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I. ESTUDIOS VIQUIANOS

2010 Cacciatore - Vico Narración Histórica y Narración Fantástica

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  • I. ESTUDIOS VIQUIANOS

  • VICO: NARRACIN HISTRICAY NARRACIN FANTSTICA

    Giuseppe CacciatoreEste ensayo plantea la relevancia filosfica que asume, en el conjunto de la obra viquia-na, la relacin entre narracin fantstica y narracin histrica. La forma narrativa de lahistoria como ya enseaba Vico es el recorrido privilegiado a travs del cual se haceplenamente visible y experimentable el sentido filosfico del hacer, de su dinmicotranscurrir de elemento fundante de la constitucin histrico-antropolgica de la huma-nidad a instrumento de comprensin del sentido y del significado de la historicidad. Elautor concluye que la gran vitalidad de los conceptos viquianos de universal fants-tico y de sabidura potica sobrepasa el mbito de los problemas conectados al papelde la fantasa y del mito en la reconstruccin histrica de los orgenes y se muestra, encambio, como una de las posibles modalidades de comprensin de la experiencia tica,psicolgica y cognoscitiva del hombre contemporneo, en la crisis de una poca yadesde hace tiempo hurfana de las certezas de la racionalidad moderna.PALABRAS CLAVE: Vico, Ciencia nueva, narracin histrica, razn narrativa, narracinfantstica, sabidura potica, mitologa, reoconstruccin historica.

    This paper is focussed on the philosophical relevance of fantastic and historical narra-tives, and the relationship between them, in Vicos work. The narrative form of historyas Vico pointed out is a privileged perspective to see and experience the philosop-hical sense of doing, and its dinamic transformation from founding element in the his-

    torical-antropological constitution of humanity into an instrument for the understanding of the sense and meaning of historicity. Theauthors conclusion is that the huge vitality of some Vichian concepts such as fantastic universal and poetic wisdom exceedsthe limits of problems that are connected to the role of fantasy and mith in the historical reconstruction of origins; on the contrary,it appears instead as one of the possible ways of understanding the ethical, psicological and cognoscitive experience of contempo-rary human being, forced to confront the crisis of his time, long time after loosing the certitudes of modern rationality.KEYWORDS: Vico, New science, historic narrative, phantasy, poetic wisdom, mithology, historical reconstruction.

    Son muchos los lugares de la obra de Vico que autorizan a considerar elnexo narracin histrica/narracin fantstica, no slo como uno de los plexos teri-cos ms originales y significativos de todo su trayecto especulativo, sino ademscomo el punto de inicio de sedimentacin de los materiales de anlisis y reflexinque durante mucho tiempo han pesado y pesan en el debate de los siglos XIX y XX(e incluso contemporneo) sobre las relaciones entre poesa e historia, entre la

    Cuadernos sobre Vico 23 (2009) / 24 (2010)Sevilla (Espaa). ISSN 1130-7498 Giuseppe Cacciatore de la trad. Jssica Snchez Espillaque

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    * Texto publicado originalmente en italiano en Ratio et superstitio. Essays in Honor of Graziella Federici Vescovini, a cargo deGiancarlo Marchetti, Orsola Rignani y Valeria Sorge, Fdration Internationale des Instituts dtudes Mdivales, Louvain-La-Neuve, 2003, pp. 483-505. Publicado en espaol con permiso del autor.

    MJRE - JMS

  • representacin mtico-simblica de la historia y su representacin cientfico-con-ceptual. La posibilidad de que se pueda fundar filosficamente este tipo de relacinva ms all de la prevista adquisicin que los productos de la fantasa potico-narra-tiva puedan constituir, siendo al mismo tiempo modos de representacin del acon-tecimiento histrico y objetos verdaderos y propios de investigacin historiogrfi-ca, en los anlisis, en las descripciones y en las comparaciones tiles para recons-truir la unidad de sentido de una cultura o de una civilizacin. De esta complejidadera muy consciente Vico, cuando, no por casualidad, haca de la sabidura poticaobjeto de una parte considerable de su obra magna, precisando inmediatamente noquererse referir a un limitado mbito de la experiencia humana. La poesa, para l,caracteriza todo el conjunto de la vida del hombre en una determinada fase de suevolucin. En consecuencia, sobre la base de esta fundamental premisa, se puedecomprender el significado, no meramente histrico-filolgico, de la afirmacinsegn la cual las primeras fbulas deban contener verdades civiles y que, por eso,stas pueden considerarse como las historias de los primeros pueblos1.

    Vico, como es sabido, haba sostenido que se pudiese reconocer en lospoetas telogos los primeros sabios del mundo griego a los cuales, inmediatamen-te despus, sucederan aquellos heroicos. Y puesto que, segn una perspectivacomparada, todo pueblo tuvo, en sus orgenes, Jpiter y Hrcules, se deduce quetodas las naciones gentiles fueron en sus inicios poticas. Fue, entre otros, FaustoNicolini, quien sugiri una, an hoy, compartida clave de lectura, que destaca pre-cisamente aquella duplicidad de planos (la narracin potico-fantstica como, almismo tiempo, modo expositivo y contenido de la historia) que Vico asigna al hacerpotico de la humanidad. Segn Nicolini2, en realidad el uso viquiano de los universalesfantsticos (el mito de Jpiter como smbolo de la universalidad del sentimiento religio-so entre los pueblos; el de Hrcules como representacin de la fatigosa empresa humanaen la construccin de la sociedad) muestra cmo la funcin del mito va ms all de lanarracin del acontecimiento y constituye, a la vez, el subrayado de la cualidad, poras decir, compleja de la historia, de su constituirse, es decir, como originario lugarde formacin de las comunidades y sociedades humanas. El estudioso napolitano deVico, para corroborar su interpretacin basada precisamente en la conviccin de quelas fases aurorales de la historia social del hombre son interpretables con el auxiliode los mitos3 hace referencia a un texto que es oportuno recordar, en el contexto deldiscurso que se pretende aqu desarrollar. Se trata de las pginas de las Notae alDiritto universale, en las cuales Vico sostiene que los poetas heroicos han sido losprimeros historiadores de las cosas profanas (Potae heroes primi rerum profanarumhistorici)4. Cuando Ulises, segn el relato de Homero, narra a Alcino la historia desus peregrinaciones, de la guerra, de las pasiones que le invadan, de la odisea delretorno, usa el verdadero y propio arte del msico y del cantor. Es la misma expre-sin usada por Eumeo, cuando revela a Penlope haber escuchado de un vagabundo

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  • la historia de sus peripecias en forma de poesa. Esto explicara, entre otras cosas, porqu segn Vico la poesa pica, la poesa de los hroes, viene antes de la poesa trgi-ca y de la buclica. En efecto escribe Vico la poesa heroica se funda sobre unanica imitacin, o sea, sobre la narracin de las empresas (narratio rerum gestarum)y sobre la exposicin de los discursos que pronunciaron los hroes5. En suma, la poe-sa heroica adopta los mismos procedimientos descriptivos e imitativos de la historia.

    La historia de la humanidad en su fase auroral est, pues, marcada por lasabidura potica, por el prevalecer, lo que explica la rudeza6 de los orgenes, dela sensibilidad y de la fantasa en cada aspecto de la vida. De donde, como ulteriorconfirmacin de la funcin de la sntesis imaginativa encargada de las representa-ciones simblicas, adems de la palabra narrada, no se olvide la intencionalidad her-menutica de aquel detalle de la Dipintura, all donde el rayo de la Metafsica estrepresentado en su refractarse sobre la estatua de Homero, primer autor de la gen-tilidad7. En conclusin, la filosofa y sus abstracciones no son separables de la his-toria de las ideas humanas, de aquella historia, esto es, que se inicia cuando loshombres comienzan a pensar y a traducir el pensamiento en palabras, gestos, escri-turas. Y Homero representa ante todo la sabidura potica, esto es, la primerasabidura del mundo para los gentiles8.

    La conciencia que posee Vico de tener entre las manos un argumento nuevoy grande no est, pues, solamente en la definicin de los contenidos y de los mto-dos de la forma del saber histrico, sino adems y sobre todo en el descubrimientode una ciencia que, a diferencia del saber tradicional, que limita su radio de accin alos tiempos de la civilizacin desplegada y raciocinante, es capaz de remontarse, ensu anlisis y en sus procesos de comprensin, hasta los orgenes remotos.

    No muestra, pues, una concesin al gusto anticuario o a la reconstruccinerudita de la antigedad la centralidad que en Vico asume la idea de la sabidurapotica. sta corresponde al nivel determinado del saber teortico y prctico de lahumanidad en la fase de sus orgenes. La poesa es el estadio inicial a partir del cualse manifiesta la propia mente humana. El sentido y el ser sensible se colocan al ini-cio del proceso de descubrimiento y de constitucin de la propia verdad. El proce-so gentico (histrico, aunque tambin psicolgico y cognoscitivo) del saber huma-no es, pues, inaugurado por la poesa y por sus contenidos narrativos e imaginati-vos. As que, si la sabidura, como dice Vico9, entre los gentiles comenz por laMusa, en una originaria indistincin entre mito religioso e inicio conjetural de lahistoria (por usar una imagen kantiana), esto significa que el elemento de la narra-cin fantstica acompaa, desde el inicio, la narracin del comienzo de la civiliza-cin humana.

    Lo que emerge de toda la articulacin del razonamiento viquiano no es, sinembargo, slo la estrecha correlacin entre las formas originarias de la historiogra-fa y su estructura narrativo-potica, sino tambin la consciente traduccin, en el

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    Vico: narracin histrica y narracin fantstica

  • plano del anlisis histrico-cultural, de una evidente opcin filosfica y gnoseol-gica. El sentido, la imaginacin y la fantasa no constituyen solamente, por as decir,los instrumentos narrativos y representativos de la historia de la civilizacin huma-na en sus inicios, sino que representan, como es bien sabido para los estudiosos deVico, los momentos constitutivos de la mente humana10. La actividad mitopoitica,la capacidad de sntesis y de representacin de los acontecimientos (que no son slolos fragmentos materiales de la historia pasada, sino adems los productos de lamemoria), en un acto de la fantasa y en una obra de reelaboracin narrativa a la queno es extrao el ingenio, caracterizan el procedimiento de la mente humana en unapoca en la cual sta no estaba languideciente por ningn arte de la escritura, noestaba espiritualizada por ninguna prctica de clculo y razn, no era hecha abstrac-tiva por tantos vocablos abstractos. ste era un argumento que Vico haba utiliza-do ya en la seccin dedicada a la Metafsica potica. Aqu, una vez ms, se hacereferencia a los daos provocados por el peso excesivo de la abstraccin que saturala mente y por el abuso de espiritualizacin provocado por una racionalidad geo-mtrica y calculante. Si no se libera de estos impedimentos, queda incapacitada todaposibilidad de

    entrar en la vasta imaginacin de aquellos primeros hombres, cuyasmentes en nada eran abstractas, en nada haban languidecido, en nadaespiritualizadas, porque estaban todas inmersas en los sentidos, todasrefutadas por las pasiones, todas enterradas en los cuerpos: de ah queantes dijramos que ahora apenas se puede entender, ni siquiera ima-ginar, cmo pensaron los primeros hombres que fundaron la humani-dad gentil11.

    El doble registro sincrnico y al mismo tiempo diacrnico a lo largo delcual se dispone la funcin del saber potico respecto a la estructura de la mente y ala vida histrica de la humanidad concierne adems a la conexin central entre tpi-ca y crtica. La mente, en efecto, tanto en su originariedad, por as decir, biolgicay psicolgica, como en su gnesis histrico-cultural, necesita, para Vico, fundarseen el arte regulador de la tpica. En sus movimientos primordiales la mente (unavez ms considerada en la duplicidad de la experiencia psicolgica y gnoseolgicaindividual y de la experiencia histrica del formarse de la civilizacin) es natural-mente inducida primero a una operacin de descubrimiento de las cosas y, slo des-pus, sta pasa a la fase del juicio crtico. La conclusin del razonamiento viquianoest en la conviccin de que la infancia del mundo (en aquella fase en la que lahumanidad necesitaba de todos los descubrimientos por las necesidades y utilida-des de la vida) no poda ms que fundarse en los procedimientos, al mismo tiem-po narrativos y prcticos, de la sabidura potica. Por eso con razn los poetas te-

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  • logos dijeron que la Memoria es madre de las musas, las cuales antes haban sidolas artes de la humanidad12. Se explica, de esta manera, la frase viquiana ms vecesenunciada13 ora interpretada como retrico homenaje a la sabidura originaria delos antiguos, ora considerada como una de sus tantas oscuridades conceptuales,segn la cual la musa es definible como ciencia del bien y del mal, como adi-vinacin originada por aquel primer imponerse de la historia de las ideas huma-nas originadas por ideas divinas con la contemplacin del cielo hecha con los ojosdel cuerpo14.

    Aparece, as, evidente cmo, en la reconstruccin viquiana de aquellas civi-lizaciones en las que domina la transmisin del saber encargada a los sabios-poetas,la poesa no es distinguible, de manera artificiosa o conceptual, de la esfera delhacer y del producir o de la de lo til. Es ms, desde el propio punto de vista dellenguaje y de la expresin, y, por lo tanto, tambin desde el punto de vista de larepresentacin de los contenidos de la memoria, el modelo potico-narrativo se con-vierte en itinerario privilegiado para manifestar y experimentar toda la gama de lasobjetivaciones de la vida del hombre. Naturalmente, como bien saben los estudio-sos de Vico, estas conclusiones deben leerse en conexin con el papel determinan-te no slo en el plano, por as decir, de la ciencia de los orgenes fabulosos de lahumanidad, sino adems en el de la teora misma del conocimiento, de una corpu-lentsima fantasa que permite a los primeros hombres-infantiles de la historia delgnero humano activar un proceso poitico, una concretsima capacidad de crear lascosas, aunque con modos todos ideales y artificiosos absolutamente diversos deaqullos propios de la creacin divina. La fantasa, pues, no es slo el extraordina-rio instrumento en base al cual nacen mitos y fbulas, sta es tambin el indispen-sable vehculo para la creacin de invenciones sensibles. Es, por ejemplo, aquel pro-cedimiento que permite a los poetas-telogos imaginar la primera fbula divina,la de Jpiter fulminante, en una direccin que induce a considerar, de esta manera,el mito religioso en una forma, al mismo tiempo, de explicacin de fenmenos natu-rales, de garanta psicolgica, y adems de identificacin de la gnesis de las prime-ras formas de socializacin inducidas por la religin. Jpiter representa, as, uno delos clsicos ejemplos a travs de los cuales Vico expone su teora de los universa-les fantsticos, la cual, como es sabido, constituye un punto importante no slopara comprender toda la interpretacin ofrecida por Vico de los procedimientoscognoscitivos de la mente (y de sus funciones sintticas conscientemente no redu-cibles a la sola dimensin racional y epistemolgica), sino tambin su utilizacin alos fines del conocimiento histrico de los orgenes de la civilizacin, al menos enuna situacin en la que narracin potica y narracin histrica aparecen indistingui-bles. As, por ejemplo, uno de los clsicos instrumentos de la investigacin histri-ca avanzada la comparacin es conscientemente utilizada hasta casi constituirse,en las pginas viquianas, como un verdadero y propio esbozo de teora comparada

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    Vico: narracin histrica y narracin fantstica

  • de los mitos y de las religiones. La multiplicidad de las representaciones mticas ysimblicas del origen divino de la historia civil15, la variedad de los nombres mis-mos atribuidos a la divinidad fulminante no deberan, observa Vico, causar asombroentre los historiadores y los fillogos, ya que la existencia de tantos Jpiter estrelacionada con el hecho de que todas las naciones gentiles tuvieron uno y sumultiplicidad es la misma de tantas historias fsicas conservadas por las fbulas16.

    La insistencia de Vico en la determinancin de la naturaleza potica de lasprimeras naciones no es, entonces, interpretable solamente a la luz de una efectivaexigencia de acortar, por as decir, la distancia entre historia profana e historia sagra-da, en definitiva en el contexto de una explicacin de la gnesis del mundo humanoen aquellos fenmenos divinos que los poetas telogos buscan en la adivinacin yen la antropologizacin de auspicios. sta representa adems la necesaria premisa deaquella consciente revolucin, iniciada por Vico, en el tradicional establecimiento dela teora del conocimiento, encargada de la consciente utilizacin de categoras filo-sficas que nacen en el terreno del anlisis de las formas poticas y de las expresio-nes fantsticas. A travs de tal va, Vico reformula, en trminos nuevos, la tradicio-nal concepcin de la poesa y, por tanto, tambin de la narracin fantstica. La sabi-dura oculta confiada a los antiguos rapsodas y a los poetas telogos no es reduci-ble a una dimensin originaria marcada por la falta de racionalidad, por una situa-cin de defecto del raciocinio humano. Vico, en cambio, sostiene explcitamenteque tambin la sabidura inigualable de los antiguos revela ser un modo expresivode la sabidura vulgar de legisladores que fundaron el gnero humano, por lo cualse hace posible trasladarse del terreno de los sentidos msticos de los filsofos alos sentidos histricos contenidos en las fbulas antiguas17.

    Qu importancia asocie Vico al papel, al mismo tiempo histrico y filosfi-co-especulativo, que desempea, en el conjunto de su itinerario terico, la cuestindel origen de los procesos histricos de la humanidad est demostrado por el hechode que los Corolarios en torno a los aspectos principales de esta ciencia18 soncolocados, significativamente, justo al final de las pginas de la Metafsica poti-ca dedicadas a la demostracin del peculiar sentido de verdad histrica encomen-dado a la sabidura vulgar de los antiguos. De manera completamente consciente deello, en efecto, los pasos esenciales que caracterizan el anlisis conceptual e hist-rico-filolgico de las formas poticas a travs de las cuales se manifiesta la sabidu-ra primitiva son considerados como la clave de acceso a la comprensin del moti-vo por el cual esta ciencia debe poseer como su esencial aspecto el de una teo-loga civil razonada de la providencia y de una historia ideal eterna. Los mate-riales, fantsticos e histricos, que se recogen de las producciones de la sabiduraoriginaria de los legisladores, contribuyen a definir la gnesis de aquella filosofade la autoridad que confa a la recproca concurrencia de las pruebas filosficas yfilolgicas la posibilidad de concebir la historia de las ideas humanas.

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  • Pero la centralidad que en todo el recorrido viquiano de la filosofa de losorgenes asume el elemento fantstico-narrativo est testimoniada por la conscien-te ampliacin de los territorios de la facultad imaginativa a los procedimientos figu-rativos, simblicos y semnticos del lenguaje. En consecuencia, como bien sabe-mos, Vico pone, junto a la metafsica potica, una lgica potica19, aquella, porejemplo, que se elabora en la produccin imaginativa y narrativa de los poetas te-logos, consagrada a un significativo proceso de transformacin de los cuerpos ensustancias divinas, hasta la constitucin, histrica y lgicamente consiguiente, deuna facultad semntica capaz de reconocer y comprender el significado de las cosasy de los acontecimientos20. Tambin el lenguaje, por lo tanto, est caracterizado poruna originaria fase donde la pretensin racionalista (aunque tambin la bblicaonomathesa otorgada a Adn por Dios) de encontrar correspondencia perfectaentre las palabras y la naturaleza de las cosas, est, histrica y conceptualmente,anticipada por un hablar fantstico por sustancias animadas. Se comprende aspor qu se puede sostener el papel no simplemente arqueolgico e histrico-filol-gico de la investigacin viquiana acerca de los orgenes fantsticos de la historiahumana y del uso no slo reconstructivo del mtodo narrativo. Es en este contexto,por ejemplo, donde se pone la atencin dirigida por Vico a aquellas que son laspeculiares hablas de las fbulas, es decir, las mitologas y los discursos alegri-cos que stas construyen. Y su fin es precisamente no slo el de comprender yreconstruir la gnesis histrica de los procesos de civilizacin. Se trata, en efecto,tambin de una funcin metodolgica y cognoscitiva que tiene que ver directamen-te con los procedimientos lgicos de la mente, dado que mitos, fbulas y universa-les fantsticos terminan por cumplir la tarea de organizar las diversidades individua-les en razones y gneros comunes21. Por otro lado, en este orden argumentativo,regresa adems, como es sabido, la relevancia acordada por Vico a la funcin de lametfora, la cual no slo logra dar sentido y pasin a las cosas insensatas22, sinotambin, a travs de la capacidad de contener en s un universo de sentido y signi-ficado toda metfora as hecha viene a ser una pequea fabulita23, transferir ensemejanzas tomadas de los cuerpos abstractas estructuras conceptuales24. Resulta,as, en mi opinin confirmada una plausible lnea interpretativa que sugiere conside-rar la argumentacin viquiana partiendo de un doble registro: aquel, por as decir, psi-colgico y antropolgico (la natural disposicin del hombre a metaforizar y simboli-zar su originaria relacin con el mundo, a travs de la imaginacin y del lenguaje po-tico), y aquel gnoseolgico (la individuacin de las estructuras cognoscitivas y de lasformas de sntesis del mltiple emprico en las pocas de la historia y en las fases dela mente humanas an no alcanzadas por la racionalidad plenamente desplegada)25.

    Me parece que emerge con claridad, al menos a la luz del discurso hastaaqu argumentado, cul es para Vico el papel, se podra decir constitutivo, del saberpotico-fantstico en el contexto de una reflexin global, a un tiempo filosfico-

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    Vico: narracin histrica y narracin fantstica

  • conceptual e histrico-genealgica, sobre el problema del comienzo, un proble-ma que, como muestra la evolucin de la historia de la filosofa del siglo XIX, trans-curre, por as decir, desde el mbito histrico-narrativo al filosfico-ontolgico. Ladimensin narrativa que impregna la experiencia originaria de la mente humana,tanto en su constitucin psicolgica y gnoseolgica como en su histrica fenome-nologa, es analizada por Vico a travs de la comparacin analgica entre infanciadel hombre e infancia de los pueblos. Adems la mente de las primeras naciones,como la de los nios que an no han alcanzado la madurez de la razn, se mueve enuna esfera predominantemente prerreflexiva y prelgica. Por esto, entonces, el ele-mento fantstico-narrativo no soporta reducciones, por as decir, racionalsticas, nijuicios sobre su calidad de verdad secundaria e incompleta, ya que, observa Vico,las primeras fbulas no pudieron fingir nada falso; por lo que tuvieron necesaria-mente que ser [...] verdaderas narraciones26.

    De tal manera la estructura narrativa de la mente humana y del propio serhistrico originario del hombre pierde su caracterstica de sectorialidad separada yse muestra lgicamente e histricamente conectada a un proceso de larga duracinen la milenaria formacin de la historia de la civilizacin humana27. El habla po-tica fluye por un tan largo tramo dentro del tiempo histrico como los grandesros que hacen por largos tramos dulces las aguas de los mares en los que se vier-ten. Pero precisamente por esta propiedad suya y por estas caractersticas suyas, porla capacidad que posee de definir y expresar los primeros caracteres poticos, stamuestra el doble rostro de su funcin histrica: la de constituir por s un evento his-trico y de establecerse como instrumento indispensable de estudio y comprensinde la antigedad28.

    En los pargrafos que Vico dedica a las pruebas filosficas para el descubri-miento del verdadero Homero, es retomado el tema central de los caracteres poticoscomo lo que constituye la esencia de las fbulas, como peculiar contenido expresivogracias al cual pueblos enteros manifiestan aquellas modalidades de pensamientoadecuadas a la necesidad natural. En consecuencia, las alegoras poticas sobre las quetodo universal fantstico se funda no representan ms que los significados histricosde los primeros tiempos de Grecia29. Esto significa que el conjunto de las facultadesimaginativas constituye el vehculo privilegiado a travs del cual no slo es posible unacceso interpretativo al oscuro origen de la historia, sino adems a la comprensin filo-sfica de los modos de funcionamiento de la mente en su relacin con la realidad delmundo histrico. El nexo fundador verum/factum pasa adems y sobre todo a travsde la fantasa, a travs de la disposicin constitutiva de la mente a vincularse con larealidad, con una realidad que sta, al mismo tiempo, produce e interpreta. El plexofantstico-narrativo se articula as en sus tres inseparables momentos:

    es memoria, mientras rememora las cosas; fantasa, mientras las alte-

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  • ra y modifica; ingenio, mientras las configura y pone en sazn yorden30.

    Queriendo extraer una primera conclusin provisional sobre la relevanciafilosfica que asume, en el conjunto de la obra viquiana, la relacin entre narracinfantstica y narracin histrica, se puede observar cmo sta ltima constituye elverdadero y crucial punto a partir del cual se hace sostenible una interpretacin dela historia que encuentra en Vico su significativo momento inaugural y que se vuel-ve a proponer, aunque en formas nuevas, en el propio debate contemporneo, queconfa a la categora de narracin la renovada posibilidad de repensar, ms all deobsoletas distinciones y separaciones entre historia filosfica e historia filolgica,un concepto de historicidad adecuado a la complejidad del mundo contemporneo.La crisis ya irreversible de los as llamados modelos fuertes de la filosofa de la his-toria (tanto en su versin holstica y estructuralista, como en la explicativa y anal-tica) ha impuesto e impone la plausibilidad de una visin crtica y problemtica dela historia basada en una dialctica abierta entre una insuperable ontologa del acon-tecimiento y el papel productivo y creativo de la individualidad. En tal mbito dereflexiones, se puede sostener sin que ello constituya una forzada e infundadaactualizacin cmo tiene an un papel significativo la hiptesis histrico-narrativade Vico, dirigida sustancialmente a liberar la historia (la experiencia histrica delhombre) tanto de la cosificacin dada del acontecimiento y de sus efectos, como delos esquemas apriorsticos del pensamiento. El elemento creativo-fantstico y la his-toricidad del mundo recogida a partir de las infinitas historias de los infinitos S mis-mos individuales constituyen el verdadero punto de mediacin entre la ontologa delpensamiento y la vida histrica, entre las estructuras de la mente y las determinadasrealidades contenidas en las biografas de los individuos y de los pueblos.Recurdese cuanto escribe Vico en la Dignidad LIII:

    Y esta Dignidad nos ofrecer el principio de las sentencias poticas,que estn formadas por sentidos de pasiones y de afectos, a diferenciade las sentencias filosficas, que se forman por la reflexin con racio-cinios: de donde stas ms se acercan a la verdad cuanto ms se elevana los universales, y aqullas son ms ciertas cuanto ms se adaptan alos particulares31.

    Es, pues, dentro del horizonte de una filosofa radicalmente humanolgi-ca con Vico programticamente dirigida a contestar la presuncin de la abstrac-cin conceptual de la filosofa y, a la vez, la presuncin del dato concreto y precons-tituido de la historia de las naciones donde se puede colocar la gnesis de una con-cepcin historicista que va mucho ms all de las tambin relevantes dimensionesmetodolgicas y gnoseolgicas de la ciencia histrica. Lo que fermenta en la pgi-

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    Vico: narracin histrica y narracin fantstica

  • na viquiana es todo un complejo de temas que convergen hacia los ncleos funda-dores de una concepcin no absoluta y no lineal de la historicidad, en cuyo centrose coloca el sentido y la experiencia de la individualidad singular (tambin cuandosta se dispone en un jams ocultable proceso de gnesis y constitucin de organis-mos sociales y polticos). Se puede, entonces, interpretar bajo esta luz como yopropongo aquella paradjica frase con la cual, ciertamente no por casualidad, Vicoinaugura la serie de las Dignidades:

    El hombre, por la indefinida naturaleza de la mente humana, si sta sevierte en la ignorancia, l se hace regla del universo32.

    Donde no hay un solo evidente elogio de lo indeterminado y de lo relativo,sino adems un elogio de la capacidad creativa y productiva de la mente, testimo-niada precisamente por el extraordinario poder de la fantasa de los individuos dehacer y transformar las cosas. Los ejemplos narrativos, explica Vico, no sirven sola-mente a la historiografa y a la filologa, no sirven, esto es, solamente para arrojarluz en la oscuridad en la que est envuelta la humanidad primitiva, sino que stosterminan por confirmar una tesis de absoluto valor filosfico que desplaza, nos atre-vemos a decir que antes de Kant, el centro del mundo desde la cosa al sujeto, desdela onticidad del ser a la historicidad del individuo conocedor y agente. Pero si elhombre ha hecho de s mismo un mundo entero, esto ha podido ocurrir cuando hadesplegado y contina desplegando sus facultades imaginativas y fantsticas.

    Porque as como la metafsica razonada ensea que homo intelligendofit omnia, as esta metafsica fantaseada demuestra que homo nonintelligendo fit omnia; y quizs con ms verdad dicho esto que aque-llo, porque el hombre al entender explica su mente y comprende estascosas, pero al no entender l hace a partir de s estas cosas y, con eltransformarse en ellas, se desarrolla33.

    El recurso viquiano al gnero fantstico ayuda, pues, a comprender aquelconstitutivo procedimiento del pensamiento que reduce a gneros y a caracteres lamultiplicidad dispersa de las cosas naturales. Bien es verdad, como explica Vico,que tal procedimiento es utilizado tambin para las cosas del espritu, cuando serecurre a ideas capaces de sintetizar todas las causas, todas las propiedades y endefinitiva todos los efectos a las que cada una pertenece, y, sin embargo, tambinen el caso de las cosas espirituales atribuidas a la sntesis intelectual, es necesarioutilizar la fantasa, para poderlas explicar y, como pintores, representar imgeneshumanas34. Con ms razn, entonces, Vico exalta la bsqueda de los poetas te-logos, ya que stos, a pesar de la imposibilidad del recurso a la abstraccin inte-lectual, fueron capaces como se ha visto antes de dar sentidos y pasiones a los

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  • vastsimos cuerpos del cielo, de la tierra y del mar35. Llega a ser, de este modo, deltodo claro cul es la funcin, no ya slo literaria y arqueolgica, de la Metafsicapotica viquiana, desde el momento en que sta representa el nivel adecuado decomprensin del mundo en las fases ante-predicativas y pre-reflexivas de la historiabiolgica, psicolgica y cultural de la humanidad. Pero llega a ser asimismo eviden-te porque, para Vico, la teora de los universales fantsticos no apunta slo a unafilosofa de la razn fantstica, sino tambin a una filosofa del lenguaje fantstico.Y ambas contribuyen en el gran diseo viquiano de la nueva ciencia a la funda-cin de un mtodo y de una teora que no se apliquen desde fuera, como esquemascognoscitivos o como estructuras conceptuales predefinidas, al mundo real, sinoque nazcan y permanezcan sobre el terreno de la infinita e irreductible multiplici-dad de la empira. As, la bsqueda de una sntesis semntica y hermenutica con-fiada a las alegoras poticas otorga en su singular autonoma los datos particula-res y se encomienda a un lenguaje que es constitutivamente un diversiloquium, unhablar, esto es, que logra compendiar, sin alterar la especificidad individual, en unconcepto general diversas especies de hombres o hechos o cosas36. El contextomitolgico est pues en los orgenes no slo de la formacin de las estructurasnarrativas en las que se articula la teora lgica y cognoscitiva de los universales fan-tsticos, sino adems de la peculiar tipologa lingstica que, gracias al uso deldiversiloquium37 permite la comprensin de la diversidad individual, liberada de ladispersin sin sentido de la singularidad emprica y confiada a la sntesis significan-te del gnero y de la razn comn.

    Cules sean las decisivas repercusiones que la revolucin impuesta porVico a la reformulacin de las relaciones entre fantasa y racionalidad ha tenido enel debate filosfico contemporneo (pero tambin tico, esttico, lingstico e his-toriogrfico) es bien visible en algunos recorridos interpretativos directa o indirec-tamente ligados al filsofo napolitano38. Aqu no se trata, naturalmente, de entrar enel mrito de algunas contribuciones crticas especficamente dirigidas a la profundi-zacin de temas viquianos, sino ms bien subrayar cunto de las intuiciones viquia-nas logra, ms all de intiles forzamientos actualizantes, cruzarse productivamen-te con los procesos de retematizacin de algunas categoras cruciales de la lings-tica, de la esttica, de la tica y de la teora de la historia. As, de cuanto he intenta-do sumariamente exponer, me parece que emerge con nitidez cmo, por ejemplo,an en las discusiones de filosofa del lenguaje ha recobrado peso y significado lateora viquiana de la capacidad del hombre, a travs de la experiencia de la lengua,de componer creativamente las cosas. O cmo, por poner otro ejemplo, se puede uti-lizar la idea viquiana de la actividad fantstica no slo en un mbito disciplinarcomo el de la antropologa y del estudio de las mentalidades primitivas, sino ade-ms, y quizs sobre todo, en aquel del papel de la fuerza imaginativa, entendidaesencialmente como proceso de autoconocimiento y de autoconstruccin de la sin-

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  • gularidad individual, como reconquista del sentido en una poca de fragmentaciny dispersin de los valores y de crisis de casi todos los modelos veritativos de laracionalidad moderna y contempornea. Y, sin embargo, contino pensando enlnea con buena parte de mis ltimas contribuciones dedicadas a Vico39 que entrelos resultados ms filosficamente relevantes del pensamiento de Vico es central elde la teora de la historia, tanto en su vertiente gnoseolgica, como en la tico-pol-tica y prctica. La teora viquiana de la historia cualquiera que sean sus insoslaya-bles races platnico-cristianas se muestra en su extraordinaria modernidad pre-cisamente cuando conscientemente sta se propone como ciencia dirigida a la com-prensin de los procesos a travs de los cuales la humanidad llega a las formas msarticuladas y complejas de la vida histrica y cultural de las naciones.

    Si hoy posee an un sentido como creo que contina teniendo preguntar-se por la historicidad como horizonte del ser del hombre contemporneo, aunqueradicalmente modificado ante los nuevos problemas de la vida y de sus transforma-ciones biolgicas, ticas y polticas, se debe adems y sobre todo al grado an sos-tenible de plausibilidad de una hermenutica filosfica de signo historicista, cuyasfuentes estn justamente en aquella alianza indicada por Vico entre filosofa y filo-loga, ya que si es correcto decir que para Vico las pruebas filosficas (las razo-nes de lo verdadero) estn siempre antes de las pruebas filolgicas (los conteni-dos de lo cierto), es adems importante subrayar cmo precisamente de la crtica alas opuestas unilateralidades de la filosofa sin filologa y de la filologa sin filoso-fa nace el convencimiento de que la historia de la humanidad no es descifrable con-fiando solamente en la pureza de la razn o, al contrario, solamente en la evidenciadel dato emprico-sensible. Pero la filologa, en el contexto argumentativo viquia-no, no es entendible en el estricto sentido de ciencia de los orgenes y del significa-do de las palabras y de una lengua. sta es una ciencia histrica en el sentido moder-no, es anlisis y comprensin de los hechos y de los fenmenos (originados por elpudor, por el vnculo familiar, por la sociabilidad, por el temor religioso) que for-man el derecho, la sociedad, la poesa, la religin, adems y precisamente cuandotodo este bagaje de tradiciones parece haber estallado literalmente en un polvillo deinsignificantes fragmentos. Tambin porque, una vez se disolviera el polvo de laexplosin, pareceran resurgir aquellos fantasmas metafsicos y totalizadores (elpensamiento nico, la tradicin, la comunidad, la propiedad, el dominio econmi-co, el orden poltico) hacia los cuales el historicismo crtico que inspira a Vico poday puede funcionar como antdoto y salvaguarda.

    En este sentido, me parece que puede reconocerse ms de un rasgo comnentre la versin crtico-problemtica del historicismo italiano (empeado en la con-centrada crtica a toda filosofa finalstica y en la fundacin de un sentido de la his-toria basado en la especificidad de los saberes particulares) y la versin narrativistadel historicismo, en el que la originaria relacin, aristotlica y viquiana, entre poe-

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  • sa e historia, tiende a debilitar toda teleologa histrica y a hacer de los relatos his-tricos aqu basta hacer referencia a las posiciones de Hayden White40 no msrepresentaciones de unidades de sentido construidas fuera de la historia y fuera dela historiografa (una verdadera y apropiada aplicacin del facere viquiano, ya queel trabajo de los historiadores termina por ser la construccin y creacin de la his-toria), sino verdaderos y propios estilos narrativos que imponen un pluralismo realde perspectivas en la relacin de continuo intercambio entre lo histrico y su pbli-co. En este enfoque recobran fuerza y significado, viquianamente, las unidades desentido aportadas no por presupuestos metafsicos o esencialistas, sino por las figu-ras retrico-poticas, capaces de exponer y narrar los acontecimientos y de insertar-los en una perspectiva hermenutica como orientacin de lo que de otro modo que-dara en su absoluta fragmentariedad. El consciente distanciamiento que toda lalnea del historicismo crtico-problemtico (desde Humboldt a Dilthey, hastaPiovani) siempre ha impulsado en comparacin con todo reduccionismo, primeropositivista y despus estructuralista, del conocimiento y de la ciencia histrica, cier-tamente posee rasgos significativos de afinidad lo que no significa asimilacin dela una con la otra con la lnea desarrollada por aquellos tericos del narrativismo(desde White a Ricoeur, pero no se errara al aadir a stos el Croce de la memoriade 1893 sobre Storia ridotta sotto il concetto generale dellarte) que han liberadoel dato histrico tanto de la linealidad de un proceso predeterminado en los esque-mas del pensar o en los metarrelatos metafsicos e ideolgicos, cuanto de la pre-tendida objetividad del acontecimiento que agota su curso de vida en lo acaecido.En este sentido, se puede decir, para las dos posiciones, que la historia se hace cons-cientemente historiografa, pero no en el sentido de la invencin del hecho que per-manece tal en su contingencia especfica, sino en aquel de la posibilidad continuade su construccin y reconstruccin en el relato del historiador, siempre que natural-mente como enseaba Vico no se pierda jams de vista el indispensable instrumen-to de la comprobacin filolgica, en un continuo recproco encomendarse diraCarlo Ginzburg41 a la modalidad indiciaria y creativa del relato y a la verificacinescrupulosa de la prueba. En suma, la forma narrativa de la historia como ya ense-aba Vico es el recorrido privilegiado a travs del cual se hace plenamente visibley experimentable el sentido filosfico del hacer, de su dinmico transcurrir de ele-mento fundante de la constitucin histrico-antropolgica de la humanidad a instru-mento de comprensin del sentido y del significado de la historicidad. Pero estaforma y es sta la ulterior enseanza viquiana que conviene no descuidar no puedeser jams absolutizada, so pena de la prdida del sentido dinmico y no lineal de lahistoria. sta debe medirse diran los narrativistas contemporneos con el contex-to histrico y cultural en el cual se perfilan los estilos narrativos de los historiadoresy se definen aquellas sustancias narrativas, dira Ankersmit42, muy estratificadas ennuestro imaginario y en nuestra cultura. Se puede adems recrear, con un estilo

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    Vico: narracin histrica y narracin fantstica

  • narrativo indito y con el descubrimiento de nuevas pruebas, la historia de un acon-tecimiento que tenga que ver con la vida de Maquiavelo, pero difcilmente se lopodra abstraer del todo de la historia del Humanismo. Es el procedimiento que yaVico indicaba, en sus juicios sobre la extraordinaria funcin de inventiva del poemahomrico o de aquel dantesco o sobre la estructura potico-fantstica del derechoromano arcaico: todos elementos creativos tiles para identificar el modo de ser his-trico de momentos particulares de la vida del hombre, pero que ayudaran bastantea entender las modalidades a travs de las cuales se constituye la razn moderna dela poltica, de la ciencia y del derecho. Mi conclusin, entonces, es que la extraordi-naria vitalidad de los conceptos viquianos de universal fantstico y de sabidura po-tica va ms all de la latitud de los problemas conectados al papel de la fantasa y delmito en la reconstruccin histrica de los orgenes y se reconstituye, ms bien, comouna de las posibles (por lo tanto no la nica) modalidades de comprensin de la expe-riencia tica, psicolgica y cognoscitiva del hombre contemporneo, cada vez mscercana con los efectos de desorientacin y de crisis de una poca ya desde hacetiempo hurfana de las certezas de la racionalidad moderna.

    [Trad. del italiano por Jssica Snchez Espillaque]

    Notas1. Cfr. G. VICO, Opere, a cargo de A. BATTISTINI, Miln, 1970, SN 44, p. 512. 2. Cfr. F. NICOLINI, Commento storico alla seconda Scienza Nuova, Roma, 1949, vol. I, p. 88.3. Cfr. F. NICOLINI, Ibid.4. Cfr. VICO, Opere giuridiche, a cargo de P. CRISTOFOLINI, Florencia, 1974, pp. 762-763. 5. Cfr. VICO, Ibid., pp. 764-766.6. Cfr. SN 44, en Opere, op. cit., p. 559.7. Cfr. SN 44, Ibid., p. 418 ( 6).8. Ibid., p. 419.9. Cfr. SN 44, p. 561.10. Sobre los problemas de interpretacin histrico-cultural y sobre el arco de los temas filosficos

    conectados al concepto viquiano de fantasa, la bibliografa es notablemente amplia. Aqu me limito a sealar lascontribuciones, en mi opinin, ms significativas: E. GRASSI, La facolt ingegnosa e il problema dellinconscio.Ripensamento e attualit di Vico, est en A. BATTISTINI (ED.), Vico oggi, Roma, 1979, pp. 121 y ss.; ID., Potenzadellimmagine. Rivalutazione della retorica, Miln, 1989; ID., Potenza della fantasia. Per una storia del pensierooccidentale, Npoles, 1990. No pocos de los resultados recientes, en parte tambin profundamente innovadores, delas investigaciones sobre el tema son deudores de la idea central avanzada por Grassi, segn la cual en Vico se halla-ra una consciente fundacin de una verdadera y propia lgica de la fantasa. Slo gracias a tal lgica la propiaciencia nueva diseada por Vico estara en condiciones de penetrar la realidad del mundo histrico humano e indi-vidual, mucho ms de cuanto pueda lograr hacer y haga la lgica tradicional. Una contribucin igualmente decisi-va para la clarificacin histrica y terica de la idea viquiana de fantasa ha aportado en sus numerosos estudios D.PH. VERENE: en particular vase Vicos Humanity, en Humanitas (Journal of the Institute of FormativeSpirituality), XV (1979), n. 2, pp. 227-240; ID., La scienza della fantasia, (1981), Roma, 1984. Tambin Verene

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  • insiste en la particular funcin, ante todo cognoscitiva, de la fantasa, de su capacidad mitopoitica, de la fuerzacreativa de su lenguaje y de su produccin imaginativo-simblica. sta, ms que la sola actividad racional, consti-tuye para Vico la privilegiada va de acceso a la comprensin de lo humano. Una interesante y significativa contri-bucin de la que no se puede prescindir, adems, por la calidad y precisin de las interpretaciones textuales es lade G. COSTA, Genesi del concetto vichiano di fantasia , que est en M. FATTORI (ED.), Phantasia-Imaginatio, Vcolloquio internazionale, Roma, 1988. Una eficaz reconstruccin de los contextos histricos y culturales entre loscuales se forma y se consolida el concepto viquiano de ingenio, visto especialmente en su valor filosfico-lings-tico, es la de S. GENSINI, Ingenium e linguaggio. Note sul contesto storico-teorico di un nesso vichiano, est enJ. TRABANT, Vico und die Zeichen. Vico e i segni, Tubinga, 1995, pp. 237-256. En qu medida el tema de la fanta-sa en Vico va ms all del tambin importante nivel de la discusin relativa a la poesa, a la esttica y a la deter-minacin de los gneros literarios, est testimoniado por una importante reciente contribucin que insiste precisa-mente en la esencialidad del valor cognoscitivo y filosfico de la fantasa viquiana. Gracias a ello, en efecto, es stala tesis central del volumen al cual intento referirme: lo que viene por Vico radicalmente repensado es justamenteel concepto mismo de verdad. Cfr. M. SANNA, La fantasia, che locchio dellingegno. La questione della verite della sua rappresentazione in Vico, Npoles, 2001.

    11. Cfr. SN 44, p. 572.12. Cfr. SN 44, p. 767 (aqu Vico hace referencia al 508, Ibid., p. 647, donde, indicando como fuen-

    te a Homero, se define la poesa como ciencia del bien y del mal).13. Cfr. SN 44, pp. 561, 574, 580, 647.14. Cfr. Ibid., p. 579.15. Cfr. SN 44, p. 573.16. Ibid., p. 574.17. Cfr. SN 44, pp. 575-576. Sobre la discusin acerca de la creencia de que la antigua sabidura poti-

    ca fuese interpretada como sublime sabidura conservada y sobre la conviccin, en cambio, de que sta fuese laforma especfica de la sabidura vulgar de los poetas telogos y hroes de la antigua Grecia, Vico vuelve en la intro-duccin a la seccin primera del libro (el tercero) dedicado al redescubrimiento del verdadero Homero, Cfr. SN 44,p. 811.

    18. Cfr. SN 44, pp. 576 y ss.19. Cfr. SN 44, pp. 585 y ss.20. Vico, como es sabido, utiliza un complejo juego etimolgico de entrelazamientos y derivaciones

    entre lgos, fbula, habla que, ms all de la ms o menos consistencia de las conjeturas lexicales y filol-gicas, demuestra, en sustancia, la ya indudable predileccin por una explicacin histrico-antropolgica del origende las lenguas.

    21. Los ejemplos de construcciones alegricas son aquellos a los que en varias ocasiones Vico hace referen-cia: Aquiles o la idea de un valor comn a todos los valientes y los fuertes; Ulises o la idea de una prudencia comn atodos los sabios.

    22. Cfr., sobre este punto especfico, G. CANTELLI, Alle cose insensate dare senso e passione, est enF. RATTO - G. PATELLA (Eds.), Simbolo, metafora e linguaggio nella elaborazione filosofico-scientifica e giuridico-politica, Acquaviva Picena (AP), 1998, pp. 191-202. De Cantelli, naturalmente, es fundamental el volumen Mente,corpo, linguaggio. Saggio sullinterpretazione vichiana del mito, Florencia, 1986.

    23. Cfr. SN 44, p. 588. Sobre la funcin de los tropos como lugar gensico de los lenguajes en su fase auro-ral, cfr. A. BATTISTINI, La degnit della retorica. Studi su G. B. Vico, Pisa, 1975, pp. 153 y ss. Despus ha sido, demanera definitiva y convincente, Verene, en el ya citado libro de 1981, quien sostiene la estrecha conexin entre lateora viquiana de la metfora y la definicin de los mtodos de conocimiento y comprensin del mundo histrico.

    24. Sobre este crucial pasaje de la teora viquiana de la metfora ha escrito importantes pginas G.Dorfles, quien ha demostrado, entre otras cosas, cun deudoras son hacia las intuiciones viquianas algunas reflexionesestticas contemporneas. La metfora es considerada precisamente como un mini-mito [...] un mito parcelario ymolecular, capaz de transformar un sintagma individual de nuestro lenguaje consuetudinario [...] en una operacinsorprendente donde el significado, conducido por la metfora, es aquel que efectivamente intentamos transmitir,pero es, al mismo tiempo, otro: aquel justamente que slo a travs de este sutil tropo nos es permitido comunicar,fuera de los impedimentos categoriales de nuestro instrumental lingstico ya desgastado (Cfr. Mito e metafora inCassirer e Vico, est en Il Pensiero, XIII, 1968, p. 148). Dorfles observa, despus, justamente la fecundidad del dis-curso viquiano sobre los orgenes mitopoiticos de concretas expresiones metafricas (Cfr. Ibid., pp. 155-156).

    25. Jrgen Trabant dice, a propsito de la teora viquiana de los caracteres poticos, que se trata deldescubrimiento de la fundamental semioticidad del pensamiento humano (Cfr. TRABANT, La scienza nuova dei

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    Vico: narracin histrica y narracin fantstica

  • segni antichi. La sematologia di Vico, ed. alemana 1994, trad. it. Roma-Bari, pp. 37 y ss.). La interpretacin deTrabant propone un interesante y original intento de encontrar elementos plausibles de conexin y de copresenciaentre una estructura diacrnica y gentica de los signos que sea indudablemente predominante y una estructurasincrnica y funcional, entre sematognesis y semiosis (Ibid., pp. 53 y ss). No es, pues, precisamente a la luzde cuanto hasta ahora se ha dicho, ni enftica, ni histrica y filosficamente infundada, la definicin que el estu-dioso alemn da de la Scienza nuova como un libro de la memoria. En efecto, sta es ciertamente un libro con-tra el olvido de la memoria, del salvaje, imaginativo origen, en el mundo de la racionalidad ilustrada y del lengua-je convertido en signo arbitrario; y es un libro que supera este olvido con la ayuda de nuestra memoria-fantasa[...]. Esta memoria deconstructiva descubre detrs de la aparente arbitrariedad de los signos la creacin deMnemsine: la imagen, el mito, el universal fantstico (Cfr. Ibid., p. 175).

    26. Cfr. SN 44, p. 591. Los tropos explica un poco ms adelante Vico no pueden ser interpretadoscomo simples invenciones de ingenios poticos, stos, ms bien, deben ser entendidos como necesarios modos deexplicarse de todas las primeras naciones poticas.

    27. Tngase en cuenta lo que Vico haba escrito en la Dignidad LXXI: Las costumbres innatas, y sobretodo aquella de la natural libertad, no se cambian todas de repente, sino por grados y a lo largo del tiempo. (Cfr.SN 44, p. 521).

    28. Cfr. SN 44, pp. 592-593.29. Cfr. SN 44, p. 827.30. Ibid., p. 828.31. Cfr. SN 44, p. 515.32. Cfr. SN 44, p. 494.33. Ibid., p. 589.34. Ibid., p. 586.35. Sobre Jpiter, Cibeles y Neptuno como representaciones alegricas de las sustancias del cielo, de la

    tierra y del mar (as como Flora representaba el mundo de las flores y Pomona el de los frutos) Vico retorna en lospargrafos de la Lgica potica (Cfr. SN 44, p. 586).

    36 Cfr. SN 44, p. 514.37. Una interesante utilizacin de la teora viquiana de los diversiloquia se puede encontrar en V. GESSA-

    KUROTSCHKA, Autocomprensione autentica. Il linguaggio dellindividualit e il diversiloquio vichiano, en A.FERRARA, V. GESSA-KUROTSCHKA, S. MAFFETTONE, Etica individuale e giustizia, prefacio de G. Cantillo, Npoles,2000, pp. 280 y ss. La tesis, aqu presentada, es resumible as: El universal fantstico conjuga la unidad de lomltiple a travs del uso de una estructura lgica que no funciona subsumiendo el particular bajo la regla dadadesde siempre. El diversiloquio potico que articula el universal fantstico, como en Vico, es inventado pararesolver el caos de una experiencia que se ha vuelto tan variada que requiere la individuacin de un proyecto deorden [...] A la base del diversiloquio hay una estructura lgica que conecta el diverso a travs del ingenium y creanexos nuevos e inusuales en lo mltiple. Lo que caracteriza la originalidad de esta interpretacin es el intento dehacer del conjunto de temas articulados en torno a los conceptos viquianos de fantasa y sabidura potica un puntode discusin actual para la fundacin de una comprensin autntica del S mismo. En suma, en el enfoque de unainterpretacin que a veces parece dejar a un lado la evidente presencia en Vico de una tensin entre base metafsi-ca de la teologa razonada de la providencia y temporalidad determinada del actuar histrico y que termina, por eso,por relegar al fondo la teora de la historicidad y de la politicidad, la lectura de Gessa se atreve a considerar el mode-lo lgico y cognoscitivo del comprender fantstico viquiano como uno de los posibles lugares tericos a partir del cualse pueden repensar y reformular una antropologa post-metafsica y una renovada tica individual.

    38. Un inteligente, aunque sinttico, anlisis de stos est en las pginas 10 y siguientes del citado volumende Manuela Sanna.

    39. Cfr. G. CACCIATORE, Vico e Dilthey. La storia dellesperienza umana come relazione fondante diconscere e fare, est en ID., Storicismo problematico e metodo critico, Npoles, 1993, pp. 17 y ss; ID., Simboloe storia tra Vico e Cassirer, est en J. TRABANT, Vico und die Zeichen. Vico e i segni, cit., pp. 257-269; Vico e lafilosofia pratica, en Bolletino del Centro di studi vichiani, XXVI-XXVII (1996-97), pp. 77-84; ID., Filosofiacivile e filosofia pratica in Vico, en G. CACCIATORE, GESSA-KUROTSCHKA, H. POSER, M. SANNA (EDS.), Lafilosofia pratica tra metafisica e antropologia nellet di Wolff e Vico, Npoles, 1999, pp. 25-44; ID., Individualited etica: Vico e Dilthey, en A. FERRARA, V. GESSA-KUROTSCHKA, S. MAFFETTONE (EDS.), Etica individuale e gius-tizia, Npoles, 2000, pp. 241-267; ID., Poesia e storia in Vico, en F. RATTO (ED.), Il mondo di Vico/Vico nelmondo. In ricordo di Giorgio Tagliacozzo, Perugia, 2000, pp. 143-156; ID., Il concetto di cittadinanza inGiambattista Vico, en E. HIDALGO-SERNA, M. MARASSI, J. M. SEVILLA, J. VILLALOBOS (EDS.), Pensar para el nuevo

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  • siglo. Giambattista Vico y la cultura europea, vol. II, Vico y la cultura eropea, Npoles, 2001, pp. 389-407.40. Cfr. H. WHITE, Retorica e storia, Npoles, 1973. Pero vase tambin el ensayo sobre Historicism,

    History, and the Imagination que est en ID., Tropics of Discourse. Essays in Cultural Criticism, Baltimore, 1978.41. De Ginzburg, cfr. al menos Il giudice e lo storico, Turn, 1991 y Rapporti di forza. Storia retorica,

    prova, Miln, 2000. Quizs es precisamente a partir de este punto la necesidad de que tampoco el relato histri-co pueda prescindir de las pruebas documentales y archivsticas y que no pueda por tanto asimilarse totalmente ala novela que la misma tradicin viquiana, centrada, est bien no olvidarlo, en el papel fundamental de la filologa,se hace difcilmente asumible en la visin de algunas posiciones, por as decir radicales, del narrativismo, demasi-ado prometedoras en el sentido de la identificacin entre historia y retrica. Sobre esto Cfr. las posiciones compar-tidas de GINZBURG, Rapporti di forza, cit., pp. 52, 65 y 123. Ginzburg, entre otras cosas, se inspira en las crticasdirigidas a White por A. MOMIGLIANO, The Rhetoric of History and the History of Rhetoric (1981), en ID., Settimocontributo alla storia degli studi classici, Roma, 1984, pp. 49-59, aparecido en versin italiana en ID., Sui fonda-menti della storia antica, Turn, 1984, pp. 465-476. Como tarea fundamental del historiador permanece, segnMomigliano, la bsqueda de la verdad.

    42. Ankersmit est entre las voces contemporneas ms reputadas de una remodelacin del narrativis-mo en el sentido de una verdadera y apropiada lgica narrativa que l mismo considera una radicalizacin del his-toricismo, en el sentido no de la organizacin holstica y exhaustiva del pasado o de la sacralizacin del hecho,sino en aquello me atrevera a decir diltheyano de la conciencia crtica del relativismo. Pero aqu no hay espaciopara discutir en su conjunto la articulada posicin de Ankersmit. Cfr., en particular, F.R. ANKERSMIT, NarrativeLogic. A Semantic Analysis of the Historians Language, The Hague, 1983; ID., History and Tropology. The Riseand Fall of Metaphor, Berkeley, 1994. Un ensayo de Ankersmit ha aparecido recientemente tambin en italiano:Cfr. F.R. ANKERSMIT, Svolta linguistica, teoria della letteratura, teoria storica, en Iride, XIV, n. 33 (2001), pp.254-281. Entre las raras contribuciones italianas al menos que yo conozca sobre Ankersmit, cfr. el agudo yexhaustivo ensayo de A. BUGLIANI, Storia e nostalgia. La proposta di Frank R. Ankersmit, en Iride, XIII, n. 31(2000), pp. 577-594.

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