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A LOS 100 AÑOS DE LA GRAN REVOLUCIÓN RUSA (LAS RESTAURACIONES)
Rionegro, Antioquia, Colombia. Julio 30 de 2017. (Epicuro)
1
CONTENIDO
Presentación.
Capítulo 1.
La Revolución Francesa 1789. La Restauración.
Capítulo 2.
La gran Revolución Bolchevique de 1917. La Restauración.
Capítulo 3.
La obligación de los intelectuales de izquierda.
“Déjese aquí cuanto sea recelo.
Mátese aquí cuanto sea vileza”.*
2
PRESENTACIÓN
“ Desocupado lector”, exponer en muy pocas hojas un acontecimiento como la Revolución
Rusa de 1917 es, para cualquier escritor o historiador, una tarea bien dificultosa. Este
evento cambió la faz del universo y la teoría del desarrollo económico y social en los últimos
cien años. Mi esfuerzo va dirigido a que las nuevas generaciones estudien en detalle la
Gran Revolución Bolchevique y se apropien de las hermosas, sustanciales e importantes
acciones y teorías.
El lector podrá quejarse un poco de la invocación permanente de citas, pero
tenemos la fortuna de contar con mucha información escrita, hablada y fotográfica de la
Revolución Rusa. Nada mejor que hablen, en directo, los personajes de la misma.
El autor de este pequeño ensayo ha intentado ser fiel a los documentos escritos y
hablados de cada uno de los personajes y aplicar rigurosamente el principio cervantino
sobre los historiadores: “Habiendo y debiendo ser los historiadores puntuales, verdaderos
y no nada apasionados, y que ni el interés ni el miedo, el rencor y la afición, no les hagan
torcer el camino de la verdad, cuya madre es la historia, émula del tiempo, depósito de las
acciones, testigo de lo pasado, ejemplo y aviso de lo presente, advertencia de lo por venir”1
El autor quiere aportar datos nuevos –un poco insustanciales– que nos muestran la
audacia y decisión de un Lenin y su partido bolchevique. Ejemplo de lo anterior es haber
investigado la edad de los primeros comisarios del pueblo y otros datos novedosos que el
lector encontrará.
El autor intenta centrar y equilibrar el papel de Lenin y de Stalin en este magno
evento, que conmovió las fundaciones del mundo occidental. “En vida de los grandes
revolucionarios, las clases opresoras los acosan constantemente y reciben sus doctrinas
con la perversidad más salvaje, el odio más furioso, con las campañas más inescrupulosas
de mentiras y calumnias. Después de su muerte, se intenta convertirlos en iconos
inofensivos, ‘canonizarlos’, por así decirlo, y santificar hasta cierto punto sus nombres para
‘consuelo’ de las clases oprimidas y con el fin de engañarlas, despojando al mismo tiempo,
a la teoría revolucionaria de su esencia, mellando su filo revolucionario y vulgarizándolo” 2
La historia la hacen los hombres, pero no a su antojo y deseo, sino frente a las
circunstancias que encuentran. Eventos tan brillantes y humanos como los realizados por
Espartaco y su ejército de esclavos, la toma de La Bastilla por el pueblo raso francés y el
asalto al Estado ruso por los bolcheviques son actos de suprema belleza, audacia y
oportunidad. Pero la historia va y viene, el péndulo se mueve de un lado a otro y casi
siempre lo antiguo, lo atrasado, lo reaccionario vuelve a surgir y ocupa el espacio de lo
revolucionario. Es así como llegan las restauraciones, la francesa y la que llevó a la
desintegración de la URSS. El autor toca brevemente este tema.
¡Avancemos, pues, en dos extraordinarios hechos históricos!
3
CAPÍTULO 1
LA REVOLUCIÓN FRANCESA DE 1789
Los revolucionarios franceses arrojaron a la mitad de Europa las cabezas ensangrentadas
de Luis XVI y María Antonieta y le notificaron así al mundo que se iniciaba una nueva era.
Sobre la marcha, los revolucionarios franceses tuvieron que improvisar la estructura
del nuevo Estado. Gobernar en tiempos de revolución implica resolver día a día los
problemas originados en un nuevo estado de cosas. Así vemos primero los Estados
Generales, convocados por Luis XVI (1789); La Asamblea Constituyente (1789-1791); la
Convención (1792-1795); el Comité de Salvación Pública; el Directorio (1795-1799); el
Consulado (1799-1804) y el Imperio (1804-1815).
Se ha estudiado poco la historia provincial, rural, de la Revolución Francesa. Todas
las narraciones concentra las miradas sobre París, pero en las otras ciudades y campos de
Francia también se llevó una gran revolución. En el extraordinario libro Las revoluciones
burguesas, Eric Hobsbawn revela que, en un rápido lapso de apenas tres meses, los
campesinos franceses arrancaron de cuajo un árbol que tenía diez siglos de antigüedad.
Hay un documento de la época, sorprendentemente oculto, firmado por José Fouché
y Collot d´Herbois que muestra el radicalismo, la tensión y la trascendencia de la revolución.
La Convención eligió de su propio seno a 200 delegados que debían ejercer el poder y
cumplir sus órdenes en las comarcas rurales y les dio poderes ilimitados: “Pueden cobrar
contribuciones, pronunciar sentencias, solicitar reclutas, destituir generales, confiscar
tierras, propiedades y joyas…” El Clero y La Nobleza vieron desaparecer sus propiedades
en un abrir y cerrar de ojos.
Todo les está permitido a los que actúan en nombre de la revolución. Para el
Republicano solo existe un peligro: desobedecer las leyes de la República. Quien se
exceda en cumplirlas, quien aparentemente pasa el límite, aun puede decirse que no
ha llegado al fin ideal. Mientras quede sobre la tierra un solo desgraciado, debe
proseguir el avance de la libertad.
La revolución está hecha para el pueblo; pero no hay que entender por pueblo esa
clase privilegiada, por su riqueza, que ha acaparado todos los goces de la vida y todos
los bienes de la sociedad. El pueblo es únicamente la totalidad de los ciudadanos
franceses y sobre todo esa clase social infinita de los proletarios que defienden las
fronteras de nuestra patria y que sustentan a la sociedad con su trabajo. La revolución
sería un absurdo político y moral si no se ocupara más que del bienestar de unos
cuantos cientos de individuos y dejará perdurar la miseria de veinticuatro millones de
seres. Por eso sería un engaño afrentoso a la Humanidad del pretender hablar
siempre en nombre de la igualdad, mientras separan aún a los hombres
desigualdades tan tremendas en el bienestar.
4
Nos os engañéis: para ser un verdadero republicano, tiene que sufrir cada ciudadano
en sí mismo una revolución parecida a la que ha cambiado la faz de Francia. No
pueden quedar nada común entre los vasallos de los tiranos y los habitantes de un
país libre. Por eso tiene que ser completamente nuevos todas las obras, sus
sentimientos y sus costumbres. Estáis oprimidos y debéis aniquilar a vuestros
opresores; habéis sido esclavos de la superstición eclesiástica, y no debéis tener otro
culto que el de la libertad… Todo el que permanece al margen de este entusiasmo,
que conoce alegrías y tribulaciones ajenas a la felicidad del pueblo, abre su alma a
intereses fríos, calcula lo que rentaría su honor, su posición y su talento y se aparta
así por un momento del bien general… Que abandonen el país si no quieren que se
les desenmascare y que su sangre impura riegue el suelo de la libertad. Todo el que
posee más de lo indispensable ha de contribuir con una cuota igual al exceso a los
grandes requerimientos de la patria”. 3
Las grandes revoluciones producen un grupo de hombres y mujeres jóvenes,
audaces, valientes e inteligentes. De esta generación salió una estrella que fulguró por 25
años sobre el continente europeo, Napoleón Bonaparte. Dotado de un cerebro matemático,
una juventud envidiable, una salud a toda prueba y una audacia y un sentido histórico
exquisito, dirigió y orientó el destino del viejo continente.
Las guerras napoleónicas que llegaron a casi todas los países del continente eran
guerras de liberación y se encargaron de barrer el feudalismo, la autocracia, la servidumbre,
el oscurantismo y el poder de la Iglesia. Napoleón tuvo su más alto grado de lucidez y
desplegó todas sus dotes de estadista cuando ejerció el cargo de primer cónsul. Tenía la
capacidad de trabajar veinte horas continuas y el dominio absoluto sobre su sueño.
En la era consular construyó los códigos napoleónicos, el civil, el comercial y el
penal, en los cuales quedaron consignados los derechos modernos y fundamentales de la
nueva sociedad civil, la nueva sociedad creada por la burguesía. En estos códigos
quedaron plasmados los principios del capitalismo triunfante y convirtieron en cenizas los
mandamientos feudales. En palabras de Marx: “Si examinamos esas conjuraciones de los
muertos en la historia universal, observaremos en seguida una diferencia que salta a la
vista. Camilo Desmoulins, Dantón, Robespierre, Saint-Just, Napoleón, los héroes, lo mismo
que los partidos y la masa de la antigua revolución francesa, cumplieron, bajo el ropaje
romano y con frases romanas, la misión de su tiempo: librar de las cadenas e instaurar la
sociedad burguesa moderna. Los unos hicieron añicos las instituciones feudales y segaron
las cabezas feudales que habían brotado en él. El otro creó en el interior de Francia las
condiciones bajo las cuales ya podía desarrollarse la libre concurrencia, explotarse la
propiedad territorial parcelada, aplicarse las fuerzas productivas industriales de la nación,
que habían sido liberadas; y del otro lado de las fronteras francesas barrió por todas partes
las formaciones feudales, en el grado en que esto era necesario para rodear a la sociedad
burguesa de Francia en el continente europeo de un ambiente adecuado, acomodado a los
tiempos.” 4
5
LA RESTAURACIÓN
Desde el mismo día en que los revolucionarios franceses dieron su grito de victoria, desde
ese mismo minuto se inició en Europa toda una política reaccionaria, clerical y conservadora
con el único fin de restaurar a los Borbones en el trono de Francia. Dirigidos y apoyados
por Inglaterra en 1815, después de Waterloo y en el ya famoso Congreso de Viena (Mayo
de 1814 - Junio de 1815), reinstalaron en Francia a Luis XVIII y los tres monarcas
vencedores acordaron lo siguiente:
En conformidad con las palabras de las santas escrituras, que ordenan a todos los
hombres considerarse como hermanos, los tres monarcas contratantes quedan
unidos por lazos de una fraternidad verdadera e indisoluble y considerándose como
patriotas, se prestarán en toda ocasión y en todo lugar asistencia, ayuda y socorro;
Mirando a sus súbditos y ejércitos como padres de familia, los dirigirán en el mismo
espíritu de fraternidad de que están animados para proteger la religión, la paz y la
justicia. 5
Pero la dialéctica de la historia es demoledora. Si bien se presentó un siglo de
relativa paz y armonía (1815-1914), la época nos dejó grandes e importantes eventos:
nacen Marx y Engels, Darwin, Freud, nace y muere la brillante y heroica Comuna de París,
nace Lenin y toda Europa siente y ve recorrer el fantasma de una nueva época: la era del
socialismo científico.
6
CAPÍTULO 2
LA GRAN REVOLUCIÓN RUSA DE 1917
Lenin, al final del siglo XIX y al inicio del XX, era la inteligencia superior de toda la
intelectualidad europea. Su rigor en el materialismo dialéctico e histórico, es decir, en el
marxismo, lo coronaba como el intelectual más preparado en historia, economía, filosofía
y política. Ninguno como él tenía el dominio sobre la situación concreta y exacta de cada
momento histórico que vivía Europa.
Lenin se apropió del arma más poderosa que el pensamiento científico ha podido
descubrir, esa dialéctica que Hegel tenía patas arriba y que Marx colocó al derecho.
Después de estudiar las 1386 cartas de la correspondencia de Marx y Engels, Lenin se
expresó de la siguiente manera:
Si intentáramos definir en una sola palabra el foco, por así decirlo, de toda la
correspondencia, el punto central en que converge todo el cuerpo de ideas
expresadas y discutidas, esa palabra sería dialéctica. La aplicación de la dialéctica
materialista a la revisión de toda la economía política desde sus fundamentos, su
aplicación a la historia, a las ciencias naturales, filosofía y a la política y técnica de la
clase obrera: Eso era lo que interesaba más que nada a Marx y Engels, en eso
aportaron lo más esencial y nuevo, y eso constituyó el avance magistral que
produjeron en la historia del pensamiento revolucionario”. 6
¡Lenin supo militarizar la política y politizar la guerra!
En 1917, en Rusia, se llevaron a cabo dos revoluciones. La primera, en febrero, la
revolución burguesa que destronó al Zar, el cual era manejado por la emperatriz y ésta a
su vez por un monje fanático, reaccionario y psicológicamente perdido. Rasputín fue
asesinado por la propia aristocracia rusa, que sintió una gran satisfacción al enterarse. La
segunda, en octubre, programada, dirigida y realizada por los bolcheviques y estos
comandados por un Lenin audaz, vigoroso, riguroso y clarividente.
Su tesis de paz, pan y tierra era de una justeza y de una oportunidad única y feliz.
Rusia, que estaba inmersa desde 1914 en una espantosa guerra imperialista y venía de
derrota en derrota, un ejército desmoralizado, seis millones de muertos, escasez de
alimentos, desempleo, viudas, madres sin hijos, una situación desesperada en el campo
ruso y un asedio de las potencias imperialistas...
El asalto al Estado ruso emprendido por los bolcheviques es una de las historias
más hermosas y emocionantes de los últimos cien años. Lenin había llegado en el famoso
tren blindado a Petrogrado en abril de 1917 y desde el mismo día asumió el comando de
7
su partido y planteó las tesis de todo el poder para los soviets, los bolcheviques y un
gobierno de obreros y campesinos. “Dispuestos a tomar el cielo por asalto”.
John Reed, en su libro Los diez días que estremecieron el mundo, hace una
descripción precisa y emocionante sobre la actuación de Lenin, Trotsky y Stalin.
Con Lenin y los bolcheviques la cosa va en serio:
Primer decreto
El Congreso de toda Rusia de los soviets de diputados obreros, soldados y
campesinos resuelve: en este momento, el Consejo de Comisarios del pueblo está
constituido por las siguientes personas:
Presidente del Consejo: Vladímir Uliánov (Lenin); (47 años)
Comisario del Pueblo del Interior: A. I. Rykov;(36 años)
Agricultura: V. P. Miliutin; (33 años)
Trabajo: A. G. Shliápnikov; (32 años)
Guerra: Un comité compuesto por V.A. Ovséienko (Antónov) (34 años); N.V. Krilenko
(37 años) y P. E. Dibenko (28 años);
Comercio e Industria: V. P. Noguin;(39 años)
Instrucción Pública: A. V. Lunacharski; (42 años)
Finanzas: I. I. Skvortsov; (47 años)
Relaciones Exteriores: L. D. Bronstein (Trotski); (38 años)
Justicia: G. I. Oppokov (Lómov); (39 años)
Abastecimiento: I. A. Teodórovich;(42 años)
Correos y Telégrafos: N. P. Avílov (Glebov);(30 años)
Presidente para asunto de las nacionalidades: I. V. Dzhugashvili (Stalin). (38 años)
El cargo de Comisario del Pueblo de ferrocarriles queda momentáneamente
vacante.
El proletariado mundial debe conservar en su corazón un inmenso agradecimiento
a estos héroes. ¡Los quince ministros del primer gobierno de obreros y campesinos del
mundo!
Segundo decreto: Sobre la paz
El gobierno obrero y campesino, surgido de la revolución de 24 y 25 de octubre y que
se apoya en los soviets de diputados obreros, soldados y campesinos, llama a todos
los pueblos beligerantes y a sus gobiernos a iniciar negociaciones inmediatas para
una paz justa y democrática.
Por una paz justa y democrática, por la que suspiran la aplastante mayoría de la clase
obrera y los trabajadores de todos los países beligerantes, agotados, atormentados y
8
agobiados por la guerra, una paz que los obreros y campesinos rusos vienen
reclamando categórica e insistentemente desde el derrocamiento de la monarquía
zarista, por una tal paz, el gobierno entiende una paz inmediata, sin anexiones (es
decir, sin conquista de territorios ajenos, sin incorporación violenta de naciones
extranjeras) y sin indemnizaciones… El gobierno suprime la diplomacia secreta y
manifiesta su firme intención de llevar a cabo todas las negociaciones abiertamente,
a la vista de todo el pueblo… El movimiento obrero triunfará y prepara el terreno para
la paz y el socialismo
Tercer decreto: Sobre la tierra
1. Queda abolida en el acto, sin indemnización alguna la propiedad terrateniente
sobre la tierra.
2. Las propiedades así como las tierras de la corona, de los monasterios y de la
iglesia, con todo su ganado, aperos de labranza, construcciones y todas sus
pertenencias serán puestas a disposición de los comités agrarios comarcales y
de los soviets de diputados campesinos de distrito, hasta que se reúna la
Asamblea Constituyente…
3. Cualquier daño inferido a los bienes confiscados, que desde este momento
pertenecen a todo el pueblo, será considerado un grave delito, que será castigado
por los tribunales revolucionarios…
4. Las personas que resulten damnificadas por esta transformación del régimen de
propiedad, se les reconocerá el derecho al socorro público sólo durante el tiempo
necesario para la adaptación a las nuevas condiciones de vida…
5. Las tierras en las que se practica una agricultura de alto nivel técnico: Huertos,
plantaciones, semilleros, viveros, invernaderos, etc., no serán divididas si no
convertidas en haciendas modelo y entregadas, para su usufructo exclusivo, al Estado
o las comunidades rurales, según la extensión e importancia de dichas tierras… Los
terrenos que rodean las casas, en las ciudades y aldeas, con sus jardines y huertos
quedaran reservados al uso de sus actuales propietarios, debiendo establecerse por
la ley la extensión de los predios y el impuesto a pagar por el usufructo.
En el periodo comprendido de abril-octubre 1917, Lenin fue declarado, por el
gobierno de Kerensky como delincuente y traidor a la patria. Se les expidió orden de captura
y tuvo que ocultarse. El Comité Central del Partido Bolchevique designó para esta
importantísima tarea, en la cual estaba en juego toda la revolución, a Stalin, maestro del
disfraz y el trabajo clandestino. Aquí se inicia uno de los debates más importantes alrededor
9
de figura de José Stalin y que quedaron salpicados por unos conceptos que dio Lenin en
los últimos días de su vida.
¡Stalin es el heredero natural de Lenin y toda la política proletaria, por las siguientes
razones!
Con él se encerró Lenin el día que tomaron el poder en Petrogrado y al único
bolchevique que entregó todas las órdenes para ocupar los puentes, estaciones de
ferrocarril, centrales telefónicas, las estaciones de policía y ejército… fue a Stalin y no a
Trotsky.
Lo mismo sucedió con la paz de Brest-Litovsk (03/03/1918). Lenin expuso escueta
y duramente que estaba en juego el poder bolchevique y que lo importante y definitivo era
salvar la revolución. El imperialismo alemán tenía al débil poder de los Soviets de rodillas y
con una pistola en la sien: “La bolsa o la vida”. Este debate amenazó con destruir el Partido
Bolchevique, pues por dentro afloraron los sentimientos más contradictorios y profundos.
La propuesta alemana consternó a todo el país y superaba cualquier previsión. Los
alemanes querían quedarse con toda la Rusia blanca, Lituania, Estonia y Polonia; lo mismo
Finlandia y los países bálticos; las ciudades de Kars y Batum pasarían a manos de Turquía;
el gobierno de los Soviets debería cesar toda propaganda revolucionaria en Alemania y
debería pagar una contribución de guerra estimada en 6.000 millones de marcos oro.
En palabras de Lenin,
Se nos invita a adoptar poses efectistas, a ejecutar bonitos gestos. Más vale que
veamos lo que somos y el estado en que nos encontramos. Sí, es una paz asquerosa,
una paz infame, pero debéis firmarla en nombre de la salvación de la revolución. ¡Ah¡
¿Creéis que el camino de la revolución está sembrado de rosas? ¿Que no hay más
que marchar de victoria en victoria, al son de la internacional, y con las banderas al
viento? Así sería fácil ser revolucionario, la revolución no es una partida de placer.
No, el camino de la revolución está cubierto de zarzas y espinas... derrocar un idiota
como el zar o un engreído como Kerensky es cosa fácil, pero enfrentar al imperialismo
alemán es muy distinto.
Lenin compara la situación a la que impuso Napoleón a los alemanes en Tilsit (1808). 7
Bujarin argumentó, de una manera caballeresca e ingenua, “que era mejor morir en
desigual batalla y que la derrota y la destrucción del poder del soviet de obreros y
campesinos era preferible a una existencia en el deshonor y la traición”. Fue ferviente
partidario de la “guerra revolucionaria” oponiéndose de manera implacable a la rendición a
los alemanes que predicaba Lenin y a la buena disposición de éste a aceptar ayuda de las
potencias capitalistas de occidente. En su testamento, Lenin pintaba a Bujarin como “el
mejor y más valioso teórico del partido”, pero con las reservas que “solo con mucha
10
generosidad se pueden considerar sus opiniones teóricas como plenamente marxistas (…)
hay en él algo escolástico (…) nunca ha aprendido la dialéctica y creo que nunca la ha
comprendido del todo” . 8
Trotsky propuso una fórmula que implicaba desarmar el ejército y lanzó la consigna
de “ni paz, ni guerra”. ¡La propuesta de Trotsky tenía mucho de prestidigitador y periodista,
pero nada de estadista! Stalin apoyó decididamente a Lenin.
Algo similar pasó cuando Lenin propuso la NEP y necesitaba el apoyo de los
campesinos, manejados por los socialistas revolucionarios. Trotsky enredó el partido en
una discusión eterna sobre la importancia de los sindicatos y que el Estado de los soviets
ya era un Estado proletario y no necesitaba de los campesinos. Lenin en un discurso ante
los sindicatos el 14 de marzo de 1921, le contesta así: “Camaradas, el camarada Trotsky
fue particularmente amable en su polémica de hoy conmigo y me reprochó por ser, o dijo
que yo era extremadamente prudente. Le agradezco el cumplido, pero lamento no poder
devolvérselo. Debo hablar de mi imprudente amigo, para exponer mi actitud hacia el error
que me ha ocasionado tanta pérdida de tiempo y que nos obliga ahora a continuar el debate
sobre el problema de los sindicatos”. 9
El nuevo Estado bolchevique entró en un gran desorden y un aumento desmedido
de la burocracia, El Consejo de Comisarios del Pueblo determinó crear una nueva
comisaría: Comisario de la Inspección de Obreros y Campesinos, de la cual fue encargado
José Stalin. Muchos miembros del partido, en especial Trotsky, criticaron la acumulación
de tantos cargos importantes en la persona de Stalin. Lenin respondió: “Debemos tener a
alguien a quien cualquier representante nacional pueda recurrir (…) ¿Dónde encontrar un
hombre así? (...) No creo que puedan indicar otro que no sea Stalin (…) En la nueva
Inspección el trabajo es enorme. Para realizarlo hace falta que lo dirija un hombre con
autoridad”. 10
Stalin fue a la Revolución Rusa lo que Napoleón a la Revolución Francesa:
Disciplina, orden, gobierno, producción, política marxista y vencedor de la Segunda Guerra
Mundial.
11
LA RESTAURACIÓN
Desde el mismo día que los bolcheviques “se tomaron el cielo por asalto”, la reacción
nacional e internacional enfiló baterías contra el primer gobierno de obreros y campesinos.
Los bolcheviques comandados por Lenin tuvieron que enfrentar la capitulación con el
imperialismo alemán, la guerra civil impulsada por la aristocracia y la burguesía rusa y por
el colonialismo inglés, un país devastado por la guerra y sacudido por el hambre y la miseria.
Después de la muerte de Lenin, Stalin se enfrentó a toda la reacción mundial, pero
su disciplina, esfuerzo y visión marxista-leninista le permitieron reconstruir el país. Para
1939 tenía una Rusia a las puertas del gran desarrollo de occidente: La electricidad
aumentó de 6 a 40 billones de kwh; carbón de 30 a 133 millones de ton; petróleo de 11 a
32 millones de ton; acero de 4 a 18 millones de ton; y vehículos de motor de 1.400 a
211.000. Entre 1928 y 1937 el número de obreros y empleados pasó de 11.5 millones a 27
millones; el número de médicos pasó de 20.000 a 105.000; el número de camas de hospital
se elevó de 175.000 a 618.000. En 1914, ocho millones de personas asisten a las escuelas
de todos los niveles; en 1928, los alumnos sumaban doce millones y en 1938, 31.5
millones. En 1913, 112.000 personas estudiaban en las universidades; en 1939 los
universitarios eran 620.000. En 1941 la producción total de la industria soviética de
construcción de máquinas fue 50 veces superior a la de 1913. 11
En 1956, después de la muerte de Stalin, se inicia toda una política reaccionaria de
regresión al capitalismo y revisionista en lo ideológico, que desemboca en la desintegración
de la Unión Soviética en 1989.
Los grandes artífices del derrumbe de la URSS, además de la camarilla orientada
por Gorbachov, fueron los mandatarios de EU, Ronald Reagan, Margaret Thatcher, primera
ministra del Reino Unido, y el papa Juan Pablo II.
La religión es el arma más certera y mortal que las clases dominantes disparan
contra las mentes y cerebros de las clases populares. La restauración de la Revolución
Francesa fue orquestada, en parte, desde Roma. Lo mismo sucedió con la desintegración
de la URSS. La Santa Alianza (EU, el Reino Unido y el Vaticano) desarrolló una intensa y
generosa política contra la URSS, iniciando desde Polonia y moviendo todos los hilos de la
política internacional, económica y militar. Internamente, Gorbachov cocinó las teorías del
glásnost y perestroika y dio todo el espacio para que las potencias occidentales penetraran
a Rusia y desmantelaran todo el trabajo y construcción de los bolcheviques. ¡Lo que no
pudieron las hienas hitlerianas lo logró el trío de la Santa Alianza!
El poder espiritual y mental de la religión llega a tales extremos que hoy vemos, con
asombro y un poco de risa, que la Iglesia Ortodoxa Rusa canonizó al zar Nicolás II, el último
representante de la dinastía de los Romanov, que durante 350 años humilló, esclavizó,
ofendió y mantuvo en el atraso económico y cultural a más de 160 millones de personas.
12
CAPÍTULO 3
LA OBLIGACIÓN DE LOS INTELECTUALES DE IZQUIERDA
La avalancha permanente e inmisericorde desarrollada por los medios de comunicación y
publicitarios del Imperialismo en todo el mundo occidental tiene a los intelectuales de
izquierda asustados y postrados. Muy pocos hablan hoy de la lucha de clases, la
explotación imperialista, el saqueo desmedido de los recursos naturales, la concentración
de la tierra y el hiriente monopolio de la riqueza en 300 ó 400 familias a nivel mundial.
Los intelectuales de izquierda tenemos la obligación moral y política de denunciar,
escribir, promover círculos de estudio, participar en las grandes reuniones internacionales
para denunciar el estruendoso fracaso de la política imperialista y especialmente la política
neoliberal de los últimos 30 años. La miseria, el hambre, el desempleo, la violencia y el
malestar y la baja calidad de vida de miles de millones de seres humanos constituyen la
prueba indiscutible del fracaso del sistema capitalista mundial.
Los representantes del Estado del Vaticano se mueven por el mundo entero sin
ninguna oposición, llevando a los países más atrasados e ignorantes una nube gris que
llueve esoterismo, superstición y atraso y bendiciendo y santificando el sistema de
producción más inhumano y violento que el mundo ha conocido.
Los intelectuales de izquierda debemos alabar, exaltar y anunciar a “campana
herida” todos los aciertos y triunfos de los gobiernos socialistas del mundo, con todos los
problemas y variantes que cada país exige: La China de Mao ha sacado de la miseria a
más de mil millones de personas. La Cuba de Fidel tiene los estándares más altos en
educación, salud y deporte del mundo. La Corea de Kim Il Sung tiene el nivel de desempleo
de Suecia, El Vietnam de Ho Chi Minh construye pacíficamente bienestar y felicidad.
Los intelectuales de izquierda debemos estudiar a Lenin como Lenin estudió a Marx:
con rigor, seriedad, profundidad y un compromiso de servicio a las clases más desposeídas.
La humanidad entera, en especial los intelectuales, no hemos sabido recoger las grandes
enseñanzas y sabidurías de estos dos grandes humanistas. Lenin era un pacifista. La firma
de la asquerosa paz de Brest-Litovsk salvó de perecer, al continuar la guerra, a más de dos
millones de jóvenes europeos. **
Su consigna de paz, pan y tierra sigue tan vigente como hace cien años. En América
Latina estos principios, absolutamente democráticos, están a la orden del día.
Los intelectuales de izquierda debemos contribuir al nacimiento de una sociedad en
la cual la cultura -la dialéctica materialista*** - liquide la barbarie, en la que el desarrollo
suplante al estancamiento y en la cual el crecimiento desaloje la pobreza.
Marx, Engels y Lenin son los Prometeos modernos. Ellos trajeron al mundo actual
el fuego y la luz de una nueva visión del desarrollo de la humanidad. Su fuego iluminó las
mentes de miles de luchadores por la paz y el bienestar social y económico en todos los
continentes y estos a su vez llevaron el fuego que calienta la comida en los hogares de
miles de millones de pobres y marginados del mundo.
13
NOTAS:
1. Cap. IX. Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha 2. Lenin – Obra completa Tomo 3. Emil Ludwig – Fouché Edición 4. C. Marx – Obras escogidas – El 18 brumario de Luis Bonaparte 5. Congreso de Viena – 1815 6. Lenin – Obras completas – Tomo 7. Walter – Lenin – Edición 8. Lenin – Obras completas – Tomo 9. Lenin – Obras completas – Tomo 10. Lenin – Obras completas – Tomo 11. Isaac Deutscher – Stalin – Biografía
* C. Marx - Dante. Contribución a la Crítica de la Economía Política, Obras escogidas.
** Lenin – Obras completas – Tomo – Discurso Cuarto Aniversario de la Revolución
Bolchevique : “El problema de las guerras imperialistas, de la política internacional del
capital financiero - dominante hoy en todo el mundo -, política que engendra
inevitablemente nuevas guerras imperialistas, que provoca inevitablemente un
recrudecimiento, inaudito de la opresión nacional, del pillaje, de la expoliación del
estrangulamiento de nacionalidades débiles, atrasadas y pequeñas por un puñado de
potencias “avanzadas”; este problema se ha convertido desde 1914 en la piedra
angular de la política de todos los países del globo. Es un problema de vida o muerte
para millones y millones de hombres. Es el problema de saber si en la próxima guerra
imperialista, que la burguesía está preparando y que surge del capitalismo ante
nuestros ojos, morirán veinte millones de hombres (en vez de los diez millones que
murieron en la guerra de 1914 – 1918 y en las “pequeñas” guerras que vinieron a
completarla y que aún no han terminado); es el problema de si en esa futura guerra,
inevitable, (si se mantiene el capitalismo), quedarán mutilados 60 millones (en vez de
los 30 millones de 1914 – 1918). También en este problema nuestra Revolución de
Octubre ha inaugurado una nueva época en la historia mundial. Los lacayos de la
burguesía y su coro de eseristas y mencheviques, los demócratas pequeño burgueses
que pretenden pasar por “socialistas” en todo el mundo, se burlaban de nuestra
consigna “transformar la guerra imperialista en guerra civil”. Pero esta consigna ha
resultado ser verdad; la única verdad, desagradable, brutal, desnuda y cruel, desde
luego, pero verdad en contraste con una cantidad de las más sutiles mientras
chovinistas y pacifistas, que están siendo destruidas.”
***Con el extraordinario y no superado artículo de Engels denominado Introducción a la
Dialéctica de la Naturaleza.
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“De la política y de los partidos se puede decir -- con las variantes correspondientes -- lo
mismo que de los individuos. No es inteligente quien no comete errores. Hombres que no
cometan errores, no los hay ni puede haberlos. Inteligente es quien comete errores que no
son muy graves y sabe corregirlos bien y pronto. (Lenin)
“Probablemente tendremos que seguir en consejo que Engels dio alguna vez a los
socialistas alemanes: Traducir y difundir sobre las masas las obras de la ilustración y el
materialismo”
Y a la puerta de la ciencia, como a la puerta del infierno, debiera estamparse esta consigna:
“Déjese aquí cuanto sea recelo,
Mátese aquí cuanto sea vileza”.
“Qui si convien lasciere ogni sospetto;
ogni vilta convien che qui sia morta”.
(Dante la divina comedia)
“Y solo cuando una gran revolución social se apropie las conquistas de la época burguesa,
el mercado mundial y las modernas fuerzas productivas, sometiéndolas al control común
de los pueblos más avanzados, solo entonces el progreso humano habrá dejado de
parecerse a ese horrible ídolo pagano que solo quería beber el néctar en el cráneo del
sacrificado”. (Carlos Marx)
Republique Francaise ¡Liberte! Egalité, fraternite.
“Las matemáticas eliminan lo accesorio, cuantifican las tendencias y cualifican las
opiniones. Los datos no hablan si no se les interrogan…. las matemáticas afinan las
preguntas, calibran las respuestas y abren nuevas rutas para explorar”.
“Educar es enseñar a pensar, todo lo demás está en Google”
“La hermenéutica inventada por el pastor protestante Friedrich Scheleirmacher”
Oh Satán ten piedad de mi larga miseria.