2014 Dialéctica y Epistemología Genética

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  • 5/24/2018 2014 Dialctica y Epistemologa Gentica

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    36 | IDEAS & DEBATES

    Ariane Daz

    Comit de redaccin.

    Formado en las ciencias duras, Garca discuti

    duramente contra el empirismo, del que fue un

    convertido1. Distancindose a la vez de cual-quier tendencia al apriorismo, postul al cons-

    tructivismo gentico como una alternativa para

    dar cuenta de las teoras que acompaaron a la

    cantidad de desarrollos cientficos que, duran-

    te el siglo XX, provocaron tanto entusiasmo co-

    mo crisis en las teoras cientficas. Tambin se

    ocup de los cambios de marcos epistmicos

    sistemas de pensamiento que permean las con-

    cepciones de una cultura y condicionan sus teo-

    rizaciones2 que marcaron poca.

    La apelacin a la dialctica como un eje del

    proceso cognitivo lo llev a retomar las nocio-

    nes que haba realizado el marxismo. De he-

    cho, Garca destac a Marx en economapoltica junto a Piaget en psicologa como

    antecedentes de las teoras sobre los sistemas

    complejos, desarrolladas posteriormente3. Tres

    puntos podran destacarse de esta relacin en-

    tre constructivismo y marxismo: la nocin del

    En IdZ7 se discutieron los reduccionismos de moda en

    las neurociencias, desde un enfoque en que la dialctica

    y la lectura que el marxismo hizo de ella cumplan un

    importante rol. Aqu abordaremos cmo esa tradicin se ha

    problematizado en el terreno epistemolgico alrededor de las

    conceptualizaciones de Rolando Garca, que ha destacado all

    el lugar de la dialctica y sealado paralelismos y diferencias

    con el marxismo.

    Dialctica yepistemologa gentica

    Fotomontaje: Natalia Rizzo

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    desarrollo cognitivo como proceso no lineal;

    la interaccin entre sujeto y objeto de conoci-

    miento a travs de la actividad del primero; y

    la consideracin de las determinaciones socia-

    les de la historia de las ciencias. A lo largo de es-

    tos ncleos tambin habr delimitaciones entre

    los abordajes de los marxistas clsicos y aque-

    llos del constructivismo.

    La accin como generadora de conocimientoGarca postula que el conocimiento surge de

    un proceso de organizacin de las interaccio-

    nes entre el sujeto y el objeto de conocimiento:

    La gnesis de las relaciones y de las estructuras

    lgicas y lgicas-matemticas est en las inte-

    racciones sujeto-objeto. No proviene del objeto,

    como abstracciones y generalizaciones de per-

    cepciones empricas, ni del sujeto, como intui-

    ciones puras o ideas platnicas4.

    Segn Garca, los nios desarrollan determi-

    nados esquemas de accin para interactuar con

    el mundo que los rodea. Dichos esquemas no

    solo generan totalidades organizadas, sino que

    son a la vez organizantes, en tanto ese algo

    exterior adquiere significacin5. Tales formas

    elementales son las que, mediante reacomoda-

    mientos y reestructuraciones, darn lugar a las

    estructuras lgicas que conforman los sistemas

    ms desarrollados, como los cientficos, que en-

    cuentran as en la accin su punto de partida.

    La apelacin a esta capacidad organizante es-

    t dirigida contra el empirismo: la lectura de

    los hechos supone instrumentos de asimilacin,

    que no son sino formas de organizacin que de-

    penden de las estructuras operatorias construi-

    das por el sujeto6. Es decir que el conocimientoimplica un papel activo del sujeto, algo que Marx

    haba destacado como aporte positivo del idea-

    lismo alemn en sus tesis sobre Feuerbach y ms

    explcitamente, referido al mtodo de la econo-

    ma poltica, en los Grundrisse, a los que Garca

    cita en sus pasajes metodolgicos como coinci-

    dentes con el pensamiento piagetiano7.

    A su vez, la nocin de Garca del conocimien-

    to como proceso retroductivo, es decir, que par-

    te de las etapas ms avanzadas en las cuales los

    mecanismos se tornan ms claros8, sin duda

    puede compatibilizarse con las afirmaciones all

    hechas de que las categoras ms complejas dan

    la clave de las ms simples, como la anatomadel hombre explica la del mono, segn la famo-

    sa cita de Marx. Y as como en Marx eso no im-

    plica un escondido teleologismo por el cual el

    mono deba convertirse en el hombre, Garca

    tambin aclara que cuando un sistema abierto

    entra en crisis, la orientacin de su reestructu-

    racin no est predeterminada9.

    Sin embargo, Garca seala una diferencia con

    la concepcin esbozada por Marx respecto del pa-

    pel de la actividad del sujeto. Dice: En Marx, la

    praxis genera conocimiento, el conocimiento de

    la sociedad, del mundo, de la historia, se obtiene

    actuando sobre la sociedad. En Piaget, la accin

    genera los instrumentos que permiten organizarlas interacciones con el mundo exterior, a partir

    de las cuales se genera el conocimiento10.

    Castorina y Baquero sealan que esta es

    una de las diferencias entre cmo se entien-

    de la accin focalizada por Piaget limitada a

    los procesos cognitivos, y las ideas de Marx

    sobre la praxis, entendida como una dialcti-

    ca de adaptacin activa del hombre al mun-

    do social y natural11. Garca reafirmar el lugar

    que, con Piaget, dieron a la sociedad en la ge-

    neracin del conocimiento, pero insistir en

    que esas condiciones no modifican los meca-

    nismos que los seres humanos necesitan pa-

    ra adquirir conocimientos12, que requieren un

    anlisis especfico. Si se puede afirmar que la

    nocin de praxis marxista no niega la especifi-

    cidad de las herramientas de conocimiento, y

    de hecho da pautas sobre ellas, efectivamente

    es una nocin ms amplia que supone una tesis

    tanto epistemolgica como antropolgica: los

    hombres que desarrollan su produccin ma-

    terial y su intercambio material cambian tam-

    bin, al cambiar esta realidad, su pensamiento

    y los productos de su pensamiento13.

    Fases estructurantes y espiral dialcticaSi un elemento central del constructivismo es

    la idea de desarrollo del conocimiento por eta-

    pas, tambin lo es que dicho desarrollo no es un

    proceso lineal sino forjado por crisis que requie-

    ren una reestructuracin.

    Dice Garca: La evolucin de tales sistemas

    no se realiza a travs de procesos que se mo-

    difican de manera gradual y continua, sino que

    procede por una sucesin de desequilibrios y

    reorganizaciones14. Son justamente esos pe-

    rodos de reestructuracin los que Piaget haba

    descripto como propiamente dialcticos.

    La importancia dada a la dialctica en el proce-

    so cognitivo lo llev, incluso, a retomar las lectu-

    ras que Lenin hiciera de Hegel, en las que Garcaencontr un programa de investigacin episte-

    molgico que anticipa aquel desarrollado por

    Piaget. Entre las convergencias que seala estn

    la insistencia de Lenin en tratar los fenmenos

    como sistemas interrelacionados con crecientes

    grados de complejidad; el hincapi puesto en la

    diferenciacin e integracin de elementos en una

    totalidad; el sealamiento del carcter asinttico

    del conocimiento; y la reconstruccin en una fa-

    se superior de lo que pasa en el estadio inferior

    (constituyendo una espiral)15.

    Contra diversas crticas que se realizaron a Pia-

    get, Garca insiste en que, si la discontinuidad

    se da en las fases estructurantes, ello no signifi-ca que las fases estructuradas sean estticas: La

    transicin de un estadio a otro es un ejemplo t-

    pico de la inestabilidad de un sistema que no lo-

    gra ya absorber ciertas perturbaciones () y debe

    por lo tanto reorganizar los instrumentos asimila-

    dores para incorporar nuevas situaciones16.

    Por otro lado, se ocupar de que no se con-

    funda la nocin de dialctica que utiliza pa-

    ra esas fases estructurantes con un mecanismo

    que establece relaciones de forma catica17, o

    que se confunda con lo que ha dado en llamar

    el credo organicista propio de la tradicin de

    Oriente, segn el cual todo en el Universo se-

    ran procesos de cambios en sucesin continua.Esto ltimo es algo que, considera, podra ad-

    vertrsele al marxismo18.

    Efectivamente, reducir la idea de dialcti-

    ca al todo cambia es una simplificacin que

    no le cabe a Marx, y ni siquiera a Hegel. Si

    Marx declar haber coqueteado con la dia-

    lctica hegeliana cuando conceba lo existen-

    te en el fluir del movimiento y enfocaba su

    aspecto transitorio, no dej por ello de expli-

    car la estructura capitalista en sus tendencias

    y contratendencias; si Engels la rescat con-

    tra una visin de la naturaleza dada de una

    vez y para siempre desarrollo que Garca

    no comparte fue para rechazar las concep-

    ciones basadas en un acto de creacin divi-

    na, sin por eso asumir una teora del caos.

    El entusiasmo de Lenin por los saltos que

    lee en Hegel solo pueden entenderse en re-

    lacin a una cierta acumulacin cuantitativa

    previa; finalmente, otro marxista que se inte-

    res por el problema epistemolgico, Trotsky,

    seala un proceso dialctico que, como gusta-

    ra a Garca, da importancia tanto a los cam-

    bios producidos en una estructura, como a sus

    elementos relativamente constantes:

    El mundo no es fluido, hay cambios en l, la

    cristalizacin de elementos durables (coagula-

    dos), aunque no por cierto eternos. Entonces

    la vida crea sus propios mrgenes para s misma

    para ms tarde borrarlos. Los cambios cuanti-

    tativos de materia de un estadio dado presio-

    nan contra esas formas coaguladas, las cuales

    eran suficientes para un estadio previo. Con-

    flicto. Catstrofe. O la vieja forma vence (solo

    parcialmente vence), haciendo necesaria la au-

    toadaptacin del proceso (parcialmente) con-

    quistado, o el proceso de movimiento revienta

    la vieja forma y crea una nueva, por medio de

    nuevas cristalizaciones de sus matrices y la asi-

    milacin de elementos de la vieja forma19.

    De hecho, Trotsky extiende esta visin a las

    teoras cientficas explcitamente, fascinado

    por todos los casos en que stas pusieron pa-

    tas arriba sus presupuestos: estas transforma-

    ciones no tienen un carcter evolutivo [estable]

    sino que estn acompaados por cortes en gra-

    duacin, esto es, por pequeas o grandes ca-

    tstrofes intelectuales. En suma, esto tambin

    significa que el desarrollo del conocimiento tie-

    ne un carcter dialctico20.

    Garca aclara que no debemos dejarnos lle-

    var por los estereotipos que de la trada he-

    geliana o del pensamiento dialctico de Marxse han hecho21, pero a la vez, suele igualar en

    su lectura de la tradicin dialctica a Platn,

    al taosmo, a Hegel o a Marx; quizs dema-

    siado enfocado en la discusin con el empi-

    rismo una tradicin ms bien anglosajona,

    no llega a problematizar que muchas de las

    categoras del constructivismo bien podran

    considerarse una traduccin, en sus propios

    trminos, de problemas que trat la tradicin

    dialctica alemana, donde la crtica, la histo-

    ria y la dialctica fueron centrales. El marxis-

    mo abrev de esas fuentes cuestionadoras del

    entusiasmo cientfico positivista de su poca, a

    la vez que las replante radicalmente.

    Conocimiento y condiciones externasSealamos ya la idea de marco epistemolgi-

    co con la que Garca intenta dar cuenta de las

    determinaciones sociales que condicionan los

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    procesos cognoscitivos, algo que sin duda tam-

    bin fue motivo de inters para el marxismo.

    Pero Garca opina tambin que, de no darse es-

    pecificidad al problema epistemolgico, lo que

    tendremos es una sociologa de la ciencia que no

    lograr desentraar los problemas de cmo se

    logra la explicacin cientfica de un fenmeno.

    Discutiendo con el empirismo que no hay sim-

    plemente hechos puros que recabar Garca

    apunta sobre todo a cmo en las ciencias so-

    ciales los hechos estn lejos de ser neutrales,

    pero tambin con las teoras postempiristas que,

    decepcionadas, vieron a la ciencia como un fe-

    nmeno meramente subjetivo22, Garca busca-

    r ejemplificar la relacin que debe establecerse

    entre las descripciones y las inferencias teri-cas que se dan del fenmeno. Para ello recuenta

    el ejemplo de cmo las leyes de Kepler sobre

    la trayectoria elptica de los planetas, hechas

    a partir de sus mediciones astronmicas, ter-

    minaron coincidiendo con las inferencias ma-

    temticas que hiciera Newton basado en sus

    formulaciones previas sobre la mecnica. Gar-

    ca concluye que este concepto de explicacin

    basado en la atribucin, a las relaciones empri-

    cas, de las conexiones necesarias que se verifi-

    can en las estructuras lgico-matemticas de las

    teoras cientficas, constituye la base ms slida

    para fundamentar la construccin del concepto

    de realidad23.Ac encontramos nuevamente confluencia pe-

    ro tambin diferencias con la tradicin marxis-

    ta. Los adversarios a desafiar fueron para Marx

    en cierta medida los mismos que para Garca: el

    empirismo por un lado, pero tambin la asun-

    cin hegeliana de la idea como generadora de

    la realidad. Pero Garca le endilga a Engels ha-

    ber cometido un error hegeliano en sus anlisis

    de la dialctica de la naturaleza, un realismo

    ingenuo que habra abusado de las teorizacio-

    nes de Marx al extender la dialctica a un terre-

    no externo al desarrollo cognitivo; una crtica

    en la cual, por lo dems, no est solo, incluso

    dentro del marxismo, ya que ha sido habitualleer a Engels como defensor de una concepcin

    mecanicista y apriorista. No podemos abordar

    esta discusin aqu, pero sealemos un proble-

    ma que suele formar parte de estas crticas y que

    sin embargo las excede.

    La consideracin de la dialctica como cons-

    titutiva de una realidad externa al proceso epis-

    temolgico, que trabajada se expresa en las

    formas de conocimiento de esa realidad con

    sus propias caractersticas, no implica necesa-

    riamente ni una mecnica teora del reflejo, ni

    una negacin de la especificidad de estos fen-

    menos, ni una proyeccin apriorstica que fuer-

    ce los hechos. Ms all de las consideraciones

    que se hagan de cmo fueron desarrollados al-

    gunos de estos intentos, el problema de fondo

    en estas polmicas es cul es la relacin entre,

    en palabras de Marx, el concreto pensado y el

    concreto real en el proceso de conocimiento.

    Hablando de su tema, el capitalismo, Marx dir

    en los Grundrisse:

    hay que tener siempre en cuenta que el sujeto

    el capitalismo es algo dado tanto en la men-

    te como en la realidad, y que las categoras, por

    tanto, expresan formas de ser, determinaciones

    de existencia, a menudo simples aspectos de es-

    ta sociedad determinada, de este sujeto, y que

    por lo tanto, aun desde el punto de vista cient-

    fico, su existencia no comienza en el momento

    en que empieza a pensarse en ellas24.

    Si para Marx no hay un reflejo mecnico ni

    una identidad hegeliana entre sujeto y objeto,

    s hay una unidad, que no se agota en el proce-so de conocimiento. Una vez ms, si no niega

    su especificidad, la relacin tiene en Marx un

    sentido ontolgico ms fuerte que en la inter-

    pretacin de Garca. Esa unidad tiene su base

    en la praxis, como enuncia en su segunda Te-

    sis sobre Feuerbach: Es en la prctica donde

    el hombre tiene que demostrar la verdad, es de-

    cir, la realidad y el podero, la terrenalidad de su

    pensamiento25.

    Los ejemplos referidos al mundo fsico haban

    incomodado a autores que, criticando la idea de

    dialctica de la naturaleza, separaron las cien-

    cias sociales, que estudian fenmenos que pue-

    den ser considerados subjetivos, del estudio delos fenmenos fsicos. No es el caso de Garca,

    para quien: en tanto se trate de la asimilacin

    de objetos de conocimiento, no hay dicotoma,

    en el nivel psicogentico, entre los fenmenos

    del mundo fsico y los fenmenos del mundo

    social26. Por otro lado, Garca incursiona en un

    cierto isomorfismo entre los procesos biolgi-

    cos en su adaptacin al medio y los procesos

    cognitivos: En tanto tales, obedecen a meca-

    nismos de desarrollo similares, los cuales si bien

    poseen particularidades propias de cada domi-

    nio, tiene caractersticas comunes27.

    Sin embargo, quizs obligado a diferenciarse

    del uso arbitrario que el estalinismo hizo de la

    dialctica en el terreno cientfico, Garca no ve

    en el fondo del planteo engelsiano un isomor-

    fismo similar al que l propone. Si es cierto que

    el estalinismo aun en su visin de la dialctica

    lo peor del mecanicismo empirista y del aprio-

    rismo idealista, tomar como objeto de discusin

    dichos estereotipos no permitir avanzar en la

    discusin sobre la terrenalidad del pensamien-

    to. Y tambin es cierto que, a dcadas de que

    el stalinismo en nombre de la dialctica elimi-

    nara la enseanza de la lgica formal en pos de

    una lgica dialctica, lo que se le ha opuesto

    al marxismo en las ltimas dcadas es ms bien

    un relativismo posmoderno que tericamente

    reducira la filosofa de la ciencia a meros efec-

    tos del discurso.

    La dialctica del conocimiento, para los mar-

    xistas, lo que hace esencialmente es sealar, con

    sus especificidades, la historicidad tanto del su-

    jeto como del objeto de conocimiento. As lo re-

    sume Trotsky: Qu expresa la lgica? La ley

    del mundo exterior o la ley de la conciencia?

    La pregunta est planteada dualsticamente, [y]

    por lo tanto no correctamente [porque] las le-

    yes de la lgica expresan las leyes (reglas, mto-

    dos) de la conciencia en su relacin activa con

    el mundo exterior28.

    1. Sistemas complejos, Barcelona, Gedisa, 2006, p. 37.2. El conocimiento en construccin, Barcelona, Ge-disa, 2000, p. 157.3. Ibdem, p. 77.4. Ibdem, p. 61.5. Ibdem, p. 99.6. Ibdem, p. 123.7. Posfacio a Piaget, Las formas elementales de la dia-lctica, Barcelona, Gedisa, 1982, p. 203.8. El conocimiento, ob. cit., p. 51.9. Piaget y Garca, Hacia una lgica de significacio-nes, Barcelona, Gedisa, 1997, p. 130.10. Piaget, las ciencias y la dialctica en Herramien-

    ta19, 2002.11. Castorina y Baquero, Dialctica y psicologa deldesarrollo, Madrid, Amorrortu, 2005, p.71.12. El conocimiento, ob. cit., p. 90.13. Marx y Engels, La ideologa alemana, Bs. As., Pue-

    blos Unidos, 1985. Engels desarrollar esta idea co-mo clave de la evolucin humana a travs del trabajo.14. El conocimiento, ob. cit., p. 77.15. Posfacio a Piaget, ob. cit., pp. 203-206.16. Piaget y Garca, Hacia una lgica, ob. cit.,p. 130.17. Posfacio a Piaget, ob. cit., p. 208.18. El conocimiento, ob. cit., p. 169.19. Trotsky, Cuadernos 1933-35 en Escritos filos-ficos, Bs. As., CEIP, 2004, p.54.20. Ibdem, p. 64.21. El conocimiento, ob. cit., p. 169.

    22. Ibdem, p. 199-202.23. Ibdem, p. 207.24. Madrid, Siglo XXI, 1997, p. 27.25. Marx y Engels, La ideologa alemana, ob. cit.26. El conocimiento, ob. cit., p. 62.27. Piaget y Garca, Hacia una lgica, ob. cit., p. 117.28. Trotsky, ob. cit., p. 50.

    Los adversarios a desafiar fueron para Marx en cierta

    medida los mismos que para Garca: el empirismo por un

    lado, pero tambin la asuncin hegeliana de la idea comogeneradora de la realidad.