71 Richard P., Movim. de Jesus

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teologia

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Intrd.Hechos

1

El Movimiento de Jess

despus de su Resurreccin y antes de la Iglesia

Una interpretacin liberadora de los Hechos de los Apstoles

Pablo Richard

Presentacin

Se me ha pedido hacer la presentacin del libro El movimiento de Jess despus de su resurreccin y antes de la Iglesia.

Es el ttulo que su autor Pablo Richard, da a su estudio hecho en sentido liberal e histrico del texto de los Hechos de los Apstoles.

En este ao 1988, dedicado al Espritu Santo, dentro del milenio preparatorio para celebrar el Jubileo 2000. Pablo Richard quiere brindarnos ese valioso y serio trabajo, fruto de su reflexin y prctica pastoral en cursos dados a diversas Iglesias Particulares de Amrica Latina.

De manera sencilla, el autor no solo nos hace conocer el texto y contexto de los Hechos de los Apstoles, sino tambin, y aqu est su valor para nosotros en los tiempos actuales, a travs de la reflexin pastoral que aade a los diversos captulos, sintetiza, actualiza y cuestiona el universo eclesial tratando de combinar una exgesis cientfica con una visin pastoral liberadora.

Quienes conocemos a Pablo Richard de hoy sabemos bien de su amor y fidelidad a la Iglesia Comunidad e Institucin.

Desde esta conclusin entendemos y agradecemos sus aportes, orientaciones y cuestionamientos.

Da la perspectiva de la nueva evangelizacin que nos invita Juan Pablo II y ante los desafos del nuevo milenio este libro puede ser un eficaz aporte a nuestro afn pastoral de reforma y actualizar las estructuras pastorales e institucionales de nuestras Iglesias Particulares.

En la tarea de reforma de la Iglesia es importante resaltar las 3 dimensiones fundamentales del movimiento de Jess, tal como nos presenta Lucas en los Hechos.

La dimensin del Espritu Santo.

La dimensin misionera y

La dimensin de las pequeas comunidades, dice el autor de este libro.

Hago votos a Dios para que el inters del autor al poner este libro en nuestras manos consiga su objetivo, cual es, ayudar a quienes trabajamos por el Reino de Dios como Iglesia de Nuestro Seor Jesucristo nos renovemos en nuestro ser y hacer Iglesia, porque el Espritu Santo, la misin y las pequeas comunidades tal como nos narra Lucas, son realidades que nos da vida, fuerza y esperanza, como en tiempo de los Hechos de los Apstoles.

+ Vctor Corral Mantilla

OBISPO DE RIOBAMBA.

Riobamba, 27 de abril de 1998

Introduccin

El libro que aqu presentamos intenta una interpretacin global de los Hechos de los Apstoles, tratando de combinar una exgesis cientfica con una visin pastoral liberadora. La idea fundamental que gua nuestra interpretacin es que los Hechos de los Apstoles de Lucas reflexiona sobre el perodo de los orgenes del Cristianismo que va del ao 30 al 60 dC, es decir, el perodo despus de la Resurreccin de Jess y antes de la institucionalizacin de la Iglesia, que es posterior a los aos 70 dC. El movimiento de Jess en este perodo, tal como aparece en Hechos, tiene tres caractersticas: es un movimiento del Espritu, un movimiento misionero, que se va estructurando en pequeas comunidades domsticas. Lucas busca desafiar la Iglesia de su tiempo (aos 80-90) desde esta perspectiva misionera del Espritu y desde estas primeras comunidades domsticas. El libro que presentamos tambin busca desafiar las Iglesias de hoy desde esta misma perspectiva.

Captulo Primero:

Introduccin a los Hechos de los Apstoles

1.1 Algunas claves de interpretacin

El libro de los Hechos de los Apstoles (Hch) fue escrito entre los aos 80 y 90 dC, posiblemente en feso. La tradicin reconoce como autor del tercer Evangelio y de Hch a Lucas. El contenido del libro cubre casi completamente el perodo llamado apostlico (30-70 dC): comienza con la resurreccin de Jess (ao 30 dC) y termina con la actividad durante dos aos de Pablo en Roma (aos 58-60 dC). El perodo en el cual Lucas escribe Hch es llamado perodo sub-apostlico (70-135 dC). En este perodo se institucionalizan los diferentes modelos de Iglesia; es el perodo de la organizacin de la Iglesia. Lucas busca con su libro de Hch reconstruir ese perodo que va desde la resurreccin de Jess hasta la organizacin de las Iglesias. Es un perodo normalmente olvidado en la tradicin, pues en el imaginario colectivo de los cristianos, la organizacin e institucionalizacin de la Iglesia aparece directamente ligada al Jess histrico. Jess y la institucin de la Iglesia aparecen unidos histricamente. Rescatar el libro de Hch es justamente rescatar ese perodo histrico de 30 aos entre la Resurreccin de Jess y la organizacin de las Iglesias, es reconstruir el Movimiento de Jess despus de la Resurreccin y antes de la Iglesia.

El Evangelio de Lc y los Hch tienen un mismo autor y constituyen una sola obra. Es posible que en su primera composicin formara un solo libro. En ese caso el Evangelio terminara en 24,49 y Hch comenzara en 1,6. Separadas las dos obras se habra agregado al final del Evangelio los vv. 50-53 y al comienzo de Hch los vv. 1-5. El prlogo que tenemos en Lc 1,1-4 es para toda la obra Evangelio-Hechos. La obra comienza en el Templo de Jerusaln con el anuncio del nacimiento de Juan Bautista y termina en Roma en una casa con la predicacin del Reino de Dios realizada por Pablo con toda valenta y sin estorbo alguno. Toda la obra es un Evangelio y tiene una profunda coherencia teolgica, si bien hay un progreso histrico y teolgico desde el comienzo hasta el final. Aqu veremos solamente la segunda parte de este gran Evangelio que fue llamado desde antiguo Hechos de los Apstoles.

El libro de Hch, como ya dijimos, reconstruye el Movimiento de Jess despus de su Resurreccin y antes de la institucionalizacin de las Iglesias (realizada despus del 70 dC). Este movimiento tiene segn Hch tres caractersticas fundamentales: es un movimiento animado por el Espritu Santo, es un movimiento misionero, cuya estructura bsica son las pequeas comunidades domsticas. El tiempo despus de la Resurreccin de Jess es as el tiempo privilegiado del Espritu y es justamente esto lo que rescata Hch. Por eso muchos lo llaman el Evangelio del Espritu Santo. El movimiento de Jess es tambin en Hch, un movimiento esencialmente misionero. En 1,8 tenemos resumidas estas dos caractersticas fundamentales: recibirn la fuerza del Espritu Santo y sern mis testigos en Jerusaln, en toda Judea y Samaria y hasta los confines de la tierra. El movimiento de Jess, por lo tanto, antes de institucionalizarse como Iglesia, fue un movimiento del Espritu y un movimiento misionero. La experiencia del Espritu y de la Misin son histricamente anteriores a la Iglesia. Primero es el Espritu y la Misin, luego viene la institucionalizacin de las Iglesias. Este movimiento de Jess despus de su Resurreccin tiene adems como estructura fundamental las pequeas comunidades domsticas. Los momentos decisivos de Hch se realizan en estas pequeas comunidades que se renen en las casas: la primera comunidad apostlica se rene en una casa (1,12-14) y es en esa casa que se vive Pentecosts (2,1-4); la comunidad ideal despus de Pentecosts tiene su centro en las casas, donde se celebra la Eucarista (2,42-47); es la pequea comunidad la que permite resistir la persecucin (4,23-31); la diakona se organiza en las casas (6,1-6); la persecucin del movimiento de Jess es por las casas (8,3); la primera comunidad gentil convertida es la casa de Cornelio (10,1-48); existe una comunidad que se rene en la casa de Mara, la madre de Juan Marcos (12,12-17); Pablo funda pequeas comunidades en las casas: en Filipo (16,11-40), en Tesalnica (17,1-9) y en Corintio (18,1-11); en una casa en Trade la comunidad vive la experiencia de la Palabra, de la Eucarista y de la Resurreccin (20,7-12); en Cesarea encontramos una comunidad de mujeres profetas (21,8-14); Pablo llega en Jerusaln a la casa-comunidad de Nasn (21,17-20) y la ltima comunidad de Pablo en Roma es en una casa (28,30-31).

Lucas escribe Hch en los aos 80-90 cuando se institucionalizaban los diferentes modelos de Iglesia. El aporte de Lucas a dicho proceso es justamente la reconstruccin del movimiento de Jess despus de la resurreccin, como un movimiento del Espritu, un movimiento misionero, organizado en pequeas comunidades. El libro de Hch construye as a partir de la tradicin una perspectiva especfica, una metodologa, un espritu, un modelo o paradigma, para institucionalizar la Iglesia de su tiempo. Nosotros proponemos interpretar los Hch con esta perspectiva propia de Lucas, con la intencin, espritu y metodologa con la cual Lucas mismo escribi Hch, que sern para nosotros las claves hermenuticas para interpretar el libro:

(1) Desde la perspectiva del Espritu Santo. Todo el libro lo interpretaremos como el Evangelio del Espritu Santo, buscando descubrir la presencia y la accin de Espritu en toda la narrativa del libro. Trataremos, siguiendo la perspectiva del mismo Lucas, reconstruir el movimiento de Jess despus de su resurreccin, como un movimiento del Espritu. La referencia al Espritu Santo ser la clave hermenutica fundamental para la nuestra interpretacin del libro de Hch Daremos adems a nuestra interpretacin la misma intencionalidad que da Lucas a su libro: reconstruir el movimiento de Jess, como movimiento del Espritu Santo, como una perspectiva concreta y especfica para la construccin posterior de la Iglesia.

(2) Desde la perspectiva de la misin. Todo el libro de Hch es un movimiento misionero, desde Jerusaln hasta los confines de la tierra, cuyo contenido fundamental es la Palabra de Dios. El crecimiento del movimiento de Jess se identifica con el crecimiento de la Palabra (6,7; 12,24 y 19,20) y es la Palabra de Dios la que tiene el poder para construir la Iglesia (20,32). Trataremos, siguiendo esta perspectiva de Lucas, reconstruir el movimiento de Jess como un movimiento misionero. La referencia a la misin ser la segunda clave hermenutica fundamental para nuestra interpretacin del libro de Hch El rescate de esta dimensin misionera sigue la misma intencionalidad de Lucas: reconstruir el movimiento de Jess como movimiento misionero, como una perspectiva concreta y especfica para la construccin posterior de la Iglesia.

(3) Desde la perspectiva de las pequeas comunidades domsticas. El movimiento de Jess, despus de su Resurreccin y antes de la institucionalizacin de la Iglesia, se estructura en pequeas comunidades domsticas. Todo el libro tiene una dinmica que parte del Templo y llega a la casa. La formacin de pequeas comunidades es lo que permite que la Palabra se haga presente en las ciudades y en las culturas. La pequea comunidad es el lugar donde se mantiene viva la enseanza de los apstoles (la memoria de Jess) y donde se vive la koinona (tenan todo en comn), la diakona (no haba pobres entre ellos) y la Eucarista (Hch 2,42-47). Esta reconstruccin del movimiento de Jess como construccin de comunidades domsticas, ser la tercera clave hermenutica fundamental para interpretar el libro de Hch y lo hacemos tambin con la misma intencionalidad de Lucas: crear una perspectiva o metodologa fundamental para la posterior institucionalizacin de la Iglesia.

(4) Otras claves para nuestra interpretacin de Hch (solo las enumeremos, pues las explicaremos en la prctica misma de nuestra interpretacin de Hch):

- La participacin de la mujer en el movimiento de Jess

- La dimensin de las culturas y de la inculturacin del Evangelio

- La pluralidad de ministerios, carismas y funciones en la misin

- La dimensin poltica: el movimiento de Jess y el Imperio romano

1. 2 Estructura literaria de Hechos de los Apstoles

Lo importante ahora es comenzar apropindonos del texto de Hch y para ello proponemos una estructura literaria que nos permita hacer esta primera lectura organizada del texto:

Introduccin: 1,1-11

A: Retomando el pasado: 1,1-5

(agregado cuando se separaron los dos libros)

(1) Resumen del Evangelio: vv. 1-2

(2) Los das de la resurreccin: vv. 3-5

B: Introduccin a los Hch 1,6-11

(contina el discurso de Lc 24,49)

(1) Estrategia de Jess resucitado: vv. 6-8

(2) Exaltacin de Jess resucitado: vv. 9-11

I: El movimiento de Jess en Jerusaln:

1,12-5,42 (aos 30-32)

La comunidad de los creyentes hebreos dirigidos por los 12 apstoles

A: Constitucin de la comunidad: 1,12-2,47

a) sumario: 1,12-14: la comunidad antes de Pentecosts

b) narracin: 1,15-26: constitucin de los 12

b) narracin: 2,1-41: Pentecosts

a) sumario: 2,42-47: la comunidad despus de Pentecosts

B: Manifestacin de la comunidad en Jerusaln: 3,1-4,31

narracin en cuatro actos:

(1) curacin de un tullido: 3,1-10

(2) anuncio de la resurreccin: 3,11-26

(3) represin: 4,1-22

(4) Reunin de la comunidad: 4,23-31

A': Consolidacin de la comunidad: 4,32-5,16

a) sumario: 4,32-35

b) narracin: 4,36-37: Bernab

b) narracin: 5,1-11: Ananas y Safira

a) sumario: 5,12-16

B': Reconocimiento de la comunidad: 5,17-41

narracin en cuatro actos:

(1) prisin de los apstoles y liberacin: 5,17-21a

(2) convocacin del Sanedrn y testimonio de los apstoles: 5,21b-33

(3) Intervencin de Gamaliel y acuerdo con el Sanedrn: 5,34-39

(4) represin de los apstoles y liberacin: 5,40-41

Sumario conclusivo: 5,42:

los apstoles ensean y anuncian la Buena Nueva de Cristo Jess cada da en el Templo y por las casas.

II: De Jerusaln a Antioqua: 6,1-15,35 (aos 32-48 dC)

La comunidad de los helenistas y el inicio de la misin fuera de Jerusaln

A: Los Hechos de los Helenistas: 6,1-8,40

a) Asamblea en Jerusaln: eleccin de los 7 helenistas: 6,1-7

b) Hechos de Esteban: 6,8-7,60

a) Dispersin del grupo de los Helenistas: 8,1-4

b) Hechos de Felipe: 8,5-40

B: Los Hechos de Saulo: 9,1-31

C: Los Hechos de Pedro: 9,32-11,18

(1) En Lida y Jope: 9,32-43

(2) Conversin de la casa de Cornelio: 10,1-48

(3) Defensa de Pedro ante los de la circuncisin: 11,1-18

A: Los Hechos de los Helenistas: 11,19-30

a) Misin de los dispersados-conversin de griegos en Antioqua: vv. 19-21

b) Misin de Bernab desde Jerusaln a Antioqua: vv. 22-24

a') La comunidad de los cristianos en Antioqua: vv 25-26

[ Misin desde Antioqua a Jerusaln: vv. 27-30]

C: Los Hechos de Pedro: 12,1-25

a) Muerte de Santiago apstol, hermano Juan: vv. 1-2

b) Prisin y Liberacin de Pedro: vv. 3-17

a') Muerte de Herodes: vv. 18-23

b') Sumario: La Palabra de Dios creca y se multiplicaba: v. 24

[Bernab y Saulo, junto con Juan Marcos, regresan a Antioqua: v.25]

A: Los Hechos de los Helenistas: 13,1-14,28

(Misin de la Comunidad de Antioqua)

a) Asamblea de la comunidad de Antioqua y envo: vv. 1-3

b) Misin de la Iglesia de Antioqua: 13,4-14,25

a') Llegada y asamblea de la comunidad de Antioqua: 14,26-28

A: Los Hechos de los Helenistas: 15,1-35

(Asamblea de Jerusaln confirma a la Comunidad de Antioqua)

a) Antecedentes de la Asamblea: vv. 1-5

en Antioqua: vv. 1-2

camino a Jerusaln: v. 3

en Jerusaln: vv. 4-5

b) Asamblea donde habla Pedro: vv. 6-12

reunin de los apstoles y presbteros: v.6

discurso de Pedro: vv. 7-11

intervencin de Bernab y Pablo: v. 12

b') Asamblea donde habla Santiago: vv. 13-21

Santiago toma la palabra: v.13

discurso de Santiago: vv. 14-18

Juicio de Santiago: vv. 19-21

a') Acuerdos y reacciones: vv. 22-35

En Jerusaln: eleccin de los delegados para ir a Antioqua: v. 22

Carta a los hermanos de Antioqua, Siria y Cilicia: vv. 23-29

En Antioqua: recepcin de la carta de Jerusaln: 30-35

III: De Antioqua a Roma: 15,36-28,31 (aos 48-60 d. C.)

A: Los viajes misioneros de Pablo: 15,36-19,20 (aos 48-55 dC)

1: Pablo entre la ley y el Espritu: 15,36-16,10

a) Las intenciones de Pablo: 15,36-16,5

Pablo rompe con Bernab y elige a Silas: 15,36-40

Pablo recorre Siria y Cilicia consolidando a las Iglesias: 15,41

Pablo elige a Timoteo y lo circuncida: 16,1-3

Pablo entrega los decretos del concilio de Jerusaln

las Iglesias as se afianzaban en la fe y crecan en nmero: 16,4-5

b) El Espritu Santo logra imponer a Pablo su estrategia misionera: 16,6-10

2: Misin en la ciudad de Filipos: 16,11-40

a) Pablo llega a Filipos. Conversin de Lidia y las/los de su casa: 16,11-15

b) Pablo y la muchacha esclava. Conflicto con las autoridades: 16,16-24

Centro: Liberacin milagrosa de Pablo y Silas de la crcel

Conversin del carcelero y las/los de su casa: 16,25-34

b) Inocencia y libertad de Pablo: 16,35-39 (contina el relato de 16,16-24)

a) Pablo y Silas animan a la comunidad y abandonan Filipos: 16,40

3: Misin en la ciudad de Tesalnica: 17,1-9

4: Misin de Pablo y Silas en Berea: 17,10-15

5: Pablo en la ciudad de Atenas: 17,16-34

a) Actividad de Pablo en la ciudad: 17,16-21

b) Discurso de Pablo en el Arepago: 17,22-31

c) Reaccin al discurso de Pablo: 17,32-34

6: Misin en la ciudad de Corintio: 18,1-18a

(un ao y 6 meses: dic 50 - jun 52)

7: Misin en la ciudad de feso: 18,18b-19,20

a) Preparacin de la misin: 18,18b-28

(1) Viaje de Pablo rumbo a Siria (feso, Cesarea, Jerusaln, Antioqua):

vv. 18b-23a

(2) Pablo recorre Galacia y Frigia para fortalecer a los discpulos: v. 23b

(3) Actividad de Apolo en feso y Corintio: vv. 24-28

b) Misin en feso: 19,1-19

(1) Pablo y los 12 discpulos en feso: vv. 1-7

(2) Pablo predica en la sinagoga (3 meses): v. 8

(3) Pablo rompe con la sinagoga y predica en la escuela de Tirano (dos aos): todos los habitantes de Asia oyen la Palabra del Seor: vv. 9-10

(4) Pablo hace milagros y derrota a los magos: vv. 11-19

Sumario final: la Palabra del Seor creca y se robusteca: v. 20

B: Subida de Pablo a Jerusaln y viaje a Roma: 19,21-28,31

(Juicio, pasin, muerte y resurreccin de Pablo)1: Subida de Pablo a Jerusaln: 19,21-21,15

a) Pablo toma la decisin de ir a Jerusaln y Roma: 19,21-22

Pablo tom la decisin de ir a Jerusaln, pasando por Macedonia y Acaya

(Ab. 55).

Y deca: Despus de estar ah he de visitar tambin Roma

Pablo enva a Mecedonia a Timoteo y Erasto

y se queda en Asia algn tiempo.

b) Revuelta de los orfebres en feso: 19,23-40

c) De feso a Jerusaln: 20,1-21,15

(1) Pablo se despide de los discpulos de feso y recorre Macedonia

(jun 55): 20,1-2a

(2) Pablo en Corintio

(tres meses: dic 55 - feb 56 Escribe a los Romanos) 20,2b-3a

(3) De Corintio a Trade: 20,3b-6

(una conjuracin obliga a Pablo a ir a Filipos y Trade).

(4) En Trade: Eucarista y Resurreccin de Eutico: 20,7-12

(5) De Trade a Mileto: 20,13-16

(6) En Mileto: discurso de despedida

a los presbteros de la Iglesia de feso: 20,17-38

(7) De Mileto a Jerusaln: Mileto - Cos - Rodas - Ptara - Tiro (7 das) -

Tolemaida - Cesarea - Jerusaln: 21,1-15

2: Juicio y pasin de Pablo en Jerusaln y Cesarea: 21,16-26,32

a) Pablo en Jerusaln: 21,16-23,35 (ao 56)

(1) Encuentro con la Iglesia de Jerusaln: 21,16-26

(2) Pablo tomado preso en el Templo: 21,27-40

(3) Discurso a los judos en Jerusaln: 22,1-21

(4) Pablo se libra de ser linchado y azotado: 22,22-29

(5) Pablo ante el Sanedrn: 22,30-23,10

(6) Jess resucitado se aparece para animar y orientar a Pablo: 23,11

(7) Conjuracin contra Pablo y traslado a Cesarea: 23,12-35

b) Pablo en Cesarea: 24,1-26,32 (aos 56-57)

(1) Proceso ante el procurador Flix: 24,1-9

(2) Discurso de Pablo ante el procurador: 24,10-21

(3) Pablo dos aos preso en Cesarea: 24,22-27

(4) Festo procurador;

los judos quieren matar a Pablo, ste apela al Cesar: 25,1-12

(5) Pablo ante el rey Agripa: 25,13-27

(6) Discurso de Pablo ante el rey Agripa: 26,1-23

(7) Reacciones al discurso: 26,24-32

3: Muerte y resurreccin de Pablo: 27,1-28,31

a) Pablo camino a Roma: 27,1-28,10 (ao 58)

b) Pablo en Roma: 28,11-31 (aos 58-60)

(1) Triunfo de Pablo en su llegada a Roma: 28,11-15

(2) Actividad de Pablo en Roma en una casa: 28,16-28

Se le permite a Pablo permanecer en una casa: v.16

Resumen del proceso judicial ante los principales judos: vv. 17-22

Testimonio de Pablo a los judos: vv. 23-24

Finalmente: conversin de Pablo: vv. 25-28

(3) Pablo permanece dos aos en una casa:

predica el Reino de Dios y ensea lo referente al Seor Jess,

con toda valenta y sin obstculo alguno: 28,30-31

1.3 Reflexin pastoral

1) El libro de los Hechos nos ofrece una perspectiva para renovar en la actualidad la Iglesia. La perspectiva que nos ofrece Lucas en el libro de Hch es el movimiento de Jess despus de la Resurreccin y antes de la Iglesia. Desde esa perspectiva tenemos nosotros hoy que repensar una y otra vez nuestra Iglesia actual. Si Lucas escribi Hch para tener una perspectiva, una metodologa o espritu para, en su poca, institucionalizar el movimiento de Jess, nosotros tambin hoy podemos con la misma intencionalidad confrontar nuestra Iglesia actual con el movimiento de Jess tal, como lo reconstruye Lucas. El libro de Hch es as un instrumento privilegiado para desencadenar hoy un movimiento de reforma de la Iglesia, a condicin que lo interpretemos con el espritu con el cual Lucas lo escribi.

2) En esta tarea de reforma de la Iglesia es importante resaltar las tres dimensiones fundamentales del movimiento de Jess, tal como las presenta Lucas en Hch: la dimensin del Espritu, la dimensin misionera y la dimensin de las pequeas comunidades. stas son las tres dimensiones que debemos descubrir en los Hch para ser fieles a la perspectiva fundamental de Lucas. Estas tres dimensiones ya estn en marcha en la Iglesia de Amrica Latina, pero hay mucho que corregir o reconstruir. Es necesario volver otra vez a repensar la dimensin del Espritu y la dimensin misionera de la Palabra de Dios hoy en Amrica Latina, igualmente volver otra vez a refundar la Iglesia desde las Comunidades Eclesiales de Base. Cmo hacer todo esto a la luz de Hch?

Captulo Segundo: Hch 1,1-11

2.1 Retomando el pasado: Hch 1,1-5

Estos 5 versculos fueron agregados posteriormente, cuando la obra de Lucas fue dividida en dos. Era necesario resumir el evangelio (vv. 1-2) y volver a introducir el segundo volumen que posteriormente se llamara Hechos de los Apstoles (vv. 3-5). El prlogo en el Evangelio (Lc 1,1-4) era primitivamente el prlogo a toda la obra de Lucas (Evangelio y Hechos). En estos 5 primeros versculos de los Hch tenemos la conexin con el Evangelio de Lucas y tambin claves importantes para interpretar los Hechos.

2.1.1 Resumen del Evangelio: Hch 1,1-2

Lucas retoma aqu la referencia a Tefilo que puso al comienzo de su Evangelio (ilustre Tefilo Lc 1,3). Este Tefilo pudo haber sido una persona concreta (era costumbre dedicar una obra a personajes ilustres) o es un nombre simblico para designar a sus interlocutores. Tefilo significa amigo de Dios y podra referirse a los futuros catequistas y evangelistas para quienes Lucas escribe este tratado de enseanza superior. El hecho de agregarlo aqu, despus de separarse la obra lucana en dos, refuerza la idea que Tefilo es una designacin simblica general. Todos los que estudiamos este libro somos Tefilos. Para nosotros se escribi Hch.

El contenido del Evangelio, que Lucas resume aqu, es todo lo que Jess comenz a hacer y ensear hasta el da que fue llevado al cielo. Se deja entender que Jess contina su accin y enseanza despus de ser arrebatado al cielo; Jess resucitado sigue actuando y enseando en la comunidad despus de su ascensin. El Evangelio es solo el comienzo, nosotros vivimos la continuacin iniciada por el relato de los Hch. El texto destaca que antes de ser llevado al cielo dio instrucciones por medio del Espritu Santo a los apstoles que haba elegido. Los apstoles aseguran la continuidad entre el tiempo del Evangelio y el comienzo del tiempo de la Iglesia. La referencia al Espritu Santo puede tener dos traducciones: Jess da instrucciones por medio del Espritu Santo a los apstoles que eligi o Jess da instrucciones a los apstoles que por medio del Espritu Santo eligi. La accin del Espritu Santo puede referirse por lo tanto a la instruccin o a la eleccin de los apstoles (o quizs a las dos acciones al mismo tiempo). En todo caso se acenta aqu la accin del Espritu Santo, sea en la enseanza o en la accin de Jess.

2.1.2 Los das de la resurreccin: Hch 1,3-5

Los vv. 3-5 retoman el final del Evangelio de Lucas (cap. 24,50-53), pero ahora con un sentido diferente: en el Evangelio la resurreccin es el fin de la vida de Jess; aqu en Hch es el comienzo de la misin. En el Evangelio el tiempo despus de la resurreccin es un solo da; aqu en Hch son 40 das. Lucas separa la resurreccin de la exaltacin (ascensin) de Jess y crea ahora este tiempo intermedio de 40 das. El texto destaca dos cosas: que Jess est vivo corporalmente y que en este tiempo de 40 das les habla del Reino de Dios. Jess en el Evangelio, antes de comenzar su ministerio, es conducido por el Espritu al desierto y es tentado por el diablo durante 40 das (4,1-2); igualmente los apstoles, antes de comenzar su testimonio, tienen tambin este mismo tiempo de 40 das con Jess vivo en medio de ellos. Los 40 das recuerdan los 40 aos que el Pueblo de Israel anduvo en el desierto antes de entrar a la tierra prometida. Sin duda se trata de una cifra simblica, para designar un tiempo largo de preparacin, de discernimiento, de crisis y tentacin. Lucas pone aqu estos 40 das al comienzo de los Hch para sugerir que tambin la comunidad de los apstoles vivi un tiempo de tentacin y discernimiento antes de comenzar este tiempo nuevo de la misin. Posiblemente la crisis gir en torno al Reino de Dios como realidad posterior a la resurreccin de Jess. La pregunta en el v. 6 refleja esa crisis, tambin la actitud de los dos discpulos de Emas antes de su encuentro con Jess (Lc 24,13-24). No sabemos si esos 40 das sucedieron realmente o simplemente es un dato simblico en el relato de Lucas. La respuesta a esta pregunta depende de cmo entendamos los smbolos. En la tradicin de la exgesis liberal lo simblico-mtico es opuesto a lo histrico. Creemos que esta perspectiva es falsa, pues para nosotros los smbolos y los mitos son siempre histricos, representan situaciones histricas. Estos 40 das de los apstoles con Jess, despus de su pasin y antes de su ascensin, quedan en la memoria de la Iglesia como el paradigma de todo comienzo importante en la historia de la salvacin. Toda obra importante debe tener esta experiencia de los 40 das.

En el v. 3 se dice que Jess se present vivo a los apstoles, ahora en el v. 4 Jess da una orden a los apstoles: no ausentarse de Jerusaln y esperar la Promesa del Padre. Esta orden la reciben mientras coma con ellos. En el Evangelio (Lc 24,41-43) Jess tambin come con ellos, como prueba de su corporeidad, de su pertenencia como Resucitado a nuestra historia. Ahora la comida anuncia aqu la comensalidad como signo de la comunidad cristiana. Es en torno a una mesa para comer, que la comunidad hace la experiencias de Jess resucitado, en la fraccin del pan. Al final del Evangelio el comer expresa la corporeidad del Resucitado, ahora expresa la presencia del Resucitado en la comunidad. La relacin entre comida en comn y Reino de Dios es frecuente en la tradicin sinptica. La orden que Jess da a los apstoles en el v. 4 exige pasividad total: no ausentarse de la ciudad y aguardar; en Lc 24,49 es semejante: permanecer en la ciudad (con la connotacin de esperar sin hacer nada). La permanencia y espera pasiva debe durar hasta que sean bautizados en el Espritu Santo (Hch 1,5) o hasta que sean revestidos del poder de lo alto (Lc 24,49). Lucas se est aqu refiriendo claramente a Pentecosts. Esto es importante para entender el sentido de la ascensin (1,9-11) y de la eleccin de Matas (1,15-26), que veremos ms adelante.

El bautismo en el Espritu Santo est al comienzo de la misin de los apstoles, as como el bautismo de Jess en el Jordn est al comienzo del ministerio de Jess. Ya Juan Bautista anunci este bautismo en el Espritu Santo, que sera obra del mismo Jess (Lc 3,16). Pentecosts es este bautismo en el Espritu Santo, realizado por Jess resucitado y exaltado. El bautismo aqu no es el rito cristiano del bautismo, sino la inauguracin del tiempo del Espritu, del cual todo el libro de Hch dar testimonio.

2.2 Introduccin: Hch 1,6-11

Si aceptamos la hiptesis que el Evangelio y Hechos formaban una sola obra, el relato que se inicia en Hch 1,6 contina el relato del Evangelio que termin en Lc 24,49. El texto seguido sera as:

Miren, yo voy a enviar sobre ustedes la promesa de mi Padre.

ustedes permanezcan en la ciudad

hasta que sean revestidos del poder de lo alto (Lc 24,49).

Los que estaban reunidos le preguntaron:

Seor, es ahora cuando vas a restablecer el Reino de Israel? (Hch 1,6).

Esta seccin tiene dos partes: una sobre la estrategia de Jess resucitado (vv. 6-8) y otra sobre la ascensin (vv. 9-11).

2.2.1 La estrategia de Jess resucitado: 1,6-8

El texto comienza con la referencia a los que estaban reunidos. Quienes son? En Lc 24 se dice explcitamente que las mujeres anuncian el hecho del sepulcro vaco a los 11 y a todos los dems (24,9) y que los discpulos de Emas vuelven a Jerusaln y encuentran reunidos a los 11 y a los que estaban con ellos. El texto explcita claramente quienes son stos que estn con los 11:

(1) Mara Magdalena, Juana y Mara la de Santiago y las dems que estaban con ellas (Lc 24,10. Retoma el tema de las discpulas de Jess, que lo acompaan desde Galilea: Lc 8,2-3 y 23,49.55).

(2) Los dos discpulos que parten del grupo camino a Emas (Lc 24,13) y que retornan al grupo (Lc 24,33).

(3) Ms adelante (1,14) se dice que con los 11, que son nombrados por su nombre, estaban algunas mujeres, Mara la madre de Jess y sus hermanos.

(4) Todos son llamados Galileos (Hch 1,11).

El grupo reunido el da de la Resurreccin es por lo tanto un grupo galileo, compuesto por los 11, por un grupo de mujeres (donde se destaca Mara Magdalena y Mara la madre de Jess), los hermanos de Jess (entre los cuales destaca Santiago a partir del captulo 12 de Hch) y los dos discpulos de Emas. Este es el grupo a quien las mujeres anuncian el hecho del sepulcro vaco, a quien se aparece Jess resucitado; a todo este grupo Jess abre sus inteligencias para comprender las Escrituras y son todos ellos a quienes Jess promete ser revestidos del poder de lo alto (Lc 24); es a este mismo grupo que Jess dice: Ustedes recibirn la fuerza del Espritu Santo y sern mis testigos (Hch 1,8); es ante ellos que Jess es levantado al cielo y es a ellos que los dos hombres vestidos de blanco anuncian el retorno de Jess (Hch 1,9-11); y, adelantndonos un poco, tambin descubrimos que es el mismo grupo, con Pedro a la cabeza, el que elige en una asamblea a Matas como sustituto de Judas, donde se especifica adems que el grupo era de 120 personas (Hch 1,15-26); y es finalmente el mismo grupo el que esta reunido en un casa el da de Pentecosts y es el mismo grupo el que recibe el Espritu Santo y habla en otras lenguas (Hch 2,1-13). Esta constatacin es importante para romper el imaginario impuesto desde fuera al texto, que es solamente el grupo de los 11 apstoles el grupo ante cual se aparece Jess resucitado y el grupo que es enviado y que recibe el Espritu en Pentecosts. Este imaginario dominante es ajeno al texto y excluye fundamentalmente a las mujeres. El texto de Hch, por el contrario, las incluye desde el primer momento en el relato. El texto restrictivo es Hch 1,1-5 que ya hemos examinado. Ah son solo los apstoles los que reciben las ltimas instrucciones de Jess resucitado y a quienes se promete el bautismo en el Espritu Santo. Como vimos, este texto de Hch 1,1-5 es agregado posteriormente cuando la obra lucana es separada en dos. El agregado testimonia un desarrollo teolgico posterior, restrictivo frente al texto global original de Lc 24 y Hch 1,6ss.

En Hch 1,6 los que estn reunidos preguntan:

es ahora que vas a restaurar el Reino a Israel?

En Lc 24,21 los discpulos de Emas haban expresado algo semejante:

Nosotros esperbamos que sera l quien iba a liberar a Israel.

No olvidemos que Hch 1,6 contina el relato de Lc 24,1-49 y es en el contexto de ese relato que surge la pregunta de Hch 1,6. Es todo el grupo reunido el que hace la pregunta a Jess. Es una pregunta de toda la comunidad. Entre los que preguntan en Hch 1,6 estn los dos discpulos de Emas, que ya estaran claros con la larga explicacin que les hizo Jess de las Escrituras; adems, a todos los reunidos Jess les haba ya abierto la inteligencia para comprender las Escrituras (Lc 24,45). En 1,3 se dice que Jess resucitado durante 40 das les estuvo hablando sobre el Reino de Dios. Cmo se explica que el grupo todava mantenga la pregunta por la liberacin de Israel o, lo que es lo mismo, la pregunta por la restauracin del Reino de Israel? Jess predic el Reino de Dios y lo identific claramente con la vida del pueblo, especialmente con la vida del pueblo pobre y oprimido (Lc 4,16-21; 7,18-23). Jess tom radical distancia del proyecto teocrtico y poltico que identificaba el Reino de Dios con el Reino de Israel (Reino davdico opuesto al dominio romano); tambin se confront con el proyecto sacerdotal que identificaba el Reino de Dios con el Templo. Por eso es extrao que la comunidad siga pensando polticamente en la restauracin del Reino de Israel. Jess responde a la pregunta en cada una de sus tres partes. En primer lugar, que no deben preocuparse por el cundo, si ahora o despus, que eso solo es competencia del Padre. En segundo lugar, que no es Jess el sujeto de la nueva estrategia, sino el Espritu Santo. En tercer lugar, que no se trata de restaurar el Reino Israel, sino de dar testimonio en Jerusaln, Judea, Samaria y hasta el confn de la tierra. La estrategia que propone Jess es radicalmente contraria a la estrategia implcita en la pregunta que hace la comunidad reunida. Jess propone ahora a sus discpulos y discpulas una estrategia nueva, que se realiza por la fuerza del Espritu y del testimonio, y que tiene como itinerario estratgico Jerusaln (autoridades de Israel), Judea (todo el pueblo), Samaria y toda la tierra. El proyecto de Jess en el Evangelio ha sido transformado ahora, por su muerte y resurreccin, en un proyecto del Espritu que acta por los misioneros-testigos desde Jerusaln hasta los lmites de toda la tierra (o como dice en Lc 24,48: a todas las naciones, empezando desde Jerusaln). La culminacin del proyecto de Jess en el Evangelio (Lc 24), es ahora el comienzo de un proyecto del Espritu y de los testigos de Jess, ahora con una dimensin universal (Hch 1,8).

2. 2. 2 La exaltacin del resucitado (la ascensin): 1,9-11

La ascensin (Hch 1,9-11) es el otro evento de esta seccin inaugural (1,6-11). Es importante recalcar que el relato de la ascensin en Hch 1,9-11 era el relato nico cuando el Evangelio de Lucas y los Hechos de los Apstoles configuraban una sola obra. Las otras dos referencias a la ascensin en Lc 24,50-53 y en Hch 1,1-2 fueron agregados posteriormente, cuando las dos obras se separaron.

Lucas es el nico autor del NT que habla de la exaltacin de Jess en la forma de una ascensin, y que separa la ascensin de Jess de su resurreccin. La tradicin originaria comn presenta la resurreccin de Jess directamente como exaltacin (cf. por ejemplo Rom 1,4: constituido Hijo de Dios con poder, segn el Espritu de Santidad, por su resurreccin de entre los muertos; cf. igualmente Fil 2,6-11 y toda la tradicin del cuarto evangelio que habla de la resurreccin en trminos de glorificacin). Lucas separa ambos eventos (resurreccin y ascensin), para subrayar el carcter histrico que cada uno de ellos tiene. Jess resucitado, antes de su ascensin-exaltacin-glorificacin, convive con sus discpulos: come con ellos y los instruye. En 1,3 incluso se agrega que estuvo 40 das con ellos, para acentuar esta convivencia histrica del resucitado con sus discpulos. Lucas insiste ms que otros en la corporeidad del Resucitado: no es un fantasma, tiene carne y huesos, puede comer y lo pueden tocar (Lc 24,39-43). Hay continuidad entre el Jess antes de su muerte y el Jess resucitado: Jess conserva su identidad y su corporeidad. La resurreccin tiene as un carcter histrico: Jess resucita en nuestra historia (eso significa justamente tener un cuerpo). Pero tambin hay un cambio, una discontinuidad en Jess resucitado. Ese cambio Lucas lo expresa con la ascensin. El relato de la ascensin tiene claramente un lenguaje mtico: Jess es levantado de la tierra al cielo, lo oculta una nube y aparecen dos hombres vestidos de blanco. La teologa liberal interpreta falsamente el mito como una realidad no-histrica. Los mitos son siempre histricos. Se expresa con un lenguaje csmico o simblico una realidad histrica. En la ascensin el lenguaje mtico expresa la realidad histrica de la exaltacin o glorificacin de Jess. Esto tambin lo acenta Lucas cuando dice que Jess fue levantado mientras conversaba con sus discpulos, y que Jess vendr de la misma manera como ha sido llevado. Por eso a los discpulos se les pide que no estn mirando al cielo. Deben mirar a la tierra. La ascensin siempre ha sido interpretada errneamente como una salida de este mundo, como una ausencia de Jess, como un Jess que se va para volver al fin de los tiempos. En esta interpretacin la ascensin pierde todo el carcter histrico que ha querido darle Lucas. En la ascensin Jess no se va, sino que es exaltado, glorificado. La parusa no es el retorno de un Jess ausente, sino la manifestacin gloriosa de un Jess que siempre ha estado presente en la comunidad. Esto aparece claramente en las ltimas palabras de Jess en Mt 28,19: he aqu que yo estoy con ustedes todos los das hasta el fin de este mundo. La ascensin expresa el cambio en Jess resucitado, una nueva manera de ser, gloriosa, glorificada, pero siempre histrica, pues Jess glorificado sigue viviendo en la comunidad.

El carcter histrico de la resurreccin y ascensin de Jess nos permite afirmar tambin el carcter trascendente y escatolgico de la Iglesia. Si Jess resucitado y glorificado vive en su Iglesia, sta tiene una dimensin trascendente y escatolgica. Si negamos el carcter histrico de la resurreccin y ascensin, negamos al mismo tiempo el carcter trascendente y escatolgico de la Iglesia de Jess. La Iglesia no nace porque Jess se va o porque no retorna, sino que nace justamente porque el resucitado no se va. Es la presencia y no la ausencia de Jess resucitado lo que hace posible la Iglesia. La teologa liberal ha presentado el surgimiento de la Iglesia, especialmente en los Hch, como una necesidad para suplir la no-realizacin de la segunda venida de Jess, que se pensaba era inminente. Para responder a la frustracin de la no venida de Cristo, la segunda generacin cristiana, y en ella especialmente Lucas, plantea la necesidad de la construccin de la Iglesia para esta poca entre la resurreccin de Jess y su venida al final de los tiempos. Yo pienso que esta visin es falsa, pues des-historiza la resurreccin y ascensin de Jess, y des-escatologiza a la Iglesia. La Iglesia no nace de una parusa frustrada, sino de una presencia gozosa de Jess vivida histricamente. La presencia de Jess es histrica, no como presencia visible y emprica, sino como presencia trascendente vivida en la historia. La experiencia escatolgica fundamental de la Iglesia es esta experiencia histrica de la resurreccin de Jess en el mundo y en la comunidad. La Iglesia en los Hechos de los Apstoles es una Iglesia escatolgica, no porque espera para pronto la segunda venida de Jess, sino porque vive desde ya histricamente la experiencia de Cristo resucitado y glorificado en el mundo y en la comunidad. Esta dimensin escatolgica de la Iglesia se expresa en los Hch en las apariciones de Jess resucitado en los momentos difciles de la Iglesia (a Esteban, a Pedro, a Pablo), pero sobre todo la vive en la experiencia permanente del Espritu Santo. La eclesiologa de Lucas es histrica, justamente porque es definitivamente una eclesiologa escatolgica y pneumtica.

2.3 Reflexin pastoral

1) Lucas se comunica con su comunidad, representada aqu por Tefilo, a travs de todo el relato de Hch Un relato es un texto global y completo. No se puede leer solo una parte. Tambin hoy Lucas se comunica con nosotros a travs del relato de Hch Nosotros somos los Tefilos a los cuales Lucas habla hoy, y a travs de Lucas, el mismo Espritu Santo se comunica con nosotros. Esto nos obliga a tomar en serio el relato de Hch como una totalidad. Tefilo es aquel que en el relato de Hch escucha directamente a Lucas y al mismo Espritu Santo. Somos hoy en da una Iglesia que realmente escucha en el relato completo de Hch la Palabra de Dios revelada por el Espritu Santo? Somos como Iglesia ese Tefilo a quien Lucas se dirige?

2) La Iglesia hoy tambin vive esos 40 das con Cristo resucitado y es instruida sobre todo lo referente al Reino de Dios. Como el Pueblo de Dios en el desierto y como Jess al comenzar su misin, tambin la Iglesia se hace Iglesia en una experiencia profunda con Jess resucitado durante 40 das. Es un tiempo de tentacin y de encuentro con Jess resucitado, que nos prepara para ser bautizados en el Espritu Santo. Como vive la Iglesia hoy este paradigma de fundacin de la Iglesia, tal como aparece en Hch 1,1-5?

3) El da de su ascensin Jess vivi un des-encuentro de sus discpulos y discpulas. A pesar de haber abierto sus inteligencias para que comprendieran las Sagradas Escrituras (Lc 24,45), ellos siguen pensando que Jess va a restaurar ahora el Reino de Israel. Existe tambin hoy un des-encuentro entre Jess resucitado y su Iglesia? Entiende la Iglesia el proyecto del Reino tal como lo predic Jess o sigue soando en proyectos humanos de poder religioso?

4) Es hoy en da la Iglesia una comunidad trascendente y escatolgica, que vive en medio de la historia la presencia de Cristo resucitado?

Captulo Tercero:

El movimiento de Jess en Jerusaln: Hch 1,12-5,42

3.1 Constitucin de la comunidad: 1,12-2,47

Estructura:

sumario: 1,12-14: la comunidad antes de Pentecosts

narracin: 1,15-26: constitucin de los 12

narracin: 2,1-41: Pentecosts

sumario: 2,42-47: la comunidad despus de Pentecosts

3.1.1 Sumario: 1,12-14: la comunidad antes de Pentecosts

El texto comienza ubicando el lugar donde est el grupo de los galileos: volvieron a Jerusaln desde el monte llamado de los Olivos y cuando llegaron subieron a la estancia superior donde vivan (vv. 12-13a). Es la primera noticia que tenemos en los Hch que el grupo estaba fuera de Jerusaln y que la ascensin se dio fuera de la ciudad, en el monte de los Olivos. El nico dato anterior lo tenemos al final del Evangelio de Lucas (24,50-53), que es un agregado posterior, cuando el Evangelio se separ de Hch. All se dice que la ascensin fue cerca de Betania. Este pueblo est un poco ms de tres kilmetros al este de Jerusaln. El monte de los Olivos est a menos de un kilmetro (un camino sabtico). Hch 1,12 y Lc 24,52 dicen que volvieron a Jerusaln y se usa el trmino sacro Ierousalem y no la designacin neutra de Ieroslima. El nombre sacro refiere a Jerusaln como ciudad santa, lugar del Templo y de la institucionalidad juda; la designacin neutra Ieroslima es puramente geogrfica. En Lc 24,50 Jess los sac fuera de Jerusalem (nombre sacro), dando a entender que los liber de la institucionalidad juda, pero ahora vuelven a ella. Por eso Hch 1,12 dice que estaban lejos un camino sabtico, es decir, que el regreso no supuso romper la ley del sbado. El grupo sigue dentro todava de la institucionalidad juda. Segn Lc 24,53 el grupo regresa a Jerusaln; en Hch 1,13 solo se dice la estancia superior, donde vivan. Se trata de una casa (Hch 2,2), posiblemente en la cercana del Templo. Si leemos 1,12-13a en el contexto del final de Lc 24,50-53 tenemos la impresin que el grupo de los galileos regresa al Templo, a la Ley y a la institucionalidad juda. En este contexto es una impresin negativa. Pero es ah el primer lugar donde tienen que dar testimonio (sern mis testigos en Jerousalem: 1,8).

Quienes estn reunidos? Ya habamos dicho que en Lc 24 y Hch 1-2 se trata de un grupo grande: los 11 y todos los dems (Lc 24,9.33), lo que incluye al grupo de las mujeres, los dos discpulos de Emas y otros. Solo el texto de Hch 1,1-5 es restrictivo, donde aparecen solo los apstoles. Ahora es el grupo grande, unos 120 (1,15), los mismos de 1,6 que son llamados galileos en 1,11. En esta comunidad de 120 galileos Lucas destaca a los 11 apstoles (enumerados por su nombre), que aparecen en compaa de algunas mujeres, Mara, la madre de Jess, y de su hermanos. Estos tres grupos (los apstoles, las mujeres y los hermanos de Jess) perseveraban en la oracin con un mismo espritu. Los apstoles y el grupo de mujeres, incluida la madre de Jess, son dos grupos ya conocidos y definidos. La sorpresa aqu es la presencia de los hermanos de Jess. Estos aparecen en Lc 8,19-20, donde Lucas conscientemente corrige el texto de Marcos, que hace una presentacin negativa de estos hermanos, como no-discpulos, los que estn fuera, los que lo consideran loco (Mc 3,20-21. 31-35); en la misma lnea negativa est Jn 7,1-10 (ni siquiera sus hermanos crean en l). En Hch no aparecen ms estos hermanos de Jess, mencionados aqu como grupo, pero s aparece uno de ellos, Santiago, que jugar un rol importante en la Iglesia de Jerusaln despus de Pedro (cf. Hch 12,17; 15,13; 21,18). Segn Mc 6,3 los hermanos de Jess se llamaban Santiago (que aparece en Hch), Jos, Judas y Simn y dos hermanas, de las cuales no se da el nombre. Histricamente es posible que estos tres grupos, que ahora estn reunidos, tuvieran teologas y estrategias diferentes, pero por el momento Lucas insiste que perseveraban en la oracin con un mismo espritu, trmino redaccional de Lucas, que nos hace sospechar una realidad histrica diferente.

Otra clave de interpretacin est en la comparacin entre la lista de los apstoles aqu en Hch 1,12-14 y la misma lista en Lc 6,14-16. Lucas ha hecho cambios que son significativos. En el Evangelio aparecen primero los hermanos Simn y Andrs y luego los hermanos Santiago y Juan. En Hch el primer par es Pedro y Juan y luego Santiago y Andrs; Juan desplaz a Andrs en el orden de Hechos. La razn es que en Hch Pedro y Juan aparecen juntos en un rol de primaca jerrquica (Hch 3,1.3.11; 4,13.19 y 8,14); en el Evangelio Jess elige a Simn (nombre propio), el llamado Pedro (que designa funcin); en Hch solo se dice Pedro. En sntesis Lucas en Hch sustituye el orden natural de los hermanos por el orden funcional de liderazgo.

3.1.2 Constitucin de los 12 apstoles: 1,15-26

El relato comienza con una composicin de lugar: tiempo y actores (v.15). Tiempo: uno de aquellos das, es decir, despus de la ascensin/exaltacin de Jess y antes de la venida del Espritu en Pentecosts. Pedro se levanta en medio de una asamblea constituida por 120 miembros, reunida all con un mismo propsito (epi to aut). El nmero legal para elegir un consejo o sanedrn que representara a Israel era justamente 120. Todos los discursos en Hch son normalmente compuestos por Lucas mismo, pero usa tradiciones con las cuales reconstruye el discurso tal como debi haber sido. El argumento de Pedro es el cumplimiento de dos citas bblicas, que Lucas reconstruye para interpretar la realidad de la eleccin de un sucesor de Judas. La primera cita est tomada del Salmo 69,26 donde una maldicin contra los enemigos del justo pide que la habitacin de ellos quede desierta y que en sus tiendas no haya quien habite. Lucas cambia el plural en singular, para referirlo a Judas. El sentido del texto exige ms bien que el puesto de Judas, que abandon por traicin (no por muerte), quede desierto, lo que estara en contra de la eleccin de un sustituto. Por eso Lucas cita otro texto, el Salmo 109,8 donde la maldicin contra el impo consiste en que sus das sean pocos y otro ocupe su cargo (cargo traduce el griego episcop, quizs aludiendo a la realidad posterior de los epscopos=obispos). Los textos que cita Pedro (Lucas) no hacen alusin a la traicin y muerte de Judas, sino a la necesidad de elegir a alguien que lo sustituya. La informacin que transmite Pedro sobre la muerte de Judas difiere de la de Mateo (27,3-10). Aqu Judas no muere ahorcado, sino cayendo de cabeza (como la cada del impo: Sab 4,19: el Seor los quebrar lanzndolos de cabeza). Judas compra un campo con el precio de su iniquidad y se estrella contra l; es ah donde revienta cuando cae de cabeza, y por eso se llama campo de sangre.

En la segunda parte del discurso (vv. 21-22) Pedro pone las condiciones que debe tener el candidato para sustituir a Judas. Pedro llama al puesto que debe ser ocupado: porcin en este ministerio (kleros tes diakonas tautes: v. 17) o lugar en este ministerio y apostolado (topos tes diakonas tautes ka apostols: v. 25). El ser apstol es por lo tanto tomar parte en un servicio (una diakona), un ministerio, un apostolado. Las condiciones que pone Pedro son dos:

(1) Debe ser un varn. Pedro dice literalmente: uno de los varones que anduvieron con nosotros (usa aner y no antropos que podra ser inclusivo). Pedro as excluye a las mujeres, que estaban presentes en la asamblea.

(2) Debe ser uno de los discpulos que estuvieron con Jess desde el bautismo de Juan hasta el da de la ascensin. Con esto Pedro tambin excluye, hacia atrs, a los hermanos de Jess (y entre ellos a Santiago), que tambin estaban presente en la asamblea. stos no fueron discpulos de la primera hora, todo lo contrario, al comienzo no creyeron en l. Pero tambin excluye, hacia adelante, a todos los que despus tendrn una experiencia de Jess resucitado (como Esteban, Pablo y tantos otros).

Solo el que cumpla estas dos condiciones puede ser agregado al nmero de los 12 apstoles y ser constituido testigo con nosotros de su resurreccin. La asamblea present a dos que cumplan con las condiciones estipuladas: Jos, llamado Barsabs, por sobrenombre Justo y Matas. El modo de eleccin fue la oracin en comn y mecnicamente echando suertes, la cual recay sobre Matas.

Hagamos ahora una lectura crtica de Hch 1,15-26. En primer lugar llama la atencin el momento que Pedro eligi para completar el nmero de los 12 apstoles Por qu no esper la venida del Espritu? La orden de Jess antes de su ascensin fue permanezcan quietos (literalmente: sentados) hasta que sean revestidos del poder de lo alto (Lc 24,49; semejante en Hch 1,4). Pedro acta aqu al margen de la agenda marcada por Jess de no hacer otra cosa que esperar y aguardar. Por qu el apuro de Pedro de elegir al sustituto de Judas ya antes de Pentecosts? Los autores normalmente explican esta eleccin, argumentando que son 12 los que representan legtimamente a Israel y que son ellos los que, como nuevo Israel, recibirn el Espritu Santo. Era necesario completar el grupo de 12 ya antes de Pentecosts. Pero por qu no lo hizo Jess directamente despus de su resurreccin o por lo menos orden dicha eleccin? Como ya dijimos, y volveremos sobre el punto, los que reciben el Espritu Santo no son solo los 12, sino todos los reunidos en la casa (los 120 hermanos: Mara, las mujeres, los hermanos de Jess y otros). Algunos piensan que la eleccin fue para reconstruir la autoridad de los apstoles, daada seriamente por la traicin de uno de ellos (Judas). Es motivo de crtica la definicin excluyente que se hace del apstol en 1,21-22. Especialmente llamativo es la exclusin de las discpulas de Jess, que estuvieron con l desde Galilea y fueron las primeras testigos de la resurreccin, como tambin la exclusin de los discpulos futuros y tambin testigos de la resurreccin como Pablo de Tarso. Lucas no considera a Pablo como apstol, lo que Pablo en sus cartas defiende con insistencia y fuerza. Adems, Pablo incluye explcitamente a una mujer en el rango de apstol: Saluden a Andrnico y Junia (nombre de mujer) ilustres entre los apstoles, que llegaron a Cristo antes que yo (Rom 16,7). La definicin restrictiva de apstol hecha por Pedro (y quizs por Lucas) mira fundamentalmente el pasado y restringe el apostolado a un tiempo determinado: la vida de Jess y el primer momento de testimonio en Jerusaln. Los 12 apstoles aseguran la continuidad con Israel y el proyecto de Jess de restaurar Israel, as como la continuidad con la primera comunidad de Jerusaln. En los Hch los 12 cumplen un rol solo en la comunidad de Jerusaln de los primeros tiempos. Otra cosa que llama la atencin es la forma como fue elegido Matas: no hay un discernimiento de la asamblea, como ser en Hch 6,1-6 o en 15,22. Tampoco es un eleccin guiada directamente por el Espritu, como en 13,1-3. La eleccin es simplemente echando suertes, forma arcaica de discernimiento de la voluntad de Dios (cf. Ex 33,7; 1 Sm 14,41; Lc 1,9).

3.1.3 Pentecosts: 2,1-41

Estructura:

La irrupcin del Espritu: vv. 1-13

Discurso de Pedro: vv. 14-36

Consecuencias del discurso: vv. 37-41

La irrupcin del Espritu en Pentecosts es la consecuencia directa, histrica y visible en la tierra de la resurreccin y exaltacin de Jess: exaltado por la diestra de Dios, ha recibido del Padre el Espritu Santo prometido y ha derramado lo que ustedes ven y oyen (v.33). Es el Espritu el que constituye realmente el movimiento de Jess: su primera comunidad en Jerusaln y la misin a todos los pueblos. Lo que Lucas narr anteriormente en 1,12-26 est ms bien orientado al pasado: regreso a Jerusaln y al Templo y constitucin de los 12 apstoles (restauracin del nuevo pueblo de Israel); ahora Lucas retoma el inicio de su relato en 1,6-11 (esp. 1,8) y proyecta el movimiento de Jess hacia el futuro y la misin a todos los pueblos de la tierra.

El relato de Pentecosts est admirablemente construido y tiene una fuerza fundante y transformadora, que ha sido eficaz a lo largo de toda la historia del cristianismo. Toda reforma de la Iglesia comienza siempre con Pentecosts. Una mirada crtica del relato descubre la actividad redaccional y creadora de Lucas. Es Lucas quien ha construido este paradigma de Pentecosts, pero lo hace a partir de muchos hechos y tradiciones histricas. Todo lo que narra Lucas es histrico, pero al autor construye un relato nico a partir de hechos que posiblemente sucedieron varias veces, en diferentes lugares, tiempos y circunstancias. El discurso de Pedro posiblemente lo compuso Lucas, pero lo construye a partir de tradiciones, escritas u orales. El discurso que compone Lucas corresponde histricamente a lo que en ese entonces en Jerusaln pensaba y deca la primera comunidad apostlica. Lucas recoge los hechos histricos y las tradiciones, pero tambin a Lucas le interesa el efecto creador y fundante de estos hechos y tradiciones en la historia de la Iglesia de su tiempo y de la Iglesia de todos los tiempos.

Los hechos de Pentecosts (vv. 1-13): En la narrativa de Pentecosts podemos distinguir dos relatos: uno ms primitivo y tradicional en los vv. 1-4 y 12-13. Y otro ms evolucionado y redaccional en los vv. 5-11. El relato antiguo tiene un carcter carismtico y apocalptico: hay viento impetuoso y lenguas como de fuego; los presentes hablan en lenguas (vv. 1-4) y por eso aparecen ante los dems como borrachos; los hechos suceden en una casa (v. 2). El segundo relato es proftico y misionero: ya no se trata de hablar en lenguas (glosolalia), sino de un don proftico: los presentes hablan en galileo (arameo) y cada cual los entiende en su propia lengua nativa. El milagro no est en el hablar (como en la glosolalia), sino en el escuchar (sobre esto se insiste en tres lugares: vv. 6.8 y 11). Los que estn reunidos para escuchar son un grupo grande. Si el evento primitivo se da en una casa, ahora, en el segundo relato, tenemos la impresin de estar ms bien en el Templo. Posiblemente Lucas uni aqu, en un solo relato, dos tradiciones histricas, cada cual con un sentido diferente. Este recurso literario lo descubriremos en varios lugares en los Hch.

En 2,1 se nos dice que estaban todos reunidos. No se trata solo de los 12 apstoles, sino de la asamblea de los 120 (1,15), entre los cuales est Mara, la madre de Jess, el grupo de las mujeres y el grupo de los hermanos de Jess, entre los cuales con certeza tambin Santiago, el hermano del Seor (1,14). El don del Espritu se da a esta primera comunidad, si bien es Pedro, junto con los once, el que va a pronunciar el discurso (vv. 14-36). Se aade tambin que estn reunidos con un mismo propsito (epi to aut, lo que a veces tambin se traduce en un mismo lugar). Este mismo propsito es posiblemente la estrategia restauracionista implcita en la eleccin de Matas en 1,15-26. La irrupcin del Espritu viene a romper este propsito de restauracin, que mira ms al pasado que al futuro. El Espritu viene derepente, con ruido como de viento impetuoso y en lenguas como de fuego: estos smbolos (huracn u fuego) muestran la violencia necesaria del Espritu para transformar al grupo presente y reorientar la primera comunidad, desde una posicin restauracionista hacia una posicin proftica y misionera. Esta tensin entre restauracin (pasado) y misin (futuro), es la que vimos en 1,6-11. Pentecosts es el bautismo en el Espritu Santo anunciado en 1,5. El bautismo de Juan Bautista era de agua, un smbolo judo de conversin personal; ahora se trata del bautismo en el Espritu, que es el smbolo caracterstico del movimiento proftico de Jess, no ya solo de conversin personal, sino de transformacin de la comunidad de los discpulos en autntica comunidad proftica, para dar testimonio de Jess hasta los confines de la tierra.

Los que se renen, atrados por los sucesos de Pentecosts, son hombres piadosos, que habitaban en Jerusaln, venidos de todas las naciones que hay bajo el cielo. Tenemos aqu una ficcin literaria de Lucas, pues es un hecho extraordinario que estn reunidos en Jerusaln gente piadosa de todas las naciones del mundo. El hecho es tan extraordinario, que manuscritos posteriores (tradicin occidental) agregan la palabra judos: los reunidos seran judos de todas las naciones, que habitan en Jerusaln. Lucas con su ficcin literaria tiene una clara intencin teolgica: rene simblicamente en Jerusaln a gente piadosa de todas las naciones del mundo, que en Pentecosts van a recibir el testimonio proftico de la primera comunidad apostlica. El Espritu es derramado en funcin de todos los pueblos y culturas del mundo. Eso ya se da para Lucas en el hecho fundante de Pentecosts.

En los vv. 9-11 tenemos la lista de la naciones. Lucas enumera 12 pueblos y tres regiones. El primer grupo lo constituyen los nativos partos, medos y elamitas. El segundo grupo son los habitantes (hoi katoikountes) de Judea, Capadocia, Ponto, Frigia, Panfilia y Egipto. Aqu tambin se enumeran tres regiones (que aparecen con artculo): la Mesopotamia, el Asia y la Libia, que confina con Cirene. El tercer grupo son los forasteros (hoi epidemountes): romanos (habitantes de Roma, sean estos judos o proslitos), cretenses y rabes. Cul es la lgica de esta enumeracin? En primer lugar Lucas distingue nativos, habitantes y forasteros. Los nativos son pueblos del oriente, civilizaciones del pasado. Los habitantes estn repartidos en tres regiones: la Mesopotamia (al este), el Asia (al norte) y la Libia (al sur) y en 6 pueblos: Judea (al centro), Capadocia, Ponto, Frigia y Panfilia (al norte) y Egipto (al sur). Por ltimo los forasteros romanos (cdigo tnico, no se refiere a las fuerzas del Imperio Romano), que vienen de visita a Jerusaln; entre estos se distinguen romanos judos y romanos proslitos (no-judos que se han convertido y han aceptado la circuncisin); los cretenses, son un pueblo martimo, en expansin hacia occidente y los rabes sera una designacin global para referirse a los pueblos del desierto, en expansin hacia oriente. La lgica geogrfica es la que domina al grupo de los habitantes (oriente, norte y sur, con Judea al centro). Los visitantes (romanos, cretenses y rabes) no siguen una lgica geogrfica, sino ms bien la lgica de visitantes espordicos (grupos amplios y ambiguos), que regresan a su patria. En sntesis, los representantes de los pueblos vienen de todas las regiones de la tierra, de las culturas antiguas de oriente, de los pueblos establecidos en torno a Judea (oriente, norte y sur) y de las poblaciones que se desplazan hacia oriente y occidente, cuyo centro es Roma. Lucas combina criterios culturales, geogrficos y sociales y construye as histricamente el paradigma misionero del Espritu. Lo curioso es que no se menciona Siria, Macedonia y Grecia, que es el territorio de las Iglesias paulinas. Quizs no aparecen estos pueblos, pues es ah donde Lucas escribe su obra y son ya en su tiempo Iglesias independientes de Jerusaln.

Lucas insiste tres veces (vv. 6.8 y 11) en que los presentes, que vienen de todos los pueblos, entienden el discurso de Pedro, cada uno en su propia lengua. Pedro y los Once son galileos (v. 7) y hablan por lo tanto en arameo, que era una lengua bastante conocida en Siria y oriente. El milagro de Pentecosts es que cada uno entiende a los apstoles en su propia lengua nativa. No se trata de la glosolalia, pues cada pueblo escucha el Evangelio en su propia lengua, y podramos agregar, en su propia cultura. Por eso consideramos hoy en da a Pentecosts como la fiesta cristiana de la inculturacin del Evangelio.

Muchos comentarios oponen errneamente Pentecosts a la confusin de lenguas en Babel (Gn 11,1-9). En Babel, la unidad original de lenguas fue lo que permiti la construccin de la ciudad con una torre militar, que es el proyecto de dominacin (Gn 11,2-4); la recuperacin de las lenguas nativas hizo posible detener la construccin de la ciudad, lo que se identifica con el proyecto liberador de Yav (Gn 11,5-8). Una lectura del relato del Gnesis, desde la perspectiva dominante y colonial, siempre vio la pluralidad de lenguas y culturas como una maldicin y un castigo. En Pentecosts se habra recuperado la unidad perdida en Babel (as interpreta, por ejemplo, la nota de la Biblia de Jerusaln en Hch 2,6). Desde la perspectiva liberadora de la inculturacin del Evangelio, la diversidad de lenguas es el hecho liberador que permiti la huida de los trabajadores y la paralizacin de la construccin de la ciudad. En Pentecosts cada pueblo conserva su lengua y cultura. Lo nuevo en Pentecosts es la unidad en la comprensin del Evangelio, manteniendo la diversidad de lenguas y culturas. La unicidad de lenguas no es el proyecto original de Dios, ni tampoco su recuperacin en Pentecosts, sino una forma de dominacin cultural. El proyecto original de Dios, recuperado en Pentecosts, es una humanidad plurilinge y multicultural.

El discurso de Pedro (vv. 14-36): El discurso tiene dos partes: vv. 14-21 y vv. 22-36. En la primera parte Pedro se dirige a los judos y a todos los habitantes de Jerusaln, donde se incluye implcitamente sobre todo a los visitantes piadosos de todos los pueblos presentes en Jerusaln. Pedro en esta parte responde directamente a los hechos extraordinarios de Pentecosts (narrados en los vv. 1-13), especialmente al relato antiguo (vv. 1-4), donde se da el fenmeno de glosolalia, que causa la impresin de que todos los que reciben el Espritu estn borrachos (vv. 12-13). En la segunda parte de su discurso (vv. 22-36), Pedro se dirige exclusivamente a los Israelitas y se refiere explcitamente a los judos de Galilea y Judea, que vivieron de cerca y en vivo todos los hechos de Jess hasta su muerte; ahora el hecho de Pentecosts queda integrado en un discurso global eminentemente kerigmtico y cristolgico.

Pedro utiliza tres textos bblicos en su discurso: Joel 3,1-5; Sal 16,8-11 y Sal 110,1. El discurso ha sido compuesto por Lucas, pero ciertamente recoge la tradicin histrica de la primera generacin cristiana, especialmente la forma cmo se interpretaba la Biblia Hebrea. Ninguno de los textos bblicos citados se refiere a lo que la comunidad est viviendo: la resurreccin y exaltacin de Jess y los hechos de Pentecosts. Sin embargo la comunidad interpreta los hechos a la luz de las escrituras, con lo cual tanto la realidad que viven, como los textos que citan, adquieren un nuevo sentido. Los hechos interpretan las Escrituras y stas explican los hechos. En esta hermenutica apostlica los textos son ledos e interpretados, y a veces incluso re-construidos, con bastante libertad.

En la primera parte de su discurso Pedro cita Joel 3,1-5, pero cambia el comienzo del texto de Joel: en vez de suceder despus de sto, Pedro dice como palabra de Joel: suceder en los ltimos das. Es un texto claramente apocalptico: los ltimos das (v. 17) y el da grande del Seor (v. 20), no es el da del juicio final, sino el da inaugurado por la resurreccin de Jess y que se prolonga por su exaltacin (ascensin) y la efusin del Espritu a lo largo de la historia. Las transformaciones csmicas de los vv. 19-20 prodigios en el cielo y seales en la tierra; sol en tinieblas y luna en sangre es el lenguaje tpico de la apocalptica cristiana para interpretar transformaciones histricas del tiempo presente (cf. con el mismo sentido Ap 6,12-18). Los signos csmicos son utilizados teolgicamente para interpretar la importancia transcendental de hechos que suceden en el tiempo histrico presente. Pentecosts es la manifestacin fundamental de este tiempo escatolgico y apocalptico inaugurado por la resurreccin de Jess. Lo fundamental de este tiempo apocalptico del Espritu, es que el Espritu es derramado sobre toda carne: hijos e hijas, jvenes y ancianos, esclavos y esclavas. En este tiempo del Espritu todos y todas son profetas. El versculo final de la profeca de Joel subraya este universalismo: todo el que invoque el nombre del Seor se salvar. En el texto griego del AT el ttulo Seor traduce el nombre de Dios (Yhwh), que la comunidad cristiana primitiva aplic directamente a Jess. Este versculo le sirve a Lucas como transicin para la segunda parte del discurso.

La segunda parte del discurso de Pedro es cristolgica (vv. 22-36) y se dirige explcitamente a los israelitas (v. 22) y a toda la casa de Israel (v. 36). La estructura y contenido de esta seccin es as:

(1) vv. 22: vida pblica de Jess antes de su muerte: hombre acreditado por Dios con milagros, prodigios y seales.

(2) v. 23: muerte de Jess: Pedro acusa directamente al pueblo judo: Ustedes lo mataron clavndolo en la cruz por mano de los impos. Aqu Pedro acusa al pueblo, pero claramente la acusacin es contra los jefes, ancianos, escribas y Sumo Sacerdotes (cf. 4,5.10 y 5,28).

(3) vv. 24-32: resurreccin de Jess. A este Jess Dios le resucit (esta frase se repite al comienzo y al final de este prrafo). Aqu Pedro utiliza el Salmo 16,8-11. Este texto bblico no habla del Mesas ni de su resurreccin, sino del hombre perseguido que pone toda su confianza en Dios. Pedro, sin embargo, lo aplica a Jess, con lo cual reconstruye el sentido del salmo y simultneamente interpreta la muerte y resurreccin de Jess a la luz de las Escrituras. Como ya dijimos: la comunidad entiende las Escrituras, cuando a la luz de ellas entiende la realidad actual. Pedro da testimonio de la resurreccin de Jess. El anuncio va acompaado del testimonio: Pedro compromete pblicamente su vida en lo que afirma solemnemente. No basta interpretar las escrituras, es adems necesario el testimonio personal de los discpulos.

(4) vv. 33-35: Jess es exaltado, recibe el Espritu y lo derrama a todos, que es lo que todos estn viendo y oyendo. Nueva interpretacin bblica, esta vez el salmo 110,1. Pedro termina refirindose a los hechos de Pentecosts, que es lo que motiv el discurso.

(5) v. 36: conclusin: Sepa con certeza toda la casa de Israel que Dios ha constituido Seor y Mesas a este Jess a quien ustedes han crucificado. Jess ha sido constituido Seor y Mesas con poder, a partir de su resurreccin y exaltacin, delante de todo el pueblo de Israel. La efusin del Espritu es la prueba sensible de ello y su raz es Jess glorificado.

Reacciones ante el discurso de Pedro (vv. 37-41): La multitud que escucha a Pedro interrumpe el discurso e interviene con una pregunta clave: Qu hemos de hacer, hermanos? El pueblo ya no se dirige a los jefes y ancianos de Israel, sino a Pedro y a los dems apstoles. Pedro ha dado testimonio con plena autoridad, como el nuevo jefe de Israel. Es l ahora quien debe orientar al pueblo de Israel. La respuesta de Pedro responde a un esquema tradicional: conversin y bautismo en el nombre de Jesucristo para el perdn de los pecados, y as poder recibir el don del Espritu Santo. El bautismo fue una prctica comn en los profetas y Mesas populares, como fue el caso de Juan Bautista. Aqu se trata del bautismo especficamente cristiano. Posiblemente Lucas refleja aqu una costumbre de la Iglesia de su tiempo, cuando el bautismo significaba explcitamente pertenencia a la Iglesia, como una identidad diferente de la sinagoga y de toda institucin juda. No sabemos cundo se impuso la tradicin del bautismo cristiano. En los profetas populares el bautismo junto al ro era un rito alternativo al Templo y marcaba un movimiento de ruptura con la institucionalidad sacerdotal del Templo. El bautismo cristiano debi nacer poco a poco dentro de esta tradicin proftica y mesinica popular. El bautismo como rito implicaba arrepentimiento y perdn de pecados. Juan Bautista proclamaba un bautismo de conversin para perdn de los pecados (Lc 3,3). Lo nuevo ahora, despus de la resurreccin y exaltacin de Jess, es que los bautizados reciben el don del Espritu Santo. Este don es para todos: para los judos y para los gentiles (los que estn lejos: v. 39, citando a Is 57,19). As lo recibirn los samaritanos (8,15-17) y el centurin romano Cornelio (10,44-48).

En el v. 40 tenemos un recurso literario, un resumen o sumario, para dar a entender que Pedro no solo dijo el sermn ya presentado, sino mucho ms. Lucas recuerda una sola frase en la instruccin adicional de Pedro: Slvense de esta generacin perversa. La generacin perversa fue aquella que en el desierto se rebel contra Dios (Dt 32,5); o la que rechaz a Jess (Lc 9,41); ahora sera la que rechaza el testimonio de Pedro. En el contexto, se refiere a las autoridades de Israel. El pueblo de Israel, guiado ahora por los apstoles, debe seguir a Jess, recibir su Espritu y salvarse de la generacin perversa de los jefes, ancianos y Sumo Sacerdotes del Templo.

3.1.4 Sumario: 2,47: la comunidad despus de Pentecosts

(se incluye tambin los sumarios 4,32-35 y 5,12-16)

Tenemos aqu un recurso literario tpico de Lucas: el uso de sumarios. stos son utilizados para generalizar hechos concretos y representar una situacin global y permanente. Lucas no puede con los pocos hechos que conoce reconstruir la vida total, cotidiana y permanente de la comunidad de Jerusaln de los primeros aos. Para reconstruirla debe usar otro gnero literario; no el relato de hechos particulares, sino un sumario de hechos repetidos y constitutivos. Un sumario es un resumen generalizador de hechos concretos. En la primera parte de Hechos (cap. 1 al 5) tenemos tres sumarios sobre la vida de las primeras comunidades: 2,42-47; 4,32-35 y 5,12-16. Los otros dos sumarios 1,12-14 tiene una funcin introductoria (la comunidad antes de Pentecosts), y 5,42 que es un sumario conclusivo de toda la seccin.

Los tres sumarios sobre la vida de la comunidad tienen como texto bsico la frase de 2,42-43 (que algunos autores piensan que es una fuente utilizada por Lucas):

Eran perseverantes en:

la enseanza de los apstoles,

la comunin, la fraccin del pan y las oraciones.

El temor se apoderaba de todos,

pues los apstoles realizaban muchos prodigios y seales.

Todo el desarrollo de los tres sumarios es ampliacin de esta frase bsica. Por eso veremos aqu los tres sumarios juntos (vase sin embargo la ubicacin estratgica de los sumarios en la estructura de los 5 primeros captulos de Hch). Lo que se nos narra en estos sumarios son las actividades constitutivas de la comunidad despus de Pentecosts; no son hechos aislados, sino acciones permanentes y fundantes. Veamos cada una de ellas:

(1) Eran perseverantes en la enseanza de los apstoles (2,42). La enseanza (en griego didaj) de los apstoles, se refiere al Evangelio: a todo lo que Jess hizo y ense desde el principio (1,1). Los apstoles se definen como los hombres que anduvieron con el Seor Jess mientras l convivi con ellos y que son testigos de la resurreccin de Jess (cf. 1,21-22). La comunidad est fundada sobre esta enseanza, que es el testimonio directo de los discpulos de Jess y que se llama la tradicin apostlica. Es la memoria histrica de Jess de Nazaret. Esto es lo primero que funda y da identidad a la comunidad.

(2) Eran perseverantes en la comunin (2,42). La comunin (en griego koinona) es una manera de vivir en comunidad, que Lucas va a desarrollar en sus tres sumarios. En forma esquemtica podemos decir que tiene dos dimensiones: una subjetiva y otra objetiva. La dimensin subjetiva se expresa con la frmula: tenan un solo corazn y una sola alma (4,32), es decir, constituan un solo cuerpo, con un solo corazn y alma. La dimensin objetiva es ms compleja y la podramos resumir esquemticamente en tres realidades fundamentales:

Primero: Tenan todo en comn, pues vendan sus posesiones y sus bienes (2,44-45); nadie llamaba suyos a sus bienes, pues todo era en comn entre ellos (4,32); todos los que tenan campos o casas los vendan y ponan el importe a los pies de los apstoles (4,34.35). En la comunidad haba creyentes que tenan posesiones, bienes, campos y casas, pero todo lo tenan en comn, porque nadie consideraba como algo propio lo que tenan o porque todo lo vendan. Haba por lo tanto comunidad de bienes: propiedades que no se vendan, pero que eran de todos o el dinero de las propiedades que se vendan y que se entregaba a los apstoles.

Segundo: Se reparta a cada uno segn su necesidad (2,45 y 4,35).

La consecuencia de los dos hechos anteriores era obvia:

Tercero: No haba ningn necesitado entre ellos (4,34).

Mucho se ha escrito sobre esta prctica de la koinona de las primeras comunidades. Creo que es imposible reconstruir la organizacin econmica y administrativa de esta vida en comn, sobre todo si se considera el nmero de la comunidad: 3.000 (2,41), despus 5.000 (4,4) y finalmente una multitud de hombres y mujeres (5,14). Creo que lo ms importante no es conocer la organizacin concreta de la koinona, sino el espritu de dicha organizacin, que est claro en el texto y que podramos resumir con sus propias palabras as:

cada cual daba segn su posibilidad,

cada cual reciba segn su necesidad,

no haba ningn necesitado entre ellos.

Lo ms importante es lo ltimo: la ausencia de necesitados o pobres entre ellos. Ese era finalmente el objetivo y el espritu de toda la prctica de la koinona, aunque no sepamos el detalle de la organizacin concreta de sta: se comparta todo, para que nadie tuviera necesidad. Este espritu de la primera comunidad es normativo para todos los tiempos, aunque la forma econmica y administrativa concreta no la conozcamos, ni sepamos sobre su xito o fracaso posterior.

(3) Eran perseverantes en la fraccin del pan y en las oraciones (2,42). La fraccin del pan es aqu ciertamente la Eucarista. El texto agrega: partan el pan por las casas y tomaban el alimento con alegra y sencillez de corazn. La Eucarista, en las primeras comunidades, se celebraba en la casa, en el contexto de un comida (Lc 22,14-20; 24,28-31; 1 Cor 10,16-17; 1 Cor 11,17-32). Era una comida con Jess resucitado, donde se participaba en la comunin con el cuerpo y la sangre de Cristo y se celebraba la llegada del Reino. El espacio de la casa era el espacio de la comunidad cristiana, diferente al espacio del Templo. La Eucarista la presida normalmente el jefe del hogar, cabeza de la comunidad eclesial que se reuna en su casa.

La didaj, la koinona y la eucarista son las tres actividades fundantes de la comunidad despus de Pentecosts, en la cual perseveraban todos los discpulos de Jess; son tres actividades que tienen como contexto fundamental la casa, donde se vive la pequea comunidad y donde nace la Iglesia domstica.

En los tres sumarios se destaca adems la actividad pblica de los apstoles, cuyo espacio fundamental es el Templo de Jerusaln:

(4) Los apstoles realizaban muchos prodigios y seales (2,43). Este tema se desarrolla en el segundo sumario: Los apstoles daban testimonio con gran poder de la resurreccin del Seor Jess (4,33) y en el tercer sumario (4,12a.15-16). La comunidad acompaa a los apstoles (2,46a y 5,12b-14) y el contexto es el Templo, donde se rene todo el pueblo de Israel. Los apstoles continan, en Jerusaln y despus de la resurreccin, la prctica poderosa de Jess. Dios est con ellos, as como estaba con Jess. Es una prctica liberadora, en funcin de la construccin del Reino de Dios. Lo importante aqu no es el carcter milagrero de la prctica de los apstoles, sino el poder de Cristo resucitado y del Espritu que se revela en la prctica de los apstoles. Tambin este aspecto es fundante en la primera comunidad y normativo para la Iglesia de todos los tiempos. Si Cristo ha resucitado, la prctica de las comunidades cristianas debe ser una prctica poderosa y liberadora, con signos y prodigios, en la construccin del Reino de Dios aqu en la tierra.

3.1.5 Reflexin pastoral

1) En el texto de Hch aparece la tensin entre la tendencia institucionalizadora (la reconstitucin de los 12 apstoles para dar identidad y continuidad al movimiento de Jess) y la violencia del Espritu (huracn y fuego) que empuja al movimiento de Jess como movimiento misionero hacia todas las naciones. Cmo vivimos esta tensin en la actualidad? La institucionalizacin normalmente es restrictiva (vase las condiciones de Pedro para ser apstol), el Espritu es universal (todas las naciones, toda carne: hijos/hijas, jvenes/ancianos, siervos/siervas y v.39: para ustedes y para los que estn lejos). Cmo vivimos hoy el universalismo del Espritu?

2) La dimensin proftica de Pentecosts consisti en que todas las naciones de la tierra escucharan el Evangelio en su propia lengua. Hoy hablamos de inculturacin del Evangelio o Evangelizacin desde las culturas. Como vivimos hoy en la Iglesia la dimensin proftica de Pentecosts en la inculturacin del Evangelio?

3) Pedro explica lo que ha sucedido en Pentecosts y en la Resurreccin de Jess utilizando tres textos bblicos. La citacin es una relectura y reconstruccin de los textos, que permite entender la realidad a la luz de la Biblia y entender la Biblia a la luz de la realidad. Cmo vivimos nosotros hoy esta hermenutica apostlica?

4) Hagamos una reflexin sistemtica sobre las cuatro dimensiones constitutivas de las primeras comunidades despus Pentecosts: la didaj (memoria histrica de Jess), la koinona, la Eucarista y oraciones por las casas y la prctica poderosa de los apstoles. Como vivimos todas estas dimensiones hoy en las CEBs y en el Iglesia global?3.2 Manifestacin de la comunidad en Jerusaln: 3,1-4,31

Estructura:

1: curacin de un tullido: 3,1-10

2: anuncio de la resurreccin de Jess: 3,11-26

3: represin de las autoridades del Templo: 4,1-22

4: reunin de la comunidad: 4,23-31

Tenemos aqu un narracin en 4 actos. Lucas hace teologa narrativa. La fuerza del relato est en su totalidad. Se rompe el relato y la teologa del relato, cuando interpretamos cada parte por separado. Solo podemos entender lo que Lucas quiere comunicar a Tefilo (a los lderes de su propia comunidad) y lo que el Espritu quiere comunicar a nosotros hoy, si entramos en la profundidad total del relato. Este ha sido compuesto por Lucas a partir de informacin histrica, pero el conjunto es una composicin redaccional, donde cada elemento histrico del relato adquiere una dimensin simblica. El autor est creando un paradigma para interpretar la vida de la primera comunidad en Jerusaln y proponerla como modelo para la Iglesia de su tiempo y del futuro.

Curacin de un tullido (3,1-10): La historia comienza con un hecho concreto. Pedro y Juan suben al Templo a la hora del sacrificio de la tarde (a las 15h00), como si estuvieran integrados a la organizacin litrgica del Templo. Son hombres del Templo (cf. 5,12b y 5,42). Un pobre, sin embargo, se les atraviesa en el camino y les cambia el programa. Hay un encuentro profundo de los apstoles con el hombre tullido, que todos los das llevan y ponen en la puerta del Templo (como si fuera un objeto). Este encuentro se expresa en la mirada: el tullido ve a Pedro. Pedro fij en l la mirada y le dijo mranos y el tullido les miraba con fijeza. Podemos decir que hay un encuentro profundo entre la Iglesia (representada por Pedro) y el pobre (representado por el tullido). El tullido representa tambin al pueblo de Israel, que est tullido por la prctica de la ley y por el Templo. Pedro no tiene oro ni plata, sino nicamente la fuerza del Resucitado y su Espritu. Con esta fuerza ordena al tullido que camine; pero no solo le ordena, sino que tambin le da la mano. La liberacin del tullido es una verdadera resurreccin: cobran fuerza sus pies y tobillos, da un salto, se pone de pie, camina y entra con ellos en el Templo andando, saltando y alabando.

Discurso de Pedro (3,11-26): Pedro habla en el Templo, prescindiendo de los jefes de Israel; habla con extraordinaria autoridad, como maestro, como profeta, como jefe del pueblo. Se insiste en la participacin de todo el pueblo (vv. 9 y 11) y es a ese pueblo a quien habla. Pedro invoca al Dios de Abrahn, Isaac y Jacob, interpreta a Moiss y a todos los profetas. Da la impresin que Pedro se ha apoderado del pueblo y del Templo y como jefe lo orienta en la tradicin proftica de Israel. Los que creen en Jess, son el verdadero Israel, fiel a Abrahn, Moiss y todos los profetas. Pedro anuncia la resurreccin de Jess, despus de haber sanado al tullido. El tullido convertido en sujeto, que camina, salta y alaba a Dios, anuncia a Cristo muerto y resucitado. La prctica de Pedro (curacin) precede su discurso (anuncio de la resurreccin).

Pedro comienza deshaciendo un malentendido: el tullido ha sido sanado, no por el poder mgico de Pedro, sino por la fe en el nombre de Jess (v. 12 y v. 16, que hacen de inclusin a la primera parte del discurso). En el centro (vv. 13-15) est el testimonio de Pedro: el pueblo entreg a Jess, reneg de l ante Pilato y lo mat, pero Dios lo resucit. Pedro y los apstoles son testigos de esto. La resurreccin necesita del testimonio de los apstoles; es el testimonio el que da fuerza histrica a la resurreccin. Jess es designado como el siervo, el santo y el justo, el jefe que lleva a la vida, lo que representa una cristologa antigua. La muerte de Jess es presentada como un asesinato realizado por el pueblo judo. Todava no aparece la reflexin teolgica sobre el sentido salvfico de la muerte de Jess. Lucas disculpa a Pilatos, no para congraciarse con el Imperio romano, sino para darle un sentido a la muerte de Jess en el contexto histrico del pueblo de Israel.

La segunda parte del discurso (vv. 17-26) agrega motivos nuevos y ms elaborados. Se insiste mucho en los profetas (seis veces aparece la palabra profeta). Los profetas han anunciado un Mesas sufriente, que por su resurreccin ha instaurado tiempos de consolacin (kairoi anapsyjeos) y tiempos de restauracin (jronoi apokastseos) de todas las cosas (vv. 20-21); esos tiempos solo pueden realizarse si el pueblo de Israel se convierte y se arrepiente de sus pecados. Mientras el pueblo no se convierta, el cielo retiene a Jess. Aqu no se est hablando de la segunda venida de Jess, sino del tiempo de la resurreccin (tiempos de consolacin y restauracin), que incluye su exaltacin, la venida del Espritu, la predicacin apostlica y su Parusa. Este tiempo de la resurreccin es el tiempo presente y es el pecado del pueblo el que impide su plena realizacin. Todos los profetas han anunciado estos das de resurreccin-consolacin-restauracin. Jess ha resucitado en primer lugar para el pueblo de Israel, para bendecirlo y para apartar a cada uno de sus iniquidades. Es as como Pedro llama a la conversin del pueblo y a su arrepentimiento. Pedro presenta la conversin a Jess, el Mesas muerto y resucitado, como la opcin ms coherente con toda la tradicin proftica de Israel. La comunidad que sigue a Jess es el verdadero pueblo de Israel, el autntico pueblo de Dios fiel a sus promesas. Pedro habla al pueblo que ha sido testigo de la resurreccin del tullido y que escucha ahora el testimonio de Pedro sobre la resurreccin de Jess. Su testimonio ser interrumpido por las autoridades del Templo.

Represin de las autoridades del Templo y testimonio de Pedro: 4,1-22:

Esta seccin tiene la siguiente estructura:

a: reaccin de las autoridades y del pueblo al discurso de Pedro: vv. 1-4

b: primer testimonio de Pedro: vv. 5-12

a': reaccin de las autoridades: vv. 13-17

b': segundo testimonio de Pedro: vv. 18-22.

El discurso de Pedro es interrumpido por las autoridades judas: los sacerdotes, el jefe de la guardia del Templo y los saduceos, es decir, el poder religioso, militar y poltico de Jerusaln. Les molesta que Pedro y Juan enseen al pueblo y anuncien la resurreccin en la persona de Jess. Las autoridades se consideran los autnticos jefes de Israel y no toleran que otros enseen al pueblo. No pueden tolerar que Pedro se constituya en maestro y profeta de Israel. Adems, rechazan radicalmente que se anuncie la resurreccin. No se trata aqu de un tema puramente teolgico (que no agradara a los saduceos que no creen en la resurreccin), sino de un tema proftico y apocalptico popular, cuyo eje era la reconstruccin de la esperanza del pueblo. La resurreccin de Jess se inscribe en esa tradicin apocalptica popular, tradicin amenazante para las autoridades del Templo. Por otro lado, muchos del pueblo que oyeron la Palabra, creyeron y el nmero de los discpulos lleg a 5 mil hombres. El pueblo de Israel sigue a Pedro, como a su verdadero jefe, en contra de las autoridades constituidas del Templo.

El primer testimonio de Pedro (vv. 5-12) se da en un contexto institucional de alta jerarqua: en Jerusaln (nombre sacro de la ciudad), en el Sanedrn (cf. v. 15), con las ms altas autoridades: jefes, ancianos, escribas y todos los Sumo Sacerdotes (cuatro son presentados por su nombre). Pedro y Juan son interrogados formalmente sobre el poder que ellos tienen y en nombre de quin han actuado. La misma pregunta hicieron a Jess en el Templo (Lc 20,1-2). La respuesta de Pedro, un pobre pescador de Galilea, es tambin muy formal y con autoridad, pues habla lleno del Espritu Santo. Ahora Pedro no se dirige al pueblo, sino a las autoridades: jefes del pueblo y ancianos. Su testimonio es claro y directo: el tullido ha sido sanado por el nombre de Jess, a quien los jefes del pueblo crucificaron y Dios resucit de entre los muertos. Jess ha llegado a ser la piedra angular, que los jefes de Israel, como constructores, haban rechazado. La salvacin solo puede darse en el nombre de Jess, el resucitado de Dios, piedra angular de un nuevo edificio. Este testimonio es un enfrentamiento directo con las autoridades de Israel y la proclamacin explcita de una conduccin apostlica alternativa. Es en realidad un testimonio increble, y surge la duda si es histricamente de Pedro o fue construido por Lucas en el contexto de su Iglesia en los aos 90. Yo pienso que las dos cosas: Lucas usa tradiciones histricas, surgidas de hechos histricos, pero las recuerda y las re-construye redaccionalmente en funcin de su propia situacin histrica y eclesial.

La reaccin de los jefes del Sanedrn expresa su total derrota frente a Pedro y Juan (vv. 13-17). Lucas usa tres verbos en imperfecto (accin prologada y persistente en el presente): se admiraban, reconocan y no tenan nada que replicar (el sujeto de los tres verbos es el mismo: los jefes del Sanedrn). Se admiraban (ethaumazon) viendo la valenta (parresa) de Pedro y Juan y sabiendo que eran hombres sin instruccin ni cultura (agrammatoi kai idiotai). Reconocan (epegnoskon) que Pedro y Juan eran discpulos de Jess y al mismo tiempo vean de pie junto a ellos al hombre sanado. Y la conclusin es obvia: no tenan nada que replicar (oudn eijon anteipein). Los jefes del Sanedrn se sienten derrotados por la valenta y el poder de los pobres, representados aqu por los discpulos Pedro y Juan. Como no pueden negar la evidencia de la curacin del tullido, recurren a lo nico que pueden manejar: la amenaza. No se niega el signo, pero se reduce al silencio a sus testigos. Es impresionante la similitud con Jn 11,45-54 (se reconoce el milagro/seal realizada por Jess, pero deciden matarlo para que no tenga impacto en el pueblo).

El segundo testimonio de Pedro y Juan (vv. 18-32) es ms radical: disciernan si es justo delante de Dios escucharlos a ustedes ms que a Dios, puesto que nosotros no podemos no hablar sobre lo que vimos y omos (traduccin literal de vv. 19-20). La funcin del Sanedrn es discernir los hechos y Pedro los llama a ejercer esa funcin, pero la respuesta de los jefes, escribas y ancianos de Israel es otra vez la amenaza.

Reunin de la co