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Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=319127420003 Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Sistema de Información Científica París Pombo, María Dolores Sindicalismo agrario e indigenismo laboral en el Soconusco, Chiapas: 1934-1940 Secuencia. Revista de historia y ciencias sociales, núm. 65, mayo-agosto, 2006, pp. 67-90 Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora Distrito Federal, México ¿Cómo citar? Número completo Más información del artículo Página de la revista Secuencia. Revista de historia y ciencias sociales, ISSN (Versión impresa): 0186-0348 [email protected] Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora México www.redalyc.org Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

Sindicalismo agrario e indigenismo laboral en el Soconusco

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Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=319127420003

Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal

Sistema de Información Científica

París Pombo, María Dolores

Sindicalismo agrario e indigenismo laboral en el Soconusco, Chiapas: 1934-1940

Secuencia. Revista de historia y ciencias sociales, núm. 65, mayo-agosto, 2006, pp. 67-90

Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora

Distrito Federal, México

¿Cómo citar? Número completo Más información del artículo Página de la revista

Secuencia. Revista de historia y ciencias

sociales,

ISSN (Versión impresa): 0186-0348

[email protected]

Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis

Mora

México

www.redalyc.orgProyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

iVlaría Dolores París P01Jl!Jo

Profesora-investigadora del Departamento de Relaciones Sociales, uAM-Xochimilco. Doctoradoen Ciencias Sociales con especialidad en Ciencia Política, Facultad Latinoameri cana de CienciasSociales (FLAcso), sede México.

Resumen

Este artículo describe los procesos de organiza­ción de los trabajadores cafetalerosdel Soconus­co, Chiapas, bajo la presidencia de LázaroCárde­nas y su influenciaen las estructuras políticas delestado. los agraristas, sindicalistase indigenistasse integraron, durante este periodo , a la clasepolítica chiapaneca. Construyeron una maqui­naria institucional que permitió el arbitraje

laboral, el control de los trabajadores indígenas,de los movimientos obrero y campesino y laampliación de la base de legitimidad del go­bierno posrevolucionario. Las políticas laboralesdel cardenismo en el Soconusco propiciarontambién disputas entre sindicatos, la multipl ica­ción de huelgas y el aumento de los conflictoslaborales.

Palabras clave:Sindicalismo agrario , indigenismo, jornaleros, café, fincas, Soconusco, Chiapas.

Fecha de recepción:septiembre de 2005

Fecha de aceptación:enero de 2006

Agrarian Trade U nionism and LaborIndigenism in Soconusco, Chiapas: 1934-1940

María Dolores París Pombo

Researcher ar rhe Depanmenr of Social Rel arions, vAM-Xochimilco. Ph . D . in Social Scienreswirh a spec ializarion in pol itical science, 1997 , Facul tad Latinoam ericana de Ciencias Sociales(Fu.cso), M exico .

Abstraer

This anide describes rhe processes of organiza­rion of th e coffee workcrs of Soconusco, Chiapas,under the adm inistrarion uf Lázaro Cá rdenasand rheir influence on the sesees pol itical srru c­tures. During this per iod, supponers of landreforrn, rrade unionisrs and indigeniscs joinedrhe pol itical class in Chiapas . They consrruc redan in stir ucional rnach inery that perrnitred

indus trial arbitrati on, rhe control of indigenousworkers, workers' and peasanrs ' movern erus andthe expansion of th e basis of leg it im ncy of thepost-revo lu tionary gove rn menr. T he la bo rpolicies of Cardenisrn in Socon usco also loo rodi sputes berween tr ade unio ns and an increasein th e number of st rikes and labor conflicrs.

Key words:Agrarian trade uni onisrn , indigenism , day workcrs , coffee, farrns, Soconusco , Chiapas .

Final submissiun:September 2005

Acceptance:J anuary 2005

Sindicalismo agrario e indigenismo laboralen el Soconusco, Chiapas: 1934-1940*

María Dolores ParísPombo

INTRODUCCIÓN

D e acuerdo con las descripciones dela prensa nacional y de los inspec­tores de trabajo, en la década de

1930 las relaciones laborales en Chiapaseran similares a las que habían prevaleci­do antes de la revolución. En las grandesfincas cafetaleras del Soconusco, propiedaden su mayoría de alemanes, españoles yestadunidenses, seguían vigentes el peo­naje por deudas y los castigos físicos; lossalarios eran muy bajos y se basaban entareas que resultaba imposible realizaren una jornada. Los informes del Depar­tamento del Trabajo y de comisiones in­tersecretariales nombradas por el presiden­te Lázaro Cárdenas 0934-1940) paraestudiar las condiciones de los jornalerosindígenas -así como los artículos de pren­sa de la época- parecen indicar que fueronescasas las reformas sociales emprendidaspor los gobiernos estatales en la región.

* Este articulo constituye un avance de la investi­gación financiada por CONACYI", titulada "Integradosy marginados en la construcción del Escado mexicanoposrevolucionario. Una investigación de los juegosde poder locales y sus nexos con la polírica nacional,1920-1950", coordinada pot Mary Gold smirh y En­rique Guerra . Agradezco igualmente la ayuda de Ade­la Novelo Bejarano en la revisión de los archivos.

No obstante, la investigación históricamuestra también una intensa actividadsindical y política en el Soconusco desdela década de 1920, cuando los dirigentesdel Partido Socialista Chiapaneco (rsch)recorrieron las fincas para organizar a lospeones y dirigieron importantes huelgasen las regiones cafetalera y bananera. Enlos años treinta, la politización de los jor­naleros se intensificó; eran muchos los ac­tores políticos regionales y nacionales queintervenían de manera directa para organi­zarlos en sindicatos: militantes del PartidoComunista, enviados del gobierno estatalde Raymundo Enríquez (192R-1932)y deVictórico Grajales (1932-1936), dirigentesde las confederaciones obreras regionales(Confederación Campesina y Obrera deChiapas) y nacionales (ConfederaciónObrera Regional de México, Confedera­ción de Trabajadores de México). Los indi­genistas irrumpieron también en el esce­nario político chiapaneco durante esosaños y cobraron rápidamente importanciagracias al apoyo del presidente LázaroCár­denas. En el Soconusco, emprendieron latarea de organizar y defender a los trabaja­dores indígenas temporales que viajabanaño con año a la pizca del café desde lasregiones de los Altos y de Mariscal. Su em­peño se centró en la institucionalizacióndel sistema de contratación de mano deobra temporal ("el sistema de enganche").

Secuencia [69] núm. 65 , mayo-agosto 2006

El indigenismo chiapaneco, cuyo re­presenrante más destacado fue Erasto Ur­bina, desarrolló una labor social muy am­plia en el estado que tuvo repercusionesdistinras según las regiones. Mienrras qucen los Altos y en el norte se unió a las ligasagrarias para exigir el reparto de tierras,en la región costera del Soconusco deman­daba un cambio del régimen laboral basa­do en la eliminación de los contrarisrasparticulares, en la regulación de las relacio­nes salariales y cn la defensa de los de­rechos de los trabajadores temporalesindígenas.

Sin embargo, el sindicalismo agrarioy el indigenismo laboral no parecen haberlogrado mejoras económicas sustancialespara los jornaleros, si exceptuamos algunasreformas como la fundación de escuelas yla llegada de maestros rurales a las fincas.Sin duda e! estancamiento en la situaciónsocial está relacionado con la crisis mun­dial que azotó al país a inicios de los añostreinta y con la ulterior crisis de los preciosdel café,en 1937-1938. Tal vezotra expli­cación de la poca "eficacia" de los sindica­tos en este periodo tiene que ver con sucarácter casi siempre exógeno: se organiza­ban a menudo como una vía paraextenderla influencia de las instituciones estataleso de los partidos políticos en la región,más que para resolver las demandas de lospropios trabajadores. Sin embargo, estaexplicación cs insuficiente; en efecto, nu­merosos documenros de la época muestranque los jornaleros agrícolas desempeñaronun papel importante en la lucha laboraly que muchas veces asumían la organiza­ción sindical como un espacio de defensade sus intereses. Por otro lado, los políti­cos, inreresados en la cooptación de los lí­deres sindicales o en la corporativizaciónde las organizaciones, se debatían en un

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escenario regional y nacional complejo,donde las alianzas eran inestables; el accesoy la permanencia en los cargos públicosdependían casi siempre de las bases deapoyo popular, de la capacidad misma deresponder a las necesidades apremiantesy a los urgentes reclamos de reformaslaborales.

En ese sentido, este artículo describeel proceso de sindicalización de los trabaja­dores cafetaleros, los conflictos enrre losactores políticos que inrervienen en su or­ganización y los cambios en el régimenlaboral de las fincas cafetaleras duranre e!periodo presidencial de Lázaro Cárdenas,para entender los alcances, las repercusio­nes políticas y sociales del sindicalismoagrario y del indigenismo laboral en la re­gión del Soconusco. Analiza primero lasdesavenencias enrre el gobierno esratal deVictórico Grajales y el federal, de LázaroCárdenas, en torno a la situación de lostrabajadores indígenas temporales en laregión. Los términos de esa disputa se re­visan a partir de un estudio de las denun­cias publicadas por la prensa nacional en1935 y 1936, y de las respuestas de losperiódicos locales, fieles al gobierno de!estado. Sedescriben después las diferenciaspolíticas entre las distinras federaciones ysindicatos agrícolas en la defensa de lostrabajadores y la resolución de los conflic­tos laborales, con base en la revisión delos archivos de la Junta Cenrral de Conci­liación y Arbitraje] y en algunos reclamosenviados por los sindicatos a la presidenciade la república.' Finalmente, este artículo

1 Archivo de Concentración del Estado de Chia­pas (en adelante ACEch), Tuxrla Gutiérrez.

2 Archivo General de la Nación (en adelanteAGN), ramo Presidentes, Lázaro Cárdenas del Río,ciudad de México.

MARíA DOLORES PARís PaMBa

cxpone el papel de lo que denominamos"el indigenismo laboral", que inrervino apartir de entonces en la habilitación y lasindicalización de los trabajadotes indí­genas tzotziles y tzeltales.

LA SIND1CALJZACIÓN DE LOSTRABAJADORESCAFETALEROS DEL SOCONUSCO

Desde finales del siglo XIX, gracias a lostratados de límites entre México y Guate­mala que brindaron seguridad jurídica alos dueños de las grandes fincas y del ca­pital, la industria del café en la región delSoconuscose volvió la actividad económicamás próspera de Chiapas y la fuenre prin­cipal de dinero para las arcas públicas delestado.

En los años treinta del siglo xx, el cul­tivo del café significaba de 60 a 80% delos impuestos por productos agrícolas yde 30 a 50% de los ingresos estatales."Las fincas cafetaleras del Soconusco erantambién un mercado de trabajo importan­te para campesinos y jornaleros agrícolasdel estado, de otros estados del país y deGuatemala. La mano de obra agrícolatemporal duranre la época de cosecha tri­plicaba el número de peones acasillados .Las grandes necesidades de trabajadoresestacionales y la escasez de población enla región obligaban a los finqueros a re­currir al "sistema de enganche" para la ha­bilitación de jornaleros agrícolas: así, másde la mitad de estos trabajadores era con­tratada en sus comunidades de origen,ubicadas principalmente en los Altos deChiapas y en la región de Mariscal (en lasierra), a través de intermediarios o contra-

3 Spenser, "Economía', 1988, t. 1, p. 243,

tistas que les adelantaban una parte dc supaga -muchas veces a cuenta de comida,aguardiente y gastoS del viaje. Cada año,muchos trabajadores agrícolas llegabanpor su propia cuenta de la región fronte­riza guatemalteca.

El peso económico de la produccióncafetalera del Soconusco explica, sin duda,que durante décadas, el gobierno posrevo­lucionario eludiera realizar la reforma agra­ria en esa región. Por otro lado, la organi­zación de los jornaleros agrícolas dc loscafetales y los inicios del sindicalismoagrario se vieron continuamente teñidosde violencia política, de represión ejercidapor guardias blancas y por la alianza entrefinqueros y políticos locales.

Los primeros intentos de sindicaliza­ción fueron llevados a cabo por el rsch,organizado en 1920 por algunos líderescampesinos y sindicales de Mariscal y cuyodirigente principal fue Ricardo AlfonsoPaniagua. Conscientes del gran poder denegociación y de la influencia política quealcanzarían si lograban sindicalizar a lostrabajadores del Soconusco, los dirigentesdel rsch formaron el Sindicato de Obrerosy Campesinos de Soconusco y organizaronuna huelga en las fincas cafetaleras de laregión durante el mes de septiembre de1922, al inicio de la temporada de cose­cha." Fueron pocos los logros reales a lasdemandas de salarios justos, cancelaciónde las deudas y jornada dc ocho horas. Sinembargo, un resultado importante dc lamovilización fue la adopción y difusiónde la forma sindical en el Soconusco. Laorganización de los trabajadores permitióademás la formación de una base políticay electoral que se manifestaría por primera

~ Grollová , "Trabajadores", 1995,

SINDICALISMO AGRARIO E INDIGENISMO LABORAL EN EL SOCONUSCO 71

vez en las elecciones al gobierno del es­tado, en 1924. En efecto, fue con el apoyodel rsc h Yde los sindicatos que Carlos Vi­dal llegó a ser e! primer gobernador pos­revolucionario.'

Con Alfonso Paniagua como presiden­te de! Congreso de! esrado, el gobierno deVidal decretó leyes laborales y ejecutópolíticas favorables a los trabajadores y alos cam pesinos. Sin embargo, no ruvotiempo de hacerlas cumplir. En 192 7 e!gobernador pidió licencia para sumarse ala candidarura de Francisco R. Serrano a lapresidencia de la repúb lica. Su apuesta po­lítica resultó fatal, pues lo arrastró hacia sucaída en la crisis que vivió el Estado me­xicano durante la sucesión presidencial de1927-1928. Al darse cuenta de que eraimposible enfrentarse a la maquinaria esta­tal por vía de los votos, e! grupo serranistarealizó un intento frustrado de levanta­miento armado tras el cual Carlos Vidaly Francisco Serrano fueron captu rados enCuernavacay asesinadosen Huitzilac , Mo­relos . Siguió en Chiapas una purga detodos los vidalistas y de los dirigentes delrsch, pero la obra organizativa de los so­cialistas dejaría una huella importante yduradera en las fincas cafetalerasy banane­ras del Soconusco, que sería recuperadaunos años más tarde por dirigentes de basecom unistas y cardenistas.

A pesar de la represión desatada contralas organizaciones de trabajadores y cam­pesinos , éstas tuvieron nuevamente unpeso importan te en la elección de Ray­mundo Enríquez como gobernador del es-

>El gobierno de Tiburcio Femández Ruiz (1920­1924) representó la "restauración" del poder de losfinqu eros en el estado y se caracterizó por la aproba­ción de leyes agrarias y laborales conrrar revolucio­narias,

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rado, en 1928. Su triunfo aseguró la cont i­nuidad de una política de sindi calizaciónde los trabajadores agrícolas desde las ins­rancias gubernam entales, de reglamen­tación de las condiciones de trabajo y re­parto de tierras en algunas regiones delestado. Sin dud a preocupado por mejorarlas condiciones de vida de campesinos yobreros, Enríquez tuvo también un papelimportante en la formación de una basede legit imidad del gobierno posrevolucio­nario en Ch iapas a través de la organi­zación de las masas "desde arriba" y lacreación de instituciones de mediaciónque permitieran al propio gobierno eri­girse en árbitro de los conflictos laboralesy agrarios. Así, convocó a la formación dela Confederación Campesina y Obrera deChiapas (ccoch) y creó e! Departamentode Trabajo, Defensa Proletaria y BienestarSocial.

La Confederación no logró, sin embar­go, mantener el monopolio de la organi­zación en e! Soconusco, donde seguíanteniendo una presencia importante los mi­lirantes socialistas y comunisras. Duranteesos años, el Partido Comunista Mexicanoorganizó, en la región costera sur del esta­do , e! Bloque Obrero y Campesino y laOposición Sindical Revolucionaria.

Después del colapso mundial de 1929,se dio una fuerte contracción de los merca­dos en el ám bito inte rnacional que afectóde manera drásti ca las ventas del café pro­cedente del Soconusco, diri gidas funda­mentalmente a Alemania y a Estados Uni­dos. Las condiciones laborales empeorarony los mercados de trabajo se cont rajeron.La crisis rrajo tamb ién un endurecimientode la represión cont ra las organizacionescomunistas y agraristas.

Esto explica probablemente la subidaal poder, en 1932, de Victórico Grajales,

MARrA DOLORES PARís PaMBa

que representaba a los sectores más autori­tarios del Partido Nacional Revolucionario(PNR)en el estado. Perteneciente a una fa­milia terrateniente de los valles centrales,Grajales era anticlerical y antiagrarista. Suanticlericalismo estaba fuertemente in­fluido por el ex gobernador tabasqueñoTomás Garrido Canabal. El nuevo gober­nador había asumido, desde la época re­volucionaria, las más diversas posturaspo­líticas, aunque siempre oportunamentecercano al poder en rumo: simpatizó pri­mero con el peculiar villismo de los fin­queros chiapanecos (conocidos como "ma­paches") para mudarse después a la causaconsrirucionalisra; fue un cercano colabo­rador del ingeniero Raymundo Enríquezdurante su gobierno (1928-1932), paraconvertirse después en un férreo críticodel mismo."

En materia sindical, Grajales utilizóla burocracia estatal como un arma parareprimir cualquier intento de organizaciónindependiente, pero empleó un discursoobrerista y promovió la formación de sin­dicatos afiliados a la ccoch. Utilizando laLeyFederal del Trabajo de 1931 que obli­gaba a los sindicatos a solicitar su registro,Grajales excluyó a todos los que no seadhirieran a la Confederación y no se ajus­taran estrictamente a las directivas del go­bierno estatal.

En los años de 1934 y 1935 en el So­conusco se multiplicaron los sindicatosoficiales,convertidos muchas vecesen sim­ples membretes. El PNR enviaba a sus re­presentantes a que recorrieran las fincascafetaleras y bananeras y fundaran decenasde sindicatos de empresa afiliados a laConfederación Obrera y Campesina de

6 "Exhiben a Grajales vecinos de Huixtla comoanricardenisra", La Prensa, 6 de diciembre de 1934.

Chiapas. " El diario El Roji-Negro, órganode esa confederación, afirmaba así:

Nuestro delegado regional en el Soconusco,

compañero Gregario González, nos comuni­

ca haber fundado varios sindicatos de tra­

bajadores en las fincas cafeteras de su región,

Guatino, Alianza, Vicente Chahuires, Gre­cia, Albión y El Porvenir. En la fundación

aludida, todos los trabajadores vitorearon alPNR, al coronel Victórico Grajales y a la Con­federación Campesina y Obrera de esta en­

tidad. 8

En cuanto a la gran cantidad de ins­pectores del trabajo nombrados duranteese gobierno para vigilar el cumplimientode las leyes laborales, eran numerosas las

7 Acra de fundación del Sindicato de Trabajadoresdel Campo de la finca El Rosario, municipio de Ca­cahoatán, 5 de marzo de 1935 ; Acta de fundación yregistro del Sindicato de Trabajadores de las fincasNancinapa y Alcázar (bananeros) del municipio deAcaperagua, departamento del Soconusco, 11 de abrilde 1935; Acta de fundación del Sindicara de Obrerosy Campesinos núm. 1 de la finca Maravillas, munici­pio de Tapachula, 17 de mayo de 1935; Acta de fun­dación y regisrro del Sindicato de Trabajadores delCampo de la finca Guanajuaro, municipio de Tapa­chula, 7 de julio de 1935; Acm de fundación del Sin­dicato de Obreros y Campesinos de la finca San JuanChicharras, municipio de Tapachula, Sindicato deTrabajadores del Campo núm . 30, finca La Realidad,municipio de Tapachula, Sindicato dc Trabajadoresdel Campo, núm. 31 de las fincas Hidalgo y Acapul­CO, municipio de Tapachula, junio de 1935; registrodel Sindicato de Obreros y Campesinos de las fincasPaso del Norte, San Rafael, Los Alpes, Eureka y elDesenlace, en el pueblo de Unión]uárez, 24 de agostode 1935; Acta de fundación y registro del Sirulicarode Trabajadores de la finca Zacapulco, septiembre de1935, en ACECh, Archivo Documental de la JuntaLocal de Conciliación y Arbitraje.

s El Roji-Negro, 27 de marzo de 1934.

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denuncias por parte de trabajadores ymaestros rurales sobre su corrupción: enmuchas ocasiones, los inspectores se dedi­caban a extorsionar a los finqueros o biense convertían en sus huéspedes de lujo."

Aliados a las autoridades locales de losmunicipios de los Altos, el Soconusco yMariscal, los finqueros se armaron a travésde guardias blancas que tenían por obje­tivo evitar la huida de los peones acasi­llados y trabajadores temporales que nohubieran cumplido con su contrato, apre­sarlos y llevarlos de regreso a las fincas.Lasguardias blancas se ocupaban tambiénde reprimir los intentos de sindicalizaciónindependiente y de suprimir a los líderesagraristas.

EMERGENCIA DEL INDIGENISMOY DENUNCIA DE LA EXPLOTACIÓNEN LAS FINCAS CAFETALERAS

Durante el periodo de 1934 a 1935, ladisputa entre el presidente Lázaro Cárde­nas y Plutarco Elías Calles terminó con elexilio de este último y con una purga delosgobernadores y de los secretariospúbli­cos conocidos por su cercanía política conCalles. En Chiapas, la oposición a Victó­rico Grajales se organizó bajo la banderadel cardenismo. A medida que los callistasiban perdiendo terreno político, los gruposmás cercanos a los terratenientes y comer-

9 "Los de Huixtla creen vivir bajo un sino de noredención", La Prensa, 3 de enero de 1935. En esteartículo se denuncia la extorsión por 400 pesos querealizó un inspector de trabajo al dueño de la fincaMaravillas,Juan Lurtman. ACECh, flülAH/ü7134-51111,carta de queja de la Unión de Empleados de FincasCafeteras dirigida al Deparramento del Trabajo, 22de junio de 1936.

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ciantes de los Altos, a los dueños de lasfincas cafetalerasy bananeras del Soconus­co y del norte del estado, así como a lavieja familia política chiapaneca, empeza­ron a denunciar a los elementos cardenis­tas que venían a subvertir el orden públicoa través de sus irresponsables discursosagrarisras."? Aumentaba también la vio­lencia política y la represión contra losagraristas y contra los comunistas.

Los roces entre el gobierno del generalLázaro Cárdenas y el de Vietórico Grajalesfueron constantes. Lasdisputas fueron par­ticularmente ásperas en relación con lacuestión indígena, pues uno de los ele-

10 En la finca Hannover, en mayo de 1935, eltrabajador Santiago Villalovos trata de formar un sin­dicato independiente. Debido a la oposición del ad­ministrador y a la rápida agudización del conflictoque lleva incluso a la intervención del ejército, el ins­pector de Trabajo, Daniel García, se ve obligado a es­cribirle un largo informe al corone! Grajales, en elcual explica que para solucionar el conflicto había in­tenrado organizar a los rrabajadores a través del PNR,

de la Delegación de Acción Social y de la FederaciónDisrriral, pero que esos intentos fracasaron, En el in­forme argumenta que Villalovos "procede de Minari­tlán, Veracruz, y no deja de tener algo de agitadormal orientado". En las conclusiones, afirma tambiénque "A Villalovos lo asesora un tal señor Ortega, di­rector de la Liga Radical Agraria." Más adelante re­fuerza ese comentario concluyendo que "SantiagoVillalovos fue aconsejado por elementos desafectns algobierno del estado para crear el problema, lo quequeda demostrado por la amenaza que profirió ante laJunta de Conciliación, cuando aún se estaha instruyen­do el expediente: que si no se les impartía justicia sequejaría con e! inspector federal del Trabajo." Esteexpediente de laJunta Central de Conciliación y Ar­bitraje muestra claramente que en esos momentos,el gobierno cardenista era visto corno una amenazacontra los procedimientos "obreristas " del gobiernoestatal de Vierórico Grajales. ACECh, SGIAIlI07132­39101.

MARíA DOLORES PARís POMBO

mentos más constantes en los ataques con­tra e! gobierno grajalista era e! de las con­diciones laborales de los trabajadores indí­genas que migraban temporalmente alSoconusco.

En los años de 1934 y 1935 tuvo lugarasí una amplia campaña en la prensa na­cional. El miércoles 16 de mayo de 1934,en su primera plana, el diario El Nacionaldio a conocer, en un artículo titulado "Enpro del campes inaje del estado de Chia­pas", un informe entregado por la Secre­taría de Acción Agraria y Organizaciónde Fomento Agrícola de! PNR, en el cualse daban a conocer las formas de enganchede los indígenas en los Altos de Chiapas,la realización de! largo viaje a pie por lasierra y las terribles condiciones de viday de trabajo que sufrían en las fincas:

Al engancharse, el indio chamula recibe par­te del dinero efectivo y es obligado a recibirla otra parte en aguardiente. Al salir de laciudad de LasCasas todos los indígenas en­ganchados son llevados como si fueran ani­males por conductores que son clásicos capa ­taces que, al menor movimiento de fuga quenotan, dejan caer sobre el infeliz indio innu­merables garrotazos. Cuando llegan estosparias al lugar donde van a trabajar son alo­jados en galerones llamados "galleras", endonde están más vigilados que en una cárcel,y el que pretende fugarse es amarrado y gol­peado.

En su edición del 21 de mayo de 1934el diario El Roji-Negro, órgano de la Con­federación Campesina y Obrera de Chia­pas, respondió al artículo publicado porEl Nacional afirmando que si bien los go­biernos anteriores habían efectivamenteignorado y fomentado condiciones inhu­manas de trabajo en las fincas, el de Vic-

tórico Grajales había emprendido, en cam­bio, una verdadera cruzada por mejorar lasituación laboral de los indígenas, a pesarde la escasez de dinero con la que habíatenido que enfrentarse desde que asumierael poder por la irresponsabilidad y el de­rroche de! gobierno anterior. Asegurabatambién que los chamulas "no eran trata­dos peor que las bestias", pues se estabanfundando ya en su región escuelas y coo­perativas de consumo.

la campaña de prensa continuó al finalde ese año e inicios de 1935 en el diario decirculación nacional La Prensa, donde semezclaban los argumentos relativos a lasituación de los trabajadores indígenas ene! Soconusco,a la violencia política propi­ciada por grupos armados favorables aVictórico Grajales y a la animadversión yrepresión de ese gobierno contra los car­denistas. 11 Se mencionaba también, en al

11 "Exhiben a Grajales vecinos de Huíxtla comoanricardenista", "Más persecuciones en Chiapas contravecinos de Huixrla", La Prensa, 6 de diciembre de1934; "Lasautoridades de Huixtla son el azote de losvecinos". La Prensa, 11 de diciembre de 1934; "Loscampesinos de Chiapas con el señor presidente" , LaPrensa, 13 de diciembre de 1934; "A basede 'mordi­da' trabajan los jueces en el estado de Chiapas", "Eljefe de la Policía de Chiapas. azote de todos los veci­nos". La Prensa, 16 de diciembre de 1934; "Grajalesteme ser sustituido; empieza a reclutar g ente paraformar cuerpos de voluntarios", La Prensa, 24 de di­ciembre de 1934; "Cardenistas sitiados y baleadosenChiapas", La Prensa, 25 de diciembre de 1934; "¡Yasabemos quién es don VicróricoGrajales!", La Prensa;27 de diciembre de 1934; "Siel presidenrecomenzarapor Chiapas.." (edirorial),La Prensa, 28 de diciembrede 1934; "Don Vicrórico quiere tener su pequeñoejército propio", La Prensa, 2 de enero de 1935; "Losde Soconuscoquieren independizarsede la región 'juetiraniza el gobernador, coronel Grajales", La Prensa,11 de enero de 1935; "Familias de Chiapas son arro-

SINDICALISMO AGRARIO E INDIGENISMO LABORAL EN EL SOCONUSCO 75

menos seis artículos, durante los meses dediciembre de 1934 y enero de 1935, elanticlericalismo de Grajales como un pre­texto para saquear los templos y robarobras de arte, y los autos de fe que termi­naban en matanzas y en el encarcelamien­to de los opositores al régimen. Lacampa­ña de La Prensa hablaba de los atropelloscometidos por "las hordas grajalistas" oaun por las "huestes grajalistas" contraagrarisras y líderes campesinos.

En Chiapas, distintos periódicos res­pondieron con indignación a la campañade La Prensa y desmintieron las acusacio­nes contra el gobernador del estado. Des­taca, por su expresión tan clara del antiin­digenismo grajalista, un artículo del diarioLiberación (portavoz de la Gran Masonería),titulado "Nuestros aborígenes y la cam­paña de prensa", en el que se "responde alos artículos que denostan la labor de Gra­jales a favor de los indígenas proletariosen el estado". Este artfculo comparaba lasituación de los indígenas chiapanecos conlos de Tabasco, lamentando el retraso de laacción civilizatoria en Chiapas y lo salvajesy poco asimilables que resultan los indí­genas chiapanecos:

En primer lugar, Tabasco ha esrado adminis­rrado por el licenciado Garrido Canabal ysus amigos ininrerrumpidamente durantevarios lustros, desarrollando un mismo pro­grama de trabajo que han visro fructificar asu entera satisfacción, logrando la organiza­ción y control que hoy se observa entre elproletariado tabasqueño. Por arra parte, laidiosincrasia del "chonral" no es la misma

pelladas", La Prensa, 13 de enero de 1935; "Máscrímenesen la impunidad se cometen en Chiapas", LaPrensa, 26 de enero de 1935.

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que la del "rzotz il", la del "tzeltal" o la del"lacandón''. El aborigen tabasqueño ha sidomás asimilable a la civilización, ha sido me­nos nómade y maneroso que nuestras hete­rogéneas tribus chiapanecas.P

Al final de 1934 y poco después deasumir la presidencia, Lázaro Cárdenasfundó el Departamento de Asuntos Indí­genas (DAI). Por ley del 30 de diciembrede ese año, el Departamento pasó a formarparte de las dependencias del ejecutivofederal; orientaría su labor a "estudiar losproblemas fundamentales de las razasabo­rígenes", además de "promover y gestionarante las autoridades federales y las de losestados, todas aquellas medidas o disposi­ciones que conciernen al interés generalde los núcleos aborígenes de población.!"

Entre las primeras acciones llevadas acabo por el DAI se encontraban la "cam­paña a favor del indio del estado de Chia­pas" y la "campaña de liberación del traba­jador de las fincas cafereras'l.!" En abrilde 1936, el Departamento elaboró un bo­letín en relación con la situación indígenaen aquel estado en el que tras distintas ex­presiones sobre el carácter estrictamentesocial y en beneficio de los aborígenes quemovía al Departamento y la ausencia deintereses políticos del mismo, se exponíaun largo enunciado de las formas de explo­tación caracterizadas de "esclavismo", así

12 "Nuestrosaborígenes y la campañade prensa",Liberación, 23 de junio de 1935.

13 "Memoriasdel Departamento de Asuntos In­dígenas, del 1 de enero al 31 de agasro de 1936", enArchivodel Centro de Estudiosde Historia de Méxi­co, CONDUMEX (en adelante CONDUMEX).

14 "Memorias del Departamento de Asuntos In­dígenas,del 1 de septiembrede 1936 al ) 1 de agostode 1937", CONDUMEX.

MARíA DOLORES PARls POMBO

como las irregularidades cometidas contralos jornaleros indígenas en las fincas cafeta­leras. En términos muy similares a la cam­paña en prensa nacional - aunque elimi­nando las denuncias y las referenciasdirectas al gobernador y a la clase políticachiapaneca- se comparaba, por el trato quese les daba, a los aborígenes con animales.Nuevamente se relataba cómo eran aloja­dos en "galleras" con piso de tierra, trans­portados y maltratados como ganado, obli­gados a recorrer jornadas exrenuantes apie, extorsionados en el momento de suhabilitación ya lo largo del camino hastael Soconusco, amedrentados por las guar­dias blancas y encerrados en las cárcelescuando se negaban a cumplir con los con­tratos. En el núcleo del problema aparecíanlas relaciones laborales (el trabajo servil ola falta de libertad laboral) y la situaciónsalarial: deudas impagables, tiendas deraya, salarios basados en tareas que resul­raba imposible realizar en una jornada.'?

En mayo de 1936, el gobierno federalnombró una comisión intersecretarial enla que participaron el propio DAI, el De­partamento del Trabajo, la Secretaría deGobernación y la Procuraduría Generalde la República, para que estudiara y re­solviera el problema relativo a la situaciónde los indígenas en Chiapas, de maneraparticular en las fincas cafetaleras. ErastoUrbina, quien sería pronto el principalimpulsor del indigenismo cardenista enel estado, fue nombrado miembro de laComisión en representación de la Procu-

l> "En defensa de los indígenas, casi esclavos. ElDepartamento de Asuntos Indígenas vuelve a tratarelasunto del esclavismo en el suresre. Los campesinosde Chiapas siguen siendo objero de terribles explora­ciones toleradas por las auroridades locales", Excélsior,5 de abril de 1936.

raduría General de la República, dondeasumía temporalmente un cargo.!" La Ca­misión elaboró un infurme muy divulgadopor la prensa nacional, que exponía lasse­veras condiciones de trabajo de los jorna­leros chamulas y reiteraba la violaciónsisremática a la Ley Federal del Trabajo ya las garantías defendidas por la Consti­tución. Es probable que uno de los propó­sitos de esta comisión fuera reforzar al gru­po de políticos y burócratas que apoyabanla campaña del candidato cardenista algobierno del estado, Efi:aínGuriérrez. Así,su labor, llevada a cabo en junio de 1936,coincidió con las elecciones en el estadoque tuvieron lugar unos días después. Porotro lado, Erasto Urbina no sólo desempe­ñaba un papel de representante institucio­nal en la comisión, sino que fungía comoguía en las comunidades indígenas de losAltos yen las fincas del Soconusco, comointérprete a lengua indígena, y estabaademás a cargo de la campaña electoral afavor del ingeniero Efraín Guciérrez enlos Altos . Para la promoción del voto enesta región, había formado un comité elec­toral con ladinos e indígenas bilingües,comerciantes y caciques de las cornunida­des .'? La campaña política de Gutiérrezy el trabajo de la comisión intersecretarialse empalmaron y en ambos, Urbina de­sempeñaba un papel protagónico.

En gran parte gracias a la labor de baserealizada por Erasto Urbina en los Altos,el ingeniero Efraín Gutiérrez salió victo­rioso en las elecciones a finales de junio.Mientras tanto, la reunión de la comisióncon los gobernantes estarales se pospusoen diferentes ocasiones y tuvo finalmente

16 Urbina, "Despertar" , 1944.17 Rus, "Comunidad", 1995 .

SINDICALISMO AGRARIO E INDIGENISMO LABORAL EN EL SOCONUSCO 77

lugar del 12 al 17 de julio.!" Asistierona ella representantes de los finqueros, ellicenciado Leopoldo Hernández, secretarioparticular del jefe del Departamento deAsuntos Indígenas, los procuradores delramo como representantes de los indíge­nas, Heraclio Zepeda Lara, jefedel Depar­tamento de Acción Social, Cultura y Pro­tección Indígena del gobierno del estado,y Juan Uranga Hernández, delegado delDepartamento del Trabajo."? Entre los te­mas más importantes a discusión estuvie­ron la abolición dc las dcudas que teníanlos indígenas, los salarios y la desapari­ción de las tiendas de raya. También sediscutieron el sistema de enganche, lascargas de tareas que tenían que cumplirlos jornaleros y la formación de un sindi­cato de trabajadores indígenas.

Los resultados más importantes de estareunión fueron la cancelación de las deu­das y la firma dc un contrato colectivo.En las cláusulas 3a. y 32 de dicho contra­to, el Departamento de Asuntos Indígenasquedó a cargo de la contratación colectivapara el trabajo en las fincas cafetaleras delos Altos, a través de los procuradoresde las comunidades indígenas. Los inspec­tores de trabajo se encargarían de la veri­ficación de los términos del contrato cnel Soconusco.

Después de las elecciones, Urbina sededicó rápidamente a situar a todos losmiembros de su comité electoral en cargosmunicipales y empezó a organizar el Sin­dicato de Trabajadores Indígenas (STI) que

18 "Informe de Graciano Sánchez, jefe del Depar­tamento de Asun tos Indígenas, al presidente LázaroCárdenas, en relación con la contratación de indígenasen Chiapas", 10 de agosto de 1938 , en AGN , Presiden­res, LCR 533.3119.

19 AGN, Presidentes, LCR 533.3119.

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afiliaría a trabajadores cafetaleros tempo­rales tzotziles y tzeltales. En noviembrede ese año fue nombrado agente especialdel Departamento del Trabajo para reco­rrer nuevamente la zona cafetalera de Ta­pachula. A lo largo de dos meses, acompa­ñado de algunos de sus hombres, recorriómás de 40 fincas, nombró a delegados enasambleas y les explicó el propósito de laconstitución del S11.20

El día 24 de diciembre de 1936 se dio prin­cipio a la formación del sindicato en la fincaMaravillas, quedando debidamente consti­ruido a las 14 horas, con un toral de 25 000socios que eran representantes por los delega­dos presentes; todos los trabajadores acla­maron entusiasramenre al señor presidentede la república.r"

Si las cifras presentadas por Urbina ensus memorias eran fieles a la rcalidad, estesindicato agrícola era probablemente elde mayor tamaño en México y en todaAmérica Latina. Sin embargo, los informesde las agencias de contratación y los ar­tículos de la prensa local parecen indicarque era mucho menor el número eleindí­genas que se dirigían de los Altos al Soco­nusco, por lo que resulta difícil atenernosa la cifra que presenta Erasto Urbina ensus memorias.22

20 Urb ina, "Despertar", 1944.2 1 Ibid., p. 41.2 2 A inicios de la temporac..la de cosecha, el 22 de

septiembre de 1937, afirma así el periódico El Fron­terizo: "A cerca de 3 000 asciende el número de traba­jadores ind ígenas qu e han sido solicitados de esta zonapara la recolección del café, para la 'rapichca' cornodecimos por acá.Abrumador papeleoel de las agenciasde colocaciones de ciudac..l LasCasas. 1 ()')., contrarosprevenidos por el artículo 45 de la Ley del Trabajo

MARíA DOLORES PARís PaMBa

El6 de febrero de 1937, Efraín Gutié­rrez nombró a Erasto Urbina como jefedel Departamento de Acción Social Cul­tura y Protección Indígena (DASCPI), cargoque conservaría durante ocho años mien­tras se desempeñaba también como dipu­tado en el Congresodel estado (1938-1940)Y como presidente municipal (1943­1944). Guriérrez y Urbina convinieron eltraslado de las oficinas del Departamentoa la ciudad de San Cristóbal de las Casas.23

Durante ese mismo mes , Urbina volvió aconvocar a una asamblea sindical a los tra­bajadores indígenas temporales recién re­gresados a sus comunidades después de lacosecha del café. Esta vez, la reunión tuvolugar en SanJuan Chamula y se conformóel Sindicato Unico de Trabajadores de lasFincas Cafeteras."

han sido enviados para su legali zación a conciliacióny por concepros de anricipo, los finqueros han desem­bolsado 56 027 pesos.'

2.' Gutiérrez, "Primer", 1937 .24 Este sindicaro tenía los mismos afiliados que

el sn, Probablemenre, la int ención de Erasto Urbinaera la unifi cación de distintas organizaciones sindica­les que habían hasta entonces defendido a los traba­jadores del café pata ponerlos a codos bajo conrrol delpartido y del indigenismo oficial. En artículo del pe­riódico Chiapas Nuevo, órgano del PNR. se afirma así:"Acaba de quedar constituido en el pueblo de Chamu ­la, pertenecienre al municipio de las Casas, el Sindi­cato Único de Trabajadores de las Fincas Cafeteras,logrando así refundir en un solo organismo los distin­ros grupos sindicales qu e existían y que impedían quelos laboranres del café se defendieran, siendo víctimasdesde tiempos inveterados por parte de los fatídicosenganchadores." ("Ya no habrá enganchadores", Chia­pas Nuevo, 24 de febrero de 193 7) . Es claro que elpropósito de unificación fracasó, pues entre 193 7 Y1940 varios sindicaros y federaciones seguían dispu­rándose la contratación colectiva y la defensa de lostrabajadores cafetaleros en el Soconusco.

En julio de 1937 entraron en funcioneslas agencias de colocaciones, dependientesdel estado, en las ciudades de Las Casas,Comitán y Motozintla. Su objetivo era elde "prestar servicios gratuitos y conectary relacionar obreros con empresas agrícolascuidando que la contratación se hicieraconforme a las bases aprobadas en la con­vención intersecrerarial" .25 Además deocuparse de la habilitación y contrataciónde los indígenas, las agencias les brindabanalojamiento y alimentación y trataban deevitar los robos y asaltos a chamulas quese encontraban en estado de ebriedad en laciudad de Las Casas.

Las tres instituciones (sindicato, de­partamento y agencias de colocación) sesuperponían en una misma función queconsistía en la sustitución de los engancha­dores particulares por el propio gobierno.De acuerdo con el artículo 16 del regla­mento del DASCPI, las agencias gratuitasde colocación cubrirían las funciones dehabilitación de los trabajadores a las fincascafetaleras.26 Por otro lado, el sindicato seconvertiría en una maquinaria de coopta­ción de los líderes indígenas a favor delpartido (primero P~, muy pronto PRM ydespués PRI) y en una primera correa detransmisión de las políticas indigenistashacia las comunidades indígenas en 23municipios de los Altos r" El STI quedaríamuy pronto bajo control total del gobier­no del estado, y sus empleados entraríanen componendas con los enganchadores y

" AGN, LCR, 702.2/7789.26 "Relación detallada de los trabajos desarrolla­

dos durante los meses de agosto, septiembre y octubrede 1939, en el Departamento de Acción Social, Cul­tura y Protección Indígena", Archivo Personal dePrudencia Moscoso Pastrana (en adelante APPMI').

27 Collier, "Peasant", 1987, p. 91.

SINDICALISMO AGRARIO E INDIGENISMO LABORAL EN EL SOCONUSCO 79

administradores de las fincas.2B En mu­chas ocasiones, los enganchadores se vol­vieron empleados de las agen cias de colo­cación y continuaron las viejas prácticas yabusos contra los trabajadores indígenas.j?

SINDICAlISMO INDIGENISTA Y LUCHASPOR EL CONTROL DE LOS TRABAJADORESCAFETAlEROS

Losmismos integrantes del comité electo­ral formado por Urbina en 1936 para apo­yar la cand idatura de Efraín Guti érrezpasaron a formar parte del Sind icato deTrabajadores Indígenas sin importar quehubieran laborado en algún momento desu vida en las plantaciones. Todos elloseran indígenas o ladinos bilingües de laregión de los Altos.

La oficializaci ón del enganche a travésdel Estado resultó favorable a los prop iosfinqueros. En efecto, el sistema particularde enganche resultaba muy costoso debidoa que los propietarios de las fincas cafeta­leras se veían obligados no sólo a adelantaruna cant idad considerabl e del salario parala habilitación de los trabajadores, sinorambién a incurrir en todo tipo de gastosde cont ratación que les cargaban los en­ganchadore s, las autoridades municipalesde los Altos y las de distintos pobladospor los que transitaban los jornaleros ensu via je hacia la costa. Resulta evidenteque este sistema indirecto de contrataciónlaboral, por su complejidad y la cant idadde intermediarios que trataban de lucrara su COSta, resultaba conflict ivo y pocorentable. El gobierno del estado gravaba lacontratación con impuestos de cinco a 50

zs Pozas, Chamula, 1977.'9 I-1crnández, Otra, 2001 , p. 6 5.

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pesos a cada enga nchador. Las imprentasparticulares vendían a los jornaleros o a losgerentes de las fincas contratos individua­les impresos qu e tenían que pagar a 1.50pesos cada uno . También se les cobraba alos trabajadores una inspección sanitariay la aplicación de vacunasa 1.50 pesoscadaindividuo, cantidad que tenía que adelan­tar también el enganchador. En el cami­no a las fincas, los pueblos cobraban diezcenravos por persona el paso, y otros diezcentavos pata que pernoctaran en el ca­bildo.?? Lospropios finqu eros arriesgabanel dinero anticipado, pues era frecuenteque los jornaleros huyeran de su trabajopara buscar por su propia cuenta otro em­pleo en la región y eludieran así el pago desus deudas. Declaraba, por ejemplo, el ad­ministrador de la finca La Flor (Cacahoa­tán) a la Juma Central de Conciliación yArbitraje, el 2 de septiembre de 1937:

En lo g eneral nunca se puede decir quétiempo dilatará un hombre trabajando enuna finca, pues la escasez de trabajadores enesta región deja cambiar al trabajador ellu­gar de su trabajo, según pueda encontrarmejores condiciones en arras lugares. Si, porejemplo, empiezan las fincas bananeras conla limpia de sus platanares, la mayoría de lagent e que está trabajando en las fincas cafe­terascambia inmediatamente a las fincaspla­taneras para atender estos trabajos. Al aca­barse el trabajo en la zona platanera subenotra vez a las fincas cafeteras, pero buscanentonces la fincaque en ese momento lesofre­ce el trabajo que más les conviene. De mane­ra qu e tenem os en esta región un intercam­bio consrant e de la gente trabajadora y escasi nula la existencia de gente acasillada."

30 Pozas, Cham"la, 1977 , p. 378.3 1 ACEch , SGfAH/07f35-51/11.

MARIA DOLORES PAR[S POMBO

Algunos finqueros aprovecharon inclu­so una coyuntura particularmente hosril alos enganchadores individuales para des­pedirlos o cargarles las deudas de los traba­jadores temporales cuando éstos huían delas fincas.F En San Cristóbal y Motozin­da, muchos de los enganchadores fueronempleados por las propias agencias gra­tuitas de colocación y, si bien es probableque sus ingresos se vieran disminuidos de­bido a la regulación y al control institucio­nal, aumentó su seguridad laboral.

La intervención del STI en la contrata­ción brindaba también garantías a los fin­queros. En primer lugar, el sindicato sehacía cargo de conseguir al número de tra­bajadores suficiente para cubrir las necesi­dades estacionales de mano de obra entoda la región cafetalera, por medio de ladistribución, en cada municipio de los Al­tos, de cierto número de "boleras de tra­bajo". Por otro lado, se constituía en unasuerte de monopolio en la contratación ylos administradores de las finca~ ya no ten­drían que tratar con decenas de interme­diarios particulares, movidos todos por elafán de lucro y apoyados por pequeñosejércitos privados, sino con una sola insti­tución que contaba con la colaboracióndel propio gobierno y de la policía estatal.El Sindicato, el DASCPI y las agencias gra­tuitas de contratación se encargarían deperseguir, arrestar y obligar a los indígenasprófugos a pagar sus deudas o cumplircon sus contratos. El sistema de reclamopor parte de los finqueros tendió a organi-

32 Así, en febrero de 1937, los contraristas jesúsSaldaña, Edmundo Flores y Marcelino Vázquez sequejaban en la Junta Central de Conciliación y Arbi­eraje porgue la finca les babía descontado cancidadesde 965.80, 802.25 Y 517 .65 pesos respectivamente,que debían peones fugados, en ACEch , SG/07/32-39101.

zarse a través de la llamada Unión de Ca­feticultores en Formación.I"

El Sindicato contaba con un registroextenso de todos los trabajadores contra­tados en las fincas, sus deudas respectivasy los días trabajados. Por intermediaciónde las autoridades municipales, recurría ala policía local para distribuir las boletasde trabajo y contratar al número de traba­jadores requeridos, así como para detenere incluso llevar a la cárcel a quienes huíande las fincas anres de cumplir con sus con­traros.P"

El nuevo sistema oficial desplazó a losenganchadores en un proceso, sin duda,violento y conflictivo. Por ejemplo, el 10de agosto de 1939 el diputado Erasro Ur­bina se dirigía al presidente municipal deLarrainzar, Chiapas, informándole:

Por denuncia presentada a este departamen­

to, tiene conocimiento de que el señor Saúl

Montoya que radica en este lugar se encuen­

tra habilitando gente para ir a prestar sus

servicios a la zona cafetera.

33 En agosto de 193 9, e! diputado Erasto Urbinaenvía, por ejemplo, una carta a las autoridades deChenalhó,para que localicen al indígena Martín PérezColonial"que adeuda la cantidad de 30 pesos por ha­bilitaciones del año próximo pasado , pero no salió adesquitar dicho adeudo. " Afirma tambi én el oficioque "El hijo tiene otro adeudo y eampoco salió, puesambos fueron fugos." El indígena se comprometió apag ar su deuda en un pl azo de quince días. En expe­diente titulado "Relación detallada de los t rabajnsdesarrollados durante el mes de agosto de 1939, en elDepartamentn de Acción Social, Cultura YProtecciónIndígena, de acuerdo con el artículo 16 de! reglamen­to de sus funciones, en concordancia con los artículos46 y 47 que corresponden a las agencias de colocacio­nes", en APPMP.

34 Rus, "Comunidad", 1995 .

SINDICALISMO AGRARIO E INDIGENISMO LABORAL EN EL SOCONUSCO 81

Suplico a usted de una manera muyespecialse sirvaejercer una vigilancia estrictaa efecto de comprobar esta denuncia que, deser cierta, deberá consignar a las personasque se dediquen a contratar gente sin la in­tervención de la agencia gratuita de coloca­ciones, oficina creada por el gobierno delestado, con el fin de evitar la explotacióndel indígena y cuya única oficinaestá autori­zada para intervenir en la contratación co­lectiva de los trabajadores. 3'

Los indígenas de los Altos tambiénfueron impedidos de llegar a buscar em­pleo a la zona caferalera por su propiacuenta sin cumplir con los trámites im­puestos por las agencias, como se evidenciaen cartas dirigidas por Urbina al goberna­dor del Estado solicitando la intervenciónde los inspectores de trabajo para verificarsi habían llegado a emplearse en las fincas"indígenas que han salido subresticiamen­te [sicl, sin llevar los requisitos establecidospor el superior gobierno, y que rigen a lasagencias gratuitas de colocaciones". Solici­taba asimismo que, en casode comprobar­se esa falta, se les aplicara a las empresas lassanciones marcadas por la ley.36

A partir de 1938, el STI entró en con­flicto con otros sindicatos, de manera par­ticular con el Sindicato U nico de Tra­bajadores de la Industria del Café delSoconusco(surte). Este defendía principal­mente a los peones acasilladosy a los rnan-

" Expediente titulado "Relación detallada de lostrabajos desarrollados durante el mes de agosto de1939,en el Departamento de Acción Social, Culturay Prote cción Indígena, de acuerdo con el artículo 16del reglamento de sus funciones, en concordancia conlosartículos 46 y 47 que corresponden a las agenciasde colocaciones", en APPMP.

36 lbid.

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dos medios de las fincas como los "capora­les". Las quejas presentadas en la JuntaCentral de Conciliación y Arbitraje, asícomo algunas cartas y telegramas enviadosa la presidencia en los años 1938 , 1939 Y1940, indican que los sindicatos de lasfincas cafeteras, que formaban parte delSindicato de Trabajadores del Campo ypoco a poco se integraron al SUl'Ie, tendie­ron a radicalizarse y a confrontarse cadavez más con los dueños de las fincas y conel gobierno del estado. En febrero de1938, el propio secretario general interinodel Partido Comunista, Valentín S. Cam­pa, enviaba al presidente Lázaro Cárdenasuna carra para pedir garantías para Fer­nando Cortés, líder sindical de la regiónque había sido encarcelado por dirigir unalucha contra el paro parronal decretadopor los hacendados alemanes. Campa de­nunciaba también la colaboración de lasautoridades del estado de Chiapas con losfinqueros exrranjeros.V

En febrero de 1939, el SUTIC se dirigeal Departamento del Trabajo y pide la in­tervención del presidente debido a que laJunta Central de Conciliación y Arbitraje(TeCA) falló a favor de la finca El Retiro yautorizó el despido de 60 trabajadores. Elsindicato denunciaba que el propietarioera un latifundista, también dueño de va­rias fincas como Argobia, San Nicolás,Violetas, Santa Rita, Nueva Alemania yClínice. La queja fundamental era el des­pido de los peones acasillados (afiliados alSindicato y miembros de un comité agra­rista) y la contratación de trabajadoresevenruales.t" En octubre de 1938, el Sin­dicato de la finca El Rincón se quejaba delas violaciones sistemáticas al contrato co-

37 AGN, Presidentes, LCR 4321162.38 lbid., LCR 4321403.

MARíA DOLORES PARís PaMBa

lectivo por parte del dueño, atto Polhenz.A lo largo de 1939 y 1940, los miembrosdel SlJl1C presentan cinco quejas y deman­das a la Junta Central de Conciliación yArbitraje sin obtener respuesta satisfac­toria por parre de las autoridades'?

En septiembre de 1939, el SUTIC esta­lló una huelga para exigir el pago de sala­rios no devengados, la reinstalación depeones acasillados que habían sido despe­didos a causa de la grave crisis económicay financiera que azotaba a la industria delcafé y por el mejoramiento de las condicio­nes de trabajo en el Soconusco. El STI norespaldó el movimiento y se dirigió al jefede operaciones militares del estado deChiapas para que estuviera al tanto de lasituación en la región y protegiera, de sernecesario, a los trabajadores chamulas quese encontraban laborando temporalmenteen el Soconusco:

El Sindicato Único de Trabajadores Indíge­nas de Chiapas, con sede en San Cristóbalde Las Casas, ha tenido conocimiento de queestallará una huelga en la zona de Soconusco,donde actualmente laboran más de 8 000socios activos de este sindicato. En virtudde que en asamblea general extraordinariase acordó no tomar parte en el movimientode huelga, suplicamos a usted se nos prestengarantías militares en caso de que los huel­guistas quieran ejercerpresión sobre nuestrostrabajadores que no son huelguistas y ga­ranrice así el trabajo de nuestros afiliados enaquella zona. Suplicamos a usted librar lasórdenes conducentes."

Entre enero y marzo de 1940, los diri­gentes del SUTIC denunciaban en tres car-

39 ACECh, SGIAH/07/32-39/0 1.

40 AGN, Presidentes, LCR 533.3119.

tas los intentos de las autoridades muni­cipales de Cacaboatán y Unión Juárez, enacuerdo con los finqueros, de desmantelarel Sindicato, así como los desfidos injus­tificados de sus compañeros. 1

La caída drástica de los precios del caféen el ámbito iuternacional incidió en laradicalización del movimiento agrarista yen la agudización de los conflictos. En1937, el crecimiento de la oferta por partede Brasil, al retirar el gobierno de aquelpaís las restricciones que había impuestoa la exportación de su producto principal,provocó un descenso brusco de los preciosen los mercados internacionales y la incos­teabilidad de la producción y exportacióndel grano. El diario El Fronterizo alertabaal final de ese año sobre el descenso delprecio en los mercados iuternacionales ylas graves consecuencias para los finqucrosde la región; reportaba las cifras siguientes:

De su precio circunstancial de 30 pesos bajóen la bolsa de valores de Nueva York dosdólares, o sea 7.20 pesos, por lo que ahora suprecio es de 22.80 pesos. Es decir, que unquintal del precioso grano no saca sus gastosporque de jornales se erogan quince pesos,como tres pesos de contribuciones y más dediez pesos se invierten en gastos de diversosgéneros para su cuidado.

El pánico mejor expresado, el descon­cierto, es total entre los finqueros, y comoprimera medida se han dirigido al gobiernosolicitando con acopio de razones la suspen­sión de los impuestos que gravan esra indus­tria, plinto de la riqueza de Chiapas."

41 [bid., LCR 432/403.42 "El crack cafetero. Pánico entre nuestros cafe­

riculrores", El Fronterizo, 17 de noviembre de 1937 .

SINDICALISMO AGRARIO E INDIGENISMO LABORAL EN EL SOCONUSCO 83

En respuesta, los finqueros del Soco­nusco realizaron reajustes de dias laborales,despido de peones acasillados y disminu­yeron la demanda de jornaleros tempora­les. Los reajustes realizados en la mayoríade las fincas cafetalcrasal finalizar las cose­chas 1937-1938 y 1938-1939 provocaronun aumento de la movilización sindical yagrarista. Entre enero y marzo de 1938,la mayoría de los reajustes promovidospor los finqueros ante la ]CCA venía acom­pañada de cartas del Banco Nacional dcMéxico, sede Tapachula, ncgando a losfinqueros créditos para la habilitación detrabajadores. Muchos no pudieron saldarlos préstamos que habían solicitado parala cosecha anterior, de tal manera que al­gunas fincas se declararon en bancarrota.VErnesto W. Reihagen, dueño dc la fincaSan Cristóbal y ancxas cn el municipio deTuzantán, afirmaba, por ejemplo, en fe­brero de 1938, que el grano de café se ha­bíavuelto incosteable, "pues el precio secotiza a 25 pesos por quintal de 46 kg enoro y su cosro de producción en las indi­cadas fincas oscila entre 40 y 42 pesos porquintal" . Argumentaba además que lasfuertes lluvias habían causado pérdidas asus fincas por 150 000 pesos que veníana colocarla "casi en bancarrora't.t"

El 2 de agosto de 1937, en su editorialtitulada "Maniobras del capital", el diarioVanguardiaSocialista del Surestedeclaraba:

43 En esosmesesfueronpromovidos y autorizadospor la JCCA reajustes en lasfincas El Rincón,SanCris­róbaly anexas, SanGerónimo, El Refugio,El Retiro,municipio de Tapachula, SanLuisNexapa, El Desen­lace, El Rosario y anexas, Argelia, Hannover, Paliodel Norte, SantaRita, la mayoría de dueños alemanes,en AC'ECh, SG/AH/07/32-39/ 0 l.

44 tbid.

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En estos últimos días se viene desarrollandocon toda rapidez una silenciosa ofensiva quelos cafeteros extranjeros, principalmente ale­manes, están llevando a cabo en nuestro es­tado y muy particularmente en las zonas delSoconusco y Cacahoatán con el único objetode hambrear a nuestro pueblo y así quererdet ener la marcha ascendente de nu estra rc­volución, y a la política de progreso que di­rige el gobierno popular del general LázaroCárdenas.

[...l Lo mismo pasa en el Brasil , Cuba yotros, está pasando en México, que con elpretexto de la baja dcl café, Ilcvan a caboparos injustificados con reajuste de personalen las plantaciones, ralleres, patios, benefi­cios' etcétera.4 5

La caída de los precios tuvo consecuen­cias severas no sólo para los finqueros ylos trabajadores, sino también para lasfinanzas del estado. A inicios de 1938, laplaga del chamusco y un temporal enla zona platanera provocaron ese año lapérdida de más de 50% de las plantacio­nes de esta fruta, con consecuencias igual­mente nefastas para el fisco del estado .t"

Algunas fincas cafetaleras y platanerasfueron embargadas por los propios trabaja­dores, respaldados por el Sindicato de Tra­bajadores Indígenas de las fincas Cafeteraso por los sindicatos afiliados a la reciénformada Confederación Obrera del estadocomo el Sindicato Único de Trabajadoresde la Industria Cafetera y el SindicatoUnico de Trabajadores de la Industria Ba­nanera . En marzo de 1937, los procura-

4, Vanguardia Socialista delSureste, semanariodeDefensa Proletaria, órgano de la FedcraciónDistritalCampesina y Obrera del Soconusco, 2 de agosto de1937.

46 Guri érrez, "Segundo", 1938.

MARíA DOLORES PARís PaMBa

dores de Asuntos Indígenas, Manuel E.Avalos y ArbeaJiménez, solicitaron el em­bargo de la finca San Vicente, municipiode Cacahoatán, propiedad de WalterKhale, por una deuda de 8 379 pesoscorrespondiente a la diferencia de salariosdejados de pagar a 174 trabajadores indí­genas temporales. A pesar de la intercesióndel Departamento de Asuntos Indígenas,el dueño no saldó la deuda sino hasta di­ciembre de 1937.47 El diario Alborada,de Tuxtla Gutiérrez, señalaba en mayo de1938 que la hacienda platanera de Zacual­pita había sido embargada por los trabaja­dores debido a que los propietarios lesadeudaban 4 158 pesos .

En ese mismo mes, emplazó a huelgael Sindicato de Trabajadores del Campode la finca Hannover para exigir la reinsta­lación inmediata de 33 trabajadores. Enjunio se declararon en huelga los sindica­tos de las empresas plataneras La Lima yde la finca La Pozona, situadas en Acape­rahua.Í" También estallaron huelgas enlas fincas cafetaleras de Santo Domingo,San Gerónimo y Guatimoc.v'

El gobierno tomó medidas de emer­gencia y ante la situación cada vez másapremiante, algunos sindicatos aceptaronel recorte de horas y días de trabajo para

41 ACECh, SG/AH/07/32-39/0 L48 "Hacienda platanera embargada por los trabaja­

dores", "Huelga en la finca platanera Islamapita", Al­borada, 21 dc mayo dc 1938; "Huelga del Sindicatode Trabajadores del Campo de la finca Hannover",Alborada,29 de mayo de 1938; "La Federación Dis­rriral Obrera de Huixtla patrocina el movimiento dehuelga del Sindicato de Trabajadores de la finca pla­tanera La Lima", Alborada,11 de junio de 1938; "LaJunta Central de Conciliación y Arbitraje declara ljci­ca la huelga del Sindicato de Trabajadores Platanerosde la finca La Pozona", Alborada, 11 de junio de 1938.

49 Guri érrez, "Segundo", 1938.

evitar los despidos masivos. Sin embargo,varios gtupos de trabajadores manifesta­ban su desesperación ante las condicionesde vida a las que se habían visto reducidos.

En mayo de 1938, los trabajadores delSindicato de Trabajadores del Campo, sec­ción 309, de la finca El Retiro, protesta­ban por las condiciones de vida en las quese encontraban después del reajuste autori­zado por la JCCA y pedían que les fueranrestituidos los seis días de trabajo semana­les, porque no les alcanzaba ni paracomer.50

En julio de 1938, el Sindicato de Tra­bajadores del Campo de la finca Santa Ritaprotestaba y pedía la intervención del pre­sidente por la reducción de la semana la­boral a sólo tres días durante un plazo decinco meses desde el mes de marzo;

Cansados de soportar la situación de hambrey miseria a la que estamos condenados porel propietario de esta negociación l...J noobstante que de nuestra parte hubo confor­midad con esta seria lesión a nuestros inte­reses, el citado propietario, señor PolicarpoGuzmán, se negó a obedecer el acuerdo de lajunta, teniéndonos desde el día tres de enerodel año en curso sin un solo día de trabajor...l Si es que el señor Guzmán no riene di­nero para cubrirnos nuestros salarios puesque de una vez nos entreguen las tierras paraque así nosorros las rrabajemos por nuesrrapropia cuenta en lugar de estarnos sornetien­do a la miseria más espanrosa.l!

En septiembre de ese año, una comi­sión de trabajadores cafetaleros del Soco­nusco se dirigió a la ciudad de Méxicopara quejarse ante Lázaro Cárdenas por losperjuicios que les venía causando el go-

'0 ACECh, SG/AHI07/32-39/01.'1 ACECh,SG/AHI07/34-51!11.

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bierno del estado al haber decretado unsalario de emergencia. Los trabajadoreshabían aceptado ser pagados con víverespor la pésima condición económica de lospropietarios. Aun así, apenas lograban so­brevivir.F

Lacrisis económica disminuyó la capa­cidad de negociación de los sindicatos,pero representó también una coyunturapropicia para el inicio del reparro agrarioen el Soconusco, pues muchos finquerosaprovecharon para vender sus plantacioneso negociar con los sindicatos, los comitésagraristas y el propio gobierno de EfraínGutiérrez, el reparto de algunas de sus tie­rras a cambio de indemnizaciones.

En 1938 se sitúa probablemente elmomento más radical del programa carde­nista en Chiapas. Amenazadas por el forta­lecimiento de grupos de derecha que en­contraban eco en la dictadura del generalUbico, en Guatemala, alentadas por la ex­propiación petrolera y la retórica del nacio­nalismo revolucionario, las organizacionescampesinas y obreras empezaron a radica­lizar ellas mismas su discurso y a llamar a"la defensa armada del proletariado".

Los días 20 y 21 de marzo de 1938,poco después de la expropiación petroleray en pleno fervor nacionalista y revolucio­nario, se realizó el Congreso Campesinode Unificación con más de 2 500 delega­dos, en el cual se formó la Liga de Comu­nidades Agrarias y de Sindicatos Campe­sinos del Estado de Chiapas, organismoque pasaría a depender de la Central Na­cionalCampesina. La mayoría de las de­mandas propuestas por las ligas agrariasy por los sindicatos campesinos tenían quever con el reparto agrario y la agilizaciónde los créditos por parte del Banco Nacio-

52 Alborada, 3 de septiembre de 1938 .

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nal de Crédito Ejidal. Destacan una grancantidad de demandas por el fracciona­miento de los "latifundios de Soconusco",la dotación de tierras a los peones acasi­liados, y para que el Banco Nacional deCrédito Ejidal concentrara su atención enesa región. Los sindicatos y las ligas recla­maban también armas para la defensa desus tierras y de sus derechos:

Para que los campesinos estén resguardadoscontra las agresiones de los capitalistas lati­fundistas y evitar los lamentables asesinarosde nuestros compañeros, que se dote de cara­binas, por lo menos, a seis de los campesinosde cada ejido. Esto servirá tanto para defen­derse y defender sus derechos como para es­tar listos contra cualquier agresión al go­bierno de la revolución y a los derechos deMéxico y su soberanía.P"

En diciembre de ese mismo año, laConfederación de Trabajadores de México(crM) convocó en Tuxtla Gutiérrez al Con­greso Obrero y Campesino de Chiapas quellevaría a la formación de la ConfederaciónObrera de Chiapas, en la cual las organi­zaciones sindicales y los líderes obrerosanunciaron medidas revolucionarias parasolucionar el atraso y las condiciones deesclavitud de los peones indígenas, en par­ticular el "reparro agrario" y la adhesión detodos los trabajadores indígenas a la crM.En efecto, pasaron a formar parte ,de laConfederación tanto el Sindicato Unicode Trabajadores Indígenas de las FincasCafeteras del Soconusco, íormado por jor-

" "Los campesinos proponen resolución de losproblemas agrarios de Chiapas" (ponencia presenradapor varias delegaciones sindicales en el Congreso deUnificación Campesina), Alborada, 26 de marzode 1938.

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naleros temporales originarios de los Al­tos, como el propio SUTIC.

A fines de 1938, mientras seguían enpicada los precios del café y ante la cre­ciente presión de los agraristas, algunospropietarios decidieron vender parcelas desus tierras . En su segundo informe de go­bierno, presentado el 1 de noviembre deese año, Efraín Gutiérrez se mostraba to­davía cauto respecto del reparto agrarioen la región, afirmando:

El problema agrario del Soconusco, dada sunaturaleza y circunstancia muy especialesque en él concurren, hubo necesidad de noproceder con festinación, sino prudentemen­te resolverlo en conjunto, haciendo estudiosdetenidos sobre el problema demográfico,así como de costos y productibilidad de losculrivos de café, para poder estar en condi­ciones de asegurar el éxito de los ejidos quevan a crearse en dicha zona, ajustando nues­tros procedimientos a las normas previstaspor el Código Agrario.

No fue sino hasta el año siguiente, ennoviembre de 1939, cuando el gobernadoranunciaba con entusiasmo que su gobier­no había decidido la afectación de tierrasen el municipio de Cacahoatán, sin "ate­morizarse de las profecías que asegurabanla afectación de las tierras del Soconuscollevaría a la bancarrota del gobierno". Enese año, se dotó en ese municipio a 7 116campesinos, con una extensión toral de61991 ha.54

Lamayoría de las grandes fincascafeta­leras, en otros municipios de la región, noserían afectadas sino hasta 1942, cuandolos mercados internacionales del café su­frieron su mayor restricción, al tiempo

54 Gutiérrez, "Tercer", 1939.

que las fincas de alemanes fueron embar­gadas por el gobierno del estado y admi­nistradas por un fideicomiso'?

CONCLUSIONES

El gobierno de Victórico Grajales (1932­1936) hizo uso de un conjunto de institu­ciones para controlar los conflictos labora­les y el sindicalismo en la región cafetaleradel Soconusco. Esra maquinaria oficial es­taba constituida por la ConfederaciónCampesina y Obrera de Chiapas, pertene­ciente a la CROM, por el PNR, el Departa­mento de Trabajo, Defensa Proletaria yBienestar Social, las juntas municipalesy la Junta Central de Conciliación y Ar­bitraje.

La ideología obrerista pregonada porel gobierno grajalista se tradujo, en loshechos, en la imposición autoritaria deuna estructura institucional que se man­tenía a costa de las ganancias de los fin­queros y de los escasosingresos de los tra­bajadores agrícolas. Por eso, la creaciónde centenares de sindicatos de empresa enla región del Soconusco no modificó sus­tancialmente las condiciones de vida y detrabajo en las fincas cafetaleras, ni cambiólas formas de dominación.

Lalabor de control social implicó tantola represión sistemática contra los intentosde organización independiente como lacooptación de líderes populares por partede las autoridades laborales o del PNR. So­cialistas chiapanecos, comunistas y agraris­tas fueron las principales víctimas de laviolencia. A pesar de ello, los movimientossindicalistas y agraristas rebasaron muypronto los propósitos institucionales del

" Spenser, "Economía" . 1988.

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sindicalismo oficial. La emergencia delíderes sociales en la región tiene que vercon la incidencia de grupos políticos deizquierda (primero cercanos al rsc h Ydes­pués al PCM) , pero también con el des­contento de los propios peones y de losmandos medios en las fincas por las de­plorables condiciones de trabajo y de vida:enganche forzado , deudas impagabl es,jornadas extenuantes, tiendas de raya, es­clavitud virtual , castigos físicos, etcétera .

Los inspectores del trabajo eran los re­presentantes de las instituciones laboralesmás cercanosa los finqueros y a los propiostrabajadores. Su papel resultaba contradic­torio: en el archivo de la lCCA y en perió­dicos locales encontré algunas denunciasde corrupción de los inspectores por partede los finqueros, correspondientes a losaños de las disputas entre cardenistas ygrajalistas 0934-1936). Al mismo tiem­po, las visitas a las fincas y la redacciónde inform es a las autoridades laboralesconviene a los propios inspectores en tes­tigos ditectos y denunciantes de la terriblesituación de los trabajadores cafetaleros.En algunos casos, intercedían a favor delos trabajadores exigiendo a los finquerosmejorar las condiciones de vivienda, pro­porcionar medicamentos a los peones y asus familias o construir escuelas. En otros,estos informes justificaban las cargas detrabajo: las tareas eran determinadas porcostumbre en toda la región y aunque re­sultaba evidente que rebasaban con mucholo que podía realizar un trabajador en undía, los inspectores argum entan justamen­te la costumbre para que sigui eran vigen­tes esascargas de trabajo, permitiendo quese perpetuaran salarios de miser ia.

En 1935 y 1936, las denuncias pordespidos injusrificados en la leCA se rela­cionan en su mayoría con intentos de or-

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ganizar sindicatos de empresa indepen­dientes. En contados casos, los trabajadoresdespedidos obti enen una indemnizaciónacorde con la ley, pero en ninguno recu­peran su empleo. La mayoría de las veces,la Junta falla a favor de los dueños de lafinca.

Cuando llega a la presidencia el gene­ral Lázaro Cárdenas, el gobierno federalparece aprovechar una base sociopolíticaconformada por intelectual es y d irigentesde izquierda que diferían de las políticasobreras de Vict órico Grajales. La primeraacción importante del gobierno cardenistaes la denuncia, más que la organizaciónde base, y posteriormente la cooptación depolíticos chiapanecos y líderes socialesqueestán profundamente descontentos con elgobierno del estado: ligas agrarias, diri­gentes comunistas, enriquisras'? y socia­listas sobrevivientes de la experiencia or­ga nizat iva que vivió el Soconusco en elprimer lustro de los años veinte .

Al llegar al poder Efraín Guriérrez , es­tos líderes empiezan a vincularse con elgobierno del estado y se adhieren a lascon­federaciones obreras . prim ero del PNR Ydespués del PRM. A la labor de unificaciónobrera y campesina llevada a cabo por elgobierno carde nista, se suma el trabajopolítico del indigenismo popular en Chia­pas, actor fund amental de la renovacióninstitucional. Erasto Urbina es el prorago­nisra principal de esta nueva forma de ac­ción política que permitirá la cooptaciónde caciques indígenas y de intermedi ariosladinos hacia las filas del part ido, así comoel conrrol de m iles de jornaleros agr ícolasindígenas de los Altos que eran habilita­dos cada año para la cosecha del café en

'6 Partidarios del ant erior gobernador, RaymundoEnríquez.

MARíA DOLORES PARfs PaMBa

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dificultades financieras. Algunas son afec­tadas por el reparto agrario y otras acuer­dan con los sindicaros reajustes de días la­borales y el uso temporal de una parte delas tierras por los peones acasillados. Lareforma agraria ent ra por primera vez alSoconusco, si bien sus efectos serán muchomenos radicales que en otras regiones deChiapas y del país.

las fincas del Soconusco . Junto a los ins­pecrores de trabajo -que siguen desempe­ñando una importante lab or de inte r­mediación en las fincas- los indigenistaspueden ser considerados como los nuevosbrokers de la época cardenista.

En definit iva, el gobierno de EfraínGuti érrez manifestó -al igu al qu e el deVictórico G rajales-la intencionalidad decontrolar a los sindica ros cafetale ros y alos líderes obreros a través de las insti tu ­ciones del estado. De hecho , los roces ylas diferencias entre el gobierno estatal yel federal parecen perpetuarse, tanto en lalabor indige nis ta como en los aspec roslaborales y de organización sindical. Tam­bién cont inúan las confrontaciones ent relos sindicatos directamente controladospor el gobierno de Ch iapas (como el Sin­dicato de Trab ajadores Indígenas) y losque desarrollaron una lucha autónoma pormejorar las cond iciones de vida de susagremiados (como el Sindicaro Unico deTrabajadores de la Industr ia Cafetera).

Pero a d iferencia de su antecesor, elgobierno de Guti érrez, a más de establecerformas de cont rol social y vías de coopta­ción polít ica, trató de construir una basede legitimidad impulsando reformas socia­les y resoluciones laborales favorables a lostrabajadores cafetaleros. Así, a partir de1937 , la ) CCA empieza a fallar en casi lamitad de los casos a favor de los trabaja­dores, tanto en las demandas por despidosinjustificados como por accidentes labo­rales. En 1938 y 1939, la Junta decretavarios embargos precautorios paraasegurarel pago de salarios no devengados a traba­jadores temporales y a peones acasillados.Finalmente, en los dos últimos años delgob ierno de Gutiérrez (1939-1940), des­pués de una drástica caída de los preciosdel café, mu chas fincas se encuentran en

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