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Así se puede citar:Honores, L. & Merino, C. (2009). 5 pasos para solicitar asertivamente el cambio de una conducta inadecuada en el aula. Repsi, 18 (105).
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1. Estudiante de la especialidad de Psicología Educativa en la Universidad Nacional Federico Villarreal, Perú
5 PASOS PARA SOLICITAR ASERTIVAMENTE EL CAMBIO DE UNA CONDUCTA INADECUADA
EN EL AULA
Luis Honores Mendoza.1
César Merino Soto
Resumen
Este documento tiene como principal objetivo servir de guía que permita ayudar a los docentes, de nivel secundario
preferentemente, en la difícil tarea de expresar de forma asertiva y lograr el cambio de conductas inadecuadas de
los alumnos dentro del aula. Es importante mencionar que las sugerencias vertidas en este artículo no forman parte
de alguna receta infalible pero sí están basadas en la revisión de la literatura pertinente sobre el tema,
específicamente en la conocida técnica DEEC (Describe, Expresa, Especifica, Consecuencias) de Sharon y Gordon
Bower
El término “Asertividad”
La Asertividad fue descrita inicialmente en 1949 por el psicólogo Andrew Salter como un rasgo de la personalidad.
Se pensó que algunas personas lo poseían y otras no, exactamente igual como ocurre con la extraversión e
introversión. A mediados de los años sesenta, la asertividad era concebida como una técnica de la Terapia de la
Conducta y se referían a ella con el nombre de “Entrenamiento Asertivo”, una buena descripción de la práctica de
la Asertividad en esas épocas puede encontrarse en el libro Técnicas de terapia de conducta escrito por los
psicólogos J. Wolpe y A. Lazarus en el año 1966. En el año de 1970, Alberti y Emmons publican el libro Your
Perfect Life: A Guide to Assertive Behavior (Su vida perfecta: Una guía para el comportamiento asertivo), dedicado
exclusivamente a abordar la temática de la Asertividad, y con esta obra, coincide el “Boom” de la Asertividad, ya
que inician las investigaciones sobre el Entrenamiento Asertivo y su eficacia para vencer problemas de relación
social, cabe resaltar que todo lo narrado anteriormente aconteció principalmente en EE.UU. Actualmente, en países
de habla hispana, el término Asertividad sigue vigente, sin embargo ha sido desplazado por el término “Habilidades
Sociales” y suele incluírsele dentro de este último. Un tercer término se asoma, “Competencia Social”, y ya posee
instrumentos para su evaluación.
La conducta asertiva
Según Caballo (1997) la conducta asertiva es un conjunto de acciones que realiza una persona para expresar sus
sentimientos, actitudes, deseos, opiniones o derechos de un modo adecuado a la situación, respetando las mismas
libertades en los demás y buscando resolver y evitar los problemas. Las personas no suelen comportarse
asertivamente todo el tiempo, siendo en algunos casos algo poco usual, es por eso que se habla de otros dos estilos
de comportamiento. Cuando alguien no ejerce su derecho a expresar sus ideas, necesidades, sentimientos u
opiniones y prefiere no decir nada para evitar conflictos se está comportando de forma pasiva. Caso contrario,
expresar lo que pensamos o reaccionar sin considerar los derechos de los demás a ser tratados con respeto, es
propio del estilo agresivo, por ejemplo: cuando un alumno insulta y agrede físicamente a otro, por tomar sin
permiso su lapicero, se está comportando de forma agresiva.
El objetivo principal de este artículo es sugerir pasos al docente, basados en la técnica DEEC (Describe, Expresa,
Especifica, Consecuencias) de Sharon Bower y Gordon Bower para expresar sentimientos negativos, para solicitar
a los alumnos de forma asertiva y lograr el cambio de una conducta inadecuada dentro del aula.
Paso 1
Descríbele al alumno, en términos objetivos, la conducta ofensiva o molesta en la que está incurriendo. Antes,
observa y examina exactamente qué ha dicho o hecho el alumno. Luego, emplea términos concretos, describiendo
el momento, el lugar y frecuencia de la actuación. Describe la conducta, no el “motivo”. Algunos buenos
comienzos para las frases en este primer paso son: “Cuando tú…”, “Cuando yo…”, “Cuando…”
Buen ejemplo:
José, cuando Carlos ha salido a exponer, nuevamente lo has vuelto a insultar gritándole desde tu sitio que es un
“cabezón”. Esta es la tercera vez que ocurre en esta semana.
Mal ejemplo:
¡José! puedes dejar de molestar a tu compañero, siempre es lo mismo contigo, ¡ya me estas cansando!
Paso 2
Expresa lo más sincero que puedas tus pensamientos o sentimientos sobre la conducta problemática. Exprésalos
con calma, centrándote en la conducta molesta y no en el alumno. Algunos palabras de inicio en este paso serian:
“Me siento…”, “Pienso que…”,
Buen ejemplo:
Me siento triste porque tu comportamiento me da a entender que no deseas aprender en mi clase; y me molesta, que
dificultes que tus compañeros aprendan. Por ser más de una vez, estoy creyendo que lo estás haciendo adrede.
Mal ejemplo
¡Me tienes harta!, ya no voy a aguantar tu falta de respeto hacia mí, ni hacia tus compañeros.
Paso 3
Especifique, de forma concreta, el cambio de conducta que desea que lleve a cabo el alumno y un plazo adecuado
para cumplirlo. A veces es recomendable que se le pregunte al alumno si está de acuerdo con el cambio y el plazo
para cumplirlo con la finalidad de negociarlo, sin embargo otras veces no. Pídele pocos cambios y que no sean muy
grandes. Recuerda que si la conducta problemática ocurre con mucha frecuencia, es muy probable que el alumno
esté acostumbrado a comportarse de esa manera y no podrá cumplir con cambios exigentes. Buenos comienzos
pueden ser: “Preferiría…”, “Quisiera…”, “Me gustaría…”, “Me harías muy feliz si…”
Buen ejemplo:
Me gustaría José, que a partir de hoy y hasta el próximo viernes, dejes de insultar a tu compañero en mi clase,
principalmente llamándolo “cabezón”- pero él también me insulta, profesora- Si tienes algún problema con él u
otro compañero puedo escucharte, así como lo haré hoy, después de clases. ¿Estás de acuerdo?-Sí, profesora.
Mal ejemplo:
No quiero escuchar ni enterarme que has vuelto a insultar a Carlos. Pero el también me molesta, profesora. ¡Si lo
paras molestando como no te va a insultar!
Paso 4
Señale claramente las consecuencias positivas que proporcionará, las cuales deben estar en sintonía con el cambio
que realice el alumno, o que tendrán lugar en un tiempo determinado. En este paso, no está demás que repita el
cambio que desea o que acordó con el alumno. Si el paso cuatro falla o no puede realizarse, diríjase al paso cinco.
Buen ejemplo:
José, si dejas de insultar a Carlos poniéndole sobrenombres es muy probable que él deje de hacer lo mismo. Dejar
de insultar a Carlos y decirme si él te molesta, para que yo tome cartas en el asunto, es algo que tú mismo estás de
acuerdo a cumplir hasta el próximo viernes; si lo haces, te demostrarás que no necesitas insultar a tus compañeros y
además podré ponerte un punto más en conducta.
Mal ejemplo:
José, si te portas bien puedo colocarte una buena nota
Paso 5
Si el paso cuatro falló, ya sea porque no se respetó el plazo o porque el alumno no quiso estar de acuerdo en
cambiar de conducta. Señale las consecuencias negativas que proporcionará, las cuales deben estar en sintonía con
el cambio que realice el alumno, o que tendrán lugar en un tiempo determinado. Nuevamente repita el cambio que
desea o que acordó con el alumno.
Buen ejemplo:
José no pudiste respetar el acuerdo, acabo de escucharte gritar otro sobrenombre a Carlos. Si hasta el viernes no
cambia tu conducta, dejas de insultar a Carlos y me informas si él te molesta, tendré que disminuir en dos puntos tu
nota de comportamiento y citaré a tus padres al colegio y les diré que no estás respetando a tus compañeros.
Mal ejemplo:
¡José! Ya me contaron que volviste a insultar a Carlos, por lo visto tú no entiendes. Ya no voy a perder mi tiempo
hablando contigo. ¡Retírate del salón y ya no entres a mi clase!
¿Por qué es conveniente seguir estos pasos?
Se sugiere que estos pasos sean utilizados en la interacción con alumnos de nivel secundario, sin embargo pueden
ser muy útiles con alumnos de 5to grado en adelante. La razón más importante por la que recomendamos seguir
estos pasos es porque haciéndolo usted está defendiendo su derecho como docente y el de los alumnos, por exigir
respeto dentro del aula y lo más importante aún; exige respeto, respetando al alumno o alumnos que incurren en
conductas inadecuadas. Enseñamos a los alumnos a través del ejemplo, que al informar a los demás cómo nos
afecta su conducta, les estamos dando una oportunidad de cambiar su comportamiento y les estamos mostrando
respeto por su derecho a saber en qué posición se encuentran ante nosotros. Otras razones son:
Los alumnos son personas que estimamos por tanto merecen comunicación, no silencio
Si no hablamos con los alumnos sobre las conductas inadecuadas en las que incurren, será difícil solucionar
los problemas que dichas conductas generan
Así como tomamos la decisión racional, inteligente y madura de hablar sobre los comportamientos que nos
molestan de nuestros amigos y familiares, también podemos hacerlo con las otras personas por las que
sentimos afecto, nuestros alumnos.
Bibliografía
Caballo, V. E. (1983). Asertividad: definiciones y dimensiones. Estudios de Psicología, 13, 52-62.
Caballo, V. E. (dir.) (1997). Manual para el tratamiento cognitivo-conductual de los trastornos psicológicos (Vol.
I). Madrid: Siglo Veintiuno de España Editores.
Davis, M., McKay, M. & Eshelman, E. R. (1985). Técnicas de autocontrol emocional. Barcelona: Martínez Roca.
Lega, L. I., Caballo, V. E & Ellis, A. (1997). Teoría y práctica de la terapia racional emotivo-conductual. Madrid:
Siglo Veintiuno de España Editores.