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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA METROPOLITANA
UNIDAD XOCHIMILCO DIVISIÓN DE CIENCIAS BIOLÓGICAS Y DE LA SALUD
DEPARTAMENTO EL HOMBRE Y SU AMBIENTE LICENCIATURA EN BIOLOGÍA
DE LO SOCIAL A LO ECOLÓGICO: EXPLORANDO EL CONFLICTO HUMANO-JAGUAR (Panthera Onca) Y LA VIABILIDAD DE SU CONSERVACIÓN, EN DOS
COMUNIDADES DE LA SELVA LACANDONA, CHIAPAS.
INFORME FINAL DE SERVICIO SOCIAL
QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE: B I Ó L O G A
P R E S E N T A :
LUCERO MARÍA DEL CARMEN VACA LEÓN
ASESORES:
Dr. Eduardo Naranjo Piñero Dra. Marta Chávez Cortés
México, D.F. Mayo 2014
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De lo social a lo ecológico: Explorando el conflicto humano-jaguar (Panthera
onca) y la viabilidad de su conservación, en dos comunidades de la Selva
Lacandona, Chiapas.
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Sangre viva,
Veloz como el viento
corazón de la selva
eterno en el tiempo
¡Jaguares para siempre!
Kushan kik,
Chichu yaka besha ik
Pixan Kásh
Cojtá tu woro kin
¡Hach barum, hach barum!
Karla Marisol Yáñez!
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A Oli.
Por ser una mujer extraordinaria y recordarme que nunca hay que dejar de soñar. Tú
me enseñaste a creer en mí y a volar muy alto. Te amo.
A todos los jaguares y mamíferos que se dejaron retratar, ver o que me regalaron
algún rastro durante este estudio.
Por ustedes valió la pena tanto esfuerzo.
A las comunidades de Metzabok y El Pirú.
Por abrirme las puertas y confiar en mí, gracias por dejarme aprender de ustedes, mi
gente de la selva. Siempre los llevaré en mi corazón.
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Agradecimientos
Un agradecimiento muy especial a mis dos asesores, Dra. Marta Chávez Cortés y Dr. Eduardo Naranjo Piñero, muchas gracias por creer en mí y permitirme realizar la investigación que siempre desee llevar a cabo. La realización de este estudio fue más allá de un informe, logramos romper barreras e hicimos un estudio con conciencia y responsabilidad. Estoy muy agradecida con ambos por permitirme hacer uno de mis sueños realidad.
Gracias infinitas a mi familia de El Pirú, Don Balta, Doña Mary, Chely, Jazmín, Joel y la pequeña Ailyn. Con ustedes compartí muchos momentos importantes, además de que me hicieron sentir parte de su familia. Gracias, gracias, gracias por dejarme disfrutar con ustedes su día a día, por las deliciosas comidas de Doña Mary, por el esfuerzo y las pláticas durante los recorridos en la selva con Don Balta (incluyendo pisar una nauyaca y que decidiera no morderme jeje), por la ayuda incondicional de Chely durante las entrevistas, por las risas y buenos ratos con Jazmín, por la ayuda de Joel en campo y con los niños, además de llevarme a varios lugares facilitando mi trabajo. A Ailyn porque fui testigo de su crecimiento desde que aún no nacía. Sin ustedes esta experiencia no hubiera sido la misma.
A todo el ejido El Pirú por su accesibilidad y calidez en las entrevistas. No me cabe duda que hay muchas ganas por trabajar a favor de la conservación, gracias por su tiempo y amabilidad.
Muchas gracias a las personas de Metzabok que me ayudaron durante mis estancias. A Enrique, Maria, Heriberto, Cristina, Armando, Chan Kin, Mincho, Tomasina, Juan el guardaparque, Juanito, Roberto, Ricardo, Chepes, Pablo, Roberto, Jonathan, y todas las personas de la comunidad por acceder a mis preguntas y platicarme del hach barum. Gracias por enseñarme un poquito de maya lacandon y abrirme los ojos a otro tipo de realidad.
A Alice por compartirme sus experiencias y la cosmovisión de los lacandones de Nahá, gracias a ellas este trabajo se enriqueció mucho y creo que no fue casualidad ni suerte habernos encontrado en el camioncito camino a la selva.
A mis guerreros jaguares, Fabio y Marisol. Sin ustedes el Festival del Jaguar no habría podido llevarse a cabo. Gracias porque con su talento y pasión los niños de las comunidades y yo nos divertimos un montón. Además su participación fue clave para hacer los talleres más significativos para los niños. Y aunque de lejos, gracias a Adrián por ser la mente creativa de este pequeño proyecto, tú también fuiste clave para pensar cómo las actividades podían ser especiales para los niños.
A Magaly, mi farolastra del mal, por acompañarme y entenderme, además de regalarme pláticas en hindú. Gracias por cuidar y querer mucho a Zeru. Creo que llegaste en el momento más oportuno y me siento muy afortunada por haberte conocido.
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Gracias a Banco Santander por apoyarme con la Beca ECOES, con la que pude realizar mi estancia en ECOSUR-SCLC.
A Idea Wild por creer en este proyecto, gracias a su ayuda hicimos la diferencia con los niños de las comunidades y ellos tuvieron experiencias memorables.
Agradezco a todas las personas que hicieron posible este sueño.
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Resumen ……………………………………………………………………………….! "!
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1. INTRODUCCIÓN …………………………………………………………………..! #!
1.1! Antecedentes ( El conflicto humano-jaguar) ……………………………… #!
1.2! Justificación ……………………………………………………………………! $!
1.3! Objetivos ……………………………………………………………………….! %!
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2. MARCO TEÓRICO …………………………………………………………………! %!
2.1 Descripción general del jaguar …………………………………………………..! %!
2.2 Distribución geográfica del jaguar en México ………………………………….! &!
2.3 Importancia ecológica del jaguar! !''''''''''''''''''''''''''((!!!""!
2.4 Importancia cultural del jaguar …………………………………………………..! "#!
2.5 Aspectos ecológicos importantes para la conservación del jaguar ………….! ")!
2.6 Influencia de los aspectos socioeconómicos en la conservación de carnívoros, el caso particular del jaguar ……………………………………………………………..! "*!
!
3. MARCO DE REFERENCIA ………………………………………………………..! +#!
3.1 Contexto histórico de la Selva Lacandona (Comunidad Metzabok y Ejido El Pirú) ……………………………………………………………………………………………! +#!
3.2 Ubicación geográfica y características generales ……………………………..! +$!
3.3 El medio biofísico de la Comunidad Lacandona Metzabok …………………..! +%!
3.4 El medio biofísico del Ejido mestizo El Pirú …………………………………….! +*!
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4.!!MÉTODOS !''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''(!!!!+&!
4.1! Evaluación del hábitat del jaguar! ''''''''''''''''''''''(!!!#"!
4.1.1! Estimación del índice de abundancia relativa del jaguar y sus presas ….!!!#"!
4.2! Análisis de las percepciones y actitudes sobre el jaguar, su conservación y el conflicto por depredación ………………………………………………………..! #,!
!
4.2.1! Diseño de la entrevista ……………………………………………………….! #$!
4.2.2! Identificación de los actores clave …………………………………………..! #$!
4.2.3! Análisis de las entrevistas ……………………………………………………! #)!
4.2.4! Análisis de los datos de la observación participante ……………………...! #%!
!
5.! RESULTADOS ………………………………………………………………..! #*!
5.1 Especies registradas en Metzabok y El Pirú …………………………………..! #*!
5.2! Índices de abundancia relativa del jaguar y de sus presas, así como de otros felinos ………………………………………………………………………………….. ,+!
5.3! Calidad del hábitat para el jaguar en base a la disponibilidad de presas ……………………………………………………………………………………………! ,&!
5.4! Percepción de las personas en relación al jaguar y su conservación ……………………………………………………………………………………………! $-!
5.4.1! Actores clave de Metzabok y El Pirú ………………………………………..! $-!
5.4.2! Percepciones acerca de la conservación del jaguar en Metzabok y El Pirú ……………………………………………………………………………………………! $,!
5.4.3! Otros factores dentro de los sitios de estudio que afectan la conservación del jaguar ……………………………………………………………………………………! ),!
!
6.! DISCUSIÓN ……………………………………………………………………! ))!
6.1! Variedad de presas para el jaguar en Metzabok y El Pirú. Sitios de importancia biológica ………………………………………………………………..……………….! ))!
6.2! Viabilidad ecológica del jaguar para subsistir en metzabok y El Pirú (IAR de las presas) ………''''''''''''''''''''''''''''''''''''''!!!)*!
6.3! Percepciones, actitudes y problemáticas sociales, su influencia en la viabilidad de la conservación del jaguar ……………………………………………! %-!
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7. CONCLUSIONES ……………………………………………………………. 86
8.! RECOMENDACIONES ………………………………………………………! *%!
9.! LITERATURA CITADA ……………………………………………………….! **!
1
Resumen
En México, el jaguar (Panthera onca) se encuentra en peligro de extinción, debido a
que ha perdido más de la mitad de su rango histórico de distribución a causa de la
destrucción y fragmentación de su hábitat, la caza ilegal, la declinación en la
disponibilidad de sus presas y la aparición de enfermedades exóticas (Ceballos et al.,
2002; Sanderson et al. 2002; Chávez, 2006). Aunado a esto, la especie en México
enfrenta otro problema que no ha sido lo suficientemete estudiado y esto es el ser
cazado como represalia a la depredación de ganado (Polisar, 2000; Amador et al.,
2013). Debido a esto, aquellos trabajos que aborden la problemática de conservar
carnívoros, desde un panorama donde se analicen las percepciones de las personas
que habitan los territorios rurales, cobran una mayor relevancia al generar acciones de
conservación que intenten cubrir ambos intereses (el ecológico y el social), así como
darles un papel prioritario a ambos. Por esto, los objetivos del presente estudio fueron
analizar las percepciones que tienen dos comunidades (una indígena Metzabok- y
otra mestiza El Pirú-) acerca del jaguar, su conservación y el conflicto por la
depredación de ganado, así como estimar el Índice de Abundancia Relativa (IAR) de
sus presas en ambos sitios; con el fin de evaluar la viabilidad de conservación que
tiene este felino en dichas comunidades. Para analizar el componente social de las
dos comunidades se realizaron entrevistas semiestructuradas y se utilizó el método de
observación participante. En el caso del componente ecológico, se obtuvieron IAR a
través del conteo de rastros, avistamientos y registros de cámaras-trampa. Se
registraron 21 especies que son presas para jaguar. Se obtuvieron IAR altos en ambas
comunidades y comparándolos con estudios hechos en la región de la Selva
Lacandona se observó que ambos sitios son idóneos para albergar jaguares, de
acuerdo a la disponibilidad de presas. En Metzabok, 58% de los entrevistados dijeron
no estar de acuerdo con introducir otro jaguar a la comunidad, principalmente por el
miedo que le tienen al felino debido a la falta de información y porque ciertas creencias
de su cosmovisión ancestral ya no prevalecen. Además, demostraron también
preocupación por el jaguar, por lo que le podría pasar si se trajera otro a la selva ya
que están conscientes del conflicto y el miedo que las personas aún tienen. En El Pirú,
71% de los entrevistados estuvo de acuerdo en traer otro jaguar a la selva, incluso los
ganaderos, ya que las depredaciones por jaguar no son muy comunes y los otros
pobladores mencionaron que es necesario hacer un mejor manejo del ganado y vigilar
más a los animales, para evitar las depredaciones. Sin embargo, hicieron evidente la
2
falta de apoyo hacia la conservación por parte del gobierno y la falta de difusión del
seguro ganadero.
Palabras clave: Conflicto humano-jaguar, Índice de Abundancia Relativa, foto-trampeo, presas de jaguar, percepciones, comunidad indígena, ejido mestizo, Selva Lacandona.
3
1. INTRODUCCIÓN
1.1 Antecedentes ( El conflicto humano-jaguar) México tiene una gran diversidad biológica que es causada por los altos niveles de
endemismo de los diferentes grupos taxonómicos, y por los complejos patrones de
distribución de la flora y fauna que conforman un mosaico muy peculiar de
ecosistemas y comunidades terrestres (CONABIO, 2006). Sin embargo, esta
diversidad se ha visto amenazada durante las últimas décadas debido a algunas
actividades humanas que perturban dichos ecosistemas y que han causado la
extinción de muchas especies de plantas y animales (Ehrlich y Ehrlich, 1981). Uno de
los grupos que ha sido afectado en México durante las últimas décadas, son los
mamíferos terrestres.
México tiene el 11% de las especies de mamíferos del mundo, siendo un total de 550
especies las que se encuentran dentro del país (Ceballos y Arroyo-Cabrales, 2012).
Asimismo, ocupa el tercer lugar en el mundo en número de especies de mamíferos
terrestres, con aproximadamente 477 (Lorenzo et al., 2008). Desafortunadamente,
dichas especies silvestres se han visto disminuidas tanto en su abundancia como en
su distribución a lo largo del país, debido al incremento acelerado de la población
humana y sus actividades intensivas, lo cual ha llevado incluso a la extinción local de
poblaciones de algunas de ellas (Lorenzo et al., 2008). Tal es el caso del jaguar
(Panthera onca) que se encuentra en peligro de extinción, debido a que ha perdido
más de la mitad de su rango histórico de distribución en México a causa de la
destrucción y fragmentación de su hábitat, la caza ilegal, la declinación en la
disponibilidad de sus presas y la aparición de enfermedades exóticas (Ceballos et al.,
2002; Sanderson et al. 2002; Chávez, 2006).
Otro problema que enfrenta actualmente el jaguar como especie y que no ha sido
estudiado lo suficiente, es el ser cazado como represalia a la depredación de ganado
(Polisar, 2000; Amador et al., 2013). Situación que se encuentra estrechamente
relacionada con el conflicto entre humanos y carnívoros, el cual se ha convertido en un
problema económico, político y por ende de carácter social, por lo que representa un
reto mundial que debe ser atendido urgentemente (Treves-Karanth, 2003).
El conflicto entre los humanos y los carnívoros surge por varias razones. Las
principales son la dieta rica en proteína que requieren los carnívoros y las grandes
4
áreas donde éstos se distribuyen. Esto les acarrea problemas con los humanos,
debido a una continua competencia por dichos recursos. De hecho, muchas especies
de grandes carnívoros están especializadas en depredar ungulados, por lo tanto,
algunos carnívoros matan fácilmente ungulados domésticos cuando se les presenta la
oportunidad (Meriggi y Lovari, 1996; Karanth et al., 1999; Polisar, 2000). Lo anterior
genera un conflicto directo con los humanos como consecuencia de la intolerancia a
ésta depredación (Nowell y Jackson, 1996), asociada a las pérdidas económicas y a
aspectos de seguridad personal que son de suma importancia para ellos. Algunos
investigadores como Hoogesteijn y Hoogesteijn (2011) creen que en el caso específico
del jaguar, las represalias debido a las depredaciones de ganado, constituyen la
mayor causa de extinción local en toda Latinoamérica: desde el norte de México hasta
el norte de Argentina.
Bajo este contexto, algunos autores como Toledo (2000) y Durand et al. (2012),
opinan que para poder hacer un manejo integral de los recursos naturales -
considerando la fauna silvestre como recurso- y poder conservar especies en peligro
de extinción -como en el caso del jaguar- es indispensable incluir dentro de los
programas de conservación, manejo y aprovechamiento a largo plazo, así como el
comportamiento social, ya que el conflicto social es inherente a la problemática que
implica la conservación de este felino. Además, para el caso particular de México es
muy poco probable poder conservar al jaguar sin tomar en cuenta el conflicto con los
humanos, ya que no hay otro país dentro del territorio de distribución de éste felino
que tenga un porcentaje tan grande del paisaje boscoso bajo un manejo comunitario
(Figel et al., 2011).
En específico, para conservar las poblaciones de jaguar de la Selva Lacandona, es
imprescindible partir desde el ámbito socio-político y económico, ya que en esta región
existe una enorme diversidad biológica (Medellín, 1994) pero también cultural, aunado
al carácter peculiar que mantiene la zona, debido a los movimientos sociales que se
han gestado ahí (De Vos, 2002). No es de sorprenderse que los territorios más
biodiversos son también los más diversos culturalmente, pero a su vez son las zonas
de mayor complejidad y desigualdad social (Toledo, 2001). Además, algunos estudios
llevados a cabo en el sureste de México (donde se encuentra la Selva Lacandona) y
Guatemala han encontrado poblaciones saludables de jaguar dentro de bosques
comunitarios que se encuentran bajo un aprovechamiento forestal (Ceballos et al.,
2005; Moreira et al., 2008).
5
Por ende, para poder abordar un conflicto de esta magnitud, es necesario mantener la
objetividad y mirar todas las aristas que lo conforman. Es esencial, por ejemplo,
contemplar el tipo de manejo que mantienen las comunidades humanas dentro de los
hábitats, ya que éste puede ser un reflejo de los problemas sociales que viven, y que
pueden actuar como factores o restricciones para la conservación. De igual forma, es
pertinente evaluar y explorar las posibles fuentes de conflicto y sus explicaciones, para
poder buscar soluciones específicas a los problemas ecológicos y sociales que
enfrentan las comunidades. Por ello, en la actualidad, se reconoce la necesidad de
generar acciones de conservación que intenten cubrir ambos intereses (el ecológico y
el social), así como darles un papel prioritario a ambos (González-Maya, 2007).
Esto implicará diseñar acciones que tomen en cuenta no sólo la disponibilidad de
hábitat y presas, sino también las percepciones que tiene la gente en las zonas rurales
donde se distribuye este felino, ya que la viabilidad de sobrevivencia de las
poblaciones silvestres depende mucho de la disposición que muestren las personas
hacia su conservación.
1.2 Justificación
Uno de los factores que generan mayor conflicto con la fauna silvestre, en especial
con los carnívoros, es la depredación de animales domésticos. Se sabe que los
animales domésticos como las vacas, caballos, cabras, ovejas, puercos, aves de
corral y perros son una fuente primordial de carne, leche, grasas, pieles, fuerza de
trabajo y compañía, entre otros productos y beneficios para la población humana (De
Haan et al., 2001), por lo que constituyen uno de los más grandes beneficios tanto
económicos como alimenticios de una gran proporción de las personas que viven en
ambientes rurales (Romañach et al., 2007).
En el caso específico del Sureste de México, la mayoría de las personas que habitan
en las comunidades rurales guardan sus aves de corral y ganado como una fuente
extra de ingresos que puede ser usada para emergencias o festividades u otras
ocasiones especiales, por eso cuando su ganado es depredado, ellos no dudan en
tomar medidas, haciendo de la cacería de retribución por depredación la principal
causa del decline de los carnívoros (Baker et al., 2008), entre ellos el jaguar.
6
Esto confirma que el conflicto actual entre el humano y la fauna silvestre es tangible y
preocupante y por eso muchos conservacionistas se encuentran buscando soluciones
a este problema. El daño directo a la fauna silvestre es comúnmente visto como el
foco principal, y existen muchas herramientas para reducirlo. Sin embargo, es un
hecho que el conflicto prevalece incluso después de que el daño a la fauna se haya
reducido, lo que sugiere la necesidad de buscar enfoques más novedosos y completos
para una resolución a largo plazo (Dickman, 2010).
Sobre este quehacer, se sabe que los enfoques de los estudios en mitigación del
conflicto son investigar y responder sólo a los aspectos técnicos; sin reconocer que el
enfoque social es imprecindible para atacar dicha problemática, debido a que las
actitudes de la gente hacia la fauna silvestre son complejas -influidas por diversos
factores sociales como la religión, la etnicidad y las creencias culturales-, por lo que el
conflicto se ve intensificado. Además, se sabe que los conflictos entre humanos y
fauna silvestre son generalmente manifestaciones de conflictos subyacentes entre los
mismos humanos, tales como los que existen entre las autoridades y la gente local o
entre la gente con diferentes ambientes culturales. Por lo que el desarrollo de una
mayor conciencia y conocimiento de los factores que generan el conflicto puede
ayudar a mejorar la comprensión de los patrones y procesos subyacentes de este
problema crítico de conservación. La clave está en permitir que la gente se mueva del
conflicto hacia la coexistencia con la fauna silvestre (Dickman, 2010).
De esta forma es que cobran una mayor reelevancia aquellos trabajos que aborden la
problemática de conservar carnívoros, desde un panorama donde se analicen las
percepciones de las personas que habitan los territorios rurales (Amador et al., 2013),
como es el caso de las comunidades Metzabok y El Pirú. Sin embargo, para ambas
comunidades, no se han reportado estudios que evalúen la presencia de jaguar y la
disponibilidad de sus presas, así como las percepciones que tiene la gente hacia éste
carnívoro, tomando en cuenta las peculiaridades de cada comunidad y el tipo de
manejo que realizan en la región de la Selva Lacandona al sureste de México, donde
Ceballos y Oliva (2005) consideran que se concentra la última población viable de
jaguar en el país.
De aquí la importancia del presente trabajo como una contribución y aproximación
para tratar de entender el conflicto humano/carnívoros, sobre todo cuando se trata de
conservar una especie tan emblemática como es el jaguar. A su vez, se espera que
7
con los resultados de este estudio se puedan generar elementos para tomar
decisiones a futuro que permitan a las comunidades humanas tener una mejor
convivencia con otras especies.
1.3 Objetivos
El objetivo principal de este trabajo es diagnosticar la viabilidad para conservar al
jaguar (Panthera onca) en base a la percepción de dos comunidades de la Selva
Lacandona con diferentes orígenes culturales y sistemas de manejo, así como en la
disponibilidad de presas para dicho carnívoro. Para lograr este propósito se pensó
realizar los siguientes objetivos particulares:
Realizar un listado de las presas de jaguar y otros felinos, registrados
en ambos sitios de estudio y verificar la presencia de jaguar.
Estimar el índice de abundancia relativa de las presas de jaguar y de
otros felinos.
Evaluar la calidad de los hábitats para el jaguar en cada sitio, de
acuerdo a la disponibilidad de presas.
acerca del jaguar y su conservación.
Diagnosticar la viabilidad de conservar al jaguar en los dos sitios, en
base a los criterios anteriores.
2. MARCO TEÓRICO
2.1 Descripción general del jaguar
El jaguar, también conocido comúnmente como tigre, tigre real, yaguareté, otorongo y
onca, es el felino más grande del continente americano (Figura 1). Su cuerpo es
robusto con miembros cortos y musculosos; cabeza ancha; orejas pequeñas y
redondeadas; cola corta que termina en punta, la cual no es mayor a una tercera parte
8
de la longitud total del cuerpo. El patrón de coloración es generalmente amarillo rojizo
en el dorso y costados, blanco en la parte del vientre y en la parte interna de las patas.
Todo el cuerpo está cubierto de rosetas de tamaño variable, con manchas pequeñas
en el centro. Posee un cráneo robusto, ancho en el rostro al igual que en el arco
zigomático. La cresta sagital está bien desarrollada (Nowell y Jackson, 1999;
SEMARNAT, 2009).
Figura 1. Fotografía de jaguar (foto tomada por Ray Morris)
Las medidas corporales del jaguar cambian con respecto a la variación geográfica, las
subespecies de Mesoamerica son más pequeñas que las de Sudamérica (Oliveira,
1994), pero en general las hembras miden de 1,570 a 2,190 m de largo y los machos
de 1,720 a 2,410 m (Seymour, 1989). El peso corporal es mayor en machos (64 a 114
kg) que en hembras (45 a 82 kg; Leopold, 1965).
La temporada reproductiva de este felino es probablemente durante todo el año, pero
Rabinowitz y Nottingham (1986) reportan que los cachorros nacen usualmente en la
temporada de lluvias, cuando hay mayor disponibilidad de presas. La madurez sexual
en las hembras se alcanza a los tres años, mientras que en los machos es entre el
tercero y cuarto año. En cautiverio las hembras presentan un estro de 6 a 17 días
(Tewes y Schmidly, 1987). El período de gestación dura de 93 a 105 días. El tamaño
promedio de la camada es de dos, con un intervalo de 1 a 4 cachorros. Las crías
nacen moteadas y son altricias (es decir con poca o nula visibilidad). Las crías
acompañan a la madre hasta el año y medio o dos de vida, las hembras no se
aparean si todavía sus crías las acompañan (Oliveira, 1994).
En cuanto a su comportamiento, se puede decir que son animales solitarios excepto
Clasificación taxonómica
Familia Felidae
Clase Mammalia
Orden Carnívora
Familia Felidae
Subfamilia Pantherinae
Género Panthera
Especie Panthera onca
9
en el apareamiento o cuando aún los juveniles son dependientes de la madre
(Seymour, 1989). Son predominantemente nocturnos y activos en el crepúsculo y al
amanecer (Oliveira, 1994).
El ámbito hogareño de los jaguares presenta una gran variación espacial y temporal,
se ha calculado que el área de actividad fluctúa entre 10 y 150 km2. El sexo, la edad,
la disponibilidad y tamaño de las presas, el tipo de hábitat y la interferencia humana
son factores importantes que influyen en el tamaño de dicho ámbito (Crawshaw y
Quigley, 1991). El área de actividad de las hembras puede estar determinada por la
disponibilidad de las presas; mientras que para los machos se encuentra determinada
por la competencia intraespecífica por espacio con otros machos, incluyendo ésto el
acceso a las hembras y la disponibilidad de alimento. Se ha calculado que el área
mínima promedio para soportar una población viable de jaguares (500 individuos,
50:50) es de 8,474 km2 (Oliveira, 1994).
Se sabe que los jaguares se distribuyen en una gran variedad de hábitats, usualmente
prefiere ambientes planos con densa cobertura vegetal y muy húmedos, como las
selvas tropicales, bosques espinosos, marismas, manglares, pampas/llanos, así como
ambientes desérticos, donde busca las áreas con mayor densidad vegetal como el
chaparral. Es común encontrarlos en bosques de galería y parches de selva más
seguido que lo esperado, por la disponibilidad de recursos de éstos ambientes; en
cambio en los bosque abiertos y pastizales, su presencia es menor a la esperada por
área (Oliveira, 1994). Se le encuentra desde el nivel del mar hasta los 2,700 msnm,
aunque raramente sobrepasa los 1500 msnm (SEMARNAT, 2009).
2.2 Distribución geográfica del jaguar en México La distribución histórica de la especie era de forma continua desde el sur de los
Estados Unidos de Norte América hasta Argentina, mientras en México (Figura 2) se
distribuía a lo largo de los planos costeros del Atlántico y el Pacifico, en la región sur y
sudeste de nuestro país como en la Península de Yucatán y en los estados de
Oaxaca, Tabasco y Chiapas (Seymour, 1989).
10
Figura 2. Distribución histórica del jaguar en México. Tomado de SEMARNAP-INE,
1999.
Actualmente, la distribución probable del jaguar, incluye una porción considerable de
la distribución histórica, desde Sonora y Tamaulipas hasta la Península de Yucatán y
Chiapas (Figura 3). Los cuatro estados donde se encuentra las poblaciones más
importantes son Campeche, Chiapas, Oaxaca y Quintana Roo (Flores y Gerez, 1994).
Hay registros recientes en los estados de Sonora, Sinaloa, Nayarit, Jalisco, Estado de
México, Guerrero, Oaxaca, Chiapas, Yucatán, Quintana Roo, Campeche, Tabasco,
Querétaro y Tamaulipas (Faller et al., 2005; López-González y Brown, 2002; Monroy et
al., 2005; Ortega-Huerta y Medley, 1999; Rosas-Rosas y López-Soto, 2002; Valdez et
al., 2002).
11
Figura 3. Distribución actual del jaguar en México. Tomado de Howell y Webb, 1995;
modificado de SEMARNAP-INE, 1999.
2.3 Importancia ecológica del jaguar
La conservación de la biodiversidad, es de suma importancia ya que contribuye al
Los
ecosistemas no son sólo un conjunto de poblaciones ni éstas un conjunto de
individuos, sino que entre ellos existen relaciones inter e intraespecíficas, además de
relaciones con el medio abiótico. Dichas relaciones garantizan el funcionamiento
adecuado de los ecosistemas (De Leo y Levin, 1997) y cobran mayor interés cuando
se trata de especies raras o en peligro de extinción, sobre todo cuando se encuentran
Una de las relaciones que determina la estructura y funcionamiento de un ecosistema
es la depredación (Ricklefs, 1984; Krebs, 1985; Begon et al., 1990), ya que este
proceso incide directamente sobre el desarrollo de las redes tróficas (Moreno et al.,
2006), e indirectamente en el secuestro de carbono, el control de la invasión de
especies y en los cambios biogeoquímicos en tierra, agua y atmósfera (Estes et al.,
2011; Beschta y Ripple, 2009; Gross, 2008).
12
Los depredadores que tienen una función clave dentro de los ecosistemas, son los
llamados depredadores tope, es decir las especies que no tienen un depredador
natural en la cadena trófica (Navia, 2013). Desde hace tiempo los biólogos saben que
los depredadores controlan las poblaciones de los animales que les sirven de presas,
pero estudios recientes revelan que el aporte de los macrodepredadores como el
jaguar es mucho mayor: desde el control de depredadores más pequeños, hasta la
protección contra la erosión de bancos ribereños y la generación de zonas de
concentración de nutrientes (Beschta y Ripple, 2009). Es más, en un estudio realizado
por Sergio et al. (2006), se demostró que la presencia de depredadores tope está
asociada a una gran biodiversidad y se resaltó la importancia de éstas especies para
poder cubrir metas enfocadas a la conservación, en virtud de que pueden actuar como
especies bandera, clave, sombrilla o como indicador biótico. Esto sólo lo consiguen los
depredadores tope, ya que las especies de niveles tróficos secundarios muy
difícilmente cumplen con todos estos criterios.
En este sentido, el jaguar funge un papel importante cuando se trata de conservación
de la biodiversidad y por ende de la administración de servicios ecosistémicos.
Destacando su función dentro de los ecosistemas, se sabe que el jaguar y otros
macrodepredadores mantienen el vigor de las poblaciones de sus presas al eliminar
individuos enfermos y viejos, de hecho disminuye la diseminación de enfermedades
que afectan a éstas especies, al ganado e incluso al propio hombre (Hoogesteijn y
Hoogesteijn, 2005). Los depredadores tope inciden también en la distribución de
polinizadores, aves e insectos, como consecuencia de depredar mamíferos
herbívoros, de esta forma controlan indirectamente la composición de las
comunidades de especies vegetales, las cuales sirven como refugio y alimento de
dichos polinizadores, aves e insectos. Además de afectar los números de las
poblaciones de sus presas, los jaguares también afectan el comportamiento de las
mismas. Éstas al verse presionadas por el depredador, seleccionan diferentes hábitats
y diferentes fuentes de alimento, e incluso disminuyen el tiempo en el que se
alimentan (Paine 1966; Brown et al. 1994; Schmitz 1998). Por lo tanto cuando se
eliminan o se reducen los depredadores tope, en este caso los jaguares, se produce
un efecto en cadena que ocasiona que los ecosistemas cambien, y frecuentemente
esto resulta en un sistema simplificado y ecológicamente más pobre (Soulé y Noss
1998).
13
El jaguar juega también una función clave en el proceso de planificación y control de
las actividades de conservación, ya que al ser una especie de gran tamaño, amplia
distribución (habita una gran variedad de ecosistemas), comportamiento territorial y
sensibilidad ecológica; necesita de áreas grandes para alimentarse y sobrevivir
(Ceballos et al., 2002; Medellín et al., 2002; Hoogesteijn y Hoogesteijn, 2005). Por lo
que su conservación facilita la supervivencia de otras especies, ya que sus
requerimientos abarcan los requerimientos de especies menos demandantes como el
pecarí de labios blancos (Tayassu pecari), el pecarí de collar (Pecari tajacu), el venado
temazate (Mazama temama), la paca común (Cuniculus paca), el coatí (Nasua narica),
el armadillo de nueve bandas (Dasypus novemcinctus), entre otros (González-Maya,
2007; SEMARNAT, 2009; De la Torre, 2009). En consecuencia, se considera al jaguar
como una especie sombrilla y es utilizado para definir las metas de conservación.
Debido al enorme interés que hay para protegerlo es considerado como una especie
bandera (Miller et al., 1999). Además por la naturaleza de su tamaño, apariencia y
carisma, los jaguares pueden despertar emociones de respeto o simpatía por parte de
los humanos (Miller y Rabinowitz, 2002), lo que los hace el foco de atención de los
medios y por eso son utilizados para recaudar fondos y apoyo para proteger hábitats
determinados (Noss y Cooperrider, 1994).
2.4 Importancia cultural del jaguar
En México reside la mayor población de pueblos indígenas y mestizos en América.
Dicha población comparte algunos rasgos como la apariencia física, las costumbres y
ciertos aspectos de su cosmovisión (Bonfil, 1987). La mayoría de estos grupos de
indígenas y mestizos, son descendientes de culturas mesoamericanas (Toledo, 2000)
y por eso aún permanecen dentro de su cultura contemporánea, ciertos símbolos
milenarios sobre seres investidos de fuerza y con poderes sobrehumanos.
Precisamente el jaguar, misterioso y mágico habitante de los bosques y las selvas
americanas es uno de éstos símbolos, que aparece continuamente en las expresiones
culturales (Valverde, 1998). Ha servido, por ejemplo, como modelo de belleza o fuerza
para exaltar la personalidad de antiguos héroes, adquiriendo importancia en diversas
culturas mesoamericanas (Pérez-Acevedo y Briones-Salas, 2011).
Es un animal conocido por muchos nombres ya que en cada región a lo largo de su
área de distribución se le nombra de forma diferente, ya sea con nombres indígenas o
14
nombres mestizos. Al llegar los españoles al continente americano llamaron al jaguar
, recordando al felino de Asia que les era familiar. Desde entonces en muchos
sitios de Latinoamérica el nombre de es utilizado para llamar al único felino pinto
de gran tamaño que habita en esta parte del mundo (Galindo-Leal y León-Portilla
2009; Galindo-Leal, 2010).
describe adecuadamente al jaguar, ya que cuando ataca a sus presas, su mordida
generalmente va dirigida al cráneo y sus afilados colmillos lo atraviesan sin problema
con la extraordinaria fuerza de su mandíbula. En México, los mayas llamaban al jaguar
Balam, Zac-bolay, Yunka, Chac Mool (jaguar rojo), mientras que los aztecas lo
conocían como Ocelotl. En zapoteco su nombre es Beztao, Beedxé, en chinanteco,
Hieh, Yah o Ahyah, en mixteco, Kuiñi o Nga´a, en amuzgo, Kítzian, en mazateco, Xa,
en mixe, Caa, en zoque, Kajanh, Tsikin kajanh, en náhuatl, Tikuaní, en chontal,
Galdilix, y en huave, Lüw (De Ávila, 2004). En el país también se le conoce con el
nombre mestizo de tigre o jaguar (Galindo-Leal y León-Portilla 2009; Galindo-Leal,
2010).
La cultura Olmeca, también conocida como tenocelome (boca de jaguar) tenía como
uno de los principales símbolos de la religión al jaguar. En esta cultura aparecen las
primeras representaciones del jaguar y de los hombres-jaguar, seres sobrenaturales
producto de la unión de los gobernantes con seres míticos. Gran cantidad de
monumentos contienen cabezas con rasgos humanos y animales, particularmente de
jaguar, en donde se pueden identificar garras, manchas del pelaje, colmillos y las
fauces del jaguar (Olivier, 1999). Los Olmecas consideraban al jaguar como una
deidad relacionada a la tierra, representaba el origen de la tierra y el inframundo. Ellos
mismos se consideraban como descendientes del jaguar ya que tenían el mito de que
la humanidad tuvo su principio en la unión del jaguar con una mujer, originando a un
hombre caracterizado por sus rasgos de jaguar (González, 2001).
Los Mayas continuaron muchas de las creencias Olmecas, manifestándose en el
hecho de que los sacerdotes se cubrían con pieles de jaguar durante las ceremonias y
rituales. El jaguar significaba para ellos poder, oscuridad y fertilidad (Sotelo y
Valverde, 1991). De aquí que entre los gobernantes de las grandes ciudadelas Mayas
se acostumbrara llevar el sobrenombre de jaguar (Balam o Chac), convirtiéndose en
una moda ampliamente distribuida. Entre los más notables documentos de la cultura
15
patente la presencia del jaguar en la cultura Maya, ya que algunos de los principales
personajes llevan el nombre del jaguar (Galindo-Leal, 2011).
En Oaxaca el jaguar también tuvo un papel importante para los habitantes
prehispánicos pues se relacionaba con los montes, la tierra y la lluvia (Galindo-Leal,
2011).
En Teotihuacán, por su parte, se representaba al jaguar a menudo con características
de otros animales, como aves y serpientes (González, 2001) y recientemente se han
encontrado ofrendas en algunas tumbas de Teotihuacán con osamentas de jaguares
(Galindo-Leal, 2011).
Es sabido que entre los aztecas el jaguar era considerado el rey de los animales, por
lo que los líderes y guerreros de alto rango utilizaban vestimentas hechas con piel de
jaguar como símbolo de autoridad. Por lo mismo en Tenochtitlán se celebraba el
festival de Tlacaxipehualiztli, en donde los guerreros capturados en batallas eran
forzados a pelear con jaguares al estilo de gladiadores. El jaguar aparecía como
; este título posiciona al
jaguar en el lugar central de la naturaleza. Además para los aztecas el jaguar era el
Octavo Señor de la noche y se le consideraba el eco o la voz de la noche (González,
2001).
Actualmente en algunos estados aún se practica la danza del Tecuani, que es una
representación de las andanzas del jaguar y su captura. Tecúan significa en náhuatl
animal al que se le tiene admiración, respeto y miedo (Galindo-Leal, 2011), aunque en
México parte de la tradición y cultura prehispánica en torno al jaguar, se ha ido
perdiendo en ciertos grupos indígenas debido a diferentes movimientos políticos,
sociales y económicos.
No obstante, Figel et al. (2011) mencionan que todavía hay una conexión profunda,
tradicional y cultural entre los chinantecos y los jaguares, así como con otros grupos
indígenas de México, particularmente manifestada en la creencia de los nahuales,
humanos con el poder de transformarse en jaguares (INI, 1981). Dentro del estudio
16
que realizaron, estos autores señalan que cerca del 50% de las personas
entrevistadas, dijeron que habían oído historias de sus padres o abuelos acerca de
jaguares, y 63% indicó que creían en nahuales. La creencia en los nahuales no tiene
relación con la edad. Esta creencia conlleva una inhibición contra la caza de jaguares,
ya que se corre el riesgo de matar a un humano que se encuentra temporalmente en
un estado de jaguar, cuyos familiares pueden buscar represalias contra ti (INI, 1981).
2.5 Aspectos ecológicos importantes para la conservación del jaguar. Además de los aspectos socieconómicos, se sabe que para poder conservar a los
carnívoros se deben tomar en cuenta ciertos aspectos ecológicos y biológicos. Para
eso existen diferentes perspectivas, desde la genética hasta un nivel macroecológico
como el manejo adaptativo de los recursos naturales. Dentro de éstos enfoques, se
pueden orientar esfuerzos de conservación tanto a nivel de individuos como de
poblaciones.
Uno de los problemas más importantes que amenazan la existencia de las
poblaciones de jaguar, es el crecimiento demográfico que conlleva la degradación,
destrucción y fragmentación del hábitat, lo cual se ve agravado por los cambios de uso
de suelo por actividades poco aptas o sin control y la cacería furtiva, no sólo del jaguar
sino también de sus presas (SEMARNAT, 2009). Cuando las poblaciones humanas
crecen, las áreas naturales son colonizadas e influenciadas por las actividades
humanas. El desarrollo de redes de caminos, aprovechamiento maderero, búsqueda
de petróleo, actividades turísticas, entre otras actividades, inician el proceso de
colonización, asentamiento y transformación del paisaje. Por lo que la pérdida de
hábitat y la cacería de presas salvajes son dos de las principales actividades que
afectan a la fauna silvestre en dichas áreas naturales (Escamilla et al., 2000).
En el caso particular de las poblaciones de jaguar, los estudios que se lleven a cabo
respecto a su ecología y conservación son de vital importancia, porque es el único de
las poblaciones de esta especie son cada vez menos a causa de la fragmentación de
su hábitat y la cacería ilegal (SEMARNAT, 2009). En México y Centroamérica, la
situación para el jaguar cada vez es peor, debido a que las poblaciones se encuentran
sólo en un 33% de su rango de distribución histórico, y el 75% de éstas poblaciones se
encuentran reducidas en número (Swank y Teer, 1989; Sanderson et al., 2002;
17
Marieb, 2005); a pesar de que los jaguares están protegidos en México y su cacería
está estrictamente prohibida desde 1987 (SEMARNAT, 2010).
De este modo, los esfuerzos de conservación del jaguar no deben limitarse sólo a las
áreas donde se distribuyen, deben extenderse también a los corredores ecológicos y
otras formas de manejo del paisaje (Hoogesteijn y Hoogesteijn, 2005). Por esto
mismo, es importante generar protección a las poblaciones de jaguares, tanto por la
vía formal (procesos legales con la designación de parques, santuarios y/o reservas) e
informal (aceptación del jaguar por parte de propietarios de terrenos privados). Ésta
necesidad del jaguar por ocupar inmensas áreas interconectadas, hace que la
protección informal de grandes áreas con la participación de sus propietarios y
usuarios, sea el factor crítico dentro de los planes de conservación (Miller y
Rabinowitz, 2002), refiriéndose también a las comunidades rurales como propietarios y
usuarios.
A la larga, esto hace a los jaguares más vulnerables que otras especies a desaparecer
dentro de los ecosistemas (Terborgh, 1988; Miller y Rabinowitz, 2002). Por lo que un
mayor conocimiento ecológico sobre la manera en que se dispersan los jaguares,
sobre cómo usan los corredores de hábitat y cómo pueden persistir en varios grados
de fragmentación del hábitat, es crítico para el diseño de acciones de conservación
apropiadas, así como para configurar los límites de las áreas protegidas y para diseñar
corredores.
Por otro lado, la cacería de animales silvestres, conocida como cacería de
susbsistencia, es una actividad sumamente importante en muchas áreas rurales del
mundo (Robinson y Redford, 1991; Fitzgibbon et al., 1995) y México no es la
excepción. Sin embargo, esta actividad ha cambiado drásticamente mientras los
paisajes humanos y biológicos han cambiado también. Algunas comunidades
dependen exclusivamente de presas salvajes para obtener proteína, mientras que
otras obtienen la proteína tanto de presas salvajes como de animales domésticos
(Redford y Robinson, 1987; Jorgensen, 1995a, 1995b). En algunas áreas las presas
silvestres son fuertemente explotadas para uso comercial (Bodmer, 1995; Fa et al.,
1995; Cuarón, 1997). Las preferencias de la gente y el efecto de sus actividades sobre
las presas silvestres pueden variar en relación a su dependencia hacia dicha fauna
como fuente de proteína, ingreso o ambas (Escamilla et al., 2000).
18
La cacería de animales silvestres y la fragmentación del hábitat, incide directamente
en el estado de salud de un depredador, debido a que éste es determinado en gran
medida por la cantidad y la calidad de sus presas (Sunquist y Sunquist 1989). La
cacería, la deforestación y las actividades agrícolas, usualmente alteran la estructura y
dinámica de las poblaciones de grandes ungulados (Hunter, 1990; Madhusudan y
Karanth, 2000) y dependiendo del grado de la actividad humana, se puede afectar
negativamente la ecología alimentaria de los grandes felinos que dependen de los
ungulados como sus presas primarias (Novack, 2003). Además, se cree que las
dinámicas sociales de los grandes carnívoros son sensibles a las variaciones en las
densidades relativas de presas de diferente tamaño, causadas ya sea por factores
naturales o antropogénicos (Karanth y Sunquist, 1995).
Por esto mismo es importante implementar programas de monitoreo, donde se estudie
la disponibilidad de presas y otros recursos (Taber et al., 2002 Kelly y Silver, 2009), ya
que las presas se ven disminuidas al fragmentarse el hábitat y al ser aprovechadas de
forma incontrolada por los humanos. Sólo de esta forma se podrá realizar una
conservación efectiva de jaguares a nivel de población.
2.6 Influencia de los aspectos socioeconómicos en la conservación de carnívoros, el caso particular del jaguar.
Al generar las bases para conservar fauna silvestre, es de suma importancia tomar en
cuenta el contexto socioeconómico, sobre todo cuando se trata de carnívoros
mayores. Cuando se toma en cuenta el componente socioeconómico, se puede
obtener información acerca del uso y manejo de los recursos naturales que se ha
hecho desde hace tiempo por las comunidades humanas nativas, quienes han
obtenido dicha información de forma empírica o bien a través de la tradición oral. Por
lo que a través de dicho uso y manejo tradicional, las comunidades pueden mantener
un manejo más adaptado a las condiciones naturales del ecosistema (Toledo, 2010).
Es necesario considerar que la conservación de la biodiversidad no puede ser
separada del manejo y utilización de los recursos naturales. Los humanos utilizan y
fenómeno se define como el acto mediante el cual los humanos hacen transitar un
generando un arraigo a ese fragmento de naturaleza (Toledo, 2000). La apropiación
19
de los recursos naturales incluye minerales, agua, materiales textiles y de
construcción, energía solar y principalmente organismos vivos (biomasa) de los
ecosistemas (Toledo, 2001).
No obstante, debido a la utilización de métodos incompatibles a los usos y costumbres
de las comunidades nativas, hoy en día hay un conflicto creciente entre los pobladores
y la fauna silvestre. En especial los macrodepredadores siguen siendo eliminados y
perseguidos por los humanos, a pesar de que generan beneficios para los
ecosistemas y que algunos de ellos tienen un significado importante dentro de las
culturas mesoamericanas (Morrison et al., 2007). Esto se genera porque por un lado la
fauna necesita de hábitats que tengan una capacidad de carga suficiente para sus
requerimientos biológicos y por el otro lado los pobladores necesitan utilizar los
recursos naturales de esos hábitats para cubrir también sus requerimientos (Graham
et al., 2005; Conover, 2002). Por eso es necesario retomar, en el contexto de la
modernidad, aquellos sistemas ancestrales en los que ambos participantes (humanos
y carnívoros) cubrían sus requerimientos básicos y coexistían en el mismo espacio.
Sin embargo, los trabajos que resaltan la importancia del contexto socieconómico
mencionan que la conservación de carnívoros depende tanto de la parte biológica
como de la parte sociopolítica, y que el éxito de la conservación de carnívoros basada
en un enfoque interdisciplinario, permitirá la persistencia de éstos durante décadas a
pesar del crecimiento de la población humana y la modificación de hábitats (Treves y
Karanth, 2003; Lindsey et al., 2005). A pesar de esto, el conflicto entre humanos y
carnívoros sigue siendo controversial debido a que los recursos implicados tienen un
valor económico y los depredadores implicados tienen un alto perfil y están
usualmente protegidos legalmente (Graham et al., 2005).
Aunado a esto, se sabe que las actitudes humanas hacia los carnívoros, son
sumamente variables, aunque algunas tendencias son notables. De acuerdo con
Kellert et al. (1996) y Reading y Clark (1996), las comunidades rurales suelen expresar
fuertes valores dominantes e utilitarios que favorecen la explotacion y sumisión de la
vida silvestre; mientras que las personas con una educación más formal y mayores
ingresos suelen expresar valores naturalistas con un fuerte interés en la recreación al
aire libre y apoyo a la conservación de la vida silvestre. Los jóvenes y las mujeres
tienden a demostrar valores morales y humanos, además de expresar una gran
afección por los animales, opuesto a los usos consumistas. En lo que respecta a los
jaguares, dada su amplia distribución, significa que ellos coexisten en muchos y
20
diferentes entornos etno-culturales, por lo que las actitudes hacia ellos en las
comunidades rurales cercanas son variables y usualmente entendidas pobremente
(Conforti y Azevedo, 2003; Zimmerman et al., 2005).
Por eso es de suma importancia tomar en cuenta todas las aristas que conforman este
fenómeno tan complejo, sobre todo a la hora de evaluar las actitudes y percepciones
de las personas que viven y coexisten con dichos carnívoros. Es lógico que primero se
deban evaluar las condiciones y las situaciones que originan estos conflictos para
acabar de raíz con el problema y asegurar la conservación de los carnívoros. Sin
embargo, a pesar de la importancia que tienen las percepciones y actitudes humanas
dentro del conflicto, no se han hecho ni se han divulgado suficientes trabajos
referentes a esta problemática en México. Sin tomar en cuenta los aspectos
socieconómicos es imposible poder conservar a los carnívoros (Rigg et al., 2011).
Tomando en consideración este contexto, Taber et al. (2002) propusieron una serie de
directrices y sus prioridades para actuar a favor de la conservación del jaguar (Tabla
1).
Tabla 1. Directrices y su prioridad respecto a la conservación de los jaguares en
México y América.
Acciones de Prioridad I Acciones de Prioridad II Accciones de Prioridad III
1. Reconocimientos rápidos de probables áreas
de distribución, de las cuales no haya
información.
1. Investigación sobre los conflictos entre el jaguar y el ser humano, en especial la depredación de ganado, así como la implementación de
proyectos piloto para abordar dicho conflicto.
1. Aplicación y prueba de programas específicos de educación ambiental para
proteger al jaguar.
2. Evaluación de las restricciones a escala del
paisaje para la conservación del jaguar
2. Investigación a largo plazo sobre la ecología y demografía
del jaguar en sitios específicos.
2. Desarrollo y mejoramiento de métodos de investigación
sobre genética de poblaciones.
3. Desarrollo e implementación de proyectos piloto sobre técnicas de monitoreo de
jaguares, sus presas y areas prioritarias para la
conservación del jaguar.
3. Diagnóstico e información básica sobre el estado de
salud de las poblaciones de jaguar.
21
4. Prueba e implementación de programas de
reintroducción y traslocación de jaguares, donde sea
necesario y conveniente.
5. Investigación sobre técnicas reproductivas y, donde sea
necesario, desarrollo y mejoramiento de los
programas de reproducción en cautiverio.
De acuerdo con la Tabla 1, la investigación sobre los conflictos entre el humano y el
jaguar, se considera como una directriz de conservación de prioridad II. Sin embargo
debido a que este problema se ha incrementado durante los útlimos años, es
necesario no considerar únicamente la parte ecológica como la primordial y principal
amenaza para conservar jaguares. Sería muy difícil en México conservar a este felino
tomando en cuenta sólo la reelevancia ecológica de un sitio, ya que la mayoría del
territorio de distribución viable para el jaguar, en este país, se encuentra bajo algún
tipo de manejo y pertenece principalmente a comunidades rurales (Figel et al., 2011).
Por lo que las amenazas al ganado por parte de este felino en los ecosistemas
agropecuarios deben ser controladas y atendidas para lograr el cometido de conservar
esta especie (Palmeira et al., 2008).
Por su parte, Janzen (1998) reconoce que, para que la conservación de los jaguares
sea posible en los ecosistemas agropecuarios, es necesario un cambio en la actitud
de la gente sobre el jaguar, para que se le considere un elemento del paisaje agrícola
con un costo-beneficio, como lo es el ganado y algunos cultivos (frijol, maíz, chile,
etc.). Prueba de esto ocurrió en Belice al desarrollarse un programa de educación
ambiental sobre el jaguar, con el cual se logró cambiar la conciencia y apreciación de
este animal en los alrededores de la reserva para jaguares, generando una mayor
tolerancia hacia la especie y una apreciación costo-beneficio (Rabinowitz, 1992).
Este conflicto de depredación se ha incrementado en los últimos años debido a los
mismos factores que ponen en peligro de extinción al jaguar, es decir, la expansión de
zonas agrícolas-ganaderas, la reducción del hábitat continuo y el incremento de la
cacería furtiva de sus presas naturales (Harris et al., 2005). Por esto, también es
importante hacer estudios para entender cómo los cazadores locales afectan las
22
poblaciones residentes de jaguar, no solamente al matarlos, sino también al cazar las
presas de las que depende (Acción de prioridad II, Tabla 1; Leite y Galvao, 2002).
Además, se ha observado que la cacería incontrolada de sus presas, aumenta el
número de jaguares heridos en encuentros con humanos. Lo cual se traduce en
felinos disminuidos en su capacidad física, que los hace más propensos a depredar
animales domésticos. Debido a esto, se ha propuesto que los daños causados por la
depredación, sean compensados por las dependencias de gobierno correspondientes;
así como implementar programas que contemplen la educación sobre la conservación
e importancia ecológica del jaguar y sus presas, y mejorar la productividad ganadera a
través de un manejo sustentable y adaptativo (Acciones de prioridad II Y III, Tabla 1).
Muchos ganaderos ignoran cómo un buen manejo de su ganado puede proveerles de
incrementos significativos en sus ingresos económicos y prevenir la depredación por
felinos (Hoogesteijn y Hoogesteijn, 2011).
Se sabe que los jaguares pueden coexistir con los humanos en los ecosistemas
agropecuarios y en las áreas naturales que los rodean, si son tolerados (es decir
dependen de las actitudes de los humanos). Esto implica la intervención de aquéllos
que desean conservar la biodiversidad (los jaguares como elementos de ésta) con
quienes desean utilizar los recursos naturales (Vaughan y Temple, 2002), por lo que la
negociación entre ambos actores es necesaria y urgente. Dentro de ésta negociación,
el jaguar desempeña un papel importante tanto en aspectos ecológicos como sociales,
puesto que su sobrevivencia y la conservación de su hábitat requieren de la
participación continua de la sociedad (Janzen, 1998).
En este sentido, es entendible que el conflicto humano/jaguar genere discusiones
entre los conservacionistas del jaguar y aquellas personas que tienen una percepción
negativa de la especie, a causa del interés de proteger sus bienes económicos. Por
esto mismo el conflicto humano/jaguar puede ser un síntoma de algún problema de
mayor escala y puede servir como indicador de la situación ecológica y ayudar a
plantear soluciones más acotadas a la realidad, para conservar las poblaciones de
éste felino (Dickman, 2010).
23
3. MARCO DE REFERENCIA
3.1 Contexto histórico de la Selva Lacandona (Comunidad Metzabok y Ejido El Pirú)
México es un país privilegiado, pues ha sido colocado entre las primeras diez naciones
en términos de riqueza biológica y cultural (Mittermeier et al., 1997). Es el hogar de la
mayor poblacion de pueblos indígenas en America, además de un grupo de población
mestiza que comparte algunos rasgos como la apariencia fisica, costumbres y
cosmovisión de algunas comunidades indígenas (Bonfil, 1987). Este grupo de
indígenas y mestizos, conforman la mayoría de los ejidos dentro del país. Algunos son
descendientes de las culturas mesoamericanas y por eso poseen una experiencia
milenaria sobre el manejo de los recursos naturales (Toledo, 2000).
En México, las comunidades rurales han obtenido la protección del gobierno y el
amparo de las leyes para realizar un manejo comunitario. La constitución de México
de 1917 apoyó la reforma agraria y reconoció la propiedad comunal de la tierra en el
artículo 27 (Alcorn y Toledo, 1998). Como resultado, el sector rural dispone de
enormes extensiones de propiedad, por lo que es apropiador y custodio de la mayor
parte de los recursos forestales, hidrológicos, biológicos y genéticos de México,
poseen y manejan más de la mitad del territorio nacional (103 millones de hectáreas),
casi el 70% del total de las unidades productivas rurales (Toledo, 2000) y el 80% de
los bosques y selvas del país, lo que hace de México el laboratorio más importante del
mundo sobre manejo forestal comunitario (Bray, 1995).
El caso particular de las comunidades rurales de la Selva Lacandona, fue un proceso
moldeado por diferentes movimientos sociales, políticos y económicos. A principios del
siglo XVIII la región quedó virtualmente despoblada con la desaparición de los
lacandones. Sin embargo, grupos provenientes de la Península de Yucatán que huían
de la colonización, se internaron en la selva y después dieron lugar al grupo de caribes
o a los lacandones, como equivocadamente se conocen actualmente. Son de habla
maya-yucateca y fueron los únicos habitantes de la región durante más de un siglo,
por lo que la región permaneció prácticamente vacía y sin ningún contacto con el resto
del país.
En 1822 se solicitó permiso para cortar y extraer maderas en esta zona, y así se hizo
durante seis décadas. Para 1880 la extracción de maderas preciosas era una práctica
común y a finales del siglo XIX, tres poderosas compañias extraían éstos productos a
24
través del sistema fluvial Usumacinta, los recibían en las costas de Tabasco y los
ponían a precios de oro en los mercados de Londres, Liverpool y Nueva York (Toledo,
2000; De Vos, 2002).
Hacia la década de los cuarenta, México exportaba más de cinco mil toneladas de
madera y una parte sustancial provenía de la Selva Lacandona. Ésta extracción
maderera, además del chicle, era la forma en que la región se mantenía integrada a la
modernidad. Este fenómeno, no implicó más que una mínima alteración del
ecosistema. Fue hasta la década de los cincuenta cuando comenzó la colonización
moderna, llevada a cabo por grupos indígenas expulsados, antiguos peones de las
fincas maiceras, cafetaleras y ganaderas, exploradores petroleros, campesinos
mestizos de nueve estados del país y refugiados de Guatemala. Para 1976, los
nuevos colonizadores alcanzaban los 70 mil habitantes, siendo el 90% de origen
indígena -tzeltales, tojolabales, choles y tzotziles- (González-Ponciano, 1996). El 12 de
enero de 1978, se estableció la Reserva Integral de la Biósfe
conocida como Reserva de La Biosfera de Montes Azules (REBIMA), por lo que la
aparición de dicha área protegida de 331,200 hectáreas modificó la dinámica agraria,
económica y social de la región. No obstante, la presencia de dichos grupos vino a
cambiar de golpe la región selvática, ya que para finales de los ochenta un tercio de
los 1.8 millones de hectáreas de la Selva Lacandona, habían sido deforestadas por
700 asentamientos humanos para fincar viviendas y realizar prácticas de subsistencia.
Para 1992, 120 mil hectáreas se agregaron al quedar establecidas cinco nuevas
reservas de menor tamaño que la REBIMA (Toledo, 2000; De Vos, 2002; Tejeda-Cruz,
2009).
Sin embargo, fue hasta el 23 de Septiembre de 1998 que el Área de Protección de
Flora y Fauna Metzabok fue decretada, con un total de 3,368 hectáreas de selva,
debido a que este sitio aún conservaba una gran diversidad de flora y fauna, cuerpos
lacustres de naturaleza kárstica que todavía alimentan al sistema fluvial Usumacinta-
Grijalva considerado el río más caudaloso del país-, además de contener vestigios
arqueológicos e históricos y albergar una población de indígenas maya-lacandones.
En la actualidad sigue con el mismo tipo de protección (DOF, 1998).
Por otra parte, en 1974, aún se conservaban 160,000 hectáreas adyacentes a la
REBIMA, donde actualmente se encuentra el municipio de Marqués de Comillas y
dentro de éste, el ejido El Pirú. Para 1986 se construyó la carretera fronteriza a
Guatemala y se abrieron zonas para uso agropecuario, por lo que el macizo continuo
25
de selva que quedó fue sólo de 100,000 hectáreas; entonces para 1993, las
actividades de aprovechamiento continuaron por lo que el macizo de selva quedó
fragmentado en 9 zonas con áreas entre 2,500-60,000 hectáreas. En la actualidad,
dentro de Marqués de Comillas, el ejido El Pirú es uno de los siete ejidos que se
consideran mejor conservados, ya que aún posee más del 75% de su cobertura
forestal y no presenta problemas de fragmentación interna (Carabias et al., 2010;
RUM, 2013).
Respecto a la tenencia de la tierra, apenas en el 2001 El Pirú recibió el certificado de
sus tierras con el Programa de Certificación de Derechos Ejidales y Titulación de
Solares Urbanos (Procede). Este ejido tiene una superficie de 4,987 hectáreas, de las
cuales el 67% aún conservan selva en buen estado. Hoy en día se llevan a cabo
diferentes programas de aprovechamiento sustentable tomando en cuenta la
importancia ecológica de la zona (Carabias et al., 2012). No obstante en la práctica
actual de la ganadería y agricultura, no todos los ejidatarios trabajan bajo éstas
normas.
Para sintetizar la importancia que tiene la Selva Lacandona no sólo ecológicamente
hablando, sino también desde los puntos de vista social, económico y político, se debe
recordar que es un área geopolíticamente estratégica por ser frontera sur de México
con Guatemala, además de que es parte de la memoria histórica de la civilización
Maya y recinto de recursos petrolíficos, hidroeléctricos y escénicos (Toledo, 1982). A
pesar de esto, sigue siendo incomprensible e inaceptable, que teniendo ese potencial
de recursos, los habitantes de la Selva Lacandona aún sufran condiciones de
marginación y pobreza material. Así como el que se sigan implementando sistemas de
aprovechamiento modernos que son incompatibles con los ecosistemas del trópico
húmedo (sistemas altamente complejos) y con los usos y costumbres de los habitantes
locales (Toledo, 2000).
3.2 Ubicación geográfica y características generales del área de estudio
El presente estudio se llevó en una comunidad y en un ejido, Metzabok y El Pirú, los
cuales están localizados dentro de la Selva Lacandona, una región biogeográfica
tropical de aproximadamente 1,800,000 ha, que se extiende al Este y Noroeste del
estado de Chiapas (Figura 4).
26
Figura 4. Ubicación de la comunidad lacandona Metzabok y el ejido mestizo El Pirú.
Dicha región, tiene el remanente más extenso de Selva Alta Perennifolia en México, y
constituye el área donde se conserva la quinta parte de la diversidad biológica de
México, dentro de un área que representa sólo el 0.16% del territorio nacional. En ella
se encuentran el 31% de las especies de mamíferos, el 48% de las aves y el 14 % de
los peces de agua dulce (Carabias et al., 2007). Por lo tanto y aunado a la riqueza
biológica que resguarda, es una de las áreas con mayor prioridad de conservación en
el país (Muench, 1982).
La subregión Comunidad Lacandona mantiene bajas densidades de población
humana y dentro de ésta se comprenden varias áreas protegidas de las cuales
destacan las Reservas de la Biósfera Montes Azules y Lacantún, así como las
reservas comunales Chankin, Nahá y Metzabok. La subregión Marqués de Comillas se
distribuye en numerosos ejidos, uno de éstos, El Pirú. Aquí los habitantes son
originarios de distintas regiones de Chiapas y otros estados de la República Mexicana.
27
El Área de Metzabok se encuentra en la porción Noreste de la Selva Lacandona. El
Área cuenta con una superficie de 3,368 ha, localizada entre los
17°04´53
ejido Cristóbal Colón, al Sur con el ejido Agua Dulce Tehuacán, al Este con el ejido
Damasco y al Oeste con el ejido El Tumbo, Municipio de Ocosingo.
Por su parte, el ej Pi
la Subcuenca Lacantún. Tiene una superficie total de 4987.36 ha, de las cuales 3,176
ha son de selva mediana subperennifolia (Cruz-Lara et al., 2004; Caraboas et al.,
2010). Localizado entre los paralelos 16°09 17 07 44.3 Norte y los
90°49 59.1 y 90°50 35.1 Oeste. El ejido Pirú, tiene una altitud de 200 msnm. Limita al
Sur con Guatemala, al Este con el ejido Santa Rita, al Oeste con los ejidos Flor del
Marqués y Boca de Chajul y al Norte con los ejidos Galacia y Santa Rita.
3.3 El medio biofísico de la Comunidad Lacandona Metzabok
El clima de Metzabok, está clasificado como
lluvias en verano. La precipitación total anual es de 1,862 milímetros que se
distribuyen en dos períodos bien definidos: uno de alta humedad y otro de relativa
sequía. La temperatura media mensual en el Área es de 23.6 °C.
Su fisiografía se caracteriza como una secuencia planicie-sierra-meseta que
comprende un gradiente altitudinal entre los 580 y los 800 metros. Dentro del área se
encuentran principalmente rocas de origen sedimentario como calizas y areniscas. El
tipo de suelo que tiene está conformado por un mosaico de diferentes tipos como
redzinas, luvisoles cromicos, gleysoles mólicos, vertisoles, cambisoles y litosoles
calcáricos (CONANP, 2006).
El área tiene un sistema lacustre complejo conformado por 21 lagos de diferentes
dimensiones, la mayoría intercomunicados entre sí temporal o permanentemente. Los
cuerpos de agua ocupan 8.7% de la superficie total. El proceso de captación de agua
en dichos cuerpos le aporta una importancia hidrológica al área, ya que el agua se
infiltra y circula por redes arteriales subterráneas, creándose así lagos de tipo
endorreico.
28
La vegetación se clasifica en bosque tropical perennifolio, bosque espinoso y
vegetación secundaria (acahuales).
Por su parte, la mastofauna terrestre, de acuerdo con CONANP (2006), se compone
de nueve familias distribuidas en 36 especies. Las especies en peligro de extinción de
acuerdo con la NOM-ECOL-059-2010 (SEMARNAT, 2010) son: el jaguar (Panthera onca); el ocelote (Leopardus pardalis); tigrillo (Leopardus wiedii), y el tapir (Tapirus bairdii), aunque ésta especie se registro por última vez hace dos años de acuerdo con
los habitantes del área por lo que es posible que ya se haya extinto localmente. Las
especies amenazadas son: el mono aullador (Allouata pigra), el mono araña (Ateles geoffroyi), el oso hormiguero (Tamandua mexicana), la nutria (Lontra longicaudis), el
leoncillo (Puma yagouaroundi) y el grisón (Gallictis vittata); y bajo protección especial
están el mico de noche (Potos flavus) y el mico dorado (Ciclopes didactylus).
Los animales más susceptibles de ser cazados son: el armadillo (Dasypus novemcinctus), el tepezcuintle (Cuniculus paca), el venado temazate (Mazama temama), el jabalí de collar (Pecari tajacu) y dos especies de guaqueques (Dasyprocta punctata y Dasyprocta mexicana). Del venado cola blanca (Odocoileus virginianus), a
pesar de que es raro en el Área, se puede llegar a utilizar los cuernos como punta de
flecha.
3.4 El medio biofísico del Ejido mestizo El Pirú
Su clima es cálido húmedo con lluvias en verano, en más del 50% del territorio,
mientras que en el resto es sub-húmedo con lluvias en verano. La temperatura mínima
promedio anual (de mayo a octubre) va de los 21.5°C a los 22.5°C y la máxima
promedio va de los 33°C a los 34.5°C para el mismo período. Para este mismo
período, la precipitación fluctúa entre los 1400 mm y los 2300 mm. De noviembre a
abril las temperaturas oscilan de los 18°C a los 25°C y las precipitaciones van de los
350 mm a los 600 mm (Carabias et al., 2010).
El ejido El Pirú, está ubicado a una altitud de 200 msnm y registra una corteza
terrestre formada por suelo aluvial que abarca el 49.51% del área del municipio. El
restante 50.44% de la superficie municipal está ocupada por suelo con rocas
sedimentarías, distribuido en un 48.22% de lutitas y un 2.22% de caliza (Plan de
Desarrollo Municipal 2011-2012 Marqués de Comillas, 2011).
29
Los recursos hídricos se conforman por los ríos permanentes como el Lacantún y
Chajul, así como por los arroyos permanentes Lagarto, Manzanares, Bravo y Delicias.
Según datos oficiales del gobierno estatal, la vegetación presente en el municipio es la
siguiente: vegetación secundaria (selva alta y mediana perennifolia con vegetación
secundaria arbustiva y herbácea) que abarca el 9.43%; selva húmedas y subhúmedas
(selva alta y mediana subperennifolia y perennifolia) el 44.34% y diversos (popal-tular
y palmar) que ocupa el 0.73% de la superficie municipal.
En el ejido, se reportan 114 especies de mamíferos, de las cuales 17 son endémicas
de Mesoamérica. Las especies consideradas en peligro de extinción por la NOM-
ECOL-059-2010 (SEMARNAT, 2010) son el jaguar (Panthera onca), el ocelote
(Leopardus pardalis) y el tigrillo (Leopardus wiedii) en el grupo de los felinos; el tapir
(Tapirus bairdii), la nutria (Lontra longicaudis) y el cereque (Dasyprocta punctata) (Plan
de Desarrollo Municipal 2011-2012 Marqués de Comillas, 2011).
4. MÉTODOS
Para poder realizar un análisis integral sobre la viabilidad de conservar al jaguar,
se tomaron en cuenta los dos aspectos más importantes relacionados con su
conservación, es decir el ecológico y el social. En la Figura 5, se muestra el
digrama de flujo sobre cómo se pudo definir al final la viabilidad de conservar al
jaguar en ambas comunidades, basándose en éstos dos enfoques.
30
Figura 5. Diagrama de flujo que explica cómo se analizaron los enfoques social y ecológico para poder definir la viabilidad de conservar al jaguar en Metzabok y El Pirú.
31
4.1 Evaluación del hábitat del jaguar
Así como es pertinente evaluar las percepciones de la gente hacia los carnívoros, es
también indispensable hacer estudios sobre la ecología de dichos animales, en caso
de querer llevarse a cabo programas de conservación. En el presente estudio para
poder analizar las probabilidades de sobrevivencia de los jaguares en los sitios de
estudio, se decidió hacer una estimación de las abundancias de las presas potenciales
para esta especie, así como corroborar la presencia de jaguar en dichos sitios.
La presencia y abundancia relativa de las presas, es un indicio de la idoneidad del
hábitat, ya que de acuerdo con Patton (1997), la calidad del hábitat (HQ) está
determinada o es una función del alimento, cobertura y agua. En este caso en
específico se decidió estimar la disponibilidad de presas (alimento) para los jaguares.
4.1.1 Estimación del índice de abundancia relativa del jaguar y sus presas.
Búsqueda de rastros por transecto y colocación de trampas olfativas.
El uso de las huellas y rastros para detectar la presencia de una especie, cobra mayor
relevancia con aquellas especies cuya observación directa o su captura son
particularmente difíciles (Aranda, 2000), tal es el caso del jaguar; además de que es
un método económico y sencillo de utilizar. Así mismo, el conteo sistemático de los
rastros y huellas por unidad de tiempo, área o distancia recorrida permite calcular
índices de abundancia y/o actividad de mamíferos (Naranjo, 2000).
Para localizar las huellas y rastros del jaguar y de sus presas, se recorrieron seis
transectos en La Selva Lacandona, en sitios representativos de la comunidad
l l ejido n el propósito de evaluar la calidad del
hábitat y comprobar si en verdad influye en la disponibilidad de presas, el tipo de
actividad económica que se realiza en cada sitio. Los transectos tenían
aproximadamente 3 km de longitud (Naranjo, 2000), y a lo largo de éstos se instalaron
estaciones olfativas a cada kilómetro. Cada estación consistió en un círculo de tierra
tamizada de aproximadamente 1 m de diámetro, donde se colocó atrayente para
felinos (Obsession for men) en el centro. Dichas estaciones quedaron activas
32
durante una semana a lo largo de diez meses. Se registraron todos los rastros
encontrados en los transectos y en las estaciones olfativas a través de fotografías y
moldes de yeso, también se anotaron los datos pertinentes como: fecha, localidad
geoposicionada, características del hábitat y observaciones. Así mismo se anotaron
las especies que fueron observadas directamente. Los rastros fueron identificados con
ayuda del manual de Aranda (2000) y con la experiencia de los guías de campo.
Figura 6. Colocación de trampas olfativas con el atrayente Obsession en el centro.
Para estimar las tendencias de las poblaciones de las presas de jaguar se utilizaron
los índices de abundancia relativa basados en conteos sistemáticos de rastros en
transectos lineales (Wilkie y Finn, 1990; Naranjo y Cruz, 1998). Un índice de abundancia es un parámetro que refleja los cambios en la densidad y el tamaño de
una población, su confiabilidad depende de la sensibilidad a dichos cambios que
puede reportar y además permite comparar los resultados de dos o más conjuntos de
observaciones efectuadas bajo el mismo método (Krebs, 1989; Brower et al., 1990).
Para calcular el índice de abundancia relativa para cada especie se utilizaron las
fórmulas de Wilkie y Finn (1990):
Índice = Nº de pistas/Nº de visitas * 100
33
y la de Naranjo (2000):
Índice = Nº de estaciones olfativas visitadas/noche * 100
Método del foto-trampeo
Otra forma de estimar las abundancias del jaguar y de sus presas es a través del foto-
trampeo, método que ayuda a documentar la presencia y realizar estimaciones
robustas de la abundancia de especies raras o elusivas (Dinata et al., 2008). El uso de
cámaras trampa, tiene la ventaja de no ser intrusivo y puede ser aplicado en áreas
extensas con un esfuerzo relativamente moderado (Silveira et al., 2003).
Particularmente, esta técnica tiene la ventaja de utilizar las marcas distintivas de los
animales fotografiados para identificarlos individualmente y es comúnmente más
usada para estudiar a los grandes felinos (Karanth y Nichols, 1998; Silver, 2004).
En este estudio se colocaron 23 cámaras-trampa durante 98 días en la Comunidad de
Metzabok, mientras que en el ejido El Pirú, se colocaron 22 cámaras-trampa durante
95 días. Algunas de las cámaras se colocaron por pares, en sitios donde se
encontraron rastros de jaguar, una frente a la otra con un desplazamiento lateral de 30
cm para evitar la interferencia del flash, esto con la finalidad de tomar los dos costados
de los animales y poder identificarlos individualmente. Otras cámaras fueron sujetadas
a árboles o estacas con una distancia al suelo de aproximadamente 40-50 cm, como
recomienda Silver (2004). Cada par de cámaras-trampa y las cámaras individuales
fueron consideradas como una estación de muestreo y cada estación estuvo separada
por al menos 1 km aproximadamente. Posteriormente los datos recolectados en cada
estación fueron trascritos y analizados con Excel, para obtener las abundancias
relativas.
El período de colecta de imágenes, fue de un mes y medio aproximadamente en cada
sitio, debido a cuestiones logísticas (número de cámaras trampas disponibles,
esfuerzo de trabajo). Además, se ha demostrado en otros estudios que es factible
registrar un porcentaje adecuado de la abundancia de especies con sólo tres noches
de trampeo (Harrison et al., 2002).
34
Figura 7. Colocación y programación de las cámaras-trampa.
4.2 Análisis de las percepciones y actitudes sobre el jaguar, su
conservación y el conflicto por depredación.
Para que un programa de conservación sea exitoso, se deben realizar todos los
esfuerzos posibles para involucrar a todos los sectores y actores clave que tengan
relevancia en la planeación y finalmente, en la aplicación de éste (Eckert, 2000). Por
esto mismo el objetivo del presente estudio es abordar la problemática del conflicto
entre humanos y jaguares en los sitios de estudio, a partir del sondeo de las
percepciones que tiene la gente acerca del jaguar y la depredación de ganado. Esto
contribuirá para que los planes de conservación sean más eficaces cuando se lleven a
cabo.
Para lograr el objetivo de analizar las percepciones de los habitantes de ambas
comunidades, se realizaron entrevistas semiestructuradas enfocadas a obtener la
información deseada (Mayan, 2001). Se decidió aplicar entrevistas semiestructuradas,
ya que dichas entrevistas permiten que las personas den una opinión más personal y
puedan profundizar en los temas centrales (Amador, 2011).
Además de las entrevistas se utilizó el método de observación participante, donde se
obtenía información a través de pláticas informales en reuniones o en sitios
estratégicos, donde las personas llevaban a cabo su quehacer diario (casas, tienda,
festividades locales) y como su nombre lo dice se observaban ciertos
comportamientos que podrían ayudar a dilucidar la verdadera percepción de los
35
habitantes respecto a la conservación del jaguar y el conflicto existente por la
depredación de ganado (sin necesidad de sentirse presionados). A su vez éste método
ayudó a encontrar otros factores que inciden directa o indirectamente en la
conservación del jaguar (Guasch, 1997; Robledo-Martin, 2009).
Con ayuda de las entrevistas semiestructuradas se pudieron obtener medidas
cuantitativas y cualitativas, es decir se obtuvieron los porcentajes de las distintas
opiniones manifestadas y se concentraron en una tabla de acuerdo a las dimensiones
a las que pertenecían (conflicto con el jaguar, conocimiento del jaguar, conservación
del jaguar, ambiental, político y económico). Mientras que con la ayuda de la
observación participante se pudo obtener una matriz de relaciones causales que sirvió
para encontrar otros factores asociados a la problemática social de cada sitio de
estudio.
4.2.1 Diseño de la entrevista
Antes de salir a campo, se realizó un mapa conceptual con los principales factores que
abordaban el tema de la conservación del jaguar (Figura 8), donde se seleccionaron
sólo aquellos que trataban directamente sobre las percepciones y el conflicto por
depredación.
En base a éstos factores se elaboraron preguntas enfocadas específicamente en
conocer si existe o no un conflicto con el jaguar y qué tan a menudo surge éste en los
sitios de estudio, así como qué tanta información tienen las personas sobre el jaguar y
por último la disposición que tienen las personas en conservarlo. Las preguntas
ayudaron a conformar un cuestionario en tres bloques principales, direccionados por
los temas de conflicto, conocimiento del jaguar y conservación del jaguar (Anexo 1).
4.2.2 Identificación de los actores clave
Ambos sitios de estudio tienen una población pequeña, en Metzabok de acuerdo a un
censo hecho en el 2005, hay 73 habitantes y en Pirú de acuerdo al censo hecho en
2010 hay 178 personas (INEGI, 2005, 2010), por lo que se determinó entrevistar sólo a
una parte de la población (informantes clave). La población que fue entrevistada fue
seleccio se le
preguntó a un grupo pequeño de informantes de confianza sobre las personas que
36
conforman sus redes sociales y que tuvieran conocimiento sobre el tema del que se
quería saber, de esta forma se pudieron encontrar a aquellos actores clave que
conocían sobre el tema y que tenían información valiosa sin tener que entrevistar a
toda la comunidad (Van Meter, 1990; Coleman, 2009). También se eligieron a las
personas mayores de 17 años, ya que dichas personas son las que tienen el derecho
y poder de tomar decisiones, así como aquellas personas que representaban figuras
de autoridad dentro de los sitios de estudio.
Figura 8. Mapa conceptual de los principales temas sobre la conservación del jaguar y a partir del cual se eligieron aquellos que están relacionados con el conflicto ganadero.
4.2.3 Análisis de las entrevistas
Se obtuvieron un total de 60 entrevistas en este estudio, donde 26 se realizaron en la
comunidad Metzabok, 15 a mujeres y 11 a hombres. Mientras que en el ejido El Pirú,
se realizaron 34 entrevistas, 14 a mujeres y 20 a hombres.
37
El número de entrevistas resultantes fueron de acuerdo al número de los informantes
clave que se consideró que podían dar información valiosa y específica del tema a
tratar y a su vez de las personas que ellos comentaban que podrían ser también
informadores clave (snowball sampling), además de tomar en cuenta que la
representatividad no la garantiza el tamaño de la muestra sino su adecuada elección
(Arginay, 2009), como se realizó en esta investigación.
Cada entrevista fue grabada y posteriormente transcrita en un archivo Word para
facilitar su análisis y agrupamiento de acuerdo a la información proporcionada. Una
vez teniendo la información agrupada se realizó una tabla donde se representan de
forma concisa y descriptiva las percepciones que tienen los informantes clave,
respecto a conservar al jaguar y el conflicto que hay con los ganaderos. Además en
esta tabla también se presentan las dimensiones en las que la conservación del jaguar
se encuentra inmersa.
Se obtuvieron porcentajes de acuerdo a las preguntas de ¿si se había tenido algún
problema con el jaguar?, ¿qué se les ocurría para evitar que el jaguar mate ganado?,
¿si conocían la importancia ecológica del jaguar?, ¿si se les ocurría alguna forma de
conservar la selva?, ¿si estarían de acuerdo en traer otro jaguar a la selva? y ¿si
consideraban que faltaba apoyo para conservar la selva por parte del gobierno?. Esto
considerando el sexo del entrevistado y al sitio de estudio.
4.2.4 Análisis de los datos de la observación participante
Por medio de la observación participante se pudieron identificar los problemas que
afectan la conservación del jaguar y de su hábitat. Éstos pueden ser de índole
económico, social, institucional o ambiental.
Primero a través de una lluvia de ideas se hizo una lista de todos los problemas que
fueron identificados o bien que fueron mencionados por los informantes y que estaban
relacionados con la conservación del jaguar. Posteriormente con los problemas
identificados, se elaboró una Matriz de Relaciones Causales con el objetivo de
identificar el problema que estaba actuando como nodo crítico de la situación bajo
análisis, así como aquellos que eran resultado de éste y las interacciones entre éstos
mismos. Con ello se estableció el problema que debe ser resuelto de manera
inmediata; así como aquellos problemas que tienen gran capacidad de influir en otros.
El Método de las Relaciones Causales permite identificar y graficar los problemas que
38
impiden el desarrollo de ciertas actividades, en este caso el conservar al jaguar, y
puede ser aplicado a diferentes escalas (Solano, 2007) como se hizo en este estudio a
nivel de comunidad y ejido.
5. RESULTADOS
5.1 Especies registradas en Metzabok y El Pirú.
En el presente estudio, utilizando el método de búsqueda de rastros (tales como
huellas, excretas, pelo y cadáveres), avistamientos, trampas olfativas, y foto-trampeo
(Tabla 2), se detectaron un total de 16 familias y 25 especies de mamíferos (Anexo 2),
además de una especie de ave de la familia Cracidae, para ambos sitios. Donde
Myrmecophagidae, Canidae, Mephitidae, Erethizontidae y Dasyproctyidae fueron
detectadas sólo en Metzabok y Procyonidae, Tapiridae y Geomyidae sólo en El Pirú.
Para la comunidad de Metzabok se detectaron un total de 15 especies, donde
destacan el hormiguero arborícola (Tamandua mexicana), la zorra gris (Urocyon cinereoargenteus), el zorrillo (Conepatus sp.), el puerco espín (Sphiggurus mexicanus)
y el cereque (Dasyprocta punctata). Se encontró también al tlacuache común
(Didelphis marsupialis), el armadillo de nueve bandas (Dasypus novemcinctus), el
mono aullador negro (Alouatta pigra), el ocelote (Leopardus pardalis), el puma (Puma concolor), el tejón (Nasua narica), el pecarí de collar (Pecarí tajacu), el venado
temazate (Mazama temama), el venado cola blanca (Odocoileus virginianus) y el
tepezcuintle (Cuniculus paca). Mientras tanto para El Pirú se registraron 18 especies,
destacando el mono araña (Ateles geoffroyi), el tigrillo (Leopardus wiedii), el jaguar
(Panthera onca), la nutria (Lontra longicaudis), el mapache (Procyon lotor), el tapir
(Tapirus bairdii), el pecarí de labios blancos (Tayassu pecari) y la tuza (Orthogeomys hispidus). Además se detectaron el tlacuache común, el armadillo de nueve bandas, el
mono aullador negro, el ocelote, el puma, el tejón, el pecarí de collar, el venado
temazate, el venado cola blanca y el tepezcuintle.
Con el método de foto-trampeo, en Metzabok se registraron un total de 11 familias,
donde destacan Myrmecophagidae y Dasyproctyidae, y 12 especies de presas para el
jaguar y otros felinos (Tabla 2). Destacando el hormiguero arborícola y el jaguarundi
(Puma yagouaroundi), además de encontrar al tlacuache común, el armadillo de nueve
bandas, el ocelote, el viejo de monte (Eira barbara), el tejón, el pecarí de collar, el
venado temazate, el cereque y el tepezcuintle.
39
En tanto que para El Pirú se registraron un total de 10 familias, destacando Felidae,
Tapiridae y Tayassuidae, y 14 especies de presas y otros felinos , donde destacan el
puma, el jaguar, el tapir, el pecarí de labios blancos y el venado cola blanca, además
de registrar al tlacuache común, el armadillo de nueve bandas, el viejo de monte, el
tejón, el pecarí de collar, el venado temazate y el tepezcuintle (Tabla 2).
En El Pirú fueron registrados mediante el foto-trampeo, jaguar y puma, a diferencia de
Metzabok, donde no se obtuvo ningún registro fotográfico de algún felino mayor;
encontrando sólo rastros de puma (excretas y rascaderos). Es importante señalar que
para El Pirú fueron registradas a través del foto-trampeo, otras dos especies, tapir y
pecarí de labios blancos, que tienen una notable importancia ecológica como
dispersores de semillas (Janzen, 1981; Bodmer, 1991; Fragoso, 1997) , además de
ser presas potenciales para los grandes felinos. Estos mamíferos también se
encuentran bajo protección de acuerdo con la Norma Oficial Mexicana ECOL 059
(SEMARNAT, 2010) y están dentro del Apéndice I de la CITES (2013). Con este
método de foto-trampeo se incluyó al hocofaisán (Crax rubra) ya que es una presa
para el jaguar y con dicho método era más preciso registrarlo, mientras que con los
rastros no fue posible.
En Metzabok se registró al hormiguero arborícola, que se encuentra en peligro de
acuerdo a la NOM-059-2010 (SEMARNAT, 2010) y al jaguarundi, a pesar de ser un
felino muy elusivo y que se encuentra amenazado (SEMARNAT, 2010). Otras
especies registradas y que se encuentran en categoría de protección dentro de la
NOM-059-2010 (SEMARNAT, 2010) son el mono aullador negro, el mono araña, el
ocelote, el tigrillo y el viejo de monte. Las que se encuentran amenazadas son el
hocofaisán, la nutria y el puerco espín.
40
Tabla 2. Presas del jaguar y otros felinos, registradas a través de la búsqueda de huellas y otros rastros, avistamientos y foto-trampeo en
los sitios de estudio Metzabok y El Pirú, Selva Lacandona, Chiapas (enero-diciembre 2012).
Especie Familia Categoría Metzabok R y A
Metzabok Fotos
Pirú R y A
Pirú Fotos
Crax rubra Cracidae A X X
Didelphis marsupialis Didelphidae S X X X X
Dasypus novemcinctus Dasypodidae S X X X X
Tamandua mexicana Myrmecophagidae E X X
Alouatta pigra Atelidae P X X
Ateles geoffroyi Atelidae P X
Puma yagouaroundi Felidae A X
Leopardus pardalis Felidae P X X X X
Leopardus wiedii Felidae P X
Puma concolor Felidae S X X X
Panthera onca Felidae P X X
Urocyon cinereoargenteus Canidae S X
Lontra longicaudis Mustelidae A X
41
Eira barbara Mustelidae P X X
Conepatus sp. Mephitidae S X
Nasua narica Procyonidae S X X X X
Procyon lotor Procyonidae S X
Tapirus bairdii Tapiridae P X X
Pecari tajacu Tayassuidae S X X X X
Tayassu pecari Tayassuidae P X X
Mazama temama Cervidae S X X X X
Odocoileus virginianus Cervidae S X X X
Sphiggurus mexicanus Erethizontidae A X
Orthogeomys hispidus Geomyidae S X
Dasyprocta punctata Dasyproctyidae S X X
Cuniculus paca Cuniculidae S X X X X
Total 26 17 - 15 12 18
14
H, R y A= Especies registradas a través de Huellas, otros Rastros y Avistamientos. Fotos= Especies registradas mediante foto-trampeo. Categorías (Semarnat 2010): P=Protegida, A=Amenazada, E=En peligro, S=Sin peligro.
42
5.2 Índices de abundancia relativa del jaguar y de sus presas, así como de otros felinos.
En la Tabla 3, se muestran los Índices de Abundancia Relativa (IAR) de las presas de
jaguar y otros felinos, mediante la búsqueda de rastros en transectos y en las trampas
olfativas colocadas a lo largo de dichos transectos, así como los avistamientos que se
registraron durante el muestreo y las fotografías obtenidas mediante el foto-trampeo
para la comunidad Metzabok.
Las especies que obtuvieron un IAR total más alto fueron el pecarí de collar (7.47), el
mono aullador negro (3.33), el ocelote (3.19), el tepezcuintle (2.99) y el armadillo de
nueve bandas (2.02). Las especies con IAR más altos, obtenidos a partir de los
rastros, fueron el pecarí de collar (23.33), el ocelote (12.22), el tepezcuintle (11.11), el
armadillo de nueve bandas (7.78) y el venado temazate (4.44). Las especies que se
pudieron registrar y obtener sus IAR con las trampas olfativas fueron el pecarí de
collar (0.56), el tepezcuintle (0.44), el tlacuache común, el armadillo de nueve bandas
y el venado temazate (0.22). Las especies que obtuvieron los IAR más alto de acuerdo
a los registros fotográficos fueron el coatí (2.57), el cereque (0.80), el ocelote (0.53), el
pecarí de collar (0.44) y el tepezcuintle (0.40).
Tabla 3. Índices de Abundancia Relativa (IAR) de las presas potenciales del jaguar y otros felinos registrados en la comunidad Metzabok, Selva Lacandona, Chiapas (enero-diciembre 2012).
Especie N IAR R N IAR Avis N IAR
Tram N IAR Fotos
IAR Total
Crax rubra 0 - 0 - 0 - 2 0.09 0.09
Didelphis marsupialis 3 3.33 0 - 2 0.22 6 0.27 0.96
Dasypus novemcinctus 7 7.78 0 - 2 0.22 2 0.09 2.02
Tamandua mexicana 0 - 1 1.11 0 - 2 0.09 0.30
Alouatta pigra 0 - 12 13.33 0 - 0 - 3.33
Puma yagouaroundi 0 - 0 - 0 - 1 0.04 0.04
Leopardus pardalis 11 12.22 0 - 0 - 12 0.53 3.19
Puma concolor 3 3.33 0 - 1 0.11 0 - 0.86
43
Urocyon cinereoargenteus 1 1.11 0 - 0 - 0 - 0.28
Eira barbara 0 - 0 - 0 - 7 0.31 0.31
Conepatus sp. 1 1.11 0 - 0 - 0 - 1.11
Nasua narica 3 3.33 1 0.83 1 0.24 58 2.57 1.78
Pecari tajacu 21 23.33 5 5.56 5 0.56 10 0.44 7.47
Mazama temama 4 4.44 0 - 2 0.22 5 0.22 1.22
Odocoileus virginianus 1 1.11 0 - 1 0.11 0 - 0.31
Sphiggurus mexicanus 1 1.11 0 - 0 - 0 - 1.11
Dasyprocta punctata 1 1.11 0 - 0 - 18 0.80 0.48
Cuniculus paca 10 11.11 0 - 4 0.44 9 0.40 2.99
* N= Número de registros de rastros, avistamientos y fotos, IAR R = Índice de Abundancia Relativa de rastros (rastros/100 km), IAR Avis= Índice de Abundancia Relativa de avistamientos (ind/100 km), IAR Tram= Índice de Abundancia Relativa de trampas olfativas (rastros/100 trampas-noche). IAR fotos= N/2254 noches X 100. IAR Total= Promedio IAR.
Para el Ejido El Pirú se obtuvieron los IAR, mostrados en la Tabla 4, a través del
conteo de rastros, así como de la revisión de las trampas olfativas y los avistamientos
registrados durante el periodo de muestreo y los registros fotográficos.
Las especies que obtuvieron un mayor IAR total fueron el armadillo de nueve bandas
(5.87), el pecarí de collar (5.71), el ocelote (4.85), el mono aullador negro (4.44), el
tapir (4.23), y el jaguar (3.65). De acuerdo con los rastros encontrados, las especies
con más altos IAR fueron el armadillo de nueve bandas (22.22), el pecarí de collar
(21.11), el ocelote (18.89), el tapir (16.67) y el jaguar (14.44). En El Pirú, a través de
las trampas olfativas pudieron ser obtenidos los siguientes IAR: el armadillo de nueve
bandas (0.78), el ocelote (0.44), el pecarí de collar (0.33), el jaguar, el tigrillo y el
tepezcuintle (0.11). A través de los registros fotográficos, las especies con los IAR más
altos fueron el armadillo de nueve bandas (0.48), el pecarí de labios blancos (0.33), el
hocofaisán y el pecarí de collar (0.29), además del tapir y el tepezcuintle (0.24).
44
Tabla 4. Índices de Abundancia Relativa (IAR) de las presas potenciales del jaguar y otros felinos registrados en el ejido El Pirú, Selva Lacandona, Chiapas (enero-diciembre 2012).
Especie N IAR R N IAR
Avis N IAR Tram N IAR
Fotos IAR
Total
Crax rubra 0 - 0 - 0 - 6 0.29 0.29
Didelphis marsupialis 1 1.11 0 - 0 - 2 0.10 0.30
Dasypus novemcinctus 20 22.22 0 - 7 0.78 10 0.48 5.87
Alouatta pigra 2 2.22 14 15.56 0 - 0 - 4.44
Ateles geoffroyi 2 2.22 10 11.11 0 - 0 - 3.33
Leopardus pardalis 17 18.89 0 - 4 0.44 1 0.05 4.85
Leopardus wiedii 3 3.33 0 - 1 0.11 0 - 0.86
Puma concolor 4 4.44 0 - 0 - 1 0.05 1.12
Panthera onca 13 14.44 0 - 1 0.11 1 0.05 3.65
Lontra longicaudis 2 2.22 0 - 0 - 0 - 2.22
Eira barbara 0 - 0 - 0 - 2 0.10 0.10
Nasua narica 1 1.11 0 - 0 - 6 0.29 0.35
Procyon lotor 1 1.11 0 - 0 - 0 - 1.11
Tapirus bairdii 15 16.67 0 - 0 - 5 0.24 4.23
Pecari tajacu 19 21.11 1 1.11 3 0.33 6 0.29 5.71
Tayassu pecari 2 2.22 0 - 0 - 7 0.33 0.64
Mazama temama 5 5.56 0 - 0 - 1 0.05 1.40
Odocoileus virginianus 1 1.11 0 - 0 - 1 0.05 0.29
Orthogeomys hispidus 1 1.11 0 - 0 - 0 - 1.11
Cuniculus paca 11 12.22 0 - 1 0.11 5 0.24 3.14
* N= Número de registros de rastros, avistamientos y fotos, IAR R = Índice de Abundancia Relativa de rastros (rastros/100 km), IAR Avis= Índice de Abundancia Relativa de avistamientos (ind/100 km), IAR Tram= Índice de Abundancia Relativa de trampas olfativas (rastros/100 trampas-noche). IAR fotos= N/2090 noches X 100. IAR Total= Promedio IAR.
45
En general para este estudio, las especies que presentaron los IAR totales más altos
fueron el el pecarí de collar (7.47) en Metzabok, el armadillo de nueve bandas (5.87),
el ocelote (4.85), el mono aullador negro (4.44) y el tapir (4.23) en El Pirú. Las que
tuvieron un IAR de rastros más altos fueron el pecarí de collar (23.33) en Metzabok, el
armadillo de nueve bandas (22.22), el ocelote (18.89), el tapir (16.67) y el jaguar
(14.44) en El Pirú. Las especies que fueron más avistamientos durante los transectos
fueron el mono aullador negro (15.56) y el mono araña (11.11) en El Pirú. Los IAR
obtenidos de las trampas olfativas indican que los más altos fueron el armadillo de
nueve bandas (0.78) en El Pirú, el pecarí de collar (0.56) en Metzabok, el ocelote
(0.44) en El Pirú, el tepezcuintle (0.44), el tlacuache común, el armadillo y el venado
temazate (0.22) en Metzabok. Por último los IAR basados en los registros fotográficos
más altos fueron de tejón (2.57) y cereque (0.80) en Metzabok, ocelote (0.53) y
armadillo (0.48) en El Pirú y pecarí de collar (0.44) en Metzabok.
Con el método de foto-trampeo se lograron registrar otras especies que con los rastros
y trampas olfativas no pudieron ser detectadas, tales como el hocofaisán y el
jaguarundi. Este método es más certero para corroborar la presencia de las especies
elusivas y en este estudio fue de suma importancia porque se pudo documentar y
registrar por primera vez la presencia de jaguar en el ejido El Pirú y otras especies
como el jaguarundi en Metzabok, ya que para ambos sitios son los primeros estudios
formales de monitoreo de mastofauna que se han realizado.
En Metzabok no se obtuvo ningún registro fotográfico de algún felino mayor, sólo se
encontró una vez una excreta de puma sobre un sendero donde se colocaron trampas
olfativas y cámaras-trampa, sin poder obtener más registros.
46
Figura 9. Comparación de los promedios de Índices de Abundancia Relativa (IAR) de todas las especies registradas entre Metzabok y El Pirú.
0 1 2 3 4 5 6 7 8
Crax rubra Didelphis marsupialis
Dasypus novemcinctus Tamandua mexicana
Alouatta pigra Ateles geoffroyi
Puma yagouaroundi Leopardus pardalis
Leopardus wiedii Puma concolor Panthera onca
Urocyon cinereoargenteus Lontra longicaudis
Eira barbara Conepatus sp.
Nasua narica Procyon lotor
Tapirus bairdii Pecari tajacu
Tayassu pecari Mazama temama
Odocoileus virginianus Sphiggurus mexicanus Orthogeomys hispidus
Dasyprocta punctata Cuniculus paca
Promedio de los IAR
Espe
cies
IAR Total
El Pirú
Metzabok
47
Figura 10. Comparación entre Metzabok y Pirú de los Índices de Abundancia Relativa (IAR) obtenidos a partir del conteo de rastros.
Los IAR obtenidos a partir del conteo de rastros (Figura 10) también muestran resultados muy parecidos a los IAR total. Para El Pirú se
obtuvieron números mayores en relación con Metzabok para casi todas las especies, excepto para el pecarí de collar, el tejón, el ocelote y el
tlacuache común que obtuvieron IAR más altos en Metzabok.
0 5 10 15 20 25
Didelphis marsupialis Dasypus novemcinctus
Alouatta pigra Ateles geoffroyi
Leopardus pardalis Leopardus wiedii
Puma concolor Panthera onca
Urocyon cinereoargenteus Lontra longicaudis
Conepatus sp. Nasua narica Procyon lotor
Tapirus bairdii Pecari tajacu
Tayassu pecari Mazama temama
Odocoileus virginianus Sphiggurus mexicanus Orthogeomys hispidus
Dasyprocta punctata Cuniculus paca
Número de Rastros/100 km
Espe
cies
IAR Rastros
El Pirú
Metzabok
48
Figura 11. Comparación entre Metzabok y Pirú del índice de Abundancia Relativa (IAR) basado en los registros fotográficos.
0 0,5 1 1,5 2 2,5 3
Crax rubra Didelphis marsupialis
Dasypus novemcinctus Tamandua mexicana Puma yagouaroundi Leopardus pardalis
Puma concolor Panthera onca
Eira barbara Nasua narica
Tapirus bairdii Pecari tajacu
Tayassu pecari Mazama temama
Odocoileus virginianus Dasyprocta punctata
Cuniculus paca
Número de Registros/ 100 noches-trampa
Espe
cies
IAR Fotos
El Pirú Metzabok
49
Los IAR obtenidos mediante el registro de fotografías (Figura 11), al contrario de los otros IAR,
fueron más altos en Metzabok para la mayoría de las especies, excepto para el hocofaisán, el
armadillo de nueve bandas y el venado cola blanca que resultaron con IAR más altos en El Pirú.
En este ejido se logró retratar al jaguar, corroborando su presencia.
5.3 Calidad del hábitat para el jaguar en base a la disponibilidad de presas
Los estudios sobre hábitos alimentarios del jaguar, muestran que los mamíferos representan un
gran porcentaje de su dieta y que el jaguar es un depredador oportunista -caza de acuerdo al
tipo y abundancia de especies disponibles- (Crawshaw, 1995; Aranda & Sánchez-Cordero,
1996; Chinchilla, 1997; Almeida et al., 2000; Núñez et al., 2000; Garla et al., 2001; Novack et
al., 2005; Weckel et al., 2006). Sin embargo, la literatura también menciona que los jaguares
tienen preferencia por depredar pecaríes y otros mamíferos de mediano y gran tamaño (Aranda,
2002; Polisar, 2002; Crawshaw y Quigley, 2002; Oliveira, 2002).
En este estudio se registraron 26 especies en total, de las cuales 21 son presas potenciales
para el jaguar, y las otras 5 especies son el mismo jaguar, el puma y 3 especies de felinos
menores (ocelote, jaguarundi y tigrillo). En Metzabok, las especies que mostraron mayores IAR
fueron el mono aullador, el pecarí de collar, el ocelote y el cereque. En El Pirú fueron el
armadillo de nueve bandas, el mono aullador, el tapir y el ocelote.
En Metzabok los IAR totales de las presas fueron menores que en El Pirú, además la diversidad
(entendida por el número de especies) de las presas disponibles para jaguar fue menor que en
El Pirú, ya que en el ejido se registró un mayor número de especies de presas potenciales para
el jaguar. Sin embargo los IAR totales de pecarí de labios blancos y coatí resultaron ser
mayores en Metzabok, además los IAR de las fotografías también fueron mayores en Metzabok.
Por lo tanto, de acuerdo a los IAR obtenidos en este estudio y corroborando con otros estudios
hechos en la región (Naranjo, 2008: Falconi, 2012), se puede deducir que ambas comunidades
mantienen una abundancia de presas adecuada para dar sustento a una población de jaguares,
aunado al hecho de que ambos sitios aún poseen coberturas vegetales densas y cuerpos de
agua (CONANP, 2006; Carabias et al., 2012), por lo que éstos factores permiten que una gran
variedad de especies herbívoras y carnívoras de distintos tamaños (que constituyen la dieta del
jaguar) puedan albergarse y buscar alimento.
50
Entonces esto permite asegurar que desde el punto de vista ecológico el jaguar puede persistir
y conservarse en Metzabok y El Pirú, ya que ambos sitios mantienen las condiciones idóneas
para que las presas del jaguar puedan persistir y por ende el jaguar pueda habitar y utilizar
dichos sitios.
5.4 Percepción de las personas en relación al jaguar y su conservación.
5.4.1 Actores clave de Metzabok y El Pirú.
Para poder analizar las percepciones sobre el jaguar, fue necesario identificar primero a los
actores clave que tienen la capacidad de tomar decisiones correspondientes a la conservación
del jaguar y cómo influye su jerarquía del liderazgo en la viabilidad para protegerlo en su hábitat
natural.
Como se ilustra en la Figura 5, en la comunidad Metzabok la persona con mayor influencia en la
toma de decisiones es el comisariado, quien tiene el poder de aceptar o rechazar cualquier
propuesta en relación al manejo de recursos naturales, así como de los proyectos de desarrollo
dentro de la comunidad. Dicha persona funge como principal representante y conector entre la
comunidad y dependencias gubernamentales, asociaciones civiles e instituciones académicas.
En Metzabok, ninguna acción es llevada a cabo sin el consentimiento del comisariado.
En segundo lugar se encuentran los guardaparques de CONANP, quienes son en su mayoría
pobladores de la misma comunidad y de origen lacandon, y los directores y empleados de
CONANP. Ellos son los encargados de vigilar los diferentes senderos y de llevar a cabo
actividades de aprovechamiento de bajo impacto y programas de monitoreo y conservación
dentro del área natural. Sin embargo, debido a ciertas diferencias y falta de comunicación entre
la comunidad y los directivos del área natural, el impacto de dicha dependencia sobre la
conservación, se ha visto un poco mermado. Los directivos de CONANP, no fueron
entrevistados, pero a través de la observación participante y con algunas pláticas informales y
entrevistas con los guardaparques y el comisariado, se pudo confirmar este problema. Además
la presencia de los representantes de CONANP durante mis estancias fue muy esporádica,
debido al difícil acceso a la comunidad. Los guardaparques tienen la oportunidad de participar
en los programas y talleres de capacitación que imparten ong´s y algunas dependencias de
gobierno. Sin embargo no todos los pobladores pueden asistir a este tipo de capacitaciones o
51
participar en todos los programas de conservación. Debido a todo esto, era difícil la aplicación
correcta de los programas de conservación, así como el monitoreo continuo de la flora y fauna.
En tercer lugar se encuentran los pobladores de la comunidad y la policía municipal (en su
mayoría también son pobladores de origen lacandón). Los pobladores influyen en la viabilidad
de conservar al jaguar, porque en ellos residen las creencias actuales que se han creado
alrededor del felino debido al contacto con diversas fuentes de información (televisión, ong´s,
dependencias de gobierno, etc.). Los policías, además de ser parte de la población, también
son los encargados de mantener el orden y castigar a los responsables que cometen algún
delito dentro de la comunidad, inluyendo la detención de las personas que saquean o se
introducen dentro de la reserva sin permiso.
En cuarto lugar se encuentran los adultos mayores, quienes son los poseedores del bagaje
cultural y tradicional dentro de la comunidad. Algunos vivieron dispersos en la Selva Lacandona
mucho antes de que se conglomeraran a todos los habitantes lacandones en tres comunidades
(De Vos, 2002) y tienen ciertas creencias que aún subyacen dentro de su nueva cosmovisión y
que son indispensables tomar en cuenta para poder generar nuevos proyectos enfocados a la
conservación y sobre todo en la conservación del jaguar. Se sabe que anteriormente los
ancianos dentro de la cultura lacandona poseían un papel importante (Bruce et al., 1971),
aunque desafortunadamente en la actualidad los adultos mayores ya no ejercen tanta influencia
en el liderazgo de opinión y no se toma en cuenta su conocimiento para facilitar la conservación
del jaguar.
52
Figura 12. Actores clave en la toma de decisiones y conservación del jaguar en la comunidad Metzabok.
Por su parte, en el ejido El Pirú, el liderazgo de opinión en primer lugar lo ejerce el comisariado
junto a los ejidatarios, incluso ellos son los responsables de exigir al comisariado que cumpla
debidamente con el cargo para el que fue seleccionado. Todos en conjunto toman las
decisiones dentro del ejido y el encargado de ser el portavoz de dichas decisiones es el
comisariado, quien también es responsable de solicitar los apoyos necesarios para la
comunidad y de externar sus descontentos. En este ejido me pude percatar que la mayoría de
los ejidatarios y pobladores son participativos y acuden a las reuniones, además de que
cuentan con el derecho de expresar su opinión y deseos acerca de las problemáticas
existentes. En El Pirú se encuentran muchas personas con interés de trabajar por el ejido que
son muy sabias y conscientes, a las cuales se les permite colaborar y opinar en todo momento.
Dentro de éstas personas se encuentran los guías de campo, quienes son respetados dentro
53
del ejido y conocen muy bien la reserva ejidal y los hábitos de la fauna silvestre. Los guías
fueron indispensables para lograr entrevistar a los ganaderos y a los cazadores.
En segundo lugar se encuentran los ganaderos, ya que ellos son los principales afectados
cuando hay alguna depredación por parte de los carnívoros mayores. Constituyen el grupo al
que el jaguar puede representarle mayor conflicto, además de que poseen varias hectáreas
dentro del ejido y cuentan con poder adquisitivo, por lo que pueden ejercer presión sobre las
decisiones a tomar dentro del ejido. Es por esto que es necesario integrarlos y considerarlos
dentro de las investigaciones de carácter ecológico.
En tercer lugar se encuentran el sector civil y académico, donde a través de asociaciones
civiles, ong´s y grupos de educación superior, se estan comenzando a poner en marcha
proyectos sustentables e investigaciones sociales, antopólogicas y biológicas. Éstos sectores
representan el mayor apoyo con el que cuenta el ejido en relación a la viabilidad de conservar al
jaguar.
En el cuarto nivel se encuentran los adultos mayores quienes tienen conocimiento valioso sobre
la selva, ya que ellos fueron los pioneros en colonizarla. Gran parte de esta población proviene
de Oaxaca, donde también tuvieron contacto con el jaguar y poseen conocimientos y
percepciones heredadas de su lugar de origen y de su cultura indígena. En este nivel también
se incluyeron a los jóvenes, quiénes serán los próximos ejidatarios y se encargarán de tomar
decisiones y acciones correspondientes al ejido y por ende en la conservación del jaguar.
Algunos cuentan con una noción sobre la necesidad de conservar al jaguar y sobre la
importancia que deben tener los proyectos de conservación basados en su realidad económica
y social.
54
Figura 13. Actores clave en la toma de decisiones y conservación del jaguar en el ejido El Pirú.
5.4.2 Percepciones acerca de la conservación del jaguar en Metzabok y El Pirú.
En general los habitantes de ambos sitios de estudio, tienen una percepción positiva acerca del
jaguar debido al acercamiento que han tenido con algunas dependencias de gobierno y ong´s
sobre políticas de conservación. En las Tablas 5 y 6 se presentan las percepciones de los
informantes clave que fueron entrevistados respecto a cada dimensión que involucra la
conservación del jaguar.
En Metzabok (Tabla 5) los informantes dijeron estár conscientes de que el ganado es una forma
de susbsistencia de los pobladores de los ejidos vecinos, sin embargo ellos mencionaron que
es importante que los ganaderos cuiden más a sus animales y pongan protecciones contra
carnívoros, tales como cercas eléctricas y perros que vigilen el ganado. Saben que los jaguares
55
pueden ser cazados o envenenados si llegan a depredar ganado, sin embargo consideran que
los jaguares son nativos de la selva, mientras que el ganado no lo es. A su vez están
preocupados porque antes había más jaguares y ahora quedan pocos, además algunos de los
guardaparques conocen la función que tiene el jaguar en la selva como depredador y que es
importante dentro de la cadena alimenticia y el equilibrio natural de la selva, pero no todos los
guardaparques están al tanto de esto, ni los demás informantes.
Consideran que es mejor invertir energía en conservar la selva y la fauna (entre ésta el jaguar),
en vez de invertir en la alimentación y mantenimiento de ganado, además de que la creación de
potreros ha generado una alta deforestación y por ende el incremento de incendios en la zona.
Los jóvenes mencionaron tambien que los ganaderos no piensan que los potreros deben tener
Los informantes advierten que las
depredaciones al ganado no son frecuentes y creen en la posibilidad de espantar al jaguar para
que no mate ganado. Saben también que es muy difícil que la ganadería disminuya o se elimine
debido a que hay programas gubernamentales que fomentan dicha práctica, y eso vuelve más
difícil la transformación de las prácticas agropecuarias a prácticas más sutentables en la zona.
Los adultos mayores mencionaron que hace unos años (10-15) había también conflicto con el
jaguar porque llegó a matar perros e incluso personas, por lo que principalmente este grupo y
las mujeres entrevistadas son las que aún tienen miedo de que el jaguar coma gente, aunque
tambien están conscientes de que el jaguar le tiene miedo a la gente y que muy difícilmente se
llega a acercar a la comunidad. La mayoría de los informantes saben que no se acerca y si se
llegara a acercar sería porque ya no encuentra refugio en la selva o tiene crías y necesita cazar,
aunque los jóvenes y los guardaparques piensan que si se llega a acercar sería sólo porque
está de paso y quiere cruzar hacia otro lado.
Muchos a pesar de que aún le tienen miedo, sienten respeto por él porque mencionan que es
el felino más bravo e inteligente de todos
antes que el jaguar se podía disfrazar o convertir en persona.
Algunos informantes comentaron que es posible obtener alguna ganancia con el jaguar, porque
atraería a los turistas y se le puede sacar fotos. Acerca de la dimensión ambiental reconocen
que antes había otros animales que han desaparecido de la selva (el tapir y el percarí de labios
blancos, por ejemplo), mencionan que antes había más selva pero los vecinos se la han ido
acabando. Los policias municipales están preocupados por el saqueo de flora y fauna dentro del
56
área natural, el cual está prohibido; sin embargo a los ladrones ya no les importa ir a la cárcel
porque la ganancia que obtienen por la extracción de algunas especies vegetales o animales es
mayor (la hoja de xate, por ejemplo), se vuelven más intrépidos a pesar de las consecuencias.
Los informantes mencionaron estar de acuerdo en seguir implementando programas de
conservación dentro del área en donde las mujeres puedan participar con huertos familiares y
los hombres monitoreando y saliendo a r que necesitan un líder
.
Referente a la dimensión política hicieron notoria la contradicción de las políticas públicas, pues
aunque Metzabok es parte de una ANP, en los ejidos de alrededor se siguen incentivando
programas de índole agropecuario, además de que hay una falta de comunicación con
CONANP debido a que los directivos de dicha dependencia no han sabido incluir y aprovechar
los pocos usos y costumbres que aún prevalecen en la comunidad, por lo que hay mal
entendidos (Balsanelli, Com. Pers.; Obs. Pers.). Aunado a esto el difícil acceso a la comunidad
interfiere en la llegada de ayuda oportuna e información, así como de la comunicación con las
cabeceras municipales de Palenque y Ocosingo.
Respecto a la dimensión económica, dependen de los apoyos para los programas de
conservación y de desarrollo social, pues al ser una ANP el tipo de aprovechamiento es
restringido, por lo que éstos apoyos son principalmente sus fuentes de ingreso.
57
Tabla 5. Percepciones generales de los actores clave que fueron entrevistados acerca de la conservación del jaguar y el conflicto con los ganaderos en la comunidad Metzabok (enero-diciembre 2012).
58
En el ejido El Pirú contrario a lo que se esperaba, se encontró una percepción positiva del
felino. Incluso los ganaderos tenían una percepción y actitud positiva hacia el jaguar, ellos
mencionaron que las depredaciones son esporádicas y que llegan a matar al jaguar sólo
cuando la pérdida económica es importante, es decir cuando ya las cabezas de ganado
muertas son muchas, pero ellos aseguran que eso es muy difícil que pase. Sólo una persona
que ha sido la más afectada en los años recientes mostró una actitud negativa en relación al
en el programa proÁrbol, estaría de acuerdo en participar a favor de la conservación de la selva.
La mayoría de los entrevistados reconocieron que muchas veces el ganado no se encuentra
bien cuidado, y que la pérdida de ganado representa una pérdida económica importante para
los ganaderos quienes invierten en sus animales domésticos. Mencionaron varias ideas para
espantar al jaguar antes de intentar matarlo, saben que es muy difícil cazarlo y los cazadores
son contratados como última opción. A los cazadores no les gusta cazar al jaguar por diversión,
sólo lo hacen cuando no queda otra opción y saben que es un delito matarlo y podrían ser
castigados con la cárcel. Todos los entrevistados aseguraron querer saber más sobre la
biología y comportamiento de la especie, algunos sabían la función que tiene el jaguar dentro
del ecosistema, mientras que otros sólo sabían que come animales y que está en la selva
A la mayoría les parece un animal muy bonito o hermoso, fuerte, ágil e
inteligente. Saben que es inofensivo si no se le molesta, algunas mujeres principalmente son las
que todavía creen que el jaguar mata personas aunque también aceptaron que el jaguar evita a
la gente y les tiene miedo. Este miedo a que los jaguares ataquen personas es debido a
algunos programas de televisión, donde se representan los ataques a personas por otros
grandes felinos como el tigre asiático.
Los ganaderos están dispuestos a conservar al jaguar siempre y cuando no haga demasiado
daño, además cuando sucedió el último ataque de un jaguar al ganado no existía el Fondo de
Aseguramiento Ganadero e incluso cuando se entrevisto a las personas, había algunas que
todavía desconocían este programa de compensación. Los cazadores, los ejidatarios y los
jóvenes mencionaron que si el jaguar llega a cazar ganado es porque tiene que sobrevivir y le
están quitando parte de su hábitat o bien ya no encuentran alimento dentro de la selva. Los
ejidatarios y los jóvenes mencionaron que es muy importante llevar a cabo campañas de
sensibilización con la gente para que se pueda conservar al jaguar ya qu desgraciadamente sí
59
, pero saben que el jaguar es un animal importante y por eso quieren
conservarlo. Los adultos mayores están conscientes y preocupados de conservar al jaguar
porque si ellos no lo conservan sus nietos no podrán conocer
omida
y no necesita meterse a los
En relación a la dimensión ambiental, los ganaderos están dispuestos a incorporarse a
proyectos de conservación siempre y cuando puedan obtener un beneficio y puedan subsistir de
éste. Los cazadores afirmaron que la caza de fauna silvestre está prohibida dentro de la reserva
ejidal y que algunas veces esporádicamente se permite la caza de algún animal de valor
alimenticio que esté fuera de la reserva, es decir cerca de la milpa. Algunos de los ejidatarios
mencionaron que sí sería bueno reducir la ganadería pero no eliminarla totalmente y que se
deberían dejar árboles en los potreros porque , ellos
también estan conscientes de los servicios ambientales que la selva les brinda porque han
notado el cambio de clima y los aguaceros torrenciales en los últimos años; de la misma forma
que los adultos mayores lo han notado. Para ellos la fauna en general es una riqueza del ejido,
mientras que para los jóvenes está claro que es importantísimo conservar la selva porque de
esa forma hay más espacio y más vida silvestre. Los jovenes coincidieron con los ejidatarios en
Respecto a la dimensión política los informantes clave coincidieron en que los programas de
conservación se contraponen con los programas de aprovechamiento y éstos últimos son
escogidos principalmente porque generan un beneficio a corto plazo y a veces son mejor
pagados que los de conservación, ya que con los de conservación . Los adultos
esto que los ganaderos aunque son minoría dentro del ejido cuentan con más terreno y tienen
la facilidad de comprar más. También por esta situación algunos ejidatarios mencionaron que
están dispuestos a trabajar con diferentes dependencias de gobierno, ong´s y el sector
académico para poder subsistir de la selva sin que los recursos sean sobre-explotados. Y los
jóvenes quieren que se lleven a cabo proyectos más realistas y que se generen otro tipo de
alternativas basadas en esta realidad. Por eso en referencia a la dimensión económica, la
ganadería es más redituable porque tiene un valor monetario mayor que los recursos naturales.
60
Tabla 6. Percepciones generales de los actores clave que fueron entrevistados acerca de la conservación del jaguar y el conflicto con los ganaderos en el ejido El Pirú (enero-diciembre 2012).
61
En la comunidad Metzabok, de acuerdo con los entrevistados (Tabla 7) sólo el 31%
tuvo problemas con el jaguar hace años y depredó principalmente perros cuando se
adentrabana en la selva y sólo una mujer mencionó que mató becerros antes pero en
otra comunidad aledaña al área natural. En cuanto a las ideas que se les ocurría para
evitar la depredación por parte del jaguar sólo un 18% de los hombres mencionó que
el ganado podría cercarse con alambre o electricamente, mientras que un 7% de las
mujeres pesaron que prender fuego puede funcionar para alejarlo.
De los entrevistados sólo el 12% conocía la importancia ecológica del jaguar como
depredador y regulador de presas, la mayoría fueron hombres siendo 18% del total,
algunos creían que su función es ser el guardián de la selva. Entre las ideas que
mencionaron para conservar la selva y la fauna, resaltan la reforestación a través del
cultivo y plantación de especies vegetales, el monitoreo de la fauna y la creación de
huertos familiares, siendo un 19% de los entrevistados los que sí tuvieron ideas para
conservar el ecosistema.
Y en base a la idea de repoblar jaguares el 58% de los entrevistados dijeron que no
estarían de acuerdo en traer otro felino a la selva (principalmente las mujeres 80%)
porque le tienen miedo y siguen creyendo que mata gente, otros mencionaron que sí
estarían de acuerdo siempre y cuando el animal permaneciera encerrado, y los que sí
estuvieron totalmente de acuerdo mencionaron que estaría bien para reproducirlo pero
también que se tuviera cautela de que el animal no estuviera enfermo o acostumbrado
soltarlo y evitar que se vaya a otro lado donde corre peligro.
Tabla 7. Porcentajes de las percepciones en la comunidad Metzabok (enero-diciembre
2012).
Problemas con
el jaguar %
Ideas para mitigar la
depredación %
Importancia ecológica
%
Ideas para conservar el ecosistema
%
¿De acuerdo en introducir otro
jaguar? %
SI NO SI NO SI NO SI NO SI NO Hombres 36 64 18 82 18 82 18 82 73 27 Mujeres 27 73 7 93 7 93 20 80 20 80
Total 31 69 12 88 12 88 19 81 42 58
En el ejido El Pirú, del total de los entrevistados (Tabla 8) sólo el 15% dijo haber tenido
problemas con el jaguar, mencionaron que las depredaciones fueron entre 7 y 3 años
aproximadamente, y hace 3 años fue cuando más daño causo porque mató varias
62
cabezas de ganado (aproximadamente ocho). Aunque dos de los entrevistados dijeron
que tenía sólo un par de meses le había matado cerdos.
La mitad de los hombres entrevistados (50%) mencionaron ideas para evitar que el
jaguar deprede ganado como: descubrir algún repelente, utilizar fuego, recurrir al
seguro ganadero, traslocarlo y regresarlo a la selva, simular un espantapájaros con
una escopeta, utilizar muchos cohetes y por supuesto vigilar con mayor regularidad el
ganado o bien tener el potrero cerca de la casa, además de conservar suficiente selva
forma no tendría porqué cazar ganado.
De las mujeres entrevistadas, sólo el 29% mencionó alternativas para que el jaguar no
mate ganado y entre éstas dijeron que se podrían poner trampas para atraparlo y
regresarlo a la selva, cambiar a los animales de lugar o bien venderlos. De todos los
entrevistados sólo el 18% conocía sobre el papel ecológico del jaguar en la cadena
alimenticia y cómo éste incide en el ecosistema.
El 38% del total de los entrevistados tenían ideas para conservar la selva tales como:
hacer un plan de manejo forestal e invitar ong´s internacionales, hacer un proyecto de
ecoturismo, obtener fotos de la fauna, traer un técnico que haga estudios de
factibilidad para sacrle el mejor provecho a las peculiaridades del ejido, crear UMA´s
de criadero y aprovechamiento, alternativas de ganadería y agricultura sustentable
tienes que talar un poco para vivir, si no tienes una vaca o practicas agricultura la
gente pobre sufre mucho y de eso no se sobrevive
importancia y los beneficios que tiene conservar la selva
En el ejido el Pirú, a pesar de existir ganaderos y que ya ha habido unos pocos casos
de depredación por parte del jaguar, la mayoría de los entrevistados manifestó estar
de acuerdo en que se trajera otro jaguar a la selva con un 71%; sin embargo hubo una
parte de los entrevistados (26%) que también manifestó la falta de apoyo por parte del
gobierno para poder llevarse a cabo proyectos de conservación, en lugar de seguir
con el arriba es donde se
toman las decisiones los gobiernos se quedan cortos con los apoyos y no se los
dan a quien los necesita no agarran parejo yo reforestaba una parte y mi ganadería
la revendería o la volvería semi- que se apliquen alternativas más certeras
,
qué ganancia voy a tener?, ¿dónde
63
hay compromiso?, ¿con quién? si ya no siembro ganado o agricultura ¿de qué voy a
vivir .
Dichas afirmaciones deben tenerse muy presentes porque éstas percepciones influyen
drásticamente dentro del ejido y en la forma en la que los ganaderos y ejidatarios
pueden actuar en relación con la conservación del jaguar y de la selva misma.
Tabla 8. Porcentajes de las percepciones en el ejido El Pirú (enero-diciembre 2012).
Problemas
con el jaguar %
Ideas para mitigar la
depredación %
Importancia ecológica
%
Ideas para conservar el ecosistema
%
¿De acuerdo en introducir otro jaguar?
%
Falta de apoyo por parte del
gobierno %
SI NO SI NO SI NO SI NO SI NO SI NO Hombres 10 90 50 50 25 75 45 55 85 15 40 60 Mujeres 21 79 29 71 7 93 29 71 50 50 7 93
Total 15 85 41 59 18 82 38 62 71 29 26 74
64
5.4.3 Otros factores dentro de los sitios de estudio que afectan la conservación del jaguar.
Figura 14. Otros factores dentro de Metzabok que afectan en la conservación del jaguar. PRF= Problema Resultado Final (Principal problema que debe ser resuelto). Primer y Segundo nivel= Problemas priorizados en función de su influencia directa sobre los otros problemas.
De acuerdo a la Matriz de Relaciones Causales, el Problema Resultado Final para
Metzabok fue el Difícil acceso a la comunidad, ya que es el resultado de la interacción
de todos los demás problemas. Los problemas que actúan como principales
desencadenantes de los demás problemas son el Difícil acceso a la comunidad (PRF)
y el Favoritismo por parte del gobierno. Éstos problemas son los que establecen más
relaciones de causalidad con los otros. Al generarse cualquier acción respecto al
Problema Resultado Final (PRF), se tendra un efecto en cadena hacia los demás
problemas y en especial en la conservación efectiva del jaguar. En el Difícil acceso a
la comunidad y el Favoritismo por parte del gobierno es donde deben realizarse
mayores inversiones y esfuerzos. También se encontraron otros problemas de Tercer
Difícil acceso a la
comunidad
Favoritismo por parte del gobierno
Desinterés y falta de
cooperación para conservar
Nivel bajo de calidad de vida
Migración a otras
comunidades
Consumo de alcohol
Fragmentación hábitat y
aislamiento de especies
Selva en riesgo de ser saqueada a pesar de ser una ANP
Metzabok
Primer nivelSegundo nivel
Pérdida del conocimiento empírico y ancestral
PRF
65
nivel, sin embargo para fines prácticos y debido a que los principales
desencadenantes se encuentran en el primer nivel y el PRF, no es recomendable
llegar hasta este nivel. Sí es importante mencionar los problemas del tercer nivel que
fueron identificados como otras causas que afectan en la conservación del jaguar
directa o indirectamente. Dichos problemas fueron la Falta de concenso comunal,
Falta de entendimiento con CONANP, Pocos estudios científicos realizados en la zona
y Escasez de capacitación y diversificación de actividades en la comunidad.
Figura 15. Otros factores dentro de El Pirú, que afectan en la conservación del jaguar. PRF= Problema Resultado Final (Principal problema que debe ser resuelto). Primer y
Segundo nivel= Problemas priorizados en función de su influencia directa sobre los
otros problemas.
Falta de apoyo por parte del gobierno
Falta de capacitación
Manejo inadecuado del ganado
Fragmentación de la selva por no darle el valor económico adecuado
Escasez de alternativas
para la participación en la conservación
Uso inadecuado de técnicas agrícolas
Desconocimiento de la experiencia empírica de los
locatarios
Falta de diversificación de actividades para evitar
competencia
Migración a otros Estados
El Pirú
PRFPrimer nivelSegundo nivel
66
Por otra parte para el ejido El Pirú, el Problema Resultado Final fue la Falta de apoyo
por parte del gobierno. Los principales problemas que resultan por el Problema
Resultado Final y por ende en la conservación del jaguar son el Desconocimiento de la
experiencia empírica de los locatarios, la Escasez de alternativas para la participación
en la conservación y el Manejo inadecuado del ganado. Los problemas del Tercer
nivel fueron el Incremento de la ganadería, la Falta de capacitación por parte de las
dependencias de gobierno, la Ineficiencia en los procesos de selección para otorgar
apoyos para la conservación de la selva, la Contradicción de los programas de apoyo
de desarrollo y la inadecuada aplicación de la políticas públicas, la Presencia del
narcotráfico en la zona y la Migración de algunos ejidatarios hacia otros sitios con
mayor oportunidad de empleo.
También se puede observar que se interrelacionan mucho más los problemas en el
ejido El Pirú en comparación con Metzabok. Esto puede significar que los problemas
en el ejido El Pirú, sean más complejos y tengan una capacidad de arrastre mayor
entre ellos.
6. DISCUSIÓN 6.1 Variedad de presas para el jaguar en Metzabok y El Pirú. Sitios de
Importancia biológica.
En este estudio, se registraron otras especies de carnívoros que no necesariamente
son presas del jaguar, aunque Chinchilla (1997) demostró que el jaguar a veces llega
a depredar felinos menores como el ocelote, éste hábito no es muy común por lo que
el ocelote no se consideró como presa potencial. El tapir no es una presa consumida
muy comúnmente, ya que debido a su tamaño es difícil que un jaguar pueda someterlo
(Emmons 1987; Estrada-Hernández 2008). Sin embargo sí ha sido registrado algunas
ocasiones dentro de la dieta del jaguar (Moreno 2008; Crawshaw y Quigley 2002; Amit
et al. 2009) y se sabe que los ungulados forman parte importante de la dieta del jaguar
y que son sus presas preferidas (Novack, 2003), por lo que en este estudio fueron
considerados como presa potencial para el jaguar.
Anteriormente se hizo otro estudio mastofaunístico en la región de la Selva Lacandona
a través del conteo de rastros y avistamientos directos, donde se registraron 19
especies de mamíferos (Naranjo, 2008). Al compararlo, se puede resaltar que con
menos tiempo y esfuerzo, para este estudio se registraron tres especies más que las
registradas por Naranjo. También es importante resaltar que en el estudio de Naranjo
67
(2008) no se incluyeron a Metzabok y El Pirú dentro del muestreo, por lo que el
presente estudio sería el primero de mamíferos no voladores realizado de manera
formal para ambas comunidades.
Por otro lado, en el estudio realizado por Amador (2011), en dos ejidos cercanos a El
Pirú, se encontraron 14 especies de mamíferos. El que el número de especies
registradas haya sido menor puede deberse a que los ejidos muestreados se
encuentran mucho más fragmentados que El Pirú y por ende hay una menor
concentración de especies (RUM, 2013).
En otro estudio hecho dentro de la REBIMA y dos ejidos aledaños a ésta (Falconi,
2012), se registraron a través de la búsqueda de rastros, avistamientos y foto-trampeo
un total de 47 especies de mamíferos. El esfuerzo de muestreo de búsqueda de
rastros y avistamientos de Falconi (2012) fue mayor comparado con el de éste estudio
y por esta razón es probable que se hayan registrado menos especies en el presente
estudio a través de éste método. Además como el estudio de Falconi (2012) incluyó
muestreos dentro de la REBIMA, se esperaría que las especies avistadas y
registradas fueran mayores dado el tamaño de la reserva y el número de especies que
alberga (INE, 2000). Con el método de foto-trampeo se registraron el mismo número
de especies (17) que en el presente estudio.
En relación con Metzabok, es muy difícil poder hacer más comparaciones con otras
comunidades de la región ya que son pocos los estudios mastofaunísticos que se han
hecho y que hayan sido publicados o difundidos.
Durante el presente estudio el jaguar pudo ser registrado y fotografiado en el ejido El
Pirú, por lo que sería el primer registro histórico de esta especie para el ejido, además
de registrar al pecarí de labios blancos y al tapir, que son otras dos especies en
peligro de extinción y con distribución restringida dentro de México (Naranjo et al.
2013). Desafortunadamente en Metzabok no se encontraron rastros, ni se fotografió al
jaguar, aunque los guías y habitantes de la comunidad mencionaron que hace dos
años colocaron una cámara-trampa donde se registró al jaguar (hach barum). Pero
esto no pudo ser confirmado porque nunca mostraron la fotografía del felino para
poder constatar y tomarlo como registro para el sitio. Sin embargo si se logró un
avistamiento directo del hormiguero arborícola, que es una especie en peligro
(SEMARNAT, 2010) y se obtuvo un registro fotográfico del jaguarundi que es una
especie elusiva, de la que se sabe muy poco y que también se encuentra bajo
protección (Coronado, 2011; SEMARNAT, 2010).
68
En base al número de especies encontradas y en comparación con otros sitios de la
región, se puede afirmar que en Metzabok y El Pirú existe una importante variedad de
presas para el jaguar, por lo que son dos sitios valiosos para la conservación de éste
felino.
6.2 Viabilidad ecológica del jaguar para subsistir en Metzabok y El Pirú (IAR de las presas).
En términos ecológicos, la abundancia de presas disponibles para los grandes felinos
representa un recurso de suma importancia para su supervivencia (Gómez-Ortíz et al.,
2011), además de que su adecuada disponibilidad puede evitar el conflicto por
depredación de ganado ya que se ha observado que en los sitios que poseen
abundantes presas nativas se experimentan menos problemas con los jaguares y los
felinos pueden explotar una base más diversa de presas (Roosevelt, 1914;
Hoogesteijn et al. 1993).
En su mayoría los IAR totales resultaron más altos para El Pirú en comparación con
Metzabok, excepto por el pecarí de collar, el tejón y el tlacuache común que
obtuvieron IAR mayores en Metzabok. Sin embargo es importante subrayar que los
IAR totales son un promedio de todos los otros índices obtenidos, por lo que muchas
especies que resultaron ser muy abundantes con los rastros, avistamientos, trampas y
fotografías, redujeron su número total al hacerse el promedio. Sin embargo son más
consistentes los IAR de avistamientos, foto-trampeo y rastros tales como huellas,
pelos y cadáveres, para ratificar la presencia y la abundancia de una especie. Además
los IAR obtenidos con las fotografías, resultaron ser mayores en Metzabok, quizás
porque la búsqueda de rastros fue más difícil debido a que el sustrato contenía mucha
hojarasca, era rocoso o muchas veces estaba muy seco como para que algún animal
dejara sus rastros (Obs. Pers.).
Al comparar los IAR obtenidos en este estudio con los obtenidos por Naranjo (2008),
se puede notar que no varían mucho, no obstante el número neto de rastros y
avistamientos (n) registrados en el estudio de Naranjo superan por mucho la cantidad
de avistamientos y rastros (n) del presente estudio. No obstante el que los IAR no
varíen tanto puede significar que en El Pirú y Metzabok se concentra un buen número
de especies de mamíferos, aunque son pequeñas áreas de selva, albergan una
cantidad importante de mamíferos para la región de la Selva Lacandona.
69
Los IAR de rastros obtenidos por Falconi (2012) son menores que los obtenidos en el
ejido El Pirú para la mayoría de las especies encontradas, excepto para el tepezcuintle
y el pecarí de collar. Además, el jaguar y el tapir en el estudio de Falconi obtuvieron un
IAR mucho menores que en el presente estudio. De igual forma en el estudio de
Amador (2011) los IAR que obtuvo en los ejidos Playón de la Gloria y Loma Bonita son
mucho menores que los obtenidos en este estudio para el ejido El Pirú.
Los IAR del foto-trampeo hecho por Falconi (2012) fueron mayores en uno de los
ejidos que muestreo en comparación con el El Pirú y Metzabok. Sin embargo, una vez
más, el esfuerzo de muestreo es el que debe estar actuando sobre el resultado final ya
que los números de registros (n) son mucho mayores en este estudio, además existen
algunos reportes que mencionan que el ejido Playón de la Gloria se encuentra mucho
más fragmentado que el ejido El Pirú (Carabias et al., 2012; RUM, 2013).
Al comparar los IAR con otros estudios hechos en la región se puede notar que los
IAR que se obtuvieron sugieren que hay suficiente alimento disponible para los
grandes felinos en ambas comunidades, por lo que Metzabok y El Pirú demostraron
ser sitios idóneos para sustentar una población de jaguares de acuerdo a la
disponibilidad y abundancia de presas que mantienen (carnívoros pequeños y
medianos, marsupiales y ungulados entre otros). Esta afirmación de ser sitios idóneos
para la supervivencia del jaguar, también se sustenta en otros estudios que señalan
que los jaguares depredan sus presas dependiendo qué tan abundantes sean (García
et al., 2001; Scognamillo et al., 2003; Weckel et al., 2006) y en Metzabok y El Pirú los
pecaríes resultaron ser de las especies más abundantes y se sabe que son las presas
favoritas del jaguar (Emmons, 1987; Aranda, 1994; Scognamillo et al., 2003; Hatten,
2005).
Es importante señalar que en este estudio se tenía la hipótesis de que Metzabok al ser
un área conservada y protegida (CONANP, 2006), resultaría con un mayor número de
registros y abundancias relativas. Pero en base a los resultados, esto no fue lo que se
observó, ya que el ejido El Pirú a pesar de ser un área fragmentada y no protegida
(CentroGeo, 2010; Carabias et al., 2010), resultó con mayor número de especies
registradas incluyendo al jaguar. Por lo tanto, corroborando con los otros estudios
hechos en la zonas aledañas a la REBIMA, se soporta la idea de que el ejido El Pirú y
algunos ejidos aledaños, albergan una gran riqueza y conforman una zona importante
para la conservación del jaguar, porque se encuentran cerca de una reserva federal y
representan las áreas de conectividad de la fauna, sobre todo fauna de gran tamaño,
como el jaguar (Sanderson et al., 2002), que aún sigue apareciendo en los
70
remanentes de selva que todavía se conservan en éstos ejidos. También en el ejido El
Pirú se registraron dos ungulados (el pecarí de labios blancos y el tapir), que tienen
una notable importancia ecológica como dispersores de semillas (Janzen, 1981;
Bodmer, 1991; Fragoso, 1997), además de ser presas potenciales para los grandes
felinos. Estos mamíferos también se encuentran bajo protección de acuerdo con la
Norma Oficial Mexicana ECOL-059-2010 (SEMARNAT, 2010) y están dentro del
Apéndice I de la CITES (2013).
Además de la adecuada disponibilidad y abundancia de presas, Metzabok y El Pirú
aún cuentan con una buena cobertura vegetal, sitios rocosos y pequeñas cañadas
donde los felinos pueden refugiarse. Sin embargo, ambos sitios corren el peligro de
seguir siendo talados o saqueados debido a otros problemas asociados, ya que
alrededor se siguen haciendo actividades productivas sin ningún manejo o dirección,
por lo que resultan desordenadas y poco productivas, pero a la vez son muy
extractivas y debastadoras. Metzabok está quedando aislada debido a dichas
actividades descontroladas, por lo que es probable que por esta razón los felinos
mayores ya no se encuentren en el sitio. En cambio en El Pirú aunque la presión de
las actividades agropecuarias es cada vez mayor, los jaguares y pumas aún siguen
ocupando los remanentes de selva que quedan en algunos ejidos, y como se
mencionó antes, éstas reservas ejidales pueden funcionar como áreas de
conectividad, descanso y refugio entre la REBIMA y la selva de Guatemala, por esto
es muy importante conservarlas.
6.3 Percepciones, actitudes y problemáticas sociales, su influencia en la viabilidad de la conservación del jaguar.
Los jaguares coexisten en muchos y diferentes entornos etno-culturales, por lo que
las actitudes y percepciones hacia ellos en las comunidades rurales son variables y
usualmente entendidas pobremente (Conforti y Azevedo, 2003; Zimmerman et al.,
2005). Cada sistema de relaciones entre cultura y ecosistemas tiene su propio
paquete de problemas ambientales (Boada, 2003) y Metzabok y El Pirú no son la
excepción, por esto fue necesario analizar la forma en la que observan e intervienen
sus pobladores sobre la conservación del jaguar, así como sus actitudes hacia éste
felino.
71
Metzabok
En general en ambos sitios se encontró una percepción positiva hacia el jaguar,
aunque en Metzabok parece que esta percepción es una idea adquirida e impuesta
por las políticas públicas, ya que los comuneros saben que es un animal en peligro de
extinción y que si se llega a cazar el castigo es la cárcel. En la comunidad la idea de
conservar al jaguar parece más un proceso de memorización en lugar de ser un
proceso de razonamiento y apropiación. En realidad en Metzabok, sólo algunos
informantes aún mantienen un verdadero y real significado sobre el jaguar, con ideas
sobre la importancia de su conservación dentro de la selva. Estas personas eran
principalmente los ancianos y los jóvenes, dos diferentes generaciones dentro de un
mismo universo: su comunidad.
Desafortunadamente los ancianos y jóvenes son actores clave de tercer y cuarto
orden en la comunidad, por lo que el impacto de sus conocimientos dentro de las
deciciones sobre la conservación del jaguar no es mucho. Aunado a esto, ya no son
considerados ni respetados como se hacía anteriormente en la cultura lacandona
(Balsanelli, 2014). Los actores clave con un mayor orden y que pueden dirigir en este
momento los esfuerzos de conservación del jaguar, no están participando ni
interactuando para lograr este objetivo. Además todo el poder de decisión recae sobre
el comisariado, éste otorgamiento de todo el poder de decisión hacia el comisariado
tiene una razón. Es verdad que por ser el comisariado y tener este poder de decisión
tiene ciertas ventajas sobre la mayoría de los comuneros, pero esta situación se
encuentra muy aceptada en la comunidad porque la mayoría de las personas (si no es
que todas) prefieren no tener ciertos beneficios a tener toda la responsabilidad de
solucionar e intervenir en los problemas de la comunidad (que pueden ser de
desarrollo social, ambientales o políticos). Por lo tanto prefieren delegar todo el poder
de decisión a esta persona. Además, a partir de que dicha persona tomó posesión del
cargo de comisariado hace unos 10-15 años, las personas han visto una mejoría en su
calidad de vida, aunque aún quedan muchos problemas por resolver, como la
educación (Eroza, 2006; CONANP, 2006), las vías de transporte (Eroza, 2006;
CONANP, 2006) y los servicios de salubridad (CONANP, 2006).
Haciendo referencia a los resultados de las entrevistas, una buena parte de los
entrevistados en Metzabok están dispuestos a conservar al jaguar pero aún lo siguen
considerando peligroso (sólo el 42% estaba de acuerdo en introducir otro jaguar a la
selva, el 58% dijo tener miedo principalmente). En mi opinión, parece ser que en
Metzabok el problema con el jaguar y el miedo que le tienen, es derivado por una
72
evidente desvalorización y desprendimiento de la cultura lacandona. Coincidiendo esto
con las opniones de Toledo (2000) y De Vos (2002), quienes afirman que los
lacandones han sufrido durante el último siglo una ruptura muy fuerte en su
cosmovisión de la naturaleza, derivada de diferentes movimientos políticos y
económicos.
Desafortunadamente, este problema no ha podido ser documentado oportunamente
debido a que por muchos años se ha exaltado su relación con los mayas antiguos,
antropólogos y sociólogos siguen mezclando datos etnográficos con datos
etnohistóricos (Balsanelli, 2014), queriendo rescatar para la posteridad los rasgos
culturales que parecieran representar los vestigios de la cultura maya prehispánica
(Trench, 2005).
Los resultados de esta investigación sugieren que, si bien los lacandones, sobre todo
los ancianos aún poseen ciertas creencias derivadas de sus
Esto podría ser
entendible ya que dentro de las etnias los cambios culturales siempre acontecen,
porque la cultura no es estática, se va modificando de acuerdo a las nuevas realidades
que experimentan las personas. Sin embargo el cambio cultural en los lacandones no
ha sido paulatino y sí ha sido devastador tanto para ellos como para la figura del
jaguar, que representaba uno de sus personajes mitológicos más apreciado y
admirado. De hecho, en Metzabok es notorio que han perdido sus creencias y su
esencia misma como lacandones porque no saben realmente el porqué su comunidad
se llama Metzabok. Cuando le pregunté a uno de mis informantes durante una plática
informal porqué la comunidad se llamaba así, contestó que no sabía ciertamente, que
sabía que era por el dios del trueno Mensabäk pero no pudo explicarme lo que esto
representa y cómo se relaciona con los jaguares.
En relación a esto, en Nahá -la comunidad vecina a Metzabok- los lacandones aún
poseen cierto significado animista y perspectivista sobre el jaguar, porque para ellos
es uno de los animales que posee un punto de vista propio, es decir el jaguar en su
mundo dentro de la selva, se ve así mismo como un humano y ve a los otros animales
sus presas, de la misma forma en que los humanos ven a los animales como sus
presas (Balsanelli, 2014). Por esto, anteriormente el que las personas fueran
devoradas por un jaguar no representaba lo mismo que ahora de manera muy
occidentalizada les representa a los lacandones de Metzabok. Anteriormente la muerte
73
era significada de otra manera, los lacandones creían que cuando una persona moría
su hach pixan (verdadera esencia) salía del cuerpo del difunto y durante tres días
hacía un recorrido por los lugares que frecuentaba en vida, era purificada en el fuego
del Metlán (inframundo) y después volaba hacia la cueva del dios Mensabäk
(localizada dentro de Metzabok) donde empieza una nueva vida junto con sus
ancestros y ahí todas las almas trabajan para el dios Mensabäk nutriendo a sus
animales: los jaguares y las águilas gigantes (Balsanelli, 2014). Para ellos la muerte
les era representada como un paso hac
animal sagrado que ellos cuidaban para el dios Mensabäk. Actualmente la muerte es
vista por los lacandones de Metzabok como es percibida en el mundo occidental, esto
es como el término de un ciclo que conlleva dolor y sufrimiento. Es de esperarse que
los lacandones le tengan miedo al jaguar y no quieran ser devorados porque eso les
representa dolor y sufrimiento.
Además, el jaguar tenía el poder de convertirse en persona para engañar y devorar a
sus víctimas. Es decir, anteriormente mantenían a la metamorfosis como un
instrumento de comunicación con las criaturas de la selva por excelencia. Sin embargo
los lacandones actuales ya no pueden conversar con los jaguares y otros animales, ya
que perdieron la capaci
sus familias, los rituales que hacían, llegaron a platicar con los jefes de las aldeas.
Esta
quedado sólo en el mito, debido a que la metamorfosis ya no es permitida por los
dioses.
El miedo hacia el jaguar en los lacandones también se representa cuando se dice que
, ya que los lacandones creen que si avisas en voz alta
hacia dónde vas, el jaguar puede escuchar y buscarte en medio de la selva para
comerte. Por eso prefieren susurrar para que no se entere. Esta creencia sigue
arraigada principalmente en la comunidad de Nahá, sobre todo en las mujeres que
tienen hjos pequeños (Balsanelli, 2014). Aunado al hecho de que tienen una fuerte
influencia por los programas de televisión que ven, documentales donde presentan al
verdadero tigre de Asia (Panthera tigris) que devora y lastima hombres. Esto pasa de
igual forma en el ejido El Pirú, en ambos sitios aún confunden al jaguar con el tigre
asiático y al ver este tipo de programas y documentales, lo único que causan es una
mayor confusión y miedo hacia el jaguar, creando una idea falsa de que el jaguar
puede comer gente también cuando tenga hambre, a pesar de que en ambos sitios
mencionaron que nunca se han enterado de ningún caso en las últimas décadas
donde un jaguar haya atacado a alguna persona.
74
Esto es muy importante si se quiere conservar al jaguar, porque sólo las personas que
se internan en ue están conscientes que el jaguar no
ataca a las personas y que incluso éste les tiene miedo. Por lo que es indispensable
crear talleres informativos y de sensibilización, donde se aclaren este tipo de tabús,
además las personas en ambos sitios de estudio están advertidas de la falta de
información que tienen y cuando les preguntaba si querían conocer más sobre el
jaguar los entrevistados afirmaban que sí quieren y necesitan saber más información
sobre este felino. Les interesa saber, por ejemplo, sobre qué come, donde acostumbra
vivir, cómo es que busca pareja, cuánto tarda el periodo de gestación y cuál es su
función en la selva.
Sin embargo en Metzabok, aunado al miedo al jaguar infundado por la desinformación,
es notable la pérdida de sus creencias animistas de los colectivos del universo
lacandón y sus animales sagrados. Durante las entrevistas que realicé sólo dos de los
ancianos mencionaron que antes podían disfrazarse/convertirse en jaguar y el jaguar
podía disfrazarse/convertirse en persona, pero los demás informantes no mencionaron
nada de lo relatado anteriormente cuando se les cuestionaba ¿qué significaba el hach barum (jaguar en maya lacandón), la gran mayoría respondió que es un animal bonito,
ágil, y sólo dos informantes mencionaron que es el vigilante de la selva y se encarga
de que los otros animales no salgan de la selva (puede ser que esto sea una alusión
de que antes se creía que el jaguar se veía a si mismo como humano y tenía sus
propios rituales y vida en aldeas junto con los otros animales de la selva). El jaguar era
sin duda el animal de mayor importancia en la cosmovisión local que animaba
de extinción que hay que prot
jaguar como era concebida anteriormente, pierde todo sentido para los lacandones, la
verdadera importancia cultural de conservar a este felino.
Anteriormente los lacandones vivían dispersos en la selva (De Vos, 2002) por lo que
era común que los ancianos que entrevisté tuvieran encuentros muy a menudo con los
jaguares. Ellos dijeron que sus antepasados sí habían llegado a tener problemas con
el jaguar, porqué alcanzó a comer gente y perros (31% de los entrevistados). Dicha
afirmación de que el jaguar atacó personas puede ser porque aún existían y cobraban
vida las leyendas de éstos seres míticos. Éstos jaguares eran considerados dioses,
llamados (los dioses que caminan). Se trataba de dioses menores que
también habitaban las cuevas y tenían el poder de transformarse en jaguar para cazar
en la selva y comer carne humana (Boremanse, 1984).
75
Además uno de los ancianos que mencionó la metamorfosis del jaguar, actualmente
practica la religión cristiano/protestante, por lo que puede que esas creencias
ancestrales las haya sincretizado con las creencias cristianas, porque mencionaba que
. Otra de las ancianas
que entreviste, quien es una de las más tradicionales en la comunidad (es la única
mujer que aún sigue usando el hach pik, la vestimenta tradicional) es practicante
asidua del templo cristiano/protestante que hay en la comunidad y no mencionó nada
de las antiguas creencias respecto al jaguar.
Respecto a la idea de la ganadería, los lacandones debido a su cultura y a que viven
dentro de una ANP, no tienen ni les gusta dicha práctica. En las entrevistas
mencionaron que el jaguar es nativo de la selva y el ganado no lo es, además en
alguna plática me comentaron que el ganado trae consigo muchas alimañas
indeseables como las garrapatas. Los entrevistados también dijeron estar conscientes
de que antes había muchos más jaguares en la selva, pero esto puede ser debido al
hecho de que se encontraban dispersos (Eroza, 2006) y acostumbraban recorrer la
selva e internarse en ella, por lo que era mucho más fácil encontrar en un área tan
grande a los jaguares. Sin embargo, la baja abundancia de jaguares mencionada por
los comuneros, coincide en que en este estudio no se encontró ningún rastro o
fotografía que indicara la presencia del jaguar. Esto puede deberse a que el área se
encuentra aislada y puede sólo funcionar como un área de descanso para los grandes
felinos, los cuales gustan de recorrer varios km (Sollman et al., 2011), pero está
quedando tan aislada por los potreros de las comunidades vecinas que también puede
estar quedando sin conexión con otras áreas grandes de selva como la REBIMA y la
Sierra del Lacandón en Guatemala.
En Metzabok, del total de los entrevistados sólo al 12% se les ocurrieron ideas para
mitigar la depredación y la mayoría eran hombres. Entre las ideas que mencionaron
están colocar cercos eléctricos o bien hacer una fogata para que el jaguar no se
acerque. Éstas ideas no son caras ni difíciles de llevar a cabo. La intención de
preguntarles esto a los lacandones era para ver cómo percibían la idea de tener
ganado y evitar que el jaguar lo deprede, es decir para analizar si había cierta empatía
por parte de los lacandones hacia sus vecinos tzeltales que practican esta actividad.
La mayoría mencionó que los tzeltales ciertamente han deforestado bastante selva y
esto ha traido como consecuencia incendios forestales, además de que han cazado
muchos animales (mencionaron que el último tapir que apareció en la zona, lo
mataron) y en dos de los recorridos a los transectos que hice, me pude percatar que
76
existía caza ilegal por parte de los pobladores de las comunidades vecinas. En una
ocasión encontramos un tapesco y en otra encontramos un cadáver de pecarí de
collar abandonado (Anexo 3), probablemente porque escapó y los cazadores no
. También era muy común el saqueo de la palma
elado una
vez, sólo un par de meses después de haber sido liberado de la cárcel estatal, volvió
Además los castigos que
imponen los lacandones por el saqueo de la selva no son tan insignificantes, porque
uno de los guardaparques comentó que el ladrón
castigo impuesto fue cargar amarrado a sus brazos y espalda todo el cargamento de
palma que había cortado, el cual era exttremadamente pesado.
Sin embargo, a pesar de que culpan a los tzeltales por la devastación de la selva, los
lacandones reconocieron que los programas de gobierno se contraponen porque por
un lado a través de CONANP se llevan acabo programas de reforestación, monitoreo y
cultivo de árboles maderables y frutales dentro de la ANP, pero por otro lado en las
comunidades vecinas, SAGARPA es la encargada de poner en marcha programas de
agricultura (PROCAMPO) y ganadería. No obstante mencionaron que es mejor invertir
energía en conservar la selva y no en el ganado.
En Metzabok sólo el 12% de los entrevistados conocía sobre la importancia que tiene
el jaguar como depredador. Otro informante mencionó que era el vigilante de la selva,
pero el resto de los entrevistados no mencionó nada más. Como aseguré
anteriormente, en ambos sitios saben que no tienen mucha información sobre el
jaguar y sí quiseran que se les impartieran talleres. Pero en el caso particular de
Metzabok, es indispensable que toda la comunidad pueda asistir a dichos talleres,
porque se han llegado a impartir talleres de capacitación pero la concurrencia es
mínima, acuden principalmente los guardaparques y el comisariado, pero el resto de la
población no puede participar. Además es importante que los directivos de CONANP
tengan una comunicación y convivencia armoniosa con la comunidad, para que sea
posible trabajar y lograr los objetivos de conservación.
A este respecto Balsanelli (2014) comenta en su investigación que la llegada de la
ciencia fue otro factor que altero el sistema de creencias de los lacandones, porque
éstos ahora racionalizan los fenómenos naturales. Coincido en que el acercamiento de
los lacandones con la ciencia no fue el más adecuado en su tiempo, sin embargo en la
actualidad me parece que es necesario que sociólogos y antropólogos trabajen en
conjunto con biólogos, políticos e ingenieros, porque si bien es importante conservar
77
creencias, cultos y tradiciones, lo es de igual forma conservar la biodiversidad, en
especial los macrodepredadores (como el jaguar) que siguen siendo eliminados y
perseguidos por los humanos (Morrison et al., 2007). Y esto no puede llevarse a cabo
sin que la evidencia científica entre en juego. Esto no significa que necesariamente la
ciencia vaya en contra de los usos y costumbres de las comunidades, porque mucha
de la ciencia informal (conocimiento práctico-rural) se combina con la ciencia formal
para obtener una o una , defendiendo
así el conocimiento tradicional de los grupos campesinos e indígenas, de los cuales
hay mucho que aprender en un verdadero diálogo de saberes (Martínez-Alier, 2009).
Lo importante en Metzabok es recuperar aquellas creencias ancestrales y utilizarlas a
favor de la conservación, de alguna forma en que la comunidad continue manteniendo
su identidad dentro del mundo globalizado (Toledo, 2003). Debido a esta
desintegración de su identidad, los lacandones padecen de no tener cohesión dentro
de su comunidad (Eroza, 2006; Obs. Pers.), aspecto importante para que busquen el
bien común. Sus valores fueron corrompidos ya que cuando una persona dentro de la
comunidad no posee derecho sobre la tierra, es discriminada porque no recibe dinero
por parte del gobierno para participar en los proyectos de reforestación y monitoreo de
la ANP (Balsanelli, 2014). Además esto ha afectado su capacidad de motivación,
porque les cuesta mucho trabajo buscar otras opciones de participación dentro de la
comunidad, como se identificó en este estudio con la Matriz de relaciones causales.
Otro de los problemas encontrados con la Matriz de relaciones causales fue el
Desinterés y falta de cooperación para conservar. Sólo el 19% mencionó ideas para
conservar la selva que son exactamente los mismos proyectos que han auspiciado
CONANP y SEMARNAT dentro de la ANP: reforestar, monitorear y poner huertos y
hortalizas en las casas. Pero nadie propuso nuevas ideas, parece que todos los
proyectos de aprovechamiento dependen únicamente del gobierno y esto ha generado
que los habitantes, no se atrevan a idear y buscar alternativas que los beneficie y
beneficie a la selva.
Una simbiosis fatal entre el gobierno y los lacandones que lleva de por medio la
conservación de la selva y la conservación de dicha cultura. Los lacandones son de
los pocos pueblos indígenas que gozan de tantos privilegios económicos (De Vos,
2002), ser lacandón se ha convertido en un negocio turístico y esta imagen
estereotipada ha sido alimentada por las campañas de turismo en Chiapas y por el
mismo gobierno (Eroza, 2006; Balsanelli, 2014: Obs. Pers.). Este favoritismo también
apareció como el problema de primer nivel para Metzabok al realizarse la Matriz de
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relaciones causales. Este favoritismo como se ha explicado, lejos de ayudar a los
lacandones, los ha fragmentado en cuanto a su identidad, la selva paso de ser un ser ser viviente a ser una fuente de negocios. Ha hecho a los lacandones esclavos
sea explotando esa imagen turística o viviendo de los apoyos de CONANP y
OPORTUNIDADES -ambos por parte del gobierno- (Eroza, 2006; Balsanelli, 2014;
Obs. Pers.).
Este favoritismo los ha vuelto dependientes e incluso comparados con otros grupos
campesinos y étnicos que no tienen el apoyo económico del gobierno, no se han
obtenido los resultados esperados, ya que la selva está quedando fragmentada y
aislada y dentro de la comunidad el poco dinero que se obtiene por el gobierno es mal
gastado en alcohol (ambos Problemas de segundo nivel de la Matriz de Relaciones
Causales), lo cual evidentemente tampoco facilita ni incentiva a los turistas a visitar la
comunidad, aunado al hecho de que el acceso a Metzabok es muy complicado y este
es el principal problema que incide indirectamente a la conservación de la selva y por
ende en la conservación del jaguar (PRF de la Matriz de relaciones causales
CONANP, 2006-).
No hay ningún tipo de comunicación terrestre para la mayoría de los pobladores o
personas que quieren acceder a la comunidad. Sólo las personas que cuentan con
auto pueden ingresar y eso tomando en cuenta que la gasolina en esta región es
escasa y se vende casi al doble del precio normal. Por lo que contar con automóvil y
tener acceso a la gasolina, también actua como una forma de discriminación dentro de
la comunidad. Además desde que el gobierno se inclinó por esta etnia, los otros
grupos indígenas y campesinos se han sentido menospreciados y sin apoyo, lo que ha
generado desdeño hacia los lacandones por parte de los otros grupos, confirmando
las apreciaciones de Eroza (2006).
A pesar de gozar de este favoritismo y de que la Selva Lacandona, tiene un enorme
potencial de recursos (Toledo, 2000), es incomprensible e inaceptable, que los
lacandones aún sufran condiciones de marginación (Problema de segundo nivel en la
Matriz de relaciones causales). Es cierto que ya cuentan con alumbrado público y
agua potable (CONANP, 2006), sin embargo existen familias dentro de la comunidad
que viven en condiciones muy paupérrimas y poco saludables. No hay clínica dentro
de la comunidad y la educación básica deja mucho que desear (CONANP, 2006),
existen niños en cuarto de primaria que apenas saben leer. Algunos comuneros que
79
tienen el privilegio de tener automóvil, prefieren llevar a sus hijos a la escuela del ejido
.
Debido a esta baja calidad de vida y la falta de distribución equitativa y justa de
trabajos y pagos, muchos jóvenes deciden migrar (Problema de segundo nivel en la
Matriz de relaciones causales) hacia otros ejidos, comunidades lacandonas o incluso
mudarse a ciudades dentro de México (Palenque, Villahermosa, San Cristobal de las
Casas o Ciudad de México). Buscando de esta forma, mayores oportunidades de
tener una mejor vida y poder obtener otros ingresos.
El Pirú
Por otra parte, en el ejido El Pirú como se mencionó anteriormente, también hay cierto
miedo asociado al jaguar pero éste sólo fue manifestado por una minoría de personas.
En este ejido el 71% de los informantes declaró estar de acuerdo en que se introdujera
otro jaguar a la selva, incluyendo a algunos ganaderos.. Estas percepciones difieren
con lo encontrado por Kellert et al. (1996) y Reading y Clark (1996), quienes apuntan
que las comunidades rurales suelen expresar fuertes valores dominantes y utilitarios
que favorecen la explotacion y sumisión de la vida silvestre; mientras que las personas
con una educación más formal y mayores ingresos suelen expresar valores
naturalistas con un fuerte interés en la conservación de la vida silvestre. En realidad la
gran mayoría de los informantes en El Pirú mostraron mucha empatía por el jaguar,
incluso los ganaderos. Los informantes aludieron que nimales no pueden
reclamar si se
el jaguar no merece que uno lo
.
Esto es muy interesante porque las personas entrevistadas pertenecen a un entorno
rural y la mayoría no ha recibido una educación formal , sólo han participado en
algunos talleres que ciertas ong´s o instituciones académicas han llevado a cabo.
Además dichos talleres no tienen mucho tiempo de haberse empezado a impartir y
aún así la gente mostró un gran interés y apoyo a la conservación de la vida silvestre,
sobre todo para el jaguar.
Sólo una persona, que ha sido la más afectada por la depredación de ganado, dijo no
estar conforme con la idea de traer otro jaguar y confirmó que prefiere deforestar la
depredaciones son esporádicas y cuando se presentan usualmente no matan muchos
animales domésticos, por lo que el daño no es mayor (sólo el 15% de los informantes
80
declaró haber tenido problemas de depredación por el jaguar). También afirmaron que
el ganado muchas veces no se encuentra bien resguardado, coincidiendo con las
recomendaciones de Polisar et al. (2003) y Amador (2011) de mejorar el manejo al
ganado. La mayoría de las veces el ganado se deja solo en los potreros (vastas áreas
de terreno) muy alejados de la comunidad y cerca de la reserva ejidal, donde es una
presa fácil para los depredadores y es frecuentado pocas veces por los ganaderos.
Sin embargo, dada la realización de este problema por los ganaderos y su disposición
de conservar al jaguar y otros carnívoros, se abre la expectativa de que el conflicto
con los ganaderos en este ejido podría ser fácil de resolver, modificando ciertas
prácticas con el ganado y tomando en cuenta esta disponibilidad de coolaborar. Dicho
esto, se sugiere que para El Pirú existen muchas probabilidades de lograr una buena
convivencia humano/carnívoros.
Otro factor a considerar es el manejo sanitario del ganado que muchas veces no se
lleva a cabo adecuadamente, como fue registrado en El Pirú anteriormente (Arenas,
2012). Muchas veces la salud del ganado no es cuidada convenientemente y esto
puede constituir la principal causa de muerte, más que la depredación por grandes
carnívoros (Zacari y Pacheco, 2005). Este problema del mal manejo del ganado
también se encontró como un problema de segundo nivel al realizarse la Matriz de
relaciones causales, por lo que incide directa e indirectamente en la conservación del
jaguar.
Al igual que en Metzabok, en El Pirú los informantes reconocieron que los ganaderos
invierten dinero en su ganado y que éste se pierde cuando es depredado por algún
carnívoro. La mayoría de las personas en el Sureste de México guardan sus aves de
corral y ganado como una fuente extra de ingresos que puede ser usada para
emergencias, festividades u otras ocasiones especiales. Debido a esto, cuando los
animales domésticos son depredados, los ganaderos no dudan en tomar medidas al
respecto (Amador et al., 2013). En El Pirú, los ganaderos apuntaron que contratar a un
cazador para que mate al jaguar es el último recurso que tienen al ver que el animal
sigue depredando ganado a pesar de ser corrido y espantado. De hecho los
cazadores comentaron que también sólo cazan al animal cuando no tienen otra salida,
pues saben que está penado por la ley y que pueden ir a la cárcel.
En este ejido el 41% de entrevistados sugirieron ideas para mitigar la depredación de
ganado (algunas muy originales) como descubrir algún repelente para jaguar u otros
carnívoros, traslocarlo y regresarlo a la selva, simular un espantapájaros con una
escopeta, utilizar muchos cohetes, aventar balazos al aire, utilizar fuego y recurrir al
81
seguro ganadero. Otros en cambio decían que preferían vender su ganado si es que
se llegaba a presentar algún problema de depredación. La mayoría de los ganaderos
están dispuestos a conservar al jaguar, siempre y cuando no cause mucho daño. Para
ese fin, se ha puesto en marcha el Fondo de Aseguramiento Ganadero (Programa
perteneciente a la Confederación Nacional de Organizaciones Ganaderas), con el cual
se reembolsa la pérdida por cada cabeza de ganado que haya sido depredada por
fauna silvestre (incluyendo perros ferales). Sin embargo dicho programa no ha sido lo
suficientemente difundido en la región, ya que hubo entrevistados que no tenían idea
de que existía tal programa y no sabían cómo funcionaba, incluyendo una de las
personas que ha sido de las más afectadas por la depredación. De hecho cuando fue
cazado el último jaguar por este problema con el ganado, el programa de pago por las
pérdidas aún no se ponía en marcha.
Respecto a la depredación de ganado, algunos informantes mencionaron a este
respecto que si el jaguar llega a cazar a los potreros es porque algo está fallando
dentro de la selva, es decir se le está restando hábitat o ya no hay suficiente alimento.
Por eso mencionaron que es necesario conservar suficiente selva porque si se tiene
selva,
porqué cazar ganado. Esto demuestra que además las personas tienen un
conocimiento ecológico de forma empírica, de tal forma que también saben que para
poder mantener alejado al jaguar del ganado es necesario proteger la selva en su
conjunto, donde podran subsistir las presas del felino y éste mismo tendrá un espacio
adecuado para poder cazarlas y habitar. Además esto reafirma lo observado en
campo, que el conocimiento empírico de los ejidatarios no ha sido considerado por las
dependencias de gobierno, como por ejemplo los cazadores que saben identificar los
rastros de sus presas y esto podría ayudar a continuar con el monitoreo de la fauna. A
su vez esto acarrea el principal problema que tiene El Pirú de no ser apoyado por el
gobierno mexicano para poder mantener su riqueza natural.
De hecho, uno de los ancianos entrevistados, se mostró muy preocupado por la
situación actual del jaguar y de la selva en general. El dijo que si los ejidatarios no
conservan al jaguar, sus nietos quizás no lo lleguen a conocer, opinó que
. Es claro la conciencia que tiene de que
el jaguar por sí solo y en la situación específica de El Pirú (un ejido con actividades
ganaderas) no puede sobrevivir si los humanos no realizan acciones que disminuyan
el conflicto. Con respecto a esto, los ganaderos dijeron que también estaban
dispuestos a participar en programas de conservación y disminuír la ganadería pero
siempre y cuando existiera algún beneficio económico con el que puedan subsistir. El
82
mismo anciano
Y de aquí deriva la problemática más
complejo respecto a la conservación del jaguar y la selva.
Por un lado se sabe que es inminente generar acciones que protejan y ayuden a la
conservación de ecosistemas y su biodiversidad, porque estamos en un punto crítico
donde la humanidad ha acelerado la tasa de extinción de las especies (Dirzo, 1990),
debido al aumento de nuestra capacidad como especie humana de alterar los
ecosistemas como consecuencia de los progresos tecnológicos, el aumento
demográfico y un incremento generalizado del consumo (Boada, 2003). Pero también
es importante considerar que en México, la mayoría del territorio de distribución viable
para el jaguar, se encuentra bajo algún tipo de manejo y pertenece principalmente a
comunidades rurales (Figel et al., 2011). Es decir que los jaguares y humanos
comparten recursos, en México no hay ya lugares prístinos que no cuenten con la
presencia y ocupación de los humanos, por lo que es imposible que no se siga
haciendo uso de los ecosistemas y la biodiversidad.
Y en sentido de la afirmación anterior del informante de que si no hay recursos
económicos de por medio, la gente no coopera para conservar, es muy debatible. Si
bien hay muchas personas y estudiosos que consideran que la natutaleza por sí
unas culturas o religiones), otras
corrientes y la Economía Ecológica la consideran inconmesurable. ¿Cómo ponerle
precio a los recursos y servicios ambientales?, cuando muchas veces existen diversos
lenguajes de valoración y un conflicto ecológico de distribución de recursos (Martínez-
Alier, 2009). Es notorio que hay que cuestionarse si en realidad los principales
causantes de la deforestación y el conflicto con el jaguar son los pobladores de las
zonas rurales o si en realidad existe una desigualdad de distribución económica y de
responsabilidades. Quienes plantean desde una posición de compromiso, una
reducir el valor de la naturaleza y del ambiente a un indicador económico mensurable
(Boada, 2003).
Sin embargo, González-Molina y Toledo (2002) opinan que la crisis ecológica también
actual civilización occidental, alcanzando el mito del desarrollo económico como la
propia teoría económica que los sustenta, y afectando a una sociedad con
desequilibrios y desigualdades cada vez mayores. Esta desigualdad es notable
cuando comparamos a los ecosistemas silvestres y rurales, que son altamente
83
productivos, mientras que los ecosistemas urbanos son los más caros
energéticamente y tienen una producción primaria mínima. El mantenimiento de éste
último depende de la explotación de los recursos de los ecosistemas rurales y
silvestres por lo que el ecosistema urbano es el que afecta a los otros ecosistemas a
través de la extracción y transporte de los recursos naturales y la emanación de
desechos hacia éstos (Boada, 2003).
Asimismo debido a la presión por mantener a los ecosistemas urbanos, los
ecosistemas rurales han tenido que implementar tecnologías que no son amigables
con el medio ambiente (como el uso de pesticidas y agroquímicos) impulsados por el
gobierno para lograr abastecer de materias primas y alimentos a las ciudades, tal es el
caso de El Pirú (Problema de segundo nivel encontrado con la Matriz de relaciones
causales). Esto evidencía que la responsabilidad recae principalmente en los
pobladores citadinos más que en los pobladores rurales ya que la demanda energética
y material de los primeros supera por mucho la demanda de los segundos; además de
que son los segundos los que sufren más la desigualdad económica pues los recursos
económicos se distribuyen principalmente en los ecosistemas urbanos y muy pocos en
los ecosistemas rurales y silvestres.
De aquí que los informantes, sobre todo los ganaderos, hicieran hincapié en llevar a
cabo una mayor colaboración en la conservación del jaguar y de reforestar la selva si
hubiera más apoyos económicos por parte del gobierno (26% de los informantes
mencionaron este problema). Esta problemática se evidencia porque de la misma
forma que ocurre en Metzabok, en el ejido El Pirú las políticas públicas se
contraponen. SAGARPA realiza proyectos de aprovechamiento agropecuario, al
mismo tiempo que CONAFOR implementa el pago por captación de carbono a través
del programa ProÁrbol en los manchones de selva aún conservados. Los ganaderos y
algunos ejidatarios prefieren utilizar el recurso proporcionado por SAGARPA porque el
beneficio es a corto plazo y es mejor pagado que el programa ProÁrbol. Uno de los
informantes
porque con eso puede mantener a su familia, a diferencia del pago por captación de
carbono.
Los ganaderos, al obtener un mayor ingreso económico a través de la ganadería,
tienen la posibilidad de comprar más tierra para convertirla en potreros. La selva corre
el riesgo de ser fragmentada debido a que no se le da el valor económico adecuado o
ma de tercel nivel de la Matriz de relaciones causales). Por esto y por
toda la problemática que se aclaró anteriormente, uno de los jóvenes informantes
84
mencionó que se deben de realizar proyectos más realistas porque
sufre mucho y de eso s ,
Coincidiendo con otro
de los informantes que dijo sería adecuado reducir la ganadería pero no elimarla
totalmente porque como ya se sabe el ganado representa para estas personas una
inversión que puede ser útil en ocasiones especiales o de emergencia.
Es por esto que aunque algunos piensan que la naturaleza es en sí misma
inconmesurable, es urgente comenzar a designar precios justos a las actividades de
conservación y no sólo a las actividades de producción, o mejor aún un precio justo y
mejor a las actividades de producción que favorezcan la conservación. Sólo de esta
forma lograremos que las personas que viven en los ecosistemas rurales puedan
generarse su propio desarrollo social y a la vez puedan convivir con otras especies.
Pero es sumamente importante que las personas que viven en las ciudades, reduzcan
el ritmo y las cantidades de consumo, porque son las personas de las urbes las que
fomentan el seguir presionando a los campesinos a que sigan produciendo insumos
en cantidades y en tiempos exorbitantes.
Por esto mismo uno de los ejidatarios recalcó que en El Pirú están dispuestos a
trabajar con distintas ong´s, dependencias gubernamentales y centros académicos
con tal de conservar la selva y no depender de un solo apoyo. Sin embargo para la
región Marqués de Comillas apenas se están realizando algunos estudios que son
pioneros en algunos ejidos (como el presente estudio), es decir aún quedan otros
ejidos y otros factores por estudiar y apenas se están comenzando a sentar las bases
para hacerlo. Pero es urgente que se tomen medidas inmediatas que ayuden a
mantener los relictos de selva que aún poseen dichos ejidos y que amortigüen el
impacto ecológico que estamos viviendo. También es importante que cuando se
ofrezcan dichos apoyos sean sólo para ayudar a iniciar proyectos y no crear una
dependencia habitual en las personas a recibir ayuda para conservar como pasó en
Metzabok, ya que como se ha observado esto puede corromper el espíritu de la gente
y aunque una de las metas es que las personas sigan manteniendo un desarrollo
social, también es importante que no pierdan de vista la importancia y la urgencia que
tiene el conservar a los ecosistemas y la biodiversidad. Que esto más allá de generar
un beneficio económico también es indispensable para procurar una buena calidad de
vida. Además las soluciones que se generen deben ser flexibles y realistas porque si
se imponen medidas rígidas y basadas sólo en la teoría como en el caso de Metzabok,
es probable que el ejido El Pirú corra con la misma suerte y se pierda información
empírica valiosa que poseen sus pobladores.
85
Otros problemas asociados con la conservación del jaguar -que se hicieron evidentes
en el ejido El Pirú-, que tienen que ser resueltos para minimizar o de ser posible
solucionar el conflicto por las depredaciones de jaguar se encuentra la carencia por
parte del gobierno de capacitar a los pobladores del ejido y conjuntamente generar
diversas alternativas de aprovechamiento sustentable, para que puedan participar
conservando (las únicas opciones que les han presentado han sido el programa
ProÁrbol y algunos talleres del Corredor Biológico Mesoamericano de la CONABIO).
Sin embargo es primordial que éstas alternativas sean basadas en las potencialidades
que cada ejido tiene (para evitar la competencia y que todos realicen exactamente el
mismo tipo de actividades) y sean concebidas a largo plazo porque el drama de
nuestros ecosistemas rurales y silvestres es que no siguen los ciclos políticos y
electorales, sino que siguen ciclos mucho más largos y complejos (Boada, 2003).
Los problemas encontrados en El Pirú a través de la observación participante, se
encuentran estrechamente interrelacionados y son el resultado de diversos
acontecimientos políticos y económicos que afectan por ende al ambiente. Sin
embargo a pesar de que las relaciones causales son más elaboradas y el panorama
general es más complejo, los informantes tienen una disposición a conservar y probar
nuevas alternativas de aprovechamiento que los beneficien a ellos y a la selva. Éstas
explotación de los
recursos compartidos y por lo tanto para evitar dicha sobreexplotación deben existir la
propiedad privada, así como las divisiones disciplinarias y especialización por tipo de
recurso y región geográfica para resolver problemas derivados de la relación
sociedad-naturaleza..
Empero, esta creencia de separar y especializar continúa restringiendo el
entendimiento de los problemas y la generación creativa de soluciones (Poteete et al.,
2012). Con frecuencia, los gobiernos promueven derechos a los campesinos que se
encuentran espacialmente segregados y sólo dan prioridad a un rango limitado de
actividades relacionadas con uno o varios recursos (por lo que algunos se
sobreexplotan). Dichas políticas chocan con otros derechos tanto formales como
informales que estan espacial y temporalmente traslapados sobre diversos recursos
(Kipuri, 1991; Schoonmaker, 1993). Esto fue lo que ocurrió en Metzabok al prohibir
ciertas actividades en las zonas fraccionadas como áreas naturales protegidas, pero
seguir permitiendo dichas actividades fuera de éstas. Y en El Pirú esto puede ocurrir
también si no se tiene cuidado al organizar y planear el tipo de manejo que se le
puede hacer a la selva.
86
Por lo tanto, revisando los comentarios de las entrevistas y los problemas observados
en ambos sitios, se soporta la perspectiva de que sin tomar en cuenta los aspectos
socieconómicos es imposible poder conservar a los carnívoros (Rigg et al., 2011). La
conservación de carnívoros depende tanto de la parte biológica como de la parte
sociopolítica, y el éxito de la conservación de carnívoros basada en un enfoque
interdisciplinario, permitirá la persistencia de éstos durante décadas a pesar del
crecimiento de la población humana y la modificación de hábitats (Treves y Karanth,
2003; Lindsey et al., 2005). Además se constató que los conflictos entre humanos y
fauna silvestre son generalmente manifestaciones de conflictos subyacentes entre los
mismos humanos, tales como los que existen entre las autoridades y la gente local o
entre la gente con diferentes ambientes culturales (Dickman, 2010).
7. CONCLUSIONES
En el ejido El Pirú se encontró un mayor número de especies (20 en total) que en la
comunidad Metzabok (18 en total), diferente a lo que se esperaría, ya que Metzabok
es un ANP bien conservada y el ejido El Pirú se encuentra fragmentado y bajo
aprovechamiento agropecuario. No obstante, la reserva ejidal aún cuenta con una
buena extensión (2,000 ha aproximadamente) de selva alta perennifolia bien
conservada y de acuerdo a los resultados obtenidos alberga una adecuada diversidad
de presas para el jaguar. De igual forma se esperaría haber encontrado más rastros y
fotografías de felinos mayores en Metzabok, pero el jaguar sólo fue registrado en El
Pirú. Sin embargo en ambas comunidades se encontraron especies en peligro de
extinción y de difícil observación, como el oso hormiguero arborícola, el jaguarundi, el
pecarí de labios blancos y el tapir. Ambos sitios resultaron ser hábitats idóneos para el
jaguar, en base a la disponibilidad de presas.
En Metzabok, la mayoría de las personas están dispuestas a conservar al jaguar, a
pesar de que aún le tienen miedo y preferirían no introducir otro animal a la selva. Esta
percepción en favor de conservar al jaguar se ha visto influenciada por el gobierno, ya
que el jaguar es una especie en peligro de extinción y está prohibido cazarlo. El
significado cultural y religioso que tenían sobre la especie se ha ido perdiendo debido
a que sus usos y costumbres se corrompieron con la llegada de los privilegios
económicos del gobierno. La cultura cambio de formar parte de su esencia como
indígenas lacandones a ser un producto turístico. Dicho turismo ha fomentado la
competencia entre las familias, no existe un sentido de solidaridad y han aparecido
algunos problemas occidentalizados dentro de la comunidad (Balsanelli, 2014; Obs.
87
Pers.) que no facilitan el objetivo que es conservar la selva y por ende la flora y la
fauna que la componen. impuesto
pero no poseen un sentido propio de conservar porque ese sentido les fue arrebatado.
Es necesario tratar de recuperar la identidad de dicha comunidad y emplear sus usos
y costumbres dentro de los programas de conservación, porque de otra manera éstos
no tendran éxito.
En El Pirú, hay disposición de conservar al jaguar y la selva, a pesar de que se
practica la ganadería. Los episodios de depredación por jaguar u otro carnívoro hacia
el ganado no son frecuentes. Es importante realizar una mayor difusión sobre las
opciones que tienen los ganaderos cuando se presentan dichos episodios, como por
ejemplo el Fondo de Aseguramiento Ganadero, además de explicar cómo funciona y
dónde acudir para solicitarlo. Sin embargo existen muchos conflictos políticos y
económicos que no permiten al ejido realizar actividades más sustentables. Es de
suma importancia comenzar a solucionar dichos conflictos y ofrecer más apoyo a
través de la capacitación y financiamiento para que se puedan emprender otro tipo de
actividades en la región. Es importante que se conserve la cohesión que el ejido
mantiene aún y que los proyectos fomenten esta igualdad entre los ejidatarios. De esta
forma se podrán realizar actividades que garanticen la subsistencia de los jaguares y
de los pobladores, pensando incluso a futuro.
En base al análisis ecológico y social, se sugiere que en ambos sitios es viable la
conservación del jaguar. En Metzabok y El Pirú el hábitat es idóneo para albergar
jaguares y otros grandes carnívoros como el puma. Las personas entrevistadas en
ambos sitios demostraron tener aún disposición para conservar al jaguar, pero las
partes política y económica aún tienen debilidades que se deben considerar y trabajar
para que la conservación del jaguar sea efectiva. Solucionando dichos problemas la
conservación no sólo del jaguar sino de toda la selva, será realmente un hecho.
8. RECOMENDACIONES
Sería importante continuar con el monitoreo de fauna en ambos sitios para observar
cómo se comportan las poblaciones de mamíferos, además de realizar otros estudios
de otros grupos de vertebrados y flora. De esta forma se pueden determinar las
densidades y abundancias del jaguar y de sus presas, para tener una idea de cómo se
mantienen la estructura y función de los ecosistemas. El continuo monitoreo, permitirá
88
evaluar si el manejo que se está haciendo en los sitios es adecuado o si es necesario
realizar otras actividades.
Es necesario que se solucionen los problemas sociales que tienen los lacandones en
la comunidad Metzabok para que se puedan llevar a cabo proyectos de conservación
que sean fructíferos, además de mejorar la calidad de vida de sus pobladores y tratar
de reincorporar sus creencias en las actividades de conservación. Es indispensable
reestructurar su identidad como lacandones y no sólo explotar su imagen con fines
turísticos como se ha venido haciendo los últimos 50 años.
Debido a que el ejido El Pirú resultó ser un sitio diverso a pesar de tener actividades
poco sustentables, es imprescindible que se lleven a cabo planes de manejo con el
apoyo del gobierno, ong´s y especialistas en el tema. Es necesario conservar sitios
como éste, que pueden ser zonas de refugio para la fauna, aunado al hecho de que
son áreas que no cuentan con ningún tipo de protección estatal o federal. Además El
Pirú constituye parte de la región de la Selva Lacandona, el último relicto de selva
tropical que tiene México (Vásquez y Ramos, 1992; Castillo y Narvae, 1992; INE-
SEMARNAT, 2000).
9. LITERATURA CITADA
Alcorn, J. B. y Toledo V. M. 1988. Resilient resource managem
ecosystems: the contribution of property rights. En BERKES, F. y FOLKE, C. (eds.):
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ANEXOS
ANEXO 1
Cuestionario que ayudo a entrevistar a los informantes
¿Ha tenido problemas con el jaguar? ¿El jaguar le ha matado ganado? ¿Qué han hecho con los jaguares que han matado ganado? ¿Cree que el jaguar le hace perder dinero o cree que puede sacar alguna
ganancia de éste? ¿Qué se le ocurre para espantar al jaguar y evitar que mate ganado? ¿Qué se le ocurre para evitar que el jaguar no se acerque a la comunidad, sin
tener que matarlo?
¿Qué sabe sobre el jaguar? ¿Qué animales come el jaguar? ¿Ha visto alguna vez algún jaguar? ¿Qué sintió al verlo? ¿Qué representa el jaguar para Usted? Si se acercan a las comunidades ¿Por qué cree usted que se acerquen?
ahí? ¿Cuántos jaguares ha visto en el monte? ¿Le gustaría conocer más acerca del jaguar? ¿Qué tipo de información le gustaría que se impartiera en la comunidad?
¿Ha cazado alguna vez al jaguar? ¿Por qué?
animales como el jaguar puedan sobrevivir? ¿Si se realiza un programa de conservación a largo plazo, a usted le gustaría
participar en él? ¿Cómo participaría en el programa? ¿Estaría de acuerdo en que se trajera otro jaguar al monte? Si, no ¿Por qué?
ANEXO 2
Especies registradas a través de rastros y foto-trampeo
Huella de jaguar (Panthera onca)
Huella de tapir (Tapirus bairdii)