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Paper on how the grammatical gender and/or the spelling of certain words vary by Spanish-speaking country.
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(From “Manual de dialectología hispánica: géneros y grafías” by Andre Moskowitz in
Proceedings of the 51sth Annual Conference of the American Translators Association, Denver,
Colorado, U.S.A., October 27-30, 2010. Dorothee Racette, comp. American Translators
Association, 2010. CD edition.)
MANUAL DE DIALECTOLOGÍA HISPÁNICA: GÉNEROS Y GRAFÍAS
Andre Moskowitz*
Palabras clave: Variación lingüística, dialectología hispánica, géneros, grafías, pronunciaciones,
acento prosódico, acento gráfico u ortográfico.
INTRODUCCIÓN
Este trabajo da a conocer los resultados de una encuesta lingüística que se realizó en el 2009 y el
2010 sobre 40 temas clásicos de la dialectología hispánica, divididos en dos categorías generales:
a) géneros; y b) grafías y pronunciaciones.1
La temática de la primera parte del trabajo la constituye una serie de palabras que tienen una
característica especial: son sustantivos que pueden considerarse de género ambiguo, si se mira el
español desde un punto de vista panhispánico, pero resultan ser predominantemente masculinos
o femeninos en el lenguaje de determinados países. Ejemplos de este tipo de variación regional
son el/la chinche, el/la pus y el/la terminal (de transportes). La meta principal de la primera
parte es determinar, para cada país de habla hispana, si en su lenguaje culto predomina el uso de
chinche, pus, terminal de transportes, etc., en masculino o en femenino, o si hay fuerte
competencia entre ambos géneros de la palabra en cuestión.
La segunda parte del trabajo, sobre grafías y pronunciaciones, examina sustantivos que tienen
dos o más variantes gráficas y/o fonéticas. Se trata de palabras mellizas, o a veces trillizas, cuyas
pronunciaciones y grafías varían en el número de sílabas, en llevar o no llevar tilde (lo cual
refleja una diferencia fonética), o en que cambia alguna letra que no sea la última, y que dicha
variación obedezca a factores principalmente geográficos. Ejemplos de este tipo de variación son
biósfera/biosfera, chasís/chasis y soya/soja. El objetivo primordial de la segunda parte es
determinar, en el caso de cada uno de estos “pares mínimos”, cuál es la variante que predomina
en el lenguaje culto de cada país de habla hispana, o si ambas compiten en pie de igualdad.
El texto va dirigido a todo hispanohablante que tenga interés en conocer los pormenores de la
llamada “diversidad dentro de la unidad”, y en adquirir una visión panhispánica de la lengua
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española respecto de los temas tratados. Es decir, está pensado para todos los que escriben o
hablan el español y se dirigen a un público internacional, sean hablantes nativos o no nativos.
Este grupo de personas podría abarcar, entre otros, a periodistas, críticos, literatos, profesores,
locutores, reporteros, políticos, diplomáticos, funcionarios, abogados y científicos, siempre que
estos se desenvuelvan en un ambiente multinacional.
Los temas
Los 40 temas tratados en este estudio son los siguientes:
A) Sustantivos de género variable (19 temas)
Sustantivos que terminan en vocal (12 temas): champaña/champán/champagne, piyama/pijama,
sauna, chance, chinche, hambre, lente, saliente, tilde, bikini, dínamo/dinamo, radio
(‘radiorreceptor’).
Sustantivos que terminan en consonante (7 temas): espiral, terminal (de transportes), caparazón,
maratón, sartén, azúcar, pus.
B) Grafías y pronunciaciones (21 temas)
Aguda versus llana, o aguda versus esdrújula (7 temas): chasís/chasis, chofer/chófer,
coctel/cóctel, básquetbol/basquetbol, béisbol/beisbol, fútbol/futbol, [es-tri(p)-TIS]/[es-TRI(P)-
tis], striptease/estriptís/estriptis.
Esdrújula versus llana, o hiato versus diptongo (8 temas): biósfera/biosfera (y otras voces con el
sufijo -sfera), ícono/icono, Sahara/Sáhara, várices/varices, video/vídeo,
laparoscopía/laparoscopia (y otras voces con el sufijo -scopía/ia), olimpiada/olimpíada,
período/periodo.
Otras diferencias de pronunciación y/o de grafía (6 temas): [DI-sel]/[DIE-sel] y diesel/diésel,
[ga-RA-je]/[ga-RASH] y garaje/garage, soya/soja, de prisa/deprisa,
limosina/limusina/limousina, a-tle-ta/at-le-ta (y la división silábica de otras voces con la
combinación tl).
Obsérvese que hay variación en dos planos distintos en los casos de
champaña/champán/champagne, piyama/pijama y dínamo/dinamo. Por un lado, hay variación en
el género, el piyama frente a la piyama; y, por otro, la hay también en la pronunciación y la
grafía, [pi-YA-ma] y piyama versus [pi-JA-ma] y pijama (aunque sabido es que numerosos
hablantes de Hispanoamérica escriben pijama a pesar de que pronuncien [pi-YA-ma]). Puesto
que estos tres temas muestran variación en dos planos distintos —en el género y en la
pronunciación/grafía— pudieron haberse tratado en la segunda parte del trabajo, sobre grafías y
pronunciaciones, en vez de en la primera, sobre géneros. Pero a fin de que hubiera más equilibrio
entre las dos partes del estudio, se optó por colocar estos tres temas en la primera.
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Si bien es cierto que los temas que integran este estudio constituyen cuestiones clásicas de la
dialectología hispánica, fueron seleccionados al azar, y hay numerosos asuntos de variación en el
género y en la grafía que no se han abordado aquí, tales como: almíbar, armazón, duermevela,
glaucoma, pompi(s), popó, tanga y vodka (variación en el género); y alverja/arveja, bebé/bebe,
frejol/fréjol/frijol/fríjol/frisol, gripa/gripe, hierba/yerba, quizá/quizás,
vól(e)ibol/vol(e)ibol/balonvolea y Amazonia/Amazonía (variación en la pronunciación y/o en la
grafía). Tampoco se han analizado en este trabajo los numerosos casos como banana/banano
(‘cambur, guineo, plátano’), barquilla/barquillo (‘cono o cucurucho para el helado’), o
chupeta/chupete (‘dulce en palito’ o ‘bobo, chupo, chupón, consuelo, pepe, tete, etc. que se da al
bebé en la época de la primera dentición’). En este último tipo de ejemplos no se trata de una
misma palabra cuyo género varía, sino que cambia la forma del vocablo además de su género, y
lo que se tiene son pares de vocablos con el mismo radical, el mismo significado y un cambio de
género.
La metodología y los encuestados
Los datos obtenidos proceden de la introspección de los aproximadamente 500 encuestados o
informantes que participaron en el estudio. Estos eran una mezcla bastante equiparada de
hombres y mujeres, todos hablantes nativos del español y en su mayoría de nivel profesional, por
ejemplo, médicos, abogados, ingenieros, escritores, profesores, traductores e intérpretes. Pero
tenían diversas edades, desde los 25 hasta los 75 años, y, dentro de cada país, no estaban bien
distribuidos geográficamente ya que la mayor parte de ellos provenían de la capital nacional o de
una de las ciudades principales de su respectiva nación.
La encuesta consistía en plantearles preguntas sobre los 40 temas de la encuesta a entre 15 y 20
personas cultas de cada uno de los 20 países en donde el idioma principal u oficial es el español,
es decir, España y los 19 países hispanoamericanos. No se les hizo la encuesta a
hispanohablantes de Guinea Ecuatorial, Ceuta, Melilla, la República Árabe Saharaui
Democrática (o Sahara Occidental), las Filipinas, ni de otras naciones que, de acuerdo con algún
argumento, quizás podrían llamarse países de habla hispana; tampoco se incluyeron a países que
tienen importantes enclaves o grupos minoritarios de habla hispana tales como Belice, Guyana,
Haití, Trinidad o los Estados Unidos. Por lo tanto, los usos en español que se den en dichos
países no forman parte del presente estudio.
No siempre se logró obtener el número deseado de respuestas, de 15 a 20 por país, razón por la
cual el número de datos a veces es inferior a este rango de cifras. A los encuestados de los
diversos países el autor de este estudio les hizo preguntas por diferentes medios sobre los temas
en cuestión: unas veces se las hizo oralmente, otras por cuestionarios escritos o por correo
electrónico. Las respuestas fueron anotadas y compiladas en una serie de “tablas dialectales” que
se presentan posteriormente en este trabajo. También se les preguntó a numerosos informantes
acerca de las opiniones y actitudes que tenían con respecto a las diferentes variantes.
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Este trabajo, hasta donde sabe el autor, es el primer estudio de su tipo que se realiza sobre los
temas en cuestión. Por esta razón, y por las características heterogéneas de los encuestados y las
diversas formas de obtener los datos, la investigación y su análisis no han captado, seguramente,
toda la variación regional que pudiera hallarse en el habla culta de los 20 países de habla hispana,
en relación con los temas del estudio; y menos aún la que hay entre hombres y mujeres, o entre
personas de diferentes edades. En cuanto a los usos de los hispanohablantes de España, por
ejemplo, los 20 encuestados eran peninsulares —ninguno era de las Islas Canarias— y, por
consiguiente, no se puede aducir, a raíz de este estudio, ninguna conclusión respecto de los usos
que predominan en las Canarias. Otros estudios serán necesarios para averiguar si los usos de los
canarios cultos concuerdan con los predominantes en la Península, es decir, si los españoles
insulares utilizan el pijama, la lente, la dinamo, la sartén, chófer y vídeo, etc., variantes que
predominan en la Península, o si los isleños utilizan la piyama, el lente, el dínamo, el sartén,
chofer y/o video, etc., formas frecuentes en Hispanoamérica. Desde luego, todos los resultados
de esta investigación pueden y deben ser cuestionados e, independientemente de las limitaciones
de la misma, será conveniente realizar otros estudios que comparen los resultados y pongan a
prueba las conclusiones sobre la lengua aquí obtenidas.
Los artículos
A cada tema tratado en este trabajo le corresponde un artículo que consta de los elementos que se
detallan a continuación.
Los títulos
El título o lema que encabeza cada artículo consiste en la palabra cuyo género varía
diatópicamente, en el caso de la primera parte, sobre géneros, o en las palabras mellizas (o a
veces trillizas) en el caso de la segunda parte, sobre pronunciaciones y grafías. En la segunda
parte del trabajo, aquella variante que se emplee en el mayor número de países de habla hispana
aparece primero, seguida de la que se utilice en menos países. Así, por ejemplo, en la § B1.1,
chasís aparece en el título antes de chasis porque aquella forma es la que predomina en trece
países y esta, en siete.
Lo mayoritario y lo minoritario
Inmediatamente después del título de cada artículo aparece una sección llamada “Lo mayoritario
y lo minoritario” la que explica cuáles son los usos que se emplean en el habla culta de la
mayoría de los países de habla hispana, y cuáles los que predominan en la de la minoría de ellos.
Cualquier uso que se emplee comúnmente en 11 o más países de habla hispana se considerará un
“uso mayoritario”, y el que se dé habitualmente en nueve países o menos será “uso minoritario”.
En estas secciones de los artículos se indican, de acuerdo con la definición anterior, cuáles son
los usos “mayoritarios” y cuáles los “minoritarios”.
La información sucinta que aparece en “Lo mayoritario y lo minoritario” puede ser
especialmente útil al hispanohablante que no tiene interés en saber los diferentes pormenores de
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la variación —en qué países predomina una variante A y en cuáles una variante B— sino que
simplemente quiere aprender, en cada caso, cuál es la variante que se utiliza en la mayoría de los
países de habla hispana, y cuáles son los usos minoritarios. Al fijarse en una de estas secciones,
por ejemplo, el lector podrá saber de inmediato si su propio uso concuerda con el de la mayoría o
si pertenece al de la minoría, y así podrá cuidar de usar la variante mayoritaria en sus
comunicaciones dirigidas a un público panhispánico. Las informaciones presentadas en “Lo
mayoritario y lo minoritario” pueden tener especial importancia para los hispanohablantes de
España, de los países del Cono Sur, Cuba, y de algunos otros países hispánicos en donde el
porcentaje de usos minoritarios es relativamente alto.
A veces hay dos o tres variantes minoritarias frente a una mayoritaria, como sucede en los
siguientes ejemplos: el piyama/el pijama/la payama (usos minoritarios) frente a la piyama (uso
mayoritario); el dinamo/la dinamo (usos minoritarios) frente a el dínamo (uso mayoritario);
limusina/limousina (grafías minoritarias) frente a limosina (grafía mayoritaria); y [ga-
RASH]/[ga-RACH]/[ga-RA-she] (pronunciaciones minoritarias) frente a [ga-RA-je]
(pronunciación mayoritaria). También hay temas en los que no existe una sola variante
mayoritaria, sino varias mayoritarias y ninguna minoritaria. Así sucede con el/la maratón, el/la
pus, [es-tri(p)-TIS]/[es-TRI(P)-tis] y período/periodo. En estos cuatro casos ninguna variante es
minoritaria porque cada una se usa en más de 10 países.
Lo mayoritario y lo minoritario se calculan en este estudio sobre la base del número de países en
donde predomina cada uso en el habla culta; no están basados en el número de hispanohablantes
que quizás utilicen cada variante. Aunque por lo general los usos que se emplean en más países
probablemente sean también los usados por más hablantes, esto, al menos en teoría, podría ser de
otro modo. Por ejemplo, consideremos los seis países de habla hispana más poblados, los cuales
en el 2010 fueron, según wikipedia.org, México (con 108 millones), España (con 47 millones),
Colombia (con 45 millones), Argentina (con 40 millones), y Perú y Venezuela (con 30 millones
cada uno). Y supongamos que los hablantes cultos de la mayoría de estos seis países
compartieran un mismo uso en relación con un tema determinado de este estudio, y que los
demás países de habla hispana tuvieran otro uso distinto. En ese caso, el uso del grupo más
numeroso de países sería el uso “mayoritario”, tal como está definido para los fines de este
estudio, pero podría ser el utilizado por una minoría de hispanohablantes cultos. Sin embargo,
esta supuesta situación, en la que México, España, Colombia, Argentina, Perú y Venezuela (o la
mayoría de estos países) tengan en común el mismo uso y que este se distinga de un uso
compartido por todos los demás países, no se da en el caso de ninguno de los 40 temas tratados
en este estudio.
Los resúmenes
El resumen de cada artículo consiste en una sinopsis de la distribución de los diferentes usos e
indica los países en que predomina cada variante. Al consultar uno de los resúmenes, el lector
sabrá, a grandes rasgos, cómo está repartido el mundo de habla hispana con respecto al tema
tratado. A veces la variación lingüística que existe en relación con un tema es tan sencilla que el
resumen correspondiente consta de una sola oración escueta, tal como “En Hispanoamérica se
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usa A y en España B”. Esto sucede cuando se trata de una simple oposición continental: España
frente a Hispanoamérica. Pero, como veremos en los artículos individuales, a menudo la
variación lingüística que hay en el ámbito hispánico con respecto a los temas de este estudio es
más compleja y supone importantes divisiones dentro de Hispanoamérica, y a veces dentro de
España también.
Las tablas dialectales
Las tablas dialectales muestran los resultados de las encuestas y consisten en dos columnas: en la
columna izquierda aparecen, en versalita (o mayúsculas pequeñas), los mencionados 20 países de
habla hispana, en un orden más o menos geográfico; y en la derecha figuran los usos que
ofrecieron los encuestados de cada país respectivo. Después de cada uso o variante, hay una
fracción cuyo numerador representa el número de encuestados del país en cuestión que dieron
esa respuesta y cuyo denominador representa el total de los informantes de ese país que
contestaron la pregunta sobre el tema en cuestión. Así, por ejemplo, las primeras dos líneas de la
tabla dialectal sobre chasís/chasis son las siguientes:
ESPAÑA chasis (20/20)
MÉXICO chasís (19/20), chasis (2/20)
El primer renglón de esta tabla dialectal sobre chasís/chasis, el que corresponde a España, nos
dice que de los 20 españoles que indicaron su uso con respecto a este tema, todos señalaron
chasis, la forma llana. La segunda línea nos señala que de los 20 mexicanos que fueron
encuestados sobre el mismo tema, casi todos —19 de 20— dijeron que empleaban chasís, la
forma aguda, y sólo dos ofrecieron chasis; de estos dos, un mexicano sostuvo que usa solamente
chasis, y el otro, que usa ambas formas, chasís y chasis.
Obsérvese que en la tabla dialectal sobre chasís/chasis, al lado de ESPAÑA, aparece el término
chasis en letra negra, “chasis”. Esta variante está escrita en negrilla para señalar que es el uso
minoritario, porque predomina en siete países. Chasís, el primer uso que aparece en el renglón
correspondiente a MÉXICO, en cambio, está escrito en letra normal, “chasís”, por ser el uso
mayoritario, el que prima en 13 países. Además, en el renglón correspondiente a MÉXICO aparece
la variante chasis en letra pequeña, “chasis”, por el hecho de que el porcentaje de mexicanos que
la ofrecieron se considera muy pequeño; se sospecha que el uso de chasis ofrecido por aquellos
dos mexicanos que la dieron probablemente pertenece a un uso idiosincrásico y que es poco
representativo del uso mexicano en general. Cualquier variante que haya sido ofrecida por sólo el
25% o menos de los encuestados de un país, se considerará un uso “no representativo” del habla
culta de dicho país y se escribirá con letra pequeña para así indicarlo.
Nótese también que en el renglón que corresponde a MÉXICO en la tabla dialectal sobre
chasís/chasis, la suma de las fracciones referentes a las respuestas de los encuestados mexicanos,
19/20 (“chasís”) + 2/20 (“chasis”), es superior a uno. La situación en la que la suma de los
quebrados que aparecen en una línea de una tabla dialectal es mayor a la unidad es frecuente en
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este estudio (el caso de chasís/chasis en México, 19/20 + 2/20 > 1, es un ejemplo), ya que a
menudo los encuestados ofrecieron más de una variante o uso para un tema determinado.
Observaciones
Estas secciones amplían la información presentada en los resúmenes y en las tablas dialectales al
incluir comentarios adicionales sobre los usos en cuestión. Entre los temas que se abordan en las
“Observaciones” están los relacionados con la competencia entre las diferentes variantes, su
registro y prestigio relativo, y las actitudes que giran en torno a ellas, tanto en los países
individuales como a nivel panhispánico. A veces se presenta también información sobre
diferencias semánticas o sobre temas adicionales para estudios futuros que en este trabajo no se
han investigado, o que sólo se han estudiado en forma somera.
El Diccionario Panhispánico de Dudas
En estas secciones se citan las entradas que sobre los temas del estudio ofrece el Diccionario
Panhispánico de Dudas (DPD), y luego se hacen reseñas de estas definiciones. Las reseñas se
concentran en las descripciones de la variación regional que ofrece el DPD y en las
contradicciones que surgen entre su enfoque prescriptivista y descriptivista. Se decidió citar y
analizar las entradas de la primera edición de este diccionario, la de 2005, por ser la que
actualmente, en el 2010, está en línea y por ser una fuente que miles —o quizás millones— de
hispanohablantes consultan a diario.
Después de cada reseña aparece una calificación que se ha asignado a la correspondiente entrada
del DPD y que refleja el grado en que dicha entrada pinta un cuadro fidedigno de la distribución
geográfica de los usos en cuestión. Para evaluar las entradas del DPD, se utilizará el siguiente
régimen de calificaciones:
A - Sobresaliente; B - Bueno; C - Regular; D - Inferior; F - Reprobado; Inc. - Incompleto (si el
DPD no trata el tema).
En el caso de las notas “A”, “B”, “C” y “D”, a veces se les agregarán los signos “+” o “-” para
matizarlas. Es importante recalcar que las calificaciones que se asignan a las entradas del DPD
son subjetivas y se hacen sobre la base del grado en que estas aciertan en sus descripciones de la
variación regional: se otorgará una nota alta a la entrada si esta indica correctamente en dónde se
utilizan las diferentes variantes, de tal manera que el lector cuente con información dialectal
acertada. En cambio, cuanto más errónea sea la información dialectal que presente la entrada del
DPD, más baja será la nota que se le asigne. Cabe señalar que las reseñas y las calificaciones
juzgan principalmente la medida en que las entradas del DPD describen el uso y su variación a
nivel panhispánico; no evalúan otros aspectos de las definiciones del DPD tales como las
acepciones correspondientes a las unidades léxicas, las informaciones etimológicas, la estructura
de las entradas, u otros aspectos lexicográficos.
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El Diccionario Panhispánico de Dudas es un excelente recurso lexicográfico, entre otras razones
porque aborda la lengua española desde un punto de vista policéntrico, resuelve muchísimas
dudas sobre el idioma de una manera clara y sucinta, y ejemplifica los usos con citas ilustrativas.
Sin embargo, como veremos en los artículos individuales del presente trabajo, en lo que a
materia dialectal se refiere, las entradas del DPD están pobladas —por no decir plagadas— de
declaraciones infundadas sobre la variación lingüística y de descripciones dialectales que no se
acomodan a la realidad lingüística de los distintos países de habla hispana. Puede argumentarse
que son básicamente dos los motivos por los cuales las descripciones dialectales que han hecho
los lingüistas del DPD, con respecto a los 40 temas de este estudio, suelen ser poco acertadas:
La desidia. Los lingüistas del DPD pretenden describir la variación regional, pero no dan
ninguna muestra de estar dispuestos a excederse en su esfuerzo por investigar rigurosamente los
usos de cada país. Si bien es cierto que el trabajo del lexicógrafo no es hacer investigación
dialectológica, sino decidir la estructura del diccionario, seleccionar las palabras que
encabezarán las entradas, escoger las citas que ejemplifican los usos y redactar las definiciones,
los lexicógrafos del DPD cruzaron un importante umbral al pretender describir la variación
regional. Al atribuirse la función de dialectólogos, deberían haber llevado a cabo una labor
dialectológica, tarea que lamentablemente no abordaron con seriedad. Obviamente, los
dialectólogos que no estudian los dialectos detenidamente no pueden ser efectivos. El hacer
referencia aquí a la “desidia” de los lingüistas del DPD, se refiere, claro está, únicamente a la
investigación que no hicieron sobre los dialectos y la variación. No hay duda de que en los
demás aspectos del diccionario, los cuales son de excelente calidad, sudaron la gota gorda y se
quemaron las pestañas.
El dogmatismo. Los lingüistas del DPD pretenden describir la variación regional siempre y
cuando hacerlo fielmente no implique aceptar un uso que les parezca aborrecible. Por ejemplo,
no están dispuestos a reconocer que los sustantivos hambre y espiral efectivamente se usen en
masculino en el habla culta de ciertos países y, por lo tanto, encubren la existencia de tales usos
al dejar de describirlos. Dicho de otra manera, los autores del DPD no han sabido resistirse a la
tentación de describir, en lo que a la lengua culta se refiere, el mundo con que sueñan y el que les
parece casto y conveniente, en vez de representar al pie de la letra el que realmente existe. Y a
veces parece ser el caso que primero sacan una conclusión acerca de la falta de variación
dialectal y luego buscan las evidencias para respaldar dicha conclusión, en vez de hacerlo al
revés: primero recoger las evidencias a nivel panhispánico y después sacar conclusiones sobre la
base de aquellas. Desde luego, tampoco pueden ser efectivos los dialectólogos que permitan que
sus preferencias o prejuicios lingüísticos determinen cuáles son los usos que van a incluir en un
diccionario “panhispánico”.
Si cualquiera de estos dos males, la desidia o el dogmatismo, aquejara a un equipo de
dialectólogos, los resultados de su investigación dejarían mucho que desear; pero si el grupo que
proporciona información sobre variación lingüística presenta ambos síntomas (como parece ser
el caso de los lingüistas del DPD), la combinación es mortífera y da lugar a descripciones
dialectales que se alejan considerablemente de la realidad. Debido a estas fallas orgánicas, el
Diccionario Panhispánico de Dudas a menudo no resuelve acertadamente las cuestiones
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dialectales ni nos da una imagen tan “panhispánica” de dicha variación como el título de la obra
sugiere que debería suministrarnos. Lamentablemente, su título no es un nombre muy certero,
pues le queda grande a la obra. No obstante, el DPD sí acierta en sus descripciones dialectales en
aquellos casos en que la variación sea una simple división continental: en España, forma A, y en
Hispanoamérica, forma B (como sucede con chófer/chofer, icono/ícono y vídeo/video). Sin
embargo, cuando la variación geográfica es más compleja que una simple dicotomía y existen
marcadas divisiones internas dentro de Hispanoamérica —como ocurre con el/la chance, el/la
caparazón, el/la maratón, chasís/chasis, básquetbol/basquetbol, laparoscopía/laparoscopia y
otros “pares mínimos”—, los lingüistas del DPD no han sabido captar la variación a nivel
panhispánico de una manera que dé cabal cuenta de sus formas y texturas. Y no logran captarla o
bien porque no se han tomado la molestia de investigar sus pormenores, o bien porque caen en la
trampa de hacer caso omiso a la variación, insistiendo en la variante por la cual aboga la
Academia y que suele ser la que se usa en el lenguaje culto de España.
Al autor del presente trabajo le pareció importante realizar un escrutinio de aquellas entradas del
DPD que toquen los temas dialectales en cuestión por dos motivos: primero, por el hecho de que
el DPD es una de las pocas obras, si no la única, que trata, a nivel panhispánico, una gran
variedad de temas relacionados con la dialectología léxica del español, entre los cuales están casi
todos los del presente estudio; y, segundo, debido a la gran difusión del DPD, diccionario en
línea que recibe un sinnúmero de consultas a diario.
Al final de la obra hay cuatro anexos que intentan responder a las siguientes cuatro preguntas
generales con respecto a los temas tratados: ¿dónde están las fronteras lingüísticas? (Anexo I);
¿cuáles son las variedades del español que más se destacan? (Anexo II); ¿cuáles son las
variedades del español que más se asemejan? (Anexo III); y ¿cuáles son las variedades del
español que el DPD mejor capta? (Anexo IV).
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A SUSTANTIVOS DE GÉNERO VARIABLE
A1.0 SUSTANTIVOS QUE TERMINAN EN VOCAL
A1.1 CHAMPAÑA / CHAMPÁN / CHAMPAGNE
A1.1.1 Lo mayoritario y lo minoritario
Usos mayoritarios: el champán (uso dominante o competidor en 20 países) y la champaña (uso
dominante o competidor en 17 países).
Usos minoritarios: el champagne (uso dominante en 2 países), el champaña (uso algo frecuente
en 2 países y de uso muy esporádico en algunos otros) y la champagne (uso muy
esporádico en algunos países).
A1.1.2 Resumen
El champán y/o la champaña son los usos dominantes en casi todo el ámbito hispánico con la
excepción de Uruguay y Argentina, países en donde se prefiere la forma francesa, el champagne.
El champaña se ha registrado en forma aislada en España y Chile, y en otros lugares de manera
muy esporádica.
A1.1.3 Tabla dialectal
ESPAÑA el champán (19/20), el champaña (5/20), el champagne (4/20)
MÉXICO la champaña (20/20), el champán (8/20), el champagne (4/20)
GUATEMALA el champán (12/16), la champaña (7/16), el champagne (6/16), el champaña
(1/16) EL SALVADOR el champán (11/17), la champaña (8/17), el champaña (1/17)
HONDURAS la champaña (12/16), el champán (7/16), el champaña (2/16)
NICARAGUA el champán (13/17), la champaña (6/17), el champagne (2/17), la champagne (2/17)
COSTA RICA el champán (11/18), la champaña (11/18), el champagne (5/18)
PANAMÁ la champaña (13/15), el champán (5/15), el champagne (2/15), la champagne (1/15)
CUBA el champán (15/18), la champaña (5/18)
REP. DOMIN. la champaña (15/17), el champán (10/17), el champagne (4/17)
PUERTO RICO el champán (16/19), la champaña (7/19), el champagne (3/19)
VENEZUELA la champaña (18/20), el champán (11/20), el champagne (3/20)
COLOMBIA la champaña (20/20), el champán (6/20)
ECUADOR el champán (13/20), la champaña (8/20), el champagne (6/20)
PERÚ el champán (16/20), la champaña (7/20), el champagne (6/20)
BOLIVIA el champán (11/16), la champaña (8/16), el champagne (4/16)
PARAGUAY el champán (8/14), la champaña (6/14), el champagne (5/14)
URUGUAY el champagne (19/20), el champán (14/20), la champaña (4/20)
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ARGENTINA el champagne (19/20), el champán (14/20), la champaña (5/20)
CHILE la champaña (15/18), el champagne (6/18), el champán (6/18), el champaña
(4/18)
A1.1.4 Observaciones
El champagne: Si bien es cierto que la variante champagne se ha registrado en forma esporádica
en la mayoría de los países de habla hispana, es en Uruguay y Argentina donde se utiliza
con alta frecuencia: en estos dos países se prefiere la grafía francesa, la palabra suele
pronunciarse como si se escribiera shampain o shampañ, y se puede decir que en
Argentina y Uruguay champagne constituye el uso estándar dentro del habla culta. Sin
embargo, también hay rioplatenses cultos que prefieren escribirlo champán, pese a que lo
pronuncian como si se escribiera shampain o shampañ. Fuera de los dos países
rioplatenses, el uso de champagne es mucho menos frecuente y tiende a ser tildado de
afectado y/o afrancesado.
El champaña: Hoy en día el empleo de champaña como palabra de género masculino no es muy
frecuente en ninguna parte del ámbito hispánico. Sin embargo, entre los encuestados de
este estudio, el champaña surgió con una cierta frecuencia, aunque no muy alta, en
España y en Chile, y varios de los encuestados españoles que dijeron no usar el
champaña sino el champán indicaron que en su país, los que dicen el champaña tienden a
ser gente un poco cursi, snob o “pija”. Esta última palabra significa, citando la definición
del DRAE, “adj. despect[ivo]. coloq[uial]. Esp[aña]. Dicho de una persona,
especialmente joven: Que en su vestuario, modales, lenguaje, etc., manifiesta
afectadamente gustos de una clase social adinerada. U[sado] t[ambién] c[omo]
s[ustantivo]”.
Actitudes hacia champán y champaña: Champán y champaña compiten en forma más o menos
cerrada en la mayor parte de Hispanoamérica. Sin embargo, en muchos países americanos
hay una preferencia hacia champán entre hablantes cultos. Es decir, los que prefieren
champán tienden a pensar que su uso es el “culto” y generalmente tildan a champaña de
ser un uso más “popular”. Los que utilizan champaña, en cambio, no suelen tener un
concepto negativo de champán. Por otra parte, los que utilizan champagne —
principalmente argentinos y uruguayos— tienden a pensar que tanto champán como
champaña son formas populares y que champagne es la forma culta. Habría que
investigar cómo están distribuidas las variantes, en los diferentes países, con respecto a
estrato socioeconómico, edad, etc.
Términos genéricos/registrados: A pesar de los esfuerzos de los fabricantes franceses de la
región de Champaña, Francia, de conseguir que champán, champaña y champagne se
empleen solamente para referirse a aquellos vinos espumosos que se produzcan en esa
región de Francia, estas voces siguen utilizándose en el sentido de cualquier vino
espumoso. Sin embargo, en España, la palabra cava (masculino, el cava), también se usa
en sentido general para referirse a cualquier vino espumoso que se fabrica al estilo de los
de Champaña.
12
A1.1.5 El Diccionario Panhispánico de Dudas
Definición del DPD
champán. Adaptación gráfica de la voz francesa champagne, ‘vino espumoso originario de la
región francesa de Champagne’... Es también válida la adaptación champaña, que, al igual que
champán, se usa en masculino en la mayor parte del mundo hispánico: «Cuando veamos esos
millones, yo pongo el champaña» (Rovinski Herencia [C. Rica 1993]); no obstante, por influjo
de la -a final, en algunos países americanos como México, Colombia y Venezuela, se usa
normalmente en femenino: «Pensé en los maravillosos efectos de la champaña» (Salazar Selva
[Col. 1991]).
Reseña
El DPD alega que champaña “se usa en masculino en la mayor parte del mundo hispánico” y
que “en algunos países americanos como México, Colombia y Venezuela, se usa normalmente
en femenino” (énfasis mío). Estas declaraciones dan una idea muy equivocada de la situación
real ya que sugieren que el uso de la champaña es una cosa anómala, un fenómeno que se
restringe a pocos países, y que champaña se usa con mayor frecuencia en masculino. La realidad
es todo lo contrario: champaña se usa mayormente como voz de género femenino en todos los
países en donde esta variante se utilice con frecuencia, que son la gran mayoría. Es decir, a
excepción de los argentinos y uruguayos, los hispanohablantes por lo general dicen la champaña
y/o el champán y son relativamente contados los que dicen el champaña. En este estudio, el uso
de champaña en masculino sólo surgió con una incidencia algo notable en España y Chile, y aun
en el caso de estos dos países, su frecuencia de uso fue muy baja frente a la de las otras variantes
(ver § A1.1.3). Por lo tanto, cabe preguntarse de dónde habrán obtenido su información los
lingüistas del DPD acerca del género de champaña —¿basándose en qué?—, para afirmar con
tanto aplomo que esta voz se usa en masculino en la mayoría de los países. Es un verdadero
misterio. El DPD tampoco menciona el hecho de que los argentinos y uruguayos suelen usar el
champagne, la forma francesa.
Calificación: D
A1.2 PIYAMA / PIJAMA / PAYAMA
A1.2.1 Lo mayoritario y lo minoritario
Uso mayoritario: la piyama, pronunciado con /y/, pero escrito también pijama (uso dominante o
competidor en 15 países).
Usos minoritarios: el piyama, pronunciado con /y/, pero escrito también pijama (uso dominante
o competidor en 9 países), la payama (uso competidor en 2 países), el pijama,
pronunciado con jota (uso dominante en 1 país) y la pashama (uso competidor en 1
país).
13
A1.2.2 Resumen
La piyama —a menudo escrito pijama, pero siempre pronunciado piyama—, es el uso que
predomina, con relativamente poca competencia de parte de otros usos, en una amplia zona de
Hispanoamérica, la cual abarca desde México hasta Perú y Bolivia, incluidas las Antillas. Sin
embargo, en Panamá, Cuba, Puerto Rico y Venezuela el piyama y/o la payama le hacen la
competencia a la piyama. Al viajar por el continente suramericano más al sur del Ecuador, la
piyama empieza a ceder ante el piyama y este proceso se concreta en el Cono Sur, región en
donde piyama es voz de género exclusivamente masculino. Aparte del uso mayoritario (la
piyama) y el primer uso minoritario (el piyama), hay otros usos que se dan en áreas geográficas
mucho más circunscritas: el pijama, pronunciado tal como se escribe (con jota, en España), la
pashama (en Guatemala), y la payama (en Cuba y Puerto Rico).
A1.2.3 Tabla dialectal
Nota: En la tabla que está a continuación, la grafía piyama aparece siempre que la pronunciación
ofrecida por los encuestados haya sido [pi-YA-ma]; y la grafía pijama figura sólo cuando la
pronunciación haya sido con jota, [pi-JA-ma]: sólo en España. Sin embargo, muchísimos
hispanoamericanos escriben pijama aunque pronuncien [pi-YA-ma]. Dicho de otra manera,
aparte de indicar el género, la siguiente tabla da cuenta de la pronunciación de los encuestados a
nivel fonológico —/y/ frente a /j/—, pero sin especificar el alófono que se emplea, es decir, si los
encuestados hispanoamericanos pronuncian piyama con [y], con [dy], con [zh], o con [sh], etc.
La variante de España, el pijama, está escrita en letra negra y cursiva porque se distingue del uso
mayoritario, la piyama, en dos planos diferentes: en el género y en la pronunciación.
ESPAÑA el pijama (20/20)
MÉXICO la piyama (19/20), el piyama (2/20)
GUATEMALA la piyama (15/20), la pashama (12/20)
EL SALVADOR la piyama (17/17)
HONDURAS la piyama (16/17), la payama (2/17), el payama (1/17), el pashama (1/17)
NICARAGUA la piyama (15/15), el piyama (1/15)
COSTA RICA la piyama (18/18), el piyama (2/18)
PANAMÁ la piyama (16/17), el piyama (5/17)
CUBA el piyama (13/20), la piyama (10/20), la payama (9/20), el payama (3/20)
REP. DOMIN. la piyama (15/15)
PUERTO RICO la piyama (11/20), la payama (10/20), el piyama (5/20), el payama (2/20)
VENEZUELA la piyama (16/20), el piyama (10/20)
COLOMBIA la piyama (20/20)
ECUADOR la piyama (19/19), el piyama (1/19)
PERÚ el piyama (15/20), la piyama (11/20)
BOLIVIA el piyama (11/17), la piyama (7/17)
PARAGUAY el piyama (14/15), la piyama (3/15)
URUGUAY el piyama (20/20)
14
ARGENTINA el piyama (20/20), la piyama (1/20)
CHILE el piyama (16/16), la piyama (1/16)
A1.2.4 Observaciones
Pronunciación y grafía de piyama/pijama: En este estudio, un poco más de la mitad de los
hispanoamericanos indicaron que “se pronuncia piyama, pero se escribe pijama”. Es
decir que hay una discrepancia generalizada entre la grafía y la pronunciación de esta voz
en el caso de los que siguen esta práctica. Sin embargo, independientemente de cómo
escriban la palabra, piyama o pijama, la gran mayoría de los hispanoamericanos
pronuncian [pi-YA-ma], con el alófono de la /y/ que utilicen, es decir, con [y], con [dy],
con [zh], o con [sh], etc. Los españoles peninsulares, en cambio, siempre escriben esta
voz pijama y la pronuncian con la jota que utilicen, o sea, con una vibrante en el centro y
el norte de la Península, y con una simple aspiración en el sur.
Competencia entre el piyama y la piyama: En la mayoría de los países hispanoamericanos,
piyama —también escrito pijama— es voz de género claramente masculino o
patentemente femenino, y en pocos países compiten los dos géneros de la palabra. Sin
embargo, en Cuba, Venezuela, Perú y Bolivia hay seria competencia entre el piyama y la
piyama, y en todos estos cuatro países hay con frecuencia un prejuicio entre los hablantes
cultos a favor del masculino (el piyama) y en contra del femenino (la piyama). Esta
preferencia es más marcada en Cuba, Perú y Bolivia, pero aun en el caso de Venezuela,
país en donde el uso de piyama en masculino es bastante menos frecuente que en
femenino, hay venezolanos cultos que consideran que el piyama es superior a la piyama.
Por lo general, los cubanos, venezolanos, peruanos y bolivianos que utilizan el piyama
tienden a considerar un poco plebeyo el uso de la piyama, mientras que los de estos
cuatro países que utilizan la piyama tienen un concepto neutro acerca del uso de el
piyama.
Payama y pashama: En Guatemala, Cuba, Puerto Rico y Honduras hay personas que utilizan una
variante derivada de pajamas, la forma usada en el inglés estadounidense, en vez de
piyama o pijama, palabras que provienen del inglés británico, pyjamas. Varios
encuestados de Cuba y Puerto Rico indicaron que payama se usa más entre personas
mayores que entre los jóvenes y que estos generalmente dicen piyama. Por otra parte,
algunos guatemaltecos indicaron que pashama se usa más a nivel popular, pero otros
señalaron que pashama se usa más entre “la jai” (o “la high”), y que suena cursi.
También hubo guatemaltecos que indicaron que utilizan pashama en su habla, pero que si
deben escribirlo, utilizan pijama o piyama. Hace falta realizar más investigación en
Guatemala, Cuba, Puerto Rico y Honduras para determinar la distribución —geográfica,
social, etaria, etc.— de las palabras payama/pashama (frente a piyama) y las actitudes
que giran en torno a ellas. ¿Qué porcentaje de la población hondureña dice payama o
pashama? En un estudio anterior, del año 1996, seis de nueve encuestados hondureños
indicaron payama y seis de nueve también indicaron piyama (Moskowitz, 1996: 297),
mientras que en la presente encuesta la proporción de hondureños que ofrecieron payama
fue mucho más pequeña (menos del 25%, ver § A1.2.3), lo cual sugiere que el uso de
payama en el habla culta de Honduras es menguante o tal vez está en vías de extinción.
15
Pillama: En toda Hispanoamérica hay personas con un menor nivel de escolaridad que escriben
pillama porque desconocen las grafías que pertenecen a la norma culta (piyama y
pijama). Sin embargo, en el Ecuador también surge la grafía pillama por otro motivo: en
el habla de buena parte de la sierra ecuatoriana, incluido Quito, los hablantes suelen
distinguir entre dos fonemas, /y/ y /ll/, representados por las letras y y ll, respectivamente.
El fonema que corresponde a la ll se realiza como fricativa palatoalveolar, [zh], (Lipski:
266), similar a la pronunciación de la s en la palabra inglesa measure. Y en la sierra
ecuatoriana muchas personas pronuncian piyama/pijama con la fricativa palatoalveolar,
[zh]. Por lo tanto, hay cierta tendencia a escribirlo con la letra que corresponde a su
sonido, ll, en vez de con la letra que no le corresponde, y. Se trata de un caso interesante
en que el hacer una distinción fonológica entre la y y la ll puede dar lugar a un error de
ortografía, cuando normalmente sucede lo contrario. Por ejemplo, el hecho de que en un
dialecto determinado se hagan distinciones fonológicas entre pollo y poyo, o entre casa y
caza, suele constituir una ayuda para sus hablantes con respecto a la ortografía, no un
impedimento. Sin embargo, para evitar tanto el uso de la y en piyama (letra que no
corresponde al sonido que muchos quiteños hacen al pronunciar esta palabra), como el de
la letra ll (ya que la grafía pillama no pertenece a la norma ortográfica), numerosos
ecuatorianos, tanto serranos como costeños, optan por escribirlo pijama, grafía también
utilizada por hispanohablantes en todo el ámbito hispánico.
A1.2.5 El Diccionario Panhispánico de Dudas
Definición del DPD
pijama... La voz inglesa pyjamas se ha adaptado al español con dos grafías: pijama y piyama. La
más frecuente en el uso de todo el ámbito hispánico es pijama, que en España se pronuncia
[pijáma] y en América [piyáma]: «Se quita el pijama y se pone un camisón malva» (Melgares
Anselmo [Esp. 1985]); «Se levantó, se quitó el pijama y se bañó en la regadera» (María Fábrica
[Méx. 1980]). La grafía piyama, que refleja la pronunciación inglesa etimológica, solo se
documenta en el español de América: «Me dijo que no usaba piyama, que siempre dormía
desnudo» (Puig Beso [Arg. 1976]). Ambas grafías son válidas, pero cada una debe pronunciarse
según la correspondencia entre grafías y sonidos propia del español; así, a pijama le corresponde
la pronunciación [pijáma] y a piyama, la pronunciación [piyáma]... En España y en el Cono Sur
americano, esta palabra se usa siempre en masculino, mientras que en el resto de América se usa
mayoritaria o exclusivamente en femenino: «Voy a ponerles la piyama» (Mastretta Vida [Méx.
1990]).
Reseña
La descripción dialectal del DPD es muy acertada en cuanto a la pronunciación de
pijama/piyama —con jota en España, y con /y/ en Hispanoamérica—, y también con respecto al
género: masculino en España y en el Cono Sur, y generalmente femenino en el resto del ámbito
hispánico. Lo que el DPD deja de mencionar es la competencia que existe entre los dos géneros
de piyama/pijama en ciertos países, como Cuba, Perú y Bolivia. Se trata de una falla, pero no
16
una muy grave. Más serio es el hecho de que el DPD no señale para nada el uso de payama o
pashama, variantes bastante difundidas en Guatemala, Cuba y Puerto Rico. Este vacío en la
descripción del DPD llama la atención, sobre todo por el hecho de que esta obra hace tanto
hincapié en que cada variante “debe pronunciarse según la correspondencia entre grafías y
sonidos propia del español” (véase la entrada sobre pijama citada antes, en esta misma sección).
Si los editores del DPD realmente se preocuparan de que haya siempre correspondencia entre
grafía y pronunciación —y no sólo cuando lo crean conveniente—, deberían insistir en que
“quien diga [pa-YA-ma] debe escribir payama”, cosa que no hacen. Pero no, sólo insisten en ello
en el caso de piyama y pijama. También es curioso que esta entrada del DPD haga referencia al
“Cono Sur americano”, lo cual parece ser un pleonasmo. ¿Acaso existe, en el ámbito hispánico,
algún Cono Sur europeo, africano o asiático?
Calificación: B
A1.3 SAUNA
A1.3.1 Lo mayoritario y lo minoritario
Género mayoritario: masculino (género dominante o competidor en 19 países).
Género minoritario: femenino (género dominante o competidor en 5 países).
A1.3.2 Resumen
Sauna suele ser voz de género masculino en la mayor parte de Hispanoamérica, pero en Cuba
hay competencia entre los dos géneros de la palabra, con cierta preferencia hacia el femenino.
También parece haber cierta competencia entre el sauna y la sauna en Panamá, Perú y Paraguay,
pero con preferencia hacia el masculino. En España, en cambio, sauna es palabra de género
exclusivamente femenino.
A1.3.3 Tabla dialectal
ESPAÑA femenino (20/20)
MÉXICO masculino (20/20)
GUATEMALA masculino (15/16), femenino (1/16)
EL SALVADOR masculino (14/16), femenino (3/16)
HONDURAS masculino (13/15), femenino (3/15)
NICARAGUA masculino (13/15), femenino (2/15)
COSTA RICA masculino (16/16)
PANAMÁ masculino (12/18), femenino (8/18)
CUBA femenino (12/18), masculino (7/18)
REP. DOMIN. masculino (15/15)
PUERTO RICO masculino (16/18), femenino (2/18)
VENEZUELA masculino (19/20), femenino (2/20)
17
COLOMBIA masculino (19/20), femenino (2/20)
ECUADOR masculino (17/18), femenino (1/18)
PERÚ masculino (15/20), femenino (9/20)
BOLIVIA masculino (12/15), femenino (3/15)
PARAGUAY masculino (11/15), femenino (5/15)
URUGUAY masculino (20/20), femenino (2/20)
ARGENTINA masculino (20/20), femenino (1/20)
CHILE masculino (16/17), femenino (1/17)
A1.3.4 Observaciones
General: Hasta hace poco, los baños sauna no eran muy comunes en la mayoría de los países de
habla hispana, en parte debido a que son tropicales. Por lo tanto, la cuestión de si sauna
es de género masculino o femenino no ha tenido gran relevancia para el comportamiento
lingüístico de la mayoría de los hispanohablantes. No obstante, los hablantes cultos sí
suelen tener una opinión acerca de si sauna es de género masculino o femenino.
A1.3.5 El Diccionario Panhispánico de Dudas
Definición del DPD
sauna... En España se usa siempre en femenino: «Los masajes y la sauna pueden ayudarle a
descargar los músculos» (Mansilla Ciclismo [Esp. 1995]). En el español de América alternan
ambos géneros, aunque con predominio del masculino en la mayoría de los países: «La señora
está en el sauna» (Serrano Vida [Chile 1995]); «Luego de sudar en la sauna, [...] ha entrado al
cuarto de masajes» (Bayly Mujer [Perú 2002]).
Reseña
En términos generales, el DPD acierta al decir que sauna es femenino en España y generalmente
masculino en América. Sin embargo, el DPD afirma que “[e]n el español de América alternan
ambos géneros, aunque con predominio del masculino en la mayoría de los países”. En realidad,
a excepción de Cuba, Panamá, Perú y Paraguay, no parece haber tal alternancia porque, en los
demás países americanos, sauna da muestras de ser de género netamente masculino.
Calificación: A-
A1.4 CHANCE
A1.4.1 Lo mayoritario y lo minoritario
Género mayoritario: masculino (género dominante o competidor en 15 países).
Género minoritario: femenino (género dominante o competidor en 5 países).
18
Otro uso minoritario: No se utiliza la palabra chance (uso dominante en 1 país).
A1.4.2 Resumen
Chance es voz de género masculino en la mayor parte de Hispanoamérica, pero femenino en el
Cono Sur; en Perú hay competencia entre el chance y la chance. En España rara vez se utiliza la
palabra chance.
A1.4.3 Tabla dialectal
ESPAÑA no se usa chance (20/20)
MÉXICO masculino (17/20), femenino (3/20)
GUATEMALA masculino (15/16), femenino (2/16)
EL SALVADOR masculino (17/17)
HONDURAS masculino (15/15)
NICARAGUA masculino (15/15)
COSTA RICA masculino (18/18)
PANAMÁ masculino (15/15)
CUBA masculino (16/16)
REP. DOMIN. masculino (15/15)
PUERTO RICO masculino (16/16)
VENEZUELA masculino (20/20)
COLOMBIA masculino (20/20)
ECUADOR masculino (19/20), femenino (1/20)
PERÚ masculino (10/20), femenino (6/20), no se usa chance (4/20)
BOLIVIA masculino (12/15), femenino (2/15), no se usa chance (1/15)
PARAGUAY femenino (10/14), masculino (3/14), no se usa chance (1/14)
URUGUAY femenino (19/20), no se usa chance (1/20)
ARGENTINA femenino (20/20)
CHILE femenino (14/17), no se usa chance (3/17)
A1.4.4 Observaciones
General: Si bien es cierto que la forma más eficaz de definir la palabra chance es por medio de
posibilidad, oportunidad y ocasión, en realidad aquel vocablo no es equivalente a estos
porque chance se usa en el lenguaje coloquial o informal de Hispanoamérica, mientras
que posibilidad, oportunidad y ocasión pertenecen a un registro neutro.
El género encubierto de chance: Con frecuencia el género de la palabra chance está encubierto
porque aparece sin artículo y sin estar modificado por un calificativo, como en los
siguientes ejemplos: no tiene chance para ese puesto; no me dio chance; ¿hay chance?
Sin embargo, chance también se utiliza en numerosas frases como la siguiente en que su
género sí se ve claramente: Déme un chancecito, es que no he terminado.
México: En este estudio, la gran mayoría de los encuestados mexicanos —17 sobre 20—
indicaron que utilizan chance en masculino. Sin embargo, siete de los 20 encuestados
19
mexicanos recalcaron que existen otros mexicanos (no ellos) que utilizan la palabra
chanza (en femenino, la chanza, o sin artículo) con el significado de chance, por ejemplo,
en la frase no me dio chanza. Hace falta realizar más investigación para determinar si el
uso de chanza (‘chance’) pertenece al habla popular de México, si es más frecuente en
ciertos estados de México y, en general, cuáles son las características de aquellos
mexicanos que utilicen chanza con este significado.
Otros significados regionales de chance: Aparte de ‘oportunidad’ y ‘posibilidad’, la palabra
chance tiene otros significados en algunos países hispanoamericanos:
(1) En el habla popular y coloquial de Guatemala y Honduras, chance se utiliza
comúnmente en el sentido de ‘trabajo’: Me salió un chance.
(2) En la costa caribeña de Colombia pedir un chance es pedir a alguien que pasa en
un vehículo que le lleve gratis en su automóvil. Es decir, chance, en este caso, es
el equivalente aproximado de lo que en ciertos otros países de habla hispana se
llama aventón, bote, botella, cola, jalada, jalón, pon o raite.
(3) En algunos países hispanoamericanos (Colombia, Costa Rica, ¿y varios otros?), el
chance o los chances se refieren a una clase de lotería: jugar chances.
A1.4.5 El Diccionario Panhispánico de Dudas
Definición del DPD
chance... Su uso, esporádico en España, está muy extendido en América, donde se emplea en
ambos géneros: «No le dan la chance de hacerse a un lado» (O’Donnell Escarabajos [Arg.
1975]); «Siempre había querido estudiar en la Nacional, [...] pero la vida nunca le dio el
chance» (Gamboa Páginas [Col. 1998])... Aunque admisible, dada su amplia extensión en
América, se recomienda usar con preferencia las voces españolas oportunidad, ocasión o
posibilidad, perfectamente equivalentes.
Reseña
Si bien es cierto que chance se emplea en ambos géneros, tal como afirma el DPD, esta obra no
da ninguna información acerca de la distribución geográfica de los dos géneros de la palabra. Por
lo tanto, desde el punto de vista dialectal —si el lector desea saber quiénes dicen el chance y
quiénes la chance—, su descripción es poco útil. La entrada del DPD debería precisarnos que
chance se usa mayormente en masculino en toda Hispanoamérica salvo en el Cono Sur, región
en donde se usa en femenino. Además, la aseveración de este diccionario de que “las voces
españolas oportunidad, ocasión o posibilidad” son “perfectamente equivalentes” a chance es
errónea y hace caso omiso a un hecho muy básico: chance pertenece al registro informal
mientras que oportunidad, ocasión y posibilidad pertenecen a un registro neutro. Por lo tanto, no
son voces equivalentes. Aunque los editores del DPD pueden descartar o denigrar el uso de la
palabra chance en el español hispanoamericano por su condición de extranjerismo, o sea, por ser
inmigrante, también es cierto que esta variedad de la lengua cuenta con una diglosia, es decir,
con un recurso —chance, uso coloquial, frente a oportunidad o posibilidad, uso neutro—, que
está ausente en el español peninsular. Y es precisamente esta diglosia, la que hace que, en este
20
caso, la variedad americana sea más rica y amplia que la peninsular. ¡Que vivan los matices de la
lengua, aunque haya académicos que no saben apreciarlos!
Calificación: D
A1.5 CHINCHE
A1.5.1 Lo mayoritario y lo minoritario
Género mayoritario: masculino (género dominante o competidor en 13 ó 14 países).
Género minoritario: femenino (género dominante o competidor en 9 países).
A1.5.2 Resumen
Chinche suele ser voz de género masculino en el lenguaje culto de gran parte de Hispanoamérica,
pero femenino en México, Guatemala, El Salvador, Honduras, Cuba, Uruguay y Argentina.
Chinche también suele usarse en femenino en el lenguaje culto de España.
A1.5.3 Tabla dialectal
ESPAÑA femenino (16/20), masculino (8/20)
MÉXICO femenino (20/20), masculino (2/20)
GUATEMALA femenino (13/16), masculino (4/16)
EL SALVADOR femenino (15/17), masculino (4/17)
HONDURAS femenino (14/16), masculino (3/16)
NICARAGUA masculino (14/15), femenino (2/15)
COSTA RICA masculino (14/20), femenino (9/20)
PANAMÁ masculino (15/15)
CUBA femenino (15/20), masculino (10/20)
REP. DOMIN. masculino (10/16), femenino (6/16)
PUERTO RICO masculino (14/20), femenino (7/20)
VENEZUELA masculino (19/20), femenino (1/20)
COLOMBIA masculino (20/20), femenino (1/20)
ECUADOR masculino (19/20), femenino (1/20)
PERÚ masculino (20/20), femenino (1/20)
BOLIVIA masculino (15/16), femenino (4/16)
PARAGUAY masculino (12/13), femenino (2/13)
URUGUAY femenino (20/20), masculino (1/20)
ARGENTINA femenino (20/20)
CHILE masculino (17/18), femenino (2/18)
21
A1.5.4 Observaciones
El prestigio relativo de el chinche y la chinche: Aunque a nivel global el chinche se utiliza más
que la chinche, parece ser el caso que la chinche goza de mayor prestigio que el chinche.
Dicho de otra manera, los que dicen la chinche tienden a considerar incorrecto y señal de
una falta de escolaridad el uso de el chinche, mientras que los que dicen el chinche
tienden a tener un concepto neutro acerca del uso de la chinche. Algunos encuestados
indicaron que en su medio aprendieron a decir el chinche en el lugar donde crecieron,
pero que después, en fuentes escritas, leyeron acerca de la chinche de la cama, de modo
que le asignan el género femenino si tienen que escribirlo y a menudo lo utilizan en
masculino al hablar.
Uso diferenciado en el género de chinche: Una minoría de los encuestados hispanoamericanos
que participaron en este estudio indicaron que utilizan el chinche para el insecto y la
chinche para el utensilio para sujetar papeles (equivalente al inglés thumbtack), o al
revés: la chinche para el parásito y el chinche para el útil de oficina que en España se
llama chincheta y en Hispanoamérica suele llamarse chinche o tachuela, aunque en
Paraguay también se llama pinche, sustantivo masculino (Moskowitz, 2006: 58). Sin
embargo, la mayoría de los encuestados indicaron que utilizan sólo el chinche o la
chinche para ambas cosas, sin hacer una diferenciación semántica entre los dos géneros
de la palabra.
Chincha: En varios países hispanoamericanos —Cuba, la República Dominicana, Puerto Rico,
Honduras, Costa Rica y tal vez otros—, la variante chincha (femenino, la chincha),
también se da con bastante frecuencia para referirse a ciertos insectos. Habría que
investigar en qué medida chincha pertenece al uso popular o rural en estos países, y hasta
qué punto chincha también se da en el lenguaje culto o urbano. Además, hay indicios de
que en Costa Rica chincha se refiere a otro insecto —no al que suele andar en las
camas—, sino a un tipo de escarabajo que expide un olor hediondo. Hace falta averiguar
en qué países se distingue entre dos insectos, el chinche y la chincha, y a qué especies se
refiere cada término.
A1.5.5 El Diccionario Panhispánico de Dudas
Definición del DPD
chinche ‘Insecto de picadura nocturna muy irritante’ y ‘chincheta, clavo pequeño de cabeza
plana y circular’. Aunque el étimo latino es masculino, cambió de género ya en latín vulgar y en
español ha sido siempre femenino en el uso culto mayoritario de todo el ámbito hispánico: «Las
chinches los obligaron a dejar las camas y dormir sobre la mesa de billar» (Fuentes Espejo
[Méx. 1992]); «Deja el póster colgado de una chinche» (Rovner Premio [Arg. 1981]); pero no es
infrecuente su uso en masculino, incluso entre hablantes cultos: «Atormentado por [...] los
zancudos y los chinches» (Allende Eva [Chile 1987]); «Eso me permitió descubrir un papelito
clavado en mi puerta con un chinche» (Bryce Vida [Perú 1981]).
22
Reseña
Los editores del DPD nos afirman que “en español [chinche] ha sido siempre femenino en el uso
culto mayoritario de todo el ámbito hispánico” (énfasis mío), lo cual es un absurdo. ¡No les crean
ni por un instante, porque en realidad es al revés! Chinche es voz de género masculino en el
habla culta de la mayoría de los países de habla hispana, pues en apenas ocho de los 20 —en
España, México, Guatemala, El Salvador, Honduras, Cuba, Uruguay y Argentina—, chinche se
usa mayormente en femenino. ¡Pero dichos países son las excepciones, no la regla! El que el
DPD no nos haya precisado en dónde se dice el chinche y en dónde la chinche también sugiere
que sus investigadores simplemente no se han tomado la molestia de averiguarlo. Cabe preguntar
por qué se empeñan en hacer declaraciones infundadas, sobre temas que no han estudiado. ¡Qué
necedad!
Calificación: D
A1.6 HAMBRE
A1.6.1 Lo mayoritario y lo minoritario
Género mayoritario: femenino (género dominante o competidor en 18 países).
Género minoritario: masculino (género dominante o competidor en 5 países).
A1.6.2 Resumen
En la mayoría de las frases el género de hambre permanece encubierto: no se deja ver. Sin
embargo, en aquellos casos en que su género se revele —por ejemplo, en frases como hambre
canina/o, hambre espantosa/o o hambre tremenda/o, etc.—, resulta ser femenino en el habla
culta de la mayor parte del ámbito hispánico. Sólo en Perú y en el Cono Sur aparece hambre en
género masculino —por ejemplo, en la frase ¡tengo un hambre bárbaro!— con una alta
frecuencia entre hablantes cultos.
A1.6.3 Tabla dialectal
ESPAÑA femenino (17/20), masculino (4/20)
MÉXICO femenino (20/20)
GUATEMALA femenino (11/14), masculino (4/14)
EL SALVADOR femenino (15/17), masculino (2/17)
HONDURAS femenino (14/16), masculino (3/16)
NICARAGUA femenino (14/15), masculino (2/15)
COSTA RICA femenino (14/15), masculino (1/15)
PANAMÁ femenino (11/16), masculino (5/16)
CUBA femenino (14/15), masculino (1/15)
REP. DOMIN. femenino (14/14)
23
PUERTO RICO femenino (15/15)
VENEZUELA femenino (19/20), masculino (1/20)
COLOMBIA femenino (18/20), masculino (6/20)
ECUADOR femenino (17/19), masculino (2/19)
PERÚ masculino (18/20), femenino (3/20)
BOLIVIA femenino (14/16), masculino (3/16)
PARAGUAY masculino (14/15), femenino (2/15)
URUGUAY femenino (13/20), masculino (11/20)
ARGENTINA masculino (16/20), femenino (7/20)
CHILE femenino (12/18), masculino (8/18)
A1.6.4 Observaciones
Lo encubierto del género de hambre: Por ser hambre un sustantivo que termina en e y comienza
con /a/ tónica, su género no siempre se deja ver fácilmente: a veces a uno le toca estar
espiándolo por largo rato hasta que lo enseñe. Por ejemplo, al escuchar las frases el
hambre, un hambre, algún hambre o ningún hambre, no se sabe si el hablante que las
utiliza considera que hambre es voz de género masculino o femenino, y aun en el caso de
mucha hambre, es posible que la persona diga mucha en vez de mucho por evitar una
cacofonía y no porque en los demás casos necesariamente considere que esta voz sea de
género exclusivamente femenino. En este estudio, la táctica que se usaba para tratar de
determinar el género que el encuestado le asignaba a hambre fue la de preguntarle qué
diría si hacía mucho tiempo que no comía, pero —y es necesario aclararlo— se le
apuntaba las siguientes respuestas: “Tengo...”
a) un hambre espantoso
b) un hambre espantosa
c) una hambre espantosa
Cuando el encuestado contestaba que hambre espantoso/a no era una locución propia de
su país o que no era una que utilizara, se le pedía al informante que cambiara el adjetivo
espantoso/a a otro —bárbaro/a, canino/a, negro/a, angustioso/a, tremendo/a, etc.—, o al
adjetivo que quisiera, ¡con tal de que este fuera un adjetivo que revelara el género de
hambre! Los rioplatenses, por ejemplo, solían preferir las frases hambre bárbaro o
hambre bárbara, y al parecer, estas se utilizan más en esa región que en otros lugares.
Pero con frecuencia el encuestado contestaba hambre horrible, hambre terrible, hambre
bestial, hambre atroz u otras frases tales como tengo un hambre (con mucho énfasis en el
un), o tengo un hambre de ___ (de perro, por ejemplo), frases que no indican nada en
absoluto acerca del género de hambre. Por lo tanto, la estrategia investigativa no siempre
daba resultados y a veces implicaba presionar al encuestado a que utilizara una frase que
no le salía espontáneamente. Por otra parte, algunos encuestados daban respuestas tales
como “En mi país, las personas con mejor nivel educativo no dicen que tienen hambre,
sino que tienen apetito”, con lo cual tampoco aclaraban el tema del género de hambre ni
aportaban ningún dato al estudio.
24
A1.6.5 El Diccionario Panhispánico de Dudas
Definición del DPD
hambre... Es voz femenina: «Me entró de repente mucha hambre» (MtnGaite Nubosidad [Esp.
1992]). Al comenzar por /a/ tónica, exige el uso de la forma el del artículo si entre ambos
elementos no se interpone otra palabra..., pero los adjetivos deben ir en forma femenina: «Luego
vino el hambre, padre, el hambre física» (Mendoza Satanás [Col. 2002]). En cuanto al
indefinido, aunque no se considera incorrecto el uso de la forma plena una, hoy es mayoritario y
preferible el uso de la forma apocopada un...: «En España se padecía un hambre angustiosa»
(Tusell Geografía [Esp. 1995]). Lo mismo ocurre con los indefinidos alguno y ninguno: algún
hambre, ningún hambre. El resto de los adjetivos determinativos debe ir en femenino: esa
hambre, la misma hambre, etc.
Reseña
No nos ha de sorprender que los editores del DPD sean incapaces de aceptar que hambre pueda
ser voz de género masculino, pero se nota que aquí están vistiendo su disfraz de la prescripción y
no el de la descripción. Si tomaran, en este caso, una actitud descriptivista, tendrían que admitir
que (mal que les pese), hambre sí se usa en masculino en el lenguaje culto de varios países
suramericanos, al menos en el habla espontánea. Por ejemplo, si un rioplatense, aunque culto,
realmente tiene mucha hambre, es muy posible que diga “¡tengo un hambre bárbaro!”. Negar
que hambre sea con frecuencia voz de género masculino, hasta en el habla culta, es tratar de
tapar el sol con un dedo, y aquí los editores del DPD nos han pintado el mundo con que sueñan,
no el que tenemos.
Calificación: C-
A1.7 LENTE
A1.7.1 Lo mayoritario y lo minoritario
Género mayoritario: masculino (género dominante en 19 países).
Género minoritario: femenino (género dominante en 1 país).
A1.7.2 Resumen
En el español hispanoamericano común y corriente, el lente es lo que predomina, pero la lente
surge a veces en el lenguaje técnico. Es decir, con respecto a esta palabra, hay a veces diglosia en
Hispanoamérica, un uso diferenciado entre los dos géneros de la palabra. En España, en cambio,
no hay tal diglosia y lente suele ser de género femenino en todos los niveles de lenguaje.
25
A1.7.3 Tabla dialectal
ESPAÑA femenino (20/20)
MÉXICO masculino (20/20), femenino (12/20)
GUATEMALA masculino (14/14), femenino (2/14)
EL SALVADOR masculino (17/17)
HONDURAS masculino (16/18), femenino (3/18)
NICARAGUA masculino (15/15), femenino (1/15)
COSTA RICA masculino (15/17), femenino (4/17)
PANAMÁ masculino (16/16), femenino (2/16)
CUBA masculino (15/15), femenino (2/15)
REP. DOMIN. masculino (15/16), femenino (2/16)
PUERTO RICO masculino (15/16), femenino (1/16)
VENEZUELA masculino (20/20), femenino (8/20)
COLOMBIA masculino (20/20), femenino (6/20)
ECUADOR masculino (19/19), femenino (2/19)
PERÚ masculino (20/20)
BOLIVIA masculino (14/15), femenino (2/15)
PARAGUAY masculino (14/15), femenino (7/15)
URUGUAY masculino (19/20), femenino (10/20)
ARGENTINA masculino (15/20), femenino (13/20)
CHILE masculino (15/17), femenino (3/17)
A1.7.4 Observaciones
Hispanoamérica: En Hispanoamérica los especialistas que trabajan con lentes —los fotógrafos,
camarógrafos, oculistas, astrónomos, técnicos de laboratorio, etc.— con frecuencia
utilizan la lente al referirse a los lentes que utilizan en sus respectivas profesiones. En
cambio, cuando se refieren a los lentes comunes y corrientes (a los de contacto, a los
anteojos o a los lentes individuales de estos), tanto los no especialistas como los
especialistas hispanoamericanos suelen utilizar el masculino, el lente. Es decir, en
Hispanoamérica existe diglosia con respecto al género de lente, siendo el lente el uso
común y habitual, y la lente el uso especializado.
España: En España se utiliza la lente tanto en el lenguaje especializado como en el cotidiano, de
modo que no existe la diglosia que hay en Hispanoamérica (el lente versus la lente, ver
párrafo anterior). En la madre patria2, en cambio, hay diglosia con el término lentes de
contacto (uso no marcado o neutro) frente a lentillas (uso coloquial). Allí lentilla no se
refiere a un(a) lente de tamaño pequeño, sino que ha adquirido el significado específico
de ‘lente de contacto’ —se trata de un “diminutivo lexicalizado”— y es también un
indicio más de que en España lente suele ser palabra de género femenino.
26
A1.7.5 El Diccionario Panhispánico de Dudas
Definición del DPD
lente. Es válido su uso en ambos géneros en cualquiera de sus acepciones, aunque las
preferencias son distintas según las zonas; así, cuando significa ‘pieza transparente que se
emplea en instrumentos ópticos’, en España se usa en femenino, mientras que en América
alternan ambos géneros, con cierta preferencia por el masculino: «La distancia entre el foco y el
centro óptico de la lente se llama distancia focal» (Portillo Energía [Esp. 1985]); «Se acerca al
intruso camarógrafo e intenta tapar el lente de la cámara» (Alberto Eternidad [Cuba 1992]). Lo
mismo cabe decir de la expresión lente de contacto, femenina en España y frecuentemente
masculina en América. Cuando significa ‘juego de dos lentes con armadura para corregir
defectos de visión’, se usa en plural y normalmente en masculino en todo el ámbito hispánico:
«Se quitó la barba postiza y los lentes ahumados» (Mendoza Ciudad [Esp. 1986]). Con este
último sentido hay algún ejemplo esporádico de femenino en España: «Buscó las lentes en el
bolso, se lamentó de lo poco que veía ya» (Delgado Mirada [Esp. 1995]).
Reseña
El DPD afirma que “...en España [lente] se usa en femenino, mientras que en América alternan
ambos géneros, con cierta preferencia por el masculino” (énfasis mío). Debería quitársele el
“cierta” de la frase anterior, pues en realidad la preferencia en Hispanoamérica por usar lente en
masculino es abrumadora: fuera de los contextos técnicos —del tipo de la lente del
microscopio— la palabra lente casi siempre se usa en masculino en el español de América. El
DPD también sostiene que “Lo mismo cabe decir de la expresión lente de contacto, femenina en
España y frecuentemente masculina en América”. De nuevo, convendría quitarle el
“frecuentemente” porque lente de contacto en realidad es casi siempre masculino en el uso
común y corriente hispanoamericano. Finalmente, el DPD nos dice que “Cuando significa ‘juego
de dos lentes con armadura...’, se usa en plural y normalmente en masculino en todo el ámbito
hispánico... [aunque] hay algún ejemplo esporádico de femenino en España”. A pesar de que el
DPD emplee la palabra “esporádico”, la correspondiente cita «Buscó las lentes en el bolso...»,
nos pinta una imagen poco fidedigna de la realidad peninsular, ya que en España lentes no es la
forma más habitual de llamar al objeto en cuestión, sino gafas. En España, el término gafas suele
referirse al aparato que se usa para compensar defectos de visión, mientras que en la mayoría de
los países hispanoamericanos gafas o lentes/anteojos de sol se refieren al aparato con lentes
oscurecidos para proteger a los ojos de los rayos del sol. (Colombia es una excepción; allí gafas
corrigen defectos de visión, al igual que en España). Es decir, a diferencia de lo que sugiere esta
entrada del DPD, un español rara vez diría ni los lentes ni las lentes a lo que la mayoría de los
hispanoamericanos llaman anteojos, lentes o espejuelos, sino que el español les dice las gafas.
Calificación: B
27
A1.8 SALIENTE (‘la parte que sobresale de algo’)
A1.8.1 Lo mayoritario y lo minoritario
Género casi o relativamente mayoritario: femenino (uso dominante o competidor en al menos 8
países).
Género minoritario: masculino (uso dominante o competidor en 3 países).
Otro uso casi o relativamente mayoritario: el sustantivo saliente rara vez se emplea con el
significado de ‘la parte que sobresale de algo’ (uso dominante o competidor en
posiblemente 9 países).
A1.8.2 Resumen
Cuando saliente se usa con el significado de ‘la parte que sobresale de algo’, es de género
femenino en México y la mayor parte de América del Sur, pero masculino en España, Cuba y
quizás en Venezuela también. Sin embargo, el uso de saliente con este significado parece ser
poco conocido —aun por hablantes cultos— en América Central, Puerto Rico, Bolivia y tal vez
otros países hispanoamericanos.
A1.8.3 Tabla dialectal
ESPAÑA masculino (20/20)
MÉXICO femenino (15/20), saliente rara vez se usa en este sentido (5/20), masculino (3/20)
GUATEMALA saliente rara vez se usa en este sentido (5/13), masculino (4/13), femenino
(3/13) EL SALVADOR saliente rara vez se usa en este sentido (7/11), femenino (3/11), masculino
(3/11)
HONDURAS saliente rara vez se usa en este sentido (9/16), masculino (4/16), femenino (3/16)
NICARAGUA saliente rara vez se usa en este sentido (9/14), masculino (4/14), femenino
(2/14) COSTA RICA saliente rara vez se usa en este sentido (9/16), femenino (4/16), masculino (3/16)
PANAMÁ saliente rara vez se usa en este sentido (12/15), masculino (2/15), femenino (1/15)
CUBA masculino (10/18), saliente rara vez se usa en este sentido (5/18), femenino
(4/18) REP. DOMIN. saliente rara vez se usa en este sentido (8/14), femenino (4/14), masculino
(2/14) PUERTO RICO saliente rara vez se usa en este sentido (14/17), femenino (2/17), masculino (1/17)
VENEZUELA masculino (9/20), saliente rara vez se usa en este sentido (8/20), femenino
(5/20) COLOMBIA femenino (16/20), masculino (3/20), saliente rara vez se usa en este sentido (2/20)
ECUADOR femenino (11/18), saliente rara vez se usa en este sentido (6/18), masculino
(1/18) PERÚ femenino (12/19), saliente rara vez se usa en este sentido (6/19), masculino
(1/19) BOLIVIA saliente rara vez se usa en este sentido (9/14), femenino (3/14), masculino (2/14)
28
PARAGUAY femenino (11/13), masculino (2/13)
URUGUAY femenino (10/20), saliente rara vez se usa en este sentido (9/20), masculino
(1/20) ARGENTINA femenino (16/20), saliente rara vez se usa en este sentido (3/20), masculino (1/20)
CHILE femenino (12/20), saliente rara vez se usa en este sentido (6/20), masculino
(3/20)
A1.8.4 Observaciones
General: Los datos de este estudio sugieren que en muchos países hispanoamericanos el uso de
saliente (‘la parte que sobresale de algo’) es poco frecuente, hasta en el habla culta. Por lo
tanto, basándose en dichos datos, es difícil sacar conclusiones firmes acerca del género de
saliente cuando se utiliza con este significado en el caso de vastas áreas del mundo de
habla hispana (América Central, la República Dominicana, Puerto Rico y Bolivia). Con
respecto a otras áreas del ámbito hispánico, en cambio, los datos de este estudio sí
permiten aducir el género predominante de saliente (‘la parte que sobresale de algo’):
este es femenino en México y la mayor parte de América del Sur (Venezuela y Bolivia
quizás sean excepciones), y masculino en España y Cuba; hace falta investigar si en
Venezuela se prefiere el masculino, o si en este país compiten los dos géneros. Según
informaron numerosos encuestados de diversos países, más frecuente es el uso del
sustantivo saliente con el significado de ‘persona que sale de su cargo’ —un político o un
funcionario, por ejemplo— y, en ese caso, el sustantivo saliente es común en cuanto al
género, o sea, que depende del sexo de la persona a la que se refiera: el saliente si es
hombre, la saliente si es mujer.
A1.8.5 El Diccionario Panhispánico de Dudas
Definición del DPD
saliente. Como sustantivo (‘parte que sobresale de una cosa’), en España se usa siempre en
masculino, mientras que en gran parte de América alternan ambos géneros: «Aferrándose con
manos, pies y boca a los salientes de la pared» (Rubín Rezagados [Méx. 1991]); «El vestido se
le había enganchado en la saliente de una roca» (Quintero Danza [Ven. 1991]).
Reseña
Con respecto al sustantivo saliente (‘parte que sobresale de una cosa’), el DPD nos señala que
“en España... se usa siempre en masculino”, lo cual es cierto, y que “en gran parte de América
alternan ambos géneros”(énfasis mío), lo cual parece ser poco acertado. Dejando a un lado a
Venezuela y Cuba, países en donde saliente sí surgió como masculino con una frecuencia alta, en
todos los demás países hispanoamericanos en donde los encuestados hayan reconocido el
significado en cuestión —México, Colombia, Ecuador, Perú, Paraguay, Uruguay, Argentina y
Chile—, la saliente se ofreció con una gran frecuencia y con una competencia mínima de parte
de el saliente. Con la posible excepción de Venezuela, no se sabe a qué partes de
29
Hispanoamérica estarán refiriéndose los lingüistas del DPD en donde supuestamente “alternan
ambos géneros” de saliente (‘parte que sobresale de una cosa’). Es un misterio.
Calificación: B-
A1.9 TILDE
A1.9.1 Lo mayoritario y lo minoritario
Género mayoritario: femenino (género dominante o competidor en 19 países).
Género minoritario: masculino (género dominante en 1 país y competidor en 1 ó 2 más).
A1.9.2 Resumen
Se dice mayormente la tilde en el habla culta de casi todo el ámbito hispánico, pero en Uruguay
se dice más el tilde, y en Chile y Argentina hay bastante competencia entre los dos géneros de la
palabra.
A1.9.3 Tabla dialectal
ESPAÑA femenino (19/20), masculino (1/20)
MÉXICO femenino (19/20), masculino (2/20)
GUATEMALA femenino (17/17)
EL SALVADOR femenino (13/13), masculino (1/13)
HONDURAS femenino (12/17), masculino (6/17)
NICARAGUA femenino (10/15), masculino (5/15)
COSTA RICA femenino (15/15)
PANAMÁ femenino (12/13), masculino (1/13)
CUBA femenino (13/14), masculino (1/14)
REP. DOMIN. femenino (13/15), masculino (2/15)
PUERTO RICO femenino (16/17), masculino (1/17)
VENEZUELA femenino (15/18), masculino (5/18)
COLOMBIA femenino (17/17)
ECUADOR femenino (14/15), masculino (1/15)
PERÚ femenino (16/17), masculino (1/17)
BOLIVIA femenino (10/13), masculino (4/13)
PARAGUAY femenino (11/14), masculino (3/14)
URUGUAY masculino (18/20), femenino (2/20)
ARGENTINA femenino (16/20), masculino (11/20)
CHILE masculino (12/18), femenino (9/18)
30
A1.9.4 Observaciones
¿Un cambio diacrónico en el género de tilde? Algunos encuestados de diferentes países indicaron
que el uso de tilde en masculino era más común hace una generación y que el tilde
todavía es usado por personas mayores de su país. La entrada correspondiente del DPD
(ver § A1.9.5), también insinúa que en el pasado el uso de el tilde era más frecuente que
hoy en día, a principios del siglo XXI. Si se trata de un cambio diacrónico (el tilde → la
tilde), la alta frecuencia de el tilde en Uruguay, Chile y Argentina podría representar un
remanente de este movimiento hacia su uso en femenino, un “foco de resistencia” o zona
recalcitrante, por así decirlo. Será interesante ver si en el futuro tilde continuará dándose
en masculino en estos tres países con alta frecuencia, o si el uso de el tilde comenzará a
ceder allí ante el de la tilde, de tal forma que los usos uruguayo, chileno y argentino se
ajusten a la norma general, a la del español neutro (la tilde).
Tilde versus acento: Varios encuestados que participaron en este estudio —un número
considerable de los mexicanos pero también algunos de otros países— indicaron que no
utilizan tilde para nada y que sólo emplean la palabra acento para referirse al acento
gráfico. Sería interesante investigar las frecuencias relativas de acento y tilde (‘acento
gráfico’), en los diferentes países de habla hispana.
A1.9.5 El Diccionario Panhispánico de Dudas
Definición del DPD
tilde1... Se llama tilde tanto al acento gráfico como al rasgo o trazo pequeño que forma parte de
algunas letras, como la ç, la ñ, la t, etc. En ambos casos admite los dos géneros, aunque hoy se
usa casi exclusivamente en femenino: «Funciona entre el alumnado una regla maldita de los
acentos: en la duda, poner la tilde» (Miguel Perversión [Esp. 1994]). También significa ‘tacha o
nota denigrativa’, sentido en el que también admite su uso en ambos géneros: «Ese tilde de
hereje le faltaba a ese Napoleón Malaparte» (FnCaballero Clemencia [Esp. 1852]); «En otras
castas es lícito perdonar ciertos leves errores y algunas tildes» (Ortega Artículos [Esp. 1907]
69). Cuando significa ‘lo más mínimo’, hoy se usa siempre en femenino: «El progreso de
España había sido durante su reinado, sin exagerar una tilde, sensacional» (Laín Descargo
[Esp. 1976]).
Reseña
El DPD afirma que tilde (‘acento gráfico’ o ‘trazo pequeño que forma parte de algunas letras,
como la ç, la ñ, la t’), “hoy se usa casi exclusivamente en femenino” y esto es cierto en la
mayoría de los países. Sin embargo, el DPD no nos describe la variación dialectal que gira en
torno a esta palabra: que tilde es de género femenino en la mayoría de los países, pero
frecuentemente masculino en Uruguay, Chile y Argentina. También es interesante notar que de
las cuatro oraciones con la palabra tilde que el DPD cita en esta entrada, ¡las cuatro son de
España!, lo cual no constituye una muestra muy “panhispánica” que digamos. ¿Acaso sus
editores esperan descubrir y describir la variación dialectal que existe si citan puras frases de un
31
solo país? Ni en sueños. También cabe preguntar por qué han incluido dos citas de oraciones con
tilde que datan de los años 1852 y 1907. Si su meta era pintarnos un cuadro del uso actual ¿por
qué no pudieron encontrar ejemplos de tilde que provengan de textos más recientes?
Calificación: C
A1.10 BIKINI
A1.10.1 Lo mayoritario y lo minoritario
Género mayoritario: masculino (género dominante o competidor en 19 países).
Género minoritario: femenino (género dominante o competidor en 2 países).
A1.10.2 Resumen
Bikini es voz de género masculino en todo el ámbito hispánico con dos excepciones: Argentina y
Paraguay. En Argentina, bikini es mayormente femenino y en Paraguay hay competencia entre el
bikini y la bikini.
A1.10.3 Tabla dialectal
ESPAÑA masculino (18/18)
MÉXICO masculino (20/20)
GUATEMALA masculino (16/16)
EL SALVADOR masculino (16/16)
HONDURAS masculino (15/15)
NICARAGUA masculino (15/15)
COSTA RICA masculino (17/17)
PANAMÁ masculino (15/15)
CUBA masculino (15/15)
REP. DOMIN. masculino (15/15)
PUERTO RICO masculino (17/17)
VENEZUELA masculino (20/20)
COLOMBIA masculino (20/20)
ECUADOR masculino (20/20)
PERÚ masculino (20/20)
BOLIVIA masculino (15/15)
PARAGUAY masculino (12/19), femenino (8/19)
URUGUAY masculino (19/20), femenino (1/20)
ARGENTINA femenino (19/20), masculino (2/20)
CHILE masculino (18/18)
32
A1.10.4 Observaciones
El género de bikini: Bikini se emplea como voz de género masculino en el español de la vasta
mayoría de los países debido al principio general de que los extranjerismos importados al
español que no terminen en a se incorporan a la lengua como voces de género masculino.
En cambio, el uso de bikini como voz de género femenino en Argentina al parecer se
debe al hecho de que malla —la palabra más comúnmente usada en Argentina para traje
de baño—, es de género femenino. Sin embargo, esta explicación no aclara la razón por
la cual bikini es de género masculino en Uruguay, Bolivia, Perú y otros países en donde
la palabra malla también se usa con el significado de ‘traje de baño’. Y cabe preguntar en
qué aspectos fueron diferentes las condiciones en Uruguay y Bolivia, etc., frente a las de
Argentina, las que hicieron que en este país se aplicara la regla particular (la
incorporación de bikini como femenino por influencia del género de malla), en vez de
aplicarse la regla general (la incorporación de bikini como masculino por ser sustantivo
extranjero que no acaba en a). También sería interesante investigar las siguientes
temáticas:
(1) ¿Se debe el uso de bikini como voz de género femenino en Paraguay a influencia
argentina o no? Tal vez una forma de resolver esta cuestión es investigar si el uso
de la bikini en Paraguay es un fenómeno más reciente que el de el bikini (siendo
este el uso paraguayo más tradicional) o si el uso de la bikini es más antiguo en
dicho país. Si la bikini es más reciente que el bikini en Paraguay, quizás aquel uso
haya sido “importado” de Argentina. ¿Será que el uso ambiguo —el bikini y la
bikini— en Paraguay se debe a dos corrientes o presiones contrapuestas? Es decir,
por un lado, el influjo del uso argentino hace que algunos paraguayos digan la
bikini y, por otro, la presión opuesta del uso general o del español neutro (el
bikini), hace que otros paraguayos le hagan caso omiso al uso argentino y sigan la
corriente del español mayoritario.
(2) ¿Por qué el uso uruguayo —el bikini— no ha seguido los pasos del uso argentino,
ya que a veces los usos de Argentina han influido y se han impuesto sobre los de
sus vecinos más pequeños, Paraguay y Uruguay?
A1.10.5 El Diccionario Panhispánico de Dudas
Definición del DPD
bikini... Es voz masculina en todo el ámbito hispánico, salvo en la Argentina, donde se usa en
femenino: «Ya no me voy a poder poner un biquini en mi vida» (Grandes Aires [Esp. 2002]);
«Todos los días salía a navegar luciendo diminutas bikinis» (Wornat MenemBolocco [Arg.
2001]).
Reseña
Los lingüistas del DPD alegan en esta entrada que bikini se usa en femenino sólo en la
Argentina, pero cabe preguntarse a cuántos paraguayos les habrán hecho la consulta. Quizás a
33
ninguno. Ni modo. En este estudio no nos quedamos con los brazos cruzados, pues se les
preguntó a 19 paraguayos sobre el tema de los cuales ocho indicaron que dicen la bikini y 12 que
dicen el bikini; uno de los paraguayos dijo que utiliza ambos géneros (ver § A1.10.3). Esto
sugiere que en Paraguay hay actualmente bastante competencia entre los dos géneros de la
palabra, de manera que es necesario modificar la descripción dialectal del DPD con respecto a
bikini para que indique lo siguiente: “Bikini es voz de género masculino en la mayor parte del
ámbito hispánico, pero femenino en la Argentina y compiten ambos géneros en Paraguay”. Las
cuentas claras y el chocolate espeso.
Calificación: A-
A1.11 DÍNAMO / DINAMO
A1.11.1 Lo mayoritario y lo minoritario
Uso mayoritario: el dínamo (uso dominante o competidor en 15 países).
Usos minoritarios: el dinamo (uso dominante o competidor en 9 países), la dinamo (uso
dominante en 1 país) y la dínamo (uso no muy frecuente en ningún país, pero esporádico
en algunos).
A1.11.2 Resumen
El dínamo, la forma esdrújula en masculino, es el uso dominante en la mayor parte del ámbito
hispánico, pero el dinamo, la forma llana, también en masculino, se prefiere en Nicaragua, Cuba
y Venezuela. Hay competencia entre el dínamo y el dinamo en México, Guatemala, El Salvador,
Honduras, Colombia, Perú y tal vez en algunos otros países. La dinamo se da con frecuencia sólo
en España.
A1.11.3 Tabla dialectal
Nota: La variante de España, la dinamo, está escrita en letra negra y cursiva porque se distingue
del uso mayoritario, el dínamo, en dos planos diferentes: en el género y en la
pronunciación/grafía.
ESPAÑA la dinamo (18/20), la dínamo (4/20), el dínamo (2/20), el dinamo (1/20)
MÉXICO el dínamo (12/20), el dinamo (11/20), la dínamo (2/20)
GUATEMALA el dínamo (13/20), el dinamo (7/20)
EL SALVADOR el dínamo (9/16), el dinamo (7/16)
HONDURAS el dinamo (9/17), el dínamo (8/17), la dinamo (1/17)
NICARAGUA el dinamo (12/15), el dínamo (3/15)
COSTA RICA el dínamo (13/16), el dinamo (3/16)
PANAMÁ el dínamo (13/16), el dinamo (3/16)
CUBA el dinamo (19/20), el dínamo (2/20)
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REP. DOMIN. el dínamo (12/15), el dinamo (3/15)
PUERTO RICO el dínamo (14/18), el dinamo (3/18), la dínamo (1/18)
VENEZUELA el dinamo (17/20), el dínamo (3/20)
COLOMBIA el dinamo (11/20), el dínamo (11/20)
ECUADOR el dínamo (12/17), el dinamo (5/17)
PERÚ el dínamo (13/20), el dinamo (9/20)
BOLIVIA el dínamo (14/16), el dinamo (2/16)
PARAGUAY el dínamo (12/14), el dinamo (2/14)
URUGUAY el dínamo (19/20), el dinamo (2/20), la dínamo (1/20)
ARGENTINA el dínamo (19/20), la dínamo (2/20)
CHILE el dínamo (16/20), el dinamo (4/20)
A1.11.4 Observaciones
España: En este estudio, la gran mayoría de los españoles sólo ofrecieron la dinamo, si bien hubo
una que otra respuesta de la dínamo, el dínamo y el dinamo. Sin embargo, un encuestado
español señaló que se dice la dinamo o la dínamo para referirse al generador eléctrico,
pero el Dínamo para referirse a los equipos de fútbol (el Dínamo de Bucarest, de Kiev, de
Moscú, etc.). Una búsqueda por Google realizada en el 2010, en cambio, demostró que se
escribe tanto el Dínamo de... como el Dinamo de... cuando se hace referencia a los clubes
deportivos.
A1.11.5 El Diccionario Panhispánico de Dudas
Definición del DPD
dinamo o dínamo... Ambas acentuaciones son correctas. Este término surge, en la mayoría de
las lenguas europeas, por acortamiento de la expresión (máquina) dinamoeléctrica, origen que
justifica en español la forma llana dinamo. La forma esdrújula dínamo se explica por influjo del
griego dýnamis (‘fuerza’)... Desde su origen se ha usado en ambos géneros: «La dinamo (o el
dinamo) no es otra cosa que un ovillejo de alambres que se mueve rapidísimamente en presencia
de los polos de un imán» (Echegaray Ciencia [Esp. 1870-1905]). En España está hoy
generalizado su uso en femenino, pero en muchas zonas de América sigue siendo frecuente su
empleo en masculino. Se recomienda el femenino, por ser este el género que corresponde tanto al
sustantivo sobrentendido máquina como a la voz griega dýnamis.
Reseña
Con respecto a España, el DPD declara que “En España está hoy generalizado su uso en
femenino”, lo cual es cierto, pero no nos señala que dinamo, la forma llana, es con mucho la más
frecuente en la madre patria. Esta es una falla grave de su descripción de la variación geográfica.
El DPD tampoco suministra ninguna información acerca de la distribución dialectal de dínamo
frente a dinamo en Hispanoamérica, a saber, que dinamo es la forma predominante en Honduras,
Nicaragua, Cuba y Venezuela, y que dínamo es la que prima en la mayoría de los demás países
35
americanos, aunque en México, Guatemala, El Salvador, Colombia y Perú hay competencia entre
las dos formas. El DPD se pone su careta prescriptiva, pero mal puesta, al afirmar que “en
muchas zonas de América sigue siendo frecuente su empleo en masculino” y que “[s]e
recomienda el femenino, por ser este el género que corresponde tanto al sustantivo sobrentendido
máquina como a la voz griega dýnamis”. Estas declaraciones insinúan que sólo es cuestión de
tiempo para que los hispanoamericanos que dicen el dínamo o el dinamo, que son el 99% de
ellos, recapaciten y se den cuenta de su error, pero no hay ningún indicio de que este cambio esté
próximo a darse. También es notable que el DPD critica el uso en masculino de dínamo/dinamo
en Hispanoamérica en parte porque en griego dýnamis era voz femenina, pero no censura el uso
de dinamo, la forma llana, en España (y que también se da en algunos países americanos), a
pesar de que la voz griega fuera esdrújula; al contrario, el DPD vitorea el uso de dinamo por ser
acortamiento de máquina dinamoeléctrica. Si las características que tenía la palabra
correspondiente en el griego antiguo, dýnamis, realmente fueran importantes para guiar nuestro
comportamiento lingüístico actual en español, el DPD debería criticar tanto el uso en masculino
en Hispanoamérica de cualquiera de las dos formas (porque el masculino discrepa con el género
de dýnamis), como el uso de dinamo en España (ya que discrepa con la pronunciación de
dýnamis en griego). Sin embargo, vemos que sólo critica el uso hispanoamericano. Fijémonos
también en que el DPD censura el uso en masculino de dínamo/dinamo en Hispanoamérica
porque no corresponde al sustantivo sobrentendido máquina, pero no critica el uso en femenino
de sauna en España a pesar de que este uso no corresponde al sustantivo sobrentendido baño (ver
§ A1.3). Es decir, el DPD no ha juzgado estos usos americanos y peninsulares con el mismo
criterio ni los ha medido por el mismo rasero. Del dicho —“panhispánico”— al hecho, hay gran
trecho.
Calificación: C+
A1.12 RADIO (‘radiorreceptor’)
A1.12.1 Lo mayoritario y lo minoritario
Género mayoritario: masculino (género dominante en 13 países).
Género minoritario: femenino (género dominante en 7 países).
A1.12.2 Resumen
Cuando se usa en el sentido de ‘radiorreceptor’, la palabra radio suele ser de género masculino
en la parte norte de Hispanoamérica, —desde México hasta el Ecuador, incluidas las Antillas—,
pero de Perú hacia el sur y también en España, radio (‘radiorreceptor’) suele ser de género
femenino.
36
A1.12.3 Tabla dialectal
ESPAÑA femenino (20/20)
MÉXICO masculino (18/20), femenino (3/20)
GUATEMALA masculino (17/17)
EL SALVADOR masculino (15/17), femenino (2/17)
HONDURAS masculino (13/16), femenino (4/16)
NICARAGUA masculino (14/15), femenino (1/15)
COSTA RICA masculino (15/17), femenino (3/17)
PANAMÁ masculino (17/18), femenino (8/18)
CUBA masculino (17/18), femenino (4/18)
REP. DOMIN. masculino (16/18), femenino (2/18)
PUERTO RICO masculino (17/18), femenino (3/18)
VENEZUELA masculino (20/20), femenino (8/20)
COLOMBIA masculino (20/20), femenino (1/20)
ECUADOR masculino (16/20), femenino (8/20)
PERÚ femenino (15/20), masculino (7/20)
BOLIVIA femenino (13/15), masculino (3/15)
PARAGUAY femenino (15/15)
URUGUAY femenino (20/20)
ARGENTINA femenino (19/20), masculino (1/20)
CHILE femenino (16/17), masculino (2/17)
A1.12.4 Observaciones
Otros significados de radio: Nos referimos en este artículo solamente a los significados de
‘radiorreceptor’, ‘radiodifusión’ y ‘radioemisora’, porque las demás acepciones de radio
—el elemento químico, el hueso y el radio del círculo, etc.— no muestran ninguna
variación dialectal: en el caso de todas estas otras acepciones se dice el radio en todos los
países.
Radio (‘radiorreceptor’) versus radio (‘radiodifusión/radioemisora’): En la zona de
Hispanoamérica que abarca desde México hasta el Ecuador, incluidas las Antillas, se
hace una distinción semántica entre los dos géneros de radio, según la cual el radio se
refiere al radiorreceptor y la radio a la difusión y a la emisora. De Perú hacia el sur y en
España, en cambio, no se suele hacer tal distinción y tanto el radiorreceptor como la
difusión y la emisora son la radio. Así los hispanohablantes de la primera zona, entre
México y Ecuador, dirían “salió la noticia en la radio”, refiriéndose a la difusión o a la
emisora, pero “se me dañó el radio” o “voy a comprarme un radio”, refiriéndose al
aparato. Los hispanohablantes de la segunda zona, España e Hispanoamérica de Perú
hacia el sur, en cambio, utilizan la radio para referirse a ambos conceptos.
El prestigio relativo de el radio y la radio: Hay prejuicios que circulan en ambas direcciones. A
los hispanohablantes cultos del grupo de países en donde se le dice la radio al aparato,
suele resultarles una incorrección el uso de el radio por parte de los de la otra zona. Es
decir, los que dicen la radio al aparato tienden a pensar que los que dicen el radio no se
37
dan cuenta de que radio “debería ser” voz de género femenino a pesar de que termine en
o. En cambio, a los de la zona más grande, en donde se hace la distinción entre el radio
(‘radiorreceptor’) y la radio (‘radiodifusión’), les parece una falta de sutileza el que los
otros no perciban ni hagan tal distinción.
El caso de Perú: Algunos peruanos que participaron en este estudio indicaron que en su país es
frecuente oír el radio (‘radiorreceptor’) —enciende el radio— entre hablantes de baja
condición socioeconómica, pero que se oye menos en los sectores escolarizados. Sin
embargo, otros peruanos cultos insinuaron lo contrario, afirmando que ellos mismos sí
hacen la distinción entre el radio (‘aparato’) y la radio (‘emisora’ o ‘difusión’), ¡y a
mucha honra! Hace falta investigar más para determinar qué características tienen los
peruanos que tienen cada uno de los dos usos esbozados y cuáles son las actitudes en el
Perú que giran en torno a la cuestión el radio/la radio. Tal como sucede con varios temas
dialectales tratados en este estudio (y en otros), Perú a menudo representa una zona
lingüística de transición —un puente, por así decirlo— entre el uso del norte de
Hispanoamérica, por un lado, y el del Cono Sur, por otro. Considérense, por ejemplo, los
casos de el/la piyama (§ A1.2), el/la chance (§ A1.4) y coctel/cóctel (§ B1.3): en cada
uno de ellos, uno de los dos usos en cuestión se utiliza en los países que se encuentran al
norte de Perú (la piyama, el chance y coctel, todos usos mayoritarios), el opuesto se da en
los que quedan al sur de Perú (el piyama, la chance y cóctel, todos usos minoritarios), y
en Perú mismo compiten ambos usos en forma más o menos reñida.
A1.12.5 El Diccionario Panhispánico de Dudas
Definición del DPD
radio... Cuando, por acortamiento de radiorreceptor, significa ‘aparato con el que se escuchan
los sonidos transmitidos mediante ondas hertzianas’, se usa en ambos géneros, dependiendo de
las zonas; así, en España es siempre femenino, género preferido también en los países del Cono
Sur: «Aragón no pudo soportarlo y apagó la radio» (Clarín [Arg.] 12.2.97); pero en gran parte
de América (México, Centroamérica, las Antillas, el Ecuador, Colombia y Venezuela) se usa
normalmente en masculino: «Encendieron el radio y oyeron la noticia una vez más» (Gamboa
Páginas [Col. 1998]).
Reseña
La descripción dialectal del DPD es muy acertada con respecto al género de radio
(‘radiorreceptor’): femenino en España y el Cono Sur, y masculino en México, América Central,
las Antillas, el Ecuador, Colombia y Venezuela. Muy bien, correcto. Pero ¿qué pasó con Perú y
Bolivia? En la descripción dialectal del DPD sobre radio, estos dos países brillan por su
ausencia, o, dicho de otra manera, a Perú y a Bolivia los invitaron a esta “fiesta panhispánica”,
¡pero a la hora de repartir la torta, no les dieron! En el Perú, como también se observa en otros
casos como el/la piyama, el/la chance y coctel/cóctel (ver § A1.2, A1.4 y B1.3,
respectivamente), el uso oscila entre ambos paradigmas —hay competencia entre los dos géneros
de radio (‘radiorreceptor’)—, aunque con preferencia hacia el femenino. Y en Bolivia, país que
38
no pertenece geográfica ni culturalmente al Cono Sur, radio (‘radiorreceptor’) se usa casi
siempre en femenino.
Calificación: A-
A2.0 SUSTANTIVOS QUE TERMINAN EN CONSONANTE
A2.1 ESPIRAL
A2.1.1 Lo mayoritario y lo minoritario
Uso mayoritario: una mezcla del género masculino y femenino —el espiral y la espiral, a
menudo con preferencia por el masculino—, o el uso de uno u otro género, según el
contexto (19 países).
Uso minoritario: género exclusivamente femenino, la espiral (1 país).
A2.1.2 Resumen
Entre hablantes cultos de toda Hispanoamérica el género de espiral suele ser tema de discusión,
pero los puristas casi siempre abogan por el femenino de esta voz, acatando la norma impuesta
por la Real Academia (que sólo la admite como femenino). Con frecuencia esta exigencia o
preferencia es sólo de dientes para fuera ya que, en la práctica, la mayoría de los
hispanoamericanos no siguen esta norma: o bien consideran espiral de género masculino, o bien
utilizan ambos géneros —el espiral y la espiral—, según el contexto (ver § A2.1.4). Sólo en
España puede decirse que espiral es voz de género exclusiva o casi exclusivamente femenino
entre hablantes cultos.
A2.1.3 Tabla dialectal
ESPAÑA femenino (20/20), el espiral (1/20)
MÉXICO femenino (15/20), masculino (11/20)
GUATEMALA masculino (13/15), femenino (5/15)
EL SALVADOR masculino (12/17), femenino (5/17)
HONDURAS masculino (14/17), femenino (5/17)
NICARAGUA masculino (13/15), femenino (6/15)
COSTA RICA femenino (17/20), masculino (5/20)
PANAMÁ masculino (14/18), femenino (5/18)
CUBA masculino (10/16), femenino (9/16)
REP. DOMIN. masculino (11/15), femenino (10/15)
PUERTO RICO masculino (14/19), femenino (8/19)
VENEZUELA masculino (15/20), femenino (8/20)
COLOMBIA femenino (15/20), masculino (13/20)
ECUADOR masculino (13/20), femenino (11/20)
39
PERÚ masculino (14/20), femenino (6/20)
BOLIVIA masculino (12/16), femenino (7/16)
PARAGUAY masculino (14/15), femenino (1/15)
URUGUAY masculino (16/20), femenino (15/20)
ARGENTINA masculino (17/20), femenino (11/20)
CHILE masculino (11/18), femenino (11/18)
A2.1.4 Observaciones
Hispanoamérica: En el lenguaje culto de Hispanoamérica compiten el espiral y la espiral en la
gran mayoría de los países; Costa Rica tal vez sea una excepción. También cabe señalar
que hay una gran cantidad de hispanoamericanos que utilizan el género masculino para
usos concretos de la palabra (el espiral contra mosquitos, el espiral anticonceptivo, el
espiral del cuaderno, dibujar un espiral, etc.), pero emplean el femenino en contextos
más abstractos o metafóricos (la espiral inflacionaria, una espiral de violencia, etc.).
Hace falta realizar más investigación para determinar las características, en cuanto a
edad, estudios, región, etc., que tienen aquellos hispanoamericanos que siempre digan el
espiral, los que siempre digan la espiral y los que utilicen ambos géneros según el
contexto.
España: El uso diferenciado de los dos géneros de espiral en Hispanoamérica (ver párrafo
anterior) parece estar ausente en España, país en donde espiral se usa exclusivamente en
femenino entre hablantes cultos.
A2.1.4 El Diccionario Panhispánico de Dudas
Definición del DPD
espiral... Aunque ocasionalmente se ve usada en masculino, es voz femenina en el uso culto
mayoritario de todo el ámbito hispánico: «Hizo una espiral con el dedo» (Skármeta Cartero
[Chile 1986]); «Las tribulaciones económicas se ven agravadas por una espiral de violencia»
(Tiempo [Col.] 6.9.96).
Reseña
Con audacia el DPD declara con respecto a espiral que “Aunque ocasionalmente se ve usada en
masculino, es voz femenina en el uso culto mayoritario de todo el ámbito hispánico” (énfasis
mío), lo cual es una patraña de primera categoría. En realidad, el uso de espiral en masculino de
“ocasional” no tiene nada, ¡pues es frecuentísimo en el lenguaje culto de casi toda
Hispanoamérica! El hecho de que las dos fuentes que el DPD ha citado usen espiral en femenino
y su osada afirmación de que es femenino en el uso culto mayoritario de todo el ámbito
hispánico, no hacen que así sea. Bien pudieron haber citado ejemplos que no respaldan su
preferencia. Por ejemplo, he aquí una cita la cual, si bien no es de un texto literario, proviene
nada menos que del ilustre lexicógrafo chileno Félix Morales Pettorino y sus colegas de la
Academia Chilena de la Lengua y demuestra que sus autores consideran que espiral es voz de
40
género masculino, al menos en el contexto concreto de la palabra. El Diccionario ejemplificado
de chilenismos y de otros usos diferenciales del español de Chile define cuaderno universitario
de la siguiente forma: “Cuaderno más grande que el ordinario, armado en un espiral metálico o
plástico, que usan los estudiantes...” (énfasis mío, Morales Pettorino: 1465-66). Con respecto al
género de espiral, los editores del DPD simplemente han confundido el mundo tal como es por
el que quisieran encontrar. ¡Que dejen de dorarnos la píldora! Podemos hacerle ¡vivas! o
¡mueras! a el espiral, pero no vamos a ahuyentarlo ni desterrarlo de la lengua culta negando su
existencia. Pónganle la firma.
Calificación: D
A2.2 TERMINAL (DE TRANSPORTES)
A2.2.1 Lo mayoritario y lo minoritario
Género mayoritario: femenino (género dominante en 14 países).
Género minoritario: masculino (género dominante en 6 países).
A2.2.2 Resumen
Cuando terminal se usa con el significado de ‘conjunto de instalaciones situadas en el extremo
de una línea de transporte’ (por ejemplo, el lugar donde se toma un autobús, bus u ómnibus, etc.),
es de género femenino en la mayor parte de Hispanoamérica y también en España. Sin embargo,
existe un grupo de países hispanoamericanos de número no despreciable —específicamente
Puerto Rico y los cinco países suramericanos que tienen costa caribeña y/o pacífica— donde
terminal, cuando se usa en el sentido señalado, suele ser de género masculino.
A2.2.3 Tabla dialectal
ESPAÑA femenino (19/20), masculino (1/20)
MÉXICO femenino (20/20)
GUATEMALA femenino (18/18)
EL SALVADOR femenino (17/17)
HONDURAS femenino (16/18), masculino (2/18)
NICARAGUA femenino (15/15)
COSTA RICA femenino (16/16)
PANAMÁ femenino (15/17), masculino (3/17)
CUBA femenino (15/15)
REP. DOMIN. femenino (14/16), masculino (2/16)
PUERTO RICO masculino (16/20), femenino (5/20)
VENEZUELA masculino (20/20), femenino (3/20)
COLOMBIA masculino (18/20), femenino (8/20)
ECUADOR masculino (15/19), femenino (8/19)
41
PERÚ masculino (16/20), femenino (5/20)
BOLIVIA femenino (16/16)
PARAGUAY femenino (15/15)
URUGUAY femenino (20/20)
ARGENTINA femenino (20/20)
CHILE masculino (17/17), femenino (2/17)
A2.2.4 Observaciones
El terminal versus la terminal: En Puerto Rico, Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú y Chile
terminal (‘conjunto de instalaciones situadas en el extremo de una línea de transporte’)
suele usarse en masculino. Sin embargo, no faltan personas de dichos países, quienes,
conscientes de la norma académica, opinan que esto es incorrecto y optan por utilizar la
terminal, sobre todo por escrito o en el habla no espontánea. Sería interesante investigar
en qué medida hay discrepancia en Puerto Rico, Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú y
Chile, entre el uso oficial de los gobiernos, por ejemplo en su documentación y
señalización (¿a veces la terminal?) y el uso no oficial de la gente (el terminal), y hasta
qué punto el uno influye en el otro.
¿Usos diferenciados entre los dos géneros? La vasta mayoría de los encuestados en este estudio
indicaron que no diferencian entre el terminal y la terminal en el contexto de transportes
y que sólo dicen el terminal, sólo la terminal, o que admiten ambos géneros de terminal
(‘conjunto de instalaciones’), pero sin que haya ninguna diferenciación semántica entre
los dos. Sin embargo, unos cuantos colombianos y ecuatorianos —una pequeña minoría
por cierto— precisaron que utilizan el terminal y la terminal en diferentes contextos de
transporte: un ecuatoriano manifestó que dice el terminal terrestre (la estación de
autobuses), pero la terminal aérea (el aeropuerto), y un colombiano costeño sostuvo que
la terminal se refiere al lugar de los buses y a la sección de un aeropuerto, mientras que el
terminal se refiere, en Barranquilla, al puerto marítimo y fluvial. Posiblemente estas
diferenciaciones semánticas sean matizaciones idiosincrásicas, pero sería interesante
investigarlas.
España: En España se dice más estación de autobuses que terminal de autobuses. Sin embargo,
cuando se refiere a la sección de un aeropuerto se dice la terminal o, con más frecuencia,
la T-1, la T-4, etc., por ejemplo, de Barajas.
México: Aparte de terminal de autobuses, hay otros nombres que se utilizan con mayor
frecuencia en México para referirse al lugar donde se toma este tipo de transportes: la
central, la central de autobuses, la central camionera y la estación de autobuses. Varios
encuestados mexicanos indicaron que hay variación interna dentro de México en cuanto
al nombre que se le suele dar al lugar en cuestión y uno también señaló que en algunas
ciudades mexicanas la central es la terminal principal de autobuses, mientras que las
otras son sólo terminales. Hace falta investigar estos temas para saber qué hay de cierto y
cuál es la situación lingüística en relación con el uso de los diferentes términos en
México.
Autobús frente a otros términos: Cabe señalar que en gran parte del mundo de habla hispana,
autobús no es el nombre más común para referirse a esta clase de vehículos, sino que se
42
utilizan con mayor frecuencia otros vocablos, distribuidos regionalmente: camión
(México), camioneta (Guatemala), guagua (Cuba, la República Dominicana y Puerto
Rico), micro (Chile), ómnibus (Cuba, Perú, Paraguay, Uruguay, Argentina, ¿y otros
países?) y bus (la mayor parte de Hispanoamérica); en Cuba ómnibus se refiere
principalmente al autobús interprovincial y guagua más al urbano, sobre todo en el
lenguaje coloquial. Por lo tanto, el término utilizado para referirse al lugar donde se
toman estos transportes lógicamente suele ajustarse de manera correspondiente: terminal
de bus(es) (en la mayor parte de Hispanoamérica), terminal de guagua(s) (en la
República Dominicana y Puerto Rico), terminal de ómnibus (en Cuba, Paraguay,
Uruguay y Argentina), la central camionera o la central (en México), etc., según sea la
preferencia local para el nombre del vehículo.
A2.2.5 El Diccionario Panhispánico de Dudas
Definición del DPD
terminal... Cuando significa ‘conjunto de instalaciones situadas en el extremo de una línea de
transporte o comunicación, o de un oleoducto’, se usa predominantemente en femenino en la
mayor parte del ámbito hispánico: «Al bajarme del autobús en la terminal de Ticomán sentí el
calorón» (Ibargüengoitia Crímenes [Méx. 1979]); pero en algunos países como Chile, Colombia,
el Perú o Venezuela se prefiere claramente el masculino: «Al ingresar en el terminal lo vi
charlando animadamente con el jefe de estación» (Collyer Pájaros [Chile 1995]).
Reseña
El DPD está en lo cierto al afirmar que “Cuando significa ‘conjunto de instalaciones...’, se usa
predominantemente en femenino en la mayor parte del ámbito hispánico”. Sin embargo, son seis
los países en los que terminal (de transportes) se usa en masculino —Puerto Rico, Venezuela,
Colombia, Ecuador, Perú y Chile— no sólo los cuatro que nombra el DPD en su entrada. Falta
afilar un poco más ese cuchillo.
Calificación: A-
A2.3 CAPARAZÓN
A2.3.1 Lo mayoritario y lo minoritario
Género mayoritario: masculino (género dominante o competidor en 20 países).
Género minoritario: femenino (género dominante o competidor en 9 países).
43
A2.3.2 Resumen
Caparazón suele ser voz de género masculino en el habla culta de más de la mitad del mundo de
habla hispana. Sin embargo, compiten los dos géneros —el caparazón y la caparazón— en
Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Colombia, Perú, Uruguay, Argentina y Chile.
A2.3.3 Tabla dialectal
ESPAÑA masculino (18/18)
MÉXICO masculino (20/20)
GUATEMALA femenino (12/20), masculino (11/20)
EL SALVADOR femenino (7/14), masculino (7/14)
HONDURAS masculino (11/18), femenino (7/18)
NICARAGUA masculino (11/17), femenino (7/17)
COSTA RICA masculino (16/16)
PANAMÁ masculino (14/16), femenino (2/16)
CUBA masculino (18/18), femenino (2/18)
REP. DOMIN. masculino (14/15), femenino (1/15)
PUERTO RICO masculino (18/18)
VENEZUELA masculino (19/20), femenino (2/20)
COLOMBIA masculino (15/20), femenino (12/20)
ECUADOR masculino (18/20), femenino (2/20)
PERÚ femenino (12/20), masculino (12/20)
BOLIVIA masculino (16/16)
PARAGUAY masculino (12/14), femenino (4/14)
URUGUAY femenino (18/20), masculino (9/20)
ARGENTINA femenino (14/20), masculino (13/20)
CHILE masculino (11/18), femenino (8/18)
A2.3.4 Observaciones
General: Aunque en esta parte del estudio la investigación se centró en determinar el género de
caparazón, en el curso de las encuestas salió a relucir que en varias partes del ámbito
hispánico son otras las palabras que se utilizan con mayor frecuencia que caparazón para
referirse a la cubierta externa y dura de ciertos animales como la tortuga. En este estudio,
fueron dos los nombres alternos que numerosos encuestados de los siguientes países y
zonas indicaron que utilizan con este significado mucho más que la palabra caparazón:
concha (Guatemala, Honduras y Nicaragua) y carapacho (Cuba, la República
Dominicana, Puerto Rico, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Ecuador y la costa caribeña
de Colombia). Es probable que concha y/o carapacho se utilicen aún más a menudo que
caparazón en las hablas populares, rurales y de gente mayor de estos países, y quizás de
otros. La otra variante que ofrecieron algunos encuestados de varias partes del mundo de
habla hispana fue carapazón, palabra formada a partir de caparazón por metátesis
44
(caparazón → carapazón). Hace falta investigar a qué zonas y a qué estratos
socioeconómicos corresponde el uso, en el sentido definido, de los términos concha,
carapacho, carapazón y otras palabras alternas, distintas a caparazón.
A2.3.5 El Diccionario Panhispánico de Dudas
Definición del DPD
caparazón... En la norma culta de España es siempre masculino: «El caparazón de la tortuga
había sido pintado de carmín» (Mendoza Ciudad [Esp. 1986]); pero en gran parte de América,
especialmente en los países del Cono Sur, el femenino es normal en la lengua culta: «Se llevó al
oído la caparazón del caracol» (Najenson Memorias [Arg. 1991]).
Reseña
Afirmar que “en los países del Cono Sur, el femenino [de caparazón] es normal en la lengua
culta” tergiversa la realidad en dos sentidos. Primero, porque la caparazón no es la norma en
todos los países del Cono Sur —en Paraguay no lo es— y segundo, porque esta descripción no
da cuenta de la considerable competencia que existe entre los dos géneros de caparazón en esta
zona, sobre todo en Uruguay, Argentina y Chile. La entrada del DPD tampoco nos precisa que la
caparazón es frecuente en otras áreas del ámbito hispánico, lejos del Cono Sur, a saber, en
Colombia, en Perú y en varios países centroamericanos (Guatemala, El Salvador, Honduras y
Nicaragua). Se nota que los lingüistas del DPD que trabajaron en esta entrada no investigaron el
tema de caparazón con rigor ni esmero.
Calificación: C
A2.4 MARATÓN
A2.4.1 Lo mayoritario y lo minoritario
Géneros mayoritarios: femenino (género dominante o competidor en 14 países) y masculino
(género dominante o competidor en 12 países).
Género minoritario: no hay.
A2.4.2 Resumen
El mundo de habla hispana está dividido en tres partes más o menos iguales: la de el maratón, la
de la maratón y la de competencia entre los dos géneros de la palabra. El maratón se usa más
que la maratón en México, Nicaragua, Cuba, la República Dominicana, Puerto Rico y
Venezuela, y lo contrario sucede en Honduras, Costa Rica y la mayor parte de América del Sur,
donde la maratón se usa más que el maratón. En España, Guatemala, El Salvador, Panamá,
Bolivia y Paraguay hay bastante competencia entre el maratón y la maratón.
45
A2.4.3 Tabla dialectal
ESPAÑA masculino (12/18), femenino (10/18)
MÉXICO masculino (19/20), femenino (1/20)
GUATEMALA femenino (10/18), masculino (8/18)
EL SALVADOR masculino (12/18), femenino (7/18)
HONDURAS femenino (15/16), masculino (1/16)
NICARAGUA masculino (15/15)
COSTA RICA femenino (15/18), masculino (3/18)
PANAMÁ masculino (11/15), femenino (5/15)
CUBA masculino (14/15), femenino (1/15)
REP. DOMIN. masculino (13/16), femenino (3/16)
PUERTO RICO masculino (17/19), femenino (3/19)
VENEZUELA masculino (16/17), femenino (2/17)
COLOMBIA femenino (15/20), masculino (6/20)
ECUADOR femenino (13/14), masculino (2/14)
PERÚ femenino (16/16)
BOLIVIA femenino (12/17), masculino (6/17)
PARAGUAY femenino (6/11), masculino (6/11)
URUGUAY femenino (18/18), masculino (1/18)
ARGENTINA femenino (19/20), masculino (2/20)
CHILE femenino (13/13), masculino (4/13)
A2.4.4 Observaciones
El maratón → la maratón: La definición del DPD de maratón (ver § A2.4.5) sugiere que, a
través del tiempo y en todo el ámbito hispánico, la maratón ha ido desplazando a el
maratón. ¿Se trata de un cambio diacrónico que experimenta la lengua (el maratón → la
maratón), de una diferencia dialectal (el maratón en unos lugares, la maratón en otros) o
de una mezcla de ambas cosas? Hace falta hacer estudios diacrónicos para resolverlo. Los
resultados de esta investigación —netamente sincrónica, por cierto— sugieren que en
México, Nicaragua, Cuba, la República Dominicana, Puerto Rico y Venezuela el uso de
el maratón es firme, macizo y abrumadoramente mayoritario, y que en estos seis países el
supuesto cambio diacrónico de el maratón a la maratón está lejos de concretarse.
Uso diferenciado en el género de maratón: En este estudio, la vasta mayoría de los encuestados
indicaron que utilizan un solo género para maratón —o bien masculino, o bien femenino,
pero no ambos— tanto para la carrera como para una actividad larga cualquiera. Sin
embargo, algunos informantes señalaron que usan la maratón para referirse a la carrera y
el maratón para el uso figurado, o viceversa: ¿Serán matizaciones que sólo se dan a nivel
idiosincrásico o existirá alguna pauta dialectal al respecto?
Honduras: En San Pedro Sula hay un equipo de fútbol llamado El Marathon, a veces escrito El
Maratón, de modo que en Honduras se distingue entre la maratón (‘tipo de carrera o
competencia’), por un lado, y El Marat(h)ón (‘cierto equipo de fútbol’), por otro. El uso
46
del masculino para el nombre de este equipo hondureño concuerda con el uso general del
masculino para los clubes deportivos tales como el Barcelona, el Boca, el Bogotá, el
Inter y el Peñarol, etc., si bien existen excepciones como la Juventus, la Roma, etc.
Palabras afines: Sería interesante investigar las voces derivadas de maratón, tales como teletón
(¿y quizás salsatón y reggaetón/reguetón?), para determinar si siguen o no los mismos
patrones regionales que maratón: ¿para quiénes son estas palabras afines de género
masculino, y para quiénes femenino?
A2.4.5 El Diccionario Panhispánico de Dudas
Definición del DPD
maratón.... Esta voz comenzó a circular en el primer tercio del siglo xx con género masculino;
posteriormente, por influjo del género de prueba o carrera, se ha ido extendiendo su uso en
femenino, también válido: «Kurtis fue segundo en el maratón de Hong Kong» (Clarín [Arg.]
3.7.87); «Lo vimos de pantalón corto y cintillo corriendo una maratón» (Hoy [Chile] 2-8.6.97).
Reseña
Esta entrada del DPD no suministra ninguna información sobre la distribución dialectal de los
dos géneros de maratón, pues no explica en dónde se usa mayormente en masculino (México,
Nicaragua, Cuba, la República Dominicana, Puerto Rico y Venezuela), en dónde es
principalmente femenino (Honduras, Costa Rica, Colombia, Ecuador, Perú, Uruguay, Argentina
y Chile), ni en dónde hay seria competencia entre ambos géneros (España, Guatemala, El
Salvador, Panamá, Bolivia y Paraguay). En relación con lo dialectal, no nos alumbra el tema para
nada y lo pinta como una cuestión netamente diacrónica o de variación libre. Se ve que los
investigadores de esta entrada no han hecho su tarea con seriedad.
Calificación: D
A2.5 SARTÉN
A2.5.1 Lo mayoritario y lo minoritario
Uso mayoritario: Una fuerte competencia, en el habla culta, entre ambos géneros —el sartén y la
sartén— generalmente con preferencia hacia el masculino en contextos más informales y
hacia el femenino en contextos más formales (uso dominante en 16 países).
Uso minoritario: Exclusiva o mayormente femenino, la sartén (uso dominante en 4 países).
A2.5.2 Resumen
Entre hablantes cultos de la mayor parte de Hispanoamérica hay fuerte competencia entre el
sartén y la sartén, y hay diglosia: el sartén se usa más en el lenguaje llano, informal y hablado,
47
mientras que la sartén se usa más en contextos formales y por escrito. En España predomina el
uso de la sartén en el habla culta en todos los contextos, y en Perú, Paraguay y Argentina —o al
menos en el lenguaje culto de las capitales de estos tres países— también prima el uso de la
sartén. En España, Perú, Paraguay y Argentina el uso de el sartén queda mayormente relegado a
las hablas populares, regionales o de personas mayores.
A2.5.3 Tabla dialectal
ESPAÑA femenino (20/20), masculino (1/20)
MÉXICO masculino (19/20), femenino (11/20)
GUATEMALA masculino (14/17), femenino (5/17)
EL SALVADOR masculino (15/18), femenino (6/18)
HONDURAS masculino (15/17), femenino (4/17)
NICARAGUA masculino (15/17), femenino (6/17)
COSTA RICA masculino (16/18), femenino (11/18)
PANAMÁ masculino (10/16), femenino (10/16)
CUBA masculino (10/15), femenino (8/15)
REP. DOMIN. masculino (16/20), femenino (12/20)
PUERTO RICO masculino (17/19), femenino (13/19)
VENEZUELA masculino (19/20), femenino (14/20)
COLOMBIA masculino (19/20), femenino (13/20)
ECUADOR masculino (16/19), femenino (15/19)
PERÚ femenino (20/20), masculino (3/20)
BOLIVIA masculino (9/15), femenino (9/15)
PARAGUAY femenino (14/15), masculino (6/15)
URUGUAY masculino (18/20), femenino (14/20)
ARGENTINA femenino (19/20), masculino (7/20)
CHILE masculino (17/18), femenino (11/18)
A2.5.4 Observaciones
Hispanoamérica: En la mayoría de los países hispanoamericanos se tiende a decir el sartén en el
habla espontánea, pero se utiliza la sartén en el habla cuidadosa, en la lengua escrita y en
ciertas expresiones: Así, por ejemplo, es común que un hispanoamericano diga tener la
sartén por el mango, pero pásame (o pasame) el sartén más grande que encuentres (o
que encontrés). También es habitual que los libros de cocina utilicen la sartén aun
cuando se publican en países en donde la vasta mayoría de la gente dice el sartén. Los
siguientes comentarios de encuestados de este estudio ejemplifican la diglosia reinante:
“En la vida diaria se usa en masculino. La sartén se utiliza en libros de cocina o medios
formales” (mexicano); “El sartén se usa en el lenguaje coloquial común, la sartén en el
lenguaje culto” (venezolano); “En lenguaje coloquial se dice el sartén. En clases de
español, en el colegio, aprendimos a usar la sartén que está más extendido en personas
con educación” (chileno); “La sartén se usa en algunos programas de televisión
argentinos y es posible que el género femenino esté entrando también en el uso nuestro”
48
(uruguayo). Sin embargo, los siguientes ejemplos del Diccionario del español usual en
México y del Diccionario ejemplificado de chilenismos y de otros usos diferenciales del
español de Chile sugieren que también se utiliza el sartén en frases que hacen referencia
al mango: “El patrón siempre tiene el sartén por el mango” (Lara: 807, énfasis mío);
“Pocos esperan encontrar (en Chile) un país matriarcal, donde las mujeres tengan el
sartén por el mango” (Morales Pettorino: 4210-11, énfasis mío). Por otra parte, un
encuestado de Colombia indicó que en su casa el sartén se refería a un utensilio
cuadrado, mientras que la sartén era uno redondo y con tapa. Habría que investigar si, en
algunas zonas de Hispanoamérica donde se usen tanto el sartén como la sartén, existe
una diferenciación semántica generalizada entre los dos géneros o si cualquier matización
de este tipo se limita a diferencias idiosincrásicas.
España: Sólo uno de los 20 españoles cultos que fueron encuestados en este estudio indicó que
utiliza el sartén (dijo usar tanto el sartén como la sartén, ver § A2.5.3), pero varios
señalaron que sartén sí se utiliza en masculino en zonas rurales y en el habla de personas
con bajos niveles de escolaridad. Es decir, si una persona se topa con un español que dice
el sartén, quizás podría sacar una conclusión válida acerca del no muy alto nivel de
escolaridad o de sofisticación de dicho hablante, conclusión que probablemente sería muy
equivocada si se sacara con respecto a un hablante hispanoamericano que dijera lo
mismo.
El Salvador, Honduras, Nicaragua y Paraguay: En estos países hispanoamericanos se emplean
otros términos con mayor frecuencia que sartén para referirse al utensilio en cuestión, a
saber, fridera (Honduras), cacerola (El Salvador) y paila (Nicaragua, Paraguay). En los
países señalados, la tendencia a utilizar estos nombres alternos en lugar de sartén se da
hasta en el habla culta y más todavía en el habla popular, nivel en donde el uso de sartén
quizás sería insólito. Una gran cantidad de encuestados de estos países indicaron
simplemente “la palabra sartén no es muy común en mi país”. Así, se puede argüir que,
en las zonas en donde poco se utiliza la palabra sartén, la cuestión de su género es, en
cierta medida, irrelevante debido a que la gran mayoría de los hablantes allí no
acostumbra a decir ni el sartén ni la sartén sino, en su lugar, la fridera, la cacerola o la
paila, etc. Varios encuestados salvadoreños indicaron que no utilizan el término sartén y
sólo dicen cacerola, mientras que otros dijeron que usan ambos términos para referirse a
un utensilio para freír, pero que para estos el sartén es bastante más grande que la
cacerola. Otros encuestados salvadoreños indicaron que la sartena se usa en el habla
popular. Conviene investigar las frecuencias de uso y las diferencias de significado que
hay entre los distintos términos.
A2.5.5 El Diccionario Panhispánico de Dudas
Definición del DPD
sartén... En el habla culta general de España es femenino: «Echó los trocitos de cebolla en la
sartén» (Rojo Matar [Esp. 2002]); su uso en masculino es muy escaso y se restringe al habla
popular de algunas regiones. En América, alternan ambos géneros, con predominio del
49
masculino: «Fregó el sartén y los platos» (Vergés Cenizas [R. Dom. 1980]); «En una sartén
quedaban dos colas de iguanas carbonizadas» (Sepúlveda Viejo [Chile 1989]).
Reseña
Es cierto, como afirma el DPD con respecto a sartén, que “[e]n el habla culta general de España
es femenino”, y que “[e]n América, alternan ambos géneros, con predominio del masculino”. Lo
que esta entrada del DPD no aclara es que en Perú, Paraguay y Argentina —o al menos en las
hablas cultas de las capitales de estos tres países— predomina la sartén, a diferencia de en la
mayoría de los demás países americanos en donde hay competencia entre los dos géneros. La
entrada del DPD tampoco nos habla de la diglosia que hay en la mayor parte de Hispanoamérica:
el sartén se usa más en el lenguaje informal (en el habla espontánea de la cocina, por ejemplo) y
la sartén se usa más en el formal (por ejemplo, en libros de recetas). Habría sido conveniente que
captara esta sutileza.
Calificación: A-
A2.6 AZÚCAR
A2.6.1 Lo mayoritario y lo minoritario
Género mayoritario: femenino (género dominante en 17 países).
Género minoritario: masculino (género dominante o competidor en 3 ó 4 países).
A2.6.2 Resumen
Azúcar tiende a ser voz de género femenino —de modo que se diría azúcar blanca o azúcar
morena, etc.— en el lenguaje culto de la mayor parte del ámbito hispánico, pero hay tres
excepciones: En España y Costa Rica azúcar tiende a ser de género masculino —países en donde
en el habla culta se dice más azúcar moreno— y en Colombia hay competencia entre los dos
géneros de azúcar.
A2.6.3 Tabla dialectal
ESPAÑA masculino (18/20), femenino (3/20)
MÉXICO femenino (17/20), masculino (5/20)
GUATEMALA femenino (18/18)
EL SALVADOR femenino (18/18)
HONDURAS femenino (16/18), masculino (2/18)
NICARAGUA femenino (14/15), masculino (1/15)
COSTA RICA masculino (16/20), femenino (5/20)
PANAMÁ femenino (17/18), masculino (1/18)
CUBA femenino (17/17)
50
REP. DOMIN. femenino (15/15), masculino (1/15)
PUERTO RICO femenino (17/18), masculino (1/18)
VENEZUELA femenino (19/20), masculino (1/20)
COLOMBIA femenino (16/20), masculino (9/20)
ECUADOR femenino (19/20), masculino (1/20)
PERÚ femenino (18/18)
BOLIVIA femenino (13/15), masculino (3/15)
PARAGUAY femenino (13/16), masculino (6/16)
URUGUAY femenino (17/20), masculino (6/20)
ARGENTINA femenino (18/20), masculino (5/20)
CHILE femenino (16/18), masculino (3/18)
A2.6.4 Observaciones
General: Con la excepción de España, Costa Rica y, en medida menor, Colombia, la mayoría de
los hablantes cultos de cualquier parte del ámbito hispánico consideran que azúcar es voz
de género femenino. Sin embargo, en este estudio más del 50% indicaron que utilizan el
artículo definido masculino, el, con azúcar, a pesar de que esta palabra no comience con
/a/ tónica. Es decir, la palabra azúcar no está en la categoría de las que empiezan con /a/
tónica —como agua, águila, ala, álgebra, alma, alta, alza, ansia, área, arma, arpa,
ascua, aspa, asta, habla, hacha, hada y haya— pero, a pesar de ello, los hablantes que
utilizan el artículo masculino tratan a azúcar como si empezara con /a/ tónica. Así, el
género de azúcar en singular suele estar encubierto, a menos que la palabra vaya
modificada por un calificativo como blanca/o, morena/o, etc. El interrogatorio que se les
hizo a los encuestados de este estudio a fin de sonsacarles el género que le asignaban a
azúcar consistía en las siguientes preguntas:
Moskowitz: —¿Dice (o en su país se dice) el azúcar o la azúcar?
Encuestado: —El azúcar
Moskowitz: —¿Y cómo se llama el azúcar que no es de color blanco?
Encuestado: —Azúcar morena (o azúcar moscabada, azúcar negra, azúcar
parda, azúcar prieta, azúcar rubia, etc., o las frases equivalentes
con el calificativo en masculino, azúcar moreno, etc.).
A veces esta estrategia no daba resultados porque los encuestados contestaban
azúcar marrón, azúcar crema u otra respuesta que no aclaraba si consideraban que la
palabra azúcar era de género masculino o femenino, pero en la mayoría de los casos sí
surtía el efecto deseado. Otra táctica de que se valía para conseguir que los informantes
revelaran el género que le asignaban a azúcar era preguntarles si decían los azúcares o
las azúcares. Sin embargo, algunos hablantes señalaron que utilizan un género para
azúcar cuando es en singular y otro cuando es en plural y, en tales casos, se puede decir
que azúcar es de género ambiguo aun a nivel dialectal y/o idiosincrásico. Entre los
hablantes que consideran que azúcar es voz de género femenino —la vasta mayoría—,
hubo muchos comentarios acerca de si lo correcto es decir el azúcar o la azúcar, o si
ambas frases valían, y no se pudo determinar si al respecto existen consensos o
51
preferencias a nivel dialectal. Al parecer, el azúcar (morena) es un poco más frecuente
que la azúcar (morena) en el habla culta.
España: En este estudio, la gran mayoría de los encuestados de diferentes zonas de España
indicaron que azúcar se usa en masculino —azúcar moreno— y así se llama un dueto
famoso de cantantes españolas. Sin embargo, de Andalucía y la Comunidad Valenciana
hubo encuestados que ofrecieron azúcar morena, lo cual plantea los/las siguientes
interrogantes: ¿Hay tendencias regionales dentro de España en cuanto al género de
azúcar? ¿Femenino en Andalucía, la Comunidad Valenciana (y quizás otras partes del
sur), y generalmente masculino en el resto del país? Hace falta realizar más investigación
para resolver estas cuestiones.
Los nombres del azúcar que no es de color blanco: Los calificativos utilizados para referirse al
azúcar que no es de color blanco también parecen variar un poco dialectalmente, siendo
azúcar morena la frase mayoritaria, la que pertenecería a un español “neutro”. Otros
calificativos más regionalmente “marcados” son azúcar prieta (Cuba, la República
Dominicana), azúcar parda (Cuba, la República Dominicana), azúcar negra (Puerto
Rico, Uruguay, Argentina), azúcar rubia (Perú, Uruguay, Argentina, Chile, término que
se refiere a un azúcar no tan oscura como la morena o la negra, pero más oscura que la
blanca), y azúcar sindicato (Chile, término quizás regional o marcado dentro de Chile).
Cabe notar que en Uruguay y Argentina, el azúcar morena o negra no es tan común, es
decir, no se encuentra tan fácilmente; allí son más comunes la blanca y la rubia.
A2.6.5 El Diccionario Panhispánico de Dudas
Definición del DPD
azúcar... Es válido su uso en ambos géneros, aunque, si va sin especificativo, es mayoritario su
empleo en masculino: «Mientras revolvíamos el azúcar, Alfonso tomó la palabra»
(Ibargüengoitia Crímenes [Méx. 1979]); «Se trató sin éxito de facilitar la inmigración de colonos
[...] para fomentar el cultivo de la azúcar» (Silvestrini/LSánchez Puerto Rico [P. Rico 1987]).
Cuando lleva un adjetivo especificativo, este puede ir asimismo en cualquiera de los dos géneros,
aunque suele predominar el femenino: «Les preparaban una exquisita compota acaramelada con
azúcar prieta» (Sarduy Pájaros [Cuba 1993]); «Puedes aromatizar la nata con azúcar
avainillado» (Arguiñano Recetas [Esp. 1996]). En plural, lleve o no especificativo, es claramente
mayoritario el masculino: «Ponga el agua a calentar e incorpore ambos azúcares» (Domingo
Sabor [Esp. 1992])... Este sustantivo tiene, además, la particularidad de admitir su uso con la
forma el del artículo y un adjetivo en forma femenina, a pesar de no comenzar por /a/ tónica: «Se
ponen en una ensaladera las yemas y el azúcar molida» (Ortega Recetas [Esp. 1972]). Se trata
de un resto del antiguo uso de la forma el del artículo ante sustantivos femeninos que
comenzaban por vocal, tanto átona como tónica, algo que era normal en el español medieval.
Reseña
El DPD acierta al decir que es válido el uso de azúcar en ambos géneros. Sin embargo, su
descripción da la idea de que su uso en uno u otro género es cosa arbitraria, y que se da al azar,
52
independientemente de la procedencia del hablante. La realidad es otra, pues existen claras
preferencias regionales: hacia el masculino en la mayor parte de España, y hacia el femenino en
la mayor parte de América, con la excepción de Costa Rica (donde predomina el masculino en el
lenguaje culto) y de Colombia (donde hay competencia entre azúcar morena y azúcar moreno).
Infelizmente, la descripción del DPD no capta, y ni siquiera menciona, el dialectalismo que gira
en torno al género de azúcar.
Calificación: D
A2.7 PUS
A2.7.1 Lo mayoritario y lo minoritario
Géneros mayoritarios: femenino (género dominante o competidor en al menos 16 países) y
masculino (género dominante o competidor en 11 ó 12 países).
Género minoritario: no hay.
A2.7.2 Resumen
Hay una fuerte competencia entre el pus y la pus en el habla culta de aproximadamente la mitad
de los países de habla hispana (en Costa Rica, la República Dominicana, Paraguay, Chile y
quizás en España, Venezuela, Uruguay y Argentina). En la otra mitad, aproximadamente, hay
una preferencia más o menos clara hacia uno u otro género: hacia el femenino (en México, El
Salvador, Honduras, Nicaragua, Panamá, Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia) y hacia el
masculino (en Guatemala, Cuba, Puerto Rico y quizás en Uruguay, Argentina, España y
Venezuela).
A2.7.3 Tabla dialectal
ESPAÑA masculino (15/20), femenino (7/20)
MÉXICO femenino (19/20), masculino (3/20)
GUATEMALA masculino (12/16), femenino (4/16)
EL SALVADOR femenino (14/18), masculino (5/18)
HONDURAS femenino (16/17), masculino (1/17)
NICARAGUA femenino (15/15), masculino (1/15)
COSTA RICA femenino (11/18), masculino (9/18)
PANAMÁ femenino (12/16), masculino (4/16)
CUBA masculino (15/17), femenino (2/17)
REP. DOMIN. femenino (13/17), masculino (7/17)
PUERTO RICO masculino (16/20), femenino (4/20)
VENEZUELA masculino (15/20), femenino (8/20)
COLOMBIA femenino (16/20), masculino (7/20)
ECUADOR femenino (16/19), masculino (5/19)
53
PERÚ femenino (17/20), masculino (3/20)
BOLIVIA femenino (14/15), masculino (1/15)
PARAGUAY femenino (10/14), masculino (5/14)
URUGUAY masculino (15/20), femenino (10/20)
ARGENTINA masculino (16/20), femenino (7/20)
CHILE femenino (12/18), masculino (10/18)
A2.7.4 Observaciones
General: En un gran número de frases la palabra pus aparece sin artículo ni calificativo, de modo
que su género no se deja ver: el grano tiene pus, la herida se llenó de pus, le salió pus,
etc. Sin embargo, pus también surge en contextos en los que su género sí se manifiesta,
por ejemplo, en un(a) pus amarillento/a, el/la pus de una herida, etc.
El estigma social de la pus: En aquellos países en los que el pus sea el uso mayoritario entre
hablantes cultos (España, Guatemala, Cuba, Puerto Rico, Venezuela, Uruguay y
Argentina), el uso de la pus tiene un marcado estigma social. En general se puede decir
que los hablantes cultos que dicen el pus tienden a calificar de popular —y hasta de basto
y burdo— el empleo de la pus, del mismo modo que consideran populachero el uso de la
calor, la color, etc. En cambio, los hablantes cultos que utilizan la pus generalmente
tienen un concepto neutro acerca del uso de el pus.
España: Si bien es cierto que en catalán se dice la pus y algunos castellanohablantes de Cataluña
y Valencia dicen la pus por influencia del catalán, no es menos cierto que hay, en España,
hablantes cultos que no hablan catalán y que también dicen la pus. Sería interesante
investigar en qué medida la existencia de pus como sustantivo de género femenino en las
lenguas no castellanas de la Península influye en su uso como femenino en las diferentes
variedades del español peninsular, y en qué medida el uso de la pus en el español de la
madre patria se debe a otros factores.
A2.7.5 El Diccionario Panhispánico de Dudas
Definición del DPD
pus... Este sustantivo es masculino en el uso culto de la mayor parte del ámbito hispánico: «El
pus [...] puede ocasionar gran tumefacción y dolor» (Tagarano San Bernardo [Arg. 1987]). Su
empleo en femenino no es propio del habla culta, salvo en México y algunos países del área
centroamericana, donde alternan ambos géneros, y en Chile, donde se usa solo en femenino: «La
pus salía a través de la incisión» (Rosales/Reyes Enfermería [Méx. 1982]); «Eran [...] dos
piernas pudriéndose en vida, [...] reventándose en su propia pus» (Allende Casa [Chile 1982]).
Reseña
Con respecto a pus, el DPD afirma que “[s]u empleo en femenino no es propio del habla culta,
salvo en México y algunos países del área centroamericana, donde alternan ambos géneros, y en
Chile, donde se usa solo en femenino” lo cual dista mucho de pintar un cuadro fidedigno de la
54
situación real. La verdad sea dicha, pus se usa en femenino con una alta frecuencia en la mayor
parte del área centroamericana —en todos los países centroamericanos salvo Guatemala—, no
sólo en “algunos” como sostiene el DPD. También se usa en femenino en la República
Dominicana y en la mayor parte de América del Sur, continente en el cual Venezuela, Uruguay y
Argentina —países en donde se utiliza mayormente el pus en el habla culta— son las
excepciones a esta regla. Y a diferencia de lo que afirma el DPD, pus no se usa sólo en femenino
en Chile, sino que en dicho país hay seria competencia entre la pus y el pus. ¡Que los del DPD
vuelvan a hacer su investigación sobre el tema porque, en lo que respecta a pus, no están muy
enterados de lo que pasa!
Calificación: D+
55
B GRAFÍAS Y PRONUNCIACIONES
B1.0 AGUDA VERSUS LLANA, O AGUDA VERSUS ESDRÚJULA
B1.1 CHASÍS / CHASIS
B1.1.1 Lo mayoritario y lo minoritario
Uso mayoritario: chasís (uso dominante en 13 países).
Uso minoritario: chasis (uso dominante en 7 países).
B1.1.2 Resumen
Chasís, la forma aguda, es la que predomina en la mayor parte de Hispanoamérica, en una zona
que abarca a México, toda América Central y la mayor parte de América del Sur con la
excepción de Venezuela, Uruguay y Argentina. Chasis, la forma llana, se usa en España, las
Antillas, Venezuela, y los dos países rioplatenses. En Nicaragua y Chile hay cierta competencia
entre las dos formas, aunque chasís es bastante más frecuente que chasis en ambos países.
B1.1.3 Tabla dialectal
ESPAÑA chasis (20/20)
MÉXICO chasís (19/20), chasis (2/20)
GUATEMALA chasís (17/17)
EL SALVADOR chasís (18/18)
HONDURAS chasís (12/14), chasis (1/14)
NICARAGUA chasís (13/17), chasis (5/17)
COSTA RICA chasís (16/17), chasis (2/17)
PANAMÁ chasís (17/17), chasis (1/17)
CUBA chasis (16/16)
REP. DOMIN. chasis (15/15)
PUERTO RICO chasis (16/16)
VENEZUELA chasis (20/20), chasís (1/20)
COLOMBIA chasís (19/20), chasis (1/20)
ECUADOR chasís (18/19), chasis (1/19)
PERÚ chasís (16/20), chasis (4/20)
BOLIVIA chasís (13/17), chasis (4/17)
PARAGUAY chasís (13/14), chasis (3/14)
URUGUAY chasis (20/20)
ARGENTINA chasis (20/20)
CHILE chasís (15/20), chasis (6/20)
56
B1.1.4 Observaciones
General: La repartición dialectal de chasís y chasis es sencilla y aprenderla es simplemente una
cuestión de orientarse geográficamente al observar lo siguiente:
(1) Chasís es la forma predominante tanto en los 11 países de habla hispana que
tienen costa pacífica (México, los de América Central de habla hispana,
Colombia, Ecuador, Perú y Chile), como en los dos que no tienen salida al mar
(Bolivia y Paraguay).
(2) Chasis, en cambio, es la que prima en aquellos siete países de habla hispana que
sólo tengan costa atlántica y/o caribeña: España, los tres países antillanos de habla
hispana, Venezuela, Uruguay y Argentina.
Es decir, con una pequeña dosis de geografía y esta simple regla —chasís si el país tiene
costa pacífica o no tiene salida al mar y chasis si sólo tiene costa atlántica y/o caribeña—
uno se ubica y sabe a qué atenerse con respecto a chasís/chasis.
Competencia entre chasís y chasis: En la gran mayoría de los países hay una clara preferencia
hacia chasís o hacia chasis. Sin embargo, en Nicaragua y Chile existe cierta competencia
entre las dos formas, si bien en el caso de ambos países la variante chasís fue ofrecida por
más de dos veces el número de encuestados que chasis. ¿Cuánta competencia hay en
Nicaragua y Chile entre chasís y chasis, qué características tienen los nicaragüenses y
chilenos que utilizan cada variante y cuáles son las actitudes que giran en torno a cada
una? Son temas sociolingüísticos que merecen investigación adicional.
Chassis: En este estudio, una pequeñísima minoría de los encuestados de diversos países
indicaron que escriben chassis, a la francesa, con dos eses, y en la tabla dialectal de la §
B1.1.3 se anotó chasís siempre que los encuestados pronunciaban [cha-SIS], y chasis
cuando pronunciaban [CHA-sis]. Pero eran tan contados los casos de los encuestados que
abogaron por chassis que esta grafía no pasa de ser idiosincrásica y muy minoritaria:
dista mucho de ser la grafía dominante en ningún país.
B1.1.5 El Diccionario Panhispánico de Dudas
Definición del DPD
chasis o chasís... En España y amplias zonas de América se usa la forma llana chasis (pron.
[chásis]); pero en México, el área centroamericana y algunos países de América del Sur, se
emplea la forma aguda chasís, que conserva la acentuación etimológica. La forma chasis
permanece invariable en plural, mientras que el plural de chasís es chasises...: «El piloto
argentino adelantó que probará dos chasis» (Clarín [Arg.] 30.1.97); «Los buses desbaratados
continúan circulando por nuestras calles, porque no hay chasises para reponerlos» (Tiempo
[Col.] 2.1.88).
Reseña
El DPD afirma que en “amplias zonas de América se usa la forma llana chasis... pero en México,
el área centroamericana y algunos países de América del Sur se emplea... chasís” (énfasis mío),
57
con lo cual pinta un cuadro poco fidedigno del verdadero paisaje lingüístico. Tergiversa la
realidad al darnos a entender que chasis es la forma mayoritaria y chasís una excepción algo
rara, cuando la realidad es todo lo contrario: chasís es la variante mayoritaria, usada en México,
Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica, Panamá, Colombia, Ecuador, Perú,
Bolivia, Paraguay y Chile, mientras que chasis es la minoritaria, la que sólo predomina en
España, Cuba, la República Dominicana, Puerto Rico, Venezuela, Uruguay y Argentina. Es
decir, a diferencia de lo que nos da a entender el DPD, son mucho más “amplias” las zonas
americanas en donde se usa chasís, la forma aguda, y en América del Sur esos “algunos países” a
los que hace referencia el DPD en donde se utiliza chasís resultan ser la mayoría, ¡seis de los
nueve! Cabe preguntarse a cuántos colombianos, ecuatorianos, peruanos, bolivianos, paraguayos
y chilenos han consultado los lingüistas del DPD que redactaron la entrada citada sobre
chasís/chasis. Al parecer, a muy pocos o quizás ninguno. Dialectólogo a tus dialectos.
Calificación: C
B1.2 CHOFER / CHÓFER
B1.2.1 Lo mayoritario y lo minoritario
Uso mayoritario: chofer (uso dominante en 19 países).
Uso minoritario: chófer (uso dominante en 1 país).
B1.2.2 Resumen
En el lenguaje estándar, chofer, la forma aguda, se utiliza en toda Hispanoamérica, mientras que
chófer, la forma llana, se emplea sólo en España. Sin embargo, en varios países
hispanoamericanos chófer se usa en el lenguaje coloquial, humorístico o burlón, y en ellos suele
haber diglosia entre chofer (uso estándar) y chófer (uso marcado).
B1.2.3 Tabla dialectal
ESPAÑA chófer (19/20), chofer (1/20)
MÉXICO chofer (20/20), chófer (1/20)
GUATEMALA chofer (17/17)
EL SALVADOR chofer (18/18)
HONDURAS chofer (15/16), chófer (1/16)
NICARAGUA chofer (15/15)
COSTA RICA chofer (17/17)
PANAMÁ chofer (16/18), chófer (3/18)
CUBA chofer (16/16)
REP. DOMIN. chofer (16/16)
PUERTO RICO chofer (17/17)
VENEZUELA chofer (20/20)
58
COLOMBIA chofer (20/20)
ECUADOR chofer (19/19), chófer (1/19)
PERÚ chofer (20/20)
BOLIVIA chofer (14/15), chófer (2/15)
PARAGUAY chofer (14/14)
URUGUAY chofer (20/20)
ARGENTINA chofer (19/20), chófer (1/20)
CHILE chofer (17/17)
B1.2.4 Observaciones
El uso de chófer en Hispanoamérica: Aunque la norma hispanoamericana sea chofer, la variante
chófer aparece en Hispanoamérica en dos contextos diferentes:
(1) En la lengua escrita la variante chófer surge en Hispanoamérica debido a que hay
hispanoamericanos cultos que prefieren escribirlo con la o acentuada a pesar de
que lo pronuncien [cho-FER]. Para justificarlo suelen alegar que así lo exige la
Real Academia (lo cual dejó de ser cierto hace tiempo) o dicen simplemente “en
la escuela (o en el colegio) me enseñaron a escribir chófer”.
(2) Chófer también surge en el habla informal de algunos países hispanoamericanos,
como burla, imitación o remedo a los que usan lenguaje rebuscado para
impresionar, y en las Antillas, América Central y tal vez otros países, chófer se
usa a veces en el lenguaje coloquial, humorístico o burlón. Así, por ejemplo,
algunos dirían chofer en su lenguaje estándar o formal, pero podrían decir “Eh,
chófer, déjeme aquí” en su trato directo e informal con el motorista.
B1.2.5 El Diccionario Panhispánico de Dudas
Definición del DPD
chofer o chófer... Ambas acentuaciones son válidas. La forma aguda chofer [chofér] (pl.
choferes) —acorde con la pronunciación del étimo francés chauffeur— es la que se usa en
América: «Un carrazo que manejaba un chofer uniformado de azul» (VLlosa Tía [Perú 1977]).
En España se emplea la forma llana chófer (pl. chóferes): «Alquiló un gran automóvil, con
chófer» (TBallester Filomeno [Esp. 1988]).
Reseña
Aquí el DPD ha dado en el clavo: chofer en América y chófer en España. ¡Bravo! ¡Felicidades!
Calificación: A+
59
B1.3 COCTEL / CÓCTEL
B1.3.1 Lo mayoritario y lo minoritario
Uso mayoritario: coctel (uso dominante o competidor en 15 países).
Uso minoritario: cóctel (uso dominante o competidor en 7 países).
B1.3.2 Resumen
Coctel, la forma aguda, se usa en la mayor parte de Hispanoamérica, en una zona que abarca
desde México hasta Ecuador, incluidas las Antillas. Cóctel, la forma llana, se usa en el Cono Sur
y también en España. En América, en medio de estas dos zonas —la de coctel y la de cóctel— se
hallan Perú y Bolivia, países en donde hay fuerte competencia entre ambas variantes.
B1.3.3 Tabla dialectal
ESPAÑA cóctel (19/20), coctel (2/20)
MÉXICO coctel (20/20)
GUATEMALA coctel (14/17), cóctel (3/17)
EL SALVADOR coctel (18/18)
HONDURAS coctel (12/15), cóctel (3/15)
NICARAGUA coctel (13/15), cóctel (2/15)
COSTA RICA coctel (15/16), cóctel (3/16)
PANAMÁ coctel (16/17), cóctel (3/16)
CUBA coctel (15/16), cóctel (1/16)
REP. DOMIN. coctel (12/14), cóctel (2/14)
PUERTO RICO coctel (17/17), cóctel (1/17)
VENEZUELA coctel (16/20), cóctel (4/20)
COLOMBIA coctel (20/20), cóctel (1/20)
ECUADOR coctel (16/18), cóctel (3/18)
PERÚ coctel (12/20), cóctel (11/20)
BOLIVIA coctel (10/15), cóctel (8/15)
PARAGUAY cóctel (11/14), coctel (4/14)
URUGUAY cóctel (20/20)
ARGENTINA cóctel (19/20), coctel (1/20)
CHILE cóctel (17/20), coctel (4/20)
B1.3.4 Observaciones
General: En el habla culta de España y del Cono Sur esta palabra suele pronunciarse [COC-tel] y
escribirse cóctel, de modo que no hay discrepancia entre grafía y pronunciación. En
cambio, en la mayor parte del resto de Hispanoamérica, con la excepción de Perú y
Bolivia (ver el siguiente párrafo), se pronuncia [coc-TEL] y se escribe coctel, y tampoco
hay discrepancia. Sin embargo, hay hispanoamericanos cultos que escriben cóctel a pesar
60
de que pronuncien [coc-TEL]. Esto se debe en parte a que ellos se creen que cóctel es la
única grafía correcta y aceptada por la Real Academia, cuando en realidad ambas formas
—coctel y cóctel— se admiten.
Perú y Bolivia: En este estudio, Perú y Bolivia fueron los dos países en donde más competencia
hubo entre coctel y cóctel, y varios de los encuestados peruanos y bolivianos indicaron
que cóctel se usa en los niveles socioeconómicos más altos y coctel en los menos altos;
del mismo modo, algunos dijeron que cóctel goza de mayor prestigio que coctel. Sin
embargo, en este estudio más peruanos y bolivianos cultos ofrecieron coctel que cóctel
(ver § B1.3.3). Hace falta investigar más acerca de las actitudes que giran en torno a estas
dos variantes entre peruanos y bolivianos cultos.
Cocktail: Una pequeña minoría de los encuestados en este estudio indicaron que utilizan la grafía
inglesa, cocktail, y fueron los encuestados del Cono Sur —específicamente los
uruguayos, argentinos y chilenos— los más propensos a ofrecerla. Sin embargo, aun en el
caso de estos tres países, fueron sólo una pequeña minoría los que prefirieron la grafía
inglesa a las formas castellanizadas. En la tabla dialectal de la § B1.3.3, se anotó coctel
siempre que los encuestados pronunciaban [coc-TEL] y cóctel cuando pronunciaban
[COC-tel].
Otras variantes: En el habla popular, existen otras variantes como coptel/cóptel, costel, etc.
B1.3.5 El Diccionario Panhispánico de Dudas
Definición del DPD
coctel o cóctel... La voz inglesa cocktail se ha adaptado al español con dos acentuaciones, ambas
válidas. La forma llana cóctel (pl. cócteles), que refleja la pronunciación etimológica, es la única
usada en España y la preferida en los países del Cono Sur: «Lola cogió de una bandeja
circulante un cóctel de champán» (Rossetti Alevosías [Esp. 1991]). En el resto de América esta
forma alterna con la aguda coctel [koktél] (pl. cocteles): «Nos presentaron en un coctel» (Vilalta
Mujer [Méx. 1981]).
Reseña
El DPD declara que “[e]n el resto de América [exceptuando el Cono sur] esta forma [cóctel]
alterna con la aguda coctel” (énfasis mío). Sin embargo, en realidad Perú y Bolivia son los
únicos países en donde hay un alto grado de competencia entre cóctel y coctel, porque en el resto
de América, es decir, en todos los países que quedan al norte del Perú, no hay tal alternancia; allí
coctel es lo usual, y cóctel surge con una frecuencia mínima. ¿En qué se han basado los del DPD
para afirmar que en América, con la excepción del Cono Sur, coctel alterna con cóctel? Es un
verdadero misterio.
Calificación: C
61
B1.4 BÁSQUETBOL / BASQUETBOL
B1.4.1 Lo mayoritario y lo minoritario
Uso mayoritario: básquetbol (uso dominante o competidor en 20 países).
Uso casi o relativamente minoritario: basquetbol (uso dominante o competidor en 10 países).
B1.4.2 Resumen
Básquetbol, la forma esdrújula, es la que predomina en la mayor parte del ámbito hispánico.
Basquetbol, la forma aguda, se da con alta frecuencia en México, la mayor parte de América
Central, Cuba, la República Dominicana, Venezuela y Colombia, si bien compiten ambas formas
en todos estos países. En España se utiliza generalmente baloncesto; básquetbol mucho menos; y
basquetbol no se usa para nada. En los países en donde se oye más [bas-que(t)-BOL] que [BAS-
que(t)-bol], hay personas cultas que lo escriben básquetbol (con el fin de ceñirse a la norma
internacional), lo cual crea una discrepancia entre grafía y pronunciación. En el lenguaje
informal de casi todos los países también se usa el acortamiento básquet.
B1.4.3 Tabla dialectal
Nota: Las formas y los datos que aparecen en la siguiente tabla, se refieren a la pronunciación,
no a la grafía; a veces los que pronuncian [bas-quet-BOL] lo escriben básquetbol.
ESPAÑA básquetbol (5/5) (la mayoría indicó sólo baloncesto)
MÉXICO basquetbol (16/20), básquetbol (7/20)
GUATEMALA básquetbol (10/12), basquetbol (4/12)
EL SALVADOR basquetbol (8/16), básquetbol (8/16)
HONDURAS básquetbol (9/15), basquetbol (6/15)
NICARAGUA basquetbol (9/16), básquetbol (7/16)
COSTA RICA básquetbol (11/17), basquetbol (7/17)
PANAMÁ basquetbol (12/17), básquetbol (5/17)
CUBA basquetbol (11/17), básquetbol (6/17)
REP. DOMIN. basquetbol (9/15), básquetbol (6/15)
PUERTO RICO básquetbol (7/7) (la mayoría indicó baloncesto, básquet o, por escrito, basketball)
VENEZUELA basquetbol (11/16), básquetbol (5/16)
COLOMBIA basquetbol (11/20), básquetbol (9/20)
ECUADOR básquetbol (14/16), basquetbol (2/16)
PERÚ básquetbol (16/16)
BOLIVIA básquetbol (12/15), basquetbol (3/15)
PARAGUAY básquetbol (10/12), basquetbol (2/12)
URUGUAY básquetbol (20/20)
ARGENTINA básquetbol (20/20)
CHILE básquetbol (17/18), basquetbol (1/18)
62
B1.4.4 Observaciones
Hispanoamérica excepto Puerto Rico: En Hispanoamérica baloncesto se usa a veces en contextos
formales, por ejemplo, para referirse al evento olímpico, pero en el lenguaje de todos los
días básquetbol o basquetbol —según la zona— se utiliza con mucha mayor frecuencia
que baloncesto. Y en el lenguaje de la mayoría de los hispanoamericanos cultos (bueno,
de aquellos que toquen el tema de este deporte), existe triglosia: baloncesto (uso muy
formal), básquetbol o basquetbol (registro neutro), y básquet (uso coloquial o informal).
España y Puerto Rico: En España y Puerto Rico, baloncesto se usa con más frecuencia que
básquetbol/basquetbol, hasta en el habla informal, y no suele haber la triglosia que existe
en la mayor parte de Hispanoamérica con respecto a este tema (ver párrafo anterior). Los
españoles típicamente utilizan un solo término (baloncesto), independientemente de la
situación en que se encuentren. En Puerto Rico, en cambio, hay diglosia: baloncesto
(formal) y básquet (informal), y se suele prescindir del paso intermedio, básquetbol o
basquetbol, del que se vale en el resto de Hispanoamérica.
Otras grafías: En todos los países en donde se usen básquetbol y/o basquetbol, no son
infrecuentes las grafías con k en vez de qu, es decir, basketbol y básketbol, además del
extranjerismo crudo, basketball.
B1.4.5 El Diccionario Panhispánico de Dudas
Definición del DPD
básquetbol o basquetbol. La voz inglesa basketball (‘baloncesto’) se ha adaptado gráficamente
en el español americano con dos acentuaciones, ambas válidas. La forma esdrújula básquetbol
mantiene la pronunciación etimológica y es la más extendida en el uso: «Tiene extraordinarias
condiciones para triunfar en el básquetbol» (Abc [Par.] 16.10.00); pero también se emplea,
especialmente en México, la forma aguda basquetbol [basquetból]: «Por puro aburrimiento
practicaba mucho basquetbol» (Proceso [Méx.] 20.10.96). El acortamiento básquet, igualmente
válido, ha de escribirse con tilde por ser palabra llana acabada en consonante distinta de -n o -s...
La adaptación gráfica del anglicismo convive en América con el calco baloncesto..., única forma
usada en España.
Reseña
El uso de la forma aguda, basquetbol, es bastante más extendido de lo que da a entender esta
entrada del DPD, que menciona expresamente sólo a México como país en donde se utiliza esta
variante. De hecho, basquetbol se ha mostrado frecuente en casi todos los países americanos que
se sitúan entre Colombia y México, incluidas las Antillas, lo cual significa que se da en
aproximadamente la mitad de las naciones de habla hispana.
Calificación: C
63
B1.5 BÉISBOL / BEISBOL
B1.5.1 Lo mayoritario y lo minoritario
Uso mayoritario: béisbol (uso dominante o competidor en 20 países).
Uso casi o relativamente minoritario: beisbol (uso dominante o competidor en 11 países).
B1.5.2 Resumen
Este deporte no es popular en España ni en ningún país suramericano que quede al sur de
Colombia. Pero independientemente de que se juegue o no, en la mayor parte del ámbito
hispánico béisbol, la forma llana, es la que predomina. Sólo en México, América Central, las
Antillas, Venezuela y la costa atlántica de Colombia se oye más beisbol, la forma aguda, aunque
en todas estas áreas hay competencia entre las dos formas. En los países en donde [beis-BOL] es
la pronunciación más frecuente, hay personas cultas que lo escriben béisbol (con el fin de ceñirse
a la norma internacional), lo cual crea una discrepancia entre grafía y pronunciación.
B1.5.3 Tabla dialectal
Nota: Las formas y los datos que aparecen en la siguiente tabla, se refieren a la pronunciación,
no a la grafía: a veces los que pronuncian [beis-BOL] lo escriben béisbol.
ESPAÑA béisbol (20/20)
MÉXICO beisbol (13/20), béisbol (7/20)
GUATEMALA béisbol (9/14), beisbol (7/14)
EL SALVADOR béisbol (10/16), beisbol (6/16)
HONDURAS béisbol (9/14), beisbol (5/14)
NICARAGUA beisbol (11/17), béisbol (7/17)
COSTA RICA béisbol (11/17), beisbol (7/17)
PANAMÁ beisbol (11/17), béisbol (6/17)
CUBA béisbol (9/16), beisbol (7/16)
REP. DOMIN. beisbol (10/18), béisbol (8/18)
PUERTO RICO beisbol (9/18), béisbol (9/18)
VENEZUELA beisbol (12/20), béisbol (8/20)
COLOMBIA béisbol (16/20), beisbol (5/20)
ECUADOR béisbol (16/18), beisbol (2/18)
PERÚ béisbol (17/17)
BOLIVIA béisbol (11/12), beisbol (1/12)
PARAGUAY béisbol (12/12)
URUGUAY béisbol (20/20)
ARGENTINA béisbol (20/20)
CHILE béisbol (16/18), beisbol (2/18)
64
B1.5.4 Observaciones
Béisbol/beisbol como deporte popular: Es interesante notar que en todos aquellos lugares del
ámbito hispánico en donde béisbol/beisbol sea un deporte popular —en México,
Nicaragua, Panamá, los tres países antillanos, Venezuela y la costa caribeña de
Colombia— la pronunciación [beis-BOL] es más frecuente que [BEIS-bol], o las dos
compiten. Sin embargo, a pesar de que muchos hablantes cultos de estas zonas
pronuncian [beis-BOL], a veces lo escriben béisbol para ceñirse a la norma internacional;
así, suele haber una discrepancia entre grafía y pronunciación. En el habla de todos los
días de las Antillas y de Venezuela hay un término que se utiliza mucho más que beisbol
y béisbol juntos: pelota. Allí, pelota es el nombre realmente popular para el deporte en
cuestión.
B1.5.5 El Diccionario Panhispánico de Dudas
Definición del DPD
béisbol o beisbol... La voz inglesa baseball se ha adaptado al español con dos acentuaciones,
ambas válidas. La forma béisbol, que conserva la acentuación llana etimológica, es la usada en
España y gran parte de América, mientras que en países como México, Guatemala, Colombia,
Venezuela, Cuba y la República Dominicana se prefiere la forma aguda beisbol [beisból]. Existe
también el calco pelota base, que en varios países de América, especialmente en el área caribeña,
se usa reducido a pelota: «Desistió de sus deseos de actuar en la pelota venezolana» (Nacional
[Ven.] 5.10.00).
Reseña
Aquí los lingüistas del DPD han acertado más que en el caso de básquetbol/basquetbol, ya que
especifican varios países —México, Guatemala, Colombia, Venezuela, Cuba y la República
Dominicana— en donde alegan que beisbol es más frecuente que béisbol, aunque no está claro si
esto es cierto en todos estos casos (ver § B1.5.3). Sin embargo, esta entrada del DPD no hace
referencia a Puerto Rico, Nicaragua y Panamá, países en donde beisbol también es de uso
frecuente. Tampoco menciona el hecho curioso de que beisbol es frecuente precisamente en
aquellos países en donde este deporte sea popular. Además, cabe cuestionar si es cierta la
afirmación del DPD de que pelota (‘béisbol/beisbol’) sea realmente un acortamiento de pelota
base ya que pelota también suele referirse al ‘fútbol/futbol’ en las áreas en donde este deporte
sea popular. Por consiguiente, es más probable que el uso de pelota (‘béisbol/beisbol’) en el área
caribeña sea simplemente por metonimia —jugar pelota por jugar un deporte en el cual se usa
una pelota— y por ser béisbol/beisbol el deporte que más se juega en esa zona.
Calificación: B
65
B1.6 FÚTBOL / FUTBOL
B1.6.1 Lo mayoritario y lo minoritario
Uso mayoritario: fútbol (uso dominante o competidor en 19 países).
Uso minoritario: futbol (uso dominante o competidor en 8 países).
B1.6.2 Resumen
Fútbol, la forma llana, es la que predomina en la mayor parte del ámbito hispánico, tanto en el
lenguaje oral como en el escrito. En cambio, futbol, la forma aguda, es la que más se oye y la que
más se lee en México. En América Central compiten ambas formas, pero generalmente con
preferencia, al menos en la lengua hablada, hacia futbol. En los países en donde se oye más [fut-
BOL] que [FUT-bol], hay personas cultas que lo escriben fútbol (con el fin de ceñirse a la norma
internacional), lo cual crea una discrepancia entre grafía y pronunciación.
B1.6.3 Tabla dialectal
Nota: Las formas y los datos que aparecen en la siguiente tabla, se refieren a la pronunciación,
no a la grafía: a veces los que pronuncian [fut-BOL] lo escriben fútbol.
ESPAÑA fútbol (20/20)
MÉXICO futbol (18/20), fútbol (2/20)
GUATEMALA futbol (10/16), fútbol (7/16)
EL SALVADOR futbol (13/17), fútbol (6/17)
HONDURAS fútbol (11/18), futbol (7/18)
NICARAGUA futbol (10/16), fútbol (6/16)
COSTA RICA futbol (9/17), fútbol (9/17)
PANAMÁ fútbol (9/16), futbol (8/16)
CUBA fútbol (13/16), futbol (3/16)
REP. DOMIN. fútbol (9/15), futbol (6/15)
PUERTO RICO fútbol (13/18), futbol (7/18)
VENEZUELA fútbol (18/20), futbol (2/20)
COLOMBIA fútbol (18/20), futbol (2/20)
ECUADOR fútbol (17/19), futbol (2/19)
PERÚ fútbol (19/19)
BOLIVIA fútbol (14/14)
PARAGUAY fútbol (15/15)
URUGUAY fútbol (20/20)
ARGENTINA fútbol (20/20)
CHILE fútbol (17/18), futbol (1/18)
66
B1.6.4 Observaciones
México y América Central: Si bien es cierto que en esta zona la pronunciación [fut-BOL] es más
frecuente que la de [FUT-bol], hay personas cultas de estos siete países que escriben
fútbol aunque lo pronuncien [fut-BOL]. Es decir, en México y América Central la grafía
futbol, aunque frecuente, es menos frecuente que la pronunciación [fut-BOL], y hay a
menudo una discrepancia entre la grafía y la pronunciación de esta palabra: personas
cultas que pronuncian [fut-BOL] pero que escriben fútbol. Algo similar, aunque no
idéntico, sucede con béisbol/beisbol y básquetbol/basquetbol (ver § B1.4 y B1.5,
respectivamente). Habría que investigar qué otros factores influyen en la variante que
utilizan los hablantes de estos países. Por ejemplo, a raíz del presente estudio, hay ciertos
indicios de que aquellos mexicanos y centroamericanos que practiquen o sean
aficionados a este deporte tienden a utilizar futbol ([fut-BOL]) con más frecuencia que
los que no.
Las Antillas: Es interesante notar que el porcentaje de encuestados de Cuba, la República
Dominicana y Puerto Rico que ofrecieron futbol es más bajo que el de los cubanos,
dominicanos y puertorriqueños que indicaron basquetbol y beisbol (ver § B1.4.3, B1.5.3
y B1.6.3). Esto tal vez se explica por el hecho de que el balompié tiene tan poca acogida
en los tres países antillanos de habla hispana. Es decir, la tendencia de los antillanos es
poner el acento hablado en el -bol en los nombres de los deportes que lo tienen, y por eso
suelen decir basquetbol y beisbol en vez de básquetbol y béisbol, pero como no juegan
casi al balompié, y poco tocan el tema de este deporte, en caso de hacerlo, tienden a
utilizar el término “importado”, fútbol, proveniente de la norma internacional. Por otra
parte, Puerto Rico quizás sea el único país de habla hispana en donde el fútbol/futbol
americano tiene más acogida que el balompié. Algunos encuestados puertorriqueños
indicaron que en Puerto Rico futbol se refiere a “American football” (futbol/fútbol
americano) y fútbol al balompié; otros indicaron que no, que futbol o fútbol se refiere al
“American football” y que al balompié le dicen soccer ([SO-quer]). Habría que
investigarlo para saber cuáles de estas afirmaciones son ciertas y en qué medida.
B1.6.5 El Diccionario Panhispánico de Dudas
Definición del DPD
fútbol o futbol... La voz inglesa football se ha adaptado al español con dos acentuaciones, ambas
válidas. La forma fútbol, que conserva la acentuación llana etimológica, es la de uso mayoritario
en España y en la mayor parte de América. En México y el área centroamericana se usa la aguda
futbol [futból]... Existe también el calco balompié, que no ha gozado de mucha aceptación entre
los hablantes y suele emplearse casi siempre por razones estilísticas, para evitar repeticiones en
el discurso: «En dos décadas de fútbol, [...] consiguió lo que ningún otro jugador logró en el
balompié nacional» (Hoy [Chile] 19-25.1.83).
67
Reseña
Aquí el DPD sí ha acertado al decir que “En México y el área centroamericana se usa la aguda
futbol” con lo cual básicamente ha captado la situación dialectal. Aunque la forma futbol también
se da en la República Dominicana y en Puerto Rico, países que no se mencionan en esta entrada
del DPD, las Antillas realmente constituyen una zona en donde el deporte de fútbol/futbol tiene
poca acogida y, por lo tanto, se puede argüir que la forma en que lo dirían los antillanos de habla
hispana no tiene mayor importancia porque se trata de un deporte que poco juegan y, por lo
tanto, de un tema que poco tocan.
Calificación: A
B1.7 [es-tri(p)-TIS] / [es-TRI(P)-tis] y STRIPTEASE / ESTRIPTÍS / ESTRIPTIS
B1.7.1 Lo mayoritario y lo minoritario
Pronunciaciones mayoritarias: [es-tri(p)-TIS] (pronunciación dominante o competidora en 19
países) y [es-TRI(P)-tis] (pronunciación dominante o competidora en 11 países).
Pronunciación minoritaria: no hay.
Grafía mayoritaria: striptease (grafía dominante o competidora en 20 países).
Grafías minoritarias: estriptís y estriptis (grafías competidoras en al menos 7 u 8 países).
B1.7.2 Resumen
En cuanto a la pronunciación, la forma aguda, [es-tri(p)-TIS], es la que predomina en Nicaragua,
Panamá, Cuba y en la mayor parte de América del Sur, con la excepción de Colombia. La forma
llana, [es-TRI(P)-tis], en cambio, es la que prima en España. Compiten ambas pronunciaciones
en México, Guatemala, El Salvador, Honduras, Costa Rica, la República Dominicana, Puerto
Rico y Colombia. Con respecto a las formas escritas, en casi todo el ámbito hispánico la grafía
inglesa, striptease, es más frecuente que las castellanizadas, estriptís y estriptis, si bien el uso de
uno u otro tipo probablemente es una decisión personal más que una tendencia dialectal.
B1.7.3 Tabla dialectal
Nota: En la tabla que aparece a continuación se presentan primero los datos referentes a la
pronunciación y luego, tras un punto y coma, los referentes a la grafía.
ESPAÑA [es-TRI(P)-tis] (17/20), [es-tri(p)-TIS] (6/20); striptease (18/20), estriptis
(4/20), estriptís (1/20) MÉXICO [es-tri(p)-TIS] (11/20), [es-TRI(P)-tis] (9/20); striptease (18/20), estriptis
(4/20), estriptís (1/20) GUATEMALA [es-tri(p)-TIS] (10/18), [es-TRI(P)-tis] (8/18); striptease (12/18), estriptís
(6/18)
68
EL SALVADOR [es-tri(p)-TIS] (10/15), [es-TRI(P)-tis] (5/15); striptease (11/13), estriptis
(1/13), estriptís (1/13) HONDURAS [es-tri(p)-TIS] (9/17), [es-TRI(P)-tis] (8/17); estriptís (7/16), striptease
(6/16), estriptis (3/16)
NICARAGUA [es-tri(p)-TIS] (10/13), [es-TRI(P)-tis] (3/13); striptease (8/13), estriptís (5/13)
COSTA RICA [es-tri(p)-TIS] (9/17), [es-TRI(P)-tis] (8/17); striptease (13/16), estriptis
(2/16), estriptís (1/16) PANAMÁ [es-tri(p)-TIS] (14/18), [es-TRI(P)-tis] (4/18); striptease (11/14), estriptís
(4/14)
CUBA [es-tri(p)-TIS] (12/15), [es-TRI(P)-tis] (3/15); estriptís (7/15), striptease
(6/15), estriptis (2/15)
REP. DOMIN. [es-tri(p)-TIS] (9/15), [es-TRI(P)-tis] (6/15); striptease (6/14), estriptís
(6/14), estriptis (2/13)
PUERTO RICO [es-tri(p)-TIS] (10/16), [es-TRI(P)-tis] (6/16); striptease (14/17), estriptís
(2/17), estriptis (1/17) VENEZUELA [es-tri(p)-TIS] (18/20), [es-TRI(P)-tis] (2/20); striptease (16/20), estriptís (4/20),
estriptis (1/20) COLOMBIA [es-TRI(P)-tis] (13/20), [es-tri(p)-TIS] (9/20); striptease (14/20), estriptis
(6/20)
ECUADOR [es-tri(p)-TIS] (10/16), [es-TRI(P)-tis] (6/16); striptease (7/15), estriptís
(4/15), estriptis (4/15)
PERÚ [es-tri(p)-TIS] (19/20), [es-TRI(P)-tis] (1/20); striptease (15/20), estriptís
(6/20)
BOLIVIA [es-tri(p)-TIS] (9/14), [es-TRI(P)-tis] (5/14); striptease (9/13), estriptís (2/13),
estriptis (2/13) PARAGUAY [es-tri(p)-TIS] (13/15), [es-TRI(P)-tis] (2/15); striptease (9/15), estriptís
(5/15), estriptis (1/15)
URUGUAY [es-tri(p)-TIS] (19/20), [es-TRI(P)-tis] (1/20); striptease (19/20), estriptís (1/20)
ARGENTINA [es-tri(p)-TIS] (18/20), [es-TRI(P)-tis] (2/20); striptease (18/20), estriptís (2/20)
CHILE [es-tri(p)-TIS] (17/20), [es-TRI(P)-tis] (3/20); striptease (20/20), estriptís (1/20)
B1.7.4 Observaciones
Pronunciación: Los resultados de este estudio apuntan a las siguientes conclusiones:
(1) Hay una preferencia sólida hacia [es-TRI(P)-tis] en España.
(2) Hay una preferencia sólida hacia [es-tri(p)-TIS] en Nicaragua, Panamá, Cuba,
Venezuela, Perú, Bolivia, Paraguay, Uruguay, Argentina y Chile.
(3) En los demás países hay considerable competencia entre ambas pronunciaciones,
a saber, en México, Guatemala, El Salvador, Honduras, Costa Rica, la República
Dominicana, Puerto Rico, Colombia y Ecuador.
Sin embargo, sería interesante investigar en qué medida la variación entre la
forma llana, [es-TRI(P)-tis] y la aguda, [es-tri(p)-TIS], se debe a factores dialectales y
hasta qué punto obedece a motivos más idiosincrásicos como, por ejemplo, la manera en
que cada hispanohablante percibe, o se imagina, que esta voz se pronuncia en inglés o en
francés.
69
Grafía: Obsérvese que las preferencias dialectales que, al parecer, existen con respecto a la
pronunciación —[es-tri(p)-TIS] versus [es-TRI(P)-tis], ver § B1.7.3 y el párrafo
anterior— no se manifiestan en las preferencias correspondientes de las grafías —
estriptís versus estriptis— por una razón sencilla: striptease es, hoy por hoy, la grafía
abrumadoramente mayoritaria en casi todo el ámbito hispánico. Es decir, los
hispanohablantes no suelen mostrar su forma de pronunciar la palabra mediante la grafía
que utilizan, sino que el uso del extranjerismo no adaptado, striptease, tapa y oscurece la
pronunciación subyacente, [es-tri(p)-TIS] o [es-TRI(P)-tis]. Los únicos dos países de
donde la mayoría de los encuestados indicaron una forma castellanizada (estriptís) fueron
Cuba y Honduras. La siguiente declaración sobre el tema, hecha por un español que
participó en el proyecto, capta bastante bien la preferencia, en casi todo el ámbito
hispánico, hacia la grafía inglesa: “Aún no está suficientemente afianzada la grafía
adaptada estriptis y no creo que se pueda afirmar que se usa habitualmente. Aún resulta
mucho más común striptease”.
B1.7.5 El Diccionario Panhispánico de Dudas
Definición del DPD
estriptis o estriptís... Para adaptar gráficamente al español la voz inglesa striptease..., se
proponen las formas estriptis y estriptís: «A lo mejor luego te hace hacer estriptis» (Pedrero
Invierno [Esp. 1989]); «Lo que quería era hacer un estriptís» (Gamboa Páginas [Col. 1998]). La
forma llana estriptis (pron. [estríptis]) refleja la pronunciación inglesa etimológica y es
invariable en plural... los estriptis. La forma aguda estriptís se debe al influjo de la pronunciación
francesa del anglicismo, y su plural es estriptises.
Reseña
En esta entrada, los lingüistas del DPD no nos suministran ninguna información dialectal sobre
la distribución de las pronunciaciones [es-tri(p)-TIS] y [es-TRI(P)-tis]. Básicamente se limitan a
desaconsejar la grafía inglesa, striptease, abogar por las castellanizadas, estriptis y estriptís, y
explicarnos el origen de cada una de estas: que estriptis surge porque guarda más relación con la
pronunciación inglesa y estriptís por asemejarse a la francesa. Pero al proponer sólo las grafías
castellanizadas y citar exclusivamente oraciones que las contengan, los del DPD pretenden
escondernos un hecho fundamental: en español la grafía inglesa, striptease, es la que se usa en
forma abrumadoramente mayoritaria. ¿Por qué andar con tapujos y tratar de negarlo? Está bien
que indiquen su preferencia hacia las formas castellanizadas, pero pierden credibilidad si no
reconocen la existencia —en español— de striptease. Lo cierto es que la grafía inglesa ha
resistido, con mucho éxito, todos los intentos de castellanizarla y probablemente es por una razón
muy sencilla: mal que a algunos académicos les pese, la grafía striptease tiene más caché que
estriptís o estriptis, del mismo modo que la grafía sexy es más sexy que sexi, forma
“castellanizada” que el DPD también ha intentado imponernos y, de igual modo, con resultados
patéticos. Están arremetiendo contra los molinos de viento, pues el sentir de la población
70
hispanohablante en general es que, escribir la palabra striptease en forma castellanizada —
estriptis o estriptís—, sería restarle gran parte de su seducción y erotismo.
Calificación: D
B2.0 ESDRÚJULA VERSUS LLANA, O HIATO VERSUS DIPTONGO
B2.1 BIÓSFERA / BIOSFERA (y otras voces con el sufijo -sfera)
B2.1.1 Lo mayoritario y lo minoritario
Uso mayoritario: biósfera, estratósfera e hidrósfera, etc. (uso dominante o competidor en 19
países).
Uso minoritario: biosfera, estratosfera e hidrosfera, etc. (uso dominante en 1 país y competidor
en 6 países).
B2.2.2 Resumen
Biósfera es la forma más frecuente en la mayor parte de Hispanoamérica. Sin embargo, en Costa
Rica, Panamá, Cuba y Venezuela hay competencia entre biósfera y biosfera, con preferencia
hacia la forma esdrújula. En Puerto Rico y Colombia también hay competencia, pero con
preferencia hacia biosfera, la forma llana. En España, en cambio, se utiliza casi exclusivamente
biosfera. Las demás palabras afines, tales como estratósfera/estratosfera e hidrósfera/hidrosfera,
etc. tienen la misma distribución geográfica que la de biósfera/biosfera, la cual aparece a
continuación en la § B2.1.3 como ejemplo de esta clase de palabras acabadas en -sfera.
B2.1.3 Tabla dialectal
ESPAÑA biosfera (20/20)
MÉXICO biósfera (18/20), biosfera (4/20)
GUATEMALA biósfera (16/17), biosfera (1/17)
EL SALVADOR biósfera (15/16), biosfera (1/16)
HONDURAS biósfera (14/14), biosfera (2/14)
NICARAGUA biósfera (13/14), biosfera (2/14)
COSTA RICA biósfera (10/18), biosfera (10/18)
PANAMÁ biósfera (11/16), biosfera (7/16)
CUBA biósfera (11/16), biosfera (8/16)
REP. DOMIN. biósfera (12/15), biosfera (3/15)
PUERTO RICO biosfera (15/20), biósfera (9/20)
VENEZUELA biósfera (14/20), biosfera (7/20)
COLOMBIA biosfera (15/20), biósfera (10/20)
ECUADOR biósfera (18/19), biosfera (1/19)
PERÚ biósfera (20/20), biosfera (1/20)
71
BOLIVIA biósfera (16/16)
PARAGUAY biósfera (13/14), biosfera (3/14)
URUGUAY biósfera (19/20), biosfera (1/20)
ARGENTINA biósfera (20/20), biosfera (2/20)
CHILE biósfera (15/17), biosfera (2/17)
B2.1.4 Observaciones
General: Fueron tres pares de vocablos sobre los que se indagó en esta parte del estudio:
biósfera/biosfera, estratósfera/estratosfera e hidrósfera/hidrosfera, tomados como
ejemplos de la clase de palabras que terminan en -sfera. En los tres casos, los encuestados
casi siempre daban respuestas uniformes y homogéneas, es decir, indicaban o bien
biósfera, estratósfera e hidrósfera, o bien biosfera, estratosfera e hidrosfera. Pero en
menos del 2% de las ocasiones los encuestados dieron respuestas heterogéneas, o sea, que
indicaron una mezcla de formas según la palabra de que se tratara, señalando, por
ejemplo, que decían biosfera e hidrosfera pero estratósfera.
Otras palabras afines: No se hicieron encuestas sobre otros pares de palabras de la misma clase,
tales como astenósfera/astenosfera, cromósfera/cromosfera, endósfera/endosfera,
exósfera/exosfera, litósfera/litosfera, mesósfera/mesosfera y tropósfera/troposfera, etc.
Sin embargo, es probable que todas estas palabras sigan los mismos patrones que los
señalados en la § B2.1.3 para biósfera/biosfera, con la salvedad de que voces como
astenósfera/astenosfera y cromósfera/cromosfera, etc. son más técnicas y menos
comunes que las tres de este estudio y, por lo tanto, es probable que un alto porcentaje de
los encuestados no hubieran estado familiarizados con ellas. También es posible que, en
el caso de los términos más técnicos y menos comunes, se utilicen las formas llanas
(astenosfera, cromosfera, etc.), con mayor frecuencia que en el de los términos más
habituales como biósfera/biosfera y estratósfera/estratosfera. Habría que investigar esto
y también el uso y la distribución de las palabras que terminan en -isfera o -ísfera tales
como barisfera/barísfera, batisfera/batísfera, etc. Desde luego, cuanto menos común sea
una palabra, más difícil será sacar conclusiones acerca de su variación dialectal.
El uso de biosfera en Hispanoamérica: ¿Está aumentando en Hispanoamérica el uso de biosfera a
expensas de biósfera? Algunos hispanoamericanos que participaron en este estudio
manifestaron que sí, indicando que a las nuevas generaciones se les está enseñando a
decir biosfera, estratosfera, etc. en vez de biósfera, estratósfera, etc., pero para saber si
esto es cierto, habría que estudiar el asunto mediante una investigación diacrónica.
B2.1.5 El Diccionario Panhispánico de Dudas
Definición del DPD
-sfera. Elemento compositivo sufijo... En el español de América, por analogía con atmósfera...,
se prefiere la acentuación esdrújula en todas las palabras que lo contienen: biósfera, estratósfera,
hidrósfera, etc. En el español de España, por el contrario, todas las palabras formadas con este
elemento compositivo, salvo atmósfera, son llanas: biosfera, estratosfera, hidrosfera, etc.
72
Reseña
Si los lingüistas del DPD realmente hubieran hecho su debida investigación, no se atreverían a
decir, a secas, “[e]n el español de América... se prefiere la acentuación esdrújula en todas las
palabras que lo contienen [que contienen el sufijo -sfera]”, ¡porque esto no es del todo cierto!. En
Puerto Rico y Colombia se prefieren efectivamente biosfera, estratosfera, etc., y en Costa Rica,
Panamá, Cuba y Venezuela hay competencia entre ambas formas. Si se hubieran tomado la
molestia de investigarlo con rigor, se habrían dado cuenta de que la situación es más compleja
que una simple dicotomía —en España, biosfera y en Hispanoamérica, biósfera— y no la
habrían embarrado.
Calificación: C
B2.2 ÍCONO / ICONO
B2.2.1 Lo mayoritario y lo minoritario
Uso mayoritario: ícono (uso dominante en 19 países).
Uso minoritario: icono (uso dominante en 1 país).
B2.2.2 Resumen
Ícono, la forma esdrújula, se usa en Hispanoamérica, e icono, la forma llana, en España.
B2.2.3 Tabla dialectal
ESPAÑA icono (20/20), ícono (1/20)
MÉXICO ícono (19/20), icono (6/20)
GUATEMALA ícono (12/13), icono (1/13)
EL SALVADOR ícono (13/14), icono (1/14)
HONDURAS ícono (14/15), icono (1/15)
NICARAGUA ícono (13/15), icono (2/15)
COSTA RICA ícono (16/16)
PANAMÁ ícono (15/15)
CUBA ícono (16/16), icono (1/16)
REP. DOMIN. ícono (15/16), icono (1/16)
PUERTO RICO ícono (16/20), icono (6/20)
VENEZUELA ícono (20/20), icono (2/20)
COLOMBIA ícono (17/20), icono (4/20)
ECUADOR ícono (18/18)
PERÚ ícono (18/20), icono (2/20)
BOLIVIA ícono (14/16), icono (2/16)
73
PARAGUAY ícono (13/14), icono (2/14)
URUGUAY ícono (19/20), icono (1/20)
ARGENTINA ícono (19/20), icono (2/20)
CHILE ícono (17/18), icono (3/18)
B2.2.4 Observaciones
El uso de icono en Hispanoamérica: Si bien es cierto que en el español americano ícono se utiliza
con muchísima más frecuencia que icono, no faltan hispanoamericanos cultos que abogan
por el uso de icono, y para respaldar su posición suelen alegar que icono es la única
forma aceptada por la Real Academia sin darse cuenta de que esta institución admite
ambas variantes desde hace tiempo. Hace falta investigar si el uso de icono está
aumentando en Hispanoamérica, a expensas de ícono. Si así fuera, habría que averiguar
en qué medida dicho aumento se debe al deseo de algunos hispanoamericanos de usar
icono por considerar esta forma la preferida por la Real Academia (independientemente
de que sea así), hasta que punto se debe al hecho de que Microsoft, en su software y
publicaciones, utiliza exclusivamente la variante icono y en qué medida se debe a otros
factores.
B2.2.5 El Diccionario Panhispánico de Dudas
Definición del DPD
icono o ícono... Tiene dos acentuaciones válidas: la llana icono (pron. [ikóno]) es la más
próxima a la etimología (del gr. bizantino eikón, -ónos, a través del fr. icône) y la de uso
mayoritario en España; en América, en cambio, se usa más la esdrújula ícono.
Reseña
El DPD ha dado en el clavo: en España, icono; en América, ícono (mayormente).
Calificación: A+
B2.3 SAHARA / SÁHARA
B2.3.1 Lo mayoritario y lo minoritario
Uso mayoritario: Sahara (uso dominante en 19 países).
Uso minoritario: Sáhara (uso dominante en 1 país).
74
B2.3.2 Resumen
Sahara, la forma llana, se usa en toda Hispanoamérica. Sáhara, la forma esdrújula, que se
pronuncia como si se escribiera Sájara, se da con frecuencia sólo en España.
B2.3.3 Tabla dialectal
ESPAÑA Sáhara (19/20), Sahara (1/20)
MÉXICO Sahara (19/20), Sáhara (1/20)
GUATEMALA Sahara (12/12)
EL SALVADOR Sahara (10/10)
HONDURAS Sahara (13/16), Sáhara (3/16)
NICARAGUA Sahara (14/14)
COSTA RICA Sahara (14/16), Sáhara (2/16)
PANAMÁ Sahara (15/17), Sáhara (3/17)
CUBA Sahara (15/16), Sáhara (1/16)
REP. DOMIN. Sahara (14/14)
PUERTO RICO Sahara (19/19)
VENEZUELA Sahara (19/20), Sáhara (1/20)
COLOMBIA Sahara (20/20)
ECUADOR Sahara (18/19), Sáhara (1/19)
PERÚ Sahara (20/20)
BOLIVIA Sahara (15/15)
PARAGUAY Sahara (15/15)
URUGUAY Sahara (20/20)
ARGENTINA Sahara (20/20)
CHILE Sahara (17/17)
B2.3.4 Observaciones
España: En España se escribe Sáhara, pero se pronuncia [SA-ja-ra] en vez de [SA-a-ra]. Es
decir, hay una discrepancia en España entre la grafía, Sáhara, y la pronunciación [SA-ja-
ra]: la grafía correspondiente a esta pronunciación sería Sájara.
¿El uso de Sáhara en América? El DPD afirma que la grafía Sáhara se va imponiendo en el
español actual, sin especificar variedades (ver § B2.3.5). Habrá que investigar, mediante
un estudio diacrónico, en qué medida, si es que en alguna, el uso de Sahara va cediendo
en Hispanoamérica ante el de Sáhara. En este estudio basado en la introspección, la
incidencia de Sáhara en Hispanoamérica fue insignificante.
75
B2.3.5 El Diccionario Panhispánico de Dudas
Definición del DPD
Sáhara o Sahara... Ambas grafías son igualmente válidas, si bien a cada una le corresponde una
pronunciación. La grafía más tradicional en español es Sahara, que corresponde a la
pronunciación llana [saára]: «En esta parte del Sahara abundan los pozos» (Leguineche Camino
[Esp. 1995]). La grafía Sáhara, que se va imponiendo en el español actual, corresponde a la
pronunciación esdrújula [sáhara], con aspiración de la h por influjo de la pronunciación de este
nombre en árabe...: «Cruzaría el estrecho de Gibraltar y tal vez el desierto del Sáhara» (Marsé
Embrujo [Esp. 1993]).
Reseña
El DPD no hace ninguna mención de que haya una diferencia dialectal entre España (Sáhara) e
Hispanoamérica (Sahara), y presenta el tema del nombre de este desierto como si fuera una
cuestión netamente diacrónica: según el DPD, antes se decía Sahara en todo el ámbito hispánico
y ahora (y cada vez más en el futuro) Sáhara es el término que se va a usar. Los editores del
DPD no mencionan para nada el hecho de que este cambio lingüístico está lejos de haberse
concretado en Hispanoamérica. Y en vista de que las únicas dos oraciones con Sahara/Sáhara
que sus lexicógrafos citan provienen de textos de España, no está claro de dónde sacan la
conclusión de que la forma Sáhara se va imponiendo en el español actual en todas sus
variedades. ¡Es un verdadero misterio! Quizás dan por sentado que, estando este desierto más
cerca de España que de América, el nuevo nombre peninsular (Sáhara) necesariamente tendrá
que imponerse en el uso americano, lo cual a estas alturas parece ser una suposición falsa: en el
presente estudio la frecuencia de Sahara fue abrumadoramente alta para todos los países
hispanoamericanos y la de Sáhara fue ínfima. Los lingüistas del DPD no parecen haber hecho
ningún estudio multidialectal. Por otra parte, es interesante notar que no censuran la discrepancia
entre la pronunciación peninsular, [SA-ja-ra], y su grafía, Sáhara, y no intentan exhortarnos a
mantener la concordancia, diciéndonos que “quien diga [SA-ja-ra] debe escribir Sájara”.
Seguramente no lo han hecho porque saben que, de proponer tal cosa, se convertirían en el
hazmerreír del público que lea su obra, pero al no hacerlo también dan a entender que están
dispuestos a descartar su sagrado principio de concordancia entre grafía y pronunciación cuando
les conviene.
Calificación: D
B2.4 VÁRICES / VARICES
B2.4.1 Lo mayoritario y lo minoritario
Uso mayoritario: várices (uso dominante o competidor en 19 países).
Uso minoritario: varices (uso dominante en 1 país).
76
B2.4.2 Resumen
Las formas de plural son mucho más frecuentes en español, en todo el ámbito hispánico, que las
de singular. Várices (cuyo singular es várice) se usa en Hispanoamérica, y varices (cuyo singular
es variz) en España.
B2.4.3 Tabla dialectal
Nota: En la tabla que aparece a continuación se indican sólo las formas de plural por ser las más
frecuentes.
ESPAÑA varices (19/20), várices (1/20)
MÉXICO várices (20/20)
GUATEMALA várices (11/11)
EL SALVADOR várices (14/15), varices (1/15)
HONDURAS várices (13/14), varices (1/14)
NICARAGUA várices (13/15), varices (2/15)
COSTA RICA várices (15/15)
PANAMÁ várices (12/12)
CUBA várices (12/14), varices (2/14)
REP. DOMIN. várices (14/15), varices (1/15)
PUERTO RICO várices (13/16), varices (3/16)
VENEZUELA várices (17/17)
COLOMBIA várices (17/17), varices (1/17)
ECUADOR várices (12/13), varices (1/13)
PERÚ várices (16/16)
BOLIVIA várices (12/13), varices (1/13)
PARAGUAY várices (10/10)
URUGUAY várices (18/18)
ARGENTINA várices (20/20)
CHILE várices (15/15), varices (1/15)
B2.4.4 Observaciones
General: En Hispanoamérica, el singular de várices es várice y en España el singular de varices
es variz. Sin embargo, en todo el ámbito hispánico las formas en plural —várices y
varices, respectivamente—, son mucho más frecuentes que las formas en singular.
También hay hispanohablantes que no utilizan ni várices ni varices sino venas varicosas.
77
B2.4.5 El Diccionario Panhispánico de Dudas
Definición del DPD
várice o varice. ‘Dilatación permanente de una vena’. Es voz propia del español de América,
pues en España se emplea la variante variz (pl. varices). La forma várice (pl. várices) es la que
conserva la acentuación etimológica y la preferida en el uso americano, donde también se
emplea, aunque menos, la variante llana varice (pl. varices). Aunque en latín se usó con ambos
géneros, en el español culto actual se usa siempre en femenino.
Reseña
Aquí el DPD ha acertado al dar la idea de que en España se dice varices y en América,
mayormente, várices.
Calificación: A+
B2.5 VIDEO / VÍDEO
B2.5.1 Lo mayoritario y lo minoritario
Uso mayoritario: video (uso dominante en 19 países).
Uso minoritario: vídeo (uso dominante en 1 país).
B2.5.2 Resumen
Video, la forma llana, se usa en toda Hispanoamérica, mientras que vídeo, la forma esdrújula, es
la que se usa en España.
B2.5.3 Tabla dialectal
ESPAÑA vídeo (19/20), video (1/20)
MÉXICO video (20/20)
GUATEMALA video (15/16), vídeo (1/16)
EL SALVADOR video (17/17)
HONDURAS video (15/16), vídeo (1/16)
NICARAGUA video (15/16), vídeo (2/16)
COSTA RICA video (16/17), vídeo (2/17)
PANAMÁ video (16/17), vídeo (1/17)
CUBA video (17/17)
REP. DOMIN. video (14/16), vídeo (2/16)
PUERTO RICO video (16/16), vídeo (1/16)
VENEZUELA video (20/20), vídeo (1/20)
78
COLOMBIA video (20/20), vídeo (2/20)
ECUADOR video (17/19), vídeo (4/19)
PERÚ video (18/20), vídeo (3/20)
BOLIVIA video (15/15)
PARAGUAY video (16/16), vídeo (1/16)
URUGUAY video (20/20)
ARGENTINA video (20/20), vídeo (1/20)
CHILE video (16/17), vídeo (2/17)
B2.5.4 Observaciones
General: Si bien es cierto que en Hispanoamérica se dice video, la forma llana, y en España
vídeo, la forma esdrújula, hay algunos hispanoamericanos que prefieren escribirlo vídeo,
aunque lo pronuncien [vi-DE-o], porque así se les enseñó a escribirlo en la escuela o
porque se creen que así lo exige la Real Academia, etc. Desde luego, el hecho de que el
DPD y otras autoridades lingüísticas censuren este tipo de discrepancias entre grafía y
pronunciación les tiene muy sin cuidado.
B2.5.5 El Diccionario Panhispánico de Dudas
Definición del DPD
video o vídeo... se ha adaptado al español con dos acentuaciones, ambas válidas: la forma
esdrújula vídeo [bídeo], que conserva la acentuación etimológica, es la única usada en España; en
América, en cambio, se usa mayoritariamente la forma llana video [bidéo].
Reseña
Nuevamente el DPD ha dado en el clavo en el caso de esta división sencilla: video en América, y
vídeo en España. ¡Hurra!
Calificación: A+
B2.6 LAPAROSCOPÍA / LAPAROSCOPIA (y otras voces con el sufijo -scopía/ia)
B2.6.1 Lo mayoritario y lo minoritario
Uso mayoritario: laparoscopía, endoscopía, espectroscopía, etc. (uso dominante en 17 países).
Uso minoritario: laparoscopia, endoscopia, espectroscopia, etc. (uso dominante en 3 países).
79
B2.6.2 Resumen
Laparoscopía, la forma con hiato y seis sílabas, es la que se usa con mayor frecuencia en casi
todo el ámbito hispánico. Sólo en España, Colombia y Venezuela se prefiere laparoscopia, la
forma con diptongo y cinco sílabas. Las demás palabras afines, tales como
endoscopía/endoscopia y espectroscopía/espectroscopia, etc., tienen la misma distribución
geográfica que la de laparoscopía/laparoscopia, la cual aparece a continuación en la § B2.6.3
como ejemplo de esta clase de palabras acabadas en -scopía o -scopia.
B2.6.3 Tabla dialectal
ESPAÑA laparoscopia (20/20), laparoscopía (1/20)
MÉXICO laparoscopía (20/20), laparoscopia (2/20)
GUATEMALA laparoscopía (14/15), laparoscopia (2/15)
EL SALVADOR laparoscopía (15/15), laparoscopia (1/15)
HONDURAS laparoscopía (12/16), laparoscopia (4/16)
NICARAGUA laparoscopía (13/15), laparoscopia (2/15)
COSTA RICA laparoscopía (15/15)
PANAMÁ laparoscopía (14/15), laparoscopia (1/15)
CUBA laparoscopía (15/15)
REP. DOMIN. laparoscopía (14/15), laparoscopia (1/15)
PUERTO RICO laparoscopía (15/19), laparoscopia (4/19)
VENEZUELA laparoscopia (19/20), laparoscopía (1/20)
COLOMBIA laparoscopia (20/20), laparoscopia (1/20)
ECUADOR laparoscopía (18/19), laparoscopia (1/19)
PERÚ laparoscopía (17/20), laparoscopia (3/20)
BOLIVIA laparoscopía (13/15), laparoscopia (2/15)
PARAGUAY laparoscopía (14/14), laparoscopia (1/14)
URUGUAY laparoscopía (20/20), laparoscopia (1/20)
ARGENTINA laparoscopía (19/20), laparoscopia (1/20)
CHILE laparoscopía (15/17), laparoscopia (2/17)
B2.6.4 Observaciones
General: Fueron tres pares de vocablos sobre los que se indagó en esta parte del estudio:
endoscopía/endoscopia, espectroscopía/espectroscopia y laparoscopía/laparoscopia.
Estos tres casos fueron tomados como ejemplos de la clase de palabras que tienen el
sufijo -scopía o -scopia. Aunque no se hicieron encuestas sobre otros pares de palabras
de la misma clase, tales como artroscopía/ia, colonoscopía/ia, laringoscopía/ia y
microscopía/ia, etc., se piensa que todas estas voces deben de seguir los mismos patrones
dialectales de distribución geográfica que las indicadas en la § B2.6.3 para
laparoscopía/laparoscopia.
80
B2.6.5 El Diccionario Panhispánico de Dudas
Definición del DPD
-scopia o -scopía. Elemento compositivo sufijo (del gr. -skopía ‘acción de observar o examinar’)
que forma sustantivos femeninos que designan, por lo general, procedimientos de exploración
visual o técnicas de diagnóstico mediante exploración visual: artroscopia o artroscopía,
laringoscopia o laringoscopía, microscopia o microscopía, etc. Ambas acentuaciones son
válidas. Las formas con hiato (-ía), acordes con la pronunciación etimológica griega, suelen ser
las preferidas en el español americano; las formas con diptongo (-ia), acordes con la
pronunciación latina, son las preferidas en España.
Reseña
De nuevo vemos que los lingüistas del DPD no han llevado a cabo su debida investigación
porque de haberla hecho con rigor probablemente no se atreverían a decir, a secas, “[l]as formas
con hiato (-ía)... suelen ser las preferidas en el español americano”. Esta declaración no es del
todo cierto, pues en Colombia y Venezuela se usan laparoscopia, endoscopia, espectroscopia,
etc. y no laparoscopía, endoscopía, espectroscopia, etc. Su descripción dialectal necesita
subsanarse al indicar lo siguiente:
“Las formas con hiato (-ía), acordes con la pronunciación etimológica griega,
suelen ser las preferidas en casi todos los países del ámbito hispánico, pero las
formas con diptongo (-ia), acordes con la pronunciación latina, son las preferidas
en Colombia, España y Venezuela”.
Los del DPD tendrían que haberse puesto a investigar este tema con más esmero antes que hacer
generalizaciones sin fundamento.
Calificación: B-
B2.7 OLIMPIADA / OLIMPÍADA
B2.7.1 Lo mayoritario y lo minoritario
Uso mayoritario: olimpiada (uso dominante o competidor en 18 países).
Uso minoritario: olimpíada (uso dominante o competidor en 7 países).
B2.7.2 Resumen
Olimpiada, con diptongo y cuatro sílabas, es la variante más frecuente en todos los niveles de
lenguaje en la mayor parte del ámbito hispánico. Pero olimpíada, con hiato y cinco sílabas, es la
más frecuente en el lenguaje culto de Uruguay y Argentina. En el nivel culto de El Salvador, la
República Dominicana, Venezuela, Colombia y Chile hay competencia entre las dos formas.
81
B2.7.3 Tabla dialectal
ESPAÑA olimpiada (19/20), olimpíada (3/20)
MÉXICO olimpiada (19/20), olimpíada (4/20)
GUATEMALA olimpiada (15/16), olimpíada (2/16)
EL SALVADOR olimpiada (10/15), olimpíada (7/15)
HONDURAS olimpiada (16/17), olimpíada (4/17)
NICARAGUA olimpiada (13/16), olimpíada (4/16)
COSTA RICA olimpiada (16/17), olimpíada (2/17)
PANAMÁ olimpiada (15/15), olimpíada (2/15)
CUBA olimpiada (13/15), olimpíada (3/15)
REP. DOMIN. olimpíada (12/17), olimpiada (10/17)
PUERTO RICO olimpiada (20/20), olimpíada (1/20)
VENEZUELA olimpiada (15/20), olimpíada (14/20)
COLOMBIA olimpiada (15/20), olimpíada (8/20)
ECUADOR olimpiada (17/20), olimpíada (5/20)
PERÚ olimpiada (18/20), olimpíada (5/20)
BOLIVIA olimpiada (15/15)
PARAGUAY olimpiada (14/15), olimpíada (1/15)
URUGUAY olimpíada (20/20), olimpiada (1/19)
ARGENTINA olimpíada (20/20), olimpiada (6/20)
CHILE olimpíada (14/20), olimpiada (12/20)
B2.7.4 Observaciones
Olimpiada versus olimpíada: Son dos los países de habla hispana en donde hay una clara
preferencia hacia olimpíada en el lenguaje culto: Uruguay y Argentina. En estos dos
países, y tal vez en El Salvador, la República Dominicana, Venezuela, Colombia y Chile
(donde compiten ambas formas), hay hablantes que consideran que olimpíada es superior
a olimpiada. Entre los hablantes que usan olimpiada, que son la gran mayoría, la forma
con hiato, olimpíada, probablemente se considere libresca, altisonante o quizás sólo una
mera curiosidad.
B2.7.5 El Diccionario Panhispánico de Dudas
Definición del DPD
olimpiada u olimpíada... Tiene dos acentuaciones válidas: la llana olimpiada [o - lim - piá - da],
con diptongo entre las vocales en contacto, y la esdrújula olimpíada [o - lim - pí a - da], con hiato
en lugar de diptongo. En el español de España es mayoritaria la acentuación llana, mientras que
en América se usan indistintamente ambas formas.
82
Reseña
La afirmación de que “en América se usan indistintamente ambas formas [olimpiada y
olimpíada]” no es cierta. En realidad son contados los países americanos en los que “se usan
indistintamente ambas formas”, pues en la gran mayoría de ellos hay una clara preferencia, por
lo general hacia olimpiada. Los países en donde ambas variantes quizás se usan
“indistintamente” son sólo El Salvador, la República Dominicana, Venezuela, Colombia y Chile.
En Uruguay y Argentina, al menos en su habla culta, se usa, con frecuencia abrumadora,
olimpíada, y en todos los demás países de habla hispana se usa mayormente olimpiada.
Nuevamente vemos que el equipo del DPD hace declaraciones sobre variación lingüística sin
haber investigado los dialectos o habiéndolos investigado mal.
Calificación: D+
B2.8 PERÍODO / PERIODO
B2.8.1 Lo mayoritario y lo minoritario
Usos mayoritarios: período (uso dominante o competidor en 20 países, probablemente) y periodo
(uso dominante o competidor en al menos 17 países).
Uso minoritario: no hay.
B2.8.2 Resumen
En la mayoría de los países hay una competencia seria entre período, la forma con hiato y cuatro
sílabas, y periodo, la forma con diptongo y tres sílabas, de modo que las dos variantes se usan
indistintamente, al menos con el significado principal de ‘tiempo, lapso’. Sólo en Uruguay,
Argentina y Chile es período mucho más frecuente que periodo en el habla culta. En cambio, en
México, varios países centroamericanos, Bolivia y Paraguay, periodo es más común que período.
Algunos hispanohablantes cultos hacen una distinción entre período (‘tiempo, lapso’) y periodo
(‘menstruación’) —e insisten en ella—, pero tales personas constituyen una minoría y su llamado
no parece ser acogido por la población culta en general.
B2.8.3 Tabla dialectal
ESPAÑA periodo (18/20), período (12/20)
MÉXICO periodo (18/20), período (10/20)
GUATEMALA período (10/16), periodo (8/16)
EL SALVADOR período (10/16), periodo (9/16)
HONDURAS periodo (9/16), período (9/16)
NICARAGUA período (13/15), periodo (6/15)
COSTA RICA período (13/17), periodo (9/17)
PANAMÁ periodo (11/15), período (7/15)
83
CUBA período (12/15), periodo (9/15)
REP. DOMIN. periodo (12/18), período (12/18)
PUERTO RICO periodo (19/20), período (15/20)
VENEZUELA período (19/20), periodo (10/20)
COLOMBIA período (18/20), periodo (12/20)
ECUADOR período (16/19), periodo (10/19)
PERÚ período (17/20), periodo (14/20)
BOLIVIA periodo (13/15), período (5/15)
PARAGUAY periodo (14/15), período (3/15)
URUGUAY período (20/20), periodo (1/20)
ARGENTINA período (20/20), periodo (5/20)
CHILE período (14/16), periodo (4/16)
B2.8.4 Observaciones
Período versus periodo: Algunos hablantes cultos consideran incorrecto y señal de una falta de
escolaridad el uso de periodo (‘lapso, tiempo’), mientras que los que efectivamente
utilizan esta variante suelen tener un concepto neutro o hasta positivo, acerca del uso de
período; sin embargo, también hay algunos que consideran libresca la forma con hiato. El
prejuicio en contra de periodo se da mucho más en aquellos países suramericanos en
donde el uso de esta forma sea poco común en el habla culta (Uruguay, Argentina y
Chile), pero aun en los países en donde periodo es muy frecuente en el habla culta, hay
partidarios de período que consideran su uso superior al de periodo. También existen
hispanohablantes —una pequeña minoría, por cierto—, que se enorgullecen de hacer una
distinción semántica entre período (‘tiempo, lapso’) y periodo (‘menstruación’), y
lógicamente tienden a mirar con malos ojos a todo aquel que no la haga. En realidad, el
hacer o no hacer dicha distinción semántica no es una cuestión de que la mayoría de los
hispanohablantes tengan que ocuparse porque para referirse a lo de las mujeres suelen
utilizar regla o menstruación en el registro neutro y otros términos metafóricos en el
lenguaje coloquial, humorístico, jergal, etc.
B2.8.5 El Diccionario Panhispánico de Dudas
Definición del DPD
período o periodo. ‘Espacio de tiempo’. Ambas acentuaciones son correctas: la esdrújula
período [pe - rí - o - do], con hiato entre las vocales contiguas, que es la forma etimológica; y la
llana, periodo [pe - rió - do], con diptongo en lugar de hiato. La preferencia de una u otra en la
escritura debe adecuarse a la pronunciación: quien diga [período] debe escribir período, y quien
diga [periódo] debe escribir periodo. Con el significado de ‘menstruación’, se usa solo la llana
periodo.
84
Reseña
Si bien es cierto que en Uruguay, Argentina y Chile los hablantes cultos tienden a rehuir el uso
de periodo, el DPD tal vez acierta al no hacer comentarios dialectales en esta entrada debido a
que hay mucha competencia entre las dos formas en la mayoría de los países de habla hispana, y
aun en Uruguay, Argentina y Chile, periodo, al parecer, se da con alguna frecuencia, aunque
baja.
Calificación: A+
B3.0 OTRAS DIFERENCIAS DE PRONUNCIACIÓN Y/O DE GRAFÍA
B3.1 [DI-sel] / [DIE-sel] y DIESEL / DIÉSEL
B3.1.1 Lo mayoritario y lo minoritario
Pronunciación mayoritaria: [DI-sel] (pronunciación dominante o competidora en 16 países).
Pronunciación minoritaria: [DIE-sel] (pronunciación dominante o competidora en 5 países).
Grafía mayoritaria: diesel (grafía dominante o competidora en 20 países).
Grafía minoritaria: diésel (grafía competidora en 4 países).
B3.1.2 Resumen
En la gran mayoría de los países del ámbito hispánico este término suele pronunciarse [DI-sel] y
escribirse diesel, sin acento. Sólo en España, Cuba, Bolivia, Paraguay y Argentina con frecuencia
se pronuncia [DIE-sel] y/o se escribe diésel.
B3.1.3 Tabla dialectal
Nota: En la tabla que aparece a continuación se presentan primero los datos referentes a la
pronunciación y luego, tras un punto y coma, los referentes a la grafía.
ESPAÑA [DIE-sel] (20/20); diésel (11/20), diesel (9/20)
MÉXICO [DI-sel] (20/20); diesel (19/20), diésel (1/20)
GUATEMALA [DI-sel] (17/17); diesel (16/17), diésel (1/17)
EL SALVADOR [DI-sel] (18/18); diesel (16/18), diésel (1/18), dísel (1/18)
HONDURAS [DI-sel] (15/15); diesel (10/15), diésel (5/15)
NICARAGUA [DI-sel] (16/17), [DIE-sel] (1/17); diesel (15/16), diésel (1/16)
COSTA RICA [DI-sel] (17/17); diesel (15/16), diésel (1/16)
PANAMÁ [DI-sel] (15/16), [DIE-sel] (2/16); diesel (14/16), diésel (3/16)
CUBA [DIE-sel] (13/15), [DI-sel] (2/15); diésel (9/15), diesel (7/15)
REP. DOMIN. [DI-sel] (17/17); diesel (16/17), diésel (1/17)
PUERTO RICO [DI-sel] (14/16), [DIE-sel] (2/16); diesel (16/16)
85
VENEZUELA [DI-sel] (20/20); diesel (17/20), diésel (3/20)
COLOMBIA [DI-sel] (19/20), [DIE-sel] (1/20); diesel (16/19), diésel (3/19)
ECUADOR [DI-sel] (13/16), [DIE-sel] (3/16); diesel (13/16), diésel (3/16)
PERÚ [DI-sel] (20/20); diesel (16/19), diésel (3/19)
BOLIVIA [DIE-sel] (15/16), [DI-sel] (2/16); diesel (12/15), diésel (3/15)
PARAGUAY [DIE-sel] (13/18), [DI-sel] (7/18); diesel (10/15), diésel (5/15)
URUGUAY [DI-sel] (16/20), [DIE-sel] (4/20); diesel (18/20), diésel (2/20)
ARGENTINA [DI-sel] (14/20), [DIE-sel] (12/20); diesel (14/20), diésel (13/20)
CHILE [DI-sel] (17/20), [DIE-sel] (5/20); diesel (17/20), diésel (3/20)
B3.1.4 Observaciones
General: Si se considera el ámbito hispánico en su conjunto, los resultados de este estudio
permiten sacar las siguientes conclusiones generales con respecto a [DI-sel]/[DIE-sel] y
diesel/diésel:
(1) La mayoría de los hispanohablantes cultos pronuncian [DI-sel] y escriben diesel:
los de España, Cuba, Bolivia, Paraguay y, en medida menor, Argentina,
constituyen excepciones a esta regla o práctica general.
(2) Hay numerosos hispanohablantes cultos que pronuncian [DI-sel] y escriben
diésel.
(3) Los hay también que pronuncian [DIE-sel] y escriben diesel, sobre todo en
España, Cuba, Bolivia, Paraguay y Argentina.
(4) En el caso de cualquiera de las combinaciones fonético-gráficas esbozadas en los
anteriores puntos uno, dos y tres, hay una desconcordancia entre la pronunciación
y la grafía de esta voz.
(5) Lo que apenas existen son hispanohablantes cultos que pronuncien [DI-sel] y que
escriban dísel, grafía que sí concordaría con la pronunciación.
(6) Sólo en España, Cuba, Bolivia, Paraguay y Argentina hay un porcentaje alto de
hablantes cultos que pronuncien [DIE-sel] y que escriban diésel, lo cual supone
una concordancia entre grafía y pronunciación; se trata de una práctica minoritaria
frente a la de [DI-sel]/diesel, el uso mayoritario.
Competencia entre [DI-sel]/diesel y [DIE-sel]/diésel: Entre los países en los que compiten las
dos pronunciaciones, [DI-sel] y [DIE-sel], es Argentina el lugar en donde dicha
competencia es más recia, al punto que allí las dos variantes parecen luchar la una contra
la otra en condiciones casi de igualdad: en este estudio, aproximadamente la mitad de los
argentinos cultos indicaron que dicen y escriben [DI-sel]/diesel, y la otra mitad, poco más
o menos, [DIE-sel]/diésel. En Paraguay (donde predomina [DIE-sel]) y en Chile (donde
prima [DI-sel]), también hay cierto nivel de competencia entre las dos pronunciaciones,
aunque en menor grado que la que existe en la Argentina (ver § B3.1.3).
Cuba: En Cuba, donde mayormente se utiliza la variante [DIE-sel] (escrito diésel o diesel),
también se usa petróleo con frecuencia en el sentido de ‘diesel/diésel’. Es decir, en Cuba
petróleo no sólo se usa en el sentido general de ‘líquido natural oleaginoso e inflamable,
constituido por una mezcla de hidrocarburos, que se extrae de lechos geológicos
86
continentales o marítimos’, sino que puede tener un significado mucho más específico, el
de ‘diesel/diésel’.
Colombia: En Colombia, donde mayormente se utiliza la variante [DI-sel]/diesel, la sigla
A.C.P.M. (aceite combustible para motores), se usa con frecuencia en el sentido de
‘diesel/diésel’.
Bolivia y Paraguay: Con la excepción de Bolivia y Paraguay, en todos los demás países en donde
la pronunciación [DIE-sel] es frecuente (España, Cuba y Argentina), los encuestados a
menudo ofrecieron la grafía diésel. ¿Por qué será que de Bolivia más del 80% de ellos
ofreció la pronunciación [DIE-sel], pero menos del 25% indicó la grafía diésel? En el
caso de Paraguay, sólo la tercera parte ofreció la grafía diésel, a pesar de que la
pronunciación mayoritaria de este país también es [DIE-sel] (ver § B3.1.3). El autor del
presente estudio opina que no es convincente decir que simplemente los encuestados
bolivianos y paraguayos no sabían deletrear: primero, porque la grafía diesel se usa con
frecuencia por hispanohablantes cultos de otros países y se considera correcta (aun en
aquellos donde predomina la pronunciación [DIE-sel]); y, segundo, porque los
encuestados bolivianos y paraguayos sí demostraron que sabían deletrear, de acuerdo con
la norma académica, en otras preguntas de este estudio. Por lo tanto, debe haber otro
factor en juego que pueda explicarlo. Quizás sea sólo porque la mayoría de los bolivianos
y paraguayos consideran que diesel es palabra extranjera y por lo tanto no necesita llevar
tilde, del mismo modo que los de la mayoría de los países en donde se pronuncia [DI-sel]
consideran que diesel es palabra extranjera y, por consiguiente, no es necesario escribirla
dísel.
Gasoil, gasóleo y gasolero: Gasoil parece usarse como sinónimo de diesel/diésel (‘combustible’)
con más frecuencia en España y en los países rioplatenses que en otras partes del mundo
de habla hispana. También hubo encuestados de varios países que indicaron que gasoil se
usa más entre la gente mayor y diesel o diésel más entre personas jóvenes; habría que
investigarlo a fondo para saber si esto es cierto y en dónde. Gasóleo parece usarse a
menudo solamente en España, pero con mucha menos frecuencia que gasoil. En los
países rioplatenses se usa gasolero, palabra derivada de gasoil, para referirse a vehículos
y motores que consumen diesel y, en sentido figurado, para referirse a personas que
gastan poco, particularmente durante las vacaciones: turistas gasoleros (Academia
Argentina de Letras: 360).
B3.1.5 El Diccionario Panhispánico de Dudas
Para bien o para mal, no hay ninguna entrada en el DPD que aborde la cuestión dialectal de [DI-
sel]/diesel versus [DIE-sel]/diésel. Tampoco la trata la entrada correspondiente del Diccionario
de la Real Academia (DRAE), pues sólo incluye la grafía con é, diésel, y sin ninguna referencia a
la variación dialectal que existe con respecto a [DI-sel]/diesel y [DIE-sel]/diésel. La única
autoridad que el autor del presente trabajo ha encontrado que toque el tema en cuestión fue la
sección de “consultas” de elcastellano.org., fuente en la que se proporciona la siguiente
información en forma de pregunta y respuesta:
87
P[regunta]: Desde la Ciudad de Guatemala les cuento que muchas veces he leído en medios de
prensa nacionales e internacionales que la palabra diesel la tildan en la primera e, así: “diésel”.
Esta palabra, es una adaptación a nuestro idioma de Diesel, apellido del ingeniero alemán Rudolf
Diesel. Sin embargo en el diccionario este vocablo no aparece tildado. [¿]Es apropiado tildarla[?]
R[espuesta]: En el Diccionario de la Real Academia, así como en otros diccionarios generales
de la lengua española, aparece tildada: diésel. La razón radica en la forma en que se pronuncia el
término en castellano: /dié-sel/; si no se colocara la tilde, el acento recaería en la última sílaba
‘sel’, que no parece ser la pronunciación mayoritaria en nuestro idioma. En alemán se pronuncia
/díh-sel/, la ‘e’ es muda, denota únicamente que la ‘i’ es larga (indicado aquí por la ‘h’) y la tilde
sobre la ‘i’ se colocó para indicar la letra en la que el hablante alemán carga la voz, ya que en
alemán no existen tildes.
Reseña (de la consulta sobre diesel/diésel de elcastellano.org)
Vemos que la citada consulta-respuesta de elcastellano.org no aborda el tema dialectal en
cuestión, es decir, no nos indica quiénes dicen [DI-sel] y quiénes [DIE-sel] ni quiénes escriben
diesel y quiénes diésel. El asesor de elcastellano.org está en lo cierto al afirmar que [die-SEL] no
es la pronunciación mayoritaria en español, de hecho casi nadie la usa, ¡pero tampoco lo es [DIE-
sel]!. La pronunciación mayoritaria es [DI-sel] y la grafía que suele representarla es diesel, hecho
que no mencionan ni elcastellano.org ni la primera edición del DPD (la de 2005), ni la vigésima
segunda del DRAE (la de 2001). Esta combinación de [DI-sel]/diesel, la que supone una
discrepancia entre grafía y pronunciación, es la variante que se da con mayor frecuencia en todos
los países de habla hispana con la excepción de España, Cuba, Bolivia y Paraguay; en Argentina
hay recia competencia entre diésel/[DIE-sel] y diesel/[DI-sel]. Si los expertos en el idioma —los
de elcastellano.org, los académicos del DRAE, los del DPD o los que sean— van a insistir en que
haya concordancia entre grafía y pronunciación, deberían proponer que los que digamos [DI-sel]
lo escribamos dísel. Sin embargo, no tienen el descaro de proponérnoslo porque le temen al
tomatazo podrido que recibirían en respuesta. ¿Entonces qué hacen? Pues, nada. Soslayan el
asunto: se limitan a comentar sobre la virtud del uso minoritario, [DIE-sel]/diésel, que sólo es
frecuente en España y en cuatro países americanos, ¡y se callan la boca con respecto a [DI-
sel]/diesel, la variante mayoritaria!. Pero al hacer esta payasada, o bien se mantienen fieles a su
sagrado principio —¡concordancia entre grafía y pronunciación a ultranza!— o bien muestran su
desconocimiento respecto del uso de [DI-sel]/diesel en la mayor parte del ámbito hispánico: no
está claro cuál de los dos pecados, el engaño o la ignorancia, sería el peor. Lo cierto es que no
dicen nada polémico, pero tampoco nos echan luz sobre el asunto. ¡Que vivan los buenos
académicos!
Calificación (de elcastellano.org y del DRAE): F
Calificación (del DPD): Inc. (incompleto, el DPD no tiene ninguna entrada que corresponda al
tema).
88
B3.2 [ga-RA-je] / [ga-RASH] y GARAJE / GARAGE
B3.2.1 Lo mayoritario y lo minoritario
Pronunciación mayoritaria: [ga-RA-je] (pronunciación dominante en 15 países).
Pronunciaciones minoritarias: [ga-RASH] (pronunciación dominante o competidora en 7 países),
[ga-RACH] (pronunciación competidora en 1 país) y [ga-RA-she] (pronunciación
competidora en 1 país).
Grafías mayoritarias: garaje (grafía dominante o competidora en 20 países) y garage (grafía
dominante o competidora en al menos 15 países).
Grafía minoritaria: no hay.
B3.2.2 Resumen
En la mayor parte del ámbito hispánico se pronuncia [ga-RA-je], con tres sílabas, pero en
México, Guatemala y el Cono Sur, es más frecuente la pronunciación [ga-RASH], con dos
sílabas; en El Salvador hay seria competencia entre ambas pronunciaciones. Con respecto a la
grafía, tanto garaje como garage son frecuentes entre hablantes cultos de la mayor parte del
ámbito hispánico —España, Cuba, Puerto Rico, Colombia y algunos otros países quizás sean
excepciones—, pero donde garage se da más a menudo y donde cuenta con mayor aceptación es
precisamente en aquellos países en donde [ga-RASH] sea la pronunciación más frecuente, es
decir, en México, Guatemala y el Cono Sur.
B3.2.3 Tabla dialectal
Nota: En la tabla que aparece a continuación se presentan primero los datos referentes a la
pronunciación y luego, tras un punto y coma, los referentes a la grafía.
ESPAÑA [ga-RA-je] (20/20); garaje (19/20), garage (2/20)
MÉXICO [ga-RASH] (15/20), [ga-RA-je] (5/20); garage (15/20), garaje (9/20)
GUATEMALA [ga-RASH] (16/17), [ga-RA-je] (1/17); garage (10/14), garaje (4/14)
EL SALVADOR [ga-RASH] (9/18), [ga-RA-je] (9/18); garage (10/15), garaje (5/15)
HONDURAS [ga-RA-je] (14/15), [ga-RASH] (2/15); garaje (8/15), garage (7/15)
NICARAGUA [ga-RA-je] (15/15), [ga-RASH] (1/15); garaje (10/15), garage (5/15)
COSTA RICA [ga-RA-je] (14/17), [ga-RASH] (4/17); garaje (14/17), garage (4/17)
PANAMÁ [ga-RA-je] (16/16), [ga-RASH] (2/16); garaje (10/15), garage (5/15)
CUBA [ga-RA-je] (15/15); garaje (14/15), garage (1/15)
REP. DOMIN. [ga-RA-je] (16/16); garaje (11/16), garage (5/16)
PUERTO RICO [ga-RA-je] (20/20), [ga-RASH] (1/20); garaje (17/20), garage (4/20)
VENEZUELA [ga-RA-je] (19/20), [ga-RASH] (1/20); garaje (15/20), garage (7/20)
COLOMBIA [ga-RA-je] (20/20); garaje (16/20), garage (4/20)
ECUADOR [ga-RA-je] (17/19), [ga-RASH] (2/19); garaje (13/19), garage (8/19)
PERÚ [ga-RA-je] (19/19), [ga-RASH] (2/19); garaje (15/19), garage (7/19)
BOLIVIA [ga-RA-je] (15/15); garage (8/15), garaje (7/15)
89
PARAGUAY [ga-RASH] (11/15), [ga-RA-je] (3/15), [ga-RA-she] (1/15); garage (10/14), garaje
(6/14)
URUGUAY [ga-RASH] (12/20), [ga-RA-she] (11/20), [ga-RA-je] (2/20); garaje (13/20),
garage (12/20)
ARGENTINA [ga-RASH] (17/20), [ga-RA-je] (5/20), [ga-RA-she] (3/20); garage (16/20), garaje
(8/20)
CHILE [ga-RA-je] (10/20), [ga-RASH] (9/20), [ga-RACH] (7/20); garage
(17/20), garaje (8/20)
B3.2.4 Observaciones
El prestigio relativo de garaje y garage: Sin lugar a dudas, a nivel internacional, la grafía garaje
goza de mayor prestigio que la de garage debido a que existen hispanohablantes cultos de
todas partes del ámbito hispánico que consideran incorrecta la forma con dos ges; aun en
México, Guatemala y el Cono Sur hay personas que miran con malos ojos la grafía
garage. Dicho de otra manera, los que escriben garaje tienden a considerar incorrecto y
señal de una falta de escolaridad el uso de garage, mientras que los que escriben garage
suelen tener un concepto neutro acerca del uso de garaje. Los resultados de este estudio
demuestran que en aquellos países en donde sea común la pronunciación [ga-RASH] es
mucho más aceptada la grafía garage que en los otros en donde se usa casi
exclusivamente la pronunciación [ga-RA-je]. A pesar de ello, hay hispanohablantes
cultos de México, Guatemala, El Salvador y el Cono Sur que pronuncian [ga-RASH]
pero que escriben garaje (para ceñirse a la preferencia internacional), y, desde luego, en
todo el ámbito hispánico los hay también que pronuncian [ga-RA-je] y que escriben
garage.
¿Un cambio diacrónico? En México, Guatemala, El Salvador y el Cono Sur, zonas en donde son
frecuentes tanto la pronunciación de dos sílabas, [ga-RASH], como la grafía con dos ges,
garage, hay indicios, a juzgar por los comentarios de varios encuestados, de que en el
lenguaje culto la grafía garaje y la pronunciación con tres sílabas, [ga-RA-je], comienzan
a ganar terreno a expensas de [ga-RASH] y garage. Hace falta realizar un estudio
diacrónico para determinar en qué medida esto puede ser cierto en cada uno de estos
países.
Diferencias semánticas: Hay que investigar las frecuencias de uso y las distinciones semánticas
que se hacen en diferentes países con respecto a las siguientes palabras afines, y otras:
garaje/garage, cochera, estacionamiento, parqueo, parqueadero, playa (de
estacionamiento), aparcamiento y marquesina.
B3.2.5 El Diccionario Panhispánico de Dudas
Definición del DPD
garaje... Es adaptación gráfica de la voz francesa garage. Aunque en amplias zonas de América
se emplea a menudo el extranjerismo crudo, con su grafía y pronunciación originarias (garage,
pron. garásh]), no hay razón para que esta palabra quede excluida del proceso de adaptación
90
seguido por las voces francesas terminadas en -age que se han incorporado al español, y que se
han adaptado siempre con la terminación -aje (pron. [áje]): bagaje, brebaje, menaje, etc.
Reseña
El DPD sostiene que no hay razón para que la palabra garage quede excluida del proceso de
adaptación seguido por las voces francesas terminadas en -age que se han incorporado al español
tales como bagaje, brebaje y menaje. Pero lo cierto es que, en algunas zonas que el DPD no
considera conveniente especificar, garage sí ha resistido, hasta ahora, dicho proceso, y lo ha
hecho con tenacidad. Mucho más útil sería que el DPD aceptara el uso de garage/[ga-RASH] y
que nos indicara en cuáles países su empleo es frecuente, a saber, en México, Guatemala, El
Salvador y el Cono Sur. También cabe notar que, según una búsqueda por Google de textos en
español realizada en el 2010, el extranjerismo crudo ménage a trois (con 289.000 entradas o
“hits”), es más frecuente que tanto la forma traducida, menaje a tres (con 1.540 entradas), como
la híbrida, menaje a trois (con 24.500 entradas), de modo que este proceso de adaptación —del
sufijo -age a -aje— no es tan uniforme como el DPD quisiera hacernos creer. Y hay otros
ejemplos de palabras francesas, tales como collage, décalage, entourage, frottage, surmenage y
vernissage, las cuales, si bien quedan un poco al margen de la lengua española y algunos las
tildan de innecesarias, se han mantenido con sus pronunciaciones y grafías no adaptadas. La
razón por la que garage no haya quedado íntegramente incluida en el proceso de adaptación
seguido por las voces francesas terminadas en -age que se han incorporado al español es muy
sencilla: ¡Porque millones de hispanohablantes han preferido pronunciarla con dos sílabas y/o
escribirlo garage! ¡No se precisa más razón que esa! Además, el hecho de que para los lingüistas
del DPD sea ilógico que haya hispanohablantes que sigan usando esta forma les tiene muy sin
cuidado a los que la usan.
Calificación: D
B3.3 SOYA / SOJA
B3.3.1 Lo mayoritario y lo minoritario
Uso mayoritario: soya (uso dominante o competidor en 17 países).
Uso minoritario: soja (uso dominante o competidor en 4 países).
B3.3.2 Resumen
Soya es la variante que se usa en la mayor parte del ámbito hispánico. Soja se utiliza con
frecuencia sólo en España, Paraguay, Argentina y Uruguay, y en este último país hay
competencia entre las dos formas.
91
B3.3.3 Tabla dialectal
ESPAÑA soja (20/20)
MÉXICO soya (20/20), soja (1/20)
GUATEMALA soya (15/15)
EL SALVADOR soya (16/16)
HONDURAS soya (16/16)
NICARAGUA soya (15/15)
COSTA RICA soya (17/17), soja (1/17)
PANAMÁ soya (16/16)
CUBA soya (16/16)
REP. DOMIN. soya (15/15)
PUERTO RICO soya (16/17), soja (2/17)
VENEZUELA soya (17/18), soja (2/18)
COLOMBIA soya (18/19), soja (3/19)
ECUADOR soya (18/18)
PERÚ soya (19/19)
BOLIVIA soya (14/14)
PARAGUAY soja (15/15)
URUGUAY soja (15/20), soya (9/20)
ARGENTINA soja (19/20), soya (1/20)
CHILE soya (17/17)
B3.3.4 Observaciones
Uruguay: En este estudio, Uruguay fue el único país en donde se encontró seria competencia
entre las dos formas, soja y soya. La gran mayoría de los uruguayos encuestados dijeron
que sólo utilizan soya, sólo soja, o que usan ambas variantes pero sin que exista ninguna
diferencia contextual. Sin embargo, algunos encuestados uruguayos que ofrecieron
ambos términos indicaron que utilizan soya para referirse a la salsa de soya o al aceite de
soya, pero soja para referirse a los cultivos o la producción, etc. Hace falta realizar
investigación para determinar cuáles son los uruguayos que tienden a decir soja y cuáles
soya, y en qué contextos utilizan cada forma los que usan ambas.
Salsa de soya, salsa de soja, salsa china: Un tema dialectológico relacionado con el de soya
versus soja es cómo se llama la salsa hecha a base de soya/soja que se emplea en la
preparación de muchos platos asiáticos: ¿salsa de soya, salsa de soja, salsa china, u otros
términos? ¿En dónde prima cada variante?
B3.3.5 El Diccionario Panhispánico de Dudas
Definición del DPD
soya. La voz japonesa shoyu (‘planta leguminosa procedente de Asia’ y ‘fruto comestible de esta
planta’) se introdujo en Europa a través del neerlandés con dos grafías, soya y soja, usadas
92
ambas en español e igualmente válidas. En casi toda América se usa preferente o exclusivamente
la forma soya: «La producción de soya en Guatemala atraviesa problemas» (Hora [Guat.]
28.2.97); mientras que en España y en el área del Río de la Plata se ha generalizado la forma soja
(pron. [sója]): «La cotización de la soja pegó ayer un nuevo salto» (Clarín [Arg.] 2.4.97).
Reseña
Los del DPD están en lo cierto al afirmar que se emplea soja en España y en el área del Río de la
Plata. Sin embargo, esta última zona normalmente no abarca a Paraguay, país en donde también
se utiliza soja. Por otra parte, convendría precisar que en Uruguay hay competencia entre ambas
formas.
Calificación: A-
B3.4 DE PRISA / DEPRISA
B3.4.1 Lo mayoritario y lo minoritario
Grafía mayoritaria: de prisa (grafía dominante o competidora en 19 países).
Grafía minoritaria: deprisa (grafía dominante en 1 país).
B3.4.2 Resumen
Se trata de una diferencia exclusivamente gráfica ya que el hecho de escribir de prisa o deprisa
en nada afecta la pronunciación. En Hispanoamérica, donde esta locución es menos común, suele
escribirse separado, de prisa, mientras que en España, donde deprisa sí es de uso habitual, se
escribe en una sola palabra.
B3.4.3 Tabla dialectal
ESPAÑA deprisa (20/20)
MÉXICO de prisa (14/20), deprisa (7/20), casi no se usa (2/20)
GUATEMALA de prisa (8/16), deprisa (5/16), casi no se usa (4/16)
EL SALVADOR de prisa (8/12), casi no se usa (2/12), deprisa (2/12)
HONDURAS de prisa (7/14), deprisa (5/14), casi no se usa (4/14)
NICARAGUA de prisa (8/15), casi no se usa (4/15), deprisa (3/15)
COSTA RICA de prisa (11/20), deprisa (8/20), casi no se usa (1/20)
PANAMÁ de prisa (13/16), deprisa (2/16), casi no se usa (1/16)
CUBA de prisa (12/19), deprisa (6/19), casi no se usa (2/19)
REP. DOMIN. de prisa (9/17), casi no se usa (4/17), deprisa (4/17)
PUERTO RICO de prisa (16/18), deprisa (1/18), casi no se usa (1/18)
VENEZUELA de prisa (11/20), casi no se usa (5/20), deprisa (4/20)
COLOMBIA de prisa (16/20), deprisa (4/20), casi no se usa (2/20)
93
ECUADOR de prisa (10/19), casi no se usa (7/19), deprisa (2/19)
PERÚ de prisa (15/20), casi no se usa (4/20), deprisa (3/20)
BOLIVIA de prisa (12/16), deprisa (3/16), casi no se usa (2/16)
PARAGUAY de prisa (7/14), deprisa (5/14), casi no se usa (2/14)
URUGUAY de prisa (8/20), casi no se usa (8/20), deprisa (5/20)
ARGENTINA de prisa (15/20), casi no se usa (5/20), deprisa (3/20)
CHILE de prisa (12/18), casi no se usa (4/18), deprisa (2/18)
B3.4.4 Observaciones
España: En España deprisa forma parte del lenguaje habitual y se escribe con una sola palabra.
Incluso cabe argüir que tiene más sentido preguntar cómo se escribe —de prisa o
deprisa— en España que en Hispanoamérica puesto que sólo se usa frecuentemente en la
madre patria.
Hispanoamérica: En el español común y corriente de Hispanoamérica esta palabra o modismo se
usa poco —mucho más frecuentes son palabras como rápido y ligero, etc.—, pero si se
escribe, se pone de prisa, separado, mucho más frecuentemente (cuatro veces más) que
deprisa, una sola palabra. Quizás haya excepciones a esta regla, en Cuba, Paraguay y tal
vez otros países hispanoamericanos, donde hay competencia entre de prisa y deprisa.
B3.4.5 El Diccionario Panhispánico de Dudas
Definición del DPD
deprisa. ‘Rápidamente, con celeridad’: «Qué deprisa lees» (FnGómez Viaje [Esp. 1985]).
Aunque se recomienda su escritura en una sola palabra, también es admisible la grafía en dos
palabras: «Se puso de prisa el sombrero» (Zaldívar Capablanca [C. Rica 1995]).
Reseña
El DPD no suministra ninguna información sobre la distribución dialectal de de prisa versus
deprisa, y se limita simplemente a recomendar el uso de esta última grafía, sin aducir razones. Si
el DPD diera algún motivo por el que recomienda deprisa, —por ejemplo, porque en España,
donde más se emplea, se escribe en una sola palabra o por mantener coherencia con aprisa, que
siempre se escribe como una sola palabra—, tal vez su recomendación a favor de deprisa nos
sería más fácil de tragar. Pero tal como está escrita la entrada, nos huele simplemente a una
recomendación hecha por un español, o españolizante, que desconoce el hecho de que de prisa,
escrito separado, es la forma más frecuente en todos los 19 países hispanoamericanos. Si desean
persuadirnos de la conveniencia de escribir deprisa en lugar de de prisa, tendrán que inventarse
una historia más convincente que esa.
Calificación: D
94
B3.5 LIMOSINA / LIMUSINA / LIMOUSINA
B3.5.1 Lo mayoritario y lo minoritario
Grafía mayoritaria: limosina (grafía dominante o competidora en 16 países).
Grafías minoritarias: limusina (grafía dominante o competidora en 7 países) y limousina (grafía
competidora en quizás 1 país y sólo esporádica en varios otros).
B3.5.2 Resumen
Se trata de una diferencia mayormente gráfica ya que en el habla espontánea limosina y limusina
se pronuncian de igual manera. Limosina es la grafía que predomina en la mayor parte del
ámbito hispánico, pero limusina es la que se usa más en España, Uruguay, Argentina y Chile. Al
parecer, ambas formas compiten en México, Cuba y Perú. Limousina también se da en varios
países con alguna frecuencia, pero en forma siempre minoritaria.
B3.5.3 Tabla dialectal
ESPAÑA limusina (19/20), limousina (1/20)
MÉXICO limosina (11/20), limusina (10/20), limousina (2/20)
GUATEMALA limosina (13/13)
EL SALVADOR limosina (13/13)
HONDURAS limosina (15/15)
NICARAGUA limosina (15/15)
COSTA RICA limosina (14/18), limusina (5/18)
PANAMÁ limosina (12/12), limousina (1/12)
CUBA limosina (13/18), limusina (5/18)
REP. DOMIN. limosina (16/16)
PUERTO RICO limosina (19/19), limusina (1/19)
VENEZUELA limosina (19/20), limusina (6/20)
COLOMBIA limosina (15/19), limusina (5/19)
ECUADOR limosina (17/19), limusina (1/19), limousina (1/19)
PERÚ limosina (13/20), limusina (7/20)
BOLIVIA limosina (12/15), limousina (2/15), limusina (2/15)
PARAGUAY limosina (8/15), limousina (5/15), limusina (3/15)
URUGUAY limusina (16/20), limosina (4/20), limousina (3/20)
ARGENTINA limusina (15/20), limousina (6/20), limosina (1/20)
CHILE limusina (15/20), limosina (6/20), limousina (2/20)
B3.5.4 Observaciones
General: Cuando se pronuncian las variantes limosina y limusina detenidamente, sílaba por
sílaba, li-mo-si-na y li-mu-si-na, se oye claramente la diferencia entre ellas. En el habla
espontánea, en cambio, no se percibe realmente una diferencia auditoria entre las dos
95
formas debido a que la segunda sílaba, mo o mu, no es tónica, y por los puntos de
articulación de la m y la s. Por lo tanto, se puede decir que la distinción entre limosina y
limusina en cierto modo se limita a la lengua escrita.
Limusina versus limosina: Limosina es la forma que predomina en el lenguaje culto de 15 de los
19 países hispanoamericanos (ver § B3.5.3). Sin embargo, hay indicios de que la grafía
limusina goza de mayor prestigio que la de limosina: los que escriben limusina tienden a
considerar incorrecto y señal de una falta de escolaridad el uso de la grafía limosina,
mientras que los que escriben limosina suelen tener un concepto neutro acerca del uso de
limusina.
B3.5.5 El Diccionario Panhispánico de Dudas
Definición del DPD
limusina. Adaptación gráfica de la voz francesa limousine, ‘automóvil lujoso de gran tamaño’:
«Fleminga esperaba al volante de la limusina» (GaHortelano Gramática [Esp. 1982]). En el
español americano se usa también, aunque menos que limusina, la variante limosina: «Guiaba
una gran limosina» (Alonso Imperio [Méx. 2003]). Debe evitarse la forma híbrida limousina,
que no es ni francesa ni española.
Reseña
El DPD nos señala que “[e]n el español americano se usa también, aunque menos que limusina,
la variante limosina”. ¡No le crean, pues es al revés! La variante limosina se usa con mayor
frecuencia que limusina en la mayoría de los países hispanoamericanos. Sólo en España,
Uruguay, Argentina y Chile es limusina la forma más frecuente. En todos los demás países o
bien limosina se usa más que limusina, o bien las dos variantes se usan con más o menos igual
frecuencia (como en México). El DPD describe el uso de limosina como si fuera la variante
minoritaria cuando en realidad es la mayoritaria.
Calificación: C
B3.6 A-TLE-TA / AT-LE-TA (y la división de otras voces con la combinación tl)
B3.6.1 Lo mayoritario y lo minoritario
División silábica mayoritaria: a-tle-ta, a-tlas, A-tlán-ti-co, etc. (división dominante en 18 países).
División silábica minoritaria: at-le-ta, at-las, At-lán-ti-co, etc. (división dominante en 2 países).
B3.6.2 Resumen
A-tle-ta, a-tlas y A-tlán-ti-co, etc., constituyen la forma de dividir, silábicamente, esta clase de
palabras en la mayor parte del ámbito hispánico en donde la t y la l se mantienen unidas dentro
96
de la misma sílaba. At-le-ta, at-las y At-lán-ti-co, etc., división en la que la t y la l se separan en
sílabas distintas, se da con frecuencia sólo en España y Puerto Rico.
B3.6.3 Tabla dialectal
Nota: En esta tabla dialectal, atleta aparece como ejemplo de la clase de palabras que contienen
tl.
ESPAÑA at-le-ta (15/20), a-tle-ta (11/20)
MÉXICO a-tle-ta (20/20)
GUATEMALA a-tle-ta (12/12)
EL SALVADOR a-tle-ta (12/12)
HONDURAS a-tle-ta (14/15), at-le-ta (1/15)
NICARAGUA a-tle-ta (14/14)
COSTA RICA a-tle-ta (14/15), at-le-ta (1/15)
PANAMÁ a-tle-ta (13/14), at-le-ta (1/14)
CUBA a-tle-ta (14/15), at-le-ta (1/15)
REP. DOMIN. a-tle-ta (14/16), at-le-ta (2/16)
PUERTO RICO at-le-ta (16/20), a-tle-ta (4/20)
VENEZUELA a-tle-ta (19/20), at-le-ta (2/20)
COLOMBIA a-tle-ta (19/20), at-le-ta (1/20)
ECUADOR a-tle-ta (18/19), at-le-ta (1/19)
PERÚ a-tle-ta (18/20), at-le-ta (2/20)
BOLIVIA a-tle-ta (14/14)
PARAGUAY a-tle-ta (12/12)
URUGUAY a-tle-ta (20/20)
ARGENTINA a-tle-ta (20/20)
CHILE a-tle-ta (17/17)
B3.6.4 Observaciones
General: Aunque en teoría existen dos formas de dividir silábicamente palabras como atleta,
atlas y Atlántico —manteniendo juntas la t y la l en una, y separándolas en la otra—, en
la práctica la oportunidad de poner estas dos normas a prueba no surge muy a menudo ya
que, por lo general, cuando se llega al final del renglón, no se dividen palabras como
atleta, atlas y Atlántico entre la primera y la segunda sílaba. Esto se debe a que las
palabras con sólo dos sílabas como atlas no se dividen entre renglones con frecuencia y
una más larga como Atlántico probablemente se dividiría Atlán-tico (dos sílabas en una
línea y dos en la siguiente), en vez de At-lántico o A-tlántico. Sin embargo, las divisiones
at-las y At-lántico son posibles en España y Puerto Rico, mientras que las de a-tlas y A-
tlántico no son permitidas en los demás países debido a la regla que impide que una vocal
se quede sola a final de línea: amis- / tad y no a- / mistad (ver DPD, la entrada sobre
guion, párrafo 2.3). Tampoco se percibe en el habla espontánea la diferencia entre at-las
y a-tlas; sólo se notaría si se recalcara cada sílaba por separado. Ya que la diferencia
97
auditoria entre at-las/at-le-ta y a-tlas/a-tle-ta rara vez surge en el habla y, puesto que la
diferencia gráfica tampoco se manifiesta muy a menudo en la lengua escrita, se puede
decir que se trata de una distinción mayormente teórica.
España: En España, existen dos esquemas competidores para la división silábica de esta clase de
palabras —at-le-ta y a-tle-ta—, y una importante cuestión lingüística es quiénes son los
españoles que utilizan el primer esquema y quiénes los que emplean el segundo. ¿De qué
depende? ¿De la región? ¿De la edad? ¿De otras características? ¿O es completamente al
azar? En este estudio varios andaluces indicaron que usan la división a-tle-ta, lo cual
quizás plantea otro ejemplo de la famosa pero polémica conexión entre el español
andaluz y el americano. Sin embargo, también ofrecieron a-tle-ta españoles de otras
regiones, incluso del norte de España y sobre todo del país vasco, lo cual mina la idea del
referido nexo entre lo americano y lo andaluz en el caso de la división silábica de esta
clase de palabras. En definitiva, hace falta realizar más investigación para resolver la
cuestión de at-le-ta versus a-tle-ta en España.
Puerto Rico: En Puerto Rico parece haber una clara preferencia hacia el esquema at-le-ta para la
división silábica de esta clase de palabras, ya que en este estudio cuatro veces más
encuestados puertorriqueños señalaron at-le-ta de los que optaron por a-tle-ta. Si la
preferencia puertorriqueña hacia el esquema at-le-ta es abrumadora, una pregunta que
surge es si dicha tendencia se debe a influencia peninsular o si es un acontecimiento
independiente, nacido en la más pequeña de las Antillas Mayores, en Borinquén. Si la
preferencia de los boricuas hacia at-le-ta ha surgido debido a su deseo de remedar a los
españoles, parecería que aquellos han rebasado a estos con creces. Es decir, los
puertorriqueños, en este caso, han logrado ser “más papistas que el Papa” ya que la
incidencia de a-tle-ta es mucho más alta en España que en Puerto Rico y los españoles
demuestran una conducta “mixta” en este aspecto (una mezcla de at-le-ta y a-tle-ta),
mientras que los puertorriqueños muestran un comportamiento lingüístico más uniforme
(casi puro at-le-ta). Si el uso de at-le-ta y at-las, etc., en Puerto Rico es un fenómeno
independiente de su uso en España, habría que buscar otra explicación de su empleo en
Borinquén. Parece más probable que la preferencia por at-le-ta en Puerto Rico se deba a
influencia española.
B3.6.5 El Diccionario Panhispánico de Dudas
Sección del DPD sobre “guion o guión”, párrafo 2.6c
La secuencia de consonantes tl tiende a pronunciarse en sílabas distintas en la mayor parte de la
España peninsular y en Puerto Rico: at - las, at - le - ta; en el resto de Hispanoamérica —
especialmente en México y en los territorios donde se emplean con cierta frecuencia voces de
origen náhuatl, en las que este grupo es inseparable (tla - co - te, cen - zon - tle)—, en Canarias y
en algunas áreas españolas peninsulares, ambas consonantes se pronuncian dentro de la misma
sílaba: a - tlas, a - tle - ta. Teniendo en cuenta estas diferencias, el grupo tl podrá separarse o no
con guion de final de línea dependiendo de si las consonantes que lo componen se articulan en
sílabas distintas o dentro de la misma sílaba: at- / leta, atle- / ta.
98
Reseña
En el párrafo citado de la sección del DPD sobre guiones, la descripción dialectal es acertada: at-
le-ta en Puerto Rico y la mayor parte de España, y a-tle-ta en los demás países. Sólo faltararía
que el DPD nos aclarara con más precisión la situación de España: ¿En qué regiones de España
las personas cultas dividen at-le-ta, y en qué partes a-tle-ta, o de qué depende? Pero el DPD
también introduce información innecesaria en el párrafo citado al indicar que ambas consonantes
se pronuncian dentro de la misma sílaba “...especialmente en México y en los territorios donde se
emplean con cierta frecuencia voces de origen náhuatl, en las que este grupo es inseparable (tla -
co - te, cen - zon - tle)...” En realidad, la t y la l son igualmente inseparables en todos los países
hispanoamericanos con la excepción de Puerto Rico, e independientemente de que en ellos se
utilicen palabras de origen náhuatl o no. Es decir, atleta se divide silábicamente a-tle-ta tanto en
México, donde se emplean bastantes voces de origen náhuatl con tl inseparable —chahuistle,
huauzontle, teocintle, tlacuache, tlalcoyote, tlapalería, tlaxcalteca, etc.—, como en los países
hispanoamericanos donde este tipo de voces no se emplean.
Calificación: A-
99
NOTAS
*Andre Moskowitz es traductor e intérprete de español e inglés desde 1985, y forma parte del
plantel de intérpretes del Tribunal de Inmigración de San Francisco, California, Estados Unidos
desde 1997. Ha sido certificado como traductor por la American Translators Association en tres
combinaciones lingüísticas, español-inglés, inglés-español y portugués-inglés, y como intérprete
de español/inglés por los tribunales federales de los EE. UU., y por los estatales de California. En
1988 recibió el título de maestría en traducción (español e inglés) de la City University of New
York Graduate Center (Nueva York, EE. UU.) y en 1995 obtuvo su segunda maestría, en español
(rama de lingüística), de la University of Florida (Gainesville, Florida, EE. UU.). Sus áreas de
interés son la lexicografía hispánica, la dialectología léxica del español y la relación entre estas y
la traducción y la interpretación del español. Sobre estos campos versan la mayoría de sus
publicaciones.
1Quiero agradecer a Javier Labrador, Clary Loisel, Libushe Moskowitz, Yilda Ruiz-Monroy,
Rafael Saavedra y Débora Simcovich por haber leído y comentado borradores de este trabajo.
Sus anotaciones, correcciones y sugerencias mejoraron el texto, enriquecieron su contenido, e
hicieron que el trabajo estuviera más pulido, coherente y completo. Desde luego, soy el único
responsable de cualquier error, imprecisión o exageración que esta obra contenga. También
quiero darles las gracias a todos los encuestados que con paciencia y gentileza me brindaron su
tiempo y conocimientos sobre la lengua. Se han publicado dos diferentes versiones de este
trabajo. Por limitaciones de espacio, la versión impresa de los Proceedings of the 51st Annual
Conference of the American Translators Association sólo incluye los títulos y las secciones
llamadas “Lo mayoritario y lo minoritario”, “Resumen” y “Tabla dialectal”. El texto completo se
encuentra en la versión en CD-ROM de la misma publicación y abarca, además, las
“Observaciones”, “El Diccionario Panhispánico de Dudas” y los cuatro “Anexos”.
2Empleo la frase la madre patria como sinónimo de España en primer lugar para reducir las
repeticiones en el discurso. Desde luego, podría haber utilizado con el mismo fin el país de
Unamuno u otras locuciones similares pero me suenan medio tiradas de los pelos (como dicen
los argentinos). También digo la madre patria porque considero que España lo es en un sentido
cultural-histórico, dado que Cervantes, Lope de Vega, Nebrija y otros son los próceres de la
lengua: a ellos nos remontamos los que escribimos en español o sobre el español porque, aunque
no hayamos leído a estos autores, hemos leído a otros que sí los han leído y así se produce una
cadena ininterrumpida. Las quejas o críticas postcolonialistas y postmodernistas que pueda
recibir por usar la madre patria en este sentido me tienen muy sin cuidado o, diciéndolo en buen
mexicano, me valen gorro, pues si lo dijera en mexicano malsonante lo que me valdría sería otra
palabra que empieza con m (una con cinco letras) y que supondría otra repetición en el discurso.
100
BIBLIOGRAFÍA
Academia Argentina de Letras. 2008. Diccionario del habla de los argentinos. 2.a edición.
Buenos Aires, Argentina: Emecé Editores S.A.
Lara, Luis Fernando. 1996. Diccionario del español usual en México. 1.a edición. México,
México: El Colegio de México.
Lipski, John M. 2002. El español de América. 2.a edición. Madrid, España: Ediciones Cátedra
(Grupo Anaya, S.A.).
Morales Pettorino, Félix, Óscar Quiroz Mejías y Juan José Peña Álvarez. 1984. Diccionario
ejemplificado de chilenismos y de otros usos diferenciales del español de Chile. 4 tomos.
Santiago, Chile: Academia Superior de Ciencias Pedagógicas de Valparaíso. Editorial
Universitaria.
Moskowitz, Andre. 1996. “Clothing terminology in the Spanish-speaking world: regional
variation”. Proceedings of the 37th Annual Conference of the American Translators
Association, Colorado Springs, Colorado, EE. UU., 30 de octubre a 3 de noviembre de
1996. Muriel M. Jérôme-O’Keeffe, comp. American Translators Association. 287-308.
—. 2006. “Topics in Spanish lexical dialectology: Back to School / Back at the Office”.
Proceedings of the 47th Annual Conference of the American Translators Association,
edición CD-ROM. Nueva Orleáns, EE. UU., noviembre 1 al 4 de 2006. Jiri Stejskal,
comp. American Translators Association.
Real Academia Española. 2001. Diccionario de la lengua española. (DRAE) 22.a edición.
Madrid, España: Editorial Espasa-Calpe, S.A.
Real Academia Española. 2005. Diccionario panhispánico de dudas. (DPD) 1.a edición. Versión
en línea. Madrid, España: Santillana Ediciones.
101
ANEXO I: ¿Dónde están las fronteras lingüísticas?
Al desplazarse dentro del ámbito hispánico a veces se atraviesa una frontera geolingüística, es
decir, se sale de una zona en la que la mayoría de las personas utilizan una variante A y se
ingresa a otra en donde usan mayormente una variante B. El Anexo I da cuenta de estas fronteras
en relación con los temas del estudio.
La frontera lingüística más multifacética es la que se halla entre España e Hispanoamérica, es
decir, el Océano Atlántico. Sin embargo, es una “frontera marítima” y el enfoque principal de
este anexo son las “fronteras terrestres”, las que existen entre países contiguos, que pueden
cruzarse a pie o en automóvil. Imaginémonos un viaje terrestre por la Carretera Panamericana
desde Guayaquil, Ecuador hasta Lima, Perú. Si el viajero tuviera trato con las personas que
encontrase y prestara atención, probablemente comenzaría a darse cuenta de que en algún
momento la mayoría había dejado de decir el radio (‘radiorreceptor’), para empezar a decir la
radio (‘radiorreceptor’). No se sabe en dónde se produciría este cambio, si en la misma frontera
entre los dos países (al cruzar el puente internacional sobre el río Zarumilla, entre Huaquillas,
Ecuador y Aguas Verdes, Perú), si el cambio lingüístico ocurriría en territorio ecuatoriano o
peruano, o si sería muy gradual y abarcaría ambos países. Pero, ya sea en forma abrupta o
paulatina, este cambio parece ocurrir tiempo después de salir de Guayaquil pero mucho antes de
llegar a Lima.
Las fronteras geolingüísticas marítimas son más tenues y menos dramáticas que las terrestres,
pero se incluyen por dos motivos: primero, porque la que existe entre España e Hispanoamérica
es la más importante de todas, y omitirla sería un despropósito; y, por otra parte, se incluyen unas
pocas fronteras marítimas a fin de que Cuba, la República Dominicana y Puerto Rico no queden
excluidos de este ejercicio. Para incluirlos, se hará de cuenta que la República Dominicana es
país contiguo a Cuba (hacia el oeste), y a Puerto Rico (hacia el este), pese a que ninguno de estos
países insulares tiene frontera terrestre con un país de habla hispana. También cabe señalar que
Perú y Colombia comparten una frontera geopolítica, pero quizás no haya entre estos dos países
ninguna verdadera frontera geolingüística debido a que sus regiones aledañas son zonas
amazónicas con relativamente poca población de habla hispana. Algo similar sucede en las
fronteras entre Panamá y Colombia, y entre Bolivia y Paraguay, ya que constituyen zonas
selváticas con escasos hispanohablantes.
En el caso de algunos temas de este estudio, no hay una clara frontera lingüística —una línea que
marque una ruptura entre un uso A y un uso B—, sino que en forma gradual se pasa de una zona
en la que se utilizan A y B (pero más A), a otra en la que se emplean A y B (pero más B). Esto se
ve, por ejemplo, en Hispanoamérica con las variantes el dínamo → el dinamo, la tilde → el tilde
y el caparazón → la caparazón.
102
Tabla 1A: Las fronteras lingüísticas (géneros).
Tema Fronteras lingüísticas Núm.
champán
champaña No hay claras fronteras lingüísticas ya que en casi todos los países hispánicos se utilizan
varias formas —el champán, la champaña, el champaña y/o el champagne— si bien
estas variantes se usan con distintas frecuencias en los diferentes países (ver § A1.1.3).
0
piyama
pijama 1) [pi-JA-ma] → [pi-YA-ma]: entre España e Hispanoamérica.
2) La piyama → el piyama: entre Ecuador y Perú. 2
sauna La sauna → el sauna: entre España y (la mayor parte de) Hispanoamérica. 1
chance 1) No se usa chance → sí se usa chance: entre España e Hispanoamérica.
2) El chance → la chance: entre Bolivia y Paraguay, entre Bolivia y Chile, y tal vez
entre Perú y Chile.
3-4
chinche El chinche → la chinche: entre Nicaragua y Honduras, entre Bolivia y Argentina, entre
Paraguay y Argentina, y entre Chile y Argentina. 4
hambre Hambre en femenino → hambre en masculino: entre Ecuador y Perú, entre Colombia y
Perú (?), entre Bolivia y Perú, entre Bolivia y Paraguay, y entre Bolivia y Argentina. 5
lente La lente → el lente (en el lenguaje cotidiano): entre España e Hispanoamérica. 1
saliente El saliente → la saliente: entre España y (la mayor parte de) Hispanoamérica, y quizás
entre Venezuela y Colombia. 1-2
tilde No hay claras fronteras lingüísticas. Sin embargo, al pasar de Perú o de Bolivia a Chile
se va de una zona en la que se usa exclusivamente la tilde (Perú y Bolivia), a una en la
que tilde se usa en ambos géneros (Chile).
0
bikini 1) El bikini → la bikini: entre Uruguay y Argentina, entre Chile y Argentina, y entre
Bolivia y Argentina.
2) Entre Paraguay y sus países vecinos también hay una especie de cambio, pero sin que
haya precisamente “fronteras lingüísticas”, pues se va de una zona mixta (Paraguay, el/la
bikini) a zonas homogéneas (Bolivia, el bikini y Argentina, la bikini).
3
dínamo/dinamo 1) La dinamo → el dínamo y/o el dinamo: entre España e Hispanoamérica.
2) El dínamo → el dinamo: entre Costa Rica y Nicaragua, y entre la República
Dominicana y Cuba (a menos que los cubanos del Oriente digan dínamo; en ese caso la
frontera podría hallarse dentro de Cuba).
3
radio
(‘radiorreceptor’) El radio → la radio: entre Ecuador y Perú, y entre Colombia y Perú. 2
espiral No hay claras fronteras lingüísticas ya que en casi todos los países hispanoamericanos se
utiliza una mezcla de el espiral y la espiral. Sin embargo, al trasladarse de España a
Hispanoamérica se va de una zona en donde se usa casi exclusivamente la espiral en el
lenguaje culto (España) a una en donde generalmente se da una mezcla de el espiral y la
espiral (en el lenguaje culto de la mayor parte de Hispanoamérica).
1?
terminal
(de transportes) El terminal → la terminal: entre Puerto Rico y la República Dominicana, entre Perú y
Bolivia, entre Chile y Bolivia, y entre Chile y Argentina. 4
103
caparazón No hay claras fronteras lingüísticas ya que no existe ningún país en donde se use
exclusivamente la caparazón: lo que hay en Hispanoamérica son países en donde sólo se
utiliza el caparazón en el lenguaje culto y otros en donde se da una mezcla de el
caparazón y la caparazón.
0
maratón La maratón → el maratón: entre Honduras y Nicaragua, entre Costa Rica y Nicaragua, y
entre Colombia y Venezuela (?). 3
sartén No hay claras fronteras lingüísticas ya que en la mayor parte de Hispanoamérica se
mezcla el sartén y la sartén con diglosia (ver § A2.5). Sin embargo, cuando se pasa de
España a la mayoría de los países hispanoamericanos se sale de una zona en donde la
sartén aparece casi exclusivamente en el lenguaje culto (España) y se entra a una en la
que hay competencia entre el sartén y la sartén (la mayor parte de Hispanoamérica).
0
azúcar Azúcar moreno → azúcar morena: entre Costa Rica y Nicaragua, y entre Costa Rica y
Panamá.
También puede haber fronteras lingüísticas, aunque no internacionales, dentro de
España: entre provincias o comunidades autónomas en donde predomina azúcar en
masculino y otras donde prima azúcar en femenino.
2
pus La pus → el pus: entre México y Guatemala, entre El Salvador y Guatemala, quizás
entre Colombia y Venezuela, y quizás entre Bolivia y Argentina. 2-4
Tabla 1B: Las fronteras lingüísticas (grafías y pronunciaciones).
Tema Fronteras lingüísticas Núm.
chasís/chasis Chasís → chasis: entre Colombia y Venezuela, entre Bolivia y Argentina, entre Paraguay
y Argentina, y entre Chile y Argentina. 4
chofer/chófer Chófer → chofer: entre España e Hispanoamérica. 1
coctel/cóctel No hay claras fronteras lingüísticas internacionales ya que en medio del Cono Sur, donde
predomina cóctel, y la mayoría de los países hispanoamericanos, donde prima coctel, están
Perú y Bolivia, países en donde se da una mezcla de coctel y cóctel (ver § B1.3). Sin
embargo, entre Ecuador y Perú, hay una suerte de cambio en el sentido de que Perú es el
primer país al sur del Ecuador en el que surge cóctel con una frecuencia notable.
0
básquetbol
basquetbol Baloncesto (mayor o exclusivamente) → básquetbol y/o basquetbol: entre España e
Hispanoamérica.
Aparte de esta diferencia, no hay claras fronteras lingüísticas internacionales ya que en
todos aquellos países hispanoamericanos en donde se use la variante basquetbol, también
se da, en menor o mayor medida, la de básquetbol. Sin embargo, entre Colombia y
Ecuador, hay una especie de cambio ya que en un viaje de norte a sur por Hispanoamérica,
Colombia es el último país en el que aparece basquetbol con una frecuencia notable; de
Ecuador para el sur, ya no.
1
béisbol
beisbol
No hay claras fronteras lingüísticas internacionales puesto que en todos aquellos países en
donde béisbol/beisbol sea un deporte popular se da una mezcla de ambas variantes. 0
104
fútbol
futbol No hay claras fronteras lingüísticas internacionales puesto que en todos aquellos países en
donde se use la variante futbol también se utiliza, en alguna medida, la de fútbol. 0
[es-tri(p)-TIS]
[es-TRI(P)-tis] No hay claras fronteras lingüísticas internacionales. En todos los países
hispanoamericanos o bien se usa [es-tri(p)-TIS], o bien una mezcla de [es-tri(p)-TIS] y
[es-TRI(P)-tis]. En España se usa mayormente [es-TRI(P)-tis]. Tampoco hay fronteras con
respecto a las grafías striptease, estriptis y estriptís (ver § B1.7.3).
0
biósfera/biosfera Biosfera → biósfera: entre España y (la mayor parte de) Hispanoamérica. 1
ícono/icono Icono → ícono: entre España e Hispanoamérica. 1
Sahara/Sáhara Sáhara → Sahara: entre España e Hispanoamérica. 1
várices/varices Varices → várices: entre España e Hispanoamérica. 1
video/vídeo Vídeo → video: entre España e Hispanoamérica. 1
laparoscopía
laparoscopia Laparoscopia → laparoscopía: entre España y (la mayor parte de) Hispanoamérica, entre
Colombia y Ecuador, y entre Colombia y Perú (?). 3
olimpiada
olimpíada Olimpiada → olimpíada: entre Bolivia y Argentina, y entre Paraguay y Argentina. 2
período/periodo No hay claras fronteras lingüísticas internacionales ya que en casi todos los países se usa
una mezcla de período y periodo. Quizás periodo → período entre Bolivia y Argentina, y
entre Paraguay y Argentina, constituyen fronteras lingüísticas (ver § B2.8).
2?
[DI-sel]
[DIE-sel] [DIE-sel] → [DI-sel]: entre España e Hispanoamérica, entre Cuba y la República
Dominicana, entre Bolivia y Perú, y entre Bolivia y Chile. No hay fronteras con respecto a
las grafías diesel y diésel ya que ambas variantes se utilizan con alguna frecuencia en
todos los países (ver § B3.1.3).
4
[ga-RA-je]
[ga-RASH] [ga-RASH] → [ga-RA-je]: entre Guatemala y Honduras, entre Paraguay y Bolivia y entre
Argentina y Bolivia. No hay fronteras con respecto a las grafías garaje y garage ya que
ambas variantes se utilizan con alguna frecuencia en todos los países (ver § B3.2.3).
3
soya/soja Soja → soya: entre España y (la mayor parte de) Hispanoamérica, entre Paraguay y
Bolivia, entre Argentina y Bolivia, y entre Argentina y Chile. 4
de prisa/deprisa Deprisa → de prisa: entre España e Hispanoamérica. 1
limosina
limusina No hay fronteras lingüísticas muy claras debido a la competencia que existe en varios
países donde estarían las fronteras. Sin embargo, hay una suerte de fronteras entre las
siguientes zonas:
Limusina → limosina: entre España y (la mayor parte de) Hispanoamérica, entre Chile y
Perú, entre Chile y Bolivia, entre Argentina y Bolivia, y entre Argentina y Paraguay.
5?
a-tle-ta/at-le-ta at-le-ta → a-tle-ta: dentro de España (¿varias fronteras lingüísticas? ¿dónde se trazan?), y
entre Puerto Rico y la República Dominicana. 2?
105
Tabla 1C: El número de fronteras geolingüísticas entre países/zonas.
Frontera Cambios Núm.
España-Hispanoamérica
(entre España y la mayor
parte de Hispanoamérica).
Sección A (8 puntos): [pi-JA-ma] → [pi-YA-ma], la sauna → el sauna, no
se usa chance → sí se usa chance, la lente → el lente, o a una
mezcla de el lente (más) y la lente (menos), el saliente → la
saliente, la dinamo → el dínamo y/o el dinamo, la espiral → una
mezcla de el espiral y la espiral, la sartén → una mezcla de el
sartén y la sartén.
Sección B (12 puntos): chófer → chofer, baloncesto (mayor o
exclusivamente) → básquetbol y/o basquetbol, biosfera →
biósfera, icono → ícono, Sáhara → Sahara, varices → várices,
vídeo → video, laparoscopia → laparoscopía, [DIE-sel] → [DI-
sel], soja → soya, deprisa → de prisa, limusina → limosina.
20
Bolivia-Argentina Sección A (3-4 puntos): el chinche → la chinche, hambre en femenino →
hambre en masculino, el bikini → la bikini, la pus → el pus (?).
Sección B (4-6 puntos): chasís → chasis, olimpiada → olimpíada, periodo
→ período (?), [ga-RA-je] → [ga-RASH], soya → soja, limosina
→ limusina (?).
7-10
Chile-Argentina Sección A (3 puntos): el chinche → la chinche, el bikini → la bikini, el
terminal → la terminal.
Sección B (2 puntos): chasís → chasis, soya → soja.
5
Paraguay-Argentina Sección A (1 punto): el chinche → la chinche.
Sección B (3-4 puntos): chasís → chasis, olimpiada → olimpíada, periodo
→ período (?), limosina → limusina.
4-5
Bolivia-Chile Sección A (2 puntos): el chance → la chance, la terminal → el terminal.
Sección B (2 puntos): [DIE-sel] → [DI-sel], limosina → limusina. 4
Bolivia-Paraguay Sección A (2 puntos): el chance → la chance, hambre en femenino →
hambre en masculino.
Sección B (2 puntos): [ga-RA-je] → [ga-RASH], soya → soja.
4
Colombia-Perú Sección A (3 puntos): la piyama → el piyama, hambre en femenino →
hambre en masculino, el radio → la radio.
Sección B (1 punto): laparoscopia → laparoscopía.
4
Bolivia-Perú Sección A (2 puntos): hambre en femenino → hambre en masculino, la
terminal → el terminal.
Sección B (1 punto): [DIE-sel] → [DI-sel].
3
Ecuador- Perú Sección A (2 puntos): la piyama → el piyama, hambre en femenino →
hambre en masculino, el radio → la radio.
Sección B (0 puntos): ninguno.
3
Venezuela-Colombia Sección A (1-3 puntos): el saliente → la saliente (?), el maratón → la
maratón (?), el pus → la pus (?).
Sección B (1 punto): Chasis → chasís.
1-4
Honduras-Nicaragua Sección A (2 puntos): la chinche → el chinche, la maratón → el maratón.
Sección B (0 puntos): ninguno. 2
106
Costa Rica-Nicaragua Sección A (2 puntos): el dínamo → el dinamo, la maratón → el maratón.
Sección B (0 puntos): ninguno. 2
Cuba-La Rep. Domin. Sección A (1 punto): el dinamo → el dínamo.
Sección B (1 punto): [DIE-sel] → [DI-sel]. 2
La Rep. Domin.-Puerto
Rico Sección A (1 punto): la terminal → el terminal.
Sección B (1 punto): a-tle-ta → at-le-ta. 2
México-Guatemala Sección A (1 punto): la pus → el pus.
Sección B (0 puntos): ninguno. 1
El Salvador-Guatemala Sección A (1 punto): la pus → el pus.
Sección B (0 puntos): ninguno. 1
Honduras-Guatemala Sección A (0 puntos): ninguno.
Sección B (1 punto): [ga-RA-je] → [ga-RASH]. 1
Colombia-Ecuador Sección A (0 puntos): ninguno.
Sección B (1 punto): Laparoscopia → laparoscopía. 1
Perú-Chile Sección A (1 punto): el chance → la chance (?).
Sección B (0 puntos): limosima → limusina (?). 0-2
Dentro de España Sección A (1 punto): azúcar en masculino → azúcar en femenino
(¿cuántas fronteras internas?).
Sección B (1 punto): at-le-ta → a-tle-ta (?).
?
Observaciones
Se pueden hacer las siguientes observaciones sobre las fronteras lingüísticas en relación con los
temas de este estudio:
Tal como se esperaría, la “frontera” a través de la cual hay mayores cambios lingüísticos con
respecto a los temas de este estudio (20 cambios) es el océano atlántico que separa a España de
Hispanoamérica, lo cual concuerda con el hecho de que España tenga el mayor número de usos
minoritarios (25, ver Anexo II). Así, al trasladarse de España a Hispanoamérica con frecuencia
se pasa de una zona en donde predomina un uso minoritario a otra en donda prima un uso
mayoritario. Se puede decir que entre todos los muros lingüísticos que existen en el ámbito
hispánico el que se yergue entre Hispanoamérica y España es como la Gran Muralla China,
frente a la cual casi todos los demás muros dentro de Hispanoamérica son pequeños murillos.
La segunda frontera lingüística que conlleva más cambios es la que existe entre Bolivia y
Argentina (con 7-10 cambios). Luego siguen Chile-Argentina, Paraguay-Argentina, Bolivia-
Chile y Bolivia-Paraguay con 4-5 cambios que surgen al cruzar cada frontera. En general se
puede decir que el Cono Sur y los países aledaños a esta zona (Bolivia y Perú) constituyen una
zona en donde hay una cantidad notoria de cambios lingüísticos en relación con los temas de este
estudio. Hay más cambios entre cada uno de los países del Cono Sur y entre estos y los dos
107
países aledaños que los que hay, por ejemplo, entre los países contiguos del centro y del norte de
la América del Sur hispánica (de Perú hasta Venezuela), entre México y Guatemala, entre los
países contiguos de América Central, entre Cuba y la República Dominicana, o entre este y
Puerto Rico. Es decir, fuera del Cono Sur y los dos países aledaños a esta región hay, con
respecto a los 40 temas del estudio, bastante menos cambios lingüísticos entre países contiguos.
Se podría hacer este mismo tipo de análisis con otros temas dialectales que no fueron abordados
en este estudio. De hecho, sería conveniente analizar el mayor número posible de temas
dialectales en una amplia gama de campos semánticos para ver si hay más fronteras geoléxicas
entre España y la mayor parte de Hispanoamérica que entre países aledaños de Hispanoamérica.
También habría que analizar si dentro del Cono Sur y entre el Cono Sur y los países aledaños a
esta región hay más de estas fronteras que entre los países contiguos del resto de
Hispanoamérica.
108
ANEXO II: ¿Cuáles son las variedades del español que más se destacan?
Una manera de determinar cuáles son los dialectos del español que más se destacan de los
demás, con respecto a los 40 temas de este estudio, es comparar la cantidad de “usos
minoritarios” que cada variedad tiene. Recordemos que “uso minoritario” se refiere, en este
trabajo, a un uso que se emplea habitualmente en menos de 10 países de habla hispana, y que
cualquier uso que se emplee comúnmente en 11 o más países de habla hispana se considerará un
“uso mayoritario”. Así, por ejemplo, la chance (es decir, chance en femenino) es el uso
minoritario —se emplea en cinco países de habla hispana—, mientras que el chance es el uso
mayoritario ya que se usa en 15 países de habla hispana.
En la siguiente tabla se hace el cotejo del número de usos minoritarios que tiene cada país de
habla hispana en relación con los 40 temas de este estudio. En la columna izquierda aparecen los
países de habla hispana, en la columna central figuran los usos minoritarios de cada país que
surgieron en este estudio, y en la derecha el número de dichos usos minoritarios. Cuando dos
usos compiten en un país, uno mayoritario y otro minoritario, al minoritario se le asigna medio
punto en vez de uno entero. También cabe señalar que en el caso de el/la maratón, el/la pus, [es-
TRI(P)-tis]/[es-tri(p)-TIS] y periódo/periodo, no existe una variante minoritaria; así, 36 puntos
(no 40) sería el puntaje máximo que un país habría podido sacar.
Tabla 2: Los usos minoritarios por país.
PAÍS Usos minoritarios Núm.
España Sección A (11 puntos): el pijama, la sauna, no se usa chance, la chinche, la lente, el
saliente, la dinamo, la radio (‘radiorreceptor’), la espiral, la sartén, azúcar en
masculino (por ejemplo azúcar moreno).
Sección B (14½ puntos): chasis, chófer, cóctel, sólo baloncesto, biosfera, icono, Sáhara,
varices, vídeo, laparoscopia (y demás voces afines), [DIE-sel], soja, deprisa,
limusina, at-le-ta (y otras voces con tl) (½ punto).
25½
Argentina Sección A (8½ puntos): el champagne, el piyama, la chance, la chinche, hambre en
masculino (por ejemplo hambre bárbaro), el tilde (½ punto), la bikini, la radio
(‘radiorreceptor’), la caparazón (½ punto), la sartén (½ punto).
Sección B (6½ puntos): chasis, cóctel, olimpíada, [DIE-sel] (½ punto), [ga-RASH],
soja, limusina.
15
Uruguay Sección A (7½ puntos): el champagne, el piyama, la chance, la chinche, hambre en
masculino (½ punto), el tilde, la radio (‘radiorreceptor’), la caparazón.
Sección B (5½ puntos): chasis, cóctel, olimpíada, [ga-RASH], soja (½ punto), limusina.
13
Paraguay Sección A (6 puntos): el piyama, la sauna (½ punto), la chance, hambre en masculino,
la bikini (½ punto), la radio (‘radiorreceptor’), la sartén.
Sección B (4½ puntos): cóctel, [DIE-sel] (½ punto), [ga-RASH], soja, deprisa (½
punto), limousina (½ punto).
10½
109
Cuba Sección A (4½ puntos): el piyama/la payama, la sauna (½ punto), la chinche, el
saliente, el dinamo.
Sección B (4½ puntos): chasis, basquetbol (½ punto), beisbol (½ punto), biosfera (½
punto), [DIE-sel], deprisa (½ punto), limusina (½ punto).
9
Chile Sección A (5½ puntos): el piyama, la chance, hambre en masculino (½ punto), el tilde
(½ punto), la radio (‘radiorreceptor’), el terminal (de transportes), la
caparazón (½ punto).
Sección B (3 puntos): cóctel, olimpíada (½ punto), [ga-RASH]/[ga-RACH] (½ punto),
limusina.
8½
Perú Sección A (6½ puntos): el piyama (½ punto), la sauna (½ punto), la chance (½ punto),
hambre en masculino, el dinamo (½ punto), la radio (‘radiorreceptor’), el
terminal (de transportes), la caparazón (½ punto), la sartén.
Sección B (1 punto): cóctel (½ punto), limusina (½ punto).
7½
Venezuela Sección A (3 puntos): el piyama (½ punto), el saliente (½ punto), el dinamo, el terminal
(de transportes).
Sección B (4½ puntos): chasis, basquetbol, beisbol, laparoscopia (y demás voces
afines), olimpíada (½ punto).
7½
México Sección A (1½ puntos): la chinche, el dinamo (½ punto).
Sección B (4½ puntos): basquetbol, beisbol (½ punto), futbol, [ga-RASH], deprisa (½
punto), limusina (½ punto).
6
Costa Rica Sección A (3 puntos): la chinche, la espiral, el azúcar en masculino (por ejemplo azúcar
moreno).
Sección B (2½ puntos): basquetbol (½ punto), beisbol (½ punto), futbol (½ punto),
biosfera (½ punto), deprisa (½ punto).
5½
Guatemala Sección A (3 puntos): la pashama (½ punto), la chinche, el saliente (½ punto), el
dinamo (½ punto), la caparazón (½ punto).
Sección B (2½ puntos): beisbol (½ punto), futbol (½ punto), [ga-RASH], deprisa (½
punto).
5½
El
Salvador
Sección A (2 puntos): la chinche, el dinamo (½ punto), la caparazón (½ punto).
Sección B (3 puntos): basquetbol (½ punto), beisbol (½ punto), futbol, olimpíada (½
punto), [ga-RASH] (½ punto).
5
Puerto
Rico
Sección A (1½ puntos): la payama (½ punto), el terminal (de transportes).
Sección B (3½ puntos): chasis, beisbol (½ punto), biosfera, at-le-ta (y otras voces con
tl).
5
Honduras Sección A (2½ puntos): la chinche, el dinamo, la caparazón (½ punto).
Sección B (2 puntos): basquetbol (½ punto), beisbol (½ punto), futbol (½ punto),
deprisa? (½ punto).
4½
Colombia Sección A (2 puntos): el dinamo (½ punto), el terminal (de transportes) (½ punto), la
caparazón (½ punto), azúcar en masculino (½ punto).
Sección B (2½ puntos): basquetbol (½ punto), biosfera, laparoscopia (y demás voces
afines).
4½
Rep.
Domin.
Sección A (0 puntos): ninguno.
Sección B (3½ puntos): chasis, basquetbol, beisbol (½ punto), futbol (½ punto),
olimpíada (½ punto).
3½
110
Bolivia Sección A (1½ puntos): el piyama (½ punto), la radio (‘radiorreceptor’).
Sección B (1½ puntos): cóctel (½ punto), [DIE-sel]. 3
Panamá Sección A (1 punto): la sauna (½ punto), la radio (½ punto).
Sección B (2 puntos): basquetbol (½ punto), beisbol (½ punto), futbol (½ punto),
biosfera (½ punto).
3
Nicaragua Sección A (1½ puntos): la caparazón (½ punto), el dinamo.
Sección B (1½ puntos): basquetbol (½ punto), beisbol (½ punto), futbol (½ punto). 3
Ecuador Sección A (1 punto): el terminal (de transportes).
Sección B (0 puntos): ninguno. 1
Observaciones
Se pueden hacer las siguientes observaciones sobre usos minoritarios en relación con los temas
de este estudio:
• España, con un índice de 25 puntos, tiene muchísimos más usos minoritarios (entre los 40
temas de este estudio) que cualquier otro país hispánico: el número más alto de usos
minoritarios alcanzado por un país hispanoamericano fue Argentina con 15 puntos.
• Después de España, son Argentina, Uruguay y Paraguay los países con índices más altos
de usos minoritarios (sus puntajes se ubican entre 10 y 15).
• Frente a la mayoría de los países hispanoamericanos, Cuba y Perú también tienen índices
bastante altos de usos minoritarios (Cuba con 9 y Perú con 7½). Esto quizás se explica
por el hecho de que estos dos países históricamente tienen nexos relativamente fuertes
con España: la independencia de Cuba sucedió en forma más tardía, y Lima fue la sede
del Virreinato más rico (Lipski: 336).
• Los países hispanoamericanos con índices más bajos de usos minoritarios tienden a ser
aquellos que se hallan hacia el centro de Hispanoamérica, tales como Panamá y Ecuador,
no los que están hacia los extremos del continente americano, como México y Argentina,
los cuales tienen más usos minoritarios. Si se considera que Cuba y Perú se encuentran
hacia el “centro geográfico” de Hispanoamérica, estos países tal vez sean excepciones
por las razones indicadas en el punto anterior.
Se podría hacer el mismo tipo de análisis con otros temas dialectales que no fueron abordados en
este estudio. Por ejemplo, al cotejar el número de usos minoritarios que tiene cada país de habla
hispana con respecto al campo semántico de los útiles escolares o de oficina, se sacaría el cálculo
del número de países en donde se usa el término mayoritario, marcador, y en cuáles los
minoritarios, plumón o rotulador, etc., en qué países se usan los términos “comayoritarios”,
grapadora y engrapadora, y en cuáles los minoritarios, abrochadora, cosedora,
engrampador(a), engrapador y presilladora, etc. Del mismo modo, en el campo semántico de
111
las comidas y las cosas relacionadas con comidas, se compararía en qué países se dice
mayormente toronja, uso mayoritario, y en cuáles pomelo y greifrut, usos minoritarios; en cuáles
se dice maní, uso mayoritario, frente a cacahuate y cacahuete, usos minoritarios; y en cuáles se
utiliza bandeja, uso mayoritario, frente a azafate, charol y charola, usos minoritarios, etc.
Al hacer este tipo de cotejo con el mayor número posible de temas dialectales y en una amplia
gama de campos semánticos, se podría determinar si las observaciones de este anexo sobre los
temas aquí estudiados son o no son igualmente ciertas en cuanto a la dialectología léxica en
general, o en qué medida lo son. Es decir, se puede preguntar lo siguiente con respecto a la
dialectología léxica en general: ¿Es España la reina de los usos minoritarios, a la que le siguen
los países del Cono Sur y Cuba, o no? Sería muy interesante entender el comportamiento léxico
dialectal de los diferentes países en forma global, para ver si surgen patrones globales similares a
los encontrados con los temas de este estudio, si los patrones varían según el campo semántico
que se analice, o si, por regla general, no existen patrones claros.
112
ANEXO III: ¿Cuáles son las variedades del español que más se asemejan?
Una manera de determinar cuáles son los dialectos del español que más similitud tienen con
otros, con respecto a los temas de este estudio, es comparar la cantidad de usos que cada par de
variedades tiene en común. En la tabla que aparece a continuación se registran algunas de estas
coincidencias, comparando España con cada país hispanoamericano. Cuando dos usos compiten
en uno de los países que se comparan o en ambos, y los dos países tienen en común uno de los
usos en cuestión, se le asigna medio punto en vez de uno entero. Por ejemplo, en España se usa
una mezcla de el maratón y la maratón, mientras que en México se utiliza casi exclusivamente el
maratón. Por consiguiente, en la comparación de los usos españoles y mexicanos se asigna
medio punto al uso parcialmente compartido, el maratón (ver Tabla 3A).
Tabla 3A: La comparación de los países hispanoamericanos con España.
Países
comparados
Usos que los países comparados tienen en común Núm.
Esp.-Méx. Sección A (6½ puntos): la chinche, hambre en femenino, la tilde, el bikini, la
terminal, el caparazón, el maratón (½ punto).
Sección B (3½ puntos): [es-TRI(P)-tis] (½ punto), olimpiada, periodo/período,
limusina (½ punto), a-tle-ta (½ punto).
10
Esp.-Guat. Sección A (8 puntos): el champán (½ punto), la chinche, hambre en femenino, la
tilde, el bikini, la terminal, el caparazón (½ punto), el/la maratón, el pus.
Sección B (4½ puntos): béisbol (½ punto), fútbol (½ punto), [es-TRI(P)-tis] (½
punto), olimpiada, periodo/período, deprisa (½ punto), a-tle-ta (½ punto).
12½
Esp.-El Sal. Sección A (7 puntos): el champán (½ punto), la chinche, hambre en femenino, la
tilde, el bikini, la terminal, el caparazón (½ punto), el/la maratón.
Sección B (3 puntos): béisbol (½ punto), olimpiada (½ punto), periodo/período,
[ga-RA-je] (½ punto), a-tle-ta (½ punto).
10
Esp.-Hon. Sección A (6½ puntos): el champán (½ punto), la chinche, hambre en femenino, la
tilde, el bikini, la terminal, el caparazón (½ punto), la maratón (½ punto).
Sección B (5 puntos): béisbol (½ punto), fútbol (½ punto), [es-TRI(P)-tis] (½
punto), olimpiada, periodo/período, [ga-RA-je], a-tle-ta (½ punto).
11½
Esp.-Nic. Sección A (6 puntos): el champán, hambre en femenino, la tilde, el bikini, la
terminal, el caparazón (½ punto), el maratón (½ punto).
Sección B (3½ puntos): olimpiada, periodo/período, [ga-RA-je], a-tle-ta (½
punto).
9½
Esp.-C. Rica Sección A (9 puntos): el champán (½ punto), la chinche (½ punto), hambre en
femenino, la tilde, el bikini, la espiral, la terminal, el caparazón, el
maratón (½ punto), azúcar en masculino, el pus (½ punto).
Sección B (5½ puntos): béisbol (½ punto), fútbol (½ punto), [es-TRI(P)-tis] (½
punto), biosfera (½ punto), olimpiada, periodo/período, [ga-RA-je], a-tle-
ta (½ punto).
14½
113
Esp.-Pan. Sección A (6 puntos): hambre en femenino, la tilde, el bikini, la terminal, el
caparazón, el/la maratón.
Sección B (5 puntos): béisbol (½ punto), fútbol (½ punto), biosfera (½ punto),
olimpiada, periodo/período, [ga-RA-je], a-tle-ta (½ punto).
11
Esp.-Cuba Sección A (10 puntos): el champán, la sauna (½ punto), la chinche (?), hambre en
femenino, el saliente, la tilde, el bikini, la terminal, el caparazón, el
maratón (½ punto), el pus.
Sección B (8 puntos): chasis, béisbol (½ punto), fútbol, biosfera (½ punto),
olimpiada, periodo/período, [DIE-sel], [ga-RA-je], deprisa (½ punto), a-
tle-ta (½ punto).
18
Esp.-Rep.
Domin.
Sección A (6½ puntos): el champán (½ punto), hambre en femenino, la tilde, el
bikini, la terminal, el caparazón, el maratón (½ punto), el pus (½ punto).
Sección B (6 puntos): chasis, béisbol (½ punto), fútbol (½ punto), [es-TRI(P)-tis]
(½ punto), biosfera (½ punto), olimpiada (½ punto), periodo/período,
[ga-RA-je], a-tle-ta (½ punto).
12½
Esp.-P. Rico Sección A (6½ puntos): el champán, hambre en femenino, la tilde, el bikini, el
caparazón, el maratón (½ punto), el pus.
Sección B (8 puntos): chasis, baloncesto (mayormente), béisbol (½ punto), fútbol,
[es-TRI(P)-tis] (½ punto), biosfera (½ punto), olimpiada,
periodo/período, [ga-RA-je], at-le-ta (½ punto).
14½
Esp.-Ven. Sección A (6½ puntos): el champán (½ punto), hambre en femenino, el saliente (½
punto), la tilde, el bikini, el caparazón, el maratón (½ punto), el pus.
Sección B (6½ puntos): chasis, béisbol (½ punto), fútbol, laparoscopia (y demás
voces afines), olimpiada (½ punto), periodo/período, [ga-RA-je], at-le-ta
(½ punto).
13
Esp.-Col. Sección A (5½ puntos): hambre en femenino, la tilde, el bikini, el caparazón (½
punto), la maratón (½ punto), azúcar en masculino (½ punto), el pus.
Sección B (7½ puntos): béisbol, fútbol, [es-TRI(P)-tis] (½ punto), biosfera,
laparoscopia (y demás voces afines), olimpiada (½ punto),
periodo/período, [ga-RA-je], at-le-ta (½ punto).
13
Esp.-Ecuad. Sección A (6 puntos): el champán (½ punto), hambre en femenino, la tilde, el
bikini, el caparazón, la maratón (½ punto), el pus.
Sección B (6 puntos): béisbol, fútbol, [es-TRI(P)-tis] (½ punto), olimpiada,
periodo/período, [ga-RA-je], at-le-ta (½ punto).
12
Esp.-Perú Sección A (6½ puntos): el champán, la sauna (½ punto), la tilde, el bikini, la radio,
el caparazón (½ punto), la maratón (½ punto), la sartén.
Sección B (6½ puntos): cóctel (½ punto), béisbol, fútbol, olimpiada,
periodo/período, [ga-RA-je], limusina (½ punto), at-le-ta (½ punto).
13
Esp.-Bol. Sección A (7 puntos): el champán (½ punto), hambre en femenino, la tilde, el
bikini, la radio, la terminal, el caparazón, la maratón (½ punto).
Sección B (7½ puntos): cóctel (½ punto), béisbol, fútbol, [es-TRI(P)-tis] (½
punto), olimpiada, periodo/período, [DIE-sel], [ga-RA-je], at-le-ta (½
punto).
14½
114
Esp.-Par. Sección A (7½ puntos): el champán (½ punto), la tilde, el bikini (½ punto), la
radio, la terminal, el caparazón, el/la maratón, la sartén, el pus (½ punto).
Sección B (7½ puntos): cóctel, béisbol, fútbol, olimpiada, periodo (½ punto),
[DIE-sel], soja, deprisa (½ punto), at-le-ta (½ punto).
15
Esp.-Ur. Sección A (6½ puntos): el champán (½ punto), la chinche, hambre en femenino (½
punto), el bikini, la radio, la terminal, la maratón, el pus (½ punto).
Sección B (7 puntos): chasis, cóctel, béisbol, fútbol, período (½ punto), soja (½
punto), deprisa (½ punto), limusina, at-le-ta (½ punto).
13½
Esp.-Arg. Sección A (7 puntos): el champán (½ punto), la chinche, la tilde (½ punto), la
radio, la terminal, el caparazón (½ punto), la maratón (½ punto), la
sartén, el pus.
Sección B (7½ puntos): chasis, cóctel, béisbol, fútbol, período (½ punto), [DIE-
sel] (½ punto), soja, limusina, at-le-ta (½ punto).
14½
Esp.-Ch. Sección A (4½ puntos): hambre en femenino (½ punto), la tilde (½ punto), el
bikini, la radio, el caparazón (½ punto), la maratón (½ punto), el pus (½
punto).
Sección B (6 puntos): cóctel, béisbol, fútbol, olimpiada (½ punto), período (½
punto), [ga-RA-je] (½ punto), limusina, at-le-ta (½ punto).
10½
Cercanía con España en relación con los temas tratados en este estudio (de mayor a menor
cercanía):
Cuba (18), Paraguay (15), Argentina, Bolivia, Costa Rica y Puerto Rico (14½), Uruguay
(13½), Venezuela, Colombia y Perú (13), Guatemala y la República Dominicana (12½),
Ecuador (12), Honduras (11½), Panamá (11), Chile (10½), México y El Salvador (10),
Nicaragua (9½).
Observaciones
Cuba, una nación con fuertes nexos históricos y culturales con España, es el país cuyos usos
regionales (en relación con los temas de este estudio) se asemejan más a los de la madre patria. A
Cuba le siguen varios países del Cono Sur y también Bolivia, Costa Rica y Puerto Rico.
En total, se pueden hacer 190 comparaciones entre los 20 países de habla hispana: 19 + 18 + 17
+ 16 + 15 + 14 + 13 + 12 + 11 + 10 + 9 + 8 + 7 + 6 + 5 + 4 + 3 + 2 + 1 = 190.
En matemáticas, esto se puede representar de la siguiente forma: 20! ÷ 2! 18! = 190.
(“20!” es el factorial de 20, es decir, 20 x 19 x 18 ... 3 x 2 x 1).
En el caso de algunos de estos pares de países el número de coincidencias es sumamente alto,
mientras que en otros es más bajo.
115
Por ejemplo, en la tabla que aparece a continuación se comparan las coincidencias entre El
Salvador y Honduras, entre Argentina y Uruguay, entre México y Argentina, y entre El Salvador
y Argentina.
Tabla 3B: La comparación de El Salvador con Honduras, Argentina con Uruguay, México
con Argentina, y El Salvador con Argentina.
Países
comparados
Usos en común Núm.
El Sal.-Hon. Sección A (18½ puntos): el champán/la champaña, la piyama, el sauna, el chance, la
chinche, hambre en femenino, el lente, saliente rara vez se usa en el
sentido del estudio (?), la tilde, el bikini, el dínamo/el dinamo, el radio,
el/la espiral (?), la terminal, el/la caparazón, la maratón (½ punto), el
sartén, azúcar (en femenino), la pus.
Sección B (19½ puntos): chasís, chofer, coctel, básquetbol/basquetbol,
béisbol/beisbol, futbol/fútbol (?), [es-tri(p)-TIS] / [es-TRI(P)-tis], biósfera,
ícono, Sahara, várices, video, laparoscopía, olimpiada (½ punto) (?),
periodo/período, [DI-sel], [ga-RA-je] (½ punto), soya, de prisa (½ punto)
(?), limosina, a-tle-ta.
38
Ur.-Arg. Sección A (17½ puntos): el champagne/el champán, el piyama, el sauna, la chance,
la chinche, hambre (en masculino y femenino), el lente, la saliente, el tilde
(½ punto), el dínamo, la radio, el/la espiral, la terminal, el/la caparazón, la
maratón, el/la sartén (?), azúcar (en femenino), el/la pus (?).
Sección B (19 puntos): chasis, chofer, cóctel, básquetbol. béisbol, fútbol, [es-tri(p)-
TIS], biósfera, ícono, Sahara, várices, video, laparoscopía, olimpíada,
período, [DI-sel] (½ punto), [ga-RASH] (½ punto), soja (½ punto), de
prisa (½ punto) (?), limusina, a-tle-ta.
36½
Méx.-Arg. Sección A (8½ puntos): el sauna, la chinche, el lente, la saliente, la tilde (½ punto),
el dínamo (½ punto), el/la espiral, la terminal, el caparazón (½ punto),
azúcar (en femenino).
Sección B (12½ puntos): chofer, béisbol (½ punto), [es-tri(p)-TIS] (½ punto),
biósfera, ícono, Sahara, várices, video, laparoscopía, período (½ punto),
[DI-sel] (½ punto), [ga-RASH], de prisa (?), limusina (½ punto), a-tle-ta.
21
El Sal.-Arg. Sección A (9 puntos): el champán (½ punto), el sauna, la chinche, el lente, la tilde
(½ punto), el dínamo (½ punto), el/la espiral, la terminal, el/la caparazón,
la maratón (½ punto), azúcar (en femenino).
Sección B (12½ puntos): chofer, básquetbol (½ punto), béisbol (½ punto), [es-tri(p)-
TIS] (½ punto), biósfera, ícono, Sahara, várices, video, laparoscopía,
olimpíada (½ punto), período (½ punto), [DI-sel] (½ punto), [ga-RASH]
(½ punto), de prisa (?), a-tle-ta.
21½
Como podemos observar en cada uno de los pares de países aledaños, hay una muy alta
coincidencia de usos: El Salvador y Honduras comparten 38 de los 40 usos, y Argentina y
Uruguay, más de 36 de los 40. Es decir, entre El Salvador y Honduras, y entre Argentina y
Uruguay, casi todos los usos en relación con los 40 temas de este estudio son compartidos y
apenas hay una que otra discrepancia. Puesto que se trata de pares de países contiguos, entre cada
116
uno de los cuales hay muchísimas similitudes históricas, culturales y lingüísticas, no nos ha de
sorprender que coincidan en un gran número de los usos lingüísticos aquí estudiados.
Entre los pares de países alejados como México y Argentina, o El Salvador y Argentina, en
cambio, hay bastante menos coincidencias: alrededor de 21 puntos en cada caso, de los 40 puntos
posibles. Esto tampoco debería sorprendernos puesto que las diferencias histórico-culturales
entre el extremo norte de Hispanoamérica (países como México y El Salvador) y el área
rioplatense también son grandes.
117
ANEXO IV: ¿Cuáles son las variedades del español que el DPD mejor capta?
En este anexo se examinan los usos de cada país que el Diccionario Panhispánico de Dudas ha
captado en relación con los 40 temas del estudio. La siguiente tabla indica cuáles son los usos de
cada país que el DPD describe correctamente, es decir, proporcionando información dialectal
precisa.
Tabla 4: Los usos de cada país que el DPD ha captado.
PAÍS Usos adecuadamente captados por el DPD Núm.
España Sección A (17 puntos): el pijama, la sauna, poco se usa chance, la chinche, hambre en
femenino, la lente, el saliente, la tilde, el bikini, la radio (‘radiorreceptor’), la
espiral, la terminal, el caparazón, el/la maratón, la sartén, azúcar en masculino
o femenino (?), el pus.
Sección B (17 puntos): chasis, chófer, cóctel, sólo baloncesto, béisbol, fútbol, biosfera,
icono, varices, vídeo, laparoscopia (y demás voces afines), olimpiada,
período/periodo, garaje, soja, limusina, at-le-ta (y otras voces con tl).
34
México Sección A (11 puntos): la piyama, el sauna, la chinche, hambre en femenino, el lente, la
tilde, el bikini, el radio, la terminal, el caparazón, el/la sartén.
Sección B (13 puntos): chasís, chofer, basquetbol, beisbol, futbol, biósfera, ícono,
várices, video, laparoscopía (y demás voces afines), período/periodo, soya, a-
tle-ta (y otras voces con tl).
24
Rep.
Domin.
Sección A (11 puntos): la piyama, el sauna, hambre en femenino, el lente, el/la saliente
(?), la tilde, el bikini, el radio, la terminal, el caparazón, el/la sartén.
Sección B (13 puntos): chasis, chofer, beisbol, fútbol, biósfera, ícono, várices, video,
laparoscopía (y demás voces afines), olimpiada/olimpíada, período/periodo,
soya, a-tle-ta (y otras voces con tl).
24
Argentina Sección A (8 puntos): el piyama, el sauna, la chinche, el lente, la bikini, la radio
(‘radiorreceptor’), la terminal, el pus (?).
Sección B (15 puntos): chasis, chofer, cóctel, básquetbol, béisbol, fútbol, biósfera, ícono,
várices, video, laparoscopía (y demás voces afines), período/periodo (?), soja,
limusina, a-tle-ta (y otras voces con tl).
23
Bolivia Sección A (10 puntos): el sauna, hambre en femenino, el lente, el/la saliente (?), la tilde,
el bikini, la terminal, el caparazón, el/la maratón, el/la sartén.
Sección B (13 puntos): chofer, cóctel/coctel, básquetbol, béisbol, fútbol, biósfera, ícono,
várices, video, laparoscopía (y demás voces afines), período/periodo, soya, a-
tle-ta (y otras voces con tl).
23
El
Salvador
Sección A (12 puntos): la piyama, el sauna, la chinche, hambre en femenino, el lente,
el/la saliente (?), la tilde, el bikini, el radio, la terminal, el/la maratón, el sartén.
Sección B (11 puntos): chasís, chofer, futbol, biósfera, ícono, várices, video,
laparoscopía (y demás voces afines), olimpiada/olimpíada, período/periodo,
soya, a-tle-ta (y otras voces con tl).
23
118
Guatemala Sección A (11 puntos): el sauna, la chinche, hambre en femenino, el lente, el/la saliente
(?), la tilde, el bikini, el radio, la terminal, el/la maratón, el/la sartén.
Sección B (12 puntos): chasís, chofer, básquetbol, futbol, biósfera, ícono, várices, video,
laparoscopía (y demás voces afines), período/periodo, soya, a-tle-ta (y otras
voces con tl).
23
Uruguay Sección A (8 puntos): el piyama, el sauna, la chinche, el lente, el bikini, la radio
(‘radiorreceptor’), la terminal, el/la sartén.
Sección B (15 puntos): chasis, chofer, cóctel, básquetbol, béisbol, fútbol, biósfera, ícono,
várices, video, laparoscopía (y demás voces afines), período/periodo (?), soja,
limusina, a-tle-ta (y otras voces con tl).
23
Venezuela Sección A (11 puntos): el sauna, hambre en femenino, el lente, el/la saliente, la tilde, el
bikini, el radio, el terminal (de transportes), el caparazón, el/la sartén, el pus.
Sección B (12 puntos): chasis, chofer, beisbol, fútbol, biósfera, ícono, várices, video,
olimpiada/olimpíada, período/periodo, soya, a-tle-ta (y otras voces con tl).
23
Cuba Sección A (10 puntos): la chinche, hambre en femenino, el lente, la tilde, el bikini, el
radio, la terminal, el caparazón, el/la sartén, el pus.
Sección B (11 puntos): chasis, chofer, fútbol, biósfera, ícono, várices, video,
laparoscopía (y demás voces afines), período/periodo, soya, a-tle-ta (y otras
voces con tl).
22
Chile Sección A (7 puntos): el piyama, el sauna, el lente, el bikini, la radio (‘radiorreceptor’),
el terminal (de transportes), el/la sartén.
Sección B (15 puntos): chofer, cóctel, básquetbol, béisbol, fútbol, biósfera, ícono,
várices, video, laparoscopía (y demás voces afines), olimpiada/olimpíada,
período/periodo (?), soya, limusina, a-tle-ta (y otras voces con tl).
22
Puerto
Rico
Sección A (10 puntos): el sauna, hambre en femenino, el lente, el/la saliente (?), la tilde,
el bikini, el radio, el caparazón, el/la sartén, el pus.
Sección B (12 puntos): chasis, chofer, básquetbol/baloncesto, beisbol, fútbol, ícono,
várices, video, laparoscopía (y demás voces afines), período/periodo, soya, at-
le-ta (y otras voces con tl).
22
Costa Rica Sección A (12 puntos): la piyama, el sauna, hambre en femenino, el lente, el/la saliente
(?), la tilde, el bikini, el radio, la espiral, la terminal, el caparazón, el/la sartén.
Sección B (9 puntos): chasís, chofer, ícono, várices, video, laparoscopía (y demás voces
afines), período/periodo, soya, a-tle-ta (y otras voces con tl).
21
Ecuador Sección A (9 puntos): la piyama, el sauna, hambre en femenino, el lente, la tilde, el
bikini, el radio, el caparazón, el/la sartén.
Sección B (12 puntos): chofer, básquetbol, béisbol, fútbol, biósfera, ícono, várices,
video, laparoscopía (y demás voces afines), período/periodo, soya, a-tle-ta (y
otras voces con tl).
21
Nicaragua Sección A (10 puntos): la piyama, el sauna, hambre en femenino, el lente, el/la saliente
(?), la tilde, el bikini, el radio, la terminal, el sartén.
Sección B (11 puntos): chasís, chofer, futbol, biósfera, ícono, várices, video,
laparoscopía (y demás voces afines), período/periodo, soya, a-tle-ta (y otras
voces con tl).
21
119
Panamá Sección A (12 puntos): la piyama, el sauna, hambre en femenino, el lente, el/la saliente
(?), la tilde, el bikini, el radio, la terminal, el caparazón, el/la maratón, el/la
sartén.
Sección B (9 puntos): chasís, chofer, ícono, várices, video, laparoscopía (y demás voces
afines), período/periodo, soya, a-tle-ta (y otras voces con tl).
21
Honduras Sección A (11 puntos): la piyama, el sauna, la chinche, hambre en femenino, el lente,
el/la saliente (?), la tilde, el bikini, el radio, la terminal, el sartén.
Sección B (9 puntos): chasís, chofer, biósfera, ícono, várices, video, laparoscopía (y
demás voces afines), período/periodo, soya.
20
Colombia Sección A (10 puntos): la piyama, el sauna, hambre en femenino, el lente, la tilde, el
bikini, el radio, el terminal (de transportes), el/la sartén, azúcar en masculino o
femenino.
Sección B (9 puntos): chofer, fútbol, ícono, várices, video, olimpiada/olimpíada,
período/periodo, soya, a-tle-ta (y otras voces con tl).
19
Paraguay Sección A (7 puntos): el piyama, el sauna, el lente, la tilde, la radio (‘radiorreceptor’), la
terminal, el/la maratón.
Sección B (11 puntos): chofer, cóctel, básquetbol, fútbol, biósfera, ícono, várices, video,
laparoscopía (y demás voces afines), período/periodo, a-tle-ta (y otras voces
con tl).
18
Perú Sección A (5 puntos): el sauna-la sauna, el lente, la tilde, el bikini, (‘radiorreceptor’), el
terminal (de transportes).
Sección B (13 puntos): chofer, cóctel/coctel, básquetbol, béisbol, fútbol, biósfera, ícono,
várices, video, laparoscopía (y demás voces afines), período/periodo, soya, a-
tle-ta (y otras voces con tl).
18
Observaciones
Se pueden hacer las siguientes observaciones sobre la cobertura del DPD en relación con los 40
temas dialectales de este estudio:
• El índice de España, con 34 puntos sobre un máximo posible de 40 puntos, significa que
el DPD acertó, con respecto a España, en el 85% de los usos investigados en este estudio.
Este índice es mucho más alto que el de cualquiera de los países hispanoamericanos, lo
cual significa que el DPD ha logrado describir los usos peninsulares que fueron
investigados en este estudio de forma mucho más precisa que los usos de los países
hispanoamericanos.
• Los índices de los 19 países hispanoamericanos oscilan entre los 24 y los 18 puntos —
hubo poca variación entre ellos— y el promedio es de 21,63 puntos. Esto significa que en
el caso de los países hispanoamericanos, el DPD acertó en sólo el 54% de los usos
investigados en este estudio. Este índice promedio para los países hispanoamericanos es
mucho más bajo que el de España (85%) y significa que el DPD ha descrito los usos
hispanoamericanos de este estudio de una forma mucho menos precisa que los
peninsulares.
120
• Con respecto a la cobertura del DPD de los temas tratados en este estudio, nuevamente
vemos que del dicho —“panhispánico”— al hecho, hay gran trecho, ya que el DPD
tendría que representar los usos de los países hispanoamericanos de manera mucho más
fidedigna para poder llamarse “panhispánico”, propiamente dicho.
Se podría hacer el mismo tipo de análisis lexicográfico con otros temas dialectales que no fueron
abordados en este estudio, tanto con respecto al DPD como en relación con otros diccionarios
que pretenden ser “panhispánicos” tales como el DRAE. Y sería muy interesante ver, al analizar
el mayor número posible de temas dialectales en una amplia gama de campos semánticos, si los
diccionarios cubren los usos regionales de España más que los de los países hispanoamericanos.
Se sospecha que es así, pero, para saberlo, habría que hacer la investigación y los cotejos
correspondientes.