5EPTIEiVIBRE

Decíamos en los consejos para el mes deagosto que en algunas localidades altasdonde domina el espliego y la ajedréa, se daen ese m^es la verdadera gran tnielada, pro-Longándose a veces, si la temperatura y laslluvias son favprables, durante la .prymeraquincena de septiembre. En tales comarcassuele hacers^e la castra por San Miguel, yaun retrasan más la ,actz de miel los co] -^neneros fijistas; pero no deben ^er imita-dos por los apicultores dueños de colmenas^le cuadros, pues, para la buena salida dela miel ^en el extractor, se requiere una tem-peratura media superior a los ve7nte gra-dos, y no debe confiarse demasiado en losúltimos días de septiembre, y menos a ŭnen el veranillo de San Martín.

.A,demás de esta mayor facilidad de la-

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borar y extraér l^s panales n^ovilistas conbuena temperatura, es t^reciso no olvidarque después ^c devuclven a las ahejas parastt lintPieza y ^trre^to.

En los panrlle^ pasad^^s por el extractorquecla una p^^r^iicñí^ima canticlad ^ie miel:pem cn el conjnnto dc l^ ^s ^liez o veinte porcolmen.-t de cl^ndc sk^ l1a s:^cado la c^^eclta,en años Propicios y terren^s ricos en plan-tas melíferas, pueden lo^rarse tener tresalza`s con miel, Io que ya r^epresenta unacantidad bastante importante, la que reco-^en las abejas en estos panales y pasan aalmacenar en los de su nidr^ de cría, ^ondeles es precisc^ ^percular las celdas repletas,así como rrc^mponer Ios panales extraídos.Para todo est^ han de segre^ár cera ^^ ne-cesitan temPeratura alta.

P^r todas estas razones n^ convien^ de-morar muchn la castra, t^tnt^^ más si no ^e5la tínica n pr'incipal, es ^clecir, si n^n se tratade una s^e^unda rec^^lección complementa-ria. Tamhyén ha de tcnerse en cttentrt dejarya a las colmenas su provisi^n de invierno.porque ^después de septiembrc, cualduiera^ue sea la comarca donde ^estén instalada^,será muy cscasa la recoleccián de las abejas.

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Lns que r^ealizan apicultura ^^astoril otrashumante reinte^,rran sus co'menas a^colmenar d^ invierno y Primavera. Tamp -co deben retrasarse mucho cn h<lcerlo, porlas mi^mas razones ya ^expue^tas.

Otros trabajos muy importantes requic-re el colm^enar en estas fechas.

La inspección del nid^ de rría al retir^^rdefinitiivametlte ]as .alzas debe ser muy cui-dadosa para destruir ^en absoluto todo ras-tro de polilla, que todavía en este mes seha podido presentar y desarrollar con al-guna intensidad, y si se dejara sería unaplaga ^en la próxima primavera.

También debe anotarse con cuidado enla ficha de cada colmena el níimero de pa-nales con críá que tien^e a mecliadns de sep-tiembre. La puesta ^de la re''ina estl en re-lación con la fuerza d^e la población y elnéct^ir en ias flores, y es absolut^mente ne-cesaria esta cría de otoñc^ Para conservarla existencia de la colmena ^en la ^inverna-da. Su mayor o menor v^lumen es un in-dice de gran valor al apicultor Para juzgarde las posibili.dacles de cada uná. La que notenga en este mes por lo m^enos tres pana-les con cría y seis bien cubk^ertos de abejas

toa

debe pensarse en reunirla con otra antesd^e yue comicncen 1^ ^s f ríos y las lluvias oto-ñales. Lo m^ejor e^ hacerlo en el prc^p;o mesde sehtíembre, salvo rn comarcas muy ten^-pladas, donde puec^e esperarse a octubre•

Fl reunir c^^lm^ci^as cli;^ninuyrndo, p^>rt•anto, el rlúmero dc ellas e^ optración quecuesta gran•trahajo realizar a l^_^s princi-pYantes ansiosos de aumeutar su colmenar.Pero es necesaria y reproductiva.

Una colmena fuerte, ccm los diez pana-les del nido de cría bien cubiertos ^cl^e abe-jas en el mes de septiembre, lo^ dos p^^na-les de cada lado llenos clz miel y los restan-tes con anchas fajas de celdas ccrrad,as conbtancos opérculos en su parte superior, in-verna conservándose en perfle^to estado d^esalud y consume ^durante los días de fríomucba menos miel que otra raquítica, consólo cuatro o cinco cuadros cubiertos deabejas en los días septembrtinos.

El consumir ^una colm^ena fuerte m^no^miel que otra débil resulta par^idójico y nose convencen de ello los principiantes; peroes absolutamente cierta y la razón muy cla-ra. Las abejas permanecen agrupadas, for-mando una bola muy compacta en los pa-

:lntes de Ilegar los fríos, una última revisión de lo^panales permite al apicudtor cerciorarse de que en suscolmenas hay población y miel suficientes para pasar

bien el invierno.

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nales centrales durante los días crudos deinvierno. En esta casi absoluta inmovili-dad cc^men, para subs'istir, una cantidad in-significante de miel, si la bola es ^;rrande ybien construída la colm^ena, por^ue entretocias ^cneran iel calor para mantener lascondicirnles necesarias <^ su vida; pero 5ison p^cas, para de^arrollar la temperaturaprecisa, se ven forzadas a ent;ttllir mayorcantidad de alirnento, pues no dtisponen deotra £uente de calor, y r^or ello, aunque pa-rezca extraño, un grupo de diez o veintemil abejas emplea menos miel en alimentar-se durante el invierno que una colmena po-bre con sólo cinco mil h^abitantes. ^

^TiirRTl? i^F, RFI VAS rN (1T(^Ñ(1

El éxito o el fracaso en cttalquier exhlo-tac'ión s^e d^ebe a llevarla bi^en o mal. L,a in-<lustria apíc^la no es una ^excepción de estaregla ; por el contrad.i^ ^, es, acaso, en ia rluemás se pone de manifiesto la competenciay asiduidad clel propietario en el manejo desus colmenas, clue responclen siempre dan-do cose^chas tanto más abundantes cuantomás acertadamente han sido conducidas.

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Por ser industria rttral hnfluve de m^doprincipal en sus rendimi^entos la m^caeorc -lo^ía de cada año; pero, attn en los más cles-favorables, los buenos colmeneros s^^lenmejor librados que los malos.

EI apieultor debe conocer cómn se des-arrolla la vida en las colmenas, el ins^intode las abejas y sus necesidades p^ira ^ecun-dar este instinto, al l^rol^io tiempo que loexplota en su beneficio.

Si no se hace renovación forzada de rei-nas, como acontece en la may^ría ^le los col-menares, debe teners^e presente que las rei-nas viejas perecen con mucha frect,enc^a alfinalizar el verano ^ cnmienzos del otoñ{^,y las más d^e las veces les es imposible a lasabejas sustituirlas.

La normá. ^eneral en la vida dc la col-mena es ^qtte la renovacicín de reinas Ge rea-lice espontán^eamente eñ plena Primavera yya iniciada la ^ran mielada en L ► comarca.La forma más natural e instintiva es el cn-jambre, que, como todos saben, ^ale conreina v^ieja, funda la nueva colonia y dzjaen la cepa preparadas las reaYeras de don-de nacerá la que ha de sustituirla, o varia^si el año va muy abundante de floración ^^

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el afán de la co'onia hace sur^;^ir enjambress^ecundarios. En tc^ctc:^ caso, queda h^c;h^i 1arenovación en la colntena y<-c1 frente dle ellauna madre joven.

T^tmbién. sin necesiclad de que salga clenjambre, se da len primavera este prc^ce^ode crí^.l cíe rc^'ina, bien p^ ^r renuncia a un ir^i,-ciaclo prol>ósíto de enjambrar, dcbida acambios atmosféricos o hor n^anifiesto r^g^i-tamiento de la reina viieja cuando está en sucuarto año. Pero no pocas reinas, en su ter-cer año de vida, conservan gran fecundid^ad,llenan panales de cría, y, sea por agotarlaseste esfuerzo o por enfríamiento, cuan^do};^,^bre tiene descensos bru^cos de tem-

t `^era i^, perecen al comienzo del otoño 0_^en n&agosto, a veces sin dejar Puesta, o^au •, ejá dola, c^tianclo ya n<r' pueden lasabe 11^ ar a término feliz las realerasliçí^^^^l de calor o han desaparec.id^^ loszá s y la fecundación no se realiza.

La mayor parte de las reinas zanganerasson jóvenes no fecundadas, no viejas cadu-cas exclusivamente, como muchos creen.

En las cajás de cuadros se dan estos ca-sos anómalos con más frecuencia que en losviejos corchos. Por tres causas : r.$ La coi-

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rilena moderna, eon su mayor exter^^i 'opanal, exige un esfuerzo más ^ ►gota^lórre'ina en la puesta. a•° E^n c^^^lmentrstas se practica más y con más eficierisupresi^n de celdas rleales c^^mo iueclio deevit^rr el enjambre. Esta práctica puede im-padir una sustitución necesaria, danclo lu-gar a la muerte por cc,nsunc'ión cl^e la reinaen fec,ha inoportuna. Es una de las muchasrazones por las que no rne gusta la destruc-cíón rle realeras, pero hay muchos partida-rios de tal sis^ema, a los cuales es dificilísi-mo conven,cer de 1a inutilidad y peligrosque entraña. 3.8 En las colmenas de cuadros.son más bruscos los cambios de temperatu-ra interaior ^que ^en los antiguos peones, so-br^e todo si se descui^da un poeo la retiradade alzas y la reducción de piqueras.

En apicultura intensiva es necesario co-nocler ]a edad de las reinas de todas las col-menas y renovar éstas en su tercer año. Laocasión más propicia ^es en el final del ve-rano, y la cría de las nuevas rehnas dehe ha-berse hecho uno o dos m^eses antes para sus-tituir a las vi^ejas cuando ya tienen sesentadías de edad y han. alcanzado una ovifiea-ción suficiente a asegurar los nacimientos

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necesarios en Ia coiunia antes d^e la inverna-d,a. );,l mét^,da para evitar el enjambre idea-do por Snelgrove da con niuy poco trabajoel medio de obtx:ner reinas nuevas todos lusaños y^en cantidad suficiente para poderseleccionar las más fecundas; p^r otra par-te, en todu c^lmenar convienMe adquirir pe-riódicamente algunas reinas de casa de ga-rantía para renovar la sangre y evitar ladegeneración de raza.

La ^abcja q^rt^e mied te da,tamtriér^ ^ie^ie que yaritar;al meter lu; catad,eya,

^ j^ie^is^i do q^re lurs ^1^^ dejar.