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1 A L G D G A D U BREVE INTRODUCCION A LA FRANCMASONERIA Información Básica para los que Aspiran Entrar a la Francmasonería Universal Federico Landaeta, PM, PGCSG, 33 0 CARACAS, 1998

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A L G D G A D U

BREVE INTRODUCCION A LA FRANCMASONERIA

Información Básica para los que Aspiran Entrar a la

Francmasonería Universal

Federico Landaeta, PM, PGCSG, 330

CARACAS, 1998

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“Breve Introducción a la Francmasonería”

Derechos reservados

Federico A. Landaeta M.

E-Mail: [email protected]

ISBN 980-07-3198-9

Primera Edición:

Breve Introducción a la Masonería, 1994

Segunda Edición:

Breve Introducción a la Francmasonería, 1998

Tercera Edición:

Como parte de "Masonería Dinámica", 2001

Queda hecho el Depósito de Ley

Impreso en Venezuela por

Caracas - Venezuela

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DEDICATORIA

A todos los que buscan,

porque ellos encontrarán...

A todos los que piden,

porque ellos recibirán...

A todos los que tocan a las puertas del Templo,

porque a ellos se les abrirá...

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A MODO DE INTRODUCCION

Hoy en día puede conseguirse muchísima literatura masónica en las librerías que se ocupan

de las cosas esotéricas... y aún en aquellas que venden todo tipo de libros.

Sin embargo, muy poco o nada ha sido escrito para aquellos que andan en busca de la Luz

Masónica, para esos que, huyendo del mundanal ruido, sienten la necesidad de encontrar cobijo

en una Organización Fraternal que llene sus expectativas de Comprensión, de Tolerancia, de

Sabiduría y de Amor.

Para ellos hemos escrito estas páginas, porque estamos convencidos de que el que busca

habrá de encontrar... de que al que toca, hay que abrirle... y de que al que pide hay que darle...

Federico Landaeta, P M 33º

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¿QUE ES LA FRANCMASONERIA?

La Francmasonería es una Fraternidad Universal que persigue el mejoramiento integral del

hombre... una Escuela Iniciática que busca el perfeccionamiento de todos y cada uno de sus

miembros... y que espera que ese mejoramiento, o el grado de perfeccionamiento alcanzado por

los masones, vaya en beneficio no sólo de la Orden, del Hermano y de su núcleo familiar, sino

también de toda la humanidad.

Esto la ha hecho conocida por las características de altruismo, de filantropía y de servicio

desinteresado que han sido su norte a través de la historia.

Muchas son las elucubraciones de aquellos que desconocen lo que esta Augusta Institución

encierra.

Durante siglos y milenios la Masonería ha sido calumniada y sus miembros han llegado

inclusive a sufrir persecuciones y hasta condenas que les han arrebatado la vida física a

muchísimos ilustres ciudadanos por el solo hecho de negarse a revelar los secretos masónicos o

a renunciar a ella.

La ignorancia ha sido causa de muchos sufrimientos para nuestra humanidad, y la

Masonería Universal la ha combatido desde sus propios comienzos.

El fanatismo, hijo de la ignorancia, es responsable directo de torturas, de crímenes y de

llantos... pero cuando el fanatismo es religioso, toma características terribles que han llevado a

guerras religiosas que a su vez han producido absurdas masacres “en el nombre de Dios...”

La Iglesia de Roma, olvidándose de sus principios de universalidad, llegó al extremo de

excomulgar a todo aquel que perteneciese a esta organización, debido a que, en su ignorancia de

los elevados Principios de los masones, llegaron a afirmar que sus miembros hacen pacto con el

diablo, lo cual no es otra cosa que una gran calumnia, ya que es requisito indispensable que el

aspirante a ingresar en la masonería, crea en un Ser Supremo.

La Francmasonería Universal es una organización de Libre-pensadores que se reúnen para

elevar Templos a las Virtudes y cavar calabozos para los vicios... por tanto, son constructores,

pero sus obras no son tanto externas como internas. Levantar un edificio no requiere valores

morales, principios elevados ni sabiduría, pero cuando ese Templo a La Gloria del Gran

Arquitecto del Universo se construye internamente, la cosa cambia, porque allí si es necesario

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que las bases estén firme y profundamente enraizadas en la más pura moral y en los más altos

Principios.

El ideal de Libertad, Igualdad y Fraternidad es tomado muy en serio. El Masón es un

hombre Libre, no sólo porque no está encerrado en una cárcel, sino porque es Libre de las

pasiones y de los vicios que esclavizan al hombre a una vida miserable. El Masón se siente Igual

a todos, no en el aspecto exterior, donde no existen dos huellas digitales iguales, sino en la

esencia que le anima, en ese Principio que es el factor común de la Creación... en el hecho

indiscutible de que somos Chispas Divinas. El Masón es Fraternal porque sabe que al haber sido

hecho a Imagen y Semejanza del Creador, somos todos hermanos, hijos del mismo Padre

común.

La universalidad de la Masonería permite el ingreso a ella a todos los hombres libres y de

buenas costumbres... luego va enseñándoles Principios elevados que le harán ver, respetando sus

propios conceptos sobre el Gran Arquitecto del Universo, que Él, en su Omnipresencia Divina,

está presente en todas y cada una de las ideas que el hombre pueda concebir sobre Él. Por eso es

respetuoso de todas las religiones, de todas las escuelas Iniciáticas y de todas las organizaciones

que tiendan a llevar al hombre hacia el perfeccionamiento que a su debido tiempo le hará a ser

consciente de que Dios, estando en todas partes, se encuentra también en ellas... aún en las que

pudiésemos definir como primitivas...

Es necesario que la gente vaya dándose cuenta de que la Masonería es una organización de

elevados Principios, que lucha por el mejoramiento del hombre en todos los sentidos

imaginables, y que por ese motivo lleva a cabo labores de proyección social; el masón se

preocupa por mejorar las condiciones de vida de la humanidad en los aspectos físico, mental y

espiritual.

Debido a eso los masones tomaron parte activa en la Revolución Francesa, en la formación

de los Estados Unidos de América, en la gesta emancipadora a través de la cual nuestros

Próceres nos legaron la Libertad.

La Francmasonería Universal sigue viva y seguirá existiendo mientras el hombre pise este

planeta que el Gran Arquitecto nos dio para que lleguemos a la consciencia de que somos

Existencia, Consciencia y Bienaventuranza Infinita.

Mientras haya vida humana existirá la masonería, porque el hombre seguirá buscando la

perfección que ella le ofrece si sigue los elevados Principios que ella enseña.

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Cuando el hombre comienza a despertar a la Divinidad Omnipresente y Omnipotente, busca

un Maestro que pueda mostrarle La Luz; al encontrar la masonería, toca a las puertas del templo,

y cuando éstas le son abiertas, la encuentra allí, radiante y limpia... plena de Amor Fraternal, de

tolerancia y de sabiduría. El hombre va cambiando hasta convertirse en virtuoso y pleno de una

felicidad que llena el resto de sus días.

Así es como se reconoce al masón, porque su vida virtuosa y diferente le hace destacar entre

el montón... porque su gran corazón está abierto a todo aquel que llega a él buscando consuelo...

porque su mano está siempre dispuesta en actitud de dar...

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¿QUE CONDICIONES EXIGE LA MASONERÍA?

PARA PODER INGRESAR A ELLA?

Hay una condición principal e imprescindible para ser admitido en esta Augusta y milenaria

Institución... el candidato tiene que creer en un Ser Superior o Gran Arquitecto del Universo... o

en su defecto, tendrá que conocerlo. Pero como son extremadamente pocos los que lo conocen, el

requisito vendrá siendo la creencia en ese Ser que unos llaman Dios, otros le dicen Cósmico o

Energía Inteligente, y que nosotros, los masones, llamamos Gran Arquitecto del Universo... pero,

llámesele como quiera llamársele, este es el principal requisito que se le exige al aspirante, y sin

el cual no se podrá iniciar a ningún profano.

Sabiendo que el hombre no es un cuerpo finito y limitado, sino Espíritu Infinito y Puro, las

metas que se trazan los masones no son ni finitas ni limitadas, sino exactamente todo lo

contrario, infinitas e ilimitadas, pues esas son precisamente las características principales del Ser

que anima este caparazón de carne y hueso. O sea, que si bien es cierto que el hombre es un ser

integral que incluye cuerpo, mente, alma y espíritu, también es innegable que lo que llamamos

materia, no pasa de ser espíritu condensado... energía consciente y bienaventurada que no tiene

fin, que se ha solidificado para poder tener un vehículo que le permita vivir ciertas experiencias

que le son indispensables para poder regresar a la Conciencia de ser Chispas Divinas que en un

momento se desprendieron del Fuego Infinito del Creador y que a su debido tiempo tendrán que

regresar a su origen.

La palabra Iniciación viene de inicio, comienzo... o sea, que aquel que se inicia en la

Masonería, lo que está haciendo es comen-zar un nuevo estilo de vida, es iniciar el sendero que

lleva de regreso a la Conciencia de Existir, es comenzar el arduo camino que le devuelve al

hombre el conocimiento de Sí mismo, y por tanto, le devuelve la Libertad.

Otro de los requisitos para ser admitido en esta Orden Iniciática es ser Libre y de Buenas

Costumbres, término que a pesar de su aparente simplicidad, encierra una profundidad filosófica

que pocos llegan a descubrir en toda su extensión y en todo su sentido... todo el que no se

encuentra encerrado en una prisión cree ser Libre, pero de creerse Libre a serlo realmente, hay

una diferencia como de La Tierra a La Luna. La inmensa mayoría de la humanidad es esclava de

sus pasiones, de sus vicios, de sus deseos y de sus caprichos... muy pocos son los que en realidad

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se encuentran libres de esos flagelos que esclavizan al hombre a una vida de miserias mentales y

espirituales. ¿Cuántas personas son capaces de afirmar, sin mentir, que no actúan siguiendo los

impulsos de los sentidos y de las degradantes pasiones?

Ahora bien, ¿Qué entendemos por ser “hombres de Buenas Costumbres? ¿Acaso piensa el

fumador que él no es un hombre de Buenas Costumbres? ¿Y el que se echa los palos

consuetudinaria-mente, el que enamora a la esposa del vecino, el que busca ganancias

exorbitantes en el comercio, el que paga comisiones a los empleados públicos para que lo

beneficien con un contrato, el que miente descaradamente en un Tribunal para no pagar su culpa

o para dejar en la calle a una viuda, el que levanta falso testimonio... pueden ser considerados de

Buenas Costumbres...?

Solemos ser muy condescendientes con nosotros mismos... pero el masón tiene que

aprender a quitarse la careta y verse limpiamente en el espejo del alma. Podemos llegar a

condescender con las faltas de los demás, pero nunca con las nuestras... tenemos que

convertirnos en críticos acérrimos, pero de nosotros mismos, no del prójimo... son nuestros

propios actos los que debemos juzgar y no los de aquellos que nos rodean... tenemos que

dedicarnos a sacar la inmensa viga que tenemos en el ojo y no estar pendientes de la pajita que

tiene nuestro vecino en el suyo...

Hay otra definición para la Masonería: “El Estudio de la Ciencia y la Práctica de Las

Virtudes” y si detallamos cuidadosa-mente, nos vamos a conseguir con el hecho de que estas dos

disciplinas van en relación directa con la verdadera Libertad del hombre, ya que el estudio de La

Ciencia -de las cosas del espíritu- le va a proporcionar al masón el conocimiento de la Verdad...

y como ese conocimiento es lo que hace al hombre Libre de pasiones y de vicios, nos

encontraremos con que esa práctica de las virtudes a que hace referencia la definición antes

mencionada, se hará presente sin esfuerzo alguno cuando cese la ignorancia.

Claro está que mientras no hayamos alcanzado el conocimiento de nosotros mismos,

tendremos por delante una lucha sin cuartel contra las pasiones, contra los instintos y contra los

vicios que, confabulados, tratan de impedir, por todos los medios a su alcance, que salgamos de

la ignorancia de creernos un cuerpo limitado e incapaz de percibir la Omnipresencia Divina que

mora en lo más profundo de nuestro Ser... y no es fácil porque le hemos permitido a la mente,

nuestro más útil instrumento o nuestro peor opresor, tomar las riendas de nuestro destino.

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¿Por qué decimos que la mente puede ser nuestro más útil instrumento? Por la simple razón

de que es a través de ella, bajo nuestro control, que lograremos trascenderla e ir más allá... al otro

lado de la mente... donde ella no puede llegar por ser finita y limitada... sin embargo, he allí el

misterio de los misterios: debido a nuestra capacidad de calmar la mente, tenemos la posibilidad

de trascenderla e ir un poco más allá, al mundo ilimitado... al mundo donde sólo puede percibirse

la Existencia, la Consciencia y la Bienaventuranza Infinitas.

¿Y por qué afirmamos que puede llegar a ser nuestro peor opresor? Pues muy sencillo,

porque esa misma mente capaz de ayudarnos a trascender el plano de dualidad, puede también

hacer-nos creer que sólo lo finito existe; a ella no le conviene que seamos nosotros quienes

llevemos las riendas, porque entonces perderá todo su poder y el dominio que tiene sobre

nosotros. Por ese motivo es que la masonería va llevando al masón, paulatinamente, a retomar

las riendas de su vida y a ser el dueño de sus actos.

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¿QUE EMPUJA AL HOMBRE A TOCAR LAS PUERTAS DEL TEMPLO?

He aquí la gran pregunta, porque sin duda alguna que hay una fuerza oculta y misteriosa

que impulsa nuestra mano a golpear a las puertas de la Masonería Universal.

Muchos llegan por simple curiosidad, pero no se piense que ese deseo de averiguar que

llamamos con ese nombre, se limita a lo que la gente normalmente piensa: que no hay una

búsqueda sincera detrás del curioso... porque es precisamente gracias a esa capacidad que tiene el

hombre de tratar de encontrar algo, de tratar de averiguar lo que desconoce, que muchos grandes

descubrimientos han podido lograrse para bien de la humanidad. La curiosidad es un buen

síntoma en el hombre, ya que sin ella jamás buscará conocer lo que ignora... sería deseable que

ese sentimiento despertara en toda la gente para que un día todos los habitantes de este planeta

sean sabios que se conocen a Sí mismos, a su prójimo y al Gran Arquitecto del Universo... ese

tipo de persona suele hacer grandes progresos dentro de la Masonería, ya que su sed continua de

cono-cimiento le va haciendo adelantar a paso seguro dentro de la Orden, tanto en su parte

exotérica como en la esotérica.

También tocan a las puertas del Templo algunos que, sabiendo que los masones son gente

unida y fraternal, piensan que pueden sacar algún provecho material, alguna influencia o incluso

varios contratos buenos vendiéndole a los hermanos los productos que fabrican o que

distribuyen. Esos suelen apartarse más rápidamente que los demás cuando se dan cuenta de que

este no es precisamente el mejor lugar para hacer negocios ni para engañar a nadie.

Luego tenemos a aquellos que sienten un ardiente deseo por develar los secretos que están

ocultos a la gente superficial que vive la vida con el único fin de satisfacer sus sentidos físicos y

sus pasiones animales; estos son los verdaderos ocultistas, los místicos que cruzan el Umbral del

Santuario, los que no se quedan en la Iniciación Simbólica, sino que siguen adelante,

incansablemente, hasta lograr la Iniciación Real que les pone en contacto directo e inequívoco

con la Luz Verdadera que brilla incontenible en lo más profundo de cada Ser. Estos son los que

no escatiman ningún esfuerzo con tal de vencer sus pasiones, someter su voluntad y hacer nuevos

progresos en la Masonería, estos son los que realmente llegan a vivenciar lo que significa ser

virtuoso, los que llevan dignamente el nombre de Masón.

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Pero sea cual fuese la razón que impulsa al hombre a tocar las puertas del templo externo, si

una vez que le son abiertas y se convierte en Hermano, busca con sinceridad en las

profundidades de su propio Ser, no solamente la razón de la existencia, sino el por qué de la

necesidad de llevar una vida adornada con las más dulces Virtudes y signada por el estudio de La

Ciencia que le revela al hombre su origen Divino, con toda seguridad que las puertas del Templo

Interno le serán abiertas de par en par para que penetre en el verdadero Santuario...

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¿POR QUÉ INGRESAR A LA MASONERÍA?

¿QUE OFRECE ESTA INSTITUCION A QUIENES SE INICIAN EN SUS

AUGUSTOS MISTERIOS?

“La masonería no ofrece nada a quienes osan tocar a sus Puertas... pero si lo exige

todo de ellos...”

Y aún cuando nada ofrece a los que buscan, una vez cruzado el umbral, los masones

encuentran mucho más de lo que pudieron haber pensado que conseguirían antes de franquear

sus Puertas y encontrarse dentro del Templo...

Realmente, lo que el Neófito consigue es una vida diferente, ya que después de haber

pasado por la Iniciación Masónica, el Hermano se ve obligado a cambiar totalmente... pero por

conciencia, no por imposición externa... sí, porque siendo que el Masón es un hombre Libre y de

Buenas Costumbres, y que la Masonería es el Estudio de La Ciencia y la Práctica de las Virtudes,

y habiéndose comprometido a cumplir fielmente los Principios Masónicos, el nuevo Hermano

tiene que cumplir con los requisitos que harán de él un verdadero Masón. Tiene que estudiarse a

Sí mismo y ha de practicar las Virtudes, porque solamente esa combinación le hará Libre de las

cadenas que le imponen los vicios y las pasiones al resto de la humanidad... solamente así podrá

ser reconocido como un hombre de Buenas Costumbres...

La Masonería, como medio de perfeccionamiento, no ofrece nada, pero aquel que llegue a

poner en práctica sus nobles Principios, verá, repentinamente, que se encuentra en un oasis

ubicado en el centro de este desierto arenoso del desamor, de las ambiciones personales, del

egoísmo, de la violencia, de los vicios y de las pasiones desenfrenadas, porque eso es lo que le

ofrece la Masonería a todo aquel que llegue a ella con un corazón abierto y en actitud

receptiva... una grata y refrescante sombra en medio de los ardiente rayos del sol abrasador de

los continuos deseos materiales que a la larga fulminan toda noble aspiración humana. ¿Por qué

motivo la Masonería exige todo de sus miembros? Pues porque para poder alcanzar la meta más

elevada es imprescindible darlo todo... es inevitable que exista una entrega total. El precio que

hemos de pagar por cualquier cosa que deseemos adquirir, tiene que ir de acuerdo al bien que

estamos adquiriendo, y como éste que nos ofrece la Masonería es el Bien Máximo, el pago

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tendrá que ser, necesariamente, el pago máximo. Hemos de entregarlo todo, hemos de

entregarnos sin restricciones y sin esperar nada a cambio, pues solamente así estará a nuestro

alcance la tan anhelada meta... sólo así lograremos regresar definitivamente al Eterno Hogar que

nos está esperando.

Hay que hacer el esfuerzo... y cuanto mayor sea éste, mayores han de ser los frutos que

hemos de cosechar. Es nuestra acción la que determina la cuantía y el valor de lo que hemos de

recibir... aunque no estemos esperando nada...

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¿QUÉ HACEN LOS MASONES?

Esta es una pregunta obligada de todo el que busca ingresar a esta milenaria Institución.

Todos quieren rasgar el tenue velo de misterio que envuelve sutilmente tanto a los masones

como a la masonería, ese velo que ejerce una poderosa y absorbente atracción. Si... todos quieren

saber qué es lo que hacen los masones dentro de las altas paredes del Templo y detrás de sus

cerradas Puertas.

Los Masones son constructores... albañiles que se encuentran empeñados en la construcción

de un maravilloso Templo dedicado A La Gloria del Gran Arquitecto del Universo. Pero ni el

trabajo de construcción, ni el Templo en sí, pertenecen al mundo exterior, sino a aquel que está

ubicado en lo más profundo del ser humano, en el corazón mismo del microcosmos simbolizado

por el hombre que llega a serlo en todo el sentido y la extensión de la palabra.

La Masonería no es ni un club social ni una iglesia, ni una religión que impone dogmas y

creencias irracionales. Ella no exige de sus miembros nada que éstos no puedan dar, ni enseña

nada que no sea comprensible por la razón humana. Ella sólo reúne en su seno a todos aquellos

Librepensadores que buscan un mejoramiento integral, y les brinda la oportunidad de que,

siguiendo sus simples y sencillas normas morales, éticas y filosóficas, puedan alcanzar la más

alta meta que el hombre pueda llegar a soñar.

Así pues, lo que los masones hacen detrás de sus cerradas puertas, no es otra cosa que

buscar el perfeccionamiento interior que les lleve a servir más y mejor a toda la humanidad. Los

Masones buscan el conocimiento de Sí mismos, de lo que les rodea, y de lo que hace que toda

esta vasta Creación siga su ritmo en forma cronológica y perfecta.

A los Masones no les importan las elucubraciones mentales de aquellos que, sin tener el

menor conocimiento de qué es lo que ellos hacen, salen hablando y diciendo barbaridades sin

sentido con el único fin de desprestigiar para poder reinar... los Masones hacen su trabajo interno

como debe hacerse, callada y silenciosamente... el Masón deja que el perro ladre...

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LA ESPERANZA

Conversando en días pasados con el Soberano Gran Comendador, éste nos decía, con un

tono de indudable convicción, que de las tres Virtudes Teologales, Fe, Esperanza y Caridad, la

que realmente mueve al mundo es la Esperanza, pues aún cuando se habla muchísimo más, tanto

de la Fe como de la Caridad, si nos paramos a analizar con detenimiento, es realmente la

Esperanza la que empuja al hombre a la acción.

Este mundo en que nos desenvolvemos está signado por la acción... nada puede estar

estático. La Paz, como quietud absoluta, es algo que definitivamente no pertenece a este plano de

manifestaciones, pues aún la dura roca, que aparenta estar perfectamente inactiva, bulle en su

interior con la incesante actividad de miles de millones de átomos... con trillones de electrones,

protones y neutrones en frenético e indetenible girar... todo se mueve, nada está quieto, nada está

en Paz... lo que si hay es armonía subatómica, atómica y molecular... pero no quietud.

Y la Esperanza, ese sentimiento interno que lleva al hombre a esperar que llegue aquello

que anhela, es la Virtud motora que estimula al hombre a realizar las acciones necesarias para

alcanzar el fin deseado.

Cada persona, al alcanzar el uso de razón, comienza a trazarse metas en la vida. Al principio

pueden ser muy insustanciales y a muy corto plazo, pero un poco más tarde, cuando las

necesidades de la vida van apretando el cerco, esas metas van haciéndose más complicadas, y

por lo tanto su realización será a un plazo mucho mayor.

Como en el plano del espíritu las cosas están marcadas con el sello de la eternidad, nos

vamos a conseguir con el hecho de que cuando el hombre comienza a despertar espiritualmente,

las metas se van haciendo cada vez más distantes, como más inalcanzables... pero no por ello

realmente fuera del alcance humano. Y es precisamente allí donde entra en juego la parte más

importante de esa Virtud tan especial como es la Esperanza, como es ese sentimiento íntimo que

le hace alcanzar el convencimiento de que lo que está necesitando si puede llegar. Luego la

razón le irá diciendo qué es lo que hay que hacer para llegar a la meta... y una vez más la

Esperanza se hará presente para impulsar al hombre a la acción que hará posible el éxito final

con el cruce de la línea que determina la llegada definitiva.

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Nadie puede vivir sin esperanzas... los niños esperan desde el tetero hasta la tierna caricia de

la madre; la juventud espera mucho de la vida, es más, lo espera todo; los adultos esperan

mejoras salariales, promociones en sus trabajos, un hogar tranquilo, unos hijos buenos, una vejez

feliz; los ancianos esperan vivir saludables los días que les quedan sobre La Tierra, anhelan las

visitas de los hijos, y esperan quietamente la llegada de la hermana muerte...

Aún las ostras, en su aparente ostracismo, están esperando calmadamente que su alimento

llegue para cerrar sus conchas y disponerse a comer. El mejor amigo del hombre espera su ración

de comida y la palmada acariciante de reconocimiento por haberle cuidado la casa; los pájaros

que surcan el cielo esperan conseguir la fruta madura, el cuerpo putrefacto o la lombricita que le

servirá de sustento a la cría que le espera en el nido; la semilla enterrada espera que el agua caiga

del cielo para germinar, crecer y dar fruto; el agua que corre alegre por ríos y quebradas, espera

llegar a su origen oceánico... y cuando se encuentra gozando de la plenitud del mar, espera que el

Sol la caliente lo suficiente como para evaporarse, subir y viajar en forma de nube hasta los

últimos confines continentales... luego espera la saturación para precipitarse nueva-mente sobre

la superficie terrestre y comenzar de nuevo su viaje hacia el océano.

Y el hombre, ese ser pensante que en Esencia fue hecho a Imagen y Semejanza de Dios, ese

que debería esperar la Iluminación por sobre todas las cosas, ha perdido el norte de su brújula y

navega a la deriva en el océano inmenso de los deseos materiales, cuando le sería mucho más

fácil alcanzar la meta Divina si concentrase sus fuerzas y sus anhelos en la única meta

verdaderamente valedera: “Regresar a la Conciencia de ser Chispa Divina, de ser Espíritu

Infinito y Puro, de ser, en realidad, UNO con el Gran Arquitecto del Universo...” y es aquí donde

entra en juego la Masonería, porque cuando llegamos a tocar tímidamente las puertas del templo,

esperamos que éstas se abran; cuando esto sucede, esperamos nuestro Aumento de Salario; y

cuando, a través del esfuerzo perseverante lo recibimos, seguimos esperando las nuevas Luces

que vienen con la adquisición de nuevos Grados... y por último esperamos la Iniciación Real que

enciende la Verdadera Luz en la conciencia...

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¿QUE ES UN MASON?

Si se le formula esta pregunta a un miembro de la milenaria Institución Masónica, nos

responderá sin titubear que es “un hombre Libre y de Buenas Costumbres...” Ahora bien, esa

corta frase encierra una Enseñanza tan grande, que ha inspirado a millones de Hermanos a

desempeñarse excelentemente y a servir de ejemplo en los más variados campos de la vida.

Y es que cuando el Masón habla de la Libertad, no se está refiriendo simplemente al hecho

de no encontrarse encerrado en un calabozo... al fin y al cabo, esa es una libertad relativa y por

tanto limitada. La Libertad a la que se refiere la masonería es aquella que no conoce límites, que

no tiene fin... la Libertad Absoluta que llega con la unión del conocimiento y el sentimiento de

ser la Libertad misma, de ser Existencia Ilimitada, de ser Consciencia de Existir.

Las Buenas Costumbres son sólo un efecto que llega cuando el hombre alcanza la Libertad

gracias al Conocimiento de Sí Mismo como Chispa Divina y no como un ser cargado de

limitaciones, de problemas y de sufrimientos.

Pero entonces nos hacemos la pregunta: ¿Como podemos alcanzar el Conocimiento de

nosotros mismos para poder lograr la Libertad que no conoce límites?

Nuevamente el Masón respondería: “Por medio del Estudio de la Ciencia y la Práctica de

las Virtudes...”

Suena interesante ¿No es cierto? pues bien, cuando se habla del Estudio de la Ciencia, no

se está haciendo alusión a las matemáticas, ni a la química, ni a ninguna otra de las tantas

ciencias que hoy en día son reconocidas como tales; nótese que la respuesta dice claramente: “El

Estudio de LA CIENCIA...”, o sea, de la Ciencia del Alma, de la Ciencia del Espíritu, de la

Ciencia de la Esencia Primaria que no es otra cosa que el factor común de la Creación.

Pero ese estudio no es suficiente para convertir al hombre en Virtuoso, en un ser de Buenas

Costumbres, en Masón... la teoría sola lo que hace es envanecer al hombre que puede llegar a

creerse superior a los demás por el simple hecho de poseer mayor caudal de información externa;

por eso es que ese Estudio de La Ciencia deberá ir acompañado, obligatoriamente, por la parte

experimental, o sea, por la práctica de las Virtudes. Ambas fases se complementan en una forma

tan perfecta que si bien la primera envanece al hombre cuando va sin la compañía de la segunda,

ésta por su parte puede llegar a convertirle en fanático inconsciente si no va unida a la primera.

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Por eso es que el Masón es un hombre diferente, es un ser apartado de las pasiones que

envilecen a la humanidad, alejado de los vicios que le esclavizan a un cuerpo físico limitante. El

Masón es un individuo apegado a las Buenas Costumbres, que no son otra cosa que las Virtudes

más nobles y más dulces... en otras palabras, es un Ser Libre de Pasiones y de Vicios, es un ser

Libre de los deseos y de los apegos que mantienen atada a la humanidad... y esa Libertad se

proyecta más allá del tiempo y del espacio... o sea, es una Libertad que no conoce fin...

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EL MASON SE CONOCE PORQUE ES UN HOMBRE VIRTUOSO

Los Masones se reconocen entre sí gracias a una serie de “Signos, Palabras y

Tocamientos” que, aún sin haberse conocido antes, los lleva a darse un estrecho Abrazo

Fraternal. Esto es un hecho... pero los verdaderos “Signos, Palabras y Tocamientos” que llevan

al reconocimiento de los Masones, aún por los “profanos”, son otros que, aunque no sean tan

“palpables”, llevan en sí las vibraciones sutiles que caracterizan a los Hombres Virtuosos, a los

Sabios, a los Maestros de Sabiduría...

Aquel que hace un esfuerzo sincero por superar la naturaleza animal característica del cuerpo físico que

poseemos, no puede evitar que vibraciones de Paz y de Armonía fluyan inconteniblemente desde lo más

profundo de su propio Ser Infinito y Puro... sus gestos armoniosos se constituyen en “Signos” inequívocos de ser

Masón... sus Palabras cálidas y cargadas de la Sabiduría sin límites que se encuentra enraizada en la Esencia

Divina que constituye al Hombre Real, llevan el mensaje de Eternidad que hace buscar la perfección en esta

misma vida... y cuando esa Realización Interior logra tocar el corazón de otro Ser Humano para inspirarlo a seguir

el Sendero que lleva de regreso a la Conciencia de ser Chispas Divinas, en ese momento se ha realizado el

“Tocamiento Real” que hace que no exista duda alguna en cuanto a la filiación masónica de aquel con quien la

Comunión Interna tuvo lugar...

El Masón se destaca dentro de la sociedad en que se desenvuelve, no porque sus Hermanos

lo ayuden a salir adelante, sino por aquello de que al que busca primero al Padre, todo lo demás

le viene por añadidura... lo que hace del Masón un Ser diferente es su condición de “buscador

de La Verdad”... eso es lo que le lleva a ser reconocido y respetado por toda la comunidad.

Los “Signos, Palabras y Tocamientos” externos sirven, como bien lo dice la palabra, para

reconocerse externamente... sin embargo, lo que realmente tiene importancia es que el Masón

llegue a poder utilizar esos medios de reconocimiento en el maravilloso mundo del Espíritu que

todo lo interpenetra y sin el cual nada puede existir.

El mundo exterior es limitado, finito... y como tal solamente puede proporcionarnos una

felicidad limitada y finita, de acuerdo a su propia naturaleza... pero el Mundo Interior no conoce

límite alguno... es allí donde el hombre puede llegar a disfrutar de la verdadera Libertad y del

Gozo que no tiene fin... por eso es que el Masón comprende que si bien los medios de

reconocimiento externo tienen su importancia, no deja de ser cierto y de una importancia

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extrema, que muchísima más importancia tiene el poder alcanzar los signos de reconocimiento

interior.

La Masonería, como Escuela Iniciática por excelencia, está empeñada en lograr el

mejoramiento integral de todos y cada uno de sus miembros... sin embargo, respeta la Libertad

de cada quien, y permite que cada masón avance a su propio paso, de acuerdo a su propio estado

de conciencia, hasta que al fin llegue a darse cuenta de lo que Realmente es.

El Masón Verdadero es reconocido por todos en cualquier lugar en que se encuentre... la

Virtud no se puede esconder...

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LA CONSTRUCCION DEL TEMPLO A LA GLORIA DEL GRAN ARQUITECTO

Este Universo ha sido diseñado y construido con tal precisión arquitectónica que solamente el Gran

Arquitecto del Universo pudo lograr semejante hazaña... y en reconocimiento a la exactitud y a la grandiosidad de

Su obra, los Masones se dedican a la construcción de un Templo en Su honor y para Su Gloria.

Los Masones de la antigüedad se dedicaban a construir Templos externos para glorificar al Creador,

mientras llevaban a cabo, paralelamente, la construcción del Templo interno, pero en una forma totalmente

ignorada por los profanos, ya que el descubrimiento de semejante actividad interior era ya suficiente motivo para

que fuesen llevados, luego de un “juicio” sumarísimo y totalmente parcializado, a una hoguera que consumiría su

cuerpo físico, pero que era totalmente incapaz de tocar siquiera a la Esencia Divina que movía esa caparazón...

pero, con el correr de los años, las cosas han ido cambiando. Ya hemos llegado a la época en que los Masones

pueden declarar tranquilamente su filiación a esta Augusta y milenaria Fraternidad Filosófica e Iniciática,

pudiendo a la vez proyectarse abiertamente en el área social como una organización filantrópica y altruista que se

preocupa por el bienestar de toda la humanidad.

Ya los Masones no son los Maestros Constructores que levantaban hermosos Templos de cal y canto... ni los

albañiles que poco a poco iban aprendiendo el oficio de los mayores que habían llegado a dominar ese arte... pero

los Masones de hoy, igual que los de ayer, siguen utilizando las mismas herramientas que sus antecesores (pero

únicamente en forma “simbólica”) en su arduo trabajo de elevar Templos a las Virtudes y cavar calabozos para los

vicios. Es el mismo trabajo interno que llevaban a cabo los hermanos del ayer... la diferencia básica que existe

entre los masones del pasado y los del presente es que aquellos se dedicaban a la construcción de Templos tanto

materiales, externos, como sutiles, internos... mientras que los de hoy desempeñan los más diversos trabajos en el

mundo profano mientras siguen empeñados en la construcción sistemática y perseverante de ese Templo Interior

para glorificar en vida a ese Ser Infinito que les permite no sólo Existir, sino, más importante aún, ser Conscientes

de esa Existencia que a la vez es Bienaventuranza que no conoce límites.

Mucha gente ignora que el cuerpo físico que hoy ocupa, no es otra cosa que el Templo donde mora el

Creador... por eso es que lo maltratan tanto... atiborrándolo de comidas que lo van deteriorando, permitiendo la

entrada de humo a sus pulmones que fueron hechos para recibir aire puro del cual poder extraer el oxígeno

indispensable para mantener esta forma de vida... llenándolo de líquidos nocivos que alteran el sistema nervioso

que está encargado de transmitir las órdenes del cerebro y manifestar la vida en la forma en que la conocemos.

Pero el Masón, ese ser diferente que trata de ser Consciente en todos y cada uno de sus actos, sabe que la misión

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del hombre sobre la Tierra es llegar a darse cuenta de lo que realmente es: Existencia Consciente y Bienaventu-

rada... y de acuerdo a ese Conocimiento actúa. La práctica perseverante de las Virtudes y el Estudio de la Ciencia

del Alma lo van llevando a percibirlo en el Templo Interior que construyó...

24

ENTRE LA ESCUADRA Y EL COMPAS

Alguna vez habremos escuchado esta frase... y aunque tal vez no diga mucho al oído, debido a que está

íntimamente ligada a los masones y a la masonería, habrá despertado nuestra curiosidad... la imaginación vuela, y

en su raudo fluir de ideas saca conclusiones que pueden variar dentro de una inmensa gama de criterios... unas

veces correctos, otras incorrectos... en ocasiones buenos, en otras no tanto... lo cierto es que para poder comprender

a la Masonería es imprescindible pasar por su Iniciación y vivirla plenamente.

La masonería está rodeada de un halo de sutil misterio... la gente se imagina toda clase de cosas cuando sabe

que alguien es masón, y cuando, por casualidad, llegan a pasar frente a un Templo Masónico, imaginan muchas

cosas tratando de descubrir qué es lo que sucede tras sus cerradas puertas y sus altas e infranqueables paredes... A

su alrededor se han tejido las más diversas historias y se le han atribuido los más increíbles e ilógicos relatos... todo

por ignorancia... todo por no saber qué es lo que ha sucedido, lo que está sucediendo y lo que continuará

aconteciendo en esa Augusta y milenaria Institución.

Los masones son hombres comunes y corrientes, pero tienen algo especial que los hace destacar en la

comunidad donde se desenvuelven... los masones son seres humanos que sienten y padecen, que necesitan

saciar el hambre y la sed, que tienen la necesidad de trabajar y descansar, pero además de todas las

cualidades y limitaciones del resto de la humanidad, tienen ese algo especial que les obliga a tratar de

conocerse a sí mismos, que les conmina a servir y hacer el bien...

El masón aprende por medio de símbolos... y de ellos, tal vez los más conocidos sean la escuadra y el

compás que adornan todas las Logias Masónicas y preceden los actos de los masones... ¿Por qué fueron escogidos

precisamente esos dos instrumentos y no otros, para identificar a la masonería...? porque simbólicamente los

masones son constructores que están empeñados en la construcción de un Templo A La Gloria del Gran

Arquitecto del Universo, y tanto la escuadra como el compás son indispensables tanto para el diseño como para la

ejecución de la Obra... y como esa construcción se lleva a cabo internamente, vemos que la escuadra simboliza la

rectitud mientras que el compás representa la razón... por otro lado tenemos que el ángulo recto de la escuadra

representa el cuaternario por medio del cual se simboliza la materia, mientras el ángulo de sesenta grados del

compás estaría representando el triángulo equilátero de la trilogía, así es que, al unirlos a ambos, tendremos un

significado sublime: el dominio de lo Divino sobre lo material...

25

La apertura del compás de la razón determina la rectitud de los actos de los miembros de esta organización

donde se reúnen hombres libres y de buenas costumbres en busca del casi hipotético y mítico perfeccionamiento

humano.

Lo cierto es que esta Fraternidad que se expande por todo el mundo, le abre amorosamente sus puertas a

todos aquellos hombres que busquen sinceramente el mejoramiento integral despertando lo Divino que mora en su

interior para que pueda sobreponerse a el mundo de manifestaciones fintas que conocemos como materia.

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EL CAMINO DE LA LUZ

Todas las Sagradas Escrituras hablan de Dios como Luz... así mismo, las Escuelas Esotéricas, Metafísicas y

Filosóficas encierran enseñanzas que hacen alusión a esta maravillosa manifestación Divina, y la Francmasonería

Universal, siendo la Institución Iniciática por excelencia, no podía dejar de contemplar su búsqueda por parte de

todos y cada uno de sus miembros. Y como todo el que busca encuentra, nos encontramos ante el hecho innegable

de que esta Fraternidad milenaria se dedica a llevar a sus afiliados desde la oscuridad a la Luz... desde la ignorancia

a la Sabiduría y desde la inquietud a la Paz...

El concepto “Luz” tiene varias acepciones: desde el punto de vista exotérico, luz no es otra cosa que aquello

que ilumina los objetos y los hace visibles, aunque una definición más científica sería “el flujo de partículas

energéticas desprovistas de masa”... pero si nos vamos a un campo más sutil, nos encontraremos con el hecho de

que la Luz de la Inteligencia le proporciona al hombre la capacidad de ver lo que se encuentra escondido detrás de

la apariencia... y un poco más allá, en el campo esotérico, tendremos el concepto de que, como Einstein demostró

que la energía es Luz, y como nuestro cuerpo está formado por billones de átomos, que a su vez no son otra cosa

que energía en movimiento, este vehículo que poseemos es una fuente inagotable de Luz... y, por ende, como el

Universo infinito también está formado por trillones de trillones de electrones, protones y neutrones, nos

encontraremos con el hecho indiscutible de que toda la creación no es otra cosa que esa Luz que todo lo penetra...

esa Luz que se encuentra en todas partes, que es omnipresente y que es trina en la base misma de su existencia.

Pero resulta que nuestros ojos físicos son incapaces de ver esa Luz congelada que llamamos materia, pues

solamente pueden captar la parte superficial, el envoltorio, la parte opaca de esa energía... pero no su Luz. Sin

embargo, los seres humanos poseemos otros sentidos sutiles que sí son capaces de percibir la energía propiamente

dicha... y entre ellos se encuentra el ojo espiritual, que es capaz de ver la Luz que escapa al ojo superficial.

Y así es como nos conseguimos con el hecho de que como la Masonería busca el desarrollo integral del

hombre, trata de hacerle ver la Luz en todas sus formas... desde la más simple y externa hasta la más profunda y

verdadera... desde la apreciación del juego de luces y formas físicas, hasta la Luz Divina... pasando, desde luego,

por sus formas intermedias de poder leer entre líneas por medio del desarrollo intelectual, intuitivo y espiritual.

Ver la luz externa es simple... sólo tenemos que poseer un sistema visual en buenas condiciones... pero para

percibir la Luz Interna necesitamos darnos cuenta en primer lugar de lo que realmente somos: LUZ... y en

segundo lugar, deberemos aprender a utilizar esa visión interna que todos poseemos, pero que solamente aquellos

que han pasado por una Iniciación Real pueden llegar a ver.

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Solamente cuando hayamos reconocido nuestra esencia como Luz Divina y hayamos

alcanzado la pureza, podremos vernos como Luz.

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LA FRANCMASONERIA:

EL CAMINO QUE LLEVA A LA LUZ

Externamente hay muchos caminos cuya intención es llevar a la Luz a todo aquel que los siga... esas son las

Escuelas Esotéricas, Filosóficas, Religiosas y Metafísicas que se encuentran esparcidas por la faz de La Tierra. En

occidente son muchas, en oriente son más aún, pero cada una de ellas cumple con su trabajo de acuerdo a la

medida del esfuerzo personal de cada uno de sus seguidores. Sin embargo, en el mundo entero se encuentra

presente la fraternidad filosófica y esotérica que ha influenciado a millones de personas para que busquen la

Verdadera Libertad que se alcanza una vez que la Luz Real ilumina desde lo más profundo del Ser. Nos referimos

a la Francmasonería Universal, esa organización que acoge en su seno a un selecto grupo de Librepensadores en

cada una de las sociedades de cada país. Esa Orden que estrecha en fraternal abrazo a hombres íntegros que se

dedican con ahínco a la búsqueda de la Luz Interior, a esa Escuela Esotérica e Iniciática que convierte a personas

comunes y corrientes en filósofos virtuosos y de buenas costumbres.

Desde luego que el camino Real que lleva a la Luz no se encuentra afuera del hombre... él no está en el

mundo de manifestaciones múltiples que rigen los sentidos y los instintos animales, sino en lo más profundo del

corazón humano... por tanto, el camino Verdadero que lleva a la Luz Real, es aquel que impide la proyección de la

energía hacia el mundo exterior y la canaliza hacia el único lugar donde podemos ponernos en contacto con ella,

hacia el maravilloso mundo interior que es donde brilla esplendorosa y desde donde se proyecta hacia el Universo

Infinito para ayudar en la armonización de un Macrocosmos en continua creación.

La Iniciación Masónica se encuentra plena de simbolismos que vienen a recordarle a los que hayan tenido la

bendición de pasar por ella, que la meta no está distante, sino en el lugar más cercano a sí mismo: su propio

corazón; que el camino no es tan tortuoso ni tan difícil como nos quieren hacer ver, sino un sendero suave y

hermoso cuando tenemos ojos con capacidad de ver la realidad, con capacidad de ver hacia adentro. Innúmeras

son las Enseñanzas que esta Fraternidad milenaria le ofrece a los buscadores sinceros del conocimiento que lleva a

la Libertad.

La Masonería le enseña al hombre a ser Libre, pero libre de las verdaderas ataduras que mantienen al común

de la humanidad sumida en la tristeza y en el llanto; libre de las pasiones que lo degradan animalizándolo cada vez

más; libre de los vicios que lo que hacen es sumirlo en la insaciabilidad, en la enfermedad y en la degradación; libre

de los continuos deseos materiales que lo esclavizan a un mundo inconsistente, fugaz y totalmente incapaz de

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proporcionarle la Bienaventuranza Divina que por ser Hijos del Gran Arquitecto del Universo le corresponde a los

hombres sin discusión alguna.

La Iniciación simbólica hace ver el Camino que lleva a la Luz. Luego es responsabilidad del Adepto poner

en práctica los Principios que le harán ver la Luz Real.

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A L G D G A D U

Mucha gente se pregunta acerca del significado de estas letras que, indefectiblemente, se

encuentran a la entrada de cada Logia Masónica. Anteriormente se pensaba que su significado

era un secreto que no podía ser revelado a los que no hubiesen traspasado el Umbral... aún hoy, a

las puertas del siglo 21, existen algunos Hermanos que tienden a guardar celosamente su

significado y se niegan a revelárselo a los que no han sido Iniciados en la milenaria Orden

Francmasónica.

Sin embargo, ese conjunto de letras encierra un significado tan hermoso y tan sublime, que

negarle su conocimiento a cualquier persona sería caer no sólo en sectarismo inconsciente, sino

también en el egoísmo que tanto daño ha causado y sigue causando a la humanidad.

Lo cierto es que ese conjunto de letras lleva en sí no solamente la filosofía masónica, sino

también su vivencia... su parte práctica... porque todos los masones del orbe se encuentran

empeñados en la construcción del Templo “A LA GLORIA DEL GRAN ARQUITECTO

DEL UNIVERSO”

Cada Templo Masónico está dedicado a la Gloria de Dios, ese Ser desconocido por la

inmensa mayoría de los hombres que pueblan el mundo y que los masones llaman el Gran

Arquitecto del Universo. Pero no es solamente el Templo externo el que el masón dedica a Su

Gloria, sino también aquel que se esfuerza en construir en lo más íntimo de su corazón y de todo

su Ser... ese Templo Interno que va tomando forma a medida que el masón se va haciendo cada

día más virtuoso, más libre de las pasiones, de los vicios y de los instintos animales que corroen

a la humanidad en la misma forma en que degeneró a los ciudadanos de Sodoma y de Gomorra

causando su perdición.

Todos los actos del masón verdadero son realizados para Gloria y Honor del Creador, y esas

ocho letras, siete de las cuales están seguidas de tres puntos en forma de triángulo equilátero que

son colocadas tanto en los Templos como en todas las comunicaciones masónicas, constituyen

un continuo recordatorio para el masón de que no debe desmayar en su esfuerzo por construir,

dentro de sí, un Templo digno del Gran Arquitecto.

Es hora de que la gente vaya sabiendo que la Masonería es una Escuela Iniciática, una

organización donde se reúnen hombres virtuosos de todos los credos, pero que no están

31

dispuestos a permitir que nadie piense por ellos ni a que se les impongan creencias que estén

totalmente divorciadas con la Razón... ha llegado el momento en que todos deben saber que estos

librepensadores son hombre LIBRES Y DE BUENAS COSTUMBRES, y que como tales se

encuentran siempre dispuestos a mejorar integralmente, y a dar de sí todo lo que esté a su alcance

por el bienestar de la humanidad sufriente...

Entre cielo y tierra no hay nada oculto... lo único que hace falta para ver claramente lo que

se encuentra detrás de la apariencia, es abrirse a la Realidad Interior... la felicidad, la

Bienaventuranza Infinita, y todo lo demás, vendrá por añadidura.

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EL CUARTO DE REFLEXIONES

La Francmasonería Universal está llena de simbolismos... las Enseñanzas son transmitidas

por medio de símbolos que le recuerdan al Masón cuál es su trabajo real, cuál es la meta, cómo

ha de trabajar para alcanzar los objetivos, y qué es lo que deberá hacer una vez que haya

alcanzado la Iniciación Real.

La inmensa mayoría de los símbolos masónicos tienen que ver con las herramientas que se

utilizan en la construcción... va desde un simple mazo, pasan por el compás, y llegan al trazado y

diseño de planos. Cada una de las etapas por las cuales el Masón tiene que pasar, tiene que ver

con alguna de las fases de la edificación de un Templo que se está levantando a la Gloria del

Gran Arquitecto del Universo, pero cada una de las fases incluye la Meditación Silenciosa, la

consulta íntima que se realiza en lo más profundo del Ser, en el Cuarto de Reflexiones interior

que también tiene su contraparte externa en un lugar silencioso y oscuro destinado a hacer

despertar la conciencia de lo fugaz que resulta la vida cuando le damos demasiado importancia a

lo externo mientras olvidamos lo que en realidad tiene valor, que es lo que llevamos dentro,

nuestro Ser Real, que es Divino.

El Cuarto de reflexiones pudiese parecerle lúgubre a quien entre a él por primera vez,

porque el silencio, la oscuridad y la desolación que reinan en el interior del hombre que no se

conoce a sí mismo como Luz Divina, es capaz de hacer correr a todo aquel que no tenga la

voluntad suficiente como para enfrentar su propia realidad... pero el que persevera, el que logra

detenerse y meditar, el que puede profundizar lo suficiente como para consultar a su corazón

en silencio, ese sigue adelante... ese cumple los viajes necesarios a través de los peligros que se

le presentan en el camino que le ha de devolver a la vida, y cuya culminación le permitirá ser

Consciente de lo que realmente es... ese es el que alcanza el Conocimiento de Sí mismo y se

convierte en un ser Virtuoso y por ende, feliz.

Pero el paso por la parte oscura es imprescindible... es necesario conocer la oscuridad para

poder apreciar el verdadero valor de la Luz... solamente conociendo nuestros defectos podremos

corregirlos... es más, necesitamos darnos cuenta de que estamos en tinieblas para que podamos

hacer el esfuerzo que nos sacará de ellas, porque mientras creamos estar despiertos y llenos de

luz, nos será totalmente imposible salir de la etapa de ignorancia... solamente cuando nos damos

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cuenta de que en realidad nos encontramos sumidos en el desconocimiento, en la desolación y

en la oscuridad, es cuando podemos dedicarnos a hacer lo conducente para salir de ese triste

estado.

Por eso existe en la Masonería el símbolo del Cuarto de Reflexiones, porque él es una de las

ayudas más valiosas de todo el que desea ardientemente salir de la oscuridad y penetrar en el

Reino de La Luz, de todo el que anhela Conocerse a Sí mismo como Chispa Divina, de todo el

que quiere lograr el éxito verdadero en esta vida... todo el que desee ingresar a esta milenaria

Orden deberá estar dispuesto a enfrentarse a Sí mismo en lo más profundo de su corazón, lo

demás llega sin problemas.

34

LA RAZON, CUALIDAD HUMANA...

La razón es lo que diferencia al hombre de los animales... el cuerpo humanos no deja de ser un simple

animalito cargado de instintos y de pasiones que le empujan hacia las profundidades abismales de la ignorancia de

sí mismo como Espíritu Infinito y Puro. Pero cuando nos detenemos a analizar la capacidad de raciocinio del

hombre, no podemos dejar de asombrarnos ante el hecho de que seamos los únicos sobre este planeta con esa

facultad.

Como nada sucede sin una razón específica, tampoco la capacidad de raciocinio le vino al hombre por azar...

no, ella le fue concedida con el fin supremo de que, en esta misma vida, pueda darse cuenta de lo que realmente es.

Por eso resulta totalmente ilógico pensar que los seres humanos pudiesen llegar a renunciar a la capacidad

pensante y al poder de discernimiento de que el Creador le dotó por medio de la maravillosa y Divina facultad de

la razón.

Toda idea que trate de ser impuesta desde afuera, todo concepto que le llegue al hombre, debería de ser

sujeto a su propio e íntimo análisis, de forma de poder descartar todo aquello que esté reñido con la razón, pues

justamente para eso fue que se le dotó con tan valiosa herramienta.

Los dogmas religiosos fueron diseñados para dominar la mente humana, o mejor sería decir:

para dominar las mentes humanas débiles e inseguras, las que necesitan de un apoyo continuo, de

una muleta que les acompañe toda la vida, aunque mucho tiempo atrás hayan logrado aprender

a caminar solos... pero aún estas personas deberían de ser instruidas en la Verdad Eterna de que

el hombre fue hecho a Imagen y Semejanza de Dios, no en la envoltura finita y súper limitada

del cuerpo, sino en su Esencia Espiritual, cuya principal facultad es precisamente la razón que le

permite el discernimiento entre lo que realmente le conviene para su ulterior desarrollo espiritual

y lo que no pasa de ser un simple estorbo en el camino.

Los dogmas cumplieron su misión en la época del oscurantismo, cuando las tinieblas reinaron sobre la tierra,

pero hoy, cuando ha llegado la era del saber, cuando el hombre nace ya con la llama de la sabiduría encendida

en lo más profundo de su pecho, resulta totalmente ilógico que se le siga inculcando la creencia y no la

sabiduría.

Los dos mil años pasados, que correspondieron a la era de Piscis, cuyo Maestro fue el Pescador de Almas

nacido en Belén de Judá, fueron una era signada por el imperativo cósmico de creer, pero la era de Acuarios que

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está comenzando, se encuentra regida por el saber, por la razón y por la búsqueda del conocimiento de sí mismo...

ya no se le puede seguir mintiendo a la humanidad.

Las influencias cósmicas de esta época empujan al hombre a hacer uso de la maravillosa facultad de la razón,

y no hay fuerza humana en este mundo capaz de oponerse a la Voluntad Divina de que se haga la Luz, de que

desaparezcan las tinieblas, de que la Libertad del hombre sea respetada en todo el sentido y la extensión de la

palabra... en fin, de que el hombre alcance la felicidad que vino a buscar en este mundo.

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DOMINAR LAS PASIONES Y SOMETER LA VOLUNTAD

Dominar las pasiones, someter la voluntad y hacer nuevos progresos en la Masonería, son las primeras

obligaciones del Aprendiz Masón.

Esto puede parecer sencillo, pero una vez que comenzamos a ponerlo en práctica nos damos cuenta que no

resulta tan fácil como aparenta... tanto así que no es raro conseguirnos con masones que después de muchísimos

años de Iniciados, todavía no han sido capaces de poner en práctica lo que estas simples palabras llevan oculto.

Dominar las pasiones implica el hecho de tener que superar la parte instintiva correspondiente al animal que

tenemos como vehículo... y eso, debido a la ignorancia de lo que realmente somos, resulta un obstáculo casi

insalvable. He allí la razón por la cual la Masonería hace tanto hincapié en la importancia vital que reviste el

Estudio de La Ciencia y la práctica de las Virtudes, pues ellas son las que pueden sacar al hombre del

oscurantismo en que lo tiene sumido la ignorancia de Sí mismo, para que pueda convertirse en un Ser de Luz

capaz de iluminar a todo aquel que se le acerque en actitud receptiva.

Someter la voluntad también resulta difícil cuando estamos sumidos en las profundas tinieblas de la

ignorancia y del vicio que encadenan a la inmensa mayoría de la humanidad... pero aquí cabe una pregunta

obligada: ¿Ante qué habremos de someter nuestra voluntad...? Desde luego que no será a la voluntad de otros

seres humanos tan limitados como nosotros cuando desconocemos el origen y el génesis mismo del hombre y de

la Creación, sino ante los dictados de la Razón y de la Intuición, reflejos de la Divinidad que todos llevamos por

dentro. Es ante la Voluntad Divina, que también se encuentra escondida en lo más profundo del ser humano, que

debemos someter los caprichos que generalmente confundimos con la palabra voluntad.

En la medida en que el Masón vaya venciendo sus pasiones y sometiendo su voluntad, irá haciendo nuevos

progresos en la Masonería... pero esas dos premisas resultan indispensables para que pueda manifestarse la

condición que aparece en tercer lugar.

Claro está que siempre habrá personas que aparentarán hacer nuevos progresos dentro de la Masonería, pero

allá adentro, en su fuero interno, al consultar con su corazón en silencio y analizar su Conciencia desnuda en la

quietud de la noche, se darán cuenta cabal de que su adelanto no ha sido un verdadero progreso dentro de la

Orden, sino más bien un engaño que se han hecho a sí mismos.

Todo adelanto dentro de la Francmasonería Universal deberá estar signado por un profundo y REAL

cambio en el Estado de Conciencia... las diferentes Iniciaciones que dan acceso a los Grados Superiores deberán

ser experimentadas como íntimas vivencias capaces de producir cambios reales tanto en lo interno como en lo

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externo, pues sólo entonces podremos asegurar que hemos hecho verdaderos progresos en la Masonería y,

gracias a ellos, podremos ser inspiración para los que no conocen la Luz Masónica.

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EL MASON ES RESPETUOSO DE LAS LEYES

Antes de ser admitido como miembro de la Francmasonería Universal, el aspirante está en la obligación de

comprometerse, bajo solemne juramento, a obedecer las Leyes de la nación donde se encuentre y donde tenga su

residencia.

Muchas falsedades se han dicho con relación a los masones, pero siempre los ataques han venido de

personas que ignoran totalmente no sólo lo que significa ser masón, sino además los Principios mismos sobre los

cuales se levanta todo el inmenso Templo que los masones están empeñados en construir a La Gloria Del Gran

Arquitecto del Universo.

En la Masonería todo tiene su razón de ser... y cada masón está en capacidad de entender el por qué de cada

una de sus obligaciones... nada hay en ella que se oponga a la razón... y como su filosofía es netamente

racional, ni acepta ni comparte dogmas, pero le permite a sus miembros la plena Libertad de creer en Dios en la

forma que mejor les parezca.

Una mente católica, o sea, universal, es aquella que está abierta a todas las corrientes del pensamiento

humano, y así como el masón exige respeto a sus propias ideas, conceptos e incluso creencias, no puede menos

que respetar y aceptar el derecho y la Libertad que tienen los demás a pensar en la forma que crean más

conveniente, por más absurda que pudiese parecerle.

Lo que pasa es que el masón está consciente de que es totalmente imposible que dos personas piensen

exactamente igual... los estados de conciencia son tan numerosos como personas puedan existir sobre La Tierra,

así es que cada cual tendrá un ángulo de visión totalmente distinto a su vecino, aunque ambos pudiesen compartir

el mismo dogma religioso.

Pero volviendo al tema del respeto a las Leyes del país donde el masón se encuentre, es lógico, pues aún

cuando el verdadero estudio es el que trata sobre las Leyes que rigen al Universo, nos vamos a conseguir con una

de ellas que nos dice que “así como es arriba, es abajo”, o sea, que las Leyes que nosotros hacemos aquí sólo son

un reflejo de las que han sido implantadas por El Gran Arquitecto del Universo... y si somos capaces de infringir

unas, no lo dudaremos cuando se presente la posibilidad de infringir las otras...

Ahora bien, los masones no ven las Leyes como imposiciones que tienen que cumplir aunque le causen

dolor, sino todo lo contrario, como normas que cuando acatamos consciente y voluntariamente, son capaces de

permitirnos una vida armoniosa dentro del contexto social en que nos desenvolvemos... y cuando hay armonía,

puede haber felicidad... de lo cual podemos deducir que si todos nos rigiésemos en forma voluntaria por los

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cánones ya establecidos, la sociedad podría disfrutar de la armonía necesaria e imprescindible para poder pasar la

vida dentro de aquel sentimiento que todos hemos acordado denominar “felicidad”.

Así pues, siendo los masones personas de una alta sensibilidad social y espiritual, no pueden menos que

comprometerse a cumplir fielmente las Leyes por las cuales los hombres han acordado regirse en sociedad... y lo

hacen alegremente.

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ELEVAR TEMPLOS A LAS VIRTUDES...

Todo aquel que se encuentre con sus pies firmemente asentados en el Sendero que devuelve

al hombre a la Conciencia de ser Existencia, Conciencia y Bienaventuranza Infinita, se

encuentra, aunque no lo sepa, elevando Templos a las Virtudes.

Para construir un Templo dedicado a las Virtudes no es necesario batir cemento ni pegar

bloques de concreto, ya que esta no es precisamente una construcción física, sino algo tan sutil

que no puede ser percibido por nadie que tenga la más leve sombra de vicio. Para poder captar el

Templo que los Masones elevan a las Virtudes, es necesario que la persona que lo va a percibir,

sea también un Ser Virtuoso.

Cuando el hombre decide dar el paso trascendental de Iniciarse en los Misterios Masónicos,

ya demuestra su interés por convertirse en un ser diferente de los demás... lo único es que la

diferencia que existe entre los Masones y los que no lo son, no puede verse a simple vista... un

Masón pasará desapercibido para el ojo superficial de la gente que se ha quedado en la parte más

externa del Universo cambiante en que vivimos... y es que la verdadera diferencia radica en la

forma de percibir las cosas, en la manera de enfrentar la existencia, y en el tipo de vida que lleva

el que ha entendido lo que encierra la Iniciación Masónica.

La práctica de la Masonería incluye esta disciplina de construcción, o de elevación de

Templos a las Virtudes. No puede concebirse un Masón que descuide esta práctica en su diario

devenir... la Masonería se compone de dos factores principales, que son: el Estudio de la Ciencia

y la Práctica de las Virtudes... así es que todo aquel que se haga llamar Masón sin practicar

diligentemente las Virtudes que llevan a la identificación del hombre con El Creador, lleva

hurtado el nombre de Masón.

Al practicar las Virtudes, los vicios quedan relegados... y cuando esto sucede, la mente se

centra en la Armonía y en la Paz, virtudes estas que a su vez le permitirán al hombre calmar la

mente lo suficiente como para trascenderla... para ir más allá y disfrutar de la Bienaventuranza

que llega cuando se es Consciente de ser la Existencia Infinita.

Cada paso, cada práctica, cada Grado de la Masonería, encierra Enseñanzas sublimes

destinadas a abrir las Puertas del Reino Interior... pero antes de que esto suceda, es preciso que el

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Masón haya hecho el trabajo interior de elevar Templos a las Virtudes, pues de otra forma ni

siquiera soñaremos con la existencia de ese maravilloso mundo interior.

La Francmasonería Universal, Institución Iniciática de carácter real y suficientemente

amplio como para abrazar con sinceridad a todas las corrientes de pensamiento humano, está

compuesta de Hombres Libres y de Buenas Costumbres, librepensadores que no niegan nada a

priori y que respetan las ideas que cualquier otro ser humano pudiese llegar a concebir...

hombres provenientes de las más diversas corrientes de pensamiento y estratos sociales, que han

abrazado el ideal común de dedicar sus vidas a Elevar Templos a las Virtudes.

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DOCENCIA Y VIVENCIA MOSONICA

La docencia Masónica es aquella por medio de la cual se instruye a los Masones sobre la parte Simbólica,

Ritualística y Filosófica de la Tradición Iniciática que ha llegado hasta nosotros gracias al esfuerzo y al trabajo de

millones de Librepensadores que le han hecho frente decididamente a todos los obstáculos que se les han

presentado en el transcurso de la historia.

La VIVENCIA es la parte práctica, es la puesta en acción de los Principios Morales e Iniciáticos que por

medio de la docencia recibe el Masón cuando se mantiene activo dentro de su Logia en particular y de la

Masonería en general.

Hay una gran diferencia entre docencia y vivencia. La primera lleva a la segunda siempre y cuando el Masón

haya sido inspirado a buscar la experiencia interna que le llevará a ser consciente de la necesidad de no

conformarse con entender el significado superficial de la Enseñanza, sino que esta deberá llevarle a la práctica de

las Virtudes que le convertirán en un sabio, no en un simple erudito.

Entender es una cosa, pero experimentar es algo totalmente diferente, porque muy bien podemos entender

algo sin que por ello hayamos logrado vivenciarlo en lo más profundo de nuestro corazón y de nuestra existencia

toda.

Desde luego que la docencia masónica es necesaria, y muy importante además... porque

resulta imprescindible que el hombre entienda el por qué de las cosas, especialmente los

Librepensadores, que no se conforman con lo que le dicen los demás, sino que desean saber la

razón real por la cual han de realizar una acción.

El que piense que ser Masón es algo sencillo, simplemente no sabe nada acerca de esta Augusta Institución.

La Iniciación Verdadera no se alcanza sólo por pasar por una Iniciación Simbólica, pues ésta es solamente un

símbolo, una guía, una herramienta que se le da al Iniciado para que se sirva de ella en el arduo camino que lleva al

Conocimiento de Sí mismo, a la Iniciación Real.

El conocimiento intelectual es bueno, pero si no va acompañado de la práctica perseverante, no sirve de

nada, porque, a decir verdad, ¿De qué le sirve al hombre conocer todos los valores alimenticios de un plato de

arroz con caraotas si se conforma con observarlo indefinidamente sin comérselo...? pues morirá de inanición.

Y así como para podernos alimentar es imprescindible que nos comamos el plato de comida diariamente,

también es imperativo que el Masón ponga en práctica las Sublimes Enseñanzas que va recibiendo a medida que

avanza en la Masonería. Todo ser pensante siente la necesidad de avanzar, de acercarse a un algo que ignora, pero

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que en lo más profundo de su Ser presiente que le hará inmensamente feliz... y esta milenaria Orden Iniciática, fiel

guardiana de las Verdades Eternas, le brinda a todos los que se acerquen a ella con una actitud receptiva, la

oportunidad maravillosa de obtener la vivencia inequívoca de ser Chispas Divinas que se han desprendido del

Fuego Infinito del Gran Arquitecto del Universo... esa es la meta de todos los masones del orbe...

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EL SILENCIO DEL MASON

La gente siente una particular curiosidad por el silencio que los masones guardan sobre todo lo que concierne

a esta Augusta y milenaria Institución.

La curiosidad es una cosa seria... y cuando no tenemos éxito en averiguar algo, lo que logramos es despertar

aún más esas ansias de saber qué es lo que está pasando. Si canalizamos bien ese deseo de aumentar el

conocimiento, lo más seguro es que logremos mucho éxito en la vida, pero si, por el contrario, permitimos que ese

instinto de querer conocer todos los detalles de lo que sucede en nuestro alrededor fluya descontrolado, corremos el

riesgo de caer en las garras del fanatismo y de la superstición.

Cuando se razona sobre bases firmes, las conclusiones a las que llegaremos serán, sin duda alguna, de

mucho provecho, pero si partimos de un sofisma tomándolo como si fuese una premisa valida, entonces la cosa

cambia, porque estaremos alcanzando conclusiones erróneas que en lugar de bien, lo que traerán será confusión.

Ese es el motivo que nos ha inducido a escribir periódicamente sobre temas masónicos, porque existe una

ignorancia casi total sobre lo que es la Masonería y sobre cuáles son los elevados y nobles fines que persiguen los

masones... es necesario que la gente sepa lo que es esta Augusta Institución para que no sea manipulada por

personas que sin saber absolutamente nada acerca de ella, hacen afirmaciones profundamente negativas que, lo

más lamentable, la gente cree, o creía a pies juntillas.

Es necesario que se generalice el conocimiento de que los masones son personas comunes y corrientes... que

tienen dos pies, dos manos, una barriga y un cerebro igualito que el resto de la humanidad... y que si existe alguna

diferencia, esta radica en el hecho de que el masón no permite que sus ideas y sus razonamientos sean

manipulados por nadie; en que estudia metódicamente la Ciencia del Alma en busca del Conocimiento de Sí

mismo; y en la lucha interna en la que se ha enfrascado contra los vicios y las pasiones que corroen el alma... y

estas diferencias no pueden ser percibidas por el ojo superficial de la gente mundana, de los profanos, como

denominan los masones a todo aquel que se encuentre del lado afuera del Templo.

El silencio del Masón es el silencio del sabio... es bueno recordar que “el sabio calla, el necio habla, y el

ignorante grita”, es justo y necesario que se sepa que el masón sabe que “el que mucho habla, mucho yerra”...

es bueno que se sepa, si, es bueno que se sepa que ese silencio misterioso de los Iniciados en la Francmasonería

Universal responde al celo con que guardan unas Enseñanzas Sagradas que en caso de caer en manos de personas

viciosas e instintivas, serían profanadas en su prístina pureza.

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Hay una vieja Enseñanza Hermética que nos dice: “por sus frutos les conoceréis” y como el Masón no

busca la notoriedad que persiguen los necios que se conforman con aparentar lo que no son, se siente feliz

siguiendo adelante con su trabajo interior mientras busca en silencio el perfeccionamiento que le convertirá en un

ser Libre y de Buenas Costumbres... en un árbol frondoso que da buenos frutos... aunque la gente no lo

comprenda.

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EL MANDIL DEL MASON

“Recibid este mandil, distintivo del Masón, más honroso que todas las condecoraciones humanas,

porque simboliza el trabajo, que es el primer deber del hombre y la fuente de todos los bienes, el que os da

derecho a sentaros entre nosotros, y sin el cual nunca debéis estar en la Logia.”

Aldo Lavagnini - Manual del Aprendiz - Pág. 80

Todo el que haya tenido la oportunidad de ver a los masones con el mandil puesto, se habrán preguntado qué

significa ese delantalito que usan cada vez que se reúnen. Pues bien, Aldo Lavagnini (Magister), lo explica

claramente en la cita antes expuesta.

Para el Masón, el trabajo es tal vez la razón misma de la existencia del hombre sobre la tierra... en el mundo

externo es la fuente de ingreso que garantiza el sustento y la sobrevivencia... en lo que respecta al mundo interior,

es lo que le lleva de regreso a la conciencia de ser parte inseparable del Absoluto Creador.

Este distintivo del Masón tiene para él muchísimo más valor que todas las condecoraciones que puedan

darle los hombres, pues mientras éstas suelen ser otorgadas a capricho, el mandil es algo que el Masón se ha

ganado a través del esfuerzo y el valor demostrado durante la Iniciación, además de simbolizar, como ya fue

dicho, el duro trabajo, tanto material como espiritual, que todo Masón realiza para salir de la turba que se deleita

en los vicios y en las pasiones que animalizan cada vez más a la humanidad inconsciente de su realidad interior.

El Trabajo, cuando es honrado, es la fuente de todos los bienes, porque es a través de él como el hombre no

solamente demuestra su capacidad creativa, sino que también produce lo que necesita para mantenerse él y a su

familia en el plano netamente material, pero el trabajo que realmente importa, aquel que se realiza en el Santuario

mismo de la Consciencia Humana, es el que el Masón verdadero aprecia más, pues es el que ha de regresarle al

estado de consciencia que le permite darse cuenta de quién es, de dónde viene, qué vino a hacer aquí y hacia

dónde va.

Las grandes interrogantes del hombre no pueden ser contestadas sin el Trabajo interno que lleva al hombre

de regreso al hogar eterno, del cual un día se apartó para venir a este mundo a disfrutar de los placeres pasajeros,

pero al cual habrá de regresar más tarde o más temprano, pues es precisamente a eso a lo que vino a este mundo.

Desde luego que puede pasarse por este mundo sin trabajar, pero semejante irresponsabilidad tiene su precio:

sumirse más aún en la ignorancia de sí mismo y en la miseria humana y material más espantosas, porque el

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trabajo material enaltece al hombre y le da lo que necesita para subsistir en el mundo material, pero el trabajo

interno le pone en posesión de la riqueza más grande que pueda soñar persona alguna: el fabuloso tesoro interior

que le permite al hombre, cuando trasciende el mundo material y penetra en el espiritual, darse

cuenta de su propia Omnipresencia, de su propia Omnipotencia y de su propia Omnisciencia.

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LA PALABRA PERDIDA

La búsqueda de la Palabra perdida es una de las principales tareas del Masón, y es que esa Palabra es la única

que abre la puerta que lleva a la Maestría, es la que da acceso a la Cámara Secreta en que sesionan los Maestros de

Sabiduría, es la que le permite al que la posea, entrar al íntimo recinto Interior, a la Cámara del Medio, al Centro del

Universo... San Juan comienza su Evangelio dejando bien claro que: “En el principio era el Verbo, y el Verbo

era con Dios, y el Verbo era Dios” La Palabra era en el principio, y desde esos remotos tiempos, ella no sólo era

con Dios sino que era Dios mismo... ¿Puede existir razón más importante que ésta para buscarla incansablemente?

La razón del hombre sobre la Tierra no es otra que la de encontrarse de nuevo con su Creador... por tanto, si

encontramos la Palabra perdida, el Verbo, le habremos encontrado a Él, cumpliendo así exitosamente con la

misión que nos fue encomendada cuando tomamos este cuerpo humano que hoy poseemos.

Durante milenios esta Palabra ha estado oculta al ojo superficial... los Grandes Iniciados de todos los tiempos

han cuidado celosamente su escondite, asegurándose de que solamente personas dignas tengan acceso a ella.

Alí Baba, con su famoso “Ábrete Sésamo”, tenía acceso a los tesoros fabulosos que se escondían en lo más

profundo de su caverna secreta... palabra mágica que tenía la cualidad de mover las pesadas rocas para darle paso

al interior y disfrutar de las grandes riquezas que allí se escondían.

Moisés la escuchó en forma de trueno antes de formar las palabras coherentes convertidas en su famosa

Tabla.

Ella es el Sagrado OM de los Hindúes, el Amén de los egipcios que luego fue asimilado por los Cristianos, el

Shabda de los Sicks, el Hiu de los tibetanos, el Bani de los punjabis, el Nada de los yoguis, el Sugmad de los

Eckistas, el Amín de los Musulmanes, el innombrable de los Judíos, así como tantos otros nombres que se

encuentran esparcidos por el mundo.

Pero todas estas denominaciones para ese Sonido único y primordial sólo obedecen a las diferentes formas

culturales, religiosas y lingüísticas... sin embargo, en el fondo todas ellas se refieren al mismo Principio Creativo, al

Sonido Básico que produce la Energía en su movimiento continuo, gracias al cual existen todos los universos.

Los sabios de cada pueblo, de cada civilización y de cada grupo de personas que se ha organizado en

sociedad a través de todos los tiempos, han buscado afanosamente esa Palabra Sagrada que les garantiza la salida

del mundo de ilusión y la entrada a aquel donde reina la Paz, la Armonía y el Amor... y como todo el que busca

encuentra, ellos fueron capaces de encontrarla por medio de sus vidas dedicadas al estudio de La Ciencia del Alma

y a la práctica de las Virtudes más puras.

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La Palabra Perdida, el Verbo, está siempre allí, en lo más profundo de nuestro Ser... esperando tan sólo que

nos dignemos voltear hacia adentro para que la descubramos y para que, cabalgando en Su Música Celestial,

podamos regresar en esta misma vida, al común Hogar Bendito de toda la humanidad.

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EL SECRETO MASONICO

Se ha hablado mucho sobre EL SECRETO MASONICO, pero realmente muy pocos son los

que lo conocen.

Hay masones que piensan que todo lo que se refiere a la masonería debe ser conservado

dentro de las paredes de la Logia... otros dan por sentado que lo que se debe conservar secreto

no es otra cosa que los Signos, las Palabras y los Tocamientos... poquísimos son los que saben

por qué EL SECRETO MASONICO no puede ser revelado... esos son la inmensa minoría que

ha logrado penetrar el misterio masónico.

Realmente, el secreto masónico es el misterio de los misterios... él no puede ser revelado a

los profanos porque no existe forma ni manera posible de hacerlo.

Todo lo que el hombre aprende en las Logias puede ser revelado, si así lo decide, pero el

verdadero secreto no podemos transmitirlo por más que lo deseásemos.

Es muy fácil pasar por una iniciación Simbólica, pero es muy difícil alcanzar la

INICIACION VERDADERA.

Porque así como hay infinidad de personas que se llaman Cristianas sin llevar a la práctica

los Principios Cristianos, en la misma forma existen muchísimas personas que se llaman

Masones sin haber hecho el más leve intento de practicar los elevados Principios que la

Masonería enseña.

Esta milenaria y Augusta Institución busca la PERFEC-CION del hombre... el medio de

que se vale es el estudio de LA CIENCIA y la práctica de las VIRTUDES... difícil tarea para

aquel que tenga la intención de continuar con su vida común y corriente.

El estudio de LA CIENCIA, léase bien, no de las ciencias o seudo ciencias que tanto

abundan en este mundo... LA CIENCIA del alma... LA CIENCIA del espíritu... LA CIENCIA

que nos lleva de vuelta a la Conciencia de ser Existencia Infinita y Bienaventurada.

La práctica de LAS VIRTUDES... LA PRACTICA... no sólo el conocimiento intelectual de

que ellas existen, ni la creencia infantil de que somos virtuosos cuando seguimos esclavos de los

vicios y de las pasiones.

El SECRETO MASONICO se revela internamente al masón que alcanza la perfección... es

en lo más profundo de su Ser donde se encuentra entronizado... así es que el masón superficial

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que no se preocupa por alcanzar la perfección, no tiene acceso a él. El que no conoce LA

CIENCIA ni practica LAS VIRTUDES, ignora totalmente ese secreto.

Claro está que su propia ignorancia le hará rodearse de una atmósfera de misterio, así que,

para esconder su desconocimiento y su falta de Realización Interior, se escuda tras el fantasma

de un secreto que él mismo desconoce totalmente.

El día en que los masones vuelvan a penetrar los misterios incomunicables de su propia

naturaleza Divina, la Masonería volverá a resplandecer como en los tiempos de los faraones, de

Salomón y de Babilonia... EL SECRETO MASONICO se encuentra a buen resguardo porque no

existen medios capaces de traducir, en términos finitos como la palabra, AQUELLO QUE NO

TIENE FIN. Las dos luchas que el Masón sostiene en todo instante de su vida son el alma y la

razón de ser de todos aquellos que hemos sido Iniciados en los Misterios milenarios que

sirvieron de base a los faraones egipcios, a los monarcas hebreos y a los mandatarios de las

grandes civilizaciones de Persia, Fenicia, Grecia y la India. Y esas dos luchas son: 1.- La que se

mantiene con el mundo exterior que hace todo lo posible por “separarnos” y “esclavizarnos” a

la idea ilusoria de una creación multifacética que trata por todos los medios de que no nos demos

cuenta de que somos parte del TODO que los Masones llamamos Gran Arquitecto del

Universo... esta es la lucha contra los vicios físicos y las pasiones de los sentidos. 2.- La que

tiene lugar en nuestro fuero interno en contra de los vicios del alma. La primera es mucho más

fácil que la segunda, pero no por ello puede ser considerada como tomarse un vaso de agua; ella

sigue siendo una batalla cruel porque el magnetismo del mundo de ilusión es poderoso y engaña

aún a aquellos que llevan muchos años de prácticas espirituales.

En la lucha externa los oponentes son los sentidos físicos que utilizan cualquier tipo de

artimaña para tratar que la mente se ponga de su lado... son los instintos animales propios de este

cuerpo animal que hoy poseemos y que nos dicen continuamente que sólo hay esta vida y que

por lo tanto debemos satisfacernos, a través de ellos, todo lo que nos sea posible.

En la lid interna los enemigos no son ya los impulsos que nos llegan desde el exterior a

través de los sentidos, ahora la cosa se complica porque los tenemos, como espías, dentro de

nuestro propio Templo... son las pasiones del alma -por llamarlas de algún modo- que se

manifiestan como celos, envidia, rencor, miedo, orgullo, y tantas otras formas en que la

ignorancia suele manifestarse.

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El trabajo del Masón tiene como meta conocerse a sí mismo, porque sólo ese

conocimiento, el profundo saberse y sentirse parte inseparable del Absoluto Creador o G A

D U, puede traerle al hombre LA LIBERTAD que tanto se ufana de poseer mientras aún

permanece en la ignorancia más profunda en cuanto a la Esencia Infinita que es su propio Ser.

Conocerse a sí mismo no tiene nada que ver con el conocimiento superficial de la personalidad

externa plena de limitaciones y deseos. Conocerse a sí mismo es llegar a la vivencia, a la

realización indiscutible de que somos LUZ... si, de que somos esa Luz que simbólicamente

mencionan todas las Grandes Escrituras, todas las religiones y todas las Escuelas esotéricas y

filosóficas, así como Nuestra Augusta Institución.

Cuando lleguemos a conocernos, no habrá posibilidad alguna de separación ni de que

intentemos restringir la libertad de nadie. Seremos libres, verdaderamente libres, lo cual

incluye la libertad de los deseos de imponer a nadie nuestros puntos de vista... y lo más

importante, estaremos plenamente conscientes de que todo no es más que uno y que sólo la

ignorancia de lo que es Eterno puede hacernos ver la multiplicidad... regresemos, pues, a la

unidad de nuestra Orden.

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EL COMPORTAMIENTO MASONICO

El comportamiento Masónico es aquel que corresponde a los hombres virtuosos, libres y de

buenas costumbres. De un masón no puede esperarse nada menos, pues está comprometido a

eso ante el G A D U, ante su propia conciencia y ante sus hermanos.

La Masonería no es un club social donde se reúnen los hombres para compartir ideas

mundanas mientras liban plácidamente las copas de licor, sino una Escuela Iniciática de

perfeccionamiento humano... es el camino que lleva de la oscuridad a La Luz... es el lugar donde

el ser humano aprende a cavar calabozos para los vicios y a elevar Templos a las virtudes... es el

sitio ideal para soltarse de las cadenas que aferran a la humanidad a la ignorancia y a los

dogmas.

La Francmasonería Universal espera que sus miembros entiendan, en una forma libre y sin

imposiciones, que el hombre debe comportarse rectamente dentro de la sociedad en que se

desenvuelve y que esa actitud exterior sólo se hará presente cuando el individuo haya logrado

poner en orden a la desbocada mente, lo cual viene no solamente por el estudio concienzudo,

sino que la práctica es un requisito indispensable para el logro de sus objetivos.

El Masón representa a toda la Institución... los ojos de los profanos se posan inquisidores

sobre todo aquel que por un motivo u otro, ha sido identificado como perteneciente a ella, y están

atentos para “ver” cuál es su comportamiento... el aura de misterio que ha envuelto por milenios

a la Masonería, despierta la curiosidad en todos aquellos que no han tenido la bendición de ser

Iniciados en nuestros Augustos Misterios... por ese motivo, el Masón lleva sobre sus hombros la

responsabilidad ineludible de ser ejemplo viviente de buen comportamiento... de ser la imagen

misma del hombre verdaderamente libre de vicios y pasiones... la encarnación de las virtudes y el

amor...

En una persona común y corriente no resaltan tanto los defectos, pero en el Masón la cosa

cambia. Cuando vestimos ropas oscuras, cualquier sucio que caiga sobre ellas podrá ser

disimulado con facilidad, pero cuando usamos un traje blanco impecable, cualquier mancha, por

pequeña que ella sea, resaltará inevitablemente... el Masón es un hombre vestido de blanco...

cualquier gesto negativo, cualquier palabra fuera de tono o el más leve acto que no se ciña

estrictamente a los principios más elevados de la virtud, serán captados al instante, lo cual traerá

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consigo el consabido señalamiento... pero lo peor de todo es que junto a él, se señalará también a

toda la Institución Masónica.

Los Masones se reconocen entre sí por sus signos, palabras y tocamientos... así mismo, los

profanos deberían poder reconocernos en la misma forma... nuestros signos externos deberían de

ser los buenos actos totalmente adaptados a la virtud y a la moral... nuestras palabras, veraces y

rectas, darían un medio de reconocimiento inequívoco para todo aquel que no conozca nuestras

enseñanzas... y el amor que brota del corazón puro y virtuoso, debería “tocar” los corazones de

todos los que tengan contacto con nosotros... así es como debería reconocerse a los Masones... la

gente tendría que decir: “ese es un hombre virtuoso y bueno, debe ser Masón...”

Y si en nuestra trayectoria como Masones nos hemos encontrado con hermanos que no se

preocupan por tallar la piedra bruta, ni por mejorar internamente, ello no debería

descorazonarnos, puesto que con toda seguridad les llegará el momento en que se den cuenta de

que no están actuando como es debido. En todas partes se cuecen habas, pero tampoco hay mal

que dure cien años... nuestro deber no es corregir a los demás... ello es imposible a menos que la

ayuda sea solicitada. Nosotros sólo tenemos autoridad total sobre una persona, y es a ella a

quien debemos imponer las disciplinas necesarias para que pueda alcanzar la Libertad de las

pesadas cadenas de la ignorancia. Esa persona somos nosotros mismos... nadie tiene la potestad

de hacernos cambiar, a nadie tenemos el poder de imponer nuestras ideas, pero aquellos que al

ver nuestro ejemplo se sientan inspirados, buscarán... y su búsqueda no será infructuosa,

encontraran las puertas del Templo y éstas les serán abiertas cuando toquen a ellas... y allí

pedirán y les será dado...