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Revista Lationamericana de Estudios del Discurso Revista Latinoamericana de Estudos do Discurso EDITORA Adriana Bolívar, Universidad Central de Venezuela EDITORA DE RESEÑAS Martha Shiro, Universidad Central de Venezuela COMITÉ EDITORIAL Paola Bentivoglio, Universidad Central de Venezuela Francisco José Bolet, Universidad Central de Venezuela Julio Escamilla Morales, Universidad del Atlántico, Colombia Irene Fonte, Universidad Autónoma Metropolitana, México María Laura Pardo, Conicet, Ciafic, Argentina Ingedore Villaça Koch, Universidad de Campinas, Brasil Marianne Peronard, Universidad Católica de Valparaíso, Chile Doris Martínez, Universidad de Puerto Rico, Río Piedras, Puerto Rico ASESORES INVITADOS Carmen Rosa Caldas-Coulthard, Universidad de Florianapolis, Brasil Teun van Dijk, Universidad de Ámsterdam, Holanda y Universidad Pompeo Fabra, España Teresa Espar, Universidad de Los Andes, Venezuela Lars Fant, Universidad de Estocolmo, Suecia Luisa Martín Rojo, Universidad Autónoma de Madrid, España Jacob Mey, Universidad de Odense, Dinamarca Wulf Oesterreicher, Universidad de Munich, Alemania Sírio Possenti, Universidad Estadual de Campinas, Brasil Irayda Sánchez, Universidad Pedagógica Experimental Libertador, Venezuela John Sinclair, Tuscan Word Centre, Italia y Universidad de Birmingham, Inglaterra DISEÑO DE COLECCIÓN Bernardo Infante Daboín DISEÑO GRÁFICO Cecilia Sanz DIAGRAMACION Odalis C. Vargas B. Asociación Latinoamericana de Estudios del Discurso Associação Latinoamericana de Estudos do Discurso COMITÉ DIRECTIVO Ana María Harvey PRESIDENTA Neyla Pardo Abril SECRETARIA GENERAL Lesmer Montecinos TESORERO Isolda Carranza ARGENTINA Denize Garcia da Silva BRASIL Julia Baquero COLOMBIA Guillermo Soto CHILE Elin Emilsson MÉXICO Irene Madfes URUGUAY Francisco José Bolet VENEZUELA SOCIOS HONORARIOS Teun van Dijk Patrick Charaudeau Lars Fant PRESIDENTA HONORARIA Adriana Bolívar ILUSTRACIÓN DE PORTADA Carlos Juarez. Cultrun. Collage y óleo sobre madera. 140 x 180 cm. www.carlosjuarez.com.ar ALED es arbitrada y está indizada en Revencyt y Latindex. Se publica semestralmente bajo los auspicios de la Asociación Latinoamericana de Estudios del Discurso Versión electrónica en: http://www.portalaled.com Dirección electrónica: [email protected] Depósito legal: 200102CS1090 ISSN 1317-7389 Volumen 7, nº 1 Tiraje: 800 ejemplares Impresión editorial: Servi-k, C. A. Impreso en Venezuela

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Revista Lationamericana de Estudios del DiscursoRevista Latinoamericana de Estudos do Discurso

EDITORA

Adriana Bolívar, Universidad Central de Venezuela

EDITORA DE RESEÑAS

Martha Shiro, Universidad Central de Venezuela

COMITÉ EDITORIAL

Paola Bentivoglio, Universidad Central de Venezuela

Francisco José Bolet, Universidad Central de Venezuela

Julio Escamilla Morales, Universidad del Atlántico,Colombia

Irene Fonte, Universidad Autónoma Metropolitana,México

María Laura Pardo, Conicet, Ciafic, Argentina

Ingedore Villaça Koch, Universidad de Campinas,Brasil

Marianne Peronard, Universidad Católica deValparaíso, Chile

Doris Martínez, Universidad de Puerto Rico, RíoPiedras, Puerto Rico

ASESORES INVITADOS

Carmen Rosa Caldas-Coulthard, Universidad deFlorianapolis, Brasil

Teun van Dijk, Universidad de Ámsterdam,Holanda y Universidad Pompeo Fabra, España

Teresa Espar, Universidad de Los Andes, Venezuela

Lars Fant, Universidad de Estocolmo, Suecia

Luisa Martín Rojo, Universidad Autónoma deMadrid, España

Jacob Mey, Universidad de Odense, Dinamarca

Wulf Oesterreicher, Universidad de Munich,Alemania

Sírio Possenti, Universidad Estadual de Campinas,Brasil

Irayda Sánchez, Universidad PedagógicaExperimental Libertador, Venezuela

John Sinclair, Tuscan Word Centre, Italia yUniversidad de Birmingham, Inglaterra

DISEÑO DE COLECCIÓN

Bernardo Infante Daboín

DISEÑO GRÁFICO

Cecilia Sanz

DIAGRAMACION

Odalis C. Vargas B.

Asociación Latinoamericana de Estudios del DiscursoAssociação Latinoamericana de Estudos do Discurso

COMITÉ DIRECTIVO

Ana María HarveyPRESIDENTA

Neyla Pardo AbrilSECRETARIA GENERAL

Lesmer MontecinosTESORERO

Isolda CarranzaARGENTINA

Denize Garcia da SilvaBRASIL

Julia BaqueroCOLOMBIA

Guillermo SotoCHILE

Elin EmilssonMÉXICO

Irene MadfesURUGUAY

Francisco José BoletVENEZUELA

SOCIOS HONORARIOS

Teun van DijkPatrick CharaudeauLars Fant

PRESIDENTA HONORARIA

Adriana Bolívar

ILUSTRACIÓN DE PORTADA

Carlos Juarez. Cultrun. Collage y óleo sobremadera. 140 x 180 cm. www.carlosjuarez.com.ar

ALED es arbitrada y está indizada en Revencyt yLatindex. Se publica semestralmente bajo losauspicios de la Asociación Latinoamericana deEstudios del Discurso

Versión electrónica en: http://www.portalaled.com

Dirección electrónica: [email protected]

Depósito legal: 200102CS1090

ISSN 1317-7389

Volumen 7, nº 1

Tiraje: 800 ejemplares

Impresión editorial:Servi-k, C. A.

Impreso en Venezuela

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Revista Latinoamericanade Estudios del Discurso

VOLUMEN 7 NÚMERO 1 2007

SumarioEDITORIAL

Sobre el discurso de las referencias bibliográficasAdriana Bolívar 3

ARTÍCULOS

Metodología para el análisis de las publicaciones periódicas: los génerosdiscursivos como señales de cambio (Ensayo Literario, 1872-1874)Verónica Gallego Mengod 5

Perspectivas en el análisis de la multimodalidad:desde los inicios al estado del arteMartín Kaltenbacher 31

Análisis Crítico del Discurso y análisis de los mediosde comunicación: retos y falenciasPedro Santander 59

Reconstruyendo los paradigmas orientales de los estudios del discursoShi-xu 79

Humor en editoriales de TalCual Texto e imagen en el discurso políticoLenita Vieira 95

RESEÑAS

Bolívar, Adriana (comp.). Análisis del discurso. ¿Por qué y para qué?Reseñado por Francisco José Bolet 115

Pardo Abril, Neyla. Cómo hacer análisis crítico del discurso.Una perspectiva latinoamericana. Reseñado por Alicia Carrizo 124

Ramírez Peña, Luis Alfonso. Comunicación y discurso. La perspectivapolifónica en los discursos literario, cotidiano y científico.Reseñado por Gonzalo Rubiano Bernal 133

Foro 141

Publicaciones y revistas recibidas 143

Índice Acumulado 144

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EDITORIAL

Sobre el discurso de las referencias bibliográficas

Todo investigador experto sabe que co-existen diferentes modos deescribir las referencias bibliográficas en libros y artículos de investiga-ción. La proliferación de instrucciones que se encuentran en la red: Van-couver, Harvard, Turabian, Chicago, y otras, son indicadores de los inte-reses de cada comunidad científica y discursiva, aunque la necesidad defacilitar la comunicación y de mantener altos niveles de calidad ha hechoque algunos sistemas sean los preferidos, como sucede con las normasISO, MLA y APA.

En nuestra revista, hemos tratado de seguir las normas de la APA por-que parecen ser las más adecuadas en nuestra disciplina y porque, en rea-lidad, son las que nos exigen la mayoría de las publicaciones internacio-nales. No obstante, esta no ha sido siempre una tarea fácil por variasrazones: primero, porque las normas son modificadas de vez en cuando yexisten diferentes versiones, segundo porque cada investigador maneja másde un sistema de citas y a menudo se confunde, tercero, porque existe unacierta resistencia a construir las referencias bibliográficas sin poner el nom-bre completo de los autores mencionados.

Posiblemente, la decisión de la APA de incluir solamente la inicial delnombre seguida del apellido del autor o autora se debe al deseo de evitarla repetición y de ahorrar espacio, pero creemos que este es un puntosobre el cual hay que reflexionar, especialmente en una comunidad cientí-fica como la nuestra. Uno de nuestros objetivos como Asociación y comoRevista ha sido conocer lo que investigamos y conocernos, para promoverlos contactos y una mayor interacción. No se trata exclusivamente de unacuestión de género, como destacar que somos hombres o mujeres, sino desaber quiénes somos los y las analistas del discurso en América Latina.Estamos ante un asunto de visibilidad en la que el nombre propio tieneuna función clave en las relaciones interpersonales. De ahí que, debería-mos plantearnos la posibilidad de introducir cambios en las instruccionesque damos a nuestros autores, porque queremos saber los nombres com-pletos de cada uno para rescatar una identidad que se presenta solamenteen parte.

Por otro lado, creemos que conocer sistemas de referencia diferentescontribuye enormemente a la formación de buenos investigadores. Cuan-do uno tiene que escribir artículos para diferentes revistas, que exigen elapego estricto a sus propias convenciones de citas, se toma conciencia deque detrás de esas convenciones se esconden supuestos sobre la visibilidad

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de las personas, sus nombres y sus roles (autores, editores, compiladores,coordinadores), el tiempo que llevan escribiendo (las fechas, las re-impre-siones, las nuevas ediciones), la autoridad intelectual que se les asigna (lasveces que son citados). También se aprende que cada comunidad acadé-mica y científica tiene la libertad y la posibilidad de escoger la forma enque utiliza las marcas ortográficas, los puntos, las comas, los paréntesis,las comillas simples y dobles, los tipos de letras, etc. Las diferencias en losestilos no afectan la calidad. Lo que sí la afecta es que se usen sin saber elsignificado que tienen y el por qué de la forma que han tomado. Reco-mendamos el uso de la tecnología para mantener una base de datos bi-bliográficos que pueda ser adaptada a los requerimientos de diferentesnormas. ¡Se ruega no olvidar registrar en estas bases el nombre completode los investigadores!

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5ALED 7 (1), pp. 5-30

ARTÍCULO

Metodología para el análisis de las publicacionesperiódicas: los géneros discursivos como señales de

cambio (Ensayo Literario, 1872-1874)

Recibido: 6 de enero de 2007 • Aceptado: 5 de mayo de 2007.

VERÓNICA GALLEGO MENGODInstituto Universitario De Tecnología Región Capital «Dr. Federico Rivero Palacio»

RESUMEN: Este artículo describe una propuesta metodológica diseñada con la finali-dad de observar las transformaciones que sufren las publicaciones periódicas a travésdel tiempo al determinar los géneros discursivos privilegiados en las mismas. Estapropuesta se fundamenta en Bolívar (2005, 1995), Bajtín (1990) y Genette (1989).Primero, se utilizan las matrices propuestas para sistematizar las características de lapublicación periódica y de los números que la conforman. A continuación, se identi-fican los géneros discursivos, secciones y categorías privilegiados, en detrimento deotros; así como los momentos en los que éstos surgen o desaparecen. Esto nos brindauna visión transversal de la publicación periódica Ensayo Literario como un todo,permitiéndonos comprender cómo se ha transformado a lo largo del tiempo en sucontexto. Esta metodología podría ser aplicada para analizar todos los números decualquier publicación periódica, nacional o internacional.

PALABRAS CLAVE: Publicaciones periódicas, propuesta metodológica, géneros discursivos, cam-bio.

ABSTRACT: This article describes a methodological proposal designed to observe thetransformations in periodical publications across time by determining the discursivegenres present in them. This proposal follows Bolívar (2005, 1995), Bajtín (1990)and Genette (1989). First, the proposed formats are used to systematize the characte-ristics of the periodic publication and the issues comprised in it. Next, the genres,sections and categories which are privileged in detriment of others are identified aswell as the moments when these appear or disappear. This offers a transversal visionof the periodical journal Ensayo Literario as a whole, giving us some understandingon how it has evolved in its context. It is claimed that this methodology could beapplied to the analysis of any periodical, national or international.

KEY WORDS: periodical publications, methodological proposal, discourse genres, change.

RESUMO: Este artigo descreve uma proposta metodológica projetada com a finalidadede observar as transformações que as publicações periódicas têm sofrido através dotempo ao determinar os gêneros discursivos privilegiados em elas mesmas. Esta pro-posta baseia-se em Bolívar (2005, 1995), Bajtín (1990) e Genette (1989). Primeira-mente, os formatos propostos são usados para sistematizar as características da publi-cação periódica e das edições em ela compreendidas. A seguir, identificam-se quaissão os gêneros discursivos, seções e categorias privilegiados, no detrimento de outros;assim como os momentos em que eles aparecem ou desaparecem. Isto oferece umavisão transversal da publicação periódica Ensayo Literario como um todo, dando-nosa compreender como ela conseguiu evoluir no seu contexto. Esta metodologia pode-

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ria ser aplicada para analisar todos os números de qualquer publicação periódica,nacional ou internacional, transformações.

PALAVRAS CHAVE: Publicações periódicas, proposta metodológica, Análise do Discurso, gê-neros discursivos.

Introducción

Este artículo presenta una propuesta metodológica que permite observarlas transformaciones que sufren las publicaciones periódicas a través del tiem-po. Podríamos comenzar preguntándonos qué entendemos por publicaciónperiódica. La UNESCO (1964: 1) indica que “se entiende por publicaciónperiódica la editada en serie continua con el mismo titulo (sic), a intervalosregulares e irregulares durante un periodo indeterminado de forma que losnúmeros de la serie lleven una numeración consecutiva o cada número estéfechado”. Por su parte, el Glosario de la American Library Association (ALAPérez, 2008: 3) plantea que es una: «publicación en serie que aparece o seintenta que aparezca a intervalos regulares o determinados, por lo común va-rias veces al año, siendo cada fascículo numerado o fechado consecutivamentey suele contener artículos, narraciones y otras clases de escritos». López (2000)explica con más detalle:

Publicación periódica es una publicación colectiva, con título legal, que aparece aintervalos regulares fijados de antemano durante un tiempo no limitado y cuyosfascículos se encadenan cronológicamente unos a otros para constituir, al final delaño uno o numerosos volúmenes que se integran en una serie continua. Sus carac-terísticas genéricas son pues: contenido establecido en común por varios autores,periodicidad fija y duración indeterminada. Se diferencia del libro no sólo por sucontenido y su forma de publicación, sino también porque la identidad establecidaen su fundación está sujeta a modificaciones -en el título, periodicidad, formato,etc.-, mientras que la del libo (sic) es definitiva. (López, 2000: 2)

Esto implica que en esta definición se incluyen las revistas, los periódi-cos, los diarios, los semanarios, los boletines, las memorias, los anuarios, lasseries de actas y conferencias y las series monográficas, entre otros. (Moreno,1994; Pérez, 2008).

Si reunimos lo planteado por estos autores, tenemos que las característi-cas de una publicación periódica son:

• Es una publicación colectiva (tiene varios autores) e impresa (o noimpresa, en el caso de las electrónicas);

• Es editada en partes sucesivas, en una serie continua con el mismotítulo legal;

• Se intenta que sea editada a intervalos regulares o determinados, fija-dos de antemano;

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• Es editada durante un periodo indeterminado;

• Es editada de forma que cada número de la serie lleve una designaciónnumérica o cronológica consecutiva (o cada número esté fechado);

• Sus fascículos se encadenan cronológicamente unos a otros para cons-tituir, al final del año, volúmenes que se integran en una serie conti-nua;

• El contenido establecido suele contener artículos, narraciones y otrasclases de escritos;

• A diferencia del libro, la identidad establecida en su fundación estásujeta a modificaciones (en lo referido al contenido, la periodicidad, elformato, etc.). (UNESCO, 1964; Moreno, 1994; López, 2000; Pérez,2008).

Por todo ello, podemos afirmar que el abordaje del corpus que constitu-yen las publicaciones periódicas como un todo, es una labor compleja. Apartir de las definiciones dadas, sabemos que cada publicación está constitui-da por una cantidad de números y/o volúmenes, que se han ido editando concierta periodicidad y se constituyen, en sí mismos, como “textos-artefactos”(Bolívar, 2005, 1996). Si se pretenden analizar varios años de una mismapublicación, la cantidad de números a abordar será considerable. Pero, ade-más, cada número está conformado por una cantidad de artículos y los géne-ros discursivos de cada uno de ellos, así como las secciones en las que seinscriben, cambia de número a número.

Aunado a esto, la publicación periódica ha de sufrir, por definición, trans-formaciones a lo largo del tiempo que se publique. Al respecto, Osuna (1998:75) plantea que el trabajo del analista consiste en determinar “…las transfor-maciones que sufre la significación de las unidades de su objeto de análisis”.Mientras que algunas unidades de significación poseen poca capacidad decambio (como el título), otras cambian constantemente, como la fecha, lanumeración o los géneros discursivos de los artículos.

Esta complejidad no es ajena a las investigaciones en el área. En general,cada vez que los investigadores e investigadoras se topan con esta dificultad,suelen optar por crear una metodología para el análisis de los tópicos que lesinteresan. Tal es el caso, por ejemplo, de Franco y Sánchez (1996), Zafra yContreras (2006), Herrera (2007) y Ramírez y Ñambre (2008). Estos inves-tigadores diseñaron tablas que les permitieron obtener resultados en distintascategorías, con la finalidad de llevar a cabo un análisis de contenido, señalan-do (en algún momento de la investigación) las dificultades que implicó eldiseño de una metodología para llevar a cabo el análisis categorial del ampliocorpus abordado.

Es por ello que consideré que era necesario proponer una metodologíaque pueda ser utilizada por diversos investigadores, y que cumpliera con la

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finalidad de caracterizar el contenido de las publicaciones periódicas. Estapropuesta se fundamenta en las teorías de Bolívar (2005, 1995), Bajtín (1990)y Genette (1989).

La metodología que aquí propongo surgió originalmente con la finali-dad de determinar las características y los géneros discursivos observados enlos 67 números que constituyeron una publicación periódica específica: En-sayo Literario (Gallego, 2005, 2006). La selección de este corpus se debe a quehasta ahora, las investigaciones (Gallego, 2005, 2000; Rivas, 2000; Alcibía-des, 1997; Russotto, 1997; Ramón, 1985; entre otras) han considerado aEnsayo Literario como la primera publicación periódica que estuvo a cargo deuna mujer en Venezuela: Isabel Alderson. Con esta publicación, la historia dela hemerografía femenina se ve inaugurada en Venezuela, lo cual es relevantepara la historia tanto de la prensa como de las mujeres venezolanas.

La metodología fue utilizada para llevar a cabo un análisis diacrónico delas 1244 páginas que constituyeron la totalidad de Ensayo Literario, lo quepermitió comprender el modo como esta publicación periódica fue cambian-do en el transcurso del tiempo (Gallego, 2005).

Sostenemos que esta metodología es factible de ser aplicada a cualquierpublicación periódica para, en primer lugar, identificar cuantitativamente losgéneros discursivos encontrados en ella. Esto permite a la persona que inves-tiga describir qué géneros discursivos son privilegiados en una publicación,en detrimento de otros; así como los momentos de aparición y desapariciónde cada género discursivo y el contenido que presenta cada sección y catego-ría de la publicación.

La utilidad de esta metodología radica en la posibilidad de analizar lastransformaciones experimentadas por las publicaciones periódicas (especial-mente aquellas publicadas por períodos extensos) a lo largo del tiempo, apartir de la sistematización de la evidencia cuantitativa. A través de su aplica-ción, será posible obtener hallazgos cuantitativos y cualitativos que el/la ana-lista del discurso podrá utilizar para explicar el modo como la publicaciónperiódica se comportó, a través del tiempo, en el momento socio-histórico-político-cultural en el que fue publicada.

Esta metodología es útil en la medida en que los datos cuantitativos pue-dan vincularse con datos contextuales. Para Van Dijk (1990: 45) el objetivodel análisis del discurso está relacionado con la producción de descripcionestextuales y contextuales del discurso: “las dimensiones textuales dan cuentade las estructuras del discurso en diferentes niveles de descripción. Las di-mensiones contextuales relacionan estas descripciones estructurales con dife-rentes propiedades del contexto, como los procesos cognitivos y las represen-taciones o factores socioculturales”. De ahí que, a partir de los resultadosobtenidos se puede llegar a determinar, por ejemplo, que la aparición o des-aparición de una sección pudo estar vinculada con problemas políticos suce-didos en un momento dado, o con cambios en el modo como el editor o

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editora percibían los gustos de la audiencia. Es así como, a través de la estra-tegia que propongo, se puede generar un corpus ordenado, que servirá comobase para un análisis más profundo del modo como la publicación periódicase comportó, como un todo, en el transcurso del tiempo.

Se puede afirmar que esta propuesta cumple con un doble propósito. Porun lado, pretende estudiar las publicaciones periódicas como géneros discur-sivos que, a su vez, poseen diversos géneros discursivos que se comportan demanera variable a través del tiempo. Por otra, se propone identificar el modocomo se comportan esas características y esas variaciones a lo largo del tiempoy el modo como las mismas se vinculan con el momento y la época en la quese insertan, al aplicar la metodología en el análisis de la primera publicaciónperiódica femenina conocida en Venezuela: Ensayo Literario. Todo ello, con elfin de presentar una metodología que puede ser aplicada para el análisis deotras publicaciones periódicas.

1. Consideraciones teóricas

El análisis crítico del discurso se asume, tal como lo hago yo en esta inves-tigación, con una función política, consistente en develar y despertar concien-cia respecto a las relaciones de poder implícitas y naturalizadas dentro deldiscurso. (Fairclough, 1992). El discurso, como una forma de práctica social,determina efectos, moldea formas de pensar y tiene una función ideológica.Al estar marcado por las relaciones de poder e investido de ideología, el dis-curso contribuye en la construcción y los cambios del conocimiento, sus obje-tos y las relaciones sociales. (Fairclough y Wodak, 1997). Es así como el Aná-lisis Crítico del Discurso se propone develar la práctica ideológica implícitaen el manejo del discurso, haciendo un esfuerzo por “descubrir, revelar o di-vulgar aquello que es implícito, que está escondido o que por algún motivo noes inmediatamente obvio en las relaciones de dominación discursiva o susideologías subyacentes”. (Van Dijk, 1997: 17). Develar esta práctica implicadeconstruir los factores del discurso que sirven como estrategias para mante-ner la desigualdad social, en favor del opresor (el régimen patriarcal, en el casode la investigación que aquí presento como ejemplo) y en detrimento deloprimido (que, en el caso ejemplificado, es la mujer).

Pero, para poder analizar el discurso, primero es necesario abordarlo,conocerlo, describirlo. De ahí que, en un primer acercamiento, se debe anali-zar el contenido a través del “estudio cuantitativo del contenido manifiestode la comunicación (…) que incluye normalmente la determinación de lafrecuencia con que aparecen en un texto ciertas categorías previamente defi-nidas, tales como ideas, expresiones, vocablos o elementos expresivos de di-versa naturaleza” (Sabino, 2002: 113). Así, en un primer momento, se iden-tificará y catalogará “…la realidad empírica de los textos o documentos, me-diante la definición de categorías o clases de sus elementos” (Piñuel, 2002: 9).

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Dichos criterios obedecen a un modelo de sistema categorial, los cuales son“sistemas cerrados en los que la observación de categorías (términos que agru-pa a una clase de fenómenos según regla de correspondencia) que son prefija-das por el observador”. (García, Gil y Rodríguez, 1996: 154).

Esta metodología propone una reflexión cuantitativa y cualitativa. Cuan-titativa, en el sentido de que parte del conteo de unidades y cualitativa, entanto parte de la combinación de categorías, como veremos más adelante. Enpalabras de Piñuel (2002: 2), se lleva a cabo un “…conjunto de procedimien-tos interpretativos de productos comunicativos (…) que proceden de proce-sos singulares de comunicación previamente registrados, y que, basados entécnicas de medida, a veces cuantitativas (estadísticas basadas en el recuentode unidades), a veces cualitativas (lógicas basadas en la combinación de cate-gorías) tienen por objeto elaborar y procesar datos relevantes sobre las condi-ciones mismas en que se han producido aquellos textos”. Pues, en el análisiscategorial, la finalidad última consiste en re-velar, des-ocultar, indagar en elmensaje, aquello que está oculto, recóndito, implícito, velado, latente, poten-cial: lo no dicho. (Bardín, 1977; Piñuel y Gaitán, 1995)

Por otra parte, es importante aclarar el uso dado a algunos términos.Cada publicación periódica (como un todo) corresponde con la unidad derango más alto en el Modelo Jerárquico propuesto por Bolívar (2005: 141),llamada “el texto-artefacto”, que es la “unidad que enlaza el mundo del textocon el mundo de los fenómenos (...), y se especifica en los siguientes térmi-nos: (i) tiene una ubicación; (ii) tiene un propósito; (iii) tiene una estructura;(iv) tiene un significado y un efecto para los participantes.” Los datos estánconstituidos por el contenido del texto artefacto como un todo y de cada unode los números que lo componen. Estos datos serán ordenados en matricesque fueron diseñadas específicamente para esta finalidad, utilizando una ma-triz para cada elemento del análisis, de manera similar a como lo hiciera Bo-lívar (1995).

A su vez, cada número de la publicación periódica está subdividido enartículos. Siguiendo a Bolívar (2005: 141), cada artículo se constituye comoun artefacto mínimo, “…porque no puede subdividirse en artefactos máspequeños”.

Llamo artículo a cada texto que conforma una unidad de idea completay que está antecedido por un título o separado de otro texto por una marcaparatextual. Según Genette (1989: 11) un paratexto es, con relación al texto,su «…título, subtítulo, intertítulo, prefacio, epílogo, advertencia, prólogo,etc.; notas marginales, al pie de página, finales; (...) y muchos otros tipos deseñales accesorias, autógrafas o alógrafas, que procuran al texto un entorno(variable)». Siguiendo los planteamientos de Bolívar (2005):

Cada periódico, a su vez, contiene una variedad de textos en el contexto del perió-dico como totalidad. Esto nos permite decir que hay textos dentro de textos.

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Sabemos, por la experiencia que tenemos del mundo, que los periódicos son dise-ñados y editados (...). Es importante notar que cada uno de estos textos estáubicado en secciones que corresponden a determinadas áreas de la experiencia.(Bolívar, 2005: 142, la negrita es mía).

Así, cada artículo suele pertenecer a una sección que corresponde con“determinadas áreas de experiencia”. Pero la mayoría de los artículos carecende marcas paratextuales que identifiquen su pertenencia architextual a ungénero discursivo específico. Genette (1989: 12) define la architextualidadcomo:

…una relación completamente muda, que sólo es articulada, a lo sumo, por unamención paratextual (titular, como en Poesías, Ensayos, La novela de la Rosa,etc., o, la mayoría de las veces, infratitular: la indicación de Novela, Relato, Poe-mas, etc., que acompaña al título sobre la cubierta), de pura pertenenciataxonómica. Cuando es muda, puede ser por negarse a subrayar una evidencia, o,por el contrario, para rechazar o eludir toda pertenencia.

Dado que no todos los artículos tienen marcas paratextuales que identi-fiquen su pertenencia architextual a un género discursivo específico, se tornanecesario utilizar un modelo de sistema categorial para determinarlo (Bardín,1977; Piñuel y Gaitán, 1995; Piñuel, 2002; García, Gil y Rodríguez, 1996).

Al considerar el género discursivo al que pertenece cada texto publicado,podemos identificar el modo como la editorial de la publicación construye ypresupone los intereses del público en el momento histórico, político y cultu-ral en el que la misma es publicada. De hecho, “…los géneros discursivos serelacionan con una dimensión histórico cultural más general, que incluye lacompetencia sobre tipos discursivos; estos últimos hacen referencia a una di-mensión estrictamente lingüística”. (Ciaspuscio, 1994: 25).

Para Ciaspuscio (1994) Bajtín no sólo superó a las corrientes lingüísticasde su época al proponer la noción de género discursivo, sino que, además, seha mantenido vigente en el tiempo. García y Huerta (1992) comparten estaopinión. Es por ello que partiré de la propuesta bajtiniana para definir elgénero discursivo.

Bajtín (1990: 252) define los géneros discursivos como “unos tipos te-máticos, composicionales y estilísticos de enunciados determinados y relati-vamente estables” que responden “…a las condiciones específicas de una esfe-ra dada”. Es decir, cada esfera de uso de la lengua posee sus propios géneros,que están determinados por la función y las condiciones de enunciación, pues:“una función determinada (científica, técnica, periodística, oficial, cotidiana)y unas condiciones determinadas, específicas para cada esfera de la comuni-cación discursiva, generan determinados géneros”. (Bajtín, 1990: 252). Estoimplica que los géneros discursivos poseen gran riqueza y diversidad “porqueen cada esfera de la praxis existe todo un repertorio de géneros discursivosque se diferencia y crece…”. (Bajtín, 1990: 248).

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De esta “extrema heterogeneidad de los géneros discursivos” parte Bajtín(1990: 248) para establecer la diferencia entre los géneros discursivos prima-rios (simples) y los géneros discursivos secundarios (complejos). Al respecto,nos explica:

Los géneros discursivos secundarios (complejos) – a saber, novelas, dramas, in-vestigaciones científicas de toda clase, grandes géneros periodísticos, etc.- surgenen condiciones de la comunicación cultural más compleja, relativamente másdesarrollada y organizada, principalmente escrita: comunicación artística, cientí-fica, sociopolítica, etc. En el proceso de su formación estos géneros absorben yreelaboran diversos géneros primarios (simples) constituidos en la comunicacióndiscursiva inmediata. (Bajtín, 1990: 250)

Es así como esta propuesta se valdrá de lo que Bajtín ha definido comogéneros discursivos secundarios (literarios, periodísticos, científicos) en la cons-trucción de categorías, considerando que “en cada época del desarrollo de la len-gua literaria, son determinados géneros los que dan el tono” (Bajtín, 1990: 254).

2. Metodología propuesta

2.1. UBICACIÓN DE LA PUBLICACIÓN PERIÓDICA

Babbie (2000) plantea que los productos sociales, tales como las publica-ciones periódicas, pueden constituirse como unidades de análisis. La expresiónunidad de análisis se refiere al objeto de estudio (Babbie, 2000). La unidad deanálisis la constituyen todos los números publicados de la publicación perió-dica, mientras que cada artículo (es decir, cada texto completo publicado encada número), vendría a conformar la unidad de observación. Entonces, launidad de análisis escogida corresponde a una publicación periódica comple-ta, “el texto-artefacto”, descrito anteriormente (Bolívar, 2005: 141). Por elloes necesario identificar la ubicación, el propósito, la estructura y el significadode la publicación periódica con la que se trabaje, al determinar sus caracterís-ticas formales. Esto ha de permitir al investigador o investigadora, ubicarla enel contexto en que apareció. Al respecto, Bolívar (2005: 142) afirma que “laubicación de un periódico como totalidad es importante para entender sufunción en la comunicación (...). Cada periódico es un texto, un artefactocultural que las personas usan en su interacción diaria (...), y anuncia su rangode artefacto con su nombre y con la información que da sobre el lugar de supublicación”. Van Dijk (1990) sostiene una postura similar al rescatar la nece-sidad de comprender la noticia como parte integral de un discurso que laantecede y la contiene.

Con la finalidad de acceder a una matriz o formato que permitiera orde-nar la ubicación y las características de las publicaciones periódicas, diseñé laMatriz A, que presento a continuación:

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Matriz A: UBICACIÓN. Características formales de la publicación periódica

Título de la publicación periódica: Cota:

Antetítulo: Subtítulo:

Datos de identificación (Fecha, N°, etc.):

Editora/editor/Directora/Director:

Observaciones:

Cantidad de páginas por número: Tamaño de la hoja:

Descripción gráfica:

Numeración de las páginas:

Observaciones:

Periodicidad de aparición:

Fecha de surgimiento: Fecha de culminación:

Duración total : Números publicados:

Observaciones:

Lugar de publicación: Lugares de distribución:

Costo:

Intencionalidad:

Observaciones:

Lugar de recolección de los datos: Fecha:

Investigador/a:

Observaciones:

A través de esta matriz, se puede observar que aquellos aspectos esencialespara identificar y ubicar las características de una publicación periódica son:Título de la publicación periódica, Cota, Antetítulo, Subtítulo, Datos de iden-tificación (Fecha, N°, etc…), Editora/editor/Directora/Director, Cantidadde páginas por número, Tamaño de la hoja, Descripción gráfica, Numeraciónde las páginas, Periodicidad de aparición, Fecha de surgimiento, Fecha deculminación, Duración total, Números publicados, Lugar de publicación,Lugares de distribución, Costo, Intencionalidad y Observaciones. Esta ma-triz permite identificar, además, el lugar, fecha y persona encargada de reco-lectar los datos. Aunado a esto, es posible agregar o eliminar elementos, segúnlos requerimientos de quien investiga.

En segundo lugar, consideré pertinente diseñar una matriz que permitierarecopilar, en conjunto, todos los números de la publicación periódica. A travésde esta matriz, sería posible establecer la cantidad de números que constituye-ron la publicación periódica, la fecha en la que cada número fue publicado, lacantidad de páginas de cada uno y cualesquiera otras observaciones relevantes.Esta información es recopilada por medio de la Matriz B, que es útil para resu-mir las características de los números de la publicación periódica.

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Matriz B: UBICACIÓN 2. Descripción de los números de la publicación periódica

Nº Fecha Año Mes Nº de Páginas Observaciones

1

Ambas matrices pueden ser utilizadas para recoger las características for-males de cualquier publicación periódica, pues la metodología propuesta sepuede adaptar a los requerimientos del investigador o investigadora que lautilice.

2.2. DESCRIPCIÓN DEL CONTENIDO DE CADA NÚMERO

Una vez ubicada la publicación periódica como totalidad, se torna nece-sario determinar, de manera trasversal, cuál es el contenido presente en ella. Laestrategia que propongo para la organización y clasificación de la gran canti-dad de información contenida en una publicación periódica completa, partede la realización de una matriz que organice el contenido de cada númeropublicado, identificada como Matriz C. Es importante resaltar que para cadanúmero de la publicación periódica se debe utilizar una matriz y en cada ma-triz se deben especificar: los datos de identificación (N°, mes y año de publica-ción) y la fecha (año, mes y día).

Matriz C: CONTENIDO. Contenido de cada N° de la publicación periódica

Datos de identificación: N°: Mes: Año:

Fecha: Año: Mes: Día:

Nº pág Sección Categoría (género discursivo) Título Autora/Autor Observaciones

Cada número consta, a su vez, de varios artículos y para cada uno de ellosse debe especificar la siguiente información:

a. Número de página: Se refiere a los números de página ocupados por elartículo, identificados en un borde de cada una de las páginas de la publica-ción original.

b. Sección: constituida por aquellos artículos que indican, a través de unparatexto, su pertenencia a secciones fijas de la publicación. Como bien seña-la Bolívar (2005: 128, la negrita es mía): “es importante notar que [en laspublicaciones periódicas] cada uno de estos textos está ubicado en seccionesque corresponden a determinadas áreas de la experiencia”.

c. Categoría: Como ya se señaló, algunas publicaciones no especifican lasección a la que pertenece un artículo (Favero y Gonzaga, 2001). Por ello, las

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categorías deben ser creadas con la finalidad de agrupar aquellos artículos queno han sido ubicados architextualmente en sección alguna dentro de la publi-cación. Las categorías se deben construir tomando en cuenta los géneros dis-cursivos a los que pertenecen los artículos, tal como se señaló anteriormente.

d. Título: corresponde al título original dado a cada artículo de la publi-cación periódica. En el caso de los textos que carecen de título, se coloca,entre paréntesis, el tópico tratado en el mismo. La importancia del título esrescatada por diversos autores, como Bolívar (2005: 167), quien plantea: “lostítulos de cualquier texto escrito parecen tener una gran importancia para losefectos de la organización del discurso y de la comprensión del lector”. Por suparte, Van Dijk (1990: 253) nos señala: “Más que cualquier otro tipo detexto, las macroestructuras se expresan explícitamente en la información pe-riodística, mediante titulares y encabezamientos”, dado que los mismos “…re-sumen el texto periodístico y expresan la macroestructura semántica” (VanDijk, 1990: 83).

e. Autoría: En este caso se debe colocar el nombre de la autora o autor delartículo siempre que éste se especifique. También se debe incluir cualquierinformación que se considere relevante con respecto a la proveniencia deltexto: desde las iniciales o pseudónimo del/la autor/a o el/la traductor/a; has-ta la fuente original del artículo, en caso que se indique que éste ha sidotomado de otra publicación.

f. Observaciones: Aquí se debe colocar aquella información relevante queaparece en la publicación, generalmente a manera de paratexto, pero que nocorresponde a ninguno de los puntos anteriores; así como aquellos comenta-rios respecto al texto que, si bien no aparecen explícitos en él, requieren acla-rarse.

2.3. APLICACIÓN DE LA METODOLOGÍA AL ANÁLISIS DE LAS PUBLICACONES PERIÓDICAS

A partir de los resultados obtenidos de la Matriz C y con el propósito deabordar el texto como una totalidad, es posible obtener la siguiente informa-ción:

2.3.1. Frecuencia de aparición de cada sección/categoría en la publicaciónperiódica

Se mide a través de un Cuadro de Excel de doble entrada, en el que secolocan las Secciones y Categorías en las filas y, los números de la publicación,en las columnas. Una vez hecho esto, cada vez que la Sección o Categoríaaparezca en un número de la publicación periódica, se debe escribir un núme-ro “1” en la casilla correspondiente, tal como se puede observar en la tabla quese ejemplifica a continuación, que corresponde a seis números de una publica-ción periódica hipotética.

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Ejemplo 1. Aparición de cada Sección o Categoría en la publicación periódica

Nº de la publica- TOTAL TOTAL % de apariciónSecciones ción 1 2 3 4 5 6 de números en los En relación al total dey Categorías que aparece números de la publicación

Sección o Categoría X 1 1 1 3 50%

Sección o Categoría Y 1 1 1 1 1 1 6 100%

Sección o Categoría Z 1 1 17%

De este modo, es posible contabilizar la cantidad de números de la publi-cación en los que aparece cada sección o categoría, al sumar todas las marcasde aparición señaladas. Esto se realiza aplicando una sumatoria a cada Sec-ción o Categoría y colocando el resultado en la columna titulada “Total”. Elresultado obtenido se puede contrastar con la cantidad de números con losque se cuenta, de manera tal que se puede obtener el porcentaje correspon-diente a la frecuencia de aparición de cada Sección o Categoría, con respectoa la totalidad de números de la publicación periódica.

En el ejemplo que se presenta, podemos observar que la Sección o Catego-ría X está presente en tres de los seis números, lo que corresponde a un 50%de los números que constituyen la publicación periódica. Este cálculo se pue-de realizar para cualquier cantidad de números, secciones y/o categorías.

2.3.2. Géneros privilegiados en la publicación periódica

En ocasiones, las secciones y categorías observadas en una publicaciónperiódica no dan una idea clara de los géneros discursivos que constituyendicha publicación, debido a que no todos los textos de un mismo género seencuentran en una misma sección o categoría. Esto sucede cuando, por ejem-plo, nos encontramos con “artículos históricos” o “artículos científicos” ensecciones que tienen nombres que no señalan su pertenencia a un génerodiscursivo específico, lo cual, como dijimos, sucede con frecuencia.

Por esto, es posible que agrupemos las secciones y categorías según elgénero discursivo al que pertenezcan. Una vez agrupadas, se procede de ma-nera similar a lo explicado en el punto anterior: se trabaja con un Cuadro deExcel de doble entrada, marcando las oportunidades en las que aparece cadasección o categoría. Al tomar en cuenta la agrupación, se marca con un nú-mero “1” cuando aparezca un género discursivo en un número de la publica-ción, independientemente del número de veces que lo haga, pues el criterio esla ausencia (que equivale a 0) o la presencia (1) del género discursivo, sinconsiderar el número de veces que éste aparezca por número. A continuación,se contabiliza la cantidad de números en los que aparece cada género y secontrasta el total obtenido con la cantidad de números con los que se cuenta,para obtener así el porcentaje de aparición de cada género discursivo en lapublicación periódica. Un ejemplo del resultado de esta operación se puedeobservar más adelante en el Cuadro Nº 5.

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2.3.3. Momentos de aparición y desaparición de cada sección o categoría en lapublicación periódica

Esto se puede detectar al hacer un cuadro de doble entrada, similar alejemplo sobre aparición de sección o categoría. Al igual que en los ejemplosanteriores, en las filas se colocan las secciones y categorías, mientras que en lascolumnas se colocan todos los números de la publicación. La diferencia con-siste en que, en este caso, se debe marcar con un color (en lugar de utilizar elnúmero “1”) cada vez que una sección o categoría aparezca en un número. Deesta manera, el gráfico resultante nos permite observar lo sucedido con todoslos números de la publicación a simple vista. Un ejemplo de la representacióngráfica descrita, se puede encontrar más adelante en el Gráfico Nº 1.

2.3.4. Páginas ocupadas por cada sección o categoría en la publicación periódica

Se comienza con un cuadro de Excel de doble entrada, similar a los reseña-dos en los puntos anteriores, pues las secciones y categorías se mantienen enlas filas y los números de la publicación, en las columnas. Sin embargo, cadacasilla se va a llenar con una información diferente a la trabajada hasta ahora:en este caso, se colocará la cantidad de páginas que ocupa cada sección ocategoría en cada número. La cantidad de páginas que se va a asentar en lascasillas, se obtiene a partir de la información arrojada por los renglones “N° depágina” y “Sección/Categoría” de la Matriz C. La cantidad de páginas resul-tantes por sección o categoría en cada número, se va especificando en cadacasilla del cuadro de Excel. Una vez completadas las casillas, se puede sumar eltotal de páginas por sección y categoría, para, con esa información, podercalcular el porcentaje de páginas ocupadas por cada sección o categoría, enrelación al total de páginas que constituyen la publicación periódica.

El ejemplo 2, corresponde a seis números de una publicación periódicahipotética. En ella, se puede observar que la Sección o Categoría X está presen-te en seis páginas de los seis números que constituyen la publicación periódi-ca. En este caso, todos los números de la publicación periódica sumaron untotal de 22 páginas. Es así como, 6 corresponde al 27% de 22, por lo que sepuede afirmar que la Sección o Categoría X está presente en el 27% de laspáginas de la publicación.Ejemplo 2. Páginas ocupadas por cada Sección o Categoría en cada N° de la publicaciónperiódica hipotética

Nº de la publica- TOTAL de páginas % con respectoSecciones ción 1 2 3 4 5 6 ocupadas por la al total de páginasy Categorías Sección o Categoría de la publicación

Sección o Categoría X 3 2 1 6 27%

Sección o Categoría Y 1 2 1 2 1 3 10 46%

Sección o Categoría Z 6 6 27%

TOTAL DE PÁGINAS 22 100%

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Todas estas operaciones nos permiten comprender cuáles son los génerosdiscursivos, secciones o categorías privilegiados por la editorial de la publica-ción periódica, en detrimento de otros. También es posible determinar losmomentos de aparición y desaparición de cada sección o categoría en la publi-cación periódica, lo que nos brinda la posibilidad de revisar e incluso com-prender la evolución de la misma. Al discernir qué secciones o categorías apa-recen sustituyendo a otras, podemos tener una visión trasversal de la publica-ción periódica como un todo, lo que nos acerca más a la comprensión delmodo como ha evolucionado en el contexto en el que ésta se encuentra oencontraba.

Veamos ahora el modo como esto se expresa en la práctica, aplicándolo ala publicación periódica del siglo XIX, Ensayo literario.

3. Aplicación de la metodología al análisis de Ensayo Literario

En este punto se mostrará el modo como se puede llevar a cabo la aplica-ción práctica de la metodología propuesta con el análisis de la publicaciónperiódica Ensayo literario.

3.1. UBICACIÓN DE LA PUBLICACIÓN

La ubicación de Ensayo literario se evidencia a través del uso de las Matri-ces A y B, como se muestra en los Cuadros 1 y 2, respectivamente. Estasmatrices nos permiten determinar las características formales de esta publica-ción y de los números que la constituyeron, vistos como un todo.

Cuadro Nº 1. Características formales de Ensayo Literario (Matriz A: UBICACIÓN)Título de la publicación periódica: Ensayo Literario Cota: Ensayo literario( F2-141 )

Antetítulo: Publicación Semanal Subtítulo: “La instrucción es el adorno del rico y la riqueza del pobre”

Datos de identificación (Fecha, N°, etc.): Mes, año, fecha, N° de publicación

Editora/editor/Directora/Director: No especificada (Isabel Alderson, ver observaciones)

Observaciones: Se accede a la publicación a través de dos tomos encuadernados, correspondientes a losaños 1 y 2.

En la publicación nunca se especifica que Isabel Alderson sea su editora. Sin embargo, ella publicó ochoanuncios publicitarios en La Opinión Nacional entre el 4 de octubre de 1872 (Nº 1070, p. 2) y el 4 denoviembre de 1872 (Nº 1094, p. 4), en los que se especifica que Isabel Alderson es la redactora de la publicación.

Cantidad de páginas por número: 16 (Ver observaciones) Tamaño de la hoja: Carta (8,5 x 11 pulg.)

Descripción gráfica: La presentación es modesta, sin muchos ornamentos, pero cuidada. Cada página estáimpresa a dos columnas.

Numeración de las páginas: El número de página se encuentra en el margen superior izquierdo en el casode las páginas pares y en el margen superior izquierdo en las impares. Las portadas no especifican elnúmero de página. La numeración de las páginas es consecutiva; es decir, el Nº 1 termina en la página 15y el Nº 2 comienza en la 16 y así sucesivamente. (Ver observaciones)

Observaciones: De todos los números de la publicación, únicamente dos tienen menos de 16 páginas: elNº 15 del Año 1, que tiene catorce páginas (Isabel aclara en el número siguiente el motivo de este error) yel Nº 27 del Año 2, que es el último número de la publicación.

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Es muy posible que la numeración de las páginas sea consecutiva dado que cada número de la publicaciónera visto como parte de un todo, que se conformó en dos tomos encuadernados que en su momentofueron recopilados por las suscriptoras. La numeración de las páginas se mantiene consecutiva durante elprimer año, llegando a la página 816. En el segundo año, tanto los números de cada entrega como lanumeración de las páginas, vuelven a comenzar desde el Nº 1, llegando hasta la página 428.

Fecha de surgimiento: 1872, septiembre 30 Fecha de culminación: 1874, mayo 2

Duración total : 20 meses Números publicados: 78

Observaciones: Durante el segundo año de publicación, el tiraje disminuyó a 4 números por mes, lo queimplicó que cada trimestre estuviera compuesto por 12 números (en lugar de trece), tal como explica laredactora en el primer cumpleaños de la publicación: “constarán de aquí en adelante las mensualidades decuatro números, ó sea el trimestre de doce, en lugar de trece.” (N° 51, septiembre 27, 1873; p. 816)

El primer año duró hasta el 27 de septiembre de 1873, publicando un total de 51 números en lugar de 52debido a que el sábado 12 de abril de 1873, durante la “Semana mayor”, no se publicó Ensayo Literario,tal como se había advertido en el Nº 27 del primer año (abril 5, 1873; p. 426).

Lugar de publicación: Lugares de distribución: Caracas, La Guaira, Puerto Cabello, Puerto Ordaz,

Caracas, Venezuela Valencia, Los Teques, Petare y Guatire.

Costo: Seis reales mensuales por cuatro números, o un real y medio por cada número suelto.

Intencionalidad: El prospecto, presentado en el primer número de la publicación, plantea:

Mucho tiempo ha que venimos notando en Venezuela la falta de una de esas publicaciones que abundanen Europa y los Estados Unidos -que los ingleses llaman “Magazine” o sea Folleto- en que se ofrece unalectura útil é instructiva á la vez que amena y aun divertida, á un precio tan módico que esté al alcance detodos. Al presentarnos ante el inteligente público caraqueño, no nos mueve ningun sentimiento depresunción, sino el deseo de prestar nuestro contingente á la grande obra regeneradora iniciada ya por elGeneral Guzman Blanco, y tan dignamente secundada por su Ministro de Fomento, Doctor MartinSanabria.

No somos escritores -por consiguiente no ofrecemos nada original- sin que por esto desechemos algo demérito que se nos presente: nuestro propósito es aprovechar la ilustración, industria y talento de otros,ofreciendo varios artículos en los cuales se encontrarán en compendio la historia, la biografia, la astronomía,etc., y ademas viajes y novelas, y todo lo que pueda.

Este es nuestro propósito: depende su buen o mal éxito del juicio que de él forme el público criterio y delapoyo que le conceda. Caracas, septiembre 29 de 1872. La Empresa. (N° 1; septiembre 30, 1872; p. 1)

Con su cierre, se plantea que Ensayo Literario había sido fundado: “...con el doble objeto de proporcionara la juventud venezolana y en especial a las Señoritas una lectura amena a la par que provechosa, y deasegurarnos una modesta utilidad”. (abril 11, 1874).

Observaciones: Su costo era cancelado por medio de la suscripción.

Lugar de recolección de los datos: “Hemeroteca-Mapoteca” de la Fecha: mayo 1997 – diciembre 2004.

Academia Nacional de la Historia, Caracas-Venezuela.

Investigador/a: Verónica Gallego Mengod

Observaciones: La data fue obtenida en un largo período y provino de diversas fuentes, tales como: La

opinión nacional y Arístides Rojas (1907), entre otros.

Por su parte, la Matriz B nos permite observar un resumen de las caracte-rísticas de los números a los que se pudo acceder de Ensayo literario durantetodos los años en que ésta fue publicada. Por razones de espacio sólo se presen-tarán los primeros números, el resto se puede consultar en Gallego (2005).

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Cuadro Nº 2. Características formales de los números de Ensayo Literario (Matriz B:UBICACIÓN 2)

Nº Fecha Año Mes Nº de Páginas Observaciones

1 Septiembre 30 1872 I 1-17 La pág. 16 fue llamada 15. La pág. 17 no estánumerada y se repite en el Nº 2.

2 Octubre 12 1872 I 17-32

3 Octubre 19 1872 I 33-48

4 Octubre 26 1872 I 49-64

5 No se posee 1872 II 65-81 No se pudo acceder a este número.

6 Noviembre 09 1872 II 82-96

7 Noviembre 16 1872 II 97-112

8 Noviembre 23 1872 II 113-128

9 Noviembre 30 1872 III 129-144 La pág.137 fue llamada 371

3.2. DESCRIPCIÓN DEL CONTENIDO DE CADA NÚMERO DE ENSAYO LITERARIO

Al llenar la Matriz C para cada número de Ensayo literario, obtenemos untotal de 67 cuadros que resumen el contenido de los 67 números que constituyenesta publicación de 1244 páginas. En estos cuadros se puede identificar cada unode los títulos de los textos que en ella fueron publicados, las fechas en las que estosucedió, el número de páginas que estos textos ocuparon, las marcas autoriales quetenían, así como la sección a la que pertenecían y la categoría (correspondiente algénero discursivo) en la que fueron ubicados por la investigadora. Todos los cua-dros resultantes se encuentran en Gallego (2005). A continuación, en el cuadro 3,podemos observar los datos correspondientes al primer número de la publicación.

Cuadro Nº 3. Contenido del primer N° de Ensayo Literario (Matriz C: CONTENIDO)

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En Gallego (2005), se hizo posible abordar Ensayo literario como unatotalidad en 67 cuadros, obteniendo interesantes resultados que no sólo ha-blan del contenido explícito de esta publicación, sino que también permitenver el modo como ésta evolucionó y la relación que fue estableciendo con elcontexto en el que era publicada. Los resultados generales obtenidos se pue-den encontrar en Gallego (2005) pues, por razones de espacio, presentaré aquíúnicamente un resumen de los mismos, siguiendo los lineamientos que pre-senté en esta propuesta metodológica:

3.2.1. Frecuencia de aparición de cada sección/categoría en Ensayo Literario

Las oportunidades en que cada sección o categoría aparecía en Ensayoliterario se midió contabilizando la cantidad de números en los que se identifi-caba la presencia de éstas y contrastando el total con la cantidad de númeroscon los que se contaba (67 números en total). Esto permitió identificar cuáleseran las secciones y categorías que aparecían con mayor frecuencia, y cuálescon menor.

Cuadro Nº 4. Frecuencia de aparición de cada sección/categoría en Ensayo literario

Sección - Categoría TOTAL Nº veces TOTAL %

Ensayo Literario 67 100,0%

Novelas por entregas 65 97,0%

Historia 64 95,5%

Acertijos 63 94,0%

Sección de las Amiguitas 59 88,1%

Astronomía 50 74,6%

Miscelánea 39 58,2%

Sección de los Amiguitos 31 46,3%

Editorial 27 40,3%

Poesía 23 34,3%

Editorial: Nota al pie 19 28,4%

La cocina para todos 16 23,9%

Relatos 15 22,4%

Otros (Ensayo) 14 20,9%

Ciencia 14 20,9%

Otros (Historia) 13 19,4%

Moda 10 14,9%

Editorial: Errata 10 14,9%

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3.2.2. Géneros privilegiados en Ensayo Literario

Como se indicó antes, no todos los textos de un mismo género discursivose encuentran en una misma sección o categoría. Por ejemplo, existen géneros

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que se pueden observar en varias categorías distintas, como sucede con lasnovelas por entregas, que se encuentran en tres secciones diferentes: en la Sec-ción de las Amiguitas, en la Sección “Ensayo literario” y en la Categoría “No-velas por entregas”. Por ello, decidí agrupar los textos tomando en cuenta elgénero discursivo al que pertenecían. Aquí se presenta una versión reducidadel cuadro resultante presentado en Gallego (2005).

La información del cuadro Nº 5 me permitió afirmar que los génerosdiscursivos privilegiados en Ensayo Literario (observados en más del 80% delos números) fueron: las Novelas por entregas, los Acertijos, la Historia, losArtículos Científicos y las Recetas de Cocina.

3.2.3. Momentos de aparición o desaparición de cada sección o categoría en EnsayoLiterario

Otra forma de identificar la receptividad de Ensayo Literario consiste enrevisar los momentos de aparición y desaparición de las secciones y categorías.A continuación, se presenta una adaptación del análisis gráfico original (Ga-llego, 2005) que evidencia los momentos en que aparece y/o desaparece cadasección o categoría en cada número de la publicación.

Al observar el gráfico Nº 1, se puede determinar que las secciones como“Ensayo Literario”, “Historia”, “Acertijos”, la “Sección de las Amiguitas” y lacategoría “Novelas por entregas”, están presentes en la mayoría de los númerosy tienen una aparición particularmente regular. Otras categorías aparecen enmenor cantidad de oportunidades, pero su aparición se reparte regularmenteentre todos los números de la publicación, tales como: “Astronomía”, “Poe-sía”, “Otros (Historia)”, “Editorial”, “Editorial: Nota al pie”, “Editorial: Erra-ta”, “Relatos”, “Otros (Ensayo)”, “Teatro”.

Sin embargo, existe un suceso que reviste particular interés: el de dossecciones que habían sido regulares y que desaparecen de manera intempesti-va a mediados de la publicación: la sección “Misceláneas” y la “Sección de losAmiguitos”.

Al observar el gráfico, se hace evidente que la detención de la publicaciónde la “Sección de los Amiguitos” coincide con la aparición de dos categorías:“La cocina para todos” y la “Moda”. Al analizar el contexto histórico y otrosfactores, se puede discernir que es muy posible que la identificación del pú-blico al que iba dirigido Ensayo Literario haya determinado este cambio dedirección, que excluye al género masculino (“los amiguitos”) e incluye y legi-tima tópicos que, desde la construcción patriarcal, interesan al género feme-nino (Gallego, 2000, 2005).

Además, la intempestiva suspensión de “Misceláneas” coincide con elsurgimiento de “La cocina para todos”. Este factor, aunado al hecho que“Misceláneas” presentó recetas de cocina en todos sus números, hace suponerque “La cocina…” llega sustituyendo y, por lo tanto, sincerando y legitiman-

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do la presencia de recetas de cocina en Ensayo Literario. Estos datos seránanalizados más adelante con mayor profundidad.

3.3. PÁGINAS OCUPADAS POR CADA SECCIÓN O CATEGORÍA EN ENSAYO LITERARIO

La cantidad de páginas ocupada por cada sección o categoría en cadanúmero de Ensayo literario, se calculó a partir de la información arrojada porlos renglones “N° de página” y “Sección/Categoría” de la Matriz C. Esta can-tidad se fue especificando en un cuadro de doble entrada. A continuación, sesumó el total de páginas por sección y categoría y, a partir de esta informa-ción, se calculó el porcentaje de páginas ocupadas por cada sección o categoríaen el total de los números de Ensayo literario. La categoría “Novela por entre-gas” es la que mayor número de páginas ocupa en el total de la publicación deEnsayo Literario, un 21,8% del total. Le siguen, en orden decreciente, las sec-ciones “Ensayo Literario” (12,4%), “Historia” (12,2%), “Sección de las Ami-guitas” (10,8%), la categoría “Astronomía” (8,2%), la categoría “Poesía” (4,9%),la “Sección de los Amiguitos” (4,5%), los “Acertijos” (4,3%) y las “Miscelá-neas” (4,2%), entre otras. Los porcentajes y el gráfico resultantes se presentana continuación.

Gráfico Nº 2. Páginas ocupadas por cada sección o categoría en Ensayo Literario

4. Análisis de los datos

Si analizamos los datos obtenidos se pueden hacer muchas inferencias.Pero si, además, contrastamos éstos con lo sucedido en la época, la utilidad deestos datos cobra una nueva dimensión. Sólo como muestra, podemos anali-zar el modo como lo presentado hasta ahora puede vincularse con los ocho

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anuncios publicitarios publicados en La Opinión Nacional entre el viernes 4de octubre de 1872 (Nº 1070, p. 2) y el lunes 4 de noviembre de 1872 (Nº1094, p. 4). Allí Isabel Alderson, asumiendo su carácter de redactora de publi-cación, plantea que los “conocimientos útiles” que Ensayo literario ha de alma-cenar “para las familias” son: “Moral – Literatura – Historia – Ciencia Amenay Variedades”.

Los hallazgos nos permiten corroborar si la redactora cumplió lo prome-tido en el anuncio publicitario, y, al contrastarlos, se evidencia que todos lostópicos propuestos en el anuncio están presentes en prácticamente todos losnúmeros que poseemos de la publicación:

• La “Moral” se ve representada a través de los ensayos literarios (que seencuentran en el 52% de los números a los que accedí) y las novelas porentregas (que se observan en el 100%);

• La “Literatura”, se observa en las novelas por entregas (100% de los núme-ros), los ensayos literarios (52%), la poesía (34%), los relatos (22%) y elteatro (en un 4% de los números).

• La “Historia” está presente a través de los artículos históricos1, en un 96% delos números.

• La “Ciencia Amena” se evidencia a través de los artículos científicos2 presen-tes en un 88% de los números que conforman la publicación.

• Las “Variedades”, presentes a través de las secciones “Misceláneas” (obser-vadas en un 58,2% de los números); y “Acertijos” (en un 97%) se encuen-tran prácticamente en todos los números de la publicación (el 98%).

Sin embargo, en este anuncio publicitario Isabel Alderson deja de consi-derar dos tópicos de importancia que se asumen tardíamente como parte inte-grante de la publicación: las recetas de cocina, presentes en un 81% de losnúmeros3; y la moda, que se observa en un 13% de los números de Ensayoliterario.

Es posible que estos temas no se mencionaran en el anuncio publicitarioque inaugura la publicación dado que, en un inicio, los mismos no formabanparte del proyecto de revista que la editora se había planteado. De hecho,durante los primeros meses de su publicación, Ensayo Literario se publicitacomo una revista para la familia o para la juventud, pero nunca especifica queestuviese destinada a ser leída exclusivamente por mujeres, aclaratoria que eracomún en la época para las llamadas “revistas femeninas”. A los ocho mesesde su publicación, comienzan a producirse cambios que denotan que se estáasumiendo el género de las lectoras, tales como la eliminación de la “secciónde los amiguitos” y la aparición de tópicos considerados más patriarcalmentefemeninos, como lo son la moda y la cocina. Esto puede considerarse unatransformación profunda, de fondo, pues “las grandes transformaciones de la

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revista ocurren cuando se finiquita una época y se comienza otra nueva, lacual suele aparejar modificaciones profundas en los contenidos…”(Osuna,1998: 79). Con el cierre de la publicación, se plantea de manera de-finitiva el cambio en la perspectiva de la editora, quien pasa a afirmar queEnsayo Literario había sido fundado “...con el (…) objeto de proporcionar ala juventud venezolana y en especial a las Señoritas una lectura amena a lapar que provechosa…”. (abril 11, 1874, la negrita es mía).

El modo como los hallazgos obtenidos se relacionan con el contexto de lapublicación, se puede estudiar con mayor profundidad al leer la investigaciónde la que provienen estos datos y este análisis (Gallego, 2005).

5. A manera de conclusión

Si bien la metodología que aquí propuse cumplió con su finalidad origi-nal, vale decir, servir como punto de inicio para el análisis de Ensayo literario,considero que el potencial que ella alberga es mucho mayor. Esta metodologíapodría ser utilizada para analizar todos los números de cualquier publicaciónperiódica, nacional o internacional, permitiendo comprender, por ejemplo,cuáles son los géneros discursivos, secciones o categorías privilegiadas por laeditorial de dicha publicación periódica, en detrimento de otras. Por mediode esta metodología también es posible determinar los momentos de apari-ción y desaparición de cada género discursivo en cualquier publicación perió-dica, lo que nos brinda la posibilidad de analizar la evolución de la misma.Esto permitirá discernir qué géneros, secciones o categorías aparecen sustitu-yendo a otros, lo que, a su vez, nos brindará una visión trasversal de la publi-cación periódica como un todo, permitiéndonos comprender el modo comoella ha evolucionado en su contexto.

La aplicación de esta metodología abre la posibilidad a la realización deestudios contrastivos. En este sentido, espero que este artículo pueda servircomo una invitación para que, en un futuro cercano, tesistas, investigadores einvestigadoras de la lengua, el análisis del discurso y la literatura, se valgan deesta metodología con la finalidad de aproximarse a las publicaciones periódi-cas con una mirada diferente, que les abrirá una nueva posibilidad para suestudio: la de abordarlas como un todo.

NOTAS

1 El historiador del siglo XIX comienza a identificarse cada vez en mayor medidacon la investigación científica, lo que lo lleva a irse alejando de la producciónliteraria. (Burke, 1993: 13). De aquí que la presencia de artículos históricos enEnsayo Literario, implique la introducción de un estadio intermedio entre la no-

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ción de literatura y la de ciencia, así como un interés por parte de la editora poracceder a los campos de conocimiento privilegiados en la época.

2 La presencia de artículos científicos en una revista literaria no solía ser usual en laépoca, pero sucedía ocasionalmente (Carter, 1959; Cuenca, 1980). El surgimien-to del positivismo a principios del siglo XIX como una nueva forma por excelenciade construir el conocimiento científico, es, al parecer, un factor que determinó supresencia en Ensayo Literario.

3 Si bien la sección “La Cocina para todos” es de aparición tardía, desde el inicio de lapublicación se habían presentado recetas de cocina en la sección “Misceláneas”; deahí la razón de una presencia tan regular de tópicos que se asumen tardíamente.

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VERÓNICA GALLEGO MENGOD es Magíster Scientiarium en EstudiosLiterarios (UCV), Licenciada en Letras (UCV) y Licenciada en Psicología (UCV,Magna Cum Laude). Se ha desempeñado como docente a nivel universitario enla Universidad Central de Venezuela (Escuelas de Artes, Psicología yAdministración), USB, UNE y en el IUT Región Capital “Federico Rivero Palacio”(IUT-RC). Ha sido docente de Metodología de Investigación en la Especializaciónen Telecomunicaciones y se ha desempeñado como Coordinadora del Área Lenguay Comunicación y Metodología de la Investigación (IUT-RC, 2004-2007).Actualmente es docente de Lengua y Comunicación y del Taller de Investigación yDesarrollo Tecnológico, así como Coordinadora de la Cátedra Libre de Literatura enel IUT-RC.

Correo electrónico: [email protected]

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ARTÍCULO

Perspectivas en el análisis de la multimodalidad:desde los inicios al estado del arte

Recibido: 18 de marzo de 2007 • Aceptado: 16 de agosto de 2007.

MARTÍN KALTENBACHERUniversidad de Salzburgo.TRADUCCIÓN: C. GABRIELA D’ANGELO

RESUMEN - Este artículo proporciona una amplia visión histórica desde los inicios delanálisis multimodal hasta los candentes temas actuales y las perspectivas futuras en elestudio de la multimodalidad. A diferencia de otras publicaciones, se considera que elcomienzo histórico de las investigaciones sobre multimodalidad fue el Tratado sobreLaoconte de Lessing (1766), de modo que lo que actualmente se da es el resurgimien-to de un debate que ya había tenido lugar, parcialmente, entre los clasicistas alema-nes. Un tema que se discute fervientemente en la actualidad es cómo los modos serelacionan con otros modos en forma de sub-modos y dentro de los diferentes me-dios. El potencial de significación de un modo cambia de acuerdo con la preponde-rancia del modo dentro del constructo semiótico así como también a través de lapérdida o adquisición del significado meta-funcional en el desarrollo tecnológico delos medios masivos. Un ejemplo de esto es la tipografía. Se presentan nuevos temas ytendencias en el campo actual de la investigación de la multimodalidad y los últimosdescubrimientos en una gama de estudios en áreas de investigación aplicada, porejemplo se presentan y discuten trabajos sobre traducción en hospitales, diseño dehipertextos, diseño de museos, subtitulado de películas y traducción de tiras cómicas.Para terminar, se esbozan las futuras perspectivas sobre cómo llevar la investigaciónde la multimodalidad a una base más empírica, por ejemplo a través del análisis delcorpus multimodal.

PALABRAS CLAVE: multimodalidad, semiótica, tipografía, síntesis y automatismo del ha-bla, medicina, hipertexto, aprendizaje, traducción, análisis de corpus

ABSTRACT. This article gives a broad historical overview from the early beginnings ofmultimodal analysis to currently burning issues and future perspectives in the studyof multimodality. In contrast to other publications, the historical beginning of mul-timodality research is seen with Lessing’s Treatise on Laocoon (1766), so what we seetoday is the revival of a debate that was partly already discussed among the Germanclassicists. A fervently discussed topic today is how modes relate as sub-modes toother modes and within different media. The meaning potential of a mode changesaccording to the salience of the mode within a semiotic construct as well as throughthe loss or gain of meta-functional meaning in the technological development of themass-media. This is exemplified for typography. New topics and trends in currentmultimodality research are portrayed, and recent findings in a range of studies inapplied research fields, such as translation in hospitals, hypertext design, museumdesign, film sub-titling and comics translation are presented and reviewed. Finally,future perspectives on how to put multimodality research on a more empirical basis,e.g. through multimodal corpus analysis, are outlined.

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KEY WORDS: multimodality, semiotics, typography, speech synthesis and automation, me-dicine, hypertext, learning, translation, corpus analysis.

RESUMO. Este artigo oferece uma ampla visão histórica desde os inícios da análise multi-modal até os candentes temas atuais e as perspectivas futuras no estudo da multimodalida-de. Ao contrário de outras publicações, considera-se que o Tratado sobre Laoconte de Les-sing (1766) foi o começo histórico das investigações sobre multimodalidade, de modoque o que atualmente acontece é o ressurgimento de um debate que já tinha acontecido,parcialmente, entre os classicistas alemães. Um tema que é discutido ferventemente naatualidade é como os modos se relacionam com outros modos na forma de sub-modos edentro dos diferentes meios. O potencial de significação de um modo muda segundo apreponderância do modo dentro do construto semiótico assim como também através daperda ou adquisição do significado meta-funcional no desenvolvimento tecnológico dosmeios em massa. Um exemplo é a tipografia. Apresentam-se novos temas e tendências nocampo atual da investigação da multimodalidade e os últimos descobrimentos em umagama de estudos nas áreas de investigação aplicada, por exemplo, apresentam-se e discu-tem-se trabalhos sobre tradução em hospitais, desenho de hiper-textos, desenho de mu-seus, subtitulagem de filmes e tradução de historietas cómicas. Para terminar, são esboça-das as futuras perspectivas sobre como levar a investigação da multimodalidade a umabase mais empírica, por exemplo, através da análise do corpus multimodal.

PALAVRAS CHAVE: multimodalidade, semiótica, tipografia, síntese e automatismo da fala,medicina, hiper-texto, aprendizagem, tradução, análise do corpus.

Introducción

Helmut Stöckl (en prensa) ha afirmado que el florecimiento de las investiga-ciones sobre multimodalidad es «el descubrimiento de lo obvio». Y, de hecho, lamultimodalidad debería ser obvia, no sólo para los que nos ocupamos de la inves-tigación científica de los sistemas semióticos y sus interrelaciones, sino para todoaquel involucrado en el proceso de escritura o diseño de textos de cualquier tipo.A pesar de, o probablemente debido a su obviedad, la investigación multimodales una disciplina muy joven o, para decirlo con más propiedad, es una disciplinaque debería haber resurgido mucho antes. El presente artículo trata de esbozaralgunos de los temas candentes de la investigación multimodal desde sus inicios alactual estado del arte. La parte 1 trata sobre el desarrollo histórico de la disciplina,mencionando los aportes que han hecho a este campo los clasicistas alemanes, lalingüística sistémico funcional y el análisis del discurso. En la parte 2 se discutiránpreguntas teóricas referidas a las jerarquías modales y al cambio de preponderan-cia y función de los modos, centrándonos particularmente en la tipografía. En laparte 3 abordaremos algunos campos industriales y económicos en los que seaplica la multimodalidad con mayor dinamismo. Y en la parte 4 cerraremos elartículo con un llamado para que se realicen investigaciones de carácter más em-pírico, y sugeriremos algunas perspectivas para el futuro desarrollo de la investiga-ción multimodal.

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1. El crecimiento de una disciplina - breve historia de la investi-gación multimodal

1.1. LESSING Y LOS CLASICISTAS ALEMANES.

Muchos lingüistas, particularmente aquellos con antecedentes sistémicos fun-cionales, consideran que la investigación multimodal nació con la publicación delos dos innovadores libros de Kress & van Leeuwen: Reading Images (1990) yReading Images: The Grammar of visual design (1996). Pero mucho antes de lapublicación de estos dos influyentes libros, los académicos habían comenzado amirar el potencial semiótico inherente a los diferentes modos y medios. En 1755,Johann Joachim Winckelmann escribió un influyente tratado titulado Über dieNachahmung der griechischen Werke in der Malerei und Bildhauerkunst (Pensa-mientos acerca de la imitación de obras griegas en la pintura y la escultura), quellevó a Gotthold Ephraim Lessing (1766) a escribir su famosa respuesta Laokoon:oder über die Granzer der Malerei und Poesie (Laoconte: un ensayo sobre los límitesde la pintura y la poesía). Este ensayo debe ser considerado como el primer abor-daje al estudio de la multimodalidad. Lessing analiza dos famosos retratos de lamuerte de Laoconte y sus dos hijos. Laoconte fue un sacerdote troyano que acon-sejó a su pueblo que no permitiera entrar a la ciudad de Troya el gigantesco caballodiseñado por el héroe griego Odiseo. Sin embargo, los dioses habían decidido lacaída y la destrucción de Troya y enviaron dos malignas serpientes para que mata-ran a Laoconte como advertencia para que los troyanos no destruyeran el caballo.Este asesinato es el tema de dos famosas obras de arte clásicas. Una es la antiguaescultura ‘El grupo Laoconte’ (ver Figura 1), hallada en Roma en 1506 y que aúnhoy puede verse en el Museo del Vaticano. La otra es un pasaje de la épica nacionalromana «La Eneida» de Virgilio (Eneida 2, 199-267), en la que Eneas narra cómoLaoconte fue asesinado por las serpientes.

Figura 1: El grupo Laoconte en los Museos del Vaticano

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Ambas obras describen el mismo hecho mítico, es decir, tratan de cons-truir el mismo significado. Lessing escribe acerca de cómo este significado seexpresa de manera diferente de acuerdo con el modo en el que se narra lahistoria. Una gran diferencia en la semiótica de la narración épica y la escul-tura es el hecho de que la escultura es estática, mientras que el poema esdinámico (Lessing, 1766/1990, pp. 35f.). Las esculturas pueden mostrar sóloun momento de una historia compleja y, por lo tanto, deben concentrarse enel clímax del argumento. El poema puede mostrar la historia completa comosi se desarrollara a través del tiempo. Una de las diferencias más notorias enestas dos obras es la forma en que se presenta el grito de Laoconte. Lessing(1766/1990, p.29) sostiene que la escultura griega muestra a un Laoconteque suspira más que grita, ya que un grito afearía su rostro; los escultoresgriegos tenían que retratar a sus héroes como poseedores de la más pura belle-za, incluso si padecían un dolor mortal. El poema de Virgilio no padece deeste tipo de restricciones, ya que, como Lessing (1766/1990, p. 35) sostiene«cuando el Laoconte de Virgilio grita, ¿quién va a pensar que para gritar senecesita una boca grande y que una boca de gran tamaño nos hace feos?» Porlo tanto tiene sentido que Virgilio permita que su héroe trágico grite (‘clamo-res simul horrendos ad sidera tollit / al mismo tiempo manda horribles gritosa las estrellas’; Virg. Eneida 2, 222), ya que esto no viola ninguna convenciónde género sino que contribuye al desarrollo dinámico de la trama.

Lessing continua trabajando sobre las diferencias entre las dos obras yrelaciona las características semióticas generales de los respectivos géneros,escultura y escritura. En otras palabras, explora las modalidades en las que sebasan estas formas artísticas diferentes y describe su potencial y sus limitacio-nes semióticas. Su ensayo puede ser considerado como uno de los primerosestudios multimodales de las humanidades europeas. Este hecho ha sido am-pliamente referido, particularmente en filología alemana y en el período clá-sico de la literatura alemana, por autores como Schiller (Über das Patheische,Tratado sobre lo patético, 1793) y Goethe (Über Laokoon, Un tratado sobreLaoconte, 1798). Como tal, el discurso sobre Laoconte se centra en los mis-mos temas que el famoso libro de Kress & van Leeuwen (1990, 1996) y, enparticular, el de O’Toole (1994) que aborda y profundiza el nuevo marco deanálisis. Sin embargo, resulta sorprendente que hasta el momento este hechono se haya reflejado en los trabajos modernos sobre multimodalidad.

1.2. HALLIDAY Y EL RECONOCIMIENTO DE LA SEMIOSIS COMO HECHO SOCIAL

Como se mostró anteriormente, el actual interés en investigar los proce-sos multimodales no puede verse completamente como una nueva disciplinasino como el resurgimiento o redescubrimento de un importante e interesantecampo de investigación. La principal diferencia entre los nuevos y los anti-guos abordajes es que los clasicistas alemanes veían las obras que estudiaban

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con ojos de críticos de arte en general y con ojos de críticos literarios en parti-cular. En la actualidad, los académicos que trabajan en el campo de lamultimodalidad a menudo vienen de la lingüística y, en particular, de la es-cuela de lingüística sistémico funcional desarrollada por Halliday (por ejem-plo, 1961, 1975). Esta rama de la lingüística ve el lenguaje como un sistemasemiótico que explotamos para funcionar en un amplio contexto social y cul-tural. Es este énfasis en el contexto social, la principal diferencia respecto delos abordajes lingüísticos tradicionales, estructuralistas y generativos, en losque las oraciones se ven y se analizan en sí mismas, desprovistas de todo co-texto y contexto situacional que pueda rodearlas. La visión sistémica conside-ra que este contexto situacional constituye los factores determinantes de lasestructuras semióticas que elegiremos en nuestras interacciones sociales conlos demás (Halliday, 1978, p.110). Estas estructuras semióticas incluyen tresdimensiones que constituyen tres tipos diferentes de significados:

- campo (el tema del intercambio lingüístico) le da forma al significadoideativo;

- tenor (el rol de la relación entre las personas que participan en el inter-cambio) le da forma al significado interpersonal; y

- modo (el canal a través del cual se transmite el intercambio) modela elsignificado textual.

Las tres dimensiones proporcionan el «marco conceptual para representarel contexto social como el medio ambiente semiótico en el que las personasintercambian significados» (ibid.).

1.3. KRESS Y VAN LEEUWEN Y LA SEMIÓTICA DE LA IMAGEN

Los primeros que extendieron las tres dimensiones metafuncionales a unmodo semiótico que no fuera el lenguaje fueron Kress & van Leeuwen (1990,1996) y O’Toole (1994).

Kress & van Leeuwen (1990, 1996) comenzaron a explorar la semióticade las imágenes (dibujos, pinturas, gráficos, bosquejos, mapas, retratos, foto-grafías, etc.) en un profundo análisis de lo que dieron en llamar:

- ‘patrones de representación’ (1996, p. 13), es decir, cómo visualizamosnuestra experiencia del mundo (significado ideativo);

- los ‘patrones de interacción’ (ibid.), es decir lo que sucede entre los querealizan las imágenes y aquellos que las observan (significado interper-sonal);

- los ‘principios de composición’ (1996, pp. 181 ff ), es decir, cómo lasimágenes están visualmente organizadas por su valor informativo, pre-ponderancia contextual (salience) y su marco de referencia (framing).

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En trabajos más recientes, Kress & van Leeuwen (2001) han ampliado suvisión de los textos multimodales como articulaciones múltiples que puedencrear significado en y a través de los dominios del discurso, el diseño, la pro-ducción y la distribución.

1.4. O’TOOLE Y LA SEMIÓTICA DEL ARTE EN EXHIBICIÓN

Al mismo tiempo que Kress y van Leeuwen desarrollaban su marcosemiótico para abordar el significado de lo visual, O’Toole (1994) adaptabala visión sistémica funcional del lenguaje a la semiótica del arte en exhibi-ción, y en ese marco, principalmente para el análisis de la escultura, la arqui-tectura y la pintura. En analogía con el lenguaje, él sostiene que las tresmetafunciones son, de hecho, las funciones de todo tipo de semiosis y, deacuerdo con esto, una obra de arte sólo puede ser analizada a la luz de estastres funciones. En su teoría de la semiótica, las tres metafunciones son:

- la ‘función modal’ (interpersonal), que refiere a cómo la atención, lospensamientos y las emociones del observador están unidas y relaciona-das a la obra (O’Toole, 1994, pp. 5ff ). En el retrato de la muerte deLaoconte descripto anteriormente, la función modal se relaciona exac-tamente con cómo los elementos que emocionan, como el suspiro, eldolor o la tristeza, influyen sobre la recepción subjetiva del observadorde esta obra de arte;

- la ‘función representacional’ (ideativa), es la que presenta a un obser-vador lo que la obra de arte de hecho muestra (O’Toole, 1994, pp.12ff ). Esta transmite información básica sobre las personas, los obje-tos, las acciones, los hechos, las escenas, los paisajes, etc. que se mues-tran en una pintura o en una escultura, en nuestro caso, dos serpientesque estrangulan a tres personas;

- la ‘función composicional’ (textual) (O’Toole, 1994, pp. 22ff.), querepresenta las decisiones del artista relacionadas con la organizacióndel espacio disponible, la distribución de las formas, las líneas, los co-lores, etc.. En nuestro ejemplo, esto se relaciona con la distribución delos cuerpos en relación el uno con el otro, por ejemplo, colocar a Lao-conte como la figura más grande en el centro de la escultura, presen-tándolo por lo tanto también como tema.

Al igual que las metafunciones del lenguaje, ‘‘las tres funciones siempretrabajan juntas. Son inseparables, y sólo las separamos en nuestra descripciónpor la conveniencia de concentrarnos en cada uno de los sistemas particularesque operan en cada función’’ (O’Toole, 1994, pp.22f.).

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1.5. ANÁLISIS DEL DISCURSO MULTIMODAL

Mientras la lingüística sistémico funcional proporcionó la teoría lingüís-tica a la luz de la cual muchos académicos se orientaron hacia la multimodalidad,la disciplina madre de aplicación fue el análisis del discurso (Iedema, 2003,pp. 29ff.). El análisis del discurso tradicional, o la lingüística textual como sela llamó en un primer momento (por ejemplo, Halliday & Hasan, 1976; DeBeaugrande & Dressler, 1981), comenzaron a explorar las estructuras grama-ticales que funcionaban más allá de los límites de la oración, es decir, a niveltextual, e investigaron los fenómenos que unían oraciones individuales paraformar un todo cohesivo y coherente. El objeto de estudio original fue, prime-ro, el texto escrito y, después, el texto hablado, los que eran consideradoscomo fenómenos más o menos monomodales.

Mientras tanto, el trabajo pionero de Kress & van Leeuwen y O’Toole haservido de inspiración para muchos académicos y lingüistas para profundizarla teoría sistémico funcional y los métodos de análisis del discurso aplicándo-los a otros tipos más complejos de semiosis. Los lingüistas se han dado cuentade que no existe el discurso monomodal puro. Que el lenguaje hablado noexiste sin gestos que lo acompañen, muecas, postura corporal y movimientode la vista, del mismo modo que los textos escritos no existen sin marcos,espacios, tipografía ni color. De modo que lo que vimos no fue, de hecho, uncambio de atención de mono a multimodalidad sino el reconocimiento de lanaturaleza completamente multimodal de todo texto (Cf., p.e., Scollon &Levine, 2004: 1).

Una de las tendencias más recientes en análisis del discurso multimodales explorar el despliegue multimodal del discurso en los nuevos medios queproporcionan las tecnologías de información y comunicación. Parece quehasta el momento hemos subestimado la gran influencia que tienen las limi-taciones tecnológicas de los nuevos medios sobre el discurso que en ellos tienelugar. La Mesa Redonda de Georgetown (Georgetown Round Table, GURT)lanzó este tema a la palestra y lo hizo centro de sus discusiones en 2002, ymuchas de esas discusiones están actualmente disponibles en un libro nuevotitulado Discourse & Technology - Multimodal Discourse Analysis, editado porLevine & Scollon (2004). Algunas de las preguntas que surgen en esa publi-cación son:

- Cómo el concepto de ‘contexto’ para discursos en comunicación me-diada por computadora, los mensajes de correo electrónico y los chatsnecesitan adaptarse al cambiante medio físico y virtual en el que sedesarrolla la comunicación (Jones, 2004);

- Cómo se aplican los rituales retóricos tales como pregunar, aludir ycitar en videoconferencias a fin de establecer autoridad, identidad ydiseño del destinatario (Davis & Mason, 2004);

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- Cómo las relaciones entre las tecnologías de la representación (multi-modalidad) y las tecnologías de la diseminación (multimedialidad) ensoftwares educativos da forma al educando, al medio de aprendizaje yal contenido (Jewitt, 2004);

- Cómo las videograbaciones han abierto nuevas posibilidades para elanálisis del discurso que incorpora formas de comunicación no verbal,como el diseño espacial y arquitectónico de un desván que limpiaronvoluntarios vocacionales (de Saint-Georges, 2004), el retiro y la distri-bución de las mercaderías como parte de un ‘discurso de atención alpúblico’ en una tienda de departamentos (Filliettaz, 2004), el contactovisual y el diseño gráfico de una entrevista con solicitante de Cédula deResidencia (Johnston, 2004) y modos de compensar la falta de contac-to visual en interacciones entre videntes y no videntes (Everts, 2004).

2. Cambio de jerarquías y cambios de funciones

2.1. ¿MODOS, VARIANTES, SUBMODOS O CARACTERÍSTICAS?

Algunos de los puntos cruciales que se están debatiendo en la actualidaden relación a esta nueva disciplina son: qué es exactamente un modo, cuál es larelación entre modo y medio, cuántos modos diferentes existen, y cómo se lospuede categorizar tipológicamente. Algunos de estos temas surgen en el actualdebate acerca de la jerarquía de la tipografía como recurso semiótico. ¿La tipo-grafía es un modo en sí mismo y, de serlo, cuál es la relación entre tipografíasy entidades tales como tipo, tamaño, negrita, itálica, letra negra versus roja,etc. de las letras? Van Leeuwen sostiene que

la nueva tipografía es completamente multimodal. Comunica no sólo a través de lasformas de las letras en sí sino también a través del color, la textura, la perspectiva, losmarcos, el movimiento. Todos estos son modos que no son particulares de la tipo-grafía sino que forman parte de un lenguaje visual multifacético que la tipografíatiene en común con las imágenes, el diseño de productos, la decoración de interio-res y la arquitectura entre muchos otros. (Van Leeuwen, en prensa).

Cuando leemos la lista anterior de van Leeuwen, vemos que algunos deestos modos son más dominantes o sobresalientes, mientras que otros lo sonmenos. Por lo tanto, necesitamos categorizar los recursos semióticos en unajerarquía de modos primarios, secundarios, terciarios, etc. Lo están intentan-do, por ejemplo, Stöck (en prensa), que considera que la tipografía está ubi-cada en un continuum de recursos semióticos y distingue entre modos cen-trales (el lenguaje), variantes mediales (la escritura), modos periféricos (tipo-grafía), submodos (color) y características (saturación, pureza). Contraria-mente, Lim (en prensa) sostiene que la tipografía no debería ser vista comoun modo semiótico sino como una red de sistemas que operan en el plano de

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la expresión del lenguaje. De modo que, al igual que las líneas, sombras yformas, los componentes tipográficos poseen potencial sólo como subsiste-mas a través de los que se expresa el significado.

Un problema del que se debe dar cuenta es que ciertos modos, como elcolor, operan como submodos en diferentes niveles en una jerarquía de mo-dos, dependiendo del medio o de la construcción semiótica en la que tienenlugar. En una pintura, el color tendrá más preponderancia y contribuirá másal significado global que el color de ciertas palabras o de ciertas letras en untexto. Esto significa que el color en un texto puede ser un submodo queconlleva parte del significado pero no significados esenciales, mientras que enuna pintura, particularmente en la pintura abstracta, el color puede ser unmodo central a través del cual se expresa la mayoría de la significación.

2.2. MODOS DINÁMICOS CON FUNCIONES CAMBIANTES

Además de la preponderancia de los modos, pueden cambiar tambiénalgunas de las funciones originales que cumplían ciertos modos o incluso pue-den desaparecer completamente con el paso del tiempo, de manera que elpotencial de significación que se aloja en un modo puede también experimen-tar algunos cambios. Un ejemplo de este tipo de pérdida de potencial de signi-ficado es el diseño gráfico de las mayúsculas al comienzo de artículos o párra-fos de revistas, como por ejemplo en Newsweek. Esas iniciales normalmente seimprimen en letras más grandes, negritas y mayúsculas. Históricamente estatécnica fue desarrollada por un cúmulo de razones. En la época medieval losmonasterios recurrían a monjes particularmente eficientes para diseñar e ilu-minar las letras iniciales de los folios simples de un códice con oro, plata ycolores que se obtenían combinando otros materiales preciosos. Las ‘mayús-culas ilustradas’ contenían las llamadas ‘miniaturas’, que eran dibujos muypequeños que ilustraban parte del contenido del texto, a veces en forma depequeños dibujos de historias completas. Estos ornamentos cumplían las tresmetafunciones descriptas anteriormente. Desde el punto de vista ideativo, re-presentaban las escenas, acciones, figuras que se describían en el texto y de estemodo facilitaban la comprensión. En cuanto a la función interpersonal, cum-plían una función estética apelando al lector y poniendo de manifiesto la ha-bilidad del artista. A menudo los monasterios también deseaban exaltar suriqueza e incrementar el valor de los libros mediante el uso prolífico de oro ode otros materiales raros o de gran valor en el diseño caligráfico del libro. Porsupuesto, la rica ornamentación de los ‘libros sagrados’ también se considera-ba parte de la alabanza a Dios. Textualmente las iniciales servían para estruc-turar el texto en unidades jerárquicamente organizadas separándolo en capí-tulos y párrafos. De modo que las mayúsculas de los códices medievales eranmultifuncionales y multimodales. El libro de Umberto Eco (1980, 1983) Elnombre de la rosa nos puede aportar una idea ‘lúdica’ del trabajo de un calígra-

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fo y miniaturista medieval; para obtener una historia más profunda de la cali-grafía ver, por ejemplo, Mazal (1985) o Jakobi-Mirwald (1997).

Al contrario de lo que ocurría en tiempos medievales, en los libros y enlas revistas modernas las iniciales han perdido bastante de su anterior poten-cial de construcción de significado. Tanto su significado interpersonal asícomo también su significado ideativo se reduce a un mínimo. Ya no se expan-den en forma de miniaturas porque han sido reemplazadas por otras ilustra-ciones gráficas que, normalmente, no están unidas a la tipografía verbal, porejemplo, fotografías o dibujos. En vez de elaborar un libro más valioso usan-do sustancias preciosas, en la actualidad se utilizan materiales y diseños debajo costo a fin de mantener los valores de producción de los libros y revistastan bajos como sea posible. La única función que queda de las mayúsculasiniciales es textual, dado que marcan el comienzo de nuevos artículos y sec-ciones. Incluso esta información es bastante redundante, ya que también seexpresa mediante otros recursos tipográficos tales como los encabezados, latipografía, o incluso otros modos, tales como el espaciado o los enmarcados.Por lo tanto, la mayoría de las antiguas funciones de las mayúsculas caligráfi-cas ya no se explotan y actualmente los lectores han perdido el inmenso po-tencial de significación que solían tener.

3. Análisis multimodal en investigación aplicada

Aparte de los modos estudiados en el trabajo ya mencionado, los recursossemióticos que han sido más investigados incluyen:

- todo tipo de visualización, como por ejemplo imágenes, películas, di-bujos animados, etc., por ejemplo, Echkrammer (en prensa), Hodge& Kress (1988), Kaindl (en prensa), Stöckl (1998, en prensa),O’Halloran (2004a);

- arquitectura, por ejemplo O’Toole (2004), Alias (2004);

- modos acústicos tales como el habla, la música, el sonido, por ejemplo,van Leeuwen (1999);

- color, por ejemplo, Kress y van Leeuwen (2002);

- gestualidad, por ejemplo, Muntigl (en prensa), Kendon (1990), Mc-Neill (1992, 2001);

- y, por supuesto, varias combinaciones multisemióticas de diferentesmodos, por ejemplo, Hofinger & Ventola (en prensa), Kaltenbacher(en prensa), Taylor (en prensa).

Algunas de las ramas industriales y económicas hacia las que se ha orien-tado la investigación multimodal son:

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- síntesis del habla y habla automática (sistemas telefónicos, robótica),

- medicina (hospitales, textos de auto ayuda);

- diseño de hipertextos (www, CD);

- la industria del entretenimiento (cine, caricaturas);

- y el sector educativo (materiales educativos, diseño de museos, apren-dizaje por internet).

En la siguiente sección intentaré brindar un resumen amplio de algunoslos últimos desarrollos en estos campos.

Sin embargo, debido a la amplia gama de investigaciones multimodales yparticularmente a su inmenso espectro de aplicación, un resumen de estanaturaleza debe necesariamente ser de alguna manera rudimentario. Muchasde las contribuciones que aquí se discuten se originan en una perspectivasistémico funcional y se publican en dos nuevos libros sobre discurso multi-modal, es decir, O’Halloran (2004b) y Ventola, Charles & Kaltenbacher (enprensa).

3.1. SÍNTESIS ORAL Y AUTOMATIZACIÓN DEL HABLA

La investigación en este área siempre ha tenido una fuerte base tecnológi-ca pero también ha comenzado a reconocer en la multimodalidad un elemen-to clave para el desarrollo de nuevos sistemas, en particular sistemas que per-mitan la interacción hombre-computadora. Los últimos trabajos en este cam-po se han orientado hacia, por ejemplo:

- multimodalidad e inteligencia artificial en interfaces multimedia (Lee,1997; Nijhold, 2003);

- terminales de computadoras de pantallas táctiles interactivas (Raisa-mo, 1999);

- unidades automáticas de generación de voz, por ejemplo asistentes deteléfonos celulares en automóviles o centros de atención de llamadasde servicio al consumidor automatizadas (Colby, 2002; Sajor, 2002);

- modelos animados de rostros bidimensionales y cabezas tridimensio-nales que mueven labios y boca de acuerdo a la cualidad del fonema yfruncen el ceño, elevan el entrecejo, asienten y niegan con la cabeza deacuerdo con el contenido (Beskow, 2003).

Esta rama depende tanto del desarrollo de la micro-electrónica, de lamecánica de precisión y de la ingeniería de software como de la cabal com-prensión de los procesos semióticos subyacentes. El problema crucial a supe-rarse es que solo puede predecirse el intercambio lingüístico de manera limita-da. Los sistemas de síntesis del lenguaje existentes sólo son capaces de generarsegmentos de significados recurrentes, por ejemplo, un reloj automático con

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una unidad de reconocimiento de voz puede responder a preguntas verbalesdel tipo ‘¿qué hora es?’ y generar la respuesta correcta porque este tipo deintercambio es altamente estandarizado. Sin embargo, si alguien le preguntaal reloj ‘¿ya es hora de almorzar?’, es poco probable que esa persona obtengauna respuesta apropiada.

Por supuesto que existen sistemas de respuesta de llamadas que logranfuncionar más allá de este nivel extremadamente básico, como un evaluadorde este artículo me ha señalado. Muchos sistemas de servicios al cliente enaeropuertos, terminales ferroviarias, servicios telefónicos pero también servi-cios de asistencia técnica al cliente de empresas de computadoras puedencomprender y reaccionar a ciertas solicitudes. Sin embargo, todos estos siste-mas se limitan a un dominio muy específico que es posible programar y nibien se abandona este dominio la interacción se rompe. Además, muchosusuarios probablemente hayan experimentado la cansadora y frustrante expe-riencia de que la frase más repetida de muchos sistemas de respuesta automa-tizada sea ‘¡Por favor, repita!’.

Por lo tanto es correcto sostener que los sistemas de generación de vozque existen hasta el momento sólo pueden reproducir cierta cantidad de ha-bla grabada previamente o combinar frases en un contexto muy limitadodentro de un conjunto muy acotado de estructuras opcionales predetermina-das. Si estos sistemas alguna vez serán capaces de participar en una negocia-ción de significados creativa que no se limite a lo verbal sino que incluya lovisual por medio de expresiones faciales y gestos, está muy en duda.

3.2. MEDICINA

La medicina es una ciencia muy diversa y compleja y naturalmente tam-bién se alimenta de los avances y desarrollos de una vasta cantidad de cienciasauxiliares. La investigación multimodal se vincula con la medicina en unacantidad de formas, tanto en el campo tecnológico como en aspectos quedependen de la comunicación exitosa y la ilustración de conocimiento médi-co experto. Algunas de las instituciones médicas que recientemente han cen-trado su atención en el análisis de discursos multimodales son los hospitales,los centros de rehabilitación y los hogares para enfermos y ancianos; génerosclásicos, como la traducción, también se han volcado a la perspectiva de dis-curso multimodal. Bührig (en prensa), por ejemplo, ha analizado el discursomédico-paciente en hospitales en casos en los que el paciente no es hablantenativo de una lengua y requiere de la asistencia de un intérprete. Ella sugiereque uno de los principales obstáculos en este tipo de comunicación es la barre-ra lingüística que surge cuando los expertos utilizan un lenguaje especializadoque las otras partes involucradas no conocen. En estas situaciones, médicos,pacientes e intérpretes a menudo tratan de superar la barrera lingüística recu-rriendo a modos semióticos alternativos a la comunicación verbal, y Bührig

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muestra cómo los médicos utilizan, por ejemplo, materiales visuales, tales comodiagramas y esquemas, a fin de proporcionar a sus pacientes instruccionesacerca de las operaciones pendientes.

Eckkrammer (en prensa) ha examinado hipertextos médicos de auto-ayudaa la luz de lo que ella denomina ‘capas inter-semióticas’ de textos multimoda-les. La autora muestra que los elementos verbales y pictóricos de un textonunca desarrollan su significado en forma separada sino a través de un proce-so de interacción entre las capas semióticas involucradas. Por ejemplo, la Fi-gura 2.

Figura 2: Diseminación de gérmenes de tuberculosos a través del aire

Figura 2: ejemplo de capas intersemióticas del tipo ‘juxtaposición’, re-producidas de Eckkrammer (en prensa), (originalmente reproducidas de http://www.cpmc.columbia.edu/tbcpp/abbouttb.html).

Eckkramer sugiere cuatro dimensiones de capas inter-semióticas:

- la transposición tiene lugar cuando las imágenes se reproducen en tex-tos verbales o viceversa;

- la yuxtaposición tiene lugar cuando el texto visual y el verbal coexistensin mezclarse;

- la combinación ocurre cuando los elementos visuales y verbales se com-binan en un texto;

- la fusión tiene lugar cuando las imágenes y el texto verbal se funden enuna nueva forma textual.

Además de su contribución a la investigación del discurso médico, Ec-kkrammer también toca otras áreas clave de la investigación sobre la multi-modalidad, la del diseño de hipertexto.

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3.3. DISEÑO DE HIPERTEXTO

El gran éxito y la rápida difusión de dos medios relacionados, internet y elCD-Rom, coincidieron con un aumento similar en el estudio científico deestos medios. Su principal ventaja es que pueden integrar en un mismo recur-so una gran variedad de modos para construir nuevas clases de documentosmultimodales y multimediales, incluyendo:

- textos verbales (escritos y orales);

- sonido (habla, música, sonido real, como sonidos de animales, sonidoselectrónicos, como el sonido de un teléfono sonando);

- imágenes (fotografías, dibujos, caricaturas, tablas, gráficos, mapas, dia-positivas);

- películas (películas narrativas, documentales, clips, animaciones).

La fácil accesibilidad a este tipo de documentos los ha hecho muy popu-lares tanto entre usuarios como investigadores, aunque su rápida difusión losha convertido en el típico caso de una disciplina en la que la comprensión delos fundamentos semióticos de base está muy retrasada respecto de la produc-ción y distribución de los productos. Hasta hace muy poco tiempo práctica-mente no se había propuesto ninguna didáctica semióticamente orientada paraguiar el proceso de construcción de significado en documentos conectados deesta manera. Esto no es sorprendente debido a que el foco en lo semiótico (omultimodal) incluso en el diseño de documentos más tradicionales es bastan-te nuevo. Para el diseño de hipertextos en Internet, Lutz (1998, p. 151f.)mostró que una búsqueda de ‘autoría de hipertexto’ (‘Hypertext Authoring’)con Yahoo o Altavista arrojaba miles de sitios con instrucciones de caráctertecnológico pero prácticamente ninguna de ayuda que estuviera fundada en lalingüística (o en la semiótica). De la misma manera, van der Geest y Spyridakis(2000, p. 301) afirmaron: «Una mirada por los estantes de una librería con unbuen stock muestra toda una gama de libros sobre los aspectos técnicos deldiseño de portales de internet y un puñado de libros sobre diseño gráfico,pero falta algo sobre el abordaje del diseño de portales de internet desde unaperspectiva comunicacional abarcadora». No resulta llamativo que en la ac-tualidad muchos diseñadores de hipertextos reconozcan que el arte de diseñarsitios web ha sido abordado directamente desde un aprendizaje de ensayo yerror orientado sólo por la tecnología, en el que poco o nada tuvo que ver unabordaje teórico desde la semiosis o desde la comunicación (Lee 1997, p. 1,Lutz 1998; p. 152, de Jong & van der Geest 2000, p. 311).

Ha comenzado a producirse un cambio de las cuestiones exclusivamentetecnológicas bajo el término clave «usabilidad» (uso), ligado a Jakob Nielsen. Elénfasis en este tipo de didáctica está puesto en diseñar sitios que sean «a la vezútiles y utilizables para la audiencia a la que están dirigidos» (Murray & Cos-

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tanzo 1999). Si bien el énfasis en las reglas de uso parece estar en la selección decontenidos relevantes que el usuario puede recuperar con facilidad, estas reglasincluyen sugerencias mínimas acerca de cómo destacar el texto integrándolo demanera razonable con otros modos. Por ejemplo, www.usability.gov, sugierecómo usar el espacio en blanco, tablas, listas, íconos, ilustraciones, etc, porejemplo. «Utilice dibujos, líneas artísticas, tablas y otros gráficos de manerafuncional. Los gráficos deben contribuir al mensaje, no sólo ser bonitos». (http//www.usability.gov/methods/collecting_writing.html).

En los últimos años, académicos de diferentes disciplinas (particularmentede la ciencia de la comunicación y la lingüística) han comenzado a incorporara sus trabajos sobre diseño de hipertextos un área de atención dedicada a lascuestiones semióticas. Van der Geest (2001, p. 7f.) propone una gama depreguntas nuevas relacionadas con aspectos de la multimodalidad, tales como:

- qué modo de presentación se seleccionará y con qué propósito;

- qué aspecto tiene una presentación efectiva;

- cómo lograr coherencia entre los modos de un sitio web.

Technical Communication (3/2000) ha dedicado un número especial adesarrollar un conjunto de herramientas heurísticas para el diseño web den-tro del marco de la ciencia de la comunicación. En este número, por lo menosdos trabajos abordan aspectos que también emergen del análisis lingüísticomultimodal, ya que trabajan sobre:

- aspectos de la navegación en la web a través de links y nodos (Farkas &Farkas, 2000);

- estructuración de la información mediante tipografías diferentes, ta-maños, mayúsculas, alineados, encabezamientos, ilustraciones, íconos,etc. (Williams, 2000).

Además de lo anterior, un creciente número de lingüistas ha comenzadoa describir la semiótica que subyace en los hipertextos existentes, aunque sinlograr abarcar todos los aspectos tal como lo solicitaran van der Geest y Spyri-dakis (2000). Las últimas contribuciones incluyen:

- Lemke (2002), que ha proporcionado algunas nociones fundamenta-les de la semántica del hipertexto en un análisis de cómo los elementostextuales y visuales se combinan en sitios web informativos y educacio-nales de la NASA;

- Kok (2004) explora cómo diferentes presentaciones semióticas se com-binan y disponen en un hipertexto a fin de captar la atención del ob-servador mientras representan la realidad;

- Eckkrammer (en prensa, para mayor detalle véase 3.2.);

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- Kaltenbacher (en prensa, para mayor detalle véase 3.4.);

- y muchos otros artículos recopilados en Baldry (2000a).

3.4. EDUCACIÓN

También íntimamente interrelacionada a la cuestión del diseño dehipertextos están los actuales avances en la industria educativa, que parece serun campo particularmente apropiado para explotar las tecnologías de la infor-mación y la comunicación. Actualmente podemos distinguir dos tendenciasen las disciplinas educativas, ambas basadas en nuevas formas de representa-ciones multisemióticas. La primera, una tendencia que está bastante de moda,puede incluirse mejor bajo el término e-learning (aprendizaje electrónico).Esta rama atraviesa un período de desarrollo en el cual el contenido de lasinteracciones en las aulas y los materiales de clase tradicionales (libros, casetes,videos) se adaptan y transfieren a los nuevos medios. A fin de satisfacer losdesafíos que constituye el diseño de una lección electrónica efectiva, Clark &Mayer (2003, p. 25) requieren conocimiento experto en psicología de la ense-ñanza, producción multimedia, gráficos, programación y diseño de interfaces.Pero mientras ellos claramente reconocen la necesidad de las ciencias de laeducación, la importancia de comprender las relaciones inter-semióticas per-manece nuevamente ignorada.

Trabajos recientes sobre las implicancias semióticas de los materiales deaprendizaje electrónico se pueden encontrar en Baldry (2000a), Kress et al,(2001), Kaltenbacher (2003), Kaltenbacher (en prensa), Jewitt (2004), y Ven-tola & Kaltenbacher (2003). Kaltenbacher (en prensa) estudia los CDs deenseñanza de inglés y evalúa qué demandas deben satisfacer las combinacio-nes texto-imagen a fin de profundizar el proceso de aprendizaje de los usua-rios. Al hacer esto, analiza la visualización de las ondas sonoras en los llama-dos laboratorios de pronunciación, la semántica de las combinaciones texto-imagen y el uso de video clips de corta duración para practicar pronuncia-ción. Sostiene que las visualizaciones deben satisfacer ciertos requisitos se-mióticos: tienen que ser fácilmente interpretables, deben ayudar al alumno adesambiguar el significado que están aprendiendo, y deben tener una repre-sentación exacta del significado que se está enseñando. En imágenes estosrequisitos se cumplen mejor mediante el uso de presentaciones icónicas, mien-tras que la utilización de visualizaciones complejas a menudo impide, en vezde favorecer, la comprensión y el aprendizaje.

La otra tendencia en el sector educativo es el museo multisensorial y eldiseño de exhibiciones. Los diseñadores que trabajan en este campo han co-menzado a integrar modos de grandes dimensiones físicas, como por ejem-plo, objetos que se pueden tocar, esculturas, muebles, diseño de interior, ar-quitectura, paisajismo, etc. para crear nuevas experiencias multisemióticasque desafíen a los visitantes a utilizar sus cinco sentidos y no sólo la vista y el

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oído. Trabajos muy recientes centrados en el análisis de la multimodalidad deestos museos han sido llevado a cabo, por ejemplo, por Pang (2004) y Hofin-ger & Ventola (en prensa). Pang (2004) analiza una cantidad de muestras enuna exhibición en el Museo de Historia de Singapur centrándose en cómo laexhibición establece roles sociales e ideológicos particulares entre su tema(Desde la colonia hasta la nación), lo que se exhibe en sí y los visitantes. Hofin-ger & Ventola (en prensa) analizan los procesos semióticos dinámicos involu-crados en la visita a un museo dedicado a la vida familiar de Wolfgang Ama-deus Mozart en Salzburgo, Austria. Analizan el interior de una sala del museoconcentrándose en la forma en que la pintura de la familia de Mozart y ladisposición de algunos muebles próximos a la pintura se interrelacionan conel audiotexto que lo acompaña. También demuestran que la particular explo-tación de diferentes recursos ideativos, interpersonales y organizativos en lasala pueden decirnos algo acerca del contexto socio-cultural en el que el mu-seo se encuentra.

3.5. INDUSTRIA DEL ENTRETENIMIENTO

Otra rama económica que actualmente atrae mucha atención de lingüis-tas y semióticos es la de la industria del entretenimiento. Esta rama siempre hasido de algún modo dependiente de la experiencia lingüística dado que laspelículas, caricaturas, video-juegos, etc. necesitan traducirse a diferentes idio-mas para su distribución y recepción internacional. No resulta sorprendenteque en la actualidad particularmente la disciplina de estudios de traduccióncomience a integrar la multimodalidad a sus investigaciones. Algunos aspec-tos del lenguaje siempre han sido más difíciles de traducir que otros, especial-mente aquellos en los que ciertas formas de los textos de origen, como lasexpresiones idiomáticas y los juegos de palabras, están intrínsecamente ligadasy son altamente dependientes de la semiótica de otros modos, como las imá-genes. Por lo tanto, los lingüistas han comenzado a mirar más de cerca losaspectos semióticos del humor y su traducción en largometrajes y caricaturas.

Taylor (en prensa) ha llamado la atención sobre el papel que puedenjugar los análisis de textos multimodales en el proceso de subtitulado de unlargometraje a un idioma extranjero. Se concentra en instancias en las que eltexto de origen contiene un juego de palabras específico de la lengua fuente yque también es visible en la película. En este caso, el juego de palabras puedesufrir una considerable pérdida de significado en el proceso de traducción,dado que el texto de origen y el de llegada involucran muchas modalidadesque interactúan y que requieren lo que Taylor denomina una «traducciónintersemiótica». Un factor interesante del subtitulado es que no reemplaza eltexto original, como en el caso del doblaje, sino que agrega un nuevo canalque tiene que corresponder tanto al texto visual como al texto verbal original.Las estrategias más frecuentes que se emplean en subtitulación son las de

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condensar, cortar o elidir elementos del texto original. Taylor sostiene que ellugar y la medida en que estas estrategias deben aplicarse depende de si elespectador puede o no recuperar el sentido original a través de otros modossemióticos (imágenes, música, sonido) de manera que el texto en su conjuntono sufra ninguna pérdida de significado.

Kaindl (en prensa) se interesa por la traducción de humor expresado demanera multimodal en las historietas francesas Astérix y Tintin. Sus premisasson que la traducción es un proceso más cultural que lingüístico y que elhumor de las historietas está codificado en las ilustraciones y no en el texto.Este último aspecto ha sido hasta el momento especialmente dejado de ladoen los estudios de traducción. Kaindl identifica una cantidad de estrategiasdiferentes para la traducción del humor, que van desde el borrado del humor,cambiando la modalidad del humor, a inventar un humor ausente en el origi-nal (ver Tabla 1). Además, investiga la relación entre textos verbales e imáge-nes en la creación de juegos entre lengua y signos. Kaindl explícitamentedesafía la ampliamente difundida premisa de que las imágenes poseen unasemiótica comprensible universalmente. Lo que crea un problema particularpara el proceso de traducción es cuando un juego visual o sígnico depende dela presentación de un objeto que pertenece a una cultura en particular, porejemplo una pelota de rugby. Otro fenómeno que depende del conocimientocultural específico es la intertextualidad pictórica y la alusión pictórica.

Tabla 1: Ocho estrategias de traducción de Kaindl reproducidas de su traba-jo (en prensa).

Aparte de los temas de traductología discutidos anteriormente, en laspelículas la multimodalidad actualmente está siendo abordada a través de unanálisis basado en la tecnología y desde el punto de vista de los estudiosculturales. O’Halloran (2004a) explora la manera en que el software de ediciónAdobe Premiere 6.0 puede utilizarse para analizar el desarrollo temporal de laselecciones semióticas en el largometraje Barrio Chino (1974) de RomanPolanski. Y Markis Rheindorf (en prensa) emplea una perspectiva de estudiosculturales para investigar cómo la danza, la música y el vestuario se utilizan

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para establecer la clase social y los roles de género de los personajes en ellargometraje Dirty Dancing (1987) de Emile Ardolino.

4. Perspectivas en el análisis de la multimodalidad

Si hacemos una búsqueda en Google™del término multimodalidad(multimodality) encontraremos una respetable cantidad de más de 50.000 en-tradas. Muchas de estas menciones aparecen en artículos publicados en revis-tas tecnológicas on-line o en los portales de internet de empresas dedicadas adesarrollar tecnología de habla o salud. En una de estas revistas Michael Sajor,vice-presidente de una empresa dedicada a desarrollar infraestructurasmultimodales, ha afirmado recientemente: «parece que el mundo está hablan-do sobre la multimodalidad» (Sajor, 2002). Parece que muchos expertos enindustrias tecnológicas han reconocido la necesidad de que entender lamultimodalidad es algo vital para comunicar mensajes rutinarios a diario asícomo para ilustrar complejos conocimientos especializados. Pero aún así, lainvestigación de la multimodalidad todavía carece de prestigio para muchoslingüistas y expertos en comunicación. Uno de los motivos de que esto ocurraes la falta de fuerte evidencia empírica que sostenga muchas de las afirmacio-nes que se hacen. De hecho, «hay algunos rincones del campo que tildan alanálisis multimodal de investigación débil - afirmando que sólo cuenta loempírico», como me señaló un evaluador.

Tabla 2: Transcripción fílmica multimodal de un cuadro del documental Echo of theElephants, reproducida de Taylor (en prensa).

Esta falta de empirismo es por cierto un punto débil. Sin embargo estadebilidad no sólo ha sido reconocida sino abordada por muchos académicosque se encuentran trabajando en la disciplina. Casi a diario se presentan con-sideraciones teóricas originales así como los análisis cualitativos de documen-tos multimodales individuales de todo tipo que están muy bien preparadospara ser validados o refutados por medio de rigurosas evaluaciones empíricas.El tema candente que necesita abordarse es ¡cómo llevar a cabo esas pruebas!En Italia, un grupo de investigadores pugna por proporcionarle a la investiga-

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ción multimodal una base más empírica y cuantitativa (Anthony Baldry, PaulThibault, Christopher Taylor). Baldry (2000a, 2000b, 2004), Thibault (2000),Taylor (2000, en prensa) y Baldry & Thibault (2004) han mejorado métodosde transcripción de documentos multimodales «al punto de que se han con-vertido en herramientas para el desarrollo de lingüística de corpus multimodal»(Baldry, 2000a, p. 31). En la Tabla 2 se presenta un ejemplo de trascripciónmultimodal. Mientras tanto, Baldry (2004) ha extendido el alcance de estatrascripción al desarrollo de un concordador multimodal en línea, el sistemaMultimodal Corpus Authoring (MCA) que brinda la posibilidad de rastrearpatrones visuales y tipos en películas y videotextos.

Un segundo proyecto, el Modelo GeM (Género y Multimodalidad) estáa cargo de las universidades de Bremen, Nottingham Trent, Stirling y Bra-dford (John Bateman, Judy Dein, Renate Henschel y Patrick Allen). En elproyecto GeM (para mayor detalles véase http://purl.org/net/gem y Batemanet al. en prensa), un equipo de lingüistas computacionales y sistémico funcio-nales está desarrollado un corpus multimodal anotado en una base XML queintegra marcas de lingüística de corpus tradicional con nuevos procedimien-tos de anotación. El corpus proporciona información sobre el diseño multi-modal y las estructuras jerárquicas de documentos individuales, tales como laestructura gráfica de oraciones, encabezados, fotografías, dibujos, figuras, le-yendas, textos en imágenes, íconos, celdas, encabezados de listas, numeraciónde página, notas al pie, etc.. La Figura 3 muestra un ejemplo. Bateman et al(en prensa) sostienen que el Modelo GeM puede, en última instancia, pro-porcionar «la capacidad de hacer preguntas acerca de nuestro corpus de ma-nera suficientemente flexible y poderosa como para promover la construc-ción y la evaluación de una teoría».

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Figura 3: anotación de tipografía inicial, reproducida de Bateman et al. (en prensa)

Este tipo de proyectos está bien equipado para satisfacer la exigencia decolocar la investigación multimodal en una sólida base empírica. Sin embar-go, estos primeros intentos no son suficientes. Además de estas investigacio-nes empíricas necesitamos investigaciones sobre el alcance semiótico de do-cumentos multimodales orientadas a las siguientes cuestiones:

- cómo los receptores ‘leen’ los documentos multimodales;

- qué combinaciones de diferentes tipos de modos promueven la com-prensión y una comunicación exitosa, y cuáles inhiben dicho proceso;

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Martin Kaltenbacher: Perspectivas en el análisis de la multimodalidad: desde los inicios al estado del arte

- si los alumnos que trabajan con complejos materiales educativos mul-timodales aprenden mejor y más rápido; y sobre todo:

- si los sofisticados documentos multimodales comunican cosas que losdocumentos tradicionales no pueden comunicar.

Este artículo ha tratado de mostrar cómo la comprensión teórica de losprocesos multisemióticos sumada a un análisis profundo de documentos exis-tentes en una disciplina puede contribuir a detectar y resolver problemas en laconstrucción y comprensión de significado que a menudo han pasado des-apercibidos. Este artículo también ha señalado áreas que requieren mayor in-vestigación empírica a fin de aportar hipótesis basadas en la multimodalidadcon una base más sólida. Entre aquellos que pugnan por lograr alguna de lasambiciosas tareas esbozadas en este artículo existe el consenso general de quees necesario el desarrollo de métodos sistemáticos para que sea posible analizarteórica y sistemáticamente los datos, y evaluar empíricamente el desplieguesemiótico de recursos y modos y sus combinaciones en todos los aspectos denuestra vida cotidiana. Algunos de estos aspectos pueden parecer más trivia-les, como la comprensión de largometrajes e historietas. Otros pueden facili-tar tareas más importantes de nuestras vidas, tales como estudiar y aprender.Algunos, sin embargo, pueden ser cruciales para nuestro bienestar, por ejem-plo, cuando nuestra vida depende de la exitosa comunicación entre paciente,médico y máquinas. El potencial para la integración de especialistas enmultisemiótica en campos sociales, económicos e industriales es grande. Enqué medida lo es, es algo que recién comenzamos a comprender.

NOTAS

1. Desafortunadamente, reproducir mayúsculas ilustradas a modo de ejemplo es di-fícil debido a que estos materiales están fuertemente protegidos por derechos deautor. Pero en Internet abundan las imágenes de iniciales ilustradas. Sólo tienenque buscar ‘historiated initials’ en cualquier buscador.

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MARTIN KALTENBACHER estudió inglés y los clásicos en Salzburgo yOxford y actualmente tiene un puesto postdoctoral en el Departamento deInglés de la Universidad de Salzburgo, Austria. Sus áreas de interés en inves-tigación son la sintaxis generativa y la lingüística sistémico-funcional y seconcentra en la adquisición del lenguaje, el discurso del turismo y el discurso

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Martin Kaltenbacher: Perspectivas en el análisis de la multimodalidad: desde los inicios al estado del arte

multimodal. Ha publicado numerosos artículos y el libro Universal grammarand parameter resetting in second language acquisition (2001).

Correo electrónico: [email protected]

Acknowledgement: From on «Perspectives on Multimodality: from the earlybeginnings to the state of the art». In Information Design Journal + Docu-ment Design, Vol. 12:3, 2004, pp 190-207. With kind permission by JohnBenjamins Publishing Company, Amsterdam/Philadelphia.www.benjamins.com.

Agradecimiento: Traducción de «Perspectives on Multimodality: from the earlybeginnings to the state of the art», en Information Design Journal + DocumentDesign, Vol. 12: 3, 2004, pp 190-207. Publicado con permiso de John BenjaminsPublishing Company, Amsterdam/Philadelphia. www.benjamins.com

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ARTÍCULO

Análisis crítico del discurso y análisis de losmedios de comunicación: retos y falencias

Recibido: 18 de marzo de 2007 • Aceptado: 16 de agosto de 2007.

PEDRO SANTANDER MOLINAPontificia Universidad Católica de Valparaíso

RESUMEN. El objetivo principal de este trabajo es mostrar lo que consideramos ciertasdebilidades y falencias del Análisis de Discurso (AD en adelante), en general, y elAnálisis Crítico del Discurso (ACD en adelante), en particular, cuando se analizantextos periodísticos, prescindiendo o descuidando los niveles intermedios de análisisy las teorías de medio alcance que cumplen una importante función en la interpreta-ción de los datos. Para ello, se realiza una discusión teórica y metodológica que apun-ta hacia la necesidad de desarrollar modelos teóricos y aplicar métodos interdiscipli-narios, que tomen en cuenta las características propias de cada contexto cultural ypolítico en América Latina.

PALABRAS CLAVE: Análisis crítico, debilidades, discusión, modelos.

ABSTRACT. The main objective of this paper is to show what are considered weaknes-ses and flaws in Discourse Analysis (DA hereafter), in general, and Critical DiscourseAnalysis (CDA hereafter), in specific, when journalistic articles are analyzed but in-termediate levels of analysis and middle range theories that guide the interpretationof data are omitted or overlooked. To this purpose, this paper presents a theoreticaland methodological discussion and emphasize the necessity of developing theoricalmodels and applying interdisciplinary methods, considering the political and cultu-ral context of Latin America.

KEY WORDS: Critical analysis, weaknesses, discussion, models

RESUMO. O objetivo principal de este trabalho é mostrar o que consideramos certasdebilidades e falências da Análise do Discurso (AD), em geral, e a Análise Crítica doDiscurso (ACD), em particular, quando são analisados textos periodísticos, prescin-dindo ou descuidando dos níveis intermédios de análise e as teorias de meio alcanceque têm uma importante função na interpretação dos dados. Para tal fim, realiza-seuma discussão teórica e metodológica que aponta à necessidade de desenvolver mo-delos teóricos e aplicar métodos inter-disciplinares, que levem em conta as caracterís-ticas próprias de cada contexto cultural e político na América Latina.

PALAVRAS CHAVE:Análise crítica, debilidades, discussão, modelos

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1. El problema

Hay dos supuestos mínimos desde los cuales tiene que partir cualquierintento por realizar ya sea AD o ACD:

1 asumir la opacidad del lenguaje,2 realizar un intento científico de ir “más allá del texto”.

1.1. OPACIDAD DEL LENGUAJE Y EL CONTENIDO COMO SIMULACRO

El primer supuesto entraña una parte que es evidente, si el lenguaje nofuera opaco, sino transparente, ¿para qué realizar análisis? Sin embargo, hayuna segunda parte que no se nos aparece tan claramente, ¿por qué es opaco?Dado que para explicar esa opacidad tenemos que acudir -ya que juegan unrol crucial- a elementos del mundo extralingüístico como la estructura social,el contexto, los tabúes, el intérprete, el conocimiento previo, etc., un análisisdiscursivo –crítico o no- que pretenda vincular el lenguaje con lo que está enel afuera (Baumann, 2002), tiene que considerar dichos elementos.

Pero el problema de la opacidad también nos plantea desafíos en direc-ción contraria y nos remite al problema del contenido de un texto, problemaque, a mi modo de ver, es crucial y debe ser considerado para que cualquiertipo de AD -y qué decir del ACD- logre diferenciarse de la Lingüística Tex-tual (LT en adelante), incluso antes de establecer una problematización yvinculación con nociones como las de estructura social o contexto.

Tanto el AD como el ACD tienen que asumir que el contenido de untexto puede en ciertas circunstancias ser un dato engañoso e incluso irrele-vante. Esta consideración es especialmente importante para el ACD ya que elAD puede no tener el contenido de un texto como lo central, ya que puede,por ejemplo, concentrarse en estrategias de persuasión o de cortesía. Pero elACD no puede soslayar contenidos, considerando que sus seguidores y fun-dadores manifiestan que su interés central se orienta a determinados textosque a priori consideran discriminatorios y cuyos contenidos ejercen abuso depoder y reproducen discursivamente injusticia social. Por lo mismo, vale lapena problematizar la importancia del contenido, antes que deificarlo de an-temano.

La lingüista Deborah Tannen, por ejemplo, demuestra en investigacio-nes acerca de la relación entre género y empleo del lenguaje en interaccionescara a cara cómo idénticos medios lingüísticos se usan para fines completa-mente distintos (solidaridad v/s dominación). Sostiene la autora que no reco-nocer esa ambigüedad potencial de las estrategias lingüísticas para marcartanto el poder como la solidaridad en la interacción dialógica, “ha perjudica-do la investigación en materia de lenguaje y género” (Tannen, 1996:41). Lafuente de dominación no se puede, sin más, localizar en las estrategias lin-güísticas que emplean los hablantes de diferente sexo, reducirla a la forma,

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Pedro Santander M.: Análisis crítico del discurso y análisis de los medios de comunicación: retos y falencias

error conceptual y metodológico que a menudo presenciamos en los trabajosque se insertan en la línea del ACD.

Otro lingüista, Scollon (2003), advierte acerca de la irrelevancia que puederepresentar el contenido de las crónicas periodísticas empleado como corpuspara abordar ciertas problemáticas sociales, considerando la distancia que existeentre lo que los medios dicen, por ejemplo, acerca del SIDA o del consumode drogas y la realidad de las acciones de los enfermos o de los consumidores.

Y siguiendo en el terreno de los medios de comunicación, la tradicióncrítica advierte, al menos a partir de los planteamientos de la Escuela deFrankfurt (aunque ya en 1845 Carlos Marx insinúa esto al principio de latercera parte del primer capítulo de La Ideología Alemana), que el contenidodel mensaje de los medios puede ser un dato secundario. Esta escuela de-muestra que los contenidos de los medios varían poco en relación con ciertosprototipos y estereotipos que se repiten incesantemente en los discursos de lassociedades capitalistas. En ese sentido, para los estudiosos de la industria cul-tural, no resultaría en absoluto sorprendente, sino más bien evidente y com-pletamente esperable, que una infinidad de trabajos en el área del ACD des-cubran, una y otra vez, racismo o sexismo en los textos de medios de comuni-cación latinoamericanos cuyos propietarios pertenecen a la minoría burguesablanca. A eso, Horkheimer y Adorno (1969:186), sin necesidad de análisislingüístico, sino con análisis teórico, lo llamaban la “mentirosa sustitución delindividuo por el estereotipo”. Desde esta perspectiva, tampoco es motivo desorpresa que detectemos que periodistas tanto de Europa como de AméricaLatina empleen estrategias lingüísticas similares a la hora de realizar represen-taciones racistas o sexistas en los medios, como lo demuestra Bolívar (2000).Eso sería, más bien, probar lo esperable ya que la industria cultural no escapaa las leyes del capital y da cuenta ideológicamente y discursivamente de ellas,ya sea en el sur o en el norte.

Otro problema que enfrenta el contenido de los textos en los medios decomunicación, sobre todo en la televisión, es la prevalencia del género discur-sivo. A través de sus permisos y de sus prohibiciones (que no son solamentelingüísticos), se ha fijado en los medios positivamente un tipo de lenguajeque redunda en que los géneros discursivos tengan primacía sobre los conte-nidos. “Todos los géneros retornan cíclicamente como entidades invariables” (Hor-kheimer y Adorno, 1969:151). La investigación en comunicación mediáticademuestra que la incorporación de nuevos géneros a la televisión es muyescasa y lenta y que una vez que un género se consolida (como los culebrones,los reality, los talk show, los informativos, los video clips, etc.), el contenido sevuelve repetitivo y secundario.

A menudo, por ejemplo, nos encontramos con noticias transmitidas pordiferentes canales de televisión y diferentes periodistas cuyos textos son muyparecidos. En mis propias investigaciones (Santander, 2003 y 2004) he podi-do comprobar la similitud que muestran textos periodísticos y no sólo en su

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contenido, también en sus estructuras sintácticas y en el uso de imágenes. Amenudo un acontecimiento es representado a modo de noticia por diversosinformativos de televisión de manera muy similar, incluso tratándose de no-ticiarios que compiten entre sí por audiencia y avisadores. La explicación aese fenómeno no está en el texto. La trascripción de las noticias y su posterioranálisis lingüístico no dan las respuestas mínimas que nos permitan explicarpor qué diferentes periodistas, pertenecientes a canales de TV que compitenentre sí y sin ponerse de acuerdo, producen representaciones e interpretacio-nes tan similares, de modo tal que en sus textos coinciden las fuentes entrevis-tadas, el uso de citas directas e indirectas, repeticiones lexicales, macropropo-siciones e incluso estructuras sintácticas y argumentativas. La explicación hayque buscarla fuera de las categorías gramaticales y textuales y acudir a catego-rías conceptuales como la afinidad estructural que se ha construido histórica-mente entre instituciones con poder social y salas de redacción, los subsidiosinformativos que proporcionan actores de diversos campos sociales a los pe-riodistas, los valores de la noticia en la visión liberal, etc.

A lo anterior podemos agregar un último punto que representa todo undesafío para el análisis lingüístico de los medios: a menudo la identidad infor-mativa de un medio de comunicación, sobre todo si hablamos de prensa es-crita, está más dada por sus omisiones informativas, es decir, por aquello queno informa y que mantiene en el silencio, que por aquello que sí publica.

1.2. SALIR DEL TEXTO CIENTÍFICAMENTE

El segundo supuesto mencionado más arriba (realizar un intento científi-co de ir “más allá del texto”), también entraña desafíos no menores. Por unlado, porque los lingüistas nos encontramos con una larga y productiva tradi-ción de una lingüística anclada en el estudio de la oración que opera comofuerza centrípeta sobre los estudios del lenguaje. Por otro lado, porque, dadoque el más serio y científico intento realizado para superar los límites de laoración es la Lingüística Textual, el AD y el ACD deben, necesariamente,contemplar objetivos y objetos de estudios diferentes y diferenciarse de la LT.En ese sentido, dar cuenta teórica y metodológicamente de elementoslingüísticos que, a modo de una unidad de análisis afectan a todo el texto, porejemplo, los llamados marcadores discursivos (Portolés, 1998) no resulta sufi-ciente para afirmar que se está haciendo AD, pues ese es claramente el objetivoy el logro de la LT. El objetivo y el objeto de estudio del AD y el ACD sediferencian del la LT en cuanto están necesariamente ligados a la relacióndiscurso-sociedad. Este punto implica no confundir la noción de texto con lade discurso, ni creer que discurso equivale a una cadena de textos, extrapolandoel segundo principio del signo de Saussure.

La LT, especialmente la de tradición alemana, ha sabido responder crea-tiva y científicamente al desafío de superar la oración, demostrando que el

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texto es una unidad comunicativa cualitativamente distinta a la oración y queno es su gramaticalidad, sino su textualidad lo que hace que un texto puedaser considerado tal. En esta labor la LT ya comienza a rozar los márgenes ycontornos textuales, pero opta por mantenerse preferentemente en su inte-rior, de modo tal que todos los pasos que da y que implican el riesgo de saliral mundo extralingüístico, se dan anclados en el texto. Por ejemplo, cuandorespecto de la relación entre el micronivel de la cohesión y del macronivel dela coherencia se sostienen que no sólo estamos ante un conjunto de relacionesinterconectadas gramatical y semánticamente, sino que éstas son actualizadaspor los interlocutores, es decir, por elementos exteriores al texto, lo que, ade-más, implica, que un mismo texto puede suscitar más de una interpretación(de Beaugrande y Dressler, 1997; Brown y Yule, 1993). Es decir, la coheren-cia textual no sólo es una propiedad de los textos mismos, sino que tambiénse relaciona con lo que ocurre fuera de los textos, por lo tanto, es, asimismo,una propiedad de las interpretaciones. En ese sentido, se concibe al textocomo una construcción cognitiva, articulado por inferencias dirigidas o acti-vadas gracias a indicios textuales.

2. Desafíos del AD y el ACD

De acuerdo a lo hasta aquí señalado podemos sostener que el AD y elACD enfrentan los siguientes desafíos:

a. Aceptar la relatividad del dato lingüístico: como se vio más arriba, elcontenido de un texto en ocasiones puede resultar confuso (igualesestrategias lingüísticas para propósitos antagónicos), secundario (elgénero prima sobre el contenido) o irrelevante (el lenguaje cumpleuna función de enmascaramiento de la realidad o cuando las omisio-nes son más importantes que el contenido).

b. Dotar al método de carácter científico no está garantizado por lolingüístico: este punto surge como consecuencia del anterior. Recor-demos que uno de los problemas y desafíos que se le presentaron a laLT cuando se propuso superar los límites de la oración, no sólo fue lasospecha y el peso de toda una tradición que, como Benveniste (1971),creía que la oración era la unidad más alta del análisis lingüístico, sinotambién el desafío de saber aplicar en este nuevo nivel el método cien-tífico, ya asumido e incorporado por la lingüística moderna a partirde Saussure. Dada la relatividad del dato lingüístico que postulamos,resulta ahora problemático definir en qué nivel se debe producir elanclaje del análisis discursivo (¿en el texto mismo, en la situacióncomunicativa, en la práctica social?). Lo que sí parece ser evidente esque el nivel gramatical por sí solo no es garantía suficiente y única

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para esa empresa. En ese sentido, y a diferencia de lo que la tendenciamayoritaria en el AD y en el ACD sostienen, el análisis no puedereducirse solamente al contenido del texto y, por lo mismo, el análisisgramatical por sí solo puede ser insuficiente e incluso conducir a in-terpretaciones y conclusiones erróneas si sobre esa base exclusivamen-te se pretende realizar AD o ACD, tal como veremos en el punto 3. 2.

Lo dicho hasta aquí no pretende sostener que el análisis lingüístico está demás en el AD o el ACD, evidentemente no se apunta a eso, sino a los límitesdel problema y a los desafíos que se deben considerar. Hay tipos de análisis enlos que no sólo no se puede prescindir de lo estrictamente lingüístico, sinoque todo el sentido del análisis depende de ello. Sin embargo, en el AD, y conmayor razón en el ACD, eso no siempre es el caso pues su objeto de estudioinstala esas restricciones al estar en el núcleo de sus preocupaciones la relaciónentre lo social y lo discursivo.

En todo caso, estas y otras consideraciones forman parte de una rica dis-cusión en torno al desafío que significa analizar discursos de manera rigurosay más allá de la oración y el texto, y ha sido ilustrada desde otras perspectivas(no necesariamente vinculadas con el discurso de los medios) por autorescomo Antaki y otros (2003), Kress (1990) o Raiter (1999, 2003).

3. Situación comunicativa

Lo que hay más allá del texto ha recibido diversas denominaciones en lasCiencias Sociales y en la Hermenéutica: contexto, estructura social, situación,registro, el afuera, etc. Para los objetivos de este trabajo nos interesará la no-ción de situación comunicativa, noción que considera lo extralingüístico endiferentes dimensiones. Se trata de la instancia intermedia entre el texto y lasituación histórica-social. Fairclough (1992, 1997) la denomina prácticadiscursiva, pero optamos por denominarla “situación comunicativa”, pues lanoción de “situación” la podemos considerar intermedia entre texto y el con-texto social, a su vez, lo “comunicativo” nos remite a elementos que sin serlingüísticos guardan proximidad con éstos ya que se relacionan con rutinas yprácticas de producción, circulación y consumo discursivo.

Para responder a los problemas y desafíos señalados, creo que es funda-mental hacer esfuerzos por vincular el nivel de análisis lingüístico con unnivel de análisis intermedio, como al que apuntamos. El primer nivel de aná-lisis es de carácter descriptivo, está ligado al texto y trabaja con los elementosde la estructura superficial. Se nutre de la gramática y de metodologías deanálisis que proveen corrientes como la Lingüística Crítica (Fowler et al.,1983; Hodge y Kress, 1993; Fowler, 1996), la Gramática Sistémico Funcio-nal (Halliday, 1994; Halliday y Hasan, 1990), etc. El segundo está vinculadoa la situación comunicativa en la que se enmarca en el texto y es de carácter

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interpretativo. Los resultados observados y obtenidos en la primera instanciason interpretados a la luz de teorías de alcance medio a las que se acude,dependiendo de la problemática específica que se está estudiando (medios decomunicación, género, poder, etc.). Tal como señalamos anteriormente, lasituación comunicativa involucra a los participantes, a las condiciones deproducción, circulación y recepción; de hecho, Fairclough (1992, 1997) esquien lo propone como el segundo nivel de análisis.

Aquí se requiere de teorías que expliquen la relación entre el texto y lasituación que lo rodea y, a menudo, lo condiciona. Bourdieu (2000), porejemplo, emplea la noción de campo y la usa como una instancia intermedia ymediadora entre texto y contexto. Lo que evitamos con esta opción teórico-metodológica, es operar como si la relación entre discurso y sociedad fuesedirecta y no mediada, presuposición que puede provocar que la interpreta-ción no considere en definitiva, factores históricos, sociales a la hora de lalectura interna y la exégesis del corpus lingüístico. Se trata de evitar lo queBourdieu llama error de cortocircuito (Bourdieu, 2000) que supone una pues-ta en relación directa entre texto y contexto.

A continuación, mostraremos algunos casos que demuestran que basar yanclar el análisis discursivo sólo en el nivel lingüístico y prescindir de la infor-mación que la situación comunicativa nos proporciona, puede llevar a reali-zar inferencias e hipótesis equivocadas. Mostraremos ejemplos en los cualesalgunas de las tres instancias del nivel intermedio (producción, circulación,consumo) no han sido suficientemente consideradas a la hora de realizar elanálisis. También cabe señalar que lo que queremos mostrar son casos, por lotanto, la mirada es intensiva, antes que extensiva o generalizadora. Por ejem-plo, más que al ACD en general, esta vez nos detenemos en el ACD de orien-tación socio-cognitiva, en la línea de Teun van Dijk, investigador holandésque ejerce una fuerte influencia en el ACD que se practica en América Latina.

3.1. CONDICIONES DE PRODUCCIÓN Y FUNCIÓN DE LAS ESTRUCTURAS TEXTUALES:

El lingüista holandés T. van Dijk es referencia común para quienes reali-zan ACD, al menos en América Latina. Ciertamente, este autor ha realizadouna serie de investigaciones interesantes sobre el lenguaje de la prensa escritaen relación con cuestiones de poder, de racismo y también de procesamientodel discurso (véase, entre otros, Van Dijk, 1990, 1995, 1996a, 1997). Con suaporte, una serie de categorías lingüísticas como coherencia local,macroestructura semántica, proposiciones, macroproposiciones, superestruc-tura, etc. se comenzaron a aplicar en el análisis de textos periodísticos. Esaaplicación de categorías, sin embargo, a menudo se lleva a cabo de maneraacrítica al no considerarse –aunque se sostenga lo contrario en muchos artícu-los- las instancias intermedias a las que hemos hecho referencia y cómo dichasinstancias afectan los textos.

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Observando las propuestas del ACD, vemos que una preocupación reite-rada de muchos analistas se centra en descubrir y describir las macroestructu-ras semánticas de los textos periodísticos. Van Dijk (1990: 83-86) afirma alrespecto que el titular funciona como resumen, que las macroestructuras seexpresan en los titulares, y que éstos tienen la función estructural de expresarlos principales temas. Van Dijk aplica sus tres macrorreglas de proyecciónsemántica (supresión, generalización y reemplazo o construcción) a los textosen cuestión. Se trata de un análisis que desde un nivel micro parte de lo que éldenomina proposiciones de las diferentes oraciones que conforman el texto.Sobre éstas se aplican las macrorreglas, transformando la información semán-tica local de manera tal que una vez que conozcamos todas las proposiciones,podamos abstraer de ellas macroproposiciones. Estas deben tener una organi-zación jerárquica, de modo que cada secuencia pueda quedar subsumida bajootra de nivel más alto, hasta llegar a la máxima que constituye el tópico cen-tral del texto. Dicha macroestructura resultante, además, no tiene por quéestar literalmente presente en el texto, sino que puede ser interpretada a partirde éste por el analista.

Lo anterior nos sitúa ante tres problemas:a) el primero pertenece a la problemática del análisis textual;b) el segundo dice relación con las especificidades de la producción de

textos periodísticos;c) el tercero se refiere a las exigencias del método científico.

a. Debilidad del modelo de análisis.Si bien se especifica en qué consisten las reglas de proyección semán-tica -supresión, generalización y reemplazo- no se especifican cuálesson las reglas para suprimir, generalizar y reemplazar, de modo talque el análisis garantice un acuerdo en torno a las operaciones deproyección. Respecto de esta debilidad, Raiter (2007) muestra, porejemplo, cómo van Dijk (2003) suprime en una propuesta de análisistodo el párrafo inicial de un texto, párrafo que desde el punto de vistade un análisis ideológico contiene la información más importante. Setrata de una supresión no justificada ni explicada científicamente,cuya motivación parece azarosa. Al hablar de reglas, pero no señalarcómo aplicarlas analíticamente, no se garantizan mayores grados deacuerdos intersubjetivos entre los analistas, pues se sigue dejando elmétodo y sus conclusiones abiertos a la interpretación múltiple. Porejemplo, cuando no se busca el tópico central del texto en una propo-sición literal, sino en una lógico-semántica y cuando se plantea unareducción lógica-intuitiva en búsqueda de unidades mayores, la vali-dez del método de análisis sigue residiendo, en parte importante, enel talento y en la pericia del analista y en la confianza que los interesa-

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dos pueden tener en él. Eso es justamente lo que debe evitarse si que-remos dotar de carácter científico al AD y al ACD.

b. Generalizaciones no científicas.Otro problema reside, a mi modo de ver, en las generalizaciones quese realizan sobre la base de los análisis. Dado que el nivel de análisisgramatical se ha mostrado rico en generalizaciones y ha convertido ala lingüística en una ciencia moderna, es entendible la tentación dequerer hacer lo mismo al pasar de la noción de texto a la de discurso,pero la dificultad es inmensamente mayor. Van Dijk (1990:83), porejemplo, generaliza erróneamente al señalar que los titulares de pren-sa cumplen la función de resumir. Es cierto que ello puede ocurrir,pero igualmente cierto es que ello puede no ocurrir.

Si se considerara la situación comunicativa que rodea los textosperiodísticos y, específicamente, cómo las condiciones de producciónpropias del campo periodístico afectan a los textos, evitaríamos lohasta ahora señalado. Veríamos, por ejemplo, que en comparacióncon otros discursos, en el periodístico, las exigencias en torno a lasmacroestructuras muestran comportamientos muy distintos y parti-culares. Son diversos los elementos –tanto de orden lingüístico comono lingüístico- que influyen en la mayor o menor presencia y ubica-ción de los tópicos globales en estructuras textuales como el titular, eltítulo o el epígrafe. Es así como en el género informativo, es decir,aquél ligado directamente con las noticias, efectivamente encontra-mos una tendencia a resumir las noticias en los titulares, pero en laprensa escrita esa tendencia depende fuertemente del espacio dispo-nible y de la importancia asignada a la noticia, de tal manera quepodemos afirmar que existe una relación correlacional: a menor espa-cio para la noticia, mayor la función de resumen del título y mayorapego a las reglas de proyección semántica, pero a mayor disponibili-dad de espacio (por ejemplo, un titular de portada) comienza a pri-mar la función comunicativa de cautivar al lector antes que la proyec-ción semántica. En el caso de las noticias de televisión, en tanto, noexiste el equivalente al título y la macroestructura semántica del textose suele ubicar en el primer párrafo de la noticia que es leído por loslocutores ante las cámaras.

La relación entre macroestructura y titular de prensa es pues muydinámica y no unívoca como van Dijk (1990) sugiere, influyen, entreotros, los diversos formatos, la disponibilidad de espacio, la impor-tancia que se asigna al acontecimiento y también el género. En elgénero de opinión y en el de interpretación, por ejemplo, prima unestilo más literario, antes que factual como ocurre en el informativo,lo que también afecta al título; además, en las columnas de opinión o

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en los editoriales a menudo se titula con lo que Pardo (1986) deno-mina el Rema Textual, que suele encontrarse al final del texto y que,aun siendo una macroestructura, no representa un tópico global, sinouna suerte de cierre del texto.

Como vemos, para realizar generalizaciones o hipótesis discursi-vas, no basta con conocer las dinámicas textuales, también hay queconsiderar la situación comunicativa en que se enmarcan ya que afec-tan al texto, o, como dice Fairclough (1992), deja sus huellas en éste.Es muy distinta la manera cómo se producen relatos orales, novelas otextos periodísticos. Mientras la narración oral como forma presupo-ne una comunidad básica de valores que vincula al narrador y a laaudiencia en contextos compartidos, la narración novelística es unaactividad íntima del autor, aislada de su público y que carece de lagarantía fática, en tanto, los artículos periodísticos se producen a tra-vés de rutinas colectivas por un equipo que ocupa diversos roles y encontextos espaciales y temporales, casi siempre separados de sus in-terlocutores.

Además, es recomendable considerar que, de acuerdo a toda unalínea de investigación medial, la actual orientación a la ganancia delos medios en las sociedades capitalistas y el consiguiente imperativocomercial (Hackett, 1995) bajo el cual operan, hace que lo que verda-deramente está en juego sea la función de capturar la atención de laaudiencia la cual es vendida por los medios de comunicación a losavisadores. Y, evidentemente, los titulares juegan un rol central enello.

c. Forzar el análisisCuando los métodos de análisis están sujetos a situaciones como lasdescritas en los puntos anteriores, es muy fácil comenzar a forzar elanálisis. Se trata de una práctica conocida aunque poco. Ocurre cuan-do adaptamos los textos a nuestras hipótesis, gracias a la laxitud de lastécnicas de análisis y al problema metodológico de buscar en el textojustamente aquello que queremos encontrar.

3.2. CONDICIONES DE CIRCULACIÓN Y LOS LÍMITES DEL NIVEL GRAMATICAL

También las circunstancias en que los signos circulan afectan los textos yéstas deben ser consideradas en el análisis. No tomar en cuenta estas instanciasdel proceso comunicativo nos puede llevar a conclusiones erróneas, por muycorrecto que, en términos gramaticales, sea el abordaje textual.

El modo en que circulan los signos varía significativamente, según elcampo social en el que ello ocurra. No es lo mismo cómo circulan los textosproducidos en el aula, en la consulta médica, en la interacción cara a cara

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coloquial, o en los medios de comunicación. Los textos se producen y circu-lan de ciertos modos en contextos sociales específicos. En el caso del campoperiodístico siempre nos encontraremos con una ruptura estructurada de con-textos entre la producción de formas sígnicas y su recepción. A diferencia delo que ocurre en la comunicación cara a cara, en la comunicación medial elcontexto de producción siempre está separado del contexto de recepción, y elflujo de mensajes circula preferentemente en una sola dirección, instalando loque Thompson (1998) denomina asimetría estructural del proceso comunicati-vo. Bajo estas condiciones estructurales circulan los signos en este campo, noconsiderar la complejidad que ello implica, puede afectar el análisis1.

Veamos el siguiente caso. En un artículo del destacado lingüista argenti-no Martín Menéndez (2003), titulado “Gramática y Discurso: las relacionesevidentes” y en el cual se trata de establecer el hecho de que “todo análisis dediscurso está condicionado por una teoría gramatical” (Menéndez, 2003: p.1), se analiza una cita directa del entonces cardenal Ratzinger. En su artículoMenéndez plantea lo siguiente (Menéndez, 2003: p.6-7) [énfasis en negrita,P.S.M]:

Propondré, por último, un fragmento de una nota sobre la salud del Papa apare-cida en La Nación el 1 de septiembre de 2003 y firmada por Elizabetta Pique.Dice el fragmento:

(…) En el mismo artículo de Bunte, el cardenal Ratzinger, de 76 años, no exclu-yó que el próximo Papa pueda venir del continente africano, «aunque no creo quepueda suceder, porque el número de cardenales blancos es muy superior», sostu-vo. Y ante una pregunta sobre las voces que lo indican a él como eventual «papabile»,contestó: «Dios mío, no fui creado para esto” (…).

Luego Menéndez (p. 7) analiza gramaticalmente la cita directa, remarcando,entre otros aspectos, lo siguiente:

Tenemos, en principio, dos opciones disponibles:- no creo que suceda [> grado de probabilidad]- no creo que pueda suceder [< grado de probabilidad]Al elegir la menos probable, se la justifica a partir de un argumento que afirma elnúmero de cardenales blancos es muy superior.

La cláusula relacional es atributiva. La superioridad es un atributo del número eintensifica esa atribución. Por otra parte, la construcción muy superior elide estra-tégicamente el elemento comparado que se repone a partir de una relación cohesivade colocación que está fuera de la cita textual del cardenal Ratzinger y que aludeconcretamente al “continente africano”. (…)

No deja de llamar la atención la utilización del adjetivo “superior” en este contex-to ya que la oposición paradigmática en la que participa es “inferior” cuandopodría haberse optado por “mayor” y “menor”.

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Hay, sin embargo, un elemento que resulta crucial para este análisis queno se considera y que dice relación con las condiciones de circulación: la citadirecta que se analiza y que apareció en el diario argentino La Nación enespañol ha transitado, al menos, por dos lenguas diferentes y, muy probable-mente, por tres. Si leemos con atención, veremos que la cita se extrajo de larevista Bunte, semanario germano que se publica en alemán. Por lo tanto,podemos asegurar que los dichos de Ratzinger fueron emitidos antes en esalengua. Si además consideramos que la residencia permanente de Ratzinger esItalia, es posible (aunque esto ya no se puede asegurar con la misma certezaque lo anterior) que haya sido entrevistado en Italia, ya sea por el corresponsalde la revista o por una agencia, con lo que el italiano como tercera lenguaentra en el juego, y ya conocemos el dicho “traductor, ¡traidor!”.

Lo sorprendente aquí es que el nivel gramatical –que se supone es el másformal- nos lleva a la especulación: ¿qué expresión utilizó realmente Ratzin-ger y que luego se tradujo como “muy superior”?, ¿viel höher, viel grösser, osimplemente mehr?; ¿realmente empleó un adjetivo calificativo como “supe-rior”, con todas las connotaciones que pudiera implicar, o usó un adjetivocomparativo?, ¿usó un superlativo absoluto o un adverbio comparativo?...etc. Como sea, dado que no lo sabemos, no podemos realizar afirmaciónalguna acerca de las oposiciones paradigmáticas.

Tampoco corresponde realizar un contraste sintagmático basado en losmayores o menores grados de probabilidad ya que no sabemos si se utilizóefectivamente el subjuntivo o el indicativo, por lo demás, cualquiera de losdos modos que se haya empleado, ambos exigen en alemán el uso de unauxiliar en una cláusula de relativo.

Además, si consideramos el proceso de edición que siempre sufren lostextos periodísticos y, de manera especial, las entrevistas, no podemos saberquién es el responsable de la elisión del sintagma nominal “continente africa-no”, puede haber sido Ratzinger, como afirma Menéndez, o también la perio-dista en alguna instancia del proceso de producción textual.

Es pues, sorprendente e interesante que en situaciones como éstas el nivelinterpretativo ligado a la situación comunicativa en que se enmarca el texto,nos proporciona más certezas que el descriptivo y formal. Se nos muestran asílos límites del análisis gramatical cuando no se acude a la información que lascondiciones de circulación nos otorgan.

Podríamos señalar, por último, dos comentarios adicionales que vale lapena hacer, desde un punto de vista tanto histórico como lingüístico. Enprimer lugar, que, más allá de diferencias modales, basta con consideracioneshistóricas para saber que un negro no será Papa, por lo que un análisis críticocomo éste pierde la dimensión política, racial y simbólica al centrarse sólo enel texto. En segundo lugar, se podría argüir que, más allá de oposiciones mo-dales sintagmáticas, el texto del diario argentino La Nación dice lo que dice y

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la frase “que pueda suceder” está indudablemente escrita y así es leída. Eso escierto, el problema ocurre cuando la forma gramatical traducida es remitida ala intención del emisor (en este ejemplo a Ratzinger) y, en ese caso, creo quees recomendable distinguir la intención del hablante de aquello que podríallamarse, siguiendo la tradición estructuralista, efectos de lectura.

3.3. CONDICIONES DE RECEPCIÓN Y LOS CONTORNOS DEL TEXTO

La palabra pan no quita el hambre (Jodorowsky)

Ya anteriormente señalábamos la necesidad de evitar una puesta en rela-ción directa entre texto y contexto y considerar a la luz de teorías de alcanceintermedio la mediación. En ese sentido, a menudo la vertiente cognitiva delACD parece realizar análisis de prensa partiendo de la base de que quienescontrolan la producción textual mediática controlan también el pensamiento desus receptores. Sin embargo, el asunto de los efectos de los medios de comuni-cación sobre su audiencia, es decir, saber cómo el contenido que los medioshacen circular afectan las creencias o las actitudes de las personas, representa elterreno más resbaladizo y arriesgado en los estudios mediales2.

Diversos autores han advertido acerca de la inconveniencia de realizarinferencias lineales acerca del efecto de productos semióticos. Ya Bajtín yVoloshinov (1993) hablaban en 1929 de la orientación social de la enunciacióny de la audiencia real y potencial, apuntando a esa problemática; tambiénVerón (1993) problematiza el tema al hablar del desajuste o desfasaje en losprocesos de comunicación, lo que lo lleva a distinguir entre gramáticas deproducción y gramáticas de reconocimiento. ¿Por qué entonces el ACD caepermanentemente en eso que Bourdieu denomina “error de cortocircuito” (Bour-dieu, 2000) que supone una puesta en relación directa entre texto y contexto?

Tiendo a pensar que asumir tan acríticamente este postulado en torno alos efectos de los textos tiene que ver, en primer lugar, con una tradiciónestructuralista que consolidó fuertemente los contornos y la primacía del tex-to (Eco: “sólo creo en los textos”). En segundo lugar, con una falencia teóricarespecto de los aportes que en un sentido contrario ha realizado la teoría de lacomunicación, tanto en su vertiente funcionalista como crítica. Se trata deaportes teóricos que desde la sociología y la psicología se han dedicado aestudiar el tema de los efectos desde los años ’20 en adelante y que deberíanser considerados en los análisis lingüísticos de los medios. Es un campo deestudio que, además de complejo, es muy dinámico y en el cual se ha pasadodesde un interés por los efectos de corto a los de largo plazo, de los directos alos indirectos y acumulativos, de la pregunta, ¿qué hacen los medios a laspersonas? a la otra, ¿qué hacen las personas con los medios?; desde teorías queconciben receptores débiles a otras que se fijan en las estrategias de reseman-tización y contestación de las audiencias, etc.

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En tercer lugar, pienso que la influencia (acrítica) que van Dijk ejercesobre una gran cantidad de practicantes del ACD3, especialmente en AméricaLatina, lleva a descuidar la complejidad del tema. A lo largo de su obra esteautor justifica en gran medida la importancia del análisis lingüístico de losmedios bajo este supuesto; cito:

- “Los actores sociales con poder, además de controlar la acción comunicativa, hacenlo propio con el pensamiento de sus receptores” (van Dijk, 1997: 21).

- “La mayor parte de nuestro conocimiento social y político, así como de nuestrascreencias sobre el mundo, emanan de las decenas de informaciones que leemos oescuchamos a diario en la prensa” (van Dijk, 1997: 29).

- “Beyond the control of content or style, thus, the speakers may also control audience”(van Dijk, 1996a, p. 88).

- “Newspaper editorials play a role in the formation and change of public opinion”(van Dijk, 1996b, p. 1).

Otro autor europeo, a menudo citado por los practicantes latinoamerica-nos del ACD, como Charaudeau, también realiza definiciones similares res-pecto de la relación entre audiencia y medios de comunicación:

“…con frecuencia el ciudadano parece su rehén, tanto por el modo como se lo repre-senta en ellos como por los efectos pasionales que provocan en él, efectos que se encuen-tran a mil leguas de cualquier pretendida información” (Charaudeau, 2003:13).

Como vemos, todas estas afirmaciones suponen audiencias débiles frentea medios muy poderosos en la conformación de creencias y actitudes.

En cuarto lugar, creo que la cuestión de los efectos representa un terrenopropicio para que los seguidores del ACD con buena formación lingüística,pero insuficiencias en teoría de la comunicación y teoría social, realicen infe-rencias apresuradas acerca del efecto de los textos, influidos por la idea de queel lenguaje tiene una capacidad tanto generativa (Echeverría, 2003) comoperformativa (Austin, 1975) y que, en ese sentido, construye realidad social.Dichas consideraciones provenientes de la filosofía del lenguaje y del paradig-ma constructivista y que nos remiten a las fuerzas de los actos de habla, sebasan en situaciones de habla bastantes formales y prefiguradas en sus contex-tos (bautismo, casamientos, promesa, diálogo, etc.), se trata de momentospropios del micronivel de las emisiones, instancias alejadas de las condicionessociales reales y estructuradas en las que ocurre la interacción mediática. Seextiende de este modo la teoría de los actos de habla y la consiguiente capaci-dad performativa de ciertas emisiones lingüísticas a los textos periodísticos,atribuyéndoles a los mensajes de estos últimos una naturaleza constitutiva yuna fuerza perlocutiva sobre lo social no probada.

En quinto lugar, para los lingüistas como advierte Thompson (1998)resulta obviamente tentador concentrarse en el contenido simbólico y en los

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mensajes de los medios, pero ello conlleva el peligro de pensar que estudiarlos medios equivale a analizar los objetos sígnicos de su lenguaje. Por un lado,confundimos así el objeto de estudio (medios/textos mediáticos) y, por otro,el análisis textual define su objeto de estudio erróneamente como un objetohomogéneo, en el que los conceptos de productor y destinatario son conver-tidos en formulaciones o estrategias discursivas.

Por todo lo señalado, se puede sostener que no es suficiente que afirma-ciones acerca del efecto de los medios tengan como único elemento de respal-do el análisis textual. Además es contradictorio, pues si el ACD define discur-so como práctica social, no puede, a la vez, tratar la noción de discurso exclu-sivamente como un objeto semiótico. Recordemos que la definición de dis-curso como práctica social sitúa el fenómeno discursivo fuera de los límitestextuales y lo hace participar de acontecimientos y de estructuras sociales, demanera dialéctica. Entonces, una cosa es realizar una descripción lingüísticade un texto y otra distinta es insertar esa descripción en una lógica de discursoque implica abrir los contornos de dicho texto. Debido al olvido de estasconsideraciones se confunden, a menudo, hipótesis semióticas con hipótesissociales. Por ejemplo cuando se sostiene que la violencia semiótica produceviolencia social, afirmación sostenida en diversos foros pero jamás probada.

3.3.1. CONSIDERACIONES METODOLÓGICAS EN TORNO A LA RECEPCIÓN DE LOS

TEXTOS

Finalmente, algunas consideraciones en torno a las dificultadesmetodológicas, que surgen cuando queremos medir el efecto de los textosmediáticos sobre las audiencias. Gran parte de los estudios de audiencia y delos análisis lingüísticos de textos de prensa, por ejemplo aquellos que se reali-zan en contextos de campañas políticas, tratan de medir la influencia medial acorto plazo, a pesar de que la teoría advierte que la influencia de los mediossobre las personas es fundamentalmente acumulativa y de largo plazo. En esesentido, tres o cuatro semanas resulta un período demasiado breve para esta-blecer y formular generalizaciones. Y en un sentido inverso, aquellos estudiosque conscientes del impacto acumulativo intentan medir el efecto a largo pla-zo, se encuentran con un problema central en la investigación sobre efectos:cómo diferenciar entre influencia provocada por el discurso de los medios decomunicación y aquella provocada por otros factores, es decir, cómo aislar lasvariables. Pareciera ser que mientras mayor sea la curva de tiempo de observa-ción, menor la influencia medial, por lo tanto, la única manera efectiva deaislar esa influencia contextual adicional es mediante métodos experimenta-les, prescindiendo así de los contextos naturales de apropiación yresemantización de los mensajes por parte de los lectores o televidentes.

A todo lo anterior se suma que es muy difícil saber cuántos receptores demedios tradicionales realizan una lectura crítica y oposicional de esos textos,

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ya que ello depende significativamente de su acceso a medios alternativos,dinámica que cae fuera de los términos de referencia de los estudios de au-diencia (Curran, 2002) que generalmente investigan medios tradicionales.

4. La historia y los textos

Resulta pues difícil comprobar cuál es el efecto del discurso medial sobrelos receptores. No cabe duda, por una parte, que junto con la concentraciónde la propiedad se ha producido también lo que podríamos señalar como unaclausura discursiva en ese ámbito de la producción y circulación sígnica. A suvez, parece ser que en momentos y frente a ciertos temas hay interpretacionesmás hegemónicas que otras, en parte, gracias a la acción de los medios.

Sin embargo, la observación de los procesos políticos y sociales que ac-tualmente están teniendo lugar en nuestro continente americano son un buendato para preguntarnos si realmente los discursos mediáticos inciden de ma-nera tan fuerte sobre los modelos mentales de la audiencia. Los porfiadoshechos demuestran que aun cuando la derecha económica es propietaria de lamayoría de los medios de referencia general que intentan construir discursiva-mente lo que Gomis (1997) denomina el presente social compartido, la agendade los medios no se ha convertido en la agenda social (contrariando uno delos postulados nucleares de la Teoría de Agenda Setting) y el discurso públicoque circula hegemónicamente no ha logrado constituir escenarios políticosdeseados, ni menos ha demostrado capacidad constitutiva o performativa enun nivel social. Los triunfos electorales de Chávez, Lula, Rafaela Correa, EvoMorales o Fernando Lugo en Sudamérica son ejemplos claros de los límitesdel efecto del discurso de los medios sobre la voluntad popular, pues aunexistiendo un contexto de amplias, sostenidas y sistemáticas campañas me-diáticas contra esos líderes continentales de parte de la mayoría de los mediostradicionales, sometidos al escrutinio popular, han triunfado con sólidas ma-yorías.

De hecho, la historia nos enseña y demuestra que los medios de comuni-cación de referencia general no han sabido o querido leer las dinámicas telú-ricas sociales y no anticiparon la aparición del movimiento feminista, de losmovimientos ecológicos o los de liberación nacional en África o América, delos zapatistas o los altermundistas. Y a pesar de que estos movimientos teníannulo o escaso acceso a los medios masivos –o un acceso negativo y estigmati-zado- éstos se desarrollaron y crecieron en el seno de los movimientos socialesy jugaron o juegan roles de importancia en las relaciones de poder.

Por eso sostenemos que una cosa es tener un acceso privilegiado al con-texto de producción textual –como ocurre con las elites de cara a los noticie-ros- y otra muy distintas es creer que ese flujo fuertemente unidireccional dela comunicación, nos permite hacer inferencias lineales acerca del efecto delos textos sobre el polo receptor.

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5. Reflexiones finales

El presente artículo quiso apuntar a la necesidad que los análisis discursivosse diferencien de aquellos que provienen de la Lingüística Textual y lasapasionantes complejidades que el consiguiente ir hacia afuera del texto entra-ña. Para ello me centré en destacar la importancia del nivel intermedio de lasituación comunicativa que forma parte del contexto. Como hemos visto, lacomunicación puede estar afecta a una distorsión sistemática, influida porelementos intermedios como los descritos, situación que se intensifica aúnmás si consideramos nociones macrosociales, como los de poder, clase, estruc-tura social, etc.

El foco estuvo puesto en el ACD de orientación socio-cognitiva y encasos específicos, no con el fin de generalizar, sino para graficar situacionesconcretas en las que vale la pena detenerse para generar reflexión y discusiónteórica.

Agregaría a todo lo anterior dos puntos que podrían ser desarrollados enotro momento. Si el ACD se quiere constituir como área del saber o discipli-na, también enfrenta el desafío de diferenciarse de la sociolingüística cuyameta, igualmente, es ir más allá de la descripción de la forma del código yprofundizar en la relación entre lenguaje y sociedad (Lavandera, 1984). ¿Quélos diferencia? A mi modo ver, el lugar donde cada uno sitúa su énfasis. Mien-tras la sociolingüística parte del lenguaje para ir a lo social, el ACD pretendeir de lo social a lo lingüístico, o como señala Kress, “Criticial Discourse Analy-sis sees the linguistics as within the social” (Kress, 1990:87). El análisis de lasestructuras lingüísticas no puede, por lo mismo, ser el elemento único en elACD. Si bien el conocimiento lingüístico es central para una teoría de losdiscursos, es un error, como ya lo señaló en su momento Verón (1993), creerque se puede acceder a la problemática de los discursos proyectando el saberlingüístico sobre los contextos sociales, o como, le advirtió Foucault a Derri-da hace más de 30 años, textualizar las prácticas discursivas y “creer que no haynada fuera del texto y que por tanto no es necesario ir a buscar en otra parte”(Foucault, 1999:371).

En ese mismo sentido, “entender la necesidad de partir de los eventos yno del texto porque son los eventos los que permiten recoger los textos que senecesitan” (Bolivar, 2007)4 puede ser para quienes hacemos estudios del dis-cursos en América Latina un elemento clave para contribuir con rasgos pro-pios a esta área del saber. La historia nos demuestra que los eventos sociales,políticos y discursivos latinoamericanos son muy distintivos, en momentosincluso sintomáticos, respecto de la marcha de buena parte de la políticamundial. Recordemos, por ejemplo, la década del 60 y la influencia mundialque ejercieron los movimientos revolucionarios de inspiración castrista sobreesta y otras partes del mundo, o el sorpresivo surgimiento de los populismosde inspiración neoliberal en los ‘90 (los llamados neopopulismos), o la res-

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puesta continental única que desde América se le ha planteado en el SigloXXI a la globalización capitalista.

Sin embargo, a pesar de la riqueza de esa realidad rebelde del contextolatinoamericano nuestras propias teorizaciones en el ámbito de los estudiosdel discurso son escasas. Lo que sin duda sí que hemos logrado es produciruna importante y abundante acumulación de información empírica, peroésta no ha trascendido el plano de lo descriptivo ni ha abierto las puertas ainterpretaciones teóricas nuevas, pues nuestros objetos de estudio están loca-lizados en el sur, pero nuestros marcos conceptuales en el norte.

Respecto del caso específico de los medios y de su discurso, se puedesostener, sin ninguna duda y tal como lo hace el ACD, que están sujetos apermanentes y significativas presiones que ejercen sobre ellos las estructurasde poder. Asimismo, es evidente que participan de la lucha ideológica, porejemplo, justificando, ocultando o enmascarando la realidad. Sin embargo, lacontribución y participación de los media en la articulación de relaciones depoder aún se mantiene bastante opaca, y los estudios de discurso puedenayudar a disminuir dicha opacidad, pues la dimensión simbólica, la puesta encirculación de signos, es un irreductible del fenómeno mediático porque aun-que el estudio de esos signos no explica todo el fenómeno, sin signos no haymedios de comunicación.

NOTAS:

1 Esto anterior es especialmente válido para los medios de comunicación tradicio-nales (prensa escrita, radio y televisión). Internet, en tanto, parece contar con unpotencial de alteración, en ese sentido, al menos en cuanto al flujo asimétrico; losblogs son un buen ejemplo de ello.

2 Para una excelente panorámica sobre esta cuestión, recomiendo Wolf (1987) yBryant y Zillmann (1996)

3 Lo que, por supuesto, no es culpa de van Dijk.4 Comunicación personal con Adriana Bolívar.

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PEDRO SANTANDER MOLINA es periodista por la Universidad de Chiley Doctor en Lingüística por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.Actualmente es director del Postgrado en Comunicación y Periodismo de laPontificia UCV, Chile. Sus áreas de interés son el análisis de los medios decomunicación y las teorías del discurso.

Correo electrónico: [email protected].

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ARTÍCULO

Reconstruyendo los paradigmas orientalesde los estudios del discurso

Recibido: 18 de marzo de 2007 • Aceptado: 16 de agosto de 2007.

SHI-XUCentre for Contemporary Chinese Discourse Studies, Zhejiang UniversityTRADUCCIÓN: LUCÍA MOLINA

RESUMEN. En este trabajo sostengo que existen razones genuinas y condiciones impor-tantes para reconstruir los paradigmas orientales de los estudios del discurso más allá delos enfoques actuales, universalistas pero centrados en Occidente. En primer lugar,muestro las limitaciones y las consecuencias humanas del proyecto proliferante delAnálisis Crítico del Discurso (ACD) occidental. En segundo lugar, y más importante,identifico varias características de los discursos de Asia, África, Latinoamérica y otrascomunidades subalternas, así como sus recursos académicos relevantes. Finalmente,para ilustrar las estrategias de este trabajo de reconstrucción, considero las maneras deforjar un enfoque chino para analizar discursos tanto propios como globales.

PALABRAS CLAVE: estudios del discurso, paradigmas orientales, Análisis Crítico del Discur-so (ACD), comunidades subalternas, enfoque chino.

ABSTRACT. In this paper I argue that there are genuine reasons and important condi-tions for reconstructing Eastern paradigms of discourse studies, beyond the currentuniversalistic but West-centric approaches. Firstly, I show Western limitations and hu-man consequences of the proliferating project of Critical Discourse Analysis. Secondlyand more importantly, I identify various characteristics of the discourses of Asia, Africa,Latin America and other subaltern communities, as well as relevant scholarly resources.To illustrate the strategies for this reconstructive work, finally, I consider the ways offorging a Chinese approach to its own as well as global discourses.

KEY WORDS: discourse studies, Eastern paradigms, Critical Discourse Analysis (CDA),subaltern communities, Chinese approach.

RESUMO. Em este trabalho explico que existem razões genuínas e condições impor-tantes para reconstruir os paradigmas orientais dos estudos do discurso além dosenfoques atuais, que embora sejam universalistas estão mais centrados no Ocidente.Em primeiro lugar, apresento as limitações e as conseqüências humanas do crescenteprojeto da Análise Crítica do Discurso (ACD) ocidental. Em segundo lugar, e maisimportante, identifico várias características dos discursos de Ásia, África, AméricaLatina e outras comunidades subalternas, assim como seus recursos acadêmicos rele-vantes. Finalmente, para ilustrar as estratégias de este trabalho de reconstrução, con-sidero as maneiras de forjar um enfoque chinês para analisar discursos tanto própriosquanto globais.

PALAVRAS CHAVE: estudos do discurso, paradigmas orientais, Análise Crítica do Discurso(ACD), comunidades subalternas, enfoque chinês.

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Introducción

A pesar de sus innegables logros académicos, la disciplina de los estudiosdel discurso está, culturalmente hablando, desorientada. Por una parte, lasfilosofías, los conceptos y los valores, las teorías y los métodos, las preguntas ylos datos occidentales – y, por tanto, sus representantes autorizados – ocupanel escenario central y determinan, en gran parte, la agenda. La preponderanciay la proliferación del saber del discurso occidental se hacen posibles gracias alos procesos de selección de los autores, las ponencias centrales, las publicacio-nes internacionales, el marketing global, los vuelos intercontinentales y, porsupuesto, Internet. No necesito profundizar para mostrar lo que llamaré eldiscurso de la disciplina centrado en Occidente, sino solamente solicitar a losacadémicos y a los estudiantes de nuestro campo que se detengan a pensarquién está hablando, quién está vigilando de quién son las ideas publicadas enlas revistas “internacionales”, de quién son los valores y visiones del mundopromovidos y quién se beneficiará con ellos, desde dónde se reproducen yentre quiénes se distribuyen.

Por otra parte, muchos académicos y estudiantes radicados en las comu-nidades “tricontinentales” (i.e. Asia, África y Latinoamérica), del hemisferioSur, del Tercero y del Cuarto Mundo – o, como yo prefiero llamarlas, comu-nidades “orientales” –pueden, de manera consciente o no, emular o reprodu-cir paradigmas y proyectos occidentales, ayudando así a globalizarlos. Mien-tras los paradigmas de los estudios dominantes sobre el discurso engendradosen Occidente se globalizan exitosamente, este proceso descuida el patrimoniooriental de la investigación sobre lenguaje y comunicación, dejando a susacadémicos afásicos, empobrece la academia internacional y en última ins-tancia retarda el crecimiento cultural de la humanidad. Como se verá másadelante, donde se aplican la teoría y los métodos occidentales, las sociedadesorientales no son representadas desde sus propias perspectivas, sino que setransforman en productos de la representación de la academia occidental, enel Otro de Occidente.

La situación cultural apremiante del ámbito académico internacional deldiscurso y sus consecuencias humanas son un hecho evidente pero, para mu-chos, incorregible. Es que, por una parte, detrás de la condición académicaactual existe una tradición centenaria occidental, colonial e imperialista (Said,1978). Por otra parte, el estado contemporáneo no está menos – sino másbien, con la globalización acelerada, más – influenciado por el sistema acadé-mico centrado en Occidente (Strattong & Ang, 1996; Lauf, 2005; Shuter,2000). ¿Realmente no hay salida de este desorden cultural- intelectual? ¿Quépodrían hacer los académicos y los estudiantes de los mundos orientales? ¿Yqué podrían hacer los intelectuales conscientes, autorreflexivos y críticos delos mundos occidentales para compensar la asimetría de poder y de saber,revitalizando así la academia internacional?

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Shi-xu: Reconstruyendo los paradigmas orientales de los estudios del discurso

La situación es bastante urgente, pero no desesperanzada. En este traba-jo, trataré de mostrar que hay una manera de empezar a transformar esteámbito académico internacional del discurso, monológico y autoritario. Con-cretamente, argumentaré que existen razones y recursos de peso para que re-construyamos paradigmas alternativos y contra-hegemónicos de investiga-ción sobre el discurso, que puedan actuar como hablantes culturalmente igualespara dialogar con la tradición dominante existente. Específicamente, en pri-mer lugar identificaré las peculiaridades culturales del discurso universalistadel ACD y sus consecuencias humanas desde una perspectiva asiática. Luego,y más importante, clarificaré las características innegables y únicas de los dis-cursos orientales, y más adelante señalaré el rico bagaje de la academia orien-tal dedicada al lenguaje y a la comunicación que puede aclararlas. Además,esbozaré el posible formato de los paradigmas orientales y las estrategias deacción para conseguir esa meta.

Las cuestiones culturales normalmente no se discuten en el campo delsaber de los estudios del discurso. Son consideradas, como se indicó másarriba, como epifenómenos. El presente trabajo intenta desafiar ese statu quoy abrir un debate en el campo académico del discurso ofreciendo una críticacultural de la investigación actual y mostrando luego las bases para una alter-nativa paradigmática. Además, mientras la mayor parte de los enfoques sobreel lenguaje y la comunicación específicos de cada cultura está pendiente de lasculturas orientales particulares como si fueran en alguna medida tradicionesseparadas e independientes, el presente trabajo intenta demostrar que hay sinembargo una importante base para que tome forma un conjunto de paradig-mas orientales, en oposición a los paradigmas occidentales. El producto re-sultante será entonces instructivo para la (re)construcción de todos los para-digmas dentro de Oriente. Finalmente, como los paradigmas orientales pro-puestos aquí son definidos en parte en términos de las relaciones de poderentre Oriente y Occidente, allanan el camino para el diálogo intercultural y lafertilización cruzada entre los paradigmas orientales y occidentales.

En este punto, debo señalar dos tipos de peligro en torno a las nocionesde Oriente y Occidente. Por un lado, la gente puede caer en la trampa dedicotomizar y homogeneizar al Oriente y al Occidente, cayendo por ende enotros tipos de prácticas polarizadoras –justamente el mismo error que come-tieron el estructuralismo y el orientalismo occidentales. Oriente y Occidenteno son internamente homogéneos y externamente distinguibles, sino diversi-ficados, dinámicos e interrelacionados dialécticamente. La verdad es que dentrodel “Occidente” opresivo hay miembros individuales conscientes, críticos eigualitarios; de la misma manera, dentro del “Oriente” hay seguramente casosde autoritarismo y abuso de poder. Uso estos términos heurísticamente, nopara polarizar y estereotipar, sino para referirme a tendencias culturales.

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Por otro lado, está el peligro no menor del nihilismo disfrazado comodeconstrucción posmoderna. Este tipo de réplica a menudo intenta borrar osocavar tanto los términos como las nociones de Oriente y Occidente y susrelaciones para negar la dominación, la discriminación y la explotación occi-dentales. Esto lleva al olvido el sufrimiento de las comunidades y culturas nooccidentales a través de los símbolos de poder de la raza, el color de la piel, laetnicidad y los bagajes culturales. Entonces he usado los términos y nocionesde Oriente y Occidente, no para reificar características geográficas, raciales oétnicas, sino como una herramienta cultural-política para indicar las prácti-cas, los efectos y las relaciones de la hegemonía, que son históricamente evo-lucionados, socialmente construidos y sin embargo materialmente reales. Es-tas formas de poder típicamente toman la forma del monólogo cultural, delcapitalismo global y del neocolonialismo. Al insistir en subrayar tales formasculturales de subyugación, también deseo sugerir que el abismo de podercultural no está disminuyendo sino creciendo a una velocidad alarmante, yque esto origina muchos desastres y sufrimiento en el Tercer y Cuarto Mun-do.

El discurso centrado en Occidente

Más arriba aludí a las formas más crudas de dominación occidental en laarena internacional del campo académico del discurso. En adelante quieromostrar algunas estrategias más sutiles que participan en el discurso discipli-nario centrado en Occidente y efectivamente lo hacen posible. Estas estrate-gias son tanto las declaraciones aculturales sobre el objeto de investigación y elenfoque disciplinario, como los silencios acerca de las características y limita-ciones culturales de la percepción y el enfoque propuestos. Por consiguiente,aunque implícitamente, el metadiscurso se vuelve etic, pancultural, universal,debe notarse que este aculturalismo también es repetido e incluso amplificadoen los mundos orientales a través de divulgaciones y aplicaciones acríticas,irreflexivas y descontextualizadas, como si no hubiera tradiciones compara-bles o alternativas en las culturas propias. Así, este metalenguaje se ha vueltoun fenómeno global.

El carácter centrado en Occidente del discurso disciplinario puede serexplicitado al revelar las tendencias culturales del contenido del discurso acul-turalista en cuestión. Esto puede llevarse a cabo de mejor manera desde unaperspectiva culturalmente diferente; en este caso, recurriré a una alternativaoriental, específicamente china. En lo que sigue usaré el discurso teórico delACD como ejemplo para revelar los principios de articulación teórica subya-centes específicos de la cultura, examinando algunos textos de sus autoresdestacados: (1) Fairclough (1992): Discurso y cambio social,; (2) Van Dijk(1997): “El estudio del discurso”, capítulo introductorio en Estudios del dis-curso.

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Shi-xu: Reconstruyendo los paradigmas orientales de los estudios del discurso

Peculiaridades occidentales: atomismo, dualismo, perspectiva cen-trada en el texto, individualismo

Involución atómica

Una primera manera característica de analizar o describir el discurso en elACD es clasificar las cosas en cajas dentro de cajas, o en capas sobre capas.Esta manera de enfocar el objeto de investigación está diseñada obviamentetanto para focalizar en ciertas partes de un todo más amplio como para darcuenta de relaciones causales. Tal conceptualización del mundo puede estarguiada por la ideología científica europea, de mentalidad atomizada. Este ras-go cultural se vuelve inmediatamente evidente si lo comparamos con la visiónasiática/china de la realidad, holística y dialéctica, en la que las cosas son en-tendidas como elementos inseparables y que se influyen mutualmente. A con-tinuación, algunos ejemplos.

Analizo el discurso en un marco tridimensional como texto, práctica discursivay práctica social. (Fairclough, 1992, p.62)

TEXTO

PRÁCTICA DISCURSIVA(producción, distribución, consumo)

PRÁCTICASOCIAL

Esto recuerda bastante a lo que hace referencia van Dijk cuando dice:

Incluso después de esta primera aproximación al concepto de discurso, ya hemosencontrado sus tres dimensiones principales: (a) el uso del lenguaje, (b) la comu-nicación de creencias (cognición) y (c) la interacción en situaciones sociales… (vanDijk, 1997, p.2)

…los lingüistas generalmente hacen una distinción metafórica entre diferentesniveles de tales emisiones, como si fueran edificios u otras construcciones. Demanera similar, empiezo con lo que es llamado bastante metafóricamente el nivelde expresión ‘superficial’ u ‘observacional’, para luego ahondar en los niveles‘más profundos’ o ‘subyacentes’ de la forma, el significado y la acción (van Dijk,1997, p.6)

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Enfoque binario

Otra característica del ACD es que las cosas se distinguen en dos clasesseparables y cualitativamente diferentes: por ejemplo, texto versus contexto,discurso versus sociedad, lenguaje versus mente y otros casos similares. Es de-cir, esto enfatiza el carácter dicotómico de las cosas (que implica la elección deuna o la otra) más que las relaciones de adición (que pueden incluir ambas).Más aún, una vez que ha dividido teóricamente todo en entidades separadas,el ACD busca explicaciones causales de las relaciones mecánicas entre ellas(por ejemplo, sociedad y cognición, cognición y producción del lenguaje).Este tipo de orientación es un reflejo de la visión cartesiana de la distinción ycontradicción entre la mente y el cuerpo, así como de la ideología europea quesupone que la ciencia debe predecir y controlar los eventos o el comporta-miento de las personas. En contraposición, la visión china, dialéctica, basadaen el yin-yang, ve el mundo como una unidad de partes interrelacionadas,interdependientes y que se influencian mutuamente mutuame.Veamos algu-nos ejemplos:

Antes ya hemos encontrado otro uso de ‘discurso’ (como en ‘el discursodel liberalismo’) que no se limita al lenguaje o a la interacción comunica-tiva, sino que más bien o además puede referirse a ideas o ideologías.Aunque también encontramos este uso en los estudios del discurso, esobvio que vuelve el término incluso más difuso de lo que ya es, y por esomuchos analistas lo evitan. (van Dijk, 1997, p.4)

Lo primero [enfatizar demasiado la determinación social del discurso]vuelve al discurso un mero reflejo de una realidad social más profunda,lo segundo [enfatizar demasiado la construcción de lo social en el discur-so] representa de manera idealista al discurso como la fuente de lo social.Lo segundo es quizás el obstáculo más inminentemente peligroso, dadoel énfasis puesto, en los debates contemporáneos, en las propiedades cons-titutivas del discurso. (Fairclough, 1992, p.65)

Así la constitución discursiva de la sociedad no emana de un libre juegode ideas en las cabezas de las personas sino de una práctica social que estáfirmemente arraigada en – y orientada hacia – estructuras sociales rea-les y materiales.

La práctica social tiene varias orientaciones – económicas, políticas, cul-turales, ideológicas – y el discurso puede estar implicado en todas ellassin que ninguna de ellas sea reducible al discurso. … el discurso apareceen proporciones variables como un componente de la práctica económi-ca de carácter básicamente no discursivo, como construir puentes o fa-bricar lavadoras; hay formas de práctica económica que son de carácterbásicamente discursivo… (Fairclough, 1992, p.66)

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Shi-xu: Reconstruyendo los paradigmas orientales de los estudios del discurso

Perspectiva centrada en el texto

Como resultado de la visión del discurso atomizada y binaria, se vuelveposible focalizar en ciertas cosas y olvidar otras. Así, típicamente, el discursoes analizado de manera aislada del contexto más amplio y específico de cadacultura. Pero esto también está determinado por la ideología europea centradaen el lenguaje o logocentrismo1, que es entendible desde el punto de vista delas lenguas europeas como más explícito y menos relacionado con el contextoque por ejemplo la lengua china. Sin embargo, en la cultura china se ha pen-sado por mucho tiempo que todo significado no es expresado solamente porel lenguaje ( Š N=\a, el lenguaje es lo mismo que el hablante (ÿ‡e‚YvQºN. Lassiguientes son expresiones de esta perspectiva centrada en el texto.

“Me centro en el lenguaje y por consiguiente uso ‘discurso’ másrestringidamente que como lo usan generalmente los científicos socia-les para hacer referencia al uso del lenguaje hablado o escrito.” (Fairclough,1992, p.62)

“El análisis de un discurso particular como una parte de la práctica dis-cursiva se centra en procesos de producción, distribución y consumo detextos.” (Fairclough,1992, p.71)

…[los analistas del discurso] a menudo se centran en las dimensiones verba-les, es decir en lo que efectivamente es dicho o escrito por los usuarios dellenguaje como parte de tal evento o acción. Así, de la misma manera como‘texto’ se usa mayormente para referirse al producto de la escritura, ‘habla’ amenudo se estudia como el producto del lenguaje hablado o como interacciónen curso, sin prestar demasiada atención a los usuarios del lenguaje implica-dos o a los otros aspectos del evento comunicativo en su totalidad. Teórica-mente, se enfatiza sin embargo que los estudios del discurso deberían lidiartanto con las propiedades del texto como con las del habla, y con lo quegeneralmente se denomina el contexto, es decir, las otras características de lasituación social o del evento comunicativo que pueden influenciarsistemáticamente al texto o al habla. En suma, los estudios del discurso tratandel habla y del texto en contexto. (van Dijk, 1997, p.3)

Obviamente, tal empresa [la descripción del discurso como uso del lenguaje,comunicación de creencias e interacción social] no es un problema simple.Por tanto, como en el caso de la especialización en otras disciplinas, losanalistas del discurso pueden centrarse en un aspecto, nivel o dimensióndel texto o del habla, o incluso en una clase general de discurso, como eldiscurso mediático. Tal división del trabajo puede corresponder a las distin-ciones teóricas que se hacen entre diferentes propiedades del discurso, comola distinción muy general que hice entre las dimensiones discursivas del usodel lenguaje, la comunicación (cognición) y la interacción. (van Dijk, 1997,p.5)

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Individualismo

Uno de los pilares filosóficos que subyacen al ACD es una visiónfuncionalista del lenguaje y del hablante. Concretamente, el lenguaje es enten-dido como una herramienta usada por los seres humanos para satisfacer susnecesidades y propósitos; por tanto el lenguaje es una institución social cuyasfunciones son relevantes para los deseos y objetivos humanos2. Uno de lospropósitos más importantes de los hablantes es persuadir a los otros o hacerque hagan cosas. La visión del lenguaje como orientado hacia las metas de loshablantes, y por consiguiente la comercialización de la comunicación huma-na, se derivan obviamente de la retórica aristotélica y en última instancia delindividualismo occidental. Sin embargo, estos valores se contraponen total-mente con las normas culturales y comunicativas chinas, que por ejemploplantean una relación armoniosa y la orientación hacia el otro.

Es típicamente la tarea de los estudios del discurso proveer descripcionesintegradas de estas tres dimensiones principales del discurso: cómo eluso del lenguaje influencia las creencias y la interacción, o viceversa, cómolos aspectos de la interacción influencian la manera como habla la gente,o cómo las creencias controlan el uso del lenguaje y la interacción. Asi-mismo, además de proporcionar descripciones sistemáticas, podemosesperar que los estudios del discurso formulen teorías que expliquen ta-les relaciones entre el uso del lenguaje, las creencias y la interacción. (vanDijk, 1997,p.2)

Por un lado, el discurso es moldeado y restringido por la estructura so-cial en el sentido más amplio y en todos los niveles. … Los eventos dis-cursivos específicos varían en su determinación estructural de acuerdocon el dominio social particular o el marco institucional en que fuerongenerados. … El discurso contribuye a la constitución de todas esas di-mensiones de la estructura social que directa o indirectamente la mol-dean y la restringen: tanto sus propias normas y convenciones como lasrelaciones, identidades e instituciones que subyacen a ellas. El discursoes una práctica no sólo para representar al mundo, sino también paraotorgarle significado, para constituir y construir el mundo del significa-do. (Fairclough, 1992, p.63)

… El discurso contribuye antes que nada a la construcción de… ‘identida-des sociales’ y ‘posiciones subjetivas’ para ‘sujetos’ sociales y tipos de ‘self’…mi observación se refiere a la exageración de la posición constructivista. Ensegundo lugar, el discurso ayuda a construir relaciones sociales entre laspersonas. Y en tercer lugar, el discurso contribuye a la construcción desistemas de saber y creencias. (ver también Fairclough, 1992, p.65)

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La preocupación central [de un discurso particular] es trazar conexionesexplicativas entre las maneras (normativas, innovadoras, etc.) como lostextos son compaginados e interpretados, las maneras como los textosson producidos, distribuidos y consumidos en un sentido más amplio, yla naturaleza de la práctica social en términos de su relación con las es-tructuras y las luchas sociales. (Fairclough, 1992, p.72)

Consecuencias humanas

Hasta ahora el objetivo central de mi análisis no es meramente mostrarlos límites de las visiones del mundo, perspectivas e ideologías europeas per se,por lo menos no en todos los casos mencionados más arriba (algunos puedenser ventajosos, comparativamente hablando), sino además, y más importante,sostener que los conceptos, las teorías, los métodos del discurso supuestamen-te generales y universales son de hecho específicos de cada cultura, como semostró anteriormente. Es esta naturaleza confusa del discurso del ACD, espe-cialmente cuando es reproducido, difundido y aplicado globalmente, la queconstituye la perspectiva centrada en Occidente.

Las prácticas científicas y sus principios subyacentes ilustrados más arribasurgen de las condiciones y los deseos europeos (por ejemplo, los lenguajesexplícitos, de escasa relación con el contexto, y la sociedad individualista) y losreflejan. Y en ciertos casos, efectivamente muestran méritos en la búsqueda y laproducción del saber mayores que los de la tradición oriental (por ejemplo, laprecisión, la claridad, la objetividad, que mencionaré más adelante en referen-cia a la cultura china). Pero desde un punto de vista oriental, específicamentechino, el paradigma occidental no consigue reconocer la totalidad, la interpe-netración, la dinámica de las cosas, y en consecuencia no llega a aprehender laesencia ni a alcanzar un entendimiento adecuado. Además, este paradigma difi-culta la autorreflexión, la participación y el compromiso social del investigador.Más importante aún, el discurso académico, tanto implícitamente como explí-citamente, presenta al paradigma occidental como situado por sobre la diversi-dad cultural, y particularmente las tradiciones orientales.

Este tipo de discurso globalizador y globalizado plantea un serio proble-ma para el Oriente y para la humanidad en general. Por un lado, cuando estediscurso centrado en Occidente es aplicado a las culturas orientales sin consi-deración al contexto local, no sólo sirve para confirmar y perpetuar las repre-sentaciones occidentales del Otro oriental, sino que además no consigue aten-der las preocupaciones orientales. Por otro lado, mientras que el ACD occi-dental continúa expandiéndose y globalizándose, la academia oriental es des-cuidada y menoscabada. Con esta asimetría cultural en la disciplina, más larepresión por parte de la academia oriental desatendida, las oportunidadespara el diálogo intercultural y las ventajas del aprendizaje intercultural se pier-den, y en última instancia el saber humano se empobrece.

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Bases para los paradigmas orientales

Cada vez más, críticos (tanto dentro de la corriente dominante comoentre los campos orientales y occidentales), han comenzado a cuestionar ydesafiar las verdades y normas dadas por sentadas, que emanan de los centrosoccidentales, y llaman a la reflexión y al diálogo cultural- intelectual (Chesebro,1996; Dissanayake, 1988, 2003; Gergen, 1999; Gordon, 1999; Kincaid, 1987;Shi-xu, 2005, 2006). Debería notarse, sin embargo, que este trabajo críticoalternativo es llevado a cabo principalmente sólo dentro del territorio de losEstados Unidos. Esto solamente muestra la profunda situación alarmante dela academia oriental actual y por tanto la necesidad urgente de revivir orevitalizar los paradigmas orientales en un alcance más amplio.

Debería notarse que los marcos de la investigación sobre el lenguaje y lacomunicación universalista/general y relativista/particular no son absolutosen sí mismos; tendrían que ser entendidos como interdependientes dialécti-camente el uno del otro. Los enfoques universales verdaderamente plausiblesno pueden surgir a menos que – y hasta que – ya ha sido llevada a cabo ladiversidad de paradigmas culturales. Pero en la condición actual de desorien-tación cultural de la academia internacional, debe priorizarse la reconstitu-ción de los paradigmas orientales de la investigación en lenguaje y comunica-ción.

En esta sección sostendré que, además de las motivaciones “negativas” yexteriores mostradas más arriba, existen también fundamentos importantes,concluyentes para reconstruir paradigmas de investigación sobre el discursoque sean orientales, culturalmente alternativos. Estos pueden ser encontradosdesde por lo menos tres perspectivas.

En primer lugar, las comunidades y poblaciones del sur, del Tercer yCuarto Mundo, así como todas las comunidades marginadas en otras partes,tienen una identidad cultural, una subjetividad y una consciencia comparti-das que no deben ser descartadas sino reconocidas y tenidas en cuenta. Estoimplica en particular que estas comunidades tienen en común un conjuntode necesidades, aspiraciones y derechos, para hablar por sí mismas y ser escu-chadas en el sistema hegemónico internacional actual de comunicación y re-lación. No es menos importante el hecho de que las culturas orientales seorientan típica y característicamente hacia el colectivismo y la armonía en lacomunicación y la interacción (Asante, 1998; Chen, 2004, 2006; Fanon,1986). Este aspecto subjetivo de los discursos orientales constituye una im-portante piedra angular para la rearticulación del paradigma.

En segundo lugar, las culturas orientales tienen una experiencia históricaúnica y compartida de subyugación, dominación y exclusión, sufrida porculpa de los poderes coloniales occidentales. En la nueva era actual del capita-lismo global, el neocolonialismo y el neoconservadurismo, estas culturas con-tinúan experimentando problemas relacionados con la represión y la explota-

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ción, el neoliberalismo y el neocolonialismo. Parcialmente en conexión conesta historia subalterna, las culturas orientales también tienen sus propias si-tuaciones, sus propios problemas, sus propias aspiraciones particulares, dife-rentes de los del Occidente poderoso: por ejemplo, la pobreza, el hambre, lasguerras civiles o tribales, los desastres ambientales, el desarrollo y la paz. En-tonces este contexto histórico e históricamente derivado es otra de las basespara la reconstrucción.

En tercer lugar, además, ya existen en las culturas orientales tradicionesintelectuales ricas, aunque a menudo opacadas, que contienen enfoques, sa-beres y otros recursos. Estas tradiciones deberían ser movilizadas para darcuenta de discursos orientales desconocidos o autóctonos y darles sentido, envez de ser ignoradas o negadas sobre la base de fundamentos centrados en laperspectiva de Occidente. En los márgenes de la academia internacional so-bre comunicación ha habido, por ejemplo, alrededor de los últimos veinteaños, un número creciente de publicaciones que rearticularon las tradicionesorientales del lenguaje, la comunicación y el discurso y trazaron nuevas direc-ciones para la investigación, más allá de los paradigmas dominantes centra-dos en la perspectiva de Occidente (Asante, 1998; Chen, 2004, 2006; Dissa-nayake, 1988, 2003; Ishii, 2001; Miike, 2004, 2006; Shi-xu, 2005, 2006).Este trabajo, así como el patrimonio intelectual previo, constituye otra im-portante base para la reconstrucción de los paradigmas orientales.

Principios y estrategias básicos para los paradigmas orientales

¿Cómo deberían ser los paradigmas orientales? ¿Cómo pueden ser mol-deados? No creo que todos los paradigmas orientales deban tener los mismoscontenidos; tampoco pienso que los investigadores deban seguir los mismosprocedimientos para alcanzar sus metas. Pero hay algunos pocos principiosbásicos comunes para la reconstrucción paradigmática.

Ante todo, un paradigma oriental debería apoyarse en la conciencia, lasubjetividad y la representación de los grupos y comunidades de Asia, Áfricay Latinoamérica y otros grupos marginados, y hablar a favor de ellos mismos.Esto significa que, liberados de las posturas y perspectivas recibidas pero im-puestas y superpuestas, ‘universales’ pero centradas en la perspectiva de Occi-dente, sus nuevos paradigmas deben articularse desde dentro de las culturas ylas comunidades mismas. ‘Lo negro es hermoso’, ‘lo personal es político’,‘debemos fomentar el nacionalismo ante el imperialismo’ o ‘la propaganda esuno de los deberes importantes de los medios de comunicación’ serían afir-maciones anómalas desde un punto de vista eurocéntrico, y sin embargo ex-presan una experiencia y una conciencia culturalmente subjetivas y específi-cas. Para resolver problemas tanto locales como globales, y por ende genuina-mente humanos, para comprometerse en un diálogo intelectual igualitario,verdaderamente intercultural, y en última instancia para contribuir al mejo-

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ramiento de la cultura humana, las culturas orientales deben emplear sus pro-pios marcos al entender e investigar su lenguaje, su comunicación y su discur-so. Solamente los paradigmas capaces de articular su propia subjetividad cul-tural, su propia conciencia, sus propias experiencias, sus propias aspiracionespueden resolver sus propios problemas e interactuar como sujetos y represen-tantes totalmente iguales con los paradigmas occidentales, dominantes y ma-yoritarios.

En segundo lugar, como debería quedar claro desde el principio de esteapartado, los paradigmas orientales, además de reflejar sus propias propieda-des internas, deben reflejar la experiencia histórica colectiva, y por tanto eldesequilibrio y las tensiones culturales en el orden del discurso internacionalactual. En relación a esto, deberían también ser capaces de contribuir a soca-var la desigualdad cultural y fomentar la diversidad, la transformación y laarmonía culturales. Esto me lleva a mi último punto.

En tercer lugar, los paradigmas orientales también deberían estar diseñados yarticulados de tal manera que fueran capaces de entablar un diálogo con los para-digmas occidentales. Esto implica que los paradigmas orientales deberían ser for-mulados, explicados o elaborados de modo que fueran tan accesibles como fueraposible, para que los intelectuales que los pusieran en práctica pudieran entender-los, responder a ellos y criticarlos. Solamente de esta manera puede comenzar eldiálogo intercultural, mutuamente estimulante y beneficioso.

¿Cómo alcanzar esta meta? Como primer paso, los investigadores innova-dores, culturalmente conscientes, de los mundos orientales deben cuestionar,desaprender y superar los valores, conceptos y marcos de referencia impuestospor la perspectiva de Occidente, que menosprecian o excluyen a otras culturas.Una manera efectiva para esto es emplear perspectivas y marcos culturalmenteexternos, es decir orientales, para compararlos y contrastarlos con los paradig-mas occidentales. Efectivamente yo sostendría que, en las condiciones actualeshistóricamente evolucionadas del colonialismo y el neocolonialismo académi-cos, deben hacerse grandes esfuerzos para poner la descolonización psicológicae institucional en la agenda de la academia oriental (Fanon, 1986).

La verdad es que los marcos occidentales sí proveen puntos de vista yherramientas útiles para los estudios del discurso; han probado ser herra-mientas efectivas para la lucha social en Occidente. Sin embargo, deben serusados e integrados en los paradigmas orientales de manera selectiva y apro-piada, para propósitos reales, prácticos y útiles. En este punto, y para ahorrarenergía y recursos, me gustaría apelar a los académicos occidentales para queellos puedan, a través del diálogo y la discusión, ayudar a los colegas orienta-les en este proyecto histórico y multicultural. Puede notarse que los paradig-mas occidentales han sido ya introducidos – y en muchos casos, divulgados –en los países y las comunidades orientales, e incluso muchos académicos hansido capacitados en Occidente. Éstos, entre otros, son buenos elementos yrecursos para la fertilización y la regeneración entre culturas.

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Del mismo modo – y quizás más importante – los académicos y estu-diantes de los mundos orientales deberían, por una parte, rastrear y recuperarsus propios patrimonios culturales e intelectuales relevantes para investigaracerca de su lenguaje, su comunicación y sus discursos, y por otra parte estu-diar y sintetizar las prácticas discursivas orientales concretas. Además puedenintercambiar antecedentes, experiencias y aspiraciones al respecto, en su mi-sión común para la revitalización paradigmática, cuya importancia no ha sidohasta el momento reconocida completamente.

Finalmente, los estudios de la comunidad negra [Black Studies], los estu-dios de la mujer [Women Studies] y los estudios poscoloniales tendrían que seraprovechados para profundizar el movimiento multicultural en la investiga-ción sobre lenguaje y comunicación, pues también proceden de la experien-cia colectiva de la opresión y la explotación.

En este punto debería reflejarse el hecho de que los investigadores indivi-duales deben elegir, en el interín, una opción creativa y crítica de entre lavariedad de tradiciones culturales e intelectuales, que están a su vez diversifi-cadas. No hay espacio para ahondar en cómo debe hacerse esto, pero megustaría sugerir brevemente que deberían tratar de formar y formular marcosteóricos y metodológicos con bases locales, mentalidad global y conscienciahistórica, que incentiven el entendimiento internacional y la armonía cultu-ral (Chesebro, 1996; Gordon, 1999; Kincaid, 1987). Llamo a esta posturaparadigmática “multiculturalista” (Shi-xu, 2006a).

Conclusión

En esta versión, el discurso contemporáneo chino es visto no como unobjeto fijo, homogéneo y discreto, sino como uno cambiante, diversificado ehíbrido en la era de la globalización. Se espera que este nuevo paradigmapueda dirigirse gradualmente al foro internacional, hacer oir su propia voz einteractuar con otras tradiciones alternativas como un interlocutor igual, parala innovación intelectual y la prosperidad cultural común. Así, por medio deldiálogo intercultural genuino, podremos no sólo revitalizar la academia orien-tal de los estudios del discurso, y en términos generales la investigación sobrelenguaje y comunicación, sino también enriquecer y revigorizar la tradiciónoccidental, expandiendo de ese modo el horizonte intelectual humano.

NOTAS

1 Derrida usa este término frecuentemente para referirse al entendimiento culturaloccidental que según él fue instituido por Platón. El logocentrismo occidentalprivilegia el lenguaje por sobre la comunicación no verbal y privilegia el discurso

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oral por sobre la escritura, con una metafísica de la presencia. (http://users.california.com/~rathbone/local4.htm, consultado el 27/04/07)

2 La visión funcionalista del lenguaje puede ser rastreada, pasando por MAK Halli-day, por lo menos hasta Malinowski, quien creía que los individuos tienen necesi-dades y las instituciones sociales se desarrollan para satisfacerlas.

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SHI-XU (½eíe, PhD, University of Amsterdam) es Director del Centro deEstudios Culturales y de Discurso (Centre of Discourse and Cultural Stu-dies) y del Centro de Estudios del Discurso Chino Contemporáneo (Centrefor Contemporary Chinese Discourse Studies (CCCDS)) en la Universidadde Zhejiang (Hangzhou). Se ha desempeñado como investigador en la Uni-versidad de Amsterdam y enseñó en la Universidad Nacional de Singapur yen la Universidad de Ulster en el Reino Unido. Es autor, entre muchos otros,de los libros Cultural Representations y A Cultural Approach to Discourse, yeditor de Read the Cultural Other y Discourse as Cultural Struggle. Además,edita el Journal of Multicultural Studies (Routledge, Reino Unido) y StudyingMulticultural Discourses (Hong Kong University Press), y se desempeña en elcomité editorial de otras publicaciones internacionales. Es beneficiario delNew-Century Outstanding Resarcher Fund del Ministerio de Educación deChina. El argumento central de sus trabajos es que el lenguaje, la comunica-ción y el discurso deben ser estudiados como un campo para la lucha y lacooperación de las transformaciones culturales.

Correo electrónico: [email protected]

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ARTÍCULO

Humor en editoriales de TalCualTexto e imagen en el discurso político

Recibido: 6 de enero de 2007 • Aceptado: 5 de mayo de 2007.

LENITA VIEIRAColegio Universitario Fermín ToroUniversidad Central de Venezuela

RESUMEN. Explorando teorías y métodos para el estudio del humor en el discursopolítico, asumo el reto del análisis del discurso definido como multimodal (GunterKress, Leite-García y van Leewen, 2000) para estudiar, desde una perspectiva socio-semiótica, editoriales del periódico venezolano TalCual publicados desde el mes deoctubre de 2005 hasta abril de 2006 y relacionados con el tema de la corrupción,específicamente con los eventos sucedidos en ese período en el Tribunal Supremo deJusticia, en Venezuela. De ellos, para fines de este artículo, he seleccionado un edito-rial que sintetiza la posición del periódico frente al problema y que, además, establecerelación intertextual -en lo icónico y en lo lingüístico-, con ediciones anteriores. Loseditoriales, insertos en las primeras páginas del diario mencionado, están ubicados enun espacio ampliamente ilustrado con colores e imágenes. Muy particularmente, meinteresa la relación que se establece entre las imágenes asumidas como símbolos y lostextos con los cuales dialogan. En la intersección de esos recursos semióticos se cons-truye no sólo el humor, sino, sobre todo, la evaluación en el discurso político.

PALABRAS CLAVE: sociosemiótica, humor, discurso político, interacción dialógica

ABSTRACT. After exploring different theories and methods for the study of humor inpolitical discourse, I take the challenge of choosing an approach to discourse analysiswhich defines discourse as multimodal (Gunter Kress, Leite-García and van Leewen,2000) to study, from a sociosemiotic perspective, editorials taken from the Venezue-lan newspaper TalCual, and published from October 2005 to April 2006. The edito-rials are all related to the topic of corruption, and specifically to the events that tookplace during that period at the Venezuelan Supreme Court of Justice. From this cor-pus, and for the purposes of this article, I have chosen an editorial that synthesizes thenewspaper’s stand on the problem, and that also establishes an intertextual relations-hip – both at the iconic and linguistic dimensions– with previous editorials. Theeditorials are placed on the front pages of Tal Cual, in a space fully illustrated withcolorful images. I am particularly interested in the relationship established amongthe images conceived as symbols and the texts with which they dialogize. It is precise-ly in the intersection of these semiotic resources that humor and, above all, the eva-luation of political discourse, are constructed.

KEY WORDS: sociosemiotics, humor, political discourse, dialogic interaction

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RESUMO. Explorando teorias e métodos para estudar o humor no discurso políti-co, assumo a tarefa da análise do discurso definido como multimodal (GunterKress, Leite-García e van Leewen, 2000) para analisar, numa perspectiva socio-semiótica, editoriais do jornal venezuelano TalCual, publicados desde outubro de2005 até abril de 2006 e relacionados com o tema da corrupção, especificamentecom os eventos sucedidos durante esse período no Supremo Tribunal de Justiça,na Venezuela. Entre eles, para a apresentação deste artigo, selecionei um editorialque sintetiza a posição do jornal frente ao problema e que, além disso, estabelecerelação intertextual – tanto no icônico como no lingüístico - com edições ante-riores. Os editoriais, localizados nas primeiras páginas do diário mencionado,estão inseridos num espaço amplamente ilustrado com cores e imagens. Particu-larmente, meu interesse centra-se na relação que se estabelece entre as imagensassumidas como símbolos e os textos com os quais dialogam. Na intersecção des-ses recursos semióticos se constrói não somente o humor, mas também, e sobre-tudo, a avaliação no discurso político.

PALAVRAS CHAVE: socio-semiótica, humor, discurso político, interação dialógica

Introducción

Dos intereses teóricos y metodológicos orientan este trabajo sobre elhumor en el discurso político. En primer lugar, la inquietud suscitada porla lectura del artículo Semiótica discursiva, de Kress, Leite-García y vanLeewen (2000), donde los autores plantean la importancia de lo visual enlas sociedades desarrolladas y la necesidad de que los investigadores deldiscurso se rindan a la evidencia de que lo lingüístico es sólo una parte, yno necesariamente la principal, del mensaje. Afirman que “los producto-res de texto hacen uso cada vez mayor y más deliberado de una gama demodos de representación y comunicación que coexisten dentro de un tex-to dado” (p. 374) y que, siendo todo texto esencialmente multimodal,todos los modos semióticos deben considerarse conjuntamente en cual-quier acercamiento competente al discurso. Aunque la multimodalidadno es un fenómeno nuevo, sí lo es el intento, en los estudios semióticos,de tomar en consideración la interacción entre los diferentes modos en undiscurso dado, partiendo del supuesto que “los intereses de quien produceun signo llevan a una relación motivada entre significante y significado y,por lo tanto, a signos motivados”(Kress, Leite-García y van Leewen, 2000:375, cursivas de los autores). La reflexión anterior implica, en los estu-dios semióticos, trascender la lexis visual para ocuparse de una sintaxisvisual; implica ocuparse más de la representación y la comunicación quede la expresión.

Comparto con los autores citados el principio de que todos los siste-mas de comunicación humana responden a la necesidad de representa-ción y comunicación de las relaciones sociales, de representación y comu-nicación de los hechos y de producción de mensajes coherentes comotexto. Pero, dada la línea en que desarrollo mis estudios, remito a Charau-

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Lenita Vieira: Humor en editoriales de TalCual. Texto e imagen en el discurso político

deau (1997: 40) para afirmar con él que el sentido no preexiste al mo-mento de la comunicación sino que se instaura por la acción lingüísticadel hombre en situación de intercambio social. Para el autor, el sentidono se puede percibir si no es por medio de formas, pero éstas son seleccio-nadas en función de “la atribución, por parte del hablante, de una dimen-sión psicosocial a su acto de habla”. Ello, debido a que el sentido primerodel intercambio es el establecimiento de la relación con los demás. Es éstala perspectiva de análisis que me interesa abordar en este acercamiento atextos multimodales, apoyándome en los principios de la teoría de la enun-ciación, específicamente en Patrick Charaudeau (1992, 1997, s/f ), Jean-Michel Adam y Marc Bonhomme (1997).

La segunda inquietud que me motiva a desarrollar este estudio, esuna búsqueda que, en lo teórico y en lo metodológico, he estado realizan-do en los últimos años sobre el tema del humor en el discurso político. Entrabajos anteriores (Vieira, 2002, 2003, 2005), he estudiado textos dehumoristas, editorialistas y articulistas, en un sinnúmero de voces que,desde los grupos opositores al gobierno construyen discursivamente unpunto de vista sobre los procesos políticos de la Venezuela contemporá-nea. Busco en esos textos diferentes expresiones del humor, asumiendo, apartir de Bajtin (1990), que el humor permite la visualización de los he-chos políticos desde nuevas perspectivas, pues la inversión paródica delmundo rompe con los tabúes, con los prejuicios y presupuestos, así comocon la inmutabilidad de una visión del mundo impuesta por el poder.

Dos perspectivas, por lo tanto, se unen en el estudio que hoy les pre-sento: lo multimodal y el humor en el discurso político. Trataré de estu-diar, en textos en que lo lingüístico y lo visual confluyen en una solaintencionalidad, la evaluación de los hechos políticos a través del humor.No me interesará desglosar las diferentes formas del humor: lo paródico,lo sarcástico, lo irónico compartirán el espacio con otras formas enuncia-tivas del humor en un corpus seleccionado a partir de un criterio básico:la conjunción de lo lingüístico y lo visual en la construcción del mensaje.Me interesa, por un lado, el tratamiento dado al tema político selecciona-do, pero, sobre todo, explorar los aspectos discursivos del texto multimo-dal en la generación del efecto humorístico, de acuerdo con la funciónevaluativa planteada anteriormente.

1. Sobre el tema y el corpus de análisis

Mi problema, por lo tanto, es más teórico y metodológico que untema de análisis sociopolítico. Sin embargo, no quise dispersarme delámbito de mis indagaciones sobre la construcción de representacionessociales en el discurso de la disidencia. Para ello, opté por buscar, entrelos periódicos que estoy estudiando, aquel que me pareció más rico en la

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utilización de diferentes modos semióticos en la construcción de su artí-culo editorial. El periódico TalCual corresponde perfectamente a esa exi-gencia. Polémico, utiliza muy a menudo el recurso del humor en sus edi-toriales. Iniciado en la primera página, profusamente ilustrado por foto-grafías, caricaturas, colores, el texto normalmente continúa en la segun-da, una vez anunciado espectacularmente a través de sus primeras líneas,en la portada.

Para fines de la realización de este estudio, seleccioné el tema de lacorrupción en el Tribunal Supremo de Justicia venezolano, ampliamentetratado por el periódico TalCual desde la conformación, en julio de 2004,de un comité de postulaciones para la ampliación del número de magis-trados del TSJ en virtud de la reforma del poder judicial, como conse-cuencia de la aprobación de un proyecto de ley presentado por el entoncesasambleísta Luis Velásquez Alvaray. Revisé artículos sobre el tema, publi-cados en diferentes columnas de TalCual, desde la fecha de esas postula-ciones hasta el mes de abril de 2006, cuando Alvaray presenta su renunciaa la Dirección Ejecutiva de la Magistratura (DEM) y luego es destituidodel TSJ por decisión de la Asamblea Nacional.

Sobre la elección de los nuevos magistrados, el 23 de junio de 2004,TalCual denunciaba, en el artículo Tribunal sin justicia, que todo el pro-cedimiento estaba previsto “para llenar el TSJ de clones de Luis Velásquez”.Titulares como Magistrados Express (30/06/04), Errata sin fe (07/07/04),Como se goza guisando (16/07/04), Jueces sin rostro (conocido) (16/12/04),Se “renueva” el TSJ (16/12/04), Justicia “revolucionaria” (17/12/04), Velás-quez Alvaray se guinda (17/09/04), Justicia de plast-ilina (06/12/04), Co-rrupción, una lucha sin dolientes (06/12/04), Magistrados sin balanza (16/12/04), entre otros, revelan la tónica de los diferentes artículos publica-dos en diferentes columnas de TalCual sobre el tema del funcionamientopolítico de la justicia en Venezuela.

El año 2005 tampoco fue halagador para el TSJ. Comienza una seriede remociones de jueces opuestos al proyecto del chavismo. Esas destitu-ciones fueron decididas por una Comisión Judicial, presidida por Velás-quez Alvaray e impulsadas por el nuevo presidente del TSJ, Omar MoraDíaz, proceso denominado por TalCual como “inquisición bonita”(La malapava del decreto Carmona, TalCual, 04/02/05, Lo último, pág. 2). En marzode 2005 se reportaba la destitución de 300 jueces en cinco años (TalCual,14/03/05, la Nación, pág.4), por lo que es de suponerse el descontentoque esas acciones han ido generando en el poder judicial. Al respecto, sonsignificativas las palabras que el humorista Laureano Márquez le habíadedicado a Velásquez Alvaray en un artículo de “Humor en Serio”, titula-do Reino Bolivariano de Venezuela, ideas para una enmienda, dedicada a“Don Luis de Velásquez”, con el deseo de que “Dios guarde vuestra capaci-

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dad de suspensión, así como la resistencia de la colgadura” (TalCual, 17/09/04, portada)1.

A pesar de que TalCual reconocía que Velásquez Alvaray era el “podertras los bastidores, pues encabeza el grupo de los ‘nuevos de la clase’quellegaron al TSJ por el curioso mecanismo legal sancionado por la Asam-blea Nacional” (El poder de Velásquez Alvaray, TalCual, 15/03/05), luegocomenzó a hablar sobre los enfrentamientos internos en el TSJ.

Son muchas las críticas que se le hicieron a Velásquez Alvaray en laspáginas del periódico estudiado, pero el problema de la corrupción pron-to empezó a perfilarse. Un seguimiento al diario nos permite ver su nom-bre asociado a varios problemas de orden financiero y ético hasta que enseptiembre de 2005 surge la primera referencia a lo que sería el argumen-to principal de su futura destitución: el tema de las ciudades judiciales,sobre todo la de Caracas, denominada Ciudad Lebrún y calificada en lacolumna Por mi madre como “Sambil Judicial”2.

El año judicial de 2006 se inauguró el 26 de enero. Los discursos deorden insistían sobre la necesidad de combatir los grandes males del Po-der Judicial como la corrupción, la impunidad, la inseguridad y la des-igualdad jurídica. Unos días después, el 06 de marzo, Luis Velásquez Al-varay presenta al TSJ su carta de renuncia a la DEM y a la ComisiónJudicial del Tribunal Supremo de Justicia3. Velásquez Alvaray, magistradodel TSJ, quien gozaba de amplio apoyo en el gobierno y ostentaba unpoder considerable dentro del TSJ, no explica las razones de su renuncia,sino que afirma que con ella culmina una etapa trascendental de su tra-yectoria de hombre público.

El 08 de marzo, la portada de TalCual anunciaba “La renuncia a jurode Velásquez Alvaray”, indicando la existencia de una ola de rumores entorno a la salida del director ejecutivo de la DEM, “cuyo mar de fondoparece ser explosivo”. El 09 de marzo otra vez el tema está en la portada -“Cayó el comisario político del TSJ”-, y también el 23 de marzo- “Moral yluces... En la revolución de los hombres probos se destapa la olla de la corrup-ción”-. Acusado, Velásquez Alvaray se defiende acusando a otros y deve-lando responsabilidades de una supuesta “Banda de los Enanos” (TalCual,27 de marzo, portada), mafia constituida por magistrados que supuesta-mente cobran comisiones por decisiones en materia de justicia, así comoen negocios que involucran, entre otras cosas igualmente importantes, elnarcotráfico.

La situación se agravaría y generaría un escándalo de gran repercu-sión sobre la conducción política del país, a pesar de la aprobación porunanimidad de la destitución del magistrado por parte de la AsambleaNacional. Desde la presentación de su “renuncia” en marzo de 2006, du-rante muchos meses fueron apareciendo más y más “enanos” y algunas“blancas nieves”.

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Para tomar la muestra, utilicé el sistema de búsquedas de TalCualDigital. Las palabras-clave TSJ, Velásquez Alvaray y enanos produjeron unagran cantidad de textos, entre editoriales, entrevistas y artículos de opi-nión, que me permitieron hacer el minucioso reporte anterior, el cual seasumirá como contextualización del discurso que me propongo analizar.Por las limitaciones de espacio que una publicación como ésta plantea,expondré los resultados de uno de los artículos con los que trabajé en unaselección inicial: Cayó el comisario político del TSJ (09/03/06). Mi interéspor este editorial reside en la inclusión, en su texto y diagramación, detres artículos publicados anteriormente y que establecen una relación in-tertextual con el artículo del 09 de marzo. Tribunal sin justicia (23/06/04); La lista de Velásquez Alvaray (15/03/05) y ¡Ay Alvaray! (08/09/05).Todos los trabajos están firmados por Teodoro Petkoff.

2. Bases teóricas

2.1. SOBRE EL HUMOR

Charaudeau (1992, 1997, s/f ) asume el discurso como un conjuntode enunciados portadores de significados y estrategias, seleccionados enfunción de las intenciones de persuasión o seducción que se plantean en-tre los interlocutores. El humor, según el autor, se inscribe en esa perspec-tiva de búsqueda de influencia social. Por lo tanto, para poder estudiar elacto humorístico es necesario describir el dispositivo enunciativo ycomunicacional en que aparece, la temática a la que se refiere, los proce-sos discursivos que lo generan y los efectos que pretende producir sobre elauditorio (Charaudeau, s/f ). Sobre el enunciador-locutor, plantea que lacuestión fundamental gira alrededor de su legitimidad, es decir “lo que loautoriza a producir, en esa situación, un acto humorístico”iv. A su vez, eldestinatario se constituirá en cómplice o víctima del acto humorístico,pero en ambos casos su rol en la construcción de los significados y en lapercepción de la intención humorística es fundamental. En cuanto al blan-co, éste puede ser una persona (individuo o grupo), de quien se “cuestio-na el comportamiento psicológico o social, cuyos defectos se ponen enevidencia así como los ilogismos en las formas de ser y de hacer frente aun consenso social respecto a la normalidad”. También puede ser unasituación “creada por el azar de la naturaleza o las circunstancias de lavida en sociedad, de la cual se subraya el carácter absurdo o irrelevante”.Puede ser también una idea, opinión o creencia, “de la cual se muestranlas contradicciones, o eventualmente la carencia de sentido”. Para el au-tor, es a través del blanco que el acto humorístico cuestiona “visionesnormalizadas del mundo generando desdoblamientos, disyunciones, dis-cordancias, disociaciones en el orden de las cosas” (Charaudeau, ídem).

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2.2.SOBRE LA PERSPECTIVA ARGUMENTATIVA DE LA IMAGEN

Jean-Michel Adam y Marc Bonhomme (1997) plantean que, mien-tras el lenguaje posee una morfología construida a partir de la doble arti-culación, la imagen tiene una plástica, con componentes cromáticos ygeométricos; mientras el lenguaje posee unidades lexicales inventariadas ycodificadas, la imagen posee unidades figurativas, multiformes y de difí-cil clasificación. Por no poseer semas inherentes a ella, en cada ocurrenciaasimila semas contextuales, en función de sus dispositivos combinatorioso de las decisiones semánticas de sus productores/receptores. De allí lainestabilidad fundamental de sus desarrollos argumentativos, compensa-da por diversos procedimientos. En primer lugar, en virtud de sus lagunassintácticas (ausencia de conectores, de elementos de relación, de gruposproposicionales o de predicación), la imagen recurre a una argumenta-ción de conjunto, que suscita redes inferenciales aleatorias a partir delcontinuum y de la simultaneidad de las formas. Frente a la ausencia de unmetalenguaje y de marcadores explícitamente argumentativos, recurre muypoco al componente explicativo de la argumentación para privilegiar lavertiente seductora. Explota los procedimientos indefinidos, apoyados enlas creencias y en los juicios de valor, que persiguen más la movilizaciónque el convencimiento. El modelo que Adam y Bonhomme (1997, capí-tulo 4) presentan para el análisis de la imagen y que se apoya en unaperspectiva pragmática, “obedece a una matriz […] no representacional(centrada en el par significante/significado), sino inferencial” (op.cit.:195).En esa perspectiva, los elementos de la imagen funcionan como índicesque pueden o no provocar efectos interpretativos en el receptor-interpretante y generan pistas de lectura contextuales. Según los autores,

“aunque la imagen enmascara su circuito enunciativo, es indispensable to-marlo en cuenta para restituir su potencial argumentativo. En realidad, […]la imagen se satura de instrucciones sólo cuando se plantea como el disposi-tivo de interacción entre un conceptor [...] y un receptor-interpretante”(op.cit.:195)5.

La argumentación icónica se apoya sobre los datos materiales de laimagen, que según los autores consultados, son de dos tipos. En un pri-mer nivel, la imagen se compone de formantes elementales, algunos denaturaleza geométrica, constituidos por el grafismo de las líneas y super-ficies, y otros de esencia cromática, se vinculan al color y a sus caracterís-ticas. En un segundo nivel, la combinación topográfica de esos formantesgenera unidades figurativas que remiten o no a referentes del mundo yque se organizan entre ellas según diversas escenografías a partir de técni-cas como el encuadre, la ubicación, el plano, la perspectiva, el ángulo devisión. Pero el proceso no culmina allí. El productor de la imagen inserta

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un esquema argumentativo sobre esos datos brutos, que Adam y Bonhommedenominan “modelaje argumentativo de la imagen” (op.cit.:196), el cual, a lavez, restringe y orienta su alcance. La sustancia de la imagen se encuentracanalizada por la utilización de esquemas icónicos (iconemas), es decir, “es-tructuras visuales calculadas con el propósito de provocar efectos percepti-vos”. Según los autores, los iconemas se perciben ya sea por el relieve otorga-do a formantes o figuras, ya sea por la redundancia de sus procedimientos opor el contraste que establecen respecto a su entorno (op.cit.:196).

Por otro lado, esos esquemas icónicos funcionan como soportes vi-suales de topoi conceptuales, los cuales constituyen unidades argumenta-tivas suficientemente estereotipadas para ser fácilmente reconocidas y seapoyan sobre creencias comunes en el tipo de discurso en que son utiliza-dos (publicitario, político, etc.). Esos topoi conceptuales, que impregnanla imagen de diversos saberes colectivos y toda una ideología implícita,son, de acuerdo con los autores, de dos tipos: los arquetípicos, que “ex-plotan estructuras psicológicas y fantasmas fundamentales para transferirsobre la imagen las expectativas imaginarias” del receptor, y los sociocul-turales, que “traspasan a la imagen representaciones vinculadas a una co-rriente de civilización o a un grupo dado” (op.cit.:196-197). Hay querecordar que la asociación entre el esquema icónico y el topos conceptuales inestable y aproximativa, lo que hace de la imagen un “filtro argumen-tativo cargado de instrucciones que el lector puede o no reactivar”(op.cit.:197). A partir de su modelaje argumentativo, la imagen funcionacomo un sistema presuposicional o como un desencadenante de inferen-cias, al término de los cuales el interpretante llega a conclusiones. Lasinferencias se hacen por la vía de cálculos interpretativos, entre los cualeslos autores resaltan los cálculos referenciales, los tópicos, los axiológicos ylos entimemáticos.

2.3.SOBRE LA EVALUACIÓN EN EL DISCURSO POLÍTICO

Por no poder en este espacio adentrarme en el tema de la evaluaciónen el discurso, remito a la interesante revisión de literatura especializadapublicada por Bolívar (2005), específicamente al capítulo dedicado a lainformación evaluativa. Allí la autora reseña no sólo la evolución y ten-dencias de los estudios sobre la evaluación, sino que se dedica a examinarlos mecanismos lingüísticos utilizados para evaluar, de acuerdo con pro-puestas de tres perspectivas desde las cuales se ha enfocado hasta ahora eltema en cuestión: la social, la semántica y la pragmática. Pero Bolívaraclara que todavía queda por encontrar “un mejor marco de referenciapara describir un texto completo y definir de manera más explícita el pa-pel de la evaluación en el texto”(p.112).

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Sin la pretensión de enfrentarme a este reto, para fines de este estudiome acercaré a los estudios de Iedema, Freez & White (1994)6, quienescentran su atención en las formas y estrategias utilizadas en el discurso delos medios para evaluar y, a la vez, preservar el principio de “objetividad”enla noticia.

Aunque los artículos de opinión no están restringidos por esa regula-ción, reconocen los autores que las formas de evaluación que allí se utili-zan no son necesariamente explícitas. Más que por medio de razonamien-tos lógicos, la evaluación en esos textos se formula a través de juicios so-bre los comportamientos sociales considerados, juicios que clasifican comode estima social y de sanción moral.

En el primer grupo se consideran positiva o negativamente los com-portamientos referidos a lo que se espera del ser social evaluado, cuyasacciones y actitudes se miden por parámetros como la “normalidad” (esdecir, lo percibido como normal, habitual), la capacidad y la tenacidaddel sujeto analizado. En el segundo grupo, los criterios tienen que ver conlo correcto y lo incorrecto, evaluados a partir de categorías como la vera-cidad y la propiedad, que incluyen valores como, por ejemplo, la honesti-dad, la credibilidad, la rectitud y la generosidad. Los autores consultadosconsideran el juicio, por lo tanto, como un sistema basado en los “signifi-cados de la modalidad” (p.13) y que provee una clasificación de valores apartir de los cuales se evalúan los comportamientos humanos.

En el texto multimodal será interesante identificar los recursos de laevaluación, tema que remite otra vez a lo expuesto por Adam y Bonhom-me (op.cit.) sobre los esquemas icónicos asumidos como soportes visualesde topoi conceptuales así como a los cálculos de interpretación en los queentran en juego los índices de valoración social, a los que hacía referenciaen páginas anteriores.

3. Trabajando con los datos

Para el análisis de los datos, he diseñado, a partir de Charaudeau (1992) yAdam y Bonhomme (op.cit.,) una matriz que trata de dilucidar entre el hu-mor que está en la imagen, es decir, en lo visual, el que está en el texto y el quese produce en la intersección o interacción entre lo icónico y lo verbal. Lamatriz permite también estudiar la organización textual/icónica de los actos/procesos humorísticos, identificar sus estrategias discursivas, indicar las repre-sentaciones sociales que se infieren de ellos y sus estrategias comunicacionalesy evaluativas. Para fines de ilustración, incorporo en anexos la secuencia deimágenes correspondientes al artículo estudiado.

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4. Sobre los resultados

4.1. ESTRATEGIAS DISCURSIVAS DEL HUMOR

Veamos, en primer lugar, el discurso icónico. Me interesaron sobre todo,en la consideración de lo visual, la orientación argumentativa de la imagen, asícomo las estrategias humorísticas que se insertan en el discurso. Empecemospor considerar la imagen como unidad figurativa. Como tal, según Adam yBonhomme (1997), hay que buscar en ella los índices que producen efectosinterpretativos y que se constituyen en pistas contextuales.

Son muchas las oportunidades en que ese recurso fue utilizado en el textoconsiderado. Como se recordará, el editorial estudiado incluye en su texto nosólo la imagen sino un resumen del texto de tres números anteriores, que sevisualizan como periódicos doblados, y que ilustran con imágenes la eviden-cia de la preocupación de TalCual sobre el tema del TSJ. En un proceso deargumentación implícito, la secuencia de imágenes habla bien del periódico,que comprueba frente a sus lectores lo oportuno y acertado de sus comenta-rios políticos. Aunque el discurso icónico, según Adam y Bonhomme, en-mascara su circuito enunciativo, deja pistas para que el lector lo reconstituya,condición esencial para la comprensión del texto. Allí, en la secuencia denúmeros anteriores, está el nosotros de TalCual que, como equipo editorial yreporteril, ha dedicado mucho centimetraje al tema del TSJ, como vimos enla retrospectiva presentada anteriormente. Ese nosotros, sujeto enunciador,argumenta en dos sentidos en el ámbito de lo implícito: demuestra con prue-bas o argumentos su competencia periodística (y las imágenes fungen allícomo dato) y argumenta sobre lo inevitable de la caída de LVA anunciada enel titular, en virtud de los elementos reseñados exhaustivamente en por lomenos dos años de periodismo político a través de los medios. Imagen y texto(las portadas y los resúmenes) allí están para demostrarlo, son las pruebas delproceso argumentativo.

Entre los formantes elementales, llama la atención la presentación deltitular principal que pregona “la caída” por medio de letras negras, lo quecontrasta con la alternancia de colores rojo y negro utilizados en los titularesde TalCual, donde el rojo normalmente resalta una palabra, una expresión,una letra, con una intención comunicativa determinada. En contraposición,en el titular Tribunal Sin Justicia, cuyas iniciales -incluida la preposición- seescriben en mayúsculas, se resaltan en rojo las iniciales T, S, J de la secuencia,lo que genera una asociación semántica entre el Tribunal Supremo de Justiciay el juicio valorativo expresado en el enunciado. Reflexiones similares se pue-den hacer con el resaltado de la palabra La lista y de la exclamación ¡Ay!. Laprimera por una relación intertextual con otra lista tristemente famosa paralos venezolanos, la de Tascón7. La segunda porque se une por un recursoprosódico de rima, a otro modo de expresión discursiva, el auditivo. Y por-

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que, en el modelaje argumentativo de la imagen, la exclamación se percibecomo juicio de valor después de recibirse una descripción de hechos relacio-nados con Alvaray. La lectura del texto nos indica que se trata de CiudadLebrún, pero el lector del titular no lo puede saber. El sentido del humor estáen la secuencia de los titulares secundarios, que establecen con el enunciadoprincipal, el que se refiere a la caída, una relación de causalidad. También porel efecto retórico de crescendo: Tribunal Sin Justicia, La lista de Velásquez Alva-ray, ¡Ay, Alvaray!. Así, el uso de los colores, forma y espesor de las letras seconstituyen en iconemas, es decir, estructuras visuales dispuestas para produ-cir efectos perceptivos, sobre todo si están reforzadas por lo verbal.

Pero las unidades figurativas no se restringen a las letras, colores y distri-bución espacial de las imágenes. En el texto considerado hay otras, principa-les, que le dan singular efecto humorístico al texto, tanto en su expresiónindividual, como en su articulación intertextual. Tribunal Sin Justicia estáilustrado por una diana a la que se disparó un dardo. Este le dio justo en elcentro. Estampados en el blanco están los magistrados del TSJ, fotografiadosen una sesión formal, por lo que están vestidos con el atuendo que correspon-de a esa circunstancia. Son ellos, aparentemente, el blanco al que se disparanlos dardos. Es compleja la interpretación de la imagen, dada la polisemia queallí se percibe, sobre todo por su relación con el titular. ¿Tribunal sin justiciaporque ha perdido su autonomía? ¿O Tribunal sin justicia por la mala actua-ción de los jueces? Lo que sí se sabe es que el dardo lo dispara LVA, autor dela nueva ley que regula el poder judiciario, la cual, según TalCual, está hechapara llenar el TSJ de clones de ese “dudoso personaje”. Pero el TSJ, si se lee eltexto, puede también ser el blanco de las apetencias de LVA, pues allí se infor-ma sobre su intención de postularse como magistrado, como de hecho lohizo. Así, en la sintaxis de la imagen hay elementos contextuales que se perci-ben fácilmente, entre ellas la intención de hacer crítica a través del humor. Elenunciado que se produce por inferencia, en cambio, debe ser confrontadocon elementos contextuales y textuales para que el cálculo referencial se afine.Allí se descartarán, -o no-, algunos de los procesos de referenciación produci-dos por el carácter polisémico de la imagen. Todos ellos son válidos, sin em-bargo, como argumentos que establecen relación de causalidad con el titular“Cayó el comisario político del TSJ” y de ejemplificación o ilustración res-pecto al titular “Tribunal Sin Justicia”.

De la misma manera, el cálculo referencial de las imágenes subsiguientes,depende del conocimiento de los hechos relacionados con la trayectoria deLVA en el TSJ. Las hipótesis de interpretación, en ambos casos, son tan am-plias como en el mensaje anteriormente considerado, por cuanto el cálculotópico remite a diversos conceptos evocados por la imagen. Por ejemplo, lamención de “la lista” hace venir a la mente un pase de cuentas político, por laexperiencia de la lista de Tascón. Sólo la lectura del texto permite llegar altema del nepotismo, en clara complementación entre texto e imagen. Asimis-

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mo, la figura de Velásquez Alvaray vestido como magistrado del TSJ, perocon una corona de rey en la cabeza, también requiere de precisiones textualespor el sentido polisémico de la imagen. De todos modos, la incorporación desímbolos contradictorios, el del poder (corona) y el del judiciario (toga), enun mismo personaje, hace de LVA no sólo una figura política polémica, sinoque también lo reduce al papel del bufón. En ambos casos, la “lista” y el“magistrado coronado” añaden argumentos de causalidad a los anteriores.Además, tienen función calificadora respecto al personaje en cuestión y argu-mentan desde la perspectiva de la “persona y sus actos” (Perelman y Olbre-chts-Tyteca, 1989:451-455).

Pasemos a lo lingüístico. Desde el titular “Cayó el comisario político delTSJ” se percibe el juego con los signos. Como se recordará, dos días antesLVA había presentado su renuncia, no al TSJ, sino a la Comisión Política y ala Dirección Ejecutiva de la Magistratura. El término cayó evalúa semántica ypolíticamente esa renuncia, que más adelante, en el cuerpo del editorial, secalifica como una “destitución disfrazada”. La asociación entre la figura de larenuncia al cargo y la destitución del TSJ, es muy probable porque la estruc-tura actancial de la proposición la puede sugerir: se pasa de agente de la ac-ción semántica “renunciar” a paciente de la acción semántica “destituir”. Lareferencia al cargo parece intencional. En la DEM está el centro de la actua-ción política y financiera de LVA.

El humor, en ese editorial, es sutil. Sus mecanismos textuales son los quegeneran la sonrisa, no la carcajada. Así, el recurso irónico de relativización o,en el peor de los casos, de negación, que implica la estrategia de las comillas,es muy utilizado: LVA “pasará a retiro”; por los servicios prestados a la causade una “revolución”, la conducta abusiva del “magistrado”. Cada una de esasexpresiones remite, en lo implícito, a todo un proceso discursivo-argumenta-tivo sobre las razones de esa negación. Además del acto humorístico que seinstaura, las comillas del uso irónico abren al interlocutor un nuevo espacioenunciativo, el del mundo al revés, que lo obliga a reflexionar. Otro recursodiscursivo, tanto de la crítica como del humor (igualmente sutil) es el de lacalificación negativa. Expresiones como suficientemente fondeado (en el senti-do de tener fondos, es decir, recursos económicos), el magistrado defenestrado,el hijo de su todopoderoso papi, la prima hermana del interfecto, el primo herma-no de unos primos hermanos del aludido, contribuyen a la creación del humor,así como de la imagen del blanco del acto humorístico. Se trata de un juegocon signos, pero cuya intencionalidad comunicativa traspasa las fronteras delo discursivo. Un recurso retórico utilizado con menor frecuencia es el hiper-bólico, como en “llenar el TSJ de clones de Luis Velásquez Alvaray” o en“quien ha tomado por asalto el Tribunal Supremo de Justicia”, pero es eviden-te que aporta también elementos a la generación del humor.

En la interacción entre lo visual y lo verbal, se percibe la importancia dela utilización de la imagen-símbolo. En su relación con el texto, se genera un

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todo, en que predomina la argumentación, pero no se descuida la descrip-ción. Y ese todo está permeado por una sonrisa crítica. Una sonrisa que no esla intención principal del artículo, pero que le agrega el sabor de un sutiljuego de agresión.

4.2. REPRESENTACIONES SOCIALES Y EVALUACIÓN

Para el estudio de las representaciones sociales descritas en el texto, nosapoyamos, por un lado, en lo que Adam y Bonhomme incluyen como partede los cálculos interpretativos del mensaje: el cálculo tópico, que trata de laidentificación de los topoi arquetípicos y socioculturales; el cálculo axiológigoque busca percibir en el discurso los índices de valoración y el cálculoentimemático, que remite a las conclusiones a las que la imagen remite. Tantopara la imagen como para el discurso verbal, los conceptos de tema y figura,utilizados por Fiorin (2003) para el estudio de la ideología en el discurso sonde mucha utilidad.

Las representaciones sociales identificadas en el discurso son las que sepueden esperar en un texto sobre la corrupción: la actuación que se espera yaspira de un Tribunal Supremo de Justicia confrontada con la que se observaen el TSJ venezolano, la que se espera de un magistrado del TSJ contrapuestaa la observada por un magistrado en particular. Estamos en el dominio de loético, en todos los temas tratados, en las figuras utilizadas como representa-ción concreta de esos temas, en las valoraciones formuladas en torno a ellos.Así, el funcionamiento político del TSJ, la prepotencia, el personalismo, laconducta abusiva, la corrupción, el nepotismo, son todas concreciones deltema del deterioro de la institución que es el máximo tribunal del país. Meta-fóricamente, las imágenes-símbolo incluidas en el texto –una diana y su dar-do, una lista, una toga y su corona- no sólo remiten al concepto de inversiónparódica, sino que denuncian un problema ético.

De acuerdo con la clasificación de los juicios propuestos por Iedema,Freez & White (op.cit.), puedo afirmar que la actuación del TSJ y del perso-naje principal de los eventos considerados, Luis Velásquez Alvaray, fue eva-luada negativamente tanto desde el punto de vista de la estima social como dela sanción social. Los valores adscritos a cada uno de los ámbitos de la valora-ción fueron tratados discursivamente, en lo textual y en lo icónico, para di-fundir en el espacio público una triste imagen del sistema judicial venezolanoy sus representantes. Quedaría pendiente, en el estudio de lo modal, organi-zar más sistemáticamente los datos obtenidos en el análisis de las estrategiasevaluadoras del humor descritas en el subtítulo anterior para ampliar, con losaportes de la semiótica, el estudio que, en el ámbito del discurso verbal se haido adelantando sobre los indicadores formales de la evaluación. Pero recuer-do una vez más que el modelo propuesto por Adam y Bonhomme (op.cit.)propone una matriz de orden inferencial, no apoyada en el par significante/

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significado, puesto que los autores reconocen que la asociación entre lo icóni-co y el topos conceptual no puede ser más que una aproximación (cf.supra).

4.3. LO COMUNICACIONAL

En cuanto a los aspectos relacionados con la comunicación en el discurso,se trata de un texto en que las marcas enunciativas del yo enunciador se cons-truyen a partir de la noción implícita de un nosotros que asume la posición delperiódico. Ese enunciador, emisor de carácter institucional, se presenta a símismo como competente en su área, lo que le da la legitimidad necesaria parahacer los análisis políticos que suele presentar en sus artículos de opinión, y enparticular en sus editoriales. Se dirige a un enunciatario que podrá o no perci-bir todos los juegos discursivos que se hacen con formas, imágenes y discursoverbal, en función de sus intereses, conocimiento del mundo en general, co-nocimiento del periódico en particular y de su habilidad lectora. El enunciatariono aparece en el discurso en forma explícita, pero la complejidad de las pistascontextuales, de los juegos entre signos de distinta naturaleza, propios deldiscurso multimodal, permite deducir que el periódico se dirige a un lectorcompetente e informado.

Las estrategias comunicacionales del texto incluyen diferentes situacio-nes enunciativas dialogando entre sí y, en esa interacción, es imprescindible laparticipación del enunciatario en la construcción de los nuevos significadossugeridos por la intertextualidad. La percepción de los implícitos, la percep-ción de los propósitos y estrategias de la argumentación de orden inferencial,la comprensión de la intención evaluadora, el desciframiento de las estrate-gias del humor, en particular las muy sutiles formas del humor enunciativo,son otros de los recursos comunicacionales del yo enunciador con el tú delenunciatario, que asume por esas circunstancias especiales de construccióncompartida de significados, el rol de colaborador. En la restitución de losimplícitos, en la comprensión de las ironías y sarcasmos, en la participaciónen el humor derivado de la relación texto-imagen, se requiere, además, de sucomplicidad. Lo mismo ocurre en la construcción de las representacionessociales que se derivan del texto.

Una vez más apoyada en Iedema, Freez & White (op.cit.: 29), puedoafirmar que se trata de un discurso en que las marcas de la modalidad, explí-cita o no y –agregaría-, verbales e icónicas, activan un cierto tipo de respuestainterpersonal entre el editorialista y sus lectores que estaría mediada por susperspectivas particulares de lectura, su estatus social, sus experiencias perso-nales y su posición ideológica. Pero resulta obvio que, como lo aseguran losautores, es la representación textual del evento, más que el evento en sí mis-mo, lo que produce la respuesta interpersonal.

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5. A manera de conclusión

El estudio de la organización discursiva del discurso humorístico en eleditorial seleccionado demostró la importancia de un acercamiento multimodalal discurso, puesto que allí se evidenció el valor de lo visual, de lo lingüístico,así como de la interacción entre ambos modos de estructuración del discursoen la construcción del acto humorístico. Sin embargo, mucho camino hayque recorrer para responder a la inquietud formulada por Kress, Leite-Garcíay van Leuween sobre la cuestión que “presupone una descripción detallada dela organización semiótica y de la potencialidad de un determinado modo, asícomo un estudio de las interrelaciones de diversos modos entre sí” (2000:386). El enfoque enunciativo, de cierto modo, abre el paso a esa interrelación,por cuanto permite describir diferentes situaciones enunciativas en el texto.Pero la pregunta que queda en el aire es el problema de la simultaneidad. Losdiferentes sistemas semióticos incluidos en el texto no son necesariamentediscursos independientes que se complementan o que se integran. Son el mis-mo discurso. En un mismo nivel enunciativo, los recursos de diferentes siste-mas semióticos colaboran en la construcción del sentido; por lo tanto, sólopor razones metodológicas pueden ser considerados separadamente.

NOTAS

1 Sobre la situación del poder judicial en Venezuela, remito a la lectura de la entre-vista realizada por Hugo Prieto al decano de la Facultad de Derecho de la Univer-sidad Católica Andrés Bello, Jesús María Casal, el 16/06/05. TalCual, La Entre-vista, pág. 4.

2 Alusión a una cadena de inmensos centros comerciales denominados Sambil, quese han ido construyendo en las principales ciudades del país.

3 El texto de la carta está disponible en el website de Globovisión.4 Son mías todas las traducciones del francés.5 En el texto original: “... bien que l’image masque [...] son circuit énonciatif, il est

indispensable de le prendre en compte pour en restituer le potentiel argumentatif.En effet, [...] l’image se sature d’instructions seulement lorsqu’elle est l’enjeu d’uneinteraction entre un concepteur […] et un récepteur-interprétant”.

6 Consultas en www.grammatics.com/Appraisal/MediaLit-Comment.doc7 La lista de Tascón se obtuvo de la relación de firmantes que solicitaban al CNE la

instauración de un referéndum para revocar el mandato del presidente Chávez. Eldiputado Tascón la obtuvo de alguna manera y esa lista se difundió en todo el país,sobre todo en las instituciones públicas, para ser utilizada como “filtro” en contra-tación laboral o asignación de beneficios laborales.

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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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ANEXO 1

Reproducción de la portada y otras imágenes del periódico analizado

Cayó el comisario político del TSJTalCual, 09/03/06

Teodoro Petkoff

PORTADA IMÁGENES SECUNDARIAS

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LENITA D. VIEIRA es Licenciada en Letras por la Facultad de Letras y Artesde la Universidad Federal do Paraná (Curitiba, Paraná. Brasil). Maestría enLingüística ofrecida por la Facultad de Letras de la Universidad de Besançon(Francia) y maestría en Comunicación Social, mención Sociosemiótica de laComunicación y la Cultura, en la Universidad del Zulia, Venezuela. DiplomaSuperior de Metodología de la Lengua otorgado por la Universidad de París3, Sorbona. Cursó los seminarios de Psicolingüística y Lingüística General,dictados por François Bresson en la Escuela Práctica de Altos Estudios enParís y por Antoine Culioli en Universidad de París VII, respectivamente.Doctoranda en Estudios del Discurso en la Universidad Central de Venezuelay coordina el Departamento de Investigación y Postgrado del Colegio Uni-versitario Fermín Toro en Barquisimeto, Venezuela.

Correo electrónico: [email protected]

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RESEÑAS

BOLÍVAR, ADRIANA (Comp.) (2007). Análisis del discurso. ¿Por qué y paraqué? Caracas: Editorial Los libros de El Nacional y Universidad Central deVenezuela, 392 pp. ISBN 978-980-388-350-8.

Con tan sugerente y provocador título la compiladora de esta obra, AdrianaBolívar, una de las más destacadas y entusiastas fundadoras del análisis deldiscurso en América Latina, muestra un excelente panorama de algunas de lasprincipales tendencias contemporáneas del análisis del discurso desarrolladasen Venezuela. En tal sentido, este libro atestigua con hechos, los logros y laelevada calidad académica de los trabajos que realizan los investigadores vene-zolanos para avanzar en los estudios del discurso y contribuir, sin complejos,al desarrollo de la disciplina en nuestra región. De aquí que esta publicaciónsea de indudable utilidad para los investigadores, docentes y estudiantes inte-resados en conocer el estado actual de la disciplina en Venezuela, y sus aplica-ciones tanto de orden académico como social.

La relevancia académica y social de este libro reside en varios aspectosimportantes que no siempre se ven reunidos en un misma obra, como porejemplo la gran variedad de temas, problemas y tendencias originales que enel vigoroso campo del análisis del discurso se exponen en cada uno de lostrabajos; el prestigio y la reconocida trayectoria de los quince autores de losartículos; la forma clara, sencilla y transparente como han sido escritos cadauno de los trabajos, lo que redunda en una lectura amena, sin sacrificar laprofundidad y complejidad de los temas y problemas tratados; y el hecho deque es una publicación pensada para ser divulgada entre el gran público, y nosólo para especialistas en el área. Esto último es a mi juicio muy significativoy le confiere un toque novedoso a la obra, puesto que su difusión lleva implí-cita la idea de que el estudio y comprensión del lenguaje y la interacciónsocial, no son cuestiones del interés exclusivo de los académicos, sino asuntosque por su relevancia deberían interesar a la sociedad en su conjunto, no sóloporque el lenguaje es un medio privilegiado a través del cual construimossocialmente los significados, sino también porque problemas como la des-igualdad social, la discriminación, el racismo, el abuso de poder, obedecencon frecuencia a sistemas de ideas y creencias que generalmente se construyeny legitiman mediante las prácticas lingüísticas que se llevan a cabo en la inte-racción diaria, antes de que se manifiesten bajo la forma de acciones específi-cas en contra de las personas.

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El libro se inicia con dos textos preliminares dedicados a la presentaciónde la obra: primero encontramos un breve pero entusiasta Prólogo de Teunvan Dijk quien, además de avalar personalmente la publicación al escribireste texto, proporciona una visión general de las virtudes y el alcance de laobra. Luego, en la sección Introducción, por qué y para qué, firmada por lacompiladora, se exponen algunos de los más importantes argumentos y metasque justifican la publicación del libro. Seguidamente, Adriana Bolívar pre-senta las tres grandes partes que componen la obra, considerando brevementepara todos y cada uno de los autores y sus artículos, aspectos como relevanciadel trabajo, área disciplinar de procedencia de la teoría de base, enfoque me-todológico empleado y logros alcanzados. El libro lo cierra una sección deno-minada Colaboradores, destinada a proporcionarle al lector una breve peroimportante información sobre la trayectoria académica y de investigación dequienes han participado en su elaboración.

La primera parte del libro, denominada Sobre avances en la teoría, constade cuatro capítulos. Su propósito es presentar al lector una visión general delos problemas teóricos, epistemológicos y de método, que debe considerartodo analista del discurso antes de iniciar su investigación. Para ello, la sec-ción ofrece reflexiones y avances en algunas teorías que permiten abordar elanálisis del discurso desde perspectivas novedosas.

En el primer trabajo, titulado Los primeros problemas del analista: ¿Quéteorías? ¿Qué métodos? ¿Por dónde empezar?, Adriana Bolívar se propone res-ponder, con una clara intención didáctica, algunas de las preguntas más fre-cuentes que los estudiantes del área de lingüística, los investigadores novatosy los iniciados de otras disciplinas, regularmente se formulan al momento derealizar investigaciones en el amplio campo de los estudios del discurso, comopor ejemplo: “¿Qué orientación teórica debo seguir?” “¿Por qué esa y no otraorientación?” “¿Qué implicaciones metodológicas tiene la escogencia de una(s)y no otra(s)?” “¿Es el análisis del discurso teoría o método, o ambas cosas?”. Aquienes se inician como investigadores, este trabajo ofrece una idea clara depor dónde empezar en análisis del discurso, por qué hacerlo, y para qué.

Seguidamente Nancy Núñez, en La teoría de los actos de habla y la delimi-tación de los usos lingüísticos, centra su interés en el estudio del significadodesde la filosofía del lenguaje, y en la relevancia que el contexto de uso tieneen la construcción y determinación de los significados sociales. Básicamente,la atención de Núñez se enfoca en la propuesta que sobre una teoría de losactos de habla hizo inicialmente Austin en la década de los 60’, y que poste-riormente desarrolló Searle. Para exponer los desarrollos teóricos realizadospor esta vía, Núñez se pasea de forma crítica y contrastiva por los postuladosde autores provenientes de la filosofía del lenguaje, como Grice, Wittgens-tein, Austin, Searle. El trabajo de Nancy Núnez nos permite comprender laenorme importancia que el contexto y los actos de habla tienen en el texto y la

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Reseñas

conversación cotidianos, y cómo su clasificación se ha convertido en unaherramienta fundamental para los analistas del discurso.

Nora Kaplan, en La teoría de la valoración: un desarrollo de los estudiossobre la evaluación en el lenguaje, se propone reseñar los fundamentos de unade las teorías más recientes dedicadas al estudio de la evaluación en el lengua-je, la Teoría de la Valoración (Appraisal Theory), dando cuenta de sus aportesy de sus coincidencias y divergencias con otros enfoques que comparten estemismo interés. La Teoría de la Valoración es un proyecto de investigación,aún en curso, iniciado en la Universidad de Sydney, Australia, que se sustentaen la Lingüística Sistémica Funcional desarrollada por Halliday en Gran Bre-taña, y en las nociones de “dialogismo”, “polifonía” e “intertextualidad”, pro-puestas por Mijail Bajtín. Como perspectiva de análisis, esta teoría permiteestudiar cómo se construyen en el discurso los significados actitudinales eideológicos, las estrategias retóricas o los giros evaluativos, muchas veces ex-presados, por ejemplo, a través de los géneros, los registros y los estilos indivi-duales. La presentación que hace Nora Kaplan de esta novedosa teoría le per-mite al lector apreciar su complejidad teórica y su indiscutible valor metodo-lógico como herramienta de análisis del discurso.

María Jesús Nieto y Otero, con Discurso y afectividad, cierra la PrimeraParte del libro haciendo el esbozo de algunos aspectos teóricos y metodológi-cos empleados para abordar el análisis lingüístico de la afectividad. Este tipode análisis, que busca ampliar nuestra comprensión de los roles que es capazde cumplir el lenguaje en la interacción social, se sustenta en la premisa deque los hablantes pueden recurrir a la “comunicación afectiva” con fines es-tratégicos para alcanzar propósitos comunicativos en al menos dos grandessentidos, por un lado, desde el punto de vista del emisor, para “re-crear” larealidad, “transformándola y transformándonos” a través del discurso y, porotro lado, desde la perspectiva del destinatario, para “movilizarlo sensible-mente” y persuadirlo ante el mundo que se le presenta (p.112). En su artícu-lo, Nieto y Otero hace un recorrido general por los postulados que desde laretórica, los estudios de la evaluación, la modalidad y la cortesía lingüística,fundamentan este enfoque. Posteriormente, en el marco de la pragmática, elanálisis del discurso y la Gramática Sistémica Funcional, se dedica a describiry a dar ejemplos de las categorías de análisis y los indicadores que evidencianla afectividad en el discurso. El trabajo muestra una rigurosa y sistemáticaperspectiva de análisis de la dimensión afectiva del discurso.

La Segunda Parte del libro se titula Sobre teoría, métodos y aplicaciones.Esta parte, que es la más extensa, consta de ocho capítulos cada uno inclinadohacia la aplicación de distintas teorías y métodos de análisis del discurso. Deesta manera, nos encontramos con ocho excelentes investigaciones llevadas acabo sobre textos y corpus reales, desde diferentes perspectivas y disciplinas.

Martha Shiro, en El discurso narrativo oral en la vida cotidiana: géneros yprocesos, inicia esta sección con un trabajo que tiene como propósito “exami-

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nar la narración oral como proceso de producción discursiva y reflexionarsobre los rasgos que la caracterizan como género discursivo” (p. 123). En suestudio, realizado con un corpus de 229 narraciones personales de niños ve-nezolanos, Shiro se dedica a caracterizar los rasgos del género que identificanel discurso narrativo oral, y los procesos evolutivos por los que atraviesan losniños hasta alcanzar su madurez en el dominio de este discurso. El análisismuestra un riguroso procesamiento de los datos que se refleja en abundantesgráficos construidos sobre la evidencia empírica. Este capítulo permite apre-ciar la compleja trama de factores socio-cognitivos, discursivos y textualesque, de forma tanto social como individual, subyacen en el proceso de cons-trucción de las narraciones orales de los niños sometidos al estudio, y por quéestos factores no pueden ser considerados de manera aislada o unilateral almomento de caracterizar el género y el desarrollo de las habilidades narrativasde los infantes.

Luis Barrera Linares, en Aplicación del análisis del discurso al estudio detextos literarios narrativos, dedica su capítulo al estudio de la literatura desde laperspectiva del análisis del discurso. Luego de plantear una definición de dis-curso que permite caracterizar la literatura en un sentido amplio como “ma-nifestación discursiva” o “producto discursivo” (p. 148), propone un acerca-miento al discurso literario narrativo y a “sus implicaciones sociales y psicoló-gicas” (p. 149), desde distintas teorías y métodos del análisis del discurso.Para sustentar su propuesta, Barrera Linares ofrece un análisis discursivo de lacuentística de tres autores latinoamericanos: Horacio Quiroga, Alejo Car-pentier y Arturo Uslar Pietri. Frente al dilema que todo analista debe afron-tar, respecto a cuál orientación de análisis del discurso seleccionar para llevara cabo el estudio de la literatura, el autor señala muy acertadamente que,considerando el notable desarrollo y especificidad que las ciencias sociales engeneral, y las teorías y métodos de análisis del discurso en particular hanalcanzado en la actualidad, lo más conveniente es realizar una “integración delas diferentes tendencias si se desea estudiar obras de escritura artística entodas sus implicaciones sociales, estéticas y psicológicas o cognitivas” (p. 150).El capítulo muestra cómo entre dos disciplinas tradicionalmente distancia-das, como lo están los estudios lingüísticos y los estudios literarios, un mutuoacercamiento a sus prácticas teóricas, metodológicas y epistemológicas po-dría ser de gran provecho para ambas y para quienes comienzan a recorrer elanálisis literario desde el análisis del discurso.

Irma Chumaceiro, en El análisis lingüístico del texto literario: una formade lectura, desde una perspectiva multidisciplinaria que integra dimensionesdel nivel lingüístico, el nivel pragmático y el nivel literario, se propone acer-car al lector a una metodología de análisis de textos de narrativa literaria.Desarrollado a partir de las investigaciones de la misma autora, este enfoquebusca no solamente despertar “inquietud” y gusto por la lectura literaria, sinotambién “propiciar en los estudiantes un tipo de lectura más abarcadora y

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Reseñas

crítica” (p. 176) al proporcionarles “herramientas que les permitan pasar deuna lectura complaciente y pasiva, a otra más exigente” (p. 197), capaz decaptar la compleja y múltiple naturaleza del evento narrativo literario. Luegode sintetizar los postulados teóricos y metodológicos la autora, a manera deejemplo, aplica su esquema de análisis a un mini-relato. El capítulo constitu-ye una muy útil referencia para quienes decidan acercarse al estudio lingüísti-co de los textos narrativos y realizar lecturas más concientes y críticas, sinabandonar por ello el disfrute que propicia el hecho literario.

Seguidamente Lourdes Molero de Cabeza y Julián Cabeza, en El enfoquesemántico-pragmático en el análisis del discurso: teoría, método y práctica, pre-sentan una detallada y sistemática descripción de “los esquemas teórico-me-todológicos y de algunas conclusiones resultantes” (p. 204) de la aplicacióndel enfoque semántico-pragmático a diferentes corpus. Este enfoque, desa-rrollado en la Universidad del Zulia, Venezuela, por los autores y su equipode investigadores, se fundamenta principalmente en la semántica de BernardPottier, en la teoría de los actos de habla y en algunos aspectos del enfoquesocio-cognitivo de Teun van Dijk. El trabajo se presenta en tres secciones,una denominada Precisiones conceptuales, destinada a establecer su noción dediscurso y las particulares características que lo definen; otra denominadaMetodología, en la cual se exponen los procedimientos y los niveles de análisis;y una tercera denominada Aplicaciones y resultados del análisis en diferentestipos de discurso, cuyo propósito es explicar cómo se realiza el análisis en susdiferentes niveles y qué resultados se han obtenido de su aplicación a corpusde distintos tipos de discursos, como el político, periodístico, literario, publi-citario, didáctico. Este capítulo recoge en sus páginas una experiencia de añosdedicados a la reflexión y a la elaboración sistemática de este esquema detrabajo, lo que “demuestra –como señalan sus autores- que puede constituirseen un instrumento de análisis idóneo, para ser utilizado en otros ámbitos delas ciencias humanas y sociales” (p. 223).

Frances D. de Erlich, en La retórica argumentativa en el discurso político:análisis de textos orales y escritos, aborda el estudio de algunos procesos argu-mentativos desarrollados en textos orales y escritos de diversa naturaleza, pro-ducidos en la esfera política. Su análisis lo lleva a cabo desde una ampliaperspectiva que integra en el marco de los estudios sobre la argumentación,teorías y métodos de la semántica, la pragmática y algunos principios de lalingüística de corpus. Mientras el corpus oral es el obtenido de un debaterealizado en Francia en los años 80, entre dos políticos enfrentados en unacampaña electoral; el corpus escrito está constituido por muestras de artícu-los de opinión recogidos de diferentes periódicos, con una gran diversidad deemisores y en períodos diferentes. En sus conclusiones, de Erlich observaque, al tratarse de textos y situaciones de naturaleza confrontativa, indepen-dientemente de los temas y de la diversidad ideológica, los participantes recu-rren al mismo repertorio de estrategias retórico-argumentativas para fijar sus

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posiciones y rebatir los argumentos del oponente. Este capítulo permite vercómo los procesos argumentativos desarrollados en las interacciones orales yescritas, están asociados al problema de las tipologías textuales, puesto quemás allá de las diferencias formales y funcionales de los textos, la evidenciamostró que las estrategias empleadas en ambos corpus eran similares.

En el siguiente capítulo titulado El análisis interaccional del discurso: deltexto a la dinámica social, Adriana Bolívar presenta un enfoque de análisisinteraccional en el que ha venido trabajando desde hace muchos años, y quepermite explicar cómo se construyen los significados en el texto y en la diná-mica social. La autora propone focalizar la atención en los textos y en loseventos sociales como polos de un continuum, lo que exige extender las cate-gorías de análisis más allá de la descripción lingüística. Desde esta perspecti-va, Adriana Bolívar se ubica en la corriente de la lingüística británica y delanálisis del diálogo, y aborda los planos micro y macro del diálogo en el textoy con los textos. Ella reconoce la evaluación como la categoría central delanálisis del discurso porque, desde su perspectiva, ésta influye decididamentetanto en la elección y uso que los hablantes hacen de los elementos lingüísti-cos, como en la construcción de los patrones textuales e intertextuales quesurgen en la interacción con otros en la dinámica social. La propuesta deanálisis interaccional es presentada en su desarrollo paso a paso con una aten-ción rigurosa a los aspectos teóricos y metodológicos. El enfoque se ilustracon ejemplos tomados del análisis de la conversación, de editoriales de perió-dicos, avisos de propaganda electoral y macro-intercambios en el diálogo po-lítico a través de la prensa. El capítulo presenta un enfoque descriptivo ycrítico que promueve la necesidad de que los lingüistas se esfuercen por vin-cular el estudio del lenguaje con el contexto y la dinámica de la interacciónsocial, a fin de comprender mejor la sociedad y poder elaborar propuestas decambio que motiven un diálogo social más justo y tolerante.

Posteriormente Alexandra Álvarez, en Las ideologías en la vida cotidiana:rituales religiosos en el habla de una región, nos presenta un excelente estudiorealizado sobre los contenidos ideológicos que los hablantes de la ciudad deMérida manifiestan cuando describen rituales religiosos. Para llevar a cabo lainvestigación, su autora aplicó una metodología cualitativa al Corpus Socio-lingüístico de Mérida, constituido por un conjunto de transcripciones deentrevistas aplicadas a 80 hombres y mujeres de diferente nivel socioeconó-mico y de distintas generaciones. Básicamente, Álvarez centra su atención enlo que dicen estos hablantes y en la forma como lo dicen, lo que le permiteestudiar la posición del entrevistado frente a las creencias colectivas, su gradode participación o su actitud ante ellas, y la evaluación que se hace de lasprácticas religiosas sobre las que se habla. Este capítulo permite comprendercómo las actitudes, los valores y las creencias que los hablantes del CorpusSociolingüístico de Mérida manifiestan respecto a algunos rituales religiososde la cultura merideña, como la Navidad, La Semana Santa, las Paraduras o

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Reseñas

los velorios, son construcciones discursivas e ideológicas íntimamente asenta-das en la vida cotidiana de la ciudad, y especialmente en las creencias que sushabitantes tienen sobre la familia, la religión y la tradición.

Esta Segunda Parte se cierra con un muy sugestivo trabajo de LourdesPietrosemoli titulado Análisis del discurso en poblaciones especiales: la conversa-ción con afásicos. El propósito de la autora es presentar una visión panorámicade las posibles aplicaciones del análisis del discurso al estudio de la conversa-ción en poblaciones especiales, es decir, en poblaciones que “debido a algunacircunstancia interna o externa, de evolución natural o de presencia repenti-na, de índole permanente o transitoria, haya padecido o padezca de altera-ción de algún aspecto de la capacidad lingüística considerada normal”(p. 305). En cada sección, la autora ilustra su propuesta con numerosos ejem-plos tomados de su experiencia adquirida en años de trabajo con el GrupoInterdisciplinario de Investigaciones Neurolingüísticas (GEN) de la Univer-sidad de Los Andes, Venezuela. El trabajo de Pietrosemoli además de sugerirque el análisis del discurso presenta actualmente una amplia gama de proble-mas de investigación en distintas disciplinas que esperan ser atendidos, señalatambién que es posible en esta disciplina integrar el interés académico con lalabor social. De aquí que este capítulo sea “una invitación abierta a los estu-diantes y profesionales que quieran, a través de la lingüística, ayudar en elproceso de rehabilitación de aquellas personas que por diferentes circunstan-cias hayan perdido, o disminuido de alguna manera sus habilidades naturalespara comunicarse a través del lenguaje” (p. 318-319).

La Tercera Parte del libro, titulada Sobre Lectura y Escritura, está dedicadaa presentar temas y propuestas didácticas surgidas de las investigaciones quelas autoras han realizado en torno a la lectura y la escritura de textos académi-cos en los niveles básico y universitario del sistema educativo venezolano.

Lucía Fraca de Barrera da inicio a esta sección con La cultura escrita y lapedagogía integradora en el desarrollo de la discursividad infantil. El interésfundamental de la autora en este capítulo es describir los propósitos, funda-mentos y características de la Pedagogía Integradora, una estrategia didácticadirigida a atender los procesos de enseñanza-aprendizaje de la lengua oral yescrita en los niveles de Pre-escolar y Educación Básica. Sustentada en la ideade que la educación es un proceso social y cultural, la propuesta de Fraca deBarrera y sus colaboradores, consiste en “una filosofía de enseñanza y en unmedio didáctico” (p. 326) que favorezca el desarrollo de las competenciasdiscursivas de los estudiantes a los que está orientada. Esta pedagogía se basaen una concepción cíclica del aprendizaje: el conocimiento previo que el niñoposee y el conocimiento nuevo que se le provee, son integrados y transferidosal conocimiento general del alumno, quien a su vez lo pondrá en práctica deforma coherente en otras situaciones de uso y aprendizaje, propuestas por eldocente. Este capítulo sirve para comprender cómo las teorías y métodos del

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análisis del discurso tienen una aplicación comprobada en la resolución delos problemas que presenta la didáctica de la lectura y la escritura.

Seguidamente Rebecca Beke y Elba Bruno de Castelli, en La lectura y laescritura en el contexto universitario: teorías y exigencias institucionales, dedicansu atención a reconstruir veinte años de un esfuerzo didáctico e investigacio-nal que ha llevado a lo que hoy se conoce como Programa de Entrenamientoen Estrategias de Compresión de la Lectura (ECOLE). El proyecto surgió dela preocupación de las autoras por las escasas habilidades que los estudiantesde la Escuela de Educación de la Universidad Central de Venezuela mostra-ban en la lectura de textos escritos en idioma extranjero, como consecuenciade las también insuficientes habilidades que en lectura en lengua maternaevidenciaban esos estudiantes. El capítulo da cuenta de tres períodos quemarcan la historia “aún inconclusa” (p. 343) de los enfoques por los que hatransitado el programa: el Enfoque cognitivo (1984-1991), época sustentadaen los aportes de la psicología cognitiva; Enfoque cognitivo, textual y discur-sivo (1991-1997), momento en el cual el proyecto comienza una etapa deaplicación en distintos programas de entrenamiento preuniversitario en laEscuela de Educación; y época de Integración Lectura-Escritura, que consti-tuye la incorporación del ECOLE al exitoso programa de iniciación universi-taria denominado Proyecto Samuel Robinson. El capítulo muestra el procesopor el que han transitado sus autoras para elaborar un programa y enfrentarcon éxito las dificultades de lectura que presentan los estudiantes universita-rios y que tanto afectan su rendimiento académico.

Finalmente, la obra la cierra Elizabeth Arcay Hands con La transferenciade la lengua extranjera a la lengua materna en el discurso académico escrito. Eneste capítulo, la autora nos presenta sus novedosas investigaciones sobre lasrelaciones de transferencia e influencia que ejerce una lengua extranjera sobreel discurso escrito en lengua materna de hablantes bilingües académicos, fe-nómeno que Arcay Hands denomina bilingualidad académica. Frente al casode individuos que en contextos académicos universitarios comparten compe-tencias discursivas e identidades, tanto en su lengua materna como en susegunda lengua, la autora se pregunta: ¿De qué modo afecta la adquisición dedestrezas de escritura académica en una segunda lengua las características deldiscurso académico escrito en lengua materna? Para Arcay Hands, los resulta-dos que aportan sus investigaciones parecen indicar que sí hay “semejanzas ydiferencias entre el discurso académico escrito en español en Venezuela porsujetos monolingües y bilingües” (p. 377). Sin embargo, se cuida de señalarque las investigaciones realizadas hasta ahora no arrojan evidencias empíricasque sean suficientemente concluyentes. El capítulo promueve una reflexiónabierta pero rigurosa sobre el discurso de los académicos bilingües, lo que enpalabras de Arcay Hands es una invitación a recorrer “nuevos caminos paraexplorar con mayor precisión la riqueza y complejidad humana que permiteel manejo simultáneo y adecuado de dos o más códigos lingüísticos” (p. 378).

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Reseñas

El recorrido que hemos hecho por la gran variedad de temas, problemasy tendencias que conforman este nuevo libro de Adriana Bolívar, nos revelauna obra compleja que, al tiempo que exhibe una muestra de la riqueza, ori-ginalidad y actualidad de los estudios del discurso en Venezuela, se abre diá-fana al lector, invitándolo a interesarse por los problemas y las disciplinas allírepresentados. De aquí que esta obra merezca toda nuestra atención, no sólocomo docentes, investigadores o estudiantes, sino también como ciudadanoscomunes interesados en las complejas relaciones que diariamente se tejen en-tre el lenguaje y la sociedad moderna.

Francisco José [email protected]

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PARDO ABRIL, NEYLA. (2007). Cómo hacer análisis crítico del discurso.Una perspectiva latinoamericana. Santiago de Chile: Frasis. 223 pp. ISBN:978-956-8170-II-0

“Todo aquel que se dedica al estudio del lenguaje en su contexto socialpronto se encuentra con el problema metodológico clásico: los medios em-pleados para la recolección de los datos interfieren en estos mismos datos”(Labov, 1972)

Cómo hacer análisis crítico del discurso es el resultado de la investigaciónefectuada por la Dra. Neyla Graciela Pardo Abril en la Universidad Nacional deColombia sobre la lucha armada y el narcotráfico en Colombia en la década del‘90, desde la perspectiva del análisis crítico del discurso (ACD). Sobre la basede esa investigación, Pardo Abril ejemplifica de manera sistemática un abordajecientífico posible a un corpus extenso tomando, en este caso, la prensa colom-biana entre los años 1997 a 2004. El trabajo se organiza en cinco capítulos querecorren un camino de acceso al proyecto del ACD. Cuando se analiza unfenómeno cultural desde la óptica del ACD, el investigador define un objetivode acuerdo con sus intereses y preocupaciones, tras lo cual toma como corpusuna serie de textos que provienen de diferentes fuentes (medios masivos decomunicación, conversación, documentos institucionales). Pardo Abril propo-ne, desde un estilo teórico científico riguroso una ruta metodológica a seguir.Integra recursos, procedimientos y las herramientas de los análisis cuantitativosy cualitativos en ciencias sociales. Incluye: 1 reconocer un fenómeno social pararecolectar un corpus del que se obtienen datos relevantes para la investigación;2 tomar decisiones sobre las categorías y recursos analíticos; 3 sistematización yprocesamiento de los datos para obtener redes semánticas; 4 esclarecer estrate-gias y procesos discursivos que surgen de los marcadores lingüístico y 5 análisisen perspectiva cultural cognitiva para interpretar representaciones de un fenó-meno sociocultural. Esta propuesta se entiende desde la conceptualización delACD como heredero de los estudios del estudio del uso del lenguaje en contex-to social en general. El ACD se posiciona frente al AD como la sociolingüísticaa la lingüística: cuestiona el edificio teórico al mostrar sus límites. Parafrasean-do la Paradoja acumulativa de Labov podemos sostener que cuanto más estu-diemos de manera directa el lenguaje, el incremento de los datos disponiblesaumenta enormemente y nos ofrece vías y medios para decidir cuál de los posi-bles análisis es el correcto. ¿Vale preguntarse por la simplicidad de la teoríacomo rasgo virtuoso? Pardo Abril parece dejar la pregunta pendiente y apuestaa derribar la aparente dicotomía entre los datos lingüísticos recolectados y laintuición del analista, hija de la convicción de que la teoría está determinadadesde abajo por los datos (Chomsky, 1968). Esta decisión hace que las teoríasinteractúen entre sí de manera crítica en función del objetivo de la investiga-ción. Y como rasgo peculiar, recupera la lectura intuitiva de los datos dándoleuna función casi liminar.

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Reseñas

El capítulo 1, El camino hacia el estudio del discurso, presenta el encuadreepistemológico que dio como resultado entender al discurso como prácticasocial. Resume en un amplio y disímil recorrido los paradigmas científicosdel siglo XX, con aportes que van de la filosofía analítica de Wittgenstein a laescuela de Frankfurt y llega a Habermas. La idea es destacar que la recontex-tualización del lenguaje se enmarca en la crítica a la ciencia, la modernidad yla razón. El lenguaje surge como mecanismo fundamental de la comunica-ción humana y su consideración como práctica permite la comprensión delmundo y la realidad. La globalización plantea en la actualidad una transfor-mación en la manera de concebir la ciencia que afecta el modo de entender ellenguaje, la tecnología y la comunicación. El ACD forma parte de un campode estudio que incluye teorías de raigambre cognitiva, cultural, social y fun-damentalmente discursivo. En este punto Pardo Abril, nos da una pista deleje de su trabajo: abonando de la perspectivas estructurales y funcionales,plantea tres fases en el estudio del discurso: la descriptiva que da cuenta demecanismos y categorías del discurso (como veremos en el capítulo 3); laanalítica que enfoca los recursos involucrados por estrategias intra y extratex-tuales de la construcción del texto (más extenso en el capítulo 4) e interpreta-tiva que permite entender la representación sociodiscursiva (reinterpretadaen el capítulo 5).

El capítulo 2, El discurso: sus recorridos analíticos, nos detalla la tradiciónlingüística francesa y anglosajona de los estudios del discurso. Presenta, enespecial, el aporte de Michel Foucault en el campo de las ciencias sociales engeneral y de la escuela anglosajona, la perspectiva cognitiva representada porlos trabajos pragmáticos de Sperber y Wilson sin olvidar el modelo cognitivoexperiencial de Lakoff. En ese marco, Pardo Abril considera, en una posiciónpor más desafiante, que el ACD surge como consecuencia del desarrollo de laescuela de Constanza y el Simposio de Ámsterdam. Teun van Dijk pasa a serel Bloomfield del ACD al definir de manera científica el marco teórico con-ceptual de la disciplina, a saber, adoptar una posición histórica social, cogni-tiva y lingüística de los datos. El ACD, además, supone un rol político que lodiferencia del análisis del discurso. La tarea del analista ahora tiene comopropósito crear conciencia, reflexionar y asumir una perspectiva intersubjeti-va, de esclarecimiento frente a la automatización ideológica del poder social.Siguiendo la ruta de van Dijk, discurso, cognición y sociedad son los concep-tos ejes cuya dinámica y funcionamiento parecen darnos el acceso a la confi-guración de las formas de dominación y el ejercicio del poder. El discurso seconsidera como un acontecimiento comunicativo que implica estructuras decognición individual y social como creencias, valores y emociones que a suvez, generan e interpretan significados sociales. El contexto relevante del dis-curso surge como bisagra entre la cognición y la sociedad, con modelos con-textuales como criterio de comunicación. El ACD estudia el surgimiento yreproducción de la dominación y desigualdad, examinando el papel de las

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representaciones mentales de los participantes y las relaciones entre las estruc-turas del discurso y del poder. Al igual que los estudios del lenguaje en uso,parte de hechos de comunicación real en las condiciones en las que ocurrie-ron de manera natural. El estudio de la ideología se plantea entonces comoun paso en el análisis. La explicación de las ideologías da cuenta de la respon-sabilidad compartida de los miembros de un grupo social, en tanto los sujetosconstruyen de manera activa en la construcción de significado social.

Una vez expuesto el marco teórico en los capítulos previos, el capítulo 3,Cómo abordar el discurso, avanza en la definición de las nociones básicas delmétodo de investigación y de la propuesta analítica. Descripción y explica-ción involucran procesos de recolección de datos y de indagación de la razónde los fenómenos. En el siglo XX, la tensión entre los métodos cuali y cuanti-tativos puede leerse como una pugna entre explicaciones causales y estructu-rales de la realidad, en la actualidad sin embargo, y a propósito de la rupturade las fronteras entre las disciplinas, se ha dado un viraje hacia la integraciónde las metodologías. El trabajo de Pardo Abril decididamente opta por estaperspectiva, entendiendo que la metodología constituye una aproximacióngeneral al estudio de un objeto o proceso con medios teóricos, conceptuales ytécnicos que se desarrolla para obtener ciertos fines. El ACD presenta cuatropasos diferenciados: en principio, el reconocimiento de un fenómeno socio-cultural y apropiación de un corpus que permita definir lo que piensan losmiembros de un determinado grupo social, lo que eliden, lo que proponencomo conflicto; en segundo lugar, análisis y sistematización del corpus contécnicas cuantitativas de estadística textual para dar cuenta de la palabra clavedel asunto, las asociaciones semánticas o las formas de categorizar la realidad;luego, análisis cualitativo con técnicas lingüísticas y el análisis cultural deldiscurso que da paso a la formulación de redes semánticas, esquemas concep-tuales y modelos culturales; por último, el análisis en perspectiva cognitivocultural para analizar e interpretar modelos y representaciones como así tam-bién, elaborar los resultados interpretativo críticos que permiten dilucidar launidad y variación intracultural e intercultural, los tejidos discursivos circun-dantes, los grados de variación y aceptabilidad en los puntos de vista de laspersonas a propósito de un asunto de su vida social, todo lo cual posiciona alinvestigador frente al problema social de su interés. La naturaleza de las inves-tigaciones propias del ACD reconoce que la realidad es verificable en la coin-cidencia entre el saber colectivo, implícito e inconsciente de las comunidadesque construyen el saber social como discurso y lo que se devela en la investi-gación, punto de referencia para el reconocimiento de condiciones de des-igualdad, control social y en general, el desentrañamiento de crisis sociocul-turales configuradas en el discurso. Para el ACD el corpus procede de lasformas naturales del uso de la lengua, esto lleva al investigador a abordar eluso real de la lengua con todas sus implicaciones. Pardo Abril asume el estu-dio de las representaciones discursivas en la prensa colombiana para ilustrar

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las fases del procedimiento metodológico mencionado. A partir de una pri-mera exploración visual del contenido textual del corpus se pueden consultarunidades discursivas y su contexto inmediato. Luego, se puede optar por cons-truir una base de datos lo que implica tomar decisiones respecto de las varia-bles que se consideren relevantes para el análisis. De acuerdo con el interés delinvestigador se pueden recuperar características gramaticales o aspectos for-males del texto, siempre y cuando resulten de un proceso reflexivo del corpus.La base de datos así, puede ser útil para identificar de manera automática laestructura textual o superestructura y resulta fundamental para reconocer lasfiguras retóricas, previo al análisis estadístico. En el trabajo se apuesta por lacombinación de la lectura desprevenida de los datos, la categorización y for-malización del corpus en una base de datos y el tratamiento realizado conpaquetes de análisis de datos textuales como por ejemplo, el Système Portablepour L’Analyse des Dones Textuelle (Spad 4.5). La lectura preliminar del corpusexplora la riqueza que potencialmente tiene para efectos de identificar catego-rías, fenómenos o estrategias discursivas. El corpus del trabajo, recoge noti-cias de prensa de los últimos períodos presidenciales en Colombia, compren-didos entre 1997 y 2004, caracterizados por incluir dentro de su agenda pro-cesos de paz. Las noticias proceden de periódicos que tienen dos tipos decirculación: los nacionales (El Tiempo y El Espectador) y los regionales (ElHeraldo y El País) lo que permitiría, en principio, reconocer distintas manerasde representar los mismos actores del conflicto armado en la prensa colom-biana. Los criterios de selección de artículos versan sobre el hecho de haceralguna referencia, implícita o explícita al actor del conflicto y las manerascomo se construyen en el proceso de paz, como así también las acciones pro-pias del conflicto armado. Una vez seleccionado el corpus, se hace una explo-ración con un programa de visualización textual, en la que se observan intui-tivamente los aspectos relacionados con el criterio de selección adoptado. Eneste caso, los actores del conflicto, el proceso de paz y las acciones serían loscriterios para reconocer la frecuencia y cotextos de las expresiones y las unida-des léxicas. El programa aporta un conjunto de ocurrencias con sus cotextos.A partir de estas regularidades se extraen las primeras categorías para la cons-trucción de una base de datos, definiendo previamente, las variables, organi-zación conceptual y categorías del corpus. Lo que subyace es la idea de quelas categorías analíticas suponen el reconocimiento de que en el uso del len-guaje se reproduce un conjunto de conceptos subyacentes que dan cuenta delas maneras como se entiende la realidad y se organiza, es decir, se reconocensimilitudes que ponen en relación los seres, objetos y fenómenos del mundo.Formular categorías implica organizar y reorganizar conocimiento que pro-cede del mundo discursivo y de los saberes que el analista posee o explora. Lascategorías son conjuntos abstractos, multiformes y difusos compuestos deelementos con diferentes estatutos. Los titulares es una de las categorías rele-vantes por su valor semántico y pragmático, en tanto tema y tópico textual.

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En el nivel textual se encuentran también las acciones que cobran importan-cia en tanto son las que visualizan la implicación directa de los actores yremiten a las interacciones de la sociedad. Para comprender el papel de losactores y de sus voces se rastrea en primer lugar la teoría de la acción (desdeMarx), en segundo lugar, la teoría del actor social (con Durkheim) y luego, seelabora un discernimiento en torno a la teoría del actor discursivo (Haber-mas, Bajtín). El actor supone sujetos y colectividades, además determina losintereses y marca las causas de ciertos estados. Se usa para explicar niveles derelación de los individuos y los niveles de relación de instituciones y organiza-ciones. De la caracterización que se elabora de la acción y del actor social, sepuede formular la categoría de actor discursivo, definido en razón de su pre-sencia en el discurso. Desde Bajtín, la categoría del actor discursivo posibilitala explicación del carácter dialógico, constructor de sentido y plurisignificati-vo del discurso, en la medida en que a través de él y sus voces se desentraña laacción comunicativa. El actor discursivo es el participante activo de la inte-racción, desempeña roles discursivos y construye como sujeto social una ima-gen de sí mismo, del otro y de la realidad. En el proceso analítico, las voces delos actores discursivos, las maneras de autoreferenciarse y de referenciar larealidad social establecen relaciones entre las voces que constituyen el discur-so. Los actores discursivos se relacionan con los actores sociales en ciertoscontextos comunicativos con las distintas formas de nominación y las figurasretóricas.

De la categorización del corpus, Pardo Abril construye la Base de DatosLingüísticos: BADALI con el programa Microsoft Acces 2000 que le permi-te a su vez, formular clasificaciones. La estructura de BADALI surge de 6formas de clasificación de la información: 1 Identificadores de la noticia:número de formulario, periódico, fecha, sección, antetítulo, título, subtítuloy cuerpo de la noticia 2 Figuras retóricas: tipo de figura, texto, referente, tipoy ubicación de la figura 3 Tópico y tema discursivo: nivel, ubicación y ordendel tópico 4 Acciones: acción, tipo de acción, texto y ubicación 5 Actores:segmentados en tipo de actor social, tipo de actor discursivo, contexto comu-nicativo, texto, recurso de citación y ubicación y 6 Formas de nominación:nombre, tipo de nominación, subtipo de nominación, estrategia discursiva,proceso discursivo y texto. En la construcción de la base se aprovecha la ex-ploración y los resultados estadísticos. Esto permite realizar un primer análi-sis de los datos textuales. En este caso se trabaja con el Spad 4.5 que es elprograma para trabajar datos textuales que, a diferencia de otros, no exige unaforma particular de organización de la información, por lo cual se preserva elcarácter auténtico del discurso. Para poder procesar el corpus es necesarionormalizarlo. Para esto se requiere ajustarse a los parámetros del Spad: uso demayúscula, sin acentos. Establecer símbolos para que cumplan la función deseparadores entre palabras o segmentos textuales, tales como frases, oracio-nes, cláusulas y fragmentos. La decisión de trabajar con la observación direc-

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ta, mediada por una base o atravesada por un paquete de análisis de datosdepende del interés de la investigación y del investigador.

El Capítulo 4 Estrategias analítico descriptivas para el ACD expone unnivel analítico más del método propuesto, concebido como un todo integraly articulado de trabajo. Desde una posición casi pandiscursiva (como la viejalingüística para las ciencias sociales) Pardo Abril presenta la interrelación deprocedimientos cuanti y cualitativo del hecho de que el discurso permite des-entrañar lo que resulta significativamente estable y permanente para una cul-tura en un momento histórico particular, es decir, lo que teóricamente seríalo cognitivamente consensuado. Coherente con esta posición, Pardo Abrilelabora el concepto de saliencia cultural (SC) entendiendo por tal la propie-dad de ciertas expresiones discursivas que, en virtud de su inclusión dentro deun entramado de significados compartidos culturalmente, se presentan mássobresalientes, relevantes o llamativas. La SC está determinada por el uso deciertas unidades discursivas que tienen una manera particular de distribuirsey jerarquizarse. La hipótesis proviene de la percepción del investigador de quelos modelos tienen sus cimientos en formas sociocognitivas que se reiteran enlos procesos de aprehensión de la realidad. Se fundamenta en la reconstruc-ción, desde el discurso, de modos de organización y funcionamiento del co-nocimiento de una comunidad específica, teniendo como criterio las forma-ciones de significado procedentes de los universos textuales en los que se pre-tende materializar la realidad. El papel de la SC en la reconstrucción del co-nocimiento parte de la posibilidad de identificar unidades conceptuales queestán presentes en un amplio número de expresiones, organizadas a través derecursos y estrategias lingüísticas dispuestas conceptualmente como coheren-tes. Presenta a continuación, los fundamentos, criterios, y modos de procederpara el análisis cuantitativo de las unidades discursivas y su correlación con elanálisis cualitativo. Los aportes metodológicos de la antropología, la psicolo-gía, la lingüística y la sociolingüística se suman a los avances de la estadísticamultivariada para decantar el sentido de los textos y del discurso a través delas valoraciones, las tendencias y las relaciones discursivas. Para el análisiscuantitativo, se adoptan las técnicas de análisis de datos textuales (ADT) de-sarrolladas por la escuela francesa de análisis de datos que consisten en elconteo de unidades textuales y en la construcción de matrices con el fin deorganizar y representar gráficamente enormes cantidades de informaciónmediante la aplicación de técnicas de análisis factorial. La aplicación del ADTes una fase exploratoria descriptiva, en la que se consideran 3 pasos analíticospara definir la SC: definición y caracterización de las unidades de análisis,identificación de asociaciones y su representación gráfica y jerarquización yclasificación de las distintas entidades asociadas. Parte de la información pro-porcionada por el análisis estadístico (bajo el supuesto de que la reiteración,la asociación y la clasificación dan cuenta de la presencia de conceptos recu-rrentes o estables que permiten reconocer consensos y disensos representados

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en el discurso desde el modo de ser de un colectivo) se desarrolla en 3 pasos:análisis de la consistencia, la coherencia discursiva, el análisis de la transfor-mación discursiva y el análisis de las formas de legitimación.

Lo distintivo del ACD se presenta en el capítulo 5 Estrategias interpre-tativas para el ACD. Integrar desde estrategias interpretativas, distintas meto-dologías y formulaciones teóricas para develar formas de construcción dis-cursiva de la realidad y las maneras como se instala el poder. Articula la pri-mera y segunda fase (descripción y análisis) a través del concepto de salienciacultural, de acuerdo con el cual, de los múltiples elementos que se reiteran ycoexisten en el discurso que constituyen unidades conceptuales (saliencia cuan-titativa) algunas de las cuales son imprescindibles en la representación o en laconfiguración de tejidos colectivos de significados socialmente compartidos(necesidad cualitativa), existen algunos conceptos en torno a los que se orga-niza un sistema de conocimiento, acción y relación sociocultural determi-nante de la dinámica colectiva e individual, cognitiva y experiencial, privadao pública que permiten abiertamente la distinción entre una cultura u otra.El analista está comprometido con la construcción, identificación y desentra-ñamiento de los recursos, las estrategias y los procesos implicados en la es-tructuración del significado del discurso. Esto puede contribuir a formularuna ruta interpretativa que garantice la reelaboración de significados y la adop-ción de posiciones ancladas en el discurso mismo “suscribir o repudiar –im-plícita o explícitamente- una posición, no puede sustituir su análisis. Siguien-do este camino, el ACD impone al analista hacer un recorrido sistemático deltexto al contexto y en vía inversa de manera que los corpus garanticen laautenticidad del discurso del que proceden y respondan a un análisis detalla-do de los fenómenos relevantes acordes al objetivo de la investigación. Anali-zar implica aproximarse a los datos desde perspectivas teóricas que el mismocorpus exige consultar para su comprensión y abordaje; en estos casos, losconstructos teóricos que sustentan el análisis encuentran en el discurso sumaterialización y requieren de algo más que el discurso mismo para explicarsu estructura y funcionamiento, exige teoría básica. Sin embargo, la investi-gación social contemporánea reconoce las implicaciones y los compromisosque se derivan del hacer científico. Pardo Abril propone seguir la ruta deHabermas en lo referente a las ciencias sociales críticas y el desentrañamientode los intereses y racionalidades que subyacen a los tipos de acción. Haber-mas le da a la investigadora el cierre de las fuentes heteróclitas que provienende la filosofía analítica, del marxismo crítico y de la acción comunicativa.Como vimos, la acción comunicativa se entiende en sentido crítico en tantoes posible decantar las limitaciones y alcances de la comunicación humana. Elmundo dialógico habermasiano es un mundo racional, un tramado de dis-cursos que entreteje las acciones individuales dentro de un mundo de la vida.El proceso analítico, interpretativo y crítico desarrollado frente a los discur-sos debe conducir al reconocimiento del tipo de racionalidad, de interés y de

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acción que acompaña y posibilita la representación de un fenómeno determi-nado. El aspecto hermenéutico del ACD supone reglas de la interpretación yexplicación de un fenómeno social y de la interpretación misma. La herme-néutica garantiza al ACD la consideración de la intersubjetividad, lo cualfavorece el reconocimiento del carácter dialógico del discurso, al tiempo quevitaliza el texto al permitirle el despliegue de formas diversas e incluso contra-dictorias de leerle y significarle. Abre la cosificación del discurso y la resisten-cia de los dogmas. Interpretar: busca manifestar y reestructurar un sentido, delos múltiples posibles a través de la reducción de sus excedentes. Se pone demanifiesto cuando se reconocen y describen las estrategias discursivas parahacer explícito los significados que subyacen al discurso y su resignificaciónen virtud del marco intersubjetivo en el que se encuentra el investigador. Hayun continuo entre las maneras como se constituye la experiencia humana y seconfigura el significado. En este continuo, las ideologías contienen, generan yconfiguran una multiplicidad de representaciones sociales. Estas organizanjerarquizan y se estructuran en relación con un conjunto de modelos cultura-les que se interrelaciona a partir de esquemas fundacionales. Estos esquemasson resultado de la abstracción de propiedades de un conjunto de modelosmentales que recogen a experiencia individual (social y física) que se organizaen una gama de redes conceptuales. El entramado de los niveles de organiza-ción del significado es tal, que la formulación de cualquier nivel puede res-ponder a la manera como se organiza y funciona el significado en cualquiernivel. La experiencia es el punto de partida y de llegada en la significación. Elpaso de un nivel de abstracción a otro ocurre en relación con: 1 la socializa-ción (tomando a Berger y Luckmann) y 2 esquematización cognitiva (deLakoff ) y tematización discursiva (Moscovici). Se trata de reconstruir las re-des conceptuales obtenidas a través de los distintos métodos y procedimien-tos especificados en los capítulos anterioes. Examinar regularidades y la esta-bilidad conceptual de las frecuencias, las asociaciones y las clasificaciones queda la saliencia cuantitativa y por otra, el reconocimiento de los sentidos cua-litativos de los recursos lingüísticos analizados. La conceptualización de laexperiencia permite 1 determinar los conceptos y relaciones a partir de loscomponentes y recursos lingüísticos, a saber, analizar la Formulación de mo-delos mentales, Formulación de esquemas fundacionales, Estructuración delos modelos culturales, Organización de las representaciones sociales y Aproxi-mación al desentrañamiento de las ideologías.

Lo interesante del trabajo de Pardo Abril es que su investigación avanzade manera sólida y con abundante evidencia empírica, en un campo pocofrecuente en el panorama latinoamericano de los estudios del lenguaje. Alforzar los límites del análisis tradicional, la autora enriquece el análisis y abreun camino dentro del ACD a los estudios del discurso natural. Este textosintetiza el proceso de investigación que le da lugar y en este punto surge sudificultad: la adaptación de un informe de investigación a un texto de difu-

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sión siempre es complicada. La profusa información teórica metodológicaexige una lectura cuidadosa y concentrada, incluso para los lectores familiari-zados con este tipo de trabajos. Pardo Abril presenta una posibilidad costosaen términos cognitivos pero prometedora en términos heurísticos. Nos de-muestra la productividad del cruce de datos que provienen de rutas que tradi-cionalmente se consideraron antagónicas. Con la tecnología de nuestro lado,el uso de programas automáticos permite un abordaje enriquecedor del cor-pus discursivo, aunque sigue en el debe el manejo de datos orales. Tanto BA-DALI como el Spad 4.5 son mostrados con materiales escritos provenientesde la prensa sin que, aparentemente, el analista haya tenido que decidir res-pecto de posibles ambigüedades significativas. Después de más de 50 años detrabajo con lenguaje en uso, el analista con formación lingüística está al tantode los desafíos que plantea trabajar de manera inter o transdisciplinaria en elestudio del lenguaje. Podemos tener una teoría lingüística sólida con unateoría social bastante floja o por el contrario una teoría social sólida con unalingüística ecléctica. De acuerdo con Pardo Abril, el ACD parece encuadrarseen el segundo caso. Es hora de saber si este rasgo puede llegar a ser una virtud.

Alicia [email protected]

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Reseñas

RAMÍREZ PEÑA, LUIS ALFONSO (2007). Comunicación y discurso. Laperspectiva polifónica en los discursos literario, cotidiano y científico. Bogotá:Cooperativa Editorial Magisterio. 258 pp. ISBN: 978-958-20-094-3.

Antes de iniciar cualquier recorrido por los caminos de la reflexión sedebería correr riesgos para poner en duda y bajo sospecha muchos de lossupuestos según los cuales se ha caminado. Por otra parte, siguiendo a Sábato,ciertos libros vitales, ciertas lecturas que encaminan lo que se piensa, no sebuscan sino que ellos, de alguna extraña manera, lo encuentran a uno, dan-do la sensación de que cada uno es el leído en esas lecturas-experiencias. Alinvestigador y docente Luis Alfonso Ramírez se le conoce como profesor,como lector, y ahora nuevamente como lectura, como alguien que pone enduda de modo riguroso los supuestos inamovibles de la lingüística, la litera-tura y los estudios del discurso.

Es una obra en la que se piensa el acontecimiento del discurso no desdelo social, ni desde el supuesto de lo ya producido, ni desde la referenciali-dad o la condición de representación, ni desde la sumatoria establecida enla fórmula texto + contexto = DISCURSO; ni, mucho menos, desde una instru-mentalidad o subordinación de uso para contenidos conceptuales. El autorno mira el discurso según quien lo recibe, ni en función del otro, ni de loque contiene, dejando de lado a quienes lo producen. Luis Alfonso Ramírezadopta una postura que, sin rechazar las anteriores, piensa el discurso desdequien lo produce, pues su preocupación, como docente, es pensar la singu-laridad, dado que no se puede pensar la novedad total. En su reflexión,Ramírez se refiere al riesgo que, desde el lugar del discurso, una personapuede acometer para liberar sus posturas ante el mundo y sus intenciones,sin negar que, de una u otra manera, todos se acogen a lo ya dicho. Sinembargo, acogerse no es reducirse. Pero tampoco hay que poner las mane-ras novedosas de producción discursiva por encima de las cotidianas, quetambién poseen algo del individuo, aunque no necesariamente estén dota-das de un cariz novedoso. “No niego la presencia dominante y dominadoraejercida en una frecuencia constante de los poderes y la ideología, peroafirmo que son los locutores quienes poseen las potencialidades para ejercero terminar el dominio con acciones discursivas”, afirma Ramírez (p.17).

La hipótesis que sustenta esta obra consiste en considerar el discursocomo “un conjunto de instancias de voces agrupadas en una voz significan-te ante unas necesidades concretas de relación comunicativa y de acción”(pp.17-18). Su enfoque se ubica en la abstracción de las condiciones deproducción. En lugar de posar la mirada en la lengua y en unas unidadesléxicas y de diferente orden, según el componente establecido en los ha-blantes, el autor constata que ellos poseen voces, voces que se expresan enuna sintaxis determinada por las condiciones y necesidades de comunica-ción.

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El método de la reflexión hecha escritura, que el autor practica tam-bién en la oralidad de los encuentros académicos de unas clases de las maes-trías en Lingüística Española y en Literatura Hispanoamericana del Semi-nario Andrés Bello, del Instituto Caro y Cuervo, y en las aulas de la Univer-sidad Pedagógica y la Universidad Distrital, entre muchas otras clases, gru-pos y encuentros, es un “antimétodo”, como lo ha afirmado muchas vecesen sus encuentros pedagógicos. Es decir, su modo de interpretación, antesque presentar categorías, fórmulas y aplicaciones de éstas, aporta indicios yprocedimientos para que sus escuchas (o lectores, como en el caso de estelibro) no sean receptores sino locutores de su propia producción de sentido.

Son muchos los recorridos realizados por el autor. Al inspeccionarlos,uno puede hallar los diálogos de Platón, los modos de ser culturales delpueblo griego, la manera de ser de la polis, el pensar y actuar de los sofistas,etc. En medio de este encuentro con el mundo griego clásico se encuentra laargumentación, que, además de una técnica establecida en la retórica, esuna “dinámica de relación entre los individuos y la polis” (p. 4). Esta diná-mica permea su postura y su planteamiento: nunca hay acuerdo sobre lomismo sino confrontación de diferencias, tensión entre voces y mundos,encuentro que se hace sentido por alguien y para alguien.

Estos supuestos, nacidos en la interpretación, son desarrollados en cadacapítulo. En el capítulo titulado “Comunicar, actuar y entender”, Ramíreznos dice que la comunicación es encuentro hecho condición de la relaciónsignificativa entre locutor e interlocutor en un acto discursivo. Hay quefugarse de los modelos telegráficos y tautológicos de comunicación, en loscuales el contenido, antes que un motivo de diferencia, es otro lugar de lamismidad, en donde el consenso, mas no la comunicación, es condiciónprevia, crítica que se origina en su conversación conceptual con Sfez (1995)y las teorías comunicativas que éste mismo critica. Por ejemplo el modelode orquesta de Bateson (1994), un modelo donde no hay quien comuni-que, pues la singularidad se reduce a aceptar y recrear la inmersión de cadauno en la totalidad comunicativa preexistente. La mirada de Habermas(1987), quien plantea una acción comunicativa, como parte de una acciónsocial, en la cual alguien pone en juego, previa racionalización, sus preten-siones para que sean aceptadas o rechazadas, con un norte: el consenso querealiza un compartir argumentativo de las partes. Este planteamiento y engeneral, las propuestas teóricas o prácticas sobre la comunicación, el len-guaje y la lengua proponen un modelo y un fin en función de lo concep-tual.

En este mismo capítulo el autor propone tres técnicas de comunicaciónque son respuestas a necesidades culturales, en tanto que son manifestacio-nes discursivas en las que la vieja dicotomía, oralidad y escritura, devienetricotomía al disponerse de una tercera técnica, la digital. Son técnicas si-multáneas aunque una aparezca primero y las otras sean posteriores. El pro-

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blema no es tanto saber cuál fomenta más la conceptualización y garantizamejor la permanecía de la memoria cultural y de la historia y cuál facilita lainteracción, la banalidad y el olvido. El problema es de necesidades, deinteracción, de conocimiento y de expresión, es indagar qué quieren losusuarios del sentido.

El capítulo que se titula “Antecedentes de los enfoques discursivos dellenguaje”, Ramírez continúa considerando el acto singular del productorpor el cual la comunicación establece o mantiene “relaciones significativasinteractuantes entre un origen o productor, su destino o punto de llegada yunas referencias” (p. 25). En otras palabras, el encuentro de las relacionessubjetivas, intersubjetivas y objetivas. En el mundo griego, las relaciones deintersubjetividad que dan cuenta de los usos del lenguaje y, por lo tanto, dela función preponderante de la retórica y la presencia de los sofistas paraenseñar una manera de llegar a ser ciudadano, se desarrollaron gracias a lacondición democrática de la polis: utilidad discursiva del lenguaje, que seobserva en Aristóteles (1985) y que se recupera en Perelmann (1989, 1997).Esta referencia al mundo antiguo no se hace tanto para sostener un mundoque cree y se consolida en la democracia como para hacer dudar de la ver-dad y la transparencia en un mundo actual que pierde la unidad de la ver-dad y donde el lenguaje como representación posee cimientos débiles yamenaza con derrumbarse, un mundo donde la retórica resulta necesariapara hacer evidente lo no evidente e, igualmente, lo evidente.

Otra tendencia que propone una respuesta a la pregunta sobre dóndeaparece lo discursivo, si es que aparece, es la que se ubica en las relacionesentre los mundos del texto, los consumidores de textos y los productores detextos. Se vuelve entonces a una perspectiva social y cultural. Es el caso deWodak y Meyer (2003), entre otros. Estas nuevas posturas o teorías noexaminan solamente qué se dice ni cómo se dice sino también cómo seimpide decir o cómo se impide desde el decir, y también cómo se cultiva ladesigualdad en el lugar del discurso, una de las preocupaciones de Teunvan Dijk (1998). Las nuevas tendencias se caracterizan por ser actitudes delinvestigador frente a usos sesgados del discurso en cuanto instrumento decontrol. A muchas de estas tendencias se las enmarca en el “análisis críticodel discurso”.

Y, en este camino de propuestas, otra sale al encuentro para ser inter-pretada, una que ve el discurso según la manera como alguien lo produce yproduce mundo, y que también mira cómo alguien es producido por eldiscurso de los demás. Por eso, afirma Ramírez que no sólo se piensa cómodominar con el discurso sino que igualmente se proponen maneras de fu-garse mediante el discurso

En el capítulo “Las voces en la culturización, socialización e individua-lización del discurso” se parte de un supuesto ya nombrado, la comunica-ción como condición, pues, de lo contrario, las condiciones de producción

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de sentido no serían condiciones sino simples competencias o simples agre-gados explicativos del contenido. Es cierta base común lo que provoca unencuentro: “la comunicación no se da entre quien sabe y no sabe nada;requiere, en cualquier caso, de una base común y compartida de saber”,afirma el autor (p. 91). En este capítulo se observa que, en la comunicación,el locutor es quien hace posible al otro al prefigurarlo y redireccionar lo queconcibe de él en el curso del encuentro, no necesariamente cara a cara. Estambién quien selecciona los referentes con las motivaciones para hablar.No obstante, el otro, como sociedad, afecta lo que el locutor propone, pu-diendo incluso sesgarlo al convertir su singularidad en continuidad de “lomismo”. Esta posibilidad del locutor y la influencia de la intersubjetividadaparecen como contenidos, siendo saberes o conocimientos que adquierenlímites por las necesidades del locutor y por la situación en que se produ-cen, pues ellas mismas superan o desbordan los significantes que los reali-zan. Por lo pronto, existen tres condiciones o ámbitos de saber, no datos ocategorías contextuales: la cultura, la sociedad y el individuo. Esta puestaen el sentido de múltiples voces bajo la voz de alguien, para alguien, segúnunas necesidades y orientaciones; este despliegue de una multiplicidad delas voces es una manera de darse la polifonía, no necesariamente un apare-cer presente de voces ajenas, también ausente, además no solo como pala-bras, también como discursos.

El capítulo “El discurso como argumentación, narración y descripción”nos muestra que la sintaxis, antes que de formas o de palabras, es de voces,y que éstas poseen tres maneras: argumentación, narración y descripción.Cada una se diferencia de las otras por la mayor o menor presencia delindividuo, de la cultura y la sociedad como contenidos. Si el individuo semanifiesta discursivamente en propuestas, planteamientos, opiniones, puntosde vista, etc., la argumentación es la sintaxis que ordena según unos signifi-cantes las necesidades de la significación. Si lo que predomina es la consta-tación y las relaciones cronológicas intervienen en este ordenamiento, lasintaxis es narrativa, y si lo que se busca es mostrar y predomina la voz de loreferido, con poca o nula presencia de quien produce el discurso, se hablade descripción. Esta última muy pocas veces se manifiesta sola: forma partede las dos anteriores.

Y en este recorrido “goloso” entre los diferentes capítulos, otro quellama la atención es el titulado “El discurso como enunciación del texto”.Lo que mueve al autor es presentar cómo se distribuye el contenido según lamanera particular de organizarse las formas significantes en función de lasnecesidades de la comunicación. Y esta distribución no es de formas sino depresencias de condiciones de producción, que se realizan en los que se de-nominan “marcadores”, los cuales son las formas que indican desde dónde ysobre qué se habla. Los marcadores establecen las relaciones entre el discur-so y las identidades que producen la comunicación y las acciones.

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Reseñas

Tal vez en este capítulo se plantea un choque con las concepciones máscomunes, en las que nombrar el texto es nombrarlo todo, es nombrar elcontenido mismo; hasta en el sentido común, es designar el objeto materialde una lectura. En el caso presente, vistas las necesidades de las ciencias dellenguaje y sus propuestas, en la lingüística, la semiología y otras disciplinasel texto se piensa como esa necesidad, el texto no resulta ser ese constructoestructural y sistemático que supera cualquier hecho concreto, esa necesi-dad de abstraer como condición para pensar. Por eso se habla del textocomo olvido de quienes deberían ser recordados: los agentes de su produc-ción y las condiciones de su gestación. Es su predominio lo que tambiénpermite el dominio de la función representativa del lenguaje, con lo que seinvisibiliza el discurso mismo. Entonces, si el texto es olvido, el discurso espresencia, es concreción significante, es “una inclusión de las voces del ‘él’,del ‘ello’ en el texto, del ‘yo’ en la enunciación y del ‘tú’ en el discurso”(p.157). Y la enunciación consiste en el proceso de producción que delimi-ta el texto al evaluarlo, al ubicarlo en la irrealidad y al organizar las estruc-turas significantes en narraciones y argumentaciones: es la verdadera apari-ción de la voz de un productor, denominado “enunciador”.

Otro punto de llegada, “Las voces en los discursos ordinarios, científi-cos y literarios”, guía la reflexión por un nuevo derrotero y la conduce a unadimensión discursiva relacionada con los escenarios que constituyen los sa-beres desde donde se habla, sea desde el individuo, la sociedad o la cultura.Los dominios son esos saberes y prácticas particulares que posee y maneja elindividuo. Los ámbitos son saberes y prácticas que orientan las actuacionesde oficios, profesiones y roles que se han constituido en imaginarios colec-tivos. Y los marcos son los saberes seleccionados de los ámbitos, seleccióndinamizada en los procesos mismos de producción. En este apartado sehace referencia, además, a los modos como se dan estos saberes en la repre-sentación y estos contenidos según el ámbito. De esa pluralidad formanparte, en primer lugar, la imagen, contenido perenne y concreto, sujeto alaquí y al ahora, a la cotidianidad y a la interacción inmediata, a los afectosy a la percepción, en segundo lugar, el concepto, contenido más general yperdurable por extraerse de él la experiencia del mundo, producto de diná-micas abstractas y de generalización, elemento común al discurso técnico-científico y a los ámbitos académicos, científicos y técnicos y, finalmente, laimagen poética o imagen conceptual, que generaliza y especifica, pone entensión lo singular y lo general, lo abstracto y lo concreto, y es característicodel discurso literario. La significación como pluralidad de procesos tam-bién tiene una manera de teñir el discurso. Estos procesos, que no debenconfundirse con figuras retóricas o literarias reducidas al límite de la pala-bra, son la sinecdoquización, la metonimización y la metaforización. Laprimera es la relación entre la significación propia de la imagen y la repre-sentación que posibilita la producción del discurso de la cotidianidad se-

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gún las relaciones parte-todo y todo-parte. Los procesos metonímicos esta-blecen relaciones de contenidos conceptuales desprovistos de condicionesde producción, los cuales fundan la significación en relaciones causa-efec-to. Y los procesos metafóricos, por su parte, articulan los mundos del locu-tor y el discurso a partir las relaciones de comparación del mundo referidoy el mundo propuesto.

Ya al final de su recorrido, Ramírez busca mostrar una ruptura con launanimidad del entendimiento, pues ambos, el locutor y el interlocutor,producen su andadura en el discurso, andadura que, de una primera mane-ra, busca un mayor ajuste de los interlocutores a la inmediatez y al recono-cimiento del contenido en función de la permanencia del contacto, la com-prensión; de una segunda manera, hace que el locutor produzca búsquedasque el interlocutor asume (por ejemplo, en el acto de la lectura, en la cual el“lector es conducido al acceso y búsqueda de conocimiento e información”(p. 244), la explicación, y, de una tercera manera, da lugar a un acontecerhermenéutico en el cual el locutor y el interlocutor se ajustan a las aperturasde sentido y donde se reconoce la diferencia entre la propia voz y la delotro, pues hay un cotejo de diferencias en la cual el sentido se va constru-yendo en el acontecer mismo del acercamiento al acto discursivo, manerapropia, pero no exclusiva, de la literatura, la interpretación.

Este último proceder del encuentro dado por el entendimiento en lasignificación es la manera de proceder de un individuo que busca y quiereexperimentar su singularidad. La interpretación implica ser responsable delsentido, encontrar sus fuentes, defenderlas, pero sin asumir un cierre o ago-tamiento de las posibilidades que ni siquiera quien produce supuso. Poreso, en el discurso, y por él, se puede ser libre: “La interpretación es nodejarse repetir, ni entrar en el círculo de lo mismo de los otros. Es no dejarreducir su diferencia a las reiteraciones de los demás, con quienes se com-parte el anonimato, en una masa en la que todos carecen de voz porque hayuna sola que las representa” (pp. 256-257). Este locutor e interlocutor, quecamina en la interpretación, es el lector o auditorio buscado, compuesto,antes que de profesores, académicos y estudiantes universitarios a quienesles interesen las reflexiones acerca del lenguaje, el discurso y la docencia,por individuos que se dejan provocar por la diferencia propia del sentido dequienes aun sospechan y crean.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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Reseñas

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curso. Barcelona: Gedisa.

Gonzalo Rubiano [email protected]

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FORO

LOS MEDIOS Y SUS EFECTOS

El texto de Pedro Santander, en el volumen 6(2) de la revista, defiende a losmedios de comunicación de tres acusaciones realizadas por “lingüistas destaca-dos”. Según estos últimos, los medios: 1) no cumplen con su función educadora;2) favorecen el deterioro del idioma y 3) contribuyen a “males sociales” como elsexismo, el racismo o la discriminación. Para Santander, la primera acusaciónencierra una “falacia funcionalista” y las otras dos encubren una “falacia mecanicista”,según la cual las acciones de los medios tienen un efecto directo en la sociedad.

En primer lugar, aunque los medios no deban tener necesariamente unafunción educadora – no es su función única ni la principal –, excepcionalmentepueden cumplirla. Sin entrar en demasiado detalle acerca de qué entendemospor educar, es innegable que los medios difunden ciertas informaciones, impar-ten ciertos valores, hacen circular ciertas ideologías. Que el “origen” de los me-dios de comunicación, su “esencia” y su “naturaleza” (si es que es válido utilizartales conceptos para caracterizar una institución social), no hayan estado liga-dos específicamente con este fin, no implica que eventualmente en su existenciamaterial e histórica no puedan adquirirlo. Por otra parte, si, como indica San-tander, “son las inquietudes comerciales e ideológicas las que mueven a los me-dios”, ¿no se relacionan también con los procesos y las instituciones dedicadosa la educación?

En segundo lugar, en relación a la cuestión del deterioro del lenguaje, cabepreguntarse en qué consiste y por qué es un problema. ¿Significa que el lenguajecambia a lo largo de la historia, que varía de acuerdo al contexto? Sólo podemoshablar de deterioro si consideramos que el lenguaje y la lengua estándar sonentidades equivalentes. Si como lingüistas estamos lejos de sostener esa equiva-lencia, ¿por qué deberíamos preocuparnos por refutar la afirmación de que losmedios contribuyen al deterioro? Desde una perspectiva crítica podemos abor-dar el problema de la norma preguntándonos qué papel tienen los medios decomunicación en su definición y consolidación. Pero más allá del mecanicismoo no de los efectos de los medios, el deterioro simplemente no es un problemalingüístico, a menos que sea la tarea de la lingüística la definición de lo correctoy de lo desviado.

En tercer lugar, con respecto a la influencia de los medios y sus discursos enla sociedad, Santander se pregunta: “si desaparecieran las expresiones clasistasen la prensa, ¿desaparecería el clasismo?; si los pobres no fueran estigmatizadospor los medios, ¿tendrían mayores oportunidades en la sociedad?”. Estas pre-

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guntas retóricas apuntan a la minimización del rol de los medios en la discrimi-nación y la reproducción del prejuicio.

Sin embargo, Santander olvida una cuestión central: los medios no son unente aislado de la sociedad, ni son ajenos a la circulación ideológica y económi-ca que tiene lugar en ella. Forman parte de un contexto histórico ligado a undeterminado sistema sociopolítico. Como toda institución social, no son inde-pendientes de este sistema: lo construyen y son construidos por él. No sonextraños a los intereses de las clases dominantes, a los procesos económicos, alas ideologías y las políticas empresariales. Es evidente que no son los responsa-bles últimos, la mano negra detrás de los males sociales como el racismo o elsexismo o incluso la pobreza: para que desaparezca el clasismo tiene que desapa-recer el sistema de clases. Sin embargo, esto no quiere decir que los medios notengan efectos en la sociedad en lo que se refiere a la construcción y legitima-ción del discurso clasista, racista o prejuicioso, aunque no podamos precisar apriori su alcance ni su especificidad. Es obvio que los medios no son la causa delclasismo, pero ¿podemos afirmar que no tienen ninguna relación con la cons-trucción y difusión de las representaciones discursivas que definen y legitimanlas prácticas clasistas?

Afirmar que si los medios dejan de usar determinadas formas estarán con-tribuyendo a la eliminación del racismo, del sexismo o de la discriminaciónsignificaría caer en la falacia de lo políticamente correcto. Como señala AliciaCarrizo, reemplazar una forma discursiva por otra no modifica la representa-ción social asociada. Decir “indigente” en vez de “negro villero” no constituyede por sí una acción progresista. Pensar en un efecto tan transparente y unívocoes pensar al lenguaje separado de la sociedad, sin tener en cuenta que las prácti-cas sociales están atravesadas por el lenguaje, como así también moldean sususos. Pero los medios ponen en funcionamiento discursos, que no causan uní-vocamente males sociales pero seguramente se relacionan con su difusión y suafianzamiento. El afán antimecanicista no nos autoriza a ignorar la importanciade la reflexión acerca del papel de los medios de comunicación en la construc-ción de prácticas discriminatorias, por un lado, y acerca de la posibilidad deintervención (entendida como problema, fuera de toda lógica simplista) de loslingüistas y analistas del discurso, por el otro. Estas preguntas representan inne-gablemente un punto de partida para tratar de mejorar la sociedad desde nues-tra esfera de trabajo.

En conclusión, Santander no se equivoca en decir que el efecto de los me-dios sobre los receptores no es inmediato, directo u homogéneo. Pero este argu-mento no alcanza para restar importancia a la existencia y la importancia de susefectos. La lingüística, desde una perspectiva crítica, y mediante el diálogomultidisciplinar continuo, debe abordar esta problemática.

Lucía [email protected]

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PUBLICACIONES RECIBIDAS

LIBROS

Alexandra Álvarez Muro (2007). Textos sociolingüísticos. Mérida: Vice RectoradoAcadémico. Universidad de los Andes.

Adriana Bolívar (Comp.) (2007) El análisis del discurso. Por qué y para qué. Caracas:Los Libros de El Nacional y Universidad Central de Venezuela.

Adriana Bolívar y Frances D. de Erlich (eds.) (2007). El análisis del diálogo. Reflexionesy estudios. Caracas: Fondo Editorial de Humanidades.

Daniel Cassany (2007). Afilar el lapicero. Barcelona: Anagrama.María Eugenia Flores Treviño (2007). El arte de persuadir en las publicaciones religiosas.

México: Universidad Nacional Autónoma de México.Mariana Gómez (2007). ¿Obsesionados por comer sano? La ortorexia: una lectura desde

la cultura y el poder. Maracaibo: Ediciones del Vice Rectorado Académico, LaUniversidad del Zulia.

Neyla Pardo Abril (2007). Discurso, impunidad y prensa. Bogotá: Centro EditorialFacultad de Ciencias Humanas.

Neyla Pardo Abril (2007). Cómo hacer análisis crítico del discurso. Santiago de Chile:Frasis.

Giovanni Parodi (2007). Lingüística de corpus y discursos especializados: puntos de mira.Valparaíso: Ediciones Universitarias de Valparaíso.

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REVISTAS

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Argentina.PÁGINAS DE GUARDA. Revista de Lenguaje, Edición y Cultura Escrita. Nº 3, 2007.

Argentina.PÁGINAS DE GUARDA. Revista de Lenguaje, Edición y Cultura Escrita. Nº 4, 2007.

Argentina.PÁGINAS DE GUARDA. Revista de Lenguaje, Edición y Cultura Escrita. Nº 5, 2008.

Argentina.ÚNICA. Revista de Artes y Humanidades. Año 8. Nº 18. 2007. Caracas.ÚNICA. Revista de Artes y Humanidades. Año 8. Nº 19. 2007. Caracas.ESCRITOS. Revista Universitaria de Arte y Cultura. Año 17, III etapa, Nº 21-22.

2005. Caracas.

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Indice acumulado

VOLUMEN 1 (1) 2001

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MARCUSHI, Luiz Antônio, Aspectos da questão metodológica na análise da interaçaoverbal: o continuum cualitativo-cuantitativo, 23-42.

CARBÓ, Teresa, Tocar el lenguaje con la mano: experiencias de método, 43-67.VAN DIJK, Teun, Algunos principios de la teoría del contexto, 69-81.ESPAR, Teresa, Estrategias enunciativas en el discurso irónico: un artículo de opinión

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Introducción multidisciplinaria, reseñado por Guillermo Soto, 103-125.Giovanni Parodi Sweis (comp.), Relaciones entre lectura y escritura: una perspectiva

cognitiva discursiva. Bases teóricas y antecedentes empíricos, reseñado por RebecaBeke, 127-130.

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VOLUMEN 2 (1) 2002

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reading dragons, reseñado por Irene Fonte, 111-114.Susan Hunston y Geoff Thompson (eds.), Evaluation in text: Authorial Stance and the

Construction of Discourse, reseñado por Nora Kaplan, 115-121.Ingedore Grunfeld Villaça Koch, Desvendando os segredos do texto, reseñado por Lenita

Vieira, 122-126.

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Indice acumulado

VOLUMEN 3 (1) 2003

CADEMARTORI D. Yanina, La inscripción de las personas en textos de divulgacióncientífica, 9-27.

CHAMORRO MIRANDA, Diana, MIZUNO HAYDAR, Jorge y MOSS, Gillian,Tergiversaciones y correspondencias: la metáfora y sus bemoles, 29-47.

GRACIA DA SILVA, Denise Elena, Discurso y cognición social en la “red” de lasmetáforas, 49-69.

MARTINS FERREIRA, Dina María, La identidad en la posmodernidad: Lula y laconstrucción discursiva del sujeto, 71-81.

VIEIRA, Lenita D., El mundo al revés. Humor en el discurso político, 83-91.

ReseñasLeda Berardi (comp.), Análisis crítico del discurso. Perspectivas latinoamericanas, reseñado

por Luisa Martín Rojo, 93-96.Luisa Martín Rojo (dir.), Ester Alcalá Recuerda, Aitana Gari Pérez, Laura Mijares,

Inmaculada Sierra Rodrigo y Mª Ángeles Rodríguez, ¿Asimilar o integrar?Dilemas ante el multilingüísmo en las aulas, reseñado por Dalia Ruiz Ávila,97-101.

Analia Brandolín y María Eugenia Rosboch, Transformaciones “al aire”: radio, mediosy poder, reseñado por Pedro Santander Molina, 102-107.

VOLUMEN 4 (1) 2004

ROMANO PACÍFICO, Soraya Maria y SOUSA ROMÃO, Lucília Maria,Intertextualidade e humor: No país do carnaval “Muito riso e pouco siso” é olema nacional, 7-24.

ACOSTA V., Gladys Lucía, El Ser y el Hacer del DIRCOM: un análisis en laperspectiva del discurso, 25-46.

RODRÍGUEZ ALFANO, Lidia y KOIKE, Dale April, La interacción en diálogostransmitidos por la radio en la frontera, 47-72.

KICZKOVSKY, Silvia, Los relatos tradicionales como vehículos de valores éticos,73-88.

HESS ZIMMERMANN, Karina, El desarrollo de la habilidad para manejar tiemposverbales en la narración, 89-102.

ReseñasPatrick Charaudeau. El discurso de la información. La construcción del espejo social,

reseñado por María Jesús Nieto Nieto y Otero, 103-104.Dalia Ruiz Ávila. Tejiendo discursos se tejen sombreros. Identidad y práctica discursiva,

reseñado por Irania Malaver, 105-107.Deborah Schiffrin, Deborah Tannen y Heidi E. Hamilton, (comps.) The handbook of

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VOLUMEN 4 (2) 2004

ZULLO, Julia y RAITER, Alejandro, Piquetes y piqueteros. Los actores sociales de lapobreza en la prensa argentina, 7-26.

ESCAMILLA MORALES, Julio y MORALES ESCORCIA, Efraín, Imaginariosculturales subyacentes en la canción vallenata, 27-53.

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por Juana Marinkovich, 113-115.Anamaría Harvey (comp.) En torno al discurso. Contribuciones de América Latina,

reseñado por Marianne Peronard Thierry, 121-125.Giovanni Parodi (ed), Discurso especializado e instituciones formadoras, reseñado por

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FLORES TREVIÑO, María Eugenia, La ironía y el humor en El Habla de Monterrey, 33- 47.GALLUCCI, María José, Argumentación y funciones estratégicas en el discurso político

venezolano: el cierre de campaña del referéndum revocatorio presidencial, 49-75.FONTE Irene y WILLIAMSON, Rodney, Marcos temporales y proyectos comunicativos:

el análisis de la temporalidad en la interacción verbal, 77- 94.RODRÍGUEZ ALFANO, Lidia y ELIZONDO REGALADO, Gabriela, Dime a quién

citas y te diré quién eres. La co-construcción de la identidad en el diálogo, 95- 106.SALGADO ANDRADE, Eva, Una nueva tipología para analizar la prensa en México,

107- 125.

ReseñasAlexandra Álvarez Muro. Poética del habla cotidiana, reseñado por Ainoa Larrauri,

127- 133.Jan Renkema. lntroduction to discourse studies, reseñado por María Valentina Noblía,

134- 137.Rodney Williamson y Fernando de Diego. Verbo e Imagen en la Telenovela mexicana,

reseñado por Yoconda Correa Maneiro, 138- 146.

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ReseñasLuís Alfonso Ramírez Peña y Gladis Lucía Acosta Valencia (comps.), Estudios del

discurso en Colombia, reseñado por Martha Shiro, 113-119.Viviane de Melo Resende y Viviane Ramalho, Análise de discurso crítica, reseñado por

João Bosco B. Bonfim, 120-123.Denise Elena García Da Silva, Nas instancias do discurso. Uma permeabilidade de

fronteiras, reseñado por Lúcia Gonçalves de Freitas, 124-128.

EntrevistaÓscar Iván Londoño Zapata, El análisis crítico del discurso (ACD), una actitud de

resistencia. Entrevista a Teun A. van Dijk, 129-135.

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VOLUMEN 6 (2) 2006

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Reseñas

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Teun A. Van Dijk, Dominación étnica y racismo discursivo en España y América Latina,reseñado por Luisana Bisbe, 112-120.

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Instrucciones para las reseñas

· La reseña tendrá como encabezado el autor (o editor), el año, el título, el númerode páginas, la casa editorial y el ISBN de la obra reseñada.

· En la introducción se identificará el tema y el problema central.· Se describirá la estructura de la obra (en capítulos, y partes, existencia de glosarios,

apéndices, etc.) y se hará una síntesis completa del contenido. Asimismo, seespecificará quiénes son los lectores potenciales del libro reseñado.

· El texto de la reseña será evaluativo y expresará la posición del autor frente a la obrareseñada.

· El libro reseñado se pondrá en relación con otros trabajos sobre el mismo tema y/o del mismo autor y se situará en el contexto del momento y lugar en que aparecepublicado.

· Se seguirán las convenciones de citas que se indican para el resto de las contribucionesa la revista de la ALED.

· El texto de la reseña tendrá un límite máximo de 3.000 palabras (aproximadamentediez cuartillas).

· Enviar dos copias en papel tamaño carta y una en disquete en formato de documentoWord (o compatible) a: Martha Shiro. Apartado 6339. Caracas 1010-A. Venezuela.E-mail: [email protected]

Instruções para as resenhas

· No encabeçado da resenha devem ser indicados o autor (ou editor), o ano, o título,o número de páginas, a casa editorial e o ISBN da obra resenhada.

· Na introdução serão indicados o tema e o problema central.· Descrição da estrutura da obra (em capítulos, ou partes, a existência de glossários,

apêndices, etc.) e apresentação de uma síntese completa do conteúdo. É importantea informação sobre os leitores potenciais do livro resenhado.

· O texto da resenha será avaliativo e expressará a posição do autor frente à obraresenhada.

· Comentar-se-á a relação entre o livro resenhado e outros trabalhos sobre o mesmotema, alheios ou do autor considerado, e situar-se-á a obra no seu contexto temporale espacial.

· Para as citações, serão seguidas as mesmas convenções que se indicam para o restodas contribuições da revista da ALED.

· O texto da resenha terá um limite máximo de 3.000 palavras (aproximadamentedez páginas).

· Enviar duas cópias em papel tamanho carta e uma em disquete em formatoWord (ou compatível) a: Martha Shiro. Apartado 6339. Caracas 1010-A.Venezuela. E-mail: [email protected]

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Instruções para os autores

· Política Editorial. A Revista Latino-americana de Estudios del Discurso publica trabalhos originaise inéditos dos membros pesquisadores da Associação. Os trabalhos recebidos são submetidos àarbitragem por parte de especialistas de reconhecido prestígio. O Comitê Editorial reserva-se odireito de sugerir aos autores modificações formais aos artículos que forem aceitos, assim comopublicá-los no número que considerar mais conveniente.

· Instruções para os autores: Os pesquisadores interessados em publicar seus trabalhos na Revista Latino-americana de Estudios del Discurso, deverão seguir as seguintes instruções:

1. Enviar seus trabalhos ao seguinte endereço postal:

Adriana BolívarRevista Latinoamericana de Estudios del DiscursoApartado 47075, Los Chaguaramos, Caracas 1041-A, Venezuela.

Os trabalhos também podem ser enviados em attachment às seguintes direções eletrônicas:

[email protected][email protected]

2. Os artículos deverão ser escritos em papel tamanho carta, com espaço duplo, de um só lado e teruma extensão máxima de 10.000 palavras ou 25 laudas, incluindo notas e bibliografia.

3. O texto do artículo deve ser precedido por um resumo em espanhol, português (resumo) einglês (abstract) de não mais de 150 palavras. Incluir-se-ão até seis palavras chave. Os títulosgerais e de seções devem ser breves e explícitos.

4. Todo artículo deve estar acompanhado por uma breve informação biográfica em numa extensãoentre 50 e 100 palavras, onde se indique o nome completo do ou dos autores, instituição ondetrabalha, telefone, fax e correio eletrônico. Do mesmo modo, dever-se-á proporcionar, de formaclara e completa, o endereço postal mais seguro para receber a correspondência.

5. As citações textuais de mais de 40 palavras devem insertar-se no texto com sangria de 1cm decada lado. Sua referência far-se-á segundo o sistema autor-data. Ao final da citação, escreve-se entre parêntese o sobrenome do ou dos autores, o ano de publicação e o número depágina. Exemplo: (Charaudeau, 2003: 25)

6. As notas devem enumerar-se consecutivamente e colocar-se ao final do texto, antes dasReferências Bibliográficas.

7. Todas as referências bibliográficas devem ser ordenadas alfabeticamente depois das notas, ecomo se verá a seguir: Livros: Ruíz Ávila, D. (2003) Tejiendo discursos se tejen sombreros.Identidad y práctica discursiva. México: Fomento Editorial. Capítulo de libro: Wodak, R.(2003) ‘De qué trata el análisis crítico del discurso (ACD). Resumen de su historia, susconceptos fundamentales y sus desarrollos’, en R. Wodak & M. Meyer (eds.) Métodos deAnálisis crítico del discurso, pp.17-43. Barcelona: Gedisa. Artículos: Chumaceiro, I. (2004)‘Las metáforas políticas en el discurso de dos líderes venezolanos’, Revista Latinoamericanade Estudios del Discurso, 4 (2): 91-112. As letras a, b, c, anexadas à data de publicação,podem ser usadas para referenciar trabalhos de um mesmo autor publicados no mesmo ano.

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Revista Lationamericana de Estudios del DiscursoRevista Latinoamericana de Estudos do Discurso

Instrucciones para los autores· Política Editorial. La Revista Latinoamericana de Estudios del Discurso publica trabajos originales e

inéditos de los investigadores miembros de la Asociación. Los trabajos recibidos serán sometidos aarbitraje por parte de especialistas de reconocido prestigio. Como consecuencia, el Comité Editorial sereserva el derecho de sugerir a los autores modificaciones formales a los artículos que sean aceptados, asícomo publicarlos en el número que considere más conveniente.

· Instrucciones para los autores: Los investigadores interesados en publicar sus trabajos en la RevistaLatinoamericana de Estudios del Discurso, deberán seguir las siguientes instrucciones:

1. Enviar sus trabajos a la siguiente dirección postal:

Revista Latinoamericana de Estudios del DiscursoAdriana BolívarEditora.Apartado 47075, Los Chaguaramos, Caracas 1041-A, Venezuela.

Los trabajos también pueden ser enviados en attachment a las siguientes direcciones electrónicas:

[email protected][email protected]

2. Los artículos deberán ser escritos en papel tamaño carta, a espacio y medio en Times New Roman 12,por una sola cara y tener una extensión máxima de 25 cuartillas, incluyendo notas y bibliografía.Tanto las imágenes, gráficos o tablas deben anexarse en su formato original (jpg, tif, gif, png, excel,power point...)

3. El texto del artículo debe ir precedido por un resumen en español, portugués (resumo) e inglés(abstract) de no más de 150 palabras. Se incluirán hasta seis palabras clave. Los títulos generales y desecciones deben ser breves y explícitos.

4. Todo artículo debe estar acompañado por una breve información biográfica y académica escrita enuna extensión entre 50 y 100 palabras, donde se indique con claridad el nombre completo del o losautores, nombre y dirección de la institución donde labora, teléfono, fax y correo electrónico.Asimismo, aparte se deberá proporcionar de forma clara y completa la dirección postal más segurapara recibir correspondencia.

5. Las citas textuales de más de 40 palabras deben insertarse en el texto con sangría de 1cm acada lado. Su referencia se hará según el sistema autor-fecha: al final de la cita se escribeentre paréntesis el apellido del o los autores, el año de publicación y el número de página.Ejemplo: (Romano y Sousa, 2004: 17), (Charaudeau, 2003:25).

6. Las notas deben numerarse consecutivamente y colocarse al final del texto, antes de las ReferenciasBibliográficas.

7. Todas las referencias bibliográficas deben ser ordenadas alfabéticamente después de las notas, y comose muestra a continuación: Libros: Ruíz Ávila, D. (2003) Tejiendo discursos se tejen sombreros. Identidady práctica discursiva. México: Fomento Editorial; capítulo de libro: Donaire, M. L. (2004) ‘Lapolifonía, una relación binaria’, en E. Arnoux & M.M. García Negroni (Comps.) Homenaje a OswaldDucrot, pp. 117-133. Buenos Aires: Eudeba. Wodak, R. (2003) ‘De qué trata el análisis crítico deldiscurso (ACD). Resumen de su historia, sus conceptos fundamentales y sus desarrollos’, en R.Wodak & M. Meyer (eds.) Métodos de Análisis crítico del discurso, pp.17-43. Barcelona: Gedisa.Artículos: Chumaceiro, I. (2004) ‘Las metáforas políticas en el discurso de dos líderes venezolanos’,Revista Latinoamericana de Estudios del Discurso, 4 (2): 91-112. Las letras a, b, c, anexadas a la fechade publicación, pueden ser usadas para referenciar trabajos de un mismo autor publicados en elmismo año.

8. Cada autor recibirá 2 ejemplares del número de la revista donde aparece su trabajo.

Adriana BolívarEditora de la Revista Latinoamericana de Estudios del Discurso

Apartado 47075, Los ChaguaramosCaracas 1041-A, Venezuela

Vanessa CourleanderAsistente de edición

Email: [email protected]