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2013ko urriaren 03a
Gaur egungo informazioa
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Actualidad informativa
03 de octubre de 2013
La crisis y el uso de teléfonos móviles inteligentes agravan el síndrome del ejecutivo en las vacaciones
La crisis y el uso de teléfonos móviles inteligentes agravan el síndrome del ejecutivo, un estado de ánimo
que provoca que determinadas personas no logren desconectarse de su empresa en las vacaciones por
el “miedo” a no ser tan “imprescindibles” en sus puestos de trabajo.
Así lo ha asegurado el profesor de psicología de la Universidad CEU San Pablo, Fernando Miralles, quien
ha avisado de que la actual situación de crisis económica ha provocado un aumento de las personas que
en su periodo vacacional sienten “incertidumbre” al no saber qué está pasando en todo momento en su
empresa, por lo que perciben estos días como un “problema” al que deben de enfrentarse todos los años.
Las personas más propensas a sufrir este síndrome son aquellas que tienen un elevado grado de
superación y perfeccionismo, les da pereza irse de vacaciones y las organiza en el último momento.
“También les da miedo ausentarse de su puesto de trabajo por si no son tan imprescindibles como ellos
creen y no confían en que sus compañeros hagan un buen trabajo, ya que durante el año no han
delegado ninguna responsabilidad en los mismos”, ha apostillado.
De hecho, estas personas buscan actividades estresantes cuando están de vacaciones, tanto en
intensidad como por la duración, creyendo que así podrán disminuir la ansiedad acumulada durante todo
el año. Además, es característico que en las reuniones con amigos y familiares, su única conversación
verse sobre su profesión, sus logros y metas profesionales, así como del nivel económico que disfruta su
familia gracias a su trabajo. También pueden sufrir otros problemas como hipertensión, dermatitis,
colesterol alto o trastornos digestivos.
“En los últimos años ha habido un cambio de procedimiento en estas personas, ya que antes estaban
hablando todo el día por su teléfono móvil (con casos de personas que necesitaban varias baterías
diarias), mientras que desde que se extendió el uso de los „teléfonos inteligentes‟ están recibiendo y
contestando correos electrónicos en todo momento, incapacitándoles para seguir una conversación
normal en reuniones de amigos o familiares”, ha señalado Miralles.
En este sentido, el experto ha informado de que una empresa de telefonía francesa tuvo un incremento de
suicidios entre sus trabajadores, por lo que tuvo que retirar a sus trabajadores el uso de los teléfonos
inteligentes o cualquier otro aparato electrónico móvil que les posibilitase enviar y recibir correos
electrónicos en todo momento.
Por ello, el especialista ha destacado la necesidad de que sean los propios empresarios quienes
organicen acciones para que el trabajador que está de vacaciones no siga trabajando a distancia y
descanse para, así, ser “más productivo” el próximo año.
Como consecuencia de todo ello y con el fin de evitar que siga aumentando el síndrome del ejecutivo,
Miralles ha recomendado a los trabajadores que se tomen, como mínimo, 14 días seguidos de
vacaciones; realicen 15 minutos diarios de ejercicio físico; se quiten el reloj para adaptar sus actividades
diarias a su reloj biológico; duerman una siesta diaria de 30 minutos; conecten el móvil sólo una o dos
veces al día; y contesten sólo a los correos o llamadas “importantes”.
Asimismo, el experto ha aconsejado a las empresas que intenten, en la medida de lo posible, que los
trabajadores se vayan de vacaciones en el mismo periodo; y que durante el año organicen cursos contra
el estrés y la ansiedad a sus trabajadores dado que, a su juicio, esta medida “disminuirá
considerablemente” el absentismo laboral.
Y es que, el absentismo laboral en España cuesta anualmente unos 64.000 millones de euros, y según la
Organización Mundial de la Salud (OMS) el 50 por ciento del absentismo laboral está relacionado con el
estrés y la ansiedad de forma directa -bajas por estrés o depresión- o indirectas -dolores musculares o
mareos-.
La violencia en el puesto de trabajo I
Es bastante palpable que la violencia en el trabajo, es decir, los incidentes en los que se
abusa, amenaza o ataca a las personas, en circunstancias relacionadas con su trabajo, y
que implican una amenaza explícita o implícita para su seguridad, bienestar o salud
(definición adaptada de la Comisión Europea), constituye actualmente un problema de
primer orden, corriendo el riesgo de que se extienda a modo de pandemia en el caso de
que no se tomen las decisiones oportunas a todos los niveles.
Por ejemplo, en la V Encuesta Europea de Condiciones de Trabajo, realizada en 2010 a
una muestra en apariencia representativa de 44.000 trabajadores de 34 países europeos,
un 4% de los trabajadores declararon haber sido víctimas de intimidación o acoso en el
año anterior a la encuesta (2009). Asimismo, un 2% de los trabajadores denunciaron haber
sido objeto de violencia física en el año anterior, mientras que el 1% de que fueron objeto
de acoso sexual.
Si bien estos porcentajes, en una primera impresión, pueden no suscitarnos una gran
preocupación, si los extrapolamos a la población total a la que se dirige este estudio (en
concreto, hablamos de 216 millones de trabajadores, de la UNE-27, creo que los
resultados son en sí mismos lo suficientemente significativos como para provocar una
primera reacción de alarma e inquietud.
Víctimas de intimidación o acoso durante el 2009= 8.640.000 trabajadores.
Objeto de violencia física= 4.320.000 trabajadores.
Víctimas de acoso sexual= 2.160.000 trabajadores.
En nuestro contexto, y tomando como referencia nuestra población laboral ocupada (en
nuestro país, quiero decir), aproximadamente, la mitad de nuestros trabajadores podrían
sufrir algún tipo de intimidación u hostigamiento durante su jornada laboral, una cuarta
parte podrían ser objeto de violencia física y una octava parte de algún tipo de acoso
sexual.
Es evidente, como decía al principio, que la violencia en el trabajo, sea física o psicológica,
se conforma como un problema global, y a mi juicio, debería convertirse en una
preocupación prioritaria tanto en los países europeos como en el resto de países. Además
de ser una amenaza real, y a veces letal, contra la productividad y el rendimiento en las
organizaciones, pensemos que la violencia supone causar un daño psicológico y moral al
“otro” (llegando a ser en determinados casos irreversible) (hablo de los caminos entre la
violencia, la depresión y el suicidio), suponiendo al mismo tiempo una fuente de
desigualdad, discriminación y conflictos.
Desde nuestra perspectiva, no podemos ni debemos mirar a otro lado. Actualmente, es
acuciante la necesidad del técnico de prevención de riesgos laborales de formarse en esta
dirección (prevención de la violencia en el trabajo), ya que puede observarse claramente
que se ha convertido en un fenómeno emergente y mundial (según Chappell y Di Martino,
cada año mueren alrededor de mil personas en el ámbito del trabajo).
¿Todos tenemos talento?
Pista central del Roland Garros en París, 28º de temperatura. Nadal y Djokovic se juegan
el pase a la final y llevan ya varias horas de partido. El serbio juega muy fuerte, gana bolas
muy directas, gesticula ya su victoria. El mallorquín se ve extenuado, abatido, cometiendo
errores no forzados.El público, oliendo el previsible ganador, se pone del lado del serbio, a
solo dos juegos de su victoria. Cualquiera hubiera dado ese partido por perdido. Y sin
embargo Rafa Nadal acabaría imponiéndose en el definitivo set de ese partido, y
levantando luego su octava ensaladera que le otorga el record de victorias de ese
campeonato.
Esta es una gran demostración de talento. Son las proezas de Hércules, las que
reservamos habitualmente para hablar de él. Ese talento ya sabemos verlo, ¿quién no?.
Pero ¿los que no ganan RolandGarrós también tienen talento?. ¿Hay otros talentos menos
espectaculares?
Afortunadamente, no hay que ser Nadal para tener talento. Afortunadamente también, hay
muchos talentos.
Todos tenemos talento porque el talento es un concepto relativo a cada persona. Mi
talento no es lo que yo hago mejor que tú, es lo que yo de manera natural puedo hacer
mejor que otras cosas. Luego podremos comparar y competir con los resultados que las
personas obtienen con el rendimiento que consiguen dar a su talento. Pero mi talento es lo
que otros han llamado muy acertadamente como un don natural que tengo que espera ser
utilizado.
En la gran mayoría de los casos, salvo excepciones de muy alta competición, la diferencia
entre lo que las personas consiguen no viene determinado por la cantidad de talento que
tienen (las cartas que le han tocado) sino cómo consiguen movilizar el talento que tienen
(cómo juegan con ellas). Porque el talento en sí no es más que una posibilidad o una
promesa. Para convertirlo en rendimiento hace falta una movilización que requiere
esfuerzo, compromiso, confianza, tiempo, aprendizaje lo que significa errores, desarrollo
de habilidades. Y sobre todo, curiosamente el miedo a no conseguir algo es el mayor
inhibidor para conseguirlo.
Movilizar el talento no es algo predecible ni produce resultados garantizados. El tiempo
que pasamos deshojando la margarita y pensando si tenemos talento retrasa el momento
de empezar a movilizarlo.
Es importante distinguir cuatro cosas: una es el talento que no tenga, la segunda cómo
consigue identificarlo y desarrollarlo hasta conseguir un rendimiento determinado, la
tercera cómo consigue disfrutar de ese proceso y hacer que valga la pena, y finalmente la
cuarta es el resultado que uno consigue con ello.
Decía Kavafis en su poema Itaca que es más importante el viaje que te ofrece que la
propia isla. En esto también, mi consejo es que no condiciones el disfrute a los resultados
que consigas con tu talento, disfruta del viaje que hagas con él. Atrévete a embarcarte y
disfruta del viaje.
Como Nadal en sus torneos que le han convertido de nuevo en el virtual número 1. Como nosotros con él.
Estrategias para vencer el miedo a hablar en público y conseguir una adecuada comunicación en la
formación de prevención de riesgos laborales
La formación en prevención, en la que se pretende hacer transmitir un mensaje a un público, es una
forma de comunicación que podemos encontrarnos con los mismos problemas que se presentan en el
resto de locuciones.
En este artículo he pretendido hacer una amplia descripción de los principales problemas que nos podemos encontrar
durante una clase a trabajadores.
En este artículo lo que se pretende es que el lector conozca que dificultades se puede encontrar a la
hora de ejercer su trabajo docente, y tener una serie de herramientas que le permitan gestionar
adecuadamente el proceso comunicativo para obtener el fin satisfactorio que pretendemos. Unos de
los obstáculos que más nos pueden frenar en una formación exitosa es el “miedo a hablar en
público”. Es por ello que el correcto entendimiento de los procesos comunicativos a nivel oral y
gestual, nos ayudará a salir airosos de este trance tan mal considerado.
Entre los cometidos que llevamos a cabo los técnicos en Prevención de Riesgos Laborales se
encuentra la formación a trabajadores en aspectos relacionados con la seguridad laboral en su puesto
de trabajo. Sus características comparten puntos con otros tipos de formaciones impartidas a
trabajadores adultos, si bien es cierto que tiene una casuística diferenciadora.
Primeramente, en esta exposición convendría determinar el escenario en el cual se desarrollan estas
formaciones:
Público al que nos dirigimos. Dentro del alumnado que tendremos, el docente, ha de saber
que debe orientar su locución de manera distinta dependiendo al que nos enfrentemos. Aquí
hablaremos de alumnos que pueden ir desde una instrucción y cultura mínimas, hasta los
que proceden de una enseñanza universitaria con cargos en sus respectivas empresas. Es
necesario informarnos sobre estos aspectos anteriormente a la impartición, para así conocer
el lenguaje a utilizar y la estructuración de la materia a desarrollar.
Lugar de impartición. Podemos encontrarnos con bastantes problemas puesto que el sitio de
la formación puede ser un aula reconocida y construida para tal fin, mientras que en otros
casos no existe, como podemos encontrarnos cuando tenemos que hacer la formación en el
lugar de trabajo de los alumnos (una obra, un taller, etc.). En el primer caso, todo parece
jugar a nuestro favor pero no siempre será así, pues si la formación es en un aula pero ésta
no es en la empresa donde nosotros trabajamos, podemos encontrarnos con dificultades
organizativas principalmente, que nos supondrán un hándicap. En el segundo caso es
evidente los obstáculos ambientales que existen (ruidos, problemas meteorológicos, etc.) y
que pueden dificultar enormemente el buen desarrollo de la clase.
Temática. El formador en prevención de riesgos laborales, está capacitado por su titulación
a impartir formación en cualquier tema perteneciente a las especialidades técnicas de
acuerdo con su capacitación (seguridad, higiene, ergonomía y psicosociología). Al margen
de esto, la procedencia formativa del docente afectará notablemente, pues es obvio que un
licenciado en derecho se encontrará muy cómodo en temas relacionados con el marco
normativo de la prevención y sin embargo en temas técnicos quizá adolezca de ciertas
carencias. Por el contrario, si la formación del prevencionista es fundamentalmente técnica
ocurre a la inversa. Lo que debemos tener claro, es que la materia a impartir se deberá
dominar y de ahí que preveamos con tiempo la dedicación que requerirá su estudio por
nuestra parte.
Utilización de elementos favorecedores para la comunicación clara y efectiva
Para enfrentarnos con “el miedo a hablar en público” conviene conocer las diferentes etapas en las
que la formación se divide. Para saber de que estamos hablando, he estructurado ésta en los tiempos
que van desde los preparativos hasta el día de la clase. Es en este último punto se incluyen conceptos
como la respiración, el contacto visual y la empatía. Destacamos un elemento que conviene tener
muy presente y que versa sobre el “quedarse en blanco” o “black out”.
Fase previa
En esta fase se incluyen los momentos que no pertenecen a la fase comunicativa propiamente dicha,
pero que en cierta forma ayudaran al éxito de la actividad formativa.
A) Conocimiento exhaustivo de la materia a impartir.
De esta forma, haremos llegar el conocimiento de manera clara y concisa a nuestro receptor,
minimizaremos la posibilidad de “no control” y a la par disfrutaremos nosotros de la clase impartida.
B) El día anterior.
Conviene tener la clase preparada con bastante antelación y no prepararla de manera precipitada la
noche anterior. Relajarse, hacer una actividad distinta y de ocio puede ayudar (ver una película, leer
un libro, etc.).
Fase de pre-formación
Llegado el momento previo a la formación, se tienen que tener en cuenta los siguientes aspectos:
A) Llegar con tiempo.
A veces conocemos el aula y otras no. Conocer el aula y su entorno con antelación y prever posibles
inconvenientes de la misma (por ejemplo existencia de un pilar en medio de la sala, etc.), hará más
probable que podamos resolverlos antes de que se presenten.
B) Aplicar métodos de relajación.
Dominar el Método de Jacobson nos servirá de gran ayuda. Dichas técnicas se basan en secuencias
de tensión-relajación de diferentes músculos del cuerpo de una duración de 5 segundos cada una.
Empezaríamos la técnica por las cejas, la mandíbula, las cervicales, los hombros, etc. hasta los pies.
Durante la comunicación
Iniciada la comunicación, para que esta transcurra tal y como nosotros deseamos, tendremos
presentes los siguientes ítems:
A) Respiración
Le damos poca importancia, pues este acto reflejo lo hacemos de manera natural. Debemos ser
conscientes que la respiración constituye el pilar básico de la comunicación, que ayuda a que el
orador llegue a lanzar el mensaje de manera fluida, armoniosa y eficaz a sus oyentes. Pero ¿cómo
debemos respirar? Durante la secuencia inspiración-expiración procuraremos en la fase inspiración
retener el aire en el abdomen durante 3 segundos y posteriormente soltar poco a poco en ese mismo
tiempo. Así repetiremos sucesivamente. Esta técnica requiere práctica, pues solemos respirar mal. Si
conseguimos hacerlo bien y de manera natural, nos sentiremos relajados, las frases nos saldrán sin
ser precipitadas, con cadencia y modulación.
B) Visualización
En la visualización se establece un vínculo estrecho entre la persona que comunica (emisor) y la
persona que recibe el mensaje (receptor). La comunicación tiene un componente básico que es el
lenguaje codificado del idioma pero tampoco debemos de menospreciar la parte que no es verbal, en
forma de comunicación gestual. En los siguientes apartados esbozaremos unas ideas para que la
comunicación no verbal sea la correcta.
Calentamiento (voz y cuerpo). Debemos darnos “ánimos”, frases de refuerzo positivo como
“lo he trabajado bien”, “tengo todos los aspectos dominados”, etc., ayudan a focalizar
nuestro fin: llegar a la meta de manera eficaz.
Receptor. Es tanto o más importante que el emisor. Deberá convencerse de tu
profesionalidad. Es importante lo que dices pero también como lo haces, procurando hacer
llegar el mensaje al receptor de manera adecuada.
Posturas abiertas. Ayudan a proyectar seguridad y confianza, de tal manera que así nos ven
los demás. Debemos evitar cruzar los brazos, tener las manos detrás o colocar las manos en
los bolsillos, que son formas de comunicación “no verbal” que supondrán un perjuicio para
nuestra imagen.
Posición corporal. Ayuda la postura del cuerpo puesto que una mala colocación de éste
afectará aspectos como la manera de respirar, la vocalización e incluso en la manera que los
alumnos nos perciben. La manera de colocarnos será: la cabeza recta (no hacia atrás pues
acorta de manera rígida la columna vertebral), las piernas relajadas, las rodillas
desbloqueadas, talones apoyados en el suelo.
Voz. Olvidar todos los prejuicios, puesto que cada uno tiene la voz que le caracteriza, más o
menos grave, baja o alta, etc.
C) Contacto visual
El contacto visual contribuye a que la formación sea muy eficaz, pues mantener el contacto con el
público demostrará nuestra seguridad y capacidad como docente, la credibilidad del mensaje y
asegura que la materia es comprendida por nuestros alumnos.
Mirar al público unos segundos antes de comenzar la formación. Aporta seguridad y
confianza.
Dejar los papeles que llevemos en la mesa. Si necesitamos tener apuntes, mejor que sean en
una cartulina pequeña, puesto que si es un papel y nos encontramos un poco nerviosos se
notara en exceso el movimiento de un posible temblor de manos. Leer notas constantemente
hace que perdamos el contacto visual con nuestros alumnos, será también perjudicial para
nosotros dando la impresión al oyente de que no dominamos la materia.
Nunca desviar la mirada, pues denota falta de seguridad, incertidumbre ante lo que
explicamos, etc.
Evitar mirar fijamente a una persona puesto que la incomodamos. Se deberá mirar o
proyectar a un punto fijo situado en el entrecejo de nuestros alumnos. A la hora de hacer la
exposición debemos tener la mirada hacia adelante. Mirar al suelo denota inseguridad, a la
vez que indirectamente vamos haciendo decrecer la voz. Tampoco debemos enfocar por
encima de la línea de entrecejo de alumnos porque denotará superioridad, hecho que no nos
conviene.
Intentar no dar la espalda a los alumnos con frecuencia cuando utilicemos métodos
auxiliares (pizarra, power points, etc.)
Para entrenar la visualización de nuestro público podemos hacerlo hablándonos delante del
espejo. Debemos perder el temor a hacer el ridículo.
D) Empatía
La empatía es la identificación con el público, pues comprendemos las reacciones y los sentimientos
del mismo. Las bases de esta se fundamentan en:
Escucha y retroalimentación. Que los trabajadores aporten situaciones vividas por ellos y
aplicadas a lo que se está explicando nos da la oportunidad de parafrasearlos con nuestras
propias palabras para hacerlos sentir que los hemos comprendido.
Respeto.
No querer gustar.
Hablar con vocabulario adecuado. Como ya hemos mencionado, interesa saber con
antelación a quien va dirigida la formación puesto que no es lo mismo una formación a
personal directivo que a mano de obra directa.
Adecuar nuestra imagen al entorno en el cual se va a desarrollar la formación.
E) Black Out (quedarse en blanco)
Quizá es la peor situación en la que se puede hallar un formador, puesto que es una situación de
incapacidad de saber continuar, la dificultad de seguir el hilo de la comunicación. Esta circunstancia
le puede ocurrir a cualquiera, sea un orador experimentado o una persona que está dando sus
primeros pasos. La diferencia entre uno y otro es la capacidad resolutiva para salir airosos de este
trance.
Conclusión
En este artículo he pretendido hacer una amplia descripción de los principales problemas que nos
podemos encontrar durante una clase a trabajadores. Uno de estos, es el temido momento en el que
se nos puede presentar el “miedo a hablar en público”. Muchas veces el perfil del docente es
puramente técnico y adolece que tener las herramientas de psicología, pedagogía y conocimientos de
oratoria; sin embargo, podemos concluir que todo el mundo es capaz de llevar a cabo una formación
de manera exitosa, teniendo en cuenta los aspectos mencionados y aplicando los conocimientos
adquiridos a lo largo de su experiencia en formación y en su práctica laboral.
Extracto del artículo completo publicado en la revista Prevention World Magazine nº 45
Francisco Nebot Edo es Ingeniero Técnico Industrial por la Universidad Politécnica de Valencia
(año 1998) y Técnico en Prevención de Riesgos laborales en las especialidades de Seguridad en el
trabajo, Higiene Industrial, Ergonomía y Psicosociología aplicada (años 2002 y 2009). Dispone de la
formación de postgrado de Auditor del Sistema de Prevención de Riesgos Laborales. Intensificación
en OSHAS 18001 por la Universidad Politécnica de Catalunya (año 2011).
INFORMAZIO TEKNIKO ETA ZIENTIFIKOA
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INFORMACIÓN TÉCNICA Y CIENTÍFICA
Empleo, condiciones de trabajo y salud
Employment, work conditions and health
Resumen:
El trabajo es un componente esencial de la vida humana. Representa las relaciones
entre los seres humanos y la naturaleza, que producen bienes y dan forma a las
interacciones sociales, proporcionando las bases de la producción económica que se
refleja en la vida social y política. El trabajo es, además, un concepto central para
entender la manera en que la sociedad distribuye la riqueza y el poder e integra o
excluye a ciertas poblaciones, encauzando una distribución de bienes y acceso a
recursos que puede ser más o menos justa. Este es el origen de la estratificación
socioeconómica que involucra no solo los patrones de consumo sino también los
estilos de vida y el comportamiento (1-3).
Adicción o abuso del teléfono móvil. Revisión de la literatura
Resumen
El teléfono móvil es un instrumento tecnológico relativamente nuevo, versátil y
accesible, muy atractivo, especialmente para jóvenes, cuyo uso conlleva riesgo de
abuso y comportamiento adictivo. En los últimos años ha aumentando el interés por
este problema, especialmente por la implicación de población cada vez más joven.
El objetivo del presente trabajo es revisar el estado actual del conocimiento sobre
la adicción/ abuso del móvil. Para ello, se efectuó una búsqueda en bases de datos internacionales.