5. Lectura Esping Andersen

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  • lja

    CAPTULO 5

    UN NUEVO EXAMEN COMPARATIVO DE LOS DISTINTOS REGMENES DEL BIENESTAR

    Despus de la contl;buci6n pionera de Richard Tilmus (1958), se han hecho intensos esfuerzos para elaborar una clasificaci6n de lo distintos estados del bienestar. Las tipologas pueden resultar tiles, como mnimo, por tres razones: en primer lugar, porque permiten una mayor economa de medio en el anlisis y nos ayudan a ver el bosque en lugar de un mirada de rbole ; en segundo trmino, porque, si podemos grupal' varias esp ces en funci6n de su semejanza en determinados atributos fundamentales, el analista podr identificar con ma

    pareja yor facilidad la lgica que subyace a su dinmica e. incluso, puede que )11'0 el a su causalidad; yen tercer lugar. las tipologas constituyen tiles he

    n'amientas para generar y comproba' hiptesis. larido. Las tipologas resultan problemticas debido a que la economa de

    medios se logra a expensas de los atices, pero, especialmente, porque son intrnsecamente estticas. Proporcionan una instantnea del mundo en un momento del tiempo, y no captan fcilmente las mutaciones ni el nacimiento de nuevas especies. En consecuencia, cualquier tipologa de los regmenes del bienestar conserva su validez slo en la medida en que la historia se mantenga inmvil.

    Las clasificaciones de los estado de! bienestar son el reflejo de una determinada poc ,en la mayora d los ca os el statu qzlO de las dcadas de 1970 y 1980. La tipolog d los tres n undos n la que se basaba mi anterior trabajo (Esping-Ander en, 1990) se ha cuestionado desde numerosos puntos d partida. y algunos de el! prop rcionan argumentos convincentes en favor de una profunda reconsideracin. Se trataba de una tipologa basada demasLado est ctamente en lo programas de mantenimiento de los ingresos, demasiado centrada nicamente en el nexo entre e tad y m rcado, y demasiad elaborada, d forma unidimensional, en torno 1obr ro de produccin masculino.

    La FactoriaDrets d'AutorAquesta obra est protegida pels drets d'autor i la seva reproducci i comunicaci pblica a les aules, aix com posada a disposici, s'ha realitzat amb l'autoritzaci de CEDRO. Queda prohibida la seva posterior reproducci, transformaci i comunicaci pblica en qualsevol mitj i forma, amb l'excepci d'una nica reproducci mitjanant impressora per a cada usuari autoritzat.

  • I102 FUNDAMENTOS SOCIALES DE LAS ECONOMAS POSTINDUSTRIALES

    Existen principalmente dos tipos de crticas que merecen aten La cin. Una cuestiona la simple trada, argumentando que deberamos vuelve distinguir otros modelos adicionales: un cuarto mundo, por as de micas ( cirlo. La otra cuestiona los criterios bsicos empleados en la elabora la prod cin de la tipologa. trabaja

    Pero antes de seguir, hay un aspecto que puede dar lugar a confu ciedad sin y que conviene aclarar. Las bases para la elaboracin de tipologas sola fUI que aqu (como antes) examinamos son los regmenes del bienestar, no tres reE los estados del bienestar ni las polticas sociales individuales. El trmino regmenes se refiere a los modos en que se reparte la produccin de bienestar entre el estado, el mercado y las familias. Puede surgir cierta ELRG confusin debido a que la palabra rgimen se suele aplicar a todo tipo de fenmenos: regmenes de pobreza o regmenes de pensiones, La por mencionar slo un par de ellos. Algunas de las crticas a los tres potic" mundos resultan, en cierto sentido, irrelevantes, ya que no se dirigen nor ele a los regmenes del bienestar, sino a los programas individuales. Se una fe puede aceptar el argumento de Leibfried (1992) de que existe un rgi rnea, men mediterrneo netamente diferenciado porque la asistencia social ltico d en la Europa meridional tiene un carcter nico. Pero aqu Leibfried solucie se equivoca, puesto que est estudiando un fenmeno cualitativamen ciudad te distinto. Un problema parecido es el que afecta a algunas contribu La ciones feministas, al menos en la medida en que han redefinido la va miento riable dependiente. Resulta indiscutiblemente relevante comparar los {acto a modelos basados en el cabeza de familia, y no hace falta decir que agrupa esto tiene una relevancia directa para las comparaciones entre los di Peroversos regmenes del bienestar, aunque, de nuevo, la tipologa de estos socied; regmenes no se basa o se refiere nicamente a una dimensin poltica obrer social; y, de nuevo, los regmenes basados en el cabeza de familia y social, los regmenes del bienestar constituyen dos variables dependientes margir distintas. lectivis

    tos fun s

    Los tres mundos del capitalismo del bienestar, reexaminados socialE eptab

    La mezcla privado-pblico constitua el principal eje analtico que sujetm sustentaba la tipologa de los tres mundos; las dimensiones definito pues, e rias clave eran el grado de desmercantilizacin y los modos de estratificacin, o, si se quiere, las solidaridades (Esping-Andersen, 1990). Las etiquetas que representan esta trada -liberal, conservador y socialde 1. A

    original d.mcrata- se derivan de la economa poltica europea clsica. Reflejan vertir, esp el empuje poltico e ideolgico que predomin en su evolucin histri cOl1serva~

    ms bienca, y que lleg a su punto culminante con la maduracin de los estados ferencia a del bienestar en las dcadas de 1970 y 1980. trieta aee

  • 103 rRIALES

    lerecen aten~ deberamos , por as de:n la elabora

    ugar a confude tipologas bienestar, no ileso El trmiroduccin de surgir cierta Ir a todo tipo : pensiones, as a los tres no se dirigen

    ~viduales. Se Kiste un rgi;tencia social qu Leibfried alitativamenlas contribuefinido la va:omparar los Ita decir que ; entre los dioga de estos 1sin poltica de familia y dependientes

    ninados

    analtico que mes definitolos de estrati:n, 1990). Las 'or y socialdesica. Reflejan ucin histri:le los estados

    VARIEDADES DEL CAPITALISMO DEL BIENESTAR

    La tipologa, independientemente de sus orgenes polticos, se vuelve esttica en el sentido de que refleja las condiciones socioeconmicas que prevalecan entonces; a saber: una economa dominada por la produccin industrial masiva; una estructura de clases en la que el trabajador manual masculino era el ciudadano prototpico, y una sociedad en la que la familia prototpica era del tipo estable y con una sola fuente de ingresos. A continuacin presentamos brevemente los tres regmenes del bienestar. 1

    EL RGIMEN DEL BIENESTAR LIBERAL

    Las races de la poltica social liberal se remontan a la economa poltica britnica del siglo XIX, concretamente a sus nociones de menor elegibilidad y de autosuficiencia. Dicha economa albergaba una fe ilimitada en la soberana del mercado. En su forma contempornea, los regmenes del bienestar liberales reflejan el compromiso poltico de minimizar el estado, individualizar los riesgos y fomentar las soluciones de mercado. Por tanto, desfavorecen los derechos de los ciudadanos.

    La poltica social liberal predomina en los pases donde los movimientos socialistas o democratacristianos eran dbiles o se hallaban de (acto ausentes. Como ha sealado Castles (1993), se da un peculiar agrupamiento de los pases anglosajones en torno al modelo liberal. Pero -como l mismo aade- es importante distinguir entre aquellas sociedades, como Australia y Gran Bretaa, donde el movimiento obrero desempe un papel significativo en la formacin de la poltica social, y aquellos otros, como Estados Unidos, en los que su papel fue marginal. En el primer caso, el estado del bienestar es ms global y colectivista. Descartando por el momento esta variacin, hay tres aspectos fundamentales que caracterizan al rgimen liberal.

    ste es residual, en primer lugar, en el sentido de que las garantas sociales se limitan tpicamente a los malos riesgos I o riesgos inaceptables. Adopta una definicin restringida a la hora de elegir qu sujetos tienen derecho a dichas garantas. La poltica social liberal es, pues, en gran medida la del socorro a los nios pobres del siglo XIX, fa-

    J. Aunque las etiquetas difieren, la tipologa posee una considerable afinidad con la distincin original de Titmuss (1958) entre los modelos residual, institucional y de xito industrial. Hay que ad vertir, especialmente a los lectores del continente americano, que aqu utilizamos los trminos liberal y conservador en su acepcin europea clsica. En consecuencia. liberal no implica izquierdista, sino ms bien el punto de vista neoliberal ligado al laissez..(aire; por su parte, tampoco conservador hace re ferencia a todo lo que no sea liberal, sea la derecha cristiana o el partido republicano, sino a su es tricta acepcin europea.

  • '104 FUNDAMENTOS SOCIALES DE LAS ECONOMAS POSTlNDUSTRIALES

    voreciendo las comprobaciones de los medios de vida o de los ingresos para averiguar el grado de desamparo y de necesidad. Consecuentemente, el peso relativo tle la asistencia social basada en las necesidades en comparacin con los programas de reconocimiento de derechos debera constituir un excelente indicador del

  • VARIEDADES EL CAPITALISMO DEL BIENESTAR 105

    resos razones, sin embargo, son distintas. Los liberales contemplan stos ente servicios como una actividad natural del mercado, como una responiades sabilidad individual; I s conservadores insisten en qu deben ser pre)s de n-ogativa de las familias. J o, las La tercera caracterstica del liberalismo es el fomento del mercalestar do. En ningn otro tiempo y lugar ha sido esto ms pronunciado quede la en la promocin norteamericana del capitalismo del bienestar en la :ular, dcada de 1920, o en la era Thatcher en Gran Bretaa. De hecho, hasta oder el New Deal, en la dcada de 1930, Estados Unidos no introdujo los )r las prim ros programas de seguridad social de mbito nacional. Como yale un hemos ealado, el planteamiento residual cultiva los dualismos: los lobal sujetos de riesgos aceptables pueden valerse por s mismos en el mermda, cado; los de riesgos inaceptables pasan a el' dependientes de la a i ocia tencia social. Hay, por supuesto, varias maneras de actuar en el merNue cado: individualmente (planes de pensiones personales, seguros de 30% vida, etc.), o colectivamente (seguros colectivos o planes de previsin estas profesionales). Lo que ambas tienen en comn es que, en general, se

    ben fician de sustanciales d sgravaciones fiscales. lo de Los regm nes del bienestar se hallan bastante polarizados en e de cuanto al papel de la provisin del mercado: el ratio entre las pen iomen nes pbli a y las pIi adas es de 0,5 en Au t lia, 0,7 en Canad, 0,4 en ubsi Japn y 0,3 en Estados Unidos, mientras que en la Europa continental y de o en Escandinavia pasa a ser del orden de 0,1 (o menos).4 En el caso de mer la sanidad, sin embargo, el panorama resulta menos claro. Varios payuda ses europeos parecen ser bastante privados (20 % del total en Alemaldios nia; 36 % en Australia) debido a que una gran parte de la asistencia a'es, y nitaria esta en manos del tercer ector, es decil~ las asociacione sin id fo fines lucrati os. Y algunos regmenes liberales, como Canad y Gran 'lijas Bretaa, cuentan con un seguro d enfermedad universal. La asisteny de cia s nitaria privada predomina en Estados Unidos (57 % del total), o re pero tambin aqu las organizaciones sin nimo de lucro (como Blue elnas Cross-Blue Shild) desempean un papel decisivo. pro En Australia, Gran Bretaa y Estados Unidos los planes de predad visin privados han siclo tradicionalmente ms colectivos que indireta viduales, debido en gran medida a las tradiciones de negociacin

    colectiva de dichos pases (Esping-Andersen, 1990, tabla 4.2). La dis:ida minucin de la afiliacin y la cob rtun.1 sindicales parecen contriLas buir, no obstante, e osionar los planes profe ional s y a fomentar

    un mayor individualismo. Esto resulta especialmente evidente n Eslados Unido , donde la cobertura de 1 s planes de pensiones profe

    objeto antea.lltili 3. Esto se ha examinado en el captulo 4.

    4. Calculado a partir de Esping-Andersen (1990, tabla 4.3).

  • 106 FUNDAMENTOS SOCIALES DE LAS ECONOMAS POSTINDUSTRIALES

    sionales ha pasado de un 50 % en 1970 a menos de una tercera parte TABLA 5 en la actualidad. 5

    Si definimos el modelo liberal en funcin del peso de su carcter residual (pocos derechos y unos modestos niveles de desmercantilizacin) y del de los mercados, hay claras evidencias de la existencia de

    Asistenci,distintos grupos de naciones. Los dos atributos se hallan sumamente pareencorrelacionados. Por otra parte, el grupo de los regmenes del bienes Pensianel tar liberales es, casi invariablemente, anglosajn: Estados Unidos, Ca pareen nad, Australia, Irlanda, Nueva Zelanda y Gran Bretaa. 6 Si tomamos Seudo-R2 dos medidas clave -la asistencia condicionada a la comprobacin de

    * Pnlos medios de vida, como porcentaje del gasto social total (a principios ** Pn de la dcada de 1990), Ylas pensiones privadas, como porcentaje de las Fur,NT;: pensiones totales (dcada de 1980)-, y las correlacionamos con una nacin liberal ficticia, la asociacin resulta ser fuerte y positiva: ruega y +0,68 para la variable asistencia, y +0,52 para variable pensiones pri y 1940, vadas. En el caso de los regmenes socialdemcratas y conservadores, en Fin}; las correlaciones son negativas (-0,31 y -0,41 para la asistencia, y cosa Sal -0,27 Y-0,29 para las pensiones privadas).? Esto se puede presentar en por las ( trminos de ratios de probabilidades logsticas, como en la tabla 5.1. el perol

    La tabla 5.1 muestra que el rgimen liberal se puede predecir bas De tante bien por medio de estas dos caractersticas, mientras que clara -salvo mente no ocurre lo mismo con los otros dos. Esto sugiere tambin que 1981). ) el sesgo en favor de la asistencia social constituye un rasgo ms distin SOcorro tivo que las pensiones privadas. a poco E

    de 1940 nocimie

    EL RGIMEN DEL BIENESTAR SOCIALDEMCRATA tuvo pre mermo

    Este rgimen es prcticamente sinnimo de los pases nrdicos. y 1981, la es asimismo el ms reciente a nivel internacional. En Dinamarca, No- gresos) :

    jubilad< Ade

    5. El modelo australiano de un estado del bienestar de los asalariados, como lo llama CasI les est espl (1993; J996). se puede considerar un caso especial de bienestar sesgado en favor del mercado; de hecho, unos ni,Castles insiste en que Australia (junto con Gran Bretaa) se debe clasificar como un modelo liberallaborista. Lo que sustenta el estado del bienestar australiano, en apariencia tpicamente residual y ba pi, 1983 sado en la prueba de medios. es la tradicin de una garanta, de (ac/o, tanto de un empleo como de un mayorasueldo elevado para el varn cabeza de familia. En consecuencia, las garantas del bienestar se han im

    conjunt(plantado en el mercado de trabajo. 6. Gran Bretaa constituye un caso particularmente interesante, ya que en la dcada de 1950 ha cadas dE

    bra resultado difcil diferenciarla de -Escandinavia. Este es un caso evidente de tipologas que se deshacen debido a los cambios histricos. una cuestin a la que nos referiremos ms adelante.

    7. Los datos de la asistencia social se derivan de Gough el al. (1997. tabla 2); los de las pensiones 8. No privadas, de Esping-Andersen (1990, tabla 4.3). Los siguientes pases puntan como "liberales: Austra eralas en nc lia, Canad. Irlanda. Nueva Zelanda. Suiza, Gran Bretaa y Estados Unidos; los socialdemcratas in embargo. es cluyen a Dinamarca. Finlandia, Noruega y Suecia; y los conservadores, a Austria, Blgica, Francia, Ale dinava exisl mania, Italia, Japn y Jos Pases Bajos. Vase ms adelante para un mayor detalle. el tiempo (E

  • RIALES

    ,ercera parte

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    nte. S de las pensiones liberales: Austra

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    VARIEDADES DEL CAPITALISMO DEL BIENESTAR 107

    TABLA 5.1. Ratios de probabilidades logsticas para el predominio de la asistencia social y las pensiones privadas en cada rgimen del bienestar

    Rgimen Rgimen Rgimen liberal socialdemcrata conservador

    Asistencia social como porcentaje del total 1,185** 0,855 0,922

    Pensiones privadas como porcentaje del total U88* 0,925 0,924

    Seudo-R2 0,681 0,088 0,215

    * Probabilidad mayor de 0,05. .. Probabilidad mayor de 0,0 l. FUENTES: Esping-Andersen (l990, cap. 4) y Gough el al. (1997).

    ruega y Suecia, sus cimientos se constituyeron en las dcadas de 1930 y 1940, con el advenimiento de un gobierno socialdemcrata estable; en Finlandia hubo que esperar veinte aos ms. Sin embargo, una cosa son los cimientos, y otra el estado maduro. Hay buenas razones por las que deberamos reservar la etiqueta de socialdemcrata para el perodo que se inici a mediados de la dcada de 1960.

    De hecho, las races histricas de la poltica social nrdica fueron -salvo algunas excepciones menores- bastante liberales (Kuhnle, 1981). Y su herencia, como en Gran Bretaa, fueron los programas de socorro a los pobres del siglo XIX. stos se fueron transformando poco a poco en programas de asistencia social, y luego, a partir de la dcada de 1940 y pasando por la de 1960, en los modernos programas de reconocimiento de derechos. Sin embargo, el embrin del universalismo estuvo presente en los estados del bienestar escandinavos ya desde el primer momento. Dinamarca se convirti en un pas pionero cuando, en 1981, la asistencia a la tercera edad (condicionada a una prueba de ingresos) se ampli a todo el colectivo de ancianos. El plan de seguro de jubilacin sueco de 1913 aspiraba, al menos en espritu, a ser universal.

    Adems del universalismo, el estado del bienestar socialdemcrata est especialmente comprometido con una cobertura de riesgos global y unos niveles de subsidio generosos, as como con el igualitarismo (Korpi, 1983; Esping-Andersen, 1990; Hicks el al., 1989; Stephens, 1996). La mayora de los estudios coinciden tambin en sealar que este peculiar conjunto de atributos es, en gran parte, el resultado poltico de varias dcadas de gobierno socialdemcrata fuerte, e, incluso, hegemnico.8

    8. No resulta diffeil rastrear el vinculo histrico enlre Jo que perseguan los lderes socialdemcratas en nombre de la solidaridad socialista, y lo que finalmente surgi, especialmente en Suecia. Sin embargo, es posible que esta correlacin histrica sea falsa en el sentido de que en la sociedad escan dinava existe una cultura de solidaridades universalistas cuyas rafees se remontan mucho ms atrs en el tiempo (Badwin, 1990; EspingAndersen, 1992).

  • 'I

    108 FUNDAMENTOS SOCIALES DE LAS ECONOMAS POSTINDUSTRJALES

    Que el universalismo constituya la piedra angular de la poltica de reparto de riesgos socialdemcrata no basta para distinguirlo como tipo de rgimen netamente diferenciado. Las pensiones populares o la asistencia sanitaria nacional socialdemcratas son slo marginalmente ms universalislas que sus hermanas britnicas u holandesas de la posguerra. Es cierto, sin duda, que ]os pases nrdicos han llevado los lmites del universalismo ms all que ningn otro pas. Y -lo que es ms importante- aqu los derechos se vinculan a los individuos y se basan en la ciudadana (mientras que las pensiones britnicas y holandesas se basan en la aportacin realizada), antes que en una necesidad demostrada o en una relacin laboral (Palme, ] 990). Y donde realmente destacan los pases nrdicos en comparacin con otros sistemas de tendencia universalista (como el britnico) es en su tentativa deliberada de marginar el papel de la asistencia basada en las necesidades.

    El rgimen socialdemcrata se distingue tambin por su activo y -en cierto sentido- explicito esfuerzo para desmercantilizar el bieneslar; para minimizal~ o abolir completamente, la dependencia del mercado. Mientras que Gran Bretaa (as como los Pases Bajos) ha fomentado los servicios de bienestar privados, especialmente a lo que se refiere a pensiones y servicios asistenciales, los pases nrdicos lucharon deliberadamente para cen-ar las puertas al mercado con el fin de maximizar la igualdad. Cuando, en la dcada de 1950, empezaron a difundirse las pensiones laborales privadas como manera de compensar las pensiones pblicas de tarifa nica, bastante exiguas, los pases nrdicos (excepto Dinamarca) respondieron con un sistema pblico de nivel intermedio; Gran Bretaa, en una situacin parecida, primero vacil y a la larga pem1iti que reinara el mercado (Hedo, 1974; Pierson, 1994); los Pases Bajos fomentaron las pensiones laborales basadas en las empresas.

    Cerrar las puertas a los servicios de bienestar privados slo resulta factible si los subsidios son suficientes. No cabe duda de que las socialdemocracias nrdicas ostentan unas tasas de sustitucin de los ingresos muy elevadas en todos los niveles. En diversos ndices relacionados con programas concretos, o en los ndices sintticos de desmercantilizacin, Suecia, Noruega y Dinamarca obtienen las punluacin ms alta de todo el mundo (Finlandia se sita un poco por encima de la media) (Esping-Andersen, 1990, tablas 2.1 y 2.2). Otras comparaciones ms recienles dan un resultado similar (Ploug y Kvist, ]994). Sin embargo, la sustitucin de los ingresos generosa no constituye un atributo nicamente socialdemcrata. De hecho, el grado de desmercantiIizacin de los Paises Bajos y de Blgica es apenas inferior al de Dinamarca. Y, como ocurre con las pensiones, la generosidad ele Es

    candinavia pal mission of the

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    El pleno e damental en en otras parte~ otros pases es mximo cre Finlandia y Sl pleno empleo: bargo, esto no

  • s VARIEDADES DEL CAPITALISMO DEL BIENESTAR 109

    poltica candinavia palidece alIado de los subsidios italianos y griegos (Comnguirlo mission of the European Communities, 1993). s popu La cuestin es que, si limitamos nuestro estudio de la desmercanDn slo tilizacin a los programas estndar de transferencia de renta, la gran lS u ho divisin entre los regmenes no sera tanto la de los socialdemcratas rdicos en un lado y todos los dems en el otro, sino que, ms bien, vendra Jn otro dada por el hecho de que el rgimen liberal proporciona nicamente culan a subsidios modestos en comparacin con cualquiera de los otros dos. nsiones Lo que resulta especficamente soci ldemcrata es, pues, en primer lu1, antes gar la fusin del universalismo con la generosidad, y en segundo trPalme, mino su socializacin global de los riesgos. mpara A principios de la dcada de 1970, la mayora de los estados del tnico) bienestar no liberales haban llegado a un nivel bastante parecido de lcia ba- globalidad en lo que se refiere a los programas de subsidios en dinero.

    Fue en ese momento, sin embargo, cuando e rgimen socialdemcral tivo y ta sigui complementando por su cuenta los programas estndar de . el bie proteccin de los ingresos con unos servicios sociales y un generoso Icia del programa de sostenimiento de los ingresos para las mujeres trabajadojos) ha ras. Encabezados por Dinamarca y Suecia a finales de la dcada de lo que 1960, los estados del bienestar nrdicos se convirtieron en estados de lcos lu servicios. Sobre los s rvicios sanitarios (en los que apenas se distinn el fin guan de los dems pases) se construy una estructura de servicios

    a enorme e integral dirigida especialmente a las familias necesitadas. lmp n- Como ya vimos en el captulo 4, la atencin a los nios y a los ancianos pases resulta especialmente privilegiada. El resultado neto es que hoy los llico de funcionarios pblicos constituyen ms del 30 % de la poblacin activa, rimero es decir, ms del doble de la media de la OCDE. l; Pi r El modelo socialdemcrata y 1 igualitarismo se han convertido s basa- prcticamente en sinnimos. Para muchos, el elemento igualitario es

    simplemente la prctica del universalismo: todo el mundo disfruta de resulta los mismos derechos y subsidios, sea rico o pobre. Para otros, tiene sociaJ que ver con la promocin activa del bienestar y las oportunidades vitaingre- les (q izs slo evidentes para las mujeres). Y an otros equiparan el )nado igualitarismo a la redistribucin y la eliminacin de la pobreza. Como :antili veremos en posteriores captulos, todos ellos tienen razn. m ms El pleno empleo ha constituido seguramente un compromiso funa de la damental en el modelo socialdemcrata; pero tambin lo ha sido ciones en otras partes. Lo que diferencia a Escandinavia de la mayora de los in em otros pases es un nivel de desempleo decreciente y un nivel de empleo atribu mximo creciente. Dado que, primero Dinamarca, y ahora tambin rcanti Finlandia y Suecia, sufren un desempleo masivo, la coincidencia del . al de pleno empleo y la socialdemocracia parece haberse destruido. Sin emde Es- bargo, esto no resulta tan claro como podra parecer. Por un lado, de

    ~aron

  • 110 FUNDAMENTOS SOCIALES DE LAS ECONOMAS POSTINDUSTRIALES

    bemos distinguir entre el resultado actual y el compromiso poltico. vados. E En lo que se refiere a este ltimo, la coincidencia sigue existiendo. Es los tres 1 posible que la expansin del empleo pblico en los pases nrdicos nes privo desde la dcada de 1960 estuviera guiada por preocupaciones igualita La t rias, pero ciertamente era tambin un medio de fomentar el empleo. bilidade Puede que el actual desempleo de los pases nrdicos no difiera dema mcrata siado -pongamos por caso- del de Alemania o Francia, pero ste se probabi da sobre el teln de fondo de una tasa de empleo del 75-80 %, en lugar bien no. del 50-60 %, debido principalmente a que ya se haba conseguido la mas vist plena participacin de las mujeres. El compromiso con el pleno em tas varia pleo resulta igualmente evidente en las polticas activas del mercado de trabajo, tanto en trminos de recursos gastados como en el nmero de personas que son objeto de los diversos programas de formacin, EL RGI1 readaptacin o reciclaje profesional.

    El bienestar escandinavo y la poltica de empleo siempre se han Eti< formulado en trminos de productivismo, es decir, de maximizacin conserv del potencial productivo de la ciudadana. Superficialmente, esto pare sealar ce un eco de lo que los norteamericanos denominan workfare (de work, tura. Er trabajo, y welfare, bienestar). En realidad, son dos cosas distintas. pe ur En Estados Unidos, el workfare implica que las prestaciones sociales guerra] estn condicionadas a que el receptor acepte realizar determinados meras J trabajos, mientras que el productivismo nrdico implica que el esta nrquic do del bienestar debe garantizar que todo el mundo disponga de los re rativisn cursos y la motivacin necesarios para trabajar (y que el trabajo est Rerum disponible). fluencie

    El rgimen socialdemcrata, pues, representa inevitablemente un este gru nexo dominado por el estado. Pero los estados del bienestar nrdicos, mo de y en particular Suecia, pasan hoy por una mala poca, por usar la ex coalici< presin de Stephens et al. (1994). Por razones presupuestarias, los go con un biernos han reducido las prestaciones sociales: bajando las tasas de La sustitucin, introduciendo das de espera antes de cobrar el subsidio mentac de enfermedad, reduciendo la duracin del subsidio de desempleo, y -lo que quizs resulta ms ominoso- introduciendo elementos de se

    TABLIleccin en los destinatarios de las pensiones populares. Aunque los recortes marginales apenas afectan a la esencia del rgimen socialde )'

    mcrata, s puede que lo haga la puesta en marcha de una prueba de ingresos pa:::a las pensiones, ya que esto implica un retroceso cualitativo con respecto al principio del universalismo: se est redefiniendo la Univ nocin de solidaridad de los riesgos. Pens

    Examinemos de nuevo la validez de los regmenes. Adems de su Seud X2fuerte acento en la desfamiliarizacin (que examinaremos ms abajo),

    hay dos caractersticas del rgimen socialdemcrata que destacan: el '* Pn

    universalismo y el carcter marginal de los servicios de bienestar pri- FUENT

  • Iltico. lo. Es dicos lalitalpleo. lemaste se lugar dola ) em'cado mero cin,

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    VARIEDADES DEL CAPITALISMO DEL BIENESTAR 111

    vados. En la tabla 5.2 presentamos los ratios de probabilidades para los tres regmenes tipo; los valores para el universalismo y las pensiones privadas proceden de Esping-Andersen (1990, tabla 3.1).

    La tabla 5.2 confirma ms o menos lo que era de esperar. Las probabilidades de que encontremos el universalismo en el rgimen socialdemcrata son comparativamente elevadas y significativas. Y viceversa: las probabilidades de hallar servicios de bienestar privados son bajas (si bien no significativas) en el rgimen socialdemcrata, pero, como ya hemos visto, positivas y significativas en el liberal. En lo que respecta a estas variables, el rgimen conservador es simplemente indistinto.

    EL RGIMEN DEL BIENESTAR CONSERVADOR

    Etiquetar a los estados del bienestar de la Europa continental de conservadores puede parecer peyorativo. Sin embargo, la intencin es sealar el impulso poltico predominante que se halla tras su arquitectura. En la mayor parte de la Europa continental el liberalismo desempe un papel autnticamente marginal, y hasta despus de la segunda guerra mundial los socialistas fueron tpicamente excluidos. Las primeras polticas sociales se inspiraron a menudo en el estatismo monrquico (especialmente en Alemania, Austria y Francia), en el corporativismo tradicional o en la doctrina social catlica. La encclica Rerum novarum (1891), del papa Len XIII, tuvo una tremenda influencia en los pases predominantemente catlicos. Por otra parte, en este grupo de pases el paso de los orgenes del capitalismo al capitalismo del bienestar de la posguerra se llev a cabo principalmente por coaliciones democratacristianas o conservadoras (en algunos casos con un interregno fascista).

    La esencia del rgimen conservador radica en su mezcla de segmentacin de estatus y familiarismo. La mayora de los pases de la

    TABLA 5.2. Regresiones logsticas (ratios de probabilidades) del universalismo y las pensiones privadas, y los distintos tipos de regmenes del bienestar

    Rgimen Rgimen Rgimen socialdemcrata cO/1servador liberal

    Universalismo 1,321 * 0,988 0,938 Pensiones privadas 0,731 0,926 1,185* Seudo-R2 0,651 0,078 0,350 X2 12,41 1,88 8,43

    * Probabilidad ~ 0.1 o menos. N ~ 18. FUENTE: Esping-Andersen (] 990, tabla 3.1).

    11

    1:

    I 11 I 11

    11

    1I

    11

    I

  • I112 FUNDAMENTOS SOCIALES DE LAS ECONOMAS POSTINDUSTRIALES

    Europa continental emularon las reformas de la seguridad social em das en m: prendidas por la Alemania imperial, y, como en el caso de Bismarck, cia como sus objetivos originales tenan poco que ver con cualquier clase de con un se igualitarismo. Los primeros reformadores sociales fueron tpicamente des clase~ autoritarios (Rimlinger, 1971). En la poca de la posguerra, la impron se apartal ta del catolicismo social y su doctrina de la subsidiariedad fue espe cas se org cialmente fuerte en Europa meridional, los Pases Bajos y, hasta cierto beneficio punto, tambin en Blgica y Alemania (Van Kersbergen, 1995). En como los cambio, la poltica social francesa se ha guiado primordialmente por criterios < un espritu republicano y anticlerical. La pertenencia de Francia al El l' grupo conservador (como la de Blgica) resulta, como veremos, pro planes d( blemtica debido al hecho de que all el familiarismo es menos predo carentes minante. Sin embargo, ambos sistemas de bienestar exhiben fuertes de biene~ rasgos corporativistas. Hay varias razones por las que podramos in ciertoqUl cluir tambin a Japn en el modelo conservador. La poderosa presen nitaria n< cia de la doctrina confuciana en toda la poltica social japonesa consti peado : tuye un equivalente funcional del familiarismo catlico, y tambin la cuentem, seguridad social japonesa resulta extremadamente corporativista.9 pensione:

    La impronta conservadora se hace ms evidente en lo que se refie individua re al reparto de riesgos (solidaridad) y al familiarismo. En ambos ca marginal sos se carg con la herencia histrica a la hora de formar el estado del table exc bienestar de la posguerra. El legado estatista sigue siendo muy marca planes de do en el tratamiento privilegiado que se da a los funcionarios de la ad desempel ministracin pblica, especialmente en Austria, Blgica, Francia, Ale El te mania e Italia. 10 Los funcionarios pblicos se benefician no s610 de su rismo, e~ propio plan de pensiones, sino tambin de unas condiciones de acceso bemosm y de unas normas de aplicacin inmensamente ms favorables. la protec

    Asimismo, ya pesar de algunos intentos de consolidar el montn de carcter planes profesionales existentes, las divisiones de estatus corporativistas tima inst continan impregnando los sistemas de seguridad social. Obviamente, de subsic el nfasis difiere entre los distintos planes individuales y entre los dife el mante: rentes pases. Alemania es un caso de corporativismo modesto en cuan jos) son 1 to a las pensiones (la principal distincin es la que existe entre los traba dad. La;; jadores manuales y los administrativos), mientras que el seguro de adultos s enfermedad es un laberinto de 1.200 fondos distintos, regionales, profe gal, exist sionales o basados en las empresas. Italia, en contraste, cuenta con un cos sani programa sanitario unificado, mientras que las pensiones estn dividi

    11. Las 9. Japn se desvfa de su grupo nicamente en relacin al imporlante papel de los subsidios labo ms correcto

    rales dispensados por el empresario. ya que una gl 10. Las pensiones para los empleados pblicos representan el 30 % del tolal en Austria; el35 % en de unos pues

    Blgica; el 27 % en Francia e Italia, y el 21 % en Alemania. Esto equivale, como media, a dos o tres ve ns es, sobre ces la proporcin de Escandinavia o la de los pafses anglosajones (calculado a partir de Esping-Ander tal). En el cas sen, 1990, tabla 4.3). cado (Esping

  • VARIEDADES DEL CAPITALISMO DEL BIENESTAR 113

    ial em das en ms de 120 planes profesionales (Castellino, 1976). Tanto franmarck, cia como Blgica combinan unos sistemas de pensiones fragmentados lase de con un seguro de enfermedad nacional que se divide entre varias granlmente des clases profesionales. En la Europa continental, slo los Pases Bajos npron se apartan notablemente del molde corporativista. Las pensiones pbli

    ~ espe cas se organizan ms o menos en torno al principio de Beveridge de los I cierto beneficios universales de tarifa nica, mientras que otros programas, '5). En como los de salud, educacin y servicios en general, se dividieron segn lte por criterios de pertenencia y no pert nencia (Van K rsbergen, 1995). ncia al El nfasis en la seguridad social obligatoria, complementada con s, pro planes de pensiones ad hoc ms o menos residuale para los estratos predo carentes de una relacin laboral

  • 114 FUNDAMENTOS SOCIALES DE LAS ECONOMAS POSTINDUSTRIALES

    menos generosos sern los subsidios familiares. Las transferencias fa TABU amiliares suelen considerarse innecesarias dada la prctica del salario

    familiar. Pero, ya que el modelo parte de la base de la unidad familiar estndar basada en el varn cabeza de familia, la provisin de servicios para las familias atpicas, como las integradas por las madres que viven solas con sus hijos, tiende a ser residual. CorporaExiste, pues, un mnimo carcter residual en el modelo conserva Estatisn dor, que aparentemente lo equipara al liberal. Sin embargo, los sujetos Desfami a los que va destinado son distintos: el carcter residual liberal hace del esta!

    bienestareferencia a la seleccin de los riesgos inaceptables que el fallo del Seudo-R

    mercado ha dejado al margen; el conservador, en cambio, es ante todo X2 una respuesta al fallo de la familia. En ambos casos, no obstante, el planteamiento favorece la asistencia social antes que los derechos, j>

    FUENTIlcomo ocurre con la Sozialhilfe alemana, la pensin social italiana y es Vase la no! paola, o, incluso, el RMI francs.

    De nuevo por razones distintas, tanto la poltica social conservadora como la liberal favorecen bsicamente un enfoque pasivo de la Ba~ gestin del empleo. El modelo liberal simplemente da prioridad a los butos di mercados de trabajo no regulados; el conservador, a una fuerte protec Un. cin laboral para los adultos que ya tienen empleo, los cabezas de fa consisti milia masculinos. En ambos casos las polticas de empleo activo o de nar los 1 formacin tienden a ser marginales. La gestin del desempleo en un lia.En: rgimen liberal es, idealmente, una cuestin de equilibrio de mercado simpler y de flexibilidad salarial; en un rgimen conservador es, o bien una cuanto cuestin de apoyo familiar (como en el caso del empleo juvenil o feme univers: nino), o bien una cuestin de inducir la reduccin de la oferta de mano la famil de obra (desincentivando la dedicacin profesional de las mujeres casadas y fomentando la jubilacin anticipada).

    TABLA 5.Repitamos nuestras comprobaciones de rgimen, centrndonos esta vez en los supuestos atributos del rgimen conservador: corporativismo, estatismo y familiarismo. Vase la tabla 5.3.

    En comparacin con nuestras anteriores estimaciones, el rgimen Papel! La falTconservador resulta muy caracterstico. Las probabilidades del corpoElmer

    rativismo y el familiarismo son bastante marcadas. Sin embargo, no El esta parece destacar por ser especialmente estatista. La peculiaridad del r Estadc gimen conservador se manifiesta de manera an ms acusada cuando Moc

    pinos damos cuenta de que los estados del bienestar socialdemcratas son, sin excepcin, peculiarmente desfamiliarizadores, y que todos los Lugarregmenes liberales presentan un nivel muy bajo de corporativismo. 12 prec

    Grado desr

    12. Aqu, como en anteriores anlisis, debemos tener en cuenta el pequeo tamao de la muestra Ejemp (18), lo que desvirta la estimacin. En tales condiciones, probablemente deberamos conceder menos importancia a la cuanta de las probabilidades, y ms a su signo (positivo o negativo).

  • ES VARIEDADES DEL CAPITALISMO DEL BIENESTAR 115

    ncias fa TABLA 5.3. Regresiones logsticas (ratios de probabilidades) de los regmenes del bienestar y el corporativismo, el estatismo y la desfamiliarizacin:1 salario

    del estado del bienestar familiar de servi Rgimen Rgimen Rgimen ; madres conservador socialdemcrata liberal

    onservas sujetos ral hace fallo del nte todo tan te, el :rechos, ma y es

    mservavo de la ad a los : proteclS de faivo o de .0 en un nercado ien una o femele mano eres ca

    tndonos rporati

    "gimen 1corpolrgo, no i del rcuando cratas )doslos /ismo. 12

    la muestra ~der menos

    Corporativismo 4,18e + 17*** Estatismo 5,204 Desfamiliarizaci6n 2,20e - 08*** del estado del bienestar Seudo-R2 0,793 X2 19,07

    Desfamiliarizaci6n del estado

    del bienestar perfectamente

    predicha

    Corporativismo y desfamiliarizaci6n

    del estado del bienestar perfectamen te

    predichos

    Probabiljdad =0,0010 ms. N =18. FUENTES: Para las variables del corporativismo y el estatismo, Esping-Andersen (I990, tabla 3.1).

    Vase la nota 19 para una explicacin del desfamiliarismo del estado del bienestar.

    Basndonos en lo anterior, podemos esbozar los principales atributos de los tres regmenes. Vase la tabla 5.4.

    Una forma alternativa de clasificar los regmenes del bienestar consistira en precisar su planteamiento dominante a la hora de gestionar los riesgos sociales en los mercados de trabajo, el estado y la familia. En lo que se refiere al mercado de trabajo, podramos distinguir simplemente entre el planteamiento regulador y el no regulador. En cuanto al estado, podramos diferenciar entre el modelo residual, el universalista y el basado en la seguridad social. Y por lo que respecta a la familia, la diferencia vital estriba en si las familias estn destinadas

    TABLA 5.4. Visin general resumida de las caractersticas de los diversos regmenes

    Papel de: La familia El mercado El estado Estado del bienestar

    Modo de solidaridad predominante

    Lugar de solidaridad predominante

    Grado de desmercantilizaci6n

    Ejemplos modales

    Liberal Socialdemcrata Conservador

    Marginal Central Marginal

    Individual

    Mercado

    Mnimo

    Estados Unidos

    Marginal Central Mal-ginal Marginal Central Subsidiario

    Universal Parentesco Corporativismo Estatismo

    Estado Familia

    Mximo Alto (para el cabeza de familia)

    Suecia Alemania Italia

  • 116 FUNDAMENTOS SOCIALES DE LAS ECONOMAS POSTINDUSTRIALES

    a constituir el lugar principal de provisin de bienestar (familiarismo), o no; es decir, si el estado del bienestar garantiza, o no, los derechos sociales de la familia. Siguiendo este enfoque, llegaramos a la siguiente clasificacin esquemtica de los diversos pases: 13

    A) REGULACIN DEL MERCADO DE TRABAJO Regulacin escasa: Australia, Canad, Dinamarca, Nueva Zelanda,

    Suiza, Gran Bretaa y Estados Unidos. Regulacin media: Japn, Irlanda, Pases Bajos, Finlandia, Norue

    ga y Suecia. Regulacin intensa: Francia, Alemania, Austria, Blgica, Italia,

    Portugal y Espaa.

    B) ESTADOS DEL BIENESTAR Residuales: Australia, Canad, Nueva Zelanda, Estados Unidos (y,

    en cierta medida, Gran Bretaa). Universalistas: Dinamarca, Finlandia, Noruega, Suecia, Pases Ba

    jos (y. en cierta medida, Gran Bretaa). Seguridad social: Austria, Blgica, Francia, Alemania, Italia, Japn

    y Espaa.

    C) FAMILIAS Familiaristas: Austria, Alemania, Italia, Japn, Pases Bajos, Por

    tugal, Espaa (y, algo menos, Blgica y Francia). No familiaristas: Australia, Canad, Dinamarca, Finlandia, Nueva

    Zelanda, Noruega, Suecia, Gran Bretaa y Estados Unidos.

    Volvamos ahora a la cuestin de si la tipologa de los tres mundos conserva todava su fuerza y su validez.

    Fuerza histrica y comparativa de las diversas tipologas

    Dado que las tipologas se refieren a un momento concreto del tiempo, puede que se les escapen diversas transformaciones posiblemente decisivas. Y dado que, en cierto sentido, tratan con tipos idea

    13. Esto refleja la situacin de comienzos de la dcada de 1990. As, Australia punta como un rgimen de mercados de trabajo no regulados, mientras que hace veinte aos su puntuacin habra correspondido a la de un pars extremadamente regulado. Del mismo modo. hace veinte aos habra sido fcil clasificar a Gran Bretaa como un estado del bieneslar universalista, mientras que hoy, considerando el ruerte impulso en favor de la prueba de ingresos durante las ltimas dcadas, se ha aproximado a la categoria residual. La puntuacin para el mercado de trabajo y la ramilia se basa en lo ya tratado en los captulos 3 y 4.

    les, los pasl ejemplo, all Bretaa --c grupos.

    Tambi rgimen pUl nativos, la e presencia dl do que las a deun cuar ta problem de familia (

    Obtene portante ne analtico. E nestar suby importante para la estr: cionamient nes debera tos comunl social masi bro, y nece: cuestin.

    Si en t: importanci con la reali dolgicas, anlisis fa, gas, 1994; bren que a ferentes ra suelen ser cias en favl

    Gran 1 pologa no tras comp, certeza ha! mo grupo: de tarifa : ltico expl de 1970 ar Bretaa a

  • ALES

    liliarismo) , s derechos la siguien

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    la, Norue

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    ;[1

    VARIEDADES DEL CAPITALI MO DEL BIENESTAR 117

    les, los pases reales estn condenadas a ser casos ambiguos. As, por ejemplo, algunas crticas han sealado que los Pases Bajos y Gran Bretaa --cada uno a su modo- encajan mal en cualqui ra de los tres grupos.

    Tambin es posible que los criterios empleados para demarcar un rgimen puedan ser errneos: si se consideraran otros atributos alternati os, la clasificacin podra venirse abajo, o, al menos, requerir la presencia de regmenes adicionales. P r distintas razones se ha afirmado que las antpoda , Asia ori ntal y Europa meridional forman parte de un cuarto mundo. Tambin se ha dicho que toda la tipologa resulta problemtica debido a que se basa en la experiencia del varn cabeza de familia estndar; es decir, no es sensible a las diferencias de sexo.

    Obtener la tipologa correcta de los regmenes del bienestar es importante no lo para la historiografa, sin tambin para el progreso analtico. En el ncleo de cualquier estudio sobre un rgim n del bienestar subyace el presupuesto de que la configuracin institucional es 11 importante para el modo en que se absorben y distribuyen 1 s riesgos, para la estratificacin social y las solidaridades, y tambin para el fun 1 1 cionamiento de los mercados de trabajo. En consecuencia, los regmenes deberan exhibir un cierto grado de congruencia y ciertos elemen I 11 tos comunes en el modo en que se adaptan al cambio econmico y social masi o. Este constituye un aspecto hmdamental d 1presente libro, y necesitamo , pues, establecer cul es la fuerza de la tipologa en cuestin. I

    Si en una tipologa aparecen casos ambiguos, la cuestin es qu importancia tienen. La correspondencia de la tipologa de las tres vas con la realidad se ha puesto a prueba utilizando varias tcnicas metodolgicas, incluyendo el anlisis de grupos, el lgebra booleana, el anlisis factorial y el anlisis correlacional, ms convencional (Kangas, 1994; Ragin, 1994; Shalev, 1996). Aunque estos estudios descubren qu algunos pases encajan menos ntidamente que otros (por diferentes raza es, Blgica, Francia, Gran Bretaa y los Pases Bajos suelen ser los casos citados), proporcionan tambin algunas evidencias en favor de los tres grupos.

    Gran Bretaa constituye el principal problema debido a que la tipologa no tiene en cuenta la mutacin. i hubiramos realizado nuestras comparaciones en las primeras dcadas de la posguen'a, casi con certeza habramos situado a Gran Bretaa y a Escandinavia en el mis 11 mo grupo: ambas se basaban en programas universales, de subsidios 1Ide tarifa nica, una asistencia sanitaria nacional y un compromiso po

    1/ltico explcito con el pleno empleo. Sin embargo, a partir de la dcada de 1970 ambos pases emprenden caminos dar mente distintos: Gran ItBretaa abandona su compromiso con el pleno empleo y deja de com

    -1 1 1

    11

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  • 118 FUNDAMENTOS SOCIALES DE LAS ECONOMAS POSTINDUSTRIALES

    plementar los modestos subsidios de tarifa nica con la garanta de una sustitucin de los ingresos suficiente (Heclo, 1974; Martin, 1973). Esto foment una gradual privatizacin, que, sin duda, se vio acelerada por la desregulacin concertada, la reduccin del grupo de destinatarios de los servicios y la privatizacin de la dcada de 1980: as, los subsidios de enfermedad y de maternidad fueron transferidos a los empresarios, las viviendas sociales de alquiler se vendieron, la pensin basada en los ingresos (SERPS) fue privatizada a travs de la exclusin voluntaria, y tanto las pensiones privadas como el seguro de enfermedad se han alimentado de las exenciones fiscales (Taylor-Gooby, 1996).14 En una comparacin contempornea, pues, Gran Bretaa resulta cada vez ms liberal. Constituye.un ejemplo de rgimen cambiante, o, quizs, de socialdemocratizacin atascada.15

    La tipologa original de los tres mundos se centraba de manera bastante unilateral en el mantenimiento de los ingresos. Aqu radican quizs las ambigedades del caso holands. Cuando estudiamos el mantenimiento de los ingresos, los Pases Bajos resultan ser socialdemcratas en el sentido de que exhiben un marcado universalismo, una cobertura global y unos generosos subsidios desmercantilizadores (Van Kersbergen, 1995). Pero cuando incluimos la provisin de servicios sociales -y cuando, de modo ms general, examinamos el papel de la familia-, los Pases Bajos pasan a ser miembros de pleno derecho del grupo conservador, el de la Europa continental. Al igual que en el caso de Gran Bretaa, esto no habra resultado inmediatamente obvio en la dcada de 1950, ya que entonces tambin los estados del bienestar nrdicos exhiban un sesgo orientado a la prestacin de servicios y a las transferencias. Es en su constante desatencin con respecto a los servicios sociales donde los Pases Bajos emergen como ejemplo prototfpico del familiarismo catlico (Bllssemaker y Van Kersberger, 1994; Van Kersberger, 1995; Gllstafsson, 1994). Es ms, la generosidad de los programas holandeses de mantenimiento de los ingresos constituye, sobre todo, la expresin del supuesto previo del varn cabeza de familia como realidad generalizada.

    El enigma holands, pues, subraya la necesidad de reconsiderar, una vez ms, qu es lo que se debe comparar y medir. Los programas

    14. Tambin es revelador que la asistencia pblica a los ancianos en residencias disminuyera en un 4 %, en 1976-1986, mientras que la asistencia privada aument en un 363 % (Evers y Svetlik, 1991: J30).

    15. El grueso de los datos uliliz.ados para identificar a los diversos regfmenes en mi obra Three Worlds hacan referencia aproximadamente a J980. La autntica naturaleza liberal de la transformacin britnica slo se hizo del todo visible posteriormente. Puede que sea cierto que en la dcada de 1950 Gran Bretaa y Suecia eran bastante similares. pero esto no implica que entonces Gran Bretaa fuera socialdemcrata. Lo que yo defino como la esencia de los regfmenes del bienestar socialdemcratas apareci en Escandinavia en una poca posterior.

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    TRES REGM

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    16. Sin emb: liberal. Una es qU duccin de una pI' una pensin priva en los ingresos.

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    VARIEDADES DEL CAPITALISMO DEL BIENESTAR 119

    de transferencia de renta no captan ms que una cara del estado del bienestar. La esencia real de los estados del bienestar socialdemcratas (o conservadores) no radica tanto en sus garantas desmercantilizadoras del mantenimiento de los ingresos como en su planteamiento en lo que se refiere a los servicios y al fomento de la dedicacin profesional de las mujeres. En cualquier caso, los Pases Bajos siguen constituyendo un rgimen del bienestar bicfalo, que combina atributos socialdemcratas con otros conservadores.

    La cuestin aqu, como en otros casos, es qu importancia relativa debemos dar a estos distintos -y posiblemente conflictivos- atributos. Ningn rgimen es puro, y no digamos un pas. Estados Unidos es la encarnacin del liberalismo, y, sin embargo, el plan de pensiones de la Seguridad Social cuenta con una amplia cobertura y unos ubsidios que se aproximan a los niveles adecuados. Esto sita a Estados Unidos fuera del grupo liberal? No, puesto que, aunque un programa se desve del tipo ideal, el carcter predominante del paquete del bienestar ntegro sigue siendo liberal. O considrese Dinamarca, que, al igual que Gran Bretaa, dej de proporcionar un sistema de pensiones universal de nivel intermedio. Implica esto que Dinamarca, como Gran Bretaa, es un modelo socialdemcrata fracasado? En este aspecto, de nuevo, la respuesta es que no. Lo subsidios de las pensiones populares danesas, a diferencia de los britnicos, fueron sistemticamente ampliados con el fin de mantener su atractivo universalista; yen prcticamente todos los dems criterios el estado del bienestar dans es tpicamente socialdemcrata. 16

    Siempre habr casos escurridizos o ambiguos; y, adems, un nico programa no define a un rgimen. El autntico problema s cmo abordar las desviaciones sistemticas. La cuestin es si una tipologa basada n tres tipos da cuenta suficientemente de todas las discordancias. Si hay casos qu siguen una lgica subyacente totalmente distinta, habramos de elaborar an otro tipo ideal netamente diferenciado: un cuarto mundo del capitalismo del bienestar.

    TRES REGMENES MS?

    11

    I!

    1I

    Existen, en particular, tres casos que posiblemente requeritian un cuarto mundo adicional: las antpodas (Castles y Mitchell, 1993), el li

    16. Sin embargo. puede que dos reformas muy recientes lleven a Dinamarca hacia una franja ms liberal. Una es que las pensiones populares han perdido parte de su carcter de derecho con la introduccin de una prueba de ingresos en J996; la otra es la legislacin que se acaba de aprobar para crear una pensin privada (negociada colectivamente) de nivel intermedio en el mercado de trabajo, basada en Jos ingresos.

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    -

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  • 120 fUNDAMENTOS SOCIALES DE LAS ECONOMAS POSTINDUSTRIALES

    SMediterrneo (Leibfried, 1992; Lessenich, 1995; Ferrera, 1996), y Jato de pn (Jones, 1993: Rose y Shiratori, 1986). Si aceptamos la validez de Seg]estos tres casos, nos encontramos con un total de seis modelos para un ductetotal de 18-20 pases. La deseada economa de meclios se vera sacrifimitacada. y es posible que volviramos a tener que establecer comparacioque enes individuales. garar cabe2 bidoEL CUARTO MUNDO DE LAS ANTPODAS greso

    Castles y MitcheIl (1993), y Castles (1996), argumentan persuasi unas da y \ vamente en favor de un cuarto rgimen del bienestar, australiano o an

    ~tpoda (al que denominan el estado del bienestar de los asalariados). mas A primera vista, las prestaciones del estado del bienestar de Australia y la d

  • i), Y J idez de Jara un sacrifi,aracio-

    Tsuasio o anados ). tralia y litados, , todos prueba .grama idades 'Os paqu en jos res (Casmitido Nueva Ido los :in de rtes de la ma

    lID nte n Nuegarantravs :m de ia slo lita teIdo es

    dios "de sos. Para

    VARIEDADES DEL CAPITALISMO DEL BIENESTAR 121

    Si es vlido, este razonamiento resulta fundamental desde el punto de vi ta tetico, puesto que nos obliga a reconsiderar los mercados. Segn esta argumentacin, en Australia el mercado de trabajo es productor de bienestar. En consecuehcia, pued constituir una falacia limitarse a equiparar los mercad s y el liberalismo. No cabe duda de que el sistema de arbitraje salarial australiano implant una serie de garantas fuertes e igualitarias, al menos en lo que se refiere al varn cabeza de f milia. Apenas haba necesidad de estado d 1bienestar debido a que el empleo era de [acto pleno, a que las diferen ias de ingresos eran muy reducida y a que la relacin laboral proporcionaba unas garantas de bienestar generales, como la propiedad de la vivienda y unas pen iones suficientes.

    Sin embargo, y como el propio Castles (1996) se la, estas mismas garantas se vieron inevitablemente erosionadas cuando, durante la d 'cada de 1980, la economa austr liana se liberaliz, mientras que en Nueva Zelanda fueron efectivamente eliminadas. Con unas tasas de desempleo flotando en torno al 10 %, Ycon unas elevadas desigualdades salatiales, el estado del bienestar de los asalariados en el mercado est, casi por definicin, siendo desmantelado.

    Es posible que en la d' cadas de 1960 y 1970 el modelo de las antpodas proporcionara un paquete de garantas de bienestar que fuera sencialmente socialdemcrata. Sin embargo, y al igual que en Gran Bretaa, el paso del tiempo est llevando a Australia -y, en cierta medida, tambin a Nueva Zelanda- a lo que aparentemente es un liberalismo tpico: mnima a ignacin de riesgos al estado, mxima al merado; al tiempo que la cara de la moneda correspondiente a este ltimo se parece cada vez ms a un mercado genuino.

    EL CUARTO MUNDO DEL MEDITERRNEO

    Se ha argumentado que se deb ra considerar a los pases mediterrneos distintos de los d la Europa continental (Leibfried, 1992; Ferrera, 1996; Lessenich, 1995; y Castles, 1996). El aspecto que seala Fen"era tiene que vel~ ante todo, con la prctica distributiva: el uso generalizado de los subsidios sociales, especialmente en Italia, con fines de clientelismo poltico. Las pensiones de invalidez y los empleos pblicos constituyen recursos conocidos con los que los democratacri lianas (pero tambin los socialistas) se han asegurado la fid lidad de su electorado. El uso pervertido de los programas de bienestar y de las burocracias pblicas pu de definir el carcter de una poltica; per resulta difcl ver que defina a un rgimen del bienestar a menos que todo el sistema se haya diseado, ya desde el principio, especficamen

  • 122 FUNDAMENTOS SOCIALES DE LAS ECONOMAS POSTINDUSTRIALES

    te con fines de clientelismo antes que de proteccin social. Tal argu rios dc mento resultara muy difcil de sostener. del se

    La argumentacin de Leibfried (1992) en favor de un rgimen son m mediterrneo netamente diferenciado se limita, como ya hemos co Le mentado, a un solo programa: la asistencia social. Pero aun cuando la porade prctica de la asistencia social sea distinta, a duras penas merece de la la consideracin de un tipo de rgimen distinto. Otra cosa sera si tal cin 1: desviacin formara parte sustancial de un conjunto de atributos de cabe e mayor envergadura. Es as? Hasta cierto punto s, ya que el carcter tercer; extremadamente residual de la asistencia social en el sur de Europa no para e constituye sino una cara de su marcado familiarismo. A diferencia de bienes otros lugares, la asistencia social no fue nunca mejorada debido a dos bertur presuposiciones: se supona (y se prescriba legalmente) que las fami tambil lias constituan el lugar ms importante de provisin de ayuda social, servici y se supona que normalmente las familias no fallaban. La prueba de dades fuego de la posible existencia de un modelo mediterrneo netamente cuenci diferenciado la constituye, pues, la cuestin del familiarismo, sobre el del nh que volveremos en breve. empre

    ejemp dios y

    EL CUARTO MUNDO DE ASIA ORIENTAL see ad poraci

    Japn, posiblemente junto con Corea y Taiwn, plantea un reto El particularmente fascinante a las tipologas de los regmenes del bie libera nestar debido a que constituye una versin nica del capitalismo, em campe pezando por un pleno empleo sostenido, unos mercados de trabajo in tras ql ternos y una estructura industrial fuertemente regulados, unos ocupa ingresos limitados y una distribucin de la renta relativamente iguali mund~ taria, todo ello revestido por unas prcticas laborales bastante autori del bic tarias, una democracia conservadora de partido nico, y un corpo ral for rativismo sin mano de obra (Pempel, 1989).18 tambil

    Si limitamos nuestro examen a Japn, hay un aspecto que resulta te, es I inmediatamente obvio: combina los atributos vitales de diversos reg ra) un menes de una manera que le convierte o bien en un caso nico, o bien presta en un hbrido. Esta, en realidad, es la cuestin fundamental que debe pblic mos resolver. El estado del bienestar combina el carcter residual pro atribu pio del liberalismo con un corporativismo conservador. Como en Eu des y 1 ropa, la seguridad social se halla segmentada en funcin de unas merca amplias categoras profesionales. Debido en parte a la falta de madu El racin del sistema (al menos en lo que se refiere a las pensiones), los sacie subsidios son bastante modestos y se hallan vinculados a unos crite- secuer

    gel, 19 18. El siguiente anlisis se basa en EspingAndersen (l997a). mUia:

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    VARIEDADES DEL CAPITALISMO DEL BIENESTAR 123

    rios de seleccin de carcter prohibitivo; este es especialmente el caso del seguro de desempleo. De hecho, los niveles de desmercantilizacin son modestos.

    La modestia de los subsidios refleja cierto carcter residual incorporado. Los subsidios estatales presuponen que el ncleo (masculino) de la poblacin activa obtendr subsidios privados a travs de la relacin laboral, pero tambin gracias a un amplio apoyo familiar. No cabe duda de que los primeros dan cuenta aproximadamente de una tercera parte de los empleados del sector de la gran empresa, aunque para I resto de la poblaci 'n activa la proporcin es mucho menor. El bienestar laboral dispensado por las empresas incluye no slo la cobertura estndar relativa a la asistencia sanitaria y a la pensin, sino tambin una amplia gama de servicios, de de clubes deportivos hasta servicios funerarios. y ah radica una importante fuente de desigualdades, no tanto en funcin de la clase o la ocupacin, sino a consecuencia de que el acceso a dichos servicios y su generosidad dependen del nivel educativo y, por supuesto, de si uno es empleado de una gran empresa, o no. El sistema de asistencia social en Japn constituye otro ejemplo ms de liberalismo: estrictamente basado en la prueba de medios y dirigido a una poblacin objeto extremadamente especfica, posee adems un carcter estigmatizador, ya que la tasa de nuevas incorporaciones es sumamente baja (menos del 30 %).

    El estado del bienestar, pues, fusiona elementos conservadores y liberales, lo cual apenas resulta sorprendente si recordamos que el componente de seguridad se inspiraba en la prctica alemana, mientras que los planes asistenciales fueron diseados por las fuerzas de ocupacin norteamericanas tras la conclusin de la segunda guerra mundial. Sin embargo, si examinamos con mayor detalle el mercado del bienestar, ste parece un poco menos libera],>. El bienestar laboral forma parte del modelo consensual de regulacin del trabajo, pero tambin refleja una prctica conservadora y paternalista. No obstante, es posible que el mercado funcione: ste proporciona (hasta ahora) una autntica garanta de empleo, y, para muchos, una serie de 11 prestaciones ligadas al bienestar. Si los compromisos del bienestar 11 pblico son ms bien subdesarrollados y residuales, ello se podra 11 atribuir -como antao en Australia- al hecho de que las necesidades y los riesgos se vean limitados debido al buen funcionamiento del mercado de trabajo.

    En realidad, varios estudiosos sostienen que Japn constituye una sociedad del bienestar extremadamente desarrollada, y que, en consecuencia, no resulta tan apremiante un gran estado del bienestar (Vogel, 1980). Este estado no es necesario debido a que el mercado y la familia son suficientes. No cabe duda de la importancia de las familias

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  • 124 FUNDAMENTOS SOCIALES DE LAS ECONOMAS POSTlNDUSTRIALES

    en el conjunto del bienestar en Japn. Los servicios sociales pblicos, sean para los ancianos o para los nios, son realmente marginales debido a que, institucionalmente, se supone que la familia debe cargar con la autntica responsabilidad. As, aun hoy el 65 % de los ancianos viven con sus hijos y estn al cuidado de ellos (es decir, de la esposa de! hijo mayor). Al igual que el principio de subsidiariedad catlico en Europa, la tradicin confuciana de piedad y lealtad familiar ha constituido la fuerza predominante subyacente a la poltica del bienestar japonesa (Jones, 1993).

    Es obvio que no hay nada exclusivamente japons en ninguno de estos elementos. Parece tratarse, pues, de un caso hbrido. Sin embargo, es precisamente esta peculiar combinacin de atributos hbridos la que -segn dicen algunos- merece una calificacin netamente diferenciada para este rgimen. Es cierto que Japn exhibe una mezcla de rasgos liberales y conservadores, y que, a diferencia de otros casos mixtos, parece formar una combinacin bastante peculiar a nivel internacional. Sin embargo, la parte liberal de la ecuacin resulta ser menos liberal de lo que sugieren las apariencias. Tambin hay tendencias que apuntan hacia un fortalecimiento de los atributos conservadores. El sistema corporativista de seguridad social est madurando con rapidez, y en las prximas dcadas ser el predominante en el conjunto de los diversos sistemas de pensiones. Esto, junto con el inusualmente acentuado familialismo japons, refuerza la opcin de incluir a Japn de lleno en el grupo de los regmenes conservadores.

    En resumen, resulta incuestionablemente cierto que Japn, como Australia y Europa meridionaL exhibe una serie de rasgos que no resultan fcilmente compatibles con una simple tricotoma de regmenes del bienestar. Sin embargo, debemos preguntarnos tambin qu se ganara con incluir un cuarlo, un quinto O un sexto grupo de regmenes. Probablemente nos beneficiaramos de una mayor finura de clasificacin, de una mayor capacidad de matizacin y de una mayor precisin. Aun as, si valoramos tambin la economa de medios analtica, ni Japn ni las antpodas merecen la creacin de tipos de regmenes adicionales. Las peculiaridades de estos casos son variaciones de una lgica general netamente diferenciada, y no los fundamentos de una lgica completamente distintaper se. En cuanto a la opcin relativa a un rgimen exclusivo de Europa meridional, depende en ltima instancia del papel central de las familias. Este fue e! eslabn dbil en el modelo original de los tres mundos, y, en consecuencia, merece especial atencin.

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    VARIEDADES DEL CAPITALISMO DEL BIENESTAR 125

    FAMILIAS y REGMENES DEL BIENESTAR

    Hasta qu punto, pues, una atencin ms sistemtica a la familia altera nuestra economa poltica respecto a los regmenes del bienestar? Exige acaso un cuarto rgimen, o, incluso y ante todo, un replanteamiento radical de lo que constituye un rgim n del bienestar?

    Quienes siguen un anlisis basado ms explcitamente en las diferencias de sexo suelen llegar a tipologas que se hallan en contradiccin con el modelo de los tres mundos (para una visin general de esta cuestin, vas O'Connor, 1996). Una falta de adecuacin parecida surge de los estudios del paquete de subsidios familiares (Bradshaw y Ditch, 1995).

    A partir de las evidencias presentadas en el captulo 4 hay mucho que decir en relacin a la posibilidad de un tipo de rgimen adicional que incluyera a Europa meridional (y a Japn). Obviamente, en ltima instancia todo se reduce a la eleccin de los indicadores y las medidas. El peso de las evidencias del captulo 4 apuntaba hacia las familias (y no hacia las diferencias de sexo per se) y su papel en la produccin de! bienestar (antes que a los subsidios familiares proporcionados por el estado del bienestar). De hecho, el trabajo anterior -elativo a lo cuidados y los servicios en el seno de la familia a veces cuadra con la tipologa de los tres mundos (Kolberg y Uusitalo, 1992; Gustafsson, 1995), ya veces no (Anttonen y Sipila, 1996; y Gornick et al., 1997). Tanto Anltonen y Sipila como Gornick et al. muestran que Francia y Blgica divergen del rgim n conservador, pero slo en esta rea concreta.

    Vamos a realizar una sencilla prueba para ver si el rgimen conservador se debera subdividir, si merece la pena crear un cuarto tipo de rgimen mediterrneo. Si 1 Europa meridional (Italia, Portugal y Espaa), junto con Japn, resulta cualitativamente distinta de los dem pases de la Europa continental, esto debera traducirse en dos dimensiones del familiarismo: en las polticas del estado del bienestar con respecto a las familias (desfamiliaizacin del estado del bienestar), y en la cargas relacionadas con el bienestar asumidas por las propias familias. La tabla 5.5 presenta los ratios de probabilidades relativos de las regresiones logit polinmicas. El resultado (variables dependientes) a predecir son los altos niveles de s rvicios del estado del bienestar a las familias (columna 1) y los altos niveles de cargas asistenciales intrafamiliares (columna 2). Cada estimacin de rgimen distinta incluye una medida d la tasa de empleo femenino (un indicador de la necesidad subyacente de desfamiliarizacin, por as decirlo).

    La prediccin de la columna 1 es el grado en el que los estados del bienestar proporcionan servicios a las familias, mi ntras que la colum

  • 126 FUNDAMENTOS SOCIALES DE LAS ECONOMAS POSTINDUSTRIALES

    TABLA 5.5. Regresiones logit polinmicas. Probabilidades relativas de unos altos subdivisil niveles de apoyo del estado del bienestar a las familias y unos bajos niveles continua,

    de cargas asistenciales familiares por parte del estado del bienestar obstante,junto con los l1iveles de empleo femenino ambos su

    Resultado: altos l1iveles Resultado: altos niveles de servicios del estado del de cargas de bienestar

    bienestar a las familias familiares Conclusi4

    Las e ciertamel identificaEuropa continental, Perfectamente 2,96e + 13*** bido a qUlmenos Italia, Portugal predicha

    y Espaa relacin a Tasa de empleo femenino 5,34e - 17*** 0,34* sultados {; X2 42,05 18,24 cin perSI

    Europa meridional y Japn 5,86e - 19*** 1,52e+ 16*** Tasa de empleo femenino 0,91 0,4y' X2 23,04 20,44

    tres mur Probabilidad = O, 100 mayor.

    Probabilidad = 0,001 o mayor. vos del pr N = 18. hecho, veVase la nota 19 para una explicacin de las mediciones de [as variables.

    meridion. del emple

    na 2 alude a si predomina o no el comportamiento de la familia tradicional (proporcin de ancianos que viven con sus hijos combinada con la variable del sesgo en favor del varn cabeza de farnilia).J9 Las evidencias no sugieren que haya una gran diferencia entre nuestro subrgimen mediterrneo y el resto de la Europa continental. Los signos y probabilidades relativos son bastante similares. En resumen, el argumento en favor de un cuarto mundo del capitalismo del bienestar, excepcionalmente familiarista, no resulta convincente cuando -como en el presente anlisis- nos centramos en unos niveles elevados de desfamiliarizacin. Sin embargo, la diferencia se acenta cuando relajamos nuestros criterios, Las correlaciones entre los tipos de rgimen y las diversas medidas del familiarismo difieren algo ms entre las dos

    19. La desfamiliarizacin del estado del bienestar y las variables relacionadas con el famijiarismo se han recodificado para desarrollar indicadores sintticos: el gasto en servicios se ha codificado como O (si el gasto es menor del 0,5 %), 1 (si est entre el 0,5 y el 1 %) y 2 (mayor del l %); el gasto en subsidios familiares se ha codificado COmo O (si es menor deIS %), 1 (5-8 %) y 2 (ms del 8 %); la cobertura de Jos servicios de guardera se ha codi ficado como O(para una cobertura menor del 10%), I (del 10-20 %) y 2 (21 % o ms); la cobertura de la asistencia domiciliaria se ha codificado como O (menos del 8 %),1 (9-16 %) y 2 (17 % o ms); el porcentaje de ancianos que viven con sus hijos se ha codificado como O(30 % o ms), 1 (16-29 %) y 2 (menos del 16 %). El sesgo en favor del varn cabeza de familia es una combinacin de las penalizaciones en los beneficios tributarios de las esposas 20. Las ( trabajadoras y de la prdida del subsidio de desempleo del marido cuando la esposa trabaja. La codifi meridional es cacin es muy sencilla: O (si la penalizacin en cualquiera de los dos casos es significativa) y 1 (si no lo Sur, y esto SI es). Respecto a las fuentes de los datos, vase el captulo 4. nino.

  • 111"'1.------. ) I

    VARIEDADES DEL CAPITALISMO DEL BIENESTAR 127ALES 1

    subdivisiones cuando medimos el familiarismo como una variableunos altos niveles continua, antes que categrica (como hicimos en el captulo 4). No :tar obstante, los signos de las correlaciones siguen siendo idnticos para 11

    ambos subregmenes. 2o .altos niveles de bienestar 'iliares Conclusio es

    1I + 16'''''' ,43" Las comparaciones realizadas en este captulo no constituyen

    ~,44 ciertamente la ltima palabra sobre el tema. La cuestin de cmo identificar y clasificar los regmenes del bienestar seguir abierta, de

    + 13**" bido a que -como ya hemos sealado-- los investigadores difieren en relacin a qu atributos consideran vitales y a cmo medirlos. Los re

    ,34" sultados aqu presentados sugieren que, en lo que se refiere a mi elecS,24 cin personal de los atributos y mediciones, una simple tipologa de

    tres mundos puede resultar suficiente para la mayora de los objetivos del presente libro. Pero an no se ha dicho la ltima palabra, y, de hecho, veremos que el carcter distintivo de los pases de la Europa meridional deja su impronta en cuestiones tales como la adaptacin del empleo postindustrial. De eso hablaremos a continuacin.

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