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2.2. Análisis diacrónico o histórico de cómo ha evolucionado la disciplina y cómo ha explicado los fenómenos objeto de estudio En éste apartado se desarrolla la evolución que ha tenido la disciplina, acompañándose de cuadros sinópticos que resumen el texto. Seguidamente se expone el desarrollo del Trabajo Social en España y su cuadro correspondiente. Respecto al objeto de estudio se dedica otro apartado, para continuar con la especificación de los sujetos a los que se dirige la actividad profesional del trabajador social y finalmente los valores y ética en el Trabajo Social. 2.2.1.: La evolución de la disciplina: Siguiendo a Martínez, Mª .J ( 2000: 25-27), al abordar la Historia del Trabajo Social debemos distinguir entre: Historia del Trabajo Social, Historia de la Acción Social e Historia Social La Historia del Trabajo Social, tal como se entiende en España y como aparece en muchos manuales y proyectos docentes, es, en realidad, la historia de una profesión, la de los Asistentes Sociales antes, y la de los Trabajadores Sociales ahora, que se desarrolla en los paises industrializados, sobre todo después de la II Guerra Mundial, en el marco del Estado del Bienestar, si bien se acepta la existencia de algunas iniciativas a finales del siglo XIX y a principios del siglo XX. Es, pues, una historia profesional bastante reciente. La Historia de la Acción Social , por el contrario, es la historia de la intervención sobre la vida social por parte del Estado, gobiernos, partidos políticos, sindicatos, movimientos sociales, grupos y organizaciones sociales. Una parte fundamental de la Historia de la Acción Social es, sin duda, la Política Social de los diversos Estados y gobiernos. Otra es la historia de la ayuda social a necesitados e indigentes realizada, principalemente, por instituciones filantrópicas y de caridad y una tercera parte importante, es la historia del Movimiento Obrero en los países industrializados y de los sindicatos y organizaciones campesinas.

2.2. Análisis diacrónico o histórico de cómo ha ... · PDF fileorigen del Trabajo Social, donde se indica la procedencia, motivo o causa moral de la profesión. Los tres últimos

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2.2. Análisis diacrónico o histórico de cómo ha evolucionado la disciplina y cómo ha explicado los fenómenos objeto de estudio

En éste apartado se desarrolla la evolución que ha tenido la disciplina, acompañándose de cuadros sinópticos que resumen el texto. Seguidamente se expone el desarrollo del Trabajo Social en España y su cuadro correspondiente. Respecto al objeto de estudio se dedica otro apartado, para continuar con la especificación de los sujetos a los que se dirige la actividad profesional del trabajador social y finalmente los valores y ética en el Trabajo Social. 2.2.1.: La evolución de la disciplina:

Siguiendo a Martínez, Mª .J ( 2000: 25-27), al abordar la

Historia del Trabajo Social debemos distinguir entre: Historia del Trabajo Social, Historia de la Acción Social e Historia Social

La Historia del Trabajo Social, tal como se entiende en España y como aparece en muchos manuales y proyectos docentes, es, en realidad, la historia de una profesión, la de los Asistentes Sociales antes, y la de los Trabajadores Sociales ahora, que se desarrolla en los paises industrializados, sobre todo después de la II Guerra Mundial, en el marco del Estado del Bienestar, si bien se acepta la existencia de algunas iniciativas a finales del siglo XIX y a principios del siglo XX. Es, pues, una historia profesional bastante reciente.

La Historia de la Acción Social , por el contrario, es la

historia de la intervención sobre la vida social por parte del Estado, gobiernos, partidos políticos, sindicatos, movimientos sociales, grupos y organizaciones sociales.

Una parte fundamental de la Historia de la Acción Social es, sin duda, la Política Social de los diversos Estados y gobiernos. Otra es la historia de la ayuda social a necesitados e indigentes realizada, principalemente, por instituciones filantrópicas y de caridad y una tercera parte importante, es la historia del Movimiento Obrero en los países industrializados y de los sindicatos y organizaciones campesinas.

La Historia Social, es la historia de las relaciones sociales entre grupos e individuos, es la historia de las relaciones de poder existentes en la sociedad, la historia de los intereses contrapuestos, generalmente antagónicos, y de los conflictos sociales generados entre grupos sociales, clases, pueblos, etnias, naciones o Estados. La Historia Social es en realidad la Historia de la Cultura, vista desde la perspectiva de la estratificación y las desigualdades sociales.

La Historia del Trabajo Social (entendida como profesión) debe situarse en el marco de la acción social y en el contexto general de la Historia Social de un determinado país, nación, pueblo, grupo social , comunidad o como se quiera llamar. La Historia del Trabajo Social es una parte de la Historia de la Acción Social y de la Historia Social en unas sociedades, paíeses o estados determinados de Occidente.

No se debe identificar la Historia del Trabajo Social con las

otras dos Historias (Historia de la Acción Social e Historia Social), ni se debe considerar a éstas dos historias como antecedentes del Trabajo Social , sin más precisiones, porque en realidad no lo son. Lo que pasó en Grecia, Roma o Egipto o, incluso, en la Europa Medieval con los pobres o indigentes no es Historia del Trabajo Social, sino sencillamente Historia Social de esas culturas o sociedades.

La Historia del Trabajo Social empieza en realidad cuando se comienza a practicar una profesión y a escribir sobre ella y no antes (Martínez, Mª .J ;2000: 29)

Para contribuir a sistematizar lo dicho hasta el momento, se

presenta a continuación la siguiente tabla que recoge las formas de ayuda a lo largo de la historia:

Itinerario Contenidos básicos de la acción social y de la ayuda

Edad Media La protección social de reyes y señores La limosna La ayuda mutua en los gremios La ayuda pública (hospitales); acción de las órdenes

religiosas

Renacimiento Tratado del Socorro de los pobres de Luis Vives

como primera sistematización de la práctica social de ayuda a los necesitados

Siglo XVII San Vicente de Paúl Leyes de pobres (Inglaterra)

Siglo XVIII - XIX Reforma de las leyes de pobres La acción benéfico- asistencial y la filantropía en el

capitalismo naciente. Chalmers, Ozanam, sistema Elberfeld, matrimonio Webb, Tonybee, Dawson

Siglo XIX Creación y desarrollo de las Sociedades de Organización de la Caridad

Surgimiento de la Política Social

Siglo XX Creación de las primeras escuelas de Trabajo Social Mary Richmond (1917): Social Diagnosis Primera sistematizaicón profesional del Trabajo

Social

FUENTE: N. de la Red (1993): Aproximaciones al Trabajo Social, p.21, Madrid, Siglo XXI

a) Historia Social:Precedentes del Trabajo Social: la ayuda no institucionalizada

El análisis histórico de una disciplina nos aproxima a ella, sobre todo al conocimiento de su naturaleza y de su objeto. Como indica la catedrática Mª Victoria Molina, “conocer su génesis y evolución es requisito imprescindible para comprender la peculiar dinámica que ha desarrollado el Trabajo Social aquí en España y fuera de nuestras fronteras (...), para entender dónde y por qué nos encontramos en el presente” (Molina, 1994:17). Actualmente, se puede decir que si existe algún consenso sobre los fines del Trabajo Social es, sin duda, aquel que apela a la ayuda que presta a las personas en situaciones de necesidad o carencia. El Trabajo Social parece tener su origen en la atención a las necesidades individuales y sociales, producto de un desarrollo desigual de los individuos en las comunidades. Nace en Europa y en Estados Unidos a mediados del siglo XIX con la Revolución Industrial, consolidándose a principios del siglo XX (Grazziosi, 1978). A través de la historia se puede apreciar cómo en todos los pueblos y civilizaciones ha existido la tendencia de ayudar a los necesitados y de proteger a los débiles. Se detecta el comportamiento humano de ayuda, la disposición universalmente compartida de afrontar de forma solidaria las dificultades y problemas producidos por las condiciones sociopolíticas y

económicas de los pueblos, por las catástrofes naturales o por acontecimientos familiares.

En este sentido, a lo largo de la historia encontramos numerosas actividades caritativas, benéficas y filantrópicas, tendentes a la atención de los necesitados. Si bien, es a finales del siglo XIX y principios del XX cuando los estados comienzan a atender estos problemas de forma organizada e institucional, desarrollando normas de carácter social.

Gran parte de los autores que analizan la historia y evolución del Trabajo Social, coinciden en concretar los precedentes como actividad profesional en el desarrollo de los movimientos benéfico-asistenciales existentes en las diferentes comunidades y pueblos a lo largo de la historia de la humanidad, en la intervención social frente a estados carenciales y en la forma en que han ido evolucionando hacia formas tecnificadas y normatizadas en la sociedad ( De las Heras y Cortajarena, 1979; Torres, 1987; Ander- Egg, 1994; Kisnerman, 1990; Moix, 1991; De la Red, 1993; García Alba y Melián, 1993; Escartín y Suarez, 1994; Venturi, 1994; Molina, 1994; Garcés Ferrer, 1996; Zamanillo, 1997).

Por todo ello, el desarrollo de este apartado se inicia con los precedentes del Trabajo Social, entendiéndolos como “lo que precede o es anterior y primero en el orden de la colocación de los tiempos” (Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua). Preceder indicaría ir delante en tiempo, orden o lugar. Estos precedentes se han dividido en dos momentos: la ayuda no institucionalizada y el nacimiento de la caridad organizada. Posteriormente, se mencionan los antecedentes del Trabajo Social, es decir, “las acciones, dichos o circunstancias anteriores que sirven para juzgar hechos posteriores”. Los antecedentes, por definición, se apoyan en los precedentes y dan paso al origen del Trabajo Social, donde se indica la procedencia, motivo o causa moral de la profesión. Los tres últimos puntos hacen referencia a las iniciativas de formación en Trabajo Social, al Trabajo Social en España y al Trabajo Social en Canarias y, más concretamente, en la isla de Tenerife. Se trata de un repaso formal a lo ya dicho por diferentes autores estudiosos de esta materia.

Según indica Moix, (1991:21), en la búsqueda de antecedentes del Trabajo Social sería necesario remontarse “a la oscura noche de los tiempos”, ya que la existencia de pobres siempre ha turbado la conciencia de los humanos. La historia indica cómo los diferentes pueblos (asirios, babilónicos, egipcios, griegos, romanos y cristianos) entendieron la necesidad de ayudar a los pobres, a los indefensos y a los oprimidos; siendo esta ayuda una prescripción común en diferentes filosofías, leyes y preceptos civíco-religiosos. La atención a los necesitados es una referencia básica de comportamiento, pudiéndose justificar tanto en motivos humanitarios o familiares, en unos casos, como en motivos religiosos, en otros. Así se comprueba que en Mesopotamia el Código Hammurabi (1947-1905 a. C.) regula los aspectos políticos, económicos y sociales del Imperio. En él se hace referencia a la protección del desvalido y a la ética de las relaciones sociales. Tiene un acusado acento humanista, estableciendo entre otras medidas la hospitalidad con los forasteros, la protección de viudas, huérfanos y débiles en general. En China, el filósofo Confucio (478-551 a C.) elaboró una doctrina de la armonía con tendencias humanistas y fraternales, pero no igualitarias. Insiste en sus documentos en el culto a los antepasados y en virtudes como la bondad, la piedad, la sinceridad, el servicio, el respeto, etc.. Según la filosofía de LAO-TSE, “el sabio no almacena tesoros, sino que, dedicándose al prójimo se enriquece y cuanto más da, más tiene”. El mayor florecimiento conoció la limosna en la India, ya que ayudar a los pobres se entendía como una obligación religiosa, pese a algunas de las enseñanzas de Buda, para el que “nadie debe depender de la laboriosidad de otros o esperar su caridad”. Pero tuvieron mayor resonancia las enseñanzas de Buda contra el egoísmo, o sobre el ideal de la hermandad budista, y es la más antigua doctrina hinduísta que predicó la caridad y recriminó la codicia (Moix, 1991:23). Para el pueblo monoteísta hebreo, los deberes hacia el prójimo están presentes de forma constante en los textos bíblicos. Su ley básica hace referencia al amor a Dios y al prójimo; y por lo tanto la solidaridad, la caridad, la justicia y el servicio a los demás, entre otros, son formas de hacer efectiva la Ley. Este pueblo

practicó la asistencia de forma más o menos organizada: Cultivaba parte del suelo para los pobres y practicaban en el campo el año sabático, cada siete años, a fin de que los menos pudientes recolectaran los frutos nacidos de forma espontánea. Respecto a la propiedad, existía también el año jubilar cada cincuenta años, que consistía en repartir la tierra de nuevo; el que la vendió por necesidad la recuperaba, caducaban las deudas, etc. Se entendía que la tierra no podía tener dueños perpetuos, ya que sólo tenía uno: Yahvé. La limosna prescrita desde el Antiguo Testamento es altamente valorada por los hebreos, incluso más que el ayuno y los sacrificios. El Islam también ha indicado deberes relacionados con la ayuda al prójimo. Dar limosna al pobre, es uno de los preceptos religiosos, así como pagar el zakat. Una vez cobrado, este impuesto se distribuía entre los más necesitados, al igual que el sadaqat, que era una limosna voluntaria pero altamente valorada por la religión islámica. Bajo la hegemonía de Atenas, los griegos manifestaron ideales de justicia, libertad e igualdad y acuñaron conceptos que están en la base de nuestra sociedad democrática. También es posible encontrar en su cultura inicios de la provisión social por parte del Estado y el establecimiento incipiente de una beneficencia pública. Se establecieron pensiones mínimas para el sustento, obtenidas de las entradas a lugares de ocio (teatro o asambleas) y se distribuían los alimentos ofrecidos para los sacrificios. Después de la guerra del Peloponeso, aparece la beneficencia para los mutilados de guerra y, posteriormente, para los inválidos para trabajar. Se crearon sociedades para el socorro y asistencia médica para los pobres. La existencia de pobres y esclavos era considerada como algo “natural”. Los romanos reiterarán las ideas de los griegos. A finales del siglo I, en tiempos del Emperador Marco Nerva (96-98), se crea en Roma el servicio alimenticio de ayuda a los necesitados. El Estado emprende la actividad de atención a los pobres, regulando la ayuda social y creando la figura de los prefectos de los obreros. Se ayuda a los pobres con alimentos y dinero y se crean fundaciones para atender a los niños necesitados y para

educar y dotar a las doncellas sin recursos. También aparecen instituciones hospitalarias gratuitas, fundamentalmente para los militares. Las instituciones benéficas en Roma son: la annona (distribuye trigo gratuito), el congiario (reparte alimentos y dinero en situaciones excepcionales), y la alimenta pública (concede alimentos sólo a los niños). Este tipo de ayudas tenían como objetivo tanto evitar las rebeliones populares como el asentamiento del poder. Es el Cristianismo el que impulsará de manera considerable la ayuda al necesitado. Su máximo representante nació pobre, vivió con los pobres y necesitados y se identificó con ellos. De los diez mandamientos de la Ley de Moisés, destacó los que hacían referencia a la responsabilidad con los otros y los completó con “Amarás al prójimo como a ti mismo”. Por lo tanto, el cristianismo surge como la religión de los oprimidos y la caridad constituye su primera y fundamental doctrina. Hasta los siglos XII y XIII, se entendió como algo natural la existencia de ricos y pobres. Ambos se necesitaban, ya que unos daban la limosna y los otros la recogían. Así los ricos se justificaban ante Dios y salvaban su alma; y los pobres daban gracias a Dios quedando en deuda con él y con quien daba la limosna. A partir del siglo XIII, la pobreza resultó un gran problema social. La práctica de la caridad superó la ayuda mutua entre los cristianos y se expandió al auxilio de los indigentes, organizando la asistencia y adquiriendo un gran impulso en la Edad Media. Los monasterios y conventos fueron grandes lugares de caridad: alimentaron a quien lo solicitaba, dieron limosnas, procuraron refugio a viajeros y peregrinos, y se ocuparon de enfermos, niños abandonados o ancianos. Con el paso de los años se fueron creando órdenes religiosas para cubrir este tipo de necesidades. En Europa, durante siglos, fue la Iglesia la que asumió la responsabilidad de sostener, gestionar y administrar gran número de hospitales, escuelas, asilos, orfanatos, etc. También se promulgan leyes que favorecen, a la vez que controlan y reprimen a los pobres. En esta época creció el interés por los necesitados y se intentaron cubrir sus carencias. Sin embargo poco o nada se hizo por

modificar las condiciones sociales del pobre, que le permitieran salir de la pobreza. La primera Ley relacionada con los pobres es promulgada en

Inglaterra en 1343, bajo el nombre “Statute of laborers”. Surge

ante la ausencia de mano de obra después de la peste negra, que hizo desaparecer a dos tercios de la población en dos años. Obligaba a las personas a trabajar si alguien deseaba contratarlas, prohibía las limosnas a mendigos en uso de sus facultades y castigaba con crueldad a mendigos y vagabundos. Esta ley, junto con otras promulgadas en años posteriores, contribuyó a reducir el poder de la Iglesia, a la vez que aumentaba el control y represión sobre los pobres desde los poderes públicos.

A continuación se presentan dos cuadros resumen para ayudar a ordenar el análisis diacrónico o histórico de cómo ha evolucionado la disciplina y cómo ha explicado los fenómenos objeto de estudio.

MOMENTOS DE LA

HISTORIA SOCIAL (1)

ACCIÓN SOCIAL y DE AYUDA

MUTUA

Prehistoria

- Ayuda mutua de la familia, la tribu o el clan.

- Impulsos humanitarios o religiosos.

- Influencia de la sabiduría oriental: Código de

Hammurabi (Egipto, 1700 a.C.), confucionismo y

taoísmo (China, 4000 a.C.), budismo (India).

- Judaísmo (Antiguo Testamento, Talmud motivaciones

de carácter social espiritualizadas a partir de los

testimonios de los profetas).

- La ayuda social en la Grecia dominada por Atenas (la

preocupación por la “polis”).

- La romanidad pragmática: los planteamientos de

Cicerón, la ética estoica de Séneca, el pragmatismo de

las “meditaciones” de Marco Aurelio.

- El cristianismo y los principios de las primeras

comunidades cristianas.

- Desde el edicto de Constantino (313) de oficialidad del

cristianismo hasta bien entrada la edad moderna la

Iglesia asume casi en exclusiva la organización de la

caridad y de la asistencia a gran escala hacia enfermos ,

pobres, presos, huérfanos ocupándose de toda la

dimensión social.

- A pesar de todo, hasta los siglos XII – XIII, la

bipolaridad rico-pobre se entendía como algo natural e,

incluso, de necesidad mutua.

MOMENTOS DE LA

HISTORIA SOCIAL (2)

ACCIÓN SOCIAL y DE AYUDA MUTUA

Edad Media

- Se institucionaliza la limosna para conseguir otros

fines.

- La pobreza se convierte en un grave problema social.

- Muchas órdenes religiosas surgen con clara vocación

paliativa y caritativa, pero con la impotencia de

solucionar realmente los problemas ante la estructural

social feudal.

- Se apuntan pequeñas aportaciones de revisión de

injusticias sociales y en el trabajo a partir de puntuales

aportaciones de los “gremios”, que intensifican su

interés por los marginados.

- Algunos gremios reglamentan los salarios y jornadas

de trabajo, la formación profesional y se crean fondos

sociales de ayuda a personas necesitadas.

- Los pobres públicos no se responsabilizan de la

asistencia.

Fuente: Profesor Riera Romaní Jordi ( 1998: 93) , que a su vez parte De la Red (1993).

b) – Historia de la Acción Social: Precedentes y antecedentes del Trabajo Social: Para el Trabajo Social, los precedentes se sitúan en el nacimiento de la caridad organizada. Así, coincidiendo con el declive de la influencia de la Iglesia, con los cambios sociopolíticos y económicos (expansión marítima, aumento del comercio, emigración del campo a las ciudades, nacimiento del movimiento obrero, monarquías autoritarias) y con la aparición de nuevos movimientos ideológicos como el humanismo, surgen una serie de personajes que aportarán ideas y experiencias significativas muy cercanas al Trabajo Social. Los reformadores sociales han tenido una gran relevancia e influencia para el Trabajo Social y así lo exponen diversos autores como Kisnerman y Gómez (1981); Friedlander (1989); Moix (1991); De la Red (1993); García Alba y Melián (1993); Molina (1994); Ander-Egg (1994); Garcés Ferrer (1996); entre otros. El más lejano en el tiempo es JUAN LUIS VIVES (1492-1540). Valenciano de nacimiento, educado en París. Filósofo, psicólogo, pedagogo y humanista, es una figura insigne del Renacimiento. Notable como orientador y consejero de los cónsules y senadores de la ciudad de Brujas. Fue el primero en sostener la tesis de que la prevención y el socorro de los pobres constituye una de las funciones propias e inexcusables del Estado. Vives propugna la redistribución de la riqueza y otra serie de medidas para los pobres como: el cuidado, el control, el registro, la investigación de sus necesidades, etc. Es considerado precursor

de la asistencia social organizada. Su obra: “El tratado del socorro de los pobres”, publicada en 1526, está dividida en dos libros: el primero, sobre la fundamentación teológica y filosófica de la ayuda a los necesitados; y el segundo, sobre la conveniencia y el modo de ocuparse de ellos. La clave de su planteamiento reside en que el socorro al necesitado es un deber moral y religioso para el individuo; pero además es una exigencia de justicia estricta para la sociedad, lo cual lleva consigo la obligación del Estado de intervenir en la vida económica y de organizar una asistencia social eficaz. Introduce el principio de ayuda al hombre como derecho y no como caridad, e indica que será el Estado -creando fondos, donaciones e impuestos- y no la Iglesia, el encargado de procurar la asistencia pública, la protección social y la beneficencia. Sus ideas fueron escandalosas para algunos y obtuvo una gran oposición eclesiástica. Vives explica en su obra el origen de las necesidades y la miseria del hombre y la forma en que la comunidad y sus gobernantes deberían ocuparse de ella. Señala el proceso de intervención, dividiendo la ciudad en barrios y asignándoles dos senadores y un secretario a cada uno. Estos tendrían que investigar las condiciones familiares de los pobres y proporcionar la ayuda que se necesite a través del empleo, capacitación y auxilios. “Asentó, con sus ideas, las bases de la asistencia social a través de los siguientes principios: el derecho del individuo a obtener ayuda cuando la necesite; la individualización y estudio de cada situación; la rehabilitación y prevención de situaciones de necesidad a través del trabajo y la acción prolongada en el tiempo, hasta resolver definitivamente la situación problema” (Kisnerman, 1998:27). La metodología indicada por Juan Luis Vives inspiró a muchos otros, como a Benjamin Thompon, el Conde Runford, Tomás Chalmers, Wiliam Booth, Octavia Hill o Federico Ozonam, considerados como pioneros de la asistencia social organizada (Molina, 1994:22). Una segunda figura relevante fue la del francés SAN VICENTE DE PAÚL (1576-1660), clérigo que dedicó su vida a los pobres y que fue notable por el intento de impulsar en Francia el socorro a los indigentes. Fundó en 1617 las “Damas de la Caridad”, institución que reunía a señoras de las clases privilegiadas que

se dedicaban en sus horas libres a la atención de los más necesitados. Frente a las tendencias de la época, que encerraban a los pobres, enfermos y mendigos en instituciones, alejándolos y aislándolos de la sociedad, propuso su atención en la familia. Así, visitaban a los enfermos, daban de comer a los hambrientos y fomentaban la acción benefactora en pueblos y ciudades. En 1633, junto a Santa Luisa de Marillac, funda la congregación religiosa de “Las Hijas de la Caridad”. La relevancia que estos hechos tuvieron para los antecedentes del Trabajo Social tienen que ver con que San Vicente de Paúl, para organizar la actividad que proponía, indicó una serie de normas, transformando la limosna en trabajo voluntario, organizado y metódico, partiendo de la organización institucional de la caridad y el fomento de la filantropía. “La acción de Vicente de Paúl se concretó en la creación de instituciones para niños sin hogar, casas de tránsito para familias sin vivienda, atención material y espiritual en cárceles y hospitales, procurando una actividad educativa que modificará la situación de estas personas. Denunció las condiciones de trabajo de los niños y de los galeotes, logrando las primeras leyes en beneficio de ambos” (Kisnerman, 1990:21). “Inglaterra fue el país precursor en cuanto a legislación social se refiere, -aunque ésta tiene un contenido fiscalizador y represivo- quizás por ser el país en el que se produjo un mayor desarrollo capitalista e industrial. Un recorrido por su pasado así lo demuestra” (Ander-Egg,1994:132-136). En 1531, en la Ley promulgada por Enrique VIII, se ordena a los alcaldes y jueces de paz que estudien las solicitudes de ancianos e indigentes incapacitados para trabajar, atendidos por las parroquias. Por esta Ley se hizo un registro de pobres y se estableció la necesidad de tener licencia para pedir limosna en una zona designada. En 1536 se promulga un Statute, por el que se establece el primer plan de beneficencia pública bajo el patrocinio del gobierno. Se dispone el registro de mendigos por parroquias y cada parroquia debe atender a sus necesitados con las aportaciones de sus feligreses. Se obliga a trabajar a los mendigos que tenían condiciones físicas para ello; y a los niños

ociosos, de entre 5 y 14 años, se les separaba de sus padres y eran internados. En 1562 se promulga el Statute Artificiers, que regulaba las horas de trabajo y los salarios, proponiéndose también la capacitación de los artesanos. Se obliga a trabajar a vagos y mendigos y si no se les encontraba trabajo se les podía obligar a trabajar como sirvientes, si tenían entre 12 y 60 años. En el año 1563 el Parlamento adoptó medidas obligatorias para financiar el socorro de los pobres. Cada dueño de casa fue obligado a pagar un impuesto semanal, proporcional al valor de su propiedad y de sus ingresos. El Statute firmado en 1572 por la Reina Isabel estableció un impuesto general con el fin de obtener recursos económicos para los pobres. Se creó también un cuerpo de inspectores encargados de administrar esta Ley. Los reformatorios o casas de corrección fueron creadas en 1576; y en ellos se obligaba a trabajar a los pobres sin impedimento físico, preferentemente a los más jóvenes. En 1597 se crean asilos para los ancianos, los pobres y los impedidos para trabajar y se autoriza a los jueces de paz para nombrar a los guardianes de las iglesias, como inspectores de pobres. Es en 1601 cuando se promulga la “Poor Law”, La Ley Isabelina de los Pobres, que estuvo vigente más de trescientos años. En ella se reconoce, con fuerza legal, las obligaciones del Gobierno con respecto a los necesitados. Es en realidad la recopilación de las leyes promulgadas hasta el momento y tiene como finalidad fundamental la de crear, controlar y proteger los fondos asignados o donados para la caridad. Se distinguen en la Ley tres tipos de pobres: el pobre corporalmente capacitado, el pobre incapacitado y los niños dependientes (huérfanos, expósitos y los abandonados por los padres) . Entre la Ley de los Pobres y su reforma en 1834, se dictaron otras leyes que produjeron un avance importante en el tratamiento y organización de la beneficencia: Ley de Residencia (1662), Ley de Hospicios (1696), y Ley Speenhamlan (1795).

En la Europa del siglo XVIII nace el movimiento cultural de la Ilustración y se producen grandes cambios de orden social. La Ilustración como movimiento político, filosófico y pedagógico se desarrolla desde Inglaterra hacia el resto de Europa, poniendo como base la confianza en la razón humana e intentando desarrollar el progreso de la humanidad. Se defiende el conocimiento científico y la técnica como elementos de cambio. Los valores que predominan son las ideas de razón, progreso y libertad. Se confía en la ciencia y en la educación como elementos que conseguirán mejorar la sociedad. La revolución industrial tuvo grandes repercusiones sociales, produciéndose una serie de acontecimientos que marcan el nacimiento del Trabajo Social. La sustitución de la mano de obra por máquinas, la libre empresa y la competencia favoreció que la riqueza y el poder se concentrara en pocas manos y se produjeran grandes cambios estructurales en la política y en la sociedad, nuevas costumbres, nuevos valores. En los primeros momentos del industrialismo manchesteriano se trabaja en condiciones muy duras, con bajos salarios, despidos arbitrarios, utilización de mujeres y niños como mano de obra barata y con un horario desmesurado. No se tienen en cuenta los problemas sociales que se están generando, ni los accidentes laborales, ni las enfermedades; por ello, una gran masa de personas se encontraron en la miseria, en condiciones infrahumanas y necesitaron vivir de la caridad o solicitar ayuda de la beneficencia pública. El siglo XIX ofrece abundantes antecedentes de los ya inmediatos orígenes del Trabajo Social. Surgen pensadores y empíricos de la Asistencia Social como A. Tomás Chalmers, Edwin Chadwich, Federico Ozanam o Edward Denison. El economista y pastor presbiteriano A. TOMAS CHALMERS (1780-1847) fue el fundador de la iglesia libre presbiteriana de Escocia y organizó un programa de caridad privada sobre los principios de la ayuda vecinal, completado con las visitas a las casas. Sostenía que era necesario terminar con el socorro público y con el ofrecido por la Iglesia, ya que tal como se realizaba suponía un derroche y desmoralizaba a los pobres, por

no existir una metodología de racionalización de los recursos y beneficiarios. Proponía la “caridad juiciosa”, que tuviera en cuenta el efecto que producía la ayuda en los socorridos. Indicaba que era necesario tener en cuenta los hábitos y las economías de la propia gente, la amabilidad de los parientes, la simpatía de las clases más ricas de la sociedad por los más necesitados y la simpatía de unos pobres por otros. Se opuso a los sistemas de socorro público y ensayó un sistema de socorro voluntario para los pobres. “Chalmers fue el primero en señalar que la ayuda a los indigentes debía convertirse en una ciencia basada en la observación y teniendo en cuenta que el objeto debía ser el mejoramiento social” (Kisnerman, 1990:22).

Propuso un proceso de intervención de cuatro fases progresivas, en cada uno de los casos: la investigación cuidadosa de las causas de desamparo y de las posibilidades de que el pobre se mantuviera a sí mismo; el alentar a la familia, vecinos y familiares para que se ocuparan de los que no se podían mantener por sí mismos y los tomaran a su cargo (huérfanos, ancianos o enfermos). Si no era posible solucionar el problema con la ayuda de familiares y vecinos, debían buscarse personas acomodadas dispuestas a ayudar a la familia; y sólo en caso de que ninguna de las anteriores fórmulas pudiera lograrse, el diácono del distrito solicitaría ayuda a los fieles. Un elemento fundamental de la organización fueron los “visitadores voluntarios”, cuidadosamente seleccionados y orientados, que colaboraban con los diáconos en las tareas de valoración personal y familiar de los casos que solicitaban la ayuda, presentándose ante los mismos como amigos. Fue en definitiva, “un notable intento de organizar el socorro de los necesitados, mediante la individualización del problema de la pobreza y la coordinación sistemática de esfuerzos y recursos; y sobre la base de su administración austera y eficaz, combinando todo ello con la creencia, propia de la época, de que se conseguiría también mejorar el carácter de los beneficiarios” (Moix, 1991:49). EDWIN CHADWICH (1801-1890) fue miembro de la Cámara de los Comunes inglesa, nombrado “Comisionado de los Pobres”. En 1848 hizo aprobar por el Parlamento inglés la Ley de Sanidad Pública para combatir las enfermedades y las epidemias, para mejorar la habitabilidad de las viviendas, la implantación de

medidas sanitarias y la obligatoriedad y gratuidad de las vacunas contra el cólera, tifus y viruela. Otra experiencia destacable fue la de FEDERICO OZANAM (1813-1853) en Francia. Fundó las Conferencias de San Vicente de Paúl, que se expandieron por todo el mundo. Organizó la asistencia a los pobres en un sector de la ciudad de París y posteriormente se extendió a toda la ciudad. Planteó que no era con limosna y paternalismo como se lograba el progreso social “sino teniendo la libertad como medio y la caridad como fin”. El trabajo inicial de las Conferencias se organizó a través de las visitas domiciliarias y la ayuda a domicilio, pero con el paso del tiempo su labor se concretó en otras obras: guarderías, reformatorios, hospicios y atención a los refugiados e inmigrantes. Su pretensión era que la atención a los necesitados tuviera un mínimo de organización y racionalidad además de buena voluntad.

Durante esta época los problemas sociales eran considerados males que era preciso eliminar, pero no se planteaba para su solución el pasar por cambios estructurales de la sociedad. Las actividades que se realizaron para la atención a la pobreza tenían en común, según Ander-Egg (1994), el que nacían desde motivaciones fundamentalmente religiosas; que supusieron el comienzo de la organización de la acción asistencial y el esbozo de una cierta técnica operativa. Las formas de ayuda social de esta época estaban dirigidas, en general, a acciones individuales.

A continuación se presentan dos cuadros que recogen de manera resumida la Historia de la Acción Social a lo largo de las épocas relatadas en este apartado:

MOMENTOS DE LA HISTORIA DE LA ACCIÓN SOCIAL (1)

INTERVENCIÓN SOBRE LA VIDA SOCIAL POR PARTE DEL ESTADO, GOBIERNOS, PARTIDOS POLÍTICOS, SINDICATOS, MOVIMIENTOS SOCIALES, GRUPOS Y ORGANIZACIONES SOCIALES

Renacimiento

- En este período debemos resaltar la importante aportación del

humanista valenciano Joan Lluís Vives (1942-1540), como

auténtico precursor teórico de la asistencia social organizada o del

trabajo social.

- Lluís Vives escribe “Del socors dels pobres” (publicado el año

1526) donde hace la conocida aportación y exigencia en el sentido

que los poderes públicos se responsabilicen de la beneficencia.

- Lluís Vives invoca la organización de la comunidad en el estado y

los municipios, sugiriendo la organización de la asistencia

domiciliaria, acogida de los pobres, investigaciones respecto a las

auténticas necesidades, recolocación de los parados en obras

públicas, la formación profesional y la tenaz defensa de que la

educación era la mejor acción que permitiría erradicar la pobreza.

Siglo XVI-XVII

- A pesar de las notables diferencias que comienzan a existir a cada

país, el avance del proceso asistencial no es substancial en la

Europa de estos siglos.

- Se promulga la Poor LaW (1601) en la Inglaterra isabelina, donde

se reconocen y se asumen las obligaciones sociales de carácter

secular, con referencias claras respecto a las obligaciones que tiene

el gobierno respecto a las necesidades, (ley aplicada en EEUU en el

siglo XVII).

- Se destaca también la aportación de una segunda personalidad en

la historia del trabajo social: San Vivente de Paul (1581-1660),

considerado como el precursor profesional del trabajo social.

- Vicente de Paul es reconocido no tanto por sus escritos o tratados

como por su manera de afrontar (método) las diferencias

situaciones de pobreza a las cuales se enfrentaban enérgicamente.

Desde la perspectiva actual, podríamos afirmar que sugirió la

atención en el medio, la política preventiva, las acciones

sociopedagógicas, estudios e investigaciones de diagnóstico de la

pobreza antes de la actuación, actuación sobre las causas y o sobre

los efectos , etc.

MOMENTOS DE LA HISTORIA DE LA

ACCIÓN SOCIAL (3)

INTERVENCIÓN SOBRE LA VIDA SOCIAL POR PARTE DEL ESTADO,

GOBIERNOS, PARTIDOS POLÍTICOS, SINDICATOS,

MOVIMIENTOS SOCIALES, GRUPOS Y ORGANIZACIONES SOCIALES

Siglos XVIII-XIX

- En tiempos de la ilustración, se plantea la acción

de ayuda al hombre por amor al hombre, sin

esperar otras recompensas.

- Se fundamenta la filantropía (Hume , Kant...)

- Crecen las acciones sociales filantrópicas pero de

una manera desarticulada, privada y desinteresada.

- Finaliza así toda una etapa histórica del trabajo

social, a la cual muchos autores han asignado el

nombre de “pretécnica”, como fase

correspondiente a una acción social débilmente

organizada u bastante arbitraria.

Siglo XIX

- Creación y desarrollo de las sociedades de

Organización de la Caridad. En concreto destaca la

fundación de la Charity Organisation Society, el

año 1869, en Londres (C.O.S.), que muchos

autores especializados consideran el primer intento

técnico logrado y con proyección científica y de

formación del campo del Trabajo Social.

- Surgen los primeros programas de política social

en diferentes países occidentales.

Fuente: Profesor Riera Romaní Jordi ( 1998: 93) , que a su vez parte De la Red (1993).

Durante éste perido que se ha denominado Historia de la Acción

Social (Martínez, Mª .J, 2000: 25-27), hubo personas denominadas reformadores sociales que durante la Historia de la Acción Social pueden considerarse precedentes y antecedentes del Trabajo Social y que se recogen el el siguiente cuadro:

Autor Vida Origen País Ópticas Obras Aportaciones

J. L. Vives 1492- 1540

(siglo XVII)

Valencia Brujas

(Flandes,

Países Bajos)

Humanista –

cristiana

Pedagógica

Del Socorro de

los probres

(1525)

Teóricas:

Secularización de la

atención a los pobres.

Incorpora el factor

trabajo.

Miguel de

Giginta

1534 (siglo

XVI)

Perpiñan

(Francia)

Francia

/España

/Portugal

Cristiana Tratado de remdio

de pobres (1579)

Realción entre trabajo

/formación / Casas de

Misericordia /

Limosna

Cristóbal Pérez

de Herrera

1556- 1620 Salamanca Cortes de

Felipe II y

Felipe III

Medicina

humanista

cristiana

Amparo de pobres

(1598)

Diseño de atención a

los pobres: trabajo

/productividad

San Vicente de

Paúl

1581 – 1660

(siglo XVII)

Dax (Burdeos,

Francia)

Francia Cristiana Epístolas Práctica de atención a

los pobres; trabajo y

formación quienes los

cuidan

Conde Rumford 1753-1814

(siglo XVIII-

XIX)

Estados Unidos Inglaterr

a,

Munich

(Alemani

a)

Económica

/Política /Ciencia

Ensayos políticos

económicos y

filosóficos (1799)

Organización de la

atención: Factores:

secularización del

trabajo. Rentabilidad

al máximo (ahorre de

costes y máxima

empleabilidad).

Transparencia de las

cuentas

T. Charmes 1780- 1847

(siglos

XVIII- XIX)

Anstruther,

Inglaterra

Glasgow,

Escocia

Cristiana Atención a los pobres:

investigación /ayuda

mutua /visitadores

Fuente: Manuera Gómez, P (2003: 62)

c) – Historia del Trabajo Social: Origen de una profesión

El origen específico del Trabajo Social se encuentra en la época de la industrialización occidental, a finales del siglo XIX y principios del XX en Inglaterra, en un momento de grandes problemas sociales producto de la revolución industrial y del liberalismo económico y político (De la Red 1993:43). En este sentido, Friedlander (1989) señala que son tres los elementos que influyen para la aparición inmediata del Trabajo Social: los movimientos de reforma social, los movimientos de investigación social y las iniciativas organizadas. Para Natalio Kisnerman, “la irrupción de la tecnología en el proceso productivo conllevó a una modificación de la sociedad y a la aparición de una nueva problemática social. El Trabajo Social asumió entonces el papel de reformador social, en defensa de amplios sectores de población carenciada” (Kisnerman, 1990:11). Con el fin de corregir algunas prácticas de caridad irreflexiva e indiscriminada, nace en 1869 en Londres la “Charity Organization Society” (COS), tratando de desarrollar junto al derecho de los pobres y la filantropía ordinaria un nuevo método para remediar la pobreza. Su actividad tuvo una gran relevancia y fue dentro de

su marco donde se inicia el “social casework”. La creación de la COS constituyó uno de los pasos más importantes en la concepción y organización de las prácticas asistenciales. En ella convergen experiencias precedentes como las de Vives, Vicente de Paúl, Ozanam y Tomás Chalmers y se adhiere a los principios de la Nueva Ley de los Pobres de 1834, pero oponiéndose a las formas de ayuda pública por dispendiosa y poco útil, ya que mantiene a los pobres en situación constante de limosneo. En la COS prima la idea de Octavia Hill : “limosnas no, un amigo”. Así, los voluntarios encargados de visitar y atender las necesidades de los pobres reciben el nombre de “visitadores amigables”. La COS fue una sociedad fundada y sostenida con fondos privados y los miembros de la nobleza ocuparon puestos relevantes en el Consejo. La misma Reina, con intención de darle apoyo, aceptó ser patrona de la sociedad. De su filosofía se concluía que la pauperización se producía porque las personas conseguían con demasiada facilidad los medios de vida, en lugar de procurárselos ellas mismas; que la caridad indiscriminada aumentaba la pauperización; y que ésta, junto con la degradación del carácter del pobre, era el aspecto más grave de la pobreza. Por ello sostenía que la “curación del pobre” pasaba por la conjugación de tres remedios: ordenar la práctica de la caridad, evitando el ayudar de forma general a todo el que lo solicitase; facilitar a los pobres una amistad que favoreciera su propio respeto y el automantenimiento; e investigar las causas que habían generado la ausencia del respeto a si mismo y el recurso a la caridad. La Charity Organization Society fue fundada inicialmente con el nombre de Sociedad para la Organización del Socorro Caritativo y la Represión de la Mendicidad. La iniciativa de la misma fue de Henry Solly, pero la definición de su verdadero espíritu recae sobre Sir Charles Stewar Loch, que fue su secretario general de 1875 a 1913. Manuel Moix (1991:83), resume los planteamientos y principios de esta organización de la forma siguiente:

Ninguna obra de caridad es completa si no coloca a la persona beneficiaria en una situación de autonomía.

Había que ejercer todos los medios de presión posibles

sobre el individuo para forzarlo a ser autónomo. Las armas que debían usarse eran, entre otras, el miedo a la

extrema pobreza, el sentimiento de vergüenza, la influencia de los parientes o la amenaza de perder el derecho al voto si se recibía socorro.

La familia tenía que ser considerada como un todo, de

otro modo el lazo social más fuerte se debilitaría. Las obligaciones del cuidado de los jóvenes y ancianos, o la ayuda en la enfermedad y en la dificultad, debían ser soportadas en lo posible por la familia.

Era necesario un completo conocimiento tanto de las

circunstancias de las personas que buscaban socorro como de los medios para ayudarlas.

El socorro para producir cura debería ser adecuado en

cantidad y calidad. La COS estableció ocho pasos básicos para orientar la acción asistencial. Como indica Ander-Egg (1992:55), “constituyen un hito fundamental en la historia de la profesionalización del servicio social”:

1- Cada caso será objeto de una encuesta escrita. 2- La encuesta será presentada a una comisión que decidirá las medidas que deban tomarse. 3- No se darán socorros temporales, sino una ayuda metódica y prolongada hasta que el individuo o la familia vuelvan a sus condiciones normales. 4- El asistido será el agente de su propia readaptación, como también sus parientes, vecinos y amigos. 5- Se solicitará ayuda a instituciones adecuadas en favor del asistido. 6- Los agentes de estas obras recibirán instrucciones generales escritas y se formarán por medio de lecturas y prácticas.

7- Las instituciones de caridad enviarán la lista de sus asistidos para formar un fichero central, con el objeto de evitar abusos y repeticiones de encuestas. 8- Se formará un repertorio de obras de beneficencia que permita organizarlas convenientemente.

Del análisis de estos principios es preciso destacar cómo al sujeto asistido se le asigna la responsabilidad compartida de su proceso de cambio; cómo surge la formación teórico-práctica de quien participará en la intervención; la creación de instrumentos de registro de asistidos y de recursos institucionales; y la necesidad de coordinación interinstitucional. Sociedades similares a la de Londres -ya en 1891 contaban con 75 sociedades- se crearon en otros países como Escocia e Irlanda y principalmente en EE.UU.; donde se organizó la primera en Búfalo (1877) y, diez años después, ya existían 92 en diferentes ciudades. “La COS proporcionó el fundamento tanto al trabajo social con casos, como al trabajo social con comunidades, las cuales nacieron de las dos tendencias que, tanto en la teoría como en la práctica, se manifestaron en dicha sociedad -la una conduciendo hacia la “individualización”, el “social casework” y la otra abocando a la “socialización” y a la llamada durante mucho tiempo organización de la comunidad- y encuentran aún en ella sus primeros balbuceos y sus más genuinos y básicos principios” ( Moix ,1991:82). Otra figura relevante fue la de JANE ADDAMS (1860-1935), quien desde niña comenzó a criticar las desigualdades sociales y se dedicó a modificar y mejorar las condiciones de trabajo y de vida de los más necesitados. En 1889 creó un centro de asistencia social en un barrio obrero de Chicago con los siguientes servicios: casa cuna y guardería, club para jóvenes, taller de capacitación laboral, escuela de música y teatro. Logró medidas que protegieran a los emigrantes, favoreció la creación de parques de recreo públicos, luchó contra la explotación laboral de los niños, se ocupó de los jóvenes delincuentes, hasta lograr la creación del primer Tribunal de Menores en EE.UU. Desde 1904 luchó por la paz internacional y en 1914 asumió la presidencia del “Partido Femenino ProPaz”, que más tarde se convertiría en una Liga Internacional que se ocupó de unir a todas las mujeres del mundo contra la guerra, la explotación, la

opresión y a favor del desarme, la solidaridad humana y la cooperación mundial. En 1915, Jane Addams presidió el primer Congreso Femenino de La Haya y en 1931 recibió el premio Nóbel de la Paz. Escribió nueve libros en los que se observa su ideario pacífico, feminista y proclive a la asistencia social. Indicaba que descubrir el talento personal de un individuo, ayudarle a ejercitarlo y desarrollarlo es uno de los principales objetivos de la asistencia social. También afirmaba que las reformas prematuras, rápidas e impuestas fracasan; y que por ello era necesario que las reformas estén bien arraigadas en la conciencia social: el bien es preciso realizarlo con los otros y no para los otros. Pudiera decirse, que “la COS es el primer intento técnico y con proyección científica del Trabajo Social: al enunciar que la caridad asistemática y sentimental, no erradica el pauperismo sino que muchas veces, lo profesionaliza; al organizar un despliegue inadecuado de la caridad y fomentar la interrelación entre los sistemas público y privado; al considerar las causas “externas” e “internas” de la pobreza y hacer objeto de análisis no sólo al individuo, sino también al orden social, al diseñar los primeros elementos técnicos del Trabajo Social a nivel individual, grupal y comunitario; y al incorporar las aportaciones de las ciencias psicosociales en la formación y en la actividad de sus profesionales” (De la Red, 1993: 51). Según Grenwood, “es en Estados Unidos donde se institucionaliza la profesión, distinguiendo al analizarla tres fases: - La de surgimiento de la profesión desde finales del siglo

pasado hasta terminada la primera guerra mundial. Este periodo se caracteriza por una estrecha relación, (...) entre ciencia social y Trabajo Social.

- La segunda fase comprende el periodo entre guerras (1918-

1939) (...). Es el momento de creciente auge del psicoanálisis. - La tercera fase va desde 1945 hasta finales de 1960, en

donde se produce un nuevo acercamiento entre ciencias sociales y Trabajo Social: unos pretenden confrontar en la práctica las propias experiencias, los otros sienten la

necesidad de una mayor formación teórica” (Ander-Egg, 1994:167-168).

También Greenwood, citado por García Alba y Melián (1993), señala cuatro fases desde el inicio del Trabajo Social científico hasta la actualidad: la primera fase denominada de Beneficencia/ Caridad Pública, abarca desde finales de la Baja Edad Media, hasta el siglo XIX y su característica más importante es el ideal de salvación a través de obras de caridad. La segunda fase de Asistencia Social, se extiende durante el siglo XIX y la asistencia está basada en la subsidiariedad, tratándose de cubrir las necesidades básicas del individuo. La tercera fase la denomina de Servicio Social, comprende parte del siglo XIX hasta la primera mitad del siglo XX, destacando en ésta la aparición de los derechos sociales. La cuarta y última fase la denomina de Trabajo Social, se inicia a mediados del siglo XX y su característica más importante reside en planteamientos reformistas desde el Estado y las instituciones de Bienestar Social, dirigiéndose la acción a toda la población y no sólo a sectores marginales. Según Alayón (1988), la aparición del Trabajo Social en América Latina está muy ligada a los procesos de desarrollo capitalista. “El Servicio Social y el Trabajo Social emergen como los continuadores de las labores benéficas y asistenciales, desarrolladas por sectores y entidades religiosas, por instituciones aristocráticas y por el propio Estado” (Alayón, 1988:17). “En 1965 comienzan a advertirse los primeros síntomas de crisis en el Trabajo Social; crisis que indica el surgimiento de algo nuevo en un mismo seno, tendente a superar lo anterior, y nunca una decadencia y muerte de ideas, valores y expectativas sustentadas. En América Latina aparece la reconceptualización (...). En 1966 en los Estados Unidos, Helen Harris Perlman plantea la necesidad de pasar de lo intrapersonal a lo interpersonal, de personas proyectadas en función de su pasado a personas proyectadas en su red de interacciones sociales. Y por entonces también en los Estados Unidos, Virginia Sapir y Carlos H. Meyer inauguran el enfoque ecológico, centrado en la relación hombre-medio” (Kisnerman, 1990:11).

Para resumir éste apartado de la Historia del Trabajo Social se presentan 5 cuadors que resumen los elementos más relevantes de esta etapa y que permiten ordenar el análisis diacrónico o histórico de lo expuesto hasta el momento sobre como ha evolucionado la disciplina en España y cómo ha explicado los fenómenos objeto de estudio.

MOMENTOS DE LA HISTORIA DEL TRABAJO SOCIAL (1)

COMIENZO DE LA PRACTICA DE LA PROFESIÓN Y DOCUMENTOS ESCRITOS SOBRE LA MISMA

Siglo XX

- Se crean las primeras escuelas de trabajo social. Destaca en este sentido la figura de Mary Richmond (de la COS) con los primeros diseños de formación profesional en este campo. - En concreto, de esta autora es destacable la obra “Social Diagnosis” (1917), que pretende restablecer las bases científicas de una nueva profesión: el trabajador social.

ETAPA TÉCNICA

(finales de siglo XIX – 1r. tercio del siglo XX)

- Una de las definiciones con más trascendencia de la época al mismo tiempo que significativa, es la propuesta por May RICHMOND, el año 1922, en su obra “Caso social individual”: “El trabajo social es el conjunto de métodos que desarrollan la personalidad, reajustando consciente e individualmente al hombre a su medio social” (1982-60). - Según la misma autora, el trabajo social, a diferencia de otras disciplinas que también se ocupan del desarrollo de la personalidad, tiene su propio campo de acción; en concreto el del desarrollo de la personalidad para la adaptación consciente y comprensiva de las relaciones sociales. - Esta función la han de realizar profesionales preparados: los asistentes sociales, utilizando

técnicas adecuadas para la “reeducación de las costumbres”, la “política de aliento como método de educación”, y “hacer tomar parte activa en los planes concebidos para su bien” (1982-110). - Se centra la intervención específicamente en las personas con deficiencias sociales, en relación con el resto de seres humanos e instituciones de la comunidad. - Comienza a preocupar el hecho de trabajar sobre las causas, y el contexto donde se producen los déficit, además de sobre los efectos.

MOMENTOS DE LA HISTORIA DEL TRABAJO SOCIAL (2)

COMIENZO DE LA PRACTICA DE LA PROFESIÓN Y DOCUMENTOS ESCRITOS SOBRE LA MISMA (continuación )

ETAPA PRECIENTÍFICA

(de los años 30 a los 60

- El énfasis se pone en la persona. - Se intenta superar la influencia de la escuela psicologista (psicoanalítica), con propuesta de clara índole humanista, como la HAMILTON: “... hay dos ideas nucleares que distinguen el trabajo social como profesión humanista: la primera es que el evento humano costa de persona y situación, cuya interacción es constante, y la segunda que el método característico del trabajo social incorpora dentro de sus procesos tanto el conocimiento científico como los valores sociales...” (1960:3) - otra definición significativa es la de BOEHM: “ El trabajo social es una actividad que pretende aumentar el funcionamiento social de los individuos, singularmente y en grupos, por medio de actividades enfocadas a sus relaciones sociales (...). Estas actividades pueden agruparse en tres funciones: 1) Restauración de la capacidad deteriorada; 2) Previsión de recursos individuales y sociales; 3) Prevención de la disfunción social. “ (1959-54) - Finalmente destacar la definición que hacen las Naciones Unidades, el año 1960: “El trabajo social es una actividad cuyo objeto es contribuir a una adaptación mutua entre los individuos y su medio social, mediante el empleo de técnicas y métodos destinados a que los individuos, grupos y comunidades puedan satisfacer sus necesidades y resolver sus problemas de adaptación a un tipo de sociedad que se halla en proceso de evolución...” 1960:3) - En síntesis, concepciones del trabajo social centradas en la actividad, y en el objeto, que no en la propia naturaleza. Se intenta globalmente mejorar la integración de las personas, buscando la correcta interacción social.

MOMENTOS DE LA HISTORIA DEL TRABAJO SOCIAL (3)

COMIENZO DE LA PRACTICA DE LA PROFESIÓN Y DOCUMENTOS ESCRITOS SOBRE LA MISMA (continuación )

ETAPA DE PROFESIONALIZACIÓN DEFINITIVA y CIENTÍFICA (De los años 60 a los 80)

- Mayoritariamente ya se utiliza el término “trabajo social”. - Se pasa del concepto de “actividad” al de “profesión”. - El trabajo social ya no es un conjunto de métodos o un arte o un sumatorio de técnicas, sino una actividad profesional. - Destacamos la concepción de FRIEDLANDER: “El T.S. es un servicio profesional, basado en el conocimiento científico y en la destreza en las relaciones humanas, que ayuda a los individuos, solos o en grupos, a obtener satisfacción social y personal e independencia” (1968:4) - También hay que citar la definición del Comité de Ministros del “CONSEJO DE EUROPA” del año 1976 (Resolución 16/76):

“El T.S. es aquella actividad profesional específica, que tiende a favorecer una mejor adaptación de las personas, familias y grupos en el medio social en que viven, desarrollando el sentido de dignidad y de responsabilidad de los individuos, haciendo una llamada a la capacidad de las personas, a las relaciones interpersonales y a los recursos de la comunidad” - Finalmente citar la definición que surge del seno de la misma Federación Internacional de Trabajadores Sociales en el acta de la asamblea celebrada el año 1976, precisando que:

MOMENTOS DE LA HISTORIA DEL

COMIENZO DE LA PRACTICA DE LA PROFESIÓN Y DOCUMENTOS ESCRITOS SOBRE LA MISMA

TRABAJO SOCIAL (4) (continuación )

ETAPA DE PROFESIONALIZACIÓN DEFINITIVA y CIENTÍFICA (De los años 60 a los 80)

“ El trabajo social consiste no sólo en adaptar el individuo al medio, sino que implica proporcionar los medios para que los individuos puedan satisfacer en el medio sus necesidades la máximo. No sólo se trata de solucionar casos, sino preverlos, evitarlos y tratar de hacer una profilaxis social” - En síntesis, gran diversidad de concepciones, pero claramente dedicadas a los procesos de interacción social persona-sociedad, (y no sólo en los casos de déficit o marginación) y estableciendo un cuerpo de conocimientos propios, que permite contemplar un trabajo social que en aquellos momentos ya se plantea respuestas a todas las preguntas propias de un cuerpo de conocimiento, de un saber hecho y de la dimensión actitudinal del mismo profesional.

ÚLTIMA DÉCADA (80-90)

- Se incrementa el número de concepciones

(tecnológicas, sociocríticas...) - Por ejemplo ANDER-EGG, concluye que:

“El trabajo social es una técnica social, cuyas funciones específicas son la implantación de políticas sociales y la educación, promoción y animación social y prestación de los servicios sociales realizados con alcance asistencial, preventivo o de rehabilitación” (1985:43) - Por su importancia destacamos las apreciaciones que hace ANDER-EGG sobre la naturaleza del trabajo social: “El trabajo social es un técnica social, en el terreno de la acción, pero nunca en el de la ciencia (...) El trabajo social no tiene un cuerpo teórico propio, aunque al igual que todas las tecnologías sociales tiene su fundamento científico o una apoyatura teórica prestada de las ciencias sociales en general...” (1985:45)

Fuente: Profesor Riera Romaní Jordi ( 1998: 93) , que a su vez parte De la Red (1993).

MOMENTOS DE LA HISTORIA DEL TRABAJO

COMIENZO DE LA PRACTICA DE LA PROFESIÓN Y DOCUMENTOS ESCRITOS SOBRE LA MISMA

SOCIAL (5)

A PARTIR DE LO AÑOS 90 HASTA EL NUEVO SIGLO

- Esfuerzo significativo de las administraciones autonóicas y locales para cear y consolidar una red pública de Servicios Sociales, pero los gastos sociales por parte de la Administración central no crecen al ritmo necesario para poner en marcha adecuadamente las medidas que se legislan ( Muñoz, 2000:19-20; Miguel 1998: 301-302)

- La política que se desarrolla se adscribe a la doctrina social- liberal , en consonancia con las tedencias mayoritarias en la Unión Europea: privatizaciones, recortes de algunos derechos sociales adquiridos, etc.. (De la Red, Brezmes Nieto ( 2003: 143) y el progresivo debilitamiento de las estructuras organizativas tradicionales de la sociedad y el denomindado por algunos autores “resulgimiento de la sociedad civil”

- Aparción de nuevos yacimientos de trabajo para el Trabajo Social , pero la falta de solidez de la nueva red, a la que no es ajena la tendencia a la privatización , desemboca en la creación de puestos de trabajo provisionales ( Miguel, 1998:410-413)

- Desde finales de los ochenta se produce una reflexión crítica acerca de la progresiva “ burocratización” y pérdida de criterios y objetivos que se consideraban característicos de la profesión ( Barbero, 2002)

- Identificación del Trabajador Social con los Servicios Sociales (Ituarte, 1990), que se traduce en un empobrecimiento d ela intervención y de la disciplina porque la reflexión se centra en aspectos de gestión y organización. Las críticas se acentúan a partir de 1996 y van dirigidas a la figura del Trabajador Social coo mero gestor - mediador en el binomio necesidad – recursos

- Se desarrollan en ésta décad tres congresos Nacionales de Trabajadores Sociales cuyo interés s e centra en conseguir que el Trabajo Social se desarrolle simultáneamente como disciplina y como intervención.

- Se realizar un verdadero de sistematización y reflexión que se materializa en:

- Realización de encuentros organizados desde el ámbito profesional

- Incremento notable de revistas desde los colegios y universidad.

- Publicación desde la universidad de monografías y traducción de autores extranjeros

Fuente: De la Red, Brezmes Nieto ( 2003: 143-150)

d) - La formación en Trabajo Social. Creación de las Escuelas de Trabajo Social

Como indica Rubí (1989), el Trabajo Social como profesión es la prolongación de los movimientos filantrópicos y caritativos. Se desarrolla al inicio del siglo XX con la institucionalización de la formación y de la profesión. Y según Zamanillo y Gaitán (1991), con el Trabajo Social la ayuda espontánea se convierte en acto profesional y consciente convirtiendo los comportamientos institucionalizados en normas aceptadas socialmente para solventar los problemas sociales. Desde los inicios utilizó las nuevas ciencias humanas y sociales para formar sistemáticamente al personal de las numerosas instituciones de ayuda de esa época. Enmarcado en la ideología liberal de los países en que se inserta, presenta matices diferentes como consecuencia de las diferentes concepciones socio-asistenciales que estas instituciones han ido desarrollando.

Con el paso del tiempo, al aumentar el número de casos atendidos y al valorar el cómo se estaba realizando la actividad, la COS vio la necesidad (1864) de formar a sus visitadores y trabajadores sociales, mediante conferencias y trabajo práctico. OCTAVIA HILL (1873), siendo consciente de esta necesidad, comenzó a enseñar a los nuevos trabajadores sociales sus métodos de ayuda; y pretendía unir la simpatía con la instrucción y el espíritu tranquilo. La formación consistía en el aprender a tratar y relacionarse con la gente, conocer sus necesidades y familiarizarse con los organismos dedicados a la asistencia a los necesitados. Al mismo tiempo, MARGARET SEWELL comenzó a instruir a sus voluntarios mediante conferencias grupales y clases.

En 1890 se unieron ambos grupos y tanto los trabajadores

pagados como los voluntarios recibieron juntos la formación en los dos tipos de trabajo (settlements y recaudación de alquileres), a través de conferencias y trabajo práctico.

En 1894, ANA L. DAWES en el Congreso Internacional de

Beneficencia, Corrección y Filantropía, realizado en Chicago indica la necesidad de formación para atender los problemas o dificultades sociales.

También la COS comenzó a formar trabajadores sociales en las oficinas de distrito, mediante la supervisión de las tareas asignadas. En 1894, DUNN GARDNER sugirió introducir medidas prácticas en la formación.

En 1897, durante la Conferencia Nacional de Servicio Social de

Estados Unidos, MARY RICHMOND propuso la creación de una

Escuela de filantropía aplicada y consiguió que la COS realizara su propuesta en 1898 en Nueva York, con un curso de seis semanas, ampliándose más tarde a seis meses. “En 1903 se crean escuelas en Nueva York y Boston y en 1908 en Chicago y Berlín (...). Una nueva profesión se ha institucionalizado” (Ander-Egg, 1994:145).

Mary Richmond ha sido reconocida por ser la primera que hizo

una propuesta de formación sobre la disciplina de Trabajo Social. Sin embargo es en Amsterdam, en 1899, donde se crea la primera Escuela de Trabajo Social.

M. Richmond nació en Illinois (EE.UU.) en 1861. Realizó los

estudios secundarios en Baltimore y posteriormente trabajó como tenedora de libros. En 1889 ingresó como tesorera asistente en la Sociedad para la Organización de la Caridad; y en 1891 es nombrada secretaria general de la misma, incorporándose al equipo de “visitadores amigables”.

En 1909 Mary Richmond comienza a trabajar en la Russel Sage

Foundation como investigadora. En este año asume el Departamento de Caridad de la COS e ingresa en el Comité de Instrucción de la Escuela de Filantropía de Nueva York. Publica en 1917 la obra “Social Diagnosis”, logrando establecer las bases científicas de una nueva profesión. Esta publicación contiene dieciséis experiencias y a través de ellas plantea la metodología del diagnóstico social. Realizará una propuesta científica en Trabajo Social, fundamentada en la investigación y el diagnóstico, para más tarde proponer e intentar una modificación del comportamiento, lo que equivaldría al tratamiento. Inauguró de esta forma una orientación diagnóstica, centrada en las relaciones sociales. En 1918, la Escuela pasa a la universidad de Nueva York y M. Richmond ocupa la primera cátedra de “Caso Social Individual” (De la Red, 1993:53).

En 1921 recibe el Master of Arts, por el trabajo realizado en establecer las bases científicas para una nueva profesión y 1922 publica “Caso Social Individual”, en el que define al Trabajo Social como “conjunto de métodos que desarrollan la personalidad reajustando consciente e individualmente al hombre a su medio social” (Kisnerman, 1998:46).

Por otra parte a “Mary Ellen Richmond debemos la teoría

fundamental del Trabajo Social y la primera propuesta científica centrada en la investigación, apuntando a obtener una amplia información acerca de la persona y su problemática social

(diagnóstico), para luego intentar una modificación de comportamiento (tratamiento)” (Kisnerman, 1998:41).

RENE SAND (1877-1953) fue el impulsor de la Escuela de

Trabajo Social de Bélgica y el promotor de la primera Conferencia Internacional de Bienestar Social, celebrada en París en 1928. Tradujo al francés el libro “Social Case Work”, de Mary Richmond, e impulsó en 1925 la primera Escuela de Trabajo Social de Latinoamérica, abierta en Chile.

En 1929 se crea la Asociación Internacional de Escuelas de

Trabajo Social (IASSW), que organiza asambleas bianuales y goza de Estatuto Consultivo de la ONU, en las comisiones de ESCOSOC, UNICEF y UNESCO. Una de sus finalidades es promover las enseñanzas de Trabajo Social (Molina, 1994, y De la Red, 1993).

Como indica Molina, (1994:54), las primeras escuelas surgieron

en el mundo entre 1896 y 1900, en los Países Bajos y Estados Unidos. Es a partir de 1901 cuando comienzan a abrirse escuelas en otros países del mundo y en la década de los treinta cuando se produce su gran desarrollo. Entre 1900 y 1950 la ONU reconoció la creación de 373 escuelas en 46 países diferentes. La formación en las mismas presenta tres tendencias: la europea, centrada en una formación individualista producto de la influencia de la beneficencia y de la caridad; la tendencia americana, cuyo núcleo de formación eran las técnicas específicas y la sistematización del trabajo social; y la de los países en vías de desarrollo, que dirigía la formación al trabajo de animación de grupos y comunidades.

Ernesto Fernandes, Manuela Marinho y Manuela Portas (1998:.40-42) en la conferencia: “El Servicio Social en Europa: la experiencia portuguesa”, presentada en el II Congreso de Escuelas Universitarias de Trabajo Social, realizado en Madrid, en 1998, señalan como conclusiones de la lectura comparada sobre planes de estudio de Trabajo Social en Europa, las siguientes:

- En general están integrados en la Enseñanza Superior

Universitaria, definiendo, como requisitos de acceso los mismos que para el resto de la Enseñanza Superior, independientemente de que se impartan en escuelas públicas o privadas.

- Tienen, por lo general, una duración de tres/cuatro años, y en

algunas escuelas (especialmente del norte de Europa) se ofrecen cursos de post-graduación que conceden el grado de Master.

- En todos los Planes de Estudio se articula curricularmente la

formación teórica con la formación práctica. - Todos los currícula de formación teórico/científica consagran

como áreas estructurales: el Trabajo Social, la Sociología, la Psicología, el Derecho, los Métodos y Técnicas –tanto para la investigación social como para la intervención social-.

- No todos los planes parecen dar importancia al área de

Economía; algunos parecen dar importancia a disciplinas o actividades dirigidas al autoconocimiento del alumno, como forma de ir consolidando su asertividad y casi todos exigen un proyecto o trabajo fin de carrera.

- En todos los Planes de Estudios se verifica la preocupación

de asegurar una formación científica, estructurante del pensamiento y del conocimiento, completada con disciplinas de carácter técnico/operativo.

- La mayoría de las escuelas ofertan una formación

permanente que procura cualificar en áreas específicas de intervención profesional: Supervisión, Servicio Social del Trabajo, Dirección de Proyectos Comunitarios, Administración de Servicios Sociales, etc.

A continuación se presenta un cuadro sinóptico que recoge la

trayectoria oficial de las escuelas de asistente social ( 1932-1967), la evolución de los estudios desde (1968-1981), la trayectoria histórica de la formación en Trabajo Social en España y la evolución de los mismos ( 1981- 1988), así como la reforma de los planes de estudios en Trabajo Social y el área de conocimiento (1990- 2002)

Año Acontecimiento o hecho más relevante

1932 Creación de la primera Escuela para la Formación de Asistentes Sociales por el doctor Roviralta en Barcelona

1952 Solamente se contabilizan tres escuelas en el territorio nacional ( dos en Barcelona y una en Madrid)

1958 Los estudios de asistente social son encuadrados dentro de la Dirección General de Formación Profesional

1959 Desde 1952 hasta esta fecha aparecen 16 escuelas más en España. Creación de la Federación Española de Escuelas de la Iglesia de Servicio Social (FEEISS)

1962 Aparece el día 22 de febrero en el BOE una orden

ministerial por la que se crea una Comisión para la Reglamentación y Reconocimiento de la profesión de Asistente Social

1964 Decreto 1043, de 30 de abril, publicado el 15 demayo, sobre Reglamentación de las Escuelas. Orden 16 de julio, publicado por el BOE el 22 de agosto, por la que se nombran los representantes de las escuelas de la iglesia (FEEISS), componentes de la Junta Consultiva de las Escuelas de Asistentes Sociales. Orden de 31 de julio por la que se aprueba el Plan de Estudios y el cuadro – horario de las enseñanzas de asistentes sociales (publicada el 22 de agosto)

1965 El 1 de junio se publica la Orden de 4 de mayo sobre reconocimiento de escuelas no oficiales de asistentes sociales

1966 Se publica el 18 de noviembre la Orden Ministerial de 25 de octubre, por la que se reconoce el título de Asistente Social en el nivel de Técnico de Grado Medio. Orden de 26 de octubre por la que se aprueban los planes de estudio, cuadro - horarios y cuestionarios de la enseñanzas de asistentes sociales

1968 Primer Congreso Estatal de Trabajo Social en Barcelona

1970 Promulgación de la Ley General de Educación, en la que se ignoran los estudios de asistente social

Año Acontecimiento o hecho más relevante (continuación)

1972 Segundo Congreso Nacional de Asistentes Sociales. Madrid

1973 Orden Ministerial de 3 de julio, sobre acceso de los asistentes sociales a los estudios universitarios, si tienen bachiller superior. Decreto de 12 de agosto, por el que se regula la creación de Escuelas Universitarias

1974 Se crea una Comisión de Escuelas, Escuela Oficial y Federación de Asistentes Sociales (FEDASS) para la gestión con los ministerios de su integración universitaria. El total de las escuelas se niega a aceptar la inclusión de los estudios en la Formación Profesional

1976 Tercer Congreso Nacional de Asistentes Sociales

1980 Se aprueba una proposición de ley el día 21 de febrero, relativa a la transformación y clasificación coo universitarios, de los estudios de Trabajo Social, creación del título de Trabajo Social y transformación de las Escuelas de Asistentes Sociales. Cuarto Congreo Estatal de Trabajo Social. Valladolid

1981 Real Decreto 1850, de 28 de agosto, por el que se incorpora al ámbito universitario la formación de los asistentes sociales y los estudios conducentes a este título se transforman en Diplomatura en Trabajo Social

1982 Creación de los Colegios Oficiales de Diplomados en Trabajo Social y Asistentes Sociales (Ley 10/1982, de 13 de abril)

1983 Orden Ministerial de 19 de abril, que establece las direcrices para la elaboración de los planes de estudio

1984 Quinto Congreso Estatal de Trabajo Social. Vitoria

1986 El 24 de febrero se reune el pleno del Congreso de Universidades y aprueba el programa de actuación para la Reforma de las Enseñanzas Universitarias.

1987 Real Decreto 1497, de 27 de noviembre, en el que aparecen las directrices generales a las que han de adecuarse las titulacioners futuras, se establecen asignaturas obligatorias y optativas y un nuevo sistema de media (por créditos). Mediante la Orden de 8 de mayo se dictan normas para la convalidación del título de Asistente Social por el de diplomado en Trabajo Social

1988 Sexto Congreso Estatal de Trabajo Social. Oviedo

Año Acontecimiento o hecho más relevante (continuación)

1990 Acuerdo de 19 de junio de la Comisión Académica del Congreso de Universidades, en el que se reconoce el “Trabajo Socia y los Servicios Sociales” coo área de conocimiento. Real Decreto 1431, de 26 de octubre (BOE de 20 de noviembre), en el que se establecen las direcrices definitivas; se ratifica la duración máxima de la carrera en 3 años, así como la consideración de la carrera como una diplomatura

1991 Por acuerdo de 8 de abril (BOE de 27 de junio) se incluyen las material de Trabajo Social , servicios sociales y política social en el área de conocimiento de “Trabajo Social y Servicios Sociales”

Entre 1996 y 2002

Primer Congreso Estatal de Escuelas de Trabajo Social en Valencia. Se plantean las posibilidades de la licenciatura en Trabajo Social. Segundo Congreso Esatatal de Escuelas de Trabajo Social en Madrid. Sigue planteándose la licenciatura en Trabajo Social. Tercer Congreso de Escuelas Estatales de Trabajo Social. Ídem. Cuarto Congreso de Escuelas Estatales de Trabajo Social. Ídem

Fuente: De la Red y Brezmes Nieto (2003: 138-148)

e) - El Trabajo Social en España Los precedentes y antecedentes del Trabajo Social en España son muy similares al resto de países. Sin embargo, sería preciso destacar algunos hechos y personajes por su relevancia en nuestra historia. Hasta el siglo XV, la acción social se realiza principalmente desde los monasterios y por los prelados. Posteriormente, en los siglos XVI y XVII, se institucionalizan las casas de misericordia, los hospitales y albergues para los pobres. Las primeras normativas se aprueban en época de los Austrias (1540), que mediante una Cédula se establecen medidas de control y limitación de la mendicidad. Las ideas de Luis Vives no tuvieron tanta resonancia en España como en el resto de Europa, surgiendo la controversia sobre las mismas entre Alfonso de Soto y Juan de Robles. Para el primero, la asistencia a los pobres es una cuestión de conciencia y tiene estrecha relación con la Iglesia. Plantea que los poderes

públicos tienen el cometido de valorar a los verdaderos pobres, pero que la atención de los mismos no le es una cuestión propia. Robles indica que la atención a la pobreza pasa por la obligatoriedad del trabajo y que la mendicidad, sobre todo, es un problema político y económico. En el siglo XVIII la beneficencia pasa de la Iglesia al Estado o a organizaciones amparadas por éste, asumiéndose teorías reformistas y experiencias realizadas en Europa. Así, se crean las Cofradías de Socorro y se fundan los Montes de Piedad. Ante el fracaso de la mayor parte de estas iniciativas y el desorden en la beneficencia, la Constitución de 1812 plantea en su artículo 321 que la asistencia y beneficencia se municipalice, dictándose en 1822 una Ley que la pretendió concretar y ordenar, aunque nunca entró en vigor. Es en 1849, bajo el reinado de Isabel II, cuando se dicta la primera Ley General de Beneficencia Social. Ésta regulaba la asistencia social pública, asumiendo la beneficencia el Estado como tarea propia y de forma explícita. Para su ejecución y desarrollo contempla la creación de recursos en los niveles estatal, provincial y municipal; así como el control y tutela de las organizaciones privadas. La escasez de medios financieros del Estado favoreció el que la iniciativa privada y la Iglesia tuvieran que completar la atención al problema. Es en esta época cuando se conocen las ideas y propuestas de Concepción Arenal (1820-1893), a través de sus documentos: “El Visitador del preso”, “El visitador del pobre”, “La beneficencia, la filantropía y la caridad”, “Cartas a un obrero y cartas a un Señor”, etc. Esta autora indica que es la sociedad la que debe procurar los recursos necesarios para cubrir las necesidades y que una acción social eficaz pasa por la investigación de las dificultades sociales, su clasificación y resolución, respetando siempre la dignidad de las personas y favoreciendo su promoción y el desarrollo de sus potencialidades. Estas obras estaban destinadas a orientar a las personas que se encargan de las obras sociales. Otra de las medidas adoptadas fue la Ley Orgánica de Sanidad (1855) y la creación de la Comisión de Reformas Sociales (1833), que pretenden frenar los problemas que la revolución industrial estaba generando. Como indica la catedrática Mª Victoria Molina (1994, p.42), en esta Ley llama la atención el que

por primera vez aparezca el término de Trabajo Social, en boca de un ministro español del siglo XIX. En 1873 se crean las Juntas Provinciales de Beneficencia, con la Ley del 20 de junio, suponiendo un paso más en el proceso de institucionalización y descentralización de la Beneficencia Pública. El 7 de diciembre de 1883 el Rey Alfonso XII firmó el Real Decreto por el que se crea la Comisión de Reformas Sociales. En esta norma se indica la necesidad de la figura del Trabajador Social como mediador entre el Estado y los sectores necesitados. Aún así, tuvo que pasar medio siglo para que, en España, el Trabajo Social fuera reconocido como una profesión. Por la presión de los sindicatos, los trabajadores comienzan a organizarse con el fin de conseguir mejoras en las condiciones laborales, dando lugar al Instituto de Reformas Sociales. En 1908 se constituye el Instituto Nacional de Previsión y se ponen en marcha las pensiones de jubilación e invalidez. Con la creación del Instituto y la puesta en marcha de las pensiones se incorpora España al impulso recibido de Europa. En 1918 y 1920 se crean los ministerios de Abastecimiento y Trabajo, respectivamente, avanzando de esta manera en la diferenciación entre seguros y beneficencia. En 1929 se establece el Seguro de Maternidad Obligatorio. Durante la República se realiza una labor importante, aunque desde actitudes tradicionales respecto al tema, quedando muchas de las ideas a nivel de propósito. Se crean subsidios, socorros caritativos, carnets de pobre y fichas policiales. En abril de 1933 se aprueba la Ley de vagos y maleantes. La Constitución de 1931 declaraba que “la República asegurará a todos los trabajadores las condiciones necesarias para una existencia digna”, precisaba que la legislación regularía los casos de seguros de enfermedad, accidente, paro forzoso, vejez, invalidez y muerte, de protección a la maternidad y el salario mínimo y familiar; y se comprometía a proteger a campesinos y pescadores. Su desarrollo normativo, sin embargo, se centró en dos riesgos : el accidente de trabajo y el paro forzoso.

El 14 de septiembre 1932 se establece la Dirección General de Beneficencia y Obras Sociales y, por Decreto, en mayo de 1938 se crea el Consejo de Beneficencia y Obras Sociales, adscrito al Ministerio del Interior y con carácter asesor y coordinador de los servicios relacionados con su competencia. En 1932, gracias a Roviralta y Farreras, nace en Barcelona la primera Escuela de Asistencia Social del país, creándose después de la guerra civil otras en distintas provincias españolas. En 1939 se funda en Madrid la Escuela de Formación Familiar y Social, de inspiración católica. La tercera escuela nace en Barcelona, desde la Sección Femenina, con el nombre de “Escuela de Visitadoras Sociales Psiquiátricas”; era objetivo de esta Escuela la formación de expertas en visitas sociales, con amplios conocimientos en psicología, según los nuevos métodos asistenciales. El Trabajo Social en España sufrió un aislamiento con el resto del mundo en los primeros años. Con lentitud iban llegando enseñanzas respecto a la metodología y técnicas de intervención y, por otra parte, la guerra había dejado secuelas que requerían una intervención inmediata. En 1942 se aprueba la Ley de Seguro Obligatorio de Enfermedad, afectando a todos los productores afiliados con menos de nueve mil pesetas anuales de salario. En 1944 se implanta la Ley de Bases de Sanidad Nacional, que estuvo en vigor hasta 1963, en que se promulga la Ley de Bases de la Seguridad Social. En esos años cabe señalar la labor de las organizaciones privadas sin ánimo de lucro como Cáritas, la Cruz Roja, la ONCE y las Cajas de Ahorros. Durante el periodo de la dictadura del General Franco, cabrían diferenciar dos etapas, una de 1939 a 1950 y la otra de 1950 en adelante. La primera se caracterizaría por tener un carácter benéfico y paternalista con tintes represivos y de control. Se crean los Consejos de Beneficencia y Obras Sociales del Ministerio del Interior y el Auxilio Social de la Falange. En la segunda etapa parece haber una mayor preocupación por los problemas sociales y una apertura hacia el exterior. Se incrementa el número de Escuelas de Asistencia Social. En 1964

ascendían a 32, de las que 25 estaban integradas en la Federación Española de Escuelas de la Iglesia del Servicio Social (FEEISS), 5 pertenecían a la Sección Femenina, una a la Universidad de Navarra y otra al Ministerio de Trabajo. Por Ley del 21 de julio de 1960 se constituyen los Fondos Nacionales para la Aplicación Social del Impuesto y el Ahorro, para el mejoramiento de las condiciones de vida y ayuda a los establecimientos de la beneficencia pública y privada. Según Navarro Rubio (1991, pp.170-180), las finalidades de estos Fondos eran:

1. La concesión de prestaciones económicas a ancianos, enfermos o disminuidos desamparados sin medios económicos y que no percibieran otras ayudas del Estado, de la Provincia o Municipio ni prestaciones de la Seguridad Social.

2. Ayudas a la infancia desvalida y a los deficientes

(subnormales en la normativa) para así completar las ayudas dispensadas en los centros públicos y privados de carácter benéfico.

Con la Ley de 1960 aparecen los Fondos de: Asistencia Social (FONAS), de Fomento del Principio de Igualdad de Oportunidades (PIO), de Protección al Trabajo (FNPT) y de Crédito para la difusión de la Propiedad Inmobiliaria. El siguiente cuadro y siguiendo la propuesta de De la Red (1993), refleja la historia del profesional del Trabajo Social en España: Etapas Hechos más relevantes

ETAPA BENÉFICO-ASISTENCIAL (1930-1950)

- Requerimiento de profesionales técnicos para una mejor administración de la antigua beneficencia pública y privada. - Nacen las primeras escuelas de formación. - Aislamiento internacional.

ETAPA DE EXPANSIÓN y de DESARROLLO (1950-1970)

- Reactivación económica. - Aumento de puestos de trabajo (convocatorias públicas). - Expansión de escuelas de formación a toda España). - Se reconoce la titulación por el MEC, como técnico de grada medio. (1964), con el nombre de asistentes

sociales. - 1º Congreso Nacional de Asistentes sociales (1968).

ETAPA DE ESTABILIZACIÓN TÉCNICA Y PRECIENTÍTICA (1970-1980)

- Primeros intentos de fundamentación de la disciplina. - 2º y 3r Congreso Nacional de Asistentes Sociales /1972 y 1976). En el 3r Congreso se produce el cambio de denominación de Asistente Social por Trabajador Social y de Servicios por Trabajo Social. - Aumento de investigaciones y publicaciones.

ETAPA CIENTÍFICA (1980-...)

- Se acentúa la investigación del objeto del trabajo social. - Se acentúa también la investigación del método y las técnicas e instrumentos, tal como se puso de manifiesto en el VII Congreso Estatal de Trabajo Social (Barcelona, 1992). - Se va decididamente hacia la intervención planteada desde la dimensión colectiva y comunitaria-preventiva.

Fuente: De la Red (1993)

Será a finales de los años cincuenta cuando se crean las

primeras Asociaciones de Asistentes Sociales, siendo legalizadas a partir del año 1964.

En 1964 el Ministerio de Educación y Ciencia reconoció los

estudios de Servicio Social con un nivel de Técnico de Grado Medio (Dtº1403/1964, 30 de abril) ; y es en 1967 cuando se crea la primera Escuela Oficial en Madrid.

El 27 de noviembre de 1967 se reorganiza la Dirección General

de Beneficencia, integrando sus funciones en la Dirección General de Política Interior y Asistencia Social. La Beneficencia pública continúa en vigor desde la Administración local y su función es actualizada en 1975. Un año antes se creó la Dirección de Asistencia Social del Ministerio de la Gobernación, adscribiéndose en 1977 a la Dirección General de Servicios Sociales del Ministerio de Sanidad y Seguridad Social.

A principios de los años sesenta la profesión se va abriendo a

nuevas perspectivas de formación, a nuevos ámbitos de actuación. En 1967 se crea la Federación Española de Asistentes Sociales (FEDAS) y se celebran los primeros encuentros profesionales, se reflexiona

sobre la historia inmediata, y se entra de esa manera en una fase profesional más técnica y con gran iniciativa en el campo comunitario. Es en la década siguiente cuando se produce la verdadera expansión de la profesión del Trabajo Social, motivada, en parte, por la lucha de las escuelas y de los profesionales por el reconocimiento universitario de los estudios, cuestión ésta que se resuelve en 1983, tras una intensa y continuada lucha del profesorado, estudiantes y profesionales.

En 1970 existían en España 42 Escuelas, de las que 29

dependían de la Iglesia Católica y estaban vinculadas a la FEEISS, una era estatal, ocho paraestatales y cuatro dependientes de instituciones privadas.

Un momento importante para la profesión es la celebración de

los seminarios de Manresa y los Negrales (1971 y 1972) en los que se plantea seriamente la cuestión metodológica.

En 1977 se crean dos instituciones muy relevantes: El Instituto

Nacional de la Seguridad Social (INSS), que se encargará de la gestión y administración de prestaciones económicas. El Instituto Nacional de Salud (Insalud), que se ocupará de la administración y gestión de los servicios sanitarios. Por otra parte, el 16 de noviembre de 1978 se pone en marcha el Instituto Nacional de Servicios Sociales (Inserso), que gestiona los servicios complementarios de las prestaciones del sistema de la Seguridad Social.

Podemos concluir que las etapas por las que pasa el Trabajo

Social en España, como indica Natividad De la Red (1993, pp. 72-76), son: la benéfico-asistencial, que abarcaría desde 1930 a 1950; la de expansión y desarrollo, de 1950 a 1970; y la de estabilización técnica y perspectiva científica, de 1970 a 1980.

Con la transición política se produce un gran desarrollo de la

acción social y de los servicios sociales, favorecido por la Constitución Española de 1978, la supresión de las instituciones del franquismo, la reforma de la Seguridad Social y la configuración del Estado de las Autonomías.

Con la aparición de las Autonomías surge nueva legislación en

esta materia. Se publican y entran en vigor las leyes autonómicas de Servicios Sociales, comenzando por el País Vasco, en 1982, y

terminando por Cantabria, en 1992. La Ley de Galicia, de 1987 es sustituida por una nueva en 1993.

En 1981, como ya se indicó anteriormente, los estudios de

Trabajo Social son reconocidos como universitarios. Mª Victoria Molina (1994) recoge ampliamente el proceso de propuestas y negociaciones sostenidas por las escuelas y los colectivos profesionales con este fin.

En la década de los ochenta se va constituyendo un sistema

público de servicios sociales que sustituirá a las organizaciones de beneficencia y se acentúa la atención de sectores específicos. En 1988 se crea el Ministerio de Asuntos Sociales, desapareciendo como tal en 1996 para fusionarse sus departamentos con los de Empleo.

Los trabajadores sociales han participado de una forma intensa

en las organizaciones democráticas y en la vida ciudadana con reflexiones y propuestas. Barranco (1996) lo refleja desde las aportaciones de los congresos profesionales:

- IV Congreso (Valladolid, 1980). Presenta el lema: “Servicios

Sociales para todos” y en él se plantea la crítica hacia los servicios sociales basados en prácticas paternalistas y paliativas, sin planificación-evaluación y coordinación.

- V Congreso (Bilbao, 1984). Presenta el lema: “Bienestar

Social: una utopía”. Se analiza la política social de España y se propone terminar con la confusión entre los programas de política social y las formas de acción social de beneficencia pública, asistencia social y servicios sociales de la seguridad social.

- VI Congreso (Oviedo, 1988). Presenta el lema “Trabajo social.

Reto de hoy”. En él se realizan propuestas que favorecen la creación del Plan Concertado y se aborda la intervención profesional desde una perspectiva ecológica.

- VII Congreso (Barcelona, 1992). Presenta el lema: “La

intervención profesional en Europa sin fronteras”. El discurso se plantea en los retos para hacer frente a las bolsas de pobreza y exclusión social y se proponen medidas de formación y alternativas al empleo ordinario mediante la economía social.

- VIII Congreso (Sevilla, 1996). Presenta el lema: “Trabajo

Social en el cambio de Milenio”. Se trabaja sobre las tendencias de las

políticas socioeconómicas y su repercusión en el Trabajo Social, sobre el Trabajo Social en las sociedades complejas en el contexto de una modernidad en crisis y sobre la educación universitaria.

- IX Congreso (Santiago de Compostela, 2000). Presenta el

lema: “Trabajo Social. Compromiso y Equilibrio”. En este Congreso se trabajó sobre el ayer, el hoy y el mañana de: las políticas sociales, el Trabajo Social en los servicios sociales, en justicia e interior, en voluntariado, en iniciativas sociales, en cooperación al desarrollo, en docencia, en salud, etc.

También en los cuatro Congresos Estatales de Escuelas

Universitarias de Trabajo Social se han realizado aportaciones al debate social de indudable interés e inclusive en el próximo Congreso a celebrar en Huelva durant el mes de abril del presente año:

- I Congreso (Valencia, 1996). Aborda la formación y la

investigación, la epistemología y la metodología del Trabajo Social, políticas de bienestar social y servicios sociales. También se planteó la necesidad de la coordinación entre las Escuelas y la licenciatura en Trabajo Social.

- II Congreso (Madrid, 1998). Presenta el lema “Globalización y

Trabajo Social”. El discurso, reflexión y análisis se plantea sobre los temas siguientes: el Trabajo Social en Europa; la globalización; la evaluación; la formación de postgrado, la investigación, etc.

- III Congreso (Barcelona,2000). Presenta el lema de “Cambio

Social. Relaciones humanas. Nuevas tecnologías. Enfoques para una formación de futuro”. Se plantea como objetivo primordial “abrir un nuevo espacio a la formación e incorporación y debatir sobre los nuevos determinantes de las sociedades similares a la nuestra, siempre conservando la esencia y primera razón de existir del Trabajo Social como ciencia en el sentido más amplio, como conocimiento que se adquiere y se transmite, como disciplina, como sistema de atención y conocimiento de la sociedad, pero sobre todo como instrumento de cambio”. Las ponencias y comunicaciones se dirigieron a los siguientes temas: la formación continuada; la investigación; las prácticas de campo y la construcción del conocimiento; la mediación; nuevas tecnologías en la formación, etc.

- IV Congreso (Alicante 2002). Presenta el lema “Los desafios de la violencia : un compormiso del Trabajo Social por una sociedad más

justa”. Los objetivos del Congreso iban dirigidos a generar una reflexión teórica, necesarimante interdisciplinar, sobre la violencia en general y aquellas que se producen en el campo del Trabajo Social, así incorporar modelos de intervención e instrumentos desarrollados por otras disciplinas para la prevención y tratamiento de la violencia

- V Congreso de Escuelas de Trabajo Social . A celebrar en Huelva en abril de 2004. Presenta el lema :¿Es posible otro mundo” y cuyos objetivos giran en torno a crar un marco científico de calidad desde el Trabajo Social para contribuir a un mundo mejor, analizar los elementos que inciden en la docencia y el futuro que le espera partiendo del nuevo espacio de convergencia europea. f) - El Trabajo Social en Tenerife

El único libro editado sobre el Trabajo Social en Tenerife se realizó

por cuatro trabajadoras sociales en 1993: Trabajo Social en Tenerife. Treinta años de Historia (Barranco; García; Pérez; Santana). Fue editado por el Colegio Oficial de Diplomados en Trabajo Social de Santa Cruz de Tenerife y, según plantean las propias autoras, éste aspiró a cubrir las lagunas existentes en la historia del Trabajo Social en la isla. También contamos con diversos estudios realizados por Balanzategui (1965) y Ascanio y otras (1977), que no han sido editados.

En esta publicación y en los estudios se recoge como principales

rasgos de la historia del Trabajo Social en Tenerife los siguientes:

- En la década de los sesenta, la acción social presenta unos perfiles marcadamente asistenciales, producto de una situación postbélica acrecentada por las actividades de distribución de la “ayuda americana”. El número de profesionales Asistentes Sociales ascendía a veinte, siendo preciso señalar que es en octubre de 1960 cuando se crea, por parte de Cáritas, la Escuela de Asistentes Sociales de Tenerife “San Pablo Apóstol”, siendo la primera en la región canaria. A las pruebas de ingreso para la primera promoción se presentaron 44 aspirantes y las superaron con éxito 34.

Según Ascanio y otras (1977), la Escuela de Tenerife en su creación y primeros años ofrece las siguientes características:

- El objetivo del trabajo social en esta época se ajustaba al logro de la

adaptación y ajuste del individuo a sí mismo y al medio.

- Los métodos empleados eran los tres métodos de Casos, Grupo y Comunidad, importados por expertos de las Naciones Unidas que los impartían en cursillos intensivos en el verano.

- Los planes de estudios teóricos eran calcados de las escuelas francesa

y belga, y estaban disociados de la práctica. Se lograba aplicar de forma superficial el método de casos y muy poco el de grupo y comunidad.

- Los profesores de teoría conocían su materia pero poco de la profesión.

- A las alumnas les atraía la formación, entre otras razones, por la

novedad y porque eran unos estudios de corta duración y con asignaturas sugestivas.

En cuanto al contexto de la acción social cabe destacar que en la década anterior, concretamente el 13 de diciembre de 1954, se constituyó, por decreto, la Junta Asistencial de la Provincia de Santa Cruz de Tenerife, con objeto de velar por las normas ejecutivas para el desarrollo de la Ayuda Social americana, siendo nombrada Cáritas la responsable de su ejecución y control. La ayuda americana continuó hasta 1962. Cáritas prestaba otros servicios como ropero, cocina-comedor para transeúntes, asistencia médico-farmacéutica a enfermos crónicos y minusválidos, prótesis, constructora benéfica de vivienda, cooperativa de viviendas, bolsa de trabajo, hogar obrero con actividades formativas, servicio jurídico, cooperativa de consumo.

Otra institución que en esa época prestaba ayuda era el “Auxilio Social”, que contaba con los siguientes servicios: comedores infantiles y escolares, cocinas de hermandad, centros de alimentación infantil, guarderías infantiles, jardín infantil, auxilios en frío, socorros especiales y la “obra de la madre y el niño”, para curas diversas y vacunaciones. Las dos instituciones estaban financiadas por la iniciativa y buena voluntad de los ciudadanos.

La Delegación Provincial de Sindicatos también realizaba diversas obras de acción social, como el seguro de enfermedad y la construcción de viviendas para afiliados, entre otras.

En 1967, se crea la Asociación de Asistentes Sociales al objeto de contribuir a la formación y perfeccionamiento de las profesionales y a su vez a promocionar y divulgar la profesión. Inicialmente cuenta con 26 asociadas y los principales objetivos de los primeros Estatutos son: ayuda y defensa de los intereses profesionales, formación y perfeccionamiento de las asociadas en su vida profesional, promoción de puestos de trabajo y la divulgación de la profesión.

La Asociación se inscribe a la Federación Española de Asistentes Sociales (FEDDAAS) en el segundo cuatrimestre de 1968 y, al año siguiente, en el mes de octubre, se inicia la publicación de un boletín mensual de carácter informativo para las asociadas.

- En la década de los años setenta es preciso destacar el fenómeno producido por el abandono de las tareas agrícolas, en favor del trabajo en la construcción y en el turismo. Se operan grandes cambios en la sociedad de Tenerife a nivel social y económico, no así a niveles políticos y administrativos, produciéndose un desajuste entre las necesidades sociales y la respuesta de los organismos oficiales. La asistencia social de esta década es considerada deficitaria y, en esta línea, en la ponencia “Seguridad Social, Sanidad y Asistencia Social”, del segundo Plan de Desarrollo Económico y Social, se destacan entre las necesidades más perentorias para la isla de Tenerife: acelerar la construcción de un centro rehabilitador de menores, el construir un hospital psiquiátrico, la realización del proyecto del centro médico-pedagógico para subnormales, resolver con urgencia diversos proyectos para reeducación de subnormales, deficientes sensoriales, etc. Respecto a la Escuela de Asistentes Sociales, Ascanio y otros (1977) denominan a este periodo de crisis y reconceptualización del Trabajo Social. Indican que, entre 1970 y 1974, se producen tres hechos importantes en la vida de la Escuela:

- Subvención de la Caja General de Ahorros, acogiendo a la Escuela como obra cultural y cediendo un edificio para su uso.

- La promulgación de la Ley General de Educación, que abría

posibilidades de acceso al nivel universitario.

- Crisis del Trabajo Social a nivel internacional, planteada desde Sudámerica en 1965 con la reconceptualización.

La crisis señalada propicia un movimiento de crítica en la formación del Trabajo Social, que se cristaliza en la Escuela de Tenerife de la siguiente manera: - Formación de un equipo de dirección compuesto por Asistentes

Sociales y otros profesionales, en contraposición a la dirección unipersonal.

- Recogida de críticas y sugerencias al Plan de estudios. - Se abre un periodo de reflexión, intercambio y debate en el Equipo

de Dirección sobre el Trabajo Social: concepto, funciones, metodología, etc.

- Elaboración de un nuevo Plan de Estudios, que se pone en marcha de forma experimental en el curso 1975/76 y que incluye factores de la reconceptualización.

- La década de los ochenta se caracteriza por el paso de la Beneficencia al Estado Social de Derecho. La organización administrativa pasó de un régimen centralista a otro autonómico. Los gobiernos autonómicos tienen también las competencias en materia de Asistencia Social, según lo indica la Constitución (Art. 148. 1. 20). En la Comunidad Autónoma Canaria se promulga la Ley de Servicios Sociales el 28 de abril de 1987. En ella se marcan las directrices de actuación, así como el objeto, alcance, usuarios, competencias y organización de los servicios sociales. Desde el Ministerio de Asuntos Sociales se estableció el Plan concertado, comprometiendo a las Comunidades Autónomas, Ayuntamientos y al propio Ministerio a aportar parte de su presupuesto para la financiación de los planes, programas, proyectos, servicios y actividades en acción social.

Sin embargo, la Ley de Servicios Sociales de Canarias no va más allá de unas líneas generales y del establecimiento de sus estructuras y competencias públicas. Hasta finales del año 1998 no fue objeto de desarrollo a través del Plan General de Servicios Sociales “Esta ley supone el inicio de una nueva etapa en los servicios sociales y su importancia radica en que se crea un sistema de servicios sociales para el conjunto de la Comunidad Autónoma, en el cual se definen y sitúan las áreas, prestaciones y servicios; y se establecen los distintos niveles de actuación, sus nexos y coordinación, así como la complementariedad entre los mismos, enmarcando la actuación en un esquema territorial” (Armas Santana, y otros ,1998: 36 ).

Contempla igualmente la relación entre las distintas administraciones públicas, regulando la intervención de cada una, así como la participación de la iniciativa privada sin ánimo de lucro, delimitando su aportación/actuación en dicho sistema y, finalmente, establece los principios rectores de la actuación en los que se sustenta la misma, orientándola en su conjunto. Al formar parte del ordenamiento jurídico, presidido por la Constitución como norma suprema, en su preámbulo alude a las distintas leyes que le ofrecen marco de actuación: el Estatuto de Autonomía de Canarias y la Ley 7/85 de 2 de abril, reguladora de las Bases de Régimen Local. El Estatuto de Autonomía de Canarias (Ley Orgánica 10/82, de 10 de agosto, reformado por Ley Orgánica 4/96, de 30 de diciembre), en el Título de las competencias exclusivas de la Comunidad Autónoma de Canarias, determina en el Art. 30, punto 13: “la asistencia social y servicios sociales”, y en el punto 7: “Fundaciones y asociaciones de carácter docente, cultural, artístico, benéfico, asistencial y similares, en cuanto desarrollen esencialmente sus funciones en Canarias”. La Ley Reguladora de Bases del Régimen Local trata de articular los intereses del conjunto del Estado, a través del equilibrio dinámico de un sistema de distribución de poderes, reconociendo a cada uno lo suyo y estableciendo las competencias, principios, criterios y directrices sobre la aplicación práctica de la norma en su conjunto, abierta a la realidad y a las necesidades del presente. Son entidades básicas de la organización territorial del Estado, los municipios (Artículo 1º.1), así como cauce inmediato de participación ciudadana en los asuntos públicos, que institucionalizan y gestionan con autonomía los intereses propios de las correspondientes colectividades. Estos, para la gestión de sus intereses y en el ámbito de sus competencias (Artículo 25.1º) pueden promover toda clase de actividades y prestar cuantos servicios públicos contribuyan a satisfacer las necesidades y aspiraciones de la comunidad vecinal. Es por ello que ejercen competencia en materia de prestación de servicios sociales, de promoción y reinserción social (Artículo 25.2K), que podrá ser prestada por los municipios asociados o por sí mismos (Artículo 26.1). Los municipios con población superior a 20.000 habitantes son los que tienen esta obligación (Artículo 26.1 C), creando con esta disposición una situación de compromiso por parte de los municipios hacia la prestación, la promoción y reinserción social.

Asimismo, el Estatuto de Autonomía de Canarias, al reconocer sus competencias exclusivas, integrando en el conjunto de las mismas la asistencia social y servicios sociales, se reserva como propia la potestad legislativa, ejecutiva y reglamentaria respecto a los Servicios Sociales y, por otra parte, el principio de unicidad de actuación, en el que se sustenta la objetividad administrativa y territorial de las Administraciones Públicas, requiere de las mismas la regulación de las actuaciones, con el objeto de garantizar un tratamiento igual a los administrados, sea cual fuere el territorio en que se encuentren y el trabajador público que los atienda. A pesar de esta normativa, hasta el momento, solamente la Ley de Atención Integral a los Menores (Ley 1/97 de 7 de febrero), hace referencia a “ la efectiva descentralización administrativa e institucional de las competencias sobre la infancia, con especial atención al hecho insular intrínseco del Archipiélago”. A continuación distribuye las competencias que competen al Gobierno de Canarias, a los Cabildos y Ayuntamientos, dedicando el Capítulo I a los principios de distribución de funciones y coordinación y colaboración interadministrativa, y el Capítulo II a la distribución de competencias. En 1983 se transforma la Asociación de Asistentes Sociales en el Colegio profesional de Diplomados en Trabajo Social y Asistentes Sociales de Tenerife. En 1988 la Universidad de La Laguna realiza la primera convalidación del título de Asistente Social por el de Diplomado Universitario en Trabajo Social, participando en dicha convalidación la Escuela de Tenerife y el Colegio profesional. En 1988 la Comunidad Autónoma Canaria contaba con 16 Centros Municipales de Servicios Sociales, incrementándose a 47 en el año siguiente, a 76 en el año 1990; y en el año 1999, contaba con 87. Es decir, la totalidad de Ayuntamientos cuentan actualmente con un centro de servicios sociales o al menos con una unidad de trabajo social, con cargo al Plan Concertado. Las prestaciones básicas más extendidas son la Información y Orientación y la Ayuda a Domicilio. De manera generalizada, en la Comunidad Autónoma Canaria estas dos prestaciones se ofertan y gestionan desde los centros de servicios

sociales, que suponen el equipamiento que el propio Plan ha dispuesto para ello. La prestación de “Alojamiento y Convivencia” es la menos desarrollada, por sus características de cobertura, así como por su enorme coste socioeconómico. Existe una relación suplementaria entre esta prestación y la anterior de “Atención a Domicilio”, en tanto ésta empieza a ser pertinente en la medida en que la Ayuda a Domicilio se queda “corta” en su extensión, o bien genera un coste marginal muy superior al que puede soportar. La prestación de Prevención e Inserción Social incluida en el Plan Concertado para el desarrollo de las prestaciones básicas se limita -en la mayoría de los casos- a una prevención terciaria con reminiscencias asistenciales. El fomento de la Cooperación Social y el Voluntariado tiene carácter complementario de las cuatro anteriores, de cara a la efectividad de las mismas. - Década de los noventa: Se continúa en las directrices marcadas en los ochenta, intensificándose los itinerarios de formación universitaria y profesionalización. Destaca en esta década y en la historia del Trabajo Social en Tenerife y Canarias, la redacción del Plan General de Servicios Sociales de Canarias (1998). El Gobierno de Canarias, en sesiones de 6 de agosto y 10 y 24 de septiembre, concluye el debate político sobre el Plan, acordando su aprobación y remisión para el dictamen del Consejo Económico y Social de Canarias. Este Plan se define como un “instrumento de orientación a través del cual las diversas instituciones, entidades y todos los ciudadanos y ciudadanas interesadas, puedan conocer las obligaciones y responsabilidades que propone para el conjunto de las Administraciones Públicas Canarias”. Señalar el artículo 10.c. de la Ley 9/1987 de 28 de abril, donde se indica que es el Gobierno quien debe asumir la “Planificación de los Servicios Sociales en el ámbito de la Comunidad Autónoma”. Este Plan contiene las referencias, criterios y objetivos que deben orientar el desarrollo de los Servicios Sociales del próximo decenio. El documento del Plan se estructura en dos grandes bloques: Documento base y Referencias. En el primero se indica el concepto de Acción Social, el entorno jurídico institucional y las estrategias para el

desarrollo de los Servicios Sociales comunitarios y sectoriales. En el segundo se incluyen el marco geográfico, el institucional, demográfico, entorno económico, trayectoria de la Acción Social y un glosario de términos. Para terminar y como referente de la situación del Trabajo Social y de los trabajadores sociales en Tenerife y Canarias, se han de mencionar algunos datos que nos acercan a la realidad de la profesión en este momento. En 1997, en los Servicios Sociales Municipales de Canarias trabajan 1.038 profesionales, de los que 230 son Trabajadores Sociales. La mayoría de los mismos tienen contratos eventuales (130) y tan solo 31 son funcionarios. Esta precariedad de las condiciones laborales puede ser un fiel reflejo de la situación general de la política social de nuestro país, donde nos movemos en contextos bien diferentes, si hacemos alusión al marco ideológico de un Estado Social de Derecho, o a la práctica del mismo, con un carácter graciable y benéfico. En el nivel administrativo insular y regional no existen datos sobre el número de profesionales que prestan en ellos sus servicios.

Cabe mencionar dentro de éste apartado, que según el Colegio Oficial de Diplomados en Trabajo Social y Asistentes Sociales de Santa Cruz de Tenerife, el número de colegiados en alta, a 31 de diciembre de 2003 ascendía a 511