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18 Nursing2019 | Volumen 36 | Número 5 PARTHENA LOENICKER / DOC STOCK RM

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18 Nursing2019 | Volumen 36 | Número 5

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Page 2: 18 Nursing2019 Volumen 36 Nmero 5 - Elsevier

Septiembre/Octubre | Nursing2019 | 19

Resumen: Aunque la nefropatía

de cambios mínimos (NCM) es

una causa importante de síndrome

nefrótico en niños, es menos

frecuente en adultos. Surge a partir

de una lesión a los glomérulos

con pérdida por la orina de

grandes cantidades de proteínas.

El reconocimiento y tratamiento

tempranos son la clave para obtener

un resultado satisfactorio. En este

artículo se describen el diagnóstico,

el tratamiento y los cuidados de

enfermería de un adulto

con NCM.

Palabras clave: enfermedad

renal, NCM, nefropatía de cambios

mínimos, síndrome nefrótico,

podocitos, biopsia renal.

PJ, DE 63 AÑOS, es un hombre blanco

con un historial médico que incluye

hipertensión, dislipidemia, diverticulosis

y deficiencia de vitamina D. Su historial

quirúrgico incluye la extirpación de

un tumor del timo hace 2 años y, más

recientemente, una artroplastia total de

rodilla (ATR) derecha debido a osteoartritis

en etapa terminal. También presenta

antecedentes familiares de enfermedad

renal crónica. Antes y después de la ATR, El

paciente había tomado un antiin�amatorio

no esteroideo (AINE), además de un opioide

para aliviar el dolor.

Una semana después de la operación, el

análisis de laboratorio reveló unos valores de

creatinina sérica de 1,1 mg/dl (rango normal:

de 0,6 a 1,3 mg/dl) y una tasa de filtrado

glomerular (TFG) por encima de 60 ml/min

(rango normal: por encima de 60 ml/min).

Los valores analíticos normales citados en

este artículo son los intervalos de referencia

utilizados en este hospital.

Un mes después, PJ volvió al hospital

con quejas de náuseas, anorexia y ageusia

(pérdida del gusto). En ese momento, los

valores analíticos de PJ mostraron unas

cifras de creatinina sérica de 3,7 mg/dl

y una TFG estimada de 30 ml/min. Por

motivos desconocidos, fue enviado a casa a

pesar de esta reducción brusca de la función

renal y se le recomendó que visitara al

nefrólogo lo antes posible.

Nefropatía de cambios mínimosUn caso clínico

FAY M. MITCHELL-BROWN, PhD, RN, CCRN, y TIERNAN VEISZE, SN

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Dos semanas después, PJ regresó a

Urgencias con náuseas, disnea, incapacidad

para ingerir alimentos sólidos, anasarca

y oliguria. En ese momento, las cifras

de creatinina sérica eran 5,9 mg/dl; la

concentración de nitrógeno ureico sanguíneo

(BUN, blood urea nitrogen), 46 mg/dl (rango

normal: de 6 a 18 mg/dl); albúmina sérica,

1,5 g/dl (rango normal: de 3,6 a 4,6 g/dl);

colesterol sérico, 250 mg/dl (rango normal:

de 140 a 225 mg/dl), y una TFG estimada de

18 ml/min. PJ fue ingresado en este hospital

rural de agudos con insuficiencia renal de

etiología desconocida.

Así comenzó el calvario de PJ con la

nefropatía de cambios mínimos (NCM),

que es una causa importante de síndrome

nefrótico en niños, pero es menos

frecuente en adultos. En este artículo se

describen el diagnóstico, el tratamiento y

los cuidados de enfermería de un adulto

con NCM.

Anatomía y fisiología normalesLos riñones son órganos pares, con forma

de judía, que se encuentran fuera de la

cavidad peritoneal en la parte posterior del

abdomen superior, uno a cada lado de la

columna vertebral a una altura entre la 12.ª

vértebra torácica y la 3.ª vértebra lumbar

(v. el cuadro Anatomía de las vías urinarias y

del riñón). Cada riñón está formado por más

de un millón de unidades funcionales bien

comprimidas denominadas nefronas, cada

una de las cuales puede producir orina.

Cada nefrona consta de un glomérulo,

donde se filtra la sangre, y un sistema de

estructuras tubulares, donde el agua, los

electrólitos y otras sustancias necesarias para

mantener la constancia del ambiente interno

se reabsorben en el torrente sanguíneo y los

materiales innecesarios se secretan al filtrado

tubular para su eliminación (v. el cuadro Un

estudio más detenido del glomérulo)2.

La NCM surge a partir de una lesión a

los glomérulos con pérdida por la orina

de grandes cantidades de proteínas. La

enfermedad se denominó así porque la

lesión a los glomérulos no se puede ver

con un microscopio óptico3. Hasta la

invención del microscopio electrónico, los

médicos no podían distinguir los procesos

del pie sano (podocitos) de los glomérulos

de aquellos enfermos. La etiología de la

NCM no se conoce por completo, pero

la evidencia sugiere que la disfunción

sistémica de los linfocitos T altera la

función de filtrado glomerular normal,

lo que produce proteinuria y fusión de

podocitos1.

Diferencias entre nefropatía de cambios mínimos primaria y secundariaLa NCM se puede clasificar como primaria

o secundaria. La NCM primaria, que es

más frecuente en niños, significa que

esta se produce sin ninguna razón obvia

(idiopática)1. En adultos, es probable que

la NCM sea secundaria a otro trastorno,

como el linfoma de Hodgkin o el consumo

de algunos medicamentos, especialmente

los AINE1,4 (v. el cuadro Prevalencia de la

nefropatía de cambios mínimos).

La NCM secundaria también se ha

relacionado con alergias, neoplasias,

infecciones y otras enfermedades

glomerulares. Además de los AINE, entre

los fármacos que pueden estar implicados

en el desarrollo de la NCM se encuentran

el litio, la sulfasalazina y los derivados

del ácido 5-aminosalicílico, pamidronato

y otros bisfosfonatos, inmunizaciones,

trimetadiona, interferón γ y algunos

antimicrobianos, como ampicilina,

rifampicina y cefalosporinas1.

PJ corría mayor riesgo de disfunción renal

debido a un historial familiar importante

de enfermedad renal crónica, uso de

AINE para el alivio del dolor, hipertensión

crónica y antecedentes de tumor del timo5.

Todos estos factores pueden contribuir al

diagnóstico de NCM.

Anatomía de las vías urinarias y del riñón2

Riñón izquierdo

Arteria renal

Vena renal

T11

T12

Aorta

Diafragma

Uréter

Vena cava inferior

Glándula suprarrenal

Riñón derecho

Vejiga

Uretra

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Septiembre/Octubre | Nursing2019 | 21

Manifestaciones clínicasLa pérdida de proteínas por la orina,

principalmente albúmina, provoca los

síntomas y signos del síndrome nefrótico6.

La albúmina, una proteína plasmática,

ayuda a mantener la presión oncótica

capilar que ayuda a retener el líquido en

el compartimento intravascular. En la

hipoalbuminemia, el líquido se mueve

desde el espacio intravascular hacia los

espacios intersticiales o tisulares, así como

hacia los compartimentos transcelulares,

como la cavidad peritoneal2,7. Ello genera

anasarca.

Aunque la albúmina es la principal

causante de proteinuria, también se

pueden perder otras proteínas plasmáticas,

incluidos los inhibidores de la coagulación,

la transferrina, las inmunoglobulinas y las

proteínas transportadoras de hormonas,

como la proteína de unión a la vitamina D.

Estas pérdidas pueden aumentar el riesgo

de trombosis, anemia por deficiencia de

hierro, infección y deficiencia de vitamina D.

Al parecer, la reducción de la presión

oncótica plasmática estimula la

síntesis de lipoproteínas hepáticas que

provoca dislipidemia y, sobre todo,

hipercolesterolemia e hipertrigliceridemia8.

PJ presentó signos característicos de

síndrome nefrótico: hipoalbuminemia,

hiperlipidemia y anasarca.

En el caso de PJ, los síntomas y signos del

síndrome nefrótico provocado por la NCM

tuvieron un inicio repentino (de pocos días

a una semana). Este inicio rápido distingue a

la NCM de la mayoría de las otras causas del

síndrome nefrótico, cuyo inicio generalmente

suele ser más gradual1.

El signo más visible de la NCM es

el edema generalizado, que puede ser

profundo. El edema generalmente

comienza en las áreas más bajas del cuerpo,

generalmente en las extremidades inferiores,

y evoluciona hacia la cavidad peritoneal.

Además, debido a la proteinuria, la orina

puede aparecer espumosa o burbujeante.

El edema y la proteinuria se desarrollan

rápidamente, casi de la noche a la mañana.

Entre otros signos de NCM pueden

citarse aumento de peso, hipertensión,

hipercolesterolemia, trombosis y

tromboembolia1. La hipovolemia

también puede producirse a causa de la

alteración de la permeabilidad capilar y

los desplazamientos de líquidos del tercer

espacio.

Exploraciones complementariasLas pruebas analíticas habituales y

adecuadas son la TFG, creatinina sérica,

BUN, lipidograma y los niveles de albúmina

sérica. Entre las pruebas diagnósticas

complementarias se encuentran:

Análisis de orina. Suele haber lipiduria en

el síndrome nefrótico. Puede haber lípidos

urinarios en el sedimento, atrapados en

los cilindros (cilindros grasos), encerrados

por la membrana plasmática de las células

epiteliales degenerativas (cuerpos grasos

ovalados), o pueden circular libremente por

la orina8. La gravedad específica de la orina

es alta debido a la proteinuria.

Proporción de concentración aleatoria

de albúmina respecto a la creatinina. En la

NCM, este valor es superior a 5 mg/g.

PJ obtuvo un resultado de 38 mg/g.

Prueba de orina de 24 horas en busca de

proteínas. El valor normal es de 80 mg/24 h.

PJ obtuvo un resultado de 4.200 mg/24 h.

Depuración de la creatinina de la orina

de 24 horas. Este valor disminuirá (normal

entre los hombres, de 14 a 26 mg/kg/24 h).

No se encontró el resultado de esta prueba

en la historia clínica de PJ.

Biopsia renal. Puesto que el diagnóstico

de NCM (frente a otras causas de síndrome

nefrótico) no se puede pronosticar a partir

de la presentación clínica, casi siempre se

realiza una biopsia renal en adultos, tanto

para establecer el diagnóstico como para

guiar el tratamiento.

La presentación clínica, los resultados de

laboratorio y los resultados de la biopsia

renal de PJ confirmaron el diagnóstico

de NCM como la causa de su síndrome

nefrótico.

Un estudio más detenido del glomérulo2

El glomérulo consta de un mechón compacto de capilares, con una región central de

células mesangiales y una matriz circundante, encerrado en una cápsula delgada

de doble capa denominada cápsula glomerular. La capa visceral está compuesta por

podocitos, células epiteliales que realizan la función de filtrado. Estas células grandes

tienen numerosas apófisis similares a los dedos que rodean la superficie exterior de los

capilares. Los espacios alargados entre las apófisis del pie interdigital, denominados cortes

de filtración, funcionan como filtro selectivo de tamaño que evita que las proteínas y las

moléculas grandes que han cruzado la membrana basal entren en el espacio de Bowman.

Célula mesangial

Podocitos epiteliales

Membrana basal

Célula endotelial

Matriz mesangial

Cápsula glomerular

Espacio de Bowman

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22 Nursing2019 | Volumen 36 | Número 5

TratamientoEl tratamiento farmacológico de la NCM

se centra en provocar la remisión para

restaurar la función glomerular e invertir

los síntomas y signos del síndrome

nefrótico6. Este tratamiento consiste

principalmente en corticoesteroides, como

la prednisona o la prednisolona, para

lograr la inmunodepresión y reducir la

actividad de las citocinas de los linfocitos T9.

Aunque los niños generalmente responden

a los corticoesteroides en un período de

2 semanas y continúan tomándolos

durante otras 6 semanas, los adultos

responden mucho más lentamente y

pueden llegar a tomarlos durante

16 semanas. Después de iniciar el

tratamiento, remiten los síntomas del

80-95% de los pacientes10.

Además, hasta el 20% de los pacientes

pueden desarrollar resistencia a los

corticoesteroides11. Los medicamentos

inmunodepresores, como la ciclosporina, se

pueden utilizar para tratar la resistencia a

los corticoesteroides9,11.

Otros medicamentos se utilizan para

tratar los síntomas de la NCM a medida

que estos se producen; por ejemplo,

anticoagulantes como la warfarina para

tratar o prevenir la formación de trombos

por hipercoagulabilidad y estatinas para

tratar el colesterol sérico elevado3. Entre

los medicamentos de PJ había furosemida

i.v., warfarina oral, albúmina i.v. y

metilprednisolona i.v., seguidos de una

transición a prednisona oral.

Los pacientes con NCM recurrente

pueden necesitar un tratamiento con un

agente citotóxico, como la ciclosporina,

pero la mayoría de los pacientes responden

bien al tratamiento estándar y sus síntomas

y signos remiten durante los primeros

1-2 meses.

Los pacientes con síndrome nefrótico

son un desafío para los profesionales

sanitarios. Los corticoesteroides continúan

siendo el tratamiento de primera línea

a menos que estén contraindicados11.

A veces se produce una recaída y

algunos pacientes pueden volverse

dependientes de los corticoesteroides.

Cuando los pacientes son resistentes a

los corticoesteroides, el tratamiento se

adapta de forma individual con el uso

de tratamientos inmunomoduladores no

esteroides.

Por lo general, la función renal se

recupera; sin embargo, si el paciente ha

sufrido una lesión renal aguda, esta puede

evolucionar a un deterioro crónico11.

Cuidados de enfermeríaComo se ha mencionado anteriormente,

se realiza una biopsia renal para confirmar

el diagnóstico de NCM3,7. La enfermera

debe asegurarse de que el paciente haya

dado su consentimiento informado para

el procedimiento y que se hayan extraído

muestras de sangre para el tipo y las

pruebas cruzadas. Antes del procedimiento,

la enfermera debe revisar la historia

clínica del paciente, los valores analíticos

(incluido el estado de coagulación) y

realizar la conciliación de la medicación.

La enfermera también debe confirmar

que se mantienen los antiagregantes

plaquetarios y los anticoagulantes, y

hacer un seguimiento con el médico

para saber cuándo debe reiniciarse esta

medicación. Después del procedimiento,

se colocará un vendaje compresivo durante

30-60 minutos; la enfermera debe mantener

al paciente en reposo en cama según lo

establecido, obtener las constantes vitales

cada 15 minutos durante la primera hora

y evaluar dolor de riñones, hipotensión,

disminución de la hemoglobina y el

hematocrito, fiebre, escalofríos, frecuencia

urinaria y disuria. Puesto que el sangrado

es una preocupación importante después

de la biopsia renal, el paciente debe ser

vigilado de cerca para detectar síntomas y

signos por los que se sospeche hemorragia

manifiesta u oculta7.

Puesto que los pacientes con NCM

presentan hipoalbuminemia, también

podrían ser hipovolémicos. Entre los

síntomas y signos de la hipoalbuminemia

se encuentran edema localizado o

generalizado, calambres musculares,

debilidad y ascitis. Algunos pacientes

también presentan síntomas vagos, como

malestar general, cansancio y anorexia. Para

tratar la hipoalbuminemia y la hipovolemia,

administre proteínas plasmáticas, como la

albúmina intravenosa, para la reposición de

la volemia según lo establecido3.

El edema se trata con restricción

alimentaria de sodio, restricciones de

líquidos y administración de un diurético,

como la furosemida, que también ayuda a

controlar la hipertensión. Mantenga una

hoja de balance hídrico de manera precisa,

supervise los resultados de los electrólitos

séricos y obtenga pesos diarios. Puesto que

los diuréticos pueden eliminar los líquidos

demasiado rápido, controle también la PA

del paciente y observe si hay signos de

hipotensión, como mareo o síncope7.

Para prevenir la trombosis, anime al

paciente a movilizarse. Preste especial

atención a los puntos de venopunción

e inserción i.v. para detectar signos de

desarrollo del trombo. Si está indicado, se

prescribirán anticoagulantes.

El uso de corticoesteroides para controlar

la NCM aumenta el riesgo de infección.

Algunas infecciones frecuentes asociadas

con la NCM son neumonía, celulitis,

peritonitis y otitis3. Adopte medidas para

prevenir la infección, como realizar una

higiene meticulosa de las manos, vigile de

cerca al paciente para detectar síntomas

Prevalencia de la nefropatía de cambios mínimos1,4

Habitualmente vista en niños, la nefropatía de cambios mínimos (NCM) es la causa más

frecuente de síndrome nefrótico en la población pediátrica, pero entre el 10% y el 15%

de los casos de NCM se producen en adultos. En la población pediátrica, la NCM es dos

veces más frecuente en niños que en niñas, pero en adultos la prevalencia es la misma

en ambos sexos. Los asiáticos pueden correr mayor riesgo de contraer la enfermedad en

comparación con otros grupos étnicos.

La incidencia de la NCM alcanza su punto máximo en los niños de 2 años y,

aproximadamente, el 80% son menores de 6 años en el momento del diagnóstico.

En adultos, la media de edad de inicio se sitúa en los 40 años.

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y signos de infección, y asegúrese de que

cualquier infección diagnosticada se trate de

inmediato.

Educación al pacienteForme a los pacientes sobre la enfermedad

renal para aumentar el cumplimiento del

tratamiento y evitar una lesión renal mayor.

La educación efectiva puede lograr que los

pacientes desarrollen buenas habilidades de

autocontrol y así eviten que una enfermedad

como la NCM se cronifique y mejore los

resultados de los pacientes5. Revise cada

medicación prescrita con los pacientes antes

del alta. Recalque al paciente que el médico

puede ajustar los medicamentos al grado

de disfunción renal. Además, aborde los

siguientes temas3,5,7:

Enseñe a los pacientes a quienes se da de

alta poco después de una biopsia renal que

inspeccionen el sitio para asegurarse de que

no hay hemorragia y realice una prueba con

una tira reactiva de orina para comprobar si

hay presencia de sangre en la orina. Indique

al paciente que notifique de inmediato al

médico cualquier indicio de hemorragia,

incluida la hemorragia en el lugar de la

biopsia. Dígale al paciente que evite levantar

objetos pesados durante 5-7 días y que no

tome medicamentos anticoagulantes hasta

que el médico se lo indique.

Indique a los pacientes dados de alta con

un anticoagulante que informen al médico

si notan alguna hemorragia, como epistaxis;

emesis; hematuria, melena, rectorragia o

hemoptisis, o un pequeño sangrado en

cualquier sitio.

Enseñe al paciente el plan alimentario

prescrito, como seguir una dieta baja en

sodio y potasio, y evitar los alimentos

procesados. Infórmele de que los

corticoesteroides pueden provocar un

aumento de peso, por lo que deben vigilar

el número de calorías para evitar un

aumento de peso considerable. La cantidad

recomendada de proteína en la dieta es

variable y la establece mejor el nefrólogo.

Advierta al paciente de que no suspenda

bruscamente el corticoesteroide. Estos

deben reducirse por orden del médico.

Aconseje al paciente que lleve una tarjeta

de identificación médica que indique el

nombre del medicamento.

Dígale al paciente que notifique cualquier

infección o lesión grave al médico porque

es posible que deba ajustar la dosis del

corticoesteroide.

Aconseje al paciente que no fume.

Explíquele que fumar reduce la circulación

sanguínea a los riñones y puede empeorar

la enfermedad renal. Fumar también

puede afectar a la eficacia de la medicación

antihipertensiva12.

Recomiende la práctica de ejercicio

regular. La inactividad física es un factor

de riesgo modificable que puede afectar al

curso de la enfermedad renal. El ejercicio

puede mejorar los factores metabólicos,

reducir la PA y ayudar a conservar la

función renal.

Advierta al paciente de las especialidades

farmacéuticas publicitarias (EFP), incluidos

los AINE, ya que pueden ser nefrotóxicos.

Explíquele al paciente que no tome

medicamentos sin receta ni productos de

venta libre sin consultar primero al médico.

Haga hincapié en la importancia de las

visitas regulares al médico para controlar el

progreso.

¡La educación es la clave!Cuando se diagnostica NCM, el enfoque

principal debería ser adaptar la pauta de

tratamiento para obtener un resultado

óptimo. El tratamiento de primera línea

es el tratamiento con corticoesteroides.

Los pacientes que son sensibles a estos a

menudo recaen, lo que lleva a considerar

el tratamiento de segunda línea, la

inmunosupresión.

La educación al paciente respecto al

tratamiento y las modificaciones en el estilo

de vida son importantes para lograr la

remisión. Un diagnóstico y un tratamiento

oportunos son necesarios para obtener

un buen resultado. Las enfermeras deben

aumentar la conciencia y el conocimiento

sobre las enfermedades renales mediante

la educación al paciente, a enfermeras de

otras áreas de práctica, a otros profesionales

sanitarios y a miembros de las comunidades.

Para PJ, el desarrollo de la NCM fue

grave. El reconocimiento temprano de

las señales de alerta de disfunción renal

habría provocado un tratamiento oportuno

y un resultado mejor a largo plazo en este

paciente. ■

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En la California State University, Chico, Fay Mitchell-Brown es profesora titular y Tiernan Veisze es estudiante avanzada de enfermería. El Dr. Mitchell-Brown enseña fisiopatología y es una enfermera de cuidados intensivos.

Las autoras y los editores han declarado no tener ningún conflicto de intereses potencial, económico o de otro tipo relacionado con este artículo.