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LA NACIÓN DIFUSA CONCEPCIONES DE ESPAÑA ENTRE LA CIUDADANÍA DE IZQUIERDA 1 Antonia María Ruiz Jiménez Manuel Tomás González Fernández Manuel Jiménez Sánchez (Universidad Pablo de Olavide de Sevilla) ***** ABSTRACT -- RESUMEN Este trabajo se basa en el análisis de 11 grupos de discusión con simpatizantes de partidos de izquierda de ámbito estatal (de diferentes edades y perfiles sociodemográficos, en cuatro CC.AA. –Andalucía, Cataluña, Madrid y Galicia) con el objetivo de analizar el vínculo afectivo que los ciudadanos de izquierdas establecen con España tras la “monopolización del patriotismo español” durante el régimen franquista. Aunque la identidad española y la autonómica aparecen de forma dual y compatible en nuestros análisis, la española tiende a conceptualizarse más como estructura política que como vínculo afectivo (lo que si ocurre con la identidad de nivel autonómico). No obstante, la forma en que ambos niveles de identidad se interrelacionan es bastante más complejo que el de un simple “dualismo escorado hacia el autonomismo”. Encontramos que siguen existiendo dificultades para vincularse afectivamente con la nación española: la percepción sobre la vinculación del nacionalismo español con la dictadura, y de forma general, con la derecha (que se mantiene entre los más jóvenes: en parte por la socialización familiar; y en parte por la 1 Esta investigación ha sido posible gracias a la financiación del Ministerio de Ciencia e Innovación a través del proyecto I+D+i: “Nacionalismo español: discursos y praxis desde la izquierda (1982-2008)”, Ref. CSO2008-01182CPOL.. 1

LA NACIÓN DIFUSA

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LA NACIÓN DIFUSACONCEPCIONES DE ESPAÑA ENTRE LA CIUDADANÍA

DE IZQUIERDA1

Antonia María Ruiz JiménezManuel Tomás González Fernández

Manuel Jiménez Sánchez

(Universidad Pablo de Olavide de Sevilla)

*****

ABSTRACT -- RESUMEN

Este trabajo se basa en el análisis de 11 grupos dediscusión con simpatizantes de partidos de izquierda deámbito estatal (de diferentes edades y perfilessociodemográficos, en cuatro CC.AA. –Andalucía, Cataluña,Madrid y Galicia) con el objetivo de analizar el vínculoafectivo que los ciudadanos de izquierdas establecen conEspaña tras la “monopolización del patriotismo español”durante el régimen franquista.

Aunque la identidad española y la autonómica aparecen deforma dual y compatible en nuestros análisis, la españolatiende a conceptualizarse más como estructura política quecomo vínculo afectivo (lo que si ocurre con la identidad denivel autonómico). No obstante, la forma en que ambosniveles de identidad se interrelacionan es bastante máscomplejo que el de un simple “dualismo escorado hacia elautonomismo”. Encontramos que siguen existiendodificultades para vincularse afectivamente con la naciónespañola: la percepción sobre la vinculación delnacionalismo español con la dictadura, y de forma general,con la derecha (que se mantiene entre los más jóvenes: enparte por la socialización familiar; y en parte por la1 Esta investigación ha sido posible gracias a la financiación del Ministerio de Ciencia e Innovación a través del proyecto I+D+i: “Nacionalismo español: discursos y praxis desde la izquierda (1982-2008)”, Ref. CSO2008-01182CPOL..

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recuperación de la narrativa nacionalista española dederechas y su visibilidad gracias a la exhibición de lossímbolos nacionales, especialmente la bandera); la ausenciade un discurso explícito y positivo sobre la naciónespañola por parte de las élites y los partidos deizquierda; la percepción sobre la desigualdad entre losciudadanos de las diferentes Comunidades Autónomas; y elcontexto general de crisis económica, pero tambiénpolítica, que los ciudadanos de izquierda denuncian.

No obstante, y a pesar de su manifiesta incomodidad paravincularse con España en un nivel afectivo (de formaexplícita), los ciudadanos de izquierda se reconocen, yreconocen al resto de los españoles, como algo más quesujetos de una estructura política (de forma implícita).Cuando se trata de definir qué es eso “algo más” queconstituyen los españoles, los participantes en los gruposacaban definiendo un concepto híbrido entre la “nación declase” y la “nación de ciudadanos” que describe Lepsius(2004); rechazando de forma clara, simultáneamente, losconceptos de “nación étnica” y “nación cultural” aplicadosa España.

PALABRAS CLAVENacionalismo español, partidos de izquierda, grupos de discusión, identidades nacionales, identidad nacional española, comunidad política nacional.

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INTRODUCCIÓNHasta ahora, una gran parte de la investigación sobre la identidad nacional española se ha centrado en la cuestión de su compatibilidad o incompatibilidad con otros niveles de identidad; con las identidades nacionales de ámbito autonómico especialmente (Moreno, 1997; Safran y Máiz, 2000; Martínez-Herrera 2002 y 2005); pero también con identidades supra-estatales, fundamentalmente la europea (Menéndez-Alarcón, 2000 y2004; Diez Medrano y Gutiérrez 2001; Diez Medrano 2003; Ruiz Jiménez y González 2007).

Algún trabajo más reciente se aparta de esta línea para centrarse de forma concreta y explícita en el análisis de la identidad nacional española, al tiempo que señala el desarrollo de un nuevo “patriotismo democrático”, aparentemente compartido por el grueso de la ciudadanía española (Muñoz, 2009 y 2012). Setrataría de una evolución paralela al desarrollo de la democracia y la descentralización administrativa del Estado español, en el que se abandonan modelos excluyentes de identidady se desarrollan modelos duales conforme a la experiencia política del Estado de las Autonomías (Martínez-Herrera, 2002 y 2005; Jiménez y Navarro 2012). En resumen, estas investigacioneshan detectado un proceso de retroceso, especialmente entre las nuevas generaciones, de un modelo de identidad nacional españolaexclusiva, tradicionalmente vinculado ideológicamente a la derecha (y al régimen dictatorial). Al mismo tiempo que se extendería un modelo de identidad dual, o anidada, a través del cual los ciudadanos asociarían de manera esencial e indisoluble su identidad nacional española a la identificación con su Comunidad, con marcadores tanto étnico-culturales como cívicos-políticos. Modelo dual que, como coinciden en señalar estos estudios, presenta variantes cualitativamente significativas en las distintas CC.AA.

En nuestro trabajo, el análisis de estas tendencias se centra exclusivamente en los ciudadanos con una ideología de izquierda.La identificación entre el bando ganador de la Guerra Civil y lanación como tal, en el proceso que Bal-Tar (1997) ha denominado “monopolización del patriotismo”, deslegitimó y reprimió cualquier alternativa ideológica como antipatriótica, apropiándose ideológicamente el concepto de nación, y alienando al bando perdedor de sus posibles vinculaciones afectivas con

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España. Por tanto, resulta especialmente interesante conocer hasta qué punto, en qué sentido, y con qué estrategias, han podido los ciudadanos de izquierda “re-construir” sus vínculos afectivos con la nación española. Es decir, ¿son generalizableslas conclusiones sobre el desarrollo de un nuevo “patriotismo democrático”, alcanzadas para el conjunto de la sociedad española, también al grupo formado por los ciudadanos simpatizantes de partidos de izquierda?

La mayor parte del conocimiento existente se fundamenta en investigaciones cuantitativas con datos de encuesta que, con excepciones2, no permiten un análisis en profundidad de la identidad nacional como variable dependiente. Sus conclusiones no siempre están carentes de ambigüedad (Ruiz Jiménez, 2007); y,aunque señalan el desarrollo de identidades duales en detrimentode las exclusivas, no aclaran ni la naturaleza ni las variantes de esas identidades.

Así, nuestro trabajo se caracteriza por utilizar datos y técnicas cualitativas para analizar el vínculo afectivo que los ciudadanos de izquierdas establecen con España. La aproximación cualitativa, a partir del análisis de discursos en grupos de discusión, nos va a permitir profundizar en cuestiones como la naturaleza e intensidad de la identificación con España, su articulación en el discurso de la ciudadanía, la forma en la quese anudan las identificaciones con distintos niveles territoriales de gobierno, etc. En cierta medida, al partir de datos obtenidos en investigaciones cuantitativas, nuestro trabajo puede interpretarse también como un ejercicio de triangulación de información que nos permite alcanzar mayor validez externa en nuestras conclusiones; al mismo tiempo que contribuir a la matización y mejor comprensión de los resultadosde investigaciones cuantitativas.

Respecto a la identificación con España de la izquierda, la investigación reciente se ha centrado más en la élite que en la ciudadanía. El resultado que más han destacado estos trabajos hace referencia a la “invisibilidad” o “autocontención” del nacionalismo español, explicada en función del rechazo ideológico de los partidos de izquierda hacia el régimen anterior, y en base a razones estratégicas que los llevaron a aliarse con movimientos nacionalistas periféricos en su lucha contra el régimen franquista (Quiroga, 2008 y 2011; Balfour y

2 Pueden citarse como excepciones el estudio CIS 2667 y el trabajo de Jordi Muñoz (2012) que se basa en él. Por otro lado, se encuentran más investigaciones de tipo cualitativo entre las investigaciones recientes sobre la compatibilidad de las identidades española y europea.

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Quiroga, 2007; Nuñez Seixas, 2001 y 2010; Ruiz Jiménez y Ferri Fuentevilla, 2010 ; Humbelaek, 2011) 3. Por otro lado, más recientemente se ha comenzado a estudiar y sistematizar los discursos de la izquierda sobre la nación española (Balfour y Quiroga, 2007; Balfour, 2009; Nuñez Seixas, 2001 y 2010; Muñoz,2012: 64-67; Ruiz Jiménez y Ferri Fuentevilla, 2011; Ruiz Jiménez y Humlaek, 2012; Ferri Fuentevilla, 2013). En este sentido, los resultados destacan la diversidad o heterogeneidadde los mensajes que es posible encontrar, y que Balfour (2009) achaca, hasta cierto punto, a la relación dialéctica, y muchas veces contradictoria, entre socialismo y nacionalismo que todavía pervive dentro de sus filas (véanse también Archiles, 2009; y Rodríguez-Flores Parra, 2012).

Frente a estos avances respecto a los discursos de la élite de izquierda, nuestro conocimiento de la evolución de las actitudesde los ciudadanos de izquierda hacia España como nación es, sin embargo, más escaso. ¿Hasta qué punto son consistentes los imaginarios nacionalistas de la ciudadanía y las élites de izquierda? ¿En qué medida las pautas que se encuentran para el conjunto de la ciudadanía se repiten también entre la izquierda sociológica? O, de forma más concreta: ¿Se ha desarrollado entrelos ciudadanos de izquierda un sentimiento similar al “patriotismo democrático” del que habla Jordi Muñoz (2012)? ¿Sonlas identidades duales más propias de las generaciones más jóvenes de izquierda, como afirman Martínez-Herrera (2005) y Jiménez y Navarro (2012)? ¿Qué jerarquía existe entre estas identidades y cómo se relacionan entre sí? ¿Persisten identificaciones españolistas exclusivas entre las generaciones de izquierda de mayor edad? ¿Encuentran también los ciudadanos de izquierda más dificultades en su vínculo afectivo con España en algunas comunidades (Muñoz 2012; Martínez-Herrera 2005; Jiménez y Navarro 2012)? ¿Tienen los elementos étnico-culturalesuna importancia similar a la que adquieren en el conjunto de la ciudadanía dentro del nuevo “patriotismo constitucional” referido por Muñoz (2012)? Y, en comparación con lo que sabemos

3 Esta “invisibilidad” aparente del nacionalismo español, interpretado muchas veces como negación o abandono de la idea de nación española, ha comenzado a ser investigado y reinterpretado recientemente. Véanse, entre otros, Muro y Quiroga (2005), Balfour y Quiroga (2007), Nuñez Seixas (2010). Para Jordi Muñoz (2012: 44-45), a pesar de la persistencia de efectos deslegitimadores del régimen anterior, especialmente la negativa del nacionalismo a reconocersecomo tal, parte de la invisibilidad sería consecuencia de su asimilación al modelo de “nacionalismo banal” (Billing, 1995). Este investigador discute, sinembargo, que España se ajuste completamente a este modelo de nacionalismo banal, especialmente por la falta de consenso sobre elementos claves (el territorio y los símbolos nacionales) y por el desafío que representan los movimientos nacionalistas periféricos.

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sobre las élites de izquierda, ¿carecen los ciudadanos de un discurso articulado sobre el significado de ser español; en qué medida encontramos posiciones heterogéneas dentro de este grupo (Bonet, Pérez Nievas e Hierro 2010: 337)?4

La investigación forma parte de un proyecto más amplio que analiza, de forma empírica y sistemática, el discurso y la praxis nacionalista española de los partidos de izquierda desde 19825. Aunque el proyecto contempla el análisis de la relación entre el nacionalismo español de la élite y el de la ciudadanía,en este trabajo nos centramos en los discursos sobre la identificación con España de los ciudadanos de izquierda únicamente, que, en trabajos posteriores, trataremos de conectarcon los discursos y actitudes de la élite. En este sentido, el proyecto de investigación se abre a una hipótesis alternativa a la que domina en los estudios más recientes. Frente al planteamiento elitista, centrado en los mensajes y políticas de instituciones y partidos que, desde un enfoque constructivista, influirían sobre la identidad nacional de ámbito estatal en la ciudadanía española (Martinez-Herrera, 2002 y 2005: Muñoz, 2012;véase también Chandra, 2012), planteamos la alternativa de que los mensajes y políticas de los partidos respondan a las actitudes y preferencias de los ciudadanos, también en lo que a su identidad nacional se refiere (Ruiz Jiménez y Pérez-Nievas Montiel, 2010). Obviamente, se trata de dos modelos complementarios que contribuyen a explicar una realidad compleja. El modelo alternativo que exploramos en el proyecto deinvestigación ha sido, sin embargo, ampliamente ignorado hasta el momento6.

En los siguientes apartados presentamos los presupuestos iniciales que guían la investigación y nos detenemos en la explicación del diseño y las técnicas utilizadas. A continuaciónse presentan los principales resultados del análisis, para

4 En el caso de Cataluña, por ejemplo, existe evidencia del radicalismo de lasélites de los partidos, incluyendo a los no independentistas, en comparacióncon sus bases o simpatizantes. Véanse los artículos de Pau Marí-Klose yFrancisco Javier Moreno Fuentes (2013) y de Martínez-Herrera (2013) enElDiario.es (www.eldiario.es/agendapublica) y Martínez-Herrera y Miley (2010).5 “Nacionalismo Español: Discursos y Praxis desde la Izquierda (1982-2008)”, Ref. CS02008-01182CPOL (http://www.upo.es/proyectos/nacionalismo_esp/proyecto/index.jsp).6 Esta tercera explicación se relaciona con la representación de intereses y actitudes que son diversas, cuando no contradictorias, y, en parte, también desconocidas por la élite política, por lo que resultarían difíciles de agregar en un paquete ideológico que sea coherente y ampliamente compartido por la izquierda sociológica (véase también Bonet, Pérez-Nievas Y hierro, 2010: 337).

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finalizar concluyendo respecto a la identidad nacional española,y las autonómicas, de los ciudadanos de izquierda, así como la importancia de la edad y el territorio en los procesos de vinculación afectiva con España.

PRESUPUESTOS DE PARTIDAEl análisis que planteamos gira en torno a tres preguntas fundamentales: (1) en qué medida los ciudadanos de izquierda encuentran aún dificultades para vincularse afectivamente con España; (2) cómo articulan los ciudadanos de izquierda su identidad española y autonómica; y (3) qué elementos definen, deforma general, la identidad nacional española de los ciudadanos de izquierda. A continuación se desarrollan algunos de los presupuestos de partida que han orientado nuestra indagación empírica para dar respuesta a estas preguntas.

1) Los ciudadanos de izquierda encuentran (aún) difícil vincularse afectivamente con lanación España.

La literatura especializada señala una evolución general de las actitudes de ciudadanía española hacia un modelo que Muñoz (2012), siguiendo a Bastida (1998 y 2007) define como “patriotismo democrático”. Con dos rasgos principales: los elementos nucleares de este nacionalismo español son los contenidos en la constitución española de 1978, con los que se crea un fuerte compromiso; y la integración en la identidad española de diferentes identidades territoriales en forma de identidades duales, predominantemente entre los jóvenes (Martínez-Herrera, 2005; Jiménez y Navarro, 2012). Si bien la identidad española exclusiva habría disminuido en volumen, la identidad española dual habría aumentado, con un resultado que es cualitativa y cuantitativamente diferente del predominante alinicio de la transición.

Ahora bien, ¿ha ocurrido lo mismo entre los ciudadanos de izquierda? Nuestro presupuesto de partida es que no; o al menos no en la misma medida que para el conjunto de la ciudadanía. Creemos que resulta plausible esperar que persistan dificultadesa la hora de concretar sus vínculos con España, derivadas de tres fuentes: en primer lugar, la alienación de la identidad nacional española consecuencia de la monopolización del patriotismo por el régimen anterior (más notable para este grupo); en segundo lugar, la aparente “invisibilidad” del nacionalismo español de los partidos de izquierda, que haría

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difícil contar con referencias positivas sobre el significado deuna identidad española, alternativa tanto a los modelos del pasado como a la narrativa de la derecha; en tercer lugar, la persistencia tendencias ideológicas de izquierda más ligadas a la defensa de los intereses de clase que al nacionalismo y que, probablemente, toman auge en momentos de crisis económica como el actual.

Por otro lado, la evidencia con la que contamos es principalmente cuantitativa; y, en este sentido, tenemos indicios para sospechar que las encuestas tienden a “infrarrepresentar la ambigüedad del sentimiento de identidad nacional, obviando de este modo el primer problema que se encuentra al tratar de analizar en qué consiste el sentimiento de identidad nacional” (Ruiz Jiménez y González, 2007: 150). Efectivamente, es bien conocido el efecto a través del cual las encuestas no sólo miden, sino que crean opinión (Asher, 2004; Bishop, 2005). En el caso de expresiones de identidad nacional, la propuesta de categorías de respuesta cerradas que el entrevistado no tiene que elaborar ni justificar, probablemente facilita que declare una identidad aún sin saber muy bien qué significa. Un problema adicional es que la escala que suele utilizarse para medir las identidades en las encuestas (escala Linz o Moreno) ofrece datos cuya varianza puede ser explicada tanto por las preferencias de los entrevistados como por el tipode formulación que se utilice en la pregunta (Ruiz Jiménez, 2007). Finalmente, una limitación importante de las aproximaciones cuantitativas basadas en encuesta es que difícilmente pueden indicar la intensidad de las identidades.

Obviamente, no se trata sólo de constatar la existencia de estasdificultades, sino de explorar sus significados, así como las estrategias y argumentos a través de las cuales los ciudadanos de izquierda pueden vincularse afectivamente con España. Por otro lado, entendemos que hay variaciones en los niveles de dificultad vinculados especialmente a la edad de los entrevistados, aunque también podrían darse diferencias en función del territorio.

En cuanto a la edad, los estudios más recientes sobre la identidad nacional española encuentran que ésta, formulada en términos exclusivos sobre la escala Linz-Moreno (me siento únicamente español), ha venido disminuyendo desde la transición a la democracia, siendo actualmente una categoría residual con mucha mayor presencia en las generaciones de mayor edad que entre los jóvenes (Muñoz, 2012). De forma complementaria, las identidades duales (el porcentaje de ciudadanos que se

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identifica simultáneamente con España y con su Comunidad) habrían venido aumentando, especialmente entre las generaciones más jóvenes (Jiménez y Navarro 2012; Martínez-Herrera 2002 y 2005). Por tanto, estos estudios establecen la influencia de la edad sobre las identidades, y la dirección de la influencia: a mayor edad, menor probabilidad de mantener identidades duales (o, mayor probabilidad de mantener una identidad española exclusiva).

Ahora bien, ¿son generalizables estas conclusiones también al grupo formado por los ciudadanos de izquierda? ¿Existe esta influencia? ¿En la misma dirección? En este sentido, nuestra respuesta plantea más incertidumbres.

Partiendo de las asunciones de que la identidad nacional no es algo que los ciudadanos poseen de forma natural (tesis esencialista), sino que es producto de una construcción social (tesis constructivista), y de que los Estados contemporáneos actúan como agencias y ámbitos de socialización capaces de crearidentidad nacional (Martínez-Herrera, 2005), las cohorte nacidasy socializadas en momentos y contextos diferentes, diferirán también en sus identidades nacionales. Si los planteamientos delas investigaciones mencionadas son aplicables también a los ciudadanos de izquierda, encontraríamos que los grupos de discusión formados por ciudadanos de izquierda de mayor edad, que han sido socializados durante el periodo franquista, mantendrían identidades nacionales española de carácter exclusivo forma más clara y/o evidente que las generaciones más jóvenes. Sin embargo, entre las generaciones mayores de ciudadanos de izquierda, actúan también variables que operan en el sentido contrario: precisamente estas generaciones resultaronafectadas por la monopolización del patriotismo durante el Franquismo, por la marginación y por la persecución de su interpretación de la identidad nacional española. Como correlato, el rechazo y la deslegitimación de los principios ideológicos del Franquismo, incluida su visión de la identidad nacional española, debería ser especialmente fuerte una vez superada la dictadura. Si fuera así, la identidad exclusiva española sería más escasa y difícil de mantener y argumentar en los grupos de mayores de que lo que la literatura sugiere. Por el contrario, aceptando, como proponen otros estudios, que el aprendizaje y el cambio de las actitudes son posibles en la edadadulta, a través de procesos racionales de adaptación al entorno, encontraríamos que los mayores de izquierda habrían desarrollado esquemas de identidades duales similares a los de los jóvenes.

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En este sentido, los datos de encuestas no terminan de aclarar si existe o no un efecto cohorte, por lo que esperamos poder aportar algún dato interesante. Jiménez y Navarro (2012) han comprobado que el nacionalismo español se ha configurado de manera creciente sobre la base de una identificación dual, siendo más patente entre los jóvenes. No obstante, este proceso no parece responder exclusivamente a un efecto generacional, fruto del envejecimiento de las bases sociales del nacionalismo español tradicional y la experiencia de socialización de las nuevas generaciones en un contexto de descentralización autonómica, sino que puede entenderse como un proceso intergeneracional. De manera similar, Muñoz (2012) señala que mientras que la identidad española tradicional tiende a erosionarse con el reemplazo generacional, la identidad españolademocrática no guarda una relación tan fuerte con edad. Cabe preguntarse entonces, de forma específica, qué diferencias existen entre las generaciones jóvenes y mayores de ciudadanos de izquierda.

El diseño de los grupos de discusión ha incluido la edad como una variable de control. Así, los grupos numerados como 1 y 2 serefieren a jóvenes con edades comprendidas entre los 18 y los 25años (diferenciados entre los subgrupos 1 y 2 en función de sus perfiles socio-demográficos); y los numerados como 3, a personasmayores con edades comprendidas entre los 40 y 55 años (dos grupos) y los 56 a 65 años (dos grupos) –véase tabla resumen en el anexo 1. Hemos realizado más grupos con jóvenes (7, frente a 4 con mayores) asumiendo que, si ha habido evolución respecto a los vínculos afectivos de los ciudadanos de izquierda con la nación, esta se habrá producido entre los jóvenes con mayor facilidad o probabilidad que entre los mayores.

2) Los ciudadanos de izquierda mantienen identidades duales, aunque la naturaleza de la vinculación de los distintos niveles territoriales es cualitativamente diferente.

La literatura más reciente sobre la identidad nacional española coincide en señalar el desarrollo de las identidades duales en España a costa del descenso de las identidades exclusivas, ya sean de ámbito estatal o autonómico (Martínez-Herrera 2002; Jiménez y Navarro 2012). En general, esperamos que entre los ciudadanos de izquierda el tipo de identidad predominante sea también de tipo dual. No obstante, como esperamos que persistan dificultades para identificarse con España (como hemos desarrollado anteriormente), creemos que los ciudadanos de izquierda tenderán a diferenciar ambos niveles de identidad, mostrando sentimientos de identificación duales pero de distinta

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naturaleza según el nivel territorial de referencia; diferenciasque pueden ser de tipo cuantitativo (menor intensidad del vínculo con España), como cualitativo (vínculos basados en elementos diferentes para cada una de ellas). De alguna manera podríamos expresarlo como “un dualismo escorado hacia el autonomismo”.

La exploración de los grupos que se plantea a partir de este presupuesto de partida puede aportar información muy relevante sobre aspectos infra-investigados en los trabajos cuantitativos.Por ejemplo, en cuanto a las formas, y los mecanismos, en la queambos niveles de identidad de vinculan y matizan mutuamente (es decir la propia naturaleza de la identidad dual). También en cuanto a la importancia de algunos elementos clave que ayudan a entender el encaje de distintos niveles territoriales en esa identidad dual.

Para contrastar esta hipótesis, los grupos de discusión se han realizado en cuatro CC.AA. concretas, seleccionadas a partir de una tipología de casos basada en el análisis de datos de encuesta, y creada exprofeso con el propósito de seleccionar loscontextos más adecuados que nos permitieran contrastar esta hipótesis. Las Comunidades elegidas han sido Andalucía, Cataluña, Galicia y Madrid (etiquetadas como A, C, G y M) –véaseel anexo 1.

3) La identidad nacional de los ciudadanos de izquierda además de dual se fundamenta tanto en marcadores cívicos y políticos como étnicos y culturales.

En cuanto a los contenidos y el significado de la identidad española de los ciudadanos de izquierda, aunque la investigacióntiene un carácter exploratorio, resulta interesante tratar de contrastar qué elementos del patriotismo democrático común al grueso de la ciudadanía española, identificado por Muñoz (2012),es posible encontrar explícitamente en los grupos de discusión de ciudadanos de izquierda, así como su estatus y tratamiento. En concreto: el idioma español como elemento básico de identidad; una Historia común (tanto del pasado remoto, como reciente, en su sentido positivo y negativo); la unidad de España como garantía de igualdad y solidaridad; el mito de la Transición (incluida la valoración positiva de la Constitución);y el mito de la modernización y prosperidad económica de España.

DISEÑO METODOLÓGICOTal como se ha indicado en la introducción, la recogida de información se realizó mediante el análisis de los discursos de

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ciudadanos de izquierdas (simpatizantes de partidos de izquierdade ámbito estatal7 y, por tanto, votantes potenciales de estos partidos) producidos durante la celebración de 11 grupos de discusión. Las decisiones en las que se fundamentó la configuración de los grupos así como el guion de referencia parasu desarrollo, parte de un conocimiento que se cimenta, en gran parte, en investigaciones cuantitativas previas basadas en datosde encuestas.

El diseño de los grupos pivotó sobre dos criterios básicos: el de su ubicación territorial y el de la edad de sus integrantes. Además de estas dos variables, la selección de los participantesincluía otros criterios, cuyo fin último ha sido permitir la representación de la mayor cantidad posible de discursos diferentes por parte de los ciudadanos de izquierda. Así, todos los grupos han incluido una composición equilibrada en cuanto alsexo de los participantes; todos han incluido simpatizantes de partidos de izquierda de ámbito estatal (considerando tanto las federaciones de IU como las de PSOE con una composición equilibrada)8; se han tenido en cuenta, además, diferentes posiciones sociales, mediante combinaciones diferentes de nivel de estudio y situación laboral9. Véase el anexo 1 para la información concreta y detallada en cuanto a la composición de cada uno de los grupos.

Para seleccionar la ubicación territorial de los grupos de discusión hemos considerado dos criterios: la comunidad autónomade residencia y, de manera secundaria, el contexto sociopolíticoinmediato. Con este propósito, realizamos un estudio cuantitativo previo en el que definimos las CC.AA. en función delos valores promedios de dos escalas bipolares creadas a partir de cuatro preguntas presentes en el estudio del CIS 266710. Estos valores permiten caracterizar a los encuestados según su nivel de apego con España en comparación con el que mantienen con sus espacios autonómicos de referencia. En concreto, la primera medida, que hemos denominado “escala de diferencial de identificación territorial”, mide las diferencias en el grado deidentificación con España respecto al sentimiento de

7 Básicamente PSOE e IU, y sus partidos federados en las diferentes Comunidadesdonde se han llevado a cabo los grupos de discusión.8 Excepto los grupos de Galicia, donde la menor relevancia social y electoralde IU hizo que nos inclináramos por no incluirlo.9 Finalmente, hemos atendido a las características propias de algunas de las Comunidades seleccionadas para matizar, en ellas, la composición de algunos grupos En Cataluña, por ejemplo, hemos distinguido dos grupos de jóvenes segúnsus orígenes familiares se encontraran o no fuera de la Comunidad. 10 “La identidad nacional en España”, 2006. Véase: http://www.cis.es/

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identificación hacia la comunidad de residencia. Por su parte, la segunda medida, que hemos denominado “escala de diferencial de sentimientos nacionalistas”, mide las diferencias en la intensidad del sentimiento españolista respecto al sentimiento regionalista / nacionalista. Consideramos que la primera escala compara dos sentimientos más fácilmente compatibles y que recogeuna adscripción de naturaleza más cultural de apego al territorio, frente al componente más politizado de los sentimientos españolistas o autonomistas11.

Como puede observarse en el Gráfico 1, los valores promedio paralos encuestados de las distintas comunidades tienden a situarlasen un continuo (eje horizontal del gráfico) desde posiciones donde los sentimientos nacionalistas y de apego al territorio son más intensos en relación con las comunidades autónomas que en relación con España (como en el País Vasco, en el extremo, junto con Cataluña, y en menor medida Navarra) hacia posiciones más donde los sentimientos españolistas son relativamente más fuertes: las comunidades que se sitúan en el cuadrante derecho superior. No obstante, en este polo encontramos dos tendencias :según los valores positivos en la escala de “sentimiento nacionalista español” (vinculado al eje vertical) coincidan en algunos casos con sentimientos de identificación territorial igualmente intensos respecto a España y la Comunidad Autónoma (sería el espacio ocupado desde la posición de Galicia hasta Valencia, pasando por Baleares o Andalucía) o con el predominio de la identificación España sobre la Comunidad (espacio ocupado por Aragón, Extremadura, Murcia, las dos Castillas o Madrid). Sobre la base de esta diversidad de patrones, se seleccionaron, como representativas de distintas configuraciones de los sentimientos hacia España las siguientes comunidades: por un lado, Cataluña y Galicia con componentes españolistas más débiles que la media (total) de la población española, y

11 Las dos escalas están correlacionadas entre sí (coeficiente de correlación Pearson 0,57). Podemos pensar que la menor fuerza de la correlación de la escala del diferencial de las identificaciones territoriales con la escala ideológica (coeficientes Pearson 0,18 y 0,25 respectivamente) es coherente con la naturaleza menos política (más cultural) de las adscripciones al territorio.

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Andalucía y Madrid12, por otro lado, como representantes de las dos variantes de presencia componentes más españolistas.

12 En otro lugar (Jiménez y Navarro, 2012), a partir de datos agregados por comunidades autónomas basados en la escala de identificación bipolar de Linz ylas preferencias sobre el modelo territorial de organización del Estado, se detectó que hacia 2012, momento en el que se llevaron a cabo los grupos de discusión un proceso de acercamiento de Cataluña hacia los valores del País Vasco. Esta tendencia, junto con la ausencia del terrorismo independentista, determinó la selección de Cataluña frente al País Vasco. En el caso de Andalucía, su selección, en lugar de Valencia (caso extremo de españolismo junto con apego al territorio autonómico), se fundamenta en el deseo de incluir una comunidad con larga trayectoria de gobiernos de izquierdas.

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Gráfico 1: Posición de los residentes en las distintas Comunidades Autónomas en función de escalas territoriales de “apego” al territorio (identificación territorial) y sentimiento nacionalista (2006).

Aragón

Cantabria

Valencia

Extrem aduraM urcia

Andalucía

Asturias

Baleares

Canarias

Castilla-La M ancha

Castilla y Léon

Cataluña

G alicia

M adrid

Navarra

País Vasco

La Rioja

TOTAL

-3,0

-2,0

-1,0

,0

1,0

2,0

3,0

-2,5 -2,0 -1,5 -1,0 -,5 ,0 ,5 1,0 1,5 2,0 2,5

Diferencial escalas identificación territorial (España - CCAA)

Diferencia escalas sentim

ientos nacionalistas (valor españolista - valor

region

lista/nacionalista

Fuente: Elaboración propia a partir de Estudio del CIS 2667(2006).

[Escala de diferencial de identificación territorial = Valor de la respuesta P504 –Valor de la respuesta P502] en la pregunta: Todos nos sentimos más omenos ligados con la tierra en que vivimos, pero unos nos sentimosmás ligados a unos ámbitos que a otros ¿En qué medida se siente Ud.identificado con el pueblo o ciudad donde vive? Para contestarutilice una escala de 0 a 10, en la que 0 significa que Ud. se siente"nada identificado" y 10 que se siente "muy identificado". P504 serefiere a España y P502 a la Comunidad Autónoma de residencia.

[Escala de diferencial de sentimientos nacionalistas = Valor respuesta P6 ó P6A –Valor respuesta P7]. P6: En relación con el sentimiento nacionalista(catalán, vasco, gallego, valenciano, navarro, canario, andaluz,balear), ¿podría decirme, por favor, dónde se colocaría Ud. en unaescala de 0 a 10, en la que el 0 significa “mínimo nacionalismo” y el10 “máximo nacionalismo”. P6A: En relación con el sentimientoregionalista (madrileño, asturiano, riojano, extremeño, cántabro,castellano-leonés, castellano-manchego, murciano y aragonés), ¿podríadecirme, por favor, dónde se colocaría Ud. en una escala de 0 a 10,en la que el 0 significa "mínimo regionalismo" y el 10 "máximoregionalismo". P7: ¿Y en una escala de 0 a 10, en la que 0 significa“mínimo españolismo” y 10 “máximo españolismo”?

Por último en el proceso de captación de los integrantes de los grupos se consideró también, un segundo criterio relativo al contexto sociopolítico inmediato. Así, salvo en un caso, los grupos se configuraron con residentes de grandes ciudades13: Sevilla, Coruña, Madrid (y zona metropolitana) y Barcelona. Además, en el caso de Barcelona, se seleccionaron residentes en zonas o distrito electoral con porcentaje de voto a Partidos de Ámbito Estatal (o, más exactamente, sus formaciones federadas) similar al conjunto de España.

Los grupos se desarrollaron en marzo de 2012. Tuvieron una duración media de 90 minutos a partir de un guion en el que se buscaba abordar diversos temas, desde la idea de España, sus símbolos o su articulación territorial hasta la percepción del nacionalismo español, su tratamiento por parte de los diversos partidos o sus repercusiones electorales.

RESULTADOSEste apartado recoge los hallazgos generales, y más importantes,de la investigación de forma exploratoria. En el apartado de conclusiones, debatimos en profundidad sobre las implicaciones de estos hallazgos y su significado.

A los ciudadanos de izquierda les resulta (aún) difícil definir su vínculo afectivo con España

Nuestros resultados confirman claramente nuestro supuesto inicial. En primer lugar, por la ausencia de un discurso explícito, al que recurrir, sobre España. Cuando se ha abordado la identificación con España, todos los grupos se han sentido incómodos o incapaces a la hora de expresar, y concretar, su identidad nacional; llegando incluso a plantearse que es contradictorio ser de izquierda y manifestarse nacionalista español.

Así, cuando se les interroga por sus sentimientos los silencios incómodos y la extrañeza han sido frecuentes cuando la cuestión de si se sienten españoles ha aparecido en los grupos. Aún más, el concepto España ha suscitado escaso apego y, a veces, rechazoentre los simpatizantes de la izquierda. Salvo lo expresado por algún participante singular en los grupos compuestos por

13 Salvo un grupo realizado en zona rural (en Andalucía), con el propósito,mencionado anteriormente, de poder recoger toda la variabilidad existente enlos discursos de los simpatizantes de izquierda.

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personas más mayores (M3 y, en menor medida, G3); lo cual sería,por otra parte, motivo de controversia y oposición por el resto de componentes de esos grupos. A la hora de exponer esas dificultades de forma más detallada, podemos señalar que los participantes fueron prácticamente incapaces de explicitar la “sustancia”, los contenidos o significados de lo que es España.

Incluso aquellos a los que este término les producía menos rechazo, no llegaron a expresar algo diferente a una imagen débil, difusa, fragmentaria e inconsistente, ni a ir mucho más allá de la definición de España como una simple agregación de partes, regiones o territorios, diferenciadas. En ese sentido, han dominado las referencias a contenidos banales de lo que significaría lo español: la representación a través del deporte –especialmente de los éxitos deportivos-, la gastronomía, el estilo de vida, la extroversión como rasgo generalizado entre los españoles... cuando no las referencias a tópicos y lugares comunes. Por otro lado, lo español se reconoce (o es más fácilmente reconocible), principalmente, a través de la diferenciación con el exterior, algo así como ser español “de puertas para afuera” o “por exclusión”. En otros casos, la idea de España adquiere un carácter puramente formal o administrativoen los discursos.

Hombre 3: El sentimiento español es como si hubiese nacido en Francia pues tendría sentimiento francés o en Pakistán, sentimiento Pakistaní, no sé, no es un sentimiento, es un…. Vives en un sitio ¿No? Y te ha tocado ahí y ya está. Mujer 4: Totalmente vamos, es que lo primero es que en España, lo que es sentirse español, muy pocos (Risas) (Grupo M1).

Como esperábamos, parte del problema proviene de la identificación, que aún persiste, entre la idea de nacionalismo español y la dictadura franquista; a la que se suma la percepción de su vinculación con una ideología conservadora y dederechas, ya durante el régimen democrático. Este vínculo se percibe especialmente gracias a la exaltación de los símbolos nacionales, sobre todo la bandera, por parte de la derecha.

Los símbolos nacionales, en general, concitan un rechazo bastante generalizado entre los simpatizantes de izquierda participantes en el estudio. Se identifican por buena parte de los grupos con la dictadura, lo que no se habría visto amortiguado por el paso del tiempo, al haber sido apropiados –llegan a emplear el término “secuestrados”, por la derecha.

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Algún grupo (G3) recoge la necesidad de que existan símbolos colectivos que refuercen la unidad estatal. Sin embargo, son incapaces de definir cuáles son o serían esos símbolos14.

Por otro lado, existe una hostilidad generalizada de los grupos hacía los términos de “nación” y “nacionalidad”, identificados con valores conservadores y “españolistas” (salvo en el grupo A1, donde el término nacionalidad remite a contenidos separatistas); únicamente en los grupos realizados en Madrid desaparece esta actitud tan negativa.

Es interesante destacar como, al contrario de lo esperado, la percepción de esta “contaminación” no desaparece en las generaciones más jóvenes, en parte por la socialización familiar(especialmente los abuelos), pero que se acrecienta por la renovación del discurso nacionalista español de la derecha, comohemos mencionado también más arriba.

Mujer 2: Yo creo que lo que pasa que tenemos tanta poblaciónmayor, en España, que es imposible…O sea, por lo menos porahora seguir un pasito adelante porque todos, ya seanabuelos rojos o abuelos fachas, te van a enmarcar a ti¿sabes? Te van a contar sus historietas y tú por mucho queintentes mirar un poco siempre…Hombre 1: La costumbre de tu entorno siempre te va a influir. (Grupo M2).

Otros elementos que han aparecido relacionados con la dificultadde identificarse o vincularse afectivamente con España tienen que ver con la percepción de diferencias en los servicios y derechos de los ciudadanos en las Comunidades Autónomas que componen España. Los participantes ponen en cuestión que pueda existir una nación española cuando los ciudadanos que la forman tienen derechos y reciben servicios diferentes dependiendo de suComunidad de residencia. Esta demanda o deseo de igualdad entre ciudadanos y territorios se convierte en uno de los elementos comunes que configurarían la identidad nacional española de los entrevistados, que se concretaría en la demanda de una mejor articulación, simetría y solidaridad entre las Comunidades Autónomas15.

14 Si entendemos la monarquía constitucional como un símbolo, también sobre esta prevalece una imagen negativa generalizada, más expresa entre los grupos madrileños. 15 Este discurso sobre la igualdad es uno de los elementos centrales del“patriotismo democrático” descrito por Muñoz (2012).

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Mujer 4: ¿Y si todos somos del mismo país porque no somos todos iguales? (Grupo A2).

Por ello, algunos grupos (esto resulta especialmente obvio en los celebrados en Andalucía) plantean como desideratum cooperativosuperar y trascender las diferencias territoriales –a veces identificadas como competitivas (A3)-, pero no encuentran elementos que materialicen o puedan materializar esa cohesión. En un sentido contrario, lo español lleva connotado, especialmente para algunos de los grupos catalanes, el constituir una plataforma desde la que se “arremete” contra otras identidades (C2, C3, también G1). Con todo, parece importante señalar que, en buena parte de los grupos, se afirma el valor de la diferencia y el carácter indispensable de la autonomía para mantener la articulación y la persistencia del Estado. Algo que, salvo en casos puntuales –algunos integrantes de A3, G3 y M3, con lo que comprobamos la existencia de las diferencias discursivas en función de la edad-, se piensa no podría resolverse en un modelo unitario centralizado.

Hombre 1: Por ejemplo, si no hubiera Estado de Autonomías… a lo mejor no habría España. (Grupo C3).

Esto no significa que los discursos estén exentos de contradicciones, especialmente cuando se hace referencia a la solidaridad interterritorial, lo que genera comparaciones entre CC.AA. y cierto enfrentamiento al categorizar como “nosotros” a la propia CC.AA. frente a España o el resto de Comunidades (“losotros”)16. A pesar de todo, es llamativa esta fuerte coincidencia en todos los grupos, especialmente si lo ponemos enrelación con la dispersión en los discursos de las élites de izquierda (Balfour, 2009:5).

Merece una mención destacada, también, la dificultad de los simpatizantes de izquierda para encontrar mensajes explícitos y positivos de sus partidos con los que identificarse. En este sentido, aunque los participantes quieren pensar que la izquierda tiene un modelo alternativo para España, son incapacesde verbalizar en qué consiste. Esta cuestión se inscribe en el contexto de una visión muy negativa y crítica de los políticos, que, como algún grupo puntualiza (M1), no es necesariamente extensible a la política como tal. En los grupos andaluces, catalanes y gallegos esas críticas son más manifiestas y, en buena parte de los casos, ocupan una medida importante del debate. Estas se centran en el carácter instrumental que, según 16 Esta contradicción, empero, se suele atribuir también a la manipulación porparte de los político, a quienes interesa el enfrentamiento entre comunidades(crítica que se hace especialmente hacia los nacionalistas).

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ellos, ha adquirido la política, cuyo objetivo primordial es el poder como fin en sí mismo. Se hacen numerosas referencias a la corrupción generalizada y, en ocasiones, a la impunidad con que esta se ejerce. En los grupos con integrantes más cercanos a IU la crítica se extiende al bipartidismo. Alguno de los grupos (A2) considera que los políticos y la corrupción contribuyen de manera decisiva a la devaluación de la imagen de España, particularmente en el exterior.

Con todo, se considera en general que el modelo de país de la derecha y la izquierda de ámbito estatal es muy diferenciado. Como en otros temas “políticos”, sucede aquí que aunque los ciudadanos no sepan lo que quieren, si tienen claro lo que no quieren. En general, las ideas están muy claras sobre cuál seríael modelo de la derecha que rechazan sin ambages: una idea de España que se entiende como más excluyente, centralista, autoritaria y menos respetuosa con las diferencias culturales enlos distintos territorios. En resumen, consideran que la derechatiene una idea más clara sobre España, y que exponen de manera más abierta, al tiempo que la utiliza y rentabiliza como argumento electoral. Estos planteamientos, además, tienen clarasresonancias franquistas para muchos de los participantes, lo quelleva a que, en algunos de ellos (A1, M1), se explicite el rechazo a un españolismo de izquierdas.

En resumen, aunque buena parte de los grupos y los participantesreconocen que la izquierda tiene una idea diferente de España a la que plantea la derecha, encuentran muchas dificultades para definir en qué consistiría esta diferencia. Existen serios problemas a la hora de reconocer y concretar en qué sentido el PSOE o IU tienen un proyecto o una visión alternativa de España.No obstante, se aportan elementos tentativos que marcarían la diferencia con la visión monolítica de España que se asocia a laderecha. Cabe destacar que esos elementos carecen de prácticamente ninguna referencia étnica o cultural, remitiendo aelementos igualitarios, solidarios o de tolerancia. Así, en el plano territorial, algunos de los grupos plantean que la izquierda tendría una visión más integradora en un sentido cooperativo (A1), pluralista y descentralizada (C1, G2, M1). Asimismo, para la mayoría de los grupos la política social, incluso el carácter de clase de sus programas, sería el elementoidentitario de la izquierda española: la defensa de las clases trabajadoras, del Estado de Bienestar, una mayor sensibilidad social y políticas redistributivas. La izquierda tendría también un programa diferente en la tolerancia hacia las libertades públicas y privadas (mencionándose por ejemplo la legalización de las bodas homosexuales) (G1).

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Los ciudadanos de izquierda mantienen identidades duales, aunque la naturaleza de la vinculación de los distintos niveles territoriales es cualitativamente diferente.

Anteriormente hemos planteado que también entre los ciudadanos de izquierda predominan las identidades duales, española y autonómica, aunque con un “un dualismo escorado hacia el autonomismo”.

Los resultados de los grupos de discusión, corroboran que los ciudadanos de izquierda se caracterizan, principalmente, por mantener identidades duales. El análisis de los grupos, sin embargo, presenta una imagen más compleja de las formas identitarias de estos ciudadanos, nos muestra los contenidos de esas identidades y nos confronta con diferentes combinaciones enfunción del peso que cada una de ellas adquiere. Más allá del nivel más superficial del discurso, en ningún caso aparece nada similar a lo que podríamos llamar una identidad dual equilibradao simétrica entre lo autonómico y lo español, sino formas identitarias relativamente complejas, e incluso con expresiones contradictorias entre los diferentes niveles –explícitos e implícitos- del discurso.

En aquellos casos, mayoritarios, en los que se da una combinación dual de la identidad española y autonómica, los discursos oscilan entre la expresión de un modelo levemente asimétrico, ligeramente escorado hacia el autonomismo; y un modelo fuertemente desequilibrado hacia una de las dos identidades. En cuanto a primera, la mayoría de los participantes en los grupos se identifican expresamente con una identidad española y autonómica al mismo tiempo, pero con componentes marcadamente más sustantivos en la segunda, incurriendo así en una cierta disonancia entre el nivel más superficial, y manifiesto, del discurso y sus contenidos. Así, la identidad andaluza, gallega o catalana aparece “naturalizada”y connotada con elementos étnicos y culturales. Por el contrario, la identidad nacional española es re-elaborada por los participantes despojándola prácticamente de cualquier elemento primordialista o esencialista, como un “accidente” de nacimiento que no determina en absoluto su carácter o el comportamiento como ciudadanos, al contrario de lo que ocurriríacon la identidad autonómica. Es decir, la identidad española lesresulta mucho más difícil de definir, y suele asociarse con rasgos formales, políticos y económicos.17

17 Un desarrollo de esta concepción, lo encontramos en los grupos catalanes, donde ser español se entiende como un criterio administrativo (poseer la

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Sin embargo, como hemos mencionado, existen otros modelos de identidad dual bastante más desequilibrados. La versión más frecuente es aquella en que la identidad autonómica se expresa de manera casi exclusiva, y la española se considera en consecuencia residual o accesoria, si bien también nos hemos encontrado algunos casos en que ocurre justamente lo contrario.

Entre los ciudadanos de izquierda se dan también, aunque con menor frecuencia, identidades exclusivas; no se deben desdeñar ni las de carácter autonómico –es, sobre todo, el caso de algunas de las personas participantes en los grupos catalanes– ni las de carácter estatal. Éstas últimas adquieren a veces un carácter testimonial y minoritario en términos de frecuencia, pero contundente en términos de expresividad y búsqueda de protagonismo. Pero aunque en casos puntuales se expresa con máscontenidos sustantivos –no muy diferente a la que se reconoce enel discurso de la derecha-, es más frecuente encontrarla de manera laxa, difusa y desdibujada. Y esto llama especialmente la atención cuando se trata de una identidad exclusiva, como en el caso de los grupos madrileños.

En relación con todo lo anterior, podríamos entender la identidad dual de los ciudadanos de izquierda (especialmente losporcentajes que nos proporcionan las encuestas) mas bien como una solución de compromiso a la que se llegaría mediante mecanismos de reducción de disonancias cognitivas (y reequilibrios emocionales –de emociones basadas en afectos y principios morales). Por un lado, la atracción del polo del autonomismo, motivada por rechazo del concepto de España (apropiado por el régimen franquista y asociado a la derecha) y el valor del reconocimiento de la diferencia; y por otro lado, la atracción hacia el polo del españolismo, motivada por el valor de la solidaridad (fuerza que surge de valores de izquierdas).

Si atendemos a las diferencias que se dan entre territorios, salvo los grupos de Madrid, donde los ciudadanos de izquierda noparecen haber desarrollado una identidad nacional de ámbito autónomico consistente (y, prácticamente, no se identifican con su C.A.), en el resto de grupos y Comunidades prevalece una identidad dual, española y de la comunidad respectiva, si bien con matices (señalados anteriormente) y con contenidos diferenciados.

nacionalidad española o “tener el DNI español”), y no un sentimiento verdadero(como sí lo sería, por contraposición, la identidad autonómica).

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La manifestación de una identidad española exclusiva de carácterdifuso y laxo tiene un particular interés, y sería la característica de la mayoría de los participantes de los grupos madrileños –especialmente los más jóvenes. En estos grupos (M1 y M2, fundamentalmente), es interesante remarcar que no se expresa una adhesión a la identidad autonómica antes por carencia –no se reconoce nada semejante a una identidad madrileña- que por negación. A las dificultades y a los elementos de indefinición respecto a lo español señalados hasta ahora, unen un discurso marcadamente crítico con un españolismo “exaltado”:

Hombre 3: Olvidan que...O sea yo creo que se olvidan de que la gente no es de una nación y no pertenece a una nación ni pertenece a un lugar la gente es persona, humana y da igual el color raza o tipo o...Mujer 1: Somos todos iguales hayas nacido...Hombre 3: De carne y hueso, qué donde ha ti te ha tocadovivir, te puede haber tocado vivir en Camerún, si es quees el azar el que ha hecho eso, entonces para el mí el patriotismo yo creo que es como, como ponerte unas barreras Mujer 1: Encasillarte.(Grupo M1).

Por otro lado, la dificultad de definición y articulación de unaidentidad española que coexista con las identidades autonómicas se expresa particularmente en Cataluña, curiosamente también entre las personas que no son originarias de la comunidad. En principio, especialmente los más jóvenes (C1, C2), le restan sustancia a la identidad española, al considerar que ser catalánequivale a ser español “desde la diferencia”. Una dificultad añadida a la consideración y adhesión a una identidad española desde estos discursos la constituiría el rechazo que perciben desde otros lugares de España hacia lo catalán –o, en su caso, como plantean algunos integrantes del G1, a lo gallego18:

Mujer 4: Además, fuera de aquí, “el catalán” (con énfasis despectivo) (Mujer 3: Sí, es verdad) No sé por qué, pero…

18 Un aspecto de particular interés en ese sentido es que, en el contexto antesplanteado de críticas a la acción política, los y las participantes ponen de relieve la instrumentalización de determinados conflictos entre comunidades -como el lingüístico-, pues se considera que contribuyen a sobredimensionarlos en razón de sus intereses electorales o partidistas (C3, G3):

Hombre 3: Lo que pasa es que se ha utilizado el término éste de losestados… del Estado de las Autonomías desde un punto de vistapolítico, para sacar provecho y entonces a partir de aquí pues hanpuesto a unas autonomías en contra de otras. (Grupo C3).

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Hombre 2: Es un tema de discriminación.Mujer 3: Yo tengo familia en Andalucía que me llaman “la catalana”. (Grupo C2).

A pesar de este tipo de afirmaciones, en los grupos de mayor edad (A3, G3, M3 y, en menor medida, C3), se reconocen elementosdel discurso crítico con lo catalán –extensible a las posicionesnacionalistas periféricas- por parte de algunos participantes. En el grupo M3 incluso se plantean algunas posiciones impositivas respecto al uso del castellano. También es en éstos –especialmente en Madrid y Andalucía- donde aparecen expresionesmás explicitas de adhesión a una identidad española que, por otra parte, resulta difícil de concretar en su calado y no deja de generar controversia en el grupo, en línea con lo planteado en el apartado anterior. Estos casos encajarían con el modelo deidentidad dual fuertemente desequilibrado –sesgado hacia el nacionalismo español- o exclusivamente españolista.

La identidad nacional de los ciudadanos de izquierda, además de dual, se fundamenta tanto en marcadores cívicos y políticos como étnicos y culturales.

De los diferentes elementos que definirían el denominado “patriotismo democrático” en España, es el discurso sobre la igualdad el que con mayor claridad, y con más peso, aparece entre la ciudadanía de izquierda, en los discursos analizados. También el español, o castellano, aparece de forma espontánea entodos nuestros grupos, a excepción de los andaluces. Sin embargo, la tónica general, en lo que a la lengua española se refiere, es tratarla de forma instrumental, como vehículo de comunicación, más que como un elemento de identidad cultural (aunque esto ocurre en el grupo M3)19. Es destacable que este sea el discurso inclusive en los grupos de Cataluña y Galicia quienes, a pesar de tener lenguas propias, mantienen posturas muy pragmáticas en cuanto al uso del castellano20. Son posturas que deben entenderse en relación al discurso de la igualdad de todos los ciudadanos españoles, al que nos hemos referido con anterioridad, en concreto con su derecho a comprender y entender; especialmente en relación con la administración (escuelas, hospitales, oposiciones, etc.) y los servicios 19 Únicamente en este grupo (M3) llega el debate sobre el uso de la lenguacastellana a tener matices claramente excluyentes y opuestos al uso de laslenguas co-oficiales, aunque sea de forma puntual.20 Por otro lado es comprensible, y también consistente, con lo mencionadoanteriormente: la lengua española es despojada de su carácter cultural(“desnaturalizada”) en ese sentido, y se convierte en algo aceptable porque noes cultural ni impuesto, sino un “mero” instrumento de comunicación.

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(contratos de todo tipo, atención al turista). Los ciudadanos tienen que entender lo que se les dice, y eso debe determinar lalengua que se utilice, y no criterios culturales o territoriales21. Es más, se llega a criticar el uso político que en algunos casos se hace de las lenguas co-oficiales, que se ponen al servicio de la competición política en lugar de ser un elemento de comunicación entre ciudadanos. Y puesto que existen diferentes lenguas co-oficiales en España, el castellano se refuerza, además, como lengua común entre todos los residentes en CC.AA. con lenguas propias22.

Mujer 5: Entonces… Yo tengo que saber lo que estoy firmando.Y entonces cuando iba… Fui a abrir una cuenta en el banco yme dijeron: “¿Cómo quiere usted que le mande los impresos, en catalán o en castellano?” Eso me pareció más correcto. Pues en castellano. (Grupo M3).

No obstante este discurso instrumental sobre el castellano, se combina con la precaución y las advertencias sobre el cuidado para no perder la lengua originaria del territorio (Catalán y Gallego en este caso); y no impide que se exija respecto para las otras lenguas, que también son “lenguas españolas” junto conel Castellano 23.

Por el contrario, ni la Historia, ni el Mito de la Transición han aparecido con una importancia destacada en la narrativa de la identidad nacional español de los ciudadanos de izquierda en nuestros grupos de discusión. En algunos grupos se admite que lahistoria es algo compartido o incluso algo que puede unir a los españoles, aunque no se interprete en un sentido precisamente positivo: se trataría de aprender del pasado y de cerrar sus heridas (C1 y G3). Las visiones más críticas señalan a la historia como algo manipulable y que ha sido utilizado con finespolíticos en nuestro país (G3 y M2). Únicamente algunos componentes del grupo M3 compartirían una visión más historicista de España, abogando incluso por un currículo común en esta materia para todas las CC.AA. La concepción historicista21 El papel de castellano como lengua instrumental es especialmente patente enlos grupos realizados en Cataluña en municipios con mayoría de poblacióninmigrante.22 No obstante este discurso instrumental sobre el castellano, se combina con la precaución y las advertencias sobre el cuidado para no perder la lengua originaria del territorio (Catalán y Gallego en este caso); y no impide que seexija respecto para las otras lenguas, que también son “lenguas españolas” junto con el Castellano.23 Para el conjunto de la ciudadanía española parece sin embargo que las “otraslenguas” no sería un elemento especialmente relevante, excluyéndola Muñoz(2012) de su conceptualización del “patriotismo democrático”.

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de la nación no aparece en ninguno de los grupos andaluces (A1, A2, A3), ni en los grupos C3, G1 o M1. No obstante, debemos matizar que elementos relacionados con el pasado reciente, la guerra civil y el régimen dictatorial, sí aparecen con mayor frecuencia, aunque su influencia en la vinculación afectiva con la nación española no es precisamente positiva, como se ha vistoen apartados anteriores.

Sobre la Transición se habla puntualmente en algún grupo, también en pasado, como parte de la historia reciente de nuestropaís, en el contexto de la Dictadura. La evaluación dista de sertan positiva como la que, con frecuencia, se encuentra entre lasélites.Finalmente, la modernización y el europeísmo, promovidos por lasélites de izquierda desde 1982 como uno de sus ejes ideológicos principales y que, además, “se suponía que favorecería también el desarrollo de una conciencia nacional española” (Muñoz, 2012:65), de haber tenido efectos, habrían sido únicamente coyunturales. Así, muy al contrario, los comentarios que encontramos sobre la situación económica no hace a los participantes de izquierda sentirse orgullosos de su nacionalidad española, sino al contrario. Los elementos adicionales relacionados con la crisis económica, pero también política, que abundan en la problemática identificación de los ciudadanos de izquierda con España. En términos generales, se observa además que la coyuntura de crisis profundiza la imagen negativa, tanto interior como exterior, que se asocia a España.

CONCLUSIONESEl análisis de los grupos de discusión ha mostrado resultados interesantes. Quizás el más llamativo es la diferente concepciónsobre las comunidades políticas a las que pertenecen los ciudadanos de izquierda españoles. En este sentido, los participantes en los grupos, tienen a conceptualizar a España fundamentalmente en el nivel de estructura política (véase Easton 1965: 177-8, 182), incluso dándole un estatus administrativo únicamente. La conceptualización de España como comunidad imaginada (Anderson, 1991) es bastante más difícil de materializar y concretar para estos ciudadanos. En muchos casos se niega que “ser español” sea un “sentimiento”. Se confirma asíque nuestro primer presupuesto era acertado. Queda constatado, también, que las dificultades para vincularse afectivamente con España siguen estando relacionadas con la monopolización del patriotismo español durante el régimen franquista. La percepción de los ciudadanos de izquierda sobre la vinculación

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del nacionalismo español con la dictadura, y de forma general, con la derecha se mantiene no sólo entre las generaciones socializadas durante el franquismo, sino también en las posteriores: en parte por la socialización familiar de los generaciones más jóvenes, a quienes los mayores han transmitido estas percepciones; pero también por la recuperación de la narrativa nacionalista española por parte de la derecha y su visibilidad gracias a la exhibición de los símbolos nacionales, especialmente la bandera, que son rechazados tanto por mayores como por jóvenes. A estas dificultades se suman otras que obstaculizan el desarrollo de un “sentimiento” español: la ausencia percibida de un discurso explícito y positivo sobre la nación española por parte de las élites y los partidos de izquierda; la idea sobre la desigualdad entre los ciudadanos de las diferentes Comunidades Autónomas; y, en general, el contextoactual de crisis económica, pero también política, que los ciudadanos de izquierda denuncian.No obstante la ausencia de este “sentimiento” español en el nivel explícito y más superficial del discurso, sí existe un profundo anhelo de poder constituir una comunidad imaginada. Además de ser sujetos de una estructura política (España), los ciudadanos de izquierda reclaman la igualdad y la solidaridad entre todos los españoles, independientemente de su Comunidad deresidencia. En este sentido, diferentes autores ponen de manifiesto que estas relaciones de solidaridad no pueden existirsin un sentimiento de comunidad entre sus miembros (Kaina y Karolewski 2009: 14); o, con otras palabras, que las relaciones de solidaridad son una manifestación del sentimiento de comunidad política en sentido horizontal (Martínez Herrera, 2002: 84; citando, entre otros, a autores como Verba, Elkins y Simeon, Inglehart, y Muller y Seligson). Es decir, los ciudadanos de izquierda, a pesar de su manifiesta incomodidad para vincularse con España en un nivel afectivo (de forma explícita), se reconocen, y reconocen al resto de los españoles,como algo más que sujetos de una estructura política (de forma implícita). Cuando se trata de definir qué es ese “algo más” que constituyenlos españoles, los participantes en los grupos acaban definiendoun concepto híbrido entre la “nación de clase” y la “nación de ciudadanos” que describe Lepsius (2004); rechazando de forma clara, simultáneamente, los conceptos de “nación étnica” y “nación cultural” aplicados a España24. Es decir, los ciudadanos24 De forma muy sintética, para Lepsius (2004) la “nación étnica” se constituyesobre la base de la creencia o la idea de la descendencia étnica común de ununa colectividad de personas. La “nación cultural” se constituye sobre la basede la existencia de una cultura común compartida por un grupo humano. La

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de izquierda tienen un discurso centrado en la igualdad de derechos y deberes de todos los miembros de la comunidad política estatal, pero que da un peso e importancia especiales aalgunos derechos sociales adquiridos recientemente y que protegen a las clases trabajadores de forma específica. La ideade igualdad entre todos los españoles, unido la crítica a las diferencias que se perciben entre los residentes en diferentes Comunidades, afecta a la idea de orden sobre la que debe basarseel sentimiento de comunidad únicamente, no al modelo de estructura política en sí misma. Es decir, la garantía de igualdad no pasa necesariamente por re-centralizar el estado, como podría inferirse de la crítica que se realiza de la situación actual del estado de las Autonomías y las desigualdades que, se percibe, genera. Por el contrario, la re-centralización sólo encuentra apoyos marginales entre las generaciones de mayor edad, entre quienes es algo más frecuente encontrar, también, identidades españolas exclusivas. Pero, de hecho, tampoco aparece ningún tipo de apoyo explícito ni hacia un modelo federal de estado, ni hacia opciones independentistas.Sin embargo, el rechazo de las ideas de “nación étnica” y de “nación cultural” aplicadas a España como colectividad, no implica que los elementos étnico-culturales sean rechazados de plano como fundamento de la identidad entre los ciudadanos de izquierda. Son rechazados para la identidad española, pero no así para la identidad autonómica. Esta identidad es definida explícitamente como un sentimiento, no hay problema en declararse orgulloso de poseerla, y contiene, sobre todo, elementos culturales como base. Por el contrario, la identidad nacional española de los ciudadanos de izquierda no se sustenta en marcadores étnicos o culturales de forma sustantiva. Aunque la lengua española aparece como elemento de cohesión entre la ciudadanía, lo hace más con un sentido instrumental, ligado a laidea de igualdad de todos los españoles, que en un sentido estrictamente cultural. De igual modo, no existe una concepción historicista de la nación española clara o ampliamente compartida por todos los grupos. La historia reciente tiene algomás de peso, pero su efecto dista de ser positivo sobre el desarrollo de vínculos afectivos con una identidad española; porel contrario, sigue siendo una de las principales dificultades para desarrolla este tipo de identidad nacional. En resumen, respecto al tercero de los presupuestos que ha guiado nuestra

“nación de clase” se fundamenta en la idea de llevar alcanzar igualdad deposición de clase (la revolución proletaria, realizando los intereses de clasede los trabajadores y campesinos; como en el caso de la República DemocráticaAlemana o la URSS. Finalmente, la “nación de ciudadanos” se basa en laigualdad de derechos civiles y la legitimación democrática por los ciudadanos.

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investigación, no encontramos que los elementos culturales tengan un peso sustantivo en la identidad española de los ciudadanos de izquierda; aunque tampoco los cívicos y políticos han aparecido con mucha fuerza, si exceptuamos el discurso de laigualdad y la defensa de derechos de ciudadanía ligados a los intereses de clase que mencionábamos más arriba. Estas diferencias, la mayor facilidad para identificar los elementos definidores de la identidad nacional de ámbito autonómico, y para declararla en el nivel más explícito del discurso, así como el carácter de estructura política con el quese identifica España, al que nos hemos referido más arriba, creemos que confirman también nuestro segundo presupuesto. Es decir, aunque la identidad española y la autonómica aparecen de forma dual y compatible, el análisis de los grupos ha mostrado que la forma en que ambos niveles de identidad se interrelacionan es bastante más complejo que el de un simple “dualismo escorado hacia el autonomismo”. A pesar de que, de forma general, podemos hablar del predominio de identidades duales, existe una gran heterogeneidad dentro de los discursos de izquierda. No sólo aparecen identidades exclusivas junto a las duales, tanto de carácter autonomista (especialmente en los grupos catalanes) o españolista (en los grupos madrileños, y entre algunos participantes de mayor edad), sino que la forma enque la identidad española y autonómica se combinan es también diversa. Dada esta heterogeneidad, el nacionalismo español de los ciudadanos de izquierda, al menos en su formulación más explícita, resultaría un tema difícil de agregar y representar por las élites.Adicionalmente, el análisis de los grupos ha confirmado que existen diferencias en las tendencias generales señaladas. En cuanto a la edad y en cuanto al territorio. Al contrario de lo que hipotetizábamos, los jóvenes no encuentran más fácil identificarse con España que las generaciones de mayor edad, ya que la incomodidad ligada a la contaminación franquista ha sido “heredada” por muchos de los jóvenes a través de la socialización familiar. Por otro lado, la recuperación de un discurso nacionalista español explícito por parte de la derecha,unido a la exhibición de símbolos, se suma a este rechazo ideológico del nacionalismo español que manifiestan jóvenes y mayores con la misma intensidad. Sin embargo, sí existen diferencias en función de la edad, respecto a actitudes “españolistas” que aun siendo escasas en general, aparecen con mayor frecuencia entre los mayores. Estos suelen compartir también actitudes más críticas hacia lo catalán, y son más favorables a una posible recentralización de competencias que

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los jóvenes. Todo ello encaja con los resultados de otras investigaciones cuantitativas. En cuanto al territorio, hemos encontrado algunas diferencias, aunque no tan grandes como los resultados de otros trabajos nos harían suponer. Cabe destacar que los estudios mencionados en la introducción, en los que se encuentran diferencias más notables en Comunidades recogen las actitudes y opiniones del conjunto de la población, incluyendo alos simpatizantes tanto de partidos de ámbito estatal como de ámbito no estatal (partidos nacionalistas). Nuestro estudio, porel contrario, se centra únicamente en simpatizantes de partidos de izquierda de ámbito estatal, y sus federaciones en los diferentes territorios analizados. Es este sentido, encontramos homogeneidad en cuanto a las dificultades para identificarse conlo español, y las razones sobre las que se fundamentan estas dificultades; la caracterización de España como estructura política frente a la propia Comunidad, respecto a la que sí existe un sentimiento de pertenencia a una comunidad mucho más clara; la consideración de elementos culturales como base de la identidad autonómica; el anhelo de que España sea una “verdadera” comunidad política y no sólo una estructura de gobierno; la concepción de una comunidad de ciudadanos con iguales derechos y deberes, y una comunidad de clase donde se protegen los derechos sociales de los trabajadores.

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Anexo 1. Diseño muestral de los grupos.CATALUÑA

C1 C2 C3--Jóvenes 18-25 años.--Sexo: 5 mujeres por 4 hombres.--Simpatizantes de PSC o deICV (proporción 7-2 ó 6-3).--Excluir simpatizantes de partidos nacionalistas catalanes.--Estudiantes universitarios de titulaciones diferentes.--Max. 20% trabajadores conestudios finalizados; Max. 30% compaginan trabajo y estudio.--Distrito electoral con: a) voto predominante de izquierda; b) población de origen catalán mayoritaria;c) participación electoral similar a la media española.--Entorno urbano.

--Jóvenes 18-25 años.--Sexo: 5 mujeres por 4 hombres.--Simpatizantes de PSC o de ICV (proporción 7-2 ó 6-3).--Excluir votantes y/o simpatizantes de partidos nacionalistas catalanes.--Trabajadores con estudios obligatorios (primarios o secundarios) o Bachillerato/FP; Máx. 25% parados.--Distrito electoral con: a) voto predominante de izquierda; b) población deorigen inmigrante mayoritaria; c) participación electoral similar a la media española.--Entorno urbano.

--Mayores 40-55 años.--Sexo: 5 mujeres por 4 hombres.--Simpatizantes de PSC o de ICV (proporción 7-2 ó 6-3).--Excluir votantes y/o simpatizantes de partidos nacionalistas catalanes.--Trabajadores con estudios universitarios; Max. 25% parados y prejubilados.--Entorno urbano.

GALICIAG1 G2 G3

--Jóvenes 18-25 años.--Sexo: 5 mujeres por 4 hombres.--Simpatizantes de PSOE.--Excluir simpatizantes de partidos nacionalistas gallegos.--Trabajadores con estudiosobligatorios (primarios o secundarios) o Bachillerato/FP; Máx. 25% parados.--Entorno urbano.

--Mayores 56-65 años.--Sexo: 5 mujeres por 4 hombres.--Simpatizantes del PSOE.--Excluir votantes y/o simpatizantes de partidos nacionalistas gallegos.--Trabajadores entre los que no se admite ninguno sin estudios, ni tampoco con estudios universitarios; Max. 25% parados y prejubilados.--Entorno urbano.

MADRIDM1 M2 M3

--Jóvenes 18-25 años.--Sexo: 5 mujeres por 4 hombres.--Simpatizantes de PSOE.--Trabajadores con estudiosobligatorios (primarios o secundarios) o Bachillerato/FP; Máx. 25% parados.--Entorno urbano: aprox. 40% residente en área metropolitana; resto Madridcapital.

--Jóvenes 18-25 años.--Sexo: 5 mujeres por 4 hombres.--Simpatizantes de IU.--Estudiantes universitarios de titulaciones diferentes.--Max. 20% trabajadores con estudios finalizados; Max. 30% compaginan trabajo y estudio.--Entorno urbano: aprox. 40% residente en área metropolitana; resto Madrid

--Mayores 40-55 años.--Sexo: 5 mujeres por 4 hombres.--Simpatizantes de PSOE e IU (proporción 7-2 ó 6-3).--Trabajadores con estudios universitarios; Max. 25% parados y prejubilados.--Entorno urbano: aprox. 40% residente en área metropolitana; resto Madrid

ANDALUCÍAA1 A2 A3

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--Jóvenes 18-25 años.--Sexo: 5 mujeres por 4 hombres.--Simpatizantes de PSOE.--Excluir simpatizantes de partidos nacionalistas andaluces.--Estudiantes universitarios de titulaciones diferentes.--Max. 20% trabajadores conestudios finalizados; Max. 30% compaginan trabajo y estudio.--Entorno urbano.

--Jóvenes 18-25 años.--Sexo: 5 mujeres por 4 hombres.--Simpatizantes de IU.--Excluir simpatizantes departidos nacionalistas andaluces.--Trabajadores con estudios obligatorios (primarios o secundarios) o Bachillerato/FP; Máx. 25% parados.--Entorno urbano.

--Mayores 56-65 años.--Sexo: 5 mujeres por 4 hombres.--Simpatizantes del PSOE eIU (proporción 7-2 ó 6-3).--Excluir votantes y/o simpatizantes de partidos nacionalistas andaluces.--Trabajadores entre los que no se admite ninguno sin estudios, ni tampoco con estudios universitarios; Max. 25% parados y prejubilados.--Entorno rural: no área metropolitana.

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