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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA METROPOLITANA UNIDAD XOCHIMILCO DIVISIÓN DE CIENCIAS BIOLÓGICAS Y DE LA SALUD DEPARTAMENTO EL HOMBRE Y SU AMBIENTE LICENCIATURA EN BIOLOGÍA DE LO SOCIAL A LO ECOLÓGICO: EXPLORANDO EL CONFLICTO HUMANO-JAGUAR (Panthera Onca) Y LA VIABILIDAD DE SU CONSERVACIÓN, EN DOS COMUNIDADES DE LA SELVA LACANDONA, CHIAPAS. INFORME FINAL DE SERVICIO SOCIAL QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE: B I Ó L O G A P R E S E N T A : LUCERO MARÍA DEL CARMEN VACA LEÓN ASESORES: Dr. Eduardo Naranjo Piñero Dra. Marta Chávez Cortés México, D.F. Mayo 2014

De lo social a lo ecológico: Explorando el conflicto humano-jaguar (Panthera onca) y la viabilidad de su conservación, en dos comunidades de la Selva Lacandona, Chiapas

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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA METROPOLITANA

UNIDAD XOCHIMILCO DIVISIÓN DE CIENCIAS BIOLÓGICAS Y DE LA SALUD

DEPARTAMENTO EL HOMBRE Y SU AMBIENTE LICENCIATURA EN BIOLOGÍA

DE LO SOCIAL A LO ECOLÓGICO: EXPLORANDO EL CONFLICTO HUMANO-JAGUAR (Panthera Onca) Y LA VIABILIDAD DE SU CONSERVACIÓN, EN DOS

COMUNIDADES DE LA SELVA LACANDONA, CHIAPAS.

INFORME FINAL DE SERVICIO SOCIAL

QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE: B I Ó L O G A

P R E S E N T A :

LUCERO MARÍA DEL CARMEN VACA LEÓN

ASESORES:

Dr. Eduardo Naranjo Piñero Dra. Marta Chávez Cortés

México, D.F. Mayo 2014

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De lo social a lo ecológico: Explorando el conflicto humano-jaguar (Panthera

onca) y la viabilidad de su conservación, en dos comunidades de la Selva

Lacandona, Chiapas.

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Sangre viva,

Veloz como el viento

corazón de la selva

eterno en el tiempo

¡Jaguares para siempre!

Kushan kik,

Chichu yaka besha ik

Pixan Kásh

Cojtá tu woro kin

¡Hach barum, hach barum!

Karla Marisol Yáñez!

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A Oli.

Por ser una mujer extraordinaria y recordarme que nunca hay que dejar de soñar. Tú

me enseñaste a creer en mí y a volar muy alto. Te amo.

A todos los jaguares y mamíferos que se dejaron retratar, ver o que me regalaron

algún rastro durante este estudio.

Por ustedes valió la pena tanto esfuerzo.

A las comunidades de Metzabok y El Pirú.

Por abrirme las puertas y confiar en mí, gracias por dejarme aprender de ustedes, mi

gente de la selva. Siempre los llevaré en mi corazón.

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Agradecimientos

Un agradecimiento muy especial a mis dos asesores, Dra. Marta Chávez Cortés y Dr. Eduardo Naranjo Piñero, muchas gracias por creer en mí y permitirme realizar la investigación que siempre desee llevar a cabo. La realización de este estudio fue más allá de un informe, logramos romper barreras e hicimos un estudio con conciencia y responsabilidad. Estoy muy agradecida con ambos por permitirme hacer uno de mis sueños realidad.

Gracias infinitas a mi familia de El Pirú, Don Balta, Doña Mary, Chely, Jazmín, Joel y la pequeña Ailyn. Con ustedes compartí muchos momentos importantes, además de que me hicieron sentir parte de su familia. Gracias, gracias, gracias por dejarme disfrutar con ustedes su día a día, por las deliciosas comidas de Doña Mary, por el esfuerzo y las pláticas durante los recorridos en la selva con Don Balta (incluyendo pisar una nauyaca y que decidiera no morderme jeje), por la ayuda incondicional de Chely durante las entrevistas, por las risas y buenos ratos con Jazmín, por la ayuda de Joel en campo y con los niños, además de llevarme a varios lugares facilitando mi trabajo. A Ailyn porque fui testigo de su crecimiento desde que aún no nacía. Sin ustedes esta experiencia no hubiera sido la misma.

A todo el ejido El Pirú por su accesibilidad y calidez en las entrevistas. No me cabe duda que hay muchas ganas por trabajar a favor de la conservación, gracias por su tiempo y amabilidad.

Muchas gracias a las personas de Metzabok que me ayudaron durante mis estancias. A Enrique, Maria, Heriberto, Cristina, Armando, Chan Kin, Mincho, Tomasina, Juan el guardaparque, Juanito, Roberto, Ricardo, Chepes, Pablo, Roberto, Jonathan, y todas las personas de la comunidad por acceder a mis preguntas y platicarme del hach barum. Gracias por enseñarme un poquito de maya lacandon y abrirme los ojos a otro tipo de realidad.

A Alice por compartirme sus experiencias y la cosmovisión de los lacandones de Nahá, gracias a ellas este trabajo se enriqueció mucho y creo que no fue casualidad ni suerte habernos encontrado en el camioncito camino a la selva.

A mis guerreros jaguares, Fabio y Marisol. Sin ustedes el Festival del Jaguar no habría podido llevarse a cabo. Gracias porque con su talento y pasión los niños de las comunidades y yo nos divertimos un montón. Además su participación fue clave para hacer los talleres más significativos para los niños. Y aunque de lejos, gracias a Adrián por ser la mente creativa de este pequeño proyecto, tú también fuiste clave para pensar cómo las actividades podían ser especiales para los niños.

A Magaly, mi farolastra del mal, por acompañarme y entenderme, además de regalarme pláticas en hindú. Gracias por cuidar y querer mucho a Zeru. Creo que llegaste en el momento más oportuno y me siento muy afortunada por haberte conocido.

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Gracias a Banco Santander por apoyarme con la Beca ECOES, con la que pude realizar mi estancia en ECOSUR-SCLC.

A Idea Wild por creer en este proyecto, gracias a su ayuda hicimos la diferencia con los niños de las comunidades y ellos tuvieron experiencias memorables.

Agradezco a todas las personas que hicieron posible este sueño.

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Resumen ……………………………………………………………………………….! "!

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1. INTRODUCCIÓN …………………………………………………………………..! #!

1.1! Antecedentes ( El conflicto humano-jaguar) ……………………………… #!

1.2! Justificación ……………………………………………………………………! $!

1.3! Objetivos ……………………………………………………………………….! %!

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2. MARCO TEÓRICO …………………………………………………………………! %!

2.1 Descripción general del jaguar …………………………………………………..! %!

2.2 Distribución geográfica del jaguar en México ………………………………….! &!

2.3 Importancia ecológica del jaguar! !''''''''''''''''''''''''''((!!!""!

2.4 Importancia cultural del jaguar …………………………………………………..! "#!

2.5 Aspectos ecológicos importantes para la conservación del jaguar ………….! ")!

2.6 Influencia de los aspectos socioeconómicos en la conservación de carnívoros, el caso particular del jaguar ……………………………………………………………..! "*!

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3. MARCO DE REFERENCIA ………………………………………………………..! +#!

3.1 Contexto histórico de la Selva Lacandona (Comunidad Metzabok y Ejido El Pirú) ……………………………………………………………………………………………! +#!

3.2 Ubicación geográfica y características generales ……………………………..! +$!

3.3 El medio biofísico de la Comunidad Lacandona Metzabok …………………..! +%!

3.4 El medio biofísico del Ejido mestizo El Pirú …………………………………….! +*!

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4.!!MÉTODOS !''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''(!!!!+&!

4.1! Evaluación del hábitat del jaguar! ''''''''''''''''''''''(!!!#"!

4.1.1! Estimación del índice de abundancia relativa del jaguar y sus presas ….!!!#"!

4.2! Análisis de las percepciones y actitudes sobre el jaguar, su conservación y el conflicto por depredación ………………………………………………………..! #,!

!

4.2.1! Diseño de la entrevista ……………………………………………………….! #$!

4.2.2! Identificación de los actores clave …………………………………………..! #$!

4.2.3! Análisis de las entrevistas ……………………………………………………! #)!

4.2.4! Análisis de los datos de la observación participante ……………………...! #%!

!

5.! RESULTADOS ………………………………………………………………..! #*!

5.1 Especies registradas en Metzabok y El Pirú …………………………………..! #*!

5.2! Índices de abundancia relativa del jaguar y de sus presas, así como de otros felinos ………………………………………………………………………………….. ,+!

5.3! Calidad del hábitat para el jaguar en base a la disponibilidad de presas ……………………………………………………………………………………………! ,&!

5.4! Percepción de las personas en relación al jaguar y su conservación ……………………………………………………………………………………………! $-!

5.4.1! Actores clave de Metzabok y El Pirú ………………………………………..! $-!

5.4.2! Percepciones acerca de la conservación del jaguar en Metzabok y El Pirú ……………………………………………………………………………………………! $,!

5.4.3! Otros factores dentro de los sitios de estudio que afectan la conservación del jaguar ……………………………………………………………………………………! ),!

!

6.! DISCUSIÓN ……………………………………………………………………! ))!

6.1! Variedad de presas para el jaguar en Metzabok y El Pirú. Sitios de importancia biológica ………………………………………………………………..……………….! ))!

6.2! Viabilidad ecológica del jaguar para subsistir en metzabok y El Pirú (IAR de las presas) ………''''''''''''''''''''''''''''''''''''''!!!)*!

6.3! Percepciones, actitudes y problemáticas sociales, su influencia en la viabilidad de la conservación del jaguar ……………………………………………! %-!

!

7. CONCLUSIONES ……………………………………………………………. 86

8.! RECOMENDACIONES ………………………………………………………! *%!

9.! LITERATURA CITADA ……………………………………………………….! **!

!

10. ANEXOS ……………………………………………………………………….. 108

  1  

Resumen

En México, el jaguar (Panthera onca) se encuentra en peligro de extinción, debido a

que ha perdido más de la mitad de su rango histórico de distribución a causa de la

destrucción y fragmentación de su hábitat, la caza ilegal, la declinación en la

disponibilidad de sus presas y la aparición de enfermedades exóticas (Ceballos et al.,

2002; Sanderson et al. 2002; Chávez, 2006). Aunado a esto, la especie en México

enfrenta otro problema que no ha sido lo suficientemete estudiado y esto es el ser

cazado como represalia a la depredación de ganado (Polisar, 2000; Amador et al.,

2013). Debido a esto, aquellos trabajos que aborden la problemática de conservar

carnívoros, desde un panorama donde se analicen las percepciones de las personas

que habitan los territorios rurales, cobran una mayor relevancia al generar acciones de

conservación que intenten cubrir ambos intereses (el ecológico y el social), así como

darles un papel prioritario a ambos. Por esto, los objetivos del presente estudio fueron

analizar las percepciones que tienen dos comunidades (una indígena Metzabok- y

otra mestiza El Pirú-) acerca del jaguar, su conservación y el conflicto por la

depredación de ganado, así como estimar el Índice de Abundancia Relativa (IAR) de

sus presas en ambos sitios; con el fin de evaluar la viabilidad de conservación que

tiene este felino en dichas comunidades. Para analizar el componente social de las

dos comunidades se realizaron entrevistas semiestructuradas y se utilizó el método de

observación participante. En el caso del componente ecológico, se obtuvieron IAR a

través del conteo de rastros, avistamientos y registros de cámaras-trampa. Se

registraron 21 especies que son presas para jaguar. Se obtuvieron IAR altos en ambas

comunidades y comparándolos con estudios hechos en la región de la Selva

Lacandona se observó que ambos sitios son idóneos para albergar jaguares, de

acuerdo a la disponibilidad de presas. En Metzabok, 58% de los entrevistados dijeron

no estar de acuerdo con introducir otro jaguar a la comunidad, principalmente por el

miedo que le tienen al felino debido a la falta de información y porque ciertas creencias

de su cosmovisión ancestral ya no prevalecen. Además, demostraron también

preocupación por el jaguar, por lo que le podría pasar si se trajera otro a la selva ya

que están conscientes del conflicto y el miedo que las personas aún tienen. En El Pirú,

71% de los entrevistados estuvo de acuerdo en traer otro jaguar a la selva, incluso los

ganaderos, ya que las depredaciones por jaguar no son muy comunes y los otros

pobladores mencionaron que es necesario hacer un mejor manejo del ganado y vigilar

más a los animales, para evitar las depredaciones. Sin embargo, hicieron evidente la

  2  

falta de apoyo hacia la conservación por parte del gobierno y la falta de difusión del

seguro ganadero.

Palabras clave: Conflicto humano-jaguar, Índice de Abundancia Relativa, foto-trampeo, presas de jaguar, percepciones, comunidad indígena, ejido mestizo, Selva Lacandona.

  3  

1. INTRODUCCIÓN

1.1 Antecedentes ( El conflicto humano-jaguar) México tiene una gran diversidad biológica que es causada por los altos niveles de

endemismo de los diferentes grupos taxonómicos, y por los complejos patrones de

distribución de la flora y fauna que conforman un mosaico muy peculiar de

ecosistemas y comunidades terrestres (CONABIO, 2006).   Sin embargo, esta

diversidad se ha visto amenazada durante las últimas décadas debido a algunas

actividades humanas que perturban dichos ecosistemas y que han causado la

extinción de muchas especies de plantas y animales (Ehrlich y Ehrlich, 1981). Uno de

los grupos que ha sido afectado en México durante las últimas décadas, son los

mamíferos terrestres.

México tiene el 11% de las especies de mamíferos del mundo, siendo un total de 550

especies las que se encuentran dentro del país (Ceballos y Arroyo-Cabrales, 2012).

Asimismo, ocupa el tercer lugar en el mundo en número de especies de mamíferos

terrestres, con aproximadamente 477 (Lorenzo et al., 2008). Desafortunadamente,

dichas especies silvestres se han visto disminuidas tanto en su abundancia como en

su distribución a lo largo del país, debido al incremento acelerado de la población

humana y sus actividades intensivas, lo cual ha llevado incluso a la extinción local de

poblaciones de algunas de ellas (Lorenzo et al., 2008). Tal es el caso del jaguar

(Panthera onca) que se encuentra en peligro de extinción, debido a que ha perdido

más de la mitad de su rango histórico de distribución en México a causa de la

destrucción y fragmentación de su hábitat, la caza ilegal, la declinación en la

disponibilidad de sus presas y la aparición de enfermedades exóticas (Ceballos et al.,

2002; Sanderson et al. 2002; Chávez, 2006).

Otro problema que enfrenta actualmente el jaguar como especie y que no ha sido

estudiado lo suficiente, es el ser cazado como represalia a la depredación de ganado

(Polisar, 2000; Amador et al., 2013). Situación que se encuentra estrechamente

relacionada con el conflicto entre humanos y carnívoros, el cual se ha convertido en un

problema económico, político y por ende de carácter social, por lo que representa un

reto mundial que debe ser atendido urgentemente (Treves-Karanth, 2003).

El conflicto entre los humanos y los carnívoros surge por varias razones. Las

principales son la dieta rica en proteína que requieren los carnívoros y las grandes

  4  

áreas donde éstos se distribuyen. Esto les acarrea problemas con los humanos,

debido a una continua competencia por dichos recursos. De hecho, muchas especies

de grandes carnívoros están especializadas en depredar ungulados, por lo tanto,

algunos carnívoros matan fácilmente ungulados domésticos cuando se les presenta la

oportunidad (Meriggi y Lovari, 1996; Karanth et al., 1999; Polisar, 2000). Lo anterior

genera un conflicto directo con los humanos como consecuencia de la intolerancia a

ésta depredación (Nowell y Jackson, 1996), asociada a las pérdidas económicas y a

aspectos de seguridad personal que son de suma importancia para ellos. Algunos

investigadores como Hoogesteijn y Hoogesteijn (2011) creen que en el caso específico

del jaguar, las represalias debido a las depredaciones de ganado, constituyen la

mayor causa de extinción local en toda Latinoamérica: desde el norte de México hasta

el norte de Argentina.

Bajo este contexto, algunos autores como Toledo (2000) y Durand et al. (2012),

opinan que para poder hacer un manejo integral de los recursos naturales -

considerando la fauna silvestre como recurso- y poder conservar especies en peligro

de extinción -como en el caso del jaguar- es indispensable incluir dentro de los

programas de conservación, manejo y aprovechamiento a largo plazo, así como el

comportamiento social, ya que el conflicto social es inherente a la problemática que

implica la conservación de este felino. Además, para el caso particular de México es

muy poco probable poder conservar al jaguar sin tomar en cuenta el conflicto con los

humanos, ya que no hay otro país dentro del territorio de distribución de éste felino

que tenga un porcentaje tan grande del paisaje boscoso bajo un manejo comunitario

(Figel et al., 2011).

En específico, para conservar las poblaciones de jaguar de la Selva Lacandona, es

imprescindible partir desde el ámbito socio-político y económico, ya que en esta región

existe una enorme diversidad biológica (Medellín, 1994) pero también cultural, aunado

al carácter peculiar que mantiene la zona, debido a los movimientos sociales que se

han gestado ahí (De Vos, 2002). No es de sorprenderse que los territorios más

biodiversos son también los más diversos culturalmente, pero a su vez son las zonas

de mayor complejidad y desigualdad social (Toledo, 2001). Además, algunos estudios

llevados a cabo en el sureste de México (donde se encuentra la Selva Lacandona) y

Guatemala han encontrado poblaciones saludables de jaguar dentro de bosques

comunitarios que se encuentran bajo un aprovechamiento forestal (Ceballos et al.,

2005; Moreira et al., 2008).

  5  

Por ende, para poder abordar un conflicto de esta magnitud, es necesario mantener la

objetividad y mirar todas las aristas que lo conforman. Es esencial, por ejemplo,

contemplar el tipo de manejo que mantienen las comunidades humanas dentro de los

hábitats, ya que éste puede ser un reflejo de los problemas sociales que viven, y que

pueden actuar como factores o restricciones para la conservación. De igual forma, es

pertinente evaluar y explorar las posibles fuentes de conflicto y sus explicaciones, para

poder buscar soluciones específicas a los problemas ecológicos y sociales que

enfrentan las comunidades. Por ello, en la actualidad, se reconoce la necesidad de

generar acciones de conservación que intenten cubrir ambos intereses (el ecológico y

el social), así como darles un papel prioritario a ambos (González-Maya, 2007).

Esto implicará diseñar acciones que tomen en cuenta no sólo la disponibilidad de

hábitat y presas, sino también las percepciones que tiene la gente en las zonas rurales

donde se distribuye este felino, ya que la viabilidad de sobrevivencia de las

poblaciones silvestres depende mucho de la disposición que muestren las personas

hacia su conservación.

1.2 Justificación

Uno de los factores que generan mayor conflicto con la fauna silvestre, en especial

con los carnívoros, es la depredación de animales domésticos. Se sabe que los

animales domésticos como las vacas, caballos, cabras, ovejas, puercos, aves de

corral y perros son una fuente primordial de carne, leche, grasas, pieles, fuerza de

trabajo y compañía, entre otros productos y beneficios para la población humana (De

Haan et al., 2001), por lo que constituyen uno de los más grandes beneficios tanto

económicos como alimenticios de una gran proporción de las personas que viven en

ambientes rurales (Romañach et al., 2007).

En el caso específico del Sureste de México, la mayoría de las personas que habitan

en las comunidades rurales guardan sus aves de corral y ganado como una fuente

extra de ingresos que puede ser usada para emergencias o festividades u otras

ocasiones especiales, por eso cuando su ganado es depredado, ellos no dudan en

tomar medidas, haciendo de la cacería de retribución por depredación la principal

causa del decline de los carnívoros (Baker et al., 2008), entre ellos el jaguar.

  6  

Esto confirma que el conflicto actual entre el humano y la fauna silvestre es tangible y

preocupante y por eso muchos conservacionistas se encuentran buscando soluciones

a este problema. El daño directo a la fauna silvestre es comúnmente visto como el

foco principal, y existen muchas herramientas para reducirlo. Sin embargo, es un

hecho que el conflicto prevalece incluso después de que el daño a la fauna se haya

reducido, lo que sugiere la necesidad de buscar enfoques más novedosos y completos

para una resolución a largo plazo (Dickman, 2010).

Sobre este quehacer, se sabe que los enfoques de los estudios en mitigación del

conflicto son investigar y responder sólo a los aspectos técnicos; sin reconocer que el

enfoque social es imprecindible para atacar dicha problemática, debido a que las

actitudes de la gente hacia la fauna silvestre son complejas -influidas por diversos

factores sociales como la religión, la etnicidad y las creencias culturales-, por lo que el

conflicto se ve intensificado. Además, se sabe que los conflictos entre humanos y

fauna silvestre son generalmente manifestaciones de conflictos subyacentes entre los

mismos humanos, tales como los que existen entre las autoridades y la gente local o

entre la gente con diferentes ambientes culturales. Por lo que el desarrollo de una

mayor conciencia y conocimiento de los factores que generan el conflicto puede

ayudar a mejorar la comprensión de los patrones y procesos subyacentes de este

problema crítico de conservación. La clave está en permitir que la gente se mueva del

conflicto hacia la coexistencia con la fauna silvestre (Dickman, 2010).

De esta forma es que cobran una mayor reelevancia aquellos trabajos que aborden la

problemática de conservar carnívoros, desde un panorama donde se analicen las

percepciones de las personas que habitan los territorios rurales (Amador et al., 2013),

como es el caso de las comunidades Metzabok y El Pirú. Sin embargo, para ambas

comunidades, no se han reportado estudios que evalúen la presencia de jaguar y la

disponibilidad de sus presas, así como las percepciones que tiene la gente hacia éste

carnívoro, tomando en cuenta las peculiaridades de cada comunidad y el tipo de

manejo que realizan en la región de la Selva Lacandona al sureste de México, donde

Ceballos y Oliva (2005) consideran que se concentra la última población viable de

jaguar en el país.

De aquí la importancia del presente trabajo como una contribución y aproximación

para tratar de entender el conflicto humano/carnívoros, sobre todo cuando se trata de

conservar una especie tan emblemática como es el jaguar. A su vez, se espera que

  7  

con los resultados de este estudio se puedan generar elementos para tomar

decisiones a futuro que permitan a las comunidades humanas tener una mejor

convivencia con otras especies.

1.3 Objetivos

El objetivo principal de este trabajo es diagnosticar la viabilidad para conservar al

jaguar (Panthera onca) en base a la percepción de dos comunidades de la Selva

Lacandona con diferentes orígenes culturales y sistemas de manejo, así como en la

disponibilidad de presas para dicho carnívoro. Para lograr este propósito se pensó

realizar los siguientes objetivos particulares:

Realizar un listado de las presas de jaguar y otros felinos, registrados

en ambos sitios de estudio y verificar la presencia de jaguar.

Estimar el índice de abundancia relativa de las presas de jaguar y de

otros felinos.

Evaluar la calidad de los hábitats para el jaguar en cada sitio, de

acuerdo a la disponibilidad de presas.

acerca del jaguar y su conservación.

Diagnosticar la viabilidad de conservar al jaguar en los dos sitios, en

base a los criterios anteriores.

2. MARCO TEÓRICO

2.1 Descripción general del jaguar

El jaguar, también conocido comúnmente como tigre, tigre real, yaguareté, otorongo y

onca, es el felino más grande del continente americano (Figura 1). Su cuerpo es

robusto con miembros cortos y musculosos; cabeza ancha; orejas pequeñas y

redondeadas; cola corta que termina en punta, la cual no es mayor a una tercera parte

  8  

de la longitud total del cuerpo. El patrón de coloración es generalmente amarillo rojizo

en el dorso y costados, blanco en la parte del vientre y en la parte interna de las patas.

Todo el cuerpo está cubierto de rosetas de tamaño variable, con manchas pequeñas

en el centro. Posee un cráneo robusto, ancho en el rostro al igual que en el arco

zigomático. La cresta sagital está bien desarrollada (Nowell y Jackson, 1999;

SEMARNAT, 2009).

Figura 1. Fotografía de jaguar (foto tomada por Ray Morris)

Las medidas corporales del jaguar cambian con respecto a la variación geográfica, las

subespecies de Mesoamerica son más pequeñas que las de Sudamérica (Oliveira,

1994), pero en general las hembras miden de 1,570 a 2,190 m de largo y los machos

de 1,720 a 2,410 m (Seymour, 1989). El peso corporal es mayor en machos (64 a 114

kg) que en hembras (45 a 82 kg; Leopold, 1965).

La temporada reproductiva de este felino es probablemente durante todo el año, pero

Rabinowitz y Nottingham (1986) reportan que los cachorros nacen usualmente en la

temporada de lluvias, cuando hay mayor disponibilidad de presas. La madurez sexual

en las hembras se alcanza a los tres años, mientras que en los machos es entre el

tercero y cuarto año. En cautiverio las hembras presentan un estro de 6 a 17 días

(Tewes y Schmidly, 1987). El período de gestación dura de 93 a 105 días. El tamaño

promedio de la camada es de dos, con un intervalo de 1 a 4 cachorros. Las crías

nacen moteadas y son altricias (es decir con poca o nula visibilidad). Las crías

acompañan a la madre hasta el año y medio o dos de vida, las hembras no se

aparean si todavía sus crías las acompañan (Oliveira, 1994).

En cuanto a su comportamiento, se puede decir que son animales solitarios excepto

Clasificación taxonómica

Familia Felidae

Clase Mammalia

Orden Carnívora

Familia Felidae

Subfamilia Pantherinae

Género Panthera

Especie Panthera onca

  9  

en el apareamiento o cuando aún los juveniles son dependientes de la madre

(Seymour, 1989). Son predominantemente nocturnos y activos en el crepúsculo y al

amanecer (Oliveira, 1994).

El ámbito hogareño de los jaguares presenta una gran variación espacial y temporal,

se ha calculado que el área de actividad fluctúa entre 10 y 150 km2. El sexo, la edad,

la disponibilidad y tamaño de las presas, el tipo de hábitat y la interferencia humana

son factores importantes que influyen en el tamaño de dicho ámbito (Crawshaw y

Quigley, 1991). El área de actividad de las hembras puede estar determinada por la

disponibilidad de las presas; mientras que para los machos se encuentra determinada

por la competencia intraespecífica por espacio con otros machos, incluyendo ésto el

acceso a las hembras y la disponibilidad de alimento. Se ha calculado que el área

mínima promedio para soportar una población viable de jaguares (500 individuos,

50:50) es de 8,474 km2 (Oliveira, 1994).

Se sabe que los jaguares se distribuyen en una gran variedad de hábitats, usualmente

prefiere ambientes planos con densa cobertura vegetal y muy húmedos, como las

selvas tropicales, bosques espinosos, marismas, manglares, pampas/llanos, así como

ambientes desérticos, donde busca las áreas con mayor densidad vegetal como el

chaparral. Es común encontrarlos en bosques de galería y parches de selva más

seguido que lo esperado, por la disponibilidad de recursos de éstos ambientes; en

cambio en los bosque abiertos y pastizales, su presencia es menor a la esperada por

área (Oliveira, 1994). Se le encuentra desde el nivel del mar hasta los 2,700 msnm,

aunque raramente sobrepasa los 1500 msnm (SEMARNAT, 2009).

2.2 Distribución geográfica del jaguar en México La distribución histórica de la especie era de forma continua desde el sur de los

Estados Unidos de Norte América hasta Argentina, mientras en México (Figura 2) se

distribuía a lo largo de los planos costeros del Atlántico y el Pacifico, en la región sur y

sudeste de nuestro país como en la Península de Yucatán y en los estados de

Oaxaca, Tabasco y Chiapas (Seymour, 1989).

  10  

Figura 2. Distribución histórica del jaguar en México. Tomado de SEMARNAP-INE,

1999.

Actualmente, la distribución probable del jaguar, incluye una porción considerable de

la distribución histórica, desde Sonora y Tamaulipas hasta la Península de Yucatán y

Chiapas (Figura 3). Los cuatro estados donde se encuentra las poblaciones más

importantes son Campeche, Chiapas, Oaxaca y Quintana Roo (Flores y Gerez, 1994).

Hay registros recientes en los estados de Sonora, Sinaloa, Nayarit, Jalisco, Estado de

México, Guerrero, Oaxaca, Chiapas, Yucatán, Quintana Roo, Campeche, Tabasco,

Querétaro y Tamaulipas (Faller et al., 2005; López-González y Brown, 2002; Monroy et

al., 2005; Ortega-Huerta y Medley, 1999; Rosas-Rosas y López-Soto, 2002; Valdez et

al., 2002).

  11  

Figura 3. Distribución actual del jaguar en México. Tomado de Howell y Webb, 1995;

modificado de SEMARNAP-INE, 1999.

2.3 Importancia ecológica del jaguar

La conservación de la biodiversidad, es de suma importancia ya que contribuye al

Los

ecosistemas no son sólo un conjunto de poblaciones ni éstas un conjunto de

individuos, sino que entre ellos existen relaciones inter e intraespecíficas, además de

relaciones con el medio abiótico. Dichas relaciones garantizan el funcionamiento

adecuado de los ecosistemas (De Leo y Levin, 1997) y cobran mayor interés cuando

se trata de especies raras o en peligro de extinción, sobre todo cuando se encuentran

Una de las relaciones que determina la estructura y funcionamiento de un ecosistema

es la depredación (Ricklefs, 1984; Krebs, 1985; Begon et al., 1990), ya que este

proceso incide directamente sobre el desarrollo de las redes tróficas (Moreno et al.,

2006), e indirectamente en el secuestro de carbono, el control de la invasión de

especies y en los cambios biogeoquímicos en tierra, agua y atmósfera (Estes et al.,

2011; Beschta y Ripple, 2009; Gross, 2008).

  12  

Los depredadores que tienen una función clave dentro de los ecosistemas, son los

llamados depredadores tope, es decir las especies que no tienen un depredador

natural en la cadena trófica (Navia, 2013). Desde hace tiempo los biólogos saben que

los depredadores controlan las poblaciones de los animales que les sirven de presas,

pero estudios recientes revelan que el aporte de los macrodepredadores como el

jaguar es mucho mayor: desde el control de depredadores más pequeños, hasta la

protección contra la erosión de bancos ribereños y la generación de zonas de

concentración de nutrientes (Beschta y Ripple, 2009). Es más, en un estudio realizado

por Sergio et al. (2006), se demostró que la presencia de depredadores tope está

asociada a una gran biodiversidad y se resaltó la importancia de éstas especies  para

poder cubrir metas enfocadas a la conservación, en virtud de que pueden actuar como

especies bandera, clave, sombrilla o como indicador biótico. Esto sólo lo consiguen los

depredadores tope, ya que las especies de niveles tróficos secundarios muy

difícilmente cumplen con todos estos criterios.

En este sentido, el jaguar funge un papel importante cuando se trata de conservación

de la biodiversidad y por ende de la administración de servicios ecosistémicos.

Destacando su función dentro de los ecosistemas, se sabe que el jaguar y otros

macrodepredadores mantienen el vigor de las poblaciones de sus presas al eliminar

individuos enfermos y viejos, de hecho disminuye la diseminación de enfermedades

que afectan a éstas especies, al ganado e incluso al propio hombre (Hoogesteijn y

Hoogesteijn, 2005). Los depredadores tope inciden también en la distribución de

polinizadores, aves e insectos, como consecuencia de depredar mamíferos

herbívoros, de esta forma controlan indirectamente la composición de las

comunidades de especies vegetales, las cuales sirven como refugio y alimento de

dichos polinizadores, aves e insectos. Además de afectar los números de las

poblaciones de sus presas, los jaguares también afectan el comportamiento de las

mismas. Éstas al verse presionadas por el depredador, seleccionan diferentes hábitats

y diferentes fuentes de alimento, e incluso disminuyen el tiempo en el que se

alimentan (Paine 1966; Brown et al. 1994; Schmitz 1998). Por lo tanto cuando se

eliminan o se reducen los depredadores tope, en este caso los jaguares, se produce

un efecto en cadena que ocasiona que los ecosistemas cambien, y frecuentemente

esto resulta en un sistema simplificado y ecológicamente más pobre (Soulé y Noss

1998).

  13  

El jaguar juega también una función clave en el proceso de planificación y control de

las actividades de conservación, ya que al ser una especie de gran tamaño, amplia

distribución (habita una gran variedad de ecosistemas), comportamiento territorial y

sensibilidad ecológica; necesita de áreas grandes para alimentarse y sobrevivir

(Ceballos et al., 2002; Medellín et al., 2002; Hoogesteijn y Hoogesteijn, 2005). Por lo

que su conservación facilita la supervivencia de otras especies, ya que sus

requerimientos abarcan los requerimientos de especies menos demandantes como el

pecarí de labios blancos (Tayassu pecari), el pecarí de collar (Pecari tajacu), el venado

temazate (Mazama temama), la paca común (Cuniculus paca), el coatí (Nasua narica),

el armadillo de nueve bandas (Dasypus novemcinctus), entre otros (González-Maya,

2007; SEMARNAT, 2009; De la Torre, 2009). En consecuencia, se considera al jaguar

como una especie sombrilla y es utilizado para definir las metas de conservación.

Debido al enorme interés que hay para protegerlo es considerado como una especie

bandera (Miller et al., 1999). Además por la naturaleza de su tamaño, apariencia y

carisma, los jaguares pueden despertar emociones de respeto o simpatía por parte de

los humanos (Miller y Rabinowitz, 2002), lo que los hace el foco de atención de los

medios y por eso son utilizados para recaudar fondos y apoyo para proteger hábitats

determinados (Noss y Cooperrider, 1994).

2.4 Importancia cultural del jaguar

En México reside la mayor población de pueblos indígenas y mestizos en América.

Dicha población comparte algunos rasgos como la apariencia física, las costumbres y

ciertos aspectos de su cosmovisión (Bonfil, 1987). La mayoría de estos grupos de

indígenas y mestizos, son descendientes de culturas mesoamericanas (Toledo, 2000)

y por eso aún permanecen dentro de su cultura contemporánea, ciertos símbolos

milenarios sobre seres investidos de fuerza y con poderes sobrehumanos.

Precisamente el jaguar, misterioso y mágico habitante de los bosques y las selvas

americanas es uno de éstos símbolos, que aparece continuamente en las expresiones

culturales (Valverde, 1998). Ha servido, por ejemplo, como modelo de belleza o fuerza

para exaltar la personalidad de antiguos héroes, adquiriendo importancia en diversas

culturas mesoamericanas (Pérez-Acevedo y Briones-Salas, 2011).

Es un animal conocido por muchos nombres ya que en cada región a lo largo de su

área de distribución se le nombra de forma diferente, ya sea con nombres indígenas o

  14  

nombres mestizos. Al llegar los españoles al continente americano llamaron al jaguar

, recordando al felino de Asia que les era familiar. Desde entonces en muchos

sitios de Latinoamérica el nombre de es utilizado para llamar al único felino pinto

de gran tamaño que habita en esta parte del mundo (Galindo-Leal y León-Portilla

2009; Galindo-Leal, 2010).

describe adecuadamente al jaguar, ya que cuando ataca a sus presas, su mordida

generalmente va dirigida al cráneo y sus afilados colmillos lo atraviesan sin problema

con la extraordinaria fuerza de su mandíbula. En México, los mayas llamaban al jaguar

Balam, Zac-bolay, Yunka, Chac Mool (jaguar rojo), mientras que los aztecas lo

conocían como Ocelotl. En zapoteco su nombre es Beztao, Beedxé, en chinanteco,

Hieh, Yah o Ahyah, en mixteco, Kuiñi o Nga´a, en amuzgo, Kítzian, en mazateco, Xa,

en mixe, Caa, en zoque, Kajanh, Tsikin kajanh, en náhuatl, Tikuaní, en chontal,

Galdilix, y en huave, Lüw (De Ávila, 2004). En el país también se le conoce con el

nombre mestizo de tigre o jaguar (Galindo-Leal y León-Portilla 2009; Galindo-Leal,

2010).

La cultura Olmeca, también conocida como tenocelome (boca de jaguar) tenía como

uno de los principales símbolos de la religión al jaguar. En esta cultura aparecen las

primeras representaciones del jaguar y de los hombres-jaguar, seres sobrenaturales

producto de la unión de los gobernantes con seres míticos. Gran cantidad de

monumentos contienen cabezas con rasgos humanos y animales, particularmente de

jaguar, en donde se pueden identificar garras, manchas del pelaje, colmillos y las

fauces del jaguar (Olivier, 1999). Los Olmecas consideraban al jaguar como una

deidad relacionada a la tierra, representaba el origen de la tierra y el inframundo. Ellos

mismos se consideraban como descendientes del jaguar ya que tenían el mito de que

la humanidad tuvo su principio en la unión del jaguar con una mujer, originando a un

hombre caracterizado por sus rasgos de jaguar (González, 2001).

Los Mayas continuaron muchas de las creencias Olmecas, manifestándose en el

hecho de que los sacerdotes se cubrían con pieles de jaguar durante las ceremonias y

rituales. El jaguar significaba para ellos poder, oscuridad y fertilidad (Sotelo y

Valverde, 1991). De aquí que entre los gobernantes de las grandes ciudadelas Mayas

se acostumbrara llevar el sobrenombre de jaguar (Balam o Chac), convirtiéndose en

una moda ampliamente distribuida. Entre los más notables documentos de la cultura

  15  

patente la presencia del jaguar en la cultura Maya, ya que algunos de los principales

personajes llevan el nombre del jaguar (Galindo-Leal, 2011).

En Oaxaca el jaguar también tuvo un papel importante para los habitantes

prehispánicos pues se relacionaba con los montes, la tierra y la lluvia (Galindo-Leal,

2011).

En Teotihuacán, por su parte, se representaba al jaguar a menudo con características

de otros animales, como aves y serpientes (González, 2001) y recientemente se han

encontrado ofrendas en algunas tumbas de Teotihuacán con osamentas de jaguares

(Galindo-Leal, 2011).

Es sabido que entre los aztecas el jaguar era considerado el rey de los animales, por

lo que los líderes y guerreros de alto rango utilizaban vestimentas hechas con piel de

jaguar como símbolo de autoridad. Por lo mismo en Tenochtitlán se celebraba el

festival de Tlacaxipehualiztli, en donde los guerreros capturados en batallas eran

forzados a pelear con jaguares al estilo de gladiadores. El jaguar aparecía como

; este título posiciona al

jaguar en el lugar central de la naturaleza. Además para los aztecas el jaguar era el

Octavo Señor de la noche y se le consideraba el eco o la voz de la noche (González,

2001).

Actualmente en algunos estados aún se practica la danza del Tecuani, que es una

representación de las andanzas del jaguar y su captura. Tecúan significa en náhuatl

animal al que se le tiene admiración, respeto y miedo (Galindo-Leal, 2011), aunque en

México parte de la tradición y cultura prehispánica en torno al jaguar, se ha ido

perdiendo en ciertos grupos indígenas debido a diferentes movimientos políticos,

sociales y económicos.

No obstante, Figel et al. (2011) mencionan que todavía hay una conexión profunda,

tradicional y cultural entre los chinantecos y los jaguares, así como con otros grupos

indígenas de México, particularmente manifestada en la creencia de los nahuales,

humanos con el poder de transformarse en jaguares (INI, 1981). Dentro del estudio

  16  

que realizaron, estos autores señalan que cerca del 50% de las personas

entrevistadas, dijeron que habían oído historias de sus padres o abuelos acerca de

jaguares, y 63% indicó que creían en nahuales. La creencia en los nahuales no tiene

relación con la edad. Esta creencia conlleva una inhibición contra la caza de jaguares,

ya que se corre el riesgo de matar a un humano que se encuentra temporalmente en

un estado de jaguar, cuyos familiares pueden buscar represalias contra ti (INI, 1981).

2.5 Aspectos ecológicos importantes para la conservación del jaguar. Además de los aspectos socieconómicos, se sabe que para poder conservar a los

carnívoros se deben tomar en cuenta ciertos aspectos ecológicos y biológicos. Para

eso existen diferentes perspectivas, desde la genética hasta un nivel macroecológico

como el manejo adaptativo de los recursos naturales. Dentro de éstos enfoques, se

pueden orientar esfuerzos de conservación tanto a nivel de individuos como de

poblaciones.

Uno de los problemas más importantes que amenazan la existencia de las

poblaciones de jaguar, es el crecimiento demográfico que conlleva la degradación,

destrucción y fragmentación del hábitat, lo cual se ve agravado por los cambios de uso

de suelo por actividades poco aptas o sin control y la cacería furtiva, no sólo del jaguar

sino también de sus presas (SEMARNAT, 2009). Cuando las poblaciones humanas

crecen, las áreas naturales son colonizadas e influenciadas por las actividades

humanas. El desarrollo de redes de caminos, aprovechamiento maderero, búsqueda

de petróleo, actividades turísticas, entre otras actividades, inician el proceso de

colonización, asentamiento y transformación del paisaje. Por lo que la pérdida de

hábitat y la cacería de presas salvajes son dos de las principales actividades que

afectan a la fauna silvestre en dichas áreas naturales (Escamilla et al., 2000).

En el caso particular de las poblaciones de jaguar, los estudios que se lleven a cabo

respecto a su ecología y conservación son de vital importancia, porque es el único de

las poblaciones de esta especie son cada vez menos a causa de la fragmentación de

su hábitat y la cacería ilegal (SEMARNAT, 2009). En México y Centroamérica, la

situación para el jaguar cada vez es peor, debido a que las poblaciones se encuentran

sólo en un 33% de su rango de distribución histórico, y el 75% de éstas poblaciones se

encuentran reducidas en número (Swank y Teer, 1989; Sanderson et al., 2002;

  17  

Marieb, 2005); a pesar de que los jaguares están protegidos en México y su cacería

está estrictamente prohibida desde 1987 (SEMARNAT, 2010).

De este modo, los esfuerzos de conservación del jaguar no deben limitarse sólo a las

áreas donde se distribuyen, deben extenderse también a los corredores ecológicos y

otras formas de manejo del paisaje (Hoogesteijn y Hoogesteijn, 2005). Por esto

mismo, es importante generar protección a las poblaciones de jaguares, tanto por la

vía formal (procesos legales con la designación de parques, santuarios y/o reservas) e

informal (aceptación del jaguar por parte de propietarios de terrenos privados). Ésta

necesidad del jaguar por ocupar inmensas áreas interconectadas, hace que la

protección informal de grandes áreas con la participación de sus propietarios y

usuarios, sea el factor crítico dentro de los planes de conservación (Miller y

Rabinowitz, 2002), refiriéndose también a las comunidades rurales como propietarios y

usuarios.

A la larga, esto hace a los jaguares más vulnerables que otras especies a desaparecer

dentro de los ecosistemas (Terborgh, 1988; Miller y Rabinowitz, 2002). Por lo que un

mayor conocimiento ecológico sobre la manera en que se dispersan los jaguares,

sobre cómo usan los corredores de hábitat y cómo pueden persistir en varios grados

de fragmentación del hábitat, es crítico para el diseño de acciones de conservación

apropiadas, así como para configurar los límites de las áreas protegidas y para diseñar

corredores.

Por otro lado, la cacería de animales silvestres, conocida como cacería de

susbsistencia, es una actividad sumamente importante en muchas áreas rurales del

mundo (Robinson y Redford, 1991; Fitzgibbon et al., 1995) y México no es la

excepción. Sin embargo, esta actividad ha cambiado drásticamente mientras los

paisajes humanos y biológicos han cambiado también. Algunas comunidades

dependen exclusivamente de presas salvajes para obtener proteína, mientras que

otras obtienen la proteína tanto de presas salvajes como de animales domésticos

(Redford y Robinson, 1987; Jorgensen, 1995a, 1995b). En algunas áreas las presas

silvestres son fuertemente explotadas para uso comercial (Bodmer, 1995; Fa et al.,

1995; Cuarón, 1997). Las preferencias de la gente y el efecto de sus actividades sobre

las presas silvestres pueden variar en relación a su dependencia hacia dicha fauna

como fuente de proteína, ingreso o ambas (Escamilla et al., 2000).

  18  

La cacería de animales silvestres y la fragmentación del hábitat, incide directamente

en el estado de salud de un depredador, debido a que éste es determinado en gran

medida por la cantidad y la calidad de sus presas (Sunquist y Sunquist 1989). La

cacería, la deforestación y las actividades agrícolas, usualmente alteran la estructura y

dinámica de las poblaciones de grandes ungulados (Hunter, 1990; Madhusudan y

Karanth, 2000) y dependiendo del grado de la actividad humana, se puede afectar

negativamente la ecología alimentaria de los grandes felinos que dependen de los

ungulados como sus presas primarias (Novack, 2003). Además, se cree que las

dinámicas sociales de los grandes carnívoros son sensibles a las variaciones en las

densidades relativas de presas de diferente tamaño, causadas ya sea por factores

naturales o antropogénicos (Karanth y Sunquist, 1995).

Por esto mismo es importante implementar programas de monitoreo, donde se estudie

la disponibilidad de presas y otros recursos (Taber et al., 2002 Kelly y Silver, 2009), ya

que las presas se ven disminuidas al fragmentarse el hábitat y al ser aprovechadas de

forma incontrolada por los humanos. Sólo de esta forma se podrá realizar una

conservación efectiva de jaguares a nivel de población.

2.6 Influencia de los aspectos socioeconómicos en la conservación de carnívoros, el caso particular del jaguar.

Al generar las bases para conservar fauna silvestre, es de suma importancia tomar en

cuenta el contexto socioeconómico, sobre todo cuando se trata de carnívoros

mayores. Cuando se toma en cuenta el componente socioeconómico, se puede

obtener información acerca del uso y manejo de los recursos naturales que se ha

hecho desde hace tiempo por las comunidades humanas nativas, quienes han

obtenido dicha información de forma empírica o bien a través de la tradición oral. Por

lo que a través de dicho uso y manejo tradicional, las comunidades pueden mantener

un manejo más adaptado a las condiciones naturales del ecosistema (Toledo, 2010).

Es necesario considerar que la conservación de la biodiversidad no puede ser

separada del manejo y utilización de los recursos naturales. Los humanos utilizan y

fenómeno se define como el acto mediante el cual los humanos hacen transitar un

generando un arraigo a ese fragmento de naturaleza (Toledo, 2000). La apropiación

  19  

de los recursos naturales incluye minerales, agua, materiales textiles y de

construcción, energía solar y principalmente organismos vivos (biomasa) de los

ecosistemas (Toledo, 2001).

No obstante, debido a la utilización de métodos incompatibles a los usos y costumbres

de las comunidades nativas, hoy en día hay un conflicto creciente entre los pobladores

y la fauna silvestre. En especial los macrodepredadores siguen siendo eliminados y

perseguidos por los humanos, a pesar de que generan beneficios para los

ecosistemas y que algunos de ellos tienen un significado importante dentro de las

culturas mesoamericanas (Morrison et al., 2007). Esto se genera porque por un lado la

fauna necesita de hábitats que tengan una capacidad de carga suficiente para sus

requerimientos biológicos y por el otro lado los pobladores necesitan utilizar los

recursos naturales de esos hábitats para cubrir también sus requerimientos (Graham

et al., 2005; Conover, 2002). Por eso es necesario retomar, en el contexto de la

modernidad, aquellos sistemas ancestrales en los que ambos participantes (humanos

y carnívoros) cubrían sus requerimientos básicos y coexistían en el mismo espacio.

Sin embargo, los trabajos que resaltan la importancia del contexto socieconómico

mencionan que la conservación de carnívoros depende tanto de la parte biológica

como de la parte sociopolítica, y que el éxito de la conservación de carnívoros basada

en un enfoque interdisciplinario, permitirá la persistencia de éstos durante décadas a

pesar del crecimiento de la población humana y la modificación de hábitats (Treves y

Karanth, 2003; Lindsey et al., 2005). A pesar de esto, el conflicto entre humanos y

carnívoros sigue siendo controversial debido a que los recursos implicados tienen un

valor económico y los depredadores implicados tienen un alto perfil y están

usualmente protegidos legalmente (Graham et al., 2005).

Aunado a esto, se sabe que las actitudes humanas hacia los carnívoros, son

sumamente variables, aunque algunas tendencias son notables. De acuerdo con

Kellert et al. (1996) y Reading y Clark (1996), las comunidades rurales suelen expresar

fuertes valores dominantes e utilitarios que favorecen la explotacion y sumisión de la

vida silvestre; mientras que las personas con una educación más formal y mayores

ingresos suelen expresar valores naturalistas con un fuerte interés en la recreación al

aire libre y apoyo a la conservación de la vida silvestre. Los jóvenes y las mujeres

tienden a demostrar valores morales y humanos, además de expresar una gran

afección por los animales, opuesto a los usos consumistas. En lo que respecta a los

jaguares, dada su amplia distribución, significa que ellos coexisten en muchos y

  20  

diferentes entornos etno-culturales, por lo que las actitudes hacia ellos en las

comunidades rurales cercanas son variables y usualmente entendidas pobremente

(Conforti y Azevedo, 2003; Zimmerman et al., 2005).

Por eso es de suma importancia tomar en cuenta todas las aristas que conforman este

fenómeno tan complejo, sobre todo a la hora de evaluar las actitudes y percepciones

de las personas que viven y coexisten con dichos carnívoros. Es lógico que primero se

deban evaluar las condiciones y las situaciones que originan estos conflictos para

acabar de raíz con el problema y asegurar la conservación de los carnívoros. Sin

embargo, a pesar de la importancia que tienen las percepciones y actitudes humanas

dentro del conflicto, no se han hecho ni se han divulgado suficientes trabajos

referentes a esta problemática en México. Sin tomar en cuenta los aspectos

socieconómicos es imposible poder conservar a los carnívoros (Rigg et al., 2011).

Tomando en consideración este contexto, Taber et al. (2002) propusieron una serie de

directrices y sus prioridades para actuar a favor de la conservación del jaguar (Tabla

1).

Tabla 1. Directrices y su prioridad respecto a la conservación de los jaguares en

México y América.

Acciones de Prioridad I Acciones de Prioridad II Accciones de Prioridad III

1. Reconocimientos rápidos de probables áreas

de distribución, de las cuales no haya

información.

1. Investigación sobre los conflictos entre el jaguar y el ser humano, en especial la depredación de ganado, así como la implementación de

proyectos piloto para abordar dicho conflicto.

1. Aplicación y prueba de programas específicos de educación ambiental para

proteger al jaguar.

2. Evaluación de las restricciones a escala del

paisaje para la conservación del jaguar

2. Investigación a largo plazo sobre la ecología y demografía

del jaguar en sitios específicos.

2. Desarrollo y mejoramiento de métodos de investigación

sobre genética de poblaciones.

3. Desarrollo e implementación de proyectos piloto sobre técnicas de monitoreo de

jaguares, sus presas y areas prioritarias para la

conservación del jaguar.

3. Diagnóstico e información básica sobre el estado de

salud de las poblaciones de jaguar.

  21  

4. Prueba e implementación de programas de

reintroducción y traslocación de jaguares, donde sea

necesario y conveniente.

5. Investigación sobre técnicas reproductivas y, donde sea

necesario, desarrollo y mejoramiento de los

programas de reproducción en cautiverio.

De acuerdo con la Tabla 1, la investigación sobre los conflictos entre el humano y el

jaguar, se considera como una directriz de conservación de prioridad II. Sin embargo

debido a que este problema se ha incrementado durante los útlimos años, es

necesario no considerar únicamente la parte ecológica como la primordial y principal

amenaza para conservar jaguares. Sería muy difícil en México conservar a este felino

tomando en cuenta sólo la reelevancia ecológica de un sitio, ya que la mayoría del

territorio de distribución viable para el jaguar, en este país, se encuentra bajo algún

tipo de manejo y pertenece principalmente a comunidades rurales (Figel et al., 2011).

Por lo que las amenazas al ganado por parte de este felino en los ecosistemas

agropecuarios deben ser controladas y atendidas para lograr el cometido de conservar

esta especie (Palmeira et al., 2008).

Por su parte, Janzen (1998) reconoce que, para que la conservación de los jaguares

sea posible en los ecosistemas agropecuarios, es necesario un cambio en la actitud

de la gente sobre el jaguar, para que se le considere un elemento del paisaje agrícola

con un costo-beneficio, como lo es el ganado y algunos cultivos (frijol, maíz, chile,

etc.). Prueba de esto ocurrió en Belice al desarrollarse un programa de educación

ambiental sobre el jaguar, con el cual se logró cambiar la conciencia y apreciación de

este animal en los alrededores de la reserva para jaguares, generando una mayor

tolerancia hacia la especie y una apreciación costo-beneficio (Rabinowitz, 1992).

Este conflicto de depredación se ha incrementado en los últimos años debido a los

mismos factores que ponen en peligro de extinción al jaguar, es decir, la expansión de

zonas agrícolas-ganaderas, la reducción del hábitat continuo y el incremento de la

cacería furtiva de sus presas naturales (Harris et al., 2005). Por esto, también es

importante hacer estudios para entender cómo los cazadores locales afectan las

  22  

poblaciones residentes de jaguar, no solamente al matarlos, sino también al cazar las

presas de las que depende (Acción de prioridad II, Tabla 1; Leite y Galvao, 2002).

Además, se ha observado que la cacería incontrolada de sus presas, aumenta el

número de jaguares heridos en encuentros con humanos. Lo cual se traduce en

felinos disminuidos en su capacidad física, que los hace más propensos a depredar

animales domésticos. Debido a esto, se ha propuesto que los daños causados por la

depredación, sean compensados por las dependencias de gobierno correspondientes;

así como implementar programas que contemplen la educación sobre la conservación

e importancia ecológica del jaguar y sus presas, y mejorar la productividad ganadera a

través de un manejo sustentable y adaptativo (Acciones de prioridad II Y III, Tabla 1).

Muchos ganaderos ignoran cómo un buen manejo de su ganado puede proveerles de

incrementos significativos en sus ingresos económicos y prevenir la depredación por

felinos (Hoogesteijn y Hoogesteijn, 2011).

Se sabe que los jaguares pueden coexistir con los humanos en los ecosistemas

agropecuarios y en las áreas naturales que los rodean, si son tolerados (es decir

dependen de las actitudes de los humanos). Esto implica la intervención de aquéllos

que desean conservar la biodiversidad (los jaguares como elementos de ésta) con

quienes desean utilizar los recursos naturales (Vaughan y Temple, 2002), por lo que la

negociación entre ambos actores es necesaria y urgente. Dentro de ésta negociación,

el jaguar desempeña un papel importante tanto en aspectos ecológicos como sociales,

puesto que su sobrevivencia y la conservación de su hábitat requieren de la

participación continua de la sociedad (Janzen, 1998).

En este sentido, es entendible que el conflicto humano/jaguar genere discusiones

entre los conservacionistas del jaguar y aquellas personas que tienen una percepción

negativa de la especie, a causa del interés de proteger sus bienes económicos. Por

esto mismo el conflicto humano/jaguar puede ser un síntoma de algún problema de

mayor escala y puede servir como indicador de la situación ecológica y ayudar a

plantear soluciones más acotadas a la realidad, para conservar las poblaciones de

éste felino (Dickman, 2010).

  23  

3. MARCO DE REFERENCIA

3.1 Contexto histórico de la Selva Lacandona (Comunidad Metzabok y Ejido El Pirú)

México es un país privilegiado, pues ha sido colocado entre las primeras diez naciones

en términos de riqueza biológica y cultural (Mittermeier et al., 1997). Es el hogar de la

mayor poblacion de pueblos indígenas en America, además de un grupo de población

mestiza que comparte algunos rasgos como la apariencia fisica, costumbres y

cosmovisión de algunas comunidades indígenas (Bonfil, 1987). Este grupo de

indígenas y mestizos, conforman la mayoría de los ejidos dentro del país. Algunos son

descendientes de las culturas mesoamericanas y por eso poseen una experiencia

milenaria sobre el manejo de los recursos naturales (Toledo, 2000).

En México, las comunidades rurales han obtenido la protección del gobierno y el

amparo de las leyes para realizar un manejo comunitario. La constitución de México

de 1917 apoyó la reforma agraria y reconoció la propiedad comunal de la tierra en el

artículo 27 (Alcorn y Toledo, 1998). Como resultado, el sector rural dispone de

enormes extensiones de propiedad, por lo que es apropiador y custodio de la mayor

parte de los recursos forestales, hidrológicos, biológicos y genéticos de México,

poseen y manejan más de la mitad del territorio nacional (103 millones de hectáreas),

casi el 70% del total de las unidades productivas rurales (Toledo, 2000) y el 80% de

los bosques y selvas del país, lo que hace de México el laboratorio más importante del

mundo sobre manejo forestal comunitario (Bray, 1995).

El caso particular de las comunidades rurales de la Selva Lacandona, fue un proceso

moldeado por diferentes movimientos sociales, políticos y económicos. A principios del

siglo XVIII la región quedó virtualmente despoblada con la desaparición de los

lacandones. Sin embargo, grupos provenientes de la Península de Yucatán que huían

de la colonización, se internaron en la selva y después dieron lugar al grupo de caribes

o a los lacandones, como equivocadamente se conocen actualmente. Son de habla

maya-yucateca y fueron los únicos habitantes de la región durante más de un siglo,

por lo que la región permaneció prácticamente vacía y sin ningún contacto con el resto

del país.

En 1822 se solicitó permiso para cortar y extraer maderas en esta zona, y así se hizo

durante seis décadas. Para 1880 la extracción de maderas preciosas era una práctica

común y a finales del siglo XIX, tres poderosas compañias extraían éstos productos a

  24  

través del sistema fluvial Usumacinta, los recibían en las costas de Tabasco y los

ponían a precios de oro en los mercados de Londres, Liverpool y Nueva York (Toledo,

2000; De Vos, 2002).

Hacia la década de los cuarenta, México exportaba más de cinco mil toneladas de

madera y una parte sustancial provenía de la Selva Lacandona. Ésta extracción

maderera, además del chicle, era la forma en que la región se mantenía integrada a la

modernidad. Este fenómeno, no implicó más que una mínima alteración del

ecosistema. Fue hasta la década de los cincuenta cuando comenzó la colonización

moderna, llevada a cabo por grupos indígenas expulsados, antiguos peones de las

fincas maiceras, cafetaleras y ganaderas, exploradores petroleros, campesinos

mestizos de nueve estados del país y refugiados de Guatemala. Para 1976, los

nuevos colonizadores alcanzaban los 70 mil habitantes, siendo el 90% de origen

indígena -tzeltales, tojolabales, choles y tzotziles- (González-Ponciano, 1996). El 12 de

enero de 1978, se estableció la Reserva Integral de la Biósfe

conocida como Reserva de La Biosfera de Montes Azules (REBIMA), por lo que la

aparición de dicha área protegida de 331,200 hectáreas modificó la dinámica agraria,

económica y social de la región. No obstante, la presencia de dichos grupos vino a

cambiar de golpe la región selvática, ya que para finales de los ochenta un tercio de

los 1.8 millones de hectáreas de la Selva Lacandona, habían sido deforestadas por

700 asentamientos humanos para fincar viviendas y realizar prácticas de subsistencia.

Para 1992, 120 mil hectáreas se agregaron al quedar establecidas cinco nuevas

reservas de menor tamaño que la REBIMA (Toledo, 2000; De Vos, 2002; Tejeda-Cruz,

2009).

Sin embargo, fue hasta el 23 de Septiembre de 1998 que el Área de Protección de

Flora y Fauna Metzabok fue decretada, con un total de 3,368 hectáreas de selva,

debido a que este sitio aún conservaba una gran diversidad de flora y fauna, cuerpos

lacustres de naturaleza kárstica que todavía alimentan al sistema fluvial Usumacinta-

Grijalva considerado el río más caudaloso del país-, además de contener vestigios

arqueológicos e históricos y albergar una población de indígenas maya-lacandones.

En la actualidad sigue con el mismo tipo de protección (DOF, 1998).

Por otra parte, en 1974, aún se conservaban 160,000 hectáreas adyacentes a la

REBIMA, donde actualmente se encuentra el municipio de Marqués de Comillas y

dentro de éste, el ejido El Pirú. Para 1986 se construyó la carretera fronteriza a

Guatemala y se abrieron zonas para uso agropecuario, por lo que el macizo continuo

  25  

de selva que quedó fue sólo de 100,000 hectáreas; entonces para 1993, las

actividades de aprovechamiento continuaron por lo que el macizo de selva quedó

fragmentado en 9 zonas con áreas entre 2,500-60,000 hectáreas. En la actualidad,

dentro de Marqués de Comillas, el ejido El Pirú es uno de los siete ejidos que se

consideran mejor conservados, ya que aún posee más del 75% de su cobertura

forestal y no presenta problemas de fragmentación interna (Carabias et al., 2010;

RUM, 2013).

Respecto a la tenencia de la tierra, apenas en el 2001 El Pirú recibió el certificado de

sus tierras con el Programa de Certificación de Derechos Ejidales y Titulación de

Solares Urbanos (Procede). Este ejido tiene una superficie de 4,987 hectáreas, de las

cuales el 67% aún conservan selva en buen estado. Hoy en día se llevan a cabo

diferentes programas de aprovechamiento sustentable tomando en cuenta la

importancia ecológica de la zona (Carabias et al., 2012). No obstante en la práctica

actual de la ganadería y agricultura, no todos los ejidatarios trabajan bajo éstas

normas.

Para sintetizar la importancia que tiene la Selva Lacandona no sólo ecológicamente

hablando, sino también desde los puntos de vista social, económico y político, se debe

recordar que es un área geopolíticamente estratégica por ser frontera sur de México

con Guatemala, además de que es parte de la memoria histórica de la civilización

Maya y recinto de recursos petrolíficos, hidroeléctricos y escénicos (Toledo, 1982). A

pesar de esto, sigue siendo incomprensible e inaceptable, que teniendo ese potencial

de recursos, los habitantes de la Selva Lacandona aún sufran condiciones de

marginación y pobreza material. Así como el que se sigan implementando sistemas de

aprovechamiento modernos que son incompatibles con los ecosistemas del trópico

húmedo (sistemas altamente complejos) y con los usos y costumbres de los habitantes

locales (Toledo, 2000).

3.2 Ubicación geográfica y características generales del área de estudio

El presente estudio se llevó en una comunidad y en un ejido, Metzabok y El Pirú, los

cuales están localizados dentro de la Selva Lacandona, una región biogeográfica

tropical de aproximadamente 1,800,000 ha, que se extiende al Este y Noroeste del

estado de Chiapas (Figura 4).

  26  

Figura 4. Ubicación de la comunidad lacandona Metzabok y el ejido mestizo El Pirú.

Dicha región, tiene el remanente más extenso de Selva Alta Perennifolia en México, y

constituye el área donde se conserva la quinta parte de la diversidad biológica de

México, dentro de un área que representa sólo el 0.16% del territorio nacional. En ella

se encuentran el 31% de las especies de mamíferos, el 48% de las aves y el 14 % de

los peces de agua dulce (Carabias et al., 2007). Por lo tanto y aunado a la riqueza

biológica que resguarda, es una de las áreas con mayor prioridad de conservación en

el país (Muench, 1982).

La subregión Comunidad Lacandona mantiene bajas densidades de población

humana y dentro de ésta se comprenden varias áreas protegidas de las cuales

destacan las Reservas de la Biósfera Montes Azules y Lacantún, así como las

reservas comunales Chankin, Nahá y Metzabok. La subregión Marqués de Comillas se

distribuye en numerosos ejidos, uno de éstos, El Pirú. Aquí los habitantes son

originarios de distintas regiones de Chiapas y otros estados de la República Mexicana.

  27  

El Área de Metzabok se encuentra en la porción Noreste de la Selva Lacandona. El

Área cuenta con una superficie de 3,368 ha, localizada entre los

17°04´53

ejido Cristóbal Colón, al Sur con el ejido Agua Dulce Tehuacán, al Este con el ejido

Damasco y al Oeste con el ejido El Tumbo, Municipio de Ocosingo.

Por su parte, el ej Pi

la Subcuenca Lacantún. Tiene una superficie total de 4987.36 ha, de las cuales 3,176

ha son de selva mediana subperennifolia (Cruz-Lara et al., 2004; Caraboas et al.,

2010). Localizado entre los paralelos 16°09 17 07 44.3   Norte y los

90°49 59.1 y 90°50 35.1 Oeste. El ejido Pirú, tiene una altitud de 200 msnm. Limita al

Sur con Guatemala, al Este con el ejido Santa Rita, al Oeste con los ejidos Flor del

Marqués y Boca de Chajul y al Norte con los ejidos Galacia y Santa Rita.  

3.3 El medio biofísico de la Comunidad Lacandona Metzabok

El clima de Metzabok, está clasificado como

lluvias en verano. La precipitación total anual es de 1,862 milímetros que se

distribuyen en dos períodos bien definidos: uno de alta humedad y otro de relativa

sequía. La temperatura media mensual en el Área es de 23.6 °C.

Su fisiografía se caracteriza como una secuencia planicie-sierra-meseta que

comprende un gradiente altitudinal entre los 580 y los 800 metros. Dentro del área se

encuentran principalmente rocas de origen sedimentario como calizas y areniscas. El

tipo de suelo que tiene está conformado por un mosaico de diferentes tipos como

redzinas, luvisoles cromicos, gleysoles mólicos, vertisoles, cambisoles y litosoles

calcáricos (CONANP, 2006).

El área tiene un sistema lacustre complejo conformado por 21 lagos de diferentes

dimensiones, la mayoría intercomunicados entre sí temporal o permanentemente. Los

cuerpos de agua ocupan 8.7% de la superficie total. El proceso de captación de agua

en dichos cuerpos le aporta una importancia hidrológica al área, ya que el agua se

infiltra y circula por redes arteriales subterráneas, creándose así lagos de tipo

endorreico.

  28  

La vegetación se clasifica en bosque tropical perennifolio, bosque espinoso y

vegetación secundaria (acahuales).

Por su parte, la mastofauna terrestre, de acuerdo con CONANP (2006), se compone

de nueve familias distribuidas en 36 especies. Las especies en peligro de extinción de

acuerdo con la NOM-ECOL-059-2010 (SEMARNAT, 2010) son: el jaguar (Panthera onca); el ocelote (Leopardus pardalis); tigrillo (Leopardus wiedii), y el tapir (Tapirus bairdii), aunque ésta especie se registro por última vez hace dos años de acuerdo con

los habitantes del área por lo que es posible que ya se haya extinto localmente. Las

especies amenazadas son: el mono aullador (Allouata pigra), el mono araña (Ateles geoffroyi), el oso hormiguero (Tamandua mexicana), la nutria (Lontra longicaudis), el

leoncillo (Puma yagouaroundi) y el grisón (Gallictis vittata); y bajo protección especial

están el mico de noche (Potos flavus) y el mico dorado (Ciclopes didactylus).

Los animales más susceptibles de ser cazados son: el armadillo (Dasypus novemcinctus), el tepezcuintle (Cuniculus paca), el venado temazate (Mazama temama), el jabalí de collar (Pecari tajacu) y dos especies de guaqueques (Dasyprocta punctata y Dasyprocta mexicana). Del venado cola blanca (Odocoileus virginianus), a

pesar de que es raro en el Área, se puede llegar a utilizar los cuernos como punta de

flecha.

3.4 El medio biofísico del Ejido mestizo El Pirú

Su clima es cálido húmedo con lluvias en verano, en más del 50% del territorio,

mientras que en el resto es sub-húmedo con lluvias en verano. La temperatura mínima

promedio anual (de mayo a octubre) va de los 21.5°C a los 22.5°C y la máxima

promedio va de los 33°C a los 34.5°C para el mismo período. Para este mismo

período, la precipitación fluctúa entre los 1400 mm y los 2300 mm. De noviembre a

abril las temperaturas oscilan de los 18°C a los 25°C y las precipitaciones van de los

350 mm a los 600 mm (Carabias et al., 2010).

El ejido El Pirú, está ubicado a una altitud de 200 msnm y registra una corteza

terrestre formada por suelo aluvial que abarca el 49.51% del área del municipio. El

restante 50.44% de la superficie municipal está ocupada por suelo con rocas

sedimentarías, distribuido en un 48.22% de lutitas y un 2.22% de caliza (Plan de

Desarrollo Municipal 2011-2012 Marqués de Comillas, 2011).

  29  

Los recursos hídricos se conforman por los ríos permanentes como el Lacantún y

Chajul, así como por los arroyos permanentes Lagarto, Manzanares, Bravo y Delicias.

Según datos oficiales del gobierno estatal, la vegetación presente en el municipio es la

siguiente: vegetación secundaria (selva alta y mediana perennifolia con vegetación

secundaria arbustiva y herbácea) que abarca el 9.43%; selva húmedas y subhúmedas

(selva alta y mediana subperennifolia y perennifolia) el 44.34% y diversos (popal-tular

y palmar) que ocupa el 0.73% de la superficie municipal.

En el ejido, se reportan 114 especies de mamíferos, de las cuales 17 son endémicas

de Mesoamérica. Las especies consideradas en peligro de extinción por la NOM-

ECOL-059-2010 (SEMARNAT, 2010) son el jaguar (Panthera onca), el ocelote

(Leopardus pardalis) y el tigrillo (Leopardus wiedii) en el grupo de los felinos; el tapir

(Tapirus bairdii), la nutria (Lontra longicaudis) y el cereque (Dasyprocta punctata) (Plan

de Desarrollo Municipal 2011-2012 Marqués de Comillas, 2011).

4. MÉTODOS

Para poder realizar un análisis integral sobre la viabilidad de conservar al jaguar,

se tomaron en cuenta los dos aspectos más importantes relacionados con su

conservación, es decir el ecológico y el social. En la Figura 5, se muestra el

digrama de flujo sobre cómo se pudo definir al final la viabilidad de conservar al

jaguar en ambas comunidades, basándose en éstos dos enfoques.

  30  

Figura 5. Diagrama de flujo que explica cómo se analizaron los enfoques social y ecológico para poder definir la viabilidad de conservar al jaguar en Metzabok y El Pirú.  

 

 

31  

4.1 Evaluación del hábitat del jaguar

Así como es pertinente evaluar las percepciones de la gente hacia los carnívoros, es

también indispensable hacer estudios sobre la ecología de dichos animales, en caso

de querer llevarse a cabo programas de conservación. En el presente estudio para

poder analizar las probabilidades de sobrevivencia de los jaguares en los sitios de

estudio, se decidió hacer una estimación de las abundancias de las presas potenciales

para esta especie, así como corroborar la presencia de jaguar en dichos sitios.

La presencia y abundancia relativa de las presas, es un indicio de la idoneidad del

hábitat, ya que de acuerdo con Patton (1997), la calidad del hábitat (HQ) está

determinada o es una función del alimento, cobertura y agua. En este caso en

específico se decidió estimar la disponibilidad de presas (alimento) para los jaguares.

4.1.1 Estimación del índice de abundancia relativa del jaguar y sus presas.

Búsqueda de rastros por transecto y colocación de trampas olfativas.

El uso de las huellas y rastros para detectar la presencia de una especie, cobra mayor

relevancia con aquellas especies cuya observación directa o su captura son

particularmente difíciles (Aranda, 2000), tal es el caso del jaguar; además de que es

un método económico y sencillo de utilizar. Así mismo, el conteo sistemático de los

rastros y huellas por unidad de tiempo, área o distancia recorrida permite calcular

índices de abundancia y/o actividad de mamíferos (Naranjo, 2000).

Para localizar las huellas y rastros del jaguar y de sus presas, se recorrieron seis

transectos en La Selva Lacandona, en sitios representativos de la comunidad

l l ejido n el propósito de evaluar la calidad del

hábitat y comprobar si en verdad influye en la disponibilidad de presas, el tipo de

actividad económica que se realiza en cada sitio. Los transectos tenían

aproximadamente 3 km de longitud (Naranjo, 2000), y a lo largo de éstos se instalaron

estaciones olfativas a cada kilómetro. Cada estación consistió en un círculo de tierra

tamizada de aproximadamente 1 m de diámetro, donde se colocó atrayente para

felinos (Obsession for men) en el centro. Dichas estaciones quedaron activas

 

 

32  

durante una semana a lo largo de diez meses. Se registraron todos los rastros

encontrados en los transectos y en las estaciones olfativas a través de fotografías y

moldes de yeso, también se anotaron los datos pertinentes como: fecha, localidad

geoposicionada, características del hábitat y observaciones. Así mismo se anotaron

las especies que fueron observadas directamente. Los rastros fueron identificados con

ayuda del manual de Aranda (2000) y con la experiencia de los guías de campo.

Figura 6. Colocación de trampas olfativas con el atrayente Obsession en el centro.

Para estimar las tendencias de las poblaciones de las presas de jaguar se utilizaron

los índices de abundancia relativa basados en conteos sistemáticos de rastros en

transectos lineales (Wilkie y Finn, 1990; Naranjo y Cruz, 1998). Un índice de abundancia es un parámetro que refleja los cambios en la densidad y el tamaño de

una población, su confiabilidad depende de la sensibilidad a dichos cambios que

puede reportar y además permite comparar los resultados de dos o más conjuntos de

observaciones efectuadas bajo el mismo método (Krebs, 1989; Brower et al., 1990).

Para calcular el índice de abundancia relativa para cada especie se utilizaron las

fórmulas de Wilkie y Finn (1990):

Índice = Nº de pistas/Nº de visitas * 100

 

 

33  

y la de Naranjo (2000):

Índice = Nº de estaciones olfativas visitadas/noche * 100

Método del foto-trampeo

Otra forma de estimar las abundancias del jaguar y de sus presas es a través del foto-

trampeo, método que ayuda a documentar la presencia y realizar estimaciones

robustas de la abundancia de especies raras o elusivas (Dinata et al., 2008). El uso de

cámaras trampa, tiene la ventaja de no ser intrusivo y puede ser aplicado en áreas

extensas con un esfuerzo relativamente moderado (Silveira et al., 2003).

Particularmente, esta técnica tiene la ventaja de utilizar las marcas distintivas de los

animales fotografiados para identificarlos individualmente y es comúnmente más

usada para estudiar a los grandes felinos (Karanth y Nichols, 1998; Silver, 2004).

En este estudio se colocaron 23 cámaras-trampa durante 98 días en la Comunidad de

Metzabok, mientras que en el ejido El Pirú, se colocaron 22 cámaras-trampa durante

95 días. Algunas de las cámaras se colocaron por pares, en sitios donde se

encontraron rastros de jaguar, una frente a la otra con un desplazamiento lateral de 30

cm para evitar la interferencia del flash, esto con la finalidad de tomar los dos costados

de los animales y poder identificarlos individualmente. Otras cámaras fueron sujetadas

a árboles o estacas con una distancia al suelo de aproximadamente 40-50 cm, como

recomienda Silver (2004). Cada par de cámaras-trampa y las cámaras individuales

fueron consideradas como una estación de muestreo y cada estación estuvo separada

por al menos 1 km aproximadamente. Posteriormente los datos recolectados en cada

estación fueron trascritos y analizados con Excel, para obtener las abundancias

relativas.

El período de colecta de imágenes, fue de un mes y medio aproximadamente en cada

sitio, debido a cuestiones logísticas (número de cámaras trampas disponibles,

esfuerzo de trabajo). Además, se ha demostrado en otros estudios que es factible

registrar un porcentaje adecuado de la abundancia de especies con sólo tres noches

de trampeo (Harrison et al., 2002).

 

 

34  

Figura 7. Colocación y programación de las cámaras-trampa.

4.2 Análisis de las percepciones y actitudes sobre el jaguar, su

conservación y el conflicto por depredación.

Para que un programa de conservación sea exitoso, se deben realizar todos los

esfuerzos posibles para involucrar a todos los sectores y actores clave que tengan

relevancia en la planeación y finalmente, en la aplicación de éste (Eckert, 2000). Por

esto mismo el objetivo del presente estudio es abordar la problemática del conflicto

entre humanos y jaguares en los sitios de estudio, a partir del sondeo de las

percepciones que tiene la gente acerca del jaguar y la depredación de ganado. Esto

contribuirá para que los planes de conservación sean más eficaces cuando se lleven a

cabo.

Para lograr el objetivo de analizar las percepciones de los habitantes de ambas

comunidades, se realizaron entrevistas semiestructuradas enfocadas a obtener la

información deseada (Mayan, 2001). Se decidió aplicar entrevistas semiestructuradas,

ya que dichas entrevistas permiten que las personas den una opinión más personal y

puedan profundizar en los temas centrales (Amador, 2011).

Además de las entrevistas se utilizó el método de observación participante, donde se

obtenía información a través de pláticas informales en reuniones o en sitios

estratégicos, donde las personas llevaban a cabo su quehacer diario (casas, tienda,

festividades locales) y como su nombre lo dice se observaban ciertos

comportamientos que podrían ayudar a dilucidar la verdadera percepción de los

 

 

35  

habitantes respecto a la conservación del jaguar y el conflicto existente por la

depredación de ganado (sin necesidad de sentirse presionados). A su vez éste método

ayudó a encontrar otros factores que inciden directa o indirectamente en la

conservación del jaguar (Guasch, 1997; Robledo-Martin, 2009).

Con ayuda de las entrevistas semiestructuradas se pudieron obtener medidas

cuantitativas y cualitativas, es decir se obtuvieron los porcentajes de las distintas

opiniones manifestadas y se concentraron en una tabla de acuerdo a las dimensiones

a las que pertenecían (conflicto con el jaguar, conocimiento del jaguar, conservación

del jaguar, ambiental, político y económico). Mientras que con la ayuda de la

observación participante se pudo obtener una matriz de relaciones causales que sirvió

para encontrar otros factores asociados a la problemática social de cada sitio de

estudio.

4.2.1 Diseño de la entrevista

Antes de salir a campo, se realizó un mapa conceptual con los principales factores que

abordaban el tema de la conservación del jaguar (Figura 8), donde se seleccionaron

sólo aquellos que trataban directamente sobre las percepciones y el conflicto por

depredación.

En base a éstos factores se elaboraron preguntas enfocadas específicamente en

conocer si existe o no un conflicto con el jaguar y qué tan a menudo surge éste en los

sitios de estudio, así como qué tanta información tienen las personas sobre el jaguar y

por último la disposición que tienen las personas en conservarlo. Las preguntas

ayudaron a conformar un cuestionario en tres bloques principales, direccionados por

los temas de conflicto, conocimiento del jaguar y conservación del jaguar (Anexo 1).

4.2.2 Identificación de los actores clave

Ambos sitios de estudio tienen una población pequeña, en Metzabok de acuerdo a un

censo hecho en el 2005, hay 73 habitantes y en Pirú de acuerdo al censo hecho en

2010 hay 178 personas (INEGI, 2005, 2010), por lo que se determinó entrevistar sólo a

una parte de la población (informantes clave). La población que fue entrevistada fue

seleccio se le

preguntó a un grupo pequeño de informantes de confianza sobre las personas que

 

 

36  

conforman sus redes sociales y que tuvieran conocimiento sobre el tema del que se

quería saber, de esta forma se pudieron encontrar a aquellos actores clave que

conocían sobre el tema y que tenían información valiosa sin tener que entrevistar a

toda la comunidad (Van Meter, 1990; Coleman, 2009). También se eligieron a las

personas mayores de 17 años, ya que dichas personas son las que tienen el derecho

y poder de tomar decisiones, así como aquellas personas que representaban figuras

de autoridad dentro de los sitios de estudio.

Figura 8. Mapa conceptual de los principales temas sobre la conservación del jaguar y a partir del cual se eligieron aquellos que están relacionados con el conflicto ganadero.

4.2.3 Análisis de las entrevistas

Se obtuvieron un total de 60 entrevistas en este estudio, donde 26 se realizaron en la

comunidad Metzabok, 15 a mujeres y 11 a hombres. Mientras que en el ejido El Pirú,

se realizaron 34 entrevistas, 14 a mujeres y 20 a hombres.

 

 

37  

El número de entrevistas resultantes fueron de acuerdo al número de los informantes

clave que se consideró que podían dar información valiosa y específica del tema a

tratar y a su vez de las personas que ellos comentaban que podrían ser también

informadores clave (snowball sampling), además de tomar en cuenta que la

representatividad no la garantiza el tamaño de la muestra sino su adecuada elección

(Arginay, 2009), como se realizó en esta investigación.

Cada entrevista fue grabada y posteriormente transcrita en un archivo Word para

facilitar su análisis y agrupamiento de acuerdo a la información proporcionada. Una

vez teniendo la información agrupada se realizó una tabla donde se representan de

forma concisa y descriptiva las percepciones que tienen los informantes clave,

respecto a conservar al jaguar y el conflicto que hay con los ganaderos. Además en

esta tabla también se presentan las dimensiones en las que la conservación del jaguar

se encuentra inmersa.

Se obtuvieron porcentajes de acuerdo a las preguntas de ¿si se había tenido algún

problema con el jaguar?, ¿qué se les ocurría para evitar que el jaguar mate ganado?,

¿si conocían la importancia ecológica del jaguar?, ¿si se les ocurría alguna forma de

conservar la selva?, ¿si estarían de acuerdo en traer otro jaguar a la selva? y ¿si

consideraban que faltaba apoyo para conservar la selva por parte del gobierno?. Esto

considerando el sexo del entrevistado y al sitio de estudio.

4.2.4 Análisis de los datos de la observación participante

Por medio de la observación participante se pudieron identificar los problemas que

afectan la conservación del jaguar y de su hábitat. Éstos pueden ser de índole

económico, social, institucional o ambiental.

Primero a través de una lluvia de ideas se hizo una lista de todos los problemas que

fueron identificados o bien que fueron mencionados por los informantes y que estaban

relacionados con la conservación del jaguar. Posteriormente con los problemas

identificados, se elaboró una Matriz de Relaciones Causales con el objetivo de

identificar el problema que estaba actuando como nodo crítico de la situación bajo

análisis, así como aquellos que eran resultado de éste y las interacciones entre éstos

mismos. Con ello se estableció el problema que debe ser resuelto de manera

inmediata; así como aquellos problemas que tienen gran capacidad de influir en otros.

El Método de las Relaciones Causales permite identificar y graficar los problemas que

 

 

38  

impiden el desarrollo de ciertas actividades, en este caso el conservar al jaguar, y

puede ser aplicado a diferentes escalas (Solano, 2007) como se hizo en este estudio a

nivel de comunidad y ejido.

5. RESULTADOS

5.1 Especies registradas en Metzabok y El Pirú.

En el presente estudio, utilizando el método de búsqueda de rastros (tales como

huellas, excretas, pelo y cadáveres), avistamientos, trampas olfativas, y foto-trampeo

(Tabla 2), se detectaron un total de 16 familias y 25 especies de mamíferos (Anexo 2),

además de una especie de ave de la familia Cracidae, para ambos sitios. Donde

Myrmecophagidae, Canidae, Mephitidae, Erethizontidae y Dasyproctyidae fueron

detectadas sólo en Metzabok y Procyonidae, Tapiridae y Geomyidae sólo en El Pirú.

Para la comunidad de Metzabok se detectaron un total de 15 especies, donde

destacan el hormiguero arborícola (Tamandua mexicana), la zorra gris (Urocyon cinereoargenteus), el zorrillo (Conepatus sp.), el puerco espín (Sphiggurus mexicanus)

y el cereque (Dasyprocta punctata). Se encontró también al tlacuache común

(Didelphis marsupialis), el armadillo de nueve bandas (Dasypus novemcinctus), el

mono aullador negro (Alouatta pigra), el ocelote (Leopardus pardalis), el puma (Puma concolor), el tejón (Nasua narica), el pecarí de collar (Pecarí tajacu), el venado

temazate (Mazama temama), el venado cola blanca (Odocoileus virginianus) y el

tepezcuintle (Cuniculus paca). Mientras tanto para El Pirú se registraron 18 especies,

destacando el mono araña (Ateles geoffroyi), el tigrillo (Leopardus wiedii), el jaguar

(Panthera onca), la nutria (Lontra longicaudis), el mapache (Procyon lotor), el tapir

(Tapirus bairdii), el pecarí de labios blancos (Tayassu pecari) y la tuza (Orthogeomys hispidus). Además se detectaron el tlacuache común, el armadillo de nueve bandas, el

mono aullador negro, el ocelote, el puma, el tejón, el pecarí de collar, el venado

temazate, el venado cola blanca y el tepezcuintle.

Con el método de foto-trampeo, en Metzabok se registraron un total de 11 familias,

donde destacan Myrmecophagidae y Dasyproctyidae, y 12 especies de presas para el

jaguar y otros felinos (Tabla 2). Destacando el hormiguero arborícola y el jaguarundi

(Puma yagouaroundi), además de encontrar al tlacuache común, el armadillo de nueve

bandas, el ocelote, el viejo de monte (Eira barbara), el tejón, el pecarí de collar, el

venado temazate, el cereque y el tepezcuintle.

 

 

39  

En tanto que para El Pirú se registraron un total de 10 familias, destacando Felidae,

Tapiridae y Tayassuidae, y 14 especies de presas y otros felinos , donde destacan el

puma, el jaguar, el tapir, el pecarí de labios blancos y el venado cola blanca, además

de registrar al tlacuache común, el armadillo de nueve bandas, el viejo de monte, el

tejón, el pecarí de collar, el venado temazate y el tepezcuintle (Tabla 2).

En El Pirú fueron registrados mediante el foto-trampeo, jaguar y puma, a diferencia de

Metzabok, donde no se obtuvo ningún registro fotográfico de algún felino mayor;

encontrando sólo rastros de puma (excretas y rascaderos). Es importante señalar que

para El Pirú fueron registradas a través del foto-trampeo, otras dos especies, tapir y

pecarí de labios blancos, que tienen una notable importancia ecológica como

dispersores de semillas (Janzen, 1981; Bodmer, 1991; Fragoso, 1997) , además de

ser presas potenciales para los grandes felinos. Estos mamíferos también se

encuentran bajo protección de acuerdo con la Norma Oficial Mexicana ECOL 059

(SEMARNAT, 2010) y están dentro del Apéndice I de la CITES (2013). Con este

método de foto-trampeo se incluyó al hocofaisán (Crax rubra) ya que es una presa

para el jaguar y con dicho método era más preciso registrarlo, mientras que con los

rastros no fue posible.

En Metzabok se registró al hormiguero arborícola, que se encuentra en peligro de

acuerdo a la NOM-059-2010 (SEMARNAT, 2010) y al jaguarundi, a pesar de ser un

felino muy elusivo y que se encuentra amenazado (SEMARNAT, 2010). Otras

especies registradas y que se encuentran en categoría de protección dentro de la

NOM-059-2010 (SEMARNAT, 2010) son el mono aullador negro, el mono araña, el

ocelote, el tigrillo y el viejo de monte. Las que se encuentran amenazadas son el

hocofaisán, la nutria y el puerco espín.

 

 

40  

Tabla 2. Presas del jaguar y otros felinos, registradas a través de la búsqueda de huellas y otros rastros, avistamientos y foto-trampeo en

los sitios de estudio Metzabok y El Pirú, Selva Lacandona, Chiapas (enero-diciembre 2012).

Especie Familia Categoría Metzabok R y A

Metzabok Fotos

Pirú R y A

Pirú Fotos

Crax rubra Cracidae A X X

Didelphis marsupialis Didelphidae S X X X X

Dasypus novemcinctus Dasypodidae S X X X X

Tamandua mexicana Myrmecophagidae E X X

Alouatta pigra Atelidae P X X

Ateles geoffroyi Atelidae P X

Puma yagouaroundi Felidae A X

Leopardus pardalis Felidae P X X X X

Leopardus wiedii Felidae P X

Puma concolor Felidae S X X X

Panthera onca Felidae P X X

Urocyon cinereoargenteus Canidae S X

Lontra longicaudis Mustelidae A X

 

 

41  

Eira barbara Mustelidae P X X

Conepatus sp. Mephitidae S X

Nasua narica Procyonidae S X X X X

Procyon lotor Procyonidae S X

Tapirus bairdii Tapiridae P X X

Pecari tajacu Tayassuidae S X X X X

Tayassu pecari Tayassuidae P X X

Mazama temama Cervidae S X X X X

Odocoileus virginianus Cervidae S X X X

Sphiggurus mexicanus Erethizontidae A X

Orthogeomys hispidus Geomyidae S X

Dasyprocta punctata Dasyproctyidae S X X

Cuniculus paca Cuniculidae S X X X X

Total 26 17 - 15 12 18

14

H, R y A= Especies registradas a través de Huellas, otros Rastros y Avistamientos. Fotos= Especies registradas mediante foto-trampeo. Categorías (Semarnat 2010): P=Protegida, A=Amenazada, E=En peligro, S=Sin peligro.

 

 

42  

5.2 Índices de abundancia relativa del jaguar y de sus presas, así como de otros felinos.

En la Tabla 3, se muestran los Índices de Abundancia Relativa (IAR) de las presas de

jaguar y otros felinos, mediante la búsqueda de rastros en transectos y en las trampas

olfativas colocadas a lo largo de dichos transectos, así como los avistamientos que se

registraron durante el muestreo y las fotografías obtenidas mediante el foto-trampeo

para la comunidad Metzabok.

Las especies que obtuvieron un IAR total más alto fueron el pecarí de collar (7.47), el

mono aullador negro (3.33), el ocelote (3.19), el tepezcuintle (2.99) y el armadillo de

nueve bandas (2.02). Las especies con IAR más altos, obtenidos a partir de los

rastros, fueron el pecarí de collar (23.33), el ocelote (12.22), el tepezcuintle (11.11), el

armadillo de nueve bandas (7.78) y el venado temazate (4.44). Las especies que se

pudieron registrar y obtener sus IAR con las trampas olfativas fueron el pecarí de

collar (0.56), el tepezcuintle (0.44), el tlacuache común, el armadillo de nueve bandas

y el venado temazate (0.22). Las especies que obtuvieron los IAR más alto de acuerdo

a los registros fotográficos fueron el coatí (2.57), el cereque (0.80), el ocelote (0.53), el

pecarí de collar (0.44) y el tepezcuintle (0.40).

Tabla 3. Índices de Abundancia Relativa (IAR) de las presas potenciales del jaguar y otros felinos registrados en la comunidad Metzabok, Selva Lacandona, Chiapas (enero-diciembre 2012).

Especie N IAR R N IAR Avis N IAR

Tram N IAR Fotos

IAR Total

Crax rubra 0 - 0 - 0 - 2 0.09 0.09

Didelphis marsupialis 3 3.33 0 - 2 0.22 6 0.27 0.96

Dasypus novemcinctus 7 7.78 0 - 2 0.22 2 0.09 2.02

Tamandua mexicana 0 - 1 1.11 0 - 2 0.09 0.30

Alouatta pigra 0 - 12 13.33 0 - 0 - 3.33

Puma yagouaroundi 0 - 0 - 0 - 1 0.04 0.04

Leopardus pardalis 11 12.22 0 - 0 - 12 0.53 3.19

Puma concolor 3 3.33 0 - 1 0.11 0 - 0.86

 

 

43  

Urocyon cinereoargenteus 1 1.11 0 - 0 - 0 - 0.28

Eira barbara 0 - 0 - 0 - 7 0.31 0.31

Conepatus sp. 1 1.11 0 - 0 - 0 - 1.11

Nasua narica 3 3.33 1 0.83 1 0.24 58 2.57 1.78

Pecari tajacu 21 23.33 5 5.56 5 0.56 10 0.44 7.47

Mazama temama 4 4.44 0 - 2 0.22 5 0.22 1.22

Odocoileus virginianus 1 1.11 0 - 1 0.11 0 - 0.31

Sphiggurus mexicanus 1 1.11 0 - 0 - 0 - 1.11

Dasyprocta punctata 1 1.11 0 - 0 - 18 0.80 0.48

Cuniculus paca 10 11.11 0 - 4 0.44 9 0.40 2.99

* N= Número de registros de rastros, avistamientos y fotos, IAR R = Índice de Abundancia Relativa de rastros (rastros/100 km), IAR Avis= Índice de Abundancia Relativa de avistamientos (ind/100 km), IAR Tram= Índice de Abundancia Relativa de trampas olfativas (rastros/100 trampas-noche). IAR fotos= N/2254 noches X 100. IAR Total= Promedio IAR.

Para el Ejido El Pirú se obtuvieron los IAR, mostrados en la Tabla 4, a través del

conteo de rastros, así como de la revisión de las trampas olfativas y los avistamientos

registrados durante el periodo de muestreo y los registros fotográficos.

Las especies que obtuvieron un mayor IAR total fueron el armadillo de nueve bandas

(5.87), el pecarí de collar (5.71), el ocelote (4.85), el mono aullador negro (4.44), el

tapir (4.23), y el jaguar (3.65). De acuerdo con los rastros encontrados, las especies

con más altos IAR fueron el armadillo de nueve bandas (22.22), el pecarí de collar

(21.11), el ocelote (18.89), el tapir (16.67) y el jaguar (14.44). En El Pirú, a través de

las trampas olfativas pudieron ser obtenidos los siguientes IAR: el armadillo de nueve

bandas (0.78), el ocelote (0.44), el pecarí de collar (0.33), el jaguar, el tigrillo y el

tepezcuintle (0.11). A través de los registros fotográficos, las especies con los IAR más

altos fueron el armadillo de nueve bandas (0.48), el pecarí de labios blancos (0.33), el

hocofaisán y el pecarí de collar (0.29), además del tapir y el tepezcuintle (0.24).

 

 

44  

Tabla 4. Índices de Abundancia Relativa (IAR) de las presas potenciales del jaguar y otros felinos registrados en el ejido El Pirú, Selva Lacandona, Chiapas (enero-diciembre 2012).

Especie N IAR R N IAR

Avis N IAR Tram N IAR

Fotos IAR

Total

Crax rubra 0 - 0 - 0 - 6 0.29 0.29

Didelphis marsupialis 1 1.11 0 - 0 - 2 0.10 0.30

Dasypus novemcinctus 20 22.22 0 - 7 0.78 10 0.48 5.87

Alouatta pigra 2 2.22 14 15.56 0 - 0 - 4.44

Ateles geoffroyi 2 2.22 10 11.11 0 - 0 - 3.33

Leopardus pardalis 17 18.89 0 - 4 0.44 1 0.05 4.85

Leopardus wiedii 3 3.33 0 - 1 0.11 0 - 0.86

Puma concolor 4 4.44 0 - 0 - 1 0.05 1.12

Panthera onca 13 14.44 0 - 1 0.11 1 0.05 3.65

Lontra longicaudis 2 2.22 0 - 0 - 0 - 2.22

Eira barbara 0 - 0 - 0 - 2 0.10 0.10

Nasua narica 1 1.11 0 - 0 - 6 0.29 0.35

Procyon lotor 1 1.11 0 - 0 - 0 - 1.11

Tapirus bairdii 15 16.67 0 - 0 - 5 0.24 4.23

Pecari tajacu 19 21.11 1 1.11 3 0.33 6 0.29 5.71

Tayassu pecari 2 2.22 0 - 0 - 7 0.33 0.64

Mazama temama 5 5.56 0 - 0 - 1 0.05 1.40

Odocoileus virginianus 1 1.11 0 - 0 - 1 0.05 0.29

Orthogeomys hispidus 1 1.11 0 - 0 - 0 - 1.11

Cuniculus paca 11 12.22 0 - 1 0.11 5 0.24 3.14

* N= Número de registros de rastros, avistamientos y fotos, IAR R = Índice de Abundancia Relativa de rastros (rastros/100 km), IAR Avis= Índice de Abundancia Relativa de avistamientos (ind/100 km), IAR Tram= Índice de Abundancia Relativa de trampas olfativas (rastros/100 trampas-noche). IAR fotos= N/2090 noches X 100. IAR Total= Promedio IAR.

 

 

45  

En general para este estudio, las especies que presentaron los IAR totales más altos

fueron el el pecarí de collar (7.47) en Metzabok, el armadillo de nueve bandas (5.87),

el ocelote (4.85), el mono aullador negro (4.44) y el tapir (4.23) en El Pirú. Las que

tuvieron un IAR de rastros más altos fueron el pecarí de collar (23.33) en Metzabok, el

armadillo de nueve bandas (22.22), el ocelote (18.89), el tapir (16.67) y el jaguar

(14.44) en El Pirú. Las especies que fueron más avistamientos durante los transectos

fueron el mono aullador negro (15.56) y el mono araña (11.11) en El Pirú. Los IAR

obtenidos de las trampas olfativas indican que los más altos fueron el armadillo de

nueve bandas (0.78) en El Pirú, el pecarí de collar (0.56) en Metzabok, el ocelote

(0.44) en El Pirú, el tepezcuintle (0.44), el tlacuache común, el armadillo y el venado

temazate (0.22) en Metzabok. Por último los IAR basados en los registros fotográficos

más altos fueron de tejón (2.57) y cereque (0.80) en Metzabok, ocelote (0.53) y

armadillo (0.48) en El Pirú y pecarí de collar (0.44) en Metzabok.

Con el método de foto-trampeo se lograron registrar otras especies que con los rastros

y trampas olfativas no pudieron ser detectadas, tales como el hocofaisán y el

jaguarundi. Este método es más certero para corroborar la presencia de las especies

elusivas y en este estudio fue de suma importancia porque se pudo documentar y

registrar por primera vez la presencia de jaguar en el ejido El Pirú y otras especies

como el jaguarundi en Metzabok, ya que para ambos sitios son los primeros estudios

formales de monitoreo de mastofauna que se han realizado.

En Metzabok no se obtuvo ningún registro fotográfico de algún felino mayor, sólo se

encontró una vez una excreta de puma sobre un sendero donde se colocaron trampas

olfativas y cámaras-trampa, sin poder obtener más registros.

 

 

46  

Figura 9. Comparación de los promedios de Índices de Abundancia Relativa (IAR) de todas las especies registradas entre Metzabok y El Pirú.

0   1   2   3   4   5   6   7   8  

Crax rubra Didelphis marsupialis

Dasypus novemcinctus Tamandua mexicana

Alouatta pigra Ateles geoffroyi

Puma yagouaroundi Leopardus pardalis

Leopardus wiedii Puma concolor Panthera onca

Urocyon cinereoargenteus Lontra longicaudis

Eira barbara Conepatus sp.

Nasua narica Procyon lotor

Tapirus bairdii Pecari tajacu

Tayassu pecari Mazama temama

Odocoileus virginianus Sphiggurus mexicanus Orthogeomys hispidus

Dasyprocta punctata Cuniculus paca

Promedio de los IAR

Espe

cies

IAR Total

El Pirú

Metzabok

 

 

47  

Figura 10. Comparación entre Metzabok y Pirú de los Índices de Abundancia Relativa (IAR) obtenidos a partir del conteo de rastros.

Los IAR obtenidos a partir del conteo de rastros (Figura 10) también muestran resultados muy parecidos a los IAR total. Para El Pirú se

obtuvieron números mayores en relación con Metzabok para casi todas las especies, excepto para el pecarí de collar, el tejón, el ocelote y el

tlacuache común que obtuvieron IAR más altos en Metzabok.

0   5   10   15   20   25  

Didelphis marsupialis Dasypus novemcinctus

Alouatta pigra Ateles geoffroyi

Leopardus pardalis Leopardus wiedii

Puma concolor Panthera onca

Urocyon cinereoargenteus Lontra longicaudis

Conepatus sp. Nasua narica Procyon lotor

Tapirus bairdii Pecari tajacu

Tayassu pecari Mazama temama

Odocoileus virginianus Sphiggurus mexicanus Orthogeomys hispidus

Dasyprocta punctata Cuniculus paca

Número de Rastros/100 km

Espe

cies

IAR Rastros

El Pirú

Metzabok

 

 

48  

Figura 11. Comparación entre Metzabok y Pirú del índice de Abundancia Relativa (IAR) basado en los registros fotográficos.

0   0,5   1   1,5   2   2,5   3  

Crax rubra Didelphis marsupialis

Dasypus novemcinctus Tamandua mexicana Puma yagouaroundi Leopardus pardalis

Puma concolor Panthera onca

Eira barbara Nasua narica

Tapirus bairdii Pecari tajacu

Tayassu pecari Mazama temama

Odocoileus virginianus Dasyprocta punctata

Cuniculus paca

Número de Registros/ 100 noches-trampa

Espe

cies

IAR Fotos

El Pirú Metzabok

 

 

49  

Los IAR obtenidos mediante el registro de fotografías (Figura 11), al contrario de los otros IAR,

fueron más altos en Metzabok para la mayoría de las especies, excepto para el hocofaisán, el

armadillo de nueve bandas y el venado cola blanca que resultaron con IAR más altos en El Pirú.

En este ejido se logró retratar al jaguar, corroborando su presencia.

5.3 Calidad del hábitat para el jaguar en base a la disponibilidad de presas

Los estudios sobre hábitos alimentarios del jaguar, muestran que los mamíferos representan un

gran porcentaje de su dieta y que el jaguar es un depredador oportunista -caza de acuerdo al

tipo y abundancia de especies disponibles- (Crawshaw, 1995; Aranda & Sánchez-Cordero,

1996; Chinchilla, 1997; Almeida et al., 2000; Núñez et al., 2000; Garla et al., 2001; Novack et

al., 2005; Weckel et al., 2006). Sin embargo, la literatura también menciona que los jaguares

tienen preferencia por depredar pecaríes y otros mamíferos de mediano y gran tamaño (Aranda,

2002; Polisar, 2002; Crawshaw y Quigley, 2002; Oliveira, 2002).

En este estudio se registraron 26 especies en total, de las cuales 21 son presas potenciales

para el jaguar, y las otras 5 especies son el mismo jaguar, el puma y 3 especies de felinos

menores (ocelote, jaguarundi y tigrillo). En Metzabok, las especies que mostraron mayores IAR

fueron el mono aullador, el pecarí de collar, el ocelote y el cereque. En El Pirú fueron el

armadillo de nueve bandas, el mono aullador, el tapir y el ocelote.

En Metzabok los IAR totales de las presas fueron menores que en El Pirú, además la diversidad

(entendida por el número de especies) de las presas disponibles para jaguar fue menor que en

El Pirú, ya que en el ejido se registró un mayor número de especies de presas potenciales para

el jaguar. Sin embargo los IAR totales de pecarí de labios blancos y coatí resultaron ser

mayores en Metzabok, además los IAR de las fotografías también fueron mayores en Metzabok.

Por lo tanto, de acuerdo a los IAR obtenidos en este estudio y corroborando con otros estudios

hechos en la región (Naranjo, 2008: Falconi, 2012), se puede deducir que ambas comunidades

mantienen una abundancia de presas adecuada para dar sustento a una población de jaguares,

aunado al hecho de que ambos sitios aún poseen coberturas vegetales densas y cuerpos de

agua (CONANP, 2006; Carabias et al., 2012), por lo que éstos factores permiten que una gran

variedad de especies herbívoras y carnívoras de distintos tamaños (que constituyen la dieta del

jaguar) puedan albergarse y buscar alimento.

 

 

50  

Entonces esto permite asegurar que desde el punto de vista ecológico el jaguar puede persistir

y conservarse en Metzabok y El Pirú, ya que ambos sitios mantienen las condiciones idóneas

para que las presas del jaguar puedan persistir y por ende el jaguar pueda habitar y utilizar

dichos sitios.

5.4 Percepción de las personas en relación al jaguar y su conservación.

5.4.1 Actores clave de Metzabok y El Pirú.

Para poder analizar las percepciones sobre el jaguar, fue necesario identificar primero a los

actores clave que tienen la capacidad de tomar decisiones correspondientes a la conservación

del jaguar y cómo influye su jerarquía del liderazgo en la viabilidad para protegerlo en su hábitat

natural.

Como se ilustra en la Figura 5, en la comunidad Metzabok la persona con mayor influencia en la

toma de decisiones es el comisariado, quien tiene el poder de aceptar o rechazar cualquier

propuesta en relación al manejo de recursos naturales, así como de los proyectos de desarrollo

dentro de la comunidad. Dicha persona funge como principal representante y conector entre la

comunidad y dependencias gubernamentales, asociaciones civiles e instituciones académicas.

En Metzabok, ninguna acción es llevada a cabo sin el consentimiento del comisariado.

En segundo lugar se encuentran los guardaparques de CONANP, quienes son en su mayoría

pobladores de la misma comunidad y de origen lacandon, y los directores y empleados de

CONANP. Ellos son los encargados de vigilar los diferentes senderos y de llevar a cabo

actividades de aprovechamiento de bajo impacto y programas de monitoreo y conservación

dentro del área natural. Sin embargo, debido a ciertas diferencias y falta de comunicación entre

la comunidad y los directivos del área natural, el impacto de dicha dependencia sobre la

conservación, se ha visto un poco mermado. Los directivos de CONANP, no fueron

entrevistados, pero a través de la observación participante y con algunas pláticas informales y

entrevistas con los guardaparques y el comisariado, se pudo confirmar este problema. Además

la presencia de los representantes de CONANP durante mis estancias fue muy esporádica,

debido al difícil acceso a la comunidad. Los guardaparques tienen la oportunidad de participar

en los programas y talleres de capacitación que imparten ong´s y algunas dependencias de

gobierno. Sin embargo no todos los pobladores pueden asistir a este tipo de capacitaciones o

 

 

51  

participar en todos los programas de conservación. Debido a todo esto, era difícil la aplicación

correcta de los programas de conservación, así como el monitoreo continuo de la flora y fauna.

En tercer lugar se encuentran los pobladores de la comunidad y la policía municipal (en su

mayoría también son pobladores de origen lacandón). Los pobladores influyen en la viabilidad

de conservar al jaguar, porque en ellos residen las creencias actuales que se han creado

alrededor del felino debido al contacto con diversas fuentes de información (televisión, ong´s,

dependencias de gobierno, etc.). Los policías, además de ser parte de la población, también

son los encargados de mantener el orden y castigar a los responsables que cometen algún

delito dentro de la comunidad, inluyendo la detención de las personas que saquean o se

introducen dentro de la reserva sin permiso.

En cuarto lugar se encuentran los adultos mayores, quienes son los poseedores del bagaje

cultural y tradicional dentro de la comunidad. Algunos vivieron dispersos en la Selva Lacandona

mucho antes de que se conglomeraran a todos los habitantes lacandones en tres comunidades

(De Vos, 2002) y tienen ciertas creencias que aún subyacen dentro de su nueva cosmovisión y

que son indispensables tomar en cuenta para poder generar nuevos proyectos enfocados a la

conservación y sobre todo en la conservación del jaguar. Se sabe que anteriormente los

ancianos dentro de la cultura lacandona poseían un papel importante (Bruce et al., 1971),

aunque desafortunadamente en la actualidad los adultos mayores ya no ejercen tanta influencia

en el liderazgo de opinión y no se toma en cuenta su conocimiento para facilitar la conservación

del jaguar.

 

 

52  

Figura 12. Actores clave en la toma de decisiones y conservación del jaguar en la comunidad Metzabok.

Por su parte, en el ejido El Pirú, el liderazgo de opinión en primer lugar lo ejerce el comisariado

junto a los ejidatarios, incluso ellos son los responsables de exigir al comisariado que cumpla

debidamente con el cargo para el que fue seleccionado. Todos en conjunto toman las

decisiones dentro del ejido y el encargado de ser el portavoz de dichas decisiones es el

comisariado, quien también es responsable de solicitar los apoyos necesarios para la

comunidad y de externar sus descontentos. En este ejido me pude percatar que la mayoría de

los ejidatarios y pobladores son participativos y acuden a las reuniones, además de que

cuentan con el derecho de expresar su opinión y deseos acerca de las problemáticas

existentes. En El Pirú se encuentran muchas personas con interés de trabajar por el ejido que

son muy sabias y conscientes, a las cuales se les permite colaborar y opinar en todo momento.

Dentro de éstas personas se encuentran los guías de campo, quienes son respetados dentro

 

 

53  

del ejido y conocen muy bien la reserva ejidal y los hábitos de la fauna silvestre. Los guías

fueron indispensables para lograr entrevistar a los ganaderos y a los cazadores.

En segundo lugar se encuentran los ganaderos, ya que ellos son los principales afectados

cuando hay alguna depredación por parte de los carnívoros mayores. Constituyen el grupo al

que el jaguar puede representarle mayor conflicto, además de que poseen varias hectáreas

dentro del ejido y cuentan con poder adquisitivo, por lo que pueden ejercer presión sobre las

decisiones a tomar dentro del ejido. Es por esto que es necesario integrarlos y considerarlos

dentro de las investigaciones de carácter ecológico.

En tercer lugar se encuentran el sector civil y académico, donde a través de asociaciones

civiles, ong´s y grupos de educación superior, se estan comenzando a poner en marcha

proyectos sustentables e investigaciones sociales, antopólogicas y biológicas. Éstos sectores

representan el mayor apoyo con el que cuenta el ejido en relación a la viabilidad de conservar al

jaguar.

En el cuarto nivel se encuentran los adultos mayores quienes tienen conocimiento valioso sobre

la selva, ya que ellos fueron los pioneros en colonizarla. Gran parte de esta población proviene

de Oaxaca, donde también tuvieron contacto con el jaguar y poseen conocimientos y

percepciones heredadas de su lugar de origen y de su cultura indígena. En este nivel también

se incluyeron a los jóvenes, quiénes serán los próximos ejidatarios y se encargarán de tomar

decisiones y acciones correspondientes al ejido y por ende en la conservación del jaguar.

Algunos cuentan con una noción sobre la necesidad de conservar al jaguar y sobre la

importancia que deben tener los proyectos de conservación basados en su realidad económica

y social.

 

 

 

 

 

 

54  

 

 

 

 

Figura 13. Actores clave en la toma de decisiones y conservación del jaguar en el ejido El Pirú.

5.4.2 Percepciones acerca de la conservación del jaguar en Metzabok y El Pirú.

En general los habitantes de ambos sitios de estudio, tienen una percepción positiva acerca del

jaguar debido al acercamiento que han tenido con algunas dependencias de gobierno y ong´s

sobre políticas de conservación. En las Tablas 5 y 6 se presentan las percepciones de los

informantes clave que fueron entrevistados respecto a cada dimensión que involucra la

conservación del jaguar.

En Metzabok (Tabla 5) los informantes dijeron estár conscientes de que el ganado es una forma

de susbsistencia de los pobladores de los ejidos vecinos, sin embargo ellos mencionaron que

es importante que los ganaderos cuiden más a sus animales y pongan protecciones contra

carnívoros, tales como cercas eléctricas y perros que vigilen el ganado. Saben que los jaguares

 

 

55  

pueden ser cazados o envenenados si llegan a depredar ganado, sin embargo consideran que

los jaguares son nativos de la selva, mientras que el ganado no lo es. A su vez están

preocupados porque antes había más jaguares y ahora quedan pocos, además algunos de los

guardaparques conocen la función que tiene el jaguar en la selva como depredador y que es

importante dentro de la cadena alimenticia y el equilibrio natural de la selva, pero no todos los

guardaparques están al tanto de esto, ni los demás informantes.

Consideran que es mejor invertir energía en conservar la selva y la fauna (entre ésta el jaguar),

en vez de invertir en la alimentación y mantenimiento de ganado, además de que la creación de

potreros ha generado una alta deforestación y por ende el incremento de incendios en la zona.

Los jóvenes mencionaron tambien que los ganaderos no piensan que los potreros deben tener

Los informantes advierten que las

depredaciones al ganado no son frecuentes y creen en la posibilidad de espantar al jaguar para

que no mate ganado. Saben también que es muy difícil que la ganadería disminuya o se elimine

debido a que hay programas gubernamentales que fomentan dicha práctica, y eso vuelve más

difícil la transformación de las prácticas agropecuarias a prácticas más sutentables en la zona.

Los adultos mayores mencionaron que hace unos años (10-15) había también conflicto con el

jaguar porque llegó a matar perros e incluso personas, por lo que principalmente este grupo y

las mujeres entrevistadas son las que aún tienen miedo de que el jaguar coma gente, aunque

tambien están conscientes de que el jaguar le tiene miedo a la gente y que muy difícilmente se

llega a acercar a la comunidad. La mayoría de los informantes saben que no se acerca y si se

llegara a acercar sería porque ya no encuentra refugio en la selva o tiene crías y necesita cazar,

aunque los jóvenes y los guardaparques piensan que si se llega a acercar sería sólo porque

está de paso y quiere cruzar hacia otro lado.

Muchos a pesar de que aún le tienen miedo, sienten respeto por él porque mencionan que es

el felino más bravo e inteligente de todos

antes que el jaguar se podía disfrazar o convertir en persona.

Algunos informantes comentaron que es posible obtener alguna ganancia con el jaguar, porque

atraería a los turistas y se le puede sacar fotos. Acerca de la dimensión ambiental reconocen

que antes había otros animales que han desaparecido de la selva (el tapir y el percarí de labios

blancos, por ejemplo), mencionan que antes había más selva pero los vecinos se la han ido

acabando. Los policias municipales están preocupados por el saqueo de flora y fauna dentro del

 

 

56  

área natural, el cual está prohibido; sin embargo a los ladrones ya no les importa ir a la cárcel

porque la ganancia que obtienen por la extracción de algunas especies vegetales o animales es

mayor (la hoja de xate, por ejemplo), se vuelven más intrépidos a pesar de las consecuencias.

Los informantes mencionaron estar de acuerdo en seguir implementando programas de

conservación dentro del área en donde las mujeres puedan participar con huertos familiares y

los hombres monitoreando y saliendo a r que necesitan un líder

.

Referente a la dimensión política hicieron notoria la contradicción de las políticas públicas, pues

aunque Metzabok es parte de una ANP, en los ejidos de alrededor se siguen incentivando

programas de índole agropecuario, además de que hay una falta de comunicación con

CONANP debido a que los directivos de dicha dependencia no han sabido incluir y aprovechar

los pocos usos y costumbres que aún prevalecen en la comunidad, por lo que hay mal

entendidos (Balsanelli, Com. Pers.; Obs. Pers.). Aunado a esto el difícil acceso a la comunidad

interfiere en la llegada de ayuda oportuna e información, así como de la comunicación con las

cabeceras municipales de Palenque y Ocosingo.

Respecto a la dimensión económica, dependen de los apoyos para los programas de

conservación y de desarrollo social, pues al ser una ANP el tipo de aprovechamiento es

restringido, por lo que éstos apoyos son principalmente sus fuentes de ingreso.

 

 

57  

Tabla 5. Percepciones generales de los actores clave que fueron entrevistados acerca de la conservación del jaguar y el conflicto con los ganaderos en la comunidad Metzabok (enero-diciembre 2012).

 

 

58  

En el ejido El Pirú contrario a lo que se esperaba, se encontró una percepción positiva del

felino. Incluso los ganaderos tenían una percepción y actitud positiva hacia el jaguar, ellos

mencionaron que las depredaciones son esporádicas y que llegan a matar al jaguar sólo

cuando la pérdida económica es importante, es decir cuando ya las cabezas de ganado

muertas son muchas, pero ellos aseguran que eso es muy difícil que pase. Sólo una persona

que ha sido la más afectada en los años recientes mostró una actitud negativa en relación al

en el programa proÁrbol, estaría de acuerdo en participar a favor de la conservación de la selva.

La mayoría de los entrevistados reconocieron que muchas veces el ganado no se encuentra

bien cuidado, y que la pérdida de ganado representa una pérdida económica importante para

los ganaderos quienes invierten en sus animales domésticos. Mencionaron varias ideas para

espantar al jaguar antes de intentar matarlo, saben que es muy difícil cazarlo y los cazadores

son contratados como última opción. A los cazadores no les gusta cazar al jaguar por diversión,

sólo lo hacen cuando no queda otra opción y saben que es un delito matarlo y podrían ser

castigados con la cárcel. Todos los entrevistados aseguraron querer saber más sobre la

biología y comportamiento de la especie, algunos sabían la función que tiene el jaguar dentro

del ecosistema, mientras que otros sólo sabían que come animales y que está en la selva

A la mayoría les parece un animal muy bonito o hermoso, fuerte, ágil e

inteligente. Saben que es inofensivo si no se le molesta, algunas mujeres principalmente son las

que todavía creen que el jaguar mata personas aunque también aceptaron que el jaguar evita a

la gente y les tiene miedo. Este miedo a que los jaguares ataquen personas es debido a

algunos programas de televisión, donde se representan los ataques a personas por otros

grandes felinos como el tigre asiático.

Los ganaderos están dispuestos a conservar al jaguar siempre y cuando no haga demasiado

daño, además cuando sucedió el último ataque de un jaguar al ganado no existía el Fondo de

Aseguramiento Ganadero e incluso cuando se entrevisto a las personas, había algunas que

todavía desconocían este programa de compensación. Los cazadores, los ejidatarios y los

jóvenes mencionaron que si el jaguar llega a cazar ganado es porque tiene que sobrevivir y le

están quitando parte de su hábitat o bien ya no encuentran alimento dentro de la selva. Los

ejidatarios y los jóvenes mencionaron que es muy importante llevar a cabo campañas de

sensibilización con la gente para que se pueda conservar al jaguar ya qu desgraciadamente sí

 

 

59  

, pero saben que el jaguar es un animal importante y por eso quieren

conservarlo. Los adultos mayores están conscientes y preocupados de conservar al jaguar

porque si ellos no lo conservan sus nietos no podrán conocer

omida

y no necesita meterse a los

En relación a la dimensión ambiental, los ganaderos están dispuestos a incorporarse a

proyectos de conservación siempre y cuando puedan obtener un beneficio y puedan subsistir de

éste. Los cazadores afirmaron que la caza de fauna silvestre está prohibida dentro de la reserva

ejidal y que algunas veces esporádicamente se permite la caza de algún animal de valor

alimenticio que esté fuera de la reserva, es decir cerca de la milpa. Algunos de los ejidatarios

mencionaron que sí sería bueno reducir la ganadería pero no eliminarla totalmente y que se

deberían dejar árboles en los potreros porque , ellos

también estan conscientes de los servicios ambientales que la selva les brinda porque han

notado el cambio de clima y los aguaceros torrenciales en los últimos años; de la misma forma

que los adultos mayores lo han notado. Para ellos la fauna en general es una riqueza del ejido,

mientras que para los jóvenes está claro que es importantísimo conservar la selva porque de

esa forma hay más espacio y más vida silvestre. Los jovenes coincidieron con los ejidatarios en

Respecto a la dimensión política los informantes clave coincidieron en que los programas de

conservación se contraponen con los programas de aprovechamiento y éstos últimos son

escogidos principalmente porque generan un beneficio a corto plazo y a veces son mejor

pagados que los de conservación, ya que con los de conservación . Los adultos

esto que los ganaderos aunque son minoría dentro del ejido cuentan con más terreno y tienen

la facilidad de comprar más. También por esta situación algunos ejidatarios mencionaron que

están dispuestos a trabajar con diferentes dependencias de gobierno, ong´s y el sector

académico para poder subsistir de la selva sin que los recursos sean sobre-explotados. Y los

jóvenes quieren que se lleven a cabo proyectos más realistas y que se generen otro tipo de

alternativas basadas en esta realidad. Por eso en referencia a la dimensión económica, la

ganadería es más redituable porque tiene un valor monetario mayor que los recursos naturales.

 

 

60  

Tabla 6. Percepciones generales de los actores clave que fueron entrevistados acerca de la conservación del jaguar y el conflicto con los ganaderos en el ejido El Pirú (enero-diciembre 2012).

 

 

61  

En la comunidad Metzabok, de acuerdo con los entrevistados (Tabla 7) sólo el 31%

tuvo problemas con el jaguar hace años y depredó principalmente perros cuando se

adentrabana en la selva y sólo una mujer mencionó que mató becerros antes pero en

otra comunidad aledaña al área natural. En cuanto a las ideas que se les ocurría para

evitar la depredación por parte del jaguar sólo un 18% de los hombres mencionó que

el ganado podría cercarse con alambre o electricamente, mientras que un 7% de las

mujeres pesaron que prender fuego puede funcionar para alejarlo.

De los entrevistados sólo el 12% conocía la importancia ecológica del jaguar como

depredador y regulador de presas, la mayoría fueron hombres siendo 18% del total,

algunos creían que su función es ser el guardián de la selva. Entre las ideas que

mencionaron para conservar la selva y la fauna, resaltan la reforestación a través del

cultivo y plantación de especies vegetales, el monitoreo de la fauna y la creación de

huertos familiares, siendo un 19% de los entrevistados los que sí tuvieron ideas para

conservar el ecosistema.

Y en base a la idea de repoblar jaguares el 58% de los entrevistados dijeron que no

estarían de acuerdo en traer otro felino a la selva (principalmente las mujeres 80%)

porque le tienen miedo y siguen creyendo que mata gente, otros mencionaron que sí

estarían de acuerdo siempre y cuando el animal permaneciera encerrado, y los que sí

estuvieron totalmente de acuerdo mencionaron que estaría bien para reproducirlo pero

también que se tuviera cautela de que el animal no estuviera enfermo o acostumbrado

soltarlo y evitar que se vaya a otro lado donde corre peligro.

Tabla 7. Porcentajes de las percepciones en la comunidad Metzabok (enero-diciembre

2012).

Problemas con

el jaguar %

Ideas para mitigar la

depredación %

Importancia ecológica

%

Ideas para conservar el ecosistema

%

¿De acuerdo en introducir otro

jaguar? %

SI NO SI NO SI NO SI NO SI NO Hombres 36 64 18 82 18 82 18 82 73 27 Mujeres 27 73 7 93 7 93 20 80 20 80

Total 31 69 12 88 12 88 19 81 42 58

En el ejido El Pirú, del total de los entrevistados (Tabla 8) sólo el 15% dijo haber tenido

problemas con el jaguar, mencionaron que las depredaciones fueron entre 7 y 3 años

aproximadamente, y hace 3 años fue cuando más daño causo porque mató varias

 

 

62  

cabezas de ganado (aproximadamente ocho). Aunque dos de los entrevistados dijeron

que tenía sólo un par de meses le había matado cerdos.

La mitad de los hombres entrevistados (50%) mencionaron ideas para evitar que el

jaguar deprede ganado como: descubrir algún repelente, utilizar fuego, recurrir al

seguro ganadero, traslocarlo y regresarlo a la selva, simular un espantapájaros con

una escopeta, utilizar muchos cohetes y por supuesto vigilar con mayor regularidad el

ganado o bien tener el potrero cerca de la casa, además de conservar suficiente selva

forma no tendría porqué cazar ganado.

De las mujeres entrevistadas, sólo el 29% mencionó alternativas para que el jaguar no

mate ganado y entre éstas dijeron que se podrían poner trampas para atraparlo y

regresarlo a la selva, cambiar a los animales de lugar o bien venderlos. De todos los

entrevistados sólo el 18% conocía sobre el papel ecológico del jaguar en la cadena

alimenticia y cómo éste incide en el ecosistema.

El 38% del total de los entrevistados tenían ideas para conservar la selva tales como:

hacer un plan de manejo forestal e invitar ong´s internacionales, hacer un proyecto de

ecoturismo, obtener fotos de la fauna, traer un técnico que haga estudios de

factibilidad para sacrle el mejor provecho a las peculiaridades del ejido, crear UMA´s

de criadero y aprovechamiento, alternativas de ganadería y agricultura sustentable

tienes que talar un poco para vivir, si no tienes una vaca o practicas agricultura la

gente pobre sufre mucho y de eso no se sobrevive

importancia y los beneficios que tiene conservar la selva

En el ejido el Pirú, a pesar de existir ganaderos y que ya ha habido unos pocos casos

de depredación por parte del jaguar, la mayoría de los entrevistados manifestó estar

de acuerdo en que se trajera otro jaguar a la selva con un 71%; sin embargo hubo una

parte de los entrevistados (26%) que también manifestó la falta de apoyo por parte del

gobierno para poder llevarse a cabo proyectos de conservación, en lugar de seguir

con el arriba  es  donde  se  

toman  las  decisiones los gobiernos se quedan cortos con los apoyos y no se los

dan a quien los necesita no agarran parejo yo reforestaba una parte y mi ganadería

la revendería o la volvería semi- que se apliquen alternativas más certeras

,  

qué ganancia voy a tener?, ¿dónde

 

 

63  

hay compromiso?, ¿con quién? si ya no siembro ganado o agricultura ¿de qué voy a

vivir .

Dichas afirmaciones deben tenerse muy presentes porque éstas percepciones influyen

drásticamente dentro del ejido y en la forma en la que los ganaderos y ejidatarios

pueden actuar en relación con la conservación del jaguar y de la selva misma.

Tabla 8. Porcentajes de las percepciones en el ejido El Pirú (enero-diciembre 2012).

Problemas

con el jaguar %

Ideas para mitigar la

depredación %

Importancia ecológica

%

Ideas para conservar el ecosistema

%

¿De acuerdo en introducir otro jaguar?

%

Falta de apoyo por parte del

gobierno %

SI NO SI NO SI NO SI NO SI NO SI NO Hombres 10 90 50 50 25 75 45 55 85 15 40 60 Mujeres 21 79 29 71 7 93 29 71 50 50 7 93

Total 15 85 41 59 18 82 38 62 71 29 26 74

 

 

64  

5.4.3 Otros factores dentro de los sitios de estudio que afectan la conservación del jaguar.

Figura 14. Otros factores dentro de Metzabok que afectan en la conservación del jaguar. PRF= Problema Resultado Final (Principal problema que debe ser resuelto). Primer y Segundo nivel= Problemas priorizados en función de su influencia directa sobre los otros problemas.  

De acuerdo a la Matriz de Relaciones Causales, el Problema Resultado Final para

Metzabok fue el Difícil acceso a la comunidad, ya que es el resultado de la interacción

de todos los demás problemas. Los problemas que actúan como principales

desencadenantes de los demás problemas son el Difícil acceso a la comunidad (PRF)

y el Favoritismo por parte del gobierno. Éstos problemas son los que establecen más

relaciones de causalidad con los otros. Al generarse cualquier acción respecto al

Problema Resultado Final (PRF), se tendra un efecto en cadena hacia los demás

problemas y en especial en la conservación efectiva del jaguar. En el Difícil acceso a

la comunidad y el Favoritismo por parte del gobierno es donde deben realizarse

mayores inversiones y esfuerzos. También se encontraron otros problemas de Tercer

Difícil  acceso  a  la  

comunidad

Favoritismo  por  parte  del  gobierno

Desinterés  y  falta  de  

cooperación  para  conservar

Nivel  bajo  de  calidad  de  vida

Migración  a  otras  

comunidades

Consumo  de  alcohol

Fragmentación  hábitat    y  

aislamiento  de  especies

Selva  en  riesgo  de  ser  saqueada  a  pesar  de  ser  una  ANP

Metzabok

Primer  nivelSegundo  nivel

Pérdida  del  conocimiento  empírico  y  ancestral

PRF

 

 

65  

nivel, sin embargo para fines prácticos y debido a que los principales

desencadenantes se encuentran en el primer nivel y el PRF, no es recomendable

llegar hasta este nivel. Sí es importante mencionar los problemas del tercer nivel que

fueron identificados como otras causas que afectan en la conservación del jaguar

directa o indirectamente. Dichos problemas fueron la Falta de concenso comunal,

Falta de entendimiento con CONANP, Pocos estudios científicos realizados en la zona

y Escasez de capacitación y diversificación de actividades en la comunidad.

Figura 15. Otros factores dentro de El Pirú, que afectan en la conservación del jaguar. PRF= Problema Resultado Final (Principal problema que debe ser resuelto). Primer y

Segundo nivel= Problemas priorizados en función de su influencia directa sobre los

otros problemas.

Falta  de  apoyo  por  parte  del  gobierno

Falta  de  capacitación

Manejo  inadecuado  del  ganado

Fragmentación  de  la  selva  por  no  darle  el  valor  económico  adecuado

Escasez  de  alternativas  

para  la  participación  en  la  conservación

Uso  inadecuado  de  técnicas  agrícolas

Desconocimiento  de  la  experiencia  empírica  de  los  

locatarios

Falta  de  diversificación  de  actividades  para  evitar  

competencia

Migración  a  otros  Estados

El  Pirú

PRFPrimer  nivelSegundo  nivel

 

 

66  

Por otra parte para el ejido El Pirú, el Problema Resultado Final fue la Falta de apoyo

por parte del gobierno. Los principales problemas que resultan por el Problema

Resultado Final y por ende en la conservación del jaguar son el Desconocimiento de la

experiencia empírica de los locatarios, la Escasez de alternativas para la participación

en la conservación y el Manejo inadecuado del ganado. Los problemas del Tercer

nivel fueron el Incremento de la ganadería, la Falta de capacitación por parte de las

dependencias de gobierno, la Ineficiencia en los procesos de selección para otorgar

apoyos para la conservación de la selva, la Contradicción de los programas de apoyo

de desarrollo y la inadecuada aplicación de la políticas públicas, la Presencia del

narcotráfico en la zona y la Migración de algunos ejidatarios hacia otros sitios con

mayor oportunidad de empleo.

También se puede observar que se interrelacionan mucho más los problemas en el

ejido El Pirú en comparación con Metzabok. Esto puede significar que los problemas

en el ejido El Pirú, sean más complejos y tengan una capacidad de arrastre mayor

entre ellos.

6. DISCUSIÓN 6.1 Variedad de presas para el jaguar en Metzabok y El Pirú. Sitios de

Importancia biológica.

En este estudio, se registraron otras especies de carnívoros que no necesariamente

son presas del jaguar, aunque Chinchilla (1997) demostró que el jaguar a veces llega

a depredar felinos menores como el ocelote, éste hábito no es muy común por lo que

el ocelote no se consideró como presa potencial. El tapir no es una presa consumida

muy comúnmente, ya que debido a su tamaño es difícil que un jaguar pueda someterlo

(Emmons 1987; Estrada-Hernández 2008). Sin embargo sí ha sido registrado algunas

ocasiones dentro de la dieta del jaguar (Moreno 2008; Crawshaw y Quigley 2002; Amit

et al. 2009) y se sabe que los ungulados forman parte importante de la dieta del jaguar

y que son sus presas preferidas (Novack, 2003), por lo que en este estudio fueron

considerados como presa potencial para el jaguar.

Anteriormente se hizo otro estudio mastofaunístico en la región de la Selva Lacandona

a través del conteo de rastros y avistamientos directos, donde se registraron 19

especies de mamíferos (Naranjo, 2008). Al compararlo, se puede resaltar que con

menos tiempo y esfuerzo, para este estudio se registraron tres especies más que las

registradas por Naranjo. También es importante resaltar que en el estudio de Naranjo

 

 

67  

(2008) no se incluyeron a Metzabok y El Pirú dentro del muestreo, por lo que el

presente estudio sería el primero de mamíferos no voladores realizado de manera

formal para ambas comunidades.

Por otro lado, en el estudio realizado por Amador (2011), en dos ejidos cercanos a El

Pirú, se encontraron 14 especies de mamíferos. El que el número de especies

registradas haya sido menor puede deberse a que los ejidos muestreados se

encuentran mucho más fragmentados que El Pirú y por ende hay una menor

concentración de especies (RUM, 2013).

En otro estudio hecho dentro de la REBIMA y dos ejidos aledaños a ésta (Falconi,

2012), se registraron a través de la búsqueda de rastros, avistamientos y foto-trampeo

un total de 47 especies de mamíferos. El esfuerzo de muestreo de búsqueda de

rastros y avistamientos de Falconi (2012) fue mayor comparado con el de éste estudio

y por esta razón es probable que se hayan registrado menos especies en el presente

estudio a través de éste método. Además como el estudio de Falconi (2012) incluyó

muestreos dentro de la REBIMA, se esperaría que las especies avistadas y

registradas fueran mayores dado el tamaño de la reserva y el número de especies que

alberga (INE, 2000). Con el método de foto-trampeo se registraron el mismo número

de especies (17) que en el presente estudio.

En relación con Metzabok, es muy difícil poder hacer más comparaciones con otras

comunidades de la región ya que son pocos los estudios mastofaunísticos que se han

hecho y que hayan sido publicados o difundidos.

Durante el presente estudio el jaguar pudo ser registrado y fotografiado en el ejido El

Pirú, por lo que sería el primer registro histórico de esta especie para el ejido, además

de registrar al pecarí de labios blancos y al tapir, que son otras dos especies en

peligro de extinción y con distribución restringida dentro de México (Naranjo et al.

2013). Desafortunadamente en Metzabok no se encontraron rastros, ni se fotografió al

jaguar, aunque los guías y habitantes de la comunidad mencionaron que hace dos

años colocaron una cámara-trampa donde se registró al jaguar (hach barum). Pero

esto no pudo ser confirmado porque nunca mostraron la fotografía del felino para

poder constatar y tomarlo como registro para el sitio. Sin embargo si se logró un

avistamiento directo del hormiguero arborícola, que es una especie en peligro

(SEMARNAT, 2010) y se obtuvo un registro fotográfico del jaguarundi que es una

especie elusiva, de la que se sabe muy poco y que también se encuentra bajo

protección (Coronado, 2011; SEMARNAT, 2010).

 

 

68  

En base al número de especies encontradas y en comparación con otros sitios de la

región, se puede afirmar que en Metzabok y El Pirú existe una importante variedad de

presas para el jaguar, por lo que son dos sitios valiosos para la conservación de éste

felino.

6.2 Viabilidad ecológica del jaguar para subsistir en Metzabok y El Pirú (IAR de las presas).

En términos ecológicos, la abundancia de presas disponibles para los grandes felinos

representa un recurso de suma importancia para su supervivencia (Gómez-Ortíz et al.,

2011), además de que su adecuada disponibilidad puede evitar el conflicto por

depredación de ganado ya que se ha observado que en los sitios que poseen

abundantes presas nativas se experimentan menos problemas con los jaguares y los

felinos pueden explotar una base más diversa de presas (Roosevelt, 1914;

Hoogesteijn et al. 1993).

En su mayoría los IAR totales resultaron más altos para El Pirú en comparación con

Metzabok, excepto por el pecarí de collar, el tejón y el tlacuache común que

obtuvieron IAR mayores en Metzabok. Sin embargo es importante subrayar que los

IAR totales son un promedio de todos los otros índices obtenidos, por lo que muchas

especies que resultaron ser muy abundantes con los rastros, avistamientos, trampas y

fotografías, redujeron su número total al hacerse el promedio. Sin embargo son más

consistentes los IAR de avistamientos, foto-trampeo y rastros tales como huellas,

pelos y cadáveres, para ratificar la presencia y la abundancia de una especie. Además

los IAR obtenidos con las fotografías, resultaron ser mayores en Metzabok, quizás

porque la búsqueda de rastros fue más difícil debido a que el sustrato contenía mucha

hojarasca, era rocoso o muchas veces estaba muy seco como para que algún animal

dejara sus rastros (Obs. Pers.).

Al comparar los IAR obtenidos en este estudio con los obtenidos por Naranjo (2008),

se puede notar que no varían mucho, no obstante el número neto de rastros y

avistamientos (n) registrados en el estudio de Naranjo superan por mucho la cantidad

de avistamientos y rastros (n) del presente estudio. No obstante el que los IAR no

varíen tanto puede significar que en El Pirú y Metzabok se concentra un buen número

de especies de mamíferos, aunque son pequeñas áreas de selva, albergan una

cantidad importante de mamíferos para la región de la Selva Lacandona.

 

 

69  

Los IAR de rastros obtenidos por Falconi (2012) son menores que los obtenidos en el

ejido El Pirú para la mayoría de las especies encontradas, excepto para el tepezcuintle

y el pecarí de collar. Además, el jaguar y el tapir en el estudio de Falconi obtuvieron un

IAR mucho menores que en el presente estudio. De igual forma en el estudio de

Amador (2011) los IAR que obtuvo en los ejidos Playón de la Gloria y Loma Bonita son

mucho menores que los obtenidos en este estudio para el ejido El Pirú.

Los IAR del foto-trampeo hecho por Falconi (2012) fueron mayores en uno de los

ejidos que muestreo en comparación con el El Pirú y Metzabok. Sin embargo, una vez

más, el esfuerzo de muestreo es el que debe estar actuando sobre el resultado final ya

que los números de registros (n) son mucho mayores en este estudio, además existen

algunos reportes que mencionan que el ejido Playón de la Gloria se encuentra mucho

más fragmentado que el ejido El Pirú (Carabias et al., 2012; RUM, 2013).

Al comparar los IAR con otros estudios hechos en la región se puede notar que los

IAR que se obtuvieron sugieren que hay suficiente alimento disponible para los

grandes felinos en ambas comunidades, por lo que Metzabok y El Pirú demostraron

ser sitios idóneos para sustentar una población de jaguares de acuerdo a la

disponibilidad y abundancia de presas que mantienen (carnívoros pequeños y

medianos, marsupiales y ungulados entre otros). Esta afirmación de ser sitios idóneos

para la supervivencia del jaguar, también se sustenta en otros estudios que señalan

que los jaguares depredan sus presas dependiendo qué tan abundantes sean (García

et al., 2001; Scognamillo et al., 2003; Weckel et al., 2006) y en Metzabok y El Pirú los

pecaríes resultaron ser de las especies más abundantes y se sabe que son las presas

favoritas del jaguar (Emmons, 1987; Aranda, 1994; Scognamillo et al., 2003; Hatten,

2005).

Es importante señalar que en este estudio se tenía la hipótesis de que Metzabok al ser

un área conservada y protegida (CONANP, 2006), resultaría con un mayor número de

registros y abundancias relativas. Pero en base a los resultados, esto no fue lo que se

observó, ya que el ejido El Pirú a pesar de ser un área fragmentada y no protegida

(CentroGeo, 2010; Carabias et al., 2010), resultó con mayor número de especies

registradas incluyendo al jaguar. Por lo tanto, corroborando con los otros estudios

hechos en la zonas aledañas a la REBIMA, se soporta la idea de que el ejido El Pirú y

algunos ejidos aledaños, albergan una gran riqueza y conforman una zona importante

para la conservación del jaguar, porque se encuentran cerca de una reserva federal y

representan las áreas de conectividad de la fauna, sobre todo fauna de gran tamaño,

como el jaguar (Sanderson et al., 2002), que aún sigue apareciendo en los

 

 

70  

remanentes de selva que todavía se conservan en éstos ejidos. También en el ejido El

Pirú se registraron dos ungulados (el pecarí de labios blancos y el tapir), que tienen

una notable importancia ecológica como dispersores de semillas (Janzen, 1981;

Bodmer, 1991; Fragoso, 1997), además de ser presas potenciales para los grandes

felinos. Estos mamíferos también se encuentran bajo protección de acuerdo con la

Norma Oficial Mexicana ECOL-059-2010 (SEMARNAT, 2010) y están dentro del

Apéndice I de la CITES (2013).

Además de la adecuada disponibilidad y abundancia de presas, Metzabok y El Pirú

aún cuentan con una buena cobertura vegetal, sitios rocosos y pequeñas cañadas

donde los felinos pueden refugiarse. Sin embargo, ambos sitios corren el peligro de

seguir siendo talados o saqueados debido a otros problemas asociados, ya que

alrededor se siguen haciendo actividades productivas sin ningún manejo o dirección,

por lo que resultan desordenadas y poco productivas, pero a la vez son muy

extractivas y debastadoras. Metzabok está quedando aislada debido a dichas

actividades descontroladas, por lo que es probable que por esta razón los felinos

mayores ya no se encuentren en el sitio. En cambio en El Pirú aunque la presión de

las actividades agropecuarias es cada vez mayor, los jaguares y pumas aún siguen

ocupando los remanentes de selva que quedan en algunos ejidos, y como se

mencionó antes, éstas reservas ejidales pueden funcionar como áreas de

conectividad, descanso y refugio entre la REBIMA y la selva de Guatemala, por esto

es muy importante conservarlas.

6.3 Percepciones, actitudes y problemáticas sociales, su influencia en la viabilidad de la conservación del jaguar.

Los jaguares coexisten en muchos y diferentes entornos etno-culturales, por lo que

las actitudes y percepciones hacia ellos en las comunidades rurales son variables y

usualmente entendidas pobremente (Conforti y Azevedo, 2003; Zimmerman et al.,

2005). Cada sistema de relaciones entre cultura y ecosistemas tiene su propio

paquete de problemas ambientales (Boada, 2003) y Metzabok y El Pirú no son la

excepción, por esto fue necesario analizar la forma en la que observan e intervienen

sus pobladores sobre la conservación del jaguar, así como sus actitudes hacia éste

felino.

 

 

71  

Metzabok

En general en ambos sitios se encontró una percepción positiva hacia el jaguar,

aunque en Metzabok parece que esta percepción es una idea adquirida e impuesta

por las políticas públicas, ya que los comuneros saben que es un animal en peligro de

extinción y que si se llega a cazar el castigo es la cárcel. En la comunidad la idea de

conservar al jaguar parece más un proceso de memorización en lugar de ser un

proceso de razonamiento y apropiación. En realidad en Metzabok, sólo algunos

informantes aún mantienen un verdadero y real significado sobre el jaguar, con ideas

sobre la importancia de su conservación dentro de la selva. Estas personas eran

principalmente los ancianos y los jóvenes, dos diferentes generaciones dentro de un

mismo universo: su comunidad.

Desafortunadamente los ancianos y jóvenes son actores clave de tercer y cuarto

orden en la comunidad, por lo que el impacto de sus conocimientos dentro de las

deciciones sobre la conservación del jaguar no es mucho. Aunado a esto, ya no son

considerados ni respetados como se hacía anteriormente en la cultura lacandona

(Balsanelli, 2014). Los actores clave con un mayor orden y que pueden dirigir en este

momento los esfuerzos de conservación del jaguar, no están participando ni

interactuando para lograr este objetivo. Además todo el poder de decisión recae sobre

el comisariado, éste otorgamiento de todo el poder de decisión hacia el comisariado

tiene una razón. Es verdad que por ser el comisariado y tener este poder de decisión

tiene ciertas ventajas sobre la mayoría de los comuneros, pero esta situación se

encuentra muy aceptada en la comunidad porque la mayoría de las personas (si no es

que todas) prefieren no tener ciertos beneficios a tener toda la responsabilidad de

solucionar e intervenir en los problemas de la comunidad (que pueden ser de

desarrollo social, ambientales o políticos). Por lo tanto prefieren delegar todo el poder

de decisión a esta persona. Además, a partir de que dicha persona tomó posesión del

cargo de comisariado hace unos 10-15 años, las personas han visto una mejoría en su

calidad de vida, aunque aún quedan muchos problemas por resolver, como la

educación (Eroza, 2006; CONANP, 2006), las vías de transporte (Eroza, 2006;

CONANP, 2006) y los servicios de salubridad (CONANP, 2006).

Haciendo referencia a los resultados de las entrevistas, una buena parte de los

entrevistados en Metzabok están dispuestos a conservar al jaguar pero aún lo siguen

considerando peligroso (sólo el 42% estaba de acuerdo en introducir otro jaguar a la

selva, el 58% dijo tener miedo principalmente). En mi opinión, parece ser que en

Metzabok el problema con el jaguar y el miedo que le tienen, es derivado por una

 

 

72  

evidente desvalorización y desprendimiento de la cultura lacandona. Coincidiendo esto

con las opniones de Toledo (2000) y De Vos (2002), quienes afirman que los

lacandones han sufrido durante el último siglo una ruptura muy fuerte en su

cosmovisión de la naturaleza, derivada de diferentes movimientos políticos y

económicos.

Desafortunadamente, este problema no ha podido ser documentado oportunamente

debido a que por muchos años se ha exaltado su relación con los mayas antiguos,

antropólogos y sociólogos siguen mezclando datos etnográficos con datos

etnohistóricos (Balsanelli, 2014), queriendo rescatar para la posteridad los rasgos

culturales que parecieran representar los vestigios de la cultura maya prehispánica

(Trench, 2005).

Los resultados de esta investigación sugieren que, si bien los lacandones, sobre todo

los ancianos aún poseen ciertas creencias derivadas de sus

Esto podría ser

entendible ya que dentro de las etnias los cambios culturales siempre acontecen,

porque la cultura no es estática, se va modificando de acuerdo a las nuevas realidades

que experimentan las personas. Sin embargo el cambio cultural en los lacandones no

ha sido paulatino y sí ha sido devastador tanto para ellos como para la figura del

jaguar, que representaba uno de sus personajes mitológicos más apreciado y

admirado. De hecho, en Metzabok es notorio que han perdido sus creencias y su

esencia misma como lacandones porque no saben realmente el porqué su comunidad

se llama Metzabok. Cuando le pregunté a uno de mis informantes durante una plática

informal porqué la comunidad se llamaba así, contestó que no sabía ciertamente, que

sabía que era por el dios del trueno Mensabäk pero no pudo explicarme lo que esto

representa y cómo se relaciona con los jaguares.

En relación a esto, en Nahá -la comunidad vecina a Metzabok- los lacandones aún

poseen cierto significado animista y perspectivista sobre el jaguar, porque para ellos

es uno de los animales que posee un punto de vista propio, es decir el jaguar en su

mundo dentro de la selva, se ve así mismo como un humano y ve a los otros animales

sus presas, de la misma forma en que los humanos ven a los animales como sus

presas (Balsanelli, 2014). Por esto, anteriormente el que las personas fueran

devoradas por un jaguar no representaba lo mismo que ahora de manera muy

occidentalizada les representa a los lacandones de Metzabok. Anteriormente la muerte

 

 

73  

era significada de otra manera, los lacandones creían que cuando una persona moría

su hach pixan (verdadera esencia) salía del cuerpo del difunto y durante tres días

hacía un recorrido por los lugares que frecuentaba en vida, era purificada en el fuego

del Metlán (inframundo) y después volaba hacia la cueva del dios Mensabäk

(localizada dentro de Metzabok) donde empieza una nueva vida junto con sus

ancestros y ahí todas las almas trabajan para el dios Mensabäk nutriendo a sus

animales: los jaguares y las águilas gigantes (Balsanelli, 2014). Para ellos la muerte

les era representada como un paso hac

animal sagrado que ellos cuidaban para el dios Mensabäk. Actualmente la muerte es

vista por los lacandones de Metzabok como es percibida en el mundo occidental, esto

es como el término de un ciclo que conlleva dolor y sufrimiento. Es de esperarse que

los lacandones le tengan miedo al jaguar y no quieran ser devorados porque eso les

representa dolor y sufrimiento.

Además, el jaguar tenía el poder de convertirse en persona para engañar y devorar a

sus víctimas. Es decir, anteriormente mantenían a la metamorfosis como un

instrumento de comunicación con las criaturas de la selva por excelencia. Sin embargo

los lacandones actuales ya no pueden conversar con los jaguares y otros animales, ya

que perdieron la capaci

sus familias, los rituales que hacían, llegaron a platicar con los jefes de las aldeas.

Esta

quedado sólo en el mito, debido a que la metamorfosis ya no es permitida por los

dioses.

El miedo hacia el jaguar en los lacandones también se representa cuando se dice que

, ya que los lacandones creen que si avisas en voz alta

hacia dónde vas, el jaguar puede escuchar y buscarte en medio de la selva para

comerte. Por eso prefieren susurrar para que no se entere. Esta creencia sigue

arraigada principalmente en la comunidad de Nahá, sobre todo en las mujeres que

tienen hjos pequeños (Balsanelli, 2014). Aunado al hecho de que tienen una fuerte

influencia por los programas de televisión que ven, documentales donde presentan al

verdadero tigre de Asia (Panthera tigris) que devora y lastima hombres. Esto pasa de

igual forma en el ejido El Pirú, en ambos sitios aún confunden al jaguar con el tigre

asiático y al ver este tipo de programas y documentales, lo único que causan es una

mayor confusión y miedo hacia el jaguar, creando una idea falsa de que el jaguar

puede comer gente también cuando tenga hambre, a pesar de que en ambos sitios

mencionaron que nunca se han enterado de ningún caso en las últimas décadas

donde un jaguar haya atacado a alguna persona.

 

 

74  

Esto es muy importante si se quiere conservar al jaguar, porque sólo las personas que

se internan en ue están conscientes que el jaguar no

ataca a las personas y que incluso éste les tiene miedo. Por lo que es indispensable

crear talleres informativos y de sensibilización, donde se aclaren este tipo de tabús,

además las personas en ambos sitios de estudio están advertidas de la falta de

información que tienen y cuando les preguntaba si querían conocer más sobre el

jaguar los entrevistados afirmaban que sí quieren y necesitan saber más información

sobre este felino. Les interesa saber, por ejemplo, sobre qué come, donde acostumbra

vivir, cómo es que busca pareja, cuánto tarda el periodo de gestación y cuál es su

función en la selva.

Sin embargo en Metzabok, aunado al miedo al jaguar infundado por la desinformación,

es notable la pérdida de sus creencias animistas de los colectivos del universo

lacandón y sus animales sagrados. Durante las entrevistas que realicé sólo dos de los

ancianos mencionaron que antes podían disfrazarse/convertirse en jaguar y el jaguar

podía disfrazarse/convertirse en persona, pero los demás informantes no mencionaron

nada de lo relatado anteriormente cuando se les cuestionaba ¿qué significaba el hach barum (jaguar en maya lacandón), la gran mayoría respondió que es un animal bonito,

ágil, y sólo dos informantes mencionaron que es el vigilante de la selva y se encarga

de que los otros animales no salgan de la selva (puede ser que esto sea una alusión

de que antes se creía que el jaguar se veía a si mismo como humano y tenía sus

propios rituales y vida en aldeas junto con los otros animales de la selva). El jaguar era

sin duda el animal de mayor importancia en la cosmovisión local que animaba

de extinción que hay que prot

jaguar como era concebida anteriormente, pierde todo sentido para los lacandones, la

verdadera importancia cultural de conservar a este felino.

Anteriormente los lacandones vivían dispersos en la selva (De Vos, 2002) por lo que

era común que los ancianos que entrevisté tuvieran encuentros muy a menudo con los

jaguares. Ellos dijeron que sus antepasados sí habían llegado a tener problemas con

el jaguar, porqué alcanzó a comer gente y perros (31% de los entrevistados). Dicha

afirmación de que el jaguar atacó personas puede ser porque aún existían y cobraban

vida las leyendas de éstos seres míticos. Éstos jaguares eran considerados dioses,

llamados (los dioses que caminan). Se trataba de dioses menores que

también habitaban las cuevas y tenían el poder de transformarse en jaguar para cazar

en la selva y comer carne humana (Boremanse, 1984).

 

 

75  

Además uno de los ancianos que mencionó la metamorfosis del jaguar, actualmente

practica la religión cristiano/protestante, por lo que puede que esas creencias

ancestrales las haya sincretizado con las creencias cristianas, porque mencionaba que

. Otra de las ancianas

que entreviste, quien es una de las más tradicionales en la comunidad (es la única

mujer que aún sigue usando el hach pik, la vestimenta tradicional) es practicante

asidua del templo cristiano/protestante que hay en la comunidad y no mencionó nada

de las antiguas creencias respecto al jaguar.

Respecto a la idea de la ganadería, los lacandones debido a su cultura y a que viven

dentro de una ANP, no tienen ni les gusta dicha práctica. En las entrevistas

mencionaron que el jaguar es nativo de la selva y el ganado no lo es, además en

alguna plática me comentaron que el ganado trae consigo muchas alimañas

indeseables como las garrapatas. Los entrevistados también dijeron estar conscientes

de que antes había muchos más jaguares en la selva, pero esto puede ser debido al

hecho de que se encontraban dispersos (Eroza, 2006) y acostumbraban recorrer la

selva e internarse en ella, por lo que era mucho más fácil encontrar en un área tan

grande a los jaguares. Sin embargo, la baja abundancia de jaguares mencionada por

los comuneros, coincide en que en este estudio no se encontró ningún rastro o

fotografía que indicara la presencia del jaguar. Esto puede deberse a que el área se

encuentra aislada y puede sólo funcionar como un área de descanso para los grandes

felinos, los cuales gustan de recorrer varios km (Sollman et al., 2011), pero está

quedando tan aislada por los potreros de las comunidades vecinas que también puede

estar quedando sin conexión con otras áreas grandes de selva como la REBIMA y la

Sierra del Lacandón en Guatemala.

En Metzabok, del total de los entrevistados sólo al 12% se les ocurrieron ideas para

mitigar la depredación y la mayoría eran hombres. Entre las ideas que mencionaron

están colocar cercos eléctricos o bien hacer una fogata para que el jaguar no se

acerque. Éstas ideas no son caras ni difíciles de llevar a cabo. La intención de

preguntarles esto a los lacandones era para ver cómo percibían la idea de tener

ganado y evitar que el jaguar lo deprede, es decir para analizar si había cierta empatía

por parte de los lacandones hacia sus vecinos tzeltales que practican esta actividad.

La mayoría mencionó que los tzeltales ciertamente han deforestado bastante selva y

esto ha traido como consecuencia incendios forestales, además de que han cazado

muchos animales (mencionaron que el último tapir que apareció en la zona, lo

mataron) y en dos de los recorridos a los transectos que hice, me pude percatar que

 

 

76  

existía caza ilegal por parte de los pobladores de las comunidades vecinas. En una

ocasión encontramos un tapesco y en otra encontramos un cadáver de pecarí de

collar abandonado (Anexo 3), probablemente porque escapó y los cazadores no

. También era muy común el saqueo de la palma

elado una

vez, sólo un par de meses después de haber sido liberado de la cárcel estatal, volvió

Además los castigos que

imponen los lacandones por el saqueo de la selva no son tan insignificantes, porque

uno de los guardaparques comentó que el ladrón

castigo impuesto fue cargar amarrado a sus brazos y espalda todo el cargamento de

palma que había cortado, el cual era exttremadamente pesado.

Sin embargo, a pesar de que culpan a los tzeltales por la devastación de la selva, los

lacandones reconocieron que los programas de gobierno se contraponen porque por

un lado a través de CONANP se llevan acabo programas de reforestación, monitoreo y

cultivo de árboles maderables y frutales dentro de la ANP, pero por otro lado en las

comunidades vecinas, SAGARPA es la encargada de poner en marcha programas de

agricultura (PROCAMPO) y ganadería. No obstante mencionaron que es mejor invertir

energía en conservar la selva y no en el ganado.

En Metzabok sólo el 12% de los entrevistados conocía sobre la importancia que tiene

el jaguar como depredador. Otro informante mencionó que era el vigilante de la selva,

pero el resto de los entrevistados no mencionó nada más. Como aseguré

anteriormente, en ambos sitios saben que no tienen mucha información sobre el

jaguar y sí quiseran que se les impartieran talleres. Pero en el caso particular de

Metzabok, es indispensable que toda la comunidad pueda asistir a dichos talleres,

porque se han llegado a impartir talleres de capacitación pero la concurrencia es

mínima, acuden principalmente los guardaparques y el comisariado, pero el resto de la

población no puede participar. Además es importante que los directivos de CONANP

tengan una comunicación y convivencia armoniosa con la comunidad, para que sea

posible trabajar y lograr los objetivos de conservación.

A este respecto Balsanelli (2014) comenta en su investigación que la llegada de la

ciencia fue otro factor que altero el sistema de creencias de los lacandones, porque

éstos ahora racionalizan los fenómenos naturales. Coincido en que el acercamiento de

los lacandones con la ciencia no fue el más adecuado en su tiempo, sin embargo en la

actualidad me parece que es necesario que sociólogos y antropólogos trabajen en

conjunto con biólogos, políticos e ingenieros, porque si bien es importante conservar

 

 

77  

creencias, cultos y tradiciones, lo es de igual forma conservar la biodiversidad, en

especial los macrodepredadores (como el jaguar) que siguen siendo eliminados y

perseguidos por los humanos (Morrison et al., 2007). Y esto no puede llevarse a cabo

sin que la evidencia científica entre en juego. Esto no significa que necesariamente la

ciencia vaya en contra de los usos y costumbres de las comunidades, porque mucha

de la ciencia informal (conocimiento práctico-rural) se combina con la ciencia formal

para obtener una o una , defendiendo

así el conocimiento tradicional de los grupos campesinos e indígenas, de los cuales

hay mucho que aprender en un verdadero diálogo de saberes (Martínez-Alier, 2009).

Lo importante en Metzabok es recuperar aquellas creencias ancestrales y utilizarlas a

favor de la conservación, de alguna forma en que la comunidad continue manteniendo

su identidad dentro del mundo globalizado (Toledo, 2003). Debido a esta

desintegración de su identidad, los lacandones padecen de no tener cohesión dentro

de su comunidad (Eroza, 2006; Obs. Pers.), aspecto importante para que busquen el

bien común. Sus valores fueron corrompidos ya que cuando una persona dentro de la

comunidad no posee derecho sobre la tierra, es discriminada porque no recibe dinero

por parte del gobierno para participar en los proyectos de reforestación y monitoreo de

la ANP (Balsanelli, 2014). Además esto ha afectado su capacidad de motivación,

porque les cuesta mucho trabajo buscar otras opciones de participación dentro de la

comunidad, como se identificó en este estudio con la Matriz de relaciones causales.

Otro de los problemas encontrados con la Matriz de relaciones causales fue el

Desinterés y falta de cooperación para conservar. Sólo el 19% mencionó ideas para

conservar la selva que son exactamente los mismos proyectos que han auspiciado

CONANP y SEMARNAT dentro de la ANP: reforestar, monitorear y poner huertos y

hortalizas en las casas. Pero nadie propuso nuevas ideas, parece que todos los

proyectos de aprovechamiento dependen únicamente del gobierno y esto ha generado

que los habitantes, no se atrevan a idear y buscar alternativas que los beneficie y

beneficie a la selva.

Una simbiosis fatal entre el gobierno y los lacandones que lleva de por medio la

conservación de la selva y la conservación de dicha cultura. Los lacandones son de

los pocos pueblos indígenas que gozan de tantos privilegios económicos (De Vos,

2002), ser lacandón se ha convertido en un negocio turístico y esta imagen

estereotipada ha sido alimentada por las campañas de turismo en Chiapas y por el

mismo gobierno (Eroza, 2006; Balsanelli, 2014: Obs. Pers.). Este favoritismo también

apareció como el problema de primer nivel para Metzabok al realizarse la Matriz de

 

 

78  

relaciones causales. Este favoritismo como se ha explicado, lejos de ayudar a los

lacandones, los ha fragmentado en cuanto a su identidad, la selva paso de ser un ser ser viviente a ser una fuente de negocios. Ha hecho a los lacandones esclavos

sea explotando esa imagen turística o viviendo de los apoyos de CONANP y

OPORTUNIDADES -ambos por parte del gobierno- (Eroza, 2006; Balsanelli, 2014;

Obs. Pers.).

Este favoritismo los ha vuelto dependientes e incluso comparados con otros grupos

campesinos y étnicos que no tienen el apoyo económico del gobierno, no se han

obtenido los resultados esperados, ya que la selva está quedando fragmentada y

aislada y dentro de la comunidad el poco dinero que se obtiene por el gobierno es mal

gastado en alcohol (ambos Problemas de segundo nivel de la Matriz de Relaciones

Causales), lo cual evidentemente tampoco facilita ni incentiva a los turistas a visitar la

comunidad, aunado al hecho de que el acceso a Metzabok es muy complicado y este

es el principal problema que incide indirectamente a la conservación de la selva y por

ende en la conservación del jaguar (PRF de la Matriz de relaciones causales

CONANP, 2006-).

No hay ningún tipo de comunicación terrestre para la mayoría de los pobladores o

personas que quieren acceder a la comunidad. Sólo las personas que cuentan con

auto pueden ingresar y eso tomando en cuenta que la gasolina en esta región es

escasa y se vende casi al doble del precio normal. Por lo que contar con automóvil y

tener acceso a la gasolina, también actua como una forma de discriminación dentro de

la comunidad. Además desde que el gobierno se inclinó por esta etnia, los otros

grupos indígenas y campesinos se han sentido menospreciados y sin apoyo, lo que ha

generado desdeño hacia los lacandones por parte de los otros grupos, confirmando

las apreciaciones de Eroza (2006).

A pesar de gozar de este favoritismo y de que la Selva Lacandona, tiene un enorme

potencial de recursos (Toledo, 2000), es incomprensible e inaceptable, que los

lacandones aún sufran condiciones de marginación (Problema de segundo nivel en la

Matriz de relaciones causales). Es cierto que ya cuentan con alumbrado público y

agua potable (CONANP, 2006), sin embargo existen familias dentro de la comunidad

que viven en condiciones muy paupérrimas y poco saludables. No hay clínica dentro

de la comunidad y la educación básica deja mucho que desear (CONANP, 2006),

existen niños en cuarto de primaria que apenas saben leer. Algunos comuneros que

 

 

79  

tienen el privilegio de tener automóvil, prefieren llevar a sus hijos a la escuela del ejido

.

Debido a esta baja calidad de vida y la falta de distribución equitativa y justa de

trabajos y pagos, muchos jóvenes deciden migrar (Problema de segundo nivel en la

Matriz de relaciones causales) hacia otros ejidos, comunidades lacandonas o incluso

mudarse a ciudades dentro de México (Palenque, Villahermosa, San Cristobal de las

Casas o Ciudad de México). Buscando de esta forma, mayores oportunidades de

tener una mejor vida y poder obtener otros ingresos.

El Pirú

Por otra parte, en el ejido El Pirú como se mencionó anteriormente, también hay cierto

miedo asociado al jaguar pero éste sólo fue manifestado por una minoría de personas.

En este ejido el 71% de los informantes declaró estar de acuerdo en que se introdujera

otro jaguar a la selva, incluyendo a algunos ganaderos.. Estas percepciones difieren

con lo encontrado por Kellert et al. (1996) y Reading y Clark (1996), quienes apuntan

que las comunidades rurales suelen expresar fuertes valores dominantes y utilitarios

que favorecen la explotacion y sumisión de la vida silvestre; mientras que las personas

con una educación más formal y mayores ingresos suelen expresar valores

naturalistas con un fuerte interés en la conservación de la vida silvestre. En realidad la

gran mayoría de los informantes en El Pirú mostraron mucha empatía por el jaguar,

incluso los ganaderos. Los informantes aludieron que nimales no pueden

reclamar si se

el jaguar no merece que uno lo

.

Esto es muy interesante porque las personas entrevistadas pertenecen a un entorno

rural y la mayoría no ha recibido una educación formal , sólo han participado en

algunos talleres que ciertas ong´s o instituciones académicas han llevado a cabo.

Además dichos talleres no tienen mucho tiempo de haberse empezado a impartir y

aún así la gente mostró un gran interés y apoyo a la conservación de la vida silvestre,

sobre todo para el jaguar.

Sólo una persona, que ha sido la más afectada por la depredación de ganado, dijo no

estar conforme con la idea de traer otro jaguar y confirmó que prefiere deforestar la

depredaciones son esporádicas y cuando se presentan usualmente no matan muchos

animales domésticos, por lo que el daño no es mayor (sólo el 15% de los informantes

 

 

80  

declaró haber tenido problemas de depredación por el jaguar). También afirmaron que

el ganado muchas veces no se encuentra bien resguardado, coincidiendo con las

recomendaciones de Polisar et al. (2003) y Amador (2011) de mejorar el manejo al

ganado. La mayoría de las veces el ganado se deja solo en los potreros (vastas áreas

de terreno) muy alejados de la comunidad y cerca de la reserva ejidal, donde es una

presa fácil para los depredadores y es frecuentado pocas veces por los ganaderos.

Sin embargo, dada la realización de este problema por los ganaderos y su disposición

de conservar al jaguar y otros carnívoros, se abre la expectativa de que el conflicto

con los ganaderos en este ejido podría ser fácil de resolver, modificando ciertas

prácticas con el ganado y tomando en cuenta esta disponibilidad de coolaborar. Dicho

esto, se sugiere que para El Pirú existen muchas probabilidades de lograr una buena

convivencia humano/carnívoros.

Otro factor a considerar es el manejo sanitario del ganado que muchas veces no se

lleva a cabo adecuadamente, como fue registrado en El Pirú anteriormente (Arenas,

2012). Muchas veces la salud del ganado no es cuidada convenientemente y esto

puede constituir la principal causa de muerte, más que la depredación por grandes

carnívoros (Zacari y Pacheco, 2005). Este problema del mal manejo del ganado

también se encontró como un problema de segundo nivel al realizarse la Matriz de

relaciones causales, por lo que incide directa e indirectamente en la conservación del

jaguar.

Al igual que en Metzabok, en El Pirú los informantes reconocieron que los ganaderos

invierten dinero en su ganado y que éste se pierde cuando es depredado por algún

carnívoro. La mayoría de las personas en el Sureste de México guardan sus aves de

corral y ganado como una fuente extra de ingresos que puede ser usada para

emergencias, festividades u otras ocasiones especiales. Debido a esto, cuando los

animales domésticos son depredados, los ganaderos no dudan en tomar medidas al

respecto (Amador et al., 2013). En El Pirú, los ganaderos apuntaron que contratar a un

cazador para que mate al jaguar es el último recurso que tienen al ver que el animal

sigue depredando ganado a pesar de ser corrido y espantado. De hecho los

cazadores comentaron que también sólo cazan al animal cuando no tienen otra salida,

pues saben que está penado por la ley y que pueden ir a la cárcel.

En este ejido el 41% de entrevistados sugirieron ideas para mitigar la depredación de

ganado (algunas muy originales) como descubrir algún repelente para jaguar u otros

carnívoros, traslocarlo y regresarlo a la selva, simular un espantapájaros con una

escopeta, utilizar muchos cohetes, aventar balazos al aire, utilizar fuego y recurrir al

 

 

81  

seguro ganadero. Otros en cambio decían que preferían vender su ganado si es que

se llegaba a presentar algún problema de depredación. La mayoría de los ganaderos

están dispuestos a conservar al jaguar, siempre y cuando no cause mucho daño. Para

ese fin, se ha puesto en marcha el Fondo de Aseguramiento Ganadero (Programa

perteneciente a la Confederación Nacional de Organizaciones Ganaderas), con el cual

se reembolsa la pérdida por cada cabeza de ganado que haya sido depredada por

fauna silvestre (incluyendo perros ferales). Sin embargo dicho programa no ha sido lo

suficientemente difundido en la región, ya que hubo entrevistados que no tenían idea

de que existía tal programa y no sabían cómo funcionaba, incluyendo una de las

personas que ha sido de las más afectadas por la depredación. De hecho cuando fue

cazado el último jaguar por este problema con el ganado, el programa de pago por las

pérdidas aún no se ponía en marcha.

Respecto a la depredación de ganado, algunos informantes mencionaron a este

respecto que si el jaguar llega a cazar a los potreros es porque algo está fallando

dentro de la selva, es decir se le está restando hábitat o ya no hay suficiente alimento.

Por eso mencionaron que es necesario conservar suficiente selva porque si se tiene

selva,

porqué cazar ganado. Esto demuestra que además las personas tienen un

conocimiento ecológico de forma empírica, de tal forma que también saben que para

poder mantener alejado al jaguar del ganado es necesario proteger la selva en su

conjunto, donde podran subsistir las presas del felino y éste mismo tendrá un espacio

adecuado para poder cazarlas y habitar. Además esto reafirma lo observado en

campo, que el conocimiento empírico de los ejidatarios no ha sido considerado por las

dependencias de gobierno, como por ejemplo los cazadores que saben identificar los

rastros de sus presas y esto podría ayudar a continuar con el monitoreo de la fauna. A

su vez esto acarrea el principal problema que tiene El Pirú de no ser apoyado por el

gobierno mexicano para poder mantener su riqueza natural.

De hecho, uno de los ancianos entrevistados, se mostró muy preocupado por la

situación actual del jaguar y de la selva en general. El dijo que si los ejidatarios no

conservan al jaguar, sus nietos quizás no lo lleguen a conocer, opinó que

. Es claro la conciencia que tiene de que

el jaguar por sí solo y en la situación específica de El Pirú (un ejido con actividades

ganaderas) no puede sobrevivir si los humanos no realizan acciones que disminuyan

el conflicto. Con respecto a esto, los ganaderos dijeron que también estaban

dispuestos a participar en programas de conservación y disminuír la ganadería pero

siempre y cuando existiera algún beneficio económico con el que puedan subsistir. El

 

 

82  

mismo anciano

Y de aquí deriva la problemática más

complejo respecto a la conservación del jaguar y la selva.

Por un lado se sabe que es inminente generar acciones que protejan y ayuden a la

conservación de ecosistemas y su biodiversidad, porque estamos en un punto crítico

donde la humanidad ha acelerado la tasa de extinción de las especies (Dirzo, 1990),

debido al aumento de nuestra capacidad como especie humana de alterar los

ecosistemas como consecuencia de los progresos tecnológicos, el aumento

demográfico y un incremento generalizado del consumo (Boada, 2003). Pero también

es importante considerar que en México, la mayoría del territorio de distribución viable

para el jaguar, se encuentra bajo algún tipo de manejo y pertenece principalmente a

comunidades rurales (Figel et al., 2011). Es decir que los jaguares y humanos

comparten recursos, en México no hay ya lugares prístinos que no cuenten con la

presencia y ocupación de los humanos, por lo que es imposible que no se siga

haciendo uso de los ecosistemas y la biodiversidad.

Y en sentido de la afirmación anterior del informante de que si no hay recursos

económicos de por medio, la gente no coopera para conservar, es muy debatible. Si

bien hay muchas personas y estudiosos que consideran que la natutaleza por sí

unas culturas o religiones), otras

corrientes y la Economía Ecológica la consideran inconmesurable. ¿Cómo ponerle

precio a los recursos y servicios ambientales?, cuando muchas veces existen diversos

lenguajes de valoración y un conflicto ecológico de distribución de recursos (Martínez-

Alier, 2009). Es notorio que hay que cuestionarse si en realidad los principales

causantes de la deforestación y el conflicto con el jaguar son los pobladores de las

zonas rurales o si en realidad existe una desigualdad de distribución económica y de

responsabilidades. Quienes plantean desde una posición de compromiso, una

reducir el valor de la naturaleza y del ambiente a un indicador económico mensurable

(Boada, 2003).

Sin embargo, González-Molina y Toledo (2002) opinan que la crisis ecológica también

actual civilización occidental, alcanzando el mito del desarrollo económico como la

propia teoría económica que los sustenta, y afectando a una sociedad con

desequilibrios y desigualdades cada vez mayores. Esta desigualdad es notable

cuando comparamos a los ecosistemas silvestres y rurales, que son altamente

 

 

83  

productivos, mientras que los ecosistemas urbanos son los más caros

energéticamente y tienen una producción primaria mínima. El mantenimiento de éste

último depende de la explotación de los recursos de los ecosistemas rurales y

silvestres por lo que el ecosistema urbano es el que afecta a los otros ecosistemas a

través de la extracción y transporte de los recursos naturales y la emanación de

desechos hacia éstos (Boada, 2003).

Asimismo debido a la presión por mantener a los ecosistemas urbanos, los

ecosistemas rurales han tenido que implementar tecnologías que no son amigables

con el medio ambiente (como el uso de pesticidas y agroquímicos) impulsados por el

gobierno para lograr abastecer de materias primas y alimentos a las ciudades, tal es el

caso de El Pirú (Problema de segundo nivel encontrado con la Matriz de relaciones

causales). Esto evidencía que la responsabilidad recae principalmente en los

pobladores citadinos más que en los pobladores rurales ya que la demanda energética

y material de los primeros supera por mucho la demanda de los segundos; además de

que son los segundos los que sufren más la desigualdad económica pues los recursos

económicos se distribuyen principalmente en los ecosistemas urbanos y muy pocos en

los ecosistemas rurales y silvestres.

De aquí que los informantes, sobre todo los ganaderos, hicieran hincapié en llevar a

cabo una mayor colaboración en la conservación del jaguar y de reforestar la selva si

hubiera más apoyos económicos por parte del gobierno (26% de los informantes

mencionaron este problema). Esta problemática se evidencia porque de la misma

forma que ocurre en Metzabok, en el ejido El Pirú las políticas públicas se

contraponen. SAGARPA realiza proyectos de aprovechamiento agropecuario, al

mismo tiempo que CONAFOR implementa el pago por captación de carbono a través

del programa ProÁrbol en los manchones de selva aún conservados. Los ganaderos y

algunos ejidatarios prefieren utilizar el recurso proporcionado por SAGARPA porque el

beneficio es a corto plazo y es mejor pagado que el programa ProÁrbol. Uno de los

informantes

porque con eso puede mantener a su familia, a diferencia del pago por captación de

carbono.

Los ganaderos, al obtener un mayor ingreso económico a través de la ganadería,

tienen la posibilidad de comprar más tierra para convertirla en potreros. La selva corre

el riesgo de ser fragmentada debido a que no se le da el valor económico adecuado o

ma de tercel nivel de la Matriz de relaciones causales). Por esto y por

toda la problemática que se aclaró anteriormente, uno de los jóvenes informantes

 

 

84  

mencionó que se deben de realizar proyectos más realistas porque

sufre mucho y de eso s ,

Coincidiendo con otro

de los informantes que dijo sería adecuado reducir la ganadería pero no elimarla

totalmente porque como ya se sabe el ganado representa para estas personas una

inversión que puede ser útil en ocasiones especiales o de emergencia.

Es por esto que aunque algunos piensan que la naturaleza es en sí misma

inconmesurable, es urgente comenzar a designar precios justos a las actividades de

conservación y no sólo a las actividades de producción, o mejor aún un precio justo y

mejor a las actividades de producción que favorezcan la conservación. Sólo de esta

forma lograremos que las personas que viven en los ecosistemas rurales puedan

generarse su propio desarrollo social y a la vez puedan convivir con otras especies.

Pero es sumamente importante que las personas que viven en las ciudades, reduzcan

el ritmo y las cantidades de consumo, porque son las personas de las urbes las que

fomentan el seguir presionando a los campesinos a que sigan produciendo insumos

en cantidades y en tiempos exorbitantes.

Por esto mismo uno de los ejidatarios recalcó que en El Pirú están dispuestos a

trabajar con distintas ong´s, dependencias gubernamentales y centros académicos

con tal de conservar la selva y no depender de un solo apoyo. Sin embargo para la

región Marqués de Comillas apenas se están realizando algunos estudios que son

pioneros en algunos ejidos (como el presente estudio), es decir aún quedan otros

ejidos y otros factores por estudiar y apenas se están comenzando a sentar las bases

para hacerlo. Pero es urgente que se tomen medidas inmediatas que ayuden a

mantener los relictos de selva que aún poseen dichos ejidos y que amortigüen el

impacto ecológico que estamos viviendo. También es importante que cuando se

ofrezcan dichos apoyos sean sólo para ayudar a iniciar proyectos y no crear una

dependencia habitual en las personas a recibir ayuda para conservar como pasó en

Metzabok, ya que como se ha observado esto puede corromper el espíritu de la gente

y aunque una de las metas es que las personas sigan manteniendo un desarrollo

social, también es importante que no pierdan de vista la importancia y la urgencia que

tiene el conservar a los ecosistemas y la biodiversidad. Que esto más allá de generar

un beneficio económico también es indispensable para procurar una buena calidad de

vida. Además las soluciones que se generen deben ser flexibles y realistas porque si

se imponen medidas rígidas y basadas sólo en la teoría como en el caso de Metzabok,

es probable que el ejido El Pirú corra con la misma suerte y se pierda información

empírica valiosa que poseen sus pobladores.

 

 

85  

Otros problemas asociados con la conservación del jaguar -que se hicieron evidentes

en el ejido El Pirú-, que tienen que ser resueltos para minimizar o de ser posible

solucionar el conflicto por las depredaciones de jaguar se encuentra la carencia por

parte del gobierno de capacitar a los pobladores del ejido y conjuntamente generar

diversas alternativas de aprovechamiento sustentable, para que puedan participar

conservando (las únicas opciones que les han presentado han sido el programa

ProÁrbol y algunos talleres del Corredor Biológico Mesoamericano de la CONABIO).

Sin embargo es primordial que éstas alternativas sean basadas en las potencialidades

que cada ejido tiene (para evitar la competencia y que todos realicen exactamente el

mismo tipo de actividades) y sean concebidas a largo plazo porque el drama de

nuestros ecosistemas rurales y silvestres es que no siguen los ciclos políticos y

electorales, sino que siguen ciclos mucho más largos y complejos (Boada, 2003).

Los problemas encontrados en El Pirú a través de la observación participante, se

encuentran estrechamente interrelacionados y son el resultado de diversos

acontecimientos políticos y económicos que afectan por ende al ambiente. Sin

embargo a pesar de que las relaciones causales son más elaboradas y el panorama

general es más complejo, los informantes tienen una disposición a conservar y probar

nuevas alternativas de aprovechamiento que los beneficien a ellos y a la selva. Éstas

explotación de los

recursos compartidos y por lo tanto para evitar dicha sobreexplotación deben existir la

propiedad privada, así como las divisiones disciplinarias y especialización por tipo de

recurso y región geográfica para resolver problemas derivados de la relación

sociedad-naturaleza..

Empero, esta creencia de separar y especializar continúa restringiendo el

entendimiento de los problemas y la generación creativa de soluciones (Poteete et al.,

2012). Con frecuencia, los gobiernos promueven derechos a los campesinos que se

encuentran espacialmente segregados y sólo dan prioridad a un rango limitado de

actividades relacionadas con uno o varios recursos (por lo que algunos se

sobreexplotan). Dichas políticas chocan con otros derechos tanto formales como

informales que estan espacial y temporalmente traslapados sobre diversos recursos

(Kipuri, 1991; Schoonmaker, 1993). Esto fue lo que ocurrió en Metzabok al prohibir

ciertas actividades en las zonas fraccionadas como áreas naturales protegidas, pero

seguir permitiendo dichas actividades fuera de éstas. Y en El Pirú esto puede ocurrir

también si no se tiene cuidado al organizar y planear el tipo de manejo que se le

puede hacer a la selva.

 

 

86  

Por lo tanto, revisando los comentarios de las entrevistas y los problemas observados

en ambos sitios, se soporta la perspectiva de que sin tomar en cuenta los aspectos

socieconómicos es imposible poder conservar a los carnívoros (Rigg et al., 2011). La

conservación de carnívoros depende tanto de la parte biológica como de la parte

sociopolítica, y el éxito de la conservación de carnívoros basada en un enfoque

interdisciplinario, permitirá la persistencia de éstos durante décadas a pesar del

crecimiento de la población humana y la modificación de hábitats (Treves y Karanth,

2003; Lindsey et al., 2005). Además se constató que los conflictos entre humanos y

fauna silvestre son generalmente manifestaciones de conflictos subyacentes entre los

mismos humanos, tales como los que existen entre las autoridades y la gente local o

entre la gente con diferentes ambientes culturales (Dickman, 2010).

7. CONCLUSIONES

En el ejido El Pirú se encontró un mayor número de especies (20 en total) que en la

comunidad Metzabok (18 en total), diferente a lo que se esperaría, ya que Metzabok

es un ANP bien conservada y el ejido El Pirú se encuentra fragmentado y bajo

aprovechamiento agropecuario. No obstante, la reserva ejidal aún cuenta con una

buena extensión (2,000 ha aproximadamente) de selva alta perennifolia bien

conservada y de acuerdo a los resultados obtenidos alberga una adecuada diversidad

de presas para el jaguar. De igual forma se esperaría haber encontrado más rastros y

fotografías de felinos mayores en Metzabok, pero el jaguar sólo fue registrado en El

Pirú. Sin embargo en ambas comunidades se encontraron especies en peligro de

extinción y de difícil observación, como el oso hormiguero arborícola, el jaguarundi, el

pecarí de labios blancos y el tapir. Ambos sitios resultaron ser hábitats idóneos para el

jaguar, en base a la disponibilidad de presas.

En Metzabok, la mayoría de las personas están dispuestas a conservar al jaguar, a

pesar de que aún le tienen miedo y preferirían no introducir otro animal a la selva. Esta

percepción en favor de conservar al jaguar se ha visto influenciada por el gobierno, ya

que el jaguar es una especie en peligro de extinción y está prohibido cazarlo. El

significado cultural y religioso que tenían sobre la especie se ha ido perdiendo debido

a que sus usos y costumbres se corrompieron con la llegada de los privilegios

económicos del gobierno. La cultura cambio de formar parte de su esencia como

indígenas lacandones a ser un producto turístico. Dicho turismo ha fomentado la

competencia entre las familias, no existe un sentido de solidaridad y han aparecido

algunos problemas occidentalizados dentro de la comunidad (Balsanelli, 2014; Obs.

 

 

87  

Pers.) que no facilitan el objetivo que es conservar la selva y por ende la flora y la

fauna que la componen. impuesto

pero no poseen un sentido propio de conservar porque ese sentido les fue arrebatado.

Es necesario tratar de recuperar la identidad de dicha comunidad y emplear sus usos

y costumbres dentro de los programas de conservación, porque de otra manera éstos

no tendran éxito.

En El Pirú, hay disposición de conservar al jaguar y la selva, a pesar de que se

practica la ganadería. Los episodios de depredación por jaguar u otro carnívoro hacia

el ganado no son frecuentes. Es importante realizar una mayor difusión sobre las

opciones que tienen los ganaderos cuando se presentan dichos episodios, como por

ejemplo el Fondo de Aseguramiento Ganadero, además de explicar cómo funciona y

dónde acudir para solicitarlo. Sin embargo existen muchos conflictos políticos y

económicos que no permiten al ejido realizar actividades más sustentables. Es de

suma importancia comenzar a solucionar dichos conflictos y ofrecer más apoyo a

través de la capacitación y financiamiento para que se puedan emprender otro tipo de

actividades en la región. Es importante que se conserve la cohesión que el ejido

mantiene aún y que los proyectos fomenten esta igualdad entre los ejidatarios. De esta

forma se podrán realizar actividades que garanticen la subsistencia de los jaguares y

de los pobladores, pensando incluso a futuro.

En base al análisis ecológico y social, se sugiere que en ambos sitios es viable la

conservación del jaguar. En Metzabok y El Pirú el hábitat es idóneo para albergar

jaguares y otros grandes carnívoros como el puma. Las personas entrevistadas en

ambos sitios demostraron tener aún disposición para conservar al jaguar, pero las

partes política y económica aún tienen debilidades que se deben considerar y trabajar

para que la conservación del jaguar sea efectiva. Solucionando dichos problemas la

conservación no sólo del jaguar sino de toda la selva, será realmente un hecho.

8. RECOMENDACIONES

Sería importante continuar con el monitoreo de fauna en ambos sitios para observar

cómo se comportan las poblaciones de mamíferos, además de realizar otros estudios

de otros grupos de vertebrados y flora. De esta forma se pueden determinar las

densidades y abundancias del jaguar y de sus presas, para tener una idea de cómo se

mantienen la estructura y función de los ecosistemas. El continuo monitoreo, permitirá

 

 

88  

evaluar si el manejo que se está haciendo en los sitios es adecuado o si es necesario

realizar otras actividades.

Es necesario que se solucionen los problemas sociales que tienen los lacandones en

la comunidad Metzabok para que se puedan llevar a cabo proyectos de conservación

que sean fructíferos, además de mejorar la calidad de vida de sus pobladores y tratar

de reincorporar sus creencias en las actividades de conservación. Es indispensable

reestructurar su identidad como lacandones y no sólo explotar su imagen con fines

turísticos como se ha venido haciendo los últimos 50 años.

Debido a que el ejido El Pirú resultó ser un sitio diverso a pesar de tener actividades

poco sustentables, es imprescindible que se lleven a cabo planes de manejo con el

apoyo del gobierno, ong´s y especialistas en el tema. Es necesario conservar sitios

como éste, que pueden ser zonas de refugio para la fauna, aunado al hecho de que

son áreas que no cuentan con ningún tipo de protección estatal o federal. Además El

Pirú constituye parte de la región de la Selva Lacandona, el último relicto de selva

tropical que tiene México (Vásquez y Ramos, 1992; Castillo y Narvae, 1992; INE-

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ANEXOS

ANEXO 1

Cuestionario que ayudo a entrevistar a los informantes

¿Ha tenido problemas con el jaguar? ¿El jaguar le ha matado ganado? ¿Qué han hecho con los jaguares que han matado ganado? ¿Cree que el jaguar le hace perder dinero o cree que puede sacar alguna

ganancia de éste? ¿Qué se le ocurre para espantar al jaguar y evitar que mate ganado? ¿Qué se le ocurre para evitar que el jaguar no se acerque a la comunidad, sin

tener que matarlo?

¿Qué sabe sobre el jaguar? ¿Qué animales come el jaguar? ¿Ha visto alguna vez algún jaguar? ¿Qué sintió al verlo? ¿Qué representa el jaguar para Usted? Si se acercan a las comunidades ¿Por qué cree usted que se acerquen?

ahí? ¿Cuántos jaguares ha visto en el monte? ¿Le gustaría conocer más acerca del jaguar? ¿Qué tipo de información le gustaría que se impartiera en la comunidad?

¿Ha cazado alguna vez al jaguar? ¿Por qué?

animales como el jaguar puedan sobrevivir? ¿Si se realiza un programa de conservación a largo plazo, a usted le gustaría

participar en él? ¿Cómo participaría en el programa? ¿Estaría de acuerdo en que se trajera otro jaguar al monte? Si, no ¿Por qué?

ANEXO 2

Especies registradas a través de rastros y foto-trampeo

Huella de jaguar (Panthera onca)

Huella de tapir (Tapirus bairdii)

Huella de pecarí de labios blancos (Tayassu pecari)

Huella de ocelote (Leopardus pardalis)

 

Huella de nutria (Lontra longicaudis)

Huella de tepezcuintle (Cuniculus paca)

Huella de tlacuache común (Didelphis marsupialis)

Huella de venado mazate (Mazama temama)

Restos de tlacuache común (Didelphis marsupialis)

Restos de puercoespín (Sphiggurus mexicanus)

Restos de armadillo (Dasypus novemcinctus)

Mono araña (Ateles geoffroyi)

Oso Hormiguero arborícola (Tamandua mexicana)

Armadillo (Dasypus novemcinctus)

Hocofaisán (Crax rubra)

Jaguar (Panthera onca)

Venado temazate (Mazama temama)

Pecarí de labios blancos (Tayassu pecari)

Pecarí de collar (Pecari tajacu)

Puma (Puma concolor)

Tapir (Tapirus bairdii)

Tlacuache común (Didelphis marsupialis)

Ocelote (Leopardus pardalis)

Sereque (Dasyprocta punctata)

Coatí (Nasua narica)

Viejo de monte (Eyra barbara)

Jaguarundi (Puma yagouaroundi)

ANEXO 3

Pecarí de collar encontrado muerto, posiblemente herido por cazadores ilegales que se introducen al Área Natural Protegida Metzabok.