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Escuela de Oracin

Con Cristo, en la Escuela de la Oracin

Andrew Murray

11

La Fe que Recibe

Por tanto os digo, que todo lo que orando, pidiereis, creed que lo recibiris, y os vendr. (Marcos 11:224)Qu promesa! tan grande, tan Divina, que nuestros corazones tan pequeos no la pueden recibir, sino que de todas las maneras posibles buscan de limitarla a lo que nos parece seguro o probable; en vez de permitirla, con toda su potencia y energa vivificadoras penetrar en nuestro ser, tal como El la dio, y ensanchar nuestros corazones hasta la medida de lo que Su amor y Su poder esperan realmente hacer para nosotros. La fe est muy lejos de ser una conviccin de la verdad de la Palabra de Dios, o una conclusin deducida de determinadas promesas. Es el odo que ha escuchado a Dios diciendo lo que El har, es el ojo que Le ha visto hacindolo, y desde luego, donde existe verdadera fe, es imposible que no venga la contestacin. Si nosotros solo cuidamos hacer esa sola cosa que El nos pide cuando oramos, a saber: CREED que lo habis recibido, El cuidar de cumplirlo; El mismo ha prometido, a saber: y lo tendris. La nota clave de la oracin de Salomn (2 Crnicas, VI, 4) Bendito sea el Seor Dios de Israel, que con Su mano ha cumplido aquello que habl con Su boca a mi padre David, es la nota clave de toda verdadera oracin; la gozosa adoracin de un Dios cuya mano siempre asegura el cumplimiento de aquello que Su boca ha dicho. En este espritu escuchemos la promesa que da Jess; cada una de sus partes contiene Su mensaje Divino.Todo lo que. A esta primera palabra, nuestra sabidura humana comienza en seguida a dudar y a exclamar: Esto seguramente no puede ser literalmente exacto! Pero si no lo fuera, por qu lo dijo el Maestro, haciendo uso de la ms fuerte expresin que pudo hallar? Todo lo que. Y no es como si esta fuera la nica ocasin en que habl as: Si tu puedes creer,TODO es posible para aquel que cree. Si tuviereis fe, NADA os ser imposible. La fe es tan completamente la obra del Espritu de Dios, por medio de Su Palabra, con el corazn preparado del discpulo creyente, que es imposible que no venga el cumplimiento de la oracin; la fe es la garanta, y la precursora de la contestacin que viene. S, TODO lo que pidiereis en oracin, creyendo, lo recibiris. La tendencia de la razn humana es interponerse aqu, y con ciertas clusulas de calificacin, si fuera conveniente, si fuera segn la voluntad de Dios, quebrar la fuerza de una afirmacin que parece ser peligrosa. Oh tengamos cuidado de tratar as las palabras del Maestro! Su promesa es verdadera en el sentido ms literal. El desea que Su muy repetido todo lo que, penetre en nuestros corazones, y nos revele cuan potente es el poder de la fe, cuan verdaderamente Cristo, la Cabeza, llama a los miembros a participar con El en Su poder; cuan completamente nuestro Padre pone Su poder a la disposicin de Su hijo, que confa completamente en El. En este todo lo que, la fe tiene que hallar su nutricin y su fuerza; y al debilitar la promesa, debilitamos la fe. Ese todo lo que es incondicional; la nica condicin es aquella que se halla implicada en el creer. Antes que podamos creer, tenemos que descubrir y saber cual es la voluntad de Dios; el creer es el ejercicio de un alma entregada y consagrada a la influencia de la Palabra y del Espritu; pero una vez que hayamos llegado a creer, nada nos ser imposible. No permita Dios que nosotros tratemos de rebajar el todo lo que de El al nivel de lo que a nosotros nos parece posible. Tomemos, pues, sencillamente el todo lo que de Cristo como la medida y la esperanza de nuestra fe; es una palabra-simiente que si la recibimos tal como El nos la da, y la conservamos en nuestro corazn, se abrir, se arraigar, llenar nuestra vida con su plenitud, y producir fruto abundantemente.Todo lo que orando, pidiereis. Es en oracin que ese todo tiene que ser llevado ante Dios, y tiene que ser pedido y recibido de El. La fe que recibe lo pedido, es el fruto de la oracin. Bajo un aspecto tiene que haber fe antes que pueda haber oracin; segn otro aspecto la fe es el producto y el resultado de la oracin. Es en la presencia personal del Salvador, en comunin con El, que la fe se levanta para alcanzar y asirse de aquello que al principio pareca estar a una altura tan elevada que estaba fuera de su alcance. Es en la oracin que colocamos nuestro deseo en la luz de la Santa Voluntad de Dios, y es en la oracin que nuestros motivos son puestos a prueba y se pone de manifiesto la evidencia de si pedimos en verdad en el nombre de Jess, y solamente para la gloria de Dios. Es en la oracin que aguardamos la direccin del Espritu para indicarnos si estamos pidiendo lo que debemos pedir, y si lo pedimos en el espritu correcto. Es en la oracin que llegamos a tener conciencia de nuestra falta de fe, que luego decimos al Padre que en verdad creemos, y que demostramos la realidad de nuestra fe por la confianza con que perseveramos. Es en la oracin que Jess ensea e inspira la fe. Aquel que se niega a orar, o que pierde nimo en la oracin, porque no siente todava la fe necesaria para obtener la contestacin, nunca aprender a creer. Aquel quien comienza a orar y pedir descubrir que el Espritu de fe no es dado en parte alguna con tanta seguridad como al pie del Trono.Creed que habis recibido. Es claro que aquello que tenemos que creer, es, que recibimos las mismsimas cosas que hemos pedido. El Salvador no insina que porque el Padre sabr lo que ser mejor, puede tal vez darnos otra cosa. Esa misma montaa que la fe manda alejarse, es arrojada al mar. Hay una oracin en la cual, en todo, hacemos notorias nuestras peticiones con oracin y splica, y el galardn es la dulce paz de Dios que guarda el corazn y la mente. Esta es la oracin de la confianza. Se refiere a ciertas cosas, acerca de las cuales, no podemos saber si Dios nos las dar o no. Como nios Le comunicamos nuestros deseos acerca de las innumerables cosas de la vida diaria, y abandonamos todo al Padre, para que El nos d, o no nos d, segn a El le plazca mejor. No obstante, la oracin de fe de que habla Jess, es distinta y superior a esta. Cuando sea en los grandes intereses de la obra del Maestro, o en los ms pequeos asuntos de la vida diaria, el alma es conducida a percibir que no hay nada que tanto honra al Padre como la fe que se siente segura en que El cumplir lo que El mismo ha dicho dndonos todo lo que pedimos, y tomando como su base la promesa que ha sido aplicada por el Espritu, puede saber con toda certeza que en verdad recibe exactamente lo que pide. Vase cuan claramente declara esto el Seor en el versculo 23: Cualquiera que no dudare en su corazn, mas creyere que ser hecho lo que dice, lo que dijere le ser hecho. Esta es la bendicin de la oracin de fe de que habla Jess.Creed que habis recibido. Esta es la palabra de central importancia, cuyo significado es, con sobrada frecuencia, errneamente comprendido. Creed que habis recibido! ahora, mientras oris, aquello que habis pedido. Tal vez, ser ms adelante, recin, cuando lo tendris en experiencia personal, que veris lo que ahora creis; pero ahora, sin verlo, tenis que creer que os ha sido dado por el Padre que est en los cielos. El recibir o aceptar una contestacin a la oracin, es justamente como el recibir o aceptar a Jess, o el perdn: es un algo espiritual, un acto de fe, aparte de todo sentimiento. Cuando vengo como suplicante buscando perdn, yo creo que Jess en el cielo est de mi parte, y as Le recibo o acepto. Cuando vengo como suplicante para cualquier don especial, que est de acuerdo con la Palabra de Dios, creo que lo que pido me es dado; creo que lo tengo, y tomo y retengo posesin de l por la fe; doy gracias a Dios que es mo, y si sabemos que El nos oye en cualquier cosa que demandremos, tambin sabemos que tenemos las peticiones que Le hubiremos demandado (1).Y os vendr. Es decir, el don que tenemos, en primera posesin por la fe, por habernos sido concedido en el cielo, llegar a ser nuestro en la experiencia personal. Pero ser necesario seguir orando una vez que sepamos que hemos sido escuchados, y que hemos recibido lo que pedimos? Hay casos en que una oracin continuada no ser necesaria, casos en que la plena bendicin asoma y est a punto de rasgar el velo y llegar hasta nosotros, y solo tenemos que retener firme nuestra confianza, y manifestar nuestra fe dando gracias por lo que hemos recibido, aun ante el hecho de no tenerlo todava en la experiencia. Hay otros casos en que la fe que ha recibido necesita ser todava probada y fortalecida por medio de la oracin perseverante. Solo Dios sabe cuando todo dentro de nosotros y a nuestro derredor est completamente maduro para la manifestacin de la bendicin que ha sido dada a la fe. Elas saba como cosa bien cierta que la lluvia vendra; Dios la haba prometido; y no obstante tuvo que orar las siete veces. Y esa oracin no fue ninguna pantomima ni ningn juego; fue una intensa realidad espiritual en el corazn del hombre que yaca en la tierra implorando, y lo fu tambin en el alto cielo donde tena que cumplir su obra eficaz. Es por medio de la fe y la paciencia que heredamos las promesas (1) .La fe, dice con toda confianza, ya la he recibido. La paciencia persevera en oracin hasta que el don concedido en el cielo llegue a ser visto en la tierra. Creed que lo habis recibido y os vendr. Entre el haber recibido en el cielo y el recibiris en la tierra CREED: la oracin y la alabanza de la fe es el vnculo entre ambos.Y ahora recordad una cosa ms: es Jess Quien ha dicho esto. Al ver as abierto el cielo para nosotros, y el Padre sobre el Trono ofreciendo darnos todo lo que pidiramos en fe, nuestros corazones se sienten llenos de vergenza por habernos aprovechado tan poco de nuestro privilegio y llenos de temor por si nuestra dbil fe no obtiene an todo aquello que se coloca dentro de nuestro alcance. Hay una cosa que har que seamos fuertes y que nos llenar de esperanza, a saber: es el mismo Jess Quien nos ha trado este mensaje del Padre. El mismo, estando sobre la tierra, vivi la vida de fe y de oracin. Fue cuando los discpulos dieron expresin a su sorpresa sobre lo que El haba hecho a la higuera, que El les dijo que la misma vida de El poda ser la vida de ellos; que podran no solo mandar a la higuera, sino a la misma montaa, y tendra que obedecer. Y El es nuestra vida; todo lo que El fue sobre la tierra, lo es dentro de nosotros ahora; todo lo que El ensea, tambin lo da en realidad. El mismo es el Autor y el Perfeccionador de nuestra fe; El da el espritu de fe; no tengamos el temor que ese espritu no sea para nosotros. Es para todo hijo del Padre; est al alcance de todos los que se entreguen a vivir a semejanza de nios, cediendo a la Voluntad y al Amor del Padre, confiando en la Palabra y el Poder del Padre. Querido compaero Cristiano! permite que el pensamiento que esta palabra llega a nosotros por medio de Jess, el Hijo, nuestro Hermano, nos d valor, y sea nuestra respuesta: S, Bendito Seor, creemos Tu Palabra, creemos que recibimos.

(1) Hebreos X. 35-36. SEOR, ENSENOS A ORAR!

Bendito Seor! T viniste del Padre para manifestarnos todo Su Amor y todos los tesoros de bendicin que ese Amor espera concedernos. Seor! T has abierto hoy tan de par en par las puertas, y nos has dado tan ricas promesas en cuanto a nuestra libertad en la oracin, que nos sonrojamos al pensar que nuestros pobres corazones han aceptado tan poco. Ha sido demasiadamente grande para las capacidades de nuestro poder de creer.

Seor! levantamos ahora nuestra mirada a TI, pidindote que nos ensees a recibir y retener y usar esta preciosa palabra Tuya: Todo lo que pidiereis, creed que lo habis recibido. Bendito Jess! es en Ti mismo en Quien tiene que arraigarse nuestra fe para que llegue a ser robusta. Tu obra nos ha emancipado totalmente del poder del pecado, y nos ha abierto el camino de acceso al Padre; Tu Amor siempre desea conducirnos a la plena y perfecta comunin de Tu gloria y Tu poder; nos sentimos seguros que bajo Tus enseanzas aprenderemos a orar la oracin de fe. T nos educars a orar de manera que creeremos que en realidad recibimos y que realmente tenemos lo que pedimos. Seor! ensame de tal manera a conocerte, confiar en TI y amarte, de tal manera vivir y morar en TI, que todas mis plegarias se levanten y lleguen hasta Dios en Ti, y que mi alma tenga en TI la seguridad que soy escuchado.

Amn.