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0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
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Cruzando el Atrato.
Foto: José Gabriel Jiménez
“Y la memoria persiste. Las crisis momentáneas expresadas en la agonía de unárbol caido, en la lenta muerte de un riachuelo que se seca, empiezan
a configurar en la diversidad los contornos apenas visibles de una crisis mayor. Elasalto a las selvas, entre cuyas piernas fluye la vida sigue implacable. Se seca el
velo de su sexo y se pierde la capacidad de autoajuste, la de recrearpermanentemente la diversidad. Las lluvias se vuelven neuróticas y sequías
feroces empiezan a alternar con inundaciones y avalanchas de lodo. En elespejismo de las albas diáfanas de la montaña se instala la violencia del tiempo.
Las certezas del presente vivido son reemplazadas por un futuro cada vez menoscierto y por las nostalgias de un pasado que recién empieza a delinearse.”
Terremotos en el Trópico HúmedoAndrew Maskrey, edit., LA RED, 1996.
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CRÉDITOS
Dirección y coordinación:Prof. Andrés Velásquez
Procesamiento cartográfico digital, SIG:Téc. Jorge Mendoza, Biól. Fernando Salazar
Procesamiento imágenes de radar, SIG:Biól. Efraín Rodríguez
Sección II, Cap. 3:Planif. Jacques Aprile-Gniset y Arqu. Gilma Mosquera
Sección III, Cap. 8 y Sección IV, Cap. 10:Meteoról. Diego González
Sección VIII. Sistema Regional para la Prevención y Atención de Desastres delAtrato Medio:Trab. Social María Cristina Valencia Villada, Consultora OSSO; Ing. José GabrielJiménez Castelblanco, Coordinador Proyecto PNUD-DNPAD, Col95/009/010.
Asistentes de Investigación:Anita Patricia PonceCristina RosalesJuan Manuel BenjuméaPilar ChávezMónica Santacrúz
Cooperación del PZERPC (IGAC):Dr. Cesar Monje, Dr. Rodrigo Vinchirá
Coordinador Proyecto PNUD/COL 95/009/010:Ing. José Gabriel Jiménez
Fotografías:José Gabriel Jiménez y Andrés Velásquez (excepto aquellas con otros créditos).
Edición, composición y artes:OSSO, U. del Valle.
Cali, octubre de 1997 con actualizaciones a febrero de 1998
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RESUMEN
El Proyecto Col 95/009/10 “Apoyo a la Recuperación de la zona afectada por el
Terremoto del Atrato Medio en 1992”, suscrito entre el Programa de las Naciones
Unidas para el Desarrollo – PNUD y la Dirección Nacional para la Prevención y
Atención de Desastres – DNPAD, incluye como una de sus áreas de intervención
la de Prevención. Para esta área encomendó al OSSO el levantamiento,
interpretación, evaluación y sistematización de información cientifico-técnica sobre
amenazas, vulnerabilidades y riesgos para la zona del Atrato Medio, la cual
comprende los municipios de Riosucio y Bojayá (Chocó) y Murindó y Vigía del
Fuerte (Antioquia). El OSSO, con el apoyo de la Corporación OSSO, presentó a
consideración del Proyecto la propuesta “Evaluación de las Amenazas Naturales y
Elementos de Vulnerabilidad y Riesgos para el Plan de Prevención y Atención de
Desastres en el Atrato Medio”.
En este documento se presentan los resultados del trabajo del OSSO que incluye
el acopio, evaluación y tratamiento de información básica y temática en formatos
analógico y digital, la integración y producción de cartografía básica y sobre
amenazas naturales integrada en formato de Sistema de Información Geográfica,
los resultados y recomendaciones a escala regional, del equivalente a planchas
1:100.000, y semidetallada para las áreas de núcleos poblados, la propuesta de
un Sistema Regional para la Prevención y Atención de Desastres en el Atrato
Medio y la metodología desarrollada para la obtención de los productos del
trabajo.
Además de los insumos utilizados y de la metodología desarrollada, este trabajo
es novedoso, en Colombia y particularmente para esta región del denominado
Chocó Biogeográfico, porque por primera vez se dispone de una imagen integral
de la variables ambientales (y también del déficit de información), representadas
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en cartografía moderna y con herramientas e instrumentos tecnológicos recientes
(información de sensores remotos, integración de la información en un SIG,
representación cartográfica a color). Esta forma de acopiar, integrar y procesar la
información se constituye en la base de un sistema regional de información y
monitoreo ambiental, de amenazas, vulnerabilidades y riesgos, a la vez que es
una invitación para que los usuarios (Corporaciones regionales, alcaldías, Sistema
Regional para la Prevención y Atención de Desastres, comunidades, ministerios,
proyectos de desarrollo e infraestructura, etc.), puedan extraer información para
aplicaciones específicas.
La Evaluación de Amenazas propuesta fue superada por el desarrollo y resultados
del trabajo, en tanto los análisis y las aplicaciones potenciales también son de
primera utilidad para la comprensión de las dinámicas medioambientales de la
región. Por esta razón se prefirió denominar a éste como “Dinámicas ambientales
amenazantes en el Atrato Medio (Elementos para el Desarrollo Sostenible)”. De
esta manera, incluyendo los objetivos y resultados esperados, el contenido se
coloca en el ámbito de la concepción según la cual las amenazas, vulnerabilidades
y riesgos son el resultado de desajustes entre los procesos del medio ambiente y
los socioeconómicos.
Entre los principales resultados de esta evaluación están:
Los más ubicuos e impactantes fenómenos amenazantes, tanto en el Atrato como
en sus afluentes, son los hidrometeorológicos: erosión de orillas, cambios de
cauces, sedimentación y avenidas torrenciales. Así como el río y sus afluentes son
el eje de la vida en la región, también son la mayor fuente de ofertas y amenazas:
los fenómenos propios de la dinámica fluvial son los de mayor impacto sobre las
cabeceras municipales y sobre todos los núcleos humanos que habitan las orillas
de los ríos.
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El Atrato Medio está siendo sometido a procesos tectónicos de levantamiento,
cuyas expresiones más visibles son sedimentación de ciénagas y migración de
cauces hacia el sur (ríos Riosucio, Jiguamiandó, Murindó, Murrí, Arquí y Bebará).
La evaluación de tasas de levantamiento deberá ser objeto de monitoreo mediante
técnicas como estaciones GPS de precisión e interferometría mediante imágenes
de radar.
El nivel de amenaza sísmica es, en primera aproximación, homogéneo en toda la
región, pero no sus efectos secundarios como la licuación de suelos (que afecta a
los suelos aluviales más recientes, incluídos los diques sobre los que se asientan
los poblados en el Atrato), o los deslizamientos (y sus consecuencias: avenidas
torrenciales y palizadas) que afectan primordialmente las vertientes de la
Cordillera Occidental y las porciones más empinadas de las serranías del Baudó y
del Darién.
La región acusa un elevado déficit de información básica sobre las variables
ambientales. Requiere disponer, principalmente, de una red de estaciones
hidrometeorológicas que cubran los rios y cuencas principales, incluído el Atrato,
con pluviómetros, pluviógrafos, limnímetros y limnígrafos, mediciones de
sedimentos, etc. Para las cuencas del Proyecto Col 95/009/10 se recomienda,
como mínimo dos estaciones pluviométricas y de caudales en el pidemonte de
cada afluente y cerca de su desembocadura al Atrato.
Por sus características climáticas (nubosidad permanente), se recomienda un
programa periódico de monitoreo regional con base en sensores remotos (radar,
preferiblemente en combinación con sensores ópticos). Idealmente este monitoreo
debería ser semestral, con imágenes en periodos menos lluviosos y de máximos
de precipitación.
Se observa un avanzado proceso de intervención antrópica, principalmente
deforestación, que abarca las cuencas de los ríos Riosucio, Salaquí y Truandó, el
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cual está avanzando por las de los ríos Jiguamiandó y Murindó. Se desconocen
los efectos de esta deforestación en términos de cambios climáticos regionales y
aporte de sedimentos, para lo cual se requiere diseñar programas específicos de
monitoreo e investigación.
La oferta de terrenos adecuados para cultivos (diques más altos y secos) es
escasa, más escasos aquellos suficientemente altos y estables para la
concentración de viviendas y excepcionales aquellos con dimensiones y
estabilidad que permiten la consolidación de un núcleo importante de población.
Esta realidad, junto con el crecimiento demográfico, está llevando a sobreutilizar
los terrenos de cultivo y, quizás, a superar la capacidad de carga de la tierra. Por
su parte, los pobladores señalan el agotamiento (extinción) de maderas finas, de
otras especies y de fauna (p. ej., manatí).
Es preciso, entonces, fomentar investigaciones básicas y aplicadas sobre el uso
sostenible de los recursos del bosque y de las aguas (ríos, ciénagas), que
permitan superar modelos de economía netamente extractiva.Por las tipologías
constructivas la vulnerabilidad es prácticamente homogénea (construcciones en
madera, pilotes), pero no por exposición: son más vulnerables los poblados
localizados sobre diques más bajos e inundables, en curvas con potencial de
erosión y sobre las márgenes izquierdas de los rios tributarios.
La vulnerabilidad y riesgos por factores no estructurales es muy alta, debido a
condiciones de pobreza, analfabetismo, insalubridad, poca presencia del Estado y
acciones no coordinadas de las instituciones regionales y nacionales, como
también por el fraccionamiento político administrativo y dependencia de centros de
decisión lejanos (Medellín, Quibdó). El Sistema Regional para la Prevención y
Atención de Desastres en el Atrato Medio se propone como un modelo para
fomentar la integración regional mediante acciones concertadas entre
comunidades e instituciones, que deberá ser evaluado permanentemente para
observar su potencial de aplicación a otros aspectos de la vida regional.
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Se propone que la visión y representación cartográfica integral de la región
obtenidas se difunda y socialice entre el mayor número de usuarios, como un
aporte al entendimiento de las inter-relaciones entre los fenómenos físico-
naturales y los procesos socio-económicos y del poblamiento. Seguramente esto
contribuirá a que las acciones y medidas de prevención, mitigación y atención de
desastres trasciendan las actividades puntuales que, aisladas del contexto
regional, pueden conducir a decisiones y resultados fragmentados poco
replicables de uno a otro aspecto de la problemática integral de ofertas y
amenazas ambientales, de uno a otros sitios o comunidades.
Los resultados de este Estudio no implican una decisión por parte de los técnicos
sobre los riesgos. Aporta elementos, con el grado de conocimiento e información
actualmente disponible sobre la región, para que de manera concertada entre
todos los actores del desarrollo se tomen decisiones sobre riesgos aceptables.
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CRÉDITOS .............................................................................................................IIIRESUMEN ............................................................................................................. IV
CONTENIDO
LISTA DE FIGURAS ................................................................ ................................ ......XIV
LISTA DE TABLAS................................................................ ................................ ......XVIII
LISTA DE ANEXOS ................................................................ ................................ .......XIX
OBJETIVOS Y ENTORNO.....................................................................1
1. EL TERRITORIO Y EL ESPACIO CONCEBIDOS Y CONSTRUIDOS .......................... 1
1.1 Antecedentes................................. ................................ ................................ .............. 1
1.2 Localización y región de estudio. ................................ ................................ ................. 3
1.3 Objetivos del Proyecto PNUD-DNPAD. ................................ ................................ ....... 5
1.4 Objetivos del Estudio. ................................ ................................ ................................ .. 5
1.4.1 Objetivo general................................. ................................ ................................ ....... 5
1.4.2 Objetivos específicos. ................................ ................................ ............................... 5
1.5 Productos esperables y resultados específicos................................. ........................... 6
1.5.1 Cartografía básica, integrada, de la región. ................................ ............................... 6
1.5.2 Cartografía de amenazas y tipificación de escenarios de vulnerabilidad. ................... 8
1.5.3 Criterios y recomendaciones para usos urbanos del suelo. ................................ ....... 8
1.5.4 Variables a tener en cuenta para los planes de prevención y mitigación. ................... 9
1.5.5 Sistema Regional para la Prevención y Atención de Desastres del Atrato Medio. ...... 9
1.5.6 Instrumentos de medición de variables ambientales amenazantes. ......................... 10
1.5.7 Transferencia de la metodologia. ................................ ................................ ............ 11
1.6 Información, instrumentos y métodos. ................................ ................................ ....... 12
1.7 Atrato Medio: búsqueda del futuro. ................................ ................................ ............ 13
1.8 Principales resultados y conclusiones................................. ................................ ....... 16
2. SOSTENIBILIDAD EN EL ATRATO MEDIO (ALTA DINÁMICA, COMPLEJIDAD,
FRAGILIDAD) ................................................................ ................................ ................. 22
2.1 El subsistema no antrópico. ................................ ................................ ....................... 22
2.2 El subsistema socioeconómico. ................................ ................................ ................. 25
2.3 Esquema de interacciones................................. ................................ ........................ 26
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2.4 Capacidad de carga y sostenibilidad del subsistema socioeconómico....................... 30
2.5 Hipótesis para una alternativa de sostenibilidad. ................................ ....................... 35
TIPOLOGÍA DEL HÁBITAT Y DE LOS DESASTRES........................44
3. LAS ALDEAS LINEALES Y PARENTALES DEL RÍO ATRATO. ............................... 44
3.1 Introducción. ................................ ................................ ................................ .............. 44
3.2 El valle del río Atrato................................. ................................ ................................ . 45
3.3 La génesis. ................................ ................................ ................................ ................ 47
3.4 El modelo minero de poblamiento................................. ................................ ............. 49
3.5 Colonización agraria y aldeas. ................................ ................................ ................... 52
3.6 La red aldeana moderna................................. ................................ ........................... 53
3.7 Análisis del proceso socio-espacial................................. ................................ ........... 55
3.8 El hábitat comarcal. ................................ ................................ ................................ ... 61
3.9 Cronología general del poblamiento actual. ................................ ............................... 62
3.10. Inmigración, colonización agraria y hábitats................................. ........................... 66
3.11 Reflexiones en torno a las aldeas del Atrato. ................................ ........................... 70
4. TIPOLOGÍA DE LOS DESASTRES EN EL ATRATO MEDIO................................. .... 92
4.1 Zona de estudio y fuentes documentales................................. ................................ .. 92
4.2 Análisis de la información. ................................ ................................ ......................... 93
4.3 Características de los desastres según municipio................................. ..................... 95
4.5 Actividad específica. ................................ ................................ ................................ .. 97
CONDICIONES FISICO NATURALES ..............................................106
5. GEOLOGÍA Y GEOMORFOLOGÍA. ................................ ................................ ...........106
5.1 Unidades geológicas. ................................ ................................ ............................... 106
5.1.1 Fuentes específicas de información. ................................ ................................ ..... 106
5.1.2 Tratamiento de la información. ................................ ................................ .............. 107
5.1.3 Contrastación y ajuste de resultados. ................................ ................................ .... 108
5.1.4 Unidades geológicas (Radarmapa Geología, número 12, Anexo 9). ...................... 108
5.2 Unidades geomorfológicas. ................................ ................................ ......................117
5.2.1 Cordillera Occidental................................. ................................ ............................ 117
5.2.2 Serranía del Baudó. ................................ ................................ .............................. 117
5.2.3 Serranía del Darién. ................................ ................................ .............................. 118
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5.2.4 Valle del Atrato. ................................ ................................ ................................ .... 118
6. MODELOS SISMOTECTÓNICOS. ................................ ................................ .............129
7. CARACTERÍSTICAS GEOTÉCNICAS DE LOS DIQUES DEL ATRATO. .................143
7.1. Columnas estratigráficas. ................................ ................................ ........................145
7.2. Resultados................................. ................................ ................................ ..............152
8. INFORMACIÓN HIDROMETEOROLÓGICA. ................................ ............................. 162
8.1 Factores del clima en la zona. ................................ ................................ ..................162
8.2 Sobre los datos hidrometeorológicos. ................................ ................................ .......164
8.3 Comentarios sobre el clima de la zona ................................................................ .....167
AMENAZAS........................................................................................176
9. Amenaza sísmica................................. ................................ ................................ .....176
9.1 Antecedentes................................. ................................ ................................ ...........176
9.2 Distribución de la sismicidad................................. ................................ ....................177
Efectos ................................................................ ................................ .......................... 178
9.3 Tipologías de la amenaza sísmica. ................................ ................................ ..........179
9.3.1 Vibraciones, licuefacción y deslizamientos. ................................ ........................... 180
9.3.2 Vulcanismo de lodo................................. ................................ .............................. 181
9.4 Aceleraciones sísmicas esperables. ................................ ................................ .........181
10. AMENAZAS HIDROMETEOROLÓGICAS ............................................................... 191
10.1 Generalidades. ................................ ................................ ................................ .......191
10.2 Amenazas atmosféricas................................. ................................ .........................192
10.3 Procesos y amenazas hidrometeorológicos................................. ...........................193
10.4 Recomendaciones específicas. ................................ ................................ ..............202
11. AMENAZA POR DESLIZAMIENTOS................................. ................................ ......207
11.1. Consideraciones generales................................. ................................ ...................207
11.2. Información disponible. ................................ ................................ ..........................208
11.3. Metodología para el modelamiento. ................................ ................................ .......208
11.4 Modelamiento del potencial de movimientos de masa en el NW de Colombia. .......215
11.5 Validación y utilización del modelo................................. ................................ .........218
OFERTAS Y RESTRICCIONES PARA EL DESARROLLOREGIONAL Y LA EXPANSIÓN URBANA.........................................223
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12. INTEGRACION DE AMENAZAS................................................................ ..............223
12.1 Tipología de las amenazas por fenomenos naturales .............................................223
12.2 Integración regional de amenazas ................................................................ ..........226
12.3 Implicaciones para el ordenamiento territorial y el desarrollo regional ....................230
12.4 Ofertas y restricciones para la expansión urbana. ................................ ..................231
12.5 Amenazas y vulnerabilidades a escala local ...........................................................236
OBSERVACIÓN Y MONITOREO DE VARIABLES AMBIENTALESAMENAZANTES Y DE VULNERABILIDADES.................................274
13. ALTERNATIVAS ................................................................ ................................ ......274
VARIABLES A CONSIDERAR PARA LOS PLANES DE MITIGACIÓNY ATENCIÓN ......................................................................................277
14. PLANES PARA LA PREVENCIÓN Y MITIGACIÓN DE RIESGOS HACIA
ALTERNATIVAS DE DESARROLLO SOSTENIBLE.....................................................277
14. 1 Iniciativas................................................................ ................................ ..............280
SISTEMA REGIONAL PARA LA PREVENCIÓN Y ATENCIÓN DEDESASTRES DEL ATRATO MEDIO.................................................281
INTRODUCCIÓN................................................................ ................................ ............283
15.1 Marco referencial ................................................................ ................................ ....285
15.1.1 La región................................................................ ................................ ............ 285
15.1.2 El Sistema Nacional para la Prevención y Atención de Desastres -SNPAD- ....... 288
15.2 Sistema Regional para la Prevención y Atención de de Desastres del Atrato Medio
................................................................ ................................ ................................ .......293
15.2.1 Justificación ................................................................ ................................ ....... 293
15.2.2 Ventajas de un Sistema Regional para la Prevención y Atención de Desastres del
Atrato Medio................................................................ ................................ .................. 295
15.2.3 ¿Qué es?................................................................ ................................ ........... 297
15.2.4 Misión ................................................................ ................................ ................ 297
15.2.5 Cobertura................................................................ ................................ ............ 297
15.2.6 Objetivos................................................................ ................................ ............ 300
15.2.7 Metas................................................................ ................................ .................. 300
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15.2.8 Relaciones del Sistema Regional para la Prevención y Atención de Desastres frente
a los niveles nacional, departamentales y locales. ................................ ......................... 302
15.2.9 Funciones del Sistema Regional para la Prevención y Atención de Desastres del
atrato medio ................................................................ ................................ .................. 304
15.2.10 Estructura administrativa................................................................ ................... 305
15.3. Hacia la formulación del plan estratégico regional para la prevención y atención de
desastres en el atrato medio................................................................ ...........................318
15.3.1 Pautas y orientaciones................................................................ ........................ 318
15.3.2 Estrategias................................................................ ................................ .......... 331
15.4. Requerimientos de equipos mínimos para el funcionamiento operativo del Sistema
Regional para la Prevención y Atención de Desastres del Atrato Medio .........................332
15.4.1 Sede central del Sistema Regional................................................................ ...... 332
15.4.2 Comités de Cuencas, Riberas y de Apoyo........................................................... 333
15.4.3 Comités Municipales para la Prevención y Atención de Desastres....................... 333
BIBLIOGRAFÍA ESPECÍFICA................................................................ ........................334
ANEXO VIII.1. JORNADA DE CAPACITACION INSTITUCIONAL Y COMUNITARIA
SOBRE PREVENCION Y ATENCION DE DESASTRES................................................335
ANEXO VIII.2. CONVENIO INTERADMINISTRATIVO ENTRE LOS MUNICIPIOS DE
VIGIA DEL FUERTE, MURINDO, BOJAYA, RIOSUCIO Y LA DIRECCION NACIONAL
PARA LA PREVENCION Y ATENCION DE DESASTRES DNPAD................................350
ANEXO VIII.3. FORMATOS DE ACUERDOS MUNICIPALES PARA CONSTITUCION DE
COMITES MUNICIPALES Y FONDOS PARA LA PREVENCION Y ATENCION DE
DESASTRES EN EL ATRATO MEDIO................................ ................................ ...........354
Anexo VIII.3.1 Modificación de los CLE................................................................ .......... 354
Anexo VIII.3.2 Facultades al alcalde para estudios de riesgos........................................ 356
Anexo VIII.3.3 Creación del Fondo para la Prevención y Atención de Desatres Municipal
................................................................ ................................ ................................ ...... 358
Anexo VIII.3.4 Reglamentación del Fondo para la Prevención y Atención de Desatres
Municipal ................................................................ ................................ ....................... 360
Anexo VIII.3.5 Convenio Interadministrativo para el Fondo Regional para la Prevención y
Atención de Desastres del Atrato Medio ................................................................ ........ 364
BIBLIOGRAFÍA ..................................................................................366
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LISTA DE FIGURAS
FIGURA 1.1 LOCALIZACIÓN ................................................................................21FIGURA 2.1 ESQUEMA DE LA EVOLUCIÓN DE UN GEOSISTEMA...................40FIGURA 2.2 CORREDORES DE DIQUES EN EL ATRATO MEDIO Y DE ÁREASDE INTERVENCIÓN EN TRIBUTARIOS..............................................................41FIGURA 2.3 SALIDA DE MATERIA (MADERA Y SEDIMENTOS) DESDE ELGEOSISTEMA DEL ATRATO................................................................................42FIGURA 2.4 POTRERIZACIÓN Y TALA DE ÁRBOLES........................................43FIGURA 3.1 CHOCÓ: NÚMERO DE ASENTAMIENTOS VS. NÚMERO DECASAS...................................................................................................................83FIGURA 3.2 SUBREGIÓN CENTRAL DEL ATRATO............................................84FIGURA 3.3 FORMACIÓN SOCIO-ESPACIAL MINERA.......................................85FIGURA 3.4 MODELO DE MINIFUNDIO DISPERSO ...........................................86FIGURA 3.5 GÉNESIS DE CABECINEGRO .........................................................87FIGURA 3.6 ESBOZO TIPOLÓGICO Y CATEGORÍAS DE ASENTAMIENTOS (A)Y (B).......................................................................................................................88FIGURA 3.7 SISTEMA COMARCAL GENERAL ...................................................89FIGURA 3.8 SISTEMA COMARCAL TÍPICO DE HÁBITAT FLUVIAL ...................90FIGURA 3.9 EVOLUCIÓN DE LOS CASERÍOS....................................................91FIGURA 4.1 LOCALIZACIÓN, ÁREA DEL PROYECTO Y ÁREA CON ANÁLISISDE LOS DESASTRES RECIENTES......................................................................98FIGURA 4.2 REPORTES DE DESASTRES, 1960 - 1996 .....................................99FIGURA 4.3 ACUMULATIVO DE LOS DESASTRES, 1960 - 1996.....................100FIGURA 4.4 TIPOLOGÍA DE LOS DESASTRES, 1960 - 1996 ...........................100FIGURA 4.5 INUNDACIONES, DESLIZAMIENTOS, AVENIDAS, VENDAVALES YMAREJADAS, 1960 - 1996..................................................................................101FIGURA 4.6 REPORTES DE DESASTRES HIDROMETEOROLÓGICOSMENSUAL MULTIANUAL, 1960 - 1996...............................................................102FIGURA 4.7 AFECTADOS POR DESASTRES, 1960 - 1996 ..............................103FIGURA 4.8 AFECTADOS POR DESASTRES, 1960 - 1996 ..............................104FIGURA 4.9 MUERTOS SEGÚN DESASTRES, 1960 – 1996 ............................104FIGURA 4.10 COMPARACIÓN DE LA POBLACIÓN DE LOS MUNICIPIOS......105FIGURA 5.1 MAPA GEOLÓGICO GENERAL .....................................................125FIGURA 5.2 MAPA GEOLÓGICO .......................................................................126FIGURA 5.3 MAPA DE OCURRENCIAS MINERALES .......................................127FIGURA 5.4 MAPA DE ÁREAS DE PROSPECCIÓN PETROLÍFERA ................128FIGURA 6.1 EVOLUCIÓN DEL NOROCCIDENTE SURAMERICANO Y DECENTROAMÉRICA EN LOS ÚLTIMOS 15 MILLONES DE AÑOS (DUQUE-CARO,1993)....................................................................................................................136FIGURA 6.2 MODELO DE COLISIÓN DE LOS BLOQUES NORANDINO YPANAMÁ (KELLOG ET AL, 1996) .......................................................................137
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FIGURA 6.3 MODELOS TECTÓNICOS Y PROVINCIAS GEOLÓGICAS DELNOROCCIDENTE SURAMERICANO (DUQUE-CARO, 1990) ............................138FIGURA 6.4 TERRENOS GEOLÓGICOS DE COLOMBIA Y FALLAS AL ESTEDEL BLOQUE CHOCÓ (TOUSSAINT, 1991)......................................................139FIGURA 6.5 MODELO TECTÓNICO DEL NW DE COLOMBIA Y PANAMÁ(JAMES, 1985).....................................................................................................140FIGURA 6.6 MODELO DINÁMICO DEL BLOQUE CHOCÓ (MEYER & MEJÍA,1997)....................................................................................................................141FIGURA 6.7 DISTRIBUCIÓN DE RÉPLICAS, INTENSIDADES Y PATRÓN DERUPTURA DE LOS SISMOS DE 1992................................................................142FIGURA 7.1 ESQUEMA PERFORACIÓN TAGACHÍ - MARGEN IZQUIERDA ...154FIGURA 7.2 TRINCHERA Y PERFORACIÓN EN BETÉ - MARGEN IZQUIERDA.............................................................................................................................155FIGURA 7.3 PERFORACIÓN VIGÍA DEL FUERTE - MARGEN DERECHA .......156FIGURA 7.4 PERFORACIÓN BELLAVISTA - MARGEN IZQUIERDA.................157FIGURA 7.5 PERFORACIÓN CURVARADÓ - MARGEN DERECHA .................158FIGURA 7.6 PERFORACIÓN SAUTATÁ 12M - MARGEN IZQUIERDA..............159FIGURA 7.7 NÚMERO DE GOLPES VS. PROFUNDIDAD .................................160FIGURA 7.8 LÍMITE LÍQUIDO VS. PROFUNDIDAD ...........................................160FIGURA 7.9 LÍMITE PLÁSTICO VS. PROFUNDIDAD ........................................161FIGURA 7.10 HUMEDAD NATURAL VS. PROFUNDIDAD.................................161FIGURA 8.1 IMAGEN METEOROLÓLOGICA, TÍPICA DE LA ZONA DE BAJAPRESIÓN DEL PACÍFICO (NOAA, 1997) ...........................................................170FIGURA 8.2 PERFIL LONGITUDINAL DEL RÍO ATRATO..................................171FIGURA 8.3 MAPA DE ESTACIONES METEOROLÓGICAS DE LA REGIÓN(IDEAM, 1997) .....................................................................................................172FIGURA 8.4 MAPA DE ESTACIONES HIDROLÓGICAS DE LA REGIÓN (IDEAM,1997)....................................................................................................................173FIGURA 8.5 VARIACIÓN DIARIA (AGO. - SEP.) Y VARIACIÓN MENSUALMULTIANUAL DEL RÍO ATRATO EN QUIBDÓ (IDEAM, 1997)..........................174FIGURA 8.6 VARIACIÓN MEDIA MENSUAL Y MEDIA MULTIANUAL DECAUDALES DEL RÍO ATRATO EN BOJAYÁ (IDEAM, 1997) .............................175FIGURA 9.1 SISMICIDAD EN LA REGIÓN DEL CHOCÓ - PANAMÁ.................182FIGURA 9.2 ACELERACIONES ESPERABLES EN COLOMBIA........................183FIGURA 9.3 ZONAS DE AMENAZA SÍSMICA EN COLOMBIA ..........................184FIGURA 9.4 VISTA DE EFECTOS DE LICUACIÓN EN MURINDÓ (OCTUBRE,1992)....................................................................................................................185FIGURA 9.5 LICUACIÓN MURINDÓ (OCTUBRE DE 1992) ...............................186FIGURA 9.6 AGRIETAMIENTOS Y LICUACIÓN EN LA CARRETERA A LOMASAISLADAS (OCTUBRE DE 1992)........................................................................187FIGURA 9.7 PANORÁMICA DE DESLIZAMIENTOS INDUCIDOS (TERREMOTOSDE 1992) CORDILLERA OCCIDENTAL AL E DE MURINDÓ .............................188FIGURA 9.8 DESLIZAMIENTOS INDUCIDOS (TERREMOTOS DE 1992)CUENCA DEL RÍO MURINDÓ ............................................................................189FIGURA 9.9 DESLIZAMIENTOS INDUCIDOS POR LOS TERREMOTOS DEOCTUBRE DE 1992, CORDILLERA OCCIDENTAL AL E DE MURINDÓ...........190
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FIGURA 10.1 EROSIÓN DE ORILLAS................................................................204FIGURA 10.2 MAPA PARCIAL DEL CURSO DEL RÍO ATRATO, 1816 .............205FIGURA 10.3 IMAGEN SPOT, DELTA EL RÍO ATRATO....................................206FIGURA 11.01 HISTOGRAMA DEL POTENCIAL BRUTO DE MOVIMIENTOS DEMASA...................................................................................................................218FIGURA 11.02 HISTOGRAMA DEL POTENCIAL RECLASIFICADO DEMOVIMIENTOS DE MASA ..................................................................................218FIGURA 11.1 CUENCA DEL RÍO MURINDÓ, HUELLAS DE PALIZADAS(IMÁGENES DE RADAR SIR-C TRASBORDADOR ESPACIAL, 1994).............221FIGURA 11.2 RÍOS JEJEDÁ Y TORQUITADÓ, HUELLAS DE PALIZADAS YREMANENTES DE DESLIZAMIENTOS (IMÁGENES DE RADAR SIR-CTRASBORDADOR ESPACIAL, 1994) .................................................................222FIGURA 12.1 RIOSUCIO, ÁREA URBANA .........................................................240FIGURA 12.2 PANORÁMICA DE RIOSUCIO......................................................241FIGURA 12.3 VISTA PARCIAL DE RIOSUCIO ...................................................242FIGURA 12.4 DETALLES DE USOS DEL SUELO Y EFECTOS DE SISMOS,RIOSUCIO ...........................................................................................................243FIGURA 12.5 NUEVO MURINDÓ, ÁREA URBANA ............................................244FIGURA 12.6 ANTIGUO MURINDÓ, ÁREA URBANA.........................................245FIGURA 12.7VIGÍA DEL FUERTE, ÁREA URBANA ...........................................246FIGURA 12.8 BOJAYÁ, ÁREA URBANA.............................................................247FIGURA 12.9 ÍNDICE DE IMÁGENES.................................................................248FIGURA 12.10 LOMA TEGUERRE......................................................................249FIGURA 12.11 RÍO CACARICA, FRONTERA CON PANAMÁ ............................250FIGURA 12.12 LOMAS AISLADAS......................................................................251FIGURA 12.13 LA HONDA ..................................................................................252FIGURA 12.14 LOMA DEL CUCHILLO ...............................................................253FIGURA 12.15 REGIÓN DE RIOSUCIO..............................................................254FIGURA 12.16 MUNICIPIO DE RIOSUCIO.........................................................255FIGURA 12.17 RÍOSUCIO EN PAVARANDÓ .....................................................256FIGURA 12.18 DOMINGODÓ Y BOCAS DE CURVARADÓ ...............................257FIGURA 12.19 RÍO CHINTADÓ ..........................................................................258FIGURA 12.20 RÍO JIJUAMIANDÓ .....................................................................259FIGURA 12.21 VIGÍA DE CURVARADÓ Y LA GRANDE ....................................260FIGURA 12.22 NUEVO MURINDÓ......................................................................261FIGURA 12.23 ANTIGUO MURINDÓ ..................................................................262FIGURA 12.24 BOCA DE MURINDÓ - TORRIQUITADÓ....................................263FIGURA 12.25 BRAZO MONTAÑO, OPOGODÓ E ISLA DE LOS PALACIOS...264FIGURA 12.26 BRAZO DE MURINDÓ, SITIO EL LANA .....................................265FIGURA 12.27 NAPIPÍ.........................................................................................266FIGURA 12.28 BOJAYÁ Y VIGÍA DEL FUERTE .................................................267FIGURA 12.29 RÍO MURRÍ - BOCAS DEL MURRÍ .............................................268FIGURA 12.30 RÍO MURRÍ - LA PLAYA .............................................................269FIGURA 12.31 CORREGIMIENTO BOJAYÁ O LA LOMA...................................270FIGURA 12.32 SAN JOSÉ DE LA CALLE - BUCHADÓ - LA BOBA....................271FIGURA 12.33 PUERTO ARQUÍA.......................................................................272
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FIGURA 12.34 RÍO ARQUÍA - VEREDA MEDELLÍN...........................................273FIGURA 15.1 REDES INSTITUCIONALES Y COMUNITARIAS PARA LAPREVENCION Y ATENCION DE DESASTRES EN EL ATRATO MEDIO ..........317FIGURA 15.2 EVALUACIÓN INTEGRAL DE AMENAZAS Y RIESGOSNATURALES .......................................................................................................324
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LISTA DE TABLAS
TABLA 2.1 CORREDORES DE INTERVENCIÓN HUMANA EN AFLUENTES DELATRATO MEDIO....................................................................................................32TABLA 2.2 DISPONIBILIDAD DE DIQUES ALUVIALES EN CERCANÍAS DEPOBLADOS. ..........................................................................................................33TABLA 2.3 DENSIDADES DE POBLACIÓN (HAB/KM2). ......................................34TABLA 3.1 POBLACIÓN DE "PROVINCIA DE CITARÁ", 1778.............................48TABLA 3.3 SURGIMIENTO Y DESAPARICIÓN DE POBLADOS DEL ATRATOMEDIO (MUESTRA). .............................................................................................63TABLA 3.4 INMIGRACIÓN HACIA LA ZONA (1988).............................................68TABLA 9.1. SISMOS MAYORES EN EL NW DE COLOMBIA.............................178TABLA 11.1 FICHA TÉCNICA DE LOS MODELOS INTERMEDIOS...................209TABLA 11.2 CLASIFICACIÓN DE PENDIENTES NATURALES DEL TERRENO.............................................................................................................................211TABLA 11.3 MODELO DE LLUVIAS....................................................................213TABLA 11.4 MODELO DE FORMACIONES GEOLÓGICAS SUPERFICIALES..214TABLA 11.5. VALORES OBTENIDOS EN EL MODELO DE POTENCIAL DEMOVIMIENTOS DE MASA Y CLASIFICACIÓN FINAL........................................216TABLA 12.1. POBLACIÓN DE LOS MUNICIPIOS EN LOS ÚLTIMOS CENSOS234TABLA 12.2. ÁREAS Y DENSIDADES DE POBLACIÓN ....................................235TABLA 12.3 LA EXPOSICIÓN DE LAS POBLACIONES FRENTE A LASAMENAZAS .........................................................................................................236TABLA 15.1 CUENCAS Y COMUNIDADES........................................................298
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LISTA DE ANEXOS
A1. Adquisición de información temática y tratamiento de cartografía básica y
temática (Metodología)
A2. Memoria técnica del tratamiento de imágenes de radar básica y temática
(Metodología)
A3. Memorias y documentos sobre el poblamiento del Atrato
A4. Catálogo macrosísmico
A5. Catálogo sísmico instrumental
A6. Catálogo de desastres históricos
A7. Información hidrometeorológica
A8. Portafolio de inversiones para el desarrollo sostenible en el Atrato Medio
A9. Cartografía (Mapas y Radarmapas)
A10. Informe en formato digital (CD-ROM)
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OBJETIVOS Y ENTORNO
1. EL TERRITORIO Y EL ESPACIO CONCEBIDOS Y
CONSTRUÍDOS
1.1 Antecedentes.
En octubre 17 y 18 de 1992 ocurrieron, en la región del Atrato Medio, dos
terremotos de magnitudes 6.6 y 7.2 con profundidades menores de 20 km. Los
sismos produjeron daños extensos en las viviendas e infraestructura de la zona y
en el medio ambiente; principalmente por extensos movimientos de masa que
afectaron las vertientes de la Cordillera Occidental y de la Serranía de Abibe -
aproximadamente desde el río Arquía hasta cercanías de Chigorodó- a lo largo de
unos 150 km. De la misma manera, en distancias equivalentes, los depósitos
aluviales recientes, principalmente los diques a lo largo del Atrato, sufrieron el
fenómeno de licuefacción, mediante el cual los suelos momentáneamente se
comportan como un líquido y pierden capacidad de soportar pesos. Por ser los
únicos lugares (a lo largo del Atrato) aptos para la agricultura y el emplazamiento
de viviendas y poblados, prácticamente toda la infraestructura y viviendas
existentes en la zona, sufrieron extensos daños. Los daños se concentraron en la
región epicentral, en el casco urbano de Murindó y en poblaciones como San José
de La Calle, Veracruz, La Grande, Mutatá y Bajirá. (Meyer et al, 1993).
Una síntesis de los daños, según Ramírez y Bustamante (1996: 216-220) se
presenta a continuación:
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� Bojayá y Riosucio: 1,801 viviendas destruídas. 128 en los cascos urbanos,
1,680 en áreas rurales y 55 en comunidades indígenas; con un costo estimado
de reconstrucción de 4.3 millones de dólares.
� Murindó y Vigía del Fuerte: en el casco urbano de Murindó prácticamente todas
las edificaciones e infraestructura fueron destruidos. En total, ambos
municipios perdieron 749 viviendas y, junto con otros del Occidente de
Antioquia y Urabá en donde el casco urbano más afectado fue el de Mutatá,
sumaron pérdidas por 7.5 millones de dólares.
� En Medellín el avalúo parcial de pérdidas, principalmente en infraestructura
educativa, fue de 13.7 millones de dólares.
� En síntesis, sin contar daños en otras poblaciones como Quibdó y aún en
ciudades como Cali a más de 300 Km de distancia, las pérdidas calculadas
ascendieron a 25.5 millones de dólares.
Ahora bien, pese a que en proporción las pérdidas económicas cuantificadas
fueron menores en los 4 municipios del Atrato Medio (Bojayá, Vigía del Fuerte,
Murindó y Riosucio), 5 años después todavía se encuentran en fase de
recuperación - desarrollo, para lo cual el Programa de las Naciones Unidas para
el Desarrollo - PNUD, en Convenio con la Dirección Nacional para la
Prevención y Atención de Desastres – DNPAD, denominado “Proyecto Col
95/009/10, Apoyo a la Recuperación de la zona afectada por el Terremoto del
Atrato Medio en 1992”, con comunidades e instituciones de los órdenes local y
regional de Chocó y Antioquia, con el apoyo de instituciones nacionales, del sector
público, ONG’s y del sector académico.
Por región del Atrato Medio adoptamos aquí la del Proyecto del PNUD (los cuatro
municipios mencionados), aunque desde el punto de vista físico-natural incluye
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territorios de la cuenca media y baja del Atrato, así como las cuencas de los
tributarios Arquía, Murrí, Bojayá, Napipí, Opogadó, Murindó y Jiguamiandó.
La necesidad de apoyar la recuperación de la zona se documenta en el Anexo 8,
“Portafolio de Inversiones para el Desarrollo Sostenible del Atrato Medio” según el
cual, con base en información del PNUD, 634 familias de población negra y
mestiza en el Chocó y 378 en Antioquia, así como 447 familias indígenas en
Chocó y 234 en Antioquia, no se han beneficiado de los subsidios estatales para la
reconstrucción y/o mejoramiento de sus viviendas.
1.2 Localización y región de estudio.
Los municipios de Bojayá y Riosucio (Chocó) y Vigía del Fuerte y Murindó
(Antioquia), objeto del Proyecto Col 95/009/10 se localizan en la región
noroccidental de Colombia, sobre las porciones media y baja de la cuenca del río
Atrato (Fig. 1.1), entre las vertientes de la Cordillera Occidental, de la Serranía del
Baudó y de la Serranía del Darién, en límites con Panamá.
Aún cuando el territorio objeto de análisis comprende la jurisdicción de los cuatro
municipios, en este estudio de las amenazas por fenómenos naturales y de
elementos de vulnerabilidad y riesgos optamos por acopiar, procesar y generar
información para un área más amplia que incluye porciones de territorio de otros
municipios como Quibdó, Bahía Solano, Juradó, Unguía, Turbo, Apartadó,
Chigorodó y Mutatá. La ampliación del área de estudio permite colocar los
territorios específicos de los municipios objeto en un contexto de carácter más
regional, de tal manera que fenómenos amenazantes y actividades humanas que
influyen sobre ellas, e incluso las generan o dinamizan -como es el caso de
efectos de los usos del suelo con actividades extractivas- permitan a los usuarios
pensar y concebir el territorio que habitan, y el espacio vital que construyen, de
manera más regional y panorámica.
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En este Capítulo se introduce la diferencia entre espacios físicos o geográficos (el
territorio y sus dinámicas naturales), entendidos como las bases materiales que
ofrece la naturaleza, y la creación del espacio como un producto concebido por la
sociedad o las culturas que lo habitan (p. ej., Guhl, 1992:18; Isacsson, 1994, 1-10,
según Jimeno et al, 1995: 79-80).
Esta diferenciación entre espacio concebido y construido (o, mejor, en permanente
construcción), será útil para aportar a una visión de las dinámicas del poblamiento
y del uso del medio ambiente por parte de diversos actores en la región del Atrato
Medio, en el contexto de ofertas ambientales y de la construcción de
vulnerabilidades y riesgos frente a los fenómenos propios de la dinámica natural
en la región.
Pero las nociones de “espacio concebido” y de “espacio construido” pueden ser
diversas, incluso antagónicas, dependiendo quienes lo conciban y construyan. Así,
para los emberá, (según Isacsson, 1994: 1-10 en Jimeno et al, 1995: 80): “El río
donde habitan los emberá es su propia boca. En el pensamiento emberá la
creación es cobrar existencia como sonido, como palabras. El shamán, Karagabí
el creador, y el río, comparten la misma canción de creación, la canción del río en
donde la melodía es la sociedad humana y el mundo mismo, una canción
compartida entre el hombre y su entorno... Separar el río del hombre es separar al
hablante del habla, silenciar la existencia”; mientras para las comunidades negras
es el territorio familiar, veredal o comarcal, en el cual se vive y se cultiva (Cap. 3);
para los colonos de inmigración reciente (cordobeses o “chilapos”), es una opción
o refugio para la vida; para los madereros una opción de riqueza extractiva (Ríos,
1995: 93-108); para los ambientalistas nacionales e internacionales, un territorio
digno de ser declarado y mantenido como patrimonio natural de la humanidad,
como ya ha sido declarado por la UNESCO en 1994. Y, en medio de todos, una
región en donde se traslapan, a veces de manera excluyente, resguardos
indígenas, territorios colectivos de comunidades negras, concesiones y permisos
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forestales y mineros, límites municipales y departamentales, y diversos grupos que
expresan sus ideas con la fuerza.
1.3 Objetivos del Proyecto PNUD-DNPAD.
El “Proyecto Col 95/009/10 inició actividades en el segundo semestre de 1995 y,
meidante un trabajo concertado con instituciones y comunidades produjo el Plan
Operativo Anual 1996 – POA/96, en el cual se identificaron estrategias y acciones
orientadas a generar impacto regional, más que local o individual, a propender por
la equidad en el mejoramiento de la calidad de vida de la población e identificó
como áreas de intervención la Física, Socioeconómica y de Prevención.
Las áreas física y socioeconómica han desarrollado diversas actividades como
dotación y mejoramiento de vivienda para comunidades negras y de tambos para
comunidades indígenas, dotación de sistemas apropiados de captación de aguas
lluvias, sedes comunitarias, conformación de una empresa regional para la
producción y comercialización de productos de la zona, creación y fortalecimiento
de grupos comunitarios con propósitos de prevención de desastres e impulso a
investigaciones sobre el aprovechamiento integral de los recursos del bosque.
1.4 Objetivos del Estudio.
1.4.1 Objetivo general.
Este Estudio se inscribe en el área de Prevención definida en el POA/96 y tiene
como objetivo general “Desarrollar información técnico-científica sobre amenazas,
vulnerabilidades y riesgos para la zona del Atrato Medio”.
1.4.2 Objetivos específicos.
� Proveer la información cartográfica básica regional a diversas escalas de
resolución, incluyendo las cuencas de los ríos Arquía, Murrí, Bojayá, Napipí,
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Murindó, Opogadó y Jiguamiandó, así como las cabeceras municipales, en
formato analógico y digital.
� Levantar la información sobre amenazas (sísmica, hidometeorológicas,
deslizamientos), a partir de información suministrada por otras entidades y de
la interpretación de imágenes de sensores remotos.
� Evaluación semidetallada de las amenazas, ofertas y restricciones a los usos
del suelo y formulación de criterios para la expansión urbana en las cabeceras
municipales y su área de influencia, utilizando imágenes de sensores remotos.
� Analizar cambios en los usos del suelo y prospección de su evolución bajo
condiciones de amenaza y vulnerabilidad.
� Analizar factores estructurales y no estructurales del riesgo y analizar y
dimensionar los conflictos Población – Naturaleza.
� Transferir la metodología del proyecto a instituciones regionales de desarrollo.
1.5 Productos esperables y resultados específicos.
Acorde con los objetivos específicos, los productos del estudio son:
1.5.1 Cartografía básica, integrada, de la región.
Resultados logrados. A partir de información cartográfica disponible de ESRI, del
HIMAT y de otras fuentes, a escalas entre 1:1’000,000 y 1:500,00, así como de las
planchas suministradas por el IGAC, en formato del DMA (escala 1:100.000),
éstas últimas se integraron digitalmente y se estructuraron en formato de Sistema
de Información Geográfica – SIG, 12 planchas que cubren un área de 28,800 km2 .
El área con cartografía integrada incluye la región de Urabá, la Serranía del Baudó
y los límites con Panamá, más allá del área de los cuatro municipios del proyecto.
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De esta manera se satisface el objetivo de proveer una visión regional, de utilidad
para otros usuarios quienes pueden utilizarla para fines de planificación del
desarrollo y usos del suelo. Esta cartografía regional incluye tres tipos de escala, y
sus productos se encuentran tanto en formato digital (SIG) como impresos en el
Anexo 9 “Cartografía):
a). Escala regional 1:1’000,000. Incluye los mapas 1 hasta 8 del Anexo 9:
Cartografía básica, modelo de pendientes del terreno, modelo de distribución de
lluvias (isoyetas), geología, y el Potencial de Movimientos de Masa en el NW de
Colombia (a escala 1:500,000), etc.
b). Escala 1:250,000. Incluye dos productos que muestran la distribución de
carácterísticas físicas y del relieve regional: b.1): el Radarmapa básico (No. 10,
Anexo 9) que es una integración de la información cartográfica del IGAC-DMA con
el mosaico resultante del tratamiento digital de doce imágenes de radar
suministradas por el Proyecto Zonificación Ecológica Regional del Pacífico
Colombiano (IGAC, Subdirección de Geografía); b.2): Radarmapa modelo del
relieve (No. 11, Anexo 9), producto del modelamiento digital de curvas de nivel
fusionado con las imágenes de radar; b.3): Radarmapa geología (No. 12, Anexo
9), resultado de digitalizar y empalmar los mapas geológicos disponibles de
Antioquia y Chocó y de su fusión con el mosaico de las 12 imágenes de radar.
c). Escala 1:100.000. Para toda la región cubierta por las 12 planchas a escala
1:100.000 se procesaron las respectivas imágenes de radar sobre las cuales se
integró el contenido cartográfico de cada plancha (infraestructura, poblaciones,
curvas de nivel, drenajes y cuerpos de agua, toponimia). Esto incluye las 7
cuencas del Proyecto más áreas de otras como las de los ríos Bebará, Buey,
Domingodó, Truandó, Riosucio, León y Salaquí.
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1.5.2 Cartografía de amenazas y tipificación de escenarios de vulnerabilidad.
Resultados logrados. Algunas amenazas, como la sísmica, tienen una
distribución regional homogénea, en el área del Proyecto, en términos de las
aceleraciones esperables (Capítulo 9). Sin embargo, sus efectos potenciales, los
deslizamientos y licuación de suelos pueden ser identificados a partir de modelos
regionales, de distribución de terrenos propensos y de antecedentes históricos.
Para las amenazas meteorológicas (lluvias torrenciales, vendavales, tormentas
eléctricas) no se dispone de información suficiente, que posibilite realizar
zonificaciones aceptables, razón por la cual sólo se pueden tratar a escala de
bases de datos por municipios (Cap. 4). Sin embargo, mediante análisis de las
imágenes de radar, de la cartografía y de observaciones de campo si se pueden
tratar amenazas hidometeorológicas, tales como avenidas torrenciales,
inundaciones, erosión de orillas, sedimentación y cambios de cauce. En el
Capítulo 11 se desarrolla el modelamiento del potencial de deslizamientos en la
región cuyos resultados se encuentran en el Mapa No. 9 del Anexo 9. Las
amenazas hidrometeorológicas, tratadas en la Sección IV.2, se representan en
los mapas 27.1 y 27.2 “Zonificación de Amenazas”, representadas a escala
1:100,000. Para esta Zonificación también se tuvo en cuenta la información de
otras variables, como las condiciones geológicas y sismotectónicas (Capítulos 5 y
6), las características geotécnicas de los diques del Atrato (Cap. 7) y los datos
hidrometeorológicos disponibles (Cap. 8).
1.5.3 Criterios y recomendaciones para usos urbanos del suelo.
Criterios y recomendaciones sobre amenazas, vulnerabilidades y riesgos para los
estatutos de usos del suelo y formulación de criterios para la expansión urbana en
las cabeceras municipales y su área de influencia, utilizando imágenes de
sensores remotos, y
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1.5.4 Variables a tener en cuenta para los planes de prevención y mitigación.
Resultados logrados. Los resultados de los objetivos 3 y 4 se presentan tanto a
escala regional como para las cabeceras municipales y los demás asentamientos
sobre el Atrato y sus afluentes. Estos resultados se produjeron en consideración
de varios factores y fuentes de información:
a). Análisis del poblamiento (Capítulo 3), en el cual destacan las limitaciones
físicas para asentamientos de gran tamaño y la movilidad de los mismos,
principlamente por causa de la dinámica fluvial.
b). Efectos de fenómenos amenazantes que han tenido efectos severos (Capítulo
4, Anexos 4 y 6).
c). La cartografía de amenazas y su análisis en función de las cabeceras
municipales y demás núcleos de población (Sección V, Capítulo 12).
d). La integración de las variables amenazantes y de localización de centros
poblados, tratados en la Sección V, Capítulo 12.
e). Aún cuando en todo el documento se hizo énfasis en ilustrar gráficamente
sobre las variables y condiciones ambientales de la región, esto es particularmente
válido para estos objetivos que están más profusamente ilustrados en las 34
figuras que acompañan al Capítulo 12, 25 de ellas orientadas a facilitar el
reconocimiento de las características y dinámicas que se observan en las
cabeceras, los núcleos poblados y sus alrededores.
1.5.5 Sistema Regional para la Prevención y Atención de Desastres del
Atrato Medio.
Resultados logrados. Mediante la participación de la Trabajadora Social María
Cristina Valencia Villada, en estrecha cooperación con el Coordinador del
Proyecto Col 95/009/10, Dr. José Gabriel Jiménez, se produjo el documento
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
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“Sistema Regional para la Prevención y Atención de Desastres en el Atrato
Medio”, que corresponde a la Sección VIII de este Estudio (Cap. El documento es
un aporte al Sistema Nacional para la Prevención y Atención de Desastres de
Colombia en varios aspectos:
a). Se genera desde una concepción que reconoce al Atrato Medio como una
región con características humanas, institucionales, socioeconómicas y fisico-
naturales similares, aunque dependientes en lo político-administrativo de dos
unidades diferenciadas (Departamentos Chocó y Antioquia). Esta concepción es
también producto de las vivencias directas, durante más de dos años, de
funcionarios del Proyecto en la zona, así como de reuniones de trabajo y con los
actores comunitarios e institucionales en cada municipio, cada núcleo poblado y
cada cuenca. Es, entonces, una propuesta que nace desde la región misma.
b). En concordancia con lo anterior se trata de un Sistema acorde con las visiones
y opciones de prevención mitigación en la zona y no de un esquema que se
pretende implantar desde fuera de ella.
c). Tiene el potencial de convertirse en un instrumento para ligar el tema de la
prevención y mitigación a las políticas de desarrollo, particularmente de opciones
de desarrollo sostenible, con participación y capacidades de decisión por parte de
los actores de la región.
d). El Sistema Regional por sí mismo y en sus opciones de realización contiene
propuestas específicas que aportan a actualizar la legislación y los instrumentos
del Sistema Nacional, con potencial de ser replicado en otras regiones del país en
donde los esquemas vigentes no han sido operantes.
1.5.6 Instrumentos de medición de variables ambientales amenazantes.
Resultados logrados. El Estudio permitió agrupar en un documento la mayor
parte de información disponible en el país sobre instrumentos y redes de
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observación de variables ambientales amenazantes. El principal resultado es
ilustrar sobre un acusado déficit espacial y temporal de instrumentos y redes de
observación y de monitoreo ambiental. Esto es particularmente crítico para las
variables hidrometeorológicas. En la Sección VI se presentan recomendaciones
para el monitoreo ambiental en la región.
1.5.7 Transferencia de la metodologia.
Resultados logrados. Se preveía, durante la ejecución del Estudio, la realización
de talleres de transferencia metodológica a los usuarios regionales de la
información científico – técnica del Proyecto Col 95/009/10, Codechocó y
Corpourabá. Esto se logró muy parcialmente mediante la realización de un taller
en Cali, en el cual básicamente se ilustró a funcionarios de las Corporaciones
sobre el Proyecto. A partir de este primer Taller se firmó una Carta de Intención
entre Codechocó y el OSSO, mediante la cual la Corporación está recibiendo
rutinariamente información sobre sismicidad de la región. Posteriormente, en
agosto de 1997, se realizó un Taller en Medellín con participación de 50
representantes de comunidades e instituciones locales y nacionales. Para este
Taller se preparó el documento “Portafolio de inversiones para el desarrollo
sostenible” (Anexo 8). En el Taller surgieron iniciativas para impulsar en el
Gobierno Central declaratoria y acciones para considerar al Atrato Medio como
una zona de interés prioritario del país.
Para garantizar la transferencia metodológica y la disposición de la información y
resultados de este Estudio, él incluye dos tipos de insumos:
a). Toda la información acopiada, procesada y generada, tanto en bases de datos
como cartográfica, se entrega en formato magnético, incluída la estructuración en
SIG para el tratamiento de cartografía básica, temática y de resultados.
Adicionalmente, se entrega al Proyecto Col 95/009/10 copia en papel del informe y
de la cartografía y anexos.
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b). Se incluyen los desarrollos metodológicos para el tratamiento de la cartografía
y de las imágenes de sensores remotos (Anexos 1 y 2), así como la desarrollada
para los análisis de amenazas, incluídos en las Secciones y Capítulos respectivos.
1.6 Información, instrumentos y métodos.
Las regiones del Pacífico colombiano y del Chocó son singulares también en
términos de la información básica y temática disponible. Dos características
marcan la existente. Por un lado, su cobertura espacial no es igualmente continua
-ni siquiera a escalas regionales como 1:500.000- aún cuando varios proyectos en
proceso están supliendo esta deficiencia (p. ej., el de Zonificación Ecológica
Regional del Pacífico Colombiano - IGAC y el Programa de Acción Forestal para
Colombia); y por el otro, además de déficits de cobertura, los datos disponibles
para variables ambientales, por ejemplo las hidrológicas y climáticas, como se
discute en el Capítulo 8, no tienen suficiente cobertura temporal.
En ello influyen diferentes factores que van desde el aislamiento de la región y sus
condiciones climáticas extremas, hasta una falta de políticas de Estado para que
las instituciones responsables mantengan y expandan sus acciones, sumado a
condiciones de supervivencia precaria y analfabetismo. A pesar de esto, y tal vez
por lo singular del hábitat y de los pueblos que lo habitan, resulta paradójico que
en algunos temas, por ejemplo el clima y la tectónica, sea una de las regiones
sobre las cuales hay más estudios y modelos, generalmente contradictorios y a
veces con base en los mismos y pocos datos básicos disponibles.
En estas condiciones, y para alcanzar los objetivos propuestos en el proyecto el
OSSO acopió información básica y temática, incluidos estudios previos sobre
aspectos específicos (geología, sismicidad y tectónica, hidrología y climatología) y
realizó un acuerdo con el Instituto Geográfico Agustín Codazzi, que a través de la
Subdirección de Geografía y del Proyecto Zonificación Ecológica Regional del
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Pacífico Colombiano, aportó información imprescindible para la producción de este
informe.
Específicamente, y debido a la casi permanente cobertura de nubes, mediante
Carta de Intención con el IGAC se pudo acceder a imágenes de radar
aerotransportado (INTERA, 1992), que complementadas con la cartografía
disponible a escala 1:100.000 (IGAC-DMA, 1997) y en comparación con
información temática, permitieron integrar, procesar, interpretar y producir la
cartografía adjunta (ver, Mapas y Radarmapas a escala 1:250.000 y 1:100.000, en
el Anexo 9, y las Figuras 12.1 hasta 12.34 del Capítulo 12).
En la producción de este documento se han combinado instrumentos y métodos
que incluyen acopio, revisión y procesamiento de información básica y temática,
análisis de bases de datos y series de información, integración digital y tratamiento
de cartografía mediante Sistemas de Información Geográfica y producción de
cartografía temática sobre variables ambientales y amenazas, así como
procesamiento de imágenes de sensores remotos, principalmente imágenes de
radar aerotransportado (INTERA, 1992) y de transbordadores espaciales (SIR-C,
1994).
1.7 Atrato Medio: búsqueda del futuro.
El Atrato Medio puede ser definido de múltiples maneras: una inmensa cubeta de
verdes y de aguas en donde se reflejan, entre las curvas del río y las ciénagas
aledañas, los destellos de un sol que atraviesa nubes cargadas de lluvia; un
enorme serpenteo de diques de limos y arenas en donde los bosques conviven
con la gente, junto a la corriente del “río más caudaloso del mundo” y los
remansos detenidos de sus aguas detrás de las viviendas y cultivos; un lugar de la
geografía apenas cruzado por las líneas rectas propias de lo que consideramos
desarrollo; un espacio vacío e inútil apenas explorado por la cartografía:
conjugación de descomunales aguaceros, de ríos torrentosos que en su descenso
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desde las cordilleras apuran la lentitud aparente del Atrato, de frecuentes
inundaciones y ocasionales terremotos, de cambios en los cursos del agua
siempre buscando un camino hacia su destino, de cantidad de especies vegetales
y animales y de las comunidades, todo ello sonoramente nombrado con palabras
como Murrí, Bojayá, Napipí, Murindó (el río de palos), Jiguamiandó, Truandó,...
Pero el Atrato Medio supera a las definiciones meramente geográficas: es, a la
vez, una región con características naturales singulares e identificables en donde
los procesos del medio ambiente son altamente dinámicos, y el espacio es
concebido y construido por diversos pueblos y culturas. Es un espacio límite entre
las concepciones occidentales del desarrollo, que operan según visones y
“necesidades” de aprovechamiento rápido de sus recursos y las concepciones y
oportunidades de supervivencia de las poblaciones indias, negras y mestizas que
lo habitan. Hace parte, también a la vez, de ese entre puente y abismo que une y
separa a las Américas. Es como un ser hermoso y enigmático que causa atracción
y rechazo para quienes lo ven desde afuera.
Sí, el Atrato Medio es también una región. Allí también se vive y se ama, y con
sólo cruzar el río, cada niño, cada mujer, cada anciano, arriban sin falta a la orilla
de una sonrisa familiar, cualquiera sea la necesidad o el pretexto, independiente
de las denominaciones y jurisdicciones político-administrativas que las aguas no
retienen y que los verdes del bosque o el azul del cielo, como ellos, no distinguen.
Sí, este es un espacio tan posible y real como los pueblos que lo habitan.
Allí, en esa región compartida (¿o separada?) por divisiones político-
administrativas de Chocó y de Antioquia (y, más allá, por Colombia y Panamá),
con este proyecto esperamos estar ayudando a poblar la región con cartografía
indicativa sobre las amenazas y riesgos derivados de fenómenos naturales. La
información generada podrá ser de utilidad para planificar los usos del suelo,
obras de infraestructura y asentamientos poblacionales en ésta, una zona donde
el espacio habitable (los diques naturales a lo largo de los ríos, las terrazas y otros
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
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depósitos aluviales de afluentes del Atrato), es el mismo disponible para la
agricultura. Recientes tecnologías, específicamente imágenes satelitales de radar
que permiten penetrar la permanente cobertura de nubes, se han utilizado para
proveer a instituciones (CODECHOCÓ, CORPOURABÁ, gobernaciones,
alcaldías) y a los pobladores y sus organizaciones, de una imagen integral de la
región. La condición para que los insumos y productos de este estudio sean
apropiados y usados por ellos está delimitada por su distribución y socialización
entre los diversos actores sociales e institucionales.
El proyecto del PNUD incluye un portafolio de inversiones para el desarrollo
sostenible del Atrato Medio (cuya primera versión se encuentra en el Anexo 8),
mediante el cual se proyectan actividades de investigación y ejecución de
proyectos que aspiran a cambiar la visión del desarrollo de la región desde una
perspectiva netamente extractiva, que enriquece sin aportar desarrollo, hacia
opciones de simbiosis entre las comunidades y las ofertas de recursos de su
medio ambiente.
Entre las muchas preguntas por dilucidar, directamente ligadas al futuro de la
región, algunas de vital importancia son: ¿cúales son las tasas de actividad
tectónica y de evolución geomorgológica e hidrúlica?; ¿existe alguna relación
entre deslizamientos y palizadas generadas por los terremotos de octubre de 1992
y la inundación permanente que entre 1994 y 1996 afectó a la zona, por ejemplo
en el Nuevo Murindó?; ¿cómo, si ello es posible, conciliar obras de ingeniería
como vías y canales con una geología dinámica, un clima de hasta más de 12,000
milímetros de lluvia al año, la colonización y deforestación consecuentes, con la
salvaguardia de patrimonios etnoculturales y ecológicamente singulares?; ¿cómo
están variando las tasas de erosión y sedimentación en el Atrato y sus afluentes?;
¿cúales son las variaciones potenciales en el régimen climático de la región según
diversos escenarios de intervención y deforestación?. Estas junto con otras
preguntas, sólo tendrán respuestas científicas cuando la región sea poblada,
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además, con programas continuos y de largo plazo de observación, monitoreo e
investigación de las variables ambientales.
1.8 Principales resultados y conclusiones.
Como resultados principales de este estudio, que el usuario podrá ir reconociendo
a lo largo de cada uno de los Capítulos (con base en la información acopiada y
procesada, incluyendo el disponer ahora de una visión panorámica de la región y
de imágenes semidetalladas sobre las áreas urbanas y de las principales
porciones del territorio sobre las cuales se asienta la población rural, campesina e
indígena), en el contexto de condiciones geológicas, tectónicas, climáticas y de
ecosistemas altamente dinámicos y, por lo tanto frágiles, se encuentran:
Un nivel de amenazas regionales y locales alto, producto de las dinámicas
tectónica, climática y hidrológica, frente al cual los pobladores han adoptado
estrategias propias de adaptación (construcciones flexibles, en muchos casos
provisionales, traslados de poblados, disposición de varios “colinos” o chagras.
La evidencia, documentada, de masivas actividades extractivas principalmente en
los municipios de Riosucio y Murindó, que inducen cambios acelerados en las
condiciones ambientales incluidos los suelos, las aguas y los bosques con sus
faunas asociadas.
El uso, por actividades humanas, del espacio físico hasta más allá de los límites
de los terrenos menos sujetos a amenazas cuasiperiódicas, como las
inundaciones y avenidas torrenciales, en las cuencas de los principales
tributarios del Atrato (Salaquí, Truandó, Riosucio, Jiguamiandó, Murindó,
Bojayá, Murrí, Arquía, etc.) y el inicio de actividades extractivas y de
colonización en otros como el Domingodó.
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La limitada disponibilidad de terrenos aptos para fines agrícolas, especialmente de
diques periódicamente inundables a lado y lado del Atrato.
Severas limitaciones espaciales, físico-naturales para la expansión urbana de las
cabeceras municipales en condiciones de las menores exposiciones (y por lo
tanto vulnerabilidades) posibles frente a fenómenos amenazantes.
Este conjunto de conclusiones conllevan, como resultado, a otras no menos
importantes:
Los modelos de usos del suelo, las prácticas propias de una economía
principalmente extractiva y la dinámica del crecimiento demográfico, parecen
haber llegado a un umbral en el cual las ofertas naturales del territorio han sido
excedidas por los usos agrícolas y extractivos de las tierras disponibles. Los
reductos existentes pueden agruparse en tres categorías principales: a). Áreas
de cativales y de otros bosques en zonas planas, parcialmente inundables de
los ríos Domingodó y Jiguamiandó (y áreas bajas, alejadas de los actuales
cursos, de los depósitos aluviales de otros como el Murindó, Chajeradó, Murrí y
Arquía), todos ellos recibiendo presión por actividades extractivas. b). Áreas
planas inundables, panganales y ciénagas, con procesos activos de
sedimentación, principalmente en la Depresión del Atrato, en la región del los
brazos Murindó y Montaño. c). Áreas de colinas y de montaña sobre las
Serranías del Baudó y del Darién y de la Cordillera Occidental.
La supervivencia de los pobladores nativos (p. ej. , comunidades indígenas y
negras), además de la de los ecosistemas que habitan, está amenazada en un
futuro cercano, quizás tan corto como una o dos generaciones, si ellas, el
Estado, instituciones no gubernamentales y la empresa privada no cambian
radicalmente los modelos de usos del suelo, las prácticas económicas
extractivas vigentes y, por supuesto, si no se dispone de modelos alternativos
para la comprensión del espacio y para la construcción del territorio. Algunos
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de estos modelos han existido tradicionalmente en la zona, por ejemplo en
términos de las concepciones de las comunidades indígenas y de los usos
agrícolas por parte de comunidades negras; aunque quizás estén muy cerca
de perderse.
En términos de las amenazas, vulnerabilidades y riesgos por fenómenos
naturales, las conclusiones más específicas que las anteriores, son:
El potencial de deslizamientos (disparados por lluvias intensas o por sismos)
puede preverse como de cobertura regional tanto en las vertientes de la
Cordillera como de las serranías. Sin embargo, procesos de deforestación
pueden conducir en el futuro a incrementar el número y frecuencia de
movimientos de masa, específicamente por el alto potencial de lluvias intensas
en la región. Los deslizamientos y sus fenómenos consecuentes (palizadas,
represamientos y avenidas torrenciales, aumento de sedimentos), seguirán
afectando a toda la región y, de manera más severa como ha ocurrido en el
pasado, a poblaciones y bienes localizados sobre los abanicos aluviales de los
afluentes del Atrato.
El potencial de sismos fuertes, con aceleraciones extremas, también puede
definirse como alto. Toda la región se encuentra entre las de mayor potencial
de liberación de energía sísmica esperable en Colombia. Por ello, y porque la
constitución y características de los terrenos utilizados para asentamientos
humanos son similares (terrenos jóvenes, granulares, blandos y con niveles
freáticos altos), el potencial de fenómenos secundarios, como la licuefacción
de suelos, está igualmente extendido sobre toda la región. Frente a este hecho
la mejor opción para disminuir vulnerabilidades y riesgos, es apoyar la
construcción y reforzamiento, con criterios de sismorresistencia, de
edificaciones en madera y el emplazamiento de redes de infraestructura con
materiales flexibles.
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Otro tipo de fenómenos, principalmente los de origen hidrometeorológico, sí están
evolucionando, volviéndose más frecuentes y extremos. Su evolución está en
relación con la tectónica regional, los usos del suelo y las prácticas extractivas.
Entre ellos se encuentran:
Aumento de erosión y pérdida de suelos con algún potencial agrícola, la
consecuente sedimentación y obstrucción de cauces navegables.
Aumento de la torrencialidad de los ríos, por menores tiempos de concentración
de las aguas lluvias en las cuencas deforestadas.
Aumento de sedimentación asociada a ríos con minería de aluvión, sobre todo si
ésta se realiza en mediana escala (p. ej. , con retroexcavadoras),
sedimentación que aunque es generada por fuera de la región de estudio,
parece concentrarse en la Depresión del Atrato.
Potencial aumento de los periodos de inundación en el Atrato, como consecuencia
de la sedimentación a lo largo de su curso y en sus bocas en el Golfo de
Urabá.
Potencial de cambios en el régimen microclimático, con veranos más prolongados
y lluvias más torrenciales, por cambios en las condiciones de
evapotranspiración, una vez el territorio es masivamente deforestado.
Aumento de las condiciones de erodibilidad de los diques naturales del Atrato y de
sus tributarios, como efecto de usos intensivos (agrícolas, habitacionales, de
disposición de aguas servidas, sobrecompactación de suelos, etc.).
Si, en general, puede afirmarse que la planificación económica, social y territorial
es ante todo un ejercicio orientado hacia anticipar imágenes de escenarios futuros,
sujetos a incertidumbres, en el caso del Atrato Medio ésta afirmación cobra una
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mayor dimensión. Construir el futuro en la región, con una visión de planificación y
no como producto del libre albedrío de las diversas fuerzas físicas, biológicas -
incluidos las poblaciones humanas- y económicas que sobre ella confluyen,
implica varios esfuerzos de la conciencia, principalmente de los pobladores
mismos, de sus gobernantes y del Estado. Entre estos esfuerzos destacamos los
siguientes:
Una conceptualización del espacio y del territorio en la cual se integren los grupos
humanos y los saberes en las áreas físico-naturales, sociales, económicas,
etc., en la perspectiva de concertación de las opciones y modelos de desarrollo
posibles. Si en la región siguen obrando las fuerzas humanas con los vectores
ahora predominantes, (uso del territorio y de su oferta ambiental como una
fuente indiscriminada de obtención de recursos, cambios en condiciones físicas
del entorno -algunas quizás irreversibles-) el escenario potencial y creíble será
uno de más frecuentes y enérgicos desastres, producto de la acumulación de
factores de nuevas amenazas, de mayores vulnerabilidades y, por lo tanto, de
mayores pérdidas esperables producidos por pequeños (cotidianos), medianos
y grandes desastres. Este escenario, pesimista pero FACTIBLE puede
sintetizarse en una frase: el desarrollo sostenible, cualquiera sea la noción de
sostenibilidad que se adopte, no será posible.
La construcción de futuros menos pesimistas, incluso con obras de infraestructura
posibles o potenciales (vías, canales), y para su propia sostenibilidad dado el
caso de realizarse, depende también de esfuerzos por observar, monitorear e
investigar la diversidad de parámetros ambientales, socioeconómicos y
culturales y por generar conocimientos sobre las interacciones entre las
diversas variables de los geosistemas (ecosistemas) de la región.
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21
Figura 1.1 Localización
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2. SOSTENIBILIDAD EN EL ATRATO MEDIO (ALTA
DINÁMICA, COMPLEJIDAD, FRAGILIDAD)
El ambiente humano, de acuerdo con Morello (1984; 14), citando a Carrizosa
(1980), es “un gran sistema integral dividido en dos subsistemas principales: el
subsistema no antrópico y el subsistema socioeconómico. En el primero o natural,
el relieve, las rocas del soporte, el clima, el agua, el suelo y los seres vivos son
conjuntos interrelacionados que actúan como productores, consumidores y
transformadores de energía, materia y cierta información (tal como la climática,
que regula los procesos biológicos)”. Con el propósito de abordar el “ambiente
humano” en el Atrato Medio en términos de las ofertas del medio ambiente y de
las amenazas y vulnerabilidades por fenómenos naturales, es imperativo señalar
en este esquema que el subsistema socioeconómico también está íntimamente
relacionado con el no antrópico, a tal punto que, transformándolo, de los modelos
socioeconómicos adoptados depende la supervivencia de ambos, por lo menos en
términos de la sostenibilidad del mismo “ambiente humano”.
2.1 El subsistema no antrópico.
El Chocó Biogeográfico y específicamente, para nuestro caso, la región del Atrato
Medio, han sido considerados por diversos autores como zonas de alta fragilidad
(p. ej. Jimeno et al, 1995:82; Univalle, 1989: 17). Otros autores (p. ej., Castaño,
1990: 167), se refieren al “impacto ambiental sobre los ecosistemas de bosque
húmedo” como uno “de los más complejos e irreversibles que existen”.
Proponemos enfatizar en el concepto de alta dinámica, la cual conduce a las
condiciones de fragilidad y de complejidad, más aún en términos de nuevos
patrones o modos de intervención que el hombre está introduciendo en la región.
Alta dinámica puede entenderse en términos de procesos abióticos (de origen
interno como la sismicidad, y externo como el clima) y biofísicos, que actúan e
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interactúan con altos niveles de energía: tectónica regional y su expresión más
violenta como sismos superficiales con magnitudes mayores que 7; temperatura
media anual del orden de 24 grados centígrados, lluvias persistentes a lo largo del
año con promedios desde 3 o 4 hasta más de 13 metros al año; frecuentes
aguaceros intensos, con precipitaciones superiores a 300 milímetros en 24 horas;
exuberante y variada vegetación.
Los factores internos, que operan de manera permanente a lo largo de tiempos
geológicos han generado el paisaje definido por la Cordillera Occidental y las
Serranías del Baudó y del Darién que delimitan la cuenca del Atrato. A su vez, por
la posición en el trópico en cercanías de masas oceánicas y principalmente de las
aguas del Pacífico, la humedad atmosférica que llega a niveles de saturación se
precipita de manera casi permanente sobre el paisaje, con la Cordillera y serranías
actuando como barreras y confinadoras de este ambiente de alta humedad y
precipitaciones.
El tejido de relaciones que estos procesos generan se traduce en varios otros,
específicos, que deben ser tenidos en cuenta para interpretar las dinámicas
biofísicas:
Montañas, es decir, terrenos pendientes, y suelos sobresaturados implican lavado
permanente de minerales y nutrientes, de rocas descompuestas (saprolitos)
convertidas en arcillas y limos, y consecuentemente, suelos orgánicos escasos y
muy pobres en términos agrícolas, que configuran condiciones para otro tipo de
procesos típicos:
alto potencial de deslizamientos, más aún si estos pueden ser disparados por
aguaceros torrenciales o por vibraciones sísmicas;
altas tasas de erosión superficial, más aún en áreas descubiertas de la vegetación
protectora;
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altos rendimientos hídricos (la cantidad de agua que provee una zona, por unidad
de área), que se traducen en ríos caudalosos;
disponibilidad de sedimentos que son transportados por los ríos y que conforman
diques y otros depósitos aluviales de origen reciente, razón por la cual, y
porque permanecen en un ambiente superhúmedo, no se consolidan;
a su vez, las inundaciones periódicas actúan como fertilizadores de los diques,
aportando limos y otros sedimentos con nutrientes provenientes de la
Cordillera y de las serranías.
En estas condiciones, que parecerían difíciles para la proliferación de la vida, se
produce, sin embargo, su máxima exhuberancia en el planeta. En palabras de
Gentry (1990: 17): “Las selvas tropicales son notables por su capacidad de
arraigar, con mayor frecuencia, en suelos extremadamente pobres en nutrientes”.
A su vez estas selvas (que cubren hoy en día apenas el 7% de la superficie de
tierras emergidas del planeta) “son los ecosistemas más productivos,
probablemente responsables de la fijación del 30% del carbono”, a la vez que
poseen “cerca de la mitad de la biomasa terrestre viviente del planeta”. Esto, unido
al hecho de que los bosques tropicales decuplican el potencial del suelo donde
crecen, y a que éste en muchos casos actúa como un mero sustento físico y no
como la fuente de alimentos, se explica por la asociación de las plantas con un
tipo de hongos llamados micorrizas, que en simbiosis producen elementos
esenciales para la vida como el Nitrógeno asimilable, y a que los nutrientes, más
que estar en el suelo, están en la biomasa misma. Además “La selva tropical, lejos
de ser una entidad ´primordial´ estática, está en continuo proceso de cambio. Es
un sistema extraordinariamente dinámico, con índices elevados de mortalidad
arbórea y de formación de claros. Cerca del 1% de los árboles de una selva
húmeda clásica mueren cada año y son reemplazados por otros. Los claros
creados por la caída de grandes árboles, así como por desmontes que resultan de
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25
diversos eventos [p. ej., deslizamientos, vendavales, erosión de orillas, quema y
apertura de parcelas por pobladores nativos], crean cambios de hábitat que
aprovechan los árboles juveniles para medrar. (Gentry,1990: 29).
Por otro lado, la enorme cantidad de especies endémicas -que sólo se encuentran
en una región específica- se explica, al menos en parte, por el conjunto de
perturbaciones, tales como deslizamientos, que producen una dinámica de
parcelación de las selvas y de oportunidades para la especiación en las áreas
descubiertas, en condiciones naturales.
Desde el punto de vista de la constitución de los suelos, del clima y de su
interacción con la vegetación no parece haber suficiente investigación, por ejemplo
en cuanto a su capacidad de recuperación o de transformación, una vez
intervenida, en otro hábitat. Ríos (1995: 98), señala que una de las compañías
madereras de la zona cada vez han tenido que recurrir a nuevos permisos
forestales, como argumento para explicar que en cuarenta años de actividades
extractivas “no ha podido volver a hacer aprovechamiento forestal en ningún lugar
en donde antes ha estado”.
2.2 El subsistema socioeconómico.
Partiendo del hecho que los suelos arcillosos y limo-arenosos de la región
prácticamente no disponen de un horizonte superficial orgánico fértil (excepto la
hojarasca y otros materiales superficiales en descomposición), las prácticas
extractivas masivas con seguridad implican un importante proceso de denudación
de los terrenos, por efecto de las lluvias.
Sin embargo de lo anterior y a disponer de estudios sobre los tipos de suelos,
fertilidad y usos potenciales, que indican severas limitaciones para usos de
agricultura anual (Malagón et al, 1980; Malagón et al, 1995; Espinal, 1993: 73),
publicaciones recientes de difusión masiva señalan, sin soporte técnico, que “La
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mayoría de riquezas del Chocó son a escala mundial y pueden sostenerse por sí
mismas”; “... Por ejemplo, entre las riquezas están: oro y platino, madera, cobre;
puertos; litorales Pacífico y Atlántico; estrecha proximidad al Valle del Cauca
(menos de 100 km); infraestructura de muchos ríos navegables; capa vegetal
profunda y tierras bajas, húmedas y anegadizas, de gran fertilidad,...”. (Robert
Panero, Lecturas Dominicales, El Tiempo, 21 de septiembre de 1977: 2-4). Este
tipo de afirmaciones también chocan con las de otros investigadores que tienen
una idea diferente sobre los bosques húmedos del trópico: “Las repetidas y, con
frecuencia, fracasadas tentativas realizadas por industriales y colonos para
transformar en suelos productivos los bosques lluviosos tropicales, rara vez han
tenido en cuenta, ni la vocación y calidad de los suelos, ni los resultados a largo
plazo de la destrucción del ecosistema, que conlleva la desaparición del ´archivo
genético´ representado en miles de especies vegetales y animales” (Castaño,
1990: 181).
Hasta hace pocas décadas los pobladores de la región mantenían una serie de
relaciones-actividades con el medio físico-natural expresadas, por ejemplo, en
poca presión sobre las tierras cultivables, realizando máximo hasta 3 cosechas y
dejándolas en descanso durante periodos de hasta 7 años, así como en patrones
de subsistencia que implican una gran movilidad de la población (Jimeno et al,
1995: 84, 164; Capítulo 3 y Anexo 3)). Sin embargo, varios factores de origen
humano se expresan cada vez con mayor energía en la región. Entre éstos se
destacan el aumento de la población, la colonización y las actividades industriales
de extracción masiva de recursos.
2.3 Esquema de interacciones.
Para ilustrar esquemáticamente los procesos interactivos en la región se ha
adaptado, modificándolo, el esquema conceptual planteado por Morello (1984:
14), que se presenta en la Figura 2.1. En este esquema se trata a la Oferta física
en permanente proceso de intercambio de materia, energía e información con la
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Oferta biológica, para producir un Geosistema inicial o natural en el cual las
presencia e impactos del subsistema socioeconómico no se traduce en grandes
cambios en los hábitats. En el Geosistema natural se consideran los componentes
no bióticos tales como el relieve, las rocas, el clima y cierta información, como la
climática, que regula procesos biológicos (como elementos y procesos de la Oferta
física), en permanente interacción con la Oferta biológica. En ésta se incluyen
plantas, animales, microorganismos y las comunidades nativas, indígenas y
negras, en un proceso contínuo de adaptación a los cambios del Geosistema.
Además de aspectos como la diversidad biológica y el endemismo, las estrategias
de estas comunidades humanas incluyen adaptaciones y relaciones con su
entorno. Ejemplos de estas relaciones son el tipo de habitaciones adaptadas al
clima, la rotación y descanso de tierras de cultivo, la extracción y uso selectivo de
recursos, la adaptación de los poblados a la forma lineal de los diques y orillares,
el traslado de viviendas y caseríos hacia sitios menos expuestos a amenazas,
entre otros.
Geosistema es un concepto creado por Sochava (1963), para un sistema donde
las relaciones geográficas-físicas son tratadas en equilibrio con las biológicas,
mientras que ecosistema pareciera un concepto preferencial o esencialmente
biológico (Morello, 1984: 14, 60).
En el Geosistema inicial o natural las condiciones medioambientales priman,
dominan y condicionan las formas de vida de los grupos humanos con una oferta
ambiental variada y ocasionalmente amenazante. Corresponde a unas
condiciones de circuitos de transporte y uso de materia, energía e información en
equilibrio dinámico, con salida de materia (por ejemplo sedimentos), sólo
ocasionalmente “desequilibrada” o excesiva a raíz de fenómenos naturales
extremos (ej., terremotos como el de marzo de 1883 y los de octubre de 1992).
Sobre las condiciones de equilibrio dinámico del geosistema natural se dispone de
muy poca investigación. Sin embargo, un cúmulo de información sí existe en el
conocimiento de los pobladores, en el uso y aplicaciones específicas de recursos
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bióticos y abióticos; conocimientos transmitidos mediante tradición oral y
experiencia cotidiana. Sin embargo, este conocimiento se está perdiendo
aceleradamente, como efecto de nuevos patrones conceptuales, culturales y
socioeconómicos introducidos por los modelos de interacción entre el ser humano
y la naturaleza, que hoy compiten por el uso (y apropiación) de los recursos en la
zona, incluyendo la pérdida de conocimientos etnobotánicos y, lo más grave, de
pueblos enteros: “los amerindios nos ofrecen un tesoro de conocimientos
etnobotánicos, acumulado en el transcurso de milenios y transmitido por tradición
oral hasta el presente. Este tesoro de conocimientos de las propiedades de las
plantas, se encuentra en grave peligro de desaparecer, y, de hecho, puede no
sobrevivir demasiado tiempo. La vertiginosa rapidez con que las culturas
indígenas se occidentalizan, transformando las tradiciones primitivas, como
resultado de actividades misioneras, comerciales o de otra índole, señala la
inminente desaparición de las comunidades indígenas supérstites. Una de las
primeras cosas que se pierden en este proceso, son las tradiciones nativas sobre
las propiedades de las plantas” (Shultes, 1990: 137).
Ahora bien, la pérdida de etnias tradicionales -además de las profundas
implicaciones éticas que ello implica- tiene efectos potenciales mucho más
severos que los que se derivan de la imposibilidad de utilizar sus conocimientos
con fines de aprovechamiento occidental de las plantas, para la industria genética,
de fármacos y de nuevas especies para la agricultura y la alimentación humanas.
Entre estos efectos destaca el de la supervivencia misma de tradiciones de uso y
manejo sostenible de los bosques y otros hábitats. Castaño (1990: 125) señala,
para el caso amazónico, que se ha estimado que la selva virgen puede sostener
un ser humano por cada 2.5 km2, en sociedades de cazadores - recolectores, lo
que equivale a una densidad de 0.4 hab/km2. Sin embargo, con prácticas
agrícolas tradicionales la capacidad de sustento de población humana se
incrementa, por ejemplo mediante un uso de las várzeas o diques aluviales en el
Amazonas, periódicamente inundados y fertilizados por limos de los cuales
reciben 8 toneladas por hectárea al año (Castaño, 1990: 110). Las prácticas
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29
etnoagronómicas incluyen el uso intensivo de las várzeas con la conformación de
“tierras negras” de origen humano, mediante disposición de desechos y de
fertilizantes orgánicos (Idem, 114).
Al Subsistema Socioeconómico, en nuestro caso a la introducción de modelos de
economía extractiva y de colonización, se le pueden asignatar 100 años de
antigüedad, principalmente para incluir las actividades extractivas de tagua,
maderas finas, ipecacuana y caucho que se reportan desde finales del siglo
pasado (p. ej. Jimeno et al, 1995: 36; Molano y Ramírez, 1996: 79; Cap. 3; Anexo
3). Sin embargo, este Subsistema socioeconómico imperante, en términos de las
cantidades de materia y de energía que introduce, induce y transporta sobre el
Geosistema natural, se consolida hace apenas unos 50 años con la llegada de
empresas madereras. Los efectos de este Susbsistema Socioeconómico
predominante no sólo es la extracción misma de biomasa (de la cual se aprovecha
solamente el 25%, según diversos autores: Ríos, 1995; Jimeno et al, 1995;
Castaño, 1990), sino que preparan la colonización o, más recientemente, se
asocian con ella. Extracción de biomasa, colonización y todos sus efectos directos,
indirectos, de impacto inmediato y de mediano y largo plazo, tales como pérdida
de culturas y de ecosistemas, erosión, sedimentación, cambios en los regímenes
climáticos e hidráulicos, pueden resumirse en que el Geosistema actual presenta
una componente neta de circuitos y salidas importantes que lo están convirtiendo
en un geosistema más altamente dinámico y vulnerable. La alta dinámica del
Geosistema actual prefigura cambios hacia escenarios bionaturales y humanos
sujetos a más alto riesgo. La introducción masiva de energía antrópica al
Geosistema se traduce en altas salidas de materia cuya expresión más inmediata
y obvia es la deforestación y los sedimentos aportados al Atrato. Un instante de
este proceso se observa en la Figura 2.1.
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
30
2.4 Capacidad de carga y sostenibilidad del subsistema
socioeconómico.
El término Desarrollo Sostenible fue acuñado en el documento “Nuestro Futuro
Común” (The World Commision on Environment and Development, 1987) como la
“posibilidad de satisfacer las necesidades del presente sin comprometer las
posibilidades de las generaciones futuras”. El Desarrollo Sostenible tiene
diferentes connotaciones, según se trate de una visión universal o dentro de un
país y según los grupos de intereses que lo agencien. De esta manera, la
perspectiva será diferente para comunidades indígenas y negras, para colonos, o
para agroindustriales y madereros (Murgueitio y Preston, 1994: 1). En la región del
Atrato - Darién toda la información disponible indica que los modelos
socioeconómicos, principalmente la actividad extractiva, no conduce a la
sostenibilidad del desarrollo. Por esta razón, pero también porque se trata de una
región realmente singular y de importancia geopolítica internacional, la búsqueda
de la sostenibilidad debe ser un imperativo de importancia nacional e
internacional. Las opciones actuales parecen contradictorias y antagónicas; ellas
van desde continuar con la extracción de recursos, en un extremo, hasta la
conservación a ultranza, en el otro. Entre estos extremos la realidad de las
poblaciones y grupos de intereses seguirá actuando de manera permanente. La
documentación y reflexiones siguientes apuntan hacia la búsqueda de alternativas
de sostenibilidad, como condición para la mitigación de riesgos por fenómenos
naturales acelerados por las prácticas socioeconómicas predominantes, pero
también para la mitigación del riesgo de deterioro ambiental y de pérdida de las
formas de vida, que a mediano plazo se ciernen sobre el geosistema regional.
En el municipio de Quibdó, al sur de la región del Proyecto Col 95/009/10, un
estudio de la Unidad Municipal de Asistencia Técnica Agropecuaria - UMATA,
(Mosquera, 1994), encontró que los sistemas productivos se agrupan en 4 tipos:
cultivo solo (6.07%), intercalado (6.41%), de producción múltiple (27.52%) y
agroforestal (60%). De las 615,400 hectáreas del territorio solamente 10,593 están
dedicadas a alguno de estos sistemas productivos y 325 más en pastos, es decir,
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
31
cerca del 1.78 del área del municipio y el 98.2% se encuentran como áreas no
cultivadas (incluyendo áreas de bosque, en descanso e inundables). El mismo
estudio (pág. 39) indica que “... la actividad agrícola en el municipio, si bien es de
gran importancia para los habitantes,... presenta un bajo porcentaje frente a la
extensión que se encuentra cubierta por bosques, cuestión que encuentra su
explicación en la vocación misma de las tierras, de acuerdo con los estudios
agroecológicos realizados por el IGAC y el ICA” y que “Lo anterior significa que
cualquier programa agropecuario... deberá hacer especial énfasis en la
conservación y mejoramiento de los actuales sistemas agroforestales, dado que
este tipo de sistema de producción se constituye indudablemente en una de las
principales alternativas para la conservación del medio ambiente, lo cual debe ser
el marco general de referencia hacia el cual apunte toda actividad productiva, en
busca de lograr un desarrollo sostenido y sostenible”.
La sostenibilidad alimentaria, a partir de los terrenos cultivables de las riveras del
Atrato, parece haber superado los límites de la productividad, por la mayor presión
demográfica que se traduce en menores tiempos de descanso y de rotación de
cultivos, que afecta su capacidad de carga. Ello conlleva, por un lado, a la
ampliación interna de la frontera agrícola, principalmente a lo largo de los
principales tributarios como el Opogodó, Napipí, Murindó, Bojayá, Murrí y Arquía,
que ya eran usados para actividades agrícolas desde, por lo menos, el siglo XVIII
(Cap. 3) y, por el otro, en función de las actividades extractivas, a “predisponer” a
los nativos como asalariados para descuajar las selvas de su propio entorno.
La disponibilidad de tierras con usos agrícolas y habitacionales en el Atrato Medio
se calculó mediante corredores (“Buffers”) a lo largo del río y de sus principales
afluentes (Figura 2.2). Un primer corredor de 20 km a lado y lado del Atrato, se
definió con base en la observación de las áreas intervenidas a lo largo de los
afluentes principales. Esta área comprende 6,483 km2 entre el sur de la
desembocadura del Arquía y cercanías de Domingodó. Este corredor incluye
todos los terrenos inundables y de ciénagas y, parcialmente, terrenos montañosos
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32
al Oriente de Murindó. Para el Atrato mismo, si los diques fueran continuos con un
ancho de 30 m el resultado es de 19 km2, es decir, de 1,900 Ha. Sin embargo,
hemos estimado un máximo del 40% de ellos pueden considerarse como diques
suficientemente altos para no ser inundados de manera regular y frecuente, por lo
que las tierras aptas para emplazamiento de poblaciones y cultivos permanentes
se reduce a unas 760 ha (7.6 km2). Con base en la revisión de imágenes de radar,
observando el ancho promedio de intervención humana (desmontes) a lo largo de
los tributarios se seleccionaron corredores adicionales, a lado y lado de cada uno,
según la Tabla siguiente:
Tabla 2.1 Corredores de intervención humana en afluentes del Atrato Medio.
Afluente Longitud (km) Corredor (m) Área (km2)
Arquía 32.6 1,500 79
Murrí 45.2 1,000 82
Bojayá 49.8 1,500 100
Napipí bajo
Napipí medio
39,8
29.7
100
500 34
Opogodó 39.6 500 34
Jiguamiandó 47.9 500 41.5
Murindó 34 100 34
Totales 315.9 - 404.5
Los 404.5 km2 incluyen áreas de inundación periódica, cultivos y desmontes.
Debido a que las áreas de cultivo se restringen a los diques de los afluentes, cuyo
ancho es mucho menor que el área de bosque intervenido, puede asumirse que el
20% del área total está dedicada a cultivos de manera permanente; el resultado es
que el se dispone de 80,9 km2 que junto con los 7.6 km2 del Atrato corresponden
al 1.5% del área de 20 km a lado y lado del Atrato, es decir, unas 9,850 hectáreas
del territorio considerado está soportando la alimentación básica de origen
agrícola de la población.
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33
Una evaluación un poco más detallada para las riberas del Atrato, excluyendo los
diques más bajos, casi permanentemente inundados, y agregando la porción del
río entre Domingodó y La Honda, para un total de 201 kms lineales de diques,
(incluyendo los ocupados por las poblaciones mismas), indica que sobre el Atrato
el área de diques poco inundables (con 30 metros de ancho) es del orden de 6.03
km2 o 603 ha.
De lo anterior resulta que la población de la región depende, en gran medida, de
los afluentes del Atrato, cuyas tierras cultivables contribuyen con algo más del
90% del total disponible. Geomorfolóficamente esto es explicable pues a medida
que se asciende por los afluentes paulatinamente se abandona la región
topográficamente más deprimida e inundable del valle central.
Esta dependencia de los afluentes también puede ser vista a la luz de la poca
disponibilidad de diques en cercanías de poblados a orillas del Atrato.
Tabla 2.2 Disponibilidad de diques aluviales en cercanías de poblados.
Poblado. Diques
(km)
Imagen de
Referencia1
La Honda 15 Fig. 12.13
Riosucio 6 Fig. 12.16
Domingodó - Bocas y Vigía de Curvaradó 40 Fig. 12.18
Nuevo Murindó 12 Fig. 12.22
Boca de Murindó – Torriquitadó 20 Fig. 12.24
Opogodó - Isla de Los Palacios 12 Fig. 12.25
Napipí 13 Fig. 12.27
Bellavista - Vigía del Fuerte 17 Fig. 12.28
San José de La Calle - Buchadó - La Boba 23 Fig. 12.32
Tagachí 15 Fig. 12.331. Ver estas imágenes en el Capítulo 12.2. A diferencia de las demás estas poblaciones no disponen, en sus cercanías, de tierras
para uso agrícola en las riveras de tributarios importantes.
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
34
Debe tenerse en cuenta que la longitud de diques incluye, en cada caso, aquellos
bajos que son intervenidos, principalmente, para obtener recursos del bosque,
más no como áreas de cultivo.
La escasa disponibilidad de tierras agrícolas también se expresa en la densidad
de población (Tabla 2.3), que aunque es comparativamente baja si se le mira
desde los sistemas andinos, excede la capacidad de carga de selvas tropicales en
estado virgen, como se ha documentado para la región amazónica: 0.44 hab/km2
para el ecosistema ribereño y 0.1 hab/km2 para el ecosistema interfluvial (Castaño,
1990: 125). Esta comparación sólo tiene un valor indicativo, puesto que en el
Atrato Medio no se trata de “selva virgen” y las comunidades no son grupos de
cazadores – recolectores, sinó campesinos e indígenas con prácticas
agroforestales. Con excepción de Murindó, cuya población total supera en 3.2
veces la mayor densidad estimada para el Amazonas, todos los demás municipios
la exceden en valores entre 4.5 (densidad rural en Bojayá) y 8.4 veces (densidad
total para Vigía del Fuerte).
Tabla 2.3 Densidades de población (hab/km2).
Municipio Total Rural
Bojayá 2.3 2.0Riosucio 2.7 2.3Murindó 1.4 0.7Vigía del Fuerte 3.7 3.0
Fuentes: Dane (1987, 1997), IGAC (1997).
La comparación con el ecosistema amazónico es de utilidad en cuanto refuerza la
necesidad de adelantar investigaciones sobre los diferentes modelos de
aprovechamiento del bosque y, en especial, de practicas agroforestales
adecuadas y sostenibles.
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35
2.5 Hipótesis para una alternativa de sostenibilidad.
Con base en los datos reportados en el numeral anterior y sobre el hecho de que
la actividad socioeconómica predominante, extractiva, que no genera valor
agregado en la región y expresa un modelo de desarrollo insostenible, con
severos efectos en cuanto a incremento de amenazas, vulnerabilidades y riesgos,
pareciera que el futuro del Atrato Medio es incierto, puesto que conlleva, entre
otros aspectos, a que la población no puede crecer más. Sin embargo, hay varios
hechos y hallazgos que podrían concatenarse para formular una hipótesis
alternativa.
La baja densidad de población para las regiones selváticas tropicales se ha
mantenido como con índices por debajo de 1 hab/km2. Esto parece adecuado para
comunidades de cazadores - recolectores, pero no necesariamente es extensivo ni
generalizable. Jimeno et al (1995: 82) ponen en duda que el seminomadismo y la
dispersión de población sea una de las estrategias adaptativas al ecosistema frágil
del Chocó, estrategia que la población negra retomó de los embera. Algunos datos
demográficos de la época de la conquista indicarían que el asentamiento disperso
y de alta movilidad no era unívoco en épocas tempranas y que había núcleos de
poblaciones con 5,000 o más habitantes para asentamientos Cuna a orillas del
Atrato (Vargas, P., 1984; citada por Jimeno et al, 1995). Sin embargo estos datos
deben ser tomados con muchas reservas, pues por diversas razones, en los
censos se tendía a inflar los datos por parte de conquistadores, encomenderos y
clérigos (Jacques April-G, comunicación personal).
De manera complementaria con lo expuesto, en el Chocó habría evidencias de
nucleación importante. Según Jimeno et al (1995: 82): “Reichel-Dolmatoff con
base en excavaciones de asentamientos humanos a orillas del río San Juan que
datan de los siglos X y XI de C., (después de Cristo), deduce por la acumulación
de basuras de más de un metro de espesor, que esta región soportaba un número
superior a cualquier asentamiento del momento de la excavación (1960). Así
mismo, colige que la adaptación al medio había logrado niveles altos que
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36
permitían la nucleación y sedentarización sin ir en detrimento de su reproducción
social (Reichel-Dolmatoff, 1962)”.
En el Amazonas colombiano, y también de Perú y Brasil, se han identificado
procesos de poblamiento nucleado con prácticas etnoagronómicas que permiten el
uso intensivo de los suelos. Por la importancia que el tema puede tener para el
Chocó, vale citar a Castaño (1990: 114-116), quien a su vez se apoya en
investigaciones previas en las selvas amazónicas.
Las “tierras negras”: “... existen pruebas, en el Amazonas colombiano, de
formas intensivas de agricultura que proporcionaron el desarrollo de suelos
antropogénicos -de origen humano-, y que sólo recientemente empiezan a
evaluarse, pese a que el fenómeno venía siendo observado para la Amazonia
desde el siglo pasado, aunque las “tierras negras”, que son la evidencia de ello,
habían sido interpretadas como consecuencia de la sedimentación de antiguos
lagos, o como mantos de ceniza volcánica, provenientes de la Cordillera de los
Andes. Estudios posteriores demostraron que estas “tierras negras” provienen de
una larga y permanente ocupación humana, asociada a fuentes cercanas de agua
de antiguas viviendas y cocinas, así como a antiguos sitios de cultivo intensivo,
donde se habrían utilizado fertilizantes orgánicos con materia adicional para
incrementar su productividad. Su alto contenido de fósforo y fosfato soluble,
fenómeno totalmente atípico para la región amazónica, y las grandes cantidades
de desechos orgánicos y culturales (como basura ósea, lítica y cerámica),
enriquecieron considerablemente el suelo, además de indicar, claramente, su
condición antropogénica. En Colombia uno de los principales sitios estudiados con
estas características es Araracuara, donde se efectuaron diversos análisis de
fraccionamiento de fosfatos en, por lo menos, una centena de yacimientos de más
de 25 ha de extensión; con base en los resultados, que indicaban una utilización
del suelo en forma intensiva, se estableció que no sólo eran de origen antrópico,
sino que tenían estrecha relación con áreas de cultivo, como parte fundamental de
la acumulación de desechos distribuidos uniformemente en la parcela. Los
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37
compuestos, principalmente de estiércol, restos de comida, desperdicios de caza y
pesca, hojarasca y minerales, permitieron una mayor concentración de la
población y un uso mucho más prolongado de las parcelas”.
El mismo autor indica que a lo largo de los ríos de aguas blancas su forma es
lineal y llegan a tener hasta 90 ha de extensión y que en los interfluvios también se
observan, con un patrón circular, en extensiones de unas 6 ha. Así mismo, según
dataciones, el proceso de conformación de las “tierras negras” empezó hace unos
2,000 años. Siguiendo con Castaño:
“Las “tierras negras” son, hoy en día, una prueba arqueológica importantes, que
indica densas concentraciones poblacionales, altamente eficientes, cuya
tecnología es utilizada todavía. La técnica de “tala y quema”, de la cual tanto se ha
escrito, proclamando o impugnando su práctica, pretende, según la concepción
indígena, establecer asociaciones temporales de plantas de utilidad directa,
orientadas por los parámetros y dinámica del bosque húmedo. Así, donde se
elimina una pequeña extensión de la cobertura vegetal, con el fin de cosechar una
mayor cantidad de plantas útiles y aprovechables para el hombre, se utiliza el
policultivo. Entre los grandes beneficios que ofrece el procedimiento se encuentra
la capacidad de que la parcela o “chagra”, después de producir frutos domésticos
y silvestres, pueda auto-regenerarse, regresando al estado “clímax” en que se
encontraba originalmente, es decir, confiriendo al ecosistema una alta capacidad
de resiliencia; por otra parte, aprovecha con máxima eficiencia los escasos
nutrientes del suelo, y proporciona una considerable inmunidad, impidiendo que
las plagas ataquen masivamente a la huerta. Esta última consideración es muy
benéfica, ya que, en las provincias biogegráficas de bosque húmedo tropical, más
del 50% de la zoomasa está compuesta por insectos, muchos de ellos
perjudiciales para los cultivos”.
Hacia un modelo de intercambio Selva-Selva. Los modelos de intercambio de
conocimientos, de ciencia y tecnología, han estado gobernados por relaciones
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38
asimétricas o desbalanceadas. Tal el caso del modelo “Norte-Sur” o “Sur-Sur”. De
este último puede destacarse el de Australia y Suramérica con enormes parecidos
en varios patrones de climas áridos y semiáridos entre el Chaco Argentino y el
nordeste australiano, por un lado, con climas semiáridos con lluvias de verano, y
por el otro, entre las costas de Chile y las de Australia localizadas a latitudes
similares con climas mediterráneos muy parecidos. Los intercambios entre
Australia, Argentina y Chile se han caracterizado porque los segundos proveen
especies que son mejoradas y tratadas genéticamente en Australia para su uso
allí y para la venta, con el valor agregado respectivo, en los países de Suramérica.
Morello (1984: 56) plantea que el modelo de intercambio científico-tecnológico
entre Australia y Nueva Zelandia con los países del Cono Sur, sobre la base de
isomorfías de paisajes, a pesar de su asimetría ha provisto a éstos de
conocimientos y prácticas agroforestales, mucho más adecuadas a las
condiciones locales que las alternativas a las generadas en el hemisferio norte.
El Proyecto Col 95/009/10 contempla relaciones de cooperación e intercambio con
institutos brasileños, particularmente en cuanto al manejo y aprovechamiento de
recursos del bosque, tales como el Palmito (Euterpe olearácea) o la palma
milpesos, temas en los cuales Brasil tiene trayectoria de investigación aplicada.
Se propone generar impulsar investigaciones y programas de cooperación Selva –
Selva, entre investigadores e instituciones de las selvas amazónicas y del
Pacífico. Un programa de tal naturaleza implicaría una concepción de amplia
participación por parte de institutos de investigación, universidades, entidades
estatales (p. ej., CORPOICA y Corporaciones regionales en Colombia),
ministerios, investigadores independientes y comunidades indígenas y nativas. En
principio, el Programa podrá partir de un encuentro nacional entre expertos
(“occidentales” y nativos, Chamanes) del Chocó y del Amazonas, con la
perspectiva de conformar una red de circulación de saberes y de transmisión de
experiencias sobre prácticas socioeconómicas de desarrollo sostenible (y no
sostenible) en ambos geosistemas selváticos. Esta red tendrá necesariamente que
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
39
tener un alcance transnacional, involucrando países como Brasil, Perú, Ecuador,
Panamá y Costa Rica en América, y otros de África y Asia.
Un tema que puede servir de eje para la cooperación y el intercambio de
conocimientos y de prácticas en el modelo Selva-Selva, es el de los sistemas
etnoagronómicos de parcelas de uso intensivo a partir de suelos de origen
antrópico (antroposoles o “tierras negras”).
Aún si las investigaciones condujeran a que en el Pacífico las evidencias
existentes no corresponden a núcleos de población de centenares o miles de
habitantes, sino al uso de un mismo sitio durante varios siglos por comunidades
pequeñas, los hallazgos del Amazonas, si en realidad corresponden usos
intensivos del bosque, podrían significar una alternativa para la región,
complementaria a la tradición de alta movilidad y dispersión poblacional. Las
investigaciones deben estar abiertas a preguntas que, incluso, desafien la idea
según la cual el eventual desarrollo de hábitats densos correspondió a modelos
sostenibles por parte poblaciones las poblaciones que alcanzaron tal estado.
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40
Figura 2.1 Esquema de la evolución de un geosistema
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41
Figura 2.2 Corredores de diques en el Atrato Medio y de áreas deintervención en tributarios
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42
Figura 2.3 Salida de materia (madera y sedimentos) desde el geosistema delAtrato
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43
Figura 2.4 Potrerización y tala de árboles
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44
TIPOLOGÍA DEL HÁBITAT Y DE LOS DESASTRES
3. LAS ALDEAS LINEALES Y PARENTALES DEL RÍO
ATRATO.
3.1 Introducción.
En los círculos estatales colombianos se entiende generalmente por “región del
Pacífico” una faja territorial que corre de norte a sur en una distancia de más de
600 kilómetros, desde la frontera con Panamá hasta el río Mataje en la frontera
con Ecuador. El ancho de las tierras bajas, aunque variable, es en promedio de
unos 100 kilómetros y su extensión total cercana a los 80.000 km2.. La
sectorización estatal la dividió en unos 33 municipios (varios de reciente creación),
adscritos unos veinte de ellos al departamento del Chocó, siete más al
departamento de Nariño, tres al departamento del Cauca; dos municipios
conforman el occidente antioqueño (Murindó y Vigía del Fuerte) y otro pertenece al
Valle del Cauca y se extiende a lo largo de cien kilómetros de costas.
(Buenaventura).
Los datos del Censo Nacional de Población de 1993 permiten, en 1997, evaluar la
población actual en cerca de un millón de habitantes. Las principales
concentraciones urbanas (Buenaventura, Tumaco, Quibdó y Guapi) suman unos
400.000 habitantes; agregándose la población de las distintas cabeceras
municipales la población considerada como urbana puede alcanzar cerca de
500.000 personas.
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45
Un número igual de habitantes vive en hábitat individual disperso o en un denso
sistema de aldeas que generalmente fluctúan entre 5 y 100 viviendas. Los
inventarios anuales del Servicio de Erradicación de la Malaria (SEM, 1997),
permiten afirmar que a lo largo de la región del Pacífico existen cerca de 3.000
aldeas de este tipo. (Ver Figura 3.1: Chocó, Número de Asentamientos por
número de viviendas).
Este modo de poblamiento y este tipo de asentamiento son el objeto de las notas
que se exponen a continuación, especialmente dedicadas al río Atrato. En los
límites de un texto de poca extensión, se pretende matizar un enfoque
exclusivamente sociológico, introduciendo algunos toques de una visión
"naturalista", con énfasis en poblaciones del Atrato Medio y del Atrato Central (Ver
Figura 3.2 : Localización de poblaciones).
3.2 El valle del río Atrato.
Sobra aquí reproducir los numerosos estudios existentes -y muy exhaustivos-
concernientes a la geografía del Chocó. No obstante vale la pena insistir en ciertas
características naturales, siendo que limitan o restringen el poblamiento humano,
lo orientan y actúan en su localización:
� Un régimen de lluvias con promedios anuales del orden de 8,000-10,000 mm,
con registros de “picos” excepcionales que en ciertas zonas llega hasta 12,000
y 15,000 mm.
� Unos suelos aluviales modernos de poca consistencia, muy blandos y
sumamente vulnerables a la acción de las aguas lluvias o superficiales.
� Una topografía-hidrografía caracterizada por la presencia a lo largo del río de
numerosos afluentes, quebradas y caños y, conectadas con ellos, de zonas de
depresión configurando extensas ciénagas.
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46
� La poca disposición de taludes ribereños altos, con suelos permanentemente
secos y de óptima calidad agrológica. Lo cual implica para la agricultura un
ciclo de explotación con largos períodos de barbecho y una rotación trienal o
quinquenal; lo cual a su vez exige la disposición de varios predios.
No obstante, durante siglos, la disponibilidad de tierras buenas y de fácil acceso,
fue siempre superior a las necesidades de un escaso poblamiento humano;
creciendo este a un bajo ritmo, y con una tasa que nunca pasaba del 1% anual. Es
decir que “la capacidad de carga” de las tierras era siempre superior a las
necesidades humanas. Pero con las tendencias demográficas modernas y una
tasa que oscila entre 2% y 3% anual, hoy la situación es distinta. Y si el volumen
del poblamiento supera la capacidad del sitio y sus limites naturales, un lugar que
fue óptimo durante cierto tiempo para cinco o diez hogares, puede volverse el peor
si agrupa más de veinte casas.
En cualquier aldea, la profundidad de la erosión “de uso y desgaste” alrededor de
las casas se mide comparándola con el nivel del suelo debajo de estas. Permite
identificar las construcciones más antiguas y las más recientes, reconstruir el
proceso histórico-físico del poblamiento, lo mismo que las tendencias de
crecimiento o estancamiento del asentamiento.
En ciertos lugares, es posible detectar el avance de las aguas y el consiguiente
retroceso de un caserío, observando las hileras de palmas de cocos, su estado, su
altura y su edad. Asimismo, se sabe que tiene poco futuro y sus días contados un
asentamiento ubicado equivocadamente en el lugar donde termina un trecho
fluvial recto, y sobre un talud que recibe de frente el violento impacto de la
corriente y las crecientes del río.
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Emplazar un asentamiento de confluencia sobre el barranco alto y seco del río
expone sus moradores a inundaciones traseras provenientes de las aguas
represadas del afluente o de un caño.
El solo hecho de asentar la casa sobre una terraza plana y sín drenaje, sobre un
talud con pendiente hacia el río, o sobre un terraplén con drenaje posterior, puede
tener hondas consecuencias para la vida cotidiana de los moradores y su futuro.
Señalando estas situaciones, queremos aqui apartarnos de la geografía erudita
tradicional y acercarnos a una geografía “útil” y “de la vida cotidiana“, si se
puede decir. Este enfoque nos parece imprescindible para entender un ámbito
natural donde reina el agua; donde su presencia insistente y “dictatorial” ha
generado en sus moradores lo que se podría calificar como “civilización del agua”.
3.3 La génesis.
En cuanto se refiere a la trayectoria del poblamiento, se evidencia un proceso
marcado en el transcurso de los cuatro últimos siglos, por una fase de
concentración, seguida por una corriente de expansión y dispersión y, desde
principios del siglo XX, por un movimiento inverso de retracción y nueva
concentración. De este último surge el actual sistema regional de nuclearización
de la población en aldeas.
Esparcida en distintos archivos localizados en varias ciudades, sin embargo existe
una densa documentación histórica sobre la trayectoria del poblamiento del río
Atrato. De esta información se pueden deducir varios períodos y modos de
poblamiento. Resumiendo:
� Desde tiempos inmemoriales y hasta fines del siglo XVII, el poblamiento es
exclusivamente aborigen, con predominio embera en el curso alto y medio del
río, y predominio kuna en el bajo Atrato.
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48
� A lo largo del río, durante el siglo XVIII la administración española solo logró
concentrar una ínfima parte de la población autóctona en tres "pueblos de
indios": Quibdó (con 161 "indios tributarios"), Lloró (220 tributarios), Beté (23
tributarios), y dos más en los ríos Murrí (31 tributarios) y Bebará (24
tributarios); para un total de 459 tributarios, que repressntaban unos 2.700
individuos de ambos sexos. Una relación de los años de 1780-90 indica que la
capital, Quibdó, contaba entonces 48 casas del "común" y seis de "indios". En
Lloró sumaban diez casas "de gentes libres" y 50 tambos de aborígenes
tributarios. Beté no pasaba de un corregidor y 26 familias de “indios tributarios”.
� Es desde fines del siglo XVIII, y luego a principios del siglo XIX, cuando se
registran a las orillas del río algunos escasos hábitats plataneros y maiceros de
campesinos descendientes de esclavos africanos y nacidos en Reales de
Minas. En la documentación, unos se mencionan como "esclavos de rozas",
"esclavos de bastimentos" o "de platanares", "esclavos estancieros" o
"bodegueros"; otros se califican como "libertos" o como "cimarrones". No
obstante, con más frecuencia son los emberas fugados de los "pueblos de
indios" los que se mencionan en los documentos como cimarrones.
El censo de 1778 de la "Provincia de Citará" registra 6.134 habitantes a lo largo
del río, discriminados así:
Tabla 3.1 Población de "Provincia de Citará", 1778
Categorías censalesBlancos Indios Libres, varios
coloresEsclavosSitios
H M H M H M H MQuibdó 28 22 549 528 220 180 369 345Lloró 14 11 556 584 89 87 190 153Beté 5 2 58 61 82 40 20 3Bebará 20 16 59 44 139 157 356 257Murrí 4 - 122 115 35 31 16 12Pavarandó 26 16 46 40 82 43 158 150Totales 97 67 1.390 1.372 647 538 1.109 920
164 2.756 1.185 2.029
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Este es el reducido potencial humano que poblaba unos ciento cincuenta
kilómetros de la cuenca del río Atrato, en las postrimerías de la colonia española.
3.4 El modelo minero de poblamiento.
Entre 1780 y 1830, como fechas aproximadas, se dibuja un poblamiento minero-
agrario combinado. Es decir articulando la extracción aurífera con la producción
agrícola de apoyo; o sea "el corte" minero por una parte y sus "rozas y
platanares" de sustento alimenticio, por otra parte.
El profesor Sergio Mosquera transcribió recientemente los testamentos de 26
esclavistas y dueños de minas de Citará, otorgados entre 1802 y 1850 y
conservados hasta hoy en la Notaria Primera de Quibdó (Mosquera, 1997).
Constituyen una selección y se deben considerar con la validez que se otorga a un
sondeo. No obstante, en estos documentos abundan datos de toda clase para
entender la estructura de la sociedad colonial minera de la Provincia de Citará. Es
así como indican, en esa época, un alto grado de concentración familiar en la
propiedad de las minas. Por alianzas matrimoniales, domina la mayor parte de los
Reales el clan multifamiliar de los Cuesta-Fernández-Conto-Pontero. Otro grupo
enlaza a los Ferrer-Lloreda-Córdoba-García-Romaña-Andrade-Polo.
Más importante aún para nuestros objetivos, la información notarial permite
elaborar un mapa del poblamiento colonial, es decir de la formación socio-
espacial minera de los siglos XVIII-XIX. Inclusive evidencia la existencia de un
modelo económico de manejo "doméstico", o en autarquía; señalado en su tiempo
por Germán Colmenares, pero diferente al patrón en que insistió en sus estudios
sobre Cali y Popayán (Colmenares, 1977). Es así como apenas uno de los
mineros se afirma "natural de los Reynos de España". Dos más se declaran hijos
de un español y una nativa. Los demás, a todas luces son "plebeyos" y de
ascendencia mestiza, algunos incluso de origen muy humilde. Asimismo, son muy
escasos aquellos emparentados con las principales familias esclavistas de
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50
Popayán, Cali o Cartago, mientras por el contrario se encuentran varios apellidos
indicando un origen antioqueño. Un testador se declara hijo natural de una
barranquillera; otro es, lo mismo que sus padres, originario de Cundinamarca, y la
señora Bustillos es hija de español y bogotana. Con toda evidencia esta minería
del oriente atrateño de fines del siglo XVIII y principios del siglo XIX, es minería
esencialmente "plebeya" y de mestizos, incluso de mestizos pobres y
generalmente nativos de la Provincia. De tal modo que muchos de ellos, en su
testamento legan a sus herederos más deudas para cancelar que bienes para
disfrutar.
En su casi totalidad, no son ricos mineros ausentistas residentes en Popayán, Cali
o Cartago; algunos son vecinos de Quibdó, donde el funcionario Pedro Muñoz de
Arjona había señalado seis casas "de mineros de aquel distrito". El propio censo
de 1778 registraba entonces como supuestos "blancos" siete parejas con 31
niños. Otros se radicaron en sus dominios, bien sea en la vecindad de los
"entables" o en sus cercanas fincas plataneras; se mencionan residencias en San
José de Murrí y en San Miguel de Bebará, con capilla en ambos caseríos entonces
administrados como “pueblos de indios”. Con toda evidencia, la gran distancia
entre el Atrato central y el valle del Cauca no favorecía a los caleños y payaneses,
pero si a los antioqueños, que bajando por la trocha de Urrao llegaban hasta el
Atrato por los ríos Arquía y Bebará.
Asimismo, no se observa la trilogía hacendado-minero-mercader y negrero, que
caracteriza el "modelo" payanes o caleño, ni el abasto alimenticio de las cuadrillas
mediante la producción de víveres en una lejana hacienda. Por el contrario, los
inventarios indican un sector social mucho más modesto en sus "caudales", y muy
preocupado por tener en las cercanías de los "cortes" numerosas rozas de maíz y
plátano lo mismo que la crianza de marranos o algunas cabezas de ganado, para
suministrar in situ "la ración" y "los bastimentos" a su mano de obra.
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Finalmente, es preciso anotar que los ríos Bebará, Arquía, Murrí, Neguá o
Nemotá, nunca produjeron el volumen de oro que se verifica en la Provincia de
Nóvita (ríos Andágueda, Iró, Cajón, Sipí, y otros). Un censo de tipo tributario de
fines del siglo XVIII registra los nombres de 35 dueños de minas en esta última,
algunos con un "caudal" avaluado hasta en 200.000 pesos de Plata. Mientras
tanto, en Citará el mismo registro indica 23 mineros, apenas uno de ellos con
fortuna estimada en 100.000 pesos de Plata. Otro documento de fecha imprecisa
indica 40 Reales en Nóvita y solamente 21 en Citará. En cuanto al volumen de la
mano de obra se observa la misma desproporción. Son 1,811 esclavos registrados
en Nóvita, en cuadrillas sumamente populosas (hasta más de 200 individuos de
ambos sexos). En Citará son unos 704 esclavos adultos, con un promedio por
cuadrilla muy inferior, encontrándose en una de ellas el máximo de 88
trabajadores. En el Anexo 3, numeral A3.1 se incluye la relación de testamentos,
con una lectura que enfatiza en el valor de las tierras cultivables en contraposición
al poco valor de las viviendas.
Ahora bien, tanto el informe que redactó en 1780 Juan Jiménez Donoso como la
"descripción superficial de la provincia del Zitara", anónima y posterior a 1772, lo
mismo que el censo de pueblos y población de Pedro Muñoz de Arjona, y los
testamentos transcritos por Sergio Mosquera (Anexo 3, numeral 3.1), permiten
dibujar un mapa de la formación espacial minera colonial. (Ver Figura 3.3:
Formación socio-espacial colonial y minera).
En este esquema destacan:
� La importancia de los componentes geográficos en la planificación de la
explotación de los medios naturales de producción y las modalidades de
poblamiento.
� El eje del río separa dos ámbitos, las zonas mineras del oriente y las zonas
agrícolas de la margen izquierda. Importante es, mirando el mapa (Fig. 3.3),
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constatar como los esclavistas utilizaban de manera óptima y complementaria
ambas orillas del río Atrato. Hacia el oriente y la cordillera, están los ríos
auríferos o de platino: Murrí, Bebará, Arquía, Nemotá, Neguá, Tanandó, incluso
la Yesquita en Quibdó. En la orilla izquierda desembocan los tributarios
cultivados con los platanares y maizales que proveen las cuadrillas en víveres:
ríos Buey, Beté, Tagachí, Bojayá, Napipí.
� La concentración de los Reales de minas y sus "cortes", y la dispersión de las
áreas de los platanares. Correlativamente, se condensa la mayor parte de la
mano de obra en las minas de la margen derecha, mientras se radica una
escasa población de “esclavos de platanares" y "bodegueros" en la margen
izquierda.
� Tanto esta proliferación de predios de extracción minera o de producción
agrícola como su extensión territorial sugieren la idea de latifundio disperso.
� En cuanto a los núcleos de poblamiento se distinguen varias categorías:
� Quibdó, centro minero y "pueblo de indios" con presencia del aparato militar,
administrativo, de justicia y de Hacienda.
� Los demás "pueblos de indios": Lloró, Beté, San Miguel de Bebará y San José
de Murrí, cada uno con regidor y capilla.
� Las "rancherías de esclavos" de los Reales y "cortes".
3.5 Colonización agraria y aldeas.
De la reseña anterior es importante señalar aquí varios hechos:
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A- La necesaria cercanía entre las áreas cultivables y los "entables" mineros
donde vive la mayor parte de la cuadrilla, lo cual reduce la magnitud territorial
del poblamiento.
B- La separación que se hace en el reparto laboral de la cuadrilla, dividida entre
"esclavos de mina" y "esclavos de rozas". Para que la mayor parte de la
cuadrilla se dedicara exclusivamente a la extracción aurífera, su alimentación
exigía que una mínima parte se dedicara a la producción agrícola. Esta
implicaba la apertura constante de nuevas rozas en los taludes más secos,
multiplicándose tanto su número como su distancia y dispersión. Y para
garantizar la inmovilización permanente del esclavo de "corte" extractivo, era
imprescindible para el esclavista aceptar la movilidad residencial y circulación
constante del "esclavo de rozas" o "bodeguero".
El "platanar", esparcido en varios colinos de orillas, negaba la inmovilización del
esclavo y favorecía su circulación. La agricultura era la negación del "corte"
extractivo y de la esclavitud con residencia forzada única. Por lo tanto, en esa
época, la agricultura es la primera forma de independencia que consigue el
esclavo de cuadrillas mineras.
De tal modo, dinamizado por la libertad de circulación que se deriva de la ley de
manumisión de 1,851, luego se generaliza el poblamiento de descendencia
africana y afro-embera en colinos ribereños (Ver Figura 3.4: Modelo del minifundio
disperso). Este proceso estuvo marcado por la dispersión de la población, como
puede documentarse en diversos testimonios de viajeros y clérigos, al menos en el
periodo entre los documentos citados (1853-1922).. Ver Anexo 3, numeral 3.2,
“Poblamiento y dispersión de loa población 1953-1922”
3.6 La red aldeana moderna.
Hoy en día en el Atrato central, mediante la colonización individual espontánea y
un modo de poblamiento extensivo pero de baja intensidad, se constituyó en el
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transcurso de un siglo largo un hábitat comarcal agrario caracterizado por una
"agricultura de retazos" (Virginia Gutiérrez), atomizada según el patrón del
"minifundio disperso". Se plasma en el espacio mediante los claros ribereños en
la selva, con miles de diminutas unidades productivas colocadas en forma lineal
en ambas orillas de ríos y quebradas. Estos hábitats suman unos mil lugares
(según el SEM) y quizá unos cinco mil hogares, pero solamente unos cincuenta
sitios (el 5%) experimentaron un desarrollo tal que transforman el hábitat aislado
familiar en un caserío.
De hecho todas las aldeas brotan:
� de la sedentarización de los labradores, o sea expresando su paso de colonos
transitorios a agricultores estabilizados y permanentes;
� del resultado exitoso de su empresa;
� por transformación de un espacio productivo en lugar de residencia;
� en un platanal hogareño vuelto núcleo de vivienda colectiva;
� de la célula inicial de la primera pareja, y su expansión exogámica a lo largo de
dos o tres generaciones.
El caserío que se expande es una familia que se arraigó y se dilató. De tal modo
que el conglomerado aldeano crece exclusivamente del propio seno de la
familia y se convierte en hábitat de parientes.
El paso del hábitat agrario disperso y de producción, al hábitat nucleado en aldeas
de residencia se puede reseñar con los casos de Cabecinegro (trasladado hacia
1995, con el nuevo nombre de Santa María, varios kilómetros río arriba, debido a
sediementación de la orilla del Atrato) , El Tigre y Guadualito (Villanueva). El
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origen del villorio de Cabecinegro tipifica un fenómeno generalizado, verificado en
más de treinta localidades del Atrato Central, y que se puede sintetizar en forma
gráfica, como lo ilustra la Figura 3.5 : Génesis de Cabecinegro, (hoy Santa María)
y que se documenta en el numeral 3.3 del Anexo 3.
3.7 Análisis del proceso socio-espacial.
Se puede generalizar lo que se vivió en Cabecinegro (hoy Santa María), El Tigre o
Guadualito, verificando una trayectoria análoga o comparable en numerosas
localidades del río. Las observaciones consignadas en el numeral anterior (texto
completo en el Anexo 3, numeral 3.3) posibilitan la comprensión de las
modalidades de transformación del espacio natural por el colono chocoano, y su
mutación en espacio social.
Este numeral se apoya en observaciones sobre unos cuarenta asientos y los
informes y datos provenientes de diversas fuentes oficiales en Quibdó. También
se apoya en la muestra y las encuestas posteriores realizadas en diez asientos
tanto rurales como de hábitats nucleados. Incluye el estudio cartográfico de mapas
levantados en diversas fechas, escalas 1/500.000, 1/100.000 y 1/10.000, lo mismo
que las fotografías áreas de vuelos realizados en los años 68-69- y 70. Por fín, se
agrega a lo anterior las entrevistas con pioneros ancianos o colonos actuales. Con
estas herramientas se pueden resumir y generalizar en forma sintética un proceso
tipo y su modelo teórico. Condensado en patrones físicos y aceptando una
cronología teórica ideal, el ciclo completo se resume en las siguientes fases, las
cuales se tratan más extensamente en el Anexo 3, numeral 3.4.
Fase inicial:
Llegada del colono, primer desmonte ribereño de un área de selva sobre el talud
aluvial que forma un dique alto y seco, separando el río de la depresión posterior;
en una franja lineal de unos treinta metros de profundidad en promedio y unos cien
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metros a lo largo de la orilla. Plantación de los colinos de plátano y banano.
Construcción de "el trabajadero", a la vez cocina, refugio y lugar de almacenaje
de la cosecha. Esta construcción provisional, especie de cobertizo o "ramada"
sobre pilotes bajos y sin escalera, no ocupa más de 10 a 15 metros cuadrados. En
esto consiste el nivel primario de transformación por medio del trabajo, de un
espacio natural en un hábitat humano.
Segunda fase:
Traslado y sedentarización de la familia nuclear en esta labranza; convirtiéndose
en "pareja troncal" con la cual se inicia el ciclo del poblamiento del lugar. La
parcela de producción, anteriormente provisional, se convierte en "hábitat total"
de carácter permanente y definitivo. Extensión del fondo por nuevos
desmontes, ampliando el espacio productivo en forma de "minifundio disperso";
producción de excedentes comerciables.
Sustituyendo el "trabajadero" se edifica una casa de orilla, sencilla y del tipo
"choza" utilizando materiales vegetales del entorno. Está cerrada con paredes en
esterillas de bambú o palma de chonta, y se instala en la parte posterior el fogón
alto; proporciona un área cubierta de 25-30 metros cuadrados.
El río se integra a las actividades domésticas diarias por medio del embarcadero, y
la unidad sanitaria flotante (baño, sanitario, lavadero de ropa y loza, contacto
primario de los niños con el agua, etc).
Tercera fase:
Por invitación del primer colono, otro (muy a menudo pariente del primero y
llegando de otra zona del río) se avecina en el lugar o sus inmediaciones,
conformándose un hábitat bifamiliar asociado de producción, con prácticas
laborales solidarias e intercambios de favores. Con frecuencia esta segunda
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unidad residencial surge de una pareja jóven que se generó en la descendencia
de la primera pareja pobladora. Multiplicado este caso por su progenitura, la
agrupación puede reunir 4 o 5 casas de parientes, pero esta comunidad parental
consanguínea puede concentrar hasta 5, 6 o 10 hogares.
Cuarta fase:
Primer nivel de agrupación residencial multifamiliar, de linaje y con diversos
ramales parentales colaterales; el vecindario. Las uniones exogámicas con
cónyuges del entorno inmediato, generalmente "de facto", entre hijos e hijas de los
pioneros, auspician nuevas casas casi siempre contíguas a las de los padres y en
los colinos de éstos.
Algunas de las viviendas tienden en conformar un primer tramo con paramento
unificado y continuo; así se esboza un embrión de pueblo-calle en hilera frontal
única.
En esta etapa surge la contradicción entre tierras de labranzas y solares
residenciales, que se resuelve por la apertura de nuevas labranzas en las
inmediaciones y la mutación de la extensa parcela del colino en amplio solar-
huerta.
Quinta fase:
Divorcio definitivo entre hábitat de producción y hábitat residencial de los
agricultores. Se agita la idea de "formar pueblo" o tener "un pueblo urbanizado",
con el reconocimiento institucional y alguno que otro servicio comunitario; por lo
general una escuela pública, una capilla o un inspector de policía.
Por consenso se fijan unas normas de retroceso mínimo de las construcciones,
con el fin de transformar el sendero de la orilla en paseo-avenida; la calle. Las
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casas de las etapas anteriores construídas a la orilla se reconstruyen
retrocediendo y con una volumetría más generosa, alcanzando con frecuencia
entre 50 y 80 metros cuadrados bajo cubierta. Se edifican con mejores maderas,
bien labradas y si bien el techo pajizo sigue predominante, se registran algunas
cubiertas con laminas de zinc corrugado.
Se nota una compactación urbanística cuando las nuevas construcciones no
tienen más alternativas que ocupar los intersticios de solares libres que son
posesiones de familiares. Este cambio de patrón de implantación produce una
densificación y de “discontínuo” el caserío pasa a presentar un frente
construído contínuo, conservando un perfil horizontal y su unidad en altura con
casas de una sola planta.
Consecuencia de esta compactación, el solar conserva su profundidad pero pierde
su amplitud frontal; se estrecha y se reduce a un módulo tipo y reconocido, del
orden de 6 a 8 metros asimilable ya a la idea de lote. Determinada ahora por esta
dimensiones, la casa adopta el patrón rectangular con frente estrecho y largo
desarrollo en profundidad.
Sexta fase:
Transcurrido cierto tiempo y dos o tres generaciones de pobladores se verifica una
etapa de consolidación, y el éxito del poblamiento genera un asentamiento
concentrando entre 50 y 100 casas y familias. Hace crisis la diminuta sociedad
doméstica parental de los inicios. La exogamia auspició la llegada creciente
nuevos cónyuges sin relación parental directa con la primera familia. Las
relaciones de producción con base en relaciones parentales se y son substituídas
en forma creciente por el jornal con pago en dinero. Quizás la circulación creciente
de dinero esté asociada al origen de la primera tienda permanente, muchas veces
instalada por un comerciante exógeno sin nexos familiares con los primeros
pobladores.
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El diseño en hilera única genera contradicciones cuando van creciendo
inadecuadamente las distancias. Además muy a menudo llega hasta obstáculos
que impiden su prolongación en calle: barranco, corte en el talud y depresión
inundable, boca muy ancha de un caño, etc. Se abren hacia los lotes posteriores
unos senderos de acceso desde el río, gérmenes de futuras calles transversales.
Es cuando se modifica el patrón de emplazamiento; el modelo se invierte, da la
espalda al río, se voltea y busca la expansión hacia adentro y se incrementan las
construcciones reforzando la presencia estatal, hasta conformar un núcleo
enmarcando algún tipo de plaza, generalmente ubicado en la parte central del
poblado y en retroceso de las hileras de viviendas. En esta fase la aldea deja de
ser una formación socio-espacial exclusivamente residencial y campesina.
Adquiere un papel de centro veredal. Quizás el fenómeno más significativo es
que el suelo, que anteriormente se obsequiaba entre parientes y vecinos, adquirió
valor y precio. Terreno y casas, bajo el concepto de “mejoras” se venden y se
compran, aunque a precios simbólicos.
Séptima Fase.
En la fase anterior aún predominaba una comunidad homogénea, con iguales
condiciones productivas y situaciones sociales; esencialmente "monoclasista" si se
acepta el término. Pero con la presencia de algunos comerciantes, de varios
asalariados de los aparatos estatales así como de algunos proyectos de inversión
o de cooperación nacionales e internacionales, surge un embrión de
diversificación social de tipo pluriclasista. Sin embargo la mayoría de los
vecinos siguen siendo agricultores productores de sus alimentos básicos; lo cual
explica (entre varios motivos) la ausencia de mercadeo de víveres, y por ende la
carencia de un espacio que asuma el papel de plaza de mercado. Este hecho a su
vez justifica la indiferencia de los moradores por una plaza artificial y meramente
"decorativa". Manifestación de la persistencia de la producción primaria, un grupo
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de especuladores capta la cosecha de las áreas rurales y la drena sin tardar hacia
los centros de consumo de la región.
El sector comercial crece con 5 o 6 tiendas caseras o en edificios especializados,
completadas por un par de cantinas y un "restaurante" ocasional para los viajeros.
Se dispone de un grupo significativo de funcionarios públicos asalariados,
Inspector de Policía, educadores, puesto de Salud, Codechocó, Corpourabá,
Bienestar Familiar, Servicio de Erradicación de la Malaria, etc. De este modo el
ensanche del espectro social se manifiesta con el asomo de un segmento de
personas originado en el aumento del empleo terciario. Claro indicio y
consecuencia de eso, el poblado se convierte de productor (exclusivamente)
en consumidor (parcialmente).
Obviamente este proceso social caracterizado por el peso creciente de las
actividades terciarias y el surgimiento de un primer nivel de diferenciación socio-
económica, viene acompañado por distintos ajustes en el diseño y el trazado del
asentamiento.
Pasando el umbral demográfico de cien casas el poblado tiene una extensión
lineal próxima a un kilómetro y está presionado por adicionales necesidades en
equipamentos de educación, salud, etc. Estos factores propician un cambio de
diseño: el modelo lineal pierde su hegemonía e incluso vigencia. Los nuevos
edificios institucionales se localizan detrás de la hilera de casas y dan nacimiento
a una calle segunda paralela a la avenida, donde también se ubican las nuevas
viviendas. Entonces se abren cortas calles perpendiculares buscando su conexión
y comunicación con el río. Al poco tiempo se esboza un embrión de trazado
reticular.
Con la "calle segunda" se invierte el modelo de crecimiento, pasando desde lo
largo hacia lo ancho. De aldea lineal, el asentamiento inicia su conversión en
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pueblo nuclear. Dejó de alargarse y se compacta en profundidad, generalmente
alrededor del núcleo central de equipamientos.
Es decir que el paso social del asentamiento, de elemental y primario a terciario y
más complejo, significa además el paso del exclusivo malecón a un sistema de
calles múltiples. Este se observa en los pueblos de confluencia ("esquineros en L
o en V"), por medio del relleno habitacional interno, y separación progresiva del río
para las zonas de ampliación. Por lo tanto ya no ofrecen a sus moradores el
acceso individual directo al río. O, como ocurre actualmente en Vigía del Fuerte,
mediante desmontes e intentos de desecación de la llanura aluvial cenagosa
detrás del dique.
Con el transcurrir del tiempo, contando entre 100 y 200 familias y casas, el
poblado reúne una masa demográfica del orden de unos 1.000/1.500 habitantes;
asimismo adquiere cierta fuerza como centro comarcal en el juego político -
regional. Importancia que se ratifica y se consagra con su erección en cabecera de
un nuevo municipio, decisión con la cual toma nuevo empuje hacia niveles
superiores de complejidad social y construída; tal como ocurrió en Bojayá-
Bellavista, en Vigía del Fuerte o más recientemente en Docordó (Bajo San Juan).
3.8 El hábitat comarcal.
Es a partir de los distintos tipos de hábitats arriba reseñados, que se van
integrando unidades espaciales de mayor cobertura territorial. Cada asentamiento
disperso o nucleado actúa como una pieza colocada en un conjunto, que va
adquiriendo su papel propio en un determinado ámbito espacial a lo largo de la vía
fluvial.
En un tramo corto del río solamente se hallan uno o dos tipos de asentamientos
correspondientes a la tipología anteriormente señalada; pero en un tramo más
largo van surgiendo otros componentes. De tal modo que en un trayecto de unos
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diez kilómetros por lo general se encuentra, entre orilla y orilla, el rosario completo
de los diversos tipos de asentamiento registrados. Por lo tanto la presencia de
esta gama completa va configurando en el ámbito de poblamiento un sistema
articulado y coherente, incluso jerarquizado de relaciones frecuentes de todo tipo
(laborales, matrimoniales y familiares, de intercambios, acopio y abasto, de
servicios sociales estatales, etc).
Se verifica que a lo largo de la vía fluvial un hábitat, cualquiera que sea su
categoría y tamaño, nunca está aislado de sus vecinos sino por el contrario
siempre vinculado a ellos. Múltiples nexos originados en las prácticas sociales de
la vida cotidiana lo hacen partícipe de un conjunto expandido en un ámbito
geográfico de dimensión territorial más amplio pero interno al municipio y
sectorizándolo, que se puede calificar como "pequeña comarca". Esta integración
adquiere para el Estado la categoría de vereda o de corregimiento en la
sectorización política y administrativa de un municipio.
Luego, en una determinada comarca y en algún momento, bajo la presión de
variados factores, uno de los caseríos adquiere una dinámica excepcional.
Entonces se eleva encima del nivel de los demás, con lo cual se erige luego en
"cabecera de comarca", si se puede decir; Tanguí, Beté, Tagachí, Napipí
cumplen este rol, y tan exitosamente lo cumplió Bellavista que finalmente ascendió
a cabecera de un nuevo municipio. Ver Figura 3.7: Sistema comarcal general.
3.9 Cronología general del poblamiento actual.
Sobre el surgimiento paulatino de los hábitats a lo largo del río un sondeo
realizado en unos veinte asentamientos (Jacques-April en 1988, con
actualizaciones de campo en enero de 1998), permite levantar el siguiente cuadro.
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63
Tabla 3.3 Surgimiento y desaparición de poblados del Atrato Medio
(muestra).
Poblado Génesis
/ desaparición
Observaciones
(Ver localización en Radarmapas 27.1 y 27.2)
1 La Boba 1.883 (?) Esta fecha parece ser aquella de la radicación de los primeros
colonos en los desmontes. El caserío se conformó mucho más
tarde.
2 Isla de los Palacios 1.913 Fecha de la primera colonización agraria y ribereña de la familia
Palacios.
3 La Loma de Bojayá 1.923-
1.924
Primeras casas nucleadas y construcción de la capilla.
4 Opogadó 1. 928 Primer núcleo, incendiado en 1950. El pueblo actual se vuelve a
fundar hacia 1955.
5 Pogue 1.934 La llegada anterior del colono "arribeño" Macario Asprilla fomenta
las primeras casas.
6 La Playa de Murrí 1.930-1940 Primeras casas en colinos plataneros de los padres de Macario
Romaña.
7 Puerto Conto 1.930-
1.945
Primer caserío de unas diez casas, llamado Tebada. Incendiado
desaparece hacia 1950. Vuelve a resurgir a partir de 1955-60.
8 Tagachí 1.923 Se verifica la presencia de un primer grupo de unas diez casas.
9 Napipí 1.942 Primer desmonte platanero y de confluencia por el colono Ricardo
Mayo.
10 El Tigre 1.940-1960 Fase de desmonte y sedentarización de los tres hermanos
Cuesta, colonos de los alrededores
11 Alfonso López
(Puerto Martínez )
1.943 Instalación del aserrío y luego nuclearización de colonos
madereros. También llamado “Terrón”.
12 Bellavista. 1.946 Primer núcleo estable de casas en parcelas de plátano de
colonización anterior.
13 Boca de Bebará 1.950-55 Crece la aldea en un platanal desmontado anteriormente por los
Salas.
14 Villanueva
(Guadualito)
1.950 Fecha aproximada de nuclearización en sus colinos, de los
colonos "arribeños" Córdoba y Mosquera; alcanzando unas 10
casas hacia 1970. Recibió parte de los habitantes de Santa Cruz
y El Lana.
15 San Miguel 1.952-53 Primera casa finquera de Ruperto Moreno.
16 San Alejandro 1.956 Primeras casas agrupadas en el lugar.
17 San José de la
Calle
1.959 En esta fecha existe ya un pequeño grupo de viviendas de
colonos de los alrededores.
18 San Martín 1.960 Epoca del paso de parcelas a caserío.
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19 Mesopotamia 1.965 Llegada de los colonos “chilapos sabaneros” liderados por Pedro
Coronado y fundación del pueblo.
20 Veracruz Hacia 1975 No existía en la cartografía anterior.
21 Piedra Candela Hacia 1960 Hoy sigue siendo una vereda rural, pero en proceso de
nuclearización lineal.
22 Cabecinegro
(hoy Santa María).
Años 70 Paso de hábitat platanero de los Salas y Cuesta a villorio parental
con 4-5 casas discontinuas en colinos. Creció durante el periodo
1988-1994 y se trasladó, con nuevo nombre, hacia 1995, por
causa de sedimentación de la orilla del Atrato.
23 Amaya. 1985-1990 Villorio platanero familiar con cinco casas del mismo tronco
parental. En 1998 no existe como pueblo.
24 El Lana Hasta años
1970
Desapareció por erosión.
25 Santa Cruz Hasta años
1970-1980
Desapareció por erosión.
26 Boca de Murrí Hasta años
1970
En la cartografía posterior no aparece. Ya no existe como pueblo.
29 Murindó Trasladado
1993
Población desde el siglo XVIII, trasladada en 1993 a raiz de los
de los terremotos de 1992.
30 La Madre Trasladado
1993
Trasladado a raiz de efectos de los terremotos de 1992.
31 Puerto Córdoba Hasta años
1970
En la cartografía posterior no aparece. Ya no existe como pueblo.
32 El Barranco Hasta años
1970
Idem.
33 Bella Luz
(Brazo Montaño)
Hasta años
1970
Idem.
34 Puerto López Hasta 1973 Aserrío y caserío en la desembocadura del río Bojayá al Atrato.
Destruído por erosión de orillas.
35 Rogeradó
(río Murindó)
Hasta años
1970 (?)
No aparece en cartografía posterior. Ya no existe como pueblo.
36 Vigía del Fuerte Trasladado
años 1960
Su localización era frente a Bellavista. Trasladado al actual sitio
principios de los años 1960 (?), posiblemente por erosión de
orillas.
37 Puerto Arquía Hasta años
1970
Fue un aserrío con menos de 10 casas. En 1998 sólo se
observan restos del aserrío, en proceso de erosión por el Atrato.
38 Paloblanco En gestión de traslado (1998), por erosión de orillas.
39 Vidrí (río Arquía) En gestión de nucleación en Puerto Palacio
40 Isleta (río Arquía) Idem.
41 Playita (río Arquía) Idem.
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De este listado, referido a los núcleos 1 hasta 23, destaca lo siguiente:
� Los 23 núcleos de la muestra integran una tendencia regional.
� Son en gran parte obras de colonos exógenos llegados a la región hacia 1930-
1950, y generalmente oriundos del río Baudó, del San Juan y del alto Atrato.
� Cada caserío surge en una parcela de cultivos, en un platanal.
� El caserío es producto ulterior de una primera fase de colonización agrícola.
� Las aldeas se estructuran y se estabilizan en los últimos 30 - 40 años.
� Están aún, casi todas, en la fase ascendente de su desarrollo y de su ciclo,
aunque varias han desaparecido por acción de fenómenos naturales y sus
pobladores se han incorporado a otras, o se han relocalizado, como el caso de
Cabecinegro que incluso cambió de nombre (Santa María).
� El proceso sigue vigente y van surgiendo nuevos núcleos. Sin embargo, en las
actuales condiciones de confrontaciones armadas muchos poblados se
encuentran desiertos, principalmente al norte de Vigía del Fuerte, y sus
habitantes se encuentran en campamentos de refugiados o han migrado hacia
otros sitios de la región (p. ej., Vigía del Fuerte), o han salido del Atrato Medio.
(Ver Figura 3.9, Evolución de los caseríos).
En el Anexo 3, numeral 3.5 se detallan los antecedentes históricos de los 23
poblados de la muestra de 1988 y en el numeral 3.6 el análisis socio-residencial
de tres de las aldeas.
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3.10. Inmigración, colonización agraria y hábitats.
La región quedó tan aislada como estancada durante la mayor parte del siglo XIX
y sólo a fines del siglo se manifestaron algunos movimientos de migraciones por
parte de los descendientes de los esclavos mineros del alto San Juan y alto Atrato.
Pero a principios del siglo diversos factores tienden a aumentar estas migraciones
a lo largo de los ríos Baudó, San Juan, Atrato y también a todo lo largo del litoral
Pacífico, lo mismo que hacia Acandí:
� En las antiguas regiones mineras el aumento contínuo de población provoca un
excedente demográfico.
� Se multiplican las controversias de propiedad entre mineros libres y
descendientes de los mineros esclavistas, ya que éstos siguen siendo dueños
de las tierras.
� Las concesiones del Estado a compañías extranjeras y la llegada de la Chocó
Pacífico Gold Mine en 1915 no hacen sino agregar un protagonista más a este
conflicto.
� Se establecen nexos entre Turbo - Cartagena y Quibdó por medio de la
navegación fluvial de cabotaje; la colonización agrícola espontánea sobre el
Atrato se encuentra favorecida por la necesidad de “leñateros” y la demanda
de víveres, (cacao, arroz, plátano, pescado seco y maderas de construcción)
en las ciudades (Quibdó, Cartagena o Barranquilla). Este fenómeno se hace ya
muy visible en las décadas de 1940 y 1950.
� Economías cíclicas y efímeras estimulan unas corrientes migratorias, tal como
sucedió a la vuelta del siglo con el breve auge de la recolección de tagua, y el
ciclo más prolongado del látex del níspero. Luego hubo un ciclo del cacao, y en
la época de construcción de los ferrocarriles la demanda de polines incentivó,
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entre 1930 y 1950, la producción maderera. Desde los años sesenta unas
corrientes laborales circulando por el Atrato y el San Juan se dirigen hacia la
zona bananera de Urabá en busca de trabajo asalariado.
� Durante el período 1945-1960 la inseguridad en la zona, hacia 1949-1953, y la
quema de unos pueblos (Opogadó y Puerto Conto, entre otros) también
provocaron migraciones por huída de gentes, bien sea internándose en los
montes, bien sea refugiándose en centros que garantizaban su seguridad.
Las entrevistas con colonos, pioneros de desmontes y fundadores, primero de
parcelas y luego, en ciertos casos, de aldeas y caseríos, dejan en claro las
modalidades esenciales y muy repetitivas del proceso. Es posible, sin
generalización a ultranzas, dibujar un modelo económico, social y espacial.
Asimismo queda relativamente fácil establecer los nexos ligando la aparición
sucesiva de varios tipos de hábitats y el impacto diferenciado que ejercen estos
sobre el espacio natural. Las pesquisas permitieron comprobar la evolución desde
lo sencillo hasta lo complejo, en términos de espacios y hábitats rurales
dispersos mutándose en hábitats nucleados. Se estableció que las olas
migratorias de colonos se originan desde principios de siglo en una zona que
globalmente se puede llamar del alto Atrato y el alto San Juan. Los pobladores
actuales de los caseríos encuestados tienen sus raíces ancestrales (padres y
abuelos) en Santa Rita, Alto Baudó, Paimandó, Samurindó, Lloró, Bagadó, en
algunas veredas del río Cajón, de Condoto, de Tadó o de Certeguí, en las zonas
rurales situadas al sur de Quibdó.
Esta inmigración se evidencia por medio de una estadística sobre las 100 familias
encuestadas, considerando el lugar de nacimiento de los habitantes.
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Tabla 3.4 Inmigración hacia la zona (1988).
Lugar Censados en lamuestra
Nacidos en otrolugar
Brazo de Murindó 27 27Piedra Candela 27 14Vera Cruz 41 27San Martín 24 13Villanueva 82 29Boca de Bebará 27 13San Miguel 74 45Opogadó 32 12Playa de Murrí 83 32Napipí 177 72Total 594 284
Comentarios:
� El examen, ficha por ficha del censo indicó, obviamente, la más alta proporción
de inmigrantes en los adultos, siendo la más baja en los adolescentes y niños.
� También indica que los mayores eran hijos de colonos inmigrantes en su casi
totalidad.
� El examen permite relacionar zonas de emigración con períodos, más o menos
así:
a) Una corriente local o comarcal con inmigrantes de los últimos veinte años
(décadas de 1960 y 1970).
b) Una corriente regional, desde Turbo-Riosucio hasta el río San Juan, por olas,
una en los años 1920 y 1930, la siguiente hacia los años 1940-1950 y una
última hacia 1960.
� Finalmente, en los últimos años, se constatan flujos de inmigrantes locales y
comarcales, expulsados de zonas rurales por razones de inseguridad
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(desplazados), pero también de emigrantes desde la región, por las mismas
razones, hacia sitios más lejanos como Quibdó y Medellín.
� Llama la atención la presencia, entre los habitantes tradicionales, de un
numeroso grupo procedente del alto Atrato y del alto San Juan. Se repiten
estos lugares de nacimiento: río San Juan, Tutunendó, Paimadó, Yuto, Lloró,
Tadó, Cértegui, Bajo Baudó, Quibdó, Condoto, Istmina, Andagoya, Raspadura,
Puerto Meluk, Beté, río Bebaramá, río Munguidó, la Vereda de Samurindó, río
Quito, Santa Rita (Condoto), Dipurdú.
� Aquí se comprueba en el Chocó algo que también ocurrió con la llamada
“colonización antioqueña”, el carácter muy compactado de ciertas zonas
expulsando sus excedentes demográficos.
� Sin embargo, con la colonización moderna de la descendencia africana se
transforma radicalmente el patrón tradicional aborigen de poblamiento, a lo
largo del río Atrato y sus afluentes. Del poblamiento por medio del patrón
unifamiliar rural aislado, se pasa al hábitat asociado y nucleado en aldeas
lineales. Estas logran conformar un sistema de aldeas, el cual hasta ahora se
ha convertido en el “mallaje urbano” de la región, sobre su máxima y única
arteria de comunicaciones.
( Ver Figura 3.7: Sistema comarcal del hábitat fluvial)
� Pero a las orillas del Atrato los caseríos experimentan un proceso
contínuo de “selección natural” -literalmente- con lo cual unos de ellos se
estancan y hasta desaparecen pero mudándose. Y, a consecuencia de estos
traslados, otros caseríos se fortalecen.
El marcado crecimiento físico y demográfico que operó durante las últimas
décadas y que se verifica en Tagachí y Buchadó, en Napipí, Puerto Conto,
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Bellavista o Vigía del Fuerte, se nutre del fracaso y del traslado de Santa Cruz, El
Lana o de Puerto López o de la desaparición de Boca de Murrí. Crecen con la
concentración de colonos anteriormente diseminados en el espacio productivo o
nucleado en aldeas que no pudieron “anclarse” y tuvieron una existencia breve.
Dos ejemplos ilustran cómo lo señalado sigue ocurriendo a la fecha:
a). El crecimiento de Vigía del Fuerte, incluída preparación de tierras anegadizas
por parte de la alcaldía, para futuras viviendas, como receptora de desplazados
por las condiciones de inseguridad en la región, y
b). La concentración de pequeños núcleos veredales como Vidrí, Playita e Isleta
en el río Arquía, cuyos pobladores cuentan con la aceptación y destinación de
terrenos por parte de los habitantes de Puerto Palacio, para ubicarse allí (según
revisión de campo, enero de 1988).
Con estos cambios y traslados contínuos, permanentemente operan unos
“reajustes” territoriales en el mallaje regional y en el sistema de aldeas a todo lo
largo del río. Pero el estancamiento o la mudanza que padecen numerosos
poblados fundados por colonos está inscrito en la dialéctica del mismo proceso
colonizador. Es un fenómeno general y no algo propio de esta zona del Chocó.
3.11 Reflexiones en torno a las aldeas del Atrato.
Hemos reseñado un proceso histórico en el cual se pueden distinguir tres fases
que constituyen tres formaciones socio-espaciales diferentes:
A). La formación socio-espacial colonial minera que perdura desde fines del siglo
XVII hasta 1850. De carácter "insular", se concentra a partir de la noción legal de
"Real de Minas" y del ámbito espacial de "los cortes", en los cuales se lavan los
aluviones cargados de oro y platino. En toda la Provincia se limita a unas veinte
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minas y otro tanto de dueños esclavistas, con mano de obra conformado por unos
1700 esclavos (entre adultos y niños) de origen africano conviviendo entre "las
rancherías" de los "placeres" y los "pueblos de indios", agrupando estos unos
2.700 nativos aborígenes.
B) La formación socio-espacial de la colonización agrícola "neo-africana" y
embera, que se desarrolla desde la manumisión hasta mediados del siglo XX y se
caracteriza por el fuerte crecimiento demográfico, la consiguiente expansión
territorial, la dispersión de los hábitats. Estos se constituyen mediante el hogar de
agricultores y la unidad predial es el "colino" de orillas, constituyéndose la finca de
minifundio disperso, dividida en varios platanares separados.
C) La formación socio-espacial contemporánea y vigente de las redes aldeanas,
mediante la nuclearización progresiva de las familias campesinas en
asentamientos de origen parental agrupando generalmente desde 5 hasta 100
hogares y casas.
A esta última formación socio-espacial se dedican las siguientes reflexiones.
1) Aunque sea un axioma -e incluso un lugar común- es preciso insistir en esta
evidencia: en el Atrato los hábitats humanos están sometidos a un marcado
determinismo natural. Desde el punto de vista geográfico, esta colonización de
tierras se enmarca dentro de drásticas condiciones fisiográficas que actúan como
limitantes.
En estas condiciones, pocos son los sitios ribereños con condiciones físicas y
climáticas favorables a la explotación agrícola. Más escasos aún son aquellos con
óptimas dimensiones que permitan una explotación grupal o multifamiliar.
Excepcionales son aquellos lugares que, reuniendo las condiciones anteriores y
que además están en "situación social" favorable para estimular la germinación de
un caserío.
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En cuanto a su relación con la demografía, la disponibilidad de tierras para
desmontar es aparentemente muy superior a la fuerza laboral de la masa
colonizadora. Pero la agrología desmiente esta afirmación optimista. En términos
agrológicos, es notable la escasez de tierras óptimas no amenazadas
permanentemente; bien sea por el alto régimen de lluvias y su erosión de los
suelos, bien sea por su consecuencia, las repetidas crecientes del río.
Allí radica la contradicción axial entre un proyecto humano de sedentarización en
un hábitat permanente, y un medio natural adverso y hóstil, opuesto a esta
empresa. El hombre enfrenta la contradicción multiplicando las labores y los
frentes de trabajo colonizando varios lugares sustitutivos. De esta manera se va
configurando el hábitat atomizado y el "minifundio disperso".
2) Reflejo de lo anterior:
a) Estas peculiaridades tienden a contrariar la tendencia del colono a la
sedentarización y lo obligan a una movilidad cotidiana, continua, en el ámbito
de trabajo.
b) Esta obligada mudanza en el entorno cercano obstaculiza la persistencia
del individuo en un hábitat definitivo y no favorece su arraigo en un lugar.
Con todo lo anterior la inestabilidad caracteriza el asiento del colono
chocoano, su producción, sus colinos, su finca, su casa. Al contrario del
colono del interior, nunca puede pretender haber adquirido algo duradero,
para toda la vida, definitivo; lo que consigue, siempre cuestionado por los
elementos naturales es efímero o de poca duración.
Entonces se muda, y en otro sitio vuelve a abrir montes, fundar finca y
construir una nueva casa. Carece de apego a un lugar definitivo y esa actitud
mental de cambio continuo y de desarraigo se refleja en su comportamiento
frente a la propiedad y la casa.
La vivienda hereda de esa actitud: el morador sabe de antemano que su
longevidad no pasa de 20 años o 30 años y que se garantiza esa duración
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por medio de un mantenimiento y renovación continuos, cambiando las
partes averiadas o en descomposición. La casa nunca es definitiva sino que
experimenta un proceso evolutivo continuo, se dilata, crece, se modifica, se
reduce: se subdivide adentro o se le agregan partes. Nunca es completa ni
terminada.
3) El veto del río y las lluvias ejercen una drástica dictadura sobre la localización y
la perennidad de los hábitats, explican su carácter transitorio y su mutabilidad. El
hábitat humano y su duración dependen directamente del volumen, de la calidad y
de la persistencia o de la vulnerabilidad y fugacidad de los medios naturales de
producción.
Esta situación no estimula en los pobladores el respeto del sistema institucional
reinante de propiedad de la tierra; es decir con denuncia, registro y titulación por
medio de escrituras legalizando el dominio de los predios en forma definitiva, con
miras a su enajenación posterior de individuo a individuo. Pocos son los que se
preocupan por declarar, denunciar o escriturar, con trámites dispendiosos y
requisitos institucionales que pueden demorarse años, unos predios que a lo mejor
no existirán cuando el colono logre conseguir los títulos que consagran su
propiedad. Conoce de antemano el carácter ilusorio que tendría el registro legal,
cuando es la naturaleza la que en última instancia dicta el uso de las tierras,
decreta su capacidad productiva y, en definitiva, cuestiona primero la propiedad
permanente. Con el torrencial aguacero diario o el brusco salto del río sobre el
dique aluvial de la ribera, las leyes naturales vuelven obsoletas e irrisorias las
leyes del Código Civil. Es por esto que la titulación colectiva de tierras, previstas
en la Ley 70 cobra validéz, sobre todo en términos de lo que jurídicamente el
Estado consideraba como “tierras baldías” que podían ser dadas facilmente en
concesión con fines de extracción de recursos.
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4) De lo anteriormente reseñado surge una conclusión muy bien resumida en esta
tesis de Manuel Castells, y que parece haber sido formulada después de un
recorrido por el río Atrato.
“Históricamente, hubo posibilidad de “ciudades”, es decir de concentraciones
residenciales que no subsisten por medio de un producto agrícola directamente
conseguido por medio del trabajo de la tierra in situ, a partir del momento en
que hubo un excedente (o "plus producto") agrícola y apropiación de este
excedente por una clase de no trabajadores”.
Efectivamente, esta posibilidad en semilla se vislumbra en Bellavista, pero
principalmente en Vigía del Fuerte, con la presencia significativa de un segmento
social adscrito al sector terciario de la economía; y al nivel superior en Quibdó, que
actúa parcialmente como mercado de salida y foco consumidor de la producción
del campesinado del Atrato.
5) Prolongadas indagaciones en varias regiones permiten formular esta tesis:
Todo hábitat nuevo de desmonte y roturación de tierras incultas, es decir de
colonización agraria, si prospera y se desarrolla pasa por una fase inicial
meramente productiva, y luego por una etapa caracterizada por el papel creciente
de la gestión y comercialización del plus-producto agrícola. En otras palabras,
transita desde el sector primario hacia el sector terciario.
Su manifestación espacial evoluciona desde formas aisladas y rurales de
poblamiento disperso hacia formas colectivas de agrupación residencial y
poblacional, urbanas si se puede decir. Mecanismos dialécticos actúan en el paso
gradual de un hábitat elemental monoclasista de producción primaria, a un hábitat
complejo y pluriclasista de apropiación y gestión terciarias.
Se verificó que el poblamiento de la región central del Atrato obedece a esta ley
general.
6) La nota anterior pone de relieve la estrechez tipológica del sistema de ciudades
del Chocó. Entre los dos extremos de unos poblados incipientes e inferiores a
2,000 habitantes, y una capital del departamento albergando unas 80.000
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personas en 1993, se encuentra un muy débil sistema de centros urbanos
intermedios.
Evidentemente la centralización administrativa y la concentración de servicios en
Quibdó, y los dos focos del comercio y de abasto recíproco, en Quibdó por una
parte y en Turbo, por otra, dejan muy poca perspectiva inmediata de desarrollo de
un mallaje urbano interno y comarcal sobre el Atrato. Sin embargo, esto debe ser
matizado si se tiene en cuenta que Vigía del Fuerte está interesada (o por lo
menos sus administraciones) en crecer poblacionalmente, ampliar su perímetro
urbano, erigirse como puerto del Atrato Medio, conectarse al sistema eléctrico
nacional e impulsar vías de comunicación con el interior del país.
7) El tramo del río Atrato que corre desde Beté hasta Riosucio, en una distancia
superior a los 250 kms (y más allá en ambos sentidos), carece por completo de
ciudades; no fue capaz de suscitarlas o no las necesita.
Lo que si se va formando es un sistema aldeano jerarquizado agrupando en un
determinado tramo de río zonas poco distantes y fácilmente conectables en un día
en canoa, hábitats de distintas categorías y niveles.
Dicho con otros términos, la aldea, como modelo de asentamiento "pre-urbano"
es el óptimo tipo de hábitat grupal que corresponde a una sociedad viviendo en
formación socio-económica de tipo pre-capitalista.
8) La peculiaridad del hábitat nucleado del Atrato radica en el modelo de pequeños
núcleos con base agraria y de origen parental, organizados en asientos lineales a
ambas márgenes del río-avenida, muchos de los cuales cuentan entre 10 y 50
casas, y de los cuales pocos superan las 100 viviendas.
Desde el punto de vista humano, su peculiaridad es que se origina en una masa
proveniente de un horizonte cultural predominante y de gran cohesión socio-étnica
lograda a través de siglos de permanencia y de vivencia solidaria; no tanto por el
común origen africano sino por el común trabajo agrícola, minero o maderero,
según el lugar, y una misma condición laboral.
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9) El pueblo surge "en autarquía" y por autodinamismo interno. Nace en una
parcela y de una familia; en el mismo colino del labrador y de su propio hogar.
Nace el conglomerado y crece, de los nacimientos en la familia y del crecimiento
de los vástagos. Un pueblo que crece y se extiende, indica que una familia se
dilató y se multiplicó.
Por lo tanto tiene el ritmo mismo que permite el crecimiento familiar, y experimenta
un crecimiento lento, que no puede andar más rápido que la posibilidad nupcial y
la capacidad reproductiva de los hijos e hijas del labrador. El caserío tiene un
proceso lento, dependiente de sucesivas generaciones no menores de quince
años cada una.
10) Allí es preciso apartarse del modelo cordillerano para señalar unas
peculiaridades. Por ser una reivindicación de masas solidarizadas por sus
intereses, el pueblo de colonos de laderas nace de una decisión colectiva, incluso
multitudinaria en ciertos casos. Surge de una Junta Pobladora o Fundadora
previamente constituída y organizada, que brotó de la concertación y del mismo
seno del campesinado de las inmediaciones. Se parte de una decisión colectiva y
de un propósito vital para asegurar el futuro y la persistencia de la colonia y su
hábitat.
Muy a menudo la fundación se origina en una necesidad económica, como es el
mercado para la comercialización de los excedentes. A veces lo engendra la
defensa contra una amenaza, cuando se presentan los imprescindibles
latifundistas y usurpadores con sus títulos carcomidos de la Colonia. En ocasiones
es producto de una aspiración, como es la escuela, considerada como medio de
defensa para poder leer escrituras notariales y redactar memoriales en papel
sellado.
Colocado con frecuencia en situación de ilegalidad por el carácter disputado de
sus tierras, de sus desmontes y mejoras, el colono cordillerano tiene que fortalecer
su presencia, legitimar su propósito, legalizar su empresa.
Es decir que el pueblo es imprescindible como expresión de una empresa
colectiva y para resolver varias necesidades básicas, organizar el mercado del
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"plus producto", salir de la ignorancia, cohesionar el vecindario cuando llegan
doctores y tinterillos, y se asoma la amenaza del desalojo, de la cárcel o del
destierro, por parte de los latifundistas o usurpadores.
Por eso el mercado y la defensa de las tierras desmontadas son los más
frecuentes motivos que generan la fundación urbana de los colonos de laderas.
Pero cualquiera que sea el motivo, la fundación urbana representa la máxima
coronación de la empresa agraria. El pueblo es la manifestación simbólica tangible
de su éxito.
Por lo tanto el pueblo se funda con un ceremonial de afirmación de un hecho
social. Y brota de un vez como hecho físico y hecho jurídico, en un día. Delimitada
la plaza, trazadas las calles y marcadas con estacas las primeras manzanas, por
la tarde hay diez o veinte candidatos solicitando adjudicaciones de los solares;
asignados estos y registrados de inmediato, están en construcción y ocupados a
los pocos días. En estas circunstancias, desde el primer día es pueblo de
multitudes asegurando su inmediata configuración física y organización social.
El colono del Pacífico ignora estas motivaciones, recorre otro camino, vive otra
realidad. Desarrolla su empresa de manera individual y solitaria, en un ámbito que
no genera controversia. El mercado del plus producto es una muy lejana
posibilidad, tan lejana en distancia como en el tiempo.
Su pueblo no resulta de una decisión o de un objetivo explícito, calculado y
pensado. Germina en forma paulatina y lenta, en el transcurso de varias
generaciones y se configura con hijos y nietos de la primera pareja y en sus
colinos.
El caserío nace de una familia, de un hogar, de manera espontanea, sin este
propósito, y sin ceremonial alguno. No se origina en la producción de café sino en
la producción de niños; en la biología más que en la economía. Es pueblo de una
familia y desde sus inicios es comunidad de parientes. En eso radica su
contradicción, su fuerza y su debilidad, su unidad y sus limitaciones.
11) Llama la atención el carácter precario, e incluso muy vulnerable de estos
asientos. De hecho sí surgen con facilidad y lentitud pueden estancarse en poco
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tiempo o desaparecer con rapidez; en primer lugar por su misma fragilidad frente a
una naturaleza inclemente.
Unos diez villorios desaparecieron del mapa en menos de cien kilómetros y en el
transcurso de unos 15 años. Pero surgía un villorio nuevo y otros están en
gestación. Desde luego los caseríos no desaparecen sino que se mueven; se
mudan a lugares más hospitalarios o se suman a un caserío existente y lo
consolidan con su aporte.
12) El desenvolvimiento espacial del hábitat, bien sea este agrario y disperso o
nucleado y en forma de aldea, depende del nivel y de la velocidad del desarollo de
las fuerzas productivas.
Lo cual incide en la naturaleza del solar residencial, su extensión y forma; y si es
el caso su división, compactación y densificación. De este modo pasa de solar de
finca agrícola y de colino ribereño con extensión de cien metros lineales o más, a
los solares huertas de los hijos, con veinte o treinta metros de frente. Llegando a
la generación de los nietos, su división y fragmentación los reduce a lotes de ocho
o diez metros de frente entre las goteras de dos aleros contiguos.
13) El relativo aislamiento de los núcleos de colonos y su origen familiar, vistos
desde el ángulo de la cultura:
- Implican una cultura material basada en el uso intensivo de los recursos del
lugar, en cuanto a casa, a manejo de herramientas u objetos de la vida cotidiana
doméstica etc.
- Garantizan una gran homogeneidad comunitaria y la persistencia de su cohesión.
Ambos se alteran a medida que se supera este aislamiento, que la comunidad
crece, que se va integrando a la economía de mercado, que llegan nuevos
moradores exógenos.
14) Se verifica en el diseño de la aldea una estrecha relación forma-contenido,
originada en varios factores.
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A) El río y el estrecho talud alto y seco determinan el emplazamiento de
las viviendas en hilera. El relieve y la hidrografía se convierten en los
imprescindibles ordenadores del diseño del asentamiento.
B) Las prácticas sociales y laborales de la producción agrícola lineal a la
orilla del río y el transporte del producto, explican la contigüidad casa-vía
fluvial.
C) Los lazos familiares se expresan por la contigüidad de las viviendas de
varios parientes.
Adicionalmente, la obtención en el lugar de los mismos recursos naturales
productivos y constructivos explican la identidad en la formación del hábitat
nucleado en hilera, la analogía en el trazado y la forma de los caseríos, lo mismo
que en sus patrones constructivos o sus pautas volumétricas.
15) El libre y fácil acceso del colono a los medios naturales de producción, se
refleja en el urbanismo de tierras baldías que se verifica en el caserío, y que se
expresa por medio de la generosidad de las áreas públicas de uso colectivo.
El espacio aldeano corresponde a un modo de vida y a sus necesidades e
implicaciones pero de ningún modo a aspiraciones especulativas o a deseos de
propiedad. De ahí la carencia de valor comercial del solar de vivienda, en la
mayoría de los caseríos encuestados en 1988, que todavía se mantiene en
lugares como Puerto Palacio en el río Arquía. Varios entrevistados comentaron
este hecho pero lo resumió una señora:
¨Eso de vender y comprar solares, aún no se ha puesto de moda aquí ¨.
16) Lo anterior explica la gran liberalidad que se observa en todos los caseríos en
cuanto a la extensión de los espacios libres públicos. La generosidad con la cual
los moradores se otorgan los espacios de disfrute colectivo tiene varias causas,
manifestaciones y consecuencias.
El colono del Atrato experimenta la obligación de un nomadismo local continuo
tanto productivo como residencial. Se vio como el hombre abandona un colino y
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80
desmonta para plantar otro, se pasa de una orilla a otra, desmonta río abajo o
hacia arriba, desocupa hoy una parcela que sembró hace dos o tres años. La
vivienda conoce la misma actitud, siendo perecedera y cambiante.
Cuando la parcela se convierte en núcleo residencial familiar, de carácter
¨definitivo¨, luego asociado y eventualmente en hábitat multifamiliar, el caserío
hereda de esa actitud y se beneficia de la máxima generosidad para otorgar
solares o para trazar en forma espontánea, el ancho malecón sobre el río.
Las manifestaciones físico-espaciales de lo anterior se evidencian en forma
diferenciada en cada caserío, pero a partir del elemento rector como es la
presencia del río y su papel de organizador del espacio del caserío, del mismo
modo que lo fue de la parcela que lo originó.
17) Además de los rasgos específicos anotados, el caserío de colonos del Atrato
posee una característica peculiar sobre la cual es preciso insistir aquí: una alta
proporción de espacios libres públicos de disfrute común.
Por otra parte, contienen una nueva categoría espacial ubicada entre los dos
extremos clásicos de lo público y lo privado, o privativo. Se introduce en estas
aldeas del Atrato una tercera categoría: el espacio ¨combinado", o sea de doble
apropiación; en otras palabras un suelo de posesión privada o de vocación
privativa, pero de uso y disfrute colectivos.
Desde el punto de vista del uso concreto por los residentes encontramos las
siguientes categorías:
1- Espacios públicos libres reconocidos.
Aquí están: el talud del río, el embarcadero, los baños de la orilla, el terraplén-
avenida y malecón, la plaza, el área del aserrío manual, la cancha de deportes y,
eventualmente, una plazoleta de la escuela o de la capilla, ó del kiosco de
reuniones. En ciertos casos más complejos (Napipí y Playa de Murrí) se agregan
unas calles internas paralelas al malecón, y unos caminos y calles transversales.
2- Espacios semi públicos así considerados por acuerdo mutuo y
costumbres .
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Los constituyen algunos solares vacíos en la trama, convertidos en lugares de
circulación, ó de juegos, o plazoletas; a veces para algunas labores domésticas
del vecindario.
3- Espacios de carácter privativo y partes de posesiones familiares sin
construir, pero que en la realidad son utilizados por los vecinos más cercanos,
bien sea para circular o realizar algunas tareas domésticas: tender ropa, pilar
arroz, labrar una canoa, cortar leña, apilar maderas, procesar y secar pescado,
etc. Además están los espacios libres a nivel del suelo pero construidos, o sea los
cobertizos comunitarios, que también cumplen funciones colectivas.
18) El uso múltiple y continuo del espacio público es otra peculiaridad que se
puede observar, y en forma ejemplar en la Playa de Murrí.
El uso individual y colectivo opera sobre una misma área de circulación sin
mayores conflictos: uso económico familiar cuando sirve para secar arroz, uso
doméstico cuando se seca la ropa, uso alimenticio cuando se erigen las azoteas
con hierbas medicinales, el cilantro o la cebolla larga; usos que no contradicen el
corte de leña para la cocina, el juego de los niños, el pilón del arroz, el labrado de
una canoa, el arreglo de un trasmayo, y unas bancas para sentarse a charlar a la
sombra de una palma de coco, o el mismo tránsito de los vecinos.
Son como la persistencia "urbana" de la polivalencia del malecón y el solar, que
completan y rodean a la casa rural familiar aislada en una orilla de río.
19) En definitiva, el reparto del espacio en el caserío y su diseño surgen de
prácticas, de la razón pero no de la imposición. Procede de la observación, se
origina en la experiencia cotidiana vuelta centenaria.
Se usa un código oral sobre aislamiento lateral, retroceso sobre el terraplén, los
usos adecuados para éste, separados de los usos traseros; la asignación de una
gama de funciones en los patios posteriores, la conformación del ante jardín, los
rellenos en fachada o detrás de la casa; incluso rigen normas no escritas sobre los
limitantes del uso individual del espacio libre colectivo. Este código mental no
puede ser escrito y tampoco lo necesita, pues está en el saber individual y
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colectivo, en los hábitos y costumbres y en las memorias. Es ¨cultura aldeana¨ oral
y consuetudinaria.
20) Lo anterior evidencia la presencia viva y actuante de un proceso espontáneo
de socialización del espacio parental, considerado por la etnología moderna
como atributo de la comunidad doméstica rural, y que persiste (con sus
contradicciones) en el hábitat nucleado y los distintos caseríos de la región.
21) Finalmente, todo indica que en el Atrato Medio no ha culminado aún el
proceso de colonización de tierras (o su "reciclaje"), y de nuclearización de la
población en aldeas. Un sondeo abarcando una docena de asentamientos y su
trayectoria durante el periodo 1960 - 1988 ilustra la dinámica viva de este modo de
poblamiento. (Ver Figura 3.9, Evolución de los caseríos)
*****
Cali, agosto 21 de 1997, con ajustes mediante trabajo de campo en enero de
1988).
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83
Figura 3.1 Chocó: Número de asentamientos vs. número de casas
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Figura 3.2 Subregión central del Atrato
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85
Figura 3.3 Formación socio-espacial minera
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86
Figura 3.4 Modelo de minifundio disperso
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87
Figura 3.5 Génesis de Cabecinegro
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88
Figura 3.6 Esbozo tipológico y categorías de asentamientos (a) y (b)
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89
Figura 3.7 Sistema comarcal general
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Figura 3.8 Sistema comarcal típico de hábitat fluvial
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Figura 3.9 Evolución de los caseríos
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4. TIPOLOGÍA DE LOS DESASTRES EN EL ATRATO
MEDIO.
4.1 Zona de estudio y fuentes documentales.
La zona objeto de este proyecto, comprende los municipios de Bojayá, Murindó,
Riosucio y Vigía del Fuerte. Para efectos de este análisis de los desastres
recientes se adicionaron 22 municipios que, junto con los del proyecto, forman la
cuenca del Medio y Bajo Atrato. Adicionalmente y para conservar una imágen más
familiar a los usuarios, también se incluyeron los municipios Juradó, Bahía Solano,
Nuquí y Alto Baudó, de la vertiente del Pacífico (Figura 4.1).
Las fuentes documentales fueron, esencialmente, reportes de prensa los cuales
fueron recopilados de diferentes fuentes como los periódicos El País (Cali), El
Colombiano (Medellín), La Patria (Manizales) y El Espectador y El Tiempo
(Bogotá), así como bases de datos preexistentes de las mismas fuentes (OSSO,
Ingeominas y DNPAD), complementadas con información de trabajos previos del
OSSO (OSSO para CORPES de Occidente, 1995).
La información se ha consolidado en el programa DesInventar (OSSO-LA RED,
1997), "Inventario de Desastres en América Latina", que para el caso de Colombia
cuenta con 6,497 desastres entre 1921 y 1995. En general, los datos presentan
sesgos derivados de la cercanía de cada una de las fuentes, por un lado, y por el
otro de inhomogenidades temporales (la base de datos es más contínua desde las
últimas décadas. DesInventar asocia cada desastre, con sus consecuencias, a la
división político-administrativa (departamentos y municipios), de tal manera que el
surgimiento de nuevos municipios, especialmente en la región del Atrato Medio
(Vigía del Fuerte) y de Urabá, introduce sesgos adicionales, pues no siempre las
fuentes indican claramente el corregimiento o sitio en el cual ocurrió el desastre.
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De todas maneras, el inventario de reportes en la región de análisis puede ser
tomado como una muestra que ilustra sobre la distribución, tipología y efectos de
los desastres. Con esta premisa, el análisis siguiente debe ser entendido como
indicativo. Se espera que el contenido de este Capítulo aliente iniciativas para que
en la región se incluyan los inventarios de desastres como una actividad cotidiana
de utilidad en el seguimiento y prospectiva de las amenazas vulnerabilidades y
riesgos.
4.2 Análisis de la información.
En total la base de datos reporta 180 desastres para los 26 municipios en el
periodo comprendido entre 1960 y 1995. Se escogió este periodo ya que presenta
una mejor distribución temporal. La distribución espacial de los desastres se
aprecia en la Figura 4.2, donde aparece Quibdó como el municipio más afectado
con mayor reporte de eventos.
La distribución temporal acumulada (Figura 4.3), muestra, durante el periodo
comprendido entre 1960 y 1966 que los reportes son escasos. A partir de 1967 y
hasta finales de la década de 1980 la tasa de desastres reportados se incrementa.
Esto puede ser una respuesta a los programas de desarrollo y de colonización
impulsados desde finales de los años cincuenta y principios de los sesenta (Guhl,
1992; Valencia & Villa, 1992), que promovieron asentamientos de población
expuestos a las amenazas naturales en la región, en combinación con el impacto
de la apertura de la vía al Mar (carretera a Urabá). Sin embargo, tratándose de
una base de datos de reportes con fuentes hemerográficas, en los análisis debe
tenerse en cuenta que ello introduce sesgos tanto por distancia y aislamiento de la
zona con respecto a las fuentes (p. ej., periódico El Colombiano de Medellín),
combinado con mejoras en las comunicaciones durante los últimos decenios. El
incremento sustancial en los reportes de desastres a partir de 1992 corresponde a
un periodo de disposición de mayor información.
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94
La Tipología de los desastres de la Figura 4.4, indica que los asentamientos
poblacionales de los municipios son afectados en un 77.2% por eventos
exógenos, asociados al clima y a condiciones superficiales del suelo y en un 21.1
% por eventos endógenos, en este caso sólo por sismos y erupciones de volcanes
de lodo (la base de datos no incluye reportes de otros fenómenos p. ej.
licuefacción de suelos). El 1.7% restante corresponden a incendios.
En la Figura 4.5, un mapa temático de los desastres producidos por inundaciones,
deslizamientos, avenidas torrenciales, lluvias, tempestades y vendavales, se
observa en el conjunto que los municipios más afectados son Quibdó y Turbo,
relacionados muy seguramente con la población, ya que estos municipios son los
que mayor número de habitantes tienen: 102,003 y 78,529 habitantes,
respectivamente (Figura 4.10) El resto de municipios muestran un comportamiento
uniforme respecto a la cantidad de reportes, pero no homogéneo, ya que los
municipios costeros están además propensos a desastres por marejadas.
La comparación de los desastres por fenómenos hidrometeorológicos entre los
municipios del proyecto y el resto de la región es concordante en términos de los
picos de las lluvias (Eslava, 1994a). Así en el Atrato Medio los picos ocurren en
abril y agosto-octubre, mientras que hacia el Sur, el E (municipios andinos) y el N
(Urabá), en mayo y octubre. Sin embargo, como lo ilustra el histograma superior
de ocurrencia de eventos en la Figura 4.6, no se dispone de reportes para el mes
de septiembre , ni febrero-marzo, en los municipios de interés. Con la información
disponible no es posible interpretar si se trata sólamente de un vacío de
información, producto de los sesgos ya enunciados.
Los reportes de afectados por desastres entre 1960 y 1995, cuya distribución
espacial aparece en la Figura 4.7, deben entenderse como muy preliminares. De
hecho, tanto por las frecuentes inundaciones (para los 4 municipios objeto de este
estudio), como para el conjunto de la región por causa de sismos, todos los
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pobladores han sido afectados en épocas recientes, la mayoría de ellos en más de
una ocasión.
En la Figura 4.8, que muestra que el 50 % de los afectados por desastres, lo han
sido por la ocurrencia de deslizamientos, hay un sesgo importante, ya que a este
porcentaje sólo aportan dos desastres, uno de los cuales, el deslizamiento del 25
de octubre de 1970, afectó a 50,000 personas; la base no incluye los afectados
por sismos, que como los de 1992 impactaron a decenas de miles de personas,
desde Quibdó hasta Arboletes y desde Bojayá hasta Medellín, más allá del área
aquí considerada.
La mayoría de los muertes reportadas lo son por causa de avenidas torrenciales y,
en segundo lugar, por deslizamientos, con 68.27 % y 17.8%, respectivamente.
Para todos los municipios de este análisis los muertos están asociados con
avenidas torrenciales, deslizamientos, inundaciones, vendavales.
Comparativamente los sismos han causado menor número de muertos, como en
los casos de Riosucio y Quibdó (julio 13 de 1974 en el río Salaquí, 7 muertos y 7
en Quibdó), Apartadó (septiembre de 1977, 2 muertos) y los sismos de 1992 que
produjeron la muerte de 2 indígenas por deslizamientos en Murindó y de unas 14
(?) personas por la erupción del Volcán Cacahual en San Pedro de Urabá.
4.3 Características de los desastres según municipio.
En el Anexo 6 se incluyen todos los reportes disponibles. Sin embargo, para
ilustrar lo que probablemente también es un déficit de información en la región, a
continuación se sintetizan los datos por municipio:
� En Acandí la base de datos en el periodo 1960-1995, reporta un vendaval.� Para Abiaquí reporta 1 sismo el del 18/10/92.� Para Alto Baudó reporta 3 inundaciones.
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96
� Para Apartadó reporta 2 avenidas, 1 erupción, 4 inundaciones, 2 sismos uno
en 1977 y el de 18/10/92 y 3 vendavales.� Para Bagadó, reporta 2 incendios y 1 inundación.� Para Bahía Solano, 5 inundaciones, 1 marejada y un sismo el 6 de septiembre
de 1970.� Para Bojayá reporta 4 inundaciones, 1 vendaval y los sismos del 17-18/10/92.� Para Cañasgordas se reportan 2 avenidas, 7 deslizamientos y 2 sismos el
9/7/67-que reporta viviendas afectadas sin cuantificar- y el del 18/10/92.� Para Carepa 1 inundación, 1 vendaval y un sismo el del 18/10/92.� Para Chigorodó 3 avenidas, 1 inundación, 1 vendaval y el sismo del 18/10/92.� En Dabeiba, que junto con Quibdó, Riosucio, Apartadó, Turbo, Dabeiba y
Cañasgordas reportanel mayor número de desastres, los desastres se
discriman así: 6 avenidas, 2 deslizamientos, 2 inundaciones y 2 sismos uno en
agosto de 1977 con 3 heridos y daños en viviendas sin cuantificar y el del
18/10/92.� En El Carmen o Carmen del Atrato 1 deslizamiento, 2 inundaciones y el sismo
del 8/2/95.� Para Frontino se reportan 1 avenida, 1 deslizamiento y el sismo del 18/10/92.� Para Juradó 1 deslizamiento, 2 inundaciones y 1 marejada.� Para LLoró 4 inundaciones y 1 vendaval.� Para Murindó reporta 6 inundaciones y los sismos del 17-18/10/92.� Para Mutatá aparece sólo el sismo del 18/10/92 en el periodo de análisis
(1960-995) aunque en toda la base de datos (1921-1995) aparecen además 1
deslizamiento y 2 inundaciones.� Para Necoclí reporta 1 avenida, 1 deslizamiento, 1 erupción y el sismo del
18/10/92.� Para Nuquí reporta inundaciones, 1 marejada y 1 vendaval.� Para Quibdó reporta 9 deslizamientos, 1 incendio, 9 inundaciones y 5 sismos.
Éstos ocurrieron en julio de 1962, en febrero de 1973, el 3 junio de 1974, el 5
de junio de 1980, en marzo de 1987 y el 8/2/95.
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� Para Riosucio se reportan : 1 avenida, 1 vendaval, 8 inundaciones y 3 sismos.
Los simos ocurrieron uno el 13/7/74 en la cuenca del río Salaquí con 7 muertos
y 15 viviendas destruidas con reporte de daños en Truandó, Santa María la
Nueva, Salaquí y cabecera del río con deslizameintos; y el otro11/7/76 reporta
daños en Juradó y Balboa, y el 17/10/92.� Para Turbo reporta 1 avenida, 1 deslizamiento, 1 erupción, 2 marejadas, 5
inundaciones, 7 vendavales, 2 sismos uno el 9/7/67 y el del 18/10/92.� Para Unguía reporta 2 inundaciones y 1 sismo el 2/7/94.� Para Urrao aparecen reportes de 3 avenidas, 2 deslizamientos, 1 inundación y
2 sismos, uno el 30/7/62 y el del 18/10/92.� Para Uramita se reporta 2 deslizamientos, uno de los cuales el 25/10/70
reporta 30 muertos, 50000 afectados y daños en viviendas sin cuantificar.
Aunque el municipio sólo tenía en 1993, 7574 habitantes (Dane, 1996) el
deslizamiento debió haber afectado los municipios de Mutatá, Dabeiba,
Uramita, Frontino y Cañasgordas.� Para Vigía del Fuerte la base reporta 5 inundaciones y el sismo del 18/10/92.
4.5 Actividad específica.
Entre los sistemas de monitoreo se recomienda que en cada municipio, en sus
cuencas, y también a escala regional (p. ej., Corporaciones), se realicen
inventarios de eventos o fenómenos con efectos sobre la vida, los bienes, la
agricultura, etc. Inventarios de este tipo, realizados de manera permanente
incluyendo censos de los efectos, se constituyen, a la larga, en instrumentos para
evaluar la evolución de amenazas, vulnerabilidades y riesgos y en indicadores
prospectivos de las cambiantes condiciones ambientales y de la interacción entre
pobladores y medio ambiente. Por las condiciones de la región un instrumento de
esta naturaleza deberá incluir informacion sobre eventos como erosión de orillas,
palizadas y barras de arena y sedimentos en los ríos.
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Figura 4.1 Localización, área del proyecto y área con análisis de losdesastres recientes
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Figura 4.2 Reportes de desastres, 1960 - 1996
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100
Figura 4.3 Acumulativo de los desastres, 1960 - 1996Figura 4.4 Tipología de los desastres, 1960 - 1996
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Figura 4.5 Inundaciones, deslizamientos, avenidas, vendavales y marejadas,1960 - 1996
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102
Figura 4.6 Reportes de desastres hidrometeorológicos mensual multianual,1960 - 1996
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103
Figura 4.7 Afectados por desastres, 1960 - 1996
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104
Figura 4.8 Afectados por desastres, 1960 - 1996Figura 4.9 Muertos según desastres, 1960 – 1996
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105
Figura 4.10 Comparación de la población de los municipios
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CONDICIONES FISICO NATURALES
5. GEOLOGÍA Y GEOMORFOLOGÍA.
5.1 Unidades geológicas.
5.1.1 Fuentes específicas de información.
La geología de la región ha sido objeto, comparativamente, de pocos estudios y
adolece de adecuadas comprobaciones de campo, principalmente hacia las
serranías del Baudó y del Darién. La Memoria explicativa del mapa geológico del
Chocó, el cual se realizó mediante la recopilación de información existente e
interpretación de imágenes de radar de 1969 (Ingeominas, 1994: 15), lo indica de
la siguiente manera: "Debido a lo inaccesible del área sólo fue posible realizar una
transversa a través de la Serranía del Baudó y la costa pacífica". Las principales
fuentes de información consultadas fueron: el "Mapa Geológico Generalizado del
Departamento del Chocó" a escala 1:600.000 (Ingeominas, 1994); el "Mapa
Geológico del Departamento de Antioquia" a escala 1:500.000 (Ingeominas, 1979);
"Geología" (Galvis & Mojica. 1993. En, Leyva, edit. Colombia Pacífico, T. I, 79-95
pp.) y, "Los Foraminíferos de la Cuenca del Atrato y Evolución del Istmo de
Panamá" (Duque-Caro, 1993. En Leyva edit. Colombia Pacífico, T. I, 96-119 pp.).
Estas fuentes fueron complementadas con otros estudios y publicaciones para
áreas específicas.
Este Capítulo está acompañado de las siguientes figuras:
Figura 5.1. Mapa geológico general. (Según Duque-Caro, 1993: 96)
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Figura 5.2. Mapa geológico. (Según Galvis & Mojica, 1993: 84-85)
Figura 5.3. Mapa de ocurrencias minerales. (Según Galvis & Mojica, 1993: 89)
Figura 5.4. Mapa de áreas de prospección petrolífera. (Según Galvis & Mojica,
1993: 92).
Se recomienda a los usuarios consultar los radarmapas del Anexo 9 (Cartografía),
especialmente el A9.9: Potencial de Movimientos de Masa en el NW de Colombia;
el A9.10: Radarmapa Básico; el A9. 11: Radarmapa Modelo del Relieve y el A9.12:
Radarmapa Geología.
Como información auxiliar se contó con el Estudio de Navegabilidad del río Atrato
(Univalle para MOPT, 1989, Vol. 4, 5, 9, 11); puntos y cotas fotogramétricas de
planchas topográficas del IGAC (diversas escalas y épocas); integración digital,
procesamiento e interpretación de la cartografía digital disponible (DMA-IGAC,
1991); tratamiento y análisis de imágenes de sensores remotos (Westinghouse,
1969; Intera, 1992; JPL-NASA, 1994); referencias bibliográficas y de archivos;
comunicaciones personales con conocedores de la región, contrastación con
trabajos como el Estudio General de Suelos de la Región del Darién (Malagón et
al, 1980) y reconocimientos de campo (río Atrato entre Quibdó y Vigía del Fuerte,
ríos Arquía, Murrí y Bojayá).
5.1.2 Tratamiento de la información.
Para los fines de este proyecto se digitalizaron los mapas geológicos
departamentales y mediante herramientas de Sistemas de Información Geográfica
(SIG), se ajustaron los límites departamentales y las unidades geológicas
adyacentes, respetando las divergencias en nomenclatura de las estructuras y de
las unidades y edades de las fuentes originales. Esta información fue expandida
a la escala de representación de la cartografía regional y superpuesta al mosaico
de radar de las 12 planchas que comprenden la región de estudio. El usuario
encontrará los aspectos técnicos sobre el tratamiento de la cartografía y de las
imágenes de radar en los Anexos 1 y 2.
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108
La expansión de la cartografía geológica de escalas menores (1:600.000 y
1:500.000) a una escala mayor (1:250.000, en el Radarmapa geológico, No. 12) se
justifica por varias razones complementarias: Primero, la superposición de las
unidades geológicas sobre el relieve y las texturas visualizables en las imágenes
de radar, permite a los usuarios no familiarizados con la geología identificar de
manera didáctica la relación entre unas y otras. Segundo, contribuye a que
usuarios especializados (geólogos, agrólogos, ingenieros, planificadores), e
instituciones (Corporaciones Regionales, INGEOMINAS, IGAC, IDEAM) mejoren
en el futuro la resolución de la información temática en la región.
5.1.3 Contrastación y ajuste de resultados.
Los resultados del estudio de suelos (Malagón et al, 1980), que cubre la porción
Norte del territorio a partir de Vigía de Curvaradó, el cual contó con un grupo de 8
profesionales entre agrólogos y agrónomos con 11 meses de trabajo de campo,
fue comparado con la cartografía geológica y con las imágenes de radar con
análisis de texturas (Radarmapas 10, 11 y 12). Producto de esta comparación se
pudieron definir las unidades texturales representadas por los radarmapas y
ajustar la cartografía temática, especialmente el Radarmapa geológico (No. 12).
Implícitamente, puesto que el usuario puede observar los rasgos fisiográficos del
territorio en el mosaico de radar, las unidades geomorfológicas se encuentran
expresadas en el mismo Radarmapa.
5.1.4 Unidades geológicas (Radarmapa Geología, número 12, Anexo 9).
Cuaternario. Las formaciones geológicas del Cuaternario, especialmente aquellas
formadas por procesos de sedimentación reciente, son de especial importancia p
en la región. Comprenden los diques naturales del río Atrato en donde se
concentran los asentamientos humanos y las actividades agrícolas, la llanura
inundable (en casi toda su extensión, permanentemente a lo largo del año) a lado
y lado del mismo y del río León, con sus complejos de ciénagas y cauces
abandonados; una zona de transición entre ésta y los depósitos suavemente
inclinados de los afluentes del Atrato y del río León (abanicos y deltas como el del
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Riosucio, áreas bajas del Sur y del Oriente del Golfo de Urabá). Los terrenos de
estos depósitos delimitan, muy ajustadamente, la extensión de las actividades
extractivas de madera, de potrerización y colonización y del establecimiento de
cultivos permanentes. Aún cuando esto ocurre principalmente hacia el Nor-Oriente
del área, entre Puerto Lleras - Pavarandó y la zona bananera del Urabá
antioqueño, las imágenes de radar de 1992 permiten evidenciar procesos
similares de deforestación-potrerización) en los depósitos de los ríos Salaquí y
Truandó y, en menor medida, en los de los ríos Domingodó, Jiguamiandó y
Murindó.
La distribución y extensión de las formaciones más recientes del Terciario y los
terrenos cuaternarios se representa en la Figura 5.1, el Mapa Geológico General,
según Duque-Caro (1993).
Por la importancia vital de estos terrenos, porque sobre ellos pueden estar
centradas expectativas de diversos actores sociales en la región, porque del
destino de los usos de los suelos delos abanicos aluviales dependen aspectos
cruciales tales como la navegabilidad del Atrato (por menor o mayor aporte de
palizadas y sedimentos), la supervivencia de reductos de ecosistemas únicos y
aún poco conocidos como los caviales de Domingodó, "uno de los últimos
reductos de la asociación (ecosistema) catival no intervenida en el mundo", (Ríos,
1995: 105), y la supervivencia misma de los pueblos y culturas que habitan el
Atrato Medio, esta información es de primera importancia para la toma de
decisiones sobre la planificación del desarrollo de la región.
Los mapas geológicos de Antioquia y Chocó (Ingeominas, 1979 y 1994) agrupan
todas las unidades del Cuaternario en una sola, incluyendo terrazas aluviales,
conos o abanicos, deltas y los depósitos de la llanura de inundación del Atrato, de
la siguiente manera:
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110
“Q. Rocas y sedimentos no consolidados del Cuaternario. Grava, arena y limo.
Depósitos aluviales deltáicos, de terrazas, coluvios y derrubios" (Antioquia).
“Qal. Aluviones. Llanuras de inundación. Material poco consolidado no
cementado, de composición limo-arcillosa con abundante materia orgánica. En
el margen oriental el material es más grueso con contenido de metales
preciosos (Au y Pt)". (Chocó).
Por su parte Galvis & Mojica (1993), incluyen dentro de las unidades del
Cuaternario las “Piroclastitas claras aurífero-platiníferas” (Fig. 5.2) que en otros
mapas geológicos (p. ej., Ingeominas, 1994) se clasifican como rocas del
Terciario.
La nueva información aquí presentada es el producto del análisis de imágenes de
radar integradas en mosaico (Radarmapa Básico A9.10, con análisis digital de
texturas), del Radarmapa Modelo de Relieve, A9.11, (resultado de procesar y
fusionar las imágenes de radar con el DEM o modelo de elevación digital del
terreno), y del Radarmapa Geología, A9.12, combinados con observaciones
detalladas de las imágenes a alta resolución en pantalla de computador (figuras
12.9 hasta 12.34 del Capítulo 12), con datos puntuales de topografía de las
planchas a escalas 1:25.000 y 1:100.000 del IGAC (diferentes épocas), en
comparación con el mapa del Estudio General de Suelos de la Región del Darién
(Malagón et al, 1980, escala 1:250.000).
Aún teniendo en cuenta que el tratamiento digital y el análisis integrado de la
información de imágenes de radar (Intera, 1992), contribuye con datos no
disponibles en trabajos previos, la delimitación entre la llanura aluvial del Atrato
(en sentido estricto), y los depósitos de sus afluentes (Radarmapa Geología,
A9.12) debe ser considerada como una primera aproximación. Las reservas sobre
ésta delimitación se justifican con base en la experiencia de campo del equipo de
agrólogos del IGAC quienes plantean que: "El empalme de estos abanicos con las
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planicies aluviales y marginales, en particular con la planicie lateral oriental, es
imperceptible a todo lo largo de su extensión y sólo en sectores muy localizados
se observa el desnivel entre las dos unidades. Por esta razón, la definición exacta
del punto de contacto entre estas dos superficies entraña una gran dificultad tanto
en el campo como en fotos aéreas". (Malagón et al,1980: 32).
La delimitación de los abanicos hacia la serranías del Baudó y del Darién se
realizó analizando las imágenes de radar en alta resolución, separándolos de las
unidades de colinas (correspondientes a unidades geológicas del Terciario). Estas
colinas se diferencian en las imágenes por su relieve y textura (ver Radarmapa
Modelo del Relieve, A9.10 y radarmapas de las planchas a escala 1:100.000,
A9.15 hasta A9.25) y, también, porque aproximadamente marcan el límite de las
áreas en las cuales las prácticas extractivas de maderas son más dispendiosas,
de tal manera que conservan más bosque que las áreas planas de los abanicos.
Sobre el piedemonte de la Cordillera Occidental y la Serranía de Abibe los límites
están definidos, aproximadamente, por las unidades geológicas (rocas) de los
mapas de Antioquia y Chocó. Hemos dejado estas unidades tal y como se
representan al expandir la geología de la escala original de cada mapa a la de
este trabajo; sin embargo, los usuarios podrán observar que los límites estrictos de
los abanicos no siempre coinciden con los de estas unidades rocosas. El caso
más evidente es el de la Loma del Cuchillo en donde las rocas ígneas (KTdm de la
geología del Chocó en Ingeominas, 1994), cubren terrenos de abanicos más allá
de la Loma misma. Ello puede deberse a generalizaciones de la cartografía básica
del IGAC: en el mapa del Chocó, utilizado por Ingeominas para representar la
geología, la Loma del Cuchillo tiene 27 km de longitud, cuando realmente, tanto en
la cartografía del DMA-IGAC (1997) como en las imágenes de radar, su longitud
es del orden de sólo 10 km. Tales diferencias también pueden deberse a prácticas
propias de la cartografía geológica orientada a la prospección de recursos
minerales, que en muchas ocasiones eliminan las formaciones de edad reciente,
representando solamente las rocas del subsuelo.
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Las nuevas unidades del Cuaternario delimitadas en el Radarmapa Geología
A9.12 con la convención Contacto aproximado, son:
Qal. LLANURA ALUVIAL DEL ATRATO. Depósitos limo-arcillosos y arenosos
con altos contenidos de materia orgánica, no cementados ni consolidados. Incluye
los terrenos sujetos a inundaciones permanentes y cuasi permanentes a lado y
lado del Atrato y los cursos bajos de sus afluentes: los complejos de ciénagas y
terrenos cenagosos; los cauces abandonados con vegetación acuática o
parcialmente vegetados en sus diques y orillas; los bosques de panganal casi
permanentemente inundados, y los complejos orillares (diques) del río Atrato,
periódicamente inundables. Éstos últimos se observan, con mejor detalle, en los
radarmapas a escala 1:100.000 (No. 15 a 26). También incluye el delta mismo del
Atrato y las llanuras inundables del río León y de pequeños afluentes directos al
Golfo de Urabá.
Qab. ABANICOS ALUVIALES. Su composición y granulometría dependen de las
rocas que atraviesan los ríos. Son, en general, de tamaño más grueso en aquellos
afluentes de cursos cortos o más cercanos al piedemonte, como en la región de
Urabá y entre Puerto Lleras y Pavarandó, en donde también incluyen terrazas
aluviales y de erosión del río Sucio. Al sur del río Jiguamiandó deben predominar
los materiales arenosos intercalados con arcillas, limos y gravas, producto del
arrastre de materiales de rocas ígneas, mientras que sobre la margen izquierda
del Atrato deben predominar los materiales arcillosos derivados de las rocas
sedimentarias de las serranías del Baudó y del Darién, intercalados con gravas y
arenas, tal y como lo indican las unidades de suelos (Malagón et al, 1980), en el
NW del área de trabajo (abanicos del Truandó y Salaquí).
Excepto las unidades anteriores, todas las siguientes han sido tomadas de los
mapas geológicos del Chocó y de Antioquia (Ingeominas, 1994 y 1979).
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“m. Arbustos rizoforáceos, cuyas ramas dan vástagos que descienden hasta tocar
la superficie del suelo, arraigándose en ella". Esta formación ha sido cartografiada
al Sur de Bahía Solano, sobre los cursos bajos de los ríos Valle y Boroboro.
A partir del análisis de las imágenes de radar se pudieron identificar de mejor
manera los límites entre las unidades geológicas del Cuaternario y las formaciones
rocosas. Esto se incluyó en el Radarmapa Geología A9.12, como Litología, (ver,
en las convenciones, “Nuevos Aportes”).
Terciario.
También a partir de las imágenes de radar, se pudieron definir de mejor manera
los límites de las unidades geológicas del Terciario e identificar una estructura
anticlinal (?) al occidente de Opogodó, no cartografiada en el mapa geológico del
Chocó (Ingeominas, 1994), ni en los de las Figuras 5.1 a 5.4. Adicionalmente, con
base en rasgos texturales del paisaje en la llanura aluvial del Atrato y por
anomalías en el curso de ríos tributarios, se postula que bajo los sedimentos
recientes se encuentran estructuras que podrían ser prolongación de las rocas
terciarias entre la margen occidental del río y Panamá. Estas estructuras podrían
corresponder a lo que Barlow (1981) interpretó como estructuras diapíricas,
comparables con las identificadas en la región de Urabá y del Sinú (Duque-Caro,
1990:60). Estas unidades se incluyeron en el Radarmapa Geología A9.12 como
Anticlinal inferido y como Litología inferida. Con esta nueva información se espera
aportar a la discusión para el entendimiento de la complejidad geológica y
tectónica del Chocó, habida cuenta de afirmaciones como las de Duque-Caro,
1990:61): "Estas preguntas (interpretación de estructuras bajo los sedimentos del
Atrato) son difíciles de responder ... debido a la escasa información disponible, y a
que es necesario disponer de más control tectónico y estructural, particularmente
información del subsuelo, inexistente en el momento" y a que “la información
existente y la falta de mapas sistemáticos de esta región aun son el mayor
impedimento para entender esta región” (idem, p. 67).
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“Ts2. Rocas sedimentarias del Eoceno-Oligoceno. Sedimentos transicionales,
principalmente arenisca, arcillolita y conglomerado. Localmente mantos de
carbón". Sobre la porción occidental de la Serranía de Abibe, entre Mutatá y
Apartadó.
“Ts3. Rocas sedimentarias del Eoceno Superior al Plioceno. Sedimentos marinos
y transicionales; conglomerado; arenisca, arcillolita y caliza. Localmente mantos
de carbón". Conformando el grueso de la Serranía de Abibe como una unidad de
colinas de baja altura al SE de Bojayá y Sur del río Murrí, sobre la margen derecha
del Atrato. Puede corresponder a la siguiente unidad definida en el mapa del
Chocó:
“Tpm. FORMACIÓN MUNGUIDÓ. Loditas grises con intercalaciones de arenisca
de grano medio, con zonas carbonáceas y conglomerados". Define una unidad de
colinas bajas, con un drenaje dendrítico, parcialmente inundable, como franjas
alargadas a lado y lado de la llanura aluvial del Atrato, al Sur de Bojayá.
“Tms. FORMACIÓN SIERRA. Sucesión de calizas con limolitas grises oscuras,
que gradan localmente a lodolitas y areniscas arcillosas en la base, y a lodolitas
con areniscas conglomeráticas en el techo". Ocurre como dos fajas continúas,
“Tmn. FORMACIÓN NAPIPÍ. Lodolitas grises, con inclusiones de nódulos
calcáreos y lentes de caliza. En la margen oriental se observa una secuencia
areno-arcillosa que aumenta de tamaño de grano hacia el sur".
“Tmu. FORMACIÓN UVA. Calizas que gradan hacia el techo a limolitas calcáreas
y arcillas. En la base se presentan horizontes conglomeráticos". Sobre la porción
Norte de esta unidad se ha identificado la Manifestación de Calizas del río
Salaquí.
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“Tos. FORMACIÓN SALAQUÍ. Calizas intercaladas con chert blanco y lentes de
chert negro y arenisca. En la margen oriental se encuentra, en la base, un
conglomerado polimíctico con bloques de roca volcánica y chert en matriz areno-
calcárea". Afloran sobre el piedemonte de la Cordillera Occidental, con una
prolongación en la Serranía del Darién.
“Tec. FORMACIÓN CLAVO. Lodolitas grises oscuras intercaladas con limolitas
calcáreas en capas de uno a tres centímetros, de espesor".
“Td. Diorita hornbléndica con variaciones a cuarzodiorita y monzonita. Localmente
gabro". Esta formación del mapa de Antioquia debe corresponder al Batolito de
Mandé definida como de edad Cretáceo en el mapa del Chocó:
“KTdm. BATOLITO DE MANDÉ. Monzodioritas, monzonitas, sienitas,
granodioritas y gabros. Presenta texturas equigranulares a inequigranulares,
localmente néisica. Edades K/Ar entre 34 y 61 m.a". Las edades reportadas
indican que el Batolito, que también aflora en la Loma del Cuchillo, Lomas
Aisladas, Cerro Dejerre o Las Pulgas (entre la desembocadura de la Ciénaga de
Tumaradó y el río Atrato), en colinas aisladas cerca de Sautatá y sobre la Serranía
del Darién (en donde se denomina Batolito de Acandí según Ingeominas 1994:
26), debe ser de edad Terciario, como se indica en la cartografía de Antioquia.
Otros autores, por ejemplo Toussaint (1991: 79) y Galvis & Mojica (1993: 84),
consideran esta unidad como del Terciario. A ella se asocian algunas de las
mineralizaciones de metales preciosos y de cobre, principalmente al sur de la zona
de estudio.
Cretáceo.
“Kvb. BASALTOS DE LA SERRANÍA DEL BAUDÓ. Basaltos, lavas andesíticas
y brechas. Presentan vesículas rellenas con zeolítas. Ocasionalmente lavas
almohadillas e intercalaciones de chert y arenisca".
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“Kv. Rocas volcánicas extrusivas e intrusivas del Cretáceo Superior. Diabasa y
basalto espitilizados y uralitizados; toba máfica y rocas piroclásticas;
intercalaciones de lidita y shale negro". Correspondería a la siguiente formación,
según el mapa del Chocó:
“Kvsc. COMPLEJO SANTA CECILIA LA EQUIS. Flujos de lava, basaltos,
andesitas, aglomerados, brechas y tobas de composición básica. Localmente
lavas almohadilladas". Hacia la cuenca alta del río Jiguamiandó sobre esta unidad
se ha identificado el prospecto de cobre diseminado de Jarapeto.
“Ksv. Rocas sedimentarias y volcánicas del Cretáceo Superior. Lidita negra,
grauvaca, limolita, lutita y caliza: conglomerado polimíctico con cantos de rocas
volcánicas. Interestratificación de diabasa y basalto”.
Recursos minerales.
En comparación con las cuencas del Alto Atrato y Alto San Juán, donde se ha
concentrado la minería de metales preciosos desde la Colonia, en el Medio y Bajo
Atrato ocurren mucho menos las manifestaciones minerales, como se puede
observar en la Figura 5.3. Los prospectos de oro y de cobre se localizan hacia la
zona de Pantanos-Pegadorcito en las áreas de intrusiones de rocas ígneas de
edad Terciario y del Batolito de Mandé. Actualmente, según comunicación
personal del Gobernador Indígena del Resguardo de Murindó, se están realizando
exploraciones mineras para cobre en la región del río Jiguamiandó.
Por su parte, el potencial de hidrocarburos es aún poco conocido, habiéndose
perforado varios pozos exploratorios de los cuales solamente el Pozo Buchadó
está reportado con muestras de aceite (Figura 5.4).
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5.2 Unidades geomorfológicas.
De la manera más general las unidades geomorfógicas regionales corresponden a
la vertiente occidental de la Cordillera Occidental, de las Serranías del Baudó y
del Darién, y al valle del Atrato (ver Radarmapa Modelo del Relieve, A9.11). Estas
unidades pueden agruparse de la siguiente manera:
5.2.1 Cordillera Occidental.
El relieve y geoformas locales dependen, según Galvis & Mojica (1993: 83-86), de
las características de la estratigrafía subyacente, incluyendo:
� Depresiones con colinas facetadas bajas y drenaje dendrítico, donde afloran
rocas intrusivas del Terciario;
� Áreas con relieve muy abrupto, escarpes verticales e incisiones profundas, en
basaltos;
� Áreas escarpadas con planos estructurales expuestos, drenaje subangular y a
veces en enrejado, en sedimentos y metasedimentos.
5.2.2 Serranía del Baudó.
La Serranía del Baudó, que se extiende por cerca de 350 Km desde la porción
centro-occidental de Panamá hasta el Norte del delta del río San Juán, es un
espinazo asimétrico, con pendientes suaves hacia el Oriente, sobre rocas del
Terciario y empinadas hacia la costa, sobre rocas volcánicas. Su mayor altura se
presenta el SW de Bahía Solano, en el Alto del Buey con 1,850 msnm. Esta
asimetría conlleva a que las corrientes que drenan al Pacífico sean cortas,
formando pequeñas playas, sobre una costa acantilada (Galvis & Mojica, 1993:
83). Ver, también, Radarmapa Geología, A9.12.
La divisoria de aguas entre el Pacífico y el Atrato están controladas (?) por fallas
geológicas como la de Utría (Galvis & Mojica, 1993: 90; Ingeominas, 1994: 28) y
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118
Los Saltos (Ingeominas, 1994: 28), las cuales, o bién cortan las rocas volcánicas
de edad Cretáceo de la Serranía, al Norte de la Bahía de Cupica, o bién las ponen
en contacto con las rocas sedimentarias del Terciario. El acopio, procesamiento e
integración de información de imágenes de radar (Intera, 1992), con la cartografía
más reciente de la zona, del DMA (IGAC, 1997) y con la geología de Ingeominas
(1979, 1994), ilustra las diferentes subunidades geomorfológicas sobre la Serranía
del Baudó (Radarmapa Geológico A9.12). En esta última composición cartográfica
se destaca, al Sur de Bojayá - Vigía del Fuerte, la geomorfología derivada de
rocas terciarias sobre relieves de colinas de hasta 200 msnm, con un drenaje
dendrítico sobre la porción más estrecha del valle aluvial reciente (Cuaternario) del
río Atrato en su curso medio.
5.2.3 Serranía del Darién.
Una cadena montañosa de dirección NE, cuyas divisorias de aguas entre el Atrato
y el Chucunaque (en Panamá), así como otras corrientes menores, definen los
límites entre Panamá y Colombia. Es, junto con la Serranía del Baudó, una región
poco explorada e incluye el Parque Nacional Natural de los Katíos. Del lado
panameño se localiza el Parque Nacional Darién, “colindando en casi un 90% con
la frontera colombo-panameña” (Molano & Ramírez, 1996: 120).
5.2.4 Valle del Atrato.
Sobre la génesis y contribuciones litológicas y tectónicas para la identificación y
clasificación de unidades geomorfológicas en la cuenca del Atrato no se dispone
de unidad de criterios entre los diversos autores. Un primer modelo para la región
surgió del trabajo de Nygren (1950), quien postuló la existencia de un gran
geosinclinal, el “Geosinclinal Bolivar”, como una cuenca sedimentaria que se
extendía desde el Norte de Colombia hasta Ecuador a lo largo del Pacífico, cuyos
límites al Norte eran la Cordillera Occidental y la Serranía del Baudó. La idea
sobre este geosinclinal, que incluiría las depresiones de los ríos Atrato y San Juán
unidas por el istmo de San Pablo a través de la Quebrada de Raspadura, en
donde desde épocas de la Colonia existió comunicación fluvial entre el Atlántico y
el Pacífico (Anónimo, 1822: 191), ha sido revaluada por nuevos conceptos y
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119
evidencias sobre la colisión entre los bloques Nor Andino (o más específicamente
el Bloque Chocó) y la Microplaca Panamá (p. ej.: James, 1985; Toussaint, 1992;
Meyer & Mejía, 1997), o por el levantamiento y emergencia del Istmo Panamá
(Duque-Caro, 1992: 100).
Desde un punto de vista fisiográfico y geomorfológico en el Valle del Atrato
pueden distinguirse las siguientes unidades:
Cuenca alta: desde sus nacimientos hasta la localidad de Yuto. Se trata de un
valle en “v”, característico de zonas montañosas, con incisión profunda, fuertes
pendientes y una dirección inicial Norte a Sur que luego se dirige en sentido Este -
Oeste, hasta Yuto.
Cuenca media: incluye los ríos San Pablo - Quito, afluente del Atrato frente a
Quibdó y comprende todo el tramo de dirección Sur a Norte en el cual el valle
aluvial tiene un ancho promedio de 25 Km, hasta aproximadamente la latitud de la
desembocadura del río Murrí y Bojayá. Entre las desembocaduras de los ríos
Bebará y Murrí las colinas de las formaciones geológicas del Terciario estrechan el
valle aluvial hasta distancias del orden de 2 a 5 km. En este trayecto se
concentran las actividades económicas, de cultivos y el mayor volumen de
población la cual disminuye a medida que aumenta la distancia a Quibdó. Las
características geomorfológicas de este tramo se ilustran en las imágenes A.3.19
hasta A.3.25.
Esta es una zona de alta productividad de sedimentos asociados a la
deforestación de las vertientes de la Cordillera Occidental, a la explotación
selectiva del bosque en las colinas y a la actividad minera.
Aún cuando otros autores (p. ej., Universidad del Valle, 1989) definen la Cuenca
Media hasta la latitud de Murindó o del reencuentro de los brazos Montaño y
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120
Murindó, en este trabajo, y por razones geomorfológicas, se prefiere denominar a
este trayecto como Depresión del Atrato.
Depresión del Atrato: Comprende los terrenos aluviales entre Bojayá y Bocas de
Curvaradó. El término “depresión” se justifica por las características del drenaje
del Atrato y de la mayor presencia de ciénagas permanentes con respecto a la
porción anterior. En esta zona se pueden distinguir por lo menos tres cursos
independientes:
1). El Brazo Viejo, casi completamente taponado y vegetado, que corre sobre el
extremo occidental del valle aluvial, recostado a las rocas del Terciario y cuya
expresión acuática más activa actualmente une las ciénagas al occidente de Vigía
de Curvaradó; la época del abandono de este curso se desconoce, pero debe
haber ocurrido hace más de 200 años, pues en los registros y mapas históricos no
se ha encontrado información sobre navegabilidad por él. Vigía de Curvaradó, que
durante la Colonia fue unos de los puestos de vigilancia para impedir la
navegabilidad y el comercio entre la zona minera de Quibdó e Istmina y el
Atlántico, ya era un sitio con tal dedicación por lo menos desde finales del siglo
XVIII; su localización en la unión de los brazos Montaño y Murindó, aguas arriba
de la desembocadura del Brazo Viejo sugiere que éste no era navegable desde
por lo menos 200 años atrás.
2). El Brazo Montaño y,
3). El Brazo Murindó. Estos dos últimos navegables por embarcaciones menores.
Entre estos dos brazos se distinguen otros cursos de dirección Sur a Norte entre
los cuales destaca, por ser parcialmente utilizado para navegación, el caño Los
Platillos que une al Brazo Montaño con la Ciénaga de los Platillos.
Otro aspecto sugerente de que ésta es una depresión es el hecho de que varios
de los tributarios del Atrato tienen, actualmente, cursos con dirección al Sur
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121
Occidente. El más importante es el del río Sucio, que hasta hace pocas décadas
desembocaba cerca al casco urbano de Riosucio y hoy lo hace a unos 47 Km al
Sur. Información cartográfica del Archivo de Indias (Figura 10.2) indica que en
1816 había comunicación con varios otros drenajes como el Caño La Larga y el río
León (?). El desvío del río Sucio a lo largo del Caño Curvaradó ya había ocurrido
hacia mayo-junio de 1969, según las primeras imágenes de radar de la región
(Westinghouse, 1969). La causa o las causas últimas de este desvío se
desconocen. Pérez (1988: 30) indica que “Este río perdió su cauce debido a la
presencia de troncos o trozos de maderas que impidieron el libre paso de sus
aguas por acumulación de sedimentos en su desembocadura, desviando sus
aguas a los ríos Curvaradó y La Larga, y formando una gran isla por donde se
inició la construcción del carreteable Riosucio-Bajirá, obra redentora para esta
marginada región”. Es muy probable, entonces, que la actividad humana,
principalmente la extracción maderera, haya sido el factor decisivo en el último
desvío del río Sucio. Un comportamiento similar, en términos de virar su curso
hacia el Sur, lo presenta el río Jiguamiandó, incluso de manera más marcada que
el Sucio y, aunque de manera menos apreciable que ambos, el Murindó. El
cambio de curso de los dos últimos no estaría asociado a procesos de
deforestación ya que tanto las imágenes de radar de 1969 como las de 1992 no
muestran evidencias de intervención humana importante.
Esta depresión, con su complejo de cauces, canales, ciénagas y humedales
podría estar actuando como una zona de amortiguamiento de caudales de
crecientes lo mismo que como una zona de amortiguamiento, por lo menos
temporal, del volumen de sedimentos provenientes de las cuencas media y alta.
Esta idea tiene apoyo en el hecho de que las imágenes de radar muestran
procesos de sedimentación dentro de las ciénagas, a partir de cauces naturales
que las comunican entre sí y con los brazos del Atrato. Sin embargo, con respecto
al tramo entre Quibdó y Bojayá, los brazos Montaño y Murindó presentan menos
sitios críticos para la navegación, es decir, menos lugares en los cuales se
identificaron procesos de sedimentación. Esto puede explicarse por el hecho de
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122
que en la Depresión la actividad minera es casi nula y porque las vertientes de la
Cordillera Occidental se encuentran poco intervenidas.
Con respecto a la Cuenca Media, la Depresión tiene un ancho medio mayor, del
orden de 35 km, incluyendo los depósitos de los tributarios de la margen derecha,
como el Torriquitadó y el Murindó.
Cuenca baja. Comprendida entre Vigía de Curvaradó y el desprendimiento del
Brazo León. Corresponde a la porción más ancha del valle aluvial del Atrato, en la
cual destacan, sobre la margen izquierda, las llanuras de afluentes como el
Truandó, Salaquí y Cacarica, con un complejo de zonas pantanosas y ciénagas
relativamente alineadas y paralelas al río, y sobre la derecha el Delta del río Sucio
y la zona pantanosa asociada a la Ciénaga de Tumaradó. Entre las cuencas altas
de los ríos Salaquí y Cacarica, en los límites entre Panamá y Colombia, las alturas
de la Serranía del Darién son las menores (entre 50 y 100 msnm). Del lado
panameño se desprende la cuenca del río Chucunaque cuyos sedimentos han
sido interpretados como de origen y edad similares a los del Atrato (Duque-Caro,
1993, Fig., 5.1), y como una antigua ruta de desagüe del mismo (Galvis & Mojica,
1993, Fig. 5.4).
Sobre la margen derecha el Cono del río Sucio, con un importante aporte de
sedimentos desde la Cordillera Occidental, forma un abanico (o delta, según la
nomenclatura de las planchas topográficas del IGAC), cuya extensión mayor, entre
el Caño de la Larga Boba y Bocas de Curvaradó, es de 47 km.
El estudio de Univalle (1989), encontró que en el Bajo Atrato los problemas para la
navegabilidad se concentran en el Delta, en los brazos Coquitos, Matungo,
Burrera y Tarena, especialmente asociados a palizadas.
Desde el Norte de Vigía de Curvaradó hasta la latitud de la Ciénaga de Tumaradó
el análisis de los cursos de afluentes, en combinación con cambios en texturas e
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indicios de pequeñas elevaciones longitudinales y curvilíneas (en las imágenes de
radar) parecen indicar que los sedimentos y ciénagas de la llanura aluvial del
Atrato suprayacen estructuras semielípticas, quizás expresiones de anticlinales (?)
cubiertos por ellos. Aún cuando su real existencia sería objeto de investigaciones
con métodos de prospección geofísica, en el Radarmapa Geología A9.12, se han
cartografiado como "Litología inferida". Sobre la margen izquierda estas anomalías
podrían ser expresión de continuidad de las rocas del Terciario entre la Serranía
del Baudó y la del Darién. Sobre la margen derecha la principal estructura se
localiza entre La Honda y el tercio superior de la Ciénaga de Tumaradó; hacia el
Sur de esta margen, si existen, no son identificables con observaciones
superficiales, pues estarían cubiertas por los sedimentos del abanico del río Sucio,
que parecen empujar el curso del Atrato hacia el Oeste.
Con este conjunto de observaciones (potenciales estructuras estratigráficas
subyaciendo a la llanura aluvial y carga de sedimentos del abanico del río Sucio),
podría explicarse porqué su curso, a partir de Domingodó, es menos sinuoso y
ramificado con respecto a la zona de depresión. Se trataría, en términos
geomorfológicos, de un estrechamiento por estructuras o litología subyacente que
define el curso activo, de manera similar a como las rocas aflorantes del Terciario
limitan su divagar al Sur de Bojayá.
Cauces antiguos y diques naturales.
Los cauces antiguos del Atrato y de sus principales afluentes generalmente son
cauces abandonados, rellenados o en proceso de relleno por sedimentos
recientes, localizados en tres unidades: los mayores, del río Atrato, sobre la
llanura de inundación; de tamaño y extensión intermedia en el inicio de los
abanicos de los ríos de mayor área de drenaje en la Cordillera Occidental, con
mayor torrencialidad , como el Sucio, Murrí y Arquía y, en segundo lugar del
Murindó. En estos casos se trata de cauces de ríos trenzados que a raíz de
fuertes lluvias y avenidas torrenciales pueden volver a ser ocupados, por lo que
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124
son áreas de amenaza para los pobladores y cultivos establecidos en ellos. Y, los
de tamaño intermedio correspondientes a cauces rellenados por los tributarios
sobre sus abanicos entre el piedemonte y el Atrato.
Los diques naturales, principalmente del Atrato y de sus afluentes sobre la llanura
aluvial, son fajas elevadas de sedimentos entre el río y la parte inundable detrás
de ellos. “Generalmente se elevan uno o dos metros respecto al nivel del río en
verano, pero en invierno generalmente son superados por el río, dando lugar a
extensas zonas inundadas; es común que estos diques se rompan en invierno,
dando lugar a la creación de desparramaderos y caños, especialmente en la parte
media del río, en la zona al sur de Riosucio” (U. del Valle para MOPT, 1989. vol. 5,
p. 13). Los diques más bajos, frecuentemente inundables, están dedicados a
actividades agrícolas, o se encuentran con vegetación natural intervenida. Los
más altos son los lugares escogidos para el asentamiento de poblados. Todos
ellos están sujetos a fenómenos de erosión de orillas lo que se ha traducido en
que muchas de las poblaciones se hayan trasladado en una o más ocasiones (ver
capítulos 3 y 12). Los mayores corresponden a los sitios en donde se asientan
Vigía del Fuerte y Riosucio, sobre los cuales también actúa este fenómeno (mapas
urbanos a escala 1:5.000, DANE, 1997, en el Cap. 12 y Radarmapas de
Zonificación Regional de Amenazas, Nos. 27.1 y 27.2 del Anexo 9).
La composición de los diques: arenas finas, limos, arcillas y material orgánico, así
como su juventud, en asocio con niveles freáticos someros, les confiere
propiedades geotécnicas muy bajas, como se documenta en el Capítulo 7.
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Figura 5.1 Mapa geológico general
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126
Figura 5.2 Mapa geológico
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127
Figura 5.3 Mapa de ocurrencias minerales
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128
Figura 5.4 Mapa de áreas de prospección petrolífera
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129
6. MODELOS SISMOTECTÓNICOS.
La evolución de la porción noroccidental de América del Sur y de Panamá-
Centroamérica ha sido interpretada desde tres enfoques diferentes e
independientes (Duque-Caro, 1990: 7-8): (a), un enfoque físico basado en
observaciones en el continente, que según diversos autores conduce a que esta
región ha sufrido cuatro grandes periodos de perturbaciones tectónicas, mientras
que las observaciones geofísicas y paleoceanográficas (sobre los antiguos
océanos) en el océano indican cambios en la conformación y surgimiento de
masas emergidas y en la circulación de las aguas que, iniciados hace 27 millones
de años; (b), un enfoque bioestratigráfico y paleobiogeográfico (antiguas
distribuciones geográficas de especies de animales y plantas), según el cual la
emergencia del Istmo de Panamá interrumpió la circulación entre las aguas del
Atlántico y del Pacífico y propició en intercambio de faunas y floras continentales
entre Norteamérica y Suramérica; el mayor intercambio se inició entre 3.7 y 3.1
millones de años atrás (Duque-Caro, 1990), o entre 3.1 y 2.4 millones (Duque-
Caro, 1993), pero hubo un primer intercambio de algunas especies entre los 9.3 y
8.0 millones de años y, (c), un enfoque paleobatimétrico que interpreta las
antiguas oscilaciones de los niveles del mar (batimetría) en función de la
distribución, en secuencias de estratos (algunos de ellos en pozos exploratorios
para petróleo, ver su localización en la Fig. 5.4), de microorganismos con especies
que varían según las condiciones de profundidad y temperatura del mar. Esta
evolución, que está documentada en Duque-Caro (1990, 1993), y se sintetiza en la
Fig. 6.1, tomada del mismo autor.
Pero la evolución del NW de América del Sur y de Panamá- Centroamérica ha
sido mucho más compleja y dinámica a como lo ilustra la Fig. 6.1, pues debe
incluirse en el modelo el desplazamiento y convergencia de las placas tectónicas
de Suramérica, Caribe, Norteamérica y Pacífico (Nazca), así como el Bloque
Norandino y el Bloque Panamá.
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130
Uno de los más recientes, entre la más de media docena de modelos tectónicos
que se han propuesto para la región, se muestra en la Figura 6.2 (Kellog et al,
1997). En él destacan los vectores de desplazamiento de las placas, con base en
mediciones de GPS (Posicionamiento Global por Satélite) desde 1988, que arrojan
tasas de movimiento convergente de la Placa Nazca hacia Suramérica del orden
de “más de 50 milímetros/año” (Colombia) hasta 70 mm/año (Ecuador) y del
Bloque Panamá hacia el Chocó entre 8 y 21 mm/año. El Bloque Norandino, a su
vez, se mueve en dirección NE a razón de 6 mm/año. Sin embargo, los modelos
disponibles, tanto a escala regional (NW de Colombia-Panamá) como local
(Chocó) no dan cuenta todavía de los detalles de la interacción entre placas y
bloques (o microplacas), o, en todo caso, entre uno y otro modelo hay diferencias
notables.
Hasta la década de 1970 los trabajos sobre la evolución de la geotectónica en
Colombia eran enfocados con una visión autoctonista, es decir, que el origen de
los terrenos había ocurrido en la actual posición geográfica, incluyendo la noción
del Geosinclinal Bolivar, una cuenca sedimentaria que se extendería desde el
Atrato y el San Juan hasta la región de Tumaco y Guayaquil (Nygren, 1950). El
concepto según el cual la esquina NW de América del Sur es un mosaico de
terrenos geológicos acrecionados a la Placa de Suramérica empezaron a
esbozarse con los trabajos de Case et al (1971), Estrada (1972), Toussaint y
Restrepo (1973), y se consolidó con las publicaciones de Dengo (1983), quien
define el Bloque Chocó, Etayo et al (1986), Duque-Caro (1985 y 1989), Restrepo y
Toussaint (1988) y Toussaint y Restrepo (1988). Estas nuevas ideas se
representan en las Figuras 6.3 y 6.4.
En el marco regional del NW de América del Sur, el denominado Terreno Cuna,
según Toussaint (1991), representa el bloque más recientemente acrecionado a
los Andes Septentrionales (Figura. 6.4). Actualmente no parece haber
discrepancias en cuanto a que las unidades geológicas del Bloque Chocó o del
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131
Terreno Cuna tienen origen exótico, sin embargo, no hay claridad ni unidad de
criterios en términos de los límites y de los mecanismos de este proceso.
Para ejemplarizar la complejidad del problema, vale retomar la discusión
planteada por Toussaint (1991), sobre el borde oriental del Terreno Cuna o, en
otras palabras, el lugar de la sutura entre éste y la Cordillera Occidental:
en 1987 Toussaint y Restrepo propusieron que se localizaba como un
cabalgamiento, el Cabalgamiento de Dabeiba-Pueblo Rico, mientras que Etayo
et al (1986) dan el nombre de Dabeiba a una falla de dirección NW, situada de
manera similar a la Falla de Tonusco definida por Álvarez y González (1978);
en el Mapa Geológico de Colombia (Ingeominas, 1988) se presenta el lineamiento
o falla (?) de Uramita en posición similar a la de Dabeiba - Pueblo Rico pero la
falla de Dabeiba según Etayo et al (1986) fue desplazada 20 km hacia el Norte
con una rotación antihoraria de 15’.
“Así la nueva falla de Dabeiba, no es la misma que la falla de Dabeiba de Etayo et
al. (1986) ni que la sutura de Dabeiba - Pueblo Rico de Toussaint y Restrepo
(1985). También anotamos que el lineamiento de Uramita y la falla de Dabeiba
se cortan, aunque sin desplazamiento, en Ingeominas (1988) pero que Duque -
Caro (1989) no representa la falla de Dabeiba” (Toussaint, 1991: 85).
Pero Toussaint (1991) complica un poco más el asunto, puesto que incluye la
Falla del Atrato (Fig. 6.4) sin indicar la fuente, en una posición próxima a la Falla
Murindó (Ingeominas, 1994 y este trabajo, en el Radarmapa Geológico No. 12 del
Anexo 9). Otros autores han sugerido la existencia de la Falla del Atrato a lo largo
del alineamiento del río, pero nunca se ha documentado fehacientemente su
existencia (Ingeominas, 1994).
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132
El Bloque Chocó puede ser, pues, delimitado solamente de manera aproximada,
comprendiendo la Serranía del Baudó al Occidente y el límite entre el Batolito de
Mandé en la Cordillera Occidental al Oriente con su prolongación hacia Panamá
en la Serranía de San Blas; al Norte lo definiría la Serranía de Los Saltos, una
cadena montañosa transversal, en dirección NE, que podría ser resultado de la
colisión del Bloque Panamá (Fig. 2) aunque Pennington (1981: 113) indica, con
base en datos e interpretaciones sismológicas que en esta área habría un límite
difuso de placas; el límite Sur del Bloque Chocó ha sido localizado en la región de
Itsmina, en donde las primeras imágenes de radar (Westinghouse, 1969) muestran
estructuras, principalmente anticlinales, de dirección NE (Ingeominas, 1994,
James, 1985, Fig. 6.5) en lo cual coinciden con Dengo (1983), Case et al (1984),
Etayo et al (1986) y Duque-Caro (1990), según los modelos expuestos en la
Figura 6.3. Sin embargo, con base en datos sismológicos y mecanismos focales
Meyer & Mejía (1997) proponen este límite hacia la falla de Garrapatas
(Ingeominas, 1988), entre Buenaventura y la Cordillera Occidental en dirección
NE, señalando además un desplazamiento relativo del Bloque Chocó hacia el Sur.
Con base en la relocalización de 125 réplicas de los sismos del 17 y 18 de octubre
de 1992 (Figura 6.7a), Toral et al (1997), encontraron que la área de actividad
causante del simo mayor corresponde a una estructura elongada NNE, oblicua
con respecto a las direcciones principales de esfuerzos entre los subbloques
Panamá y Norandino. En esta región y dirección no está documentada una falla en
la literatura geológica y la misma no es claramente visible en las imágenes de
radar, aún cuando éstas permitieron identificar estructuras en esa dirección (Fig.
A9.12). El área de ruptura calculada es de aproximadamente 4,700 km2 y su
longitud de 120 km. Los desplazamientos relativos indican una estructura con
movimiento lateral izquierdo con el bloque occidental desplazándose en dirección
SW y tendencia principal de ruptura en dirección NNE (Fig. 6.7b). Este resultado
es coherente con el modelo regional de movimiento de placas mostrado en la Fig.
6.2, pero contradice el modelo y los rasgos tectónicos conocidos, como los
ilustrados en la Fig. 6.5, así como las localizaciones del Catálogo NEIC (Figura
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133
9.1). En la Figura 6.7 se han incluído las isosistas o líneas de igual intensidad
(Coral et al, 1993), las cuales presentan un patrón elongado en dirección NW,
seguramente producto de sesgos introducidos por las condiciones de los suelos
más blandos y por la distribución de las poblaciones a lo largo del Atrato. Otro
esquema de propagación de la ruptura, ensentido NNW ha sido sugerida por la
localización de los eventos principales y de las réplicas con base en el catálogo de
NEIC y el trabajo de campo de Martínez et al (1994). Sin embargo, como lo
mencionan Toral et al (1997), estos autores probablemente consideraron el evento
mayor (oct. 18) como un evento simple y no como un sismo doble, como ha sido
demostrado, por ejemplo, por Ammon et al (1994), citado por los mismos autores.
La tecnología de radar tiene una mayor capacidad de penetración, incluso en
zonas selváticas, por lo que permite “ver” de manera más clara que otro tipo de
sensores el substrato geológico y las estructuras. El análisis de las imágenes de
radar (Intera, 1991) permitió identificar un conjunto de fallas y lineamientos entre
los cuales destacan los siguientes, documentados en el Radarmapa Geológico
No. 12 (Anexo 9):
fallas y alineamientos de dirección NS como Murindó y Utría, identificadas en
trabajos previos la primera de las cuales puede continuarse como un
alineamiento NW que se expresa con evidencias topográficas en la Serranía
del Cuchillo y Lomas Aisladas y que continua en Panamá, delimitando la
cuenca del río Chucunaque con la Serranía de San Blas. Adicionalmente,
lineamientos NS a lo largo del valle central del Atrato, que se prolongan en
dirección NW bajo la depresión inundable;
alineamientos NE, principalmente en la región fronteriza con Panamá y
alineamientos NW que cruzan la Serranía del Baudó y parecen internarse bajo
los sedimentos del Atrato.
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134
Estos alineamientos y fallas cortan las formaciones geológicas del Terciario
(Serranía del Baudó). Además, sugieren un arreglo estructural en enrejado que
parece afectar las unidades litológicas bajo los sedimentos del Atrato, e incluso
controlar la disposición de ecosistemas específicos, tales como los bosques de
Cativo al N de Lomas Aisladas y al SW de Domingodó; por otra parte, en los
alrededores de Murindó y Lomas Aisladas los canales para explotación maderera
siguen patrones NW y NE que al ser observados en detalle, en imágenes de radar
con resolución de 6 m y en fotografías aéreas, coinciden con similares patrones de
lineamientos. Al S de Murindó estos alineamientos parecen definir patrones,
también lineales, de especies de árboles y un arreglo del bosque que más que
irregular o caótico da la impresión de representar regularidades en enrejado
gobernadas por los mismos alineamientos.
Finalmente, aunque esto no se ha documentado suficientemente, la tectónica
regional pudiera estar afectando el geosistema del Atrato Medio y particularmente
las condiciones de inundabilidad y de erodibilidad de los afluentes. Esto lo sugiere
el perfil longitudinal del río (Cap. 8, Fig. 8.2), que muestra pendientes medias
negativas para el fondo del cauce entre Riosucio y la desembocadura en el Golfo
de Urabá, por un lado, y por el otro la evidencia histórica, cartográfica y de campo
según la cual los brazos Occidentales del Atrato (P. ej., El. Brazo Tarena) se
sedimentan y obstruyen de tal manera que el delta migra hacia el E. Así mismo, en
la porción occidental de la Depresión del Atrato hubo brazos activos, como el
“Brazo Viejo” que indican que el río en alguna época estuvo recostado a las
estribaciones bajas de la Serranía del Baudó. Por último, los tributarios,
principalemente los de la margen derecha, presentan evidencias de migración de
cauces que sistemáticamente se desplazan hacia el sur como se ilustra en el
Radarmapa Zonificación Regional de Amenazas (No. 27.1 y 27.2 del Anexo 9) y
en el Cap. 10 y Figuras 10.1 a 10.3. Este desplazamiento puede explicarse como
efectos de un levantamiento regional que, de acuerdo con los modelos tectónicos
disponibles, sería ocasionado por la convergencia de la Placa Caribe y del bloque
Panamá sobre el Bloque Chocó. Quedan aquí interrogantes por resolver, de
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135
importancia para la evolución a mediano y largo plazo de la cuenca: ¿Se trata de
procesos de sedimentación que están colmatando las desembocaduras? ¿Se trata
de procesos de deformación tectónica inducidos por la interacción entre el Bloque
Panamá y la Placa Caribe sobre el Bloque Chocó? ¿O de una combinación de
ambos fenómenos, a la cual hay que agregarle potencial subsidencia
(hundimiento) de una parte de la cuenca por efecto de acumulación y peso de
sedimentos?. Para resolver estas preguntas se deben adelantar entre otras las
siguientes actividades e investigaciones:
Una red de nivelación de precisión a lo largo del río, incluyendo la verificación de
la línea geodésica CH-4 del IGAC (Quibdó - Riosucio) y su extensión hasta las
desembocaduras (recomendación existente desde 1989, segón Univalle para
MOPT, vol.9, p. 61).
Complementariamente, un programa de observación geodésica (por ejemplo
mediante técnicas de GPS) que evalúe en el tiempo la ocurrencia de
movimientos tectónicos entre las Serranías del Baudó y Los Saltos y la
Cordillera Occidental. Otra alternativa sería la aplicación de métodos de
interferometría mediante imágenes de radar satelital, que ha sido aplicada con
éxito en otras latitudes, por ejemplo para evaluar los cambios topográficos
inducidos por eventos sísmicos o por deslizamientos (p. ej., Zebker et al, 1994;
Carnec et al, 1996; Massonnet, 1997).
Diseño, emplazamiento y operación de sismógrafos cuyos datos, junto con otros
de Panamá, de Colombia y de la red estándar mundial, permitan elaborar
modelos de los desplazamientos de fallas causantes de sismos. En primera
aproximación podrían emplazarse unos 5 sismógrafos autónomos que
abarquen la región, incluídos instrumentos en Panamá, para lo cual se podría
diseñar un proyecto con el apoyo del Instituto Geofísico de la Universidad de
Panamá (Sismólogo Jaime Toral, comunicación personal).
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Figura 6.1 Evolución del noroccidente suramericano y de Centroamérica enlos últimos 15 millones de años (Duque-Caro, 1993)
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Figura 6.2 Modelo de colisión de los bloques Norandino y Panamá (Kellog etal, 1996)
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
138
Figura 6.3 Modelos tectónicos y provincias geológicas del noroccidentesuramericano (Duque-Caro, 1990)
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139
Figura 6.4 Terrenos geológicos de Colombia y fallas al Este del BloqueChocó (Toussaint, 1991)
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140
Figura 6.5 Modelo tectónico del NW de Colombia y Panamá (James, 1985)
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141
Figura 6.6 Modelo dinámico del Bloque Chocó (Meyer & Mejía, 1997)
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142
Figura 6.7 Distribución de réplicas, intensidades y patrón de ruptura de lossismos de 1992
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143
7. CARACTERÍSTICAS GEOTÉCNICAS DE LOS DIQUES
DEL ATRATO.
Por su origen como depósitos recientes y actuales los diques y orillares del Atratopresentan, en toda su extensión, propiedades geotécnicas similares, entre lascuales pueden mencionarse las siguientes:
� Granulometría de limos, arenas y arcillas, con algo de gravas y materiaorgánica;
� Espesores del orden de metros hasta decenas de metros; si se incluye en laestratigrafía el fondo del relleno aluvial, el cual es desconocido, el espesor desedimentos recientes puede ser del orden de centenares de metros;
� Nula cementación, suelos friccionantes con cohesión muy baja a nula, lo quelos hace fácilmente erodables;
� Muy bajas capacidades portantes.
Por su importancia como lugares de asentamiento de las poblaciones, y paradocumentar con fines de usos urbanos o de otro tipo las potencialidades ylimitaciones de estos diques, se aprovechó la información disponible sobrecaracterísticas y propiedades geotécnicas, tomando la información del Estudio deNavegabilidad del Río Atrato (U. del Valle - Dpto. de Fluídos, para MOPT, 1989,vol. 5, Anexo 1 "Estudio General de Suelos", p. 1- 27), la cual se transcribe en esteCapítulo. En este Estudio se hicieron 6 sondeos con equipo de perforación,acompañadas de extracción de muestras con barreno manual. Los autores indicanque la mayoría de los sitios en donde se realizaron las perforaciones y trincherascorrespondían a zonas inundables con el nivel freático muy cercano a superficie,todas ellas localizadas en poblados, cerca de edificaciones (Figuras 7.1 a 7.6, alfinal del Capítulo).
Las columnas estratigráficas respectivas se ilustran a continuación. Losparámetros geotécnicos medidos corresponden a los siguientes:
� El número de golpes (N) son los necesarios para hincar un punzón 33 cms (1pié), golpeando con una masa o martillo de peso conocido, dejándolo caer deuna altura uniforme. En general, para N menor de 20 golpes, se puede decirque la capacidad portante de un suelo es deficiente: por debajo de un númeroN = 10, muy mala a pésima.
� El Límite Líquido (LL) y el Indice de Plasticidad (IP), son valores indicativos dela cantidad de agua a partir de la cual el suelo tiende a comportarse como un
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líquido y a deformarse plásticamente. Entre mayores sean estos índices, lascondiciones geotécnicas de los suelos son de menor calidad.
� La Humedad Natural (H. Nat.), indica el grado de saturación de agua del sueloen el sitio. G, el valor de la Gravedad Específica, es equivalente a la relacióndel peso unitario del suelo con respecto a su contenido de agua. Para losensayos se tomó como de 2,55 en promedio, con base en lo cual el Estudioasumió un valor, también promedio, de 1.70 kg/cm3, como Peso Unitario.
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145
7.1. Columnas estratigráficas.
De Sur a Norte las 6 perforaciones realizadas, con profundidades entre 7 y 12metros son:
Tagachí (localización en Fig. 7.1)
ML:Limos arenosos ( f ) de baja plasticidad y consistencia muy blanda. Contienegravilla meteorizada.LL = 30 a 36IP = 5 a 7H. Nat. = 33 a 41 %N de golpes = 2
MH:Limo de alta plasticidad de consistencia blanda.N de golpes = 3LL = 31IP = 14H. Nat = 66%G = 2,565
SM:Arena mediana de compacidad relativa suelta a medianamente suelta.N . de golpes varía entre 5 y 13.Nivel freático: -1.5 metros ( en el momento de la perforación).
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Beté (localización en Fig. 7.2)
ML:Limo - arenoso ( f ) de baja plasticidad, consistencia muy blanda, con trazas degrava meteorizada.LL = 39IP = 11H. Nat. = 31
Smu:Arena ( f ) con trazas de grava meteorizada de consistencia muy blanda.
ML:Limo arenoso ( f ) de baja plasticidad, consistencia blanda.LL = 36IP = 10H. Nat. = 28N de golpes varía entre 4 y 6 -G = 2,706
MH:Limo arcilloso de alta plasticidad, de consistencia media.N de golpes = 11LL = 35IP = 9H. Nat. = 29Nivel freático = - 80 metros ( en el momento de la perforación)Nota. El sitio donde se realizó la perforación es inundable.
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Beté Calicata (localización en Fig. 7.2)
ML:
Limo arenoso ( f ) de baja plasticidad de consistencia media con grava
meteorizada.
LL = 35
IP = 8
H. Nat. = 25
Smu:
Arena fina con grava meteorizada de consistencia blanda a media.
LL = 34 a 39
IP = 7 a 10
H. Nat. = 24 a 33.
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148
Vigía del Fuerte (localización en Fig. 7.3)
ML:
Limo de baja plasticidad de consistencia muy blanda ( N entre 2 y 4 ). Contiene
materia orgánica.
LL = 33 a 36
IP = 5 a 8
H. Nat. = 39 a 42
SM:
Arena ( f ). De capacidad media a suelta N entre 10 y 24.
G = 2,720
Nivel freático apareció a 2.0 metros pero la zona es inundable.
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Bojayá o Bellavista (localización en Fig. 7.4)
ML:
Descapote 0.10 metros
Limo de baja plasticidad de consistencia muy blanda.
N varía con la profundidad de 0 a 6.
LL = 37 a 47
IP = 6 a 15
H. Nat. = 35 a 50
G = 2,636
SP – SM:
Arena mediana a gruesa ( m. G. ) de compacidad relativa suelta. N varía entre 10
y 11.
Nivel freático a -2.00 metros ( en el momento de la perforación ).
Nota. Es zona inundable.
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Curvaradó (localización en Fig. 7.5)
Descripción
ML:
Limos arenosos ( f ) de baja plasticidad, consistencia blanda.
N. de golpes = 3; LL = 39 a 48; IP = 12 a 15; H. Nat. = 37 a 48; G = 2,533
MH:
Limo arcilloso de baja plasticidad, consistencia muy blanda ( se enterró 2.00
metros la tubería con el peso del martillo ). N de golpes de 0 a 3.
LL = 65 a 76; IP = 22 a 30; H. Nat. = 81 a 100.
ML:
Limo arenoso ( f ) de baja plasticidad de concistencia blanda ( N = 4 ).
CL – ML:
Arcilla limosa de baja plasticidad ( contiene madera en descomposición), de
consistencia muy blanda.
N varía entre 4 y 6
Nivel freático a -1.00 - Zona inundable.
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Sautatá (localización en Fig. 7.5)
Descripción
MH:
Descapote 1.10 metros.
Limos arcillo arenosos ( f ) de alta plasticidad, con alto contenido de materia
orgánica, de consistencia muy blanda.
LL = 53 a 56
IP = 10 a 13
H. Nat. = 83 a 100
G = 2,531
SM:
Arena limosa ( f ) de compacidad relativa suelta a media, contiene materia
orgánica.
N varía entre 7 y 13.
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7.2. Resultados.
El Estudio citado (U. del Valle para MOPT, 1989, vol. 5, Anexo 1), concluye que:"En general se puede observar la presencia preponderante de arenas finas y limosde baja plasticidad, muy sueltos, con presencia de agua que hacen que sucapacidad portante sea regularmente baja. Como consecuencia de lo anteriorestos suelos son susceptibles de sufrir deformaciones y asentamientosapreciables así como a permitir fácilmente efectos inconvenientes comosifonamientos, licuefacción y socavación".
Los valores obtenidos de los parámetros geotécnicos Vs profundidad se ilustranen las figuras 7.7 a 7.10.
Excepto por los estratos más profundos en Vigía del Fuerte, en donde un nivel dearenas finas dio número de golpes de 16 y 24, todos los valores de los ensayosestuvieron por debajo de 15 y, entre los 2 y 6 metros de profundidad, por debajode 7 golpes/pie (Fig. 7.7).
Estos valores, junto con la granulometría de los estratos (predominatemente limosy arenas) y los niveles freáticos superficiales, indican condiciones geotécnicas quefavorecen altamente el potencial de licuefacción de los terrenos, por vibracionessísmicas. Esto se demostró a raíz de los terremotos de octubre de 1992, que laprodujeron de manera generalizada en muchos diques del Atrato Medio, en laregión del antiguo cauce del río Sucio (Barranquillita, Bajirá) e incluso enApartadó. En Murindó sus efectos destruyeron las obras de infraestructuraenterrada y fueron responsables de los daños mayores en la mayoría de lasedificaciones, incluso las de madera y paja.
La composición y condiciones geotécnicas de los diques, incluída la presencia desuelos orgánicos y estratos con palizadas, significan varias limitaciones para elemplazamiento de edificaciones y otras obras civiles de importancia. Entre estaslimitaciones destacan:
� Necesidad de descapotes y reemplazamiento de suelos con otros materiales,sin posibilidades de volúmenes cercanos de gravas o de materiales de cantera.
� Dificultades de compactación de materiales de préstamo cercanos, limo-arenosos: una vez pasado cierto umbral de compactación, los materialestratados pueden ser disturbados.
� Potencial de erosión y desbordamientos en zonas de préstamo.
� Alto potencial de sifonamiento y erosión alrededor de obras en materialesrígidos sometidos a la acción del río, tales como muelles y tuberías enterradas.
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153
Hasta ahora, con la excepción de obras rígidas "importadas" de la región andina,tales como el hospital, el colegio y la alcaldía del Antiguo Murindó y algunas otrasedificaciones en Vigía del Fuerte, las construcciones tradicionales se realizan enmadera, sobre pilotes de soporte a alturas que superan los niveles de inundaciónconocidos en cada población. Sin embargo, las prácticas de cimentación sobrepilotes hincados a profundidad, muy comunes en el Litoral Pacífico entreBuenaventura y Tumaco no parecen aplicarse en el Atrato Medio. Seríarecomendable explorar la disponibilidad en la región de maderas adecuadas(duras y resistentes al enterramiento en suelos saturados, como el mangle), conbase en las cuales se podría hacer transferencia de tecnología apropiada decimentaciones como las tradicionales del Pacífico. Un proyecto al respecto podríainiciarse, en fase piloto, para el emplazamiento de obras de interés colectivo. Porlo demás, actividades de este tipo, que busca disminuir la vulnerabilidad deinstalaciones colectivas y de servicios públicos, sería un paso adelante para unaregión en la cual las normas sismo-resistentes (principalmente desarrolladas paraconstrucciones en concreto) no aplican.
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154
Figura 7.1 Esquema perforación Tagachí - margen izquierda
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155
Figura 7.2 Trinchera y perforación en Beté - margen izquierda
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156
Figura 7.3 Perforación Vigía del Fuerte - margen derecha
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157
Figura 7.4 Perforación Bellavista - margen izquierda
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
158
Figura 7.5 Perforación Curvaradó - margen derecha
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159
Figura 7.6 Perforación Sautatá 12m - margen izquierda
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
160
Figura 7.7 Número de golpes vs. profundidadFigura 7.8 Límite Líquido vs. profundidad
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
161
Figura 7.9 Límite Plástico vs. profundidadFigura 7.10 Humedad Natural vs. profundidad
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162
8. INFORMACIÓN HIDROMETEOROLÓGICA.
8.1 Factores del clima en la zona.
Según la Organización Meteorológica Mundial - OMM, el “clima” de un sitio es el
conjunto de valores medios, varianzas y covarianzas (incluso momentos
estadísticos de orden superior) de los parámetros meteorológicos (como
precipitación, temperatura, radiación solar, ocurrencia de vendaval) observados
y/o medidos, registrados, validados y procesados, en forma contínua, sistemática
y estandarizada durante un período del orden de los 30 años. En general el clima
de un sitio es consecuencia de varios factores, siendo latitud, topografía, y
cercanía a océanos o grandes lagos, los más conocidos y referidos en los estudios
pertinentes.
La cuenca del Río Atrato está comprendida entre los paralelos 05° y 09° N, y los
meridianos 76° y 78° W, en el extremo NW de Colombia y de Suramérica en lo que
se llama hoy la Provincia Biogeográfica del Chocó. El río Atrato nace en los
páramos del municipio de Carmen de Atrato en la Cordillera Occidental; fluye
inicialmente hacia el Sur hasta encontrar el río Andágueda, y después de recibir al
río Quito tuerce hacia el Norte para finalmente desembocar en el Golfo de Urabá;
por tanto recoge las aguas de una cuenca limitada al Oriente por la Cordillera
Occidental, al Occidente por la Serranía del Baudó, y al Sur por el itsmo de
Itsmina, que no supera los 150 msnm pero es suficiente para separarla de la
cuenca del río San Juan.
Por lo tanto, todos los más importantes factores de clima se conjugan en la cuenca
del Atrato, la cual, además de estar en la zona ecuatorial y tener relieve de alguna
importancia, está sometida a las influencias directas de los océanos Atlántico y
Pacífico. En el Atlántico los vientos dominantes son de componente del Este, los
conocidos vientos alisios empujados por el anticiclón permanente del Atlántico
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
163
Norte; en general estos son vientos relativamente secos, cálidos, y bastante
estables en capas bajas de la atmósfera (aunque a veces llegan a estar asociados
a perturbaciones viajeras como huracanes u ondas del Este). Pero en el Pacífico,
de temperaturas mucho menores, la compleja interacción de valle-montaña-mar
produce vientos persistentes de componente dominante del W y condicionalmente
inestables (es decir, relativamente fríos en capas bajas pero muy húmedos).
Todos estos vientos, encajonados unos por la cuenca del Atrato y los otros por la
cuenca del San Juán, muy a menudo convergen masivamente en las partes altas
de estas cuencas (Quibdó, Lloró, Tadó), produciendo una gran zona de bajas
presiones atmosféricas cuasipermanentes con abundante nubosidad y lluvias en
las partes sur y central del Chocó y hasta el sur de Panamá. Una situación típica
de condiciones diurnas se muestra en la Figura 8.1, donde se observa la masa de
nubes centrada sobre el Océano Pacífico (por la noche la tendencia de la
nubosidad es de moverse hacia el Este sobre el área continental generando lluvias
muy intensas).
Este esquema general de “condiciones medias” de la circulación atmosférica local
sufre modificaciones importantes cuando se presentan anomalías climáticas de
escala planetaria como en el Fenómeno de El Niño, debido al trastorno de los
patrones regulares del clima en cada sitio durante meses o años consecutivos.
Hoy se estudian muy especialmente en la zona tropical las anomalías, o
desviaciones a largo y medio plazo, de esas condiciones medias, no sólo de la
atmósfera sino también del océano; estas anomalías suelen estar asociadas a
grandes pérdidas, tanto en vidas humanas como económicas en muchos sitios del
mundo. La desertización, o crecimiento de las zonas áridas por combinación de
causas naturales y antropogénicas, parece estar relacionada con eventos como El
Niño y agravada por la acción humana (deforestación, mal uso de los suelos,
riesgos antitécnicos, urbanismo incontrolado).
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164
8.2 Sobre los datos hidrometeorológicos.
Varios estudios incluyen intentos de descripciones, más o menos completas, sobre
el clima de la zona de trabajo (HIMAT,1989, ver mapas en el Anexo 9: A9.4,
Modelo de lluvias y A9.5, Lluvias reclasificadas), (Trojer,1959), (Eslava,1994), y
otros; aunque a diferentes escalas, pueden ser usados como base para este
proyecto.
Debe advertirse aquí sobre la incertidumbre acerca de la precisión (aunque no de
la validez general) de las conclusiones de cualquier estudio sobre el clima del
Chocó. Como consecuencia de las difíciles condiciones climáticas, la zona tiene
una población humana muy reducida, pero sobre todo muy irregularmente
distribuída en el territorio. Por la misma razón, también son escasos los recursos y
las posibilidades para que la población tenga acceso a educación y salud, lo cual
incide en bajos niveles sanitario y de escolaridad; buena parte de la población
tiene poco o ningún contacto con los centros urbanos importantes, y su actividad
económica es mayormente de subsistencia. Este ha sido un factor que ha
dificultado la adquisición de información técnica relativa a la zona en muchos
aspectos, pero particularmente la meteorología y la hidrología, disciplinas que
requieren información in-situ contínua y sistemática durante varios años.
La distribución de observatorios meteorológicos en la zona es muy irregular (por
ejemplo son muy pocos los observatorios que se encuentran en la Serranía del
Baudó y en la margen izquierda del Atrato Medio); pero también existen dudas
razonables e históricas sobre la calidad de los datos, algunos de los cuales
exhiben variaciones espaciales muy bruscas especialmente en precipitación.
Además, los valores que se pueden deducir de los mapas de isoyetas de los
diversos estudios no son consistentes pues las diferencias en algunos sitios
superan ampliamente los 1000 mm/año. En particular, (Eslava, 1994) no incluye
datos de estaciones como Bahía Málaga (CVC, Sistema de información
hidroclimatológica) y Bajo Calima, cuya inclusión en su trabajo habría cambiado
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
165
apreciablemente la forma de las isoyetas en el Medio Atrato, así como tampoco
cubre toda la cuenca del Alto Atrato en el departamento de Antioquia.
Más escasos aún, sobre todo debido al requerimiento de instrumental costoso y
delicado, son los datos de otros parámetros meteorológicos como temperatura,
humedad relativa y radiación solar, aunque sus bajas variabilidades estacionales e
interanuales permiten una apreciación general de las condiciones. Además, el
viento y los fenómenos meteorológicos significativos (tormenta, rayo, granizo,
niebla, vendaval) sólo son observados sistemáticamente en los aeropuertos del
Chocó (Quibdó, Apartadó en el Golfo de Urabá, y Condoto en el Medio San Juán),
pero hasta ahora no se conocen estadísticas al respecto.
La información hidrológica también es muy deficiente e incompleta. Según el
IDEAM (Catálogo de estaciones hidrometeorológicas, Figuras 8.3 y 8.4), existen
estaciones hidrométricas que miden niveles en los ríos más importantes (Atrato,
Quito, Andágueda, Riosucio); en teoría, esto debería servir para obtener las
respectivas series de tiempo de caudales, pero en la práctica las curvas de
calibración nivel-caudal que se usan para ello a menudo no son utilizables porque
los cauces varían muy rápido, mientras que las visitas de los técnicos en esta
zona son más espaciadas que en el resto del país. Por esta razón, varios estudios
que han necesitado información hidrológica de la zona han tenido que tomar sus
propias muestras de datos, no contínuas ni con suficiente tiempo, y dejando así
una gran incertidumbre sobre la validez y representatividad de los
correspondientes resultados. La mejor información disponible para el río Atrato
corresponde a las mediciones de niveles y profundidad realizadas en los periodos
julio 17 a agosto 7 de 1989, en aguas bajas, y entre el 6 y el 18 de diciembre de
1988, aguas altas. Esta información, tomada de Universidad del Valle para MOPT,
vol 9 (1989), se representa en la Figura 8.2, el Perfil Longitudinal del río Atrato. En
ella destacan tres aspectos de las condiciones y dinámica del río: uno, la
sedimentación y colmtación del cauce, que ocurre preferencialmente en cercanías
de la desembocadura de afluentes y que implica operaciones de dragado para la
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
166
navegabilidad del río; dos, variaciones en la profundidad del cauce, en el periodo
entre diciembre de 1988 y julio-agosto de 1989, con valores que en algunos sitios
superan los 10 metros (San José de La Calle y unión de los brazos Murindó y
Montaño), hecho que refuerza la necesidad de monitorear, de manera periódica y
en los mismos sitios, las condiciones del cauce, y, tres, un perfil anómalo, negativo
o adverso, entre la latitud de Riosucio y la desembocadura en el Golfo de Urabá.
Finalmente, no existen datos de niveles/caudales de muchos ríos secundarios y
quebradas, algunas de las cuales sólo han figurado en los mapas hasta ahora con
el radar. Por tanto, se ignora la potencialidad de desastres de origen
hidrometeorológico en buena parte de la superficie y sólo se dispone de
información empírica de los pobladores, capaces de reconocer si las crecientes
del Atrato se deben a uno o varios, y a cuales, de los tributarios en la región.
En las Figuras 8.3 y 8.4 se representan las estaciones meteorológicas e
hidrológicas, según el catálogo disponible del IDEAM (INTERNET,
http://ideam.gov.co). Esta entidad está prestando el servicio de información
ambiental, actualizada periódicamente, por lo que desde la región, y en la medida
en que se disponga de comunicaciones y de acceso a Internet, se podrá acceder a
la misma. Ejemplos de este tipo de información son la curva de variación diaria de
caudales en agosto y septiembre y de variación mensual multianual de caudales
en Quibdó (Fig. 8.5), que no muestran un comportamiento anómalo, aunque los
caudales en 1997 han estado, por lo general, por debajo del promedio multianual.
A su vez, en la Figura 8.6 se muestran los caudales para la serie de tiempo 1965 –
1994 y la serie de 1995 y los valores medios multianuales. Los valores de
caudales corresponden con los de precipitación mensual, con los menores en el
priodo menos lluvioso, entre enero y marzo de cada año. Con la información
disponible no es posible ofrecer una interpretación de la prolongada inundación,
de cerca de dos años entre 1994 y 1996, en la región y, especialmente, en el
Nuevo Murindó.
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
167
8.3 Comentarios sobre el clima de la zona
A pesar de la incertidumbre sobre la calidad de la información base, es indudable
que el clima del Atrato Medio se caracteriza por lluvias abundantes durante todo el
año, altas temperaturas y humedades relativas, parámetros todos que, sin
embargo, tienen sus propias distribuciones espaciales en la zona, lo mismo que
alguna pequeña estacionalidad local anual, pero importantes diferencias entre día
y noche.
En cuanto a la precipitación, esta es una de las zonas más lluviosas del mundo
(por lo menos del orden de los 10 metros por año en algunos sitios puntuales);
incluso, las propias condiciones socioeconómicas locales son un reflejo de ello.
Los máximos promedios anuales parecen ocurrir entre los alrededores de Quibdó
y la desembocadura del San Juan, mientras que hacia el Norte y en las montañas
de Antioquia las cantidades de lluvia disminuyen. Y la temporada menos lluviosa
se espera entre enero y marzo, siendo mucho más notoria al Norte de la zona. Las
lluvias más intensas ocurren de preferencia por las noches, por lo que los niveles
de los ríos suelen tener bruscas fluctuaciones; y el número de días con lluvia
supera los 200 por año en las vertientes, y los 300 en el valle del Atrato. En esto
coinciden en general los estudios respectivos ya citados, y se confirma con los
análisis de los datos actualizados de lluvias, número de días con lluvia y lluvia
máxima en 24 horas, de tres localidades representativas de la zona (Carmen de
Atrato, Aeropuerto El Caraño y Sautatá) y de caudales en el río Atrato en Quibdó
(Bellavista). (Anexo 7.1)
Como aporte a una mejor comprensión de las características climáticas de la zona
en el medio y largo plazo, en este trabajo particular se indaga (aunque sólo
gráficamente) sobre eventuales relaciones entre las condiciones locales con las
condiciones de escala planetaria; es decir, se trata de empezar a investigar si las
temporadas de lluvias excesivas o deficitarias en el Atrato pudieran estar
condicionadas por las variaciones del estado de la atmósfera a muchos kilómetros
de distancia (teleconexiones). Como indicadores de las condiciones planetarias se
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168
usaron las series de valores mensuales de cuatro indicadores atmosféricos
usualmente asociados al fenómeno de El Niño: las presiones atmosféricas al nivel
del mar en Darwin, Isla de Pascua, y Tahiti, lo mismo que el SOI (Southern
Oscillation Index, definido como anomalías estandarizadas de las diferencias entre
anomalías estandarizadas de presiones atmosféricas al nivel del mar en Tahiti y
Darwin), series obtenidas via INTERNET en http://nic.fb4.noaa.gov; y como
indicadores de las condiciones locales se utilizaron las series de lluvias
acumuladas de tres estaciones distribuidas en la zona (Carmen de Atrato,
Aerpuerto El Caraño y Sautatá) y de caudales medios en el río Atrato a la altura de
Quibdó (Bellavista). De todas estas series se calcularon las medias móviles a
cinco meses de anomalías estandarizadas, y con éstas se elaboraron las gráficas
comparativas entre cada indicador atmosférico y las lluvias o caudales locales.
(Anexo 7.2)
En las gráficas respectivas es visualmente notoria la correspondencia, aún en
valores absolutos, entre las anomalías de los indicadores atmosféricos (en
particular el SOI) y las de las lluvias y los caudales en el Atrato Medio en buena
parte de las series históricas; pero también es fácil observar que en ciertas
temporadas (como 1992-1995), esa correspondencia se invierte y cada curva
parece ser el espejo de la otra respecto al eje horizontal; lo anterior es
especialmente sugestivo cuando se comparan los datos de caudales de Bellavista
con los valores del SOI. Esto parece implicar que el comportamiento de los
caudales en el Atrato depende además de alguna otra variable, que aquí actúa
como binaria (si/no), por lo cual no debería esperarse una relación directa entre
las condiciones de Niño y la ocurrencia de sequía o lluvias en la zona; pero
también se insinúa que no existe retardo entre las variaciones planetarias y las
locales, sino más bien parece que estas ocurrieran simultáneamente de modo que
no se hace viable una predicción operativa útil.
El déficit de estaciones hidrometeorológicas debe ser subsanado en la región
como condición, en el mediano y largo plazo, para realizar estudios específicos del
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169
régimen climático e hidráulico. Las principales zonas con déficit de estaciones son
la Serranía del Baudó, las cuencas medias y bajas de los tributarios y las
vertientes de la Cordillera Occidental. Esto implica, como propuesta, ampliar la red
de estaciones pluviométricas por lo menos al doble de las existentes (Fig. 8.3) y
dotar a cada tributario de, por lo menos, dos estaciones hidrológicas, una en el
piedemonte de la Cordillera Occidental y otra en cercanías de la desembocadura.
El proyecto de ampliación y operación de la red hidrometeorológica del Atrato
Medio podrá considerar, además, la vinculación de la cuenca a la red de alertas
hidrometeorológicas que opera el IDEAM.
Figuras adicionales consideradas en este capítulo:
Mapa No. 4, Anexo 9, Modelo de lluvias (Himat, 1989).
Mapa No. 5, Anexo 9, Lluvias reclasificadas.
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170
Figura 8.1 Imagen meteorolólogica, típica de la zona de baja presión delPacífico (NOAA, 1997)
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
171
Figura 8.2 Perfil longitudinal del río Atrato
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172
Figura 8.3 Mapa de estaciones meteorológicas de la región (IDEAM, 1997)
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173
Figura 8.4 Mapa de estaciones hidrológicas de la región (IDEAM, 1997)
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174
Figura 8.5 Variación diaria (ago. - sep.) y variación mensual multianual del ríoAtrato en Quibdó (IDEAM, 1997)
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175
Figura 8.6 Variación media mensual y media multianual de caudales del ríoAtrato en Bojayá (IDEAM, 1997)
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176
AMENAZAS
9. Amenaza sísmica.
9.1 Antecedentes.
La región del noroccidente colombiano ha sido afectada históricamente por sismos
fuertes procedentes de diversas fuentes sismológicas. En el Anexo 4, el catálogo
macrosísmico, se incluyen los reportes de los eventos documentados a partir de
1730 y 1741, con sismos que afectaron a Medellín y que muy probablemente
estuvieron asociados a fuentes en la región, por que produjeron daños en Santafé
de Antioquia, la población más cercana en ese entonces al Atrato Medio. En esta
época, además de incomunicado, el Atrato Medio y la región de Urabá, eran
prácticamente despoblados, y sólo se conservan relatos orales de la tradición
mitológica de los Emberá y de los Cuna referentes a terremotos, pero sin ninguna
precisión de fechas. Luego, en marzo de 1883 ocurrió un fuerte terremoto con
efectos similares a los de 1992. En diciembre de 1903 y enero de 1904 ocurrió una
serie de sismos superficiales que generaron deslizamientos y éxodo de
pobladores de Frontino. Para estos sismos no se tiene informacion sobre efectos
en el Atrato, razón por la cual la región epicentral no se puede confinar
adecuadamente. Aún cuando a lo largo de este siglo ocurrieron otros, es a partir
de la década de 1960, con el establecimiento de la Red sísmica estándar mundial
(NEIC) y de la operación de estaciones colombianas por parte del Instituto
geofísico de los Andes (U. Javeriana), cuando la distribución de la sismicidad
empieza a ser comprendida. Tanto los terremotos de Bahía Solano en 1970 como
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177
el de 1974 en la frontera con Panamá, produjeron deslizamientos y palizadas, en
ésta población y en Salaquí, respectivamente.
9.2 Distribución de la sismicidad.
La Figura 9.1, que muestra gráficamente el catálogo sísmico instrumental
(detallado en el Anexo 5), permite identificar las principales fuentes sismogénicas.
En primer, lugar eventos a lo largo del Litoral sobre el borde occidental del Bloque
Chocó y eventos en un alineamiento difuso NE a lo largo de la Serranía de Los
Saltos (frontera con Panamá) en la zona de interacción entre el Bloque Panamá y
el Bloque Chocó. En segundo lugar, y de manera menos confinada, sismicidad
asociable al contacto o sutura del Bloque Chocó con la Cordillera Occidental, así
como sismos intrabloque como el del 17 de octubre de 1992. Sobre la Placa
Caribe la sismicidad es mucho más dispersa e incomprendida, aún cuando allí han
ocurrido sismos como aquel que afectó a la isla de San Andrés en 1995.
La caracterización y confinación de las diversas fuentes sísmicas no ha podido
realizarse de manera unívoca en razón del poco periodo de observación a través
de la red mundial, por un lado, y por el otro por la poca cobertura azimutal de
estaciones en los cuadrantes NE (Caribe) y SW (Pacífico). Esto podrá
solucionarse parcialmente con el establecimiento de estaciones sismológicas en
las serranías del Baudó, Los Saltos y en la Cordillera Occidental, sin que por ello
se pueda garantizar plenamente la adecuada caracterización e identificación de
las diversas fuentes, como las que se han documentado, con incertidumbres, en el
Capítulo 6.
Los mayores sismos, localizados instrumentalmente se indican en la Tabla
siguiente. Se ha excluído el sismo de agosto 19 de 1995, con magnitud 6.2 y
profundidad de 119 km, el cual se localizó en el departamento de Risaralda, en
área cubierta por la Fig. 9.1, pero que no es relevante para el Atrato Medio.
Tampoco se incluyó el sismo del 30 de agosto de 1977, localizado al N de la
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
178
Cordillera Occidental, el cual produjo daños y licuefacción en Apartadó y Turbo
(Cline, 1978). De los 10 sismos de la Tabla no se tiene reporte de efectos para 3,
incluído el más reciente, de 1996. Sin embargo, por su tamaño y escasa
profundidad es casi seguro que hayan inducido fenómenos secundarios, como
deslizamientos, por lo menos en el área epicentral. En la década de 1980 la
sismicidad regional tuvo menores magnitudes destacándose los eventos de 1981
(m = 5.0), 1984 (m = 5.1), 1986 (m = 5.3) y 1987 (m = 5.3); este último produjo
deslizamientos en la Cordillera Occidental entre las latitudes del río Ocaidó y
Dabeiba (Arias y Tejada, 1987).
Tabla 9.1. Sismos mayores en el NW de Colombia.
Año:Mes:Día Lat. y Long. h m Efectos
1970:09:26 6.212, -77.594 8 6.6 D, P, L.
1970:09:27 6.432, -77.407 8 6.5 D, P, L.
1974:07:13 7.747, -77.688 12 6.4 D, P, L.
1975:01:25 7.218, -77.773 36 6.1 ?
1976:07:11 7.337, -78.470 22 6.3 D, P.
1976:07:11 7.409,-78.127 3 6.2 D, ?
1991:04:04 7.017, -78.153 32 6.1 ?
1992:10:17 6.845, -76.806 14 6.2 D.
1992:10:18 7.075, -76.862 10 7.2 D, P, L.
1996:11:04 7.306,-77.393 14 6.0 ?
Fuentes: NEIC, Ramírez (1975), Archivo macrosísmico OSSO.
Lat. y Long. = Latitud Norte y Longitud Oeste.
h = Profundidad (km).
m = Magnitud.
D, P, L: Deslizamientos, palizadas, licuefacción.
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179
Similar a la ocurrencia de dos grandes eventos en 1992, es peculiar de la
sismicidad de la región la ocurrencia de múltiples o complejos eventos, poco
profundos, con largas series de réplicas durante los primeros días. Keilis-Borok et
al (1982) consideró que el fuerte sismo de 1976 podría ser una réplica del cercano
doble evento de 1974. La deformación dominante en esta región está
caracterizada por la creación de nuevos sitios cercanos de dislocación en los
siguientes 2 - 3 años y por la generación de excepcionales secuencias largas de
sismos (Toral et al, 1997). Entre estas secuencias se encuentran, además de los
terremotos de 1970, 1976 y 1992 (Tabla 9.1), otras en 1882-1883 (septiembre y
marzo), 1903-1904 (diciembre y enero), 1924-1925 (junio, julio y marzo, julio) y
1952 (febrero, mayo).
Obsérvese que en la Figura 9.1 los dos simos de octubre de 1992 se localizan en
dirección NNW, según el Catálogo NEIC, mientras que Toral et al (1997), los
localizan en dirección NE (Figura 6.7). Esto se debe a que el último autor
relocalizó los eventos y, además, consideró el de octubre 18 como un evento
múltiple, también apoyado en Li & Toksöz (1993), quienes encontraron que la
dirección de ruptura del sismo del 17 y del mayor del 18 ocurrió de SW a NNE con
componente de desplazamiento siniestrolateral.
9.3 Tipologías de la amenaza sísmica.
La amenaza sísmica se expresa, primordialmente, por los efectos directos de las
vibraciones que actúan sobre la superficie y afectan las construcciones y
modifican momentáneamente el equilibrio del suelo y subsuelo. Ellas producen
efectos de segundo orden, también llamados fenómenos secundarios o inducidos,
entre los cuales destacan, por su importancia en la región, los deslizamientos y
posteriores palizadas (Cap. 11) y la licuefacción de los suelos granulares
saturados de agua (Cap. 7).
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180
9.3.1 Vibraciones, licuefacción y deslizamientos.
Debido a que la mayoría de las fuentes sísmicas son superficiales (profundidades
menores a 33 km) los sismos de magnitud intermedia (del orden de 5 a 6.5
grados, como los de 1970 en Bahía Solano y los grandes, de 7 o más grados,
como el del 18 de octubre de 1992 con magnitud 7.2º) generan fuertes vibraciones
en las regiones epicentrales. Éstas afectan principalmente a las estructuras rígidas
construidas con materiales como ladrillo y hormigón armado; por su flexibilidad las
estructuras en madera, bien diseñadas y construidas generalmente no sufren
mayores efectos. Sin embargo en regiones como el Atrato Medio y debido a que la
oferta ambiental para los poblados está confinada a suelos granulares saturados y
recientes (diques), las estructuras de cualquier tipo son severamente afectadas
por fenómenos de agrietamientos y licuefacción de los terrenos, como lo ilustran
las Figuras 9.4 a 9.6. El potencial de amenaza por licuefacción, como se ha deriva
de los datos geotécnicos (Cap. 7) y de la evidencia empírica (efectos de los
terremotos de 1992, Cap. 4), es, en principio, similar para las diferentes unidades
geológicas superficiales: muy bajo o nulo en las colinas del Terciario, moderado en
los conos aluviales y alto en los depósitos aluviales de la llanura de inundación y
en los diques del Atrato y sus afluentes. Esto se considera en la Seción IV.2
“Amenazas”, y se representa en los Radarmapas 27.1 y 27.2, “Zonificación
Regional de Amenazas”.
Por su parte la sobresaturación de humedad de las vertientes, de las serranías y
de la Cordillera Occidental, la cual disminuye la resistencia al corte de los suelos,
implica que éstos de manera permanente son susceptibles a los deslizamientos.
Cuando las ocasionales vibraciones sísmicas actúan sobre los terrenos actuando
como disparadores de ellos, pueden comprometer extensas áreas de las
montañas y colinas (Martínez el al, 1994), como se ha documentado en 7 de los
10 sismos mayores de los últimos 30 años (Tabla 9.1) y como se ilustra para el
caso de los terremotos de 1992, en las Figuras 9.7 a 9.9.
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181
9.3.2 Vulcanismo de lodo.
El territorio de los municipios del Atrato Medio no está afectados por las presencia
de volcanes de lodo, como los que fueron activados por los terremotos de 1883 y
1992 (Anexo 4), aún cuando autores como Barlow (1981) y Duque-Caro (1989)
sugieren que al norte en el municipio de Río Sucio, podrían existir bajo los
sedimentos recientes. En todo caso esta amenaza puede considerarse como de
baja potencialidad de ocurrencia en el área.
9.4 Aceleraciones sísmicas esperables.
La reciente legislación sobre construcción sismorresistente (Ley 400/97), para
cuya formulación se contó con el estudio y actualización del potencial de
aceleraciones sísmicas en Colombia, determina que en el área de este proyecto
las aceleraciones sísmicas que pueden ocurrir están entre las más altas en todo
Colombia, con valores entre el 25 y el 40% de la gravedad (Figura 9.2), lo cual
condujo a que la norma, que entra en vigencia en febrero de 1998, estableciera
que toda el área esté dentro de la zona de mayor amenaza sísmica (Figura 9.3).
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182
Figura 9.1 Sismicidad en la región del Chocó - Panamá
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
183
Figura 9.2 Aceleraciones esperables en Colombia
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
184
Figura 9.3 Zonas de amenaza sísmica en Colombia
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
185
Figura 9.4 Vista de efectos de licuación en Murindó (octubre, 1992)
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
186
Figura 9.5 Licuación Murindó (octubre de 1992)
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
187
Figura 9.6 Agrietamientos y licuación en la carretera a Lomas Aisladas(octubre de 1992)
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188
Figura 9.7 Panorámica de deslizamientos inducidos (terremotos de 1992)Cordillera Occidental al E de Murindó
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189
Figura 9.8 Deslizamientos inducidos (terremotos de 1992) cuenca del ríoMurindó
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190
Figura 9.9 Deslizamientos inducidos por los terremotos de octubre de 1992,Cordillera Occidental al E de Murindó
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191
10. AMENAZAS HIDROMETEOROLÓGICAS
10.1 Generalidades.
En términos generales, el Chocó es una zona de bosque tropical muy húmedo con
lluvias muy abundantes y altas temperaturas todo el año, y consecuentemente
altísima biodiversidad y una de las tasas de crecimiento vegetal más alta del
mundo. Existen muy pocas vías de comunicación terrestre, por lo cual la gran
mayoría de los asentamientos humanos se encuentra en las orillas de los ríos o
del mar, y el intercambio se realiza prioritariamente por vía acuática, lo que hace a
esta zona muy dependiente del comportamiento de los ríos y de las lluvias (en
muchos sitios no existen acueductos ni redes de drenaje; el agua potable se
obtiene de los techos, y las lluvias cuasipermanentes se encargan de evacuar las
aguas servidas hacia los cauces). El relieve es plano y de muy poca pendiente en
el valle central del Atrato donde existen cantidades de lagunas y humedales, la
mayoría permanentes; pero las montañas, aunque no son muy altas, si tienen
eventualmente altas pendientes, lo cual, sumado a las altas intensidades de lluvias
(en buena parte nocturnas) es la causa de las rápidas variaciones de los niveles
de los ríos y por ende de la alta erodabilidad del agua.
Frecuentes desplazamientos de los cauces se facilitan por la poca compactación
de los suelos y por las pequeñas pendientes en el valle central; esto ha sido
aprovechado en ocasiones para inducir cambios artificiales en los cauces, que se
han realizado sin criterios técnicos ni conocimiento de la dinámica fluvial.
La deforestación de las zonas montañosas aumenta la velocidad del agua en los
cauces y multiplica el arrastre de sedimentos que terminan depositándose en las
zonas bajas. Esto implica riesgo de aumento en la velocidad de desplazamiento
de los cauces.
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
192
10.2 Amenazas atmosféricas.
La información meteorológica disponible no permite realizar evaluaciones
espaciales ni temporales sobre la distribución y ocurrencia de eventos
atmosféricos extremos que, en las condiciones de la región, se transforman en
fenómenos amenazantes. Desde el punto de vista los fenómenos atmosféricos
siguientes circunstancias pueden ser relacionadas con desastres naturales:
Tormentas locales severas, siempre acompañadas de descargas eléctricas
atmosféricas; suelen caer lluvias muy intensas en pocas horas (y en su mayoría
por la noche), y en ocasiones se registran vendavales que producen daños locales
similares a los de los tornados (en principio, estos podrían ocurrir en la zona
especialmente durante la temporada de huracanes del Caribe entre junio y
noviembre, pero no se dispone de casos documentados al respecto). Hoy en día
existen razones para pensar que la distribución espacial y las frecuencias de las
tormentas locales severas y los vendavales se modifican en forma apreciable en
esta zona durante épocas de evento cálido El Niño.
Lluvias muy intensas que en algunas horas pueden aportar localmente
cantidades de agua que la red de drenaje existente no puede evacuar a tiempo;
ocurren como máximos de los ciclos de varios días consecutivos con lluvias que
se inducen a distancia en la atmósfera local por el paso de perturbaciones viajeras
relativamente lejanas como huracanes (flujo del E) o frentes (flujo del W), y
favorecen la posibilidad de deslizamientos de tierra en sitios de pendientes
medias.
Crecientes de los ríos: Aumentan, tanto el nivel como la velocidad de las aguas
en un cauce, pero permanecen fluyendo esencialmente en el cauce; pueden
arrastrar palizadas y otros sólidos en suspensión y entorpecer la navegación, y en
casos extremos afectar la DBO (Demanda Biológica de Oxígeno) y la vida en el
agua del río. Se aumenta la capacidad erosiva del río, el cual trabaja sobre los
taludes del cauce ocasionando erosión y desplomes en los diques y orillares.
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
193
Descargas eléctricas atmosféricas (rayos a tierra), no necesariamente asociadas
a tormentas locales severas, producen localmente pérdidas en vidas humanas y
animales, aunque su cuantía no está adecuadamente documentada (se cita como
excepción la edición de El Tiempo del 12 de octubre de 1997, páginas 19A y 21A,
donde se mencionan dos muertos por rayos en Pavarandó en un lapso de 15 días)
Escasez de lluvias durante varios días consecutivos; puede ser un problema
sanitario y de abastecimiento de agua potable en las partes más bajas, debido a la
presencia de aguas encharcadas que favorecen la ocurrencia de enfermedades
gastrointestinales y la proliferación de mosquitos y otros insectos (vectores que
dispersan malaria, paludismo, mal de Chagas, etc).
Desertización. Algunos valles altos en las montañas pueden sufrir procesos de
desertización, como en otras partes de la vertiente del Pacífico colombiana (Altos
valles de los ríos Patía, Dagua, Garrapatas). Esto tampoco se ha estudiado,
aunque hay razones para sospechar un avance del desierto de la costa peruana
hacia el Norte ayudado por la deforestación y el mal uso de los suelos. En forma
similar a los procesos de erosión en las montañas y sedimentación en los bajos,
se trata de cambios lentos (en general de varios años), que hasta ahora empiezan
a considerarse como potencialmente desastrosos. Para la región de interés este
fenómeno no parece relevante a corto plazo, y, tal vez, podría presentarse hacia la
cuenca alta del río Sucio, como prolongación de la zona de bosque seco tropical
del río Cauca y su afluente, el Tonusco.
10.3 Procesos y amenazas hidrometeorológicos.
La combinación de factores físicos dinámicos extremos, tales como muy altas
precipitaciones, alta temperatura media anual y pendientes que pueden llegar a
ser escarpadas, generan las condiciones de meteorización química o
descomposición de las rocas originales del sustrato geológico, convirtiéndolas en
saprolito (rocas descompuestas) que pueden alcanzar decenas de metros de
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
194
espesor y que pueden ser fácilmente desprendidos mediante los procesos de
erosión superficial o por movimientos de masa. En estas condiciones los procesos
de erosión superficial y de movimientos de masa pueden ser acelerados o
disparados por prácticas de deforestación de las vertientes, de minería a cielo
abierto y por eventos disparadores, tales como lluvias intensas y concentradas, o
vibraciones sísmicas.
En el Capítulo 11 se presenta el modelamiento de la susceptibilidad a los
movimientos de masa para toda la cuenca del Atrato y la vertiente Occidental de la
Serranía del Baudó, realizado según la metodología explicada en él con base en
los insumos cartográficos de los mapas 1 a 10 (Anexo 9). Aquí concentraremos la
atención en los procesos de erosión, sedimentación, avenidas torrenciales y
cambios de cauce, todos ellos identificables, por lo menos en cuanto a áreas de
exposición.
De acuerdo con Espinal (1992: 73), las estribaciones de la Cordillera Occidental (y
de las serranías) y parte del Valle del Atrato corresponden a la Zona de Vida
bosque muy húmedo Tropical (bmh-T) que “debido a su alta lluviosidad no son
áreas para establecer cultivos anuales y los pocos que se ven aparecen de una
pobreza extrema, con un relativo rendimiento en la primera cosecha, para terminar
en la necesidad de abandonar el suelo dejándolo totalmente lavado y erosionado”.
Sobre el bosque pluvial Tropical (bp-T), hacia las riberas del Atrato este mismo
autor (p. 81), señala: “Los pocos habitantes de estas regiones se agrupan en los
aluviones de los ríos en donde llevan una vida de mera subsistencia en equilibrio
biológico con el medio ambiente. / Las frecuentes inundaciones y la elevada
cantidad de lluvia hacen imposible el establecer sistemas agrícolas contrarios a tal
medio natural. / El bosque es el sistema de vida para estas zonas, y sólo cuando
se aprenda a manejarlo racionalmente, se podrá obtener de estas tierras un buen
rendimiento”.
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195
Erosión superficial, aportes de sedimentos.
La diversidad de rocas en la región produce saprolitos en los cuales la fracción
arena presenta asociaciones de suelos con combinación de minerales como el
cuarzo, feldespatos (cuya composición predominante es Sílice y Aluminio),
minerales alterados (oxidados, lo que les da el color rojo característico por
oxidación del hierro) y otros minerales en proceso de descomposición química
(Malagón et al, 1995: 150-151). Sin embargo, lo característico de la
descomposición de las rocas en la región es que el mayor volumen de los
materiales se transforma en minerales arcillosos con un amplio dominio de las
Caolinitas (Composición de Aluminio y Sílice hidratados), que generan suelos con
tonalidades grisáceas. Según Malagón et al (1995: 216) “Un porcentaje muy alto
de los suelos de la región son netamente caoliníticos, especialmente aquellos
localizados hacia el flanco oeste de la Cordillera Occidental y en la Serranía del
Baudó”. Esta particularidad la expresa Gentry (1990: 41) de la siguiente manera:
“Única, ecológicamente hablando, esta región [el Chocó] es, muy probablemente,
la más lluviosa del globo; y es igualmente probable, además, que en alguna parte
de su geografía se encuentre el punto más húmedo del planeta. Otra peculiaridad
ecológica de la zona es la frecuencia con que se presentan en ella los suelos más
deslavados y pobres en nutrientes: el subsuelo de arcilla blancuzca que se
encuentra en algunas áreas, es uno de los de menor contenido de elementos
menores como el fósforo, y de trazas de otros elementos menores como el boro y
el zinc, que es posible hallar en cualquier otro lugar del mundo”.
Por estas razones de tipo climático y edafológico los suelos de las vertientes del
Atrato, incluidos los de las colinas del Terciario, una vez deforestados son
extremadamente susceptibles a los procesos de erosión superficial. Sin embargo,
para que este tipo de afirmaciones cobre fuerza cuantitativa, es necesario
establecer un programa de mediciones que incluya parcelas experimentales con
trampas de sedimentos, en diversos tipos de unidades del paisaje y bajo diversas
condiciones de usos del suelo. Asociado a este tipo de experimentos se podrá
evaluar aspectos como tasas de escorrentía, variaciones en los nutrientes de los
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
196
suelos, procesos de sucesión natural, etc., con finalidades múltiples: desde
evaluar las tasas de denudación y aporte de sedimentos hasta prácticas
recomendables para la conservación y uso de las tierras.
Un ejemplo de la agresividad de las condiciones climáticas sobre el suelo se vio
en la zona de Bahía Málaga hacia 1983. El desmonte para el establecimiento de
una estación meteorológica evidenció que a los 6 meses el nivel original del
terreno había sido lavado hasta los 20 cms de profundidad, medida que se pudo
tomar en las pilastras de concreto sobre las cuales se colocaron los instrumentos
(Meteorólogo Diego González, comunicación personal).
La erosión superficial no solamente ocurre en las laderas deforestadas. También
actúa sobre los valles aluviales y abanicos en la zona plana del Atrato. En estas
áreas está siendo acelerada por los procesos extractivos de madera, por la
utilización de maquinaria pesada para la extracción y acarreo de trozas y la
apertura de canales. De manera todavía no cuantificada, Ríos (1995: 97-98),
señala que una de las empresas madereras está destaponando los ríos Salaquí y
Truandó “gracias a las vigorosas denuncias de las comunidades de la localidad,
lesionadas con las empalizadas que ya obstruían la navegación fluvial por el
lugar”. El efecto de las empalizadas no se reduce a los troncos mismos de los
árboles: ellas actúan como trampas de sedimentos, por fricción del agua
disminuyendo la velocidad del flujo, de tal manera que los limos y arcillas
arrastrados desde las zonas descubiertas, se acumulan formando barras en los
cauces. Este mismo autor señala que las operaciones de explotaciones madereras
tienen que ver con efectos ecológicos: “Los impactos ambientales de canales de
agua abiertos para el transporte no han sido dimensionados, no obstante el deber
legar de hacerlo; el paso de pesadas maquinarias demuele los frágiles suelos de
los bosques tropicales; la intensa extracción atrae y estimula de hecho la
colonización y potrerización de extensas áreas y amenaza la regeneración natural;
los taludes de las márgenes de corrientes de agua se desmoronan al paso de las
maquinarias; los cuerpos de agua resultan severamente afectados por el uso
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
197
intenso de químicos inmunizantes y combustibles y el paso de trozas; la flora y la
fauna no arbórea, circundante o dependiente de los lugares por donde pasan las
trochas resultan también afectadas”.
Estos procesos han sido reseñados y documentados en trabajos previos, al menos
para algunas áreas específicas. Así, el Departamento Nacional de Planeación en
el documento “EL Plan de Acción Forestal para Colombia en la Revolución
Pacífica 1990-1994” (1994), con base en comparación de información cartográfica
de 1970 y de radar (Intera, 1992), encontró que los bosques de cativales habían
disminuido del 83% al 21%, las áreas de producción campesina del 4% al 0.5%, y
que los potreros pasaron de inexistentes a ocupar el 61% del territorio en los
alrededores de la “Carretera Panamericana” entre Barranquillita y el Río Atrato.
Tanto la deforestación como la potrerización en esta misma zona se ilustra en la
Figura 12.12 (Lomas Aisladas) y en la 12.13 (Loma del Cuchillo). Procesos
similares pueden observarse en la Figura 12,17 (Ríosucio en Pavarandó). Otras
imágenes útiles para la observación del proceso descrito (deforestación, erosión,
potrerización, colonización) son:
12.11. Río Cacarica, frontera con Panamá;
12.19. Río Chintadó;
12.20. Río Jiguamiandó. En donde el proceso de colonización y de potrerización
avanza desde las regiones vecinas de Pavarandó y Mutatá;
12.23. Antiguo Murindó. Asociado tanto a desmontes y cultivos para la
manutención de la población, como a extracción de maderas de la zona del
Permiso Forestal Guamal, incluidos canales artificiales para la extracción de
maderas.
Desde Bojayá y Vigía del Fuerte, hacia el Sur, los procesos de erosión superficial
están asociados más específicamente a los usos del suelo por parte de los
pobladores, en los ríos tributarios. En esta zona se pueden diferenciar dos tipos de
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198
procesos con características según las rocas, geomorfología y relieve de los
tributarios de una y otra margen del Atrato:
Margen izquierda. Los tributarios principales (Bojayá, Buchadó y Buey), recorren la
serie de colinas de la Serranía del Baudó, bordeándolas y generando un patrón de
drenaje dendrítico, para vertir sus aguas sobre el Atrato muy cerca de los lomeríos
más bajos de rocas sedimentarias. La cuenca baja del Bojayá ha sido sometida a
un proceso de intervención con desmontes y establecimiento de cultivos, de tal
manera que ha sido la despensa de productos agrícolas para los municipios de
Bojayá y Vigía del Fuerte. Igual que en las cuencas del Truandó y Salaquí, los
problemas de erosión y sedimentación se conjugan para dificultar la navegación,
aún en pequeñas embarcaciones, principalmente durante las épocas de estiaje.
Margen derecha. Los ríos principales, el Murrí y el Arquía, tienen cuencas que
cubren las laderas escarpadas de la Cordillera Occidental hasta su divorcio de
aguas con la cuenca del Cauca. Las grandes áreas de estas cuencas, sus
vertientes empinadas a escarpadas y las abundantes precipitaciones se conjugan
para que a su llegada al Valle del Atrato, conformen grandes abanicos y, a partir
del piedemonte de la Cordillera, su cauce y materiales de arrastre les den
características de ríos torrenciales con cauces trenzados, de manera similar al
Riosucio. Otros como el Murindó y Jiguamiandó son, comparativamente, menos
torrenciales y trenzados, porque drenan cuencas mucho más pequeñas. A los
procesos naturales de erosión y sedimentación se suman actividades de
deforestación (y algo de minería de aluvión), que de manera acelerada
contribuyen a aumentar la velocidad de la escorrentía, la ocurrencia de avenidas
torrenciales y el aporte de sedimentos, durante los periodos más lluviosos, y
dificultades para la navegación durante los de estiaje. Las características
trenzadas y, por lo tanto de divagación de su cauce, se aprecia en las figuras
12.29 y 12.30, para el río Murrí, y 12.33 y 12.34, para el Arquía.
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
199
El tipo de sedimentos aportados en el Medio Atrato y la Depresión está
conformado por limos, arenas de todo tipo y gravas finas. Los materiales
sedimentarios más gruesos se presentan frente a la desembocadura de los
fluentes principales, incluido el río Sucio en Bocas de Curvaradó, especialmente
donde se practica la minería (U. del Valle para MOPT, 1989, vol. 12, p. 53). En el
Bajo Atrato se presentan limos arcillas y arenas finas.
En el Estudio de Navegabilidad del Río Atrato (U. del Valle para MOPT, 1989), se
encontró que los mayores aportes de sedimentos con impacto negativo para la
navegación, se asocia a cercanías de la desembocadura de los tributarios en la
Cuenca Media y, especialmente, entre Quibdó y Bellavista atribuidos, en parte, a
la deforestación y actividades mineras, principalmente sobre la margen derecha
del río. En este mismo Estudio, Vol. 5, p. 13-14 se plantea que: “Las zonas
pantanosas situadas en las depresiones allende los diques naturales, constituyen
el rasgo morfológico más característico de la llanura aluvial del río Atrato. Muchas
de estas zonas son ciénagas permanentes, pero muchas se secan totalmente en
verano. Estas depresiones se constituyen en zonas de recepción y deposición de
sedimentos en los inviernos, cuando las aguas rebasan los diques o cuando estos
se rompen para formar desparramaderos de detritos. Por esto el contenido de
sedimentos del canal principal del río Atrato no es muy alto, como lo demuestra el
tipo de delta que construye”. Efectivamente, en relación con su caudal, el Delta del
Atrato mantiene su forma general desde la época de los documentos cartográficos
más detallados (mapas de Francisco Silvestre de 1761, AGI), aún cuando,
obviamente, algunos de sus brazos y porciones dístales sufren variaciones. Sin
embargo, el volumen y dinámica de los sedimentos a lo largo del curso del Atrato y
en el Golfo de Urabá aún debe ser objeto de investigaciones y de mediciones
periódicas. Esto último es más importante si se tiene en cuenta que otros autores
mencionan cálculos de aportes de sedimentos del Atrato y del León al Golfo de
Urabá de 16 millones de metros cúbicos al año, “debido a los cuales éste perdería
1 metro de profundidad cada 7 años” (Tirado, edit., 1990, “según Ziegler y
Atheaun, en 1972”, sin cita bibliográfica).
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200
Ahora bien, si en general la forma del Delta no presenta variaciones dramáticas en
los últimos 100 o 200 años, ya que la cartografía disponible así lo indica, ello no
implica ausencia de variaciones internas de importancia. De hecho, la dinámica de
acumulación de sedimentos parece indicar que las bocas del Oeste tienden a ser
abandonadas, “como ocurrió con el caño o río La Antigua que antes era un canal
que desembocaba en el Atrato” (U. del Valle para MOPT, 1989, vol. 5, p. 17). Por
otra parte, debido a que la colonización de Urabá y la deforestación masiva,
industrializada, del Atrato comenzó hace solamente unas 3 o 4 décadas, es obvio
que los procesos de denudación y de sedimentación deben estar variando
aceleradamente. Un ejemplo de esto es la captura del Riosucio por el Caño
Curvaradó, cambio dramático comparado con las evidencias de palizadas y cierres
de bocas documentadas históricamente (Figura 10.2). La Figura 10.3, una
subescena de imagen del satélite Spot, muestra sobre el golfo de Urabá las
plumas de sedimentos en suspensión vertidas al mar por las diversas bocas del
Atrato.
Para la región se cartografiaron los sitios en donde se observó sedimentación en
las imágenes de radar, en campo y por referencias documentales (Radarmapas
Nos. 27.1 y 27.2, Anexo 9). Los procesos activos de sedimentación son
identificables en el Atrato y en las ciénagas, destacándose la Depresión, en la
región de los brazos Murindó y Montaño, como el área en la cual son más activos,
incluyendo algunos cuerpos de agua casi completamente colmatados. Así mismo,
más que en las zonas hacia el Norte (Riosucio) y el Sur (entre Vigía del Fuerte y
Buchadó), las áreas perimetrales de las ciénagas muestran procesos de
colmatación con cobertura de vegetación hidrófila.
Erosión de orillas y cambios de cauce.
La erosión de orillas (Figura 10.1) es un proceso que ocurre, de manera normal,
en las curvas externas de los ríos, incluídos aquellos como el Atrato con muy baja
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201
gradiente hidráulica. En la región se pudieron identificar procesos erosivos activos
y potenciales en el Atrato mismo y en sus afluentes, los cuales se cartografiaron
en los Radarmapas 27.1 y 27.2 (Anexo 9).
Los cambios de cauces son producidos de manera natural durante avenidas
torrenciales o por acción humana mediante el corte de curvas o por aumento de
sedimentación y palizadas debidas a procesos de deforestación. Sus efectos se
traducen, con el tiempo, sobre la dinámica del río pudiendo acelerar procesos
erosivos y de sedimentación tanto hacia aguas arriba como hacia aguas abajo.
Este tipo de fenómenos se ilustra en las Figuras 12.13 (La Honda), 12.17
(Riosucio en Pavarandó), 12.6 y 12.23 (Murindó), 12.29 y 12.30 (Murrí) y 12.33 y
12.34 (Arquía).
Más que los procesos de erosión de sedimentación y de erosión de orillas el
fenómeno más llamativo, por lo sistemático de su ocurrencia y por las huellas que
pueden ser observadas, es el cambio de cauces que en el Atrato parece migrar de
Occidente a Oriente y en sus tributarios, sin una sola excepción en la márgen
derecha, de Norte a Sur (Radarmapas Nos. 27.1 y 27.2). Como se ha planteado
en el Capítulo 6 la explicación de este fenómeno debe buscarse en la tectónica
regional.
Inundaciones.
Si bien en el Atrato muchas áreas son inundables o permanecen inundadas,
ocurren ocasionalmente lluvias excesivas para la zona que pueden producir
inundaciones en diques usualmente no secos que se aprovechan como cultivables
o para asentamientos humanos (diques naturales de la geomorfología fluvial, por
ejemplo).
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
202
Avenidas torrenciales.
Ocurren principalmente en los afluentes de la margen derecha, producidos por
lluvias intensas y deslizamientos-represamientos que a su vez son generados por
las mismas lluvias o disparados por terremotos. Por su torrencialidad potencial
destacan los ríos Riosucio (Figura 12.17), Murindó (Figuras 12.6 y Radarmapa No.
14 en el Anexo 9), Murrí (Figuras 12.29 y 12.30) y Arquía (Figs. 12.33 y 12.34).
Como se ha indicado en el Capítulo 4 y Fig. 4.9, este tipo de amenaza destaca por
ser una de las de mayores severidad en las áreas que afecta.
10.4 Recomendaciones específicas.
Siendo que la red fluvial es el articulador de la vida en la región y que los
fenómenos con potencial de amenaza confluyen sobre ella, y también por que
poco se ha hecho desde el Estudio de Navegabilidad del Río Atrato (U. del Valle
para MOPT, 1989), se insiste aquí, adaptándolas, en las recomendaciones del
citado Estudio:
� En el corto plazo adoptar medidas que eviten los procesos de sedimentación,
como la reglamentación de las actividades mineras y del aprovechamiento de
los bosques.
� Realización de obras de adecuación y dragado de un canal navegable de una
vía, cuyo costo en 1989 era de US$ 2´631.537, para un volumen a dragar de
874.265 m3. Como es obvio, sería necesario actualizar el Estudio de la
Universidad del Valle (ver sitios críticos para la navegación en la Figura 8.2).
� Establecimiento de un sistema de señalización en los puntos críticos indicando
las profundidades disponibles y realizar batimetrías detalladas en ellos.
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203
� Adelantar un programa de mediciones permanentes de campo (hidrométricas y
de sedimentos, perfiles longitudinales y transversales) en el río Atrato, y en los
tributarios principales. Para optimizar esta actividad se debe disponer un buque
explorador equipado con GPS, ecosonda y laboratorio de sedimentos.
� Complementar la red hidrométrica y meteorológica con estaciones en todas las
cabeceras municipales y en los principales afluentes.
� Formulación y puesta en marcha de un Plan de Manejo Técnico de la Cuenca
Hidrográfica del Río Atrato. Dicho Plan puede utilizar como insumos básicos
los resultados y cartografía básica y temática aportados por este Proyecto.
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Figura 10.1 Erosión de orillas
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Figura 10.2 Mapa parcial del curso del río Atrato, 1816
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Figura 10.3 Imagen SPOT, delta el río Atrato
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11. AMENAZA POR DESLIZAMIENTOS.
11.1. Consideraciones generales.
Los procesos de remoción de masa sobre las vertientes están gobernados por
diversos factores: formaciones geológicas superficiales, geomorfológicos,
estructurales, climáticos y biológicos; sobre una vertiente el paso de condiciones
de estabilidad a condiciones de inestabilidad puede ser disparado por la
ocurrencia de aceleraciones producidas por sismos, por sobresaturación de los
suelos, o por acción de la biomasa subaérea que actúa, por ejemplo, a través de
aumento de la tensión de las raíces sobre ellos (Restrepo, 1997). Ante la ausencia
de información sobre las formaciones geológicas superficiales se escogieron
criterios petrográficos relacionados con el tipo de minerales, su tamaño y textura;
así, por ejemplo, rocas con altos contenidos de minerales de hierro se transforman
en saprolitos arcillosos, mientras que rocas intermedias con mediano a alto
contenido de cuarzo y grano medio a grueso (cristales de hasta varios milímetros),
generan suelos granulares, arenosos. El principal parámetro geomorfológico es la
pendiente, sobre la que actúa la fuerza de la gravedad. Pendientes pequeñas
sobre laderas cortas son menos susceptibles a deslizarse, lo mismo que
pendientes escarpadas debido a que estas últimas son expresión de otras
condiciones (p. ej., rocas masivas poco fracturadas). En condiciones de trópico
húmedo, en Costa Rica y en Colombia, se ha encontrado que sobre las
pendientes intermedias ocurren los mayores movimientos de masa (Mora &
Vahrson, 1992; Olivera & Aguirre, 1991). Los factores estructurales son las zonas
de falla geológica, el rumbo y buzamiento de la estratificación, orientación y
densidad de planos de fracturamiento o de diaclasas, rumbo y buzamiento de
foliación. El clima (precipitación y temperatura) actúa principalmente de dos
maneras: como responsable de los procesos de descomposición de los minerales
de las rocas hasta formar saprolitos (a mayores precipitaciones y temperaturas las
rocas se descomponen más rápida y profundamente) y como agente disparador
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208
de deslizamientos por sobresaturación de los suelos y consecuente pérdida de
cohesión, además de contribuir con masa adicional sobre una vertiente
potencialmente inestable. El papel de la vegetación es menos entendido, en razón
de que no existen todavía modelos probados que permitan conciliar la ocurrencia
de movimientos de masa en diversidad de ecosistemas naturales e intervenidos
(Restrepo, 1997).
11.2. Información disponible.
De los diversos tipos de información idealmente necesarios para realizar
modelamientos de amenaza por deslizamientos (petrográfica, formaciones
geológicas superficiales, climática, etc.), sobre la región (también válido para otras
del país), sólo se dispone de cartografía y documentación parcial sobre algunos,
principalmente de cartografía de curvas de nivel, geológica y climática, con
cobertura homogénea a resolución equivalente a 1:1’000,000. En estas
condiciones, y utilizando experiencias previas modelamiento por movimientos de
masa en otras regiones del país, se decidió acopiar, procesar y modelar la
información cartográfica, geológica y de lluvias, para generar un modelo del
potencial de movimientos de masa con resolución espacial equivalente a
1:500,000 (OSSO para ECOPETROL, 1995).
El área de trabajo para este modelamiento, que incluye toda la cuenca del río
Atrato, cubre el centro y norte del departamento Chocó y parte de Antioquia
Córdoba y Risaralda. (Fig. 11.1), así como la vertiente Pacífico de la Serranía del
Baudó.
11.3. Metodología para el modelamiento.
Como insumos básicos se incluyeron el mapa digital de curvas de nivel
(hipsografía) de Colombia, ESRI (1995); el mapa de Isoyetas de Colombia, Himat
(1988) y el Mapa Geológico de Colombia, Ingeominas (1988), todos a escala
1:1’000.000.
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
209
A partir de cada uno de estos insumos básicos se obtuvieron en su orden
respectivo imágenes (modelos intermedios) correspondientes a: a) un modelo de
elevación digital (DEM), con resolución espacial de pixel de 500 m, a partir del cual
se obtuvo el modelo de pendientes naturales del terreno (Mapa 2); b) un modelo
de cantidad de lluvia promedio al año, con resolución espacial de pixel de 500 m
(Mapa 4), y c) un modelo de susceptibilidad a la remoción de las formaciones
geológicas superficiales, de acuerdo con las características petrográficas,
texturales y mineralógicas de las unidades geológicas, a la misma resolución de
los dos anteriores.
Las características técnicas de cada imagen es descrita en la Tabla 11.1:
Tabla Error! Unknown switch argument.1.1 Ficha técnica de los modelos
intermedios
Columnas 460
Filas 780
Sist. de Ref. Plano
Unidades M
Dist. unitaria 1,000
min. X 570,000
max. X 800,000
min. Y 1’065,000
max. Y 1’455.000
Resolución 500,000
Por tratarse de cartografía original a escala 1:1’000,000 toda ella se manejó con el
sistema de coordenadas planas de Gauss con origen en Bogotá cuyas
coordenadas son 1’000,000 m E y 1’000,000 m N. El área de trabajo definida
abarca la región comprendida entre las coordenadas 570,000 m E, 1’065,000 m N
y 800,000 m E, 1’455,000 m N, la cual cubre un área de 89,700 km2 (Mapa 1).
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
210
La información utilizada para este proyecto fue digitalizada y llevada a formato
vectorial. Aquellas entidades que definen unidades de igual valor o características
similares fueron codificadas según la nomenclatura de la fuente original. Una vez
terminada esta digitalización se procedió a la conversión a formato raster para
realizar los cruces de las variables de acuerdo a los modelos desarrollados. Para
estos procesos se emplearon los paquetes informáticos Autocad, PROMAP,
IDRISI y MapInfo.
A continuación se presenta la memoria explicativa de cada uno de los pasos,
previos para la generación del modelo de potencial de movimientos de masa.
Modelo de elevación del terreno. Este insumo es básico y esencial, pues a partir
de él se genera el modelo de pendientes naturales del terreno. Fue generado con
la ayuda del módulo INTERCON de IDRISI, el cual permite interpolar los datos a
partir de un mapa de curvas de nivel. Los valores de elevación, según la
cartografía, van desde la cota 0 m.s.n.m. en las costas hasta la cota 3900 m.s.n.m.
en la cordillera Occidental en los limites de los municipios Andes y Mistrató de
Antioquia y Risaralda respectivamente.
Por la forma como interpola los datos el programa INTERCON: creación de
perfiles longitudinales, transversales y diagonales y calculando para cada punto
(pixel) de la imagen 4 valores de alturas y asignación final del valor que
corresponda a la curva con mayor pendiente, en el modelo se observan una serie
de anomalías o “ruidos” que se hacen notorias en aquellas áreas con menor
cobertura de información topográfica. Sin embargo el programa cuenta con
algunas rutinas o filtros que permiten reducir o suavizar los contrastes o
diferencias en los valores resultantes de estos procesos de interpolación lineal
(Idrisi, 1997). Para reducir este tipo de efectos propios del algoritmo interpolador
se requiere de mayor densidad de información.
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
211
En el modelo de elevación digital de la región se destacan la Cordillera Occidental,
las Serranías de Abibe, San Jerónimo y Ayapel; en la porción central el valle del
río Atrato con elevaciones que van desde el nivel del mar hasta los 150 m.s.n.m.
en el pie de monte de la Cordillera Occidental, y las Serranías del Baudó y del
Darién.
Modelo de pendientes naturales del terreno. A partir del modelo anterior la
rutina SURFACE de IDRISI, permite el cálculo automático de las pendientes
naturales del terreno. Estas pueden ser obtenidas en porcentajes o en grados;
para nuestro caso fueron calculadas en porcentajes. En el Mapa 2 se aprecian
pendientes muy suaves en la llanura de inundación del río Atrato, moderadas en la
Serranía del Baudó y, las más fuertes, de hasta el 70%, en la Cordillera Occidental
y en la serranía de Darién, al Norte, en la frontera con Panamá.
Del modelo anterior se obtuvo una segunda imagen, reclasificando las pendientes
en cuatro rangos o valores relacionados con su incidencia en la susceptibilidad a
los deslizamientos (Mapa 3 y Tabla 11.2). El valor mas alto, asignado a pendientes
entre 25% y 35%, es una expresión de la dinámica más activa de las vertientes
intermedias de las cordilleras, con base en consideraciones de evolución y
estabilidad relativa del paisaje (Mora, 1992, en OSSO para Ecopetrol, 1995), así
como en evaluaciones sobre vertientes colombianas (Olivera & Aguirre, 1992 en
OSSO para Ecopetrol, 1995).
Tabla 11.Error! Unknown switch argument. Clasificación de pendientes
naturales del terreno
Pendientes (%) Valor asignado Kilómetros2 Hectáreas
< 3 0 37.833,50 3’833.500
3 - 12 1 17.754,25 1’775.425
12 - 25 3 *8.540,50 *854.050
25 - 35 6 867,00 86.700
> 35 3 *8540,50 *854.050
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
212
* Valor correspondiente a la suma de los dos rangos.
Modelo de lluvias. El mayor contenido de humedad en las formaciones
geológicas superficiales contribuye a los movimientos, actuando como reductor de
la resistencia a los esfuerzos cortantes y/o aumentando la masa potencialmente
inestable. Este es un factor que, estrictamente, debe ser considerado como
temporal, es decir, como disparador dependiendo de la distribución, intensidad y
duración de las lluvias en un área específica. Por carecer de información sobre
este parámetro, para el modelamiento se asumió lo que puede considerarse una
aproximación: la variación regional de los valores de precipitación media anual,
como expresión de mayores valores promedio de saturación de las vertientes. Se
utilizó el Mapa de Isoyetas de Colombia para el periodo 1964-1980, (HIMAT,
1989).
Después de la digitalización de las isoyetas (Mapa 4), se procedió a calcular, con
el módulo INTERCON de IDRISI (Idrisi, 1997), el modelo de precipitaciones. Las
precipitaciones varían desde los 7,000 mm o más, al Sur del área de estudio,
5,000 a 3,000 mm en la parte central hasta descender gradualmente a 1,000 mm
hacia el Norte.
Finalmente, el modelo anterior fue reclasificado (Mapa 5), en 6 rangos que, para
efectos del modelo final, se asumieron como los indicadores de la humedad
relativa del suelo. Los valores de precipitación y los asignados para efecto del
modelo de análisis, así como las áreas que abarcan cada uno de estos rangos se
muestran en la Tabla 11.3.
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
213
Tabla 11.Error! Unknown switch argument. Modelo de lluvias
Precipitación
media anual (mm)
Valor
asignado
Kilómetros2 Hectáreas
< 1000* 1* * *
1000 – 2000 2 5.601,75 560.175
2000 – 3000 4 12.698,00 1’269.800
3000 – 4000 5 14.908,25 1’490.825
> 4000 6 31.787,25 3’178.725
* Este rango no ocurre en el área evaluada.
Modelo de Formaciones Geológicas Superficiales. De acuerdo con la
metodología seguida (OSSO para Ecopetrol, 1995), como una aproximación a las
formaciones geológicas superficiales, las unidades litológicas del Mapa
Geológico de Colombia (Mapa 6, a partir de Ingeominas, 1988) fueron clasificadas
y agrupadas según sus características petrográficas, texturales y mineralógicas,
de tal manera que se expresara la susceptibilidad a la remoción de los materiales
derivados de su descomposición, que cubren los primeros metros y decenas de
metros de espesor sobre el territorio. Se asignaron atributos de menor
susceptibilidad a las rocas ácidas (ricas en sílice), poco meteorizables y más
consolidadas, y atributos de mayor susceptibilidad a los depósitos inconsolidados,
a las rocas básicas (ricas en minerales ferromagnesianos y más meteorizables) y
a las rocas metamórficas densamente foliadas (Mapa 7 y Tabla 11.4).
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
214
Tabla 11.Error! Unknown switch argument. Modelo de formaciones geológicas
superficiales
Unidades litológicas Códigos Valor
asignado
Kilómetros2 Hectáreas
Volcánicas ácidas, meta-
mórficas de alto grado,
plutónicas ácidas, sedi-
mentarias clásticas (are-
niscas, conglomerados,
etc.).
To, Te 1 30,631.5 3’063,150
Volcánicas intermedias,
esquistos, filitas, sedi-
mentarias pelíticas (luti-
tas, lodolitas, arcillolitas),
calcáreas, sedimentarias
con aporte volcánico, in-
trusivas intermedias.
Tpi, Toe,
Te, Kso,
Kvb, Mpi,
Tpri
3 19,306.5 1’930,650
Metamórficas de bajo
grado, intrusivas bási-
cas, intercalaciones de
areniscas y lutitas, depó-
sitos terciarios y cuater-
narios (flujos de lodo, flu-
jos piroclásticos, depósi-
tos fluviovolcánicos, piro-
clastos).
Tvb, Q,
Tpu, Tvb
6 150,57.25 1’505,725
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
215
11.4 Modelamiento del potencial de movimientos de masa en el
NW de Colombia.
El modelo generado incluye los parámetros ya mencionados, para los cuales se
establecieron y valoraron diversas categorías, de acuerdo con el grado de
incidencia en la generación de movimientos de masa. Finalmente el modelo se
obtuvo como el producto, mediante operación de algebra booleana, de los tres
grupos de variables ya mencionadas:
Pendientes reclasificadas x Modelo de lluvias x Geología reclasificada
Este procedimiento se llevó a cabo con el módulo OVERLAY de IDRISI cuya
función principal es la de realizar operaciones de álgebra de imágenes (raster en
este caso), obteniéndose una imagen intermedia cuyos valores representan el
producto de las tres variables consideradas, para cada unidad del área cubierta
por el área de trabajo (Mapa 8). Los valores obtenidos están dentro de un rango
de 0 a 180, de acuerdo con los asignados en cada uno de las variables utilizadas,
como se muestra en la Tabla 11.5.
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
216
Tabla 11.5. Valores obtenidos en el modelo de potencial de movimientos de
masa y clasificación final
Potencial bruto Potencial reclasificado
Valor km2 Ha Valor km2 Ha % Potencial
0 38,014.7
5
3’801,47
5
0 38,014.75 3’801,47
5
58.49 Nulo
2 121.25 12,125 1 Muy Bajo
4 1,746.25 174,625 1 5,798.75 579,875 8.92 Muy Bajo
5 1,581.50 158,150 1 Muy Bajo
6 2,349.75 234,975 1 Muy Bajo
12 2,664 266,400 2 2,664 266,400 4.10 Bajo
15 3,026.75 302,675 3 Moderado
18 3,832.25 383,225 3 8,067.5 806,750 12.41 Moderado
24 148.25 14,825 3 Moderado
30 1,060.25 106,025 3 Moderado
36 5,078.25 507,825 4 5,078.25 507,825 7.81 Alto
45 2,225.50 222,550 5 Muy Alto
54 2,041.50 204,150 5 Muy Alto
72 454.25 45,425 5 Muy Alto
90 386.25 38,625 5 5,372 537,200 8.27 Muy Alto
108 261.25 26,125 5 Muy Alto
144 0.25 25 5 Muy Alto
180 3 300 5 Muy Alto
Total 64,995.2
5
6’499,5
25
64,995.25 6’499,52
5
100
La imagen obtenida (Mapa 8) fue reclasificada analizando los histogramas de
distribución de frecuencias de valores (número de pixeles de igual valor, Figura
11.01), de tal manera que los pixeles con valores iguales o cercanos y de
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
217
frecuencias similares se reagruparan en una misma categoría (Fig. 11.02). Así, los
potenciales, o categorías, se expresaron en una escala de 6 valores, desde nula
potencialidad (valor 0), hasta muy alta (valor 5). Esta escala de valores se
representó en el modelo final (Mapa 9) mediante código de colores.
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
218
Figura 11.01 Histograma del potencial bruto de movimientos de masa
Figura 11.02 Histograma del potencial reclasificado de movimientos de masa
11.5 Validación y utilización del modelo.
Con base en la disponibilidad de información temática adicional y/o de mayor
resolución espacial, las Corporaciones Regionales podrán dotarse de modelos
más detallados y complejos, es decir, que incorporen variables específicas
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
219
adicionales actualmente no disponibles. Entendiendo con lo anterior que el modelo
es perfectible, su capacidad de pronóstico de áreas sujetas a movimientos de
masa debe ser validado con base en datos históricos, estudios de caso y
comparación con futuros eventos. La información disponible permite, por ahora,
verificar grosso modo los siguientes casos:
en términos generales, las zonas de deslizamientos disparados por sismos como
los de 1970 en Bahía Solano, de 1976 en la frontera con Panamá y de 1992 en
el Atrato Medio, son expresadas como zonas de Alto a Muy Alto Potencial de
movimientos de masa.
Posterior a la entrega del Modelo (Informe de Avance al PNUD, enero de 1997),
ocurrieron en la región dos nuevos procesos:
en la cuenca del río San Jorge (límites Antioquia y Córdova), en la cual ocurrieron
enormes movimientos de masa a principios de este año, con severos efectos
sobre la ecología y la ictiofauna, expresada en el modelo como de Muy Alto
Potencial;
en las porciones medias y altas de las cuencas de los ríos Mambaradó,
Tumutungudó y Andágueda (21 a 22 de junio de 1997) en los cuales ocurrieron
movimientos de masa y palizadas, (probablemente disparados por fuertes y
prolongadas lluvias), que corresponden a zonas en las cuales el modelo
“predice” un Muy Alto Potencial de movimientos de masa (Geól. Emilio Moreno,
Codechocó, informe sobre los deslizamientos en los municipios de Lloró y
Bagadó).
Ahora bien, aún teniendo en cuenta que el Modelo de Potencial de Movimientos
de Masa (Mapa 9) es perfectible en función de disponer de información de mayor
resolución espacial, las Corporaciones pueden utilizarlo como un instrumento de la
planificación regional, mediante iniciativas como las de difundir esta información
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
220
entre otros usuarios, su validación con base en registros de ocurrencias de
movimientos de masa y, sobre todo, la incorporación de la información del modelo
en planes y normas de aptitudes y restricciones a los usos del suelo y en el diseño
de Planes para la Prevención y Atención de Desastres del Chocó.
A escala de cuencas la información también es de utilidad incluyendo usuarios
como los Comités por Cuenca para la Prevención y Atención de Desastres en el
Atrato Medio.
Los mapas de este capítulo se encuentran en el Anexo 9, nos. 1 al 9.
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
221
Figura 11.1 Cuenca del río Murindó, huellas de palizadas (Imágenes de radarSIR-C trasbordador espacial, 1994)
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
222
Figura 11.2 Ríos Jejedá y Torquitadó, huellas de palizadas y remanentes dedeslizamientos (Imágenes de radar SIR-C trasbordador espacial, 1994)
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
223
OFERTAS Y RESTRICCIONES PARA EL DESARROLLO
REGIONAL Y LA EXPANSIÓN URBANA
12. INTEGRACION DE AMENAZAS
12.1 Tipología de las amenazas por fenomenos naturales
Las amenazas en la región pueden clasificarse por su génesis en tres grupos:
De origen interno. Relacionadas con la actividad tectónica y sísmica, cuyas
expresiones son el tectonismo y la sismicidad, tratados en los Capítulos 6 y 11. La
distribución de los efectos de estas amenazas comportan un carácter regional que
puede sintetizarse de la siguiente manera:
� Tectonismo: producto de la interacción entre las placas Pacífico y Caribe y los
bloques Panamá, Chocó y Norandino. Estas interacciones operan a escalas de
tiempo geológicas, con tasas de desplazamiento del orden de centímetros al
año. Su expresión más importante, inferida por el comportamiento de los
cauces de los ríos, es el levantamiento de la región del Atrato Medio, con tasas
de actividad desconocidas, que inducen a los tributarios del Atrato (márgen
derecha) a desplazarse hacia el Sur, recostándose sobre unidades geológicas
más competentes que las de sus depósitos, como es el caso del río Murrí
sobre rocas del Terciario. Todos los tributarios, una vez abandonan la
Cordillera Occidental, dirigen su curso hacia el Sur. El caso más espectacular
es el del Riosucio, cuyo cauce ha migrado en esta dirección más de 40 km, en
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
224
contra de la gradiente general del valle del Atrato. Un efecto potencial
adicional, cuya magnitud no se ha establecido, es la acumulación de
sedimentos en la Depresión del Atrato, evidenciada por la sedimentación de
cauces y de ciénagas.
� Sismicidad: el modelo de amenaza sísmica disponible (Código Colombiano de
Construcciones Sismorresistentes, Decreto Ley 400 de 1997), señala a toda la
región del Atrato Medio como de Alta Amenaza, con aceleraciones sísmicas
esperables que superan el 30% de la aceleración de la gravedad. Aún cuando
las fuentes sísmicas no están plenamente caracterizadas, en primera
aproximación se agrupan en tres: la zona de convergencia entre la Placa del
Pacífico y el Bloque Chocó, con sismos superficiales como los terremotos de
1970 en Bahía Solano; la zona de convergencia entre el Bloque Chocó y el
Bloque o microplaca Panamá, sonre la Serranía del Darién, con sismos
igualmente superficiales como los de 1974, que generaron licuación y
deslizamientos en las cuencas de los ríos Juradó y Salaquí; la sismicidad intra
placa en el Bloque Chocó, cuyas expresiones más recientes fueron los sismos
del Atrato Medio de octubre de 1992. La sismicidad al sur de la región es
menos conocida y no se dispone de reportes históricos de eventos fuertes.
En primera aproximación, entonces, las vibraciones sísmicas esperables, con el
estado actual del conocimiento, tienen una distribución regional similar. Sin
embargo, los efectos secundarios, deslizamientos inducidos y licuación de suelos,
los fenómenos más destructivos, sí pueden subregionalizarse. Los efectos de los
deslizamientos no vulneran, directamente, ninguna de las poblaciones de la
región, pero sus efectos adicionales, las avenidas torrenciales y palizadas si lo
hacen. Por esto en el modelamiento regional de amenazas se han delimitado las
áreas de generación y avance de las avenidas torenciales. De la misma manera la
licuación, que depende de características identificables de los terrenos
(composición, granulometría, geometría y contenido de agua), puede ser
estimada, en términos de su distribución regional y susceptibilidad, con base en el
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
225
conocimiento de las formaciones geológicas superficiales. Ambos aspectos de la
amenaza sísmica se mapificaron y les fueron asignados indicadores de
importancia, como se presenta más adelante.
De origen atmosférico. Los fenómenos atmosféricos extremos, que pueden
convertirse en amenazas incluyen lluvias torrenciales, vendavales, tormentas
eléctricas y déficit de lluvias. Como se mencionó en los Capitulos 8 y 10 el déficit
de estaciones meteorológicas y la inexistencia de series de datos contínuos a lo
largo de periodos observación estadísticamente significativos en meteorología,
hacen imposible modelamientos detallados de este tipo de fenómenos. Por otra
parte, con datos de estaciones por fuera de la región (precipitaciones en Quibdó y
Sautatá) y de caudales en Bellavista, en comparación con los indicadores del
fenómeno El Niño, no se encontraron relaciones unívocas entre éste y el
comportamiento de las precipitaciones y de los caudales en la región: el Indice de
Oscilación del Sur (SOI) correlaciona con los caudales en Bellavista durante el
periódo 1982-1983 pero es inverso durante el evento 1991-1992. Durante el Niño
actual los caudales (mínimos en Bellavista) parecen correlacionar nuevamente con
el SOI. Sin embargo, las series no son lo suficientemente extensas como para
permitir utilizar el SOI paa pronósticos confiables sobre las condiciones climáticas
específicas en al Atrato Medio, independiente de que, en general, El Niño se
exprese como déficit de lluvias en la región (ver Figuras SOI – caudales en
Bellavista al final del Anexo 7).
Las amenazas de origen atmosférico deberán ser, pues, motivo de investigaciones
futuras, previa la disposición de estaciones hidrometeorológicas operantes durante
lapsos continuos de tiempo de varios años. Mientras, en el marco del Sistema
Regional de Prevención y Atención de Desastres para el Atrato Medio, se
recomienda incluir de manera rutinaria las observaciones sobre eventos
meteorológicos extremos, utilizando para ello el modelo de base de datos del
Anexo 6, también entregado en formato digital.
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
226
Amenazas superficiales. Con este término se agrupan aquellas amenazas que
ocurren en la interfase litósfera, atmósfera, hidrósfera. Las principales, en la
región: erosión de orillas, sedimentación, cambios de cauce, avenidas torrenciales,
inundaciones y deslizamientos, licuación. Estas pueden tener sus causas en
fenómenos hidrometeorológicos (externos), en fenómenos sísmicos y tectónicos, o
en una combinación de ambos. Por su ocurrencia superficial son las que más
fácilmente pueden ser identificadas en cuanto a su localización y extensión.
Además, en las condiciones de la región son las más frecuentes y de mayores
impactos sobre las vidas y bienes (poblaciones, cultivos, infraestructura).
12.2 Integración regional de amenazas
Insumos. Los insumos para la identificación y cartografía de las amenazas en la
región, presentados en los capítulos precedentes, provienen de información
geológica, geomorfológica, de geomorfología fluvial, de información secundaria,
del análisis de cartografía multitemporal y del análisis de imágenes de sensores
remotos, combinados con revisión de campo y entrevistas con conocedores de la
región. Con base en esta información se presenta un escenario de la exposición
actual y potencial, integrando los datos y cartografía temática disponibles, cuya
síntesis se entrega en los Radarmapas 27.1 y 27.2 del Anexo 9.
Variables y categorías:
Avenidas torrenciales. Se definieron con base en la combinación de rasgos
geomorfológicos del terreno, de depósitos aluviales y de evidencias de ocurrencia
de las mismas. Su extensión en las porciones montañosas se cartografió a lo largo
de las cuencas con más susceptibilidad a los movimientos de masa, por
comparación con el modelo de potencial de deslizamientos obtenido en el Capítulo
11 y mostrado en el Mapa No. 9 del Anexo 9. Su extensión, en el caso de los ríos
Murindó, Jedega y Torquitadó, se cartografió con base en las huellas identificadas
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
227
mediante el tratamiento de imágenes de radar del transbordador espacial (NASA-
JPL, 1994), de las Figuras 11.1 y 11.2 y del Radarmapa No. 14 del Anexo 9.
Se establecieron tres categorías con valores relativos de 3 (alta exposición), 2
(media) y 1 (baja). La primera categoría incluye las cuencas de generación hasta
el piedemonte de la Cordillera, en el ápice de los conos aluviales resultantes y/o
hasta cambios bruscos del curso de cada río en cuestión. La segunda en las
zonas de deyección o desparramaderos de los materiales de las avenidas,
definidas con base en la geometría y pendientes de los conos o con base en las
huellas identificadas en imágenes de radar de 1994 (NASA-JPL). La tercera, de
menor exposición, en los cursos bajos de los ríos hasta su desembocadura en el
Atrato o en las ciénagas y zonas pantanosas del valle central.
De tributarios de la Serranía del Baudó se incluyeron áreas de baja exposición en
los ríos Quía y Bojayá. En general los ríos que drenan la Serranía tienen
gradientes bajas y discurren de manera sinuosa, con muchas curvas en ángulos
agudos, entre las lomas de rocas del Terciario. Esas características morfométricas
contribuyen a que por fricción la energía de las ocasionales avenidas torrenciales
se disipe rápidamente, lo que se traduce, en las cuencas medias y bajas, en
crecientes con pocas carácterísticas de avenidas, es decir, picos poco
pronunciados de caudales y poco material de arrastre.
Inundaciones. Las áreas inundables se definieron de acuerdo con criterios
topográficos, geomorfológicos y de unidades geológicas superficiales previamente
cartografiadas (Capítulo 5 y Radarmapa No. 12 “Geología”). Las áreas del valle
central de Atrato, conformadas por sedimentos recientes y los complejos de
ciénagas y pantanos que se encuentran inundadas de manera permanente o
frecuente se cartografiaron con el mayor valor relativo (3). Los depósitos
torrenciales y de abanicos aluviales entre la anterior unidad y el piedemonte de la
Cordillera, lo mismo que los diques aluviales a lo largo del Atrato, ocasionalmente
inundables, se cartografiaron con un valor intermedio (2). Los diques se definieron
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
228
como un corredor (“buffer”) de 30 metros a lado y lado del río, considerando las
interrupciones en las confluencias de ríos y caños principales. La curva de nivel de
25 msnm, obtenida de cartografía IGAC, que de manera aproximada delimita las
colinas del Terciario y el piedemonte de la Cordillera Occidental de los depósitos
de abanicos aluviales, se adoptó como el límite para las zonas con nula o muy
baja inundabilidad, asignádole el valor relativo de 1.
Erosión de orillas. Las áreas se cartografiaron con base en revisiones de campo
(entre Boca de Amé al sur y Vigía del Fuerte al norte y en los ríos Arquía, Bojayá y
Murrí), por reportes de traslados de poblaciones y por revisión en pantalla de las
imágenes de radar. Como erosión activa, con valore relativo 3, se incluyen las
áreas observadas en campo, los sitios de poblaciones desaparecidas o
trasladadas y aquellas en las cuales las imágenes permitieron identificar
socavación de los diques laterales. Las áreas potenciales, con valor 2, se
delimitaron por evidencias de erosión ligera, que no compromete completamente
los diques y en las curvas externas de los ríos en donde el fenómeno tiende a
ocurrir por la dinámica hidráulica.
Sedimentación. Se delimitaron áreas activas (valor relativo 3) y potencial (valor2).
Las primeras por observación de campo y por evidencias de islas y barras en las
imágenes de radar acompañada de comparación con cartografía de las décadas
1960 a 1980. En esta categoría se incluyeron también los registros obtenidos por
el Estudio de Navegabilidad del Río Atrato (Universidad del Valle para MOPT,
1989). La potencial se delimitó principalmente por criterios de hidráulica fluvial
(curvas internas) y por observaciones no concluyentes de las imágenes de radar.
En el caso del tramo del Atrato entre Buchadó y San José de La Calle el potencial
de sedimentación se asignó porque el río fluye, en un tramo más corto, por el
Brazo Buchadó, el cual presenta evidencias de erosión activa en todo su trayecto.
Esto puede conducir, en un futuro no determinado, a que el Brazo se convierta en
el curso principal y a que el actual inicie un proceso de colmatación hasta
convertirse en una madre vieja o cauce abandonado.
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
229
Cauces abandonados. Fenómenos como migración de cauces y cortes de curvas
y meandros se observan a lo largo del valle central y de los tributario,
principalmente de la margen derecha del Atrato. Todos aquellos identificados
fueron cartografiados. En el caso de los cauces en proceso de abandono, es decir,
en los que actualmente predomina la sedimentación, se clasificaron dentro de esta
última categoría. Aunque extrictamente el abandono de un cauce es una amenaza
para una población, por aislamiento, no se les ha asignado valor relativo.
Potencial de licuación. De acuerdo con las carácterísticas de las unidades
geológicas en cuanto a granulometría, cohesión, geometría y grado de saturación,
se asignaron valores relativos mayores para los depósitos aluviales permanente o
frecuentemente inundados (valor 3, alto), de 2 (medio) para los depósitos de
conos aluviales y para los diques del Atrato y de 0 (muy bajo o nulo), para las
regiones de colinas del Terciario en la Serranía del Baudó y la Cordillera
Occidental.
Potencial de deslizamientos. El potencial de deslizamientos (Capítulo 11) se
consideró para la definición de las áreas de generación de avenidas torrenciales,
como se mencionó arriba.
Tratamiento de la información y zonificación de amenazas. Las áreas de toda
las variables amenazantes fueron digitalizadas e incorporadas, con los respectivos
atributos de valor relativo, en el SIG. Esta información se incorporó a las imágenes
de radar (Intera, 1992) en un mosaico a escala 1:100.000 que cubre la región
entre Boca de Amé, al sur, y un poco más abajo de la cabecera de Riosucio, al
norte. La región comprendida por este mosaico cubre completamente las planchas
IGAC Nos. 102, 113, 128 y 144 y una franja de las Nos. 101. 112. 127 y 143.
Sobre este mosaico se fusionaron las áreas correspondientes a unidades de roca,
de conos aluviales y de depósitos de la llanura de inundación del Atrato, y se
superpuso la digitalización de las variables Avenidas torrenciales, Inundación,
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
230
Erosión de orillas y Cauces abandonados. De esta manera, el producto resultante
indica la distribución y tipología de las amenazas en la región.
12.3 Implicaciones para el ordenamiento territorial y el desarrollo
regional
La integración y cartografía de las amenazas presentada muestra un escenario en
el cual confluyen diversidad de factores: unos de recurrencia frecuente y cobertura
regional como inundaciones, otros de cobertura regional y menor recurrencia
(sismos y sus efectos secundarios) y otros de impacto puntual según las
condiciones del entorno físico de cada sitio, como erosión de orillas, avenidas
torrenciales y sedimentación o cambios de cauce.
Los modelos de desarrollo para la región deberán considerar que en ella la
diversidad de fenómenos naturales son interdependientes y que las
vulnerabilidades y riesgos, es decir, el potencial de pérdidas socioeconómicas se
inscribe en un escenario de alta dinámica natural. Las actividades de proyección,
diseño y emplazamiento de obras tales como dragados, puertos, vías,
infraestructura de servicios, de actividades económicas como extracción de
recursos forestales, acuáticos o mineros, así como el emplazamiento de poblados
deberá apoyarse en la información acopiada y procesada independiente de la
necesidad de evaluaciones específicas que en cada caso son necesarias y
exigidas por la legislación (Ley 9 de 1988 “Reforma Urbana”; Ley 46 de 1988 y
Decreto 919 de 1989 “Sistema Nacional para la Prevención y Atención de
Desastres”, Ley 99 de 1993 “Sistema Nacional Ambiental”, Ley 388 de 1997
“Ordenamiento Territorial” y Ley 1400 de 1988 “Código Colombiano de
Construcciones Sismorresistentes”, entre otras).
En términos del ordenamiento territorial este estudio se constituye en una
herramienta de utilidad para la zonificación de usos del suelo, para la elaboración
de políticas, planes y actividades de inversión y de protección que puede ser
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
231
utilizado por los entes territoriales (Municipios, Gobernaciones, Corporaciones
Regionales) por instituciones y entidades técnicas y por los sectores comunitarios
y económicos.
Para facilitar el uso de la cartografía de esta zonificación integrada de amenazas,
las planchas a escala 1:100,000 se integraron en un mosaico que se presenta en
dos partes, la Zona Norte (Radarmapa No. 27.1, Anexo 9), entre Riosucio y
Opogadó y la Zona Sur (Radarmapa No. 27.2, Anexo 9), hasta el límite de la
región de estudio.
12.4 Ofertas y restricciones para la expansión urbana.
Como se ha documentado en capítulos anteriores (1, 3 y 5, entre otros), las
porciones del territorio aptas para el hábitat humano nucleado se disponen a lo
largo de los más altos y firmes diques del Atrato y sobre las riberas de los
afluentes principales. Producto de la revisión de la cartografía disponible, así como
de la generada en este trabajo y del análisis detallado de las imágenes de radar,
en primera aproximación puede afirmarse que los lugares adecuados para
asentamientos están copados espacialmente y que la tendencia es la de utilizar
áreas cada vez más marginales. Esto ocurre particularmente en la periferia de los
actuales arreglos urbanos de las cabeceras municipales y se manifiesta de
manera especial en el sitio seleccionado para emplazar el Nuevo Murindó,
sometido a procesos de erosión por las aguas del Atrato y del Canal Guamal y a
inundaciones de varios meses de duración. De paso, vale mencionar que su
localización en la porción de una curva sujeta a erosión natural, implica que el sitio
escogido es particularmente vulnerable, por exposición, a la dinámica del río.
Durante más de 200 años los pobladores han ensayado diversas localizaciones
para sus asentamientos, muchas de las cuales han sido efímeras o han tenido que
trasladarse después de algunas décadas del uso habitacional de un dique (Cap.
3). Que no halla más poblados grandes a lo largo del curso medio del río y en
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
232
particular en la Depresión, así como en el tramo entre ésta y el Golfo de Urabá, es
indicativo del déficit de terrenos, los cuales deben dedicarse también a los colinos
para la manutención de los vecinos (o, sino, ¿de qué manera podrían susbsistir?).
Esto se demuestra, de manera general y a escala de la región, en el Radarmapa
Básico (No. 10) del Anexo 9, y de manera semidetallada en las Figuras 12.1 hasta
12.8. Estas Figuras corresponden a la cartografía disponible de los cascos
urbanos, (DANE, 1987), acompañadas con fotografías aéreas. El usuario podrá
complementar estas Figuras con otras 70 fotografías recientes que se encuentran
en formato digital en el directorio Atrato\Fotos del CD-ROM las cuales se
encuentran asociadas en el SIG a los Radarmapas de Amenazas (Figs. 27.1 y
27.2).
El cubrimiento territorial y temático de las Figuras de este Capítulo (34 impresas y
en formato digital en el CD-ROM anexo más las 70 fotografías arriba señaladas)
se seleccionó atendiendo a tres criterios básicos:
� explorar la disposición y características de los diques cultivables y/o habitables
a lo largo del Atrato;� ilustrar sobre el uso de las riberas del Atrato y de los tributarios principales
como lugares de cultivo y hábitat, así como sobre erosión de orillas,
variaciones de cauce de ríos como el Murrí y Arquía y,� para ilustrar los procesos de denudación, potrerización y colonización reciente
del territorio, principalmente inducidos por actividades extractivas forestales.
La conclusión que puede derivarse de este conjunto de observaciones, fotografías,
cartografía y figuras es que no se dispone, por lo menos en el Atrato Medio y en
las márgenes del Bajo Atrato, de terrenos en los cuales puedan emplazarse
núcleos de población en condiciones de menor exposición a las amenazas a que
ya están sujetas las existentes, bién por fenómenos hidrometeorológicos como
inundaciones y avenidas torrenciales, bién por los efectos esperables de
vibraciones sísmicas.
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
233
Para ilustrar lo anterior utilizaremos como ejemplo el caso de Vigía del Fuerte, por
ser la cabecera municipal con mayor dinámica de crecimiento. Vigía, que fue
trasladado hacia los años 1960 desde la ribera opuesta de Bellavista, está
preparando tierras de la depresión inundable con la espectativa de atraer más
población y con la de satisfacer a los inmigrantes del campo y de otros municipios
desplazados por conflictos en la zona. En la fotografía No. 11 (CD-ROM) se
observan zanjas de drenaje para abatir el nivel freático en una extensa zona
deforestada que abarca cerca de 1/3 del actual área urbana. Estos drenajes
fueron realizados recientemente, durante el periodo de aguas bajas más agudo de
los últimos años. Cualquier asentamiento humano en los terrenos en adecuación
estará más sujeto a frecuentes inundaciones, condiciones de insalubridad (por
disposición de aguas residuales que quedarán estancadas) y mayor potencial de
daño por fenómenos sísmicos. En otras palabras, se estará incrementando el nivel
de vulnerabilidad, y de riesgo, de la población. En el otro extremo del área urbana,
el dique y las playas del Atrato, se combinan fenómenos de erosión que se mitigan
mediante tablestacados con disposición de basuras (vidrios, plásticos, material
orgánico) que por su volumen y ubicuidad contaminan de manera generalizada
esta parte del entorno urbano (ver Fotografías 36 hasta 40 en CD-ROM).
Para ayudar a entender el problema del déficit de tierras urbanizables podemos
hechar mano de una visión de la evolución demográfica de los cuatro municipios,
que complementa lo ya expuesto en el Capítulo 3 para la región entre Quibdó y
Bojayá (en donde las ofertas de territorio son mayores, favorecidas en parte por la
cercanía a la capital, pero también por que el valle allí es más estrecho y,
comparativamente, menos inundable). Esta visión se puede extraer de los datos
de población de los últimos tres censos, sintetizados en al Tabla 12.1:
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
234
Tabla 12.1. Población de los municipios en los últimos censos
1973 1985 1993
Bojayá Cabecera 493 700 690
Rural 7.439 5.450 7.214
Total 7.932 6.150 7.904
Riosucio Cabecera 3.393 3.384 4.554
Rural 12.091 17.066 23.112
Total 15.484 20.450 27.666
Murindó Cabecera 366 662 960
Rural 1.355 1.096 990
Total 1.721 1.758 1.950
Vigía del Fuerte Cabecera 592 1.386 1.297
Rural 2.188 4.931 5.380
Total 2.780 6.317 6.667
Fuentes: Dane, 1987; 1997.
Estos, los datos disponibles, nos permiten hacer los siguientes análisis y
reflexiones:
� La población de Murindó permanece casi constante, lo que podría significar
que es un municipio generador de emigración.
� La población de Bojayá es casi constante según los censos de 1973 y 1993,
con un déficit apreciable en el de 1985, mientras que Vigía del Fuerte más que
duplica su población entre 1973 y 1985, para estabilizarse en 1993. Teniendo
en cuenta que Vigía fue erigido en Municipio en 1983, puede especularse que
muchos de los vecinos de Bojayá cruzaron el río en ese entonces con la
espectativa de inversiones, empleo y/o oferta de servicios desde la
administración de Antioquia. Adicionalmente, Vigía pudo ser un lugar de
atracción para inmigrantes de otras regiones de Antioquia y del Chocó.
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
235
� El número de habitantes de la cabecera de Riosucio permaneció casi
constante entre 1973 y 1985. Los algo más de 1.100 nuevos pobladores
reportados en 1993 se han acomodado a costa del hacinamiento sobre las
calles "firmes" del pueblo e invadiendo las zonas pantanosas detrás del dique,
en donde ya en 1992 sufrieron los mayores efectos del terremoto del 19 de
octubre. El aumento de población rural, unos 5,000 entre 1973 y 1985 y unos
7,000 más en el último periodo intersensal deben, entonces, distribuirse a lo
largo de los ríos tributarios y de las áreas de colonización abiertas por la
extracción forestal, tanto sobre el abanico del río Sucio como sobre los del
Truandó, Salaquí y Cacarica.
Las densidades de población (Tabla 12.2), predominantemente rurales, son muy
bajas como en el resto del Chocó. En el caso de Murindó el número de habitantes
urbanos y rurales es similar para el último censo, debido a su concentración en el
casco urbano, producto de las palizadas que afectaron la navegación del río y las
áreas de cultivo, como también al traslado de la población.
Tabla 12.2. Áreas y densidades de población
Áreas: hab/ km2
(total) (rural)
Bojayá 3.546 km2 2.3 2.0
Riosucio 10.243 km2 2.7 2.3
Murindó 1.365 km2 1.4 0.7
Vigía del Fuerte 1.801 km2 3.7 3.0
Fuentes: Dane (1987), IGAC (1997).
Con base en las imágenes de radar (Intera, 1992), se seleccionaron áreas de
interés en términos de geología, geomorfología y procesos que se presentan en
las Figuras 12.10 hasta 12.34 (Imágenes de radar con tratamiento visual, sobre la
distribución del poblamiento y usos del paisaje en el Atrato), las cuales son de
especial interés para la observación de procesos de denudación a raíz de
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
236
deforestación, y de características de los ríos tributarios, tales como la
torrencialidad de los principales afluentes de la Cordillera Occidental.
12.5 Amenazas y vulnerabilidades a escala local
Ninguna de las cabeceras y poblados está expuesta directamente a
deslizamientos. Estos influyen, principalmente a los poblados de los tributarios,
incorporando los materiales removidos sobre los cauces, como factor en la cadena
de fenómenos que pueden generar avenidas torrenciales. En función de su
localización con respecto al potencial de cada uno de los fenómenos
cartografiados (ver Radarmapas de Amenazas, No. 27.1 y 27.2, Anexo 9), y de
acuerdo con los valores presentados en el numeral 12.2, a cada cabecera
municipal y a los núcleos poblados se les asignó un valor de exposición relativa
frente a los factores amenazantes: Avenidas Torrenciales (Av), Inundación (I),
Erosión de Orillas y su efecto Cambio de Cauce (E), Sedimentación y su efecto
potencial Cambio de Cauce (S) y Licuación de suelos por vibraciones sísmicas (L).
Los resultados se presentan el la tabla siguiente.
Tabla 12.3 La exposición de las poblaciones frente a las amenazas
Indicadores de amenazas por población
Cuenca
y/o ribera
Plan-
cha
Población Av. I. E. S. L SUMA
128 La Loma – Murrí 3 0 3 0 0 6
128 La Playa – Murrí 2 2 0 2 1 7
128 Pueblo Nuevo 2 2 0 3 1 8
Murrí
128 Vuelta Cortada 1 1 0 2 0 4
Jiguamiandó 102 Puerto Lleras 2 2 0 0 1 5
128 Briceño 0 2 0 0 3 5
113 La Isla de Los Palacios 0 2 0 0 3 5
Ribera brazo
Montaño
113 Montaño 0 2 3 0 3 8
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237
113 Puerto Antioquia 0 2 0 0 3 5
128 Bojayá - La Loma 1 1 0 0 0 2
128 Caimanero 1 2 2 0 1 6
128 Corazón de Jesús 1 2 2 0 1 6
128 La Lomita – Piedra
Candela
1 1 0 0 0 2
Bojayá
128 Pogue 1 1 0 0 0 2
Napipí 128 Napipí 0 2 0 0 3 5
144 Puerto Medellín 1 2 0 0 1 4
144 Puerto Palacio 2 2 0 0 1 5
Arquía
144 Vegáez 3 2 0 0 1 6
113 Bebarameño 0 2 0 0 3 5
113 Bella Luz 0 2 0 0 3 5
113 Boca de Murindó 0 2 0 0 3 5
113 La Grande 0 2 0 0 3 5
113 Murindó (Nuevo) 0 2 3 0 3 8
113 Opogadó o Isla de los
Rojas
0 2 0 0 3 5
128 San Alejandro 0 2 0 0 3 5
113 San Bernardo 0 2 2 0 3 7
113 Tadía 0 2 0 0 3 5
113 Turriquitadó 0 2 0 0 3 5
Ribera brazo
Murindó
113 Vigía de Curvaradó 0 2 0 0 3 5
Opogadó 113 Bocas de Opogadó 0 2 2 0 3 7
128 Arenal 0 2 0 0 3 5
128 Buchadó 0 2 0 0 3 5
101 Riosucio 0 2 0 0 3 5
144 Paloblanco (actual) 0 2 3 0 3 8
144 Paloblanco (propuesto) 0 2 0 0 3 5
Ribera Atrato
Margen
Oriental
144 San Antonio de Padua 0 2 0 0 3 5
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
238
128 San Martín 0 2 0 0 3 5
128 San Miguel 0 2 0 0 3 5
144 Santa María 0 2 0 0 3 5
Ribera Atrato
Margen
Oriental
128 Vigía del Fuerte 0 2 2 0 3 7
128 Alfonso López 0 2 3 2 0 7
128 Bellavista 0 2 0 2 3 7
144 El Tigre 0 2 0 0 3 5
144 La Boba 0 2 0 0 3 5
128 Puerto Conto 0 2 0 0 3 5
128 San José de la Calle 0 2 0 0 3 5
Ribera Atrato
Margen
Occidental
128 Veracruz 0 2 3 0 0 5
Av: Avenida Torrencial
I: Inundación
L: Licuación
E: Erosión y/o cambio de cauce
S: Sedimentación y/o cambio de cauce
El análisis de indicadores arroja varios elementos de importancia:
� Las poblaciones con menores índices de exposición se localizan sobre el río
Bojayá asentadas sobre terrenos no licuables y sin efectos por avenidas
torrenciales.
� Con mayores índices se encuentran Pueblo Nuevo, Paloblanco (actual),
Montaño y Murindó (nuevo). Paloblanco adquiere un valor alto en el índice en
razón de su localización y de presentar erosión activa. El nuevo sitio para su
emplazamiento disminuye su índice de 8 a 5. En Pueblo Nuevo el factor
principal es sedimentación del río Murrí, en proceso de abandono de cauce; en
Nuevo Murindó y Montaño confluyen indicadores altos por inundación, erosión
y licuación. Es muy probable que con respecto a las condiciones físico-
naturales de su emplazamiento el Nuevo Murindó tenga una vida efímera como
la de muchos otros poblados sobre las riberas del Atrato que fueron
emplazados en condiciones similares.
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
239
� Para Vigía del Fuerte y Bellavista los indicadore son altos, sin alcanzar el
extremo de los anteriores. En el caso de Vigía, como ya se mencionó, la
utilización de terrenos de la depresión inundable del Atrato conducirá a que los
indicadores utilizados aumenten convirtiéndose en un aumento de los niveles
de vulnerabilidad y riesgo.
� La mayoría de los poblados pequeños, sobre diques menores (con la
excepción de Riosucio) presentan valores relativos intermedios (entre 4 y 6).
La relatividad de sus índices debe ser entendida como una expresión de las
circunstancias actuales y de la observación, en algunas ocasiones con el
apoyo de observaciones en lapsos de tiempo de varias décadas según la
cartografía e imágenes disponibles.
� Por la naturaleza altamente dinámica del medio ambiente en el Atrato Medio
los valores obtenidos no pueden considerarse como estáticos en el tiempo.
Altos índices no implican directamente que los poblados considerados estén
inmediatamente sujetos a una o más amenazas. Sin embargo, cuando una de
ellas ocurra o sea inminente el índice por supuesto crecerá.
En su conjunto los resultados de este análisis apoyan la necesidad de crear una
conciencia sobre la dinámica natural regional y sus implicaciones en cada uno de
los asentamientos. En la medida en que los recursos físicos, incluídos los diques
para asentamientos sean entendidos de manera integral por los tomadores de
decisiones (comunidades, alcaldes, entidades de planificación, organizaciones no
gubernamentales, etc.), las opciones de desarrollo sostenible podrán surgir. Esto
tiene implicaciones que trascienden las expectativas locales y particulares de
desarrollo colocando a cada comunidad en relación con sus propias opciones de
afrontar problemas actuales y futuros, en relación con sus vecinos y también con
el entorno regional.
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
240
Figura 12.1 Riosucio, área urbana
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
241
Figura 12.2 Panorámica de Riosucio
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
242
Figura 12.3 Vista parcial de Riosucio
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
243
Figura 12.4 Detalles de usos del suelo y efectos de sismos, Riosucio
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
244
Figura 12.5 Nuevo Murindó, área urbana
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
245
Figura 12.6 Antiguo Murindó, área urbana
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
246
Figura 12.7Vigía del Fuerte, área urbana
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
247
Figura 12.8 Bojayá, área urbana
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
248
Figura 12.9 Índice de Imágenes
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
249
Figura 12.10 Loma Teguerre
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
250
Figura 12.11 Río Cacarica, frontera con Panamá
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
251
Figura 12.12 Lomas Aisladas
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
252
Figura 12.13 La Honda
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
253
Figura 12.14 Loma del Cuchillo
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
254
Figura 12.15 Región de Riosucio
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
255
Figura 12.16 Municipio de Riosucio
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
256
Figura 12.17 Ríosucio en Pavarandó
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
257
Figura 12.18 Domingodó y Bocas de Curvaradó
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
258
Figura 12.19 Río Chintadó
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
259
Figura 12.20 Río Jijuamiandó
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
260
Figura 12.21 Vigía de Curvaradó y La Grande
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
261
Figura 12.22 Nuevo Murindó
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
262
Figura 12.23 Antiguo Murindó
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
263
Figura 12.24 Boca de Murindó - Torriquitadó
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
264
Figura 12.25 Brazo Montaño, Opogodó e Isla de Los Palacios
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
265
Figura 12.26 Brazo de Murindó, sitio El Lana
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
266
Figura 12.27 Napipí
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
267
Figura 12.28 Bojayá y Vigía del Fuerte
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
268
Figura 12.29 Río Murrí - Bocas del Murrí
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
269
Figura 12.30 Río Murrí - La Playa
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
270
Figura 12.31 Corregimiento Bojayá o La Loma
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
271
Figura 12.32 San José de La Calle - Buchadó - La Boba
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
272
Figura 12.33 Puerto Arquía
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
273
Figura 12.34 Río Arquía - Vereda Medellín
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
274
OBSERVACIÓN Y MONITOREO DE VARIABLES
AMBIENTALES AMENAZANTES Y DE
VULNERABILIDADES.
13. ALTERNATIVAS
La utilización de sensores remotos como una alternativa para la observación de
variables ambientales permitió a lo largo de este proyecto proveer a los usuarios
de una visión a la vez integral y semidetallada de la región. Por sus características
(penetración de la nubosidad) el radar es la herramienta que, comparativamente,
brinda mayores ventajas. Este proyecto recomienda la toma periódica, por lo
menos dos veces al año, de imágenes regionales (resolución del orden de 25 m
en áreas de 150 x 150 km) y de imágenes de resolución fina en áreas
seleccionadas, de 50 km de lado. De esta manera, la región sería cubierta por 2
imágenes regionales y se podría preveer la toma de 6 imágenes detalladas (1 para
Vigía del Fuerte – Bellavista) 1 para Murindó, 1 para Riosucio y 2 para cuencas
críticas o areas de seguimiento de actividades extractivas y/o de recuperación.
Adicionalmente, se debe disponer de recursos para la toma de imágenes
postdesastres regionales (sismos, inundaciones, avenidas torrenciales,
deslizamientos) y para iniciar aplicaciones como mediciones de precisión de
cambios asociados a estos fenómenos, mediante técnicas de interferometría. La
toma de imágenes en estereopares es indispensable para aplicaciones de
interferometría, a la vez que permite solucionar el déficit de información generado
por las sobras de la técnica de radar en regiones con relieve.
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
275
Costos de imágenes de radar
Cobertura
(km)
Resolución
(m)
Imágenes/año Valor (US$)
150x150 25 2 10,000
50x50 6x6 12 (estereopares) 60,000
50x50 6x6 4 (estereopares) 20,000
Idealmente, el radar debe ser combinado con otros sensores como imágenes tipo
Landsat o Spot, para aprovechar técnicas de sinergismo que develan rasgos y
carácterísticas del paisaje que cada uno de los metodos no puede lograr
independientemente.
Costos de imágenes ópticas (Landsat)
Cobertura (km) Resolución (m) Imágenes/año Valor (US$)
180x180 (1) 30 2 10,000
(1) LandSat TM (7 canales)
Los costos de adquisición de información de sensores remotos ascienden a
US$100,000: Se proponen tomas durante periodo de exceso y déficit de lluvias.
Los costos de adquisición corresponden a valores entre 1/3 y 1/5 del
procesamiento y control de campo. Por otra parte, la utilización de esta
información y la extrapolación de sus resultados depende también de la
información disponible in situ y especialmente de las variables
hidrometeorológicas. Por esto, más que de adquisición de imágenes, se trata de
estructurar un programa de observación y monitoreo ambiental, de variables
amenazantes y de cambios en las condiciones de exposición y vulnerabilidad de
poblaciones y bienes mediante el cual la información de una y otras fuentes
(imágenes, datos y controles de campo, datos de redes de observación
hidrometeorológica) puedan ser compartidos para aprovechar las ventajas
comparativas de instituciones de investigación y de planificación. Esto, porque
probablemente no existe en Colombia una institución con plena capacidad para
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
276
afrontar la diversidad de retos técnicos, científicos y de aplicación de los
resultados de la observación.
La inversión inicial (aplicable a sensoramiento remoto), estimada sería de unos
US$400,000, que se justifica también porque con un proyecto de esta naturaleza
se empezaría a suplir la deficiencia de cartografía básica en la región. Esto es
posible porque ya se dispone de conocimientos y metodologías que permiten
obtenerla a partir de imágenes de estereopares.
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
277
VARIABLES A CONSIDERAR PARA LOS PLANES DE
MITIGACIÓN Y ATENCIÓN
14. PLANES PARA LA PREVENCIÓN Y MITIGACIÓN DE
RIESGOS HACIA ALTERNATIVAS DE DESARROLLO
SOSTENIBLE
Acorde con los resultados de los análisis en cada Capítulo, en consideración de la
hipótesis según la cual la capacidad de carga del Geosistema actual ha alcanzado
un umbral crítico (Sección I, Cap. 2), el estado presente y evolución de la
vulnerabilidad está aumentando por diversos factores, sociales, económicos y
físicos y, por consiguiente, los riesgos por ocurrencia de fenómenos naturales. De
manera sintética los factores que aceleran la evolución de la vulnerabilidad, en
parte similares a regiones del Pacífico como Tumaco (Meyer, 1997a), son:
Práctica socieconómica fundamentada en un modelo extractivo (minería, industria
maderera) que no genera valor agregado en la zona y que depreda los recursos
naturales afectando al conjunto del geosistema: aumento de erosión y
sedimentación, cambios de cursos de ríos, aumento de torrencialidad en las
cuencas, inundaciones más extensas y prolongadas.
Pérdida creciente de población indígena (por lo menos a escala de tiempo desde
la Colonia), cambios en patrones culturales nativos por efecto de una economía
fundamentada en el salario.
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
278
Pérdida de biodiversidad.
Pérdida de conocimientos y prácticas de aprovechamiento integral de los recursos
del bosque y de las aguas.
Saturación de uso para asentamientos humanos de los diques naturales menos
inundables y extensión de usos hacia zonas pantanosas en las áreas urbanas.
Saturación de uso de los terrenos agrícolas, menores tiempos de barbecho.
Inicio de cambios en patrones constructivos con materiales rígidos
(inherentemente menos favorables durante sismos fuertes, por mayor peso y
menor elasticidad) y falta de prácticas de diseño y construcción sismorresistente
en madera.
Bajos niveles de educación y salubridad que impiden que la población y las
instituciones le otorgue a la reducción de riesgos por fenómenos ocasionales y
poco predecibles la necesaria prioridad.
Aislamiento geográfico en condiciones de clima muy húmedo tropical.
Débil presencia del Estado y de las instituciones, acompañada de acciones e
inversiones que la mayoría de las veces no parten de conocimiento sobre las
dinámicas ambientales y socioculturales de la región, tornándose en fracasos
con implicaciones de desánimo colectivo.
Separación de unidades físico-naturales similares, del geosistema natural, en
unidades político-administrativas (Chocó - Antioquia) con lógicas, capacidades y
recursos que introducen diferencias socioeconómicas en comunidades
similares.
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
279
Conflicto armado con participación de diversos actores.
Este conjunto de factores, entre los más importantes, se inscriben en una alta
dinámica natural, ocasionalmente severa, rápida y con cobertura en amplias áreas
de la región, con fenómenos desde aguaceros prolongados y torrenciales hasta
sismos destructivos. O fenómenos lentos y menos perceptibles, como
deforestación paulatina de amplio cubrimiento geográfico con efectos como los
mencionados arriba y, quizás, cambios en los patrones e intensidad de las
variables climáticas, todavía impredecibles.
En estas condiciones los Planes para la Prevención y Mitigación de Riesgos de
cualquier índole, regional, local o por cuencas, no pueden ser aislados, ni
formularse por sí mismos. A la luz de los resultados de este Proyecto no parece
haber otra salida: o se generan condiciones de sostenibilidad en un nuevo marco
conceptual del desarrollo del Atrato, o se camina hacia condiciones de incremento
de las vulnerabilidaes y riesgos, producto de variaciones en las capacidades de
resiliencia del geosistema actual.
Proponemos, entonces, que el eje de las actividades futuras se encamine hacia la
búsqueda de opciones de sostenibilidad, empezando por allegar a las
poblaciones, a sus dirigentes y a las instituciones el conjunto de informacion
disponible y de los instrumentos que permitan disponer de visiones integrales de
las dinámicas naturales y socioeconómicas.
Ningún Plan de Prevención, ningún Plan de Mitigación, por sí mismos, tendrá tanta
posibilidad de éxito como si es el resultado de una conciencia colectiva e
institucional de los procesos interdependientes y amenazantes, generadores de
vulnerabilidad y de riesgos que han ocurrido, están ocurriendo y ocurrirán en la
región.
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
280
14. 1 Iniciativas
Para empezar, para que esto sea posible, la iniciativa de un CORREDOR DE PAZ
EN EL ATRATO MEDIO, formulada por el Seminario-Taller “Atrato Medio:
Procesos de Reconstrucción y Búsqueda del Futuro” convocado por el PNUD y la
DNPAD (Medellín, agosto 22 de 1997), debe complementarse con otras, tales
como:
Un llamado a unir capacidades e iniciativas para formular una propuesta de
declaratoria del Atrato Medio como una zona de alta prioridad para el país.
Promover el trabajo en RED entre todos los actores, institucionales y de la
sociedad civil en la región.
Promover una estrategia global que integre acciones preventivas (incluídas de
difusión, legalización y organización) con acciones de preparación (logística,
capacitación, elaboración de plan operativo).
Promover la creación de una “Consejería para el Atrato” o figura similar, con
voluntad política, gestión institucional y recursos, que incluya en su agenda, como
tema prioritario, el tema de las opciones para el desarrollo sostenible en la región.
Estas iniciativas, en el marco de propuestas alternativas para el desarrollo
conducirán, con el concurso y capacidades de la población y de las instituciones, a
la formulación de un sistema de mitigación, prevención y atención de desastres
en el Atrato Medio y a los planes por municipio y por cuenca, para la mitigación de
riesgos.
En la Sección siguiente se discute, se pone en contexto y se propone el modelo de
Sistema Regional para la Prevención y Atención de Desastres del Atrato Medio.
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
281
SISTEMA REGIONAL PARA LA PREVENCIÓN Y
ATENCIÓN DE DESASTRES DEL ATRATO MEDIO
PROGRAMA DE LAS NACIONES UNIDAS PARA EL DESARROLLO
DIRECCION NACIONAL PARA LA PREVENCION Y ATENCION DE
DESASTRES DNPAD
OBSERVATORIO SISMOLÓGICO
DEL SUR OCCIDENTE OSSO
Proyecto Col 95/009/010 ¨Apoyo a la Recuperación
de la zona afectada por el Terremoto del
Atrato Medio en 1992¨
Santa Fe de Bogotá, febrero de 1998
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
282
SISTEMA REGIONAL PARA LA PREVENCIÓN Y ATENCIÓN
DE DESASTRES DEL ATRATO MEDIO
Elaborado Por:
María Cristina Valencia Villada
Trabajadora Social – Consultora OSSO
José Gabriel Jiménez Castelblanco
Coordinador Proyecto PNUD Col 95/009/010
Alcaldías Municipales de
Vigía del Fuerte,
Murindó,
Riosucio y
Bojayá
Comunidades
Santa Fé de Bogotá, febrero de 1998
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
283
INTRODUCCIÓN
Colombia ha sido escenario de diversos sucesos catastróficos, generados por el
deterioro del entorno que enmarca la actividad humana o por la ocurrencia de
eventos naturales que han impactado negativamente a comunidades,
infraestructura, a los recursos naturales y al medio ambiente.
Para mencionar sólo el caso de la erupción del volcán Nevado del Ruíz, cuya
avalancha sobre la población de Armero, ocasionó la muerte de más de 22.000
personas, además de altísimas pérdidas económicas. Es evidente la magnitud del
tipo de problemas ambientales, económicos, sociales y políticos que se suceden
en el país, por la ocurrencia de eventos de origen natural o antrópico que dejan al
descubierto pocas o nulas condiciones efectivas de prepraración y respuesta de
las comunidades, la infraestructura y el Estado mismo.
Debido a su localización geográfica y a sus características geológicas y
topográficas es uno de los países con mayor riesgo a ser afectado por desastres
naturales, entre estos los terremotos, las erupciones volcánicas, los
deslizamientos, las avalanchas, las inundaciones, los huracanes, tsunamis, etc.
Confirman las nefastas consecuencias de éstos, el terremoto del Antiguo Caldas
(1979) el terremoto de Popayán (1983), la erupción del Nevado del Ruiz (1985), el
deslizamiento de Villatina en Medellín (1987), los terremoto de Murindó (1992) y
Páez en (1994).
Sin embargo, a pesar de todos los esfuerzos que se adelantan en el país en
materia de prevención, con el fin de reducir al máximo los riesgos ambientales
existentes dado el grado de vulnerabilidad y desarrollo institucional, se amerita la
revaluación de políticas en torno a la prevención, mitigación y manejo en
situaciones de emergencias o desastres. Por ser Colombia, un país de regiones,
con diferencias sustantivas entre ellas, es necesario analizar, evaluar y proyectar
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
284
acciones con base en las particularidades sociales, económicas, culturales,
ambientales e institucionales propias de cada una de ellas.
La cuenca media del río Atrato, área del proyecto que nos ocupa, posee las
connotaciones de una región especial, en donde se confunde los límites entre
Antioquia y Chocó, prevalece una deteriorada calidad y nivel de vida, que refleja
uno de los índices de pobreza más bajos del país, igual son sus problemas y
necesidades, allí predomina la cultura Negra e Indígena Embera, con una
cotidiana interrelación con el bosque tanto desde el punto de vista productivo
como medicinal, y una alta vulnerabilidad de sus sistemas de producción como de
las vivienda frente a las amenazas naturales; las relaciones de pareja hacen que
de una u otra forma todos tengan parentesco, el conflicto de Urabá trasladado
recientemente a la zona es otro de las situaciones que han tenido que vivir los
habitantes del Atrato Medio, originando la mayor masa de población desplazada
del país. Dificultades de tipo político-administrativo han ocasionado que las
políticas de planificación del desarrollo sean lejanas de la realidad ribereña del
Atrato.
Sin lugar a dudas la experiencia del Programa de las Naciones Unidas para el
Desarrollo PNUD Col 95/009/010, ha dejado semillas por recoger, estrategias
como la región; no al paternalismo; la gestión del desarrollo; la organización;
concertación y participación comunitaria; la generación de empleo y valor
agregado; el desarrollo sostenible; la integralidad y la prevención y atención de
desastres, han permitido demostrar que más que una acción asistencialista por
parte del Estado, lo que la comunidad requiere es una oportunidad para planificar
su propio desarrollo, en el cual la oferta ambiental se maneje de manera ordenada
y circunspecta a su cultura, sensibilizar a la sociedad en general que más allá de
límites políticos-administrativo prevalece la integración natural de las comunidades
afectadas por los sismos de 1992 alrededor de la solución de sus problemas, el
respeto a sus manifestaciones culturales, patrones de convivencia son metas
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
285
trazadas y sostenidas a corto, mediano y largo plazo por el Programa de
Reconstrucción del Atrato Medio afectado por el terremoto en 1992.
Por esto el diseño de un modelo de Sistema Regional para la Prevención y
Atención de Desastres del Atrato Medio, representa un reto que seguramente
aportará nuevos elementos organizativos, técnicos y metodológicos que permitirán
dinamizar y actualizar el Sistema Nacional para la Prevención y Atención de
Desastres .
15.1 Marco referencial
15.1.1 La región
Cuando hablamos de la región del Atrato Medio, se hace alusión a una porción de
territorio determinada por características socioculturales, problemas de
accesibilidad, físico-ambientales, económicos e institucionales similares, el río es
considerado como aquel espacio fuente de vida, muerte, integración, subsistencia,
aseo, vía de comunicación y de transporte de productos, es el espacio que
proporciona alegrías y tristezas.
Lo anterior ha llevado a que las comunidades sugieran ser vistas como una región.
Ello se reflejó en el proceso de preparación del Plan Operativo de 1996 del
Convenio PNUD-DNPAD, cuando son éstas las que solicitan que las actividades a
desarrollar se ejecuten de manera conjunta en las dos vertientes del río, dejando a
un lado los límites políticos administrativos, así mismo las diferencias interétnicas.
La población de la zona está comprendida en tres grupos que se han localizado
espacial y culturalmente. Las comunidades negras o libres como se les llama,
ubicadas principalmente en las riberas de las partes media y baja del río Atrato y
algunos afluentes como el Murrí, Arquía, Napipí y el Jiguamiandó, se cree que son
provenientes originarios de los extremos norte y sur-oriental, en cuya dinámica
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
286
histórica se observa que fueron presionados a ubicarse en zonas de difícil acceso
(bosque tropical lluvioso), al parecer por el cimarronismo.
Otra de las poblaciones la conforman los indígenas, originarios pobladores de la
zona, quienes han sido obligados cada vez más a desplazarce hacia las
cabeceras de los ríos, focalizandose en pequeñas aldeas. La cuenca del río
Bojayá se ha constituido en el centro de mayor preferencia por esta población, así
mismo los ríos Murindó, Opogadó y Napipi, especialmente.
Un tercer grupo de pobladores lo constituye el elemento blanco y/o chilapos
(procedentes de Córdoba especialmente), cuyos asentamientos se encuentran
principalmente en las cabeceras municipales, como consecuencia de procesos de
colonización, explotación y comercialización de las riquezas naturales de la
región; otro pequeño grupo se encuentra localizado en la cuenca del rió
Jiguamiandó.
Se ha comprobado con los proyectos de recuperación de los municipios afectados
por el terremoto de 1992, la necesidad de contar con una instancia que atienda las
características similares de la región del medio Atrato, que responda eficazmente
al proceso de mitigar y prevenir los efectos de los desastres, procesos creados
además bajo políticas del Desarrollo Humano Sostenible.
Y es que una de las grandes preocupaciones que acelera notablemente el proceso
de deterioro del subsistema físico natural en la región del Atrato Medio, es el tipo
de economía extractiva que predomina en los sistema de producción, la cual ha
propiciado sobreexplotación de los recursos bióticos valiosos en los mercados y
para el autoconsumo de las comunidades, llevando a la escasez y poniendo en
peligro la desaparición local de especies animales como los caimanes, serpientes,
peces, felinos, mamíferos acuáticos (entre ellos los manatíes) y algunas especies
vegetales como el caucho, la tagua, los mangles, la raicilla o ipecacuana, el cativo
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
287
y el abarco; paralelo a ello aumenta la vulnerabilidad física , económica y social de
sus comunidades1.
Se evidencia de esta manera un atentando contra el desarrollo social y económico
de la región, ya que indicadores como el analfabetismo de más de un 40% del
total de la población, el número de necesidades básicas insatisfechas, el promedio
percápita, la morbilidad y la mortalidad infantil y la baja cobertura de
infraestructura de los servicios comunitarios, etc., denotan no sólo el bajo nivel y
calidad de vida, sino la falta de políticas y presencia del Estado en el mejoramiento
y fortalecimiento de los sistemas productivos e institucionales en el Atrato Medio.
El éxito en la implementación de cualquier programa o proyecto en la zona,
depende en gran medida en comprender que se trata de una zona especial en
donde se supera a las definiciones meramente geográficas, y es especial porque
sus características naturales singulares e identificables, poseen dinámicas propias
en la cual los procesos del medio ambiente y el espacio concebido y construido
por diversas vertientes de pueblos y culturas forman un conjunto .
Temas como el ordenamiento territorial y la legalización de regiones en el territorio
colombiano, son proyectos que se vienen gestando a nivel político, de ello es
producto las comisiones asesoras conformadas en enero 27 de 1992 por el
Congreso de la República, con el fin de elaborar lineamientos para la posterior
formulación de la Ley Orgánica de Ordenamiento Territorial y la sanción de la Ley
388/97 que habla sobre los Planes de Desarrollo Territorial, aún así y a pesar de
los avances en esta materia, continua sin descifrarse este tipo de dificultad, que de
resolverse positivamente, permitirá la superación de algunas limitaciones de tipo
político-administrativo que se presentan en algunas regiones del país. En este
sentido la prestación de un servicio o ejecución de una obra resultaría más
1. Centro de Desarrollo Tecnológico y Productivo del Bosque para la Región del Atrato Medio.UniversidadNacional, Medellín, diciembre de 1997, pag 2.
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
288
eficiente si supera los límites departamentales y municipales, ya que la unificación
de recursos indudablemente incrementará los beneficios.
Con respecto a la Prevención y Atención de Desastres, sería más que interesante
una revisión tanto de la Ley 46/88 como de su Decreto reglamentario 919/89. Es
hora de ajustarla a la nueva constitucionalidad surgida de la nueva carta magna de
1991 para efectos organizativos y funcionales, y poner en práctica la teoría
sistémica en la mitigación de los desastres, conservación y preservación del medio
ambiente, de ahí que se deba tener en cuenta políticas de ordenamiento territorial,
concebidas como el conjunto de acciones concertadas para orientar la
transformación, ocupación y utilización de los espacios geográficos, buscando su
desarrollo socio-económico, teniendo en cuenta las necesidades e intereses de la
población, las potencialidades del territorio considerado y la armonía con el medio
ambiente, que atienda además a las particularidades de las regiones2.
15.1.2 El Sistema Nacional para la Prevención y Atención de Desastres -
SNPAD-
La tragedia de Armero, mostró la necesidad de crear una instancia que orientará
políticas y acciones de atención, mitigación, prevención y recuperación de
emergencias y desastres. Se creó entonces el Sistema Nacional para la
Prevención y Atención de Desastres, mediante la Ley 46/88 y reglamentado
posteriormente a través del Decreto 919/89.
Si bien es cierto, antes de 1985, el país había dado los primeros pasos en materia
de legislación y atención de emergencias y desastres, es precisamente la
destrucción de Armero, la que da cuerpo y materializa la propuesta de
conformación de un Sistema Nacional para la Prevención y Atención de
Desastres, constituido por el conjunto de instrumentos institucionales, técnicos,
científicos y organizativos públicos y privados que realizan planes, programas,
2 Véase “Boletines de la comisión de Ordenamiento Territorial”. Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Pag. 18.Santafe de Bogotá, noviembre 6 de 1992.
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
289
proyectos y acciones específicas orientadas a definir las responsabilidades y
funciones institucionales y comunitarias para la prevención, manejo, rehabilitación,
reconstrucción y desarrollo a que den lugar los desastres; integrar los esfuerzos
públicos y privados para la adecuada prevención y atención de las situaciones de
desastres y garantizar un manejo oportuno y eficiente de todos los recursos
humanos, técnicos, administrativos y económicos que sean indispensables para la
prevención y atención de las situaciones de desastre o calamidad3.
El surgimiento del SNPAD no obedece a una política concertada y planificada,
sino que es la respuesta a hechos de gran trascendencia que obligan al Gobierno
Central a dotarse de instrumentos y políticas que le permitan enfrentar situaciones
calamitosas. En tal sentido el SNPAD, pretendió llenar un vacío institucional y
prográmatico existente en los planes de desarrollo y en la cultura nacional.
La vocación inicial del SNPAD se inscribe en los aspectos referidos a la atención
de emergencias, para avanzar paulatinamente hacia otros niveles como los
preventivos y de mitigación. Hoy, proyectos como el convenio PNUD-DNPAD han
abierto el espacio para comenzar discutir la necesidad de trascender a niveles
más novedosos y fructíferos que tratan de adentrarse en dimensiones y
cosmovisiones más integradoras, los cuales tienen como marco de referencia la
gestión sostenible sobre el medio ambiente, con el fin de evitar o reducir
variaciones súbitas e intensas de sus componentes, mediante la implementación
de nuevos modelos alternativos de desarrollo económico y social, que superen
lejos el carácter conflictivo generado por el afán de apropiarse y explotar
intensamente e irracionalmente los finitos recursos que ofrece la naturaleza y la
fragilidad y vulnerabilidad de ella misma.
A pesar de algunos avances en materia de prevención y mitigación de desastres,
también es importante recalcar la necesidad de superar políticas tipo
3. Decreto Nro. 919 del 1º. De Mayo de 1989. Artículo 1º sobre el Sistema Nacional para la Prevención yAtención de Desastres.
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
290
asistencialista y de atención de emergencias, ya que son las acciones preventivas
y de mitigación las que reducen los efectos adversos que los desastres tienen
sobre los bienes, infraestructura y sobre la vida de la sociedad en general. En
este sentido es preocupante el débil desarrollo institucional a nivel territorial, ya
que según informe de la DNPAD de los 412 Comités Municipales para la
Prevención y Atención de Desastres constituidos, sólo entre de 200 y 250
aproximandamente están en funcionamiento.
Lo anterior lleva a pensar que existe vacios a nivel institucional, políticos y en
especial de estrategias claras y concisas, lo que conlleva a un derroche de
esfuerzos y recursos o en su extremo la saturación de programas emprendidos
por las entidades y sin ninguna interrelación entre ellos. Situación que amerita ser
analizada luego de la adopción del Plan Nacional para la Prevención y Atención de
Desastres.
Preocupa además, que el marco jurídico sobre prevención y atención de desastres
(Ley 46/88 y el Decreto 919/89) estén rezagados, toda vez que estos fueron
expedidos antes de 1991, lo que implica una revisión de tales leyes y decretos
para ajustarlos a la nueva constitucionalidad colombiana, que promociona en esta
materia las políticas de desarrollo sostenible, elaboración de los planes de
ordenamiento territorial y la participación y organización comunitaria.
Para avanzar en este aspecto se hace indispensable concretar un marco
conceptual que recoja los avances logrados en esa materia durante estos 10 años,
para que sirvan de guía filosófica para las entidades del nivel nacional,
departamental y municipal. Contadas experiencias como la de los Comités
Municipales para la Prevención y Atención de Desastres de Medellín, Cali y
Manizales que son dignas de ser retomadas, en cuanto se destaca un trabajo y
enfoque integral en el abordaje de la temática de la prevención y atención de
desastres.
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
291
Experiencias y avances que sin duda han podido dar este fruto si tenemos en
cuenta que se trata de departamentos y municipios con un nivel de infraestructura
técnica, científica y económica solventes, lo que refleja una desventaja
comparativa con regiones con un alto índice de probreza como es la región del
Atrato Medio, de ahí que sea de vital importancia privilegiar acciones hacia este
tipo de regiones, que carecen de elementos técnicos, organizativos, científicos y
económicos para la realización y profundización de la temática de prevención y
atención de desastres.
Enhorabuena, se hace necesario el apoyo del Sistema y la Dirección Nacional
para la Prevención y Atención deDesastres, los departamentos de Antioquia y
Chocó para la elaboración y puesta en marcha de programas y proyectos
integrales para la prevención y atención de desastres en el Atrato Medio.
Así mismo la no existencia de un Plan Nacional para la Prevención y Atención de
Desastres, en casi nueve años desde que se estableciera el mandato de
elaborarlo y aproximadamente cuatro, desde que el Comité Nacional indicara las
pautas que deberían regir la formulación del mismo, lapso que no ha significado
avance en el abordaje de la temática, pero si ha incurrido para que no se tenga un
norte claro, lo que conlleva a una multiplicidad de esfuerzos y recursos, que es
necesario revertir ahora que fue adoptado por el gobierno central, además porque
permite ser validado y confrontado en la práctica y determinar el alcance de sus
estrategias en cuanto éstas deben propender por una reducción significativa de los
riesgos, un mejoramiento sustancial en los procesos de atención de las
emergencias y la consolidación de metodologías y ejecutorias que permitan, en
breves espacios de tiempo, de manera eficiente y eficaz, la recuperación de
comunidades, infraestructuras y entornos ambientales deteriorados o afectados
por eventos catastróficos.
De esta manera el Plan Nacional para la Prevención y Atención de Desastres
debe incluir y determinar políticas, acciones y programas, tanto de carácter
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
292
sectorial como del orden nacional, regional y local, para la prevención y mitigación
de riesgos, los preparativos para la atención de emergencias y la rehabilitación en
caso de desastres, contemplando, entre otros, a) las fases de prevención,
atención inmediata, reconstrucción y desarrollo en relación con los diferentes tipos
de desastres y calamidades públicas; b) los temas de orden económico,
financiero, comunitario, jurídico e institucional; c) la educación, capacitación y
participación comunitaria; d) los sistemas integrados de información y
comunicación a nivel nacional, regional y local; e) la coordinación interinstitucional
e intersectorial; f) la investigación científica y los estudios técnicos necesarios, y
g) los sistemas y procedimientos de control y evaluación de los procesos de
prevención y atención4, tal como lo define el Decreto 919 de 1989 en lo referente a
los lineamientos y pautas generales marco a tenerse en cuenta para el diseño e
implementación del Plan5¨.
El reto de trascender de visiones superficiales y asistencialistas dependerán pues,
de la inyección e inversión de recursos económicos, humanos, científicos y
técnicos en el manejo y desarrollo en la prevención y atención de desastres. Es
necesario resaltar el trabajo concertado que hay por desarrollar con el Sistema
Nacional Ambiental, que arrojará sin duda un producto con una visión más global e
integral del entorno ambiental y de la temática de los desastres asociados.
Se pone a consideración estas reflexiones para aquellas instituciones que hacen
parte por su ámbito de competencia en la administración del riesgo en Colombia,
de la validación y confrontación teórica-práctica, se podrá lograr cambios
significativos en la misma metodología para el abordaje de la temática en
prevención de desastres.
4 Ibid. Artículo 3o.5 Análisis de los Fundamentos y Acción programática del Plan Nacional para la Prevención y Atención de
Desastres, Trabajo de grado presentado en la Especialización sobre Evaluación de Riesgos,Universidad de los Andes por Rodrigo Ayala García, Santa Fé de Bogotá, febrero de 2 de 1998.
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
293
15.2 Sistema Regional para la Prevención y Atención de de
Desastres del Atrato Medio
15.2.1 Justificación
Como pudo observarse, en el marco legislativo no existe una figura administrativa
que permita el manejo de los desastres partiendo del concepto “Región”, es decir,
se habla literalmente de un Comité Regional, sin embargo este equivale a Comités
Departamentales. Si tenemos en cuenta las características sociales, económicas,
geográficas y culturales de diversas zonas del país, y en particular las del Atrato
Medio Antioqueño y Chocoano, tendríamos que deducir que la única diferencia
son los límites políticos administrativos que coinciden con las riberas del río Atrato.
Como puede apreciarse, la organización del territorio Colombiano para efectos
políticos - administrativos ha sido lejana de la realidad cultural, social,
antropológica, histórica y geográfica de las diversas regiones que lo conforman.
En este aspecto radica parte de la ineficiencia de las entidades territoriales para
abordar el desarrollo integral de las comunidades respectivas.
Según estudio realizado por el Convenio PNUD – Corporación OSSO, en la región
del Atrato Medio, las principales amenazas y vulnerabilidades de la zona radica
en:
� Debido a los numerosos cursos de agua que drenan al río Atrato y que
arrastran gran cantidad de sedimentos que tornan muy activa la dinámica
hídrica en la cuenca y aunado a ello la elevada precipitación y la actividad
telúrica, hacen que la región sea un escenario propicio para el desbordamiento
de los cauces y la consecuente generación de desastres con pérdidas de
infraestructura, vidas humanas y de suelos fértiles.
� Existe un alto potencial de deslizamientos (disparados por lluvias intensas o
por sismos), la cobertura puede ser regional tanto en las vertientes de la
cordillera como de las serranías. Sin embargo, procesos de deforestación
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
294
pueden conducir en el futuro a incrementar el número y frecuencia de
movimientos de masa, específicamente por el alto potencial de lluvias intensas
en la región6.
� El área del Atrato Medio es considerada de alto riesgo sísmico, debido al
estrangulamiento de las placas tectónicas de Nazca bajo la Andina, sumado a
ello las vulnerabilidades tanto física (edificaciones y construcciones, capacidad
portante de los suelos) vulnerabilidad social (nivel de pobreza, nivel educativo,
etc.) y la vulnerabilidad institucional son elementos que profundizan el nivel de
riesgo en la zona.
� Otros tipo de fenómenos, principalmente los de origen hidrometeorológico,
están evolucionando, volviéndose más frecuentes y extremos. Su evolución
está en relación con los usos del suelo y las prácticas extractivas.
� Según versiones propias de los nativos de la región, es sorprendente como de
un tiempo para acá, vienen sucediendo frecuentemente fenómenos como las
descargas eléctricas y los vendavales, que ya han dejado pérdidas de vidas
humanas y naturales.
Y es que para comprender las modificaciones del medio natural en la región del
Atrato Medio, se debe analizar la relación hombre-medio, relación que en un inicio
significó la necesidad de adaptación del hombre a los ritmos naturales y que
posteriormente ha cambiado a tal punto que hoy podrían evidenciarse efectos
negativos sobre el medio como resultado de una fuerte presión ejercida por
capitalistas sobre la explotación indiscriminada de recursos naturales.
Es por ello, que urge crear una organización en la región del Atrato Medio, la cual
se espera en un futuro se constituya en una figura político-administrativa, que
6 Dinámicas Ambientales Amenazantes en el Atrato Medio (Elementos para el DesarrolloSostenible).Convenio PNUD-Corporación OSSO, Cali octubre de 1997.
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
295
oriente acciones para la Prevención y Atención de Desastres, en donde la
planificación económica, social y territorial se considere antes que nada en un
ejercicio cuya meta sea la proyección de escenarios futuros. Surge así la
propuesta por parte del Programa PNUD, de crear el Sistema Regional para la
Prevención y Atención de Desastres.
15.2.2 Ventajas de un Sistema Regional para la Prevención y Atención de
Desastres del Atrato Medio
La creación de una figura administrativa para la prevención y atención de los
desastres en dicha zona, traería entre otros beneficios la preservación y
conservación del medio ambiente, igual que el estimulo para un desarrollo humano
sostenible acorde con la realidad socio-económica de la zona. Con la legitimación
y creación de un Sistema Regional para la Prevención y Atención de Desastres
en el Atrato Medio, se garantizaría entre otras:
� El fortalecimiento de las instancias locales de prevención, mitigación y manejo
de desastres, con un enfoque descentralista y desconcentrado cuyo reto
principal será el de intervenir para cambiar la situación de deterioro del medio
ambiente en la región.
� Una planificación equilibrada del desarrollo económico y social de la región, en
la medida en que el Sistema Regional para la Prevención y Atención de
Desastres del Atrato Medio, tendrá como una de sus funciones medir, detectar,
evaluar y controlar las acciones emprendidas por las organizaciones, empresas
y entidades con el fin de evaluar el impacto de las mismas sobre el medio
ambiente, es decir, se busca con esta instancia lograr un equilibrio del recurso
natural.
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296
� Permitiría fortalecer la integración institucional, económica y social de las
entidades territoriales, en este caso de los municipios de: Vigía del Fuerte y
Murindó en Antioquia y Bojayá y Riosucio en el Chocó.
� Homogeneizar políticas en cuanto a la elaboración de los planes de desarrollo,
así como del componente de Prevención y Atención de Desastres, con base en
los problemas y realidades regionales.
� Permitiría establecer lazos permanentes de coordinación interinstitucional entre
los niveles administrativos nacional, departamental y municipal y
especialmente en lo relativo a la prevención y atención integral de los
desastres.
� Permitiría una participación autónoma del Sistema Regional para la Prevención
y Atención de Desastres del Atrato Medio, para la consecución de recursos
ante las instancias del orden internacional, nacional, departamental y
municipal, así mismo de carácter públicos, privadas y comunitarias.
� Finalmente el Sistema Regional para la Prevención y Atención de Desastres
del Atrato Medio, garantizaría la coordinación de acciones para la prevención,
mitigación, atención y recuperación todas las situaciones de desastres o
calamidad que se presente en la zona.
Con el Sistema Regional para la Prevención y Atención de Desastres del Atrato
Medio, se pretende mostrar la necesidad y motivación de crear una figura que
permita la gestión del riesgo y la administración de los recursos en el manejo de
los desastres en la zona, paralelo a esto se propenderá por un mejoramiento de la
calidad de vida de sus habitantes, en cuanto se unificarían recursos para la
promoción en sus comunidades de una cultura de la prevención y de un
saneamiento ambiental básico.
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
297
15.2.3 ¿Qué es?
El Sistema Regional para la Prevención y Atención de Desastres del Atrato Medio,
será una organización que reúna a las instituciones públicas, privadas y
comunitarias, encargadas de orientar y desarrollar los planes, proyectos y
acciones relacionadas con la prevención, mitigación, atención, recuperación de
desastres bajo la coordinación de los gobiernos municipales, asegurando
condiciones para un desarrollo sostenible.
15.2.4 Misión
Tendrá como misión diseñar, difundir y aplicar políticas y acciones requeridas para
la prevención, mitigación, atención y recuperación de desastres, estimulando el
desarrollo de la actitud preventiva en las comunidades que comprende el Atrato
Medio, mediante la promoción de procesos educativos, de planificación y
organización de acuerdo a los planes de desarrollo municipales.
15.2.5 Cobertura
El proyecto beneficiaría a las comunidades urbanas, rurales, negras, indígenas y
chilapos correspondientes a los municipios de Vigía del Fuerte y Murindó en el
departamento de Antioquia, Bojayá y Riosucio en el departamento del Chocó. Su
radio de acción comprende siete cuencas y zonas identificadas como de riberas,
distribuidas según el siguiente cuadro. Los Comités de Apoyo estarán
conformados en cada una de las comunidades que a continuación se detallan.
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
298
Tabla 15.1 Cuencas y comunidades
Cuenca y/o ribera Comunidades
MURRÍ La Playa
Vuelta Cortada
La Loma Murrí
Pueblo Nuevo
JIGUAMIANDÓ Santafe
Bella Flor Remacho
Pueblo Nuevo
Bijao Medio
Puerto Lleras
Caño Seco
RIBERA BRAZO MONTAÑO Montaño
Isla de los Palacios
Pueblo Nuevo
Puerto Antioquia
Briceño
BOJAYÁ Corazón de Jesús
Caimanero
La Loma de Bojayá
Piedra Candela
Pogue
Quía
Comunidades Indígenas
MURINDÓ Bartolo
Comunidades Indígenas
NAPIPÍ NapipÍ
Amburibidó
Carrillo
Comunidades Indígenas
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299
ARQUÍA Puerto Medellín
Puerto Palacios
Playita
Vegáez
Isleta
La Luisa
Bocas de Vidrí
Bocas de Guardia
RIBERA BRAZO MURINDÓ Guadualito
San Alejandro
Opogadó
Bebarameño
Tadía
Bella Luz
Turriquitadó
San Bernardo
Bocas de Murindó
La Grande
Vigía de Curbaradó
OPOGADÓ Bocas de Opogadó
Mesopotamia
Comunidades indígenas
RIBERA ATRATO
MARGEN ORIENTAL
San Martín
San Miguel
Arenal
Buchadó
San Antonio de Padua
Santa María
Palo Blanco
RIBERA ATRATO
MARGEN OCCIDENTAL
Puerto Conto
Veracruz
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300
San José
Alfonso López
La Boba
El Tigre
15.2.6 Objetivos
Los siguientes serán los objetivos que orienten las acciones del Sistema Regional
para la Prevención y Atención de Desastres del Atrato Medio:
� Garantizar la inclusión del componente de prevención en los Planes de
Desarrollo Municipal.
� Definir las responsabilidades y funciones de todas las entidades públicas,
privadas y comunitarias en las fases de prevención, manejo, atención,
rehabilitación, recuperación y desarrollo a que den lugar las situaciones de
desastre o emergencias en la zona del Atrato Medio.
� Integrar los esfuerzos públicos y privados de los municipios que conforman el
Atrato Medio, para la adecuada prevención y atención de las situaciones de
desastre o calamidad.
� Garantizar un manejo oportuno y eficiente de todos los recursos humanos,
técnicos, administrativos, económicos y financieros que le sean asignados para
el desarrollo de acciones orientadas al cumplimiento de su misión.
� Manejar y actualizar el Sistema de Información Geográfico sobre amenazas y
vulnerabilidad, desarrollado por el Convenio PNUD – Corporación OSSO.
15.2.7 Metas
El Sistema Regional para la Prevención y Atención de Desastres tendrá como
metas a corto, mediano y largo plazo las siguientes:
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
301
� Legalización de un convenio inter-administrativo entre las cuatro
administraciones municipales y la DNPAD como asesora del Sistema Regional
para la Prevención y Atención de Desastres del Atrato Medio.
� Construcción de una Sede.
� Implementación de la Red de Comunicaciones y el Sistema de Alerta y Alarma.
� Constitución de un Centro de Respuesta Inmediata.
� Formulación y ejecución del Plan Regional para la Prevención y Atención de
Desastres.
� Elaboración y ejecución del Plan Educativo para la Prevención y Atención de
Desastres del Atrato Medio.
� Fortalecimiento de los Comités Municipales para la Prevención y Atención de
Desastres y creación y puesta en funcionamiento de los Comités de Cuencas,
Riberas y de Apoyo.
� Gestión y consecución de recursos ante organismos del orden internacional,
nacional, departamental y municipal para la prevención, mitigación, atención y
recuperación de emergencias y desastres.
� Inventario de zonas de alto riesgo, incluyendo asentamientos humanos.
� Análisis de Vulnerabilidad.
� Elaboración y Ejecución del Plan de Contingencia Regional
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
302
15.2.8 Relaciones del Sistema Regional para la Prevención y Atención de
Desastres frente a los niveles nacional, departamentales y locales.
15.2.8.1 Frente al Nivel Nacional
Gestionar ante la Dirección Nacional para la Prevención y Atención de Desastres y
ante los Fondos Nacionales de cofinanciación, los proyectos de prevención y
rehabilitación formulados por los diferentes Comités para la Prevención y Atención
de Desastres con jurisdicción en su zona.
Informar oportunamente a la DNPAD, la ocurrencia de fenómenos naturales; grado
de afectación y requerimientos de apoyo del nivel nacional, una vez definidas la
participación y responsabilidades de los niveles Departamentales, Municipales y
comunitarios.
Proporcionar la información solicitada por las entidades, ya sean de carácter
público, privado y comunitario, ello permitirá la apropiación y orientación de
políticas institucionales.
15.2.8.2 Frente al Nivel Departamental
� Presentar ante los Comités Departamentales de Emergencias (CRE) Antioquia
y Chocó y las Unidades Departamentales de Cofinanciación UDECOS, los
proyectos formulados para que estos a su vez sean gestionados con el fin de
ser cofinanciados.
� Dar aviso oportuno a los Comités Departamentales, y a la DNPAD en caso de
la ocurrencia de una situación de desastre o calamidad, así como también
solicitar la ayuda requerida, luego de definir necesidades y contribución de los
entes territoriales.
� Brindar a los Comités Departamentales y/o a las entidades que requieran
información, acerca de las gestiones y proyectos desarrollados.
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
303
� Presentar informes periódicos tanto a la Dirección Nacional para la Prevención
y Atención de Desastres y a los CRE acerca de las gestiones desarrolladas, y
la evaluación y recomendaciones para su mejoramiento.
� Tener en cuenta los programas y proyectos de desarrollo contemplados, en los
Planes de Desarrollo Departamental.
15.2.8.3 Frente al Nivel Local y/o Municipal
� Impulsar la participación de los Comités Locales de Emergencias en las
acciones programadas con el fin de prevenir y/o atender las situaciones de
desastres o de calamidad que se presenten.
� Prestar asesoría y orientación para el funcionamiento tanto de los Comités
Municipales como de los Comités de Cuencas, Apoyo y de Riberas.
� Promover e impulsar procesos de capacitación institucional y comunitarias, así
como también campañas de educación e información pública.
� Apoyar técnicamente la identificación de riesgos, evaluación de su magnitud,
análisis de vulnerabilidad y alternativas de solución.
� Determinar la identificación de asentamientos humanos en zonas de riesgo y
promover programas de mejoramiento o reubicación de vivienda.
� Vigilar la inclusión del componente de prevención y atención de desastres
dentro de los Planes de Desarrollo Municipal.
� Apoyar los procesos integrales de rehabilitación de zonas afectadas por la
ocurrencia de fenómenos naturales o de origen antrópico.
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
304
� Formular concertadamente con las entidades con jurisdicción en la zona y la
comunidad, proyectos que tengan como objetivos la mitigación de situaciones
de desastres, así mismo que mejoren el nivel de vida de los habitantes, a
través de la prevención y atención de desastres.
15.2.9 Funciones del Sistema Regional para la Prevención y Atención de
Desastres del atrato medio
Serán funciones específicas del Sistema Regional:
� Organizar y mantener un sistema integrado de información que permita
conocer y ubicar los factores de amenaza, vulnerabilidad y riesgo en la región
del Atrato Medio.
� Establecer coordinación con las entidades públicas y privadas para instituir los
mecanismos necesarios con el fin de detectar, medir, evaluar, controlar,
transmitir, y comunicar las informaciones así como realizar acciones a que
haya lugar.
� Determinar y controlar la peligrosidad de las acciones adelantadas por las
diferentes entidades públicas y privadas, que tenga incidencia negativa en
índice de calidad de vida de sus habitantes como de su entorno.
� Elaborar con base en los análisis de vulnerabilidad los planes de contingencia
para facilitar la prevención o para atender adecuada y oportunamente los
desastres probables.
� Declarar la situación de desastre y coordinar con las entidades las acciones a
desarrollar.
� Promover la realización de estudios tendientes a determinar la localización y
reubicación de asentamientos humanos.
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
305
� Suministrar información a la opinión, a las comunidades y personas
interesadas, como también coordinar y manejar los sistemas de alerta y
alarma, de acuerdo a las reglas fijadas por la Dirección Nacional para la
Prevención y Atención de Desastres.
� Velar por el cumplimiento de normas y utilización de los equipos del sistema
integrado de información.
� Promover, diseñar y coordinar la ejecución de proyectos entorno a la
prevención de desastre.
� Elaborar el presupuesto anual para que sea incluido dentro de los
presupuestos departamentales y municipales, con el fin de adelantar acciones
orientadas a la prevención y atención de desastre.
� Gestionar ante las entidades correspondientes auxilios necesarios para
ejecución de obras para la prevención de desastre.
� Coordinar acciones pertinentes para la prevención y atención integral de los
desastres, en conjunto con los Comités Locales y de Cuencas, con el fin de
garantizar una participación y organización en la temática tanto de las
instituciones como de las comunidades que conforman el Atrato Medio.
� Vigilar por la administración del Centro de Reservas y/o de respuesta
inmediata.
15.2.10 Estructura administrativa
La estructura organizacional del Sistema Regional, estará dada de la siguiente
manera:� Un Comité Gerencial
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306
� La Coordinación General� La Comisión Técnica y de Planificación� La Comisión Operativa y de Comunicaciones� La Comisión de Educación e Información Pública� Los Comités Municipales, de Cuencas, Riberas y de Apoyo.� Fondo Regional para la Prevención y Atención de Desastres del Atrato Medio.
15.2.10.1 El Comité Gerencial
El Comité Gerencial para la Prevención y Atención de Desastres en el Atrato
Medio estará integrado de la siguiente manera:� Los Alcaldes de los Municipios en referencia� Presidente de los Concejos Municipales� El Coordinador general del Sistema Regional para la Prevención y Atención de
Desastres.
Este Comité tendrá como funciones básicas entre otras:
a) Señalar pautas y orientaciones para la elaboración de los Planes Municipal y
Regional para la Prevención y Atención de Desastres.
b) Aprobar los Planes Municipales y Regional para la Prevención y Atención de
Desastres, para su presentación y aprobación posterior ante los concejos
municipales, así mismo los programas y proyectos derivados de estos serán
presentados ante el CORPES respectivo, con el fin de consecución de
recursos.
c) Definir los mecanismos de evaluación y seguimiento de los Planes Municipales
y Regional.
d) Adoptar los lineamientos generales del Plan Nacional para la Prevención y
Atención de Desastres.
e) Velar por la actualización del Sistema Integrado de Información, así mismo de
los estudios de amenaza y vulnerabilidad de la región.
f) Brindar información oportuna y suficiente acerca de las situaciones de
desastres que se presenten, con el fin de ser evaluadas por el gobierno
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
307
nacional quién determinará la declaratoria, magnitud y afectación de las
situaciones de desastres.
g) Apoyar a los Comités Municipales para la Prevención y Atención de Desastres,
De Cuencas, Riberas y de Apoyo y a las autoridades públicas
correspondientes en la atención de las situaciones de desastres locales,
incluidas las fases de prevención, rehabilitación y reconstrucción.
15.2.10.2 La Coordinación General
El Coordinador del Sistema Regional para la Prevención y Atención de Desastres,
tendrá como tareas fundamentales:
� Lograr una integración efectiva entre los niveles municipales, departamentales
y nacionales.
� Proporcionar e impulsar procesos de coordinación interinstitucional,, con el
objetivo de dar cumplimiento a las metas propuestas en el Plan Nacional para
la Prevención y Atención de Desastres.
� Concertar y participar a todos los estamentos públicos, privados y
comunitarios, a fin de lograr apropiación por parte de los agentes llamados a
participar del Sistema Regional.
� Integrar recursos institucionales en pro de optimizarlos con el objeto de
emprender acciones orientadas a la prevención, mitigación, atención y
rehabilitación de los desastres en la zona.
� Velar por la inclusión del componente de prevención de desastres, tanto en los
Planes de Desarrollo Municipales como en el Plan Regional para la Prevención
y Atención de Desastres y mantener actualizado y en permanente ejecución los
planes de educación y de contingencia.
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
308
� Impulsar el diseño de alternativas de solución planificadas para la prevención,
atención y rehabilitación de los desastres en la región.
� Las demás que considere pertinente el Comité Gerencial del Sistema Regional.� Solicitar apoyo y asesoría ante los organismos nacionales con el fin de dar una
mayor perspectiva en la administración de los desastres en la región.
� Convocar las diferentes comisiones que conforman el Sistema Regional para la
Prevención y Atención de Desastres, con el fin de programar y evaluar las
acciones adelantadas en Prevención y Atención de Desastres
15.2.10.3 La Comisión Técnica y de Planificación
Está comisión del Sistema Regional tendrá como objetivos principales:
� Como su nombre lo indica velará para que todos los planes, programas y
proyectos diseñados para la prevención, atención y recuperación de desastres,
se incorporen y estén enmarcados dentro de la planificación de un desarrollo
humano sostenible.
� Aprobar los planes, programas y proyectos elaborados para tal fin.
� Identificar y zonificar las amenazas, riesgos y vulnerabilidades, demarcando los
asentamientos humanos en alto y medio riesgo.
� Promocionar las políticas de Prevención de Desastres para el Ordenamiento
Territorial, que estipula la Ley 388/97.
� Impulsar estudios acerca del uso de suelos y manejo ambiental relacionado
con riesgo inminente de desastre.
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309
15.2.10.4 La Comisión Operativa y de Comunicaciones
Se busca con esta comisión interna, garantizar una responsabilidad frente a la
atención de un desastre o situación de calamidad. Por ello, la coordinación
operativa tendrá como función principal: organizar, capacitación y preparación
operativo para que la atención de dicho suceso sea en forma ágil y eficaz. Se
requerirá entonces que las instituciones y/o personas que hagan parte de esta
comisión tengan habilidad para atender una emergencia, sin lugar a dudas la
Policía Nacional, Cruz Roja, Defensa Civil y grupos cívicos serán los convocados
a conformarla.
El fortalecimiento de los programas de preparativos para desastres busca la
definición de planes de trabajo concretos, donde las funciones y los mecanismos
operativos permitan el uso racional de los recursos, el manejo integral de los
eventos y la coordinación de todas las comisiones de trabajo.
Tendrá además como funciones especiales, garantizar la administración de la Red
de Comunicaciones como del Centro de Reservas y/o de Respuesta Inmediata.
Red de Comunicaciones, Sistematización, Alerta y Alarma
Sin lugar a dudas uno de los instrumentos indispensables para la efectiva labor del
Sistema Regional para la Prevención y Atención de Desastres del Atrato Medio,
será la Red de Comunicaciones, con este se busca diseñar e instalar una estación
central, equipadas de radios y demás insumos que sirvan para las
comunicaciones, su objetivo principal es el de unir esfuerzos y racionalizar los
recursos entre las instituciones que participan en los programas de prevención y
atención de desastres.
Entre sus funciones básicas se encuentra:
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310
� Coordinar y controlar las radiocomunicaciones para la prevención y atención de
desastres.
� Recibir, enviar y registrar los mensajes que se cursen por los diferentes
medios de comunicación e instituciones.
� Clasificar la información para determinar su urgencia y remitirla a su
destinatario.
� Diligenciar los registros necesarios para la evaluación y control
� Velar por el adecuado funcionamiento y utilidad de los radios de comunicación,
entregados a su vez a cada Comité Municipal, de Cuencas y de Riberas.
� En caso de ocurrir un inadecuado uso de estos instrumentos, el centro de
comunicaciones, notificará a la dirección, quién deberá tomar las medidas
necesarias para corregir la “infracción”.
� Instalación de un Sistema de Alerta y Alarma en cada uno de las comunidades
que forman el Atrato Medio
Centro de Respuesta Inmediata y Abastecimientos
Los centros de reservas y abastecimientos nacen de la necesidad sentida por
parte de la comunidad y de los entes administrativos para contar con un espacio
físico que facilite la gestión conjunta y previamente definida en las fases de
prevención, impacto y recuperación de un desastre.
Deben existir como elemento de trabajo, para la integración institucional en el
contexto político-administrativo y jurisdiccional, donde se integren acciones de
ayuda mutua entre los municipios y regiones de acuerdo con su grado de
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311
desarrollo, recursos físicos, humanos materiales y económicos facilitando la
atención efectiva e inmediata de las comunidades sometidas a una amenaza o
sujeta a desastres naturales y sociales.
La articulación funcional de los criterios se logra mediante la definición de regiones
geográficas donde se requiera la construcción de centros operativos para
conformar una red que facilite la coordinación y el apoyo logístico, será a su vez
un sitio de encuentro permanente donde se articulen los medios de comunicación
entre las instituciones y donde los niveles directivos se articulen con el nivel de
ejecución.
La región del Atrato Medio Antioqueño y Chocoano, es una región urgida de este
instrumento, ya que por su posición geográfica y su topografía selvática, hace que
el avance y desarrollo de medios de comunicación, sea en forma lenta e ineficaz;
ello sin lugar a dudas nos lleva a pensar en la necesidad de crear un Centro de
Reservas para la Atención de Emergencias, inscrito además a la Red Nacional de
Centros de Reservas, según lo reglamenta el decreto 969/95.
Otro de los factores que llevan a pensar en esta propuesta se debe a que estamos
hablando de municipios pobres, para los cuales es mucho más beneficioso la
unificación de recursos en torno a la prevención y atención de emergencias y
desastres.
El objetivo fundamental del Centro de Reservas y/o de Respuesta inmediata se
encuentra contemplado en el decreto 969/95, el cual es:
� Disponer con carácter permanente de suministros básicos para las
comunidades afectadas, así como también de equipos y elementos
especializados para apoyar a las entidades operativas en la realización de
actividades de control de eventos de origen natural o antrópico, búsqueda,
rescate y salvamento, con el fin de atender en forma adecuada y oportuna la
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
312
primera respuesta frente a situaciones de emergencias que se presenten en el
territorio del Atrato Medio Antioqueño y Chocoano.
La coordinación administrativa de este centro de reservas y/o de respuesta
inmediata es función de la Coordinación General, quién podrá nombrar a una
entidad para ello.
15.2.10.5 La Comisión de Educación e Información Pública
Está comisión tendrá como meta fundamental impulsar el desarrollo de la cultura
de la prevención mediante la implementación de programas educativos, de
capacitación formal y no formal y de fortalecimiento institucional.
Ello implica además, capacitaciones permanentes tanto a la comunidad como a
las entidades que hacen parte del Sistema Regional, otro objetivo principal será el
de introducir temas en los currículos escolares en áreas tales como las ciencias
naturales, educación ambiental y ciencias sociales, sería interesante
complementar este proceso educativo con proyecto de alfabetización de adultos a
través de temáticas sobre prevención y atención de desastres.
Otra tarea que debe impulsar y promocionar son los programas de información
pública, utilizando los recursos de comunicación masiva, así las comunidades
conocerán los riesgos, vulnerabilidades y amenazas a las que se encuentran
expuestas y las medidas preventivas a tener en cuenta, a fin de reducir los efectos
de los desastres.
15.2.10.6 Fondo Regional para la Prevención y Atención de Desastres del
Atrato Medio.
El Fondo Regional para la Prevención y Atención de Desastres del Atrato Medio,
tendrá los siguientes objetivos:
� Prestar el apoyo económico que se requiere para la prevención y atención de
emergencias y calamidades en la región del Atrato Medio.
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313
� Mantener durante las fases de rehabilitación, reconstrucción y desarrollo, el
bienestar social y el saneamiento ambiental de la comunidad afectada.
� Cofinanciar la instalación y operación de los sistemas de información
adecuados para la prevención, diagnóstico y atención de situaciones de
desastres.
� Cofinanciar la elaboración de un programa de amplia cobertura para prevenir
desastres con base en estudios e inventarios de riesgos y de las áreas
respectivas dentro de los límites de los municipios haciendo énfasis en
campañas de educación preventiva, y saneamiento ambiental, obras de
mitigación y/o prevención y reubicación de asentamientos humanos.
� Cofinanciar la elaboración y mantenimiento de los mapas de riesgos del
departamento, para la prevención de desastres, mediante un plan de
prevención y atención.
� Adquirir equipos para la atención y prevención de desastres y para atender las
necesidades básicas que se presenten a los afectados por estas situaciones.
� Editar material didáctico de prevención y atención de emergencias, acordes a
la realidad del Atrato Medio.
� Adelantar obras de protección y mitigación.
� Establecer sistemas de fiducia conforme a lo señalado en el parágrafo del
artículo 66 del Decreto 919 de 1989.
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314
La Dirección y administración del Fondo estará a cargo del Comité Gerencial y del
Coordinador General del Sistema Regional para la Prevención y Atención de
Desastres del Atrato Medio, quien será su representante legal.
15.2.10.7 Comités de Cuencas, Riberas y de Apoyo para la Prevención y
Atención de Desastres.
Ante la necesidad de promocionar la autogestión y desarrollo cognocitivo y en
especial la generación de la cultura de la prevención se hace vital emprender un
proceso educativo con las comunidades.
Teniendo en cuenta el alto riesgo de condiciones amenazantes y vulnerabilidades
físicas, técnicas, institucionales y de conocimiento, se hace necesario una
preparación de las comunidades para la mitigación, prevención, atención y
recuperación, de ahí que sean los Comités de Cuencas, Riberas y de Apoyo
células básicas para el óptimo funcionamiento del Sistema Regional para la
Prevención y Atención de Desastres del Atrato Medio.
Entre los objetivos que se pretende se encuentran:
� Fortalecimiento de la Red Comunitaria para la Prevención y Atención de
Desastres.
� Contribuir al fortalecimiento de la organización y participación comunitaria, en
prevención, mitigación, atención y recuperación de situaciones de emergencias
o desastres.
� Capacitar un grupo de líderes comunitarios que se constituyan en
multiplicadores en temáticas de prevención, atención, mitigación y
recuperación de desastres.
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315
� Disminuir el grado de vulnerabilidad, mediante el reconocimiento e
identificación de condiciones amenazantes y la proyección de acciones
tendientes a la mitigación de desastres.
� Estructurar proyectos educativos integrales que tiendan a favorecer el cuidado
del ecosistema a través del sentido de pertenencia, conocimiento del entorno,
grado de vulnerabilidad y acciones que permitan prevenir desastres ecológicos,
físicos y humanos.
Los Comités de Cuencas, Riberas y de Apoyo estarán conformados por un grupo
de líderes comunitarios interesados y motivados por empreder acciones dirigidas a
la prevención, mitigación, atención y recuperación en cado de ocurrencia de una
emergencia o un desastre ya sea de tipo natural o ocasionado por el mismo
hombre.
Entre sus funciones principales se encuentra:
� Detectar, medir y evaluar las condiciones amenazantes existentes en cada una
de las comunidades, para que posteriormente sean socializadas a nivel de
cuencas y así dar una visión global de la situación en todo el área.
� Sensibilizar al resto de los habitantes de sus comunidades sobre la prevención
de desastres, a través de trabajos en grupo y campañas de formación e
información pública.
� Identificar las condiciones amenazantes, vulnerables con el fin de elaborar el
mapa de riesgos y análisis de vulnerabilidad.
� Formular y poner en ejecución el Plan de Contingencia, rutas de evacuación y
Atención en sus comunidades, diseñando e implementando el Sistema de
Alerta y Alarma, con mecanismos propios de la región.
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
316
Del fortalecimiento y consolidación de los Comités de Cuencas, Riberas y de
Apoyo depende el funcionamiento óptimo de las Redes Sociales para la
Prevención y Atención de Desastres, la cual reflejará el resultado de políticas
claras en la descentralización de toma de decisiones que busca el fortalecimiento
de la organización social como célula básica a través de la cual se canalicen las
percepciones de su entorno inmediato, se prioricen acciones y se coordinen
esfuerzos y recursos orientados a la prevención y mitigación de riesgos.
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317
Figura 15.1 Redes institucionales y comunitarias para la prevencion yatencion de desastres en el atrato medio
COMITÉS MUNICIPALESPARA LA PREVENCIÓN
Y ATENCIÓN DEDESASTRES
COMITÉS DE
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ATRATO MEDIO
COMITÉS DE
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ATRATO MEDIO
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Atención de Desastresen el Atrato Medio
SISTEMA
REGIONAL
PARA LA
PREVENCION Y
ATENCION DE
DESASTRES
DEL ATRATO
MEDIO
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
318
15.3. Hacia la formulación del plan estratégico regional para la
prevención y atención de desastres en el atrato medio
15.3.1 Pautas y orientaciones
Para la estructuración del Plan Regional para la Prevención y Atención de
Desastres en el Atrato Medio, es de vital importancia tener en cuenta los
siguientes aspectos:
15.3.1.1 Fortalecimiento de la Organización y Desarrollo Institucional
El Fortalecimiento de la capacidad de acción y de la organización institucional para
la prevención y atención de desastres es un elemento fundamental para el éxito
del Sistema Regional. En este sentido, es necesario que a través de procesos
interinstitucionales y participativos se impulsen y coordine el desarrollo de
instrumentos organizativos, de concertación institucional y de trabajo que
garanticen el funcionamiento del Sistema. En consecuencia, las entidades del
orden municipal deben facilitar y promover:
� El trabajo concertado y coordinado con la Dirección Nacional para la
Prevención y Atención de Desastres, partiendo del reconocimiento que se hace
parte de un Sistema Nacional para la Prevención y Atención de Desastres.
� El fortalecimiento de los Comités Municipales para la Prevención y Atención de
Desastres.
� La organización y fortalecimiento de las labores de las Comisiones de Trabajo
con que cuenta el Sistema Regional para la Prevención y Atención de
Desastres del Atrato Medio.
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
319
15.3.1.2 Incorporación de la Prevención en la Planificación
La prevención de desastres como criterio de planificación debe estar presente en
los procesos de toma de decisiones sobre el futuro económico y social de la región
y de los municipios que hacen parte del Atrato Medio.
Los instrumentos de planificación (sectoriales o financieros), son fundamentales
para garantizar inversiones más seguras y más benéficas desde el punto de vista
social y económico. Por esta razón uno de los objetivos principales del Plan
Estratégico Regional es procurar que el esfuerzo por formular y llevar a cabo dicho
proceso sea objeto de discusión y elaboración de las distintas entidades que
constituyen el Sistema.
Al respecto es fundamental que se logre:
A. Incorporar criterios preventivos y de protección ambiental en los planes
de desarrollo municipales, tales como:
� La consideración de restricciones ambientales como determinante en los
planes de ordenamiento territorial en el ámbito urbano y rural.
� Tener en cuenta el componente de prevención de desastres y definir políticas
en los planes sectoriales e institucionales.
� Promover la asignación de recursos para la prevención y atención de desastres
en el presupuesto de inversión municipal.
B. Manejo y tratamiento de asentamientos humanos localizados en zonas de
riesgo, teniendo en cuenta:
� La elaboración de inventario de zonas de riesgo.
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
320
� Impulsar programas de reubicación, mejoramiento y protección de vivienda
localizadas en zonas de riesgo.
� Promover la reglamentación de usos del suelo con fines preventivos y de
mitigación y de códigos de construcción de vivienda e infraestructura segura.
� Estimular programas de intervención y reducción de la vulnerabilidad de
viviendas y líneas vitales existentes.
� Definición de criterios para instalación de redes de servicios públicos en
asentamientos humanos localizados en zonas de riesgo.
C. Prevención y política ambiental asociada a la prevención de desastres
considerando:
� El impulso de planes de ordenamiento y manejo de cuencas hidrográficas
deterioradas.
� Recuperación mediante planes de reforestación de zonas erosionadas y
degradadas de las laderas y riberas de los ríos.
� Regular la extracción y explotación del recurso forestal en la región.
� Elaboración y puesta en marcha de programas de saneamiento básico.
� El fortalecimiento institucional para la prevención y manejo de inundaciones y
sismos.
� Planificación de estrategias ambientales en el desarrollo urbano y rural, en
aspectos relacionados con el suelo, agua, aire, paisaje y calidad ambiental.
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
321
15.3.1.3 Evaluación de Riesgos Naturales y Antrópicos
La investigación y el conocimiento de fenómenos naturales y acciones humanas
peligrosas se constituyen la base tanto para la toma de decisiones como para la
incorporación del criterio de prevención y mitigación en los procesos de
planificación. Por lo tanto su desarrollo debe ser una de las prioridades del
Sistema en todos sus niveles, particularmente de la Comisión Técnica y de
planificación que debe, de acuerdo con el ámbito de su competencia, llevar a
cabo:
A. La evaluación de amenazas, vulnerabilidades y riesgos, mediante la
elaboración de:
� Identificación de amenazas y riesgos a nivel municipal, profundizando en el
estudio realizado mediante convenio PNUD-OSSO
� Formulación de la metodología
� Elaboración de mapas temáticos: de unidades geomorfológicas, procesos
erosivos, usos del suelo, formaciones geológicas, pendientes del terreno.
� Análisis y validación de campo de la información
� Zonificación de la amenaza
� Metodología para el análisis de amenaza.
� Desarrollo del programa para realizar cálculos hidrológicos e hidráulicos.
� Actualización y complementación del catálogo histórico sísmico de la región del
Atrato Medio.
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
322
� Avanzar en el estudio de la amenaza y vulnerabilidad sísmica de la región.
� Desarrollo del programa para cálculos y graficación de pérdidas por sismos.
� Estudio de diseño y factibilidad de un Programa de instrumentación sísmica de
la región del Atrato Medio.
� Análisis de vulnerabilidad urbana y de escenarios de riesgo, con prioridad en
los casos o puntos críticos.
� Evaluación de la vulnerabilidad de líneas vitales y elaboración de planes de
contingencia.
� Elaboración de los inventarios básicos de amenazas municipales.
� Identificación de peligros de origen tecnológico y/o antrópicos.
B. La instalación y consolidación de redes de detección y alerta para la
vigilancia y aviso oportuno a la población, tales como:
� La Red Sismológica.
� La Red de Alertas Hidrometeorológicas.
� Red de Alertas sobre probabilidad mediana de ocurrencia de inundaciones en
temporadas de fuertes y frecuentes lluvias.
� Las redes de monitoreo y alerta de cuencas torrenciales.
� Las redes y observatorios de vigilancia sismológica.
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
323
� El desarrollo del Sistema Integrado de Información, para que las instituciones
prioricen y acuerden su gestión, teniendo en cuenta la sistematización de
información de riesgos y desastres a nivel municipal.
� El uso de centros de documentación con información nacional, regional e
internacional.
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0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
325
15.3.1.4 Preparación para la Atención de Emergencias
Teniendo en cuenta que las actividades de prevención y mitigación de riesgo no
son suficientes por sí solas, también es necesario conseguir un nivel de respuesta
eficiente de las instituciones operativas de emergencias para que actúen en forma
efectiva en el caso de que se presenten desastres.
Para el efecto se debe promover la capacitación técnica, administrativa y operativa
de las entidades de respuesta a las emergencias, mediante su fortalecimiento y
orientación para la elaboración de preparativos para desastres, planes de
emergencia y contingencia que permitan la mayor coordinación posible para la
atención de la población. Las entidades operativas del Sistema tienen el reto de:
1. Fortalecer su capacidad de respuesta interinstitucional en caso de desastres,
teniendo en cuenta:
a) La elaboración de metodología e instructivos para el desarrollo de planes de
emergencia y contingencia.
b) El fortalecimiento del Centro de Reserva para Emergencias.
c) El impulso y el mejoramiento de las redes de comunicaciones para el manejo de
emergencias.
d) Fortalecimiento en los aspectos técnicos y logísticos a las entidades
responsables de las actividades de búsqueda y rescate y atención a emergencias.
2. Fortalecer la capacitación tanto institucional como ciudadana para reaccionar en
caso de desastre, para lo cual se deben realizar:
a) Ejercicios de simulación y escenarios hipotéticos de desastre.
b) Procedimientos de respuesta para la reacción en caso de desastres locales o
de gran dimensión, con la participación de la ciudadanía.
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
326
15.3.1.5 Educación, Capacitación e Información Pública
La base fundamental para lograr incorporar la prevención de desastres y la
protección del medio ambiente en la cultura está en el esfuerzo que las
instituciones realicen por informar, capacitar y educar la comunidad.
Para dicho efecto es necesario contar con funcionarios capacitados que tengan un
claro conocimiento de sus responsabilidades de acuerdo con el ámbito de su
competencia. Por lo tanto, se debe impulsar la capacitación institucional y
promover el desarrollo de programas de información pública y educación dirigidas
a la población en general, con el fin de lograr un mayor nivel de seguridad y de
calidad de vida de los ciudadanos. Para este fin se debe promover:
1. Información pública para la prevención y reacción adecuada de la comunidad en
caso de desastre, a través de:
� Definición de campañas de información masiva para el conocimiento de las
amenazas y las medidas preventivas individuales y comunitarias a través de
los medios.
� El apoyo a los Comités de Cuencas, Riberas y de Apoyo para la Prevención y
Atención de Desastres en la preparación frente a amenazas a que está
expuesta.
2. La incorporación de los conceptos de prevención de desastres y protección
ambiental en la educación formal, para lo cual es necesario: impulsar la
adecuación curricular de la educación básica primaria y secundaria.
3. Proyectar y desarrollar un Sistema Regional de Capacitación que tenga como
componentes:
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
327
� La conformación y suministro de una biblioteca básica sobre prevención de
desastres a los Comités de Cuencas, Riberas y de Apoyo para la prevención y
atención de desastres.
� El diseño y elaboración de material didáctico para la capacitación a
funcionarios municipales y líderes comunitarios acordes con realidades propias
de la región.
� La promoción de eventos de divulgación y capacitación a nivel nacional y
regional.
4. Promoción de programas masivos de prevención de desastres y estímulo de la
participación ciudadana, mediante:
� La ampliación de la cobertura del programa de capacitación sobre prevención y
atención de desastres a los planteles escolares.
� El impulso de programas preventivos en edificaciones públicas.
� La concertación con Organismos No Gubernamentales y otras formas de
organización y participación ciudadana, para que la sociedad civil se apropie
de procesos de prevención y atención de desastres.
15.3.1.6 Promoción de la Organización comunitaria para la Prevención y
Atención de desastres
Se ha demostrado por la experiencia internacional y en algunos municipios
colombianos, que uno de los principales componentes a tener en cuenta en la
definición de planes estratégicos para la prevención y atención de desastres, es la
participación comunitaria.
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328
Es necesario avanzar en el proceso de consolidación de los Comités de Cuencas,
Riberas y de Apoyo para la Prevención y Atención de Desastres, capacitando a
líderes comunitarios, consolidando de esta manera los vínculos entre el gobierno
local, sus instituciones y la comunidad y ganando en vocación prevencionista a los
habitantes de asentamientos ubicados en zona de riesgo.
� Estructuración de comités para la prevención y atención de desastres en
aquellas comunidades y centros educativos y en especial aquellas que se
reconozcan como prioritarios por su exposición a amenazas y alta
vulnerabilidad.
� Estrechar los vínculos institucionales con la comunidad, para apoyar sus
procesos organizativos.
� Promover los cursos de capacitación que arrojen como resultado la
identificación y análisis de las amenazas, vulnerabilidad y riesgos a los que se
encuentra expuesta la comunidad y planes de acción para prevención y
atención emergencias.
� Dotación de instrumental básico para la atención de emergencias,
identificación de sitios de refugio temporal y cursos de primeros auxilios.
� Definir con apoyo de la instituciones operativas y en consulta con las
organizaciones comunitarias, los lineamientos, políticas y metodologías para la
construcción de la Red Comunitaria para la Prevención y Atención de
Desastres.
15.3.1.7 Rehabilitación, Reconstrucción y Desarrollo
Adicionalmente a las acciones preventivas y los preparativos para la atención de
emergencia, la reconstrucción en caso de desastre es otro de los aspectos que
implica una serie de actividades interinstitucionales de especial importancia,
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
329
mediante las cuales en todos los casos se intente recuperar, en el menor tiempo
posible, la capacidad de sitios afectadas para que continúen su proceso de
desarrollo. Al respecto, es fundamental que se lleve a cabo:
1. Identificar y activar mecanismos interinstitucionales eficientes para el
tratamiento preferencial de proyectos de rehabilitación y reconstrucción, tales
como:
� Programas de reconstrucción y relocalización de vivienda de interés social.
� Rehabilitación de líneas vitales e infraestructura afectada.
� Realización de proyectos productivos de impacto que aseguren la
sostenibilidad económica y social
� Disponibilidad de refinanciación y nuevos créditos para afectados.
2. Consideración por parte de las instituciones, de acuerdo con el ámbito de su
competencia, de:
� Partidas presupuestales para la cofinanciación de proyectos de rehabilitación y
reconstrucción.
3. Sistematización de experiencias de reconstrucción que permitan precisar:
� Estrategias eficaces y elementos de política para el trabajo interinstitucional.
� Modalidades de trabajo comunitario y participación de Organismos No
Gubernamentales-ONG's en programas integrales de recuperación.
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330
� Definición de procedimientos excepcionales para la eficiente y ágil acción
institucional.
15.3.1.8. El Medio Ambiente
Partiendo de reconocer la crisis ambiental que vive el país y la urgencia de
adelantar acciones tendientes a reducir el acelerado proceso de deterioro que se
vive y en especial en la región del Atrato Medio, patrimonio de reserva natural, el
Plan Estratégico para la Prevención de Desastres debe contemplar las políticas,
mecanismos y actividades que permitan actuar en consonancia con las directrices
que defina el Sistema Nacional Ambiental.
Esta es la mejor garantía de que los principios del desarrollo humano sostenible
tengan plena aplicación en el país, en la medida en que el SINA se inscribe en la
visión de garantizar el equilibrio entre el crecimiento económico, el desarrollo
social y la preservación del patrimonio natural.
Para el logro de este objetivo, el plan debe implementar:
� Diagnóstico sobre la situación de fuentes de agua, bosques y patrimonio
ecológico.
� Estudios sobre contaminación ambiental
� Regulación de usos del suelo según su vocación
� Análisis de transformación del paisaje y medidas para preservar este
patrimonio ciudadano
� Acciones para la protección de laderas, microcuencas hidrográficas y bosques.
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331
15.3.1.9 Recursos para la implementación del Plan
Con base en los análisis sobre la problemática de los eventos desastrosos que se
suceden o potencialmente pueden afectar la región, el Sistema Regional para la
prevención y atención de desastres del Atrato Medio y las entidades adscritas a él,
deben hacer las sugerencias y recomendaciones necesarias, sobre asignación de
presupuesto para atender las distintas fases de los desastres: prevención,
atención y recuperación.
15.3.2 Estrategias
Para incorporar el componente de los desastres naturales, a los Planes Municipal
de Desarrollo, debe señalarse estrategias orientadas a reducir la vulnerabilidad,
mejorar la capacidad de respuesta institucional y tomar medidas preventivas frente
a desastres naturales.
15.3.2.1 Prevención y Mitigación
Para mejorar las acciones en prevención de desastres, es indispensable
profundizar en el conocimiento de las amenazas naturales, determinar las zonas
de riesgo, su grado de vulnerabilidad y formular las medidas para prevenir o
mitigar los efectos. Para ello, se debe efectuar programas de investigación y
evaluación de amenazas naturales en sus diferentes aspectos, elaborar el mapa
de riesgos e impulsar la aplicación de las medidas de control, protección y
ordenamiento físico, promoviendo la incorporación de estos componentes en los
planes de desarrollo territorial y ordenamiento urbano, de acuerdo con lo
estipulado en la ley 9/89.
Complementariamente se ampliarán y mejorarán los sistemas de vigilancia y alerta
que monitorean el comportamiento de fenómenos sísmicos, hidrometeorológicos,
inundaciones, etc.
La investigación y evaluación de amenazas y vulnerabilidad y la elaboración de
mapas de riesgo, contarán con la participación de todas las entidades con
0SS0 para Proyecto PNUD COL/ 95/009/010
332
jurisdicción en la región y las entidades del orden nacional que hacen parte del
Comité Técnico del Sistema Nacional para la Prevención y Atención de Desastres.
15.3.2.2 Atención
Para garantizar una respuesta institucional oportuna a la población afectada es
necesario mejorar la capacidad operativa de los organismos de atención de
emergencias, mediante la dotación de equipos, mejoramiento de las redes de
comunicación y de centros de reservas de provisiones y suministros.
Es importante incrementar la capacidad de acción de los Comités de Cuencas,
Riberas y de Apoyo para la Prevención y Atención de Desastres con programas de
capacitación y articulación con las entidades municipales responsables.
15.3.2.3 Rehabilitación
Con el fin de superar las situaciones de desastre, será de especial importancia
enfatizar en la rehabilitación de las zonas afectadas agilizando los procesos de
formulación de proyectos con participación de la comunidad y de las entidades
que tengan competencia, que involucren la reconstrucción de vivienda,
infraestructura física y equipamiento social, acompañados de proyectos
productivos que aseguren la sostenibilidad de las familias afectadas.
15.4. Requerimientos de equipos mínimos para el funcionamiento
operativo del Sistema Regional para la Prevención y Atención de
Desastres del Atrato Medio
Los siguientes son los elementos mínimos requeridos para la puesta en marcha
del Sistema Regional para la Prevención y Atención de Desastres, los cuales
fueron consultados a nivel institucional y comunitario.
15.4.1 Sede central del Sistema Regional
� Construcción de la sede en el Municipio de Vigía del Fuerte
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333
� Taxi con motor 75� Bote de 12 m con motor 9.9� Central de la Red de Comunicaciones� Centro de Respuesta Inmediata y/o Abastecimientos� Material de Divulgación� Botiquín grande de Primeros Auxilios� Línea telefónica y de fax� Equipo de Salvamento y Rescate� Centro de Documentación
15.4.2 Comités de Cuencas, Riberas y de Apoyo
� Caseta en la sedes de las sietes Cuencas y tres de los Comités de Riberas� Bote de 12 m con motor 9.9� Material de Divulgación� Extinguidor� Radio conectado a la Central del Sistema Regional� Instalación de un Sistema de Alerta y Alarma
15.4.3 Comités Municipales para la Prevención y Atención de Desastres
� Radio� Centro de documentación de información pública
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334
BIBLIOGRAFÍA ESPECÍFICA
AYALA GARCIA RODRIGO, ¨Análisis de los Fundamentos y Acción Prográmatica del PlanNacional para la Prevención y Atención de Desastres¨, Trabajo de grado presentado en laEspecialización Evlauación de Riesgos y Prevención de Desastres, Universidad de losAndes, Santa Fe de Bogotá, febrero de 1998.
AYALA GARCIA RODRIGO, VALENCIA VILLADA CRISTINA. ¨Mitigación de Riesgos en Medellín¨Lineamientos para la Formulación del Plan Estratégico para la Prevención y Atención deDesastres de Medellín¨, Medellín, noviembre de 1996.
IDEAM, UNIVERSIDAD NACIONAL, ¨Morfodinámica, Población y Amenaza Naturales en la CostaPacífica Colombiana ¨, Santa Fe de Bogotá, mayo de 1997.
MINISTERIO DE DESARROLLO ECONOMICO, VICEMINISTERIO DE VIVIENDA, DESARROLLOURBANO Y AGUA POTABLE, ¨Ley de Desarrollo Territorial Nro. 388 de 1997¨, Santa Fe deBogotá, julio de 1997.
PROGRAMA DE LAS NACIONES UNIDAS PARA EL DESARROLLO, CORPORACION OSSO,¨Condiciones Amenazantes en el Atrato Medio. Elementos para el Desarrollo Sostenible¨,Cali, octubre de 1997.
RANGEL SUAREZ ALFREDO,¨ El Desarrollo Regional¨, Departamento de Administración de laFunción Pública, Santa Fe de Bogotá, diciembre de 1993.
SISTEMA NACIONAL PARA LA PREVENCION Y ATENCION DE DESASTRES, ¨Codificación deNormas. Decreto 919 de 1989, Santa Fe de Bogotá, diciembre de 1996.
UNIVERSIDAD NACIONAL, ¨ Centro de Desarrollo Tecnológico y Productivo del Bosque para laRegión del Atrato Medio¨, Medellín, diciembre de 1997.
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335
ANEXO VIII.1. JORNADA DE CAPACITACION INSTITUCIONAL Y
COMUNITARIA SOBRE PREVENCION Y ATENCION DE
DESASTRES
Presentado a : Ing. José Gabriel JiménezCoordinador Proyecto PNUD Col 95/009/010
Elaborado por: María Cristina Valencia VilladaTrabajadora Social – Consultora OSSO
Fecha: Febrero 20, 21 y 22 de 1998
1. JORNADA DE CAPACITACION INSTITUCIONAL
Fecha: Febrero 19 de 1998
1.1. OBJETIVOS
La jornada de capacitación institucional tuvo como objetivos los siguientes:
Discutir en conjunto con los alcaldes la propuesta del Sistema Regional para la Prevención yAtención de Desastres del Atrato Medio.
Brindar información a los asistentes acerca del papel del Sistema Nacional para la Prevención yAtención de Desastres, el papel de los Comités Locales de Emergencias, sus competencias,funciones y objetivos
Prestar asesoría acerca de la cofinanciación de proyectos ante el Fondo Nacional de Calamidades.
Protocolizar a través de un convenio inter-administrativo la cooperación intermunicipal paraejecutar acciones orientadas a la prevención, mitigación, atención y recuperación de desastres, asícomo de los requerimientos mínimos para el funcionamiento del Sistema Regional para laPrevención y Atención de Desastres del Atrato Medio.
Definir los requerimientos mínimos para poner en operación el Sistema Regional para laPrevención y Atención de Desastres.
Socializar acerca de los alcances y dificultades de los convenios entre Cruz Roja y CorporaciónOSSO con PNUD.
1.2. ACTIVIDADES
Para el desarrollo y logro de los objetivos de realizaron actividades como:
Conferencia por parte de un funcionario de la DNPAD, acerca del Sistema Nacional para laPrevención y Atención de Desastres.
Charla sobre el papel de los Comités Locales de Emergencias.
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El Fondo Nacional de Calamidades y la cofinanciación de proyectos
Asesoría personalizada acerca de la elaboración y requerimientos para la gestión de proyectos.
Presentación de la propuesta del Sistema Regional para la prevención y Atención de Desastres delAtrato Medio.
Información de los alcances del Convenio OSSO – PNUD y de las dificultades y alcances delConvenio Cruz Roja – PNUD.
Socialización y conclusiones finales
1.3. METAS
La realización de esta jornada permitió entre otras cosas actualizar y brindar información a losfuncionarios de las nuevas administraciones municipales, en este sentido se logró crear un espaciode deliberación conjunto por los problemas que en materia de prevención y atención de desastrespresenta la zona del Atrato Medio. Puede deducirse al final de la jornada el alcance del 100% delos objetivos propuestos.
Con respecto a la propuesta del Sistema Regional para la Prevención y Atención de Desastres delAtrato Medio, fue acogida por unanimidad por los asistentes, quienes expresaron estar dispuestosa estimular el desarrollo de la misma, para que sea una realidad en la región. Muestra de ello es elconvenio interadministrativo firmado por los alcaldes de Riosucio y Bojayá en el Chocó y Vigía delFuerte y Murindó en Antioquia. Convenio que contempla los requerimientos mínimos para elfuncionamiento del Sistema Regional.
1.4. RECOMENDACIONES
A pesar de lo productivo de la jornada se evidenció un vació en cuanto a conceptualización ylineamientos para la formulación y ejecución de los Planes Municipales para la prevención,mitigación, atención y recuperación de desastres, así como la formulación y validación de losplanes de contingencia en cada uno de los municipios. Es importante continuar en laprofundización de estas temáticas ya que son insumos vitales para el fortalecimiento,descentralización y desconcentración en el manejo y gestión del riesgo.
Es de fundamental importancia desarrollar los planes de Ordenamiento territorial, con los cuales sebusca garantizar la utilización del suelo por parte de sus propietarios, para que de esta manera seajusten a la función social de la propiedad y permita hacer efectivos los derechos constitucionales ala vivienda y a los servicios públicos domiciliarios y velar por la creación y defensa del espaciopúblico, así mismo por la protección y conservación del medio ambiente y la prevención dedesastres.
Según la Ley 152 de 1994, los municipios y distritos deben adoptar y aplicar los criteriospresentados en la ley de referencia, como instrumento básico para desarrollar el proceso deordenamiento físico del territorio municipal, además de la utilización del suelo.
1.5. COMPROMISOS
Al finalizar la jornada de capacitación institucional, por petición de los alcaldes y funcionariosasistentes, se solicitó a la Dirección Nacional para la Prevención y Atención de Desastres DNPAD,enviar los funcionarios requeridos para brindar asesorías sobre:
Lineamientos para la formulación de los Planes Municipales para la Prevención y Atención deDesastres.
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337
Criterios para la elaboración de los Planes Hospitalarios de Emergencias y evaluación de líneasvitales.
Asesoría en la elaboración de los planes de contingencia y su validación.
Planes de Ordenamiento Territorial
Consecución de recursos para el funcionamiento operativo del Sistema Regional para laPrevención y Atención de Desastres, así como de los Comités de Cuencas, Ribera y de Apoyopara la Prevención y Atención de Desastres.
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ACTA DE LA JORNADA DE CAPACITACION INSTITUCIONAL SOBRE PREVENCION YATENCION DE DESASTRES
Siendo las 10:00 am del 20 de febrero de 1998, se reunieron en el Salón Múltiple de la Alcaldía deVigía del Fuerte, los alcaldes de Vigía del Fuerte, Bojayá, jefes de planeación, presidentes de losconcejos municipales y representantes de la comunidad.
Nota: la invitación estuvo dirigida a los cuatro alcaldes como a los jefes de planeación, presidentesde los concejos de cada uno de los municipios, sin embargo no se pudo contar con la presencia delos alcaldes de Murindó y Riosucio como de sus respectivos jefes de planeación y presidentes desus concejos, ello según informó Carlos Enrique Ramos (alcalde de Murindó) problemas de tipopersonal dificultaron su llegada al sitio acordado. También asistieron representantes de lascomunidades.
ORDEN DEL DIA
10:00 am Presentación de los asistentes10:30 am Exposición sobre el Sistema Nacional para la Prevención y Atención de Desastres,
a cargo de Edgar Medina11:00 am Charla sobre los Comités Locales de Emergencias11:30 am Definición de competencias institucionales, a cargo de José Gabriel Jiménez.12:00 am Debate12:30 am El Sistema Regional para la Prevención y Atención de Desastres, a cargo de
Cristina Valencia Villada.01:00 pm Debate y conclusiones01:30 pm Almuerzo y clausura del taller
CONCLUSIONES
Sin lugar a dudas, el desarrollo de la región del Atrato Medio y los efectos adversos que losdesastres han provocado en las personas, bienes, están intimamente relacionado. El alto riesgode sufrir un desastres en la zona, depende no sólo de la magnitud de las condicionesamenazantes, sino también del grado de vulnerabilidad determinada por procesos físicos, técnicos,científicos, económicos y sociales, que se manifiestan en términos de desconocimiento de lascomunidades de su realidad social y de los comportamientos que debe aportar para convertirse enagente preventivo.
Por tal motivo, el Programa PNUD Col 95/009/010 ha incentivado en la región la creación delSistema Regional para la Prevención y Atención de Desastres, producto de ello son los estudiosrealizados por el Convenio PNUD – Corporación OSSO, insumos vitales para la validación de lascondiciones amenazantes en la zona, evaluación de la vulnerabilidad social y física, elaboracióndel mapa de riesgo así como también del Plan de Contingencia, en la perspectiva de formular yejecutar proyectos de mitigación de riesgos, y lo más importante, incorporar dentro de los planesde desarrollo local, el concepto de la prevención de desastres.
Se analizaron los casos de los corregimientos de Palo Blanco en Vigía del Fuerte y Pogué enBojayá, poblados que ante amenazas de tipo natural debe ser reubicados o mejorado en suinfraestructura, se sustenta lo anterior en los conceptos expedidos tanto por la OficinaDepartamental de Antioquia para la Prevención y Atención de Desastres DAPARD, como de laCorporación OSSO. De ello ya tenía conocimiento la DNPAD, por eso se recomendó la elaboraciónde los proyectos de reubicación en la mayor brevedad posible, para que sean gestionados ante elFondo Nacional de Calamidades.
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Dado el bajo nivel cultural de muchos de los funcionarios, se denota la necesidad de redoblar losesfuerzos, para garantizar un cúmulo de conocimiento que permita precisar las acciones tendientesa una reducción significativa de las emergencias y desastres en la región.
De lograrse, como es uno de los propósito fundamentales del Programa PNUD, se contribuirá almejoramiento de la calidad de vida de los habitantes, al tiempo que con acciones oportunasevitaremos pérdidas de vidas humanas y daños en los bienes públicos y privados, por fenómenosnaturales o por la acción del hombre.
Como resultado de la reunión se elaboró un Convenio Inter-administrativo para respaldar yfortalecer el Sistema Regional para la Prevención y Atención de Desastres del Atrato Medio entrelos cuatro municipios y la DNPAD. Quedó como tarea pendiente presentar dicho convenio alalcalde de Riosucio para su posterior visto del director general de la DNPAD.
2. JORNADA DE CAPACITACION COMUNITARIA
Los días 21 y 22 de febrero de 1998 se realizaron en el Municipio de Vigía del Fuerte, unacapacitación dirigida a líderes de cada una de las comunidades tanto negras comoindígenas, correspondientes a las ocho cuencas mencionadas al inicio, así mismo a lascomunidades localizadas en las riberas del río Atrato.
2.1. OBJETIVOS
Entre los objetivo que enmarcaban la jornada se encuentran:
Construir el concepto ambiente y su relación con los problemas ambientales, mediante elreconocimiento de sentir popular de los participantes.
Construir el concepto de equilibrio dinámico.Identificar y comprender el concepto de desastre, riesgo, amenaza y vulnerabilidadatravés de las tipologías propias de la región.
Resaltar la importancia del mapa conceptual como instrumento evaluador en los procesosde aprendizaje.
Conocer por medio de las actividades en grupo los conceptos, intereses, necesidades yexpectativas sobre los Comités de Cuencas, Apoyo y Riberas para la Prevención yAtención de Desastres del Atrato Medio.
Proyectar algunas acciones para la Prevención de Desastres en cada una de lascomunidades.
2.2. METAS
Se logro capacitar y brindar información acerca de la prevención y atención de desastresa 77 líderes comunitarios, representantes de las localidades que conforman el AtratoMedio, según cuadro descrito en el comienzo.
La información brindada en el transcurso del seminario, permitió ampliar el conocimiento ycomprensión de términos básicos en la prevención y atención de desastres, comoamenaza, vulnerabilidad, desastre y riesgo.
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Se brindó asesoría por cuencas, con el fin de proyectar acciones como la identificación deamenazas, mapas de riesgos, análisis de vulnerabilidad y perfiles de proyectos, tareasque serán recogidas por el Sistema Regional para la Prevención y Atención de Desastresdel Atrato Medio.
Se logró establecer y motivar a los participantes acerca de la importancia de continuar enel proceso educativo sobre Prevención y Atención de Desastres.Integración de las comunidades negras e indígenas que habitan en la región del AtratoMedio.
Diseño del Sistema de Alerta y Alarma con materiales propios de la región, así comotambién se capacitó sobre el Sistema de Radiocomunicación.
Evaluación de la labor desempeñada por la Cruz Roja, respecto al enfoque de lasacciones realizadas sobre prevención y atención de desastres.
Capacitación acerca del papel y funciones de los Comités de Cuencas, Ribera y de Apoyopara la Prevención y Atención de Desastres.
Definición de materiales para el funcionamiento de los Comités de Cuencas, Riberas y deApoyo
2.3. ACTIVIDADES
Se utilizó una metodología participativa, basada en el método de educación para adultos,con la cual se busca partir del conocimiento y referencia de las comunidades y poderprofundizar en aspectos específicos de la temática de prevención de desastres.
Fueron claves los talleres, trabajo en grupos, dinámicas, la socialización y la relajacióngrupal.
El producto final, fue líderes que se sintieron conmovidos y motivados por las situacionesamenazantes y deterioro ambiental a las que se encuentran expuestos, así como elreconocimiento de sus vulnerabilidades, desde el punto de vista físico, educativo,económico y cultural.
A continuación se detalla el orden de actividades desarrollado en la jornada:
Organización, preparación y Convocatoria de líderes comunitarios e institucionales entrelos días 10-18 de febrero. Para ello fue necesario realizar un recorrido por lacomunidades que comprenden el Atrato Medio.
El recurso didáctico fue primordial en el desarrollo del taller.
El taller como espacio que permita la autoreflexión y la proyección.
Las charlas y conferencias que permiten ampliar el contexto educativo.
El juego que motiva y ayuda a la relajación grupal.
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2.4. RECOMENDACIONES
Es de notarse que eventos de este tipo permite la integración y fortalecimiento de las RedesSociales para la Prevención y Atención de Desastres en el Atrato Medio, sin embargo esimportante tener en cuenta las siguientes apreciaciones van orientadas a consolidar los procesoseducativos que sobre prevención y atención de desastres se desarrollaran en la región.
Editar material didáctico e informativo teniendo en cuenta condiciones propias de la zona.
Consolidar y socializar procesos a nivel de cuencas y por comunidades, para ello se hacenecesario el desplazamiento de personas idóneas en el tema, además de una estadía en lascomunidades que permita brindar información y conocimientos al resto de habitantes, es decir sibien es cierto, los líderes asistentes son reconocidos en sus poblados y tienen capacidad paraconvertirse en multiplicadores, también lo es el bajo nivel educativo que poseen, por lo cual sedebe garantizar la implementación de un proceso educativo sin sesgos, que finalmente logrecambios actitudinales de las personas hacia el medio ambiente.
Debe fortalecerse la parte de sensibilización y conceptualización, ello fomentará la identificación ycomprensión de términos básicos, las técnicas si bien es insumo vital en el proceso de atenciónéstas deben brindarse luego de cierto avance en la formación colectiva e individual.
Validar los mapas de riesgos, análisis de vulnerabilidad, Plan de evacuación y el Sistema de Alertay Alarma, tarea final del taller y cuya socialización y verificación se hará por cuencas.
2.5. COMPROMISOS
Como tareas fundamentales para continuar en la profundización del proceso educativo sobreprevención y atención de desastres en el Atrato Medio, así como la consolidación de los Comitésde Cuencas, Ribera y de Apoyo, se acordó:
Enviar material didáctico, con el fin de ser revisados y rediseñados por los participantes concaracterísticas propias de la zona.
Validar los mapas de riesgos, análisis de vulnerabilidad y rutas de evacuación diseñados por losparticipantes de sus comunidades y cuencas.
Continuar el proceso de capacitación en prevención y atención de desastres.
Evaluar la factibilidad y presentar los perfiles de proyectos diseñados por los líderes comunitarios,ante el Sistema Regional para la Prevención y Atención de Desastres del Atrato Medio.
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ACTA DE LA JORNADA DE CAPACITACION COMUNITARIA SOBRE PREVENCION YATENCION DE DESASTRES
A las 9:00 am de los días 21 y 22 de febrero de 1998, se dio desarrollo a la jornada especial decapacitación sobre prevención y atención de desastres dirigidos a líderes comunitarios de laslocalidades que conforman la región del Atrato Medio.
Se contó con la asistencia de 77 líderes según lista adjunta
ORDEN DEL DIA
Taller Comunitario Nro. 1. Viernes 21 de febreroHORA ACTIVIDAD REALIZADA
09:00 am Saludo de Bienvenida09:30 am Dinámica de Presentación “Busca Tú Amigo”10:30 am Taller “El Mapa Conceptual”11:00 am Socialización y conclusiones del taller11:30 am Refrigerio12:00 am Charla “Medio Ambiente y la Prevención de Desastres”01:00 pm Almuerzo02:30 pm Desarrollo de Términos básicos en prevención y atención de desastres: Riesgo,
Amenaza, Vulnerabilidad, Desastre03:30 pm Taller “Construye el concepto”, socialización04:30 pm Mapa de Riesgos, identificación de Amenazas05:00 pm El Análisis de Vulnerabilidad05:30 pm Dinámica de relajación y terminación del taller Nro 1.
Taller Comunitario Nro 2. Domingo 22 de febrero de 1998
HORA ACTIVIDAD REALIZADA09:00 am Conclusiones del taller Anterior09:30 am Presentación y promoción del Sistema Regional para la Prevención y Atención
de Desastres del Atrato Medio10:30 am Los Comités de Cuencas, Ribera y de Apoyo, objetivos y funciones11:00 am Charla sobre la Autogestión Comunitaria en Prevención y Atención de Desastres11:30 am Refrigerio12:00 am Charla “Cómo elaborar proyectos de prevención y atención de Desastres”01:00 pm Definición de tareas y responsabilidades a nivel comunitario.01:30 pm Taller sobre “Sistema de Alerta y Alarma”02:00 pm Clausura de la jornada educativa
CONCLUSIONES DE LA JORNADA
Dado el bajo nivel educativo de los participantes, (como se reseña en la propuesta el analfabetismoalcanza un 40% del total de la población), es necesario continuar el proceso educativo de maneracontinua y permanente, así como estimular el sentir y percepción que las personas tienen acercadel medio ambiente y la prevención de desastres, sería poco procedente capacitar en técnicas sinantes lograr en los participantes una visión más global de la temática.
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El partir de los hechos históricos y las situaciones de desastres en la región, se estimula lareflexión de la realidad como también la generación del sentido de pertenencia e identificación delos problemas ambientales propios. Aunque para algunos líderes y en especial los adultosmayores, los desastres son eventos relacionados con poderes sobrenaturales, quedó claro queestos hacen parte de la dinámica propia de la naturaleza y de la incidencia del hombre sobre elmedio ambiente natural. Para llegar a esta conclusión se tomó de ejemplo el terremoto de 1992 yque afectó gran parte de las localidades del Atrato Medio y la destrucción casi total de Murindó.
También se dio gran importancia a la necesidad de respetar las diferencias individuales y cómoestas permiten avanzar en el conocimiento, la resolución de conflictos son productivos cuando seinvolucran todos y cada uno de los agentes que intervienen en un ecosistema determinado.
Así mismo se dieron algunos técnicas primitivas para el diseño de instrumentos que permitenevaluar las condiciones amenazantes y de vulnerabilidad a las que se encuentran expuestas lascomunidades, entre ellos el pluviómetro (mide la cantidad de precipitaciones por un intervalo detiempo), las miras (miden el caudal de los ríos), las alertas y alarmas a utilizar en los planes decontingencia y evacuación.
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REGISTRO FOTOGRÁFICO
Uno de los grandes logros de la jornada de capacitación fue la integración interétnica (se apreciaen las fotografías representantes de comunidades negras, indígenas y chilapos)
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La reflexión a partir del sentir y el conocimiento popular son elementos claves para la comprensiónde la realidad y la posterior planificación de acciones tendientes a la Prevención y Atención deDesastres
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Las diferencias individuales y colectivas son reflejo de las diferentes concepciones y mapaconceptuales que cada una de las personas piensa de su realidad. Las diferencias y las crísispermiten el análisis y la reflexión
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Todo proceso educativo y en especial en Prevención y Atención de Desastres, debe permitir elcambio actitudinal y éste sólo se logra a partir de la reflexión – acción – participación en la realidadde su entorno y su accionar cotidiano.
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Llama la atención un gran número de líderes comunitarios y en especial adultos maduros yancianos interesados en aprender haciendo por su comunidad.
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ANEXO VIII.2. CONVENIO INTERADMINISTRATIVO ENTRE LOS
MUNICIPIOS DE VIGIA DEL FUERTE, MURINDO, BOJAYA,
RIOSUCIO Y LA DIRECCION NACIONAL PARA LA PREVENCION Y
ATENCION DE DESASTRES DNPAD
CONVENIO INTERADMINISTRATIVO
Entre los suscritos Pastor Damian Perea Santos, alcalde de Vigía del Fuerte (Ant), Carlos EnriqueRamos Duran, alcalde de Murindó (Ant), Basiliso Mosquera Alvarez, alcalde de Bojayá (Chocó),Cecilio Moreno Arroyo, alcalde de Riosucio (Chocó), Gregorio Marulanda Brito, Director General dela Dirección Nacional para la Prevención y Atención de Desastres, hemos acordado firmar elpresente convenio interadministrativo con el fin de coejecutar y cogestionar recursos tendientes ala implementación del Sistema Regional para la Prevención y Atención de Desastres del AtratoMedio, cuya misión será la de diseñar, difundir y aplicar políticas y acciones requeridas para laadecuada y oportuna prevención, mitigación, atención, rehabilitación y recuperación de situacionesde emergencia o desastres en la zona que comprende el Atrato Medio; así mismo tendrá como unade sus funciones estimular el desarrollo de la actitud preventiva en la cultura de las comunidades.
El Sistema Regional para la Prevención y Atención de Desastres del Atrato Medio, tiene lassiguientes características:
1. COBERTURA:
El radio de acción comprende las zonas tanto urbanas como rurales de los municipios de Vigía delFuerte, Murindó, Bojayá y Riosucio, integrando las comunidades negras como las indigenas.
2. OBJETIVOS:
Garantizar la inclusión del componente de prevención en los planes de desarrollo municipales.
Definir las responsabilidades y funciones de todas las entidades públicas, privadas y comunitariasen las fases de prevención, manejo, atención, rehabilitación, recuperación y desarrollo a que denlugar las situaciones de desdastre o emergencias en la zona del Atrato Medio.Integrar los esfuerzos públicos, privados y comunitarios de los municipios objeto del proyecto, parala adecuada prevención y atención de las situaciones de emergencias o desastres.
Garantizar un manejo oportuno y eficiente de todos los recursos humanos, técnicos,administrativos, económicos y financieros que le sean asignados para el desarrollo de accionesorientadas al cumplimiento de su misión.
Mantener actualizado el Sistema de Información Geográfico desarrollado por PNUD - CorporaciónOSSO y ampliar la escala a fin de inventariar con más detalle las zonas de riesgo de cada uno delos municipios.
Crear un Fondo común, el cual debe ser reglamentado por los Concejos municipales a través de unacuerdo.
3. METAS:
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Las partes comprometidas acuerdan la realización de las siguientes tareas de corto y medianoplazo para el funcionamiento del Sistema Regional para la Prevención y Atención de Desastres delAtrato Medio.
3.1. A Corto Plazo
Convocatoria y definición de responsabilidades de las entidades con competencia afines ocomplemetarias a la prevención y atención de desastres, con jurisdicción en los municipiosreferidos.
Construcción de la sede del Sistema Regional para la Prevención y Atención de Desastres delAtrato Medio.
Formulación del Plan Operativo para el año en curso.
Consecución de recursos para la dotación y equipamiento de la sede regional.
Creación de las comisiones internas de trabajo: Coordinación general, Educativa, Operativa y deComunicaciones, Técnica y de Planificación, Implementación del Centro de respuesta inmediata,ya sea con cofinaciación del Fondo Nacional de Calamidades o con presupuesto propios de losmunicipios del Atrato Medio.
Contratación y asignación de un funcionario para el Sistema Regional para la Prevención yAtención de Desastres del Atrato Medio, cuyos honorarios seran asumidos por los aqui firmantes.Será de libre nombramiento y remoción.
Asignación de un rubro especial en el presupuesto anual de cada uno de los municipios y de laDirección Nacional para la Prevención y Atención de Desastres correspondiente para el año de1998 y 1999, con destinación a la creación del Fondo Regional para la prevención y atención dedesastres del Atrato Medio.
La Dirección Nacional para la Prevención y Atención de Desastres implementará el plan decapacitación anexo.
Asesoría y continuidad en el proceso de capacitación y fortalecimiento de los Comités de Cuencas,de Riberas y de Apoyo.
3.2. A Mediano Plazo
Formulación y ejecución del Plan Regional para la Prevención y Atención de Desastres, teniendoen cuenta los estudios realizados por el convenio PNUD-OSSO.
Formulación e implementación de los Planes Municipales para la Prevención y Atención deDesastres, teniendo en cuenta las directrices tanto del Plan Nacional para la Prevención y Atenciónde Desastres como del Plan Regional del Atrato Medio.
Fortalecimiento de los Comités Locales de Emergencias, los Comités de Cuencas y de Apoyocomo instrumentos fundamentales para el funcionamiento óptimo del Sistema Regional.Formulación y ejecución del Plan Educativo para la Prevención y Atención de Desastres, decapacitación e información pública.
Implementación del Sistema de Comunicaciones y de Alerta y Alarma en el Medio Atrato.Inventario de Asentamientos Humanos localizados en zonas de alto riesgo y que presenten unestado crítico.
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Diseño e implementación de los Planes de Contingencia a nivel de cuencas y cabecerasmunicipales.
Realización de simulacros, para el mejoramiento y perfeccionamiento de los Planes deContingencia.
Construcción de los albergues de las cuencas y de las cebeceras municipales.
4. ORGANIZACION ADMINISTRATIVA
La organización administrativa del Sistema Regional para la Prevención y Atención de Desastresdel Atrato Medio, tendrá la siguiente estructura.
Comité GerencialCoordinación GeneralCoomisión Técnica y de PlanificaciónComisión Operativa y de ComunicacionesComisiónn de Educación e Información PúblicaComités de Cuencas, de Riberas y de ApoyoFondo Regional para la Prevención y Atención de Desastres del Atrato Medio
5. FUNCIONES
El Sistema se crea con el fin de dar cumplimiento a las siguientes funciones:
Organizar y mantener actualizado el Sistema Integrado de Información
Establecer coordinación interinstitucional, intersectorial e intermunicipal con el fin de medir. evaluar,detectar, controlar, transmitir y comunicar las informaciones y acciones a realizar con miras a laprevención y atención de desastres.
Elaborar los Planes de Contingencia de la región del Atrato Medio.
Promover la realización de estudios, investigaciones tendientes a profundizar en el tema de laprevención y atención de desastres en el Atrato Medio.
Velar por el cumplimiento de normas y utilización de los equipos del Sistema Integrado deInformación.
Elaborar el presupuesto anual para que sea incluido dentro de los planes de desarrollo municipalesy de la Dirección Nacional para la Prevención y Atención de Desastres, con el fin de adelantaracciones orientadas a la prevención y atención de desastres.
Cofinanciar y cogestionar recursos para la prevención y atención de desastres ante las entidadesdel orden departamental, nacional e internacional.
Apoyar y fortalecer los Comités Municipales, de Cuencas y de apoyo para la prevención y atenciónde desastres.
Vigilar por todos los insumos a cargo del Sistema Regional para la Prevención y Atención deDesastres del Atrato Medio.
PASTOR DAMIAN PEREA S. CARLOS ENRIQUE RAMOS M
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Alcalde Vigía del Fuerte Alcalde Murindó
BASILISO MOSQUERA CECILIO MORENO ARROYOAlcalde Bojayá Alcalde Riosucio
GREGORIO MARULANDA BRITODirector Dirección Nacional para laPrevención y Atención de Desastres
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ANEXO VIII.3. FORMATOS DE ACUERDOS MUNICIPALES PARA
CONSTITUCION DE COMITES MUNICIPALES Y FONDOS PARA LA
PREVENCION Y ATENCION DE DESASTRES EN EL ATRATO
MEDIO
Anexo VIII.3.1 Modificación de los CLE
DECRETO No.(de de 19 )
Por medio del cual se modifica el Comité Municipal para la Prevención y Atención de Desastres yse dictan otras disposiciones.
El Alcalde Municipal de _____________
en uso de sus facultades legales y en especial las contenidas en Decreto No. 919 del 1 de Mayode 1989.
DECRETA :
ARTICULO PRIMERO : Modifiquese el Comité Municipal para la Prevención y Atenciónde Desastres del Municipio deintegrado por:
El Alcalde Municipal, quien lo presidirá en forma indelegable.
El Jefe de Planeación Municipal, quien actuará como Secretario Técnico del Comité Muncipal parala Prevención y Atenxión de Desastres.
El Personero Municipal.
El Comandante de Policía del Municipio.
El Comandante de la Brigada o Unidad Militar existente en el Municipio.
El Director o Jefe Seccional de Salud del Municipio.
Los representantes de los Comités de Cuencas, Riberas y de Apoyo para la Prevención y Atenciónde Desastres
Otras que por decisión del Comité Municipal para la Prevención y Atención de Desastres se decidaconvocar ya sea representantes o delegados de organizaciones tales como Juntas de AcciónComunal, Organizaciones cívicas o personas de relevancia en el municipio, de acuerdo con elparágrafo del Artículo 60 del Decreto 919 de 1989.
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PARAGRAFO: El Alcalde Municipal designará un funcionario de la Administración para eldesempeño de la coordinación administrativa del Comité Municipal para la Prevención y Atenciónde Desastres.ARTICULO SEGUNDO: El Comité Municipal para la Prevención y Atención de Desastres, tendrácomo funciones todas aquellas contenidas en el Artículo 61 del Decreto 919 del 1 de mayo de1989.ARTICULO TERCERO: Como instrumentos fundamentales para el funcionamiento operativo delComité Municipal para la Prevención y Atención de Desastres, son los Comités de Cuencas,Riberas y de Apoyo, quienes deberan ser fortalecidos, asesorados y tener participación en elComité Municipal para la Prevención y Atención de Desastres.ARTICULO CUARTO: El presente Decreto rige a partir de la fecha de su expedición.
COMUNIQUESE, PUBLIQUESE Y CUMPLASEDado en el Despacho de la Alcaldía Municipal de, a los días del mes de MilNovecientos Noventa y Ocho
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Anexo VIII.3.2 Facultades al alcalde para estudios de riesgos
PROYECTO DE ACUERDO (modelo)
ACUERDO NUMERO( )
Por medio del cual se faculta al Alcalde y al Comité Municipal para la Prevención y Atención deDesastres para realizar los estudios de riesgo del municipio y reglamenta el uso del suelo de laszonas de riesgo.
El Concejo Municipal de ______________________________________
en uso de sus atribuciones legales conferidas en el Artículo 313 de la Constitución Políticade Colombia y considerando:
CONSIDERANDO
1. Que es necesario, en cumplimiento de la Ley 9 de 1982 Art. 56 y Decreto Ley de1989 Art. 61 numeral 2 literal C. identificar las zonas de riesgo en el municipio y ejecutarlos estudios de amenazas, y vulnerabilidad para prevenir futuros desastres.2. Que es función del municipio reglamentar el uso de las zonas de riesgo para evitarel desarrollo de hábitat humanos en estas zonas y proveer su inclusión en los planes dedesarrollo urbano.3. Que el Comité Municipal para la Prevención y Atención de Desastres delmunicipio, presidido por el alcalde y con apoyo de la Comisión Técnica del ComitéDepartamental para la Prevención y Atención de Desastres, identifica preliminarmente laszonas de riesgo en el casco urbano del municipio.
ACUERDA
Artículo 1º.: Declárese zona de riesgo preliminar las siguientes veredas o barrios del municipioasí:
Vereda y/o Barrio Amenaza Potencial
� � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � �
� � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � �
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� � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � �
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Parágrafo: Todos los asentamientos humanos ubicados en las zonas de riesgo de este artículo,se consideran asentamientos en riesgo, quedando sujetos a su reubicación o mejoramientoestructural in situ.
Artículo 2º.: Autorícese al Alcalde Municipal para que realice los estudios específicos para laverificación técnica del riesgo, definición y priorización de las medidas estructurales o noestructurales y/o obras requeridas para prevenir y/o mitigar el riesgo de las zonas identificadaspreliminarmente por el Comité Municipal para la Prevención y Atención de Desastres.
Parágrafo 1º.: Para el cumplimiento de este Artículo los alcaldes deben apoyarse en lasinstituciones que integran las Comisiones técnicas para la Prevención y Atención de Desastres deldepartamento, tales como: Ingeominas, Inat, Ideam, Planeación Departamental, Urpa, Secretaríade Obras Públicas Departamentales, Distrito de Ministerio de Obras Públicas y Transporte,Caminos Vecinales, Servicios de Salud Departamental, etc.
Parágrafo 2º: Los estatutos y mapas preliminares de amenazas u otros insumos de prevenciónrealizados, deben ser incorporados en los procesos de planificación municipal, para lograr laasignación y optimización de recursos y priorización de los proyectos, u obrar para mitigar elriesgo.
Artículo 3º.: Facúltese al Alcalde y Comité Municipal para la Prevención y Atención de Desastrespara que reglamente el uso del suelo de las zonas de riesgo, una vez sea verificado técnicamenteel nivel físico y social del riesgo, a través de los estudios técnicos de que habla el Artículoprecedente, de las zonas identificadas preliminarmente.
Artículo 4º.: Los recursos económicos para los estudios, obras o proyectos para la prevencióny/o mitigación del riesgo, serán erogados del Fondo Municipal para la Prevención y Atención deDesastres creado por acuerdo No. _________ de ____________________.
Artículo 5º.: Las autorizaciones y facultades dadas en este acuerdo al alcalde y Comité Localpara la Prevención y Atención de Desastres serán pro tempore de un año contado a partir de lafecha de publicación de este acuerdo.
Artículo 6º.: El presente acuerdo rige a partir de la fecha de su publicación.
Dado en ___________________________ a los ________________________
Del mes de _______________________________del año ________.
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Anexo VIII.3.3 Creación del Fondo para la Prevención y Atención de Desatres
Municipal
EL CONCEJO MUNICIPAL DE_________________________
EN EJERCICIO DE SUS FUNCIONES CONSTITUCIONALES Y LEGALES
ORDENA
ARTICULO PRIMERO: Crease como establecimiento público del orden municipal, adscrito alDespacho del Alcalde, el Fondo para la Prevención y Atención de Desastres del Municipio comouna entidad dotada de personería jurídica, autonomía administrativa y patrimonio independiente.
ARTICULO SEGUNDO: El Fondo Municipal para la Prevención y Atención de Desastres tendrálos siguientes objetivos:
Prestar el apoyo económico que se requiere para la prevención y atención de desastres ycalamidades. Mantener durante las fases de rehabilitación, reconstrucción y desarrollo, el bienestarsocial y el saneamiento ambiental de la comunidad afectada.
Financiar la instalación y operación de los sistemas de información adecuados para la prevención,diagnóstico y atención de situaciones de desastres.
Financiar la elaboración de un programa de amplia cobertura para prevenir desastres con base enestudios e inventarios de riesgos y de las áreas respectivas dentro de los límites del municipiohaciendo énfasis en campañas de educación preventiva, y saneamiento ambiental, obras demitigación y/o prevención y reubicación de asentamientos humanos.
Financiar la elaboración y mantenimiento de los mapas de riesgos del Municipal, para laprevención de desastres, mediante un plan de prevención y atención.
Adquirir equipos para la atención y prevención de desastres y para atender las necesidadesbásicas que se presenten a los afectados por estas situaciones.
Editar material didáctico de prevención y atención de desastres.
Adelantar obras de protección y mitigación.
ARTICULO TERCERO: La Dirección y administración del Fondo estará a cargo de la JuntaDirectiva y del Director General del Comité Municipal para la Prevención y Atención de Desastres,quien será su representante legal.
ARTICULO CUARTO: La Junta Directiva es el máximo organismo de dirección del Fondo y estaráintegrado así:
Por el Alcalde del Municipio o su delegado, quien lo presidiráPor el Secretario de Gobierno Municipal (si lo hubiere)Por el Jefe de Planeación MunicipalPor el Director del Servicio Municipal de SaludPor dos representantes del Concejo de Municipal
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Por el Comandante de Policía del MunicipioPor el Coordinador del CLE del municipio, quien será el representante legal del Fondo, y a su vezactuará como Secretario de la Junta.
ARTICULO QUINTO: Funciones de la Junta Directiva. Son funciones de la Junta Directiva, lassiguientes:
Velar por el cumplimiento de los objetivos del Fondo.
Señalar las políticas generales de manejo e inversión de los recursos del Fondo y velar por suseguridad, buen manejo y adecuado rendimiento.
Aprobar la destinación de los recursos del Fondo y el orden de prioridades conforme al cual seránapropiados.
Autorizar la celebración de contratos relacionados con los objetivos del Fondo, de conformidad conlo dispuesto por las normas de contratación Administrativa y en especial las consagradas en elpresente acuerdo.
Aprobar las modificaciones al presupuesto de ingresos, gastos e inversiones.
Determinar las circunstancias en que los recursos del Fondo puedan ser transferidos a títulogratuito o no recuperable, según el objeto de este.
Financiar proyectos y acciones presentados por los Comités de Cuencas, Riberas y de Apoyo,orientadas a la prevención y atención de Desastres.
ARTICULO SEXTO: Director General: El Coordinador del CLE del Municipio será el representantelegal del Fondo y cumplirá todas aquellas funciones que la Junta Directiva determine, las queexpresamente se le atribuyan en los estatutos y todas las demás que no estén expresamentereservadas a otra autoridad.
ARTICULO SEPTIMO: El patrimonio del Fondo estará constituido por:
Una suma anual de forzosa inclusión en el presupuesto municipal no inferior al 10% de los ingresoscorrientes tributarios de la administración municipal.
Los aportes que puedan efectuar al Fondo, las entidades y empresas de carácter internacional,nacional, departamental, municipal o particular y las personas naturales.Otros.
ARTICULO OCTAVO: Control Fiscal. Los dineros del Fondo serán manejados por la Tesorería delMunicipio y el Control Fiscalía del Fondo estará a cargo de la Contraloría Municipal.
ARTICULO NOVENO: Facúltase al Alcalde del Municipio para reglamentar el Fondo y la Junta.
ARTICULO DECIMO: Este Acuerdo rige a partir del ……. De ………………… de 1998
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Anexo VIII.3.4 Reglamentación del Fondo para la Prevención y Atención de
Desatres Municipal
DECRETO No. __________
Por medio del cual se reglamenta el acuerdo No.______ de fecha ________Mediante el cual se crea el Fondo para la Prevención y Atención de Desastres del Municipio.
El Alcalde del Municipio de _____________________, en uso de sus atribuciones constitucionalesy legales y en especial las conferidas por el Acuerdo No. ______________________ de 19___.
DECRETA
ARTICULO PRIMERO: Adóptase como reglamento de organización y funcionamiento del Fondopara la Prevención y Atención de Desastres del Municipio de ___________________, loestablecido en el presente Decreto:
CAPITULO I
NATURALEZA, NOMBRE, SIGLA, DOMICILIO, JURISDICCION, CAPACIDAD Y PATRIMONIO.
ARTICULO SEGUNDO: NATURALEZA.El Fondo para la Prevención y Atención de Desastres del Municipio de _______________. Esun establecimiento público adscrito al Despacho del Alcalde con personería jurídica, patrimonioindependiente y autonomía administrativa, de duración indefinida, creado por el Acuerdo _______de 19__ emanado del Concejo Municipal de ________________.
ARTICULO TERCERO: NOMBRE Y SIGLA.Su denominación para todos los efectos será “Fondo para la Prevención y Atención de Desastresde _______________ y utilizará la sigla ____________.
ARTICULO CUARTO: DOMICILIO Y JURISDICCION.El Fondo para la Prevención y Atención de Desastres tendrá su domicilio y jurisdicción en elmunicipio de ______________.
ARTICULO QUINTO: REGIMEN JURIDICOLos actos, operaciones y contratos realizados por el Fondo para la Prevención y Atención deDesastres del Municipio de _________________ estarán sujetos a las reglas del Código Fiscal delMunicipio. A la jurisdicción contencioso administrativa y a las normas especiales de la legislaciónde desastres.
ARTICULO SEXTO: CAPACIDAD.Como entidad de derecho público, el Fondo para la Prevención y Atención de Desastres delMunicipio de _____________, es sujeto capaz de adquirir derechos, contraer obligaciones y de serrepresentando judicial y extrajudicialmente.
ARTICULO SEPTIMO: PATRIMONIOLos ingresos y cuentas del Fondo que se reglamentan, estarán constituidos por los siguientesrecursos que serán destinados exclusivamente a los fines previstos en el presente Decreto:
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Una suma anual de forzosa inclusión en el presupuesto municipal no inferior al 10% de los ingresoscorrientes tributarios de la administración municipal.Los aportes que puedan efectuar al Fondo, las entidades y empresas de carácter internacional,nacional ,departamental, municipal o particular y las personas naturales.Otros.
CAPITULO II
ARTICULO OCTAVO: OBJETIVOS.
Los objetivos del Fondo para la Prevención y Atención de Desastres del Municipio de________________ son:
Presentar el apoyo económico que se requiera para la prevención y atención de emergencias ycalamidades.Mantener durante las fases de rehabilitación, reconstrucción y desarrollo, el bienestar social y elsaneamiento ambiental de la comunidad afectada.Financiar la instalación y operación de los sistemas de información adecuados para la prevención,diagnóstico y atención de situaciones de desastres.Financiar la elaboración de un programa de amplia cobertura para prevenir desastres con base enestudios e inventarios de riesgos y de las áreas respectivas dentro de los límites del Municipiohaciendo énfasis en campañas de educación preventiva, obras de mitigación y /o prevención ysaneamiento ambiental.Financiar la elaboración y mantenimiento de los mapas de riesgos del municipio para la prevenciónde desastres, mediante un plan de prevención y atención.Adquirir equipos para la atención y prevención de desastres y para atenderlas necesidades básicasque se presenten a los afectados por esta situaciones.Editar material didáctico de prevención y atención de emergencias.Adelantar obras de prevención.Financiar acciones y proyectos formulados por los Comités de Cuencas, Riberas y de Apoyoorientados a reducir el riesgo y mitigar desastres.
PARAGRAFO.- La Junta Directiva del Fondo para la Prevención y Atención de Desastres de_________________ atenderá prioritariamente las sugerencias del CLE del municipio.
CAPITULO III
DIRECCION, ADMINISTRACION Y REPRESENTACION
ARTICULO NOVENO: Las políticas generales sobre la Dirección y Administración del Fondo parala Prevención y Atención de Desastres del municipio de ______________ serán establecidas por elAlcalde.
La representación legal corresponde al Coordinador del CLE del municipio.
ARTICULO DECIMO: JUNTA DIRECTIVA
La Junta Directiva del Fondo estará integrada así:
ARTICULO ONCE: La dirección y administración del Fondo estará a cargo de la Junta Directiva ydel Director General del Comité Municipal para la Prevención y Atención de Desastres, quien serásu representante legal.
ARTICULO DOCE: La Junta Directiva es el máximo organismo de dirección del Fondo y estaráintegrado así:
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Por el Alcalde del Municipio o su delegado, quien lo presidiráPor el Secretario de Gobierno Municipal (si lo hubiere)Por el Jefe de Planeación MunicipalPor el Director del Servicio Municipal de SaludPor dos representantes del Concejo de MunicipalPor el Comandante de Policía del MunicipioPor el Coordinador del CLE del municipio, quien será el representante legal del Fondo, y a su vezactuará como Secretario de la Junta.
PARAGRAFO.- Podrán asistir a las sesiones de la Junta Directiva, por invitación previa, con vozpero sin voto, los integrantes de otras entidades públicas o privadas, o personas naturales que porsu vinculación y conocimiento del tema de los desastres la junta juzgue conveniente invitar.
ARTICULO TRECE: FUNCIONES DE LA JUNTA DIRECTIVA.
Además de las establecidas en el Artículo ____ del Acuerdo ____ de 19__, son funciones de laJunta Directiva:
Velar por el cumplimiento de los objetivos del Fondo.
Señalar las políticas generales de manejo e inversión de los recursos del Fondo y velar por suseguridad, buen manejo y adecuado rendimiento.
Aprobar la destinación de los recursos del Fondo y el orden de prioridades conforme al cual seránapropiados.
Autorizar la celebración de contratos relacionados con los objetivos del Fondo, de conformidad conlo dispuesto por las normas de contratación Administrativa y en especial las consagradas en elpresente acuerdo.
Aprobar las modificaciones al presupuesto de ingresos, gastos e inversiones.
Determinar las circunstancias en que los recursos del Fondo puedan ser transferidos a títulogratuito o no recuperable, según el objeto de este.
ARTICULO CATORCE: La Junta Directiva se reunirá ordinariamente cada mes, en el Despachodel Alcalde y podrá sesionar conjuntamente con el Comité Municipal para la Prevención y Atenciónde Desastres.Igualmente habrá reuniones extraordinarias, cuando el Presidente o el Secretario las convoquen.
ARTICULO QUINCE: Constituirá Quorum la asistencia de cuatro (4) miembros de la JuntaDirectiva, y las decisiones se adoptarán por la mayoría de los votos de los miembros presentes.
ARTICULO DIECISEIS: De cada sesión de la Junta Directiva se levantará un acta que deberá serrefrendada por el presidente y el secretario.
ARTICULO DIECISIETE: Los miembros de la Junta Directiva podrán constituir comités cuyafunción principal será la presentación y análisis de las materias que deban ser del conocimiento dela Junta en pleno.
ARTICULO DIECIOCHO: DIRECTOR EJECUTIVO.
El Coordinador del CLE del municipio será el Representante Legal del Fondo para la Prevención yAtención de Desastres del Municipio y a su vez el Secretario de la Junta Directiva del Fondo.
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ARTICULO DIECINUEVE: Son funciones del Director General del Fondo, además de lasestablecidas en el Artículo _______ del Acuerdo _______ de 19___, las siguientes:
Velar por el correcto funcionamiento del Fondo.
Planear, organizar y dirigir las diversas actividades administrativas y financieras del Fondo, encumplimiento a lo dispuesto en este estatuto.
Presentar a consideración de la Junta Directiva el proyecto de presupuesto y los planes yprogramas que considere convenientes.
Presentar al Alcalde y a la Junta Directiva el informe anual y los demás informes que estos lessoliciten.
Presentar trimestralmente a la Junta Directiva un informe sobre el estado del Fondo, adjuntando losrespectivos soportes.
Elaborar el programa de adquisiciones para cada vigencia fiscal y presentarlo a la Junta Directivapara su aprobación.
Responder por el inventario de los bienes del Fondo.
Autenticar las actas, resoluciones y demás.
Las demás funciones que le sean recomendadas por la Junta Directiva.
ARTICULO VEINTE: Para todos los efectos, el ordenador del gasto será el Director General delFondo, previo visto bueno del Alcalde del Municipio atendiendo las disposiciones del Código Fiscaldel municipio así como las disposiciones que regulen las situaciones de desastres o calamidad.
ARTICULO VIENTIUNO: El presente decreto rige a partir de su fecha de expedición.
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Anexo VIII.3.5 Convenio Interadministrativo para el Fondo Regional para la
Prevención y Atención de Desastres del Atrato Medio
EL CONCEJO MUNICIPAL DE_________________________
EN EJERCICIO DE SUS FUNCIONES CONSTITUCIONALES Y LEGALES
ORDENA
ARTICULO PRIMERO: Creáse como convenio interadministrativo , el Fondo Regional para laPrevención y Atención de Desastres del Atrato Medio como una entidad dotada de personeríajurídica, autonomía administrativa y patrimonio independiente.
ARTICULO SEGUNDO: El Fondo Regional para la Prevención y Atención de Desastres tendrá lossiguientes objetivos:
Prestar el apoyo económico que se requiere para la prevención y atención de desastres ycalamidades en la región.
Mantener durante las fases de rehabilitación, reconstrucción y desarrollo, el bienestar social y elsaneamiento ambiental de la comunidad afectada.
Financiar la instalación y operación de los sistemas de información adecuados para la prevención,diagnóstico y atención de situaciones de desastres.
Financiar la elaboración de un programa de amplia cobertura para prevenir desastres con base enestudios e inventarios de riesgos y de las áreas respectivas dentro de los límites del municipiohaciendo énfasis en campañas de educación preventiva, y saneamiento ambiental, obras demitigación y/o prevención y reubicación de asentamientos humanos.
Financiar la elaboración y mantenimiento de los mapas de riesgos del Municipal, para laprevención de desastres, mediante un plan de prevención y atención.
Adquirir equipos para la atención y prevención de desastres y para atender las necesidadesbásicas que se presenten a los afectados por estas situaciones.
Editar material didáctico de prevención y atención de desastres apropiados para la región delAtrato Medio.
Adelantar obras de protección y mitigación.
ARTICULO TERCERO: La Dirección y administración del Fondo estará a cargo del ComitéGerencial del Sistema Regional para la Prevención y Atención de Desastres del Atrato Medio y elcoordinador del mismo, quien será su representante legal.
ARTICULO CUARTO: La junta directiva del fondo es el máximo organismo de dirección del Fondoy estará integrado así:
Por los Alcalde de los Municipio de Riosucio, Murindó, Vigía del Fuerte y Bojayá o sus delegado,quien lo presidirá
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Por los Secretario de Gobierno Municipal (si lo hubiere)
Por los Jefes de Planeación Municipal
Por un representante de cada Concejo de Municipal
Por el Coordinador del Sistema Regional para la Prevención y Atención de Desastres, quien será elrepresentante legal del Fondo, y a su vez actuará como Secretario de la Junta.
ARTICULO QUINTO: Funciones de la Junta Directiva. Son funciones de la Junta Directiva, lassiguientes:
Velar por el cumplimiento de los objetivos del Fondo.
Señalar las políticas generales de manejo e inversión de los recursos del Fondo y velar por suseguridad, buen manejo y adecuado rendimiento.
Aprobar la destinación de los recursos del Fondo y el orden de prioridades conforme al cual seránapropiados.
Autorizar la celebración de contratos relacionados con los objetivos del Fondo, de conformidad conlo dispuesto por las normas de contratación Administrativa y en especial las consagradas en elpresente acuerdo.
Aprobar las modificaciones al presupuesto de ingresos, gastos e inversiones.
Determinar las circunstancias en que los recursos del Fondo puedan ser transferidos a títulogratuito o no recuperable, según el objeto de este.
Financiar proyectos y acciones presentados por los Comités de Cuencas, Riberas y de Apoyo,orientadas a la prevención y atención de Desastres.
ARTICULO SEXTO: Director General: El Coordinador del Sistema Regional para la Prevención yAtención de Desastres será el representante legal del Fondo y cumplirá todas aquellas funcionesque la Junta Directiva determine, las que expresamente se le atribuyan en los estatutos y todas lasdemás que no estén expresamente reservadas a otra autoridad.
ARTICULO SEPTIMO: El patrimonio del Fondo estará constituido por:
Una suma anual de forzosa inclusión en el presupuesto municipal no inferior al 5% de los ingresoscorrientes tributarios de la administración municipal.
Los aportes que puedan efectuar al Fondo, las entidades y empresas de carácter internacional,nacional, departamental, municipal o particular y las personas naturales.Otros.
ARTICULO OCTAVO: Control Fiscal. Los dineros del Fondo serán manejados por la Tesorería delMunicipio selecionados y el Control Fiscalía del Fondo estará a cargo de las ContralorísaMunicipales.
ARTICULO NOVENO: Facúltase al Alcalde del Municipio para reglamentar el Fondo y la Junta.
ARTICULO DECIMO: Este Acuerdo rige a partir del ……. De ………………… de 1998.
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