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1 Estratificación Social en dos asentamientos tributarios de Tamtoc SLP Patricia Olga Hernández Espinoza Centro INAH Sonora / Proyecto Tamtoc México Planteamiento del problema La ciudad prehispánica de Tamtoc, SLP, está situada en la huasteca potosina, entre ciudad Valles, San Luis Potosí y Tampico, Tamaulipas. Tuvo varios periodos de auge, el primero en el 300 AC durante el Formativo o Preclásico, otro durante el Clásico (400-600 d.C.) y otro, con mayor duración, en el Posclásico (1100 a 1400 d.C.), lo que hace suponer que el lugar fue abandonado y vuelto a ocupar en estas tres ocasiones (Stresser-Péan y Stresser-Péan 2001). Los trabajos arqueológicos realizados en los tres últimos años, permitieron identificar dos asentamientos aledaños, uno situado al NE catalogado como el Rancho Aserradero, con cronología del Posclásico Tardío, que corresponde a un núcleo residencial de elite, los entierros recuperados de este lugar tienen ofrendas y ajuares funerarios corresponden individuos con estatus social alto dentro de la sociedad Tamtoqueña. El segundo sitio, conocido como Ejido Aserradero, es una aldea situada al sur de Tamtoc, en las márgenes del río Tampaón. El análisis de la cerámica lo cataloga como un poblado tributario de este sitio. Las diferencias en las prácticas funerarias y ajuar mortuorio de los individuos sugieren la pertenencia a un estrato social inferior. La temporalidad asignada es el Clásico Medio (Martínez Mora y Hernández Espinoza 2012). En ambos sitios se recuperó el entierro de un personaje de sexo femenino, cuyo depósito y ajuar funerarios señalan importancia de estos individuos dentro de su grupo social. El análisis osteológico de los entierros recuperados en ambos sitios y en específico, de estos dos personajes son el tema central de esta ponencia. Las preguntas que guían esta ponencia son ¿Existen diferencias en el estado de salud? ¿Las diferencias tienen relación con el estrato social de donde proceden los individuos? Metodología Los materiales óseos analizados para la elaboración de esta ponencia proceden de los dos sitios arqueológicos que se mencionaron en párrafos anteriores y que serán descritos más adelante. Cada esqueleto fue analizado para identificar, además de los parámetros básicos como sexo y edad, la presencia de indicadores de salud de acuerdo con el esquema de Goodman y Martin (2002): Deficiencias nutricionales (hipoplasias del esmalte, espongio hiperostosis y cribra orbitaria), Procesos infecciosos (periostitis en tibia y en el esqueleto), procesos degenerativos osteoarticulares (osteoartritis en las grandes articulaciones). Se registró también la presencia de deformación cefálica intencional y limado dental para establecer su relación con el patrón funerario y estatus social del individuo. Para analizar el sistema de enterramiento y establecer diferencias o semejanzas en el patrón funerario se tomarán en cuenta la clase, tipo y modo de entierro, número de individuos que lo conforman, así como la posición del esqueleto según la forma, variedad y lado, además de la presencia o no de ofrendas y/o ajuar funerario. 1) Los entierros del Ejido Aserradero

Hernandez SAA 2013

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Estratificación Social en dos asentamientos tributarios de Tamtoc SLP

Patricia Olga Hernández Espinoza

Centro INAH Sonora / Proyecto Tamtoc

México

Planteamiento del problema

La ciudad prehispánica de Tamtoc, SLP, está situada en la huasteca potosina, entre ciudad Valles,

San Luis Potosí y Tampico, Tamaulipas. Tuvo varios periodos de auge, el primero en el 300 AC

durante el Formativo o Preclásico, otro durante el Clásico (400-600 d.C.) y otro, con mayor

duración, en el Posclásico (1100 a 1400 d.C.), lo que hace suponer que el lugar fue abandonado y

vuelto a ocupar en estas tres ocasiones (Stresser-Péan y Stresser-Péan 2001).

Los trabajos arqueológicos realizados en los tres últimos años, permitieron identificar dos

asentamientos aledaños, uno situado al NE catalogado como el Rancho Aserradero, con cronología

del Posclásico Tardío, que corresponde a un núcleo residencial de elite, los entierros recuperados de

este lugar tienen ofrendas y ajuares funerarios corresponden individuos con estatus social alto

dentro de la sociedad Tamtoqueña.

El segundo sitio, conocido como Ejido Aserradero, es una aldea situada al sur de Tamtoc, en las

márgenes del río Tampaón. El análisis de la cerámica lo cataloga como un poblado tributario de

este sitio. Las diferencias en las prácticas funerarias y ajuar mortuorio de los individuos sugieren la

pertenencia a un estrato social inferior. La temporalidad asignada es el Clásico Medio (Martínez

Mora y Hernández Espinoza 2012).

En ambos sitios se recuperó el entierro de un personaje de sexo femenino, cuyo depósito y ajuar

funerarios señalan importancia de estos individuos dentro de su grupo social. El análisis

osteológico de los entierros recuperados en ambos sitios y en específico, de estos dos personajes

son el tema central de esta ponencia.

Las preguntas que guían esta ponencia son ¿Existen diferencias en el estado de salud? ¿Las

diferencias tienen relación con el estrato social de donde proceden los individuos?

Metodología

Los materiales óseos analizados para la elaboración de esta ponencia proceden de los dos sitios

arqueológicos que se mencionaron en párrafos anteriores y que serán descritos más adelante. Cada

esqueleto fue analizado para identificar, además de los parámetros básicos como sexo y edad, la

presencia de indicadores de salud de acuerdo con el esquema de Goodman y Martin (2002):

Deficiencias nutricionales (hipoplasias del esmalte, espongio hiperostosis y cribra orbitaria),

Procesos infecciosos (periostitis en tibia y en el esqueleto), procesos degenerativos osteoarticulares

(osteoartritis en las grandes articulaciones). Se registró también la presencia de deformación

cefálica intencional y limado dental para establecer su relación con el patrón funerario y estatus

social del individuo.

Para analizar el sistema de enterramiento y establecer diferencias o semejanzas en el patrón

funerario se tomarán en cuenta la clase, tipo y modo de entierro, número de individuos que lo

conforman, así como la posición del esqueleto según la forma, variedad y lado, además de la

presencia o no de ofrendas y/o ajuar funerario.

1) Los entierros del Ejido Aserradero

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Entierro 1. Este entierro se encontraba delimitado por piedras calizas formando un semicírculo. Se

trata de un entierro primario, directo, en posición de decúbito lateral derecho flexionado, orientado

hacia el Este (figura 1). Las extremidades superiores estaban cruzadas a la altura de la cara,

sosteniendo un pedazo pedernal color blanco. El esqueleto corresponde a un individuo de sexo

masculino, de acuerdo con las características morfoscópicas del cráneo, la mandíbula y la pelvis

(Buikstra y Ubelaker 1994). La edad a la

Figura 1. Entierro 1, Ejido Aserradero.

muerte se estimó entre los 20-24 años, de acuerdo con el grado de fusión de las epífisis con sus

diáfisis y el desgaste de la sínfisis del pubis y la carilla auricular del ilíaco de edad (Brothwell,

1987; Lovejoy, et al., 1985: :397), no presenta terceros molares. El cráneo fue modificado

intencionalmente, del tipo tabular erecto de acuerdo con la clasificación de Romano (1974), no

presenta limado dental. A la altura del canal auditivo se encontró una orejera circular de barro.

Las diáfisis de las extremidades superiores presentan aplanamientos transversales e inserciones

musculares marcadas, que denotan la realización de actividades pesadas en vida. Las diáfisis de las

tibias presentan periostitis ligera. El análisis en laboratorio no mostró huella alguna de violencia.

Este individuo estaba asociado al entierro 2 (ver figura 2).

Entierro 2. Este individuo se localizó al interior de una batea de bajareque de forma ovalada, la

orientación de la batea y del individuo contenido en ella, era SO-NE. Fue colocado en decúbito

lateral derecho flexionado. El cráneo estaba orientado hacia el sur, mirando hacia abajo y protegido

por dos losas rectangulares de barro cocido (ver figura 3). Sobre el entierro se encontró concha

(Abra aequalis) adornando el tórax y la cavidad pélvica. No tiene ofrenda, entre el relleno de la

batea se localizaron fragmentos de cerámica doméstica, posiblemente como parte del mismo.

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Figura 2. Vista general de los entierro 1 y 2, Ejido Aserradero

Figura 3. Losas de barro que cubren cráneo facial entierro 2, Ejido Aserradero.

El esqueleto corresponde a un individuo de sexo femenino, de acuerdo a la morfología del cráneo,

la mandíbula y la pelvis (Buikstra y Ubelaker 1994). La edad a la muerte se estimó hacia el final de

la quinta década de vida (45-49 años). El cráneo presenta deformación intencional del tipo tabular

erecto. Tiene mutilación dental en los incisivos centrales superiores del tipo B7 y C6. Todo el

esqueleto presenta huellas de reacción perióstica, las tibias tienen forma de sable, resultado de un

proceso infeccioso severo de origen treponematoso asociado con el mal de Yaws o frambesia,

infección que ha sido identificada para otros individuos del sitio de Tamtoc.

Entierro 3. Corresponde al esqueleto de un individuo de sexo femenino, aproximadamente de 30 a

35 años, fue localizado al norte a 123 cm de los entierros 1 y 2. Tenía sobre las manos y el abdomen

un fragmento de plato así como sobre el hombro izquierdo. Los dos fragmentos de cerámica

corresponden al tipo Zaquíl Rojo perteneciente al periodo Clásico (figura 4).

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Figura 4. Entierro 3, Ejido Aserradero

Este individuo fue depositado en posición de decúbito lateral derecho flexionado, su enterramiento

fue directo, orientado hacia el Este. Tiene deformación cefálica intencional, del tipo tabular erecto.

Presenta mutilación dental C6 en los incisivos superiores y del tipo B2 en los caninos superiores de

acuerdo con la clasificación de Romero (1974, 1986), combinación inusual en los contextos

prehispánicos pero común entre los individuos que fueron recuperados de Tamtoc (Karam Tapia y

Martínez Mora 2012). El estado de conservación de los restos óseos es regular. El análisis en

laboratorio reveló la presencia de un proceso infeccioso generalizado. No hay señales de violencia.

2) Los entierros del rancho Aserradero

Proceden de la estructura 1, una gran plataforma de planta cuadrangular, con tres cuerpos (foto), del

último, la superestructura, proceden los cinco entierros recuperados de este sitio.

Entierro 1, se trata de los restos de las extremidades inferiores y el brazo derecho de un individuo

Figura 5, Entierro 1, Rancho Aserradero.

adulto, el estado de conservación no permitió estimar la edad ni identificar el sexo. Sin embargo,

dada la gracilidad de los huesos, es probable que se trate de un individuo de sexo femenino. Las

tibias tienen huellas de un padecimiento infeccioso ligero, presente al momento de la muerte.

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Entierro 2. Es un entierro primario, indirecto, en posición sedente, con una ofrenda integrada por

materiales cerámicos y restos de fauna. El ajuar lo integraban diferentes tipos de cuentas (figura 6).

El análisis de este esqueleto, reveló que se trata de un individuo de sexo femenino, parámetro

identificado a partir de la morfología craneana y de la pelvis (Buikstra y Ubelaker 1994, Genovés

1959); la edad a la muerte es se estimó entre 25 y 28, de acuerdo con los cambios morfológicos

visibles en la sínfisis púbica.

Figura 6. Entierro 2 y sus ofrendas, Rancho Aserradero

El cráneo presenta huellas de espongio hiperostosis a nivel de parietales y occipital; los incisivos

superiores y los caninos tienes dos huellas de hipoplasia del esmalte, y tanto en el maxilar como en

los fragmentos de mandíbula fue posible observar huellas de una infección periodontal.

El cráneo está modificado intencionalmente, del tabular oblicuo; los dientes están limados, tanto los

superiores como los inferiores, exhibiendo tipos combinados, es decir los limados son de distinto

tipo: en un solo individuo: B2, B4. C4, C9, E8 y E9, de acuerdo con la clasificación de Romero

(1986). Este tipo de limado dental ya fue reportado para el área funeraria de Tamtoc (Hernández

Espinoza, et al. 2011).

Las cuatro últimas vértebras dorsales y las tres primeras lumbares, presentan modificaciones en sus

cuerpos vertebrales consistentes con las lesiones que ocasiona la tuberculosis vertebral. Este

proceso infeccioso puede ser el responsable de la periostitis que se observa en costillas y huesos

largos del esqueleto.

Entierro 3. Este entierro es un depósito múltiple mixto (Pereira 2007), esta característica implica

la evidencia de depósitos primarios y secundarios, así como la alteración de depósitos primarios

para posteriores inhumaciones, corresponde a los que podríamos llamar un entierro familiar, en el

que están representados al menos catorce individuos, de ambos sexos y distintas edades a la muerte

la mayoría representados por fragmentos de extremidades [manos, brazos, piernas] o de algunos

elemento de la cintura escapular, producto de la remoción, en época prehispánica, de los restos para

reutilizar el espacio.

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Figura 7. Entierro 3, múltiple, Rancho Aserradero

Destacan tres individuos, que son los más completos, de acuerdo con el registro arqueológico, cuyas

características describimos a continuación:

Individuo 3.1 – Corresponde al esqueleto, de un adulto joven, entre los 18 y 22 años,

probablemente de sexo masculino. El cráneo tiene deformación intencional del tipo tabular erecto,

y los dientes muestran limado combinado, de los tipos B1y C7. Las últimas vértebras dorsales y

primeras lumbares tienen huellas de nódulos de Schmorll [hernias], producto quizás de la actividad

desarrollada en vida (figura 8).

Figura 8. Cráneo del individuo 3.1, Rancho Aserradero

Individuo 3.2 – Se trata de un subadulto, cuya edad a la muerte se estimó entre los 6 y los 7 años.

El cráneo tiene huellas de criba orbitaria y espongio hiperostosis en los parietales y el occipital.

Los dientes permanentes, incisivos y caninos, tienen una línea de hipoplasia del esmalte, indicador

de que el individuo sobrevivió a una crisis severa de salud entre los 2 y 3 años, edad en la que se

están formando los dientes permanentes (Goodman y Song 1999).

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Figura 9. Criba orbitaria, individuo 3.2, Rancho Aserradero.

El cráneo tiene modificación intencional del tipo tabular erecto y los incisivos tanto superiores

como inferiores, están limados, representando los tipos C8 y C9, de la clasificación de Romero

(Romero Molina). Los huesos largos tienen huellas de reacciones periósticas como consecuencia

de algún padecimiento infeccioso latente al momento de la muerte.

Individuo 3.3 – Se trata de un individuo adulto, al que no fue posible identificar sexo ni grupo

específico de edad. El cráneo está deformado, tipo tabular erecto, los dientes están limados, de

acuerdo con los tipos B7 y C7, de la misma clasificación de Romero.

En los caninos fue posible identificar dos líneas de hipoplasia del esmalte.

Dos vertebrales dorsales y dos lumbares tienen huellas de un proceso infeccioso, al nivel de los

cuerpos vertebrales, similares a los ocasionados por la tuberculosis vertebral.

Los otros cráneos registrados, también presentan huellas de deformación cefálica intencional del

tipo tabular erecto.

Algunos de los huesos largos que se identificaron en este contexto funerario, muestran huellas de

procesos inflamatorios e infecciosos no específicos, en diversos grados de severidad.

Entierro 4. Se trata del esqueleto de una mujer de aproximadamente 45-49 años de edad a la

muerte, que fue colocado en el fondo de la fosa en decúbito dorsal (figura 9).

Figura 9. Entierro 4 y sus ofrendas, Rancho Aserradero

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El cráneo tiene deformación del tipo tabular erecta y los incisivos tienen limado dental del

tipo C3. En el occipital también es posible observar las huellas de espongio hiperostosis. En los

incisivos centrales y caninos superiores fue posible registrar una línea de hipoplasia del esmalte.

La columna vertebral tiene huellas de osteoartritis severa en la región cervical, en específico

la 3ª, 4ª y 5ª vértebras cervicales. En el resto de la columna también está presente este tipo de

lesión pero en su etapa más inicial o ligera.

La ofrenda y el ajuar funerario representada en este entierro comprende una variedad

importante de materiales arqueológicos que comprenden tanto artefactos cerámicos, fauna

depositada, implementos líticos, elementos en concha y hasta evidencias de elementos desconocidos

(textiles probablemente).

Entierro 5. Corresponden a un individuo adulto, en regular estado de conservación. Están

representados el cráneo, que está incompleto, la mandíbula, los huesos largos de los miembros

superiores e inferiores, costillas fragmentadas, clavículas y hueso de la mano y pie. Debido al

estado de conservación de este esqueleto no es posible identificar el sexo ni estimar el grupo de

edad a la muerte al que pertenece.

Como elementos asociados fueron encontrados tres pequeñas cuentas esféricas de metal,

posiblemente cobre, 16 cuentas cuadradas de concha con tres pequeños orificios, una piedra verde

en forma de ave ó pez, con algunas ranuras y dos perforaciones, finalmente bajo el entierro se

encontró una ligera capa de carbón como si lo hubieran colocado para depositar el cadáver sobre

ella; esta capa fue localizada a una profundidad de 2.14m.

Fiigura 10. Entierro 5, Rancho Aserradero

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Resultados

1) Comparación del patrón funerario

Existe un cambio notable en el patrón funerario entre un periodo y otro. En el Clásico el patrón

predominante es sepultar a los individuos en posición de decúbito dorsal con las extremidades

inferiores flexionadas, tal y como se reportan los individuos 2 y 3 del Ejido Aserradero, posición

que ha sido reportada en otros sitios de la región. Para el Posclásico el patrón se diversifica, y

tenemos depósitos en decúbito dorsal y ventral, así como en posición sedente orientada al Este,

como han sido la mayoría de los entierros localizados en la ciudad prehispánica de Tamtoc (Núñez

y Granados, 2012). En el Rancho Aserradero los dos entierros primarios fueron sedentes, los otros,

en su mayoría secundarios, no fue posible identificar la posición del depósito, salvo en el caso del

entierro 1, incompleto, en posición de decúbito dorsal.

En cuanto al contexto, el del Ejido Aserradero es sin duda, uno de los conjuntos funerarios

más inusuales para el área de la Huasteca Potosina excavados hasta ahora: el entierro de un

personaje principal, una mujer, dentro de un continente de bajareque, a los lados, un acompañante

(definido así por su cercanía) y una mujer que pudo haber sido integrante del grupo familiar. Este

tipo de contexto ha sido reportado para el área maya y un sólo caso en la cuenca de Pánuco

(González Sobrino, et al. 2004, Ramírez Castilla 2004). En este conjunto funerario, la posición del

depósito así como su orientación son similares y consistentes con lo reportado para otros sitios

huastecos de ese horizonte cultural, así como el hecho de proteger la cara del difunto con losas o

placas de barro, costumbre reportada para el Preclásico y que tiene continuidad durante el Clásico

(Arias Melo Granados 1982, Du Solier 1947, Núñez y Granados 2012).

En este conjunto, además, hay diferencias de estatus, el personaje principal dentro de una

batea y un acompañante, el cual se distingue de los demás por no tener limados los dientes, no hay

evidencias de que haya sido sacrificado o muerto de manera violenta. Todos tienen modificación

cefálica intencional y los individuos 2 y 3, tienen decoración dental combinada, algo usual en la

huasteca, pero reportada sólo para el periodo Posclásico (ver cuadros 1 y 2).

El Rancho Aserradero fue clasificado arqueológicamente como un sitio de élite en el cual se

inhumó a los individuos que conformaron el núcleo doméstico, donde el tipo de depósito va

cambiando de acuerdo con el estatus que tenían los individuos dentro del grupo. Los entierros 1 y

5, son entierros secundarios producto quizás de remociones de depósitos más antiguos. El entierro 3

corresponde a los que podríamos llamar un entierro familiar, en el que están representados al menos

catorce individuos, de ambos sexos y distintas edades a la muerte.

Los individuos de los entierros 2 y 4, ambos de sexo femenino, posiblemente ocuparon un

lugar importante, en distintos momentos, dentro de la jerarquía de la unidad doméstica, ya que su

entierro fue de forma individual y con ofrendas integradas por alimentos y bienes de prestigio. Hay

cambios en la posición del depósito, que pudieran ser indicadores del estatus de la época en la que

se hicieron los depósitos, sin embargo la cerámica asociada en ambos entierros corresponde al

periodo Posclásico.

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El ajuar funerario de la mujer del entierro 2, muerta en plena vida activa y reproductiva,

sugiere un estatus especial en la unidad doméstica, además que es el único individuo adulto con

deformación craneana del tipo tabular oblicuo y una decoración dental combinada (figura 11), lo

que no sucede con la mujer representada en el entierro 4, que carece del limado dental, aunque sí

presenta modificación cefálica intencional, tabular erecta.

Figura 11, limado dental del entierro 2, Rancho Aserradero

Es importante resaltar que en los dos sitios, son las mujeres las que presentan una forma de

entierro diferente, sobresaliente, que sugiere la posibilidad de que la forma de organización y de

transmisión del poder sea por la línea materna, hipótesis que ha surgido en diferentes ocasiones a

propósito de los entierros femeninos de Tamtoc, sin embargo es algo que no se ha investigado

todavía pero que Stresseer-Péan ha sugerido en algunos de sus trabajos de corte etnográfico, al

mencionar que “en otros tiempo los yernos se iban a vivir con los suegros” y que la organización

social era a través de un sistema de parentesco combinado “con matrimonios entre primos cruzados,

donde predominaba la importancia de los parientes del lado materno y con poliginia entre hermanas

(Olivier, 2008: 166 y 397; Stresser-Péan y Stresser-Peán, 2001).

2) Comparación de los resultados de los indicadores de salud

El análisis osteológico de los tres individuos que proceden del Ejido Aserradero, reveló que

sólo el individuo del entierro 2 tiene huellas de un proceso patológico severo, asociado con el yaws,

padecimiento de origen treponematoso identificado en otros individuos de Tamtoc, tanto de la

época Clásica como del Posclásico (Córdova Tello y Hernánde Espinoza 2012, Hernández

Espinoza 2012) (ver cuadro 3). Los otros dos personajes presentan huellas de periostitis en los

huesos largos, lesiones que son muy comunes entre los individuos de la época prehispánica, cuyo

origen se asocia a padecimientos infecciosos no específicos que están latentes en el individuo al

momento de la muerte.

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Panorama muy distinto es el que presentan los esqueletos que proceden del Rancho

Aserradero (ver cuadro 3). De los siete individuos evaluados, tres son los que sobresalen por la

cantidad de lesiones presentes en el esqueleto: la mujer representada en el entierro 2, el infante del

entierro 3.2 y la mujer del entierro 4.

La mujer representada en el entierro 2, tenía al morir un proceso infeccioso severo y

probablemente crónico, pues los indicadores de crisis de salud durante la niñez están presentes en

sus fases más críticas: las dos líneas de hipoplasia marcadas tanto en sus incisivos como en sus

caninos revelan la sobrevivencia a dos crisis agudas de salud, probablemente entre los 2 y los 4

años de edad, al igual que las lesiones de espongio hiperostosis, que se desarrollan durante la niñez

por falta de hierro y vitaminas C y B12 principalmente, aunque también se comprobado que existe

una relación con las parasitosis que ocasiona el no aprovechamiento de los nutrientes.

Su presencia en forma severa, en la edad adulta, es el resultado de un cuadro agudo de anemia

o de no aprovechamiento de los nutrientes ingeridos, probablemente por la influencia sinérgica que

ejercía el proceso infeccioso latente. Las huellas de las lesiones, están presentes en costillas, huesos

largos y cuerpos vertebrales con una clara asociación con la tuberculosis vertebral, cuyo origen

pudo ser congénito o haberse desarrollado durante la niñez, lo que es difícil inferir a partir de la

observación morfoscópico. Sin embargo, las tibias tienen forma de “sable” producto de la

inflamación producida por la infección (figura 11). La distribución de las lesiones es similar a las

registradas por los individuos de la zona funeraria de Tamtoc, en La Noria; en aquéllos el patrón de

las lesiones revelaron la presencia de yaws y de tuberculosis.

Figura 11. Tibia con deformación de “sable” del entierro 2 (foto Perla Ruíz).

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Este es el caso de este individuo. Las lesiones presente en los cuerpos vertebrales y la inflamación

de las costillas son consecuencia de la tuberculosis vertebral y las osteítis visibles las diáfisis de los

huesos largos (figura 12) apuntan hacia esa hipótesis.

Figura 12. Detalle de la osteítis en su forma activa (foto Perla Ruíz).

Es probable que el foco de infección primaria haya sido el yaws, adquirida durante la niñez

en forma de infección cutánea. El desarrollo de este debilita el organismo y lo hace susceptible de

“hospedar” a cualquier otro agente patógeno y desarrollarlo de forma paralela con la infección

original. La edad a la muerte, 25-29 en consistente con un periodo de más de veinte años de

desarrollo de la infección, que culminó con la muerte del individuo.

Estas mismas lesiones, están presentes en el individuo catalogado como 3.2, cuya edad a la

muerte está en el rango de 5-9. Este individuo, tiene limado dental combinado, el cráneo está muy

destruido por lo que no fue posible identificar el tipo de deformación del cráneo. El ajuar funerario

no fue identificable y probablemente se trate de uno de los últimos depósitos funerarios, ya que se

proximidad con la superficie hizo posible la identificación individual. Tiene dos líneas de

hipoplasia en incisivos (brotados) y en caninos permanentes (en formación), lo que indica crisis

severas de salud entre los dos y los cuatro años de edad, a las que sobrevivió, sin embargo, la edad

temprana a la muerte sugiere la fragilidad biológica de este individuo. El análisis morfoscópico de

este individuo reveló, además, la presencia de cribra orbitaria y espongio hiperostosis1.

Algo no reportado para ningún individuo de esta región, es la presencia de escorbuto, una

deficiencia nutricional por falta de vitamina C y lo que hoy conocemos como “Complejo B”. Las

lesiones asociadas a esta deficiencia es un tipo de hiperostosis porótica, presente en el cráneo del

individuo, específicamente en el ala del esfenoides, escama de temporal, maxilar y mandíbula

(Granados Vázquez et al. 2009). En la figura 13 presentamos un fragmento de temporal con este

1 Estas lesiones se asocian con la anemia por deficiencia de hierro y se manifiestan como un cambio en la apariencia normal

del hueso, la superficie lisa y suave se engrosa y se vuelve porosa, con pequeños orificios. La criba orbitaria se presenta en el techo de las órbitas y la espongio hiperostosis en el frontal, parietales y occipital. Pueden presentarse de forma individual o de forma concurrente. Stuart-Macadam (1989) ha demostrado que en casos muy severos se presentan ambas lesiones en un mismo individuo.

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tipo de puntilleo. También tiene huellas de tuberculosis vertebral (figura 14), por el estado de los

cuerpos vertebrales y la edad a la muerte, es probable que su mal haya sido de origen congénito

Figura 13. Fragmento de temporal con puntilleo característico del escorbuto, individuo 3.2, Rancho

Aserradero (foto Perla Ruíz).

Figura 14. Lesiones en cuerpos vertebrales asociadas a la tuberculosis vertebral juvenil o congénita (foto Perla Ruíz).

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Por último, la mujer representada en el entierro 4, es una mujer de edad madura, 45-49, con

líneas de hipoplasia, espongio hiperostosis y un proceso osteoartrítico en la columna vertebral, que

se acentúa más en las tres últimas vértebras cervicales, lo que considero se asocia a la edad y la

posible actividad ocupacional que esta mujer desarrolló en vida. De acuerdo con Stresser-Péan

(Olivier, 2008: 123), dentro de la división del trabajo por sexos, a las mujeres correspondía el

transporte del agua, la cocina, el hilado del algodón y la alfarería; la posición del cuerpo, el

desempeño de las dos últimas actividades enumeradas, podría ser la causa de estas lesiones, como

se ha demostrado para el caso de otras sociedades prehispánicas mesoamericanas (Alfaro Castro,

2002; Medrano Enríquez, 1999).

Para concluir, las diferencias en el patrón de enterramiento, las ofrendas y el ajuar funerario

muestran que los estratos sociales de pertenencia de uno y otro sitio son distintos, el Ejido

Aserradero tiene una jerarquía menor que el asentamiento del Rancho Aserradero, éste último es un

barrio de elite.

Al interior de cada asentamiento, también hay diferencias en el estrato social de los individuos ahí

enterrados, tanto en el ajuar funerario como en las modificaciones corporales. Cada sitio tiene la

presencia de un personaje femenino, con el mayor rango social dentro de su grupo.

El análisis de salud muestra también que hay diferencias, los individuos del Ejido Aserradero tienen

un mejor estado de salud con los del Rancho Aserradero, lo que da respuesta a la primera pregunta

planteada al inicio de este trabajo. Los individuos de este último sitio, tuvieron una mayor cantidad

de lesiones, la mayoría de ellas de origen infeccioso y de carencias nutricionales, lo que es

contradictorio al estrato social de donde proceden, lo que responde a la segunda pregunta, ya que el

estado de salud de los individuos representados en estos entierros tienen relación con el estrato

social de pertenencia sino a la presencia de uno de los depredadores más eficaces de todos los

tiempos, las infecciones, que no perdonan edad, sexo ni condición social, producto de las

condiciones sanitarias e higiénicas en las que vivieron estos grupos, exacerbadas por el ambiente

cálido y húmedo (Márquez Morfín, et al., 2001).

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