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1 Dossier Prensa - YVY MARAEY

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Dossier de la pelicula Yvy Maraey de Juan Carlos Valdivia

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Ttulo en guaran: Yvy Maraey Ttulo en ingls: Land without EvilTtulo en espaol: Tierra sin malFicha TcnicaDireccin: Juan Carlos Valdivia.Guin: Juan Carlos Valdivia.Argumento: Juan Carlos Valdivia, Elio Ortz.Produccin: Joaqun Snchez, Matthias Ehrenberg.Produccinejecutiva:XimenaValdivia,PetterJ.Borgli,Bjorn Puckler.Compaa productora: Cinenmada Srl.Direccin de fotografa: Paul de Lumen. Msica: Cergio Prudencio.Montaje: Juan Pablo Di Bitonto.Soporte: 35 mm.Duracin: 105 minutos.Idiomas: espaol, guaran.Pas: Bolivia.Pases de coproduccin: Mxico, Noruega.Ao: 2013.Ficha ArtsticaJuan Carlos Valdivia (Andrs)Elio Ortiz (Yari)Felipe Romn (Pitacara)Francisco Acosta (Tengua)Diego Picaneray (Oji)Sinopsis cortaUn cineasta y un lder indgena viajan juntos por los bosques del sureste boliviano, con el objetivo de investigar para hacer unapelculasobreelmundoguaran.Elpuntodepartidaes una imagen en movimiento de unos salvajes, flmada por un ex-plorador sueco en 1910. Pero el presente tiene ms posibilidades que la nostalgia de un mundo perdido para siempre.Yvy Maraey es un viaje de autoconocimiento a partir de la mi-rada del otro y la escucha como mirada. Combina una narra-tiva cotidiana con la pica de un pueblo herico.Sinopsis larga Andrs quiere hacer una pelcula sobre el mundo guaran. Tie-ne un fragmento de pelcula de 1910 del explorador sueco Er-landNordenskild:guaranessalvajes,conplumasytaparra-bos, viviendo en un paraso primitivo. Andrs quiere encontrar el lugar donde se flm.Yari es un indgena guaran que es contactado por Andrs para pedirle ayuda y asesoramiento en este viaje. Yari visita a Andrs ydecidenviajarjuntosparainvestigaryencontrarellugar dondeseflmlapelculadeErlandNordenskild,elexplo-rador sueco.Yari es un personaje encantador, astuto, y respetado por todos. Viajanenla4x4deAndrs,discutiendosobresusdiferentes mundos y forjando una amistad a medida que visitan distintos lugares.BajandodelosfrosAndesalcalurosobosqueseco del Chaco, el coche de Andrs sirve de transporte pblico: Yari invita a todos a subirse. En un pueblo donde el tiempo se qued atrapado, Andrs ve como los indios se agarran a golpes con sus patrones porque no los dejan participar de la festa. En Ten-tayapi, los guaranes viven en aislamiento por decisin propia, manteniendo los usos y costumbres de hace cien aos. Yari se molesta porque se da cuenta que Andrs habla fuido el guara-n y, por lo tanto, entiende lo que dicen y lo que Yari ha dicho de l, creyendo que Andrs no entenda su idioma.De nuevo en el camino, Andrs se rehsa a seguir llevando car-ga y Yari se baja y lo deja. En el campo de batalla de Kuruyuki, Andrs se encuentra con unos jvenes cineastas indgenas que leproyectansobrelapareddelaiglesiafragmentosdeuna pelculasobrelamasacrede1892.Andrssientecadavezms quesupelculaesimposibledeflmar.Andrssereencuentra conYarienelsiguientepuebloycontinancamino.Peroen eltrayecto,Andrsseenferma.Yarilollevaconelchamn, que se rehsa a curarlo por ser blanco. Yari termina haciendo dechamanparacurarasuamigo.Aldasiguiente,Yarilleva aAndrsalbosqueparaponerloaprueba.Estamosenlopro-fundo del mundo guaran: dunas de arena, pantanos, bosques impenetrables. Ac, Andrs aprende a ver con los odos. Adems, se encuentran a un grupo de ayoreos. Son lo ms cercano a la imagen de la pelcula antigua. Andrs, despojado de todo, solo l con la naturaleza, encuentra lo que vino a buscar. Es como un ritual, una muerte simblica.Confrontadoporlasexperienciasdelviaje,lascontradic-ciones humanas, las falsas expectativas y las miradas adversas, Andrshasentidoladiscriminacinreversaporserblanco. Sin embargo, ha tenido momentos de amistad y entendimiento profundos.Paraesto,yasabequelapelculaesunautopa.Lo interesante es lo que les ha ocurrido durante el viaje donde se han prestado los ojos.El director Boliviano nacionalizado mexicano. Estudi cine en Columbia College, Chicago, donde realiz varios cortometrajes. Su pe-ra prima, Jons y la ballena rosada (1996), fue la primera copro-duccin boliviano mexicana. El guin de Valdivia fue ganador deunpremiode$100,000USDdelaFundacindelNuevoCine Latinoamericano. Gan el premio Opera Prima en el Festival de Cine de Cartagena (Colombia) y Mejor Fotografa en Festival de CinedeLaHabana(Cuba).Haescritomsdeseisguionespara largometraje y en el 2000 dirigi el largometraje mexicano El ltimo evangelio.En2005dirigiAmericanVisa,sutercerapelcula,quecuenta con las actuaciones de Demin Bichir y Kate del Castillo. Tuvo unestrenomasivoenMxico.GanelpremioalMejorGuin de la Academia Mexicana, estuvo entre los fnalistas al Premio Goya, gan 5 premios en el Festival de Cine de Huelva y fue pre seleccionada para el Premio Oscar.En 2009 flma Zona Sur, una pelcula intimista que tiene un xito sinprecedentesenfestivalesycircuitosdeexhibicincomer-ciales en ms de 20 pases. Gan premios de guin y direccin en el Festival de Sundance, cuatro premios en los festivales de cine de Guadalajara, Huelva y Lima. La pelcula fue a ms de 70 festi-vales de cine, entre ellos los de Berln, Londres y Tokio.En 2012 concluye Ivy Maraey Tierra sin mal, que se estrena en Bolivia en octubre de 2013.Juan Carlos ha recibido apoyos de Nacional Endowement for theArts,IllinoisArtsCouncil,HubertBaalsFund,Instituto MexicanodeCinematografa,FundacinToscano,Instituto Sundance,SorfonddeNoruega,ConsejoNacionaldeCinede Bolivia y Fondo Ibermedia.Ha dirigido ms de 200 horas de televisin para el grupo Argos y TV Azteca, adems de cine publicitario y video clips en varias productorasimportantesmexicanas,incluyendongelde Amor del grupo Man.En Bolivia trabaja desde su productora, Cinenmada, donde ha realizado importantes campaas para Entel, Pacea y Viva por mencionar slo algunas empresas. Tambin produjo la pelcula Los Viejos, del director cochabambino Martn Boulocq.JuntoconJoaqunSnchez,susocioenCinenmada,essocio de la Fundacin Cinenmada para la Artes, plataforma para la creacin artstica continua, la refexin y pensamiento sobre el mundo que nos rodea y la difusin de contenidos de altsi-ma calidad en Bolivia y la regin.Filmografa 2013YVY MARAEYLargometrajeGuionista, Director Bolivia Mxico2009ZONA SURLargometrajeGuionista,DirectorBolivia 2005AMERICAN VISALargometraje Guionista, Productor y DirectorBolivia Mxico 2000EL LTIMO EVANGELIOLargometraje DirectorMxico 1994JONAS Y LA BALLENA ROSADALargometraje Guionista y DirectorBolivia Mxico 1990DROWNINGCortometrajeGuionista, Director Estados Unidos1987TRANSIENTSCortometrajeGuionista, Director Estados Unidos1985SWAMPCortometrajeGuionista, Director Estados UnidosYvy Maraey. Tierra sin MalEl encuentro del otroYvy Maraey son dos palabras con la sonoridad honda de la lengua guaran, escucharla pro-nunciada con serenidad nos conduce inexorablemente al alma de un pueblo. Tierra sin mal. Es, en defnitiva, la utopa guaran construida durante un milenio. Yvy Maraey es ahora tambin el nombre de una pelcula que intenta un descubrimiento, el de las miradas mutuas, la idea de encontrar al otro en las pticas de un guaran y de un blanco (karai en la lengua del pueblo chaqueo). Guaran y karai encontrarn en la diferencia distintas pticas de un mismo mundo, de la vida, a la vez que construiran una compleja amistad, entre tensiones y guios, en una travesa por el espritu de un pueblo y por los espritus de dos individuos.La pelcula Yvy Maraey es una bsqueda personal y colectiva, algo ms que un guin, que una historia, que una obra de fccin dentro de otra. Es la necesidad de encontrar una parte esencial de la com-plejidad de una nacin, Bolivia, multiplicada en varias naciones, dos de ellas, la guaran y la ayoreode (pueblo ntima y paradjicamente ligado al guaran a lo largo de la historia), unidas a travs de una peripecia vital.Si de verdad Juan Carlos Valdivia tiene un compromiso con sucomunidad, la boliviana, su desafo era trascender la obra creativa personal, y ser parte de la experiencia de guaranes y ayoreos. Valdivia lo consigue con gran sensibilidad y respeto, pero sin renunciar nunca a su propio yo. En muchos sentidos Yvy Maraey recobra en su historia una parte de las cosas de todos los das, de la cotidianeidad de un pueblo. El protagonista, la narracin, la pelcula en suma, se convierte en un instrumento que contribuye a que el tiempo sea recobrado a partir de la memoria colectiva, desde los saberes, habilidades y capacidades de pueblos cuya vitalidad requiere ser preservada para el futuro. No como podra suponerse por la reconstruccin idealizada del mundo descubierto por Nordenskiold- a partir de la antropologa, o la peligrosa taxonoma de quien colecciona y mira con ojos fros, sino desde un hoy vivo cargado de mi-tos, voces, ecos, preguntas que llegan desde el otro lado del espejo de la historia.por Carlos D. Mesa GisbertEl ContextoLa pelcula Yvy Maraey se ha concebido y flmado en un mo-mento en que Bolivia ha descubierto (a partir de los acontecimientos de-sarrollados en los ltimos veinticinco aos de su historia) un nuevo esce-nario humano, el rico caleidoscopio que permiti una nueva visin sobre si misma y la construccin de la idea de la plurinacionalidad. La fuerza de su pasado andino se vio de pronto cruzada por la extraordinaria vitalidad de las comunidades indgenas de los llanos que de modo casi mgico fue-ron apareciendo en su presente, apoyados en su larga andadura por las selvas, los tuscales y las tierras cargadas de contrastes del sur, all donde el pas haba enfrentado la ms sangrienta de sus guerras, en el Chaco que une geogrfcamente a tres naciones, Bolivia, Paraguay y Argentina, y en el que dos de ellas, Paraguay y Bolivia, decidieron regar intilmente la sangre de ms de 100.000 de sus hijos en la primera mitad del siglo pasado (en la guerra entre ambas naciones en 1932-1935).Casi una treintena de pueblos que en un tiempo no tan lejano haban sido califcadas con la mirada basada en la supuesta superioridad occiden-talcomosalvajes,conforman hoyelEstadoPlurinacionaldeBolivia. La aparicin de esas naciones que an luchan por ser entendidas por quienes gobiernan el Estado desde lo indgena, que insisten tercamen-te en defender su hbitat, su lgica de mirar el mundo, su comprensin particular de la relacin ser humano-naturaleza, su desesperado grito por salvar los parques nacionales que les dan cobijo y que forman parte de su pasado ancestral. Todas esas acciones estn cambiando de modo ms que signifcativo la lectura que hoy los bolivianos hacen de si mismos.PuebloS EmblemticoS. La lucha vitalPero el afanzamiento de esa mirada transformadora no depende sola-mente de la capacidad de movilizacin, del vigor poltico, de la conciencia de los derechos que estas comunidades demuestren ante el Estado y ante el resto de sus compatriotas, sino que est anclada en algo que es literalmente de vida o muerte. La preservacin del espacio de su pasado. El lugar, o los lugares de sus muertos, aquello que refere a una comunidad a su origen primigenio.Si se tuviera que escoger un ejemplo extraordinario del vigor de las naciones ind-genas de los llanos no cabe duda de que ese estara representado de modo notable por dos pueblos, el guaran y el ayoreo, quizs porque ambos representan los dos extremos de esta gran cadena de culturas de los llanos.Los guaranes tienen una larga historia, estn presentes en cuatro pases de Am-rica del Sur (Bolivia, Brasil, Paraguay y Argentina), su impronta cultural, su larga tradicin de lucha frente a imperios como el incaico, el espaol y el portugus, y frente a repblicas que tardaron tanto en reconocerlos como ciudadanos, su expe-riencia prehispnica y colonial (a travs de las misiones jesuticas) y su bsqueda de los orgenes en el contexto de la modernidad, marcan elementos que nos permiten a travs de su riqueza desentraar varios de los aspectos que explican la comple-ja interrelacin, esto es el ejercicio de la interculturalidad entre indgenas y crio-llo-mestizos denominados por ellos mismos como karais. En el caso de Bolivia son la tercera comunidad indgena del pas despus de quechuas y aymaras, represen-tan el 3% de la poblacin indgena del pas con ms de 140.000 habitantes (2009).Los ayoreos pertenecen a la familia Zamuco. Tienen que migrar frecuentemente a uno y otro lado de la frontera entre Bolivia y Paraguay. Su hbitat es el Chaco. Su economa se basa en la caza y la recoleccin, acompaada por la pesca yagricul-tura. Polticamente, ambos pueblos estn organizados en centenares de grupos locales, cada uno con un capitn, y se asientan en comunidades en cuatro naciones. Como recolectores y cazadores de origen (hoy tienen asentamientos importantes y slidos) no intentan dominar o transformar la naturaleza. Su relacin con esta va mucho ms all y se distingue considerablemente de una visin como la nuestra, de ver en las cosas de la naturaleza objetos que las personas tienen derecho de utilizar o manipular segn su criterio. Su vnculo mayor con el entorno es la bsqueda de explicaciones sobre el origen y funcionamiento del mundo que les rodea, no como lo ha hecho la cultura judeo-cristiana para usarlo, sino para compartirlo. Como de-penden de todo lo que su medio ambiente les ofrece o priva, tratan de conocer los secretos de la naturaleza y buscan maneras de interconectarse activamente cony en ella.La MemoriaSlo una adecuada comprensin de lo que representa la memoria en el horizonte de cual-quier comunidad humana, nos permite entender la importancia de la pelcula de Valdivia. La memoria es un proceso a travs del cual retenemos lo vivido, almacenamos experiencias del pasado, las codi-fcamos, las ordenamos, las elaboramos o las reelaboramos. La memoria es la que nos conecta con lo que somos a traves de lo que fuimos, pero es tambien un mecanismo que nos permite reconstituir nuestro propia pasado e interpretarlo, transformarlo, siempre y cuando no nos ocurra como a los en-fermos de Alzheimer, que la sucesin de infartos cerebrales corten la sinpsis de nuestras neuronas de manera progresiva, hasta arrasar con todo aquello que eramos y dejar una mente literalmente en blanco, borrada, desconectada. Sin memoria, existimos mutilados, tenemos una vida congelada en un eterno presente que termina por romper cualquier vnculo individual con el mundo, ms all del instante.Este fenmeno es perfectamente applicable a muchas de las comunidades humanas amenazadas por el proceso civilizador. Sea con intencin o sin ella, la fuerza arrasadora de la comunicacin a travs de los medios existentes y el contacto e infuencia de una realidad en la que la sociedad urbana es cada vez ms fuerte, acorrala inevitablemente a los pueblos indgenas, los penetra, los saca de sus races, contamina su lengua, modifca sus comportamientos y les proporciona elementos que sea por razones prcticas de consumo, o de un avance en los estndares de vida de acuerdo a nuevos parmetros de valor sobre esa calidad de vida, va rompiendo la trama de la mirada sobre si mismos. Amenaza con un Alzheimer colectivo que debe ser combatido.Lo que logra Yvy Maraey es fundamental, recupera la memoria de guaranies y ayoreoa, a partir de ellos mismos. Para lograrlo quizs lo ms importante es que incorpora en una red horizontal la participa-cin en igualdad de los guaranes y ayoreos, no slo en la trama del flme sino en cmo se concibi y desarroll el proyecto. Slo as se explica que Valdivia haya logrado el ob-jetivo principal, que la voz sean muchas voces, en esencia las de los gua-ranes y ayoreos, pero tambin y esto es crucial- la de quien sin serlo se aproxima a ellos con una actitud abierta de ida y vuelta.La palabra recuperar es la clave. Son ellos quienes recuperan, quienes salvan escarbando en su pasado.El desafo de encontrar al OtroSi hay algo que el realizador logra con su desafante planteamiento es que la pelcula fuya en dos grandes ros; el del descubrimiento exterior, el fascinante mundo indgena de los llanos, y el del descubrimiento interior; complejo, traumatico, intrincado, repleto de preguntas que se desmadejan en dos puntas, al principio la del flme (el invento del flme, la realidad real convertida en realidad de la fccin) del gran antroplogo Erlan Nordenskiold y al fnal, la del jeep desguazado por los nios y jvenes guaranes que Andrs mira deslumbrado, como si l mismo hubiese sido despiezado de todo aquello que puramente material, es una carcasa sin sentido. Irnicamente quien pregunta cmo sabes qu es lo que miro?, no es una nia guaran, sino una nia ayoreode. Es, al fn, un nuevo en-cuentro con el otro, que es uno y muchos.Andres y Yari se conocen, se enfrentan, aprenden a convivir y a quererse como seres humanos. Desa-fantes, proponen a lo largo de su viaje material y de su viaje del alma un juego intelectual y espiritual que nos permite encontrar a un otro que haba sido olvidado, apartado, hundido en la bruma de la incomprensin o del desprecio.Quizs sea una de las tomas ms bellas de la pelcula, la que la explica major. La cmara gira y vuelca el mundo, el cielo es el agua, la vida puede mirarse de diversos modos, los ojos caen en la trampa y construyen mundos nuevos y diferentes. All, seres humanos y entorno, tierra, agua, aire, fuego, son uno, no hay un solo referente ni un solo eje ni una sola posibilidad de ser, all est resumida la bsque-da sin solucin de continuidad que encara el hombre en cualquier lugar del planeta.El karai y el guaran han partido desde las alturas donde el aire es transparente y el horizonte del altiplano parece el de un mar entre marrones y amarillos. El mundo andino, que gira obsesivo en una lgica de lo indgena dominada por lo aymara, se ira disolviendo en un viaje a las profundidades. Pero antes, Valdivia resuelve en un fragmento, en un par de tomas, la gran irona del proyecto esta-tal boliviano. Los viajeros encuentran un bloqueo en la carretera. Yari desciende del jeep y trata de comunicarse con los bloqueadores que lo increpan en aymara. l responde en guaran. Harto ya de gritos ininteligibles, habla en castellano, solo as los aymaras le entiendenMs que una metfora es un momento demoledor que explica la naturaleza intrnseca de un pas que, a pesar de la diferencia y de las identidades y de las reivindicaciones de la otredad, necesita de la lengua de los conquistadores para entenderse.Es imposible no pensar en Conrad mientras el vehculo inmaculado del principio va descendiendo a ese lugar que no es ya el de las nieves de los Andes ni el del intrincado Amazonas, sino un laberinto entre bello y sobrecogedor que va curbrindolo de una costra de tierra, lo viajado. Una densa pelcula de polvo suspendido en el aire atrapa a los protagonistas y a los espectadores. El orden inicial se sub-vierte. La construccin artifciosa de quien es el patrn y dnde ejerce su poder, acaba dominada por un pulso entre los dos protagonistas. Un debate de cuerpos y de mentes, un desafo, un duelo en el que el paisaje se nos mete hasta los poros. Andrs ser tambin parte del viento, y el agua, y el barro, y el verde y el azul-negro estrellado de la selva. Andrs se perder en s mismo y se encontrar en la naturaleza, sin dejar nunca de ser, sin pretender cambiar de piel. Lo ms logrado de la pelcula es que ninguno de los dos renuncia a s mismo. Ambos hacen algo ms importante: aprenden, descubren, conocen. A diferencia de El Corazn de las Tinieblas, el protagonista desciende para subir, para esclarecerse, para saber que en el ovillo intrincado de sus dudas trabajado con gran calidad plstica por los ovillos de papel desprendidos de su libreta de notas- no est la cuestin de hacer una pelcula ni es su argumento lo que estaba buscando, es su propia columna vertebral como ser humano la que aparece descarnada de toda envoltura formal.Yari dice que La tierra sin mal es un invento de los curas. Yari sabe que el mito invade y limita. Yari sabe que el choque con la modernidad, inevitable, no es solo un cataclismo de destruccin, es tam-bin una oportunidad, un espacio con el que hay que contar. Nada es sencillo, este no es un juego de buenos y malos, de virtudes y defectos, de mundos execrables y utopas halladas en medio de los tuscales, es ah la esencia de la obra de Valdivia- una sucesin de paradojas y dolorosas contradic-ciones.Con la hondura de Malick o Herzog, Valdivia escoge el halo de la voz potica en guaran so-bre trazos casi pictricos que nacen desde el negro y que referen al camino de descenso a las rendi-jas del espritu. Yari, con la voz del tiempo, la tradicin y la sangre, dice solo voz- lo que aprendi de su pueblo, recoge los cantos de los ancestros, las visiones ms ntimas, la nica realidad, el hombre, los hombres y mujeres, la comunidad, la tierra y el cielo, inseparables Es un universo que se pierde? Es un canto que perece? No, es la pura vida. Otra paradoja es la misma voz que cuestiona ese anclaje irremisible y ciego ante el mundo karai que lo penetra todo. La pelcula no resiente su continuidad con estos intersticios de la palabra.La palabra de Andrs, en cambio, no est fundida en el cielo y en la tierra, est alimentada por la ra-cionalidad, es la que marca el espritu de Occidente, es la afrmacin de una conciencia atormentada, es la palabra escrita, no la palabra dicha con la sonoridad de la voz, sino la que se desgrana en los trazos perfectos de las letras que transmiten las ideas. Andrs es lo que piensa. Yari es lo que siente, ambos son dos sereshumanos intensos que expresan su cultura, la construccin de su yo, la lgica cartesiana, o el sentimiento que piensa.Yari le demuestra a Andrs que hay valores y referentes distintos que debe respetar. Es emblemtica la secuencia de los amigos de Yari con brtulos y animales de corral sobre el jeep. Andrs le demues-tra a Yari que es capaz de sumergirse respetuoso en la cultura del otro, cuando sin necesidad de intrprete se comunica en guaran con los integrantes del pueblo que lo miraban con recelo.Yvy Maraey transita por caminos histricos, geogrfcos, culturales y personales por los que no haba ido nunca el cine boliviano. Abre una ventana que no haba estado abierta. Entra en en un mundo to-talmente nuevo. Nos muestra tiempos fragmentarios y entremezclados. As, descubrimos a los viejos hacendados, o sus despojos. Asistimos a la festa (las festas en realidad) un mar de violencia conte-nida y viejos y profundos recelos- en el que los papeles han cambiado. El nostlgico y casi caricatu-rasco canto colonial basado en una pieza de Domnico Zipoli en el ms rabioso barroco vivaldiano de los desarrapados karais, frente al violin melanclico ntese, un instrumento europeo- y el baile que no estalla nunca en la alegra de los guaranes. Es la marca de un momento de doble apropiacin: de una hacienda que fue y ya no es yde un espacio tomado y reconstituido. Quin cree Andrs que es? Le preguntan Quin creen ellos que es l? Se pregunta y les pregunta.Valdivia, por fn, nos responde con claridad cuando su personaje, enfermo hasta la deses-peracin, es curado contra su voluntad- por uno de los hombres sabios de la comunidad que apela al ritual ancestral. Yari, en medio del humo, nos llevar con su voz hasta la raz misma de su cultura. En ese momento se concentra toda la intensidad de la vida. Ocurre as porque hemos sido guiados en el largo camino por una mano hbil que conecta al pueblo guaran con la trascendencia. Se ha roto la ltima barrera. Andrs que no ha dejado de ser l, que no pretende otra iniciacin que no sea la de sus preguntas verdaderas que nada tienen que ver con una renuncia o una negacin de s mismo o de su cultura, podr afrontra la prueba fnal.Cuando sus ojos y los de la nia se encuentren metafricamente desnudos de prejuicios, tras la no-che , la soledad y el agua purifcadora del ro, el karai habr encontrado que la tierra sin mal no es otra cosa que la palabra ms all de la mente, envuelta por el bosque, cruzada con el otro, parte del todo y constructora del todo, tan rica, intensa y creadora desde la escritura como desde la lengua, tan valiosa cuando sale de la entraa como cuando sale de la mente.Andrs y Yari habrn terminado un camino de descubrimientos, de choques, de batalla y de encuen-tro, de tension y de celebracin, de enriquecimiento personal, pero por sobre todo, un camino en el que nunca habrn dejado de ser Andrs y Yari. Yvy Maraey, por todo eso, es una pelcula sobre los seres humanos, desprendida de la caricatura, del maniqueismo, abrazada en cambio a las preguntas esenciales que Valdivia se atreve a hacer sin per-der su identidad, y sin pretender absurdos mimetismos en el mundo que descubre y descubrimos todos con l.* Ex Presidente de BoliviaYvy Maraey. Tierra sin MalUn ViajeLa pelcula Yvy Maraey, Tierra sin Mal, de Juan Carlos Valdivia, se desarrolla en torno a o a lo largo de- ciertas fguras clave. Tomo tres de ellas. La primera es la de encuentro; trmino que asumo en la doble acepcin que tiene en castellano: como coincidencia y como colisin. Ambos sentidos re-miten a un acontecer, pero tambin implican un proceso; dos personas se encuentran o bien tienen un encontronazo como consecuencia de una historia, aunque fuese ella mnima en su discurrir. Valdivia trabaja este transcurso mediante la metfora de un viaje, la segunda fgura.El viaje evoca el tema occidental del periplo o la odisea, as como el ideal guaran del oguatva[1], el continuo caminante en pos del ideal tico. Este personaje sugiere la bsqueda trabajosa del tekopor, el estar bien y de manera bella, meta que traduce el equilibrio entre la persona, su creencia, su comu-nidad y su ambiente. El incesante intento occidental de suturar el espacio entre el yo y el mundo, tiene como base una escisin insalvable; el viaje nunca puede culminar plenamente porque, impulsado por el deseo, su objetivo ideal ser una y otra vez diferido. Mientras que en la cultura guaran, el Yvy Maraey seala una instancia superior pero asequible. Aunque supone previos caminos intrincados y penosos, el sitio de la tierra fecunda y la sociedad cohesionada existe en un lugar que podra ser alcanzado. La tierra sin mal es un lugar terrenal, mundano: se ofrece al mundo como apertura posible, como un augurio o una ofrenda.El Yvy Maraey no ocupa una dimensin trascendental, pero constituye una esfera simblica e imagina-riamente cifrada. No es lo mismo el yvy, la tierra fsica, que el tekoha, la escena de la cultura, el territorio destinado a respaldar la manera propia de ser. Por eso, el horizonte utpico de Occidente, destinado al incumplimiento, no es equiparable al de los guaranes, que en rigor no es una utopa porque apun-por Ticio Escobar[1] Salvo el ttulo de la pelcula, el guaran empleado en este breve comentario corresponde al utilizado en Paraguay, similar al hablado en Bolivia aunque provisto de particularidades especfcas.El Yvy Maraey no ocupa una dimensin trascendental, pero constituye una esfera simblica e imaginariamente cifrada. No es lo mismo el yvy, la tierra fsica, que el tekoha, la escena de la cultura, el territorio destinado a respaldar la manera propia de ser. Por eso, el horizonte utpico de Occidente, destinado al incumplimiento, no es equiparable al de los gua-ranes, que en rigor no es una utopa porque apunta a un lugar viable. Ese desencuentro necesariamente tiene que bifurcar el trayecto compartido: el blanco y el guaran viajan juntos pero tras rumbos esencialmente dis-tintos. Quiz por eso el tramo que recorren sea tan intenso: se encuentra surcado por un conficto esencial; un malentendido que, en el centro del viaje, incuba la diferencia.La tercera fgura: la representacin. Para Andrs, el hombre blanco que busca las cifras imposibles del mundo guaran, representar es una ope-racin fcticia: sustituye la ausencia de algo con un smbolo que ocupa su lugar. Es el concepto occidental de representacin: un teatro de sombras, un juego de sustituciones y escamoteos que busca intensifcar los sig-nifcados de la realidad sustrayndola. La pelcula que pretende realizar (el director, el actor) convocar fantasmas de hombres y mujeres reales; de paisajes, cosas y hechos que han delegado a la imagen sus presencias sustradas. Nunca lo que aparece en escena, en pantalla, ser la cosa real. Pero en el mundo indgena existe un momento, el del ritual, en que el objeto y la imagen se empalman. Lo representado y lo real coinciden en un punto intenso que escapa del cuadro de la representacin y revela, fugazmente, la presencia omitida. El crculo ritual gira en torno a un ins-tante de identifcacin que es lo radicalmente opuesto al distanciamiento brechtiano, uno de los fundamentos de la imagen contempornea.En el artculo referido a esta pelcula, titulado Cmo interpretar un viaje hacia uno mismo, Diego Aramburo dice que a la hora de realizar el flm, no se haba previsto que para los guaranes la actuacin signifca un operativo de puesta en presencia. Si hay que hablar de festa, hay que hacer una festa de verdad y actuar de verdad en ella. Esta rebelin de la realidad sobre el orden simblico se complica si consideramos que el rito mismo es un complejsimo sistema de signos e imgenes: un potente aparato retrico orientado a procesar, traducir y reelaborar los hechos empricos, el ambiente, la experiencia, la memoria y las creencias colectivas. Es el fltro cultural por excelencia. Entonces, el director se ve obligado a apelar a sucesivos mecanismos metalingsticos que buscan representar la trama de la obra, pero tambin representar el agujero abierto por la no-representacin ritual. El teatro dentro del teatro en una escena rodeada de espejos (por momentos a oscuras).La pelcula se desarrolla a partir del intento desesperado de llegar a comprender el mundo del otro ocupando su lugar, asumiendo su perspectiva. Es un intento imposible, ya se sabe: no se pueden usur-par la mirada y el decir del otro porque eso supondra la aniquilacin de uno mismo (o la del otro) y, consecuentemente, la prdida de la diferencia (el cese del conficto que sostiene la alteridad). Esta paradoja tiene una salida, seguida por Valdivia: la bsqueda de un tercer espacio. Tanto Andrs, el per-sonaje blanco, como los guaranes y Yari, el mediador mestizo, desembocan en otra orilla donde pue-den coincidir en una interseccin de paso rpido, sufciente para justifcar la historia y su relato, para sostener la fccin y el discurso de la pelcula.Pero ese lugar, radicalmente otro, ya no es ni del karai ni del guaran, ni siquiera el del intermediario. Se encuentra del otro lado, en la zona oscura ocupada por los totobiegosode, los ayoreo silvcolas: los que viven fuera del mapa, de la escena, del mundo marcado por las seales del blanco (el coone, en este caso). Es un espacio espectral: el nico posible como sostn de la escena paralela, que slo puede mostrarse como imagen de otra escena.La tierra sin mal seguir siendo para el indgena el lugar de la promesa y seguir siendo para el blanco una quimera, imposible y necesaria. El tercer espacio existe contiguo, cercano pero se encuentra clausura-do: apenas puede ser entrevisto como la aparicin evanescente de una representacin por el mirar atravesada. Por ahora al menos, durante un tiempo breve quiz, se encuentra a salvo. Ms temprano que tarde, el re-fugio de los ltimos silvcolas ser ocupado por el blanco, que se encar-gar de que el lugar sin males devenga pura memoria, utopa o imagen.Ticio EscobarAgosto, 2013.Yvy Maraey. Tierra sin MalTtayapI: La ltima MoradaEs probable que Tentayapi [1] sea una de las comunidades ms originales y ex-traordinarias que el pueblo guaran de Bolivia an conserva como referencia viva de su antiguo ser social y cultural, considerando el cmulo de formas que posee de ensayar la vida al ms puro estilo de los guaran antiguos, cosa que en la mayora de las comunidades ya no se observa. Los mismos guaran de otras comunidades que vienen de visita a Ten-tayapi, dicen: ambueyee kuae anereta, karamboe vaechao yaiko ipipe esta comunidad es muy diferente, an se vive en ella como en los viejos tiempos; y no es para menos, ah no se fnge ni se folcloriza la cultura antigua, se la vive, tanto as que Tentayapi parece ser la encarnacin viva del lejano sujeto mtico que en el resto de las comunidades se ritualiza. ande, ...anderu reta Nosotros, ...nuestros padresPara la sociedad guaran el modelo ideal de vida no se ubica adelante, en la dimensin moderna que supuestamente avanza delante de los atrasados, sino en el tiempo/espacio de atrs donde el cmulo de los hechos son la referencia del futuro. Desde esta perspec-tiva, as como sucede con la vida y el desarrollo de los seres vivos, hay un punto en el que todo avance social ya no va ms y es cuando empieza a experimentar su degradacin; la experiencia le ha enseado que no existe adelantado alguno capaz de librarse de este re-troceso, por ms moderno que parezca. Una vez ah, los atrasados de ayer pasarn a ser los adelantados de ahora y convertidos en modelos para la sociedad degenerada, como lo es Tentayapi ahora. Con eso se explica la importancia que tenan los ancianos hace apenas un siglo en la construccin social como modelos ideales para la sociedad degenerada.por Elio Ortiz[1] Ms correcto: TTAYAPIAquellospobresviejosqueanduvieronconunpedazode trapo en el trasero han demostrado ser ms modernos y adelantados, mientras que ustedes los jvenes, a pesar de esa aparente inteligencia que poseen, son ms atrasados que ellos, en vano lucen elegantes y mo-dernos por fuera cuando en realidad son pobres, tan pobres que hasta pena dan, hijitos mos (Chiraye)En muchas comunidades guaran de hoy, cuando se trata de rescatar los hechos histricos ms relevantes para ser usados como referencias de vida, se suele recurrir a cualquiera de las siguientes temporalidades de orden escatolgico: a) el tiempo de nuestros abuelos o aneramii reta, b) el tiempo de andetenondegua reta nuestros antepasados(cuya tra-duccin correcta es: los de nuestro adelante) y c) el tiempo primigenio donde los ande ipi reta ancestros nuestros forjaron los hechos ms relevantes de la existencia social.En Tentayapi, sin embargo, el retorno al tiempo primordial aparenta en-sayar un recorrido tan corto que, hablando en trminos lineales, apenas le representa inmiscuirse en el limbo de anderu reta nuestros padres o deanderukue reta los que fueron nuestros padres en un pasado re-ciente, vale decir, posteriores a la era de aneramii reta nuestros abue-los y contiguos espaciales al mundo de los vivos, tanto as que para el resto de las comunidades ni siquiera poseen sustancia mtica. Todo eso porque, para los sabios ee Iya Amos de la Palabra de Tentayapi, los he-chos memorables yacen justamente ah donde anderu reta nuestros padres tuvieron su actuacin. En efecto, es lgico suponer la carencia deabuelos y ancestros en la escena mtica de Tentayapi sino la intervencin de progenitores recientemente desaparecidos.anderu reta nuestros padres fueron los responsables del origen y la condicin actual de Tentayapi y, por lo tanto, a sus actuales hijos toca la tarea de conservar sus palabras, res-petar sus normas, replicar sus hechos y forjar el futuro conforme a sus sabias enseanzas. Todo eso conduce a pensar que la Tentayapi de hoy anda viviendo y actuando en un tiem-po/espacio ya vivido y actuado hace bastante tiempo por el resto de los guaran, tanto as que tiene por padres a sujetos que para los dems cumplen el rol de abuelos, antepasados o ancestros. Slo los ancianos de las pocas pasadas pensaban, hablaban y actuaban como el ilustre Guairindu[2]; nadie ms que Tentayapi es capaz de ensayar un estado ideal de vida que los modernos actuales anhelan tanto: ausente de sujetos corruptos, libre de ladrones, avaros, codiciosos, lujuriosos, injustos, etc. tal cual desearan ser actualmente todos los guaran.Siendo esa la realidad actual diramos que, para la mayora guaran, volver a ser Tentayapi ya sera un reto imposible debido a que, para su moderna mente, la idea de andar actuado como viejo ya no signifca ser adelantado o desarrollado sino poster-gado. Por alguna razn los ancianos de nuestros tiempos se han convencido que el saber moderno y desarrollado ahora pertenece al joven letrado y pensante al estilo Karai [3]. En Kuruyuki de 1992, al momento de conmemorar los cien aos de la histrica masacre, los jvenes dijeron: A partir de ahora nuestra lucha ya no ser ms con el arco y la fecha sino con el lpiz y el papel, vale decir: ya no ms el uso de cosas antiguas sino de instrumentos modernos pertenecientes al mundo Karai, incluyendo el cine que es la forma Karai de narrar historias. Lo curioso es que ningn anciano objet la idea en aquella oportunidad.A eso hay que agregarle la extraordinaria capacidad tentayapea de ensayar un complejo sistema de defensa tnica que a estas alturas ya es irrepetible, consistente en la habilidad de montar una especie de muralla etno-geogrfca capaz de fltrar y regular el ingreso de [2] Guairindu es el ms destacado de los sabios ee Iya oradores cuyo rol es fundamental en el desempeo social de los tenta-yapeos.[3] Nombre con que los guaran defnen al sujeto extrao, lejano y de piel blanca, en especial el que ingres a ellos durante la colonia. agentes externos y nocivos a su salud comunal y, al mismo tiempo, con-trolar la fuga interna, lo que a continuacin detallamos:El Muro GeogrfcoTentayapisignifca laltimamorada,etimolgicamentesedesglosa: tta + yapi = morada, hbitat, pueblo, comunidad, aldea + ltimo, fnal, extremo. Los pobladores cuentan que Tentayapi se hizo merecedora de estenombreen virtudasualejadaubicacingeogrfca,tomandoen cuenta que histricamente gozaba de ser la ltima comunidad del extre-mo sur (hacia el Pilcomayo) de las comunidades que integraban la gran regin Simba de Avatir (en el departamento de Chuquisaca). Posicin geogrfca que, reiteramos, le favoreci enormemente en su inters por defenderse delKarai y preservar lo suyo, logrando que todo ingreso Ka-rai resulte por dems complicado y tedioso por la lejana geogrfca y la ausencia de caminos que frustran cualquier intento. Tentayapi no tiene hasta ahora caminos ni desea tenerlo (o al menos es lo que pensaban has-ta hace poco sus mayores), la va caminera que para el mundo externo se asocia al progreso y desarrollo, para ellos es sinnimo de subdesarrollo y muerte tnica: yo aborrezco el camino porque por ah las ciudades, que son el mundo de la perdicin, absorben a nuestros jvenes y empuja al Karai a nosotros (Guairindu).El Muro tnicoCuando el muro geogrfco ya no puede ms proceden a reforzar el segundo cer-co, el cerco tnico, no permitiendo la instauracin de escuelas, templos cristianos ni nin-guna otra cosa que contenga orgenes forneos sino aquellas que se han dejado manipular e inyectar el espritu nativo (...) la escuela Karai desprecia y asesina nuestra forma de ser porque es atentatoria a nuestros pensares, nos akaraiza, por eso la rechazamos (Guairin-du). El cine era y es un objeto extrao.El Karai, Tentayapi y la PeliculaNo es que el Karai sea, o haya sido, enteramente desconocido para el guaran antiguo, originario y conservador como el tentayapeo, sino al contrario, le conoce muy bien en esencia y naturaleza y por eso se cuida tanto de l. Sistmicamente hablando, el Karai es su lejano y opuesto cultural, no necesariamente por su distante procedencia sino por la cualidad distinta y contraria de su naturaleza al ser guaran, la distancia fsica no siempre puede ser el factor. Pero Cmo logra construirse del Karai semejante idea? Los mitos narran que hubo momentos en los que la historia los hizo partcipes y responsables de la conexin de opuestos.Se cuenta que Tumpa y Karai (Arakuaa) estuvieron presentes en el principio del mundo, momento cuando ambos fueron iguales en esencia fundadora ms no as en sus orgenes sagrados; el primero era tiniebla, noche y ciencia de los sentidos y el segundo era luz, da y ciencia de la experimentacin objetiva; el estado de las cosas los uni y ambos aportaron a la vida con su saber ser y hacer distintos. Entonces, por qu tanta resistencia al Karai en Tentayapi? La respuesta es sencilla:Tentayapi sabe que el encuentro de opuestos contribuye a la vida, y el Karai es la mejor ganga que siempre tuvo en frente, pero para fecundar hay que saber invadir o dejarse invadir, y en ambos casos se requiere tener las reglas de juego bien claras a fn de evitar el caos, el desconcierto y la muerte tnica, Tentayapi opt por la segunda estrategia, permanecer en el lugar y esperar que el Karai sea el primero en invadir.Lo interesante de esta estrategia radica en que el osado invasor jams llegar ileso al bando opuesto sino menguado en vigor y fortaleza tnica y, por si fuera poco, dcil y maleable a la manipulacin interna, al punto de convertirse l mismo en instrumento til de conquista guaran a su pro-pio mundo. A cambio, ste habr logrado inyectar nuevos genes al seno comunal que, en el futuro cercano, sern la causa de su cambiada y dis-tinta fgura social. Contrariamente, los extraos que saltan en paracadas al centro comunal terminan siendo intiles, improductivos y nocivos a la salud social y, por tanto, pasibles de expulsin o extirpacin inmediata. En resumen, la desdicha de todo buen invasor Karai ser la media des-karaizacin que indefectiblemente sufrir al cruzar las barreras y la me-dia guaranizacin del que ser objeto en su contacto con el grupo. Regla igualmente vlida para el guaran invasor.Karai paravete un miserable KaraiCierto da, hace ya algunos aos, los tentayapeos vieron a un Karai para-vete pobre karaicito deambulando por sus tierras, aunque en principio no estaban seguros si se trataba de un gladiador legtimo o un sinver-genza paracaidista que salt el cerco, fnalmente optaron por acoger-lo y brindarle lo mejor de los dones que en circunstancias como estas el guaran suele ofrecer: techo, comida, lecho y calor familiar (que es lo que todo ser humano necesita para estar bien), no importa si tal gesto le sig-nifque al mismsimo Guayari [4], el Gran Jefe, cederle al extrao husped lecho de sue-os y de meditacin, las razones eran claras: paravete, karai paravete..., koriviko ande andeparavete jae reta oikoa rupi qu pobre, pobre es el karaicito..., as de pobres seguro seremos en su mundo, el ponerse en sus zapatos es el primer paso porque... guiramoiko, jta rupi yaja yave, andembori paravetene quin sabe, si algn da logremos llegar a su mundo, sepa darnos una mano el pobrecitoEl reto de todo buen invasor, entonces, no es nada simple cuando su estar bien pende de una serie de ensayos actitudinales que deber demostrar en su afn por ganarse la empata del grupo, de tal modo que sus actos parezcan satisfactorios, o al menos acep-tables, a los intereses materiales y espirituales de su anftrin. Pero Cmo saber compor-tarse en un ambiente tan extrao y ajeno al de su origen? Cmo saber lo que es bueno o no hacer frente a un grupo cuyos imaginarios poseen soportes sistmicamente tan dis-tintos? Cmo saber que cul de los dones ofrecidos es correcto aceptar o rechazar para evitar ser visto como irrespetuoso? Cundo dar y qu dar? Cundo hablar y cundo ca-llar? Qu hablar y qu no? Cmo soportar ser el hazmerer en las danzas festivas? Cmo evitar infringir las normas rituales que ni se conocen?, etc. son retos que inevitablemente deber afrontar todo buen conquistador, su premio ser haber aprendido a comprender [4] Nombre del Gran Jefe o Capitn Grande de la comunidad, prestigio y categora que hered de su desaparecido padre Mbakuire. El director de la pelcula Tierra Sin Mal, Juan Carlos Valdivia, se tuvo que someter a esta prueba difcil al que pocos se atreven, sacrifcan-do todo aquello que le haca parecer demasiado Karai frente al otro a fn de sentirse un poco ms cercano al guaran con su media deskaraizacin, no importa si eso le signifcaba hacer cosas que en su mundo de origen jams hubiera hecho. Visit Tentayapi muchas veces antes de proponer-les una pelcula, comi y bebi chicha con ellos hasta el hasto, danz sus festas, hizo el papel de Karai tonto y miserable, se dej despojar hasta el ltimo centavo que tena en el bolsillo, utiliz su movilidad como bu-rro de carga para transportar lea y personas por lugares donde no hay caminos, degust los sabores del ser guaran e hizo probar a ellos los sa-bores del mundo karai. Como resultado, el Karai crey estar convencido de que no existe lugar en el Chaco boliviano capaz de otorgarle sosiego y bienestar espiritual como en Tentayapi. A cambio, los tentayapeos son convencidos de que el mundo Karai es fenomenal teniendo a su Si[5] , o amigo medio guaranizado, como anftrin; cuando viajan a La Paz ya tie-nen dnde llegar, comer y dormir; teniendo de amigo a un tipo tan afable y acogedor ya no existen motivos para sentirse miserables o poca cosa en la gran ciudad.Dinos lo que quieres y te ofreceremos lo que nos convengaEl tiempo propicio para el verdadero encuentro pareci haber llegado a mediados de 2011cuando, en una asamblea comunal, los anftriones pi-den al intrprete trasladarle al Karai la siguiente frase: Mbae eteipako reeka reiko, ere chupe Dile, qu es lo que exactamente andas buscando, [5]Amigo en guaran isoseo, literalmente: mi otro o mi otro yo. actitud que hasta ah ya sugera la necesidad de conocer al Karai ms alldel espectro que hasta entonces se haban logrado construir de l en una corta e intermitente relacin. Con el uso del lenguaje hablado y el apoyo de los intrpretes bilinges estaban dispuestos a saber las causas que motivaron en l tanto inters por Tentayapi.En la cultura guaran, cuando el extrao frecuenta demasiado la casa de alguien gene-ra desconfanza y preocupacin en la familia, la reiterada presencia intrusiva de alguien puede contener mltiples intereses, desde una simple pretensin amorosa hasta la oscura intencin de aniquilar a alguien; es entonces cuando conviene preguntarle al visitante: Mbaepako reeka reiko, ttara? Qu es lo que andas buscando, amigo? De ah se ver si conviene o no seguir recibindolo en casa.Soy cineasta, quiero hacer cine con ustedes, -diles eso-En esta oportunidad los intrpretes pertenecen al grupo de los guaran intermedios en-tre su gente y la sociedad Karai, medio akaraizados y medio desguaranizados, productos de su propia comunidad y su pasin por el mundo karai. El rol de todo intrprete es por dems angustiante en casos como ste porque, siendo responsables de la conexin equi-librada entre los opuestos, debern emplear todo el esfuerzo por tratar de ubicar los cdi-gos de cada quin en el esquema lingstico del otro. Por ejemplo: no es nada fcil hablarle del cine a un Tentayapeo que jams supo de su existencia ni posee nocin alguna del espritu que lo mueve en su mundo de origen; el ser bilinge, polglota y conocedor del agente en discusin es el primer paso, pero saber ordenar los cdigos en la esfera opuesta sin que la comprensin del uno aplaque el inters del otro por llegar a l es lo ms compli-cado, sobre todo cuando hay un slo objetivo en juego: contar historias para inmortalizar la cultura guaran y tentayapea. Lo cual signifca explicar al grupo cmo funciona el cine narrando historias y, al Karai, cmo funciona la oralidad contando historias.Explicar el cine tal cual es en su mundo de origen sera tacha-do inmediatamente de nocivo al inters social, del mismo modo que la propuesta nativa de narrar historias flmicas al estilo propio, que segura-mente parecer atentatoria al dote artstico del cineasta y un paso seguro a su fracaso profesional. La clave es lograr que el cine no sea tan cine narrando historias en Tentayapi, del mismo modo que el sistema nativo de contar historias no sea tan nativo a la hora de pasar al cine, se trata de alterar esquemas en ambos bandosFinalmente, la distancia cultural por un lado y la intervencin de los in-trpretes por el otro, hicieron que ambos agentes se entiendan a medias en lo que cada quien esperaba lograr con la narracin cinematogrfca, el resultado se pudo observar en la media intervencin de los actores/narradores (comunidad y cineasta) al momento de la puesta en escena, ambos narrando historias desde sus propias pticas y obteniendo como producto un cine/no-cine capaz de ser comprendido en ambos mundos. Nosotros actuamos de verdad, no fngimosEn el intercambio de dilogo propiciado por ambos para exponer los in-tereses de cada quin sobre la produccin cinematogrfca, se trazaron mrgenes exactos de co-afectacin social y cultural, lo que a la vez in-clua el respeto por los factores no permisibles. En el plano poltico, los de Tentayapi propusieron que su pensamiento sea difundido afuera tal cual ellos hubiesen querido hacerlo en su propia lengua pero, eso s, cuidando de no convertir sus imgenes en objetos de mercanca o ser mostrados al mundo Karai como unos indios miserables. Hacia adentro, con tal de que la pelcula inmortalice su modo de ser, su sabidura ancestral y sus prcticas sociales y espirituales, las expectativas estaran colmadas. Entre esos modos de ser, por ejemplo, se encuentra su inters por revivir constantemente a los Yanderu Pro-genitores ancestrales recordando sus sabias enseanzas, mitifcndolos en los relatos y ritualizndolos en las prcticas festivas o Arete. Eso era lo real y concreto para ellos.Lo que no se calcul bien fue que, para ellos, la narracin histrica y la expresin cultural no se fngen sino se acta verdaderamente; vale decir que, no se recrean escenarios ni personajes fcticios para decir lo que somos sino reales actuantes interviniendo en tiem-pos y espacios tambin reales. Si hay que hablar de festa hay que hacer una festa de ver-dad y actuar de verdad en ella, en un espacio verdadero y con todos los soportes objetivos y simblicos en sus respectivos lugares. Prueba de ello fue que al momento de la flmacin los comunarios no quisieron instalar el ritual en la locacin flmica preparada anticipada-mente con el consentimiento de ellos; mover el espacio les signifcaba no slo romper con la tradicin sino violar los aspectos ms sustanciales del acto ritual, entre ellos el ambiente donde anderu Mbakuire nuestro padre Mbakuire juntaba a sus hijos para hablarles de los hechos sagrados. Nosotros hacemos lo que sabemos hacer y ustedes capturan nues-tras almas o imgenes, aclar el capitn Guayari; los actos se repiten una sola vez, con nuestra cultura no se juega. El resultado exacto es lo que se aprecia en la pantalla.Notas de ProduccinGNESIS, GUIN, PERSONAJESLa pelcula Yvy Maraey se llamaba anteriormente Kandire. Ambos ttulos de-fnen un ideal o utopa. Sin embargo, Kandire tiene un matiz cristiano del pa-raso terrenal. Yvy Maraey es un lugar concreto (Yvy, tierra; y Maraey, sin mal) y, a la vez, un estado del alma.Valdivia tena la intencin de flmar Yvy Maraey antes que Zona Sur (2009). Pero el proceso de conocer otra cultura lo llev a realizar primero un viaje de conocimiento de la suya, con Zona Sur. Slo a partir de Zona Sur puede com-pletar el viaje de Yvy Maraey.Uno de los temas que Valdivia trabaja, adems de identidad e interculturali-dad, es la idea de que el pensamiento es un sentimiento. Andrs es un perso-naje que se enmaraa en sus pensamientos, a medida que se enmaraa en elpaisaje.Lacontencinemocionaldelapelcula(parteperformticayno interpretativa) es, en realidad, un gran contenedor de la emotividad que se genera en el viaje.Juan Carlos Valdivia y Elio Ortz escribieron el argumento y cada uno de ellos cre al personaje que interpreta, siendo estos personajes versiones de ellos mismos.Elio Ortz cre a Yari a la par que Juan Carlos Valdivia cre a Andrs. Yari y An-drs son versiones de sus creadores. Pero entrando al laberinto de la pelcula, Yari inventa a Andrs y Andrs a Yari. Uno de los temas centrales de la pelcula es la identidad y la posibilidad/imposibilidad de conocer al otro.Elpersonajede Juan Carlosen YvyMaraey, Andrs,eselmismo Andrsde Zona Sur de nio. Yvy Maraey y Zona Sur conforman un dptico y ambas ha-blan sobre la identidad y el mundo de las esferas.FelipeRomncreaPitakara,elpaye(brujo)delIsoso. AFelipeRomnle llamarnKuchiPunga(chanchosucio),osimplementeelKuchi.Esunper-sonaje legendario del mundo guaran, conocido por ser un gran contador de historias. Es uno de los mejores amigos de Juan Carlos Valdivia y compaero infalible de aventuras por el Chaco boliviano.Juan Carlos vio en la lengua guaran la mayor riqueza cultural. Para el guaran, lapalabraesanterioralserhumano,essufundamento. Cuandounapersona habla est expresando su espritu. La guaran es una cultura oral y efmera. Su mayor patrimonio es la palabra.Cuando Juan Carlos supo que los guaranes usan la misma palabra para describir loscoloresverdeyazul,sediocuentaquetenaquehacerunapelculasobre ellos. Aprendi guaran con diferentes maestros, entre ellos Felipe Romn y Elio Ortz.Elio Ortz, adems de ser un excelente actor, es un comunicador, investigador y escritor. Ha escrito un diccionario etimolgico de la lengua guaran y ha recopi-lado numerosos textos de los ancianos sabios del Alto y Bajo Isoso, una regin donde habitan los Payes y Mbaecus (hechiceros buenos y hechiceros malos) del mundo guaran.PERFOMANCE Y ACTORESNohayactoresenlapelculay,porlotanto,todoslospersonajessonellos mismos. La pelcula utiliza el performance como herramienta de expresin. El actor representa a alguien: en el performance uno simplemente es.Juan Carlos Valdivia,Elio OrtzyFelipeRomntrabajaronconelartistade teatro Diego Aramburo, que sirvi de coach y les enseo la teora y tcnica del performance.TERRITORIO Y LUGARESBolivia es un estado plurinacional donde existen 36 naciones. La Nacin gua-ran es la tercera ms importante y a su vez existe en 3 pases ms, Paraguay, Argentina y Brasil.ErlandNordenskildviajporel ChacoBolivianohacemsdecienaosy recopil piezas que estn en un museo en Goteburgo. Muchas de las culturas que conoci ya no existen. Tom fotografas y escribi diarios de viaje recien-tementepublicadosenBolivia,peronoflmimgenesenmovimiento.El cinedeNordenskildesunfalsodocumentalrealizadopor ValdiviaySn-chez.Tentayapi es una comunidad cerrada. Aqu no existe escuela, ni igle-sia ni hospital ni tampoco se habla espaol. Fue muy difcil flmar aqu. Fue-ronaosdevisitas,delargasreunionesexplicativas,festas,borracherasy desencuentros. Ellos no conciben participar en la flmacin de una festa, por loquelaescenadelafestaenlapelculamuestraunacelebracinreal.La festa de Tentayapi llev meses de preparacin.Tentayapi est muy cerca del campo de gas ms grande de Sudamrica. Hay una gran actividad hidrocarburfera en la zona y ellos hasta ahora se resisten a que perforen en su territorio. Tentayapi es una Tierra Comunitaria de Ori-gen (TCO) y, por lo tanto, tiene jurisdiccin propia.Hasta hace muy poco en Bolivia existan indgenas empatronados que vivan encondicionesdesemiesclavitud.Laproduccinnoencontrunahacien-da amable para flmar. Las que ya haban sido reclamadas por los indgenas, presentaban muchos problemas y las que seguan en manos de patrones no permitan que nadie se acerque a ellas. La secuencia de la hacienda se flm en una propiedad muy cerca del altiplano, fuera de la regin del Chaco, que tena las condiciones para recrear lo que la pelcula necesitaba.El Parque Kaa Iya es la reserva natural ms grande que tiene Bolivia. All se encuentran los baados del Izozog, unos pantanos que se forman cuando el ro Parapet pierde su cauce y se desparrama en un gran terreno.ANCDOTAS DEL RODAJEAJuan Carloslecontaronquetodavahabanmuchoshuesoshumanosde laguerraenKuruyukienlazona,perojamsviouno,hastaundadeabril de 2012 que encontr los restos de un kereimba (guerrero). All supo que era hora de comenzar el rodaje. Puso los huesos en un viejo cantaro guaran y se los llev a La Paz, prometiendo devolverlos cuando la pelcula est termina-da.Unaoestuvieronloshuesosdekereimba(guerrero)encasadeJuan Car-los. La devolucin de estos huesos es el tema del documental Memoria, que Cinenmada encarg a la cineasta venezolana Rossana Matecki para el pro-yecto Recuperacin de la Memoria, en cooperacincon la Embajada deAle-mania en Bolivia.El equipo tcnico y artstico de Yvy Maraey constaba de aproximadamente 60 personas fjas que se desplazaron en 12 vehculos por 5 departamentos, en una superfcie de 10,000 km.Elrodajede YvyMaraeyserealizdurantesietesemanas.Lapre-produccin llev cuatro meses. La concepcin y la construccin, sin embargo, tomaron seis aos.A la vspera del rodaje en julio de 2012, 22 personas del equipo se perdieron en el bosque a orillas del pantano. Despus de horas de andar en crculos por la orilla delespesomonte,seresignaronadormiralrededordeunafogatasobreuna espesacapadehojassecas. Aldasiguiente,encontraronnumerosashuellas frescas de tigre en las inmediaciones.Para flmar las escenas del Chaco, la produccin tuvo que llevar los extras por 800 km. de caminos accidentados. Doscientas personas, entre equipo tcnico y artstico, vivieron por una semana en Lonte, en una hacienda abandonada del siglo XIX, donde se tuvo que llevar hasta el agua.El equipo de produccin fue secuestrado varias horas por los indios Weenhayek del sur de Bolivia. Los Weenhayek, descendientes de los Matacos que conoci Erland Nordenskild, son uno de los grupos originarios ms aguerridos de Bo-livia. Retuvieron el material que Valdivia flm para recrear el viaje de Nordens-kild por un malentendido entre autoridades. Las bellas imgenes de los indios pescando en el ro y viviendo en precarias aldeas corrieron el riesgo de desapa-recer para siempre. Valdivia logr flmar un convenio de cesin de derechos seis meses despus de la flmacin.ARTEJuan Carlos Valdivia y Joaqun Snchez crearon la Fundacin Cinenmada para ser un pulmn de creacin y pensamiento artstico. Sus reas de trabajo son el arte contemporneo, el arte popular y el arte indgena. En diciembre se inaugu-ra una muestra de arte guaran y ayoreo, que es parte del proyecto Memoria de la Fundacin.Pablo Picasso deca que el arte es un instrumento de guerra y el artista es un ser poltico. Yvy Maraey es una pelcula poltica que se inserta en los grandes cambios sociales, a partir de un proceso poltico que rompe los esquemas de un pas para crear otro.INSPIRACIONESUna de las imgenes que guiaron a Juan Carlos en el proceso es la de un rbol cortado con los anillos de su paso por el tiempo. Bolivia es un pas donde con-viven diferentes pocas.Juan Carlos tiene una gran infuencia de Fernando Pessoa y su visin de los heternimos lo inspir a crear un personaje basada en s mismo.El flsofo francs Gilles Deleuze, en su libro La Imagen Tiempo, crea el con-cepto de la estratigrafa en el cine, como una manera del cine contempor-neo para lidiar con la temporalidad. El cine contemporneo, segn l, existe enlosplieguesdondehayundesfaceentreelsonidoylaimagen.Estafue otra gua para una pelcula sobre una cultura que usa la misma palabra para describir tiempo y espacio: ara. La visin de tiempo del mundo indgena es diferente. El futuro est detrs y el pasado adelante. Para el guaran existen temporalidadessimultneas,lalinealylacircular.Elmundooccidentalse mueve mayormente dentro del tiempo lineal.Los guaranes queran que Juan Carlos haga una pelcula pica sobre la masa-cre de Kuruyuki de 1892, donde murieron 4,000 guaranes en manos de terra-tenientes y ejrcito. Despus de mucho darle vueltas al asunto, Juan Carlos se dio cuenta que Kururyuki es inflmable. Sin embargo, Kuruyuki est en la pelcula, Kuruyuki es el origen del proceso. FORMAYvy Maraey es un documental en forma de fccin, o una fccin real.Yvy Maraey es una fccin basada en vivencias que el director tuvo en sus viajes por las tierras bajas de Bolivia. Una pelcula debe tener siempre una conexin con la realidad, pero la fccin nos permite fabular con esa realidad o, por lo me-nos, detenerla en el tiempo para mirarla mejor. Una pelcula de fccin propone otros desenlaces.Yvy Maraey es el resultado de vivencias de primera mano: es una fabulacin con la realidad y su esttica proviene de una redefnicin de lo que ya existe y lo que ya es.COLABORADORESEldiseadordeproduccindelapelculaeselartistavisual Joaqun Snchez, nacidoenParaguayyradicadoenBolivia. Joaqunhablaguarancomotodos los paraguayos y tiene una comprensin profunda del mundo guaran. Joaqun dise la poderosa visualidad y la paleta, adems de crear todos los sets de la pelcula. Joaqun tambin supervis el vestuario y la recreacin de las imgenes antiguas del falso documental de Nordenskild.Es la segunda vez que Paul de Lumen y Juan Carlos Valdivia trabajan juntos. La primera fue en Zona Sur. A Juan Carlos le gusta trabajar con Paul porque consi-dera que tienen una comunicacin no verbal. Paul es flipino-americano de San Francisco y vive en Los ngeles. En Yvy Maraey, trabaj muy de cerca en la pues-ta en escena, ya que el director estaba en frente de la cmara. Paul trabaj con el operador de cmara Brandon Dimit (Q.E.P.D.).El sonido de post produccin se realiz en Filmosonido (Chile) y estuvo a cargo del sonidista boliviano-colombiano Ramiro Fierro, que tambin hizo el sonido de produccin.La msica es del maestro Cergio Prudencio, que tambin compuso el score de Zona Sur a partir de instrumentos nativos, clsicos y electrnicos. Cergio es fundador de una orquesta contempornea de instrumentos nativos y au-tor de poderosas sonoridades en el cine boliviano.La post produccin de imagen de la pelcula se hizo enteramente en Mxico, en Labo Digital. Aqu se escane el material 35mm y se realizaron todos los procesos de correccin de color, efectos visuales y masterizacin.MXICOYvy Maraey es la tercera co-produccin de Valdivia con Mxico. La primera fue Jons y la Ballena Rosada (1995), seguida de American Visa (2005). El cine mexi-cano, especialmente el nuevo cine mexicano, es una gran infuencia para Valdi-via, que se considera parte de esta corriente.Juan Carlos Valdiviaobtuvolanacionalidadmexicanael2005,despusde11 aos de vivir y hacer carrera en este pas.FINANCIAMIENTO Y APOYOSYvy Maraey es una co-produccin entre Bolivia (Cinenmada), Mxico (Ro Ne-gro)yNoruega(PJBPicture Company). TuvoapoyodelProgramaIbermedia, del Fondo de Fomento del Instituto Noruego, Sorfond, del Ministerio de Cultu-ras del Estado Plurinacional de Bolivia y de numerosas instituciones. Sin embar-go, la pelcula es mayormente un emprendimiento privado.La Cooperacin Suiza para el Desarrollo (Cosude) es una de las instituciones que ms apoyo incondicional ha brindado al proyecto. Ha participado en el desarro-llo, la produccin y la postproduccin. Suiza ha brindado tambin mucho apoyo el pueblo guaran y a las artes de Bolivia.CINENMADACinenmada es una plataforma de creacin artstica continua que interviene en todalacadenadeproduccinaudiovisual,pensando,creandoydifundiendo contenidos innovadores.Queremos intervenir en el mundo global en nuestros propios trminos, forta-leciendo nuestra identidad local y aportando al mundo de nuestra propia con-temporaneidad.El 2013 nace la Fundacin Cinenmada para las Artes como un pulmn de crea-cin y refexin artstica.Direccin: calle 6 #572, Obrajes. La Paz Bolivia. Telfono: 591-2-2112750Email: [email protected]