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P. A. Quiroga y J. P. Juliá Estudio de una cuenca de río subtropical de montaña: pautas para su gestión ecosistémica Capítulo 12 La cuenca del Río Lules: una aproximación multidisciplinaria a su complejidad Hugo R. Fernández, Hebe M. Barber (Eds.), 2011 R E S U M E N El río San Javier es uno de los principales tributarios de la cuenca del río Lules, uno de los más importantes de la provincia de Tucumán. El río Lules es tribu- tario del proyectado embalse de Potrero de las Tablas, el cual pretende beneficiar con el abastecimiento de agua potable a unas 700 000 personas del Gran San Miguel de Tucu- mán y dar riego a unas 10 000 ha. La cuenca del San Javier se caracteriza por tener un uso del suelo heterogéneo, donde se evidencian actividades tales como la horticultura y ganadería extensiva, actividades recreativas como ciclismo de montaña y endurismo, eco turismo y explotaciones forestales aisladas. Todas estas actividades son realizadas sin planificación ni control, lo que tiene el potencial de generar un fuerte impacto en la calidad del agua, en los bosques protectores o de ribera y en la fauna asociada a estos. Los bosques de ribera son factores clave en la ecología y funcionamiento de los ambientes lóticos. El bosque de ribera en los ríos de Yungas es difícil de caracterizar. La actividad ganadera, en la cuenca del san Javier, ha favorecido la invasión de una especie arbórea exótica, la acacia negra ( Gleditsia triacanthos) y es responsable de la pérdida de buena parte del bosque de ribera. Este conjunto de factores podría contribuir a la pérdida de la calidad del agua de la cuenca e incurrir en un incremento en los costos de potabilización de la misma para consumo. La propuesta de gestión pretende congeniar aspectos políti- cos, sociales, culturales y biológicos con el objetivo de recuperar el bosque de ribera, limitar el acceso del ganado al mismo, reducir la carga ganadera, eliminar las prácticas agrícolas en los márgenes del río, controlar y ordenar el ciclismo, endurismo y ecoturis- mo y aprovechar la acacia negra, como estrategia de control y fuente de recursos eco- nómicos alternativos (junto al turismo) a la ganadería. A B S T R A C T The San Javier river is one of the main tributaries of Lules river, one of the most important river of the county of Tucumán, in Argentinian Northwest. The Lules is tributary of the future Potrero de las Tablas reservoir, which will supply with drinkable water to some 700 000 people of the Great San Miguel of Tucumán and increase to 10 000 ha the watering surface for cultive. The San Javier’s basin is characterized to have a heterogeneous soil use, where with activities such as horticulture and extensive cattle, recreational activities as mountain bike and motorcycling, ecotourism and forestation. All

Estudio de una cuenca de río subtropical de montaña: pautas para su gestión ecosistémica

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P. A. Quiroga & J. P. Juliá: Estudio de una cuenca de río subtropical de montaña 1

P. A. Quiroga y J. P. Juliá

Estudio de una cuenca de ríosubtropical de montaña: pautas parasu gestión ecosistémica

Capítulo 12

La cuenca del Río Lules: una aproximación multidisciplinaria a su complejidadHugo R. Fernández, Hebe M. Barber (Eds.), 2011

R E S U M E N — El río San Javier es uno de los principales tributarios de la cuenca delrío Lules, uno de los más importantes de la provincia de Tucumán. El río Lules es tribu-tario del proyectado embalse de Potrero de las Tablas, el cual pretende beneficiar con elabastecimiento de agua potable a unas 700 000 personas del Gran San Miguel de Tucu-mán y dar riego a unas 10 000 ha. La cuenca del San Javier se caracteriza por tenerun uso del suelo heterogéneo, donde se evidencian actividades tales como la horticulturay ganadería extensiva, actividades recreativas como ciclismo de montaña y endurismo, ecoturismo y explotaciones forestales aisladas. Todas estas actividades son realizadas sinplanificación ni control, lo que tiene el potencial de generar un fuerte impacto en la calidaddel agua, en los bosques protectores o de ribera y en la fauna asociada a estos. Losbosques de ribera son factores clave en la ecología y funcionamiento de los ambienteslóticos. El bosque de ribera en los ríos de Yungas es difícil de caracterizar. La actividadganadera, en la cuenca del san Javier, ha favorecido la invasión de una especie arbóreaexótica, la acacia negra (Gleditsia triacanthos) y es responsable de la pérdida de buenaparte del bosque de ribera. Este conjunto de factores podría contribuir a la pérdida de lacalidad del agua de la cuenca e incurrir en un incremento en los costos de potabilizaciónde la misma para consumo. La propuesta de gestión pretende congeniar aspectos políti-cos, sociales, culturales y biológicos con el objetivo de recuperar el bosque de ribera,limitar el acceso del ganado al mismo, reducir la carga ganadera, eliminar las prácticasagrícolas en los márgenes del río, controlar y ordenar el ciclismo, endurismo y ecoturis-mo y aprovechar la acacia negra, como estrategia de control y fuente de recursos eco-nómicos alternativos (junto al turismo) a la ganadería.

A B S T R A C T — The San Javier river is one of the main tributaries of Lules river, one ofthe most important river of the county of Tucumán, in Argentinian Northwest. The Lulesis tributary of the future Potrero de las Tablas reservoir, which will supply with drinkablewater to some 700 000 people of the Great San Miguel of Tucumán and increase to 10000 ha the watering surface for cultive. The San Javier’s basin is characterized to havea heterogeneous soil use, where with activities such as horticulture and extensive cattle,recreational activities as mountain bike and motorcycling, ecotourism and forestation. All

La cuenca del río Lules: una aproximación multidisciplinaria a su complejidad2

INTRODUCCION

La provincia de Tucumán ocupa una po-sición central dentro del Noroeste argentino,siendo la provincia más densamente pobladadel país, por lo que sus recursos naturalessufren una importante presión antrópica. Lamisma se encuentra surcada por numerososríos, la mayoría de los cuales nacen en elOeste montañoso. Sobre las laderas orienta-les y en la base de estas montañas, se extien-de la ecorregión de las Yungas (Morales etal., 1995). Las altas precipitaciones de ori-gen orográfico (superiores a los 1 000 mmanuales) y un régimen marcadamente esta-cional (durante los meses de noviembre amarzo se concentra el 90 % de las lluvias),hacen de esta ecorregión una de las principa-les áreas de «producción» de agua para laszonas urbanizadas de la llanura (Brown yGrau, 1993; Brown, 2009).

El río San Javier (26º 40´ y 26º 52´ S65º 22´ y 65º 26´ W), es un típico río deYungas que discurre de Norte a Sur desde sunaciente en las sierras homónimas, hasta suencuentro con el río Lules (Ovejero, 1980).La cuenca del río San Javier, tiene un áreade 113,8 km2, que representan cerca de un15% de la cuenca del río Lules (Mesa,2006). Tanto el río Lules como el San Javiertributarán directamente en el futuro embalsePotrero de las Tablas, la cual cuenta con laaprobación técnica, desde el año 2005, delBanco Interamericano de Desarrollo y tienecomprometidos fondos para el inicio de laobra (Suayter, 2007; Grau et al., 2010). Lospronósticos oficiales estiman que la futurapresa beneficiará con el abastecimiento de

agua potable al Gran San Miguel de Tucu-mán (donde viven unas 700 000 personas) yproveerá de riego para cultivos a entre 7 000a 10 000 ha (Suayter, 2007). Otros benefi-cios esperados son la atenuación de eventua-les crecidas del río Lules, provisión de aguaindustrial para la empresa Papel del Tucu-mán e ingenios azucareros de la zona, gene-ración de electricidad y desarrollo del cir-cuito turístico de Raco, El Siambón, San Ja-vier, Villa Nougués y Potrero de las Tablas(Suayter, 2007), aspecto este último quemoviliza a unas 180 000 visitas al año en lazona sur de la Sierra de San Javier (Farías etal., 2010). Por este motivo una adecuadagestión y manejo de la cuenca del río SanJavier ayudará a mitigar el impacto socialde esta obra y procurar la viabilidad de losobjetivos antes mencionados.

Las zonas adyacentes al río San Javier secaracterizan por tener un uso del suelo va-riado, donde se evidencian actividades talescomo la horticultura y ganadería extensiva,actividades recreativas (ciclismo de montañay «endurismo»), eco turísticas y explotacio-nes forestales aisladas. Todo esto es realiza-do sin planificación ni control y mucho me-nos coordinación, lo que tiene el potencialde generar un fuerte impacto en la calidaddel agua, en los bosques protectores o de ri-bera y en la fauna asociada a estos. En estesentido la conservación de la cabecera decuenca del río San Javier constituye uno delos objetivos prioritarios del manejo de lamisma tal y como sugieren para los ríos demontaña del noroeste argentino (Quiroga etal., en prensa). La disminución en la cali-dad del agua acarrearía un incremento en

these activities are carried without planning or control and has the potential of generatinga strong impact in the quality of the water, in the protective riverside forests and its fau-na. The riparian forest is a key factor in the most of lotic ecosistems. The Yungas´s ri-parian forest is difficult to characterize. The cattle activity has favored the invasion of theexotic Honey locust (Gleditsia triacanthos) and is responsible for the loss of the riversideforest. These factors could contribute to the quality loss of the water of the basin and inan increment in the costs of water potabilization. The management proposal seeks toharmonize political, social, cultural and biological aspects with the objective of recoveringthe riverside forest, limit the access to livestock, reduce the cattle load, eliminate theagricultural practices in the margins of the river, control and order mountainbike, mountainmotorcycling and ecotourism and manage and used the black acacia, as a control strat-egy and source of economic alternative resources (summed to tourism) for cattle raising.

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los costos de potabilización de la mismapara consumo. Entre las consecuencias yaevidenciadas de la falta de planificación, seobservan procesos de pérdida y degradaciónde suelos, los cuales se ven agravados porlas fuertes precipitaciones que se registranen la época estival y la pronunciada pen-diente de la zona (ver Reynaga en este li-bro). A este panorama, se suma la falta degestión de los residuos sólidos, los que sonarrojados directamente en el curso de aguapor los lugareños. Estos son en su mayoríano biodegradables o de lenta degradación,lo que incrementa su impacto. Como corola-rio, el índice de calidad de ribera, modifica-do para los ríos de montaña (QBR-MR),arroja valores de muy buenos (estado natu-ral) a pésimos en una degradación extrema(Quiroga et al., en prensa).

Para paliar esta situación se propone elempleo de pautas de manejo ecosistémicoque consisten en un conjunto de actividadesde manejo continuo, dentro de un marco deprincipios ecológicos. El objetivo de los mis-mos es conservar la integridad ribereña, asícomo sus ciclos biogeoquímicos y diversidadinherente (Naiman et al., 2005). Es por estoque, la valoración ambiental de las riberasfluviales, es hoy en día un tema de gran in-terés para la gestión de los recursos hídricosy no solo para el desarrollo de nuestro cono-cimiento científico (González del Tánago etal., 2006). La adecuada gestión de los ríosde la Sierra de San Javier adquiere especialrelevancia si tenemos en cuenta que la mis-ma abastece de agua de excelente calidad aimportantes núcleos urbanos en el pedemon-te tucumano (Romero et al., 2010).

CARACTERIZACIÓN DEL BOSQUEDE RIBERA DE LA CUENCA

DEL RÍO SAN JAVIER

No es posible planificar un adecuadomanejo sin un conocimiento básico del áreade intervención. En este contexto el bosquede ribera, su estructura y funcionamiento,son temas centrales en la ecología de ríos enla actualidad (Naiman et al., 2005). Se haestablecido que sus funciones como filtro de

nutrientes y sólidos en suspensión, proveedorde materia orgánica particulada y reguladorde temperatura, entre otras, son fundamen-tales para las comunidades que habitan losríos (Peterjohn & Correll, 1984; Sweeney etal., 2004; Naiman et al., 2005). El buen es-tado de conservación de los ecosistemas ri-bereños deviene en beneficios indirectos parael hombre, vinculados a la calidad del aguaprovista por estos. De allí que la calidad enla conservación de la ribera sea significativapara el bienestar humano, vecino o no, deuna cuenca.

En los Andes subtropicales de Argentina,observamos que el bosque de ribera es redu-cido permanentemente por la presión de laganadería y agricultura, por lo que su deli-mitación y protección debería ser una cues-tión fundamental en la región.

En Tucumán, como en otras provinciasdel Noroeste argentino, nos encontramos conque la zona de llanura, fuertemente modifi-cada por la agricultura, posee un bosque ri-bereño claramente delimitado, estructural yflorísticamente. No ocurre lo mismo en laszonas montanas con vegetación de Yungas,donde podemos ver que este bosque de riberano puede ser delimitado claramente (Sirom-bra y Mesa, 2009). Probablemente es la dis-ponibilidad de humedad, que caracteriza aesta ecorregión, la que borra el efecto localque existe en otras ecorregiones, donde lainfluencia del agua del río es visible (Salas,2007). A esto podemos agregar que, paracomprender la estructura de los bosques deribera, en los casos en que este puede seridentificado claramente, es preciso conocerel funcionamiento hidrológico del río al queestán asociados (Neiff, 2004). Los organis-mos que viven en los bosques fluviales debenestar adaptados a la alternancia de periodossecos e inundaciones (Neiff, 2004). Una delas características distintivas de los suelos delos bosques fluviales es la inundación perió-dica de los mismos (saturado o cubierto porvarios metros de agua) y una fase de suelodescubierto, en la que llega a registrarsedeficiencia de agua (Neiff, 2004). Los bos-ques de ribera de las selvas de montaña sondifíciles de caracterizar dado que carecen de

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inundaciones periódicas y a diferencia de losbosques en galería no se distinguen florísti-camente del resto del entorno, probablemen-te debido a las altas precipitaciones típicasde la región. Sin embargo, Sirombra y Mesa(2009) y Quiroga et al. (en prensa), proveende una lista de especies leñosas característi-cas de la cuenca del río San Javier

Para poder abordar el estudio de la vege-tación asociada a los ríos de montaña, en estetrabajo trataremos arbitrariamente como bos-que de ribera a los primeros 35 metros desdelos márgenes del río hacia el interior del bos-que, siguiendo el concepto de bosque de ribe-ra establecido por la legislación provincial(Ley 6292). Estos márgenes son aplicadosmás sobre la base de un concepto protectorde la calidad del agua del río, que basados enalguna consideración ecológica.

Este trabajo pretende realizar un análisisde la cuenca del río San Javier, a los finesde contribuir a la caracterización y com-prensión del funcionamiento de los ríos sub-tropicales de montaña y los bosques ribere-ños asociados a los mismos. Estas herra-mientas son útiles también para establecerpautas de gestión de estos ecosistemas.

ANÁLISIS Y PAUTAS DE GESTIÓNPARA LA CUENCA

DEL RÍO SAN JAVIER

A partir de trabajos en el área (Guido etal., 1996, Quiroga et al., en prensa) se pue-de decir que la gestión de la cuenca requierecomplementarse con una serie de acciones derestauración del ecosistema. Estas incluyen:reducir el impacto de la ganadería en losbosques de ribera, controlar los procesos depérdida y degradación de suelos, ordenarlas prácticas agrícolas en la zona ribereña,controlar el avance de las especies exóticasy eliminar los focos de deposición de resi-duos en el corredor ribereño.

REDUCCIÓN DEL IMPACTODE LAS PRÁCTICAS GANADERAS

La ganadería en la región montañosa delNoroeste Argentino lleva más de 4 siglos de

presencia intensiva (Saravia Toledo, 1995).La misma, en general, no solo no es econó-micamente rentable, sino que tampoco esecológicamente sustentable (Saravia Toledo,1995). En la cuenca del río San Javier revis-te un carácter extensivo y mayoritariamentede subsistencia, sin asistencia técnica, nimejora genética (Guido et al., 2006). Sinembargo, su erradicación es difícil ya que,desde la época colonial, la posesión de ga-nado ha tenido no solo un fin económico,sino también social, siendo símbolo tanto deriqueza, como de prestigio (Lucaioli y Nesis,2007). Esta relación con el ganado, presentetanto en las culturas indígenas como hispa-no-criollas (Lucaioli y Nesis, 2007), se man-tiene hasta el presente en muchas comunida-des rurales (Richard et al., 1996). Esto sinduda influye en la forma en que se manejael ganado, dándose preeminencia a la canti-dad sobre la calidad. La ganadería vacunaen la cuenca tiene por fin proveer de terne-ros, posterior a su destete, destinados a losmercados cercanos y/o consumo local. Losanimales son criados en forma extensiva y acampo abierto, sin control de carga, ni rota-ción de áreas de pastoreo. Esta estrategia demanejo, de escala regional, no ha variadoen más de 200 años (Saravia Toledo, 1995).El ganado vaga a diario por la cuenca, sinque sus desplazamientos se vean reguladospor cercas ni alambrados. Algunos producto-res mantienen precarios corrales para el res-guardo de los animales durante la noche.Entre los impactos de la actividad ganaderaen la zona se observan: una fuerte alteraciónen el reclutamiento de especies nativas en lavegetación ribereña por depredación y el es-tablecimiento y predominio de nuevas espe-cies que en muchos casos son exóticas inva-soras, especialmente aquellas no palatablespara el ganado (Quiroga et al., en prensa).En general el ganado, afecta negativamentea la biodiversidad en ambientes no adapta-dos a altas cargas de herbivoría (Cingolaniet al., 2008), fenómeno que se repite en lacuenca del río San Javier (Quiroga et al., enprensa). El pisoteo, con la consiguiente com-pactación del suelo, agrava este panorama.Un diagrama de este proceso, interpretado

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para esta subcuenca, puede verse en la figu-ra 1.

Actualmente se evidencia el estableci-miento de una especie exótica arbórea, dis-persada por el ganado vacuno, la acacianegra (Gleditsia triacanthos), que trae comoconsecuencia un fuerte impacto paisajísticoy probablemente ecológico en la zona.

La ganadería produce un gran aporte denutrientes, provenientes del estiércol y la ori-na del ganado vacuno, ricos en fósforo y ni-trógeno (Parkyn & Davies-Colley, 2003). Enla cuenca en estudio, una alta carga de es-tos nutrientes fue observada por Fernández etal. (2009), con un valor pico de fósforo (P-PO4) 0,62 mg/l medido en otoño de 1998 y0,48 mg/l en otoño 2008 (P. Powell com.pers.). Por otro lado la falta de coberturavegetal en las nacientes, produce un incre-mento de la temperatura del agua (Price &Lovett, 2004), cuyas consecuencias no hansido evaluadas en ríos de montaña. La pre-sencia del ganado y el mal manejo de losbosques de la cuenca del río San Javier, po-drían tener un efecto similar. En relación a

esto último, el aumento de la temperatura yla mayor insolación en primavera, aunadoal caudal mínimo, característico de la épo-ca, contribuye a la concentración de nutrien-tes por la pérdida de dilución, produciendoel aumento en las poblaciones de algascomo Cladophora sp. (Fernández et al.,2009; Romero et al. en este libro). Si bien seestima que la carga ganadera habría dismi-nuido en las ultimas décadas en la región(Grau & Aide, 2007), en la cuenca del ríoSan Javier parece estar dándose un resurgi-miento de esta actividad (Fig. 2).

Todo lo antes expuesto, evidencia la nece-sidad de realizar un manejo del ganado enesta cuenca. Una primera aproximación se-ría actuar sobre el acceso del ganado a lasriberas, a fin de controlar la presión de ra-moneo que este genera en la vegetación delas mismas y disminuir el aporte directo deestiércol y orina sobre el cauce.

Price & Lovett (2004) proponen la colo-cación de cercados entre el hábitat ribereñoy el resto de las tierras circundantes en Aus-tralia. Este manejo permite a los pobladores

Figura 1. Diagrama propuesto del impacto y consecuencias de la actividad ganadera para lacuenca del río San Javier (modificado de Quiroga et al., en prensa).

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mantener sus animales sin llegar a plantearuna prohibición total de estas prácticas (Pri-ce & Lovett, 2004). Sin embargo, los costospara implementar este tipo de manejo (cons-trucción de cercas) resultan poco asumiblespara la mayoría de los productores, de lacuenca del río San Javier, dada su economíade subsistencia y las características antesexpuestas de la ganadería en la región. Lapérdida de la superficie de pastoreo (vedadapor los cercados) también encontraría obje-ciones por los mismos. No obstante, conside-rando las potenciales pérdidas económicasque la permanencia del ganado pudiera ge-nerar, como consecuencia del deterioro de lacalidad de agua (destinada principalmente aconsumo humano), el Estado debería imple-mentar incentivos y créditos blandos para laconstrucción de cercados y abrevaderos parael ganado fuera del curso del río. Esta pro-puesta, lejos de ser utópica, reconoce antece-dentes históricos para la cuenca. Lugareñosentrevistados refieren que el uso de abrevade-ros fue una práctica usual en la zona hasta

mediados del siglo pasado, la cual fue aban-donada con el cambio de los propietarios dela tierra. La presencia de abrevaderos resultabeneficiosa al restringir la presencia de ga-nado dentro del río y sus márgenes.

Dado que la delimitación del bosque deribera es un criterio arbitrario, los cercadospara el ganado deberían proteger como mí-nimo la porción de bosques de ribera que lalegislación establece que debe ser conserva-da (ver comentario más adelante). Siguien-do el criterio legal, el cercado de alambre,debe estar ubicado a 35 metros de distanciadel cauce medio del río en línea recta y pa-ralelo al mismo. No es conveniente hacerlosiguiendo la forma del río y a distanciasmenores que las propuestas, ya que se corre-ría un alto riesgo de perder lo invertido(alambres, postes, etc.) como consecuenciade la intensa actividad erosiva que generanestos ríos.

Una vez colocados los cercados, se debe-ría establecer la ubicación de los puntos deacceso al río para el ganado y la gente. Los

Figura 2. Paso de ganado en una ruta de la cuenca del río San Javier, fenómeno que no seregistraba desde hace tiempo en la zona.

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mismos deben ubicarse, de forma estratégi-ca en aquellos lugares donde el impacto seael menor posible (Fig. 3). Para cumplir coneste criterio, lo más apropiado es hacerlo enzonas de barrancas bajas, ya que al descen-der por ellas, los animales aportarían unamenor cantidad de sedimento al agua queen barrancas altas. Los puntos de acceso de-ben estar además, ubicados en los márgenesde forma convexa y no en los cóncavos, yaque es en estos últimos donde se produce elmayor impacto erosivo del agua. Si el gana-do debe cruzar de una margen a la otra, através del río, lo mejor es que lo haga porsectores «rectos» del mismo (Fig. 3).

ORDENAMIENTO DE LASACTIVIDADES RECREATIVAS

Las actividades recreativas mas frecuen-tes en la zona son el ciclismo de montaña,endurismo, senderismo y cabalgatas (Faríaset al., 2010). Por ello se hace necesario dise-ñar una planificación estratégica de los sen-deros que pueden utilizar los pedestritas, ci-clistas y motociclistas. Los senderos generanuna serie de impactos directos e indirectos

que podemos resumir en: pérdidas y cambiosen la composición de la vegetación, com-pactación de suelos, erosión, generación defango y perturbación de la fauna silvestre(Marion & Wimpey, 2007). Farias et al.(2010) reconocen tres senderos en la zonadel Parque Sierra de San Javier y que desem-bocan en, o cerca del río San Javier: sende-ro Cascada Corzuela, Cascada los Noques yla Ovejería; de los cuales los Noques presen-tan el peor estado de conservación según elíndice de estado de conservación (IEC) apli-cados por estos autores. Sin embargo paraQuiroga et al. (en prensa) el sitio ubicadoen el arroyo los Noques fue uno de los quearrojó uno de los valores de QBR-RM masalto para la cuenca del río San Javier, sien-do los puntos que se ubican dentro del Par-que Sierra San Javier los que presentan lasmejores condiciones dentro de la cuenca.

En este sentido las actividades que mayorimpacto ocasionan en las sendas son el en-durismo y las cabalgatas, mientras que ca-minatas y ciclismo de montaña tienen im-pactos menor a las anteriores y similar entresi (Tursthon & Reader, 2001; Marion &Wimpey, 2007).

Figura 3. Esquema propuesto para la ubicación de puntos de accesos para el ganado alcurso de agua. (Basado en Price y Lovett, 2002).

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Se propone sistematizar los senderos enla zona de acuerdo a las recomendacionesde la IMBA (Asociación Internacional de Ci-clismo de Montaña, http://www.imba.com)a fin de minimizar los impactos ambientalesdel uso de las sendas. Asimismo se hace ne-cesario monitorear su deterioro, para la mi-tigación del impacto de estas actividades.Algunas de estas tareas consisten en reducirla velocidad de escorrentía mediante la co-locación de materiales, obtenidos de la zona,tales como troncos y ramas, en posicióntransversal a la cárcava, de manera de con-formar una «escalera». La misma tiene porobjeto reducir la pendiente y retener el sedi-mento que es arrastrado en cada escalón.

Paralelamente se sugiere la creación deun sistema de registro de ciclistas para elpago de una tasa por la práctica recreativaque realizan (experiencias de esta naturale-za se han realizado con éxito en el ParqueSierra de San Javier de la Universidad Nacio-nal de Tucumán, J. Tisone com. pers.). Deesta forma se generaría conciencia en losusuarios de la recepción de un servicio, eneste caso ambiental y que la tasa formaráparte de un fondo para la realización de lasactividades de restauración de los senderos.La educación ambiental y la construcciónde «puentes» de cooperación, a través deacuerdos consensuados con los usuarios delsistema de senderos, es parte fundamentalpara el éxito del plan de manejo (Chávez,1996).

Cabe destacar que actualmente parte dela cuenca integra el circuito de ciclismo demontaña «trasmontaña» el cual es promovi-do a nivel nacional e internacional y que enla edición 2010 contó con 2 230 participan-tes, lo que significó un crecimiento de casiel 100 % respecto de 2004 (con 1 310 parti-cipantes). La actividad de ciclismo de mon-taña podría complementarse con circuitospara caminatas y carreras de eco-aventuras,actividades que han tenido un gran creci-miento en los últimos años en la provincia.Ambas actividades (ciclismo y caminatas)utilizan los mismos senderos y servicios, evi-tando la necesidad de desarrollar nuevas in-fraestructuras. Se aprovecharía así el singu-

lar atractivo paisajístico de la zona y se fa-vorecería la reconversión productiva, contri-buyendo a generar alternativas sustentablesde desarrollo económico y social, como com-plemento a la ganadería. Estas actividadespueden representar un ingreso extra para lospobladores locales, a través de la venta deproductos de consumo para los deportistas,lo cual se realiza actualmente en distintospuntos del Valle de la Sala, pero sin una es-tructura de apoyo que haga efectivo su apro-vechamiento.

Simultáneamente se sugiere promover oestimular otras actividades ecoturísticas,con la creación de senderos de carácter in-terpretativo (caminatas para turistas, escola-res, avistajes de aves, etc.) y guiados por loslugareños.

Los que deberían ingresar previamente aun programa de capacitación provistos porel Estado u agentes no gubernamentales.Tanto el Parque Sierra San Javier como laReserva Experimental Horco Molle de laUniversidad Nacional de Tucumán han reali-zado experiencias de formación de guías in-terpretes ambientales que podrían ser aplica-das en este tipo de programas, como partedel programa de reconvención productivamencionado anteriormente. Las visitas guia-das tienen una amplia repercusión en la Sie-rra de San Javier y son parte de la ofertaeducativa y turística de distintas institucionesde la UNT presentes en la misma (ParqueSierra de San Javier, Reserva ExperimentalHorco Molle y Escuela de Agricultura y Saca-rotecnia). Sin embargo, ninguna de las trestiene presencia con este tipo de actividadesen el área de estudio. Algunos puestos de tra-bajo locales podrían generarse para el man-tenimiento de las infraestructuras que seconstruyeran tales como albergues, baños,pasarelas, sendas, etc. Una alternativa paraeste fin es que el cobro de tasas a los usua-rios y las mencionadas actividades de man-tenimiento y restauración queden a cargo deuna cooperativa o asociación de los pobla-dores de la zona. El incremento previsto enel número de visitantes a la zona (Farias etal., 2010), aumentaría el riesgo de acciden-tes e incendios por lo que se hace necesario

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formar y capacitar brigadas para la atenciónde estos problemas. Por otro lado, el perso-nal del Parque Sierra de San Javier, podríaser quien se encargue de realizar un segui-miento del impacto y vulnerabilidad de lassendas a fin de poder realizar las correccio-nes en el manejo que cada caso requiera.

Es conocido que el endurismo de monta-ña y las cabalgatas, son actividades que aca-rrean un impacto mucho mayor que el ciclis-mo y el senderismo (Marion & Wimpey,2007). La primera está muy arraigada en lazona (Fig. 4), por lo que se considera a suerradicación, aunque deseable, como pocoprobable. Sin embargo, el impacto de lamisma es evidente, por lo que es necesariorestringir esta práctica y concentrar su im-pacto en circuitos específicos, evitando elingreso de las motos a las zonas más vulne-rables. Esto implica también desarrollarmétodos para evaluar el impacto en los cir-cuitos y su manejo debería ser planificadopara evitar procesos sin retorno para el eco-sistema afectado.

RESTAURACIÓN DEL BOSQUEDE RIBERA

La restauración del ecosistema de riberaimplica llegar a reconstruir un bosque deribera que recobre así su funcionalidad eco-lógica y que recupere su capacidad de evolu-cionar y auto sustentarse (Naiman et al.,2005).

La reforestación de las riberas es un pasoineludible en este sentido y tiene por finali-dad evitar la degradación de las mismas,debido a que la vegetación posee un rol fun-damental al estabilizar los márgenes ribere-ños, aumentando la rugosidad del cauce pormedio de su sistema radicular lo que reducela capacidad erosiva del mismo (Naiman etal., 2005). La vegetación de ribera en lazona de estudio está fuertemente impactadapor la actividad antrópica, lo que se eviden-cia en la importancia de las especies exóti-cas en la misma, la falta de una buena es-tructura, como así también la desestabiliza-ción de los taludes y márgenes ribereños.

Figura 4. Motociclismo de «enduro» en la cuenca del Río San Javier, se observa el uso delcorredor ribereño como sendero de práctica (en este caso) y competencias.

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Por ello es necesario elegir un modelo o po-lítica de restauración de cauce y ribera queesté acompañado de soluciones, tanto delpunto de vista de la funcionalidad ecológica,como de su valor paisajístico y estético. Eneste sentido se propone la reforestación, conespecies nativas, en puntos estratégicos delas riberas del río San Javier. Entre las espe-cies apropiadas para cumplir estas funcionesse encuentran:

El guarán (Tecoma stans); este es un ár-bol que no supera los 8 m de altura, sus raí-ces no son muy profundas, pero favorecenuna buena estructuración y retención del sue-lo, además permite que en sus cercanías,crezcan renovales de otras especies. El Taba-quillo (Solanum riparium), con característi-cas similares al guarán, ambos muy comu-nes en los ambientes ribereños. El Aliso derío (Tessaria integrifolia) útil por su toleran-cia a suelos anegados, presenta raíces den-sas, profundas y superficiales, favoreciendola retención y fijación del suelo, además po-see una elevada capacidad colonizadora y derecuperación después de ser cortados o da-ñados. La Tipa (Tipuana tipu), es un árbolque puede alcanzar un porte mucho mayorque los anteriores (10 a 25 m), crece rápi-damente en suelos alterados, encontrándosegeneralmente sus renovales en las orillas delos cursos de agua de esta cuenca, aunque suabundancia kilométrica es muy baja.

La vegetación arbórea a replantar en zo-nas más alejadas del cauce y cerca de los lí-mites externos de las riberas, serán especiescon crecimiento más lento y troncos másduros, quizás aquellas especies nativas tar-días en la sucesión y con mayores requeri-mientos ambientales, como por ejemplo Cin-namomum porphyrium (Laurel de la falda),Eugenia uniflora (Arrayán), Blepharocalyxsalicifolius (Horco molle), Myrcianthes pun-gens (Mato), Allophylus edulis (Chalchal),Myrsine laetevirens (Palo San Antonio), Cu-pania vernalis (Ramo tucumano), etc.

Es importante el mantenimiento y moni-toreo de las especies plantadas ya que, deesta manera, se podrán extraer aquellasexóticas u otras, que impidan el normal de-sarrollo, funcionamiento o funcionalidad

ecológica de las primeras. La recuperaciónde los bosques de riberas con estas especiestendrá la doble finalidad de recuperar el sue-lo y prevenir su degradación, como así mis-mo sistematizar el uso recreativo y producti-vo de la zona.

ORDENAR LAS PRÁCTICAS AGRÍCOLASEN LA ZONA RIBEREÑA

Al igual que la actividad ganadera, lasactividades agrícolas-forestales se desarro-llan sin un control efectivo que haga respetarla legislación vigente en lo que se refiere alos bosques protectores, los cuales son des-montados para realizar tanto prácticas hor-tícolas, como forestaciones de pinos.

Una práctica muy común en estos siste-mas forestales es el «desbajerado», consisten-te en la extracción de los estratos vegetalesinferiores para evitar de esta manera quecompitan por los recursos con el bosque im-plantado, garantizando así una mayor pro-ductividad al emprendimiento. La pérdida dela complejidad y estructura del bosque ribe-reño nativo (conformado por varios estra-tos), es grave si se tiene en cuenta que es unazona que se caracteriza por una fuerte pen-diente. Gran parte del volumen del agua delos ríos en el mundo, se origina por escurri-miento a través de áreas cultivadas, lo quehace que estas tengan una influencia despro-porcionadamente alta y negativa sobre lacalidad de las aguas, si lo comparamos conla que proviene de la escorrentía de cuencascon cobertura vegetal natural (Dodd, 1997).La escorrentía, como consecuencia de lasmalas prácticas en el uso del suelo, es espe-cialmente importante en el área de estudio(ver Reynaga en este libro).

Debido a las forestaciones con pinos y alas prácticas antes mencionadas, el caucerecibe, en cada lluvia, grandes cantidadesde acículas, caracterizadas por su naturale-za ácida, las que se suman al aporte de sedi-mento proveniente del suelo desprotegido decubierta vegetal. El impacto que esto puedetener sobre la fauna ribereña y la calidadbiológica del agua aun no fue evaluado, sinembargo Masi y Miserendino (2009), advier-

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ten sobre las consecuencias ecológicas nega-tivas que podría tener el aporte de materiaorgánica por parte de especies forestales exó-ticas, en los ríos de la Patagonia argentina.Por ello esta actividad, junto a los desmontesen las áreas ribereñas, con el objeto de rea-lizar pequeñas parcelas de cultivo de lechu-ga, achicoria y acelga (de menos de unaha), deben ser seguidas y monitoreadas paraestablecer su impacto real. Tanto en el pasa-do como en la actualidad, extensas superfi-cies de bosques han sido remplazadas enáreas adyacentes a los ríos, para estas prác-ticas y la ganadería a campo (Grau et al.,2010). Un aspecto positivo es que en estasprácticas, de acuerdo a comentarios de loslugareños, no se utilizan productos químicospara el control de insectos y malezas, comotampoco se emplean fertilizantes para subsi-diar el cultivo. Sin embargo, el efecto quegenerará la erosión hídrica sobre estos sue-los, en los que se quitó el bosque de ribera,podría ser muy intenso por la fuerte pen-diente y las intensas lluvias de verano.

En este caso la propuesta de gestión essimplemente la aplicación de la normativavigente, la cual prohíbe en la provincia deTucumán, este tipo de actividad en márgenesde ríos. Según la Ley Nº 6292 de RecursosNaturales Renovables y Áreas Naturales Pro-tegidas en su Artículo 10º especifica: «Prohí-base el desmonte en márgenes de cursos deagua temporal o permanente en un ancho detreinta y cinco metros de cada lado y cual-quier otro tipo de actividad en dicha área».El poder de policía para hacer cumplir estaley corresponde a la Dirección de Flora, Fau-na Silvestre y Suelos de la Provincia de Tu-cumán. Una vez más deberán proveerse losmecanismos y herramientas para la recon-vención productiva y un adecuado sistema demonitoreo del uso de la tierra.

MANEJO DE LAS ESPECIESEXÓTICAS EN LA ZONA

La problemática que acompaña la intro-ducción de especies foráneas, si bien consti-tuye un tema que ha cobrado bastante inte-rés en nuestro país en las últimas décadas,

no es desde ningún punto de vista un conflic-to nuevo (Queiroz Melo et al., 2000). Elhombre europeo trajo consigo animales,plantas y plagas desconocidas en América ysus efectos sobre la flora, fauna y el hombreamericano fueron desastrosos.

Las especies exóticas son aquellos taxo-nes que ocurren fuera de su área de distribu-ción natural y de dispersión potencial, den-tro de estas se consideran invasoras a aque-llas que se establecen y son agente de cam-bio en los ecosistemas donde se instalan(IUCN, 2000).

Como es bien sabido, la pérdida de hábi-tat, la fragmentación y la invasión de especiesexóticas son, en conjunto, las mayores amena-zas para la biodiversidad (With, 2002). Portal motivo el estudio de esta problemática (in-vasiones biológicas), es muy importante paragarantizar el normal funcionamiento de losecosistemas, si pretendemos hacer de ellos unuso sustentable. Si bien, la prevención es lamejor herramienta para lidiar con esta pro-blemática, una vez establecida una especieexótica invasora, es necesario plantear suerradicación, contención o control (Nentwig,2007). La historia de los programas de erradi-cación de especies exóticas bien establecidasen el mundo, da cuenta de su alto costo(Nentwig, 2007). Es por ello que considera-mos plantear un control de las exóticas en lacuenca, por considerarlo más factible en tér-minos económicos.

La cuenca del río San Javier muestra unahistoria reciente de desmontes para agricul-tura y ganadería extensiva, por lo que pre-senta una vegetación con parches en diferen-tes estadíos sucesionales y núcleos de espe-cies exóticas e invasoras fuertemente estable-cidos. Entre las mas importantes se encuen-tran la acacia negra, la mora y el siempreverde (Ligustrum lucidum). Angulo y Rai-múndez (2000) y Grau y Aragón (2000), ad-vierten sobre el potencial como invasora dela acacia negra en las Yungas de Argentina,especialmente en zonas con ganado.

La acacia negra es originaria del Centro-Este de los EE.UU. y su cultivo se ha expan-dido en Argentina, especialmente en las pro-vincias de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe

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donde es muy usado para cortinas y cercosvivos (Mangieri et al., 1977). Sus frutos sonaprovechados por considerarlos un excelenteforraje para el ganado vacuno. Se trata deuna especie resistente al frío y a la sequía(Burkart, 1952). Se considera importanterealizar acciones tendientes al manejo deesta y otras especies exóticas que se encuen-tran en la cuenca ya que los eventuales as-pectos positivos que puedan tener para elhombre, no compensarían la pérdida de bio-diversidad local a pesar de que es muy difícilde cuantificar en términos económicos yecológicos. Los bosques secundarios domina-dos por exóticos en la zona, muestran unareducción en la riqueza de árboles y lianasnativas y pérdida de elementos intersticiales,algunos de los cuales participan del balancehídrico, reteniendo parte de la precipitaciónhorizontal durante la estación seca (en Rey-naga, en este libro).

Una manera de comenzar un control efec-tivo sobre la acacia negra es partiendo delplan de manejo antes planteado para el ga-nado vacuno, teniendo en cuenta, que estees el principal dispersor de las semillas deesta especie. Otros factores que promuevensu dispersión son las permanentes remocio-nes en masa que sufren los ríos de montañade Tucumán en verano, que funcionaríancomo disturbios ideales para esta especie. Laacacia realiza una oferta de frutos en unaépoca en la que el resto de la vegetaciónnativa no lo hace, posee muchas semillaspor fruto, y ha mostrado una alta tasa dedominancia y capacidad invasora en distin-tas partes del país (Ansin & Marlats, 1997).Una particularidad observada en campo esque germina en el estiércol de la vaca, hastaaproximadamente los 10 cm, esto le permitea su raíces penetrar en el suelo, que por logeneral se encuentra muy compactado paraotras especies. Es de esperar que el manejopropuesto logre estabilizar o disminuya lasuperficie ocupada por esta especie. Dadoque la acacia negra no es capaz de reclutaren el bosque maduro (Grau y Aragón,2000), el manejo de ganado podría consti-tuir una herramienta suficiente para limitarsu expansión. La acacia negra es percibida

negativamente por los productores locales, apesar del valor forrajero de sus frutos, debi-do a que las áreas donde prospera se vuelvenintransitables para el ganado y carecen devalor como zonas de forrajeo.

Si bien existen muy pocas experienciasen la zona, desde el año 2000 se realizanforestaciones y enriquecimientos bajo cubier-ta, es decir forestaciones de especies arbó-reas nativas en áreas boscosas parcialmentedegradadas o que se busca «enriquecer» conespecies de valor comercial. Se empleanpara ello distintas especies de cedro (Cedrelaspp), con resultados alentadores, lo que dabuenas perspectivas de crecimiento a estetipo de actividad forestal (González Moren-gi, 2006). Esta actividad tiene la ventaja deobtener altos retornos económicos (aunqueen plazos medianos a largos) y es de esperarque mantenga a la vez buena parte de losbienes y servicios ecosistémicos del bosquenativo. La creación de una industria forestalpuede generar, en el mediano plazo, deman-das de mano de obra e infraestructuras pro-ductivas en las yungas (Grau y Brown 2000)y aplicables a la cuenca. La forestación conespecies autóctonas podría ser la opción másviable de reconversión productiva, tanto des-de el punto de vista económico, como ecoló-gico, debido a la superficie que ocuparía(más de 10 000 has), la demanda de manode obra y su potencial de desarrollo econó-mico (alto valor de mercado de estas made-ras). Los bosques de acacia negra podríanutilizarse para ensayos de forestación bajocubierta con especies nativas de alto valorcomercial como las antes mencionadas. Estapodría ser incluso una estrategia de controla largo plazo, dado que la acacia negra ne-cesita para reclutar una moderada a altaremoción del dosel (Marco & Páez, 2000).En el mediano o largo plazo los cultivos decedros, dado el gran desarrollo de estos ár-boles, limitarían la disponibilidad de clarospara el reclutamiento de las acacias negras.En forma similar, actualmente se realizanensayos para el control de exóticos (Ligus-trum lucidum), utilizando plantaciones decedro en la Reserva Experimental HorcoMolle de la Facultad de Ciencias Naturales e

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IML, de la Universidad Nacional de Tucu-mán (Quiroga et al., 2009).

LA PROBLEMÁTICA DE LA GESTIÓNDE LOS RESIDUOS SÓLIDOS

EN EL RÍO SAN JAVIER

A pesar de que el río San Javier se ubicaen una zona rural y de baja densidad pobla-cional, los volúmenes de residuos sólidosque se encuentran en algunos sectores delmismo, son alarmantes. Estos son generadospor los propios lugareños y vertidos sin con-trol alguno en el cauce, una práctica gene-ralizada en la región. A esto se suman, enmenor medida, los residuos generados porlos visitantes ocasionales y por aquellos querealizan actividades recreativas intensas enla zona, sobre todo los fines de semana. Alos residuos sólidos como fuente de contami-nación del río hay que sumar los frecuenteshallazgos de ejemplares de ganado muertosobre el río (obs. pers.).

La forma de revertir esta situación esmediante una fuerte campaña de educaciónambiental, la cual debe ser articulada desdela escuela de la zona, ya que es un centroque reúne a una gran parte de la comunidad(alumnos, padres, y autoridades). Actual-mente la Reserva Experimental Horco Molledesarrolla campañas por medio de charlas,talleres y actividades lúdicas que involucrany buscan comprometer a la comunidad conel cuidado del ambiente en el que viven (Ju-liá et al., 2010).

Entre las actividades recomendadas sepropone la realización de talleres de recicla-do, como también campañas que tengancomo objetivo el reducir los volúmenes debasura que se generan en la zona. Una posibi-lidad es que algunas escuelas u ONGs «apa-drinen» sectores muy transitados de la cuen-ca, recogiendo basura no tóxica y participan-do de esta forma de la restauración de lazona como en ciertos países desarrollados.

OTRAS RECOMENDACIONES

Algunas de las posibles actividades quecomplementarían y/o remplazarían a la ga-

nadería, son la actividad avícola, las prácti-cas agrícolas rotativas en zonas que no seencuentren en el área de influencia directade los bosques de ribera y el ecoturismo.Para ello es fundamental que el Estado o lasONGs jueguen un papel de fomento y capa-citación a los pobladores para favorecer lasreconversiones productivas. Sin la participa-ción de las comunidades locales cualquierplan de manejo estará condenado al fracaso.Esta reconversión debe llegar a través de unproceso que permita la participación activade la comunidad y trabajar con la mismapara hacer visible a estos, la problemáticadetectada. Los resultados, sobre todo aque-llos de índole económica, deben ser visiblesen el corto plazo.

Un plan de manejo para la cuenca debe-ría tener un esquema de funcionamientoadaptativo que le permita ajustarse a nuevassituaciones y a nueva información, como elpropuesto por Naiman et al. (2005).

CONCLUSIONES

La mejor forma de manejar una cuencaes conservando las cabeceras de la misma,para lo cual se hace imprescindible eliminaro disminuir al máximo el ganado en estazona. La cuenca del río San Javier cuentacon la ventaja de que su naciente se encuen-tra dentro de un área protegida. En las zonasque ya evidencian una alteración importan-te, se hace necesaria la restauración ecológi-ca de las mismas a fin de hacer viable el usosustentable del sistema y aprovechar los be-neficios ecológicos derivados del mismo.Dentro de este esquema, la restauración eco-lógica se torna parte indispensable de la ges-tión de la cuenca. Este es un proceso largo ycomplejo que implica el compromiso de nu-merosos actores de los ámbitos políticos,económicos, social y científico. Para el éxitode esta empresa es necesario tener en cuentalas condiciones sociales, culturales y políti-cas de la zona, a fin de dar sustentabilidad ala misma (Naiman et al., 2005). La estruc-tura de toma de decisiones y el equipo detrabajo a cargo del plan de gestión de lacuenca, debería incluir un grupo que lidere

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el proyecto sobre la base de recomendacio-nes obtenidas por un consejo asesor y quetrabaje por medio de una estrategia partici-pativa (Naiman et al., 2005).

Todo lo antes expuesto como medidasinmediatas a ser implementadas ante la de-gradación observada, deberá ser evaluado ymonitoreado con rigor científico para esta-blecer, por un lado, si las propuestas sonapropiadas y por otro lado, elaborar pro-puestas para modificar el manejo dentro deun marco adaptativo. Este proceso de vigi-lancia permitirá tener resultados aplicablesa una cuenca de montaña con clima subtro-pical con todas las particularidades que lecorresponden. Sin descartar su aplicabilidada otras cuencas similares de la región.

AGRADECIMIENTOS

Al Dr. Hugo Rafael Fernández por la revi-sión critica del manuscrito y los aportes rea-lizados. Al Dr. Alfredo Grau por los comenta-rios y sugerencias. A la Lic. Priscila Powellpor la ayuda con los datos de nutrientes.

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