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  • RETORNO DE LOS RUNAKUNACOTACACHI Y OTAVALO

  • Rickard Lalander

    RETORNO DE LOS RUNAKUNACOTACACHI Y OTAVALO

    2010

  • RETORNO DE LOS RUNAKUNA. COTACACHI Y OTAVALORickard Lalander

    Rickard Lalandere-mail: [email protected] web: http://www.ispla.su.se/?lalander

    1era. edi cin: Ediciones Abya-Yala Av. 12 de Octubre 14-30 y Wilson Casilla: 17-12-719 Telfonos: 2506-247 / 2506-251 Fax: (593-2) 2506-255 / 2 506-267 e-mail: [email protected] www.abyayala.org Qui to-Ecuador

    Diseo yDiagramacin: Ediciones Abya-Yala

    ISBN Abya-Yala: 978-9978-

    Impresin: Ediciones Abya-Yala Quito-Ecuador

    Impreso en Quito Ecuador, diciembre 2010

    El proyecto de investigacin tras el libro fue apoyado por la Agencia Sueca deDesarrollo y Cooperacin Internacional ASDI-.

  • Prlogo (de Hernn Ibarra)......................................................................... 9

    El Mashi(presentacin de Miguel ngel Carlosama)................................. 17

    Agradecimiento............................................................................................. 21

    Primera ParteDe la exclusin a los gobiernos locales

    Introduccin ................................................................................................ 25

    El movimiento indgena ecuatoriano ......................................................... 30

    Estructura y contenido ................................................................................. 40

    Aproximaciones metodolgicas y tericas .................................................. 41

    Accin colectiva y politizacin de la etnicidad ........................................... 45

    El dilema intercultural.................................................................................. 49

    El contexto histrico de los Kichwa-Otavalos............................................. 52

    Cotacachi....................................................................................................... 62

    La democracia participativa......................................................................... 64

    La rara alianza indgena entre Pachakutik y la UNORCAC....................... 68

    Pachakutik-Cotacachi................................................................................... 77

    Otavalo .......................................................................................................... 80

    ndice

  • Interculturalidad y frmula de participacin ............................................. 83

    Elecciones 2000 y pugnas internas en el movimiento indgena................. 86

    El divorcio: entre la interculturalidad y el etnocentrismo ......................... 91

    La Minga Intercultural ................................................................................. 96

    El efecto PAIS-Correa en el movimiento indgena ..................................... 101

    Constituyente y ruptura de la alianza en Cotacachi ................................... 106

    PAIS y Pachakutik-Otavalo frente a las elecciones de 2009 ....................... 110

    Elecciones primarias en Movimiento PAIS................................................. 113

    Las elecciones cantonales de 2009 ............................................................... 117

    Waminka Rumiahui ................................................................................... 126

    Eplogo: Desafos actuales del movimiento indgena ................................. 128

    Conclusiones ................................................................................................. 133

    Segunda ParteConversaciones con los dirigentes indgenas

    Presentacin de las entrevistas..................................................................... 139

    Alberto Anrango ........................................................................................... 140

    Blanca Chancoso........................................................................................... 163

    Pedro de la Cruz ........................................................................................... 171

    Auki Tituaa ................................................................................................. 182

    Auki Tituaa, una conversacin post-electoral........................................... 189

    Segundo Andrango ....................................................................................... 198

    Nina Pacari.................................................................................................... 216

    Rickard LALANDER

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  • Germn Perugachi ........................................................................................ 227

    Mario Conejo................................................................................................ 235

    Mario Conejo, una conversacin post-electoral ......................................... 245

    Jos Mara Cabascango................................................................................. 251

    Jos Manuel Quimbo.................................................................................... 261

    Carmen Yamberla ......................................................................................... 273

    Jos Manuel Criollo ...................................................................................... 281

    Luis Enrique Cachiguango Cotacachi ......................................................... 288

    Luis Maldonado ............................................................................................ 291

    Ariruma Kowii Maldonado.......................................................................... 309

    Miguel ngel Carlosama .............................................................................. 321

    Reflexin final ............................................................................................... 335

    Bibliografa.................................................................................................... 337

    Entrevistas realizadas (seleccin)................................................................. 347

    Retorno de los Runakuna Cotacachi y Otavalo

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  • Los estudios sobre el movimiento indgena, muchos de ellos vin-culados a la adopcin de las teoras de la accin colectiva, generalmentehan puesto nfasis en la dimensin poltica nacional que sita al movi-miento indgena como un actor social y poltico. La dimensin local delos procesos polticos de participacin poltica indgena ha tenidomenor atencin de los estudiosos. La preocupacin por identificar elrol de organizaciones e instituciones tnicas en la mutacin de las rela-ciones entre indgenas y estado en el Ecuador remite a transformacio-nes relacionadas con la disputa por definir el lugar de los indgenas enla poltica y la institucionalidad.

    La participacin indgena en elecciones y la estructuracin degobiernos locales, ha mostrado una capacidad de acceder a espacioslocales de poder en zonas con alta densidad demogrfica indgena. Enlas relaciones indgenas y estado, se pueden identificar en trminosamplios dos planos de anlisis. Por un lado, el plano nacional, y porotro, el plano local. El plano nacional revela la activa presencia de unliderazgo indgena que gestiona demandas en las instancias formales yde representacin del estado. El plano local muestra la creciente parti-cipacin poltica en gobiernos locales en zonas con presencia de lapoblacin indgena. Estas dos situaciones evidencian el protagonismopoltico de las organizaciones tnicas, que adems se manifiesta envariadas formas de intervencin.

    Prlogo

  • Las demandas tnicas se hallan constituidas por necesidades yaspiraciones que se han venido procesando en un momento dado. Sonorientaciones generales que incluyen aspectos muy concretos y tangi-bles, susceptibles de ser incorporados a la accin del estado. Se recurrea aspectos de tipo intangible tales como los valores comunitarios y elconocimiento ancestral. La fuente de estas demandas es la accin debase en donde han surgido especialmente aquellas de tipo material, fre-cuentemente por un contraste con los beneficios y ventajas de que dis-frutan los no indgenas. Estas reivindicaciones surgidas desde abajo tie-nen a los lderes como intrpretes y se desarrollan en marcos organiza-tivos. Las demandas permiten al actor situar las aspiraciones de unmomento dado en un contexto poltico y hacen factible evaluar elalcance e impacto de las acciones colectivas. Dotan de una racionalidadque vincula a los participantes en la accin. Pero las demandas se modi-fican y jerarquizan en la escena poltica. Son puntos que pueden serevaluados en tanto deben ser negociadas con el poder. Las demandaspueden estar articuladas en un proyecto poltico.

    El papel que juegan las organizaciones no solo consiste en agre-gar y representar intereses. Las organizaciones mismas cumplen unpapel fundamental en constituir y definir algn tipo de intereses. Lamisma dinmica organizativa que ha sido reconocida pblicamentepor el estado, incluso con la legalizacin de las estructuras, termina porser referida a la accin estatal, as el estado sea un adversario de la orga-nizacin. Por ello, en algn momento, surgen mecanismos de media-cin entre las organizaciones y la institucionalidad estatal, donde sediscuten y procesan las demandas. Es as, que hay elementos corporati-vos que van perfilndose en la accin de las organizaciones tnicas.Todo esto puede implicar el surgimiento de monopolios de la represen-tacin as como jerarquas entre las organizaciones, dando lugar a dis-putas por la representacin. Esto se complejiza an ms, cuando surgenrelaciones con la esfera poltica y otros modos de intermediacin deintereses, por lo que en la politizacin en los espacios locales y ruraleshay que observar el cmo se ha dado la incorporacin de sectores quese hallaban excluidos de la poltica. El desarrollo de esta politizacin serelaciona con la recepcin de discursos polticos y el aprendizaje de lapoltica. Esto se produce mediante procesos de socializacin poltica

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  • que implican una esfera de accin que involucra de algn modo la rela-cin con el Estado y la sociedad ms amplia. Lo que se puede llamar eldescenso de la poltica a las masas puede ser asimilado a la llegada deimpulsos externos desde lo nacional a lo local, o de lo urbano a lo rural,lo que tambin ha sido denominado nacionalizacin de la poltica. Sedebe poner por tanto atencin al nexo entre la poltica local y nacionalen un contexto de crisis de la poltica nacional, y un nuevo protagonis-mo de las situaciones polticas locales, sobre todo en los contextos detransformaciones estatales.

    A comienzos de los aos noventa del pasado siglo, Xavier Albdenomin El retorno del indio a la creciente visibilidad de las de -mandas tnicas en los pases andinos. A inicios del siglo XXI, el trayectorecorrido seala la implantacin de las organizaciones indgenas comointerlocutores, as como reformas constitucionales y procesos diferen-ciados de intervencin poltica sea a travs de partidos o directamentepor los movimientos, una tendencia todava dbil antes de esos aosnoventa. El aparecimiento de elites indgenas con su capacidad de pro-mover las demandas, provino bsicamente del ensanche del sistemaeducativo. En estas elites se encuentran las dirigencias de las organiza-ciones, y los intelectuales. El espacio de actuacin de los intelectualesindgenas se halla entre el mbito de las organizaciones, el sistema esco-lar y espacios acotados de la esfera cultural controlada por blancos ymestizos, tambin con la creacin de espacios propios. Su papel seencuentra reconocido al desplazarse a otros intermediarios que habla-ban a nombre de los indgenas, aquello que Andrs Guerrero ha defini-do como ventriloqua poltica.

    El levantamiento de junio de 1990, fue un momento decisivo enel cual se produjo un avance de los indgenas en busca de sus derechos.Jorge Len, en su anlisis pionero comparaba el impacto de este acon-tecimiento con lo ocurrido en los aos treinta, cuando los excluidos deese tiempo -trabajadores y clase media-, dieron pasos sustanciales enbusca de su ciudadana e identidad; pero lo especfico de la nueva situa-cin de los aos noventa era que los indgenas presionaban por unreconocimiento social y poltico diferenciado, como colectividad, y nonicamente el acceso individual de sus miembros a los derechos ciuda-

    Retorno de los Runakuna Cotacachi y Otavalo

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  • danos. La diferencia fundamental estaba entonces en la definicin deun tipo de ciudadana tnica.

    Tras el levantamiento de junio de 1990 y la proyeccin pblica dela CONAIE, se proces al interior del movimiento indgena un debateen torno a la participacin poltica, que incluy decisiones contrarias ala intervencin en elecciones. La opcin de participacin con elMovimiento Pachakutik-Nuevo Pas en 1996, plante un ingreso direc-to a la arena poltica sin la mediacin de partidos, aunque como el ejede una alianza electoral que expresaba socialmente actores de centro eizquierda opuestos al ajuste estructural.

    Para el movimiento indgena la participacin electoral era unterreno poco conocido aunque no ignorado. Con la ampliacin delderecho al sufragio concedido a los analfabetos en la Constitucin de1978, se produjo la intervencin electoral indgena desde 1979.Durante la dcada del ochenta el voto indgena fue canalizado por lospartidos de centro e izquierda preferentemente. Tambin se inici unaexperiencia de participacin con candidatos indgenas a cargos derepresentacin local, tales como consejeros provinciales y concejalesmunicipales.

    Entre 1993 y 1996, se produjo una convergencia entre diversossectores indgenas y no indgenas, alrededor de la oposicin al ajusteestructural. En 1994, tras una consulta popular, se establece la capaci-dad de presentacin de candidatos sin auspicio de partidos polticos. Esas que se constituy un movimiento pluriclasista y pluritnico, deno-minado Pachakutik-Nuevo Pas. Su figura emblemtica en las eleccio-nes de 1996, fue el presentador de televisin Freddy Ehlers.

    En las elecciones de 1996, se obtuvieron cuatro alcaldas en zonasde predominio indgena de la sierra, y se eligieron a cinco diputadosindgenas de los ocho que obtuvo la alianza Pachakutik-Nuevo Pas.Adicionalmente en Suscal, un nuevo cantn creado en la provincia deCaar, en elecciones diferidas fue electa una alcaldesa indgena. En laselecciones seccionales del 2000, el movimiento Pachakutik obtuvo 27alcaldas y 5 prefecturas en todo el pas. En la sierra, se estaban conso-lidando las alcaldas obtenidas antes y se perfilaba el control de deter-

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  • minadas zonas en las que exista un significativo voto indgena. Aunquepuede ser sorprendente que el voto urbano no indgena haya sidoimportante para la consecucin de la prefectura de Cotopaxi y de laalcalda de Guaranda, en general, las alcaldas indgenas se hallaban enzonas de bajo desarrollo econmico. La nica excepcin era Otavalo, enla que un alcalde proveniente del empresariado indgena triunf enoposicin a otros candidatos indgenas y no indgenas.

    A nivel local, sin embargo, pesan las diferencias religiosas o deotro tipo, en tanto se expresan en formas organizativas distintas y defi-nen apoyos polticos diferenciados. As, el voto indgena evanglicotuvo un comportamiento no homogneo respecto a diversas orienta-ciones polticas disponibles y tambin fue adquiriendo un perfil propioen algunas zonas con movimientos polticos locales activados por lde-res indgenas evanglicos. La FEINE (Federacin Ecuatoriana de Ind -genas Evanglicos) cre Amauta Jatari, un movimiento poltico propiopara intervenir a nivel local, que surgi con mayor notoriedad deno-tando comportamientos locales especficos en el ao 2000. As, AmautaJatari obtuvo nuevamente la alcalda en Colta, un cantn de ampliopredominio evanglico, y eje histrico de la poltica evanglica. Mien -tras que en Otavalo actu en alianza con Pachakutik. En cambio enGuaranda, hicieron una alianza con el Partido Social Cristiano, encompetencia con Pachakutik.

    En este libro, Retorno de los Runakuna,1 Rickard Lalander nosentrega un detallado anlisis de la participacin poltica local en losmunicipios de Cotacachi y Otavalo. Su enfoque est vertebrado por lateora de las oportunidades polticas que le permite articular las rela-ciones entre movimiento social y movimiento poltico. Se trata delresultado de una investigacin que realiz a lo largo de tres aos con unamplio involucramiento con los lderes indgenas y una intensa recopi-lacin de informacin que revela minuciosamente los procesos de par-ticipacin electoral, los conflictos y las orientaciones de los participan-tes en la poltica local. El contraste que ofrece entre Cotacachi y

    Retorno de los Runakuna Cotacachi y Otavalo

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    1 En kichwa runakuna significa indgenas.

  • Otavalo, revela las diferentes trayectorias de los liderazgos indgenas ysus diversos entornos sociales y polticos locales. Se presentan los com-plejos procesos de representacin poltica y la influencia de estructurasorganizativas. En la segunda parte de su texto ofrece la transcripcin deentrevistas con los lderes indgenas proporcionando al lector las ver-siones de los actores. Es interesante notar como Lalander discute consus interlocutores sus hiptesis y confronta las perspectivas de los acto-res. El contenido de las entrevistas permitir a los lectores acercarse alas dimensiones pragmticas de la accin poltica indgena.

    Los casos de Cotacachi y Otavalo son expuestos en sus particu-laridades y contrastes. En Cotacachi fue electo Auki Tituaa en 1996como candidato de Pachakutik. Lo peculiar de su eleccin y que semostrara decisivo en el futuro, fue que su electorado indgena provenade una organizacin indgena, la UNORCAC, formalmente vinculadaal Partido Socialista y la FENOCIN. Las posteriores reelecciones deTituaa aunque ya disponan de una base electoral no indgena siguie-ron dependiendo del apoyo de la UNORCAC. La visibilidad que adqui-ri Auki Tituaa le situ como un probable lder de proyeccin nacio-nal. El proceso municipalista de Cotacachi fue muy publicitado comoun exitoso caso de desarrollo local y democracia participativa.

    La eleccin de un alcalde indgena en Otavalo por primera vez enel ao 2000 fue la culminacin poltica de un largo proceso de cambiosocial que arranca desde mediados del siglo XX. Entre 1950 y 1970 segestaron los iniciales procesos de capitalizacin de artesanos indgenastextiles y la formacin de redes comerciales nacionales e internaciona-les. Entre 1970 y 1990 se produjeron cambios de tipo tecnolgico conla introduccin de maquinarias, surge un estamento empresarial ind-gena ms claramente identificado, se consolidan redes de comerciointernacional y se profundiza y ampla la ocupacin del casco urbanode Otavalo por parte de indgenas capitalizados En este perodo surgengrupos culturales y polticos entre los indios urbanos que se involucranen procesos de organizacin vinculados inicialmente a la izquierdapoltica. Sin embargo, un tema siempre estaba presente: la diferencia-cin entre los indios urbanos y los rurales. En los primeros, relaciona-dos con una actividad empresarial y en los segundos con actividades

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  • artesanales y agrcolas; y tambin nexos de trabajo con los empresariosindgenas.

    Mario Conejo, el actual alcalde de Otavalo tiene estudios de so -ciologa y proviene de ese grupo empresarial que primero fue copandola ciudad hasta que se volvi muy visible con negocios de venta de tex-tiles y servicios. En 1996 particip en las elecciones, pero fue derrotadoy finalmente en el ao 2000 triunf tras una confrontacin contra trescandidatos indgenas y otros dos no indgenas. Pero estas eleccionesterminaron evidenciando la fractura entre el segmento de identidadms rural representado por la Federacin Indgena Campesina deImbabura (FICI) y el segmento urbano. La principal competencia fueentre Carmen Yamberla, dirigente de la FICI, y Mario Conejo querepresent a Pachakutik con el apoyo adicional de Amauta Jatari.Inicialmente los dos se alineaban con Pachakutik, pero al recibir Cone -jo el apoyo de Pachakutik, Yamberla form un movimiento polticolocal para competir. El escenario de Otavalo, con un grupo indgenaempresarial que tiene lazos con las iglesias evanglicas, muestra pues uncambio, en tanto se ha ido alterando la direccin poltica de la Iz -quierda Democrtica y el Partido Roldocista Ecuatoriano que captaroncon relativo xito el voto indgena en los aos noventa.

    En la disputa por la alcalda de Otavalo se ha evidenciado uncorte entre la identidad indgena ms rural frente a la identidad indge-na ms urbana. Esta ltima con capacidad de captar la votacin deblancos y mestizos que siguen teniendo una relativa importancia en laciudad. Un aspecto de diferenciacin importante es que la FICI aparececomo una organizacin que participa activamente en movilizacionesdurante los ciclos de protesta indgena nacional.

    En Otavalo, a diferencia de Cotacachi, la gestin del Municipiose da en un entorno urbano de creciente presencia indgena que debesin embargo responder tambin a blancos y mestizos en trminos deobras y servicios. As mismo las zonas rurales demandan la extensinde servicios. De modo que el antagonismo entre la organizacin debase rural y el grupo empresarial urbano revela un conflicto que partede las distintas posiciones de actores que en el plano local tambin pro-

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  • ponen otro enfoque. La orientacin de la FICI responde a lo que se hallamado la lnea histrica de la CONAIE, centrada en la politizacin dela demanda tnica. En tanto que la opcin representada por MarioConejo supone un tipo de alianzas que sita en primer plano la con-quista del espacio local.

    Las relaciones entre la poltica nacional y local se han modifica-do radicalmente desde la asuncin al poder de Rafael Correa. Esto haincidido en la orientacin del electorado indgena que apoy amplia-mente al movimiento Alianza PAIS en 2006 y 2009. No solo eso, sinoque se han producido realineamientos locales que Lalander los llama elefecto Correa. Se trata de cmo los actores locales negocian con elmovimiento poltico en el poder su capacidad de obtener mejores con-diciones de acceso a los recursos pblicos en un contexto de recentrali-zacin del estado. Esto por supuesto est atravesado por la opcin entremulticulturalidad y plurinacionalidad. Del estudio de Lalander se des-prende que en la sierra ecuatoriana existe una amplia dificultad ensituar la plurinacionalidad en el espacio poltico local y que aparecedbilmente en la agenda de la poltica indgena local. Adems emergenlas tensiones locales del proyecto de Alianza PAIS por descorporativizarla poltica. Esto es lo que en el estudio se ha asumido como la vigenciade una problemtica intercultural en la poltica local.

    Este anlisis de la poltica local indgena a travs de dos casosmuy representativos, ofrece un acercamiento a la formacin de unaesfera pblica local con sus tensiones en la definicin de los liderazgospolticos, los espacios organizativos y la accin poltica cotidiana en unambiente de cambios en la representacin poltica. Es de esperar que laruta trazada por este notable estudio sea proseguida por otros investi-gadores e incorporando otras situaciones fuera de las zonas con predo-minio indgena. Ello ayudar a entender el complejo mundo de la pol-tica local en tiempos de recentralizacin del estado.

    Hernn IbarraCentro Andino de Accin Popular/CAAP

    Rickard LALANDER

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  • Mashi es un vocablo kichwa que sirve para dirigirnos al otro concordialidad y respeto profundo. Mashi es el otro; que comparte y se rela-ciona con veneracin con su hermano o hermana para comprender laprofundidad de las palabras que en idioma kichwa brotan sin complejosni lmites a la hora de decir con propiedad las palabras: justicia, derecho,recuperacin, transformacin, ternura, aprecio y reciprocidad. Mashi esms que compaero, amigo, camarada, vecino; y ese es Rickard Lalanderque de ttulos oficiales tiene muchos, pero no con eso logr hacer susestudios cientficos de politologa en el Ecuador, sino que y especialmentepor convertirse en el mashi de muchos ecuatorianos y ecuatorianas y demanera particular con el movimiento indgena y sus lderes y liderezas.No sin dificultades logr comprender y actuar en los escenarios diversosdel Ecuador. Mashi son los vientos frescos del valle y de las ms altasmontaas que con firmeza y aprecio estudia la realidad del movimientoindgena; propone interrogantes que anhelan proyecciones y perspectivasde largo plazo, provocan ideas y propuestas hacia la trascendencia de losPueblos Indgenas, particularmente de Imbabura representados conespecial referencialidad en los cantones de Cotacachi y Otavalo.

    Mi casa por poquito tiempo se convirti en el centro de ope-raciones del mashi, en cuestin de pocos das estableci los contactosnecesarios para recuperar la memoria histrica del movimientoIndgena. No poda ser de otra manera las primeras entrevistas refleja-ban mucho del herosmo y de las importantes luchas llevadas a cabodurante las ltimas dos dcadas por el movimiento indgena, el movi-miento Pachakutik a travs de la participacin electoral. El comporta-miento interno en el mundo indgena cuando alguien viene de afueraes el de hacer conocer los ms importantes resultados y logros. Pero

    El Mashi

  • cuando el mashi logr compenetrarse como otro ms de nuestracomunidad, vio que era oportuno sacar desde el fondo de cada uno delas realidades el espritu, las ideas, los planteamientos, las estrategias, losplanes de cada organizacin y sus dirigentes. Por eso plante en un art-culo en Ecuador Debate: El matrimonio entre Pachakutik y la UNOR-CAC en Cotacachi: Una alianza rara?,2 un planteamiento que a ms deun dirigente Kichwa provoc duda y actitud defensiva ante las nuevasentrevistas de validacin de sus artculos y contenidos que elabor elmashi. Pero, al reconsiderar la reflexin del mashi, muchos de estosactores indgenas volvieron a tener confianza en l.

    Al recuperar la memoria histrica se encontr con una canteragrande de lderes, propuestas y lmites en el movimiento indgena, no sequed en la reflexin academicista, sino que sus estudios dan cuenta deun proceso colectivo de reflexin, elaborado en minga: muchas manos ymentes han tejido este arco iris, pero; el mashi se centr en lo funda-mental para conocer de primera mano sobre los planteamientos y con-tradicciones profundas entre los mashis, as que en 2008 propuso el ttu-lo de: Crnica de un divorcio anunciado: Pachakutik y la Minga Inter -cultural en Otavalo,3 que igualmente provoc cierta resistencia entre losKichwa de las organizaciones indgenas. No obstante, al mismo tiempouna cantidad creciente de indgenas comenzamos a darle razn al mashique con sus estudios nos animaba a reflexionar sobre las contradiccio-nes que se presentan en nuestra lucha social y poltica. Tuve asimismo elprivilegio de compartir con el mashi una cantidad de reuniones y con-ferencias. Desde 2007 ha colaborado con la Escuela de Go bierno y Pol -ticas Pblicas para las Nacionalidades y Pueblos del Ecua dor-ESGOPP,y de esta manera el mashi ha podido compartir sus emergentes hiptesisy conclusiones con los mismos actores indgenas. En una ocasin en2008 habamos planificado una reunin en Ibarra para un grupo peque-o de dirigentes indgenas, pero comenz a circular el rumor delencuentro entre los indgenas imbabureos y felizmente la Gobernacinde Imbabura nos prest el auditorio del Banco Central para realizar el

    Rickard LALANDER

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    2 Lalander, 2007.3 Lalander, 2008.

  • evento bajo el tema Movimiento indgena y liderazgo poltico local en laSierra ecuatoriana: Actores polticos o proceso social?, que de hecho fueun gran xito.

    A travs del presente libro Retorno de los Runakuna. Cotacachiy Otavalo- escrito por el mashi Rickard Lalander nos podemos darnoscuenta que no solo nos quedamos en las interrogantes y los anlisis sinoque nos trasladamos a cuestionar las estructuras organizativas locales,las salidas a los conflictos internos, la fragmentacin y las emergenciasde los movimientos polticos desde lo local para convertirse en actorespolticos en los escenarios pblicos de Estado. Los subttulos del libroaluden claramente a las intenciones del autor. En efecto, el mashi aclaradiciendo que su estudio trata del comportamiento especfico de actoreslocales que pugnan por la construccin de liderazgos y representacinpoltica. El estudio y anlisis realizado por el mashi Rickard Lalanderentre lo que es una organizacin social y un partido poltico alude a lasreglas de juego formales, enfatiza las conexiones entre las divisiones ytensiones del movimiento indgena en Otavalo y Cotacachi en el con-texto de las relaciones entre Pachakutik-CONAIE en los mbitos orga-nizativo y nacional. El movimiento indgena de esta manera tiene undoble efecto. Por un lado, al sealar las estrategias y la metodologa deaplicacin para la concrecin de los propsitos polticos crean un con-junto de estmulos y la priorizacin de las acciones que estn a la dis-posicin de los actores. Por otro los movimientos y partidos polticosquines van a ser esos actores. Dadas las condiciones en las que se desa-rrolla la poltica en cualquier parte del universo o pluriverso, a decir deJavier Lajo,4 esos actores no pueden ser sino colectivos, es decir organi-zaciones comunitarias. En otras palabras, una organizacin cuyo pro-psito es la accin poltica debe aprender a cosechar, dentro de un con-junto de recursos relativamente escasos, aquellos designados comoespecficamente polticos para avanzar y consolidar sus intereses.

    Sin duda el libro del mashi Rickard Lalander, que despliega entrelos kichwas de las reas urbanas y rurales de los cantones de Cotacachi

    Retorno de los Runakuna Cotacachi y Otavalo

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    4 Lajo, 2003.

  • y Otavalo da cuenta de que los movimientos sociales y polticos buscanganar autoridad sobre el aparato del Estado. Lo que est en juego en lapoltica es la autoridad sobre el Estado, por tanto las estrategias y lasacciones que avanzan los movimientos sociales para conquistar esecontrol debe efectuarse de manera pblica. Debo destacar que el pre-sente libro se logr realizar con los protagonistas principales del movi-miento indgena llegando a cada uno de sus hogares, compartiendo elacto sagrado de la comida y la conversa, revolviendo memorias que aveces creamos que estaban destinadas a desaparecer.

    No aspiro que este libro quede en archivos de la historia de nues-tros pueblos, sino que deseo que se convierta en una herramienta deanlisis, crtica y proposicin, porque; para mi este libro es un puentetendido hacia el mejor entendimiento de un proceso que ha desatadola fundacin de los movimientos sociales y partidos polticos. A travsde estas pginas invito al lector a un viaje interesante y vital hacia lamemoria histrica de un pas de grandes retos. Muchos nombres delderes y lideresas van a aparecer, y de modo increble nos daremoscuenta que treinta o cuarenta aos ms tarde nacen nuevos vientos detransformacin. Creo que la Mama Trnsito Amaguaa nos ayudadesde la profundidad de su espritu a llenarnos de renovadas energasporque sus palabras retumban desde lo ms alto de estas montaaspidiendo la unidad, la solidaridad, sin dejar de lado nuestra dignidad ehistoria como ella sola decir a todos y cada uno de nosotros. El libro sepresenta en un momento extraordinariamente oportuno, justamente alconmemorar los 20 aos del primer levantamiento indgena Inti Raymien Ecuador en el 1990. Un pas cohesionado, diverso e igualitario selograr recuperando y alimentando la memoria histrica multiculturaldel Ecuador. En honor y en homenaje justo a nuestros conos histricosemblemticos, desde Rumiahui y Atahualpa, hasta Dolores Cacuango,Trnsito Amaguaa y los luchadores de los aos anteriores que conlle-varon al primer levantamiento indgena y las transformaciones socialesy polticas, este libro del Mashi Rickard Lalander.

    Miguel ngel CarlosamaPueblo Kichwa Karanki

    Rickard LALANDER

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  • Llegu a Ecuador el 4 de diciembre del ao 2004. Vena de Cara -cas, donde la Universidad Central de Venezuela haba bautizado milibro doctoral sobre la descentralizacin y el sistema partidista venezo-lano. Viaj animado por el deseo de encontrar un nuevo proyecto deinvestigacin post-doctoral y con la idea de examinar algn caso delucha indgena a nivel local. El tema de la resistencia indgena me habafascinado desde la niez. Una vez instalado en Quito tuve la fortuna deconocer a Jorge Len, con quin ya haba establecido contacto anterior-mente por correo electrnico. Jorge me ofreci el Centro de Investi -gacin de los Movimientos Sociales del Ecuador-CEDIME como plata-forma institucional inicial, me ayud con los primeros contactos coninformantes y me dio algunas recomendaciones en cuanto al tema de lainvestigacin y, desde entonces, los encuentros con l me han animadopara seguir trabajando. En el CEDIME, tambin debo mencionar aAlicia Garcs que me apoy en este proyecto. Despus de unos das enQuito, viaj a Otavalo-Imbabura. Mi primera maana en Otavalo, el 9de diciembre de 2004, conoc al alcalde Mario Conejo, quien me per-miti conversar con l en una larga entrevista, que se public terica-mente contextualizada en la Revista Ecuador Debate del Centro An -dino de Accin Popular-CAAP. Cabe en este punto, destacar el valiosoaporte del director del CAAP, Francisco Rhon Dvila, en las conversa-ciones que sostuvimos regularmente, a veces comiendo, tomando cafo caminando por Quito. Igualmente un agradecimiento especial alsocilogo e historiador Hernn Ibarra, tambin miembro del CAAP,por la presentacin de este libro.

    Luego de la breve visita a Ecuador en diciembre del 2004, estabaya convencido de la posibilidad de realizar un proyecto de investigacin

    Agradecimiento

  • sobre la lucha indgena en Otavalo y Cotacachi. En 2006, present unasolicitud a la Agencia Sueca de Desarrollo y Cooperacin InternacionalASDI- para poder dedicar tres aos a la investigacin del tema quepresento en este libro. El proyecto fue aprobado y mi vida cambi.

    Entre 2007 y 2009 tuve cinco estadas de trabajo de campo enEcuador, cada visita entre tres semanas y dos meses y la gran parte deltiempo en Cotacachi y Otavalo. En el 2007, inici una relacin de cola-boracin con la Facultad Latinoamericana de las Ciencias Socia -les FLACSO en Quito, y, tengo la obligacin de destacar del politlo-go y amigo Simn Pachano y de los colegas Fernando Garca Serrano yFelipe Burbano de Lara. Durante ese primer ao en la FLACSO, cola-bor con los investigadores Luciano Martnez y Santiago Ortz en elPrograma de Polticas Pblicas y Gestin. A travs de dicho programa,conoc a Mara Ercilia Castaeda Velsquez, una actora local indgenaKichwa-Otavalo, y, en aquel tiempo, candidata a la maestra. MaraErcilia me asisti en el proyecto durante un breve perodo inicial.

    En el 2009, la Universidad Andina Simn Bolvar-UASB en Qui -to fue mi base institucional. All, debo agradecer el apoyo que recib dePablo Andrade y los aportes de, entre otros, Michel Levy, Juan Fer -nando Tern, Germn Rodas Chvez, Pablo Ospina, Ariruma Kowii y elRector Enrique Ayala Mora. Igualmente, debo mi agradecimiento aRafael Quintero, a quien conoc en la UASB en enero del 2009, cuandol estuvo en el jurado de la defensa doctoral del historiador GaloRamn y su tesis sobre la interculturalidad. Con Rafael se estableci unfructfero intercambio de ideas y experiencias intelectuales y culturales,que me animaron a publicar un avance de este proyecto en su revistaCiencias Sociales en 2009. Asimismo, he apreciado los almuerzos conotro ilustre acadmico, Pablo Dvalos, en el restaurante El PobreDiablo, a unas cuadras de la Universidad Andina, dnde acostumbrana comer y a beber los intelectuales quiteos. Pablo comparti conmigolos anlisis de sus experiencias en la participacin con el movimientoindgena.

    Hubiera sido imposible escribir este libro sin el aporte de lospropios indgenas (y algunos no indgenas) de Cotacachi y Otavalo, ascomo de otros niveles de las organizaciones sociales e instituciones del

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  • Estado. No puedo mencionar a todos los amigos y contactos indgenasque contribuyeron en esta tarea pero deben tener la seguridad que lesrecuerdo con aprecio y mucho agradecimiento. Pero, tengo el deber deagradecer pblicamente a los tres alcaldes indgenas -Auki Tituaa(cada encuentro fue mgico), Mario Conejo (inolvidable viaje a Cuen -ca y un plato de cuy muy sabroso en Rey Loma) y Alberto Anrango(compartimos pan y viajamos por la memoria en Turuco)-. En el 2004,deca, conoc a Mario Conejo, pero tambin a sus colaboradores GaloSantilln y Peter Ubidia quienes me han ayudado mucho desde enton-ces. Igualmente, conoc al artista karanki Miguel ngel Ramos, y, a LuisErnesto Campo Otavalo que en aqul momento era Comisario deOtavalo, era primer indgena en ocupar el cargo de Jefe de la Polica.Antes de mi regreso a Ecuador en el 2007, se estableci contacto cibe-respacial con Luis Maldonado, uno de los intelectuales ms destacadosdel movimiento indgena ecuatoriano que dirige la Escuela deGobierno y Polticas Pblicas para las Nacionalidades y Pueblos delEcuador, y Lus ha contribuido constructivamente al proyecto desdeentonces. En esa Escuela, conoc al mashi Miguel ngel Carlosama y notengo palabras para describir lo que significa para m la amistad queconstruimos, asimismo, con su familia, Lola, Cndor, Inti y Blanca.

    En Cotacachi, Janneth Tern fue mi asistente principal de inves-tigacin. Marcelo Muoz enriqueci mis estadas en esa localidad, ascomo tambin lo hicieron Peter Ubidia y Tanya Tern. No puedo dejarde mencionar a Luis Romn Chvez, a Pedro de la Cruz y su familia,especialmente a su hermano Alberto de La Cruz y su esposa Magui.Merece mencin especial Segundo Andrango. Con Segundo y su her-mano Alberto celebr parte de la fiesta de Inti Raymi en Peguche en el2009. Asimismo a la familia de Alberto; -Mercedes, Pacha, Rumiahuiy Toa-. Agradezco a Guido Ruz y a su familia que siempre han tenidosus puertas abiertas para recibirme. Envo mi saludo agradecido aPatricia Espinoza y Leonardo Alvear, de quienes recuerdo los ratosagradables que pasamos mientras conversamos, y a Magdalena Fuerez,Luis Guevara y Miguel Calapi en La Calera.

    Tuvieron mucho valor para m los encuentros en Otavalo conJos Manuel Quimbo, Luzmila Zambrano, Carmen Yamberla, FannyCampos, Alberto Bolaos, Manuel de la Torre, Gloria Rengifo, Ramiro

    Retorno de los Runakuna Cotacachi y Otavalo

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  • Velasco, Anbal Fernando Bonilla, Blanca Chancoso, Mnica Campos,Washo Maldonado, Rafael Yaselga, Tania Benalczar, el fotgrafoAndrs Narvez, Jessica, Rosa, Andrea, Adela y los amigos del Acoma.En la alcalda de Cotacachi y Otavalo, hubo personas diligentes que meayudaron y les debo agradecimiento tambin. En Cotacachi, a la secre-taria Patricia que organiz la agenda de los primeros encuentros conAuki Tituaa, y, en Otavalo, a Myriam Yaselga. Por supuesto, agradezcoa las principales organizaciones indgenas -Pachakutik, CONAIE,UNORCAC- en los diferentes niveles poltico-territoriales que me per-mitieron visitarles. Asimismo, en Ibarra, apreci los encuentros conDiego Garca y Germn Flores. Durante mis constantes idas y vueltasentre Cotacachi, Otavalo, Quito e Ibarra, disfrut la compaa delamigo Wilson de Montserrat, as como de Franklin y Doris de Ibarra.

    En el Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Universidadde Estocolmo en Suecia, merecen mencionarse los politlogos MagnusLembke y Mara-Therese Gustafsson, con quienes he tenido el privile-gio de intercambiar opiniones sobre las interpretaciones acerca de losmovimientos indgenas andinos. Mara-Therese, adems, me asisti enel proyecto por un ao. En el instituto valga reconocer tambin elapoyo de Mona Rosendahl y Anneli A. Ragvals y otros colegas. A nivelinternacional debo reconocer el nimo que me infundi la politlogacanadiense Roberta Rice. En la fase final de la redaccin del libro, agra-dezco a Tannia Mendizabal quien ayud con la revisin lingstica ycon algunas valiosas sugerencias para mejorar la argumentacin anal-tica. A Jos Viera, por el diseo de la portada del libro. A mi familia, enparticular a mi hija Edith que ha compartido varias de mis aventurasen las tierras ecuatorianas.

    Quisiera dedicar este libro a: Anna, Edith, Otto y Silva.

    Asimismo a la vibrante memoria de Donna Lee Van Cott.

    Y, por supuesto; a los Runakuna de Cotacachi y Otavalo.

    Estocolmo, 10 de junio del 2010,

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  • Introduccin

    Este libro podra haberse llamado Crnica de dos divorciosanunciados, porque trata de las dificultades y los desafos de la convi-vencia, las lealtades, el respeto a los compromisos, as como las visionese interpretaciones del mundo y las realidades sociales que una parejacomprometida pueda tener en la prctica social. Aqu se consideran lasalianzas socio-polticas entre diferentes agrupaciones de ciudadanosindgenas, que estuvieron excluidas de las esferas pblicas anteriormen-te, y que confrontan nuevos desafos una vez que emergen como auto-ridades polticas a nivel local.

    Por consiguiente, se analiza un aspecto muy importante delmovimiento indgena ecuatoriano: las tensiones locales creadas por laspolticas electorales y las contradicciones de los movimientos socialesen dos de las localidades indgenas ms fuertes del pas, Cotacachi yOtavalo, ubicadas en la provincia de Imbabura, en la Sierra Norte ecua-toriana. Se examina el movimiento indgena de cada cantn, a travs delos alcaldes indgenas, sus movimientos polticos, sus alianzas y el tejidosocial que les sirve de soporte. Se ofrece, asimismo, un anlisis delimpacto que ha tenido el movimiento poltico alrededor del presidenteRafael Correa en las organizaciones indgenas de Cotacachi y Otavalo apartir de 2006.

    En esta aproximacin analtica, se estudian las complejas alian-zas socio-polticas y electorales que se han dado, e, igualmente, las rup-turas organizativas en la lucha indgena local, teniendo en cuenta que

    Primera parteDe la exclusin a los gobiernos locales

  • los cantones Cotacachi y Otavalo son baluartes del movimiento indge-na del pas y, desde su formacin en 1995, de su organizacin polticoelectoral movimiento Pachakutik.5 En Cotacachi, el economista AukiTituaa fue elegido alcalde en 1996 y, cuatro aos despus, en el 2000,el socilogo Mario Conejo, a su vez, asumi la alcalda de la ciudad deOtavalo. Ambos terciaron por Pachakutik y ambos son los primerosalcaldes indgenas de sus respectivos cantones. Bajo el mandato de losdos alcaldes indgenas, carismticos ambos, el destino de sus cantonescambi de direccin y las relaciones intertnicas mejoraron significati-vamente con la creciente aprobacin de su administracin por parte dela poblacin. No obstante, emergieron tensiones y nuevos desafossociales y polticos dentro de las organizaciones indgenas, que ocasio-naron rupturas en los movimientos indgenas de Cotacachi y Otavalo.

    Tambin se examinan las alianzas entre los actores indgenas yotras organizaciones de izquierda, tanto con las ms histricas, como elPartido Socialista Ecuatoriano (PSE), como con Movimiento PAIS (Pa -tria Altiva y Soberana) del presidente Correa de muy reciente configu-racin. Y, el examen muestra la importancia que tienen los aspectosrelacionados con el dilema intercultural. Pero, es prudente subrayar quelos aspectos de la democracia deliberativa y de la administracin muni-cipal no son centrales en este libro, aunque forman parte de la estruc-tura local que se analiza.

    Habitualmente, el movimiento Pachakutik se ha llamado el bra -zo poltico-electoral del movimiento social indgena ms grande, laCONAIE/Confederacin de Nacionalidades Indgenas del Ecuador. Enel movimiento indgena, la CONAIE ha tenido una posicin casi hege-mnica, dado que alrededor de 80% de las organizaciones indgenas debase estn afiliadas a la CONAIE.6 Esta fortaleza de la CONAIE habeneficiado a Pachakutik en sus avances electorales. En comparacin, lagran mayora de los partidos polticos ecuatorianos no tienen ese vn-

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    5 Nombre completo de la organizacin: Movimiento de Unidad PlurinacionalPachakutik Nuevo Pas/MUPP-NP.

    6 Van Cott, 2005: 107.

  • culo estrecho con los movimientos sociales, lo que ha contribuido a laatraccin que provoca Pachakutik como aliado poltico-electoral.

    El desarrollo del movimiento indgena de Cotacachi es un casomuy particular. Desde 1996, se ha destacado como el ms exitoso go -bierno local indgena. El alcalde Auki Tituaa viene de las filas de laCONAIE, pero, la alianza de Pachakutik en Cotacachi en 1996, fue conel movimiento campesino indgena asociado al Partido SocialistaEcuatoriano, la UNORCAC (Unin de Organizaciones CampesinasIndgenas de Cotacachi), filial de otra confederacin campesina indge-na, la FENOCIN.7 La CONAIE ni siquiera est presente organizativa-mente en Cotacachi. Es decir, la plataforma social de Pachakutik y delalcalde Tituaa en Cotacachi es de otro movimiento social, la FENO-CIN, que supuestamente compite con la CONAIE.

    En Otavalo, por otro lado, la organizacin indgena principal sest adscrita a la CONAIE, pero, desde la campaa electoral del ao2000 Pachakutik-Otavalo evidenci pugnas internas y faccionalismo.Mario Conejo fue re-electo como alcalde por el movimientoPachakutik en el 2004, pero, los conflictos internos del movimientoprovocaron su desafiliacin en enero de 2006, y, ms tarde, en el mismoao, se present con un movimiento poltico nuevo denominadoMinga Intercultural.8 Fue el punto culminante de una relacin quehaba sido conflictiva desde su inicio, entre el tejido social que sostienea Conejo y el movimiento indgena nacional, provincial y local.

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    7 Federacin Nacional de Organizaciones Campesinas Indgenas y Negras. Para unapresentacin de la federacin, vase: FENOCIN, 1999. La tercera confederacinindgena ecuatoriana es la FEINE, originalmente la Federacin Ecuatoriana deIndgenas Evanglicos, pero recientemente cambi el significado de la sigla alConsejo de Pueblos y Organizaciones Indgenas Evanglicas del Ecuador. Vase:Guamn, 2006, para la historia de la FEINE y los indgenas evanglicos delEcuador.

    8 En kichwa la palabra minga significa trabajo colectivo en ayuda comunitaria yes un concepto lleno de simbologa desde las perspectivas de identificacin, soli-daridad y tica indgenas.

  • Esta situacin podra verse como inesperada. Lo lgico sera quelas organizaciones locales que forman parte de la CONAIE interactenms exitosamente con las autoridades indgenas electas por la lista dePachakutik. En Cotacachi, en cambio, la alianza entre Pachakutik y laUNORCAC, donde la CONAIE no est presente, ha funcionado demanera relativamente armnica entre 1996 y 2008. Esta es una contra-diccin central en el estudio.

    Hasta la actualidad, la gran mayora de los investigadores de lasciencias sociales se ha concentrado en las cuestiones de cmo y por qulas organizaciones indgenas lograron un creciente reconocimientocomo ciudadanos y un creciente empoderamiento como actores polti-cos, para posteriormente establecerse como autoridad poltica en dife-rentes niveles del Estado. Con el auge de reformas constitucionales apartir de los aos 90, varios politlogos, as como socilogos, y algunosjuristas, han entrado en este territorio acadmico que anteriormenteestaba casi hegemonizado por los antroplogos. A partir de entonces,los acadmicos han prestado atencin a la conexin cada vez ms pro-funda entre clivajes sociales y partidos polticos, con la politizacin dela etnicidad y la formacin de partidos polticos tnicamente defini-dos.9 Esta tendencia indica un proceso hacia una estructura ms poli-factica de clivajes detrs de los sistemas de partidos.

    Sin embargo, los estudiosos frecuentemente tienden a separar laslgicas identitarias de etnicidad y clase, y no a analizarlas, ms bien,como variables complejamente integradas en un mismo movimientopoltico, as como, en un mismo actor. El discurso oficial de las organi-zaciones no siempre corresponde a los sentimientos de identificacinen cada actor a nivel local. Aunque las relaciones e incongruencias entrela identificacin en trminos de clase y/o la identificacin tnica noconstituyen el enfoque principal de anlisis en el presente estudio, sforman parte del punto de partida estos aspectos liosamente integradosen los actores.

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    9 Por ejemplo: Lucero, 2008; Van Cott, 2005; Yashar, 2005.

  • Por supuesto, hay una cantidad de investigadores que intentananalizar estos complejos conglomerados identitarios, por ejemplo, enlas aproximaciones tericas antropolgicas y sociolgicas acerca delempoderamiento (empowerment theory).10 En los estudios de gnerodonde hay igualmente una fuerte tendencia a fundamentar la investiga-cin en la interseccionalidad. En el anlisis poltico, social y cultural laaproximacin desde la perspectiva de la interseccionalidad se puedeusar para problematizar y comprender mejor las complicadas mezclasde identidades etnicidad, gnero, clase, edad, religin, etc.- que influ-yen en el comportamiento colectivo e individual en una sociedad.11

    Pero, hasta la fecha, los investigadores generalmente han ignora-do o subestimado cmo los movimientos indgenas andinos actancon otros actores polticos (no indgenas) en los distintos niveles sub-nacionales. Esta aproximacin a la dimensin poltica de la intercultu-ralidad, es central en mi libro. Por ende, la investigacin se beneficia delas teoras sobre las estructuras de oportunidades polticas, con respec-to a las perspectivas fundamentales de las estructuras de poder y lasprobabilidades de accin colectiva para las organizaciones sociales ypolticas. En esta perspectiva, el trabajo enfoca las estructuras polticasdel poder y las condiciones de accin colectiva para las organizaciones/actores sociales y polticos anteriormente excluidos y, consecuentemen-te, la presencia/ausencia de aliados polticos es esencial, as como lafuerza relativa de otros actores que compiten a nivel local y nacional.

    Y, finalmente, se visibiliza y problematiza el tema desde la miradaanaltica de los mismos protagonistas, lo que justifica que se haya des-tinado la segunda parte de este libro a las entrevistas a varias de estaspersonalidades. All, adems, se hallar informacin que contribuye a

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    10 Por ejemplo, Kleymeyer, 2008. Empoderamiento es un proceso de fortalecimientoen la capacidad de controlar la propia vida como grupo social y que puede ocurriren diferentes niveles territoriales.

    11 Por ejemplo, Hill Collins, 2000. Los estudios de gnero y los de etnicidad tienenen comn sus races que se hallan en movimientos sociales de actores que tradi-cionalmente estuvieron excluidos y oprimidos.

  • llenar el vaco de documentacin acadmica sobre los procesos polti-cos locales en Cotacachi y Otavalo a partir de 1996.12

    Este estudio abarca sobre todo el perodo 1996 - 2009, una etapaconsiderada como la fase post-reconocimiento, especialmente a partirde 1998.13

    El movimiento indgena ecuatoriano

    Para comprender mejor el proceso poltico ms reciente delmovimiento indgena es importante volver a considerar el papel hist-rico de los indgenas as como su crisis organizativa. Desde los primerosaos del siglo 21, el movimiento indgena ecuatoriano se encuentra encrisis, sus principales organizaciones estn marcadas por tensiones, con-flictos y divisiones internas, siendo un actor poltico emergente recono-cido como el ms impactante del pas desde 1990. El movimiento ind-gena ecuatoriano puede clasificarse como el ms fuerte del continentemirado desde la perspectiva de las bases sociales que lo sostienen.14

    Ahora bien, concordando con el distinguido socilogo JorgeLen, las relaciones tnicas ecuatorianas se han transformado dramti-camente desde los aos 80. Los pueblos indgenas han vivido dinmicassociales y culturales a travs de una redefinicin del criterio tnico,

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    12 Por supuesto, el autor reconoce que hay estudios escritos sobre la lucha indgena yadministracin cantonal en Cotacachi y Otavalo, pero con otros enfoques, ms quetodo en lo socio-cultural (pueblos indgenas) o institucional (gobiernos locales).

    13 Cervone, 2009; Martnez, 2009.14 Yashar, 2005. La politloga Deborah Yashar argumenta que el movimiento ind-

    gena ecuatoriano, desde la perspectiva organizativa, es el movimiento indgenams fuerte del continente. Por supuesto, el libro de Yashar se public justamenteantes de la victoria de Evo Morales en las elecciones presidenciales de Bolivia, perolo que Yashar quiere mostrar es la fortaleza organizativa del movimiento indgenaecuatoriano y la existencia de una confederacin indgena (la CONAIE) de cober-tura nacional, con una fuerte base a nivel de las comunidades. Ver tambin: Rice,2009; Van Cott, 2005; Zamosc, 2007. Para una crtica de esta interpretacin de lafortaleza del movimiento indgena ecuatoriano, vase: Baud, 2007.

  • tanto a nivel individual como colectivo, a medida que se insertan ennuevos espacios de accin y de estilo de vida, tanto por su diferencia-cin social como por su movilidad social. A menudo este proceso estacompaado por migraciones internas e internacionales [especialmen-te en el caso de Otavalo]. Estos procesos conllevan, lgicamente, la bs-queda y la re-formulacin de la propia identidad del indgena (tantodel individuo como del grupo), asimismo, implican una renovacin delas ideas de pertenencia y una redefinicin de su posicin en la sociedady ante el mundo (el nosotros ante los dems). Este proceso de trans-formacin y transicin generalmente incluye reinvenciones de la histo-ria y del significado de la etnicidad, lo que en el contexto de los cambiossociales se presenta como una recreacin de la propia identidad indivi-dual y colectiva.15

    A partir de la institucionalizacin poltica de la Confederacinde Nacionalidades Indgenas del Ecuador/CONAIE, a mediados de los1980s, los triunfos electorales municipales de Pachakutik a partir de1996, hasta el aporte indgena en el proceso constituyente de 1997-98,han contribuido a un creciente reconocimiento poltico-social-culturalde la poblacin indgena ecuatoriana.16 El movimiento indgena nosolamente ha sido un actor poltico decisivo en temas de educacinbilinge, desarrollo rural y diseo institucional, sino tambin ha con-tribuido al derrocamiento de dos presidentes -Abdal Bucaram en 1997y Jamil Mahuad en el 2000-.

    Asimismo, hay investigadores que con razn enfatizan el papelque han cumplido los partidos indgenas en el campo de fortalecimien-to de la democracia, que impulsan la inclusin de un grupo social ytnico tradicionalmente marginalizado, as como un modelo posible-

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    15 Len, 2001: 1.16 Fue recin, con la Constitucin de 1998, que los indgenas ecuatorianos llegaron

    a ser considerados como ciudadanos reconocidos tambin por su nacionalidadindgena. El reconocimiento mayor de los pueblos indgenas se estableci mstarde, en la Constitucin de 2008 que declara Ecuador como plurinacional e inter-cultural.

  • mente ms saludable de conexiones partido-sociedad y relaciones inte-rtnicas.17 No obstante, en las elecciones presidenciales de 2002 elmovimiento indgena se ali con el Partido Sociedad Patritica lidera-do por el coronel y ex-golpista (o rebelde militar) Lucio Gutirrez. Estaalianza dur poco y el movimiento indgena se convirti en uno de loscrticos opositores del gobierno.18 Gutirrez se aprovech del facciona-lismo existente dentro de Pachakutik y el movimiento indgena paradebilitarlo cooptando a algunos liderazgos; dicho faccionalismo se pue -de describir ms ampliamente como una divisin entre la tendenciaetnocentrista y la tendencia intercultural.19 A partir de la alianzapasajera con Gutirrez y su Partido Sociedad Patritica/PSP, el movi-miento indgena ha experimentado una crisis poltica, social y de repre-sentacin poltica, sobre todo a nivel organizativo nacional.20 Las orga-nizaciones indgenas han experimentado rupturas a partir de entonces,e igualmente se han formado nuevas alianzas polticas.

    La politizacin (y partidizacin) de la CONAIE ha contribuido ala acentuacin de las contradicciones internas por la creacin de estruc-turas y relaciones organizativas complejas entre el movimiento social y elmovimiento poltico.21 El movimiento poltico se define y se condicionapor el sistema poltico partidista e incluso est controlado por estructu-ras oligrquicas de poder. Por su parte, el movimiento social est condi-cionado por un proyecto poltico histrico relacionado a temas de iden-tidad como pueblos indgenas. El economista Pablo Dvalos ha colabo-rado con el movimiento indgena ecuatoriano desde su adolescencia y haescrito ampliamente sobre el tema; en un artculo publicado en el 2005,resume su interpretacin de la compleja relacin entre CONAIE yPachakutik, as como los desafos del movimiento poltico:

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    17 Por ejemplo: Rice, 2009, Van Cott, 2008; Zamosc, 2007.18 Para un anlisis profundo del proceso poltico de 2002 y el triunfo de Gutirrez,

    vase: Quintero Lpez, 2005. Para reflexiones de los protagonistas indgenas de laalianza, vase: VVAA, 2004.

    19 Por ejemplo: Cano, 2005.20 Sobre la crisis de CONAIE y Pachakutik, ver por ejemplo; Ospina, 2009; Snchez

    Parga, 2007; Lalander, 2009.21 Garca Serrano, 2005; Zamosc, 2007; Van Cott, 2005.

  • La relacin entre la CONAIE, que es el sujeto poltico, con el movimien-to Pachakutik, que es su instrumento para actuar en el sistema de repre-sentacin poltica, es una relacin compleja, porque se aaden las parti-cularidades propias del sistema poltico en el Ecuador. En efecto, se tratade un sistema basado en los partidos polticos y una clase poltica pro-fundamente imbricada con el poder econmico. El sistema de represen-tacin est construido de tal manera que son los partidos ms grandes,es decir aquellos que mayores recursos cuentan, los que finalmente tie-nen ms poder. Transformar ese sistema desde dentro es una tarea paraSsifo, porque est construido de tal manera que a su interior son fre-cuentes las prcticas clientelares, patrimoniales, corporativas. No existe,dentro del sistema de representacin, un libre juego de oportunidadesentre los diferentes partidos polticos, y stos siempre son controladospor una elite que generalmente es tambin la elite econmica.22

    En la prctica, se manifiestan una serie de desafos relacionadosa estas complejidades, por ejemplo, en el riesgo de que las autoridadeselegidas por Pachakutik pongan sus objetivos individuales por encimade las reivindicaciones colectivas indgenas, o, cuando el dirigente pol-tico indgena se ve obligado a recoger tambin las expectativas de lapoblacin no indgena y a considerar sus demandas y prioridades.23

    Desde la perspectiva tnico-cultural, el dilema nace en el carcteroficialmente intercultural y pluritnico de Pachakutik, gracias a lasalianzas con otros grupos socio-polticos, mientras que la CONAIE esuna organizacin pluricultural exclusivamente indgena. Es decir, hayuna marcada diferencia entre el movimiento poltico y el movimientosocial. A menudo, a Pachakutik se lo identifica frecuentemente comoel partido indgena. En el presente libro, esta incongruencia poltico-social es conceptualizada como el dilema intercultural.

    Generalmente, el movimiento indgena ecuatoriano, identifica-do en el nivel de las comunidades, se ha caracterizado por un alto gradode suspicacia hacia los liderazgos polticos nacionales, inclusive de las

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    22 Dvalos, 2005: 19.23 Van Cott, 2008; Lalander, 2009; 2008.

  • mismas organizaciones indgenas. Este poder de las bases, de las comu-nidades, no siempre es evidente. Frecuentemente se oculta la compleji-dad de los niveles locales tanto en estudios acadmicos como en decla-raciones habituales y en los discursos de los dirigentes indgenas, quetienden a ofrecer generalizaciones acerca de la fortaleza de las comuni-dades y las organizaciones de base.24

    Asimismo el concepto del liderazgo es un tema delicado en elmovimiento indgena ecuatoriano. En la cosmovisin kichwa-andinade hecho no existe una palabra exacta para el liderazgo, as como secomprende en el mundo occidental. Aunque el acadmico kichwaJulin Guamn identifica dos trminos que se le aproximaran: pushakque significa la persona que lidera o gua, y, kunak que quiere decir per-sona que orienta o aconseja. Pushak siempre debe ser un individuoelecto, mientras que kunak es aquella persona que alcanza el reconoci-miento y el respeto de los dems por su experiencia y sabidura, lo queocurre normalmente cuando la persona alcanza cierta edad mayor.25

    En cuanto a la fortaleza superior del movimiento indgena ecua-toriano, en comparacin con el desarrollo de los movimientos indge-nas en otros pases, hay que considerar el aspecto histrico del indige-nismo durante el inicio y la mitad del siglo XX. El discurso indigenistaestaba orientado a romper el imaginario de la clase social dominanteblanco-mestiza que bestializaba a los indios sujetos a relaciones servilesen las haciendas y constituy el soporte ideolgico poltico de las trans-formaciones que experiment el Ecuador desde mediados del siglopasado. Las fuerzas tras el indigenismo eran impulsos paternalistas que

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    24 Para clarificar, el autor no quiere de ninguna manera decir que la CONAIE care-cera de apoyo e identificacin en las comunidades. La idea es ms bien proble-matizar el tema e indicar ciertos desafos para los actores e igualmente los acad-micos que trabajan sobre estas cuestiones. Adems, como se observar a conti-nuacin, las lealtades as como las identificaciones en las organizaciones estnsujetas a transformaciones.

    25 Guamn, 2008. Pushak procede del verbo pushana que significa conducir, dirigir,y kunak de kunana que es aconsejar.

  • consideraban a los indgenas simplemente como receptores pasivos delas acciones del otro (el no-indgena, la clase dominante) desde fuera.26

    Antroplogos, telogos, polticos, escritores y otros intelectuales fueronlos promotores de esta poltica hacia los indgenas, la cual contribuyfuertemente al debilitamiento de la identidad tnico-cultural de losindgenas una vez que decanta una voluntad afirmativa entre ellos. Noobstante, en Ecuador el indigenismo no tuvo el impacto tan marcadocomo, por ejemplo en Per y Mxico, e incluso en menor grado enBolivia y Guatemala donde el indigenismo se incorpor como compo-nente de los movimientos revolucionarios.27 En estos pases menciona-dos, con la posible excepcin de la Bolivia post-2005, los indgenas nohan alcanzado el nivel de reconocimiento de la diferencia que hanlogrado en Ecuador en los ltimos veinte aos.

    Regresando al contexto de crisis del movimiento indgena entiempos ms recientes, el ex-presidente de la CONAIE, Luis Macas, unode los mximos pensadores del movimiento indgena, deca autocrti-camente en el 2004 que se haba abierto una brecha que iba creciendoentre los niveles local y nacional, que la organizacin estaba infectadapor el populismo, que, a partir de 1996, y perda la identificacin conlas bases del movimiento:

    Definitivamente ha habido una pasividad increble, por ejemplo, en ladirigencia de la CONAIE, en estos ltimos tiempos, no ha habido una

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    26 En Ecuador, el indigenismo dio pie a la transformacin de las relaciones servilesque acompa a la Reforma Agraria, y posibilit la emergencia de un sujeto his-trico auto-identificado como tnicamente distinto. As que el autor no quieredecir que no hubo repercusiones positivas del indigenismo en Ecuador, porejemplo, en las relaciones histricas entre actores indgenas y los partidos polti-cos de izquierda.

    27 Becker, 1995. Ver tambin: Earle, 2007; Ibarra, 2003. Estas ideas del indigenismoasimismo deben contrastarse con el aporte intelectual marxista del peruano JosCarlos Maritegui en sus impactantes estudios sobre los problemas fundamenta-les de las sociedades latinoamericanas. Maritegui sugera que una solucinpodra encontrarse en el anlisis de las sociedades tradicionales del Imperio Incadonde l vea un sistema comunitario altamente desarrollado y armnico. Mari -tegui, 1928.

  • orientacin, una direccin poltica, ideolgica, de parte de la dirigencianacional. En este sentido, [esto] obviamente confunde a las bases, creaun desconcierto, una desorientacin en las bases, lo que sucede arribaincide abajo naturalmente No existe un ejercicio de liderazgo colec-tivo, como [los dirigentes] se van individualizando cada vez ms, nues-tras formas de percibir a nuestra organizacin tambin estn afectadas.En las dcadas de los 70 y 80 es que hubo ese ejercicio colectivo de ladirigencia, el liderazgo es colectivo desde nuestra visin, la lgica ind-gena, la lgica de nuestras comunidades es que siempre la direccin,siempre ha sido colectiva, no es de un individuo como tratan de decirdentro del marco de esa bendita democracia.28

    Ahora bien, el politlogo Ral Madrid observa la emergencia deun etno-populismo ligado a los movimientos y partidos polticos deperfil tnico, pero, con la habilidad de atraer a sectores indgenas y aotros sectores no indgenas, como los casos del MAS (Movimiento AlSocialismo) de Evo Morales en Bolivia, y el movimiento Pachakutik enEcuador.29 Desde tal perspectiva, se insina la posible coexistencia deuna estructura populista que se sostiene con las reivindicaciones socia-les desde la perspectiva tnica y que, en varios pases, ha logrado, cam-bios cualitativamente positivos para la democracia, desde los ngulosde inclusin social y poltica, e, igualmente, ha logrado el reconoci-miento constitucional de los pueblos indgenas, lo que se puede confir-mar con solo comparar con la exclusin y el racismo sistemticos queha caracterizado tradicionalmente a las sociedades latinoamericanas.

    El dirigente nacional y provincial Luis Maldonado30 llama laatencin sobre la flexibilidad que caracteriza al movimiento poltico,los desafos y posibles debilidades del mismo:

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    28 Macas entrevistado en: Peridico Rikcharishun, 2004.29 Madrid, 2008.30 Luis Maldonado es, junto a Luis Macas, otro de los intelectuales principales del

    movimiento indgena ecuatoriano. Fue Ministro de Bienestar Social en el gobier-no interino de Gustavo Noboa (2000-2003). Curiosamente, Luis Maldonado es deOtavalo y es primo del alcalde Mario Conejo Maldonado, una de las personalida-des principales de este libro.

  • Por eso es que la representacin de Pachakutik primero no es de unprograma poltico, sino de una alianza de diferentes sectores sociales,que lo que se plantea es dar una alternativa poltica, electoral al pas,frente a una coyuntura. Luego es que se va pensando cul es su doctri-na, su propuesta poltica de largo plazo etc., etc. Y creo que no hemoslogrado construir lneas claras en ese aspecto. Las alianzas han sidosiempre complicadas, difciles.31

    Las victorias de Rafael Correa y su Movimiento PAIS (PatriaAltiva y Soberana),32 en las elecciones presidenciales de 2006 y 2009,han afectado duramente tanto al movimiento indgena ecuatorianocomo a sus principales organizaciones. Las condiciones iniciales delucha y la poltica de oposicin al neoliberalismo se modifican con unpresidente de etiqueta izquierdista. En Amrica Latina, los avances elec-torales de los movimientos polticos indgenas, hasta cierto grado, for-man parte del proceso asociado al auge de la izquierda y el proyecto delSocialismo del Siglo XXI, especialmente en Bolivia, una evolucin queper se puede conllevar nuevos desafos tericos y empricos para losacadmicos al igual que para los actores.

    La perspectiva de los movimientos indgenas, en el contexto delizquierdismo reciente, puede animar una reflexin analtica, por ejem-plo, de los valores del colectivismo y el rol del mismo Estado en su rela-cin con la ciudadana. Paralelamente, sin embargo, habra que consi-derar el proyecto de Revolucin Ciudadana de Movimiento PAIS enEcuador, un proceso que incluye el componente de desectorizacin dela sociedad, es decir, la ambiciosa meta de abolir las estratificacionessociales configuradas en clivajes tnicos, religiosos, de gnero etc., y, en

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    31 Maldonado, Ibarra, 7 de julio 2007.32 Movimiento PAIS es el movimiento poltico electoral de una organizacin ms

    amplia -Alianza PAIS- que por su parte es una coalicin de diferentes organiza-ciones polticas y sociales que promueven a Rafael Correa a la presidencia de laRepblica.

  • cambio, valorar a todos como ciudadanos (la ciudadanizacin de laRevolucin Ciudadana).33

    En opinin de un segmento del movimiento indgena, esta metade PAIS de ciudadanizacin de la Revolucin Ciudadana podra chocarcon lo que dice el primer artculo de la nueva Constitucin Ecuatorianadel 2008, donde se define al Ecuador como un Estado intercultural y plu-rinacional, es decir, un reconocimiento explcito a las reivindicacionesindgenas. Desde la visin de una corriente fuerte en el movimiento ind-gena, la desectorizacin que impulsa la Revolucin Ciudadana es unaespada de doble filo, ya que polticamente Movimiento PAIS y el presi-dente Correa necesitan de la representacin indgena para alimentar unaimagen de unidad intercultural y de legitimidad tnica. De hecho, unagran cantidad de dirigentes y militantes, que anteriormente estaban enPachakutik, han participado en diferentes niveles y posiciones de PAIS.

    En el escenario electoral del 2009, el movimiento indgena seencontraba dividido, no solamente en Cotacachi y Otavalo sino enmuchas partes del pas, y, evidentemente, hay relacin directa e indirec-ta con los avances del Movimiento PAIS y con las alianzas establecidasa nivel sub-nacional. En la contienda electoral cantonal del 26 de abrilde 2009, en Cotacachi se lanzaron para la alcalda dos competidoresindgenas -Auki Tituaa por Pachakutik, esta vez sin alianza con elmovimiento campesino indgena cantonal, y Alberto Anrango, co-fun-dador de la UNORCAC- y, en Otavalo, Mario Conejo se present a lare-eleccin como candidato del Movimiento PAIS. Los dos candidatosindgenas de PAIS -Anrango y Conejo- triunfaron.

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    33 El autor conscientemente utiliza el trmino desectorizacin, y no el interrelaciona-do concepto de descorporativizacin, que es ms frecuentemente usado en el deba-te ecuatoriano sobre el proceso actual. El acuerdo en PAIS es descorporativizar lasociedad, de manera que los viejos grupos de poder que conformaron corporacio-nes econmicas, sociales, culturales, religiosas y polticas que estn presentes en losdistintos estratos y sectores sociales, dejen de controlar el poder a travs de esa lgi-ca. No solamente en trminos de etnicidad, tambin pretende descorporativizar alos sindicatos, las ONGs, las fundaciones, las cmaras de produccin, las asociacio-nes de mujeres, de jvenes, de pobladores, etctera, lo cual PAIS ve completamentenecesario para revolucionar las estructuras tradicionales porque identifica que esascorporaciones son soportes del status quo injusto e inequitativo.

  • El examen de las tensiones, los conflictos, as como las estrategiasque emergen, cuando los actores indgenas llegan a ser mximas autori-dades en el nivel local contribuye a clarificar el panorama que ofrece elmovimiento indgena en los actuales momentos. Por cierto, Ecuador tieneuna tradicin ms larga de elecciones polticas locales que la gran mayorade los pases vecinos. En la prctica, no obstante, los dirigentes polticos enestos niveles han sido polticamente dbiles por la ausencia de recursoseconmicos o por la escasez de transferencias econmicas del Estado cen-tral a los gobiernos locales. Asimismo, los gobiernos locales han estadotradicionalmente plagados de prcticas patronales, clientelares y corrup-tas. Y, con respecto a la dimensin del financiamiento de los gobiernoslocales, recin desde 1998, gracias a una reforma legal, los gobiernos loca-les reciben automticamente el 15% del presupuesto nacional.

    En cuanto a las competencias poltico-administrativas-territo -riales de las autoridades locales, en Ecuador, hasta el 2008 los prefectosprovinciales son responsables de las zonas rurales, mientras que losalcaldes son garantes de las reas urbanas. Las fronteras de las respon-sabilidades de las autoridades de estas instancias son normalmentemuy difusas; de hecho, los alcaldes y los prefectos frecuentemente rea-lizan proyectos en sectores rurales impelidos por diversas circunstan-cias, y frecuentemente para generar apoyo poltico-electoral. En laprctica, los gobiernos locales a menudo han recibido menos del 15%,y este factor contribuy a las tensiones y recelos entre las autoridadespoltico-territoriales y a la confusin entre los ciudadanos. Cotacachi yOtavalo vivieron esta situacin como muchos otros gobiernos locales,a partir de 1996 y 2000 respectivamente.34

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    34 Sin embargo, la Constitucin del 2008 modific las competencias de las autorida-des locales. Los Consejos Provinciales atienden las obras y programas que articu-lan la provincia y, en mancomunidades con otras prefecturas, atienden obras yprogramas que articulan las regiones. Los municipios atienden el nivel cantonal,tanto las reas urbanas como rurales, articulan la accin entre cantones dentro dela provincia y rigen sobre las juntas parroquiales rurales. Las juntas parroquialesrurales adquirieron competencias para actuar por s mismas en el nivel parro-quial, en coordinacin y por delegacin de los alcaldes del Cantn.

  • Estructura y contenido

    En cuanto a la organizacin del libro, el primer captulo consig-na algunas clarificaciones metodolgicas y puntos de partida tericosque sirvieron de inspiracin durante la investigacin. Dichos puntostienen que ver con la aproximacin terica de estructuras de oportuni-dades polticas, para abordar la politizacin de la etnicidad y las posi-bilidades relativas de accin colectiva para las organizaciones del movi-miento indgena y, por otro lado, se desarrollar una argumentacinsobre el dilema intercultural ante el cual se encuentran los movimien-tos indgenas, especialmente, cuando la autoridad de gobierno es ind-gena, as como cuando los actores polticos indgenas entretejen alian-zas sociales, polticas y electorales con actores no indgenas.

    En el segundo captulo, se muestra someramente la evolucinhistrica de los cantones Cotacachi y Otavalo desde finales de los aos70; pero, procurando resaltar algunas de las semejanzas y diferenciasentre ambos cantones, de manera que se pueda visibilizar mejor lascondiciones iniciales y los desafos posteriores que emergieron cuandoya haban sido electos alcaldes Auki Tituaa y Mario Conejo, as comolas condiciones que se presentaban para establecer alianzas polticasentre los actores indgenas y otras organizaciones.

    En los dos siguientes captulos, se pone atencin sobre las prin-cipales caractersticas de las alianzas polticas y la estructura organiza-tiva de Cotacachi, primero, y Otavalo, luego. En el captulo sobre Cota -cachi, se pone atencin sobre la complicada alianza entre Pachakutik-Tituaa y la UNORCAC; y, en el captulo sobre Otavalo, la atencin secentra en la relacin entre el movimiento poltico alrededor de MarioConejo y la filial local de la CONAIE -la FICI- y cmo se han expresadolas tensiones y rupturas en el movimiento indgena local.

    En el captulo siguiente, se estudia el efecto PAIS-Correa a nivelcantonal desde diferentes perspectivas y poniendo mayor atencin enlos actores polticos locales y sus percepciones sobre las estrategias,alianzas y rupturas organizativas dentro de las organizaciones indge-nas. Los recientes procesos polticos locales tienen su propia dinmica,obedecen a relaciones histricas profundamente enraizadas entre los

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  • diferentes actores sociales y polticos y stas deben ser considerados enel anlisis. Los tres captulos centrales incluyen una gran cantidad decitas directas de los actores polticos involucrados en los procesos loca-les, e igualmente con algunas consideraciones desde la perspectivanacional. En este contexto, el enfoque central se concentra en los acto-res indgenas, los procesos polticos locales, las complejidades organiza-tivas, mientras que Movimiento PAIS aparece ms bien como unaarena estructural. Esta primera parte del libro culmina con la exposi-cin de algunos de los desafos ms actuales a los que est impelido elmovimiento indgena ecuatoriano, y algunas conclusiones pertinentes.

    La segunda parte del libro, Conversaciones con los dirigentesindgenas, consiste en una seleccin de entrevistas con 16 de los perso-najes principales en la lucha indgena de Cotacachi y Otavalo. All sepresentan ms detalladamente las reflexiones e interpretaciones de losactores indgenas y, como son entrevistas ms enteras y largas, el riesgode interpretar mal a los informantes o colocar sus declaraciones en con-textos menos apropiados disminuye. La segunda parte del libro propiciaque el lector pueda profundizar an ms en las afirmaciones e interpre-taciones de los actores indgenas y, en consecuencia, pueda apreciartambin desde ese ngulo la contextualizacin analtica y descriptiva dela primera parte del libro. Es recomendable antes de zambullirse en lasentrevistas, leer aquella parte del captulo metodolgico donde se hablade los desafos del entrevistador en sus encuentros con los informantes.El libro se cierra con una reflexin final y una sugerencia a partir de lasposibles lecciones que deja el contenido de las entrevistas.

    Aproximaciones metodolgicas y tericas

    La seleccin de entrevistas que se presentan puede considerarsecomo lo ms importante de este libro, puesto que son las lecturas de larealidad de los propios actores polticos a nivel local. Durante la fase deinvestigacin entre el 2004 y el 2009, se realizaron entrevistas semi-estructuradas e improvisadas con una gran cantidad de protagonistaspolticos y observadores sociales que compartieron cercanamente lasacciones con los actores, para recabar las percepciones e interpretacio-nes, frecuentemente diferentes e incluso contradictorias entre s, de los

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  • actores polticos locales alrededor de la poltica electoral local y de lanaturaleza de los movimientos polticos tnicamente definidos.

    El socilogo Alberto Melucci sostiene que no hay en realidadfases instrumentales o preliminares en este tipo de investigacin, esdecir, fases en las cuales el objetivo sera la instrumentalizacin de losactores para obtener informacin. Para Melucci, las entrevistas en elcampo implican inicialmente un doble objetivo: Primero, recopilarinformacin sobre el movimiento/la organizacin del estudio, y, segun-do, la identificacin del grupo natural y de los representantes de laorganizacin construida. Este doble propsito puede provocar unasituacin delicada, ya que el desafo es establecer una buena conexincon la primera intencin sin perder la segunda. Esta circunstancia exigeuna recopilacin honesta de la informacin, sin presiones ni declara-ciones falsas, sino ms bien, una recopilacin con apertura en cuanto alos objetivos de la investigacin.35

    En las entrevistas, hay que aplicar una estrategia relativamenteclara y consecuente, pero al mismo tiempo flexible, para no arriesgarsea perder oportunidades de conseguir material valioso. Por supuesto, elinvestigador debe estar consciente y preparado sobre el tema del estu-dio. Debe, adems, tener una actitud abierta ante los informantes, en elmarco del respeto a las reglas ticas de la investigacin de humanidadesy de ciencias sociales, informar claramente acerca de los objetivos de lainvestigacin a los entrevistados as como hacerles conocer cules sonlos otros informantes que el investigador ha entrevistado o tiene pre-visto entrevistar.

    La preparacin del investigador es clave en el trabajo de campo,para poder captar la riqueza que ofrece la informacin y las interpreta-

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    35 Melucci, 1989: 247-248. Un excelente libro metodolgico desde la antropologaque puede servir tambin en otras disciplinas para los estudiosos de cuestiones deetnicidad e interculturalidad se encuentra en: Snchez-Parga, 2005. Para unaintroduccin a los desafos asociados a investigaciones interdisciplinarias, vase:Pakkasvirta, 2008. Otros recomendables libros metodolgicos de la ciencia polti-ca son: King, Keohane & Verba, 1994, as como: Marsh & Stoker, 2002.

  • ciones de los informantes. El investigador debe responder algunas pre-guntas sobre el informante, por ejemplo: Quin es esta persona y qutrayectoria tiene? Hay aspectos controvertidos del informante a consi-derar? En qu puede contribuir ese informante en la fase actual de lainvestigacin? Es muy til dibujar con anticipacin una breve lista depuntos que deben discutirse con el informante. Las necesidades encuanto a informacin varan conforme a la evolucin del proceso in -vestigativo y de acuerdo a los vacos que haya en los datos que el inves-tigador detecta; pero, al iniciar la conversacin, debe clarificarse el obje-tivo principal de la entrevista al informante.

    La paciencia por parte del investigador es fundamental, puestoque pueden emerger en el camino dificultades y situaciones imprevis-tas, a veces, por ejemplo, el informante no aparece o hay que esperarvarias horas. La flexibilidad, la claridad de metas de la investigacin yuna aproximacin a las posibles contribuciones de los informantestambin son muy importantes, se presentan a veces oportunidades pararealizar entrevistas en plazos demasiado cortos y, por ende, no hay sufi-ciente tiempo para prepararse antes del encuentro.

    De vez en cuando es necesario hacer preguntas de carcter deli-cado, por ejemplo sobre los argumentos tras una ruptura y/o nuevaalianza poltica o sobre los niveles de poder poltico en las organizacio-nes. Con frecuencia hay que zigzaguear en las conversaciones con losentrevistados para poder acercarse a los temas desde ngulos diferentesy para lograr su apertura, de modo que se pueda obtener una respuestaa la inquietud en cuestin. Tambin se tiene, a veces, que intervenir enlas declaraciones/respuestas del informante para ayudarle a clarificarsus palabras; por ejemplo, cuando conversbamos sobre los avances dela lucha indgena, tuve que preguntar si lo que me estaba diciendo tenaque ver con la CONAIE, Pachakutik o el movimiento indgena en gene-ral, en la medida que las fronteras entre estas organizaciones son com-plejas y abstractas para los actores involucrados.

    Es muy importante anotar cuidadosamente la fecha de cadaentrevista y procurar que se refleje la coyuntura del momento para queel lector pueda averiguar en qu momento el/la informante se expres

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  • de tal o cual manera, por ejemplo, si fue antes o despus de la rupturade una alianza o de otro acontecimiento decisivo en la poltica local. Amenudo ocurre que las percepciones de los entrevistados son dismilespara los mismos fenmenos, pudiendo ser stas un indicio de un pro-ceso en curso de transformacin social y poltica; por ejemplo, en losprocesos de democratizacin, participacin poltica e inclusin socialmirados desde una perspectiva concreta. Por eso mismo, en las cienciassociales siempre hay perspectivas distintas en la interpretacin de lasrealidades sociales, dependiendo de la posicin relativa de cada actor.

    El trabajo de campo se realiz principalmente entre los aos2007 y 2009. Es decir, el perodo coincide con los primeros aos de lapresidencia de Rafael Correa, un hecho poltico que ha impactado en laevolucin de la lucha indgena en todos los niveles y, naturalmente,tambin en el contenido del presente libro.

    Un dilema constante para el investigador en ciencias sociales esla posibilidad real de la presencia de prejuicios entre el investigador, lainformacin y los actores que conforman el sujeto de investigacin.Pierre Bourdieu resalta la imposibilidad prctica de evitar cierto gradode prejuicio en el anlisis; es decir, al separar las teoras de conocimien-to de las teoras polticas, el investigador debe adoptar su propia posi-cin en el anlisis de los distintos casos y al expresar sus comentarios einterpretaciones sobre situaciones que inciden en la transformacinhistrica, social y poltica. Todas las teoras polticas constituyen (almenos implcitamente) una teora de la percepcin del mundo social.Por su parte, todas las teoras sobre percepciones del mundo socialestn organizadas segn oposiciones, muy anlogas a las del mundoemprico. En las teoras polticas, el problema de conocimiento se pre-senta a travs de las relaciones de los partidos polticos y las masas, ymuchas de las cuestiones tpicas, de hecho, tienen sus races en las teo-ras de la filosofa clsica del conocimiento y de las relaciones entre elsujeto y el objeto.36

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    36 Bourdieu, 1991: 101-109.

  • En el mismo espritu, Robert Dahl afirma que los valores, intere-ses y la curiosidad del investigador influyen hasta en la seleccin de lostemas y el enfoque. Aun ms, subraya la imposibilidad de sacar criteriosimportantes y relevantes slo del conocimiento emprico, siendo im -prescindible algn tipo de evaluacin en las situaciones en que hay quecomprender y tomar decisiones durante el proceso de investigacin.37

    En el mismo contexto, la neutralidad y la objetividad cientfica no ser-an posibles sin ciertas condiciones polticas y sociales. Al mismo tiem-po, uno de los papeles de la academia es precisamente hacer crticaspolticas constructivas al liderazgo poltico, pero en todo el mundo -yen Amrica Latina en particular- es difcil a veces precisar la fronteraexacta entre acadmicos y polticos.

    Las teoras son indudablemente valiosas y contribuyen a la apro-ximacin ms sistemtica y consciente al tema de la investigacin. Perolas teoras nunca llegarn a ser ms importantes que los seres humanosa quienes se estudia. Como deca el psicoanalista Harry Guntrip: lasteoras son buenos servidores pero malos amos.38

    Accin colectiva y politizacin de la etnicidad

    El ambiente poltico se vuelve importante al estudiar los xitosy/o los fracasos de los distintos grupos sociales y polticos organizados.En el anlisis, se aplic el enfoque de estructuras de oportunidadespolticas para aproximarse a los movimientos sociales y establecer lasposibilidades que tienen los distintos actores sociales para moverse,teniendo presente que los cambios institucionales, estatales y polticosson fundamentales para ubicar la posicin relativa de una organizacinrespecto de sus expectativas de alcanzar influencia poltica. Hay facto-res diferentes que influyen sobre las organizaciones ciudadanas y pol-ticas, como la estructura del Estado, el esqueleto legal, el grado de aper-

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    37 Dahl, 1968:154-155.38 Guntrip citado en: Rosn-Sandahl, 1986: 17. Ver tambin: Guntrip, 1971.

  • tura (o cierre) del sistema poltico, y la competencia entre los diferentesactores polticos.39

    El estudio de las alianzas interculturales locales constituye tam-bin una herramienta central en el presente estudio, as como es medu-lar la aproximacin terica de estructuras de oportunidades polticaspara el anlisis de las estrategias de los movimientos polticos y socialesy sus expectativas de xito y/o fracaso en su accin. Es este sentido, esimportante considerar la presencia/ausencia de aliados polticos, esdecir, las alianzas de actores locales con movimiento poltico nacionalvalorado como fuerte, as como las posibles divisiones entre las elitespolticas del pas.40

    La aproximacin desde la perspectiva de las estructuras de opor-tunidades polticas posibilita los encuentros analticos interdisciplina-rios, por ejemplo, desde la politologa, la antropologa, la sociologa, lageografa cultural, la historia y los estudios de derecho (p.ej. constitu-cionalismo y pluralismo jurdico). Deborah Yashar ha utilizado un mo -delo metdico inspirado en la aproximacin de estructuras de oportu-nidades polticas, para analizar los avances en la accin de los movi-mientos indgenas en Amrica Latina. Ella enfatiza en las tensionesentre la etnicidad y el contexto democrtico, as como la importanciadel espacio poltico para comprender mejor las variaciones entre lasdiferentes organizaciones y pueblos indgenas.41 La aproximacin ana-ltica desde el enfoque de las estructuras de oportunidades polticas, eneste caso, para los movimientos indgenas y sus actores en diferentesniveles puede ser valiosa e ilustrativa para poder comprender la din-mica as como l