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ACTITUD La actitud es la forma de actuar de una persona, el comportamiento que emplea un individuo para hacer las cosas. En este sentido, se puede decir que es su forma de ser o el comportamiento de actuar. La actitud es definida por la psicología social como "Conjunto de creencias y de sentimientos que nos predisponen a comportarnos de una determinada manera frente a un determinado objeto". A partir de esta definición surge la llamada concepción tridimensional de las actitudes: La dimensión cognitiva hace referencia al conjunto de creencias del individuo. Es la información que el individuo tiene sobre el objeto, lo que sabe o cree saber sobre él, su manera de representarlo y las categorías en las que lo incluye. La dimensión afectiva hace referencia al conjunto de sentimientos del individuo. Se entiende como un continuo bipolar equidistante entre sentimientos negativos y positivos. Es decir, los sentimientos no se clasifican en sólo dos categorías (negativos o positivos), sino que se miden en una escala que es más negativa en un extremo y más positiva en el otro, en cuyo centro se halla la neutralidad. La dimensión conductual hace referencia a la predisposición a desarrollar una determinada conducta. Para influir en esta dimensión se requiere aplicar un programa de refuerzos y sanciones. De hecho, los propios refuerzos y sanciones que recibimos en nuestra vida diaria influyen en nuestra actitud. Según una investigación de La Pierre (1934) consiguió estipular lo siguiente sobre la actitud en la sociedad. Existen claras diferencias en el nivel de abstracción y concreción del individuo. Cuando mantenemos una conducta discriminatoria hacia un colectivo, la imagen que nos hacemos del individuo concreto se basa en los prejuicios y estereotipos que existen sobre el colectivo. Sin embargo, al tratar directamente

ACTITUD

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ACTITUD

La actitud es la forma de actuar de una persona, el comportamiento que emplea un individuo para hacer las cosas. En este sentido, se puede decir que es su forma de ser o el comportamiento de actuar. La actitud es definida por la psicología social como "Conjunto de creencias y de sentimientos que nos predisponen a comportarnos de una determinada manera frente a un determinado objeto". A partir de esta definición surge la llamada concepción tridimensional de las actitudes:

La dimensión cognitiva hace referencia al conjunto de creencias del individuo. Es la información que el individuo tiene sobre el objeto, lo que sabe o cree saber sobre él, su manera de representarlo y las categorías en las que lo incluye.

La dimensión afectiva hace referencia al conjunto de sentimientos del individuo. Se entiende como un continuo bipolar equidistante entre sentimientos negativos y positivos. Es decir, los sentimientos no se clasifican en sólo dos categorías (negativos o positivos), sino que se miden en una escala que es más negativa en un extremo y más positiva en el otro, en cuyo centro se halla la neutralidad.

La dimensión conductual hace referencia a la predisposición a desarrollar una determinada conducta. Para influir en esta dimensión se requiere aplicar un programa de refuerzos y sanciones. De hecho, los propios refuerzos y sanciones que recibimos en nuestra vida diaria influyen en nuestra actitud.

Según una investigación de La Pierre (1934) consiguió estipular lo siguiente sobre la actitud en la sociedad.

• Existen claras diferencias en el nivel de abstracción y concreción del individuo. Cuando mantenemos una conducta discriminatoria hacia un colectivo, la imagen que nos hacemos del individuo concreto se basa en los prejuicios y estereotipos que existen sobre el colectivo. Sin embargo, al tratar directamente con el individuo, encontramos claras diferencias con las falsas ideas discriminatorias.

• La situación influye en la conducta. Para la mayoría de personas es más difícil dar una negativa cara a cara que a distancia.

• La existencia de normas sociales de comportamiento también influye. A distancia resulta fácil mantener los principios individuales, pero cara a cara mantenemos las normas sociales.

• La deseabilidad social también es un factor influyente. La importancia que le damos a lo que los demás van a pensar de nosotros influye en nuestra conducta.

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ACTITUDES MASCULINAS Y FEMENINAS SEGÚN LA SOCIEDAD

El concepto biológico de “sexo” se refiere al hecho de haber nacido varón o mujer. En cambio, el concepto sociocultural de “género” se refiere a lo que significa ser varón o mujer en una sociedad y un momento histórico determinado. El género establece expectativas sobre cómo deberían actuar las personas de uno y otro sexo en diversas situaciones.

En casi todas las sociedades hay diferencias claras entre el comportamiento de niñas y niños. Los varones no sólo muestran más actividad física, juego y exploración bruscos y agitados, sino que también tienen otros intereses y prefieren, por ejemplo, juegos de guerra; en contraste con las preferencias de las niñas por los papeles domésticos.

LA POSICIÓN DEL HOMBRE

En la cultura de la calle, donde predomina la noción de virilidad o potencia sexual, el icono de hombre es el “tigre”. En la cultura de la casa, donde predomina la noción de hombría o poder, el icono es el león.

Desde una edad temprana, los niños varones son llevados a estar conscientes de su conducta y siempre actuar para demostrar socialmente que son “hombres de verdad”. En este proceso, personas cercanas a los niños, probablemente bajo el liderazgo de la madre, se convierten en una especie de “policía de género” y conspiran para generar la homofobia (rechazo a la homosexualidad) en el niño que va madurando. Los varones son socializados en un ambiente fuertemente restrictivo y prohibitivo, que deteriora su espontaneidad, autenticidad y alegría, produciendo mucha hipocresía y neurosis, lo que hemos llamado “el ser y no ser” del varón dominicano. Crecen con un miedo irracional de “convertirse” en el sexo opuesto, de “degenerarse”; este temor los ayuda a construir la “heterosexualidad obligatoria” en el varón.

LA POSICIÓN DE LA MUJER

Respecto a ellas, pueden existir múltiples “feminidades”. Hemos planteado la doble posición de la mujer como punto de partida de esta perspectiva. Existe la mujer de la noche, tal vez menos “femenina” y posiblemente más “masculina”, que compite con el hombre, es más igual a él; es “mujer de la calle”, y por tanto, una amenaza para la descendencia de la superioridad masculina. Imaginariamente goza, y hace gozar. Paradójicamente, vive deseando la posición de la mujer-madre, la que tiene el hombre y el hijo siempre para ella.

En cambio, nos encontramos con otra posición más femenina o tal vez menos masculina, que no compite con el hombre y es “mujer de su casa”; mujer reproductiva, inclinada a una actitud maternal, la que renuncia al goce en nombre de la especie. Paradójicamente, vive eternamente amenazada en su posición de madre por el goce de otras.

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Algunos han señalado que no parece tratarse de dos tipos de mujeres, sino de un mito que las contiene a ambas como las dos caras de una misma moneda. Las mujeres dominicanas pueden atravesar estas dos posiciones alternativamente, fijarse en una o sostener ambas. Pero si se ubican en una suelen interrogarse sobre la otra.

http://www.rexpuestas.com/secciones/notas-al-margen/los-roles-masculinos-y-femeninos-segun-la-sociedad/