782 La Gran Cosa

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La gran cosa La sorprendente verdad tras un resultado extraordinario

Gary Keller y Jay Papasan

RESUMEN EJECUTIVO

La clave para lograr más en nuestra carrera profesional y en

nuestra vida personal es estrechar nuestro enfoque y concen-

trarnos en "la gran cosa" que nos brindará un mayor valor.

Cuando nos enfocamos, obtenemos grandes resultados.

Aunque parezca contraintuitivo, la clave para lograr más es

tratar deliberadamente de hacer menos, no más. Pero es

importante que aquello que hagamos sea precisamente lo que

producirá el mayor valor.

Para lograr más debemos pensar en grande, pero actuar en

pequeño. Debemos identificar "la gran cosa" que nos dará

más por nuestro dinero y hacer únicamente eso. Menos es

realmente más cuando se trata de obtener resultados.

Las seis mentiras sobre la productividad

Estos mitos son muy comunes pero no bien comprendidos

cuando se piensa en ser más productivo. Hay que conocer estas

mentiras y buscar el camino correcto:

1. Todo importa por igual

La idea de la igualdad de los logros es una mentira pura y

simple. Cuando todo parece igualmente importante, uno se

ocupa mucho; pero si no se es cuidadoso, el esfuerzo en un

área puede opacar lo que se obtiene en otra área.

La verdad es que la actividad usualmente no se relaciona con

la productividad. Tener una lista impresionante de cosas por

hacer es agradable, pero si esa lista está llena de cosas poco

importantes, no se llega a nada significativo aun cuando se

concluyan todas las actividades.

Los triunfadores no tratan de hacer todo lo que piensan. Ellos

siguen otra estrategia. Tienen un sentido claro de la prioridad y

de la meta que persiguen. En vez de tener una larga lista de

actividades, se limitan a una lista corta donde deben obtener el

éxito. Esto es mucho más productivo.

En el siglo XIX, el economista italiano Vilfredo Pareto explicó

su famoso principio del 80/20. La conclusión inicial fue que el

80% de la tierra en Italia estaba en manos del 20% de la po-

blación. En 1930, Joseph Juran, ejecutivo de General Motors

describió este principio como la idea de “pocas cosas vitales y

muchas cosas triviales”. Arthur Richard Koch clasificó la idea

como “el principio 80/20” y confirmó que a menos esfuerzo

mayores resultados.

Para contrarrestar el mito de que todo importa, no hay que

enfocarse en estar ocupado sino en ser productivo. Hay que

preguntarse constantemente sobre lo que de verdad importa

hasta llegar a una solo cosa que se convierte en la actividad

principal durante todo el día. En otras palabras: para lograr

más hay que andar por lo bajo. Entender qué actividad genera

mayores resultados y maximizar el tiempo que se le dedica aun

cuando haya que decir “no” a muchas otras cosas. El éxito

viene de hacer lo que más importa.

2. La multitarea es buena

Nass, de la universidad de Stanford, estableció cómo funciona

la multitarea. Estudió a 262 personas que eran eficientes

haciendo varias cosas a la vez y se quedó asombrado porque

obtenían los peores resultados. Concluyó que la multitarea es

una mentira y una manera ineficiente de realizar las cosas.

¿Por qué? Hay varias razones:

- Cuando se interrumpe el flujo de trabajo, cuesta retomarlo,

sea la interrupción larga o corta. El cambio de tarea siempre

tiene un costo en términos de efectividad.

- Cuando se cambia de tarea, hay el peligro intrínseco de no

poder volver a la tarea inicial. La multitarea aumenta el riesgo

de irse por las ramas.

- La multitarea toma más tiempo, no menos. Es ineficiente.

- Es más fácil cometer errores cuando se hacen muchas tareas

simultáneas, pues no se presta atención a lo que importa de

verdad.

- La multitarea aumenta los niveles de estrés.

- Las personas multitarea le dan más importancia a la infor-

mación nueva que a la antigua, aun cuando no tenga valor.

La verdad es que cuando las distracciones son naturales y se

esperan, la multitarea no funciona, no ayuda al desempeño. De

hecho, la multitarea introduce más distracciones que disminu-

yen los resultados. Si se compra el mito de que se pueden

hacer más de una o dos cosas a la vez, se tiene problemas.

3. Hay que ser disciplinado

En la sociedad existe la idea de que para ser exitoso se debe

llevar una vida disciplinada. Por tanto, si alguien no es exitoso,

no es disciplinado y necesita serlo. Pero esto es falso.

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En vez de tratar de ser una persona disciplinada, se deben de-

sarrollar hábitos productivos que conduzcan en una dirección.

Los científicos sociales dicen que se necesitan 66 días en pro-

medio para formar hábitos y hacerlos permanentes en la propia

vida. Las personas altamente exitosas nos son actores de clase

mundial en todo, pero son selectivos con los hábitos que culti-

van. Para estar entre estas personas, hay que hacer lo mismo.

La característica principal del hábito es que toma más cultivar-

lo que energía para mantenerlo. Una vez que alguien asume el

éxito como patrón, este se convierte en hábito, parece una

segunda naturaleza. Esto simplifica la vida. Cuando se tienen

hábitos productivos como una rutina diaria, la vida se hace

menos complicada y se ve mejor el camino.

4. La fuerza de voluntad está siempre a la orden

Este es otro mito social que dice que la fuerza de voluntad

siempre está lista para ser incluida en lo que uno necesite. Este

enfoque clásico de “donde existe el deseo está el camino”,

sugiere que si uno desea algo muy grande debe desearlo

ardientemente, más que cualquier cosa.

Desafortunadamente, la fuerza de voluntad fluctúa en las per-

sonas todo el tiempo. A veces se tiene mucha y otras veces hay

escasez. Para la mayoría de las personas la fuerza de voluntad

sale con fuerza al comenzar el día pero se va acabando gra-

dualmente. Las pausas de la mañana, el mediodía y la tarde

dan fuerza de voluntad durante el día, pero esta dura poco,

tiene una vida corta. Es limitada pero renovable.

Para poner la fuerza de voluntad se debe:

- Respetar el nivel de la fuerza de voluntad en todo momento

y estar preparado a atraparla cuantas veces se presente. No

hay que tomarla como algo seguro.

- Establecer el momento de la tarea prioritaria cuando la

fuerza de voluntad está más alta, lo cual sucede en la mañana

para la mayoría de las personas o después de las pausas.

- Alimentar el cerebro con la comida adecuada para que tenga

suficiente energía. El cerebro es el 2% de la masa del cuerpo,

pero consume 20% de las calorías que se queman para tener

energía. Si se debe tomar una decisión importante hay que

ingerir comida de calidad para subir los niveles de energía.

5. Una vida balanceada

Todos hablan de llevar una vida balanceada, pero nadie lo

logra. Es un mito. Si se va a lograr algo en cualquier área, hay

que enfocarse todo el tiempo en eso, lo que significa que auto-

máticamente queda menos tiempo para lo demás. Este tipo de

enfoque intenso hace imposible alcanzar el balance.

En lugar de un balance, hay que lograr un balance dinámico:

- Separar la vida en dos tobos: vida personal y trabajo.

- Llenar el tobo del trabajo con astucia, dándole mucho tiem-

po a “la gran cosa”. Dedicar casi todo el tiempo de trabajo a

lo que uno hace muy bien y más nada.

- Contrabalancear la vida personal en el otro tobo, dándole

atención apasionada a otras áreas de la vida cuando no se está

trabajando. El mantra debe ser: se trabajará mucho y se juga-

rá mucho. Se deben balancear constantemente ambos tobos,

pero se le da el mayor esfuerzo al tobo que se está llenando

en el momento. Es el mejor balance que se puede hacer.

6. Lo grande es malo y se le debe temer

Muchas personas no siguen sus sueños porque han caído en el

mito de que “grande es malo”. La realidad es que si se teme

ser muy exitoso y se prefiere aceptar menos, uno se está

escatimando. Se debe tener el hábito de pensar en grande y

establecer metas audaces e inspiradoras.

Si se piensa en grande se actúa diferente y se toman caminos

diferentes. Cuando se va tras un gran resultado, las acciones

difieren de las que se toman cuando se va tras uno pequeño.

Las personas inteligentes utilizan lo que han adquirido como

plataforma en la cual pueden construir el futuro, en vez de un

techo de vidrio para lo que podrían adquirir en el futuro.

La claves para pensar en grande son:

- Pensar diferente: no ordenar del menú sino imaginar un

potencial resultado que nadie haya visto todavía.

- Actuar con valentía: buscar los sistemas, modelos, hábitos o

relaciones que han utilizado quienes tienen grandes logros y

utilizarlos.

- Ver el fracaso como parte integral del viaje: como un pro-

blema temporal dentro de los resultados excepcionales. Estar

preparado para fracasar en el camino hacia el éxito significa

aprender de los errores y continuar avanzando.

El sistema para hacer más

Para obtener resultados extraordinarios hay que enfocarse en

una pregunta y tres conceptos:

1. Una cosa siempre importa

¿Qué cosa puedo realizar ahora mismo y que hará que todo lo

demás resulte más fácil o innecesario?

Esta simple pregunta, aunque engañosa, funciona porque com-

bina la perspectiva de “gran película” y de “pequeño foco” que

parece un láser. Si se hace esta pregunta a diario y se dedica a

trabajar en cualquier actividad que genere valor, se logrará el

mayor progreso posible en el trabajo más importante.

2. El éxito es secuencial

Nadie obtiene un gran éxito en una sola entrada. Ser exitoso es

más bien un juego de dominó: se comienza tumbando un do-

minó que a su vez tumba uno más grande hasta que al final se

tumba un dominó que representa un gran éxito. Para lograr re-

sultados excepcionales, se comienza en pequeño, se desarrolla

un impulso y se crece.

Se debe hacer que la pregunta de enfoque sea parte de la rutina

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diaria para que funcione la magia. Los pasos para engranar

como hábitos las preguntas que permiten enfocarnos son:

- Ser tenaz: hay que recordar que toma 66 días para que la

pregunta se convierta en hábito, así que hay que preguntar

hasta que llegue a ser una segunda naturaleza. Hay que ser

serio para obtener resultados extraordinarios.

- Establecer recordatorios: poner avisos en el trabajo que

digan: “Hasta que no haga una sola cosa, todo lo demás es

distracción”. Usar notas, protectores de pantalla y calenda-

rios para dar claves. Otro recordatorio puede decir: “Una sola

cosa = Resultado extraordinario”.

- Buscar apoyo: forme un grupo de apoyo para el éxito.

- Utilizar esto en todas las áreas de la vida y en la carrera:

entender qué es lo más importante en las diferentes áreas de

la vida y dedicarse con pasión.

3. El éxito siempre deja claves

A medida que se hace la pregunta persistentemente, la clave es

encontrar y luego actuar sobre las grandes preguntas que

surgirán. Se debe investigar, modelar e integrar dentro de las

acciones las preguntas que son grandes y específicas.

Para ilustrar, supongamos que se decide cuál es esa cosa nece-

saria para incrementar las ventas. Esto lleva a preguntas que

pueden ser expresadas de manera diferente:

- Un enfoque pequeño y específico: ¿Qué puedo hace para

aumentar mis ventas en un 5% el próximo año?

- Un enfoque pequeño pero amplio: ¿Qué puedo hacer el

próximo año para incrementar mis ventas?

- Un enfoque grande y amplio: ¿Qué puedo hacer el próximo

año para duplicar mis ventas?

- Un enfoque grande y específico: ¿Qué puedo hacer ahora

para duplicar mis ventas en seis meses?

La pregunta grande y específica es una “gran pregunta”. En

términos prácticos, cuando se hace una pregunta grande se

apunta hacia una meta grande. Las preguntas grandes y espe-

cíficas usualmente llevan a respuestas grandes y específicas

que hacen avanzar. Una vez que se tiene una gran pregunta

delimitada, se puede integrar dentro de la pregunta enfocada:

¿Qué puedo hacer hoy para duplicar las ventas en seis meses,

de tal manera que todo lo demás resulte fácil o innecesario?

¿Cómo obtener resultados extraordinarios?

Se necesita un proceso de seis etapas:

1. Vivir con un propósito

Todo el mundo naturalmente desea ser feliz, pero si se busca la

felicidad directamente todo lo que se obtendrá serán tonterías y

no lo verdadero. Para ser feliz hay que dedicar tanto la vida

como la carrera a obtener algo mayor y más difícil de alcanzar.

Hay que preguntarse: ¿Qué puedo hacer en mi vida que signi-

ficará lo mejor para mí y para el mundo, de tal manera que

haciéndolo todo resulte más fácil o innecesario?

Si no se puede descifrar la causa por la cual uno se levanta por

la mañana, por lo menos hay que escribir algo grande e

impresionante que le gustaría alcanzar. Luego, hay que diseñar

cómo obtenerlo. Se escoge la dirección hacia donde moverse y

se camina con la convicción de que uno será feliz.

2. Vivir por prioridades

Cuando se vive con propósito, se sabe para dónde se va. Si se

vive según las prioridades, uno sabe lo que necesita para

lograrlo. Establecer las metas del momento lleva a las metas a

largo plazo y las conecta a lo que se necesita hacer para

progresar. Se piensa en grande pero se va por lo bajo y lo espe-

cífico. Las acciones de hoy se están conectando a todo el

mañana y al visualizarlas se logran las metas. Se puede pensar

estratégicamente porque se tiene un mapa del camino.

Se debe estar seguro de escribir las respuestas a las preguntas.

Las investigaciones dicen que escribir las metas ayuda en un

40% para alcanzarlas. Escribir las metas y colocarlas en algún

lugar donde se vean con frecuencia.

3. Vivir para la productividad

Para alcanzar resultados extraordinarios, se deben reservar tres

cosas en el calendario, en este orden:

- Tiempo libre: se es más productivo si uno está relajado y la

clave es tener tiempo libre de calidad. Recargar baterías y

saber cuándo.

- Tiempo de “la gran cosa” para enfocarse en lo que es más

productivo: planificar por lo menos cuatro horas al día para

hacer “la gran cosa” y defender ese tiempo con furia. Progra-

mar temprano en la mañana cuando la fuerza de voluntad está

en el máximo.

- Tiempo para planificar: por lo menos una hora a la semana

para revisar las metas anuales y mensuales, además de revisar

el progreso. En cada reunión hay que preguntarse: ¿Qué

necesito hacer esta semana para estar en línea con mis metas

mensuales y estas con mis metas anuales?

Una vez que se han reservado estos momentos, es importante

protegerlos con vigor. Hay que informar a los demás cuando se

está disponible y cuando no, para que el ajuste sea rápido. Si

alguien trata de robar el tiempo destinado a “la gran cosa”, se

debe declinar con educación o dar alternativas. Si esto no fun-

ciona, las cuatro estrategias que se pueden usar son:

- Construir un búnker donde se tenga todo lo necesario para

ser productivo: tal vez acondicionar una sala de conferencias

o algo similar.

- Almacenar provisiones en el búnker: suministros, material,

refrigerios, bebidas - todo a la mano para no distraerse.

- Proteger el búnker de las minas: apagar el teléfono, el email,

salir del navegador de la portátil. Estar preparado para darle

el 100 por ciento de atención a “la gran cosa”.

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- Buscar apoyo: explicarles a los que puedan distraer lo que

pasa y cuándo se está disponible. Ellos se adaptarán cuando

vean el panorama en general.

4. Hacer tres compromisos

Para obtener resultados, debemos hacer tres compromisos:

- Seguir el camino hacia la perfección: mantenerse activa y

agresivamente buscando la manera de hacerlo todo mejor. Se

sabe que hay que acumular 10.000 horas de práctica para

convertirse en un artista de élite en cualquier campo. Si se

trabajan 4 horas al día durante 250 días al año, se llegará a

formar parte del grupo.

- Buscar continuamente la mejor manera de hacer las cosas:

pasar de ser un emprendedor a tener un propósito. Los em-

prendedores tienen mucha energía y motivación pero a veces

carecen de habilidades cuando están aprendiendo cómo se

mueven los hilos. Pasar de lo que viene naturalmente hacia

enfocar y tener un propósito. Recordar que para alcanzar algo

diferente hay que hacer algo diferente que pase sobre cual-

quier otra actuación y se convierta en un propósito. Buscar

modelos y sistemas que puedan abrir el potencial.

- Estar contento de ser el responsable de hacerlo todo por

alcanzar “la gran cosa”: ser dueño de los resultados. Absorber

los fracasos y mantenerse orientado hacia los resultados.

Continuar avanzando aun cuando todo alrededor tenga el

potencial de desviar las cosas. Buscar y reconocer la realidad,

encontrar soluciones trabajables y seguir con ellas. Si es posi-

ble, tener alguien a quien informar: un entrenador, un maes-

tro, un mentor o un amigo que se respete. Permanecer en la

silla del chofer. Ser dueño de lo que se produce.

5. Vigilar los cuatro ladrones

Los cuatro ladrones de la productividad de los que debemos

cuidarnos celosamente son:

- La incapacidad de decir “no”: es decir, se dice "sí" a mu-

chos proyectos y se va en la dirección equivocada. Se debe

comenzar diciendo “no” o, por lo menos, “no por ahora”, a

las distracciones, para tener más tiempo para “la gran cosa”.

Decir “no” es liberador.

- Miedo al caos, lo cual no ayuda: cuando nos enfocamos en

“la gran cosa”, se mueven otras cosas que algunas veces

crean una sensación de caos. Debemos hacer las paces con

esos sentimientos, ya que son naturales y muestran que se

está en el camino de dominar “la gran cosa”.

- Malos hábitos de salud: es decir, no estamos manejando

bien la energía. No se debe sacrificar la salud haciendo más

de lo que se puede. Hay que manejar los niveles de energía a

través de dietas correctas, ejercicio regular y buenos hábitos

para dedicarle la mayor energía a “la gran cosa”.

- Tener un ambiente de trabajo que no apoya las metas: esto

evita que la persona avance en la dirección correcta. Ser

proactivo. Crear un ambiente físico que esté acorde con don-

de se desea llegar. Estar con las personas que apoyan el

esfuerzo para ser productivo. Tener un ambiente de trabajo

permita ir de un lado a otro.

6. ¡Comience ya!

Para lograr resultados extraordinarios, hay que pensar en gran-

de pero hacer las cosas por lo bajo. Descifrar la responsa-

bilidad que significa “la gran cosa” y trabajar para maximizar

el tiempo que se dedica a ella.

En vez de llenar la vida con notas promisorias (haré, podré,

podría), hay que vivir sin arrepentimientos. El éxito siempre es

un trabajo interno. Entrar en acción empujando la primera

ficha de dominó que lleva a “la gran cosa” y que iniciará una

gran reacción en cadena.

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Título original: The One Thing

Editorial: John Murray Publishers

Publicado en: Julio de 2013

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