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ESTUDIO DEL PASTOREO COMO UNA ESTRATEGIA DE COERCIÓN SEXUAL EN PRIMATES NO-HUMANOS. Celina Anaya-Huertas Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía “Manuel Velasco Suárez” 5606-3822 ext. 5033 [email protected] La selección sexual es uno de los mecanismos que han desempeñado el papel más importante en la evolución de las estrategias que utilizan los machos y las hembras para maximizar su eficacia biológica. Aunque la teoría de la selección sexual tradicionalmente sólo contempla dos procesos: competencia intra-sexual y la elección de pareja, recientemente se ha propuesto la existencia de un tercer mecanismo: la coerción sexual, que puede ser utilizado en contextos en los que los individuos expresan sus preferencias para emparejarse utilizando conductas agresivas. Este contexto es típico de los sistemas sociales de uni-macho/multi-hembra, característico de especies en las que el sistema de apareamiento es fuertemente poligínico y está basado en la defensa de un harén de hembras por parte del macho “propietario”. En este trabajo se investigó la coerción sexual en las relaciones sociales entre los machos propietarios de harén y sus hembras, en el babuino del desierto (Papio hamadryas). Uno de los comportamientos más característicos de esta especie es la conducta de “pastoreo”, que es utilizado por los propietarios de los harenes para interferir las relaciones de sus hembras con otros machos rivales y con otras hembras y para controlar las relaciones que sus hembras mantienen con ellos. La investigación se realizó en la colonia de babuinos del Zoo-Aquarium de Madrid, España. El pastoreo puede considerarse como una estrategia de coerción sexual que utilizan los machos para monopolizar a sus hembras e incrementar el acceso a las mismas (sobre todo cuando están receptivas sexualmente) para el apareamiento, coartando la opción de éstas de ejercer la elección de pareja. Este trabajo constituye uno de los primeros estudios que apoya empíricamente la hipótesis de que en ciertas especies y en ciertos contextos, los machos pueden recurrir a conductas ritualizadas para forzar a las hembras a emparejarse con ellos y para excluir a rivales. La especie representa un buen modelo para estudiar la evolución del comportamiento coercitivo en primates. 1. Introducción Los animales que viven en grupos sociales con representantes de todas las categorías de sexo y de-edad, como es el caso de la mayoría de los primates (Dixson, 1998; Alcock, 2001), constituyen un reto importante en el estudio de la selección sexual debido a la implicación simultánea de varias estrategias reproductivas (Lee, 1994). Las relaciones entre las hembras y los machos están influidas por la selección y el conflicto sexual (Smuts, 1987b; Smuts & Smuts, 1993; van Schaik, 1996). En los primates estas relaciones son muy 1

ESTUDIO DEL PASTOREO COMO UNA ESTRATEGIA DE COERCIÓN SEXUAL EN PRIMATES NO-HUMANOS. Celina Anaya-Huertas

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ESTUDIO DEL PASTOREO COMO UNA ESTRATEGIA DE COERCIÓN SEXUAL EN PRIMATES NO-HUMANOS.

Celina Anaya-HuertasInstituto Nacional de Neurología y Neurocirugía “Manuel Velasco Suárez”

5606-3822 ext. [email protected]

La selección sexual es uno de los mecanismos que han desempeñado el papel más importante en la evolución de las estrategias que utilizan los machos y las hembras para maximizar su eficacia biológica. Aunque la teoría de la selección sexual tradicionalmente sólo contempla dos procesos: competencia intra-sexual y la elección de pareja, recientemente se ha propuesto la existencia de un tercer mecanismo: la coerción sexual, que puede ser utilizado en contextos en los que los individuos expresan sus preferencias para emparejarse utilizando conductas agresivas. Este contexto es típico de los sistemas sociales de uni-macho/multi-hembra, característico de especies en las que el sistema de apareamiento es fuertemente poligínico y está basado en la defensa de un harén de hembras por parte del macho “propietario”. En este trabajo se investigó la coerción sexual en las relaciones sociales entre los machos propietarios de harén y sus hembras, en el babuino del desierto (Papio hamadryas). Uno de los comportamientos más característicos de esta especie es la conducta de “pastoreo”, que es utilizado por los propietarios de los harenes para interferir las relaciones de sus hembras con otros machos rivales y con otras hembras y para controlar las relaciones que sus hembras mantienen con ellos. La investigación se realizó en la colonia de babuinos del Zoo-Aquarium de Madrid, España. El pastoreo puede considerarse como una estrategia de coerción sexual que utilizan los machos para monopolizar a sus hembras e incrementar el acceso a las mismas (sobre todo cuando están receptivas sexualmente) para el apareamiento, coartando la opción de éstas de ejercer la elección de pareja. Este trabajo constituye uno de los primeros estudios que apoya empíricamente la hipótesis de que en ciertas especies y en ciertos contextos, los machos pueden recurrir a conductas ritualizadas para forzar a las hembras a emparejarse con ellos y para excluir a rivales. La especie representa un buen modelo para estudiar la evolución del comportamiento coercitivo en primates.

1. Introducción

Los animales que viven en grupos sociales con representantes de todas las

categorías de sexo y de-edad, como es el caso de la mayoría de los primates (Dixson, 1998;

Alcock, 2001), constituyen un reto importante en el estudio de la selección sexual debido a

la implicación simultánea de varias estrategias reproductivas (Lee, 1994). Las relaciones

entre las hembras y los machos están influidas por la selección y el conflicto sexual (Smuts,

1987b; Smuts & Smuts, 1993; van Schaik, 1996). En los primates estas relaciones son muy

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variables dentro de una misma especie y entre especies distintas, y están determinadas,

entre otros factores, por la duración del tiempo de permanencia de los machos en los grupos

sociales, su estatus de dominancia, la certidumbre de la paternidad, el riesgo de infanticidio

y el grado de dimorfismo sexual (Kappeler & van Schaik, 2002).

Se considera que los individuos pueden utilizar tres estrategias para acceder a los

recursos reproductivos: la competencia intra-sexual, la elección inter-sexual y la coerción

sexual. La coerción sexual implica el uso de la fuerza por parte del macho hacia la hembra

para intentar asegurar e incrementar el acceso sexual a dicha hembra (sobre todo en el caso

de que la hembra no lo elija), para disminuir la probabilidad de que se aparee con otro

macho, o para ambos propósitos (Smuts & Smuts, 1993). Esta es una definición funcional,

ya que, cuando se observa la agresión de un macho hacia una hembra, es muy difícil

determinar si se trata de agresión sexual sin haber comprobado si el resultado de esta

agresión incrementa su éxito en el apareamiento o interfiere, impidiendo o disminuyendo,

el acceso de otros machos a las hembras (Smuts & Smuts, 1993; Smuts, 1995; Soltis, et al.,

2001). Clutton-Brock & Parker (1995), proponen que el conflicto de intereses entre los

sexos aparece cuando los machos consiguen apareamientos por medio del uso de la

coerción.

En sentido general y desde un punto de vista puramente descriptivo, por coerción

sexual se entiende el uso de la fuerza por parte del macho para incrementar el número de

cópulas con hembras que no les eligen como parejas sexuales de manera espontánea. El

comportamiento de “pastoreo” que se ha descrito en algunas especies poligínicas o

promiscuas constituye un fenotipo comportamental muy característico de la especie objeto

de este estudio (babuino del desierto). A pesar de ello, no existe ninguna investigación

previa en la que se haya abordado de manera monográfica y, por tanto, exhaustiva, el

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análisis de los diferentes comportamientos de pastoreo que utilizan los machos de esta

especie, de su frecuencia, de la relación que dichos comportamientos puedan tener con la

condición reproductiva de las hembras que los reciben y, por último, de las respuestas que

éstas exhiben en general y en relación con su propia condición reproductiva.

La coerción sexual se observa en ciertas especies de primates. Sin embargo, existen

muy pocos estudios en los que se haya abordado directamente el análisis de la misma en

primates no humanos (Smuts & Smuts, 1993; Soltis et al., 1997a y b; Steenbeek, 1999 a y

b; Jones, 2002). El sistema de apareamiento de la especie de estudio, el babuino

hamadríade se caracteriza por la presencia de poliginia con defensa de un harén y

poliandria secuencial. Las unidades reproductivas son los harenes. Los machos del harén,

también llamados machos propietarios o líderes, realizan conductas de “pastoreo”

(herding). Esta conducta del macho propietario se cree que es especialmente frecuente

cuando las hembras se encuentran en estro, es decir, en la fase folicular del ciclo menstrual

(cuando la ovulación acaba de producirse o está a punto de hacerlo, y los niveles de

estrógeno son especialmente elevados) (Colmenares 1996 a). Con frecuencia se observa

que dos o más hembras del mismo harén pueden exhibir ciclos sexuales de forma

sincronizada. En este contexto, si la cohesión del harén no es muy elevada, las hembras a

menudo muestran conductas de alejamiento con respecto a su macho propietario y de

acercamiento hacia otros machos (Colmenares, 1996 a). En los contextos en que un macho

líder emplea las conductas de pastoreo más agresivo sobre la hembra (mordida en la nuca)

(Kummer, 1968), ésta se enfrenta a un intenso conflicto, ya que si se aleja del macho la

respuesta de éste puede ser aún más agresiva. En consecuencia, la mejor opción para la

hembra es acercarse al macho agresor, es decir, realizar una conducta aparentemente

incompatible con su estado motivacional. Dicha respuesta de la hembra parece no ser

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coherente con su estado motivacional, puesto que, en lugar de escapar lejos del macho,

escapa hacia él. Aunque la conducta es de carácter agresivo, el objetivo aparente del macho

es reducir la distancia entre él y la hembra pastoreada (i.e. la conducta cesa cuando la

hembra sigue al macho y permanece próxima a él). A menudo se observa que las hembras

del mismo harén se enfrentan y pelean entre sí por el control de los recursos, entre los que

se pueden destacar la proximidad espacial al macho del harén y los servicios que éste puede

proporcionarle (por ejemplo, protección). La consecuencia de todo ello es que las hembras

del mismo harén tienden a establecer jerarquías de dominancia bien definidas que regulan

las relaciones sociales entre ellas, pero también entre éstas y el macho propietario

(Colmenares, 1996b). El éxito reproductivo de un macho propietario de un harén se

relaciona positivamente con el número y valor de sus hembras, y con el tiempo que

permanezcan en su harén. Su organización social y su alto grado de dimorfismo sexual

hacen que exhiba cooperación y conflicto inter-sexual, y una de las estrategias que sería

esperable que utilizaran los machos en sus intentos por resolver dicho conflicto inter-sexual

(en beneficio propio y a expensas de los intereses de las hembras) es la coerción sexual.

Desde edades tempranas, las hembras aprenden que la mejor respuesta para evitar un ataque

de un macho es mantenerse cerca de él (Kummer, 1968; Kummer et al., 1969). Los

machos emplean tres estrategias para adquirir hembras (y establecer harenes): pastoreando

hembras juveniles que son sexualmente maduras y que no pertenecen a ningún harén (típica

de los machos juveniles); incorporándose a un harén ya establecido como “seguidor”

(estrategia llamada “entrada como seguidor”) y apropiándose de las hembras de un harén

después de derrotar a su líder (Colmenares, 1992b). Durante el pastoreo, el macho controla

los movimientos de la hembra y vigila si le está siguiendo girando la cabeza por encima de

su hombro (checking look backward) (Nagel, 1971). Si el macho se aparta, ésta lo tiene que

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seguir, de otro modo recibirá una nueva acción de pastoreo que probablemente será de

mayor intensidad.

Las hembras de primates no-humanos presentan ciclos ováricos durante los cuales la

actividad reproductiva atraviesa diversas fases, resultado de los cambios hormonales.

Dentro de dichos cambios, existe un intervalo de duración relativamente corta denominado

estro (Hrdy & Whitten, 1987). En la mayoría de las especies animales, el estro coincide con

una situación hormonal concreta, que a su vez corresponde con la fase folicular del ciclo

sexual. No obstante, el estro hace referencia estrictamente al comportamiento que exhibe la

hembra (Nadler, 1994). Actualmente se reconocen tres tipos de cambios conductuales a lo

largo del ciclo hormonal de las hembras de primate: atracción, proceptividad y receptividad

(Beach, 1976, citado en: Dixson, 1998). La atractividad sexual consiste en cualquier

característica de tipo conductual o fisiológica de la hembra, que estimula al macho para la

cópula (Goldfoot, 1977). La proceptividad consiste en una serie de patrones

comportamentales efectuados por la hembra para iniciar y mantener interacciones sexuales

con el macho, y que se infiere a partir de conductas de aproximación y solicitud de monta

por parte de la hembra (presentación de cuartos traseros o grupa) (Hrdy & Whitten, 1987).

La receptividad consiste en la fase consumatoria de la secuencia de apareamiento; la

colaboración y disponibilidad de la hembra para permitir que el macho la monte y tenga

lugar la intromisión y eyaculación (Goldfoot, 1977).

Los machos identifican el estado reproductivo de las hembras a partir de la

inspección de la vulva, que rodea el ano y el orificio vaginal (Domb & Pagel, 2001).

Durante la fase folicular esta zona se hincha y cambia de color, alcanzando su máximo de

turgencia y coloración durante la ovulación. A partir de este momento, la turgencia se va

reduciendo y desaparece en pocos días (Dixson, 1998). Finalmente, la piel sexual

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permanece en estado de no hinchazón desde el parto hasta la reanudación de los ciclos

ováricos, tras un período de amenorrea post-parto.

El principal objetivo de este trabajo consiste en determinar si el comportamiento de

pastoreo es significativo desde el punto de vista de su frecuencia y en qué medida el

pastoreo está asociado a la condición reproductiva de la hembra y, por tanto, puede ser

interpretado como una estrategia de coerción, en sentido general. También se examinan

otros dos aspectos que tampoco se han analizado con detalle previamente: la frecuencia de

distintos tipos de pastoreo y la respuesta que muestran las hembras cuando son objeto de un

pastoreo.

2. Material y Métodos

Este estudio se llevó a cabo en la colonia de babuinos (Papio hamadryas) del Zoo

Aquarium de Madrid que se estableció en junio de 1972. Esta colonia no sufre

manipulaciones artificiales y está alojada en una amplia instalación abierta, la cual consta

de dos áreas, una interior (no accesible al público visitante) y otra exterior. La colonia ha

exhibido una dinámica en su estructura social muy similar a lo que se ha observado en

tropas del mismo género estudiado en su hábitat natural (Kummer, 1968; Colmenares,

1986; 1992a; Stammbach, 1987; Sugawara, 1982; Colmenares, in press). Además, la

colonia ha sido objeto de investigaciones por Colmenares y su equipo desde su

establecimiento en el zoológico en 1972, por lo que se posee información sobre todas las

variables más importantes para este tipo de estudios: edad, historia individual y parentesco

de todos los sujetos. Para más detalles consultar Colmenares y Gomendio (1988),

Colmenares (1990) y Colmenares (in press).

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Los datos analizados en este capítulo proceden enteramente de las observaciones

realizadas en el método de muestreo multi-focal (Quera, 1997) o “muestreo de

comportamiento” (Martin & Bateson, 1993).Los datos fueron obtenidos con un registro

continuo activado cuando se observaba una interacción en la que cualquier macho de la

muestra dirigía un comportamiento de pastoreo a una hembra de su harén.

La información recogida fue la siguiente:

Fecha Emisor-receptor (identidad de los miembros de la díada) Forma de pastoreo (de menor a mayor intensidad) -la descripción de las conductas se

encuentra en el Apéndice I. Pastoreo no agresivo (pna) Pastoreo agresivo sin contacto (pas/c) Pastoreo agresivo con contacto (pac/c)

Respuesta de la hembra al pastoreo emitido por el macho (la descripción de las conductas se encuentra en el Apéndice I.

Chillar contra el macho Contra-atacar Huir Presentar grupa Espulgar

Condición reproductiva de todas las hembras que podían ser objeto de pastoreo por

parte de alguno de los machos.

Se obtuvieron un total de 1,254 pastoreos. La Tabla 1 describe la frecuencia total y la

tasa por hora de cada tipo de pastoreo en las dos fases de estudio.

Primero se analizó si existía diferencia significativa en la frecuencia (tasa/hora) de los

tres tipos de pastoreo y para ello se utilizó la prueba Ji-cuadrada para rangos de Friedman

(K= 3 tipos de pastoreo, n= 14 machos).

En segundo lugar se analizó si existía alguna relación entre el tipo de pastoreo y el

estado reproductivo de las hembras. Para ello se aplicó la Ji-cuadrada por rangos de

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Friedman (frecuencia de cada tipo de pastoreo en relación con el estado reproductivo de la

hembra; k= 4 estados reproductivos y n=14 machos).

En tercer lugar se analizó la relación entre el tipo de respuesta de la hembra al

pastoreo y su condición reproductiva, utilizando una ji-cuadrada para tabla de contingencia

(5 respuestas x 4 condiciones reproductivas), analizándose por separado las dos fases.

En cuarto lugar se estudió la posible asociación entre la respuesta de la hembra y el

tipo de pastoreo utilizado por el macho. De nuevo se utilizó una ji-cuadrada para la tabla de

contingencia (3 pastoreos x 5 respuestas de las hembras) y análisis por separado para cada

una de las dos fases.

Tabla 1. Pastoreos Totales

Tipo Fase 1 Fase 2 TotalTotal Tasa Total Tasa Total Tasa

Pna 89 0.46 35 0.3 124 0.76Pasc 341 1.72 162 1.44 503 3.16Pacc 430 1.44 197 1.89 627 3.28

1,254 7.2

3. Resultados

3.1. Frecuencia de pastoreo

Se observó que los pastoreos agresivos de ambos tipos (i.e. con y sin contacto)

fueron más frecuentes que los no agresivos, tanto en la Fase I (F2= 55.84; gl=2; p<0.001)

como en la Fase II (F2= 57.96; gl=2; p<0.001) (Fig. 1). En la Fase I, los pastoreos más

frecuentes fueron los agresivos sin contacto; en cambio, durante la Fase II los pastoreos

agresivos con contacto fueron los más frecuentes. La frecuencia total, por hora y por

individuo, de cada tipo de pastoreo varió significativamente en ambas fases (Fase I: F 2

=

15.49; K=3; n=11 p<0.001; Fase II: F 2

= 16; K=3; n=8; p<0.001). Tanto en la Fase I como

8

en la Fase II se puede apreciar que los pastoreos agresivos fueron más frecuentes que los no

agresivos (Fig. 2).

3.2. Relación entre tipo de pastoreo y estado reproductivo de la hembra

Durante la Fase I hubo una mayor frecuencia de pastoreos agresivos dirigidos hacia

las hembras que presentaban hinchazón perineal o estro (subiendo) que hacia las hembras

que se encontraban en cualquiera de los otros estados reproductivos (2= 39; gl= 6;

p<0.025) (Fig. 3 a). En la Fase II también se puede apreciar una mayor frecuencia de

pastoreos dirigidos a hembras en estro con relación a los demás estados reproductivos,

siendo un poco más frecuentes los pastoreos agresivos con contacto, sin embargo, en esta

fase, las diferencias no llegaron a ser significativas (2= 9.11 gl= 6; ns) (Fig. 3 b). En

ambas fases se encontró que el único tipo de pastoreo que presentó una asociación

estadísticamente significativa con el estado reproductivo de la hembra fue el pastoreo

agresivo con contacto, que fue más frecuente cuando la hembra se encontraba “subiendo”

(Fase I: F 2

=9.6; K=4; n=14; p=,02; Fase II: F 2

=10.91; K=4; n=14; p=0,006).

3.3.3. Relación entre respuesta y estado reproductivo de la hembra

La frecuencia de las distintas respuestas que mostraban las hembras cuando eran

pastoreadas por sus machos varió en función de su condición reproductiva. En general, en

ambas fases se detecta una mayor frecuencia de respuestas cuando las hembras estaban

“subiendo”, así como una mayor frecuencia de conductas de protesta/miedo (chillar, huir) y

afiliativas/sumisivas (presentar grupa, espulgar) en comparación con las respuestas

agresivas. De hecho, la respuesta contra-atacar prácticamente no se observa (Fase I:

F2=175.74; gl= 12; p=0.05) (Fase II: F 2=12.43; gl= 12¸ p<0.025) (Fig. 4 a y b).

3.3.4. Relación entre los tipos de pastoreo y las respuestas de las hembras

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En ambas fases se encuentra una mayor frecuencia de respuestas de las hembras

ante los pastoreos agresivos. La frecuencia de las respuestas a los pastoreos no-agresivos

fueron muy bajas (Fig. 5a y 5b). En general, las respuestas de miedo/protesta (chillar y

huir) y de afiliación/sumisión (espulgar y presentar grupa) fueron frecuentes en ambas

fases, sin embargo, estas últimas disminuyeron considerablemente en la Fase II. La

respuesta contra-atacar es prácticamente nula en ambas fases (Fase I: 2=72.43; gl= 8;

p<0.025; Fase II: 2=29; gl= 8; p<0.025). En la Fase II la frecuencia de las distintas

respuestas al pastoreo no agresivo disminuyó considerablemente con relación a la Fase I.

4. Discusión

Se han descrito tres situaciones que pueden provocar que el macho pastoree a sus

hembras: 1) que las hembras se encuentren espacialmente lejos de éstos; 2) que un miembro

de otro grupo se interponga entre ella y el líder; y 3) que la hembra interactúe con un

miembro de otro harén (Kummer, 1968). En este estudio, los pastoreos agresivos por parte

de los machos hacia las hembras fueron más frecuentes que los no-agresivos, ocasionando,

a su vez, respuestas más intensas por parte de las hembras ante dichos pastoreos. Estos

resultados concuerdan con los observados en estudios previos con babuinos hamadríades

(Kummer, 1968; 1969; 1974; 1990; 1995) donde los machos controlan la proximidad

espacial de sus hembras a través de violentas amenazas. Cuando van caminando en grupo,

el macho se gira frecuentemente para ver si las hembras lo están siguiendo; al menor

retraso o alejamiento de éstas el macho comienza a amenazarlas. Si la hembra no responde,

se aleja, o si está en proximidad con otro macho, se acerca a ella y le muerde en la nuca. En

respuesta, la hembra -en lugar de huir, como haría cualquier otro animal- presiona el

cuerpo hacia el suelo chillando, o se acerca al macho que la atacó (Bernstein & Gordon,

1974). Después del mordisco, ella le sigue muy de cerca y comienza rápidamente a

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espulgarlo (Kummer, 1967; 1968). Se ha planteado que el pastoreo agresivo funciona

como estrategia para mantener la proximidad y cohesión de las hembras con el macho

propietario; que el “sociograma en forma de estrella” también podría estar estructurado

sobre la base en el pastoreo de los machos en relación con las respuestas afiliativas de las

hembras -sobre todo las altas tasas de espulgamiento dirigidas hacia el macho propietario

del harén- (Stammbach & Kummer, 1982; Stammbach, 1987). Cuando el macho agrede a

la hembra a través de un mordisco, esta agresión funciona más como una “advertencia”

para que no se aleje ni se asocie con otros machos, es decir, como una forma de evitar que

deserte del harén (Kummer, 1968). Además, los resultados descritos en el capítulo también

indican que la respuesta de las hembras varía en función del tipo de pastoreo y de su propia

condición reproductiva. Llama la atención durante la Fase I del estudio la alta frecuencia de

las respuestas por parte de las hembras de huída, presentación de grupa y espulgamiento,

mientras que durante la Fase II se observa una evidente frecuencia alta de la respuesta de

chillar (protesta) ante los pastoreos, sobre todo cuando estos son agresivos y cuando la

relación se está reestableciendo.

Algunos grupos de babuinos chacma (Papio ursinus) exhiben un sociograma de

estrella similar al de P. hamadryas, sin embargo, las hembras preñadas y lactantes dirigen

la mayoría de los espulgamientos al macho propietario (Byrne, et al., 1990). En dicha

especie los pastoreos también son frecuentes hacia las hembras en estro y cuando están

lactantes; muchas veces dichas hembras responden ante los pastoreos huyendo

(probablemente se trate de una forma de protección de las crías) (Cowlishaw, 1995) (Smuts

& Smuts, 1993; Sirot, 1996; Fox, 2001).

Los análisis presentados en este artículo proporcionan indicios de que el pastoreo

constituye un comportamiento importante en el mantenimiento de la relación entre el

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macho y las hembras y que está asociado a la condición reproductiva de la hembra en la

que ésta presenta un mayor valor reproductivo (i.e., la fase folicular del ciclo menstrual). Se

ha observado en estudios previos que las agresiones de los machos hacia las hembras suelen

ser más frecuentes cuando las hembras están en estro cuando los niveles de estrógeno son

especialmente elevados (Kummer, 1968; 1974; Seyfarth, 1977; Cowlishaw, 1995;

Colmenares, 1996a). Ante la agresión, si la respuesta de las hembras es sumisa, esto

facilita que se lleve a cabo el apareamiento (Smuts & Smuts, 1993). En esta especie se ha

documentado que ante el pastoreo las hembras mantienen sus índices de proximidad

espacial un 72% más que en condiciones normales (Kummer, 1968; 1970).

Comportamientos análogos se han observado en otras especies de primates: en los

macacos rhesus se han observado conductas agresivas de los machos a las hembras cuando

las hembras están receptivas sexualmente (Carpenter, 1942; Lindburg, 1983; Manson,

1994). Del mismo modo en el caso de los chimpancés, se han observado frecuentes

agresiones de machos a hembras, sobre todo cuando están en estro. La mayoría de las

agresiones se concentran en el periodo de máximo hinchazón perineal; los machos atacan a

las hembras repetidamente durante esta primera fase de su ciclo, probablemente como una

forma de hacer que la hembra se muestre más cooperativa con el macho, que se comporte

de manera sumisa durante el momento de la ovulación y que la cópula se resulte más fácil

para ambos (Goodall, 1986; Watts, 1998). En gorilas y orangutanes las iniciativas de

cópulas mediante comportamientos agresivos también aumentan considerablemente durante

las etapas receptivas de los ciclos de las hembras, las cuales no oponen resistencia, sino

todo lo contrario, por lo que el pastoreo se plantea como una estrategia de coerción por

parte de los machos para evitar la deserción de las hembras, sobre todo cuando éstas son

más valiosas a nivel reproductivo (Nadler, 1988; Sicotte, 1993; 1994).

12

En los macacos rhesus los machos también atacan más frecuentemente a las

hembras cuando ellas intentan interactuar con otros machos. Se ha sugerido que la agresión

hacia las hembras en esta especie es un medio para establecer relaciones de dominancia y/o

incrementar la distancia entre los machos y las hembras, más que una estrategia

reproductiva (Bercovitch, et al., 1987). También se han observado agresiones de machos

hacia hembras en contextos alimenticios, independientemente del estado reproductivo de

éstas (Sygminton (no publ.); Smuts, 1995; Jaeger, et al., 2002).

Por otro lado, se ha observado que existe una correlación positiva entre los niveles

de pastoreo y los de apareamiento (a mayores índices de pastoreo, mayor frecuencia de

cópulas) (Norman, 1994). Dichos resultados respaldan las predicciones planteadas por

Smuts & Smuts (1993) quienes plantean que la agresión de los machos a las hembras

incrementa el éxito reproductivo.

En los babuinos hamadríades los machos mantienen relaciones espaciales con sus

hembras durante todas las fases de sus ciclos menstruales y los periodos de amenorrea.

Aunque dichas relaciones aumentan cuando las hembras están en estro, también se han

observado pastoreos durante otras fases de su ciclos reproductivos (Anderson, 1983).

Seyfarth (1976) observó que los machos utilizaban este comportamiento,

independientemente del ciclo de la hembra, cuando había miembros de otros grupos en

proximidad. Los individuos tienden a establecer alianzas duraderas, y que dichas alianzas

aumentan en los momentos en los que las hembras están receptivas sexualmente. En

algunos casos, las hembras prefieren a los machos que han mantenido alianzas con ellas

cuando se encontraban preñadas y durante la lactancia, más que durante el estro (Seyfarth,

1976).

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Estos datos constituyen un buen modelo para estudiar la evolución del

comportamiento coercitivo en primates no humanos, sin embargo, no hay que perder de

vista que en las especies sociales existe también una capacidad para cooperar y cumplir

funciones sociales adaptadas a la estructura de un grupo que determina la posición social de

sus miembros. Tomando en cuenta al Manifiesto de Sevilla (1989) se considera

científicamente incorrecto plantear que a lo largo de la evolución humana se haya operado

una selección en favor del comportamiento agresivo sobre otros tipos. Las conductas

agresivas y afiliativas forman parte del repertorio conductal de todas las especies sociales,

incluyendo los primates. Por lo tanto aseverar que la violencia se inscribe ni en nuestra

herencia evolutiva y en nuestros genes es una postura reduccionista y contraria a lo que el

Manifiesto propone.

El pastoreo puede considerarse como una estrategia de coerción sexual que utilizan

los machos para monopolizar a sus hembras e incrementar el acceso a las mismas (sobre

todo cuando están receptivas sexualmente) para el apareamiento (i.e. maximización del

éxito reproductivo), coartando la opción de éstas de ejercer la elección de pareja.

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Figuras

Frecuencias de Pastoreos

0

0,5

1

1,5

2

Fase I Fase II

Frec

uenc

ias

naascacc

Fig. 1. Frecuencias/hora de pastoreos durante las dos fases del Estudio. F2 (p< 0.05)

Frecuencias de Pastoreos

024681012

Fase I Fase II

Frec

uenc

ias

Fig. 2. Frecuencias/hora/individuo de pastoreos durante las dos fases Del estudio. F2 (p< 0.05)

15

Forma de pastoreo según el estado reproductivo de las hembras

(Fase I)

050100150200

preñada lactante subiendo planaEstado reproductivo

Frec

uenc

ias

naascacc

Fig. 3 a Frecuencias de los tres tipos de pastoreos en función del estado reproductivo de las hembras en la fase I del estudio (acc F2 (p< 0.05)

(Fase II)

0

50

100

150

200

preñada lactante subiendo planaEstado reproductivo

Frec

uenc

ias

Fig. 3 b Frecuencias de los tres tipos de pastoreos en función del estado reproductivo de las hembras en la fase II del estudio. (acc F2 (p< 0.05)

16

Respuestas de las hembras al pastoreo en función de su estado reproductivo

(Fase I)

050100150200250300

chilla huye contrataca pr. Grupa espulga

Respuesta de la hembra

Frec

uenc

ias

preñadalactante subiendoplana

Fig. 4 a Frecuencias de respuestas de las hembras ante el pastoreo en función de su estado reproductivo en la fase I del estudio (hembras subiendo F2 (p< 0.05)

(Fase II)

0

50

100

150

200

250

300

chilla huye contrataca pr. Grupa espulgaRespuesta de la hembra

Frec

uenc

ias

Fig. 4 b Frecuencias de respuestas de las hembras ante el pastoreo en función desu estado reproductivo en la fase II del estudio (hembras subiendo F2 (p< 0.05)

17

Respuestas de las hembras ante los diferentes tipos de pastoreo

(Fase I)

020406080100120140

chilla huye contrataca pr. Grupa espulga

Respuesta de la hembra

Frec

uenc

ias

naascacc

Fig. 5 a Frecuencias de respuestas de las hembras ante los pastoreos durante la Fase I del estudio (chillar, huir, p.grupa y espulgar ante los asc y acc F2 (p< 0.05)

(Fase II)

020406080

100120140

chilla huye contrataca pr. Grupa espulga

Respuesta de la hembra

Frec

uenc

ias

Fig. .5 b Frecuencias de respuestas de las hembras ante los pastoreos durante la Fase II del estudio (chillar ante los asc y acc F2 (p< 0.05)

18

Agradecimientos:Agradezco al Dr. Fernando Colmenares por la supervisión de mi trabajo de tesis doctoral, así como las facilidades brindadas en la Facultad de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid y el Zoo-Acuarium de Madrid para la realización de este trabajo.

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ApéndiceEtograma

Conductas AfiliativasEspulgamiento. Retirar pequeñas partículas de la piel pendiéndolas con el pulgar y el índice, o con la boca.

ProtestaChillar contra. Emitir vocalizaciones o gritos en respuesta normalmente a una agresiónContra-atacar. Respuesta agresiva de contra-ataque hacia una agresión.

SumisivasHuir-Alejarse de un individuo, normalmente agresor

Pastoreo -No agresivo (pna). Los machos controlan y obstaculizar los movimientos de las hembras.-Agresivo sin contacto (pas/c). Los machos atacan o amenazan a las hembras de su harén si establecer contacto físico.-Agresivo con contacto (pac/c). Los machos atacan a las hembras violentamente. La forma más evidente es el mordisco en la nuca- neck-bite (Kummer, 1968).

Socio-sexuales Presentar grupa. Dirigir caderas y región perineal a otro.

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