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El Centro Región Leonesa de Buenos Aires

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S U MRevista fundada en 1976 por

JUAN TOMÁS DE SALAS

Año XXVIII. N° 342 Octubre 2004

HISTORIA VIVA S.L.

Administradora Única:Barbara Chaplin de Salas

Redacción:M aría Aid ave (coordinadora^

y Carmen Alvaro Maquetación:

Basi Bedanga

Consefo Asesor:Gonzalo Anes, M iguel Artola, Albert Balcells, Manuel Ballesteros Gairois, Manuel Bendala Galán, Gabriel Cardona, Raymond Carr, José

Antonio Escudero, Manuel Fernández Álvarez, Luis Gil, Luis González Seara, Guy Hermet,

Clara E. Lida, Juan Manchal, M iguel M artínez Cuadrado, Jordi Nadal, Nicolás Sánchez

Albornoz, Herbert R . Southworth, Stanley Payne, Paul Preston, Hugh Thomas, Javier

Tusell, Julio Valdeón, Angel Viñas y Pierre V ilar

Gerencia: José Manuel Oter Administración: Elisa Calderón

Suscripciones y números atrasados: Ángel Jiménez

Suscripciones y administración:Teléfono: 9 1 3 0 - 4 6 5 7 5

E-mail: historI6@ terra.es

Redacción:M adrid: Rufino González, 23 bis

28037 M adrid Teléfono: 91 327 I I 42 / 91 327 11 71

Fax: 91 327 12 20 E-mail: hI6redaccion@ tetra.es

Servicios comerciales y publicitarios:Rufino González, 23 bis

28037 M adrid Teléfono: 9 1 3 0 4 6 5 7 5

Fax: 91 327 12 20

Publicidad Madrid: Rufino González, 23 bis Teléfono: 91 327 10 94

Distribución: SGEL. Avda. Valdelaparra, 39 28100 Alcobendas (M adrid)

Fotomecánica: Castillo/Amorctci S.F., S.L.Impreso en Graficmco S.A. Eduardo Torroja, 8

Puenlabrada (Madrid)ISSN: 0210-6353

Depósito legal: M -I2.869/76 Canarias, Ceuta y Melilla: 4,21 €

Sin IVA, gastos de transporte aparte.

Informe especial Crímenes y rebeliones de los conquistadores

Las guerras civiles en el PerúPor X avier Lacosta

pág. 8Lope de Aguirre, el maldito. Retrato retórico

Por Juan Luis Calbarropág. 30

Editorial

6 Historia al día

52 El valle de la muertepor Michael Alpert

8 Informe especial Crímenes y rebeliones de los conquistadoresLas guerras civiles en el Perúpor Xavier Lacosta

30 Lope de Aguirre, el maldito. Retrato retóricopor Juan Luis Calbarro

62 La reforma cultural en el primer tercio del siglo XXpor Carmen Je Zulueta

76 Danzig, el pequeño Verdún del Bálticopor Iñigo Artamcndi

91 Efemérides centenarias

40 Los conquistadores míticos de Irlandapor Carlos J. Moreu

92 Sucedió en... Julio

93 Sucedió en... Agosto

V H I S T O R I A 16 no se compromete a publicar ni a devolver los artículos no solicitados, ni a mantener correspondencia sobre ellos; tampoco se responsabiliza necesariamente de las opiniones

contenidas en los artículos firmados.

Danzig, el pequeño Verdún del Báltico

Cómo resistió a los ataques nazis un puñado de polacos atrincherados en

del istmo Wester piarte

El valle de la muerteLa carga de la Brigada Ligera,

el único episodio de la Guerra de Crimea que 150 años

después todavía se recuerda

Por Mkhaet Alpert

pág. 52Por Iñigo Ártamcndi

p á g . 7 6

Los conquistadores míticos de Irlanda

Los sucesivos pueblos legendarios que llegaron a las

Islas Británicas

Por Garlos j Moreu

p á g . 4 0i

9 4 Títulos co n tristona Los condes de Ribadaviapor Francisco Glúzfio Cómic Mora

113 Mil cosasLeoneses en Argentinapor f iian Miguel Álvarez Dom ínguez

122 Pequeñas h istoriasLos abuelos de Les üithiers (y II)por Daniel Sámper Pizáno

125 Libros129 Núm eros a la venta1 3 0 Próximo número

C O L A B O R A N E N E S T E N Ú M E R O- : h_ -¡ :'!= ] :un¡sersidsd de Westminster); Álvarez Domínguez, Juan Miguel (historiadory periodista); Aríamenffl, H igo; Moreu, Carlos J .: Calbarro, Juan Luis; Conde Mora, |T ' : : : : • ' :s r io , ¡ nsiitüio lie Estudios Gallegos Padre Sarmiento. CSIC-Ximta de Galicia); Hernández, Juan Francisco de Dios (licenciado en Psicologías Historia Contemporánea). Lacosta, %i v S a v t f K z a n o , Daniel (escritor y periodista); Zulueta, Carmen (de) (escritora y profesora de Literatura). s

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EL CENTRO REGIÓN LEONESA DE BUENOS AIRES

Emigrantes.

Dos niños rodeados de maletas dispuestos a iniciar una nueva vida.

Leoneses

Como otros españoles que emigraron a América, los leoneses crearon su

propia sede social en la capital bonaerense para mantener los vínculos con sus

orígenes y apoyarse mutuamente. Esta es su historia a principios del siglo XX

J u a n M iguel Á lvarez Do m ín g u ez / h i s t o r i a d o r y p e r io d is t a 113

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Alegoría.

Aparecen los escudos provinciales de León, Zamora, Salamanca, Valladolid y Falencia.

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EMIGRANTES

Emigrantes, xentes nuesas, dexanon la sua tierrina,

sua casa, padres, harmanos, vecinos, xentes amigas.

Pa un mundu nuevu ya ricu a trabachar tous diban

medrosos, pero buscando dineiros ya mechor vida.

¡Muitos, muitos s'embarcaron ya qué poucos volverían al valle onde nacienon,

cudntu d’él s'alcordarían.

No puertu de Buenos Aires si puxeran xuntiquinas Ilagrimas de tous ellos regueirinos correrían.

Eva González

Estos fragmentos poé­ticos en palluezu, la lengua vernácula de su autora, Eva Gon­

zález, evocan a los muchos hombres y mujeres que a tra­vés de la senda abierta en el océano por ios trasatlánticos europeos arribaron a la A r ­gentina en la primera mitad del pasado siglo. Junto con gallegos y asturianos, fue éste el gran destino para varios miles de leoneses, y la me­trópoli de Buenos Aires la puerta de entrada al país de adopción. Aunque las auto­ridades argentinas deseaban encauzar hacia la coloniza­ción interior a muchos de

aquellos jóvenes brazos, no fueron pocos los que se es­tablecieron en la populosa capital.

En la segunda década del siglo XX ya eran numerosos los leoneses que habían pros­perado lo suficiente como para gozar de un desahoga­do estatus. Incluso no eran escasos los que se habían de­dicado a las actividades co­merciales y habían trocado en un breve lapso de tiem­po miseria por riqueza. Sin embargo las olas migratorias continuaban desembarcando y las crisis económicas co- yunturales, las desgracias o la mala fortuna se cebaban con

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muchos de ellos, lo que pro­piciaba cuadros dramáticos que afectaban hondamente a la colonia previamente esta-­blecida. Algunos pensaron que iba siendo menester la cooperación nacida de los la­zos del paisanaje. Así, en el mes de junio de 1916, y a ini­ciativa del ponferradino Li- sardo Carreño Lorenzo, se reunió en la casa de otro co­terráneo, César Fernández, un grupo de oriundos de El Bierzo y decidieron constituir un hogar común que sirvie­ra para congregar y ampa­rar a la creciente colonia le­onesa. Este impulso inicial se vio coronado con éxito el 2 de julio de dicho año, fecha oficial del nacimiento del Centro Región Leonesa, de Ayuda Mutua, Recreo e Instrucción.

Los fines primordiales con que sus promotores dotaron a los estatutos son los cua­tro siguientes:

1. Crear un fondo común destinado a socorrer a los so­cios en casos de accidente, en­fermedad o fallecimiento.

2. Propender al mejora­miento moral y material de sus asociados y familias de los mismos.

3. Procurar la instrucción de los hijos de los asociados.

4. Publicar una revista o boletín.

Los socios serían los nativos de las provincias del antiguo Reino de León, aunque que­daba también abierto a espa­

ñoles y argentinos, siempre que no excedieran por su nú­mero la tercera parte de la masa social. Aunque estatuta­riamente el centro acogía a los naturales de Zamora y Sala­manca e incluso nominalmen­te a vallisoletanos y palentinos, la mayor parte de los inte­grantes procedían de la pro-

Lisardo Carreño Lorenzo.

A iniciativa de este ponferradino, en junio de 1916 se reunió un

grupo de oriundos de El Bierzo que decidieron constituir un

hogar para la colonia leonesa.

vincia de León [bercianos, ma- ragatos, montañeses...].

Los primeros tiempos. La aso­ciación partió con unos 40 socios-fundadores que inicia­ron una activa campaña de propaganda entre los coterrá­neos. Gracias a una inteligen­te gestión se logró vencer la

apatía, el desinterés y los re­celos que un malogrado ante­cedente [el Centro Leonés de Buenos Aires] había sembrado en los emigrados. Comenzaron a organizarse los primeros fes­tivales que sirvieron para dar renombre a la institución, con­gregar a los interesados y so­bre todo como hábil fórmu­la para obtener beneficios. De manera simultánea se contac­tó con los leoneses más pu­dientes, como era el caso del prestigioso abogado, publi­cista y cónsul de España en el vecino Montevideo Matías Alonso Criado, quien fue nombrado primer presiden­te honorario en 1918.

A principios de 1919 ya se superaban los 300 socios, y la caja comunal alcanzaba los5.000 pesos argentinos. En el mes de febrero se produjo un nuevo hito en la pequeña historia del centro,puesto que nació su órgano de expresión, una revista que con carácter mensual informaba a los aso­ciados de la marcha de la en­tidad, el colectivo y de noticias relativas a León y a España.

En esos primeros años la presidencia fue recayendo en hombres destacados de la co­lectividad leonesa en Buenos Aires, como Isidoro García, Li- sardo Carreño Lorenzo o San­tiago Criado Alonso. Una la­bor infatigable de las distin­tas comisiones gestoras fue dando nuevos bríos a la so­ciedad: se puso en marcha una biblioteca y aumentaron las fi- 115

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nanzas entre los ejercicios de 1919 y 1921 a razón de más de6.000 pesos anuales a través de cuotas, festivales y dona­ciones. El 31 de enero de 1922 el capital alcanzaba los 24.318 pesos, sin faltar a los soco­rros económicos que algu­nas situaciones personales de asociados demandaban. Asi­mismo se organizaban eventos relacionados con cuestiones peninsulares, como la Gran Ve­lada Patriótica que tuvo lugar el 25 de agosto de 1921 con el objeto de recaudar fondos para la Cruz Roja Española que contribuyeran a pa­liar los efectos de la derrota de Annual.

El feliz corolario a estos primeros años se produjo el 18 de noviembre de 1922, cuando el Estado Ar­gentino reconoció por medio de un decreto la personalidad jurídica del Cen­tro Región Leonesa de Buenos Aires, con lo que lo habilita­ba para ejercer todas las ope­raciones dentro de las leyes y de acuerdo con los estatu­tos aprobados por la Inspec­ción de Justicia.

Una casa para el centro. Fuedurante la presidencia de Juan González, iniciada en febrero de 1922, cuando se abordó la ambiciosa empresa de dotarse de una sede social acorde con la importancia de la entidad. En mayo de dicho año la co­

misión estudió un proyecto del secretario de la sociedad consistente en emitir 2.000 acciones con un monto total de 30.000 pesos, negociables entre los socios, con cuyo pro­ducto y el capital depositado en el Banco Español se com­praría una casa para edificio social.

Entre tanto se buscó el in­mueble que reuniese las con­diciones demandadas. La co-

Boio leonés. El hecho de tener sede social propia facilitó la

práctica de este tradicional juego.

misión nombrada a tal efecto encontró una casa edificada sobre un solar de 1.029 va­ras cuadradas [718,99 m2], si­tuada en el número 1.462 de la calle Humberto I. El coste de la compra alcanzaba los 80.000 pesos, de los que se tuvieron que pagar 25.000 al conta­do y los restantes en una hipo­teca a seis años con un 7 por ciento de interés.

En la sesión de la junta di­rectiva del 6 de septiembre de

1922 se decidió adquirir la casa y en la del día 13 se aceptó la propuesta del secretario de emi­tir acciones para convertir la hi­poteca en deuda interna. Sur­gieron divergencias y el 24 de septiembre se convocó una asamblea extraordinaria que finalmente aprobó la compra por 106 votos a favor, cinco en contra y una abstención.

La envergadura del pro­yecto que se estaba acome­

tiendo llevó a una nueva asamblea ex­traordinaria el día 29 de octubre, en la cual se aprobó ele­var el empréstito a150.000 pesos. El aumento respondía a la intención de ha- bilitar un salón de fiestas y adquirir un lote de terreno con­tiguo. También se acordó cancelar la hipoteca con la emi­

sión de obligaciones que ad­quirirían los socios, puesto que si no se podría compro­meter la estabilidad del centro en el futuro. No obstante, las obligaciones adquiridas por los asociados no llegaron a la cuantía necesaria para revo­car el total del préstamo.

En medio de esta vorági­ne de crecimiento, la muer­te golpeó a la colonia leone­sa en uno de sus miembros más ilustres y principal bene­factor. Don Matías, el presi­dente honorario, falleció er. Montevideo a los 70 años de edad. Dos comisionados de la

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asociación viajaron hasta la capital uruguaya para depo­sitar en nombre de la colonia de emigrantes una corona en la tumba de aquel maragato que había llegado a ser con apenas 20 años secretario de Emilio Qstelar.

Fue también en 1922 cuan­do se organizó la llamada Co­misión Femenina o Comisión de Damas para obras de cari­dad, organización de rifas y homenajes a socios, princi­palmente. Dos de sus presi­dentas fueron Carmen A. Ro­dríguez y Magdalena F. de Gon­zález. Esta comisión quedó regulada después de las re­formas llevadas a cabo en el texto original de los estatutos en 1924.

La nueva sede social dotó de impulsos renovados al cen­tro, que sólo entre los me­ses de enero y febrero de 1923 vio incrementado su núme­ro de socios en 109 perso­nas para alcanzar una cifra que rozaba el millar. El hecho de tener casa propia también permitió la práctica de juegos populares tan tradicionales como los bolos o impartir cla­ses de música, contabilidad o baile.

Leonesa y los comercios de va­rios consocios. La película, «única en su clase» (según re­zaba la publicidad], se exhi­bió en un programa expresa­mente preparado para los leo­neses, en el salón Gaumont de la capital bonaerense. Había un especial interés en que se es­trenara en los cines de León para que familiares y amigos pudieran ver la prosperidad de los suyos. Este anhelo de los

clamo de /Madres, id a ver a vuestros hijos! Según las cró­nicas periodísticas de la época, el éxito fue grandioso.

En 1924 se nombró como nuevo presidente honorario a Genaro García y se hicie­ron las gestiones para insta­lar un consultorio médico gra­tuito para los asociados, ofre­cimiento que realizó un médico miembro del centro. También se llevó a cabo una reforma

El 8 de NOVIEMBRE por la noche

f:l el lujoso salón C iñU M O ílT

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Programa expresamente preparado para

los LEONESES

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La Platea S 2.—

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« l o s leoneses en Buenos Aires». Cartel del reportaje de Artola.La película. Además vio ese año de 1923 una de las inicia­tivas más originales y sor­prendentes cuando el bercia- no León Artola filmó un re­portaje titulado Los Leoneses en Buenos A ire s, en el que se mostraban las instalacio­nes y vida del Centro Región

emigrantes fue finalmente cumplido y e! reportaje se pudo ver en algunas salas de la provincia. El estreno fue en la localidad minera de Bem- bibre y se presentó con el re­

parcial de los estatutos y se proyectó la construcción de un gran salón de actos.

El décimo cumpleaños es­taba próximo con una impor­tante labor en su cuenta de 117

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Eventos festivos.

Los banquetes, reuniones y festivales eran habituales entre emigrantes, como los leoneses de Buenos Aires. Derecha, portada de la revista «León» con el cuadro de Primitivo Álvarez Armesto «Escudo alegórico de León».

haberes, pero también alguna sombra que otra relacionada con los importantes gastos que se habían afrontado para dotarle de una sede social que estuviera a la altura de la emi­gración leonesa y de la de otras colectividades peninsulares que numéricamente eran más numerosas, como la gallega o la asturiana.

Luto y fiesta en el X aniversario.La fecha del 2 de julio de 1926 no podia pasar desapercibida para los responsables del Cen­tro Región Leonesa de Buenos Aires, pues se cumplían los primeros diez años de su exis­tencia. Los responsables de la entidad prepararon un aba­nico de actos para conme­morar el acontecimiento. La estrella era la inauguración de un gran salón, cuyas reformas habían sido llevadas a cabo por dos consocios, los her­manos Garzo.

Según la propia revista del centro, que editó un núme­ro especial con más de 100 pá­ginas para sumarse a las ce­lebraciones, la concurrencia sobrepasaba los 2.000 invita­dos y entre la programación se encontraban la actuación de orquestas, una velada tea­tral, un concierto de la so­prano Asunción Pollán, un banquete y un baile de cierre. A los festejos acudieron di­plomáticos españoles, auto­ridades argentinas y miem­bros y representantes de las colectividades gallega y astu-

118 riana y de varias sociedades de

distinta naturaleza que agluti­naban a los españoles.

Sin embargo, hubo un hom­bre de especial relevancia pa­ra el nacimiento y la conso­lidación del Centro Región Leonesa que faltó. El iniciador, socio fundador y honorario Lisardo Carreño Lorenzo fa­lleció en Argentina tres se­manas antes del décimo ani­versario y, como recordaba el ex presidente Santiago Cria­do Alonso, «a 2.000 leguas de distancia de tu querida Ponferrada».

Malas finanzas. A finales de ese año de 1926 las cuentas de la sociedad comenzaron a preo­cupar a sus gestores. No to­dos los socios pagaban sus cuotas con la debida regula­ridad y el gran salón cons­truido y que se pensaba al­quilar para la celebración de eventos no tenía la demanda esperada [la memoria anual lo achaca a la falta de un es­cenario adecuado para hacer representaciones teatrales]. Las

finanzas, según Benigno Ba­chiller, un consocio que se dedicaba profesionalmente a asuntos de contabilidad, eran un «desbarajuste».

En 1927 y gracias al dona­tivo que para tal fin destinó el presidente honorario, Genaro García, se abordó una rees­tructuración de la biblioteca. También se llevaron a cabo 20 festivales: cuatro bailes de car­naval, cinco veladas nocturnas, ocho bailes gratuitos para los asociados, dos tés danzantes y una fiesta campestre. Ade­más se realizó un saneamien­to en las cifras de socios ajus­tándolas a la realidad, 665 en diciembre de 1927. La situa­ción económica tampoco era muy halagüeña, a pesar de que el alquiler del salón co­menzaba a tributar ganancias. Sin embargo, la labor de Be­nigno Bachiller en la conta­duría permitía vislumbrar al­gunos signos de recuperación que en el futuro se vieron refrendados.

En 1928 se presentó un pro-

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yecto de reforma de estatutos para adecuarlos a las nuevas realidades del centro. Apareció la figura de la soda adicta con los mismos derechos y obli­gaciones que los compañe­ros masculinos, pero a las que se vetaba como miembros de la Comisión Directiva. El nú­mero de socias siempre fue muy inferior al de los hombres

y su cifra fue variando hasta 1936 entre las 20 y las 50.Tam- bién se mejoró la economía de la entidad. A pesar de ello, el número de bajas era mayor que el de altas y los asocia­dos disminuyeron a 648.

En agosto de 1931 el medio de prensa oficial de la aso­ciación, rebautizado con el nombre de León en 1925, lle­

gaba a los 100 números y re­cordaba en su editorial la im­portante tarea de cohesión que realizaba entre los aso­ciados, así como la labor de escaparate que tenía para el centro.

Cultura y deportes. Durante es­tos años de las paredes de la sede social se fue colgando

119

U n leo n és para recibir al P lus U ltra

inicios deí año 1926 los pilotos Franco Bahamonde, Ruiz de Alda, Durán y el mecánico Rada abordo del avión Flus

Ultra cruzaron el Atlántico y con ello estrecha ron los lazos entre las dos orillas. Ante la gesta de los aviadores españoles, el fervor españolista estalló entre tos Semigrados en Argentina. El Centro / Región Leonesa tomó parte, en /hermanamiento con otras socieda- Ides de españoles, en el comité de lrecepción y homenaje con que se \agasajó a los tripulantes deí famoso \ avión. \

Pero la sociedad leonesa quiso poner su sello particular y el día de la llegada de la aeronave a Buenos Aires hizo que un aviador leonés tripulara un aeroplano para que saliese a recibirlos en nombre del centro mientras

lanzaba varios millares de volantes con " " N la inscripción «¡Gloria a los héroes!».

\ El avión que recibió al Plus Ultra fue \ un Caudrón pilotado por Sebastián

'Jf 1 Castro.f Ip®/ Sebastián Castro.J Socio del centro, fue el piloto que

y recibió al Plus Ultra en Buenos Aíres. HIS

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una valiosa colección pictó­rica de temática leonesa don­de destacaron cuadros del pintor y emigrante berciano Primitivo Álvarez Armesto, con títulos como Guzm án el Bueno, Aldeana del Bierzo, Pastora Leonesa o Escudo alegórico de León [cuya re­producción se usaría como portada de la revista]. En 1933 se inauguró una galería fo­tográfica con 28 reproduc­ciones de monumentos his­tóricos y artísticos de la re­gión. Un año más tarde el destacado dibujante y cari­caturista del semanario ar­gentino Caras y Caretas Bal- bino Luna y Simón obsequió una ilustración de la catedral Iegionense que también fue aprovechada para carátula del órgano de prensa.

La sección de deportes ex­perimentó un notable creci­miento. A mediados de los años 20 se la dotó de un re­glamento y se consiguió la ce­sión de un hermoso campo para la práctica deportiva. El balompié fue una de las prác­ticas que contó con mayores seguidores, sobre todo entre los jóvenes. Así, con los tres equipos oficiales de fútbol con que el centro contaba para las competiciones externas se organizó en 1931 un campeo­nato interno con cinco onces: León, PaIencia, Valladolid, Za­mora y Salamanca [orden de clasificación obtenido]. En 1933 ya eran siete las selecciones que disputaban los trofeos do-

120 nados por algunos socios, y se

La representación

del centro.

Comisión de damas (derecha): en general, eran esposas de los

directivos. Abajo, portada

de «León» con la ilustración de la catedral de

Balbino Luna y Simón.

alzó con el triunfo el deno­minado La Bañeza. Otros de­portes más tradicionales y de amplio arraigo en la provin­cia leonesa, como los bolos, también tenían su hueco y ha­bía canchas especialmente de­dicadas para el popular bolo leonés.

La comisión directiva pu­so en marcha en 1932 una es­cuela de música. Las clases, de principios de marzo a di­ciembre, se impartieron por siete profesores a quienes di­rigía Isaac Tenensoff. El nú­mero de alumnos en 1933 fue de 70. La iniciativa tuvo un

éxito tal que conti­nuó realizándose con posterioridad.

Esta labor formati- va tomó un nuevo im­pulso en 1935, cuando a las clases de músi­ca se sumaron las de artes decorativas, can­to y corte y confec­

ción, éstas últimas impartidas por la presidenta de la Co­misión de Damas, Mercedes M. de Merayo.

En 1934 la comisión direc­tiva llegó a alquilar un terreno de 2.800 m2 en la localidad de Las Barrancas, en las playas cer­canas a Buenos Aires, en don­de se instaló una casilla-habi­tación de madera destinada a vestuario, se cercó el lugar y se proyectó una instalación de agua potable por medio de una bomba. En la asamblea ce­lebrada en 3 de marzo de 1935 se propuso adquirir para el Centro Región Leonesa dichos

F jM i l c o s a s

Fuentes y Bibliografía

► Colección Revistas del Centro Región Leonesa de Buenos Aires, de febrero de 1919 a marzo de 1936. De esta colección se han tomado las ilustraciones.► Diario de León, septiembre y octubre de 1924.► Ana de Francia Caballero, «De León a Iberoamérica:1880-1930», Tierras de León, n°73, pp. 3-28.>• Juan-Miguel Álvarez Domínguez, «León, una revista leonesa en la Argentina», en Tierras de León, n° 114, pp. 29-54.

terrenos. Después de largas discusiones y un estrecho margen de sólo ocho votos, se autorizó a (a comi­sión directiva la com­pra de un terreno bal­neario. Al parecer las gestiones no dieron los frutos deseados con la parcela sita en Las Barrancas, con lo que al año siguiente el campo-balneario se trasladó a otra finca más cercana a la ca­pital bonaerense.

La Segunda República. Varios de los editoriales publicados en la revista León se hicieron eco de las simpatías que des­pertó entre la comunidad de emigrantes la proclamación de la Segunda República en Es­paña. Sobre todo se encomia­ba la labor educativa iniciada por los nuevos gestores polí­ticos, fundamentalmente las fa­mosas Misiones Pedagógicas que también llegaron a algu­nas comarcas leonesas. En este sentido hay que entender la participación de comisiones de la junta directiva de la asocia­ción en los actos organiza­dos por el Centro Republica­no Español y la Embajada en Buenos Aires con motivo del primer aniversario del 14 de abril de 1931.

Incluso llegó a publicarse en las páginas de la revista una co­pia de la nueva Constitución de la República.

El advenimiento del nuevo

régimen coincidió en el tiem­po con una disminución im­portante de la corriente mi­gratoria leonesa hacia Amé­rica, que se había mantenido durante la década de los 20 entre 2.000 y 2.500 indivi­duos anuales.

Sin embargo, el Centro Re­gión Leonesa vivió una re-

vitalización al recuperar poco a poco el número de so­cios, que a fina­les de 1935 era de 746, cifra a la que habría que añadir 53 socias adictas. Esto se de­bió a que muchos de los leoneses que habían llegado en las décadas anteriores, una vez estabilizados económica y social­mente, se sumaron a la

vida social del centro. Con el estallido de la

Guerra Civil la revista León dejó de cruzar el Atlántico, con lo que se cortaba el cor­dón umbilical entre los emi­grados y su patria chica. La contienda frenó drástica­mente la corriente emigra­toria española hacia América, que se reinició posteriormen­te, en los años 40 y 50. Pero dicha emigración respondía ya a otra época y a otras va­riables históricas tanto para el centro leonés como para los propios emigrantes. España, León, Argentina y todo el mundo eran otros después de 1939 y 1945.

La publicación.

Sobre estas líneas, cuando se llamaba «Revista del Centro Región Leonesa»; arriba, con su segundo nombre: «León».