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LO QUE DISTINGUE A NUESTRO PARTIDO: la línea que va de Marx-Engels a Lenin, a la fundación de la Internacional Comunista y del Partido Comunista de Italia; la lucha de clase de la Izquierda Comunista contra la degeneración de la Internacional, contra la teoría del “socialismo en un solo país” y la contrarrevolución estaliniana; el rechazo de los Frentes Populares y de los frentes nacionales de la Resistencia; la lucha contra el principio y la praxis democráticas, contra el interclasismo y el colaboracionismo políticos y sindicales, contra toda forma de oportunismo y nacionalismo; la dura obra de restauración de la doctrina marxista y del órgano revolucionario por excelencia – el partido de clase– , en contacto con la clase obrera y su lucha cotidiana de resistencia al capitalismo y a la opresión burguesa, fuera del politiqueo personal y electoralesco, contra toda forma de indiferentismo, seguidismo, movimentismo o aventurerismo “lucharmatista”; el apoyo a toda lucha proletaria que rompa con la paz social y la disciplina del colaboracionismo interclasista, el apoyo a todos los esfuerzos de reorganización clasista del proletariado sobre el terreno del asociacionismo económico, en la perspectiva de la reanudación a gran escala de la lucha de clase, del internacionalismo proletario y de la lucha revolucionaria anticapitalista. Suplemento N° 14 al N. 48 de «el programa comunista» Agosto de 2011 Precio: Europa: 0,5 América del Norte: US $ 1 América Latina: US $ 0,5 el programa comunista ÓRGANO DELPARTIDO COMUNISTAINTERNACIONAL ( sigue en pág. 2 ) EN ESTE SUPLEMENTO -No a la intervención militar imperia- lista en libia! -Bengasi, Derna, Al Bayda, Tobruk, Zintan, Tripoli: Las revueltas que han convulsionado Túnez y Egipto se extienden a Libia, donde Gadafi in- tenta sofocarlas con un baño de sangre -Egipto en llamas. -¡Viva la revuelta de la juventud pro- letaria! En Túnez y en Argelia, reducida al hambre y al desempleo, la juventud proletaria se rebela. -En Lampedusa, intolerancia, odio de clase y espíritu solidario de los isleños Las revueltas en los países árabes y el imperialismo 1. Las revueltas de las masas proleta- rias y campesinas que desde diciembre de 2010, y, en particular, desde el inicio del 2011, están sacudiendo los países del Norte de África y del Medio Oriente son indudablemente la consecuencia de la crisis económica general del capitalismo que ha producido en estos países un aumento de los precios de los artículos de primera necesidad hasta tal punto de volver imposible para estas masas la misma supervivencia. 2. En los decenios precedentes, ya en un país, ya en otro, ha habido turbu- lencias sociales siempre por el mismo motivo, pero nunca de las dimensiones y con la fuerza contagiosa de las actuales revueltas. Basta pensar que Túnez, don- de se formó el primer sindicato obrero africano, la UGTT, fue sacudido en los años 1975-1977 por grandes huelgas y violentos enfrentamientos que, por pri- mera vez desde la independencia, pusie- ron a prueba, al gobierno «socialista» de Bourghiba hasta el punto de inducirlo, con la preciosa ayuda del imperialismo francés, a más que triplicar los recursos financieros para la policía y el ejército. En la primavera de 1984 otra ola de huelgas fue reprimida con condenas para los arrestados que iban desde los cinco a los treinta años de prisión, pero esto no logró acabar con el movimiento huelgui- sta que se reanudó el año siguiente: no modificó, por otro lado, la actitud cola- boracionista de la UGTT, que suscribió un acuerdo con el gobierno para «desar- rollar un clima de concordia y patriótico» con el fin de que «el recurso a la huelga no se efectúe sino después de agotar el diálogo a todos los niveles»(1) El despo- tismo social, combinado con la represión preventiva de cualquier huelga en el que ha colaborado la UGTT, ha logrado so- focar cualquier tentativa de protesta obre- ra; pero, desde la primavera del 2008, frente al aumento hiperbólico de los pre- cios de los ptoductos alimenticios y a la cada vez más difusa desocupación juve- nil, la «revuelta del pan» vuelve a escena registrando enfrentamientos violentísi- mos con la policía, hasta llegar a los de 2009 en la cuenca de Gafsa, vecina a Redeyef, a las minas de fosfatos, donde la policía llega a disparar al cuerpo y que preparan las revueltas de los meses pasa- dos. En los mismos años setenta, en Egip- to, país económicamente destruido a cau- sa de la guerra con Israel, estallan autén- ticos motines proletarios, como aquellos de enero de 1975, saliendo a escena en 1977 (2) como protagonistas los campesi- nos pobres y los obreros, para hacer fren- te a un alza de los precios de los artículos de primera necesidad y a la supresión de las subvenciones estatales al consumo primario. Comisarías de policía, locales nocturnos, medios de transporte, bancos, residencias de lujo, etc. que eran símbolos del poder y de la opresión burguesa del joven y voraz capitalismo egipcio, fueron incendiados por las masas que se rebela- ban con rabia contra el hambre, la miseria, la desocupación, la corrupción, los privi- legios de una clase dominante que osten- ta poder y riqueza. Decenas de muertos, miles de heridos, arrestados, torturados, sofocaron al movimiento obrero egipcio, pero sólo temporalmente, porque en los años sucesivos la agitación social obrera continuó, aunque aislada y sin las ca- racterísticas de los violentos motines pre- cedentes. En el inicio de los años cincuen- ta la población egipcia contaba con poco más de 20 millones de habitantes, al inicio de los años setenta contaba ya con más de 50 millones y hoy llega a los 80 millones. La mayor parte de se encuentra formada por proletarios y campesinos a los que el régimen burgués que vino después de la independencia –necesitado de acelerar al máximo el desarrollo capitalista del país y la acumulación de beneficios que, en cuo- tas siempre mayores, eran devorados por el FMI (es decir, por los imperialismos occidentales que sostenían al régimen)- ha hecho precipitarse en condiciones de supervivencia cada vez más intolera- bles: a las crisis cíclicas del capitalismo se unían condiciones de explotación cada vez más bestiales, peores que aquellas que sufren los proletarios de los países más industrializados. Del 2004 al 2010, Egipto ha conoci- do un larguísimo periodo de agitación proletaria, luchas, huelgas, ocupacio- nes, tentativas de organización inme- diata clasista fuera y contra los sindicatos oficiales controlados por el Estado, enfrentamientos con la policía, etc. Las cuencas industriales más gran- des se encuentran al Norte, sobre el Delta del Nilo, junto a Alejandría: Kafr Dawar y Ghazl el Mahallah y, después, Porto Said y Suez; aquí se sitúan las fábricas más grandes de Egipto, como el gigante textil Misr Spinning and Weaving Co. La crisis capitalista, ge- nerada hacia finales del 2007 por el crack bursátil y financiero inmobiliario americano ha provocado un ulterior aumento de los precios de los pro- ductos alimenticios primarios (pan, ar- roz, azúcar, harina, carne) haciendo precipitarse las condiciones cada vez peores de la mayor parte de la masas proletaria y campesina pobre. Para en- frentarse a la cólera proletaria, que gol-

1 el programa comunista - pcint.org · llevando al seno del movimiento de lu-cha general la protesta por sus propias ... área ha llevado a niveles de ruptura so-cial tales que ha

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LO QUE DISTINGUE A NUESTRO PARTIDO: la línea que va de Marx-Engels a Lenin, a la fundación de laInternacional Comunista y del Partido Comunista de Italia; la lucha de clase de la Izquierda Comunista contra ladegeneración de la Internacional, contra la teoría del “socialismo en un solo país” y la contrarrevolución estaliniana;el rechazo de los Frentes Populares y de los frentes nacionales de la Resistencia; la lucha contra el principio y lapraxis democráticas, contra el interclasismo y el colaboracionismo políticos y sindicales, contra toda forma deoportunismo y nacionalismo; la dura obra de restauración de la doctrina marxista y del órgano revolucionario porexcelencia – el partido de clase– , en contacto con la clase obrera y su lucha cotidiana de resistencia al capitalismoy a la opresión burguesa, fuera del politiqueo personal y electoralesco, contra toda forma de indiferentismo,seguidismo, movimentismo o aventurerismo “lucharmatista”; el apoyo a toda lucha proletaria que rompa con la pazsocial y la disciplina del colaboracionismo interclasista, el apoyo a todos los esfuerzos de reorganización clasistadel proletariado sobre el terreno del asociacionismo económico, en la perspectiva de la reanudación a gran escalade la lucha de clase, del internacionalismo proletario y de la lucha revolucionaria anticapitalista.

Suplemento N° 14al N. 48 de

«el programacomunista»Agosto de 2011

Precio: Europa: 0,5América del Norte: US $ 1América Latina: US $ 0,5

el programa comunistaÓRGANODELPARTIDOCOMUNISTAINTERNACIONAL

( sigue en pág. 2 )

EN ESTE SUPLEMENTO

•-No a la intervención militar imperia-lista en libia!•-Bengasi, Derna, Al Bayda, Tobruk,Zintan, Tripoli: Las revueltas que hanconvulsionado Túnez y Egipto seextienden a Libia, donde Gadafi in-tenta sofocarlas con un baño desangre•-Egipto en llamas.•-¡Viva la revuelta de la juventud pro-letaria! En Túnez y en Argelia, reducidaal hambre y al desempleo, la juventudproletaria se rebela.•-En Lampedusa, intolerancia, odio declase y espíritu solidario de los isleños

Las revueltas en los países árabesy el imperialismo

1. Las revueltas de las masas proleta-rias y campesinas que desde diciembrede 2010, y, en particular, desde el iniciodel 2011, están sacudiendo los países delNorte de África y del Medio Oriente sonindudablemente la consecuencia de lacrisis económica general del capitalismoque ha producido en estos países unaumento de los precios de los artículosde primera necesidad hasta tal punto devolver imposible para estas masas lamisma supervivencia.

2. En los decenios precedentes, yaen un país, ya en otro, ha habido turbu-lencias sociales siempre por el mismomotivo, pero nunca de las dimensionesy con la fuerza contagiosa de las actualesrevueltas. Basta pensar que Túnez, don-de se formó el primer sindicato obreroafricano, la UGTT, fue sacudido en losaños 1975-1977 por grandes huelgas yviolentos enfrentamientos que, por pri-mera vez desde la independencia, pusie-ron a prueba, al gobierno «socialista» deBourghiba hasta el punto de inducirlo,con la preciosa ayuda del imperialismofrancés, a más que triplicar los recursosfinancieros para la policía y el ejército. Enla primavera de 1984 otra ola de huelgasfue reprimida con condenas para losarrestados que iban desde los cinco a lostreinta años de prisión, pero esto nologró acabar con el movimiento huelgui-sta que se reanudó el año siguiente: nomodificó, por otro lado, la actitud cola-boracionista de la UGTT, que suscribióun acuerdo con el gobierno para «desar-rollar un clima de concordia y patriótico»con el fin de que «el recurso a la huelgano se efectúe sino después de agotar eldiálogo a todos los niveles»(1) El despo-tismo social, combinado con la represiónpreventiva de cualquier huelga en el queha colaborado la UGTT, ha logrado so-focar cualquier tentativa de protesta obre-ra; pero, desde la primavera del 2008,frente al aumento hiperbólico de los pre-cios de los ptoductos alimenticios y a lacada vez más difusa desocupación juve-

nil, la «revuelta del pan» vuelve a escenaregistrando enfrentamientos violentísi-mos con la policía, hasta llegar a los de2009 en la cuenca de Gafsa, vecina aRedeyef, a las minas de fosfatos, donde lapolicía llega a disparar al cuerpo y quepreparan las revueltas de los meses pasa-dos.

En los mismos años setenta, en Egip-to, país económicamente destruido a cau-sa de la guerra con Israel, estallan autén-ticos motines proletarios, como aquellosde enero de 1975, saliendo a escena en1977 (2) como protagonistas los campesi-nos pobres y los obreros, para hacer fren-te a un alza de los precios de los artículosde primera necesidad y a la supresión delas subvenciones estatales al consumoprimario. Comisarías de policía, localesnocturnos, medios de transporte, bancos,residencias de lujo, etc. que eran símbolosdel poder y de la opresión burguesa deljoven y voraz capitalismo egipcio, fueronincendiados por las masas que se rebela-ban con rabia contra el hambre, la miseria,la desocupación, la corrupción, los privi-legios de una clase dominante que osten-ta poder y riqueza. Decenas de muertos,miles de heridos, arrestados, torturados,sofocaron al movimiento obrero egipcio,pero sólo temporalmente, porque en losaños sucesivos la agitación social obreracontinuó, aunque aislada y sin las ca-racterísticas de los violentos motines pre-cedentes. En el inicio de los años cincuen-ta la población egipcia contaba con pocomás de 20 millones de habitantes, al iniciode los años setenta contaba ya con más de50 millones y hoy llega a los 80 millones.La mayor parte de se encuentra formadapor proletarios y campesinos a los que elrégimen burgués que vino después de laindependencia –necesitado de acelerar almáximo el desarrollo capitalista del país yla acumulación de beneficios que, en cuo-tas siempre mayores, eran devorados porel FMI (es decir, por los imperialismosoccidentales que sostenían al régimen)-ha hecho precipitarse en condiciones de

supervivencia cada vez más intolera-bles: a las crisis cíclicas del capitalismose unían condiciones de explotacióncada vez más bestiales, peores queaquellas que sufren los proletarios delos países más industrializados.

Del 2004 al 2010, Egipto ha conoci-do un larguísimo periodo de agitaciónproletaria, luchas, huelgas, ocupacio-nes, tentativas de organización inme-diata clasista fuera y contra lossindicatos oficiales controlados por elEstado, enfrentamientos con la policía,etc. Las cuencas industriales más gran-des se encuentran al Norte, sobre elDelta del Nilo, junto a Alejandría: KafrDawar y Ghazl el Mahallah y, después,Porto Said y Suez; aquí se sitúan lasfábricas más grandes de Egipto, comoel gigante textil Misr Spinning andWeaving Co. La crisis capitalista, ge-nerada hacia finales del 2007 por elcrack bursátil y financiero inmobiliarioamericano ha provocado un ulterioraumento de los precios de los pro-ductos alimenticios primarios (pan, ar-roz, azúcar, harina, carne) haciendoprecipitarse las condiciones cada vezpeores de la mayor parte de la masasproletaria y campesina pobre. Para en-frentarse a la cólera proletaria, que gol-

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peaba a oleadas desde 2004, y desdediciembre de 2006 con una fuerza cadavez mayor, los gobernantes de El Cairohan continuado haciendo promesas decualquier tipo, manteniendo algunas porla fuerza pero siempre en una mínimamedida ya sea en lo referido al aumentode los salarios o de tolerancia hacia loscomités de huelga y a las varias organi-zaciones de lucha de los proletarios. Y,como siempre sucede, sobre la onda delas grandes agitaciones obreras, se mo-vilizan también los otros estratos socia-les de la pequeña y mediana burguesíallevando al seno del movimiento de lu-cha general la protesta por sus propiasreivindicaciones políticas inherentes, engeneral, a las reformas democráticas. Seaprovechan también los hermanos mu-sulmanes, radicados en la clase media(abogados, ingenieros, médicos, far-macéuticos…) que desde el 2007, inter-vienen con éxito en los sindicatos loca-les. La presión de las masas proletariasdeviene sin embargo más fuerte; nologran diluirlas ni las concesiones econó-micas, por otro lado muy alejadas de lasreivindicaciones obreras, ni lasintimidaciones y los despidos, ni losarrestos y la represión dirigida contra losobreros más combativos y activos en losnuevos organismos de lucha nacidosfuera de la Federación Nacional desindicatos que siempre ha estadocontrolada por el régimen de HosniMubarak. Y tal presión ha provocado,por ejemplo en enero de 2008, la movili-zación también de los funcionariosestatales, que siempre han tenido algu-nas garantías más que los empleados enlas empresas privadas, pero que, enaquella ocasión coordinaron su agita-ción con los obreros de las grandesfábricas textiles. Los partidos de la opo-sición, siempre dispuestos a representarel papel de bomberos sociales, no po-dían sino hacerse promotores de las re-ivindicaciones democráticas que pare-cían contener en una solución «política»las peticiones a nivel económico plan-teadas por los numerosos obreros enhuelga, generalmente no coordinadosentre ellos. En ausencia de una guíapolítica de clase, que sólo un partidocomunista marxista puede dar, resultainevitable que el movimiento de lucha delas masas proletarias y de los campesinospobres sea canalizado por las reivindica-ciones clásicas de la pequeña y medianaburguesía: la democracia, como panaceade todos los males de la sociedad… Espor tanto, el gran movimiento de revueltade las masas proletarias y proletarizadasel que ha echado del trono al clan de la

familia Mubarak, sin embargo teniendoraíces materiales muy fuertes en los mo-vimientos de lucha de los años pasados,una vez encauzado por la vía de unilusorio e impotente «cambio democráti-co» ha quedado bajo el control del ejércitoque ha demostrado, una vez más, ser elverdadero pilar del orden constituido enEgipto. Si bien el ejército egipcio ha sidodesde la «revolución nasseriana» de 1952la auténtica fuerza compacta y dominan-te del país, parece que hoy frente a laformidable presión del movimiento derevuelta de estos primeros meses del2011, muestra grietas a través de lascuales se desarrollan enfrentamientosde intereses entre las diversas faccionesburguesas que se disputan el próximorégimen político, enfrentamiento en elcual tiene un enorme peso la políticaimperialista americana.

3. La situación de grandísima miseriaque atenaza a la gran mayoría de la pobla-ción en todos los países de esta inmensaárea ha llevado a niveles de ruptura so-cial tales que ha bastado poco para in-cendiar las plazas (un vendedor ambu-lante que se pega fuego porque los po-licías le quitan el carro que representa laúnica y mísera fuente de supervivencia,en un pueblecito del interior de Túnez, hasido la mecha que ha hecho explotar larevuelta) y para lanzar a masas cada vezmás numerosas a manifestarse pública-mente sabiendo perfectamente que selanzaban contra una represión que sa-bían tremenda; ya había sucedido en losaños anteriores.

El movimiento de protesta y de re-vuelta por el pan y contra los regímenesde opresión social particularmente durase ha extendido a gran velocidad a todoslos estratos sociales. Pero lo que ha«sorprendido» a los gobiernos de estospaíses y a los ministerios de asuntosexteriores de las metrópolis imperialistasque sostenían y protegían a los gobier-nos despóticos de Túnez, de El Cairocomo a los de Trípoli o de Riad, es laextensión y la fuerza imparable de unarevuelta que se caracteriza por ser deltodo laica, ajena a los grupos y a lospartidos confesionales, y mantenida porel disgusto por la evidente corrupción delas clases en el poder y por la rebelióncontra una opresión burocrática y militarde varios decenios; también por estemotivo las reivindicaciones «democráti-cas» han tenido un éxito fácil a la hora dedirigir los movimientos sociales haciaobjetivos de democracia electoral y par-lamentaria.

4. Los partidos políticos de oposi-ción, debido a su débil y marginal exi-stencia política en regímenes que nopermitían el pluralismo político, han con-

tado bien poco respecto a la organiza-ción de estos movimientos que, en su-stancia, han mostrado una profundaespontaneidad. Esto no quiere decir queestos partidos no vayan a contar una vezcaídos los regímenes despóticos, sobretodo si exponentes del viejo régimen y delas cúspides militares cambian dechaqueta y, después de haber militadodurante años en los viejos regímenesautoritarios participando de losprivilegios de casta y en la represiónsocial, se pasan con armas y bagajes…a la oposición. La exigencia de «másdemocracia» y de un «gobierno demo-crático» en Túnez, Egipto, en Yemen, enBahrein, en Libia, en Siria dará relevanciainevitablemente a aquellos partidos y aaquellos exponentes que, mejor que otros,ya sea hacia el interior como hacia elexterior del país, representen el cambio yasuman la tarea de llevar el poder capita-lista nacional (con toda su red de intere-ses en los mismos países y con los diver-sos países imperialistas) del gobierno deun Ben Alí, un Mubarak, un Saleh o de unGadafi, a un gobierno «democrático». Lafuerza de los movimientos espontáneosde protesta y de revuelta, precisamenteporque no se encuentra dirigida por elproletariado y por su partido de clase porel cauce de la lucha de clase anticapita-lista, es explotada por enésima vez porlas facciones burguesas que se encuen-tran menos ligadas a la corrupción y aldespotismo de los poderes precedentesy que deberán aplicar reformas socialesy políticas para satisfacer las necesida-des de las grandes masas expresadasviolentamente en estos meses haciendocaer a regímenes que llevaban muchosaños en el poder.

5. La caída de los rais no significa yno significará el fin del autoritarismo delos gobiernos burgueses democráticosque han tomado y tomarán el puesto delos viejos gobiernos. Los generales egi-pcios que están llevando a cabo la llama-da transición política al post Mubarakhan proclamado inmediatamente que losobreros deben volver al trabajo y que nodeben hacer huelgas; y, como muestra larepresión de las manifestaciones calleje-ras de después de Mubarak, la «nuevademocracia egipcia» trata de controlarcon puño de hierro la tan soñada «tran-sición política» También en Túnez, de-spués de la caída de Ben Alí el 14 deenero, las manifestaciones han conti-nuado hasta llegar a movilizar a más de100 000 manifestantes el 26 de febrero,pero también aquí la policía actuó. Lademocracia parlamentaria, en lo que res-pecta a mostrar una cara menos despóti-ca o autoritaria del régimen burgués enTúnez o en Egipto, es sin embargo, siem-

Las revueltas en los países árabesy el imperialismo

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pre, voz política del mismo sistema econó-mico capitalista –éste sí, despótico ydictatorial siempre- sobre el cual, con elbeneplácito y el favor de los paísesimperialistas, se levantaban losregímenes de Ben Alí y de Mubarak,como por lo demás se levantan losregímenes de todos los «dictadores»que gobiernan los países de la periferiaimperialista.

6. La ola de revueltas, como todossaben, no se ha acabado en Túnez ni enEgipto; se ha extendido a Argelia, a Libia,a Siria, aparece en todos los países delNorte de África y del Medio Oriente,desde Marruecos hasta Teherán. En Li-bia se ha transformado en una guerracivil entre formaciones burguesas hi-stóricamente ligadas a los intereses delas diversas tribus que componen el país(Cirenaica, Tripolitana, Fezzan) En Libia,desde el principio de las primeras mani-festaciones callejeras aparecidas en laCirenaica y en su capital Bengasí, elgobierno dirigido por Gadafi ha interve-nido inmediatamente con la represiónmás violenta posible con el objetivo decortar antes de que creciese, aunquefuese con bombardeos, aquello que temíafuese –como después se ha verificado-el inicio de una revuelta armada paraabatirel régimen.ContralaLibiadeGadafi,los países imperialistas, capitaneadospor Francia, Gran Bretaña y los EEUU,han decidido intervenir militarmente, bajola única justificación de la resolución delConsejo de Seguridad de la ONU queenmascara la intervención militar con la«defensa de la población civil» de losataques furibundos de las milicias y delos mercenarios de Gadafi. Decretando lazona de exclusión aérea el Consejo deseguridad de la ONU prácticamente hadado vía libre al ataque militar aéreo delos aliados occidentales y, después de laOTAN, contra las tropas llamadas lealesde Gadafi. El hecho de que la decisión dela ONU haya sido controvertida yfinalmente no haya tenido el veto pero síla abstención de Alemania, Rusia yChina,muestra como los enfrentamientos entrelos intereses de los países imperialistasprincipales si, por un lado, no impidenexpediciones militares represivas porparte de los mayores países imperialistascontra regímenes hostiles eincontrolables en países ricos en materiasprimas consideradas imprescindiblespara la economía capitalista mundial –como lo son sin duda el petróleo y el gasnatural- por otro lado confirman que elperiodo que estamos atravesando, sobretodo desde la primera Guerra del Golfo enadelante, es un periodo marcadoconstantemente por la guerra en lospaíses de la inmediata periferia delcapitalismo occidental y europeo enparticular. Y la consecuencia tanto de lacrisis económica, cuyos ciclos se acercansiempre más entre ellos, como de lasguerras –que son regionales desde elpunto de vista de las áreas en las cuales

se desarrollan pero que tienen un valormundial por la intervención militarconstante de las potencias imperiali-stas- consiste en llevar a la masa prole-taria y proletarizada de esta vasta área acondiciones de miseria creciente, de ham-bre, de desocupación y de opresión, demuerte… contra estas condiciones hanencontrado la fuerza para rebelarse.

7. En esencia, ningún país de estaamplia área, que cuenta con una pobla-ción de más de 330 millones de habitan-tes, mayoritariamente jóvenes (cerca deun 50%), puede sentirse a salvo de esteauténtico terremoto social, incluso lospaíses aparentemente más «estables»como lo eran Libia antes de la explosiónde la guerra civil o Siria antes de lasmanifestaciones de las masas iniciadasen Dar´a, junto a la frontera jordana, paraalcanzar después la capital Damasco y laciudad costera de Latakia; por no hablarde Arabia Saudita donde, por el momen-to, las masas sauditas no se han manife-stado en las calles contra la corrupción,la injusticia social y las leyes de emer-gencia. La desocupación juvenil en lamayoría de estos países es muy alta,cerca del 30%, mientras en algunos, comoen Libia, Arabia Saudita, los EmiratosÁrabes es muy fuerte la presencia de unproletariado inmigrado de otros paísesafricanos y del Extremo Oriente.

8. En esta amplia área se han concen-trado y agudizado una serie de contra-dicciones económicas, políticas y socia-les tales que, para estallar, ha bastado undetonador, aparentemente aislado, comoel vendedor ambulante tunecino Moham-med Buoazizi que se pegó fuego el 17 dediciembre de 2010 en el municipio de SidiBouzid y que cinco días después unjoven, Houcine Falci, fuese asesinadoen una manifestación en la cual llevabaun cartel donde se leía «no a la miseria,no a la desocupación»

Desde aquel momento, las manife-staciones en la calle contra la miseria y ladesocupación se fueron haciendo cadavez más numerosas y de los pueblosperiféricos fueron llegando a la capital.La intervención represiva de la policía deBen Alí comenzó a dar los primeros muer-tos, pero las manifestaciones continua-ron y se expandieron contagiosamente alos países vecinos. El ocho de enero letocó su turno a Argelia, con muertos yheridos; el trece de enero a Jordania eldieciséis a Mauritania a Yemen y a Mar-ruecos; en todas partes se registran con-tinuos enfrentamientos con la policía. EnTúnez las manifestaciones se fueron tran-sformando en auténticas revueltas con-tra el gobierno acusado de haber desen-cadenado una feroz represión contra losmanifestantes inermes; el gobierno dimi-te, Ben Alí promete reformas y «eleccio-nes libres» pero el movimiento de losrebeldes no se acaba y exige que Ben Alíy su banda se marchen; el catorce deenero Ben Alí y su familia se fugan aArabia Saudita; el veinticuatro de enero

se forma el nuevo gobierno de «transi-ción», pero con los exponentes de lavieja banda mezclados con los exponen-tes más débiles e inconsistentes de lospartidos de la oposición; en este gobier-no se suceden nuevos personajes paraatemperar la tensión social. Tensión que,en realidad, no se rebaja: las manifesta-ciones continúan a lo largo de febrero yla policía continúa interviniendo aunqueesta vez «sólo» disparando gases lacri-mógenos con la misma intención de so-focar las protestas callejeras. La «revo-lución de los claveles» como ha sidollamada la revuelta de las masas tuneci-nas deviene patrimonio común de todos,de las masas proletarias y proletarizadas,campesinos pobres y desheredados,precipitados en la miseria y en el desem-pleo y de los estratos pequeño burgue-ses y burgueses menos aliados al régi-men de Ben Alí: todos se suben al carro«del cambio», todos hablan de dere-chos, de reformas, de lucha, de eleccio-nes libres, y todos se ilusionan con queel nuevo viento de democracia podrátraer un futuro diferente. Los capitalesacumulados por Ben Alí y su mujer porla gestión de gran parte de los productosque circulaban por Túnez, bloqueadospor la banca suiza y de otros países,volverán con toda probabilidad para sugestión por parte de los nuevos gober-nantes, pero seguirán inevitablemente elcurso funcional hacia el beneficio capi-talista y no, por cierto, para el beneficiode las masas hambrientas de Túnez.

9. El 25 de enero le toca la vez aEgipto. En El Cairo, en la plaza Tahrir, sereunieron cerca de 30 000 manifestantes,pidiendo reformas políticas y sociales, elfin de la corrupción y de las leyes repre-sivas: comienza a prender la protesta portodo el país… El 26 y el 27 de enero,violentos enfrentamientos con las fuer-zas de seguridad en Suez y en el Sinaíseptentrional; el ministro del Interior elHadlo prometió puño de hierro y se co-menzaron a contar los primeros muertosen los enfrentamientos entre la policía ylos manifestantes. En una declaración, laCasa Blanca, «desea» que el gobiernoegipcio reconozca «los derechos de losciudadanos»; el presidente Mubarak, el29, anuncia la dimisión del gobierno ycoloca a uno nuevo guiado por el exministro de Aviación civil, mientras saledel poder el ex jefe de los servicios secre-tos egipcios Omar Suleiman. Pero lasmanifestaciones crecen en número e in-tensidad; los magnates y las potenciasde los regímenes se marchan a los paísesdel Golfo; la muchedumbre asalta el ae-ropuerto de El Cairo; la plaza Tahrir seencuentra ocupada permanentementepor los manifestantes y se convierte enel corazón de la revuelta. Mubarak hacereplegarse a los cuerpos antidisturbios ysaca al ejército ordenando el toque dequeda. El 30 de enero se hacen los prime-

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ros balances de los enfrentamientos:otros 150 muertos, miles de heridos, cen-tenares de arrestados. Mientras los Esta-dos Unidos y la Unión Europea se limitana hacer declaraciones de prudencia, Isra-el les critica duramente porque «Egiptono debe desestabilizarse» y «han aban-donado a su suerte a Mubarak». El mo-vimiento de protesta crece en todo elpaís pidiendo a gritos que Mubarak sevaya; el 1 de febrero, en la plaza Tahrir,confluyen cerca de dos millones de ma-nifestantes, el ejército sacado para pro-teger la plaza la controla al mismo tiempo;el Baradei, el ex jefe de la Agencia Inter-nacional para la Energía Atómica, da unultimátum a Mubarak para que se quitede en medio, éste declara que quierepermanecer hasta el fin de su mandato yno morir lejos de «su» Egipto.

El 26 de enero llegan noticias de gran-des manifestaciones de protesta en lacapital de Yemen, Sana´a, contra el go-bierno de Ali Abdallah Saleh, en el poderdesde hace 32 años. En Jordania, el reyAbdallah II anuncia reformas económi-cas y sociales con la idea de desactivarel descontento que ha tomado cuerpo enlas calles de Amman. Noticias de manife-staciones de protesta y de enfrentamien-tos con la policía llegan también de lacapital de Sudan, Khartoum donde losmanifestantes piden el fin del régimen deOmar el Bashir; y también de Beirut,donde centenares de manifestantes tra-tan de asaltar la embajada egipcia. EnArgelia el presidente Abdelaziz Boute-flika se ve obligado a anunciar que elestado de emergencia, en vigor desde1992, será revocado.

En Egipto la situación comienza aprecipitarse: grupos de partidarios deMubarak atacan a los manifestantes dela Plaza Tahrir, el ejército deja hacer mien-tras que anuncia que el toque de quedase deberá respetar con más rigor.Washington pide a Mubarak que la tran-sición comience pronto mientras que elvicepresidente Omar Suleiman declaraque Mubarak no debe dimitir para nohundir a Egipto en el caos: a la plazaTahrir llega también Amir Moussa, exsecretario de la Liga Árabe, ofreciéndo-se para guiar la transición. El cinco defebrero cambian los vértices del PartidoNacional Democrático del presidenteMubarak en un intento de darse unanueva imagen y anuncian medidas para«relanzar económicamente el país». Perolas manifestaciones de protesta con-tinúan y continúa la represión. El once defebrero, 18 días después del inicio de larevuelta, Omar Suleiman anuncia queMubarak ha dimitido y que ha transferi-do el poder al ejército; el 13 el consejo

supremo del ejército disuelve el parla-mento, suspende la Constitución, anun-cia que los militares se mantendrán en elpoder durante seis meses, hasta quehaya nuevas elecciones en septiembre,se desaloja la plaza Tahrir, símbolo de larevuelta, y se llama a los obreros a reanu-dar el trabajo declarando que las huelgasse han prohibido.

Unos días después del inicio delmovimiento de protesta las huelgas co-mienzan en las regiones de Alejandría, ElCairo, Suez, Porto Said… huelgas queduraron durante las tres semanas derevuelta contra el régimen de Mubaraksosteniendo, con su propia presión, elmovimiento de protesta general. Las exi-gencias obreras se sintetizaron en cua-tro objetivos: aumento de los salarios,institución del salario mínimo, mejorescondiciones laborales y sustitución detodos los dirigentes leales al régimen deMubarak. «Gano 300 liras (45 euros ndr)sólo con contratos temporales y desdehace once años no pagan al seguro médi-co» explicaba un obrero en huelga en elTunel de El Cairo, y no es sólo unacuestión de salarios bajísimos; los obre-ros son despedidos continuamente porentidades diversas –el gobierno de ElCairo es la autoridad para el túnel- demanera que no saben contra quien dirigirla protesta: una estafa super legalizada.Es contra el movimiento de huelgas de laclase obrera egipcia que el nuevo gobier-no de Sharaf, antes incluso de satisfaceralguna de las demandas obreras, dicta elnuevo decreto que ilegaliza huelgas ymanifestaciones. La nueva norma, comose puede leer en el blog NenaNews,«contribuye a criminalizar las huelgas ylas protestas. Quien baja a la calle einterrumpe una actividad laboral se arrie-sga a un año de detención y a una multade30000a 500000guineas egipcias (3500-60000 euros) También quien organiza oinicia una protesta puede ser detenido ymultado con hasta 50000 guineas (5900euros)» Se ve claramente la necesidadpor parte de los poderes económicos denormalizar la situación, hasta tal puntoque se lee: «la norma castiga el sabotajede los medios de producción, la activi-dad de protesta que influencie negativa-mente la unidad nacional, la paz social yel sistema general o dañe la propiedadmueble o inmueble, pública o privada»(4)

¿Es éste el resultado de la revoluciónegipcia? A parte del hecho de que nuncase ha tratado de una revolución en cuan-to no se ha tratado de la conquista delpoder político por parte de la clase obre-ra, guiada por su partido de clase, deabatir violentamente el Estado burgués,de instaurar la dictadura del proletaria-do, de excluir del poder y de la vidapolítica cualquier asociación política,económica o militar burguesa, democráti-ca u oligárquica indiferentemente. Y, aparte del hecho de que no se ha tratadode una guerra civil revolucionario, a tra-vés de la cual se realiza la revolución.

Queda el hecho de que el potente movi-miento de revuelta y de protesta que hamovilizado a las grandes masas proleta-rias y proletarizadas de Egipto ha dadono sólo un golpe inmenso a la estabilidaddespótica de una clase dominante bur-guesa especialmente voraz y salvaje,sino que ha dado vigor a una clase obreraque, en su historia más reciente, ha de-mostrado una grandísima combatividady tenacidad, a una clase que siempre seha enfrentado a leyes sofocantes y re-presivas aunque sólo fuese para reivin-dicar un pacífico y legítimo aumento delas condiciones de vida y de trabajo.. Lasnuevas leyes represivas que justifican,de manera «democrática», la continui-dad en la represión del movimiento huel-guístico y de las organizaciones sindica-les independientes, no ha acabado conuna clase obrera que ha dado a lo largode los años, y también en estos últimosmeses, muestras de un coraje y de unavitalidad tales que son un ejemplo paralos proletarios europeos, que ni siquierahan realizado una huelga en solidaridadcon los proletarios no sólo de Túnez o deEgipto sino de todo el área norte africa-na.

Las revueltas en lospaíses árabes y elimperialismo

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« IlComunista»Nr. 121 - Luglio 2011

Summary

•-I sindacati tricolore acaccia diun nuovopatto sociale•-Contro la guerra mentre la guerra dura•-Sentenza di condanna alla Thyssen-Krupp per i 7 morti del 6 dicembre 2007.Ai padroni il calcolo dei profitticapitalistici!Agli operai la contadeimortisul lavoro?•-La Grecia sull’orlo della bancarotta. Iproletari che si stanno battendo da più diun anno contro misure d’austerità semprepiù dure stanno anticipando i tempi dilotta anche negli altri paesi europei•-Internazionalismo da operetta•-Sentenza thyssen-krupp: Ai padroni ilcalcolo deiprofitti, aglioperai laconta deimorti sul lavoro!•-Con i referendum si deviano i proletarinel pantano di un elezionismo impotente•-Valutazioni sbagliate da premessesbagliate (a propisito di Medio Oriente eMaghreb)•-Amadeo Bordiga nel cammino dellarivoluzione - II -•-Insegnamenti e conferme della nuovastoria delle lotte proletarie•-Strage diproletari nelCanale diSicilia eindignazione borghese•-Fincamntieri: rabbia e determinazioneoperaiedevono servire per ritrovare la viadella lotta di classe•-Accordo capestro alle Officine exBertone della Fiat

(Periódico bimestral.Precio del ejem-plar: 1,5 ; £ 1; 5FS; Suscripción: 8 ;£6;25 FS;Suscripcióndesolidaridad:16 ; £ 12; 50 FS.

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10. Desde el inicio de febrero tam-bién de Marruecos han llegado noticiasde manifestaciones antigubernamenta-les. En Yemen, en la capital Sana´a, enAden y en otras ciudades pequeñas, lasmanifestaciones contra el presidenteSaleh continúan, pese a que el poderlance contra los grupos de manifestan-tes no sólo a la policía y al ejército sinotambién a los grupos de apoyo al gobier-no, armados con puñales y bastones. El12 de febrero Argel se encuentra tomadopor 30 mil soldados para prevenir unagran manifestación que debía tener lugaren la plaza Primero de Mayo, hay más de400 detenidos.

En las calles de Teheran vuelve ahaber manifestaciones como el año pa-sado y hace dos años, los estudiantes dela Ola Verde, el movimiento reformistaestudiantil, contra el régimen de Ahma-dinejad; interviene duramente la policíay las milicias paramilitares Basiji fieles ala República Islámica. La tensión socialvista en Irán en este inicio de año serefleja en el hecho de que el régimen deAhmadijejad, entre enero y febrero, haacabado con 99 representantes del mo-vimiento Onda Verde y otros contestata-rios de diversa proveniencia: si no lesmata en las manifestaciones lo hace lue-go en la cárcel.

11. Desde el 17 de febrero también enel pequeño Bahrein ha habido manife-staciones y tumultos en la capital Mana-ma y en el centro de Beni Jamrah, Diraz,Nuwerdait; manifestaciones de decenasde miles de personas, surgidas, por unlado, por la situación económica del paísque registra un desempleo en aumento(los datos oficiales hablan de un 15% dedesempleados) y, por el otro, del hechode que la población, de mayoría islámicachiita, pide reformas políticas a su favor(la familia reinante y los gobernantes sonsunitas, como en Arabia Saudita). Lasexigencias de la Plaza de la Perla (unaespecie de plaza de Tahrir en Bahrein) deManama son las mismas que en el restode calles árabes: el fin del régimen de-spótico que desde hace décadas sofocala vida cotidiana de la mayoría de lapoblación, más trabajo, reformas y dimi-sión del primer ministro Sheikh KhalifaBin Salman Al Khalifa, en el poder desdehace 40 años; también aquellos que in-tervienen en las escuadras anti distur-bios del ejército (acompañados por lasbaltagia, los pretorianos del régimen)provocan regularmente muertos y heri-dos. Washington, naturalmente, estámuy preocupada por la situación: enBahrein se encuentra el cuartel generalde la V flota americana; y por eso realizala siguiente declaración: «llamamos aBahrein, aliado y amigo de América, a lamoderación en vista de nuevos desórde-nes. Pedimos que se mantenga la prome-sa de castigar a los responsables de unuso desmedido de la violencia contra losmanifestantes pacíficos. Los EstadosUnidos apoyan el proceso en busca de

cambios políticos en el país» (5) Paraquien no lo sepa, la V Flota americanatiene la tarea de vigilar la ruta marítimaque recorren los petroleros en el GolfoPérsico (por el estrecho de Hormuz tran-sita el 20% del petróleo mundial), apoyarlas operaciones militares en Afganistány atacar cualquier eventual amenaza iranía los intereses americanos y de sus alia-dos. El temor de que las manifestacionesde protesta en Bahrein desarrollen unafuerza incontrolable y contagiasen aArabia Saudita se encuentra en la basede la brutal represión de los manifestan-tes, inermes y pacíficos; se encuentradocumentado y filmado no sólo losataques de las fuerzas de seguridad sinotambién el bloqueo de las ambulancias yde los enfermeros que acudían a ayudara los heridos y de las auténticas ejecu-ciones in situ por parte de los militares.

La tensión social desarrollada nopodría no tocar a los trabajadores de losdiversos sectores; para no perder el con-trol, el 19 de febrero, la Unión General delos sindicatos de Bahrein proclama unahuelga general indefinida desde el díasiguiente, asegurando los servicios mí-nimos de base. La huelga no tiene objeti-vos económicos sino políticos, natural-mente para apoyar la paz social, «parapreservar la vida y la seguridad de losciudadanos» como se lee en un comuni-cado sindical y «por el derecho de orga-nizar protestas pacíficas sin la interven-ción violenta de las fuerzas de seguri-dad» (6) El 14 de marzo, Arabia Sauditay los Emiratos Árabes envían soldadosa Bahrein para imponer que los «dere-chos de los ciudadanos» no fuesen lo-grados con las manifestaciones calleje-ras y con las huelgas sino que fuesen«gestos» del gobierno del reino, perosobre todo para defender las instalacio-nes hídricas, petrolíferas y de lasinstituciones financieras que podían serobjetivos de las protestas y de lashuelgas. En los mismos días lossindicatos proclamaron, con el tiempode preaviso fijado por la ley, una huelgageneral para el 13 de abril. El 14 de marzose ponen en huelga los maestros. Pero,al mismo tiempo, los despidos masivosgolpean a centenares de trabajadores dela escuela, de las telecomunicaciones, deGulf Air, de Khalifa Sea Port, de AlbaAluminium Company, que hancontinuado las huelgas no obstante lossindicatos oficiales habían llamado areanudar el trabajo «en interés de laeconomía nacional y con el fin de crearlas condiciones para reforzar las basesdel diálogo nacional»(7) Por otro ladonada diferente se puede esperar de unossindicatos que, constreñidos a proclamarhuelgas para no perder el control de susafiliados, se dirigen de esta manera al quees el jefe de la represión «llamamos a laintervención inmediata de Hamad bin IsaAl Khalifa para poner fin a esta crisis. Enesta fase una solución política impediríalos despidos y salvaría a los trabajado-

res»(8)No es extraño que Teheran presione

a la ONU para que intervenga con una«acción decidida e inmediata» para po-ner fin a la dura represión de las autori-dades de Bahrein contra los manifestan-tes y los representantes de la oposiciónchiita que protestan desde mitad de fe-brero contra la familia real, los al Khalifa.«Irán no puede permanecer indiferenterespecto a la crisis en curso en Bahrein,que amenaza con desestabilizar el GolfoPérsico y con tener efectos políticos anivel mundial» ha afirmado el ministro deexteriores iraní Ali Akbar Salehi (9) elcual ha denunciado los métodos a loscuales recurren las autoridades deBahrein: secuestros, despidos, etc. Y noes sólo una cuestión de afinidad religio-sa –la gran mayoría de los bahreinitas eschií como los iraníes, mientras la familiareal es sunni. Es el peligro del contagiosocial y proletario lo que teme el régimende Teherán. Por otro lado, una de lasconsignas de las manifestaciones deprotesta, que vacía de contenido la acu-sación de ser conspiradores chiitas deIrán, es: ¡Ni chiitas ni sunitas: Bahrei-nitas!

12. Si Teherán «condena» la brutalrepresión de las manifestaciones pacífi-cas y de las huelgas en Bahrein –perocalla sobre sus propios métodos represi-vos- Siria, el más estrecho aliado del Iránde Ahmadinejad, declara a su vez que larepresión y el uso de la violencia contralos manifestantes es legítimo. El porquées sencillo: en febrero Damasco sufrió elviento de las revueltas en los paísesárabes y el presidente Bashar Al Assady el régimen baasista, que gobierna de-sde hace cincuenta años casi, no tieneninguna intención de dejar el poder.

También en Siria, como en casi todoslos otros países del área existen leyes deemergencia (desde 1963) y tribunalesespeciales. Pero fue en marzo sobre todocuando estallaron los primeros tumul-tos; también aquí la señal la dio un hechoaparentemente aislado: un grupo deniños de entre nueve y diez años fuerondetenidos por las fuerzas de seguridadpor cantar eslóganes contra el régimen.El 18 de marzo, en Dar´a, ciudad de la Siriameridional, centro de la región agrícola,y una de las más pobres del país, mani-festaciones anti régimen derivan en pro-testas de masa que se enfrentan violen-tamente con las fuerzas de seguridad;comienza a haber muertos y heridos tam-bién en Siria. La oleada revolucionaria,que desde febrero se intentaba sofocarantes de que naciese, vuelve a hacersesentir y se desarrolla por la dorsal quelleva de Dar´a a Damasco y, después, aHoms finalizando en el puerto de Latakia.No obstante las promesas de reformas,de acabar con la ley de emergencia, depermitir el multi partidismo y de tomardecisiones a favor «del pueblo», no tra-

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en nada más que una continua represióncontra los manifestantes, con arrestos,muertos y encarcelados. La represiónpolicial no respeta ni los cortejos fúne-bres. El argumento de Al Assad es siem-pre el mismo: los manifestantes estánmanipulados por las fuerzas extranjeras,por la CIA… Auténticos combates sedesarrollan en Dar´a, la ciudad de la quepartió la revuelta en el inicio de abril.

Existen algunas diferencias entre lasituación de Siria y la de muchos otrospaíses árabes. Siria, como Líbano e Irak,es un país multi confesional y multiétni-co; no hay sólo chiitas y sunitas sinotambién cristianos y kurdos. La minoríaAlawi, que es chiita, a la cual perteneceel régimen de Assad, constituye cercadel 15% de la población; cristianos, kur-dos y otras minorías juntan al 13% de lapoblación y el resto es sunita. El régimende Assad es laico, como lo fue el deSaddam Hussein en Irak, y esta caracte-rística es un elemento de apoyo al régi-men por parte del país. Así se comprendeque haya habido manifestaciones enapoyo de Assad sobre todo en los cen-tros agrícolas en contraste con las mani-festaciones anti Assad. No es casuali-dad que, por otra parte, sea Dar´a, ciudadpolvorienta y rural de la frontera, el cen-tro de la revuelta en Siria; que cobrenvigor ahora los lazos trivales que en unasituación económica de gran pobreza ydesocupación manifiestan, juntos, la ra-bia por la situación económica y la durí-sima represión, a la vez que un profundoconservadurismo islámico que podríaconstituir la puerta de entrada de unradicalismo islámico desconocido de-sde hace mucho tiempo en Siria. La fuer-za con la cual puede contar el presidenteAl-Assad es una vez más el ejército quehasta ahora siempre ha estado a su lado,y esta es otra enorme diferencia con lasituación en Túnez y en Egipto.

13. El 17 de febrero en Bagdad severifican las primeras señales de descon-tento ligadas a la oleada de revueltas delos países árabes iniciadas con las mani-festaciones en Túnez. En Iraq y en Ba-gdad en particular, el descontento estal-la debido a los continuos apagones en lared eléctrica, por la falta de agua y contrauna gran corrupción del gobierno al-Maliki. La protesta se extiende veloz-mente por Bagdad hacia las grandesciudades como Basora y Kirkuk. Losenfrentamientos son violentísimos derepente; en Bagdad los manifestantesincendian los palacios del gobierno enKirkuk, Samarra, y otras localidades cur-das los manifestantes prenden fuego aalgunos edificios públicos; en Baiji losrebeldes atacan la más grande refinería

del país que después de que explotase ysufriese un gran incendio fue cerrada.Los enfrentamientos prosiguieron du-rante todo febrero y marzo y manifesta-ciones de protestas se registraron enHilla, Nassiria, Faluya, y continuamenteen Bagdad, en cuya plaza Tahrir se reuníancontinuamente los manifestantes.

También en Jordania, durante febre-ro y marzo hubo manifestaciones que setransformaron en enfrentamientos vio-lentos con las fuerzas de policía, AdAmman, Irbid, Salt, Karak, los proleta-rios y las masas proletarizadas bajan a lacalle para protestar contra la pobreza, elhambre y la desocupación, especialmen-te la juvenil; pero las protestas son tam-bién contra la corrupción que es un de-nominador común de todos los gobier-nos. El rey Abd Allha II de Jordania acomienzos de febrero para intentar cal-mar la calle cambia el gobierno y susti-tuye al primer ministro Samir Rifai queestaba en el punto de mira de las prote-stan contra corrupción con el ex primerministro Marouf Bakhit cuyo mandatodebe abrir un proceso de reformas. Perosiempre es lo mismo: no se ven cambiossustanciales. Entran en escena con deci-sión los hermanos musulmanes que ata-can a la reina Rania acusada de gastardemasiado, mientras una parte conside-rable de la población vive en condicio-nes de extrema pobreza; levanta la ban-dera de la solidaridad con la revoluciónegipcia y pide una monarquía constitu-cional que limite los poderes del rey. Sólomarginalmente por ahora el viento de lasprotestas ha llegado a Arabia Saudita. Laminoría Chií de las regiones petrolíferasorientales se manifiesta pacíficamentepara pedir la liberación de activistas pre-sos, pero los organizadores de las prote-stas también fueron arrestados. El ReyAbd Allha con la esperanza de prevenireventuales revueltas, promete subsidiospro 35 millardos de dólares a favor de lapoblación, sobretodo como ayuda a losjóvenes desempleados, ayudas para elalojamiento y aumentos del salario de un15 % para los empleados públicos. Entrelas reformas previstas, también el votopara la mujer ( excluyéndolas sin embar-go de poder ser elegidas) confirmandoasí que las medidas de democracia electo-ral son el realidad trucos para calmar eldescontento de las masas explotandolos privilegios de una clase dominanteobscenamente rica.

14. En la frontera sudeste de ArabiaSaudita de los Emiratos Árabes Unidosy de Yemen, Omán, desde los años 80 noha sido tocado nunca por las protestasa las revueltas ni siquiera por el funda-mentalismo islámico; en contraste con elrégimen de tipo feudal y el aislacionismodel padre el sultán actual Qabus bin Saidal Said ha desarrollado desde 1981 lamodernización de las instituciones queconsiente a las mujeres el derecho alvoto y ser elegidas al Consejo Consultivo

, una especie de asamblea parlamentariasin poder decisivo; en 2002 concede elsufragio universal, en 2004 es elegida laprimera mujer como jefa de un ministeriocon cartera, en el 2006 estrecha la alianzacon los Estados Unidos firmando unacuerdo de libre cambio entre los dospaíses. El poder se encuentra completa-mente en sus manos, pero el contorno esmucho más democrático que el de otrosreinos medio orientales. Al inicio de 2011las revueltas que están golpeando esteárea y a los regímenes durante añosconsiderados estables, también el tran-quilo y seguro Omán ha sido atacado porla fiebre que ha hecho subir la tempera-tura en toda esta vasta área. Desde fina-les de febrero estalla la rabia proletaria enSohar, el principal puerto de Omán, algu-nos miles de manifestantes reivindicancon fuerza aumentos salariales y puestosde trabajo. La policía interviene dura-mente disparando y llegan los primerosmuertos; las manifestaciones se suce-den también en la capital Mascat. El 27 defebrero en Sohar se incendia el palaciodel gobierno y la comisaria, se saqueansupermercados. Las protestan continúantambién en marzo; el sultán cambia tresveces de gobierno en tres días, promete50.000 puestos de trabajo, subsidios dedesocupación de 390 dólares al mes,duplicar el salario mínimo; pero ya nobasta las huelgas se extienden del sectorpetrolero al industrial, al actividad por-tuaria y por tanto a los servicios deseguridad.

15. En Libia como ya habíamos di-cho, desde el 16 de febrero se inicia unmovimiento de revuelta en Bengasi .También aquí es un episodio particular elque hace de detonador: el arresto deFethi Tarbel, abogado de una asociaciónde familiares de los prisioneros asesina-dos en el tiroteo de la cárcel de Trípoli de1996. La rabia de los manifestantes estal-la en Bengasi en Al Bayda y en otrasciudades; la policía interviene disparan-do se cuenta una decena de muertos. Esla chispa que incendia la Cirenaica, mien-tras en Trípoli hay manifestaciones proGadafi. En el país en el cual Gadafi decla-raba tan solo unos días antes de queempezasen las manifestaciones reprimi-das con sangre, que no habría nadaparecido al terremoto que había derrota-do al régimen de Ben Alíen Túnez y aMubarak en Egipto, se iniciaba en reali-dad una revuelta contra el régimen deGadafi con un acento político más queeconómico. Y es en defensa de un régi-men ciertamente despótico, pero al mi-smo tiempo radicado en lo más profundode amplios sectores de la población liga-dos sobre todo a las tribus de la Tripoli-tania, que Gadafi responde a las prote-stas y a las manifestaciones callejeras nocon las promesas de reformas y aumen-tos salariales, sino con la más dura ycaníbal represión. En el enfrentamientoentre Bengasi y Trípoli se renueva laantigua rivalidad de intereses ligados a

Las revueltas en lospaíses árabes y elimperialismo

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los clanes y a las tribus que en la historiase han enfrentado siempre y que sólouna despótica dictadura – si bien rodea-da por la aurea del « poder de las masas»contenido en los ilusorios comités po-pulares descritos en el famoso « LibroVerde» a través de los cuales se desarrol-la la « verdadera democracia socialista»-podía tranquilizar asumiendo las diver-sas exigencias que el desarrollo capitali-sta del país hacia emerger. A esta políticallamada de «democracia directa» se uníauna política económica muy parecida a lafascista, es decir, corporativa, donde eltrabajador y el empresario son «socios»de la misma fabrica y se «reparten lasganancias», y sostenida con toda unaserie de amortizadores sociales que «premian a los trabajadores por su dedica-ción a la producción y al buen desarrollode la fábrica, y por tanto, del país>>. Queeste método funcionase, con su corola-rio de represión sistemática de cualquieroposición, que pusiese en peligro la esta-bilidad del régimen lo demostró el hechode que durante 40 años el régimen deGadafi se ha mantenido en el poder ysiempre, según los intereses externos einternos, ha asegurado a los aliados y ala «comunidad internacional» un puntofirme en el escenario africano y mediooriental constantemente agitado desdela segunda postguerra. Una poblaciónpoco numerosa y tendencialmente aco-modada- dados los recursos financierosprovenientes de los beneficios petrole-ros que el régimen de Gadafi utilizaba enparte para aumentar la calidad de vida delos libios- no generaba los suficientesbrazos para las necesidades de la indu-stria energética que se desarrollaba ace-leradamente, por eso Libia ha sido unpaís de inmigración; los últimos datosmuestran que el número de los propieta-rios inmigrantes, provenientes de lospaíses africanos y del Medio y ExtremoOriente superba ampliamente el millón, el15% de la población y el 50% de lapoblación activa.

El movimiento de protesta nacido enBengasi y que se extendió a todo el país,caracterizado por intereses políticosenfrentados entre las facciones burgue-sas libias, ha excluido de hecho al prole-tariado inmigrante, dejándolo siempreen la posición más peligroso, porquesufre sólo los efectos más negativos ycomplicados de lo que, en el curso deunas semanas, pasó de ser una revueltapacífica a una revuelta armada. De he-cho, los proletarios inmigrantes de lospaíses del África negra eran peor trata-dos, en la medida en que eran cambiadospor mercenarios a sueldo de Gadafi, vi-sto que el régimen de Gadafi, para liqui-dar lo antes posible la revuelta de laCirenaica y de los rebeldes de Trípoli,Misurata, Sirete, contrató algunos milesde mercenarios de los países africanos.La única vía de salida inmediata era la dela fuga- y es lo que sucedió durante todoel mes de marzo- hacia las fronteras de

Túnez y Egipto, a travesadas las cualeslos cientos de miles de proletarios fuga-dos de Libia han encontrado acogida porparte de sus hermanos de clase tuneci-nos y egipcios que, pese a vivir en unapobreza desmesurada que la caída deBen Alí y Mubarak no había ciertamentesolucionado, han compartido con elloscomida, ropa, y lo poco que tenían ayu-dándoles a ponerse en camino para vol-ver a sus países de origen: auténticoejemplo de magnifica solidaridad prole-taria de clase que da esperanzas de unafutura reanudación de la lucha de clasefinalmente fuera de la enfermedad delnacionalismo, del corporativismo y de lailusoria y sofocante democracia de lospotentes.

La dura reacción del régimen de Ga-dafi a la revuelta de Bengasi y de lasciudades que la han seguido en su ejem-plo, llegando a bombardear al « enemigointerno», equiparado a los traidores pa-gados por el extranjero ( que se ha iden-tificado indistintamente como Al Qaedao el imperialismo occidental) ha sido y es,en realidad, una reacción que resultacómoda a alguno países imperialistas,como Rusia, China, Alemania y, en unprimer momento a Italia- que se han de-smarcado de los otros acerca de la deci-sión de intervenir militarmente para «acabar con la masacre de la poblacióncivil» por parte de las tropas de Gadafi-y representa una ocasión de interven-ción militar ( que esconde siempre fineseconómicos) para el resto de países im-perialistas como los USA, Francia, GranBretaña y también España , Canadá, Di-namarca, Noruega. No es para nada se-cundario el hecho de que Libia sea eloctavo país en reservas de petróleo yque sea el 18º puesto en la producción dederivados del petróleo; como no es paranada secundario el hecho de que la po-sición geográfica de Libia respecto almediterráneo y a África del Norte, asícomo al África Subsahariana, resulteestratégicamente central hasta el puntode dar gula a cualquier país imperialistano sólo europeo.

El movimiento de protesta en Libia seha iniciado, como en los otros países demanera pacífica e inerme; pero bien pron-to se ha transformado en revuelta arma-da si bien, con armas obsoletas. En pocotiempo se constituyó en Bengasi unConsejo Nacional Libio con el objetivode deponer a Gadafi y constituir un go-bierno nuevo, y un nuevo régimen, queha sido rápidamente reconocido por Fran-cia. Precisamente son Francia y GranBretaña, las dos potencias imperialistaseuropeas quienes han forzado al

Consejo General de la ONU a quepropiciase una resolución que diese lacobertura diplomática a una interven-ción militar por parte de los países llama-dos «voluntariosos» dispuestos a utili-zar a la marina, a la aviación, y otrosrecursos para «proteger» a la poblacióncivil Libia sometida a los bombardeos de

su mismo gobierno central. Una cobertu-ra que ha establecido los límites de lazona de exclusión aérea y que no prevéla invasión del territorio libio por partede las tropas de tierra de los países«extranjeros». A diferencia de Irak y deAfganistán, las potencias imperialistasno intentan empantanarse en una situa-ción enredosa y llena de interrogantescomo es la Libia de Gadafi. La acciónmilitar de los estados Unidos, Francia yGran Bretaña se ha acompañado de unafinísima acción diplomática tanto haciaTrípoli como hacia Bengasi o hacia lascancillerías de las otras potencias impe-rialistas, con el fin de obligar antes odespués a Gadafi a ceder y a marcharseal exilio (más o menos dorado) en un paísdel cual el tribunal de la Haya que lo haincriminado por matanzas de civiles nopueda pedir la extradición. Ulterioresdemostraciones dicen que lo que está enel corazón de los bandidos de Washin-gton de Paris y de Londres, se encuentraen el corazón de todas las capitales impe-rialistas y también en el de Gadafi (comoen el corazón de Ben Ali y de Mubarak):salvar la piel, salvar las cuentas banca-rias, salvar los beneficios; los derechoshumanos, los derechos democráticossiempre abanderados como nobles de-seos no son más que excusas. Libia, noobstante no es un país tan populosocomo Egipto, está asumiendo para laspotencias imperialistas mundiales unpeso de notable importancia y el hechode resolver « la crisis libia» de manerapositiva para los asuntos ligados a losrecursos energéticos salvando los facto-res negativos – la resistencia armada deGadafi y de su régimen la diferencia tác-tica de Alemania, China y Rusia respectoa cualquier participación directa, la tomade distancia por parte de la Liga árabe yla Unión africana respecto a la interven-ción militar, etc.- es el punto neurálgicode la diplomaciamundial. Si Gadafi cedie-ra a la petición de marcharse de Libia, laspotencias imperialistas podrían utilizareste «éxito» en todo el área mucho másde lo que están pudiendo hacer con la«guerra contra el terrorismo de Al Qae-da» en Afganistán y de lo que no hanpodido hacer en Irak después de habercapturado a Sadam Hussein. Pero tal ycomo están las cosas no parece queGadafi se deje convencer fácilmente; asíla guerra de Libia podría durar muchoresultar de ella la tendencial separaciónde los territorios entre la Cirenaica -donde se encuentra situada la mayoríade los pozos petrolíferos y desde la cualse ha comenzado a vender nuevamenteel petróleo con mediación de Qatar, Tri-politania y Fezzan. Se puede dar en estesentido una situación de extrema inesta-bilidad que podría ser provocada volun-tariamente dando lugar a una interven-ción política y militar imperialista másincisiva por el control más directo de las

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fuentes de petróleo en vista de crisis másbastas y profundas de aquellas actuales,crisis que tienden hacia una tercera guer-ra mundial.

En la sobreposición de interesesque se ha creado en la situación actual,el imperialismo italiano, histórico colo-nizador de Libia ha intentado por todoslos medios salvaguardar sus propiosintereses específicos sosteniendo y de-fendiendo internacionalmente al coro-nel libio ya sea con el fin de conseguirlas mejores ventajas posibles para lasinversiones recíprocas aseguradas a tra-vés de, las grandes empresas como ENI,FIAT, IMPREGILO, FINMECCANITA,etc., ya sea en el papel de mediador conlas potencias aliadas occidentales queno han tenido nunca buenas relacionescon Trípoli. Pero para el petróleo y lospetrodólares se podría olvidar que Libiaestaba incluida en la lista de los «esta-dos canallas» y mirar hacia otro ladoante la sistemática represión y elimina-ción de los adversarios políticos de Ga-dafi. La sublevación de Bengasi res-pecto a Trípoli mientras que ha favore-cido la posición anglo francesa y anglo-americana de «intervenir en los asuntosde un país soberano», ha puesto engrandes dificultades a Italia, esta últimaen un primer momento ha intentado flan-quear a Trípoli, no condenando al régi-men de Gadafi por su durísima represiónde las manifestaciones de protesta, nomolestándolo, para después ponerse ala cola de las decisiones de Washin-gton, Paris y Londres relativas a la in-tervención militar. Consideraba sin em-bargo más conveniente poner a dispo-sición todas las bases italianas necesa-rias para la misión militar en Libia, apo-yando, sin bombardear directamente, lasoperaciones militares anti Gadafi, mejorque estar de parte del coronel libio vistala gran amistad mostrada por el mafiosobesamanos de Berlusconi - o de mante-nerse a parte, como ha hecho Alemanialimitando al máximo su aporte al soste-nimiento humanitario de los prófugos.Como siempre en su historia el imperia-lismo italiano ha continuado oscilandoentre la posición del poderoso que quie-re actuar con plena autonomía y la po-sición del listillo que continúa a la som-bra de los auténticos poderosos; elobjetivo es siempre el mismo: colocarseal lado de la mesa de los grandes paracoger algo del botín. Al mismo tiempo,el gobierno de Roma levanta la voz con-tra los inmigrantes que escapan de Tú-nez a causa de la pobreza y escapan deLibia a causa de la guerra.

16. Los fuertes enfrentamientos en-tre las grandes potencias no se olvidan,

aunque los eslóganes de la lucha con-tra el terrorismo internacional, contra elfundamentalismo islámico y en defensade la población civil puedan aparecercomo la expresión de intereses genera-les frente a los cuales la comunidad in-ternacional estaría dispuesta a dejar aparte los intereses particulares de laspotencias. En la medida en que los di-versos países se continúe manteniendoque la era del petróleo antes o despuésacabará, y se deberán encontrar otrasfuentes energéticas para hacer funcio-nar los aparatos productivos capitali-stas, el petróleo y junto a él gas natural,continuaran siendo el centro de la fun-cionalidad vital de los aparatos de laproducción capitalista en todo el mun-do y, dado que la basta área que va delmedio oriente al norte de África repre-senta el grueso de la producción y delas reservas de petróleo del mundo, esinevitable que los enfrentamientos en-tre los imperialistas se concentren enesta parte del mundo , estén los paísesdirigidos por gobiernos confesionalesy fundamentalistas o laicos y moderni-zados. La presión del imperialismo so-bre estos países, no disminuirá nunca,y esto lo está viviendo el proletariadoen su piel, a través de una explotaciónbestial, a través de una represión si-stemática por parte de los poderes loca-les e internacionales a través de la guer-ra entre facciones locales o de los inte-rese imperialistas extranjeros. El prole-tariado palestino, del fin de la segundaguerra mundial en adelante, el proleta-riado libanes durante décadas y el pro-letariado iraquí e iraní en los últimos 30años unidos a los proletarios de TúnezEgipto, libia , Jordania y de todos lospaíses que han participado en las re-cientes revueltas contra la miseria , lossalarios de hambre y la guerra , lo vivenen sus propias condiciones de vida co-tidiana hoy es contra estas condicio-nes de esclavos triturados por la fatigay cualquier tipo de opresión que se re-belan. Es la fuerza magmática de un mo-vimiento material incontenible de las fuer-za s productivas que el capitalismo ensu desatinado desarrollo no logra sati-sfacer ni controlar (si no es con unarepresión cada vez más dura y cínica)que anuncia el futuro de la lucha declase, de una lucha sin cuartel contralas fuerzas de conservación y dominioburgués, no importa bajo que ropaje.

17. Los proletarios de Europa y deAmérica, los proletarios de Rusia y Chi-na, que en la historia del movimientoobrero internacional han dado tanto, hoydeben esperar a los jóvenes, combati-vos, temerarios e indomables proleta-rios der los países árabes en revueltacomo a las nuevas levas de un ejércitoproletario internacional que se está for-mando nuevamente sobre el terreno dela lucha de clase. Esta es una lucha queaún no está guiada por la concienciarevolucionaria que solo el partido comu-

nista revolucionario puede representary manifestar; un partido que todavía nose encuentra formado y que solo apare-cerá sobre la guía de los balances diná-micos de las revoluciones y, sobretodo,de las contrarrevoluciones. Es esta unalucha de tenaz resistencia cotidiana anteel capital sobre todo si no está organiza-da en asociaciones disciplinadas y exper-tas: como un magma volcánico la revuel-ta proletaria explota arrasando a su pasotodo lo que estaba construido para con-tenerla preventivamente y sofocarla.Pero este generoso desprecio del miedoque los proletarios de los países árabesen revuelta transmiten al proletariadomundial, los proletarios de Europa, queson geográficamente e históricamentelos más vecinos a ellos, no lo reciben ypor tanto no lo comparten. Los proleta-rios de Europa han sido intoxicados porla democracia y por colaboracionismointerclasista y al menos durante cuatrogeneraciones desde la victoria la con-trarrevolución staliniana, organizados enel sindicalismo tricolor, políticamente en-cauzados a la defensa de la economíanacional y a la defensa de los valoresburgueses de « patria» , «familia», elec-ciones y parlamento, ilusionados por unbienestar consumista y derrochador yprisioneros de los vicios y de las actitu-des pequeño burguesas mezquinamen-te aplicadas su pequeño coto privado, ala propiedad privada, al interés perso-nal, a la desconfianza hacia el prójimo ysobretodo hacia el extranjero. Los prole-tarios de Europa han difundido en elmundo a su pesar, la imagen de un prole-tariado acomodado satisfecho de sutipo de vida y de una sustancial pazsocial. La opulenta burguesía imperiali-sta que ha continuado aumentando susbeneficios explotando bestialmente eltrabajo de masas asalariadas esclaviza-das con los métodos más brutales en lospaíses de la periferia del capitalismo, hacorrompido a los proletarios de sus pro-pias naciones no solo con las ilusionesdemocráticas, con el estado de derecho,con un bienestar creciente derivado deuna civilización «superior» mediante ladistribución de amortiguadores socialessacados de los sobre beneficios deriva-dos de la súper explotación de la colo-nias militarizadas, ayer, y de los paísesdescolonizados pero igualmente some-tidos a una colonización menos eviden-te pero más profunda, como aquella delcapital financiero, hoy. Los proletariosde los países imperialistas, con su pasi-vidad frente a los proletarios que se hanrebelado en estos meses en los paísesárabes, y con su desconfianza hacia losproletarios inmigrantes, muestran un re-traso desarmante respecto a la defensade sus interés inmediatos. Los proleta-rios inmigrantes, a los que todos losburgueses de este mundo tratan comoclandestinos y delincuentes a reprimir,en realidad representan para los capitali-stas un factor de vital importancia para

Las revueltas en lospaíses árabes y elimperialismo

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su propio beneficio: les pagan menosque a los proletarios autóctonos por elmismo tiempo de trabajo, les pagan ennegro , les pueden despedir en cualquiermomento sin problemas burocráticos, lesutilizan en los trabajos más peligrosossin medidas de seguridad, en definitivason una fuerza de trabajo totalmente flexi-ble a las exigencias del capital y al capi-tal en definitiva le cuesta poco o nada.Además ejercitan una presión formida-ble sobre las condiciones de vida y detrabajo sobre la vida de los proletariosautóctonos, que refuerza la presión queya es ejercitada sobre el mundo del tra-bajo por las masas de parados existen-tes normalmente en la sociedad capitali-sta. La economía capitalista, se sabe, nopodría funcionar y desarrollarse sin laexplotación de los trabajadores asalaria-dos pero mejora si a los trabajadoresasalariados normalmente tratados segúnreglas legislativamente definidas seacompañan masas consistentes de tra-bajadores asalariados inestables, flexi-bles a merced de las exigencias de lasempresas cuya actividad depende cadavez más de la marcha del mercado, portanto de la competencia mercantil.

La vida de masas humanas gigan-tescas, de la gran mayoría de la pobla-ción mundial, es puesta así en manosde una entidad impalpable, invisible, in-controlable: el mercado. Aunque no setenga conciencia los proletarios queluchan en defensa de sus condicionesde vida y de trabajo luchan contra unafuerza invisible que parece una divini-dad por los poderes excepcionales queposee: el dios dinero, la fuerza del ca-pital, pero es una fuerza que se mate-rializa en medios de producción y sub-sistencia en casas, calles, carreteras,medios de trabajo, vestuarios, etc. esdecir, en medios necesarios para la vidaque la gran mayoría de la poblaciónmundial no posee, porque se encuen-tran en manos de una pequeñísima mi-noría de capitalistas, de burgueses quedominan la sociedad a través de la pro-piedad privada, la apropiación privadade la riqueza producida por el trabajoasalariado de millares de brazos huma-nos, el estado burgués y sus fuerzasarmadas. Cuando el proletariado se re-bela contra sus condiciones materialesde vida, de esclavo asalariado, se re-bela en realidad contra las condicionesen la cuales el poder burgués lo con-striñe mediante la fuerza y la violencia.De esto sólo tiene conciencia el parti-do comunista revolucionario que sebasa sobre el resultado histórico de lalucha de clase de las masas proletariasdesde que existe. De esto se da cuentauna pequeña minoría de proletarios quede las luchas llevadas a cabo sobre elterreno de la lucha de clase inmediatasaque los elementos políticos másgenerales que la ligan a la historia dela lucha proletaria en todo el mundo.Pero es el movimiento material de las

grandes masas, lanzadas inexorable-mente a romper los equilibrios, losvínculos y los límites que el poder bur-gués refuerza cada vez más para de-fender su dominio, la fuerza históricaque abrirá a los proletarios de todo elmundo la vía de su propia emancipa-ción, y cualquier lucha proletaria, cual-quier revuelta proletaria contra el or-den constituido también se encuentraimpregnada inevitablemente por la ilu-siones de una justicia social alcanza-ble a través de los métodos democráti-cos, permite entrever la vía de salidade la crisis social a la cual el capitali-smo precipita cíclicamente: la vía de larevolución proletaria y comunista, esdecir, el terremoto general y profundoque no se acaba con los efectos nega-tivos del capitalismo sino que va a laraíz, a la causa verdadera de la crisis,de la miseria, del desempleo, de la vidadura, de las guerras, es decir, el modode producción capitalista y el poderlevantado sobre él.

Los proletarios en revuelta de lospaíses árabes están volviendo a dar alos proletarios del todo el mundo estasgrandes enseñanzas que los hermanosde clase de Europa dieron antes, desdesus primeras luchas contra los capita-listas y que, con la Comuna de París yla Revolución de octubre en Rusia hanllevado al máximo de la revoluciónmundial, cristalizando en el tiempo laestrella polar del movimiento obrero in-ternacional.

1. Sobre estas luchas ver los artícu-los aparecidos entre 1977 y 1982 en nue-stro periódico en lengua francesa «Leproletaire»: Salud a los proletarios tune-cinos en huelga (nº 254) La revuelta deKsar Hellal (nº256) En Túnez, golpe depiel proletario hacia la fourmiliére bur-guesa (nº 258)En Túnez sóuvre la tran-cheé de clase (nº 260) Solidaridad con lasvíctimas de la represión en Túnez (nº 276)Túnez: las masas hacen recular a la bur-guesía (nº 376) Magreb: la represión noacabará con la cólera de las masas (nº378) Túnez: ¿cuáles son las causas de laofensiva anti sindical? (nº 385) Repre-sión en Túnez (nº446)Túnez: farsa electo-ral y represión permanente (nº 463) vertambién: Redeyef, Túnez, el sur de Lam-pedusa: la revuelta minera reanudadaentre torturas, arrestos y muertos, no setermina (il comunista n 113, julio de 2009)

2. Respecto a Egipto, ver el artículode 1977 aparecido en «il programma co-munista» Egipto, respuesta proletaria ala normalización imperialista del MedioOriente (nº 7, 8 y 9) y ,también, en «Leproletaire» como Proletarios de África yde Asia en lucha: Egipto (nº 189 de 1975)Emeutes en Egipto (nº 236 de 1977)

3. Cfr A. Negri, enviado de «Il Sole 24ore» a El Cairo «Risveglio Proletario»http:// sollevazione. blogspot. Com /2011

/02 /egitto-paralizzaro-dagli-scoperi.html.

4. NenaNews di S. Mollichi, tomadode http://lasciloria.noblogs.org/post/2001/04/01/egitto-in-defesa-del-diritto-di-sciopero.

5. Cf «la Repubblica» 17/02/20116. Cf Asca-Afp www.ticinolive.ch

diario de la Suiza italiana 19/02/20117. Cf www.lavorodignitoso.org 6/4/

20118. Cf www.peacereporter.net 15/4/

20119. Cf www.rojoynegro.info 15/4/2011

« Proletarian »Nr. 7 - Summer 2011

Supplement to«le prolétaire» Nr. 499

•-•-•-Egypt,Tunisia, Algeria,Libya,Syria...The massmobilizations can bring downgovernments, but capitalist dominationcan only be really threatened by theproletarianclassstruggle, independentandinternationalist-•-•-•-The Global Crisis:World Capitalism at a turningPoint.Mutations in the World inter-imperialist Balance of Power-•-•-•-TheAbstentionism of the Communist Left-•-•-•-Canadian elections-•-•-•-Spain: themovement of the “outraged youth”-•-•-•-The proletarian May 1 is dead, long liveMay 1st!-•-•-•-The revolt of theproletarianized masses spreads to Syria-•-•-•-No to imperialist militaryintervention in Libya!-•-•-•-TheCannibalism of the Tripoli regime-•-•-•-Benghazi, Derna, Al Baida, Tobruk,Zintan, Tripoli: The riots in Tunisia andEgypt extend to Libya, where Gaddafi istrying to drown them in a bloodbath-•-•-•-Egypt:Mubarakhas fallen, the capitalistregimeandthebourgeoisState remain-•-•-•-Egypt in flames-•-•-•-Longlive therevoltof the proletarian youth!

1 copy : Europe: 1,5 Euro/ £ 1/ USAand Canada: US$ 1,5

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No a la intervenciónmilitar imperialista

en libia!20 de marzo de 2011Desde el sábado 19 de marzo una coalición militar coman-

dada inicialmente por las americanos, pero que comprendetambién a otras fuerzas armadas como las inglesas y las france-sas y en la que participan también países como Canadá, Españay otros, ha comenzado a bombardear las instalaciones militaresy de concentración de tropas fieles al gobierno de Gadafi. Laexcusa dada para esta intervención militar que ha recibido elaval del Consejo de Seguridad de la ONU y de la Liga Árabe,sería lograr el fin de la ofensiva de las fuerzas gubernamentalescontra los rebeldes, a fin de evitar una «masacre de la poblacióncivil».

Todavía y desde que las verdaderas masacres de civilestuvieron lugar, al inicio de la revuelta, laa autoridades de todosestos países, comenzando por los gobiernos europeos, guar-dan silencio. Cuando la información sobre las carnicerías co-menzó a filtrarse fuera de Libia, se han contentado con sushipócritas fórmulas rituales, pidiendo al gobierno libio que se«contuviese» y que evitase un uso «desproporcionado» de lafuerza. El presidentedel gobierno italiano, Berlusconi, ha reve-lado las razones de esta actitud cuando declaró que no habíallamado a su amigo Gadafi para que contuviese las masacresporque no quería molestarle. Los gobiernos europeos no quie-ren molestar al gobierno libio cuando lucha para restaurar elorden con la sangre.

La presión de la revuelta no cesaba, pese a la represión,hasta el punto de que parecía amenazar al régimen; ahora losgrandes países imperialistas han comenzado a presionar aGadafi y a sus aliados: congelamiento de los recursos financie-ros en el exterior, embargo de las armas, etc. Al mismo tiempo,según la información aparecida en algunos medios (como porejemplo elWallStreetJournaldel9-3-11), comenzabanahablarde conversaciones, en particular por parte americana, conciertas fracciones del poder de Libia. No se trataba de ayudara los rebeldes para hacer caer al régimen sino de buscar unasolución «a la tunecina» o «a la egipcia»: echar a Gadafi parasalvar supropio régimen.En efecto este régimen,de bastantesaños, mantenía una estrecha colaboración con el imperialismoamericano (lucha contrael fundamentalismo islámico) ycon losimperialismos europeos (en supapel degendarme de la fronteraparacontrolar laemigración de trabajadores africanos)Por otrolado, yno es algo secundario, Libia es un proveedor importantede petróleo para algunos países europeos, en particular Italia,sin hablar del hecho de que representa un mercado muy ven-tajoso, gracias a los beneficios recabados del petróleo, para lasempresas capitalistas de muchos países.

La evolución de la situación interna, marcada por el contraataque de las milicias gubernativas, gracias a los mercenariosde Chad y de Nigeria y a la obstinación de Gadafi de no cedera los rebeldes, ha hecho imposible una solución de tipo egipcioo tunecino. Bajo la iniciativa de los gobiernos franceses eingleses, los estados unidos y las otras potencias imperialistasdel Consejo de Seguridad de la ONU –esta moderna cueva deladrones- con el acuerdo de la Liga Árabe (Egipto, ArabiaSaudita o los Emiratos Árabes) esta caterva de estados, cadacual másrepresor yautoritario queel anterior, han dado vía librea la intervención militar occidental en apoyo a la ·democracia»y a los «derechos humanos». Al mismo tiempo, todos estosdefensores de la democracia han dejado pasar, tranquilamente,la intervención saudita para acabar con la rebelión de Bahreiny la masacre policial de decenas de manifestantes por parte del

gobierno de Yemen.El movimiento de revuelta en Libia, nacido sobre la ola de

las revueltas que han sacudido a los países vecinos desde elinicio de este año, ha movilizado sin duda a las masas proleta-rias contra la miseria, la opresión y la represión; pero al mismotiempo, como resultaba inevitable, ha expresado las aspiracio-nes burguesas y pequeño burguesas de las facciones y de losestratos o «tribus» marginadas por parte de los sostenes deGadafi, que pasan por apoderarse de una parte mayor delbeneficio y del poder. Son, de hecho, los representantes deestos burgueses los que se han colocado como dirigentes delos insurgentes y que ya han sido reconocidos por Sarkozycomo «legítimos representantes del pueblo libio» No es porcasualidad queel principal representante de llamado «ConsejoNacional Libio» de Bengasi sea Al Jeleil, anciano ministro dejusticia de Gadafi, responsable por este título de innumerablesarrestos y encarcelamientos. No es por casualidad que laautoridad a cargo de los insurgentes haya permitido que enBengasi continuasen los pogromos contra los trabajadoresafricanos…

Los proletarios no tienen nada bueno que esperar ni delasesino Gadafi ni de la coalición imperialista; ni mucho menosdel gobierno provisional que se ha formado en torno a labandera del viejo reino de Libia. En realidad los proletarios deLibia, sean autóctonos o inmigrantes (según algunas estima-ciones los proletarios emigrados egipcios, tunecinos, del Áfri-ca Negra o del continente indio representan la mitad de lostrabajadores asalariados en Libia) han sufrido y continúansufriendo las consecuencias más graves no sólo de la repre-sión llevada a cabo por las milicias pro Gadafi sino también delos enfrentamientos armados entre fracciones y, ahora, de laintervenciónmilitar imperialista.

La guerra desencadenada contra Gadafi, si bien por ahorase encuentra limitada a los bombardeos aéreos, es una guerrade rapiña imperialista, como aquellasque lahan precedido enÁfrica, en Medio Oriente, etc. La oleada de revueltas que hahecho vacilar regímenes que pasaban por ser los más sólidosaliados de los imperialistas occidentales, ha agudizado lascontradicciones y las contraposiciones entre las grandespotencias capitalistas, en el momento en el cual la crisiseconómica lleva a cada una de éstas a defender con más durezasus propios intereses contra los competidores. La crisis delrégimen libio ha hecho más evidente que todos los estadosgrandes y menos grandes corren a implantar sus propiosintereses haciendo saltar por los aires la unidad realizada porla llamada «comunidad internacional». El asunto Libiaha dadoocasión a Gran Bretaña y a Francia de intentar dictar su ley enel Mediterráneo –implantándose con fuerza en un país rico enpetróleo. Los Estados Unidos, aparentemente no muy activos,han demostrado una vez más a sus aliados que siguen siendoel verdadero jefe; detrás de ellos Italia y España se presentanpara reclamarunabuenaparte delbotínsobreelcual Italia había

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intentado abalanzarse ya gracias a las buenas relaciones conGadafi ymientrasEgipto no busca ser tenido en cuenta mientrasque los Emiratos, por su parte, tienen interés en mantener unaposición de segundo nivel ¡para tener las manos libres paraejecutar la represiónen sucasa!Enotro frente,Alemania, Rusia,China… no ven con buenos ojos esta intervención americana-anglo-francesa…

¡VIVA LA LUCHA PROLETARIA INTERNACIONALCONTRA EL CAPITALISMO!

Los proletarios tienen intereses diametralmente opuestos aaquellos de las facciones y de los estados burgueses coaliga-dos en esta sangría. En la guerra como en la paz, el proletariadoes explotado, oprimido yreprimido, subsistiendo en la miseria,la pobreza y la muerte en el trabajo. Cualquiera que sea la formade gobierno, no puede contar para defenderse sino con suspropias fuerzas, con su lucha directa, con sus propias organi-zaciones. Y esta lucha y estas organizaciones no pueden llegara ser realidad si no es rompiendo con cualquier ligaduracon lasorientaciones y las organizaciones burguesas, sean estas reli-giosas o laicas, democráticas o nacionalistas.

El partido de clase encarna la lucha del proletariado encualquier país contra el capitalismo y contra el poder burgués;es el órgano indispensable para centralizar su lucha y dirigirlahacia la victoria revolucionaria. Estepartido no existe hoy, si no

es sobre el plano de la teoría y del programa, como no existe lalucha de clase general en todos los países.

Pero las revueltas como las que han tenido lugar en lospaíses árabes y como aquellas que tendrán lugar mañana,demuestran que las contradicciones económicas y socialesincurables del capitalismo existen y pesan y que llevarán a losproletarios, también a los de los grandes países, a reanudar lavíade laverdadera lucharevolucionariacontraelcapitalismo.Decenas de miles de trabajadores inmigrantes que han huidode Libia, han sido acogidos fraternalmente por sus hermanosde clase tunecinos: éste es un pequeño signo de la solidaridadproletaria internacionalista. Es sobre esta vía que se reanudarála lucha de clase y que renacerá el partido comunista revolu-cionario, firme sobre las enseñanzas marxistas y las leccionesde las grandes luchas y de las revoluciones del pasado.

Los aviones, los portaaviones, los submarinos y los buquesde guerra occidentales movilizados en las aguas y en los cielosde Libia no serán suficientes como para cerrar la oleada derevueltas que están extendiéndose ya a Siria y a Marruecos;esta armada occidental podrá, quizá, contenerla durante uncierto tiempo, pero la revuelta renacerá inevitablemente pararomper todas las barreras de la clase dominante. Hasta que elproletariado, harto de dar sudor y sangre para engordar a loscapitalistas, se lance a la únicaguerra quevale lapena combatir:la guerra declase contra todas las burguesías, comenzandopor la burguesía delpropio país.

Bengasi, Derna, Al Bayda, Tobruk, Zintan, Tripoli:Las revueltas que han convulsionado Túnez y Egiptose extienden a Libia, donde Gadafi intenta sofocarlas

con un baño de sangre

20 de febrero de 2011.Noticias no oficiales hablan de 200-

500 muertos y más de mil heridos: lasmanifestaciones de protesta que estalla-ron en las ciudades libias más importan-tes, en la línea de los motines que estánconvulsionando los países mediterráne-osdelNortedeÁfricaydelMedio Orien-te hasta llegar al Golfo Pérsico y a Tehe-rán, se enfrentan con las manos desnu-das a las fuerzasdeseguridad libias. PeroalpoderdeTrípoli,que temelafraterniza-ción entre algunos miembros del ejércitoy de la policía con las masas que semanifiestan en las calles y en las plazas,no le bastan con sus propios pretoria-nos; ha traído mercenarios súper equipa-dos de los países vecinos porque así notienen lazos ni relaciones tribales con laindomablepoblaciónbereber ytuareg delazonaCirenaica.

La crisis económica mundial parecíahaber tenido en Libia consecuenciasmenos desastrosas que en otros paísesde lazonacosteracomo Túnez,Argelia oEgipto. Esto no obstante la desocupa-ción que actualmente llega al 30% de lapoblaciónactiva.Elmalestarsocial, com-binándose con un clima de autoritarismoy de vida política inexistente fuera delcontrol capilar del poder central y a lapersistente prohibición de las huelgas,

de las organizaciones sindicales y de lasmanifestaciones libres, ha encontrado enla onda de las revueltas que han golpea-do a Túnez y a Egipto una vía objetivapara mostrar características similares.Como una invisible y subterránea fuerzatelúrica, lareacciónmaterialparasacudir-se de encima regímenes opresivos y tor-turadores está recorriendo el subsueloeconómico y social de países enteroslanzando a lasmasasproletarias, proleta-rizadas, campesinas y de la pequeña bur-guesía a un espontáneo y generalizadorechazo del régimen constituido. Losobjetivos han sido y son simples ydramáticamente limitados y confusos:acabar con la corrupción y con el poderdinástico de un Ben Alí, de un Mubarak,de un Gadafi, obtener más derechos de-mocráticos y, naturalmente, pan y tra-bajo. Pero, como en Túnez y en Egipto,tambiénen Libiael podercentral respon-de con el único medio que tiene a suinmediata disposición para sofocar elmovimiento deprotesta, aunqueéstehayasido pacífico,yparaimpedirqueel incen-dio envíe al fuego todos los palacios delpoder:reprimiendo,disparando,masa-crando.

La burguesía petrolera en Libia, enArgelia, en Arabia Saudita, en Irán, enIraq, en Bahrein o en Kuwait razona fun-

damentalmente de la misma manera: sa-biendo que poseeuna materiaprima vitalpara la economía de los países más indu-strializados del mundo, tiene interés enmantener en su propio país consenso yun flujo normal de los beneficios, seanlocalesomundiales,derivadosdelaexplo-tación del trabajo asalariado empeñadoen los pozos y en la minería. Este interéses compartido plenamente por las bur-guesías imperialistas de Europa y deAmérica: frentea losmovimientos socia-les que pueden poner en peligro susnegocios y, por tanto, sus beneficios, lescuesta poco liquidar en poquísimo tiem-po los regímenes autoritarios que hanmantenido y protegido durante años,maniobrando a escondidas por una tran-sición que sustancialmente no lleva acambiar nada, asegurándose de estamanera la reanudación a pleno ritmo delos asuntos una vez acabada la tempe-stad social. Algeneralytimorato silenciode las clases dominantes de Europa, deun Sarkozy, de una Merkel, de un Came-ron, de un Berlusconi, de un Zapatero,con el que han asistido desde el inicio yasisten ahora a estos sucesos, hay quecontrastar el tímido y burocrático llama-miento de Obama a que los regímenes

(sigue en pág. 12)

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Bengasi, Derna, AlBayda, Tobruk, Zintan,Tripoli

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terminen con la represión violenta de lasmanifestaciones de plaza y asuman lasreivindicaciones de mayor «libertad» y«democracia» Por otro lado, de la bur-guesía más bandida que existe en el mun-do no se puede esperar nada más almenos mientras que estos movimientossociales se mantengan en los límites de lademocraciaburguesa, de la Constituciónburguesa, de los derechos burgueses yde la defensa de la propiedad privada ydel régimen capitalista aunque todo estorequiera invocar la vía del fundamentali-smo religioso que es considerado comoel mal menor respecto a la lucha de clase,a la lucha que lleva a cabo el proletariadoen defensa exclusivamente de sus intere-ses de clase contra todas las otras clasesde la sociedad, en primer lugar, la claseburguesa dominante.

En 1969, un golpe de Estado militarincruento dirigido por un joven coronel,Gadafi, depuso a Idris I, cabeza de unrégimen corrupto y a sueldo de los Esta-dos Unidos y de Gran Bretaña; nace la«GranrepúblicaárabedeLibia,popularysocialista»en sintonía con una mezcla depanarabismo filo nasseriano y de social-democracia europea; es inútil decir quede socialista no tenía más que el nombrepero, en aquella época, la demagogia demoda llevaba a etiquetar de esta maneracasi cualquiercambio dealineacióninter-nacional en función anti americana. Laprimera reformaaplicadafue ladedoblarlos salarios, la participación de los obre-ros en la gestión de las empresas en una

suerte de corporativismo libio, la supre-sión del alcohol y la clausura de loslocales nocturnos, la instauración de lasleyes islámicas fundadas sobre el Corán(la Sharia) Desde entonces, haciéndoseel campeón en la venganza contra los excolonialistas, pasó a la confiscación delos bienes y de las propiedades de loscolonos italianos que quedaron en Libiadespués de la guerra a la caza del país

«pararestituir alpueblo libio las riquezasde sus hijos y de sus abuelos usurpadaspor los opresores» como dice el LibroVerde que Gadafi escribió en 1976. Lanecesidad de crear consenso en torno alnuevo régimen exigía reformas de estetipo.

Siete millones de habitantes, más deun millón de inmigrantes «irregulares»,en un país que tiene casi seis veces másterritorio que Italia, se encuentran con-centrados sobre todo en la zona costerade Tripolitania y de Cirenaica. Libia esexportador de petróleo a Italia y tienerelacioneseconómicas yfinancierasmuyestrechas con las grandes industrias ita-lianas, ENI yFIAT ante todo yespor estopor lo que Berlusconi ha declarado, res-pecto a la durísima represión ordenadapor Gadafi, no «querer interrumpir» laacción del gobierno libio, algo así comodecir: reprime,matacuantos manifestan-tes quieras, no importa.

Pero a los proletarios italianos lesimporta ¡y cómo!Eimporta a todos losproletarios, empezando por los de lospaísesdelMediterráneo.

Todo lo que está sucediendo en lasplazas y en las calles de Túnez, de Argel,de El Cairo, de Bengasi, de San´na enYemen, deManama en Bahrein o de Ku-wait City, importa a los proletarios por-que cuando una burguesía reprime consangre los movimientos sociales que re-clamanpan, trabajo, libertaddeorganiza-ción, está luchando en cuanto clase do-minante contra las exigencias de las cla-ses dominadas y, en primer lugar, de laclase proletariade cuyaexplotación sala-rial extrae la mayor parte de sus benefi-cios. Cuando una burguesía reprime consangre la protesta de su pueblo estádefendiendo no tanto su propio poder,sus privilegios, su dominio, cuanto los

intereses de dominiosocialypolítico de lasotras burguesías quela sostienen y la ayu-dan. La competenciaentre burgueses yentre estados es lacondición natural devida de los regímenesburgueses capitali-stas, condición queestalla, regularmente,enguerra.Pero, frentea los movimientos delas masas proletarias

y proletarizadas que, enfrentándose (sibienconfusamente)conel régimendomi-nante cara a cara, pueden abrir la vía a laverdadera y auténtica lucha de clase delproletariado poniendo en serio peligro alrégimen burgués en cuanto tal, entonceslos contrastes entre burguesías seatenúan, se dejan a un lado y todas sedisponen para ayudaral régimen políticosometido a la presión de las calles o para

sustituirlo por otro igualmente amigo.Los proletarios deben sacar las lec-

ciones de estos sucesos también sobreeste aspecto. Los actuales movimientosde calle, con sus muertos y sus heridos,encarcelados y torturados, mostrando elprofundo malestar social en términos deprotesta pacífica, de más amplios dere-chosdemocráticos,de cambio de gobier-no, pueden lograr sacar del poder a tal ocual familia,peroelpoder–manteniéndo-se firmemente en las manos de la claseburguesa- continuará siendo un podercapitalista conla tareadedefender, ante

todo, los intereses de la clase capitalistapor excelencia, la clase burguesa, utili-zando en las diversas situaciones méto-dos de gobierno que pueden parecerformalmente diferentes pero que esen-cialmente serán siempre autoritarios yse apoyarán sobre un militarismo cre-ciente. Esta es la tendencia de todos lospoderes burgueses salidos de la segun-da Guerra Mundial incluso si, por tradi-ción histórica y de recursos económicosy financieros a disposición, su autorita-rismo ysumilitarismo estuviesen cubier-tos, sobre todo en los países imperiali-stas, por formas democráticas y parla-mentarias; formas que esconden la natu-ralezadictatorialdel poderburguéscapi-talista.

Los proletarios en Libia como en Ita-lia,Túnez,Argelia,Francia,Egipto,Siria,Irán o en Gran Bretaña, Alemania, Esta-dos Unidos, Turquía y en los Balcanescomo enRusiao China, tienen no sólo lasmismas condiciones de esclavitud asala-riada en común –y por tanto son herma-nos de clase- sino que también sufren lamisma represión burguesa que no cesanunca, bajo ningún cielo. La clase delproletariado es la única clase social queorganizándose sobre el terreno inme-diato, de manera independiente de losaparatos burgueses, religiosos, colabo-racionistas y, sobre el terreno políticogeneral,conplenaautonomía,enpartidorevolucionario de clase, tiene laposibili-dad real de responder golpe por golpe alos ataques de sus respectivas burgue-sías y de apuntar a la conquista del poderpolítico destruyendo lamáquinaestatal,que la burguesía usa únicamente para sudefensa, e instaurando su propia dicta-duraproletaria declaseparadar lugara laúnicaperspectivahistóricaquetienevalorpara toda la especie humana: la emanci-pación delproletariado del trabajo asala-riado, del capitalismo y de todas sustrágicas consecuencias.

Estosmovimientossocialeshanabier-to una página nueva en el frente de lascontradicciones sociales que caracteri-zan a la sociedad capitalista. A los prole-tarios les toca la tarea de romper con laconciliación interclasistayconlamistifi-cación democrática e invocar con deter-minación la vía de la lucha de clase.

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Egipto en llamasUna fuerte e insistente onda de rabia de las masas árabes, hambrientas y

desocupadas está sometiendo a una dura prueba al mantenimiento del joven,

voraz y brutal capitalismo de los países del Norte de África y del Medio Oriente,sostenido por el viejo y criminal capitalismo de Europa y América.

Es la anticipación de un terremoto social que sólo podrá resolversefavorablemente para la gran mayoría de la población con la entrada en escena

de la lucha de clase proletaria.

30 de enero de 2011Desde hace cinco días las plazasy las

calles de El Cairo, Alejandría, de Suez yde muchas otras ciudades egipcias sonel escenario de una fuerte e insistenteonda de rabia de las masas que no sopor-tan más ser reducidas al hambre, a laesclavitud del desempleo yde la miseria.Después de Túnez y Argelia, ahora letoca a Egipto.

Los medios del opulento mundo oc-cidental, que ya no pueden esconder ladurísima represión policial, dirigen todala información por el camino que le inte-resa a las clases dominantes occidenta-les: la «falta de reformas», la falta de unaverdadera «democracia». Han debidoesperar a que las masas desfogasen surabia incontenible asaltando los edifi-cios del poder, incendiando todo aquel-lo que podían, tirando piedras, enfren-tándose cuerpo a cuerpo con la policía ycayendo bajo los disparos, incendiandocamionetas y blindados, saltándose eltoque de queda y no teniendo miedo dela brutalidad de la represión burguesa,para recordar que los regímenes foraji-dos, protegidos y armados hasta losdientes por las civilizadísimas democra-cias occidentales y, sobre todo, por losEstados Unidos, son en realidad regíme-nes que han mantenido el orden y elcontrol social –sobre todo por cuenta delas potencias imperialistas- únicamentea través de una sistemática violenciapolicial, arrestando, torturando y repri-miendo con todos los medios posiblescualquier protesta, cualquier oposición.Comocontrapartida,estosregímeneshantenido las manos libres para depredar sincontrol su propio país, acumulando du-rante años enormes riquezas para suclan.

Lastimidísimaspeticionesal régimende Mubarak, como las que hubo en sumomento al tunecino Ben Alí y aquellas«preventivas»al jordano Abdallah, paraque concedan reformas a través de lascuales llevar a cabo las exigencias másapremiantes de las masas –pan y trabajofundamentalmente- permiten entendercomo BarakObama, AngelaMerkel, Ni-colas Sarkozy y compañía se han vistosorprendidos por la onda de sublevacio-nes que estallan en todos los países del

Norte de África y en el Medio Oriente.¿Las democracias occidentales se

preocupan realmente por la indigencia ypor la miseria a las cuales se ven reduci-das desde hace años los proletarios y lasmasas campesinas de estos países? ¡Deninguna manera! En los países en loscuales el capitalismo marcha de la únicamanera posible –dada la desarrolladísi-ma competencia entre imperialismos acausa de la cual la población de todo elmundo es sometida a una sistemáticaopresión económica, social, política ymilitar- de la maneramás salvaje ybrutalque nunca ha visto la historia humana;en países donde el moderno modo deproducción capitalista ha generado lailusión deportar civilizaciónybienestar,se está evidenciando que el presente y elfuturo para las masas trabajadoras estáhecho sólo deexplotación, demiseria, dehambre y de represión. Los regímenesque desde hace veinte o treinta años,como Ben Alí en Túnez y Mubarak enEgipto, pesan sobre las espaldas de supueblo y que, hoy, reciben una pequeñí-sima parte de la violencia que duranteaños han suministrado a los rebeldessólo con el fin de mantener el ordencapitalista por cuenta de las potenciascapitalistas y de sus propios beneficios,son los mismos regímenes que duranteestos decenios han sido punto de apoyode las potencias que dominan el mundo.

Hoy, frente a la incontenible explo-sióndeintoleranciaporpartede lasmasasárabes hambrientas y desocupadas,Washington, Londres, Berlín, París,Roma,Bruselas, dirigenaElCairo, comoayer a Túnez o a Argel y como a San´na,a Amman, a Rabbat, a Beirut, un llama-miento a abrirse a la «libertad de expre-sión», a realizar «reformas» que respon-dan a las exigencias elementales de lavida civil, a acabar con la violenta repre-sión… Palabras que no resuelven nuncanada pero que alimentan la venenosailusión de que con un poco de «democra-cia», con menos corrupción y menosavidez por parte de las potencias localeso extranjeras, la situación de las masaspuedemejorar. Losdemócratas occiden-tales saben por experiencia que las milesde cartas de la «democracia» puedenjugarse sobre distintos escenarios con

el fin de desviar los motines populareshacia objetivos que no pondrán en di-scusión el orden de producción capitali-sta sino que se limitan a cambiar losgobiernos. No es por casualidad que, delasplazasen llamas, lospartidosde«opo-sición» a los regímenes actuales haganconverger la rabia de las masas en lasreivindicaciones de «Ben Alí fuera»,«Mubarak fuera»:quieren, simplemente,aprovecharse de estas sublevacionespara sustituir a la familia y al clan deMubarak o Ben Alí en el gobierno de susrespectivos países. Para las masas ¿quécambiará? Sustancialmente nada, por-que a cambio de unpoco de «libertad»deexpresión, de elecciones «libres» estarála continuación de la explotación brutalde las masas proletarias y de los campe-sinos pobrespara el beneficio capitalistaque en Egipto, en Túnez o en Jordania seobtiene exactamente como en los Esta-dos Unidos, en Gran Bretaña, en Italia oen Francia: explotando de la manera másintensa posible la fuerza de trabajo pro-letaria, rebajando las condiciones deexistencia de las masas campesinas alnivel de la mera supervivencia. Pero enEgipto, en Túnez, en Argelia o en Jorda-nia la opresión capitalista es cada vezmás intolerable que en Londres o NuevaYork,queenParís,RomaoBerlín,porqueademás se le añade la opresión imperia-lista gracias la cual los bandidos de laburguesía opulenta de América o deEuropa llenan sus bolsillos y compran lacomplicidad de los partidos y sindicatosque organizan y controlan a sus respec-tivos proletarios.

Las sublevaciones que sacuden elmundo árabe hoy, anuncian tensiones ysublevaciones futuras también en Euro-pa: el Mediterráneo, el viejo y queridoMare Nostrum de los antiguos romanos,podría transformarse en un mar de fuegoque incendie a todo el Viejo Continenteporque la crisis capitalista que ha hechotemblar a las economías occidentales enlos últimos dos años, cuyos reflejos,retardados pero inexorables, los estánsufriendo los países de la periferia inme-diata de los países imperialistas, no serásuperada por el capitalismo sino al pre-

(sigue en pág. 12)

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cio de oprimir aún más a las masas tra-bajadoras de todos los países.

Los proletarios norte africanos, delMedio Oriente o de los Balcanes, enestos meses, con su sublevación de ra-bia llevada adelante con las manos de-snudas, están gritando al mundo que elcapitalismo no se encuentra en condi-ciones de satisfacer las exigencias máselementales devida de las masas y que lasituación intolerable debe cambiar. Losproletarios de Europa y de América mi-ranatónitos.Espantadosyalmismo tiem-po orgullosos de las revueltas que po-nen en fuga a gobernantes prepotentesy sanguinarios, pero atónitos siguen mi-rando. Los proletarios de los países másricos delmundo, sometidosellos mismosa condiciones de vida y de trabajo extre-madamente empeoradas respecto a lasdécadas pasadas, no se rebelan de lamisma manera; son más «civilizados»,han nacido y crecido en el respeto a la«legalidad democrática», han sido en-gañados durante décadas por el mito deuna democracia de la cual ven hoy laineficiencia y la impotencia que tienepara resolver sus problemas de supervi-vencia cotidiana, pero de la cual no selibran paradar lugar al empujematerial y«natural»derebeliónquecualquierescla-vo siente en su corazón. Los proletariosde Europa tienen, sin embargo, una hi-storia, una historia de lucha de clase¸una historia de luchas revolucionariasno sólo contra los viejos regímenes feu-dales sino sobre todo contra los moder-nos regímenes burgueses capitalistas; yes a esta historia pasada a donde puedeny deben volver si no quieren ser conti-nuamente cómplices de sus propias bur-guesías imperialistas; deben reanudar elhilo rojo de la lucha de clase que les hahecho protagonistas de gloriosas luchaspor la emancipación de la explotacióncapitalista que les ha hecho protagoni-stas de revoluciones que han -¡aquellassí!- hecho temblar a todos los poderescapitalistas de la moderna civilizaciónburguesa.

Los proletarios de los países de loscapitalismos jóvenes, los proletarios delPróximoydelMedioOrientecomoaquel-los del Norte de África que en estosmeses están lanzando un desafío poten-cial a sus propios regímenes burgueses,invocando el camino de la democracia yde las elecciones supuestamente no cor-ruptas (hacia el cual están empujandolas mismas fuerzas de opresiónque ayer

lanzan al clan de Mubarak, de Ben Alí ode Bouteflika) no tendrán éxito para lo-grar un verdadero futuro para su clase,un futuro de emancipación deuna explo-tación que siempre será más duro, una

explotación que, como hoy lleva a lasmasas a la miseria, mañana las transfor-mará en carne de cañón; por otra parte¿no ha sucedido esto ya en las guerrascontra Israel, entre Irán e Irak, entre Iraky Kuwait o en la guerra del Líbano? Losnacionalismos, de los cuales varios regí-menes árabes han embebido a sus pro-pias masas para defender los mismosintereses de casta y de facciones bur-guesas alquiladas a la potencia imperia-lista más emprendedora o más generosaen términos financieros, son la otra carade la moneda que se une perfectamente,si ocurriese un ulterior colapso social,con el fundamentalismo religioso comoha demostrado Irán con Jomeini y elsionismo en Israel.

Los proletarios de los países árabes,que hoyexpresan su rabia fuera de cual-quier instrumentación religiosa, no po-drán mantener mucho la situación sesutilísima laicidad con la cual se hansublevado en estas semanas. Los regí-menes burgueses, también cuando seprecipitan en crisis políticas como enTúnez, en Egipto y como podría sucederen Marruecos, Jordania y finalmente enlaLibiadeGadafi, podráncontar siempre–al lado de los gobernantes individualesydesu clan-con elapoyo delaspotenciasimperialistasque, aunquese sorprendanpor la violencia de las revueltas, sabenque las masas, si no son influenciadas ydirigidas, como no lo son actualmente,porel partidoproletario declase–partidoque posee un programa revolucionario yla determinación para preparar a las ma-sas para la futura revolución anticapita-lista- son masas que, una vez desfogadala violencia y la rabiaacumulada duranteaños de explotación y opresión, puedenser reconducidas a una normalizacióngraciasalviejoperosiempreeficaz juegode la democracia; y, si sirve a la norma-lización burguesa, a través de la cualcontinuar haciendo negocios, puedenaceptar también una solución de tipoislámica, como por ejemplo en Turquía.

Los proletarios,por tanto, tienenanteellos, esencialmente, tres caminos: vol-ver al silencio y a la invisibilidad comoantes de la revuelta pero dotados de«libertad de expresión» y de «organiza-ción» en la nueva «legalidad» impuestapor las nuevas facciones burguesas yacordadacon las potencias imperialistassin cuya aquiescencia sería muy difícilmantener el gobierno mucho tiempo;hacerse representar por partidos islámi-cos que, a través de su batalla contra lasmalas costumbresy la corrupción, inten-tan llevar las aspiraciones de las masasdisgustadas por la degeneración de suspropios gobernantes; seguir la vía de laorganización de clase, en defensa exclu-sivamente por sus propios intereses in-mediatos pero en la perspectiva de revo-lucionar toda la sociedad burguesa in-

mersaenlamercantilizacióndecualquieractividad, de cualquier aspiración, decualquier relación existente.

El camino de la lucha de clase es elmás difícil, indiscutiblemente, yaparececomo el más lejano porque la necesidadcotidiana de supervivencia en esta so-ciedad lleva a cada individuo a ver sólosu propia necesidad personal y, por tan-to, a confundir su propia vida de hoy ymañana con la idea que la misma socie-dad burguesa propaga por sí misma: unavida de competencia, una vida de veja-ciones, una vida de «ricos» y de «po-bres», de «afortunados» y de «desafor-tunados», una vida en la cual ninguno,en fin, debe pensar más que en sí mismo.Pero los proletarios se apoyan sobrerelaciones de producción y sociales delas cuales no pueden evadirse; no pue-den «elegir», son la fuerza de trabajoasalariada que los capitalistas debenutilizar para obtener beneficios. Es lacondición material de clase asalariada laque hace de los proletarios una clase quecomparte los mismos intereses inmedia-tos, intereses de supervivencia, de de-fensa de la vida y de las condiciones detrabajo en cualquier lugar y en cualquierpaís. Los proletarios deben seguir la ten-denciamaterial aunir fuerzaspara defen-der mejor y más eficazmente sus condi-ciones de existencia: es en este movi-miento de defensa donde nace la solida-ridad proletaria, laconscienciadeposeeruna fuerza que no se limita a desfogar larabia y la insatisfacción, sino que puedeser organizada para un futuro diferente

Le prolétaireN° 499

(Mars-Avril 2011)

•-Tremblement de terre au Japon: Lesresponsabilités criminellesdu capitalismedans la catastrophe-

•-A bas l’intervention impérialistefrançaise en Côte d’Ivoire !

•-Le cannibalisme du régime de Tripolimontre le vrai visage d’un régimeprétendument socialiste, mais soutenu parles impérialismes européens !

•-L’impérialisme français et la Tunisie-

•-Quelques données économiques sur laLibye-

•-Non à l’intervention militaireimpérialiste en libye !

•-Karl Marx: Les luttes de classes enFrance (fin)-

•-Egypte: Moubarak est tombé, le régimecapitaliste et l’Etat bourgeois restent

•-Élections canadiennes : à bas le cirqueélectoral, vive la lutte prolétarienne!

Periódico bimestral.Precio delejemplar:1;£ 1;3FS.Suscripción:7,5 ;£10;30FS.

Suscripción de solidaridad : 15 ; £ 20;60FS.

( viene de la pág. 13 )

Egipto en llamas

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que el de ser eternos explotados delcapital.

Los proletarios europeos, a su vez,precisamente por la historia pasada desu movimiento de clase, tienen todo queperder manteniéndose a la espera de verqué sucede en la otra orilla del Mediter-ráneo. La revuelta de las masas ham-brientas y desocupadas del Norte deÁfricaydel MedioOriente le tocamuchomás de cerca de lo que se imaginan: sonproletariosque, movidospor elhambre yla miseria y sufriendo en sus países larepresión de la burguesía, se rebelancíclicamente yuna parte de ellos cruzarálas fronteras de los países europeos enbusca de medios de supervivencia queen sus propios países no encuentran,

como, por otro lado, lleva sucediendodesde hace decenios. Demostración deque las condiciones de los trabajadoresexplotados por el capital son las mismasbajo cualquier cielo. Los proletarios eu-ropeos ya han probado lo que es lacompetencia entre los proletariosdel mi-smo país y, con la inmigración, de lospaísesde laperiferia del imperialismo,delos países de fuera de Europa y máspobres; el capitalismo como no puedefuncionar si no explota cada vez másintensamente el trabajo asalariado nopuede funcionar si no lo explota a travésde una competencia cada vez más agudaentre los mismos proletarios. He aquíporqué a los proletarios europeos la re-vuelta de las masas en los países del

Mediterráneo de-ben interesarles. ¡Ycómo! Son en reali-dad los únicos queno tienen motivopara asustarse porestas revueltas, queno tienen ningúnmotivo para temerque el incendio delNorte de África lle-gue a las capitaleseuropeas. Son losúnicos porque for-man parte de la mi-sma clase de tra-

bajadores asalariados, explotados por elcapital que forma una densa red de inte-reses que liga a una burguesía con elresto y que debe ser combatida en todaslas ocasiones; pero para que la lucha seaeficaz y tenga un futuro, debe conquistarelnivel de la lucha de clase, debe librarsede las ilusiones y de los mitos de una«legalidad» y de una «democracia» quecualquier burgués, cualquier capitalistacolocado bajo lapresiónde la revuelta delas calles se encuentra dispuesto a con-ceder y a promover «contra» represen-tantes ahora descalificados y política-mente quemados, de su misma clase;paradespués, llegada la «normalización,pisotearla sin escrúpulos.

La lección a sacar sobre las revuel-tas que no se acaban en los países ára-bes es una lección de lucha proletaria:el camino que tienen que seguir los pro-letarios de todas las orillas del Mediter-ráneo, como del resto del mundo, es elcamino de la lucha de clase, de la luchaque vea a los proletarios levantarse endefensa no de una falsa y decrépita de-mocracia burguesa, sino de intereses declase que representan históricamente elfuturo de la sociedad humana, el futurode la emancipación del modo de pro-ducción capitalista, de cualquier opre-sión social, económica, política, militarque define a la sociedad burguesa, lasociedad del capital.

¡Viva la revuelta de la juventud proletaria!En Túnez y en Argelia, reducida al hambre y al desempleo,

la juventud proletaria se rebela.La policía interviene y dispara a matar.

¡A la revuelta contra la miseria y la desocupación la burguesíamagrebí responde con la masacre!

11 de enero de 2011Túnez también ha sufrido los efectos

de la crisis económica de estos últimosaños. Y como en cualquier otro país,más o menos avanzado, los efectos ne-gativos de la crisis capitalista han sidoviolentamente descargados sobre lasespaldas de las masas proletarias. Lasestadísticas dicen que Túnez es el paísafricano con el más alto rédito per capi-ta; pero dicen también que la desocu-pación es, oficialmente, de un 14% so-bre una población de diez millones dehabitantes, pero que, realmente, alcanzael 30% con una gran cantidad de trabajonegro. Los desocupados son, mayori-tariamente, los más jóvenes. Túnez esun país donde reina un régimen que, através de la represión, ofrece a los impe-rialismo europeos una mano de obra abuen precio y estrictamente controladapor la policía y que, por ello, obtiene de

estos apoyo y protección. El recienteaumento de los precios de artículos deprimera necesidad es el motivo de fon-do de las violentas protestas iniciadasen las ciudades del sur del país paradespués extenderse, en las últimas se-manas, a todo el territorio y a la capitalTunicia.

17 de diciembre de 2010: la policíaconfisca, en la ciudad de Sidi Bouzid,un carro de fruta y verdura a un jovendesocupado, licenciado en informática,de 26 años porque «no tenía licencia deventa ambulante» Llevado a la dese-speración por la pérdida de lo única fuen-te de dinero para él y su familia, el jovense pega fuego delante del palacio delgobierno; morirá el 5 de enero. Es lachispa que prende la pólvora. Centena-res de jóvenes bajan a protestar en lascalles, se enfrentan con la policía arma-da en todas partes lanzándoles piedras

y cócteles molotov. ¡La policía respon-de tirando a matar! A tres semanas delinicio de los enfrentamientos los muer-tos ascienden a más de 60, los heridosse cuentan por centenares igual que losarrestados. Al hambre, a la desocupa-ción, a la miseria, el gobierno republica-no de Zine el Abidine Ben Alí aferradosólidamente al poder con su clan desdehace 23 años, une la represión más dura.Y sólo después de semanas de repre-sión continuada y oculta no sólo por elgobierno de Tunisia sino también porlos medios de toda Europa, Ben Alí, enun intento de apagar el fuego de lasprotestas, hace la promesa de dar tre-scientos mil puestos de trabajo entre2011 y 2012. Pero nadie le cree y lasprotestas no han terminado. Entre tantohan llegado a la capital, Tunisia.

( sigue en pág. 16 )

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Sidi Bouzid, Kasserine, Thala, Re-gueb, Feriana, Menassi, Ariana, MezelBouzayane: no son lugares turísticosdonde los burgueses y los pequeño-burgueses europeos van a pasar susvacaciones a buen precio. Son las ciu-dades donde la policía tunecina, defen-diendo al gobierno corrupto y especu-lador del presidente Ben Alí, ha dispara-do y ha asesinado.

La protesta proletaria, la «revueltadel pan», no sólo no se acaba sino quesupera las fornteras. Y es Argelia, elpaís más rico del Magreb gracias sobretodo al petróleo y al gas natural, el si-guiente en la lista. Orano, Boumerdes,Msila, Bou Smail y el mismo Argel, hansido escenario de las violentas prote-stas de los jóvenes proletarios argeli-nos, exactamente por las mismas razo-nes: alza explosiva de los precios deproductos de primera necesidad y de-socupación creciente. También aquí lajuventud se rebela contra una sociedadque no da garantía de vida ni de futurono obstante los altísimos ingresos na-cionales debidos sobre todo al petróleoy al gas natural, contra una sociedadque no garantiza ni siquiera la vida desus esclavos asalariados.

La policía que dispara, contra losproletarios que protestan con algunos

actos de violencia contra la sistemáticaviolencia económica y física que sufrencada día, es la representación más cla-ra del dominio de clase burgués sobretoda la sociedad y sobre el proletariadoen particular. Y al mismo tiempo la másclara demostración de que en la socie-dad burguesa, en la sociedad en la cualel capitalismo marca dictatorialmente lasreglas de la vida y de la muerte, la únicafuerza social que potencialmente tienela posibilidad de levantarse contra este

poder asesino, cortarle la cabeza y colo-carle finalmente en situación de no pe-rjudicar más, es la clase proletaria.

El silencio con el cual todos los paí-ses civilizados, democráticos, en loscuales la libertad de expresión y de ma-nifestación se encuentra «garantizada»por las constituciones, en Europa y enAmérica, han intentado esconder la vio-lencia policial de los países benjaminescuyos gobiernos autoritarios adereza-dos con un velo de falsa democraciacontrolan con mano de hierro, este si-lencio indica el temor que la burguesíasiente respecto a la posibilidad de quelos proletarios no sólo de Túnez y Ar-gelia sino de los otros países del Nortede África, con sus revueltas enciendanel fuego de la sublevación antiguberna-mental también en los países de Europadonde la gran parte de la emigracióntunecina y argelina podría jugar el papelde mecha de combustión rápida.

La policía que dispara sobre los ma-nifestantes, el silencio forzoso de losmedios de comunicación nacionales y,sobre todo, la complicidad de las orga-nizaciones sindicales vendidas al poderburgués, demuestran que cualquier lla-mada «al diálogo» constituyen un co-barde engaño a las masas proletariasque se rebelan contra la violencia sufri-da, contra las reducciones de los sala-riaos ya aplicadas, contra la miseria y elhambre ya generalizadas. Demuestran,sobre todo, que sólo con la fuerza sepuede respondera la fuerza, sólo con laorganización de la fuerza proletaria se

puede enfren-tar la organiza-ción de la fuer-za burguesa.

Hoy, enTúnez y enArgelia no hanentrado en jue-go las fuerzasde conserva-ción burguesamás reaccio-narias, las reli-giosas. Perolos proletarioslo esperan por-que, antes odespués, lasclases burgue-sas dominan-

tes que hoy alardean de su propio «po-der laico» si para reprimir los motinesproletarios no tienen suficiente con lasfusiles de la policía, recurrirán abierta osubrepticiamente, a la vía religiosa– islá-mica en este caso - o directamente alejército, quizáparaderribar almismo BenAlí igual que recurren sistemáticamentea la vía democrática y nacionalista.

Los proletarios deben darse cuentade que la burguesía violará siempre los

«derechos democráticos» que de vezen vez escribe en sus leyes, que la bur-guesía no tiene ni tendrá nunca escrúpu-los en usar todos los medios disponi-bles –de los más violentos a los másinsidiosamente pacíficos- para plegar alproletariado a las exigencias de su do-minio de clase, dominio político, socialy militar que le sirve para extraer deltrabajo asalariado un volumen cada vezmayor de plusvalor y, por tanto, de be-neficio capitalista.

Los proletarios tienen potencialmen-te la posibilidad de vencer a la burgue-sía y a su poder político con la únicacondición de volverse del todo inde-pendientes de las políticas y de los apa-ratos interclasistas de los sindicatos yde los partidos colaboracionistas quese llaman «obreros» con el único objeti-vo de paralizar la fuerza y la indepen-dencia de clase del proletariado. Las ma-nifestaciones proletarias en Túnez y enArgelia han sido provocadas por losmismo motivos económicos de fondo:aumento de los precios de los productosde primera necesidad, aumento del de-sempleo y por tanto de la miseria y delhambre para centenares de miles de pro-letarios. Una organización de defensaproletaria, auténticamente de clase y portanto independiente de las exigenciasde conservación social y de sumisión alcapital, no sólo organizaría la lucha conmétodos de clase –llamando a la huelgaa todas las categorías de trabajadores,formando piquetes y comités de defen-sa de las luchas, organizando la defen-sa contra la represión policial- sino quese uniría con la lucha de los proletariosdel país vecino para unificar las accio-nes de huelga, para reforzar el movi-miento de defensa de las condicionesde vida y de trabajo de los proletariossobre el terreno que la misma burguesíaha elegido: el terreno del enfrentamien-to abierto y violento.

Hoy se encuentran, por enésima vez,en primera fila, los proletarios de lospaíses del capitalismo menos avanza-dos. Son ellos quienes indican una vezmás a los proletarios de los países másricos, y por tanto más opresores, que lavía a seguir no es la de la pacífica eimpotente negociación condicionadapor las exigencias primarias del benefi-cio capitalista sino aquella de la vigoro-sa rebelión contra los abusos continua-dos de las fuerzas de conservación so-cial. Los proletarios europeos, sobretodo en Italia, Francia, España, Alema-nia, pero también los proletarios deEEUU, países que más que cualquierotro protegen a los regímenes burgue-ses del Magreb deben rebelarse comosus hermanos de clase magrebíes, y de-ben aportarles su contribución históri-ca de las grandes luchas del pasado.

Sólo por esta vía los proletarios pue-

¡Viva la revuelta de lajuventud proletaria!

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den reconquistar su fuerza de clase yrepresentar no sólo un vago temor sinoun peligro real para el régimen de laexplotación capitalista hacia el cual, elproletariado de todos los países, tienela responsabilidad de darle fin abatién-dolo para siempre.

• ¡Viva la revuelta de los jóvenes

«el programa comunista»N° 48, Enero de 2009

EN ESTE NÚMERO

•-El Partido de clase del proletariadofrente a la actual crisis económica delcapitalismo mundial•-Estado de «guerra permanente» y lu-cha de clase revolucionaria•-El Centralismo Orgánico•-China: particularidad de su evoluciónhistórica•-Siguiendo el hilo del tiempo: Homici-dio de los muertos•-Pese a sus crisis: ¡El capitalismo no sederrumbará sino bajo los golpes de lalucha proletaria!•-Israel masacra a los palestinos porcuenta propia y por cuenta de las poten-cias imperialistas mundiales

Revista teóricaPrecio del ejemplar: 3 .; Américalatina: US $ 1.5; USA y Cdn: US$ 3; £2; 8 FS; 25 Krs. Precio solidario: 6 ;América latina: US$ 3; USA y Cdn.:US$ 6; 6 £; 16 FS; 50 Krs. Suscripción:el precio de 4 ejemplares.

En preparación«el programa comunista»

N° 49, Septiembre de 2011

EN ESTE NÚMERO

•-Presentación•-Las revueltas en los países árabes y elimperialismo•-Crisis capitalista, luchas obrerasypar-tido de clase•-La «cuestión china»•-Hace cuarenta años moría AmadeoBordiga•-El partido comunista de Italia frente ala ofensiva fascista (1921-1924).(InformealaReuniónGeneraldelPartido,enFlorencia, del30deabrilal1°demayode 1967) - Primera parte•-León Trotsky: Informe sobre la crisiseconómica mundial y las tareas de laInternacional Comunista

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proletarios tunecinos y argelinos!• ¡Contra la represión policial de

los gobiernos burgueses, defensa pro-letaria independiente de cualquier for-ma sindical y política de colaboracio-nismo!

• ¡Abajo el capitalismo y cualquie-ra de los regímenes burgueses que lodefienden!

• ¡Por la reanudación de la luchade clase y la solidaridad proletaria porencima de las fronteras!

• ¡Abajo la patria burguesa, patriade la explotación, el asesinato legali-zado, de la masacre de proletarios!

• ¡Por la emancipación del proleta-riado del capitalismo! ¡Por la revolu-ción comunista en todos los países!

En Lampedusa, intolerancia,odio de clase y espíritusolidario de los isleños

A continuación reproducimos una toma de posición de nuestro Partido redacta-da acerca de la situación desesperada que viven los inmigrantes llegados cada díapor centenares a Lampedusa, en la isla de Sicilia, al Sur de la Península Itálica.Si bien es una toma de posición (que ha sido reproducida posteriormente en elnúmero 119 de nuestro periódico en lengua italiana Il Comunista) que trata el temaespecífico de esta zona del país transalpino hemos considerado importante ponerlaa disposición de nuestros lectores en lengua castellana. Y esto no sólo porque consu publicación en este suplemento demos una visión amplia del carácter interna-cional e internacionalista de nuestro trabajo de partido, que tiene como una de suspremisas básicas la de elaborar y difundir «la teoría del desarrollo social, de lasleyes económicas que caracterizan el sistema actual de las relaciones productiva, de los conflictos de las fuerzas de clase que surgen de ellas, del Estado y de larevolución», como dice uno de nuestros textos clásicos y por tanto el señalar yanalizar los hechos que caracterizan la relación de clases existente en el mundocapitalista más allá de la ficción que es la división de los proletarios por patriaso razas. De hecho la situación histórica en este largo periodo de depresión en lacurva de la lucha de clase, cuando el proletariado se encuentra desplazado del quefue y deberá ser su terreno de clase, por tanto, ajeno a su partido de clase, el partidocomunista, determina que las fuerzas de éste para intervenir sobre situaciones comolas expuestas en la toma de posición, sean ínfimas más allá del, también reducido,trabajo de proselitismo y agitación. Por tanto el objetivo de reproducir la toma deposición sobre la situación de los inmigrantes llegados a Lampedusa es, fundamen-talmente, exponer a los proletarios de la región española una situación a la queellos mismos se ven enfrentados, haciendo posible con el ejemplo de esa zona lejanaque es el Sur de Italia, romper el velo de la intoxicación nacionalista, democrática,legalista o humanitaria que cubre los ojos de los proletarios locales acerca de latesitura en que se encuentran.

La inmigración en España, como en Italia, no es un fenómeno despreciable. Dehecho quizá sea en este país donde más se ha hecho sentir el efecto de los flujosmigratorios que traen a amplias masas de proletarios, campesinos pobres ypoblación pauperizada y proletarizada a vender su fuerza de trabajo a preciosirrisorios en el mercado nacional. De hecho la inmigración norte africana es la másantigua y constante, debido a la fortísima relación metrópoli-colonia que une aEspaña con Marruecos. Exactamente igual que en el caso de los proletarios libiosemigrados a Italia, los marroquíes llegan a España dejando atrás una situación dehambre y miseria mantenida por el capital español invertido en las tierras del reyMohamed VI. Exactamente igual que ellos, la promesa de, al menos, poder comery tener un techo, fuerza a estos proletarios a abandonar un territorio primeroexpoliado y luego dejado en manos de un poder despótico y asesino que mantienepor la fuerza de las armas la explotación inhumana a que son sometidos sussúbditos. Y exactamente igual que en Italia, la burguesía española acoge a estosinmigrantes con más explotación, más represión y, de nuevo, una situación en laque apenas se garantiza la supervivencia una vez acabado el desarrollo inmobi-liario que utilizó y luego arrojó al pozo la mano de obra que iba llegando.

Los proletarios marroquíes, los campesinos pobres y las masas proletarizadasdel vecino del Sur, tampoco han sido ajenos a la suerte que han corrido sushermanos del Norte de África en Libia, Egipto o Túnez durante los primeros mesesde este año. Las revueltas provocadas por la carestía de la vida han sido sofocadasen el reino alauí por la acción combinada de la durísima reacción policial y military de la intervención estatal sobre la economía en forma de subvenciones directassobre los artículos de primera necesidad:desde mediados de febrero se han inyectado (sigue en pág. 12)

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15 700 millones de dírhams (1 400 millones de euros) para compensar el alza delos precios de los productos de primera necesidad en el mercado internacional,además de los 17 000 millones de dírhams (1 500 millones de euros) que se solíaninyectar anualmente. Pese a ello la lucha contra la carestía de la vida se hamantenido en forma de coordinaciones (las tansquiyate) que realizan accionescontra el precio de los alimentos básicos, contra el alza de los precios deltransporte, etc. Obviamente, como sucede en el resto del mundo norte africano, enesta lucha el proletariado ha tenido un papel predominante pero se ha encontradosiempre bajo el dominio de las clases medias, de la pequeña burguesía e incluso desectores de la burguesía dominante que apuestan por un cambio de régimen y queenganchan al proletariado al tren de las reivindicaciones interclasistas demo-cráticas, nacionalistas, etc. Así, la Asociación Marroquí por los Derechos Humanos(AMDH) ha sido el garante de la representación política de las movilizaciones enla calle contra la carestía de la vida.

El silencio de la prensa española al respecto de estas movilizaciones es, comolo fue el mantenido en las pasadas revueltas de Sidi Ifni o del Sahara Occidentalen 2008 y 2010 respectivamente, la contrapartida en tierras ibéricas de la represiónde la burguesía marroquí. La ocultación de todo lo que sucede en torno alproletariado que llega a las costas españolas para buscar una vida mejor, elfomento del racismo y de la represión en nombre de la conservación de la identidadespañola son las consignas de los medios de comunicación, siempre al servicio dela burguesía de cualquier país.

A esto se añade la promulgación de leyes idénticas a las que asolan Italia y quepersiguen proscribir, ilegalizar, al proletariado inmigrante con el fin de mantenerdentro de los límites de la paz social la situación explosiva que la crisis capitalistacrea empobreciendo tanto a los inmigrantes como a los proletarios autóctonos quesufren su misma suerte y a los que se busca separar, aislar, de la suerte de sushermanos de clase intentando hacerles cómplices de la suerte que la burguesía lesdepara (CIEs, expulsiones, asesinatos en la frontera…)

Los proletarios del Norte de África traen a Europa, también a España, laexperiencia reciente de una fortísima convulsión social fruto de la miseria capita-lista que la crisis exporta desde la metrópoli imperialista hacia la periferia. Traenel impulso de la rebelión desencadenada casi simultáneamente en toda el área delSur mediterráneo. Y esa fuerza espontánea se transformará inevitablemente en unfuerte movimiento clasista cuando se una a la experiencia de la lucha revolucio-naria del proletariado europeo, hoy olvidada por ochenta años de una contrarre-volución que ha sumido a los proletarios occidentales en la red del colaboracio-nismo de clase, del sometimiento al oportunismo que liga sus intereses a los de laPatria y la Civilización burguesa. Y ese movimiento clasista partirá de la base quees la lucha contra la opresión especialmente fuerte que sufren los proletariosemigrados, la lucha contra el racismo, contra las políticas de segregación… comoya lo hizo en otro tiempo cuando las burguesías vasca y catalana oponían a la luchade los proletarios andaluces, manchegos, murcianos, vascos y catalanes, la defensade la nacionalidad, el racismo contra los charnegos o los maquetos, en una palabra,todo su odio de clase nacional y nacionalista contra la fuerza internacional einternacionalista.

29 de marzo de 2011La crisis económica que mata de

hambre desde hace años a las masas delos países norteafricanos y del MedioOriente y que se encuentra en la base delas revueltas en los países árabes deeste principio del 2011, no podía tenerotra consecuencia que la fuga de lamiseria, del hambre, de la represión delos gobiernos y de la guerra, de masascada vez más numerosas hacia los ricospaíses de Europa.

El capitalismo, en su desarrollafrenético en busca de beneficio, mien-tras arrastra consigo el desarrollo econó-mico en las áreas de mayor interés paralos grandes trust capitalistas de Europay de América (a los cuales se unen loscapitales chinos y sudamericanos en

una carrera para acaparar una porción delos gigantescos recursos naturales delos que es rico el continente africano ylos territorios de Próximo y Medio Orien-te) genera inexorablemente un aumentotendencial de la pobreza y de la miseria demasas cada vez más amplias. Los mediasy las leyes burguesas llaman emigraciónal flujo de personas que se desplazan desu país para buscar trabajo en otro; enrealidad este desplazamiento no es paranada voluntario, es una fuga determina-da por la búsqueda de una superviven-cia negada en sus territorios de origen. Eldesarrollo del capitalismo, con la de-strucción de las relaciones económicasy sociales tribales y comunitarias prece-dentes, con la agudización de la compe-tencia y la violenta expropiación de tier-

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ras y recursos naturales, no deja alterna-tiva: expulsados de los campos y de lospueblos, masas de campesinos son ur-banizadas a la fuerza. Al lado de losnuevos palacios y de las residenciasseñoriales nacen y crecen sin fin subur-bios ruinosos en los cuales se hacinanmasas humanas reducidas a brazos queexplotar y bocas a las que subalimentar.Masas de hombres, mujeres, viejos ypequeños que, a su vez, concentradosen espacios cada vez más restringidos ydestinados a sobrevivir asfixiándoseunos a otros en una suerte de guerracontinua en la búsqueda cotidiana deuna vida despreciable, se transformandespués en fuerzas que presionan sobrelas relaciones económicas y socialescapitalistas y sobre los tremendos vín-culos represivos que aprisionan susmovimientos. Su revuelta para romperlas condiciones inhumanas en las queson constreñidos, a romper los recintos,si bien invisibles, de lo que es una autén-tica prisión en la cual discurre toda suvida, constituye el acto físico imparableen el cual se muestra el fracaso absolutodel capitalismo y de la sociedad burgue-sa que se erige sobre él.

La clase burguesa dominante y losestratos pequeño burgueses ligados aella, viviendo de la explotación de lasmasas proletarias y proletarizadas cadavez más numerosas, tienen todo el inte-rés en prolongar hasta el infinito estasituación porque de la sujeción del pro-letariado y de las masas campesinaspobres obtienen su bienestar. En estasituación de dominio social y de necesa-rio mantenimiento en una completasujeción de masas cada vez mayores yhambrientas, que de tanto en tanto serebelan con violencia contra las condi-ciones de violencia y continuada opre-sión, se genera el odio de clase que laburguesía muestra a todos los niveles yen todos los campos –también en la másdemocrática de las repúblicas- contra elproletariado y las masas desheredadas:la división en clases contrapuestas de lasociedad se encuentra bien representa-da por la organización del Estado, de susfuerzas militares de represión, por suburocracia, sus leyes, por una máquinaestatal que tiene la tarea de defender losintereses de las clases dominantes bur-guesas.

La reacción natural por la supervi-vencia lleva necesariamente a las masasproletarias y desheredadas a huir de lamiseria y de la muerte en la cual la crisiscapitalista les ha precipitado. Esto es loque les ha sucedido a las masas de lospaíses árabes en revuelta en estos mesesy lo que les ha dado la fuerza para afron-tar con las manos desnudas la inevitablerepresión policial que los regímenes bur-gueses de sus respectivos países handesencadenado contra ellas. Las caídasde Ben Alì en Túnez y de Mubarak en ElCairo no han «resuelto» –ni podían ha-cerlo- el problema de la crisis económica

En Lampedusa, intolerancia, odio de clase y espíritusolidario de los isleños( viene de la pág. 17 )

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ni el problema social en que ha derivado.Las masas de jóvenes proletarios deso-cupados han continuado siéndolo, loscampesinos pobres continúan pobrescomo antes, las pálidas reformas que losnuevos gobernantes han prometido noson capaces, ni de lejos, de llevar unamejora aunque sólo parcial a sus condi-ciones. ¿Qué vía de salida pueden verestas masas abandonadas a su destinopor los propios gobernantes, dejadas enla miseria… si no es la emigración, omejor, la fuga?

Desde Túnez, y ahora también desdela Libia en guerra, la única fuga posiblees a través del Norte, hacia Europa, atra-vesando el brazo de mar que lleva aSicilia, y en particular a la isla de Lampe-dusa, la más cercana a la costa tunecina.

La clase dominante italiana, repre-sentada hoy por el gobierno Berlusco-ni-Bossi, ya ha dado más veces mue-stras de su auténtico odio de clasehacia el proletariado en general y hacialos proletarios inmigrantes en particu-lar. Bastan las leyes sobre la inmigra-ción Turco-Napolitano, Bossi-Fini y lareciente transformación del inmigranteen clandestino, para que no quepa dudasobre la dimensión del odio de claseque nuestra burguesía muestra, no sóloen los hechos, sino también a travésde sus leyes. Y así, apenas las revuel-tas en Túnez y Egipto han comenzadoa desbaratar la estabilidad de su régi-men, nuestros gobernantes han lanza-do con insistencia la alarma sobre loque han llamado «bomba inmigrante»que llegaría a las costas italianas. Conla guerra crepitante de Libia, la alarmano podía sino aumentar. En efecto, no

obstante la marina militar de los Esta-dos Unidos, Gran Bretaña, Italia, Fran-cia… están presentes con numerosasnaves en el Mediterráneo meridional,frente a las costas libias, las carreterasdel mar repletas de inmigrantes, en sumayoría tunecinos, pero también so-malíes, etíopes y nigerianos a los cua-les se han unido en los últimos díastambién los libios, están llegando a lascostas italianas, sobre todo a Lampe-dusa.

Lampedusa, que durante años ha sidosiempre una isla predispuesta a acoger,

se ha transformado en una gigantescaprisión a cielo abierto donde amontonary retener a las masas de inmigrantesprovenientes del Norte de África. El go-bierno tiene evidentemente, interés enalimentar el odio hacia el inmigrante,hacia el extranjero, creando a propósito,una situación insostenible en la isla tan-to para los prófugos inmigrantes comopara los residentes.

De esta manera se ha llegado a rete-ner en la isla a casi 6000 inmigrantes(datos del 28 de marzo de 2011) acampa-dos de cualquier manera en cualquierlugar; 6000 personas que no tienen quécomer, qué beber o qué vestir y ni tansiquiera dónde dormir y que, además, seencuentran constreñidos a situacioneshigiénicas espantosas; personas que, ala espera de ser colocados en ambientesmás decentes, desde hace días vaganpor la isla todo el tiempo, de la cual nopueden salir hacia tierra firme si no es pormedio de transportes del Ministerio delInterior y cuando éste lo decida. Portanto, estas personas, después de habersido clasificadas genéricamente de clan-destinas y prácticamente aprisionadasen la isla de Lampedusa, serán deporta-das a otros sitios, adecuadamente pre-parados para que no se escapen de loscontroles de policía. Los prófugos mi-grantes se transforman así en prisione-ros de los llamados Centros de Identifi-cación y Expulsión [Centros de Interna-miento de Extranjeros en España, ndt]

La sociedad burguesa de Túnez,Egipto, Libia, Eritrea, Etiopía, Somalia oNigeriana les ha llevado a fugarse de lamiseria y del hambre así como de larepresión y la guerra; la sociedad bur-

guesa italiana lesreduce, prisione-ros, a sobrevivir encondiciones igual-mente desespera-das hasta que seanrepatriados a suspaíses de origen,de los cuales inten-tarán huir por ené-sima vez. El capita-lismo reserva a losproletarios de laperiferia del impe-rialismo, una vidade estrecheces yde desesperación;

pero la vida que estos proletarios, que sefugan de la miseria y del hambre de suspaíses, encuentran en los países de larica Europa no es la vida mejor que seimaginaban encontrar y que la televisiónque fácilmente reciben en todos los paí-ses del Mediterráneo hace ver. La rabiaque les ha llevado a rebelarse contra losregímenes de sus gobiernos y que leslleva a fugarse hacia Europa no es aún larabia que puede alimentar aquel sanoodio de clase con el cual responder alsecular odio de clase que la burguesíasuministra a manos llenas en sus manife-

staciones de racismo o en sus prácticaseconómicas y sociales, y que le sirvepara continuar sometiendo a los proleta-rios de todos los países a condiciones deesclavitud salarial.

La vía de salida de la desesperaciónde una vida que no merece ser llamadaasí, reprimida ya en la juventud, de masassiempre más numerosas de proletariosdestinados a verter sudor y sangre en eltrabajo asalariado y en la desocupación,es la vía de la organización de clase quelos proletarios antes o después estánobligados a formar porque experimen-tarán que es el único modo para poderdefenderse eficazmente de la presión yde la represión burguesa. La vía es la deluchar no sólo por la supervivencia co-tidiana individual sino también por ladefensa de los intereses que superan elámbito espontáneo e inmediato y queunen a los proletarios precisamente porsus condiciones de esclavitud salarial;es la de luchar contra la competenciaentre proletarios alimentada conscientey continuadamente por los burgueses,porque a través de esta competenciaentre proletarios los burgueses mantie-nen su predominio social y debilitancualquier posible reacción proletaria. Lavía de salida no puede ser otra que lalucha, la lucha realizada con medios ymétodos de clase, es decir, con medios ymétodos que rompan con la práctica dellegalitarismo, del democratismo, del pa-cifismo, de la conciliación entre burgue-ses y proletarios y que colocan en elcentro de la lucha la defensa de losintereses primarios, económicos, socia-les y políticos de las grandes masasproletarias. El proletariado, también enlos países capitalistas menos desarrolla-dos, constituye, junto al campesinadopobre, la mayoría de la población: perono es esta mayoría la que domina ygobierna sobre la sociedad, esto lo hacela minoría burguesa capitalista que po-see todos los medios de producción y dedistribución y que se queda con el pro-ducto del trabajo de la mayoría de lapoblación. Si democracia quisiese decir«gobierno del pueblo», no debería ser laminoría burguesa la que gobernase….Pero el poder político es cuestión defuerza, no de derecho, y es con la fuerzaque la clase burguesa la ha conquistadoy la mantiene, organizando, a través desu Estado, la opresión de todas las otrasclases.

En Lampedusa y en todos los Cen-tros de Identificación y de Expulsión,como en cualquier campo de tomates yen cualquier cantera, los proletarios in-migrantes, después de haber degustadolos latigazos en sus propios países deorigen, prueban las delicias de las demo-cracias occidentales y miran en la civili-zación de los derechos su condición deperennes clandestinos, de parias, deexplotados bestialmente por un trozo de

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pan, de esclavos lanzados sistemática-mente al nivel más bajo que exista en lasociedad: el capitalismo concede sólo apocos el «elevarse» de las condicionesde miseria y de hambre, transformándo-los en guardianes comprados de la ma-sas proletaria de la cual han tratado de«emerger», y aquellos que no han en-contrado un trabajo más o menos regularcomo esclavos asalariados son destina-dos a la marginación más dura o a ladelincuencia. ¡Ésta es la civilización delodio de clase a la cual los prófugos detodos los países y de todas las guerrasacceden!

La lucha de clase que el proletariado,no sólo europeo, sino de todo el mundo,ha conocido en el siglo pasado gracias alas luchas revolucionarias acaecidasdesde el fin de la primera guerra imperia-lista mundial y gracias a la victoriosarevolución proletaria y comunista enRusia en octubre de 1917, ha sido olvida-da gracias a la fuerza de la contra revolu-ción que, vencido el movimiento revolu-cionario mundial, ha radicado en el pro-letariado de los países desarrollados, ypor tanto también al proletariado de lospaíses menos avanzados, actitudes yprácticas colaboracionistas e interclasi-stas que han despedazado hasta ahoracualquier tentativa de reconquista delterreno de clase por la parte proletaria.Pero la crisis capitalista y las revueltascomo las que están sacudiendo los paí-ses árabes son un buen augurio: losproletarios serán lanzados inexorable-mente a luchar para defenderse a ellosmismos, sus condiciones de supervi-vencia y sus propios intereses de clase,por encima de la fragmentación en la cualla burguesía de todos los países les haprecipitado y por encima de la competen-cia entre extranjeros. En la dura y acci-dentada reanudación de la lucha de cla-se, los proletarios tendrán los elementosobjetivos de experiencia para reconocertambién al partido político de clase, laúnica guía que puede conducir su luchadesde el terreno inmediato al políticogeneral para revolucionar de arriba abajouna sociedad que ofrece a la mayoría delos hombres que habitan el planeta mise-ria, hambre, explotación, desesperación,guerra. Lampedusa hoy, es como unaventana por la cual los proletarios detodos los países pueden mirar la socie-dad capitalista: las ilusiones acerca de lamejora de las condiciones de vida caenmíseramente para los proletarios prófu-gos que desembarcan así como para losproletarios italianos

En Lampedusa,intolerancia, odio declase y espíritusolidario de losisleños( viene de la pág. 19 )

Suplemento No 14 – Agosto de 2011•-No a la intervención militar imperialista en libia! •-Bengasi, Derna, Al Bayda, Tobruk,

Zintan,Trípoli:Las revueltasque hanconvulsionado TúnezyEgiptose extienden aLibia,dondeGadafi intenta sofocarlas con un baño de sangre •-Egipto en llamas. •-¡Viva la revuelta de lajuventud proletaria! En Túnez y en Argelia, reducida al hambre y al desempleo, la juventudproletariaserebela. •-EnLampedusa, intolerancia,odio declasey espíritusolidario delos isleños

Suplemento No 13 - Marzo de 2011•-Túnez, Argelia, Egipto, Libia… Las movilizaciones de masas, nacidas del descontento

generalizado por la crisis económica pero prisioneras de las ilusiones democráticas, nacionalesypacifistas, hacen caer a cualquier gobernante pero no cambian el curso del dominio capitalistay de las maniobras imperialistas que temen, únicamente, una cosa: la lucha de clase proletaria,independiente e internacionalista-•-El capitalismo promete «años de sufrimiento» a los prole-tarios-•-Elecciones. Sólo si rompe con la mistificación democrática podrá el proletariadoreanudar el camino de la lucha clasista por sus intereses inmediatos

ehistóricos-•-Lamilitarizaciónde loscontroladoresaéreosmuestraeldestino quelaburguesíaespañola prepara al resto de los proletarios. El Estado de Alarma es el modo de imponer lasreformas antiobrerassi algunoseresisteaellas-•-Del«FiatLux»(Hágase la luz)alFIATIVECO.¡La única «FE» de la burguesía es el dinero!-•-Reivindicaciones de clase en torno a las que elproletariado se organizaen defensaexclusivadesuspropios intereses-•-Retomar lahuelgacomoarmadeluchaproletariacontra lautilización oportunista,claudicanteyconciliadoraconelEstadoy los patrones que hacen de ella los sindicatos amarillos-•-¡No a la intervención militarimperialista en Libia!

Suplemento No 12 - Septiembre de 2010•-Espejismosen septiembre-•-Violenciasocial enVenezuela:Terrorismodeestado-•-Chirino:

un reformista incorregible-•-Tesis sobre el parlamentarismo presentadas por la FracciónComunista Abstencionista del Partido Socialista Italiano

Suplemento No 11 - Septiembre de 2010•-Lacrisiseconómicaen Españayelproletariado-•-Porunaactividad internacionaldelpartido

coherente y continua-•-Contra las medidas antiobreras del gobierno socialista ¡Defensa intran-sigente de los intereses de clase proletarios!-•-Trabajadores de Correos-•-

Laausteridad impuesta alos trabajadoresgriegosdebeser unaadvertenciapara los proletariosde otros países-•-Grecia: ¡Lágrimas y sangre para el proletariado! ¡He aquí la receta que predicalaburguesíamundialcontra lacrisis!-•-Grecia:elKKEcontra la luchadeclases-•-VidadePartido

Suplemento No 10 - Mayo de 2010•-¡Por un 1° de mayo proletario y comunista!Suplemento No 9 - Diciembre de 2009•-Venezuela no está blindada contra la crisis mundial, Menos aún contra la explotación y la

lucha de clase-•-Detrás de la «marchantica» de los helados «EFE» y «Tío Rico»…-•-Paradefenderse de la crisis capitalista, una sola solución: ¡La reanudación de la lucha de clase! ·Hadesaparecido un viejo militante-•-Fuerza, violencia, dictadura en la lucha de clase, AmadeoBordiga

Suplemento No 8 - Abril de 2009•-Nacionalización de Sidor y «control obrero»-•-¡La anarquía del transporte, la construccióny la basura en Caracas, es la anarquía propia de la producción capitalista!-•-La enmienda

constitucional. La abstención en este referéndum ha sido el gran enemigo para chavistas y anti-chavistas

Suplemento No 7 - Octubre de 2008•-Pesea suscrisis, ¡el capitalismo no se derrumbarásino bajo los golpesde la lucha proletaria!Suplemento No 6 - Marzo de 2008•-Venezuela: Crónica de una burguesísima “revolución bolivariana”-•-El movimiento estu-

diantil, la democracia y la C.C.I-•-¿Vía constitucional al socialismo?Suplemento No 5 - Diciembre de 2007•-Francia: ¡Mediosde mierda!-•-¡ObrerosAsesinados en las aceríasTyssen Kruppde Torino!

¡Basta de morir en el trabajo! ¡Hasta cuándo con estos asesinatos legalizados!Suplemento No 4 - Noviembre de 2006•-Venezuela: ¡No a la papeleta electoral, sí a la lucha de clase!Chavismo yantichavismo: dos

falsas alternativas a la lucha proletaria-•-Las falsedades del pseudo antiimperialismo chavista-•-«Revolución chavista» y represión policial-•-La abstención prepara al proletariado para losinevitables enfrentamientos de clase-•-¿Y si Chávez fuera un comunista?-•-El programa delPartido

Suplemento No 3 - Octubre de 2004•-Madrid, masacre de proletarios por el terrorismo reaccionario-•-¡Imperialismo francés y

estadounidense, fuera de Haití! ¡Solidaridad con los proletarios haitianos!-•-El terrorismoimperialista, en Irak como en Chechenia, alimenta el terrorismo nacionalista en una espiral deatentados, secuestros, hecatombes, represaliamilitaryhorroresde todogénero ¡ylos proletariospagan el precio más alto!-•-Huelga en el Metro de Caracas

Suplemento No 2 - Octubre de 2003•-Las leccionesdel fracaso sangriento de laexperienciachilena en1973-•-Chile, a treinta años

de distancia-•-El carácter desastroso de la política de los frentes popularesSuplemento No 1 - Agosto de 2002•-¡El golpe de Estado fallido en Venezuela es una advertencia al proletariado!

Sumarios de los Suplementos a«el programa comunista»