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LOS TRIUNFADORE
S
A veces los triunfadores no son aquellos a los que todo el mundo
aplaude y reconoce…
No son los que construyeron grandes obras ó los que dejaron constancia de
su liderazgo…
A veces el triunfador no es el negociador internacional, ó el hacedor de empresas de clase mundial ó el deslumbrante estadista
que asiste a reuniones cumbre…
A veces los triunfadores no son los administradores geniales, ni los
visionarios del futuro… Ó los grandes
emprendedores y
filósofos que
supuestamente
conducen al mundo por
la senda del progreso…
No es el que se afana por exportar mucho, sino el que todavía se importa a sí mismo,
porque el triunfador puede ser también el que sin ser un gran orador o un brillante
diplomático calladamente lucha por la justicia…
El triunfador puede ser igualmente el que venció la ambición desmedida y no fue seducido
por la vanidad ó el poder…
Es triunfador el que no obstante que no viajó mucho al extranjero, con frecuencia hizo
travesías hacia el interior de sí mismo para dimensionar las posibilidades de su corazón…
Es el que quizás nunca alzó soberbio su mano en el pódium de los vencedores, pero triunfó
calladamente en su familia y con sus amigos y los cercanos a su alma…
Es, quizá, el que nunca apareció en las páginas de los periódicos, pero sí en el
diario de Dios…
El que no recibió
reconocimientos, pero siempre
obtuvo el de los suyos…
El que nunca escribió libros, pero sí cartas de amor a sus hijos…
El que pensó en redimir a su país a través de la asfixiante aventura de su trabajo
común y rutinario…
Aquel que prefirió la sombra, porque, finalmente, es tan importante como la luz…
A veces el triunfador no es el que tiene una esplendorosa oficina, ni una secretaria
ejecutiva, ni posee tres maestrías; no hace planeación estratégica ni elabora reportes o
evalúa proyectos…
Pero su vida tiene un sentido, hace planes con su familia, tiene tiempo para sus hijos y
encuentra fascinante disfrutar de la hermosa danza de la vida…
A veces el triunfador no es el que pasa a la historia, sino el que hace posible la historia, el
que encuentra gratificante convencer y no sólo vencer…
El que de una manera apacible y decidida lucha por hacer de este mundo un mejor
lugar para vivir…
El que sabe que aunque sólo vivirá una vez, si lo hace con maestría, con una vez le
bastará…
A veces el triunfador no tiene que ser el que construyó grandes andamiajes y estructuras administrativas, pero supo cómo construir un
hogar…
No es el que tiene un celular, pero platica con sus hijos, no tiene e-mail, pero conoce y
saluda a sus vecinos…
No ha ido al espacio exterior, pero es capaz de ir hacia su espacio interior y sin haber
realizado grandes obras arquitectónicas, supo construirse a sí mismo y…
Fue, el constructor de su propio destino…
A veces el triunfador suele ser Teresa de Calcuta , ó Francisco de Asís ó Nelson Mandela,
ó tal vez la enfermera callada, el obrero sencillo y el campesino olvidado…
Porque como personas triunfaron sobre la apatía ó el desencanto y con su esfuerzo cotidiano establecieron la diferencia...
A veces el triunfador puede ser el carpintero pobre de un lugar ignorado…
Ó una mujer sencilla de pueblo…
Ó un niño humilde que nació en un pesebre y que con su mensaje de amor divino conquistó
el mundo.
Es difícil conquistarse a si mismo, pero cuando esto se logra, todo esta conquistado; por eso, muchas veces vale la pena voltear hacia atrás, no para retroceder, sino, para
observar la buena huella que se ha dejado en los demás.
OSLAVA