8
Piel. 2008;23(7):367-74 LA PIEL EN LA PRÁCTICA DIARIA Dermatoscopia de lesiones no melanocíticas (I) Javier Domínguez Cruz, Lara Ferrándiz Pulido y David Moreno Ramírez Consulta de lesiones pigmentadas y cáncer de piel. Departamento de Dermatología. Hospital Universitario Virgen Macarena. Sevilla. España. La dermatoscopia, o microscopia de epiluminiscencia, es una técnica diagnóstica no invasiva que ha incremen- tado la sensibilidad y la especificidad del diagnóstico de lesiones pigmentadas, especialmente el melanoma 1 . Mediante la aplicación de una fuente de luz polarizada o la utilización de fluidos de inmersión, el dermatosco- pio permite la observación in vivo de la distribución de pigmento melánico, así como de las poblaciones mela- nocíticas en la unión dermoepidérmica y en la dermis 1 . En 2001, el Consensus Net Meeting on Dermoscopy 2 propuso el algoritmo en dos etapas como protocolo para el diagnóstico dermatoscópico de las lesiones pig- mentadas. Éste permite la diferenciación entre lesiones melanocíticas y no melanocíticas en una primera etapa y, en una segunda etapa, la diferenciación entre lesiones melanocíticas benignas y el melanoma. Desde entonces la generalización de la dermatoscopia y su aplicación a otros tipos de lesiones, no estrictamen- te melanocíticas ni pigmentadas, ha llevado a la descrip- ción de hallazgos dermatoscópicos en una amplia varie- dad de lesiones cutáneas circunscritas, tanto tumorales como inflamatorias e incluso infecciosas. En unos casos se trata de la publicación de casos aislados con hallaz- gos esporádicos (xantogranuloma juvenil 3 , liquen pla- no 4,5 , placas de psoriasis 5 , etc.), y otros son series des- criptivas más amplias de carcinoma basocelular (CBC), queratosis seborreica (QS), hiperplasia sebácea (HS), dermatofibroma (DF), angioqueratoma (AQ), etc. Por ello, manteniendo el análisis en dos etapas como herramienta válida y reproducible para el diagnóstico del melanoma, se acepta actualmente el uso del dermatosco- pio ante cualquier lesión circunscrita proliferativa, inde- pendientemente de su grado de pigmentación y su natu- raleza melanocítica. De esta forma, si bien el algoritmo en dos etapas se inicia sobre lesiones pigmentadas, se puede aceptar actualmente un protocolo dermatoscópico con un criterio inicial menos restrictivo y que considere como diana inicial de la dermatoscopia cualquier lesión cutánea circunscrita proliferativa, entendiendo como tal cualquier crecimiento cutáneo aislado y bien delmitado, excluidas las lesiones de naturaleza inflamatoria (fig. 1). En la presente revisión se describen los hallazgos der- matoscópicos de lesiones cutáneas no melanocíticas so- bre las que existen series descriptivas e incluso algunos casos con criterios y algoritmos diagnósticos validados que permiten el diagnóstico dermatoscópico de estas le- siones con reproducibilidad y validez adecuadas (tabla I). LESIONES NO MELANOCÍTICAS BENIGNAS Queratosis seborreica Las queratosis seborreicas son lesiones epidérmicas benignas y de aparición muy frecuente en adultos en edades mediana y avanzada. Generalmente se localizan en el polo cefálico o la espalda, y clínicamente, en sus estadios iniciales, se caracterizan por máculas marrón claro u oscuro de bordes bien delimitados que después se transforman en pápulas de tamaño variable, superfi- cie verrugosa y aspecto untuoso. El diagnóstico clínico de las QS es relativamente sencillo en la mayoría de las 367 Correspondencia: Dra. L. Ferrándiz Pulido. Departamento de Dermatología Médico-Quirúrgica y Venereología. Hospital Universitario Virgen Macarena. Avda. Dr. Fedriani, s/n. 41073 Sevilla. España. Correo electrónico: [email protected] 203.587 PUNTOS CLAVE La dermatoscopia es una técnica útil para la valoración de le- siones cutáneas circunscritas, independientemente de su pig- mentación y origen melanocítico. La dermatoscopia permite un diagnóstico más preciso de le- siones no melanocíticas benignas (queratosis seborreica, der- matofibroma, hiperplasia sebácea, molluscum contagiosum, angioqueratoma, queratosis liquenoide) y malignas (carcino- ma basocelular, enfermedad de Bowen). – Las estructuras vasculares dermatoscópicas son un signo guía para el diagnóstico diferencial de lesiones no melanocí- ticas. La identificación de vasos en horquilla, telangiectasias finas ramificadas, vasos en corona y vasos glomerulares orienta el diagnóstico hacia la queratosis seborreica irritada, el carci- noma basocelular, la hiperplasia sebácea y la enfermedad de Bowen, respectivamente. Son características dermatoscópicas de las queratosis sebo- rreicas los seudoquistes de millium, las seudoaperturas foli- culares, el patrón en fisuras y criptas, las estructuras en hue- lla digital y los bordes apolillados. Un área central blanquecina rodeada de un fino retículo pig- mentado está presente en el 90% de los dermatofibromas. El algoritmo de Menzies et al permite establecer el diagnósti- co de carcinoma basocelular con una sensibilidad del 93%. Consiste en la combinación de ausencia de retículo pigmen- tado y la presencia de nidos ovoides azul grisáceo, telangiec- tasias ramificadas, glóbulos azul grisáceo, ulceración, estruc- turas en hojas de arce o estructuras en rueda de carro.

Dermatoscopia de lesiones no melanocíticas (I)

Embed Size (px)

Citation preview

Piel. 2008;23(7):367-74

LA PIEL EN LA PRÁCTICADIARIA

Dermatoscopia de lesiones no melanocíticas (I)Javier Domínguez Cruz, Lara Ferrándiz Pulido y David Moreno Ramírez

Consulta de lesiones pigmentadas y cáncer de piel. Departamento de Dermatología. Hospital Universitario Virgen Macarena. Sevilla. España.

La dermatoscopia, o microscopia de epiluminiscencia,es una técnica diagnóstica no invasiva que ha incremen-tado la sensibilidad y la especificidad del diagnóstico delesiones pigmentadas, especialmente el melanoma1.

Mediante la aplicación de una fuente de luz polarizadao la utilización de fluidos de inmersión, el dermatosco-pio permite la observación in vivo de la distribución depigmento melánico, así como de las poblaciones mela-nocíticas en la unión dermoepidérmica y en la dermis1.

En 2001, el Consensus Net Meeting on Dermoscopy2

propuso el algoritmo en dos etapas como protocolopara el diagnóstico dermatoscópico de las lesiones pig-mentadas. Éste permite la diferenciación entre lesionesmelanocíticas y no melanocíticas en una primera etapay, en una segunda etapa, la diferenciación entre lesionesmelanocíticas benignas y el melanoma.

Desde entonces la generalización de la dermatoscopiay su aplicación a otros tipos de lesiones, no estrictamen-te melanocíticas ni pigmentadas, ha llevado a la descrip-ción de hallazgos dermatoscópicos en una amplia varie-dad de lesiones cutáneas circunscritas, tanto tumoralescomo inflamatorias e incluso infecciosas. En unos casosse trata de la publicación de casos aislados con hallaz-gos esporádicos (xantogranuloma juvenil3, liquen pla-no4,5, placas de psoriasis5, etc.), y otros son series des-criptivas más amplias de carcinoma basocelular (CBC),queratosis seborreica (QS), hiperplasia sebácea (HS),dermatofibroma (DF), angioqueratoma (AQ), etc.

Por ello, manteniendo el análisis en dos etapas comoherramienta válida y reproducible para el diagnóstico delmelanoma, se acepta actualmente el uso del dermatosco-

pio ante cualquier lesión circunscrita proliferativa, inde-pendientemente de su grado de pigmentación y su natu-raleza melanocítica. De esta forma, si bien el algoritmoen dos etapas se inicia sobre lesiones pigmentadas, sepuede aceptar actualmente un protocolo dermatoscópicocon un criterio inicial menos restrictivo y que considerecomo diana inicial de la dermatoscopia cualquier lesióncutánea circunscrita proliferativa, entendiendo como talcualquier crecimiento cutáneo aislado y bien delmitado,excluidas las lesiones de naturaleza inflamatoria (fig. 1).

En la presente revisión se describen los hallazgos der-matoscópicos de lesiones cutáneas no melanocíticas so-bre las que existen series descriptivas e incluso algunoscasos con criterios y algoritmos diagnósticos validadosque permiten el diagnóstico dermatoscópico de estas le-siones con reproducibilidad y validez adecuadas (tabla I).

LESIONES NO MELANOCÍTICAS BENIGNAS

Queratosis seborreicaLas queratosis seborreicas son lesiones epidérmicas

benignas y de aparición muy frecuente en adultos enedades mediana y avanzada. Generalmente se localizanen el polo cefálico o la espalda, y clínicamente, en susestadios iniciales, se caracterizan por máculas marrónclaro u oscuro de bordes bien delimitados que despuésse transforman en pápulas de tamaño variable, superfi-cie verrugosa y aspecto untuoso. El diagnóstico clínicode las QS es relativamente sencillo en la mayoría de las

367

Correspondencia: Dra. L. Ferrándiz Pulido.Departamento de Dermatología Médico-Quirúrgica y Venereología.Hospital Universitario Virgen Macarena.Avda. Dr. Fedriani, s/n. 41073 Sevilla. España.Correo electrónico: [email protected]

203.587

PUNTOS CLAVE

– La dermatoscopia es una técnica útil para la valoración de le-siones cutáneas circunscritas, independientemente de su pig-mentación y origen melanocítico.

– La dermatoscopia permite un diagnóstico más preciso de le-siones no melanocíticas benignas (queratosis seborreica, der-matofibroma, hiperplasia sebácea, molluscum contagiosum,angioqueratoma, queratosis liquenoide) y malignas (carcino-ma basocelular, enfermedad de Bowen).

– Las estructuras vasculares dermatoscópicas son un signoguía para el diagnóstico diferencial de lesiones no melanocí-ticas.

– La identificación de vasos en horquilla, telangiectasias finasramificadas, vasos en corona y vasos glomerulares orienta eldiagnóstico hacia la queratosis seborreica irritada, el carci-noma basocelular, la hiperplasia sebácea y la enfermedad deBowen, respectivamente.

– Son características dermatoscópicas de las queratosis sebo-rreicas los seudoquistes de millium, las seudoaperturas foli-culares, el patrón en fisuras y criptas, las estructuras en hue-lla digital y los bordes apolillados.

– Un área central blanquecina rodeada de un fino retículo pig-mentado está presente en el 90% de los dermatofibromas.

– El algoritmo de Menzies et al permite establecer el diagnósti-co de carcinoma basocelular con una sensibilidad del 93%.Consiste en la combinación de ausencia de retículo pigmen-tado y la presencia de nidos ovoides azul grisáceo, telangiec-tasias ramificadas, glóbulos azul grisáceo, ulceración, estruc-turas en hojas de arce o estructuras en rueda de carro.

ocasiones; sin embargo, en lesiones intensamente pig-mentadas el diagnóstico diferencial con el melanomapuede resultar difícil. Este diagnóstico diferencial sehace más necesario desde la descripción de tipos clíni-cos de melanoma de apariencia similar a la QS, conoci-dos como melanoma tipo queratosis seborreica6.

Los criterios dermatoscópicos de la QS proceden deseries de casos, entre los que destacan los siguientes:

Seudoquistes de millium. Son estructuras redondea-das de entre 0,1 y 1 mm de diámetro, distribuidas portoda la superficie de la lesión y de un característico ama-

rillo brillante. Los seudoquistes de millium están presen-tes en un 14-50% de las QS, especialmente en las QS sobreelevadas y de larga evolución7 (fig. 2). Histopatoló-gicamente se corresponden con quistes intraepidérmicosde queratina que no llegan a contactar con la superfi-cie cutánea8. Aunque son muy característicos de las QS,también pueden encontrarse en nevos melanocíticos pa-pilomatosos, nevos congénitos e hiperplasias sebáceas.

Seudoaperturas foliculares. También denominadastapones córneos, se observan como estructuras ovala-das de color marrón a negro, de bordes bien definidos ypresentes en un 9-55% de las lesiones7 (fig. 3). Histopato-lógicamente se correlacionan con invaginaciones epi-dérmicas rellenas de queratina9.

Fisuras. En ocasiones se describen conjuntamente conlas llamadas criptas, formando el patrón en fisuras ycriptas que puede identificarse en un 10-56% de las QS7.Consisten en estructuras con forma de hendiduras rami-ficadas (fisuras) que delimitan estructuras papilomato-sas exofíticas (criptas) confiriendo a la QS un aspectocerebriforme (fig. 4). Estas estructuras dermatoscópicastambién pueden observarse en los nevos melanocíticosintradérmicos.

Estructuras con forma de huella digital. Son estruc-turas lineales, curvilíneas o tubulares de color marrón,cuyo patrón semeja una huella dactilar. Se observan enun 44-56% de las QS10, pero son más características de

368

Domínguez Cruz J et al. Dermatoscopia de lesiones no melanocíticas (I)

Piel. 2008;23(7):367-74

Melanocítica

Nevo melanocíticoNevo azul

Nevo de Reed

Melanoma

Primera etapa diagnósticodermatoscópico

Benigna Maligna

Segunda etapa diagnósticodermatoscópico

No melanocítica

Carcinoma basocelularEnfermedad de Bowen

Queratosis seborreicaDermatofibroma

Hiperplasia sebáceaMolluscum contagiosum

AngioqueratomaQueratosis liquenoide

Benigna Maligna

Criteriosdermatoscópicos

«específicos»

Lesión proliferativa circunscrita

Figura 1. Algoritmo diagnóstico en dermatoscopia.

TABLA I. Series descriptivas publicadas sobredermatoscopia en lesiones no melanocíticas

TIPO DE LESIÓN CASOS, N AUTORES

Queratosis seborreica 203 Braun RP et al7

Dermatofibroma 412 Zaballos P et al16

52 Kilink Karaarslan I et al22

50 Agero AL et al19

Hiperplasia sebácea 22 Bryden AM et al25

Molluscum contagiosum 1 Zaballos P et al29

3 Morales A et al31

Angioqueratoma 32 Zaballos P et al36

Queratosis liquenoide 24 Zaballos P et al40

Carcinoma basocelular 32 Demirtafloglu M et al43

25 Püspök-Schwarz M et al50

142 Menzies SW et al44

56 Peris K et al45

Enfermedad de Bowen 14 Bugatti L et al56

21 Zalaudek I et al57

las QS planas o incipientes, en las que se han descritohasta en el 100% de los casos en una serie7.

Bordes apolillados. Se describen como muescas cón-cavas, en sacabocados o «en mordida» de bordes nítida-mente definidos en la periferia de la lesión (fig. 5A). El

área sobre la que se encuentra este signo dermatoscópi-co suele presentar un color marrón claro amarillento. Seencuentra en el 46% de las QS7, también más típicas delas QS planas faciales.

Falso retículo pigmentado. Sobre la superficie de laQS puede observarse, hasta en el 50% de las lesiones,una malla de líneas marrones o negras sobre un fondomarrón más claro, de grosor superior al del retículo delas lesiones melanocíticas. No se lo considera un autén-tico retículo ya que, a diferencia de las lesiones melano-cíticas, histopatológicamente se corresponde con es-tructuras rellenas de queratina, lo que le confiere eseaspecto reticulado11.

Estructuras vasculares. El patrón vascular habitualen las QS son los llamados vasos en horquilla, frecuente-mente rodeados por un halo claro (fig. 5B). Aparecen enun 6-63% de las QS, especialmente en QS irritadas12. Conmenor frecuencia pueden observarse vasos espirales dedistribución irregular.

Manchas de pigmento. En un 25-75% de las QS muyevolucionadas, pueden observarse áreas difusas de co-lor marrón a negro, de formas irregulares y bien circuns-critas, en cuyo interior no es posible identificar otras es-tructuras dermatoscópicas13.

369

Domínguez Cruz J et al. Dermatoscopia de lesiones no melanocíticas (I)

Piel. 2008;23(7):367-74

Figura 2. Queratosis seborreica. Seudoquistes de millium (flecha).

Figura 3. Queratosis seborreica. Seudaperturas foliculares (flecha).

Figura 4. Queratosis seborreica. Patrón en fisuras y criptas.

Figura 5. Queratosis seborreica. A: bordes apolillados (flecha). B: vasos en horquilla.

B

A

También han descrito algunos autores glóbulos y veloblanquecino en las QS7, que siempre deben acompañarsede otros criterios dermatoscópicos de QS para poder es-tablecer el diagnóstico. Por otro lado, la terminaciónbrusca del borde de la lesión es un criterio, tanto clínicocomo dermatoscópico, muy característico de las QS yestá presente en aproximadamente el 90% de ellas6.

Stolz et al14 propusieron un algoritmo para el diagnós-tico dermatoscópico de la QS que incluía la presencia deseudoquistes de millium y seudoaperturas folicularescomo criterios morfológicos necesarios para el diagnós-tico de QS; la concomitancia de estas dos estructurasdermatoscópicas alcanzaba una sensibilidad diagnósticadel 85%. La presencia adicional de algunos de los crite-rios dermatoscópicos descritos incrementaba la sensibi-lidad diagnóstica.

DermatofibromaLos dermatofibromas son tumores cutáneos benignos,

frecuentes y localizados habitualmente en las extremi-dades inferiores de adultos jóvenes y de mediana edad.Clínicamente se caracterizan por la presencia de pápu-las pigmentadas que a la palpación muestran una consis-tencia firme y cuyo sustrato histopatológico consiste enuna proliferación dérmica de fibroblastos. La depresiónde la lesión al ejercer presión lateral con los dedos, sig-no del hoyuelo, permite establecer el diagnóstico en lamayoría de las ocasiones.

A pesar de esta apariencia clínica habitual, el derma-tofibroma es una de las lesiones no melanocíticas en lasque la dermatoscopia ha demostrado hallazgos más típi-cos y mejor caracterizados15. La serie más amplia publi-cada incluye un total de 412 dermatofibromas16, dondese detallan los hallazgos dermatoscópicos más típicosde estas lesiones.

Retículo pigmentado periférico. Presente en un 54-90% de las lesiones, se lo considera el hallazgo derma-toscópico más frecuente del dermatofibroma16,17. Con-siste en una red de color marrón claro con un grosorfino, trama homogénea y distribución regular en la peri-feria de la lesión15. La intensidad de este retículo dismi-nuye progresivamente hasta confundirse con la pielsana perilesional (fig. 6). Este patrón reticular periféricopuede observarse en otras lesiones no melanocíticascomo el pezón supernumerario18 (fig. 7). La red pigmen-tada del dermatofibroma se correlaciona con la hiper-pigmentación de la capa basal en ausencia de prolifera-ción melanocítica en la unión dermoepidérmica19.

Parche central blanquecino. Este signo dermatoscó-pico, presente en un 50-84% de los casos20, consiste enun área sin estructura, de color blanco más claro que lapiel circundante y de aspecto cicatrizal (fig. 6). Histopa-tológicamente se corresponde con el área de fibrosiscentral del tumor, por lo que también se denomina placaseudocicatrizal. En ocasiones presenta proyecciones li-neales brillantes o nacaradas en la periferia que le con-fieren un aspecto estrellado.

La combinación de un área central blanca cicatrizalrodeada de un fino retículo pigmentado constituye el pa-trón dermatoscópico más típico del dermatofibroma,presente en el 90% de las lesiones estudiadas por algu-nos autores16,20.

Además de estos criterios dermatoscópicos típicosdel dermatofibroma, publicaciones recientes describenotros hallazgos dermatoscópicos menos habituales enestas lesiones:

Glóbulos en el área central. En un 38-44% de los der-matofibromas se observan estructuras de pequeño diá-metro ovaladas o en forma de anillos de color marrónclaro u oscuro, distribuidas sobre el área central blan-quecina, aunque también pueden encontrarse en la peri-feria (fig. 8). La presencia de numerosos glóbulos sobreel área blanca central confiere un aspecto en rejilla o«retículo blanco central»21 al dermatofibroma. Estas es-tructuras son similares a los glóbulos melanocíticos,pero en el dermatofibroma se correlacionan con elaplanamiento y la hiperpigmentación de las papilas dér-micas.

370

Domínguez Cruz J et al. Dermatoscopia de lesiones no melanocíticas (I)

Piel. 2008;23(7):367-74

Figura 6. Dermatofibroma. Retículo pigmentado periférico y parchecentral blanquecino.

Figura 7. Pezón supernumerario. Recuadro: imagen clínica.

Retículo pigmentado tipo lentigo. Ha sido observadohasta en un 23% de los casos22, aunque hay autores quelo consideran la misma estructura que el retículo pig-mentado periférico. Se diferencia del retículo pigmenta-do periférico en que también ocupa la parte central de lalesión, por lo que en estos casos no aparecería el parchecentral blanquecino.

Pigmentación homogénea azul grisáceo. Entre un5,9-12% de los dermatofibromas se presentan dermatos-cópicamente con una coloración azul o azul grisáceo ho-mogénea, difusa o localizada. Aunque esta presentaciónclínico-dermatoscópica suele corresponderse con el lla-mado dermatofibroma hemosiderótico, el diagnósticodiferencial dermatoscópico con el nevo azul y el mela-noma requiere alguno de los criterios dermatoscópicosdescritos para el dermatofibroma23,24.

Otras estructuras que también han sido descritas sonun área eritematosa homogénea alrededor de la manchablanca central (3,8%), un fondo amarillento (50%) y es-tructuras vasculares, principalmente vasos en coma(17,3%), un punteado vascular (30,6%) o vasos irregulares,estructuras todas ellas presentes también en otro tipo delesiones tanto melanocíticas como no melanocíticas16.

Hiperplasia sebáceaLa hiperplasia sebácea (HS) es una proliferación benig-

na de las glándulas sebáceas localizada principalmente enla cara, y clínicamente caracterizada por pequeñas pápu-las de tonalidad amarillenta con una umbilicación central.

Las HS plantean en ocasiones problemas de diagnósti-co clínico diferencial con el carcinoma basocelular y elnevo melanocítico común adquirido de localización fa-cial, situaciones en las que la dermatoscopia ha demos-trado ser de gran ayuda.

Existen escasas publicaciones en las que se describanlas características dermatoscópicas de las HS. No obs-tante, sobre un total de 22 lesiones descritas, los traba-jos publicados coinciden en los siguientes hallazgos der-matoscópicos:

Nódulos amarillos. La presencia de áreas bien defini-das, centrales, de color blanco lechoso sobre las queasientan estructuras nodulares amarillentas que corres-ponden a las glándulas sebáceas hiperplásicas es un ha-llazgo dermatoscópico constante en las HS25,26 (fig. 9).Estructuras dermatoscópicas lobulillares similares sedescriben también en la porción central del molluscumcontagiosum (fig. 10).

Vasos en corona. Un hallazgo dermatoscópico presen-te en el 91% de las HS consiste en telangiectasias finasramificadas, de trayecto tortuoso y distribuidas radial-mente; estas telangiectasias se detienen en la periferiade la lesión, sin cruzar el centro, lo que confiere un as-pecto en corona27,28 (fig. 9). Esta distribución periféricade los vasos y el respeto central resultan esenciales paradiferenciar estas estructuras vasculares de las telangiec-tasias ramificadas del carcinoma basocelular. Este mis-mo patrón vascular periférico puede identificarse en elmolluscum contagiosum29.

371

Domínguez Cruz J et al. Dermatoscopia de lesiones no melanocíticas (I)

Piel. 2008;23(7):367-74

Figura 8. Dermatofibroma. Glóbulos en el área central. Figura 9. Hiperplasia sebácea. Nódulos amarillos en vasos en coro-na que no cruzan el centro de la lesión. Recuadro: imagen clínica.

Figura 10. Molluscum contagiosum. Estructuras polilobuladasblanco amarillento. Recuadro: imagen clínica.

Cráter o depresión central. El ostium de salida delfolículo pilosebáceo se observa como un pequeño puntocentral rodeado de los cuerpos amarillentos descritosanteriormente.

Puntos marrones. Hasta en el 55% de las HS se en-cuentran estructuras pequeñas redondeadas de colormarrón, que deben diferenciarse de los glóbulos marro-nes típicos de las lesiones melanocíticas.

Seudoquistes de millium. Aunque se trata de estruc-turas dermatoscópicas típicas de la QS, se describenhasta en el 27% de las HS.

Molluscum contagiosum

El molluscum contagiosum (MC) es una lesión proli-ferativa causada por la infección de un Poxviridae (Mo-lluscum contagiosum). Clínicamente se caracterizanpor la aparición de pequeñas pápulas brillantes, lisas,con una umbilicación central, y que raramente superanlos 5 mm de diámetro. Su apariencia clínica habitual-mente permite el diagnóstico clínico en la mayoría delas ocasiones; sin embargo, cuando aparecen fuera de laedad infantil y de forma aislada, pueden resultar difíci-les de diferenciar de un nevo melanocítico e incluso deun carcinoma basocelular, casos en que la dermatosco-pia puede resultar de utilidad30. Las series descriptivaspublicadas sobre la dermatoscopia del MC describen lossiguientes hallazgos:

Estructura lobulillar. Consiste en una estructura po-lilobulada de color blanco amarillento localizada sobreel centro de la lesión31 (fig. 10). Se debe diferenciar estaestructura de los cuerpos amarillentos descritos en laHS.

Vasos en corona. Presente en el 66% de los casos, secaracteriza por pequeños vasos rojos situados en el bor-de de la lesión y rodeando el área central sin llegar aatravesarla, lo que confiere una distribución caracterís-tica en corona, similar a la observada en la HS (fig. 9).En ocasiones pueden presentar ramificaciones telan-giectásicas29,32.

AngioqueratomaLos angioqueratomas (AQ) son tumores vasculares

benignos, con una prevalencia del 0,16% de la pobla-ción33, y caracterizados por ectasias vasculares sub-epidérmicas asociadas a acantosis y/o hiperqueratosis34.Clínicamente se presentan como pápulas solitarias omúltiples, de color rojo a negro35, dando lugar a los cin-co tipos de AQ actualmente aceptados: AQ de Mibelli(angioqueratoma acroasphysticum digitorum), AQ deFordyce (angioqueratoma scroti), angioqueratoma cor-poris diffusum, angioqueratoma circumscriptum nae-viforme y AQ solitario.

El AQ solitario es la forma de aparición más frecuente(70-83%). Clínicamente se caracterizan por una pápula onódulo asintomático de 2-10 mm de diámetro, superficie

queratósica y color azul, rojo violáceo o negro, que sue-len aparecer en las extremidades inferiores de adultosjóvenes; el sangrado es frecuente a consecuencia detraumatismos leves o trombosis de la lesión, situaciónque puede originar problemas de diagnóstico diferencialcon el melanoma. En estos casos, la dermatoscopia esuna herramienta de gran ayuda36,37.

En un reciente estudio, Zaballos et al36 identificaronlos criterios dermatoscópicos más reproducibles y váli-dos para el diagnóstico del AQ solitario. En esta serie seevaluaron las características dermatoscópicas de 32 AQsolitarios, comparándolas con las de otras 224 lesionespigmentadas. Los autores concluyen que los AQ solita-rios presentan seis estructuras dermatoscópicas princi-pales, que pueden observarse en más del 50% de las le-siones:

Lagunas oscuras. La presencia de estructuras ovaladaso redondeadas de color negro violáceo o azul oscuro re-presentan el signo dermatoscópico más frecuente delAQ solitario, presente en el 94% de los casos (fig. 11A).Se correlacionan histopatológicamente con dilatacionesvasculares en la dermis superficial parcial o completa-mente trombosadas. La sensibilidad y la especificidadde este signo dermatoscópico fueron del 93,8 y el 99,1%,respectivamente, y no se describió en ningún caso demelanoma ni de carcinoma basocelular pigmentado; sinembargo, las había en el 6% de las lesiones vascularesdistintas del angioqueratoma incluidas en el estudio.

Velo blanquecino. Se observa en el 91% de los AQ yconsiste en un área sin estructura, blanquecina, de bor-des mal definidos y con aspecto de cristal esmeriladoque traduce hiperqueratosis y acantosis (fig. 11A). Lasensibilidad de este hallazgo fue del 90,6%, con una es-pecificidad significativamente inferior (63,4%; p <0,001), en tanto que también pudo observarse este signoen algunos casos de melanoma y carcinoma basocelularpigmentado.

Eritema. Áreas rosadas homogéneas en el seno del AQhan sido descritas en el 69% de las lesiones; no obstante,este hallazgo también fue identificado en el 41% de losmelanomas y el 56% de los carcinomas basocelularespigmentados.

Lagunas rojas. Consisten en estructuras ovoides o re-dondas de color rojo o azul que se correlacionan con es-pacios vasculares dilatados en la dermis superior o me-dia (fig. 11B). La sensibilidad y la especificidad de estesigno fueron del 53,1 y el 91,5% respectivamente (p <0,001), con predominio de este hallazgo en el AQ solita-rio precoz.

Costra hemorrágica. El 53% de los AQ solitarios in-cluidos en la serie revisada presentaron costra hemorrá-gica, consecuencia de un sangrado previo de origentraumático, que también fue descrita en el 25% de loscarcinomas basocelulares.

372

Domínguez Cruz J et al. Dermatoscopia de lesiones no melanocíticas (I)

Piel. 2008;23(7):367-74

Finalmente los autores del estudio agruparon los ha-llazgos dermatoscópicos observados diferenciando trespatrones dermatoscópicos prevalentes del AQ solitario(tabla II).

Queratosis liquenoideLa queratosis liquenoide (QL), también denominada li-

quen plano solitario y queratosis tipo liquen plano38,consiste en una lesión papulosa de color rosado, violá-ceo o marrón, de 0,2-2 cm de diámetro y habitualmentelocalizada en antebrazos, manos, tórax y otras áreas fo-toexpuestas de pacientes de mediana edad. La QL esuna lesión poco frecuente, pero que puede plantear pro-blemas de diagnóstico diferencial con QS, carcinomabasocelular, QA, enfermedad de Bowen e incluso mela-noma. Por ello, la dermatoscopia puede resultar de utili-dad ante la sospecha de una QL39.

Las principales características dermatoscópicas dela QL han sido descritas en series de casos, de las quese diferencian dos patrones dermatoscópicos princi-pales8.

Patrón granular difuso. Es el patrón más frecuente yconsiste en agregados de gránulos gruesos de color ma-rrón-gris rojizo distribuidos homogéneamente por todala lesión (fig. 12).

Patrón granular localizado. Menos frecuente que elanterior. Se caracteriza por un área bien circunscrita degránulos marrones en el interior de una lesión tipo lenti-

go actínico o una QS, y por lo tanto con los criterios der-matoscópicos de estas lesiones.

Ante estructuras y patrones granulares en dermatos-copia, se debe descartar como primera opción la regre-sión propia del melanoma. En ese caso, los gránulos sue-len ser más finos, y suelen asociarse a otras estructurasdermatoscópicas propias de las lesiones melanocíticas40.

Otros hallazgos descritos en QL han sido glóbulos(hasta en el 25%), estructuras lineales finas (21%) y pun-tos azul grisáceo (8%), criterios que pueden plantearproblemas de diagnóstico diferencial con lesiones mela-nocíticas.

373

Domínguez Cruz J et al. Dermatoscopia de lesiones no melanocíticas (I)

Piel. 2008;23(7):367-74

TABLA II. Patrones dermatoscópicos del angioqueratoma

ANGIOQUERATOMA (%) OTRAS LESIONES VASCULARES (%) SENSIBILIDAD (%) ESPECIFICIDAD (%)

Patrón 1 Lagunas oscuras, velo blanquecino 84 6 84,4 99,1Patrón 2 Lagunas oscuras, velo blanquecino, eritema 44 0 43,8 100

periféricoPatrón 3 Lagunas oscuras, velo blanquecino, costra 53 3 53,1 99,6

hemorrágica

Tomado de Zaballos et al36.

Figura 12. Queratosis liquenoide. Patrón granular difuso (cortesíadel Dr. P. Zaballos).

Figura 11. A: angioqueratoma solitario. Lagunas oscuras (asterisco) y velo blanquecino (flecha). B: angioqueratoma de Fordyce. Lagunas rojas(flecha).

BA

Actualmente no existen algoritmos validados para eldiagnóstico dermatoscópico de la QL; sin embargo, elpatrón granular, tanto difuso como localizado, es un ha-llazgo característico.

BIBLIOGRAFÍA

1. Pizarro A. Técnica e instrumentos. En: Malvehy J, Puig S, editores. Principiosde dermatoscopia. Barcelona: CEGE; 2002.

2. Argenziano G, Soyer HP, Chimenti S, Talamini R, Corona R, Sera F, et al. Der-moscopy of pigmented skin lesions: result of a consensus meeting vie the In-ternet. J Am Acad Dermatol. 2003;48:679-93.

3. Palmer A, Bowling J. Dermoscopic appearance of juvenile xanthogranuloma.Dermatology. 2007;215:256-9.

4. Vázquez-López F, Gómez-Díez S, Sánchez J, Pérez-Oliva N. Dermoscopy of ac-tive lichen planus. Arch Dermatol. 2007;143:1092.

5. Vázquez-López F, Manjón-Haces JA, Maldonado-Seral C, Raya-Aguado C, Pé-rez-Oliva N, Marghoob AA. Dermoscopic features of plaque psoriasis and li-chen planus: new observations. Dermatology. 2003;207:151-6.

6. Carrera C, Segura S, Palou J, Puig S, Segura J, Marti RM, et al. Seborrheic ke-ratosis like melanoma with folliculotropism. Arch Dermatol. 2007;143:373-6.

7. Braun RP, Rabinovitz HS, Krischer J, Kreusch J, Olviero M, Naldi L, et al.Dermoscopy of pigmented seborrheic keratosis. Arch Dermatol. 2002;138:1556-60.

8. Elgart GW. Seborrheic keratoses, solar lentigines, and lichenoid keratoses.Dermatoscopic features and correlation to histology and clinical signs. Der-matol Clin. 2001;19:347-57.

9. Soyer HP, Kenet RO, Wolf IH, Kenet BJ, Cerroni L. Clinicopathological corre-lation of pigmented skin lesions using dermoscopy. Eur J Dermatol. 2000;10:22-8.

10. Kopf AW, Rabinovitz H, Marghoob A, Braun RP, Wang S, Oliviero M, et al.“Fat fingers”: a clue in the dermoscopic diagnosis of seborrheic keratoses. JAm Acad Dermatol. 2006;55:1089-91.

11. Marghoob AA, Braun RP, Kopf AW, editores. Atlas of dermoscopy. London:Taylor & Francis; 2005.

12. Argenziano G, Zalaudek I, Corona R, Sera F, Cicale L, Petrillo G, et al. Vascu-lar structures in skin tumors: a dermoscopy study. Arch Dermatol. 2004;140:1485-9.

13. Grichnik JM. Dermoscopy of keratinocytic neoplasms: subpatterns of seborr-heic keratoses. Arch Dermatol. 2004;140:260.

14. Stolz W, Braun-Falcon O, Bilek P, Landthaler M. Farbatlas der Dermatosko-pie. Berlin: Blackwell Wissenschaft; 1993.

15. Arpaia N, Cassano N, Vena GA. Dermoscopic patterns of dermatofibroma.Dermatol Surg. 2005;31:1336-9.

16. Zaballos P, Puig S, Llambrich A, Malvehy J. Dermoscopy of dermatofibromas. Aprospective morphological study of 412 cases. Arch Dermatol. 2008;144:75-83.

17. Puig S, Romero D, Zaballos P, Malvehy J. Dermoscopy of dermatofibroma.Arch Dermatol. 2005;141:122.

18. Blum A, Roehm S. Accessory nipple looks like dermatofibroma in dermos-copy. Arch Dermatol. 2003;139:948-9.

19. Agero AL, Taliercio S, Dusza SW, Salaro C, Chu P, Marghoob AA. Conventio-nal and polarized dermoscopy features of dermatofibroma. Arch Dermatol.2006;142:1431-7.

20. Ferrari A, Soyer HP, Peris K, Argenziano G, Mazzocchetti G, Piccolo D, et al.Central white scarlike patch: a dermatoscopic clue for the diagnosis of der-matofibroma. J Am Acad Dermatol. 2000;43:1123-5.

21. Zaballos P, Puig S, Malvehy J. Dermoscopy of atypical dermatofibroma: cen-tral white network. Arch Dermatol. 2006;142:126.

22. Kilink Karaarslan I, Gencoglan G, Akalin T, Ozdemir F. Different dermoscopicfaces of dermatofibromas. J Am Acad Dermatol. 2007;57:401-6.

23. Zaballos P, Llambrich A, Ara M, Olazarán Z, Malvehy J, Puig S. Dermoscopicfindings of haemosiderotic and aneurysmal dermatofibroma: report of six pa-tients. Br J Dermatol. 2006;154:244-50.

24. Blum A, Jaworski S, Metzler G, Bauer J. Lessons on dermoscopy: Dermos-copic pattern of hemosiderotic dermatofibroma. Dermatol Surg. 2004;30:1354-5.

25. Bryden AM, Dawe RS, Fleming C. Dermatoscopic features of benign sebace-ous proliferation. Clin Exp Dermatol. 2004;29:676-7.

26. Zaballos P, Ara M, Puig S, Malvehy J. Dermoscopy of sebaceous hyperplasia.Arch Dermatol. 2005;141:808.

27. Argenziano G, Soyer HP, De Giorgi V, et al. Interactive Atlas of Dermoscopy.Milano: EDRA; 2000.

28. Stolz W, Braun-Falco O, Bilek P, Landthaler WH, Burgdorf C, Cognetta AB,editores. Color Atlas of Dermatoscopy. 2.a ed. Berlin: Blackwell; 2002.

29. Zaballos P, Ara M, Puig S, Malvehy J. Dermoscopy of molluscum contagio-sum: a useful tool for clinical diagnosis in adulthood. J Eur Acad Dermatol Ve-nereol. 2006;20:482-3.

30. Hanson D, Diven DG. Molluscum contagiosum. Dermatol Online J. 2003;9:2.31. Morales A, Puig S, Malvehy J, Zaballos P. Dermoscopy of molluscum conta-

giosum. Arch Dermatol. 2005;141:1644.32. Vázquez-López F, Kreusch J, Marghoob AA. Dermoscopic semiology: further

insights into vascular features by screening a large spectrum of nontumoralskin lesions. Br J Dermatol. 2004;150:226-31.

33. Naranjo Sintes R, Pereda Hernández P, Delgado Florencio V, Linares Sola-no J. [Angiokeratoma: apropos of 93 cases]. Med Cutan Iber Lat Am. 1988;16:255-61.

34. Requena L, Sangueza OP. Cutaneous vascular anomalies, part I: hamartomas,malformations and dilation of pre-existing vessels. J Am Acad Dermatol.1997;37:523-49.

35. Schiller PI, Itin PH. Angiokeratomas: an update. Dermatology. 1996;193:275-82.36. Zaballos P, Daufí C, Puig S, Argenziano G, Moreno-Ramírez D, Cabo H, et al.

Dermoscopy of solitary angiokeratomas: a morphological study. Arch Derma-tol. 2007;143:318-25.

37. Sahin MT, Türel-Ermertcan A, Oztürkcan S, Türkdogan P. Thrombosed soli-tary angiokeratoma of Mibelli simulating malignant melanoma: the importan-ce of dermoscopy in differential diagnosis. J Eur Acad Dermatol Venereol.2006;20:102-4.

38. Shapiro L, Ackerman AB. Solitary lichen planus-like keratosis. Dermatologica.1966;132:386-92.

39. Zaballos P, Martí E, Cuéllar F, Puig S, Malvehy J. Dermoscopy of lichenoid re-gressing seborrheic keratosis. Arch Dermatol. 2006;142:410.

40. Zaballos P, Blazquez S, Puig S, Salsench E, Rodero J, Vives JM, et al. Dermos-copic pattern of intermediate stage in seborrhoeic keratosis regressing to li-chenoid keratosis: report of 24 cases. Br J Dermatol. 2007;157:266-72.

374

Domínguez Cruz J et al. Dermatoscopia de lesiones no melanocíticas (I)

Piel. 2008;23(7):367-74