o dichos, sentencias, hemistiquios y ver-
sos enter os de poetas orador es historiadores, de gram ati-
co s antiguo s y modernos par a ap oya r cualquiera friolera.
E llecto r d e l conven to .
Era un r eligio so mozo, de m ediano ingenio, de b astante
co mprensi6n, de m em or ia f eliz, e stud iant6n d e cal y c anto ,
f uriosamente aristotelico por q ue jam as habia leido otr a fi-loso f ia ni podia tolerar que se hablase de ella. (O bser ve se
la ir on ia cont r a e l E sco la st icism o.) Si Ie p r eg un ta ba n c6 mo
1 0 pa sab a, r es pon dia r na te r ia liter bien, sub d is t in go , r ed u-
plica t iv e a t ho r rw , no me d uele na da.
F ra y B la s
Su estatur a, procer os a, r ob usta y corpulenta ... M uy d e-
r ech o de andadura, algo salido de panza (Observese la irr e-
ver enc ia .), cuelli-erguido, su cerquillo copetudo y estudio-
samente arremolinado ...
Er a de aquellos cultisim os pr edicadores qu e jam as cita- ba n a lo s santos Padres, ni aun a lo s sagrados Evange lis-
tas , po r sus propios nom br e s , p ar ec iend oles q ue es ta es
vulgaridad. (Obser vese la cons igna cu l ter a n a d e evita r Lo s
vulgar is mos.) A San Mateo Ie llama ba "el ange l historia-
do r "; a San Marcos, "el evan ge lico to ro"· a an Gr eg or io,
"la aleg 6r ica tiara" . ..
F ra y G er un d io en e l conven to . ( In fluj o de la P icar esca e
irr ever enc ia ra c io nali sta con t ra l o s t i pos r e lig iosos.)
"Ya tene mos a Fr ay G erundio en campafia -como tor o
en plaza-, no vicio h ec ho y der echo como el mas pintado ,sin q ue ninguno Ie echase el pie ad elante, ni en la puntual
as istencia a los ejercicios de comunidad, porque guarda ba
mucho su coleto, ni en las tr ave suras cuando podia hac er-
las sin ser cogido en ellas. Porque era mafioso, d isimulado
y de admirable ligereza en las manos y en los p ies . No o bs-tante, co mo no per d ia ocas i6n de correr con panecillos de
encajar se en la manga una raci6n y en un siantiam en se
echaba a pechos un jesus (" jarr a de vin o" ) cuando ayud a ba
al refitoler o a c omponer el ref ectorio, lleg6 a sos pe cha r se
q ue n o er a tan limpio c om o parecia."
F ra y G er un d io , f ilo so fo en bur la .
"Por la palabr a S ustancia en su vida entendi6 otra cos a
m as qu e caldo de gallina, por cuanto siempr e habia oido a
su madr e, cuando ha bia en fe rm o en ca sa: "Voya darle un a
sustancia". Tocandole ar gilir a la cues ti6n que pr eg unta "si
la sustancia es inmediatamente o pera tiva", su lector de-
fend ia que no, y F r ay Gerundio per dia lo s e stribos de la ra-
z6n y d e la paciencia. Fu es e, pu es , al Gener al muy ar m ado
de su ar gumento y propusole de es ta manera: "EI c ald o de
A n to lo g ia
gallina es verdadera sustan cia ; se d s ic asi qu e el caldo de
gallina es inmediatamente operativo, lu ego la sustanc ia es
in mediatamente op erativa. Neg aronle la menor y pr o b6la
asi : "Aq uello qu e administrado en u n a ayud a ha ce o br ar
in mediatamente es in mediatam ente operat ivo; se d sic es i
q ue el caldo de gallina administrado en una ay ud a Oavati-
va ) hace obrar inm ediatamente , lu eg o el ca ldo de gallina
es inm ediatam ente o perativo". R i6se a car cajada tendidatoda la m os q ueteria del au la .. . (Y el, enfurecido, pr epar 6
un a de mos traci6n at r oz, digna del B uscon , co n un a jeringade la enfer mer ia.)
F ra y G erund i " p r ed ica dor sa gr ado .
Santigu6se co n pleno magisterio; pro puso el tem a sin
omitir 1 0 de " ex eva nge lica latine ca pi te quar to dec im o"; r e-
linch6 dos veces y rompi6 la salutaci6n de es ta m anera:
"Esta presentaci6n sacro-Iugubre, este episodio sacro-tr a-
gico, este coluctuoso e pisodio y panegirico escenatico, se d i-
r ige a inmortalizar las mem or ias del que hizo inmortales atantos con los r asgos cadu cos q ue , a impulsos del aquilige-
r o pince l qu e estampa en candido lino triturado, sirviendo
de color id o e l a tr o licuor de l a verrugosa ag alla, chis pand o
en c6ncavos aereos .. ." "Calam us esc r i be veloc iter ". EI Li-
cenci ad o Flechilla, que Ie habia encar gad o el se rm 6n y
aq uel dia hacia de diac ono en las honras, enajenado y f ue-
r a de si , se qued6 sentado en el banco donde ha bia oido la
oraci6n ... llorando a h ilo tendido de ternura . Apenas entra-
r on en la sacristia los d el a ltar cuando el pr es te, sin da r lu -
ga r a qu e Ie quitasen la ca pa, se arroj6 violentamente al
cuello de Fray Gerundio, tuvo le un gran rato apr et ado en -tr e sus brazos ... y poniend ole lueg o las manos so br e los
hombros prorrumpi6 en estas exclamaciones: jOh gloria in -
mortal de Campos! jOh afortunada Campazas! jOh m ons-
truo del pulpito! jOh co nfusi6n de predicadores! jOh poz o!
jO h sima! jEs un horror , es un horror! jOh! jOh! jOh! Y fue-
se a quitar la capa hac iend os e cruces.
J ose F ra ncisco d e I sl a
E n H I S TO RI A D E L F AM OS O PR E Dl C A DO R FR AY G ER UN Dl O DE
C AM PA Z AS
(F r agmento J
I
o
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F IE ST A D E T aR O S E N M A D R ID
1. En grupo realicen 10 siguiente:
• Comparen la figura del Cid y la del toro y elaboren una interpr etacion grupal del poema sobr e la base de dicha comparacion.
• GQuepapel tiene la presencia femenina en el poem a? Justif ica tu r espuesta.
L E T R IL L A
1. Responde por escrito las siguientes preguntas:
• GQuehabr a quer ido ex pr esar el autor al pr esentar una nina que lamenta su solterfa? Elabora tu
propia res puesta y discutela con tus companeros d e clase.
• GQue diferencias y que similitudes existen entr e la actitud d e la nina d el poema y la de una
adolescente actual?
L A L E C H E R A
1. Responde por escrito las siguientes preguntas:
• GCrees tu que la actitud ante la vid a y el futuro de la lecher a es comun en nuestros d fas?
• Redacta u n pequeno ensayo dond e expongas tu opinion sobr e el tema de la moraleja de La lecher a.
E L L A Z A R IL L O D E C IE G O S C A IV II N A N T E S
1. Luego de leer analiticamente responde:
• Se sabe que el Neoclasicismo privilegia la r azon y la ciencia. Desde esa per s pectiva, Gquete pare-
ce el texto de Concolorcorvo?, Gque concluyes sobre el Neoclasicismo his panoamer icano si tomas
como base de juicio Ella zarillo de ciegos caminantes?
- alcaid e
- ad alid
- ad arga
- preseas
- bizar r o
- doncel
- algazar a
- altisonante
- cecuciente
- verbigracia
- taraceada
- plebeyo
- emplazar
- en jaezad o
- opfpara
- glase
I
I
I
I
I
L110
- in quieta
- deshecho
- vulgaridad
- funebre
- taciturno
- nocturno
- afliccion
- escualida
-liger eza
- clamorosa
- estr epito
- fragil
- r ef ectorio
- dudosa
- confusa
- honda
a. Insigne, celebre, nota ble. b. Dominar, reprimir , someter.
c. Audacia, temeridad, valor .
d. Tetrico, macabro, som brf o.
e. Sosegado, tranq uilo, pacif ico.£ . Valentia, arrojo, osadfa.
g. Alegre, optimista, festivo.
h. Silencio, sigilo, callado.
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1. Imagina e invent a un dialogo entre Feijoo ( pensador critico) y Concolorcorvo (cr onista pin 0-
resco) sobre el tema "La educacion contemporanea en Chile".
2. Escribe una pequeiia fabula de seis versos, en la que los cuatr o primeros expongan una situa-
cion y los dos liltimos propongan una mor ale ja.
3. Nar r a en ver so una escena de un partido de flitbol (la ata jada de un arquer o, el gol d e un ju-
gador 0cualq uier jugada que se te ocurra, por absurd a que parezca).
4. Discute, en una mesa redonda, el tema "La natur aleza" consid erando tr es puntos de vista d is-
tintos:
- el de un ecQnomisra
- el de un artista.
- el d e un ecologila.
5. Destaca tr es TIrtudes y tr es vicios d el modo de hablar de los estudiantes. Discute tus aprecia-
ciones con tus compaiieros y ex pongan sus conclusiones.
Culter anismo d el
sigloXVII
Clasicismoespanol
(Gar cilaso, Fray Luis)
,
Fa billas = J j [--Poesia culterana d el , ,. , .sigloXVIII I Poesla lInca neoclaslca
Pueblos mayas,
aztecas y quechuas
Gauchos
argentinos
Campesinos y
peones
Catolicismo ytr adiciones religiosas
aut6ctonas
~esia lirica
I aut6ctonaDecimas y
r omances
R eligiosidad
popular
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En la antologia de esta unidad aparecen tres odas de Melendez Valdes, que manifiestan actitudes poeticas
distintas: la primera es de corte idI1icoy aleg6rico; la segunda ofrece solemnes descripciones de la naturale-
za; la tercera acusa fuertes resonancias amorosas y sentimentales. Veamos algo de estas tres posturas.
• La Oda anacre6ntica a Dorila se inscribe en una vieja tradici6n que se inicia en la Antigiiedad Clasi-
ca. Deriva este genero de Anacreonte, primer poeta en cantar a la voluptuosidad amorosa como res-
puesta de la naturaleza del hombre, a la necesidad de felicidad. Las odas anacre6nticas consideran
la vida desde el punto de vista del placer y tienen un tono festivo y suave. La Oda anacre6ntica a Do-
rila, presenta una visi6n idealizada del amor y la naturaleza. Los floridos arios de la vida tienen co-
mo meta privilegiada los juegos, los bailes, los cantos y las risas. Por su parte, la naturaleza esta he-
cha de parras y leves vientos embalsamados de aromas, 1 0 que invita a no desperdiciar el tiempo y aentregarse sin dilaci6n al ardor amoroso y al goce sensual de la vida.
• La Oda al invierno, en cambio, asume una postura mucho mas seria y meditativa. El influjo de FrayLuis es notor io en la descripci6n de la naturaleza, que ya no es percibida como algo que enciende lossentidos, sino como una realidad hecha de profundas grutas, silencios medrosos, chillidos horrendos
y fUnebres aves. Esta realidad sombria se contr apone con la necesidad de un orden milagroso y ar-
m6nico y de un cielo inmenso, habitado por una clarisima luz que embruja y fascina al mortal.
• La Oda a la luna, por su parte, insiste en la asociaci6n sentimental que se esta blece entre la luna, diosa
de la noche, y la dolorida cond ici6n del poeta. En esta oda nos encontramos con congo jas y aflicciones, con
soledad muda, voz doliente, lagrimas y males que lastiman. Imposible no ver en estas ex pr esiones y en
las alusiones a la luna un anuncio del Romanticismo, que ya se asoma en el horizonte literario espanol.
• El recurrir a la Antigiiedad Clasica (Oda a Dorila), al enfoque propio de Fray Luis (Oda al invierno) y a
una percepci6n prerromantica de la naturaleza (Oda a la Luna) hacen de Melendez Valdes un claro re- presentante de la poesia neoclasica espanola, que si no da obras de granjerarquia, si mantiene viva la ca-
pacidad de superar estados disminuidos y de suscitar , desde esa situaci6n menoscabada, valiosos f rutos,
como seran los que brotaran a partir del Romanticismo. Para concluir, comparemos algunos versos de las
odas analizadas con sus respectivos referentes y en el caso de Oda a la Luna con un poema r omantico.
Anacreonte (Antiguedad ClasicaJ
No amo sino al hombre que
mezclando los esplendidos dones
de las Musas y Afrodita
mantiene la fiesta agradable en su mente.
OdaaDorila
Pues Baco y el de Venus
me dieron que, felice,
celebre en dulces himnos
sus glorias y festines.
Fray Luis (RenacimientoJ
Aqui el alma navega
por un mar de dulzura, y final ment e
en el asi se anega ,
que ningun accident e
extraiio 0 peregrino oye y siente.
Oda al invierno
Y placido en tus alas me levanta,
do estatica se encuent r a
la inquieta vista en el inmenso cielo.
AlU, en su luz clar isima embrujado,
hallare el bien que en eilloroso suelo
busque ciego, d e sombras fascinado.
Jose de Espronceda ( RomanticismoJ
Sal, oh tu , noche serena ,
que al mundo velas augusta,
y los pesares de un triste
con tu oscuridad endulzas.
Od aal aluna
Consoladora diosa
Luna, jcalma mis males!
Y vuelve el alma mia
a paz, la blanda paz que antes t enia.
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R i m a s
u er as el huracan y yo la al ta
torr e que desafia su pode r :
jtenias que estrellarte 0 qu e a batirm eL .. jN o pu do ser !
Tu eras el oce ano y yo la en hiesta
ro ca q ue firme aguar da su vaive n:
jtenf as qu e r om per te 0 que anancarme ...:
j No pud o ser !
Hermosa tu, yo a lt ivo : acostum br ado s
un o a ano llar , el otro a no cede r ;
la senda es tre ch a, in evita bl e el choq ue ...
j 0 p ud o ser !
-Yo soy ardiente, yo soy mor en a,
yo soy el simbolo de la pasi6n,
de ansia de goces mi alma esta llena:
i,AJ1lime b uscas?
-N o es a ti ; n o.
-M i f rente es p alida , mis t r enzas de oro;
pu edo br indarte dichas sin fin,yo d e tern uras guardo un tesoro:i,A mf me llam as?
- No; no e s a t i.
-Y o soy un sueno, un impos i bl e,
va no f antasm a d e n ie bl a y luz
soy in co r p6r ea, soy intangib le:
no p uedo am ar te :- jOh, ye n; yen tu!
Volveran las oscuras golondrinas
en tu balc6n sus nidos a c olga r ,
y otra vez con e l ala a tus cr ista les ju gan do llam ar an.
Pero aq uellas q ue el vuelo ref renaban
tu her m osura y mi dicha a con templar ,
aquellas que aprend ier on nu es tro s nombres ...
esas ... jno volve r an!
Volve r an las tup ida s m adreselva s
de tu jar df n las ta pias a escalar
y ot r a ve z en la tarde, aun m as herm osas
sus f lores se abrir an.
Per o aquellas cuajadas de roc i o
cuyas gotas mirabamos tem blar
y caer com o lagrimas del dfa ...
esas .. . jno volve r an!
Volveran del amor en tus of do s
las palabras ar dientes a son ar ;
tu coraz6n de s u prof undo sueno
tal vez des pertar a.
Per o mudo y ab sorto, de r odi llas
com o se ad or a a D ios ante su altar ,
co mo yo t e he querido ..., desenga nate ,
jasi no te q uenan!
G usta vo Ado l f o Bec qu er
(S el ec ci6 n J
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La verdad sabre e l caso d e l senor V a ld e m a r
No debem os asom br arn os de que el caso d el s enor Val-
demar haya su scitado una di scu si6n. El deseo de to-das las partes interesad as de que el a sunto continua-
ra en secreto, al menos pO I'el pr ese nte, 0 en es pera
de la oportunidad de una nu eva investigaci6n, y nu estro s
esfuerzos para salirnos co n la nu estra ha n dado lugar a q ue
se difunda un relato imperfecto 0 exagerado entre el publico
y que, presentado el asunto con los colores mas desagrada-
blemen te fa lsos, haya dado origen a un gran descredito.
Asi, pues, es necesario que de cuenta de los hechos. Re-
los aqui:
En estos tr es ultimos anos, mi atenci6n habia sido atrai-
da pOI 'el hipnotism o. R ac e un os nu eve meses, r e pentina-
mente acudi6 a mi imaginaci6n la idea de que, en la serie
de experiencias hechas hasta el presente, existia una gran-
disima e inexplicable laguna: nadie habia sido hipnotizado
en ar t fculo de muerte . Quedaba pOI'saber si en tal estado, el
pac iente po dia r ecibir el inf lujo hipn6tico; en segundo lugar ,
si, en el caso afirmativo, era atenuado 0 aumentado pOI'esa
circunstancia; y, en tercer lu gar , ha sta que punto 0 durante
cuanto tiempo las usurpaciones de la muer te podian q uedar
paral izad as por Ia op erac i6 n.
Buscando a mi alrededor un sujeto pOI'medio del cual pud iese ac larar estos puntos, fije la elecci6n en mi amigo
Ernesto Valdemar . Su temperamento era singularmente
nervioso y constituia un excelente su je to para las experien-
cias hipn6ticas. Algunos meses antes de conocer lo , los me-
dicos Ie habian declarado a tacado pOl' una tuberculosis
muy caracter istica.
Cuando se me ocur rieron pOI'primera vez las idea s de
que ya he hecho menci6n, era muy natural que pensase en
el senor Valdemar. Conocia demasiado bien la filosofia del
hombre para que temiese algunos escrupulos pOI'su par te ,
y como en Am er ica no tenia pariente alguno, no er a de te -mer esta clase de intervenci6n. Le hable francamente, y c on
gran sorpresa vi que tomaba vivo interes. Su enferm eda d es
de las que admite un calculo exacto en 1 0 que se refiere a la
epoca de su desenlace; y finalmente se convino entre noso-
tros que me enviaria a buscar veinticua tr o ho r as antes deltermino senalado pOI'los m edicos para su m uerte.
Race siete meses que recibi la siguiente epistola del s e-
nor Valdemar:
M i qu erido P . .:
Ya p u ede u st ed v e n ir . Los s e nor es D ... y R . . es ta n d eacuerdo, y m e h a n d ich o q u e no p a sa r e d e manana : y creo
que han ca lcu lado b ien , sobre poco mas 0 menos.
Recibi esta carta una media hora despues de haber sido
escr ita , y q uince m inuto s mas t ard e, me encontraba en la ha-
bitaci6n d el m or i bun do . S u r os tr o tenia el colordel plomo,losojos parecian apagados y la delgade z e ra tan grande que los
p6 mulos hab ian q uedado al descu bier to . La expectoraci6n
er a excesiva, y e l p ulso im per ce ptib le . S e encontraba sosteni-
do pOI'las almohadas de su lecho y los do ctor es D... y F...
Des pu es de haber estrechado la mana de Valdemar, lla-me aparte a esos senores e hice que me dieran cuenta del
estado del enfermo. La opini6n de ambos medicos era que
el senor Valdemar moriria a eso de la medianoche del dia
siguiente, el domingo. Estabamos en sabado y eran las sie-
te y m edia de la tarde.
Los doctor es no tenian intenci6n de volver, pero a mis
instancias co nsintieron en venir a vel' al paciente a eso de
las diez d e l a noche.
Cuando se marcharo n, ha ble librem en te co n el se no r
Valdem ar de su pr 6x im a muer te , y m as par ticularmente de
la experiencia que nos ha biam os pr op ues to llev ar a cabo,
mostrandose deseoso de comenzarla en s eguida.
El senor L.. ., un estudiante de medicina, fue bastante
bu eno para acceder al deseo que Ie exprese de que tomara
notas de todo cuanto ocurria y puedo decir que he calcado
mi relato de es te proceso verbal, copiando palabra pOI'pa-lab r a, cu ando no 1 0 he condensado.
Era n las ocho y cinco de la noche cuando, cogiendo la
mana del pac iente, Ie r ogue q ue repitier a al senor L ..., tan
claramente como pudier a, su des eo de q ue hiciese una ex-
pe rien cia hipn6 tica sobre el en t ales cond iciones .
Valdemar repiti6, con voz de bil, p er o muy claramente:
-Si, deseo ser hipnotizado -y a gr eg6 en seg uida-: Temo
qu e 1 0 haya aplazado demasiado tiempo.
Mientras hablaba, yo habia comenzado los pasos que me pa re cian mas eficaces para dormirlo. Evidentemente, sinti6
el influjo de mi mana desde el pr imer pase hipn6tico: pero,aunque desplegase todo mi poder , no se manifest6 efecto sen-
sible hasta las diez y diez , cuando los medicos D... y F ... llega-
ron a la cita. En poca s palabr as les explique mi deseo; y como
no hicieran objec i6n alguna, aseg urandome que el paciente
habia entrado en el peliodo ag6nico,continue sin va ci lac i6n, pe ro cam bian do los pases la terales en pases longitudina les , y
co ncentrando mi mirada en los ojos del moribundo .
M ientras tanto , su pulso se hacia imper ce ptib le, y su
res pi r aci6n cada vez mas dificultosa, par alizan dose pOI'in-
ter valos de medio minuto.Este estado dur 6 un cuar to de hora , cas i sin camb io al-
guno. No ob stante, al cab o de este tiem po, o imos un
suspiro natural, aunque hor r i blem ente pr ofundo, cesando
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la entrecortada res pi raci6n, es decir , c esando el estertor , y
res pirando pOl' intervalos igua les. La s extremidades del
pa ciente estaban como heladas.
A las once m enos cinco minu tos, adverti sin tomas nada
equivocosdel influ jo hipn6tico . La vacilaci6nvidr iosa de la mi-
rada se cam bi6 p Ol'esa expr esi6n peno sa de la mir ada in te -
r ior , q ue no se v e mas q ue en los ca sos d e sona m bu lismo, yacerca de la cua l es imposi ble eq uivocarse.Con a lgunos pases
laterales rapidos, hice palpitar sus pupilas, comocuan do tene-
mos s uefio, e in sistiend o un pocom as , las cern~pOI'completo .
No ob sta nte, esto no me bastaba y continue vigorosam ente
mis e jercicios,pr oyectand o intensamente la voluntad , ha sta
que hube paralizado completamente los m iem bros d el dor mi-
d o .Cuan do hu be hech o todo es to , ya er a mas de median o-
che y rogue a los presentes q ue examinar an la situaci6n
del sefior Valdemar. Despues de algunas compr o bac ion es
r econocieron que se encontr a ba en u n estado de catale psia
hipn6 ti ca sumamente perfecta. La curiosida d d e a m bos
medicos estaba ex citad a en alto grado. El doctor D...., r e-
pe nt inamente, r es olvi6 quedarse durante toda la noc he al
lado de l pac iente, y el doctor F... pidi6 permiso para re ti-
rarse, prometien do volver de madr uga da. El sefior L. . . ylos enfermer os se quedaron.
Basta las tr es de la mafiana dejamos tranqu ilo al sef ior
Valdemar. A esa hora, me aproxime y 1 0 enc ontre exacta-
mente en el mismo estado que cuando se march6 el doctor
F. .. Tenia los ojos cer r ad os con natura lidad, y los miembros
tan rigidos y frios com o el marmol. No ob stante, la aparien-
cia general no era de muer te .
AI a pr oximarme al senor Valdemar , hice u n peq uef io es-
f uer zo para o bligar a u b r azo der ech o a q ue siguiera el m io
en los m ov im ientos q ue yo describia du lcemente pOl'encima
de su per sona. Vi que su brazo seguia muy dulcemente, a un -
qu e indicand olas a pena s, todas las direccione s q ue el m io Ie
sef iala ba. E nton ces tr aM de dir igir le algun as pregun tas.
-Sefior Valdemar , l .duerm e usted?
EI sefio r Valdemar no me r es po nd i6, per o vi temblar
sus la bios, pOl' 1 0 q ue r e pet i mi pregun ta t res veces. A later cer a, un es tremecimiento reco r ri6 su cu er po : l os p arpa-
dos se lev an taron pO l'si mismos par a de ja r a l descubier to
una peq uefia par te del glob o del ojo: los la bios se m ovier on
per ezosamente y dejar on escapar estas pa la bras en un
murmullo apenas descifrable:
-Si , e stoy d or mido . iNo me de s pier te! jDe jeme morir a si!
Pal pe sus miembr os y los enco ntr e tan r ig idos como an-
tes . E I b r azo derech o, comohacia un momento, obedecia a la
dir ecci6n de m i m ano . Nue va mente interrogue al sonambulo:
-l.Le duele aun el p echo, sef ior Valdemar ?
La res pu esta se hizo es per ar un poc o y aun la murmu-
1'6con menos fuerza que la anterior :-l.D olor ? N o, m uer o.
POI'el momento, no juzg ue conveniente ator mentar lo
mas, y no se di jo ni se hizo na da hasta q ue lleg6 el doctor
F... , que qued6 asombrado a l ve l' v ivo al enfer mo, cas i al
am anec er . Des pues de ha berlo pulsado y ha ber le ap licado
un espejo a los l a bios, me rog6 q ue Ie hablar a de nuevo, 1 0
qu e hice inm ediatamente en la siguiente f orma:
-Senor Valdem ar , l.sigue uste d du r miendo?
Al inter r oga rlo pO l' cuarta vez, res pondi6 muy de bil-mente, casi de m odo ininteligi ble:
-Si , du er mo, muero.
Entonces, los med ico s op inar on , 0 m as bien expr esa-
ron, el de seo de q ue no se m olestase al sefior Valdemar y
q ue continuase en este estado de coma apar ente has ta qu e
mur ier a; y e so d e bia oc ur r ir , y e n esto estuvieron de acuer-
do, en un plazo de cinc o m inutos. No o bstante, resolvi ha-
blar le de nuev o, r ep itiendo mi precede nte pregun ta.
M ientras hablaba, se op er6 un gr an ca m bio en la fiso-
nomia del moribundo. Lo s ojos giraron en sus 6r bitas , y se
abrieron; la piel tom6 e l color de la m uerte y las dos m an-
chas circulares hect ica s,' qu e hasta ese momento esta ba n
vigor osamen te fijadas en las mejillas, se apagar on de re -
pe nte. M e sir vo de es ta ex presi6n po r que la rapidez de sudesaparici6n me hizo pensar en una vela q ue se ap aga de
un soplo. A l mism o tiempo, el la bio su pe r ior se co ntrajo,
de jand o al descu bier to los dientes mientr as qu e la mandi-
bula infer ior cay6 br uscam ente haciend o un r uido qu e fue
oido pOl'todos, de jan do la boca abierta, y d escub rie ndo pOI'
completo la hinchada y negra lengua. Pr e sumo q ue todo s
los presentes estaban familiarizados co n e l es pectaculo de
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la m uer te; pero e l as pecto del seno r V aldemar er a tan od ioso
en estos m om entos, que todos r etrocedimos lleno s d e terror .
Compr endo que alllegar a este p un ta, el sub lev ado lector no quemi darm e cr edito. No obstante, mi d eb er e s continuar.
El se no r Valdemar no pr ese nta ba el menor sf ntoma devi talidad; y, c r ey endo que es taba muerto, f bamos a de jar lo
en manos de los enf ermero s, cuand o ofmos un pequeno m ur -
mullo que b r ota ba de su boca y q ue dur 6 cerc a de un m inu-
to . A continuaci6n de este perfodo o f mos una voz q ue sena
locura intentar de scri bi rla. Sin embar go, h ay do s 0 tres vo-
ca blos que se Ie podnan aplicar aunque no diesen el sentido
ca ba l de el lo: asf , pues , p uedo decir que el sonido er a as pero ,
desgarrado, cav ernoso; la voz que pa r ecfa llegar a nuestros
of do s, 0 po r 10 m eno s a los m fo s, des de una lar ga distancia,
como de u n sub terr aneo, me i m presion6 de la m isma mane-
ra (temo q ue sea imposi ble hacer me co mpre nd er ) q ue lasmaterias glutinosas 0 gelatinosas af ectan al tacto.
El se no r Valdemar hablaba , ev identemente , para r es-
pond er a la pre gunta que Ie h abfa hech o, algunos momen-
tos an tes . Com o r ec ord ar an, Ie habfa preguntado si conti-
nu a ba du rm iend o, a 1 0 qu e ahor a me res po nd i6:
-S f , no, h e dormido; y aho r a estoy muerto.
Ninguna de las per son as presentes tr ataron de negar
n i aun de po ner en du da 1 0 indescriptib le, el extremo ho-rror de estas palabr as pronunciadas as!.
El se n or L ..., el es tudiante, se de smay6. Los enfer me-
r os hu yer o n i nmediatamente y no hu bo medio de hacer qu e volvier a n . En cuanto a mis propias impresiones, no
pr etendo q ue lleg ue a compr end erlas ellector . Dur antece r ca de un a ho r a, sin pro nu nciar un a palab ra , tr atamosde q ue r ec o br ara los sentidos el jove n 1... Cuand o vo lvi6 en
sf , continuamos nu es tras investigaciones acerca del est ado
del senor Valdemar .Este seno r co ntinua ba en el mismo estado qu e he des-
cr ito ultimamente; pero co n el es pe jo no se po dfa o btener ves tigio alguno de r es pi ra ci6n. Una tentativa de sa ngrfa en
un brazo no tuvo ex ito. T am bien de bo decir que su brazo y a
no obedec f a a mi volun tad y en va no intente ha cerlo seguir la direcci6n d e m i mano . L a unica indicaci6n r ea l del influjo
hipn6tico se manifestaba en el m ovim iento vi brator io de la
lengua. Cada ve z q ue dirigf a una pr eg un ta al se nor Valde -
mar , este parecfa hacer un es fu erzo para r es pond erm e, co-
mo s i su volici6n no fuer a bas tante du r a ble. Aho r a, c r eo h a- ber relatado todo 1 0 qu e es nece sario para hac er compr en-
der el estado del sona mbu lo en este perfodo...Por la tarde , t odos vo lvimos pa r a ve r al pa ciente. Su
estado er a ab solutamente el mismo. Entonces tuvim os un a
disc usi6n ac erc a de la oportunidad y la po sibilidad de de s-
per ta rlo; per o muy pronto todos compr end imos la poc ave nta ja q ue sacarf a de ello e l se nor Valdemar . Er a ev iden-
te q ue hasta ese mom ento, la muerte 0 10 que se define por
el v oca blo m uer te , ha bf a quedado pa ra lizada po r el hipno-
tismo. Com pre ndimos q ue de s pertar al se nor Valdemar
eq uivaldna a apresur ar su muerte y s u descompo sic i6n.
Desde ese dfa has t e el Ultimo de la semana pasad a, es
dec ir , dura nt e un in t er va lo d e unos siete mese s , no s r eunimosdi r iamente en la casa del senor Valdemar , a companados de
va rios medicos y am igos. E n este tiem po el sonambulo con-
tinu 6 exactam ente en el mismo estado que he descrito an-
tes. Los e nfermer os 1 0 vigila ba n siempre .
El viern es pas ado re solvimos desp er tar lo, 0, por 10 m e-
nos , t r atar de d es pertarlo.
Par a arranca r al se no r Valdemar de la ca tale psia hip-
n6tica, hice uso de los ac os tumbrados pa ses . Durante al-
gun tiempo , no dieron r esultado algun o. El pr imer sfntoma
de vida f ue un a de pre si6n del ir is. Obse r va mos co mo un
hec ho muy nota ble qu e esta depr es i6n del iris f uese acom- pan ada de un f lujo muy a bu nd ante de un lfquido amar i-
llento (deba jo de los p arp ados ) y q ue hedfa mucho.
Entonces, me sugirieron la idea de e jerc er mi inf lujo en
el brazo del paciente, com o 1 0 ha bfa hecho antes. Tra te de
hac erlo, pe ro no pud e. El doctor F... m anifest6 e l deseo de
qu e Ie h ic iera una pregunta, q ue fue la ultim a qu e hice, e n
los s iguientes terminos:
-Senor V a l demar , lPodr f a usted ex pl icar no s 1 0 qu e en
es tos mom entos siente 0 des ea ? y al ca bo de cierto tiempo
volvimos a ofr la pavor osa voz q ue ya he descr ito:
-jPor amor de Dios! iDe p risa ! iD e p r isa! Hag am e do r -mir . 0 bien, ide p risa !, jdes pier teme! , ide prisa! jY a he d i-
cho qu e es toy muer to !
Yoesta ba completamente aturdido, y d ura nte un minu-
to no sup e qu e par ti d o de bfa segui r . Pr imeramente , tr ate
de tranq uilizar al paciente, pero la f al ta de vo lun tad me
hizo fracasar , y, en ve z de ca lm arlo, hice cuanto pude por
qu e des per tar a. M uy p r on to vi q ue mi tentativa alca nz arfa
completo ex ito , 0 po r 1 0 menos 1 0 pense , y estoy seguro dequ e todos cuantos se encontraban en la alcoba esperaban
ve r des pertarse al sonam bulo.
En cu anto a 1 0 q ue ocurri6, ninglin ser humano 1 0 hu - bier a podido adivinar y hubies e parecido imposib le.
Mientras hacfa los p ases hipn6t icos a traves de los gri-
tos de " jmuerto!", jmuerto!" q ue lite r almente e stal la ban en
la lengua y no en los labios del su jeto, sin sa ber c6mo, de
r e pente, en el e s pa cio de un minuto y aun en menos tiem- po, todo su cu er po desa pa reci6, se des menuz6, se pudri6
a bsolu tamente ba jo mis mano s. So br e ellecho , ante tod os
los testigos, yacfa un a mas a r ep ugnante, y casi llquida,
una abominable putrefacci6n.
E dg a r A . Poe
( A d a pt a c i6n )
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a w tima par te del otoiio en Ber-
lin sue le tener dias magnificos.
El sol s ale pOI'entre las nu bes ,
eva por ando la humedad del a ireque so pla en las calles . Se distingue la
multitud de gente elegante: burgue-
ses con s us es posas e hijos , vestidos
de d ia d e fiesta; c lerigos, judios, licen-
ciados , alegres muchachas, mod istas,
baila r inas, oficiales...
Toda es ta abigar r ada muche-
dum br e atraviesa la Av enida de los
Tilos en dir ecci6n al Par qu e Zoo16gico.
o tard an en ocupar se todas las
mesas de Klaus y Weber , el cafehumea en las tazas; los dand ie s en-
cienden cigarros, se habla, se discu-
te de paz y de guer r a, sob r e el co-
mer cio pr ivadv, al t iem po q ue quedan
mar tir izados los oyentes pO I' un
ar pa de saf inada, un par de viol ines
desacordes , un a f lauta tisica y un f ago t con calambr es.
Junto a la balaustrada q ue se par a el terre no acotad o
del r estaurante de Weber d e l a calle, se y en unas mesas y
sillas de jardin; al li se res pi ra al aire libre, se con templa a
los paseantes y se esta le jos de la desdichada orquestina .Alli me siento yo, abandonandome a m is fantasias . S61 0
el m aldito acorde de un vals canallesco me arra nca de m is
ensueiio s. Oigo la voz as pe ra de l v iolin y la f lauta, y e l b a jo
ronco del fagot, que suben y descienden entr e si , de tenien -
dose en octavas que destrozan los timpanos; y s in po der re-
mediarlo, como alguien q ue es tuviera aquejado de un dolor agudo, gr ito:
-'Que asco de m usical iQue octavas t an espantosas!
-'Maldita suer te! iOtr a octava! -oigo q ue algu ien mur -
mur a a m i lado.
Alzo la vista y advierto qu e, sin dar me cuenta, se hasen tado a mi m isma mesa un individuo que me contem pla
atentamente, y del q ue n o consigo aparta r la mir ad a.
Nunca he visto u na cabeza ni una figura que m e hayan
causado una impresi6n mayor . L a nariz aguileiia se pier de
en la ancha frente, muy des pe jada , for mando dos arcos ele-
vados en las pobladas ce jas, bajo l as cuales se asoman dos
E l C a b a l l ero G lu ck
o jos de expres i6n salvaje y algo juve -
nil (el individuo tendra unos cincuen-
ta aiios); la suave barbilla contrasta
visiblemente con la boca cerrada y lasonrisa ir6nica que contrae los mus-
culos d e sus marchitas mejillas, pare-
ciend o p r otestar contra la melancolia
de la fre nte, tan grave . La delgada fi -
gura va envue lta en un sobr etodo am-
plio y d e u ltima moda .
La musica ha cesado y siento la
necesidad de dirigirle la palabra.
-M as vale que haya cal lado esa
musiquita. Es insoportable. Mejor s e-
r ia q ue no tocaran - insisto-. ~ Nocompar te usted mi opini6n?
-Yo no tengo opini6n - es s u res-
pu esta-. Dsted es musico y conoce su
of icio.
-Se equivo ca usted en ambas su-
i po siciones . E n otro tiem po a pr endia a
tocar e l p iano y teoria general, como se a pr ende tod o
cuanto sir ve para una cultura mediana, y entonces me di-
jer on , entre otras cosas, que nada produce peor efecto que
la combinaci6n en oc tavas del bajo y l a soprano. Como au-
tor ida d, 10 crei entonces, y siem pre que he tenido ocasi6nde com pr obarlo me he convencido de la veracidad de tal
aserto.
-~D e ver as? -inquiri6 mi vecino de mesa.
Se levanta len tam en te y se dirige hacia los musicos,
golpeandose la f rente con la mano, como el que desea re-
cor dar algo. Veo que ha bla con ellos, a quienes trata al pa-
recer con manifie sta sup er ior idad. Vuelve a mi lado y ape-
nas ha tom ado asiento, la orquesta comienza a interpretar
la ob er tur a de l figen i a en A ulid e (*).
Con los ojos entr ece r rados, los brazos cruzados sobre la
mesa, escucha el a ndan te ; con el pie izquierdo lleva lenta-mente el compas, indicando las entradas de los instrumen-
tos. De pr onto, levanta la ca be za , mira a su alrededor, colo-
ca la mana a bier ta sobre la mesa como deseando captar un
acor de y levanta la mana der echa. Es un director de 01'-
qu esta q ue indica los tiempos.
Gotas de sudol' perlan su f r en te; mar ca la entrada
(") U na de las cinc o o br as maestr as del caballe r o Cr isto bal W ill i ba ld Gluck ( 1714-87), escr ita en 1774. Bus o tr as cu atro me jor es op er as [u ero n: O lfeo y E uridice , Ar mi d a ,
l fige nia en T c iurid e y A icesle.
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del conjunto y a lgunos pasajes importantes; su mana derecha
no cesa d e l levar el compas; con la izquierda saca el paiiuelo,
q ue se pasa pOl'el rostro. Escucho las dulces y desmayadas
q ue jas de la flau ta , que se destaca al aflojar los violines y e l
co ntr ab a jo, y se apaga el estr uendo de los tim ba les; oigo las
notas vibrantes del vio lence llo,del f agot, q ue inundan mi co-raz6 n co n una emoci6n indescriptible; vuelve a comenzar el
conjunto con un gigante augusto y venerable, continua al
un isono y las sordas que jas mueren en sus cadencias.
Concluye la abertura. M i compaiiero de ja ca eI' lo s bra-
zos y per manece con los ojos cerrados como quien acaba de
ejecutar un supremo esfuer zo. Su botella esta vacia; llen a
su vasa de borgoiia , q ue es el v in o qu e m e h an servido poco
antes . Exhala un prof un do susp ir o y parece des pe rtar de
un su eiio. Le invito a beber , cosa que hace sin resistenc ia
algun a y vacia el vasa de un trago.
Se levanta, camina apresuradam ente arr ib a y abajo yem pieza a tararear el cora de Ifigenia en Taur id e. Adm ir a-
do, ob servo que interpret a var ios pasajes d e l a m elodia
cen tral, dandoles un a fuerza y una novedad asom bro sa.
-i ,No ha compuesto usted nunca? - preg un ta tras un a
pausa, volviendo a su asiento .
-Si , 10intente una vez, pero 10qu e escribi en un rap to de
en tusiasmo, lue go m e pareci6 soso y ab urrido, y ya no insisti.
-Hizo m al. El mismo hecho de encontrar m al sus co -
mienzos ya ind ica cierto talento. A pr en de m os m usic a de
niiio s porque nos 10ordenan nuestro s padres; 10mandan a
un o rascal' el violin 0 aporrear el pi ano, m as nadie se preo-
cup a de averiguar si se poseen con diciones 0 se siente la
melodia. i,C6mo ser ia pos ib le contar las mil distintas ma-
neras pO l'las que se llega a com po sito r ? Es un gran cami-
no en el que la gente se apretu ja y exclama: " jS om os los
eleg ido s! iHemos llegado all im ite!" PorIa puerta de marfil
se penetra en el r ei no de los sueiios; poco s son los que lle-
ga n a divisar la puerta, y aun menos los que trasponen
su s umbrales. Es dificilllegar a este reina , los m on struos
cierran el paso ..., se yerguen ..., m uchos son absorbidos pO l'
los suei io s .. ., se f un d en en el sueiio .., Pocos, muy pocos,
despiertan, ascienden y recorren el reino de los sueiios lle-
ga ndo ala verdad ..., a l momento supremo: el c ontacto con
10 eterno, co n 10inexplica ble.
-Cuando v iv i en e l mun d o d e los sueiios - pr osigui6 -,
me atormentaron mil dolores y angustia s. E r a d e noche,
Los rayos lum inosos atravesaban las sombras de la noche,
y esos rayos eran notas que me r odeaban con una deliciosa
claridad. Despertaba libre de mis dolore s y d ivisaba un ojo
grande y clar o q ue m iraba des de un 6rgano, y a m edida q ue
miraba surgian unas nota s q ue producian las arm onias
mas inefables que quepa imaginal'. Durante muchos aiios
suspire en el r eino de los sueiios ..., en un magnifico bos-
q ue, yescuche como cantaban las flores. S610un heliotropo
callaba y, tr is te, inclinaba su caliz hacia la Tier r a, Lazos
in visibles m e llevaron hacia e1... Levante la ca bez a, el caliz
se abri6 y en su interior pe r cibi el ojo clarisim o que m e ob -
servaba, Igual que rayos de sol, l as notas se elevar on pOl'
encima de m i cabeza en direcci6n a las flores, que las ab -
sorbian con a nsia. Las hojas del heliotropo iban cr eciend o,y de ellas emanaba un calor ardiente ... Me rodea ban, el ojo
desapar eci6, y yo con el, en el caliz de la flor .
Al pr onunciar es tas ult imas palabras , se puso de pie y
sali6 r apidamente. En vano aguar de su r egreso, y al vel'
qu e no volvia , me marche al centr o de la ciudad,
Cerca de la puerta de Brandeb ur go divise una f igura
de lgada que paseaba en la oscu r id ad, y en la misma reco-
noci a m i com paiiero casual.
-i,Por q ue me de j6 tan de repente? -quise saber .
-Continuemos andando. Si no, no m e gusta la compa-
iiia. C laro que usted no compone ni es berlines.
- No entiendo su mania contra los ber lineses. Aq ui,
donde tanto se r espeta y ama el arte, donde se practica en
gr an escala, yo opino que un hombre con el espir itu artisti-
co de u sted, de beria hallar se a g usto ,
-Dec idi en c ier ta o cas i6n asistir a un t ea tro para oil' la 6pe-
ra de u n amigo m io , cuyo ti tulo no recuerdo. E n ella aparece
m uc ha ge nte, a traves del tun1Ultode u na m ul titud acicalada;
aparecen espir itu s diab6lico s,el d emonio... iAh, si, Don Juan!
Per o apenas pud e resistir la obertura , qu e la orq uesta atac6
conun prestissimo, sin la men or idea de pOl'qu e 10hacia,
-En efecto , las obras del inmortal M ozar t no logran
aqui una interpretaci6n m uy acertada; en cam bio, las de
Glu ck suelen tocar las bien , Estoy de acuer do co n usted en
la falta de tacto -co ncedi-. Mas pese a tod o, se hace 10po-
si ble p Ol'dar realce alas 6peras de G luc k .
-Si -somi6 mi nuevo amigo con amar gur a.
De pronto, se alej6 de mi lado a gr an des zancadas , sin
que me fuera posib le detenerlo.
Habian trascurr ido varios m es es, cuando en una noch e
lluviosa, algo retrasado en un ba r r io extramuros de la ca-
pi ta l, m e disponia a tomar el camino de mi casa en la Frie-
dr ichstrasse. Tenia q ue pa sar , pO l'co nsiguiente, pOl'delan-
te del Teatro de la 6pera . Ib a a en tra r , cuando l lam6 m i
atenci6n un caballero que habla ba solo junto a un ve nt a-
nal pOl'el q ue surgian los acordes,
Asi pOl'el brazo a mi original am igo del Jardin Zoolog i-
co, pues el era el individu o qu e soliloqueab a, y 10a par te de
alIi . Se mostr 6 sor pr endido y me sigui6 en silen cio, E sta ba-
mos ya en la F r ied richstra sse, cuando se d etuvo de r e pe nte.
-Lo conozco a usted -afirm 6-. Estab a en el Zoo 16gico..,
Hab lam os m ucho..., yo be bi algo... y se me su bi6 a la cabeza...
-Me alegro much o de que el azar haya vuelto a r ewumos.
Ahora podr em os ser am igos.Yovivocer ca de aqui. Si q ui ere ...
- No puedo ni debo ir a n ingun a par te .
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17/30
-Pues ir e yo con usted.
-Entonces , acom pa r iem e un os dos cientos metro s. M as,
i,no iba usted a l teatro?
-Pensaba oil' A r mid a , pero ya ...
-Ahora oil'a usted Armida. Ven ga con migo.
En silencio, r em ontam os porIa Fr iedrich stra sse, dim os
vuelta a una calle ja tr an sv ersal y, sin apenas poder seguir-10 , continuamos calle arr iba hasta que a l fin mi amigo se
de tuvo ante un edif icio de as pe cto m uy m odesto. Llam 6 u n
bu en ra to , ha sta que abrieron la pu er ta.
A oscuras, tanteando el terreno, llegamos a la es caler a
y lu ego al cuarto piso, que era el ultim o, y, tras entrar , m i
guia cer r 6 cuidadosamente la puerta.
M e quede in m 6v il y oi abrirse ot ra puer ta . P oco des-
pu es, reap ar eci6 el extrario individuo con un ve16n en la
m ano , y la vist a d e la habitac i6n, amueblada de extraria
manera, me cau s6 una hond a sorpresa.
Silla s a ntiguas r icam ente talladas, un relo j de caja dor ad ay u n es pe jo grande y p esado daban a la estancia un air e som -
brio, un lujo aiiejo. En el centro habia un piano; encim a de l
m ism o, un t in tero de por celana y unas ho ja s d e p a pe l p au tado.
Una ojeada a todo aquello me p ersua di6 de que hac ia mu-
cho tiempo que a lIi no se habia es crito u na so la nota, pu es el
pa pel e stab a am ar il lento y pI tint ero lleno de te lara iias .
M i a m igo se dirigi6 a un ar mario pegado al muro en el
qu e yo n o habia r eparado, y al abrir la puer ta , divise un a
hi lera de li br os bien encuadernados, en cuyos lomos y en
car acter es dorados , se leia : Orfeo , A rm id a , Alcest e , l fige-
n ia ... E n una palabra, las obras completas de Glu ck .-i,P os ee las obras completas de G luc k ? -son re i.
No contest6 , sino que un a sonrisa fo rzada contrajo su
semblante, otorgandole una terrible exp r esi6n. M e di r igi6
una m ir ad a severa y cogi6 uno de los tom os, A rmida . Con
el li br o en la mano, se acerc6 al piano. Abri y di s puse el
atr il , detalle este que pareci6 complacerlo. Abri6 el libr o ...
i,Q uien podria expr esar mi asom br o? Dentro s61 0ha bia pa-
pe l pautado sin nad a escr ito .
-Ahora toeare la ober tura -m e indica-. Vuelvam e las
hojas a t iempo.
Se 10 pr om et i, y empez6 a tocar de modo mar av illoso y
conmovedo r el majestuoso tiem po d e m ar cha co n qu e sein icia la sinfonia, ateniendose pOl'entero al or igin al; pe r o
el a ll egr o tenia muchas frases mezcladas con las ideas pri -
mordiales de Gluck . Introdujo unos cam bios tan ge niales ,
q ue m i a som bro creci6 al punto.
A veces cantaba el tem a, al tiempo que 10acompar iaba
con infinitas variaciones, con una bien modulad a voz de te -
nor ; luego, im it6 a los timbales. Yo volvia las ho jas siguien-
do su m irada. Con clu y6 la ob er tura y m i am igo cay6 exte-
nuado en su asiento, c on los o jo s ce rr ad os .
Volvi6 a incorporar se y, m ientras yo volvia unas ho jas
en blanco de la obra, m ur mur6 con voz r onca:- Todo esto, serior m io , 10 escribi cuando regrese del rei-
no de los suer ios . P ero confie 10santo a los incredu lo s y m e
vi condenado a moral' entre lo s incredulos como un espiri-
tu aislado ..., sin forma, pO l'10 cual nadie me reconocera
ha sta que el heliot r op o vuelva a elevar me al eterno. Ahor a
cantare la romanza de Armida .
Y cant6 la escena f inal de la 6pera con una ex pr es i6 n
que me con movi6 prof undamente. Tambien en ella se apar-
t6 mucho de la parti tura or iginal, per o sus var iacion es da-
ba n m as r el ieve ala m usic a de Gluck .
Tod o 10q ue eS ' po sib le expr esar sobre el amor , el odio, ladeses per ac i6n y el delir io, qu ed6 expresado del modo mas
be llo con tonos energico s. Su vo z par ecia la de un joven ,
q ue de la in significancia m as vulgar y m on6ton a se eleva-
ba ala f uerza mas conmovedora .
Todasmis f ibras se estremecian .. .Me hallaba fuera d e m i.
Cua ndo te rmin6, m e ar r oje en sus brazos.
-i,Q ue e s e sto ? i,Q uien es usted? -Ie pr egunte, s in po-
del ' co nten er m i em oc i6n .
Se ir gui6 ante m i y me midi6 con su penetrante m ira -
da. Cuan do ib a ya a seguir pr eg un tandole, de sap ar ec i6 con
el ve16n de tras de la puer ta, de jandome a oscur as.Tr an scu rri6 casi un cuarto de hora. Temia no volver a
verlo y em pez a ba a buscar la puerta del piso, orientando-
m e porIa posic i6n de l pi ano , cuando a pa r eci6 de repente,
ataviado con u n tra je de ga la m uy bo r dado, un a ca sac a ri-
quisim a, la espada al cinto y el ve16nen la m ano.
M e q ueM estupefacto. Avanz6 hacia mi , m uy grave, y
to mand ome de la mano, dijo con una extr aria sonrisa: "Soy
el ca ba llero Gluck ".
Esto ocur r i6 en 1890. G lu ck habia fa llecido en 1787.
Ernst T heodor Am ad eus H offmann
( Ada pt aci6 n)
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18/30
R IM A X L I1. A partir de la Rima XLI de Becquer, desarrolla las siguientes actividades en tu cuaderno. Co-
menta las respuestas con tus compaiieros.
• Lee atentamente el poema y sintetiza su contenid o en una frase.• El poema gira en tor no ala oposici6n entre el Yo hablante y el Tu mu jer . Anota en un cuadro las
frases que aluden a uno y a otra.
• l,Que sentimientos ha bnin ins pir ad o esta rima a Becquer? l,Que r elaci6n guar dan estos sentimien-
tos con los elementos q ue invoca el hablante par a el Yoy el Tu?
• Id entifica la estructura metr ica d el poema: a) la medida d e cad a ver so; b) el esquema y clase d e ri-
ma; c) la r elaci6n entre la estructur a metrica y el contenido.
• Escribe el titulo de otr o poema que conozcas dond e se d e el mismo tipo de rima.
• El estado de animo del hablante esta condicionado por ellexico que emplea. Anota las form as ver-
bales conjugadas y las no conjugadas que se utilizan en el texto. l,Que aspecto significativo enf ati-
za, res pectivamente, cada grupo? l,Que id eas son comunes a ambos?
• Redacta un comentar io interpr etativo d el texto. Pued e ser vir te d e mod elo el comentario que in-
cluimos en la pagina siguiente so bre la Rima LIII d e Becquer.
L A V E R D A D S aB R E E L C A S O D E L S E N O R V A L D E M A R
1. Contesta por escrito y lee las respuestas a tus compaiieros:
• l,Que quier e probar el narrador con el experimento? l,A q ue conclusi6n llega?
• l,Cuales son los motivos por los que escoge al Sr. Vald emar?
• l,En que terminos alud e el narrador a "esa voz" indescriptible?
• l,Cuando muri6 realmente el Sr. Vald emar; cuando ya no present6 "sintoma d e vitalid ad " 0 cuan-
do su cuerpo "se desmenuz6 ante los testigos"?
• l,Te parece efectiva la actitud d el narrador hacia el lector par a convencerlo d e los hechos? l,Por
que r az6n?
• Sintetiza los acontecimientos, ind icando el tiempo. Determina el punto culminante y el d esenlace.
• l,Cuales son los elementos que buscan hacer d el relato un cuento cientifico?
• l,Que as pectos te permiten reconocer el cuento como romantico?
• Busca otr o per sona je d e la liter atura, leyend a, mito 0 tr adici6n or al que haya encarnad o un caso
similar al d el Sr. Vald emar, un muer to-vivo. Dalo a conocer a tus compafieros.
2. Trabajo en grupo. Realicen una investigaci6n; que responda las siguientes preguntas:
• l,Que es la hipnosis? l,Cual es la relaci6n entr e hipnosis y ciencia? l,Es posible en el campo d e la
ciencia un experimento como este? Si se hicier a, l,seria etico?
1. Marca con una cruz las definiciones de las palabras del vocabulario. Escribe oraciones usan·
do cada vocablo en sus divers as acepciones.
• DESAFIAR _ Perd er el acuerdo con algo 0alguien.
_ R etar a singular combate 0 pelea.
_ Competir con otro en d estreza 0agilid ad.
_ Oponerse una cosa a otr a.
_ Romper la fe y amistad que se tiene con
alguien.
• ESCRUPULO _ Duda 0r ecelo q ue punza la conciencia
sobr e si una cosa es buena 0mala.
_ Echar d e si con des pr ecio algo, teniendolo
por sucio 0viI.
_ Exactitud en averiguar 0en cumplir algo.
_ Ridiculo, extravagante.
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19/30
1. Trabajo en grupo.
Con tus companeros, prepara una documentad a exposici6n informativa, visual y auditiva q ue complete
tus conocimientos literarios r elativos al r omanticismo: musica, pintura, arquitectur a, filosofia, mod a.
2. Antologia poetica.
Pre para tu propia antologia d e poesia romantica con un gr upo d e tus compaiier os. Te pr oponemos que agru-
pes los poemas por temas: el amor , la soledad , la re beli6n, el d estierr o, la fugacid ad d e la vida u otr os.
3. Los nombres escondidos.
Lee el siguiente texto en sentid o horizontal, vertical, tr ansversal, de d er echa a izq uier d a, d e a ba jo a ar r i-
ba y viceversa. Encontraras los nombres de 11 escritores romanticos. An6talos y dalos a conocer al curso:
A L R E U Q C E B 0
M S S I L A V 0 S
L E C E N S A N D L
L A A 0 I A N L G A
B A R H T M 0 E N D
S Y T R F T D 0 U AB A A F A S I P 0 C
E H T E 0 G E E Y E
L I A L L I R R 0 ZI
---- ~~
A m o d o d e s fn t e s i s
Los or igenes del Romanticismo liter ar io se r emontan a Inglaterr a d e mediad os d el siglo XVIII. Autores
como Ed uardo Young, James Thomson, Samuel Richar d son y James Pher son d ieron priorid ad al pod er
de la imaginaci6n. a la melancolia, a la soled ad y a la poesia primitiva y popular . Paralelamente, sur ge
en Alemania, hacia 1770, un movimiento literario d enominad o Sturm und Drang, (Tempestad e impe-
tu). Se caracteriz6 por su tem ple antitrad icional, la libre ins piraci6n, el individualismo d inamico, la
orientaci6n patri6tica y po pular. Las primeras obr as d e Johann Gottf r ied Herd er (1744-1803), Wolf -
gang von Goethe (1749-1832) y Fed er ico Schiller (1759-1805) se encuentr an d entr o d e este movimiento.
El Pr erromanticismo tambien se d io en Fr ancia con Jean Jacq ues R ousseau (1712-1778) y Bernardino
d e Saint-Pierre (1737-1814), y en Espana, con Jose Cad also (1714-1782). Los pr er romanticos, mas que
conf ormar una escuela liter ar ia, constituyen una serie d e escr itores que, imbuidos d e las id eas y senti-
mientos nuevos, preparan el camino par a los romanticos.
a. Romanticismo tradicional y religioso. En el se exalta 1 0 nacional y se busca el r encuentr o imagina-
tivo con la Edad Media. Tenemos en Inglaterra a Walter Scott; en Italia, a Ale jandr o Manzoni; en
Francia, a R enato de Chateaubriand y en Espana, a Jose Zorr illa.
b. R omanticismo liberal y revolucionario. El tr iunfo d e las ideas liberales, 1830, signif ica un nuevo im-
pulso para el R omanticismo y la obra d e arte adquiere una f unci6n social. De be contr i buir al perfecciona-
miento es pir itual y moral d e los hom bres. En Inglaterr a se d estaca Lord Byr on; en Francia, Victor Hu-
go, y en Espana, Mar iano Jose d e Lar r a.
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• EI poema en relacion con la obra. La Rima LIII for ma par te d e las 76 composiciones de la primer a
edici6n, 1871, de Rimas , de Gustavo Ad olfo Becquer . El poema se entiende independientemente d e
los demas textos que constituyen la o br a. No obstante, aunq ue puedas leer las rimas en forma aut6-
noma, ellibro posee un indiscutible caracter unitario. Una obr a lirica concebida como una historiade amor con sentid o unitario, recibe el nombr e d e cancio nero.
• Tema. La soledad , angustia y nostalgia que so brevienen al f racaso amoroso.
• Hablante y receptor. La rima configura un mensaje poetico que un yo explicitamente presente en las
formas verbales de pr imera persona (plural, "mirabamos", y singular, "te he querido"), dirige de un
modo constante a un tU. El receptor aparece ex presamente aludido en el contexto; es decir , esta pre-
sente -"desengaiiate"-; pero im plicitamente ausente d el espacio mismo, como si el poema fuer a una
carta que se envia a una per sona lejana.
• Estructura metrica. Es una composici6n breve, seis estrofas. Cad a una de cuatro versos: los tres primeros,
end ecasilabos; y el cuarto, que termina en palabra aguda, porIa ley del acento final, heptasilabo.Los versos pares poseen rima asonante, mientras que los impares q uedan libres. Asi se aplica un es-
quema de rima propio de los romances, que auna 1 0 popular a una poesia.
• Recursos de estilo. Uno d e los meritos de Becquer es utilizar los recursos tecnicos sin tener que renun-
ciar a su ca pacidad expr esiva. Mas que comunicar algo, el hablante sugiere a traves de figuras d e estilo
cuid adosamente trabajad as: epiteto ("oscuras golond r inas"), comparacion ("como se adora aDios", rei-
teracion ("volveran", "no volveran"), encabalgamiento ("... las oscuras golondrinas en tu balc6n ...") per-
sonificacion ("las golondrinas que aprend ieron nuestr os nombres"), hiperbole ("asi no te querran"), hi-
perbaton ("volveran del amor en tus oid os las palabras ard ientes a sonar"), paralelismo sintactico
("volveran las oscur as golondrinas" - "volveran las tu pidas mad reselvas").
EI recurso estilistico del paralelismo. Cada heptasilabo configura un r ecurso muy usado pOl'Becquer, el
verso