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50 EXPANSION 12 - 25 DE OCTUBRE. 2009

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50 EXPANSION 12 - 25 DE OCTUBRE. 2009

La llegada de Mayorga dio a las empresas y Rroductoresesaaos en la siembra de transgénicos de maíz la esr.eran-

11- 24 DE MAYO, 2009 EXPANSION

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Semillas modificadasSe estima que entre 2009 y 2015. unpromedio de 15 países plantaráncultivos y transgénicos por primeravez. En seis años serán 40 (de unestimado de 192) las naciones quetengan este tipo de siembras.Superficie (millones de hectáreas)sembradas con transgénicos.

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País de maízAl ser México centro de origen del maízfue necesario elaborar un régimen deprotección especial:

• Zonas donde se buscasembrar maíz transgénicoSinaloa. Tamaulipas. Chihuahua.Jalisco. Guanajuato y Michoacán.Productividad por hectárea en lazona 10 a 12 toneladas.

• Zona protegidaPuebla. Tlaxcala y Oaxaca.entre otros. Productividadpor hectárea en la zona2.8 toneladas.

FUENTE: ISAAA.

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"Francisco Mayorga viene a sacar las autorizaciones paramaíz transgénico que su antecesor no pudo", dice SusanaCruicshank, directora de campañas de Greenpeace México.

El tema de los transgénicos está más caliente que nunca.Este mes se vence el plazo de seis meses que el gobiernofederal tiene para aprobar o rechazar las 25 peticiones quetiene de diversas empresas para experimentar con semillas demaíz transgénico. Hay otras dos solicitudes para experimen-tar con canola. Al cierre de la edición todas las solicitudes yahabían cumplido con siete de los nueve pasos que les exigeel proceso.

La industria no podía estar másinteresada en que estos procesos seaprueben. Según Fabrice Salamanca,presidente ejecutivo de Agrobio (unorganismo que agrupa a las empresasde biotecnología en el país), el merca-do de semilla transgénica en Méxicopodría valer unos 2,800 millones depesos (Mor). "Si tenemos el mismoéxito que en Estados Unidos, 80% delmercado de maíz será de transgénicosen 15 años", augura.

al surgimiento de un mercado de 'transgénicos genéricos' en elpaís. "El negocio no será monopolio de las trasnacionales, esta-mos sujetos a la ley de competencia y al liberarse las patentes,cualquier empresa le va a poder entrar", dice Salamanca.

Monsanto, el principal productor de semillas transgénicasen el mundo, es una de las empresas que espera la aprobacióndel gobierno para experimentar en México. Su interés es desa-rrollar semillas que luego pueda exportar a países que tengancondiciones parecidas a las del campo mexicano, como loscentroamericanos. Si se aprueban sus proyectos, Monsantopodría invertir en el país unos 200 millones de dólares (MOO)

en los próximos tres años."México es un mercado muy impor-

tante para Monsanto, puede ser considera-do para nosotros como el tercer mercadomás importante del grupo (después de EUy Sudamérica)", dice Andrés Félix, direc-tor de Asuntos Corporativos de AméricaLatina Norte de Monsanto.

La firma tiene un programa de me-joramiento en campos experimentalesen Jalisco, Nayarit y Guanajuato, dondeactualmente se generan los híbridos que

están adaptados a las condiciones de México.Pionner, un conglomerado estadounidense que además

de semillas vende insumos para el campo, planea invertir20 MOO si su plan de experimentación tiene la aprobacióndel gobierno.

El único candidato mexicano para invertir en el desarro-llo de transgénicos es el sinaloense Grupo Ceres, integradopor 13 empresas, desde la agricultura por contrato, venta deinsumos y tecnología, e investigación hasta el financiamien-to y seguros. A la fecha, Grupo Ceres tiene 4% del mercadode las semillas mejoradas.

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péEN SUS MARCAS ...En un primer momento, dice Fabrice Salamanca, el negocio delas semillas transgénicas podría quedar en manos de cuatroo cinco grandes trasnacionales (Monsanto, Pionner, Syngen-tha, Dow Agroscience y Basf), pero en un lapso de tres añospodrán incorporarse incluso pequeñas firmas mexicanas, loque extendería el negocio a unas 120 empresas de semillascertificadas en el país.

Además, en 2012 vencen al menos media docena de paten-tes de Monsanto en maíz y otros cultivos, lo que podría dar pie

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La compañía tiene acuerdos con firmas extranjeras quele pueden dar acceso a los genes necesarios para optimizar lassemillas mexicanas que ellos antes mejoraron. El grupo calculaque hacia 2012 podrían tener entre 10 y 20% del mercado enMéxico.

LA CUNA DEL MAízDesde la década de los 90, en México ya se utilizan semillastransgénicas para algodón y sorgo. El argumento para permi-tirlas fue que no eran productos para el consumo humano.

El caso del maíz es aún más polémico por ser Méxicocentro de origen de este grano. Este argumento frenó por añosla aprobación de las reglas que permitieran su siembra.

Hasta ahora, México sólo autoriza desarrollar semillasde maíz mejoradas, también conocidas como híbridas. Sonsemillas con un mayor potencial en una de sus característi-cas, como el rendimiento o la resistencia a plagas. Pero estemayor potencial sólo dura una generación.

Los transgénicos, en cambio, tienen genes que puedenaumentar su potencial en varias de sus características y estasventajas prevalecen en otras generaciones. Actualmente,existen semillas resistentes a la aplicación de herbicidas yplagas, y desde el año pasado hay semillas contra sequías ycontra heladas; otras optimizan el uso del agua, y hay unasque hasta tienen cualidades para mejorar el funcionamientocardiovascular de los consumidores.

Una semilla de maíz mejorada cuesta el doble que unasemilla normal. Pero ofrece un rendimiento de 10 a 15%

mayor y genera ahorros importantes a los agricultores alevitar la inversión en pesticidas. Los transgénicos, a su vez,pueden aumentar el rendimiento de la cosecha hasta 30%.

Diversos estudios calculan que al sembrar maíz transgé-nicos se podría duplicar en el mediano plazo los 21 millonesde toneladas que México produce, Esto sería suficiente paraevitar las importación de los 10 millones de toneladas que alaño se compran a EU

El camino de los transgénicos no ha estado libre de es-collos. La ley que los permite se aprobó en marzo de 2005.

Los problemas, sin embargo, se generaron al momento deelaborar y publicar el reglamento respectivo, en marzo delaño pasado.

El reglamento establecía la necesidad de elaborar un ré-gimen especial de protección del maíz, ya que al ser Méxicocentro de origen del grano, se buscaba preservar las especiescriollas.

El régimen especial se publicó en marzo de este año ydejaba toda la zona fronteriza con EU, Jalisco, Michoacán, Gua-najuato y la región de la Comarca Lagunera, como zona librepara la experimentación.

Esa delimitación no dejó tranquilos a los críticos de la ley."Las empresas no han logrado demostrar que los transgénicosson inocuos", dice Raúl Benet, director de campañas de OxfamMéxico, organismo que se opone al uso de transgénicos.

El gobierno mexicano ha dicho que hará todos los es-tudios necesarios para comprobar que los transgénicos sonseguros para la salud, antes de autorizar su siembra en elpaís. La aprobación dada el mes pasado al experimento parael trigo harinable es la primera que otorgan para granos deconsumo humano.

"Si tenemos el mismoéxito que en EstadosUnidos,en 15 años, 80% delmercado de maíz serátransgénico" .

FABRICE SALAMANCA,presidente ejecutivo de Agrobio.

EL GEN DE LA EXPORTACiÓNAbrir la puerta a los transgénicos pone a México en el filón deotra veta de negocios: la exportación de semilla genéticamentemodificada, un mercado valuado en 7,500 MDD anuales, segúnCropnosis, una firma de consulto ría en agrobiotecnología.

El país podría convertirse en el abastecedor de semillastransgénicas de al menos una docena de naciones. Sus micro-climas y su diversidad en alturas hacen del país el territorioperfecto para desarrollar una serie de semillas que se puedanadaptar a distintos suelos a lo largo del continente.

"México puede ser una estación de producción contra-cíclica de otros países", dice Félix, de Monsanto. "Mientrasnosotros estamos en época de cosecha, allá están en época desiembra, entonces podríamos ser nosotros los productores desemillas biotecnológicas para otros países".

Según el directivo, Monsanto tiene capacidad para pro-ducir desde México semillas para Estados Unidos, Europa(donde seis países ya siembran transgénicos), Centroaméricay Filipinas. Estos lugares suman más de 60% de la superficiemundial total sembrada de transgénicos.

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REGRESO SIN GLORIAHace 10 años, el gobierno federal prohibió que los investigado-res mexicanos experimentaran con organismos genéticamentemodificados. Su temor era que estos productos tuvieran efectossecundarios en los humanos.

Esta moratoria provocó que se suspendieran investigacio-nes como la de una papa transgénica que resistía virus, la cualtuvo una inversión de 600,000 dólares y ocho años de trabajo."Pudieron haberse desarrollado de tres a cinco líneas de inves-tigación con posibilidades de licenciarse", dice Rafael Rivera, elcientífico a cargo de este proyecto.

A la fecha, se desconoce el monto global de las pérdidaso proyectos truncos por esta prohibición. Cada uno de los pro-yectos tuvieron un costo de entre 3 y 8 millones de pesos y unmínimo de cinco años de investigación.

Entre los transgénicos que quedaron en el olvido en esadécada pérdida figuran los maíces tolerantes al aluminio y lassequías; así como papayas y jitomates con resistencia a virus.

La Universidad de Morelos desarro-lló, tras 18 años de investigación, biotec-nología para frijol y alfalfa gracias a la cualla planta es resistente a la sequía, la sali-nidad, las bajas temperaturas y aumentasus rendimientos hasta 57%.

La Ley de Bioseguridad y Organis-mos Genéticamente Modificados, apro-bada en 2005, estableció las reglas paraque México entrara de lleno a la era delos transgénicos. Pero ya es tarde para lamayoría de estos experimentos. "Muchosde estos desarrollos ya no pueden salir a(experimentar en el) campo ahora que la ley lo permite, porquela mayoría tiene una vida de 10 años y a estas alturas ya resul-tan obsoletos", lamenta Alberto Herrera, investigador con cincopatentes registradas de transgénicos en México y EU.

De no haber existido la moratoria, dice, se hubiera podidollevar de manera gratuita la semilla transgénica a los producto-

LA PRUEBA. El algodón fue el primer transgénico en México.

res, lo que hubiera ayudado a duplicar la productividad promedioactual de 2.8 toneladas de maíz por hectárea.

Se calcula que 80% del mercado de semi-llas mejoradas lo tiene una veintena de empre-sas. El resto es de pequeñas firmas o producto-res que generan sus propios insumos.

En maíces, entre 60 y 70% de la venta desemilla híbrida la realizan firmas trasnacionalescomo Monsanto, Dow AgroSciences, Syngentay Pionner, así como algunas nacionales comoRoyal de México, Grupo Ceres Internacional,Aspros y Semillas Conlee Mexicana.

México tiene centros de investigación quepueden desarrollar semillas transgénicas pero

se requiere una asociación con empresas que financien los pro-yectos. Las semillas podrían licenciarse para que se produzcana gran escala o licenciarlas sin pago de derechos para ayudar apequeños productores como una especie de trabajo pro bono.

Según los investigadores, algunas semilleras los han busca-do para consultarlos, pero aún no han cerrado ningún negocio.

"Muchos de estosdesarrollos ya nopueden salir al

campo porque yaresultan obsolelos".

ALBERTO HERRERA,investigador.

"México tiene potencial para convertirse en productorde semilla para exportar. Ya hay empresas que tienen plantasen México y en la medida que se desarrollen podremos serexportadores de semilla", asegura Salamanca, de Agrobio.

LA OTRA OPCIÓNAun si se acepta la siembra de maíz transgénico, esto no ga-rantiza que todos los productores lo usen en sus cosechas. "Elproductor va a ser quien decida si quiere usar o no los transgé-nicos", dice Ariel Álvarez, secretario ejecutivo de la ComisiónIntersecretarial de Organismos Genéticamente Modificados(Cibiogem), instancia encargada de establecer las políticas conrespecto al uso de los transgénicos.

Para quienes no puedan o no quieran sumarse a este movi-miento, hay diversas opciones. Una de ellas corre a cargo de laConfederación Nacional de Productores Agrícolas de Maíz deMéxico. El año pasado, este organismo echó a andar en Pueblael proyecto Maestro de Maíces Mexicanos, que tiene el objetivo

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de preservar las especies criollas. Hay 88 productores de lasierra poblana en el proyecto, el cual durará tres años.

El consejo de administración lo integran Monsanto, queaportará 21 MOr durante tres años; el gobierno de Puebla, queinvertirá 4.5MOr; la Confederación, que facilitará el equipo y la in-fraestructura en sus estados; y la Universidad Autónoma AgrariaAntonio Narro, que pagará el sueldo de II investigadores.

La universidad también donará el terreno para edificar elBanco de Gerrnoplasma, donde se conservarán y catalogarán lasrazas de maíz para buscar su denominación de origen. Si se logra,entonces se podría impulsar su uso con fmes industriales, lo quepermitiría colocar el producto en mercados especializados.

Uno de los objetivos de este proyecto es darle más op-ciones a los campesinos que siembran para auto consumo.Este grupo produce 2.8 toneladas de maíz por hectárea, unrendimiento que les impide ser competitivos. ~

(Con información de Verónica Carda de Leóny KarlaMartínez)