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Alaría del Valle. Ojeda Calvo
posterior («el Lope triunfante del Arte Nuevo», según lo ha definido Oleza), sin
embargo, nos muestra ¡a lucha generacional patcrno-fi l ial y la necesidad de
desarrollar unas capacidades imaginativas para conseguir hacer t r iunfar nuestro deseo
y aunarlo con las leyes sociales representadas en la honra33. Por ello, el mecanismo
de la intriga cambia y es gestionado por el personaje protagonista (dama/galán),
pasando a un segundo plano la función de! criado/gracioso. En El mesón de la corte,
se vislumbra este cambio entre la I y la IT jornada, como antes comentamos, en el
momento que la dama disfrazada de varón decide coger las riendas de la situación y,
por lo tanto, de su vida. En La viuda valenciana, obra de final del periodo, será desde
el inicio su protagonista, Leonarda, quien lleve la batuta de la acción, anticipando así
las maneras de las damas del Lope posterior. Desde esta perspectiva, quizás se
entiendan mejor esas primeras producciones del Fénix y se vean, por lo tanto, no
como sorprendentes dentro del canon lopesco, sino al revés, como naturales
producios de la herencia anterior, siendo las obras posteriores (el Lope canónico) el
nuevo ñuto de experimentaciones anteriores.
menUí, si come da noi & calpcstatto in diferente, come quello che senicamenlc représenla tu t t i1¡ stratagcmi che nei mondo si mano?» (Madrid, Real Biblioteca, ms. 11-1586, fbl. 82r).
33 Como Índica D. GAVF.LA, otra dn las características de este subgénero dramático de laprimera elapa lopesca es el tratamiento relajado de! tema del honor: «La holgura con que seaborda oste elemento no depende tanto de la dimensión del agravio -en algunas la pérdida delhonores evidente- como de la solución 'conformísla1, que acalla al benevolente personajc-autorídad y diluye la moderada presión social», (Perfilando géneros: algunas comediasurbana,'; del primer Lope, cit., p. 75). J. OLEZA e 1. A RELLANO también se hablan manifestadoal respecto (Cfr. nota 31). ''
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JOSÉ MANUEL PEDROSA
Lope de Vegn y El sol parado: mí/o, leyenda, drama
Una comedia de Lope y sus fuentes escritas y orales
El sol parado es una de las comedias de Lope menos conocidas entre el público
en general, menos comentadas y apreciadas por la crítica -«desgraciadamente, la
comedia es de las malas de Lope», ha llegado a afirmar Avalle- Arce1- y, desde luego,
menos representada sobre los escenarios. Su argumento escasamente original,
estereotipadamente patriótico; huecamente épico, puesto esencialmente al servicio de
la propaganda nacionalista y no de la finísima caracterización psicológica del
individuo y de sus pasiones que brilla en otras obras del Fénix pudo tener
espectadores incondicionales entre las masas de su época, pero hoy ha perdido buena
parte de su vigencia y atractivo, igual que sucedió con casi todas las demás comedias
barrocas que exaltaban -en tono tan monocorde y previsible- las hazañas guerreras
de la Reconquista.
En El sol parado escenificaba Lope, en efecto, una famosa batalla entre moros y
cristianos que tuvo lugar en tierras extremeñas a mediados del siglo X1TJ, que culminó
-según la tradición de los vencedores-* con un milagro extraordinario -el sol habría
quedado detenido durante unas horas para permitir que la victoria de los cristianos
fuese completa y definitiva-, y que dio lugar a la fundación de un monasterio-el de
Ten ludía, en el actual término municipal de Calera de León, en la p'rovincia de
Badajoz-que recuerda, baslahoy, la supuestamente milagrosa victoria obtenida sobre
los musulmanes. Un análisis detallado de la trama y de la poética de El.io¡parado nos"*
ocuparía sin duda un espacio precioso, no nos conduciría a apreciar más ni mejor la
maestría literaria dei gran Lope, y nos apartaría de) que- es el objetivo principal de este
artículo: analizar las posibles fuentes y paralelos de la comedia, que acaso constituyan
..una de sus dimensiones más interesantes y sugestivas. Ésa es la razón de que pasemos
rápidamente a centrarnos en ese nivel de análisis.
¡ J. J3. AVALLE-ARCE, .Soire ¡uta crónica medieval perdida, enTemas hispánicos medievales,Madrid, Credos, 1974, pp. 56-57.
139
Jasé Manuel Pedrada
¿Se puede determinar alguna fuente directa del argumento de la comedia lopesca
entre la gran cantidad de crónicas, de descripciones, de refundiciones, de exaltaciones
propagandísticas, con intencionalidad tanto política como militar y religiosa, de las
gestas de la Reconquista? Seguramente sí. Lo más probable es que las noticias de que
dispuso Lope acerca de la batalla de Tentudfa bebieran en parte de fuentes orales y en
paríe de fuentes escritas, porque sabemos que tales leyendas crecían y se
desarrollaban a caballo entre la voz y la letra, entre el rumor y la crónica, y que los
trasvases cruzados de la una a la otra no dejaban de nutrir y de engrandecer -a veces
hasta la hipérbole- a ambas. Ahora bien, entre todas las fuentes potenciales que pudo
tener Lope a su alcance, hay una prácticamente segura, dada su condición de «libro
que era muy familiar a Lope de Vega, y del cual probablemente se valió en esta
ocasión como en otras», tal y como aseveró Menéndez Pelayo^: la Chrontca de las
tres Órdenes (Toledo, 1572) de fray Francisco Rades y Andrade, quien describió de
este modo la dramática batalla medieval: «En antiguos memoriales de cosas desla
orden se halla cscriplo que el Maestre don Pelay Pérez Correa, haziendo guerra a los
Moros por la parte de Llcrena, huvo con ellos vna batalla al píe de Sierra Morena,
cerca de donde agora es Sancta María de Tudfa. Dizen mas que peleando con ellos--
muchas horas, sin conoscerse victoria de una pane a otra, como viesse que havía muy
- poco tiempo de sol, con dcsseo de vencer aquella batalla y seguir el alcance, suplicó
a Dios fuesse servido de haxcr que el sol se deluviessc milagrosamente, como en otro
tiempo lo liavía hecho con Josué, caudillo y capitán de su pueblo de Israel. Y porque
era día de Nuestra Señora, poniéndola por inlercessora, dixo cslas palabras: Sánela
María, deten [u día. Dfzese en los dichos memoriales que milagrosamente se detuvo
el Sol por espacio de tiempo muy notable, fasta que acabó el Maestre su victoria, y
prosiguió el alcance. En memoria tí es le milagro dizen haverse edificado una ygiesia
por mandado del Maeslre, y a cosía suya, a la cual puso nombre: Sancta María de Ten
tu día, y agora corrupto el vocablo, se di?.e Sánela María de Tu día»^.
Las varias alusiones de esta refundición a «antiguos memoriales de cosas desla
orden...» indican que las fuentes de la leyenda debieron ser complejas, aunque lamas
difundida en su tiempo, y la que con más probabilidad debió llegar a las manos de
2 L. de VEGA. Obras. XX. Crónicas y leyendas dramáticas de España \BA E, 211 ], ed, M,Menéndez Pelayo, Madrid, Atlas, 1967, p. 14.
3 Chronicadelaslres Ordenes y Caballerías deSancñago, Calatrava y Alcántara: en la qualse traía de su origen vsucessa, y notables hechos en armas, de los Maestres y Caualleros deellas: y de muchos Señores de Titulo y oíros Nobles que descienden de los Maestres:'y demuchos oíros Linages de España. Compuesta por el Licenciado f'rey l'ranc.isdo de Rades yAndrada (Toledo, 1572) fols. 31,32vy 34,apud L. de VÜGA, Obras XX, cit., p. 15.
140
Lope de Vega y El sol parado: mito, leyenda, drama
Lope, lúe la refundición de Rades y Andrade. De ella parece, por cierto, que surgió
una interesantísima polémica-sintéticamente comentada por Menéndex Pelayo y por
AvaUe-Arce- entre eruditos que daban por buena la leyenda, como el padre Juan de
Pineda, el padre Orliz, de Zúñiga o los promotores de la canonización de San Femando
-en cuya instrucción llegó a pesar como milagro verdadero-, y quienes descreían de
ella, como el padre Mariana, que llegó a oponer escép ticamente que «a la verdad,
alterados los sentidos con el peligro de la batalla, y entre el miedo y la esperanza,
¿quién pudo medir el tiempo? Una hora parece muchas por el deseo, aprieto y
cuidado. Demás deslo, muchas cosas fácilmente se creen en el tiempo del peligro y se
fingen con libertad»ít.En cualquier caso, otros dos interesantísimos documentos que pueden ser
legítimamente considerados como las más significativas enciclopedias de la
mentalidad popular y del repertorio cultural más llano y más común de la segundamitad del XVI y de la primera del XVIT pueden mostrarnos hasta qué punto debió de
estar arraigado en la memoria común -y por la doble vfa escrita y oral- el recuerdo de
la batalla que escenÍ5có Lope en El soi parado. La primera es el llamado Libro de los
proverbios glosados que Sebastián de Horozco debió terminar hacia la década de
1580, y que explica de este modo lo que debíase: una frase proverbial y de circulación
habitual en su época: «Sancta María, / deten tu día»: «En antiguos memoriales de las
cosas de la Horden de Santiago se halla escrito que el maestro .don Pelayo Pérez
Correa que fue el decimosexto maestre de la horden en tiempo del rey don Femando
Tercero el Sancto haziendo guerra a los moros por la parte de Llcrena bobo con ellos
una batalla al píe de Sierra Morena donde agora es Sancta María de Tudía. Y peleando
con ellos muchas oras sin conocerse victoria de una parle a otra, corno el maestre
viese que avía muy poco tiempo de sol con deseo de ven$er aquella batalla y seguir
el alcance, suplicó a Dios fuese servido de hazcr que el sol se detuviesemilagrosamente como en otro tiempo lo avía hecho Josué, capítulo 10. con Josué
caudillo y capitán de su pueblo de Israel. Y porque era día de Nuestra Señora
poniéndola por intcrgessora di.xo estas palabras, Sánela María, deten tu dfa. Dfzese enlos dichos memoriales que milagrosamente se detuvo el sol por espacio de tiempo
muy notable hasta que acabó el maestre su victoria y prosiguió el alcance. En
memoria de esle milagro di?,en averse edificado una iglesia por mandado del dicho
maestre y a costa suya a la qual puso nombre Sánela María Deten Tu Día. Y agoracorruplo el vocablo se dize Sánela Marfil de Tu Día como refiere el licenciado fray
Francisco de Rades y Andrada , capellán de su magestad, frcylc de la Orden de
4 L. de YUGA, Obras XX, cit., pp. 15-16.
141
José Manuel Pcdrosa
Calatrava en la coránica que compuso de las tres órdenes Santiago, Calatrava y
Alcántara en la primera parte de Santiago tratando del dicho maestre don Pclay Pérez
Correa, en e! capítulo 24, alas 32. Y se escribe en la Regla y establecimientos de la
orden de Santiago, y Calatrava, impresa en León, año de 1555, en el capítulo 2 que
traía de los maestres que han sido de la horden de Santiago tratando del dicho maestre
don Pela}' Pérez Correa que fue el 14, en el capitulo 12, a las fojas 10»5.
El interesantísimo testimonio de Horozco insiste en la vinculación de la leyenda a
los «antiguos memoriales de las cosas de la Horden de Santiago» entre los que
descollaba la refundición de Rades y Andrade (su fuente evidente e inmediata), pero
también sugiere la tradícionalidad del proverbio «Sánela María, / deten tu día», ya que
todos los proverbios glosados y explicados por Horozco en su libro eran tradicionales.
Pero sería Gonzalo Correas, en su Vocabulario de refranes de 1627, quien
-desvinculándolo de cualquier aparato libresco— mejor avalase como refrán sacado de
la tradición del vulgo el de «Sania María, deten tu día», al que acompañó de la
siguiente escueta pero muy significativa explicación: «Notoria es la Vitoria del
Maestre de Santiago Pelai Korrea, ke le dixo dando una batalla a moros, día de
Nuestra Señora, i se alargó hasta venzellos; i en memoria del milagro ¡ venzimiento'
kcdópornonbreal lugarTentudfa, Tudfa, en Estremadura. Kaso komoel deXosué»6.
Por cierto, que el mismo Correas, en otra entrada de su Inagotable Vocabulario,
relacionaba la frase proverbial «Es tener el sol; o delcner al sol con e! sentido «De lo
ke es inposible; I rrcfrcnar a uno»7.
!^i fuente bíblica: las hazañas de Josué en Deuteronomio JO:12-14 y JUT tradiciones
derivadas
No habrá pasado desapercibido a nadie que tanto Rades y Andrade como Horozco
y Correas trajeran a colación, en sus respectivos comentarios sobre ¡a leyenda, el
nombre del caudillo bíblico Josué, quien, según e! Deitteronomio 10:12-14, venció a
los amárreos de un modo muy similar a como el maestre de Santiago sé había
impuesto a los moros en los campos de Extremadura: «Entonces Josué se dirigió a
Yavé en el día en que Yavé puso a los amórteos en manos de los hijos de Israel y dijo:
Sol, detente sobre Gabaón, / y tú, luna, sobre el valle de Ayalón. Y se detuvo el sol y
5 S. de HORO7JCO, El libro de los proverbios glosados (1570-1580), ed. J, Wciner, Kassel,Reichenberger, 1994, t. II, pp. 478-479. /
6 G. CORREAS, Vocabulario de refranes y frases proverbiales, ed. L. Combe!, .Burdeos,Universidad, 1.967, p. 271. " /
7 [bidetn, p. 627.
142
de Vega y 61 sol parado: ittilo, leyenda, drama
se paró la luna hasta que el pueblo se vengó de sus enemigos. ¿No está escrito esto en
el Libro del Justo? Se detuvo el sol en medio del cielo y no se apresuró a ponerse en
casi un día eniero. No ha habido un día semejante a aquél ni antes ni después, en el
que Yavé haya obedecido la vo '¿deun hombre. Es que "Yavé combatía por Israel».
Aunque el texto relativo a Josué es el más célebre c importante, oíros textos
bíblicos, y alguno más desarrollado por la leycndíslica judía más tardía, reiteraron o
desarrollaron el tópico del héroe carismátíco capa?, de controlar el curso del sol y de
la luna. T3n Génesis 37:9-11, por ejemplo, se presenta a José como dominador de los
astros: «Tuvo José todavía otro sueño, que contó también a sus hermanos, diciendo:
He aquí que he tenido otro sueño: me parecía que el sol, la luna y once estrellas se
postraban ante mí. Él contó esto a su padre y a sus hermanos, y su padre le reprendió
diciéndole: ¿Qué sueño es éste que has tenido? ¿Acaso hemos de venir a postramos
en tierra ante ti, yo, tu madre y tus hermanos? Y sus hermanos continuaban odiándole,
en tanto que su padre repensaba más y más la cosa».En Éxodo X:21 era Moisés quien asumía las funciones de controlar a su
conveniencia los fenómenos celestes y meteorológicos: «Yavé dijo a Moisés: Alza tu
mano hacia el cielo y vengan sobre la tierra de Egipto tinieblas tan espesas que se las
pueda palpar. Alzó Moisés su mano hacia el cielo y hubo densas tinieblas, tres dfas y
Ircs noches, por toda la tierra de Egipto. No se veían unos a otros; durante tres días
nadie se movió de su lugar. Pero los hijos de Tsracl tuvieron luz en la región en que
moraban».En los siete monumentales'volúmenes queLouis Ginzberg dedicó a compilar laí
leyendas judías extrabíblicas, ab\mdan las versiones de historias parecidas. Véase por
ejemplo ésta; «A la catda de la tarde, la batalla no había quedado todavía decidida, \r eso Moisés imploró a Dios que detuviese el curso del sol y de ese modo permiiiesi
a Israel culminar la batalla. Dios concedió su favor, y el sol no se puso hasta que Israe
no hubo destruido por completo a su enemigo. Entonces Moisés bendijo a Josué coi
las palabras Algún día el sol se quedará parado para favorecerte a ti, igual que h;
hecho hoy para mí, y aquella bendición encontró cumplimiento más adelante ci
Gibcon, cuando el sol se quedó parado para.ayudar a José en su batalla contra lo
amontas»8. En otra de tales leyendas, Moisés afirma: «Yo levanté una guerra conlr
los héroes Sihon y Og, que habían sido creados antes del diluvio y que eran tan alto
'que las aguas del diluvio no les llegaban ni 'a las piernas. Mientras luchaba conlr
ellos, hice que el sol y la luna' se quedaran parados, y con los míos abatí a los de
8 Traduzco de L. GmzuERG, The Ugends of ¡he Jews, tr. H. Szold, Filadelfia, The Jcv
Publicatíon Society of America, 1946-1947, III , p. 61.
143
José Manuel Pcdrosa
héroes»9. Otra versión de dicha leyenda dice así: «Este rey délos amontas, y también
Og, el rey de Bastían, eran hijos de Ahiah, cuyo padre Shemhazai fue uno de los
ángeles caídos. De acuerdo con sus orígenes celestiales, Sihon era un gigante con
quien nadie se podía comparar, porque era de enorme estatura... Dios garantizó a
Moisés que él empezaría a poner a aquel ser terrorífico y amedrentador a los pies de
las gentes que están bajo el paraíso deteniendo al sol durante su guerra contra Sihon,
de forma que todo el mundo pudiera apreciar que Dios luchaba a favor de Moisés»10,
Otra leyenda judía habla en estos términos del enfrentamiento de Elias con los
sacerdotes de Baal: «Todos los preparativos deben quedar completados en un día -el
levantamiento de] altar, el cavar la trinchera, y cualquier otra cosa que fuese
necesario-, por lo que Elias ordenó al sol que se quedara quieto. Por Josué, dijo, tú
que te quedaste quieto para que Israel pudiese vencer a sus enemigos, quédate quieto
ahora, no para favorecerme a mf ni para favorecer a Israel, sino para que el nombre de
Dios pueda ser alabado. Y el sol obedeció a aquellas palabras»11.
No cabe ninguna duda -y las alusiones de Radcs y Andrade, Horozco y Correas lo
avalan- de que sobre la leyenda española de El sol parado, tanto en los desarrollos
historiográficos que reflejan las crónicas como en el puramente literario que rcelaboró"
Lope, debió gravitar el inevitable modelo bíblico, aunque críticos tan escrupulosos
como Avalle-Arce lian Mamado también la atención acerca de las presumibles
influencias francesas, especialmente las rolandianas -a las que nos referiremos más
adelante- sobre las crónicas hispanas. En cualquier caso, la vinculación entre la
leyenda judía y la española se ve reforzada por indicios como el de que el escritor
judío Antonio Enrique?, Gome?, escribiese, a mediados del XVII, una comedia que
tenía el mismo título que la de Lope, El sol parado, pero que exaltaba el episodio
bíblico de Josué en vez del medieval español.
Que la hazaña bíblica ha proyectado una larga sombra sobre el teatro español lo
prueba, por otro lado, su alusión en la comedia Las cinco advertencias de Satanás
(1935) de Enrique Jardiel Poncela:
CORAL: Es medianoche; pero el tiempo puede regir a nuestra antojo. (Yendo hacía el escritorio.)¿No hubo alguien que detuvo el sol?FÉI.I.N: Sf.CORAL: ¿Para qué?FÉLIX: Para poder concluir una batalla.CORAL: Pues más fácil que detener el sol es detener un reloj. (Deteniendo la péndula del reloj).¿Ve usted? Ya no es hora ninguna. ¿Y a qué hora se reciben las visitas en España? ¿A las siete?
9 ¡bidem, p. 469.IO/Wt/em,p.34Q.U Ibidem, IV, pp. 198-199.
144
Vega y El so! parado: unto, leyenda, drama
(Hace girar con los dedos las manecillas del reloj hasta ponerlas en las siete y cuarto). Pues ya
son y cuarto'^.
La detención del sol: entre el amor, la filosofía y la mitología
El tópico de El sol parado no sólo conoció significados y se desarrolló en
contextos épicos en la España de los Siglos de Oro. De un modo o de otro, las
alusiones a la detención prodigiosa del sol aparecen diseminadas en fuentes, en
contextos y en tonos sumamente variados. Por ejemplo, en clave amorosa, como
reflejó nada menos que Cervantes en El gallardo español, cuando aludió
hiperbólicamente a la belleza de una mujer como arma capaz de detener el so! y de
cambiar el signo de ¡a batalla de Oran: «ven, señora, a defenderlo; / que con tu
, presencia, Arlaxa, / pararás al sol su curso / y suspenderás las armas»13. Tirso de
Molina puso en boca del enamoradísimo don Martín de Don Gil de las calzas verdes
las siguientes palabras: «¡Oh, prenda amada! / Camine el so!, porque otro sol aguarde,
/ y deteniendo el sol a su jomada, / haga inmóvil su luz para que sea / eterno el día que
sus ojos vea»1**. Y Calderón, en La ¡tija del. aire, utilizó también el tópico en sentido
amoroso («A tanta admiración, / suspenso queda en su carrera el Sol»), aunque en otra
escena de !a misma obra lo engastaba dentro de un contexto exclusivamente épico
(ARSIDAS: «¿Qué se nos ha hecho el sol,./ que de nuestra vista huye? / CHATO: La
artillería del ciclo /juega, y pierde, pues que gruñe»15.. Mención aparte merecen las reelaboraciones del tópico con sentido existencial y
filosófico, que no fueron pocas. >Dos ejemplos: Jerónimo de Alcalá Yáñez, en la
primera parte de El donado hablador Alonso, mozo de muchos amos, afirmaba que
«mudar las cosas por diferente orden y estilo que siempre han tenido, sería detener al
sol en su curso, quitar al fuego que no queme, y a la piedra que no bajea su centro»16.
Para Juan de Zabalela, en El día de fiesta por la mañana, «lo violento no es durable:
hacienda que se tiene por fuerza, por fuerza ha de irse. Más fácil es detener al sol que
12 E. JARDIEL PONCELA, Las cinco advertencias de Satanás, ed. M.1}. Conde Guerri, Madrid,
Espasa-Calr*:, ¡997, pp. 228-229. •13 M. de CURVANTES, El gallardo español, en Teatrb completo, ed. R Sevilla Arroyo y A. Rey
liazas, Barcelona, Planeta, 1987, p. 76.14 T. de MOLINA, Don Gil de las calzas verdes, cd. A. Zamora Vicente, Madrid, Castalia,
1990, p. 133.15 P. CALDBRQN de la BARCA, IM hija del aire, cd. F. Rui/. Ramón, Madrid, Cátedra, 1987,
pp. 72 y 194.16 J. deALCAiA YÁÑEZ, Alonso, mozo de muchos amos, en La novela picaresca española,
ed. F. -Sevilla, Madrid, Castalia, 2001, p. 885.
145
José Matine! Pedmsa
la hacienda del avariento en las manos del que le hereda»17.
Tampoco hay que olvidar que una vieja tradición mitológica clásica-relacionada
acaso en sus orígenes con las versiones épicas de El sol parado- defendía que la
Victoria era capaz de detener los caballos del sol. Varios autores de los Siglos de Oro
se hicieron eco de ella, como muestra Bartolomé Leonardo de Argcnsola en un poema
en que comparaba el inexorable avance de la vejez con la imposibilidad de «detener
las riendas» de! sol: «y les platea barbas y cabellos, / aqueste los enluta, aquél los dora
/ con fuego, baño, y peine fementido, / resistiendo a la fuerza vencedora, / como si
fuera injuria haber vivido, / o al sol pudiesen detener las riendas, / o infundir en sus
ánimos olvido»18. En 1582, cuando Martín de Gurrea y Aragón describía una vieja
moneda con una imagen de la Victoria, añadía también lo siguiente: «He hallado
también en monedas de Adriano Trajano y Aureliano insculpido el oriente de la
misma manera que los griegos representando el sol ponen a Apolo en sus medallas
con esta palabra: oriens. E visto también en medallas de Lucio Plauto el simulacro del
mismo Apolo acompañado de dos sirpicnies que significan el pelro y en el reverso una
Victoria deteniendo los caballos de! sol con las dos manos de los frenos»19.
Otros mitos y leyendas orales y escritos: del Mahabharata indio a la tradición
folclórica contemporánea
Aunque es indudable que la leyenda judfa de Josué es ci modelo remolo pero
obvio de las rccurrencias españolas -medievales, áureas y hasta modernas como la de
Jardicl Poncela- de El sol parado, es preciso señalar que el episodio bíblico es, a su
ve?,, una simple versión de un sin duda viejísimo y pluricultura! motivo credencial y
leyendfstico que dejó su impronta en muchas otras tradiciones y obras literarias
-orales y escritas-, cuyo detalle sólo podemos dar ahora de manera muy sintética,
previa advertencia de que el denominador común de ellas -que a veces siguen
dciToteros muy originales- suele ser la capacidad de un ser prodigioso -un dios, un
héroe, un santo, incluso un hechicero o un brujo— para alterar el curso de los astros,
alargando o recortando a su conveniencia la duración del día o de la noche, con el fin
de demostrar o imponer su fuerza sobre los demás. Tan amplía y plural dispersión
17 J. deZABAl-ETA, E! día de fiesia por la mancilla, ed. C. Cuevas, Madrid, Castalia, 1983, p.250.
1S B. L. de ARGENSOLA, Rimas, cd. J. M. Blecua, Zaragoza, CStC, 1951, p. 616 [hemodernizado la grafía], /
19 M. dn GURREA y ARAGÓN, Discurso cíe medallas y antigüedades, Madrid, Impr. Viuda ehijos de M. Tcllo, 1902, p. 93 [he modernizado la grafía]. /'
146
Lope de Vega y El sol parado: miro, leyenda, drama
geográfica lian tenido estas leyendas que en el monumental catálogo de motivos
folclóricos de Slith Thompson20 encontramos una gran cantidad de entradas
relacionadas, de forma más o menos estrecha, con nuestro tópico, y documentadas en
tradiciones que van desde la escandinava o la irlandesa hasta la china o la India: entre
ellas, A1052.2 «Sun shíning a.t night as sign of Doomsday»; D1546.2 «Magiq spcll
controls sun»;D2146 «Magic control of day and night»; D2146.1 «Day controlled by
magic»; D214Ó.1.1 «Day magicalíy lenghtencd»; D2146.1.1.1 «Druid causes sun to
stand sl.il] for lwo days»; D2146.2 «Night. controlled by magic»; F790 «Extraordínary
sky and wcather phenomena»; F961.1 «Extraordinary behaviour of sun»;
F961.1.1.5.2 «Sun reappears after bcing seb>; F961.1.1.5.3 «Sun does not sel»;
F961.1.1.5.3.1 «Sunscl rielayed many hours»; F961.1.5 «Sun shines at night»; F965
«Prematuredarkness»;M312.8 «Prophecy: man will makcsun and raoon stand sfill».
Comenzaremos nuestra revisión de algunas de las fuentes y documentos que
engastaron el motivo de la detención del sol o de los astros dentro de su tejido
narrativo de tipo épico atendiendo al colosal Mahabharata, la gran epopeya de ia
India cuyos orígenes se remontan posiblemente al siglo V a.C., y que culmina con una
apocalíptica batalla en que el astro sedciienc para facilitar la victoria del héroe Krisna
sobre sus enemigos. .Especial atención merece también la Clianson de Roland francesa -y toda su
familia textual, que Avalle-Aicc considera vinculada a la leyenda medieval española
acerca del monasterio de Tudía-, la cual tiene entre sus momentos culminantes aquel
en que Carlomagno pide y obtiene que se detenga el sol para poder castigar a los
moros a orillas del Ebro:
CLXX1X. El emperador hace sonar sus clarines y luego cabalga con su gran ejército. Han hechodar medía vuelta a los de España y lodos junios emprenden la persecución. Cuando el rey veque acaba la larde, desmonta sobre lo verde hierba de un prado, se postra en tierra y ruega aNuestro Señor que por él haga parar el sol, que la noche se demore y el día sea más largo.
He rjquf que un ángel que solía hablar con £1', le ordena darse prisa:«Carlos, cabalga, que no te ha de fallar la claridad. Dios sabe que has perdido la flor de Francia;
podrís vengarle de esta gente cúminal».A estas palabras el emperador monta a caballo.
CLXXX. Por Carlomagno Dios ha obrado un pran milagro, pues el sol se ha quedado parado.Los paganos huyen y los francos los persiguen^'.
20 S. THOMPSON, Moltf-lndex ofFólk Ulttralurc: a Classification ofNarrative Elemente inFtilktatcs, ttallads, Myths, Pables, Medioeval Romances, Excmpla, Fablinmc, Jest-líooks nnd¡acal Lcgends, ed. rev. y sum., 6 vols., Bloomíngton &. Indianapolis-Copenhague, IndianaUmversily-Roscnkilde & Baggcr, 1955-1958.
21 Cantar de Roldan, ed. 1. de Ríquer, Madrid, Créelos, 1999, pp. 178-179. Véase latrascendental discusión del célebre pasaje en R. MENCNUH?. PIDAL, La chanson de Roland y elneotríidicionfíUsmo (Orígenes de la épica románica), Madrid, Espasa-Calpe, 1959, pp. 283-
147
José Manuel Pcdrosa
De la tradición fblclórica moderna lian podido recuperarse también algunos raros
y valiosísimos documentos acerca de héroes carismáticos que imploran a los dioses la
detención del sol para poder vencer a sus enemigos. En La Rioja existe aún un
monasterio llamado de «Tcntedfa», que hoy está, al parecer, en ruinas, y sobre el que
gravita la siguiente leyenda:
Guiados por Sancho de Tejada, varón de estirpe casi regia, salieron al encuentro de los fanáticosinvasores. Era un día de primavera. La mañana estaba fresca y nubosa. Un viento desapacibleagitaba los pendones de los enconados combatientes... Con las primeras luces del alba diocomienzo el singular encuentro. De un lado, un¡i abigarrada multi tud de infieles, queensordecfael espacio con su infernal gritería del «¡Ala-la!», y del otro, unos centenares de abnegadospaladines de la Fe, dispuestos a perecer en la demanda antes que consentir el designioexlcrminador de la morisma... Bl Señor, que velaba por su pueblo, permitió" el triunfo de lossoldados déla Cruz. Sangrienta y terrible había sirio la jomada. Pero agonizaba la tarde, surgíanlas primeras sombras de la vecina noche y el feroz combate no terminaba... Y fue entoncescuando el esforzado Sancho de Tejada, como otrora lo hiciera el bíblico Josué en el valle deAyalón, invocó a lo AJto para que el Sol detuviera su marcha hasta completar-definitivamentela victoria. «¡Tente, día!», imploró el caudillo cristiano. Y ante el asombro alborozado de losunos, y el tremendo estupor de los otros, hfzosc el milagro, quedando el campo materialmentecubierto de cadáveres muslímicos... En memoria de este felicísimo suceso, y en acción degracias por tan ostensible señal de la prolección divina, alzóse el famoso monasterio de estenombre, actualmente en ruinas, y que constituye una de las más bellas leyendas'histórico-rcligiosas del hidalgo solar riojano...'22.
He aquí otra descripción del mismo hecho y cíe! mismo lugar:
Cuando llega e! día 25 de septiembre, aniversario de la supuesta batalla [de Clavija], laImagen de Santiago y su caballo es llevada en procesión montaña arriba desde la localidad deCiavijo hasta su ermita, donde por cierto se conserva una reliquia del Apóstol que se da a besara los fieles en este día. Junio a la imagen de Santiago y los pendones va también la Virgen deTeniudía (llamada así porque «detuvo el día» para que no pudieran escaparse con la oscuridadlos agarenos).
La ermita se levanta al pie del monte Laturce en el lugar donde tuvo lugar la batalla y desdeallí se contempla también una espléndida vista23.
En Galicia ha sido recogida la siguiente hermosísima leyenda, que para nosotros
tiene el interés adicional de que se hal la relacionada con Roldan y con Carlomagno:
288. Y en e! estudio de A VALLE-ARCE citado anteriormente. For cierto, que no hay que descartarla posibilidad de que Chrétien de Troves estuviera aludiendo o parafraseando este episodiorolandiano cuando dijo en El caballero del León que «antes se juntarán las orillas del Sena yserá primero labora nona, que tú obtengas algo sin combate». Véase CHRÉTIEN de TROVES, Elcaballero del León, trad. I. de Kiqucr, Madrid, Alianza, reed. 2000, p. 145.
22 A. MANZANARES BERIAIN, Estampas ríojanas (costumbres, monumentos, tradiciones yleyendas), Logroño, [edición del autor], 1965, p. 19.
23 Enciclopedia de ¡as Fiestas de España [Diario 16], p. l i l i . /
148
Ltipe de Vega y El sol parado: mito, leyenda, drama
Na Lagoa de Carragal, que se olla ó pe do monte, está asolagada a cidadc de Malverde(Valvcrdc) onde había mouros que foron desbolados por Carlomagno e os doce Pares deFrancia c inaís Oliveros, e nunha peneda do monte hai una patada do cabalo de Roldan, dadacando este pedhi, despois do sol posto, unha hora de d(a para derrubar os inimigos. E é dendeculón, que despois do sol posto, hai unha hora de luz124.
En la provincia de Burgos se han. recogido también diversas versiones de la
leyenda. La siguiente es de! pueblo de Pínula de los Moros:
Yo se lo he oído a gentes mayores, que ya tendrían que tener ciento y pico años. Aquí pasóque, cuando dieron en Cascajares la batalla de Fernán González, entonces la dieron por allíhasta Jaramillo Quemado, porque entonces se l lamaba JaramÜlo de los Caballeros. Entonces,al pasar por ahí, los moros quemaron el pueblo, y ya se llama Jaramillo Quemado. Entonces,pasaron por aquí cuando la batalla de Fernán González, y ya se llama Jaramillo Quemado,Entonces, pasaron por aquí cuando la batalla de Fernán González, y entonces por eso ese risco
se llama «el risco Moro».Pasaron por aquí, y ahí, en la ermita del Sol, salieron bástanles sepulturas cuando trajeron
el agua a Salas de los Infantes. Y entonces dicen que ahí, donde salieron las sepulturas, quedieron la batalla. Pasaron por el valle Santa Marina, y ya pasaron a Hacinas, que dicen que enrliacmas les hacinaron. " .
Y dijeron que, al dar la batalla ahf, dijeron que se alargaría uría hora más el sol, pues paraque les diera más tiempo a que no se hiciera de noche o cosas de esas. Yo más no lo sé. Es queeste pueblo también tiene que aquf estuvo el rey Almanzor...
Esla otra versión es del pueblo húrgales de Piedrahila cié Muño:
Aquí hubo una batalla con los moros, y por lo visto, se relíraron, y que se fueron a Hacinas.'Y las fuerzas de los cristianos pidieron a la Virgen que alargase el dfa para que los sarracenos :
o los moros, que estaban ya en Hacinas acampaos... Y allí fueron,.y les asesinaron. . ( iAlargaron dos horas e! día para que les diera tiempo de llegar a Hacinas. Eso he oído, no sé
si a mis padres o a mis abuelos, y que antes Hacinas so llamaba Chozas. Y que después de labatalla esa, que le pusieron Hacinas.
Del pueblo húrgales de Vizcaínos es esta oirá versión de la leyenda:
En Picdrahita de Muñó, yo oí decir que decían:
Nuestra Señora del Sol, •deten una hora el sol. '
•- -Pa ganarla batalla. Pidieron que se detuviera el sol pa ganar la batalla. Y se detuvo el sol. Poreso hay una ermita que se llama Nuestra Señora del Sol.
24 X. M. GONZÁLEZ REOORF.DO, ¡¿¿yendas galegas de tradición oral, Vigo, Galaxia, 1995, p.134.
149
José Manuel Pedroxa
En el pueblo húrgales de Cillaperlata se lian registrado estas dos versiones de la
leyenda:
Dicen que, de Trespadcrne, veían lu?, en una encina. Avisaron y, claro, que allí apareció laVirgen. La querían poner en el valle arriba, pero lo que hacían por el día se le hundía por lanoche. Y, sin embargo, empezaron allí, y enseguida !a hicieron... La querían haber hecho en e)barrio de arriba, pero que no. Y allf dicen que fue la batalla. Que bajaba el río teñido de sangre.Que dicen que bajaba rojo. Que lo probaron los moros, y que sabía dulce... que los moros dicenque tienen la sangre dulce... Yo lo he oído, porque que no les echaron sal cuando los bautizaron.La Virgen alargó dns horas el día, y allí se acabó la batalla, y allf tiraron la corona el rey, o laespada, o lo que sería; por eso lo l laman Tedcja,
[Dicen que la Virgen] alargó el día para terminar la batalla. Cuando aquella batalla, se conoceque pusieron hora, porque los antiguos llamaban la Hora Dada. La Virgen de Enanillas era laVirgen del Negro Dfa. Nosotros siempre llamamos la Virgen de Enanillas porque vamos allá,pero es la del Negro Día2^.
Tengo noticias, además, de que en Málaga y en su pedante, El Rincón de ¡a
Victoria, sigue viva la creencia de que la Virgen de las Victorias detuvo al sol para
ayudar a los cristianos en una batalla contra los moros2^. Y de que el pueblo de
Villarcjo de Salvarías, en la provincia de Madrid, venera también a una A'irgen de las
Victorias que su pues la mente ayudó a los cristianos en la batalla de Lepanlo haciendo
que durante tres horas se detuvieran los rayos del sol.
Como hemos podido apreciar a partir de estos rarísimos y hermosos documentos,
la vieja leyenda épica cuyos más lejanos antecedentes teníamos localizados en la
Biblia hebrea y en el Mahabharata indio ha llegado -precariamente- viva hasta hoy.
Pero, además, conoce algunos otros ecos y desarrollos, algunos sumamente
excéntricos y sorprendentes, que convendrá también desentrañar,
Héroes, sabios, brujas, demonios
En efecto, el tópico de la detención, del secuestro, del adelanto o dei retraso del
sol (o de algún otro astro) a instancias o por la mediación de un ser poderoso-muchas
veces negativo, destructivo, diabólico, aunque no siempre- capaz de conírolar su
25 Véanse todas estas versiones burgalesas de la leyenda en J. M. PEDROSA, E. RUBIOMARCOS y C. L PALACIOS, Héroes, sanios, moros y brujas (Leyendas épicas, históricas ymágicas de ¡a tradición ora! de Burgos). Poética, comparatisnw y elnotcxtos, Burgos,Tentcnublo, 2001, pp. 95-98. Véase además otra extensa descripción de una leyenda burgalesade este lipo en D. REPRESA FERNÁNDEZ, Religiosidad popular en Santo Domingo de Silos y sucomarca (If), «Revista de Folklore», 239 2000, pp. 164-165.
26 Información que me facilitó Encamación Raudo Conejo, de Rincón de la Victoria, en1992.
150
I^opc de Vega y El sol parado: mita, leyenda, drama
curso ha conocido muchas más variantes que, aunque se alejan del tono y del contexto
épicos de las que hemos analizado hasta ahora, reclaman ser tenidas en cuenta.
Conviene, por ejemplo, que nos refiramos a un antiquísimo cuento documentado en
el antiguo Egiplo acerca de un príncipe de Etiopía que afirmaba que «si tío tuviera que
temer que Anión idease ulgo malo contra mí, ni que el cacique deEgipto ordenase que
me hicieran algo horrible, entonces lanzaría mi hechizo hacia Egipto y así conseguiría
que c! pueblo de Egipto pasara tres días y tres noches sin que pudiera ver otra luz, que
la de las lámparas de aceite»27. Diversos autores grecolatinos afirmaron que Zeus
concibió a Heracles dentro de Alcmcna en el curso de una larga noche, que fue
prolongada por orden suya para que pudiera acabarla labor. Platón, en Gorgias 5!3a
hacía alusión a las célebres brujas de Tesalia como «las mujeres tcsalias que hacen
descender a la Iuna»2 R . En Electra, Eurípides denunciaba el terrible crimen de Atreo
con estas apocalípticas hipérboles: «Entonces fue, entonces fue cuando Zeus cambió
el curso br i l l an te de los astros y la luz del sol y el blanco rastro de la aurora. E! sol
cabalgó hacia poniente con la llama ardiente de su fuego divino y las nubes, henchidas
de agua, hacia la Osa. El asiento de Anión se agostó sin probar el rocío, sin recibir
hermosísima lluvia de Zeus. Se dice -mas poco crédito doy- que el sol de aspecto
dorado se tornó cambiando de posición para mal de los hombres, por castigar a los
moríales»25. Séneca, en su Tícstes, no se quedó atrás: «Puede que haya dado la vuelta
a su carro Ti tan, tomando una dirección contraria a la suya, y que una noche profunda,
enviada desde el oriente, fuera de su hora, cubra esta terrible fechoría con unas
tinieblas nunca vistas»30.
En el Fausto de Marlowc se alude también a demonios capaces de controlar la
órbita de los astros:
Te ordeno que me sirvas mientras vivay hagas cuanto Fauslo te ordene:sea apartar la luna de su órbi lno cubrirlos continentes con el océano'^'.
27 Si-Osire conduce a su padre Smain Chacmwcse al mundo subterráneo y vence a ¡osmagos etíopes, en Cuentos dd antiguo Egipto, ed. E. Brunner-Traut, Madrid, EDAF, rced.2000, p. 269.
28 PLATÓN, Garfias, en Diálogos U Gorgias. Meti¿\'cno, Eutídcmn. Afenón. Crátilo, ed. J.-Galongc Ruiz, E. Acosla Méndez,, F. J. Oliveri y J. U Calvo, Madrid, Credos, reed. 2000, pp.23-H5,513«.
29 EURÍPIDES, Electra, en Tragedias 11, ed. J. L. Calvo Martínez, Madrid, Credos, 1978, vv.729-742.
30 L. A. SÉNECA, Ttcsics. en Tragedias, ed. J. Luque Moreno, Madrid, Credos, 1988, pp. 199-258, vv. 785-788.
31 C. MARLOWE, La trágica historia de la vida y muerte del doctor Fausto, ed. J. CésarSanloyoyJ. M. Santamaría, Madrid, Cátedra, 2001, p. 63.
151
José Manuel Pedrosa
Y en la dramática escena final del Ricardo ITI (V:3) de Shakespeare, el sol juega
un papel tan llamativo como fundamental. El noble Richmond, que vencerá en la
sangrienta batalla, se siente alentado por el curso del astro rey:
El cansado sol en su dorado ocasodeja ta brillante huella de su carro de fuegoy nos señala un gran dfa para mañana-*2.
En cambio, sobre el tiránico Ricardo ITI pesará como un terrible augurio el que el
día de la batalla y de su muerte e! sol parezca negarse a salir:
RICARDO[Suenan campanadas de reloj]Contad las horas. Dadme un calendario.¿Quién ha visto hoy el sol?
RATCUITYo no, señor.
RICARDO.Entonces no quiere brillar; según el libro,debería lucir en Oriente hace una hora.Hoy será un día negro para alguien. ¡Ratcliffl
RATCLIFF¿Milord?
RICARDOHoy no veremos el sol. El cielo se nublaceñudo sobre nuestras tropas.Quisiera ver Ins lágrimas del rocío fuera de la tierra.¿No lucirá el sol? ¡Bah! ¿Queme importa a mímíSs que Richmond? El mismo cieloque me mira ceñudo a mí, cae sombrío sobre él.
Un contemporáneo español de Shakespeare, José de Valdivielso, en su auto de El
hombre encantado, presentaba a un inquietante personaje llamado Deleytc, que era
capar, de controlar el curso de los astros con una «mágica vara»:
Con esta mágica varaque forma y hace este cerco,verás que con un conjuro
32 W. SHAKESPEARE, Ricat-do fll, írad. E. Láíaro, Madrid, Valdemar, 1997, p. 232.
¡52
Vega y El sol parado: milo, leyenda, drama
que hnré con fuerza importuna,paro el sol, turbo la lunay eclipso el astro más puro.Verás que el aire revuelvo,seco el rfo, cuajo el mar,hago los montes volary que en cera los resuelvo...-".
Y en el Kalevala, la epopeya nacional de Finlandia refundida por Elias Lonnrol a
mediados del siglo XIX, asoman también sabios y brujos capaces de controlar los
movimientos de los astros:
Con sus conjuros, Va'má'moinenobligó a la luna a posarse,luminosa, sobre el abetoque tenía ramas de oro,y también a las luminariasde la Osa Mayor conminóa que al ramaje descendieran.{:•)
Ilmarincn y Vainümñinenfuéronse iuego a contemplaraquel maravilloso abeto,y en el momento en que llegaronal inclinado campo de Osma,el herrero se acercó al árboly se quedó pasmado al verla Osa Mayor en su ramaje,y la ¡una sobre su copa...-' -
En Puerto Rico eslá bien arraigada, la siguiente creencia, teñida, por cierto, de
humor y de ironía:¡
La Virgen de los Reyes es muy popular en Puerto Rico. Está. muy presente en las devocionespopulares, y hay muchas tallas e imágenes.dc ella, aunque no tiene una iglesia de cultoespecífico. Hay una leyenda que dice que los tres'Santos Reyes eran pretendientes de las tresMarías. Las inviiaban mucho a salir, a jaranas y fíestecillas en las casas. Resulta que el dfa quenació el Niño Jesús los tres Santos Reyes invilaron a las tres Marías a ir juntos a venerarlo. Perolos padres de las tres Marías se quejaban, porque no les gustaba que sus hijas llegasen muy lardea casa. Entonces, como se retrasaron mucho, la Virgen hizo el milagro de prolongar la nocheuna hórá'más, para que las tres Marías pudiesen regresar a casa antes del amanecer del díasíguicnle. Había unn canción sobre eso:
33 J. de VALDIVIULSO, El hombre encantado. Amo sacramental, en Teatro completa, eds. R.Arias y Arias y R. V. Piluso, Madrid, Ediciones y Distribuciones Isla, 1975, pp. 300-301, vv.599-300 [he modernizado la grafía].
34 E. LÜNNROT, El Kalcvala, Madrid, Alianza, Í99S, pp. 148 y 150-151.
153
José Manuel l'edmsn
Los tres Santos Reyesy las tres Maríasiban los seis juniosllenos de alegría.
Los tres Santos Reyesy las tres Manasiban a acostarsey les cogió el día-55.
He aquf un texto i títeres antis i mo documentado entre los circasianos del Cáucaso:
¿Has visto cómo cuando la noche se aproxima el sol detiene su curso justo durante unmomento sobre el horizonte, en la linca más baja del cielo, justo antes de ponerse? Yo te dirépor qué sucede así.
Un día, hace tiempo, Selenaya y un joven de los nartos, que fabricaba guarniciones,decidieron hacer una competición, la una contra el otro, sobre las artes tradicionales. Ella dijo:«Hoy, yo coseré una saya, un vestido de mujer». Setenaya era única. Se decía que no había otracomo ella. «Pues a mf me llevará solo un día hacer una silla de montar», replicó el joven.
A medida que el día iba trascurriendo, ellos permanecían sentados, trabajando cada uno entarcas diferentes. El joven narto era un artesano experimentado. Él terminó su silla de montary descansó. Cuando el sol estaba aproximándose al horizonte, todavía le quedaba a Setenayasólo un poco de trabajo para poder darlo por terminado. «¡Oh, So!», imploró ella, «¡si pudierasdetenerle sólo un momento».
En el tiempo de los nartos, ios deseos podían convertirse en realidades. Así que el soldetuvo su descenso durante un rato y se quedó esperando en el filo de la tierra hasta que ellaterminó de coser. Después de haber estado sentada durante todo el día, Setenaya se sentíacansada. Se levantó, se estiró y entonces se puso el vestido. Luego invitó al joven a mirarla.«¡ Eres justamente lo que todos dicen que eres, Setcnaya! Lo has logrado», dijo el joven Nartomientras la contemplaba.
A partir del día siguiente, a medida que el sol se aproximaba, detenía su curso un momentoen la línea más baja del cielo. Hacer aso ha llegado a ser parte de su naturaleza3".
Otro texto revelador: en Mbuandong el Antropófago, una interesantísima epopeya
del pueblo fang de Guinea Ecuatorial, un brujo, Ayomongang, se nos muestra capaz
también de controlar el curso del .sol:
Entonces Ayomongang se enfadó, se tiró al sucio boca arriba. Se sentfa engañado como uncochino. Tiró de la mano a su esposa. Se dirigió hacia el vertedero, se volvió de espaldas alpueblo mirando hacia el bosque, tendió los brazos hacia el cielo para orar a Dios. Se apagó elsol y, seguidamente, se hizo la noche oscura en Engong mientras que, en el bosque hacia cíondemiraba, había claridad y luz del día.
35 El informante fue Teodoro Vidal, de Puerto Rico, entrevistado por J. M. Pedrosa/enMadrid el 6 de diciembre de 2002. ' /'
3fi Traduzco de J. COLARUSSO, Nari Sagas from the Caucasus, Princelon, Universily Press,2002, núm. 6, pp. 38-39.
154
Lope de Vega y El sol parado: mito, leyenda, drama
Una nuche oscura bastante rara, ya que ni siquiera alumbraban ni la luz, eléctrica, ni losfaros de los coches, ni las lámparas que por desesperación intentaron encender. Encendíascerillas y agotabas todos los fósforos sin que se prendiera ninguno. Ya no había nada de fuego;oscuridad total. En represalia a las burlas de que había sido objeto, e! viejo Ayomongangdecidió castigarles a vivir en la oscuridad para siempre. Los que intentaban encender los faros
de los coches, tampoco lo lograron3''.
Muchos más casos de héroes carismáticos o de diablos listísimos capaces de
controlar el curso de los astros podríamos aducir. Así, un cuento rumano titulado El
diablo que roba el sol está protagonizado por unos seres demoníacos que roban la
luna, el rayo, las estrellas, el sol y el trono del juicio para il&varlos hasta el infierno,
aunque Dios logra recuperarlos38. Y hay un cuento quebequés que está protagonizado
por Richard-Sans-Pcur (Ricardo Sin Miedo), que en una de sus aventuras llega a un
pueblo donde el diablo había hecho desaparecer el sol. Juega una partida de cartas con
el diablo, y aprovecha para agarrarle por el cuello y para obligarle a devolver el gran
astro39.Hasta la novela moderna han llegado ecos del tópico. El gran novelista británico
George H, Wells fue autor de una célebre narración, El hombre que podía hacer
milagros (1937), protagonizada por un hombre inquietante que pasa una noche de
fiesta y que decide prolongarla (la noche) para poder continuar así. Ello crea
problemas y complicaciones colosales en la tierra, que sólo encuentran soluci'ón
cuando él renuncia a su don.
Un drama moderno acerca de El sol pVado
Si el ciclo del sol se repite con regularidad -excepto cuando alguien interfiere
sobre su curso-, el de la literatura vuelve también muchas veces sobre sus pasos, en
condiciones a veces extrañas y llamativas. Concluiremos nuestra agitada andadura
tras los pasos y los ecos del viejísimo y pluricullural tópico mítíco-lcyendístíco de El
sol parado, que nos ha llevado por lanto§ tiempos y tañías tradiciones, atendiendo a
una reciente versión teatral -«escrita y dirigida por Isidro Leyva» e independiente, al
parecer, del texto lopesco- que ha sido representada recientemente en el propio
monasterio extremeño de Tentudía, en un empeño que parece tener tanto de
- . . _ \v
37 R. SALES ENCINAS, Mbuandong c! Antropófago, en En bmca de los inmortales: epopeyasde EyíMoan Ndang, trnds. D. Elá Mbá, J. Mbá y R. Sales, Vic, Ceiba, 2004, p. 291.
38 M. GASTER, Rwnaman Bird and Beas! Síories, Lcmdcm, Sidgwick & Jackson, 1915, pp.
99-101.39 G. LEMIEUX, Les vicitx m'ont conlé, Monlreal-Paris, Bcllartnin-Maisonneuve el Larose,1973-1993, t.2(1974), pp. 181-189 (AT326 I.ll d y b, a o S10).
155
José Manuel Pedrosa.
promoción cultural como de atracción turística. Un reportaje periodístico del evento
celebrado en 2002 nos exime a nosotros de añadir más ai respecto:
Actores aficionados representan estos días «Las creencias de un maestre» en Tcntudía,
Alrededor de 200 adores aficionados de la mancomunidad de Tentudía representan-durante estos días- una obra basada en )a batalla de Tentudfa, que tuvo lugar en esa zona enel siglo XIII , con el objetivo de poner en valor su legendaria historia y rico patrimonio.
La obra las creencias de. un maestre, escrita y dirigida por Isidro Leyva, se representa entreel 4 y 7 de agosto a partir de las 22.30 horas en el paraje nalural déla sierra de Tentudía, juntoal monasterio de este mismo nombre. Leyva explica que esta obra gira en torno a la figura delMaestre de la Orden de Santiago, don Pclayo Pérez. Correa, quien libró en la actual zona deTentudía, con ocasión de la reconquista de Sevilla, una encarnizada batalla contra losmusulmanes. Don Pclayo, advirtiendo que la noche se echaba encima sin decidirse la victoria,imploró a la Virgen con la expresión que ha dado popularidad a este entorno «¡Santa ManaDeten Tu Día!». La Virgen atendió el ruego parando el sol en el horizonte para permitir a loscristianos vencer a los moros y seguir las tropas cristianas su avance hacia la capital andaluza.Así, esta representación será una «enciclopedia abierto», según la califica Leyva, que permitiráademás conocer la figura de Don Pclayo. el significado dula palabra «Tenludía» y una batal lay milagro en cuya conmemoración se mandó construir el Monasterio de Nuestra Señora deTentudía.
El escenario está montado al aire libre en cinco plataformas de cien metros cuadrados cadauna, además de dos espacios alternativos y un camino natural que rodea al Monasterio deTentudfa y que représenla la Rula de la Plata. Además, la puesta en escena es espectacular yaque, además de los 200 actores, en el montaje participan 50 caballos.
El proyecto ha contado con un presupuesto de 36.000 euros, que han sido
financiados por el Centro de Desarrollo Comarcal deTentudía, a través de la iniciativa
comunitaria Leader Plus. La entrada es gratuita para todos los asistentes, con
invitación, hasta completar el aforo del Monasterio de Tentudía, que está estimado en
1.200 personas cada día40.
'!OCfr.:hllp://www.alcnlejoprcss.com/perio(lico_region/nolicias/fiiostrar_noiicia.php?id=10933&mn(lo=prinl.
156
MARCEI.I.A TRAME MOLÍ
El protagonismo femenino en leí épica de amor de ¡a comedia urbana lopeveguesca
Slcfano Arata, en la magistral introducción de su edición de El acero de Madrid,
escribe;
A lo largo de estas páginas hemos utilizado con frecuencia términos y metáforas de la épicapara describir el universo urbano madrileño; las calles como un mar; las cortesanas comoCirces; los galanes como sirenas que atraen a las mujeres; las casas como ciudades cercadas.Los símiles no son de nuestra cosecha, proceden directamente de la pluma de Lope, que losintroduce con inusitada continuidad en sus comedias de capa y espada y en la nuestra enparticular. No se trata de una parodia del género épico, sino más bien de una transposición dellenguaje y de los valores de la épica al universo del amor.
Deseando profundizar y escudriñar la sugerente propuesta del amigo y maestro
desaparecido, dejamos para un ensayo de mayor envergadura el estudio detenido y
exhaustivo de los r&fercntes literarios, la'materia, los mecanismos dramáticos y las
razones de la épica de amor que conforma el tejido poético y dramático de. las
comedías urbanas de Lope de Vega. En las páginas que siguen me limitaré a analizar
el papel que en dicho corpus teatral desempeñan las mujeres protagonistas, para ver
hasta qué punto y con cuáles consecuencias dramáticas ciertos comportamientos,
actitudes y características de las damas se adhieren a los de los héroes y las situaciones
de la épica, tanto antigua como renacentista. Hay que advertir que el concepto de
épica al cual nos referimos es muy lato y que, al tratarse de epopeya amorosa, cabe
considerar no sólo la materia de los poemas clásicos de Hornero y Virgilio y de los
romanzi renacentistas, sino también la de la novela bizantina, de las Heraldos de
Ovidio2, y del Romancero de tema caballeresco. Para que los resultados del presente
'- -UEn L. de YRGA, El acero de Madrid, etK S. Árala, Madrid, Castalia, 2000, pp. 56-57.1 Lope, pese a haber experimentado toda la gama de las cnerdas típicas, se inclina
rnayoritariamenlc hacia la materia amorosa de la epopeya, de acuerdo con las pautas de su musalírica. Cfr. M. TRAMBAIOU, Cuestión del género literario de La hermosura, en «Introducción»a L- de VEGA, IM hermosura de Angélica, Madrid, Frankfurt am Main, Universidad de Navarra,Iberoamericana, Vcrvuerl, 2005, pp. 57-65. Véase también, J. GONZÁLEZ ROVIRA, La novelabizantina ríe la Edad de Oro, Madrid, Credos, 1996, pp. 63: «La posibilidad de incluirepisodios e, incluso, la de centrar la fábula en asuntos amorosos fue uno de los aspectos más
157