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46 FRENTE DE IZQUIERDA | nuevos miembros de la Corte Suprema, en- tre otras). Los planteos del Frente Renovador de “de- fensa de las Pyme” o del “trabajo nacional” no implican medida alguna frente a la exacción del capital financiero o de los tarifazos en fa- vor de las privatizadas. Sus planteos supuesta- mente “proteccionistas” sólo sirven de excusa para acicatear una mayor precarización del trabajo: en definitiva, aluden a la competen- cia internacional para promover la baja y qui- ta del salario y de las condiciones de trabajo. Massa está construyendo una coalición polí- tica con la denominada “centroizquierda”, un partido del capital agrario (Stolbizer). La cen- troizquierda y los movimientos sociales que se suman a ellos reiteran la vieja historia del seu- doprogresismo que sirve de furgón de cola a los grandes bloques capitalistas. 3. El FpV/PJ, que de conjunto no expresa intereses diferentes a los del Frente Renova- dor, atraviesa un conjunto de divisiones. Un ala está ligada a los gobernadores (muchos de ellos de su palo, como Alicia Kirchner, Berto- ne y Claudia Zamora), los cuales tramitan un acuerdo de fondo con el macrismo, donde el rescate de las provincias tenga como contra- partida el apoyo político al ajuste nacional. El kirchnerismo, por su parte, practica una de- magogia opositora cuyo objetivo es llevar a los trabajadores detrás de una recomposición del peronismo. Cristina Kirchner ha incluido a los gobernadores del PJ y al propio Sergio Massa en sus llamados a construir el “Fren- te Ciudadano” o una “Nueva Mayoría”. Este planteo, por un lado, apunta a buscar la vuel- ta al poder mediante elecciones del pejotismo de los Insfrán, Urtubey, Bossio, Scioli, Gio- ja, Berni, Milani y compañía, laderos de los José López, Schiavi, Jaime, los Lázaro Baez y los Cristóbal López, y de burócratas sindi- cales del estilo de José Pedraza, el asesino de nuestro compañero Mariano Ferreyra. Es una política contraria a los intereses de la clase obrera y los explotados. El llamado a constituir “una nueva mayo- ría” a quienes votaron el pacto con los fon- dos buitre y otras leyes de ajuste constituye un apoyo indirecto a esas medidas reaccio- narias. No debe olvidarse que el kirchneris- mo restó su voto a la ley buitre en diputados, donde sus votos eran prescindibles (aunque presentó un proyecto de ley para pagarle a los buitres), mientras que en el Senado, donde sí importaban sus escaños, la ley se aprobó con el voto del FPV. El gobierno ajustador de Macri, entonces, no surgió de la nada. Es el resultado del cam- bio de frente de la clase capitalista, inclui- da la burguesía nacional, que gobernó con el kirchnerismo hasta el agotamiento de su po- lítica. Cuando las cajas del Estado se fundie- ron, la clase capitalista reclamó un viraje para plan de lucha por el salario, contra los despi- dos y suspensiones. 5. El gobierno de Macri surge a partir de la crisis de un proyecto pretendidamente “nacio- nal y popular” que durante doce años, y pese a su retórica, no sólo mantuvo el sistema de do- minación capitalista semicolonial argentino, sino que vino a rescatar a los intereses capita- listas golpeados por la bancarrota de 2001 y a restaurar el sistema político burgués golpeado por la rebelión popular del 19 y 20 de diciem- bre. Por eso, las palabras de CFK reivindican- do la “unidad obrero-estudiantil” en La Plata no son más que una operación de cara a las legislativas del 2017, escondiendo que después de doce años de kirchnerismo casi el 65 % de las 500 principales empresas están en manos extranjeras. Que en ese período se pagaron más de 200.000 millones de dólares de deuda externa. Y que lejos de afectar los intereses del gran capital agrario, en estos años se profun- dizó y extendió el “modelo” sojero como uno de los pilares del sometimiento y el atraso na- cional, así como de la megaminería contami- nante y el acuerdo secreto con Chevron. Las principales empresas prestatarias de servicios públicos y sectores de infraestructura (electri- cidad, gas, telefonía, rutas nacionales, puer- tos) así como la mayor parte de los recursos hidrocarburíferos siguieron en manos priva- das, y fueron beneficiadas con subsidios mien- tras se les toleró la más completa desinversión. Las estatizaciones parciales o totales, en YPF, Aguas o Correos, fueron operaciones de soco- rro a capitalistas vaciadores, como ocurriera con Repsol que fue generosamente indemni- zada. El rescate de las privatizadas por el kir- chnerismo ha mostrado el verdadero carácter del estatismo capitalista, que actúa como un factor de confiscación de los trabajadores pa- ra salvar al capital. 6. En el movimiento obrero, el proyecto “na- cional y popular” se tradujo en el apoyo y la promoción de las distintas burocracias sindi- cales. Durante años Moyano fue el principal sostén del gobierno de los Kirchner junto a los Caló y los Andrés Rodríguez, cómplice de los despidos que el macrismo realizó en el Estado. La “pelea contra las corporaciones” se tradu- jo en disputas de distintas camarillas capita- listas. El primer gobierno de Néstor Kirchner contó con el aval y la bendición del grupo Cla- rín. Luego, el choque con Clarín y la ley de me- dios sólo condujeron al desarrollo de nuevas corporaciones mediáticas afines al gobierno, muy lejos de la pretendida “democratización de la palabra”. Cuando las “korpos” fueron va- ciadas por los Spolski o López, sus consecuen- cias las pagaron los trabajadores. Mientras crecían las penurias por la falta de vivienda para los sectores populares, los fondos públi- cos favorecían a algunos grupos económicos » Viene de contratapa obtener financiamiento internacional. Este vi- raje lo quiso realizar el propio kirchnerismo, primero con el pacto con Chevrón, y luego nominando como su candidato a Scioli. Esto verifica el acierto del Frente de Izquierda de haber desarrollado una campaña activa por el voto en blanco en ocasión del balotaje. Es- ta fue la única posición que expresó una po- lítica independiente y de clase frente a Scioli y a Macri. La crisis de las experiencias autodenomina- das nacionalistas o progresistas es de alcance continental. Estas variantes terminaron apli- cando los planes de ajuste que dicen conde- nar, como sucedió en Brasil con el gobierno del PT (reemplazado por el ilegítimo y corrup- to de Temer a quien hay que echar con la mo- vilización), en Venezuela con el gobierno de Maduro; y en Argentina con el kirchneris- mo, que terminó pactando con Chevron y el Club de París. Repudiados por una parte de su propia base social, y sin condiciones políti- cas para llevar adelante el ajuste que reclaman la burguesía y el capital internacional, los go- biernos de Kirchner y Dilma terminaron rele- vados por alternativas derechistas. Pero muy rápidamente, los Temer y Macri se enfrentan a sus primeras crisis, como consecuencia de la reacción obrera y popular y de la marcha de la crisis capitalista, que coloca a la izquierda revolucionaria ante el desafío de demarcarse del nacionalismo y el centroizquierdismo, in- cluso cuando éste reviste una forma pretendi- damente izquierdista, y luchar por gobiernos de trabajadores y por la unidad socialista de América Latina. El Frente de Izquierda aporta una peculiaridad en el proceso político conti- nental. A diferencia de otras organizaciones o frentes, que en nombre de la izquierda levan- tan una estrategia de conciliación de clases, el FIT ha enfrentado a los gobiernos capitalistas con un programa por la independencia de cla- se y por un gobierno de trabajadores. 4. Mientras asistimos a los primeros actos de un ataque a la clase obrera y los sectores po- pulares, la burocracia sindical ha sido garan- te de la “gobernabilidad”, dejando pasar todo el ajuste. La CGT ni siquiera ha llamado a un paro dominguero, pero aunque lo hiciera, le- jos estaría de ser parte de un plan de lucha para iniciar el camino para derrotar al ajuste. Ambas CTA, a su vez, son parte de la políti- ca kirchnerista de utilizar la oposición al ma- crismo para llevarla detrás de la política de conciliación de clases, como quedó claro en la convocatoria realizada junto a cámaras de empresarios y políticos del FPV a la Marcha Federal. Por eso los sectores clasistas de los sindicatos pertenecientes a las centrales con- vocantes, pararon y marcharon con una co- lumna independiente en esa jornada, como también lo hicieron el pasado 9 de agosto, ba- jo el reclamo de un paro activo nacional y un

» Viene de contratapa · 2016. 10. 28. · nante y el acuerdo secreto con Chevron. Las principales empresas prestatarias de servicios públicos y sectores de infraestructura

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nuevos miembros de la Corte Suprema, en-tre otras).

Los planteos del Frente Renovador de “de-fensa de las Pyme” o del “trabajo nacional” no implican medida alguna frente a la exacción del capital financiero o de los tarifazos en fa-vor de las privatizadas. Sus planteos supuesta-mente “proteccionistas” sólo sirven de excusa para acicatear una mayor precarización del trabajo: en definitiva, aluden a la competen-cia internacional para promover la baja y qui-ta del salario y de las condiciones de trabajo. Massa está construyendo una coalición polí-tica con la denominada “centroizquierda”, un partido del capital agrario (Stolbizer). La cen-troizquierda y los movimientos sociales que se suman a ellos reiteran la vieja historia del seu-doprogresismo que sirve de furgón de cola a los grandes bloques capitalistas.

3. El FpV/PJ, que de conjunto no expresa intereses diferentes a los del Frente Renova-dor, atraviesa un conjunto de divisiones. Un ala está ligada a los gobernadores (muchos de ellos de su palo, como Alicia Kirchner, Berto-ne y Claudia Zamora), los cuales tramitan un acuerdo de fondo con el macrismo, donde el rescate de las provincias tenga como contra-partida el apoyo político al ajuste nacional. El kirchnerismo, por su parte, practica una de-magogia opositora cuyo objetivo es llevar a los trabajadores detrás de una recomposición del peronismo. Cristina Kirchner ha incluido a los gobernadores del PJ y al propio Sergio Massa en sus llamados a construir el “Fren-te Ciudadano” o una “Nueva Mayoría”. Este planteo, por un lado, apunta a buscar la vuel-ta al poder mediante elecciones del pejotismo de los Insfrán, Urtubey, Bossio, Scioli, Gio-ja, Berni, Milani y compañía, laderos de los José López, Schiavi, Jaime, los Lázaro Baez y los Cristóbal López, y de burócratas sindi-cales del estilo de José Pedraza, el asesino de nuestro compañero Mariano Ferreyra. Es una política contraria a los intereses de la clase obrera y los explotados.

El llamado a constituir “una nueva mayo-ría” a quienes votaron el pacto con los fon-dos buitre y otras leyes de ajuste constituye un apoyo indirecto a esas medidas reaccio-narias. No debe olvidarse que el kirchneris-mo restó su voto a la ley buitre en diputados, donde sus votos eran prescindibles (aunque presentó un proyecto de ley para pagarle a los buitres), mientras que en el Senado, donde sí importaban sus escaños, la ley se aprobó con el voto del FPV.

El gobierno ajustador de Macri, entonces, no surgió de la nada. Es el resultado del cam-bio de frente de la clase capitalista, inclui-da la burguesía nacional, que gobernó con el kirchnerismo hasta el agotamiento de su po-lítica. Cuando las cajas del Estado se fundie-ron, la clase capitalista reclamó un viraje para

plan de lucha por el salario, contra los despi-dos y suspensiones.

5. El gobierno de Macri surge a partir de la crisis de un proyecto pretendidamente “nacio-nal y popular” que durante doce años, y pese a su retórica, no sólo mantuvo el sistema de do-minación capitalista semicolonial argentino, sino que vino a rescatar a los intereses capita-listas golpeados por la bancarrota de 2001 y a restaurar el sistema político burgués golpeado por la rebelión popular del 19 y 20 de diciem-bre. Por eso, las palabras de CFK reivindican-do la “unidad obrero-estudiantil” en La Plata no son más que una operación de cara a las legislativas del 2017, escondiendo que después de doce años de kirchnerismo casi el 65 % de las 500 principales empresas están en manos extranjeras. Que en ese período se pagaron más de 200.000 millones de dólares de deuda externa. Y que lejos de afectar los intereses del gran capital agrario, en estos años se profun-dizó y extendió el “modelo” sojero como uno de los pilares del sometimiento y el atraso na-cional, así como de la megaminería contami-nante y el acuerdo secreto con Chevron. Las principales empresas prestatarias de servicios públicos y sectores de infraestructura (electri-cidad, gas, telefonía, rutas nacionales, puer-tos) así como la mayor parte de los recursos hidrocarburíferos siguieron en manos priva-das, y fueron beneficiadas con subsidios mien-tras se les toleró la más completa desinversión. Las estatizaciones parciales o totales, en YPF, Aguas o Correos, fueron operaciones de soco-rro a capitalistas vaciadores, como ocurriera con Repsol que fue generosamente indemni-zada. El rescate de las privatizadas por el kir-chnerismo ha mostrado el verdadero carácter del estatismo capitalista, que actúa como un factor de confiscación de los trabajadores pa-ra salvar al capital.

6. En el movimiento obrero, el proyecto “na-cional y popular” se tradujo en el apoyo y la promoción de las distintas burocracias sindi-cales. Durante años Moyano fue el principal sostén del gobierno de los Kirchner junto a los Caló y los Andrés Rodríguez, cómplice de los despidos que el macrismo realizó en el Estado. La “pelea contra las corporaciones” se tradu-jo en disputas de distintas camarillas capita-listas. El primer gobierno de Néstor Kirchner contó con el aval y la bendición del grupo Cla-rín. Luego, el choque con Clarín y la ley de me-dios sólo condujeron al desarrollo de nuevas corporaciones mediáticas afines al gobierno, muy lejos de la pretendida “democratización de la palabra”. Cuando las “korpos” fueron va-ciadas por los Spolski o López, sus consecuen-cias las pagaron los trabajadores. Mientras crecían las penurias por la falta de vivienda para los sectores populares, los fondos públi-cos favorecían a algunos grupos económicos

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obtener financiamiento internacional. Este vi-raje lo quiso realizar el propio kirchnerismo, primero con el pacto con Chevrón, y luego nominando como su candidato a Scioli. Esto verifica el acierto del Frente de Izquierda de haber desarrollado una campaña activa por el voto en blanco en ocasión del balotaje. Es-ta fue la única posición que expresó una po-lítica independiente y de clase frente a Scioli y a Macri.

La crisis de las experiencias autodenomina-das nacionalistas o progresistas es de alcance continental. Estas variantes terminaron apli-cando los planes de ajuste que dicen conde-nar, como sucedió en Brasil con el gobierno del PT (reemplazado por el ilegítimo y corrup-to de Temer a quien hay que echar con la mo-vilización), en Venezuela con el gobierno de Maduro; y en Argentina con el kirchneris-mo, que terminó pactando con Chevron y el Club de París. Repudiados por una parte de su propia base social, y sin condiciones políti-cas para llevar adelante el ajuste que reclaman la burguesía y el capital internacional, los go-biernos de Kirchner y Dilma terminaron rele-vados por alternativas derechistas. Pero muy rápidamente, los Temer y Macri se enfrentan a sus primeras crisis, como consecuencia de la reacción obrera y popular y de la marcha de la crisis capitalista, que coloca a la izquierda revolucionaria ante el desafío de demarcarse del nacionalismo y el centroizquierdismo, in-cluso cuando éste reviste una forma pretendi-damente izquierdista, y luchar por gobiernos de trabajadores y por la unidad socialista de América Latina. El Frente de Izquierda aporta una peculiaridad en el proceso político conti-nental. A diferencia de otras organizaciones o frentes, que en nombre de la izquierda levan-tan una estrategia de conciliación de clases, el FIT ha enfrentado a los gobiernos capitalistas con un programa por la independencia de cla-se y por un gobierno de trabajadores.

4. Mientras asistimos a los primeros actos de un ataque a la clase obrera y los sectores po-pulares, la burocracia sindical ha sido garan-te de la “gobernabilidad”, dejando pasar todo el ajuste. La CGT ni siquiera ha llamado a un paro dominguero, pero aunque lo hiciera, le-jos estaría de ser parte de un plan de lucha para iniciar el camino para derrotar al ajuste. Ambas CTA, a su vez, son parte de la políti-ca kirchnerista de utilizar la oposición al ma-crismo para llevarla detrás de la política de conciliación de clases, como quedó claro en la convocatoria realizada junto a cámaras de empresarios y políticos del FPV a la Marcha Federal. Por eso los sectores clasistas de los sindicatos pertenecientes a las centrales con-vocantes, pararon y marcharon con una co-lumna independiente en esa jornada, como también lo hicieron el pasado 9 de agosto, ba-jo el reclamo de un paro activo nacional y un

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y otros prebendarios directos del Estado y la obra pública, como los Lázaro Báez y Cristó-bal López. Las bolsas en el convento de Jo-sé López son solo una pequeña muestra del despilfarro y la corrupción de este “capitalis-mo de amigos”. Fue este supuesto “gobierno de los Derechos Humanos” el que puso al ge-nocida Milani a cargo de las Fuerzas Arma-das y gran parte de la inteligencia nacional, el creador de los “Proyectos X” y el que no dudó en criminalizar la protesta social negándose a desprocesar a los 6.000 luchadores popula-res; metiendo preso al “Pollo” Sobrero; ava-lando la condena a perpetua de los petroleros de Las Heras y reprimiendo con dureza luchas obreras como la de Lear, Kraft, los petroleros y docentes de Santa Cruz, entre otras. El kirch-nerismo se caracterizó además por una coop-tación de las organizaciones sindicales y de los llamados “movimientos sociales” así como de gran parte de las organizaciones de derechos humanos. No cabe duda que el macrismo se ha servido de todo lo anterior para tratar de justificar su ajuste. En todo esto consistió la llamada “década ganada”.

Hoy, el pasaje del kirchnerismo a la oposi-ción exige de la izquierda la mayor delimi-tación y clarificación política. Es necesario denunciar su demagogia opositora, que pre-tende servirse de las reivindicaciones popu-lares para su reconstrucción política y para bloquear el tránsito de las masas hacia po-siciones revolucionarias. En oposición al “Frente Ciudadano” o a la “nueva mayoría”, que procuran atar a los trabajadores al ca-rro de las variantes capitalistas fracasadas, el Frente de Izquierda reafirma su lucha por la independencia política de los trabajadores.

7. El Frente de Izquierda surgió en 2011 de-fendiendo la independencia política de la clase obrera desde una perspectiva anticapi-talista y socialista. Su surgimiento y su de-sarrollo han sido, por un lado, la expresión de la declinación y el agotamiento del pero-nismo como referencia popular, y, del otro, el resultado de una lucha de clases sistemá-tica contra los gobiernos, el Estado, el régi-men y los agentes políticos y sindicales del nacionalismo capitalista, que tuvo su expre-sión en la recuperación de sindicatos y comi-siones internas, en la conquista de centros, en la defensa de las fábricas bajo gestión obre-ra y en la emergencia del movimiento pique-tero. El Frente de Izquierda ha rechazado la variante fracasada de sometimiento a los blo-ques o partidos capitalistas, como ha ocurri-do con la centroizquierda; asimismo, se ha delimitado de los gobiernos “nacionalistas” o “progresistas” latinoamericanos que, incluso cuando protagonizaron roces con el imperia-lismo, preservaron las relaciones capitalistas de propiedad. Defendiendo la lucha por un gobierno de los trabajadores de ruptura con

trabajadores. Reivindicamos la ocupación y puesta en producción bajo gestión obrera de fábricas como Fasinpat (ex Zanon) y Madygraf (ex Donnelley), frente al ahogo que soportan por parte del Estado y los grupos capitalistas.

En ese camino venimos exigiendo a las cen-trales sindicales que rompan con la tregua y convoquen a un paro activo contra los despi-dos el ajuste y los tarifazos, con movilización de cientos de miles en todo el país, como par-te de plan de lucha progresivo hasta derrotar el plan antiobrero y antinacional del gobier-no. Asimismo, combatimos la criminalización de la protesta, como el intento de desafuero de directivos del Sutef de Tierra del Fuego, el intento de aplicar el fallo de la Corte pa-ra limitar el derecho de huelga a los ferrovia-rios del Sarmiento, que están en pelea abierta contra la patronal, el gobierno y la burocra-cia desde 2001; la persecución a delegados de la línea 60, el repudio a las patotas contra la oposición en el sindicato de la Carne, y otros atropellos. Asimismo reclamamos la libertad inmediata de Milagro Salas.

Luchamos por recuperar los sindicatos para los trabajadores, contra la burocracia sindi-cal, para que la clase obrera pueda desplegar su programa de salida a la crisis en benefi-cio de toda la nación explotada y oprimida. Reivindicamos el triunfo del frente Negra-Roja-Granate en el SUTNA (Sindicato del Neumático) que permitió recuperar para los trabajadores un sindicato industrial estra-tégico, derrotando a la burocracia sindical kirchnerista, así como la experiencia de los SUTEBA combativos y otros sindicatos do-centes, ejemplos del frente único de clase con-tra la burocracia, la patronal y el Estado; la experiencia de la oposición combativa y anti-burocrática en el subte, que se enfrenta a una burocracia sindical abiertamente kirchnerista, y la del cuerpo de Delegados del Sarmiento y de la Seccional Gran Buenos aires Oeste de la Unión Ferroviaria en pelea abierta contra la patronal, el gobierno y la burocracia des-de el 2001. Impulsamos el frente único de las organizaciones obreras para enfrentar el ajus-te y promovemos la unidad de acción contra la represión estatal y por las reivindicacio-nes populares. Sostenemos que la lucha con-secuente contra el gobierno macrista plantea la independencia política de los partidos ca-pitalistas. Por todo lo anterior, convocamos a todos los trabajadores, estudiantes y sectores populares a enfrentar el ajuste y desarrollar una alternativa política propia, a participar de esta campaña en todo el país, que culminará en un gran acto a realizarse durante el mes de noviembre en el estadio de Atlanta, donde se expresarán los representantes del clasismo como así también las distintas fuerzas políti-cas que integramos el FIT.

Frente de Izquierda y de los Trabajadores

el capitalismo, entendiendo esta consigna en sentido antiburgués y anticapitalista. Defen-diendo la lucha por la unidad socialista de América Latina, contra la falsa verborragia de esos gobiernos sobre la “integración latinoa-mericana”, que encubrió la continuidad del sometimiento al capital imperialista.

El Frente de Izquierda señala que el rumbo político y económico del macrismo –apoya-do por toda la oposición patronal– conducirá a una nueva crisis nacional. El gobierno pre-tende postergar sus contradicciones a costa de un acelerado endeudamiento. Macri anun-cia el “retorno a los mercados”, cuando existe una crisis mundial capitalista que los gobier-nos patronales del mundo descargan sobre las espaldas del pueblo trabajador. En ese cua-dro, los inversores reclaman –y el gobierno les ofrece– una fuerza de trabajo flexibiliza-da y con sus conquistas históricas degrada-das. La condición para la supuesta “lluvia de inversiones” es un retroceso histórico en las conquistas y condiciones de vida de los tra-bajadores argentinos. El compromiso de to-das las fuerzas patronales con esa escalada antiobrera reafirma el desafío y la responsa-bilidad que tiene el Frente de Izquierda, para desarrollar una alternativa de los trabajado-res frente a la crisis nacional.

En oposición al camino sin futuro al que conduce el ajuste de Macri y los gobernado-res, el Frente de Izquierda levanta un progra-ma para que la crisis la paguen los capitalistas. Un programa que entre otros puntos plantea un salario mínimo igual al costo de la canasta familiar; el pase a planta de todos los contra-tados y el fin de todas las formas de precariza-ción laboral; el reparto de las horas de trabajo sin afectar el salario; la prohibición por ley de los despidos o suspensiones; la abolición de-finitiva del impuesto al salario (“ganancias”), otra herencia del kirchnerismo que “Cambie-mos” pretende perpetuar; el 82 % móvil del último mejor salario percibido y una Anses dirigida por trabajadores y jubilados electos. En vez de bajar el “costo laboral” (en un país donde las dos terceras partes de los trabaja-dores no llega a la canasta familiar) plantea-mos terminar con el despilfarro capitalista, o sea el “costo patronal”, mediante la apertura de los libros de las empresas, la nacionaliza-ción del comercio exterior, la auditoría y el no pago de la deuda externa para dar trabajo, sa-lud, educación y vivienda para millones.

En vez de un Estado que rescate a los pul-pos petroleros y gasíferos con precios garan-tizados y en dólares, planteamos la anulación de los tarifazos, la apertura de los libros de las empresas; la reestatización de las privatizadas bajo control y gestión obrera y la nacionaliza-ción de toda la industria energética, para que la renta petrolera sea reapropiada por la ma-yoría trabajadora y constituya la palanca pa-ra un plan de industrialización dirigido por los

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Compartimos la declaración del Frente de Izquierda y los Trabajadores ante la situación nacional

Contra el ajuste de Macri y de los goberna-dores. No son ninguna alternativa el PJ/FpV, Massa ni la centroizquierda.

Por una alternativa política independiente de los trabajadores y la izquierda.

1. Como representante de los intereses del gran capital, el gobierno de Macri viene lle-vando adelante un plan de ajuste y de ataque a las conquistas de los trabajadores. Duran-te una década, ese mismo gran capital nacio-nal y extranjero se sirvió del kirchnerismo para que los fondos públicos concurrieran a su rescate, a través del pago de la deuda ex-terna y del sostenimiento de las privatizacio-nes con subsidios que superaron el medio billón de pesos costeados con el presupues-to estatal. Hoy, esos mismos intereses capita-listas han mandatado a Macri a tramitar otro rescate, esta vez, a manos del capital finan-ciero internacional. Como expresó reciente-mente el llamado “Mini Davos”, el gobierno apuesta a brindar todo tipo de concesiones a las grandes corporaciones internacionales y a los capitales locales, a la vez que ha inicia-do un nuevo ciclo de endeudamiento exter-no. El pago a los fondos buitre, el blanqueo de capitales y los brutales tarifazos en los ser-vicios públicos son sólo una muestra de la política de este gobierno, al servicio de los grandes empresarios y las multinacionales,

Continúa en página 46 »

Ilustración: Joaquín Bordeau

19 de noviembre en el estadio del

Club Atlanta

Por un gran acto del

las patronales del campo, los bancos y el im-perialismo. Durante 2016, los salarios perde-rán en promedio más de un 10 % de su poder adquisitivo. El desempleo, por su parte, llega casi al 10 % de la población y hay un porcen-taje similar de subocupados. A los once mi-llones de pobres que dejó el kirchnerismo, el gobierno de Macri le ha agregado 1,5 millo-nes en estos meses. Aún con el retroceso que debió realizar en su anuncio inicial, debido a la reacción popular, se apresta a dar a cono-cer un nuevo cuadro tarifario del gas que in-cluye un primer aumento del 200 %, pero que llegará a un 1.200 % en 2019, en el marco de una dolarización de tarifas en favor de los monopolios petroleros y gasíferos y de distri-buidoras y transportadoras, mientras siguen en pie los aumentos de la electricidad, el agua y el transporte público, y se sigue subsidian-do a las petroleras, privatizadas y patronales del transporte. A la vez, van por profundizar

la flexibilización y la precarización de la clase trabajadora, como se revela en los anuncios de un nuevo régimen –aún más negrero– de Riesgos del Trabajo y en una “Ley Pyme” que servirá para una mayor precarización de la fuerza laboral joven.

2. La política del gobierno nacional es com-partida en sus lineamientos centrales por las distintas variantes de la oposición patronal, como lo expresan los ajustes llevados a cabo –incluso con una brutal represión y persecu-ción a los que luchan– por las gobernaciones del FpV/PJ en sus provincias (como Tierra del Fuego, Santa Cruz y Santiago del Estero, en-tre otras) y el apoyo que han dado en el parla-mento tanto las diferentes variantes del FPV/PJ, como el Frente Renovador, a las princi-pales leyes impulsadas por el macrismo (pa-go a los fondos buitre, blanqueo de capitales,